Algunas Cuestiones Sobre La Mano de Irulegi Signed
Algunas Cuestiones Sobre La Mano de Irulegi Signed
Algunas Cuestiones Sobre La Mano de Irulegi Signed
After being found in 2021 at the Irulegi site (Aranguren, Navarra) of a new text in paleo-
Hispanic script that has been dated to the 1st century B.C. We will propose doubts and
approaches that we believe necessary to be clarified in the next and expected scientific
publication of the piece.
1
He preferido la grafía en euskera del topónimo frente a la castellana Irulegui.
2
A la espera de su publicación premier, su tamaño parece responder a las de 143,1 x 127,9 x 1,09 mm y
su peso a 35,9 gr.
1
primera palabra del documento encuentre fácilmente un paralelo fonético con el vasco
moderno algo que siempre ha de tomarse con cautela.
Los límites del antiguo pueblo vascón no tuvieron que ser estables, ya que al igual que
sus vecinos inmediatos sus vidas estaban fuertemente marcadas por la guerra que tanto
desdibuja los límites geográficos, en un claro ambiente bélico que Roma incentiva en
defensa de sus intereses expansionistas. Quizás fruto de esto, o por ser tierra de paso y
comunicación entre la península y el resto del continente, el territorio estaba
caracterizado por la presencia de una diversidad multicultural compleja con una
composición lingüística variada.
La pieza fue dada a conocer con la presencia personal de los expertos Javier Velaza y
Joaquín Gorrochategui, hablando en todo momento desde la prudencia y cautela.
Habrá que esperar no obstante a la publicación del documento para resolver muchos de
los misterios que se nos han abierto, de los cuales aquí plantear varias dudas que me
han surgido y que me gustaría compartir.
Zócalos de las dos viviendas situadas al suroeste del yacimiento vascón de Irulegi (Aranguren, Navarra), la
mano habría sido localizada en la entrada de la vivienda situada en el extremo derecho de la fotografía.3
Las viviendas parecen compartir el modelo vascón de viviendas individuales separadas.
El objeto obviamente representa esquemáticamente una mano humana con sus cinco
dedos, y en la cual se observa una perforación que forma parte del sistema de sujeción
3
https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/sociedad/2022/11/14/conoce-secretos-desvelados-mano-irulegi-
6228006.html (Aranzadi).
4
https://www.aranguren.es/noticias/encontrados-los-restos-humanos-de-un-bebe-perinatal-de-la-edad-
de-hierro-en-el-poblado-recien-descubierto-en-irulegi/
2
que se hacía mediante una espiga de madera o clavo de bronce. A priori se podría decir
que estamos ante el dorso de la mano derecha a tenor de ejemplos representadas en
estelas-pilares ibéricas, y sobre todo porque el jeme o separación entre el 4º y 5º dedo
es prácticamente el doble que en el resto. A favor de esto es que en las puntas parece
encontrarse señales con intentos de representación de las uñas, al menos constatados
en el meñique y en el pulgar, a no ser que se trate de restos sobrantes de la fundición
no apartados.
Las fotografías provienen de Wikipedia.5 La flecha azul mostraría el jeme o espacio entre el dedo pulgar e
índice destacado por un mayor espacio que el resto de huecos entre dedos.
Habría que esperar a la publicación oficial para que se dé una confirmación oficial de
qué mano se trata. Reconozco un elemento distorsionador en todo esto. Me refiero a
que se han identificado tres líneas que funcionarían como pautado de las de escritura,
pero también su dificultad de explicar estas líneas con anterioridad a la escritura, ya que
en las fotografías que he obtenido de internet parecen haberse ejecutado después de
haberse escrito, de hecho, el pautado 2, corta los cuatro primeros signos de la línea II.
5
https://es.wikipedia.org/wiki/Mano_de_Irulegui#/media/Archivo:Irulegiko_eskua_-
_Nafarroako_Gobernuaren_irudi_galeria_16.jpg
https://es.wikipedia.org/wiki/Mano_de_Irulegui#/media/Archivo:Irulegiko_eskua_-
_Nafarroako_Gobernuaren_irudi_galeria_27.jpg
3
Todo esto viene a añadirse que el parecido formal entre estas líneas y las conocidísimas
marcas presentes en las palmas de las manos, como la vida, mente y corazón que en
muchas culturas ha tenido un valor quiromántico. Habría también que permitirse
pensar que el documento fue realizado en diferentes fases no necesariamente
inmediatas de fundido, esgrafiado y puntillado, y que a modo de posibilidad que estas
líneas sean practicadas a posteriori de la escritura, a modo de colofón a propósito de
dar un mayor realismo a la pieza (simulando la mano humana) o añadiendo incluso
contexto. Es como digo una hipótesis a la espera de su publicación.
Las manos como símbolo han sido ampliamente estudiadas por la primatología ya que
son consideraras unos de los elementos humanos que más nos caracterizan como
especie, tanto respecto de nuestros hermanos evolutivos como otros animales. En los
pueblos antiguos esto jamás fue pasado por alto, mucho más acostumbrados a la
observación pausada que nosotros, es por ello es una de las imágenes más repetidas
dentro del repertorio pictográfico desde la más remota prehistoria y nos permite
afirmar que en general todas las culturas humanas les han atribuido alguna
connotación. Algunas positivas y otras negativas (derecha, siniestra) y que ofrezca
claros significados de acción, donación, recepción, poder, alimentadora, ejecutante, etc.
6
Marco (1976).
4
Mano derecha hacia abajo en estela del Palao de Alcañiz (Teruel) 7 similar a la de Irulegi.
7
https://historiasdelbajoaragon.files.wordpress.com/2013/03/rcm_20070731_0437-01-museo-
alcac3b1iz.jpg
8
Imagen en Wikipedia.
9
En La Vispesa se encuentra escritor Neitin que suele considerarse un nombre de divinidad íbera.
5
moderna en el pueblo vasco de situar la flor del eguzkilore (carlina) en las puertas de las
viviendas.
Con todas estas lecturas tiene problemas de interpretación, ya que hay problemas en el
pilar-estela de La Vispasa cuando uno de los enemigos destruido muestra el antebrazo
izquierdo levantado sin extremidad hacia arriba lo que puede confirmar nuestra idea de
que no necesariamente tiene que ser siempre el derecho sino la mano operativa
dependiendo de si se trata de un guerrero diestro o zurdo. Aunque a la hora de
representar se hacía generalmente la derecha por ser la más habitual entre la
población. Extendiéndonos más con el tema, los investigadores Velaza y Gorrochategui
ya han adelantado que existe una pieza anepigráfica en plomo proveniente del
yacimiento de Puyalcalá, Alcubierre, comarca de Los Monegros (Huesca) con
connotaciones con Irulegi más que evidentes10. Todo ello parece constatar una cierta
identificación de la mano como elemento simbólico para el guerrero-cazador cuyo valor
exacto aún falta mucho por concretar.
Muy alejado del caso de Irulegi, al menos para mí, ocurre cuando nos encontramos con
la presencia de la mano con su antebrazo, o cuando algunos de las falanges se cruzan,
como en la conocida manu fica del mundo romano, usado en la Lemuralia por el pater
familias para expulsar los malos espíritus.
10
https://mediateca.educa.madrid.org/imagen/fhyuibq4nz3689ni
6
No menos interesante por cronología, pero alejado de la península ibérica es la relación
con el celebérrimo hígado de Piacenza (siglo II a.C.). Como bien es conocido se trata de
una pieza de bronce con numerosas inscripciones etruscas, y líneas delimitando 16
secciones con un valor cosmológico. En él se pueden leer los nombres de dioses, y quizá
empleado como instrumento para el cálculo ritual-religioso o fundacional de la
comunidad. No he traído a colación esta también excepcional pieza si no es con la
intención de preguntarnos si acaso la mano de Irulegi con el esgrafiado de tres líneas
que parecen de pautado, pudieran delimitar varias áreas de la palma que tenían
contexto o relación con el texto escrito bien con valor cosmológico o quiromántico,
porque en este estado de la investigación todas las hipótesis parecen plausibles.
11
http://kokita-eri-historiadelarte.blogspot.com/2019/03/higado-de-piacenza.html
12
Dibujo quiromántico del siglo XVII en la web.
13
Pueden consultar una gran cantidad de dibujos y representaciones interesantes en:
7
1) La quiromancia seis palmas y las correspondientes lecturas, relacionadas con el parto, de
Johannes Taisnier, Opus Mathematicus, 1562. La quiromancia Tres Palmas y lecturas
correspondientes relativos a la estupidez y la locura, de Johannes Taisnier, Opus Mathematicus,
1562.
2) Excellente Chiromancie, monstrant par les lignes de la main les meurs & complexions des gens,
selon les figures qui y sont depeintes. Par André Corue Mantouan. A Lyon par Benoist Rigaud.
1578.
3) Nicholas Pompeius, Praecepta Chiromantica, 1682.
8
TRANSLISTACIÓN DEL TEXTO
Quizás hemos de remitirnos a la composición química del bronce una de las razones de
la buena conservación de la pieza con la presencia de excelente pátina. El texto se
practicó en un signario paleohispánico bien conocido salvo un signo T aún indescifrable.
La lectura en un primer alzado:
9
Ahora fijémonos en los separadores. En el documento encontramos tres dignos a
interpretar a este respecto.
Y una vez aclarado esto ya podemos dar un mapeo con los signos de Irulegi:
I 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
s o r i o n e ku/gu
II 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13
e r’ a u ko/go n
A nivel estadístico el signo más frecuente es /e/ seguido de r’, y n, seguido de las
vocales a, i, o. Esto es porque fonéticamente la aparición de /e/ es abrumadora, de más
14
He subrayado la parte que aparece en el campo epigráfico como topónimo si consideramos en
exclusiva solo el situado dentro de la cartela bajo las patas del caballo, mientras que el otro término
aparece sin cartela. Al parecer Prósper 2013, 24 n. 40 ha pensado en una forma como Uxama (r)ate <
*uχsama-rāti ‘high walls’. No he tenido aún acceso al artículo. Se trataría de Prósper 2013: B. M. Prósper,
“The enigma of ‘benkota’, the Celtic decades and the coinage of the Ebro Valley”, Die Sprache 50-1, 2012-
13, 1-30.
10
de un 40% de las vocales seguido de /a/. Igualmente, aplastante como hemos dicho es
la presencia de k/g frente a otras consonantes, situación que podría aumentar con una
relectura del primer signo de la línea 2. La labial es la menos representada.
15
García-Barberana et alii (2015).
11
Y así podríamos reconstruir con cierta probabilidad de acierto el signario completo de
Irulegi:
G/K B D/T
A (a2) (ka1) (ba1) (ta1) S (s1) M ?
E (e1) (ke2) (be1) (te1) S’ (š1) N (n1)
(te2) (n2)
I (e1) (ki1) (bi1) (ti4) R (r’1) M’
O (o3) (ko1) (bo2) (to1) R’ (r’3) ¿?
(o1)
U (u1) (ku1) (bu1) (tu3) L (l2)
Azul (lectura correcta) – Naranja (dudosa) – Roja (no documentada aquí pero probable) – Verde (no
presente aquí pero sí en otro documento cercano)
No encontramos grandes o ninguna variación gráfica de los signos respecto a los usados
en la misma cronología del ibérico nororiental o celtibérico oriental16 algo que sería
realmente peculiar dentro de la compleja historia de las escrituras paleohispánicas.
Cuesta a priori reconocer que estamos ante un signario propio vascón por su parecido
formal al signario ibérico oriental con uso de las dos vibrantes, esto es así, salvo que
queramos apostar de lleno a que el signo T es exclusivo de este signario. La situación
que plantemos sería:
Opción A) o bien se trata realmente del signario ibérico oriental no dual que
contaba con el signo T pero de uso minoritario (en nuestro alfabeto el empleo
de las letras, K, W y X son por ejemplo minoritarios) eso sí cuando se emplea en
el territorio vascón encuentra una mayor recorrido.
Opción B) estamos ante un signario nuevo “vascón” donde el signo T es
exclusivo de éste, la lengua necesitó la creación de un signo especial para
representar un sonido que en ibérico no existía, y que por tanto en el futuro nos
permitiría utilizar como fósil guía.
Claudicar ante la posibilidad un nuevo signario lleva también aparejado la necesidad de
tener que hablar de dos lenguas diferentes el íbero por un lado y por otro la del vascón,
aunque la diferencia gráfica entre ellas en caso de aceptar la implantación de un nuevo
signo T no es mucho mayor que la que presentan muchos de los alfabetos epicúreos
empleados por dialectos griegos. Con esto quiero decir y aunque debamos aplazar el
tema para después, que la diferencia fonética entre el signario ibérico nororiental no
dual y un probable signario vascón no parecen ser tan graves y solo adscritas al mayor o
meno uso de este signo T. Y esto también debe ser considerado significativo.
16
Los signos de Botorrita por ejemplo son casi idénticos a Irulegi si exceptuamos la
presencia allí de /m/ y un punto a veces central para /tu, du/.
12
La zona periférica de Pamplona debió recibir estímulos para usar escritura desde las
masas de población íbera que contaba con escritura nororiental no dual, y de los
celtíberos con la celtibérica oriental no dual. Ambos casos suponían para la población
vascona presuntamente ágrafa el uso de una técnica muy avanzada pero que encuentra
escollos para su completa implantación y que debemos otorgar por aspectos culturales,
sociales, económicos o meramente religiosos que impidieron su propagación de una
profundidad estructural y no coyuntural. Salta a la vista que el modelo más propicio al
que podamos recurrir sea el íbero por presentar una fonética mucho más similar pero
no significa que el celtíbero no haya podido saltar en algún momento de la que quizás la
moneda ar’saos sea un ejemplo si suponemos que habría recuperado un
nuevo signo para una segunda vibrante, después de que el celtibérico había reducido en
primera instancia su número a uno.
Antes de pasar a una transliteración e interpretación, hay que tener presentes que los
grandes cambios sufridos por las lenguas a lo largo de los siglos, modfiicaciones casi
imperceptibles de una generación a otra pero que a la larga dieron graves mutaciones.
El siguiente cuadro es solo orientativo no resultando exacto en los detalles asumiendo
que corresponde a errores míos de datación, pero pueden servir para comprobar la
dificultad de comparación entre lenguas dado un documento de un período, y con
especial interés para la mano de Irulegi que sitúa el horizonte con un latín clásico, un
proto-euskera que tiene dos estadios anteriores al vasco moderno, y un íbero arcaico
(epigráfico paleohispánico) que en varias generaciones comienza a desaparecer.
13
TRADUCCIÓN
LÍNEA I
El íbero dispone de otro sufijo acabado en -ki documentado en AB.07.05 una inscripción
del siglo IV-III a.C. procedente del Llano de Consolación (Montealegre del Castillo,
Albacete): A) aitikeltun-ki : iunśtir : bekoŕ : salbitas : otiŕoketa : banotakian B) iskeŕiar
que complicaría más la ecuación si se da que realmente lo que había es una vocal
delantera -kü que sería interpretado gráficamente a veces como, -ku, -ko o -ki. Y más
interés tiene que el signo meridional /ku, gu/ haya hecho una inversión para escribir
en levantino /ki, gi/. Evidentemente Aún hay mucho camino por recorrer. Por otro
lado, conocemos dos posibles antropónimos íberos con misma raíz soŕike de Vic(B) y
soribeis del album de Enguerra (F.21.1) que parten de una raíz íbera formante *sor-.
El latín además presenta sors, sortis ‘suerte’ y recuerda la necesidad de contar con
neologismos en las lenguas indígenas cuya introducción sabemos ocurrió desde los
primeros contactos solo por superioridad técnica. El indoeuropeo mostraría mayor
posibilidad de referirse a un hidrónimo y de ahí un topónimo, aunque lo más esperado
en este sentido sería Surio como una inscripción de Zaragoza CIL III, 6417.
En aquitano conocemos varias inscripciones con SORI (CIL 96) de Ardiège (HP), SORINI
(CIL 276) de Valcabrère (HG) y SORI[ (CIL 201) de Montsérié, valle de Neste (HP) además
de Sorinianus en Hüdner, MLI, 263.18 Y el vasco moderno tiene aunque sea por pura
casualidad txori ‘pájaro’ que podría haberse expandido a ‘augurio’ > ‘fortuna/suerte’
por antiguas prácticas adivinatorias que persisten en muchas culturas19. De hecho, el
segmento se ha hecho sobradamente mediático al compararse con el vasco moderno
zorioneko ‘de buen augurio/suerte’ zor-i-on-e-ku que cuadra perfectamente con el
soporte.
Hay no obstante un evidente problema en proponer una evolución histórica del proto-
vasco -ku al vasco -ko a no ser que queramos barajar que dentro de las lenguas proto-
eusquéricas existieron dialectos que sí cerraron la vocal pero que se extinguieron sin
dejar descendiente lingüístico, o solo se sostuvo en ciertas posiciones como aquitano
ombe y vasco ume ¿aquí por la cercanía labial? Más dificultad añadida si tenemos en
17
Velaza (2019, 176).
18
Gorrochategui (1984).
19
Alvar (2009).
14
cuenta que el sistema empleado no diferencia entre sordas y sonoras por lo que nos
sabemos si estamos ante un sorioneku o sorionegu. En la propia puesta en
comunicación de Velaza y Gorrochategui hacen mención de las dificultades del final -ku.
Con todo esto la presencia de con interpunción final y espacio sin usar
para la escritura asemeja a un titulum. Frente a esto y recobrando los dibujos
quirománticos recuerda a la interpretación de un espacio cosmológico o geográfico en
relación a puntos cardinales (son 4 las líneas escritas) aunque sea una pura casualidad
ya que el vasco actual no tiene términos que similares20.
Al final del término, no habría problema de aceptar el final (I. 9) como separador. Entre
la línea I y II encontramos a la derecha una /n/ que corresponde a nuestro parecer al
final de la II y puesta ahí por la falta de espacio, así la enumero como II.13.
LÍNEA II
·
·
· ·
20
El comienzo de sortalde ‘este’ debe ser casual porque no es el sonido esperado. También tenemos
tenekebeekir’ater’en contiene eki que es ‘sol’ en vasco moderno.
15
Si buscamos otras raíces, en likine-te ekiar estaríamos ante un NP + VB a partir de una
raíz -Ki- comparable a la del vasco moderno egin y que volvería a aparecer en ban-ite-
(e)ki-tan-e. Para betukine-te iuśtir ante i-ušt-ir o i-uš-t-ir. En oŕkeikelaur ekisir’an neitin[
el verbo debe ser ekisir’an cuya segmentación puede ser e-ki-sir’-an o e-kis-ir’-an
aunque lo más probable sea la primera forma si atendemos a kuleśbelauŕ-te borariku
esasiŕa21 donde el verbo de nuevo sería e-sa-sir’-a(n) frente a e-sas-ir’-an. Esta posible
raíz sir’- se encontraría también en la-siŕ-a. Por cierto, ekisir’a y esasir’an nos permite
ver la existencia de NP con marca y sin marca en lo que consideramos una lengua con
ergativo o una tendencia a la creación del mismo. En las lenguas ergativas con esta
característica ya consolidadas a veces ocurre que el empleo del ergativo se descuide sin
que suponga más que eso a nivel lingüístico, pero es más sensato que esté unido a la
temporalidad (se marque el pasado y no presente, por ejemplo), o incluso más
descabellado si estén desarrollando antipasivas. Un posible verbo mucho más extraño
lo encontraríamos en śalaiaŕkis-te beŕkebeśa aŕika. Mucho más extraño sería śalaiar’kis-
te ikar’ con un supuesto verbo i-kar’ aunque daría pie a resolver śalaiaŕkis-te beŕkebeśa
aŕika con un verbo a-r’(vocal)-ik-a.
21
Velaza (2019).
22
Señalo como Te para /te/ como /de/, y Ku con valor de /ku/ como de /gu/. Lo mismo podemos decir de
Ke /ke, ge/.
16
pasiva a la activa. Y pese a que las dos o más lenguas emparentadas se dividieron al final
crearon simultáneamente lenguas ergativas, porque las fuerzas para su creación ya
estaban lanzadas, lo que no constituye en absoluto una novedad dentro de la historia
lingüísticas. Así que una de las grandes diferencias entre las dos lenguas podría radicar
en el uso de una marca u otra que en principio eran de uso común, me refiero bien al
ablativo, adlativo o instrumental, así *-de, *-ga. Y de ser así *ga podría seguir vigente
en ibérico, como de hecho creemos que ocurre en la forma documentada –(i)-ka. Y al
contrario -te/de podría preservar su significado antiguo en vasco ya que no pasó a
marcar ergativo, quizás -ez (instrumental) o -ti- porque como digo no pasó a ocupar el
papel protagonista del ergativo. Con todo el final -ke como ergativo no es posible de
demostrar y recordemos que el segmento puede albergar una forma verbal.
/be/ por separado recuerda a las formas partículas adversativas del vasco actual que
cuenta con baina ‘pero’ y baizik ‘sino que’, pero como digo solo recuerda ya que habría
que contar con la apertura en a, aunque no es desconocida en vasco. Por eso estas
formas posiblemente deriven mejor de un ba- que se encuentra en *bade > bat ‘uno’
aunque sea muy deseado el numeral ‘uno’. be es por otra parte una partícula que forma
términos familiares *un-be > ume ‘crío, -a, niño, -a’; *sen-be > seme ‘hijo’; pero también
presente en neba ‘hermano de una chica’; ahizpa ‘hermano de un chico’; osaba ‘tío’;
iloba ‘sobrino’; biloba ‘nieto’.
Eki es una forma de ‘sol’ en vasco moderno si bien no tengo su etimología. Igualmente
pasa con ate23 ‘puerta’. Desde luego ‘sol para la puerta’ sería de nuevo algo parecido a
un objeto apotropaico similar a carlina acaulis o eguzkilore. Lo que ocurre es que sin
duda el parecido con el vasco moderno es muy sospechoso, sobre todo porque como
digo desconocemos las formas proto-vascas de ‘sol’ y ‘puerta’. ate-(a)r’-en estaría
formado de raíz-¿artículo ar’/r’ protésica?-genitivo posesivo.
Si se trata de guneke be ekir’ ater’en ¿‘nosotros un sol para la puerta’? o de gun egebe
ekir’ater’en son indemostrables y necesitan a priori que el signo sea una mala
interpretación de /ku/ a no ser también que se quiera atribuir a den- un valor
pronominal (**den- > zen-).
23
Es interesante que Prósper (2013) proponga para ate de la ceca monetaria una forma proveniente de
*rāti ‘walls’.
17
LÍNEA III
El problema de la línea III es la posible separación o no del signo 7, puntillado con seis
puntos verticales a modo de interpunción. En el bronce de Aranguren la separación se
hace mediante dos puntos mientras que aquí en Irulegi encontramos tres puntos. La
controversia de éste porque en primer lugar se ha indicado una línea de ayuda vertical y
el punteador grabador ha optado por seis puntos. Esto me hace cuestionar si no nos
encontramos ante (ba1) precedida una vez más por una nasal como en la moneda A-
46. Por tanto, para transliterar y a pesar de complicar la transliteración hasta la
publicación de los expertos, debemos hacer un planteamiento con o sin separador.
24
Beltrán (2004, 75).
18
III. 7 es (ba1)
LÍNEA IV
Evitando entrar en este sentido, tiene una forma verbal en la segmentación e-r’auk-on
pero en contra está el comienzo en vibrante r’- que nos resulta especialmente
complicado. Ya que algunas lenguas evitan situar a este sonido en posición inicial (vasco
actual, y otras lenguas). Por ello sería preferible la segmentación e-r’a-uk-on.
En el ámbito de las lenguas eusquéricas no estaría muy lejos de las formaciones del
proto-vasco con los conocidos infijos verbales*-ra- y *-da-, como ocurre en *e-da-ra-kin
> jarrekin. De hecho, nos resulta llamativo el parecido formal con el verbo ukan ‘tener’.
Pero es una verdadera lástima que el palaohispánico elegido no represente en este caso
la dualidad entre sonora/sorda o fortis/lenis ya que si fuere una sonora (o lene) nos
podría remitir a e-go-n ‘estar’ en sentido de ‘hacer colocar’ aunque en este caso resulta
compleja la u-.
Si comparamos lo ofrecido por el íbero y el proto-vasco y aunque sea solo por el cajón
desastre del Sprachbund nos mostraría la presencia de componentes semejantes en la
cadena verbal, sírvase como ejemplo el sustantivo derivado de la acción en vasco: *e-
da-ra-dul-tze > arrautxa ‘huevo’.
19
Resumen
Mi intención no ha sido llevar a cabo una traducción del texto porque simplemente
carezco de los conocimientos suficientes para ello. He de esperar como todos los que
leen estas líneas, a la publicación premier que los expertos epigráficos y lingüísticos
lleven a cabo, pero esta espera tampoco requiere acallar las dudas que se nos van
planteando. Tampoco se esperamos que su desciframiento en el futuro sea completo a
tenor de las dificultades que por ejemplo ha marcado el desciframiento del celtibérico,
que cuenta solo con una reconstrucción potente de la lengua común indoeuropea, sino
también con parientes de otras lenguas correlativas a la misma época, y asimismo con
familiares directos modernos, y con todo esto no hay lecturas claras y universalmente
aceptadas de muchos documentos celtibéricos.
Quizás he sido muy cobarde en no tocar muchos aspectos. Son muchos los altos muros
que no he sobrepasado. Por ejemplo, encontrar -ki-/-gi- dentro de
tenekebeekir’ater’e[n] como tampoco he querido entrar en la posibilidad de segmentar
den-e-geb-e. Aunque sí quizá me he lanzado a la piscina vacía cuando en la línea III, nos
ofrece oTir’tan que bien parece un inesivo incluyendo un paralelo con Ossikerda >
Ossiherda > Ossirda. Se trataría a fin de cuentas de uno de los tantos locativos en que
las lenguas aglutinantes pueden recrearse, y que con suerte podríamos encontrar en las
cecas de bentian y olkair’un.
Con todo debemos reconocer que el texto no marca una diferencia brutal ni fonética ni
estructuralmente con sus vecinos íberos, de hecho, de haberse encontrado en otro
contexto no vascónico y sin la presencia de T se diría que es totalmente íbero. Sírvase el
final de la línea III y la IV tenemos eseakar’i er’aukon que no puede sino recordarnos a la
conocidísima estela íbera de Sinarcas (Silgo (2001), Arse 35, pp-13-24)25, véase aquí
kaŕieukiar (Sinarcas) frente a eseakar’i er’aukon (Irulegi), y no menos llamativo, hay que
decir que uno de los más conocidos ejemplos de verbo íbero e-r’(vocal)-ok-an que
asemeja bastante a este er’aukon.
Estos últimos ejemplos descritos nos obligan a interrogarnos sobre la naturaleza real de
la lengua aquí registrada. Podemos y debemos establecer varias posibilidades a tenor
del parecido fonético con el mundo íbero y que tampoco viene a cambiar mucho de lo
que teníamos considerado hasta el presente.
25
V.01.01. El Pozo (Sinarcas, Valencia) probablemente de entre el 150-50 a.C. Velaza (2019, 185).
20
3. Que es un texto en dialecto de lengua íbera, que como en el ejemplo
documentado en Caminreal presentaba al menos dialectalmente una marca
-ku.
La presencia así del signo T en la línea III ha venido a convertirse en clave para
determinación cultural del texto y en concreto la designación a la del pueblo vascón,
más allá de su clara localización geo-espacial. Razones mucho más de peso serían si ha
de demostrarse que ese- fuese ‘no’ y la presencia del verbo eraukon de la línea IV que
también recuerdan a elementos eusquéricos e-ra-RAIZ-n.
Son más los datos que hablan de una cercanía familiar entre las dos lenguas que a una
separación en seco. Hay que admitir que, pese a ello, las diferencias fonéticas que
muestran los signarios es mínima, basándose en la probable abundancia de africadas o
sonidos similares en el proto-vasco, pero no localizándose las aspiradas que estarían ya
en proceso de formación ¿a partir de la presencia de un fuerte acento inicial? pero que
no fueron representadas por las deficiencias del signario empleado. Considero que no
sería muy justo basar la conectividad lingüística en la existencia o no de estas africadas
ya que la aparición de estos sonidos no siempre debe estar justificadas por palatización,
o en otro por síncopa vocálica que provoque encuentro entre dos consonantes, sino
que puede surgir al amparo de una lengua que quiera dar diferentes intensidades por
ejemplo aumentativos o diminutivo. Así hipotéticamente un sufijo -s-/-z- que ya
dispondría de un valor podría dividirse en -ts-/-tz- competiendo con su forma original.
Esto no solo pudo ocurrir en sufijos finales sino también en inicio de palabras y raíces, y
con el tiempo se pudieron consolidar. Con todo ello, lo que es indiscutible es que
estaríamos ante una variación dialectal importante.
Todo esto me anima a decir que las diferencias cruciales con el iberismo son explicables
perfectamente como variaciones dialectales, al menos con los datos que disponemos
actualmente o como mucho aceptar una separación antigua, pero estamos muy lejos
una desvinculación total del íbero o proto-íbero de esta familia eusquérica, y querer
relacionar sus semejanzas con meros contagios por cercanía geográfica (Sprachbund).
Sin miedo a sonar desesperado del único bote salvavidas que parece contar el íbero
para su desciframiento, o a la espera de una quimera, un bilingüe de cierta entidad que
lo aclare todo.
21
sistema dual quizá frente a T, pero cuando se evolucionó al sistema no dual
nororiental solo quedó T y este fue el que el vascónico aprovechó para su fonema
especial de gran uso semántico, que podemos lanzar como /ts/, o /tz/ o /ʃ/. Lo que no
hay duda, por tanto, y siempre con cautela, de que estamos ante un elemento singular
para estas gentes.
Mucho más se podría decir, pero lo fundamental es que nos encontramos con un
documento excepcional por factores como que se encuentra en un contexto geográfico
de escasa epigrafía paleohispánica, pero no inexistente. Varios indicios como la
presencia del signo T y la línea IV (er’auKon) abogan por considerarlo vascónico
emparentado sin excesivas dificultades con la lengua proto-vasca. Además, se
encuentra completo y podemos considerar que se ha conseguido casi un 100% de su
lectura correcta, aunque ha también problemas de lecturas de algunos signos pese a la
buena conservación de la pátina, atribuibles al punteador, concretamente los signos II.1
y II.7 que suponen retos para los intentos de desciframiento.
Por otro lado, la forma anatómica del objeto es casi sin equívoco apotropaico y abre de
nuevo la necesidad de plantearnos su valor simbólico o religioso. Quedan abiertas mis
dudas sobre la simbología real de la pieza, bien si parte de una amputación de manos
que evoluciona a figura apotropaica, en menor medida podría tratarse de una
representación de una comunicación con la divinidad, o incluso presentar una valor
cosmogónico-quiromántico. Siguiendo a esto último, el pautado en tres líneas es muy
sospechoso por ahora al romper la segunda línea escrita. Pero este es otro problema
que obviamente excede a este breve comentario.
22
Fonético:
Nº % Nº
A 3 7,50% A 5 19,23%
E 7 17,50% E 11 42,31%
I 3 7,50% I 4 15,38%
O 3 7,50% O 4 15,38%
U 1 2,50% U 2 7,69%
KA 1 2,50% Total 26
KE 1 2,50% B 1 11,11%
KI 1 2,50% K/G 5 55,56%
KO 1 2,50% T/D 3 33,33%
KU 1 2,50% Total 9
BE 1 2,50%
TA 1 2,50%
TE 2 5,00%
S 2 5,00%
R 1 2,50%
R' 5 12,50%
N 5 12,50%
X 1 2,50%
Total 40
23
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