LA CAJA DORADA, Lectura
LA CAJA DORADA, Lectura
LA CAJA DORADA, Lectura
A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte de Antonio de Toledo y
Salazar, marqués de Mancera y 25.º virrey novohispano. En 1667, por vocación religiosa y
anhelo de conocimiento, ingresó a la vida monástica. Sus más importantes mecenas fueron los
virreyes De Mancera, el arzobispo virrey Payo Enríquez de Rivera y los marqueses de la
Laguna, virreyes también de la Nueva España, quienes publicaron los dos primeros tomos de
sus obras en la España peninsular. Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695.
Sor Juana Inés de la Cruz ocupó, junto a Juan Ruiz de Alarcón y a Carlos de Sigüenza y
Góngora, un destacado lugar en la literatura novohispana.1 En el campo de la lírica, su trabajo
se adscribe a los lineamientos del barroco español en su etapa tardía. La producción lírica de
Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una
Nueva España en apogeo, el culteranismo de Góngora y la obra conceptista de Quevedo y
Calderón.2
REDONDILLAS que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
Hombres necios que acusáis y a otra por fácil culpáis.
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión ¿Pues como ha de estar templada
de lo mismo que culpáis; la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
si con ansia sin igual y la que es fácil enfada?
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien Mas, entre el enfado y la pena
si las incitáis al mal? que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
Combatís su resistencia y quejaos en hora buena.
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad Dan vuestras amantes penas
lo que hizo la diligencia. a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
Parecer quiere el denuedo las queréis hallar muy buenas.
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco ¿Cuál mayor culpa ha tenido
y luego le tiene miedo. en una pasión errada:
la que cae de rogada,
Queréis, con presunción necia, o el que ruega de caído?
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais, ¿O cuál es de más culpar,
y en la posesión, Lucrecia. aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
¿Qué humor puede ser más raro o el que paga por pecar?
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo ¿Pues, para qué os espantáis
y siente que no esté claro? de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
Con el favor y el desdén o hacedlas cual las buscáis.
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal, Dejad de solicitar,
burlándoos, si os quieren bien. y después, con más razón,
acusaréis la afición
Opinión, ninguna gana, de la que os fuere a rogar.
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata, Bien con muchas armas fundo
y si os admite, es liviana. que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
Siempre tan necios andáis juntáis diablo, carne y mundo.