Arquitectura Civil - Benito Bails
Arquitectura Civil - Benito Bails
Arquitectura Civil - Benito Bails
TOMO PRIMERO
Estudio critico
por
PEDRO NAVASCUÉS PALACIO
MURCIA
A mis alumnos de la Escuela
de Arquitectura de Madrid, del cur-
so 1982-83.
ESTUDIO CRITICO
ÍNDICE
Pág.
ÍNDICE DE ILUSTRACIONES '" ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 147
PRIMERA PARTE
.1:1.'. •~J.'Z.!
14 Distribución de premios... por la Real Academia de San Fernando, Madrid, de hechos poco conocidos de la vida de la Academia que son de sumo interés.
Imp. de la Viuda de lbarra, 1799, pp. 20-21. El fragmento del dictamen del marqués de Espeja puede encontrarse en las
15 P. García Ormaechea, "Betancourt y la Academia de Bellas Artes", Re- .pp. 1.114-1.115.
vista de Obras Públicas, 1964, febrero, pp. 95-103; marzo, pp. 203-213; agosto, 16 Recogido por C. de Orduña, Memorias de la Escuela de Caminos, Madrid,
pp. 937-945; octubre, pp. 1.109-1.118. Esta serie de artículos recogen gran número 1925, p. 16.
28 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 29
ron necesarias nuevas medidas legales conducentes a reforzar una bada queden enteramente libres... para que los particulares aficio-
de las finalidades de la Academia, más allá de los simples plantea- nados, y qualquiera otro sujeto, así nacional como extrangero, las
mientos esteticistas, como era éste de terminar con los hábitos gre- exerza sin estorbo ni contribución alguna", imponiendo una eleva-
miales. A tal fin se sucedieron las cédulas y provisiones reales, dísima "multa de doscientos ducados, aplicados por terceras partes
especialmente referidas al nombramiento de arquitectos que como al Juez, Cámara y persona a quien se pusiese el estorbo, y además
antaño, los seguían dando los Prelados, Cabildos, Ayuntamientos y quatro años de destierro al que lo intentare, y de privación de oficio
Gremios. 17 Al propio tiempo el establecimiento de la Academia vino al Juez que lo mandare". 19
a diferenciar definitivamente la capacidad y responsabilidad del Todos estos hechos contemplados al mismo tiempo pueden dar
maestro de obras por debajo de la exigida para los arquitectos, se- una idea del verdadero alcance de la Academia, donde no sólo se
ñalando las competencias de unos y otros, y produciéndose también gestó la nueva teoría estética del neoclasicismo, 20 sino que fue un
en este terreno fuertes luchas profesionales que en muchos casos no organismo vivo y encarnado en la sociedad que libró su particular
conocerían el final hasta mediados del siglo XIX. batalla dentro del reformismo ilustrado.
La fuerza de los gremios fue tal que la propia legislación que por
una parte los margina frente a la Academia, por otro lado consiguió
que se les reconociera el derecho a denunciar posibles irregularidades 2. LA REAL ACADEMIA DE SAN CARLOS DE VALENCIA
en cuestión de competencias. Buen ejemplo es el caso de los esculto-
res, a quien Carlos nI, en 1782, otorgaba la libertad "para pintar y En los días mismos de Fernando VI llegó a crearse en Valencia
dorar las piezas propias de su arte ... sin que los gremios de dorado- una Academia pública (1753), destinada a la enseñanza de las bellas
res, carpinteros y de otros oficios, que hasta ahora los han molestado artes, que llevó el nombre de Academia de Santa Bárbara, en re-
por esta y otra razón semejante, no puedan impedírselo en lo sucesi- cuerdo de la esposa del monarca. 21 Instalada en el edificio de la
vo, baxo la pena de quatro años de destierro". Pues bien, la misma Universidad, comenzó la Academia sus actividades en 1754 22 con la
resolución real señalaba que "deseando al mismo tiempo, que los considerable matrícula de un centenar de alumnos, especialmente
profesores de las Tres Nobles Artes no se empleen en obras que no interesados en las clases de dibujo del natural a las que pronto se
sean de su profesión porque con ellos entorpecen su ingenio, y per- sumarían las enseñanzas de principios, estatua y arquitectura. La
judican no sólo a los Gremios sino también a las mismas Nobles Academia de Santa Bárbara se rigió por una serie de Constituciones
Artes; declaro igualmente sea permitido a dichos Gremios, el poder que reglaban su organización interna, en forma parecida a como los
pedir el reconocimiento judicial de las casas y talleres de los esculto- estatutos regían la Academia de San Fernando, si bien aquí en Va-
res",18 con lo que resulta evidente la posibilidad de ser todavía lencia se mantuvieron algunos rasgos de origen gremial como eran
sancionado por practicar otro arte distinto del que oficialmente se los socorros materiales y espirituales a los miembros que lo necesi-
profesa, llegando incluso en el caso de los escultores que comenta- taren. La primera relación de académicos que nos ha llegado nos
mos a "la pena de privación de su arte que menosprecia". No obs- muestra la doble presencia de la nobleza y artistas, a quienes se debió
tante aquella secular atadura gremial llegó a romperse definitiva-
mente a partir de una Real Orden de Carlos nI que, en 1783, el año
de edición de la Arquitectura Civil de Bails, declaraba que "Las 19 Novísima, Libro VIII, Título XXII, Ley V, p. 178.
20 1. Henares, La teoría de las artes plásticas en España en la segunda mitad
Nobles Artes del Dibuxo, Pintura, Escultura, y Arquitectura y Gra- del siglo XVIII, Granada, 1977.
21 Breve noticia de los principios y progresos de la Academia de pintura, es-
cultura y arquitectura eregida en la ciudad de Valencia bajo el título de Santa
17 P. Navascués, "Sobre titulación y competencias de los arquitectos de Ma- Bárbara, y de la proporción que tienen sus naturales para estas bellas artes, Ma-
drid (1775-1825)", Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 1975, tomo XI, drid, 1757.
pp. 123-136. 22 F. M. Garín Ortiz de Taranco, La Academia valenciana de Bellas Artes,
18 Novísima, Libro VIII, Título XXII, Ley IV, pp. 177-178. Valencia, 1945" pp. 46-53.
30 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 31
la iniciativa de este estudio público valenciano que contaba entre para a examen grabados y medallas con imágenes de santos locales
sus miembros de honor a don Manuel Téllez Girón Carvajal de León y retratos entre los que no podía faltar el del Padre Tosca.
y al marqués de Dos Aguas. Por su parte el grupo de profesores 10 Habiendo ya alcanzado aquel reconocimiento con carácter indi-
encabezaban Cristóbal Valero, los Vergara, Esteve y Camarón, entre vidual, el Ayuntamiento de Valencia intentó convertirlo corporativa-
otros. Las crecientes necesidades de la enseñanza pusieron en peligro mente en una academia bajo la protección real, para lo cual, en
el mantenimiento económico de la Academia, cuyos gastos no po- marzo de 1762, dirigió una petición al monarca en este sentido, seña-
dían sostener obviamente sus iniciadores, ni siquiera la ciudad. La lando expresamente la necesidad de treinta mil reales de vellón
muerte de doña Bárbara de Braganza en 1758 truncó también el anuales ya que por "falta de estos poderosos auxilios no pudo sub-
patronazgo regio que tampoco pudo contar con la ayuda de Fer- sistir la que en el año de 1753 se fundó en la misma Ciudad". La
nando VI muerto al año siguiente. propia Academia de San Fernando apoyó la petición razonándola
Toda esta experiencia acumulada y, sobre todo, la voluntad firme de este modo: "Que la fundación de la (Academia) de Valencia sería
de establecer en Valencia un estudio público, fueron las premisas utilísima a la Capital y a todo el Reyno, que la Ciudad se había
que hicieron posible la creación de una "Academia Real de las Artes hecho digna del agrado de S. M. por el zelo con que había solicitado
con el título de San Carlos", en los primeros años de reinado de este público Beneficio, y por la Generosidad con que había dado
Carlos III. Para ello hubo de darse un primer paso indispensable casa para la futura Academia, la había dotado sin gravamen del
Pueblo, ni del Real Erario; en cuyos términos pidió se sirviese S. M.
como fue el de alcanzar la correspondiente titulación de sus profe-
de aceptar la Dotación de los treinta mil reales annuales, la donación
sores, digamos "oficial", expedida por la Academia de San Fernan-
de las Casas, y expedir las órdenes Convenientes para que de todo
do, por lo que se hizo llegar a ésta, a finales de 1761, una serie de
tuviese efecto". 23 La petición fue oída y el Intendente de Valencia
obras de pintura, escultura y grabado para su examen, debidas a José propuso recaudar aquellos fondos del exceso que producían los de-
Camarón, José e Ignacio Vergara, Cristóbal Valero, Luis Domingo rechos de partido y puertas. Por otra parte el monarca ordenó formar
y Manuel Monfort, a quienes la Academia madrileña otorgó el grado una Junta Preparatoria, al igual que había sucedido años atrás en la
de Académico de Mérito en enero de 1762. Aquellas obras presen- Academia de San Fernando, para que "celebrando las Actas y Acuer-
tadas, a la vez que buscaban desde luego dicha titulación, querían dos que juzguen convenientes, medite, acuerde y proponga a S. M.
hacer presente en la Academia de San Fernando, y a través de ésta por medio de la de San Fernando las Reglas, Leyes y Estatutos que
en la mismísima Corte, el deseo de contar con una Academia en juzgue más oportunos, y á propósito para su gobierno". 24 Esta Junta
Valencia, por lo que muchas de las obras presentadas expresaban Preparatoria la formaron el Intendente Corregidor de Valencia, Gó-
aquel anhelo. El lienzo de mayor aparato y tamaño era el de José mez de la Vega, en calidad de Presidente, los regidores perpetuos de
Camarón, que fue el primero que examinó la Academia de Madrid, la ciudad, marqués de Jura Real y Francisco Navarro Madramany,
representando a "La Diosa Minerva en un Trono y la Ciudad de como vocales, y el presbítero Tomás Bayarri, que actuaría de Secre-
Valencia en figura de una matrona que acompaña y conduce a él las tario y que ya había ejercido como tal en la desaparecida Academia
tres nobles artes representadas en tres Ninphas y otras Figuras", en de Santa Bárbara. A la primera sesión celebrada por la Junta, el
una línea análoga a las alegorías que Antonio González Ruiz había 11 de marzo de 1765, acudieron igualmente los primeros "Directores"
pintado para la Academia de San Fernando, o a las pintadas por el de las enseñanzas que lo fueron de pintura Cristóbal Valero y José
propio Camarón de las que se conserva alguna en el Museo de Bellas Vergara, de escultura Ignacio Vergara y Luis Domingo, habiendo
Artes en Valencia. Por otra parte el escultor Luis Domingo había sido nombrados para la arquitectura Vicente Gascó y Felipe Rubio,
presentado un relieve en barro cocido representando a "Mercurio
conduciendo a la Juventud Valenciana al Templo de la Fama",
23 Cito por Garín, p. 56.
mientras que el excelente grabador Manuel Monfort había ejecutado 24 Real Orden de 28 de febrero de 1765.
32 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 33
que como los anteriores eran Académicos de Mérito por San Fernan- ca. El grabado cerraba este núcleo inicial de enseñanzas a los que en
do desde 1762. Don Manuel Monfort se hizo cargo de la enseñanza Valencia hubo de sumarse el "estudio de las flores, ornatos y otros
del grabado. Entre todos ellos prepararon los estatutos que fueron diseños adecuados para los tejidos", encaminado a surtir modelos a
revisados por la Academia de San Fernando y aprobados finalmente la manufactura sedera valenciana, 29 coincidiendo así con el pensa-
por el rey en septiembre de 1766. Dos años más tarde, una Real miento ilustrado de los discursos de Campomanes sobre la industria
Cédula dada en El Pardo, el 14 de febrero de 1768, decía "Por popular. Aquellos estudios llegaron a contar, a partir de 1784, con
quanto continuando los magnánimos designios del Rey mi Señor y su propia sala independiente llamada de "Dibuxo de Flores y Orna-
padre, que en paz descansa, y los de muy caro y amado hermano el tos" nombrándose como director de ella al pintor Benito Espinós. 30
Señor Rey D. Fernando, que está en gloria, entre los cuidados que Con la ayuda inicial de San Fernando la Academia valenciana
me debe el bien y prosperidad de mis pueblos, ocupa muy distingui- fue formando una biblioteca en la que, al final del siglo, predomina-
do lugar el de proporcionarles la cultura y las ventajas que produce ban de forma abrumadora los libros de arquitectura y entre éstos los
el estudio de las Artes, ha resuelto crear y elevar como por el pre- de procedencia italiana. 31 Ello puede ser, en alguna medida, índice
sente creo y elevo, la Junta Preparatoria establecida en Valencia ... elocuente de la fuerte preocupación de San Carlos en este campo,
al grado de Academia Real con el título de San Carlos". 25 Si bien preocupación que queda ratificada por los varios centenares de dibu-
esta decisión real contemplaba al mismo tiempo las prerrogativas de jos de arquitectura que San Carlos conserva y que fueron presenta~
la Academia frente al viejo sistema gremial, fueron necesarias poste- dos bien en los premios particulares y concursos generales, bien para
riores órdenes para frenar las pretensiones de los Maestros de Obras, la obtención del título de arquitecto o del grado académico. 32 Todo
de los arquitectos sin título académico, carpinteros, etc. 26 Estas y ello adquiere especial relieve a partir de 1789, año en que la Acade-
otras vicisitudes venían a repetir en el medio valenciano el mismo mia solicita del rey constituir una Comisión de Arquitectura, como
proceso recorrido por la Academia de San Fernando en Madrid, pues venía funcionando desde hacía poco en la Academia de San Fernan-
no en vano su organización interna, clases, premios, concursos, etc., do, con el fin de "examinar, corregir, aprobar o reprobar todos los
repetían el modelo madrileño, según se desprende tanto de sus esta- proyectos de obras públicas que se hicieren en el Reino de Valen-
tutos TI como de las actas publicadas a partir de 1773. 28 cia". 33 Carlos IV sancionó en 1790 las Constituciones por las que
Como en Madrid, la Academia de San Carlos contaba con las se había de regir dicha Junta, 34 a la cual competía fiscalizar desde el
clases de principios, comunes a todos los alumnos, de estatua o mo-
delo en yeso, que incluía tanto el dibujo como el modelado, y la sala
29 S. Rodríguez, El arte de las sedas valencianas en el siglo XVIII, Valencia,
"del natural", con modelo vivo. La enseñanza de la arquitectura 1959.
requería por su parte unos estudios previos de carácter matemático. 30 S. Aldana, Pintores valencianos de flores (1766-1866), Valencia, 1970.
contando con un curso de Aritmética y Geometría Teórica y Prácti- 31 C. Bédat, "Libros de la Real Academia de San Carlos de Valencia en
1797: inventario revelador de influencias artísticas", Revista de Ideas Estéticas,
1970, pp. 43·54.
32 J. Bérchez y V. Corell, Catálogo de Diseños de Arquitectura de la Real
25Novísima, Libro VIII, Título XX, Ley III, pp. 176·177. Academia de BB.AA. de San Carlos de Valencia, 1768-1846, Valencia, 1981. Para
26Colección de Reales Ordenes comunicadas a la Real Academia de San otros fondos de dibujos, vid. A. Espinás, "Un inventario de dibujos conservados
Carlos desde el año 1770 hasta el 1808, Valencia, Imp. de Benito Monfort, 1809. en la Academia de San Carlos de Valencia (1773-1821)", Archivo de Arte Va-
27 Estatutos de la Real Academia de San Carlos, Valencia, Imp. de Benito lenciano, 1977, pp. 73·84.
Monfort, 1768. 33 F. Llorca, La escuela valenciana de arquitectos, Discurso de ingreso leído
28 Noticia histórica de los principios, progreso y erección de la Real Academia en la Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Valencia, 1932,
de las Nobles Artes establecida en Valencia con el título de San Carlos, y rela- pp. 20-23.
ción de los premios que distribuyó en la Junta PlÍblica celebrada en 18 de Agosto 34 Constituciones para el gobierno de la Junta de Comisión de Arquitectura
de 1773, Valencia, 1773; Continuación de la Noticia histórica... , Valencia, 1781; de la Real Academia de San Carlos, conforme a la Real Orden de S.M. de 2 de
Continuación de las actas de la Real Academia... , Valencia,. 1787, 1789, 1792, noviembre de 1789, y arregladas seglÍn la práctica de la Real Academia de San
1796, 1799, 1802, 1805 Y 1812. Fernando, Valencia, Oficina de Benito Monfort, 1791.
l'
Al.'TRR PLAN A REZ DE CHAU8SEE DU .MEME ,I'A.LAIS
, DE SOIXANTE SU
DE FA<¡E, COMME LE PRRCEDEN T •
::Ji: x
.r..u. '
c~.:1I ~...
1
AA.
td~ l"a,.,; v
V'1'r',' l'
1'.J..
.EcLlk ¿ z ~ j , J ;: 1o ..r~iV
Po
AA
v
.P2
P.I
diseño de un retablo hasta el proyecto de un puente, sin omitir su de los artistas con los académicos de honor, a la hora de establecer
carácter de tribunal de examen para alcanzar los títulos de agri- pautas y marcar objetivos ya que los profesionales del a~·te no esta-
mensor, oficial de albañilería, maestros de obras, arquitecto y aca- ban muy dispuestos a recibir lecciones de quienes, a sus OJos, no eran
démico de mérito en este ramo. Todo ello tenía un alcance de gran sino unos diletantes. Sin embargo hay que reconocer que a estos
importancia para San Carlos pues de este modo rompía ataduras que últimos se debe, en buena medida, el esfuerzo de renovar el medio
hasta entonces le habían privado de ejercer con la autonomía propia académico para integrarlo en una auténtica cultura neoclásica de
de una Real Academia, al tener que someter los proyectos de arqui- corte europeo. Pensemos que entre los Académicos de honor en San
tectura a la de San Fernando en Madrid, 10 cual había producido Carlos se encontraban hombres como Pérez Bayer, Mayans, Florida-
años atrás desagradables roces ya que de hecho incapacitaba a los blanca, que fue nombrado "antes de ser promovido a la primera
académicos valencianos. 35 Secretaría de Estado", Jovellanos y Azara.
Entre estos últimos no siempre las cosas fueron bien, producién- Las enseñanzas en San Carlos corrieron inicialmente a cargo de
dose frecuentes diferencias entre los académicos de honor y los pro- aquel grupo que alcanzó el título de académico, de mérito P?r San
fesores, hecho por otra parte muy común al menos en el medio Fernando, en 1762, pero pronto fueron incorporandose los pnmeros
académico español. Si anteriormente se comentó la situación creada discípulos de la propia academia valenciana llegándose a perfilar un
en San Fernando por las críticas de un profesor como Mengs, aquí gusto de matiz local al que, lógicamente, no fue ajena .10. personalidad
cabría recordar el enfrentamiento de un académico de honor como y estilo de sus profesores. Entre estos hay que menCIOnar, en el pe-
Mayáns con prácticamente toda la corporación valenciana a raíz de ríodo que aquí se estudia, al escultor Ignacio Vergara, que fue ~l
una intervención suya en San Carlos. El hecho en sí va más allá de la primer Director General, a los arquitectos Vicente Gascó, Antomo
simple anécdota por cuanto revela la realidad que no llega a conocer Gilabert, Juan Bautista Mínguez, Joaquín Martínez, Vicente Marzo
la luz a través de las publicaciones oficiales de la Academia, tales y Manuel Blasco. La enseñanza de la escu~tura estuvo diri~ida por
como las "Distribuciones de Premios". Precisamente para la distri- Jaime Molins, José Puchol y José Esteve, mientras que los directores
bución de Premios de 1776 la Academia había encargado a Gregario de pintura lo fueron Cristóbal Valero, José Vergara, José Camarón,
Mayáns un discurso como era habitual en estas ceremonias solem- Luis Antonio Planes y Vicente López. Manuel Monfort, para el gra-
nes. Pero Mayáns, lejos del carácter cansinamente elogioso y diti- bado y Benito Espinós como director de la enseñanza de flores, com-
rámbico de estos discursos tantas veces vacíos de contenido, 36 preparó pletaban este cuadro de profesores.
un largo y riguroso discurso sobre el "Arte de Pintar", 37 en el que Sería muy largo referirse a los discípulos que pasaron por las
dejaba escapar una dura crítica a los profesores de la Academia de salas de la Academia, así como nombrar a aquellos que fueron pre-
San Carlos sobre su falta de preparación. Naturalmente ello fue miados en los concursos generales, pero hay que hacer la excepción
objeto de una censura corporativa que se tradujo en la omisión de con uno de los primeros alumnos de San Carlos, el presbítero José
este texto en la publicación de los premios de aquel año evitando así Ortiz y Sanz, por haber encarnado una de las facetas más válidas del
su difusión. 38 Ello viene a poner de manifiesto la difícil convivencia pensamiento arquitectónico español. Su credo rigurosamente vitru-
viano, pero al tiempo de fuerte estructura lógica y crítica, se ~ormó
35 Bédat, L'Académie des Beaux-Arts... , pp. 356-358. sobre la lectura y en contacto directo con las ruinas de la Itaha an-
36 F. J. León Tello y M. M. Virginia Sanz, La estética académica espaíiola
en el siglo XVIII: Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Va- tigua asumiendo una beligerante actitud antibarroca, como puede
lencia, 1979. verse en la disertación pronunciada en San Carlos (1804), donde
37 G. Mayáns, Arte de Pintar (obra póstuma de D. G. M. Y S., bibliotecario
después de criticar a los padres del barroco desde Guarini a Fische.r
de S. M. publícala un individuo de su familia), Valencia, Imprenta de José Rins,
1854. van Erlach, sin olvidar a Churriguera, "Oprobio de la buena arqUI-
38 J. Bérchez, "Origen y censura del 'Arte de Pintar' de Mayáns", Academia, tectura en España", termina recomendando a los alumnos de la
1981, núm. 53, pp. 151-169, Y "Mayáns y la Real Academia de Bellas Artes de
San Carlos, de Valencia", Archivo de Arte Valenciano, 1981, pp. 97-100.
Academia valenciana estudiar y meditar a Vitruvio y Palladio "pero
38 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 39
sujetando los libros a la razón, no cautivando la razón en obsequio de Bellas Artes, Barcelona solicitó igualmente la concesión de una
de los libros". 39 A Ortiz y Sanz se debe precisamente la traducción Academia de Nobles Artes, en 1763, con un presupuesto anual tam-
completa de Vitruvio (1787) y la parcial de Palladio (1797) que pue- bién de treinta mil reales que en Barcelona se esperaban sacar del
den pasar por ser dos de las aportaciones más importantes dentro de derecho de periaje. 42 Sin embargo esta petición no prosperó como
la política académica de traducciones de textos clásicos y modernos, tampoco llegó a buen término el patrocinio del conde de Ricla, Ca-
superando a nuestro juicio en todos los conceptos al Vitruvio-Perrault pitán general de Cataluña, cuando en 1771 propuso al Ayuntamiento
de Castañeda (1761), a la "Disertación de Arquitectura sobre la dis- el patronazgo de una Academia con su correspondiente dotación,
tribución de los antiguos, comparada con los modernos" de Peyre, solicitando como local para la nueva institución el Salón de Ciento.
traducida por Antonio González y Pedro Arnal (1789), al Manual de Pero no sería este el camino por el que llegaran a formalizarse las
Arquitectura de Branca, traducido por Rijosa (1790), a la edición de enseñanzas artísticas en Barcelona, sino por otro posiblemente ines-
Alberti (1797), e incluso a la traducción del Teatro de Milizia, hecha perado en el que se unieron los esfuerzos individuales de algunos ar-
por el propio Ortiz (1789). El interés del Vitruvio 40 y Palladio 41 de tistas locales con el mecenazgo de una poderosa institución cual fue
Ortiz radica en ser ediciones críticas, ampliamente comentadas, en la Real Junta Particular de Comercio de Barcelona. Ésta asumió la
las que entabla una dialéctica constante entre los tres escalones del tarea del relanzamiento y apoyo a la industria y comercio barcelonés,
pensamiento clásico, Antigüedad, Renacimiento y Neoclasicismo, a especialmente a partir de 1763 en que Carlos III aprobó sus Orde-
través de sus autores más significativos, con una libertad y desenfado nanzas,43 y muy pronto estableció a su cargo una Escuela de Náutica
de pensamiento verdaderamente singular ya que a pesar de su óptica (1769) y otra de dibujo (1775). Esta última conocida como Escuela
académica llega a censurar algunos defectos teóricos en Palladio, Gratuita de Diseño, se creó con el fin de "dar buenos conocimientos
defiende en un momento dado la "sagacidad y destreza" de Bernini, sobre manufacturas y artefactos a toda clase de gentes, el formar por
niega la "libertad filosófica" de Laugier, Lodoli, Milizia y Algaroti, medio de los principios de Dibujo perfectos Pintores, Escultores,
e incluso buscaba más allá de Vitruvio la verdad en los órdenes Arquitectos, Grabadores, etc., comunicar las luces precisas para crear
griegos. y promover el buen gusto en las Artes y Oficios, haciendo que se
apliquen con acierto los talentos, se multipliquen y aclaren las ideas,
se acostumbren a preferir las formas sencillas y naturales a las extra-
3. LA ESCUELA DE LA LONJA DE BARCELONA vagantes y compuestas, y finalmente, el adelantamiento de las Artes,
fábricas y oficios mecánicos", como dice el Reglamento de la Escuela
Coincidiendo prácticamente con la petición hecha ante el rey por promulgado en 1776. Sin embargo todos aquellos buenos propósitos
Valencia en 1762, para establecer en aquella ciudad una Academia se lograrían de forma escalonada, pues inicialmente la Escuela de
Dibujo se conformaba con ofrecer más sólidas enseñanzas de dibujo
a fin de mejorar la calidad y diseño de las manufacturas barcelonesas
39 "Oración de las Nobles Artes" en la Distribución de Premios de la Real y muy especialmente de sus célebres indianas. Por ello no es de
Academia de San Carlos de Valencia, celebrada en 4 de noviembre de 1804, Va-
lencia, 1805. Una selección e introducción a este texto en C. Sambricio, "La teoría extrañar que los premios trimestrales, de 1775 y 1776, sólo contem-
arquitectónica en José Ortiz Sanz 'el vitruviano' ", Revista de Ideas Estéticas, 1975, plen las clases de "figuras de estampa, flores y adornos". Más ade-
núm. 131, pp. 259-286. lante, en 1778, se planteó la ampliación de las enseñanzas con nuevas
40 J. Bérchez, "Estudio introductorio" al Compendio de los Diez Libros de
Arquitectura de Vitruvio escrito en Francés por Claudia Perrault... traducido al
clases de pintura, escultura, arquitectura y geometría, y si bien es
castellano por Don Joseph Castañeda (Madrid, 1761), ed. facsímil, Murcia, 1981,
pp. 47-72. Para otros datos complementarios vid. J. Bérchez, "J. F. Ortiz y Sanz:
correspondencia mantenida desde Roma a propósito de su traducción de Vitruvio 42 C. Martinell, La Escuela de la Lonja en la vida artística barcelonesa, Bar-
(1780-1782)", Archivo de Arte Valenciano, 1981 (1982), pp. 62-70. celona, 1951, pp. 22 Y 55. .
41 P. Navascués, "Reflexiones sobre Palladio en España", introducción al Pa- 43 A. Ruiz y Pablo, Historia de la Real Junta Particular de ComercIO de Bar-
lladio de James S. Ackerman, Madrid, 1980 (La ed.), pp. 20-21. celona, 1758-1847, Barcelona, 1919.
40 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 41
cierto que comenzaron a impartirse todas ellas, alguna clase como la particulares de los Tramulles a condición de que cada uno de ellos
de arquitectura tuvo una vida intermitente no llegando a cristalizar recibiera a veinticuatro alumnos. Así mismo en aquel año se le confió
hasta los años de Fernando VII, en 1817, con Antonio Cellés, si bien a Francisco Tramulles la enseñanza del dibujo lineal en la Escuela
para suprimirla de nuevo ocho años más tarde. Convertida así en de Náutica, sustituyéndole a su muerte (1773) su hermano Manuel
Escuela de Nobles Artes la primitiva Escuela gratuita de Diseño, se que se fue perfilando como el futuro director de la Escuela de Dise-
evitó con cautela el reconocimiento de auténtica Academia a fin de ño. Sin embargo esto no fue así y el primer director lo sería, según
no caer en una dependencia respecto a las de Madrid y Valencia, se ha dicho, el grabador valenciano Pascual Pedro Moles (1741-1797),
aunque sin renunciar a las ventajas de éstas sobre los gremios como discípulo de Francisco Tramulles, con el que también se formaría el
luego se verá. segundo director de la Escuela de la Lonja Pedro Pablo Montaña,
Su primer director fue el grabador Pascual Pedro Moles que es- que lo fue entre 1797 y 1803, con lo que puede medirse la deuda de
tuvo al frente de la Escuela de la Lonja desde su fundación hasta la enseñanza de la Lonja con los hermanos Tramulles.
1797, Y es aquí donde emerge una línea artística de tradición local Moles había sido favorecido generosamente por la Junta de Co-
ya que Moles se formó con los hermanos Tramulles y éstos a su vez mercio con anterioridad a la formación de la Escuela, pues disfrutó
con Viladomat. Los nombres de Viladomat y Tramulles están unidos durante ocho años de una pensión y diversas ayudas entre 1766 y
a los primeros talleres que hicieron frente al monopolio docente de 1774 para residir en París y perfeccionar su arte con Despuis y Co-
los Colegios y gremios barceloneses, reclamando para sí la libertad chino Como dicha pensión se le dio con la condición de que se
de enseñanza. Son conocidos los dos pleitos ganados por el pintor estableciera a su vuelta en Barcelona ello indica que ya la Junta
Antonio Viladomat 44 que era tan sólo Licenciado, y no Maestro, del tenía desde muy temprano la intención de establecer la Escuela. Al
Colegio de Pintores de Barcelona cuando esta corporación le prohíbe, propio tiempo las continuas libranzas a favor de Moles en París
en 1739, tener aprendices ya que según la sentencia "parece equivo- fueron ampliamente amortizadas con la entrega y dedicación de
cación intolerable dezir que no pueden tenerlos Viladomat y los de- Moles a la Escuela de la Lonja. Podría decirse que Moles fue el alma
más licenciados, pues a cualquiera le compete el derecho y facultad de aquella institución asumiendo funciones múltiples que en la orga-
de enseñar y comunicar lo bueno que sabe a la persona y personas nización académica estaban separadas. Así Moles hubo de actuar a
deseosas de aprenderlo y que bien le parecieran, teniéndolas en su la vez de Director, Secretario, censor, sin olvidar naturalmente su
casa o fuera de ella". Entre aquellas personas se contaron los herma- labor como profesor del centro. Buscó modelos y estampas, compró
nos Manuel y Francisco Tramulles, quienes tras una estancia en libros y estatuas, mantuvo relación constante con las Academias de
París entraron en el taller de Viladomat para instalarse luego por Madrid y Valencia, y surtió de material a otras escuelas de dibujo
cuenta propia si bien con el título de Maestros del Colegio de Pin- catalanas como las de Gerona, Olot y Tárrega. 46 Moles hubo de en-
tura. Los Tramulles introdujeron en sus escuelas algunas innovacio- frentarse asimismo a los gremios y colegios barceloneses, defendien-
nes en la enseñanza tales como la utilización de modelos en yeso que do la liberalidad de las artes y esgrimiendo la estética clasicista como
sustituían a las estampas, así como la iniciación al pintado de india- Ponz lo hiciera en el medio madrileño. Prueba de aquel sentimiento
nas y sedas, es decir, lo que puede entenderse como Artes aplicadas. 45 antibarroco que se juzgaba enquistado en la organización gremial la
El interés de nombrar aquí a los Tramulles reside en que ambos tenemos en el dictamen emitido por Moles, en 1778, a raíz de uno
estuvieron muy vinculados al proceso de creación de la Escuela de tantos encuentros entre escultores y carpinteros: "El tiempo en
gratuita de Diseño, pues no en vano la Junta de Comercio de Bar- que los carpinteros se han introducido a executar lo que no les era
celona, en 1772, decidió apoyar económicamente las dos escuelas ni propio ni común ha sido el de la barbarie e ignorancia, y la entra-
por la talla, puerta falsa de la noble Escuela de las mismos esquemas (clases, pensiones, premios y concursos), se dieron
donde a confesión de todos los escritores juiciosos ha otra serie de circunstancias que distanciaban a la Lonja de aquellos
no sólo su decadencia, sino su abandono. Por aquí se ha modelos ya que su dependencia de la Junta de Comercio, la ausen-
corrompido no sólo el gusto de adornar sino de formar los cuerpos cia de la nobleza en la Escuela, dado el carácter estrictamente pro-
principales. Yana me detengo a examinar si la talla es hija de los fesional de su planteamiento, o el hecho mismo de que su director
mejores carpinteros o de los peores escultores; como quiera que sea, fuese un artista, dibujan un perfil muy distinto al de las Reales
de ella ha procedido el mal, y con ella se ha generalizado. Al prin- Academias.
cipio los adornos llenos de gusto e inteligencia, degeneraron en ex- La Lonja contó con un importante grupo de profesores en el
travagancias, hojarascas, y caprichos chinescos desconocidos de la período que aquí se estudia, y si bien los primeros como Moles y
naturaleza, maestra de la verdadera escultura; después conforme se Montaña se habían formado con los Tramulles, los últimos fueron
fue perdiendo la gentileza, la propiedad, la buena proporción, fueron discípulos de la propia Lonja, como sucede con Calls y Ardit. Agru-
entrando en su lugar las monstn\Osidades que hoy hacen tan poco pando a estos profesores por materias recordaremos los nombres de
honor a la Nacióu,aun dentro de sus templos augustos". 47 En su Pascual Pedro Moles, BIas Ametller, José Coromina, Jacinto Coro-
escrito Moles hacía una triple distinción entre las artes necesarias minas (grabado); Mariano Il1a, Francisco Rodríguez Pusat, Pedro
(Elocuencia y Arquitectura), de lujo (Poesía, Música y Pintura) y Pablo Montaña, Bénito Calls, Tomás Solanes (pintura); Salvador
auxiliares, esto es, "aquellos oficios o artes subalternas que les sir- Gurri, Jaime Folch, Francisco Bover (escultura); Francisco Lisoro,
ven corno ministros o ayudantes, preparándoles las materias en esta Francisco Vida!, Jaime Rovira, Juan Giralt, José Casas, Juan Pablo
o la otra forma: tales son, con respecto a la noble Arquitectura, la Veles, Cayetano Pont (diseño); Salvador Molet, Buenaventura Pla-
Albañilería, la Cantería, la Herrería y la Carpintería... Esta depen- nella, Carlos Ardit (flores); y José Arrau (dibujo lineal). Todos ellos
pencia, pues, o ministerio jamás puede elevar a los carpinteros a la se empeñaron en reconducir el tardío barroco barcelonés hacia un
dignidad de Arquitectos, si no se piensa en ascender a ella a los neoclasicismo que tendría su mejor aunque fugaz expresión en los
Canteros, Herreros y otros artesanos". años siguientes a la Guerra de Independencia. Por lo que sabemos
A pesar de que la conocida Cédula de 1782 había declarado libre tanto los temas propuestos en premios y concursos sobre la base de
el ejercicio de la pintura, escultura y arquitectura, los gremios bar- complicadas situaciones tomadas de Tito Livio, el Padre Mariana,
celoneses siguieron presionando a la Junta de Comercio la cual, en Antiguo Testamento, etc., como los modelos a copiar por pintores
1785, dirigió un escrito a Floridablanca exponiendo la situación. En y grabadores (Juan de Juanes, Lanfranco, Viladomat y otros maes-
él se venía a pedir entre otras cosas que se permitiera a la Junta tros de la dilatada colección que poseyó la Lonja), no podía esperar-
dar una suerte de licencia para ejercer la pintura y la escultura, se un cambio radical en la orientación artística de la Lonja, pese al
siempre que los alumnos hubiesen alcanzado los premios correspon- esfuerzo hecho por la Junta de Comercio al enviar pensionados a
dientes a su especialidad y de común acuerdo con la Academia de Roma, París, Madrid y Valencia. 48 No obstante, la existencia de la
San Fernando, de tal manera que los gremios no interfirieran en la escuela de la Lonja tuvo una gran trascendencia en el Principado
actividad de los profesores y alumnos de la Lonja en el campo pro- si se tienen en cuenta algunos datos tales como el número de discí-
fesional. Dicha autorización no llegó nunca ya que ello hubiera su- pulos que pasaron por sus aulas entre 1775 y 1808, superando la
puesto prácticamente la equiparación con las otras academias pero cifra de once mil alumnos.
sin el control que éstas tenían. Con ello se apunta una de las dife- La mayor parte de éstos orientaban su formación en la ~o~ja
rencias entre la Escuela de la Lonja y las academias de Madrid y como iniciación, complemento y mejora de un oficio (sedas e mdta-
Valencia, pues si bien parte de su organización respondía a los
48 F. Marés, Dos siglos de enseñanza artística en el Principado, Barcelona,
47 Recogido por MartinelI, ob. cit., pp. 36-38. 1964, pp. 49-56, 125-141, Y 375, figs. 228-240.
DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 45
nas), siendo los menos quienes se dedicaban a las "nobles artes" de nuación de la de San Carlos de Valencia y antes de la Real Acade-
la pintura, escultura y grabado. La arquitectura por su parte no mia de San Luis de Zaragoza, porque entre una y otra llegó a produ-
tuvo cabida en la enseñanza de estos años dentro de la Lonja, si cir los mismos efectos en el medio profesional que si de una auténtica
bien desde 1789 se incluía entre los premios de los concursos gene- Academia se tratase. Efectivamente, contemplando la transforma-
rales. Esto obliga a hacer una doble reflexión, pues por una parte ción del arte español en la segunda mitad del siglo XVIII son las
el fuerte gremio de "Mestres de Cases i Moles" debió frenar el deseo ciudades de Madrid, Valencia y Barcelona, en este orden, las tres
inicial de la Escuela de la Lonja 49 y de otro lado la existencia de la primeras en plantear la dialéctica clasicismo contra barroco con in-
Real Academia Militar de Matemáticas, donde de hecho se forma- dependencia de que las dos primeras fueran academias y la tercera
ron muchos maestros de obras y arquitectos barceloneses que luego tan sólo Escuela de Nobles Artes.
obtuvieron el título correspondiente en la Academia de San Fernan- La Academia de San Luis de Zaragoza tuvo también su origen
do de Madrid, o en la de San Carlos de Valencia, hacía menos ur- en una Escuela de Dibujo sostenido esta vez por la Real Sociedad
gente el establecimiento de la enseñanza de la arquitectura en la Aragonesa de Amigos del País (776) que "conociendo que el Di-
Lonja. 50 De cualquier modo la Lonja ofreció a la ciudad una es- buxo era el alma de las Artes" se propuso reglar su enseñanza. No
pléndida lección de arquitectura desde el edificio proyectado para obstante, dado el fuerte gasto que ello suponía desistió al poco tiem-
su sede por Juan Soler y Faneca (764) y terminado por su hijo po de haberse iniciado las clases. En realidad se trataba ya del
Tomás (798), que muestra la orientación neoclásica de la Escuela, segundo intento pues anteriormente un grupo de patricios zarago-
más allá del lenguaje simplemente despojado y funcional de los Cer- zanos llegaron a formar una Junta Preparatoria como las de Madrid
meño, y de la sobria Escuela de Cirugía de Ventura Rodríguez, y Valencia, aprobada por el rey, abriendo una sencilla Escuela de
superando con mucho en modernidad a los edificios oficiales más Dibujo en la casa del conde de Fuentes en cuyo mantenimiento
representativos de la Barcelona contemporánea como pueda ser la colaboraron igualmente el canónigo don Ramón Pignatelli, el mar-
vecina Aduana de Miguel Roncali. El edificio de la Lonja, que en- qués de Ayerbe y el regente de la Academia don Miguel de Villava.
cierra en su interior el antiguo salón medieval de contratación, Allí se llegó a reunir "lo necesario para acopiar los principios de
estableciendo así un simbólico nexo entre la pujanza de la vida Dibuxo, yesos, utensilios, alumbrado", valiéndose "de los Profesores
comercial barcelonesa del siglo XIV y el renacimiento industrial ex- que entonces había en la ciudad". 51 Pero el mantenimiento resultaba
perimentado en la segunda mitad del siglo XVIII, serviría de apoyo muy costoso y las clases se hubieron de interrumpir. El tercer y
para intentar un ambiente urbano en su entorno de marcado carácter definitivo intento se llevaría a cabo gracias a la generosidad sin
clasicista durante las primeras décadas del siglo XIX. límites de don Juan Martín de Goicoechea y del apoyo institucional
dado por la Sociedad Aragonesa de Amigos del País, que permitió
abrir de nuevo una Escuela de Dibujo (784), cuyos gastos corrieron
4. OTRAS ACADEMIAS Y ESCUELAS DE DIBUJO a cargo de Goicoechea. La actividad de este hombre resulta absolu-
tamente ejemplar por el celo con que organizó la Escuela, buscando
Si bien la Escuela de la Lonja barcelonesa no llegó a ser una y acondicionando un local apropiado, eligiendo "los profesores de
Academia tal y como esta institución se entendía en el siglo XVIII, habilidad y genio para la enseñanza", haciendo traer modelos, esta-
según se ha visto, parecía razonable sin embargo incluirla a conti- tuas y papeles de Roma, Madrid y Barcelona, graduando el estudio
desde los Principios (ojos y manos), para pasar luego a las Cabezas
49 Sobre el gremio de "Mestres de Cases i Molers", vid. M. Arranz Herrero, y Figuras y finalmente al Yeso, sin omitir la sala de Arquitectura.
Los profesionales de la construcción en la Barcelona del siglo XVl11, resumen de
la Tesis Doctoral leída en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad
de Barcelona (1981). 51 Actas de la Real Academia de las Nobles Artes establecida en Zaragoza
50 M. Arranz, "Els enginyers militars en l'arquitectura i l'urbanisme del con el título de San Luis y relación de los premios que distribuyó en 25 de Agosto
s. XVIII", Artilugi (Barcelona), 1982, núm. 14, p. 3. de 1801, Zaragoza, Oficina de Medardo Heras (1801), pp. XXIX-XXX.
FA<;ADE n'UNB MAISON BATIE ENPIERRE ET EN BRIQUE.
acciones -comenta Ponz- no son para dejarse en hombre de mediana instrucción ignora la grande necesidad que se
'"'r''"'''"'''''.52 A los seis años ininterrumpidos de funcionamiento de tiene del dibuxo para la perfección de las Artes, porque todas ellas
EScu<~la, "se experimentó ya una gustosa revolución y mudanza, adquieren mayor o menor explendor y nobleza, a proporción del
y sucedió el gusto fino de las Artes al grosero y caprichoso que antes empleo que se hace del dibuxo para los Artefactos. Todas participan
tenía en los Artefactos". Fue entonces cuando la Sociedad Arago- de cierto grado de honor que las alimenta; pero la Pintura, Escul-
nesa se dirigió al rey solicitando una dotación para mantener la tura, Arquitectura y Grabado, son el término y perfección a que el
Escuela y su conversión en Real Academia. Carlos IV con¡:edió dibuxo puede llegar; y por eso se llaman Nobles Artes por excelen-
una dotación de treinta mil reales anuales (1790) y dos años más cia; y sus Academias, si hemos de hablar con propiedad, son Acade-
tarde, después de elaborados los Estatutos conforme a los de San mias de dibuxo, o Universidades de todas las Artes". 54
Carlos de Valencia y supervisados por la Academia de San Fer- Cada Academia llegó a tener una personalidad propia con inde-
nando, el rey elevó a Real Academia la Escuela de Dibujo de Za- pendencia de que sus Estatutos fueran análogos. Éstos dieron, a nues-
ragoza, que llevaría desde entonces el nombre de San Luis en honor tro juicio, a la de San Luis de Zaragoza el carácter estamental que
al de la reina María Luisa (1792). En todo ello hay que ver el apoyo tenían las de Madrid y Valencia, pero con un mayor acento a juzgar
prestado desde la corte por el conde de Aranda, que ocupaba en- por lo que hoy conocemos a través de sus actas publicadas. El re-
tonces la Secretaría de Estado. ducido grupo de profesores con que siempre contó no llegó a tener
En aquella nueva etapa se instalaron las salas de estudio en el un peso importante en las juntas particulares ni en las ordinarias,
edificio de la Real Sociedad Aragonesa a donde fueron a parar los donde en cambio iba creciendo el número de Académicos de Honor,
modelos, estatuas y demás enseres propiedad de Goicoechea 53 a escogidos entre los "sujetos de la nobleza más condecorada, y más
quien el rey hizo llegar su personal satisfacción por cuanto había distinguidos en el Patriotismo y amor decidido a las Artes, teniendo
hecho. El mismo monarca exigió a la Real Sociedad Aragonesa que cuidado de que sus primeras lecciones, a proposición de su Vice-
en los Estatutos de la nueva Academia tratara "con la distinción Presidente recayesen en los más ilustres insignes Patricios, los Exce-
que merece" a Goicoechea haciéndole intervenir de por vida en su lentísimos Señores Conde de Aranda y Duque de Híjar, Casas las
dirección en calidad de Vicepresidente. Entre sus primeros profeso- más antiguas y nobles de Aragón ... " 55 Así mismo la Academia de
res se contaron los arquitectos Agustín Sanz, Francisco Rocha y San Luis insistía en la importancia del dibujo dentro de la educación
Manuel Inchausti, así como los pintores Alejandro de la Cruz y Bue- de la nobleza, siendo también necesaria "para la carrera de las
naventura de Salesa, este último especialmente recomendado desde Armas y las Letras", dando ejemplo de todo ello los dibujos de
Roma por Azara. De las clases de escultura se hizo cargo Pascual Carlos IV. del Infante don Gabriel y "es notoria la fina educación
Ipas, retrasándose las de grabado hasta que terminara su pensión que se da al Príncipe Nuestro Señor, y demás Personas Reales, ins-
Mariano Latasa que se hallaba estudiando en Madrid con Manuel pirándoles la sabia idea, de que el dibuxo es la llave que abre los
Salvador Carmona. Todos ellos fomentaron la práctica del dibujo mayores tesoros". 56 Leyendo éstas y otras observaciones análogas
con interés poco común, hasta el punto de sostener que "Ningún se llega a tener la tentación de interpretar el fenómeno de la acade-
mia aragonesa como una manifestación estamental sin una demanda
real que hubiere necesidad de atender. En este sentido la Academia
52 A. Ponz, Viaje de España, ed. Aguilar, Madrid, 1947, p. 1.325.
53 En las actas de la primera Junta Particular celebrada por la Academia de
San Luis, el 11 de Abril de 1795, se recoge la relación de las obras donadas por
Goicoechea quien "cedía para la Enseñanza 372 Academias, figuras y cabezas, 54 Vid. nota 51, p. 5.
varios estudios en papel de los más famosos de Roma, y de algunos Pensionistas 55 Vid. nota 51, p. LI.
de San Fernando en la misma; catorce estatuas; cincuenta y dos cabezas; trece 56 Vid. nota 51, p. 6. Más adelante se lee: "Siendo también muchos los Ca-
baxo relieves; quatro fragmentos de piernas y brazos; diez y seis retratos en óva- balleros nobles, Oficiales y Cadetes de Exército, Eclesiásticos, Juristas, y de otras
los; treinta medallitas; dos piernas de niños; y un pie y una mano de la Anato- Profesiones, que acuden a la Enseñanza, deseosos de instruirse en esta parte esen-
mía en yesos ..." cialísima de la buena educación", p. LVI.
CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 51
ml1cl:Jlo del pragmatismo de la Escuela de la Lonja y a pesar de este favor real que se extendió igualmente a otros as-
Es cierto que empresas como el Canal Imperial se be- pectos materiales permitiendo que "se sacasen en yeso los famosos
neficiaron de la existencia de la Academia de San Luis para todo lo modelos de las principales estatuas griegas y romanas que había
referente a mediciones, levantamientos e incluso construcción, pero regalado a S. M. D. Rafael Mengs", la de Sevilla no llegó entonces
esto aparece como un hecho aislado. La propia tolerancia con la a estructurarse como una Academia sino como una Escuela de las
organización gremial evitando choques frontales, ya que no era po- Tres Nobles Artes. Su organización fue sencilla contando con un
sible "remediar de repente los abusos de tantos años", indican una protector, que lo sería Bruna: un director general, que recayó en
actitud menos beligerante y más paternalista que la de las Academias Pedro del Pozo: tres directores: Pedro Miguel Guerrero (arquitec-
de Madrid y Valencia. Ni siquiera el gremio de Albañiles, al que tectura), BIas Molner (escultura) y Juan Espinal (pintura), y tres
tan fuertemente se habían enfrentado las' Academias de San Fernan- tenientes o ayudantes: Lucas Cintara, de arquitectura, Cristóbal Ra-
do y de San Carlos, 57 tuvo dificultad para que continuasen en ejer- mos, de escultura, y Francisco Miguel Ximénez, de pintura, quien
cicio sus individuos sin pasar el examen que prescribían los Reales al propio tiempo actuaba de secretario de la Escuela. Hasta 1802 no
Estatutos de la Academia. No obstante, la falta de un estudio rigu- pudo contar la Escuela con un profesor de grabado, fecha en la que
roso sobre la Academia de San Luis no permite ir más allá de estas se nombró a José Béquer, antiguo alumno y pensionado en Madrid
consideraciones generales. por la escuela sevillana.
Tampoco nos es mejor conocida la génesis de las Academias de En Valladolid, comenta Ponz, "se juntaron algunos caballeros
Sevilla y Valladolid, pese a la antigüedad de la primera y la sólida celosos y otros aficionados a las nobles artes para ver cómo planti-
estructuración de la segunda. Sevilla contaba con el espléndido an- ficar una escuela de dibujo" 59 que, bajo el nombre de la Purísima
tecedente de la academia de Murillo, cuyo esfuerzo quisieron emular Concepción, fue reconocida en 1779 como Academia de Matemá-
un grupo de artistas sevillanos en la segunda mitad del siglo XVIII, ticas y Nobles Artes, si bien necesitaría luego de una confirmación
como lo hicieron el pintor Juan José Uceda, el platero Eugenio real en 1802. 60 Hasta llegar aquí la Escuela-Academia pasó serias
Sánchez y el arquitecto Pedro Miguel Herrero, que organizaron unos dificultades económicas que impidieron la gratuidad de su enseñan-
estudios hacia 1759, de carácter particular, llegando a sumar sus za, "contribuyendo para los gastos -como recoge Ponz- los mis-
discípulos "entre dibujantes, cursantes de matemáticas, modeladores mos concurrentes, a excepción de algunos muchachos pobres y que
de barro y pintores hasta doscientas cincuenta personas". 58 La in- dan señales de aprovechamiento" por quienes contribuían volunta-
tervención ante Carlos III de don Francisco de Bruna y Ahumada. riamente los miembros de Honor y de Mérito que llegaron a reunir
Decano de la Audiencia de Sevilla y Teniente de Alcaide de los anualmente, en los años 1794-1795, en torno a ochocientos reales.
Reales Alcázares, en favor de aquellos estudios, resultó decisiva para Con éstas y otras exiguas cantidades la Academia apenas si podía
su consolidación, ya que de los dos mil reales que en 1771 dio el adquirir yesos (Apolino y Venus de Médici), modelos (primer
monarca a aquella escuela de dibujo, se alcanzó la dotación anual cuaderno de la serie de estampas dibujadas y grabadas por José
de veintisiete mil quinientos reales, cantidad que se acercaba a las López de Enguídanos) y libros (el Vitruvio-Perrault de Castañeda
concedidas a las Academias de Valencia y Zaragoza. No obstante. o parte de la obra de Benito Bails), dejando año tras año inéditas
las Actas por no tener medios para su impresión, según recogen las
juntas particulares y ordinarias. 61
57 A. Igual Úbeda, "Las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando
y San Carlos y el gremio de albañiles", Archivo de Arte Valenciano, 1957, pp. 57
Y ss. Recientemente se ha leído una magnífica Tesis Doctoral en la Escuela de 59 A. Ponz, Viaje de España, ed. Aguilar, Madrid, 1947, p. 984.
Arquitectura de Valencia sobre la actividad de los Maestros de Obras valencia- 60 L. S. Iglesias, Urbanismo y arquitectura de Valladolid (primera mitad del
nos, debida a J. Esteban Chapapría (1983). siglo XIX), Valladolid, 1978, pp. 103-113.' . ,
58 De los Anales eclesiásticos y seculares... de Sevilla, de Justino Matute y 61 J. M. Caamaño, "Datos para la historia de la Real AcademIa de la Pun-
Gaviria (Sevilla, 1775), citado por A. Muro, Apuntes para la historia de la Acade- sima Concepción, de Valladolid (1786-1797)", Boletín del Seminario de Arte y
mia de Bellas Artes de Sevilla, Sevilla, 1961, pp. 5 Y ss. Arqueología de Valladolid, 1963, t. XXIX, pp. 89-151.
CIVIL
ESTUDIO CRÍTICO 53
rnlLlcllas aC:ld(~mlaS y escuelas creadas en estos años cono- económicamente por el Consulado de la ciudad y favorecida al
intermitente y lánguida en sus primeros momentos,
tiempo por el Ayuntamiento burgalés. La iniciativa de su erección
en Santiago de Compostela a expensas de la So-
se debe al marqués de Larca (781), que sería luego viceprotector
Económica de Amigos del País y patrocinada por los Condes
de Ximonde (1784). Algo análogo sucedía con la de Mallorca, que de la misma, llegando a alcanzar la Escuela una mayoría de edad
comenzó impartiendo clases de dibujo O778) a las que seguirían no sólo por su sanción real sino por contar con edificio propio en
las de escultura O 796) Y arquitectura O 797), además de las de ma- el Espolón (786), proyectado por el que sería primer director de la
temáticas, cuyas enseñanzas prácticamente se paralizan entre 1806 Escuela, el pintor y arquitecto aragonés Manuel de Eraso 0742-
y 1808, a pesar de contar con el generoso mecenazgo del cardenal 1813). Eraso consiguió añadir a las clases iniciales la de arquitec-
Despuig. 62 Análogos problemas económicos pondrían fin por un tura civil (1795), contribuyendo con ello a la renovación de la ar-
tiempo a la Escuela Práctica de Dibujo de Segovia fundada en 1778 quitectura burgalesa,65 para las que se sirvió entre otras obras de
a petición del Concejo de la ciudad. Su dotación preveía "cuatro las de Benito Bails.
salas, una para principios en que asistan los aprendices y mucha- Cuando no fueron las Sociedades Económicas ni los Consulados,
chos: otra para la Arquitectura y principios de la Geometría plana, la iniciativa de la creación de las escuelas de dibujo corrió a cargo
y las otras dos para el Dibujo del modelo del yeso para los más de los propios particulares según se vio en el caso de Valladolid,
adelantados", pero en la Escuela, dirigida acertadamente por Anto- pudiéndose extender el ejemplo a otras ciudades como Cádiz, donde
nio Espinosa de los Monteros, no había en 1808 "otra cosa que la gracias al interés del Conde ü'Reilly y de Joaquín Fondesviela,
memoria de haber tenido discípulos, y algunos efectos, dibujos y gobernadores ambos de la plaza, se logró fundar una escuela gra-
modelos que conservaba". 63 tuita de dibujo que, en 1789, parece que llegó a ser Escuela de
Por las mismas vicisitudes pasaron otras tantas escuelas como Nobles Artes. Desde entonces se enseñó en ella dibujo, copia del
las de Salamanca, Granada, Murcia, Bilbao, Vitoria, San Sebastián antiguo, estudio del natural, arquitectura, aritmética y geometría. En
y Vergara, todas a cargo de las correspondientes Sociedades Eco- ocasiones aquellos benefactores pertenecieron al brazo eclesiástico
nómicas que impartían gratuitamente las enseñanzas, "sin que los como lo fue don Antonio de Caballero y Góngora, obispo de Cór-
discípulos tengan que pagar más que el papel y lápiz, los cuales doba, a quien se debe la escuela de esta ciudad (1790), al frente de
también se dan gratis a los pobres: y para su mayor fomento dis- la cual puso al arquitecto Ignacio Tomás,66 al escultor Joaquín
tribuye anualmente nueve premios, a razón de tres para cada una Arali y al pintor Francisco Agustín, a quien el prelado hizo venir
de las clases de figura, adorno y arquitectura". 64 Por no contar con desde Roma costeándole el viaje. Un caso análogo es el del carde-
una sólida financiación, como sucedió con las academias de Madrid, nal y arzobispo de Toledo don Francisco de Lorenzana, quien es-
Barcelona, Valencia o Zaragoza, todas estas escuelas modestas no tableció la "enseñanza de las nobles Artes en el magnífico Real
pudieron subsistir a los cuantiosos gastos de su manutención (pro-
Alcázar" de aquella ciudad, si bien en 1816 la Sociedad Económica
fesores, locales, modelos, libros, etc.), siendo excepcional la estabi-
se haría cargo de ella.
lidad alcanzada por la Escuela de Dibujo de Burgos O 786), apoyada
j
./ :,/
,: ,:'
,':' ¡ .
~{ ... "'v .
>\. ~
\. \,
de Acuña, pero todos fueron en vano. En 24 de noviembre del mismo No desmayó con todo y prosiguió haciendo un compendio de
año, dirigió Bails nueva representación al Señor Príncipe de la Paz, arquitectura que presentó su familia a la Academia, faltándole el
que acababa de suceder a el Señor Conde. Enterado S. E. de ella. prólogo y número de las figuras por no poder concluirle; y al propio
la dio curso, mandó buscar los antecedentes en la Secretaría de tiempo entregó también un diccionario de arquitectura.
Estado, en la de gracia y justicia y en la de la Presidencia. pero en En 18 de abril del 96 padeció un insulto que le puso a las puer-
ninguna los había. Tomó informe del Gobernador del Consejo. tas de la muerte; se dispuso para ella como christiano; no murió,
quien respondió no tenía antecedente alguno y que lo que pedía pero quedó privado de toda razón; sufrió lo que es inexplicable y
Bails que se le oyera era justo. acabó su vida el día 12 de julio del 97, a los 66 años, quatro meses
Preguntó al Inquisidor General si el tribunal tenía algún asunto y diez y siete días."
por concluir con Bails; su respuesta fue que quando éste salió del Este Elogio viene a coincidir sustancialmente con la noticia ne-
Tribunal quedaba todo decidido enteramente. - crológica que publicó la Academia en la Distribución de Premios de
Enterado S. E. de todo se lo hizo presente a S. M. y en 6 de 1799, año en que se recoge también el fallecimiento del escultor
enero del 93 se le envió aviso para que se volviera a su casa, y en Manuel Álvarez. Con este motivo el anónimo autor de ambas necro-
menos de dos meses consiguió lo que había ocho que solicitaba. logías apuntaba que era menester hablar por separado de uno y
Puso en execución su viage luego que sus achaques se lo per- otro director "no sólo por lo que hay entre las Artes y las Ciencias,
mitieron, y llegó a su casa el día 13 de febrero del mismo. Pero sino también por el mérito particular de cada uno". 2 No deja de ser
llegó extenuado. lleno de dolores y tocado de perlesía. Sin embargo. interesante el hecho de que Benito Bails encarnara en este caso a las
con el gran cuidado de su familia. le pareció que podía volver a Ciencias frente al "estatuario" Manuel Álvarez como representante
proseguir sus tareas; pero en esta ocasión trabajaba el deseo, no de las Artes. Creo que no se trata de una simple imagen literaria
las fuerzas por que las había perdido. Continuaba su obra con len- sino que sitúa muy bien a Bails en el medio académico descrito en
titud aunque más a prisa de lo que podía. la primera parte de este trabajo.f De algún modo, y con todos los
El día 9 de septiembre amaneció con el brazo y mano derecha reparos que en las próximas páginas hemos puesto a la Arquitectura
baldado. Este golpe sobre los que acababa de padecer, parece era Civil, la presencia de Bails en la Academia es un ejemplo vivo del
bastante para desmayar el ánimo más fuerte. Pero su espíritu su- soporte científico que todo el movimiento académico pretendió. En
perior a todos los trabajos humanos se conformó con su suerte y se efecto, ya desde 1767 la Academia de San Fernando se planteó la
dedicó a escribir con la mano izquierda. lo que consiguió. necesidad de introducir el estudio de las matemáticas como único
Proseguía sus tareas quando en el mes de febrero del 95 se medio para formar "consumados y verdaderos arquitectos". A tal
trató en la Real Academia de la faIta que hacían unas instituciones efecto se pensó en Benito Bails y Francisco Subirás para impartir la
de geometría práctica para el uso de los discípulos destinados a las enseñanza de las matemáticas, siendo partidario Jorge Juan del pri-
artes; y aunque se propuso sujeto para hacerlas al Duque de Alba mero y Pedro Martín Cermeño de que se nombrara a los dos como
le pareció que no debía mudar de mano viviendo Bails. directores de la clase de Matemáticas.- No obstante, y debiendo au-
Se le insinuó de orden de la Academia y se prestó inmediata- sentarse de Madrid Subirás, el nombramiento definitivo recayó en
mente. las puso en execución y las entregó despachadas el día 7 de Bails, quien empezó "a enseñar las matemáticas el día 2 de octubre
junio del 97 y estuvieron impresas el 4 de octubre del mismo. de 1768 con tanto zelo y vigilancia que en poco tiempo se vieron los
Satisfecha la Academia del anhelo de cumplir que siempre había progresos de los discípulos, así en la aritmética y geometría como en
manifestado este individuo. le señaló dos mil reales de aumento de
sueldo. sobre los diez mil que disfrutaba. No había sido acaso lo 2 Distribución de los premios concedidos por el Rey Nuestro Seííor a los dis-
mejor que escribió este librito. porque los varios insultos que pade- cípulos de las Tres Nobles Artes, hecha por la Real Academia de San Fernando
ció en este tiempo. hicieron que su cabeza padeciera alguna vez. en la Junta Pública de 13 de Julio de 1799, Madrid, Vda. de Ibarra, 1799, p. 26.
Fig-.XLvrr.
N o
Fi$'XI,\'l.
}lig.AUll.
J60
o F
J59
JS8
K·----- -------o
k _ _______.M
D------
lel
blemática general que acompaña el planteamiento inicial de cualquier cos, Santiago Pombo, Tomás de Iriarte y José Clavijo y Fajardo. 13
cuestión, y lo que es muy importante, la versión castellana de los Asimismo, y en relación con la música, tradujo del francés unas
mismos. Pero ello nos lleva indirectamente a un tema verdaderamen- L e90ns de Clavecin et Principes d'Harmonie, 14 obra de carácter didác-
te delicado y es el papel que Bails juega en todo este proceso donde tico debida al alemán .Bemetzrieder, 15 que algún autor ha creído ser
obra original de Bails. 16 Su enciclopédica erudición y curiosidad le
creemos que su protagonismo como autor queda totalmente eclip-
llevó a verter en castellano obras tan singulares como el Tratado de
sado por el de mero traductor. Hay que reconocer, sí, su iniciativa
la conservación de la salud de los pueblos y consideraciones sobre los
en la elección de los textos y el importante papel difusor de su obra,
terremotos, 17 del portugués Antonio Ribeiro Sánchez, cuyo texto
pero observo que en estos escritos matemáticos se repite una situación
cita en algunas ocasiones en su Arquitectura Civil.
análoga a la que luego se verá ampliamente analizada en relación Ante estos abrumadores testimonios, a los que hay que añadir
con la Arquitectura Civil. En efecto, los cursos grande y pequeño de cuanto más adelante se dice sobre su Arquitectura Civil, cabe pre-
Bails no han sido todavía objeto de un estudio minucioso pero sí que guntarse sobre el valor de la obra escrita de Bails más allá de sus
algunas aproximaciones recientes han detectado ya este aspecto dis- meras traducciones.· En este sentido Bails fue autor de una serie de
ciplinadamente mimético de las matemáticas de Bails: "Con respecto obras, modestas pero interesantes, de varia especie como su Aritmé-
al reconocimiento por Bails de los textos copiados, hay que destacar tica para negociantes, 18 Las Instituciones de Geometría práctica para
que, dado que el objetivo de la obra de Bails era servir de texto en uso de los jóvenes artistas, 19 las Pruebas de ser contrario a la práctica
la enseñanza, lo primordial para él fue que la exposición de la doc- de todas las naciones y a la disciplina eclesiástica, y perjudicial a la
trina tuviera la mayor claridad y la forma más completa posible lo salud de los vivos, enterrar a los difuntos en las iglesias y los pobla-
que, lógicamente, le llevó a la reproducción del material que estaba dos, 20 y el utilísimo Diccionario de Arquitectura Civil, 21 del que dio
mejor escrito sobre cada tema". 11 En efecto, Garma ha señalado
cómo la Aritmética y Álgebra de Bails está copiada literalmente del
13 L. M. Enciso, La Gaceta de Madrid y el Mercurio histórico y político, 1756-
Curso de Matemáticas de Bezout, así como el Análisis procede de 1781, Valladolid, 1957, pp. 40-41.
Cramer y del Marqués de L'Hospital, siendo Lagrange quien está 14 B. Bails, Lecciones de Clave y principios de Armonia, Madrid, J. Ibarra,
del siglo XVII al siglo XIX", 1 Congreso de la Sociedad Española de Historia de las la disci;lina e~lesiLÍstica, y perjudicial a la salud de los vivos, enterrar los difuntos
Ciencias, Madrid, 1980, pp. 59-72. en las iglesias y los poblados, Madrid, J. Ibarra, 1785. .
12 Garma, ob. cit., p. 64. Vid. también J. L. Abellán, Historia crítica del pen- 21 B. Bails Diccionario de Arquitectura Civil. Obra póstuma, Madnd, Vda.
samiento Español, vol. III, Madrid, 1981, p. 811, donde el autor sostiene que de Ibarra, 1802. Existe ed. facsímil p~blicada por el Col~gio de Aparejado~es Y
Bails introdujo en España la enseñanza del análisis infinitesimal y de la geometría Arquitectos Técnicos de Asturias, OVledo, 1973, con prologo de E. Rodnguez
analítica. Balbín.
70 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 71
un avance en la primera edición de la Arquitectura Civil de 1783 ceses que significaron el trato con el círculo ilustrado de la Encyclo-
pero que omitió en la edición que ahora prologamos, posiblemente pédie. Debemos a Bédat el conocimiento detallado de este proceso
pensando en la pronta publicación del Diccionario, que se imprimió que aún sigue produciendo vergüenza, entre otras razones por no
a !o~ pocos años d~ su muerte. Finalmente añadamos que Bails pu- conocer a los acusadores ni los auténticos móviles del caso que nos
blIco otro texto matemático en colaboración con Jerónimo de Camp- privaron, como dice Ceán, a "España de un sabio literato, a las
~any c~~, destino a "las escuelas establecidas en los regimientos de academias de la Lengua, de la Historia, de las Ciencias y artes de
I~fantena , lo cual confirma una vez más la fuerte vocación pedagó- Barcelona de un individuo sobresaliente, y a la de San Fernando de
gIca de don Benito. 22 . un maestro que con tanto tino y zelo había sentado los sólidos ci-
En. c~lidad de. a.cadémico, matemático, profesor, autor y traductor mientos para poder aprender la arquitectura". 27
fue aSImIsmo solIcItado en varias ocasiones para redactar informes
~obre determinadas obras que se pretendía publicar. Así, en 1777,
mforma al Consejo sobre una curiosa obra de pronóstico debida a la 2. LA "ARQUITECTURA CIVIL" DE BAILS: ASPECTOS GENERALES
cordobesa Teresa González, que llevaba el siguiente título "El estu-
dio del cielo para el año 1777, arreglado al meridiano de Cádiz. La aspiración de convertirse en un Vitruvio actualizado ha acom-
Pronóstico General" que finalmente no consiguió su aprobación. 2J pañado a toda la tratadística arquitectónica desde los años de Alberti
Por otro lado la inquietud intelectual de Bails queda más que hasta las últimas ediciones de la obra de Reynaud. En el siglo XVIII
probada no sólo por su actividad en la Academia, para donde encar- toda esta literatura teórica alcanzó en Italia, Francia e Inglaterra un
ga libr~s, te~mómetros, cuatro estuches matemáticos completos y desarrollo espectacular, siendo especialmente significativo el caso
otra sene de mstrumentos "modernos",24 sino por el doloroso proce- francés por el eco que tuvo entre nosotros, especialmente a través de
S?,de que fue objeto como una de las últimas victimas de la Inquisi- la Academia y, dentro de ella, Benito Bails encarna un ejemplo
ClOn, ante la cual la principal acusación fue la de poseer libros arquetípico. Sin embargo esta q.euda hacia lo francés se detecta ya
prohibidos. 25 Ante la Suprema de nada le valió ser Director de Ma- mucho antes en obras como los Elementos de toda la Arquitectura
temátic~s de la Real Academia de San Fernando, ni la prudente Civil del P. Rieger (763), traducidos y "aumentados" por el P. Be-
ortodOXIa mantenida en sus escritos, 26 tampoco sus amistades con navente,28 quien en la "Advertencia del traductor" reconoce que
primeros ministros españoles, y mucho menos sus antecedentes fran- "como con dificultad se encuentra Tratado moderno de Architectura
en Español, que toque, y explique por menor las voces y términos
facultativos, partes de los órdenes, molduras, etc ... no me ha pareci-
2.2 B. Bails y J. de Campmany, Tratados de matemáticas para las escuelas esta- do fuera del caso tocar tal qual vez algunas voces Francesas, bien
bleCidas en los regimientos de infanteria Madrid 1772
.
23 R . " .
~cogldo por F. Aguilar Piñal, La prensa española en el siglo XVIII. Dia-
lejos, no obstante, de creer, que no se expliquen con toda propiedad
/'lOS, reVistas y pronósticos, Madrid, 1978, pp. 113-114. en nuestro Español; si sólo, porque el gran comercio de todas clases
24 Quintana, ob. cit., p. 80. de Libros en el idioma Francés, y la aprehensión común, o moda de
25. M. Defourneaux, Inquisición y censura de libros en la España del siglo XVIII
MadrId, 1973, p. 212. ' las gentes, nos han puesto en la precisión de entender, y usar los
26 En este sentido hay en Bails pasajes muy interesantes como el señalado Libros Franceses ... " Viene bien recordar aquí estos Elementos de los
por Garma (ob. cit., p.. 64), tomado del volumen VII del "curso grande", (p. 107) jesuitas Rieger y Benavente porque creo que se pretendió vincularlos
donde al plantear el SIstema del mundo dice: "sólo propondré el mas celebrado
d~ todos, renovado en el siglo xv por Nicolás Copérnico..., cuyo sistema tienen
a la enseñanza de la recién creada Academia de San Fernando. No
dlas ha muchas naciones ilustradas de Europa por el verdadero sistema de la en vano la traducción castellana está dedicada "a la Real Academia
naturaleza. ~ero yo, recel~so de que se me dé en cara con que me está prohibido
s<:!' tan arroJ~do o tan credulo, me contentaré con proponerlo sencillamente, y si
anado despues los argumentos con que se han dejado preocupar a su favor 27 Ceán, ob. cit., p. 300.
algun~s filósofos, es con la mira no más de hacer patente quan fundada va la 28 Ch. Rieger, Elementos de toda la Arquitectura Civil (Trad. del P. Bena-
autOrIdad de los hombres en atajar lo que llama demasías de la razón humana". vente), Madrid, J. Ibarra, 1763.
72 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
ESTUDIO CRÍTICO 73
de las Tres Nobles Artes" por el P. Miguel Benavente, su traductor
y autor, también, de las adiciones que escribió, tras asistir "a la so- trataba de un "parto de un Escritor cuya profesión no es la Arqui-
lemnísima distribución de los Premios, que -la Academia- hizo tectura", si bien se adelanta a cualquier reparo que se le pudiera
en su Junta General de 28 de Agosto de 1760". No obstante, ni estos hacer diciendo que profesar un arte no es lo mismo que conocerlo y
Elementos ni anteriores "arquitecturas civiles", como la muy erudita que "si no pudieran entender las Artes los hombres que las estudian
d~ Tosca 29 o l~ ~ás elemental de Brizguz, 30 las cuales conocieron gran ¿qué sería de la opinión de los Artistas?" Por otra parte Bails reco-
numero de edICIOnes a lo largo del siglo XVIII e incluso comienzos del noce que se ha apoyado en la autoridad de "los Profesores más
XIX, satisfacían los deseos de la Academia de San Fernando la cual acreditados de los diferentes siglos y naciones... de cuyas obras
ambicionaba un curso más completo que de algún modo' pudiera hemos trasladado los preceptos que incluye la nuestra".34 Ahora
parangonarse con los impartidos en París y Roma. Para ello había bien, Bails parece haber ido más allá del simple aprovechamiento de
encar~ad~ a José Castañeda, que acababa de traducir el Compendio las grandes definiciones ya consagradas por la historia y la práctica,
de Vl,truvlO de Perrault en 1761, 31 a Diego de Villanueva y Ventura de tal modo que en este aspecto no cabía esperar originalidades a la
Rodnguez, un curso completo de arquitectura. Muerto Castañeda en hora de abordar los órdenes, los problemas básicos de la estereoto-
176?, cuando estaba trabajando en el curso, 32 y dadas las diferencias mía o simplemente los materiales de construcción. Pero, repetimos,
habIdas entre Diego de Villanueva y Ventura Rodríguez, aquel curso Bails hizo un uso de aquellos "profesores más acreditados" que
no .prosperó nunca. ¿Sería esta la razón por la que la Academia rebasa la mera cita ocasional para convertirse en un largo plagio
urgIó a. B~nito B~ils a publicar la Arquitectura Civil? Algo de esto como se demuestra en las páginas siguientes. Bails abusa de los tex-
p~rec~,m~Icar BaIls cuando en el prólogo de la obra que comentamos tos que tiene entre sus manos para dedicarse a traducirlos, en el
dIce: NInguno de los tomos de esta obra (se refiere a los Elementos modo que más adelante se especifica, y luego unirlos en un largo
de 'Matemática) es tan acreedor a alguna distinción como éste moti- índice falto, sin duda, de una sistemática rigurosa. Sabemos a través
vo, ocasión y pretexto de todos los demás; ninguno tiene ta~ estre- de un precioso texto de Ponz, Secretario que fue de la Academia de
c~o enlace con el instituto de la Academia que los costea todos; San Fernando, de la preocupación por "la escasez de libros en nues-
mnguno hace tanta falta. Ya que no se puede acelerar, se nos ha tro idioma que traten de las nobles artes, y señaladamente de la
reconvenido la publicación del tratado de Astronomía, y otros me- arquitectura, y aún es más sensible ver lo ayunos que están algunos
nores, salga el de Arquitectura, que muchísimos están deseando". 33 que la profesan de lo poco que hay traducido, y el ningún empeño
De modo que alterando el orden de la obra apareció el tomo noveno en dedicarse a una mediana inteligencia de las lenguas -en que
antes que el séptimo y octavo. están escritas las mejores producciones de ella, como son la italiana
Es un hecho que la Academia necesitaba un curso de arquitectura y la francesa ... Cualquier persona que siendo capaz de ello se dedi-
y, para nosotros, Bails se arriesgó a prepararlo consciente de que se case a traducir en nuestra lengua lo mejor que sobre el asunto que
tratamos se han escrito en las extranjeras, sin duda se haría digna
29 T. V. Tosca, Compendio mathemático en que se contienen todas las materias
de aplauso universal y serviría a una nación en línea mucho más
mas principales de las ciencias, que tratan de la cantidad, Valencia, 1707-1715. importante de lo que creerán algunos ... " 35 En este sentido el servicio
El tomo V (1715) es el dedicado a la arquitectura civil. de Bails hubiera sido más honesto si hubiera presentado los textos
30 A. G. Brizguz, Escuela de Arquitectura Civil, Valencia, 1738.
31 C. Perrault, Compendio de los Diez Libros de Vitruvio, escrito en Francés...
no como propios sino como literales traducciones de J. F. Blondel,
traducido. al Castellano por Don Joseph Castañeda, Madrid, Grabriel Ramírez, Frézier, Palladio, Milizia y Patte, principalmente. Igualmente hoy
1761. EXl~te una bella edición facsímil editada en Murcia (1981), y precedida de nos parece que hubiera debido indicar que copió con toda exactitud
un "estudIO introductorio" de J. Bérchez cuya lectura es obligada para entender
el alcance de Vitruvio en el siglo XVlII español.
32 Llaguno-Ceán, Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de España, Madrid,
1829, t. IV, p. 274. 34 Todas estas consideraciones las expone Bails en el Prólogo a la Arquitectura
33 B. Bails, Arquitectura Civil, Madrid, 1783 (2. a ed. 1796), p. l. Civil, pp. I-I1.
35 A. Ponz, Viaje de España, ed. Aguilar, Madrid, 1947, pp. 587-588.
ESTUDIO CRÍTICO 75
74 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
las preciosas láminas que acompañan su Arquitectura Civil y que, ocasiones sucede lo contrario. Sirva como ejemplo de la primera
del mismo modo, están tomadas de obras muy conocidas en Europa situación el tratamiento "De la cal" que aparece con los mismos
y que tarde o temprano acabarían llegando aquí hasta tenerlas la caracteres que los capítulos dedicados a las "Bóvedas" o a la "Car-
propia biblioteca de la Academia. En el fondo Bails hizo bueno pintería", cuando en realidad no es sino uno de los muchos mate-
aquello que Fray Lorenzo de San Nicolás insertó en su Arte y Uso riales citados dentro del capítulo "De la edificación", debiendo
de la Arquitectura, escrito para que "los que desean saber no tengan figurar por lo tanto como simple apartado. Por el contrario, aparece
necesidad más que de mi libro" 36 de tal modo que se presentaba como apartado lo que en realidad es capítulo como puede verse en
como una antología que es a lo que responde en gran medida la la "Distribución de los edificios". Todo ello, repetimos, resta claridad
obra de Bails. Por otra parte sabemos que la utilización del material al abordar el esquema básico de la obra. Piénsese que aspectos tan
gráfico procedente de otras obras fue práctica común, e incluso en importantes como los dedicados a la iglesia o al teatro aparecen en
nuestro país, en el mismo siglo XVIII, tenemos el caso de Palomino el índice como meros apartados del capítulo general dedicado a "La
quien en El Museo Pictórico y Escala Óptica 0715-1724), utilizó escultura", con análogo tratamiento al de las repisas y cornucopias.
descaradamente en sus láminas los grabados de Vesalio, Arfe y El lector puede hacer la sencilla prueba de intentar acotar los con-
Pozzo, según demostró acertadamente Bonet. 37 No obstante el uso y tenidos recogidos por Bails en su índice, en el que ni siquiera hay
abuso de Bails, a nuestro juicio, llega demasiado lejos en este terre- indicación ordinal alguna de los capítulos o partes de la obra. A
no, ya que al hacer una serie de citas puntuales y entrecomillar los nuestro juicio tres son los grandes temas tratados por Bails y que
textos utilizados, da a entender que el resto de la obra es original responden en este orden a lo que en el siglo XVIII se denominaba
cuando ni aquellos ni las láminas pueden ser tenidas como aporta- "distribución, edificación y ornato", dándole a estos términos una
ciones de Bails. generosa amplitud de tal modo que los órdenes, por ejemplo, se
Pero aún hay algo más y es que don Benito ni siquiera llegó a incluyen en la parte dedicada al ornato, como elementos principales
sistematizar todo aquel material que fue acumulado, de tal modo que contribuyen a "la hermosura de las fábricas". A estos tres gran-
que el índice es ya un exponente de la falta de claridad interna que des capítulos se añaden otros aspectos accesorios como los ejemplos
un texto de esta envergadura requiere. Dejando ahora a un lado de arquitectura civil incluidos al final de la obra, en un modo seme-
que buena parte de él se debe a índices ajenos, especialmente como jante a como lo hacen Blondel y Milizia.
luego se verá a Blondel y Milizia de quienes Bails copia títulos y La primera edición de la Arquitectura Civil apareció en 1783 y
apartados sin el menor escrúpulo, entre los epígrafes reales del texto prácticamente no se diferencia en nada de la segunda que ahora
de Bails y los recogidos en el índice hay una apreciable diferencia prologamos, publicada en 1796. Esta segunda dice estar "corregida
tanto por apócope como por error y omisión, de tal modo que aquél por el autor" si bien se trata de simples erratas de imprenta que no
tiene tan sólo un carácter orientativo. Por otra parte, la redacción afectan para nada al texto. Algunos errores de la primera edición se
algo torrencial del texto de Bails carece de las fisuras mínimas para mantienen en la segunda, al tiempo que en éstas se introdujeron nue-
diferenciar los distintos capítulos con sus correspondientes apartados. vas erratas que no aparecían en la primera alterando la colocación ?e
Algo ayuda la utilización de unos caracteres de imprenta más gran- las figuras, como la número 23. De cualquier modo nada sustancial
des para los enunciados de los capítulos, si bien no siempre se corres- excepto la eliminación en la impresión de 1796 del pequeño voca-
ponden con la realidad puesto que en algunos casos un simple bulario de arquitectura que nos ha parecido ú~il reproducirlo al fin.al
apartado aparece como encabezamiento de un capítulo y en otras del presente estudio. Ya se dijo en el antenor c~pítulo q~e. Bails
debía tener muy ultimado su Diccionario de ArqUItectura ClVll, por
36 Fr. Lorenzo de San Nicolás, Segunda Parte del Arte y Uso de la arqui-
lo que pensó que era mejor aligerar el grueso volumen de la Arqui-
tectura, (Madrid, 1664), p. 8. tectura Civil. En la "Declaración de algunos términos" que antecede
37 A. Bonet, "Láminas de 'El Museo Pictórico y Escala Optica' de Palomino", a su vocabulario, Bails hizo una interesante confesión que viene a
Archivo Español de Arte, 1973, núm. 182, pp. 131-144.
~
1-...
~
'Tj
"'N0,
(ji'
-"'
;;;i
0:"
~@'~
..,
O
;¡;
~
":l
~
./~\
ª
.El'
~
./
·~tl<~-->/~
! .~:~"
\:..
\\\ ~- -----,
"
;'
......
_...... .'--.>::,':i-.~.~/ . \ ~
~
')"'--:-:':~<~--'- \\, /
IV -.----\10
'-O ..,
~
fE:
':.~
" -----,------,-">.~
/,{ \
' ....::.:,."
"';'.
/.'
"¿1:\,
...
N'", ~I
-t
c: H
233
2:37
Ji : R.
~5=t"t·,:- ;;j[
",M
235
G'~_~
confirmar cuanto venimos diciendo sobre la dependencia francesa de De entre los autores italianos "modernos" tan sólo. cita y.copia a
su obra: "Lectores habrá que miren con tedio algunas cosas que he Milizia, según puede verse más adelante, y en ~amblO' ~mlte toda
tomado de los Franceses, a quienes estarían muy agradecidos si se referencia a los Elementos de Arquitectur~ Lodolzana pub~l~~dos por
hubiesen hallado en mi lugar, y visto en los apuros que yo ... Si, Memmo, 40 silenciando igualmente los escntos de Algar.ottl,. qu~, en
como puedo probarlo, los Italianos, Ingleses y Alemanes toman de cambio habían interesado a Diego de Villanueva, qUlen lllserto en
los Autores Franceses máximas y términos facultativos, desdeñarme su Col~cción de papeles críticos la traducción casi completa del
yo de seguir la huella de Naciones tan ilustradas ¿sería ignorancia, Saggio sopra l' architettura de Algarotti. 42 Hoy ~os parece q~e u~a
o soberbia?" 38 visión objetiva del panorama crítico de la arqUltectura, debIera m-
Antes de referirnos a este influjo francés más o menos contem- cluir los nombres de Lodoli y Algarotti, sin los cuales queda descom-
poráneo, hay en Bails, como fácilmente era de esperar, todo un sus- ensado el estado de la cuestión. Pero mucho me ~e~o ~ue su
trato vitruviano que se hace presente a través de largas citas, muchas inserción en el tomo de Bails habría suscitado una pol~ml~a mterna
veces incorporadas por Bails a través de Alberti, Palladio y otros en el propio texto que don Benito, a todo trance, busco evlta~.
tratadistas, por 10 que entiendo que se trata de un vitruvianismo Son los tratadistas franceses los que sostienen la ArqUltectura
referencial más que de un Vitruvio asimilado y compartido. En este Civil de Bails, comenzando por el Curso de Arquitectura, ~e Blondel
sentido estimo que existe una gran distancia entre el credo vitruviano Patte, siguiendo por el Tratado de Estereotomía de ~rezler,.y acu-
de Bails y el más auténtico y sentido de Ortiz y Sanz. 39 Las citas de ~iendo a otros autores diversos como el doctor Antome. Petlt a la
los autores del Renacimiento italiano se ciñen a Alberti, Palladio y hora de resolver el diseño del hospital, o bien a Antome J oseph
Scamozzi, silenciándose la línea de Serlio y Vignola que no tienen Loriot para referirse al tipo de argamasa que emp~earon lo~ rom;nos,
sino muy escaso eco en los textos de Bails. De los tratadistas espa- ob'eto de una erudita monografía que ya se habla tradUCIdo a cas-
ñoles no deja de ser curioso el hecho de insertar a Fray Lorenzo de J 1776 43 No podían faltar las obligadas citas a obras como
San Nicolás en un contexto italo-francés, pero a Bails le debía inte- te ll ano en . , d
. des lngenieurs de Belidor,44 L'architecture pratlque ~
resar mantener vivas algunas cuestiones bien definidas en el Arte y L a SClence . ' dRene
·
P lerre B llet 45 la muy antigua Archltecture Harmomque e ,
Uso de la Arquitectura, texto muy bien asimilado a lo largo de los u , M 47 C mus 48 aSI
Ouvrard, 46 los tratados de carpintería de esange y a ,
siglos XVII Y XVIII por los hombres que en distinto grado se dedicaron
a la arquitectura y construcción en nuestro país. Por este conducto
parte de la obra de Fray Lorenzo se convierte en máxima académica, 1 L d r y la teoría arquitectónica en los
40C, Sambri~io, ','El ~bate ~ar ~e I:ea~ IEstéticas, 1974, núm. 125, pp. 67-89.
si bien referida a cuestiones muy elementales en las que se pone de comienzos del raciOnalismo, RevIsta. ño" Revista de Ideas Estéticas, 1973,
41 C, Sambricio, "Sobre AlgarottI y su sue ,
relieve el carácter práctico del tratado del fraile agustino. En efecto,
su autoridad refrenda las características exigibles a determinados núm, 123, pp. ~39-258. "D' o sobre la arquitectura del Conde Algaroti, Ca-
42 D. de VIllanueva, ISCurS h' b I d S M el Rey de Prusia", en
materiales como la arena, yeso, cal, sus correspondientes mezclas, O d del Mérito y C ¡am er ano e . , ,
va11ero d e1 r en , . ' I d I _ partes de la arquitectura, ValenCia,
así como al modo de abrir y macizar zanjas o "levantar las paredes". Colección de Papeles cntlcos so ,re to as a,
Curiosamente Bails cita también a Fray Lorenzo al hablar de las 1766, pp, 99-13?, . " b la argamasa que gastaban los Romanos en
43 A. J. Lonot, DlsertaclOn so re . ' . 1776
armaduras, e incluso esperábamos leer algo referido a la carpintería 'd d'rc'os Madnd Miguel Escnbano, ,
la constru~cion e sus e 1 1 1 p: et de) La science des Ingénieurs dans la conduite
1
44 Behdor (Bemard d e a or, .
de las bóvedas encamonadas, pero nada de ello se refleja en Bails, des travaux de fortification et d'architectur~ civil, Pans, 1729.
ya que éste acude a Blondel y reproduce la armadura de la cúpula 45 P Bullet, L'architecture pratique, Pans, 1691. " la doctrine des
de la Val-de-Grace de París. 46 R, Ouvrard, Architecture Harmonique, .011 AppllcatlOlI de
. d i ' ue ii l'architecture, Pans, 1679.
proportlOlls e a musl q . , h' t' t des bois de toutes es peces avec UII
47 M. Mesange, Traite de c al ~ell ene e
38 B. Bails, Elementos de Matematica, T. IX, Parte 1, que trata de la Arqui- dictiollllaire des terrne~ de l'art: ,pans'l 17f5~. d b' Paris 1782. De este autor
tectura Civil, Madrid, J. lbarra, 1783, p. IX, 48 Camus de Mezlers, Traite de a OIce es ?IS, , a
39 Bérchez, vid. el estudio citado en la nota 31. también cita Bails el Cours de Mathématiques, Pans, 1768 (4. ed,).
ESTUDIO CRÍTICO 81
80 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
el reformismo ilustrado de los Borbones. Sin embargo también en la
como el conocido Essai sur l' architecture de Laugier, 49 libros casi
Arquitectura Hidráulica Bails, como a lo largo de toda su obra,
todos ellos que la Academia de San Fernando fue adquiriendo, posi-
utilizó textos y grabados de autores franceses y entre éstos, de nuevo
blemente a petición del mismo Bails, 50 quien vino a recoger así lo
a Patte y sus Mémoires sur les objets les plus importants de l' Archi-
más sustancial de la doctrina de la arquitectura de "l'age classique". 51
tecture.54 A su vez el texto de Bails sería utilizado más tarde por
El presente volumen de la Arquitectura Civil es en realidad la
Piélago en su Introducción a la Arquitectura Hidráulica, según de-
primera parte del tomo IX, ya que la segunda está dedicada a la
claración del propio autor, de modo que una vez más Bails actuó de
Arquitectura Hidráulica, y no a la arquitectura militar como se ha
"medium" entre los autores franceses y los españoles que como Pié-
escrito muy recientemente. 52 Esta última quedaba en manos de los lago redactó un texto para la Academia Especial de Ingenieros. 55
ingenieros militares y Bails sabía muy bien que aquella era una
Añadamos, para terminar, que la distinción de arquitectura civil
enseñanza muy específica, disciplinadamente reglamentada y que su
en este siglo XVIII no implica, en modo alguno la exclusión de la
presencia en las Academias de Bellas Artes no tenía sentido alguno.
arquitectura religiosa, a la que dedica Bails una atención importante
Por ello sólo menciona en una ocasión a Vauban y muy ligeramente
reproduciendo la catedral ideada por Blondel. Para Bails, siguiendo
a Belidor. En cambio Bails conocía a fondo las deficiencias de la
en esto a Milizia, al propio Blondel y a otros muchos autores, consi-
f?rmación de los arquitectos en el terreno de la arquitectura hidráu-
dera como arquitectura civil "la que enseña cómo se edifica en la
hca, lo que hoy llamaríamos ingeniería civil, y que según hemos visto
tierra", sea o no un edificio de carácter civil. En este sentido la
en la primera parte del presente estudio había sido ya objeto de
Arquitectura Civil de Bails no tiene todavía el matiz laico que la ar-
duras críticas por parte de Betancourt. Ello fue lo que le movió a
quitectura europea cobraría en el siglo XIX, a partir del Romanticis-
tratar la arquitectura "que entiende en obras aquáticas, y se llama
mo, donde la civil surge como opuesta a la arquitectura de carácter
Arquitectura Hidráulica", distinta a su vez de la "Arquitectura N a-
religioso o "Arquitectura Cristiana", según puede verse reflejado en
val, cuyo objeto es fabricar qualesquiera especies de embarcacio-
la propia bibliografía española en la monumental obra de Lampérez.
nes". 53. ,Con ello .Hails no sólo pretende contribuir a la mejor
formaclOn del arqUItecto en el terreno de la ingeniería civil, sino que
representa también una respuesta desde la Academia a la demanda 3. EL "CURSO DE ARQUITECTURA" DE BLONDEL y SU INFLUJO EN
de obras públicas de muy varia especie que puso en funcionamiento
BAILS
particular ya que el propio Milizia hizo otro tanto, sino que Bails o fórmula, alejando las cuestiones vivas y polémicas. pero cruciales
tradujo puntualmente cada uno de estos artículos, aunque abrevian- como es ésta del carácter en la arquitectura.
do mucho el texto original. Citemos tan sólo unos ejemplos exten- De entre los temas que Bails toma de los volúmenes segundo y
sibles al resto de los epígrafes: tercero de Blondel señalaremos como más importante el de la iglesia
catedral, que algunos han tomado también como originalidad de
BLONDEL BAILS Bails, pero que en realidad responde a uno de los "divers exemples
Des Trophées. Trofeos. d'édifices sacrés, de la composition de l'auteur", esto es, de Blondel.
Les trophées servent beaucoup á Los trofeos coadyuvan muchísimo Éste proponía dichos modelos no "comme exemples qui puissent
l'embellisment de la décoration des a engalanar los edificios; hay tro- servir d'autorité mais comme des moyens d'indiquer a nos Eleves
bátiments; il s'enfait d'isolés et en feos esentos, y de baxo relieve. la route qu'ils doivent suivre, lorsqu'il s'agit d'entamer un projet de
bas-relief: cette partie de la Sculp- Todo Artista que quiera usar este cette importance".63 Es decir, se trata de una propuesta para los
ture exige un trés-grande connois- adorno debe tener mucho conoci-
sanee de l'histoire ancienne et mo- miento de la historia antigua y mo- alumnos de Blondel y toda ella se mueve dentro de una clara tra-
derne, sacrée et prophane, et une derna, sagrada y profana, y suma dición francesa y no en vano Blondel cita, entre otros, a Mansart
grande habitude du dessin; elle exi- práctica del dibuxo; mucho gusto y le Mercier. Por ello resulta algo extemporáneo el hecho de que
ge le gout de 1'art et cet esprit de y el tino de la conveniencia, alma Bails recoja un modelo tan complejo como éste en el que parece
convenance, 1'ame de toutes les de todas sus obras ... 62 condensarse cuanto de académico hay en la teoría y práctica de la
productions d'un Artista... 61 arquitectura religiosa del vecino país. Bails reproduce el grabado
de Blondel, con las mismas referencias que le sirven para la des-
No cabe hacer aquí un contraste pormenorizado de las decenas
cripción del templo, silenciando el nombre del autor del proyecto:
de páginas que Bails tradujo del curso de Blondel-Patte, limitándo-
nos a señalar algunos ejemplos de cada uno de los seis tomos de la BLONDEL BAILS
obra, haciendo la advertencia de que Bails va presentando su con-
tenido en un orden muy distinto al de los autores franceses, de tal Notre objet principal dans ce pro- El fin principal del autor de este
jet, a été de disposer le maitre- pensamiento fue colocar el altar
modo que el texto que acabamos de recoger, procedente del tomo autel A tout a 1'extremité de ce mayor A al extremo del edificio,
primero de Blondel, aparece prácticamente al final de la Arquitec- monument, de 1'elever de onze mar- once escalones mas alto que el piso
tura Civil. El orden en que Bails utiliza el Cours d'Architecture es ches sur la nef, de placer sur des de la nave: colocar en cuerpos re-
el siguiente: tomo IV, tomo V, tomo VI, tomo 1, tomo In. tomo n. corps avancés et dans des encein- saltados y en recintos particulares,
sin que ello excluya en ocasiones otras combinaciones. tes particulieres, les chapelles de la capilla de la Virgen B, y la del
la Vierge B, et celle du Saint-Sa- Santísimo Sacramento C; por ma-
En relación con el tomo 1 desearía añadir, porque es muy sin- crement C; en sorte que ces trois nera que estos tres altares estan
tomático de Bails, que don Benito eludió toda mención al capítulo autels se trouvent disposées trian- dispuestos en triángulo ... 65
más importante y original de este volumen, y uno de los textos más gulairement. .. 64
característicos de la arquitectura del Siglo de las Luces. Nos referi-
mos al capítulo IV. el "Análisis del Arte", en el que Blondel hace Lo que también silencia Bails son los alzados. ahora de la cate-
una larga reflexión sobre el carácter de la arquitectura (misteriosa, dral como luego del palacio, de tal manera que "sus" propuestas
simbólica, valiente. terrible, frívola. licenciosa, futil, pobre ... ), que tan sólo recogen las plantas y su distribución, pero no sus fachadas.
nos hubiera gustado ver traducida al castellano. Pero ya hemos dicho ¿Por qué hizo esto Bails? Yo aventuraría que en caso de hacerlo
en varias ocasiones que Bails evita todo lo que no es mera definición
63 Blonde!, ob. cit., t. III, p. 369.
61 Biondel, ob. cit., t. 1, pp. 342-343. 64 Blondel, ob. cit., t. IlI, p. 376.
62 Bails, ob. cit., pp. 803-804. 65 Bails, ob. cit., p. 840.
86 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
ESTUDIO CRÍTICO 87
sus modelos resultarían inapropiados cuando la práctica de la ar- BLONDEL BAILS
quitectura cortesana estaba decididamente inclinada hacia los mo-
delos italianos. Las plantas de Blondel podían tener, en cambio, la Le principal objet de la disposition La buena disposición del interior
intérieure d'un Edifice, est d'ob- de este edificio pide que las cru-
virtud de prestarse a ejercicios académicos y por ello Bails no in- server, que les enfilades les plus es- xías mas esenciales esten unas a
cluyó los grabados de fachadas y alzados interiores, si bien continuó sencielles, s'alliguent les unes avec continuación de otras, de modo
describiendo los caracteres generales que debían observarse en el les autres, de maniere, que, des pie- que desde las piezas de respeto y
exterior de la iglesia. En este punto traduce los epígrafes referentes ces de parade et de celles de socié- de estrado se vea no solo toda la
té, on puisse, non seulement jouir extensión de lo interior del edificio,
a los pórticos, torres, campanarios, fachadas laterales, etc., de las de toute l'érendue de l'intérieur du y de su parte exterior, mas también
iglesias en general, que Blondel había recogido en su segundo tomo. Bfttiment et de ses de hors, mais todo su fondo, conforme lo de-
Reproducimos una de estas recetas sobre los campanarios haciendo aussi de sa profondeur; tel que muestra en la figura las líneas AB,
observar al lector el modo hábil con que Bails enfría la chauvinista l'expriment, dans cette Planche les CD, EF, GR, XV, ST, etc ... 69
lignes AB, CD, EF, GR, VX, ST,
interpretación de la veleta por parte de Blondel: etc... 68
BLONDEL BAILS De los dos tomos que Pierre Patte añadió al curso de Blondel,
Des Clochers. Campanario. Bails tomó igualmente muchos temas, especialmente los referentes
Les Clochers se construisent ordi- Los campanarios se fabrican por a problemas de construcción. Ello puede comprobarse en algunos
nairement en charpente et s'élevent lo común de carpintería, y se plan- artículos como el de la escalera, o el de armaduras de madera, per-
au-dessus des combles des Eglises tan sobre las cubiertas de las Igle- tenecientes a los tomos quinto y sexto, respectivamente, de las adi-
Conventuelles, en quoi montent de sias Conventuales, y en esto se di-
fondo La forme du plan des Clo- ciones de Patte:
ferencian de las torres que suben
chers, est circulaire, quarrée ou a desde el suelo. La planta de todo BLONDEL-PATTE BAILS
pans; ils se couvrent d'ardoise on campanario puede ser quadrada,
de plomb, et se terminent le plus circular, o con boquillas; su cu- Des Escaliers. De las escaleras.
souvent par une croix, au-dessus bierta es de pizarra o plomo, para Dans les Maisons distinguées, dans En los edificios públicos y en los
de laquelle on place un coq, sym- remate se le planta una cruz, y les Rótels et dans les Edifices pu- palacios de los grandes Señores se
bole de la France... 66 encima de esta una veleta ... 67 blics, on construit toujours les Es- labran de cantería las escaleras...
caliers tout en pierre ... Leurs par- Sus partes más esenciales son los
Al conocedor de la arquitectura francesa no se le escaparía nunca ties les plus essentielles sont les peldaños, las zancas, los estribos
i marches, les limons, les appuis et y paramentos por debaxo de los
la organización del "palacio de quatrocientos sesenta y dos pies de les parements au-dessous des mar- escalones ... La caxa de una esca-
fachada" que Bails incluye en su obra, como un singular ejemplo ches ... La cage d'un escalier peut lera puede ser cuadrada, quadri-
derivado de conocidos prototipos franceses. En realidad no es sino etre quarrée, paralellograme, circu- longa, circular, ovalada, o a ma-
la reproducción de la "Distribution intérieure du principal Corps- laire, ovale on eu fer a cheval. .. 70 nera de herradura... 71
de-Logis d'un Palais de soixante toises de face", que Blondel incluye Este fragmento representa una buena muestra de lo que Bails
en el tomo cuarto de su obra, siguiéndole Bails fielmente en su buscaba en obras ajenas, la definición simple de un elemento, la
descripción:
enumeración de sus partes y poco más. En cambio Patte, en el largo
capítulo de las escaleras cita a autores como Blondel, Frézier y
'" -,
,,"".
".
~
'Tj
,..,(1),
N
.. ~.
~-.
a;' <::¿¿ ,_ « .cm¿,
,""
;;,i
\1:),
<:)
"'~~-'-'::,::.~ -----------.
~~.~-
'"'
;¡;. ", ~ ... -~--~~
~
'1:::l
§ -_ ... _---
,.5'
~
s: <:.~~~_ .._~ -...
"to~- -_.,<
....
,
......
......
'E..
<.Jo
00
~.
L
}s ~
260
¡,I: ~ .c
~
t- ...
/z.1··-~··~ -\.
. .\-..
I . . _
a
di
.J' 256
72 Blondel-Patte, ob. cit., t. VI, p. 276. 74 P. Navascués, "Casas y jardines nobles de Madrid", en Jardines clásicos
73 Bails, ob. cit., p. 354.
madrileños, Madrid, 1981, pp. 115-150.
DE LA ARQUITECTURA CIVIL
ESTUDIO CRÍTICO 93
de todo el texto. Aquí había tenido Bails la oportunidad de referirse Mas no sólo es el silencio de sus nombres sino el distinto plan-
a una larga y prestigiosa tradición hispánica que desde la Edad teamiento de la obra 10 que lleva a Bails a buscar en los autores
Media hasta el siglo XVIII no. se había interrumpido. Esta continuidad franceses, y muy en concreto en Frézier, el apoyo para su exposición.
no se refiere sólo a la mera práctica sino que cuenta entre nosotros Por ello, según demostramos a continuación, no resulta explicable
con textos, manuscritos unos y publicados otros, que recogen aquella la pretensión de hacer depender de Vandelvira la obra de Bails 82
práctica profesional, no exenta de secretos y recetas familiares, for- ya que ésta es absolutamente ajena a la que podríamos llamar tra-
mando un interesante corpus doctrinal sobre el arte del corte de dición española. Por el contrario, Bails, fiel al espíritu francés que
piedra que ha llegado hasta nuestros días. La tradición medieval alienta toda su obra eligió un texto clásico dentro de la literatura
recogida por Rodrigo Gil de Hontañón, 75 la versión renacentista del arquitectónica gala como era La Théorie et la pratique de la coupe
arte de cantería debida a hombres como Hernán Ruiz el Joven 76 y des pierres, de Frézier, publicada en 1737-1739. 83 Frézier represen-
muy especialmente a Andrés de Vandelvira, 77 y, finalmente, los es- taba en Francia, junto con J. F. Blondel, al sector más conservador
critos del siglo XVII debidos a Fray Lorenzo de San Nicolás 78 pero de la arquitectura, siendo uno de los defensores más significados de
sobre todo a Juan de Torija,79 nos permitía abrigar la esperanza de la "architecture classique". B4 Sus textos sobre estereotomía gozaron
que Bails entroncara con estos antecedentes propios. Dentro del de gran autoridad en Europa durante los siglos XVIII y XIX, comen-
mismo siglo XVIII recogían cuestiones de montea y cantería tanto zando por los propios discípulos de J. F. Blondel, en Francia, y
Tosca so como García Berruguilla,81 quien declaraba orgulloso en terminando por los alumnos de la Academia de San Fernando y de
su prólogo que ofrecía "doscientos y treinta Cortes de Cantería". la ulterior Escuela de Arquitectura de Madrid, en cuyas bibliotecas
sin embargo ninguna mención de estos y otros autores que, antes se encuentran varias ediciones de su Traité de Stéréotomie. 85
que Bails, escribieron sobre el amplio tema de la estereotomía. La primera mención de Frézier en nuestro medio académico, que
conozco hasta la fecha, se la debemos a Diego de Villanueva, quien
en su Colección de diferentes papeles críticos sobre todas las partes
75 El último trabajo que recoge la bibliografía existente sobre el conocido de arquitectura (766) anunciaba la publicación de la primera y se-
manuscrito de Simón García se debe a S. L. Sanabria, "The Mechanization of
Design in the 16th Century: The Structural Formulae of Rodrigo Gil de Hon-
gunda partes "del discurso de Mr. Frecier sobre la Arquitectura". 86
tañon", Journal of the Society of Architectural Historians, 1982, vol. XLI, núm. 4, Ello no es simplemente anecdótico sino que encierra un valor re-
pp. 281-293.
76 P. Navascués, El Libro de Arquitectura de Hernán Ruiz, el joven, Madrid,
19:4.. Del mi~mo autor "Los tratados prácticos españoles", Comunicación al colo-
qUIo mternaclOnal sobre Tratados de arquiteétura del Renacimiento celebrado en
82 Barbé, ob. cit., p. 6: "Aunque en conocimiento nuestro no se señaló hasta
ahora, es evidente que a partir de Vandelvira se crea una corriente importante
e~, Centro de Estudios Superiores del Renacimiento de Tours, 1981, bajo la direc-
ClOn de A. Chastel y J. Guillaume (en prensa). que tras Fray Lorenzo de San Nicolás y Juan de Torija ... sigue hasta Benito Bails
a fines del siglo XVIII". La autora reconoce más adelante que Bails pudo "renovar
77 G. Barbé, Tratado de arquitectura de Alonso de Vandelvira, Albacete,
1977 (2 vols.). la herencia de Vandelvira" gracias a los trabajos de Dérand, Rue, Frézier y
Rieger (p. 32). Como se puede comprobar en nuestro texto no hubo tal renova-
78 Fr. Lorenzo de San Nicolás, Arte y Uso de la Arquitectura, Madrid, 1633- ción sino una simple traducción de Frézier, cuyas láminas también copió.
1664 (2 vols.).
83 A. F. Frézier, La Théorie et la pratique de la coupe des pierres et des
79 1. de Torija, Breve tratado de todo género de bóvedas así regulares como
bois pour la construction des víites et autres parties des blitiments civils et mili-
irregulares, execución de obrarlas y medirlas con singularidad y modo moderno,
taires, ou Traité de Stéréotomie, a l'usage de l'Architecture, Strasbourg, 1737-1739
observando los preceptos canteriles de los maestros de Architectura, Madrid, 1661.
(3 vols.). La edición manejada por nosotros es la publicada en París, entre 1754
80 T. V. Tosca, Compendio Mathemático... T. V. que comprehende Arqui-
y 1769.
tectura Civil, Montea y Cantería... , Valencia, 1712 (La ed.).
84 F. Fichet, La théorie architecturale a l'age classique, Lieja, 1979, p. 334.
81 J. García Berruguilla, Verdadera práctica de las resoluciones de la Geome-
tría sobre las tres dimensiones para un perfecto architecto..., Madrid, 1747.
85 C. Bédat, "La biblioteca de la Real Academia de San Fernando en 1793",
Academia, 1967, núm. 25, p. 49.
~~iste una edición facsímil, con introducción de S. Garma, editada por la Comi-
86 D. de Villanueva, Colección de diferentes papeles críticos sobre todas las
SlOn de Cultura del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de partes de arquitectura, Valencia, 1766, p. A4. Existe ed. facsímil publicada por
Murcia, Murcia, 1979.
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid, 1979.
94 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 95
ferencial hacia Bails notable, pues mientras que Villanueva se in- D'ou il suit, que si l'on repete en donde inferiremos, que si se traza
sens contraire, la partie de Voute al otro lado de la DE, que supone-
teresó por el debate crítico de la arquitectura que Frézier recogería de la figure 5, dont le triangle DAE mos pasa por S la parte de bóveda
luego en su Dissertation historique et critique sur les ordres d'archi- est la projection, supossant que DE cuya planta es el triángulo DAE,
tecture, ff7 Bails optó en este caso, como en otros que posteriormente passe par S, on aura une voute en saldrá una bóveda en rincón de
veremos, por lo que en Frézier había de receta y fórmula, lejos de are de Cloitre de quatre cótez, dont claustro de quatro lados, cuyos
l'extrados est représenté a la figu- trasdos pintamos aquí en la primer
cualquier planteamiento conceptual y discursivo. Por este camino re 8 en ADae, et si plusieurs bar- figura y la planta en la segunda en
Bails se acerca a cuestiones cerradas, que apenas si permiten debate, ceaux se croisoient de meme el se ADae. Si fuessen muchos los ca-
hasta convertir su libro en un auténtico manual. Ésta es la razón formeroit une Voute eu are de cloi- ñones que se cruzan, se originará
por la que Bails selecciona larguísimos textos de la voluminosa tre de plus de quatre cótez en nom- una bóveda en rincón de claustro
Estereotomía de Frézier, a la que a mi juicio tomó incluso como bre pair. .. 88 de más de quatro lados pares ... 89
Soit le triangle scalene ABD, sur Supongamos que sobre la planta
modelo de edición ya que la forma de intercalar los grabados, las lequel on vent élever une Voute en ABD, que es un triángulo escale-
llamadas marginales a las figuras y otra serie de detalles, además Are de Cloitre. On commencera par no, queramos levantar una bóveda
de reproducir veintiséis de sus planchas, ponen en evidencia esta diviser sus angles, chacun en deux en rincón de claustro. Dividiremos
relación de Bails con Frézier. No sabríamos precisar con exactitud également par les Diagonales AC, desde luego cada uno de sus ángu-
BC, DC, qui se rencontreront en C, los en dos partes iguales con tirar
cuál fue el criterio de Bails a la hora de escoger determinadas solu- ou sera le centre de I'arc Droit CEh, las diagonales AC, BC, DC, que
ciones canteriles, pero sí puede observarse que en la progresiva lequel sera un quart de cercle, ou concurren en C, donde estará el
complejidad de arcos y bóvedas que Bails va presentando al lector, d'Ellipse formé sur une ligne CE, centro del arco recto CEh, el cual
faltan muchos elementos intermedios por lo que dudo de su efecti- perpendiculaire a un des cótez AB será un quadrante de círculo ú elip-
vidad pedagógica. Si se confrontan incluso en paralelo los textos du Polygone, n'importe leque!. .. 90 se sobre una línea CE, perpendicu-
lar a uno de los lados AB del polí-
y láminas de Bails con los de Frézier, vemos con cierta perplejidad gono, sea el que fuere ... 91
que aquél comienza tomando elementos y figuras del primer volu-
men para seguir con soluciones del tercero antes de entrar en cues- No es necesario insistir en que cada una de las figuras tienen
tiones del tomo intermedio, y por lo tanto más elementales. El ca- idéntica traducción y referencia, por lo que resulta ocioso seguir
rácter de mera traducción del texto de Bails creo que queda añadiendo otros testimonios que nada nuevo aportarían. Diremos
suficientemente demostrado con el siguiente fragmento, en el que tan sólo que resulta muy sintomático el hecho de que Bails cite a
puede observarse que la denominación de los puntos y líneas en la Frézier en una sola ocasión y en relación con la iglesia jesuítica de
construcción geométrica -de ésta y otras figuras- coincide entre Nimes, lo cual no deja de producir asombro cuando en realidad su
sí plenamente y, en consecuencia, con una figura que también Bails texto llega a ser un transparente plagio de Frézier.
tomó de Frézier :
ha circunscrito generalmente al plano teórico de la composición de arquitecto. En el fondo se trata de un uso "vignolesco" de Palladio,
los órdenes arquitectónicos, según ya estudié en otro lugar. 92 Allí pero con la paradoja de que en la práctica de la arquitectura es-
indicaba cómo Bails se inscribía en la órbita palladiana de los ór- pañola es más fácil reconocer la aplicación de la Regola delli cinque
denes desdeñando otros aspectos más ricos y personales del arqui- ordini que el aprovechamiento de 1 Quattro Libri.
tecto vicentino, según venía siendo práctica común entre los teóricos Bails cita y se apoya repetidas veces a lo largo de su texto en
españoles de la arquitectura. En efecto, dejando ahora el Palladio Palladio, pero siempre referido al Libro Primero que no duda, una
traducido pero no publicado, como es el caso de Juan Ribero de vez más, en traducir parcialmente con una peculiar técnica de en-
Rada (578) y de otros muchos que abordaron la traducción de trecomillar algunos pasajes, dando a entender que aquello encierra
1 Quattro Libri, las versiones editadas en castellano de la obra es- una cita textual, cuando la realidad es que todo, absolutamente
crita de Palladio no pasaron de los dos primeros libros. Así ocurrió todo, lo concerniente a los órdenes, procede literal y gráficamente
. con la interesante y temprana traducción de Francisco de Praves, de Palladio. Sintetizando la presencia de Palladio en Bails podemos
publicada en Valladolid, en 1625, bajo el título de Libro Primero decir que de una parte éste aprovecha apreciaciones de carácter
de la Arquitectura de Andrea Palladio. Que trata de cinco órdenes general en las que Palladio se encuentra reafirmando el parecer de
para fabricar, y otras advertencias, y volvió a suceder con la mag- Alberti y Vitruvio, y de otro lado sigue fielmente al Palladio nor-
nífica edición traducida y anotada por Ortiz y Sanz (Madrid, 1797), mativo de los órdenes. En el primer caso Palladio forma con Vitru-
aunque en su título se dijera que eran Los Quatro Libros de Arqui- vio y Alberti una tríada incontestable para avalar consideraciones
tectura de Andrea Palladio. Ambas versiones se encuentran entre las generales acerca de técnicas y materiales de construcción tales como
más interesantes que se hicieron en los siglos XVII y XVIII, respectiva- la cimentación de edificios o cualidades de la piedra, ladrillo y cal, 94
mente, 93 la de Praves por ser la primera edición no italiana que se a los que en ocasiones se suma Scamozzi, con el que se apura más
publica en Europa del texto de Palladio, y la de Ortiz y Sanz por si cabe el juicio "clásico" sobre estas materias. 95 Bails sigue igual-
la extraordinaria calidad de la edición salida de la Imprenta Real mente a Palladio en otro,s aspectos tales como la escalera, citando
y su precisa traducción con notas críticas, a las que luego hemos de largos párrafos, puesto que "quanto hay que decir acerca de esta
volver en relación con Bails. parte del edificio lo declara Paladio", no dando entrada a ningún
El nombre y obra de Palladio fue así mismo utilizado como otro autor. % En alguna ocasión, y sin que tenga fácil explicación,
autoridad en otros tratados y escritos de tal modo que es frecuente Bails llega a repetir en dos partes distintas del texto un mismo y
su cita en obras de los siglos XVII y XVIII, como pueda ser el Arte y largo párrafo de Palladio, referente a las fábricas de cantería y su
Uso de la Arquitectura (Madrid, 1633), de Fray Lorenzo de San acabado, 97 lo cual indica que no siempre pudo controlar esta com-
Nicolás. Pero 10 más notable de todo este palladianismo escrito es plicada antología de textos que parece desbordarle en ocasiones,
que siempre se refiere a un mismo y monótono Palladio, al Palladio perdiendo coherencia la línea argumental. Añadamos por último,
de los órdenes arquitectónicos, cuya autoridad lo convierte en un antes de abordar los órdenes, que Bails utiliza esporádicamente a
moderno Vitruvio con la ventaja sobre éste de acompañar a su texto, Palladio a través de un tercero como sucede con la primera figura
sencillo y dogmático, con la demostración gráfica a través de unas del libro 98 que se refiere a los "siete especies de piezas bien propor-
bien moduladas láminas. Ahora es Benito Bails quien vuelve a re- cionadas" según Palladio. 99 En efecto, sin rebasar nunca el Libro
cordarnos a este mismo Palladio, olvidando el contenido de los tres
últimos libros que tan variada y rica información encierran para el 94 B. Bails, Arquitectura Civil, Madrid, 1783, pp. 150, 168, 176, 187-188,
Y 194.
95 Bails, ob. cit., pp. 143 Y 163, entre otras.
92 P. Navascués, "Reflexiones sobre Palladio en España", introducción al Palta- 96 Bails, ob. cit., pp. 70 Y ss.
dio de J. S. Ackerman, Madrid, 1981 (2. a ed.), pp. 7-28. 97 Bails, ob. cit., texto de las pp. 216-217, repetido en las pp. 225-226.
93 L. Puppi, "Bibliografia e Letteratura palladiana", Catálogo delta Mostra 98 Dicha fig. 1 corresponde a la pág. 100.
Paltadiana, Venecia, 1973, pp. 171 Y ss. 99 Bails, ob. cit., p. 96.
IQJi o
l'lYi=ll
<O
~
~
~
1..
"'-
'
11:
,1
I I t1' I
111
1
I
1
11
'1
'1J' I 2/J
---...=-------------=- .¡¡:;v~-
- ------==--
vierte en una mal disimulada crítica que le es absolutamente ajena Ne gli Antichi non si vede Piedes- Quando a este orden se le diese
como luego demostraremos. tilo a quest'ordine, ma si bene ne' pedestal, el dado habrá de ser qua-
La situación del estudio de los órdenes, que ocupa una parte muy moderni: pero volendovelo porre; drado, y tomando de él la medida
importante de la Arquitectura Civil, como era lógico de esperar en sifara che'l Dado sia quadro e da de sus ornatos, con partirle en qua-
lui si pigliera la misura de gli orna- tro partes iguales, se darán dos de
un texto académico que aspira a convertirse en un manual para los mente suoi: perche si dividera in
discípulos de las academias de Bellas Artes, se halla dentro del ca- eBas a la basa con su zócalo, o
quattro parti uguali, e la basa co'l plinto, y una a la cimasia, en la
pítulo tan largo como equívoco "Del Ornato". Éste se presenta en suo zocco sara per due diqueIle; qual debe estar pegado el plinto de
realidad como una tercera parte de la obra, una vez "declarado ya e per una la Cimacia, aIla quale
deve essere attaccato I'orlo deIla la basa de la columna. Este orden
quanto corresponde a la distribución y edificación", e incluye aspec- no tiene basa suya propia; por ma-
tos varios que se nutren por igual de Palladio y Milizia. Interesa basa della colouna. Di questa sorte
piedestili si vedono ancho neIl'arco, nera que en muchos edificios se
ahora abordar el capítulo de los órdenes donde, a pesar de no citar che si dice de Lioni lo ho posto piu ven las columnas sin basas; pero
a Vignola, comienza con la comparación de los cinco órdenes re- maniere di sacome, che si ponno alguna vez se le pone la basa Ati-
produciendo el primer grabado con el que Blondel abre su tomo 1 accomodare al Piedestilo di quest' ca, la qual acrecienta mucha her-
del Curso de Arquitectura, es decir, Bails no acudió a un texto origi- ordine: le quali tutte sone beBe, e mosura, y su medida es esta. La
cavate dagli Antichi, e sono state altura es por la mitad del diámetro
nal sino que su visión de la arquitectura una vez más se encuentra de la columna, y se divide en tres
misurate diligentisimamente. Non
mediatizada por la óptica de los teóricos franceses. 102 ha questo ordine Basa propria: partes iguales; la una se da al plinto
100 Las figuras 1-9 a que se refiere este texto, correspondientes a la p. 100,
reproducen las planchas XXXVII y XXXIX del t. IV del Cours d'Architecture de delineada por Honnet. En la lám. de Hails se incluye un horrísono orden corintio
Blondel, delineadas por Cauchois. añadido por Hails, que contrasta con la calidad del grabado francés aquí reprodu-
101 Hails, ob. cit., p. 630. cido, firmado por Rod. (¿Rodríguez?).
102 Hails, ob. cit., lámina correspondiente a la p. 630, cuya fig. 386 responde 103 Vid. la tabla de equivalencias de las figuras de Hails, incluida al final del
a "Les cinq ordres d'architecture selon Vignole", Blondel, ob. cit., t. 1, pI. 1 presente estudio.
102 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 103
ande in molti edificii si veggono le o zócalo; y las otras dos se dividen Palladio por el procedimiento de Goldmann, sino que conociendo
colonne sanza base, come in Roma en quatro partes ... 105
nel Theatro di Marcello, nel Tem- bien los tratados franceses de arquitectura, tomó del Cours d' Archi-
pio della Pieta vicino a detto Thea- tecture de Fran<;ois Blondel el procedimiento para corregir los de-
tro, net Theatro de Vicenza, e in fectos de las volutas siguiendo "un excellent methode qui a eté
diversi altri luoghi. Ma aleuna vol- produite depuis peu par un Geometre, appellé Mr. Goldmann", 108 y
ta vi si pone la Basa Attica: la cuyo dibujo reprodujo también Jacques-Fran<;ois Blondel, sobrino
quale accresce malta di belleza, e
la sua misura e questa. L'altezza del anterior.
e per la meta del diametro della En otros lugares y refiriéndose Bails a otros aspectos comple-
colonna, e si divide en tre parti mentarios de los órdenes, tales como la combinación de éstos con
uguali: una se da al Plinto o Zoc- los arcos, encuentra defectos en los que "se ha excedido Paladio
ca: l'altre due si dividono in quat-
tro parti. .. 104 más que otro Maestro". 109 Estos reparos al gran arquitecto italiano
proceden de la hipercrítica pluma de Milizia y nunca del propio
Las láminas que ilustran estos textos y las "tablas" de alturas Bails, quien no duda en traducir extensos pasajes de los Principios
y vuelos de cada una de las molduras que corresponden a los cinco de Arquitectura Civil, de los que a continuación ofrecemos unas
órdenes corrobora que todas están arregladas "a las proporciones muestras que no dejan lugar a dudas:
de Palladio", dando las medidas en módulos y minutos, como hace
el arquitecto italiano, y olvidando ahora el sistema francés de toesas MILIZIA BAILS
y el de varas castellano que Bails ha utilizado en otras partes del Palladio ha dato soltanto disegui di Paladio ha dado sólo dibujos de
texto, 10 cual le obliga a introducir unas tablas de equivalencias. 106 archi con piedestalli. L'altezza de' arcos con pedestales. La altura de
Cuando ante tantas pruebas el lector podía estar convencido del 2 1 2 1
palladianismo de Bails, surgen las primeras críticas, algunas de las suoi archi e da 1. - fino a 2.-; sus arcos es de 1 - hasta 2 -,
5 2 5 2
cuales yo mismo estimé en otro tiempo como reparos personales de ed i suoi piedi dritti sano tutti circa Y sus machones son quasi todos de
don Benito. Es el caso del diseño de la voluta jónica de Palladio, al 3 3
que Bails juzga como "algo defectuoso el modo de trazarla", incli- moduli 3. - , eccetto nel Corintio, cerca de 3 - módulos excepto el
nándose por el propuesto por Goldmann que es "mucho más exac- 4 4
to".I07 En efecto, N. Goldmann 0611-1665), autor de varias obras 4 4
dove sano di 4. -. Egli troppa dif- corintio que tiene 4 La dife-
sobre arquitectura civil y militar, había propuesto una construcción 5
5
geométrica para el trazado de la voluta del capitel jónico, añadién- ferenza tra le altezze de suoi archi: rencia que señala entre las alturas
dolo como apéndice a la edición de Vitruvio de J. de Laet (Amster- il suo Dorico e Toscano sano trop- de sus arcos escuadra: su toscano
dam, 1649) y difundiéndose rápidamente en el mismo siglo XVII. po bassi, e il Corintio, ed i1 Com- y dórico son demasiado baxos: el
Pienso ahora que Bails no llegó por su propia cuenta a desechar a pasito troppo alti. 1 suoi piedi-dritti corintio y compuesto, demasiado
relativamente alla luce dell'arco altos. Sus machones son, respecto
sonopiu larghi negli ordini delícati, a la luz del arco, mas anchos en
104 A. Palladio, 1 Quattro Libri dell'Architettura, Venecia, 1570, p. 22. Los che ne'robusti. 1 soui archivolti los ordenes delicados, que en los
párrafos entre corchetes son los omitidos en la traducción de Bails. sano leggieri, e le sue imposte robustos. Sus archivoltas son lige-
105 Bails, ob. cit., p. 633.
1Q6 Bails, ob. cit., p. 100: "Tabla de reducción de la toesa Francesa y sus
partes a la vara Castellana y sus partes"; y pp. 672-673, en las que se establecen
las equivalencias entre varas, pies, pulgadas y líneas castellanas y los módulos 108 F. Blondel, Cours d'Architecture enseigné dans I'Académie Roya/e, Paris,
y minutos del sistema empleado por Palladio. 1698 (2. a ed.), pp. 81 Y ss.
107 Bails, ob. cit., p. 648. 109 Bails, ob. cit., p. 731.
104 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 105
goffe, minute, e mal profilate. 110 ras y sus impostas pesadas, dimi- tamente lo contrario que Milizia al referirse a los "archi con pie-
nutas y mal perfiladas. 111 destalli", a pesar de estar traduciéndolo. Sin embargo, la relación
de Bails con Milizia es mucho más honda y merece dedicarle mayor
Le alette sano porzioni di pie- Las aletas son la parte del ma- atención en relación con otras partes del texto.
dritto di qua e di la della colon- chón que hay de cada lado de la
na, o del pilastrino. La lorogiusta columna o pilastra. Su ancho pen-
largheza dipende dall'intercolon- de del intercolumnio... 6. LA PRESENCIA DE MILIZIA
nio... Vignola, e Palladio non sano Paladio y Viñola han señalado
malta riusciti a proporzionare le mal, a lo menos en sus tratados Aunque no es Milizia el autor más citado, puede que sea, junto
alette, almeno nei loro trattati di de Arquitectura, las proporciones
Architettura. 112 de las aletas. 113 con Blande!, el más manipulado por Bails. No se trata en el caso
de Milizia de apoyaturas circunstanciales, 10 cual hubiera sido muy
Ejemplos como éstos podrían multiplicarse, en los cuales Bails lógico al tratarse de uno de los autores que protagonizan el debate
critica el modelo palladiana que él mismo acaba de proponer incluso arquitectónico en la segunda mitad del siglo XVIII, sino de algo más
a través de los grabados que reproducen la casi totalidad del "Libro importante que afecta incluso a la estructuración de la obra, de tal
Primo". Así, y después de haber dado como válido el sistema de modo que el índice de los Principi di Architettura Civile, de Mili-
proporciones para los órdenes con sus respectivos arcos, Bails cen- zia, 116 acaba reflejándose en el de la Arquitectura Civil de Bails. En
sura la molduración de éstos traduciendo de nuevo a Milizia: este sentido hemos preferido hablar de la presencia de Milizia y no
de su influjo, ya que Bails incorpora sin más, capítulos enteros de
MILIZIA BAILS los Principi di Architettura, dándolos como propios, sin olvidar
... Ma gli archivolti, e le imposti calculadas omisiones según acabamos de ver al hablar de los ór-
Pero las archivoItas, y las impos-
negli archi con piedestalli sano tas en los arcos sin pedestal son denes, ni descartar errores que alteran el sentido final del discurso.
troppo predominanti riguardo alle demasiado sobresalientes respecto Ya se ha comentado anteriormente la falta de estructuración
aItri parti della composizione, e gli a las demás partes de la composi- interna del índice, 10 cual hace difícil desde él la separación por
aItri membri sano piu larghi di ción, y los otros miembros son capítulos de los temas tratados por Bails. No obstante, la corres-
quelli della cornice dell'Ordine: mas anchos que los de la cornisa
difetto, in cui Palladio ha piu ecce- del orden: defecto en el qual se pondencia de sus epígrafes con los de Milizia es en algunos casos
duto. 114 ha excedido Paladio mas que otro abrumadora. Véase, por ejemplo, el capítulo XVII del "Libro
Maestro. 115 Primo" de la primera parte de los Principi de Milizia y su eco en
Bails:
Pero si el lector compara la traducción de este último párrafo
MILIZIA BAILS
observará que Bails ha deslizado un error al mencionar "los arcos
sin pedestal" de Palladio, con 10 cual se encuentra afirmando jus- Cap. XVII. Degli Archi. De los arcos.
1. Loro miglior forma. Forma de los arcos.
11. Applicazione degli Ordenes de los arcos.
11Q F. Milizia, Príncipí dí archítettura civíle, Bassano, 1804 (2. a ed.), t. JI, Ordini agli archi.
pp. 142-143. III. DeIle Alette. Aletas.
111 Bails, ob. cit., pp. 730-731. IV. DeIle imposte. Impostas.
112 Milizia, ob. cit., p. 137. ArchivoItas.
V. Degli ArchivoIti.
113 Bails, ob. cit., p. 727. Si bien es cierto que en este epígrafe sobre las
VI. DeIle Chiavi. Claves.
"Aletas" cita Bails a Milizia, no 10 es menos que nunca dice estar traduciendo
literalmente al tratadista italiano.
114 Milizia, ob. cit., p. 143.
115 Bails, ob. cit., p. 731. 116 F. Milizia, Príncipí dí Archítettura civíle, Finale, 1781.
106 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 107
VII. Pratica degli Archi- Práctica de los Autores. 3.-Cipiace un oggetto compito, 3. o-Dexa pagada la vista un ob-
tetti principali. cioe composto di parti ne super- jeto cabal, que no tenga ni mas
VIII. Considerazioni sugli Del Entablamento. fiue, ne mancanti, e di parti simili ni menos partes de las que le co-
archi. disposte in un ordine distinto. rresponden y, conste de partes
Quindi e bella l'unita... semejantes colocadas con orden
perceptible. Luego es bella la uni-
Naturalmente el contenido de estos epígrafes sigue siendo la tra- dad...
ducción de Milizia, con las observaciones hechas más arriba. De 4.-Ci eccita diletto, ed admira- 4.o-Nos da gusto y dexa admira-
zione un oggetto grande ugualmen- dos todo objeto, grande o peque-
esta primera parte de los Principi Bails no tiene ningún reparo en
te, che un picciolo, qualora le sue- ño, cuyas partes visibles corres-
incluir íntegros los dos últimos capítulos, cruciales en la estética parti visibili sono corrispondente ponden a la grandeza o pequeñez
de Milizia, sobre 10 Bello y el Gusto, así como la conclusión final a alla sua grandezza, o alla sua pic- de todo él: luego es hermosa la
la que llega Milizia y de la que Bails se apropia sin citar ni una ciolezza. Bella e percio la simme- simetría o proporción.
sola vez a su verdadero autor. Esto, que se ha venido repitiendo a tria, o sia la proporzione.
lo largo del presente estudio y que el lector lo encontrará hasta el S.-Il bello, e quel che si chiama S.o-Lo bello y lo bueno se ayu-
final del mismo, hay que hacerlo notar de nuevo ya que llega a poner buono, si prestano scambievoli soc- dan uno a otro. Un albaricoque
corsi. Un albi cocca piace allo nos agrada a la vista por la viveza
en entredicho la honestidad de Bails como autor y traductor. No de sus colores; la fantasía le su-
sguardo per la vivezza de'suoi co-
nos explicamos de otra manera que don Benito haya citado a Milizia lori; l'immaginazioni ne disegna pone al instante un sabor grato,
en otros pasajes, secundarios si se quiere, y que en estas páginas de un sapore grato, e comparisce pi ti y se nos figura entonces mas bello
mayor hondura por el carácter filosófico de su contenido, silencie a bella, si gusta, e si trova piti squi- le probamos, y nos parece mas
Milizia, quien hacía dos años que había publicado su obra en Italia. sita, e piu bella. Dnde l'utiliHl, la hermoso todavía. Síguese de aquÍ
bonta, e il bello s'ajutano per farci que la utilidad, la bondad y la be-
Volvamos una vez más, a confrontar los textos de uno y otro, a fin lleza contribuyen juntas para que
piu spiccare una cosa...
de disipar cualquier duda sobre lo que decimos. Hablando de "lo nos agrade mas algún objeto ...
bello" Milizia hace una exposición irónica sobre qué se entiende 6.-La novita, e la rarita contri- 6. O-La novedad y la extrañeza
por bello y la dificultad de aplicar un patrón único para medir la buiscono ancora a risaltar la be- dan realce a la hermosura, y cau-
belleza, de modo que "bello e quel che piace", o como traduce Bails lleza, e producono l'ammirazione. san admiración. Debe por lo mis-
"10 que nos da gusto". No obstante, y tras una serie de agudas re- Percio l'Architetto, secondo glielo mo el Arquitecto siempre que se
flexiones, Milizia en el deseo de acotar la cuestión, señala unas permetterano le circonstanze, fara lo permitan las circunstancias, es-
"quante meniere" de sentir lo bello, que Bails sigue al pie de la scelta diforme, di partiti, e di or- coger formas y adornos nada tri-
nati non triviali, ragionevoli pero viales, bien que gobernándose
letra : sempre, e non mai capricciosi. siempre por la razón, y nunca ja-
más por el capricho.
MILIZIA BAILS
7.-Quando il bello per la sua ori- 7. o-Quando lo bello por su no-
l.-Un oggetto, chi ci da un sol LO-Un objeto que nos da un gus- ginalita ci colpisce vivamente, e ci vedad nos da mucho golpe, y des-
piacere, e ordinariamente men to solo, es por lo común menos eccita sensazioni quanto gradevoli, pierta en nosotros sensaciones que
bello di quel, che ci da piu pa- bello que el que nos da muchos... alttretanto nuove, distinti, e si forti tanto como de gratas tengan de
ceri... da imprimerci un sentimento di nuevas, distintas y vivas, de modo
2.-Non bisogna pero, che un og- 2. 0 -No por eso es necesario que rispetto, e per conseguenza un in- que su impresión raye en respeto
getto ci moltiplichi i piaceri all'in- un objeto haga en nosotros una cominciamentopli terrore, allora il y admiración, entonces es mas que
finito: il bello non siegue questa infinidad de gratas impresiones no bello divien sublime... 117 bello es sublime... 118
progressione; esso deve darci tanti puede lo bello seguir esta progre-
piaceri, quanto noi possiamo facil- sión, basta haga tantas quantas po-
mente sentirne, e chiaramente com- demos fácilmente distinguir o go- 117 Milizia, ob. cit., T. 1, pp. 279-281 (Ed. de 1804 cit. en la bib1.).
prenderne... zar... 118 Bails, ob. cit., pp. 615-616.
108 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 109
. Para ~o~ocer lo bello, concluye Milizia y traduce Bails, y poder por ejemplo, que Bails hace suyas las conclusiones con las que
Juzgarlo 'brsogna formarsi un, buon gusto", tema al que dedica el Milizia cierra toda la "parte prima" de sus Principi di Architettura,
capítulo final de la primera parte de los Principio Como era de es- si bien omite alguna de ellas sin razón aparente, perdiéndose en
perar, Bails sigue traduciendo este delicado tema sin aportar la más parte el hilo del discurso:
mínima reflexión personal:
MrLIZIA BAILS
MILIZIA BAILS Da quanto finora si e esposto, fa- De todo lo dicho hasta aqui infe-
11 gusto e il discernimento delle Es, pues, el gusto el discernimien- cilmente si puó conchindere: riremos:
bellezze, e de'difetti in tutte le arti. to de las bellezas y defectos de las l.-Che el bello dell'Architettura 1.o-Que lo bello en la Arquitec-
11 suo oggetto non e il necessario, obras del arte. Su objeto no es non dipende ne della grandezza tura no estriba ni en lo grandioso
ne l'utile, ma il bello... 119 ni lo útil, ni lo necesario, sino lo degli edifici, ne dalla sontuosita de los edificios, ni en lo exquisito
bello... 120 de'materiali... de los materiales ...
3.-Che l'Architettura aItro non 2.o-Que la arquitectura no con-
A continuación Milizia enumera los medios para adquirir el ha di variabile, che quello, che la siente otra variedad, sino la que la
natura stessa ha posta di divario misma naturaleza ha puesto en los
"buen gusto" a través del continuo ejercicio de los sentidos sobre ne climi, e ne'bisogni degli no- climas y necesidades de los hom-
los objetos, la reflexión sobre éstos, la serenidad e indiferencia de mini... bres...
ánimo, la especialización artística, la tolerancia y el discernimiento. 4.-Ché le autorita, e gli esempi, 3.o-Que la autoridad y los exem-
Cada una de estas siete reglas va largamente explicada por Milizia di qualunque tempo, e luogo siena plos, sean de quien y de donde
y traducida por Bails. Así se entiende la aparente valentía de juicio non debbono avere alcun vigore, fueren, deben despreciarse, siem-
quando sano contrari aBa bella pre que repugnen con la bella na-
~o.r parte de Bails cuando, por ejemplo, afirmaba que "el eminen- natura, base, e scopo deBa ra- turaleza, fundamento y norte de la
trsrmo Rafael soñó quando se metió a Arquitecto" (Milizia: "L'emi- gione. 121 razón. 122
nentissimo Rafaello dormi, quando valle fare l'Architetto"), o bien
se refiere a "los desvaríos de Maderno" (Milizia: "traviamenti del Igualmente Bails utiliza extensos pasajes de la segunda parte de
Maderno"). Llamaba en efecto la atención la cultura arquitectónica la citada obra de Milizia, donde de nuevo su índice tiene analogías
de Bails manejando los nombres de Bernini y Miguel Ángel, citando y semejanzas con el de Bails en el sentido ya apuntado, y muy
e~ Panteón, hablando de la "fiereza del palacio Farnesio, la elegan- particularmente en la detenida descripción de la distribución del
cra del Capitolio y la simplicidad del palacio Sciarra", mencionando. palacio. Aquí se produce una de las paradojas más sorprendentes,
en fin, la arquitectura gótica "que hoy día desagrada tanto". De por incongruente, de toda la obra de Bails, y es que éste describe
ha~er sido cierto Bails hubiera formado parte del que llamaría grupo con todo detalle la distribución ideal de un palacio a la italiana,
crítico del academicismo español, en la línea de los Diego de Villa- siguiendo naturalmente a Milizia, pero las ilustraciones gráficas están
nueva y José Ortiz y Sanz, pero a la altura del análisis que venimos copiadas de Blondel, donde la disposición general de la planta así
haciendo pienso que todo ello excedía la cultura real de Benito como su organización interna responden por entero a un depuradí-
Bails. Creo en su erudición libresca, en el dominio de las lenguas sima modelo francés. "Per sala s'intende somunemente in Italia
francesa e italiana, en su capacidad de trabajo, pero desconfío de su quella prima camera, dove si trattengono oziosamente le genti di
preparación para enjuiciar la arquitectura. De ahí el apoyo constante livrea" (Milizia, 11, p. 80), lo cual traduce Bails: "Llámase antecá-
en te:ctos ajenos de los que no se atreve a separarse por falta de fuste mara o antesala la pieza donde suele estar la gente de librea ... "
propIO. Ello puede comprobarse en cualquier momento. Piénsese. Veamos dos ejemplos más referidos, dentro de este mismo capítulo,
a las chimeneas y ventanas del susodicho palacio ideal.
119 Milizia, ob. cit., T. 1, pp. 282 Y ss. 121 Milizia, ob. cit., T. 1, pp. 293·294.
120 Bails, ob. cit., pp. 617 Y ss.
122 Bails, ob. cit., pp. 626-627.
'<1<'
)~
..
t\ A.
'B
n~ el!)
](7
\~\
.•..~ .
"."". , ....\~:..::.:::::;:.::::; .... ..,...••.
,.....\ .....,.•.•.•..
M 1
-r-J
1 ~ 1
Ivl
1
,,
1 I
I
i
!
123 Milizia, ob. cit., T. JI, p. 112. arquitectura española de la segunda mitad del siglo XVIII", Revista del Consejo
124 Bails, ob. cit., p. 88. Superior de los Colegios de Arquitectos, 1982, núm. 54, p. 28.
114 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
115
ESTUDIO CRÍTICO
Milizia es anterior a la de don Benito y, segundo, porque sin Milizia
reunieron para dictaminar sobre qué forma arquitectónica era la ~ás
no habría Bails.
conveniente para resolver el complejo programa de un gran hospital.
El interesante testimonio de Tenon, recogido en unas conocidas
7. EL PROTOTIPO HOSPITALARIO DE PETIT Y SU INCLUSIÓN EN LA
Memorias, reconoce que la primera dificultad con que se encontró
"ARQUITECTURA CIVIL" aquella comisión de sabios para poder juzgar la perfección o lo
inadecuado de los modelos hasta entonces conocidos, era la falta de
La publicación de la primera edición de la Arquitectura Civil unos principios referenciales, pues "il n'existe aucun ouvrage sur la
de Bails (783) vino a coincidir en el tiempo con una profunda formation et sur la distribution des hapiteaux".133 Para obviar este
revisión de seculares tipologías arquitectónicas que, por distintas vacío varios miembros de la comisión se desplazaron a distintos
razones, habían quedado obsoletas. Una de ellas era sin duda la del países europeos, aprovechando muy especialmente la experiencia
hospital cuya evolución formal no había seguido el ritmo ascendente inglesa, al tiempo que recopilaron un material aut~nticamen~e ~ota
de la ciencia. El incendio de 1772 del Hatel-Dieu en París fue el ble y que, de conservarse, bien merecería su estudIO y conSigUIente
detonante de un rápido proceso en el que médica, social y arquitec- publicación. Sirva como de muestra lo que Tenon dice sobre que
tónicamente el hospital "antiguo" cedió el paso al hospital "moder- "Su Excelencia M. le Duc d'Hyar, hizo llegar a uno de nosotros una
no". Pocas veces en la historia de la arquitectura hemos tenido la soberbia colección de planos, memorias y obras sobre los Hospitales
oportunidad de asistir tan de cerca y documentadamente al naci- de España". 134
miento de un modelo arquitectónico como este del hospital que nos La comisión de la Academia de Ciencias celebró una serie de
ocupa. En efecto, a raíz del mencionado incendio del hospital pari- reuniones cuyas conclusiones se publicaron en los Anales de la Aca-
siense se hicieron una serie de propuestas que partieron de médicos demia 135 en los que tras hacer una fuerte crítica a la situación d~l
y arquitectos en el intento de conciliar modo, función y lugar. El viejo Hatel-Dieu, estudia los lugares más adecuados para constrUIr
cirujano Petit presentó un hospital de disposición estrellada (774) cuatro nuevos hospitales. No obstante el criterio final fue el de le-
que se situaría al pie de la colina de Belleville, 131 al que seguirían el vantar un único y gran hospital para mil doscientos enfermos, recha-
proyecto de "hapital carré" de Regnier (776), el de Iberti en cruz zando cuantas propuestas habían sido sugeridas hasta entonces y
con cúpula central siguiendo el modelo de Florencia, y, finalmente, exhumando un magnífico proyecto del doctor Le Roy, quien diez
el del arquitecto Poyet (785) que de nuevo volvía al esquema ra- años antes, en 1777, ya había leído en la Academia de Ciencias una
dial. 132 Ante la dificultad y responsabilidad de trasladar y organizar notable disertación sobre el esquema hospitalario, que reunía más
sobre patrones tan diferentes el nuevo Hótel-Dieu, la Academia de condiciones de ventilación e higiene muy superiores a las de los
Ciencias de París nombró una comisión compuesta por Lassone, demás prototipos presentados durante estos años. 136 Se trataba e?
Daubeton, Tenon, Bailly, Lavoissier, Laplace, Coulomb y Darcet, a definitiva del sistema de pabellones aislados, dentro de una orgam-
los que luego se uniría Tillet, que equivale a decir que la Medicina,
la Astronomía, la Física, la Química y las Ciencias Naturales se
133 J. R. Tenon, Mémoires sur les hópiteaux de Paris, París, 1788, p. VIII.
134 Tenon ob. cit., pp. XLIX-L. .
135 "Exa~en d'un projet de l'Hotel-Dieu de Paris et d'une nouvelle constructlon
131 A. Petit, M émoire sur la meilleure maniere de construire un hópital des
d'hópiteaux pour malades", Histoire de I'Acad,ét~ie R~yal~ de;s Sciences. (:'785~:
malades, París, 1774. "Deuxieme rapport des commissaires, chartres hoplteaux , HIstolre ... (1786), TrOl-
132 B. Poyet, De la nécessité de transférer et de reconstruire [,Hótel Dieu avec
sieme rapport des commissaires...", Histoire ... (1786).
un projet de translatioll de ce! hópital, París, 1785. Un buen resumen de todo este
136 Le Roy, "Précis d'un ouvrage sur les h~piteaux dans !e. 9-uel o~ expos.e
proceso puede encontrarse en A. Husson, Etude sur les hópiteaux, París, 1862;
les principes resuItant des ob~ervations ~e. physlque et de n:edlc,IU~,. qu o~ dOl~
y de forma más abreviada en N. Pevsner, Historia de las tipologías arquitectónicas
avoir en vue dans la constructlon de ces edifices; avec un pro)et d hopltal, dlspose
(Barcelona, 1979) y D. Leistikow, Dix siecles d'architecture hospitaliere en Europe
d'apres ces principes", Mémoires de mathemati;zue et physique, tirés des registres
(Ingelhim am Rhein, 1967).
de l'Académie Royale des Sciences (1787), Pans, 1789.
116 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 117
zación axial, que flanquean una gran plaza central presidida por la tal con tan sólo acudir al mencionado proyecto de Antaine Petit, y
iglesia. Hombres y mujeres estarían separados, aislando igualmente ver que se trata del mismísimo dibujo en el que Bails no introduce
a los enfermos contagiosos. Se preveían unos pabellones de cirugía la menor modificación. 141 Que Bails ha tenido en las ma,nos la obra
y otros de servicios comunes, intercalando continuamente zonas ajar- de Petit queda de manifiesto no sólo en los dos grabados que inclu-
dinadas. A este esquema de Le Roy le dio una definición arquitec- yen la planta y una sección del hospital ideado por el médico fran-
tónica y precisa Bernard Poyet, alcanzando una gran difusión en cés, 142 sino también a través del texto donde Bails cita a Petit en
Europa y América. relación con los lugares húmedos y la ubicación del hospital, 143
Entre nosotros podemos medir este influjo gracias a la traducción siguiéndole también, lógicamente, en la breve "explicación de las
que en 1793 hizo el alavés Valentín de Foronda 137 de la disertación figuras pertenecientes a la fábrica de un hospital". 144 El resto del
de Le Roy, pensando que con ello "haría un servicio a la humani- texto procede de Duplanil, Buchan, Sánchez, Le Roy y Pringle, re-
dad", al tiempo que incluye una magnífica lámina con el proyecto sumiendo las teorías de unos y otros sobre higiene y ventilación de
de Poyet "que es la adoptada por la Real Academia de Ciencias de los edificios hospitalarios, todo expuesto de un modo elemental y
París, y por consiguiente la que deben tener a la vista los que quie- atropellado, en el buen deseo de recordar que ante los hospitales
ran edificar un Hospital sano".138 Que esta lámina circuló entre "puede el Arquitecto desentenderse de la hermosura, porque todo
nosotros puede comprobarse viendo alguno de los proyectos de la debe posponerse a la salubridad". 145 Pero hay algo más que puede
Academia de San Fernando, como el que Francisco Vallés presentó, desprenderse de las citas y textos manejados por Bails, y es lo dis-
en 1825, sobre un "Hospital general con destino a Barcelona". 139 Lo perso de los criterios que si bien son coincidentes en la necesidad de
notable de este influjo es que en aquella fecha aún no se había puesto una mayor higiene para el hospital, están lejos' del camino único
en práctica la idea de Le Roy-Poyet ya que el primer hospital francés con que se reconduce el problema hospitalario en Francia una vez
que se ajustó a este patrón fue el de Lariboisiere, a partir de 1839. configurada (1785) la comisión de la Academia de Ciencias de París.
Todo lo apuntado hasta aquí era necesario para poder entender Es más, Bails, con la curiosidad que le caracteriza y honra, así como
el contexto del que sale el hospital que Bails incluye en su Arquitec- con la facilidad con que maneja una bibliografía amplia, consultó
tura Civil, y que debemos adelantar no es, ni mucho menos, una o al menos menciona los volúmenes de 1777 y 1778 de la Historia
concepción original de don Benito, a pesar de lo que afirman, entre de la Sociedad Real de Medicina de París, lo que indica el período
otros, Bonet y Martínez Ripoll. 140 La comprobación resulta elemen-
conduce a hablar de la reforma del teatro, el primero y más reco- de esta corte, con notas de arquitectura", en Obras de ... , Madrid, 1845, t. lII,
pp. 380-474.
mendado de todos los espectáculos; el que ofrece una diversión más 152 G. M. de Jovellanos, "Descripción histórico-artística de la Lonja de Palma
general, más racional, más provechosa, y, por 10 mismo, el más de Mallorca", en Obras de ..., Madrid, 1845, 1. nI, pp. 236-259.
digno de la atención y desvelos del gobierno... el gobierno no debe 153 Jovellanos, ob. dt. en nota núm. 150, p. 140.
Eíf'.F.
" f7.-Ú7. ff.
a
Pt¿Ii'! J'ur t.z L(uyear.
11 '1
W ,:/:
~'
" ""
, .. , / L'
. ,':
F:5' rD. = ==-
-===
\, ==-
!ill i 111 Fi. IX.
¿j\
\
o.;.-k oo
\.
a l
,\
d.-'+/ ¡
'
"
; ,
==:Plmi/dlL~T~e=
11 !ill
/T.. 'e.}( ói ==J'lIu/anr 4r ,orÚtq,~
i !\\ ¡ i :~"' n
= ~ í'Ol'ti¡ket tk.7=
11
= /UúJIM'ti¡lLe/, ' = =
l!iJ
i \.. =/ =
===--='
l!iJ
....._.-.- ... ----~í o~ __ • • •
\~1Il
FYIT. = --Ji
=
,---,~, Tluká-e '~
Fi,
AlJanlcfcpu .E"¡~lk ¿, I 1 1 J ---¡-} -} &':"o'V'
'N' .".~
,'\i'C2::or)h1%"
j ' ~ ,'
~c .~,
Par~ud-
1>
" -\
¡ ,
,
1\ I . l'"y
J'lQ.m.
~ j".",.
:,'
d e
J
e a J
~
oo/
~o
'' ,.
flü7.I. " /e
e if., .-' q
1> o'o.__ o_o.. e
~.@¿~fY/.:?':::;;;:;%
JI
~
!ill
~
~
, \, ~
11
===:al
/ ¡
:
\ ~\~
~":~:;l/~j·---~'\\·;~::-':fi
F~.::::::.~.~:----..-- ..
" ,N
/ "\:~{
F
L ~:Q'"
: ......
, "
que, proyectados en la primera mitad del siglo XVIII por Juvarra y VilIanueva al Corregidor de Madrid sobre reparos en el Teatro de los Caños del
Peral (25-X-1807)", signo 3-107-16.
Sacchetti respectivamente, fueron objeto de ulteriores reformas. Algo 157 P. Hernández, "La creación de la tipología teatral neoclásica: tres pro-
análogo sucedió con el teatro de los Caños del Peral que fue acu- yectos desconocidos", Revista del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos,
1982, núm. 59, pp. 48-58. Este artículo, que contiene errores graves, atribuye un
protagonismo a Bails que en realidad no tiene puesto que ya hemos dicho, y se
demuestra más adelante, que simplemente se limitó a traducir a Patte por lo que
154 JoveIlanos, ob. cit. en nota núm. 150, pp. 139-140. difícilmente puede sostenerse que "Bails va mas allá que Patte y Milizia" (p. 51).
155 Para algunas generalidades sobre el "neoclasicismo contra barroco" en el 158 Un resumen apretado de la cuestión puede hallarse en N. Pevsner, Historia
campo de la arquitectura vid. P. Navascués, "Sobre la arquitectura neoclásica en de las tipologías arquitectónicas, Barcelona, 1979, pp. 88-94.
España", C.A.U., 1982, núm. 77, pp. 51 y ss. Las observaciones sobre churri- 159 M. Mosser y D. Rabreau, "Nature et architecture parlante: Soufflot, de
guerismo y teatro quedan recogidas por R. Andioc, Teatro y sociedad en el Madrid Wailly et Ledoux", en Soufflot et I'Architecture des Lumieres, Paris, 1980, pági-
del siglo XVlIl, Valencia, 1976, pp. 229-235. nas 223-238.
ESTUDIO CRÍTICO 127
126 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
de les distribuer au portour d'une cos alegan algunos que sus dife-
de Besan<;on 0778-1781) de Ledoux. 160 A su vez el Suplemento de la rentes pisos cortan el sonido en lo
Salle en maniere de balcons con-
Encyclopédie publicaba en 1777 diagramas y esquemas proporciona- tinus ... que coge de alto el teatro; es así,
les de teatros, cuyos dibujos se deben a Wailly, y cinco años más La principale objetion qui font particularmente quando el cielo de
tarde aparecía la Salle de spectacle de Bordeaux, de Louis. ceux qui desapprouvent les diffé- los palcos, por ser quadrado mata
rents étages des loges, c'est de dire la voz o la rechaza desordenada-
Todo ello puede explicar la oportunidad del Essai sur l' archi- mente. Pero esto se remedia con
qu'ils divisent le son dans la hau-
tecture théátrale de Patte, en 1782, y la consiguiente traducción de teur d'une Salle, ce qui est vrai hacer volteado su cielo como una
Bails, en 1783, si bien con diferencias notables, pues mientras que la suivant la maniere ordinaire de les porción de esferóide hueco. Siendo
alternativa de Patte se presenta como una respuesta funcionalista, de disposer, et sur-tout quand leur entonces los antepechos de los pal-
acuerdo a los "principes de l'optique et de l'acoustique", frente a la plancher offre come de coutoume cos, sus paredes testeras, y las
une surface plane qui absorbe le vueltas de sus cielos, todos de figu-
geometría simbólica de Wailly o a los esfuerzos arqueológicos de un ra acústica, lejos de perjudicar la
Cochin, Bails se limita a repetir la conclusión de Patte sin asomarse son au fond des loges, ou le renvoi
au hasard: mais quelle difficulté y voz la rechazarán juntas ácia la co-
al preliminar discurso dialéctico. Efectivamente, Patte comienza con auroit-il donc determiner le haut lumna sonora o al medio del tea-
una larga disertación sobre el teatro antiguo, a la que sigue una des loges en voussure, de faGon tro. Si además de estar dispuestos
exposición sobre los autores que se manifestaron sobre el teatro mo- a offrir des especes de courbes los palcos con todas estas circuns-
derno, entre los cuales cita a los mencionados Dumont, Chevalier de spéroldales tout au partout de la tancias, se echare a sus paredes un
Salle? Parce moyen la ceinture des revestido delgado de carpintería,
Chaumont, Cochin y Blondel, además de hacer alguna mención de ensamblado con igual esmero que
balcons, le mur du fond et les
Algarotti. Extraña, sin embargo, el silencio de Milizia que ya había voussures de leur plafond se trou- el arca de un instrumento de mú-
publicado su Discorso sul teatro formale e materiale O7'71) y del que vant liés par des formes accous- sica, á una pulgada de distancia
muy pronto se hicieron numerosas ediciones y traducciones, como tiques, bien loin de préjudicier a por lo menos; como el sonido dará
la versión castellana que corrió a cargo de don José Ortiz y Sanz la voix, la réfiéchiroient coujointe- entonces en un ayre sostenido por
ment vers la colonne sonare ou le todas parte, y en materias sono-
(Madrid 1789). De cualquier modo Benito Bails omite todo lo que ras se mantendrá en su fuerza; y
milieu de la Salle... Que si l'on
estos nombres representan en el plano teórico y en la práctica arqui- hará la mayor impresión posible si
aloute ensuite a cette disposition
tectónica y sin ningún tipo de preámbulo aborda la traducción de des loges, l'attention de revétir tuviere el cuidado de quitar todos
Patte. Traducción que en unos casos es resumida, vaciándola de refe- tous leurs murs d'un lambris de los ángulos viciosos, todos los re-
rencias concretas a determinados edificios, especialmente parisienses, bois mince, assemblé comme le saltos, todos los vanos. 162
siendo en otros una traducción absolutamente literal. Sirva de ejem- corps d'un instrument de musique
plo el pasaje dedicado a "la disposition des Loges" que Bails traduce et d'isoler en outre ce lambris des
dits murs aumoins d'un pouce;
por palcos: alors be son étant soutenu par un
air appuié, se trouveroit aussi favo-
PATTE BAILS risé qu'il puisse l'étre, et comme
Toutes réfiexions faites, il nous pa- El mejor modo de disponer los il recontreroit de toutes parts des
rOlt que la situation la meilleure a palcos es levantar sus diferentes matieres sonores, il ne seroit plus
tous égards, et dont il peut résulter pisos a plomo unos sobre otros, question que d'éviter les angles
le plus de satisfaction, c'est d'éle- sin pilares que tapen la vista, de vicieux, les ressants et les ouver-
ver les différents rangs de loges modo que formen una pila de bal- tures pour en obtenir le plus grand
a-plomb les uns des autres, sans cones ... effet. 161
piliers apparens sur le devant, et Contra esta disposición de los pal-
161 P. Patte, Essai sur l'architectlll'e théatrale, París, 1782, pp. 167-169.
160Sobre estos teatros y su significación arquitectónica vid. la espléndida obra 162 B. Bails, Arquitectura Civil, Madrid, 1783 (2. a ed. 1796), p. 880.
de A. Braham, The architecture o/ the French enlightenment, Londres, 1980.
128 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 129
El cotejo completo de ambos textos no añadiría nada sobre esta junto a la sección del hospital ya comentada con la que nada tiene
traducción apocopada y por 10 tanto empobrecida, ya que Bails que ver. 165
omite las referencias de Patte y el tono discursivo de su escrito. Así Si bien es cierto que es de agradecer a Bails la difusión entre
por ejemplo hay todo un razonamiento previo de gran interés que nosotros de textos y soluciones arquitectónicas de gran modernidad
antecede el párrafo aquí recogido sobre los palcos y que justifica las entonces, como 10 es el Essai de Patte, no podemos por menos de
palabras del comienzo: "Toutes réfiexions faites ... " Tan sólo in- extrañarnos ante la actitud de silenciar las fuentes que sin duda ha-
cluye Bails una nota a pie de página en esta última parte dedicada brían enriquecido aún más su texto, relegándolo a su verdadera
al teatro y también está tomada literalmente de Patte 163 aunque sin función antológica. Lo cierto es que ello ha engañado a más de uno
citarlo. Todo ello induce constantemente al lector a pensar que se de los que se han acercado a Bails, y obliga a replantear la meto-
trata de un texto original, sobre todo cuando en una ocasión 164 cita dología para abordar seriamente el contenido complejo de este tipo
un párrafo que entrecomilla y menciona el nombre de Patte. Sin de obras. Digamos para terminar que Bails se presenta como fiel
embargo 10 cierto es que tanto 10 que antecede como 10 que sigue a seguidor de este modelo francés y nunca italiano a pesar de 10 que
dicho pasaje procede íntegramente de Patte. Los únicos cambios escribe Sambricio sobre que "el único modelo, y quizá el más inte-
operados por Bails se refieren a la nomenclatura empleada para resante de los que Bails expone en España, es el ejemplo del teatro
interpretar términos como théatre, parterre o parquet, décorations de Turín". 166 Dicha conclusión no coincide con la realidad ya que la
théatrales y amphithéatre, entre otros, que él traduce como corral, referencia a Turín de Bails, que como todas procede de las fuentes
patio, mutaciones y primer palco, respectivamente. utilizadas y en este caso también de Patte, se ciñe exclusivamente a
La deuda hacia Patte se hace especialmente evidente al contem- la solución cóncava del techo de la sala del teatro 167 que Patte intro-
plar la última plancha con que Bails finaliza su Arquitectura Civil. duce en su proyecto ideal, de igual modo que utiliza alguna de las
En ella se recogen tres figuras que muestran una planta y las seccio- medidas de la antigua ópera de París entre otras referencias. 168 Pero
nes transversal y longitudinal de la sala de un teatro que no son sino de ahí a entender que es Turín o un modelo italiano el teatro des-
la fiel reproducción de los dibujos que, delineados por Patte y gra- crito y dibujado por Bails hay un abismo, entre otras razones porque
bados por Ransonnette, forman la plancha primera del Essai de la lámina en cuestión de Patte va seguida, en su Essai, de la planta
Patte. Aunque Bails ha eliminado el título de esta plancha, Patte del desaparecido teatro de Turín, 169 de Alfieri, que permite apreciar
llama la atención de que se trata del "Plan d'un Théatre suivant les la posible semejanza y las fuertes diferencias entre uno y otro teatro.
principes de l'Optique et de l'Acoustique", razonando en ellos el Modelo, por tanto, francés y no italiano como cabía esperar de la
diseño elíptico de la sala que es la conclusión de su largo discurso. familiaridad de Bails con la línea Blonde1-Patte que subyace en toda
La construcción de dicha elipse, la superficie del patio, el lugar de su Arquitectura Civil.
la orquesta, el desarrollo del proscenio y escenario, viene dada igual-
mente por Patte si bien Bails la ha reproducido separadamente,
165 Bails ob. cit., p. 878, figs. 428 y 429.
166 Una 'lectura rápida de Bails hace decir a Sambricio q~e "el úni~o modelo,
y quizá el más interesante de los que Bails expone en Espana, es el eJempl~ del
163 Bails, ob. cit., p. 881. En esta cita se habla de los teatros de Viena, Milán, teatro de Turín ... Bails debe, lógicamente, ser empujado a propone: .soluclOn~s
Estocolmo, Venecia, Bolonia, Lion, París, Amsterdam y Zaragoza. Este último es arquitectónicas basadas en el estudio del modelo italiano...". ~c. Sambnc}o, art.. CIt.
la única cita que se hace de un teatro español en el texto de Bails, por lo que en la nota 14, p. 54). Igualmente errónea resulta la afirmaclOn de Martmez RIpoll
no se entiende la afirmación de C. Sambricio cuando dice que Bails da "a conocer cuando dice que el teatro de Bails "está inspirado -sin duda .a~g~,na- en el, del
los diferentes proyectos elaborados para Burgos, Barcelona, Vitoria, Madrid, Zara- arquitecto italiano Piermarini, de 1774, para la Scala de MIlan (A. Martmez
goza, Valencia o Buenos Aires" (c. Sambricio, "Benito Bails y la arquitectura Ripoll, arto cit., p. 15).
española de la segunda mitad del siglo xvm", Revista del Consejo Superior de 167 Bails, ob. cit., p. 883.
los Colegios de Arquitectos, 1982, núm. 54, p. 29). 168 Patte, ob. cit., p. 204.
164 Bails, ob. cit., p. 877. 169 Patte, ob. cit., fig. XV.
130 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
LXXXVI y LXXXVIII. vela quando es en parte orizontal, asiento á otro cuya linea ó contor-
y en parte inclinado. no pasa á manera de zarpa ó roda-
548-1 = Frézier, 1. III, plancha 113. BANCO DE CANTERA. s. m. Lo que coge pie. Entre basa, pedestal y zócalo
562 = Blondel-Patte, t. VI, plancha LXXXXI. de alto la piedra formada, ó quaxa- hay diferencia. La basa y el zócalo
575 = BIondel-Patte, t. VI, plancha LXXXXI. da ya en la cantera. Porque la pie- tienen de comun que una y otro
sirven de asiento á los cuerpos, Y
584 = BIondel-Patte, 1. VI, planchas LXXXXIV y LXXXXV. dra de sillería suele criarse y ha-
134 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 135
cogen mas de ancho que de alto. El CERCHON. s. m. Lo mismo que CAMON. DESENGAUCHAR. v. a. Quitar á una su- FALSA ARMADURA. S. f. La que en una
pedestal sirve para colocar á mayor Especie de par, ó contrapar curvo perficie el gaucho, ó alaveo que armadura quebrantada está encima
altura un cuerpo, y tiene mas de que sirve en las armaduras de las tiene. del quebranto, cuyo cartabon se de-
alto que de ancho. cúpulas, en las cimbras. DINTEL. s. m. La piedra de sillería que termina como el de una armadura
BLANDURA. s. f. Capa blanda que tienen CODALES. s. m. pI. Palos, ó maderos cierra por arriba el telar de una parhilera.
algunas piedras al sacarlas de la que se meten atravesados y apreta- puerta, ó ventana, y va asentada FALSO PENDOLON. s. m. El que está en-
cantera, y es una piedra mal qua- dos entre otros cuerpos, como entre sobre las jambas. Se distingue del tre dos tirantes para fortificar el de
xada, ó una tierra mal petrificada. los tapiales, con los quales se suje- arco adintelado en que este se com- abaxo.
Es de suma importancia quitar á las tan los dos lados de una zanja para pone de muchos sillares á manera FORMA. s. f. Qualquiera de los arcos
piedras esta blandura antes de gas- que no se derrumbe la tierra. de cuñas. desde donde nacen los témpanos de
tarlas. Esto es lo que los Franceses COLA. s. f. Lo que se le da de entrega EGION. s. m. Zoquete, taruguito, ó ca- una bóveda por arista, ó sobre los
llaman bOl/sin, de cuyo término he á un sillar ó sillarejo voladizo, á necillo de madera plantado á caxa quales estriba una cúpula.
buscado en vano mucho tiempo el fin de que el peso de su vuelo no y espiga en los pares de una arma- GAUCHO, CHA. adj. Se aplica á la super-
equivalente. Después de impreso le dexe caer. dura, sobre el qual se aseguran las ficie que no tiene quatro ángulos en
este tratado he sabido que en tierra CONTRAPARES. s. m. pI. Maderos asen- correas. un mismo plano.
de Ciudad Rodrigo se llama corcho. tados atravesados sobre las correas EMBROCHALADO. s. m. El maderamen GAUCHO. s. m. El defecto de una super-
BROCHAL. s. m. Madero que por cada de una armadura en la direccion de compuesto de dos cabios y un bro- ficie gaucha. Lo mismo que ALAVEO.
extremo va ensamblado en un ca- los pares, en los quales se clavan chal, el qual dexa enfrente de una GEMA. S. f. La parte de un madero mal
bio, y con el qual se ensamblan los las tablas de chilla que reciben las pared un hueco para una chimenea, esquadrado donde queda corteza.
maderos de suelo, que de intento se tejas, pizarras ó planchas de plomo ó para el cañón de otra que sube HILERA. s. m. El madero que ocupa la
echan mas cortos que los demas, con que se cubre el edificio: tam- desde un piso inferior. parte mas alta de una armadura.
á fin de que no llegando por una bien se llaman cabrios. Algunas ar- ENGAUCHAR. v. a. Apartar de la ploma- HOGAR. s. m. En las chimeneas de las
parte hasta el muro, quede hueco maduras se encuentran cuyos con- da un cañón de chimenea, letrina, piezas de los quartos, que algunos
correspondiente para una caxa de trapares están atravesados sobre los &c. para que siga una direccion in- llaman chimeneas francesas, es la
chimenea; es por consiguiente el pares sin correas. clinada. losa de sillería, ó marmol que cierra
brochal un madero puesto atravesa- CONTRAPARES DE FALSA ARMADURA. Ma· ENRAYADO. s. m. Maderamen orizontal su suelo y está entre los lienzos.
do delante de un hueco de chime- deros que se clavan en los contra- compuesto de tirantes, quadrales, Mejor hubiera sido llamarla umbral.
nea. Tambien se llama brochal todo pares á alguna distancia de su pie, aguilones, &c. con soleras dobles y LARGUERO. s. m. Madero que sirve de
madero arrimado á un muro, apea- y llegan hasta la linea de la cor- sencillas, cuyo destino es sujetar y jamba de puerta, ó ventana.
do de canecillos, el qual recibe los nisa, sirviendo para aumentar el asegurar los cuchillos y medios cu- LLAVE. s. f. Todo cuerpo á manera de
maderos de suelo. vuelo del alero. chillos de una armadura. cuña, tarugo, ó clavo de hierro ó
CABro. s. m. Madero de suelo mas CONTRESCARPA. s. f. La inclinacion de ENSAMBLADURA. s. f. La union y enlace
madera que sirve para asegurar á
grueso que los demas de la trama- un muro respecto del orizonte, de de tablas y maderos unos con otros. otros. El hierro que se mete en el
modo que forma con él un ángulo ENSAMBLADURA A CEPO. El modo de
da, que cierra de cada lado la caxa ojo de un tirante, el tarugo que se
de una chimenea, sobre el qual se agudo. Quando este ángulo es ob- asegurar muchos maderos agarrán- encaxa entre dos maderos ensam-
levantan sus lienzos, y en él va en- tuso, sin pasar de 135 grados, la dolos con cepos. Véase CEPO. blados, para apretar su ensambladu-
samblado el brochal. inclinación se llama escarpa; si pasa ENSAMBLADURA A DIENTE. Modo de em-
ra, son llaves. La llave asegura los
CAMON. s. m. Madero principal de una de los 135 grados, se llama glacis. palmar dos maderos haciendo en cuerpos metiéndose entre ellos; el
armadura de forma curva; los pares CORREA. s. f. Madero que coge desde los extremos de ambos muescas que pasador atravesándolos; la abrazade-
curvos son camones. un cuchillo de armadura á otro, y figuran dientes ó dentellones y va- ra ó cuchillero, abrazándolos; el ga-
cios que cogen la mitad de su grue-
CARRERA. s. f. La mas gruesa de todas va asegurado en los pares por me- tillo, agarrándolos; la grapa, enca·
so, á fin de que los dientes del uno
las piezas de madera despues de la dio de egiones: en la correa se cla- xándose en ambos.
encaxen en los vacios del otro.
viga, la qual sirve para los mismos van los contrapares. MADERA DE HACHA. S. f. La que se ha
ESPERA. s. f. Escopleadura que empieza
y otros usos que esta. De las vigas COSTILLA DE VACA. s. f. Abrazadera de desvastado y esquadrado con hacha
desde la una orilla de la cara de
se sacan, aserrándolas, las carreras. hierro que se echa á trechos quan- no mas.
un madero sin llegar á la orilla
CEPOS. s. m. pI. Maderos á modo de do se fabrican cañones de chime- MADERA ENTERIZA. La madera de hacha
opuesta.
soleras con muescas, los quales jun- nea de ladrillo para asegurarlos. que no ha sido aserrada.
ESTACA. s. f. Madero con punta arma-
tándolos y asegurándolos con pasa- DESCUBIERTO. s. m. En las tejas que cu- da por lo comun de un azuche, que MADERA ROLLIZA. La que no está mas
dores, abrazan con sus muescas y bren una armadura es la parte que se hinca en tierra, quedando fuera que descortezada, y es redonda.
mantienen sujetos otros maderos dexa descubierta la teja de mas arri- mucha parte de él. En esto se dis- MADERA SERRADIZA. La que se saca de la
plantados verticalmente. ba que la solapa. tingue del pilote que se hinca todo. madera enteriza, aserrándola.
136 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 137
MADERO. s. m. Toda pieza de madera será; por cuyo motiva deberá pre- rezelo de que resulte de aquí con- PESO RELATIVO. s. m. La parte de todo
que no es ni tabla ni tablon. Véase ferirse el que se halla en las orillas fusión, por lo perceptible que es la el peso de un cuerpo, con la qual
BROCHAL, CARRERA, CODAL, PARES, de los ríos, bien que tampoco per- diferencia de ámbos métodos, que carga otro.
RIOSTRA, SOLERA, TORNAPUNTA, ZA- judicará lavarle. También podrá ser- se hace todavía mas patente por el PIE DERECHO. s. m. Madero vertical, que
PATA, &c. vir el pedernal de cantera, pero será modo con que los usamos. sirve para apear otro orizontal, ó
MADERO coxa. s. m. El que tiene el un indispensable lavarle con mucho cui- MUESCA. s. f. Escopleadura que coge de inclinado. El pie derecho suele lle-
extremo entregado en un muro, y el dado. Es circunstancia esencial que parte á parte toda la cara del ma- var zapata.
otro ensamblado con otro madero. el guijo ó cascote esté bien molido, dero en la qual se hace. PIE DERECHO DE GUION. El que en un
MANGUETA. s. f. Madero ensamblado en y pasado por cedazo; se puede guar- NUDILLOS. s. m. pI. Maderos que se tabique va desde abaxo arriba, y
dos ó mas maderos inclinados, para dar en costales como el yeso. echan orizontales, en los quales se guia la direccion de la fábrica.
enlazarlos y asegurarlos. Una capa de esta mezcla de me- clavan puestas atravesadas soleras PIE DERECHO DE LECCION DE PUERTA.
MAYOR. s. m. Sillar que tiene mas para- nos de una linea de grueso (de me- para levantar encima un muro. En los entramados, ó tabiques de
mento que entrega en el muro, y se dia linea francesa) es excelente para ORDENANZA. s. f. Parte de la Arquitec- carpintería es el madero que sirve
pone alternadamente con el menor. hacer azoteas; resiste tanto al agua, tura que enseña como se ha de dar de larguero á una puerta, ó ven-
MENOR. s. m. Sillar que tiene mas entre- que encima de una azotea hecha con á cada miembro de un edificio el tana.
ga que paramento. ella se ha hecho un estanque de buque correspondiente á su destino. PIEDRA. s. f. Cuerpo duro que se cria
MEZCLA. s. f. Mixto que sirve para tra- agua que todo París ha ido á ver, La composicion de un edificio, y dentro de tierra, y sirve para labrar
bar las piedras y ladrillos con que se sin que por debaxo se notase la disposicion de sus partes. Lo mismo las paredes de los edificios.
fabrican las paredes. He dado dife- mas mínima señal de humedad. La que DECORACION. Así como los maderos que se gas-
rentes modos de hacer este mixto, azotea se hace de baldosas comunes, PARED APIÑONADA. s. f. La pared testera tan en las fábricas tienen nombres
que también se llama mortero; pero asentadas con tortada de yeso puro, de un edificio, la qual remata en distintos según sus dimensiones y
despues de impresa mi obra ha lle- el qual será mejor siempre que se punta, y recibe el un extremo de la destinos, seria cosa muy acertada el
gado á mi noticia otra que no puedo mezclare con un poco de ollin de hilera de la armadura. que sucediera lo mismo con la pie-
menos de proponer aquí, por ser de chimenea, y se la dan 9 ó 10 lineas PARED ATIZONADA. La que se labra de dra que se saca de las canteras para
muy particular excelencia. Para ha- de declivio por vara. Al tiempo de sillares tizones, cuyo nombre doy, gastarla labrada con paramentos pIa-
cer esta mezcla se necesita una me- gastar la mezcla, y también des- con Fr. Lorenzo de S. Nicolas, á nos y á esquadra unos con otros.
dida cuya cabida sea de 4 á 6 pul- pués. se la debe resguardar, hasta todo sillar que coge el grueso del Tambien se podrian dar á las pie-
gadas cúbicas; si fuese mayor, será secarse, del sol, de los vientos y la muro. dras nombres con respecto á su ta-
demasiada la porcion de mezcla que lluvia, cubriéndola con esteras; se PARED EN ALA. Contrafuerte que se aña- maño; y para quitar á la division
se hiciere de una vez, y se pondrá seca en poco tiempo. Sobre la capa de en cada lado de la salida ó tron- que he hecho de la piedra en silla-
dura antes de acabarla de gastar. de mezcla se echa otra de heces de co de una chimenea en forma de res, justas, y sillarejos los visos que
A una medida de cal apagada Se aceyte puras, con lo que se seca ala, de manera que se va ensan- acaso tiene de vaga, pondré aquí lo
echa media y tercia de agua, batién- mas pronto, y en tres ó quatro ho- chando á medida que se acerca al que los Franceses practican en este
dolo todo mucho hasta que la cal ras quando hace buen tiempo. Esta tejado. particular, á lo menos en París y sus
esté enteramente desatada, sin go- maniobra se repite cada año, repa- PARES. s. m. pI. Dos riostras que ase- alrededores.
rullo alguno, como lechada. En esta rando primero en la capa de mez- guran, una de cada lado un madero Allí una carretada de piedra de si-
lechada se echan cinco medidas y cla los daños ocasionados del asien- vertical, orizontal ó inclinado y en llería contiene 15 pies cúbicos Fran-
un tercio de guijarro ó cascote de to del suelo ú otros accidentes. un mismo punto. ceses, de 160 libras de peso cada
teja molido, ó un mixto de ambos MODULO. s. m. Medida que rige para PEDESTAL. s. m. Cubo, ó paralelepípe- uno, de modo que la carretada pesa
hecho de tres partes de guijo y dos señalar las dimensiones de todas las do con basa y cornisa, sobre el qual 96 arrobas. Toda piedra que llena
y un tercio de cascote, batiéndolo partes de un edificio, y la propor- se asienta un cuerpo para que esté la carretada se llama Quartier; quan-
mucho con la cal desatada. Se añade cion de todas las del ornato. Por lo á mayor altura. Distínguese de la do la piedra es de tal peso y tama-
por último una medida de polvos de regular sirve de módulo, ó pitipie basa en que esta es mas baxa, y solo ño que dos ó tres componen la ca-
cal viva; y así que estos estén muy el diámetro inferior de la columna, sirve para dar asiento mas ancho á rretada, la llaman Carreau; quando
revueltos é incorporados con lo de- llamado imoescapo, ó cabeza; y esta un cuerpo. son quatro ó cinco las que llenan
mas, se gasta la mezcla. es la práctica de Paladio, á quien PENDOLA. s. f. Qualquiera de los made- la carretada, se llaman Libages; fi-
La cal es preciso sea de la mejor copiamos. Pero otros toman por pi- ros de un faldon de armadura, que nalmente, quando son mas las que
calidad, muy reciente, y lo mas acer- tipie, del mismo modo que Paladio van desde la solera hasta la lima / caben en la carretada, pero tales
tado es apagarla así que sale de la en el orden dórico, la mitad del tesa. que se pueden esquadrar, se llaman
calera. El guijo, quanto mas duro y diámetro, y en varias partes de este PENDOLON. s. m. Madero de armadura Moelon. Al Libage llamo yo Justa
limpio fuere, sin mezcla alguna de tratado hemos seguido de intento su en situacion vertical, que va desde con el traductor de Alberti: al Moe-
tierra, arcilla ó greda, tanto mejor exemplo; no nos queda el menor la hilera á la puente. Ion le llamo Sillarejo.
138 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 139
Los Arquitectos de París distin- SILLAREJO. s. m. La piedra de menor desde el qual va en direccion incli- serradiza que tiene el mismo destino
guen 20 especies de piedra dura por tamaño que se saca de las canteras nada á apear otro también orizon- se llama CARRERA.
sus diferencias: 5 de piedra blanda: con la circunstancia de poderse la- tal. VIGA DE AYRE la que entre sus entradas
10 por sus calidades: 32 por el mo- brar, si se quiere, esquadrándola con TORTA. s. f. Porcion de yeso, ó barro no está apeada de cuerpo alguno.
do de labrarla: 14 por el modo de paramentos planos. amasado que se gasta despues de VIROTILLO. s. m. Madero corto vertical
gastarla; y 12 por sus defectos. En la palabra piedra digo que darle en la mano y con la llana la entre otros dos orizontales, ó entre
Para dar á conocer las canteras, llamo sillarejo lo que los Franceses forma de una torta chata y prolon- uno orizontal y otro inclinado. El
expresan el tamaño que tienen des- llaman moelon; diré, pues, como gada. virotillo jamas lleva zapata.
pues de labrados los sillares que de estos se explican acerca de esta pie- TORTADA. s. f. Capa hecha de tortas. XABALCON. s. m. Madero ensamblado
ellas se sacan, diciendo la piedra de dra. Los Franceses distinguen dos Hay tortada de yeso, de greda, &c. en uno vertical para apear otro ori-
tal cantera tiene de altura de banco castas de moelon; es á saber, el UMBRAL. s. m. Madero asentado sobre zontal, ó inclinado, de modo que
desde 14 á 18 pulgadas, que es el moelon bioqué, ó el blocage, lo mis- las jambas, ó los largueros de un los tres forman un triángulo.
marco mayor, ó lo que ellos llaman mo que acá llamamos piedra de vano. ZAPATA. s. f. Madero orizontal apeado
Hacl! appareil; y de marco menor mampostería, por ser pequeña y de VIGA. s. f. El mas grueso de todos los en medio para fortificar otro que
de 9 á 10 pulgadas de altura de mala figura, de modo que solo pue- maderos enterizos que se gasta en está en la misma dirección encima
banco. de gastarse en fábricas de piedra las fábricas, y recibe las tramadas de él.
perdida con puchada de mezcla y de los suelos. La pieza de madera ZÓCALO. m. s. Véase BASA.
PIEZA DE MADERA. s. m. Qualquier ma-
a rebote de porrillo. Al moelon de
dero. Es voz genérica: la solera, la
la otra especie que yo llamo silla-
carrera, &c. son piezas de madera.
rejo, le llaman moelon d'appareil,
PILOTAGE. s. m. Muchos pilotes hinca-
y le dan diferentes nombres espe- 3. íNDICE DE NOMBRES CITADOS EN LA "ARQUITECTURA CIVIL"
dos en tierra.
cíficos, segun sus lechos, su tamaño,
PILOTE. s. m. Pieza de madera rolliza Alberti: 3, 11, 26, 42, 46, 143, 144, Duplanil: 854, 859, 860, 861.
y el modo de labrarle.
con punta armada de un azuche 150, 162, 167, 168, 175, 176, 177, Faujas: 183.
SOLERA. s. f. Madero asentado de plano
para hincarle todo en tierra. sobre fábrica, con el qual se en- 188, 189, 190, 194, 195, 197, 204, Ferret: 833.
PIQUETE. s. m. Estaca pequeña. 207, 208, 212, 218, 228, 229, 307, Foresto: 830.
samblan otros verticales, orizontales,
POLO. s. m. Qualquiera de los dos pun- ó inclinados. Suele recibir la solera 310. Fosses: 297.
tos de la superficie de todo cuerpo las entradas de los maderos de suelo Alejandro Magno: 830. Franklin: 65.
redondo en donde remata el exe ó ó bovedillas: tambien se da el mis- Amiano Marcelino: 830. Frézier: 389.
recta que atraviesa dicho cuerpo por mo nombre al brochal que tiene el Aristóteles: 830. Galiani: 3, 4, 24, 41, 42, 77, 96, 154,
su centro. mismo destino. Artois, Conde de: 854. 182, 187, 194, 312.
PRIMERAS. s. f. pI. Las primeras hiladas SOPANDA. s. f. Madero orizontal apeado Augusto: 3. Genneté: 271.
de dovelas que hay en una bóveda en ambos extremos con tornapuntas, Bagge de Gothenburgo: 183. Goldman: 648.
encima del almohadon, las quales ó xabalcones para fortificar otro que Bassi: 160. Haguenot: 834.
se pueden mantener por sí solas está en la misma direccion encima Beguillet: 849. Haller: 829.
aunque se quite la cimbra. de él. Belidor: 169, 198, 199, 317. Hanneo: 828.
QUADRAL. s. m. Madero de enrayado de SOTAHILERA. s. f. Madero de armadura Bernini: 6, 29, 46, 622. Huxham: 829.
armadura puesto atravesado entre colocado en la misma direccion de Bertani: 161. Ingen-Housz: 64, 66.
dos maderos de faldon de armadu- la hilera, ensamblado en el extremo Bianchini: 3. José: 849.
ra, que forman ángulo uno con otro. inferior del pendolon. Blondel: 35, 46, 60, 74, 97, 106, 107, Juanelo: 168.
ora sean tirante ó medio tirante, ora TIRANTE. s. m. Madero maestro ó prin- 666, 776, 810, 813, 814, 844. Lafaye: 157, 181, 182, 185.
sean dos soleras. En el quadral va cipal de una armadura, que coge el Bourke: 677. Lancisi: 828, 830.
ensamblado el aguilon. ancho del cuchillo, y en el qual van Buchan: 854, 861. Laugier: 33, 48, 70, 136, 137, 687, 688,
REVERBERO. s. m. Farol que alumbra ensamblados los pies de los pares. Buffon: 320. 809, 816.
reverberando, ó rechazando la luz. TIRAR. v. n. Atraer el ayre. De una Bullet: 188, 194, 195, 264, 265, 354. Le Roi: 859.
RIOSTRA. S. f. Pieza de madera que va chimenea, y mas particularmente de Camus: 308, 312, 317, 320, 324, 381. Lorenzo de San Nicolás: 40, 97, 144,
inclinada desde un madero orizon- una estufa se dice que tira bien, Constantino: 358, 830. 163, 165, 166, 167, 168, 169, 176,
tal para asegurar otro vertical, ó quando entrando en ella con vio- Creolles, Marqués de: 856. 177, 191, 194, 195, 206, 208, 265,
inclinado. Quando dos riostras ase- lencia y por lo regular con ruido Dario: 830. 361, 364, 568, 571.
guran una pieza en un mismo punto, el ayre de la pieza, hace que arda. Delorme: 174. Loriot: 177, 178, 292, 375.
se llaman PARES. TORNAPUNTA. s. f. Pieza de madera en- Denizet: 3. Lucano: 830.
SALMER. s. m. Véase ALMOHADON. samblada en un madero orizontal, Diodoro Sículo: 829. Luis XV: 178.
140 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 141
Mansart: 348. Rafael: 622, 747. Francia: 35, 170, 177, 178, 231, 255, Parma: 359.
Mesange: 313, 338. Beleisle: 572. 304, 308, 312, 313, 568, 830, 833, Peloponeso: 639.
Miguel Angel: 45, 622, 747. Ramazzini: 828, 831. 849, 856, 881. Perú: 20.
Milizia: 6, 7, 10, 23, 24, 29, 30, 74, Raulin: 833. Grecia: 620, 682. Pesaro: 830.
156, 161, 709, 718, 719, 726, 727, Ricciolini : 3. Guyena: 831. Piamonte: 214.
731, 743, 747, 795, 801. San Agustín: 170, 829. Herculano: 802. Polonia: 831.
Navier: 836. Sánchez: 16, 856, 859. Holanda: 18, 23, 186. Puzzol: 182, 183.
Necker: 856. Sangallo (el joven): 45. Holstein: 828. Rensburgo: 828.
Ourard [Ouvrard]: 3. Scamozzi: 38, 39, 42, 46, 77, 96, 143, Hungría: 831. Riom: 831.
Palladio: 13, 28, 29, 55, 71, 93, 96, 162, 164, 182, 193, 195, 669, 692, India: 868. Roma: 3, 5, 30, 46, 76, 157, 158, 159,
143, 144, 150, 153, 156, 161, 163. 718, 731, 732. Inglaterra: 170, 308, 829, 868. 169, 214, 215, 217, 239, 358, 359,
168, 176, 188, 191, 194, 213, 216, Sennerto: 828. Italia: 20, 25, 169, 170, 183, 312. 691, 795, 817, 358, 359, 620, 801,
225, 227, 245, 623, 629, 630, 636, Jamaica: 20. 835, 845.
Serlio: 58.
648, 653, 655, 657, 659, 666, 669, Jonia: 635. Saulieu: 834.
Terencio: 157.
717, 727, 730, 731, 747, 790. Leitoure: 833. Sicilia: 849.
Trajano: 158.
Parent: 317, 539. Londres: 25, 64, 66, 239, 868. Siria: 831.
Tissot: 829. Lyon: 881. Suecia: 18, 183.
Pareo: 828, 830, 831.
Patte: 25, 41, 141, 142, 150, 151, 153, Valle: 158. Madrid: 25, 168, 176, 296, 568. Tauton: 829, 868.
160, 164, 167, 169, 177, 179, 181, Vasari: 161. Marsella: 510. Tolosa (Francia): 576.
194, 195, 200, 224, 230, 231, 239, Vauban: 185. Milán: 160, 161, 881. Toscana: 830.
244, 248, 250, 254, 255, 262, 264, Vignola: 30, 161, 717, 718, 727, 730, Montpellier: 831, 834. Tournai: 186.
265, 278, 279, 290, 292, 354, 877. 747. Murcia: 568. Tracia: 849.
Pelegrini: 160, 161. Vitruvio: 1, 3, 4, 5, 6, 10, 11, 21, 24, Nápoles: 63, 187, 215, 359. Vézelay: 185.
Petit: 857. 40, 41, 42, 46, 48, 55, 77, 96, 150, Nantes: 833. Turín: 214, 883.
Pitot: 539. 154, 155, 156, 157, 158, 159, 162, Nimes: 389. Venecia: 881.
Platón: 18. 163, 164, 168, 169, 170, 172, 173, Oxford: 829, 867. Verona: 214, 216, 226.
Perrault: 46, 722. 176, 182, 187, 188, 194, 209, 243, Países Bajos: 186. Versalles: 573, 836.
Plinio: 42, 157, 158, 170, 182. 260, 312, 339, 613, 614, 636, 666, París: 41, 46, 100, 828, 250, 279, 296, Viena: 881.
Pompeyo: 830. 669, 683, 685, 689, 691, 695, 697, 305, 312, 360, 375, 539, 833, 834, Vivares: 183.
Priestley: 64, 65, 66. 698, 700, 704, 718, 719, 772, 793. 881, 860, 856. Zaragoza: 881.
Pringley: 66, 829, 860, 867, 868. Wolfio: 830.
Proteo: 747. Zimmermann: 867, 868.
5. BIBLIOGRAFÍA
4. íNDICE GEOGRÁFICO (Actas), Actas de la Real Academia de las Nobles Artes establecida en Zaragoza
con el título de San Luis y relación de los premios que distribuyó en 25 de
Alemania: 186, 308. Cartago: 849. Agosto de 1801, Zaragoza, 1801.
Ambert: 831. Castilviejo: 216, 226. Aguilar Piñal, F., La prensa española en el siglo XVll1. Diarios, revistas y pronós-
Amsterdam: 881. Cerdeña: 849. ticos, Madrid, 1978.
Andalucía: 568. Corintio: 639. A1dana, S., Pintores valencianos de flores (1766-1866), Valencia, 1970.
Aragón: 168, 568. Andioc, R., Teatro y sociedad en el Madrid del siglo XV111, Valencia, 1976.
Durazzo: 830.
Arranz Herrero, M., Los profesionales de la construcción en la Barcelona del
Arbelas: 830. Chile: 19.
siglo XVll1 (resumen de la Tesis Doctoral), Barcelona, Facultad de Geografía
Armagnac: 833. Efeso: 5, 147.
e Historia, 1981.
Asia: 831. Egipto: 620, 830, 849. Arranz Herrero, M., "Els enginyers militars en l'arquitectura i l'urbanisme del
Austria: 831. España: 170, 568, 851. s. XVIII", Artilugi, 1982, núm. 14, pp. 3 Y ss.
Auvernia: 831. Estocolmo: 881. Bails, B. y Campmany, J. de, Tratados de matemáticas para las escuelas estableci-
Babilonia: 196. Etiopia: 829. das en los Regimientos de Infantería, Madrid, 1772.
Bagdad: 158. Etruria: 620. (Bails, B.), Lecciones de Clave y principios de Armonía, Madrid, 1775.
Bolonia: 25, 881. Europa: 170, 183, 620, 829. Bails, B., Principios de matemáticas, donde se enseña la especulativa, con su apli-
Borgoña: 185, 834. Flandes: 185. cación a la Dinámica, Hidrodinámica, Optica, Astronomia, Geografía, Gnomó-
Bretaña: 18, 833. Florencia: 828, 881. nica, Arquitectura, Perspectiva y al Calendario, Madrid, 1776 (3 vols.).
142 DE LA ARQUITECTURA CIVIL ESTUDIO CRÍTICO 143
Bails, B., Elementos de Matemática, Madrid, 1779-1787 (10 tomos en 11 vols.). Caamaño, J. M., "Datos para la historia de la Real Academia de la Purísima
- - - , Pruebas de ser contrario á la práctica de todas las naciones, y á la dis- Concepción, de Valladolid (1786-1797)", Boletín del Seminario de Arte y Ar-
ciplina eclesiástica, y perjudicial a la salud de los vivos enterrar los difunto.\" queología de Valladolid, 1963, t. XXIX, pp. 89-151.
en las iglesias y los poblados. Madrid, Imp. de Joaquin Ibarra, 1785. Campmany, Vid. Bails y Campmany.
- - - , A ritmética para negociantes, Madrid, 1790. Camus de Meziers, Cozas de Mathématiques, Paris, 1768 (4. a ed.).
- - - , Instituciones de geometría práctica para uso de los jóvenes artistas, Ma- - - - , Traité de la force des bois, Paris, 1782.
drid, 1795.
Cantarellas, C., La arquitectura mallorquina desde la Ilustración a la Restaura-
- - - , Diccionario de Arquitectura Civil. Obra póstuma, Madrid, 1802 (existe
ción, Palma de Mallorca, 1981.
ed. facsímil publicada por el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos
Carreras, J., La Escuela de Nobles Artes de Barcelona, Barcelona, 1957.
de Asturias, Oviedo, 1973, con Prólogo de E. Rodríguez Balbín).
Carrillo, A., Datos sobre la Academia de San Carlos de la Nueva España, México,
- - - , Vid. también Ribeiro Sánchez.
1939.
Barbé, G., Tratado de Arquitectura de Alonso de Vandelvira, Albacete, 1977,
Castañeda, J., Vid. Perrault.
(2 vols.).
Ceán Bermúdez, J. A., Vid. LIaguno.
Bédat, C., "La biblioteca de la Real Academia de San Fernando", Academia, 1967,
(Colección), Colección de Reales Ordenes comunicadas a la Real Academia de
núm. 25, pp. 5-52, Y 1968, núm. 26, pp. 31-85.
San Carlos desde el año 1770 hasta 1808, Valencia, 1809.
- - - , "Don Benito Bails", Academia, 1968, núm. 27, pp. 19-50.
- - - , "Libros de la Real Academia de San Carlos de Valencia en 1797: (Constituciones), Constituciones para el gobierno de la Junta de Comisión de Ar-
inventario revelador de influencias artísticas", Revista de Ideas Estéticas, 1970, quitectura de la Real Academia de San Carlos ... , Valencia, 1791.
pp. 43-54. Corell, V., Vid. Bérchez y Corel!.
- - - , L'Académie des Beaux-Arts de Madrid, 1744-1808, Toulouse, 1974. Chueca, F. y Miguel, C. de, La vida y las obras del arquitecto Juan de Villa-
- - , "L'enseignement de l'Architecture a l'Académie de Saint Ferdinand, 1752- nueva, Madrid, 1949.
1808", Actas del XXII Congreso Internacional de Historia del Arte, Granada, (Distribución), Distribución de los premios... por la Real Academia de San Fer-
1978, III vol., pp. 307-331. nando en la junta pública de el 13 de Julio de 1796, Madrid, Vda. de Ibarra,
Belidor, B. de la Foret de, La Science des ingénieurs, dans la conduite des travaux 1796 (Vid. también la correspondiente al año de 1799).
de fortification et d'architecture civile, Paris, 1729. Enciso, L. M., La Gaceta d<? Madrid y el Mercurio histórico y político, 1756-
Benavente, Vid. Rieger. 1781, Valladolid, 1957.
Benet, R., Viladomat, Barcelona, 1944. Espinós, A., "Un inventario de dibujos conservados en la Academia de San Car-
Bérchez, J., Vid. Perrault. los de Valencia (1773-1821)", Archivo de Arte Valenciano, 1977, pp. 73-84.
- - - y Carell, V., Catálogo de Diseños de Arquitectura de la Real Academia (Extractos), Extractos de las Juntas Generales celebradas por la Real Sociedad
de BB.AA. de San Carlos de Valencia, 1768-1846, Valencia, 1981. Bascongada de Amigos del País en la ciudad de Vitoria ... , Vitoria (1777).
- - - , "Mayáns y la Real Academia de San Carlos, de Valencia", Archivo de Ezquerra del Bayo, J., "La casa de la Real Academia de San Fernando", Revista
Arte Valenciano, 1981, pp. 97-100. de la Biblioteca, Archivo y Museo del Ayuntamiento (Madrid), 1931, núm.
- - - , "Origen y censura del 'Arte de Pintar' de Mayáns", Academia, 1981, XXIX, pp. 36-40.
núm. 53, pp. 151-169. Fichet, F., La théorie architecturale a l'age classique, Lieja, 1979.
- - - , "J. F. Ortiz y Sanz: correspondencia mantenida desde Roma a propósito Foronda, V. de, Memorias leídas en la Real Academia de Ciencias de Paris sobre
de su traducción de Vitruvio (1780-1782)", Archivo de Arte Valenciano, 1981 la edificación de hospitales y traducidas al castellanu pur dun ... , Madrid, 1793.
(1982), pp. 62-70. Frézier, A. F., Théorie et pratique de la coupe des pierres pour la constl'l/ction des
Blondel, F., Cours d'architecture enseigné dans I'Académie Royale d'Architecture, voutes et autres parties des bátiments civils et militaires, ou Tratité de Stéréo-
Paris, 1698 (2. a ed.). tomie, a l'usage de I'Architecture, Strasbourg, 1737-1739 (3 vols.).
Blondel, J. F., Cours d'Architecture, ou Traité de la décoration, distribution et - - - , Dissertation historique et critique sur les ordres d'Architecture, Paris,
construction des bátiments, contenant les let;ons données en 1750 et les années 1769.
suivantes, par... continué par M. Palte, Paris, 1771-1777 (6 vols. de texto y Gárate, J., "El caballero Valentín Foronda ilustrado alavés... ", Boletín Sancho el
3 de láms.). Sabio, 1974, XVIII, pp. 581-620.
Bonet, A., "El hospital de Belén, en Guadalajara (México), y los edificios de García Berruguilla, J., Verdadera práctica de las resoluciones de la Geometría
planta estrellada", Archivo Español de Arte, 1967, núm. 157, pp. 15-46. sobre las tres dimensiones para un perfecto architecto... , Madrid, 1747. (Existe
- - - , "Láminas de 'El Museo Pictórico y Escala Optica' de Palomino", Archivo ed. facsímil publicada por la Comisión de Cultura del Colegio Oficial de Apa-
Español de Arte, 1973, núm. 182, pp. 131-144. rejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia, Murcia, 1979).
Braham, A., The architecture of the French enlightenment, Londres, 1980. García Ormaechea, P., "Betancourt y la Academia de Bellas Artes", Revista de
(Breve), Breve noticia de los principios y progresos de la Academia... bajo el Obras Públicas, 1964, febrero, pp. 95-103; marzo, pp. 203-213; agosto, pp. 937-
título de Santa Bárbara... , Madrid, 1757. 945; octubre, pp. 1.109-1.118.
Brizguz, A. G., Escuela de Arquitectura Civil, Valencia, 1738. Garín y Ortiz de Taranco, F. M., La Academia valenciana de Bellas Artes, Va-
Bullet, P., L'Architecture pratique, Paris, 1691. lencia, 1945.
ESTUDIO CRÍTICO 145
144 DE LA ARQUITECTURA CIVIL
Mengs, A R., Obras de don Antonio Rafael Mengs ... publicadas por don Joseph
Garma, S., "Los Matemáticos Españoles y la Historia de las Matemáticas del Nicolás de Azara, Madrid, 1780.
siglo XVII al siglo XIX", 1 Congreso de la Sociedad Española de Historia de Mesange, M., Traité de charpenterie et des bois de toutes especes avec un diction-
las Ciencias, Madrid, 1980, pp. 59-72. naire de termes de l'art, Paris, 1753.
Gómez de Somorrostro, A., "Discurso que con motivo del restablecimiento de la Miguel, Vid. Chueca y Miguel.
Escuela Práctica de Dibujo dijo el Doctor... (1817)", Estudios Segovianos, Milizia, F., Le vite de piu celebri architetti d'ogni tempo precedute d'un saggio
1956, t. VIII, pp. 239-273. sopra l'architettura, Roma, 1768.
Henares, 1., La teoría de las artes plásticas en España en la segunda mitad del - - - , Principi di architettura civile, Finale, 1781.
siglo XVIII, Granada, 1977. - - - , Principi di architettura civile (segunda edición véneta "revisada, corregi-
Hernández, P., "La creación de la tipología teatral neoclásica: tres proyectos des- da y aumentada" por G. B. Cipriani Sanese) Bassano, 1804 (3 vols.).
conocidos", Revista del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos, 1982, Mosser, M. y Rabreau, D., "Nature et architecture parlante: SouffIot, de Wailly
núm. 59, pp. 48-58. et Ledoux", Soufflot et l'Architecture des Lumieres, Paris, 1980, pp. 223-238.
Hormigón, M., "La Escuela de Matemáticas de la Real Sociedad Económica Ara- Muñoz Morillejo, J., Escenografía española, Madrid, 1923.
gonesa de Amigos del País", 1 Congreso de la Sociedad Española de Historia Muro, A., Apuntes para la historia de la Academia de Bellas Artes de Sevilla,
de las Ciencias, Madrid, 1980, pp. 127-141. Sevilla, 1961.
Husson, A, Etude sur les h6piteaux, Paris, 1862. Navascués, P., El Libro de Arquitectura de Hernán Ruiz, el joven, Madrid, 1974.
Ibáñez, A C., Historia de la Academia de Dibujo de Burgos, Burgos, 1982. - - - , "Sobre titulación y competencias de los arquitectos de Madrid (1775-
Iglesias, L. S., Urbanismo y arquitectura de Valladolid (primera mitad del 1825)", Anales del Instituto de Estudios Madrileños, 1975, 1. XI, pp. 123-136.
siglo XIX), Valladolid, 1978. - - - , "Casas y jardines nobles de Madrid", Jardines clásicos madrileños, Ma-
- - - , Arquitectura y Urbanismo en Burgos bajo el reformismo ilustrado (1747- drid, 1981, pp. 115-150.
1831), Burgos, 1978. - - - , "Los tratados prácticos españoles", Actas del coloquio internacional sobre
Igual Úbeda, A, "Las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando y San los Tratados de arquitectura del Renacimiento, Centro de Estudios Superiores
Carlos y el gremio de Albañiles", Archivo de Arte Valenciano, 1957. del Renacimiento, Tours, 1981 (en prensa).
Jovellanos, M. G. de, Obras de ... Madrid, 1845 (3 vols.). , "Reflexiones sobre Palladio en España", Introducción al Palladio de
- - - , Espectáculos y diversiones públicas. Informe sobre la Ley Agraria, ed. de J. S. Ackerman, Madrid, 1981 (2. a ed.).
J. Lage, Madrid, 1977. - - - , "Sobre la arquitectura neoclásica en España", C.A.U., 1982, núm. 77,
Laugier, M. A, Essai sur l'Architecture, Paris, 1755 ("Nouvelle édition revue"). pp. 5064.
Leistikow, D., Dix siecles d'architecture hospitaliere en Europe, Ingelheim am (Novísima), Novísima Recopilación de las Leyes de Espaiia, Madrid, 1805.
Rhein, 1967. Orduña, C. de, Memorias de la Escuela de Caminos, Madrid, 1925.
León Tello, F. J. y Virginia Sanz, M. M., La estética académica espaiíola en el Ouvrard, R., Architecture Harmonique, ou Application de la doctrine des propor-
siglo XVIII: Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Va- tions de la musique a l'architecture, Paris, 1679.
lencia, 1979. Palau, A., Manual del librero hispanoamericano, vol. II, Barcelona, 1949.
Le Roy, "Précis d'un ouvrage sur les hopiteaux...", Mémoires de mathématique Palladio, A, I Quattro Libri dell'Architettura, Venecia, 1570.
et physique, tirés des registres de l'Académie Royale des Sciences (1787), Patte, P., Mémoires sur les objets les plus importants de l'architecture, Paris, 1769.
Paris, 1789.
- - - , Essai sur l'architecture thé/itrale ou de l'ordennance la plus avantageuse
López de Meneses, A., "Las pensiones que en 1758 concedió la Academia de San a une salle de spectacles, relativement aux principes de l'Oplique et de l'Acous-
Fernando para la ampliación de estudios en Roma", Boletín de la Sociedad tique, Paris, 1782.
Española de Excursiones, 1933, XLI, pp. 253-300.
- - - , Vid. también Blondel, J. F., Cours d'architecture, ou Traité de la dé-
Loriot, A. J., Disertación sobre la argamasa que gastaban los Romanos en la cons- coration ...
trucción de sus edificios... traducida al castellano por disposición de D. Simón PerrauIt, C., Compendio de los Diez Libros de Vitruvio, escrito en francés... tra-
de Ulloa, Madrid, M. Escribano, 1776.
ducido al castellano pon Don Joseph Castañeda, Madrid, 1761 (Existe una ed.
Llaguno-Ceán, Noticias de los Arquitectos y Arquitectura de España, Madrid, facsímil prologada por J. Bérchez y publicada por el Colegio de Aparejadores
1829 (4 vols.). y Arquitectos Técnicos de Murcia, Murcia, 1981).
Llorca, F., La escuela valenciana de arquitectos, Valencia, 1932. Petit, A., Mémoire sur la meilleure maniere de construire un h6pital des malades,
Marés, F., La enselianza artística en Barcelona, Barcelona, 1954. Paris, 1774.
- - - , Dos siglos de enseñanza artística en el Principado, Barcelona, 1964. Pevsner, N., Historia de las tipologías arquitectónicas, Barcelona, 1979.
Martinell, C., La Escuela de la Lonja en la vida artística barcelonesa, Barcelona, Piélago, C. del, Introducción al estudio de la Arquitectura Hidráulica para el uso
1981. de la Academia especial de ingenieros, Madrid, Imp. Nacional, 1841.
Martínez Ripoll, A, "El idealismo funcionalista hospitalario en los tratadistas de Ponz, A, Viaje de España, Madrid, ed. Aguilar, 1947.
arquitectura españoles ilustrados", Cuadernos de Historia de la Medicina Es- Poyet, B., De la nécessité de transférer et de reconstruire l'Hatel-Dieu avec un
pañola, 1973, XII, pp. 393-413. projet de translation de cet hapital, Paris, 1785.
Mayáns, G., Arte de Pintar, Valencia, 1854.
146 DE LA ARQUITECTURA CIVIL