Serra Nicolas La Masoneria Al Derecho y Al Reves II
Serra Nicolas La Masoneria Al Derecho y Al Reves II
Serra Nicolas La Masoneria Al Derecho y Al Reves II
PRESBÍTERO
MASONERÍA =
al derecHo y al revés
ESTUDIO SOBRE LA NATURA-
TOMO I I
BARCELONA
L i b r e r í a y T i p o g r a f í a C a t ó l i c a , Pino, 5 r
MASONERÍA AL DERECHO Y AL REVÉS
M A S O N B B Í A . T. ir.—1
MASONERÍA
al derecho y al revés
O SEA
NICOLÁS S E R R A Y CAUSSA
PRESBÍTERO
TOMO I I
BARCELONA = = = = =
CAPÍTULO PRIMERO
(1) Esta hoja de trébol (de tres hojas) era la Carbonería ó el Hu-
manismo alemán, que estaban organizados por triángulos, s e g ú n
la forma inventada por W e i s h a u p t .
FILOSOFEMOS 19
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
C o n f i r m a c i ó n d e l o s h e c h o s . — A l i a n z a republicana universal
de M a z z i n i .
II
E n s a y o s y c o n a t o s de república
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
L e y del secreto
II
III
S a n c i ó n de la l e y del s e c r e t o
IV
T r e t a s y a r d i d e s p a r a g u a r d a r el s e c r e t o
CAPÍTULO. VI
Juramentos masónicos
Muestras de j u r a m e n t o s
II
F u e r z a y e x t e n s i ó n d e e s o s j u r a m e n t o s . — C a s o s y hechos.
La siguiente.
En cuanto el iniciado martinista acaba de pronunciar aque-
lla protesta atroz: juro romper los lazos carnales, etc.,
oye una voz que le dice:
«Quedas libre de todos los juramentos que hasta la hora
presente hiciste á la patria y á las leyes.»
Y en efecto, como advierte el P. Desehamps, esa anula-
ción total de las obligaciones contraidas con la familia, los
bienhechores, los amigos, la propia conciencia, la justicia,
la patria, los señores legítimos y las leyes, no es privativa
de las logias martinistas, sino que va envuelta en los jura-
mentos de todas las demás, por poco que se quiera reflexio-
nar sobre el interno espíritu de la secta, sobre sus teorías
y el sentido de sus ceremonias.
El Francmasón de París, Noviembre de 1857, refiere
que el mes anterior se propuso en el Consejo de Caballeros
Kadosch de San Germán-en Laye, una cuestión concebida
en estos términos: u¿Basta qué punto obliga el juramento
masónico á los hermanos que son magistrados, funciona-
rios públicos ú oficiales del Ministerio?» Por supuesto,
«esta cuestión presentada por el gran Maestre del Consejo
de la buena fe, no pudo ser resuelta, y fué de nuevo reco-
mendada al estudio...» Este silencio habla á gritos. Los
tiempos no consentían mayor franqueza.
Creíase dispensado de tanta circunspección el hermano
Boully, que fué largo tiempo segundo Gran Maestre de la
Orden mas. , y pasaba por un oráculo entre los suyos, e x -
-
III
P o r c u á n t o t i e m p o o b l i g a n e s o s j u r a m e n t o s . — H a s t a en la v i d a
p ú b l i c a . — H a s t a á los pasivos.—Imprimen carácter indeleble.
de 5856.
'I.er
Q.-. V. . en ejercicio ele G.'. M.\
-
nacional,
VERHAGEN, mayor.
Por mandato:
G.\ E.\ en ejercicio de G.\ Secr.-.
ENRIQUE SAMUEL.»
IV
P e r v e r s i d a d del j u r a m e n t o masónico
CAPÍTULO VII
L l a m a s de f u r o r h o m i c i d a
II
III
Si se cumplen ó n o las a m e n a z a s
IV
El Viejo de la m o n t a ñ a y s u s s e i d e s
El de Rossi.
Los de Kotzebue, de Nast por infidelidad y de Stromayer
por indiscreción.
El del duque Carlos 3.° de Parma.
El de García Moreno, Presidente del Ecuador.
El del arzobispo de Quito, limo. Sr. Checa, envenenado
en Viernes Santo con el vino de la Misa.
El de un sacerdote en Roma á puñaladas por ser perio-
dista católico.
El del general Pimodan de un tiro por la espalda á boca
de jarro por uno de los traidores que mandaban los piamon-
teses al campo de los zuavos.
El de un h.-. arrepentido en la escalinata de San Andrés
delta Valle de Roma.
El del carbonario Nubius envenenado.
Las operaciones, así llamaban aquellos caníbales á los
asesinatos, que un tal Ciminini de Terni pagaba por en-
cargo superior á tanto por cabeza para deshacerse de gente
que obstruía el camino para Roma, 1867.
Los sonados cometidos por los Penianos.
Los resonantes perpetrados por la Internacional en Fran-
cia, por los Nihilistas y Anarquistas en Rusia y en todas
partes.
Suma: la mar de asesinatos conocidos y más escandalo-
sos, sin meter en cuenta los de gente menuda y los pasados
por ojo (1).
VI
VII
Guerras y revoluciones
VIII
Rasgo final
CAPÍTULO VIII
Propaganda omniforme
IT
CAPÍTULO IX
III
L e g i s l a c i ó n . — P r i n c i p i o s generales.—Constituciones.—Derechos de
h o m b r e . — S o b e r a n í a popular.
CAPÍTULO X
IV
Política
que no sea algo más que política, según creen algunos cor-
tos de vista, ó fingen creerlo otros que se pierden de vista;
puesto que de lo político 6 con lo político pasa á lo antiso-
cial, á lo antirreligioso y hasta á lo satánico. Pero la cues-
tión del momento no es ésta, que ya declaramos por todo su
ancho, largo y profundo más arriba.
Ejercita de tal suerte la política, ó es tan política esa hija
de tinieblas, que por donde quiera que se la atisbe, le relu-
ce la hilacha política, y por cualquier parte que se la tien-
te, se le encuentra el flaco político. Y ¡pensar que sus legis-
ladores en sus estatutos y reglamentos con tanto escrúpulo
y sobrecejo pusiesen entredicho á las logias para hablar y
tratar de política! Buenos farsantes. A bien que según he-
mos venido observando, se ríen sus prohombres con gentil
desenfado de todos los vetos y cortapisas, y afirman su alto
derecho ¿qué digo á tratar de ella? á meterse de hoz y de
coz en la política superior, social, humanitaria, que dicen
ellos enfáticamente; hasta en la política menuda y más ras-
trera, nos enseñan á nosotros los hechos.
Y en verdad que tienen razón por encima de la cabeza.
Porque dígannos los opinantes contrarios por vida suya ¿si
no atañe á la política la práctica de aquella libertad funda-
mental, quicio de las doctrinas y norte de las empresas sec-
tarias, con relación á los elementos sociales que deben te-
nerse en cuenta para la acertada gobernación del Estado,
como son la propiedad, la familia, el principio de autoridad
y el origen de ésta, la forma de gobierno, la distribución de
los poderes ó potestades, la moral, la religión, la Iglesia,
la enseñanza, la fuente y aplicación del derecho, las cos-
tumbres, leyes é instituciones preexistentes, todos los ob-
jetos en fin y relaciones á que pueda extenderse la acción
gubernativa? Claro está que la masonería, al intrusarse con
ínfulas de reformadora del mundo, en el régimen de los pue-
blos, como por vital impulso se siente arrastrada á ello, y
al tender sobre dichos objetos y relaciones la vara de aque-
lla su libertad, no puede menos de hacerlo sino trastornán-
dolo todo, atropellando derechos é instituciones, pisoteando
leyes y tradiciones, desbaratando organismos, cambiando
procedimientos, alterando relaciones, transformando el mis-
MEDIOS.—POLÍTICA 227
mo ser constitutivo de los Estados; 6 dejaría ella de ser lo
que siempre fué y renegaría de todas sus doctrinas y jura-
mentos. ¿No es esto política interior y de la más radical?
Por lo que toca á la política exterior, la igualdad y fra-
ternidad de la secta, su profesión de cosmopolitismo, su as-
piración constante á una república universal, con la ruina
de cualquiera otra forma de gobierno, la abolición de pa-
trias y nacionalidades con el derribo de todas las fronteras,
la fusión de todos los pueblos en una sola familia, aquel so-
ñado reino de una paz estable entre todas las razas y tribus
de la tierra, la soberanía popular hecha extensiva á todos
los hombres por la unidad de naturaleza, el comunismo uni-
versal, la unidad de código para todo el género humano y
la unidad de gobierno mundial, la forzada reducción de to-
dos los hombres á un estado primitivo y salvaje, todas éstas
son ideas que entran en el cuadro de la futura Humanidad
imaginada por la secta, que ésta acredita por todos los me-
dios, en que cifra la regeneración de las sociedades presen-
tes y la esperanza de una ventura interminable. Ahora
bien, cada paso que da, y los está dando sin cesar, porfia-
damente en pos de sus ilusorios ideales ¿no es un acto de
política exterior, y de la más trascendental, como que in-
mutaría por completo la faz del mundo y subvertiría de
raiz el orden establecido en todas las naciones del globo?
En una palabra, la masonería vive en la política; más
aún, no puede vivir sin ella; como el pez vive en el agua,
y fuera de ella muere. Aunque así como el agua no es la
vida del pez, pero es condición de su vida, así por una sem-
blanza la política no es la vida misma, espíritu, naturaleza
íntima y fin último de la masonería, sino manifestación de
esta vida, espíritu y naturaleza, y medio externo para con-
seguir el imperio del mundo. La razón de lo primero es ob-
via y se trasluce de lo mucho que llevamos discutido. ¿No
es propósito de la masonería, transformar la constitución
misma de cada pueblo, donde trabaja? esto no se hace sino
por medio de cambios políticos graduales. ¿No es también
ahinco suyo transformar las relaciones y el modo de ser de
cada pueblo, fundiéndolos todos en un solo pueblo animado
de una vida única y regidos por una sola constitución? pues
228 CAPÍTULO X
VI
VII
Violencia
CAPÍTULO XI
Tácticas de la masonería
El secreto
II
Mentira é h i p o c r e s í a
III
Recluta preferente
Masonería pacífica y m a s o n e r í a g u e r r e r a
VI
Vanguardias
VII
Opinión pública
VIII
IX
Explotación de nacionalidades
MASONERÍA. T. I I . - S O
294 CAPÍTULO x r
CAPÍTULO XII
¡ay! que por una parte ésta cayó en la cuenta de que había
sido triste juguete de la ambición personal de su ídolo fa-
vorito: por otra, Europa toda estaba cansada de tanta opre-
sión y tan continuos desastres; los pueblos aspiraban á la
independencia y se estrechaban más con las antiguas dinas-
tías; gran número de hombres de bien, que arrastrados por
la corriente de las nuevas ideas habían ido á parar en las
logias, estaban horrorizados de los crímenes atroces come-
tidos por la Revolución; en Inglaterra mismo, que había sido
el primer foco de las perversas doctrinas y del apostolado
masónico, cayeron rápidamente en el mayor descrédito la
impiedad y el anticristianismo, y se comenzó á atar muy
corto á las logias; ni contribuyeron poco á esta mudanza y al
desengaño general las importantísimas y bien certificadas
revelaciones hechas desde 1799 á la faz del mundo por Ro-
bison y el P. Barruel. La masonería repentinamente, en
1808, desamparó al gran capitán y por todos lados alzó
pendones contra él: quien desde aquel momento, en vez de
los fáciles triunfos alcanzados con el auxilio de las traicio-
nes sectarias, caminó de derrota en derrota hasta dar en el
cautiverio de Santa Elena; mientras ella por su cuenta ¿qué
pensó y qué hizo? Aquí principia la serie de sus estratage-
mas. Considerando cuanto habían variado los tiempos y la
vuelta dada por el espíritu público, los hombres más saga-
ces de las sociedades secretas advirtieron que era inútil
bregar contra el torrente de las ideas y resolvieron aplazar
sus proyectos, ateniéndose por el pronto á impedir que la
fuerza de la reacción no llegase al término de restaurar el
antiguo orden social cristiano. Para esto ellos, los cosmopo-
litas, los jurados enemigos de patrias y nacionalidades, se
asocian al común movimiento para extraviarlo de su curso
natural, y hételos poseídos del más ferviente patriotismo;
y puesto que no renuncien por imposible á sus principios de
impiedad, se esfuerzan los hipócritas en dar color ó barniz
cristiano á la orden en Alemania bajo la dirección del após-
tata Fessler, con que halagar los sentimientos del falso mis-
ticismo de los primeros monarcas, á fin de tenerlos á su fa-
vor para miras ulteriores. Juntamente con esto, sacan del
fondo de las logias martinistas, que infructuosamente la
ESTRATAGEMAS COMUNES 307
MASONERÍA. T. 11.-38
326 CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIII
1. a
Cierre y reapertura de las logias francesas.—Ac-
tivísima y aprovechada había sido en Francia la propagan-
da masónica emprendida entre las clases más elevadas de la
sociedad por los conspicuos mensajeros de las logias britá-
nicas, en particular durante el ministerio de Choiseul, el
furibundo perseguidor de la mártir Compañía de Jesús.
Mas cuando en 1772 se nombró al duque de Chartres gran
maestre de la gran logia nacional ó Gran Oriente, aquello
no fué un alistamiento cualquiera, bien que numeroso gra-
cias á la complicidad ó connivencia del gobierno, sino una
avalancha ó irrupción, una leva general, voluntaria, públi-
ca y ostentosa de personajes de la nobleza, de la magistra-
tura, del ejército, de los burgueses más acaudalados, y has-
ta del orden eclesiástico y de las familias religiosas. Al in-
flujo y arranque impetuoso de tantos distinguidos reclutas
debe atribuirse lo pingüe del Tesoro de guerra de la Re-
volución con lo subido de las tarifas señaladas para el in-
greso en la orden y el aumento de salarios ó ascensos en
ESTRATAGEMAS CIRCUNSTANCIALES 327
los grados; la crecida muí ti plicaci&n de logias hasta el nú-
mero de unas setecientas, instaladas aun en poblaciones
insignificantes y en lugares del campo.
Ahora bien, aconteció lo que era inevitable, que así como
las logias aristocráticas miraban por debajo del hombro á
las plebeyas, así éstas de reojo á las primeras, de las cua-
les por aditamento desconfiaban los más profundos inicia-
dos. Estalló la Revolución francesa: por una parte muchos
de los afiliados que las componían hubieron de poner los
pies en polvorosa y emigrar por su mala nota de aristócra-
tas, y los restantes inspiraban fuertes sospechas; por otra
recrudecía más y más la aversión á los elementos aristocrá-
ticos, á pesar de los eminentes servicios que le habían pres-
tado ala hermandad, y los jacobinos los consideraban como
un estorbo para la ejecución de planes ulteriores. ¿Qué par-
tido tomar? Muy sencillo: transformar las logias en clubs,
que es táctica usual en época de alguna grande explosión,
declarar cerradas las logias y suspender las funciones del
Gran Oriente. Así se efectuó en 1791 y 1792: se cerraron
las bgias; en 1793 Felipe Igualdad se vio obligado á renun-
ciar su cargo de gran maestre. Eu 1795 se reorganizó el
Gran Oriente y se reformaron las logias á gusto de la
secta.
A pesar del cierre general, continuaban los trabajos sub-
terráneos. Es completamente abonado el testimonio de Ca-
det Gassicourt, autor presencial de los sucesos, en su Tum-
ba de Santiago Molay, historia, etc., 1794:
«Bien que cerradas las logias masónicas, mantiénese el
capítulo de Santiago Molay, y nunca los Templarios jaco-
binos han estado tan pujantes. Siguen conspirando calvinis-
tas, hombres de todas las sectas, altos personajes, antiguos
ministros y miembros de las primeras asambleas: el club de
Marat es el foco de la conspiración."
2.a
Disolución de la orden.—Espléndido é inolvidable
monumento de la hipocresía sectaria, documento irrefraga-
ble para demostrar la plena responsabilidad de las socieda-
des secretas en los acontecimientos de la Revolución france-
sa y europea.
328 CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
te así:
1.° Tribunal soberano—poder judicial;
2.° Consistorio ó Oran Campamento—poder ejecutivo;
3.° Consejo Supremo—poder gubernativo.
Conforme al art. 357 de los Estatutos y Reglamentos,
los grados principales se han de conferir indispensablemen-
te, después del noviciado respectivo, con todas las ceremo-
nias y aparato de ritual: los demás se pueden otorgar por
comunicación, es decir, sin tales requisitos.
(1) En 1895, tres años antes de los sucesos, con previsión cier-
ta ¡y tan cierta como salió! de la catástrofe y de nuestro d e s a s -
tre colonial, e x p u s i m o s con mayor amplitud l o s precedentes d a -
tos con la seguridad de lo que había de suceder y sucedió, en
u n artículo que publicó el Correo Español de México, lugar de
nuestra residencia por entonces. En el m i s m o diario n o s replicó
u n español anónimo, tratándonos de antipatriota y hasta, por al-
g u n a s puridades que sacábamos de la secta, de denunciante, d i s -
paratero y libertino. Con los m i s m o s piropos hizo como que nos
ORGANISMO MASÓNICO 365
nio de fraterna concordia, esos representantes, embajadores
ó plenipotenciarios, nombrados Garantes 6 fiadores de amis-
tad, para estrechar los lazos de unión y á las veces tratar
negocios particulares de interés. La elección se hace entre
lo más granado por terna rigurosa y con mucha solemnidad,
y se extiende al elegido diplomática credencial.
4. Celebran los Poderes entre sí tratados para concer-
tarse sobre los medios y fines inmediatos pendientes de eje-
cución, sobre los auxilios con que darse mutuamente la ma-
no, sobre los obstáculos que urge remover.
5. En ocasiones un rito ó instituto decaído ó menos
acreditado se acoge á la sombra de otro más lozano y flore-
ciente, y abdica en él la propia autonomía, bien que sin re-
nunciar á sus grados, símbolos y reglas peculiares. De aquí
que algunas Potencias más vigorosas empuñen las riendas
de varios cuerpos masónicos á un tiempo.
6. Esta fusión en casos es forzada, cuando algúa insti-
tuto de mucha vida y sagaz introduce fraudulentamente sus
miembros en las filas de otro, arteramente las gana, ó con-
quista para los suyos los puestos más elevados, suplantando
é imponiendo su dominación al desprevenido. Ejemplo para
siempre memorable de esta estratagema dejó el iluminismo
alemán, que en compañía del martinista, desde la asamblea
universal de Willhemsbad en 1782, todas las masonerías
juntó en un haz bajo sus órdenes y se hizo rector supremo
CAPÍTULO XV
Ejército masónico
'ffr* ^ S ¿ f i
A
í a es un gran todo ó conjunto orgá-
m a s o n e r
MASONES ACTIVOS
150 9,000
409 26,000
2,107 129,000
701 82,000
1,021 76,000
<
cu
9 3,000
o, 22 1,600
79 2,200
P
H, 467 42,500
2 180
9 700
398 28,500
114 8,000
* 79 3,900
RICA.—Liberia 6 115
10,148 569,600
Canadá y Colonias inglesas.. . . 549 27,120
10 700
5 200
o 13 600
i—i Haití 38 2,300
tí, 234 18,650
H
3 236 14,100
16 980
República Argentina.. . . . . 53 2,850
31 1,900
Venezuela. . 39 2,350
Suma. . . . 16,940 1.034,045
MASONES PASIVOS
IT
S e g u n d o c u e r p o : sociedades imperfectas.
III
Recapitulemos.
EJÉRCITO MASÓNICO
CAPÍTULO XVI
Cuestiones sueltas
II
Internacional.—Historia.—Doctrinas.
III
FEDERACIÓN JURASIANA
ANARQUÍA
IV
N i h i l i s m o . — C a u s a s de su desarrollo en R u s i a . — D o c t r i n a s . —
Observaciones.—Panslavismo.
M a s o n e r í a a n g l o s a j o n a . — E s verdadera m a s o n e r í a . — P o r causas
históricas y sociales c o m u n m e n t e no es perseguidora ni r e v o l u c i o -
naria en su p r o p i o pais.
VI
E l p r o t e s t a n t i s m o e s l a m i t a d d e l a m a s o n e r í a . — P r u e b a pe-
r e n t o r i a . — C u l p a de la masonería es el mal g o b i e r n o , revoluciones y
demás desgracias de las naciones católicas.
VII
VIII
L o s t e m p l a r i o s e n l a m a s o n e r í a . — S u p e r v i v e n c i a del T e m p l e en
la masonería: Eckert, o p i n i ó n m a s ó n i c a . — R i t o templario: su h i s t o -
ria, sus hazañas y sus fines.
IX
S o b r é m o r a l masónica.—Dodecálogos.—Crónica edificante.—
Moral independiente.
II
B a n d e r a s de la m a s o n e r í a
III
C a u s a s d e l a p r o p a g a n d a d e l a m a s o n e r í a . — E n los tiempos
modernos.
IV
R a z ó n de cierta i n f a m i a ó vicio m a s ó n i c o . — T e o r í a
prisciliánista ó maniquea.
VI
S o b r e t á c t i c a s y e s t r a t a g e m a s d e l a s e c t a . — S u merecido á
Vicente Lafuente.
VII
VIII
A. M . D . G-.
EL VICARIO OENERAL,
t R I C A R D O , Obispo de Eudo-xia.
APÉNDICES