McCray Cheyenne SW1 Fuego Salvaje

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El Club de las Excomulgadas

Agradecimientos
Al Staff Excomulgado: por la Traducción a Alessita,
Amagoiaigle, AngelaHelena, Angie, Dannen y Excopic, por
la Corrección a Lelilu y Taratup, a AnaE por la
Diagramación y a Excopic por la Lectura Final de este

Fuegoo Salvaje - Wild I


Libro para el Club de Las Excomulgadas…

A las Chicas del Club de Las Excomulgado, que nos


acompañaron en cada capítulo, y a Nuestras Lectoras que
nos acompañaron y nos acompañan siempre. A Todas….
Cheyenne McCray – Fueg
Gracias!!!

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El Club de las Excomulgadas

Argumento:
La ganadera Dee MacLeod necesita un hombre. Desde que hace diez años Jake

Reynolds la abandonó, no ha podido encontrar un sustituto ni ha permitido que

nadie se le acercase, tanto era el dolor que le había causado. Ella es una mujer

de sangre caliente, pero esconde su ardiente pasión bajo un distante exterior. Es

conocida como la «la Reina de Hielo». ¡Ja! Si ellos supieran…

Jake Reynolds, es el único hombre que sabe cómo de ardiente era Dee, pensó

que había alejado a la sensual mujer fuera de su cabeza y de su vida. Pero

Fuegoo Salvaje - Wild I


cuando se traslada de vuelta a Arizona, descubre la verdad... que aún la ama.

Él comprende que fue un idiota al abandonarla, y ahora deberá volver a

conquistarla y tenerla de nuevo en su cama, dentro de ella. Hará lo que sea

necesario para ganar de nuevo su corazón, esta vez para siempre.

Cheyenne McCray – Fueg

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 1
Dean MacLeod se movió en su silla para aliviar el dolor entre sus muslos

mientras echaba un vistazo por su rancho, mientras sus manos contaban el

ganado que había reunido el fin de semana. A medida que inhalaba los olores

familiares de polvo, ganado, y testosterona, no podía dejar de disfrutar viendo

el trabajo de sus hombres. La flexión de los músculos, los órganos marcados en

los jeans Wrangler1 apretados, cueros curtidos, antebrazos...

Riquísimos.

El dolor se intensificó y se retorció de nuevo, frotándose la entrepierna del

jeans sobre el vestido de cuero de su silla. Sus bragas estaban empapadas y los

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pezones sobresalían bajo su camisa de mezclilla. Dios, siempre se calentaba

viendo trabajar a los vaqueros, y acababa de contratar a los mejores y más

apuestos vaqueros de todo Arizona.

El aire se llenó con el zumbido de voces masculinas y la bajada del ganado. El

cuero de la silla crujió cuando se inclinó y frotó el cuello de su yegua,

Cheyenne McCray – Fueg


preguntándose lo que pensarían los hombres si ella gritara un orgasmo allí

mismo, en el corral. Considerando que a sus espaldas se la conocía como "Dean

la Reina de Hielo", los vaqueros sólo se caerían de sus sillas si tenían alguna

idea de cómo eran sus pensamientos eróticos.

Maldición, necesitaba un hombre. Sólo que aún tenía que encontrar uno que

valiera la pena mantener.

1 Marca de pantalones vaqueros muy famosa nos EUA, con más de 100 anos de fabricación. Uno
de los modelos más famosos de Wrangler fue el 13MWZ, producido en 1949, aprobado por los
mejores profesionales del rodeo en los EUA, como Jim Shoulders, como sinónimo de
durabilidad, calidad y autenticidad

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El Club de las Excomulgadas
No desde Jake Reynolds.

Frunció el ceño y se enderezó en la silla. ¿Por qué diablos estaba pensando en él

después de todos estos años? Definitivamente, había terminado con ese hombre

hacía siglos.

Empujando hacia arriba el ala de su Resistol, Dean siguió con su examen a Jess

Lawless, su nuevo capataz. Ahora ahí tenía una muestra de buen espécimen

masculino con delicioso cabello castaño oscuro, malignos ojos azules y un

cuerpo hecho para el sexo.

En el último mes desde que lo había contratado, había considerado romper su

propia regla de no-citas-con-empleados cuando se trataba de Jess, y tuvo la

impresión de que estaría más que feliz de hacerlo. Pero también sabía que las

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cosas se complicarían al involucrarse. Ella nunca había tenido la intención de

tomarse a alguien en serio nunca más, ¿por qué complicar una relación de

negocios que estaba perfectamente bien?

Por supuesto, siempre estaba Kev Grand, que era propietario del Bar One, del

rancho vecino suyo. Durante años, el hombre había dejado claro que la deseaba.

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Se habían citado algunas veces, hacía poco, pero cuando él había intentado algo

más que un beso, lo había rechazado. Con bigote, rubio y ojos castaños, era un

hombre apuesto, pero ella nunca había sentido la chispa que tenía con Jake.

Maldita sea.

Tenía que sobreponerse a ese idiota. Diez años eran demasiado largos para

seguir teniendo a ese hombre en su mente y pisoteando su libido.

El sudor corría entre sus pechos y desabrochó otro botón de su camisa, con la

esperanza de que un ligero viento entrara y enfriara su piel. El sol de

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El Club de las Excomulgadas
septiembre calentaba su cara, el cielo de un azul

dolorosamente claro. Ni siquiera una brisa agitaba los arbustos

de mezquite y cardos en su rancho.

Septiembre.

Una sensación extraña se apoderó de ella cuando sus pensamientos se

dirigieron a otro septiembre diez años atrás, cuando había conocido a Jake

Reynolds.

Su mano se posó automáticamente en su garganta y cerró los ojos cuando un

recuerdo llegó a ella, nítido y vibrante. El sonido de su voz profunda

llamándola Dee, en lugar de Dean, como todos los demás. Su sonrisa de pecado,

su musculoso pecho y los muslos atléticos. Y la sensación de su enorme polla

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mientras se deslizaba en su interior.

"¿Dean?"

Se quedó con los ojos abiertos, cuando una ola de calor la envolvió mientras

miraba los ojos azules de Jess. Estaba sentado a horcajadas sobre su yegua. Su

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rostro estaba cubierto con tierra y sudor, y vaya si que no le hacía parecer aún

más sexy.

Con su dedo índice elevó el ala de su Stetson, con su hermoso rostro arrugado

el ceño. "¿Estás bien, jefa?"

"Ya sabes" Se retiró la camiseta fuera de su pecho, tratando de enfriarse, y fingió

no darse cuenta de cómo su mirada se desvió hacia su escote. "¿Cómo vamos

con la cuenta?"

"Ladrones, hijos de puta" Jess apretó la mandíbula y endureció el rostro.

"Estamos abajo cincuenta cabezas"

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El Club de las Excomulgadas
"¿Cincuenta?" Ella dirigió su mirada hacia el cielo, incapaz de

creer lo que acababa de decir. "¿Cómo diablos se roban tantos

sin poder capturarlos?"

La mirada de Jess tenía un brillo depredador antes de tirara de las riendas de su

yegua y volviese al corral. "No sé", dijo sobre su hombro, "Pero mi objetivo es

averiguarlo".

Con un gemido de frustración, Dean pasó a través de las sombras de los

pastizales y a la casa del rancho para tomar un baño rápido. Todo por sentirse

caliente. Las noticias de Jess fueron como una ducha de agua fría para su

excitación, dándole cosas más importantes en qué pensar que echar un polvo.

******

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Era un camino por el que no había viajado por casi diez años, Jake Reynolds se

dio cuenta de que su camión chocó con un bache, sacudió los dientes junto con

sus recuerdos.

El sol se reflejaba en el parabrisas, interminables hectáreas de pasto y cercas de

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alambre de púas por el desplazamiento mientras guiaba el camión por el

camino de tierra hasta la estancia MacLeod. Uno de los ranchos más grandes en

el condado, el Flying M estaba a diez millas a las afueras de Douglas, una

escabrosa ciudad a lo largo de la frontera con México, en el sureste de Arizona.

Septiembre.

Fue en septiembre, cuando vio a Dean MacLeod por primera vez. Y se había ido

y la había dejado seis meses después.

El camión de Jake se estacionó a lo largo del camino de tierra, pero apenas se

dio cuenta que sus pensamientos se dirigían a Dee - su sonrisa, la que había

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El Club de las Excomulgadas
tenido toda la inocencia de la juventud y todas las promesas de

Eva. Sus seductores ojos, de un inusual color verde, el mismo

color que la piedra del mes de agosto. Su cabello castaño y la mole tentadora

sobre su pecho izquierdo. Y Dios, sus piernas. Largas piernas que se habían

sujetado alrededor de sus caderas, y sus sensuales gemidos mientras se hundía

en su interior.

Maldición.

Su polla había puesto dura sólo con pensar en ella.

Jake apretó los dientes mientras pensaba en la niña - la mujer – de la que se

había alejado por todos estos años. Tenía diecinueve años, estaba comenzando

su primer año de universidad, y él tenía veintidós años, en el departamento del

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sheriff del condado. Ella era tan joven, tan vibrante. Y casi había aplastado su

corazón, dejándola como la dejó.

Pero al mismo tiempo, pensaba que había hecho lo correcto cuando le había

dicho adiós. Ya que ella había sido demasiado joven. Él había sido demasiado

joven.

Ser malo para las relaciones a largo plazo estaba en sus genes, por lo menos eso Cheyenne McCray – Fueg
es lo que había pensado en aquel entonces. Sus padres se habían divorciado

cuando era un adolescente. Incluso su hermano Nick, su matrimonio había

durado menos de un año y él siempre había sido el estable de la familia.

Cuando Dee le había dicho a Jake que lo amaba, cuando empezó a hablar de

criar una familia, se había asustado como el infierno. Le dijo que no estaba

preparado para ese tipo de responsabilidad y que sería mejor dar la relación por

terminada. Y se dio la vuelta y salió de su vida.

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El Club de las Excomulgadas
Probablemente estaría casada con un par de mocosos y viviría

en alguna ciudad en otro estado. Su camión se acercaba al

rancho MacLeod, Jake trató de consolar su pesar imaginándola ancha de

caderas, con bolsas bajo los ojos, y tal vez con unos pocos mechones grises por

perseguir a sus hijos.

¿A quién engañaba? Todavía tendría un aspecto excelente.

Cuando Jake tomó la decisión de trasladarse a Douglas para estar más cerca de

su madre enferma, una parte de él había esperado que Dee todavía estuviera

aquí. Que podían recuperar lo él que había dejado.

Redujo la velocidad del camión cuando pasó por la protección para el ganado

que se sacudió y repiqueteó bajo las ruedas de su 4 x 4. El rebaño de elegante

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Angus Negro alineado a cada lado de la carretera, levantando las cabezas para

verle pasar y luego regresar a pastar.

Al parecer, las lluvias habían sido buenas durante el verano, manteniendo la

hierba todavía verde en parches, y abundante. Notó el cuidado de las cercas de

púas, tanques de almacén y el molino de viento. Ron MacLeod siempre

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mantuvo su lugar en buenas condiciones, y sin duda tenía el dinero para

hacerlo.

Jake no esperaba que su intestino se apretara como lo hizo cuando se dirigió a la

casa del rancho en expansión. Un recuerdo vivo de Dee surgió. De su correr

desde el porche para saludarlo, su sonrisa brillante, con sus brazos alrededor de

su cuello y el placer de sus suaves labios. Su voz ronca diciéndole que le echaba

de menos, y su cuerpo firme apretado contra el suyo.

Con un gruñido, llevó el camión y lo detuvo delante de la residencia MacLeod,

remolinos de polvo giraron alrededor de su vehículo en una nube de color

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El Club de las Excomulgadas
beige. Observó los cambios de los últimos diez años. Los robles

y sauces llorones eran más altos y el porche que corría a lo

largo de la casa estaba prácticamente lleno de plantas de interior - el toque de

una mujer.

¿Se habría vuelto a casar Ron? Tras la muerte de Nancy MacLeod, todos estaban

seguros de Ron nunca se casaría de nuevo.

Jake miró más allá de la casa, extensos graneros, corrales y los edificios del

rancho, a las montañas allá atrás. El neumático del viejo columpio aún colgaba

de la rama inferior del roble en la parte delantera de la granja. Recordó

impulsar Dee en el neumático, girando alrededor, y reclamando un beso

cuando él la afianzaba.

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Jake sacudiendo su Stetson negro de la cabeza, salió del camión y cerró la

puerta un poco más fuerte. Empujando los recuerdos a la parte posterior de su

mente, se dirigió sus pasos a continuación, a través del laberinto de plantas del

porche. Las campanillas de viento que colgaban del porche en las vigas hicieron

un ruido inquietante como una brisa casi fantasmal.

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Pero los fantasmas eran sólo alrededor de los recuerdos de Dee. Llamó a la

puerta. No hubo respuesta. Ron debía estar fuera trabajando a caballo o en su

camión. Jake estaba a punto de dejar su tarjeta en la puerta cuando oyó un grito.

Su cabello hormigueo en la base de su cuello y cogió su pistola automática de la

funda a su espalda. El grito venía del establo. Jake se aseguró de que todo

estaba claro y corrió hacia el establo, con sus botas evitando hacer ruido

mientras cruzaba la tierra endurecida.

Todo estaba tranquilo. Demasiado tranquilo.

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El Club de las Excomulgadas
Se detuvo al lado de la puerta abierta del establo, escuchando,

su corazón latiendo a un ritmo rápido.

"Tú, pequeño...” dijo una mujer, y luego un golpe y otro grito.

Se acercó a la puerta, su arma levantada. Dee MacLeod estaba tirada en el suelo

del establo con su espalda contra una bala de paja, la blusa abierta. Estaba

deslumbrante en el establo de caballos.

Jake apretó la mandíbula. Tendría que matar al hombre que se había atrevido a

poner un dedo sobre Dee.

"¡Salgan con las manos en alto!", gritó, sus ojos se centraron en el puesto, su

cuerpo agazapado y preparado para el menor movimiento. "Despacio y lento y

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nadie saldrá lastimado"

Oyó un sonido proveniente de Dee que él creyó que era un sollozo, y luego se

dio cuenta que era una risa. Se permitió una mirada en su dirección y vio a Dee

sacudiendo la cabeza y riendo.

"¿Qué diablos está pasando?", Murmuró, sin relajar su postura.

"Adelante, arresta a ese pequeño hijo de puta" Dee señaló hacia el puesto. Cheyenne McCray – Fueg
"Espósalo mientras estás en ello. Una vez que hayas registrado al cabrón, claro.

Voy a disfrutar viendo como lo intentas"

Se acercó más a la caseta abierta y se asomó por el carril lateral para encontrar

un ternero negro esforzándose contra el empate de una cuerda. Las esquinas de

la boca de Jake se fruncieron y Dee rió detrás de él.

"Voy a tener que detenerte, hijo", dijo con fingida seriedad al tenero con fuego

en los ojos. "Por perturbar la paz y golpear a una mujer hermosa"

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El Club de las Excomulgadas
En el momento en las dos últimas palabras salieron de su boca,

la risa de Dee murió. Jake se volvió a mirarla, y podía ver la

realidad hundiéndose. El reconocimiento surgiendo en su bonita cara,

cambiando su sonrisa a un gesto pequeño.

Ahora, lo sabía. Después de todos estos años y de aquel terrible adiós, Jake

había vuelto a Douglas. Herida, el orgullo y la ira cruzaron por su rostro, y

luego peor, una expresión de indiferencia.

Se enfundó la pistola luego le tendió la mano en una oferta para ayudar a Dee a

ponerse sobre sus pies. Movió sus dedos en el cuello, pareciendo incapaz de

decidir si se debía pasar por alto la mano, o aceptarlo.

Se había olvidado de aquel hábito nervioso en ella. ¿Cómo solía frotarse la base

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de la garganta cuando se sentía cohibida o inquieta, dejándose la piel roja. Y

cómo a él le había gustado besar aquella piel suave cada vez que lo hacía.

Como si ella pudiese escuchar sus pensamientos, movió los dedos alejándolos

de su garganta. Con un poco de inclinación de la barbilla, ella se acercó y

estrechó su mano.

Ese toque, ese toque sencillo, trajo cada pedacito de anhelo que había tenido Cheyenne McCray – Fueg
para ella, y aún cuando estuvo de pie, no pudo dejarla ir. Era alta, sólo cuatro

centímetros más baja que sus 189 centímetros. La altura ideal para besar.

Y Dios, aún olía igual - al viento después de una tormenta de verano y flores de

azahar, el aroma que siempre lo volvía salvaje. Los recuerdos fluyeron por él,

de cómo había explorado cada parte de su cuerpo con sus dedos inquisitivos, su

boca sensual, su lengua dulce.

"Dee" Jake voz ronca de deseo.

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El Club de las Excomulgadas
"Es de Dean, no Dee. Sacudió su mano de la suya y se sacudió

el trasero de sus pantalones vaqueros, sin apartar los ojos de

los suyos.

“Ah, seguro" La mirada de Jake se redujo a la subida y la caída de su pecho y su

garganta se secó. La abierta camisa vaquera de Dee exponía la redondez de sus

pechos y pezones tensos bajo un sujetador de satén de durazno. Satén que sabía

que no podía ser más suave que la seda de sus pechos. Senos que quería

acariciar. Los pezones que quería probar, ahí en el establo.

"Es posible que desees arreglar eso" Hizo un gesto hacia su camisa,

manteniéndose alejado de intentar hacerlo él mismo. O más bien, abrir el resto

de los botones y tomarla allí mismo en el establo.

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Las mejillas de Dee se sonrojaron mientras miraba hacia abajo y luego asió la

camisa cerrándola. Aprovechó la oportunidad para estudiar sus largas piernas

ajustadas en los pantalones vaqueros, su pelo castaño escapando de la trenza

que cayó sobre el hombro, cuando se inclinó. Cuando terminó, levantó la

cabeza y sus ojos verdes se encontraron.

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"Ha sido un largo tiempo", Jake dijo en voz baja.

“Sí. Lo ha sido” Frunciendo el ceño, Dee dio un paso adelante, y para su

sorpresa, ella le tendió la mano y le tocó la cicatriz que arrugaba su mejilla

izquierda. Sólo un ligero contacto fue suficiente para hacerle endurecer a toda

prisa. "¿Qué pasó?"

Jake se encogió de hombros. "Una incautación de droga que acabó un poco

salvaje"

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"Un poco más que salvaje, diría yo" Su dedo trazó la cicatriz

que iba desde la oreja, casi a la boca. Hizo una pausa, con su

mirada clavada en los labios, y él dejó de respirar.

Dee sacudió la mano y dio un paso atrás, con las mejillas rosadas de nuevo.

"Así que. ¿Qué estás haciendo aquí?"

Regresé por ti. Dee probablemente no estaría muy interesada en él diciéndole

que iba a volver después de diez años tras su partida. En su lugar, respiró

hondo y dijo: "¿Está tu padre ahí?"

El destello de sonrisa volvió a los ojos. "Si estuviera, lo más probable es que te

hubiese hecho salir corriendo con su viejo Remington"

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“Me temía eso" La boca de Jake se convirtió en una burla de su misma sonrisa,

pero luego su tono fue grave. "Te he echado de menos"

Ella ladeó la cabeza y lo estudió durante un momento. "¿Tenías algo en

particular que decirle a mi padre, o es algo que me puedas decir?"

Jake sacó su billetera del bolsillo posterior de sus Wranglers, sacó su tarjeta de

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visita y se la entregó a ella.

Dee se la quitó, sus dedos se rozaron ligeramente, y miró la tarjeta. "Entonces,

ahora eres un agente especial de aduanas"

"Me trasladé a Douglas la semana pasada", dijo mientras deslizaba su billetera

en el bolsillo de atrás. "Estoy presentándome a los ganaderos de la zona. Las

montañas detrás de la hacienda están siendo utilizadas para el contrabando de

drogas de México"

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El Club de las Excomulgadas
"¿Eso es nuevo? Ha estado sucediendo durante años” Dee se

encogió de hombros. "Bastantes drogas e ilegales vienen a

través de esa zona como para mantener a todos los policías en los EE.UU.

ocupados"

Jake frunció el ceño. Era cierto, era de conocimiento común, pero todavía le

molestaba que Dee pareciese tan despreocupada de que el peligro estuviese en

su puerta trasera. "Si ves algo sospechoso, llámame"

Ella fijó una sonrisa en su rostro cuando se metió la tarjeta en el bolsillo

delantero de los vaqueros. "Genial, Agente Reynolds"

"¿Agente Reynolds?" Sacudió la cabeza. "Tenía la pequeña esperanza de que

todavía fuese Jake a secas para ti, Dee"

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"Dean, no Dee" Cruzó los brazos por debajo de los pechos. "Así que ¿por eso

has venido?"

"Pedí la transferencia" Se encogió de hombros. "Mi madre no está sintiéndose

bien"

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Las facciones de Dee se suavizaron en preocupación. "¿Está bien?"

"Ella casi no sale de casa, y está sola como el infierno" Jake frunció se ceño a sí

mismo. "No debería haberme mantenido al margen durante tanto tiempo"

Y nunca debería haberte dejado.

Un caballo negro relinchó y asomó la cabeza por una puerta del establo, y Dee

se dirigió hacia él. "¿Cómo está mi chico?", murmuró mientras le frotaba el

hocico al caballo.

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El Club de las Excomulgadas
Ella se paró en un rayo de sol y el aliento de Jake quedó

atrapado en su garganta. Las motas de polvo se arremolinaba

en el aire alrededor de Dee, y su cabello brillaba como el cobre pulido.

"¿Cómo está tu hermano?" Preguntó ella, su atención puesta en el caballo.

Jake tragó, deseando que Dee lo acariciara a él en lugar del maldito caballo.

"Nick está con el Departamento del Sheriff del condado. ¿Qué está haciendo tu

hermana?"

"Trace consiguió un cabello salvaje después de graduarse en la universidad y ha

estado en Europa desde entonces” Dee frotó el caballo detrás de las orejas.

“Vendrá a casa antes de Navidad. La primera visita en cuatro años"

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Jake silbó. "Eso es mucho tiempo para estar fuera de casa"

"Tú deberías saberlo" Dee dio unas palmaditas en el cuello al caballo y se volvió

a Jake. "Oí que estabas situado a lo largo de la frontera de Texas"

"Desde que me gradué en la Academia" Se acercó, queriendo estar cerca de ella.

"¿Y tú? ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo?"

Dee arrojó un pedazo de paja de la parte superior de la cabina. "Aparte de tratar Cheyenne McCray – Fueg
de averiguar quién me ha birlado cincuenta cabezas de ganado, un infierno

entero de mucho"

"¿Ladrones?"

"Si" Ella hizo una mueca. "Hace dos semanas que comenzó. Faltaron sólo una

docena de novillas. Pero ahora parece que los bastardos se están volviendo más

seguros"

Su boca se apretada. "O más tontos"

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El Club de las Excomulgadas
Con un suspiro, hizo patente su frustración, ella se recostó y

apoyó sus brazos en el puesto detrás. El movimiento provocó

que sus pechos sobresaliesen y la blusa se abriese, mostrando el sujetador de

satén y su generoso escote.

Jake tragó. Duro. "¿Cuándo estará tu padre de vuelta?"

"Estuvo aquí hace una semana, por lo que no es probable que nos visite en al

menos un par de meses. Esperamos que él y su nueva esposa vengan en Acción

de Gracias o Navidad, no estoy segura de cual"

Nosotros. El shock recorrió a Jake, ya se le había ocurrido que Dee podría estar

realmente casada, que viviese en el rancho con su esposo. No había anillo en su

dedo, pero eso no significaba nada. Ella podría sacárselo mientras trabajaba.

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Había pensado que estaba preparado para esa posibilidad, pero ahora no podía

imaginar que un hombre estuviese con ella.

Jake había sido su primer amante, y debería haber sido su único amante.

No, maldita sea. Había renunciado a ese derecho el momento en que se marchó.

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Se frotó la cicatriz de su mejilla. "¿Ron se jubiló?"

“Hace un par de años" Dee asintió con la cabeza mientras hablaba, poniendo los

brazos sobre el pecho de nuevo, como si se protegiese a si misma de Jake.

"¿Así que, tú y tu, ah, marido, administráis el rancho?"

Levantó elegante una ceja y la esquina de la boca se elevó. “No, yo lo hago"

No podía evitarlo. Tenía que preguntar. "¿Qué hace tu marido?"

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El Club de las Excomulgadas
"Ni una maldita cosa", respondió ella, y se rió de su mirada

interrogante. "No estoy casada"

El alivio subió a través de él, caliente y satisfactorio. "¿Nunca te casaste?" Dijo

en voz baja.

Ese destello de fuego volvió a sus ojos, rivalizando con el diablo de becerro de

unos puestos más abajo. "Bueno, no estaba suspirando por ti, si eso es lo que

estás preguntando"

Él sonrió. "¿Qué querías decir con nosotros?"

Ella se encogió de hombros y le devolvió la sonrisa. "Mi Border Collie2, Blue"

Jake se rió y cuando Dee volvió a hablar, su voz era baja. "¿Y tú? ¿Alguna vez se

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casaste?"

"¿Quién iba a casar con esta fea cara?"

Le cortó con una mirada penetrante. "Si vas a la búsqueda de un cumplido, has

venido a la mujer equivocada"

“Entonces yo te daré uno" Jake dio un paso más. "Cariño, ¿cómo haces para ser
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más hermosa de lo que eras hace una década? Eras la cosa más hermosa que

jamás había visto la primera vez que te vi en el rodeo, cuando te vi ganar la

carrera de barriles"

Ella contuvo la respiración por el recuerdo y sacudió la cabeza. "Y ahora...

mírate"

2 Raza de perros desarrollada en Gran Bretaña, descendientes de antiguos perros pastores de renos e ovejas. Tiene
algunas variedades de color, como: Negro, Chocolate, Tricolor. Es un perro muy hermoso para tenerse en casas, por su
hiperactividad. En el ranking de inteligencia el Border Collie está considerado el perro más inteligente del mundo

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El Club de las Excomulgadas
Dee cerró los ojos. "Me había olvidado de que siempre

conocías las palabras con más encanto"

Antes de Jake se diera cuenta de lo que estaba diciendo, le preguntó: "¿Crees

que es posible ser amigos... ... otra vez?"

“¿Amigos?” Ella abrió los ojos y movió sus dedos sobre su garganta. Después

de un momento de vacilación, le dio un encogimiento de hombros y una

sonrisa. "¿Por qué no? Estamos casi diez años más viejos y ambos hemos

crecido... mucho"

Sus ojos vagaron por encima de él, mientras decía la última palabra, y él la

quiso más que antes. Y eso le estaba diciendo algo.

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Cuando sus miradas se encontraron, él supo que ella se había dado cuenta de su

deseo. "Sí", dijo, con voz baja y ronca. "Los dos somos adultos"

En el instante siguiente, pasó a su alrededor y se dirigió a la caseta con el

becerro que parecía ser el engendro de Satanás. "Tú pequeño diablillo",

canturreó cuando puso su mano en la barandilla superior de la cabina. "¿Qué

Cheyenne McCray – Fueg


diablos voy a hacer contigo?"

El ternero la miró, con la cabeza baja y mirando como si le hubiera gustado salir

con ella, y Dee se rió. "Vas a acabar en el matadero si no te asientas, en lugar de

convertirte en señor de la casa con todas las chicas guapas a tu entera

disposición.”

"¿Cómo se llama ese hijo de puta?"

"Imp" Dee miró por encima del hombro a Jake. "Pensé en nombrarlo Jake, pero

así es como he llamado al viejo imbécil de atrás" Lo dijo con cara seria, pero vio

la chispa en los intratables ojos.

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El Club de las Excomulgadas
Le sonrió y movió la cabeza. Se había olvidado de su sentido

del humor y su habilidad para hacerlo reír. Se volvió al

becerro, y Jake se aproximó por detrás de ella para que sólo unos centímetros

los separasen. Bebía su aroma que se mezclaba con el olor de caballo, heno,

avena dulce y el polvo granero.

"Dee" Notó el ligero escalofrío que la corría con el sonido de su voz.

"Te lo he dicho, es Dean" Ella se dio la vuelta y abrió mucho los ojos al ver lo

cerca que estaba. Trató de pasar, pero su espalda tocó contra la pared de la

cabina.

“Siempre has sido Dee para mí", murmuró.

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Levantó la barbilla, y se dio cuenta de una franja de suciedad a través de la

mejilla. " Ahora es Dean también para ti, como para todos los demás"

Casi sin pensar, Jake la alcanzó para limpiar la larga mancha, necesitaba sentir

la suavidad de su piel bajo sus dedos. Sus labios entreabiertos y sus ojos se

abrieron mientras le eliminaba la suciedad de su mejilla. Poco a poco arrastró el

Cheyenne McCray – Fueg


pulgar hacia abajo por su piel suave a sus labios. Necesidad de tocarla.

Necesidad de borrar los recuerdos de su adiós.

"Ha sido demasiado tiempo", murmuró perdido en la sensación de estar cerca

de Dee vez más, su presencia se filtraba en su sangre como un reguero de

pólvora.

Los labios de Dee temblaban bajo su pulgar. En el instante siguiente, ella se

apartó y pasó junto a él, para salir por la puerta del establo, con la cabeza alta.

La siguió, después, hasta ponerse a su altura en unos pocos pasos. Se detuvo en

la puerta de su camión negro, obviamente, con la intención de que se fuera.

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El Club de las Excomulgadas
La brisa sopló un mechón de pelo castaño rojizo en la cara y

ella distraídamente lo empujó detrás de la oreja. Su expresión

era compuesta, pero sus ojos la delataban – la había sacudido. Y estaba seguro

de que había visto anhelo en sus profundidades. Ella extendió su mano.

"Amigos"

Jake tomó su mano y el deseo pasó a través de su vientre, quemando su alma.

Cuando ella retiró la mano supo que quería que se fuera, pero necesitaba estar

cerca de ella un poco más. Había muchas cosas que quería preguntarle ahora

que la había vuelto a ver. Había tanto que quería saber sobre ella.

Tanto tiempo para recuperar antes de que la reclamara para él.

Antes de que pudiera decir otra palabra, Dee, dijo, "Fue... agradable... volver a

Fuegoo Salvaje - Wild I


verte" Ella hizo un gesto hacia la casa. "Tengo que comprobar a Blue. Si te

hubiera estado olfateando, probablemente nunca hubieras logrado salir de tu

vehículo"

Jake miró en la dirección que señalaba, para a continuación, volver la vista a

Dee. "¿Qué pasa con él?"

"Eso es lo raro" Con un gesto confuso, Dee sacudió la cabeza. "Anoche me lo Cheyenne McCray – Fueg
encontré comiendo carne cruda, pero no estoy segura de dónde la obtuvo. El

veterinario fue a ver a Blue hace un rato, y dijo que podría haber sido

envenenado con la carne que alguien dispuso para matar a los coyotes del área"

Estrechando su mirada, Jake dijo: "¿Crees que podría haber sido los ladrones

tratando de conseguir sacar a tu perro del camino?"

La cara de Dee parecía quedarse un tono más blanco. "Perdí una gran cantidad

de ganado anoche, pero de nuestra zona oriental. ¿Por qué necesitarían

envenenar Blue?"

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El Club de las Excomulgadas
Jake dio un paso más cerca de Dee. "¿Vives sola?"

Ella asintió con la cabeza mientras se apartaba de él. "Ha sido así durante los

últimos años, ya que mi hermana ha estado en Europa"

"No me gusta de esto ni una maldita cosa" Jake capturó a Dee por los brazos,

impidiéndole retirarse más lejos. "Necesitas mirar más por ti misma"

"Lo he estado haciendo muy bien" Posó la palma de la mano en su pecho y lo

empujó, lo que le obligó a romper el contacto. “Será mejor que vaya a ver cómo

lo lleva Blue"

"Ten cuidado" Jake inclinó el ala de su Stetson y agarró la manija de la puerta de

su camión. "Hasta luego, Dee"

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"Dean" Ella sonrió demasiado brillantemente. "Nos vemos, Agente Reynolds" Y

con eso, se dirigió hacia la casa sin mirar atrás.

A medida que corría por las escaleras y cruzaba el porche, vio sus fluidos

movimientos. Tenía una vista lateral, y no podía dejar de disfrutar de ella. La

forma en que sus pechos y su trasero apretado se balanceaban. Abrió la puerta

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y luego cerró detrás de ella.

Sacudió la cabeza cuando subió a su camioneta y lanzó su sombrero en el

asiento de su lado y sonrió.

No importaba lo que Dee MacLeod pudiese pensar, Jake estaba destinado a

hacerla su mujer de nuevo, esta vez para siempre.

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El Club de las Excomulgadas

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Cheyenne McCray – Fueg
Fuegoo Salvaje - Wild I
El Club de las Excomulgadas
Capítulo 2
Jake Reynolds. Su nombre onduló por Dean en olas plateadas, cuando se

recostó sobre la puerta al cerrarla con los ojos cerrados y su imagen llenando su

mente. Su pecaminoso cabello negro, los planos duros de su rostro, las finas

líneas en las esquinas de sus ojos cuando sonrió, y el hoyuelo que amaba

recorrer con la lengua. Y ¡Señor! aquel físico musculoso, su largo pecho, las

caderas delgadas y los poderosos muslos.

Esperó hasta oír arrancar su camioneta. Y sólo después de escuchar el sonido

del motor debilitarse completamente, refregó las sudadas palmas de sus manos

sobre el vaquero que cubría sus muslos y abrió los ojos.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Cuando había llegado a toda velocidad al establo, fue como si sus pensamientos

sobre él, aquella mañana lo hubiesen llamado. Para ella era como si él

perteneciera ahí.

Jake. Jake estaba de vuelta.

Por un momento sólo fue capaz de quedarse mirándolo. Tantos pensamientos

relampaguearon por su mente, en aquel momento. Quiso gritarle por romper


Cheyenne McCray – Fueg
su corazón en mil pedazos, y entonces quiso lanzar sus brazos alrededor de él y

dejar que la abrazara como solía hacer.

¿Cómo podía sentirse así después del modo como la había dejado?

Durante seis meses habían sido prácticamente inseparables. Y aunque nunca le

dijo nada estaba segura de que él estaba enamorado. Había compartido con él

sus sueños y esperanzas para el futuro, sueños de criar una familia. Le había

dicho a Jake que lo amaba.

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El Club de las Excomulgadas
Él se había quedado callado y todo lo que Jake respondió en el

momento siguiente golpeó a Dee como un martillo: “No

estamos preparados para ese tipo de compromiso… ambos somos muy jóvenes… mejor

si nos separamos antes de que las cosas se vuelvan más serias... no quiero lastimarte…

estoy partiendo para la academia para ser un Agente de Aduanas…

Y así estaba todo terminado. Huyó de ella y de su amor.

Tuvo casi una década para prepararse para volver a ver a Jake nuevamente.

Pero nada la había preparado para hoy. ¿Cómo podía parecerle aun más

atractivo a los treinta y uno de lo que había sido a los veintidós?

En aquella época él era musculoso, sólido, pero se había endurecido de la

manera difícil, de modo que el macho se había vuelto más sexy todavía. Y aun

Fuegoo Salvaje - Wild I


aquella cicatriz hacia sus facciones más robustas y devastadoras.

Aquellos ojos ceniza que cambiaban de color según su humor, de plata líquida

cuando reía, a oscuro y apasionado cuando hacían el amor y estaba

profundamente dentro de ella.

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“Intenta contenerte Dee” Murmuró, y entonces pateó el piso con sus botas.

¡Maldición! No había pensado en sí misma como nada más que Dean todos esos

años desde que Jake la había dejado. Solamente Jake la llamaba Dee. Para todos

los otros ella era Dean, abreviación de Claudine, un nombre que había odiado

mientras crecía.

En aquella primera noche durante el baile del rodeo cuando lo conoció, Jake

balanceando la cabeza de un lado a otro y le había dicho: “Querida, eres

magnífica para tener el nombre de un hombre”. Y cuando la llamó Dee, la hizo

sentirse como la mujer más bella del planeta

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El Club de las Excomulgadas
Así como hoy. El murmullo ronco del sonido de su nombre en

su lengua, había sido una caricia que había provocado fuego

dentro de ella y traído onda tras onda de recuerdos.

El recuerdo de sus brazos fuertes a su alrededor, su boca reivindicando la suya,

sus manos vagando por su cabello, sus labios moviéndose para ese lugar

sensible en su cuello. El recuerdo de su pene sumergiéndose dentro de ella,

cuando le hacía el amor.

No, no le hacía el amor, era solo sexo. Ella suspiró llevando sus manos a la

garganta, un sexo increíble. Si eso hubiera sido hacer el amor, si Jake hubiera

sentido verdadero cariño por ella nunca se hubiese ido.

Un rubor caliente la llenó al pensar en cuan cerca estuvieron uno del otro en el

Fuegoo Salvaje - Wild I


establo, a centímetros de distancia, su aroma a tierra alrededor de ella, y su

excitación había sido tan clara como el día. Dios, su pene abultado apretado

contra sus vaqueros.

Y su toque - ella casi se derritió al sentir su dedo pulgar contra sus mejillas y

labios. Apenas pudo apartarse de él.

Era increíble, sentía las llamas de la pasión que se encendían en sus pechos, en Cheyenne McCray – Fueg
su vientre, y entre sus muslos. Casi podía sentir sus grandes manos apretando

sus caderas, su boca sensual en su piel, su lengua buscando sus pezones en

círculos lentos, y perezosos.

¡Para, Dee! Gimió golpeándose la cabeza contra la puerta. Maldición, no Dee!

Dean, Dean, Dean, Dean!

Pero no lograba sacar de su mente los pensamientos de su increíble sexo. Antes

de darse cuenta de lo que hacía, abrió los broches de su blusa y desenganchó el

frente de su sostén. Sus pechos se derramaron fuera de la prenda de satén sobre

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El Club de las Excomulgadas
sus palmas. Cerrando los ojos, estiró y torció sus pezones,

imaginando las manos bronceadas de Jake contra la palidez de

sus senos.

Moviendo sus manos hacia abajo por su vientre, desabotonó sus vaqueros y los

empujó hacia abajo por sus muslos. Un gemido escapó de sus labios cuando

deslizó los dedos de una mano entre sus rizos sintiendo su humedad. Su otra

mano siguió acariciando sus pezones, que ansiaba sentir en la boca de Jake.

La imagen de su cuerpo musculoso era clara en su mente, mientras sus dedos

acariciaban su clítoris. Como disfrutaba de deslizarse hacia abajo por él y

envolver sus labios entorno de su pene mientras sus manos en puños, se

enroscaban en sus cabellos. Su grito ronco cuando él gozaba y el gusto de su

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semen cuando llenaba su boca.

Su respiración se volvió más rápida mientras acariciaba su clítoris imaginando

la boca de Jake y su lengua lamiéndola, sus rodillas apretando su cabeza entre

sus muslos. Tan pronto como ella gozara, él tomaría sus tobillos llevándolos

alrededor de su cuello, y empujaría profundamente en su interior follándola

más y más duro hasta que gritara con otro orgasmo.

La tensión creció dentro de Dee, apretando más y más hasta que explotó su
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placer tan intensamente que lloró. Continuó acariciando su clítoris, mientras su

cuerpo se estremecía con ondas y ondas de placer, y entonces gozó de nuevo.

Sintiéndose tonta y ligera, descansó contra la puerta, intentando recuperar su

respiración.

Entonces escuchó pasos de botas desde la cocina, Dee se congeló.

¿Alguien estaba en su casa?

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El Club de las Excomulgadas
Con el corazón latiéndole fuertemente, vistió rápidamente sus

pantalones vaqueros, su sostén y camisa. Sujetó sus cabellos en

la nuca mientras caminaba hacia la cocina.

Estaba vacía.

Sintió como la inundaba el alivio - entretanto, notó el leve balancear de las

puertas giratorias que conducían al garaje del fondo.

Alguien había estado en su casa.

Y la había visto masturbarse.

Un lamento bajo llamó su atención y su mirada se detuvo en Blue. Que

entreabrió los ojos, y movió el rabo golpeándolo levemente sobre su cama, un

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nido que ella le había hecho al lado del frigorífico.

Dee se arrodilló al lado del Border Collie y acarició su suave garganta “Bueno,

¿a quien dejaste entrar pequeño? Tiene que ser alguien que conoces porque

enfermo o no al menos habrías ladrado si fuera un extraño. No estás

conversador, ¿eh?“ Dee intentó calmar los latidos de su corazón mientras

Cheyenne McCray – Fueg


conversaba con Blue. “Bueno, lo dejaré pasar por esta vez, ya que no estás

sintiéndote bien” Blue gimió nuevamente empujando su nariz debajo de sus

dedos, pidiéndole que rascara detrás de sus orejas como a él le gustaba. Ella se

recostó en el suelo para darle la atención que le estaba pidiendo. “Te diré una

cosa. Si descubro que alguien deliberadamente intentó envenenarte, yo

personalmente patearé su trasero”

Sus pensamientos volvieron al intruso en su casa. Puesto que Blue no había

gruñido, sabía que tenía que ser alguien que conocía y curiosamente el

pensamiento de que alguien que ella conociese la hubiese estado mirando tenía

algo de erótico. Tenía que ser alguno de los empleados del rancho o podría ser

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El Club de las Excomulgadas
un vecino, como su amiga Catie Wilds, o hasta Kev Grand? Tal

vez, hasta su capataz, Jess?

El rostro de Jake lleno su mente, - no podía haber sido él, ¿verdad? No, había

escuchado su camioneta.

Mientras acariciaba suavemente a Blue, suspiró, pensando sobre cómo había

tocado la cicatriz de Jake y en el deseo que se había alzado dentro de ella como

una tempestad de verano.

¡Mierda!, tienes que parar de pensar en él.

Todo pasó rápidamente, pero no podía sacarlo de sus pensamientos. La manera

en que su interior se retorció cuando él sonrió, las líneas poderosas de su

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cuerpo, su sensualidad. Necesitaría usar su vibrador si no conseguía calmarse.

Estaba absurdamente feliz de que no se hubiese casado. ¿Sería que alguna vez

estuvo por hacerlo? Cuando le había dicho que no había sufrido por él solo

había sido una media verdad.

Era verdad que había seguido con su vida pero ningún hombre estuvo nunca a

Cheyenne McCray – Fueg


la altura de Jake. Frecuentemente se preguntaba si había torcido sus recuerdos,

y en realidad él no era la mitad de lo que recordaba. Pero después de hoy, sabía

la verdad.

Él era dos veces más hombre de lo que ella recordaba.

Maldición.

Dee colocó su rostro cerca de Blue. “Si estuvieras bien, estoy segura que habrías

perseguido a ese hombre indecente fuera de nuestra propiedad”

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El Club de las Excomulgadas
El collie dio un lengüetazo con su lengua rosa a la nariz de

Dee, haciéndola reír. “Lo sé. La próxima vez si es que hay una

próxima vez tú lo pondrás en línea”

Suspiró frotando una mancha en sus pantalones vaqueros desteñidos. Diez años

después Jake estaba de vuelta en la ciudad, queriendo que fuesen amigos.

¡Amigos!

Una sonrisa diabólica se extendió lentamente por su rostro, mientras un

pensamiento maligno cruzó su mente. Tendría que mostrarle a Jake Reynolds lo

que se estaba perdiendo.

*****

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Cuando Dee caminó de vuelta a casa cerrando la puerta detrás de sí, fue todo lo

que detuvo a Jake de seguirla dentro. En vez de eso, encendió su camión y se

fue del rancho, con las manos crispadas apretando el volante. Cuando sus

llantas golpearon sobre la línea de la guarda final del rancho de crianza de

ganado, recordó como su blusa había estado totalmente abierta en el establo, en

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cómo sus pechos luchaban contra los lazos de satén, y su pene se endureció

rápidamente.

Con un infierno de esfuerzo, Jake luchó para controlar la lujuria que lo llenaba

desde que la había visto. Forzó sus pensamientos a alejarse de la belleza y del

fuego de Dee, hacia el frío de tener que encontrar un antiguo rival. No era un

enemigo, pero era casi tan malo como eso.

El Bar One hacía frontera con Flying M, por lo que no tuvo que conducir hasta

muy lejos. Y cuando apenas estaba dirigiéndose hacia la carretera que lo

llevaría a la casa de Grand, vio a dos hombres y un par de caballos al lado del

muro sur del rancho. Con cuidado para no llamar su atención levantando

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El Club de las Excomulgadas
mucho polvo, Jake lentamente siguió hacia el costado del

camino de tierra y estacionó.

Dio un golpe en su sombrero Stetson, saltó fuera de su camioneta y vagó por

todo el camino hasta donde los hombres se encontraban trabajando sobre el

muro. El viento de la tarde sopló, revolviendo la hierba y haciendo que el polvo

se arremolinase en el camino. Eran finales del verano y aun hacía mucho calor y

sería así todavía por más de un mes.

Los hombres estaban del otro lado, frente a Jake. No reconoció a uno de los

sujetos, era un hombre grande en una camisa caqui con adornos. El segundo

hombre usaba un sombrero, y tenía la cabeza hacia abajo por lo que Jake no

pudo ver quien era hasta que miró hacia arriba.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Grand” Jake dijo cuando reconoció al dueño del Bar One.

“Reynolds” Kev Grand se levantó, se sacó los guantes de cuero de trabajo

colocándolos en el bolsillo de atrás de sus pantalones vaqueros, junto con un

par de cortadores de alambre.

Cheyenne McCray – Fueg


Él y Jake tenían la misma edad, habían ido a la escuela juntos en Douglas, pero

nunca habían sido lo que alguien llamaría amigos. Su rivalidad comenzó

cuando Cathy Pierson escogió para ir al Baile de Invierno a Jake en vez de Kev,

y continuó en el último año cuando Jake fue seleccionado como capitán del

equipo de fútbol de los Bulldogs de Douglas. Ellos malditamente llegaron cerca

de golpearse algunas veces, y de milagro no lo hicieron.

Grand era unos buenos cinco centímetros más bajo que Jake, quien era esbelto y

de constitución delgada y atlética. Por la manera en que los hombres lo miraban

y por la mueca del bigote en el rostro de Grand, Jake tuvo la impresión de que

no tenía ninguna satisfacción en verlo tampoco.

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El Club de las Excomulgadas
Jake extendió la mano a través de la cerca al hombre que no

conocía. “Jake Reynolds”

“Ryan Forrester” El colosal hombre estrechó la mano de Jake y la apretó

diciendo “Adjunto del Departamento del Sherif”

“Seguro que estaremos en contacto” Jake dijo. “Trabajo con aduana” Él giró

hacia Grand. “¿Cómo estás estos días?”

Grand escupió en la tierra a sus pies, miró hacia el camino en dirección al

Rancho MacLeod y de vuelta a Jake. “¿Qué diablos estás haciendo de vuelta por

estas bandas?”

Jake le dio una sonrisa torcida. No esperaba que Grand le diera golpecitos en la

Fuegoo Salvaje - Wild I


espalda y lo invitase a tomar unas cervezas. Pero pensaba que estaba

arrastrando su rencores de infancia un poco demasiado lejos.

“Estoy trabajando” Jake sacó su tarjeta y se la pasó por encima de la cerca

“Estoy situado en Douglas ahora”

Jake estudió las líneas de la mueca en el rostro de Grand cuando el otro hombre

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tomó la tarjeta y la deslizó en el bolsillo de su gruesa camisa de trabajo.

“Aduanas. Seguro” Grand dijo moviendo la cabeza.

“Entonces dime Reynolds. ¿Qué asuntos de la aduana te trajo a Flying M?”

Jake empujó hacia atrás las alas de su sombrero Stetson y observó

detenidamente a Grand. Entonces era eso, Grand tenía algo con Dee. Por todo lo

que Jake sabía, Dee y Kev Grand podían estar viéndose uno al otro.

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El Club de las Excomulgadas
El pensamiento de Grand y Dee jodiéndose el uno al otro fue

suficiente para que Jake deseara darle un puñetazo, en plena

luz del día al hombre. Bueno, que se fuera al infierno si dejaba que el hijo de

puta la tuviera ahora.

Luchando de nuevo con el deseo de darle un puñetazo en la mandíbula a

Grand, Jake dijo, “Estoy trabajando en este área así que tienes mi número si

necesitas alguna cosa”

Grand colocó sus manos en la cuerda superior de la cerca de alambre de púas,

entre las púas. Su camisa estaba encharcada de sudor en las axilas, el cuello, y

un anillo oscuro manchaba la copa de su sombrero. Flexionó sus dedos y

estrecho los ojos castaños. “Tuviste tu oportunidad con Dean MacLeod. No

Fuegoo Salvaje - Wild I


pienses que puedes volver a comenzar donde paraste”

Jake bajó los ojos a sus botas sintiendo como se contraían los músculos de su

rostro como única indicación externa de que las palabras de Grand lo habían

irritado enormemente.

Cuando volvió a mirar a Grand, Jake luchó para mantener el mismo tono, y su

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expresión en blanco. “Como dije, estoy trabajando en el área”

“Uh-huh” Grand escupió en la tierra nuevamente y entonces mirando fijamente

a Jake, dijo “¿Es todo lo que necesitas?” El ranchero hizo un gesto en dirección a

la cerca “Los malditos ladrones cortan la cerca y tengo que arreglarla antes que

mi ganado escape”

“Considera que ya me fui” Jake hizo un movimiento de cabeza hacia Ryan

Forrester, estiró las alas de su Stetson hacia abajo y caminó de vuelta a su

camioneta.

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El Club de las Excomulgadas
Mientras Jake se alejaba, Grand le gritó “Solo recuerda lo que

dije sobre Dean MacLeod, ¿me oyes?”

Rehusándose a responder al tiro de despedida de Grand, Jake subió a su

camioneta dirigiéndose hacia la salida.

*****

Golpeando la puerta del apartamento tras de sí al entrar, Jake arrojó su

sombrero sobre la mesa de café mientras se dirigía a la cocina, hacía algunas

horas desde su conversación con Kev Grand, pero aun estaba molesto.

Después de revisar los armarios vacíos y el frigorífico también vacío, Jake vio

que debía hacer algunas compras al supermercado si no quería morir de

Fuegoo Salvaje - Wild I


hambre. Al infierno con eso, había algunos pedazos de pizza, juntamente con

algunas alas de pollo con mozzarela de Búfalo. Eso serviría para la cena y el

desayuno.

Jake fue hasta el lavabo y se echó agua fría al rostro. Como no encontró nada

con que secarse lo hizo con su manga.

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El apartamento escasamente amueblado olía a tinta fresca y naftalina, y no

estaba ni cerca de sentirse como en casa. Alquilaba el lugar hasta encontrar algo

que quisiese comprar, tal vez un pedazo de tierra donde construir una casa

nueva. La mayor parte de sus cosas estaban en un depósito, y el apartamento

era tan hogareño como una cárcel.

Tenía que encontrar alguna manera de aproximarse a Dee nuevamente, de

conseguir traerla de vuelta a su vida. Con un suspiro frustrado, caminó hasta

las puertas de vidrio corredizas y miró a través de las persianas. Los

apartamentos habían sido construidos cerca del parque de diversiones donde

los eventos de rodeo eran realizados varias veces en año nuevo. La feria del

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El Club de las Excomulgadas
condado se realizaba durante cuatro días en setiembre, y era

esa época del año nuevamente. Desde la oscuridad podía ver

las luces brillantes y en el medio del camino los focos iluminando el rodeo.

Esa época del año. La misma época del año en que conoció a Dee, diez años

atrás. Y el viernes sería el baile del rodeo.

Miró fijamente al teléfono de su departamento y pensó, ¿qué era lo peor que

podía pasar? Dee podría colgarle el teléfono en la cara, lo que básicamente lo

colocaba directamente de vuelta al mismo lugar en que estaba ahora de

cualquier manera.

Que era solo soñando sobre tenerla en su cama. Muchas veces y de muchas

maneras.

Fuegoo Salvaje - Wild I


En dos zancadas alcanzo el teléfono en la pequeña sala de estar, empujó una

pila de diarios viejos, se sentó en el sofá y comenzó a marcar. Aun recordaba el

número de teléfono de los MacLeod, como si hubiera llamado a Dee ayer. A

menos que ella hubiera cambiado su número de teléfono.

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El teléfono sonó algunas veces y entonces la voz sensual de Dee dijo: “¿Hola?”

Maldición, solo escucharla lo dejaba duro. “Hola querida”

Se hizo una pausa. “Jake. Yo... no esperaba que fueras tú”

Sus tripas se apretaron. ¿Quién esperaba que fuera?

Respiró profundamente e intentó mantener su voz tranquila. “¿Pensaste que

podría ser Kev Grand?”

“¿Kev? ¿Por qué lo dices?”

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El Club de las Excomulgadas
“Lo vi hoy después de que pasé por tu casa” Jake apretó el

teléfono tan fuerte que sus nudillo dolieron “Dejó claro que

estáis juntos”

“¿Qué él hizo qué?”

Jake sonrió relajándose un poco, aliviando la tensión de sus músculos. Por lo

menos Dee no pensaba sobre sí misma como mujer de Grand, aun en el caso de

que estuvieran saliendo.

“Vio que volvía de tu casa y me dio algunos consejos. En pocas palabras me dijo

que me mantuviera lejos de ti”

“Bueno, esto es llevar la amistad un poco lejos“ Dee murmuró. “¿Es por eso que

Fuegoo Salvaje - Wild I


llamaste?”

“Quería preguntarte algo”

“¿Qué?

Jake tragó. ¿Qué tan difícil podía ser? “Ah… me estaba preguntando si te

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gustaría ir conmigo al baile del rodeo el viernes“

Silencio. “¿Me estas pidiendo una cita?”

Ella no iba a facilitarle las cosas. “Si, te lo estoy pidiendo”

Un largo silencio. “¿Por qué me estás invitando a salir?”

“Sería un principio para hacernos amigos”

¿Qué diablos estaba diciendo?

“Amigos” Ella repitió, con expresión dura. “¿Eso es todo lo que deseas?”

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El Club de las Excomulgadas
Jake se pasó las manos por el rostro. “Es un comienzo”

“¿Un comienzo para qué?”

“¿Iras conmigo o no?”

Dee suspiró y él imaginó sus dedos recorriendo su suave garganta y la piel

volviéndose rosa. “Te diré qué“, dijo finalmente “Iré al baile, y reservaré una

pieza para ti”

“¿Una pieza?” Jake se derrumbó contra el sofá mirando fijamente el techo. Si

eso era todo lo que ella le daría, lo tomaría. Por ahora. “Vale”

“Te veo el viernes entonces” Dijo suavemente. Dios, su voz era tan sensual.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Hasta pronto, Jake”

“Hasta pronto” Jake colgó el teléfono y lo lanzó sobre el sofá.

Sonriendo, se levantó dirigiéndose al baño a sacarse la suciedad y el sudor del

día.

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Mientras estaba bajo la ducha caliente le vino el recuerdo de los tiempos en que

él y Dee tomaban sus baños juntos. Cuando él lavaba sus cabellos y le

enjabonaba los pechos. Para luego arrodillarse en la ducha y lamerle el clítoris

hasta que ella gritaba.

El vapor húmedo nublo el baño, mientras Jake enjabonaba su propio cuerpo,

imaginando que eran las manos de Dee lavándolo y acariciándolo. Mientras se

enjuagaba, envolvió sus dedos alrededor de su grueso pene. El agua caliente

chorreaba por su espalda y cerró los ojos mientras trabajaba su miembro de la

base hacia la punta y de vuelta.

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El Club de las Excomulgadas
Si, podía sentir su pene hundirse profundamente dentro de la

vagina de Dee. Mientras la jodía ella lanzaría su cabeza hacia

atrás, y su cabello de cobre se extendería por su trasero, le gritaría para que

fuese más duro. Más rápido.

El cuerpo de Jake se estremeció cuando gozó apenas conteniendo un grito de

placer. Continuó ordeñando su pene mientras su semen se derramaba por la

puerta de vidrio del cubículo de la ducha hasta estar vacío.

Cuando terminó de derramar cada gota de semen, puso sus manos a cada lado

de la ducha dejando que los chorros de la ducha cayeran sobre sus músculos

relajados. Apenas podía esperar para encontrarse con Dee en el baile.

Podía pensar que estaba apenas dándole un baile, pero Jake tenía otra idea.

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 3
Cansada, pero feliz con todas las compras, Dee llevó varios paquetes y bolsas a

su Range Rover. Estaba oscuro allí afuera y acababa de pasar un día entero con

su mejor amiga Catie, yendo a sus lugares favoritos en el Shopping Tucson,

maldiciendo por que las tiendas se estaban cerrando.

Había sido bueno no pensar sobre la vida real – relaciones fallidas, robo de

ganado, los recursos del rancho en declive. Aquellos malditos ladrones estaban

en auge. Gracias a Dios por los nidos de huevos. Si la madre de Dee no le

hubiese dejado una herencia considerable, los robos de ganado podrían haber

cerrado ya el Flying M.

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Suficiente. Nada de pensar en problemas hoy, solo en una pequeña, dulce y

caliente venganza.

Habiéndose ofrecido para ayudarla a trasladarlo todo, Catie arrastró a Dee

dentro de la casa, con los brazos cargados de paquetes, también.

Usando su codo, Dee encendió la luz de la habitación del fondo antes de pasar

por las puertas de vaivén hacia la cocina. “Gracias por hacer las compras
Cheyenne McCray – Fueg
conmigo”

“Cuando quieras, amiga” Dijo Catie mientras la seguía de cerca.

Dee se paró junto a su Border Collie. “Hola cariño. Te acariciaría, pero mis

manos están llenas”

Blue meneó la cola y le dedicó una mirada de adoración. Si se hubiese sentido

mejor, se lo hubiese encontrado en la puerta.

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El Club de las Excomulgadas
Catie sopló un mechón de su corto pelo rubio fuera de sus ojos

marrón chocolate. “¿Quieres estos en la habitación?”

“Uh-huh” Dee rodeó a Blue y abrió camino por el pasillo y dejó los paquetes

sobre el sofá.

Catie sonrió mientras esparcía sus partes de las bolsas de las compras sobre la

enorme cama.

“Cuando Jake te vea en ese vestido mañana en la noche, vas a hacer que ese

hombre esté tan excitado que no será capaz de andar en línea recta”

Sonriendo, Dee retiró el vestido marfil de cuello halter de la bolsa y lo colgó en

su armario.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Esa es la idea, Sweatpea”

“¿Qué tal un margarita, mientras colocas a esa basura lejos?”

“Suena como el final perfecto para el perfecto día de compras” Dee sonrió a su

amiga. “Sabes dónde está todo. Y haz el mío triple”

“Claro” Catie salió del cuarto, canturreando una melodía pegadiza.


Cheyenne McCray – Fueg
Dee no tardó mucho en oír el zumbido de la licuadora y el ruido del hielo

triturado, mientras Catie preparaba los margaritas fríos. Mientras Dee deslizaba

las ligas nuevas, medias y tanga en su cajón de la ropa interior, no podía evitar

preguntarse en lo que pensaría Jake cuando la viese con el traje-apenas-cubre-

nada.

Catie volvió y colocó una copa helada de margarita en las manos de Dee

mientras decía, “Dios, podría tomarme un relajante buen baño”

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El Club de las Excomulgadas
Dee tomó un trago del margarita. Un paraíso. “¿Qué tal un

chapuzón en el jacuzzi?”

“Maravillosa idea, pero no tengo un traje de baño en mi bolsillo trasero” Catie

levantó una mano antes de que Dee pudiese responder. “Y no te molestes en

intentar prestarme uno de los tuyos. Me avergonzaría de mis inexistentes

pechos en aquellas cazuelas”

Dee puso los ojos en blanco mientras se tomaba otro trago de su copa. “Sí, claro.

Tus tetas están muy bien”

“¿Qué tal un baño desnudas?” Una mirada de desafío iluminó la cara de picara

de Catie. “La primera en llegar se folla a tu capataz”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Riéndose a carcajadas, Dee dijo, “Estás en ello”

Ambas dejaron sus margaritas, pero incluso antes de que Dee se hubiese sacado

el vaquero, Catie ya estaba desnuda, margarita en mano, y corriendo fuera de

las puertas francesas hacia el jacuzzi privado en el patio cerrado. Para cuando

Dee llegó a la bañera, Catie ya lo había encendido y estaba descendiendo en las

Cheyenne McCray – Fueg


burbujeantes aguas.

Las estrellas brillantes estaban esparcidas por todo el cielo oscuro, y la luna

apenas era una pequeña astilla suspendida sobre la cima de las montañas. El

aire de la noche olía a otoño y a la madreselva del enrejado a lo largo del porche

trasero. El patio trasero de Dee estaba bordeado con árboles y arbustos, dando

al jacuzzi bastante privacidad, la única luz provenía de unas cuantas luces de

paisaje de decoración artesanal.

El aire de la tarde se sentía frío en el cuerpo de Dee, y sus pezones se

endurecieron. Caminó desde la cubierta de secuoya hasta el agua caliente

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El Club de las Excomulgadas
donde ya esperaba Catie. La sensación del agua subiendo por

su piel era erótica, mientras Dee se sentaba y dejaba su copa en

la terraza.

Catie suspiró mientras se reclinaba. La rubia de ojos color chocolate tenía una

delicada figura, atlética, a diferencia de las generosas curvas de Dee y esbelta

estatura. Los pechos de Catie eran pequeños y atrevidos, sus pezones altos y

carnosos.

“Gané” Murmuró Catie mientras se relajaba contra el borde de la almohada del

jacuzzi y se tomaba un largo trago de su margarita. “Conseguí el follar a Jess”

Dee acababa de tomar un trago de su propio margarita y casi lo echó fuera por

la nariz cuando comenzó a reírse. “Ve por ello - apuesto a que él diría que sí y te

Fuegoo Salvaje - Wild I


metería en su cama a toda prisa”

“¡Ha!” Los pequeños pechos rosados de Catie se salieron fuera del agua cuando

se enderezó en su asiento y se enfrentó a Dee. “El hombre no sabe que existo”

Dee bebió más de su copa. “Bueno, sólo tenemos que hacer que lo sepa”

Cheyenne McCray – Fueg


“¿Donde encontraste semejante semental para capataz, de todos modos?” Catie

ladeó la cabeza.

“Un amigo de tu hermano me habló sobre Jess, cuando mi último capataz se

mudo a Montana” Dee se posicionó de forma que sus piernas se abrieran en

uno de los chorros que estaba directamente sobre su clítoris. “Oh. Ahí mismo”

“Bueno, Steve nunca me lo dijo” Catie arqueó una ceja mientras su mirada

vagaba a lo largo de Dee. “¿Qué estás haciendo?”

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El Club de las Excomulgadas
“Hummm” Dee sonrió, disfrutando de la sensación de

estimulación. “Si coges una de las corrientes de chorro justo

ahí, lo convierte en un vibrador infernal”

“¿Todo este tiempo y no lo habías compartido?” Sonriendo Catie se movió en

su asiento hasta que estuvo lado a lado con Dee, sus cuerpos se tocaban desde

los hombros hasta los muslos. “Ahhh, si. Esto lo haré”

Dee se sentía deliciosamente alegre y oh-tan-borracha. “Uh, ¿cuánto tequila

pusiste en los margarita?”

Catie le ofreció una sonrisa diabólica. “Triple, como dijiste”

Dee se tomó un largo trago y colocó su copa en la terraza detrás de ella. “Tú

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mierdecilla”

“Lo sé” Catie dejó de lado su propia copa casi vacía. “¿Pero no se siente bien?”

“Uh-huh” Dee se movió de forma que el chorro golpeó más alto en su clítoris,

deslizando una sensación de calor a través de ella, mientras se excitaba más

cada segundo. “¿Te estás imaginando a Jess, desnudo?” Preguntó mientras sus

Cheyenne McCray – Fueg


propios pensamientos giraban entorno Jake y aquel pene que una vez había

disfrutado tanto.

“Oooooh, si” Catie se retorció y abrió sus piernas más separadas, presionando

contra las de Dee. “Vi a Jess sin camisa, y Dios no debería haberle dado un

cuerpo que hace que te mojes”

Dee volvió su cabeza y sonrió a Catie. “Lo tiene, probablemente veintitrés

centímetros, ¿no crees?”

Los ojos de Catie eran soñadores cuando miró hacia Dee.

43
El Club de las Excomulgadas
“Veinticinco, por lo menos” Su mirada cayó hacia el pecho de

Dee, por un momento se quedó mirándolo.

Dee se movió, sus pezones duros y doloridos. “Estás bien, Sweetpea”

“Hummm… Dee…” La voz de Catie era baja y dudosa mientras continuaba

mirándole los senos. “¿Alguna vez te has preguntado qué se sentiría al tocar los

pechos a otra mujer?”

Un lento calor recorrió Dee y no tenía nada que ver con el margarita, el agua

caliente del jacuzzi o la estimulación de la corriente del chorro en su clítoris.

“Bueno… si. Un par de veces”

“Quiero decir que siempre preferí a los hombres. Dios, ya sabes, amo a los

Fuegoo Salvaje - Wild I


hombres” Catie casi parecía como si estuviese en trance, mientras miraba

fijamente los pechos de Dee. “Pero… he tenido curiosidad”

Dee contuvo la respiración cuando Catie levantó la mano, lentamente, como si

no estuviese segura de lo que estaba haciendo.

Pero cuando la palma de la mano de Catie tocó los pechos de Dee, no pudo

Cheyenne McCray – Fueg


evitar sentirse excitada. La sensual combinación de sus piernas abiertas y el

chorro de agua estimulando su vagina, y la suave caricia de la mano de Catie,

era completamente erótica.

Animada, Catie pasó los dedos sobre el pezón, y entonces movió su mano al

otro pecho de Dee. “¿Está todo bien? ¿Simplemente tocando?”

“Es diferente” Murmuró Dee. Las manos de Catie eran tan suaves comparadas

con las de un hombre. “Se siente bien”

“¿Sobre qué fantaseas cuando te tocas a ti misma?”

44
El Club de las Excomulgadas
Con un pequeño gemido de placer, Dee respondió, “Jake. La

forma en que me acariciaba. La forma como se sentía dentro de

mi”

“¿Estás pensando en él ahora?” La respiración de Catie era caliente, mientras su

boca se aproximaba a un pezón de Dee. “¿Estás imaginándole en el medio de

tus piernas?”

“Su pene es tan grande” Dee estiró sus muslos para el chorro de agua. Catie

chasqueó su lengua sobre el pezón de Dee, y ella arqueó su espalda de forma

que estaba completamente dentro de la boca de Catie. Sus labios, tan suaves, su

lengua rodando y lamiendo. “Solía adorar esto cuando él me follaba. No podía

tener suficiente de él”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Hummm” Catie sonó como si estuviese ronroneando. “¿Él te follaba lento y

tranquilo o duro y rápido?” preguntó mientras se levantaba sobre sus rodillas y

movía la boca al otro pecho de Dee.

“Ambos” De ese agarró al borde del asiento de piedra, mientras el chorro de

agua y la boca de Catie en su pezón la acercaban más al clímax. Catie deslizó

Cheyenne McCray – Fueg


sus dedos entre los muslos de Dee, acariciando su clítoris, y Dee se quedó sin

aliento, la voz jadeante mientras continuaba, “Pero a mí me gustaba mucho más

cuando golpeaba dentro de mi”

“Tengo algo que confesar” Susurró Catie mientras se acercaba, el olor de la

esencia de vainilla rodeando a Dee. “Yo, hummm… te vi masturbándote ayer. Y

me puso realmente caliente. Nunca pensé que ver a una mujer hacer eso me

dejaría tan excitada”

45
El Club de las Excomulgadas
“Oh” Los ojos de Dee se abrieron, pero volvieron a cerrarse

cuando el toque de Catie se hizo más fuerte. “Pensé que

alguien había estado allí” Murmuró. “Y fue muy emocionante pensar que me

estaban viendo”

“Me alegro” La voz de Catie levantó la voz sobre el burbujear del hidromasaje.

“Ahora sobre Jake. ¿Él nunca te inclinó hacia delante y deslizó su pene en ti por

detrás?”

“Mmmm, si. Incluso una vez en el establo sobre la silla” Todo el cuerpo de Dee

temblaba con la sensación de las manos y boca de una mujer en ella mientras

fantaseaba con Jake.

Catie sonrió y chupó más fuerte el pezón de Dee, mientras sus dedos trabajaban

Fuegoo Salvaje - Wild I


sobre su clítoris. “Estoy imaginándome a Jake, sus manos apretando en tus

caderas y jodiendo tu coño hasta que gritas”

El orgasmo se estrelló contra Dee, tan duro que su cuerpo se arqueó, con la

cabeza echada hacia atrás, y un grito rasgando de sus labios. Catie continuó

acariciando su clítoris hasta que la última vibración se posó en el cuerpo de

Cheyenne McCray – Fueg


Dee.

“Hombre, eso fue divertido” Los dedos de Catie se deslizaron a través del

muslo de Dee mientras ella se reposicionaba frente al chorro de agua. “Estoy

tan excitada que probablemente llegaré en un instante”

Sintiéndose todavía mareada por su orgasmo, Dee cuidadosamente alcanzó y

tocó el pecho de Catie.

“No tienes que hacerlo solo porque yo lo hice” Catie dio un pequeño gemido y

se retorció debajo de la palma de Dee. “Prometo que aun te respetaré por la

mañana”

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El Club de las Excomulgadas
“Quiero” Dee rió suavemente, disfrutando de la sensación del

pezón de Catie contra su mano. “Yo también tengo

curiosidad”

Catie movió sus caderas contra el chorro. “Por la mañana, es probable que le

echemos las culpas a los margarita y digamos que nunca pasó”

“No me avergüenzo” Dee ahuecó ligeramente con ambas manos los pechos de

Catie. “¿Qué estás imaginándote ahora?”

“Jess empujando dentro de mi” Una expresión casi dolorosa se reflejó en la cara

de Catie y abrió más sus muslos, teniendo más del chorro. “Apuesto a que él

tiene una polla que vale la pena cabalgar”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Catie gimió cuando Dee chasqueó su lengua sobre el pezón. Rígido, pero suave,

como el pene erecto de un hombre. Tentativamente movió sus dedos entre los

pliegues de Catie que se sentían como los suyos, pero diferente.

Con un gimoteo, Catie llegó casi al mismo tiempo. Su cuerpo se sacudió y se

estremeció mientras Dee trabajaba el clítoris de Catie hasta que su amiga no

Cheyenne McCray – Fueg


pudo aguantar más.

Dee se alejó, sintiéndose acalorada y alegre.

“La experimentación es una buena cosa, ¿no crees?” Preguntó Catie con voz

ahogada mientras se fundía contra el lado de la bañera de hidromasaje.

“¿Puede haber realmente demasiado de algo bueno?” Dee agarró su margarita

y tomó lo último de la copa mientras sus ojos se encontraban con los de su

amiga.

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El Club de las Excomulgadas
“Que va” Catie sonrió y agarró su propio margarita. “No,

cuando se trata de sexo”

“A pesar de que fue muy divertido” Dee hizo girar el pie de su copa hasta que

sus ojos se encontraron con los de Catie. “Aun me gustaría tener un hombre”

Suspiró. “Como Jake”

“O Jess” Catie le guiñó un ojo. “Tener un orgasmo es divertido en cualquier

momento. Pero hay algo en un hombre, ya sabes”

“Uh-huh” Con un suspiro de satisfacción, Dee miró hacia el cielo lleno de

estrellas. “Su duro, cuerpo musculoso. La forma en que se sentía cuando

clavaba mis uñas en su piel. Su peso contra mí y su olor masculino” Ella se

volvió a su amiga y sonrió. “Y lo bien que se sentía cuando estaba bien

Fuegoo Salvaje - Wild I


profundo dentro de mi”

Catie sonrió y salpicó agua a Dee. “Lo tienes más, amiga”

Dee le salpicó agua de vuelta. “No lo tengo. No voy a ir por ese camino otra

vez”

Cheyenne McCray – Fueg


Poniendo los ojos en blanco, Catie respondió, “Si, claro”

“Ni siquiera iré allí” Dee volvió su mirada de nuevo a las estrellas. Ella podía

disfrutar de fantasear con Jake, pero eso era todo lo que alguna vez sería. Una

Fantasía.

*****

Dee terminó de aplicarse el rímel y estudió su reflejo. En apenas una hora

estaría en el baile del rodeo en los brazos de Jake… para sólo un baile. Eso sería

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El Club de las Excomulgadas
todo. Entonces volvería a casa - y lo más probable es que

buscase uno de sus vibradores.

Ella normalmente mantenía su maquillaje ligero y natural, de manera que

parecía que no usaba nada. Pero esa noche se lo había echado todo – sus

mejillas parecían más altas, sus ojos más grandes y su boca más llena y sensual.

Se había recogido el pelo hacia arriba adornándolo con pequeñas perlas, los

rizos castaños se derramaban por la parte superior en salvaje desorden dándole

un aspecto sexy de recién-levantada-de-cama.

Cuando se había ido de compras ayer con Catie, habían encontrado el traje

perfecto. El vestido halter color marfil era magnífico y le hacía sentirse un poco

peligrosa y muy juguetona. Una diáfana malla rosa subía justo por encima de

Fuegoo Salvaje - Wild I


sus pechos hasta el cuello rodeándolo como una gargantilla, y sus hombros y

espalda estaban completamente desnudos, todo el camino hasta la raja de su

culo. Le gustaba la sensación del material, sedoso y exuberante sobre la piel.

Dee sonrió cuando se ponía la chaqueta a juego tipo bolero, todavía asombrada

con lo que Catie y ella habían hecho en el hidromasaje la noche anterior. Y más

que un poco curiosa de lo que Jake pensaría si le invitase a unirse a ellas en la

bañera en algún momento. Cheyenne McCray – Fueg


El pensamiento le dio una tregua. ¿Quería compartir a Jake con otra mujer? ¿De

alguna forma? No.

Espera. ¿Qué estaba pensando? No era como si aun le importase Jake.

Deslizó sus pies en un par de sandalias marfil con tacón de siete centímetros y

estudió las uñas de los pies que fueran pintadas con esmalte color perla a juego

con las uñas de los dedos. Las nuevas ligas y el tanga se sentían positivamente

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El Club de las Excomulgadas
deliciosas bajo el vestido. Lástima que Jake realmente no fuese

a ver lo que había en la parte inferior.

No, no era tan malo en absoluto. Ella estaba a punto de darle una idea sobre lo

que se había estado perdiendo todos esos años. Que no incluía un vistazo a lo

que llevaba bajo el vestido.

Bueno, tal vez un pequeño vistazo.

Sonrió y cogió el bolso que comprara a juego con el vestido, entonces se paró

para comprobar su apariencia en el espejo que iba del suelo al techo de la

puerta de su armario. Hormigueos sacudían su cuerpo y sus pezones

destacaban contra la delgada tela.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Después de meter su carmín en el bolso, se despidió de Blue y fue a pasos

largos puerta afuera hacia la oscuridad, con cuidado de no tropezar en las

escaleras con sus sandalias. Los pellizcos en torno a los dedos de sus pies eran

un buen indicador de que debería haber decidido llevar algo un poco más

sensato, pero adoraba la forma en que se miraban con el vestido.

Cheyenne McCray – Fueg


En este momento, ella sentía cualquier cosa excepto sensatez.

*****

Dee llegó al recinto ferial y aparcó el Rover en la zona de tierra. Cuando salió, el

aire de la noche enfrió su piel mientras su vestido se subía hasta sus muslos. Se

bajó la falda, cerró el SUV, y fue en dirección al salón de baile. Sus tobillos de

tambaleaban mientras caminaba sobre el suelo desigual y solamente esperaba

no caerse desparramada en un montón sin gracia.

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El Club de las Excomulgadas
Las múltiples luces de colores del carnaval en el medio del

camino iluminaban la noche. El sonido de las risas y el

estruendo de la banda country llenaban el aire mientras se acercaba al salón de

baile.

El olor a palomitas y perritos empanados trajo de vuelta recuerdos de la última

vez que había ido a la feria del condado y bailado con Jake hacía diez años.

Durante el primer par de años después de que él la había dejado, no quiso tener

ningún recuerdo por lo que no fue nunca más al evento anual.

Sus pasos se hicieron más lentos a medida que se acercaba al salón de baile, y

luego se detuvo y miró la puerta de entrada, apretando el bolso con las dos

manos.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Si se permitiese acercarse demasiado a Jake Reynolds, podría perder su corazón

nuevamente, y eso estaba completamente fuera de cuestión. Una vez había sido

suficiente en esta vida.

Bueno, así que no era tan osada como le gustaba pensar que era.

Cheyenne McCray – Fueg


Gallina de mierda.

Ella se dio la vuelta para regresar a su Rover, y se chocó contra una pared sólida

de carne dura masculina. Unas manos agarraron sus brazos para mantenerla

firme, y Dee se encontró mirando a los ojos de Jake.

Demasiado tarde.

Demasiado tarde para huir, las sensaciones más peligrosas recorrían su cuerpo

desde el momento en que se encontró en sus brazos.

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El Club de las Excomulgadas
Devastadoramente atractivo, todo de negro desde su camisa

vaquera hasta sus Wranglers, los ojos de Jake estaban bajo la

sombra del ala de sus Stetson y ella podía ver un destello plateado en sus

profundidades grises. El olor almizclado de él rodeándola, haciendo que lo

deseara tan fuerte que sus braguitas ya estaban húmedas.

La vuelta de tuerca. Ahora lo llevaría ella.

¡No, no, no!

“Cariño” Murmuró él, el calor de sus manos ardiendo a través de su chaqueta,

“Estás para comerte”

“Jake” Dee escuchó la ronquera en su propia voz, y luchó por recuperar la

Fuegoo Salvaje - Wild I


compostura.

Un baile. Eso es todo, nada más. No importa el mal que quieras hacerle.

Ella puso las manos contra su musculoso pecho y se apartó de su alcance, sus

manos ardiendo con la sensación de sentirlo.

Cheyenne McCray – Fueg


“¿A dónde ibas?” Él dejó sus dedos deslizarse por sus brazos, mientras ella

daba un paso atrás, temblando por la sensación sensual de su tacto a través de

las mangas de la chaqueta. “No habrás cambiado de idea, ¿no?”

“Por supuesto que no” Dee levantó la barbilla e hizo todo lo posible para

ofrecerle una sonrisa coqueta.

“¿Quieres bailar aquí bajo las estrellas, o ir a dentro?” Su voz profunda era tan

vibrante, tan sexual, que todo lo que ella quería era derretirse en sus brazos.

Maldición. Se supone que deberías estar tranquila, calmada y recatada y dejar a

Jake ser el único frustrado.

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El Club de las Excomulgadas
“Dentro” Dee se alejó de Jake y comenzó a andar en dirección

a la entrada. Podía sentir el calor de su mirada sobre ella, y el

calor de otro tipo de fuego en lo más profundo.

Él permaneció en silencio mientras entraban en el salón de baile, sólo asintiendo

con la cabeza a las personas que Dee saludaba mientras pasaban hasta

encontrar un lugar donde dejar el bolso. Cuando ella se sacó la chaqueta y

reveló el vestido sin mangas, sin espalda por debajo, oyó un fuerte silbido por

detrás. No pudo evitar que se le escapase una sonrisa.

Después de colocar la chaqueta con el bolso, se giró para ver a Jake que la

miraba con absoluta lujuria. Él dejó su Stetson cerca de su chaqueta, pero no

desvió la mirada de ella.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“¿Estás listo para el baile?” Preguntó ella, esperanzada de que su voz sonase

firme. Casual. No como, quiero tus manos por todas las partes de mi cuerpo ahora.

“Si va a ser solo un baile, quiero escoger la canción” Él sonrió y cerró la

distancia entre ellos. “Quiero que sea una muy lenta”

Cheyenne McCray – Fueg


El ronroneo de un móvil se levantó entre ellos, mientras Jake tomaba la mano

de Dee.

Ella dio un paso atrás. “¿Vas a responder a tu cadera?”

“Espera un segundo” Jake le ofreció una sonrisa tímida, mientras sacaba el

elegante teléfono de su cinto. Apretó un botón y presionó el teléfono en su

oreja. “Reynolds”

Dee observó los ojos de Jake estrecharse mientas escuchaba a quien estaba al

otro lado de la línea. Para ser honesta estaba agradecida por la interrupción - su

cuerpo amenazaba con hacerse cargo de su sentido común.

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El Club de las Excomulgadas
“Muy bien” Dijo Jake finalmente. “Manténgame informado”

Cerró el teléfono y lo guardó en el cinturón, sus ojos se centraron en Dee.

“Ahora, ¿por dónde íbamos?”

“¿Puedo tener este baile, Dean?” Interrumpió la voz de un hombre.

Ella levantó la vista para ver a Ryan Forrester, el atractivo ayudante del sheriff

con el que había salido un par de veces. “Por supuesto, Ryan”

Ryan asintió con la cabeza a Jake, que sólo frunció el ceño y se cruzó de brazos,

mientras Dee se movía con el ayudante de sheriff por la pista de baile llena. Con

esfuerzo, se las arregló para mantener su atención en su compañero de baile,

mientras ellos dos se acercaban en una canción rápida. Pero de vez en cuando

Fuegoo Salvaje - Wild I


observaba la expresión de Jake, y tenía que sonreír.

Un vaquero rubio de ojos azules, Ryan era un tipo muy callado, que nunca tenía

mucho que decir, lo que fue una de las razones por las que no siguió saliendo

con él. Ella prefería no tener que llevar una conversación entera ella solita. Oyó

decir que él tenía problemas con el juego, subiendo a los casinos de la reserva

Cheyenne McCray – Fueg


siempre que tenía algún tiempo libre. Una cosa que Dee no encontraba

atrayente en ningún hombre era cualquier tipo de vicio, ya fueran drogas, juego

o tabaco.

A pesar de que ella no tenía interés en Ryan distinta de una relación casual,

bailó con él dos canciones más, riendo y coqueteando con el hombre todo el

tiempo – lo justo para ser atrevida y volver a Jake loco.

Ryan fue lo suficiente amable y sonriente, pero cuando Dee le preguntó si tenía

más información de los cuatreros, simplemente se encogió de hombros y

pareció convertirse en aun más silencioso de lo normal. Si es que eso era

posible.

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El Club de las Excomulgadas
Cuando Dee finalmente regresó de la pista de baile con Ryan,

la expresión de Jake era positivamente atronadora. Era una

maravilla que la mirada posesiva en sus ojos no hubiese mantenido a Ryan

alejado para empezar.

Ella apenas tuvo la oportunidad de dar las gracias a Ryan por los bailes, cuando

Jake la cogió por el codo y la empujó desde el borde de los bailarines.

“Esto no es parte del trato” Dijo ella mientras llegaban a una esquina donde

estaban un poco más solos y la música no era tan alta.

“Tenemos mucho que decirnos para ponernos al día” Él se apoyó con un

hombro sobre la pared, encajonándola en una esquina.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“¿Qué pasa con el trabajo? ¿Tus llamadas? Parece que estás solicitado” Dee

trató de sonar molesta.

“Lo apagué por ahora” Jake sonrió. “No disponible”

La pared se sentía fría en su espalda desnuda, y por un segundo consideró

pisarle con el tacón de la sandalia de siete centímetros en su bota para hacerle

Cheyenne McCray – Fueg


retroceder. Pero todo su sano juicio huyó de su mente cuando lo estudió.

Dios, se veía tan bien.

Temblores la recorrieron con la cercanía de Jake, y se preguntó como empezaría

a alejarse de él cuando el baile hubiese acabado. Su cuerpo resonaba con la

consciencia, mientras él permanecía cerca - no tanto para tocar, pero no lo

suficiente lejos.

“¿Cómo acabaste dirigiendo el rancho de ganado de tu padre?” Él preguntó, su

mirada humeante fija en ella.

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El Club de las Excomulgadas
“Me encanta la ganadería” Dee se encogió de hombros.

“Supongo que podrías decir que lo llevo en la sangre” Ella

aplanó las palmas contra la pared de atrás. “Tu turno. ¿Dime lo qué has estado

haciendo?”

“Tuve un buen crecimiento en Texas, me gustaba mi trabajo y lo hacía bien”

Jake se inclinó más cerca, invadiendo su espacio.

No, más bien conquistándolo. “Pero estaba malditamente solo”

Ella mantuvo el tono ligero y las burlas, “¿Qué? ¿Ningún amigo?”

“Tenía amigos” Él levantó la mano y siguió la línea de su mandíbula, con sus

ojos oscuros y deseosos. “Pero faltaba algo”

Fuegoo Salvaje - Wild I


En el mismo instante, las luces se apagaron y la música lenta comenzó.

Un escalofrío se agitó a través de ella, mientras Jake arrastraba su dedo bajando

por el cuello. “¿Qué me dices del baile, Dee?”

Ella asintió con la cabeza. Cuanto antes acabasen con eso, mejor. Ella bailaría

Cheyenne McCray – Fueg


con él una vez y después se mantendría lejos de Jake antes de saltar de vuelta a

la cama con el hombre.

La mano de él quemaba la piel desnuda de la parte baja de su espalda, mientras

la guiaba al medio de la pista de baile donde fueron rodeados por otras parejas.

Mientras Jake la atraía dentro del círculo de sus brazos, sus pezones se

apretaron. Recorrió con la mirada sus pechos y le ofreció una sonrisa sexy que

hizo que se le secase la boca. Sus manos se asentaron en su cintura y movió las

caderas contra las de ella hasta que sintió su pene erecto a través de su fino

vestido. Alguna vez no se sentiría tan bien tenerlo presionado contra ella.

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El Club de las Excomulgadas
Él inclinó su cabeza cerca de la de ella y Dee automáticamente

movió las manos a sus hombros, dejando su cuerpo

balancearse con el de él al ritmo de la música. Después de la manera en que la

había dejado todos aquellos años atrás, ella no debería sentirse tan excitada,

pero Señor, lo estaba siempre.

“¿Recuerdas la primera vez que hicimos el amor?” Murmuró él en su oído, y

ella captó la esencia de menta en su aliento. Podía imaginar lo bien que sabría y

casi gimió con el pensamiento.

“En nuestro refugio” Suspiró Dee, temblando al sentir su boca tan cerca de su

oído.

Él la presionó increíblemente más cerca a lo largo de su sólida longitud, todo

Fuegoo Salvaje - Wild I


excepto hacer el amor con ella en la pista de baile. “Era un día claro de octubre

y fuimos a montar a caballo por las montañas con una cesta de picnic, una

manta y una botella de vino” Su voz era cruda, llena de deseo. “El sol brillaba, y

aun hacía suficiente calor para que solo llevases unos vaqueros ajustados con

una camiseta. Sin sujetador”

Cheyenne McCray – Fueg


“Buena memoria” Murmuró ella.

“Incluso podía ver tus pezones oscuros a través de la camisa, que era tan

escasa” Jake arrastró el dedo por encima de la columna desnuda de Dee y

tembló a medida que él continuaba. “Fuimos a nuestro lugar apartado, nuestro

propio pequeño escondite, y era como si fuésemos las dos únicas personas que

quedasen en el mundo. Entonces me imploraste que hiciera el amor contigo”

De ese apartó y lo miró, “¿Qué yo imploré?”

Él la atrajo de vuelta a sus brazos, “Tal vez los dos imploramos un poco”

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El Club de las Excomulgadas
Como los besos de Jake la habían desenredado y lo mucho que

lo había querido. Lo necesitaba. Y era cierto, ella le había

implorado que no parase.

Él había sonreído, manejándola suavemente, como si apreciase cada parte de

ella. Su boca se había burlado de sus pezones, lentamente abriéndose camino

entre sus muslos hasta su coño. Ella no podía creer que él pusiera la boca sobre

su clítoris, saboreándola hasta que estuvo retorciéndose, y muriéndose por

tenerle dentro.

Antes de que él entrase en ella, la acarició entre los muslos hasta que la llevó al

orgasmo. Y luego deslizó su polla en ella, tomándola lenta y fácilmente. Ella

gritó desde, con un placer increíble ondulando a través de su cuerpo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Él se había detenido, con miedo de haberla herido, pero ella le había ordenado

que continuase follándola, apretando sus caderas entre los muslos. Él se movió

dentro de ella más duro y más rápido, llenándola, hasta que alcanzó su propio

clímax.

El cálido aliento de Jake en su cuello y su voz baja la sacaron de sus recuerdos.

Cheyenne McCray – Fueg


“Nunca pensé que podría quererte más de lo que lo hice ese día. Pero todos los

días siguientes a ese, no podía tener suficiente de ti” Sus manos se movieron de

su cintura, acariciándola a través de su vestido, por sus caderas y de vuelta a su

cintura. “Y de alguna manera te quiero ahora más de lo que lo hacía entonces”

Dios, ella quería follarle.

No. Se suponía que debía darle un poco de caliente frustración, no al contrario.

El vibrador espera en casa. Recuerda el vibrador.

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El Club de las Excomulgadas
Dee finalmente encontró su voz y fuerza de voluntad. “Nada

va a suceder entre nosotros. Acepté ser tu amiga. No follar

contigo”

Jake gimió y apretó sus caderas más duro contra su erección. A él siempre le

había gustado cuando Dee hablaba sucio. Sin lugar a dudas, sabía que ella lo

quería con la misma fiereza, la misma que él sentía por ella. Un baile ya había

pasado, y se anunciaba el segundo, y si fuese a su manera, estaría bailando con

ella toda la noche.

Luego la llevaría a su casa y a su cama.

Sólo la idea de lo que llevaba bajo aquel trozo de vestido era suficiente para

hacerle emitir un primitivo gruñido golpe-en-el-pecho, echársela por encima

Fuegoo Salvaje - Wild I


del hombro y llevarla a su casa y hacérselo.

Poco después de llegar al recinto ferial, Dee había llegado y aparcado su Rover

una fila delante de él. Después de un momento, ella se había deslizado fuera de

su SUV, y su minúscula-fóllame-falda se subió por sus muslos hasta revelar las

ligas que sujetaban las medias. Pura lujuria se había enroscado a través de él

Cheyenne McCray – Fueg


con la vista. Todos los pensamientos del trabajo, ladrones, y contrabandistas

volaron con el viento.

Paralizado, como si estuviese bajo un hechizo, vio como Dee arreglaba su falda,

levantaba la cabeza y marchaba hacia el salón del baile, lo mejor que pudo en

aquellos altos tacones.

Jake se había apresurado a salir de la camioneta y dirigirse a Dee, planificando

cogerla. Y entonces sus pasos habían disminuido de ritmo y ella se había

parado completamente, mirando fijamente al edificio, tan perdida en sus

pensamientos que había sido capaz de acercarse a ella sin que lo notase. Tenía

59
El Club de las Excomulgadas
la sensación de que si no hubiese estado detrás de ella, hubiese

regresado a casa.

Ahora ella estaba en sus brazos, su olor a viento y azahar fluyendo sobre él, y se

sentía tan completamente correcto. Él sabía que había sido un idiota al dejarla, y

maldito fuera si iba a cometer el mismo error por segunda vez.

Pero, ¿podría ella confiar en él otra vez? Bueno, seguro como el infierno que

haría lo que fuese necesario para ganarse esa confianza. Levantó la cabeza para

mirar hacia abajo a Dee, admirando sus generosas curvas bajo el escaso vestido.

A través de la malla de la parte superior del vestido, Jake podía ver la marca de

nacimiento sobre el pecho izquierdo. Él anhelaba sacar fuera el tejido y recorrer

con su lengua por aquella hermosa marca, y por cada centímetro de su cuerpo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Los ojos verdes de Dee se encontraron con los suyos, desafiándolo. “Tu baile ha

terminado”

Él sonrió, “Baila conmigo toda la noche”

“Yo – no” Su voz era firme mientras negaba con la cabeza.

Cheyenne McCray – Fueg


Él llevó los labios a su pelo, viajando a lo largo de su sien hasta la oreja. “Baila

conmigo”

Dee jadeó cuando Jake mordisqueó su lóbulo, él levantó la cabeza y la miró a

los ojos oscuros con la sensualidad y los labios entreabiertos. Él necesitaba besar

aquellos labios, ver si sabía tan bien como recordaba. Su boca se aproximaba a

ella, y ella inclinó la cabeza para encontrarlo.

“Interrumpo” Una voz fuerte dijo a su lado.

60
El Club de las Excomulgadas
Dee saltó hacia atrás y Jake giró rápidamente su cabeza para

ver a Kev Grand. El hombre tenía un destello de ira en sus

ojos.

Antes de que Jake le pudiese decir a Grand exactamente a donde se podía ir,

Dee dijo, “¿Por qué?, me encantaría bailar contigo, Kev”

Jake observó fijamente a Dee, mientras se alejaba, negándose a mirarle a los ojos

y sonriéndole a Grand. Jake no podía hacer nada más que dar un paso atrás y

mirar como Dee se movía en los brazos de ese bastardo.

Maldita sea. La furia quemaba en los intestinos de Jake, mientras salía de la

pista de baile en dirección a la mesa de refrescos. Cogió un poco de ponche en

un vaso de papel y se lo bebió de un trago, y luego arrugó el vaso vacío y lo tiró

Fuegoo Salvaje - Wild I


en el cubo de la basura.

Su mirada buscó la pista de baile llena de gente, tratando de encontrar a Dee.

Alcanzó a ver su pelo de fuego y un vestido blanco, pero desapareció de su

vista cuando otra pareja se movió frente a ella.

Cheyenne McCray – Fueg


La canción terminó y las luces se encendieron, y la banda anunció que haría un

descanso. Jake se abrió paso a través de la multitud, en busca de la pelirroja de

piernas largas, pero no pudo encontrarla o a Grand por ninguna parte. Él

regresó donde ella había dejado el bolso y la chaqueta, pero ambos habían

desaparecido, junto con Dee.

Grand no estaba en ningún lugar a la vista, tampoco.

Cuchillos de ira apuñalaron el intestino de Jake, mientras cogía su Stetson y lo

colocaba en su cabeza. “No puedo creer que se haya ido con ese arrogante, hijo

de puta”

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 4
“Gracias por el baile” dijo Dee a Kev nada más acabar la canción y luego huyó

de sus brazos.

“Dee espera” la llamó Kev.

Pero fingió no oírle y se mezcló con la gente para abandonar la pista de baile y

así evitar a Jake. Si no lo hacía acabaría con él en su casa y en su cama. Después

del modo que había acabado con ella, de ningún modo le obligaría – no

importaba cuan mal ella lo quisiese.

Vibrador, vibrador, vibrador.

Fuegoo Salvaje - Wild I


La aglomeración de personas junto con el olor agrio de cerveza y tabaco fue

suficiente como para hacerla sentir claustrofobia. Su pulso se aceleró cuando vio

a Jake caminando en dirección a la pista de baile y con los ojos buscar entre la

multitud. Rodeó a la gente y corriendo se dirigió donde había dejado sus

pertenencias. No se molestó ni si quiera en ponerse la chaqueta, apenas recogió

sus cosas y prácticamente voló hacia la puerta.

El recuerdo del duro cuerpo de Jake estaba metido en su cuerpo, en sus pechos, Cheyenne McCray – Fueg
en el vientre y en sus piernas. Si no hubiera sido por Kev ahora mismo Jake la

estaría besando y ella estaría por todo el cuerpo del hombre y dispuesta a irse a

cualquier lugar y hacer cualquier cosa. Seguramente habrían follado en la parte

de atrás de su camioneta en el parking del recinto ferial.

Andando con largos pasos se encaminó hacia el parking mientras se colocaba

primero una manga y después la otra de su chaqueta. La oscuridad la cubrió,

las luces desde la mitad del camino y el foco ocasional apenas eran suficientes

como para saber por dónde caminaba. Con sus altos tacones se tambaleaba

62
El Club de las Excomulgadas
mientras caminaba por el camino de piedras, y luego pisó un

agujero de gran tamaño.

Dee tropezó y a duras penas consiguió aterrizar con su culo en el suelo, de

inmediato sintió un dolor en el tobillo que le avisaba de que estaba lesionado.

¡Maravilloso! Sus ojos se llenaron de lágrimas por el dolor mientras se quitaba

las sandalias y las cogía por las correas y se encaminaba cojeando hacia el Land

Rover. Las piedras se le clavaban en los pies, sus medias estaban rotas y la fina

tanga se le subía por el culo y la estaba volviendo loca. La pinza para el pelo se

le resbalaba por el cabello, se la quitó dejando que su melena cayera por sus

hombros.

“Apenas perfecto” Dee metió la mano en su bolso para sacar las llaves y abrir la

Fuegoo Salvaje - Wild I


puerta cuando una voz se oyó tras su espalda.

“Dean”

Dee gritó y se giró para enfrentarse a Kev Grand, casi desmayándose por el

dolor punzante en su tobillo.

Cheyenne McCray – Fueg


Colocó una mano sobre su corazón desbocado y se apoyó en la camioneta.

“Malita sea Kev, no te muevas de esa manera tan silenciosa cerca de mí“

“Disculpa querida” Kev la miró de arriba abajo desde su cabello salvaje hasta la

punta de sus medias “¿Estás bien?”

“Yo no soy tu querida y estoy bien” Dee se retiró el cabello de la cara.

Kev se aproximó y le poso sus manos en los hombros y le dijo “Tenemos que

hablar sobre nosotros”

Dee parpadeó “¿Qué nosotros?”

63
El Club de las Excomulgadas
Su tono se suavizó y su bigote se movía a medida que iba

sonriendo “Tú sabes que estoy interesado en ti. Siempre lo he

hecho”

“Es cierto que salimos un par de veces” Dee movió su cabeza “Pero entre

nosotros no hay nada serio”

“Yo siempre he sido serio contigo” él se movió tan cerca que podía oler el

almizclado de su loción aftershave “Yo creo que es el momento de hacer algo al

respecto a eso”

“Déjame ir, Kev” Dee se apartó el cabello rebelde de la cara “Este no es un buen

momento”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Kev se movió en dirección a su boca como si fuese a besarla. En el momento

que estaba preparada para darle un buen golpe, una voz masculina cortó la

noche.

“La señora dijo que la dejaras irse”

La cabeza de Kev se irguió. Las mejillas de Dee estaban coloradas cuando se

Cheyenne McCray – Fueg


giró para ver a Jake.

Con las manos en los bolsillos delanteros de sus vaqueros y los brazos flojos y

sueltos daba la impresión de estar relajado. Pero ella, que lo conocía bien, sabía

que estaba de todo menos relajado, por dentro estaba apretado como resorte en

espiral, esperando que Kev hiciese un movimiento.

Kev disminuyó el abrazo a Dee “Preocúpate de tus propios problemas

Reynolds”

64
El Club de las Excomulgadas
Jake dio un paso al frente de modo que quedaba a tan solo

unos centímetros de Kev “Dee es mi problema”

Dee se movió en medio de los hombres con las manos en las caderas. Ya tenía

bastante con las cargadas de testosterona en ellos - cosas de hombres. Por la

forma en que sentía el tobillo lo único que necesitaba era llegar a casa “Yo no

soy tu problema... ni el tuyo” miró de un hombre al otro “Agradecería que me

dejaran en paz y que dejen de comportarse como un par de idiotas. Déjenme ir

y llegar a casa”

Con toda la dignidad que pudo reunir, se volvió, con su esguince gritando de

dolor. Era lo único que podía hacer para abrir la puerta del Land Rover y subir

sin que ellos se dieran cuenta de su lesión en tobillo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dejo sus pertenencias en el asiento del copiloto apoyándose en el volante, con

su mano en la puerta miró por última vez a los dos hombres y los vio

mirándola.

No. No a ella.

Cheyenne McCray – Fueg


A sus piernas.

Dee miró hacia abajo para descubrir que la falda se le había subido hasta las

caderas dejando expuestas sus ligas casi todo el camino hasta su cintura.

Un rubor la atravesó mientras cerraba la puerta de golpe y metía las llaves en el

arranque. El motor rugió con vida y metió la marcha atrás de su Land Rover,

aceleró demasiado fuerte. Las ruedas derraparon en la tierra del asfalto cuando

su vehículo se movió hacia atrás.

Y chocó contra algo produciendo un sonido desagradable.

65
El Club de las Excomulgadas
Por un segundo, permaneció sentada en el asiento siendo

incapaz de moverse. Entonces colocó el Rover en el

aparcamiento y se echó hacia atrás y gimió. Acababa de tener un golpe con el

coche de alguien delante de Jake y Kev.

Genial.

Cuando por fin miró por la ventanilla, vio a Jake junto a su puerta, y por la

ondulación de su boca, tenía la sospecha de que estaba haciendo su mejor

esfuerzo para no burlarse. Tratando de mantener la compostura bajó la

ventanilla.

“¿Cómo es de malo?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Empujó hacia arriba el ala de su sombrero Stetson, miró a la parte trasera del

Rover y de nuevo a ella.

“Es… ah… mucho destrozo”

“¿Ambos vehículos?”

Cheyenne McCray – Fueg


“Si”

Con un pequeño gemido se inclinó y empezó a buscar un bolígrafo y papel en

la guantera, pero no encontró ninguno. Su tobillo le dolía, estaba cansada y todo

lo que quería hacer era llegar a casa.

Dee se giró hacia Jake “Supongo que no tendrás con lo que escribir, para así

dejar una nota al propietario”

Una sugerencia de sonrisa se formó en la comisuras de sus labios, se pasó la

mano por la cicatriz de su mejilla y le dijo “Se tu número de teléfono y donde

vives”

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El Club de las Excomulgadas
Ella frunció el ceño “¿Qué diferencia hay? Tengo que dejar una

nota”

Un destello de diversión surgió de los ojos de Jake, ella encogió su mano en un

puño. “Es con mi camión con el que has chocado”

Dee miró hacia el techo del Land Rover y se dejó caer hacia atrás del asiento.

Perfecto. Simplemente perfecto.

Jake estudió a Dee, como posaba la mano en su cuello mientras asimilaba lo que

le había dicho. Con su pelo pelirrojo en un salvaje alboroto alrededor de su cara

parecía un ángel.

Un ángel perverso al cual quería coger entre sus brazos y follar.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Repetidas veces.

El sonido de un carraspeo le recordó a Jake que Grand estaba detrás de él, pero

no le hizo ni caso al hombre.

“Cariño” Jake susurró a Dee “¿Por qué no te vas a casa y nos ocupamos de esto

Cheyenne McCray – Fueg


más tarde?”

Otro suspiro salió de la boca de Dee “Mañana voy a dar parte a mi seguro pero

necesito el número de teléfono de tu casa”

“Yo te llamo”

Su boca se curvó en una cansada sonrisa “Esta bien”

El deseo de retirarle el suave pelo de la cara y abrazarla oprimió a Jake, pero lo

único que podía hacer era mantener sus manos cerca de él.

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El Club de las Excomulgadas
En su lugar, puso sus manos en la puerta del vehículo “¿Estás

bien para conducir hasta tu casa? Siempre podemos dejar el

Rover aquí durante la noche y yo puedo llevarte”

Una familiar chispa retornó a los ojos de Dee. “Estoy bien”

A pesar de sí mismo, Jake sonrió “Hablaré contigo mañana”

Sin otra palabra, ella subió la ventanilla y puso en marcha el Rover. Jake salió

de su camino, ella se movió hacia adelante, cuando su parachoques trasero y la

parte delantera del camión se separaron.

Grand permaneció al lado de Jake viendo el Rover de Dee desaparecer. Menos

un foco trasero.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Infierno de mujer” dijo Grand.

“Espero que no la paren por la falta del foco trasero” Jake movió la cabeza y

sonrió “Eso sería realmente genial para su noche”

“Uh, uh” Metiendo las manos en los bolsillos Grand se giró hacia el camino que

Cheyenne McCray – Fueg


estaba oscuras.

Cuando Jake estaba por irse en dirección a su camioneta, notó a la tenue luz del

medio del camino que algo brillaba en el suelo en el sitio donde había estado

aparcado el Rover de Dee. Se acercó al objeto, se arrodilló y recogió la delicada

sandalia. Riéndose, se llevó la sandalia con él.

Parece que cenicienta perdió una de sus sandalias después de huir del baile.

******

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El Club de las Excomulgadas
Al día siguiente Dee se sentó en la mecedora de la sala de estar

con una bolsa de hielo para su latente tobillo. Subió su pie a un

cojín y se preparó para remendar algunas cosas. La costura no era su fuerte, era

la última cosa de la tierra que le apetecía estar haciendo.

Estar encerrada era una forma lenta de tortura en lo que ella concernía. No tenía

nada mejor que hacer más que estar en el granero y trabajar con el ternero

diabólico, Imp, o montando a Shadow, su caballo castrado, o un montón de

cosas que no implicaban tareas domésticas como remendar su ropa interior.

Un golpe sonó, y Dee gritó “Adelante”

Su capataz empujó y abrió la puerta “¿Tienes un minuto Dee?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Después de que ella le hiciera un gesto para entrar, él cerró la puerta tras de sí y

dijo “Jarrod Savage, el nuevo sheriff, dice que él personalmente se va ocupar de

ayudarnos a encontrar a esos ladrones” Jess cogió con una mano el sombrero

Stetson y con la otra se limpió el sudor de los cabellos mojados “Pienso que

debo informarle de que Kev Grand ha informado de la desaparición de dos

docenas de cabezas de ganado también”

Dee se inclinó para adelante para ajustar la bolsa de hielo a su tobillo Cheyenne McCray – Fueg
“¿Entonces que dice el sheriff?“

Cuando levantó la vista pilló a Jess mirando sus pechos. Ella estaba sin

sujetador vistiendo una camisa blanca y fina, el probablemente podía ver sus

pezones marcados.

Él carraspeó, y se encontró con su divertida mirada “Savage y el ayudante del

sheriff creen que es un grupo de fuera de México. Creen que están conduciendo

el ganado a altas horas de la noche a través de la frontera. O eso, o han

encontrado un sitio donde esconderlas”

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El Club de las Excomulgadas
“¿Para qué? ¿Dinero? ¿Comida?”

Jess encogió sus hombros “No llegamos tan lejos”

Maldita sea. Si ellos no podían adivinar el motivo no era probable que no

pudieran atrapar a esos desgraciados pronto. Dee se recostó en la mecedora y

suspiró “¿Algo más?”

“No, solo era eso” Comenzó a girar y añadió “Ninguno consigue llegar cerca de

ese dolor-en-el-culo becerro tuyo. John lo intentó y tuvo el gusto de conseguir

que el mierda lo patease fuera”

Sonriendo, Dee movió la cabeza “No te preocupes por Imp, pronto estaré de

vuelta para trabajar con él, dentro de solo uno o dos días”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jess levantó una ceja “¿Estás segura?”

Con un movimiento de su mano hacia la puerta Dee se rió “Soy tu jefa, ¿no?

Entonces largo de aquí y déjame acabar esto”

“Si Señora” Su capataz sonrió y se colocó el sombrero en la cabeza, y dejó la sala

Cheyenne McCray – Fueg


por la puerta principal.

Qué espécimen de vaquero más guapo era. Sin embargo, ahora que Jake estaba

de vuelta, no sentía ningún interés en su capataz. Además, Catie estaba tan

caliente por Jess, que Dee no estaba interesada en meterse en el camino de su

amiga.

“Odio remendar” murmuró Dee mientras se giraba hacia la tarea en sus manos,

sacó un par de prendas de ropa interior fuera del cesto de la costura. Se estaba

acercando la hora del almuerzo y su estómago se quejó reclamándola. “Ahora

dónde está el maldito agujero” levantó la ropa para poder ver mejor en la

70
El Club de las Excomulgadas
penumbra. Era su braga bikini de raso rojo, una de sus

favoritas, era por ello que quería remendarla en vez de tirarla a

la basura. Y además, solo era una pequeña rotura en la cintura.

El único problema era que ella no dejaba de preguntarse lo que Jake pensaría si

la viese usarlo. Aunque probablemente él preferiría que se sacase la ropa

interior.

“Ahí está” ella bajó el bikini, pinchó la aguja y oyó a alguien carraspear.

Dee se giró para ver a Jake Reynolds de pie en su puerta principal, mirándola,

con la comisura de su labio levantándose.

El calor la inundó, con una combinación vergüenza por ser pillada remendando

Fuegoo Salvaje - Wild I


sus ropas íntimas - absolutamente lujuriosas. Él parecía tan guapo con una

camisa gris oscura y con vaqueros azules, las manos en los bolsillos de las

caderas, y mirándola debajo de su sombrero Stetson negro.

Ella quería subirse a ese vaquero y montarlo bien.

Pero ¿qué diablos estaba haciendo allí?

Dee metió su bikini rojo en cesto de la costura al lado de su silla y se estremeció Cheyenne McCray – Fueg
al pincharse en el dedo con la aguja. “¿Nunca te enseñaron a llamar?”

Jake señaló hacia fuera con su dedo “Tu capataz me dijo que podía entrar ya

que estabas, ah, incapacitada”

“Oh” la forma en que sonaba su voz la excitaba, lo único que podía hacer era

subir su mano a la garganta “Bien, no te quedes ahí. Pasa”

Blue siguió a Jake en la casa y ella frunció el ceño al perro “Se supone que

deberías ahuyentar a los intrusos. Sobre todo a este”

71
El Club de las Excomulgadas
Jake sonrió pero el Border Collie tuvo la decencia de parecer

culpable, con la cabeza baja se aproximó le toco la mano con el

hocico, pidiendo perdón.

“Está todo bien amor” Dee no pudo dejar de sonreír a Blue a pesar de no hacer

su trabajo. Se acurrucó cerca de la silla y colocó la cabeza entre las patas.

Después de cerrar la puerta Jake se sentó en el sofá que estaba cerca de la

mecedora. Se sentó al borde, con las rodillas casi tocando las suyas “¿Has

llegado a saber qué es lo que tenía tu perro y que lo dejó tan mal? ¿Si fue la

carne envenenada?”

Frunciendo los labios Dee negó con la cabeza. “No, y odio pensar que hay

alguien que está tratando de envenenarlo o a los coyotes, pero es una

Fuegoo Salvaje - Wild I


posibilidad”

“Necesitas tener cuidado” sus ojos grises parecían preocupados “No me gusta

lo que está pasando por aquí. El robo, el envenenamiento. Las montañas detrás

de tu rancho parecen la central de delincuencia”

Cheyenne McCray – Fueg


“Agradezco tu preocupación” dijo con un pequeño suspiro, se encogió de

hombros “¿Entonces porque estás aquí? Podría haberte dado los datos del

seguro por teléfono. No tenias que venir conduciendo todo el camino hasta

aquí”

Se inclinó hacia delante y su mirada se centró en ella “Vamos a almorzar algo”

La respiración de Dee se quedó atrapada en su garganta “No puedo”

“Creo que deberías de salir de casa por un tiempo” miró la puerta y luego ella

“Para obtener algo de aire fresco”

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El Club de las Excomulgadas
Señaló su tobillo “No estoy precisamente movible”

La comisura de boca se curvó “No hay problema”

Antes de que pudiera preguntarse qué quería decir, Jake se levantó y se inclinó

para cogerla en brazos. Ella se agarró en un acto reflejo a su cuello, la bolsa de

hielo resbaló de su tobillo y cayó al suelo.

“Bájame”

“Lo haré” Sonrió de una forma diabólica y se encaminó a la puerta principal

“Tan pronto lleguemos a mi camioneta”

“Jake, no” A pesar de sí misma se rió “Esto es ridículo”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Él ignoró sus protestas llevándola hacia las escaleras principales. La sensación

de su cuerpo presionando su musculoso pecho, y sus brazos alrededor de su

cuello, enviaba hormigueos a través de su cuerpo. Su olor corporal la rodeaba,

llenándola con sensaciones de calor y pertenencia, como si fuera su derecho

estar en sus brazos.

Cheyenne McCray – Fueg


Ni siquiera comiences a pensar así.

Mientras la llevaba a la camioneta, ella se estremeció con la visión del

parachoques estropeado y falta del foco. Era todo lo que podía hacer para no

gemir en lo alto de la vergüenza que le daba.

De alguna manera consiguió abrir la puerta y con más gentileza de lo que ella

podía imaginar, la colocó en el asiento del copiloto.

“¿A dónde me llevas?” preguntó en cuanto subió y arrancó el motor.

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El Club de las Excomulgadas
El retrocedió la camioneta y descendió hacia el camino de

tierra “¿Qué te apetecería almorzar?”

“No podemos ir a un restaurante” movió las manos desesperada “Basta con

mirarme para saber que no estoy vestida para ir a ninguna parte”

Jake la barrió de la cabeza a los pies con sus ojos grises “Te estoy mirando, y

creo que estás perfecta”

“Sí, claro” Los senos de Dee presionaban la camisa blanca, con los pezones

grandes y obvios. Ella cruzó los brazos sobre sus pechos y trató de agarrarse a

un clavo ardiendo. “Yo no quiero ser cargada dentro de un restaurante y no

puedo ir descalza”

Fuegoo Salvaje - Wild I


La camioneta se sacudió contra la reja del ganado mientras él le daba otra

sonrisa diabólica. “Entonces, conozco un lugar”

Trató de mirarle furiosamente pero no era fácil, el hombre era demasiado

irresistible. “¿Sabes que estás aprovechando de la situación?”

“Si” Jake estaba pensando el pequeño bikini rojo, que Dee tenía cuando entró en

Cheyenne McCray – Fueg


la habitación y se preguntaba qué color de ropa interior estaría usando ahora

“Te tengo exactamente donde quería”

Bueno, no exactamente donde la quería. Si, sabía que estaba sacando ventaja al

hecho de que Dee McLeod no pudiera escapar.

Ella inclinó la barbilla “¿Tienes el hábito de secuestrar mujeres?”

“Solo hermosas pelirrojas de ojos verdes”

“Uh – huh”

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El Club de las Excomulgadas
“¿Te gustan los sándwiches de jamón?”

“Me encantan”

“Bien. Conozco un lugar donde hacen los mejores”

Levantó una ceja “¿Un lugar con auto servicio?”

“Algo como eso”

“Humph”

“¿Qué estamos haciendo aquí?” preguntó unos minutos más tarde cuando

aparcaban enfrente del apartamento de él.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake salió de la camioneta y caminó alrededor para alcanzar el asiento del

copiloto y abrió la puerta. “Pensé que estarías más cómoda en mi casa”

Teniendo cuidado de no golpearle el tobillo, la sacó de la camioneta,

deleitándose con su olor y la sensación de tenerla en brazos.

Puso los brazos alrededor del cuello y sonrió. “No es justo, Jake”

Cheyenne McCray – Fueg


“Ya lo sé” le encantaba la forma en que se agarraba a él, con sus brazos al

cuello, como si temiera que la dejase caer. Pero él estaba contento en ese

momento porque tenía un apartamento en el piso inferior, de manera que no

tenía que subir ningún tramo de escaleras.

Después de entrar y cerrar la puerta, colocó a Dee en el solitario sofá. Con una

mano tiró los periódicos y las revistas al suelo. Luego la acomodó fácilmente en

el sofá.

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El Club de las Excomulgadas
“Gracias” dijo ella cuando él trajo una silla de la cocina para

que apoyara la pierna. Ella hizo una mueca al apoyar el tobillo

en la silla, luego se recostó en los cojines del sofá.

Levantando una ceja, ella estudió el escaso mobiliario y murmuró “Por lo que

veo que serás el primer monje americano en decoración”

“Bienvenida a la mazmorra” Lanzó su sombrero a su único sillón “Es temporal

hasta que encuentre alguna casa para comprar, mis cosas están en el almacén,

así que siento que no sea muy acogedor”

“Está muy, um, limpio” Ella entrecerró los ojos y miró fuera del sofá y sonrió

“Bueno está más limpia que tu antigua casa”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Dame tiempo” rió cuando comenzó a ir para la cocina “Sólo he tenido una

semana para destrozar esto”

Después de buscar en una caja de metal, encontró una bolsa de almacén y la

llenó de hielo. Tomó unas servilletas de papel y luego se lo llevó a Dee para que

se lo colocase en el tobillo.

Cheyenne McCray – Fueg


“Gracias” puso una mueca de dolor cuando se movió del sofá.

Jake le apoyó la pierna sobre una almohada y frotó su mano sobre en el pie

descalzo “¿Cómo te torciste el tobillo?”

“Aquellas estúpidas sandalias que use para bailar la otra noche”

Pensando en la sandalia que estaba en su oficina, Jake dijo, “Me gustaban”

gesticuló en dirección a su pie “Sobre todo aquellas uñas perladas”

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El Club de las Excomulgadas
“Bueno, entonces puedes usar sandalias” murmuró Dee

mirándole con esa mirada de malas pulgas que él amaba

“Hasta tengo esmalte de uñas perlado de sobra”

Jake se echó a reír y en ese mismo momento, su teléfono móvil sonó. Su sonrisa

se convirtió en ceño fruncido mientras cogía el teléfono de su cinturón y

respondía. “Reynolds”

“Al habla Jarred Savage” dijo una voz profunda “Le devuelvo la llamada”

“Sheriff” le respondió Jake, y las cejas de Dee se movieron hacia arriba “Le

llamé para saber cómo iba la investigación de la desaparición del ganado de

Dee McLeod”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Entiendo que estás trabajando con la aduana” El tono de voz era al mismo que

cuando hablaba “¿Cual es su interés por los robos?”

“Varios factores” Jake volvió la espalda a Dee y se dirigió a la cocina “Me

gustaría quedar con usted para ver si podemos hacer progresos en esta

situación”

Cheyenne McCray – Fueg


Después de quedar a una hora para encontrarse con el sheriff, Jake abrió el

refrigerador y sacó todo el pan integral, tomates, jamón, lechuga, mayonesa y

mostaza. “¿Estás lista para el sándwich?” gritó él.

“Claro”

Cuando él empezó con el almuerzo, preguntó, “¿Qué tal un té helado? Y tal vez

un par de ibuprofenos para acompañar”

“El remedio hará el doble de efecto”

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El Club de las Excomulgadas
Cuando Jake terminó, cogió los platos de papel y los llenó con

los gruesos bocadillos y patatas fritas y fue a la sala y los

colocó sobre la mesa de café. Después de haber cogido el analgésico, las tazas

de té y toallitas de papel para utilizar como servilletas, se sentó en el extremo

opuesto del sofá.

“Entonces, ¿Sobre qué iba la llamada?” Dijo Dee entre bocado y bocado de su

sándwich. “¿Has descubierto algo?”

Jake negó con la cabeza. “Me reuniré con Savage el lunes”

“¿Por qué quieres implicarte?” Mordió crujiente patata frita mientras le

estudiaba. “Esto no tiene nada que ver contigo”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dejó el bocadillo en el plato y se encontró con su mirada de frente. “Cariño si

alguien se mete contigo, infiernos, entonces sí que tiene que ver conmigo”

“Difícilmente” Dee se encogió de hombros y jugando con otra patata. “No has

estado involucrado en mi vida durante diez años. No existe razón alguna para

todo esto y que te metas en mis asuntos”

Cheyenne McCray – Fueg


Su instinto le decía que le respondiera que era mejor para ella que se

acostumbrase a esto porque él iba a estar permanentemente en su vida de

ahora en adelante. Pero también le decía que ella estaba frustrada y lo último

que quería era que le objetara en su vida mientras estaba intentando ganarse su

confianza.

Ambos guardaron silencio mientras comían el resto de su comida, y era un

silencio cómodo. Se sentían tan condenadamente bien estar allí con ella. Él no

pudo dejar de fijarse como la camisa ajustada se agarraba a sus pechos y como

esos shorts minúsculos cubrían tan poco de sus largas piernas.

78
El Club de las Excomulgadas
“Tenías toda la razón” dijo ella, entregándole a Jake su plato

vacío al terminar de comer “Ese fue el mejor bocadillo de

jamón”

“Es mi primera y única especialidad” puso los platos de papel y los vasos

encima de la mesa. “Eso para tirar” Él se deslizó más cerca de Dee, levantándole

las piernas de la silla. Tan suavemente como pudo, movió a Dee para que

quedase con la espalda contra el cojín del brazo del sofá y su culo encima de su

regazo.

“¿Qué estás haciendo?” Murmuró en voz baja y vibrando directamente en su

pene.

“Sólo quiero hablar… a solas” Rozó con los labios sobre su frente “No he

Fuegoo Salvaje - Wild I


tenido muchas oportunidades desde la última noche en la que saliste

corriendo”

El comenzó a levantar la cabeza, pero Dee deslizó las manos alrededor de su

cuello y en sus cabellos y le empujó hacia ella.

Cheyenne McCray – Fueg


“Ya he tenido suficiente conversación.”

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 5
Los labios de Jake tocaron de inmediato los de Dee, su hambre creció, tan

profunda y feroz que supo que nunca estaría satisfecho. La razón fue

directamente de su cabeza hacia abajo, a la región sur, directamente a su pene.

Tocando su cabello con las manos, Dee se pasó la lengua por encima de sus

labios. Tan dulce, su lengua sensual que siempre usaba para volverlo salvaje,

ahora lo volvía loco.

Los gemidos suaves brotaron de su garganta, cuando ella le pellizcó su labio en

la parte inferior. Él gimió y su lengua fue empujando en su boca, con su propia

hambre y necesidad.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Tenía que probarla. Tenía que sentirla. Sus brazos apretados alrededor de ella,

mientras exploraba su boca con la lengua, entrando y saliendo, dejándole saber

exactamente como quería follarla.

Con un movimiento rápido, le quitó el clip del pelo y dejó caer la masa de rizos

sobre sus hombros.

Deslizó sus dedos en su melena salvaje, imaginándose a los dos desnudos, con Cheyenne McCray – Fueg
su pelo como fuego sobre su piel.

Dee se retorció sobre su regazo cuando le besó, su redondo y pequeño trasero,

rozando contra su pene. Él estaba tan malditamente duro, que tenía miedo de

que sus pantalones vaqueros estallasen.

Ella abrió los botones de su camisa, entonces deslizó su mano dentro,

arrastrando sus dedos en el vello de su pecho, a través de sus pezones

endurecidos, y hacia abajo, hasta la cintura de sus vaqueros.

80
El Club de las Excomulgadas
Antes de que ella pudiese ir más abajo, él sacó su mano y

rompió su beso.

“Te necesito” Susurró ella.

Jake sonrió y lanzó su mano recorriendo con su dedo hacia abajo por la línea de

su mandíbula, sintiéndola temblar con su toque.

Sus ojos enfocados en él, Dee tomó la mano de su rostro y la llevó a su pecho.

“Tócame, Bebé” Murmuró ella con aquella voz ronca que él amaba, usando el

nombre por el que lo llamaba, cuando solían hacer el amor años atrás.

Bebé.

El modo en que la palabra salió de su boca sensual, y sentir el pezón contra su

Fuegoo Salvaje - Wild I


palma, casi lo deshizo. Jake notó que ella no llevaba sujetador, se dio cuenta de

lo bien que se sentía. La suavidad, el calor, el seno abundante de Dee, envió una

corriente de lujuria por su cuerpo.

Con su dedo pulgar y el dedo índice provocó sus pezones a través del fino

tejido, y después acercó la boca a sus pechos. Ella jadeó y curvó la espalda,

Cheyenne McCray – Fueg


cuando él le lamió y la chupó a través de la tela.

Cuando su camiseta estuvo mojada por su boca, Jake se la quitó hasta exponer

sus pechos. “Dios, eres magnífica”

Él acarició las hinchadas cumbres con sus ojos y sus manos, rodeando los

rígidos picos de su pecho. Dee tenía unas bonitas tetas, grandes y llenas, sus

pezones de un color rosa oscuro, y tan duros que parecían piedra. Y si, ella era

como satén que él tocó, de la misma manera como recordaba. “¿Estás segura?”

Él murmuró.

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El Club de las Excomulgadas
“Oh, sí” Los ojos de Dee estaban tan oscuros por la pasión, que

casi parecían esmeraldas. “Quiero más” Ella deslizó sus manos

por el pelo de Jake nuevamente y lo empujó hacia sus pechos.

Él sonrió, recordando la compañera desinhibida que había sido. Una amante

tan dispuesta y hábil, que le enseñara algunas cosas. Era como si hubiese nacido

solo para amarlo a él.

Tirando la lengua para su visión, Jake saboreó su carne salada, mientras

lentamente se inclinaba sobre su pecho, hacia la marca de nacimiento. Él la

rodeó y continuó la exploración de su cuerpo.

Dee gimió y se contorsionó en su regazo, rozando su trasero contra su pene.

Cuando él movió la boca de un pecho a otro, Jake deslizó la palma hacia abajo,

Fuegoo Salvaje - Wild I


por su barriga plana, su piel suave contra su mano callosa.

Él se paró para provocar el ombligo, arrastrando un dedo alrededor.

“Bebé, me estás volviendo loca” Susurró Dee, mientras él lentamente diseñaba

con un dedo a lo largo de la sedosa piel, por encima de la cinturilla de sus

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pantalones cortos.

Él levantó la boca del pezón que estaba devorando y miró hacia Dee. “Tú

siempre me vuelves loco”

Sus párpados pesados, sus labios hinchados por sus besos. “Quiero tu pene

dentro de mi”

Jake casi gimió en alto. “Créeme, ahí es exactamente donde me gustaría que

estuviese”

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El Club de las Excomulgadas
Era todo lo que podía decir, para no arrancarse la ropa y

enterrarse en ella como había soñado cada día, desde que

volviera nuevamente… y muchas veces en los últimos diez años.

En vez de eso, él tomó posesión de sus labios, besando duro, empujando la

lengua en su boca, mientras deslizaba la mano debajo del short vaquero y entre

sus muslos. “Abre las piernas” Él murmuró.

Ella abrió sus muslos para él, y él dejó al alcance de su mano la entrepierna de

mezclilla de su pantalón. Él trazó perezosos círculos sobre la calidez,

imaginando que casi podría sentir la humedad de su coño a través del pesado

material.

Dee movió sus caderas contra su mano, pero él deliberadamente se tomó su

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tiempo. Hizo llover besos en su cara, mientras desabotonaba el short, y aliviaba

la cremallera.

Movió los labios hacia su oreja, arrastrando los dedos por sus braguitas de seda.

“Estás tan malditamente sexy, que difícilmente me puedo controlar” Metió la

lengua en su oído y pellizcó el lóbulo. “Ayer a la noche quise echarte sobre mi

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hombro y traerte aquí. Quería follarte hasta que ninguno de los dos pudiese

caminar”

“Mi fantasía” Ella rió, suave y ronca. “Ser colocada en el hombro de un bandido

y llevada al éxtasis”

“¿Bandido, huh?” Jake sonrió y besó su sonrisa. Deslizó sus dedos bajo la ropa

íntima para provocar bajo los rizos con su toque.

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El Club de las Excomulgadas
“Sí, señor3” Ella movió su mano hacia la protuberancia en su

pantalón. “¿Cuál es tu fantasía?”

“Tú. Y aquellas ligas” con la voz ronca, por el recuerdo. “Un día tendrás que

ponértelas para mi, junto a aquel vestido” Él arrastró besos por su cuello.

“Quiero que me prometas que te pondrás aquella ropa para mí un día. Sólo

para mi”

“Si” Ella gimió y lo movió en sus brazos. “No pares”

“Levanta las caderas un poco” Dijo él, entonces empujó el short hasta sus

muslos.

Jake levantó su cabeza para mirar la forma casi desnuda de Dee en su regazo.

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Era tan bonita, que difícilmente podía estarse quieto. Apenas la cubría el trozo

de braguita melocotón, y deseó poder quitárselas con sus dientes y luego

saborear su vagina. Pero estaba no seguro si podría contenerse si estaba entre

sus muslos.

Él colocó su dedo pulgar a lo largo del centro caliente de sus braguitas, contento

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de que estuviese empapada.

Gimiendo, ella se movió contra su mano, diciéndole cuanto quería que la tocase.

Él enganchó un dedo bajo la cinturilla, mientras ella levantaba su cadera, y

deslizó las braguitas hacia abajo, hasta que atravesaban sus muslos.

Arrastrando la mano a lo largo de su pierna, gimió ante la vista del triángulo

rubio. Sus dedos se deslizaron por el pelo y tocó su vagina, en forma de copa,

con su mano.

3 En el original en castellano.

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El Club de las Excomulgadas
“No puedo esperar más” Ella llevó su mano al pecho y la

deslizó dentro de su camisa. “Necesito que me jodas”

Sonriendo, Jake movió su mirada hacia el rostro de Dee y observó como ella se

mordía el labio mientras sus dedos penetrabas las doblas suaves de su vagina.

Ella estaba tan mojada, tan lista para él. Sus ojos se agrandaron, cuando él

deslizó dos dedos en su centro caliente. Él empujó dentro y fuera, casi como le

gustaría hacer en aquel momento con su duro pene dentro de ella.

“Jake, por favor”

“Córrete para mi, corazón” murmuró con sus dedos moviéndose en su clítoris.

Ella jadeó y arqueó la espalda mientras él la acariciaba, llorando mientras

Fuegoo Salvaje - Wild I


capturaba el pezón con su boca, otra vez. Movió la lengua sobre él y luego

sobre el otro. Al mismo tiempo, sus dedos la convencieron instándola a llegar a

su final.

Cuando Dee se puso tensa en sus brazos, Jake supo que estaba llegando al

clímax, levantó la cabeza y observó su rostro. Sus labios estaban separados, sus

Cheyenne McCray – Fueg


párpados entrecerrados, mirándole fijamente. Con un temblor y un grito suave,

ella llegó. Él continuó tocándola, sin darle tregua hasta que ella lloriqueó que no

podía aguantar más.

Cuando la ola dorada del último orgasmo de Dee bajó, ella notó que Jake la

estaba observando y sonriendo, descansando su palma en su vientre, pero sin

realizar ningún movimiento para hacer cualquier cosa adicional.

Se sentía increíblemente erótica con su short contra su desnudo trasero, sus

braguitas alrededor de sus muslos y la camiseta encima de sus pechos. Sus

labios hormigueando por sus besos, y cada parte de su cuerpo aun tembloroso

y consciente.

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El Club de las Excomulgadas
Jake parecía tan bueno, tan sensual con su pelo despeinado por

sus dedos, sus ojos grises ardiendo en llamas. Sus pezones

arrugados mientras su mirada le recorría el cuerpo semidesnudo hasta su cara.

Dee acarició su mejilla, su barba despuntando, áspera contra su mano. “¿No me

vas a mostrar el dormitorio de este llamativo lugar?”

“Mmmm” Jake la besó, suave y dulcemente ahora, su boca gentil y amorosa,

con su olor a tierra rodeándola.

Sus labios viajaron por sus sensibles pechos y ella gimió, cuando su respiración

caliente se agitó sobre ellos. Pero en vez de devorarla nuevamente, él tiró de su

camiseta.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Ella movió las manos sobre la camisa de Jake, luchando por abrir el resto de los

botones.

Él puso la palma sobre sus manos, atrapándolas contra su pecho. “No, querida”

“¿Qué?” Ella aun estaba ofuscada por su orgasmo y no estaba segura de haber

oído correctamente.

“Tu tobillo. Está realmente mal y podría acabar hiriéndote. Si recuerdas, Cheyenne McCray – Fueg
nosotros éramos un poco, ah, gimnastas juntos”

Dee frunció el ceño. Realmente había olvidado su daño. La intensidad de su

deseo por Jake, apagó el latido. Como si fuera para recordárselo, el dolor

apuñaló su tobillo, e hizo una mueca.

Quería su pene dentro de su vagina, tan fuerte… el toque de sus manos y boca

en ella, y el orgasmo increíble que tuvo, sólo agudizó el deseo. Por un momento

ella intentó pensar en cómo podrían conseguirlo.

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El Club de las Excomulgadas
Pero lo que quería hacer con su cuerpo, y quería que le hiciese

con ella, no era físicamente posible sin la posibilidad de

torcerse el tobillo nuevamente.

Maldición.

Le puso los shorts, cerró la cremallera, pero no lo abotonó. Cuando ella intentó

sentarse, sólo la acercó un poco más a su pecho.

Ella hizo una mueca.

“Déjame, ya”

La expresión de Jake quedó seria. “En primer lugar, necesito saber que vamos

hacer lugar con esto. Que no continuarás alejándote”

Fuegoo Salvaje - Wild I


El estómago de Dee hizo un “flip-flop” extraño y su mano se movió hacia el

cuello. “¿Estás hablando de una relación, como la que tuvimos antes?”

“Si” Él calmó sus dedos en sus cabellos y acarició su rostro. “Sólo que ahora no

me marcharé”

Jake diciendo adiós, recordó, buscando algo mejor… no estaba listo para el
Cheyenne McCray – Fueg
compromiso…

Ella tragó, limpiando el dolor en su garganta. “¿Como lo sabré?”

“Tendrás que confiar en mi”

Pedía demasiado. Las personas que ella había amado, incluido Jake la habían

abandonado demasiadas veces. No podría soportar aquello nuevamente. Si

confiaba y él decidía que no podía lidiar con un compromiso, su corazón no se

recuperaría.

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El Club de las Excomulgadas
Dee suspiró. “Realmente no tienes ni idea de lo mucho que me

heriste, ¿no?”

Los labios de Jake se apretaron. “Sé que te herí. Pero ambos éramos jóvenes. No

sabíamos lo que queríamos en realidad o lo que buscábamos”

“Yo sabía lo que quería. Tú fuiste quien me dejó” Maldición, pero era difícil

intentar hablar con él, cuando estaba prácticamente en su regazo.

“Ambos éramos solo unos niños, Dee” Él soltó el agarre en su pelo y recorrió

con la mano la cicatriz en su mejilla. “Yo no era realmente bueno con las

responsabilidades”

“Eso es una mierda de caballo”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake elevó una ceja.

“Déjame, maldición”

Él la estudió por un momento y entonces la deslizó fuera de su regazo, de

forma que ella estaba sentada de espalda contra el sofá. A pesar de que fue

Cheyenne McCray – Fueg


suave, el dolor rasgó su tobillo, cuando él la ayudó a apoyarlo en una silla

frente a ella. Cuando estuvo acomodada, él se sentó en el extremo del sofá, con

las manos sobre las rodillas.

“Bien. ¿Qué necesitas decir?” Él preguntó tranquilamente.

“En primer lugar, ambos éramos adultos, no estábamos jugando” Dee cepilló su

salvaje cabello fuera de su rostro. “Tú no podías asumir con un compromiso así

que te huiste”

Se detuvo y se frotó la nuca de su cuello. "Mira, Dee. Lo siento. Fue eso y más.

Mi familia no tiene un buen historial en las relaciones, tampoco. Mis padres se

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El Club de las Excomulgadas
divorciaron, cuando era un crío, y el matrimonio de Nick no ha

llegado muy lejos.

“Tú no eres tu familia”

“Ahora lo sé”

Él se aproximó. Con las manos gentiles, acunó su rostro. “Comienza conmigo.

Déjame demostrarte lo que he aprendido”

Dee entrecerró los ojos, con miedo de que si continuaba examinando aquella

intensa mirada gris, no podría decir que no. No podía permitir que le rompiese

el corazón nuevamente. No podía confiar en nadie tanto.

Cuando ella continuó callada, él se alejó y suspiró. “Será mejor que te lleve

Fuegoo Salvaje - Wild I


ahora a casa”

Después de que Jake la ayudase a levantarse, él colocó su Stetson y cogió las

llaves de la encimera de la cocina.

“Puedo caminar” Dee discutió, cuando él volvió y se agachó para recogerla.

“Vaaale” Aflojó su abrazo alrededor de ella y sonó el teléfono.


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“¿No lo vas a coger?”

Él la empujó, dando la impresión de que tenía prisa. “No”

Cuando la estaba llevando a través del cuarto, el contestador automático se

activó. “¿Jackey?” Dijo una voz de mujer. “No te olvides de comprar la pomada

para las hemorroides”

Jake gimió y miró fijamente al techo, cuando la máquina se apagó.

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El Club de las Excomulgadas
Dee sonrió. “Pomada para las hemorroides, eh?”

“Es porque ella tiene dolor en…”

“¿Tu madre?”

Él abrió la puerta principal. “Uh-huh”

“Nunca me la presentaste, cuando estábamos saliendo” Ella dijo mientras

cerraba la puerta detrás de ellos.

“Ahora sabes por qué” Abrió la puerta del camino y la apoyó en la cadera.

“Dios sabe que la quiero, pero esa mujer vive para avergonzarme”

Cuando él rodeó el camino y volvió a su lado y entró, Dee dijo calmadamente.

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“Siempre me imaginé que era porque sentías vergüenza de que me conociera”

Jake paró en seco y la miró fijamente. “¿Cómo puedes pensar eso? Maldición,

mujer. Estaba orgulloso, como el infierno, de tenerte. Inteligente, sexy – caliente

como una noche de verano – ¿qué hombre no mataría por llevarte la casa de su

madre?”

El calor subió por su cuello, su mano fue detrás. “Yo solo me sentía así cuando
Cheyenne McCray – Fueg
estábamos juntos”

"Lo siento, corazón" Jake atrajo a Dee hacia él y la aplastó contra su pecho.

"Nunca quise herirte como lo hice. Y estoy seguro que nunca creíste que todo

era casi perfecto"

Ella quería disfrutar de su abrazo, permitirse fingir por un momento que

podían volver en el tiempo y comenzar todo de nuevo.

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El Club de las Excomulgadas
Pero la historia siempre tiene un modo de repetirse, y Dee no

dejaría que ocurriese.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Cheyenne McCray – Fueg

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 6
Dee arrugó la frente, mientras regaba las plantas de interior en el porche

delantero, teniendo cuidado para no lastimarse el tobillo.

Intentó apartar sus pensamientos de Jake Reynolds, empujándolos bien al

fondo de su mente. Y falló. Era domingo por la tarde luego del incidente con

Jake.

Su cuerpo ardía con el recuerdo de sus manos y su boca recorriéndola, y de

cómo le había implorado por más. Casi podía sentir su lengua lamiendo sus

pezones y sus dedos atormentando su clítoris, hasta provocarle un espectacular

orgasmo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


El recuerdo hizo que sus manos temblaran cuando inclinó la regadera, y

salpicara el agua de las hojas de las plantas hasta su blusa. Bajó la lata y se

sacudió las gotas de sus pechos con la mano libre, acariciando ligeramente sus

pezones húmedos. Sus ropas estaban mojadas y transparentes, mostrando

claramente su sostén de encaje negro y su piel.

Dee sonrió pensando en la reacción de Jake si la viera con la camisa húmeda.


Cheyenne McCray – Fueg
Cojeando siguió regando las plantas hasta llegar a la Philodendron4, que era la

última planta en el extremo más lejano del pórtico. Sus hojas en forma de

corazón de color verde, le recordaron el regalo que Jake le había dado en su

primera y única Navidad juntos. Un dije en forma de corazón, que ella había

escondido durante todos estos años.

Con un suspiro, colocó la regadera sobre una mesa llena de plantas. Encontró

un lugar en el porche no tomado por las plantas, y se inclinó contra él, con

4 http://urbanext.illinois.edu/houseplants/photos/philodendron.jpg

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El Club de las Excomulgadas
cuidado para no golpear su tobillo. Apoyada en una columna

se permitió relajarse y apreciar la belleza del lugar por algunos

momentos.

Se había rodeado de seres vivos bellos, a los que podía dar amor y cuidar.

Cosas que no podía rechazarla.

Que no la abandonarían.

Las campanas de viento que oscilaban en las vigas de la baranda tintinearon

melodiosamente, cuando el viento las tocó levemente. La brisa acarició las

mechas sueltas del cabello de Dee y enfrió sus senos, donde el agua la había

salpicado, haciendo que sus pezones se endurecieran como diamantes.

Fuegoo Salvaje - Wild I


El aroma a tierra fértil y el otoño a la vuelta de la esquina llenaban el aire.

El polvo del camino de tierra que conducía al rancho Flying M. se revolvió, y

escuchó el ruido de un vehículo. Entrecerró los ojos, preguntándose quién

podría estar llegando. Blue ladró desde el interior de la casa.

En el momento en que Dee reconoció la camioneta de Jake, su corazón se

Cheyenne McCray – Fueg


disparó.

Maldición, no estaba lista para verlo tan pronto. Apenas habían hablado cuando

la trajo a su casa en la tarde de ayer. La había colocado suavemente en el sillón,

la había besado en la frente y partido sin decir ni una palabra sobre el futuro.

Ella se agarró de una de las extremidades de la baranda, para evitar llevar sus

manos a la garganta. Sus manos se apretaban cada vez más mientras Jake

estacionaba y descendía de su camioneta. ¿Por qué tenía que estar tan bueno?

¿Por qué tenía que haber vuelto a Douglas y hacer que despertaran sus

recuerdos así como su pasión?

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El Club de las Excomulgadas
Jake se dirigió hacia el porche, con pasos fluidos y seguros.

Como él aun no la había visto, ella aprovechó para estudiar los

movimientos de sus músculos debajo de su camiseta blanca y de sus vaqueros

Wranglers ajustados. La barba sombreaba su mandíbula apretada, los ojos

escondidos bajo su Stetson.

Lujuria. Pura lujuria era lo que sentía, cada vez que veía a este hombre.

Como si él la sintiese, giró su mirada hacia Dee y frunció el ceño. Subió

corriendo los escalones del porche y llegó a ella antes que tuviera tiempo de

formar un pensamiento coherente.

Sus dedos dolían de tanto apretar la baranda, de lo contrario podría lanzarse

hacia él implorando que la follase. “¿Qué haces aquí, Jake?” Preguntó

Fuegoo Salvaje - Wild I


intentando mantener una voz casual.

El observó su tobillo vendado y luego su rostro diciendo “No deberías estar

de pié”

“Estoy bien” respondió Dee

Cheyenne McCray – Fueg


“Como el infierno” Dijo él inclinándose cerca y sujetándole las caderas,

apresándola. Él olía carne calentada por el sol y menta, una combinación

embriagante que hizo tambalearse sus sentidos. “¿Tengo que amarrarte a la

cama para impedir que te apoyes en ese maldito tobillo?”

Ahora, el pensamiento que surgió en su mente le hizo hervir la sangre. Jake

atándola a la cabecera de la cama. Desnuda.

El calor la atravesó mientras levantaba el mentón. “Aun no has respondido a mi

pregunta, Jake Reynolds. ¿Por qué estás aquí?”

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El Club de las Excomulgadas
Su cara estaba tan cerca de ella que deseó que la besara.

“Satanás. Ese becerro del diablo” La voz de Jake era un susurro suave, y tenía

los ojos fijos en su boca, pero luego sus miradas se reunió con la suya. “Pensé

que tal vez te vendría bien un poco de ayuda para domarlo”

“Su nombre es Imp5” Dee tragó saliva, lista para atacar. “Y puedo manejarlo”

“Uh-huh” Él se puso rígido, se apartó y el aire se precipitó de nuevo en sus

pulmones. “¿Cuando entenderás que está bien pedir ayuda cuando se

necesita?”

Ella pasó su trenza sobre el hombro. “No necesito tu ayuda”

“Algunas cosas nunca cambian” La esquina de su boca se curvó. “Sigues siendo

Fuegoo Salvaje - Wild I


una mujer obstinada”

“Dijo el burro”

Jake negó con la cabeza y se echó a reír, pero luego su expresión se volvió seria

“Me preocupan las cosas que están ocurriendo por aquí” Hizo un gesto con el

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pulgar señalando las montañas detrás del rancho “¿Tienes alguna idea sobre el

tráfico de drogas que circula por allí? ¿Cuántos extranjeros indocumentados son

introducidos a través de las propiedades de por aquí?” Se paso una mano por

sus cabellos negros. “Y una buena parte de tu ganado ha sido robado”

Dee frunció el ceño “¿Qué quieres que haga? ¿Qué haga las maletas y lo

abandone todo?”, agitó una mano hacia los barracones y los corrales. “Este es

mi sustento, este es el modo en que los rancheros viven, no puedes esperar que

le dé la espalda a todo”

5Imp: Demonio

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El Club de las Excomulgadas
Con la mandíbula visiblemente apretada Jake respondió “No

pareces muy preocupada por tu seguridad”

“Estoy bastante preocupada” Suspiro profundamente. “Y no solo por mí

misma, sino también por todos los demás rancheros, y por la gente que vive por

estas bandas. Pero lo único que puedo hacer es vivir un día a la vez y esperar

que la ley se encargue del problema”

Él asintió, pero no parecía nada feliz. “Bien, cariño. ¿Quieres que te lleve a la

cama para descansar ese tobillo, o al establo para hacerme compañía?”

Cama. Pero no para descansar - para que me folles, infiernos.

Por Dios, todo en lo que ella podía pensar era sexo con este hombre.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dee suspiró, intentando ignorar el hormigueo en su coño. “Establo” dijo

sabiendo perfectamente que él no se iría hasta conseguir aquello por lo que

vino. “Pero puedo caminar”

Él se curvó descansando las manos en los hombros de ella manteniéndola en el

lugar. El calor de sus palmas quemaba sobre su fina blusa y sus pezones

Cheyenne McCray – Fueg


endurecidos. Jake le dio esa lenta y sensual sonrisa, que enviaba todos sus

pensamientos a volar fuera de su mente.

Su mirada recorrió la blusa salpicada de agua, movió su mano a través de uno

de sus montes hinchados y luego la miró directamente a los ojos. “Mmmm,

encaje negro. ¿Las bragas a juego?”

Aquellas bragas a juego estaban positivamente empapadas. “¿Te gustaría

descubrirlo?”

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El Club de las Excomulgadas
“Uh-huh” Jake sonrió y puso sus grandes manos en la cintura

de Dee, “¿Debo llevarte encima de mi hombro, como si fuera

tu bandido?”

El calor de su cuello se extendió hasta su rostro. En parte por la vergüenza de

haberle dicho su fantasía y él la había recordado. Y en parte, porque estaba tan

excitada que quería saltar sobre él.

Un sentimiento posesivo se apoderó de Jake mientras deslizaba sus brazos

alrededor de Dee. Enganchó sus rodillas dejándola sin aliento cuando la tomó

en sus brazos. Infernos, tal vez ella no necesitara ser llevada, pero a él le serviría

cualquier escusa para abrazarla.

Acarició con la nariz sus cabellos, mientras la acunaba. Dios, que bien olía. La

Fuegoo Salvaje - Wild I


sentía tan suave. Sus pezones prominentes junto con el espectáculo del su

sostén de encaje negro a través de esa blusa húmeda, era casi más de lo que

podía controlar.

Mierda, estaba más duro que un poste.

Cheyenne McCray – Fueg


Mientras la llevaba desde los escalones del porche al establo, ella se aferró a él.

“Jake, tienes que parar con esta actitud machista. Estamos en un nuevo siglo y

yo no soy una pobre mujercita indefensa”

Sonriendo, acomodó mejor su peso a medida que se acercaba al establo “¿Qué

tal si cuando tu tobillo esté curado dejo que seas tú quien me lleves?”

“Si me gusta la idea” Dijo ella soltando una risita, el sonido se filtró en la sangre

de Jake como la lluvia cayendo en el desierto reseco.

“Mira donde pisas” Dijo ella cuando entraron en el establo. “Uno de los peones

juntó el abono y suciedad en el corredor fuera de los barracones”

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El Club de las Excomulgadas
El semental negro asomó la cabeza por encima de su portón y

relinchó mientras Jake colocaba cuidadosamente a Dee sobre

un fardo de heno. Sus manos se deslizaron lentamente apartándose de su cuello

y por sus brazos, el leve roce de sus dedos puso a Jake más caliente que Arizona

en julio.

Ella apartó la mirada de él en dirección a la plaza donde el becerro miraba

entre los listones. “El bandido solo deja que yo me acerque”

“No puedo decir que lo culpe por ello” Jake murmuró.

Dee fingió ni haberlo escuchado. “Imp se inquieta si Jess o uno de los peones

se acercan a él”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“¿Cómo llamas a lo que vi cuando entre aquí el otro día?”

Ella levantó una ceja, una sonrisa traviesa en sus labios “¿Intentarás esposarlo

nuevamente?”

“Sólo como último recurso” Jake fue hacia el oxidado y maltratado tambor de

cincuenta galones6, donde guardaban la avena dulce en los tiempos en que salía

Cheyenne McCray – Fueg


con Dee. Cuando levantó la tapa el olor de melaza y avena lleno el aire

mezclándose con el olor del polvo, paja, y fertilizantes del establo. Usando una

lata, tomo un poco del alimento, cerró el barril y volvió a la valla de Imp. El

becerro era del mismo color negro que las piedras llamadas de Lágrimas de

Apache7 , su pelaje suave y elegante.

6 1 galón = 3,7854118 litros, por lo que el tambor o depósito tiene poco menos de 190 litros

7 http://imagenes.solostocks.com/m1_2792801/obsidiana-lagrima-apache.jpg, también conocida como obsidiana

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El Club de las Excomulgadas
“Es una belleza” Evitando los excrementos de caballo fresco

dispersos delante de la cuadra, Jake se agachó y colocó la lata

con la avena en el suelo. Miró al becerro y luego hacia Dee “¿Cuánto tiempo

hace que lo tienes?”

“Poco más de una semana, se lo compré a un ranchero del norte. Es un

campeón” Ella negó con la cabeza mientras sonreía diciendo. “Ahora mismo, es

el campeón del dolor-en-el-trasero”

“Si este tío crece mucho más antes de que logres domarlo, hará mucho más que

golpear tu trasero”

Dee se recostó hacia atrás, apoyando las manos en el fardo de heno a ambos

lados de sus caderas. El movimiento provocó que sus pechos subieran y la blusa

Fuegoo Salvaje - Wild I


se abriese, exponiendo más del encaje negro.

Una vívida fantasía llegó a Jake. De él sentado en la bala de heno con Dee en su

regazo, no llevando nada más que el sujetador de encaje negro y un par de

ligas. Ella tenía la cabeza inclinada, los ojos cerrados, el pelo castaño cayendo

sobre sus hombros. De él empujando en su centro, y ella cabalgándolo duro y

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rápido.

“Sólo necesito pasar más tiempo con él”, estaba diciendo Dee, su voz ronca

interrumpiendo el video erótico que giraba en la mente de Jake.

“Ah, sí” Él apenas pudo controlar un gemido, cuando volvió a prestar atención

al becerro. Jake cambió de posición arrodillándose en la suciedad del suelo

intentando aliviar de alguna manera la presión en la delantera de sus

pantalones. Tenía que conseguir apartar de su mente el cuerpo sensual de Dee y

ayudarla a domar a Imp.

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El Club de las Excomulgadas
La idea del becerro lastimando a Dee, fue suficiente para

mantener a raya su lujuria. Sabía que no estaría de acuerdo con

su ayuda, y estaba seguro que intentaría trabajar con Imp por su cuenta. Con su

esguince de tobillo, no sería capaz de moverse lo suficientemente rápido para

evitar lesiones más graves.

Mujer testaruda.

Jake habló en voz baja con Imp, en un tono suave, intentando hacer que el

becerro se acostumbrase a él y al sonido de su voz. Imp dio una patada a la

puerta de su establo con los ojos ardientes. Bufó, escupiendo mocos a las manos

de Jake, y Dee sonrió disimuladamente.

Jake se limpio los mocos en sus vaqueros, mientras seguía diciéndole tonterías.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Cuando el pequeño diablo se calmó un poco, Jake se levantó y buscó el cabestro

del becerro. Después de amarrarlo al final del establo, colocó el cabestro en la

cabeza de Imp.

Los ojos del becerro llamearon. Luchó y tiró, arrojando su peso de lado a lado.

Fueron unos buenos diez minutos, antes de que se calmara finalmente. Su

Cheyenne McCray – Fueg


respiración subía y bajaba como un fuelle avivando un fuego, un brillo salvaje

todavía se reflejaba en sus ojos.

“Tú y yo vamos a ser muy buenos amigos” dijo Jake al becerro y luego miró

sobre su hombro hacia Dee. “No importa lo que puedas pensar”

Ella frunció el ceño al becerro, su mano fue a su garganta. “Estás pidiendo algo

imposible”

“No” Dijo dándose la vuelta y desatrancando el portón y dejándolo abierto. “Si

hay algo que aprendí desde que te conocí, cariño, es que nada es imposible”

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El Club de las Excomulgadas
“Siempre tuviste una gran dosis de autoconfianza” Murmuró

Dee.

Sonriente, tomó la lata de alimento y entró en el establo, moviéndose

lentamente. Cogió un puñado de avena y la sostuvo debajo de la nariz del

becerro. Los ojos de Imp brillaban y bajó la cabeza. Cuando Jake comenzó a

caminar hacia atrás, su bota resbaló en un montón de estiércol. Al mismo

tiempo, Imp se estrelló contra su muslo.

La avena voló de las manos de Jake cuanto el perdió el equilibrio. Cayó hacia

atrás, aterrizando forzosamente en su trasero. La avena dispersa, la lata

rodando en el suelo y él escuchando carcajadas detrás de él.

“Buenos amigos” Dijo Dee.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake la miró por encima del hombro y vio que ni siquiera estaba intentando

parar de reír. Él sonrió.

“No he terminado por que me haya tirado”

“Hablas como un hombre que no sabe cuando parar”

“Me gane ese derecho” dijo apoyando sus manos en el suelo, solo para sentir su Cheyenne McCray – Fueg
palma aterrizando en algo frío y suave con un aroma desagradable. “Ah,

mierda”

“Eh, ¿estás bien?” Dee preguntó entre más carcajadas.

Mirándola desde abajo, le dio una sonrisa irónica. “Nada que una ducha no

cure”

Ella le señaló hacia el sur con el dedo pulgar. “Justo después del establo de

Dancer hay un lavabo y una barra de jabón”

101
El Club de las Excomulgadas
Después de que Jake se lavó las manos, pasó otra hora con el

becerro del diablo, determinado a hacer algún progreso en su

relación. De vez en cuando observaba a Dee y la descubría mirándolo con

expresiones que iban desde la diversión a la preocupación a la frustración. Y tal

vez… ¿deseo?

Ah, ¡infierno! Él la había lastimado todos aquellos años atrás, pero no tenía la

menor intención de hacerlo de nuevo. De alguna manera haría que ella viera

esto y conseguiría que confiase en él de nuevo.

De momento le preocupaba que ella intentase domesticar al becerro sola y

acabara lastimando algo más que su tobillo.

Cuando terminó de trabajar con Imp, Jake limpió el establo y rastrilló el

Fuegoo Salvaje - Wild I


estiércol fuera del pasillo, a pesar de las protestas de Dee. Ella había comenzado

a levantarse para ayudarlo, y él había amenazado con ponerla sobre sus

rodillas.

Eso la hizo callar.

Cheyenne McCray – Fueg


Esta vez, cuando la tomó en brazos de nuevo para llevarla a la casa, ella puso

los ojos en blanco. “Muy bien, Tarzan. Si esto te hace feliz”

Él la recogió, velando por su tobillo. “Y yo que pensé que era un bandido”

Dee gimió, mientras sus mejillas se volvían de un bonito color rosa. “No vas a

olvidar eso, ¿verdad?”

“No”

“Maldita sea”

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El Club de las Excomulgadas
Jake se acercó del establo a la casa, apretando a Dee en sus

brazos. Subió las escaleras de la puerta de principal, acomodó

a Dee para a poder coger el picaporte. “Quiero que me prometas algo”

Los ojos verdes de Dee le dieron una mirada cautelosa. “Depende”

Giró el picaporte y dejo salir a Blue. El cachorro ladró y bailó alrededor de sus

pies un rato antes de correr hacia fuera.

“No te metas con Imp hasta que tu tobillo esté mejor. Espera un par de

semanas” dijo mientras cruzaba la sala y la llevaba hacia la enorme mecedora

en la que ella había estado sentada ayer.

“Estás bromeando, ¿verdad?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Después de acomodarla, él se sentó en el sofá junto a ella.

“Es en serio” Se inclinó hacia ella, manteniéndole la mirada testaruda con la

suya. “El becerro es un bicho fuerte, y es propenso a lastimarte”

“Pero...”

“Sin peros. Se tengo que jugar al bandido y amarrarte a tu cama, lo haré”


Cheyenne McCray – Fueg
Dee se ruborizó y Jake tuvo que sonreír. Por la expresión de su rostro, ella

estaba visualizando más de lo que él quiso decir con aquellas palabras.

Infierno, tendrían que intentarlo algún día. El solo pensarlo le proporcionó una

erección inmediata y negó con la cabeza. Siempre que estaba alrededor de Dee,

era como un adolescente con una erección permanente.

Ella levantó la barbilla. “No puedo ignorar a Imp durante dos semanas”

103
El Club de las Excomulgadas
Él pasó la mano por sus mejillas sin afeitar “Vendré todos días

después de salir del trabajo”

Dee pestañeó. “Yo... esto no es necesario”

“Suelo salir cerca de las tres” Jake se puso en pie y se paró cerca de la mecedora.

“Puedo salir tal vez un poco más tarde, dependiendo de cómo vayan las cosas.

Pero, estaré aquí”

Otra mirada de protesta relampagueó por su rostro. Antes de que ella pudiera

decir otra palabra, Jake puso la mano sobre su boca. Sus labios eran suaves

contra sus dedos, y él no pudo reprimir un gemido que subió por su garganta.

Sus ojos se abrieron, cuando él retiró su mano inclinándose hacia ella. Supo que

Fuegoo Salvaje - Wild I


podía besarla y que ella le devolvería el beso. Pero, ahora no era el momento, y

él quería de ella más que su deseo.

Él quería su corazón.

“Te veo mañana” murmuró mientras rozaba su frente con los labios.

Cheyenne McCray – Fueg


Un débil estremecimiento recorrió a Dee, cuando él levantó la cabeza vio que

sus ojos estaban cerrados. Ella los abrió mientras él acariciaba con un dedo su

mandíbula, y leyó el deseo en sus ojos. Antes de que Jake tuviera tiempo de

apartarse, Dee lo agarró del cinturón y comenzó a desabrocharlo.

“Ah, ¿Dee?”

“Sólo déjame ver tu polla” Su rostro era toda intención, y maldita sea estaba lo

suficientemente cerca para besar su entrepierna, mientras ella desabotonaba sus

vaqueros y bajaba el cierre.

104
El Club de las Excomulgadas
Jake no podía pensar con claridad con las manos de Dee sobre

él, gimió. “No comiences algo que no tienes intención de

terminar”

Ella dio un sonido de satisfacción cuando su pene salto de su ropa interior “Me

había olvidado de lo enorme que eres”

“Uh, gracias” Su cuerpo vibró con la lujuria cuando Dee envolvió sus dedos

alrededor de su gruesa longitud.

“Quiero saborearte” murmuró, mirando fijamente su pene, y entonces lo lamió

la cabeza con un largo golpe de su lengua.

Cada pensamiento abandonó la mente de Jake, cuando Dee rodó su lengua

Fuegoo Salvaje - Wild I


sobre él, alternando sus manos entre explorar la suave nube de pelo alrededor

de sus testículos y acariciándolo.

“Entra en mi boca” dijo ella, con sus labios flotando justo encima de su polla.

Él gimió agarrando su trenza y atrayéndola hacia sí. Ella rió satisfecha, antes de

deslizar sus labios sobre su pene y bajarse sobre él. Jake empujó sus caderas

Cheyenne McCray – Fueg


hacia adelante y hacia atrás, hundiéndose dentro y fuera del calor húmedo de

su boca.

Dee lo observaba, mientras él se miraba a si mismo deslizándose dentro y fuera

de ella. “Voy a correrme, cariño” Él agarró con más fuerza su trenza.

Ella respondió chupándolo más duro, llevándolo más profundo en su garganta.

Jake gimió cuando gozó, moviendo su pene dentro y fuera de su boca, hasta

que ella hubo tragado cada gota de su semen. Él respiraba con dificultad y aun

estaba semi duro cuando sacó su polla de su húmeda boca.

105
El Club de las Excomulgadas
Dee se lamió los labios y le sonrió. “También sabes mejor de lo

que recordaba”

Jake sonrió. “Bueno, por qué no...”

“Yo, ¿Dee?” La voz de un hombre se escuchó por detrás de Jake, viniendo de la

cocina.

El corazón de Dee comenzó a latir con fuerza y el calor enrojeció sus mejillas

mientras Jake metía su polla de nuevo en sus vaqueros y subía la cremallera. Él

los estaba abotonado, cuando pasos de botas se escucharon más próximos.

“Estás aquí...” la voz del hombre se calló y el único sonido era el del cinto de

Jake mientras lo abrochaba.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Hum, aquí mismo, Jess” Dijo Dee mientras Jake se movió entre ella y su

capataz.

Ella intentó levantarse de la mecedora, pero Jake la empujó de vuelta.

“Descansa el tobillo” exigió, sin aparentar siquiera estar al menos un poco

avergonzado por haber sido descubierto en el acto.

Bueno, prácticamente atrapados en ello. Cheyenne McCray – Fueg


Jess levantó una ceja, con una mirada divertida en su hermoso rostro.

“Disculpa, jefa. No quise interrumpir cualquier cosa. Los dejaré solos…”

“Jess este es un viejo, uh amigo, Jake Reynolds” Dee luchó para parecer

compuesta mientras los presentaba. “Jake, este es Jess Lawless, mi capataz”

“Nos conocimos ayer” Jake saludó con un rápido movimiento de cabeza a Jess

mientras descansaba su mano detrás de la mecedora de Dee.

106
El Club de las Excomulgadas
Con una sonrisa de conocimiento, Jess metió los pulgares a

través de las presillas del cinturón. “Aduanas, ¿cierto?”

“Si” Dee empujó su trenza sobre su hombro. “Y entonces, ¿qué pasa?”

Jess se acercó a Dee y Jake, su sonrisa se desvaneció en una mueca. “La cerca

fue cortada a lo largo del pasto norte y otra docena de Angus ha desaparecido.

Nuestro rebaño disminuyó cerca de dos tercios de su tamaño”

Dee se apretó la frente con los dedos, como para forzar las palabras de Jess a

apartarse. “No podemos permitirnos eso. Y ciertamente no podemos

permitirnos colocar guardias veinticuatro horas alrededor de todo el perímetro

de mil acres8”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Encontramos estos donde la cerca estaba cortada” Jess metió la mano en el

bolsillo trasero y sacó un par de cortadores de alambre con mango de goma

roja.

“Déjame echarles un vistazo” Jake extendió su palma tomo la herramienta de

Jess “De uso bastante común y obviamente usados regularmente. Las marcas de

Cheyenne McCray – Fueg


oxido dicen que no cuida de sus herramientas - las deja por ahí tiradas a la

intemperie” Jake giró las cuchillas y examinó la hoja. “Por las marcas de

desgaste supongo que él es diestro”

“O ella” Dee interrumpió. Cuando Jake puso los ojos en blanco, ella sonrió.

“Hey, creo en la igualdad de oportunidades también entre ladrones”

“Puede ser” La boca de Jake hizo una mueca, cuando le devolvió los cortadores

a Jess. “Me parece recordar que vi a Kev Grand usando un par como este para

reparar su cerca hace algunos días”

81 acre= 4.047m2 por lo que 1000 acres son unos 4 km2

107
El Club de las Excomulgadas
Dee frunció el ceño. “Kev no estaría involucrado con el ganado

desaparecido. Es agresivo y directo, pero no es tipo de persona

capaz de hacer algo así. Además, los malditos ladrones están robando su

ganado también”

Jake tuvo que admitir que conoció a Grand siempre como un hombre honrado,

aunque fuese un hijo de puta.

“¿Alguien más tiene problemas con estos ladrones?” Preguntó Jake.

Jess negó con la cabeza, mientras guardaba la herramienta en su bolsillo trasero.

“Sólo Grand, de acuerdo con Ryan Forrester”

“El ayudante del sheriff, ¿cierto?” Jake cruzó los brazos alrededor de su pecho.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Se reunió con él en el rancho de Grand”

“Si” Jess enganchó los pulgares en su cinto. “Los ladrones parecen ir sólo por

los Angus negros. Kev Grand es el único ranchero que perdió algunas cabezas,

pero nada como Dee aquí” Una mirada reflexiva cruzó los fuertes rasgos de

Jess. “Algunos rancheros vecinos tienen Angus, pero la mayoría solo tienen

Cheyenne McCray – Fueg


Hereford y Brahma. Hasta ahora, ninguno de ellos ha presentado ningún grupo

desaparecido”

Recostándose en su mecedora, Dee apoyó su pulsante tobillo en el cojín. “El

departamento del sheriff está tan ocupado, que no nos están dando mucha

atención”

“Será mejor que me vaya” Jess se despidió de Dee con su sombrero. “Tengo

depósitos de material que comprobar”

Un golpe sonó en la puerta y Jess la abrió. “Hola, Catie,” saludó con el

sombrero mientras dejaba a la rubia entrar.

108
El Club de las Excomulgadas
“Hola, Jess” Catie lo miró irse y entonces suspiró antes de

girarse hacia Dee. Sus grandes ojos chocolate se abrieron aun

más. “Oops. Lo siento. No sabía que estabas ocupada”

“No, en absoluto” Dee intentó no apretar los dientes. Por lo general le alegraba

ver a su mejor amiga, pero ahora quería estar a solas con Jake. Aun tenía su

sabor en la boca, y no estaba lo suficientemente cerca.

Después que Dee presentó a Jake y a Catie el uno al otro, Jake se inclinó y rozó

los labios de Dee. “Te veré mañana”

La decepción era evidente en Dee. Pero mierda, no iba a mendigar. “Vale”

Él deslizó el dedo sobre su nariz y le susurró al oído. “Que no se te olvide. Si

Fuegoo Salvaje - Wild I


eres una chica mala, voy a tener que jugar a ser un bandido y amarrarte a tu

cama”

“¿Es una promesa?” preguntó cuándo él se apartó.

Jake le guiño un ojo y dirigió a la puerta.

Cheyenne McCray – Fueg

109
El Club de las Excomulgadas
Capítulo 7
Dee hizo una pausa en la limpieza del establo de Imp para secarse el sudor de la

frente con el dorso de la mano. Sintió el soplar de la fresca brisa de octubre

agitando sus cabellos sueltos en sus mejillas, enfriando su piel.

Era jueves, casi dos semanas desde su lesión. Su tobillo aun estaba un poco

rígido y adolorido, pero hasta donde a ella le concernía, estaba recuperándose y

no necesitaba de la ayuda de nadie, sin importar lo que Jake Reynolds pudiese

pensar.

Los ladrones habían dejado en paz su ganado el último par de semanas, gracias

a Dios. Pero, por desgracia, había oído que otros rancheros habían perdido

Fuegoo Salvaje - Wild I


varias cabezas de ganado. Cuando le preguntó a Jake si sabía algo sobre eso, él

apenas le dio la respuesta habitual, “La oficina del Sheriff está trabajando en

ello”

Su estómago se llenó de mariposas al darse cuenta de que Jake estaría allí en

cualquier momento y al mismo tiempo, una puntada de dolor, al recordar que

Cheyenne McCray – Fueg


su acuerdo estaría llegando al final.

No. No lo lamentaba. Estaba encantada por qué no tendría que seguir tolerando

más su rutina de bandido. Dee hizo una mueca y apartó una mosca de un

manotazo. Sí, bueno. En realidad extrañaría tenerlo cerca.

Imp se recostó por su muslo y ella acarició al becerro detrás de sus orejas. “Tú

lo extrañarás también ¿verdad?” murmuró, la chispa diabólica estaba todavía

en sus ojos, pero ya no estaba tan bien dispuesto a embestir a cualquiera que se

le acercase.

110
El Club de las Excomulgadas
Dee suspiró y volvió a trabajar en la limpieza del establo del

becerro. El olor del establo, a heno y estiércol de caballo, la

confortaba. Mucho más lo hacia el olor masculino de Jake. Cuando él estaba

cerca se sentía tranquila, sin embargo, también se sentía salvaje e inquieta y un

poco más que imprudente.

Cada día Jake se había presentado, en cualquier momento desde la tarde hasta

la noche, dependiendo de cómo hubiese sido su día. Dee había esperado – había

querido - que él aprovechase el tiempo que pasaban juntos para que intentase

quitarle la ropa.

Pero para su sorpresa y decepción, él no lo había intentado. Ni siquiera entró en

la casa para tomarse un té helado, cuando ella se lo ofreció. Pasó todo el tiempo

Fuegoo Salvaje - Wild I


con Imp, y cuando terminaba con las reparaciones de las vallas y los cercados

preguntaba si había cualquier otra cosa que necesitase. Después rozaba sus

labios con los de ella y se marchaba.

Dejándola tan frustrada y ardiendo por él, que ya no sabía qué hacer consigo

misma. Todo el tiempo, Jake no hizo más que darle castos besos, cada minuto

con él era una forma violenta de tortura sexual.

Pero maldita sea si ella volvería a rogarle a un hombre que la jodiera.


Cheyenne McCray – Fueg

Mientras ella lo miraba trabajar con Imp, domando al becerro poco a poco, Dee

no podía dejar de desear sus manos sobre ella. Su toque gentil sobre su piel. Sus

labios calientes, ardiendo recorriendo sus pechos, su lengua buscando sus

pezones.

“Contrólate, Dee MacLeod”, murmuró, mientras juntaba el estiércol de Imp del

corral y del corredor.

111
El Club de las Excomulgadas
Dee. Apenas algunos días alrededor de Jake y comenzó a

pensar en sí misma como Dee nuevamente.

Se dio cuenta que perdería más que su presencia masculina, perdería su

compañía diaria. Mientras él se ocupaba de Imp ellos conversaban sobre todo y

nada. Jake le contaba sobre su día de trabajo, y conversaba sobre su madre y su

hermano. Ella le confiaba sus preocupaciones sobre los ladrones, le contaba

sobre sus planes para mejorar el rebaño y la crianza de razas para el

campeonato.

Conversar con él era fácil y natural. Eso le hizo darse cuenta cuan inmadura

había sido su relación hacía diez años. Ellos conversaban sí, pero su relación

era ardiente y apasionada, más sexo que substancia.

Fuegoo Salvaje - Wild I


En estas últimas dos semanas lo único de lo que no habían hablado era del

futuro de su relación.

Amistad, se forzó a recordarse a sí misma.

“Niña mala” La voz profunda de Jake retumbó a su espalda.

Cheyenne McCray – Fueg


Dee gritó y se giró bruscamente casi derribando el rastrillo “¡No me asustes

así!” Le dio un puñetazo en sus musculosos bíceps y él sonrió.

“El acuerdo eran dos semanas, cariño” Él tomó el rastrillo de sus manos y lo

colocó a un lado y luego puso manos en sus hombros. “Aun tengo un día más”

Su tempestuosa mirada la capturó haciéndola sentirse como si estuviera en el

borde de un precipicio, solamente un pasó y ella se arrojaría en él.

112
El Club de las Excomulgadas
Lentamente se inclinó hacia él, intoxicada con su olor a tierra y

a potente sexualidad, “Mi tobillo ya está bien”, murmuró,

asombrada por haber encontrado su voz.

Él le frotó los brazos a través del ligero tejido de la camiseta, sintiendo su piel

arder, y sonrió. “Compláceme”

Oh, como me gustaría complacerle. En el establo, a plena luz del día - o en cualquier

lugar.

Jake rozó sus labios en los cabellos de Dee, y se apartó para tomar el rastrillo.

Los músculos de sus brazos y de su espalda se marcaron mientras él trabajaba y

ella apenas contuvo un suspiro.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dee frunció el ceño y se alejó. Mientras, Jake trabajaba con Imp, ella se ocupo

de cepillar a Shadow. El semental castrado relinchó de placer y mordisqueó su

trenza. Apenas podía dejar de observar a Jake y verlo siendo tan gentil como

era con el becerro.

Por primera vez, en las dos semanas en que habían estado juntos apenas

Cheyenne McCray – Fueg


hablaron. Era un silencio sociable, pero ella ya lo extrañaba.

Cuando terminaron, Dee caminó con Jake hacia su camioneta. Un atardecer

embriagador despertaba en el horizonte, oro, rosa y púrpura rayando el cielo

sobre las Montañas Mule.

Se pararon frente a su camioneta. Dee evitó su mirada y arrastró sus dedos

sobre el parachoques reparado. “Parece bien”

Jake se recostó contra el capó y en su línea de visón. “¿Tienes tu Rover de

vuelta?”

113
El Club de las Excomulgadas
“Si. El taller hizo un buen trabajo” Ella agitó su cabeza. “No

puedo creer que golpease tu camioneta así”

Él se rió. “Si hubieras visto tu cara, cariño”

“Te pareció divertido”

“¿Por qué no lo celebramos?”

“¿El qué?” Dee deslizó sus manos en los bolsillos de atrás de sus vaqueros y

sacudió la cabeza. “¿La reparación de tu camioneta?”

“La domesticación de Imp. Tu tobillo está mejorando” Él extendió las manos y

la tomó por las muñecas, sacándole las manos de los bolsillos y apretándolas. Al

sentir su toque una corriente eléctrica le recorrió todas las terminaciones

Fuegoo Salvaje - Wild I


nerviosas del cuerpo.

“Cenamos mañana”, murmuró. “Te recojo a las ocho”

Ella tragó. “¿Cómo amigos?”

“Como lo que tú quieras” Jake sonrió y apretó sus manos. “¿Te gusta la comida

mexicana?”
Cheyenne McCray – Fueg
“Si” Dee retiró sus manos, de las de él con miedo de que percibiera que estaba

temblando. Usó un tono ligero y de burla. “No te atrases, vaquero. Estaré con

hambre”

Él sonrió de aquella forma matadora que la volvía del revés. “Yo ya estoy

hambriento”

***********

114
El Club de las Excomulgadas
Las entrañas de Jake se contraían, faltando la última milla

entre su oficina y la puerta de Dee. Había pasado el día

rastreando a los ladrones, pero acabo en un callejón sin salida frustrado como el

infierno.

Cuando Jake había llamado a Jarrod Savage, el sheriff estaba fuera de la oficina,

y Jake había acabado conversando con el ayudante Ryan Forrester. Forrester

había sido el vaquero con quien Dee bailó en la noche del rodeo, cuando había

acabado con un tobillo torcido. El simple pensamiento de que otro hombre

había tenido a Dee en sus brazos, era lo suficiente para querer patearle el

trasero al tipo.

En cuanto a la conversación telefónica, Forrester no había sido de mucha ayuda.

Fuegoo Salvaje - Wild I


El ayudante del sheriff estaba muy despreocupado con toda la situación.

Jake estacionó delante de la casa de Dee, preguntándose ¿si alguno de los

rancheros locales podría estar involucrado, o eran solo gente de fuera?

Cualquiera que fuese la respuesta, no podía seguir pensando. En este momento

su mente necesitaba una cosa, y sólo una cosa. Después de una respiración

Cheyenne McCray – Fueg


profunda y lenta, salió de su camioneta, en dirección al porche y la puerta de

Dee. Sentía a su garganta apretada, estaba nervioso. Nervioso. Era su primera

‘cita’ real con ella, desde que había vuelto a Douglas, y no quería hacerlo

explotar.

Las últimas dos semanas habían sido infernales, forzándose a mantener la

distancia con Dee. Tenía la intención de llevar las cosas lentamente, sin presión.

Dándole tiempo a su relación de crecer y a ella la oportunidad de confiar en él

nuevamente.

115
El Club de las Excomulgadas
Pero cuando la puerta se abrió y vio a Dee, todas las buenas

intenciones desaparecieron, y fueron substituidas por un

furioso deseo. Apretó las manos y tragó realmente duro.

Dee sonrió, con sus ojos verdes. Había arreglado su cabello rojo sobre la parte

superior de su cabeza con un estilo sexy, como si se hubiera levantado de la

cama después de que la hubieran jodido. El vestido negro minúsculo, solamente

alcanzaba la mitad de sus muslos, revelando sus piernas sensuales y largas.

Piernas que él quería rodeando su cintura, bien apretada, mientras empujaba su

polla en su interior mojado. Tuvo que controlarse para no agarrarla y llevársela

a la cama en ese instante.

Como si ella pudiese leer sus pensamientos, Dee suspiró y pasó la punta de su

Fuegoo Salvaje - Wild I


lengua sobre su labio inferior.

La mujer no tuvo piedad.

Jake se acercó y metió su dedo debajo de una de las delicadas tiras que

sostenían su vestido. “Dios, estas magnifica, cariño”

Cheyenne McCray – Fueg


Dee sonrió seductoramente. “Tú también te ves bien”

Su mano fue a aquel lugar sensible en la base de la garganta. Su mirada siguió

descendiendo hacia la cantidad generosa expuesta. Sus pezones se alzaron bajo

el fino material, y tuvo que esforzarse para no dejar caer su mano de su hombro

sobre sus pechos.

“Dame un segundo” La voz de Dee era baja y ronca cuando se apartó de su

toque. “Déjame coger mi bolso”

116
El Club de las Excomulgadas
Cuando ella caminó hacia la cocina, él casi gruñó en voz alta

ante la vista de sus medias negras abrazando sus piernas bien

formadas. Una línea negra recorría la parte posterior de las medias – medias

que deberían prohibirse por lo que le hacían a un hombre. Por no hablar de los

tacones que llevaba. Todo su atuendo gritaba sexo, y tenía una erección que lo

probaba.

Intentando algún control sobre su cuerpo, Jake respiró hondo y pensó en el

trabajo. Pensando en cualquier cosa, tratando de apartar sus pensamientos de lo

que haría con el cuerpo de Dee.

Definitivamente no le estaba yendo muy bien.

La piel de Dee hormigueaba por donde Jake la estaba tocando, mientras la

Fuegoo Salvaje - Wild I


guiaba tomándola del codo hacia ‘Los Dos Hermanos’9, un restaurante muy

popular en Douglas. Los sonidos de risas y voces, el tintinear de platos y la

música mariachi llenaron el aire. Tentadores olores de comida mexicana

provocaron que su estómago rugiera.

El lugar estaba repleto de gente pero no tuvieron que esperar mucho antes de

Cheyenne McCray – Fueg


que la anfitriona los escoltara hacia un rincón reservado. Sarapes y sombreros10

decoraban las paredes, cestas estratégicamente organizadas de calabazas de

colores, y piñatas11 que se balanceaban de las vigas expuestas del techo.

Jake se deslizó en un banco cerca de Dee, quien sentía su cercanía sólida y viril.

Cuando ella lo miró, él le dio una sonrisa devastadora, haciendo que se

estremeciese desde los cabellos hasta los dedos del pie.

9 Original en castellano

10 Original en castellano

11 Contenedores para los juegos, repleto de dulces, que una persona con los ojos vendados debe romper golpeándolo
con un palo para que caigan los dulces

117
El Club de las Excomulgadas
Después que ordenaron, el camarero les trajo sus bebidas y

Dee tomó un trago largo de su margarita. La mezcla de sal en

el borde del vaso y el limón cítrico rodaron sobre su lengua. Necesitaba

relajarse y apreciar la noche, y esperaba que el margarita le ayudase con eso.

Los ojos tempestuosos grises de Jake la buscaban, llenos de pasión y algo más.

Algo que hizo a Dee preguntarse si podría existir un ‘felices para siempre’.

No era probable. Ella no era Cenicienta.

Aunque últimamente Jake había sido una especie de Príncipe Encantado. Un

devastadoramente guapo, salvaje vaquero de príncipe.

Una sonrisa surgió provocativamente en su boca.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Él arrastró sus dedos por los labios de Dee. “¿A qué se debe esa sonrisa?”

“Es una tontería”

“Dime”

Dee bajó los ojos sobre su margarita, lo llevó a los labios y tomó un buen trago.

Raramente bebía, y podía sentir su cuerpo aflojarse debido al alcohol. Tal vez
Cheyenne McCray – Fueg
soltase sus inhibiciones también, y consiguiese tener a Jake donde quería.

En la cama, entre mis muslos.

El calor enrojeció sus mejillas mientras le volvía a mirar. “Estaba pensando que

has sido un vaquero-Príncipe Encantado las dos últimas semanas”

Su boca se curvó en una sonrisa lenta y las líneas finas en las esquinas de sus

ojos se marcaron.

La cara de Dee se enrojeció aun más “Te dije que era una tontería”

118
El Club de las Excomulgadas
“Cenicienta” Su voz era un murmullo ronco mientras le

acariciaba el hombro, dibujando círculos perezosos en su

desnudo brazo con los dedos. “¿Eso significa que si encuentro tu zapatito de

cristal serás mi princesa?”

Su toque era sensual e hipnótico, agitando su sangre, encendiendo las llamas

por todo su cuerpo. Ella tembló, sintiendo cada fibra de su ser intensamente

consciente de él, queriéndolo.

Sus pechos dolían, apretándose contra la seda tensa de su vestido. Sus traviesas

medias y ligas se sentían eróticas, y quería que Jake explorase su cuerpo y

descubriera exactamente que llevaba puesto debajo de su vestido. Necesitaba

sus caricias, sus besos.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Cuidado” dijo una voz rompiendo el hechizo lujurioso de Dee. “Está caliente”

Estoy caliente. Tan caliente.

Dee pestañeo volviendo a la realidad, cuando la camarera apareció con los

platos. Jake sonrió y dejó su brazo alrededor de su hombro y comenzó a comer

Cheyenne McCray – Fueg


de su plato la combinación de enchiladas, tacos y frijoles refritos.

Estaba muy caliente.

Ignorando su propio plato, Dee levantó su margarita y tomó un largo trago

mirando a escondidas a Jake por debajo de sus pestañas.

No era de comida de lo que ella estaba hambrienta.

La verga de Jake se endureció cuando Dee se subió a la camioneta y se sentó a

su lado. El aroma a azahar y lluvia se mezclaba con el olor de su tapicería de

cuero.

119
El Club de las Excomulgadas
Cuando salieron del estacionamiento del restaurante, Dee

descansó su cabeza en su brazo, su cuerpo caliente contra el

suyo. Lo siguiente que supo fue que su mano estaba en su muslo. Poco a poco,

arañando con sus uñas, bajó hasta su rodilla, y luego subió más alto. Sin llegar a

la cadera y luego de vuelta a su rodilla.

El corazón golpeaba en su pecho mientras guiaba su camioneta por Douglas, su

cuerpo ardiendo, su polla tan dura que podría usarla como palanca de cambio

de marchas. Él condujo con una mano y capturó los atrevidos dedos de Dee con

la otra. Sabía, tan cierto como que el sol nacería, que ella lo quería, y seguro

como el infierno, que él la quería.

Ella suspiró y se acurruco más cerca. “Gracias por la maravillosa cena”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Casi no comiste”

“No tenía hambre de comida” Su voz estaba repleta de promesas sexuales.

La erección de Jake creció tanto que le dolía. Él quería enterrar su polla dentro

de ella más que cualquier otra cosa. Quería tocarla y probar su coño y hacerla

Cheyenne McCray – Fueg


gritar cuando explotara de placer.

Cuando Dee no pudo soltarse de su agarre, se movió en su asiento, apretando

sus pechos contra su brazo. Él gimió, cuando ella comenzó un asalto erótico,

mordiendo su hombro a través de la camisa. Ella movió su otra mano por su

pecho bajando sus dedos hasta la cintura.

“Dee”, murmuró con advertencia y deseo combinado.

Lentamente, alzó la vista hacia él. “¿Qué?” Preguntó inocentemente.

“Si no te estás quieta, tendremos un accidente”

120
El Club de las Excomulgadas
“Mmmm” Ella corrió suavemente sus dedos sobre la

protuberancia que amenazaba reventar su cierre, acariciando

suavemente su polla. “Eso sería una lástima”

“Me estas matando, mujer”

Jake no supo cómo logró llegar al rancho sin salirse de sus vaqueros. Dee no

había parado y su polla estaba tan dura por ella, que en el minuto que alcanzó

su casa, quiso subirle la minúscula falda a su cintura y tomarla en la cabina.

Tan pronto como aparcó la camioneta y apagó las luces y el motor, Dee enredó

los dedos en su cabello y tiró de él hacia ella atrayéndolo. Lo besó tan

hambrientamente que él lo sintió hasta la suela de sus botas.

Fuegoo Salvaje - Wild I


La lujuria lo consumió cuando ella empujó la lengua en su boca. Dios, qué bien

sabía. Tenía un sabor propio y único, mezclado con el cítrico del margarita.

Dee apartó sus labios, y se arrodilló dejando sus pechos al mismo nivel de la

boca de Jake.

“Tócame”, susurró.

Jake tomó sus pezones con la boca y ella gemía mientras la lamía y chupaba a Cheyenne McCray – Fueg
través del fino tejido del vestido. Le levantó la falda hasta su cintura, gimiendo

al descubrir que ella estaba usando ligas y un minúsculo tanguita.

“Necesito sentirte”, murmuró mientras acariciaba sus caderas a través de la

ropa íntima de seda. “Tengo que probarte”

“Por favor, bebé” Dee gimió mientras él pasaba su boca de un pezón a otro,

mordisqueándola, empapando el fino material. Él deslizó su mano entre sus

muslos húmedos y ella jadeó cuando sus dedos acariciaron su coño.

121
El Club de las Excomulgadas
Mientras la acariciaba, Dee apretó las manos en su cabello y

sacudió sus caderas. “Te quiero dentro de mí, ahora”

“Goza para mi, cariño” Jake chupaba su pezón más duramente y aumentó la

fuerza de sus golpes entre sus piernas. “Goza para mi”

“¡Jake!” Gritó cuando sintió su orgasmo golpearla dura e rápidamente.

Él siguió frotando su clítoris sacando su clímax hasta que ella le pidió que se

detuviera. Sacó la mano de sus bragas y ella se deslizó sobre sus rodillas,

dándole besos por toda la cara hasta que encontró los labios de Jake. Su culo se

frotaba contra su erección mientras su lengua se deslizaba en su boca.

“Dee” gruñó. Tenía a una mujer salvaje en sus brazos y quería clavar su polla

Fuegoo Salvaje - Wild I


en ella, ahora.

“Fóllame” ella exigió.

“Dios, si” Él tiró de su vestido.

Ella subió sobre él a horcajadas – y la bocina de la camioneta sonó tan fuerte

Cheyenne McCray – Fueg


que parecía que Jake llegaba arrastrándose.

La luz del porche se encendió, inundando de luz la camioneta. Dee se

sobresaltó y giró la cabeza para mirar hacia la casa. Pestañeando debido al brillo

de la luz, dijo “¿Quién infiernos es?”

Jake deslizó a Dee de su regazo, ajustando su correa y asegurándose de que su

vestido estuviera en su lugar. “Parece ser una mujer”

Antes que Dee tuviese la oportunidad decir nada más, él salió de la camioneta.

Blue se precipitó, ladrando y aullando su saludo. Jake miró hacia la casa

observando la silueta de la mujer parada en la puerta abierta.

122
El Club de las Excomulgadas
“¿Dee, eres tú?” Llamó la mujer.

“Si” Dee respondió saliendo de la cabina de la camioneta. “Estoy bien, Catie”

“Ya era la maldita hora” Dijo Catie con una sonrisa. “Estaba por enviar un

destacamento para buscarte. Te esperaré dentro” agregó y cerró la puerta.

Dee gimió mirando a Jake. “Se me olvidó que ella vendría esta noche para ver

películas”

Jake cerró la puerta de la camioneta. “¿No es tarde?”

“Ella siempre llega tarde. Le dije que viniera a las nueve, y es probablemente las

diez ahora” Dee se encogió de hombros cuando él deslizó su mano por ellos

llevándola hacia la puerta de la casa. Ella caminaba tambaleándose en sus pies,

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probablemente por los margaritas, y a él le preocupaba que lastimase

nuevamente su tobillo. Se detuvo y la tomó en brazos para subir los escalones.

“¡Hey!” Ella se abrazó a su cuello. “No más cosas de hombre’

Jake gimió al sentir el suave cuerpo en sus brazos, y una mano en el muslo

Cheyenne McCray – Fueg


vestido de seda. “Créeme. Esto realmente me duele mucho más que a ti”

Cuando él la depositó frente a su puerta, ella se agarró a sus brazos para

estabilizarse, y frunció el ceño. “Lamento que nuestra noche termine así”

“Me gustaría poder verte mañana” Él puso su dedo debajo de su barbilla. “Pero

es el cumpleaños de mi madre y Nick y yo prometimos pasar el día entero con

ella. Luego el domingo debo cuidar de unas cosas sobre un caso en el que estoy

trabajando. Te llamaré durante la semana, ¿de acuerdo?”

Dee asintió con la cabeza. “Claro”

123
El Club de las Excomulgadas
Él sonrió y le dio un suave beso, y luego se apartó. “La

próxima vez que salgamos, ponte el pequeño conjunto blanco

que llevabas en el baile del rodeo. Me muero por volver a vértelo puesto”

“De acuerdo” Susurró.

*****

Dos semanas.

Habían pasado casi dos semanas y Jake no había llamado.

Y los malditos ladrones, habían robado otras cuarenta cabezas de ganado de los

rancheros vecinos, y la maldita policía local hacía caso omiso a sus llamadas

telefónicas.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Y así era como ese SOB Jake había prometido ayudar con las cosas cuando se

pusieran difíciles. Frunció el ceño ante el vestido halter color marfil en su

armario, tentada de hacer una bola con él y enterrarlo en un rincón

nuevamente.

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Un día después de que Jake la trajo a casa después de su cita, había lavado el

maldito vestido y lo había reparado. La lujuria la había llenado con el

pensamiento de estar con Jake, y había necesitado usar su vibrador en más de

una ocasión.

Por un breve momento, consideró llamarlo para saber por qué no había tratado

de contactar con ella, pero el orgullo no se lo había permitido. No iba a

implorar que el hombre subiese a su cama y la jodiese.

124
El Club de las Excomulgadas
Por Dios. ¿Cuál era el problema con ella, de todas formas? No

quería una relación y se lo había dejado bien claro. Tal vez por

eso se mantenía lejos. Tal vez había encontrado a alguien más. Lo que no hacía

una diferencia para ella.

Entonces, ¿por qué la idea de él con otra mujer la llenaba de rabia?

Dee suspiró y cerró la puerta del armario. Se dio la vuelta y casi tropezó con

Blue. El Collie Border, aullando y corriendo salió fuera del cuarto con sus ojos

arrepentidos mirándola como si estuviese en problemas.

“Disculpa, cariño” murmuró. “No quise pisarte”

No, era a Jake a quien le gustaría estar dando un puntapié ahora.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Comenzó a dirigirse a la cocina, pero se paró en su oficina. Como si no fuese

ella misma, deslizó el cajón superior, y luego el compartimiento oculto. En el

interior estaba el tesoro que significaba más para ella que cualquier otra cosa: el

medallón de su madre, un hilo de perlas negras que había ganado en la feria del

condado, cuando tenía doce años y que había regalado a Dee; un pedazo de

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turquesa que su padre había encontrado en Bisbee.

Y la cadena que Jake le había dado cuando cumplieron tres meses saliendo. Ella

la había dejado en el fondo del cajón hacía muchos años y lo había olvidado.

Más o menos.

Hasta ahora.

Dee no estaba segura de porqué sus manos temblaban mientras la retiraba de la

caja. Era de rico marfil con el nombre del joyero grabado en oro a través de la

tapa.

125
El Club de las Excomulgadas
Levantó la tapa y contuvo el aliento. Había olvidado lo bella

que era. La cadena de oro brillaba a la luz, y el colgante parecía

brillar contra el terciopelo marfil. Era una olivita12 en forma de un gran corazón,

bordeado en oro.

Jake se lo había dado por Navidad. La olivita podía no ser considerada una

piedra preciosa, pero el conjunto era una de las cosas más preciosas que había

recibido nunca. El regalo venía de su corazón. Jake había dicho que lo había

hecho hacer especialmente para ella, porque combinaba con sus ojos. Y ya que

era la piedra de su nacimiento le traería buena suerte.

Mucha suerte le había traído.

Ella empujó el joyero hacia la parte de atrás del compartimiento, cerró el cajón y

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caminó hacia la puerta. Podría hacer algunas compras en el supermercado.

*****

Dee empujó el carrito de supermercado casi lleno y paró para tomar unas cajas

de cereal. La cabeza le dolía y no estaba de humor para hacer las compras, pero

Cheyenne McCray – Fueg


el frigorífico y la despensa estaban vacíos.

Mientras lanzaba un paquete de café gourmet en su carrito, Dee no podía dejar

de pensar de nuevo en lo que Jake estaría haciendo y por qué no había llamado.

¿Y por qué no hizo nada con relación al deseo que sentía por ella?

Ella casi había suplicado al hombre que la jodiera. Dos veces.

Sus mejillas quemaban, cuando colocó un frasco en forma de oso de miel al

carrito y jarabe de chocolate. Bueno, él se lo perdía.

12 http://ecx.images-amazon.com/images/I/41Q43d4o-yL.jpg El nombre de esa gema viene del Francés arcaico peridoto,


que a su vez es derivado del griego, pero su significado es incierto. Debido a su color verde-oliva, también es conocido
internacionalmente como olivita, que es justamente el nombre de su familia.

126
El Club de las Excomulgadas
Ella miraba su lista de compras cuando dobló la esquina en el

departamento de artículos varios. Sólo algunas cosas más y

podría volver a casa a disfrutar de una tarde tranquila.

Pasta de dientes, champú…

De repente, su carrito impactó con el carrito de otro cliente.

Dee se tambaleó hacia atrás. Las palabras de disculpa murieron en sus labios en

sus labios cuando vio que había colisionado con Jake Reynolds.

Él se apartó del exhibidor delante de él y le ofreció esa sonrisa lenta y sexy que

hacía que sus rodillas temblaran.

“¿Tienes algo en contra de cómo estoy conduciendo, cariño?”

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El calor la atravesó mientras levantaba la barbilla. No estaba dispuesta a dejar

que viera cuanto había herido sus sentimientos al no llamarla como había

prometido.

Ella espió su carrito prácticamente vacío y vio un tubo de Preparado H entre el

Cheyenne McCray – Fueg


pan, la mortadela y crema de cacahuete. “¿Las hemorroides te dan problemas?”

Ella levantó una ceja.

Él hizo una mueca. “Uno particularmente grande”

El exhibidor al que él se estaba acercando le llamó la atención.

Preservativos. Probablemente él se estaba preparando para su próxima

conquista. Hizo un gesto hacia los paquetes de preservativos. “¿Piensas tener

suerte?”

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El Club de las Excomulgadas
Por lo menos el tuvo la decencia de parecer avergonzado. Pero

al minuto siguiente, su expresión se volvió sensual cuando

murmuró, “Dímelo tú”

“Si. Seguro” Dee agarró con fuerza el carrito de compras y forzó una sonrisa

brillante. “Bueno, tengo que irme” Comenzó a rodearle con el carrito. “Nos

vemos por ahí”

“Hey” Jake la sujetó del brazo antes de pudiera pasar.

Ella lo cortó con una mirada. “Déjame ir”

En vez de soltarla, él le acarició el codo con el dedo pulgar, provocando con su

toque la piel sensible. “¿Qué está mal?” Una expresión genuinamente perpleja

Fuegoo Salvaje - Wild I


cruzo su rostro.

Dee puso los ojos en blanco. “Oooh, vamos a ver. Estuvimos malditamente

cerca de joder en tu camioneta, no me llamas durante dos semanas cuando

dijiste que lo harías ¿y esperas que caiga rendida en tu cama?”

“Ya veo” Su tono estaba un poco áspero, con la mirada en un acerado gris.

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“Lawless no te dio el mensaje”

Con el ceño fruncido, Dee preguntó, “¿Qué mensaje?”

“Te llame antes de marcharme, pero tu capataz cogió el teléfono y dijo que

estabas verificando los tanques de almacenamiento”

Jake soltó el brazo de Dee y se apoyó en el carrito. “Fui enviado a California, en

el último minuto para ayudar a acabar con una importante red de contrabando

de vínculos con un caso en el que estoy trabajando aquí. Llegué anoche”

128
El Club de las Excomulgadas
“Oh. Jess debe haberlo olvidado” El calor le subió del cuello

hacia sus mejillas. Su enojo con Jake murió como las llamas

bajo una lluvia torrencial.

¿Jess lo olvidó?

¿Lo olvidó a propósito?

No importaba. Ella acababa de matar al hombre, y no había hecho nada,

mierda.

Dos semanas de sufrimiento, de tanta rabia por nada. La ira de Dee se

desvaneció en vergüenza.

“Te he echado de menos” El modo como Jake la miró se lo aclaró todo. Se sintió

Fuegoo Salvaje - Wild I


tranquila nuevamente, e inmediatamente agitada, entonces… mojada con la

lujuria. “Planeé llamarte hoy, luego de conseguir algunas cosas para mi madre”

Ella asintió con la cabeza sin saber que decir.

“Quiero llevarte a un lugar especial” Él se aproximó más cerca, a pocos

Cheyenne McCray – Fueg


centímetros de distancia. “Esta noche”

Su cuerpo se estremeció con su cercanía, y se mordió el labio. Se había pasado

las dos últimas semanas diciéndose que era mejor que él no hubiese llamado.

Era peligroso tener a su alrededor demasiado tiempo a ese hombre. Ella estaba

perdiendo la cabeza, y él le hacía muchas cosas que ella sabía que no debería

desear.

“¿Dee?” Murmuró.

El sonido de su voz, su olor a tierra y su masculinidad pura la volvieron

salvaje. Tenía que decirle que no. No ahora, no siempre. “¿A qué hora?”

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El Club de las Excomulgadas
“¿A las siete es demasiado pronto?” El placer en su rostro era

inconfundible.

“Suena bien” Dee tragó. “¿Casual?”

“No. Con el Vestido sexy. Quiero ver aquello por lo que he estado esperando”

Su mirada estaba tan cargada de deseo que sus pechos estaban positivamente

doloridos y sus bragas mojadas.

Dios, tenía que follarlo.

Y pronto, antes de volverse loca.

Dee le dio a Jake una sonrisa seductora y se inclinó junto a él para buscar una

caja de preservativos extra-extra grandes, con estrías. Y las lanzó a su carrito.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Ella le tocó la mandíbula con la punta de los dedos. “No llegues tarde”

Murmuró y se fue con su carrito hacia la caja.

Cheyenne McCray – Fueg

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 8
Frunciendo el ceño, Dee estudió su reflejo en el espejo del cuarto. “Tal vez

debiera vestir cualquier otra cosa”

“Este vestido dice exactamente lo que quieres que diga” Catie sonrió cuando

cogió el cepillo. “Fóllame, bebé”

“Y mi objetivo es conseguirlo esta noche” Riendo, Dee pasó el cepillo por su

pelo, la masa castaña cayendo de modo salvaje alrededor de su cara y hombros.

Por milésima vez, Dee ese preguntó si estaba cometiendo un error al salir con

Jake.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Bien, ¿por qué infiernos no? ¿Por qué ella no podía disfrutar del hombre y su

cuerpo mientras durase? Disfrutar del paseo, sabiendo que con el tiempo

tendría que dejarlo.

Tanto como una parte suya deseaba algo más permanente, se negó a ceder a

aquellos sueños. Jake había hablado sobre su deseo de volver a empezar, pero

Cheyenne McCray – Fueg


había decidido hacía mucho tiempo – y ahora con frecuencia se lo recordaba -

que no confiaría su corazón y alma a alguien nuevamente.

“¿Cuando debería estar aquí?” Catie se dejó caer sobre el borde de la cama de

Dee, con sus manos por detrás de ella.

Frunciendo los labios en su reflejo, De ese puso un toque de barra de labios

melocotón. “En cualquier momento”

“Entonces ¿cómo calificarías a Jake en la cama, en comparación con los otros

hombres con los que has salido?”

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El Club de las Excomulgadas
“No puedo” Dee encogió ligeramente los hombros y se echó

un poco de perfume de azahar en cada muñeca. “No tengo a

nadie con quien comparar”

La voz de Catie se elevó, su tono incrédulo. “¿Me estás diciendo que él es el

único hombre con quien realmente has follado?”

“Bueno…” Dee cogió su bolso y echó el lápiz labial dentro, sus ojos evitaron la

mirada chocolate de Catie. “Yo sólo no llegaba tan lejos con otros hombres, y

después yo… yo me congelaba” Empujó su pelo fuera de su rostro y miró a su

amiga. “Quizá sea una Reina de Hielo, como todos piensan”

Una profunda voz de hombre. “Sé con seguridad que no lo eres”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Con un grito, Dee giró en dirección a la puerta, tirando su bolso y todo su

contenido por el suelo. El calor la inundaba, mientras sus ojos se fijaban en los

de Jake.

Él estaba apoyado sobre el marco de la puerta, sus brazos cruzados sobre su

pecho, su mirada enfocándola atentamente. Ella estaba lista para morir de

Cheyenne McCray – Fueg


vergüenza, si él hubiese escuchado que fue el único hombre con quien tuvo

sexo - eso era algo que tenía intención que nunca supiese.

Mientras su sonrisa sensual y sus ojos la quemaban, y hacía que su estómago

temblase de anticipación. Él llevaba su Stetson negro, una camisa color marfil

occidental con botones de perla, ajustados pantalones vaqueros y botas. Y

maldita fuera si no quería comérselo entero allí mismo.

“Hola” Catie saltó fuera de la cama y extendió su mano en dirección a Jake,

dándole una sacudida rápida antes de soltarlo. “Soy Catie, y me atrevo a decir

que tú solo puedes ser Jake”

132
El Club de las Excomulgadas
“Un placer” Su sonrisa sensual y el estruendo de su voz

hicieron que los pezones de Dee se apretaran, y todo en lo que

podía pensar era en quedarse a solas con él. Desnuda.

Catie sonrió hacia Dee por encima de su hombro y dijo, “Bañera de

hidromasaje. Definitivamente”, antes de volverse hacia Jake. “Yo ya me

marchaba. Que os divirtáis”

“Nos vemos. Sweetpea” Dijo Dee a su amiga, después se puso de rodillas y

juntó el contenido disperso de su bolso.

Cuando Dee oyó cerrarse la puerta principal, Jake se agachó a su lado y dijo,

“¿Bañera de hidromasaje?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Oh, nada” Sólo la idea de estar con Jake en el jacuzzi, le hizo la boca agua. Sin

embargo ella aun no quería compartirlo, de ninguna manera, con otra mujer.

¿Aunque solo fuera sexo juguetón con su mejor amiga?

La respuesta la atravesó fuerte y clara. No.

“¿Lista para marcharnos?” Dijo Jake en un murmullo ronco, su mirada

Cheyenne McCray – Fueg


rastrillando sobre ella mientras le entregaba el tubo del lápiz labial a Dee y sus

polvos compactos. “¿O planeas ir descalza?”

“Oh” Las mejillas de Dee ardieron con calor mientras rellenaba de nuevo el

bolso. “Voy a calzarme algo”

Jake la alcanzó de nuevo y sacó de su bolsillo la sandalia de Dee. “¿Buscabas

esto?”

Sus ojos se agrandaron. “¿Cómo lo conseguiste?”

133
El Club de las Excomulgadas
“Lo dejaste caer de tu Rover la noche del baile. Lo encontré

después de que te fueras”

“No puedo creer que hayas tenido mi zapato todo este tiempo” Dee sonrió a

Jake y cogió la otra sandalia de su cómoda. “Me pondré estas y entonces estaré

lista”

Ella estaba siempre lista. Lo quería mal. Ahora mismo.

Jake se acercó y sintió el calor que irradiaba de ella. “Déjame ver si el zapato

encaja, Cenicienta”

Ella inclinó la cabeza, con el ritmo cardíaco acelerado. “Y si lo hace, ¿serás mi

príncipe, vaquero?

Fuegoo Salvaje - Wild I


Su interior se derritió cuando él ofreció aquella magnífica sonrisa. “Si quieres lo

seré”

“Si” susurró.

Dee cogió la sandalia, pero él negó con la cabeza. “No, el príncipe empieza

Cheyenne McCray – Fueg


probando esto en ti” Antes de que ella pudiese responder, él maniobró sobre el

extremo de su cama, y se arrodilló frente a ella.

Él descansó sus manos en cada lado de sus caderas, su boca tan cerca de la de

ella, que podía sentir el calor de su respiración en sus labios. La sangre se le

agolpó en las orejas y la garganta se le quedó seca.

Sus ojos lentamente viajaron hacia abajo por su vestido, y su mirada siguió a la

de él. Desde sus pezones prominentes duros en el frente del vestido, por su

vientre plano, hasta las ligas que fueron expuestas bajo el dobladillo de la falda

hasta que recorrió la parte superior de sus muslos.

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El Club de las Excomulgadas
Lentamente, deslizó un dedo por la cadera, sobre la piel

expuesta, sobre la liga, y sobre la medias de encaje. Dee tragó

saliva, respirando fuerte y rápido, sus braguitas húmedas.

Continuando por el muslo a ese ritmo enloquecedor, Jake arrastró el dedo sobre

la rodilla, bajando por la espinilla hasta el tobillo. Cogió el talón en la mano,

trazando la planta de su pie y luego se lo llevó a la boca.

Ella jadeó, mientras él recorría el arco con su lengua. Sentirlo por las medias de

encaje era increíblemente erótico. La puso más caliente y más mojada, y lista

para que la follara.

Él pellizcó el dedo gordo y lo chupó, y ella pensó que estaba llegando al clímax

al sentir su dedo del pie en su boca caliente. Lloriqueó cuando se alejó y deslizó

Fuegoo Salvaje - Wild I


la sandalia en su pie.

Jake dejó su pie deslizarse fuera de su alcance, luego alcanzó y cogió la otra

sandalia de su mano. El movimiento la sorprendió. Estaba tan atenta a lo que él

estaba haciendo, que se olvidó de que la estaba sosteniendo.

Cheyenne McCray – Fueg


Sonriente, él recorrió sus dedos por la otra pierna, hasta que alcanzó el pie. Lo

acarició, como había hecho con el otro, con su lengua y su boca, y luego deslizó

la sandalia. Cuando acabó, él miró su rostro.

Alejando sus rodillas, separándolas, Jake se movió entre sus muslos, y forzó su

espalda de forma que ella estaba parcialmente reclinada y apoyando sus brazos

en la cama, detrás de ella. Él se apretó contra ella, hasta que el bulto de sus

vaqueros estuvo apretado contra la entrepierna de sus bragas mojadas. Su

rostro estaba a un centímetro del suyo, aun así, él no hizo ningún movimiento.

La besó. Movió su pene más duramente contra su coño, abriendo más sus

muslos.

135
El Club de las Excomulgadas
Dee gimió cuando él acarició su cuello, la sensación de su

barba contra su piel, encendió un fuego su interior.

De la misma manera que estaba a punto de rogarle que la jodiese, él se apartó.

“Hice reservas en Bisbee. Será mejor que salgamos si queremos llegar a tiempo”

Sorprendida y decepcionada, Dee sólo asintió con la cabeza. Ella lo quería mal.

Y lo quería ahora.

*****

Jake llevó su mano sobre la parte baja de la desnuda espalda de Dee, mientras el

camarero los llevaba a una esquina oscura del restaurante.

Esta vez, el teléfono móvil estaba apagado. Había dejado incluso la maldita cosa

Fuegoo Salvaje - Wild I


en el coche. Dejaría a los ladrones llevarse todo el ganado del condado. Esta

noche, su atención pertenecía a Dee.

Su piel estaba caliente, contra las puntas de sus dedos, y ansiaba sacarle la ropa

y deslizar su pene en ella.

Cheyenne McCray – Fueg


Allí mismo, en el suelo del restaurante.

Había sido una hazaña increíble su autocontrol para no tomarla en el momento

en que llegó a su casa. Pero no quería que ella pensase que esto era solamente

sexo, además eso era todo lo que ella parecía querer de él.

Mientras caminaban por la alfombra de felpa color borgoña y por el laberinto

de mesas cubiertas de malva, se preguntó que sería necesario para conseguir

que Dee confiase otra vez en él. Esa mañana en la tienda de comestibles había

sido obvio que ella estaba muy lejos de ese punto.

136
El Club de las Excomulgadas
Cuando llegaron a la mesa, el camarero amablemente

preguntó a Jake y Dee si estaban bien acomodados. Una sola

vela parpadeaba en el centro de la mesa, apenas dando luz suficiente para ver.

El restaurante estaba ocupado, pero por la forma en que la mesa estaba oculta a

la vista en una esquina, ellos podrían haber estado solos. Lo cual estaba muy

bien para Jake.

Dee dejó su bolso y se sacó la chaqueta y luego se deslizó en el acogedor

cubículo, intentando evitar que aquel trozo de vestido se le subiera por los

muslos.

“Deja que se suba, cariño” Pensó Jake. “Deja que se suba”

Quedándose cerca de ella, para que su pierna presionase la de ella, Jake le

Fuegoo Salvaje - Wild I


susurró al oído: “Está tan oscuro que nadie puede ver, y la mesa está escondida

de la vista”

Su mirada vagó sobre ella, y luego agregó: “Es decir, de todo el mundo, menos

de mi”

Cheyenne McCray – Fueg


“Si tú lo dices” Dee le ofreció una sonrisa maliciosa y dejó de tratar de tirar de

la falda. En cambio, ser movió y dejó que su vestido se subiera hasta la parte

superior de sus muslos.

La polla de Jake tuvo una reacción inmediata a la vista de aquellas ligas, y él

estaba realmente contento de que le camarero no pudiese ver ninguno de los

dos regazos.

El camarero con cola de caballo, les entregó un menú para cada uno. Después

de que le pidieran un aperitivo de camarones, un plato principal y las bebidas,

el camarero los dejó solos. Pero unos segundos más tarde, un ayudante colocó

dos copas de agua con hielo frente a Dee y Jake.

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El Club de las Excomulgadas
“Romántico” Dee tomó su vaso y bebió un sorbo de agua

helada, mirando a su alrededor en el restaurante.

“Uh-huh” La mente de Jake estaba hecha puré y apenas podía quitarle los ojos

de encima.

El olor de lluvia y azahar de Dee lo envolvía, afinando sus sentidos. Su pelo

grueso cayó como cobre fundido sobre los hombros, descansando sobre la parte

superior de sus pechos. La luz de la vela reflejada en sus ojos y sus labios

estaban brillantes y ligeramente separados.

La idea de lo que ella podía hacer con sus labios, maldita sea, hizo gemir a Jake

en voz alta. El tiempo que estuvo alejado, todo en lo que él había pensado era

en cuanto habían disfrutado su tiempo juntos, cuando había estado trabajando

Fuegoo Salvaje - Wild I


con Imp, y como quería verla.

El camarero volvió con sus bebidas y desapareció de nuevo en la oscuridad del

restaurante. Jake se encontró deseando que el hombre se quedase lejos. Por lo

menos, el tiempo suficiente para robarle un beso a Dee. O dos.

Cheyenne McCray – Fueg


Al diablo con el camarero.

Dee cogió su vaso de Zinfandel13 blanco y sonrió. A través de la copa de cristal

él vio su lengua presionar contra el borde, el líquido rosa rodando sobre sus

labios. Hipnotizado, él observó su garganta cuando ella tragó.

Tragó saliva, también. Tenía la garganta tan seca que no creía que pudiese

articular palabra.

13 Zinfandel es una uva tinta de la familia de las Vitis vinifera conocida en Europa como Primitivo. Fue levada a os
Estados Unidos por inmigrantes italianos e su cultivo se volvió muy popular en California

138
El Club de las Excomulgadas
Obligándose a moverse, Jake levantó la botella y llenó la mitad

de su vaso antes de volver a mirar a Dee.

El sensual juego continuó hasta que el olor de los camarones a la parrilla alertó

a Jake de que el camarero les había llevado el plato de aperitivos que habían

pedido. Dee levantó un camarón por la cola. Luego agarró el bocado entre el

pulgar y el dedo índice y lo puso delante de los labios de Jake.

“Abre”, murmuró y deslizó el camarón en su boca cuando obedeció. Jake le

chupó los dedos cuando ella los retiró y él sintió el ligero temblor de su mano.

“El sabor a ti fue la mejor parte”, dijo él mientras elegía un camarón. Sus ojos se

centraron en él, ella abrió los labios. Cuando él puso el camarón en su boca, ella

le acarició los dedos con toquecitos de su lengua.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Apenas con lo que Dee estaba haciendo con su increíble lengua, el pene de Jake

estaba tan duro que pensó que no cabría en sus vaqueros.

Ella le llevó otro camarón a la boca y su mirada se desvió a sus pechos. Él

amamantó las yemas de los dedos como quería hacerlo con sus prominentes

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pezones. Con golpes perezosos y lentos y luego con más fuerza, aplicando una

ligera succión.

Demasiado rápido, o tal vez no lo suficiente rápido, el camarón se terminó. Dee

lamió sus propios dedos a medida que le miraba fijamente, la luz de la vela

reflejando el deseo en sus ojos verdes.

El camarero llegó con sus comidas, pero ellos no lo notaron.

Jake nunca había tenido una comida que fuera una experiencia sexual como

esta. Con cada bocado que tomaba Dee le hacía sentir como si ella estuviese

139
El Club de las Excomulgadas
pensando en ir hacia abajo a su pene, lamiendo con su lengua a

lo largo de su longitud y tragando su placer.

Ella continuó dándole de comer bocados de pollo a la parrilla con sus dedos, y

él le devolvió el favor, hasta que sus platos estuvieron limpios.

“¿Postre?” Preguntó el camarero cuando retiró sus platos.

Francamente Jake quería salir del restaurante e ir a su camioneta. Nunca había

follado en la cabina antes, pero en ese momento le parecía buena idea.

Dee levantó la vista de la carta de postre y se lamió el labio inferior. “¿Por qué

no compartimos un pedazo de pastel de queso y chocolate?”

Jake malamente podía formar un pensamiento coherente, mientras toda su

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sangre estaba concentrada en su ingle, así que se conformó con un gesto rápido

con la cabeza.

En unos minutos, el camarero regresó con la ración de pastel de queso y dos

tenedores. Salsa de frambuesa rociaba un lado del postre.

Cheyenne McCray – Fueg


Dee sumergió un dedo en la salsa y lo chupó. “Mmmm, esto es el cielo”

Jake empujó su tenedor en el pastel. “Sé de algo mucho mejor”

Ella le dedicó una sonrisa seductora. “Oh, ¿de verdad?”

Manteniendo el bocado de pastel frente a sus labios, la mano derecha de Jake se

deslizó por encima de su muslo, sobre las medias de seda, y la carne desnuda

de encima.

Ella se quedó sin aliento cuando su mano viajó bajo su falda hacia el elástico de

las bragas de satén. “Jake”, susurró, pero él deslizó el trozo de pastel en su boca.

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El Club de las Excomulgadas
“Mejor que el pastel de queso” Él colocó su mano en la

entrepierna de sus bragas, y sonrió cuando sintió lo húmeda

que estaba. Encontró el borde de la tela, y sus ojos se agrandaron cuando sus

dedos acariciaron sobre los rizos.

Su mano tembló, cuando ella puso su propio tenedor en el pastel y lo llevó

hasta sus labios. El pastel estaba suave y cremoso, se derretía en su lengua y sus

dedos se deslizaban en la humedad de su coño. Él no quería nada más que

saborearla ahora mismo en vez del pastel.

“Si sigues haciendo eso” dijo Dee con evidente dificultad, “Me voy a correr aquí

mismo en el restaurante”

“Esa es la idea”, Jake siguió alimentándola con otro trozo de pastel mientras

Fuegoo Salvaje - Wild I


continuaba frotando con el dedo sobre su clítoris. “Nadie puede ver lo que

estamos haciendo”

Él la miró a los ojos, la pasión en ellos volviéndola salvaje. “Quiero ver cómo te

corres, cariño. Ahora”

Cheyenne McCray – Fueg


En el siguiente momento, la mano de ella estaba en su regazo, acariciando su

polla a través de los pantalones vaqueros. Metió el tenedor nuevamente en la

tarta, y a continuación deslizó un pedazo en la boca caliente, justo cuando ella

abrió los labios y llegó al clímax.

Su cuerpo se estremeció con una oleada tras otra de su orgasmo. Él no cesó de

tocarla hasta que sus temblores cesaron y ella se relajó contra el respaldo de la

silla.

“Oh. Dios. Mío” dijo ella, con sus ojos intentando enfocar. “Increíble”

141
El Club de las Excomulgadas
Mirando como Dee llegaba dejó a Jake malditamente próximo

al límite. Ella continuó acariciando su pene mientras le miraba

con los párpados pesados. Él deslizó la mano fuera de sus bragas y colocó la

palma sobre la de ella, parando el movimiento que lo estaba llevando al borde.

Con un suspiro tembloroso, ella se acomodó en su silla. Su mano temblaba

mientras levantaba la copa de vino. “Nunca pensé en el pastel de queso de esta

forma”, murmuró sobre el borde de la copa, y bebió el contenido antes de

dejarla.

“Yo tampoco” Jake sonrió y la besó, lamiendo un poco de la salsa de frambuesa

del borde de su boca.

El camarero se acercó para controlar la mesa. “¿Puedo hacer alguna otra cosa

Fuegoo Salvaje - Wild I


por ustedes?”

Dee meneó la cabeza y Jake dijo, “Estamos muy satisfechos”

“Gracias. Por favor, vuelvan de nuevo”

Dee explotó en un ataque de risa y Jake sonrió. “Estoy seguro de que lo

Cheyenne McCray – Fueg


haremos”

Con una sonrisa perpleja, el camarero recogió el plato de postre vacío y se

marchó. Jake sacó el dinero de la cartera y lo colocó en el centro de la mesa con

la cuenta.

Dee se limpió los labios con la servilleta y después la dejó caer bajo la mesa.

Jake levantó una ceja. “¿Qué haces?

Ella le guiñó un ojo. “Oops. Se me cayó la servilleta. Será mejor recogerla”

142
El Club de las Excomulgadas
Antes de que él pudiese decir una palabra, ella se deslizó bajo

el mantel de la mesa.

La sangre le golpeaba en los oídos. Dee no podía estar haciendo lo que creía.

“Ah, ¿Dee?” Dijo, mientras ella desaparecía.

Ella empujó el mantel fuera de su camino y se movió entre sus muslos. “Voy a

devolverte el favor”

Jake respiraba con dificultad y su erección dolía positivamente. “¿Aquí?”

“Mmmm” Los ágiles dedos de Dee, encontraron su cinto y se deshizo de él en

tiempo record. “Dijiste que nadie podía vernos. Y el camarero ya revisó la mesa,

entonces es probable que no vuelva inmediatamente. Así que vas a llegar” Sus

Fuegoo Salvaje - Wild I


palabras estaban ligeramente amortiguadas, pero el tono sexy era

inconfundible.

Jake sintió un tirón en el cierre, entonces la excitación se disparó y su polla

palpitante saltó libre.

Cheyenne McCray – Fueg


Sus ojos recorrieron todo el restaurante.

Nadie les podía ver.

¿No?

Dios, esperaba que no.

Y entonces no pudo pensar en nada más mientras la respiración caliente de Dee

lo provocaba. Lentamente, ella lo deslizó en su boca, lamiendo alrededor de la

cabeza de su polla.

143
El Club de las Excomulgadas
Él gimió, mientras se mordía en el interior de la mejilla,

luchando por contener el próximo gemido.

Como si sintiera su ventaja, Dee se fue sobre él, tomándole en toda su longitud.

Dios, su boca era caliente. Caliente. Ardiente.

Jake deslizó una mano bajo el mantel de la mesa y apretó el puño en su pelo.

Había algo en estar sentado en un restaurante y no poder ver lo que le estaba

haciendo, lo que hacía ser esta experiencia totalmente erótica.

Él se mordió en la mejilla hasta hacer sangre, conteniendo otro gemido,

mientras Dee lo tocaba con una mano, chupando y lamiendo. Su otra mano

encontró el saco suave y acarició sus bolas.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Intensas sensaciones inundaron a Jake. “Dee… Dios mío”

Él nunca había sentido algo como esto. Ni siquiera cercano.

Luchando por mantener los ojos abiertos, para tener la seguridad de que nadie

veía lo que sucedía y los arrastrasen directos a prisión, él se entregó a la boca

Cheyenne McCray – Fueg


caliente de Dee.

Malamente podía controlarse. Dulce Jesús. ¿Qué estaba haciendo con él?

El sudor resbaló por su frente mientras Dee lo llevó al fondo de su acogedora

garganta. Tan suave. Tan húmeda.

Al instante siguiente, el cuerpo de Jake se puso tenso. Él apretó los dientes para

contener el grito mientras llegaba. Ella agarró sus caderas y lo mantuvo en el

fondo de su garganta, tragando su semen hasta que la última oleada de su

orgasmo terminó.

144
El Club de las Excomulgadas
Su visión era todavía un poco nebulosa cuando se dio cuenta

de que el camarero se acercaba. Dee empezó a levantarse, pero

Jake se acercó a la mesa y presionó hacia abajo sobre su cabeza con la palma de

su mano.

“Camarero” murmuró, y oyó una risita suave entre sus rodillas.

Cuando el camarero llegó a la mesa, su mirada fue hacia la silla vacía de Dee y

después hacia el dinero.

“Quédese con el cambio” Consiguió decir Jake, su mandíbula se apretó, cuando

sintió la mano de Dee acariciando su pene. De arriba abajo. Lentamente.

Provocándole, queriendo repetir.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Y maldito fuera si no estaba duro otra vez.

“Gracias”, dijo el camarero cuando cogió el dinero. “Que tenga una buena

noche” Con una leve inclinación de cabeza se giró y se fue.

“Oh, la tengo” Murmuró Jake en voz baja.

Cheyenne McCray – Fueg


Sus manos se deslizaron por el pelo de Dee. Intentó levantarse, pero ella no se

movía. Lentamente su lengua lo trabajó nuevamente, de arriba abajo.

Estaba sudando, su cuerpo se sacudió cuando ella cerró los labios una vez más,

sobre su dureza, persuadiendo a su rigidez para entrar otra vez en su boca.

Chupando. A la presión adecuada. Con un suave rozar de sus dientes.

Sus manos se deslizaron a sus caderas, lo que le obligó echarse hacia adelante,

mientras la succión se hacía más exigente. Más insistente.

Jake la soltó y agarró la mesa.

145
El Club de las Excomulgadas
“Maldita sea” Susurró. “Maldita sea, mujer. ¿Has perdido la

cabeza?”

Dee ronroneó, y el estruendo de su voz contra el eje palpitante fue demasiado

difícil de soportar.

Jake cerró los ojos.

Permitir que todo el restaurante lo supiera. No podía importarle menos. Lo

único que importaba era la boca de Dee. El ritmo de su incesante caricia, su

gutural bienvenida, mientras ella lo llevaba, de arriba abajo, más duro y más

rápido.

La mesa se sacudió cuando él llegó, incapaz de contener una nueva ronda de

Fuegoo Salvaje - Wild I


gemidos. Su rostro ardía, y él tosió, intentando encubrir el sonido.

Afortunadamente, ella le besó varias veces más, luego se detuvo. Sintió como

ella metía su polla semidura de nuevo en sus calzoncillos y oyó el suave

deslizar de la cremallera de sus vaqueros, después fijó la hebilla del cinturón.

Una vez más, deslizó sus manos por el pelo de Dee y fue descendiendo por su

Cheyenne McCray – Fueg


cuerpo a medida que ella salía de debajo del mantel de la mesa hacia su silla.

Ella sonrió y limpió sus labios con la servilleta.

“La encontré” Dijo ella.

Jake abrió la boca, pero todo lo que le salió fue un ruidoso suspiro de

agotamiento. Se sentía como si pudiera dormir sobre la mesa. Pero no se

atrevió. ¿Quién sabía lo que podría hacer Dee después con él?

146
El Club de las Excomulgadas
Ella le sonrió, dejando caer la servilleta de su mano

temblorosa. “Tal vez deberías ser más cuidadoso con lo que

comienzas y no puedes terminar en público, Jake Reynolds”

“Lo tendré en cuenta” Su voz sonó como grava en una caja.

Dee agitó su cabeza y envolvió sus brazos alrededor de su cuello. “Sigues

siendo el hombre más excitante que he conocido”

Él apretó los labios contra su frente. “Y tú eres peligrosa, cariño”

Sus ojos verdes brillaban, y ella besó la comisura de la boca. “Me encanta tu

sabor” Se lanzó alrededor de su cuello y comprobó la cremallera de sus

vaqueros. “¿Estás listo para irnos, bebé?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake no estaba muy seguro de poder caminar en línea recta después de eso, ah,

menuda experiencia, se aclaró la garganta y asintió. “Si. Salgamos de aquí, antes

de que dejes caer alguna otra cosa”

Cheyenne McCray – Fueg

147
El Club de las Excomulgadas
Capítulo 9
La satisfacción dominaba a Dee, mientras Jake les llevaba de vuelta a la

hacienda. No podía creer lo increíble que había sido su orgasmo aumentado por

estar en un lugar público y el peligro de ser atrapados.

Oh, y como había disfrutado pagándole a Jake sus deudas, tomando su polla en

la boca debajo de la mesa. El poder que tuvo sobre él había sido embriagador.

Su liberación había sido una sensación increíble, mientras llegaba en su

garganta y como le había encantado hacerle llegar dos veces en una sola sesión.

¿Se atrevería llevarlo a un tercero?. Ella deseaba mucho montar a aquel

vaquero, y montarlo bien y duro.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Una melodía country sonó en la radio, mientras ella estudiaba sus

características, bajo la luz ámbar de las luces del salpicadero. Tan magnífico. Ese

perfil accidentado, la hendidura en el mentón, la fuerte línea de su mandíbula.

Su gran mano agarrando el volante y el pelo que se encrespaba en torno al puño

de la manga. Solo mirarle hacía doler su coño.

“¿Un centavo?” Ella le preguntó, con voz ronca.


Cheyenne McCray – Fueg
Por un segundo Jake sacó su atención de la carretera y le ofreció una sonrisa

que fundió su interior. “Tú”

Dee sonrió y le deslizó la mano por el muslo. “¿Si?”

Él asintió con la cabeza, su mirada fija en la carretera. “¿Cómo es que ningún

otro hombre logró meterse en tu cama?”

Maldita sea. Su mano se calmó y se aclaró la garganta. “Oh, has oído también

ese comentario”

148
El Club de las Excomulgadas
“Uh-huh”

Qué demonios. Encogiéndose de hombros, Dee dijo: “Tuve un par de

encuentros cuando me fui a la universidad, pero no acabé de decidirme llegar

hasta el final” Hizo una pausa y se sacudió el pelo de la cara con la mano libre.

“Y aquí, bueno, he estado demasiado ocupada dirigiendo el rancho y no acabé

de conocer a la persona adecuada”

Jake la cortó con una mirada que ella no podía leer. “¿No has salido con alguien

de por aquí?”

“Oh, sí he salido” Dee le acarició el muslo de nuevo, desde la rodilla hasta el

pliegue de la cadera, y de vuelta a la rodilla. Y si no se equivocaba, el bulto en

sus pantalones era más grande a cada segundo. “Nunca he estado dispuesta a

Fuegoo Salvaje - Wild I


dejarlos llegar tan lejos. Yo simplemente me congelo”

“No hay nada frío en ti, cariño” Él cambió en su asiento. “Toda esa increíble

energía sexual, reprimida”

Dee sonrió y le rozó ligera y rápidamente la ingle con las uñas. “¿Te estás

Cheyenne McCray – Fueg


quejando?”

Gimiendo, Jake movió sus caderas contra sus dedos. “Oh, no”

Oh, pequeña. Él se estaba poniendo, definitivamente, duro como una roca.

“¿Y qué hay de ti?” Ella arrastró los dedos hasta su musculoso vientre plano.

“¿Has tenido muchas relaciones?”

Jake se encogió de hombros, manteniendo los ojos centrados en la carretera y

viéndose notablemente incómodo. “Algunas. Nada serio”

149
El Club de las Excomulgadas
Dee se acercó, respirando su olor almizclado, y trazó su pezón

a través de su camisa. “¿Y sexo?”

Él gimió nuevamente. “¿Por qué no cambiamos de tema?”

Ella deslizó la mano hacia abajo por el estómago y la cintura de sus vaqueros.

“¿Por qué?. Tú me preguntaste a mí, y fui sincera” Aunque solo Dios sabe que

él no lo hubiera sabido si no hubiese sido tan estúpida para, en primer lugar,

permitir que se le escapase frente a Catie.

Dee puso los dedos ligeramente sobre su bulto y le apretó la polla. “Así que,

dime”

Su mandíbula se apretó y sus caderas se movieron contra su mano. “Un par de

Fuegoo Salvaje - Wild I


veces”

Sí, claro. Y ella era la Reina del Nilo.

Tal vez debería haber experimentado y haber tenido sexo con distintos tipos de

hombres para poder comparar. Honestamente, tenía la intención, y quería, pero

ningún hombre le había dado la vuelta como Jake lo había hecho. Cada vez que

Cheyenne McCray – Fueg


estaba cerca de tener sexo con un tipo, lo comparaba con Jake y se quedaba fría.

Había empezado a pensar que era frígida - mientras salía con algunos hombres.

Jake había arruinado toda posibilidad de disfrutar del sexo por el sexo con

cualquiera, salvo con él.

Apretó y acarició a Jake a través de sus vaqueros mientras estudiaba su bonito

perfil. Eso es lo que necesitaba para sacarlo de su sistema – llevarlo hasta el

fondo de su coño y fallárselo bien. Disfrutaría del viaje y después se bajaría.

Pero esta vez con los ojos bien abiertos, sabiendo que no duraría - a diferencia

de la última vez en la que pensó que estaría con ella para siempre.

150
El Club de las Excomulgadas
Jake giró la camioneta hacia el camino de tierra que llevaba al

Flying M. “Un centavo”, preguntó él cuando se aproximaban a

la casa.

Me gustaría follar tu cerebro ahora.

“Mmmm, nada”

Dee abandonó el ataque a su ingle, cuando se pararon en la casa del rancho.

Jake aparcó la camioneta y apagó el motor.

En un instante sus manos estuvieron fuera del volante, ahuecando la parte

posterior de la cabeza de Dee aproximándola a él. Ella se quedó sin aliento con

el ataque de la lengua en su boca, apretando los labios contra los suyos. La

Fuegoo Salvaje - Wild I


mano libre se deslizó dentro de su vestido sin mangas, donde capturó su pecho,

apretó y acarició.

Cuando levantó la cabeza para mirarla, su respiración era áspera y su expresión

posesiva. “Maldito sea, pero te quiero, mujer”

Dee movió los labios hacia su oído y le susurró: “Fóllame, Jake”

El estruendo en el pecho era profundo, salvaje. “Entremos en la casa” Con un Cheyenne McCray – Fueg
tirón abrió la puerta de la camioneta y salió a toda prisa.

Jake podía querer entrar en la casa para follarla, pero Dee tenía otros planes.

Cuando lo siguió fuera por la puerta del conductor, intencionadamente dejó

subirse la falda por sus muslos al salir de la cabina. Ella frente a él, exponiendo

las ligas hasta el tanga. Jake se agarró contra la puerta de la camioneta, mirando

fijamente sus muslos, como si hubiese perdido su cerebro. Bueno, ella sabía

151
El Club de las Excomulgadas
exactamente hacia donde había ido. Sur. El lugar perfecto para

dejarlo sin tornillos.

“Oops. Olvidé mis cosas” Ella se volvió y se inclinó sobre el asiento mientras

alcanzaba el bolso y la chaqueta, la falda se subió un poco más. El aire fresco

acariciaba su trasero que, gracias al tanga, estaba desnudo, ella sabía que le

ofrecía una gran vista. Movió sus caderas y entreabrió los muslos, dejando que

el vestido se subiese un poco más.

Desde detrás oyó su gemido, y luego sus manos calientes empujaron su vestido

alrededor de la cintura, exponiendo totalmente su trasero desnudo.

“Jake”, murmuró mientras le acariciaba su carne desnuda, sus manos ásperas y

posesivas. “¿Qué estás haciendo?” Como si él no estuviese haciendo

Fuegoo Salvaje - Wild I


exactamente lo que ella quería que hiciese.

“Te voy a sacar de mi cabeza, mujer” murmuró él mientras se apretaba contra

ella, sus vaqueros ásperos contra su carne.

Oh, que dura se sentía su polla a través de sus pantalones contra su culo. Sí,

Cheyenne McCray – Fueg


bueno y duro. Y era totalmente delicioso estar inclinada, mitad dentro mitad

fuera de la cabina de la camioneta con su vestido sin mangas, tacones altos,

medias, ligueros y tanga.

La besó en la espalda desnuda, recorriendo con sus labios a lo largo de su

espina dorsal y enviando escalofríos a través de su cuerpo. Puso las manos

sobre su pelo, apartándolo del cuello halter de su top y le desabrochó la hebilla.

De un tirón rápido le sacó la parte superior del vestido tirando de él hacia abajo

hasta que estuvo enrollado alrededor de la cintura.

Jake ahuecó sus pezones y ella gimió mientras él los acariciaba. Sus pechos

dolían y estaba tan mojada para él que casi podría gritar.

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El Club de las Excomulgadas
“Entremos en la casa” murmuró, su voz un ruido sordo y su

aliento tibio cosquilleó en su espalda. “Tengo lo que quieres”

“Aquí” Dee apretó sus caderas contra su pene. “Tómame aquí”

“No me tientes” Un gemido salió de su garganta, besó su nuca y le acarició los

pechos. “Necesitamos entrar”

“Te quiero dentro de mi” Dee cubrió sus grandes manos con las suyas y la

apretó más fuerte sobre sus pechos. “Fóllame ahora, Jake”

“Eres increíble” Quitó las manos de debajo de las suyas, y pudo oírle

desabrochar la hebilla, y después bajar la cremallera. Al instante siguiente sintió

su pene caliente presionando contra ella.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Oh, Dios. Qué bien se sentía aquello.

Él amasó y acarició su trasero, entonces arrastró los dedos por su hendidura.

Trabajando su camino hacia abajo, bromeó con los rizos, pero no entró en la

humedad de su coño.

Cheyenne McCray – Fueg


“Me estás volviendo loca” murmuró Dee moviendo las caderas contra su mano.

“Bien” Él deslizó un dedo en su coño caliente, acariciando su clítoris, y Dee

clavó las uñas en la tapicería de cuero del asiento.

“Si. Más” Murmuró Dee, entonces jadeó cuando él empujó dos dedos en su

interior.

Sus movimientos se intensificaron. “Me encanta lo húmeda que estás para mi”

Ella no podía esperar más. Necesitaba sentirle muy dentro. “Ahora, bebé.

Ahora”

153
El Club de las Excomulgadas
Jake apoyó la frente y murmuró contra la parte posterior de su

cuello. “No tengo un condón”

“Hay uno en la parte superior de mi media izquierda”

Con una sonrisa suave, Jake buscó alrededor de la media hasta que encontró el

paquete de papel de aluminio. Lo sacó y luego metió los dedos alrededor de la

cintura del tanga y lo hizo descender por sus muslos.

Mientras él la agarraba por las caderas con las manos, apretó su polla contra

ella. Bromeó con empujones lentos entre sus piernas, pero sin entrar en ella.

Dee apretó las manos en señal de frustración. Inclinada sobre el asiento como

estaba no podía alcanzarle – definitivamente una desventaja. Ella quería tocarlo,

Fuegoo Salvaje - Wild I


saborearlo.

Pero aun así se sentía increíble. El olor de la tapicería de piel rodeándola, junto

con el olor del aire fresco del desierto y sexo.

Él usó ambas manos para separar los labios de su coño y apretó su polla contra

la abertura. Oh, gracias a Dios. Esto era lo que ella había estado esperando. Lo

Cheyenne McCray – Fueg


necesitaba dentro y lo necesitaba ahora.

Dee gimió y movió sus caderas hacia atrás, deseando que se apresurara.

Pero él sólo bromeó con ella, torturándola, entrando un poco y retirándose

después.

Él la agarró por las caderas. “¿De verdad quieres que te folle aquí?”

“Si, maldita sea. ¡Fóllame, Jake!”

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El Club de las Excomulgadas
Con un empuje poderoso, hundió su pene en su interior. Dee

gritó, tan cerca del límite y acababan de empezar. Ella había

olvidado como la llenaba, cuan fabuloso se sentía el tenerlo en su interior.

Él se hundió dentro y fuera, lento y constante.

Demasiado lento.

“Más rápido, bebé. Más duro” Suplicó Dee.

En respuesta él golpeó en ella, con el sonido de su carne golpeando contra la de

ella en la noche. “Te sientes tan bien y apretada a mi alrededor”

“Dios, pero tú eres grande” Dee movió las caderas hacia atrás y él se hundió

otra vez en ella. “Me follas tan bien”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Sus pechos se rozaba contra el tapizado y mientras las increíbles sensaciones se

acumulaban en su interior. Sabiendo que iba a necesitar algo a lo que aferrarse,

levantó una mano y la apretó sobre el volante, mientras con los dedos de la otra

mano se clavaban en el suave cuero del asiento.

Cheyenne McCray – Fueg


La intensidad de su clímax la tomó totalmente de sorpresa. La asaltó como un

monzón de verano, y gritó. Su cuerpo se balanceaba contra el asiento, estirando

su orgasmo en olas interminables, mientras Jake seguía empujando en su

interior.

Entonces él gruñó desde el fondo de su garganta y se estremeció contra su

trasero. Ella sintió su pene palpitante dentro de ella y se apretó contra él,

queriendo sentir un poco de su liberación.

“Maldita sea, mujer” Él se hundió contra su espalda, deslizando sus manos

alrededor de su cintura y arrastrando besos por sus hombros.

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El Club de las Excomulgadas
“Mmmm” ronroneó ella, disfrutando de la sensación de

tenerlo contra ella, su polla aun en su interior. Su camisa era

suave contra su espalda desnuda, sus vaqueros gruesos contra sus muslos.

Él acarició su cuello. “Después de tu grito, tu perro probablemente pensará que

has sido atacada”

Vagamente en el fondo ella oyó el sonido de Blue ladrando desde el interior de

la casa. “Creo que podrías tener razón”

Jake se apartó y Dee gimió por la sensación de perder su polla aun dura.

Tomándola de los hombros, le dio la vuelta, tomó su rostro entre las manos y la

besó.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Oh, cómo besaba este hombre.

Movió los labios sobre los de ella, devorándola con suavidad en un sensual beso

que convirtió su cuerpo en una masa de chocolate fundido, caliente y pegajoso,

y listo para ser vertida sobre él.

Cuando sus labios se entreabrieron, él la miró y sonrió. “¿He mencionado lo

Cheyenne McCray – Fueg


increíble que eres?”

“Una o dos veces” Dee le besó en la comisura de los labios, luchando contra la

tentación de intentarlo por cuarta vez. Probablemente, el hombre necesitase

algo de tiempo para regenerarse.

Dios mío, ¿se estaba convirtiendo en una ninfómana?.

Malditamente correcto.

156
El Club de las Excomulgadas
Antes de que ella supiese lo que estaba haciendo, él la agarró

por la cintura y la puso sobre el asiento delantero de la cabina

de la camioneta, y deslizó fuera completamente el tanga.

“¿Qué estás haciendo?” Preguntó ella mientras él le extendía los muslos,

mirando su montículo.

Su voz era profunda y áspera cuando él respondió. “Necesito probarte” Le

colocó las piernas sobre sus hombros y hundió la cara en su coño.

“¡Jake!” Dee ahuecó en sus manos sus pechos mientras él chupaba y lamía su

clítoris. Ella se retorció, gritando cuando él hundió los dedos en ella, su gemido

satisfecho contra su coño envió vibraciones a través de ella.

Fuegoo Salvaje - Wild I


El asiento de cuero se manchaba con su sudor mientras él la devoraba, su

mejilla áspera por la barba rozaba contra la piel sensible de sus muslos. Ella

pellizcaba sus pezones y los retorcía apretando las rodillas alrededor de su

cabeza. Un zumbido llenó su mente y ya no pudo sentir nada más que la lengua

lamiendo su clítoris, sus dedos metiéndose en su interior, y el clímax creciendo.

Cheyenne McCray – Fueg


Cuando Dee llegó, clavó las manos en el asiento de cuero y gritó su nombre.

Jake continuó lamiendo, presionando su cara contra ella hasta que llegó al

clímax otra vez. Su cuerpo se estremeció con una oleada tras otra de

sensaciones. “¡Para!. ¡No más!”

Jake se echó hacia atrás y apoyó la cabeza en su muslo, sonriendo por lo bajo,

mientras Dee continuaba vibrando debajo de él. “Maldita sea, pero que bien

sabes, cariño”, murmuró mientras tocaba su clítoris con el dedo, provocándole

un espasmo.

“Noooo”, se quejó Dee. “No puedo soportarlo más”

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El Club de las Excomulgadas
“¿Sabes lo que dicen de la venganza?” Jake se levantó y agarró

las manos de Dee, tirando de ella para sentarla.

“¿Venganza?” Su cabeza aun estaba difusa por los orgasmos.

Presionándola para acercarla, Jake lentamente la besó. Ella probó su propio olor

almizclado en sus labios. Cuando él levantó la cabeza, sonrió. “Por esa 'baja'

experiencia en el restaurante”

“Oh. Eso” Dee recorrió con sus dedos a lo largo de la cicatriz que le hacía

parecer aun más peligroso a la luz de la luna. “Me gusta tu clase de venganza”

Después de sujetarse el cinturón y los pantalones vaqueros, Jake ayudó a Dee a

enderezar su ropa. Cerró la puerta de la camioneta, envolvió su brazo sobre sus

Fuegoo Salvaje - Wild I


hombros, y la acompañó a la casa.

Empezaron a subir los escalones del porche de su casa, y luego se detuvo y

miró los edificios de la parte posterior. “Cristo, Dee. Me olvidé de los

trabajadores del racho”

“Estábamos en el lado opuesto de la camioneta donde no podían vernos” Ella

Cheyenne McCray – Fueg


tiró de su mano y tiró de él subiendo las escaleras. “Además es viernes por la

noche. Los chicos se van de cabeza a la ciudad, y el barracón no está lo

suficiente cerca de la casa principal para que alguien hubiese podido ver algo”

Parándose y dándole una sonrisa maliciosa, añadió, “Sin mencionar, que lo

hace aún más excitante”

La esquina de la boca de Jake se ladeó y giró la cabeza. “¿Qué voy a hacer

contigo?”

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El Club de las Excomulgadas
Se detuvieron delante de la puerta y ella le ofreció una mirada

descarada. “Cualquier cosa que quieras”

Él puso sus manos alrededor de su cintura y le acarició la parte superior de la

cabeza. “Puedo pensar en muchas cosas”

“Mmmmm. Yo también” Dee extendió la mano y lo besó. Ella se sintió tentada

a invitarle a pasar la noche, pero eso no entraba en el plan.

¿Ese era el nuevo plan? Oh, sí. Disfrutar del hombre y dejarlo ir cuando llegase

la hora de que se fuera.

Ella se alejó para abrir la puerta, luego se volvió hacia él. “Gracias por una

noche inolvidable”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake miró la puerta y pareció que estaba a punto de decir algo, pero cambió de

idea.

Se aclaró la garganta. “Oh, me preguntaba…”

Dee levantó una ceja. “¿Si?”

“Mañana iré a ver a mi madre por un par de horas, para almorzar” Él pasó la
Cheyenne McCray – Fueg
mano por la barba de las mejillas. “¿Quieres venir?”

Tomando una respiración profunda, ella preguntó: “¿A visitar a tu madre?”

“Si” Él puso una mano contra el marco de la puerta, miró sus botas y luego de

vuelta a Dee. “Sin embargo, mamá puede ser un poco difícil de tratar en una

sola visita. Probablemente me avergonzará, y también a ti”

Con una sonrisa Dee deslizó sus brazos alrededor de su cintura. “Eso tengo que

verlo”

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El Club de las Excomulgadas
“¿Entonces vendrás a comer?” Él se veía a la vez aliviado y

preocupado.

“¿Vamos?” Ella le ofreció su sonrisa más seductora. “¿Eso es una promesa?”

Jake se rió y la beso largo y duro. “Pensándolo bien puede no ser una gran idea.

Puede que no sea capaz de mantener mis manos lejos de ti”

“Eso me suena como una idea maravillosa” Dee se apartó y buscó las llaves en

su bolso. “¿A qué hora?”

“¿Once?”

Ella abrió la puerta. “Estaré esperando”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Él la besó nuevamente. “Buenas noches”

“Noches” Dee se forzó a dejar su abrazo. Con una última sonrisa, se deslizó por

la puerta y la cerró detrás ella.

Cheyenne McCray – Fueg

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 10
Blue ladró alertando de que alguien llegaba a la casa justo cuando terminó de

abrocharse la blusa. El sentido del mal se apoderó de ella al pensar en saludar

en la puerta principal a Jake, completamente desnuda. Si, uno de estos días,

tendría que hacer exactamente eso.

En su lugar, se dejó tres botones de la blusa sin abrochar, justo lo suficiente para

mostrar el sujetador de encaje rojo debajo de su blusa color carmín. No podría

esperar hasta que él le diera un vistazo a su ropa interior a juego bajo su

minifalda vaquera - que debería hacer girar sus espuelas. Se puso perfume de

azahar entre sus pechos, en las muñecas y detrás de las rodillas. Sus pezones

estaban hormigueando y sus bragas estaban mojadas ante la idea de poder

Fuegoo Salvaje - Wild I


disfrutar de Jake como lo había hecho la noche anterior.

Sonó un golpe fuerte. Con Blue trotando cerca de sus talones, Dee se apresuró

por las baldosas hacia la puerta delantera. Su corazón estaba acelerado por la

anticipación, abrió la puerta, pero se encontró con Kev Grand en el porche, no a

Jake.

“Hey Kev” Dee logró mantener una sonrisa en su rostro y la decepción se notó Cheyenne McCray – Fueg
en su voz. “¿Qué te trae por por el Flying M esta mañana?”

Kev empujó hacia arriba el ala de su sombrero de paja occidental, sus ojos

castaños viajaron por sus pechos y lentamente por su cuerpo.”Ahora se te ve

bien cariño”

El calor aumentó en las mejillas de Dee y apenas resistió el impulso de

abrocharse la blusa hasta la garganta.”Ya te he dicho que no soy tu cariño ¿qué

pasa?”

161
El Club de las Excomulgadas
“Quiero hablar contigo” Apoyó la mano en el marco de la

puerta y se pasó la otra por el bigote y la barbilla. ”Pensé que

íbamos hacia alguna parte con nuestra relación, pero últimamente, no pareces

muy interesada”

Ella captó el olor a tabaco de mascar en su aliento, pero se resistió arrugando la

nariz. ”Sólo hemos tenido un par de citas” Dee suspiró y negó con la cabeza

“¿De dónde sacaste la idea de que seríamos algo más que amigos?. Nunca te

alenté a continuar”

“Es Reynolds ¿no?” Kev apretó la mandíbula. “Entra en la ciudad y tú estás

siempre a su alrededor”

Dee puso las manos en las caderas y levantó la barbilla.”Creo que ya has dicho

Fuegoo Salvaje - Wild I


más que suficiente”

“¿Te has parado a pensar que tal vez Reynolds tiene algo que ver con la

desaparición de tu ganado?” Kev movió la cabeza en dirección hacia los pastos.

“Esta mierda comenzó a suceder poco antes de que él apareciera oliendo tu

culo”

La rabia nubló la vista de Dee como el rojo de su blusa. “Es necesario que te Cheyenne McCray – Fueg
vayas ahora mismo antes de que digas algo que realmente me irrite Kev Grand”

Él asintió con la cabeza. ”Muy bien. Eso si luego no vengas llorando a mi

cuando ese cabrón se deshaga de ti de nuevo” A medida que se volvió se

dirigió escaleras abajo y giró la cabeza sobre sus hombros. “O si descubres que

él te está engañando en más de un sentido”

La acusación de la participación de Jake en el robo no era digna de una

respuesta, en lo que concernía a Dee. Qué manera tan estúpida de tratar de que

desconfiara de Jake.

162
El Club de las Excomulgadas
“Gracias por tu preocupación” Dee miró a Kev dirigirse hacia

su yegua de Appaloosa. “Qué bueno que sea positiva o voy a

conseguir ser un objeto de vertedero” Añadió en voz baja.

Bueno, ¿y qué si Jake se iba?. Por lo menos estaba consiguiendo lo que ella

quería - sexo y un sexo malditamente increíble

******

Jake bajó la visera bloqueando así el sol matutino mientras conducía por el

camino de tierra que llevaba al rancho de Dee. ¿Se lamentaría de lo que pasó

entre ellos la noche anterior?. Todo el camino a casa, había oscilado entre

maravillarse por la increíble noche erótica con ella y reprendiéndose a sí mismo

por tomarla como lo hizo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


La mitad dentro y la otra mitad fuera de la camioneta.

Ah, infiernos. ¿Qué le pasando? Dee merecía más que estar a tientas en la

oscuridad de la calzada, y luego ser follada como una adolescente en la parte

trasera de un coche. Sólo que no había estado en la parte de atrás exactamente.

Cheyenne McCray – Fueg


Había estado inclinada sobre el asiento de cuero de su camioneta cerca del

volante.

Cuando se dirigía hacia el pasto del ganado de la casa de Dee, vio una figura

familiar montando a caballo cruzando la pradera.

Grand. Jake apretó los dientes mientras apagaba el motor. ¿Qué demonios

estaba haciendo Grand con Dee?. Una vez más se preguntó si el hijo de puta no

tendría nada que ver con la desaparición del ganado de Dee. Había hablado con

Forrester y con Savage varias veces en la última semana pero no había

aparecido ninguna información decente. La única nueva información era que

todos los malditos ranchos cercanos habían comunicado el robo de ganado.

163
El Club de las Excomulgadas
Se frotó el rostro y salió de la camioneta. Acelerando sus pasos

cuando se aproximaba a la casa y Dee abrió la puerta. Cada

pensamiento sobre los criminales y los robos desapareció con la brisa cuando

ella puso su mano sobre la cadera, ofreciéndole una sonrisa que le daban ganas

de follarla allí mismo. Su pelo castaño colgaba de la forma que amaba, y llevaba

una blusa roja y minifalda vaquera que abrazaba sus caderas, mostrando sus

generosas curvas y largas piernas.

Ella ladeó la cabeza. “Estaba comenzando a preguntarme si te ibas a quedar

toda la mañana dentro de la camioneta”

En dos zancadas llegó hasta ella, deslizó las manos alrededor de su cintura y la

besó larga y duramente. ”Te extrañé” Murmuró, arrastrando sus labios tras su

Fuegoo Salvaje - Wild I


oreja. Su olor a azahar fluyó por encima de él, su polla ya dura por sentir su

cuerpo blando presionando contra el suyo.

Ella soltó una carcajada ronca. “Sólo han pasado unas pocas horas”

“Demasiado tiempo” Capturó su boca de nuevo y luego se apartó de mala

gana.

La boca de Dee estaba roja por sus besos, sus pezones eran guijarros debajo de Cheyenne McCray – Fueg
su blusa. Su respiración era jadeante y rápida. Maldita sea, él quería tomarla allí

mismo a plena luz del día y en el porche delantero.

Él miró el escote abierto de la blusa y su garganta pareció cerrarse. Llevaba el

colgante de corazón que le había regalado en sus primeras Navidades juntos. Su

única Navidad juntos. Había elegido la piedra porqué combinaba con sus ojos y

era la piedra de su nacimiento. Y había elegido la forma porqué había

capturado su corazón.

164
El Club de las Excomulgadas
Él alcanzó y cogió el colgante en la palma de su mano. Cuando

su mirada se encontró con la de ella, sonrió. “Pensé que esto

podría estar tirado en el campo”

Sus labios estaban curvados en una sonrisa, ella dio una risa gutural. “Lo

consideré seriamente”

“Apuesto a que si” Jake dejó el corazón y arrastró su dedo por el sujetador de

encaje rojo que asomaba por dentro. “Mmmm, me gusta”

“Espera hasta ver que más llevo puesto” Ella le dio una sonrisa sexy y se

abrochó la blusa, dejando solo el botón superior abierto. “No puedo ir a visitar

a tu madre con la blusa abierta”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Maldita sea, pero yo lo prefiero de la otra manera” Jake la besó otra vez y se

retiró. “¿Estás lista para reunirte y almorzar con mi madre?”

“Lo haces sonar como si te fueras a enfrentar un pelotón de fusilamiento”

“No, eso sería más fácil”

Cheyenne McCray – Fueg


Ella negó con la cabeza y se echo a reír otra vez. “Déjame coger el bolso y

despedirme de Blue”

Jake había planeado pasar un par de horas con su madre, pero eso no fue lo que

pasó.

Dory y Dee se lo estaban pasando tan bien, bromeando y riendo -

principalmente a costa de él - que habían terminado quedándose horas. Dory

cogió todas las fotos vergonzosas que pudo encontrar, y le contó a Dee historias

que Jake había esperado nunca oiría.

165
El Club de las Excomulgadas
En el momento en el que él y Dee se subieron a la camioneta

para regresar al rancho, era tarde, había empezado a oscurecer.

Dee se sentó el medio, junto a Jake y se abrochó el cinturón de seguridad. “Me

gusta tu madre”

“Uh-huh” Deslizó la llave en el motor de arranque y encendió la camioneta.

“Me di cuenta”

Sonriendo, dijo. “Es lo más divertido que he hecho en mucho tiempo”

Levantó las cejas y la miró. “¿Si?”

Ella pasó la mirada hacia su regazo y de nuevo a sus ojos. “Haz que sea lo

segundo más divertido que haya hecho”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake se inclinó y la besó. Su estomago rugió y ella soltó una risa suave.

“¿Tienes hambre?” Murmuró ella contra su boca. “¿Para comida y esto?”

“Si en ambos casos” Se obligó a alejarse de sus labios embriagantes. “¿Quieres

un mordisco?”

Dee puso la cabeza en su hombro y suspiró. “¿Por qué no cogemos algo en un Cheyenne McCray – Fueg
auto-servicio y lo comemos en mi casa”

“Vale” Su pene ya se estaba revolviendo en el pensamiento de hundirse en su

interior.

Fueron a un restaurante de comida rápida que servía pollo frito grande, rollos,

puré de patatas, mazorcas de maíz y jalapeños. El olor de todos los alimentos

flotaba hasta la camioneta por lo que el estómago de Jake gruñó incluso más

alto.

166
El Club de las Excomulgadas
“¿Tienen alguna tarta de queso?” Preguntó Dee antes de que

hicieran el pedido, con un brillo perverso en los ojos.

La polla de Jake se endureció en un instante al pensar en el orgasmo que ella

había tenido mientras él le daba de comer el pastel de chocolate. Él sonrió, con

la mirada acariciaba su cuerpo, y fue recompensado con la vista de sus pezones

endurecidos a través de la blusa.

“El pastel y tú son una combinación peligrosa” murmuró.

Después de que Dee dejase salir a Blue fuera para que hiciera sus necesidades

se unió a Jake para en el comedor donde él había extendido la comida en la

larga mesa de roble. El olor a pollo frito y puré de patatas llenó la sala, haciendo

gruñir a su estómago. Él había cogido un par de platos de porcelana de la

Fuegoo Salvaje - Wild I


vitrina y la cubertería de plata. Se sorprendió de que se acordara de donde

estaban después de tantos años.

La lámpara estaba encendida, los cristales repartían un arco iris de luz por la

habitación.

Cheyenne McCray – Fueg


Jake se sentó en el extremo de la mesa. Ella ocupó la silla al lado de él, y

comieron la comida.

En cuestión de minutos, él terminó de comer otra pechuga de pollo y tiró los

huesos en la creciente pila. “Te ayudaré con las tareas atrasadas, ya que hemos

vuelto tarde”

Dee negó con la cabeza. “Mi capataz dijo que se haría cargo de todo hoy. Se lo

pedí a Jess esta mañana ya que no sabía cuánto tiempo íbamos a estar fuera”

“¿Cuánto tiempo lleva Lawless trabajando para ti?” Preguntó Jake entre bocado

y bocado de puré de patatas y salsa.

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El Club de las Excomulgadas
“Un par de meses” Ella escogió una mazorca y la cogió. “Me lo

recomendó un amigo de Steve Wilds”

Jake asintió con la cabeza “¿Wilds es un ganadero?”

“Si” Dee tomó un sorbo de su soda. “¿Le conoces?”

“Me reuní con él un par de veces”

“Catie es su hermana” Dee sacudió el pulgar hacia el norte. “Ellos son los

dueños de la finca en este lado del Flying M. Han tenido la suerte de no perder

ninguna cabeza de ganado. Lo cual es extraño ya que casi todo el mundo ha

hecho”

Termino rápidamente un ala y lanzó el hueso. Cuando lamió el jugo restante de

Fuegoo Salvaje - Wild I


sus dedos, ella miró por encima de sus ojos y se encontró con los de Jake. Él la

observaba con una mirada de un hombre que tiene una necesidad desesperada.

Lenta y deliberadamente se chupó los dedos de uno en uno sin vacilar la

mirada.

Con un gruñido se levantó y la llevó con él. “Me estás dejando con la mente

Cheyenne McCray – Fueg


fuera de mi cada vez más, cariño”

“¿Yo?” Ella fingió inocencia, mientras le miraba con los ojos por debajo de sus

pestañas y la mirada en su boca.

“Uh-huh” En un movimiento rápido empujó los platos y los recipientes de la

comida hacia el centro de la mesa y retiró la silla tirándola. “Es la hora del

postre”

Antes de que ella supiera lo que estaba ocurriendo, la agarró de la cintura, la

levantó y la colocó sobre la mesa. Dio un paso entre sus muslos y le tomó el

168
El Club de las Excomulgadas
rostro con las manos. Pero él no hizo ningún movimiento para

besarla, se limitó a sonreír y trazar con su dedo el labio

inferior.

Su cuerpo temblaba y no podía apartar sus ojos de su boca y el hoyuelo de la

barbilla. “¿Yo soy el postre?”

“Por supuesto que sí”

Envolviendo los brazos alrededor de su cuello tiró de él hacia ella. “Bésame”

Ella sintió su sonrisa en los labios y la besó dolorosamente lento. Demasiado

lento. Ella lo quería de la peor forma, sin embargo, se abstuvo de hundir la

lengua en su boca, dejándolo marcar el ritmo. Olía tan bien, tan almizclado, tan

Fuegoo Salvaje - Wild I


masculino.

“Cada vez que cenaba con tu familia en esta mesa” Susurró mientras levantaba

la cabeza. “Fantaseaba con follarte encima de ella”

“¿En serio?”

Cheyenne McCray – Fueg


“Uh-huh”

Dios, la forma en que lo dijo la puso caliente y húmeda.

Su boca hambrienta se traslado al lóbulo de la oreja y ella se quedó sin aliento

cuando se lo mordió. “Justo debajo de la lámpara de araña. Te imaginé

desnuda, vestida solo con el colgante de corazón”

Escalofríos recorrían el cuerpo de Dee mientras deslizaba las manos por su pelo

y la lengua se deslizó hacia su boca. El sabor picante y salvaje, ella no podía

conseguir lo suficiente de él.

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El Club de las Excomulgadas
Dee le sacó la camiseta negra de la cintura de los vaqueros de

Jake. “Ahora, bebé. Quiero que me jodas ahora”

Él capturó las manos de Dee en la suya y luego le besó los nudillos. “Vamos a ir

un poco más lento esta vez” Él le colocó las manos en el regazo y le empezó a

desabrochar la blusa.

Ella gimió de frustración, pero le permitió tomar el control.

Parecía que pasaba un siglo hasta que alcanzó el último botón. “Ahora en mi

fantasía, estás completamente desnuda y esperando por mi”

Él empujó su blusa por los hombros, hacia abajo por los brazos y luego la tiró

sobre la silla. El aire se sentía fresco sobre la piel expuesta de Dee y ella se

Fuegoo Salvaje - Wild I


estremeció por la anticipación.

Ahuecando sus pechos con las manos, Jake le pasó los pulgares por el sujetador

de encaje que los cubría y ella gimió. Movió las manos al cierre delantero, y lo

abrió liberando sus doloridos pechos.

Después Jake le deslizó fuera el sujetador y lo arrojó a un lado, no le tocó el

Cheyenne McCray – Fueg


coño como ella se moría de ganas de que lo hiciera.

En cambio, él se agachó para quitarle los zapatos. Cuando terminó, se levantó y

le desabrochó la falda, el toque de sus manos contra su vientre la quemó como

si fuera fuego salvaje. Ella se echó para atrás apoyando las palmas de las manos

en la mesa y levantó las caderas para que le pudiera deslizar la falda.

Cuando cayó al suelo, se trasladó entre sus muslos y se apretó contra la

entrepierna de sus bragas de encaje. Sus pantalones vaqueros se sentían ásperos

y eróticos contra el interior de sus muslos y se sintió tan malditamente duro

contra ella.

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El Club de las Excomulgadas
“Dios, tú sí que eres sexy” Él dio un paso para atrás y le colocó

un dedo en el centro húmedo de su coño. “Y estás tan húmeda

para mi”

Solo un toque y casi la hizo acabar. Dee respiraba con dificultad, su corazón

latía con fuerza en la garganta. Ella quería rogar para que la follara, sin

embargo estaba tan excitada por lo que le estaba haciendo.

Sintió la mesa fría y plana en sus nalgas desnudas cuando él retiró sus bragas

de sus caderas. Las tiró por encima del hombro, y luego empujó sus muslos

para separarlos. Pero aun no le tocó el coño cuando se echó hacia atrás y le miró

todo el cuerpo. Estaba completamente desnuda con tan solo el colgante de

forma de corazón y él estaba completamente vestido. Nunca había estado tan

Fuegoo Salvaje - Wild I


encendida.

El brillo del arco iris emitido por la lámpara se dibujaba sobre sus pechos y sus

pezones crecieron imposiblemente más duros, mientras él la estudiaba. Sus ojos

grises estaban nublados, sus ojos desprendían un calor tan intenso que le

quemaba la piel allí por donde se posaban.

Cheyenne McCray – Fueg


Se sentía crudamente desnuda y expuesta. El movimiento más leve de aire

acariciaba su piel, haciéndola gritar.

“Quiero ver cómo te tocas” La voz de Jake era ronca.

Dee tragó, sus ojos se agrandaron y sus labios se abrieron.

“Es parte de mi fantasía” Murmuró. “Tócate a ti misma”

Movió sus manos hacia sus pechos, manteniendo sus ojos fijos en él y deslizó la

punta de la lengua en su labio inferior.

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El Club de las Excomulgadas
Jake gimió y apretó los puños en los costados, su erección

crecía contra los vaqueros. “Mueve una mano más abajo”

El hecho obvio de que él estaba tan excitado como lo estaba ella, dio a Dee

coraje suficiente para liberar sus inhibiciones. Si él quería un espectáculo, pues

eso es lo que le daría.

Ella liberó una de las manos que tenía en su pecho, moviéndola hacia abajo por

su barriga, más cerca de sus muslos.

“Si. Más abajo” Gimió de nuevo. “Atormenta tu coño”

Ella separó sus muslos aun más y alcanzó sus rizos de abajo. Jake parecía estar

sufriendo un dolor mortal cuando deslizó un dedo en su centro caliente. Ella

Fuegoo Salvaje - Wild I


estaba muy mojada. Tan caliente para él. Con la otra mano seguía amasando su

pecho, mientras que con la otra se acariciaba el clítoris, extendiendo sus piernas

para que pudiera ver bien su humedad. El olor de su deseo.

La nuez de Adán subía y bajaba cuando el tragó fuerte la saliva. “Lame el

pezón”

Cheyenne McCray – Fueg


Dee hizo una pausa por un segundo, pero la lujuria en sus ojos la hicieron

preguntarse si sus pechos eran los suficientemente grandes para complacerlo.

Sus ojos aun estaban fijos en él, ella levantó su pecho e inclinó la cabeza para

jugar con la lengua en su propio pezón mientras se tocaba. Con él

observándola, la sensación era tan erótica que casi alcanzó el clímax.

Sus siguientes palabras salieron en un gruñido. “Goza para mi, Dee”

Dee abrió los ojos. Sus dedos se ralentizaron por un momento y sus mejillas

ardieron. Pero los ojos de Jake. Oh, Dios. Él la estaba jodiendo con la mirada,

viendo cada círculo lento que ella se frotaba.

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El Club de las Excomulgadas
“Si” Él susurró mientras ella aceleraba de nuevo, apenas capaz

de mantener los ojos abiertos.

“Goza para mi, cariño” La voz de Jake era como un zumbido bajo, llevándola

hacia adelante.

Se mordió el labio parta contener los gritos de placer, mientras podía. Su

respiración se hizo más rápida, mientras ella se frotaba más rápido y más duro.

“Ahora” Exigió “Ahora mismo”

La orden de Jake la envió a la cima y llegó a un orgasmo explosivo que la

sacudió de pies a cabeza.

Un instante después estaba entre sus muslos, su boca se apoderó de la de ella.

Fuegoo Salvaje - Wild I


La abrazó con fuerza mientras su cuerpo se estremecía.

Jake tiró de su boca para moverse en descenso y capturar su pezón entre los

dientes que ella había lamido. Las réplicas atormentaban el cuerpo de Dee y se

arqueó para encontrarlo, deslizando sus manos en su negro y espeso cabello.

Cheyenne McCray – Fueg


“Eres tan perfecta” Murmuró mientras se trasladaba de un pico a otro de sus

pezones y luego la mordisqueó.

Más gritos se le escaparon de la garganta a Dee mientras apretaba sus manos en

su cabello, mientras él se amamantaba y lamía sus pezones. “No puedo esperar

más. Te necesito en mi interior”

Cuando ella le tiró de la camiseta, esta vez la ayudó. Él la rompió y la tiró al

suelo antes de agarrar sus caderas.

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El Club de las Excomulgadas
Dee deslizó sus manos por el pelo del pecho de él, amando

sentir sus músculos contra la punta de sus dedos sensibles.

Continuó por su abdomen tenso a la V de pelo que desaparecía debajo de sus

vaqueros.

Temblando de deseo, desabrochó el cinturón y el botón superior. Cuando

desabrochó la cremallera, le quitó la ropa interior y suspiró mientras tomaba

toda la longitud de su pene. Su boca se hizo agua mientras le acariciaba su

verga, sintiendo su espesor en la mano. Tan duro, pero tan suave, todo al

mismo tiempo.

Jake gimió mientras rozaba con su dedo pulgar por encima de la cabeza,

rozando el cordón de perlas de semen de la punta y estando satisfecha por sus

Fuegoo Salvaje - Wild I


fuertes respiraciones.

Sus miradas se encontraron, y él volvió a gemir cuando ella llevó el pulgar

hacia su boca y lamió lo salado y lo dulce de su semen. “Sabes tan bien”

Empujó sus pantalones y su ropa interior entorno a sus muslos. Después de

colocarse la protección, deslizó el dedo dentro de la humedad cremosa de su

Cheyenne McCray – Fueg


coño.

“Ahora bebé” Ella lo acercó más a ella, agarrando sus hombros desnudos y

conectando sus piernas alrededor de sus caderas.

Jake presionó la punta de su erección contra la carne hinchada de entre sus

muslos, su mirada se cruzó con la de ella.

Ella apoyó las manos en la mesa y empujó sus caderas. “Fóllame, joder”

En sintonía con su deseo, Jake hundió su polla en ella, enterrándose tan

profundo como pudo.

174
El Club de las Excomulgadas
Agarrando sus caderas con más fuerza, la tomo dura y

rápidamente. Los pechos de Dee rebotaban con cada

embestida mientras ella le apretaba entre sus muslos y tenía entreabiertos los

labios.

Se sentía tan bien con él golpeando su interior. “Si” Ella exclamó. “¡Más duro,

más rápido, más duro!”

Ella gritó y se retorció cuando otro violento orgasmo la ocupó.

“Dee...” Jake penetró varias veces más y luego gritó su nombre otra vez cuando

tembló por su propio clímax. Apretó sus caderas mientras su polla palpitante

latía dentro de ella y se sacudía derramando su semen en su interior.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Apoyándose con sus brazos a ambos lados de Dee, Jake se inclinó hacia

adelante y presionó la frente contra la de ella. Su respiración era pesada y su

sudor se mezclaba con suyo y el olor a sexo los rodeaba.

Una sonrisa de Jake se emparejó con la de Dee y mientras la besaba, ella sintió

que se endurecía en su interior. Ella gimió de frustración cuando él se retiró,

Cheyenne McCray – Fueg


todavía parcialmente erguida.

Ahuecando el pecho, él le rozó el pezón con el pulgar enviando más escalofríos

por ella.

“Gracias, por hacer que la fantasía de este hombre se hiciese realidad”

Dee sonrió y arrastró besos por la cicatriz que estaba junto a su boca. “Cuando

quieras, vaquero”

“Voy a recordar esto” Él la cogió cerca de él, como si nunca quisiera dejarla irse.

Y Dee tuvo miedo de nunca querer irse.

175
El Club de las Excomulgadas
Jake no podía creer cuan completamente Dee había cumplido

su fantasía de verla masturbarse y follarla encima de la mesa.

Si él no se hubiese descargado tres veces la noche anterior, estaba seguro de que

se hubiese corrido en sus pantalones mientras la veía llegar a su clímax.

Cuando finalmente pudo separarse de ella, se subió los vaqueros a su cadera y

la ayudó a bajarse de la mesa.

Dee se inclinó hacia él. “Abrázame” Murmuró contra su pecho. “Mis piernas

están muy inestables, después de esta ronda de sexo demoledor de la Tierra”

“¿Demoledor de la Tierra, eh?” Él le mordisqueo el lóbulo de la oreja,

sorprendido de lo duro que estaba nuevamente. “Vamos a tener el sexo más

explosivo de universo la próxima vez”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Ella se estremeció cuando su lengua se sumergió en su oído. “¿Esto tiene algo

que ver con la teoría del Big Ben?”

Jake se echó a reír. Dios, era maravillosa. “¿Por qué no lo descubrimos?”

“Estás encendido” Dee se inclinó completamente sobre él. “Pero primero vamos

Cheyenne McCray – Fueg


a conseguir que mis piernas trabajen de nuevo”

“Yo puedo ocuparme de eso”

Dee chilló y se agarró a él, cuando la recogió en sus brazos. Manteniéndola en

su abrazo, él la llevó por el largo pasillo hacia su habitación, haciendo eco con

sus botas contra el azulejo en la casa silenciosa. Recordaba exactamente donde

estaba su habitación, como si hubiera estado allí ayer. Nunca la había follado en

su casa antes, mucho menos en su habitación, pero cuando no había nadie

alrededor habían compartido algo más que unos cuantos besos allí.

176
El Club de las Excomulgadas
La luz del pasillo entraba en el cuarto oscuro, iluminando una

enorme cama en el centro de su habitación.

Un edredón del color de la nieve la cubría, junto con una almohada a juego y

almohadones apilados cerca de la cabecera de la cama metálica.

De la misma manera que Jake dejó a Dee en la cama se dio la vuelta y comenzó

a bajarse los vaqueros. Blue dio ladridos llamando su atención. Blue continuó,

gruñendo y gruñendo fuera de la ventana de Dee.

“Algo o alguien está ahí fuera” Dijo Dee a Jake en voz baja con preocupación.

“Blue no ladra así a menos que exista una razón”

“Mantén la luz apagada” Una mezcla de rabia y desconfianza dio a Jake

Fuegoo Salvaje - Wild I


fortaleza. Se alejó de ella deseando no haber dejado su pistola en la camioneta.

Él se movió hacia una de las ventanas del cuarto y levantó la cortina con un

dedo, lo suficiente para mirar en la noche estrellada.

Cuando los ojos de Jake se ajustaron en la oscuridad de la noche, vio a Blue a

pocos metros de la ventana. Los pelos del cuello del perro estaban de punta

Cheyenne McCray – Fueg


mientras continuaba ladrando y gruñendo en dirección al granero, pero ¿a

qué?.

Jake oyó el susurro del tejido cuando Dee se situó detrás de él, entonces vio por

el rabillo del ojo que ella se había puesto la bata. “¿Ves algo?” Susurró.

“No” Empezó a responder, justo cuando una oscura figura salió de la negra

entrada del establo, moviéndose lentamente entre de las sombras. “Maldición”

Sin pensarlo dos veces, Jake se volvió y salió corriendo de la habitación de Dee

hacia la puerta principal. “Quédate en la casa” Gritó por encima del hombro

mientras corría.

177
El Club de las Excomulgadas
“Jake!. Maldita sea...” Sus pies descalzos contra el suelo

mientras lo seguía pasillo abajo. “Ten cuidado”

Con el sigilo que era natural en él, reforzado por años de trabajar en aplicación

de la ley, Jake abrió silenciosamente la puerta y se deslizó al porche y a la

noche. Blue seguía ladrando, callando cuando vio a Jake con sólo una mirada

rápida antes de volver a gruñir de nuevo a las sombras que rodeaban el

granero.

El ritmo cardíaco de Jake aumentó cuando llegó a su camión, tenía la intención

de tomar su pistola de debajo del asiento. El aire frío de la noche congeló su

pecho desnudo, pero apenas lo notó. El fuego de la persecución calentaba su

sangre.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Así como llegó a la puerta de su camión, vio como corría la sombra que estaba

en establo junto a los arbustos de mezquite cercanos. Jake abrió la puerta y

agarró su arma, luego salió por el patio hacia el establo. El sonido un relincho,

seguida el sonido de los cascos del caballo, le dijeron que ya era demasiado

tarde.

Cheyenne McCray – Fueg


A lo lejos vio la silueta de un caballo negro y el jinete que iba en dirección a las

montañas.

Jake supo que él nunca los cogería, así que en vez de eso agarró su arma de

fuego y se dirigió hacia el establo. Cuando estuvo completamente seguro de

que estaba sólo, encendió la luz del techo y miró el lugar. Lo único que halló

fuera de lugar fue el cierre de Imp que estaba abierto, pero gracias a Dios, el

pequeño becerro bastardo aún estaba allí.

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 11
Instalándose en una silla en el desayunador, Jake tomó un sorbo de cerveza que

Dee le había dado, mientras la miraba paseando por la cocina. Él había hecho

las llamadas adecuadas a todos los departamentos adecuados. Jarrod Savage y

su adjunto estaban en camino.

“¿Por qué un delincuente traspasaría y merodearía alrededor de mi establo?”

Dee se abrazó a si misma por debajo de sus pechos mientras se movía, el

movimiento hizo que se elevaran sus pechos, por lo que casi se derramaron por

la apertura de la blusa que ahora llevaba. “¿Y por qué se metieron en el establo

de Imp?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


La polla de Jake se contrajo mientras la miraba. Maldita sea, hacía sólo una hora

desde que la había poseído en la mesa y quería más. Lástima que tuvieran que

esperar a que Savage y su adjunto llegaran para hacer su espectáculo perro-y-

pony.

Pero la idea de que alguien había estado en la propiedad de Dee enfrió su

Cheyenne McCray – Fueg


lujuria. Se maldijo por pensar en sexo cuando debería estar pensando en quien

era el responsable del robo, y quien había intentado robar el becerro de Dee.

Mentalmente hizo una lista de los sospechosos y los motivos que tenían,

mientras Dee paseaba.

Kev Grand tenía algo real contra Dee… quizá estaba intentando obtener algún

tipo de venganza porque Dee no cedía a sus avances. Jake se irritó aun más por

las acusaciones de Kev, que Dee le había contado mientras esperaban al Sheriff.

¿Por qué Kev trataba de sembrar sospechas sobre Jake?

179
El Club de las Excomulgadas
Luego estaba el nuevo capataz, Jess Lawless. Algo sobre el

hombre no acababa de encajar, y Jake estaba molesto por no

saber lo que era. El siguiente lunes en el trabajo, tendría que hacer un poco de

investigación.

De los otros ganaderos vecinos, hasta el momento Steve Wilds era el único al

que no habían robado ganado. De lo que Jake había oído al ayudante Forrester,

Wilds estaba en problemas financieros. Pero era muy obvio y un poco estúpido

para no tenerlo en cuenta.

Blue ladró fuera, y Jake oyó el sonido de un vehículo que se dirigía hacia la

casa. Parecía que era el momento de ver lo que el sheriff tenía que decir.

El estómago de Dee estaba contraído mientras ella y Jake salían fuera a recibir al

Fuegoo Salvaje - Wild I


sheriff. Savage fue más rápido de lo que esperaba. Él era el sheriff de todos los

condados de Cochise, y su oficina estaba a una buena media hora de su rancho.

Él debía de estar en el área cuando Jake hizo la llamada.

Cuando ella pudo distinguir las características del sheriff con la luz del porche,

vio que él tenía una botella de agua fresca. Hacía poco que había sido elegido, y

Cheyenne McCray – Fueg


no había tenido la oportunidad de conocerlo antes. El hombre medía al menos

seis pies14 de alto, ancho de hombros y musculoso. Y cuando se quitó el

sombrero Stetson mostrando su bronceado, se dio cuenta de que tenía los ojos

de color del cristal verde más sorprendente que había visto, con su espeso

cabello y bigote castaños.

“Dean McLeod” dijo Dee mientras le tendía la mano al alguacil. No podía dejar

de pensar que las bragas de Catie se retorcerían, si ella pudiese echarle un

vistazo a este fino cowboy. “Es un placer conocerle, sheriff”

14 B 1 pie = 12 pulgadas. 1 pulgada = 2,54 cm. El sheriff debe medir aproximadamente 1,83 m

180
El Club de las Excomulgadas
“Jarrod Savage” El hombre tenía una voz profunda y

retumbante que podía excitar a cualquier mujer que pudiera

encontrar. Sonreía cuando tomó la mano. “El placer es todo mío”

El sheriff retiró la mano y se volvió hacia Jake. “Es bueno verte de nuevo

compañero, aunque no sean buenas las circunstancias”

Jake le tomó la mano a Dee y comenzó a caminar en dirección hacia establo.

“¿Dónde está Forrester?” preguntó.

Savage se puso a caminar junto a de ellos. “El ayudante Forrester estaba

demasiado lejos para contestar la llamada” Su voz sonaba un poco molesta.

“Sus instrucciones eran de permanecer en esta área, pero él estaba siguiendo

una pista hacia el Sur. Tiene también el maldito remolque de caballos del

Fuegoo Salvaje - Wild I


departamento”

Mientras caminaban hacia el establo, Jake le explicó con detalle lo que ocurrió

para asombro de Dee. Como había visto y recordaba tanto en tan poco tiempo

agregó en Dee más respeto hacia su profesión.

Cheyenne McCray – Fueg


Una fresca brisa recorrió la piel de Dee y le provocó escalofríos. Jake

casualmente la abrazó por los hombros y la sostuvo, calentándola, mientras

continuaba hablando con Savage.

El sheriff tenía una impresión parcial en la cerradura de la cerca de Imp.

“Probablemente estaba cerca del trabajo, ya que el criminal montaba a caballo”

dijo Savage, cuando terminó de tomar las pruebas.

Jake asintió con la cabeza, con el brazo todavía apretado alrededor de Dee. “Es

difícil imaginar que pudiera estar relacionado con el robo”

Savage sonrió irónicamente. “Pero nunca se sabe seguro como el infierno”

181
El Club de las Excomulgadas
“Eso no es verdad” Jake mantuvo a Dee a su lado mientras

regresaban a la casa. “Ven a la luz de la mañana y te llevaré

hasta allí”

“¿Qué dijo?” Dee miró de Savage a Jake.

Jake rozó los labios sobre su pelo. “El sendero para seguir las huellas del hijo de

puta”

Cuando llegaron al camión del sheriff, se despidieron y Savage prometió

llamarles en un par de días.

Después de que se dieron una ducha juntos y comieron una cena ligera, Jake

tomó a Dee en sus brazos y la llevó hasta su habitación. A lo lejos se oyó el

Fuegoo Salvaje - Wild I


sonido de un trueno, y una ráfaga de viento agitando los cristales de la ventana

de su dormitorio.

Puso a Dee en la cama y durante unos segundos interminables solo estuvo de

pie y la miró. La bata caía completamente abierta, por debajo sólo llevaba el

colgante de corazón de peridoto y nunca había visto nada tan magnífico como

Cheyenne McCray – Fueg


ella en ese momento.

Aquellos ojos verdes claros muy abiertos, bebiendo de él de la misma forma

que él la estaba mirando. Su cabello se extendía como un reguero de pólvora

sobre la colcha blanca, labios rojos e hinchados, sus pezones duros y oscuros. Su

mirada se deslizó sobre su piel de porcelana, las pecas rociadas sobre su

hombro desnudo y hacia abajo la mancha de rizos color caoba sobre el

montículo entre sus firmes muslos.

“Eres tan hermosa, casi no puedo respirar” Susurró.

“Ven a mí, Jake” Su voz era una caricia y una demanda, todo en una.

182
El Club de las Excomulgadas
Cuando se quitó las botas y la última pieza de su ropa, se

acostó junto a Dee.

Jake le ayudó a eliminar completamente la bata, y luego se apoyó en un codo.

Tuvo que luchar para no subirse entre sus muslos y follarla duro y rápido de

nuevo.

No, ahora quería hacer el amor con ella y apreciar de cada parte de su cuerpo.

Él sonrió y se dejó acariciar la mejilla. Una abrumadora urgencia se apoderó de

él, para decirle esas dos palabras alojadas en su corazón y en su alma.

Te amo.

No. Era demasiado pronto. Tenía que ganarse su confianza y su amor de nuevo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


No existía ninguna duda en su mente de que ella era suya… él sólo tenía que ir

un poco más lento esta vez para convencerla.

En lugar de pronunciar las palabras que quería decir, le rozó los labios con los

suyos. Ella suspiró, su cálido aliento sacudió su boca. Se pasó la lengua por el

labio inferior, luego la tomó suavemente entre los dientes y le acarició la carne

Cheyenne McCray – Fueg


capturada con su lengua.

Suaves gritos salieron de su garganta cuando él abandonó su labio y se adentró

en los recovecos de su boca caliente. Mojó el interior de la lengua, saboreándola,

como un colibrí bebiendo néctar de una flor.

Cuando Jake besó a Dee, arrastró sus dedos por el brazo y del hombro a la

cintura y por encima de la curva de sus caderas. Sus dedos rozaron su carne,

deslizándose con suavidad y causándole escalofríos y estremecimientos a la piel

suave.

183
El Club de las Excomulgadas
A su vez ella lo acarició, rastrillando con las uñas suavemente

sobre las caderas, muslos y espalda. Su tacto era más duro que

el suyo, como si entendiese que su piel masculina requiriese un toque más firme

que su suave feminidad.

“Hazme el amor” Murmuró ella mientras su mano se deslizaba por encima de

su espalda y en el pelo.

“Si, cariño”

Lentamente, Jake besó y exploró todas las partes de su cuerpo que podía

alcanzar, con los labios, lengua y manos. Las manos de Dee continuaban

tocando sus músculos y su polla mientras él le besaba el punto débil bajo el

lóbulo de la oreja, luego se trasladó al hueco de la base de su garganta, donde

Fuegoo Salvaje - Wild I


arrastraba la mano cuando estaba nerviosa. Su lengua se encontró con la suave

piel de su hombro, el lunar encima de su pecho, la curva de su cintura y de su

ombligo.

Más y más abajo él trabajó descendentemente hasta alcanzar el pelo rojo rizado

entre sus muslos. Él acarició el suave pelo de su coño y bebió el olor de su

Cheyenne McCray – Fueg


excitación.

Jake levantó la mirada para ver que ella lo observaba, sus ojos oscuros con la

pasión, su pecho subía y bajaba.

Mantuvo la mirada fija en su coño, mientras su lengua se sumergía en su vagina

y la saboreaba. Sus ojos se agrandaron y su cuerpo se sacudió por el contacto.

“Jake” Su nombre fue un llamamiento y una promesa en sus labios.

Metiendo dos dedos dentro de su núcleo caliente, se trasladó su boca por

encima de su coño, lamiendo su clítoris y disfrutando de su sabor. Y cuando su

184
El Club de las Excomulgadas
cuerpo se tensó, él metió las manos debajo de sus caderas y

apretó la boca más fuerte contra su coño, conduciéndola sin

piedad hacia la culminación. Su cuerpo se curvo sobre la cama y gritó cuando

su orgasmo la traspasó.

Incluso entonces, no se detuvo. “Jake. Bebé” Ella gimió. Sin embargo, estaba

demasiado impotente para hacer cualquier cosa más que subirse a la próxima

ola que la barriese.

La lluvia golpeaba en la ventana, con un sonido lejano que de alguna manera

hizo su acoplamiento aún más íntimo.

Antes de que ella bajase completamente de la cima, Jake se subió encima de Dee

y metió su polla en ella. Luchó para controlarse y tomarla lento y fácil,

Fuegoo Salvaje - Wild I


disfrutando de la sensación de estar en el interior de su apertura y deseando

prolongarlo el mayor tiempo posible.

Dee envolvió sus piernas alrededor de su cintura, con las manos tocando sus

caderas, con los ojos cerrados.

Cheyenne McCray – Fueg


“Mírame” La voz de Jake terminó en un gruñido áspero. “Mírame mientras te

follo”

Ella abrió los ojos, su mirada reuniéndose con la suya, y él no pudo contenerse

por más tiempo. Golpeó en ella, como la lluvia que estaba golpeando la casa.

Ella le pidió más, instándole, como la tierra reseca pidiendo humedad.

Jake gritó el nombre de Dee cuando llegó a su clímax, tan profundamente

enterrado en ella que nunca querría encontrar el camino de regreso.

Aromas tentadores provocaron la nariz de Jake. Parpadeó por la luz y se dio

cuenta que estaba solo en la cama de Dee, y que era de mañana.

185
El Club de las Excomulgadas
Mentalmente se maldijo así mismo por no haber seguido las

pistas tan pronto como el sheriff se marchó. Tras la última

tormenta de la noche, era probable que no existiera una maldita pista para

seguir. Jake había estado más interesado en joder que en seguir lo que podría

haber sido su primera pista real. Después de todo era de Aduanas y tenía más

experiencia en el rastreo de pistas de lo que lo era Savage.

A través de la puerta de la habitación abierta llegó el delicioso aroma del café,

salchichas y huevos, y si no se equivocaba, el jarabe de arce. Su estómago,

seguramente cansado de comer cereales secos y leche todas las mañanas, gruñó

en alto demandando la comida que olía.

Se levantó de la cama y se puso los calzoncillos y vaqueros, a continuación

Fuegoo Salvaje - Wild I


descalzo y sin camisa, se dirigió por las frías baldosas hacia la cocina. El

chisporroteo de los embutidos y el choque de los platos se encontraron con él,

cuando giró en la esquina y vio a Dee.

Ella estaba de pie delante de la enorme cocina de acero inoxidable, con una

espátula para dar la vuelta a una tortita de la sartén y colocarla en un plato.

Cheyenne McCray – Fueg


Por un momento se apoyó en la entrada y la miró mientras vertía la mezcla en

la sartén y luego le daba la vuelta. Ella sacó las salchichas de la otra sartén y las

colocó en un plato, a continuación apagó el fuego de debajo de la sartén.

Su largo cabello rojo colgaba suelto y salvaje por su espalda, y si no se

equivocaba llevaba su camiseta negra. Le llegaba hasta la mitad de sus muslos,

tenía las piernas y los pies descalzos.

Un nudo se le formó a Jake en la garganta con la imagen casera de Dee

cocinando el desayuno y haciendo el café de la mañana. ¿Cómo sería

despertarse con ella todas las mañanas? Tenerla con él para hablar sobre las

186
El Club de las Excomulgadas
tortitas y café. Estar con ella después del trabajo y compartir lo

que le sucedía en cada uno de sus días. Y sostenerla en sus

brazos todas las noches.

Dee miró sobre su hombro y lo saludó con una sonrisa que le calentó la sangre e

hizo aumentar su polla. “Ya era hora de que te levantaras, vaquero”

Sonriendo, Jake caminó por el suelo. Cuando llegó hasta ella, deslizó sus brazos

alrededor de su cintura y la abrazó por detrás, acariciando la oreja. “Buenos

días”

Ella suspiró y se recostó contra él. “¿Tienes hambre?”

“Estoy hambriento” Le besó en la oreja y se trasladó a la curva de su cuello.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Todo huele de maravilla. Incluyéndote a ti”

Con una risa suave, ella respondió “Esta tortita se quemara y se quedará hecha

cenizas, si no dejas de meterte con el cocinero”

“Un precio pequeño a pagar” Murmuró. Pero dio un paso atrás, liberando su

dominio sobre ella. Por ahora.

Metió las manos en los bolsillos delanteros y se inclinó sobre las torres de Cheyenne McCray – Fueg
tortitas, salchichas y huevos revueltos, aspirando el olor con la apreciación de

hombre hambriento.

“Hecho” Dee puso la ultima tortita en la pila y se apartó del calor del quemador

apagado. “Ahora bien, si me ayudas a llevarlo a la mesa del desayuno, podrás

comer”

187
El Club de las Excomulgadas
Jake sacó las manos de los bolsillos y levantó los platos de

tortitas y salchichas. “Tus deseos son órdenes” dijo mientras se

dirigía a la mesa redonda de roble, cerca de la ventana de bahía15.

“Eso es lo que estoy diciendo” Su voz era ronca y provocativa, y maldito si su

polla no estaba aun más dura.

Él puso la comida en el centro de la mesa, que ya estaba con platos, cubiertos y

servilletas. Regresó al mostrador y levantó el plato de huevos revueltos y la

cafetera.

Dee tomó una botella de cristal de zumo de naranja de la nevera. Se detuvo

para coger la cazuela con el jarabe de arce que había calentado, y luego se unió

a él en la mesa.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Oh, la crema” Ella dio un salto hacia atrás y fue hacia la nevera. Jake la miró

mientras se inclinaba para buscar en los estantes más bajos, su camiseta se le

subía por las caderas exponiendo su trasero.

No llevaba ninguna ropa interior.

Cheyenne McCray – Fueg


La boca de Jake se abrió mientras miraba los pliegues expuestos de su rosado

coño, y se preguntó cómo sería tener sexo contra el frigorífico.

El aire helado soplando sobre sus cuerpos desnudos, mientras la inclinaba sobre

la puerta de la nevera. Dee sosteniéndose contra los estantes de la leche y los

15 Una ventana bahía no se considera una sola ventana, si no una serie de tres ventanas. Las ventanas Bahía por lo
general, tienen tres paneles de cristal que se proyectan hacia el exterior en un ángulo de 45 grados de una pared.
Algunas Bahías tienen tres ventanas que forman un rectángulo o polígono. Las ventanas siempre se abren y se cierran
desde el lado. Estas ventanas están disponibles en madera, vinilo y variedades de chapados. Las ventanas de Bahía a
menudo se asocian con la arquitectura victoriana. Las ventanas Bahía son versátiles y se pueden poner en muchas zonas
de la casa. Pueden hacer que el espacio en una sala se vea más grande y crear un sentimiento de amplitud. También
pueden ser la ventana principal de la sala o ser utilizado como lateral. Muchas ventanas Bahía incluyen una banca,
asientos o espacio abierto interior. http://www.okdecoracion.com/images/reformasvalor274963.jpg

188
El Club de las Excomulgadas
huevos, sus pezones duros por el frío. Sus gritos de placer

mientras la follaba duro, mientras empujaba su polla

profundamente en su interior.

“Lo encontré” Se puso de pie y se volvió, sosteniendo el pequeño vaso de cristal

de crema, a continuación, cerró la puerta del refrigerador con un golpe de

cadera.

“¿No tienes hambre?” Ella frunció el ceño mientras caminaba de regreso a la

mesa y se sentó. “No has tocado nada”

Él carraspeó para aclararse la garganta. “Ah, te estaba esperando”

Ella lo recompensó con una sonrisa y sirvió dos tazas de café. “Así que, mi

Fuegoo Salvaje - Wild I


príncipe vaquero es un caballero también”

“Yo no diría eso” Murmuró al tiempo que añadió un toque de crema en su café.

Tomó un montón de tortitas y les untó la mantequilla y el jarabe de arce

caliente. “¿Cuáles son sus planes para el día?” Preguntó él mientras cogía unas

salchichas.

Cheyenne McCray – Fueg


Dee estaba a punto de tomar un bocado de tortita. Pausadamente, ella dejó el

tenedor en el aire y se encogió de hombros. “No he hecho ninguno”

Él empujó el resto de los huevos revueltos que quedaban en su plato. “¿Por qué

no pasamos el día juntos?”

Con una sonrisa que alcanzó sus bonitos ojos verdes, respondió. “Me gustaría

eso”

Un alivio le inundó, y sus músculos se relajaron. Una parte de él tenía miedo de

que ella no quisiera pasar el resto del fin de semana con él.

189
El Club de las Excomulgadas
Dee masticó con la boca llena de tortitas, luego bebió su zumo

de naranja. “¿Por qué no vamos a montar a caballo por el

cañón”

Jake tragó un bocado de salchicha que estaba comiendo y le dio una sonrisa

lenta. “¿Hasta nuestro lugar”

“Si” La forma en que le estaba mirando cuando ella le respondió le hizo

preguntarse cómo se las arreglaba para controlarse a sí mismo y no cogerla en

la mesa de la cocina. Aquí y ahora.

Él tragó el jugo de naranja antes de preguntar. “¿Cuando viene tu hermano a

visitarte?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“No hasta diciembre”

“¿Necesitas ayuda con las tareas domésticas?”

“No” sonrió Dee. “Ya te dije ayer que Jess se asegurará de encargarse de todo”

Jake se limitó a asentir. Algo sobre capataz de Dee no encajaba. Lawless se

Cheyenne McCray – Fueg


movía y trabajaba con la mano de un vaquero profesional, pero el estómago de

Jake con su experiencia de policía le dijo que Lawless era más de lo que

aparentaba. El instinto de Jake no tenía claro si debía confiar o no en el hombre.

Y si debía considerar a Lawless como un rival por el afecto de Dee. ¿O era solo

su radar y el sospechoso era un hombre inocente? No tenía ninguna prueba de

nada, excepto que Jess no le había dado su mensaje a Dee.

Jake y Dee se tomaron el resto de su desayuno en un sociable silencio. Después

de comer, ambos limpiaron y cargaron el lavaplatos.

190
El Club de las Excomulgadas
Cuando terminaron, él le agarró de la cintura y la levantó

sobre la superficie de granito pulido de la encimera de la isleta

de la cocina.

Ella se echó a reír, con los ojos brillantes y se humedeció los labios con la punta

de la lengua. “¿Qué crees que estás haciendo, Jake Reynolds?”

“Tomando el aperitivo” Él rozó sus labios contra los suyos. “Y esto está a la

altura correcta”

Dee se estremeció. “Nunca creí que el granito podría ser tan frío y delicioso

sobre mi piel”

Arrastrando el dedo sobre su labio inferior, Jake dijo. “¿Especialmente cuando

Fuegoo Salvaje - Wild I


no llevas ropa interior?”

Ella cogió su mandíbula con una mano y le tocó la barba con el pulgar. “¿Cómo

lo sabes?”

“¿Supongo que suerte?”

Cheyenne McCray – Fueg


“Uh, huh”

Dee lo arrastró hacia ella y le exigió la entrada en su boca. La punta de sus

dedos se deslizaban sobre los pezones, se enredaban en el pelo del pecho, y

trabajaban hasta el botón de sus pantalones.

Él deslizó sus manos sobre su trasero desnudo, tirando de la camiseta hacia

arriba, hasta que le apretó la polla cubierta con pantalones vaqueros contra el

coño.

“Hey, ¿Dean?” Gritó una voz masculina en la puerta principal.

191
El Club de las Excomulgadas
Dee levantó su cabeza y gimió. Ella trató de bajarse de la

encimera pero Jake la sujetaba contra el granito frío.

Mientras que Dee intentó arrastrar la camiseta hasta abajo para cubrirse, Jake

miró sobre su hombro y gritó. “En la cocina”

“Pensé que...” Jess Lawless comenzó a hablar, pero se paró bruscamente cuando

vio a Jake y Dee. “Por Dios. Lo siento, Dean. No quise molestaros” El capataz

de la finca parecía más divertido que avergonzado de haber encontrado a su

jefa a medio vestir y en los brazos de un hombre casi desnudo. “Hola

Reynolds”

“Buenos días, Lawless” dijo Jake dejando en claro su posición territorial que

Dee era su mujer.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dee se aclaró la garganta, y cuando Jake la miró, se dio cuenta de lo rojas que

estaban sus mejillas. “¿Eso… puede esperar, Jess?“

“Claro que si” El capataz asintió. “Sólo quería informarte que me encontré

casualmente con otro recorte en los alambres de la cerca. Ahora al lado de la

Cheyenne McCray – Fueg


granja de los Wilds”

“Maldita sea” Dee se apartó el pelo suelto hacia los hombros. “¿Tú y los chicos

se puden ocupar de eso?”

“Puedes apostar”

Lawless comenzó a salir, pero se detuvo cuando Jake le dijo. “Alguien estaba

merodeando por el establo anoche. ¿Has visto algo?”

El capataz frunció el ceño. “No. ¿Y tú?”

192
El Club de las Excomulgadas
Jake relató lo sucedido, mirando a Lawless mientras hablaba.

Pero el hombre no revelaba nada en su expresión.

Cuando Jake terminó, Lawless dijo. “Voy a comprobar esto y ver si falta o ha

arruinado algo” Él asintió con la cabeza a Jake y luego a Dee. “Nos vemos

luego”

Jake entrecerró los ojos mientras miraba partir al capataz. Definitivamente

tendría que investigar un poco sobre Jess Lawless.

Los pensamientos de Dee eran salvajes y confusos. La noche que había

compartido con Jake, el intruso en su propiedad, el anuncio de Jess del corte de

la cerca. Y todo lo que podía pensar era en el fabuloso sexo que tenía con Jake,

pero los extraños sucesos continuaron arrastrándola.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Después de darse una ducha y vestirse, empacaron el almuerzo y ensillaron un

par de caballos, Jake y Dee se dirigieron hacia las montañas detrás del rancho

Flying M. La mañana olía a fresco y limpio, a cielo lavado por la lluvia, tierra

húmeda y a hierba. Dee llevaba una chaqueta ligera, una camisa sin sujetador y

pantalones sueltos de algodón, sin ropa interior. Ella estaba malditamente

Cheyenne McCray – Fueg


preparada para disfrutar a Jake allí, otra vez.

En el camino, se detuvieron y miraron la línea de la cerca que había sido

cortada durante la noche. Sus eficientes peones ya habían reparando la cerca, y

había huellas de cascos de caballos y pezuñas de vacas, todo mezclado en un

terreno fangoso, por lo que no había una manera fácil para identificar cualquier

pista.

Cuando continuaron por el camino, guiando a sus caballos en lo más profundo

del cañón, Dee vibraba de deseo por Jake. Cada nervio de su cuerpo estaba

consciente y vivo por la necesidad, gritando por su tacto, su boca, su cuerpo.

193
El Club de las Excomulgadas
Clamando por su polla profundamente en su interior. Cuando

estuvieron fuera de la vista de la finca, tiró de las riendas de

Shadow.

Jake detuvo a Whispers. “¿Qué? ¿No vamos a hacia nuestro lugar?”

Ella deslizó fuera su chaqueta mientras lo estudiaba por debajo de las pestañas.

“¿Recuerdas que cumplí tu fantasía de ayer?”

“Si” Sus ojos grises ardían positivamente, y ella supo en lo que estaba él

pensando en ese momento cuando él le pidió que se hiciese llegar a sí misma. Y

entonces, como lo había hecho.

Mientras ataba la chaqueta en la silla, se lamió los labios. “Siempre he

Fuegoo Salvaje - Wild I


fantaseado con una monta doble”

Él la miró durante mucho tiempo, desde a sus pezones tiesos contra su blusa,

hasta donde los pantalones de algodón escondían su coño. Sin otra palabra, se

bajó de Whispers y ató las riendas en la parte trasera de la silla Dee. Montó en

Shadow, por la parte trasera de la silla detrás de Dee, con las caderas pegadas a

Cheyenne McCray – Fueg


las suyas.

Su erección era positivamente enorme. Dee se hundió contra él y movió el culo

contra su polla. “Me gustaría que estuviésemos desnudos” Murmuró ella.

Jake deslizó sus brazos alrededor de su cintura y le mordisqueó el cuello. “Eso

puede arreglarse”

Con una risa suave, Dee guió a su castrado a través de los árboles, la yegua de

Jake los siguió por detrás. El agua de lluvia se deslizaba a través de las hojas a

medida que pasa a través de los árboles, la ligera lluvia de Dee y la humedad

194
El Club de las Excomulgadas
Jake. Sus cuerpos se movían al paso del caballo, la polla de

Jake creciendo más fuerte contra la parte trasera de Dee,

aumentando el dolor en su coño.

Él volvió a besarla en el cuello, usando su lengua y los labios para volverla

salvaje. “Háblame de esa fantasía”

Dee estaba tan caliente y tan mojada para él. “En mi fantasía, eres un bandido

que me secuestra y roba en caballo. Me llevas a tu escondite para violarme”

La suave risa de Jake le hizo cosquillas en la piel. “Y tú eres la señorita16 en

apuros que no tiene a nadie para salvarla”

Ella gimió. “Tócame, bebé”

Fuegoo Salvaje - Wild I


“¿Dónde quieres mis manos” Su voz era un gruñido profundo contra su nuca.

“Dime. Exactamente lo que quieres”

Dee estaba tan excitada que apenas podía mantener los ojos abiertos para guiar

a Shadow en el camino. “Quiero que me desabroches la camisa y que dejes que

la brisa acaricie mis senos”

Él movió sus manos a través de ella, tocando sus pezones sensibles por el Cheyenne McCray – Fueg
material. Poco a poco le desabotonó la blusa hasta que se abrió.

La intensa sensación de aire fresco en los pechos desnudos de Dee la hizo

jadear. Sus pezones tiesos, rogaban por el toque de Jake. Sus dedos callosos se

arrastraba en círculos perezosos, alrededor de su colgante de corazón y a través

de su desnuda piel, pero evitaba tocarla donde ella más deseaba.

“Jake” Gimió ella.

16 En castellano en el original

195
El Club de las Excomulgadas
Él mordió ligeramente su cuello y le hizo cosquillas en la carne

con la lengua. “¿Qué quieres que haga ahora?”

Dee tragó y lamió sus labios. “Yo quiero sus manos jugando con mis pezones”

Unos cuantos círculos más alrededor de sus pechos y luego sus dedos

encontraron los picos tiesos. Al principio, solo los rozó, jugando con ella con

leves caricias.

Ella se apretó contra él y gimió cuando ahuecó sus pechos con sus grandes

manos. Entonces él cogió sus pezones entre los dedos pulgar e índice,

estirándolos y amasándolos. Dee movía sus caderas contra su polla, al mismo

ritmo que el paso de Shadow, queriendo la liberación que sólo Jake podía darle.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“¿Eso es todo?” Su boca continuaba besando su cuello y su oreja, y ella

estremecía con las sensaciones que la recorrían.

“No” Ella sabía que él iba a hacer lo que le dijera, y entonces le daría lo que

buscaba. “Hazme gozar”

Él contuvo la respiración y ella podría decir que estaba tan excitado como ella.

Cheyenne McCray – Fueg


Si fuese físicamente posible, se habría girado, y se bajaría sobre su polla

mientras montaban en el caballo, llevándolo hasta el fondo de su garganta.

El sonido de los cascos trotando de Shadow y Whisper, mantenía en el mismo

ritmo que el latido del corazón de Dee. El olor de los caballos, el cuero y el pino

llenaba el aire, el aroma almizclado de Jake la rodeaba. Una brisa corrió entre

los árboles, murmullo sensual y un susurro en su alma.

El movimiento del caballo en entre los muslos, el movimiento de balanceo

aumentó el dolor de su coño, mientras que Jake tocaba con la mano la piel de

sus pechos hasta la cintura. Él pasó una mano por su entrepierna, y Dee se

196
El Club de las Excomulgadas
quedó sin aliento cuando él le tomó el montículo, entonces se

frotó contra ella a través del material de algodón fino. Habría

dado cualquier cosa por no estar usando nada en este momento.

“Tócame” Imploró, necesitando de él de una forma tan mala que no podía

soportarlo más.

Jake metió su mano por debajo del elástico de la cintura de sus pantalones

flojos, haciendo una pausa con sus dedos sobre los rizos de su coño. Su

respiración se volvió tan irregular como la suya. “Dios, cómo me excitas cuando

estás desnuda bajo la ropa”

Dee apenas tuvo presencia de espíritu para guiar a Shadow a la derecha y sobre

el camino que ellos tomarían para ir su lugar secreto. Su cuerpo estaba ardiendo

Fuegoo Salvaje - Wild I


y deseaba poder tomar la polla de Jake profundamente en su interior en ese

mismo momento. “Ahora, Jake”

Él se rió entre dientes cerca de su oído, enviando escalofríos a través de ella y

haciendo que su dolor fuese aún más fuerte. Deslizó sus dedos más

profundamente en sus pantalones, hundiéndose en su humedad. Ella jadeó

Cheyenne McCray – Fueg


cuando él la tocó, acarició y rodeó su sensible clítoris.

Dee apretó las riendas mientras él la conducía hasta que llegó a la cima y

alcanzó el clímax, el orgasmo vibrando por todo su cuerpo. Ella gritó con su

liberación, haciendo que el tímido Shadow volviera la cabeza.

Su cuerpo se sacudió contra la mano de Jake, pero él no se detuvo. Réplicas

ondulando a través de su cuerpo, uno tras otro, hasta que finalmente ella le

rogó que parase.

La intensidad de su orgasmo la hizo sentirse completamente sin huesos, y se

derritió contra Jake. Él arrastró besos desde su cabello hacia la oreja mientras

197
El Club de las Excomulgadas
que el caballo seguía en dirección hacia los árboles. Dee

suspiró satisfecha por el calentamiento de su cuerpo cuando él

la envolvió en sus brazos.

Él mordisqueó el lóbulo de su oreja. “Ya casi hemos llegado”

“Cuando lleguemos a nuestro lugar, voy a darte el mejor orgasmo de tu vida,

Jake Reynolds”

“Estoy listo” Sus dedos jugaron con sus pezones y su polla estaba oh-tan-dura

contra su culo.

Oh, sí. Este hombre estaba listo.

“Bien” Murmuró. “¿Y cuando terminemos, te haré disfrutar otra vez”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Cheyenne McCray – Fueg

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El Club de las Excomulgadas
Capítulo 12
Se sentía como si hubiera vuelto a casa.

"Esto es tan hermoso como lo recordaba", murmuró Jake cuando llegaron al

pequeño cañón, su lugar oculto.

Los robles y el piñón llenaban el área aislada. A partir de lo alto del cañón, una

corriente de lluvia hinchada gorgojeó y burbujeó a través de una serie de rocas

por una pendiente pequeña. Dee tiró de las riendas del castrado al lado de la

corriente, y la yegua de Jake se detuvo detrás de ellos.

Oleada tras oleada de recuerdos fluían sobre él mientras sostenía a Dee,

Fuegoo Salvaje - Wild I


tocando la piel suave que había descubierto. Este lugar era donde habían hecho

el amor la primera vez, y muchas más después de eso. Habían compartido

esperanzas y sueños para el futuro… un futuro que una vez ella pensó que lo

incluía. Lo supiera ella o no, tenía la intención de ser un parte de sus sueños

otra vez.

"Mejor me bajo antes de dejar que me violes a caballo", murmuró Dee.

"Mmmm. Me gusta cómo suena eso" Jake deslizó la blusa de Dee de sus Cheyenne McCray – Fueg
hombros y tiró de ella, dejándola desnuda de cintura para arriba.

Dee se quedó sin aliento y se estremeció. Le deslizó las manos por sus brazos,

sintiendo la piel de gallina que se había formado por el contacto del aire frío

contra su piel.

Shadow agitó la cola y pisoteó un casco, pero esperó pacientemente mientras

Jake acariciaba la carne desnuda de Dee.

"Quítate la camisa", exigió ella.

199
El Club de las Excomulgadas
Jake le puso su sombrero a Dee, se quitó la propia camiseta, y

luego la tiró junto con la blusa en una roca cerca de la

corriente. Se puso el sombrero en la cabeza mientras ella suspiraba y se apoyaba

en él, el vello como la seda contra su pecho desnudo. Sus propios pezones

endurecidos, palpitando con la necesidad de follar con todo lo que hacía.

Movió la boca cerca de su oído. "Pon una pierna sobre donde estas sentada al

estilo femenino17"

Con la ayuda de Jake, Dee llevó su pierna por encima, y luego se fue de lado a

su regazo, con los brazos alrededor de su cuello. Ella lo miró, con sus ojos muy

abiertos y de un verde hermoso que sabía que hacían que él se perdiera.

"Ahora sí, te voy a violar" Él se inclinó hacia abajo para acariciar su boca con la

Fuegoo Salvaje - Wild I


suya, poco a poco su sabor. Dios, él nunca tendría lo suficiente de esta mujer.

Su mujer.

Dee se quedó toda blanda, gimiendo cuando empujó en su boca. Le pasó la

lengua dentro de sus labios y por el borde dentado de los dientes. Su pecho

Cheyenne McCray – Fueg


rozó sus pechos mientras la apretó más cerca y su dolor por ella aumentó.

Arrastró más besos por su boca, en la barbilla, en el hueco de su garganta

pasando por su cuello, Jake se abrió camino hasta los pechos de Dee. Pasó la

lengua alrededor de su corazón colgante, su aroma de azahar llenando sus

sentidos, mientras su lengua probaba el sabor salado de su piel.

Shadow se meció por debajo de ellos y golpeó con fuerza la cola de nuevo.

"Jake", exclamó Dee cuando su boca encontró su tesoro, su pezón duro, color de

rosa. "Te quiero dentro de mí, así duro"

17 http://www.americansidesaddleassociation.org/articles/photos/DSCF0038.jpg

200
El Club de las Excomulgadas
Él gimió, con ganas de deslizarse entre sus muslos rápido y

rudo. Pero en cambio, bajó la voz y dijo: "Tan pronto como te

tenga como yo quiero"

"¿Me tengas como tú quieres?" Dee sonaba vacilante y regocijada, al mismo

tiempo.

"Sí" Aspiró el otro pezón y la miró. "Recuerda, que yo soy el bandido. Tengo la

intención de violarte completamente. Muchas veces, señorita18"

Sus ojos se abrieron. "Oh, Dios"

"Quítate los zapatos", le ordenó. Cuando lo hizo, Jake tiró de su cintura.

"Levanta las caderas"

Fuegoo Salvaje - Wild I


Él tiró de sus pantalones abajo y dejó que se deslizaran al suelo. Jake apretó los

dientes mientras miraba a la mujer desnuda en su regazo. Era casi más de lo

que podía manejar. "Ahora abre tus muslos"

Los labios de Dee se separaron cuando ella obedeció, abriendo su coño para él.

"Está bien"

"Di, Sí, señor19" Jake trató de sonar áspero, como el bandido que fingía ser. Cheyenne McCray – Fueg
La emoción brilló en sus ojos verdes. "Sí, señor"

Jake acarició el interior de sus muslos, cepilló ligeramente los rizos color caoba,

pero no se sumergió en ella. "Ahora, si es una buena señorita20, te haré llegar"

"Sí, señor" Ella asintió con la cabeza. "¿Qué tengo que hacer?"

18 En Castellano en el original

19 En Castellano en el original

20 En Castellano en el original

201
El Club de las Excomulgadas
Se removió en la silla y continuó acariciando su piel en los

círculos ligeros. "Juega con tus pezones"

Trasladó la mano a su pecho y Dee comenzó a cerrar los ojos.

"Mantén tus ojos abiertos y mírame", exigió Jake. "O no te haré venir"

"Sí señor..."

Reteniendo una sonrisa, jugó con los rizos, y luego a lo largo de los labios de su

coño. "Ahora pídemelo"

"Por favor" Dee tragó y se revolvió contra su erección clase mundial. "Por favor,

hazme llegar, señor"

Fuegoo Salvaje - Wild I


Metió los dedos en su calor, y los clavó en su interior. Dee arqueó la espalda

contra su brazo al mismo tiempo que le apretaba el pezón.

Jake movió los dedos y acarició su clítoris, miró su rostro para ver su expresión

cuando llegara al clímax.

Fue sólo cuestión de segundos y el cuerpo de Dee se tensó y se sacudió cuando

llegó. El caballo se movió debajo de ellos, miró sobre su hombro y soltó un


Cheyenne McCray – Fueg
bufido.

"Oh, Dios mío” exclamó Dee estremeciéndose en sus brazos.

"Quieres decir, oh, Señor" Jake se rió y la besó en los labios. "Sabes que no he

terminado todavía aquí"

"Por favor, no" La respiración de Dee era pesada cuando lo miró.

202
El Club de las Excomulgadas
"Resbala del caballo" Jake la ayudó a sentarse en su regazo, y

luego la bajó al suelo, cuidando de no raspar la piel suave

sobre la silla. "No te muevas. Espera por mí"

"Sí, señor" Ella estaba a un par de metros de distancia del caballo, su cabello

castaño caía sobre sus desnudos hombros. Tenía las manos a los lados y estaba

completamente desnuda a excepción de su colgante de corazón.

Jake no podía creer como mucho que se había encendido jugando con Dee a

esta fantasía. Desmontó y a continuación, tomó las riendas y sin apretarlas las

ató a un árbol. El caballo castrado y la yegua esperaban pacientemente, como

los caballos bien entrenados que eran.

Cuando terminó, se acercó a Dee. "Si no eres un buena señorita, voy a tener que

Fuegoo Salvaje - Wild I


atarte y follarte contra uno de estos árboles"

"¿Atarme?" Movió su mano a la garganta, pero vio que no estaba nerviosa. No,

por la mirada de sus ojos, él sabía que estaba tan emocionada como él.

"Sí" Dando patadas Jake se quitó las botas, y luego fue a las alforjas y sacó la

Cheyenne McCray – Fueg


manta que Dee había almacenado en uno de los bolsillos. Puso la manta sobre

las hojas y agujas de pino cubiertas de tierra a continuación, se puso de pie.

"Quítame los pantalones, señorita"

Dee se le acercó, casi con timidez, le desabrochó el botón superior de sus

pantalones y facilitó el cierre hacia abajo. Cuando ella bajó los calzoncillos de

Jake, su polla surgió libre. Él contuvo la respiración al sentir el aire fresco en su

contra.

Ella lo miró cuando comenzó a quitarse el sombrero Stetson, pero le dijo: "No,

déjalo puesto. Esto es parte de mi fantasía. Por favor, señor"

203
El Club de las Excomulgadas
Él contuvo un gemido mientras ella empujaba hacia abajo los

calzoncillos y los pantalones vaqueros. Se lamió los labios

mientras se arrodillaba en la manta, tan cerca que podía jurar que sentía su

aliento cálido en su polla.

Jake se quitó los pantalones vaqueros y calcetines, y cuando Dee empezó a

subir, le puso la mano en la cabeza. "Ahora el placer es mío, señorita"

Una sonrisa cruzó su rostro, pero rápidamente lo reemplazó con una mirada

mansa. "Sí, señor"

Él contuvo el aliento mientras sostenía su miembro en una mano y se burlaba

de la cabeza con la lengua. Ella lamió y chupó de él, mordisqueando

suavemente a lo largo de su longitud como si fuera un pedazo de mazorca de

Fuegoo Salvaje - Wild I


maíz. Dios, no volvería a pensar en los vegetales de la misma manera.

"Llévame a lo profundo de tu garganta", le ordenó.

Dee respondió bajando más sobre su polla envolviéndola con su boca caliente.

Jake gimió y deslizó sus manos en su pelo apurándola. Ella se movió arriba y

Cheyenne McCray – Fueg


abajo por su polla, torciendo una mano alrededor de su pene mientras lo

chupaba. La otra mano le agarró de las caderas, abrazándolo cerca de ella.

Apretó los dientes, sabiendo que estaba a punto de pasar el borde. Dee se

encontró con su mirada mientras la observaba entrar y salir de su boca, y lo

empujó sobre el abismo.

Jake gritó su nombre y apretó sus manos en su pelo. Ella lo tenía en la parte

posterior de su garganta, moviendo su mano hacia arriba y hacia abajo,

ordeñando su semen y tragándolo.

Dee sonrió y lo dejó resbalar de su boca. Ella levantó la cabeza y dijo:

204
El Club de las Excomulgadas
"¿Cómo estuvo esto, señor?"

"Bien" Increíble. Podría morirme como un hombre feliz. Jake la atrajo hacia él,

dejando que sus manos se deslizasen a través del pelo a sus pechos. Le pellizcó

el pezón entre el pulgar y el dedo índice, y la miró fijamente a los ojos.

"Pero todavía no he terminado con usted, señorita"

Ella temblaba bajo su tacto. "¿Qué es lo siguiente que quiere que haga, señor?"

"Dame de comer. Desnuda"

Dee se sintió absolutamente deliciosa, vistiendo nada más que sus pendientes,

cuando tomó la alforja de su castrado y regresó a la manta que Jake había

colocado.

Fuegoo Salvaje - Wild I


En la vida real nunca estaría con un hombre que diera órdenes a su alrededor.

Pero la realización de su fantasía, iba más allá de la diversión. Uno de estos días

tendría que devolverle la pelota a él y jugar a la dominatrix.

Se veía tan increíble, como para las páginas centrales de Playgirl con sólo su

Cheyenne McCray – Fueg


sombrero de vaquero negro y una sonrisa seductora. Y su polla estaba grande y

dura otra vez.

Si bien él se instaló en una roca al lado de la manta, Dee se arrodilló al lado de

Jake. Tragó saliva y se obligó a sí mismo a mirar a los caballos en lugar de su

cuerpo desnudo. Shadow con la cabeza abajo, comía hierba. Whisper con una

rodilla doblada, descansando sobre sus otras tres patas, como si estuviera

dormida.

Jake se volvió para ver a Dee retirar cuatro bocadillos, dos trozos de pastel

dulce, y un termo de té helado, y colocarlos todo en la manta.

205
El Club de las Excomulgadas
Levantó dos sándwiches. "¿Ensalada de huevo o carne asada?"

"Las dos cosas" Se acomodó en la manta y cogió sedosos mechones de su

cabello. Moviendo las hebras alrededor de su dedo, jugó con ellas mientras ella

desenvolvió su almuerzo. Ella comenzó a entregarle un bocadillo, pero negó

con la cabeza. "Aliméntame"

Sonriendo, le arrancó un bocado al de ensalada de huevo y lo acercó a sus

labios. Abrió la boca y ella lo alimentó mientras fijaba sus ojos en los de ella.

Se alimentaron el uno al otro, un bocado de sándwich a la vez, una comida

lenta y sensual como la que habían tenido en el restaurante. Sólo que esta vez

estaban solos. Y desnudos.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Con cada movimiento de Dee, sus pechos se balanceaban. El olor de su sexo le

llamó, haciéndole querer probar su coño, para devorarla. En el momento en que

terminó de comer el almuerzo, él estaba más que listo para enterrar su polla

dentro de ella.

Cogió el pastel de chocolate. "¿Postre?"

Cheyenne McCray – Fueg


"Uh-huh" Jake rastrilló su mirada sobre ella y su calor creciendo en su ingle.

"Pero no quiero pastel"

"¿Señor?" No podía creer como la encendía llamarlo así. "¿Qué prefieres?"

"A ti" Jake agarró los pantalones y retiró su cinturón de cuero. Tomó el

cinturón en una mano, y tomó la mano de Dee en la otra, la trajo a sus pies y se

levantó.

Dee levantó una ceja. "Uh, no me vas a azotar con eso, ¿verdad?”

206
El Club de las Excomulgadas
Jake se echó a reír. "No, yo no estoy en eso del dolor" Él miró

alrededor de su escondite y luego la llevó a un joven árbol con

bastante corteza lisa. "De pie con la espalda contra el árbol, señorita"

Su corazón latió más rápido cuando se dio cuenta de que iba a llevar a cabo su

amenaza anterior y la iba a atar como un bandido tomando a una joven

señorita. Puso sus brazos detrás de ella y tras el tronco del árbol pequeño, a

continuación, sin apretar demasiado los unió con su cinturón.

Ella podría fácilmente haber tirado las manos lejos, pero la sensación de estar

atada y desnuda a un árbol en su refugio de montaña, era peligroso, excitante y

estimulante. Con las manos atadas detrás de ella, su pechos sobresalían hacia

adelante, sus pezones duros y doloridos.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake regresó a su alrededor, frunció el ceño. "¿Es la corteza muy rugosa para tu

piel?"

"No" Dee meneó la cabeza e hizo todo lo posible para parecer tranquila. "¿Qué

vas a hacer conmigo, señor?"

Cheyenne McCray – Fueg


El deseo encendió sus ojos. "Tengo la intención de violarte hasta que grites, mi

pequeña señorita"

Dee se lamió los labios.

Jake apoyó las manos en el árbol por encima de su cabeza y la miró, su polla

rozando su vientre. Dee se estremeció, muriéndose porque él la tocara.

Le acarició suavemente el pelo, susurrando palabras cariñosas en español, como

si fuera realmente un amante español.

207
El Club de las Excomulgadas
Ella aspiró el aroma de su excitación mientras acariciaba la

oreja con su aliento caliente, pero todavía no la tocaba, excepto

su pene cepillando su vientre al descubierto.

"Bésame por favor21 ", suplicó Dee. "Bésame, Señor"

Jake sólo rozó sus labios suavemente en ella. "Me lo tienes que pedir por favor,

si quieres que te haga llegar otra vez"

"Sí" Su cuerpo estaba en llamas, y se estremeció con la fuerza de su necesidad.

"Voy a hacer lo que quieras"

Él sonrió y trazó su boca con la punta de su lengua. Dee abrió los labios, pero

no la besaba como necesitaba. En cambio, él movió su boca hacia abajo,

Fuegoo Salvaje - Wild I


ligeramente rozando el hueco de su garganta. Tenía las manos aún por encima

suyo, su cuerpo separado de ella, a excepción del cepillado ocasional de su

polla. Él la estaba volviendo loca.

Jake se apartó del árbol y sólo la miró por un momento.

"Por favor, señor22" Dee arqueó su pecho hacia él. "Fóllame, ahora"

Se quitó el sombrero y lo tiró en una roca a un lado. Dee suspiró cuando le Cheyenne McCray – Fueg
agarró las caderas y se apretó contra ella, su polla dura contra su vientre.

Sí, eso era lo que necesitaba.

No, ella necesitaba más.

21 En castellano en el original

22 En castellano en el original

208
El Club de las Excomulgadas
Dee jadeó cuando Jake capturó su pezón en la boca, lamiendo

y luego succionando con fuerza. Apretó y amasó su trasero con

sus grandes manos, y comenzó a trabajar su camino hasta su vientre con los

labios.

Jake se arrodilló en las hojas a sus pies y se presionó contra el interior de sus

muslos con sus dedos. "Abre las piernas"

Ella amplió su postura en torno a sus rodillas y se quejó a continuación,

mientras le deslizaba un dedo a través de los rizos y, a continuación entre los

pliegues de su coño. Estaba tan mojada por él. Necesitaba su boca en el clítoris

ahora.

Apretó su cara en sus rizos y luego deslizó su lengua contra su centro.

Fuegoo Salvaje - Wild I


"Jake", exclamó Dee, estirando las manos contra sus ataduras. Quería sentir la

suavidad de su pelo mientras la devoraba, pero era tan erótico estar atada por

su bandido.

Su lengua estaba caliente y era increíble cómo se movía ligeramente sobre su

Cheyenne McCray – Fueg


clítoris. Levantó la cabeza y miró hacia arriba a ella. “Di, haz que me corra de

nuevo, señor "

"Por favor, Dios, sí" Casi no podía hablar, su respiración era agitada, dura y

rápida. "Haz que me corra, Señor”

Jake sonrió y le deslizó dos dedos en su núcleo. Inclinó la cabeza y asaltó el

coño con su lengua, comiendo, chupando y lamiendo su clítoris mientras le

metía los dedos en su interior.

209
El Club de las Excomulgadas
Dee sintió como si su cuerpo estuviera volando en mil pedazos

cuando, gritó y se estremeció con su clímax. El agua de lluvia

cayó del árbol sobre su cabello cuando se estremeció con la fuerza de su

orgasmo.

Después que la última ola se calmó, Jake cayó a sus pies y la besó larga y

duramente. Se probó a ella misma, mezclado con su propio sabor único.

"¿Estabas violándome?" Ella le preguntó cuando él levantó la cabeza.

"No, en esta vida" Jake fue detrás del árbol y le desató el cinturón, liberando sus

manos. "Tráeme el sombrero, Señorita. Voy a seguir mi camino contigo un poco

más"

Fuegoo Salvaje - Wild I


Un hormigueo se deslizó a través de Dee cuando ella recogió el sombrero de

vaquero de Jake y se lo entregó. "Su sombrero, Señor”

Jake sacó un condón del borde interior del sombrero, a continuación se puso su

sombrero Stetson, y ella se estremeció con la lujuria que vio en los ojos de él.

Musculoso, con sus anchos hombros, caderas estrechas y los muslos poderosos.

Cheyenne McCray – Fueg


"Ven conmigo, señorita" Tomando la mano de Dee, Jake la llevó a una roca alta y

plana junto al arroyo que todavía estaba mojada por la lluvia. Después de que

él arregló la manta sobre su superficie, se sentó en la roca y la trajo entre sus

rodillas. "Quiero que me montes duro"

Ella asintió con la cabeza, hipnotizada por sus ojos grises como tormenta. “Sí,

señor23 ”

“Pero primero” hizo una pausa, le dio una sonrisa de pecado, "Chúpame la

polla"

23 En castellano en el original

210
El Club de las Excomulgadas
Dee sonrió y se arrodilló sobre la manta. Sosteniéndolo con la

mano, ella puso su boca sobre la cabeza de su polla. Jake gimió

viendo como poco a poco la boca iba hacia abajo sobre él, chasqueando la

lengua, agarró su cabeza y la obligó a detenerse.

Dee deslizó la boca de él y luego lo miró desde debajo de sus pestañas. "¿Fue de

su gusto, señor?"

"Dios, sí" Jake sonrió y sacó su condón, a continuación, envainó la polla. "Ahora

aquí a horcajadas"

Con la ayuda de Jake, Dee se subió a su regazo y se frotó el coño contra su

polla, con dolor por sentir más de él. La manta estaba bien por debajo de las

rodillas y espinillas, pero la piel de Jake estaba caliente.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Ella movió las caderas y cogió su erección que se presionó contra su vientre. "Te

necesito en mi interior"

Jake se levantó el sombrero y lo puso en la cabeza de Dee, a continuación, puso

las manos en sus caderas. “Todavía no. Tus pezones están en el lugar perfecto

Cheyenne McCray – Fueg


para mí"

Él acarició y lamió y chupó sus pechos hasta que ella no pudo más, y le rogó

que entrara en ella. "¡Ahora, Jake. Ahora!"

"Cabálgame duro. Muy duro" Él levantó sus caderas. Su grito de placer se hizo

eco a través del pequeño cañón cuando él empujó en su interior.

Dee se agarró a los hombros de Jake, clavándole las uñas en sus músculos y

tomándolo más profundo. Sin importarle cómo de dura estaba la roca debajo de

la manta, ella se resistió a sus caderas a un ritmo frenético, utilizando la piedra

211
El Club de las Excomulgadas
como palanca para levantar y bajar de nuevo. Jake apretaba las

caderas mientras ella lo montaba.

Arqueando la espalda, Dee sintió como se deslizaba su cabello contra los

hombros desnudos, la boca cálida de Jake en sus pechos, las manos en las

caderas, y una brisa fresca en su piel.

Su punto culminante fue tan masivo que gritó más fuerte de lo que nunca antes

había gritado. Jake gritó también cuando él se vino, y Dee lo sintió palpitando

profundamente dentro de ella.

Se dejó caer en su contra, y se aferró a él, mezclando su sudor, la respiración

pesada y sus corazones golpeando como uno solo.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Cuando Dee levantó la cabeza, los ojos de Jake se encontraron con los suyos.

"Eres mi tipo de bandido", murmuró.

Él se rió y la atrajo hacia sí para un suave beso.

Saciada por su amor, Dee se permitió disfrutar de la comodidad del abrazo de

Jake. De la tierra, de su presencia a su alrededor. Lleno de ella.

La corriente gorjeó cercana y los pájaros charlaban en los árboles. Se le puso la Cheyenne McCray – Fueg
piel de gallina sobre su cuerpo cuando una brisa fresca le rozó la piel desnuda.

Jake se echó hacia atrás y remontó su dedo corazón en un pezón endurecido.

"¿Frío?"

"No, con que me calientes”, murmuró Dee en un tono de burla. La mirada en

sus ojos era demasiado grave, y temía que iba a decir algo que no quería oír.

212
El Club de las Excomulgadas
Agarró un mechón de su pelo, lo envolvió alrededor de su

mano. Él tomó una respiración profunda, con una mirada

incierta en su hermoso rostro. "Necesito saber que estás lista para dejarme

entrar de nuevo en tu corazón"

Dios. Lo había dicho.

Dee cerró los ojos para no mirar.

¿Porqué él no podía sólo dejarlo en sexo y nada más que eso?

A continuación, algo la golpeó y cayó sobre su estómago.

Ella nunca había considerado los sentimientos de Jake. Todo en lo que ella

había estado pensando era en sí misma.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Yo he sido tan egoísta", susurró mientras abría los ojos y se encontró con su

mirada. "No debería haberte empujado en... una relación sexual"

"¿Qué estás diciendo?" Su voz áspera y la cicatriz, a lo largo de su mejilla

blanca, creció cuando apretó la mandíbula.

Quería apartar la vista de su mirada acerada, pero descubrió que no podía. "No
Cheyenne McCray – Fueg
está en mí pasar a través de esto otra vez... alguien que me importa

abandonándome"

"No me voy a ninguna parte" Él lanzó su control sobre su pelo y se frotó el

pulgar a lo largo de su mandíbula. "Me quedo aquí"

Dee meneó la cabeza. "Podemos ser amigos, Jake. Eso es todo. Sólo amigos"

213
El Club de las Excomulgadas
Capítulo 13
Después de dejar a Dee, Jake entró en su área de almacenaje, sacó su equipo de

entrenamiento con pesas y arrastró todo a su apartamento. Lo armó todo, justo

en el centro de la sala, y luego procedió a levantar pesas hasta que sus músculos

gritaron.

Estos seguían gritando un par de horas más tarde. Él iba a pagar por ese

entrenamiento. Durante todo el tiempo que levantó los hierros, dio vueltas en

su mente sobre la insistencia de Dee en que sólo podían ser amigos.

Bueno, ella podía pensar eso, pero él iba a asegurarse de que fueran más que

amigos y amantes. Y más temprano que tarde.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jake se echó agua fría sobre el rostro y el cuello, eliminando un poco el sudor, y

luego tomó una toalla del perchero. El agua corría por su cuello y por su pecho

desnudo, mientras se secaba.

Sus pensamientos se dirigieron hacia el problema del robo de ganado, y su

preocupación por Dee. Después de ver a ese intruso en su propiedad, no le

gustaba la idea de que permaneciera en el rancho sola. Había más de doscientos


Cheyenne McCray – Fueg
metros desde la barraca hasta la casa del rancho, y si ella gritaba los peones del

rancho probablemente ni siquiera la oirían.

Por lo que se refería a Jake, Dee no iba a estar sola por mucho más tiempo.

Tiró la toalla en el montón de ropa sucia en su cuarto de baño y se dirigió a la

cocina. Para la cena se preparó un sándwich de mantequilla de cacahuete y jalea

de uva con un vaso de leche fría. Con el estado de ánimo en el que estaba, el

sándwich le supo tan bueno como debían ser el papel de construcción y el

cemento de goma.

214
El Club de las Excomulgadas
Mientras comía, Jake no pudo dejar de pensar acerca de su

increíble fin de semana con Dee.

Ni en sus sueños más salvajes hubiera imaginado que iba a bajar por su cuerpo

en un restaurante, que tendrían relaciones sexuales en el exterior, en la cabina

de su camioneta, o que ella iba a cumplir sus fantasías de mesa de comedor,

masturbándose hasta correrse mientras él la observaba. O que la iba a atar a un

árbol y la follaría sin sentido.

Está bien, en sus sueños más salvajes había imaginado ese tipo de sexo salvaje

con Dee.

Y estaba más duro que el infierno al pensar en ello.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dejando el gran sexo a un lado, una cosa se había hecho patente de manera alta

y clara este fin de semana, él estaba completamente enamorado de Dee. A decir

verdad, sabía que nunca había dejado de amarla.

Pero esta vez no iba a irse. No permitiría que nada lo ahuyentara… incluyendo

a la misma Dee

Cheyenne McCray – Fueg


*****

El día después de que le dijese a Jake que no podía haber nada más que el sexo

entre ellos, Dee se dirigió hacia al establo. Casi de manera mecánica, cepilló y

alimentó a sus caballos Shadow y Whisper, y a la vieja yegua de su hermana

Trace, Dancer.

Cuando terminó, Dee se detuvo para revisar al ternero con ojos de diablillo.

Poniendo sus brazos en la parte superior de la puerta de la cabina, le sonrió a

Imp, el pequeño mocoso, había sido tal desafío. Pero gracias a Jake, el ternero

estaba razonablemente domado ahora.

215
El Club de las Excomulgadas
Una sonrisa triste le tocó los labios mientras sus pensamientos

se dirigían hacia Jake, recordando aquel día que había entrado

como un bólido en su granero empuñando su pistola, dispuesto a defender su

honor contra Imp. Vaya, ¿Fue esto hacía menos de un mes? Parecía mucho más

tiempo. Como si él nunca se hubiera ido hacía tantos años.

Imp golpeó la cabeza contra la puerta del establo, sacando a Dee de sus

pensamientos.

"Bueno, hijo de Satanás, voy a darte un regalo" Se dirigió al gran tambor y sacó

una lata de grano que olía a avena y melaza, y la vació en el canal del ternero.

"Hasta luego, chico grande", murmuró ella, acariciándolo en la nariz mientras

comía. Realmente él era el ternero perfecto. Cada línea, cada curva. Sería un

Fuegoo Salvaje - Wild I


gran semental algún día.

¿Era por eso que alguien aflojó su pestillo? Dee retrocedió, examinando el

compartimiento. ¿Por qué él haría crías de ganado de cría excepcionales? Bueno, al

diablo con eso. ¡Este pequeño hijo de puta es mío!

Cheyenne McCray – Fueg


Con un suspiro, Dee dejó los rincones fríos del establo y se dirigió a la casa,

metiendo sus guantes de trabajo en el bolsillo de la chaqueta. Durante la noche

el tiempo había cambiado. El frío día de octubre olía a lluvia, y se preguntó si

podrían tener una tormenta de otoño.

Se detuvo en la parte inferior de los escalones del porche para mirar hacia la

montaña. ¿Qué demonios estaba pasando? Era como si la montaña se estuviera

abriendo y se tragara todo su ganado.

Dee corrió por las escaleras y se dirigió hacia la puerta principal de la casa. Sus

botas golpearon contra las baldosas mientras se dirigía a la cocina, arrojando su

216
El Club de las Excomulgadas
chaqueta mientras caminaba. Pensamientos de su vida y los

caminos que había adoptado pasaron rápidamente por su

mente.

Y luego la golpeó.

Dos caminos. Dos opciones.

Si se elegía el primer camino, el camino en el que ya estaba, iba a quedarse sola.

Si se la jugaba y elegía el segundo, el futuro era más incierto… pero podría

tener una oportunidad de felicidad.

Con el hombre que amaba.

Fuegoo Salvaje - Wild I


¡Oh, Dios!

Dee se sentó en una silla en la mesa de la cocina y se cubrió el rostro con las

manos.

Estaba enamorada de Jake. En realidad, sabía que nunca había dejado de

amarlo, sin importar cuánto había tratado de negarlo.

Y Jake había cambiado. Durante las últimas semanas había estado allí para ella Cheyenne McCray – Fueg
cada vez que lo había necesitado. Sobre todo cuando no pensó que lo necesitaba,

había estado a su alrededor de todos modos.

Le había prometido quedarse. Esta vez no iba a dejarla.

El sonido estridente del teléfono la hizo salir de sus pensamientos.

Jake.

217
El Club de las Excomulgadas
Cogió el teléfono inalámbrico de la mesa de noche y presionó

el botón de encendido. Su voz estaba sin aliento al responder.

"¿Hola?"

"Hola, Dean. Soy Catie"

La ola de decepción que inundó a Dee, la echó fuera de balance. Forzó una nota

brillante en su tono. "Hola, Catie"

"¿Sigue en pie lo de esta noche?"

Dee frunció el ceño, tratando de recordar lo que se suponía que harían. "¿Para

qué?"

"Habíamos programado llevar a Shadow Warrior para servir a Whisper y

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dancer, ¿recuerdas?"

Dee se dio una palmada en la frente. "Por supuesto"

Un hombre habló con Catie, pero Dee no pudo oír lo que había dicho.

Catie se echó a reír. "Steve parece pensar que había algo en el acuerdo sobre

enchiladas para la cena, también"


Cheyenne McCray – Fueg
"Las enchiladas estarán listas a las cinco" Dee sonrió. "Traigan sus apetencias"

"No te preocupes. Voy a llevar a Steve conmigo, así que no habrá sobras"

Después que Dee se despidió de Catie, marcó el número de Jake antes de perder

el valor. Lo invitaría a cenar con ellos, y luego lo tendría a solas y se lo diría.

Te amo.

Sus manos temblaron y su corazón se agitó cuando el teléfono sonó. Y sonó.

218
El Club de las Excomulgadas
El contestador automático de Jake ni siquiera respondió. La

decepción la llenó mientras colgaba el teléfono e iba a preparar

la cena para los Wilds. Sólo tenía que tratar de localizar a Jake más tarde.

*****

"¿Y bien?" Catie levantó la ensaladera con una mano y dos botellas de aderezo

con la otra mientras ayudaba a Dee a poner la mesa. "¿Es Jake todavía un buen

polvo?"

El calor se precipitó por las mejillas de Dee mientras abría la puerta del horno

para sacar las enchiladas, pero no fue el calor del horno lo que calentó su rostro.

Tomó un par de agarraderas, retiró la sartén y la colocó sobre el mostrador,

cerrando la puerta del horno con la cadera.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Dee encontró la mirada expectante de su amiga y se rió. "Oh, Dios Mío, él

siempre lo ha sido"

"Bien, chica" El corto pelo rubio de Catie se balanceó mientras sonreía y llevaba

la ensalada y aderezo hacia el comedor.

Cheyenne McCray – Fueg


Dee abrió la nevera y buscó la salsa picante, la crema agria y el guacamole.

Cuando reunió los elementos, tomó la bolsa de tortillas de maíz azul del

mostrador y llevó todo a la mesa de comedor.

El golpe de la puerta principal y las voces masculinas alertaron a Dee sobre la

llegada de Jess y el hermano de Catie, Steve.

"Invité a Lawless a unirse a nosotros si no te importa", dijo Steve, mientras

entraban en el comedor.

Catie le sonrió a Jess de manera sexy. "Con seguridad a mi no me importa"

219
El Club de las Excomulgadas
"Hay un montón para todos" Dee hizo un gesto hacia la mesa.

"Ustedes tres siéntense y vayan adelantando y yo iré por las

enchiladas"

Dee se dirigió a la cocina y luego regresó con la cazuela y la colocó en el centro

de la mesa. El olor picante llenó el comedor mientras colocaba con una cuchara

porciones generosas de enchiladas en el plato de cada uno y añadía porciones

de ensalada fresca junto con estas.

Después se atender a sus amigos, Dee tomó asiento y excavó en su comida.

Hubo risa y charla durante toda la cena, Catie coqueteó abiertamente con Jess y

por el brillo en sus perversos ojos azules, el capataz parecía disfrutar de la

atracción del Catie, aunque no hizo ningún movimiento para animarla. Dee sólo

Fuegoo Salvaje - Wild I


deseaba que Jake estuviera allí para disfrutar de la cena con sus amigos. Apenas

podía concentrarse en la conversación a su alrededor. Lo único que quería era

estar con Jake.

"Estas enchiladas son increíbles", dijo Jess mientras tomaba una segunda ración.

"Gracias" Dee colocó con la cuchara un poco de salsa en su plato y agregó

Cheyenne McCray – Fueg


algunas tortillas de maíz al lado de ésta. "La comida mexicana es mi favorita

para hacer y comer"

"Para mí no lo es” Catie tomó la crema agria. "Me gusta, pero mi favorita es

cualquier cosa italiana"

Un líquido frío se deslizó por la garganta de Dee mientras tomaba un sorbo de

té helado. Dejó el vaso y se volvió hacia Steve. "¿Perdiste ganado cuando tu

cerca fue cortada?"

220
El Club de las Excomulgadas
Steve asintió. "Unos pocos, pero nada como tú o como Kev

Grand" Miró a Jess. "Escuché que el ayudante Forrester pasó

por aquí. ¿Dijo algo? ¿Están cerca capturar a esos malditos ladrones?"

"Vino ayer, mientras Dee estaba afuera con Reynolds" Jess negó con la cabeza.

"O bien, Forrester no sabe nada acerca de lo que está pasando, o no lo dice. El

hombre es realmente difícil de leer"

"Entonces, ¿qué será lo próximo?" preguntó Catie, con sus ojos marrón oscuro

centrados en Jess.

Una mirada dura apareció en los hermosos rasgos de Jess. "Las pistas se están

sumando. Vamos a atrapar a los bastardos"

Fuegoo Salvaje - Wild I


"¿Cómo va todo contigo?", le preguntó Dee a Steve, mientras sumergía una

tortilla en la salsa sobre su plato.

Él se encogió de hombros y tomó un sorbo de té helado. "Tan bien como

siempre" Steve bajó su vaso y tomó el tenedor. "El otro día me encontré con Jake

Reynolds. Parece que le han ofrecido un gran ascenso por la labor que ha hecho.

Cheyenne McCray – Fueg


He oído en la ciudad que es uno de los mejores agentes que tiene el

departamento de Aduanas"

Una ola cálida de placer pasó por Dee cuando oyó sobre el éxito de Jake.

Steve pinchó con el tenedor sus enchiladas. "Aunque, es una pena que tenga

que ser transferido a California para aceptar el ascenso"

La sonrisa de Dee se congeló y sintió la sangre drenarse a través de su cuerpo

hasta sus pies. "Oh", acertó a decir antes de bajar la mirada y colocar la tortilla

en su plato.

221
El Club de las Excomulgadas
Su cabeza zumbaba y estaba dolorosamente consciente del

silencio de Catie.

La verdad golpeó a Dee como una tormenta. Ella le había dicho a Jake que no

quería nada más que sexo. Y ahora, Jake se iba.

Una vez más.

Y ella había hecho lo impensable. Se había enamorado de él.

Una vez más.

Su devastación fue completa. Dee nunca se había sentido tan furiosa y tan

miserable al mismo tiempo, excepto la última vez que Jake la dejó.

Fuegoo Salvaje - Wild I


"Cariño, ¿estás bien?" La voz de Catie parecía distante, como si estuviera

hablando desde otro planeta.

La sala quedó en un silencio mortal mientras Dee luchaba por controlar sus

emociones. Para que su cara no revelara cuan devastada estaba.

"Estoy bien" Levantó la mirada de su plato y forzó su sonrisa para que se

descongelara. Los hombres se miraron incómodos y empezaron de nuevo, a


Cheyenne McCray – Fueg
comer sus enchiladas, los únicos sonidos que había eran los roces de los

tenedores contra los platos.

Una profunda voz masculina quebró el silencio: "Espero no interrumpir nada"

Dee levantó bruscamente la cabeza. La emoción se disparó a través de ella al ver

a Jake de pie a su lado. Pero su mandíbula estaba apretada y sus ojos de un

color gris tormentoso.

Las palabras se congelaron en su garganta y no pudo moverse.

222
El Club de las Excomulgadas
Había venido a decirle adiós.

Pero el infierno si ella iba a dejarlo.

Jake hizo una rápida inclinación de cabeza hacia los Wilds y Jess. "Si nos

excusan, Dee y yo tenemos que hablar" Y a continuación, se movió tan rápido

que Dee no tuvo tiempo de reaccionar. Ella gritó cuando él la agarró por la

cintura, y luego, su mundo giró cuando la echó por encima de su hombro.

"¡Jake!" La sangre corrió hacia su cabeza mientras luchaba contra su agarre.

"¿Qué crees que estás haciendo?"

"Lo que debí haber hecho hace diez años" Envolvió los brazos con más fuerza

alrededor de los muslos y trasero de Dee, tratando de controlar a la mujer que

Fuegoo Salvaje - Wild I


luchaba sobre su hombro.

Miró a los divertidos amigos de Dee. "Ustedes terminen aquí", dijo Jake. "Dee

no volverá por un largo rato"

Catie sonrió y le dio el visto bueno con los pulgares hacia arriba. "Estaremos

bien"

"Bueno, ¿qué estás esperando?", Dijo Jess, haciendo gestos hacia la puerta Cheyenne McCray – Fueg
principal, y Catie se rió.

Jake sonrió, dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta.

Dee golpeó su espalda mientras cerraba la puerta detrás de ellos. "Te vas a

arrepentir de esto"

“Entonces, supongo que será mejor que no te deje ir" Jake bajó trotando los

escalones hasta su camioneta, dejando de forma deliberada que su mano se

deslizase por debajo de su falda, ahora que no tenían una audiencia.

223
El Club de las Excomulgadas
Dios, estas cosas de bandido lo encendían.

"No hagas eso", dijo ella, pero su demanda salió como un gemido.

Él se rió entre dientes. "Me parece recordar que esta es tu fantasía"

"Eso me pasa por decirte mis secretos" Si no se equivocaba, Dee se reía. "Ahora

bájame"

Cuando se detuvo frente a la puerta del pasajero de su camioneta, cambió de

posición de manera que las piernas de Dee se separaran. Deslizó sus dedos

entre sus muslos, sintió su ropa interior húmeda y sonrió. Ella estaba tan

encendida como lo estaba él.

"No" La voz de Dee tembló. "Detente"

Fuegoo Salvaje - Wild I


"¿No te detengas?" Bromeó él.

"Sabes lo que quiero decir"

"Sé lo que estás diciendo, pero tu cuerpo me está diciendo algo completamente

distinto, cariño"

"¡Eres imposible!" Cheyenne McCray – Fueg

Jake abrió la puerta de la camioneta, la deslizó fuera de su hombro y se dejó

caer en el asiento delantero. "Vamos a tener una pequeña charla"

"Más te vale que lo creas" Cruzando los brazos, Dee miró a Jake, pero vio pasión

quemando en sus ojos. Casi gimió en voz alta a la vista de la falda vaquera

subida hasta sus muslos y las bragas de seda roja asomando por debajo de ella.

224
El Club de las Excomulgadas
Después de cerrar la puerta, dio la vuelta hacia el lado del

conductor y subió. Metió las llaves en el encendido, encendió

la camioneta y salió marcha atrás por el camino de entrada.

Dee giró y lo encaró, con la cabeza inclinada. "Entonces, ¿a dónde me llevas?"

Jake guió su vehículo por el camino de tierra, esperando un momento antes de

contestar su pregunta. "Tenía la intención de llevarte a un restaurante, pero

parece que vamos a necesitar algún lugar un poco más privado"

Porque él no iba a ser capaz de esperar mucho más tiempo antes de follarla.

Como ahora. En el lado de la carretera. A plena luz de día. En la cabina de la

camioneta.

Fuegoo Salvaje - Wild I


"¿En serio?" Ella se deslizó a su lado y deslizó su mano por el muslo. "Eso es

bueno, porque tengo una…" Su mano acarició su polla. "…cuenta que ajustar

contigo"

Él apretó los dientes y se obligó a mantener los ojos en la carretera mientras ella

seguía acariciando su verga a través de los pantalones vaqueros. "Ah, Dee. Es

Cheyenne McCray – Fueg


mejor que vayas más despacio"

Una risa baja salió de sus labios, pero ella se negó a detenerse. Cuando Jake

estacionó la camioneta frente a su apartamento, la sacó de la camioneta con él.

No podía abrir la puerta de la casa con la suficiente rapidez, para tenerla a

solas.

“¿Qué es esto?" Ella miró el equipo de entrenamiento con pesas que llenaba la

sala. "¿Convertiste tu casa en un gimnasio?"

Dejó que la puerta se cerrara de golpe detrás de él. "Algo así"

225
El Club de las Excomulgadas
Jake tomó a Dee por los hombros y la giró. Sus ojos se

agrandaron y sus labios se separaron, pero antes de que

tuviera la oportunidad de decir una palabra, él aplastó su boca con la suya,

dura y exigente. Ella respondió al beso igual de frenéticamente.

La agarró por las caderas y la apretó firmemente contra su polla. Violaron la

boca del otro en un increíblemente salvaje beso. Él empujó la blusa y el

sujetador hacia arriba y sobre sus pechos, y ella gimió cuando los cubrió con sus

manos.

"Te necesito", gimió él, pellizcando y jalando sus pezones.

"Oh, Dios" Las manos de Dee temblaban mientras desabrochaba su cinturón y

luego el botón superior de sus pantalones. Ella bajó la cremallera y después los

Fuegoo Salvaje - Wild I


calzoncillos, y dio un grito triunfal cuando su enorme polla se deslizó hacia sus

palmas.

Él liberó sus pechos para agarrar la falda y llevarla hacia arriba alrededor de su

cintura. Empujó hacia abajo las bragas, y con un rápido movimiento ella salió

de ellas.

Jake la hizo girar y la apretó contra la pared. "Pon tus piernas alrededor de mi Cheyenne McCray – Fueg
cintura y sostente"

"Apúrate", se quejó ella, mientras cumplía la orden, cruzando los tobillos detrás

de él y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello.

Jake se puso la protección y Dee gritó mientras hundía su polla en su núcleo

resbaladizo. Una y otra vez empujó dentro de ella mientras se aferraba a él, sus

bocas se apareaban al igual que sus cuerpos.

226
El Club de las Excomulgadas
Estaba tan cerca, tan cerca de pasar el borde. Quería llevarla

con él, pero no sabía si podía aguantar mucho más.

En el instante siguiente, Dee se puso rígida en sus brazos, vibrando con su

orgasmo, llevando a Jake sobre la cumbre junto con ella. Mientras su clímax

vibraba a través de él, se dejó caer contra Dee, con sus brazos alrededor de su

cuello, su pecho contra el suyo. Por un momento ninguno dijo una palabra, y él

sintió sus corazones latir al ritmo de sus pesadas respiraciones. Su aroma de

azahar, y los olores de su pasión llenaron sus los sentidos.

Manteniendo a Dee apretada contra él, la llevó por el pasillo.

"Wow. Siempre sabes cómo darle a una chica un buen momento" Ella se aferró

a su cuello y se inclinó hacia atrás para darle una sonrisa de satisfacción.

Fuegoo Salvaje - Wild I


"Puedes ser mi bandido todos los días"

Jake sintió que su polla endurecerse otra vez. Dios, no se cansaba de esta mujer.

Cuando llegó al pequeño dormitorio, prácticamente la lanzó sobre la cama de

tamaño king-size.

Cheyenne McCray – Fueg


Con los ojos muy abiertos, Dee se apoyó en los codos, con la falda subida hasta

la cintura, la blusa y el sujetador por encima de sus pechos, y sus sandalias

todavía puestas. Su cabello castaño estaba en una maraña salvaje alrededor de

su cara, sus labios hinchados y sus mejillas sonrojadas.

Y llevaba el colgante de corazón que él le había dado.

Su pecho se contrajo y su garganta se cerró. Él no estaba dispuesto a dejarla ir

esta vez. No podía.

Dee trató de recuperar el aliento mientras miraba a Jake. Estaba increíblemente

excitada. Una vez más.

227
El Club de las Excomulgadas
Por innumerables segundos estuvo de pié sobre ella, como

evaluando que paso dar a continuación. Su cabello negro

estaba despeinado, su rostro sin afeitar, su cuerpo masculino grande e

imponente, sus ojos grises oscuros y tormentosos.

Poco a poco se quitó la camisa y la tiró sobre la mesa de noche. Se despojó del

resto de su ropa, sus ojos fijos en ella, hasta que estuvo completamente

desnudo. Su polla sobresalía y ella ansiaba tocarla, tocar todo de él.

Su corazón latía con fuerza en su garganta mientras Jake se arrodillaba y le

quitaba las sandalias de sus pies. Con cuidado, la desnudó, hasta que todo lo

que tuvo puesto fue el corazón de peridoto24, y luego la colocó en el centro de la

cama y se acostó a su lado.

Fuegoo Salvaje - Wild I


Pareció que pasó una eternidad mientras retiraba el cabello de su cara, con un

toque suave. Cálido, cariñoso y... amoroso.

Se inclinó sobre ella, sus ojos se encontraron, y luego la besó. Sus labios se

movieron sobre los de ella, tan tiernos y dulces, que las lágrimas acudieron a

sus ojos.

Jake se apartó y la observó. "¿Qué pasa?" preguntó en voz baja, ahuecando su Cheyenne McCray – Fueg
mandíbula y un quitando una lágrima con su pulgar. Sus dedos se sentían

callosos y calientes contra su piel.

"Mi príncipe vaquero" Dee acarició la cicatriz a lo largo de su mejilla, su barba

era como papel de lija contra su palma. "No me vas a dejar atrás"

Él se quedó inmóvil. "¿Qué?"

24 Peridoto: Piedra preciosa de color verde que se confunde, a veces, con la esmeralda

228
El Club de las Excomulgadas
"Steve Wilds me habló del ascenso" Puso ambos brazos

alrededor de su cuello. "Lo siento, cariño, pero no te vas a

deshacer de mí tan fácilmente. Si te vas a California, vas a tener compañía. De

forma permanente"

Fue visible cuando la tensión dejó su rostro y cuerpo. "Es una buena cosa. Si

tuviera que llevarte sobre mi hombro hacia el altar, lo haría"

Dee sonrió. "¿No estabas planeando irte?"

"Ah, mi amor" Sus ojos le decían la profundidad de sus sentimientos. "Me di

cuenta de que hace diez años cometí el mayor error de mi vida. Nunca podría

dejarte otra vez"

Fuegoo Salvaje - Wild I


El calor se deslizó a través de Dee, su cuerpo hormigueó de pies a cabeza.

"Malditamente cierto"

Jake se rió y rodó para agarrar su camisa de la mesa de noche. Metió la mano en

el bolsillo de la camisa, y la sacó con algo apretado en su puño. Dejó que la

camisa cayera al suelo mientras su mirada se reunía con la de ella y le dijo:

Cheyenne McCray – Fueg


"Cierra los ojos, Cenicienta"

Temblores corrieron a través de Dee mientras bajaba los párpados. Jake tomó su

mano izquierda y deslizó una banda de metal en su dedo. "Puedes mirar ahora"

Su mano tembló mientras abría los ojos y vio el anillo de diamante, la piedra

con corte Marquis25 brillaba con la luz. Y a cada lado del diamante, había un

peridoto colocado sobre la banda de oro.

25 http://www.joyeriagutierrezsousa.com/anilloscompromiso/22.html

229
El Club de las Excomulgadas
Los ojos grises de Jake se centraron intensamente en ella. "Te

amo, Dee. Nunca he dejado de amarte. Di que te casarás

conmigo y yo haré lo que pueda para compensar todo el tiempo que hemos

perdido"

"Tu bastardo" Ella le echó los brazos al cuello y hundió la cara contra su pecho.

"Te amo tanto"

Él se apartó de ella y sonrió. "¿Es eso un sí?"

"Definitivamente sí" Dee acunó su mandíbula en su palma. "Y no voy a esperar

un minuto más. Podemos volar a Las Vegas mañana. No quiero darte la

oportunidad de cambiar de opinión"

Fuegoo Salvaje - Wild I


"No hay peligro de eso" La besó larga y lentamente, y luego murmuró, "¿Por

qué esperar tanto tiempo? Podemos tomar un vuelo esta noche"

"Te haré cumplir con eso" Estaba tan llena de amor y felicidad que pensó que

explotaría. "Vamos a empezar a empacar, tan pronto como termines de follarme

otra vez"

Cheyenne McCray – Fueg


Él sonrió y se deslizó entre sus muslos. "Te amo, Dee MacLeod"

Ella agarró su polla y la deslizó dentro de su coño, dándole su sonrisa más

onerosa. "Más te vale que lo hagas Jake Reynolds. Más te vale”

230
El Club de las Excomulgadas
Epílogo
Catie Wilds tiró del lóbulo de su oreja cuando dirigió su maltratada camioneta

y se detuvo en el estacionamiento del Departamento del Sheriff de Condado

Cochise.

Ella había venido hasta aquí por el maldito robo del ganado, y estaba decidida a

decirle al sheriff lo que pensaba.

Después de aparcar, saltó a la calle, cerrando de golpe la puerta detrás de ella.

Catie había estado enojada antes por el robo del ganado de Dean MacLeod,

pero ahora que el Rancho de Catie Wilds había sido robado también, esto era

Fuegoo Salvaje - Wild I


definitivamente personal.

Empujando las puertas de cristal, Catie pisó fuerte en el área de recepción.

La morena de busto generoso levantó unas cejas delineadas, sus labios pintados

de color rojo escarlata esbozaron una sonrisa al-infierno-con-lo-que-quieras.

“¿Puedo ayudarle?”

“Me gustaría ver al Sheriff Savage” Catie apoyó las manos en sus caderas
Cheyenne McCray – Fueg
vestidas con una delgada falda de mezclilla. “Ahora”

“Lo siento, pero él no está disponible” dijo la reina pechugona dando a

entender que no lo lamentaba, al mismo tiempo que tomaba el teléfono.

“Déjeme comprobar”

Su genio se intensificaba y se extendía más allá del nivel de erupción, Catie

echó un vistazo por delante del área de recepción.

231
El Club de las Excomulgadas
Examinó el cuarto que estaba vacío, excepto por unas

computadoras y equipamiento deportivo… y esa pobre excusa

de ayudante del alguacil, Ryan Forrester.

Sin decir más que "con su permiso", Catie dio media vuelta y se dirigió

directamente a Forrester. Ella situó su mirada de «disparar a matar» como

alternativa por si el ayudante no le daba esa satisfacción.

“Usted no puede…” la señorita Mega Pechos fue arrojada detrás de Catie.

“Necesito unas palabras usted” Catie caminó a zancadas directamente hasta

Ryan, apoyó las manos en sus caderas, y le frunció ceño.

Con su altura de un poco más de un metro sesenta, ella no llegaba ni siquiera a

Fuegoo Salvaje - Wild I


los hombros del ayudante, pero la luz deslumbrante de su furia era lo bastante

para reducir a un hombre tres veces su tamaño.

Y Catie sabía manejar su fija y helada mirada como una espada.

La manzana de Adán de Ryan se movió, y desvió sus ojos a la mujer pechugona

y luego volvió su atención a Catie.

“¿Qué necesitas, Catie?” Cheyenne McCray – Fueg


“Le diré lo que necesito” Catie empujó un dedo en la estrella de metal que

estaba en la camisa del ayudante, acentuando cada palabra con un pinchazo en

ella. “Necesito mis malditos novillos de vuelta. Lo que necesito es que ustedes

muevan sus traseros y descubran quién demonios está robando el ganado de

todo el mundo”

Forrester retrocedió.

“Trabajamos en ello”

232
El Club de las Excomulgadas
“No me venga con esa mierda” Catie avanzó hacia el ayudante

cuando él retrocedió. “Consígame al sheriff. Ahora”

“¿Qué puedo hacer por usted?” Una voz grave y profunda interrumpió la

diatriba de Catie, haciendo que sintiera un temblor por su espina dorsal.

Ella movió su cabeza al lado y su mirada quedó atrapada por los ojos verdes

cristalinos más asombrosos… y el hombre más atractivo que ella había visto

alguna vez. Sus bragas se le humedecieron y todo pensamiento coherente huyó

de su mente cuando se perdió por la atracción de aquellos ojos magnéticos.

Él tenía la cadera y hombro apoyados contra la entrada de la oficina, sus

pulgares enganchados en los bolsillos de sus cómodos pantalones Wranglers, y

la estrella de sheriff sobre su camisa. El hombre levantó una mano para hacer

Fuegoo Salvaje - Wild I


subir el borde de su sombrero Stetson color canela para poder estudiarla. Su

bigote se movió cuando él sonrió, haciendo que los pequeños pezones de Catie

se endurecieran en pequeños torpedos, que apuntaban directamente a él.

¡Oh... Dios... Mío! Por primera vez en su vida, Catie Wilds estaba muda.

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El Sheriff Jarrod Savage estudió al pequeño gato montés que había asaltado su

oficina y se había enfrentado al ayudante Forrester.

Maldición, ella había estado preciosa y él disfrutó cuando ella había descargado

su furia en Forrester.

Jarrod disfrutó observar el rubor en sus mejillas, su pelo rubio, corto y brillante,

la forma en que e le habló y la nariz rociada de pecas la hacía parecer

condenadamente adorable.

233
El Club de las Excomulgadas
Él casi había lamentado interrumpirla. Y ahora… bueno,

diablos. El deseo que provocó en aquellos ojos marrones

encendió su propia libido, debía ser todo un prodigio si nadie notaba el

endurecimiento de su pene.

Algo en su estómago le dijo que ésta era una mujer que valía la pena conocer…

en todas las maneras que un hombre podía conocer a una mujer.

Él se apartó de la puerta de su oficina y caminó hacia ella.

“Jarrod Savage” dijo él, al mismo tiempo que extendía la mano.

Forrester masculló algo sobre “trabajo que tenía que hacer”, y salió de la oficina,

dejando a Jarrod en paz con la mujer en la vacía sala de espera.

Fuegoo Salvaje - Wild I


“Catie Wilds” La mujer menuda se irguió y levantó su barbilla cuando tomó su

mano.

Su esencia de vainilla embromó sus sentidos, junto con el chisporroteo de la

corriente que entre ellos pasó cuando él tomó su mano. Él lamentaba estar de

servicio, de lo contrario podría haber hecho las cosas un poco más personales

Cheyenne McCray – Fueg


entre ellos.

“Encantado de conocerla, Catie Wilds”

Como si recordara por qué estaba allí en primer lugar, la pequeña cascarrabias

tiró su mano de la suya y retrocedió.

“Esta mierda del robo del ganado se ha mantenido por demasiado tiempo”

Jarrod movió la cabeza cuando él enganchó sus pulgares en sus bolsillos.

“Continúe”

234
El Club de las Excomulgadas
“Bien ¿qué piensa hacer al respecto?” Catie puso sus manos

sobre sus caderas, y un destello se encendió detrás de sus ojos.

“Sólo nosotros, perdimos quince novillos anoche. Somos uno de los ranchos

más pequeños en el área, y esto es algo que definitivamente no podemos darnos

el lujo de permitirnos”

La frustración por su incapacidad de detectar a los bastardos era como un fuego

en las tripas de Jarrod.

“Créame, estamos poniendo todo y a todos los que podemos en ello”

“Obviamente no es suficiente” Catie levantó su barbilla. “¿Hace cuánto que

empezó esto? ¿Seis semanas desde que comenzaron con todo este lío?”

Fuegoo Salvaje - Wild I


Jarrod dirigió una mano hacia su bigote.

“Sé que no es lo que quiere oír, pero estamos trabajando en ello”

“Bien, esto es simplemente genial”

La pequeña gata montez giró en sus talones y se marchó de la sala de espera.

Él tuvo que contener una sonrisa mientras miraba el balanceo natural de sus
Cheyenne McCray – Fueg
caderas delgadas cuando se dirigió a la puerta principal, murmurando algo

sobre «condenados burócratas».

Jarrod se cambió de posición, tratando de aliviar el dolor en su pene. Parecía

que tendría que ir a hacerle una visita al Rancho de Catie Wilds.

Fin

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El Club de las Excomulgadas
Serie Wild
1- Fuego Salvaje

La ganadera Dee MacLeod necesita un

hombre. Desde que hace diez años Jake

Reynolds la abandonó, ella no ha podido

encontrar un sustituto ni ha permitido que

nadie se le acercase, tanto era el dolor que

le había causado. Ella es una mujer de

sangre caliente, pero esconde su ardiente

pasión debajo de un distante exterior. Es

conocida como la «la Reina de Hielo». ¡Ja!

Fuegoo Salvaje - Wild I


Si ellos supieran…

Jake Reynolds, es el único hombre que sabe cómo de ardiente era Dee, pensó

que había alejado a la sensual mujer fuera de su cabeza y de su vida. Pero

cuando se traslada de vuelta a Arizona, descubre la verdad... que aún la ama.

Cheyenne McCray – Fueg


Él comprende que fue un idiota al abandonarla, y ahora deberá volver a

conquistarla y tenerla de nuevo en su cama, dentro de ella. Hará lo que sea

necesario para ganar su corazón de nuevo, esta vez para siempre.

236
El Club de las Excomulgadas

02-
02- Gata Salvaje

A la ranchera Catie Wilds le gustan los

hombres rudos, expertos sexuales, que sean

unos sementales. No le interesa el

compromiso, ella prefiere vivir el momento,

y saltarse el «Y fueron felices para siempre

jamás».

Mientras el Sheriff, Jarrod Savage, en medio

de una investigación descubre a Catie

disfrutando como voyeur. Aquello fue

Fuegoo Salvaje - Wild I


demasiado para él, la excitación de verla contemplando como otros practicaban

el sexo, le llevó a tomar la decisión de domarla y convertirla en su objeto

personal de placer. ¿Podrá ir más allá del temor de Catie al compromiso?

Cheyenne McCray – Fueg

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