Revista Senales 22
Revista Senales 22
Revista Senales 22
Familias de acogida
R E V I S T A
Correctora inglés:
Revisión Sistemática de Estudios Empíricos en Con- 22
Glenda Valdés Abarca
texto de Familia de Acogida en Iberoamérica
Sename:
Miraflores 113, 8° Piso, Oficina 81 La Unidad de Acogimiento Familiar, UDAF: una ex- 44
Santiago de Chile periencia de los Programas Familias de Acogida Es-
(56) 2 -23984508 pecializado de la Fundación DEM
(56) 2 -23984517
Juan Eduardo Parry Mobarec, Marcela Vidal González,
Correo Revista: A RT Í C U LO 3 Carla Polanco Mercado.
[email protected]
Este número especial sobre Familias de Acogida Especial, FAE, como medida de
protección, alternativa a la internación destaca las características y metodologías
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
de trabajo que se generan a través de las familias que acogen a niños, niñas y ado-
lescentes vulnerados en sus derechos, constituyéndose en un núcleo rehabilitador
y protector para su sano desarrollo. Es de conocimiento público, que por cada año
que un niño o niña menor de 3 años, vive en una institución pierde cuatro meses
de desarrollo. Revista Señales N° 22, releva en este número la importancia de que
la primera infancia tenga una opción de vivir en familia, considerando que la in-
tervención personalizada, tiene consecuencias en el crecimiento seguro y estable,
versus los internados masivos, que producen secuelas en un apego desorganizado
e inseguro, como también un desarrollo socio-emocional tardío.
6
ARTÍCULO I
Revista Señales Nº 22, vol. XIII (1) 2020 | Revista Científica en infancia vulnerable y jóve-
nes infractores de Ley
https://www.sename.cl/web/index.php/revista-senales/ ISSN Nº 0719 – 2266
Guías de la revisión:
Ps.Gloria Gaete Fuentes
Ps.Carolina Saldívar Villalobos1
Santiago, Chile
8 Resumen
The inalienable right of every child and adolescent to live among a family is enshri-
ned in the Convention on the Rights of the Child. Increasingly, international studies
based on scientific evidence point out the favorable effects, both neurobiologically
and interpersonally, of growing and developing in a family. The international trend
towards disinternation has also prompted changes in our country in the direction
of prioritizing and strengthening the alternative family care system, through the
injection of state resources to expand the available offer and creating comple-
mentary programs that consolidate the foster care circuit in Chile. The operation
of the Foster Family Programs is articulated around the needs of the children, being
sensitive to them and ensuring those needs are adequately covered. In this sense,
a key role is played by the intervention teams, coordinating the foster care proces-
ses, being of utmost importance to generate a good quality and synergistic human
bond with the subjects of care.
La Convención Internacional Sobre los Derechos del Niño (ONU, 1989), vista como
un hito central y mandante respecto de la infancia y adolescencia en el mundo,
incide directamente en el desarrollo de una política pública Nacional bajo un en-
foque basado en los derechos de niños y niñas y que garantice la integridad fí-
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
Sin embargo, cuando no ha sido posible por ningún medio preservar la estadía del
niño con su familia y se hace inminente la separación, debido a motivos fundados
de índole proteccional y teniendo en todo momento presente el bien superior de
niños/as y adolescentes, se adoptarán las medidas de ingreso a modalidades de
acogimiento alternativo más idóneas para el cuidado del niño/a (ONU, 2010). En
nuestro país, cuando un Tribunal de Familia decreta una medida de esta índole,
el Servicio Nacional de Menores (en adelante SENAME) debe proveer de la oferta
10 de protección de cuidados alternativos pertinente para brindar adecuada y pron-
ta atención a los niños, niñas y adolescentes que lo requieran, priorizando en los
últimos años el cuidado familiar antes que el cuidado residencial. Esto último, se
encuentra en sintonía con la clara tendencia en diversos países del mundo hacia
el acogimiento familiar en la primera infancia (UNICEF, 2019), especialmente en
menores de 3 años (RELAF, 2018).
Por contrapartida, cada vez más investigadores destacan los beneficios de crecer
en un ambiente familiar. En la dinámica de una familia se darían condiciones que
no son las mismas que se dan en instituciones masivas y que inciden en la calidad
del vínculo de apego y seguridad emocional desarrollados por niños y niñas. Le-
cannelier (2013), señala que algunas de las condiciones que ofrece una atmósfera
familiar son la estabilidad, continuidad y existencia de un número limitado de cui-
dadores, predictibilidad, así como la implementación de estrategias de regulación
por parte de éstos. Esto cobra particular relevancia si tenemos en cuenta que en
2 Disponible en www.sename.cl/web/index.php/cuenta-publica-participati-
va-2018/
El enfoque que releva y prioriza las necesidades del desarrollo infantil se deriva
del concepto de bienestar como un derecho del niño/a, por lo que la satisfacción
de sus necesidades será la que oriente la prevención, la toma de decisiones y la
ayuda (López, 2006). Esto significa un progreso significativo en materia de pro-
tección de derechos, por cuanto se avanza desde sólo proteger e interrumpir vul-
neraciones hacia garantizar que los niños, niñas y adolescentes se desarrollen en
condiciones de vida adecuadas y sus necesidades se encuentren cubiertas. A dife-
rencia del concepto de maltrato, que es distinto según la cultura, la legislación y la
práctica profesional, las necesidades del desarrollo son universales (López, 2006).
Las autoras Espinosa y Ochaíta (2000), destacan que las necesidades básicas son
iguales para todos los individuos de la especie humana, aunque la forma de satis-
facerlas puede variar según la etapa del desarrollo y la cultura a la que pertenecen.
Desde este enfoque, existe un continuo entre el buen trato y el maltrato que todos
los profesionales que trabajan con la infancia debieran conocer, a fin de satisfacer
al máximo las necesidades de los niños/as y adolescentes en los diferentes perío-
dos del ciclo vital. Además, subraya que el buen trato se da cuando las necesidades
de niños, niñas y adolescentes están cubiertas (Espinosa y Ochaíta, 2000).
Los autores Amorós y Palacios (2004), han agrupado las necesidades infantiles en
cuatro grandes grupos: 1) necesidades relacionadas con la seguridad, el crecimien-
to y la supervivencia, 2) necesidades relacionadas con el desarrollo emocional, 3) 13
necesidades relacionadas con el desarrollo social y 4) necesidades relacionadas
con el desarrollo cognitivo y lingüístico Esta clasificación es semejante a la que
propone López (2006), con la diferencia de que éste último destaca la participa-
ción y logro de autonomía como necesidad específica. Desde esta perspectiva, los
niños y niñas no son seres pasivos, ellos pueden y deben participar, mientras que
los adultos los acompañan y apoyan, a fin de que vayan aumentando su nivel de
participación hasta alcanzar la autonomía. Esto último se encuentra en completa
sintonía con la Convención cuando en su artículo 12 alude al derecho de todo niño,
niña o adolescente a expresar libremente su opinión en los asuntos que le afectan.
En el caso del trabajo que se desarrolla con las familias de origen, el énfasis está
puesto en lograr la reunificación familiar. Mientras tanto, el niño/a se encuentra
en una familia de acogida, se promoverá la mantención de vínculos con la familia
de origen, el fortalecimiento de sus competencias y la mejora de las condiciones
en que se ejerce la parentalidad, para lo cual es clave brindarles mejores sopor-
tes estructurales, a través de la coordinación y trabajo mancomunado con actores
del intersector y comunitario. Lo anterior es indispensable para que existan reales
oportunidades de reunificación y que éstas sean sostenibles en el tiempo. Es de-
cir, durante el proceso interventivo es importante distinguir acciones tendientes a
fortalecer competencias parentales y aquellas que tienen el propósito de abordar
las condicionantes sociales que dificultan el ejercicio de la parentalidad.
14
Rol gravitante de los equipos profesionales de los Programas FAE.
Por ello, resulta relevante reflexionar en torno al lugar estratégico que asumen los
equipos durante la intervención, de manera de acompañar más eficazmente los
procesos y brindando una atención de calidad. Un reciente estudio publicado por
la Universidad de Victoria muestra buenos resultados al utilizar un enfoque cons-
tructivista para fortalecer la resiliencia en familias de acogida (Marcellus, 2011),
al destacar la importancia de producir conocimiento mutuo en cuanto a estrate-
gias para intervenir y decisiones claves durante la implementación de esta moda-
lidad. El rol de los equipos es central en favorecer la participación de los sujetos
de atención y en la entrega de recursos técnicos (Rosser, 2011), para la prevención
de dificultades durante los procesos de acogimiento, como lo muestra una inves-
tigación llevada a cabo por la Universidad de Alicante. Desde ahí, la necesidad de
relacional, vinculante, haciendo la mayoría de las veces de puente entre los distin-
tos actores y sectores que confluyen en los procesos de acogimiento que realizan
los proyectos FAE.
Desde esta perspectiva, los profesionales y técnicos FAE debiesen indagar, com-
prender y apreciar el relato único y privado de cada niño, niña, adolescente o adul-
to, siendo posible de esta forma acceder a los significados que cada uno le atribuye
a su propia experiencia de vida. Y durante el proceso relacional que se va constru-
yendo, equipos y sujeto de atención van creando nuevas redes de significado a tra-
vés del lenguaje y la conversación. Por cierto, en este punto toma relevancia el rol 15
activo del interventor social, que no se reduce a imponer ideas, sino que más bien a
promover la apertura del espacio conversacional. El interventor abre posibilidades,
aporta nueva información a las familias, promueve novedad. No siempre ofrece las
respuestas a todas las interrogantes, en algunas oportunidades las co-construye,
y en otras promueve las condiciones para que el/los otro/s resuelva/n en su propia
cotidianeidad.
Pero no solamente los equipos FAE están permanentemente “en relación”, valoran-
do así aquel espacio vinculante y co-creado que se encuentra entre dos personas
(Garfat & Fulcher, 2012). Sino que también su unidad de análisis, lo que mira, son
las diversas relaciones en las cuales participan los sujetos de atención con quienes
va creando un vínculo humano. Esto cobra particular relevancia por cuanto el com-
portamiento de una persona no se entiende solamente como determinado por sus
características individuales (biológicas y psicológicas), sino que se entiende consi-
derando el contexto relacional en que ocurre (Bernales, 2012). De ese contexto el
interventor también forma parte.
Por ello deben ser conscientes en todo momento de los lentes con los que miran
e interpretan la realidad, en especial, del rol determinante que ejercen a lo largo
de los procesos de acogimiento. Sus intervenciones debieran estar encaminadas
a abrir posibilidades, rescatar fortalezas, prestando atención a lo que si funciona
en los sucesivos procesos de acogimiento, amplificando los recursos de los sujetos
de atención y evitando utilizar un lenguaje del déficit y la patología. Su propósito
final es establecer una alianza colaborativa con las familias, cuya sinergia signifi-
que beneficios directos e indirectos en la vida diaria de niños, niñas y adolescen-
tes que han debido ingresar al sistema de cuidados alternativos de nuestro país.
16 La consolidación de dicha alianza irá dando lugar a la co-inspiración (Maturana,
2002) de todos los actores participantes, promoviendo de esta manera procesos
de acogimiento transitorios mientras se define una alternativa de cuidado familiar
definitiva y estable para los niños/as y adolescentes.
R E V I S T A
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REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
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Resumen
22
Objetivos: Se reporta que el acogimiento familiar es una modalidad de cuidado
alternativo beneficiosa para niños, niñas y adolescentes privados de protección
paternal, generando ganancias en el desarrollo integral de los individuos. El ob-
jetivo de este trabajo es ofrecer una revisión actualizada sobre los vínculos entre
el acogimiento familiar en Iberoamérica y el desarrollo psico-socio-emocional de
niños, niñas y adolescentes.
Objective: It is reported that foster care is an alternative care modality that be-
nefits children and adolescents who have been deprived of parental protection,
and helps the integral development of individuals. The objective of this paper is to
provide an updated review about the links between foster care in Iberoamerica and
the psycho-socio-emotional development in children and adolescents.
Method: A selection was made of articles published between January 2014 and
January 2020, in Spanish, focused on experiences and interventions in foster fa-
milies and their connections with the psycho-socio-emotional development of
children and adolescents, using the Scopus, Scielo, Ebsco and Redalyc databases.
Results: Five studies about foster families and their connections with psycho-so-
cio-emotional development in children and adolescents were included, from
which it was gathered that foster care is favorable for the development of indivi-
duals, especially in functional and adaptive foster families. The involvement of the
biological family and a strong role of the State are also emphasized.
1. Introducción
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), representa el cambio de pa-
radigma en torno a la infancia, donde los niños, niñas y adolescentes dejan de ser
considerados como objetos de protección y beneficiarios indefensos, pasando a
ser vistos como seres humanos titulares de su propio derecho. El Estado Chileno,
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
La creación del Servicio Nacional de Menores (SENAME) en el año 1979, bajo el de-
creto de Ley 2.465 (BCN, 2005), contribuye a la prevención, protección, promoción
y restitución de los derechos de niños y adolescentes vulnerados (SENAME, s/f a).
Además, autores como López y Palummo (2013), señalan que la Organización Mun-
25
dial de la Salud (OMS) ha sido enfática en advertir que los hogares residenciales
tienen consecuencias negativas para la salud y el desarrollo integral de los niños,
niñas y adolescentes y que estos deben ser sustituidos por otros mecanismos de
cuidado. La institucionalización precoz y prolongada tiene graves impactos en el
niño o niña (Baglietto, 2014; Martínez y Arregui, 2014), ejemplo de lo anterior, es
que en muchos casos existe una falta de atención personalizada en estas insti-
tuciones, lo cual tiene como efecto la falta de vínculo emocional, estimulación e
interacción que debería darse entre los niños y las personas a su cargo, situación
que provoca déficit en el desarrollo, la salud y debilitamiento del funcionamiento
social y psicológico, generando daños cognitivos y carencias emocionales irrever-
sibles (Baglietto, 2014; Huerta, 2017; Martínez y Arregui, 2014; OMS, noviembre,
2010). Williamson y Greenberg (2010), señalan que, en términos generales, por
cada tres meses que un niño de corta edad reside en una institución pierde un mes
de desarrollo.
Con este fin, los estados deberían establecer estándares de trabajo que asegu-
ren una calidad y condiciones que sean conducentes al desarrollo del niño, tales
como grupos de cuidado individualizados, frente a los cuales deberían evaluarse
las instituciones existentes (General Assembly of United Nations, 2010). Ante las
complejas situaciones descritas, la mayoría de las sociedades han generado res-
puestas de apoyo a través de un red formal e informal para el cuidado de niños,
niñas y adolescentes fuera del contexto familiar de origen, una de las respuestas
más habituales ha sido la participación de la familia extensa, para el cuidado par-
cial o total de los niños en situaciones donde sus progenitores no pueden hacerse
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
Tiene por objetivo, brindar protección, afecto y atención especializada para repa-
rar el daño producido a los niños, niñas y adolescentes por la vulneración de sus
derechos, mediante la reubicación de estos en un entorno familiar alternativo, el
cual garantice su protección mientras se restablece su derecho a vivir en una fa-
milia definitiva. Estas familias de acogida pueden ser administradas por el SENA-
ME, donde se brinda un hogar transitorio a niños y niñas entre 0 y 6 años, o bien, a
manos de organismos colaboradores, que, a través de licitaciones, brindan apoyo
a niños, niñas y adolescentes entre 0 y 17 años (SENAME, s/f b), los niños, niñas y
adolescentes ingresan a través de una medida de protección dictaminada por el
Tribunal de Familia, la duración máxima del acogimiento es de dos años, plazo para
decidir sobre el futuro del acogido (Zavala, 2015).
Las figuras parentales de los niños, niñas y adolescentes presentan una gran di-
ficultad para recuperarse y lograr la reinserción familiar, siendo un proceso muy
complejo dadas las diversas circunstancias adversas que han experimentado a lo
largo de toda su trayectoria vital (Amorós y Palacios, 2004; Zavala, 2015). Es por
ello, que las figuras parentales, siendo el primer y gran vínculo de apego de los
niños, niñas y adolescentes, deben ser un foco importante de intervención profe-
sional (Vivanco, 2012). Es importante que los padres puedan establecer una vin-
culación con la familia de acogida y mantener un contacto con sus hijos e hijas,
esto ayudará a la reunificación familiar (Zavala, 2015), a que el niño o niña pueda
gestionar su pasado y re-establecer una relación factible con su familia de origen,
y también estimula su desarrollo intelectual, emocional y social (Aldgate y McIn-
tosh, 2006), la actitud que posea la familia de acogida con la familia de origen
tiene un gran impacto en la integración del niño, niña o adolescente, si esta es po-
sitiva, respetuosa y de aceptación, es más fácil para el niño/a integrarse sin tener
sentimientos de culpa o de traición, además, cuando logra establecer un vínculo de
apego seguro con los acogedores, desarrolla una identidad familiar, sentimientos
de pertenencia y seguridad (Herce et al., 2003).
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
30
2. Objetivo R E V I S T A
Se llevó a cabo una búsqueda bibliográfica durante el mes de marzo del presente
año, y se seleccionaron artículos centrados en experiencias e intervenciones en
familias de acogida, y sus vínculos con en el desarrollo psico-socio-emocional de
niños, niñas y adolescentes reportados en la literatura desde el año 2014 hasta el
año 2020.
Por último, se descartaron estudios que abarcaran como temática central las fami-
lias de acogida pero sin abordar el impacto o efecto directo que tiene esta moda-
lidad en el desarrollo psicológico, social, emocional, conductual y/o físico en niños,
niñas y adolescentes, pues es el objetivo de la presente revisión.
Resultados
Figura 1.
Según los resultados y conclusiones de los estudios empíricos revisados (ver Tabla
1) el acogimiento familiar como medida de protección ante la vulneración de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes, resulta favorecedor en el desarrollo
de éstos, ya que mejoran sus habilidades adaptativas, funcionales y comunicati-
Los niños, niñas y adolescentes que están insertos en familias de acogidas presen-
33
tan un buen desempeño en el área social, logran adaptarse de forma adecuada a
distintos contextos, presentan una adecuada cohesión grupal y exploran sus in-
tereses. Los niños que logran adaptarse de forma positiva a su familia de acogida
logran realizar actividades fueras de la escolaridad como deportes, actividades
artísticas y tienen vínculos sociales fuera del sistema educativo (Valgañón, 2014).
Finalmente, se describe el rol del Estado como uno capaz de influenciar positiva
o negativamente el proceso. Vásquez y Estrada (2016) señalan que la ausencia o
la mala gestión por parte de sus representantes traen consecuencias catastrófi-
cas para el correcto desarrollo físico, emocional y relacional de la parte que busca
acogida.
Tabla 1.
Título del artículo Año de Autores País Tipo de Meto- Participantes Hallazgos
publi- estudio dología
cación
Indicadores de la 2014 Molero, R., España Longitudinal Mixto 53 Familias acoge- - Acogimiento familiar tiene efectos positi-
calidad del proceso Gil, M. y descriptivo doras que acogieron vos en áreas psicológicas de los NNA.
de acogimiento Díaz, I. a 80 niños - La integración del NNA en la familia de
acogida lleva a un desarrollo positivo.
-Presencia de hijos biológicos en la fami-
lia de acogido ayuda al desarrollo social y
adaptativo.
- Niños/as acogidos de menor edad, tienen
mejor integración a la familia.
Estilos de vida sa- 2015 Molina, M., España I n v e s t i g a - Cualita- 79 Técnicos y 57 - Niños/as acogidos reportan un buen auto-
ludables de adoles- Mateos, A., ción Acción tivo adolescentes en concepto.
centes acogidos en y Violant, Participativa Familias de Acogida - Es labor de la familia de acogida potenciar
familia extensa V. extensa la valoración positiva en el NNA.
Estilo de funciona- 2014 Valgañón, Argenti- Exploratorio Mixto 18 familias de aco- - Niños/as insertos en familias de acogida
miento de las fa- M. na gida y 31 niños/as reportan tener un buen autoconcepto.
milias de acogida y de crianza - NNA acogidos en familias funcionales se
conducta adaptati- involucran en actividades sociales de igual
va - autoconcepto o mejor forma que el promedio.
de los niños, niñas
- La ausencia de la familia de origen en el
y adolescentes bajo
proceso de acogimiento perjudica el desa-
su cuidado
rrollo íntegro del NNA.
- NNA acogidos en familias disfuncionales
tienen peores indicadores de desarrollo que
aquellos insertos en familias funcionales.
- El acogimiento familiar muestra mejores
resultados que otras formas de cuidado al-
ternativo.
El papel del sistema 2019 Aurrekoe- España Exploratorio Mixto 13 profesionales del - La participación e involucramiento de la
de visitas en los ca- txea-Ca- descriptivo equipo de acogi- familia de origen es de suma importancia
sos de cese de aco- saus, M. y miento familiar del para el desarrollo óptimo del NNA durante
gimiento familiar: Pozo, P. Servicio de Atención el proceso de acogida.
una aproximación a la Infancia de la
desde la perspecti- Diputación Foral de
va profesional Bizkaia (7 trabaja-
doras sociales y 6
psicólogos).
Los hogares sustitu- 2016 Vá s q u e z , Co l o m - Estudio de Cualita- Niña con necesida- - Las casas de acogida deben poseer los re-
tos como medida V. y Estra- bia caso tivo des cognitivas es- cursos y capacitaciones necesarias para ve-
de restablecimiento da, L. peciales, lar por el bienestar íntegro del NNA acogido.
de derechos de los del municipio de - Se debe considerar la participación y las
niños, Bello (Antioquia), opiniones de la familia biológica para res-
niñas y adolescen- que estaba guardar el bienestar del NNA acogido.
tes en Colombia bajo el cuidado de
- Durante todo el proceso se debe prestar
una familia susti-
especial atención a las opiniones del NNA
tuta
acogido.
Discusión y conclusiones R E V I S T A
gida. Sin embargo, siendo una temática relevante y atingente, las investigaciones
giran entorno a la descripción de los programas, identificación de los perfiles de la
familia de acogida, perfil de las familias de origen y de los niños y/o adolescentes
acogidos, un número reducido de artículos ha estudiado los efectos directos que
genera la experiencia del acogimiento familiar en niños, niñas y adolescente.
37
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Fundación DEM
Santiago, Chile
Resumen
Keywords: Children and adolescents, foster families, external foster families, re-
cruitment and selection of foster families, psychosocial evaluation, children’s ri-
ghts.
“Me han ayudado mucho, me han apoyado mucho, porque es algo nuevo
para mí, me han ayudado y apoyado”
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
Hacia 1991 el Ministerio de Salud de Chile dejó la tutela de las Colocaciones Fa-
miliares, siendo traspasada su responsabilidad al Servicio Nacional de Menores.
En ese contexto Fundación DEM, en ese entonces presidida por la Magistrado de
Menores Ana Luisa Prieto Peralta, propuso un modelo de trabajo familiar entendido
desde la “Prevención Primaria”, que bajo un enfoque ecosistémico diera respuesta
a las necesidades de acogimiento familiar de niños, niñas y adolescentes, haciendo
partícipe a la comunidad en el logro de los cuidados alternativos, cuando la familia
de origen se veía imposibilitada de brindarles cuidado y protección. (Prieto, 1999,
p.2).
Nuestros conceptos R E V I S T A
Las medidas de protección adoptadas por Tribunales de Familia a partir de las cua-
les los programas FAE-PRO DEM realizan su acción y sobre las que intervienen en
coordinación con las redes especializadas y de protección social universal, com-
prenden graves vulneraciones de derechos, como: la negligencia parental, la in-
habilidad de uno o ambos padres, la carencia de protección adecuada, el peligro
material o moral, maltrato físico y/o psicológico, el abuso sexual, y otras formas
de daño a la indemnidad sexual, siendo muy recurrentes las dinámicas familiares 47
disfuncionales y violentas, estas últimas, que eventualmente involucran riesgo vi-
tal para los/as niños/as que impiden su permanencia bajo el cuidado de cualquiera
de sus padres. Así mismo, los Programas FAE-PRO DEM responden a las indica-
ciones de la Recomendación Nº45 del Comité de Derechos del Niño, que apuntan
a reducir la necesidad de internación de niños/as o adolescentes en residencias,
especialmente en la primera infancia, cuyos efectos adversos son de difícil repara-
ción en lo psicoafectivo, considerando que no ofrecen una atención personalizada
y menos aún experiencias vinculares positivas.
A partir de lo antes señalado, el conjunto de roles, funciones y, por sobre todo res-
ponsabilidades, que cumplen estos programas con relación a la reparación de las
graves vulneraciones de derechos y de las secuelas de la desvinculación familiar
de origen, garantizar el acogimiento familiar externo o con familia extensa y la
habilitación en competencias parentales; consideran en cada uno de estos ámbitos
de manera transversal al momento del diagnóstico y diseño de la intervención, la
participación de los/as niños/as y adolescentes y sus familias, resguardando que
no ocurra ningún tipo de discriminación, implementando acciones específicas para
cada género, junto con el reconocimiento y respeto de las identidades étnicas,
culturales y nacionales de los/as niños/as y adolescentes y sus familias; así como
también en todas las etapas de atención, el Interés Superior del Niño/a y el dere-
cho a la supervivencia y desarrollo, que resguarda el acceso a salud, educación y a
una habitabilidad digna y apropiada, según lo establece el artículo 6 de la Conven-
ción Internacional de los Derechos del Niño.
En la actualidad
La Fundación DEM hoy cuenta con nueve programas denominados Familias de Aco-
48 gida Especializada, FAE PRO, los que se concentran territorialmente en las regiones
Metropolitana y del Libertador Bernardo O´Higgins, estos programas se enmarcan
y rigen por las Orientaciones Técnicas que dispone el Servicio Nacional de Menores
y la Ley N° 20032 de 2015.
En su conjunto los nueve programas FAE-PRO DEM atienden un total de 1.113 ni-
ños/as, adolescentes y sus familias, tal como se puede apreciar en el cuadro que
sigue:
Tabla N°1: Número de niños/as y adolescentes atendidos en Programas FAE PRO DEM
Selección,
Difusión y
evaluación y
captación de
capacitación de
FA externas
FA externas
49
Así, las familias efectivamente captadas, que corresponden a aquellas que acce-
den a realizar una primera entrevista motivacional con las profesionales que con-
forman la Unidad de Acogimiento Familiar en su propio domicilio son a la fecha
68 familias, con lo cual se da inicio al proceso postulación, que posteriormente
decanta con el inicio de la evaluación psicosocial de lo que se denomina idoneidad
familiar.
Luego que las familias sostienen la primera entrevista motivacional con la Psicólo-
ga y Trabajadora Social que conforman la UDAF, se da inicio al proceso de evalua-
ción, el cual no siempre concluye en forma exitosa, sino más bien con una impor-
tante deserción por parte de los postulantes, tal como se evidencia en el cuadro
que se presenta a continuación.
N° de familias %
Familias que se encuentran en proceso de evaluación 14 20,6%
Familias que desisten del proceso de evaluación 39 57,4%
Familias con las cuales es necesario realizar proceso de 9 13,2%
sensibilización
Familias seleccionadas en espera de acogimiento 3 4,4%
Familias que se encuentran acogiendo 3 4,4%
Totales 68 100%
Fuente: Elaboración propia.
En la experiencia de la UDAF, otra de las razones que llevarían a desistir a las fa-
milias que forman parte del proceso evaluativo dice relación con la sobrecarga
laboral de los postulantes o el compromiso laboral de quienes conforman la pareja,
pues refieren que ello no les permite disponer del tiempo que se requiere para
cumplir con la función de cuidado y protección de un niño/a bajo esta modalidad
52 de atención, lo cual es coincidente con lo señalado por un estudio realizado por la
Universidad Católica, donde se constata que:
Uno de los aspectos característicos de las familias acogedoras dice relación con el
género de las figuras parentales que muestran interés en acoger, la experiencia de
la Unidad de Acogimiento Familiar de la Fundación DEM refiere que, del total de 68
familias postulantes, sólo 8 de las figuras parentales corresponden al género mas-
culino; mientras que los 60 restantes son de género femenino, tal como se puede 53
apreciar en el siguiente cuadro.
Acerca del estado civil que presentan las familias postulantes, la experiencia de-
sarrollada por la Fundación, evidencia que las familias unidas por el matrimonio
predominan por sobre otro tipo de configuración familiar con un 50% del total de
las postulantes, luego siguen los/as solteros, divorciados/as, viudos y personas con
acuerdo de unión civil, tal como se puede apreciar en el cuadro que sigue.
La cifra antes señalada sobre el estado civil de los postulantes, que en su mayoría
son casados, es considerablemente menor al 82% de lo observado en la experien-
cia española (López, Monserrat, Del Valle y Bravo, 2010).
En este mismo sentido, importante es precisar que el número de hijos/as que po-
seen las familias postulantes en UDAF alcanza los 1,62 por familia, cifra que es
inferior al 2,1 número de hijos por familia que se presenta en España (López, Mon-
serrat, Del Valle y Bravo, 2010).
Por último, señalar que las motivaciones aportadas por las familias para convertir-
se en Familia de Acogida Externa durante el proceso de postulación y evaluación,
dan cuenta de las siguientes razones:
Fase 2:
Fase 1:
Dupla
UDAF
FAE-PRO
5. Entrevista Clínica 1
Entrevista en Profundidad - elaboración de Ecomapa
58
judicial, priorizándola por sobre las distintas opciones que ofrece el modelo
residencial en materia de protección, dado que del gran número de perso-
nas consultantes se desemboca en un porcentaje reducido de familias que
inician el proceso de evaluación y aún menor que termina en un acogimien-
to efectivo. Apostamos que campañas masivas aumentarán el número de
Chía, E., Fischer, C., Muñoz, C. y Labrenz, C. (2013). Lineamientos estratégicos para
modelos de cuidado alternativo dirigidos a niños/as menores de seis años bajo
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Fundación Mi Casa
Santiago, Chile
Resumen
Palabras clave: trauma- continuidad del ser- familia de acogida - familia adoptiva
Abstract
1.- Prefacio
meses de vida, por lo general no sólo han vivido el abandono prolongado sino que R E V I S T A
muchos otros, autores que nos han ayudado a enmarcarnos en conceptos como
trauma, espacio transicional, continuidad de la existencia, que nos han facilitado al
momento de teorizar nuestra práctica diaria. Iremos sobre aquellos conceptos en
el siguiente apartado, además de aquél marco técnico e institucional en términos
de las definiciones de lo que es una familia de acogida y una familia adoptiva.
3 http://www.cideni.org/wp-content/uploads/2019/09/WD_Familias-de-acogi-
da_1.pdf
El rango etáreo de los niños/as sujetos de atención fluctúa entre los 0 y 18 años. R E V I S T A
Son niños/as que han sido víctimas de graves vulneraciones y que necesitan per-
manecer en una familia distinta a la de origen mientras se dilucida su situación
proteccional, esto es, la reincorporación a su grupo familiar de origen, la incorpora-
ción a familia adoptiva y en algunos casos y de acuerdo a la edad del niño/a, la pre-
paración para la vida independiente. No obstante, tanto el ingreso a una residencia
cercano y activo. De manera paralela, el equipo psicosocial del FAE (trabajador so-
cial, psicólogo, técnico social) debe elaborar planes de intervención pertinentes
a las problemáticas que aquejan al grupo familiar de origen, procurando siempre
que estas intervenciones sean atingentes y acotadas en el tiempo, en la medida
que el niño/a no puede ni debe esperar eternamente a que su familia de origen se
habiliten sus capacidades parentales.
Creemos que el significado del término es vinculante pues hace alusión al deseo
de “incorporar”, de “incorporarse”, pero también a la acción de recibir. La adopción
no es un acto de altruismo, pues se sustenta en el deseo genuino de convertirse en
padre o madre a través de este proceso, lo que la diferencia sustancialmente del
concepto de familia de acogida, cuya motivación responde a un deseo altruista de
ayudar a un niño en condición de vulnerabilidad. No obstante, la experiencia nos
ha demostrado que pese a sus roles diferenciados, ambas son complementarias.
La idea relacional básica (Altman, Briggs, Frankel, Gensler& Pantone, 2002) es que R E V I S T A
la mente está organizada por relaciones de objeto más que por fuerzas endógenas
y defensas en contra de esas fuerzas; los sentimientos y experiencias son vistos
como elementos de las relaciones interpersonales, lo que lleva a pensar en una
psicología bipersonal, de dos mentes en interacción. Desde este enfoque se tiende
a enfatizar el rol patogénico de las experiencias interpersonales (Altman y Cols.,
Jessica Benjamin (1999), con cierto énfasis distinto, pone el acento en la noción de
reconocimiento mutuo o mutualidad, señalando que “la intersubjetividad agrega a
la perspectiva de relaciones objetales la noción de que nuestras representaciones
y relaciones pueden ser trazadas en el eje de la tensión entre reconocer y negar al
otro (Benjamin, 1999, p. 201). La autora, define a la relación de reconocimiento (o
el espacio intersubjetivo) como un aspecto central de lo que ella llama la “terce-
REVISTA SEÑALES, 22, 2020, v. XIII (1)
ridad”, que encarnaría las paradojas de la experiencia transicional (al modo win-
nicottiano).“La capacidad simbólica y la terceridad son efectos del trabajo mental
de contener y comunicar afectos” (p. 206) Y continúa “… esta historia co-construida
de diálogo es el continente, aquello que sostiene la pareja analítica… pero esta
relación mutua y co-construida aún posee elementos importantes de asimetría.
Nuestro compromiso es ofrecer un proceso, una exploración, una disposición para
arriesgarnos a no saber y a fallar en nuestra comprensión, una alianza entre dos
subjetividades” (p. 206-207). La autora llama a no ver el quiebre traumático de un
paciente, su ansiedad, sus defensas, su inhabilidad para sostener la tensión, como
deliberados o resistenciales. “Suele ser precisamente cuando nos sentimos reac-
cionando como si algo se nos estuviera haciendo a nosotros, que sabemos que
hemos perdido el tercer espacio, y cuando estamos de vuelta en la díada reversible
de resistencia y sumisión” (p. 206-207). Benjamin (1999), pone el acento en que
debe haber un compromiso continuamente renovado con la restauración de la ter-
ceridad intersubjetiva (espacio transicional en Winnicott), lo que permitirá ir más
allá de la lucha entre los significados del terapeuta y paciente, hacia un sentido
72 de trabajo conjunto que buscaría trascender la complementariedad, a favor del
reconocimiento mutuo.
Trabajo con el ambiente: como en todo trabajo con niños/as, el trabajo con el
entorno (padres, familias, instituciones, etc.) se torna fundamental a la hora de
promover el desarrollo emocional del niño. Altman y cols. (2002), señalan que la
amplia red de cuidadores son participantes intrínsecos y cruciales del campo re-
lacional, yendo el trabajo terapéutico más allá de la díada terapeuta-niño(a). De
este modo, las transferencias parentales hacia el niño y el terapeuta influyen en
el resultado del desarrollo del niño(a) y del curso de la terapia. Lo mismo señalaba
Winnicott ya antes de la corriente intersubjetivista propiamente tal con su con-
cepto de ambiente facilitador, que pone el acento en lo crucial del entorno para la
progresión hacia la salud de niños/as. Esto es, si el ambiente es el adecuado, y falla
de manera empática, el niño/a podrá ser capaz de pasar aspectos difíciles de su
crecimiento, y podrá adaptarse de manera satisfactoria a los cambios impuestos
(Winnicott, 1971).
Los intersubjetivistas plantean que las situaciones traumáticas se generan por las
tempranas interacciones entre el bebé y sus objetos necesitados (mala sintonía
empática, explotación emocional), y por la falta de un contexto intersubjetivo mo-
dulador y contenedor. Es preciso subrayar la idea de que las situaciones tempranas
de potencial carácter traumático no lo son per se, sólo resultarán “enfermantes” 75
si el medio no tiene capacidad de respuesta, por lo que no podrán transformar-
se en experiencia (Nemirovski, Lancelle, Fractmann, Valeros &Boschan, 2001). En
cuanto al tratamiento, los intersubjetivistas dan mucha importancia al tema de
la regulación afectiva en terapia, como parte de aspectos que faltaron durante la
infancia. La exploración clínica de los apegos empáticos (de espejo) han sido un
tema central para la psicología del self, sin embargo, los mecanismos subyacentes
a este han sido difíciles de encontrar; es importante enfatizar que las comunica-
ciones empáticas dentro de la alianza terapéutica no son voluntarias, es decir, el
terapeuta intersubjetivo no está “haciendo algo”, tanto como “aprender a estar con
el paciente”, no está calzando o imitando una conducta sino resonando con expre-
siones externas del estado interno del paciente (Baranger, 1987). Utilizarlos para
el beneficio de la terapia, evidenciar con el paciente los impasses terapéuticos
se erige como un aspecto importante a considerar dentro de los planteamien-
tos intersubjetivistas (Stolorow, 1998) Sobre todo en lo que concierne a pacientes
traumatizados, en donde la permanente hiperalerta y suspicacia de su sentir con-
mina al terapeuta a no ser hipócrita y a mostrar aspectos y sentimientos negativos
(rabia, impotencia) que pueda estar vivenciando en sesión.
76
77
6 Para poder exponer y mostrar el trabajo realizado en este sentido, se han tenido
en mente diez procesos de acompañamiento a niños/as y familias en el tránsito desde
familia de acogida a familia adoptiva, que han sido llevados a cabo entre el 2014 y 2020, y
que nos permitirán ilustrar prácticas comunes en la intervención psicosocial en todos los
procesos. Es importante puntualizar que si bien se han tomado de manera preponderante
estos diez procesos, el modelo que a continuación se presenta es llevado a cabo con todas
las familias (guardadoras y adoptivas) que ingresan al programa de Adopción FMC y son
acompañadas por el Área Infancia específicamente. Indicaremos algunos datos relevantes
como elementos transversales en estos diez procesos; todos estos niños en sus cortos años
de vida tuvieron que vivenciar múltiples y reiteradas situaciones de riesgo, malos tratos,
negligencia severa, abuso emocional y quiebres biográficos constantes. El rango etáreo
fluctúa entre los tres y los ocho años. Tres de estos niños vivieron un proceso de adopción
internacional, el resto fueron procesos de adopción nacional. Nueve de estos casos corres-
ponden a familia de acogida externa y uno de ellos a familia de acogida extensa (abuelo
materno) Dos de estos casos corresponden a FAE PRO Hellen Keller La Pintana y el resto a
FAE ADRA Peñalolén. Todos permanecieron por más de un año en sus respectivas familias de
acogida, a excepción del caso correspondiente a familia extensa, en donde la permanencia
fue mayor (tres años).
Del mismo modo, se debe puntualizar que se han escogido aquellas experiencias en donde
las familias de acogida se mostraron tremendamente comprometidas con el proceso del
niño/a que tuvieron a cargo, y que se mostraron disponibles a participar activamente, con
capacidades parentales y de sensibilidad sobresalientes, con apertura genuina a recibir
apoyo, sugerencias y a crear en conjunto las mejores condiciones para que ese niño/a pu-
diera “partir” de manera serena y confiada desde éste núcleo a familia adoptiva.
el contacto con la familia y el niño. Diremos que es ese “entre”, que es donde surge
la posibilidad de jugar y ensayar nuevas maneras de relación. Se pretende que el
interventor no mantenga una actitud neutral en la intervención con la familia, sino
que se implique, que sea verdadero y esté siempre vivo. Este interventor se pondrá
a jugar y podrá tomar el saber que trae la familia consigo (en cuanto a crianza,
modos de regular los afectos, etc.), de modo de co-construir nuevos saberes, que
serán únicos y singulares en cada caso, en cada proceso interventivo. En otras pa-
labras, se permitirá que se abra un tercer espacio, donde se creará un nuevo saber.
Parafraseando a los autores, este tercer espacio es “creado por todos y por nadie a
la vez.”. De lo que se trata de todos modos es de respetar el ritmo de cada grupo
familiar, su propia homeostasis, sin irrumpir en ella, sino más bien ofreciendo mo-
dos nuevos de mirar la realidad. En este modelo se privilegian los señalamientos
de carácter afirmativo y legitimador de la experiencia (lo relacional propiamente),
por sobre las interpretaciones sobre conflictos y defensas (que apuntaría más a lo
intrapsíquico).
78 Esto a nuestro juicio, llevaría a la tan anhelada alianza de trabajo con las familias,
donde las cartas puedan ser puestas sobre la mesa de manera diáfana, que facilite
que la familia considere el acompañamiento como un soporte y un espacio de con-
tención y no como un espacio evaluativo, donde sus experiencias de crianza (modo
de regular los afectos, puesta de límites, etc.) puedan ser validadas, tanto como las
sugerencias o reflexiones hechas por el equipo interventor. Importante será tam-
bién validar aquellos sentimientos más negativos que puedan surgir en este perío-
do en el grupo familiar, como la incertidumbre, la confusión y/o el miedo. Muchas
de estas familias con las que hemos trabajado han permanecido más de un año
con el niño/a (o dos en algunos casos), lo que hace que se encuentren totalmente
involucradas emocionalmente con éstos, y sientan mucha inseguridad en torno a
lo que sucederá en un futuro, ante la llegada de la familia adoptiva. Nada mejor
que dar espacio a esos sentimientos, y desde allí construir una relación de trabajo
genuina y verdadera, donde exista resonancia afectiva de parte del profesional
que interviene, condición necesaria para una óptima alianza de trabajo. Lo mismo
cuando acompañamos a la familia adoptiva, se deben validar sus experiencias pre-
vias de crianza, intuición y creencias en torno al niño/a (o hijo/a adoptivo).
Desde otro lugar, podemos hipotetizar que para el niño/a en condición de adopta-
bilidad, la familia de acogida (y posteriormente la familia adoptiva) puede ser con-
siderada como un espacio idóneo donde poner a trabajar su propia emocionalidad,
espacio novedoso, diremos creado por él mismo, otorgado por cierto, gracias a un
ambiente facilitador, a modo de una “madre suficientemente buena”, preocupada
de su bebé. Esa zona de experiencia intermedia podría ser parte de la reparación
-La no retraumatización
El niño/a necesita que otro, en este caso, la familia de acogida, sepa qué hacer con
su experiencia dolorosa; una vez que ello se logra, el niño/a va recibiendo la expe-
riencia correctiva de sentirse cuidado, protegido y comprendido de manera verda-
dera. Todo esto brinda un contexto interaccional que funciona como una experien-
cia contrastante respecto a relaciones abusivas y maltratantes; dicha experiencia
allanará más tarde el camino para una favorable preparación y disponibilidad psi-
cológica de estos niños/as para insertarse favorablemente en una familia adoptiva.
1.- Recepción del caso: Se realiza una primera reunión de análisis con el equipo
técnico del FAE, en donde se revisa de manera preliminar el recorrido proteccional
del niño/a y las acciones interventivas realizadas por el FAE con la familia de ori-
gen. En esta instancia se torna sumamente relevante contar con un despeje fami-
liar adecuado y planes de intervenciones atingentes. Es en esta reunión en donde
se resuelve la pertinencia de iniciar o no la causa de susceptibilidad de adopción a
favor del niño/a, es importante señalar que el inicio de una causa de estas caracte-
rísticas es siempre una decisión conjunta, que se sustenta en la convicción técnica
de ambos equipos, logrando desde un inicio el diálogo armónico entre ambas lí-
neas programáticas. En otras palabras, desde el primer momento la clave de tra-
bajo es la co-construcción de saberes, apelando a la expertise de cada programa.
Una vez que el niño/a es declarado susceptible de ser adoptado, nos encontra-
mos en condiciones de poder iniciar oficialmente el proceso de preparación para
la adopción (que fue explicado en el marco conceptual).
4.- Sesiones individuales con la familia de acogida: Estas sesiones son reali-
zadas por la trabajadora social de FMC. Participan los cuidadores principales y se
incorporan, en la medida de lo posible y a medida que el proceso avanza, todos
los integrantes del grupo familiar. Se trata de un espacio reflexivo, de carácter
constructivo y creativo en donde se pretende instalar una problematización de la
6.- Sesiones conjuntas trabajador social y sicólogo. Tanto para las familias de
acogida como en el caso del acompañamiento a las familias adoptivas, las se-
siones no tienen el objetivo de entregar recetas precisas para cada conducta y/o 81
situación emergente de un niño/a, sino que más bien es un espacio para proble-
matizar acerca de la parentalidad y de lo que les sucede a los padres/cuidadores
en específico en el ejercicio del rol parental durante el aquí y el ahora (miedos,
expectativas, proyecciones, resonancias). Asimismo, las sesiones no están estruc-
turadas previamente en cuanto a contenidos; sesión a sesión se van recogiendo las
necesidades, inquietudes y demandas.
7.- Coordinación con equipo FAE: Esto se realiza de manera transversal durante
todo el proceso, no obstante, durante la fase de preparación para la adopción las
coordinaciones son más permanentes. Se trata en todo momento de realizar una
devolución de las sesiones al equipo FAE, que les permita a ellos continuar con las
intervenciones de su línea programática en comunión con el momento en que se
encuentra la familia, a fin de evitar una sobre intervención.
9.- Sesión conjunta ante la noticia de la nueva familia: En la línea de las inter-
venciones co-construidas, la apertura de la noticia de familia definitiva (en este
momento ya se ha trabajado dedicadamente con el niño/a la idea de vivir en fa-
11.- Reunión de pre-enlace: En esta instancia participan: equipo FAE, equipo FMC,
familia de acogida y familia adoptiva. La familia de acogida tiene la oportunidad
de conocer a la familia adoptiva, traspasar de primera fuente los gustos, prefe-
rencias, rutinas, formas de vincularse del niño/a desde un punto de vista humano
y afectivo. Esta instancia le permite a la familia de acogida adquirir certezas y
seguridad que le permitirán “dejar partir” al niño sin aprehensiones. En este punto
82 es importante señalar que en algunos casos, las familias (de acogida y adoptiva)
quedan disponibles para contactos posteriores, incluso encuentros físicos si así lo
amerita la situación (de paso le enseñamos al niño a que es posible despedirse de
los vínculos que quiere de buena manera, sin desesperación ni desgarros, sabiendo
que los apegos en tanto nutricios, siempre suman, nunca restan). Podemos nom-
brar ejemplos concretos de contactos posteriores: en uno de ellos, se mantuvo
contacto posterior al enlace vía telefónica y audios de manera permanente. En el
mismo caso, se mantuvo también un encuentro físico, en un lugar neutro (parque).
Otra experiencia, en la de familia de acogida extensa, se mantuvo un encuentro
físico con el abuelo, también en un lugar neutro y mediado por FMC. En otras ex-
periencias se han forjado relaciones más estrechas, en donde las familias quedan
contactadas de manera permanente en donde inclusive han compartido espacios
de distención. Estas experiencias fueron altamente beneficiosas para todos los
participantes, sobre todo para los niños/as, como factor importante que les permi-
tirá seguir hilando su historia ya no de manera fragmentada si no que de manera
continua.
específico en el ejercicio del rol parental durante el aquí y el ahora (miedos, expec- R E V I S T A
ambas instituciones, sobre todo con FAE ADRA Peñalolén, generándose acciones e R E V I S T A
Queremos por último relevar el sentido de urgencia, concepto que debiese estar
instalado en las instituciones de la red y profesionales intervinientes en infancia.
Este concepto nos invita a movilizarnos, a realizar acciones concretas, coherentes
y pertinentes. Sin operar bajo este sentido, las intervenciones se tornan laxas, se
dilatan y extienden en demasía. El sentido de urgencia no justifica en ningún caso
acciones técnicas deficientes, sino que nos obliga a optimizar recursos y a tomar
decisiones tempranas, muchas veces audaces, determinantes en la vida de los ni-
ños/as a los cuales acompañamos. Creemos que parte de esa audacia tiene que
ver con que los equipos intervinientes vayan construyendo nuevas metodologías
de abordaje psicosocial, respetuosas de la expertise del otro, pero sin perder de
vista un trabajo conjunto, colaborativo, diferente y novedoso en cada proceso
de acompañamiento familiar.
REFERENCIAS
Schore, A. (2003) Regulación del Afecto y reparación del Self; Capitulo IX: Avance- R E V I S T A
87
Resumen
From the analysis of judgments of the Chilean Superior Courts of Justice, in a ran-
dom selection of them, which included the law 20.032 that established the child
and adolescent care system through state collaborators and its subsidy regime,
some problems were detected regarding children´s rights at the subsidized sys-
tem of children’s homes, that could be avoided in the foster family system. This
search pretends to show, based on those problems which were detected, the ad-
vantages of the foster family over the system of children’s homes.
b. Objetivos de investigación
Objetivos específicos
a. Analizar sentencias de los Tribunales superiores de justicia chilenos relativas
a la aplicación del sistema residencial y determinar problemáticas asociadas
a tal contexto.
92 b. Sistematizar y valorar las problemáticas determinadas al tenor de los dere-
chos de NNA.
c. Determinar si el sistema de familias de acogida permite corregir o evitar las
problemáticas detectadas
c. Metodología aplicada
a. Consideraciones generales
En este punto cabe precisar que la causa por la que los NNA son derivados a este
sistema proteccional se establece en razón del artículo 30, de la Ley de Menores
número 16.618, norma que ofrece las alternativas posibles de reacción de la ju-
dicatura ante vulneraciones de derechos. En este sentido, y a diferencia de otras
legislaciones, la regulación de las medidas de protección no establece pautas o
criterios fijos para la determinación de cuándo debe entenderse que existe una
vulneración de derechos2, lo que abre discusión sobre lo que puede o no enten-
derse como vulneratorio considerando especialmente las consecuencias que ello
puede tener para la vida del niño si se determina su institucionalización como al-
ternativa necesaria para la protección y reparación de sus derechos vulnerados.
Para Núñez Romero, tal norma haría una alusión tácita a la Convención de Derechos
del Niño, CDN, en virtud del artículo quinto inciso segundo de nuestra Constitución
Política de la República3, cuando habla de los derechos gravemente vulnerados o
amenazados, lo que implica, para el autor referido, que la norma no sería tan am-
to o en un establecimiento residencial4.
Bajo este paradigma, proveniente de una vulneración al tenor de los derechos que
la CDN le confieren, conforme a los datos entregados por la Decs (2019)5, del total
de niños que pasan por el sistema judicial en contexto de procedimientos protec-
cionales, sólo el 12.86% serán institucionalizados, sea en la modalidad residencial
o de Familias de acogida especializada (FAE), prefiriéndose esta última inclusive,
sobretodo cuando la medida es superior a 90 días, en la que por cada niño que in-
gresa al sistema residencial, ingresan 7 a FAE6.
La ley 20.032 ya referida, establece los principios por los cuales los organismos
colaborares deberán inspirar y fundar su actuación, los que surgen a partir del res-
peto a los derechos del NNA. En este sentido, es claro que la referencia abarca
múltiples aspectos de tales derechos, dentro de los cuales pueden destacarse las
garantías del derecho a la supervivencia y desarrollo, a la protección de los ni-
ños privados de su ambiente familiar bajo la asistencia del Estado periódicamente
4 Decs (2019) p. 6.
5 Ídem. p. 8. Según esta información estadística, los tribunales de Familia en Chile
en el periodo 2018-2019 determinaron 99.472 medidas de protección en favor de NNA,
de las cuales 86.680 que representan el 87,14% del total, consistieron en derivación a
programas ambulatorios. Por su parte, el 12,86% restante, la medida de protección con-
sistió en la institucionalización, fuera mediante el sistema residencial o mediante familias
de acogida, alcanzando en este periodo a 12.792. De estos NNA, 7.377 (7,42%) ingresaron
a FAE, mientras que 5.415 (5,44%) al sistema residencial. De esto se concluye que en
promedio ingresan 4.324 NNA al sistema al año.
6 Ídem. p. 9. En internaciones mayores a 90 días, de todos los niños que ingresan al
sistema, solo 89 ingresaron al sistema residencial y 740 a FAE. De ahí la proporción de 7 a 1.
No obstante a través de la misma sentencia recién citada, se da cuenta que tal fun-
ción cuando se encarga a los organismos colaboradores residenciales no siempre
se cumple, ya que en este caso, tratándose de las Aldeas S.O.S, los niños que fueron
encargados a su cuidado se fugaron del centro por responsabilidad de ellos, ya que,
en palabras de la Corte, aunque Sename coordinó el ingreso y trasladó a los niños
a la residencia mencionada, estando en el lugar, se negaron a recibirlos, dejando
equivocadamente a los menores a pesar de tal negativa, por lo cual se fugaron.
Si comparamos esta situación con una derivación a una familia de acogida, la si-
tuación es poco probable que se desarrolle, ya que al ser un proceso mucho más
personalizado, la posibilidad que la familia guardadora no permita el ingreso de un
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niño a su hogar tras la derivación, dejándolo en abandono, técnicamente no existe.
Ahora bien, no solo se trata de permitir el ingreso del NNA físicamente al recinto,
sino también de la calidad de atención que a este se le da desde el punto de vista
de sus derechos, por supuesto. En este sentido, también se ha revelado a través de
las causas rol Familia 309-2019 de la Iltma. Corte de Apelaciones de Talca y 30625-
2018 de la Excma. Corte Suprema una problemática asociada al uso de los recursos
que se disponen para tales NNA, en consideración a que en ambos casos se ha dado
el supuesto de endosar al Estado, a través de Sename, costos voluntarios no previs-
tos en el convenio que los centros determinan, situación que nuevamente no existe
data de haberse dado en el contexto de las familias de acogida en las sentencias. En
este orden, es este último fallo el que recuerda que los organismos colaboradores
no son independientes en cuanto al uso de los recursos entregados por el Estado, ya
que el Sename tiene la facultad de supervisar el gasto de los organismos colabo-
radores, incluso en aquella materia en la que en principio no tiene injerencia, como
lo es las relaciones del organismo colaborador y sus trabajadores9, por lo que bien
pueden objetarse costos como los que en los casos se han intentado imputar, como
nuevas contrataciones o finiquitos de trabajadores. En el caso de las Familias de
acogida, como la subsención es fija y al no considerar a la familia como trabajado-
res, tales conflictos no se suscitarían, representando una ventaja.
7 Garantías desarrolladas en los artículos 6, 20, 25, 27 y 28 respectivamente,
todos de la CDN.
8 Iltma. Corte de Apelaciones de Talca. Sentencia causa Familia 251-2010 de
fecha 20 de agosto de 2010.
9 Excma. Corte Suprema de Chile. Sentencia rol 30625-2018 de fecha 01 de abril
de 2018
en un mismo centro residencial, por ejemplo, pero hago presente que determi-
naciones como estas muchas veces restan la posibilidad que los niños pasen a un
sistema de familia de acogida considerando que ya no se trata de un solo niño, sino
de dos o más, por lo que si bien se mantienen juntos y se atiende a los derechos ya
referidos, el sistema determinado será el sistema tradicional residencial. En este
sentido, la sentencia de la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Santiago dictada en
la causa rol Familia 49725-2019 aplica tal criterio, confirmando el ingreso de un
niño de 4 años conjuntamente con su hermano menor de apenas 6 meses a un cen-
tro de reparación especializada de administración directa CREAD, y misma situa-
ción da cuenta la sentencia de la causa rol Familia 4396-2018 de la Iltma. Corte de
Apelaciones de San Miguel de fecha 05 de octubre de 2018, confirmada luego por
la Excma. Corte Suprema con fecha 22 de enero de 2019 en causa rol 26124-2018.
sobre el sistema residencial visto desde el derecho de del NNA a crecer en un seno R E V I S T A
familiar.
De hecho, si bien son varias las sentencias17 que ocupan como argumento el no
98 contacto como base la ausencia de vínculos, y de ello, la susceptibilidad de adop-
ción, cito a la sentencia de la causa rol 32629-2018 de la Excma. Corte Suprema,
en la que tal conclusión se centra en la idea de las consecuencias que tuvo para la
niña del caso la no vinculación, señalando:
Es así como entonces que aún en el contexto residencial un niño puede quedar
desatendido, situación improbable en el seno familiar de acogida.
la disposición de parte del juez del ingreso del menor de edad en un Centro de Tránsito
o Distribución, hogar substituto o en un establecimiento residencial, no podrá afectar el
contacto que el niño pueda tener con sus parientes y familiares, pudiendo y debiendo fijar
un régimen comunicacional entre ellos, salvo que de manera manifiesta perjudique su
bienestar, como señala el inciso final del artículo 48 de la ley de menores recién citada.
16 Ibáñez, N. (2018): p. 271.
17 En este sentido: sentencia de la Corte Suprema en causas rol 3546-2019 y 634-
2016; Corte de Apelaciones de Coihaique en causa rol Familia 1-2012; Corte de Apela-
ciones de Santiago en causas rol Familia 49725-2019 y Familia 2115-2019; Corte de
Apelaciones de Concepción en causas rol Familia 575-2019 y familia 56-2018.
18 Excma. Corte Suprema. Sentencia en causa rol 32629-2018 de fecha 27 de
diciembre de 2019
19 El destacado es propio del autor y no proviene de la sentencia citada.
Del análisis de las sentencias que se han ido incorporando a lo largo de este traba-
jo se logran detectar elementos llamativos desde el punto de vista de los derechos
del NNA en los que el sistema residencial podría constituir incluso nuevas vulne-
raciones distintas a las ya existentes. Si bien este sistema intenta aportar desde la
FALLOS CITADOS
https://www.relaf.org/biblioteca/MANUAL_MEXICO.pdf