Ensayo Cartas A Pedro
Ensayo Cartas A Pedro
Ensayo Cartas A Pedro
¿Y ahora que le respondo? Como profesionales, en muchas ocasiones nos hemos podido topar con
esta interrogante, ya que andamos con el rol de saberlo todo y obviamente que estas respuestas
sean llenas de teorías, porque debemos dar devoluciones o interpretarle al paciente para que este
avance, sin embargo, en muchas ocasiones encaja la frase: “las palabras están de más.” Y no digo
esto porque no valgan, al contrario, sino que el mostrarnos al paciente como quien está al tanto
de sus palabras, reflejar esa empatía desde la escucha activa importa más que mil y una teoría.
Los pacientes, más allá de la problemática que aflora en el motivo de consulta, en muchas
ocasiones llegaran a nuestro consultorio sólo en búsqueda de ser acogidos. Vienen atribulados,
luchando con personas que quizás minimizan sus problemas, buscan ese desahogo, ser
escuchados, pero ¿Qué sería si solo se topan a alguien que tiene respuesta hasta de un suspiro?
Pero, basándonos en otro punto, también están los extremos. Es importante que haya un balance
en cuanto escucha activa sin intervención y escucha activa con intervención e incluso por qué no,
contención.
¿Por qué no hay una materia que nos prepare a las noticias difíciles? Sinceramente en mi corta
un paciente en una condición donde su calidad de vida tiende de un hilo. Sin embargo, el sólo
hecho de hacerme la idea me genera angustia. Es como decir, somos psicólogos, no seres
insensibles. Considero que, como futuros clínicos, es necesario, no digo que estudiar, pero si tener
teoría en la práctica es otra cosa. Conclusión, la preparación la tenemos cuando nos ponemos
manos a la obra.
Pero, continuando con el tema, quizás no he vivenciado el hecho de un paciente con una
enfermedad terminal, más si una paciente que experimentaba una pérdida familiar justo en un
tiempo en el que yo recién había experimentado una. ¿Al final que hice? Opté por referir. Quizás
otra persona en mi lugar hubiese seguido adelante, pero, en esa ocasión no fue así.
Hay que ser realistas, a nuestros consultorios llegaran diversos casos, unos más sensibles que
otros, pero creo y siento que, aunque leer o prepararse no certifica que iremos en automático en
como respondamos, de alguna manera nos tiende esa luz de ayuda para acompañar a ese
paciente.
Una de las interrogantes dentro del caminar profesional es la elección de la corriente psicológica
con la que trabajarás. Una de las cosas que he aprendido durante la formación de maestría es que
no hay corriente mejor que otra, pero siempre buscar lo que mejor funcione al paciente y que esta
pueda tener respaldo con evidencias. Y no precisamente para jactarse en que tal corriente pesa
más que otra, sino, por pensar en ese ser humano que deposita en nosotros su confianza con la
intención de poder mejorar en busca de calidad de vida. La metáfora de las corrientes como un
idioma me parece perfecta, porque, ¿te imaginas que todos hablásemos el mismo idioma? adiós
diversidad. Es por eso por lo que es muy importante que como terapeutas no es que ahora
haremos una mezcla de todo un poco, pero tampoco nos cerremos a no querer comprender que
habrá enfoques que, aunque queramos no se adaptaran a nuestros pacientes. A todo esto, yo lo
Ligado a todo esto de enfoques y demás, también va de la mano el tiempo. Podríamos llamarlo, la
carrera del proceso terapéutico. Muchas veces el corredor podrá ser el paciente, en otras nosotros
como terapeutas. Porque en el afán de querer ver mejoras, se nos olvida que, como todo en la
vida, a algunos le toma más tiempo y a otros menos. Sin embargo, esto no significa que haya
estancamiento o cero progresos. En base a esto, creo que mucho tiene que ver cuándo por
ejemplo, trabajamos con un paciente en base a equis protocolo. En efecto, ese protocolo tiene un
tiempo aproximado de aplicación, y allí está el detalle, es aproximado. Pero en muchas ocasiones,
por querer llevar las cosas al pie de la letra pueden ocurrir dos cosas: agarramos al paciente a
trabajar con un ritmo acelerado buscando cumplir con el protocolo. Y si este no funciona, él quizás
Cambiar de alternativa no es mala idea, siempre y cuando como especialistas hayamos evaluado el
Una de las barreras con las que podamos toparnos en el proceso terapéutico es hablar. Me
imagino a ese paciente que por primera vez llega a nuestro consultorio. Derribando sus propios
miedos y tener que expresarlos ante un completo desconocido. Súper fácil ha de ser.
Muchas veces esos pacientes ni siquiera saben expresar que están sintiendo o incluso no saben
que fue lo que les hizo sentir así, ya que muchos de ellos no aprendieron a expresar lo que sienten
emocionalmente mediante la palabra. Es por eso por lo que, desde la infancia, es necesario que los
padres les comuniquen a los niños con palabras las situaciones que ocurren, ya sea de alegría,
Pero ¿qué podemos hacer si nos llega un paciente que no aprendió a comunicar? Con mucha
Al final, creo que el caminar como terapeutas siempre será de aprendizaje, hay muchos libros,
pero no hay mejor manual de intervención que ir a la práctica. Al principio será difícil, y quizás siga
siendo así, pero podremos crecer y echar raíces profesionalmente que nos permitirán formar las