Castillo - Arbitraje Volumen 32
Castillo - Arbitraje Volumen 32
Castillo - Arbitraje Volumen 32
Arbitraje
ISBN: 978-612-4293-09-2
Índice
Página
Prólogo 11
Anexo 1
Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara de 347
Comercio de Lima
Anexo 2
Reglamento de arbitraje del Centro de Arbitraje del
Colegio de Abogados de Lima 353
Anexo 3
Reglamento del Centro de Análisis y Resolución de
Conflictos de la Pontifica Universidad Católica del 357
Perú
Panorama Actual del Arbitraje 2015 9
*
Mario Castillo Freyre, Magíster y Doctor en Derecho, Abogado en ejercicio, socio
del Estudio que lleva su nombre; profesor principal en la Pontificia Universidad
Católica del Perú. Miembro de Número de la Academia Peruana de Derecho.
Director de las colecciones Biblioteca de Arbitraje y Biblioteca de Derecho de su
Estudio. www.castillofreyre.com.
Ejecución de laudos contra terceros
1
Abogado por la Universidad de Lima. Profesor de Derecho Constitucional y del
Curso de Especialización de Arbitraje en dicha Universidad. Socio fundador de
Amprimo & Flury Abogados Sociedad Civil de Responsabilidad Limitada. Ha
sido Congresista de la República (período 2001-2006), habiéndose desempe-
ñado como Primer Vicepresidente del Congreso, Presidente de las Comisiones
de Constitución, Reglamento y Acusaciones Constitucionales y de Transportes,
Comunicaciones, Vivienda y Construcción; además de Vicepresidente de la Co-
misión de Ética Parlamentaria. Natale centra su práctica en Arbitraje, Derecho
Societario, Derecho Constitucional, Derecho Procesal y Derecho Corporativo. Su
correo electrónico es [email protected].
2
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú con Máster en Arbitraje
Internacional por NYU. Asociado de Amprimo & Flury Abogados Sociedad Civil
de Responsabilidad Limitada. Coordinador Regional del ICC YAF - Foro de Ár-
bitros Jóvenes de la Cámara de Comercio Internacional. Admisión pendiente en
Nueva York. Rodolfo centra su práctica en Arbitraje, Asociaciones Público Priva-
das, Contratación Pública y Derecho de la Construcción. Su correo es rmiranda@
amprimoabogados.com.
3
Artículo 1363.- Efectos relativos de los contratos
Los contratos sólo producen efectos entre las partes que los otorgan y sus herede-
ros, salvo en cuanto a éstos si se trata de derechos y obligaciones no transmisibles.
14 Biblioteca de Arbitraje
4
Artículo 123.- Cosa Juzgada
Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada cuando:
1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios que los ya resueltos; o
2. Las partes renuncian expresamente a interponer medios impugnatorios o de-
jan transcurrir los plazos sin formularlos.
La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas deriven sus derechos.
Sin embargo, se puede extender a los terceros cuyos derechos dependen de los de
las partes o a los terceros de cuyos derechos dependen los de las partes, si hubieran
sido citados con la demanda.
La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es inmutable, sin perjui-
cio de lo dispuesto en los artículos 178 y 407.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 15
existen ciertas causas justificantes —vistas caso por caso— para realizar
una excepción a la regla general de la eficacia inter partes del laudo ar-
bitral. En ese sentido, no compartimos la postura asumida por algunos,
de prácticamente negar, en forma absoluta, la posibilidad de ejecutar
laudos contra terceros o de ampliar sus efectos contra tales.
6
En la sentencia del Tribunal Constitucional comentada, se incurre en el error de
denominar «tercero» al no signatario.
18 Biblioteca de Arbitraje
7
Avendaño Valdez, Juan Luis y Raffo Velásquez Meléndez. «El nuevo prece-
dente constitucional sobre arbitraje. En especial, sobre la revisión judicial solici-
tada por “terceros”». En Anuario Latinoamericano de Arbitraje. Lima: Instituto
Peruano de Arbitraje, 2012, n.° 2, p. 189.
8
Avendaño Valdez, Juan Luis y Raffo Velásquez Meléndez, citando a Marino-
ni y Cruz Arenhart dan el siguiente ejemplo sobre cómo una sentencia de desalojo
repercute en distintas personas: «la sentencia que decreta el desalojo y pago de ren-
tas pendientes opera efectos, indudablemente, primero, sobre el titular o titulares
del bien (que se benefician con la restitución), sobre el arrendatario (que deberá
dejar el inmueble y pagar), también respecto a su familia (que lo acompañará),
sus amigos (que habrán de reconocer que aquella persona no reside más en aquel
local), sus acreedores (que, para cobrar deudas exigibles, deberán gestionarla en su
nueva dirección y verán disminuidas sus opciones de cobro), el subarrendatario de
una de las habitaciones, etc.». Ob. cit., p. 198.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 19
• No haber sido partes del proceso arbitral (por eso, se les llama
terceros).
• No haber existido fraude alguno contra ellos.
20 Biblioteca de Arbitraje
Queda claro que una sentencia o, para este caso, un laudo, pue-
de tener efectos reflejos sobre relaciones jurídicas de terceros.
9
Ob. cit., p. 203.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 21
10
García Calderón, Gonzalo. «Posición del Poder Judicial sobre la extensión del
convenio arbitral y la ejecución de laudos arbitrales contra terceros». En Revista
Jurisdicción Arbitral, n.° 4, p. 24:
Panorama Actual del Arbitraje 2015 23
Incluso el artículo 123 del Código Procesal Civil admite que la cosa
juzgada tiene efectos contra algunos terceros:
pueda tener efectos que repercutan en sujetos que no han participado en el proceso
y que no han sido llamados a él y que, por tanto, no figuren como condenados en
la Sentencia. Tal ocurre respecto a quienes sean titulares de una situación jurídica
dependiente o condicionada por un derecho ajeno sobre la que incide el conteni-
do de esta Sentencia, la cual afecta a ese derecho ajeno que en el proceso de origen
se cuestiona y sobre el que decide la Sentencia. Formalmente el tercero, titular de
esa situación, no estará afectado por el mandato contenido en la Sentencia que no
se dirige a él, pero su derecho, al depender del derecho de otro, resultará afectado
de forma indirecta o refleja por la modificación que este último derecho derive
de la Sentencia, al igual que también podía quedar alterado por actos de disposi-
ción ajenos sobre ese derecho. Tal ocurre en los casos de contratos dependientes
o derivados de una situación jurídica contractual de una parte, como son los
distintos tipos de subcontratos y, muy en particular, los subarriendos. Por el nexo
del subarriendo con el contrato de arrendamiento principal, el subarrendatario ha
de “sufrir” los avatares del contrato de arrendamiento principal, cuyas vicisitudes
tienen su reflejo necesario en los derechos del subcontratista, por la dependencia
permanente de las situaciones sustanciales.
El principio constitucional de contradicción no se opone a que una Sentencia
pronunciada frente al arrendatario, pueda ser oponible y tener efectos indirectos
o reflejos también frente al subarrendatario y pueda ser oponible y tener efectos
indirectos o reflejos también frente al subarrendatario, pese a no haber sido éste
parte del proceso principal» (STC n.° 58/1988). Ob. cit., p. 206.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 27
se debe ejecutar contra el poseedor del inmueble en los casos como los
planteados.
12
Artículo 47.- Ejecución de obligaciones de dar suma de dinero
Las sentencias en calidad de cosa juzgada que ordenen el pago de suma de dinero,
serán atendidas por el Pliego Presupuestario en donde se generó la deuda, bajo res-
ponsabilidad del Titular del Pliego, y su cumplimiento se hará de acuerdo con los
procedimientos que a continuación se señalan:
[….] (El subrayado es nuestro).
13
Artículo 70.- Pago de sentencias judiciales
70.1 Para el pago de sumas de dinero por efecto de sentencias judiciales en calidad
de cosa juzgada, se afecta hasta el cinco por ciento (5%) o hasta un mínimo de
tres por ciento (3%), según sea necesario, de los montos aprobados en el Presu-
puesto Institucional de Apertura (PIA), con excepción de los fondos públicos
correspondientes a las fuentes de financiamiento Donaciones y Transferencias y
Operaciones Oficiales de Crédito Interno y Externo, la reserva de contingencia y
los gastos vinculados al pago de remuneraciones, pensiones y servicio de tesorería
28 Biblioteca de Arbitraje
14
Para mayor detalle, véase Miranda, Rodolfo «Reasonable respect to privileges: a
proposed criterion regarding enforcement of awards and judgments against States»,
publicado en www.lexarbitri.pe.
30 Biblioteca de Arbitraje
«The principle of effectiveness of arbitral awards arises from the legitimate expec-
15
tations of the parties that have agreed to resolve certain of their disputes through
arbitration. When an arbitration agreement is entered into by a State and a pri-
vate party, the agreement to submit to arbitration would not have much value in
the State could, at its own discretion, decide whether or not an award rendered
against it could be enforced by exercising its immunity. [….]
States are free to constitute as many legal entities as they see fit to handle the
management of their commercial activities. Most commercial activities are, in
practice, run through entities whose legal nature varies but which, according to
the laws that govern them, have their own financial assets and autonomy in their
management. […] Experience shows that effectiveness of arbitral awards, State
immunity from execution and autonomy of the State legal entities are not suscep-
tible to be reconciled. The question, therefore, is which of these three principles
should be sacrificed, wholly or in part, in order to satisfy the other two. […]
More concretely, if we are not ready to allow the beneficiary of an enforceable
award against a State to seize an embassy or the funds intended to remunerate
diplomats, shouldn’t we allow such a beneficiary to enforce its rights against the
assets of the airline company or the national bank when such entities are entirely
controlled by the debtor-State?».
Gaillard, Emmanuel. Effectiveness of Arbitral Awards, State Immunities from Exe-
cution and Autonomy of State Entities. Three Incompatible Principles. In State Entities
in International Arbitration. (Emmanuel Gaillard and Jennifer Younan, eds.). IAI
Series on International Arbitration. Paris: Juris Publishing, Inc., 2005, n.° 4, p. 181.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 31
4. Conclusiones
2. Los Plenos Jurisdiccionales del 2010 del Poder Judicial son res-
trictivos respecto a la ejecución de laudos contra terceros.
que es, esta figura debe analizarse caso por caso, especialmente,
evitando fraudes.
*
Mario Linares Jara. Abogado por la Universidad de Lima, Magister en Servicios
Públicos por las Universidades Carlos iii y Paris Nanterre x, ha sido profesor de
pre y postgrado en Derecho Administrativo y Contratación Pública en la Uni-
versidad de Lima, San Ignacio de Loyola, Nacional Mayor de San Marcos, en
la Escuela de Postgrado Época en Buenos Aires y en los cursos de postgrado de
la Universidad de Salamanca. Árbitro miembro de las nóminas de la Cámara de
Comercio de Lima y del Centro de Arbitraje de la PUCP. Socio de Mario Linares
Jara Abogados y de Linares Consultores.
36 Biblioteca de Arbitraje
2
Urdaneta Sandoval, Carlos Alberto. «Aspectos del arbitraje público en la
contratación administrativa». En Los contratos administrativos «contratos del Es-
tado», viii Jornadas Internacionales de Derecho Administrativo, «Allan Randolph
Brewer-Carías». Caracas: Fundación Estudios de Derecho Administrativo, 2005,
p. 355.
Véase también: «Este principio permite deducir que, en un Estado de Derecho,
como el nuestro, no existen poderes implícitos ni competencias deducibles por
analogía, circunstancias que desvirtúan su esencia; que el ejercicio de las potesta-
des públicas conferido por el ordenamiento jurídico a determinada autoridad es
indelegable e intransferible, salvo norma que lo autorice expresamente; y, final-
mente, que las potestades públicas no son negociables ni transigibles, por cuanto
constituyen manifestación directa de la naturaleza soberana del Estado. En su
ejercicio se encuentran comprometidos la tranquilidad, la seguridad y la salubri-
dad públicas, que constituyen elementos integradores del orden público». «[…]
no resulta admisible aceptar la tesis, conforme a la cual, las partes pueden dispo-
ner o transigir respecto de la legalidad de los actos administrativos, por tratarse,
precisamente, de un aspecto en que se encuentran involucradas normas de dere-
cho público, y el ejercicio del poder público. Empero, aun en la ocurrencia de que
la cláusula compromisoria llegara a contemplar tal permisión, el juez excepcional,
esto es, el arbitral, tendría vedado pronunciarse sobre la legalidad del acto y de los
efectos no transigibles, pues es éste un aspecto en donde se encuentra seriamente
comprometido el orden jurídico, para cuya protección, en el caso de la actividad
estatal, se halla instituida la jurisdicción contencioso-administrativa, de manera
exclusiva y excluyente a cualquier otra jurisdicción o autoridad, por tratarse del
ejercicio de una función del Estado que implica manifestación del poder público,
el cual es ajeno a la actividad de los administrados». Sentencia del Consejo de
Estado colombiano, 23 de febrero de 2000, expediente n.° 16394, p. 140.
Igualmente, considérese que los artículos 70 y 71 de la Ley de Contratación Pú-
blica colombiana y que se referían al arbitraje sin limitaciones, fueron declarados
Panorama Actual del Arbitraje 2015 39
3
Correa Ángel, Diana Ximena. El arbitraje en el Derecho Administrativo: una for-
ma de justicia alternativa para un nuevo modelo de Estado. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 2002, p. 184. Molina, Carlos Mario, sobre el punto
expresa: «En efecto, según pronunciamientos constantes de las tres Altas Cortes co-
lombianas, así no sea ésta permanentemente, la fuerza jurisdiccional de los laudos
arbitrales es reconocida, por cuanto sus decisiones son expresiones de función pú-
blica en derecho o en equidad y, además, son decisiones que terminan un conflicto,
que luego de surtidas las respectivas impugnaciones, son pronunciamientos que
hacen tránsito a cosa juzgada y sobre los cuales no cabe en principio ningún recur-
so». Molina, Carlos Mario. «Aspectos constitucionales del arbitraje en Colombia».
En El contrato de arbitraje. Bogotá: Legis-Universidad del Rosario, 2005, p. 55.
4
Santisteban de Noriega, opina que, a pesar de la jurisdicialización del arbitraje,
que la Constitución reconoce y que el Tribunal Constitucional admite, no es in-
adecuado fomentar una interpretación autónoma del arbitraje que emanen de la
voluntad de las partes. Al respecto y obviamente sin agotar el tema en cuestión,
creo que contar con el arbitraje a nivel jurisdiccional ha permitido que éste se
haya desarrollado en la contratación pública (Santisteban de Noriega, Jorge.
«Tribunal Constitucional y arbitraje: improcedencia del amparo contra resolu-
ciones y laudos arbitrales, el control difuso en sede arbitral y el tratamiento de la
recusación del tribunal arbitral in toto». En Revista Peruana de Arbitraje. Lima,
2007, n.° 4, p. 13).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 41
5
«Si el tribunal arbitral cuenta con facultad para resolver un caso, es porque existe un
acuerdo de las partes. Por ello, si el Estado acordó someter a un arbitraje una contro-
versia, queda claro que renunció a la inmunidad soberana. La única pregunta relevan-
te es, entonces, si el Estado consintió o no, legitimadamente, el ir a arbitraje. Por ello,
normalmente, no va a haber problemas de inmunidad soberana si existe un convenio
arbitral». Bullard González, Alfredo. «Enemigos íntimos. El arbitraje y los contra-
tos administrativos». En La Contratación Pública 2. Buenos Aires: Hammurabi, Juan
Carlos Cassagne, Enrique Rivero Ysern, 2007, p. 1211.
6
«El contrato realizado entre, de un lado, el Estado francés, la región Ile de France,
el departamento de Val de Marne y el establecimiento público de planeación de
42 Biblioteca de Arbitraje
Por otro lado, es válido también sostener que si, en efecto, debe
aplicarse en la relación contractual y de forma más precisa, en las deci-
siones de la administración contratante, la Ley del Procedimiento Ad-
ministrativo General en lo que se dispone para el acto administrativo,
pues se trata de una decisión en ejercicio de la función administrativa.
Se debe entender, además, que de ser los actos del contratante estatal ac-
tos administrativos, se otorga seguridad jurídica y garantías al contratis-
ta, pues la administración tendrá que restringirse a parámetros determi-
nados contenidos en la normativa para determinados actos específicos.
Pues bien, el panorama está descrito, mas debe decirse que la nor-
mativa nos da mayores elementos de apreciación en torno al asunto
abordado, cuestión que a continuación tratamos.
Por otro lado, puede interpretarse que la vía idónea para la adminis-
tración en la ejecución de un contrato público es la de los actos admi-
nistrativos, que no hay más, que se trata de una cuestión consustancial
al obrar administrativo. Destacamos aquí lo sostenido por Grecco res-
pecto de la aplicación de la ley del procedimiento administrativo gene-
ral en Argentina ante el vacío normativo de la ley de contratos públicos:
13
Mairal, Héctor. «Los meros pronunciamientos administrativos». En Derecho
Administrativo. Obra colectiva en homenaje al profesor Miguel S. Marienhoff.
Buenos Aires: Abeledo Perrot, 1998, p. 658.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 49
14
Grecco, Carlos Manuel. «Procedimiento administrativo y contratos administra-
tivos (variaciones sobre el artículo 7, párrafo final de la Ley n.º 19.549)». En
Jornadas Organizadas por la Universidad Austral, 1999, p. 136.
50 Biblioteca de Arbitraje
15
Sesin, Domingo. «Los principios del derecho civil en la jurisprudencia sobre la
contratación administrativa». En Derecho Común y Derecho Administrativo. Dife-
rencias y contactos. Córdoba: Lerner Editora, 2009, p. 138.
16
«El estudio del derecho comparado demuestra que los conceptos jurídicos surgen
de cada régimen institucional y, por ende, deben adecuarse a las particularidades
del régimen al que corresponden, de donde no es posible crear la pretensión de
crear tales conceptos con validez universal. […] […] Es que es tal la variedad de la
actuación administrativa que todo intento de generalización debe ser un extremo
cauteloso so pena de proponer reglas que sólo se adecúan a un cierto tipo de rela-
ciones jurídicas». Mairal, Héctor. Ob. cit., pp. 651 y 661.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 51
González López, indica: «Por ello y en la medida que pueden comportar una
17
limitación a las actividades de los ciudadanos, la doctrina señala que no hay po-
testad sin norma previa, y que todas las potestades deben ser específicas y delimi-
tadas. Es decir, no pueden existir potestades indeterminadas.
En el trasfondo, se observa el desarrollo del principio general de competencia de
los servidores públicos, en el sentido que éstos pueden hacer sólo aquello que les
está expresamente permitido, y que las funciones atribuidas a ellos provienen de la
ley, y se concreta, por lo tanto, en el hecho de que no hay acto administrativo sin
norma específica que lo autorice y delimite. González López, Édgar. En Natu-
raleza jurídica de los actos de la administración en un contrato estatal: iv Jornadas de
Derecho Constitucional y Administrativo. El régimen de las libertades. La responsabi-
lidad de la Administración Pública. Bogotá: Universidad Externado de Colombia,
2003, p. 881.
52 Biblioteca de Arbitraje
Tal parece, entonces, que los contratistas no deberían temer que los
actos contractuales sean en realidad actos administrativos contractuales.
18
González López, Édgar. Ob. cit., p. 904.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 53
Habiéndose expuesto las razones que invitan a concluir que las de-
cisiones de la administración contratante en la fase de ejecución con-
tractual, constituyan en su caso,20 actos administrativos especiales, esto
es, actos administrativos contractuales, cuyo régimen deviene en pro
contratista, pues subsistirá —como es lógico— la aplicación del princi-
pio de legalidad para que se emita el acto, mas no las prerrogativas del
acto administrativo, señaladas en la LPAG, corresponde ahora analizar
si este acto administrativo-contractual, tiene efectos por sí mismo, cada
vez que se emite y debe ser o conviene ser impugnado en cada opor-
tunidad de emisión, o es que todos deben incorporarse al contrato o a
una última decisión o si todos los actos se encuentran coligados entre sí,
como actos antecedentes de otro y/o consecuentes de otro, además de
estar coligado a las Bases y al propio contrato.
19
Marchetti Luciano. «La aplicación de la Ley de Procedimientos Administrativos
a los contratos». En Cuestiones de Contratos Administrativos. Homenaje a Julio Ro-
dolfo Comadira, Jornadas organizadas por la Universidad Austral. Buenos Aires:
Facultad de Derecho-Ediciones RAP, 2007, 1.ª edición, p. 458.
20
Es obvio que no todos los actos serán administrativos, siempre existe la categorías
de los actos de administración interna y hecho de la administración de confor-
midad con el artículo 1, inciso 1.2, numeral 1.2.1 y 1.2.2, respectivamente, de
la LPAG. Se hace referencia a la categoría de actos administrativos contractuales
para aquéllos que califiquen como tales en la medida que la administración ejerce
función administrativa que crea, reconoce, deniega, regula o extingue derechos.
21
Debe recordarse el sistema de dualidad de jurisdicciones en Francia, siendo el
Consejo de Estado en lo Administrativo a lo que es la Corte Suprema en lo ordi-
nario o privado.
54 Biblioteca de Arbitraje
Sin embargo, aquí hay que resaltar que estamos ante el hecho so-
lamente de cursar una solicitud, no de demandar. Es posible, como
de hecho se da en la realidad, que se dilate el procedimiento previo
de nombramiento del tribunal o del árbitro único según corresponda,
retrasándose así la impugnación por omisión del futuro demandado.
También es posible que se alargue el proceso en su fase inicial por una
25
Artículos 144, 170, 175, 176, 177, 179, 181, 184, 199, 201, 209, 210, 211 y
212 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, aprobado mediante
Decreto Supremo n.° 184-2008-EF, modificado por el Decreto Supremo n.° 138-
2012-EF.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 57
Mientras para ello cuenta con tres años,26 el particular tiene quin-
ce días para deducir el arbitraje. No tiene sentido, igualmente, consi-
derando el principio de legalidad y el rol de colaborador que tiene el
contratista. En efecto, con la impugnación no sólo se defiende el interés
particular, sino que el recurso, fundándose en argumentos de derecho,
contribuye con el control de las decisiones administrativas.
27
Cassagne, Juan Carlos. Ob. cit., p. 184.
28
Las recientemente reguladas Juntas de Resolución de Disputas o Dispute Boards, son
un mecanismo de solución de controversias alternativo al arbitraje. Fueron creadas
por la especial situación que atraviesan las construcciones, tanto públicas como priva-
das. Arnol Wald lo define: «Los Dispute Boards (DB) son paneles, comités o consejos
para la solución de litigios cuyos miembros son nombrados en ocasión de la celebra-
ción del contrato y que acompañan a su ejecución hasta el fin, pudiendo, conforme el
caso, hacer recomendaciones (en el caso de los Dispute Review Boards (DRB)) o tomar
decisiones (Dispute Adjudication Boards (DAB)) o hasta teniendo ambas funciones
(Combined Dispute Boards (CDB)), conforme el caso y dependiendo de los poderes
que fueran otorgados por las partes».
Terceros frente a contratos,
cláusulas arbitrales y laudos
1. A modo de introducción
Veamos estos casos donde Ticio y Cayo se coluden para tergiversar con-
tratos y arbitrajes, y así perjudicar a Sempronio, que es un tercero res-
pecto de esas relaciones jurídicas:
**
Asociado de Miranda & Amado Abogados.
62 Biblioteca de Arbitraje
Estos relatos que, como sabemos, ocurren en el Perú cada vez con
más frecuencia, nos permiten resaltar la confusión que genera el mal
uso de algunas instituciones como la oponibilidad de los contratos, los
alcances de la cláusula arbitral, la eficacia del laudo y su valor de cosa
juzgada. Son esas cuestiones las que pretendemos aclarar aquí.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 63
Desde hace más de un siglo que el Derecho Civil identificó que el prin-
cipio de relatividad de los contratos no puede tener un carácter absolu-
to, pues hay casos donde los efectos de éstos alcanzan, para bien o para
mal, a terceros. Los contratos a favor de terceros son un ejemplo de los
efectos favorables de un contrato hacía quien no es parte. Pero, también
existen supuestos de efectos perjudiciales, como en los Casos 1, 2 y 3
antes mencionados.
También hace mucho que el Derecho Procesal Civil advierte que las
sentencias no sólo alcanzan a las partes del proceso, sino que también
pueden incidir de distintas maneras sobre terceros. Así, la declaración
de nulidad de una venta favorecerá al tercero que adquirió el mismo
bien, pero que no pudo inscribir antes o a los acreedores del vendedor
que ahora podrán cobrarse con dicho bien.
Cierto es que tal contrato podrá ser declarado nulo por tener un
objeto ilícito (dañar un tercero), pero ese remedio no es el que corres-
ponde al principio de relatividad.
Pero, la vida social hace que todas las situaciones estén interconec-
tadas de cierto modo, por lo que es difícil sostener que los contratos
Panorama Actual del Arbitraje 2015 65
Sin embargo, ese ideal del mundo jurídico varía en la realidad, pues
los terceros pueden experimentar distintos grados de incidencia de con-
tratos que le son ajenos; y dependiendo de eso, se aplicará la regla de la
oponibilidad o se les habilitará para que reclamen la inoponibilidad del
contrato.
infra 8.1), respecto de la relación principal, los terceros que son parte de
la relación dependiente podrán intervenir, pero sólo para defender los
derechos e intereses de una de las partes y no su propia esfera jurídica.
Sólo les quedará aceptar el fallo sobre los derechos de una de las partes
que de modo reflejo incidirá en su relación.
Afectados por la
Afectación fáctica que no
inejecución de un
permite reclamar inoponibilidad
contrato
Panorama Actual del Arbitraje 2015 69
Así, en los contratos a favor de terceros donde éste aceptó los be-
neficios, no podría decirse que la cláusula arbitral no alcanza al tercero,
pues tal aceptación puede interpretarse como un consentimiento tácito
del arbitraje. O, el caso de un grupo económico que a través de dife-
rentes empresas ejecuta o se beneficia de un contrato, aunque no todas
esas empresas suscribieran el contrato que contiene la cláusula arbitral.
29
Artículo 14.- Extensión del convenio arbitral.- «El convenio arbitral se extiende
a aquéllos cuyo consentimiento de someterse a arbitraje, según la buena fe, se de-
termina por su participación activa y de manera determinante en la negociación,
celebración, ejecución o terminación del contrato que comprende el convenio
arbitral o al que el convenio esté relacionado. Se extiende también a quienes pre-
tendan derivar derechos o beneficios del contrato, según sus términos».
70 Biblioteca de Arbitraje
Los efectos de la sentencia, en cambio, tienen que ver con las con-
secuencias que se generan en las relaciones jurídicas controvertidas. La
sentencia tiene uno o varios contenidos que decretan ciertas situaciones,
mientras que los efectos de esa declaración se proyectan hacia afuera,
hacia el mundo del derecho; así una sentencia declarativa genera el efec-
to de eliminar dudas y certificar la existencia o no de una relación, una
sentencia constitutiva ocasiona una nueva situación jurídica y la de con-
dena genera un título que permite exigir el cumplimiento voluntario o
no de cierta conducta al vencido.
Al igual que los contratos, los efectos de las sentencias y, por añadidura,
de los laudos, pueden extenderse hacia afuera de sus partes, de modo
que tienen la virtualidad de alterar en distintos grados la posición de
los terceros ajenos al contrato, proceso o arbitraje. Aquí las ideas de
Jhering sirvieron a Wach para resaltar que las sentencias tienen efectos
subjetivos hacia partes y terceros. Los efectos sobre estos últimos son
llamados naturales, legales, secundarios, indirectos o reflejos por los dis-
tintos autores.
Así, por ejemplo, «A» y «B» son partes de un proceso sobre mejor
derecho de propiedad y duplicidad de partidas, donde «A» es designado
como propietario por tener la partida registral más antigua. Tal sen-
tencia de nada servirá para sacar del inmueble a «C» quien dice ser el
propietario por prescripción, pero no intervino en aquel otro proceso.
Los límites subjetivos de la sentencia, simplemente, no permiten exten-
derla a un sujeto que no tuvo contradictorio u opción de intervenir en
ese otro proceso. El derecho de defensa exige otorgar la posibilidad de
contradictorio al titular de la esfera jurídica que vaya a alterarse.
En ese sentido, señala Didier que sólo los terceros perjudicados con
un proceso que les fue ajeno, estarán legitimados para desconocer los
74 Biblioteca de Arbitraje
Tal vez ahora sea más claro entender por qué decimos que en los Casos
1, 2 y 3, se incurrió en una confusión entre cosa juzgada y efectos del
laudo. El error fue sostener que las situaciones jurídicas generadas por
un laudo con valor de cosa juzgada son inmutables, aun cuando recaye-
ran sobre terceros ajenos al contrato o al arbitraje.
Pero, debe tenerse cuidado aquí también. Si bien los casos que co-
mentamos evidencian la forma en que puede tergiversarse la figura arbi-
tral, también es posible que se tergiverse la posibilidad de que terceros
cuestionen los laudos y perjudiquen desde otro ángulo a dicho institu-
to. No se trata de desvestir a un santo para vestir a otro.
Puede ser irresponsable decir que todo tercero afectado puede cues-
tionar un arbitraje. Sólo cierto tipo de terceros. Vale la pena resaltar qué
terceros son los que pueden invocar tal inoponibilidad de los contratos
y laudos.
O suele usarse la figura anterior para que «X», que pocos visos de
propietario tiene, arriende a «Y». Esto con el único propósito de
bloquear o perturbar la propiedad que ostenta «A», debidamen-
te publicitada en los Registros Públicos. «X» e «Y» se enfrascan
en una aparente discusión arbitral que concluye con un laudo
que, otorga arrendamiento indefinido a «Y».
1. Introducción
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Magíster en Derecho por la
*
Università degli Studi di Roma Tor Vergata. Profesor principal del Departamento de
Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Socio del Estudio Priori &
Carrillo, Abogados.
84 Biblioteca de Arbitraje
1
Carnelutti, Francesco. La prueba civil. Buenos Aires: Depalma, 1982.
2
Calamandrei, Piero. «Il giudice e l´storico». En Rivista di diritto processuale. Pa-
dua: Cedam, 1939.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 85
3
Devis Echandía, Hernando. Teoría de la Prueba Judicial. Bogotá: Temis, 2000,
tomo i.
4
Bustamante Alarcón, Reynaldo. «El derecho fundamental a probar». En Bus-
tamante Alarcón, Reynaldo y Giovanni Priori Posada. Apuntes de Derecho
Procesal. Lima: Ara, 1996.
86 Biblioteca de Arbitraje
5
Muñoz Sabaté, Luis. Introducción a la probática. Barcelona: Bosch, 2007, p. 11.
6
Muñoz Sabaté, Luis. Introducción a la probática. Barcelona: Bosch, 2007, p. 13.
7
En aplicación de lo señalado en la sentencia n.° 6167-HC/TC del Tribunal Cons-
titucional peruano.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 87
8
Artículo 63.- «Causales de anulación
1. El laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación ale-
gue y pruebe:
88 Biblioteca de Arbitraje
Como cualquier regla que las partes pacten, si una específica regla
de la IBA, que las partes hubieran acordado rija su procedimiento arbi-
tral específico, entra en conflicto con una disposición legal imperativa
aplicable al procedimiento arbitral, esa regla IBA (sólo la que entre en
conflicto) no podrá ser exigible en el arbitraje en concreto.
9
Artículo 234.- «Son documentos los escritos públicos o privados, los impresos, foto-
copias, facsímil o fax, planos, cuadros, dibujos, fotografías, radiografías, cintas cine-
matográficas, microformas tanto en la modalidad de microfilm como en la modalidad
de soportes informáticos, y otras reproducciones de audio o video, la telemática en
general y demás objetos que recojan, contengan o representen algún hecho, o una
actividad humana o su resultado».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 91
Quizá una de las disposiciones innovadoras con las que cuenta las Re-
glas IBA sea la del deber del tribunal de convocar a las partes para esta-
blecer cuál sea el procedimiento para la práctica de las pruebas que sea
más «eficiente, económico y equitativo». Las Reglas en este aspecto son
bastante claras cuando establecen que, llegado el momento en el que co-
rresponda hacerlo, procedimentalmente hablando, «el tribunal, deberá»
invitarlas a acordar el procedimiento de práctica probatoria.
De este modo, se trata de que, sin perjuicio de las reglas que las par-
tes pudieran haber pactado al momento de la instalación del tribunal
arbitral, o por el sometimiento que éstas hubieran pactado en el conve-
nio arbitral o en un momento posterior, las partes puedan, sobre la base
de conocer ya cuáles son las pruebas que habrán de practicarse en un
procedimiento arbitral específico, establecer algunas reglas especiales,
como las señaladas en el numeral 2 del artículo 2:
92 Biblioteca de Arbitraje
7. La actuación de documentos
7.1. La oportunidad
10
Es el caso del artículo 38.4 del Reglamento de Arbitraje del Centro de Arbitraje
de la Cámara de Comercio de Lima, artículo 42.g) del Reglamento de Arbitraje
del Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad
Católica del Perú y el artículo 28.3 del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Americana del Perú.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 93
Ésta es una de las disposiciones de las Reglas IBA que trae mayores
innovaciones en las prácticas de las pruebas en un arbitraje. Esta dispo-
11
Es el caso del artículo 43.3 del Reglamento de Arbitraje del Centro de Arbitraje
de la Cámara de Comercio de Lima, artículo 49.d) del Reglamento de Arbitraje
del Centro de Análisis y Resolución de Conflictos de la Pontificia Universidad
Católica del Perú y el artículo 34.1 del Reglamento de Arbitraje de la Cámara de
Comercio Americana del Perú.
94 Biblioteca de Arbitraje
sición tiene por finalidad precisar lo más exacto que se pueda, qué será
objeto de exhibición a fin de evitar el abuso que, en el caso peruano se
produce con frecuencia, de utilizar la exhibición de documentos con la
finalidad de revertir la carga de la prueba.12
d) Una declaración sobre las razones por las que la parte solici-
tante supone que los documentos requeridos están en poder o
custodia de la parte a la que se le está pidiendo exhibir.
Un aspecto que se hace necesario precisar es que las Reglas IBA se-
ñalan que la disposición contenida en el artículo 9 es aplicable cuando
los documentos estén en poder de una persona u organización que no
sean parte del arbitraje. Yo creo que es necesario distinguir entre quien
no es parte del arbitraje y tampoco lo es de convenio, y quien no es par-
te del arbitraje, pero sí lo es del convenio. Creo que la disposición del
artículo 9 es aplicable en ambos casos.
8. La declaración testimonial
De otro lado, el hecho que las Reglas IBA establezcan que la cali-
dad de testigo la puede ostentar cualquier persona, plantea la duda de
si en un arbitraje se pueden admitir o no los denominados «testigos de
a oídas». Se trata de aquellas personas que han tenido conocimiento de
los hechos que son relevantes para un arbitraje por referencia de otras
personas. Es decir, el conocimiento de los hechos relevantes no lo han
obtenido directamente, a través de sus sentidos, sino más bien, indirec-
tamente, porque otra persona se los dijo.
Ese documento, ese escrito firmado por el testigo con esas caracte-
rísticas, es lo que las Reglas IBA denominan «declaración testimonial».
9. El dictamen pericial
Las reglas de la IBA regulan, tanto la pericia solicitada por los árbi-
tros, como la pericia ofrecida por una de las partes.
Respecto a la pericia solicitada por los árbitros, según las Reglas IBA
se debe seguir este procedimiento:
Para las Reglas IBA no son los peritos de las partes, entonces, los
que explican sus conclusiones, sólo lo hacen los peritos designados por
el tribunal. Los peritos designados por las partes sólo cumplen una fun-
ción instrumental respecto al cuestionamiento que formulan las partes
a las conclusiones del informe pericial realizado por el perito designado
por el tribunal arbitral.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 105
10. La inspección
13
Artículo 43.- Pruebas
1. El tribunal arbitral tiene la facultad para determinar de manera exclusiva la ad-
misión, pertinencia, actuación y valor de las pruebas y para ordenar en cualquier
momento la presentación o la actuación de las pruebas que estime necesarios.
2. El tribunal arbitral está facultado asimismo para prescindir motivadamente de
las pruebas ofrecidas y no actuadas, según las circunstancias del caso.
14
Artículo 43 del Reglamento del Centro de Arbitraje de la Cámara de Comercio de
Lima.-
Panorama Actual del Arbitraje 2015 107
14. Conclusión
Este trabajo ha buscado hacer sólo unos apuntes que permitan al ope-
rador peruano acercarse y aplicar las Reglas IBA. Al lector dejo el juicio
acerca de si en la práctica estas Reglas se aplican cuando se dicen aplicar.
Al lector dejo también el juicio de cuán distintas son a nuestras reglas
procesales. Pero, al lector solicito considerar que el pacto de aplicación
de estas Reglas, de modo alguno, supone un pacto de no respetar los
derechos fundamentales de las partes en el arbitraje.
*
Abogado. Magíster en Derecho Administrativo. Maestría en Derecho Internacio-
nal Económico. Profesor de Derecho Administrativo en la Universidad de Lima,
Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad ESAN.
112 Biblioteca de Arbitraje
1. Introducción
2. Problema
3. Cuestiones previas
Ahora bien, ello quiere decir que el ejercicio de esta potestad debe
ajustarse a los parámetros establecidos por el ordenamiento jurídico
peruano, a través de la ley y de los propios precedentes del Tribunal
Constitucional.
4
Nieto, Alejandro. Derecho Administrativo Sancionador. Madrid: Tecnos, 2004,
edición iv, p. 91.
5
Danós Ordóñez, Jorge. Op. cit., p. 150.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 117
7
229.2 En las entidades cuya potestad sancionadora está regulada por leyes espe-
ciales, este capítulo se aplicará con carácter supletorio. La potestad san-
cionadora disciplinaria sobre el personal de las entidades se rige por la
normativa sobre la materia.
8
Artículo ii.- Contenido
[…]
2. Los procedimientos especiales creados y regulados como tales por ley expresa,
atendiendo a la singularidad de la materia, se rigen supletoriamente por la
presente Ley en aquellos aspectos no previstos y en los que no son tratados
expresamente de modo distinto.
9
Morón Urbina, Juan Carlos. «Los principios delimitadores de la potestad san-
cionadora de la administración pública en la ley peruana». En Revista Advocatus,
Panorama Actual del Arbitraje 2015 119
[…]
4. La aplicación de una sanción administrativa constituye ma-
nifestación de la potestad sancionadora del Estado, por lo
que su validez, en el contexto de un Estado de Derecho
respetuoso de los derechos fundamentales, está condiciona-
da al respeto de la Constitución y de los principios en ésta
consagrados. Por ello la administración, en el desarrollo de
procedimientos administrativos disciplinarios, está vincu-
lada al irrestricto respeto de los derechos constitucionales
procesales y a los principios constitucionales que la infor-
man.12
11
Comisión Técnica. «Exposición de motivos». Ministerio de Justicia. http://www.
minjus.gob.pe/Proyectos/ExposiciónCT_27444.pdf. (Consulta: 14 de agosto de
2010), p. 5.
12
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.° 03456-2007-
PA/TC, de fecha 9 de noviembre de 2007, sobre la acción de amparo interpuesta
por Diana Marlene Ortega Martínez contra el Director de la Escuela Nacional de
la Marina Mercante del Perú y contra el Procurador Público del sector solicitando
que se declare inaplicable la Resolución Directoral n.° 024-2005-DE/ENAMM,
de fecha 4 de febrero de 2005.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 121
13
229.3 La potestad sancionadora disciplinaria sobre el personal de las entidades se
rige por la normativa sobre la materia.
14
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 2050-2002-
AA/TC, de fecha 16 de abril de 2003, sobre la acción de amparo interpuesta por
Flor de Milagros Ramos Colque contra la Resolución Suprema n.° 544-2000-IN/
PNP del 4 de octubre de 2000 y la resolución suprema fícta derivada como con-
secuencia de la reconsideración formulada.
122 Biblioteca de Arbitraje
3.2.1. Legalidad 15
15
1. Legalidad.- Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias admi-
nistrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado,
las que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de libertad.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 123
16
Este Tribunal también se ha pronunciado al respecto en la Sentencia n.º 8957-
2006-PA/TC, en donde señala lo siguiente: «el principio de legalidad comprende
una doble garantía; la primera, de orden material y alcance absoluto, tanto referi-
da al ámbito estrictamente penal como al de las sanciones administrativas, refleja
la especial transcendencia del principio de seguridad jurídica en dichos campos
limitativos y supone la imperiosa necesidad de predeterminación normativa de las
conductas infractoras y de las sanciones correspondientes, es decir, la existencia
de preceptos jurídicos (lex praevia) que permiten predecir con suficiente grado de
certeza (lex certa) aquellas conductas y se sepa a qué atenerse en cuanto a la aneja
responsabilidad y a la eventual sanción; la segunda, de carácter formal, relativa
a la exigencia y existencia de una norma de adecuado rango y que este Tribunal
ha identificado como ley o norma con rango de ley. (Cfr. Sentencia del Tribunal
Constitucional español n.° 61/1990).
17
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 2192-2004-AA
/TC, de fecha 11 de octubre de 2004, sobre la acción de amparo interpuesta por
Gonzalo Antonio Costa Gómez y doña Martha Elizabeth Ojeda Dioses contra el
alcalde de la Municipalidad Provincial de Tumbes, con el objeto de que se declare
sin efecto la Resolución de Alcaldía n.° 1085-2003-ALC-MPT, de fecha 16 de di-
ciembre de 2003, que les impuso la sanción de destitución de sus puestos de trabajo.
124 Biblioteca de Arbitraje
3.2.3. Razonabilidad 21
18
Pedreschi, Willy. «Análisis sobre la potestad sancionadora de la administración
pública y el procedimiento administrativo sancionador». Comentarios a la Ley del
Procedimiento Administrativo General, Ley n.º 27444. Lima: Editorial Ara Edito-
res, 2003, p. 518.
19
2. Debido procedimiento.- Las entidades aplicarán sanciones sujetándose al pro-
cedimiento establecido respetando las garantías del debido proceso.
20
Vergaray, Verónica y Hugo Gómez. Op. cit., p. 413.
21
3. Razonabilidad.- Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta
sancionable no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las normas
infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas
deberán ser proporcionales al incumplimiento calificado como infracción, de-
biendo observar los siguientes criterios que en orden de prelación se señalan a
efectos de su graduación:
a) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;
b) EI perjuicio económico causado;
c) La repetición y/o continuidad en la comisión de la infracción;
d) Las circunstancias de la comisión de la infracción;
e) EI beneficio ilegalmente obtenido; y
f ) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 125
3.2.4. Irretroactividad 23
22
Vergaray, Verónica y Hugo Gómez. Op. cit., pp. 414 y 415.
23
5. Irretroactividad.- Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el
momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las
posteriores le sean más favorables.
24
Pedreschi, Willy. Op. cit., p. 535.
25
Pedreschi, Willy. Op. cit., p. 536.
26
6. Concurso de Infracciones.- Cuando una misma conducta califique como más
de una infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor
gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que
establezcan las leyes.
27
Pedreschi, Willy. Op. cit., p. 538.
126 Biblioteca de Arbitraje
3.2.7. Causalidad 30
28
7. Continuación de infracciones.- Para determinar la procedencia de la imposi-
ción de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra en forma
continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días
hábiles desde la fecha de la imposición de la última sanción y que se acredite
haber solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción
dentro de dicho plazo.
Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir el supuesto de
continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva, en los siguientes ca-
sos:
a) Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto
dentro del plazo contra el acto administrativo mediante el cual se impuso
la última sanción administrativa.
b) Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto
administrativo firme.
c) Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción adminis-
trativa original haya perdido el carácter de infracción administrativa por
modificación en el ordenamiento, sin perjuicio de la aplicación de princi-
pio de irretroactividad a que se refiere el inciso 5.
29
Vergaray, Verónica y Hugo Gómez. Op. cit., p. 423.
30
8. Causalidad.- La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omi-
siva o activa constitutiva de infracción sancionable.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 127
tiva como omisiva.31 Por tal motivo, sólo sería culpable el autor inme-
diato de la conducta ilícita y no los colaboradores o instigadores, tema
que lleva a concluir que la responsabilidad es subjetiva, bastando definir
el nexo causal entre el sujeto y la conducta ilícita. En consecuencia, no
cabe atribuir responsabilidades solidarias.32
31
Vergaray, Verónica y Hugo Gómez. Op. cit., p. 428.
32
Ibidem
33
9. Presunción de licitud.- Las entidades deben presumir que los administrados
han actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en
contrario.
34
Vergaray, Verónica y Hugo Gómez. Op. cit., p. 429.
35
10. Non bis in idem.- No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena
y una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se aprecie
la identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo la
concurrencia del supuesto de continuación de infracciones a que se refiere el
inciso 7.
128 Biblioteca de Arbitraje
3.2.10. Tipicidad 36
36
4. Tipicidad.- Sólo constituyen conductas sancionables administrativamente las
infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su
tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las
disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar aqué-
llas dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir
nuevas conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que
la ley permita tipificar por vía reglamentaria.
37
Pedreschi, Willy. Op. cit., p. 410.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 129
En tal sentido, el nuevo texto del referido artículo 52, acentúa ele-
mentos que componen el orden procesal que debería seguir el arbitraje.
Sin embargo, ahora es necesario tomar en consideración las indicacio-
nes dispuestas en numeral 52.8 y 52.9, en los siguientes términos:
to, pero sin que ello tuviera una cobertura legal directa de una norma
con rango de ley.
Por otra parte, se establecía en el mismo texto legal, que «el laudo
arbitral de derecho era inapelable, definitivo y obligatorio para las par-
tes desde el momento de su notificación, debiendo ser remitido por el
árbitro único o tribunal arbitral al Organismo Supervisor de las Con-
trataciones del Estado (OSCE), dentro del plazo establecido por el Re-
glamento. En este supuesto, y cuando ello correspondía, el Tribunal de
140 Biblioteca de Arbitraje
Por ello, es necesario analizar lo dispuesto por el artículo 242 del ac-
tual Reglamento de la LCE, el cual establece las reglas particulares que
orientan al Debido Proceso en materia de Procedimientos Administra-
tivos Sancionadores tramitados ante el Tribunal de Contrataciones del
OSCE.
Esta precisión resulta sumamente importante, toda vez que del aná-
lisis del texto original del Decreto Legislativo n.° 1017 y de su Regla-
mento, se ha logrado determinar que en el caso de los árbitros, existen
únicamente:
39
En similar sentido, se ha pronunciado Prello Domenech, Isabel, quien dice: «Se
admite la colaboración de los reglamentos con la finalidad de completar o precisar
la definición del supuesto de hecho infringido, justificado por la imposibilidad
o dificultad de que la ley contemple y concrete detalladamente su contenido».
En «Derecho Administrativo Sancionador y Jurisprudencia Constitucional». En
Jueces para la Democracia, 1994, n.º 22, p. 78.
150 Biblioteca de Arbitraje
41
STC, expediente n.º 04289-2004-AA/TC, de fecha 17 de febrero de 2005.
42
STC, expediente n.º 04289-2004-AA/TC:
3. El derecho al debido proceso, y los derechos que contiene son invocables,
y, por tanto, están garantizados, no sólo en el seno de un proceso judicial,
sino también en el ámbito del procedimiento administrativo. Así, el debido
proceso administrativo supone, en toda circunstancia, el respeto —por parte
de la administración pública o privada— de todos los principios y derechos
normalmente invocables en el ámbito de la jurisdicción común o especializa-
da, a los cuales se refiere el artículo 139 de la Constitución (juez natural, juez
imparcial e independiente, derecho de defensa, etc.).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 153
44
Morón, Juan Carlos «Los principios delimitadores de la potestad sancionadora
de la administración pública en la ley peruana». Advocatus, Nueva Época, 2005,
n.° 13.
45
STC, expediente n.° 2050-2002-AA/TC.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 155
46
Sentencia del 11 de octubre de 2004 recaída sobre el expediente n.° 2192-2004-
AA/TC.
47
Resolución del Tribunal de Defensa de la Competencia n.º 0455-2004/TDC-IN-
DECOPI, recaída en el expediente n.º 032-2002/CCD, de fecha 10 de setiembre
de 2004, sobre el procedimiento seguido por Estudio Caballero Bustamante S.R.L.
contra Instituto de Investigación El Pacífico E.I.R.L., Pacífico Editores, Escuela de
Investigación y Negocios S.A.C., Tulio Obregón Sevillano, Javier Laguna Caballero
y Carlos Valdivia Loayza, por la comisión de actos de competencia desleal en la
modalidad de infracción a la cláusula general.
156 Biblioteca de Arbitraje
48
Rebollo, Manuel, Manuel Izquierdo, Lucía Alarcón y Antonio Bueno. «Pano-
rama del Derecho Administrativo Sancionador en España». En Revista Estudios
Socio-Jurídicos. Bogotá: Universidad del Rosario, 2005.
49
Considerando n.° 8 de la sentencia del 16 de abril de 2003, recaída sobre el expe-
diente n.° 2050-2002-AA/TC.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 157
52
Danós Ordóñez, Jorge. «Notas acerca de la potestad sancionadora de la admi-
nistración pública». En Ius et Veritas. Lima, n.° 10.
53
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 00518-2004-
AA/TC, de fecha 12 de julio de 2004, en el proceso de amparo interpuesto por
Javier Diez Canseco Cisneros contra la Agencia de Promoción de la Inversión
(ProInversión), la Empresa de Electricidad del Perú (Electroperú) y el Ministerio
de Energía y Minas.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 159
56
Palacios Pareja, Enrique. «Reflexiones sobre arbitraje y Constitución». En Cons-
titución y proceso. Lima: Ara Editores, 2009, p. 247.
57
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 00004-2005-
AI/TC, de fecha 29 de marzo de 2006, sobre la demanda de inconstitucionalidad
interpuesta por la Fiscal de la Nación contra determinados extremos de la Ley n.°
28665.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 161
58
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 6167-2005-
HC/TC, de fecha 28 de febrero de 2006, sobre el proceso de habeas corpus inter-
puesto por Fernando Cantuarias Salaverry, contra el Fiscal de la Trigésimo Octava
Fiscalía Provincial Penal de Lima, señor Silvio Máximo Crespo Holguín, alegando
la presunta amenaza de su libertad individual por violación de sus derechos cons-
titucionales a la tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la contradicción o
defensa.
162 Biblioteca de Arbitraje
59
Palacios Pareja, Enrique. Op. cit., p. 249.
60
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 6167-2005-
HC/TC, de fecha 28 de febrero de 2006, sobre el proceso de hábeas corpus inter-
puesto por Fernando Cantuarias Salaverry, contra el Fiscal de la Trigésimo Octava
Fiscalía Provincial Penal de Lima, señor Silvio Máximo Crespo Holguín, alegando
la presunta amenaza de su libertad individual por violación de sus derechos cons-
titucionales a la tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la contradicción o
defensa.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 163
61
Rubio Correa, Marcial. Op. cit., p. 348.
62
Rubio Correa, Marcial. Op. cit., p. 349.
63
Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el expediente n.º 6167-2005-
HC/TC, de fecha 28 de febrero de 2006, sobre el proceso de habeas corpus inter-
puesto por Fernando Cantuarias Salaverry, contra el Fiscal de la Trigésimo Octava
Fiscalía Provincial Penal de Lima, señor Silvio Máximo Crespo Holguín, alegando
la presunta amenaza de su libertad individual por violación de sus derechos cons-
titucionales a la tutela procesal efectiva, al debido proceso y a la contradicción o
defensa.
164 Biblioteca de Arbitraje
64
Santistevan de Noriega, Jorge. Op. cit., pp. 207-208.
166 Biblioteca de Arbitraje
65
Artículo 3.- Derechos Constitucionales. Numerus apertus
La enumeración de los derechos establecidos en este capítulo no excluye los demás que
la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o que se fundan en la digni-
dad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado democrático
de derecho y de la forma republicana de gobierno.
66
Artículo 22.- Protección y fomento del empleo
El trabajo es un deber y un derecho. Es base del bienestar social y un medio de reali-
zación de la persona.
67
Artículo 23.- El Estado y el trabajo
El trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el
cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que trabajan.
El Estado promueve condiciones para el progreso social y económico, en especial
mediante políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el trabajo.
Ninguna relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales,
ni desconocer o rebajar la dignidad del trabajador.
Nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre consentimiento.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 167
68
STC, expediente n.° 1124-2001-AA.
168 Biblioteca de Arbitraje
7. A modo de conclusión
1. Concepto
Abogado, egresado por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Master en Dere-
*
2. El laudo arbitral
Es por ello que los laudos son inapelables, es decir, que no cabe
contra ellos revisión respecto al fondo de la controversia; sin embargo,
esto no quiere decir que el Derecho —entendido como un conjunto de
reglas que limitan el accionar de los individuos en la sociedad— no pue-
da intervenir para impedir un abuso de parte de los árbitros al interior
de las actuaciones arbitrales o del laudo mismo desde un punto de vista
formal o de protección de derechos que están por encima del convenio
mismo de las partes y de los árbitros. Es por ello que la anulación debe
entenderse como un remedio fiscalizador frente a la institución arbitral,
a efectos de evitar abusos que el Estado de Derecho debe controlar en
cualquiera de las etapas del arbitraje.
176 Biblioteca de Arbitraje
Vemos que la ley peruana permite pactar que un laudo no sea mo-
tivado, con lo cual cabría preguntarse si se trata de un principio consti-
tucional, en donde es posible pactar en contrario de la existencia de la
motivación.
3. ¿Causales taxativas?
1
Lorca Navarrete, Antonio María. «La garantía en el debido proceso en el arbi-
traje». Revista Ius et Praxis. Lima: Universidad de Lima, 2010, p. 266.
180 Biblioteca de Arbitraje
Sin embargo, ello no es así, ya que la propia ley señala otras causales
y porque la interpretación efectuada por el Tribunal Constitucional, nos
lleva a una conclusión diferente, ya que, ha abierto causales adicionales
(o una causal amplia que consiste en la protección de derechos consti-
tucionales).
Articulo 29.-
[…]
7. La decisión que resuelve la recusación es definitiva e inim-
pugnable. Si no prosperase la recusación formulada con
arreglo al procedimiento acordado por las partes, el regla-
mento arbitral aplicable o el establecido en este artículo, la
parte recusante solo podrá, en su caso, cuestionar lo decidi-
do mediante el recurso de anulación contra el laudo.
Articulo 41.-
[…]
4. Salvo pacto en contrario, el tribunal arbitral decidirá estas
excepciones u objeciones con carácter previo o junto con
las demás cuestiones sometidas a su decisión, relativas al
fondo de la controversia. Si el tribunal arbitral desestima la
excepción u objeción, sea como cuestión previa o sea en el
laudo por el que se resuelve definitivamente la controversia,
su decisión sólo podrá ser impugnada mediante recurso de
anulación contra dicho laudo.
Articulo 41.-
[…]
5. Si el tribunal arbitral ampara la excepción como cuestión
previa, se declarará incompetente y ordenará la terminación
de las actuaciones arbitrales. Esta decisión podrá ser impug-
nada mediante recurso de anulación. Si el tribunal ampara
la excepción con cuestión previa respecto de determinadas
materias, las actuaciones arbitrales continuarán respecto de
las demás materias y la decisión sólo podrá ser impugnada
mediante recurso de anulación luego de emitirse el laudo
por el que se resuelve definitivamente la controversia.
1. Introducción3
1
Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Master en Derecho por
la University of Pennsylvania. Jefa del Departamento Académico de Derecho de la
Universidad del Pacífico.
2
Estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad del Pacífico.
3
Los autores agradecen la colaboración de Víctor Zacarías Azcona, alumno de la
Facultad de Derecho de la Universidad del Pacífico.
190 Biblioteca de Arbitraje
Los retos que presentan los arbitrajes multipartes son de menor di-
mensión en los litigios judiciales, dado que las reglas procesales, con o
sin la anuencia de las partes, permiten la acumulación de varios pro-
cesos, en uno solo. En cambio, el carácter consensual del arbitraje es
incompatible con una solución como la indicada.
4
Bullard González, Alfredo y otro. Comentarios a la Ley Peruana de Arbitraje.
Lima: Instituto Peruano de Arbitraje, 2011, tomo i, p. xiv.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 191
5
Cantuarias Salaverry, Fernando y Roque J. Caivano. «La nueva Ley de Arbi-
traje Peruana: un nuevo salto a la modernidad». En Revista Peruana de Arbitraje.
Lima, 2008, n.º 7, pp. 58-59.
6
Ver a modo introductorio: Hanotiau, Bernard. Complex Arbitrations: Multiparty,
Multicontract, Multi-Issue and Class Actions. La Haya: Kluwer Law International,
2006, pp. 7-48.
192 Biblioteca de Arbitraje
1 Signataria No Signataria
2 No Signataria Signataria
3 Signataria Signataria No Signataria
4 Signataria No Signataria No Signataria
5 Signataria No Signataria Signataria
6 Signataria No Signataria No Signataria
7 Signataria No Signataria Signataria No Signataria
8 No Signataria Signataria No Signataria
9 No Signataria No Signataria No Signataria
8
Código Civil: «Artículo 1380.- Cuando a solicitud del oferente o por la naturaleza de
la operación o según los usos, la prestación a cargo del aceptante haya de ejecutarse sin
respuesta previa, el contrato queda concluido en el momento y lugar en que comenzó
la ejecución. El aceptante debe dar aviso prontamente al oferente del inicio de la eje-
cución y, en su defecto, queda obligado a la indemnización de daños y perjuicios».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 195
Lohmann Luca de Tena, Juan Guillermo. El negocio jurídico. Lima: Editora Ju-
9
10
Caivano, Roque J. «Arbitraje y grupos de sociedades. Extensión de los efectos de
un acuerdo arbitral a quien no ha sido signatario». En Lima Arbitration, 2006, n.°
1, p. 124.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 197
Traducción libre de: «Considering, in particular, that the arbitration clause expressly
11
accepted by certain of the companies of the group should bind the other companies
which, by virtue of their role in the conclusion, performance, or termination of the
contracts containing said clauses, and in accordance with the mutual intention of all
parties to the proceedings, appear to have been veritable parties to these contracts or to
have been principally concerned by them and the disputes to which they may give rise».
Dow Chemical France, The Dow Chemical Company and others c/ Isover Saint Go-
bain. Interim Award, ICC Case n.° 4131, 23 September 1982. En Pieter Sanders
(editor). Yearbook Commercial Arbitration 1984. La Haya: Kluwer Law Interna-
tional, 1984, vol. ix, pp. 131-137.
198 Biblioteca de Arbitraje
12
Traducción libre de: «This Court has recognized a number of theories under which
non-signatories may be bound to the arbitration agreements of others. Those theories
arise out of common law principles of contract and agency law. Accordingly, we have
recognized five theories for binding non-signatories to arbitration agreements: 1) in-
corporation by reference; 2) assumption; 3) agency; 4) veil-piercing/alter ego; and 5)
estoppel. The District Court properly rejected each of these traditional theories as suffi-
cient justification for binding Thomson to the arbitration agreement of its subsidiary».
Thomson-CSF, S.A. c/ American Arbitration Association, Evans & Sutherland and
Computer Corporation. United States Court of Appeals (64 F.3d 773), 1995.
13
Born, Gary. International Commercial Arbitration. La Haya: Kluwer Law Interna-
tional, 2009, pp. 1131-1210.
14
Sobre el análisis del caso ver: Repetto, José Luis, Andrés Hundskopf y Miguel
Valderrama. «Mi otro yo: la doctrina del álter ego y el artículo 14 de la Ley Pe-
ruana de Arbitraje». En Forseti Revista de Derecho, 2014, n.º 1, pp. 221-225.
15
Sentencia emitida por la Primera Sala Civil con Subespecialidad Comercial de la
Corte Superior de Justicia de Lima, recaída en el expediente n.° 451-2009 entre
Panorama Actual del Arbitraje 2015 199
TSG Perú S.A.C. contra Langostinera Caleta Dorada S.A.C. y otras del 5 de marzo
de 2013. En Forseti Revista de Derecho, 2014, n.º 1, pp. 256-281.
200 Biblioteca de Arbitraje
20
Bullard González, Alfredo. «Artículo 14». En Bullard González, Alfredo y
otro (coord.). Op. cit., p. 213.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 203
21
Bullard González, Alfredo. Ibidem, p. 214.
22
Talero Rueda, Santiago. «Extensión del pacto arbitral a no signatarios: Perspec-
tivas en la nueva Ley Peruana de Arbitraje». En Lima Arbitration, 2011/2012, n.°
4, p. 98.
204 Biblioteca de Arbitraje
23
Caivano, Roque J. «Algunos problemas derivados de los arbitrajes con partes o
relaciones jurídicas múltiples». En Revista Peruana de Arbitraje. Lima, 2007, n.º
4, pp. 76 y ss.
24
Ibidem, p. 113.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 205
Y cuando las reglas elegidas por las partes no son respetadas por los
árbitros, el laudo puede ser anulado,25 o en todo caso, se podrá denegar
el reconocimiento del laudo26 que no respete el acuerdo de las partes.
25
Ley de Arbitraje. «Artículo 63.- Causales de anulación
El laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación alegue y
pruebe:
[…]
c. Que la composición del tribunal arbitral o las actuaciones arbitrales no se han
ajustado al acuerdo entre las partes o al reglamento arbitral aplicable, salvo
que dicho acuerdo o disposición estuvieran en conflicto con una disposición
de este Decreto Legislativo de la que las partes no pudieran apartarse, o en
defecto de dicho acuerdo o reglamento, que no se han ajustado a lo establecido
en este Decreto Legislativo».
26
Ley de Arbitraje. «Artículo 75.- Causales de denegación
Este artículo será de aplicación a falta de tratado, o aun cuando exista éste, si
estas normas son, en todo o en parte, más favorables a la parte que pida el reco-
nocimiento del laudo extranjero, teniendo en cuenta los plazos de prescripción
previstos en el derecho peruano.
Sólo se podrá denegar el reconocimiento de un laudo extranjero, a instancia de la
parte contra la cual es invocada, si esta parte prueba:
[…]
206 Biblioteca de Arbitraje
29
Gonzales de Cossío, Francisco. «El árbitro». En Biblioteca Jurídica virtual del
Instituto de Investigaciones jurídicas. México, 2009, p. 306.
30
Italy n.° 25, Eugenio Menaguale vs. Intercommerce (as legal successor of State En-
terprise Balet), Corte Di Cassazione (Sez. I), 1842, 17 April 1978. En Sanders,
Pieter (ed.). Yearbook Commercial Arbitration 1979. La Haya: Kluwer Law Inter-
national, 1979, vol. iv, pp. 282-283.
208 Biblioteca de Arbitraje
En efecto, una de las razones por las cuales los contratantes pre-
fieren el arbitraje sobre el Poder Judicial es la posibilidad de tener el
mismo trato al elegir a sus árbitros, teniendo en cuenta, por cierto, que
«una buena selección de árbitros puede ser tanto o más importante que
contar con buenos argumentos».32
31
Traducción libre de: «as a distinguished commentator observed in the mid-20th cen-
tury, a fundamental attribute of arbitration is the right to select the arbitrators: “A
judge whom you can choose for yourself, bearing in mind the nature of your case, is
humanly a more satisfying decider than one produced, especially in our lower courts,
by a political process which has not always been geared to select the best possible man or
even a fairly respectable and able man”. Empirical evidence confirms that the ability to
participate in the selection of the arbitrators remains a key attraction of international
arbitration for users today».
Born, Gary. International Commercial Arbitration. La Haya: Kluwer Law Interna-
tional, 2014, pp. 1369-1370.
32
Bullard González, Alfredo. «¿Es el arbitraje un juicio?». En El arbitraje en el
Perú y el mundo. Lima: Instituto Peruano de Arbitraje, 2008, p. 148.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 209
A pesar de lo anterior:
33
Arrarte Arisnabarreta, Ana María. Apuntes sobre el debido proceso en el arbitra-
je: la anulación de laudo y el proceso de amparo, p. 24. Disponible en: http://www.
castillofreyre.com/archivos/pdfs/vol6.pdf.
34
Bustamante Alarcón, Reynaldo. «La constitucionalización del arbitraje en el
Perú; algunas consideraciones en torno a la relación del arbitraje con la Cons-
titución, los derechos fundamentales y el Estado de derecho». En Revista de la
Facultad de Derecho PUCP, 2013, n.° 71, 2013, p. 403.
35
Schäfer, Erik. «Elección y nombramiento del árbitro. Desde el punto de vista de
las partes». En Revista Peruana de Arbitraje. Lima, 2008, n.° 6, p. 90.
210 Biblioteca de Arbitraje
36
Caivano, Roque J. «Arbitraje y grupos de sociedades. Extensión de los efectos de
un acuerdo arbitral a quien no ha sido signatario». Op. cit., p. 113.
37
Para un desarrollo de este caso, ver: Derains, Yves y Eric A. Schwartz. Guide to
the ICC Rules of Arbitration. La Haya: Kluwer Law International, 2005, 2.a edi-
ción, pp. 183115-207.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 211
38
BKMI Industrienlagen GmbH & Siemens AG vs. Dutco Construction, Cour de Cas-
sation (1er Chambre Civile). Pourvoi n.° 89-18708 89-18726, 7 January 1992. En
Van den Berg, Albert Jan (editor). Yearbook Commercial Arbitration 1993. Lima:
Kluwer Law International, 1993, vol. xviii, pp. 140-142.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 213
39
Caivano, Roque J. «Arbitraje y grupos de sociedades. Extensión de los efectos de
un acuerdo arbitral a quien no ha sido signatario». Op. cit., p. 115.
214 Biblioteca de Arbitraje
40
Traducción libre de: «When initially proposed as a means of treating the parties
equally, in conformity with the exigencies of Dutco, article 10(2) was viewed by some
as unacceptably undercutting the autonomy of the parties in respect of the Arbitral
Tribunal’s constitution. However, a broad consensus eventually emerged in favor of the
approach adopted, and, indeed, other arbitral institutions have since added similar
provisions to their rules». Derains, Yves y Eric A. Schwartz. Op. cit., p. 183.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 215
Una primera solución ante la falta de acuerdo entre los sujetos que
integran una de las partes, fue permitir la designación de más de tres
árbitros para conformar el tribunal. Así lo hizo la Corte de Apelaciones
del Segundo Circuito en el caso Compañía Española de Petróleos S.A. vs.
Nereus Shipping S.A., en el cual el derecho al trato igualitario se preservó
aumentando el número de árbitros a cinco: la Corte dispuso que cada
una de las tres partes del proceso designara sus árbitros y que éstos de-
signaran dos árbitros adicionales.42
41
Traducción libre de: «In its simplest form, the issue of multi-party disputes does not
involve non-signatories of the arbitration clause. The parties have indeed agreed to
arbitration, but the fact that they are more than two creates difficulties. For example,
in a situation with two defendants, each defendant insists on naming an arbitrator,
thereby creating the specter of an unworkable (and, under article 8(1) of the ICC
Rules, impermissible) four-member tribunal».
Craig, W. Laurence, William W. Park y Jan Paulsson. International Chamber of
Commerce Arbitration. New York: Oxford University Press, 2000, 3rd edition, p. 81.
42
Caivano, Roque J. «Arbitraje y grupos de sociedades. Extensión de los efectos de
un acuerdo arbitral a quien no ha sido signatario». Op. cit., pp. 115-116.
216 Biblioteca de Arbitraje
43
Ibid., pp. 117-118.
44
Gallucio T. Giuseppe y Pablo Mori B. Arbitraje Comercial. La extensión del
convenio arbitral a los grupos de sociedades. Lima: Ediciones Legales y Ius et Veritas
Editorial, p. 214.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 217
La ley peruana permite entonces que, por ejemplo, una parte de-
mandante sí pueda nombrar al árbitro «X», mientras que a los deman-
dados, en caso de falta de acuerdo, se les impone un árbitro «Y», y que
ambos «X» e «Y» elijan a un árbitro «Z». Como consecuencia de lo
anterior, el único que habrá podido designar un árbitro en el tribunal es
la parte demandante.
45
A pesar de esta conclusión, debemos admitir que es posible que el criterio Dutco
sea usado estratégicamente por una parte con pluralidad, que se resista a nombrar
un árbitro con el propósito de impedir que el nombramiento efectuado por la
otra parte sea efectivo, y lograr así que el íntegro del tribunal sea designado por la
institución arbitral respectiva.
220 Biblioteca de Arbitraje
46
Cantuarias Salaverry, Fernando. «Artículo 23». En Bullard González, Alfre-
do y otro (coord.). Op. cit., pp. 304-305.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 221
48
Traducción libre de: «Similarly, the principle of the equality of the parties in the
appointment of the arbitrators, as set forth in the Dutco decision, should have no
impact on the international validity of the English practice of having each party no-
minate an arbitrator but, if one party fails to do so before a specified deadline, having
the arbitrator nominated by the other party serve as sole arbitrator. English law allows
this practice, although the defaulting party may bring the question before the courts.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 223
5. El momento de la incorporación
Hasta este punto hemos concluido que los sujetos que intervienen en
el arbitraje, sean o no multipartes, tienen derecho a un trato igualitario
para la designación de los árbitros.
Although in some cases it may lead to difficulties with enforcing an English award
abroad, this has not proved to be the case in France and in Italy. The Paris Court
of Appeals has ruled that the practice is not contrary to French public policy. This is
because the inequality between the parties only emerges after the dispute has arisen,
through the deliberate default of one of the parties. The President of the Paris Tribunal
of First Instance has held that an arbitration clause containing this kind of mechanism
allows the implementation of the arbitration despite the defendant’s default, and there-
fore does not call for court intervention. Likewise, the Italian Supreme Court approved
the English approach because it involves a remedy exercisable only at the option of
the non-defaulting party, with the arbitral institution (or the English courts) able to
intervene if the impartiality of the arbitral tribunal is affected».
Gaillard, Emmanuel y John Savage (ed.). Fouchard Gaillard Goldman on Interna-
tional Commercial Arbitration. La Haya: Kluwer Law International, 1999, p. 469.
224 Biblioteca de Arbitraje
Artículo 7.-
1. La parte que desee incorporar una parte adicional al arbitra-
je deberá presentar su solicitud de arbitraje en contra de la
parte adicional (la «solicitud de incorporación») a la Secre-
taría. Para todos los efectos, la fecha en la que la solicitud de
incorporación sea recibida por la Secretaría será considerada
como la fecha de inicio del arbitraje contra la parte adicio-
nal. Toda incorporación estará sujeta a las disposiciones de
los artículos 6(3), 6(7) y 9. Ninguna parte adicional podrá
ser incorporada después de la confirmación o nombramien-
to de un árbitro, salvo que todas las partes, incluyendo la
parte adicional, acuerden lo contrario. La Secretaría podrá
fijar un plazo para la presentación de la solicitud de incor-
poración.
[…]
6. Conclusiones
Es consecuencia del derecho de las partes a ser tratadas por igual, que
todas ellas, con o sin un arbitraje multipartes, y con o sin partes no
signatarias, tengan acceso al nombramiento de los árbitros en iguales
condiciones.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 227
*
Mario Castillo Freyre, Magíster y Doctor en Derecho, abogado en ejercicio, socio del
Estudio que lleva su nombre; profesor principal de Obligaciones y Contratos en la
Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Femenina del Sagrado
Corazón. Catedrático de las mismas materias en la Universidad de Lima. Miem-
bro de Número de la Academia Peruana de Derecho. Director de las colecciones
Biblioteca de Arbitraje y Biblioteca de Derecho de su Estudio. www.castillofreyre.com.
**
Jhoel Chipana Catalán, abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Adjunto de Docencia en la misma casa de estudios, abogado en el Estudio Mario
Castillo Freyre y secretario arbitral en procesos ad-hoc.
230 Biblioteca de Arbitraje
1
Panduro Meza, Lisbeth. Aplicabilidad de las instituciones procesales en el arbitraje.
Tesis para obtener el Título Profesional de Abogado, sustentada en la Facultad de De-
recho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en mayo del 2011, pp. 88 y ss.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 231
De hecho, existen autores como Tarello3 que sostienen que «el ar-
gumento a partir de los principios generales es un esquema vacío, que
sirve de vez en cuando para cubrir disparatadas operaciones». Así, «los
principios jurídicos no existen, y si existiesen, no podrían en ningún
caso ser generales».4
2
Cfr. Prieto Sanchís, Luis. Sobre principios y normas. Problemas del razonamiento
jurídico. Lima-Bogotá: Palestra y Temis, 2013, p. 16.
3
Tarello, G. L’interpretazione della legge. Milán: Giuffré, 1980, p. 385.
4
Hernández Marín, R. Historia de la Filosofía del Derecho contemporáneo. Ma-
drid: Tecnos, 1986, p. 311.
5
Cfr. Prieto Sanchís, Luis. Sobre principios y normas. Problemas del razonamiento
jurídico. Lima-Bogotá: Palestra y Temis, 2013, p. 21.
234 Biblioteca de Arbitraje
6
Éste es, por ejemplo, el tenor del artículo 1.4 del Código Civil español.
7
Cfr. Dworkin, Ronald. Los derechos en serio. Barcelona: Ariel, 1984, p. 75.
8
Cfr. Prieto Sanchís, Luis. Sobre principios y normas. Problemas del razonamiento
jurídico. Op. cit., pp. 28, 29 y 32.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 235
9
Idem, pp. 32 y 33.
10
Cfr. Dworkin, Ronald. Los derechos en serio. Op. cit., p. 78.
11
Cfr. Alexy, Robert. «Sistema jurídico, principios jurídicos y razón práctica». En
Doxa, n.º 5, 1988, p. 143.
236 Biblioteca de Arbitraje
13
Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, recaída en el expediente n.°
6167-2005-HC/TC FFJJ 5-14.
238 Biblioteca de Arbitraje
Cfr. Castillo Freyre, Mario y Ricardo Vásquez Kunze. Arbitraje. El juicio pri-
14
Castillo Freyre. Lima: Palestra Editores-Estudio Mario Castillo Freyre, 2006, vol. 1.
15
Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, recaída en el expediente n.°
2465-2004-AA/TC FFJJ 6-8.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 241
16
Alonso, José María. «La independencia e imparcialidad de los árbitros». Revista
Peruana de Arbitraje, n.° 2, p. 98.
17
Cfr. Trakman, Leon. «The impartiality and independence of arbitrators reconsi-
dered». International Arbitration Law Review, vol. 10, issue n.° 4, pp. 127 y 128
(traducción libre).
18
Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, recaída en el expediente n.°
1209-2006-AA/TC, ffjj. 28-31.
242 Biblioteca de Arbitraje
19
Artículo 63.- Causales de anulación
1. El laudo sólo podrá ser anulado cuando la parte que solicita la anulación ale-
gue y pruebe:
a. Que el convenio arbitral es inexistente, nulo, anulable, inválido o ineficaz.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 243
20
Sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, recaída en el expediente n.°
0003-2005-AI/TC, fj. 38.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 245
21
A mayor abundamiento, ver Bustamante Alarcón, Reynaldo. En La Constitu-
ción comentada. Análisis artículo por artículo. Lima: Gaceta Jurídica, 2005, tomo
ii, pp. 542 y 543.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 249
A su turno, Monroy Gálvez23 sostiene que para que los fines del
proceso (léase, actuaciones arbitrales) se concreten, es indispensable que
la decisión final que se obtenga en éste sea de exigencia inexorable. Esta
calidad de indiscutibilidad y de certeza en su contenido es una auto-
ridad intrínseca que acompaña a las resoluciones judiciales (o laudo
arbitral) y recibe el nombre de cosa juzgada.
22
Cfr. la sentencia emitida por el Tribunal Constitucional, recaída en el expediente
n.° 006-2006-CC/TC, ffjj. 68-71.
23
Cfr. Monroy Gálvez, Juan. Introducción al proceso civil. Santa Fe de Bogotá:
Temis, 1996, tomo 1, p. 86.
250 Biblioteca de Arbitraje
24
Existen una serie de instrumentos internacionales que ponen énfasis en ámbitos
específicos del derecho a la defensa. Entre ellos, tenemos el artículo 11 de la De-
claración Universal de los Derechos Humanos, que ordena en que se aseguren
a la persona todas las garantías necesarias para su defensa. A su vez, el artículo
14, inciso 3, acápite d), del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
considera pertinente requerir una defensa no sólo realizada a título personal, sino
también a través de un abogado. Por su parte, el artículo 8, inciso 2, acápite c)
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos concede al inculpado el
tiempo y medios convenientes para que prepare y realice su defensa.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 251
25
Artículo 19.- «Número de árbitros
Las partes podrán fijar libremente el número de árbitros que conformen el tribu-
nal arbitral. A falta de acuerdo o en caso de duda, serán tres árbitros».
26
Artículo 30.- «Remoción
1. Cuando un árbitro se vea impedido de hecho o de derecho para ejercer sus
funciones, o por cualquier otro motivo no las ejerza dentro de un plazo razo-
nable, cesará en su cargo si las partes acuerdan su remoción. Si existe desacuer-
do entre las partes sobre la remoción y no han estipulado un procedimiento
para salvar dicho desacuerdo o no se encuentran sometidos a un reglamento
arbitral, se procederá según lo dispuesto en el artículo 29. Esta decisión es
definitiva e inimpugnable. Sin perjuicio de ello, cualquier árbitro puede ser
removido de su cargo mediante acuerdo de las partes.
2. Si alguno de los árbitros rehúsa a participar en las actuaciones o está reiterada-
mente ausente en las deliberaciones del tribunal arbitral, los otros árbitros, una
vez que hayan comunicado dicha situación a las partes y al árbitro renuente,
están facultados para continuar con el arbitraje y dictar cualquier decisión o
laudo, no obstante la falta de participación del árbitro renuente, salvo acuerdo
distinto de las partes o del reglamento arbitral aplicable. En la determinación
de si se continúa con el arbitraje, los otros árbitros deberán tomar en cuenta
el estado de las actuaciones arbitrales, las razones expresadas por el árbitro re-
nuente para no participar y cualesquiera otras circunstancias del caso que sean
apropiadas.
3. Si en cualquier momento, los otros árbitros deciden no continuar con el arbi-
traje sin la participación del árbitro renuente, notificarán su decisión a las par-
tes. En este caso, cualquiera de ellas podrá solicitar a la institución que efectuó
el nombramiento, o en su defecto, a la Cámara de Comercio correspondiente
conforme a los incisos d) y e) del artículo 23, la remoción del árbitro renuente
y su sustitución conforme el apartado 1 de este artículo».
27
Artículo 28.- «Motivos de abstención y de recusación
1. Todo árbitro debe ser y permanecer, durante el arbitraje, independiente e im-
parcial. La persona propuesta para ser árbitro deberá revelar todas las circuns-
tancias que puedan dar lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad e
independencia.
2. El árbitro, a partir de su nombramiento, revelará a las partes, sin demora cual-
quier nueva circunstancia. En cualquier momento del arbitraje, las partes po-
Panorama Actual del Arbitraje 2015 253
drán pedir a los árbitros la aclaración de sus relaciones con alguna de las otras
partes o con sus abogados.
3. Un árbitro sólo podrá ser recusado si concurren en él circunstancias que den
lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad o independencia, o si no po-
see las calificaciones convenidas por las partes o exigidas por la ley.
4. Las partes pueden dispensar los motivos de recusación que conocieren y en tal
caso no procederá recusación o impugnación del laudo por dichos motivos.
5. Una parte sólo podrá recusar al árbitro nombrado por ella, o en cuyo nom-
bramiento haya participado, por causas de las que haya tenido conocimiento
después de su nombramiento».
254 Biblioteca de Arbitraje
Creemos que si bien es cierto existe plena libertad para que una
persona pueda realizar comentarios o críticas a una resolución y/o sen-
tencia judicial, en el caso del arbitraje el tema de la confidencialidad
podría constituir una limitación a este principio. Decimos esto, debido
a que el ejercicio de esta facultad podría incluso ser inexistente, y es que
en muchos casos las partes son las más interesadas en que los detalles
del proceso arbitral no salgan del ámbito estrictamente procedimental,
dejando de lado la posibilidad de que las resoluciones y/o laudo arbitral
sean analizados por terceros ajenos al proceso. Sin embargo, y en caso el
laudo se haya publicado en la página web del OSCE o si existiese acuer-
do para que el procedimiento sea público, o si el caso se judicializara en
anulación, creemos que toda persona gozará de este derecho, tal como
sucede en el fuero ordinario, teniendo la más absoluta libertad en su
ejercicio.
Al ser este derecho uno que atañe únicamente al ámbito penal, ca-
rece de sentido ahondar en él, ya que resulta claro que no es aplicable al
fuero arbitral. Lo mismo sucederá con el inciso 22 del artículo 139, ya
que en él se estipula el principio de que el régimen penitenciario tiene
por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación del penado
a la sociedad, precepto que tampoco resulta aplicable al arbitraje.
1. Premisa
En esa línea se coloca nuestra Ley de Arbitraje del 2008 (LA 2008),
en cuyo artículo 62.1 con toda contundencia se precisa:
4
Que era el enfoque de la anterior Ley de Arbitraje (LGA, Ley n.° 26572), que si
bien en su artículo 59 señalaba que «Los laudos arbitrales son definitivos» y con
«valor de cosa juzgada», en su artículo 83 precisaba que «El laudo arbitral con-
sentido o ejecutoriado tiene valor equivalente al de una sentencia y es eficaz y de
obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes».
260 Biblioteca de Arbitraje
5
Que era, en la fecha de redacción de nuestra LA 2008, más o menos, la solución
de varios «paraísos arbitrales»: Suiza (artículo 192 de la Ley Federal de Derecho
Internacional Privado), Bélgica (artículo 1717.4 del Code Judiciare), Suecia (ar-
tículo 51 de su Ley Arbitral). Sobre la renunciabilidad de la impugnación en el
ámbito de los arbitrajes internacionales en Suiza, cfr. el interesante trabajo de Po-
testà, Michele. «La rinuncia preventiva all’impugnailità del lodo arbitrale è compa-
tibile con la convenzione europea dei diritti dell’uomo? Il Tribunale federale svizzero
si pronuncia sulla questione». Rivista dell’arbitrato, 2013, pp. 171-185.
6
Exposición Oficial de Motivos. En Bullard González, Alfredo y otro (coord.).
Comentarios a la Ley Peruana de Arbitraje. Lima: Instituto Peruano de Arbitraje,
2011, tomo ii, p. 275.
7
Lo deja inferir, sin decirlo expresamente, la Exposición de Motivos, al darse cuen-
ta de los principios que inspiraron la reforma: «Reforzar el carácter autónomo
del arbitraje, tanto de la jurisdicción ordinaria, como de las reglas procesales co-
munes, protegiéndolo de intervenciones judiciales innecesarias y reconociéndola
como una institución que tiene sus propios principios y reglas. Para ello se propu-
Panorama Actual del Arbitraje 2015 261
Sin embargo, el que con estas previsiones se haya logrado que, por
un lado, el Perú, por tener una de «las leyes más modernas del mun-
do»,9 haya sido, efectivamente, elegido como sede de arbitrajes interna-
cionales; y, sobre todo, si el «candado» de su Duodécima Disposición
Complementaria, ha resultado realmente eficiente (y suficiente) para
neutralizar la «llave maestra» del amparo, está por verse.
Con todo, si pensamos que hasta algo más de veinte años contra
los laudos (rectius, contra las «sentencias de los árbitros») procedían «los
mismos recursos que contra las de los jueces ordinarios» (artículo 570
del Código de Procedimientos Civiles, CPC 1912) y que hasta la entra-
da en vigencia de la LA 2008, mientras no se agotaran todos los recursos
disponibles (entre los que estaba también la apelación pacticia: artículo
60 de la LGA 1996), el laudo era ex lege aún ineficaz (artículo 83 de la
LGA 1996); no cabe duda de que la vigente ley arbitral, con su eficacia
ex lege inmediata del laudo y con su «único» medio de impugnación, es
profundamente innovadora.
so […], priorizar un control ex post del laudo por medio de recurso de anulación y
evitar el uso de recursos o intervenciones ex ante del laudo […]», (Ob. cit., p. 277).
8
Sobre las tomas de posición de nuestro Tribunal Constitucional, respecto de lo
que ha venido en llamarse «amparo arbitral», nos referiremos más adelante.
9
Bullard González, Alfredo y otro. «Why Fix What is not Broken?». En Co-
mentarios a la Ley Peruana de Arbitraje, tomo i, cit., p. xxi, en referencia a los
comentarios recibidos «de distintos expertos nacionales y extranjeros».
262 Biblioteca de Arbitraje
Decía al inicio que existe una tendencia «global» de reducir los medios
para impugnar judicialmente las decisiones arbitrales. La pregunta que
sigue ¿cómo así y desde cuándo las decisiones arbitrales devinieron ju-
dicialmente impugnables?
10
Cfr. Zappalà, Francesco. «Universalismo histórico del arbitraje». Vniversitas. Re-
vista de Ciencias Jurídicas, julio-diciembre 2010, n.º 121, pp. 193-216.
11
Pese a la ausencia de fuentes sobre los arbitrajes practicados en la Roma antigua,
no se tienen dudas de que existieron y qué tal fue su difusión que existe la «ra-
zonable conjetura» de que «alguno» de ellos haya servido de modelo para diseño
del proceso formulario. Cfr. Marrone, Matteo. «Sobre el arbitraje privado en la
experiencia jurídica romana». Roma e America. Diritto romano comune. 1998, n.º
5, p. 57; Crifó, Giuliano. «Arbitrato. a) diritto romano». En Enciclopedia del di-
ritto. ii. Milán: Giuffrè, 1958, p. 893. La «razonable conjetura» proviene de Betti.
Testimonio de la práctica del arbitraje en el período clásico, son las opiniones de
los grandes jurisconsultos, recopiladas en Libro iv, Título viii del Digesto justi-
nianeo. Sobre los diversos arbitrajes practicados en Roma, cfr. la reconstrucción
de Fernández de Buján, Antonio. «Contribución al estudio histórico-jurídico
del arbitraje». Religión y cultura, 2005, pp. 711-738, así como idem. «Del arbitraje
romano configurado “a semejanza de los juicios” “compromisso quod iudicium imi-
tatur”». Revista de Derecho UNED, 2012, n.º 11, pp. 269-278.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 263
12
El compromissum era un pacto-sometimiento de la resolución de un conflicto in-
ter partes a la decisión de un árbitro, el cual se comprometía a dar su opinión
sobre el asunto. A dicho pacto, para recibir tutela (en su momento) del pretor, se
comenzaron a añadir estipulaciones recíprocas, en virtud de las cuales los inter-
vinientes podían exigirse el cumplimiento de una penalidad, para el caso de no
colaboración con el árbitro en el desarrollo de su actuación o de no acatamiento
de la sentencia arbitral.
13
Conforme lo señala Orestano, Riccardo. «Appello (diritto romano)». En Enciclo-
pedia del diritto. Milano: Giuffrè, 1958, vol. ii, p. 710, las líneas esenciales de la
apelación quedaron fijadas en la edad de los Severos.
14
Que incluso podían liberarse del pago de la poena ex compromissi invocando la
excepción de dolo malo. Así en opinión de Paulo: «Cuando uno de los árbitros
hubiese aparecido siendo manifiestamente enemigo por otras causas, y reconveni-
do también con las pruebas para que no pronunciase sentencia, hubiese perseve-
rado, no obstante, en pronunciarla sin apremiarle nadie, el emperador Antonino
proveyó al libelo de uno que se querelló de esto, que podía usar de la excepción
264 Biblioteca de Arbitraje
Las cosas parecieron cambiar con Justiniano, quien con dos Cons-
tituciones de los años 529 (C. 2, 55, 4) y 530 (C. 2, 55, 5) respectiva-
mente, le dio a la sententia arbitri eficacia vinculante cuando las partes
hubieran elegido bajo juramento al árbitro y éste se hubiera obligado
igualmente a través de tal juramento a dictar una sentencia y, también,
en los casos en que la sentencia fuera homologada, esto es, aceptada ex-
presa o tácitamente por las partes,17 dando acción (actio in factum) para
el favorecido con el laudo frente al que no lo observara voluntariamente
y excepción (exceptio veluti pacti) a favor del demandado frente al actor
que, pese a la sentencia, acudía a la jurisdicción ordinaria.18 Sin embar-
go, la eficacia vinculante del compromiso jurado, fue dejada sin efecto
por el propio Justiniano pocos años después (539) con la Novela 82,
de dolo malo. Y el mismo siendo consultado por un juez ante quien se pedía la
pena, respondió por rescripto, que aun cuando no pueda apelarse, habrá que estar
en la petición de la pena la excepción de dolo malo. Así, pues, por medio de esa
excepción hay cierta especie de apelación, como quiera que sea lícito revocar la
sentencia del árbitro» (D. 4, 7, 32, §14).
15
Sobre la exceptio rei iudicata cfr., en síntesis, Pugliese, Giovanni. «Giudicato (di-
ritto romano). En Enciclopedia del diritto. Milán: Giuffrè, vol. xviii, pp. 735-740.
16
Marrone. Ob. cit., p. 64.
17
Porque era suscrita por las partes o porque omitían rechazarla en el plazo de diez
días («Mas si después de la sentencia no hubieren consignado ciertamente de ma-
nera ninguna, que ellos aceptan la decisión, y dentro de los diez días siguientes no
se hubiere enviado al juez o a la contraria por una de las partes declaración en que
se manifieste que no se ha de aceptar la decisión, entonces que quede confirmada
la sentencia por el silencio de las partes, y competa al condenado la excepción, y la
susodicha acción al actor»: C., 2, 55, 5). Lo misterioso es este plazo de diez días,
pues es aquél que Justiniano estableció apelar de la sentencia del juez (aunque ese
plazo fue establecido recién en el año 536 en la Novela 23,1).
18
Nótese, sin embargo, que Justiniano no confiere ni actio iudicati ni exceptio rei
iudicata.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 265
19
Las intervenciones justinianeas en materia de arbitraje siguen provocando dis-
cusiones entre los romanistas, en particular, en lo atinente a lo que fue derogado
por la Novela 82,11. Cfr. recientemente, Sitzia, Francesco. «Riflessioni in tema
di arbitrato in diritto giustinianeo e bizantino». Annali del Seminario Giuridico
dell’Università degli Studi di Palerno (AUPA), 2014, vol. 57, pp. 241-264.
20
Según lo refiere Salvioli, Giuseppe. Storia dela procedura civile e criminale. Milán
Hoepli, 1927, ii, pp. 183 y ss., todos los estatutos imponían el arbitraje entre
parientes (marido y mujer, padres e hijos, parientes consanguíneos y afines hasta
el cuarto grado), entre maestros y aprendices, artesanos y operarios, entre con-
dóminos, entre socios, entre municipios, entre municipios y particulares, entre
pobres, entre pobres y ricos, entre ignorantes de la ley y notarios. Incluso, se sentó
la doctrina de que el juez podía imponer a las partes el arbitraje «cuando temía
escándalos y la litis era vasta y dudosa».
266 Biblioteca de Arbitraje
Pero este giro de tuerca fue paulatino, pues aún en el siglo xiii, los
glosadores, siguiendo a las fuentes justinianeas (en particular, el rescrip-
to de Caracalla), negaron la apelabilidad de la sentencia arbitral, fun-
damentalmente porque a ella le faltaba «‘vis rei iudicatae’, no naciendo
de ella ni la acción a favor del actor ganador, ni excepción a favor del
demandado absuelto»,21 sino sólo, en el caso de desobediencia, al pago
de la pena pactada en el compromiso.
21
Padoa Schioppa, Antonio. Ricerche sull’appello nel diritto intermedio. Milán: Giu-
ffrè, 1970, ii, p. 82, quien pone en evidencia que los glosadores para sostener lo
que sostenían «no ignoraban que Justiniano había admitido tanto la acción como
la excepción siempre que, expresa o tácitamente, las partes hubieran aceptado la
sentencia del árbitro; pero la validez de esa justificación (que se remonta al rescrip-
to de Caracalla) de la prohibición de apelación no les parecía que había cesado:
como Accursio sostendrá con discutibles razones, pero sin incertidumbres».
22
Padoa Schioppa. Ob. cit., pp. 87 y ss. De hecho la mayor diferencia entre uno y
otro arbitraje estaba justamente en la apelabilidad o no del laudo. Lo señalan tam-
bién Salvioli, Ob. cit., p. 181 y Piano Mortari, Vincenzo. «Arbitrato b) Diritto
intermedio». En Enciclopedia del diritto. Milán: Giuffrè, 1958, ii, p. 897.
23
Así Salvioli. Ob. cit., p. 181.
24
Salvioli. Ob. cit., p. 188.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 267
Es así que si, por un lado, en ellas se proclamaba que del «juicio de
los avenidores no se puede ninguno alzar»28 —bajo la consabida razón
de que las partes se podían apartar del «juicio de advenidores» pagando
25
Para la ejecución se necesitaba, sin embargo, que el juez público la dotara de eje-
cutividad, esto es, a diferencia de la sentencia pública, no tenía, per se, la executio
parata. Decía Maranta que «sentencia arbitri non potest executioni mandari per ip-
sum arbitrum sed per iudecem ordinarium» (lo recuerda Salvioli. Ob. cit., p. 187).
26
Así Piano Mortari. Ob. cit., p. 896.
27
Conviene recordar que, como lo señala Lalinde Abadía, Jesús. Iniciación his-
tórica al Derecho español. Barcelona: Ariel, 1978, 2.ª edición, pp. 130-131, las
Partidas, «representan el exponente más alto de penetración del Derecho Común
en Castilla», obra que «es objeto de elaboración a través del último cuarto del siglo
xiii y la primera mitad del siglo xvi. Durante este tiempo, diversos juristas, por
encargo del rey o con su aquiescencia, proceden a manipular, reagrupar y com-
pletar el texto, desarrollándose la principal actividad en los reinados de Alfonso
x, entre 1275 y 1284, y en los de Fernando iv y Alfonso xi, si bien en el de este
último debe tratarse exclusivamente de revisiones, que han podido tener lugar
entre 1325 y 1340».
28
Partida 3, 4, 35: «Despáganse á las veces algunas de las partes del juicio que dan los
judgadores de avenencia contra ellas, et alzánse cuidando que lo pueden facer: et por
ende decimos que ninguno non puede tomar alzada del juicio destos».
268 Biblioteca de Arbitraje
29
Partida 3, 4, 23, que prescribía que en el compromiso se debía prometer obedecer
la sentencia bajo pena «que peche la parte que non quisiere estar por ello a la otra
que obedesciere el mandamiento de los advenidores». Si no se hubiere pactado la
pena, bastaba no aceptar la sentencia expresamente en el plazo de diez días en que
fue dada la sentencia: «ca si pena hi non fuese puesta non serían tenudas las partes de
obedescer el mandamiento ni el juicio que diesen entre ellas, fueras ende si callesen et
non contradixiesen desde el dia que fuese dada la sentencia fasta diez dias».
30
Todos los textos entrecomillados Partida 3, 4, 23.
31
El pasaje de la Ley n.° 23 alude a la reductio ad arbitrium boni viris que, como
indicamos en el texto, fue el remedio maquinado por los glosadores en contra de
los laudos de los arbitradores. Interesante es la función que le encomienda a esos
«homes bonos» (que eran los jueces «ordinarios»): «endereszar et emendar», esto es,
la misma función del «mayor juez» en la «alzada» de las Partidas: «Alzada es que-
rella que alguna de las partes face de juicio que fuese dado contra ella, llamando et
recorriéndose á emienda de mayor juez. Et tiene pro la alzada es fecha derechamente
porque por ella se desatan los agravamientos que los jueces facen à las partes torticera-
mente, ó por non lo entender» (Partida 3, 23, 1).
32
Partida 3, 4, 34.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 269
33
Partida 3, 4, 35.
34
La conjetura es de Aikin Araluce, Susana El recurso de apelación en el derecho
castellano. Madrid: Reus, 1982, p. 90.
35
Recogida en la Nueva Recopilación 4, 21, 4 y, luego, en la Novísima Recopilación
11, 17, 4. Es importante evidenciar que la Ley n.° 4, está colocada en el Título
relativo a «la execution de las sentencias, y despacho de ejecutorias». En ella se trasluce
la transformación de la poena compromissi a requisito para recurrir, al señalar que
las partes en el compromiso «prometen de estar por la sentencia que dieron, y de no
reclamar della so cierta pena».
270 Biblioteca de Arbitraje
Este régimen estuvo vigente por siglos,40 hasta que sobrevino la co-
dificación procesal de la segunda mitad del siglo xix, que procedió a un
completo reordenamiento del sistema de recursos en el arbitraje.
36
Para ello, conforme a la Ordenanza de Madrid, se debía presentar «el compromiso
y sentencia signada del Escribano Público», pero el juez tenía que controlar que
«fue dada dentro del término del compromiso, y sobre las cosas sobre las que fue
comprometido».
37
Plazo establecido en el Ordenamiento de Alcalá (Novísima Recopilación 11, 18,
1).
38
En el Derecho Histórico español, el «recurso de nulidad» era el equivalente de la
querela nullitatis del derecho estatutario italiano y era el medio para hacer valer las
nulidades sanabilis. Las insanabilis podían ser deducidas en cualquier momento
(«perpetuamente» decía Hevia Bolaños. Curia Philipica [1797], edición facsimi-
lar. Valladolid: Lex Nova, 1989). La apelación presuponía la validez de la senten-
cia, pero también se podía hacer valer la nulidad en la apelación, para que fuera
sustanciada por «el superior».
39
En ese sentido opinaba Elizondo, Francisco Antonio. Práctica universal forense de
los tribunales de España y de las Indias. Madrid: Imprenta de Joachin Ibarra, 1786,
tomo iv, p.26, cuando la nulidad era manifiesta.
40
Hevia Bolaños en su Curia Philipica (que es obra del siglo xvii) decía: «Y de los
árbitros se puede apelar ó pedir la reducción á alvedrío de buen varón, que se entien-
de el Juez ordinario, quanto al efecto devolutivo, y no suspensivo, según unas leyes
de partida, y su glosa gregoriana, y una ley de la recopilación» (p. 247), y que «La
sentencia dada por los árbitros juris, ó Arbitradores […] trae aparejada execución, y
se ha de ejecutar sin embargo de apelación, reducción á alvedrío de buen varón, ni
otro recurso que se interponga, dándose fianzas de volver lo que por razón se recibiera,
Panorama Actual del Arbitraje 2015 271
si fuese revocada, con los frutos y rentas, según fue mandado» (p. 107). Igualmente,
Hevia Bolaños, en su Laberinto de comercio terrestre y naval (obra publicada como
tomo II de la Curia Philipica), bajo la voz «Compromiso», nos señala lo mismo
(con algunos datos más). Esto mismo se encuentra en los textos de Práctica Fo-
rense del siglo xix. Así, p. ej., en la versión de José Marcos Gutiérrez de la Librería
de Escribanos, Abogados y Jueces de José Febrero (Madrid: Imprenta de D. Fermín
Villalpando, 1829, tomo ii, p. 298, n.° 15).
41
«Las leyes vigentes —señala Gómez de la Serna, autor de la LEC 1855— al tiem-
po de ordenarse la Ley de Enjuiciamiento Civil, sólo permitían apelar de la sen-
tencia pronunciada por los árbitros, en el caso de que los interesados, al contraer
el compromiso, se reservasen ese derecho. La nueva ley corrigió esto, dejando
abierto el recurso de alzada en todos los casos. Al que se alza, incurriendo en la
multa estipulada, no debe cerrársele la puerta de que se corrija la iniquidad que
puede contener la sentencia». Gómez de la Serna, principal autor de la LEC 1855,
explica así la opción: «Las leyes contra la sentencia arbitral se da recurso de apela-
ción». Gómez de la Serna, Pedro. «Motivos de la Ley de Enjuiciamiento Civil».
Revista General de Legislación y Jurisprudencia. Madrid, p. 158. No está claro a cuál
o a cuáles «leyes vigentes» se refiriera Gómez de la Serna, pero es probable que la
«reserva del derecho de apelación» se haya impuesto en la praxis como consecuen-
cia de la previsión de la Constitución de Cádiz de 1912 que prescribió que «La
sentencia que dieren los árbitros, se ejecutará, si las partes al hacer el compromiso
no se hubieren reservado el derecho de apelar». El origen y la existencia de esta
praxis es confirmada por Vicente y Caravantes, José de. Nuevo Manual de Prác-
tica Forense. Madrid: Imprenta Omaña, 1842, p. 79, quien señala que «Según el
artículo 281 de la Constitución de 1812 la sentencia de los árbitros se ejecutará si
las partes, al hacer el compromiso, no se hubieran reservado el derecho de apelar.
No obstante parece que será apelable aun en este caso, si la sentencia contiene in-
justicia notoria; pues se supone que la renuncia se hizo bajo la confianza de que se
fallaría equitativamente (Ley n.° 4, Título 17, Libro 11, Novísima Recopilación).
Si se reservaren el derecho de apelar, ó no renunciaren a él, será apelable».
42
En el arbitraje de derecho, para la validez del compromiso se estableció que de-
bía estipularse una multa para el que se «alzare del fallo» (inciso 7 del artículo
774). Según Vicente y Caravantes, José de. Tratado histórico crítico filosófico de
los procedimientos judiciales en materia civil según la nueva Ley de Enjuiciamiento
272 Biblioteca de Arbitraje
Civil. Madrid: Imprenta Gaspar y Roig, 1856, ii, p. 501, con la imposición de
esa estipulación, se trató «de obligar indirectamente á la parte vencida à someterse
al fallo arbitral, sujetándole a pagar una multa en caso de alzarse de ella; al paso que
deja a su arbitrio adquirir la esperanza de que se revoque ésta por el hecho de pagar
dicha multa pactada previamente en el compromiso».
43
Lo que evidencia ya la «fusión» entre la apelación y el recurso de nulidad, también
en el caso de apelación de laudos de derecho.
44
Esto es, se suprimió la tradicional reducción a arbitrio de buen varón, porque
su presencia hacía que el juicio de los amigables componedores perdiera «buena
parte de su importancia», en cuanto, «en el estado actual de nuestro derecho es el
seguimiento de un pleito con todos sus trámites, con todas sus fórmulas y con to-
das sus dilaciones; por esto también no admitió el remedio de la alzada» (Gómez
de la Serna. Ob. cit., p. 160).
45
Sin embargo, Vicente y Caravantes, José de. Tratado histórico crítico filosófico de
los procedimientos judiciales en materia civil según la nueva Ley de Enjuiciamiento
Civil. ii. Cit, p. 540, opinaba que «no debe entenderse por éste, que el laudo de
amigables componedores, deba llevarse a efecto en todo caso y que no pueda
reclamarse contra la ejecución del mismo. Lo dispuesto en el artículo 836 debe
entenderse como denegando todo recurso y reclamación contra dicho laudo»,
pero no que se pudiera pedir su nulidad ante el juez ejecutor («si bien en tales
casos no se podrá hacer uso de apelación ni de recurso de reducción o de nulidad
promoviendo una nueva instancia, se podrá pedir al juez ordinario que hubiera de
ejecutar el laudo, que lo declare nulo dejándolo sin efecto»).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 273
Por tanto, el siglo xix se cierra en España con un muy bien definido
régimen de impugnación de los laudos: aquéllos de derecho susceptibles
de todos los recursos previstos para las sentencias judiciales (apelación y
recurso de casación, ambos suspensivos) y los de amigables componedo-
res sólo susceptibles de un recurso de casación no suspensivo.46
46
Quizá sea bueno tener en cuenta que conforme al Código de Procedimiento Civil
francés de 1806 (el de Napoleón), la apelación procedía siempre, salvo que las par-
tes renunciaran a ella en el propio compromiso o después (artículo 1010). Se hu-
biera o no renunciado a la apelación, los motivos de nulidad del laudo del artículo
1028, se podían hacer valer como motivo de oposición a la ordenanza de ejecución
de la decisión arbitral, ante el juez que la emitió. Por su parte, el Codice di procedura
civile italiano de 1865, estableció en su artículo 28 que contra las sentencias de los
árbitros procedía apelación, salvo que los árbitros hubieran sido autorizados a pro-
nunciarse como amigables componedores, cuando ellos se hubieran pronunciado
como jueces de apelación, cuando las partes hubieran renunciado a la apelación y
cuando la causa habría sido de competencia del conciliador. La apelación debía ser
conocida por aquél juez que haría sido competente para conocer de la apelación si
es que no se hubiera seguido el arbitraje. Cuando los árbitros se habían pronuncia-
do como jueces de apelación, procedía recurso de casación (artículo 31). Contra
la sentencia arbitral además procedía revocación, «pese a cualquier renuncia, en las
274 Biblioteca de Arbitraje
formas y en los plazos establecidos para las sentencias de la autoridad judicial» (ar-
tículo 30), y, también, pese a cualquier renuncia, podía ser impugnada por nulidad
por los motivos indicados en el artículo 32, ante la autoridad judicial que habría
sido competente para conocer de la controversia, la cual, declarada la nulidad, se
debía pronunciar sobre el fondo de la controversia (artículo 33). Interesante es la
razón dada por Giuseppe Pisanelli (autor del proyecto) respecto de este régimen
impugnatorio: «Debiendo los árbitros pronunciar según las reglas de derecho, no
podía en tesis general negarse a las partes el medio de la apelación, de la revocación
y de la casación en contra de las sentencias arbitrales» (así en «Relazione ministe-
riale sul primo libro del Progetto di Codice di procedura civile». En Picardi, Ni-
cola-Giuliani, Alessandro. Testi e documenti per la storia del proceso. XIII. Codice
di procedura civile 1865. Milán: Giuffrè, 2004, p. 17). En cambio, la Ordenanza
Procesal Civil alemana (ZPO) de 1877 en su § 1041 estableció sólo la posibilidad
de pedir la anulación del laudo por los motivos allí previstos. Sin embargo, Golds-
chmidt, James. Derecho procesal civil. Barcelona: Labor, 1936, p. 504, refiere que
«la fuerza de cosa juzgada del fallo puede quedar en suspenso por la intervención de
un Tribunal ordinario al cual las partes pueden acudir si así se pactó en el compro-
miso», lo que parecería suponer que las partes podían pactar la apelación del laudo.
47
Así en la Exposición de Motivos de la Ley de 1953.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 275
del juez, para responder de las costas y de los perjuicios que se pudieran
ocasionar» (último párrafo del artículo 31).
48
Así con ese artículo indeterminado aparece en la Exposición de Motivos de la Ley
n.° 36/1988: «El convenio arbitral no implica renuncia de las partes a su derecho
fundamental de tutela judicial, consagrado en el artículo 24 de la Constitución.
Por ello, el título vii regula un recurso de anulación del laudo, a fin de garantizar
que el nacimiento, desarrollo y conclusión del procedimiento arbitral se ajusten a
lo establecido en la ley» (cursivas mías).
49
Con esta ley comienza la tendencia a considerar que «el recurso de anulación» no
es auténticamente un recurso, sino una «acción de anulación» contra el laudo. Lo
deja translucir la Exposición de Motivos cuando señala que «El órgano compe-
tente para recurso es la audiencia provincial. Ésta es una decisión ecléctica entre la
regulación vigente de los recursos contra el laudo, cuyo conocimiento se atribuye
al Tribunal Supremo, como si de una sentencia se tratara, y los que postulan que,
siendo el laudo una decisión puramente privada, su anulación debería incumbir
a los Juzgados de Primera Instancia. La ley ha optado por la vía intermedia, cons-
ciente de que un órgano pluripersonal con competencias en el orden civil como
la audiencia provincial […], podía ser el adecuado para conocer de la anulación»
(cursivas mías).
276 Biblioteca de Arbitraje
50
En virtud de la Ley n.° 11/2011.
51
El artículo 43 original de la Ley n.° 60/2003, disponía «El laudo firme produce efectos
de cosa juzgada y frente a él sólo cabrá solicitar la revisión conforme a lo establecido
en la Ley de Enjuiciamiento Civil para las sentencias firmes». La Ley n.° 11/2011 le ha
hecho una sutil (muy sutil) modificación: «El laudo produce efectos de cosa juzgada y
frente a él sólo cabrá ejercitar la acción de anulación y, en su caso, solicitar la revisión
conforme a lo establecido en la Ley n.° 1/2000 de 7 de enero de 2000, de Enjuicia-
miento Civil para las sentencias firmes». Si se observa el original artículo 43 condi-
cionaba «los efectos de cosa juzgada» a la firmeza del laudo. En el nuevo texto se ha
suprimido el «firme», con lo que se ha querido reforzar que la «acción de anulación»
no es un recurso, sino un proceso autónomo de impugnación, cuyo planteamiento
no impide la «firmeza» del laudo ni que se lleve a ejecución, salvo disposición legal en
otro sentido.
52
Considerado, según la conocida postura del Tribunal Constitucional español,
como un «equivalente jurisdiccional».
53
En Italia el laudo no sólo es susceptible de impugnación de nulidad, sino también
de revocazione y de opposizione di terzo (artículo 831 del CPC); lo propio ocurre
en Francia (artículos 1501 y 1502 NCPC); en Suiza, en el arbitraje interno, tam-
bién procede la revisión del laudo (artículo 396 del CPC unificado); en Bélgica
Panorama Actual del Arbitraje 2015 277
motivo de anulación del laudo, apreciable de oficio, es que éste se haya obtenido
con fraude (artículo 1717.b) iii) del Código Judicial).
54
El Código de 1852 se redactó estando vigente la Constitución de 1839, en cuyo
artículo 164 se prescribía, como «garantía individual», que: «Ningún peruano
puede ser privado del derecho de terminar sus diferencias por medio de jueces
árbitros».
55
La definición de árbitros arbitradores es hermosa: «Los interesados someten sus
diferencias a la decisión de árbitros […] para que, averiguada la verdad, y guar-
dando solo la buena fe, determinen las cuestiones, como amigables componedo-
res» (artículo 58).
278 Biblioteca de Arbitraje
cribe el artículo 565; 4.º en haber fallado los árbitros fuera del
término señalado en el artículo 566; 5.º en haberse fallado so-
bre punto no comprometido; 6.º en contener el fallo extremos
contradictorios; 7.º en haberse omitido la resolución de alguno
de los puntos objeto de compromiso; 8.º en haberse faltado a al-
gún trámite esencial del procedimiento, conforme a los artículos
1085 y 1086, a no ser que esté expresamente suprimido.
Ergo, estaba más que claro que la única manera para provocar la «re-
visión» del fondo de la controversia era pactando, en el propio convenio
arbitral, la apelabilidad del laudo (o someterse a un reglamento de al-
guna institución arbitral que así lo estableciera), una apelación que pre-
suponía reconocer la validez del laudo y que su planteamiento permitía
Panorama Actual del Arbitraje 2015 281
56
Un régimen que evoca el régimen de impugnaciones de las sentencias del derecho
estatutario medieval italiano, que netamente distinguía entre la appellatio de ori-
gen romano y la querela nullitatis de nuevo cuño. En palabras de Calamandrei,
Piero. La cassazione civile. Turín: Fratelli Bocca, 1920, vol. i, p. 145, «la legislación
estatutaria consideró a la querela nullitatis como el remedio ordinario contra la
sentencia nula de la misma manera que consideró a la apelación como el remedio
ordinario en contra de la sentencia injusta».
282 Biblioteca de Arbitraje
La «invalidez» del laudo sólo se podía hacer valer a través del re-
curso de anulación. El recurso de anulación sólo podía fundarse
en las causales de anulación previstas por la ley, excluyéndose,
como consecuencia, la invocación de cualquier error in iudican-
do (de hecho o de derecho) que pudieran haberse cometido al
juzgar el fondo de la controversia, pues ése era el «campo» de la
apelación, pudiendo el juez de la anulación sólo anular o decla-
rar la validez del laudo.
57
En la praxis, cotidianamente, se intenta (por lo general, sin éxito) un subrepticio
control sobre el fondo de la controversia, invocando en el recurso de anulación
esa suerte de «motivo ómnibus», que es el defecto de motivación, en base a los
«estándares» fijados en la STC n.º 00728-2008-PHC/TC (en el caso Giuliana
Llamoja).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 283
6. Consideraciones conclusivas
58
STC n.º 00142-2011-PA/TC, fj. 20a.
59
Idem, fj. 20f. A los que se agrega el así llamado «amparo arbitral» directo, en los
supuestos indicados en el fj. 21 de la sentencia indicada.
284 Biblioteca de Arbitraje
«fuerzas vivas» las que triunfan, encontrando entre los meandros del
sistema, el medio para lograr indirectamente lo que la ley no le permite
directamente.
Marianella Ledesma*
1. Introducción
*
Bachiller y Doctor en Derecho. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Juez Supernumerario Especializado en lo Civil de Lima. Profesora en la Facultad
de Derecho de la Pontificia Universidad de Lima y de la Universidad de Lima.
Profesora en la sección de posgrado de la Universidad San Martín de Porres, Uni-
versidad Nacional Mayor de San Marcos y la Universidad Femenina del Sagrado
Corazón (Unifé). Autora de diversas publicaciones en temas judiciales y justicia
alterna.
286 Biblioteca de Arbitraje
1
El ejercicio de la autonomía de voluntad, como piedra angular del arbitraje, no es
un tema pacifico, a la luz de la propia interpretación que ha realizado el Tribunal
Constitucional sobre la naturaleza del arbitraje. En la STC n.° 6167-2005-PHC/
TC-LIMA, fj. 11, ha señalado que «La facultad de los árbitros para resolver un
conflicto de intereses no se fundamenta en la autonomía de la voluntad de las
Panorama Actual del Arbitraje 2015 287
les, aun cuando estos constituyan parte del debido proceso o de la tutela
procesal efectiva.4 Sin embargo, ha señalado que sí resulta procedente
cuando «se invoca la vulneración directa o frontal de los precedentes
vinculantes establecidos por el Tribunal Constitucional; se ha ejercido
control difuso sobre una norma declarada constitucional por el Tribu-
nal Constitucional o el Poder Judicial, según corresponda, invocándose
la contravención al artículo vi del Título Preliminar del Código Proce-
sal Constitucional».5
4
Expediente n.° 00142-2011-PA/TC Lima, Sociedad Minera de Responsabilidad
Ltda. Maria Julia.
5
En ambos casos será necesario que quien se considere afectado haya previamente
formulado un reclamo expreso ante el tribunal arbitral y que éste haya sido deses-
timado, constituyendo tal reclamo y su respuesta, expresa o implícita, el agota-
miento de la vía previa para la procedencia del amparo.
290 Biblioteca de Arbitraje
6
Expediente n.° 00142-2011-PA/TC-Lima, Sociedad Minera de Responsabilidad
Ltda. María Julia.
7
Esta afirmación también aparece reafirmada como precedente vinculante por el
propio Tribunal Constitucional, en el caso del expediente n.° 00142-2011-PA/
TC-Lima, Sociedad Minera de Responsabilidad Ltda. María Julia.
292 Biblioteca de Arbitraje
8
Fernández Ballesteros, Miguel Ángel. «La cosa juzgada y revisión de laudos
firmes». En Comentarios a la nueva Ley de Arbitraje n.° 60/2003. Gonzales Soria
(coord.). Madrid: Thomson-Aranzadi, 2004, p. 472.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 295
«El control judicial, conforme a la ley, debe ser ejercido ex post, es decir, a posteriori,
9
mediante los recursos de apelación y anulación del laudo previstos en la Ley General
de Arbitraje. Por su parte, el control constitucional deberá ser canalizado conforme
a las reglas establecidas en el Código Procesal Constitucional; vale decir, que tratán-
dose de materias de su competencia, de conformidad con el artículo 5, numeral 4
del precitado código, no proceden los procesos constitucionales cuando no se hayan
agotado las vías previas. En ese sentido, si lo que se cuestiona es un laudo arbitral
que verse sobre derechos de carácter disponible, de manera previa a la interposición
de un proceso constitucional, el presunto agraviado deberá haber agotado los recur-
sos que la Ley General de Arbitraje prevé para impugnar dicho laudo». Ver fj. 14
STC n.° 6167-2005-PHC/TC-LIMA.
296 Biblioteca de Arbitraje
Como dice el texto del artículo 47.2 del Decreto Legislativo n.°
1071, «por medida cautelar se entenderá toda medida temporal, con-
tenida en una decisión que tenga o no forma de laudo, por la que, en
cualquier momento previo a la emisión del laudo que resuelva definiti-
vamente la controversia […]».
12
Artículo 49.- «Reconsideración.
1. Las decisiones del tribunal arbitral, distintas al laudo, pueden ser reconsidera-
das a iniciativa de una de las partes o del tribunal arbitral, por razones debi-
damente motivadas, dentro del plazo establecido por las partes, por el regla-
mento arbitral aplicable o por el tribunal arbitral. A falta de determinación del
plazo, la reconsideración debe presentarse dentro de los tres (3) días siguientes
de notificada la decisión.
2. Salvo acuerdo en contrario, esta reconsideración no suspende la ejecución de
la decisión.
298 Biblioteca de Arbitraje
A todo ello, hay que apreciar que bajo el texto del Decreto Legisla-
tivo n.° 1071 se ha calificado a la medida cautelar, una decisión que pu-
diera tener forma de laudo; si asumimos este texto podríamos asemejar
las medidas cautelares a pronunciamientos finales como el laudo.
13
Cordón Moreno, Faustino. Arbitraje y jurisdicción: algunas cuestiones polémicas.
Navarra: Cuadernos Civitas, Thomson Reuters, 2010, p. 214.
300 Biblioteca de Arbitraje
bre las cuales se puede fundamentar la anulación del laudo, pero si ésta
no se ejercitó, «cuesta entender que el juez actúe como un autómata, a
lo peor con la confabulación de las partes».
14
Ibidem.
15
En los casos analizados tienen como participes en común al Notario Serafín Mar-
tínez Gutarra y al árbitro único: Eugenio Martín Cisneros Navarro. Véase el caso
seguido entre Rita Espinoza Lara con Asesores y Liquidadores de Empresas Ala-
dem EIRL sobre obligación de dar bien inmueble. Laudo protocolizado en la
citada Notaría Cisneros Navarros el 10 de septiembre 2009. Otro caso, véase el
seguido por Eyner Flores Ramos con Orellana Asesores y Consultores SAC sobre
entrega de bien inmueble determinado. Laudo protocolizado en la Notaría Cis-
neros Navarro con fecha 27 de agosto de 2009. Comparto este modus operandi
en los casos analizados: «celebrar la compraventa de un inmueble y someter la
contratación al convenio arbitral, para luego buscar un árbitro ad-hoc, que no
sólo ordene la desocupación del predio al vendedor obligado con la entrega, sino
que además extienda los efectos de su fallo a terceros ocupantes del predio, contra
quienes dispone su lanzamiento, con la intervención judicial».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 301
16
El artículo 14 del Decreto Legislativo n.° 1071 dispone que el convenio arbitral
se extiende a aquéllos que prestaron el consentimiento de someterse a arbitraje,
según la buena fe, se determina por su participación activa y de manera determi-
nante en la negociación, celebración, ejecución o terminación del contrato que
comprende el convenio arbitral o al que el convenio esté relacionado. Se extiende
a quienes pretendan derivar derechos o beneficios del contrato, según sus térmi-
nos, siendo así el laudo arbitral sólo resulta vinculante a quienes encontrándose
dentro de los supuestos de dicha norma, hubieran intervenido en el arbitraje, ello
en atención al principio de la autonomía privada expresadas por las partes en el
convenio arbitral.
17
En el referido cónclave se afirmó que, tanto en el laudo arbitral que apareja ejecu-
ción, ni del convenio arbitral que lo sustenta, han intervenido los terceros a quie-
nes alude el ejecutante al pretender su notificación con el mandato de ejecución,
por lo que no puede hacérseles extensivo lo resuelto en sede arbitral. Lo contrario
implicaría una grave violación de los derechos fundamentales de los terceros, que
sin haber tenido posibilidad de controvertir la pretensión del demandante en sede
arbitral, quedarían vinculados por lo laudado.
304 Biblioteca de Arbitraje
18
Esto último también operaría con algunas restricciones, pues, estando prohibida
la admisión de recursos que entorpezcan el laudo arbitral, el artículo 68, inciso 4)
del Decreto Legislativo n.° 1071, se colige inevitablemente que la participación
del tercero resultara severamente restringida. El artículo 68 del Decreto Legislati-
vo n.° 1071 dispone que sólo puede formularse oposición a la ejecución si se acre-
dita con documentos el cumplimiento de la obligación requerida o la suspensión
de la ejecución conforme al artículo 66 del Decreto Legislativo citado, en el pri-
mer caso, el cumplimiento es pertinente y exigible a quien es parte en el contrato
y no a los terceros; y en el segundo caso, el tercero no podrá oponer tal causal al
no tener jurídicamente posibilidad de obtener la suspensión de la ejecución, que
está igualmente reservado a las partes en el arbitraje.
19
Ejecutoria 2.ª Sala Comercial de Lima. Expediente n.° 273-2010. Resolución de
19 de abril de 2010. Quejoso Julio Nicolás Varias Carbone contra el 10.º Juzgado
Comercial. Expediente n.° 2009-09665.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 305
20
En los seguidos por Jorge Enrique Cortés Martínez contra Rodolfo Orellana Ren-
gifo y otra, sobre Ejecución de Laudo Arbitral. Lima, 27 de junio de 2011. Sala
Civil Transitoria de la Corte Suprema.
21
El caso refiere que Rodolfo Orellana Rengifo, en octubre del 2007, formalizó el
Contrato de compraventa a favor de Jorge Enrique Cortés Martínez, del inmueble
constituido por la Unidad Inmobiliaria n.° 1 que es parte de la Unidad Catastral
n.° 10414, Urbanización Fundo Santa Rosa, distrito de Lurín, provincia y de-
partamento de Lima. En el referido contrato se estableció que el ejecutado debió
hacer entrega de la posesión efectiva del bien inmueble de su propiedad totalmen-
te desocupada, obligación que fue incumplida por el vendedor, alegando que se
encontraba negociando la salida del inmueble de terceras personas. Ante dicha
situación, las partes firmaron el Contrato de Obligación de Dar Bien Inmueble
Determinado, el mismo que fue suscrito el tres de enero del año dos mil ocho. En
dicho contrato el ejecutado Rodolfo Orellana Rengifo se obligó a que la entrega
del bien inmueble de su propiedad se realizaría, indefectiblemente, a más tardar
el 31 de marzo de 2008, estableciéndose además una cláusula arbitral en caso de
incumplimiento. Al ver transcurrido el tiempo y no haber visto su derecho satisfe-
cho, en virtud de la cláusula tercera del contrato anteriormente citado, decidieron
someter la desavenencia a un arbitraje de derecho.
Es así que mediante laudo arbitral de fecha 15 de julio de 2008, el Arbitro Único
de Derecho Eugenio Martín Cisneros Navarro, declaró fundada la demanda y
por consiguiente dispuso: «que Rodolfo Orellana Rengifo cumpla con procurar
a favor de Jorge Enrique Cortés Martínez, dentro de los diez días de notificado
el presente laudo, la entrega y posesión efectiva del inmueble [...]. De no verifi-
carse la entrega y posesión efectiva del inmueble dentro del término señalado, se
procederá al lanzamiento del demandado y/o terceros que ocupen el predio en
ejecución de laudo».
El referido laudo arbitral quedó consentido al no haberse interpuesto recurso im-
pugnatorio alguno. El laudo arbitral fue notificado válidamente al ejecutado para
Panorama Actual del Arbitraje 2015 307
que debe existir, con la parte a quien se le va a extender los efectos del
proceso, caso contrario no podríamos sostener la existencia de la cosa
juzgada.
22
El laudo protocolizado tenía la siguiente fórmula de redacción: ordeno que (xxx)
dentro del plazo de cinco días de notificado el presente laudo, cumpla con entre-
gar la posesión efectiva de la finca (xxx). De no verificarse la entrega y posesión
efectiva del inmueble dentro del término antes señalado, se procederá al lanza-
310 Biblioteca de Arbitraje
23
Precisamente, uno de los temas que abordó el Pleno Jurisdiccional Distrital Co-
mercial de 2010 fue la intervención de los terceros en el proceso de ejecución,
llegando a las siguientes conclusiones: a) procede la notificación a terceros cuando
lo soliciten las partes, el propio tercero o lo disponga el juez de oficio; b) se debe
conceder la intervención y eventualmente admitir la contradicción formulada por
los terceros que no participaron en el proceso arbitral siempre que se compruebe
su evidente interés y se aprecie el perjuicio que se le causaría; c) se debe conceder
la apelación del tercero contra el auto que deniega su incorporación, siempre que
ello no implique la suspensión de la tramitación de autos; d) el juez debe denegar
la apelación interpuesta por las partes contra el auto que incorpora a un tercero
al proceso de ejecución, pues, el artículo 101 del CPC señala que sólo es apelable
la resolución que deniega la intervención; e) en los casos de restitución o entrega
de bienes inmuebles, si el tercero se opusiera a la ejecución (o alegara contradic-
ción) contra el título, sustentando y acreditando que se encontraba en posesión
del bien sub materia, incluso con anterioridad a la fecha de celebración del acta
de conciliación o del proceso arbitral que resolvió la desocupación del mismo, sin
que él haya intervenido en dichos procesos, la oposición (contradicción) inter-
puesta judicialmente deberá ser amparada, pues, de no ser así se estaría no sólo
violentando normas procesales, sino también normas que constituyen garantías
constitucionales como la tutela jurisdiccional efectiva y el derecho al debido pro-
ceso en su vertiente: derecho a la defensa, toda vez que el tercero quedaría en total
indefensión.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 313
24
STC n.° 00142-2011-PA/TC-Lima, Sociedad Minera de Responsabilidad Ltda. Ma-
ría Julia.
314 Biblioteca de Arbitraje
El control judicial sobre el laudo arbitral también debe pasar por veri-
ficar si reúne las condiciones de ejecutabilidad propias de un título eje-
cutivo; este control es necesario, sobre todo, cuando estamos ante casos
de laudos ilíquidos o calificados también como condena con reserva de
liquidación, pues, requieren un pronunciamiento complementario por
los propios árbitros, para que recién se configure como título ejecutivo,
mientras ello no sucede lo podemos catalogar como laudos parciales.
Con estas limitaciones la condena con reserva podría ser una ins-
titución de suma utilidad práctica, pues, cuando, efectivamente, sea
imposible o muy difícil pedir una cantidad determinada de daños y
perjuicios, se evita la inconveniente necesidad de incoar un segundo
arbitraje, cuyo único objeto sea la cuantificación.
25
Fernández. Op. cit., p.466.
320 Biblioteca de Arbitraje
Estos laudos ilíquidos, al igual que las sentencias judiciales, son ca-
lificados como decisiones «perversas», pues, ellos en sí, no generan el
titulo ejecutivo que se esperaba, todo lo contrario se trata de una so-
lución «a medias», que ampara el derecho de la parte actora, pero, que
aún es inejecutable, pues, requiere de una decisión que complemente
el contenido de lo ya decidido.26 Esto es, se afirma en el laudo, que hay
obligaciones que satisfacer, pero, no se señala la magnitud de éstas, todo
lo contrario, se deja para que se definan al momento de la ejecución, de
ahí que sea una obligación ilíquida, que no puede ser catalogada aún
como un título ejecutivo, ni menos ingresar a la ejecución de éste.
26
Para Fernández, el actor no puede pedir que se declare en el proceso arbitral la
obligación de indemnizar y se deje su cuantificación a la fase de ejecución de
sentencia. Pero, sí puede el actor fijar (o, al menos, ofrecer para la fase de prueba)
las bases conforme a las que desea que se calcule la cantidad debida (que prue-
ba) las bases conforme a las que desea que se calcule la cantidad debida (que, en
muchos casos, sigue devengándose hasta que la sentencia sea firme o se acuerda
la ejecución provisional) y siempre, claro es, que: a) la condena a prestación haya
sido, efectivamente, objeto del proceso; b) que lo que se deje para la ejecución de
sentencia sea la cuantificación; en ningún caso la determinación de los daños y
perjuicios y, menos aún, el juicio, si los daños son o no achacables o imputables al
hecho dañoso; c) que se fijen las bases conforme a las que debe hacerse la liquida-
ción en ejecución de sentencia. Con estas limitaciones, la condena con reserva es
una institución de suma utilidad práctica, pues, cuando efectivamente sea impo-
sible o muy difícil pedir una cantidad determinada por daños y perjuicios, se evita
la inconveniente necesidad de incoar un segundo arbitraje cuyo único objeto sea
la cuantificación (y salvo, claro es, que las partes expresamente pacten lo contra-
rio). Op. cit., p. 467.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 321
y de plano rechazar la pretensión e instar a que sean los árbitros los que
culminen su labor, por tratarse simplemente de un «laudo parcial» e
inejectuable.
*
Ponencia preparada para el curso de arbitraje organizado por el CEAR del Colegio
de Abogados de Lima, adaptado como un artículo que incluye las fuentes biblio-
gráficas utilizadas.
324 Biblioteca de Arbitraje
1
Del Águila Ruiz de Somocurcio, Paolo. En artículo denominado «Arbitraje
Institucional o Arbitraje Ad-Hoc. ¿He ahí el dilema?». En Revista de Arbitraje, año
2005, n.º 1, pp. 231 y 232.
326 Biblioteca de Arbitraje
Por su parte, los procesos judiciales también tienen aspectos muy posi-
tivos a resaltar, de los cuales mencionaremos los siguientes:
6. Tipos de arbitraje
7. Arbitraje ad-hoc
Sus reglas son definidas por las partes y/o por los propios árbitros y
se les aplica supletoriamente la L. de A. En consecuencia, tiene diferen-
cias importantes con el arbitraje institucional, y en algunos casos, puede
ser más ventajoso para las partes, pero en la mayoría, consideramos que
puede ser más inseguro. Ello se debe a que en esta clase de arbitraje sola-
mente se presentan las partes con los árbitros, prescindiendo del apoyo
de terceros para la organización y administración del mismo, sin invo-
lucrarse por lo tanto, a ninguna institución arbitral como facilitadora de
las partes y árbitros para la resolución de la controversia.
Como bien señala Paolo del Águila,3 en una u otra forma, siempre
van a tener las partes, con la colaboración de los árbitros, las prerroga-
tivas a efectos de llenar de contenido el proceso arbitral, sea que opten
por elaborar reglas ad-hoc, es decir, especificar para cada caso concreto,
o que basándose en el reglamento de una institución arbitral, elaboren
una mixtura de normas destinadas a pautear el desarrollo del proceso
2
O’Farrel, Jorge. En artículo denominado «Arbitraje Internacional, solución de fu-
turo», publicado en la Revista Jurídica argentina La Ley. Buenos Aires, 1992, p. 804.
3
Del Águila de Somocurcio, Paolo. Op. cit., p. 237.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 333
4
Cremades, Bernardo. En artículo denominado «España ante el arbitraje comer-
cial internacional». En Estudio sobre arbitraje comercial internacional, publicado
por el Centro de Estudios Comerciales (CECO). Madrid, 1983, p. 38.
5
Ruska Maguiña, Carlos. «Arbitraje ad-hoc o arbitraje administrado. El Rol de las
instituciones arbitrales en el Perú». En Arbitraje comercial y arbitraje de inversiones,
editado por el Instituto Peruano de Arbitraje, Ediciones Magma, 2008, pp. 91-98.
334 Biblioteca de Arbitraje
8. Arbitraje institucional
principios del siglo xx, de donde aparece la necesidad de someter las con-
troversias de esos negocios al arbitraje internacional en un terreno neu-
tral, y la Cámara de Comercio Internacional responde a esa necesidad,
convirtiéndose en el paradigma en materia de arbitraje institucional.
A eso se suma la lista de árbitros, que sirve para que los centros
hagan designaciones en defecto de las partes. Generalmente, los centros
son muy exigentes en la conformación de sus listas. Hay un factor de
calidad que los Centros cuidan, pues la pérdida de calidad incide direc-
tamente en la posibilidad de mantenerse competitivos en el mercado
de servicios, que ha crecido mucho en los últimos años en el ámbito
internacional.
Una empresa transfirió por escritura pública en el año 2009 los de-
rechos de uso sobre un terreno, así como la propiedad de la infraestruc-
tura construida en el mismo, estableciéndose que la contraprestación
debería pagarse con la entrega de un inmueble. Como no se cumplió
Panorama Actual del Arbitraje 2015 343
11. Anexos
Anexo 1
Actos
Rebeldía
Medios probatorios
Desistimiento y transacción
Laudo
• El laudo debe constar por escrito y ser firmado por los árbitros,
con los votos particulares, si fuera el caso (artículo 54).
Costos
Actos postulatorios
Medios probatorios
Desistimiento y suspensión
Laudo
• El laudo debe ser notificado a las partes dentro de los cinco días
de emitido (artículo 78).
Actuaciones arbitrales
Rebeldía
Medios probatorios
Laudo
• El laudo debe constar por escrito y deberá estar firmado por los
árbitros, con los votos discrepantes, de ser el caso.
Actuaciones arbitrales
Rebeldía
Medios probatorios
Laudo
• Debe constar por escrito, con los votos disidentes, de ser el caso
(artículo 40).
Reglamento del
Sistema Nacional de Arbitraje del OSCE
Oposición al arbitraje
Medios probatorios
Laudo
2 de agosto de 2013
Una mirada crítica del artículo 45.1
de la nueva Ley de Contrataciones del Estado
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, experto en contratación
pública, autor del proyecto de la primera Ley de Contrataciones del Estado. Ár-
bitro, conferencista y consultor internacional de entidades y empresas del sector
público y privado. Catedrático de la maestría en Gestión de Proyectos de la Uni-
versidad Nacional de Ingeniería y de la PUCP. Director de Asociación Peruana de
Consultoría, editor y fundador del semanario electrónico Propuesta (www.edicio-
nespropuesta.blogspot.com).
372 Biblioteca de Arbitraje
2
Primer párrafo del inciso 45.1 del artículo 45 de la Ley de Contrataciones del
Estado n.° 30225.
3
Inciso b) del artículo 41 de la Ley de Contrataciones y Adquisiciones del Estado
n.° 26850. El texto simple y corto es pionero en el mundo porque incorpora den-
tro de la legislación nacional de un país al arbitraje como mecanismo obligatorio
para la resolución de los conflictos que se derivan de los contratos que celebra
Panorama Actual del Arbitraje 2015 373
1. Número de árbitros
el Estado con los particulares. La Ley n.° 26572 era la Ley General de Arbitraje
entonces vigente.
4
Artículo 19 del Decreto Legislativo n.° 1071.
5
Artículo 220 del Reglamento aprobado mediante Decreto Supremo n.° 184-200-
EF.
6 Artículo 19 del Decreto Ley n.° 25935.
374 Biblioteca de Arbitraje
resuelto por un tribunal de tres árbitros. Desde el 2004 hasta ahora, du-
rante los últimos diez años, a falta de acuerdo resuelve un solo árbitro.
¿Es necesario tanto detalle? Todo parece indicar que no. Que basta
un texto simple, corto y directo. Ello, no obstante, en el segundo Texto
Único Ordenado aprobado en el 2004 se repitió el error.14 Lo mismo
12
Inciso b) del artículo 41 del TUO aprobado mediante Decreto Supremo n.° 012-
2001-PCM.
13
Idem. Inciso 53.2 del artículo 53.
14
Inciso b) del artículo 41 y numeral 53.2 del artículo 53 del TUO aprobado me-
diante Decreto Supremo n.° 083-2004-PCM que incorporó las modificaciones
que trajo consigo la Ley n.° 28267.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 377
Queda por aclararse las razones por las que en la nueva ley las con-
troversias sobre nulidad del contrato no pueden resolverse en concilia-
ción y necesariamente deben ir a arbitraje.16 Eso es una novedad. Me
temo que los conflictos sobre la nulidad del contrato deberían tener el
mismo tratamiento que se les dispensa a aquellos que versan sobre la
inexistencia, ineficacia o invalidez del mismo contrato. No encuentro
mayor diferencia que justifique una medida como la adoptada. Pero en
fin, la advertencia está hecha a través de una norma de carácter impe-
rativo, que prevalece sobre cualquier acuerdo. Si se reclama la nulidad
de un contrato, no hay conciliación, aún en la eventualidad de que esté
pactada.
15
Inciso b) del artículo 40 y numeral 52.1 del Decreto Legislativo n.° 1017, modi-
ficado a su vez por la Ley n.° 29873 promulgada el 2012.
16
Última parte del primer párrafo del artículo 45.1 de la Ley n.° 30225.
378 Biblioteca de Arbitraje
La ocasión debería ser propicia para reorientar las tareas que de-
sarrollan los auditores a efectos de que puedan convertirse en aliados
estratégicos de los procuradores y demás servidores públicos —y no en
enemigos como equivocadamente se piensa— en el objetivo de celebrar
acuerdos y superar de esta forma las desavenencias que se suscitan en
los contratos que suscriben los particulares con las reparticiones de la
administración pública y para evitar que éstas escalen y se transformen
en conflictos mayores, lo que es moneda corriente en la actualidad.
17
Segundo párrafo del artículo 45.1 de la Ley n.° 30225.
18
La undécima disposición complementaria modificatoria de la Ley n.° 30114 de
Presupuesto del Sector Público para el 2014 amplió el texto del artículo 9.6 del
Decreto Legislativo n.° 1012 con este propósito.
380 Biblioteca de Arbitraje
19
A los que se refiere la Ley n.° 28933 que establece el sistema de coordinación y
respuesta del Estado en conflictos internacionales de inversión.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 381
21
Artículo 134 del Reglamento aprobado mediante Decreto Supremo n.° 039-98-
PCM.
22
Ídem. Artículo 158.
23
Nombre que se le da a quien integra la junta de resolución de disputas.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 383
24
Artículo 159 del Reglamento aprobado mediante Decreto Supremo n.° 039-98-
PCM.
25
Ídem. Artículo 160.
26
Señaladamente, el último párrafo del artículo 267 del Reglamento aprobado me-
diante Decreto Supremo n.° 084-2004-EF admitía que «en caso de que surgiese
384 Biblioteca de Arbitraje
En la nueva Ley se dice con más énfasis que «el reglamento puede
establecer otros medios de solución de controversias»27 y esa declaración
más categórica da pie para imaginar que se podrá dejar en libertad a las
partes para que arreglen sus diferencias creativamente, como lo hacían
en un principio.
alguna controversia sobre la resolución del contrato, cualquiera de las partes podrá
recurrir a los mecanismos de solución establecidos en la Ley, el Reglamento o en
el contrato, dentro del plazo de diez (10) días hábiles siguientes de la notifica-
ción de la resolución, vencido el cual la resolución del contrato habrá quedado
consentida». El mismo precepto repite el penúltimo párrafo del artículo 209 del
Reglamento aprobado mediante Decreto Supremo n.° 184-2008-EF, modificado
por el Decreto Supremo n.° 138-2012-EF.
27
Parte final del segundo párrafo del artículo 45.1 de la Ley n.° 30225.
28
Idem. Tercer párrafo.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 385
En el debate que precedió a la nueva ley dije que si ésta impide que
se arbitre sobre enriquecimiento indebido, expresado en esos términos,
29
Artículo 41.5 de la Ley de Contrataciones del Estado, promulgada mediante De-
creto Legislativo n.° 1017 y modificada por la Ley n.° 29873.
386 Biblioteca de Arbitraje
30
Artículo 23 de la Ley n.° 27785.
31
Idem. Inciso k) del artículo 22.
32
En el ya citado artículo 45.1.
388 Biblioteca de Arbitraje
Ahora está claro que, para la norma específica que regula las contra-
taciones públicas, no puede someterse ni a conciliación, ni a arbitraje
ni a la JRD, las decisiones que adoptan las entidades o la Contraloría,
según corresponda, de aprobar o no «la ejecución de prestaciones adi-
cionales».33
Para la norma general que regula las actividades del Sistema Na-
cional de Control, en adición a esas decisiones, aunque ciertamente
ella sólo menciona a las que emite la Contraloría, tampoco pueden so-
meterse a esas vías alternativas las controversias que versan sobre sus
atribuciones de «otorgar autorización previa a la ejecución y al pago de
los presupuestos adicionales de obra pública», de un lado, y de otorgar
autorización previa al pago —y no a la ejecución— «de las mayores
prestaciones de supervisión en los casos distintos a los adicionales de
33
Primera parte del tercer párrafo del artículo 45.1 de la Ley n.° 30225.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 389
obras, cuyos montos [en ambos casos] excedan a los previstos en la Ley
[…]», de otro lado.34
34
Artículo 23 de la Ley n.° 27785.
35
Artículo 41.3 de la LCE promulgada mediante Decreto Legislativo n.° 1017.
390 Biblioteca de Arbitraje
8. El Poder Judicial
Por primera vez, desde 1997, en esta última versión de la Ley de Con-
trataciones del Estado, que aún no está vigente, se anuncia que estas
pretensiones sobre adicionales, en todo caso, podrían «ser conocidas por
el Poder Judicial», remarcándose además que «todo pacto en contrario
es nulo».
36
Aprobado mediante Decreto Supremo n.° 065-85-PCM.
37
Aprobado mediante Decreto Supremo n.° 034-80-VC.
38
Ley n.° 23554 promulgada el 29 de diciembre de 1982.
39
Aprobado mediante Decreto Supremo n.° 208-87-EF.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 391
40
Artículo 148 de la Constitución.
41
Artículo 53 de la LCE, penúltimo párrafo, y artículo 126 de su Reglamento.
392 Biblioteca de Arbitraje
los casos en los que sea obligatorio, o se decida de acuerdo a ley, someter
la controversia a conciliación o arbitraje.42
42
Inciso 5 del artículo 4 de la Ley n.° 27584, promulgada el 6 de diciembre de
2001.
El panorama del arbitraje,
pacta sunt servanda y autonomía,
el camino recorrido y el que falta por
recorrer para prevenir «arbitricidios»1
1
Término inventado por Thomas E. Carbonneau, para explicar la tendencia «anti
arbitral» del Congreso de los Estados Unidos de América, por contraste con la
tendencia «pro arbitral» de la Corte Suprema de dicho país a lo largo de los últi-
mos cuarenta años, ver: Carbonneau, Thomas (2007). «Arbitricide: the Story of
Anti Arbitration Sentiment in the U.S. Congress». En American Review of Interna-
tional Arbitration; n.° 233.
*
Profesor en el curso de Arbitraje Nacional e Internacional de la Facultad de Dere-
cho de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
394 Biblioteca de Arbitraje
Sin embargo, algo faltaba para que Cearco y sus servicios de arbitraje
institucional se desarrollen y consoliden. Aparentemente, tenía todo para
tener éxito, una excelente lista de árbitros, un reglamento conforme los
estándares del momento, el respaldo institucional de destacados profesio-
nales y de un gremio empresarial centenario como la Cámara de Comer-
cio de Lima e incluso una potencial demanda de servicios, entre otros.
2
Cfr. Carbonneau, Thomas. «Arbitral Law Making». En Michigan Journal of In-
ternational Law, 25 Mich. J. Int’l, L. 1183, 2004.
3
Veinte años de Arbitraje en el Perú, publicación de la Cámara de Comercio de
Lima, 2013.
396 Biblioteca de Arbitraje
del Consulado del siglo xvii y se la estableció como parte de los servicios
a cargo del gremio de comerciantes en el ámbito nacional.4
4
Ibidem, pp. 25 y siguientes.
5
Sobre el principio, ver: Garrido Gómez, María Isabel. «Lo que queda del prin-
cipio clásico pacta sunt servanda». En Derecho y Cambio Social, en:
http://www.derechoycambiosocial.com/revista025/pacta_sunt_servanda.pdf, re-
visada en enero 2015.
6
Ver: Peters, Ann. «International Dispute Settlement: a Network of Coopera-
tional Duties». En European Journal of International Law. Cambridge University
Press, 2003, 5th edition, p. 914.
7
Espinoza, Juan. El acto jurídico negocial, pp. 225-226.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 397
8
En efecto, es a partir del titánico esfuerzo de los glosadores europeos y con pos-
terioridad al siglo xi, que se dio el desarrollo del Derecho Canónico de los Con-
tratos, el mismo que fuera inspirado por los valores cristianos, pero que a su vez
recoge las prácticas seculares de la curia mercatoria. La combinación de dichas
prácticas seculares con el principio cristiano de la buena fe (bona fides), desembo-
có en la relevancia del acuerdo de voluntades en la conformación de los contratos
en tiempos pre modernos. Lo demuestra la Concordia o Decreto de Graciano,
que en la época de los escolásticos se orientó por la necesidad de «concordar los
cánones discordantes». Cf. Lesaffer, Randall. «The Medieval Canon Law of Con-
tract and Early Modern Treaty Law». En Journal of History of International Law.
The Hague: Kluwer Law International, 2000, n.° 2, pp. 182-183.
398 Biblioteca de Arbitraje
Nótese que dichas normas regían junto a las del ámbito de aplica-
ción del entonces Código de Procedimientos Civiles de 1912, sobre ar-
bitraje-proceso «sub-judicial», a las que se sumaban las normas del marco
normativo del Código Civil de 1984, sobre arbitraje-contrato. ¿Qué era
el arbitraje, jurisdicción, proceso, contrato o todo junto y nada a la vez?
9
En alusión a las obras del literato existencialista Franz Kafka, autor de notables
libros como La Metamorfosis y El Proceso.
10
Ver: Cantuarias, Fernando y Roque Caivano. «La nueva ley de arbitraje pe-
ruana: un nuevo salto a la modernidad». En Revista Peruana de Arbitraje. Lima:
Editorial Magna, 2008, n.° 7, p. 50.
400 Biblioteca de Arbitraje
11
Ibidem.
12
De Trazegnies, Fernando. Prólogo al libro Veinte años de arbitraje en el Perú,
publicación de la Cámara de Comercio de Lima, 2013, p. 12.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 401
Pero también, por otro lado, estaban vigentes algunas partes del
código entonces llamado de «procedimientos civiles» de principios del
siglo xx. Éste, en realidad, normaba un arbitraje propio del siglo xix,
adscrito esencialmente a la autoridad jurisdiccional de los jueces de la
República, bajo la fórmula de la cláusula compromisoria y donde el se-
ñor juez ejercía una suerte de tutela exorbitante sobre el arbitraje.
13
Ver: Cremades, Bernardo. «Resurgence of the Calvo Doctrine in Latin América».
En Business Law International, January 2006, vol. 7, n.° 1, pp. 53 y ss.
402 Biblioteca de Arbitraje
A principios de los años noventa en el Perú, las reglas del Código Civil
de 1984 incorporaban elementos contractuales más cercanos a la no-
ción del «contrato de contratar», justamente antes de la primera Ley de
Panorama Actual del Arbitraje 2015 403
Arbitraje, el Decreto Ley n.° 25935, que introdujo, por primera vez, el
concepto de convenio arbitral.
Pero, lo cierto es que las reglas del Código estaban lejos de garan-
tizar la existencia y exigibilidad de una noción de convenio arbitral au-
tónomo, tal como éste se entiende en la actualidad. En realidad, en la
práctica, constituían una «trampa mortal» para acceder al arbitraje y
para su adecuada realización, consumando así un primer gran «arbitri-
cidio».
14
Ver: Caivano, Roque. La cláusula arbitral, evolución histórica. Bogotá: Editorial
Cámara de Comercio de Bogotá, 2008, pp. 109-111.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 405
15
Ver: Taylor von Mehren, Arthur. «International Commercial Arbitration, the
contribution of French Jurisprudence». En Louisiana Law Review; 1986, vol. 46,
n.° 5, pp. 1045-1059.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 407
16
De hecho, no debería llamar la atención que una cosa así ocurra, cuando, por
ejemplo, recientemente se pretende regular la función arbitral como si fuera fun-
ción pública, tal como consta en el Proyecto de Ley n.° 4029-2014-CR de 27 de
noviembre de 2014.
408 Biblioteca de Arbitraje
17
Ver: Santistevan de Noriega, Jorge. Inevitabilidad del arbitraje ante la nueva ley
peruana (Decreto Legislativo n.° 1071). En Revista Peruana de Arbitraje, 2008, n.°
7, pp. 85 y ss.
18
En efecto, tomar en cuenta que la primera Ley de Arbitraje, n.° 25935, era de
1992; la segunda, la Ley n.° 26572, era de 1996 y la actual, el Decreto Legislativo
n.° 1071, es del año 2008.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 409
19
Ver: Fumurescu, Alin. Compromise, a political and philosophical history. Cambridge
University Press, 2013, p. 65.
410 Biblioteca de Arbitraje
Guardando las distancias del caso y por los efectos anti arbitrales que
causa, en términos prácticos, algo similar al primer «arbitricidio» está
ocurriendo en la actualidad con la injerencia del Tribunal Constitucio-
nal en cuestiones arbitrales, que al igual que en el caso de la cláusula
arbitral y el compromiso arbitral, es una intervención que también se
percibe como «jurídicamente perfecta».21
20
En efecto, los centros de arbitraje en el Perú, comenzando por la Cámara de
Comercio de Lima y siguiendo con el Centro de Arbitraje de la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú y el de la Cámara de Comercio Peruano-Americana
(Amcham), han hecho diversas reformas en sus reglamentos para perfeccionarlos,
se han introducido medios electrónicos de gestión, desarrollando mejoras en la
administración de los casos e incluso han obtenido validaciones internacionales
como el ISO y, además, han entrado en alianzas estratégicas con operadores glo-
bales en materia de arbitraje, etc.
21
Sobre la constitucionalización del arbitraje ver: De Jesús, Alfredo. «La autonomía
del arbitraje comercial internacional a la hora de la constitucionalización del arbi-
traje en América Latina». En Lima Arbitration, 2008-2009, n.° 3.
22
Wong Abad, Julio. La motivación defectuosa como causal de nulidad del laudo.
Lima: Ed. Jurista, 2013.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 411
23
Para ver la evolución del tratamiento del «manifest disregard of the law standard»
en los Estados Unidos de América, cabe tener presente el caso Hall Street Asso-
ciates vs. Mattel Inc. del año 2008, resuelto por la Corte Suprema, que haciendo
referencia al caso Wilko vs. Swan precisó que «maybe the term manifest disregard
was meant to name a new ground for review, but maybe it merely referred to the
(Federal Arbitration Act) § 10 grounds collectively, rather than adding to them».
En Le Roy, Michael. «Are arbitrators above the law? The manifest disregard of the
Law Standard». En Boston College Law Review, 2011, vol. 52, n.° 137, p. 137.
24
Ibidem.
412 Biblioteca de Arbitraje
25
Scott Rau, Alan. «Everything you really need to know about “separability” in
seventeen simple propositions». En American Review of International Arbitration,
14 Am. Rev. Int’l Arb., 2003, n.° 1.
414 Biblioteca de Arbitraje
26
Ruska, Carlos. «Pacte con cuidado, podría terminar en el Poder Judicial». En
Revista Peruana de Arbitraje, 2007, n.° 4, pp. 49-64.
27
Kahn, Ali. «Arbitral Autonomy». En Louisiana Law Review. La. L. Rev., 2013,
vol. 74, n.° 1, p. 2.
28
Rubio Guerrero, Roger. «Ruido en la calle principal: las reglas de juego en el
arbitraje y sus peligrosas distorsiones». En Thémis, 2007, n.° 53, pp. 7-28.
29
Artículo 59.1. de la Ley de Arbitraje: «Todo laudo es definitivo, inapelable y de
obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes […]».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 415
30
Cantuarias y Caivano. Ibidem, p. 58.
31
Cfr. Kundmüller Caminiti, Franz. «Es urgente “arbitrabilizar” al arbitraje pe-
ruano». En Revista Arbitraje PUCP, 2011, pp. 58 y ss.
32
Silva Romero, Eduardo. «El artículo 14 de la nueva ley peruana de arbitraje de
2008: reflexiones sobre el contrato de arbitraje-realidad» En Revista Lima Arbitra-
tion (2010-2011).
33
Mantilla Serrano, Fernando. «Breves comentarios sobre la nueva ley peruana
de arbitraje de junio de 2008». En Revista Lima Arbitration (2010-2011).
416 Biblioteca de Arbitraje
34
Término acertadamente usado por Kahn; ver: Kahn, Ali. «Arbitral Autonomy».
En Louisiana Law Review, La. L. Rev., vol. 74, n.° 1, 2013.
418 Biblioteca de Arbitraje
35
Ver: Veinte años de arbitraje en el Perú, publicación de la Cámara de Comercio de
Lima, 2013.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 419
36
El artículo 59.1. de la LA precisa que «todo laudo es definitivo, inapelable y de
obligatorio cumplimiento desde su notificación a las partes».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 421
37
Guardando las distancias del caso, algo similar ocurre en el caso del arbitraje en
contratación pública en el Perú, donde la parte cocontratante del Estado no está
en obligación de participar en los respectivos procesos de selección para contratar
con el Estado. Y si lo hace, entonces, se somete a las cláusulas que deben ser in-
corporadas obligatoriamente al contrato por mandato de ley, como son la cláusula
resolutoria, la cláusula arbitral y las cláusulas de garantía.
422 Biblioteca de Arbitraje
Así las cosas, no cabe duda de que la obligatoriedad del laudo al ser
res judicata, desde el momento de la notificación del mismo, es con-
secuencia directa de la aplicación de la LA, así como de la libertad de
decisión de las partes y no es un fin en sí mismo, sin perjuicio de que la
Constitución Política establezca que el arbitraje es una «jurisdicción in-
dependiente», pues debe prevalecer el principio del pacta sunt servanda,
porque también se encuentra reconocido constitucionalmente.
39
Sobre teorías del arbitraje ver: Hong Lin Yu (2005). Explore the Void: An Evaluation of
Arbitration Theories. En: International Arbitration Law Review; Int. A.L.R. 2005, 8(1).
40
Cantuarias, Fernando y José Luis Repetto. «La naturaleza jurídica del arbitraje
según el Tribunal Constitucional: riesgos en el camino». En Revista Forseti. Lima:
Universidad del Pacífico, 2014, p. 109.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 425
41
Ibidem, pp. 108-109.
426 Biblioteca de Arbitraje
Para eso las partes han tenido la oportunidad de designar a los ár-
bitros y han podido escoger entre los mejores especialistas que se hagan
cargo de su caso, de modo que si obraron diligentemente, al menos en
teoría, la conformación del tribunal arbitral debería satisfacer en gran
medida las expectativas de las partes, para que la controversia se resuelva
en forma adecuada. E incluso, dado que la LA, generalmente privilegia
lo que las partes pacten, regulando «salvo acuerdo en contrario»; al fi-
nal, no debería haber incentivos para que haya «partes renegadas»42 que
formulen objeciones al arbitraje o al laudo.
Por eso el artículo 38 de la LA, precisa que «las partes están obliga-
das a observar el principio de buena fe en todos sus actos e intervencio-
nes en el curso de las actuaciones arbitrales y a colaborar con el tribunal
arbitral en el desarrollo del arbitraje». La aplicación del principio de la
buena fe no es un saludo a la bandera, pues tiene una utilidad práctica
en cuanto a la realización de las actuaciones arbitrales y el cumplimien-
to de lo establecido en el laudo.
42
Kahn. Ibidem, cita 27.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 427
43
Citado por Whittaker, Simon y Zimmermann. «Good faith in European Con-
tract Law: surveying the legal landscape». En Good Faith in European Contract
Law. Cambridge University Press, 2000, p. 14.
44
Cremades, Bernardo. Good Faith in International Arbitration. En American U.
Int’l Review, 2012, vol. 27, n.° 4, pp. 761 y ss.
45
Lo que ha sido objeto de reciente pronunciamiento de la Corte Suprema de los
Estados Unidos de América, en el caso Rent A Center West c/ Jackson del año 2010:
«The arbitrator, and not any federal, state or local court or agency, shall have
exclusive authority to resolve any dispute relating to the interpretations, appli-
cability, enforceability or formation of this agreement including, but not limited
to any claim that all or any part of this agreement is void or voidable». Citada
por Halverson Cross, Karen. «Letting the arbitrator decide unconscionability
challenges». En Ohio State Journal on Dispute Resolution, 2011, vol. 26, n.° 1.
428 Biblioteca de Arbitraje
46
De Jesús, ibidem.
47
Roppo, Vincenzo. El Contrato. Lima: Gaceta Jurídica, p. 496.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 429
48
Ibidem.
49
Cfr. Lesaffer, ibidem.
430 Biblioteca de Arbitraje
Todo esto debería ser así, porque, como se puede constatar del mar-
co normativo, el principio pacta sunt servanda es un elemento central
para la preservación de la autonomía del arbitraje, que debería ser prote-
gida y garantizada en forma integral y, por ende, indivisible, atendiendo
a la debida diligencia de las partes vinculadas por el convenio.
50
Traducción libre del autor: «El arbitraje es un remedio que sirve al contrato y que
ha sido diseñado para brindar una solución expeditiva e informal a las disputas y
para la preservación de su autonomía requiere de un mínimo de intrusión judi-
cial». Jurisprudencia citada por: Kahn, Ali. Arbitral Autonomy. En Louisiana Law
Review, La. L. Rev., 2013, vol. 74, n.° 1, p. 2.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 431
nal como una norma de rango constitucional,51 a tal punto que, como
sabemos, ni las leyes ni las disposiciones de cualquier clase, pueden mo-
dificar lo acordado por las partes, bajo el amparo del principio tutelado
constitucionalmente.
51
Amado, José Daniel y Luis Miranda. «Aplicabilidad de la cláusula pacta sunt ser-
vanda del artículo 62 de la Constitución a los Contratos regulados por el Derecho
Público». En Thémis, n.° 40, pp. 255.
432 Biblioteca de Arbitraje
Nótese que para dejar sin efecto el convenio arbitral, la regla re-
cogida en la LA establece en forma general la necesidad que se haya
producido un acuerdo de las partes en ese sentido específico, en orden
a que no cabe dejar sin efecto en forma unilateral el convenio arbitral.
52
Silva Romero, Eduardo. «Una obligación de hacer: someter el litigio al arbitraje
(introducción)». En El contrato de arbitraje. Lima: Ed. Legis, 2005, pp. 525- 527.
53
Ibidem, «Una obligación de no hacer: no someter los litigios a la jurisdicción esta-
tal». En El contrato de arbitraje. Lima: Ed. Legis, pp. 695-696.
54
El artículo 3.4 de la LA precisa que «ninguna actuación ni mandato fuera de las
actuaciones arbitrales podrá dejar sin efecto las decisiones del tribunal arbitral, a
excepción del control judicial posterior mediante el recurso de nulidad del laudo
contemplado en este decreto legislativo. Cualquier intervención judicial distinta,
434 Biblioteca de Arbitraje
Como vemos, los diversos pasajes de la LA que han sido citados lí-
neas arriba, comprenden una equilibrada estructura de balances, pesos y
contrapesos, que tienen determinadas características técnicas, comunes
en el derecho comparado sobre la materia y donde la norma escrita es
tan importante como lo que se interpreta de la misma, a partir de los
usos y costumbres arbitrales, tal como lo señala el artículo 34.3 de la
LA, que remite, de ser necesario, a la lex mercatoria procesal,55 que en la
actualidad es el arbitraje del siglo xxi.
55
Kaufmann Kohler, Gabrielle. «Globalization of arbitral procedure». En Vander-
bildt Journal of Transnational Law, 2003, vol. 36, pp. 1313-1333.
436 Biblioteca de Arbitraje
56
Fernández Rosas, José Carlos. «Clearer Ethics Guidelines and Comparative
Standards for Arbitrators». En Liber Amicorum Bernardo Cremades. Madrid: La
Ley, 2010, pp. 412-449; Rogers, Catherine. «The Ethics of International Arbi-
trators». En Bocconi Legal Studies Research Paper, n.° 2007- 1.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 437
13. Conclusión
Se requiere más, mucho más que eso, pues eso justamente es lo que
implica la creación y consolidación de una «cultura arbitral», basada en
garantizar la autonomía absoluta del instituto y su sostenibilidad en el
largo plazo. Eso significa que es necesario que las partes se hagan res-
ponsables de sus convenios arbitrales y de los árbitros que designan. Eso
también implica acatar los laudos y que las acciones de amparo contra
los mismos sean declaradas improcedentes de plano.
1
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú y Master en Derecho
(LL.M.) por la Universidad de Yale. Decano de la Facultad de Derecho de la
Universidad del Pacífico. Profesor de Arbitraje Comercial y Arbitraje de las Inver-
siones. Árbitro nacional e internacional. Miembro del Board of Reporters del Ins-
titute of Transnational Arbitration (ITA), del Grupo Latinoamericano de Arbitraje
de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), de la Asociación Americana de
Derecho Internacional Privado (Asadip), del Comité Editor de la Revista Peruana
de Arbitraje, de la Association for International Arbitration (AIA), de la Asociación
Latinoamericana de Arbitraje y del Comité Argentino de Arbitraje Nacional y
Transnacional (Carat). Miembro de la lista de árbitros de los principales Centros
de Arbitraje del Perú y del Energy Arbitrators’ list. Coautor de la Ley de Arbitraje
peruana del 2008.
2
Alumno del Décimo Primer Ciclo de la Facultad de Derecho de la Universidad
del Pacífico. Ha sido Presidente del Consejo Directivo y Director de la Comisión
de Edición de la Revista Forseti.
442 Biblioteca de Arbitraje
a) El caso
3
Para un mayor análisis teórico, recomendamos leer a: Caivano, Roque. «Arbi-
traje y Fianza». En Estudios de Derecho Privado Moderno. La Persona. Protección
Patrimonial y Personal. «Homenaje al doctor Julio César Rivera». Buenos Aires:
La Ley, 2010, pp. 665 y ss. Born, Gary. International Commercial Arbitration. La
Haya-Londres: Kluwer Law International, 2014, 2.ª edición, pp. 1459 y ss. y Ber-
nard Hanotiau. «Arbitration and Bank Guarantees: an Illustration of the Issue
of Consent to Arbitration in Multicontract–Multiparty Disputes». En Journal of
International Arbitration. La Haya-Londres: Kluwer Law International, 1999, pp.
15-24.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 443
4
Sentencia (resolución n.° 10) recaída en el expediente n.° 02380-2008, emitida
por la Corte Superior de Justicia de Lima - Primera Sala Civil Subespecialidad
Comercial de 10 de diciembre de 2009.
5
Éste es un gravísimo error que suelen cometer los tribunales judiciales. En este
caso, lo que se dispuso fue excluir del arbitraje, y obviamente del laudo, a Flores
Torres, pero el laudo era plenamente aplicable a Global y a América Móvil. En-
444 Biblioteca de Arbitraje
f ) Comentarios a la sentencia.
Si la cláusula adicional fue suscrita única y exclusivamente por Flores Torres, acaso
su decisión unilateral de ir al Poder Judicial puede vincular a Global y a América
Móvil. Obviamente que no.
446 Biblioteca de Arbitraje
7
Artículo 14.- Extensión del convenio arbitral
El convenio arbitral se extiende a aquéllos cuyo consentimiento de someterse a
arbitraje, según la buena fe, se determina por su participación activa y de manera
determinante en la negociación, celebración, ejecución o terminación del contra-
to que comprende el convenio arbitral o al que el convenio esté relacionado. Se
extiende también a quienes pretendan derivar derechos o beneficios del contrato,
según sus términos.
8
Artículo 1868.- Por la fianza, el fiador se obliga frente al acreedor a cumplir de-
terminada prestación, en garantía de una obligación ajena, si ésta no es cumplida
por el deudor.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 447
9
Artículo 1875.- La fianza no puede existir sin una obligación válida, salvo que se
haya constituido para asegurar una obligación anulable por defecto de capacidad
personal.
448 Biblioteca de Arbitraje
Ello es así porque existen sólidas razones para permitir que un con-
venio arbitral se extienda a los fiadores del contrato garantizado. La
primera razón, es que el fiador cuando cumple ante el incumplimiento
del deudor, asume una serie de derechos de la relación contractual, lo
que involucra también al convenio arbitral. Como bien señala Born:
10
Born, Gary. International Commercial Arbitration. La Haya-Londres: Kluwer
Law International, 2014, 2.ª edición, p. 1460.
11
Op.cit., p. 1461.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 449
12
Ibidem, p. 1461.
13
Ibidem, p. 1461.
450 Biblioteca de Arbitraje
14
Ibidem, pp. 1461-1462.
15
Ibidem, p. 1462.
16
Caivano, Roque. «Arbitraje y fianza». En Estudios de derecho privado moderno. La
persona. Protección patrimonial y personal. Homenaje al doctor Julio César Rivera.
Buenos Aires: La Ley, 2010, pp. 665 y ss.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 451
17
Ob. cit., pp. 665 y ss.
18
Ibidem, pp. 665 y ss.
452 Biblioteca de Arbitraje
Caivano indica que «el fiador: (i) puede invocar la cláusula ar-
bitral contenida en el contrato principal, sea para procurar la
declaración de incompetencia del tribunal judicial ante el cual
fue demandado por el acreedor, o para hacerse parte en el juicio
arbitral en que acreedor y deudor discutan la existencia, validez
o alcance de la obligación; y (ii) está obligado a aceptar la ju-
risdicción arbitral si es demandado por el acreedor, porque esa
estipulación le es oponible, al haberse obligado, salvo pacto en
contrario, a lo mismo que se había obligado el deudor principal
y al haber incorporado al contrato de fianza, por referencia, el
acuerdo arbitral contenido en el contrato principal».19
19
Ibidem, pp. 665 y ss.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 453
20
Segunda Sala Civil con Subespecialidad Comercial.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 455
f ) Comentario de la sentencia
Consideramos que el razonamiento desplegado en la sentencia
es el correcto. Para que el reclamo de Mapfre al Consorcio Lima
hubiera podido ser conocido por un tribunal arbitral, tendría
que haberse establecido en las cartas fianza otorgadas por Map-
fre a solicitud del Consorcio Lima, el sometimiento de la con-
troversia al arbitraje, lo que no sucede en este caso.
*
Ex Presidente y Miembro de Número de la Academia Peruana de Derecho. Po-
nencia presentada en el Segundo Congreso Internacional de Métodos Alternos:
Arbitraje, Mediación y Evaluación Neutral, realizado en San Juan, Puerto Rico,
en el mes de mayo del año 2006.
488 Biblioteca de Arbitraje
3. El convenio arbitral
El convenio arbitral puede ser celebrado por personas físicas y por per-
sonas jurídicas.
3.3. Su contenido
Las partes del convenio arbitral quedan obligadas a realizar los actos
que sean necesarios para que el arbitraje se desarrolle y tener su plenitud
de efectos y, especialmente, comparecer al proceso y dar cumplimiento
al laudo.
6. Consideración final
1. Introducción
1
Mejorada Chauca, Martín. Comentarios a la ley peruana de arbitraje. AA.VV.
Lima: Instituto Peruano de Arbitraje, 2011, tomo i, p. 742.
510 Biblioteca de Arbitraje
supuesto en el que se resuelve sobre aquello que las partes no han so-
metido al proceso, ya sea en la cláusula arbitral o como parte de sus
pretensiones contenidas en la demanda o en la contestación y eventual
reconvención. En otras palabras, no se puede condenar al demandado a
pagar algo que no ha sido reclamado en la demanda.
5. Conclusiones
1
Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad del Pacífico
y Universidad de Piura. Magíster en Derecho Constitucional por la Pontificia
Universidad Católica del Perú. Director de Soluciones Laborales.
2
Magíster en Derecho de la empresa por la Pontificia Universidad Católica del
Perú. Abogada por la Universidad San Martín de Porres.
516 Biblioteca de Arbitraje
La segunda parte brinda una visión global del marco normativo sobre el
arbitraje potestativo, contemplando desde su regulación primigenia, su
desarrollo normativo en el 2011 hasta los proyectos encaminados a su
modificación, e inclusive un análisis de la acción popular que cuestiona
su inconstitucionalidad. En esta misma sección revisaremos los supues-
tos de su procedencia: la primera negociación colectiva, determinación
del nivel de negociación colectiva y la consideración de la «mala fe»;
para finalmente, en forma breve, referirnos al procedimiento arbitral,
sin dejar de dedicar algunas reflexiones en torno a los casos sobre arbi-
traje incausado asumido por el TC y parte de la doctrina peruana.
3
De esa misma opinión es Sanguinetti, al señalar que «mientras dentro de los re-
gímenes de corte autoritario e intervencionista tales conflictos suelen ser vistos
como un elemento disfuncional o patológico […]; en los regímenes de carácter
democrático y liberal, más aún si se asumen la forma de Estado Social y Demo-
crático de Derecho, se parte de aceptar a las situaciones de confrontación entre
trabajadores y empresarios como manifestaciones de la dinámica misma de las
relaciones laborales». Sanguineti Raymond, Wilfredo. «La mediación en los
conflictos colectivos de trabajo». En Mediación: un método de solución de conflictos.
Estudio interdisciplinar. Madrid: Ed. Colex, 2010, pp. 249-266.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 519
4
Constitución Política del Perú.
Artículo 4.- «La enumeración de los derechos reconocidos en este capítulo no
excluye los demás que la Constitución garantiza, ni otros de naturaleza análoga o
que derivan de la dignidad del hombre, del principio de soberanía del pueblo, del
Estado social y democrático de derecho y de la forma republicana de gobierno».
5
Constitución Política del Perú.
Artículo 2.- «Derechos fundamentales de la persona: Toda persona tiene derecho:
[...] 24.a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de
hacer lo que ella no prohíbe». (El subrayado es nuestro).
6
STC n.° 02513-2007-PA/TC, fj. 33.
520 Biblioteca de Arbitraje
7
La Resolución Ministerial n.° 076-2012-TR, que contiene Directiva General n.°
005-2012-MTPE/2/14, define al arbitraje potestativo como «Llamado también
unilateral o voluntario vinculante. Se conoce así al mecanismo extrajudicial me-
diante el que, en función de una prerrogativa normativa —inspirada en la juris-
prudencia constitucional—, las partes se encuentran facultadas para someter la
solución del conflicto a la decisión de un tercero, ajeno a ellas, con competencia
para resolverlo a través de un laudo o fallo arbitral; quedando obligada la otra
parte a dicho sometimiento y decisión».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 521
8
Decreto n.° 447 de fecha 23 de noviembre de 2007, emitido por la División de
Negociaciones Colectivas y Registros Generales de la Dirección de Trabajo y Pro-
moción del Empleo del Callao, en el expediente n.° 052-2007-MTPE/2/12.710,
que señala lo siguiente: «Por recibido el expediente de Negociación Colectiva se-
guido entre el Sindicato Único de Trabajadores Marítimos y Portuarios del Puerto
del Callao con Asociación Peruana de Agentes Marítimos, Asociación Peruana de
Operadores Portuarios y Asociación Marítima del Perú: Estando a lo dispuesto
por el Auto Directoral n.° 037-2007-MTPE/2/12.7, de fecha 20 de noviembre de
2007, continúese con el procedimiento de negociación colectiva, en la etapa de
trato directo».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 523
10
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del
Consejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 926, 5.ª edición (revisada).
11
STC expediente n.° 02566-2012-PA/TC (Caso Sunat). La resolución emitida
por el TC se deriva de un recurso de agravio constitucional interpuesto por el
Sindicato Nacional de Unidad de Trabajadores de la Superintendencia Nacional
de Administración Tributaria (el Sindicato) contra la resolución expedida por la
Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima que declara fundada la
excepción de prescripción. El caso tiene como antecedente una acción de amparo
interpuesta por el sindicato mediante la cual solicita suscribir el acta de compro-
miso arbitral para someter a arbitraje su pliego de reclamos 2008-2009, al no
haber existido acuerdo entre las partes durante las etapas de negociación directa y
conciliación.
En primera instancia el Primer Juzgado Constitucional de Lima declaró infun-
dada la excepción de prescripción y fundada la demanda de amparo, por consi-
derar que la negativa de la Sunat a someter a arbitraje el pliego de peticiones, sin
existir justificación alguna para ello, vulnera el derecho de negociación colectiva.
La Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declara fundada la
excepción de prescripción, al considerar que la carta de negativa a someterse a ar-
bitraje enviada por la Sunat tiene fecha 25.09.2009, por lo que el plazo ya habría
vencido a la fecha de la interposición de la demanda.
526 Biblioteca de Arbitraje
12
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del
Consejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 926, 5.ª edición (revisada).
13
Constitución Política del Perú. Cuarta Disposición Final y Transitoria.- «Las nor-
mas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se
interpretan de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos
y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados
por el Perú».
14
Código Procesal Constitucional.- Artículo v del Título Preliminar.- «El contenido
y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los procesos regulados
en el presente Código deben interpretarse de conformidad con la Declaración
Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos humanos, así como
530 Biblioteca de Arbitraje
de las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales sobre derechos hu-
manos constituidos según tratados de los que el Perú es parte».
15
Comité de Libertad Sindical, creado en 1951, con el objetivo de evaluar las quejas
presentadas, ya sea por los empleadores o trabajadores, sobre contravenciones al
derecho de libertad sindical contra los Estados miembro, hayan o no ratificado los
Convenios n.°s 87 y 98 sobre libertad sindical o negociación colectiva, respectiva-
mente.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 531
16
«La posición generalizada de la doctrina es considerar que el fenómeno del soft
law aparece cuando el instrumento tiene un “carácter jurídicamente no vinculan-
te y posee cierta relevancia jurídica”, siendo su espacio natural de producción el
Derecho Internacional, aun cuando se esté extendiendo, en la actualidad y por su
influencia, a los derechos domésticos». Alarcón García, Gloria. «El soft law y
nuestro sistema de fuentes». En Contribución al Libro Homenaje del profesor Álvaro
Rodríguez Bereijo, 2010, p. 9.
17
Expediente n.° 00026-2007-PI/TC. También puede verse las siguientes resolu-
ciones: expediente n.° 00024-2009-PI, expediente n.° 02464-2011-PHC/TC y
expediente n.° 02111-2010-PA/TC.
532 Biblioteca de Arbitraje
18
Sarzo Tamayo, Víctor Renato. «La determinación no autónoma del nivel de ne-
gociación colectiva desde la óptica del uso judicial del derecho internacional del
trabajo: a propósito de dos sentencias del Tribunal Constitucional». Boletín elec-
trónico del MTPE. Lima, Dex of/boletin/documentos/boletin_16, publicado el
12.06.2012.
19
Neves Mujica, Javier. Introducción al Derecho del Trabajo. Lima: Fondo Editorial
de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2012, pp. 79-80.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 533
20
Blancas Bustamante, Carlos. La cláusula del Estado Social en la Constitución.
Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2011, p.
192.
21
El autor refiere que «[…] Siendo que para nosotros, estos pronunciamientos tie-
nen también rango constitucional, cuando establecen interpretaciones generales
de los Convenios de la OIT». Villavicencio Ríos, Alfredo. La libertad sindical
en el Perú: fundamentos, alcances y regulación. Lima: Plades, 2010, pp. 53-70.
22
Boza Pro, Guillermo. Lecciones de Derecho del Trabajo. Lima: Fondo Editorial de
la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2011, p. 71.
534 Biblioteca de Arbitraje
23
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical
del Consejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 925 y 926, 5.ª edición
(revisada).
24
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del
Concejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 997, 5.ª edición (revisada).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 535
25
Al respecto, puede verse un caso argentino en el cual su legislación establecía que,
de haber desacuerdo de las partes, la Autoridad de Trabajo tendría la obligación
de definir el nivel de negociación colectiva, ante lo cual, el CLS, adoptando el
criterio de la Ceacr, estableció que ni la legislación ni la AAT pueden establecer
dicho nivel, toda vez que contraviene el principio de negociación colectiva. Para
un mayor alcance, ver Informe del Comité de Libertad Sindical 310, caso n.°
1887, Serie B, n.° 2, vol. lxxxi, 1998.
26
Este caso es una queja presentada contra el gobierno peruano por la Organización
Internacional de Empleadores (OIE), la Confederación Nacional de Instituciones
Empresariales Privadas —Confiep—) y la Cámara Peruana de la Construcción
(Capeco) sobre la imposición del nivel de rama de actividad en el caso del sector
de la construcción. Al respecto, el detalle de este caso puede encontrarse en el
Informe del Comité de Libertad Sindical 338, caso n.° 3275, vol. lxxxviii, 2005,
Serie B, n.° 3.
27
Al respecto, un detalle de casos en los que el CLS ha determinado la importancia
de mala fe se señala a continuación (OIT - Recopilación de decisiones y principios
del Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración de la OIT. Véase
párrafo 934. Quinta Edición - revisada):
Informe del CLS 338°, caso n.° 2404, párrafo 1047, año 2005
Informe del CLS 335°, caso n.° 2244, párrafo 1258, año 2004
Informe del CLS 333°, caso n.° 2288, párrafo 826, año 2004
Informe del CLS 332°, caso n.° 2263, párrafo 298, año 2003.
28
A continuación se detalla los casos en donde el CLS lo ha determinado (OIT - Re-
copilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Consejo
536 Biblioteca de Arbitraje
Esto significa, por una parte, que los Estados asumen el compromi-
so de promover, tanto a las empresas como a los sindicatos, las condi-
ciones que sean necesarias para que éstas asuman un rol que conlleve a
un acuerdo colectivo sustentado en el respeto de una negociación libre
y voluntaria. Y, por la otra, que el Estado se limite únicamente a su rol
como promotor mas no como intervencionista, renunciando a cual-
quier intromisión dentro de un proceso de negociación colectiva.
30
Conferencia Internacional de Trabajo. Actas, 1981, pp. 22/6, citado por Gerni-
gon, Bernard, Alberto Odero y Horacio Guido. La Negociación Colectiva. Nor-
mas de la OIT y principios de los órganos de control. Ginebra: Oficina Internacional
del Trabajo, 2000, 1.ª edición, p. 40.
538 Biblioteca de Arbitraje
Por ello, es necesario señalar que, al igual que en los anteriores con-
venios, a través de este convenio también se establece que la negociación
colectiva es voluntaria; sin embargo, a diferencia del Convenio n.° 98,
mediante el cual se dispone la adopción de medidas para promover y
fomentar la negociación colectiva, a través del Convenio n.° 154 se in-
tenta generar los instrumentos necesarios para su aplicación.
31
Para un mayor alcance sobre la materia puede revisarse el siguiente link: www.
ilo.org /http://ilo.org/declaration/thedeclaration/lang--es/index.htm. Revisado el
29.01.2014.
32
Adicionalmente al derecho de negociación colectiva y libertad sindical también se
encuentran: a) la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio;
b) la abolición efectiva del trabajo infantil; y c) la eliminación de la discriminación
en materia de empleo y ocupación.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 539
El CLS, creado en 1951, tiene como una de sus principales labores eva-
luar las quejas presentadas, ya sea por los empleadores o trabajadores,
sobre contravenciones al derecho de libertad sindical contra los Estados
miembros, hayan o no ratificado los Convenios n.°s 87 y 98 sobre liber-
tad sindical y negociación colectiva, respectivamente. De esta forma, y
así como nuestro ordenamiento jurídico nacional ha acogido el derecho
de libertad sindical en la Constitución, cabe indicar que para la OIT
este principio también es una garantía fundamental que debe primar
en la regulación de todos los Estados. Es por ello que, luego de haber
desarrollado en el numeral anterior los convenios y declaración de la
OIT, en este apartado analizaremos los pronunciamientos principales
que han sido emitidos por el CLS en materia de negociación colectiva
y libertad sindical, especialmente los referidos a la negociación libre y
voluntaria.
33
La Declaración de la Organización Internacional de Trabajo relativa a los principios y
derechos fundamentales en el trabajo fue adoptada por la Conferencia Internacional
del Trabajo en su octogésima sexta reunión. Ginebra, 18 de junio de 1998. A través de
esta declaración, tanto los gobiernos, trabajadores y empleadores ratifican los alcances
fundamentales de la OIT.
540 Biblioteca de Arbitraje
34
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT. Véase párrafos 880, 881 y 925, 5.ª edición (revi-
sada).
35
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT, p. 198, 5.ª edición (revisada).
36
Estudio general CE de 1994, párrafo 248.
37
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 988, 990 y 991, 5.ª edición (revi-
sada).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 541
38
Éste es un caso del Gobierno de Panamá en cuya legislación se estableció una
sanción en caso la empresa no conteste a un pliego de peticiones, considerándose
como una práctica desleal. Al respecto, el detalle de este caso puede encontrarse en
el Informe del Comité de Libertad Sindical 318, caso n.° 1931, vol. lxxxii, 1999,
Serie B, n.° 3.
39
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 927 y 928, 5.ª edición (revisada).
542 Biblioteca de Arbitraje
Por otro lado, es necesario señalar que, para el CLS, sólo existen
dos clases de arbitrajes: i) el voluntario; y ii) el obligatorio. El primero
no genera mayor controversia, en tanto se encuentra sujeto al acuerdo
de las partes de someterse a dicha modalidad arbitral. Sin embargo,
con respecto al segundo, para el CLS sólo es admisible en los siguientes
supuestos:41 crisis nacional aguda, en los casos de conflicto dentro de la
función pública (funcionarios de la administración del Estado), en los
casos de servicios esenciales y, cuando después de varias negociaciones
prolongadas e infructuosas se presenta el bloqueo de las negociaciones
(mala fe en procesos dilatados de negociación).
40
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 929, 5.ª edición (revisada).
41
OIT. Recopilación de decisiones y principios del Comité de Libertad Sindical del Con-
sejo de Administración de la OIT. Véase párrafo 515 y 860, 5.ª edición (revisada).
B.O., vol. lxxvii. 1995, Serie B, n.° 2, 299. Informe, caso n.° 1768 (Islandia),
párrafo 109.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 543
42
El informe anual consta de tres partes: i) la primera contiene el informe general,
que incluye los comentarios acerca del respeto de los Estados miembro de sus
obligaciones constitucionales; ii) la segunda contiene las observaciones sobre la
aplicación de las normas internacionales del trabajo; y ii) la tercera contiene el
estudio general.
43
Estudio General CE de 1994, párrafo 248.
44
La información procesada por la Comisión para emitir esa sugerencia se funda-
mentó en aquélla suministrada por las siguientes partes:
544 Biblioteca de Arbitraje
El Gobierno de Perú informó que el RAP tiene su origen en la resolución del TC,
específicamente en aquel apartado que manifiesta que en caso alguna de las partes
proponga el arbitraje, la otra parte se encuentra obligada a aceptarlo.
El Gobierno de Perú manifestó que todos los niveles de negociación colectiva
tienen iguales posibilidades de concretarse.
La Cámara de Comercio de Lima manifestó que en caso de desacuerdo del nivel
de negociación colectiva debe realizarse a nivel de empresa.
45
Informe de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomenda-
ciones. Aplicación de las normas internacionales de trabajo, 2013 (i). Conferencia
Internacional de Trabajo 102, reunión, 2013.
46
Gernigon, Bernard, Alberto Odero y Horacio Guido. Ob. cit.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 545
47
LRCT, artículo 45: «Si no existe previamente una convención colectiva en cual-
quier nivel de los señalados en el artículo anterior, las partes decidirán, de común
acuerdo, el nivel en que entablarán la primera convención. A falta de acuerdo, la
negociación se llevará a nivel de empresa […]».
48
LRCT, artículo 61: «Si no se hubiese llegado a un acuerdo en negociación directa
o en conciliación, de haberla solicitado los trabajadores, podrán las partes someter
el diferendo a arbitraje».
548 Biblioteca de Arbitraje
49
Artículo 1 del Decreto Supremo n.° 014-2011-TR: Modificación del artículo
61-A al Reglamento de la Ley de Relaciones Colectivas (Decreto Supremo n.°
011-92-TR). En ese mismo Decreto se creó el Registro Nacional de Árbitros de
Negociaciones Colectivas.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 549
tiva, sino que además se requiere, como condición sine qua non, que la
negociación se haya visto afectada. Por ejemplo, cuando una empresa
por error administrativo omite pagar a un grupo de trabajadores una
bonificación, incluido un dirigente sindical. En este caso, si bien podría
alegarse que se trata de un acto de mala fe, ello no habilita al sindicato
a proponer un arbitraje potestativo, toda vez que el no haber pagado
dicho concepto, no necesariamente afecta el proceso de negociación
colectiva.50
50
En este caso, si bien dicha conducta del empleador no habilita el arbitraje potes-
tativo, ello no implica que el dirigente sindical —o de ser el caso el sindicato—
tenga las herramientas necesarias para revertir dicha situación, toda vez que en
este caso tendrían la facultad de solicitar una inspección laboral.
51
El autor señala que «La lógica de esta modalidad consiste en dar a los trabajadores
o sindicatos, la opción, una vez frustrada la negociación directa entre las partes,
de optar por el ejercicio del derecho de huelga y, por esta vía, presionar al emplea-
dor para que efectúe concesiones que permitan solucionar el conflicto o someter
la controversia a un tercero». Blancas Bustamante, Carlos. «La naturaleza del
arbitraje en la negociación colectiva». En Revista de Soluciones Laborales. Lima:
Gaceta Jurídica, octubre 2011, n.° 46, p. 17.
550 Biblioteca de Arbitraje
52
Villavicencio Ríos, Alfredo. «Arbitraje potestativo y otros temas de Derecho
Colectivo del Trabajo». En Entrevista realizada por Soluciones Laborales. Lima: Ga-
ceta Jurídica, diciembre 2011, n.º 48, p. 60.
53
Elías Mantero, Fernando. «Acerca de la implantación del arbitraje potestativo y
la creación del registro nacional de árbitros en materia de negociación colectiva».
En Soluciones Laborales. Lima: Gaceta Jurídica, diciembre 2012, n.° 60, p. 61.
54
Cabe indicar que si bien los autores consignan la terminología «arbitrajes obliga-
torios», ello se debe a que este comentario se emitió antes de la publicación de la
resolución aclaratoria del caso de trabajadores portuarios en donde se estableció
que el arbitraje referido era de carácter potestativo.
55
Pasco Lizárraga, Mario y César Lengua Apolaya. «El arbitraje obligatorio para
la determinación del nivel de la negociación colectiva por rama de actividad». En
Revista Jurídica del Perú, octubre 2009, tomo 104, p. 29.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 551
56
Cabe indicar que a la fecha se ha presentado ante la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima una nueva demanda de acción popular sobre la mis-
ma materia, habiéndose deducido la excepción de incompetencia. Información
obtenida del blog (http://ppemc.blogspot.com/) del Procurador Público. Visita
realizada el día 06.11.2013.
57
Posteriormente la Federación de Trabajadores del Sector de Comunicaciones del
Perú (Fetratel) y el Sindicato de Empleados de Shougang Hierro Perú S.A.A
fueron incorporados al proceso en calidad de intervención coadyuvante.
58
La posición del demandante se sustenta en:
El RAP, al incluir un nuevo supuesto de arbitraje, contraviene el principio de
jerarquía normativa que debería existir entre la LRCT y el RLRCT, teniendo en
cuenta que la LRCT había previsto al artículo 61 como un arbitraje voluntario,
por lo que el RAP no puede considerarlo como arbitraje potestativo.
El RAP contraviene la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución,
teniendo en cuenta que el Convenio 98 considera a la «voluntariedad» como un
elemento de la negociación colectiva, por ello que la decisión de someterse al
arbitraje es voluntaria, salvo casos específicos contemplados para el arbitraje obli-
gatorio; por ende el RAP contempla un arbitraje no regulado en los Convenios de
la OIT; y, por lo tanto, contraviene la Constitución.
El RAP se respalda en una resolución del TC (trabajadores portuarios) que ha
sido emitida para un caso concreto y que no constituye precedente vinculante ni
doctrina jurisprudencial.
La posición del demandando se fundamenta en:
554 Biblioteca de Arbitraje
Los Convenios n.°s 98, 151 y 154 de la OIT, establecen que la ne-
gociación colectiva es voluntaria, y que el arbitraje, como una forma de
negociación colectiva, también es voluntaria.
62
En este caso la autora narra los hechos suscitados en la Comunidad Autónoma de
Andalucía (España), cuyo producto del trabajo, diálogo y concertación entre las
empresas y sindicatos se ha logrado alcanzar un alto nivel de paz laboral, que se ha
visto reflejado en la ausencia de horas perdidas por causa de las huelgas. More-
no de Toro, Carmen. «Diálogo y concertación social en España. Un paradigma
para la solución de conflictos laborales». En Revista Jurídica del Perú. Lima, mayo
2008, n.° 87. pp. 421-429.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 559
64
«[…] este tribunal considera pertinente precisar que, a falta de acuerdo para deci-
dir el nivel de negociación, éste se determinará mediante el arbitraje, sin que exista
previa declaración de huelga». STC n.° 03561-2009-PA/TC, fj. 29.
562 Biblioteca de Arbitraje
Por otro lado, y así como hemos destacado la posición del TC con
respecto a la huelga vinculada al arbitraje potestativo, cabe indicar que
esos mismos criterios también han sido plasmados en procesos arbi-
trales, interpuestos después de la entrada en vigencia del arbitraje po-
testativo. Seguidamente, describiremos dos casos de procesos arbitrales
donde se desarrolló este tema.
65
STC n.° 02566-2012-PA/TC, fj. 18.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 563
Si bien uno de los temas novedosos del RAP son los supuestos de mala
fe en una negociación colectiva, no debemos olvidar que dicha norma
también contempla dos supuestos adicionales cuando las partes no arri-
ban a un acuerdo en la primera negociación colectiva, ya sea en el nivel,
o su contenido.
66
García Manrique, Álvaro. Soluciones Laborales. Lima: Gaceta Jurídica, junio
2010, n.° 30, p. 98.
67
Villavicencio Ríos, Alfredo. Loc. cit.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 567
68
Ello significa que la actuación de mala fe será distinto en cada lugar, y según las
características de cada sociedad, que si bien podría ser homogéneo en un determi-
nado momento habrá diferencias dependiendo del contexto donde se desarrolle.
69
RAP, artículo 61-A.- «Las partes tienen la facultad de interponer el arbitraje po-
testativo en los siguientes supuestos: […] b) Cuando durante la negociación del
pliego se adviertan actos de mala fe que tengan por efecto dilatar, entorpecer o
evitar el logro de un acuerdo. No se encuentra alineado con lo que dice el artículo.
Confirmar el contenido del pie de página».
568 Biblioteca de Arbitraje
70
Cremades, Bernardo M. «El arbitraje en la doctrina constitucional española». En
Lima Arbitration, 2006, n.° 1, p. 196.
71
Para un mayor alcance del laudo puede revisarse: Matheus López, Carlos Alber-
to. «El arbitraje laboral». En Advocatus, 2007-i, n.° 16, pp. 219-229.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 569
72
Artículo 66.- «Es susceptible de impugnación ante la Sala Laboral de la Corte Su-
perior, en los casos siguientes: a) Por razón de nulidad. b) Por establecer menores
derechos a los contemplados por la ley en favor de los trabajadores. La interpo-
sición de la acción impugnatoria no impide ni posterga la ejecución del laudo
arbitral, salvo resolución contraria de la autoridad judicial competente».
570 Biblioteca de Arbitraje
3. Reflexiones finales
1. Introducción
*
Abogado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, Asociado del Estudio
Payet Rey Cauvi Pérez Mur; Adjunto de docencia de los cursos Derecho de las
Obligaciones y Derecho Procesal Civil en la Pontificia Universidad Católica del
Perú.
576 Biblioteca de Arbitraje
solicitar la medida que garantice la efectividad del laudo y que una vez
ejecutada la medida, la parte beneficiada deberá iniciar el arbitraje den-
tro de los diez días siguientes, si no lo ha hecho ya con anterioridad. Por
otro lado, esa misma norma refiere que si el sujeto que solicitó y obtuvo
la medida cautelar en sede judicial no cumple con iniciar el arbitraje o
habiendo cumplido con iniciarlo, no se constituye el tribunal arbitral
dentro de los noventa días de dictada la medida, ésta caduca de pleno
derecho.
Así, es fácil advertir que la redacción del citado artículo podría ge-
nerar varios problemas de aplicación práctica debido a la confusión que
se genera al no distinguir conceptos como «medida cautelar dictada»
y «medida cautelar ejecutada», el hecho de no ser claro respecto a los
términos «iniciar el arbitraje» y «constituir el tribunal arbitral», las dife-
rencias que pueden existir respecto a estos términos con la redacción de
los reglamentos arbitrales de los más importantes centros de arbitraje,
y el otorgar noventa días para constituir el tribunal arbitral desde que
fue dictada la medida, ya que de lo contrario, ésta caducaría de pleno
derecho.
1
Ariano Deho, Eugenia. «La tutela cautelar en el cuadro de la tutela jurisdiccional
de los derechos». En Problemas del proceso civil. Lima: Jurista Editores, 2003, p.
596.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 579
2
Rocco, Ugo. Tratado de Derecho Procesal Civil. Bogotá: Temis-Depalma, 1977,
tomo v, p. 89.
3
Bacre, Aldo. Medidas Cautelares: Doctrina y jurisprudencia. Buenos Aires: Edicio-
nes La Rocca, 2005, p. 53.
580 Biblioteca de Arbitraje
Juan tiene una deuda por cien mil dólares con Pedro y ante el
incumplimiento de su deudor, este último decide iniciar un pro-
ceso arbitral (en el contrato donde se origina la deuda existe un
convenio arbitral) para ejercer su derecho de crédito. Cuando
Pedro está preparando su petición arbitral se entera por un ami-
go en común que Juan tiene la intención de transferir su casa,
la cual a su vez, es su único bien, a sus hijos como anticipo de
legítima para evitar que su acreedor lo despoje de ella, producto
de la deuda que mantiene con él. Al tomar conocimiento de las
intenciones de Juan, Pedro decide solicitar una medida cautelar
de anotación de demanda para evitar que las acciones de Juan
tornen inejecutable el posterior laudo arbitral. Como todavía no
se ha constituido siquiera el tribunal arbitral, Pedro solicita la
medida cautelar ante el Poder Judicial y logra que el Juez acceda
a su pedido. Posteriormente, al tomar conocimiento Juan de que
dicha medida ha sido ejecutada, decide frustrar, mediante sucesi-
vas recusaciones al árbitro de parte propuesto por Pedro, la cons-
titución del tribunal arbitral y esperar que transcurran los noven-
ta días señalados en la ley. En efecto, transcurren esos noventa
días y, como dicha medida caducó de pleno derecho, solicita el
levantamiento de la medida cautelar. En tanto, mientras Pedro
solicita una nueva medida cautelar, Juan transfiere el inmueble.
Como consecuencia de ello, el laudo que se emite con posteridad
es favorable para Pedro, pero plenamente inejecutable.
4
Rivera, Irma. «El árbitro de emergencia: una figura en crecimiento». En Arbitraje
PUCP. Lima: PUCP, 2014, p. 169.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 585
7. Conclusiones
Pero, desde otro ángulo, la frase puede ser usada para destacar en
qué nos parecemos a los animales. Somos instintivos, emocionales y
evolutivamente determinados. En esencia, somos animales. Animales
especiales, pero animales al fin.
*
Abogado por la PUCP y Master en Derecho (LL.M.) por la Universidad de Yale.
Cursó Estudios Introductorios de Economía en el Economic Institute (Boulder,
Colorado, Estados Unidos de América). Profesor de la PUCP, Academia de la
Magistratura, UPC, Universidad de Lima. Autor de obras como «La relación jurí-
dica patrimonial. Reales vs. Obligaciones»; «Invirtiendo en el Perú. Guía legal de
negocios, Derecho y ambiente»; «Estudios de Análisis Económico del Derecho»;
«Derecho y Economía» y «El análisis económico del Derecho».
588 Biblioteca de Arbitraje
1
Danzinger, Shai y otros. «Extraneous factors in judicial decisions». En Proceeding
of National Academy of Sciences, 2011, vol. 108, n.° 17, p. 6889 (traducción libre).
590 Biblioteca de Arbitraje
2
Ibidem (traducción libre).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 591
alcanzar. El operador del cerebro debe encontrar una balance entre los
costos (en energía) de pensar y los beneficios de dicho pensamiento.
¿Y qué tiene que hacer esto con el hambre y el estudio sobre los
jueces israelitas? El operador de una máquina que es consciente de que
debe ser eficiente, colocará la obtención de energía como su prioridad.
Bajo un análisis costo beneficio, su primera prioridad será la energía. El
cuerpo humano, para obtener energía, necesita comer.
Más allá de sacar una conclusión real, aunque suene frívola (trata
que tu tribunal te oiga justo después de almuerzo y no al final del día, o
asegúrate que siempre haya coffee breaks oportunos y suculentos en los
arbitrajes); la información sirve para saber que no sólo de Derecho vive
el juzgador. También vive de pan, y el pan influye en sus decisiones.
3
Ibidem (traducción libre).
594 Biblioteca de Arbitraje
Hoy sabemos, por ejemplo, que los elementos emotivos suelen ser
priorizados sobre los racionales (por eso, un hijo enfermo tiene una
ventaja competitiva en el cerebro en relación a interpretar un artículo
del Código Civil para un laudo).
4
Una explicación del experimento, incluido videos del mismo, pueden encontrar-
se en www.theinvisiblegorilla.com, revisado por última vez el 14 de octubre de
2013. Allí también pueden encontrarse referencias al libro de Christopher Cha-
bris y Daniel Simon.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 595
Como bien explican McKenzie, Zak & Turner5 «[…] así como los
participantes en el mercado no pueden tener todo lo que quieren (y por
ende tienen que elegir qué prefieren), el cerebro humano por sí mismo
no puede hacer todo lo que se pide de él».
Ello es lógico. Si bien se estima que el ser humano cuenta con alre-
dedor de unos cien mil millones de neuronas, éstas aún son escasas para
todas las actividades que tienen que desarrollar.
5
McKenzie, R., P. Zak, & J. Turner. «The Neuroeconomics of Rational Decision
Making». En Predictably Rational? In search of Defenses for Rational Behaviour in
Economics. Berlin: Springer-Verlag, 2010, pp. 177-178 (traducción libre).
6
Ibidem, p. 192 (traducción libre).
7
Ibidem (traducción libre).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 597
8
Guthrie, Chris y otros. «Inside the Judicial Mind». En Cornell Law Review,
2001, vol. 86, n.° 4, p. 21 (traducción libre).
9
Ibidem, p. 22 (traducción libre).
598 Biblioteca de Arbitraje
10
Ibidem, p. 24.
11
Ibidem, p. 28 (traducción libre).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 599
Y con esto regresamos a la frase «quien pega primero pega dos ve-
ces». Los primeros escritos y/o presentaciones ante un tribunal son cla-
ves porque pueden posicionar el caso y proteger ese primer impacto
con los prejuicios del juzgador. Empezar perdiendo incrementa las po-
sibilidades de perder finalmente. Voltear el partido puede ser realmente
difícil.
12
Peer, Eyal y Eyal Gamliel. «Heuristics and biases in Judicial Decisions». En
Court Review, 2013, vol. 49, pp. 114-115.
600 Biblioteca de Arbitraje
3. El «chunking process»
a. La regla de tres
¿Es casualidad? Los estudios demuestran que no. Por alguna razón,
los términos, conceptos y argumentos agrupados de a tres, resultan más
fáciles de recordar y son más persuasivos. La explicación no es un nú-
mero cabalístico, sino la forma cómo el cerebro agrupa la información y
la organiza. Parece que para su chunking process el número tres tiene que
hacer con los espacios para llenar en un formulario.
b. El mágico número 7
Ello no quiere decir que el cerebro sólo pueda recordar siete datos.
La memoria humana puede retener miles o millones de datos. Pero, la
memoria de corto plazo (o working memory), la inmediata, la que el ár-
bitro en una audiencia o en el acto de lectura de un escrito, difícilmente
puede retener más que ese número.
13
Miller, George. «The magical number 7, plus or minus two: some limits on our
capacity for processing information». En The Psychological Review, 1956, vol. 63,
pp. 81-97 (traducción libre).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 603
Es más fácil recordar «Juan lanzó la pelota con fuerza contra la pa-
red» que «Pedro, carro, violento, avezado, al, mirar, Perú, computador,
olvido». El número de palabras es el mismo. Pero, la secuencia hace más
sencillo recordar.
Los relatos permiten recordar mejor los datos, así los mismos se pre-
sentan aislados. El cerebro organiza la información en relatos o cuentos
antes que en piezas de información no relacionadas. Ello explica por
qué el uso de líneas de tiempo en escritos o audiencias, hace más fácil
organizar la información a ser almacenada. Y un relato persuasivo es
más fácil de recordar y tienen más fuerza para convencer que, simple-
mente, una enumeración inconexa de eventos.
14
Citado en Desteno, David y otros. «Discrete emotions and persuasion: the role
of emotion-induced expectancies». En Journal of Personality and Social Psychology,
2004, vol. 86, n.° 1, p. 43 (traducción libre).
15
Loewenstein, George. «Emotions in economic theory and economic behavior».
En The American Economic Review, 2000, vol. 90, n.° 2, p. 427 (traducción libre).
Panorama Actual del Arbitraje 2015 605
16
Desteno, David y otros. Op. cit., p. 45 (traducción libre).
17
Ibidem. p. 43 (traducción libre).
606 Biblioteca de Arbitraje
Por razones de espacio nos vamos a referir sólo a una emoción im-
portante y su relevancia en impartir justicia: la ira.
Por siglos los filósofos y los juristas han tratado de definir que es
la justicia. Pero, han fracasado en lograr un consenso. En esta sala en-
contraremos tantas definiciones de justicia como personas hay en su
interior.
18
Maroney, Terry. «Angry judges». En Vanderbilt Law Review, 2012, vol. 65, n.° 5,
p. 1216.
608 Biblioteca de Arbitraje
19
Ibidem, p. 1216.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 609
5. Conclusión
Un viejo proverbio chino dice «Los jueces deciden por diez razones;
nueve de las cuales nunca nadie sabrá».
1. Introducción
*
Abogado en ejercicio. Socio del Estudio Vidal, Quino & Polack-Abogados.
612 Biblioteca de Arbitraje
1
Federación Peruana de Fútbol, 75.° Aniversario. Lima, 1997. Lima: Editorial e
Imprenta DESA, pp. 15, 16 y 17.
616 Biblioteca de Arbitraje
Por Ley n.° 8741 del 8 de septiembre de 1938, siendo Presidente Cons-
titucional Oscar R. Benavides, se creó el Comité Nacional de Deportes
y se le otorgó la función de supervigilancia y de control económico y
administrativo de las federaciones. Sus atribuciones se determinaron en
un estatuto que dictó el Poder Ejecutivo, según el artículo 1 de la aco-
tada Ley.
2
Idem, p. 84.
3
Idem, p. 93.
4
Compilación de la Legislación Peruana. Lima: Cámara de Diputados, 1955, tomo
iii, p. 1158.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 617
Ciertamente que son lejanos aquellos días en los que eran los «árbi-
tros de fútbol» los causantes directos de nuestras derrotas en las compe-
tencias deportivas de nivel internacional. Hoy en día, ya no se busca a
los responsables de una derrota deportiva en el campo de juego, sino en
los escritorios de una oficina administrativa.
5
Sentencia del Tribunal Constitucional. Expediente n.° 03574-2007-PA/TC del 1
de octubre de 2007. Lima, 24 de enero de 2007, numerales 24 y 34.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 625
5. Conclusión
Como muy bien señaló alguna vez Nicolás Delfino recordando a Alber-
to Camus, «Después de muchos años en que el mundo me ha permitido
variadas experiencias, todo cuanto sé con mayor certeza acerca de la
moral y de las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol».
Más transparencia y menos
confidencialidad en el arbitraje
1. Introducción
*
Socio del Estudio Olaechea, miembro del área de litigios comerciales y arbitrajes.
**
Asociado del Estudio Olaechea, miembro del área de litigios comerciales y arbi-
trajes.
***
Asociado del Estudio Olaechea, miembro del área de litigios comerciales y arbi-
trajes.
628 Biblioteca de Arbitraje
El uso cada vez más frecuente del Arbitraje nace como respuesta a
la inoperancia y falta de capacidad de los distintos órganos que com-
ponen el Poder Judicial, por no atender de forma efectiva ni eficiente
las necesidades que tienen los usuarios del servicio de justicia en depu-
rar oportunamente sus conflictos de intereses. Sin ir muy lejos, Mario
Amoretti,1 Decano del Colegio de Abogados de Lima, recientemente ha
solicitado que el Poder Judicial debe ser declarado en emergencia, ante
la sobrecarga procesal que tiene que afrontar.
1
Amoretti, Mario. Artículo publicado en el Diario Expreso, el 30 de diciembre de
2014, página 11, y en donde se solicita se declare en emergencia al Poder Judicial,
declaración hecha por el Decano del Colegio de Abogados de Lima.
2
Del Águila Ruiz de Somocurcio, Paolo. «Arbitraje institucional o arbitraje ad-
hoc. ¿He ahí el dilema?». En Revista Peruana de Arbitraje. Lima: Editora Grijley,
2005, n.° 1, p. 233.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 629
3
Diccionario de la Real Academia Española. Madrid: Real Academia Española,
2012, 22.ª edición.
4
Hamilton, Calvin. «Diccionario Terminológico del Arbitraje Nacional e Inter-
nacional (Comercial y de Inversiones)». Lima: Palestra Editores-Estudio Mario
Castillo Freyre, 2011, p. 382.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 631
tre al alcance de personas que no sean partícipes del arbitraje. Por ello, la
confidencialidad se constituye en una característica propia del arbitraje
y que lo distingue notoriamente de los procesos ante el Poder Judicial.
5
De Trazegnies Granda, Fernando. Para una revisión más exhaustiva de los ám-
bitos donde opera la confidencialidad, sugerimos revisar: «¿Confidencialidad o
publicidad en el arbitraje? Nueva Ley de Arbitraje 2008». En Ponencias del Tercer
Congreso Internacional de Arbitraje 2009. Lima: Palestra Editores-Estudio Mario
Castillo Freyre, 2010, pp. 53-62.
6
Artículo 51 de la Ley de Arbitraje.- Confidencialidad.
1. Salvo pacto en contrario, el tribunal arbitral, el secretario, la institución ar-
bitral y, en su caso, los testigos, peritos y cualquier otro que intervenga en
632 Biblioteca de Arbitraje
citado artículo, se aprecia que todos los sujetos partícipes del arbitraje,
cualquiera sea su calidad o condición, están obligados a guardar reserva
sobre el arbitraje en su conjunto, salvo pacto en contrario. La ley no rea-
liza ninguna distinción sobre las aristas del arbitraje que son confiden-
ciales, por lo cual, se debe entender que todo el arbitraje es confidencial.
8
Artículo 14.- Confidencialidad
Salvo pacto en contrario, las actuaciones arbitrales son confidenciales. Los árbi-
tros, los miembros del Consejo Superior de Arbitraje, el Secretario General, los
Secretarios Arbitrales, el personal del Centro, las partes, su personal dependiente o
independiente, sus representantes, abogados y asesores, así como los testigos, peri-
tos y cualquier otra persona que intervenga en tales actuaciones, están obligados a
guardar reserva sobre todos los asuntos e información relacionados con el arbitra-
je, incluido el laudo, salvo autorización expresa de las partes para su divulgación o
uso, o cuando sea necesario hacerlos públicos por exigencia legal.
Las partes podrán hacer pública las actuaciones arbitrales o, en su caso, el laudo,
para proteger o hacer cumplir un derecho o para interponer el recurso de anula-
ción o ejecutar el laudo ante el Poder Judicial.
La inobservancia al deber de confidencialidad establecido en esta norma será san-
cionada conforme a lo dispuesto en el Código de Ética del Centro, sin perjuicio
de las acciones que promueva el afectado contra el infractor.
Los terceros ajenos al arbitraje están impedidos de tener acceso a los expedientes
y a las audiencias, salvo autorización expresa y escrita de ambas partes. Por excep-
ción, el tribunal arbitral podrá autorizarlos, siempre que medie causa justificada.
En cualquier caso, los terceros deberán cumplir con las normas de confidenciali-
dad establecidas en este artículo, estando sujetos a las sanciones contempladas en
el Código de Ética del Centro.
Salvo disposición distinta de cualquiera de las partes, o cuando se haya dispuesto
la protección de información confidencial con arreglo al artículo 15, luego de seis
(6) meses de concluido el arbitraje, el Centro queda autorizado para publicar el
contenido del laudo.
9
Artículo 36.- Confidencialidad
Las actuaciones arbitrales con confidenciales. Los árbitros, funcionarios del Cen-
tro, los miembros de la Corte de Arbitraje, peritos, las partes, sus representantes
legales, sus asesores, abogados, o cualquier persona que haya intervenido en las
actuaciones arbitrales se encuentran obligados a guardar reserva de la información
relacionada con el proceso arbitral, incluido el laudo.
No rige esta prohibición en los siguientes supuestos:
Si ambas partes han autorizado expresamente su divulgación o uso.
634 Biblioteca de Arbitraje
13
Artículo 139, inciso 4 de la Constitución Política del Perú.-
«Son principios y derechos de la función jurisdiccional: […] 4. La publicidad en
los procesos, salvo disposición contraria de la Ley».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 637
Por ello, como bien explica Lorenzo Zolezzi, para ejercer dicha
función, y para obrar con justicia, se requiere de independencia e im-
parcialidad, un sentido de la equidad, un conocimiento cabal de las
técnicas jurídicas, tanto en lo atinente al fondo como al proceso, una
638 Biblioteca de Arbitraje
14
Zolezzi Ibárcena, Lorenzo. «Ética de los árbitros». En Ponencias del Tercer Con-
greso Internacional de Arbitraje 2009. Lima: Palestra Editores, 2010, p. 17.
15
Artículo 12 de la Ley Modelo Uncitral.- «Motivos de Recusación
1. La persona a quien se comunique su posible nombramiento como árbitro de-
berá revelar todas las circunstancias que puedan dar lugar a dudas justificadas
acerca de su imparcialidad o independencia. El árbitro, desde el momento de su
nombramiento y durante todas las actuaciones arbitrales, revelará sin demora
tales circunstancias a las partes, a menos que ya les haya informado de ellas.
2. Un árbitro sólo podrá ser recusado si existen circunstancias que den lugar a du-
das justificadas respecto de su imparcialidad o independencia, o si no posee las
cualificaciones convenidas por las partes. Una parte sólo podrá recusar al árbi-
tro nombrado por ella, o en cuyo nombramiento haya participado, por causas
de las que haya tenido conocimiento después de efectuada la designación».
Panorama Actual del Arbitraje 2015 639
dimiento. Hay otras recusaciones en las que una de las partes recusa sistemáti-
camente al árbitro nombrado por la otra con el objeto de que, después de varias
recusaciones (en las que muchas veces el recusado renuncia por amor propio, sin
permitir la discusión de su caso), se llega a obtener un árbitro quizá con alguna
simpatía o vinculación con la parte que empleó sistemáticamente el método recu-
satorio para lograr el resultado». Comentarios a la Ley Peruana de Arbitraje. Lima:
Instituto Peruano de Arbitraje, 2011, tomo I, p. 335.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 643
23
Alonso Puig, José María. «Los árbitros: selección, recusación y reemplazo». En
Thémis. Lima: Revista editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la
Pontifica Universidad Católica del Perú, 2007, n.° 53, p. 163.
644 Biblioteca de Arbitraje
No hay problema con que los clientes se asesoren con sus abogados
para designar un árbitro; por el contrario, las recomendaciones de los
abogados pueden coadyuvar a la toma de una mejor decisión sobre quién
es el indicado para que resuelva de manera definitiva la controversia.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 645
24
Rodríguez Vásquez, Silvia. «Designación de Árbitros y Costos Arbitrales». En
Ponencias del Cuarto Congreso Internacional de Arbitraje 2010. Lima: Palestra Edi-
tores, 2012, p. 189.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 647
Por consiguiente, tanto las partes como los árbitros, las institu-
ciones arbitrales y los tribunales estatales se enfrentan a decisio-
nes complejas sobre qué hechos o circunstancias han de ponerse
de manifiesto y qué criterios aplicar […]. Si bien es cierto que
las leyes y los reglamentos de arbitraje establecen ciertas reglas al
respecto, éstas adolecen de falta de especificidad y de aplicación
uniforme, lo que lleva a que, con frecuencia, la comunidad del
arbitraje internacional no se guíe por los mismos estándares a la
hora de revelar hechos y circunstancias susceptibles de dar lugar
a dudas sobre la imparcialidad e independencia del árbitro y a la
hora de decidir las objeciones y recusaciones de los árbitros.26
25
El documento puede ser descargado del portal electrónico de la International Bar
Association (IBA): http://www.ibanet.org.
26
IBA Guidelines on Conflicts of Interest in International Arbitration, p. 4.
648 Biblioteca de Arbitraje
28
Hundskopf Exebio, Oswaldo. Artículo publicado en el Diario Oficial El Perua-
no, página 13, del 11 de noviembre de 2014, y en donde se resaltan las opinio-
nes planteadas como ponente en el Primer Congreso Nacional de Arbitraje: «La
justicia arbitral: retos y posibilidades», que organizó el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 655
Por ello, y además del registro antes mencionado, con el que esta-
mos totalmente de acuerdo, que podría estar a cargo de las Cámaras de
Comercio de cada ciudad, asimismo, se deberían implementar y aplicar
los tres aspectos descritos para los arbitrajes institucionales.
9. Reflexión final
29
Castillo Freyre, Mario. Artículo publicado en el Diario Oficial El Peruano, pági-
na 10, del 9 de noviembre de 2014, y en donde se resaltan las opiniones planteadas
como ponente en el Primer Congreso Nacional de Arbitraje: «La justicia arbitral:
retos y posibilidades», que organizó el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
656 Biblioteca de Arbitraje
Para garantizar a las partes que los árbitros designados cumplen con
las cualidades de independencia e imparcialidad, ellos tienen el deber
de revelar cualquier situación y/o circunstancia que comprometa dichas
cualidades, o en todo caso, que frente a ojos de terceros, puedan verse
afectadas. Siendo ello así, la revelación se constituye en un acto de trans-
parencia que tienen los árbitros frente a las partes del arbitraje.
30
Zolezzi Ibárcena, Lorenzo. «Ética de los árbitros». Op. cit., p. 35.
Panorama Actual del Arbitraje 2015 657
31
Castillo Freyre, Mario. «La responsabilidad y la ética de los centros de arbi-
traje». En Ponencias del Cuarto Congreso Internacional de Arbitraje 2010. Lima:
Palestra Editores-Estudio Mario Castillo Freyre, 2012, p. 233.
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