DISCURSO

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“DISCURSO DE GRADUACIÓN”

“LA EDUCACION ES EL ARMA MÁS POTENTE PARA CAMBIAR EL MUNDO”

“UN GANADOR ES UN SOÑADOR QUE NUNCA SE RINDE”

“Nelson Mandela”

PROFESIONAL TÉCNICO ELECTRICISTA INDUSTRIAL

Buenas días mi estimada instructora, presentes compañeros de este maravilloso mundo


académico, todos quienes hoy se sienten orgullosos por nosotros, bienvenidos y gracias
por acompañarnos.

Como profesional en la rama de Electricidad Industrial, me manifiesto con este discurso


académico, con el único fin de ampliar el conocimiento y conmover intelectualmente.

Nos hemos reunido para compartir la satisfacción de culminar una etapa; para muchos
el fin del proceso académico, mas no del aprendizaje. Muchos son los momentos que
hoy recordamos con cariño de nuestro proceso educativo, tantos más los que pasan
inadvertidos y los que nos hicieran imprecar, pero hoy evocamos como obstáculos
superados. Fueron 3 años de alegrías, tristezas, cargados de esfuerzos, de sacrificios,
perseverancia, responsabilidades, compromiso, entrega, de incertidumbre, sobre todo
con amor a la profesión que hoy ejercemos; temor al futuro (sensación que aún no pasa)
a pesar de todo ello me siento satisfecho de cumplir unas de mis metas planteadas.
Durante este tiempo tuvimos el acompañamiento de varios maestros, quienes no se
conformaron con cumplir con un horario y nos entregaron además del conocimiento, el
amor a la profesión, la pasión por su área y la disponibilidad que sólo se esperaría de los
amigos; sus enseñanzas no fueron dictadas para ejercer una profesión, es la vida misma
que se va orientando con cada experiencia compartida. En un entorno donde se convive
tanto tiempo y se mezclan la belleza y los encantos que cada uno de nosotros
guardamos, sería imposible que no naciera el amor.
Es así como muchos además de las emociones producidas por la labor académica
terminada, cargamos más de una vez con un corazón ilusionado o con un desamor,
siendo más liviano y llevadero el primero, obviamente y que además gracias al fruto de
ese amor hoy somos más de los que empezamos esta aventura.
Tengamos presente no continuar en nuestro desempeño profesional una carrera contra la
naturaleza y por consiguiente contra nosotros mismos, deteriorando los recursos
renovables y extinguiendo los no renovables. El planeta lo debemos tomar como un
hogar prestado de las generaciones pasadas a las actuales y posteriormente a las
venideras, a las cuales finalmente se lo estamos encargando.
Compañeros, o más bien colegas, hoy somos ganadores, no de lo que finaliza, sino de
los retos que empiezan, esta fue nuestra etapa de entrenamiento, no objetivo final. El
objetivo final es la intensa y permanente búsqueda de nuestra identidad como
latinoamericanos y desde ella iniciar la lucha por aportar al desarrollo. Proyectémonos
como líderes, como dueños, no como liderados o súbditos, es hora de romper el amor
por las cadenas. Para los foráneos particularmente es inmensurable la cantidad de
vivencias, experiencias y recuerdos, alejados de nuestras familias, hogares, seres
queridos, cultura, amigos, todo por plasmar con éxito esta meta hoy alcanzada.
La hospitalidad y calidez Peruana sin embargo fueron un gran aliciente para este
periodo y sembró en nuestros corazones esa hermandad y cariño por una tierra ajena y
extraña, pero sobre todo los rostros de esperanza de cada peruano por un mañana mejor,
y que además se convirtieron en nuestra segunda familia. Quiero agradecer a mi familia,
hermanas, amigos, especialmente a una persona muy importante que estuvo día y noche
acompañándome y por los grandes consejos que compartimos día a día con su delicadez
forma de expresar, pensar con el corazón, y amar con el alma, a mi futura esposa y
madre de mis hijos, por el sacrificio, el apoyo tanto moral como económico, la
preocupación, el consuelo, el amor, pero principalmente por compartir la felicidad de
este día.
También quiero agradecer infinitamente a mi madre querida, allá en el cielo estrellado y
que extraño mucho quien a pesar de su partida ha sido y será siempre un pilar
inquebrantable de fortaleza y amor en mi vida y por lo tanto infinitas gracias a nuestros
seres queridos ausentes, a quienes aún sentimos presentes, gracias por haber compartido
ese lapso de nuestras vidas, habernos inculcado valores inolvidables e influir en la
decisión de optar por un campo de acción tan inquietante y placentero como la política
pública, esperamos se sientan orgullosos, a mi padre que con sus consejos y apoyo
desde Pucallpa impulsó la consecución de este objetivo. Finalmente, al pensar en
nuestra clase, no pienso en particular, pienso en una familia de Senatinos ávidos de días
mejores para cada uno de nuestros países, para lo cual quiero evocar una frase del
legendario Simón Bolívar, “recordemos que las naciones marchan hacia su grandeza al
mismo paso que avanza su educación”. También, quiero subrayar el privilegio que
hemos tenido de compartir el conocimientos, y por cierto alguna que otra actividad, con
otros colegas, sin duda ha sido una tremenda experiencia de aprendizaje y crecimiento
mutuo. Nuestra convivencia diaria nos ha enseñado sobre diferentes culturas; nos ha
permitido nutrirnos de otras costumbres; de distintas palabras y modismos, que más de
alguna vez generaron divertidas situaciones que acá en Perú llamamos “vacilón”; hemos
aprendido y disfrutado de diferentes trucos y experiencias, que nos han dejado un grato
aprendizaje e imborrable recuerdo. Creo que por formar parte de este instituto nacional,
todos, hemos ampliado y fortalecido nuestra visión sobre esta bello conocimiento.
Instituto a la que debemos mucho, pero sobre la que también hemos desarrollado una
apreciación crítica y constructiva, porque tenemos la convicción de que con arduo
trabajo y responsabilidad podemos aportar a mejorar. La intensidad de este gerente
académico impulsó la conformación de grupos de estudio, lo que a su vez permitió el
nacimiento de amistades, que de seguro, forman parte del valioso legado que quedará
con cada uno de nosotros. Precisamente, fueron nuestros colegas e instructores, pilares
fundamentales para enfrentar y sobrellevar momentos difíciles que más de alguna vez
tuvimos que enfrentar. Razón por la que estoy agradecido, también los unos de los
otros, porque caminamos juntos, avanzamos juntos y hoy podemos estar aquí,
culminando juntos. Quiero agradecer a nuestros instructores e instructoras, porque cada
uno de ustedes desde su nicho profesional supo entregarnos conocimiento, transmitirnos
su experiencia y contribuir para que hoy estemos aquí, cumpliendo lo que un día fue un
sueño. Doy gracias al tremendo equipo de nuestro centro académico “Servicio Nacional
de Adiestramiento en Trabajo Industrial” (SENATI), por vuestra labor, por sus
respuestas, por las exigencias y por su ayuda. Porque más de alguna vez, hicieron un
poco más de lo que deben, y supieron entregarnos afecto y una palabra de ánimo. Por
supuesto, y con mucha fuerza, gracias a nuestras familias que desde la lejanía o la
cercanía supieron estar presentes y ser un aliento constante. Porque si hoy los
reconocidos públicamente somos nosotros, los egresados, nos permitimos el derecho de
reconocerles también a ellos, que a través de su entrañable amor han estado con cada
uno de nosotros. Hoy, se cierra una etapa, pero es cierto también que se inicia otra,
debemos tomar nuestros caminos, debemos retomar o por qué no volver a empezar.
Cada uno de nosotros, orientando por sus propias convicciones y metas se debe seguir
edificando, se debe seguir sembrando, porque no se puede pretender cosechar sin antes
sembrar. A todos y todas, gracias por estar hoy aquí con nosotros. Y a título personal,
me permito agradecer al padre celestial a Dios, porque todo es provisto por Él. ¡Gracias!

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