Compromiso Político y Social de Los Cristianos
Compromiso Político y Social de Los Cristianos
Compromiso Político y Social de Los Cristianos
Ante las mil formas que esta pregunta podría revestir, no estaría de más
remontarnos a algunas cuestiones básicas que hacen a la relación entre Iglesia y
sociedad, fe y cultura, Evangelio e historia. Estas cuestiones no son de orden
sociológico sino teológico. Pero llevan necesariamente al campo de las ciencias
sociales, que son aquellas que nos relatan e interpretan las cosas que acontecen.
Hay quienes identifican la "doctrina social" con los documentos que en los últimos
ciento treinta años -desde León XIII hasta Francisco- los papas han dedicado a la
cuestión social. La identificación no es errónea aunque sí insuficiente.
Es necesario decir que la Iglesia desde siempre tuvo una enseñanza referida a lo
social, o mejor, lo social siempre fue parte de su mensaje. Esa enseñanza -que
puede rastrearse en los mismos evangelios, que reconoce importantísimos
antecedentes en el Antiguo Testamento, que ocupó las mentes y los corazones de
los padres de la Iglesia y que se explayó en autores de la talla de Tomás de Aquino
y Bartolomé de las Casas- se ha expresado en el último siglo en un cuerpo
doctrinal más sistemático impulsado proféticamente por el magisterio de los papas.
Profundicemos en ello.
1. La fe y la historia
La vida de la Iglesia y de cada creyente se desenvuelve en una encrucijada: la de la
historia y la de la fe. La Iglesia es, por la gracia de Dios, esa parte del acontecer
humano que, en forma explícita y consciente, se abre al Reino de Dios
misteriosamente presente en él.
De allí que todo lo que hace a la vida del hombre la Iglesia lo considere no como
un añadido sino como algo intrínseco a su preocupación y a su misión
evangelizadora.
Si hay una religión que no puede darse el "lujo" de alienarse de la historia, esa es la
religión cristiana, que cotidianamente profesa la fe en un Dios que "se hizo carne y
puso su carpa entre nosotros" (Jn 1, 14), compartió nuestra debilidad e hizo
presente su salvación en medio de los avatares de nuestra historia. Para un
cristiano, alienarse de la historia es renunciar a "medio credo".
La enseñanza social de la Iglesia nació del encuentro del mensaje evangélico y sus
exigencias con los problemas que surgen de la vida de la sociedad (Congregación
para la doctrina de la fe, Instrucción sobre la libertad humana y la liberación
"Libertatis conscientia" , nº 72).
La doctrina social de la Iglesia no es, pues, una "tercera vía" entre el capitalismo
liberal y el colectivismo marxista, y ni siquiera una posible alternativa a otras
soluciones menos contrapuestas radicalmente, sino que tiene una categoría propia.
(...) no pertenece al ámbito de la ideología, sino al de la teología y especialmente
de la teología moral (Carta encíclica Sollicitudo rei socialis , nº 41).
3. La Iglesia y la política
Todo esto, sin embargo, puede no acallar el interrogante fundamental: ¿qué tiene
que ver la Iglesia con la política? En este sentido son iluminadoras las palabras del
documento de la IIIª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano
realizada en Puebla, México, en 1979:
Por eso es que puede decirse que no existe -como a veces se pregona- lo apolítico ,
aunque sí lo apartidario . Palabra y silencio, acción u omisión tienen, entonces, una
repercusión política más allá de las intenciones explícitas de sus protagonistas.