Cortabotellas-Historia Del Vidrio
Cortabotellas-Historia Del Vidrio
Cortabotellas-Historia Del Vidrio
INTRODUCCIÓN
Vidrio (arte), cuerpo sólido, transparente y frágil que proviene de la fusión a 1.200 ºC de
una arena silícea mezclada con potasa o sosa. A temperatura ordinaria constituye una
masa amorfa, dura, frágil y sonora. Por lo general es transparente, aunque también puede
ser incoloro u opaco, y su color varía según los ingredientes de la hornada.
Jarrones de Tiffanny
Estos jarrones Art Nouveau están realizados en cristal favrile, un tipo de vidrio iridiscente y
de lustrada superficie que Louis Comfort Tiffany inventó a finales del siglo XIX y que
produjo, entre 1893 y 1933, en su fábrica de Long Island, Nueva York.
El vidrio líquido es de gran plasticidad y se moldea mediante diferentes técnicas. Una vez
frío, puede tallarse. A bajas temperaturas es frágil y presenta un tipo de fractura concoidea.
Los vidrios naturales como la obsidiana y las tectitas (provenientes de meteoritos)
presentan una composición y unas propiedades similares a las del vidrio sintético.
La fabricación del vidrio es anterior al año 2000 a.C. En esa época siempre se trabajaba a
mano, usando moldes, y desde entonces el ser humano lo ha utilizado con diversos fines:
para fabricar recipientes utilitarios y para objetos decorativos y ornamentales, entre los que
se incluyen trabajos de joyería. También tiene aplicaciones en la arquitectura y la industria.
Los datos arqueológicos indican que los primeros objetos de vidrio se fabricaron en Oriente
Próximo alrededor del año 3000 a.C.
El vidrio en la antigüedad
Los primeros objetos de vidrio que se fabricaron fueron cuentas de collar o abalorios, pero
las vasijas huecas no aparecieron hasta el 1500 a.C. Es probable que fueran artesanos
asiáticos los que establecieron la manufactura del vidrio en Egipto, de donde proceden las
primeras vasijas producidas durante el reinado de Tutmosis III (1504-1450 a.C.). La
fabricación del vidrio floreció en Egipto y Mesopotamia hasta el 1200 a.C. y posteriormente
cesó casi por completo durante varios siglos. Egipto produjo un vidrio claro, que contenía
sílice pura; lo coloreaban de azul y verde. Además de vasos hacían figurillas, amuletos y
cuentas, así como piezas vítreas para incrustaciones en muebles. En el siglo IX a.C. Siria y
Mesopotamia fueron centros productores de vidrio, y la industria se difundió por toda la
región del Mediterráneo. Durante la época helenística Egipto se convirtió, gracias al vidrio
manufacturado en Alejandría, en el principal proveedor de objetos de vidrio de las cortes
reales. Sin embargo, fue en las costas fenicias donde se desarrolló el importante
descubrimiento del vidrio soplado en el siglo I a.C. Durante la época romana la
manufactura del vidrio se extendió por el Imperio, desde Roma hasta Alemania.
Este frasco fenicio del siglo V a.C. fue realizado con la técnica de moldeado sobre un
núcleo, que consistía en fijar a una varilla de metal una mezcla de arcilla y estiércol con la
forma que deseaba dársele al interior de la vasija. Ese núcleo se envolvía con hilos de
pasta vítrea, que se iban recalentando y puliendo constantemente. Luego se añadían las
asas, la base y el cuello y se enfriaba la pieza. Por último, se retiraba la varilla de metal y
se extraía el material que conformaba el núcleo. Esta técnica es anterior a la del soplado.
Antes del descubrimiento del vidrio soplado se utilizaban diferentes métodos para moldear
y ornamentar los objetos de vidrio coloreado, tanto translúcidos como opacos. Algunos
recipientes eran tallados en bloques macizos de cristal. Otros se realizaban fundiendo el
vidrio con métodos parecidos a los de la cerámica y la metalurgia, y utilizando moldes para
hacer incrustaciones, estatuillas y vasijas tales como jarras y cuencos. Se elaboraban tiras
de vidrio que luego se fundían juntas en un molde y producían vidrio en listones. Se
realizaban diseños de gran complejidad mediante la técnica del mosaico, en la que se
fundían los elementos en secciones transversales que, una vez fundidos, podían cortarse
en láminas. Las superficies resultantes de esos cortes se fundían juntas en un molde para
producir vasijas o placas. Se hacían vasos con bandas de oro que presentaban franjas
irregulares de vidrios multicolores y con pan de oro incrustado en una franja translúcida.
La mayor parte de las piezas anteriores a los romanos se realizaban con la técnica de
moldeado sobre un núcleo, que consistía en fijar a una varilla de metal una mezcla de
arcilla y estiércol con la forma que deseaba darse al interior de la vasija. Ese núcleo se
sumergía en pasta vítrea o se envolvía con hilos de esa misma pasta, que se recalentaba y
pulía sobre una piedra plana para darle forma. La posibilidad de dirigir el hilo de pasta
vítrea en varias direcciones sobre el núcleo permitía realizar filigranas decorativas con hilos
de uno o varios colores. A continuación se añadían las asas, la base y el cuello, y se
enfriaba la pieza. Por último se retiraba la varilla de metal y se extraía el material que
conformaba el núcleo. Esta técnica se usaba sólo para hacer vasijas pequeñas, tales como
tarros para cosméticos o frascos, como puede apreciarse en los objetos egipcios típicos de
las XVIII y XIX dinastías. Los objetos realizados a partir del siglo VI a.C. con este método
de envolver un núcleo, tenían formas que se inspiraban en la cerámica griega.
Vidrio romano
Ejemplos de objetos de vidrio de la antigua Roma que datan de los siglos I y II, cuando el
vidrio incoloro era más preciado que el opaco o el coloreado. Las cuatro vasijas de la
izquierda son piezas funerarias; la jarra de la derecha se usaba para agua o vino.
El método del soplado de vidrio, más rápido y más barato, se extendió desde Siria a Italia y
a otras zonas del Imperio romano, reemplazó poco a poco a las antiguas técnicas y trajo
consigo nuevos estilos. Mientras los primeros procesos de manufactura habían hecho
hincapié en el color y el diseño, con la introducción del soplado fue la fragilidad y
transparencia del material lo que adquirió importancia, y hacia finales del siglo I d.C. el
vidrio incoloro suplantó al vidrio coloreado en la elaboración de los objetos más preciados.
La técnica del soplado hizo posible la producción a gran escala y cambió la categoría del
El vidrio en Occidente
El rosetón de la fachada norte de Notre Dame de París, fue realizado por Jean de Chelles
entre 1240 y 1250. Tiene 129 metros de diámetro y está compuesto por piezas de vidrio de
brillantes colores unidas con plomo y armadas sobre una estructura de hierro. Los detalles
de las escenas religiosas están pintados sobre el vidrio.
Bajo la influencia de los francos, los vidrieros del norte de Europa y Gran Bretaña
continuaron produciendo objetos utilitarios, algunos con formas nuevas y contundentes. La
decoración se limitaba a los diseños simples mediante moldes, filigranas y adornos de
gotas de vidrio aplicados a la superficie. Presentaban en general una coloración verdosa,
resultado de la composición del vidrio hecho con carbonato sódico de plantas marinas
traídas del Mediterráneo, como era costumbre desde la época de los romanos. Sin
embargo, a finales de la edad media ya no se conseguía carbonato sódico, y los vidrieros
del norte recurrieron a la ceniza de la madera de sus propios hornos, que utilizaron como
fundente para obtener un vidrio de contenido potásico-cálcico. Dado que las industrias del
vidrio estaban situadas en zonas de bosque, de donde obtenían el combustible y la ceniza,
Los objetos de cristal veneciano eran famosos por sus formas originales y delicadas. Esta
jarra del siglo XVI con forma de barco es un ejemplo de cristallo, tipo de vidrio de
extraordinaria transparencia para la época. Está realizada en vidrio azul con dibujos
estampados y dorados, y se atribuye a Armenia Vivarini.
Las primeras piezas de cristallo tenían formas sencillas y estaban decoradas con diseños
esmaltados semejantes a joyas. También se hacían en cristal coloreado y opaco. Hacia
finales del siglo XVI las formas se hicieron más ligeras y delicadas. Los sopladores de
vidrio explotaron la ductilidad del material para producir auténticas maravillas.
Desarrollaron un tipo de filigrana de vidrio que sería muy imitada y que consistía en
incorporar hebras de vidrio blanco opaco dentro de un cristal transparente, trabajándolas
con un complicado diseño que producía el efecto de un encaje. Algunas vasijas estaban
realizadas por completo en vidrio blanco opaco soplado que más tarde se pintaba con
esmalte a la manera de la porcelana china. También en Murano fue donde surgieron
muchos estilos diferentes para lámparas de cristal, aunque fue la factoría de Nevers, en
Francia, la que adquirió mayor fama en la fabricación de estas piezas durante el siglo XVII.
Todos los fabricantes de vidrio de Europa intentaron copiar las técnicas, materiales y
decoraciones de los venecianos. La información se difundió a través de las propias piezas,
del libro El arte del vidrio (1612) de Antonio Neri y de los sopladores de vidrio venecianos.
Aunque existía una ley que prohibía a los artesanos vidrieros abandonar Venecia y divulgar
los secretos de su arte, muchos emigraron de Murano, abandonaron Italia y abrieron
talleres en otros países europeos. Cada país desarrolló su propia façon de Venise
adaptando el modelo veneciano a las formas y decoraciones de preferencia propia. La
influencia italiana acabó desapareciendo en el siglo XVII al surgir nuevos métodos para la
fabricación de vidrio en Alemania e Inglaterra.
El vidrio potásico que se fabricaba en Alemania, más grueso y más duro que el cristallo,
era muy apropiado para la decoración grabada con rueda giratoria. Caspar Lehmann fue
uno de los responsables del gran desarrollo del grabado a principios de la década de 1600
en la corte del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Rodolfo II en Praga. Los
talladores y grabadores de vidrio de Nuremberg y Potsdam se hicieron famosos por sus
hábiles diseños de estilo barroco, mientras que las fábricas alemanas continuaron
produciendo el tradicional vidrio esmaltado y pintado en frío.
Otro descubrimiento que sirvió para disminuir la influencia veneciana en Europa fue el del
vidrio de protóxido de plomo, cuya fórmula inventó George Ravenscroft en Inglaterra. Más
suave, brillante y duradero que el frágil cristallo, el cristal de plomo inglés fue considerado
el de mayor calidad en el siglo XVIII. La cristalería inglesa de mesa dominó los mercados
europeos y coloniales y se convirtió en el modelo para los productores europeos. Entre las
innovaciones introducidas por los ingleses a mediados del siglo XVIII están las copas con
pies decorados con burbujas de aire o espirales de esmalte opaco y los prestigiosos
candelabros de vidrio tallado. El cristal de plomo, el vidrio que mejor se adaptaba al tallado,
alcanzó su apogeo con las piezas neoclásicas del periodo angloirlandés (1780-1830).
Cristal español
La industria del vidrio tuvo en Cataluña su máximo esplendor en el siglo XVI, cuando se
produjeron piezas comparables a los mejores modelos venecianos. Además de los objetos
utilitarios, los vidrieros catalanes hacían infinidad de pequeños objetos decorativos que
vendían el primero de enero de cada año en la feria del vidrio que se celebraba en el
paseo del Borne. La manufactura catalana más importante fue la de Mataró, y las formas
más típicas de vidrios eran el florero de cuerpo oval con dos pequeñas asas, el confitero
con forma de gran copa, los fruteros de pie y la botella. La decadencia de la industria vítrea
catalana y la pérdida de su alta calidad se iniciaron a mediados del siglo XVII. En
Andalucía fue notable la producción, en la misma época, de la manufactura de Castril de la
Peña. En Castilla fueron centros importantes, con abundantes ejemplos de tipo intermedio
entre los catalanes y andaluces, Recuenco, en la provincia de Cuenca, y en la de Toledo,
San Martín de Valdeiglesias y, sobre todo, Cadalso de los Vidrios, que en 1645 contaba
con tres hornos que producían gran diversidad de objetos finísimos, de bellos colores y de
forma muy graciosa.
Siglos XIX y XX
El desarrollo del vidrio durante el siglo XIX se caracteriza por los rápidos avances
tecnológicos de esta industria y por el redescubrimiento y adaptación de métodos antiguos.
Hasta 1850 las piezas se moldeaban y decoraban por prensado con esquemas de
complicados encajes que enturbiaban el cristal en el momento en que éste entraba en
contacto con el molde frío. A partir de la década de 1840 se popularizaron en todo tipo de
piezas los diseños más sencillos, conocidos por vidrio prensado decorado. Al ser más cara
la producción de vidrio tallado que la del vidrio prensado, aquélla decayó, pero hacia 1880
recobró parte de su antigua popularidad con la aparición de un elaborado tallado `brillante',
resultado de un gran virtuosismo técnico que explotaba las propiedades refractarias del
vidrio de calidad.
A finales del siglo XVIII se volvieron a utilizar algunas técnicas romanas adaptadas al gusto
neoclásico. En Europa se fabricó un tipo de vidrio laminado con panes de oro que se llamó
Zwischengoldglas. También se intentó conseguir el efecto de camafeo con sulfuros
incrustados, y los artesanos vidrieros lograron recuperar la auténtica técnica de tallado y
grabado de cristal de camafeo, que alcanzó su apogeo en las piezas de Thomas Webb &
Sons (fundada en 1837), elaboradas en Stourbridge, Inglaterra.
A partir de 1845 lograron gran popularidad los pisapapeles con decoración millefiori (mil
flores) semejante al vidrio de mosaico antiguo, y a finales del siglo XIX el cristal de roca del
renacimiento sirvió de inspiración para una técnica de grabado y pulido.
Inspirados por el resurgimiento de los métodos antiguos de trabajo del vidrio y estimulados
por los logros de la nueva tecnología química, los artesanos vidrieros comenzaron a crear
hacia 1880 nuevos estilos artesanales que se denominaron vidrio artístico. Solían ser
piezas nuevas con fines decorativos, producto de la reacción contra los objetos producidos
en serie. Los estilos de moda entre 1890 y 1910 reflejaban la influencia del movimiento Art
Con la década de 1960 se inició una nueva época en la elaboración del vidrio liderada por
los estadounidenses Harvey Littleton y Dominick Labino. Los artesanos empezaron a
experimentar con el vidrio como medio artístico en pequeños hornos instalados en sus
estudios, y en la actualidad se desarrollan técnicas decorativas y formas de escultura
innovadoras en talleres de artistas de todo el mundo.
El vidrio no ha tenido una tradición tan fuerte en los países islámicos y del Lejano Oriente
como en Occidente. Las formas y técnicas desarrolladas por estos países reflejaban sus
propias culturas y, a su vez, influyeron en las formas occidentales.
Lámpara de mezquita
Tres citas del Corán, bordeadas con esmaltes de color, decoran esta lámpara de principios
del siglo XIV, perteneciente a una mezquita dedicada a Baybars II. Al encenderse la
lámpara, la llama acentúa la ornamentada caligrafía.
La historia del vidrio en los países islámicos entre los siglos VIII y XIV se centra en el
Oriente Próximo. La antigua tradición Sasánida de tallado del vidrio fue continuada por los
artesanos musulmanes que realizaron vasijas en altorrelieve, muchas de ellas con motivos
animales. También fabricaron vidrio incoloro de gran calidad con diseños tallados a la
rueda. Las posibilidades decorativas se incrementaron con la introducción de la técnica de
esmaltado al fuego y con la del dorado, en las que destacaron los artesanos vidrieros de
Alepo y Damasco. De Egipto proviene el descubrimiento de coloraciones vidriadas que
creaban brillantes efectos metálicos en castaño, amarillo y rojo tanto en cerámica como en
vidrio. Las lámparas de las mezquitas, los cuencos, tazas y botellas se pintaban con
motivos de ritmo geométrico propios del islam. Sus formas y decoraciones influyeron en la
producción occidental posterior, sobre todo en las de Venecia y España.
El vidrio en la India
Las intrincadas escenas talladas en esta botella, perteneciente al reinado del emperador
Qianlong (1736-1796), de la dinastía Qing, son características de la artesanía china. La
decoración se realizaba superponiendo una capa de vidrio rojo sobre vidrio blanco y
tallando el primero hasta dejar al descubierto el color blanco de abajo.
No existe ninguna evidencia de que en Japón se fabricara vidrio antes del año 200 a.C. Se
supone que algunas vasijas con forma de relicarios budistas y algunas urnas cinerarias
datan de los periodos Asuka y Nara (552-784 d.C.), pero parece que la fabricación de
vidrio se interrumpió en el siglo XIII y hasta alrededor de 1750 no se volvió a emprender.
Vidrio de ventanas
El vidrio para las ventanas se utiliza desde el siglo I d.C. y al principio se hacía por colado
o soplado de cilindros huecos que luego se cortaban y apisonaban formando una lámina.
El proceso del vidrio de corona es posterior y consistía en el soplado y moldeado de la
masa vítrea para convertirla en un globo aplastado o corona. Después se apoyaba la parte
plana sobre una base y se retiraba la caña de soplar. El agujero que dejaba la caña se
Vidrio de luna
El método tradicional para solucionar tales defectos ha sido utilizar vidrio de luna
esmerilado y pulido. El vidrio de luna se produjo por primera vez en San Gobain, Francia,
en 1668, vertiendo vidrio fundido sobre una mesa de hierro y alisándolo luego con un
rodillo. Después de una recocción se le daba el acabado final puliendo ambas caras. Hoy
se fabrican mediante un alisado continuo con un doble rodillo laminador situado al final de
un horno de cuba. Al salir de la galería de recocido ambas caras se someten a un acabado
continuo y simultáneo.
Los vidrios laminados sin pulir, que suelen presentar superficies con dibujos realizados por
diseños grabados en los rodillos, se usan en la construcción arquitectónica. En los vidrios
de malla metálica se introduce la malla en el vidrio fundido antes de que éste pase entre
los rodillos laminadores. Se usan para evitar que el vidrio se haga añicos al romperse. El
vidrio inastillable o de seguridad, que se utiliza en los parabrisas de los coches, está
compuesto de dos placas de vidrio adheridas de forma hermética a un plástico intercalado
entre ambas que sirve para retener los fragmentos incluso en caso de rotura.
Botellas y frascos
Las botellas, los tarros de cosmética y otros recipientes de cristal se producen con un
proceso automático que combina el prensado (para la formación de la abertura del
recipiente) y el soplado (para la formación del interior del recipiente). El proceso automático
típico de fabricación de botellas por soplado es el siguiente: se vierte un poco de vidrio
fundido en un molde estrecho e invertido y se presiona con aire contra el fondo del molde,
que corresponderá al cuello de la botella una vez acabada. Después se aplica un deflector
sobre la parte superior del molde y una inyección de aire que entra por la parte inferior, a
través del cuello, forma parte de la botella. La botella a medio formar, llamada esbozo, es
transportada por el cuello, luego se le da la vuelta y se deposita en otro molde donde se le
Vidrio óptico
Vidrio fotosensible
El vidrio fotosensible es similar a la película fotográfica en la que los iones de oro o plata
del material reaccionan ante la luz. Se utiliza en procesos de impresión y reproducción. Un
tratamiento de calor después de una exposición a la luz produce cambios permanentes en
el vidrio fotosensible.
El vidrio fotocrómico se oscurece por exposición a la luz, pero recupera su claridad original
cuando la luz desaparece, lo cual se logra mediante la acción de la luz sobre cristales
extremadamente diminutos de cloruro o bromuro de plata distribuidos en el cristal. Se
utiliza para fabricar lentes o gafas que se oscurecen o aclaran según se expongan al sol o
no y también en el campo de la electrónica.
Cerámica de vidrio
Los vidrios que contienen algunos metales forman una cristalización localizada al ser
expuestos a la radiación ultravioleta. Si se someten a altas temperaturas se obtiene una
cerámica cristalina con resistencia mecánica y propiedades aislantes frente a la
electricidad mayores que el vidrio común. Dicha cerámica se utiliza en la actualidad para
cocinar, para las cabezas de cohetes y como piezas de protección térmicas de los
transbordadores espaciales. Otros vidrios metálicos —incluidas las aleaciones de metales
Fibras de vidrio
Se pueden obtener fibras que admiten ser tejidas o convertidas en fieltro como si fueran
fibras textiles estirando el vidrio fundido hasta obtener filamentos con un diámetro de
apenas unas milésimas de milímetro. Puede obtenerse hilo continuo de filamento múltiple
así como fibranas cortas de una longitud de 25 a 30 centímetros.
Con las fibras de vidrio se pueden tejer telas para ropa y tapicería excelentes por su
estabilidad química, fuerza y resistencia al fuego y al agua. Por sí mismas o combinadas
con resinas son excelentes aislantes eléctricos. Si se impregna con plástico una fibra de
vidrio, se consigue un compuesto en el que se combina la resistencia y la inercia del vidrio
con la resistencia al impacto del plástico.
El pavés de vidrio o baldosa prensada son bloques de construcción con caras acanaladas
o con otros diseños, que pueden colocarse con argamasa y utilizarse para paredes
exteriores o tabiques interiores de edificios.
El vidrio láser tiene un alto porcentaje de óxido neodimio y es capaz de emitir luz láser si el
vidrio se introduce y se ensambla dentro de un dispositivo apropiado. Está considerado
una buena fuente de láser, dada la relativa facilidad con la que pueden obtenerse grandes
cantidades de muestras de vidrio de gran potencia.
Las células de cristal doble son unidades compuestas por dos placas de vidrio de ventana
o de luna unidas por los bordes, que contienen aire entre ellas. Para su elaboración se
utilizan varios tipos de materiales de sellado y separación. Son excelentes aislantes
térmicos para ventanas y no se empañan con la humedad.