Bioelementos y Biomoleculas
Bioelementos y Biomoleculas
Bioelementos y Biomoleculas
Bioelementos
El análisis químico revela que de los 92 elementos naturales, unos 27 son esenciales para los
diferentes seres vivos si bien sólo 16 son comunes a todos ellos. Se denominan elementos
biogénicos o bioelementos ( Jimeno, Duñach, Saumell, & Ugedo, 2008) a aquellos elementos
químicos que forman parte de los seres vivos. Aunque todos los elementos que constituyen los
seres vivos se encuentran en el planeta Tierra, la proporción que mantienen en ellos es muy
diferente de la del núcleo e incluso de la de la corteza, en cuyo límite superior se desarrolla la vida.
Ello se debe a que los seres vivos son entes selectivos que han utilizado aquellos elementos más
idóneos para sus estructuras y funciones, no los más abundantes
Bioelementos Secundarios :
El azufre :se halla en dos aminoácidos (cisteína y metionina) presentes en casi todas las proteínas.
También está en otras sustancias de interés biológico, como vitaminas del complejo B (Plus, 2018)
y en la Coenzima A (Tricas, 2011).
El fósforo: es parte integrante de los nucleótidos (Rodwell, Kennelly, Botham, Bender, & Murray,
2013), compuestos que forman parte de los ácidos nucleicos y de sustancias de gran interés
biológico, como muchas coenzimas (NAD+, NADP+, etc.). También forma parte de los fosfolípidos,
sustancias fundamentales en la constitución de las membranas celulares y de los fosfatos, sales
minerales abundantes en los seres vivos.
Las propiedades físicoquímicas:
Las propiedades físicoquímicas que los hacen tan adecuados para la vida son las siguientes:
1. Forman entre ellos con facilidad enlaces covalentes, compartiendo pares de electrones.
2. Pueden compartir más de un par de electrones, formando enlaces dobles o triples, lo cual les
dota de una gran versatilidad para formar compuestos químicos diferentes.
3. La estabilidad de un enlace covalente es mayor cuanto menor es masa atómica de los átomos
que lo forman. Los bioelementos principales son los elementos más ligeros con capacidad de
formar enlaces covalentes, por lo que dichos enlaces son muy estables.
4. A causa de la configuración tetraédrica de los enlaces del carbono, los diferentes tipos de
moléculas orgánicas tienen estructuras tridimensionales diferentes. Ello da lugar a la existencia de
estereoisómeros (Wikipedia, 2018)que los seres vivos diferencian y seleccionan.
Es particularmente significativa la capacidad del carbono para formar enlaces estables carbono-
carbono, llegando a formar largas cadenas carbonadas lineales, ramificadas, anillos, etc., así como
para unirse a otros elementos químicos, aumentando la posibilidad de crear nuevos grupos
funcionales (aldehído, cetona, alcohol, ácido, amina, etc.) que originan compuestos orgánicos muy
diversos
Los compuestos formados por C, H, O y N en los organismos vivos se hallan en estado reducido.
Como el oxígeno es muy abundante en la superficie del planeta, los compuestos tienden a
oxidarse para formar compuestos de baja energía, como el dióxido de carbono y el agua. La
energía desprendida en esas oxidaciones es aprovechada para las funciones vitales de los
organismos.
Bioelementos secundarios: Ca, Mg, Na, K, Cl. Los encontramos formando parte esencial de todos
los seres vivos, si bien en conjunto no superan, generalmente, el 2,5 % del peso total del
organismo. El calcio (aproximadamente 2% del total, más abundante que el fósforo y que el
azufre) forma parte del carbonato cálcico (CaCO3), que es el componente principal de las
estructuras esqueléticas de muchos animales. En forma iónica estabiliza muchas estructuras
celulares, como el huso mitótico (fig. 1.5), e interviene en muchos procesos fisiológicos, como la
contracción muscular y la coagulación de la sangre.
El magnesio forma parte de la molécula de clorofila, y en forma iónica actúa como catalizador,
junto con enzimas, en muchas reacciones químicas de los organismos. También es un estabilizador
de los ribosomas, de la membrana plasmática y de los ácidos nucleicos. Sodio, potasio y cloro
forman parte, como iones, de las sales minerales disueltas en el agua de los organismos.
Intervienen directamente en muchos procesos fisiológicos, como la transmisión del impulso
nervioso. El potasio regula la apertura y el cierre de los estomas de las hojas
Oligoelementos La palabra deriva del griego oligos que significa escaso. Se denomina de esta
forma al conjunto de elementos químicos que están presentes en los organismos en pequeñas
proporciones (en conjunto, no representan más allá del 0,5 % del peso total del organismo). Tanto
su déficit como su exceso pueden producir graves trastornos en los seres vivos.
los seres vivos, pero solamente 5 de ellos (Mn, Fe, Co, Cu y Zn) existen en todos los seres vivos por
lo que se denominan oligoelementos universales. Otros oligoelementos (B, F, Si, V, Cr, Ni, Cr, As,
Se, Mo, Sn, I) sólo están presentes en determinados grupos de organismos. Entre las funciones
que desempeñan algunos de estos elementos, podemos destacar las siguientes: El hierro es
fundamental para la síntesis de clorofila; interviene en los procesos de transporte electrónico en la
respiración y la fotosíntesis y forma parte de proteínas como la hemoglobina – pigmento rojo de
los hematíes – que actúa como transportador de oxígeno. El manganeso es un activador de
muchas enzimas; interviene en la fotólisis del agua durante el proceso de fotosíntesis en las
plantas. El cobalto forma parte de la vitamina B12 necesaria para la síntesis de la hemoglobina.
También es necesario para los microorganismos fijadores del nitrógeno y para muchos otros. El
zinc es un componente esencial de un centenar de enzimas diferentes, como las polimerasas del
DNA y del RNA y otras que catalizan procesos de oxidación – reducción
El cobre forma parte (junto con el hierro) de una enzima, la citocromooxidasa que interviene en el
transporte de electrones en la respiración. El iodo es necesario para la síntesis de la hormona
tiroidea de los vertebrados. El flúor forma parte del esmalte dentario y de los huesos. El silicio
proporciona resistencia al tejido conjuntivo, y forma parte del óxido de silicio que constituye el
esqueleto de muchas plantas, como las gramíneas y los equisetos, y el caparazón de muchos
microorganismos, como las diatomeas
LAS BIOMOLÉCULAS
Los bioelementos no están generalmente en forma libre dentro del organismo, sino que se
agrupan en moléculas más o menos grandes, denominadas biomoléculas, que constituyen los
sillares arquitectónicos básicos para la construcción de la compleja estructura de los seres vivos.
Las biomoléculas se denominan también con el nombre clásico de principios inmediatos, nombre
en desuso, que hace referencia al hecho de que se trata de sustancias que pueden obtenerse en el
laboratorio, a partir de los organismos, de forma inmediata cuando se aplican técnicas de análisis
físico: trituración, disolución, filtración, decantación, cromatografía, electroforesis, etc. En la
actualidad es más utilizado el término biomolécula. Entre las biomoléculas hay sustancias tan
distintas entre sí como el agua y el DNA, por lo que conviene construir una clasificación que facilite
su estudio. La más utilizada es la siguiente: • Biomoléculas inorgánicas, presentes también en la
materia inerte: agua; sales minerales; gases. • Biomoléculas orgánicas, exclusivas de los seres
vivos: glúcidos; lípidos; proteínas; ácidos nucleicos. La tabla I muestra la abundancia y la diversidad
de biomoléculas en una célula procariótica, la bacteria Escherichia coli.
EL AGUA
La vida, depende de la presencia de agua: impregna todas las partes de la célula, constituye el
medio en el que se realiza el transporte de los nutrientes, las reacciones del metabolismo y la
transferencia de energía química. El agua es el componente mayoritario de los seres vivos, si bien
el porcentaje de agua no es el mismo en todos ellos, ni en las diferentes partes de un mismo ser
(tabla II). 2 L
El contenido en agua de los seres vivos está en función de la actividad metabólica que desarrollan
las células. Así, las esporas y semillas, que están en estado de vida latente contienen un 10 % de
agua; el tejido nervioso, que presenta una gran actividad, tiene un 86 %. En los seres vivos o en las
partes de los mismos que contienen estructuras minerales u orgánicas densas la proporción es
más pequeña: el tejido óseo contiene sólo un 22% de agua. El porcentaje de agua varía también a
lo largo de la vida de los organismos: el ser humano tiene en la infancia un 78%, y en la ancianidad
un 60%.
La naturaleza polar de las moléculas de agua hace que el oxígeno de una molécula (δ- ), pueda
interaccionar con el hidrógeno de otra (δ+), estableciendo lo que se denomina enlace o puente de
hidrógeno. Este enlace es débil en comparación con un enlace covalente o iónico, lo que implica
que puede formarse y deshacerse con cierta facilidad (debilidad que a veces se puede compensar
por la formación de gran cantidad de enlaces). La estructura tetraédrica en la distribución
electrónica hace que una molécula de agua pueda formar hasta cuatro puentes de hidrógeno (fig
3.2)
Grupo comprendido por los iones: Na+ , K+ , Ca2+, Mg2+, Cl- . Estos elementos aunque se
encuentran en menor proporción que los primarios, también son indispensables para los seres
vivos. En medio acuoso (solvente presente en células tejidos y órganos), siempre se encuentran
ionizados.
Oligoelementos Son aquellos bioelementos que se encuentran en los seres vivos en un porcentaje
menor del 0.1%. Algunos, los indispensables, se encuentran en todos los seres vivos, mientras que
otros, variables, solamente los necesitan algunos organismos. En este grupo se encuentran: Fe, Cu,
Zn, Mn, I, Ni y Co (que aparecen en la mayoría de los organismos) y Si, F, Cr, Li, B, Mo y Al (sólo
están presentes en grupos concretos). Constituyen menos del 0.1% y son esenciales para
desempeñar procesos bioquímicos y fisiológicos
Propiedades físicoquímicas del agua: importancia para la vida El agua es una sustancia tan próxima
que es fácil pasar por alto sus extraordinarias propiedades fisicoquímicas.
Cohesión y tensión superficial Los puentes de hidrógeno mantienen unidas las moléculas de agua.
Continuamente se están formando y deshaciendo de manera que en cualquier instante la mayor
parte de las moléculas de agua se hallan unidas por dichos enlaces. Debido a ello el agua líquida
tiene una gran cohesión interna. No obstante como la duración media de un enlace de hidrógeno
es tan sólo del orden de 10 -9 s, el agua no es viscosa sino muy fluida. Gracias a la cohesión y la
adhesión a las paredes de los finos tubos leñosos, el agua puede ascender desde las raíces de las
plantas hasta la copa de los árboles, sin que la columna de agua se rompa. La cohesión explica
también las propiedades del agua como elemento estructural en el relleno de células y órganos
complejos. La tensión superficial mide la dificultad para extender o romper la superficie de un
líquido. El agua tiene una tensión superficial muy alta. Gracias a los puentes de hidrógeno las
moléculas de agua superficiales se mantienen unidas entre ellas y con otras que están debajo. Ello
hace que su superficie se comporte como si estuviera recubierta por una película, por lo que
muchos insectos y animales pequeños pueden mantenerse o caminar sobre su superficie.
Densidad en estado sólido El hielo flota sobre el agua líquida. A medida que el agua líquida se
enfría, se contrae y su densidad aumenta. Al llegar a 4 ºC alcanza su máxima densidad. A partir de
aquí si seguimos enfriando su densidad se mantiene prácticamente constante pero cuando se llega
a 0 ºC y solidifica, la densidad disminuye bruscamente, “el hielo se expande”: el agua en estado
sólido es menos densa que el agua líquida.
Los organismos presentan en su composición muchas sales minerales, unas sólidas y otras
disueltas, que constituyen un pequeño porcentaje del total. Las sales minerales sólidas tienen una
función principalmente esquelética o de sostén, como el carbonato cálcico, CaCO3, que forma el
caparazón de gasterópodos y bivalvos, de corales y muchos protozoos, impregna el caparazón de
los crustáceos, etc.; el fosfato cálcico, Ca3(PO4)2, constituye la materia mineral de los huesos de
los vertebrados. Aunque no es una sal, la sílice (SiO2) desempeña una función semejante:
impregna y endurece los tallos de muchas plantas, como gramíneas y equisetos, y forma el
caparazón de muchos microorganismos. Las sales minerales disueltas aportan diferentes iones que
intervienen en numerosas reacciones del metabolismo. Además contribuyen a regular el pH y el
equilibrio osmótico. Entre los iones más abundantes, podemos destacar:
aniones: sulfato (SO4 2–), bicarbonato (HCO3 – ), fosfatos (HPO4 2–, H2PO4 –), nitrato (NO3 –) y
cloruro (Cl–). • cationes: Na+, K+, Ca2+ y Mg2+.
Propiedades de las dispersiones Los líquidos presentes en el interior de los seres vivos son
dispersiones de diversas sustancias en el seno del agua. Si las partículas dispersas son de tamaño
inferior a 10-7 cm se habla de dispersiones moleculares o disoluciones verdaderas. Están formadas
por sales minerales o por moléculas orgánicas pequeñas, como los azúcares y los aminoácidos.
Cuando las partículas dispersas están comprendidas entre 10–5 cm y 10–7 cm se habla de
dispersiones coloidales, formadas principalmente por sustancias orgánicas, como las proteínas, los
ácidos nucleicos y los polisacáridos. Las dispersiones coloidales concentradas reciben el nombre de
geles, y las diluidas se llaman soles.
Las partículas dispersas pueden provocar tres fenómenos en relación con su movimiento en el
seno del agua: la difusión, la diálisis y la ósmosis.
La diálisis es una difusión selectiva que separa uno o varios solutos de una disolución a través de
una membrana cuya permeabilidad solamente permite el paso de las partículas más pequeñas
La ósmosis (fig. 4.5) es el fenómeno por el cual tiende a igualarse la concentración de dos
disoluciones separadas por una membrana semipermeable (es decir, que permite el paso de las
moléculas de agua pero no las del soluto). Las moléculas de agua se mueven desde las zonas de
mayor concentración de agua (agua pura o disoluciones diluidas) a las zonas donde la
concentración de agua es menor (disoluciones concentradas, en las que las moléculas de el agua
están ligadas a las partículas de soluto)