Punción Capilar y Hto

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PUNCIÓN CAPILAR Y HEMATOCRITO

PRÁCTICA DE LABORATORIO III


PROF. ANALIA RIVADENEIRA

PUNCIÓN CAPILAR: MATERIALES, PROCEDIMIENTO, EXÁMENES


La punción capilar es una forma alternativa para tomar muestras sanguíneas. Existen
varios sitios anatómicos donde se puede realizar este tipo de punción. Estos pueden ser en
la yema de uno de los dedos de la mano, en el talón del pie, en el antebrazo o en el lóbulo
de la oreja. La punción capilar no es la forma más común utilizada para la extracción de
sangre, pero es una buena alternativa en ciertas ocasiones y en pruebas particulares.
La sangre que se obtiene de la punción capilar proviene de vasos capilares muy pequeños
y al tratar de estimular su salida puede venir acompañada de líquidos intersticiales e
intracelulares. La toma de muestra, para que sea satisfactoria, debe tener la profundidad
adecuada en una zona con flujo sanguíneo alto.
Aunque estas técnicas son muy sencillas de ejecutar, es necesario que un profesional en
el área tome la muestra, ya que si se cometen errores estos pueden alterar
significativamente los resultados de algunos análisis.
Cuando se dificulta la toma de muestra venosa debido a diversos factores, tales como venas
muy finas, pacientes de avanzada edad, neonatos, pacientes con brazos quemados, entre
otros, la toma de muestra capilar puede ser una buena alternativa.
Por otra parte, es una excelente opción cuando las pruebas a realizar no requieren un gran
volumen de muestra (< de 1 ml), por ejemplo: determinación de los niveles de glucosa en
sangre y el grupo sanguíneo, entre otros. Así mismo, hay pruebas que solamente pueden
realizarse a través de una punción capilar, ejemplo el análisis del tiempo de sangría.

Materiales para la punción capilar


Los materiales necesarios para ejecutar este tipo de toma de muestra son los siguientes.

Materiales para la toma de muestra


– Guantes desechables.
– Una lanceta estéril o una aguja.
– Alcohol etílico,
– Gasas estériles secas o algodón.
– Tubos capilares heparinizados.
– Sellador de hematocrito.

Procedimiento
La toma de muestra de sangre por punción capilar es una técnica relativamente sencilla.
Los sitios anatómicos para la toma de muestra son varios y se mencionan a continuación.

-Toma de muestra capilar en los dedos

Selección del dedo y ubicación del sitio de punción


Por lo general se escoge el dedo medio o anular. Luego se ubica la zona adecuada para la
punción (laterales de la yema de los dedos seleccionados).
El paciente debe estar sentado preferiblemente y la mano debe estar apoyada en el
reposabrazos de la silla de toma de muestra.
Para aumentar el flujo sanguíneo se puede masajear suavemente la yema del dedo del
paciente. Si el dedo está frío o morado (cianótico), o tiene signos de inflamación o presenta
alguna cicatriz no podrá ser usado para la punción capilar.
Desinfección del área
Primero se desinfecta la zona de punción con algodón con alcohol. No se debe realizar la
punción si el antiséptico aún no se ha secado, pues esto generará interferencias en los
análisis.

Punción
– Se destapa la lanceta desechable por el extremo contrario a la punta, con la finalidad de
evitar que se contamine o que nos pinche accidentalmente.
– Con mucho cuidado se usa la lanceta para pinchar el dedo elegido. El movimiento debe
ser certero y con cierto impulso para evitar punciones muy superficiales; pero a la vez no
se deben sobrepasar los 2 mm de profundidad.
Es muy importante que la lanceta se posicione en sentido perpendicular a las huellas
dactilares del paciente, para evitar que la sangre se desperdicie al fluir por los pequeños
surcos de las huellas.

Sitio para la punción capilar.

Recolección de la muestra
La sangre debe fluir en forma de gota, ya que esto facilitará su recogida. Si las gotas no
fluyen espontáneamente se puede aplicar una ligera presión sobre la zona, sin exprimir, ni
forzar el flujo, pues ello podría hemolizar la muestra o incrementar la proporción de fluidos
intersticiales en ella.
– La primera gota de sangre se deja perder, porque viene contaminada con líquido tisular,
y por tanto, se debe limpiar con el algodón seco sin tocar la zona pinchada.

– Se espera a las próximas gotas. Se carga el capilar heparinizado hasta 1 cm antes de


llegar al otro extremo
- El sitio de la punción debe ser presionado con una gasa o algodón seco durante unos
minutos. Esto lo puede hacer el mismo paciente si es un adulto o en caso de un niño lo hará
su representante.
– La lanceta o aguja se debe descartar en un recipiente de seguridad adecuado para tal fin.
.

.- Taponar un extremo del capilar con plastilina


o sellar a la llama del mechero..

.- Centrifugar el capilar durante 5 minutos a


12000 rpm en una centrífuga específica para
microhematocrito(microcentrífuga).

.- Con la regla medir la longitud que ocupa en


el capilar la columna formada por glóbulos
rojos sedimentados y referirla en tanto por
ciento a la longitud total que ocupa la sangre
que llena el capilar o bien utilizar el ábaco.
-Punción capilar a nivel del talón

Dónde se realiza
La punción se realiza en una de las zonas laterales del talón.

Asepsia
Se procede a realizar la asepsia de la zona utilizando preferiblemente alcohol. Se debe
secar la zona utilizando una gasa estéril.

Punción
Se hace una punción en el talón del recién nacido con una lanceta desechable, sin superar
los 2,4 mm de profundidad. La primera gota no se recolectará, por tanto, se eliminará con
ayuda de una gasa y luego se pueden recolectar las gotas que vengan después.
Se realiza para la detección precoz de las enfermedades metabólicas congénitas. Sirve
para detectar patologías como:

 Hipotiroidismo congénito.
 Hiperplasia Suprarrenal congénita.
 Hiperfenilalaninemias o Fenilcetonuria.
 Hemoglobinopatías congénitas.

Punción en el lóbulo de la oreja

 Esta punción se realiza para determinar la prueba de tiempo de sangría.


HEMATOCRITO

Volumen normal de los componentes de la sangre.

El hematocrito es el porcentaje que ocupa la fracción sólida de una muestra de sangre


anticoagulada, al separarse de su fase líquida (plasma). Está determinado casi
enteramente por el volumen que ocupan los glóbulos rojos (también
llamados hematíes o eritrocitos).1 Los valores medios varían entre el 41 y el 53 % en los
hombres, y entre el 36 y el 46 % en las mujeres, 2debido a la mayor musculatura y por
ende mayor necesidad de oxígeno de los primeros. Estas cifras pueden cambiar de
acuerdo con diversos factores fisiológicos, como la edad y la condición física del sujeto;
también la altitud, la postura y el tabaquismo. Es una parte integral del hemograma, junto
con la medición de la hemoglobina, y el recuento de eritrocitos, leucocitos y plaquetas.

¿Por qué hacer el análisis?

Para conocer la proporción de la sangre que se corresponde con los hematíes o células
de la serie roja, dato útil para detectar, diagnosticar o monitorizar trastornos en los que se
afectan los hematíes; como parte de un análisis rutinario, especialmente si el médico
sospecha anemia o policitemia.

¿Cuándo hacer el análisis?

Normalmente forma parte del hemograma, que se puede solicitar en cualquier análisis de
rutina o ante la sospecha de anemia (hematocrito disminuido) o policitemia (hematocrito
aumentado); a intervalos regulares en la monitorización de trastornos que afectan a los
hematíes y para evaluar la eficacia del tratamiento.

¿Qué muestra se requiere?

La determinación se realiza a partir de una muestra de sangre venosa; también puede


obtenerse por punción del dedo (en niños y adultos) o del talón (en recién nacidos).
¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Para esta prueba no se necesita ninguna preparación especial.

¿Para qué se utiliza?

El hematocrito se utiliza para detectar, diagnosticar o monitorizar una serie de trastornos y


enfermedades que repercuten sobre la proporción que los eritrocitos representan respecto
al volumen sanguíneo. Se evalúa con la hemoglobina, y normalmente formando parte
del hemograma.

Anemia

Es la disminución del nivel de eritrocitos. Se puede relacionar con diferentes condiciones,


como hemorragia o leucemia.

Hay numerosos factores que pueden contribuir a desarrollar una anemia, como la baja en
la ingesta de hierro; o pacientes con enfermedad renal crónica, quienes no generan
suficiente eritropoyetina para estimular la producción de glóbulos rojos en la médula ósea.
Aun así, solo se utilizan los valores de Hb para detectar si el paciente es o no anémico.

Policitemia

Es el aumento del nivel de eritrocitos. Se puede asociar con la deshidratación o la hipoxia.

Patologías como la policitemia vera consisten en una desmedida producción de glóbulos


rojos. En casos de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la hipoxia genera un
aumento en la producción de eritropoyetina por el riñón, lo que puede resultar en un
hematocrito alto.

Con equipos de laboratorio modernos, el hematocrito se calcula por un contador


hematológico y no se mide directamente.

El hematocrito puede ser útil para:

 Detectar, diagnosticar y evaluar la gravedad de una anemia (disminución de


hematíes, de hemoglobina y del hematocrito) o de una policitemia (aumento de
hematíes, de hemoglobina y del hematocrito)
 Monitorizar la respuesta al tratamiento de una anemia o de una policitemia, así
como de otros trastornos que repercuten sobre el tiempo de supervivencia de los
hematíes
 Tomar decisiones acerca de la necesidad de efectuar una transfusión de sangre u
otros tratamientos en anemias graves
 Evaluar una deshidratación

Algunos trastornos alteran la producción de eritrocitos en la médula ósea, y pueden


ocasionar aumentos o disminuciones del número de eritrocitos maduros liberados hacia la
circulación. En otros casos puede afectarse el tiempo de vida media de los hematíes.
Cuando aumenta la destrucción de los hematíes (hemólisis) o si se producen pérdidas de
los mismos (sangrados) y/o si la médula ósea no puede producir nuevos eritrocitos a la
velocidad a la que el organismo los necesita, entonces el recuento de hematíes y el
hematocrito disminuyen, y aparece anemia.

El hematocrito no puede sin embargo indicar la causa subyacente del trastorno. Además
del hemograma pueden ser necesarias otras pruebas entre las que se incluyen
una extensión de sangre, recuento de reticulocitos, estudio del hierro (hierro
sérico, ferritina, transferrina), vitamina B12 y folato, y en algunos casos más graves, una
evaluación de la médula ósea.

El hematocrito se solicita normalmente como parte de un hemograma cuando una


persona presenta signos y síntomas asociados a la producción de hematíes, como
anemia o policitemia.

Entre los signos y síntomas propios de una anemia se incluyen:

 Cansancio, debilidad
 Falta de energía
 Desmayos
 Palidez cutánea
 Dificultad para respirar

Entre los signos y síntomas de policitemia se incluyen:

 Trastornos de la vista
 Mareos
 Dolor de cabeza
 Rubor, enrojecimiento
 Aumento del tamaño del bazo

También puede solicitarse el hemograma cuando existen signos o síntomas de


deshidratación, como sed extrema, sequedad de la boca o de las membranas mucosas y
ausencia de sudoración o de emisión de orina.

El hematocrito puede solicitarse a intervalos regulares cuando existen sangrados,


anemias crónicas, policitemia o enfermedades graves para establecer la eficacia del
tratamiento instaurado.

El resultado del hematocrito se evalúa junto con los resultados del hemograma, como
recuento de hematíes, hemoglobina e índice eritrocitarios; también se valora junto al
recuento de reticulocitos. Deben tenerse en cuenta la edad, el sexo y la raza ya que los
valores de interpretación pueden variar. Por norma general, el hematocrito refleja los
resultados del recuento de hematíes y de la hemoglobina.

Algunas causas asociadas a disminución del hematocrito son:

 Destrucción excesiva de hematíes, por ejemplo por una anemia hemolítica debida
a un trastorno autoinmune o por defectos propios del hematíe
como hemoglobinopatías (anemia falciforme), anomalías de la membrana de los
hematíes (esferocitosis hereditaria) o defectos enzimáticos (déficit de G6PDH)
 Disminución de la producción de hemoglobina
 Sangrados gastrointestinales agudos o crónicos (úlceras, pólipos, cáncer de colon);
sangrados en otras zonas, como vejiga urinaria, útero (menstruaciones
abundantes) o traumatismos severos
 Deficiencias nutricionales, por ejemplo, de hierro o de vitamina B12 y folato
 Lesiones de la médula ósea, por ejemplo, por exposición a sustancias tóxicas, por
radioterapia, quimioterapia, infecciones o fármacos
 Insuficiencia renal - una enfermedad renal grave o la enfermedad renal crónica se
asocian a menor producción de eritropoyetina, hormona producida por los riñones y
que estimula la producción de eritrocitos en la médula ósea
 Trastornos o enfermedades inflamatorios crónicos
 Trastornos de la médula ósea como anemia aplástica, síndromes mielodisplásicos
o cánceres como leucemia, linfoma, mieloma múltiple u otros cánceres que se
diseminen hacia médula ósea

Entre las causas de aumento de hematocrito se incluyen:

 Deshidratación - principal causa de aumento del hematocrito. A medida que el


volumen de sangre disminuye, el número de hematíes por volumen de sangre
aumenta artificialmente; con un aporte líquido adecuado, el hematocrito se
normaliza
 Policitemia vera - enfermedad rara en la que el organismo produce
inadecuadamente demasiados eritrocitos
 Enfermedades pulmonares - si no se puede respirar adecuadamente, no se inhala
oxígeno en cantidad suficiente para satisfacer las necesidades del organismo;
como mecanismo compensador se intenta producir mayor cantidad de hematíes
 Tumor renal productor de eritropoyetina en exceso
 Tabaquismo
 Vivir a elevadas altitudes (se intenta compensar la disminución de oxígeno del aire
que se respira)
 Causas genéticas (alteraciones de los sensores de oxígeno, anomalías de la
liberación de oxígeno por parte de la hemoglobina).

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