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NUEVAS NOTICIAS EPIGRAFICAS DE OSUNA

Y SU COMARCA

Julián González

Recientemente se han publicado diversos artículos que reco-


gen algunas inscripciones romanas procedentes de la comarca de
Osuna (Sevilla) 1, y ponen de relieve una vez más el alto grado
de desarrollo alcanzado por la ciudad hispano-romana de Urso,
que en ella tuvo su asentamiento, viniendo a aumentar el ya con-
siderable número de inscripciones encontradas en la misma. Sin
embargo, como si el caudal epigráfico de la zona fuera inagotable,
en una reciente visita tuvimos ocasión de examinar algunos epígra-
fes inéditos encontrados en dicha comarca.

I) Inscripción honoraria grabada sobre un bloque rectangular


de piedra caliza de color rojo con vetas más claras; se trata de
un herma, que fue encontrado en el cortijo de Consuegra, propie-
dad de doña Dolores Pérez, situado a unos dos kilómetros de La
Lantejuela, en la carretera que desde este pueblo se dirige a Ecija,
en las proximidades del cerro de La Camorra, importante por la
riqueza y variedad de sus hallazgos arqueológicos. Sus medidas

1 Cf. J. F. Rodríguez Neilá, «Tres inscripciones de Urso (Osuna)», Habis, 7 (1976), pá-
ginas 377 ss.; A. Recio Veganzones, «Inscripciones romanas de la Bética: Estepa, Osuna,
Martos y Porcuna», BIEG; XXII, 90 (1976), pp. 71 ss.; A. M. Canto, «Inscripciones inéditas
andaluzas, II», Habis, 8 (1977), pp. 415 ss.; J. González Fernández, «Nuevas noticias epigrá-
ficas de Osuna (Sevilla)», Habis, 8 (1977), pp. 436 ss.; R. Atencia Páez, «Dos series epigráficas
ursaonenses en Málaga», Gibralfaro, 29 (1978), pp. 188 SS.; R. Corzo Sánchez, «Arqueología de
Osuna», Archivo Hispalense, 189 (1979), pp. 120 ss.

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JULIAN GONZALEZ

son, en su parte descubierta, 0,95 m. de altura (según su propie-


taria habría enterrado en el suelo unos 0,35 m.), 0,25 m. de an-
chura y 0,135 m. de grosor; las letras son capitales actuarias, bas-
tante elegantes, con una altura que oscila entre los 3,5 cm. (rr. 1-2),
2,5 cm. (r. 3) y 3 cm. (r. 4), excepto ET, que mide 3,5 cm. Los sig-
nos de interpunción adoptan la forma de pequeñas comas, muy ele-
gantes (cf. lám. III a):

A FRAE .N
TVRPIO.L
D. D
ET.VESPICIA

Afrae n(ostrae) Turpio l(ibertus) d(onum) d(edit) et Vespicia.


De la forma de algunas letras, especialmente la E, con sus bra-
zos iguales e inclinados de izquierda a derecha, la L, con la barra
inferior curvada, la O, la D, etc., nos inclinamos a fechar este epí-
grafe en la primera mitad del siglo ni d. C. j.
La primera dificultad que surge al intentar interpretar este epí-
grafe es la designación de los personajes por nombres simples, lo
que en principio significaría que se trataba de esclavos o libertos;
impresión que se ve confirmada por el hecho de que Afra es un
típico cognomen, que generalmente indica un origen africano 3,
Turpio, si bien se considera un cognomen latino de origen etrusco',
no podemos olvidar que, si realmente se trata de un esclavo o li-
berto, tal vez encubra un nombre indígena, pues el sufijo -o es muy
frecuente en la onomástica de origen indoeuropeo 5 . El último nom-
bre presenta la dificultad adicional de que su penúltima letra puede
ser una I o una T, con lo que la lectura variaría entre VESPICIA
o VESPICTA; ambos nombres posibles son nuevos en la onomás-
tica latina, y, sin duda, revela un origen no latino. Así pues, po-
demos concluir con las naturales reservas que se trataría de tres
esclavos o libertos.
Otra dificultad no menor se encuentra en la interpretación que

2 Cf. R. Cagnat, Cours d'epigraphie tatine, Roma, 1976, pp. 11 ss. Joyce, S. y Arthur, E.
Gordon, Contributions to the palaeography of Latin inscription, Milán, 1977, pp. 102 s., 210 ss.
3 Cf. I. Kajanto, op. cit., pp. 119 s., 286.
4 Cf. I. Kajanto, op. cit., pp. 119 s., 286.
5 Cf. infra, notas 50 y 52.

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hayamos de dar a las abreviaturas N (r. 1) y L (r. 2). Suponemos


que N es abreviatura de N(ostrae), con un claro matiz afectivo,
lo que no deja de tener paralelos en la Bética, por ejemplo, M(arco)
N(ostro) I Istoricus I. pedagogus I d.s.d (CIL II 1482, Ecija, lu-
gar muy próximo al de este hallazgo); Gn(aeo) N(ostro) I Hyllus 1.
(CIL II 2145, Porcuna, Jaén); C. Annio Hispano / N(ostro) Auctus
paedagogus I d.d (CIL II 1981, Abdera, Almería); Valeriae M.f. I
Proculae N(ostrae) I Agathemerus lib. dat (CIL II 5382, Itálica);
Vindici / N(ostro) ? / Crescens I et Eulalus I d. (CIL 11 1662, Mar-
tos, Jaén). Resulta curioso comprobar cómo los dedicantes son en
todos los casos esclavos o libertos. La L evidentemente puede con-
tinuar tanto 1(ibertus) como 1(ibens); sin embargo, de los ejemplos
anteriores, donde aparecen los nombres simples Istoricus, Hyllus
y Agathemerus para designar libertos, nos inclinamos por la pri-
mera posibilidad, aunque la segunda, 1(ibens), no puede descartarse
completamente.
Por último, resulta sorprendente la colocación, detrás de la
fórmula D. D., de un nuevo nombre con la conjunción ET; anomalía
que interpretamos en el sentido de que una vez terminado el epí-
grafe, se sintió la necesidad de añadir un nuevo dedicante, VES-
PICIA (o VESPICTA). En este nombre tal vez haya que ver un radi-
cal Ves- que podría relacionarse con la raíz ide. uesu- 'bueno', y
un sufijo -k- 6 . Sin embargo, dada la ausencia de paralelos no nos
atrevemos a pasar de la simple suposición.

2) Inscripción funeraria en piedra caliza arenisca, propia de


las canteras de época romana existentes en las afueras de Osuna,
con unas medidas de 0,29 m. de altura, 0,62 m. de anchura y 0,105 m.
de grosor. Las letras, de unos 6 cm. de altura, excepto las I longae,
que miden 6,8 cm., son capitales cuadradas sin ápices. La forma
de la P sin cerrar, la R con la barra diagonal saliendo de la ver-
tical, la E con las tres barras horizontales de una longitud apro-
ximada y la interpunción redondeada nos hablan en favor de su
antigüedad 7 . El texto del epígrafe es el siguiente (cf. lám. III b):

6 Cf. M. L. Albertos, La onomástica primitiva de la Hispania Tarraconense y Bélica,


Salamanca, 1966, pp. 182, 248.
7 Cf. Joyce, S. y Arthur, E. Gordon, Contributions to the palaeography of Latín ins-
criptions, Milán, 1977, pp. 102 s., 210 s.

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C.PAPIRIVS.C.F.COR
IVNIAE.M.F. MATRI
PAPIRIAE.C.F.FILIAI

C(aius) Papírius C(ai) f(ilius) Cor(nelia tribu), luniae M(arci)


f(iliae) matri, Papiriae C(ai) f(iliae) filiai.
El carácter funerario del epígrafe no resulta del texto, pero la
forma del mismo y la distribución del texto alejan las posibles du-
das: en primer lugar, en nominativo, el nombre del dedicante y, a
continuación, en dativo, el de su madre y el de su hija 6.
La omisión de todo tipo de fórmulas que hagan referencia a la
muerte, siquiera sea indirectamente, es una prueba más de su anti-
güedad como podemos comprobar en algunas inscripciones his-
panas de época de Augusto: P. Cornelius P.1. Diphilus Castlosaic,
de Cástulo "; y Fabia M.f. Aninna / M. Pompei Q.f.; Q. Pompei
Q.f. Sabini; Pompeiae Q.f. Nannae; Q. Pompeius Q.f. Velaunis; ll-
drons Velaunis f.; Igalchis Ildrons f. Graccki; Iunia L.f. Insghana;
Sisean bahan Nonis f.; de Baena (Córdoba) ".
Los personajes citados en la inscripción carecen de cognomina,
lo que es, igualmente, signo de antigüedad, pues su uso se genera-
liza a partir de la primera mitad del s. 1.
Todos estos datos nos llevan a fechar este epígrafe a principios
del s. i d. de C.
La tribu Cornelia, en la que figura inscrito C. Papirius, es una
de las 16 antiquísimas tribus rústicas que la tradición remonta al
ario 259 a. C., y que se formaron en los pagi de las gentes patricias,
de las que tomaron el nombre. Le fueron asignadas algunas ciu-
dades de Italia, Dalmacia, Africa y Bélgica ", pero ninguna en His-
pania ' 3 , por lo que podemos considerar que C. Papfrius no era
hispano ".

8 Cf. R. Cagnat, op. cit., p. 292 s.


9 Cf. Cagnat, op. cit., p. 280.
10 Cf. CIL II, núm. 3294.
11 Cf. CIL II, núms. 1586-1593.
12 Cf. E. de Ruggiero, «Comelia», DE, II, pp. 1212 s.
13 La tribu Cornelia sólo aparece citada en una inscripción de Cartagena, CIL II, nú-
mero 3462.
14 En nuestro trabajo citado en la nota I, ya mantuvimos la opinión, por otra parte,
recogida por Hüber, CIL II, Suppl., p. 852, de que Urso fue asignada a la tribu Sergio, ya
que en la única inscripción en la que figuraba la Galería, CIL II, 5442, el personaje citado
en la misma, en opinión del propio Hübner, no era oriundo de Urso.

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NUEVAS NOTICIAS EPIGRAFICAS DE OSUNA Y SU COMARCA

Hay dos I longae, como marca de una -I-, en los nomina Papirius,
Papiriae, y un dativo arcaizante filiai (r. 3), cuya presencia se de-
berá, probablemente, a la analogía del dativo matri, o a la escasez
de espacio.
Papirius es un típico nomen romano, de origen etrusco ", que
aparece ampliamente documentado en todo el imperio: Dessau lo
recoge un total de 27 veces '. En Hispania aparece siete veces;
de ellas, cuatro en la Bética: Papiria Phiale, en Carmona; T. Papi-
rius Severus, en Ilurco (Granada); Gn. Papirius...f. Gal. Aelianus
Aenzilianus Tuscillus, en Iliberris (Granada); C. Papirius P.f. Quir.
Nigrinus, y C. Papirius C.f. Quir. Niger, en El Viso (Córdoba)";
dos en la Tarraconense: Papiria, en Segovia; y Papiria Festa, en
Tortosa 18 ; y una, en la Lusitania: Papiria Capitolina, lib., en Mede-
llín (Cáceres) ".

3) Inscripción funeraria en mármol blanco, con una fractura


en su ángulo superior derecho, que afecta parcialmente al texto, y
otra longitudinal de derecha a izquierda, que no lo hace. Tiene
unas medidas de 0,97 m. de altura, 0,47 m. de anchura y 0,02 m.
de grosor. El texto epigráfico se extiende en su parte superior, ro-
deado de una moldura, y cubre apenas un tercio de su superficie,
en tanto que los dos tercios restantes quedan sin trabajar, lo que
parece indicar que la inscripción se encontraría hundida en el
suelo hasta dicha altura. Las letras, de una altura que oscila entre
los 4 cm. y los 3,5 cm., son capitales actuarias, bastante irregu-
lares (cf. los tres tipos de la A, los dos de la N y la T, etc.), y de
proporciones algo toscas. La forma de la G, con el apéndice infe-
rior inclinado a la izquierda, de la L, con la barra inferior corta e
inclinada hacia arriba, de la T, con la barra superior inclinada
de derecha a izquierda, nos mueven a suponerla del siglo u d.
de C.". Los signos de interpunción son triangulares. El texto del
epígrafe es el siguiente (cf. lám. IV a):

15 Cf. W. Schulze, Zur Geschichte Lateinischer Eigennamen, Berlín, 1966, p. 86. 331.
16 ILS, 1, Indices, pp. 110 s.
17 CIL II, núms. 1387, 2026, 2075; ILER, núm. 5260.
18 CIL II, núms. 2730, 4053.
19 CIL II, núm. 613.
20 Cf. Cagnat, op. cit., pp. 16 ss.

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JULIAN GONZÁLEZ

SVNNA.DIALOGOS
ANNORVM VIIII
HIC.SITVS.EST
S.T.T.L
Sunna Dialogos, annorum Villi, hic situs est. S(it) t(ibi) t(erra)
1(evis).
La omisión de la fórmula D.M.S. parece ser una constante de
los epígrafes funerarios de Osuna, según ha señalado R. Atencia ".
La filiación del difunto presenta la peculiaridad de un cognomen
griego, Dialogos, junto a un nomen celta, Sunna; además, Dialogos
presenta el final griego en -os, y no el latino, más corriente, en -us.
La omisión de la palabra lib(ertus) nos lleva a suponer que no se
trata de un niño de origen griego, sino que el nombre Dialogos re-
presenta un epíteto afectivo. Por otra parte, no es extraño en los
extranjeros de baja condición que, al obtener el derecho de ciuda-
danía, adopten como nomen el nombre indígena, junto a cogno-
mina, de diversos orígenes ".
El nombre Sunna" aparece en dos inscripciones de Lusitania:
Tongius Sunnae f., de Alcántara, y Atlondus Maquiaesus Sunnae
f. 24 ,
y
otras dos de la Bética, una de Las Cabezas de San Juan:
Albinus Sunnae f.", y otra, núm. 6 de este artículo, de Osuna:
Capito Sunnae f. El cognomen Dialogos es muy raro, y solamente
aparece recogido, con ciertas vacilaciones, en un epígrafe de Se-
villa: DIAIOC... que Hübner lee Diafflotgus]?", y Dessau cita un
quaestor de Regio Lepido, C. Aufidius Dialogus, de época de Cómo-
do, ario 19027.

4) Impronta de barro cocido, de 0,23 m. de altura, 0,36 m. de


anchura y 0,06 m. de grosor, con su lectura en negativo. Rafael
Atencia " publicó otros dos, aunque en peor estado de conservación

21 Op. cit., p. 196.


22 Cf. Cagnat, op. cit., p. 79.
23 Cf. M.. L. Albertos, La ononzdstica primitiva de la Hispania Tarraconense y Bética,
Salamanca, 1966, pp. 211, 214 s.; M. Palomar Lapesa, La ononzdstica personal pre-latina de la
antigua Lusitania, Salamanca, 1957, pp. 89, 147.
24 CIL II, núms. 757, 4980.
25 CIL II, núm. 1302.
26 CIL II, núm. 1231.
27 ILS, núm. 7216 = CIL XI, 970.
28 Op. cit., pp. 195 ss.

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NUEVAS NOTICIAS EPIGRAFICAS DE OSUNA Y SU COMARCA

que éste, que menciona al hablar de la existencia, en una colección


privada, de un tercer ejemplar, mucho mejor conservado, y, por
otra parte, existe en el Museo Arqueológico de Mérida otro ejem-
plar, cuyo director, el Dr. J. Alvarez Sáez de Buruaga, ha tenido
la amabilidad de enviarme espléndida fotografía (cf. lám. VI a), que
facilita la lectura del epígrafe, que una fractura vertical y el des-
gaste de la superficie del ladrillo hacen difícil. Recientemente he-
mos podido examinar en una colección particular de Sevilla otro
ejemplar, en muy mal estado de conservación, pero cuyo examen
confirma la lectura ofrecida por nosotros (cfr. lám. V b). Las letras
son capitales cuadradas sin ápices y en relieve, bastante toscas,
probablemente debido al material empleado, con una altura que
oscila entre los 4,5 y los 3,5 cm., y que podemos fechar, con cier-
tas reservas, en la primera mitad del siglo i d. de C. Los signos de
interpunción son triangulares. El texto es el siguiente (cf. lám. V a):

RGENTARIA.L.L
VCEREA SIBI.ET
ARGENTARIO
AMPILO VIRO
VO.ET .PATRONO

(Alrgentaria L(uci) 1(iberta) (Eluc<h>erea sibi et 11(ucio)J


Argentario 1P]amp<h>ilo viro (sJuo et patrono.
El cognonzen de la dedicante debe ser Eucerea, en contra del
parecer de Atencia, que lee Eugeba, transcripción latina del nom-
bre griego cúx¿pcia, ya que podemos ver con cierta claridad el nexo
RE, y el final -eia se continúa en latín por -a 29 El cognomen de su
esposo no es Amphio, como cree Atencia, pues se lee perfectamente
AMPILO, lo que nos lleva a pensar en Pampilo. Ambos cognomina
muestran consonante oclusive simple c y p para transcribir las as-
piradas griegas correspondientes x y <p. La omisión de la -h- no re-
sulta sorprendente y constituye un rasgo de carácter popular, así
en Pompeya jamás se representa la -9 por ph".
El cognomen Eucerea tan sólo aparece atestiguado en una ins-

29 Cf. M. Fernández Galiano, La transcripción castellana de los nombres propios griegos,


Madrid, 1961, pp. 20 s.
30 Cf. V. Váánlnen, Introducción al latín vulgar, Madrid, 1975, pp. 100 s.

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cripción de Tarragona: Porc(ia) Eucheria"; en cambio, Pamphilus


es algo más corriente: un ejemplo en Tarragona: Iuli Parnphili;
otro en Mérida: Pamphilus lib., y un tercero en Sevilla: Pamphilus
Fortunatus'. Dessau recoge una inscripción de Spoleto con un Pam-
pilus Turpili T.s., también sin aspiración
Argentarius, que se emplea indistintamente como nomen y cog-
nomen, es bastante frecuente en Andalucía y parece proceder de los
nombres de ocupaciones u oficios: mercaderes o banqueros En
Hispania aparecen siete ejemplos: L. Argentaritts Celsinus y L. Ar-
gentarius Valens, en Cástulo; L. Argelntar..] Argentta..1, en Espejo
(Córdoba); L. Argentarius y L. Argentarius Nymphio, en Anteque-
ra; A. Verg[ilius] Argenttarius], en Cartagena y Argentariae f.
Erois, en Osuna '» Todos los nombres andaluces tienen como prae-
nomen L(ucius).
Fuera de la Península, Dessau cita dos inscripciones de Roma:
A. Argentari(us) A.1. Antioc(hus) y Argentaria Eutychia", ambos
con cognomina griegos.
Si bien resulta difícil establecer la finalidad de estos ladrillos,
de su forma y contenido parece deducirse su carácter funerario
(cf. no ta 8). La omisión de todo tipo de fórmulas funerarias, por
otra parte, es otro rasgo de antigüedad (cf. nota 9).

5) Inscripción funeraria en mármol blanco veteado en grana-


te, que se encuentra en la colección de don Francisco Fajardo, de
Osuna; está partida en tres pedazos, aunque la fractura no afecta
a la comprensión del texto. Tiene unas medidas de 0,17 m. de al-
tura, 0,31 m. de anchura y 0,03 m. de grosor. Las letras son capitales
cuadradas, espléndidas, con una altura que oscila entre 3 y 2,8 cm.
La perfección de su trazado y las armoniosas proporciones nos lle-
van a fecharla en el s. i 38 . Los signos de interpunción son triangu-
lares. El texto del epígrafe es el siguiente (cf. lám. IV b):

31 CIL II, núm. 4396.


32 CIL II, núms. 4185, 537, 1198.
33 ILS, núm. 3127 = CIL I, 1406, XI 4771.
34 Cf. I. Kajanto, The Latin cognomina, Helsinki, 1965, p. 321.
35 CIL II, núms. 3283, 1562, 5493, 3440.
36 Cf. R. Atencia, op. cit., pp. 188 s.; A. Recio, op. cit. ,p. 98.
37 11.5. núms. 7507 = CIL VI, 9186; 7738 = CIL VI, 1975.
38 Cf. Joyce S. y Arthur E. Gordon, op. cit., pp. 14 ss., 96 ss., 208 ss.; R. Cagnat, op. cit.,
pp. 11, 15, 19.

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AELIA.W.LIB
FIRMIS. AN
XXXV.H.S.E.S.T.T.L

Aelia m(ulieris) lib(erta) Firmis an(norum) XXXV, h(ic) s(ita)


e(st). S(it) t(ibi) t(erra) 1(evis).
Como los restantes epígrafes funerarios, éste también carece de
la fórmula D.M.S.
El nomen Aelia, -ius, es uno de los más extendidos en nuestra
Península en Osuna está atestiguado dos veces: Aelia Apra Tis-
pitana", y Aelius Hector".
El cognomen Firmis no está atestiguado en la epigrafía hispana.
Probablemente se trate de un nombre indígena asimilado al latín
Firmus, Firma, que ha conservado su terminación originaria en -is.
Sin embargo, la F- inicial es rara en la onomástica peninsular, no
es normal ni en celta, ni en ibérico ", por lo que tal vez haya que
pensar en otra lengua indoeuropea, como el germánico o el véneto.
El nominativo femenino en -is se da en otros nombres, tales como
Elaunis, Morinis, Suriacis, de origen celta, y tal vez se trate de la
influencia de la onomástica ibérica ".
Por último, no podemos descartar la posibilidad de que conti-
núe el femenino correspondiente al nombre Firmo, que Kajanto "
opina puede tratarse de un nombre celta o ilirio, pues el final -o(n)
es frecuente en ambas lenguas.

6) Inscripción funeraria en mármol amarillento, encontrado el


Año 1977 en el cortijo de Alcalá, propiedad de don José López
Mazuelos, y actualmente en una colección particular de Osuna ".
Tiene unas medidas de 0,34 m. de altura, 0,60 m. de anchura y
0,115 m. de grosor. Las letras son capitales cuadradas, muy ele-

39 Vives recoge en su libro un total de 123 testimonios, ILER, Indice onomástico y topográ-
fico, pp. 652 s.
40 CIL II, núm. 5443.
41 Cf. J. F. Rodríguez Neila, op. cit., pp. 383 ss.; A. Recio, op. cit., p. 94.
42 Cf. M. L. Albertos, op. cit., pp. 301 s.
43 Cf. M. L. Albertos, op. cit., p. 284.
44 Op. cit., pp. 119 s.
45 Del cortijo de Alcalá, situado a unso 12 km. de Osuna por la carretera que la une
con el vecino pueblo de El Rubio, proceden la inscripción de Decia W. 1. Felicula, estu-
diada por nosotros en el artículo citado en nota 1, y la inscripción de Anfiola Diocharis 1.,
cf. CIL II 1409; MMArq., 7 (1946), p. 124.

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JULIAN GONZALEZ

gantes, con una altura que oscila entre los 4 y los 3,5 cm. Los sig-
nos de interpunción son triangulares, muy estilizados, con forma
de comas alargadas, y puntuación al final de los rr. 1, 2 y 4. El
texto del epígrafe es el siguiente (cf. lám VI b):

CAPITO.SVNNAE.F.
DECVRIO . EQVIT
ALAE.GEMINAE.LEG.X
RVSTICA.GALLI.F.

Capito Sunnae f(ilius), decurio equit(um) alae Geminae leg(io-


nis) X. Rustica, Galli f(ilia).
El carácter funerario del epígrafe no resulta del texto, pero la
forma del mismo y la distribución de éste evitan cualquier tipo
de duda, según hemos expuesto a propósito de las inscripciones
números 2 y 4 de este trabajo.
La legión X Gemina, que estaba constituida esencialmente por
soldados reclutados en Hispania, permanece en nuestra Península
probablemente desde el año 39 a. C., en que Augusto la envía para
luchar contra los pueblos del Norte, hasta que Vespasiano la sitúa
definitivamente en Germania, ante la revuelta de lulius Civilis".
Así pues, la fecha más probable para este epígrafe haya de situarse
entre ambos acontecimientos.
La omisión de todo tipo de fórmulas que hagan referencia a la
muerte, siquiera sea indirectamente, es una prueba más de su anti-
güedad (cf. supra nota 9). También la forma de algunas letras:
E, F, G y, especialmente, la Q, con la cola muy alargada y hacia aba-
jo, ratifican la fecha de mediados del siglo 1".
Sin duda, Capito formaba parte de la caballería aliada, proba-
blemente lusitana, pues la legionaria no estaba distribuida en alas ",
y no era, por consiguiente ciudadano romano, según nos revela su
filiación: Capito Sunnae f.
Del nombre Sunna nos hemos ocupado en la inscripción núme-
ro 3. Capito se ha considerado nombre latino ", y no figura recogido

46 Cf. M. Roldán Hervas, Hispania y el ejército romano, Salamanca, 1974, pp. 206 s., 245.
47 Cf. Joyce S. y Arthur E. Gordon, op. cit., pp. 102 ss., 209 s.; R. Cagnat, op. cit., pá-
48 Cf. J. Marquardt, Manuel des Antiquités Romaines, XI, De l'organisation militaire,
París, 1891, p. 104.
49 Cf. W. Schulze, op. cit., p. 315.

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NUEVAS NOTICIAS EPIGRAFICAS DE OSUNA Y SU COMARCA

en los repertorios onomásticos de M. L. Albertos y M. Palomar


Lapesa. Untermann 5° opina que el nombre latino Capito aparece
casi exclusivamente en la Hispania indoeuropea, especialmente en
Celtiberia y Lusitania, y que el nombre indígena al que éste susti-
tuyó tal vez se encuentre en los nombres de gentilidades Ca-
bed(icum), de Cangas de Onís, y Gapeticortem, de Plasencia ". Igual
opinión es la sustentada por I. Kajanto ".
El carácter céltico del Ca pito de nuestro epígrafe está fuera de
toda duda y servirá, creemos, de refuerzo a las tesis de Unter-
mann, que cree ver en estos nombres antropónimos indígenas.
J. Whatmough " registra el nombre Capito en la Galia Narbo-
nense, la Lugdunense, Bélgica, la Germania Inferior y Superior y
los Campos Decumates.
La dedicante, tal vez la esposa de Capito, tampoco era ciuda-
dana romana, según nos muestra su filiación.

50 Elementos de un Atlas antroponímico de la Hispania antigua, Madrid, 1965, pp. 89 s.


51 CIL II, núms. 5709, 804.
52 Op. cit., pp. 119 s.
53 The Dialects of Ancient Gaul, Harvard Univ., 1970, pp. 205, 638, 808, 956, 1115, 1264.

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