Dossier de Car Audio
Dossier de Car Audio
Dossier de Car Audio
Se puede decir, sin temor a equivocarnos, que la cadena es tan débil como el más
débil de sus eslabones. Es decir, para obtener un equipo que ofrezca un sonido de
calidad hay que escoger componentes de calidad, ya que uno que desentone puede
dar al traste con nuestras expectativas. Pero, sobre todo, hay que mantener una
coherencia y compatibilidad en la elección de los mismos y, lo más importante, una
instalación meticulosamente planificada y llevada a cabo.
Es más, si tuviéramos que dar un listado de mayor a menor peso en el coste final
del sistema, sería el que sigue:
1.- altavoces
2.- amplificador
3.- fuente
4.- cableado
Con objeto de aprender a valorar, disfrutar y a la vez poder comparar la calidad del
sonido de un sistema, es necesario establecer una serie de conceptos
fundamentales: las características que definen una buena escucha. Éstas son
muchas, pero fundamentalmente nos gustaría señalar:
El sistema de alta fidelidad ideal sería aquel que reprodujese la música tal como
fue grabada, es decir, que un oyente al escucharlo no pudiera decir si está delante
de una orquesta o de un equipo hi-fi. Para ello, debe tener la habilidad de recrear
todos los componentes de la citada orquesta (por poner un ejemplo), ubicados
claramente en el espacio inequívocamente e inalterados con las variaciones de
frecuencias. Eso es la imagen. Además, los altavoces deberían “desaparecer” o
“diluirse” y el oyente no debería ser capaz de darse cuenta de dónde proviene el
sonido. De esta forma crearán un área ocupada por el sonido, que es la escena.
Como en la realidad, esta escena deberá tener una anchura, profundidad y altura.
Para conseguir una buena imagen es necesario entender bien cómo interaccionan
los altavoces con el entorno en el que están instalados. Primeramente, sabemos
que el oyente (el conductor, por ejemplo) se encuentra mucho más cerca del
altavoz izquierdo que del derecho, por lo que le llegará antes el sonido de aquel y
desvirtuará la imagen. Por tanto, habría que intentar conseguir una ubicación para
los altavoces tal que la diferencia de distancias de ambos a nuestros oídos fuese lo
menor posible (esto se puede hacer artificialmente con tratamiento de retardo de la
señal mediante procesadores).
Llegados a este punto es necesario recordar que las altas frecuencias (agudas) son
muy direccionales, se propagan en línea recta, mientras que las bajas (graves) son
omnidireccionales. Esta es la explicación de porqué los altavoces de subgraves
(subwoofers) pueden perfectamente estar instalados en el maletero y aun así el
oyente no ser consciente de dónde proviene el sonido. Esto es aplicable incluso a
los medios-graves (woofers), pero no con los tweeters (agudos), que deben estar
colocados siguiendo las pautas del párrafo anterior, sin obstáculos. Por eso los
altavoces de las puertas, a pocas pretensiones que tenga el sistema, deben ser de
vías separadas: unos coaxiales nos darían una imagen pobrísima (gran pérdida de
información en agudos) y escena bajísima. Lo ideal sería colocar un altavoz de tres
vías separadas, con el woofer (medio-grave) en las puertas, el mid (medios) en el
salpicadero y el tweeter con el mid o, como mucho, en los montantes de las
puertas.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que las tres vías del altavoz deberían estar
lo más cerca posible unas de otras para que fueran un punto único de emisión
(como los coaxiales) evitando una brusca transición entre frecuencias que alterarían
la imagen estéreo. Esto es contrapuesto a lo explicado en el párrafo anterior y
añade un elemento adicional de dificultad a la instalación en el automóvil.
Si tomamos la señal de entrada como senoidal (no es cierto, pero se ve mejor así
para la presente explicación), la de salida debería ser idéntica pero “amplificada”.
Cuando ocurre el clipping, lo que hace el amplificador es “cortar” los picos de las
ondas de salida, las cuales se transforman en ondas “cuadradas”. Éstas se
componen de infinitas ondas senoidales de frecuencias superiores a la principal,
denominadas armónicos, que los altavoces reproducen llegando con ellas al
fenómeno de la distorsión. Además de ser desagradable, es muy nociva para los
altavoces, pudiendo llegar a destruirlos.
Es el ratio que refleja relación entre señal deseada y señal no deseada (ruido). Si
hablamos de soportes magnéticos, es evidente que existe una alta cantidad de
ruido proveniente de la propia forma de almacenamiento y de la lectura. Los
lectores de CD también introducen una pequeña cantidad de ruido en la señal,
tanto menor cuanto mejor sea el mismo y llegando a ser inaudible en la mayor
parte de ellos. Sin embargo los soportes analógicos (cassettes) son característicos
por este ruido de fondo.
- D.- presencia:
Nos referimos con esto a la correcta reproducción por parte del sistema de todas
las frecuencias, agudos, medios y bajos. No es raro ver equipos con unos agudos
muy presentes (incluso chillones) o unos bajos retumbones, y sin embargo carentes
de medios. Las voces humanas y muchos instrumentos se encuentran dentro de
ese rango de frecuencias que denominamos medios y que son las que el oído
humano mejor escucha, con lo que son fundamentales y muchas veces denostadas
a favor de los citados agudos y graves. Estos equipos están descompensados.
Dependiendo del tipo de música que vayamos a escuchar deberemos escoger unos
tipos de componentes u otros. Es muy distinto diseñar (en términos de equipos) un
sistema de car audio para escuchar música clásica que otro para escuchar jazz o
música de baile, etc. Es más, seguramente uno que suene a la perfección
reproduciendo rock duro será mediocre cuando le pidamos que lo haga con soul.
Esto es cierto porque cada marca imprime a sus productos unas características que
los hacen más apropiados para la reproducción de un tipo u otro de música. Por
ejemplo, hay altavoces que tienden a enfatizar las frecuencias bajas y las altas
(efecto comúnmente conocido como “sonido americano” ), mientras que otros
tienen respuesta más “plana” (sonido “inglés”), es decir, fiel a la realidad.
Es el típico ruido que depende de las revoluciones del motor, incrementándose con
éstas. Es una interferencia producida por el alternador y puede ser debida a
diferencias de potencial en las diferentes masas de los diversos equipos. También
puede existir otra causa: que el cable de alimentación de la batería a las etapas de
potencia pase en algún punto demasiado cerca del alternador.
FUENTES DE SONIDO
Hay que reseñar que hoy en día casi todas las marcas de prestigio reconocido
(Alpine, Clarion, Blaupunkt, Rockford, Nakamichi) e incluso otras como Pioneer,
Kenwood, JVC, etc. que apuestan más por prestaciones que por calidad serían,
cada una con sus matices, capaces de satisfacer a un usuario medio.
Si lo que deseamos es ir ese “paso más allá” en el mundo del car audio, entonces
deberemos entrar en otras consideraciones que intentaremos cubrir en este
artículo. Dejaremos aparte los modernos sistemas multimedia (DVD,
sintonizadores de TV, GPS, consolas de videojuegos, etc.) para otro artículo debido
a la extensión del tema.
Existen radio-cd, que son fuentes con capacidad para un CD (o incluso para varios
en una unidad DIN). También podemos escoger un cargador de 6, 10 o 12 CDs
que sea manejado por la unidad principal la cual, a su vez, puede ser un radio –
cassette o un radio-MiniDisc (y así tener varios formatos para leer en el coche).
Una vez decidido el tipo de fuente que escogeremos, debemos tener en cuenta qué
tipo de sistema queremos construir: básico, medio, avanzado o competición, a la
hora de fijarnos en las prestaciones y características de la misma.
Estética:
es lo más personal, pero hay que tener en cuenta que debemos escoger un aparato
que nos guste, ya que nos pasaremos mucho tiempo delante de ella. Es fácil
dejarse llevar por el impulso inicial de comprar una unidad con pantallas
deslumbrantes en cuanto a cantidad de colores y gráficos en movimiento, etc. En
pocos días corremos el riesgo de cansarnos de los mismos, por lo que hay que
valorar (atendiendo a nuestros gustos) opciones más discretas si es eso lo que nos
gusta más.
Ergonomía:
o facilidad de uso, tamaño de los botones, etc. Es muy importante, ya que muchas
veces hay que manejar la fuente con un mínimo de atención y no debemos desviar
la atención de la carretera.
Calidad constructiva:
es importante, antes de comprar la unidad, probar a tocar los botones y, si tienen
alguna expuesta, jugar con ella a bajar la carátula, etc., de tal forma que veamos la
sensación de robustez que transmite.
Especificaciones técnicas:
parte fundamental. Todo catálogo detalla exhaustivamente las principales.
Nosotros aconsejaríamos evitar basar la decisión en prestaciones como
potenciadores de graves, realzadores de agudos, etc. e ir directamente al tipo de
conversor D/A, calidad del sintonizador de radio, etc.
Desde hace ya bastante tiempo las salidas RCA de las unidades a partir del nivel
medio-alto son de 4V o incluso más. De esta forma se consigue disminuir en gran
medida el ruido eléctrico inducido en el cable por el sistema eléctrico del coche y
mejorar por tanto la calidad del sonido.
Instalación
Casi todas las unidades tienen dos cables de positivo, uno permanente (que debe
ir directamente a batería) y otro que debe ir conectado a la ignición del coche y que
dará corriente sólo cuando esté encendido. De esta forma conseguiremos que al
sacar la llave del clausor se apague el aparato.
Dado que la membrana del micro es muy fina y pequeña para poder vibrar deprisa,
sus movimientos generarán una onda eléctrica pequeña, suficiente para ser
manejada por los grabadores, lectores, etc. De lo anterior se deduce, pues, que la
señal entregada por el lector será muy débil en términos de voltaje (y potencia por
tanto) como para mover un altavoz, el cual es el encargado de traducir otra vez la
señal eléctrica en ondas de presión mecánica (sonido), según podemos ver en el
artículo sobre los altavoces. Y es aquí donde entra en juego el amplificador, ya que
las demandas de potencia eléctrica en este último paso son muy grandes.
Es por ello que la potencia que pueden entregar es muy limitada y siempre
provocan distorsión a unos 3/4 de su volumen máximo. El problema es que la
gente suele cometer el error de pensar que tiene que cambiar los altavoces cuando
lo que está fallando es la amplificación. Se puede decir, sin temor a equivocarnos,
que sonará mucho mejor un autorradio con amplificación externa y los altavoces de
serie (siempre dentro de un orden de coherencia en los W nominales de cada) que
el mismo autorradio de serie con unos altavoces excepcionales.
Es por esto que estos componentes son imprescindibles cuando se desea un nivel
de potencia tal que se permita una escucha limpia y sin distorsiones a un volumen
interesante, o bien unos graves potentes (que requieren mucha potencia).
Descripción de un amplificador
- Canales: Una etapa de potencia puede tener desde 1 hasta 5 canales. Las
más normales son las de 2 (izquierdo-derecho) y las de 4 (izquierdo/derecho
delanteros e izquierdo/derecho traseros). Normalmente cada canal manejará un
altavoz, aunque en casi todos los amplificadores modernos también es posible
manejar un altavoz “puenteando” dos canales, obteniendo de esta forma un canal
cuya potencia es la suma de los otros dos.
Por eso nunca de debe poner por defecto la ganancia al máximo, por la creencia de
que la etapa dará más potencia, sino investigar qué voltaje de salida tiene nuestro
autorradio para el máximo volumen y empezar probando con ese ajuste en el
ampli,
Como hay otros parámetros que influirán en que haya distorsión (loudness
conectado, mucho grave con el ecualizador, etc), deberemos posteriormente
ajustar finamente la ganancia de la siguiente forma: Subir el volumen del
autorradio hasta 2/3 del volumen máximo. Subir la ganancia hasta que notemos
distorsión, en ese momento bajamos un punto la misma. A partir de ese punto,
iríamos subiendo el volumen y bajando la ganancia intentando mantener ese punto
de no distorsión, hasta llegar al volumen máximo. Hay gente que recomienda no
llegar hasta el volumen máximo, pero particularmente yo en mi coche lo tengo así y
puedo llegar al tope de volumen sin un ápice de distorsión audible.
En realidad, a nivel profesional y competición, este proceso debe hacerse con
osciloscopios, etc.
- filtros: los amplificadores suelen llevar incorporados filtros activos o
crossovers. En una etapa de 4 canales suele haber un filtro para los delanteros y
otro para los traseros. Un filtro tiene 3 posturas: pasa altos (HP), pasabajos (LP) o
inactivo. En la primera posición, dejará pasar todas las frecuencias superiores a
una determinada por una rueda ajustable que está al lado. Este tipo de filtros se
utiliza para altavoces que no sean de subgraves, con un corte en aprox. 100-
150Hz, de forma que al subir mucho el volumen los altavoces de 5,5” o 6,5” no
tengan que reproducir frecuencias para las que no están preparados (<100Hz) y así
evitar que distorsionen. La pendiente de corte suele ser de 12 dB/octava, aunque
los de mayor calidad pueden incorporarlos hasta de 24dB/oct.
El filtro pasa bajos hace lo contrario: deja pasar sólo las frecuencias hasta una
frecuencia dada por la misma rueda de antes. Esta configuración se utiliza cuando
se va a conectar a esos canales un subwoofer y el corte se pondrá, dependiendo de
los gustos de cada uno, en 60, 80, 100 o 120Hz. Cuanto mayor sea la frecuencia
de corte, mayor será la cantidad de bajos, más profundos y menos controlados.
Cuanto menor ser dicha frecuencia, más secos serán los graves, más “controlados”.
Existe una magnitud denominada W RMS (Watt Root Mean Square) o “valor medio
eficaz” que nos da una medida más exacta de la potencia máxima que puede
mantener el amplificador en el tiempo. Además, al ser un estándar, nos sirve para
comparar unos amplificadores con otros, ya que un W RMS es el mismo en Pioneer
que en MTX.
Elección de un Amplificador
Una vez resueltas estas dudas, sabremos si necesitamos 2, 4 o más canales. Desde
aquí recomendaríamos una etapa de 4 canales antes que 2 de 2. Un sistema típico
llevaría una etapa de 4 canales para alimentar los 2 altavoces delanteros y los 2
traseros (no lo recomendamos) y una etapa de 2 para el sub, puenteada.
La segunda pregunta es: ¿qué cantidad de potencia necesito?. En este apartado es
mejor no escatimar, pues siempre es mejor que sobre a que no que falte.
Ajustándose a nuestro presupuesto, lo mejor es ir a marcas de prestigio (MTX,
Xtant, Rockford Fosgate, Orion, Alpine V12, etc.) cuyas especificaciones de potencia
suelen ser más “verídicas” que las de otras menos prestigiosas en este campo.
ALTAVOCES
Mid-woofer: los denominados medios. Por su tamaño, 4” o 4”x6”, son ideales para
ubicarlos en el salpicadero. Reproducen especialmente bien las frecuencias entre
1000Hz y 4000HZ, justo donde se encuentran las voces humanas y gran parte de
instrumentos de cuerda, etc.
Tweeter: Son altavoces pequeños (1” a 2”), con pequeñas membranas e imanes
que permiten la reproducción de las altas frecuencias (3000Hz a 20000Hz) por la
gran rapidez de vibración que permiten. Los hay de cúpula de seda, de neodimio,
etc. Los primeros son más naturales en la reproducción y los segundos más
metálicos, chillones. Como las frecuencias altas son muy direccionales, estos
altavoces deben estar colocados apuntando al oído del oyente y sin obstáculos.
Aunque se pueden comprar cada uno de los anteriores por separado, lo normal es
comprarlos en sets: dos o tres vías, coaxiales o separadas. Los altavoces coaxiales
son aquellos que tienen el woofer y el tweeter en el mismo eje; llevan los filtros
incorporados y no se ven a simple vista. En los de vías separadas el filtro suele ser
una caja externa de mayor calidad (importante detalle de cara al resultado final).
Normalmente (aunque hay excepciones, desde luego) los altavoces de vías
separadas suelen ser de mayor calidad que los coaxiales.
Del amplificador vienen todas las frecuencias las cuales, lógicamente, debemos
separar y enviar cada una al altavoz adecuado. Para realizar esta tarea existen los
filtros divisores de frecuencias, los cuales pueden ser activos (necesitan de
electricidad para funcionar, por ejemplo los filtros de los amplificadores,
procesadores de señal, o bien filtros activos propiamente dichos) o pasivos, que
consumen electricidad (condensadores, bobinas, resistencias, etc)