PARACETAMOL

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INTOXICACIÓN AGUDA POR

SOBREDOSIS DE
PARACETAMOL
Trabajo de Fin de Grado 2017-2018

AUTORA: TALÍA GONZÁLEZ CALVO


DIRECTORA: REBECA ABAJAS BUSTILLO
Facultad de Enfermería. Universidad de Cantabria
AVISO DE RESPONSABILIDAD UC

Este documento es el resultado del Trabajo Fin de Grado de un alumno, siendo su autor
responsable de su contenido.
Se trata por tanto de un trabajo académico que puede contener errores detectados por el
tribunal y que pueden no haber sido corregidos por el autor en la presente edición.
Debido a dicha orientación académica no debe hacerse un uso profesional de su contenido.
Este tipo de trabajos, junto con su defensa, pueden haber obtenido una nota que oscila
entre 5 y 10 puntos, por lo que la calidad y el número de errores que puedan contener
difieren en gran medida entre unos trabajos y otros,
La Universidad de Cantabria, el Centro, los miembros del Tribunal de Trabajos Fin de Grado,
así como el profesor tutor/director no son responsables del contenido último de este
Trabajo."

1
ÍNDICE

Resumen / Abstract…………………………………………………………………………………………..3
Introducción……………………………………………………………………………………………………..4
Capítulo 1: Farmacología del Paracetamol…………………………………………………………9
1.1 Farmacodinámica……………………………………………………………………………….9
1.1.1 Mecanismo de Acción……………………………………………………..9
1.1.2 Efectos Terapéuticos……………………………………………………..10
1.2 Farmacocinética……………………………………………………………………………….10
Capítulo 2: Intoxicación aguda por Paracetamol………………………………………….…..13
2.1. Clínica………………………………………………………………………………………………13
2.2. Diagnóstico………………………………………………………………………………………14
2.3. Tratamiento…………………………………………………………………………………….15
2.4. Pronóstico……………………………………………………………………………………….17
2.4. Intoxicación en la población Pediátrica…………………………………………...18
Capítulo 3: Papel de Enfermería en la Prevención y Tratamiento
de las Intoxicaciones Medicamentosas…………………………………………………………….20
Conclusiones…………………………………………………………………………………………………...25
Bibliografía……………………………………………………………………………………………………...26

2
RESUMEN / ABSTRACT

RESUMEN
La intoxicación por Paracetamol se ha convertido en un problema de salud pública en numerosos
países. Su uso en España se incrementa anualmente, además, no necesita prescripción médica
para su acceso, favoreciendo la automedicación y el riesgo de sufrir una sobredosis si se supera
la dosis recomendada. Las complicaciones de esta intoxicación oscilan entre el daño hepático
reversible hasta la necesidad de un trasplante de hígado, siendo vital la administración de su
antídoto, N-acetilcisteína. Nuevos métodos diagnósticos y formas de tratamiento se siguen
investigando, con el fin de actuar de forma precoz y evitar sus graves consecuencias que pueden
afectar tanto a lactantes como a adultos. La enfermería puede jugar un papel importante a nivel
prevención a través de la promoción y educación para la salud, y también con su colaboración
en los cuidados necesarios para la mejora y/o resolución de este grave problema de salud, cuya
prevalencia sigue creciendo año tras año en el mundo.

Palabras clave: Paracetamol, intoxicación, N-acetilcisteína, tratamiento, enfermería.

ABSTRACT
Paracetamol poisoning has become a major public health problem in many countries. Its use in
Spain increases constantly and medical prescription is not mandatory to acquire it. Self-
medication increases the risk of suffering an overdose. The complications of this intoxication
range from the reversible hepatic damage to the need of a liver transplant. The administration
of its antidote, N-acetylcysteine, is vital. New diagnosis methods and treatments are under
research, trying to avoid its acute consequences at all ages. Nursing can play an important role
in prevention through health promotion and education, as well as, provide relevant care for the
improvement and/or resolution of this serious health problem, whose prevalence keeps growing
year by year in the world.

Keywords: Acetaminophen, poisoning, N- acetylcysteine, treatment, nursing.

3
INTRODUCCIÓN

La toxicología define como tóxico todo aquel elemento o compuesto químico que, introducido
en el organismo, es capaz de producir en un órgano o sistema, lesiones estructurales,
funcionales o incluso la muerte(1) .
En el ámbito sanitario, las principales intoxicaciones que deben ser atendidas derivan de drogas
de abuso y medicamentos y, actualmente, las intoxicaciones agudas suponen un 1-2% de las
urgencias médicas que se atienden en los servicios de urgencias de los hospitales españoles(2).
La intoxicación aguda por medicamentos es definida como aquel consumo tanto voluntario
como accidental de medicamentos que actúan en diferentes órganos y sistemas, produciendo
un efecto que, en dosis no terapéuticas, provocan el deterioro progresivo de las funciones vitales
y que puede desembocar en la muerte(3). De hecho, los intentos autolíticos que son atendidos
en los servicios sanitarios en España son provocados en gran medida por la ingesta de altas dosis
de medicamentos(4,5), donde destacan benzodiacepinas, antidepresivos y AINEs.
La mayoría de las intoxicaciones medicamentosas son dosis-dependientes y para la rápida y
eficaz actuación en su tratamiento, se ha desarrollado el denominado: Código de Intoxicación
Aguda Grave (CODITOX). Lleva desarrollándose en España desde el año 2005 y determina qué
signos y síntomas deben ser valorados de urgencia y qué fármacos son activadores del código
CODITOX (6)(Tabla 1).
Dentro de los fármacos que pueden provocar la activación del Código CODITOX se encuentra el
Paracetamol. Es considerado uno de los fármacos más comunes que provocan intoxicación
medicamentosa en el mundo, convirtiéndose incluso en la principal causa de fallo hepático en
los Estados Unidos(7)

Tabla 1: Criterios de Activación CODITEX. Fuente: Rev. Emergencias 2015;27:95-102

El efecto tóxico del abuso del paracetamol se demuestra notablemente en los últimos informes
realizados en Estados Unidos (EEUU). Un estudio realizado por el Centro de Investigación
Biomédica ha estimado que más de 60 millones de personas consumen de forma semanal

4
paracetamol, de las cuales 30.000 personas ingresan en Unidades de Cuidados Intensivos debido
al fallo hepático provocado por la intoxicación aguda por paracetamol(8). Uno de los datos más
importantes que otorga este estudio(9) es el porcentaje de pacientes que requieren de un
trasplante hepático debido a las complicaciones derivadas de esta intoxicación, que alcanza el
29%. En relación con el uso de este medicamento, el 53% de los pacientes con insuficiencia
hepática aguda y fallo hepático habían consumido de forma autónoma el paracetamol, sin
consultar al personal sanitario(10).
En Europa, debido al uso abusivo del paracetamol, la EMA (Agencia Europea de Medicamentos)
solicitó un estudio para valorar los efectos de este principio activo en siete países de la Unión
Europea. Se determinó que, entre 2009 y 2012, en Europa se realizaba un trasplante hepático
por cada 6 millones de habitantes al año, de los cuales el 20% era a consecuencia de la
intoxicación aguda por paracetamol(11,12). El porcentaje en comparación con EEUU es inferior,
sin embargo, existen países como Irlanda o Reino Unido donde se alcanza el 52% y el 28%
respectivamente, considerándose en Europa la sobredosis de paracetamol como un grave
problema de salud pública.
En España el paracetamol fue el segundo fármaco más consumido según datos del SNS (Sistema
Nacional de Salud) en 2015(13)(Tabla 2) y en 2001 se determinó que hasta un 20% de las
intoxicaciones medicamentosas que se atendían en los servicios de urgencias eran provocadas
por paracetamol(14). Según el informe oficial del Sistema Nacional de Salud (SNS) del año
2016(15), se produjeron 458 intoxicaciones.

Tabla 2: Principales principios Activos de mayor consumo en España en 2015. Fuente: SNS.

Cabe destacar que, este tipo de intoxicación medicamentosa en España afecta tanto a población
adulta como pediátrica, sin embargo, la intencionalidad es radicalmente diferente. A menor
edad del paciente menor índice de intencionalidad, siendo predominante la intoxicación

5
accidental, y a medida que se incrementa, existe una gran tendencia hacia los intentos
autolíticos como origen de este tipo de intoxicación.

Históricamente el paracetamol fue descubierto por Harmon Morse en 1873 y comercializado en


1955, siendo administrado para paliar los estados febriles y el dolor(16). Actualmente es un
fármaco de libre comercialización en España, pudiendo adquirirse por un económico precio en
establecimientos especializados formando parte de medicamentos que presenten como
principio activo una dosis máxima de paracetamol de un 1 gramo(17).
Su acción terapéutica es doble, es tanto analgésico como anti-pirético y debido a su inocuidad
en comparación a los demás fármacos de su mismo grupo farmacológico, AINEs, se estableció
como fármaco de libre comercialización y es en la actualidad el analgésico con el cual la
población española más se automedica(18,19).
Los efectos adversos de este medicamento son escasos y muy diferentes a los demás fármacos
del grupo farmacológico AINEs, lo que le convierte en un fármaco de primera elección ante los
estados febriles y como analgésico en casos de urgencia. Sin embargo, es una medicación segura
siempre que la dosis diaria se mantenga en la dosis terapéutica recomendada: 15mg/kg/dosis
cada 4-6 horas.
Cuando se supera la dosis máxima recomendada, el metabolismo del paracetamol empieza a
servirse de una ruta alternativa, provocando la liberación de metabolitos tóxicos al organismo
(NAPBQ). La principal consecuencia de la sobredosis es la hepatotoxicidad, pudiendo
desarrollarse daño hepático severo en el 41% de los casos(20), sino se administra de forma
precoz el antídoto, N-acetil-cisteína, sobre el que se basa el tratamiento de esta intoxicación.
En el caso de no realizarse de forma correcta el diagnóstico y/o tratamiento, se desarrolla una
evolución en el daño hepático, derivando a fallo hepático agudo y en último caso requiriendo
de un trasplante para su resolución, lo que supone una grave situación clínica para la persona y
altos costes para el SNS(21)(Tabla 3).

Tabla 3: Estimación de Costes del Tratamiento de la Intoxicación por Paracetamol. Fuente: Emergencias 2018;3:30.

6
Por tanto, el paracetamol es un fármaco que se presenta como seguro e inocuo frente a otros
de su mismo grupo farmacológico, pero que, si se supera de forma accidental o bien
intencionada, la dosis terapéutica, provoca daños orgánicos, que, de no administrarse el
tratamiento conveniente, pueden evolucionar a daño hepático e incluso a provocar un fallo
multi-orgánico.
Sin embargo, a diferencia de numerosos países, el Sistema Nacional de Salud español no ha
considero esta intoxicación un problema de salud pública e incluso en el sistema de codificación
diagnóstica CIE-10, al igual que en la anterior versión, no presenta un ítem que identifique la
intoxicación medicamentosa derivada del uso del paracetamol. De esa forma se dificulta la
posibilidad de especificar el número de casos que anualmente se producen, afectando
notablemente con ello a la posibilidad de investigar epidemiológicamente esta intoxicación. A
nivel estatal, existen principalmente investigaciones que abordan la intoxicación
medicamentosa en población pediátrica, y solo un pequeño número se focaliza el los efectos y
complicaciones en adultos.
Estas graves consecuencias ante una intoxicación con paracetamol y ante el hecho de su venta
libre en España, me ha llevado a realizar una revisión bibliográfica para ampliar los datos acerca
de los aspectos más relevantes que se han descubierto sobre la propia intoxicación y las
novedades ante el tratamiento de este tipo de intoxicación medicamentosa.

El objetivo principal de esta monografía es: Describir el proceso clínico ante una intoxicación
aguda por dosis supra-terapéuticas de Paracetamol en la población adulta y pediátrica.
Los objetivos secundarios planteados son los siguientes:
- Describir los aspectos farmacológicos del Paracetamol conocidos hasta la fecha.
- Describir la clínica de la intoxicación aguda por Paracetamol.
- Explorar el tratamiento actual para la intoxicación por sobredosis de Paracetamol
- Describir las peculiaridades de la intoxicación por Paracetamol en la población
pediátrica
- Explorar la función enfermera en la prevención de la intoxicación por dosis elevadas
de Paracetamol tanto en población adulta como en la pediátrica.

Para la búsqueda de documentación se han utilizado las bases de datos científicas como
PubMed, Google Académico (Google Scholar), Dialnet, Biblioteca Cochrane Plus y Scielo.
Los artículos científicos presentes en esta monografía presentan una antigüedad máxima de
cinco años, desde el año 2013, a excepción de algunos documentos como libros de farmacología
médica o artículos científicos que pueden presentan un tiempo mayor desde su publicación
debido a su relevancia científica.
Para la realización de la búsqueda bibliográfica se han utilizado tanto MeSH como DeCS; las
palabras utilizadas han sido:

DeCS MeSH
Paracetamol Paracetamol
Acetaminofeno Acetaminophen
Intoxicación Poisoning
Tratamiento Treatment
Tabla 4: Descriptores. Fuente: Elaboración Propia

7
Los booleanos que se han utilizado han sido “AND” y “OR” para realizar combinaciones con los
descriptores nombrados.
El gestor de referencias bibliográficas utilizado ha sido RefWorks y el estilo de referenciación
presente en esta monografía es el estilo Vancouver.
La distribución de esta monografía se establece en tres capítulos; el primero de ellos versa de
las características farmacológicas del paracetamol, estableciendo la base para poder desarrollar
y describir el mecanismo de toxicidad que desemboca en una intoxicación aguda.
En el capítulo dos se encuentra la descripción del proceso de intoxicación. Se describe la clínica
que la caracteriza junto con el proceso de determinación diagnóstica y actual sistema de
tratamiento. Este capítulo se acompaña con una descripción de los efectos que esta intoxicación
provoca en la población pediátrica.
En el tercer y último capítulo se explora el papel que enfermería puede llevar cabo para prevenir
esta intoxicación a través de la educación para la salud y el rol que desempeña ante una
intoxicación de este fármaco en los diferentes niveles asistenciales.

8
CAPITULO 1: FARMACOLOGÍA DEL PARACETAMOL

1. CAPITULO 1: FARMACOLOGÍA DEL PARACETAMOL


A fin de explicar la farmacología del paracetamol se describen los dos aspectos que determinan
sus características en este ámbito: la farmacodinámica y la farmacocinética.

1.1. FARMACODINÁMICA
El paracetamol, denominado también acetaminofeno o n-acetil-aminofeno, pertenece dentro
de la clasificación farmacoterapeútica, al grupo de AINES (anti-inflamatorios no esteroideos), sin
embargo, no comparte las mismas peculiaridades a nivel de efectos terapéuticos y adversos
comunes al grupo al que pertenece.
Presenta efecto analgésico y antipirético, siendo está una gran diferencia con respecto a los
demás fármacos de su grupo al no ser propiamente anti-inflamatorio, como le correspondería
al ser considerado AINE.
Se encuentra indicado ante un umbral de dolor leve-moderado y situaciones febriles(22).
El efecto analgésico se inicia tras 5-10 minutos de la administración, alcanzando su acción
analgésica máxima al cabo de una hora y manteniéndose durante 4-6 horas. La acción
antipirética comienza al cabo de 30 minutos tras la administración, continuando su efecto hasta
un máximo de 6 horas(23).
1.1.1. Mecanismo de Acción
Los efectos terapéuticos de los AINES (anti-inflamatorio, anti-pirético y analgésico) se deben a
un mecanismo de acción basado en la inhibición de las enzimas ciclo-oxigenasas (COXs),
pudiendo actuar sobre COX1 y COX2.
Cuando las enzimas ciclo-oxigenasas son activadas empiezan a producir prostaglandinas y como
efecto directo provocan una reacción inflamatoria. Con la administración de AINES, se inhiben
las enzimas y por tanto su síntesis de prostaglandinas, provocando el cese de la reacción
inflamatoria como efecto terapéutico y determinando de la misma manera los efectos
colaterales de los AINES (lesión renal y gástrica junto con efectos anti-agregantes plaquetarios).
El mecanismo de acción del paracetamol no es compartido con el resto de AINES, ya que no
presenta una inhibición selectiva por las enzimas ciclo-oxigenas y por ello, su ausencia de efecto
anti-inflamatorio y anti-agregante junto con su inocuidad ante la mucosa gástrica y renal(24).
Su mecanismo de acción aún no es completamente conocido, pero se ha podido determinar una
preferencia ante una isoforma de la COX1, denominada COX1-b o COX3, cuya expresión está
más ligada al SNC y por ello más concordante con sus efectos analgésicos y antipirético y no anti-
inflamatorios. La isoforma COX3 se localiza en cerebro, medula espinal y corazón y no en
estómago, y de tal forma se explica la inocuidad en la mucosa gástrica, la cual se ve
notablemente afectada con el efecto anti-inflamatorio del resto de AINEs.
El efecto antipirético del acetaminofeno depende de la inhibición de COX3 en la región
hipotalámica anterior. Con la administración del paracetamol se produce una disminución en la
formación de prostaglandinas E2, evitando la activación de los mecanismos de generación y
mantenimiento de la fiebre(25).
La preferencia del paracetamol por el SNC es observable no solo por la inhibición de la COX3,
sino también por la evidencia de su actuación en las vías descendentes serotoninérgicas. El
córtex cerebral, hipotálamo, hipocampo, tronco cerebral y cuerpo estriado sufren un notable

9
incremento de serotonina ante la administración de paracetamol, provocando una inhibición a
nivel nociceptivo de la medula espinal; de igual forma, se ha demostrado que ante lesiones en
las vías descendentes serotoninérgicas o administración de antagonistas de los receptores
serotoninérgicos, la acción analgésica del paracetamol se encuentra disminuida(26).

1.1.2. Efectos terapéuticos


El paracetamol es un fármaco cuyos efectos terapéuticos son el efecto analgésico y el efecto
anti-pirético.
En relación con su efecto analgésico, pertenece según la clasificación de la OMS, al primer
eslabón para el tratamiento del dolor, donde su elección se ve favorecida ante su escaso efecto
anti-agregante, en relación con los demás AINEs(27).
El tratamiento del dolor con acetaminofeno suele estar indicado sobre todo ante el dolor leve a
moderado y para el tratamiento del dolor en pacientes durante el post-operatorio.
Como monoterapia destaca su efecto en: afecciones articulares, otalgias, cefaleas, dolor
odontológico, dismenorrea y neuralgias(28).
De forma combinada con otros analgésicos (codeína, opioides…) resulta altamente eficaz ante
dolor agudo no quirúrgico, permitiendo incluso disminuir la cantidad de determinados opioides
para conseguir el efecto analgésico deseado(29,30).
El paracetamol como anti-pirético es ampliamente conocido y utilizado, siendo unos de los
tratamientos de elección en la población pediátrica. Se encuentra dentro de los anti-piréticos de
mayor uso, junto con el metamizol.
La dosis máxima recomendada en adultos en de 15mg/kg/dosis cada 4-6 horas, o bien dosis
superiores a 150 mg/kg/día.

1.2. FARMACOCINÉTICA
El acetaminofeno es una molécula moderadamente liposoluble y débilmente hidrosoluble. Estas
propiedades permiten al paracetamol atravesar las barreas biológicas, incluyendo la barrera
hematoencefálica.
Es un ácido extremadamente débil (pKa de 9.7), y por ello, depende en gran medida de los
valores de pH fisiológicos para mantenerse activo, debido principalmente a su grupo hidroxilo
aromático(31).

Figura 1: Estructura del Acetaminofeno. Fuente: immedicohospitalario.es

El paracetamol presenta numerosas vías de administración: oral, rectal y endovenoso. A nivel


oral / rectal presenta una biodisponibilidad entre el 75% y 85%, presentando una rápida
absorción, alcanzando concentraciones plasmáticas máximas a dosis terapéuticas entre 30
minutos y dos horas tras la ingesta. A nivel endovenoso adquiere su máxima concentración tras
4 horas de su administración, distribuyéndose rápidamente por tejidos y líquidos orgánicos,
presentando una curva de concentración plasmática-tiempo multi-exponencial.

10
El acetaminofeno presenta un volumen de distribución de 0.9-1 L/Kg, y se caracteriza por un
grado de unión a proteínas plasmáticas del 10%, pudiendo alcanzar un porcentaje de unión en
dosis tóxicas del 20%(23).
El paracetamol es metabolizado en un 90% a nivel hepático. Su inactivación y eliminación
requiere de la conjugación del acetaminofeno con sulfatos y ácido glucorónico. Ambas
conjugaciones son completamente inocuas para nuestro organismo. La conjugación del
acetaminofeno con sulfatos es propia de la población infantil, hasta una edad media de 12 años,
mientras que los adultos presentan una tendencia a la glucoronización.
Sin embargo, una pequeña parte del acetaminofeno es metabolizado a través de una vía
alternativa, el sistema de oxidación del citocromo P-450, localizado en las células hepáticas.
Como resultado se obtiene un metabolito altamente tóxico para nuestro organismo, la N-acetil-
para-benzoquinoneimina (NAPQI)(32).

Figura 2: Metabolismo del Paracetamol. Fuente: ropana.cl

En dosis terapéuticas, NAPQI es conjugada con glutatión y de esa manera se inactiva su


mecanismo de toxicidad y es posible su excreción a través de la orina.
En cuanto a su eliminación, muestra una cinética de primer orden. El acetaminofeno presenta
una semivida de eliminación que oscila entre los 120-180 minutos y un índice de aclaramiento
plasmático total de 280 – 350 ml/min.
Es excretado por vía urinaria a través de la orina. A niveles terapéuticos el paracetamol es
excretado en un 85-95% en orina en 24 horas: 55-60% conjugado con glucorónico, un 30%
conjugado con sulfato, un 4% con cisteína, otro 4% con mercaptúrico, pudiendo también
excretarse una pequeña fracción de acetaminofeno sin alteraciones metabólicas(24).
Al superarse la dosis máxima recomendada, se produce la saturación de las dos principales vías
de metabolización del acetaminofeno, y el glutatión, presente en la inactivación del metabolito
tóxico NAPQI de la vía del citocromo P-450, empieza a consumirse hasta finalizar sus reservas.

11
De esta forma se impide la inactivación del NAPQI y por tanto provocando su acumulación de
forma activa en el organismo. Este proceso ocurre con una disminución en las reservas de
glutatión del 70%.
El NAPQI se adhiere a las membranas celulares de los hepatocitos provocando su muerte e
iniciando la necrosis hepática propia de la intoxicación por paracetamol (Figura 3). La zona más
sensible a la acción de este metabolito tóxico es la zona 3 de Rappaport y por tanto afectando
en su mayoría a la zona centrolobulillar(20).

Figura 3: Metabolismo del Paracetamol. Fuente: SaludInfantil.org

Por tanto, con la administración de dosis por encima de las recomendadas, el acetaminofeno
empieza a actuar de forma agresiva y hepato-tóxica, desembocando el fallo hepático propio de
este tipo de intoxicación medicamentosa aguda que se desarrolla en el capítulo 2.

12
CAPÍTULO 2: INTOXICACIÓN AGUDA POR PARACETAMOL

2. CAPITULO 2: INTOXICACIÓN AGUDA POR PARACETAMOL


Para poder explorar el proceso de intoxicación aguda por paracetamol, se describe la clínica
predominante y característica junto con el plan de tratamiento actual que se desarrolla en
España. Además, debido a la prevalencia de este tipo de intoxicación medicamentosa se
determina también el pronóstico y las peculiaridades que esta intoxicación presenta en la
población pediátrica.

2.1. CLÍNICA
La intoxicación por paracetamol tiene como principal complicación la hepatotoxicidad y en
ocasiones se acompaña de insuficiencia renal y alteración de electrolitos.
Los principales signos y síntomas que determinan la afectación hepática no aparecen de forma
inmediata tras la sobredosis, sino que van evolucionando hasta desembocar en el fallo hepático.
El cuadro clínico propio de esta intoxicación medicamentosa se establece en cuatro fases(33,34):
2.1.1. Fase I
Presenta una duración de 24 horas tras la sobredosis. La mayor parte de los pacientes se
encuentran asintomáticos, aunque puede existir clínica de náuseas, vómitos y malestar general.
También se puede presentar diaforesis y/o anorexia tras seis horas de la administración del
paracetamol.
2.1.2. Fase II
La segunda fase de la intoxicación se inicia entre las 24 y 48 horas. Esta fase se caracteriza porque
la anterior sintomatología desaparece y puede mantenerse asintomático o bien presentar dolor
en el hipocondrio derecho, ya que, en este estadio, se inicia el proceso de hepatotoxicidad.
En la exploración física se puede detectar hepatomegalia y comienzan las alteraciones analíticas.
Principalmente se observa un aumento de las transaminasas, pudiendo acompañarse de
hiperbilirrubinemia leve, elevación de la creatinina y/o del tiempo de protrombina.
2.1.3. Fase III
Es esta fase se produce el mayor daño hepático. Transcurre entre las 48 y las 96 horas tras la
sobredosificación.
La clínica es característica de la insuficiencia hepática y/o renal presente: coagulopatía, ictericia,
alteraciones en el nivel de conciencia y oligoanuria.
El fracaso renal anúrico u oligúrico se debe a la necrosis tubular aguda y el principal síntoma que
presenta es el dolor en flancos.
A nivel analítico destaca una gran hipertransaminasemia además de acompañarse de picos
analíticos a nivel hepático y renal.
2.1.4. Fase IV
La última fase de la intoxicación por Paracetamol se inicia al cabo de cuatro días de la sobredosis.
Generalmente este tipo de intoxicación medicamentosa suele resolverse en la tercera fase, sin
embargo, cuando la dosis de acetaminofeno ha sido muy alta, la recuperación puede tardar
hasta dos semanas.
En el caso de mantener un mínimo de hepatocitos sanos se puede evolucionar a una
recuperación hepática y sobrevivir. Por otro lado, en caso de no recuperarse completamente, la

13
intoxicación puede cronificarse o en caso de una toxicidad severa, desembocar en la muerte de
la persona.
El fallecimiento por intoxicación de paracetamol puede ocurrir entre el tercer y el séptimo día.
Ocurre debido a alteraciones metabólicas (hipofosfatemia e hipopotasemia) y/o complicaciones
como: edema agudo de pulmón, hemorragia y fracaso renal agudo.

2.2. DIAGNÓSTICO
La escasez de sintomatología en las fases iniciales convierte el diagnóstico precoz de esta
intoxicación medicamentosa, en una parte fundamental del proceso asistencial.
Es necesario realizar una correcta anamnesis del paciente, buscando en toda persona con
sospecha de intoxicación, algún rastro que determine la ingestión de paracetamol en dosis
elevadas, con el objetivo de determinar la dosis consumida, el tiempo transcurrido y si se ha
asociado con la toma de otros medicamentos o sustancias de abuso.
El principal método de diagnóstico es la determinación analítica de paracetamol en plasma. Tras
cuatro horas, como mínimo, tras la ingesta, se realizará una extracción sanguínea y se analizará
hemograma, electrolitos, tiempo de protrombina, ALT/AST (Alanina Aminotransferasa /
Aspartato Aminotransferasa) y función renal junto con los niveles de paracetamol
plasmático(35).
En el caso de haber transcurrido menos de 24 horas tras la ingesta de paracetamol, el
nomograma de Rumack-Matthew (Figura 4) permite conocer la indicación de tratamiento con
el antídoto del acetaminofeno según los niveles plasmáticos de acetaminofeno obtenidos en el
análisis sanguíneo(36).

Figura 4:Nomograma Rumack-Matthew. Fuente: Ped Clin.1975;55:871-876

14
Una de las limitaciones del nomograma es la necesidad de conocer el tiempo transcurrido tras
la ingestión del paracetamol, bien a través del paciente y/o familia, o a través de los niveles en
sangre y que se determine una intoxicación medicamentosa aguda y no crónica, o lo que es lo
mismo, una intoxicación producida por una sola dosis.
El inicio del tratamiento con su antídoto, la N-acetil-cisteína, se iniciará cuando los valores
superen la línea de posible daño hepático.
En caso de no poder aplicar el Nomograma de Rumack-Matthew se calcula el riesgo de toxicidad
a través del cálculo de la semivida de eliminación del paracetamol (t½). Para poder realizar el
cálculo del riesgo son necesarios los datos aportados por dos determinaciones analíticas de los
niveles de paracetamol sérica.
𝐶𝐶1
La fórmula es la siguiente: t½= , donde C1 es el valor obtenido en los niveles de paracetamol
𝐶𝐶2
al ingreso y C2 el valor de los niveles de paracetamol tras 2-12 horas tras C1. Tras la aplicación
de la fórmula, se valora el resultado con la tabla 5, y de esa forma se determina el tratamiento
según el riesgo existente(33).

Tabla 5: Tabla para la valoración del riesgo con el cálculo de la semivida de eliminación del Paracetamol. Fuente:
SaludInfantil.org

Otra alternativa diagnóstica es la detección de paracetamol en orina. Es una forma eficaz y


rápida en la detección de la intoxicación ya que presenta un valor predictivo negativo del 100%,
descartando de forma concluyente una intoxicación por paracetamol en caso de que este test
de cribaje de un resultado negativo(37).
En la actualidad se siguen estudiando nuevos marcadores como los aductos proteicos de
paracetamol, que permitirían un nuevo método diagnóstico en caso de sospecha de intoxicación
por este principio activo.
En los casos donde el tiempo transcurrido desde la intoxicación aguda por paracetamol haya
sobrepasado los límites para un tratamiento eficaz, es necesario determinar si presenta fallo
hepático. Los criterios para su diagnóstico son: acidosis láctica, encefalopatía hepática grado 3
o superior, insuficiencia renal (> 3.4 mg/l), INR (International Normalized Ratio) >7 y niveles de
fósforo superiores a 1.2 mmol/l(38).

2.3. TRATAMIENTO
En la intoxicación por acetaminofeno es de gran importancia clínica el conocimiento de la dosis
y el tiempo trascurrido desde la ingesta del fármaco hasta la recepción del paciente en el medio
hospitalario.

15
Tanto el diagnóstico como su posterior tratamiento dependen en gran medida de ese espacio
temporal y la primera línea de tratamiento en caso de toda sospecha reciente de intoxicación
medicamentosa, es la descontaminación digestiva.
En aquellos pacientes que son atendidos cuando la intoxicación se ha producido en un margen
de una a dos horas, se realizará una descontaminación digestiva a través de carbón activo. La
dosis recomendada en adulto es de 1g/kg en 300 ml de Suero Salino Fisiológico. En caso de alto
nivel de consciencia por parte del paciente puede ser ingerido directamente o en caso contrario
puede administrarse a través de una sonda nasogástrica.
Los datos revelan que la administración en la primera hora post-ingesta de carbón activo
permite reducir en un 52% la curva de concentración plasmática del paracetamol y hasta un 39%
hasta la segunda hora post-ingesta(35).
Tras la descontaminación digestiva, si hubiera sido posible, se iniciaría la administración
endovenosa de N-acetil-cisteína.
El N-acetil- cisteína (NAC) es un fármaco que actúa como antídoto del paracetamol. Su uso como
antídoto se debe a su acción precursora en la regeneración del glutatión, al aumentar su
concentración y permitir su unión a los metabolitos tóxicos NAPQI e inactivarlos. La
regeneración del glutatión es posible ya que con la administración de la NAC, se produce una
repleción mitocondrial y citosólica en el glutatión deplecionados (35,39).
Su eficacia máxima se obtiene en las diez horas post-ingesta, reduciendo la hepatotoxicidad de
un 50% a un 5% y por tanto reduciendo la probabilidad de mortalidad por fallo hepático de un
8% a un 0%(40).
La forma de administración del antídoto es principalmente por vía endovenosa y en los servicios
sanitarios españoles, el protocolo de administración consta de tres perfusiones de N-acetil-
cisteína, estando indicada exclusivamente si el paciente se encuentra dentro de un periodo
temporal máximo de ocho horas desde la ingesta.

Tabla 6:Prescripción de N-acetil-cisteína en adultos. Fuente:AEMPS

16
En adultos y/o adolescentes con peso superior a los 40 kg se inicia el ciclo de tres perfusiones
continuas de este antídoto con el objetivo de administrar en un plazo de 21 horas una dosis
máxima de N-acetil-cisteína de 300mg/kg (Tabla 6)(41).
La administración del este antídoto, al igual que cualquier fármaco por vía endovenosa, puede
producir reacciones anafilácticas a los pacientes, provocándoles broncoespasmo, angioedema o
rash cutáneo(42). Para intentar disminuir su aparición, la primera hora de la infusión de NAC
suele ser más lenta al ser estas reacciones anafilácticas dependiente de la velocidad. En el caso
de producirse este tipo de reacción se debe detener la perfusión, tratar la reacción anafiláctica
y una vez resuelta la clínica, reiniciar la perfusión a una velocidad menor (33). Si no reaparece la
sintomatología anafilactoide, se reajustará la perfusión a las velocidades indicadas y se
completarán los tres ciclos, si, por el contrario, la clínica reapareciera, sería necesario suspender
el tratamiento endovenoso y establecer un tratamiento alternativo.
Debido a la posibilidad de este tipo de reacción anafiláctica, siempre que se reinicia la
administración de NAC tras una clínica anafilactoide, debe realizarse con el paciente
monitorizado y el tratamiento para su reversión preparado. La prevalencia de reacciones
anafilácticas por NAC es más frecuente en pacientes asmáticos y por ello, es necesario
considerar la pauta oral o nasogástrica (figura 5) frente a la pauta endovenosa y así prevenir su
aparición.

140 mg/kg en dosis de carga 17 dosis de 70 mg/kg c/4 horas

Figura 5: Pauta oral o nasogástrica de NAC. Fuente: Saludinfantil.org

En el caso de que la NAC no se pudiera administrar, existen otras alternativas como la metionina
oral y, en caso extremo, se encuentra indicada la hemodiálisis. El tratamiento a través de
hemodiálisis se realizará en las siguientes condiciones(43):

 Si Porfiria Cutánea Tardía (PCT) con niveles de Uroporfirinógeno descarboxilasa


hepática> de 1000mg/l y no se administra tratamiento con NAC.
 Si existe alteración del estado mental, acidosis metabólica con elevación de los niveles
de lactato, PCT > de 700 mg/l y no se administra tratamiento con NAC.
 Si existe alteración del estado mental, acidosis metabólica con elevación de los niveles
de lactato, PCT > 900mg/l y se administra tratamiento con NAC.

Por último, en caso de diagnosticarse fallo hepático, el tratamiento único y eficaz consiste en un
trasplante hepático, desplazando al paciente a la Unidad de Cuidados Intensivos para la
aplicación del sistema MARS (Sistema de Recirculación Molecular Absorbente)(44,45), un
sistema extra-corporal de diálisis hepática, hasta la llegada de un hígado compatible siempre y
cuando cumpla con los requisitos exigidos.

2.4. PRONÓSTICO
La intoxicación por paracetamol es una intoxicación medicamentosa que presenta una alta
capacidad para provocar importantes complicaciones clínicas, y que, gracias a la alta eficacia de
su tratamiento puede evolucionar favorablemente.
A pesar de ello, existe un grupo de personas cuya probabilidad de sufrir un fallo hepático es
mayor y que por tanto es más susceptible de sufrir una intoxicación aguda incluso en dosis

17
menores. Este grupo de personas con factores de riesgo (tabla 7) pueden desarrollar una
intoxicación aguda con dosis superiores a 75 mg/kg, al presentar un mayor metabolismo del
acetaminofeno hacía NAPQ1 y por tanto mayor riesgo de hepatotoxicidad.

Tabla 7: Factores que aumentan el riesgo de Hepatotoxicidad. Fuente: SaludInfantil.org

Estos factores determinan el riesgo de hepatotoxicidad debido a sus características clínicas


previas a la intoxicación, existiendo también factores de mal pronóstico que están presentes
durante el proceso agudo. Estos factores de mal pronóstico durante la intoxicación
medicamentosa determinan una inclinación en la evolución del proceso hacia el fallo hepático,
siendo éstos los siguientes(46) en un periodo entre las 24-48 horas tras la ingesta:

 pH < 7.3
 INR > 3
 Creatinina sérica > 2.6
 Encefalopatía hepática grado III o IV
 Hipoglucemia
 Trombocitopenia

El pronóstico final de la intoxicación medicamentosa aguda por paracetamol es fatal y mortal en


solo el 5%(32) y puede llegar a alcanzar el 47% de los pacientes en caso de que lleguen al estadio
propio de fallo hepático grave ante la ausencia de tratamiento(31).

El tratamiento con N-acetil-cisteína y las mejoras en el proceso de diagnóstico, han permitido


que no suponga el fallecimiento del paciente la presencia de este tipo de intoxicación, aunque
ha supuesto en nuestro país cientos de fallecimientos.

2.5. INTOXICACIÓN EN LA POBLACIÓN PEDIÁTRICA


El paracetamol es de los analgésicos y antipiréticos más habituales en los adultos, y a nivel
pediátrico es el principal anti-pirético siendo a su vez, muy habitual su uso también como
analgésico(47).
Las intoxicaciones en este grupo de pacientes constituyen entre un 0.5 - 1% las consultas de
urgencias pediátricas en nuestro país. Se encuentran en primer lugar las intoxicaciones por
etanol y en segundo lugar las provocadas por la ingestión de paracetamol. La media de edad en
las intoxicaciones por paracetamol es, según estadísticas del año 2013, de 2.6 años y
principalmente fueron provocadas por errores en la dosificación(48).

18
En términos generales la intoxicación por paracetamol ocurre por errores en la dosificación en
los lactantes(49), por ingesta accidental en los pre-escolares y por ingesta intencionada en los
adolescentes(50). En los lactantes y preescolares suelen cursar asintomáticas, sin embargo, en
la adolescencia, la dosis ingerida suele ser muy superior a la terapéutica y por tanto suelen
presentar la clínica habitual de esta intoxicación medicamentosa.
En los criterios para considerar la dosis ingerida tóxica, se tiene en cuenta la edad del menor. En
los menores de 3 meses la dosis tóxica es considerada al superar los 75 mg/kg; entre los 3 – 6
meses se consideran tóxicas dosis superiores a los 150 mg/kg y tras los 6 meses en adelante la
dosis se considera hepato-tóxica al superar los 200 mg/kg(51).
La intoxicación por paracetamol en pediatría no suele ser por una dosis única de paracetamol,
sino que suele caracterizarse por dosis repetidas que superan el rango terapéutico de
paracetamol, al no respetarse las horas entre las ingestas del medicamento.
El diagnóstico y el tratamiento se mantiene igual a excepción en las dosis del carbón activo y el
antídoto a administrar. En estos casos el carbón activo se administra con una dosis de 1g/kg y el
ciclo de N-acetil-cisteína se ajusta a las dosis para pediatría (Tabla 8).

PRESCRIPCIÓN DE N-ACETIL-CISTEÍNA EN PEDIATRÍA


PAUTA 1º Dosis 2º Dosis 3º Dosis
DOSIS 150 mg/kg 50 mg/kg 100 mg/kg
ACETILCISTEÍNA
DURACIÓN 1 hora 4 horas 16 horas
PERFUSIÓN
CONCENTRACIÓN 50 mg/ml 6.25 mg/ml 6.25 mg/ml
DE PERFUSIÓN
VELOCIDAD DE 3 ml/kg/h 2 ml/kg/h 1 ml/kg/h
PERFUSION
Tabla 8: Dosis de N-acetil-Cisteína en Pediatría. Fuente: AEMPS

Debido a los factores que derivan en una intoxicación por paracetamol, donde destacan
principalmente el error en la dosificación del medicamento, la AEMPS (Agencia Española de
Medicamentos y Productos Sanitarios), ha tenido la obligación y necesidad de realizar notas
informativas oficiales (52), tanto para el personal sanitario como para los familiares de los
menores, debido a la presencia de numerosos fallecimientos en Europa ante intoxicaciones
medicamentosas cuyo principio activo fue el paracetamol.
En la adolescencia, destaca su uso como medida autolítica. Se describen casos de intentos
autolíticos con intoxicaciones con paracetamol en edades superiores a los doce años, y
destacando el sexo femenino. En estos casos la intoxicación por este principio activo deriva de
una dosis única que supera la dosis terapéutica para su edad y peso, y que por ello presenta y
desarrolla la misma clínica que en un adulto e incluso su misma evolución en caso de no tratarse
de la manera pertinente(53).
Por tanto, el paracetamol es un fármaco cuya intoxicación afecta tanto a la población adulta
como a la pediátrica.

19
CAPITULO 3: PAPEL DE ENFERMERÍA EN LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS
INTOXICACIÓNES MEDICAMENTOSAS

Las intoxicaciones medicamentosas conforman una situación urgente que debe ser tratada de
forma rápida y eficaz para reducir las numerosas consecuencias a las que puede desembocar.
Este tipo de intoxicación causada por fármacos es prevenible, en muchos casos, gracias a las
medidas de seguridad a nivel de la industria farmacéutica y del personal sanitario a la hora de
realizar la prescripción de los medicamentos y su dosificación. Otras medidas existentes a la hora
de prevenir las intoxicaciones farmacológicas, es controlar el acceso libre a determinados
fármacos de libre comercialización y sobre todo la educación sanitaria a nivel comunitario sobre
el manejo correcto de los medicamentos(54).
La educación sanitaria forma parte de uno de los niveles en los que la OMS (Organización
Mundial de la Salud) organiza la prevención de la salud. En cada uno de los tres niveles el
personal de enfermería forma parte en su puesta en práctica.
El primer nivel, denominado más comúnmente como atención primaria, es definido por la OMS
como “aquellas medidas orientadas a evitar la aparición de una enfermedad o problema de
salud mediante el control de los factores causales y los factores predisponentes o
condicionantes”. El objetivo de este nivel es disminuir la incidencia de una enfermedad y para
ello existen diferentes estrategias. Algunas de las estrategias de la prevención primaria son la
vacunación, el control de riesgos y la educación sanitaria.
El equipo de enfermería conforma un gran papel en este nivel de prevención ya que es el
referente en la población para la educación sanitaria. La educación para la salud es una función
de enfermería que permite aportar la información necesaria a las personas sobre aspectos
relacionados con su salud o con sus enfermedades, ayudándoles y motivándoles hacia cambios
conductuales que redirijan a la población hacia hábitos de vida saludables o conductas de salud.
Más del 90% de las intoxicaciones se producen en el hogar y a pesar de que España se encuentra
dentro de los países de Europa con menor tasa de mortalidad por intoxicaciones agudas, toda
atención a este tipo de episodios supone un importante gasto al Sistema Nacional de Salud que
no debe ser ignorado. Por tanto, la prevención es una herramienta que permite reducir y/o
impedir la presencia de intoxicaciones medicamentosas o al menos reducir la morbilidad
existente.
En España, la prevención de intoxicaciones medicamentosas es el objetivo principal del Servicio
de Información Toxicológica (SIT). Presenta una función clínica asistencial a través de la atención
de consultas telefónicas a cerca de exposiciones a tóxicos o bien intoxicaciones(55). Se
encuentra disponible las 24 horas del día, los 365 días del año tanto para particulares como para
personal sanitario, aunque estos últimos disponen de una vía alterativa para contactar.
A través de las consultas telefónicas actúan de forma asistencial determinando el tratamiento
ante las exposiciones a tóxicos y permiten, con los datos obtenidos en cada consulta, realizar
estudios epidemiológicos a nivel de tóxico-vigilancia.
En gran medida, las intoxicaciones medicamentosas accidentales ocurren en la población
pediátrica, por ello se han determinado una serie de recomendaciones para los padres que el
equipo de enfermería, en especial de Atención Primaria, puede comunicar y así concienciar de
la necesidad de tomar medidas de seguridad ante la presencia de medicamentos en el hogar.
Las recomendaciones que se han demostrado efectivas para prevenir las intoxicaciones
medicamentosas accidentales han sido(56):
- Correcto almacenamiento:

20
Almacenar los medicamentos en lugares de difícil acceso para los niños se ha
demostrado más eficaz que la supervisión de los padres.
- Sistema de seguridad en los envases:
Se ha demostrado que una herramienta útil en la prevención es la presencia de
dispositivos a prueba de niños, impidiendo así que puedan acceder al contenido de
los envases.
- Los Institutos de Toxicología o SIT:
El conocimiento por parte de los padres de la existencia de un centro de estas
características permite aportar la información que requieran en relación con el uso
o exposición de medicamentos.
- Educación a los padres:
Es necesario que el personal sanitario informe a los padres y aporte
recomendaciones en el uso de los medicamentos como:
o Insistir en la no medicación de los niños sin existir orden médica expresa.
o Comprobación del envase para certificar el fármaco y la dosis a administrar.
o Insistir en desechar toda medicación sobrante.
o Desaconsejar tomar medicamentos delante de sus hijos.
o Aportar número del SIT, y recomendar que lo tengan siempre accesible.
En la población adulta es necesario también realizar por parte de enfermería educación
comunitaria y de esa forma permitir que toda persona que se encuentre bajo tratamiento con
algún fármaco conozca la posología indicada y el intervalo de tiempo entre las diferentes tomas,
además de tener conocimiento de las reacciones adversas más habituales que puede presentar
y de esa forma, que sepan reconocerlas y puedan actuar acudiendo a los servicios sanitarios
para comunicarlo.
En el caso del paracetamol, existe el condicionante de su venta libre sin necesidad de
prescripción médica, por lo que no precisan asistir, siempre que lo necesiten, a los servicios
sanitarios para poder adquirirlo y, por tanto, enfermería presenta mayor dificultad a la hora de
empoderar a esas personas con los conocimientos suficientes para el uso racional de este
medicamento, sobre todo a nivel de posología y dosis máxima recomendada. De hecho, debido
a las evidencias de su uso como medio auto-lítico en adolescentes y adultos o bien por las
intoxicaciones accidentales en pediatría, la CSMH (Comité de Seguridad de Medicamentos de
Uso Humano) en su memoria del año 2015 estableció, ante las evidencias existentes en la Unión
Europea de hepato-toxidad grave, la necesidad de retirar los fármacos con dosis de 1 gramo de
paracetamol del mercado de venta libre y limitar su acceso, solo pudiendo adquirirlo bajo
prescripción facultativa(57).
Por tanto, desde Atención Primaria, enfermería puede desarrollar estrategias para la prevención
de las intoxicaciones medicamentosas a través de la educación para la salud de manera eficaz,
al igual que participar en las demás estrategias de prevención primaria.
El segundo nivel de prevención de la salud según la OMS se basa en la detección de sujetos que
se encuentran aparentemente sanos al encontrarse en una fase preclínica de la enfermedad.
Busca el diagnóstico precoz de estas personas y así evitar y/o retardar las secuelas posibles. Las
estrategias que la conforman son principalmente la detección precoz con programas de salud
pública, la realización de analíticas de rutina en los centros sanitarios de atención primaria y el
tratamiento temprano en la fase asintomática de la enfermedad.
En relación con las intoxicaciones medicamentosas, la prevención secundaria por parte de
enfermería consistiría en la valoración, detección y administración de cuidados ante este
problema clínico. De forma general, este tipo de prevención se realiza en el servicio de urgencias
Hospitalarias, aunque en muchas ocasiones los adultos o bien los padres de los niños intoxicados
acuden a su Centro de Salud en busca de resolución ante su cuadro clínico, y por ello, el personal

21
sanitario de atención primaria puede actuar como primer contacto, debiendo reconocer y
determinar la sospecha de intoxicación para que se establezca el traslado urgente al servicio de
urgencias hospitalarias.
A nivel Hospitalario, la estrategia de actuación de enfermería ante una intoxicación
medicamentosa consiste en establecer en un primer lugar una valoración inicial. La valoración
inicial ante una persona con sospecha de intoxicación consiste en la estabilización del paciente
y la puesta en marcha del ABCD universal(54):
A. Vía aérea
B. Ventilación
C. Circulación
D. Evaluación neurológica, drogas y descontaminación urgente
Una vez estabilizado, es necesario iniciar un interrogatorio clínico por parte del personal
sanitario para determinar el tóxico y así poder iniciar el tratamiento pertinente. En ese
interrogatorio se debe obtener el tóxico, la dosis, el tiempo transcurrido, la vía de administración
del tóxico y la clínica acompañante. También es de gran importancia el cocimiento de los
antecedentes personales y, de esa forma, conocer la presencia de alteraciones o patologías que
puedan agravar el proceso de intoxicación.
Tras el interrogatorio es necesario valorar el estado físico, por lo que enfermería deberá medir
las constantes vitales (tensión arterial, frecuencia cardiaca y saturación de O2) y la temperatura,
además de explorar físicamente en busca de alteraciones en piel y/o mucosas, y signos/síntomas
que puedan esclarecer el tóxico involucrado.
Existen pruebas complementarias para identificar o cuantificar el tóxico, por lo que el personal
de enfermería deberá realizar extracciones sanguíneas para establecer los niveles del tóxico o
bien obtener muestras de orina que permitan en laboratorio identificar el principio activo que
haya provocado la intoxicación medicamentosa.
La cuantificación del tóxico a través de una extracción sanguínea (tabla 9) es una medida
diagnóstica de gran importancia para poder determinar la severidad de la intoxicación ya que
determina la posibilidad de resolución del cuadro clínico con la administración del tratamiento
y/o antídoto.

Tabla 9: Fármacos que requieren determinación cuantitativa urgente. Fuente: Manual de Intoxicación en Pediatría.

22
En ocasiones, puede ser necesario la realización de electrocardiograma y valorar
cardiológicamente a los pacientes, sobre todo en pacientes donde se desconoce el toxico
implicado o bien cuando la intoxicación se produce por fármacos que provocan arritmias como
los antidepresivos tricíclicos, digoxina, antihistamínicos…
Una vez conocido el tóxico, el facultativo determinará el tratamiento pertinente. En caso de
prescribir una descontaminación digestiva a través de carbón activo, enfermería deberá colocar
una sonda nasogástrica y administrar a través de ella la dosis indicada de carbón activo. En
aquellos casos donde exista un antídoto, se seguirán las pautas determinadas por orden médica,
siendo necesario la canalización de al menos dos vías venosas periféricas de medio-alto calibre
para la administración del antídoto y de sueroterapia si es pertinente.
De forma general, los anteriores procedimientos serán las principales actividades realizadas por
el equipo de enfermería, sin embargo, pueden existir técnicas adicionales que sean prescritas
como sondajes vesicales, administración de oxigenoterapia, administración de medicamentos…
es decir, cualquier intervención que permita la estabilización del paciente y sea prescrita por el
facultativo.
Por otro lado, además de las anteriores intervenciones realizadas por enfermería, se deberá de
forma regular reevaluar al paciente y así identificar mejoras o empeoramientos en la situación
clínica del paciente.
Una vez alcanzada la fase sintomática de la enfermedad y se encuentre diagnosticada
correctamente, la prevención a realizar es la perteneciente al tercer nivel, la prevención
terciaria. Se define como “aquellas acciones relativas a la recuperación ad integrum de la
enfermedad clínicamente manifiesta, mediante un correcto diagnóstico y tratamiento y la
rehabilitación física, psicológica y social en caso de invalidez o secuelas buscando reducir de este
modo las mismas”(58).
Relacionando esta prevención terciaria con la intoxicación medicamentosa provocada por
paracetamol, el papel de enfermería en este caso se basa en la administración de los cuidados
necesarios durante el ingreso del intoxicado en la Unidad de cuidados Intensivos (UCI) o bien
durante el proceso de trasplante hepático que requeriría en caso de alcanzar la fase más
avanzada de la enfermedad. Su objetivo es minimizar las consecuencias posibles e intentar que
los pacientes recuperen su estado de normalidad con el menor grado de discapacidad o
complicación posibles.
Sin embargo, las funciones del personal de enfermería no son solo la educación y la asistencia
clínica, ya que una función que cada vez más peso presenta en la labor enfermera es la
investigación. Por tanto, una forma de prevención de las intoxicaciones medicamentosas por
parte de enfermería es a través de la investigación científica.
De los diferentes estudios científicos de los que puede nutrirse enfermería en relación con las
intoxicaciones medicamentosas, destaca la epidemiología. La OMS la define como el estudio de
la distribución y los determinantes de estados o eventos (en particular de enfermedades)
relacionados con la salud y la aplicación de esos estudios al control de enfermedades y otros
problemas de salud(59).
Este tipo de investigación es fundamental ya que la labor de prevención que realiza enfermería
necesita conocer porqué se producen las intoxicaciones y en qué circunstancias y de este modo,
poder desarrollar estrategias efectivas para reducirlas o idealmente erradicarlas(60).
De esa forma, enfermería puede participar en este tipo de investigaciones o bien realizar las
suyas propias y así trabajar bajo la evidencia científica en la realización de la función de
prevención de este tipo de intoxicaciones, bien a través de la realización de protocolos, guías
clínicas… o bien evidenciando la pertinencia de los cuidados enfermeros en la prevención y
tratamiento de las intoxicaciones medicamentosas.

23
En conclusión, el equipo de enfermería puede actuar tanto en prevención primaria, y así evitar
la intoxicación, como en prevención secundaria para evitar y/o reducir los daños y
complicaciones que provocan las intoxicaciones medicamentosas y en prevención terciaria para
mejorar la calidad de vida y adaptar a la persona a sus nuevas circunstancias.

24
CONCLUSIONES

La intoxicación medicamentosa por paracetamol es un problema de salud agudo, que puede


afectar y afecta tanto a la población adulta, como a la población pediátrica, aunque la
intencionalidad entre una población y otra es radicalmente diferente.
El control de esta situación clínica depende en gran medida del tiempo transcurrido desde la
sobredosis y el inicio del tratamiento con N-acetilcisteína, es por ello por lo que queda
demostrada la importancia del diagnóstico precoz y, sobre todo, en las intoxicaciones
accidentales, de la educación individual como forma de prevención.
En ese sentido, cabe destacar las graves consecuencias tanto individuales como colectivas que
este problema de salud supone, pudiendo desembocar en la necesidad de un trasplante de
hígado para poder solucionar el daño hepático severo que puede provocar, suponiendo no solo
una gran afectación a nivel físico-psíquico-social al paciente, sino también un importante coste
al Sistema Sanitario Público, por una situación clínica potencialmente prevenible. Debido a ello,
la intoxicación por Paracetamol es un problema de salud pública en numerosos países de Europa
y en EEUU, a excepción de España que no se ha pronunciado públicamente ante ello.
Otro aspecto por destacar es la falta de investigación por parte de nuestro país sobre la
intoxicación de Paracetamol en España, provocando que se visualice en menor medida la
prevalencia actual de esta intoxicación, que lejos de reducirse, sigue en aumento en el resto del
mundo.
Por lo tanto, desde enfermería, podemos y debemos actuar en consecuencia, desarrollando
programas de educación individual que busquen el empoderamiento de las personas, para que
tengan las aptitudes y conocimientos necesarios para el correcto manejo de este tipo de
fármacos. De esa forma, se puede conseguir una reducción en la incidencia de nuevos casos de
intoxicación accidental y, a través del correcto manejo del paciente con sospecha o diagnóstico
de intoxicación por paracetamol, se podrá actuar precozmente reduciendo de esa forma la
comorbilidad asociada de esta intoxicación medicamentosa, cuyas repercusiones clínicas
afectan tanto a adultos como a lactantes.

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