Enfermeria
Enfermeria
Enfermeria
Definición de enfermería
La enfermería abarca abarca los cuidados autónomos y en colaboración que se prestan a las
personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermas o sanas, en todos los
contextos, e incluye la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y los cuidados de los
enfermos, discapacitados y personas moribundas. Funciones esenciales de la enfermería son la
defensa, el fomento de un entorno seguro, la investigación, la participación en las políticas de
salud y en la gestión de los pacientes y los sistemas de salud, y la formación. (CIE, 2002)
Definición larga
La enfermería, como parte integral del sistema de atención de salud, abarca la promoción de la
salud, la prevención de la enfermedad y los cuidados que se prestan a quienes padecen
enfermedades físicas, enfermedades mentales, y a las personas discapacitadas de todas las
edades, en todos los entornos de atención de salud y en otros ámbitos de la comunidad. En este
amplio abanico de atención de salud, los fenómenos de especial preocupación para las enfermeras
son las “respuestas a los problemas de salud efectivos o potenciales” por parte de personas,
familias y grupos (ANA, 1980, P.9). Estas respuestas humanas conforman un amplio abanico que va
desde las reacciones para el restablecimiento de la salud tras un episodio individual de
enfermedad hasta la elaboración de políticas para promover la salud de una población a largo
plazo.
La función única de las enfermeras en el cuidado de las personas, enfermas o sanas, consiste en
evaluar sus respuestas ante su situación de salud y ayudarlas a realizar aquellas actividades que
contribuyan a la salud, a la recuperación o a una muerte digna que ellas mismas realizarían sin
asistencia si tuvieran la suficiente fortaleza, voluntad o conocimientos para hacerlo, con el fin de
ayudarlas a obtener una independencia total o parcial lo más rápidamente posible (Henderson,
1977, p.4). En el entorno sanitario global, las enfermeras comparten con otros profesionales de la
salud y de otros ámbitos de servicio público las funciones de planificación, implementación y
evaluación para garantizar la idoneidad del sistema sanitario con el fin de promover la salud,
prevenir la enfermedad y cuidar de las personas enfermas y discapacitadas. (ICN, 1987)
Definición de enfermera
La enfermera es una persona que ha completado un programa de educación básica general en
enfermería y está autorizada por la autoridad reguladora pertinente para ejercer la enfermería en
su país. La formación básica en enfermería es un programa de estudio reconocido formalmente
que proporciona una base amplia y sólida en las ciencias del comportamiento, la vida y la
enfermería para la práctica general de la profesión, así como para un papel de liderazgo y para la
formación postbásica para una especialidad o la práctica de la enfermería avanzada. La enfermera
está preparada y autorizada (1) a llevar a cabo el ámbito general de la práctica de la enfermería,
incluida la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y el cuidado de las personas con
enfermedades físicas, mentales y discapacitadas de todas las edades y en todos los entornos de
atención de salud y otros contextos de la comunidad; (2) impartir enseñanzas en materia de
atención de salud; (3) participar plenamente como miembro del equipo de salud; (4) supervisar y
formar a auxiliares de enfermería y de salud; y (5) participar en la labor de investigación. (ICN,
1987)
¿Qué es enfermería?
Florence Nightingale impulsó la primer teoría de la enfermería hace aproximadamente 150 años,
de la cual se desprenden nuevos modelos, teniendo cada uno una filosofía diferente del modo de
entender la enfermería y los cuidados que se le brindan al paciente. En 1852 fue el inicio de la
enfermería profesional, ya que a través de la publicación del libro «Notas de Enfermería» de
Nightingale, las enfermeras comenzaron a sentir un interés por adquirir conocimientos técnicos
acerca de su profesión.
La enfermería, hoy en día, es una carrera a nivel universitario que se dedica a la atención y cuidado
de pacientes médicos. Existe otra profesión dentro de la carrera enfermería que realiza funciones
que completan las del enfermero, y es el oficio de técnico en cuidados de enfermería, mas
comúnmente llamado auxiliar de enfermería.
Enfermeros famosos
Marianne Cope. Abrió y dirigió los primeros hospitales en Norteamérica, implementando nuevas
normas de limpieza que intervinieron en el desarrollo del sistema hospitalario estadounidense.
Dorothea Orem. Fue la autora de la teoría del déficit de autocuidado.
Jean Watson. Autora de los factores curativos filosóficos en 1975 y de «The theory of Human
Caring» (La teoría del cuidado humano).
Martha Rogers. Su teoría de los seres humanos unitarios expone que el ser humano es más que la
suma de sus partes y que es dueño de sentimientos e ideas.
San Juan de Dios. Fue fundador de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Historia de la enfermería
El origen de los cuidados a los pacientes y la práctica de la enfermería tiene que ver con las
intervenciones maternales, quienes aseguraban la continuidad de la vida. La alimentación en los
primeros momentos de la vida de un niño es considerada la más antigua práctica de cuidados en
un individuo.
En la época de los grandes pensadores griegos como Sócrates u Homero, ya estaba impuesto que
el acto de la limpieza y el autocuidado de las personas los mantenía con vida y les otorgaba una
mejor calidad de la misma.
La enfermería es una especialidad de la ciencia de la salud, que se dedica en atender, cuidar, sanar
o curar a la persona en estado de enfermedad o lesionada. Comprende la vigilancia y asistencia
cuando el ser humano esté enfermo para garantizar un ambiente seguro.
Enfermería-2
Es importante saber que los inicios de la enfermería los desarrolló Florence Nightingale, en la
guerra de Crimea de 1854, luchando contra los militares para reformar los sistemas hospitalarios
para esa época. En 1850 formó la primera escuela de entrenamiento y hogar para las enfermeras
en el hospital de Santo Tomás en Londres, contaba con diez alumnas. Mientras pasaban los años
eran más las enfermeras formadas por Nightingale, quienes atendían al ejército en Canadá y a los
militares durante la guerra civil estadounidense. Nightingale contrajo una enfermedad en la guerra
de Crimea que lo hizo postrarse en una cama, sin embargo no impidió que siguiera con sus
proyectos sobre la salud, publicó 200 libros entre ellos Notas sobre Enfermería y Hospitales.
Florence siempre con su lema de responsabilidad y respeto hacia la enfermería. Murió en 1910 a
los 90 años.
Florence Nightingale
(1820/05/12 - 1910/08/13)
–No hay parte de mi vida en la que pueda mirar atrás sin dolor–
Padres
Hija de William Edward Nightingale y Frances Smith. Procedente de familia victoriana, creció en
un ambiente con una educación muy estricta.
Estudios
En 1850 inició estudios de enfermería en el Instituto San Vicente de Paúl en Alejandría, Egipto,
posteriormente estudió en el Instituto para Diáconas Protestantes de Kaiserswerth, Alemania.
Guerra de Crimea
En el año 1853, dirigió el Hospital para Damas Inválidas de Londres. Durante la guerra de Crimea,
supo de las deficientes condiciones sanitarias y la falta de medios en el gran hospital de
barracones de Üsküdar (Turquía), por lo que envió una carta al secretario de la Guerra británico,
ofreciendo sus servicios. El ministro propuso que asumiera la dirección de todas las tareas de
enfermería en el frente.
Viajó hacia Üsküdar en 1854, con otras treinta y ocho enfermeras entrenadas por ella misma. Se
crearon departamentos de enfermería en Üsküdar y en Balaklava, Crimea. Aplicando un método
combinado de cuidados asistenciales y medidas de higiene como agua y aire puros, desagües
eficaces, limpieza general y luz con los que logró reducir la mortandad del 42% al 2%.
La dama de la lámpara
Durante el conflicto el diario The Times publicó un artículo donde la describía como un ángel
guardián que acompañaba día y noche a los soldados. “Cuando todos los oficiales médicos se han
retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede
observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas”. Tras el
fin de la guerra, Nightingale comenzó a ser conocida como «la dama de la lámpara».
Desde entonces, la enfermería fue considerada una profesión médica con un elevado grado de
formación y responsabilidad.
Tuvo una influencia decisiva en la creación de la Cruz Roja Británica en 1870, y fue miembro de su
comité de damas hasta su fallecimiento.
Dejó más de doscientos escritos entre artículos y libros. Entre sus escritos destaca Notas sobre
enfermería: qué es y qué no es (1860), el primer libro de texto para enfermeras, que fue traducido
a multitud de idiomas.
También desarrolló una Fórmula Modelo de Estadística Hospitalaria para que los hospitales
recolectaran y generaran datos y estadísticas consistentes.
En 1907 se convirtió en la primera mujer en recibir la Orden del Mérito.
Muerte
Sabías que...
Soltera
Rechazó muchas propuestas de matrimonio, incluida una hecha por un primo suyo llamado Henry
Nicholson.
Desde la antigüedad, uno de los efectos generados como consecuencia de las terribles pandemias
extendidas por todo el mundo producto del fenómeno colonizador, ha sido la necesidad de una
demanda de cuidados que, por fortuna, han venido evolucionando a lo largo de la historia.
Comenzó como un período empírico de los cuidados iniciado con los cuidados propios de los
pueblos indígenas, pasando por una atención a los enfermos en el hogar, acompañado de
sentimientos cristianos, vocación, afecto, observación, conocimiento y habilidades, hasta un
período científico y técnico que permitió la creación de los primeros programas de formación de
enfermeras y el surgimiento de una educación formal y sistemática hasta la actualidad.
A finales del siglo XIX, la enfermería en Venezuela estaba en manos de las religiosas que atendían
en centros de salud. En los años treinta era evidente que requería un nuevo modelo para formar
enfermeras profesionales que elevaran los estándares de la profesión. Sin embargo, el precario
nivel educativo con que llegaban las aspirantes y las exigencias de los servicios hospitalarios, que
buscaban una manera económica de llenar sus demandas con personal adiestrado pero sin
mejoras educativas, impidió que se cumpliera tal aspiración. La enfermería se centró en la
dimensión técnica y en la subordinación médica, aunados a la resistencia de la medicina curativa
de la época que impidió una visión integral de la salud.
Los estudios de enfermería se iniciaron entre 1837 y 1900 con la formación de enfermeras
obstétricas, y luego, de forma discontinua hasta 1937. En 1940 nace formalmente la Escuela
Nacional de Enfermeras (ENE), y entre los años 1944 y 1959, por decretos presidenciales
publicados en gacetas, se establecen reglamentos y parámetros a seguir por las distintas escuelas
de enfermería en Venezuela. Pero es sólo a mediados del año 1959 cuando se modifica el currículo
relacionado con la formación de enfermeras en base a dos pensa de estudios otorgándose el título
de Enfermera Profesional.
Período precolombino
El concepto de cuidado y ayuda a los demás está presente desde el inicio de las civilizaciones, lo
que se ha dado en llamar actualmente “cuidados de enfermería” ha estado presente de manera
intrínseca en los cuidados de la vida del hombre en su esencia, en su mundo, en fin, en su vida
cotidiana.
Es así como la mayor preocupación del indígena primitivo fue combatir las agresiones externas y
las enfermedades, así como cuidar sus necesidades y su entorno para sobrevivir. De su relación
con la naturaleza, nuestros indígenas no solamente observaron su ecosistema, los elementos
naturales y animales salvajes, que les proporcionaron alimentos, abrigo y medios para la
elaboración de objetos y herramientas, sino también el uso de plantas, raíces y hojas con
propiedades terapéuticas que les permitieron sobrevivir en un ambiente primitivo y hostil. Es
necesario señalar que las diferencias biológicas determinaron la participación y el reparto n el
seno de las diversas comunidades indígenas asignando a la mujer las actividades de protección,
promoción y mantenimiento de la vida frente a las condiciones adversas del medio y utilizando
para ello elementos naturales como el agua, las pieles, las plantas y los aceites. Los cuidados
básicos fueron dirigidos a la alimentación, la asistencia durante la gestación, el parto, la crianza y
el cuidado de los niños, ancianos y enfermos.
Esta época se basó en el animismo, por eso la magia, los ritos y las creencias primitivas
(exorcismos, utilización de hierbas, amuletos, cantos, uso de maracas y tabaco), aunado todo al
uso de baños en ríos (abluciones), el arropamiento húmedo (arcilla mojada) y la sangría, que
constituyeron asuntos íntimamente relacionados con los procesos de salud – enfermedad, tanto
en lo que concierne al propio concepto y a su evolución en el tiempo como a las prácticas de las
distintas civilizaciones no sólo para mantener la salud, sino también para curar las enfermedades.
Período Colonial
La segunda parte del período colonial corresponde al desarrollo y población del territorio por los
españoles, negros y mestizos.
En cuanto a la medicina de la época, al arribar los españoles e iniciar la colonización guiados por la
codicia, imbuidos por el misticismo cristiano y provistos de una “mejor tecnología”, trajeron
también su medicina, que no era otra cosa que una medicina medieval aún, galénica o hipocrática,
una medicina de examinar el pulso y la orina prescribiendo purgas y sangrías.
Es importante destacar que las diversas culturas prehispánicas se vieron afectadas por una serie
de enfermedades infecciosas endémicas de características regionales, pero con el arribo de los
colonizadores españoles surgieron nuevas enfermedades que produjeron estragos en la población
local, entre ellas el sarampión, la varicela, la tos convulsiva, la difteria, la malaria, la fiebre amarilla,
la peste bubónica, el tifus exantemático y la lepra, traídas de Europa y África principalmente con
los grupos de esclavos africanos o los navegantes españoles.
Como las enfermedades afectaban a los indios y españoles, se vieron en la necesidad de
establecer centros de atención médica como hospitales, casas de reposo, refugios ya silos. En
general, la atención en estos hospitales estaba destinada a la gente pobre, los abandonados,
desprotegidos, incurables o desahuciados. Los españoles de buena posición económica solían ser
atendidos en sus domicilios, en donde recibían atención médica y religiosa. Los que ejercían los
cuidados de la salud a las personas se encontraban dispuestos en estamentos según sus
características de clase social y de estudios cursados. Según Archiva, citado por Sánchez (2005), “…
el ejercicio de la profesión médica estuvo sin control legal, uno de los rasgos típicos de la medicina
colonial, consistió en la obligada convivencia de médicos, curanderos, barberos, cirujanos,
comadronas, parteras, sangradores y flebotomistas”.
Los doctores en medicina eran los togados o facultativos (a partir de 1777 mediante el
Protomedicato de la capitanía General de Venezuela), los que se habían graduado en una facultad
o colegio de medicina, y eran españoles o descendientes “legítimos” por ambas ramas paternas.
Como en el siglo XVI aún no había ocurrido la fusión entre la medicina y la cirugía en Europa, la
parte manual la ejercían los cirujanos, quienes también tenían que haber cursado estudios en un
colegio o facultad y debido a su conocimiento del latín eran conocidos como cirujanos latinos, a
diferencia de los cirujanos romancistas, quienes habían cursado y rendido exámenes en español.
Por su parte, los flebotomistas eran practicantes menores cuya principal labor era hacer sangrías
por orden de los doctores. La boticaria o farmacopea, era parte de la medicina en ese entonces, y
la labor de los boticarios consistía en preparar y expender las recetas ordenadas por los doctores.
En esa época, las damas de la nobleza criolla contribuyeron a organizar los primeros servicios
elementales de asistencia pública en Caracas y Maracaibo utilizando sus conocimientos
domésticos. Se da la apertura del Hospital de San Pablo a cargo de practicantes de la escuela de
medicina y enfermeros empíricos (Jamieson, Sewall y Suhrie, 1968). Asimismo, la lepra vino a
constituir un problema en aquel momento (conocida como mal de Lázaro), por lo que fue fundada,
según Jamieson por Real Orden del 21 de marzo de 1752, el Hospital de Lazarinos “Esquina de San
Lázaro”. Posteriormente, los “leprosos” fueron enviados a las colonias de cabo Blanco, Distrito
Federal y Providencia en el estado Zulia.
No habiendo en Santiago de León de Caracas hospitales para la clase pudiente, eran mujeres las
que asistían a los enfermos a domicilio, entre quienes figuraron Francisca de Torres, Margarita
Díaz y Antonia de Becerra. En cuanto a la atención obstétrica figuran como primeras parteras
Isabel de Montes y Juana Henríquez.
Durante la Colonia hubo otro tipo de cuidados de la salud y medicina no tradicionales: las prácticas
curanderas tanto de indígenas como de africanos, quizás de mayor arraigo y extensión que la
misma medicina tradicional. Los curanderos, fieles a la tradición oral de sus antepasados, siguieron
haciendo uso del rico herbario medicinal, las prácticas curativas y los ritos míticos que venían
haciendo desde la época precolombina y que son aún parte de nuestra cultura.
La República
…la ley de Organización Política y de Régimen de las Provincias de 1830, estableció que los
Alcaldes Municipales velasen por la salubridad y ordenó la creación de Juntas Municipales de
Sanidad en las Capitales de Provincias y las Subalternas en las cabeceras de Cantones y Parroquias
…
Enfermedades como malaria, fiebre amarilla, peste bubónica, tifus y disentería constituyeron la
forma de vivir, enfermar y morir de la población. Las acciones del Estado fueron llevadas por las
juntas de sanidad u otros organismos, cuyo funcionamiento fue irregular e intermitente (García
1981).
Este período se caracterizó por una práctica empírica de la enfermería, cuya prestación de
cuidados se llevaba a cabo principalmente en el hogar, siendo su marco referencial el ejercicio del
cuidado a los enfermos. Este cuidado exigía un sentimiento cristiano, vocación y servicio, así como
observación, conocimiento y habilidades para curar.
En 1837, el Dr. José María Vargas autorizó al Dr. Santos Gásperi para dictar cursos a las mujeres
que quisieran dedicarse a la atención de partos.
Entre 1865 y 1889 aparecieron los primeros reglamentos, en los cuales se describieron las
funciones del personal de enfermería en instituciones sanitarias. Durante esta época, el grueso de
la población estaba ubicado en áreas rurales y los cuidados de enfermería eran llevados a cabo en
las distintas localidades por practicantes empíricos con escasa formación o por asistentes médicos.
Los cuidados de salud relacionados con la enfermería fueron llevados a cabo sobre todo por
mujeres, y se caracterizaron por el uso de plantas en infusiones, cataplasmas, vigilancia de la
alimentación, abrigo, masajes, cuidado de los enfermos en el hogar y asistencia como parteras.
Por otro lado, los curanderos, “brujos o brujas”, eran personas a las que la población atribuía
poderes especiales, puesto que combinaban ritos mágicos con conocimientos propios de los
cuidados de la salud, uso de hierbas, rezos y amuletos.
Por resolución del 11 de febrero de 1889, el gobierno de entonces contrató a monjas francesas de
la orden Hermanas de la Caridad de San José de Tarbes (1a) y a dos capellanes para la dirección
económica y atención de pacientes en lo que es actualmente el Hospital vargas, fundado en 1888.
Pese a su valiosa contribución, el control por parte de las congregaciones religiosas retrasó el
desarrollo de la enfermería (en 1907 se inicia la preparación del personal auxiliar de enfermería en
Ciudad Bolívar con un curso de dos años en el Hospital Ruiz Páez). No es sino hasta el año 1912
cuando se crea la primera escuela de enfermería en el Hospital vargas. Es importante señalar que
las religiosas no permitieron a las estudiantes hacer su trabajo práctico, aunado eso a su oposición
a que ingresaran las primeras enfermeras graduadas. Restricciones como estas ocasionaron el
cierre de la escuela de enfermería.
Ahora bien, las cuidadoras religiosas tenían un modo de vida basado en la estricta disciplina, la
obediencia, la humildad y la sumisión. Las hermanas daban énfasis a la ayuda y asistencia al
enfermo, pero sus conocimientos empíricos no cubrían los requerimientos médicos de los
pacientes. La enfermería, desde esta perspectiva, no requería ningún tipo de formación
profesional especializada, a no ser su dedicación religiosa. Lo antes señalado se relaciona
significativamente con la influencia de la etapa vocacional descrita por algunos autores como
Martín Caro, para quien “…las actividades de cuidar se basan en el consuelo, con un enfoque
humanitario y en estrecha relación con la religión”.
Para 1916, se recibió en Venezuela la primera visita de una comisión de higienistas de los Estados
Unidos, de carácter cívico-militar, para asesorar la lucha contra la fiebre amarilla, dirigida por el
mayor general William C. Gorgas. Según la Fundación Rockefeller, la apertura del Canal de Panamá
podía favorecer que la fiebre amarilla se propagase al oriente, y considerando que era posible
extinguir totalmente los focos de endemicidad de las regiones en donde existían, resolvió
constituir, como en efecto hizo, una comisión destinada a erradicar dichos focos y a cooperar con
los gobiernos respectivos en su eliminación (Machado 1982).
En el transcurso de 1930, las nuevas demandas de salud, los cambios sociales y demográficos y el
crecimiento del sistema de salud, demandaron un nuevo modelo de formación de personal de
enfermería que diera una respuesta real a las necesidades existentes. Sin embargo, el atraso
educativo de la población en general impuso ciertas limitaciones para formar un personal
altamente capacitado. De acuerdo con Sawyer, citado por Vessuri (2001), “…las actividades
estaban dispersas y se carecía de personal adecuadamente adiestrado. Por encima de todo, el país
tenía demasiada prisa, lo cual de por sí, constituía un problema”.
Con la creación de los cursos de enfermería dirigidos por el Dr. Francisco Antonio Rísquez, se
mejora la asistencia técnica de los enfermos, ya que las egresadas de estos cursos comenzaron a
prestar sus servicios en instituciones públicas y privadas, así como también en el domicilio de las
familias adineradas (Jamieson 1968).
Al respecto, Jamieson 1968, señalaban que “…para 1931, el gobierno contrató enfermeras
puertorriqueñas, no solamente para la labor docente, sino también para cargos administrativos en
hospitales, escuelas de enfermería, unidades sanitarias y clínicas particulares”.
Las secuelas de la Segunda Guerra Mundial propiciada entre 1936 y 1945 aumentaron el flujo de
inmigrantes europeos, en su mayoría exiliados españoles, a quienes el Estado acogió y contrató
para aumentar la fuerza de trabajo capacitada.
En 1956 se creó el Ministerio de sanidad y Asistencia Social (MSAS), entre cuyas tareas estaban la
capacitación de recursos humanos, la contratación de peritos extranjeros y el otorgamiento de
becas a personas, entre ellas a estudiantes de enfermería, para formarse en el extranjero
mediante convenios con la Fundación Rockefeller, el Instituto de Asuntos Sanitarios y la Oficina
Sanitaria panamericana (Maldonado 1970).
Asimismo, durante los años que precedieron la década de 1940, los estudios y avances en materia
de pediatría y puericultura eran muy incipientes. No existían centros de salud especializados en la
atención del niño, que pudieran suplir las necesidades médicas de la población infantil, hasta la
fundación del Hospital Municipal de Niños “Dr. José Manuel de los Ríos” (4). Ante la imperiosa
necesidad de formar profesionales de la salud, esta institución médica se convirtió en sede de otra
Escuela de Enfermeras.
Otro centro de enseñanza de la época fue la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja “Dr. Francisco
Antonio Rísquez” (Actualmente Colegio Universitario de Enfermería de la Cruz Roja) (5), que
graduaba desde 1914 enfermeras en cursos de dos años. También desde 1914, la formación de
enfermeras por parte de la Cruz Roja se realizaba en otras ciudades fuera de la capital como eran:
Maracaibo, Puerto Cabello y San Cristóbal. En 1928, su director el Dr. Rísquez, implementó un
sistema de formación con cursos abreviados. Para 1937, la formación fue una modalidad de
internado de 2 años en un régimen semestral.
En 1937, el Ministerio de educación Dr. Rafael E. López, organiza una escuela de enfermería
adscrita a ese ministerio y conocida como la “Escuela Normal Profesional de Enfermeras” (Boley
1954). Como se señaló anteriormente, las circunstancias de la época permitieron al Gobierno
venezolano la acogida de recursos humanos capacitados para aligerar el desarrollo de un país que
cimentaba las bases de un nuevo tiempo.
Así fue como dos exiliadas españolas fueron contratadas por el Gobierno por recomendación de la
Fundación Rockefeller. La primera se formó en Cataluña, poseía una experiencia profesional de 18
años, había llevado a cabo estancias de especialización en Londres, Paris y Norteamérica, así como
ocupado la dirección de la Escuela de Enfermeras de la Generalitat catalana (7). La segunda se
formó en Madrid, en donde adquirió una experiencia de diez años. También se había especializado
en el extranjero y ocupado el puesto de directora del Instituto Infantil de Sevilla. Ambas
conocieron a fondo los principios de la enfermería anglosajona liderada por Florence Nightingale y
consideraron que la única vía de progreso de la enfermería como disciplina era su
profesionalización. La primera tomó el cargo de directora y a la segunda se le asignó el de
subdirectora. Sus tareas en Venezuela consistieron en organizar y dirigir la escuela de enfermería
pese al bajo presupuesto, la falta de equipos y los inadecuados salones de clase.
En 1940 la enfermera Mary Elizabeth Tennat, enviada por la Fundación Rockefeller del Programa
de Enfermería de Salud Pública de la DIS, recomendó fundar una escuela nacional independiente
que tomó como punto de partida la Escuela Normal Profesional de Enfermeras.
Entre 1945 y 1960 acontecen cambios que transforman profundamente la sociedad venezolana.
En 1947 se creó el Instituto nacional de Hospitales, en 1949 sólo había 7 hospitales nacionales
para todo el país, el resto eran municipales y privados.
En 1950 ya había 23 hospitales, con 2.932 camas y en 1960 se contaban con 22.773 camas oficiales
(Archiva 1954).
La Escuela se crea por decreto ejecutivo el 22 de julio de 1940, según la Gaceta nº 20.400, siendo
su asiento principal la ciudad de Caracas, adscrita al MSAS con personalidad jurídica, autonomía y
patrimonio propio. Su inauguración fue el 15 de noviembre de ese mismo año.
Los objetivos de estas enfermeras que llevaban la dirección de la Escuela Nacional de Enfermeras
eran:
Coordinar los esfuerzos de todas las agencias interesadas en proporcionar mejores servicios de
enfermería.
El propósito primordial de la ENE fue preparar enfermeras para el ámbito de la Salud Pública
(Fernández 1942). Estas escuelas se crearon por todo el territorio venezolano, resaltando las
siguientes según su orden cronológico de creación:
1947, Valencia, Escuela Nacional de Enfermeras “Dr. Francisco Antonio Rísquez”, cuya primera
directora fue Aurora Vivas.
1948, Barquisimeteo, Escuela Nacional de Enfermeras “Dr. Juan Alberto Olivares”, y su directora
fue Ramona Contreras.
1949, Cumaná, Escuela Nacional de Enfermeras “Dr. Domingo Badaraco Bermúdez”, cuya directora
fue Lastenia Izaguirre.
1954, Maracaibo, Escuela Nacional de Enfermeras de Maracaibo, cuya directora fue Antonia
Campos.
1963, Mérida, Escuela Nacional de Enfermeras, cuya primera directora fue Maruja Rivas Belandria.
FOTO 007 Manual de la enfermera. Revista de la Escuela Nacional de Enfermeras (ENE) 1942
En Caracas se crearon también la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja (1937), la Escuela del
“Trabajo y Estudio” (1959), la Escuela “Municipal de Enfermeras” (1960), la Escuela “Florence
Nightingale” (1963), la Escuela de Enfermería de las Fuerzas Armadas y la Escuela de Enfermería
del Hospital Coromoto en Maracaibo.
NOTAS
(1) Las Hermanas de San José de Tarbes vinieron desde Cantaous (Francia) a Venezuela en 1889.
Las 18 primeras religiosas dirigidas por la Reverenda Madre Saint Simón, llegaron a La Guaira,
Venezuela, el 13 de junio de 1889, con el objeto de desempeñarse en centros hospitalarios y
educativos. A petición de las familias de Caracas, el 1 de marzo de 1891, se abrió una casa
particular contigua a la Iglesia de San Juan, el "Internado de San José de Tarbes", con una
matrícula inicial de 40 alumnas. En 1902 el colegio se traslada a su nueva sede en “El Paraíso”,
donde continúa su funcionamiento. Al transcurrir del tiempo, el Colegio ha crecido hasta alcanzar
una matrícula considerable, incorporando de nuevo la educación mixta. En función de las
exigencias pedagógicas, acorde con los nobles objetivos de la Institución y de una Venezuela de
avance, fue necesario ampliar sustancialmente la infraestructura del Plantel.
Durante los primeros 30 años de funcionamiento, además de la formación integral que se impartía
a las alumnas, se cultivaba el buen gusto por las bellas artes, se fomentaba el amor al deber, se
formaba su corazón inspirándoles una piedad sólida, cualidades que eran y continúan siendo el
encanto de la sociedad y aseguran el bienestar de la familia como Institución. Junto a la educación
Primaria, el Colegio impartía la enseñanza del idioma francés como segunda lengua. Otorgaba a las
alumnas el Diploma Francés, Título máximo reconocido en este Instituto. En 1936, se crea la
Educación secundaria y la Educación Preescolar, ajustándose a las exigencias legales establecidas
por el Ministerio de Educación. Esta apertura de la Institución a los diferentes niveles educativos,
impone la necesidad de construir una edificación dedicada a tales fines, la cual es llevada a cabo
por la compañía Guinand y Brillembourg, gracias al dinamismo de la Reverenda Madre Saint
Jacques, quien con grandes esfuerzos adquirió terrenos adyacentes al edificio central y
gradualmente fue impulsando nuevas instalaciones, hasta lograr lo que constituye el actual
Colegio San José de Tarbes - El Paraíso.
(2) Dentro de los cuidados médicos estaban el control de la temperatura, las inyecciones, los
vendajes, las sangrías y las ventosas, entre otros).
(3) Esta Escuela funcionó hasta 1919 y luego pasó a formar parte de la Escuela Normal de
Maestros.
http://www.planandino.org/bancoBP/sites/default/files/Venezuela-%20Informe%20BP
%20editado%202010-Hospital%20Rios.pdf
(5) Escuela de Enfermeras “Dr. Francisco Antonio Rísquez” (Actualmente: Colegio Universitario de
Enfermería de la Cruz Roja Venezolana)
La creación de la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja se debe al Dr. Francisco Antonio Rísquez
(1856-1941), quien se dedicó, entre otras cosas, a idear y llevar a cabo proyectos en la formación y
capacitación de Enfermeras.
Desde 1914, la Escuela Pública de Enfermeras graduaba Enfermeras en cursos de 2 años, pero para
el Dr. Francisco Antonio Rísquez había necesidad de formar Enfermeras a la brevedad posible, por
lo que en 1928 en su carácter de Director de la Escuela Oficial y Secretario de la Cruz Roja, creó
cursos abreviados de 4 meses. Funcionaron hasta 1934 y su éxito puede medirse por la aparición
de los cuatro grupos de Samaritanas, que ganaron su diploma de la Cruz Roja con que se las
distingue y son hoy la gala y honor de la Cruz Roja Venezolana. El 24 de julio de 1936, Risquez
inaugura el primer curso definitivo. Dicha inauguración se hizo junto con la del Hospital.
En 1937 la Escuela es una Institución sólida. Su sede está en la Cruz Roja, en un pabellón de dos
pisos construido especialmente para el plantel. Las alumnas son todas internas y el personal
directivo habita igualmente en la sede. El curso consta ahora de dos años, cada uno dividido en
semestres.
En 1947 los estudios son de tres años y, para la fecha, han egresado de la Escuela 105
profesionales que trabajan en distintos hospitales, clínicas e institutos médicos-asistenciales. Para
ese mismo año se construye una nueva sede.
En sesión del 20 de mayo de 1948, el Comité Ejecutivo de la Cruz Roja Venezolana decide dar el
nombre de Francisco Antonio Risquez a la Escuela de Enfermeras Profesionales de la Cruz Roja. En
el mismo año, la Primera Convención de la Cruz Roja dicta nuevos Estatutos, en cuyo artículo 37 se
basa el Comité Central Nacional para redactar y promulgar un Reglamento para el funcionamiento
de los Comités de Samaritanas. La Escuela de Enfermeras Francisco Antonio Rísquez se
desenvuelve en forma progresiva en los años siguientes, hasta que le es otorgado el voto oficial
favorable para que pase al rango de Colegio Universitario de Enfermería de la Cruz Roja de
Venezuela (Según Gaceta Oficial No. 267.281 del 11/10/1988) Hay que tener en cuenta que esta
profesión, si bien provee de un modo de vida, requiere de una gran dosis de entrega, de
humanidad, de servicio a la colectividad.
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ORÍGENES DE LA ENFERMERÍA
15 JULIO, 2014
Desde los inicios de la humanidad la figura del cuidador ha estado presente en todos los ámbitos
de la historia. Desde los primeros colectivos humanos donde siempre han existido personas
incapaces de valerse por sí mismas, éstas ya recibían cuidados propios de este oficio por parte de
otros miembros de la tribu, principalmente mujeres, las cuales se dedicaban mayormente al
cuidado de los niños y a la recolección.
Con el paso del tiempo el papel del cuidador quedó relevado a las clases bajas, mientras que la
medicina estaba reservada a las clases altas. Así, el cuidado de los enfermos en la antigua Roma
era realizado por esclavos o sirvientes y, a pesar de que tanto hombres como mujeres realizaban
estos cuidados, fueron también ellas las que tenían más prestigio y reconocimiento con motivo de
su dedicación y participación en los cuidados del parto y del recién nacido.
Con la llegada del Cristianismo, el papel del cuidador siguió realizándose por las clases bajas y
estaba destinada principalmente al cuidado de los marginados sociales (presos, enfermos de lepra
o peste, deficientes), y más que nunca se trataba de una tarea reservada a la mujer, que al
quedarse al cuidado del hogar y los hijos, vivía relacionada con otras mujeres que poseían
conocimientos sobre la materia y que transmitían unas a otras.
Desde el punto de vista científico el estudio de los orígenes de la enfermería como oficio
reconocido se divide en dos etapas: la primera, que comprende desde las primeras culturas
existentes hasta el siglo XIX, nos habla del enfermero entendido como la persona que propicia
cuidados a un enfermo o persona incapaz de valerse por sí misma. De esta etapa se conocen pocos
detalles ya que prácticamente no existen fuentes ni testimonios escritos y, por tanto, los
conocimientos del oficio se realizaban mediante la transmisión oral y el aprendizaje práctico. Hacía
el final de esta primera etapa aparecen los primeros escritos breves asociados a la enfermería que
tienen su origen en mundo monástico, cuna de la cultura y los primeros escritores. El interés y
preocupación de la iglesia por los enfermos y los marginados sociales se basa en los valores
cristianos de la caridad, la igualdad y la ayuda al desamparado. Además era la única institución con
estos valores que disponía de suficientes recursos para crear hospitales y asilos.
La segunda etapa de la enfermería se inicia en el siglo XIX con las reflexiones de los intelectuales
sobre las tareas realizadas por esas personas conocidas como cuidadores. El primer manual
conocido de la enfermería como disciplina data del 1617 y recoge una serie de instrucciones para
enfermeros donde se describen técnicas y procedimientos para practicar a los enfermos. Así pues,
empiezan a florecer las enseñanzas teóricas de esta disciplina y se va produciendo de forma
paulatina una institucionalización como profesión. A pesar de estos primeros manuales, el primer
referente que consiguió posicionar la enfermería como un oficio imprescindible en la sociedad fue
Florence Nightingale, una de las primeras cuidadoras que escribió sobre su trabajo refiriéndose a
él como “tareas de enfermera” y, por ello, es considerada la madre de la enfermería moderna. De
origen social elevado, sus creencias religiosas le llevaron a rechazar el papel al que estaba
destinado como mujer de clase alta y dedicarse al cuidado de los soldados heridos. En 1860
instauró los cimientos de la enfermería profesional y estableció una escuela propia de enfermería
en Londres llamada Saint Thomas Hospital que aun funciona en la actualidad.
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Actualmente, la enfermería es una de las profesiones más reconocidas de nuestra sociedad por la
dedicación y la vocación que se le asocia. Ya no se trata tan solo de unos cuidados prácticos si no
que existe todo un cuerpo teórico que sustenta un conocimiento imprescindible para el cuidado
de los enfermos.