Encomiendas Mitas
Encomiendas Mitas
Encomiendas Mitas
AMÉRICA
Las encomiendas eran un derecho concedido por el rey a determinados peninsulares para
poseer tierras, así como los indios que habita- tasen allí. Los peninsulares debían proteger,
alimentar, vestir, transmitir conocimientos y convertirlos a la Religión Católica.
Las mitas en la colonización de América fue una institución colonial que consistía en la
obligación de los indígenas de trabajar en ciertas áreas económicas (como la minería, la
construcción o en las haciendas) a cambio de un salario.
Sin embargo, la mita no surgió con la llegada de los españoles, sino que existía en la época
precolombina, ya que los Incas la practicaban dentro de su imperio, aunque la diferencia
fundamental entre la mita precolombina y lamita colonial era el pago de un salario en la
segunda.
En la colonia existieron distintas mitas, según el trabajo que se realizase. La mita agraria, para
el trabajo en las haciendas, duraba tres o cuatro meses. La mita minera se hacía en las minas y
duraba diez meses. La mita de obraje, entretanto, se realizaba en las incipientes fábricas
textiles.
La mita establecía cuotas laborales que debía cumplir la población nativa tributaria según
asignación que hiciese el corregidor, tanto para el servicio del encomendero como del
poseedor de mercedes de tierra o hacendado. Se sorteaba a la población indígena de un
determinado lugar periódicamente para trabajar durante un plazo o tiempo determinado al
servicio dela clase española mediante el pago de un salario controlado por las autoridades. Los
propietarios de encomienda deducían de los jornales la cantidad que las personas
comprometidas debían pagar por concepto de tributo y el resto se les daba a ellas. La duración
de la mita minera se fijó en diez meses dentro de cada año y no se podía exceder de un tercio
permanente de la población tributaria para ser destinada a estas labores.
LOS OBRAJES EN LA COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
Fueron centros laborales dedicados a la manufactura de textiles e hilos de lana, algodón y
cabuya. En el Perú el primer obraje fue instituido por Antonio de Ribera en 1545. Su número
creció rápidamente debido a que las vestimentas tenían gran demanda entre los indígenas
mineros (de diferentes calidades: bayetas, jergas, frazadas, alforjas, medias, sombreros,
costales).
Lo que sí mermó la industria obrajera fue la introducción de textiles ingleses, que por su precio
mucho más bajo, lograron capturar el mercado en detrimento delos comerciantes locales.
Existían obrajes de diferentes clases: obrajes enteros: eran aquellos que podían operar más de
12 telares, en los cuales trabajaban indígenas forzados o aquellos que percibían un