Tarea 4 de Estimulacion Temprana

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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS UAPA

Nombre
ID
Carrera
Psicología Educativa
Facilitadora
Yesmin Meyer
Asignatura
Estimulación temprana
Tema
Tarea 4
Recinto
Cibao Oriental Nagua

Introducción
Las personas con discapacidad intelectual (DI) pueden presentar los mismos
trastornos psicopatológicos que muestran las personas sin discapacidad
intelectual, en este sentido destaca el hecho de una mayor incidencia de
trastornos de conducta y enfermedad mental respecto a la de la población sin
discapacidad intelectual. Existen diversos factores biológicos, psicológicos y
sociales determinantes interrelacionados que motivan esta mayor incidencia
(fenotipos comportamentales, escasas habilidades de autocontrol, conflictos de
autoestima, rechazo social,). Además, en los últimos años se está identificando
un mayor número de personas con Discapacidad Intelectual y Trastorno Mental
(DI-TM).
Hay muchos tipos de discapacidad que afectan de manera muy distinta a los
niños. El desarrollo, los procesos de aprendizaje, y las necesidades
individuales cambiarán según cual sea el tipo de discapacidad. Asimismo, la
extensión, severidad, y multiplicidad de las deficiencias afectarán de distinta
manera a los niños. Evaluar a niños con discapacidad requiere conocer y tener
en cuenta los aspectos diferenciales que se dan en cada caso. Y también
requiere evaluar los recursos y apoyos ambientales, pues de ellos van a
depender muchas veces las posibilidades de que el niño participe como un
miembro más de la comunidad.

1. Analiza los casos adjuntos y determina el proceso de evaluación y los


instrumentos a utilizar según las características que presentan los niños.
I CASO MAYLIN
El diagnóstico de discapacidad intelectual, tal como queda reflejado en el
artículo El concepto de la discapacidad intelectual, ha de basarse en tres
criterios: limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en la
conducta adaptativa tal y como se han manifestado en un conjunto de
habilidades conceptuales, sociales y prácticas, y una edad de aparición anterior
a los 18 años. Las limitaciones en el terreno de la inteligencia han de ser
interpretadas a la luz de las otras cuatro dimensiones del funcionamiento
humano: la conducta adaptativa, la salud, la participación y el contexto.
La facultad para comprender símbolos abstractos, la habilidad para adaptarse a
situaciones nuevas o la capacidad para el conocimiento son algunas de ellas.
Las teorías de la inteligencia, de un modo conciso, se pueden resumir en tres
enfoques: las teorías biológicas, que consideran la inteligencia como la
capacidad de adaptación del organismo, las psicológicas que ponen el énfasis
en las capacidades de resolver problemas, de aprender y de relacionarse
socialmente y las teorías operativas, que, sin entrar en el fondo de la cuestión,
se basan en la elaboración de pruebas de medición.
En el caso del síndrome de Down, una característica definitoria de esta
alteración genética es que siempre se acompaña de discapacidad intelectual
en diferentes niveles. El grado de deficiencia, no obstante, no correlaciona con
otros aspectos como pueden ser la intensidad de los rasgos faciales o el grado
de lesión cardiaca. En otras palabras, no por tener más rasgos externos
propios del síndrome de Down o mayor afectación cardiaca, necesariamente se
ha de ser menos inteligente.
En las pruebas estandarizados alcanzan mejores puntuaciones en las pruebas
manipulativas que en las verbales, lo que como conjunto penaliza a la
población con síndrome de Down, ya que el contenido lingüístico de la mayor
parte de las baterías de prueba es muy alto. También se observa que, al igual
que la mayoría de las personas con retraso mental, las puntuaciones globales
en las pruebas de inteligencia descienden de manera drástica cuando se
acercan a la adolescencia. Esto se debe a que en esta edad la población
general adquiere el denominado pensamiento formal abstracto, con el cual las
personas con síndrome de Down tienen especiales dificultades. De hecho, en
los primeros años de vida, al aplicar pruebas de desarrollo a niños estimulados,
las puntuaciones obtenidas no varían en exceso respecto a la población sin
deficiencia. Sin embargo, con el paso del tiempo el desnivel respecto a la
población general se hace cada vez más marcado.
Lo más recomendable para valorar la inteligencia de las personas con
síndrome de Down es utilizar baterías y escalas estandarizadas, a ser posible
las de mayor difusión internacional. Algunas de las ventajas más importantes
de utilizar este tipo de pruebas son:

Están tipificadas y comprobada estadísticamente su validez y fiabilidad.


Son universalmente conocidas y de fácil acceso para cualquier profesional en
la mayor parte de los países.
Permiten el intercambio de resultados y la difusión de estos en un lenguaje
común comprensible de forma inmediata por todos los profesionales.
Algunas pruebas para trabajar el proceso:
Escalas de Inteligencia de Wechsler
Tiempo de aplicación: De 1 hora y 30 minutos a 2 horas (alrededor de 1 hora
en el WPPSI)
WPPSI-IV. Escala de Wechsler para preescolar y primaria. Edades: de 2:6 a
7:7 años. Revisada: WPPSI-R.
WISC -V. Escala de Inteligencia de Wechsler para Niños-V. Edades: de 6: a
16:11 años.
Además del C.I. total proporciona una puntuación de C.I. Verbal (6 pruebas) y
otra de C.I. manipulativo (6 pruebas), con la consiguiente utilidad para niños
con bajo nivel lingüístico.
Inconvenientes: No discrimina apenas en niños con síndrome de Down, puesto
que en muchas de las pruebas la puntuación obtenida está por debajo del
mínimo exigible o no cumplen los presupuestos de la prueba.
MSCA. Escalas McCarthy de Aptitudes y Psicomotricidad para Niños.
Tiempo de aplicación: Algo más de 1 hora. Edades: de 2 a 8 años.
Con 18 test proporciona información sobre 6 subescalas: Verbal, Perceptivo-
Manipulativa, Numérica, Memoria, Motricidad y General Cognitiva. Se obtiene a
partir de ella un I.G.C. (Índice General Cognitivo) equiparable al C.I. Las
subescalas Numérica, de Memoria y de Motricidad son lo novedoso respecto a
las otras pruebas. Proporciona también información sobre lateralidad.
Inconvenientes: Discrimina poco en alumnos con síndrome de Down en
algunas de las pruebas en las que no llegan al mínimo para puntuar en las
tablas.
Las tres Escalas descritas para valorar la inteligencia y el desarrollo, son de
aplicación individual, de carácter amplio y compuestas por varias pruebas.
Aunque requieren más tiempo para ser aplicadas y corregidas, la información
que se obtiene con ellas es más extensa. Todas ellas proporcionan una
puntuación de C.I. (o un valor equivalente) y una puntuación de edad mental.
RAVEN. Matrices progresivas.
Tiempo de aplicación: 30-45 minutos.
Escala CPM Color — Edades: de 4 a 9 años.
Escala SPM General. Edades: de 6 años a adultos.
Utiliza un material gráfico (matrices) universalmente conocido y no precisa de
expresión verbal, ya que basta con que la persona evaluada comprenda las
instrucciones iniciales y señale la respuesta correcta. Aumenta de manera
paulatina el nivel de dificultad. Aunque según el autor no mide la "inteligencia
general" se obtiene a partir de ella un C.I.
Escala de Madurez Mental de Columbia (CMMS)
Tiempo de aplicación: 30 minutos aproximadamente. Edades: entre 3 y 10
años.
Está formada por 100 láminas con dibujos que reproducen formas geométricas,
personas, animales, vegetales y objetos de la vida corriente. Se basa en la
localización del dibujo que es distinto a los demás o no se relaciona con ellos.
No precisa de lenguaje expresivo y basta con que el sujeto comprenda las
instrucciones iniciales y señale con el dedo. Se obtiene una puntuación en
forma de Índice de Madurez (I.M.).
Goodenough. Test de dibujo de la figura humana
Tiempo de aplicación: 10-20 minutos. Edades: de 3 a 15 años.
Se trata de una prueba no verbal, de fácil aplicación y bien aceptada por los
sujetos. La tarea consiste en realizar tres dibujos, de un hombre, una mujer y
de sí mismo, representando el cuerpo entero. La puntuación se convierte en
C.I., pero debe interpretarse con ciertas precauciones ya que su justificación
estadística no está suficientemente contrastada.
Estas tres últimas escalas son útiles cuando se ha de obtener una puntuación
rápida de C.I., por ejemplo, para fines estadísticos o de investigación. Para
personas con dificultades lingüísticas pueden ser útiles como pruebas
complementarias.
Inconvenientes: la información que proporcionan a la hora de confeccionar una
programación educativa es escasa, ya que miden factores muy concretos.
El tiempo de aplicación especificado se refiere a nuestra experiencia con la
población con síndrome de Down con la que solemos trabajar. Con niños con
síndrome de Down la duración de la prueba tiene una variabilidad más alta y en
general precisan más tiempo del que emplean los sujetos sin deficiencia. Las
edades son las recogidas en las pruebas, aunque en nuestro caso las
aplicamos a niños y jóvenes de edades superiores a las que recogen los
manuales.
Si se aplican dos pruebas diferentes a un mismo sujeto pueden obtenerse
hasta 10 puntos de C.I. o más de diferencia entre una y otra, por lo que los
resultados no son equiparables o intercambiables. Este aspecto ha de ser
también tenido en cuenta cuando en evaluaciones repetidas se cambia de
prueba al objeto de no cansar a los sujetos o de obtener datos
complementarios.
Finalidad de la evaluación de la capacidad intelectual
Evaluar es obtener una información sobre una realidad para emitir un juicio de
valor y tomar decisiones con respecto a ella. En el ámbito de la valoración de la
capacidad intelectual tradicionalmente se ha utilizado la evaluación para
recoger datos sobre el nivel de desarrollo de un sujeto para fines de selección y
clasificación. En muchos casos se utilizaban estos resultados para justificar
catalogaciones arbitrarias y precipitadas y realizar predicciones sin fundamento
sobre sus posibilidades futuras. Y las pruebas de inteligencia se utilizaron como
presunta prueba de "objetividad" a la hora de realizar esas predicciones.

II CASO JONATHAN
Los Trastornos del Espectro Autista presentan:

Marcada dificultad en la comunicación no verbal y verbal usada en la


interacción.
• Ausencia de reciprocidad socioemocional.
• Dificultades para desarrollar mantener y comprender relaciones personales,
relaciones con iguales apropiadas para el nivel de desarrollo.
Patrones de comportamiento, actividades e intereses repetitivos y
Restringidos.
• Conductas estereotipadas motoras o verbales.
• Adherencia excesiva a rutinas y patrones de comportamiento ritualistas verbal
o no verbal.
• Intereses restringidos.
• Comportamientos sensoriales inusuales.
Las personas con trastorno del espectro autista pueden tener discapacidad
 intelectual asociada además de otras dificultades como:

 Dificultades del lenguaje: habla enlentecida, mayores dificultades en la


comprensión que, en la producción del lenguaje, errores articulatorios,
etc.
 Perfil desigual de habilidades, diferencias entre las habilidades
intelectuales y las adaptativas.
 Déficits motores: andar extraño, torpes, caminar de puntillas.
 Autolesiones: golpearse la cabeza, morderse. Los comportamientos
perturbadores son más comunes en niños y adolescentes con trastorno del
espectro autista que otros en niños y adolescentes que padezcan otro tipo
de trastorno.
 Los adolescentes y adultos con trastorno del espectro autista son
propensos a sufrir ansiedad y depresión.
 Las personas con trastorno del espectro autista pueden manifestar un
marcado deterioro en los síntomas motores, y mostrar un episodio
catatónico completo con síntomas tales como el mutismo, poses, hacer
muecas y una flexibilidad cérea.

No hay una prueba especial para los TEA. La evaluación generalmente


incluye:
Cuestionario: Los padres responden preguntas sobre el desarrollo y el
comportamiento del niño.
Observación: El profesional de la salud observa cómo juega e interactúa el niño
con los demás.
Pruebas: Al niño se le pide que haga ciertas tareas para evaluar su capacidad
de pensar y tomar decisiones.
Algunos problemas físicos causan síntomas parecidos al autismo. Por este
motivo, la evaluación también puede incluir
 Análisis de sangre: Busca detectar envenenamiento con plomo y otros
problemas médicos
 Pruebas de audición: La dificultad para oír puede interferir con las
habilidades del lenguaje y la interacción social
 Pruebas genéticas: Estos análisis buscan trastornos hereditarios, como
el síndrome del cromosoma X frágil, que causa discapacidades
intelectuales y síntomas parecidos a los de un TEA. Afecta más a
menudo a los varones
La evaluación de trastornos del espectro autista no implica ningún riesgo.
Si los resultados detectan signos de un TEA, el profesional de la salud puede
recomendar que el niño vea a especialistas para hacerle más pruebas o recibir
tratamiento. Algunos de estos especialistas son:
 Pediatra especialista en el desarrollo: Médico que se especializa en el
tratamiento de niños con necesidades especiales
 Neuropsicólogo: Médico que se especializa en comprender la relación
entre el cerebro y el comportamiento
 Psicólogo infantil: Profesional de la salud que se especializa en el
tratamiento de problemas de salud mental, sociales y del desarrollo en
niños
Si a su niño se le diagnostica un TEA, es importante que reciba tratamiento lo
antes posible. El tratamiento temprano puede ayudar a aprovechar al máximo
los puntos fuertes y las habilidades del niño. Se ha demostrado que el
tratamiento mejora las habilidades de comportamiento, de comunicación y
sociales.
El tratamiento de un TEA consiste en servicios y apoyos de una variedad de
profesionales y recursos. Si a su niño se le diagnostica un TEA, hable con su
profesional de la salud para crear una estrategia de tratamiento.
El ADI-R es una entrevista clínica que permite una evaluación profunda de
sujetos con sospechas de autismo o algún Trastorno del Espectro Autista
(TEA). Se centra en las conductas que se dan raramente en las personas no
afectadas. Por ello, el instrumento no ofrece escalas convencionales ni tiene
sentido usar baremos.
El entrevistador explora tres grandes áreas (lenguaje/comunicación,
interacciones sociales recíprocas y conductas e intereses restringidos,
repetitivos y estereotipados) a través de 93 preguntas que se le hacen al
progenitor o cuidador. La información recogida se codifica y se traslada a unos
sencillos y útiles algoritmos que orientan el diagnóstico y la evaluación de la
situación actual.

Los algoritmos pueden ser utilizados de dos formas. La primera se denomina


algoritmo diagnóstico y se centra en la historia completa de desarrollo del
sujeto evaluado para obtener un diagnóstico a partir del ADI-R. En su
aplicación secundaria se le llama algoritmo de la conducta actual, y en él las
puntuaciones se basan en la conducta observada durante los meses más
recientes de la vida de la persona evaluada.
Conclusión
La organización de las pruebas y de los materiales sigue la progresión natural
del desarrollo infantil. La evaluación está basada en tareas muy participativas y
atractivas en las que el niño debe manipular juguetes llamativos, utilizar
láminas con ilustraciones a color o imitar al examinador haciendo ciertos
movimientos, lo que permiten captar y mantener la atención incluso de los
niños más pequeños. Este planteamiento de la evaluación tan participativa ha
hecho que las escalas MP-R hayan sido recomendadas por los expertos en el
ámbito de la Educación Especial para evaluar a niños con autismo.
Las escalas MP-R combinan diversas fuentes de información (observación,
ejecución y cuestionarios para padres o profesores) que permiten obtener una
visión completa y precisa del nivel de desarrollo del niño, identificar los posibles
retrasos y logros evolutivos alcanzados y evaluar la progresión y los cambios
en cada una de las áreas de desarrollo. No solo proporciona gran parte de la
información necesaria para el proceso diagnóstico de los trastornos del
espectro autista, sino que permite establecer una conexión directa con la
planificación del tratamiento al ofrecer una información detallada de las
capacidades del niño en cada área que permitirá fijar los objetivos prioritarios
durante la intervención.

Bibliografía
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