Pablo Pineau
Pablo Pineau
Pablo Pineau
Un cambio pedagógico y social acompaño el pasaje del siglo XIX al siglo XX: La expansión de la escuela como
forma educativa hegemónica en todo el mundo. Si bien muchos consideran a la escuela como un desarrollo
evolutivo humano otros se dedicaron a cuestionarla (ej que la reproducen las clases dominantes etc)
Con el fin de aclarar por qué triunfó la escuela hay dos cuestionamientos a estas explicaciones:
-Muchas interpretaciones de los procesos de escolarización lo funden (lo relacionan) con otros procesos sociales ej:
socialización, alfabetización etc. Si bien están imbricados cada uno posee su propia lógica.
-En segundo lugar la mayoría de las lecturas ubican el sentido escolar, fuera de la escolarización. Los textos
escolares están dados por el contexto en que se inscribe. El capitalismo, nación, república etc son fenómenos
extraescolares.
El problema es que a los educadores modernos, les resulta difícil ver a la escuela como un ente no fundido en el
pasaje educativo, lo que demuestra que su construcción social es producto de la modernidad.
El plus de significación tiene que ver con la consolidación de la escuela como forma educativa hegemónica que fue
capaz de hacerse cargo de la definición moderna de la educación.
¿Qué es la escuela?
El sistema educativo se basó en tres niveles (primario, medio, universitario), y se expandió por todo el
mundo. A fines del siglo XIX el proceso de aprendizaje quedó conformado por el triángulo: alumno
(pasivo y vacío, se debe controlar su cuerpo y formar su mente) – docente (fundido con su método) –
saberes (científicos y nacionalizadores).
La validación académica y teórica de esto fue llevada a cabo en el siglo XX por Durkheim el cual limita
la educación a la esfera de lo social (“educación es la acción ejercida por las generaciones adultas
sobre las que no están maduras para la vida social”). También determina el lugar del educador y del
educando (adultos e infantes respectivamente), reforzando la dupla represión – liberación mediante la
inscripción social de la educación. De este modo naturaliza a la escuela volviéndola heredera de la
evolución pedagógica previa, negando su historia plagada de rupturas y sobre todo poniéndola bajo el
control estatal. Para finalizar, la historia de la escuela triunfante del siglo XX seguiría con problemas
cuando surge el debate entre la escuela nueva y la escuela tradicional.