Cantar de Mio Cid (Cervantes)
Cantar de Mio Cid (Cervantes)
Cantar de Mio Cid (Cervantes)
3. Texto modernizado
ÍNDICE
ORIENTAL CASTELLANA
14.- NOTAS
15.- APÉNDICES
unos legajos relacionados con la Cofradía de Nuestra Señara de Acorro, de raíces muy
Y así, Layn Fernández, tatarabuelo del Cid, pobló el barrio de Villentro en el que
Nuño Laynez, bisabuelo del Cid, labró una casa fuerte y grande de tapias, donde ahora
Diego Laínez, padre del Cid, vivió de ordinario en esa casa tapial. Ahí, pues,
hacia el año 1043, nacería Rodrigo Díaz, el Cid Campeador. (Apéndice 1. Ilustración
2, 3, 4 y 5).
contra las tropas del Rey de los navarros, cuyos dominios se acercaban por el NE a
Vivar, y a los que ganó Ubierna, Urbel y La Piedra, como dice la Historia Roderici.
Desde Villentro haría frecuentes viajes a Burgos, donde tenía una casa o posada,
para formarse en la corte al lado del infante don Sancho, hijo de Fernando I.
Al morir el Rey, se dividió el reino entre sus hijos. A Sancho II le tocó Castilla
con el título de Rey. No se conformó Sancho II con el reparto y atacó a sus hermanos,
Alfonso y García, para arrebatarles sus reinos. En estas luchas figuraba el Cid como
su hermano Alfonso VI, que estaba desterrado en la corte del Rey moro de Toledo. La
como Rey de Castilla a Alfonso VI. Recogiendo estos hechos, dice el Carmen
Campidoctoris: “Tras la muerte con engaño (de Sancho) el rey Alfonso se hizo cargo
del reino al que (Rodrigo) cumpliendo la orden de su hermano hizo entrega de toda
Castilla”.
destierro por ese motivo. Esas son leyendas elaboradas en épocas más tardías.
Al revés, en un principio, el Cid gozó de la amistad y favor del Rey más que
ningún otro noble de la corte: le colmó de privilegios, le casó con una sobrina suya,
doña Jimena, fue delegado del Rey en varios juicios, a parte de otras consideraciones.
Otros parecen los motivos sobre los que se cebaron los mestureros o
encizañadores de la corte para conseguir del Rey el destierro del Cid, a saber: el cobro
de las parias al Rey moro de Sevilla, tributario del Rey de Castilla; el ataque al Rey
moro de Toledo, bajo el amparo del rey Alfonso VI; y, más tarde, el no acudir a tiempo
había quedado con parte de las parias o tributos, que el Cid no respetaba la política de
pactos del Rey con los reinos moros, que no se podía fiar de un noble que no acude con
presteza para ayudar a su Rey. Y tanto envolvieron el ánimo del Rey que “cambió su
amor en ira y ordenó que el héroe fuera desterrado de su tierra”, como apunta el
el pan y bienestar para sí y para los suyos, sino para no perecer en tierra extraña. Esa
genio militar, le hizo superar todas las dificultades frente a moros y cristianos. Y,
cuando las circunstancias le aconsejaron, puso sus fuerzas a disposición de otros reinos,
En 1086, el Cid llegó a gozar del perdón del Rey y vino a Castilla; pero no
ciudad de Valencia, donde reinó como señor absoluto y hasta con cierta independencia
Defendió Valencia del poder de los almorávides, contra los que no pudo ni el
mismo rey Alfonso VI. El Cid se reveló entonces como la única espada invencible
M urió en Valencia el año 1099. Su muerte fue sentida por toda la cristiandad y
Su mujer, doña Jimena, no pudo sostener Valencia durante mucho tiempo. Y así,
con el conocimiento del rey Alfonso, abandonó la ciudad y regresó a Castilla, trayendo
el cuerpo del Cid para enterrarlo en el monasterio de San Pedro de Cardeña. Allí
permaneció hasta la invasión francesa. Desde 1926 reposa bajo el crucero de la catedral
de Burgos.
mezclando o contraponiendo el mito con la realidad. Rodrigo Díaz de Vivar fue un ser
militar, político sagaz, astuto y prudente a la vez, de temperamento incontinente ante los
retos de la vida, vengador implacable de sus enemigos y generoso con los que le caían
aquella confianza que suelen tener los hombres superiores que no admiten parangón.
reconquista y de la cruzada, acaso porque tuvo que dedicar todas sus energías para
territorio donde vivir. En fin, como dijo el moro Ben Bassam, “el Cid fue un milagro de
Fue tan grande su fama que muy pronto se cantaron y escribieron sus hazañas.
Ya hacia 1093, un monje de Ripoll componía un poema en honor del Cid llamado
Carmen Campidoctoris. Hacia 1110, según M enéndez Pidal, otro clérigo catalán
escribía la Historia Roderici. Y fueron muchos los cantos noticieros que recogían la
fama del Cid en la primera parte del siglo XII, como nos indica el Poema de Almería,
escrito hacia 1147, que nos dice que se le cantaba llamándole frecuentemente Mío Cid.
M enéndez Pidal, entre otros, interpreta el verbo escribir como copiar y añadió
una C más entre la segunda C y la X de la fecha para llenar una especie de raspadura. Y
Sin embargo, el verbo escribir se usaba tanto en los escritos, literarios o no,
como en el resto del Cantar con el significado de escribir o componer algo nuevo.
Tampoco hay que añadir una tercera C que nunca pudo ocupar el espacio
C, la mancha del borrón hubiera llegado casi hasta la cabecera de la segunda C y hay
hubiera habido una tercera hipotética C, no hubiera quedado espacio suficiente para
poner el rasgo tironiano, especie de coma grande que ponían siempre los escribanos
entre las unidades de mil y las centenas, y entre las centenas y las decenas.
Hay, pues, que leer el éxplicit como está en el manuscrito e interpretarlo así:
Hay también otras razones que nos van precisando la fecha en que se escribió el
Almería escrito por esos años, que alude a un poema cidiano bien distinto al Cantar que
conocemos.
3) Con posterioridad a 1178 porque recoge los nombres de los tres Reyes
4) Hacia finales del siglo XII o comienzos del siglo XIII por las circunstancias
5) Con posterioridad al año 1200, porque nos habla de Atienza como vna penna
muy fuert, v. 2691, y Atienza sólo fue una peña muy fuerte a partir del año 1200,
diócesis de Sigüenza.
6) Con posterioridad al final del siglo XII y principios del siglo XIII porque sólo
7) Con posterioridad a 1201, ya que a partir de ese año todos los reyes de
España (Castilla, Navarra, Aragón, León y Portugal) eran parientes del Cid como afirma
Del Cantar original de 1207, escrito por Per Abat, se sacó una copia que, dadas
caligráfica no muy cuidada y con alguna concesión a la littera currens o corriente, sobre
todo en los trazos altos de las letras en los primeros renglones de algunas hojas, según el
en bisel con que comienzan y terminan los trazos gruesos; pero está lejos del trazo
Las letras de trazo caído lo forman todavía debajo de la línea del renglón y no
En los grupos pr, br, dr, se sigue usando la r de martillo y no la R cuadrada que
Las letras de cuerpo oval comienzan a unirse, que será lo corriente en la letra
gótica.
carolina, signos que desaparecerán en la letra gótica sustituidos por una especie de
rombo, etc.
¾ , prepalatal africado sordo ½ , velar oclusivo sordo k, etc., así como la soluciones que
se dan a la ŏ y a la ě tónicas latinas son los mismos y se transcriben con las mismas
folios de pergamino de no muy buena calidad, distribuidos entre once cuadernos más
dos guardas. Faltan tres hojas del texto y una al final en blanco.
El tamaño del las hojas oscilan entre 198 por 150 mm. Y 198 por 140 mm. Están
contenido.
Se han hecho varias encuadernaciones; una en el siglo XV. Las hojas se cosieron
algunas letras e incluso palabras que luego se pusieron encima o debajo del renglón
cortado.
Las hojas que faltan al manuscrito de la copia se cortaron sin duda antes de la
encuadernación del siglo X V, pues Juan de Ulibarri ya no las pudo copiar en 1596.
Parece que en este tiempo se cortaban las hojas de algunos códices para reforzar
las solapas de otros volúmenes. Éste fue el destino de una hoja que encontramos por
doblada y atravesada por un cordoncillo que servía para reforzar el margen de una
guarda o solapa y atarla con la otra. Lástima que no sea una de las que faltan en el
códice.
No sabemos quién hizo esta copia ni cómo vino a parar al municipio de Vivar,
bárbaros notables”.
versos muy antiguos que se guardan en Vivar. Consta el libro de 70 hojas y no hay
Cándido Mª Trigueros. Pero Sarmiento se guía por la copia de Ulibarrri, “que es la que
tengo presente y me ha prestado un curioso”; y el andaluz Trigueros cita, sin duda, por
referencias.
sacó el manuscrito del convento de clarisas de Vivar para que Antonio Sánchez lo
1776 era abadesa del convento de clarisas de Vivar doña M ª Teresa Ruiz de la Peña.
Gayangos.
Estando en poder de Gayangos lo estudió Damas Hinard (que hizo una edición
compró el primer marqués de Pidal. Entonces, Florencio Janés pudo estudiarlo para
publicar su edición.
El Códice se transmitió por herencia a don Alejandro Pidal, que dio facilidades
parece que en esta época sufrió el manuscrito el mayor daño por la aplicación de
reactivos. A este respecto, dice M enéndez Pidal: “Por fortuna, la tinta usada en tales
repasos es tan mala que se puede hacer desaparecer fácilmente con la goma de borrar,
dirección de Antonio Paz y Meliá, el sulfhidrato amónico en los diversos lugares que
ácido clorhídrico…”
Con tantos reactivos han quedado muchas páginas en un estado tan lamentable
nos queda más remedio que aceptar la lectura que nos da M enéndez Pidal. Fue una
lástima que no llegara a tiempo la aplicación de los rayos ultravioleta, los rayos
Según Ian M ichael, que lo examinó en 1968, “La encuadernación está ahora
más deteriorada que cuando la describió Menéndez Pidal; los reactivos no sólo han
ennegrecido las hojas en que se emplearon sino que además parecen haber corroído el
pergamino en los lugares peor tratados y, por añadidura, han dejado una fluorescencia
En 1965, el municipio de Vivar del Cid entabló recurso contra el Estado para
Pero es mucho el poder de un Estado para que dé su brazo a torcer a favor de un pueblo
CID
Según Ubieto Arteta, el poeta sería aragonés por los aragonesismos que
encuentra en el Cantar, como axuar, las honores, en femenino, por el uso de cosso,
significando lugar, no carrera. Opina también Ubieto Arteta que se citan caminos y
"traductor" castellano.
antiguo, sino con el mismo significado que en el Cantar como lo atestiguan los fueros y
que usa la palabra axovar incluso con el significado de dote, que no tiene en el Cantar.
Y lo mismo ocurre con cosso, usado desde muy antiguo en Castilla con los dos
plaza.
que están ya documentados en Castilla desde época muy temprana con el significado de
iguales, como en el Cantar. He aquí uno, entre otros, de 1112, del Infantado de
Oriental Castellana.
caminos equivocados y cita el fantástico topónimo Alilón, del v. 398, y el río de Amor,
desde M enéndez Pidal por no tener en cuenta las grafías para el sonido palatal lateral L
uasadas por los escribanos medievales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, que lo
transcribían con una l o con dos ll; y la ŝ alta de ŝon. El verso, pues, tiene que leerse
así: De diestro allí son ( o allí están) las torres que moros las han.
Algo parecido con el Río de amor, del verso 2872. No se trata de ningún río
llamado Amor, que no existe allí por ninguna parte, sino Hasta el río (el Duero), de
amor dándoles solaz. Es decir, los de San Esteban acompañan a las hijas del Cid hasta
En efecto, los de San Esteban acompañan a las hijas del Cid desde el Castillo,
pasando por junto a la iglesia de San M iguel para seguir por la calle M ayor, cruzar
luego la plaza M ayor y salir bajo un arco junto a la orilla del río Duero. Allí fue la
despedida. Es un recorrido como de un km. Así se entiende el verso 2872: Hasta el río,
(el Duero) de amor dándoles solaz. El hipérbaton exigido por la rima juega también su
papel.
Dice también el aragonés Ubieto Arteta que el autor del Cantar no puede ser de la
región de San Esteban porque desconoce esta población a la que llama ciudad y no villa,
Pues no. El Cantar titula a San Esteban como los documentos contemporáneos,
también con el nombre de ciudad, título concedido por el rey don Sancho en 1068; y
hasta hay un documento concedido por el mismo Rey que la designa con el título de
urbe.
Afirma también Ubieto Arteta que el poeta conoce bien la toponimia aragonesa
por lo que sería de aquella región. Ahora bien, tendríamos que distinguir:
1º) El poeta conoce bien el valle del Jalón y del Jiloca, conocimientos que se
deberían a cantos noticieros aprovechados por el autor. Tanto M enéndez Pidal como E.
extensión y unidad, la narración relacionada con la toma de Alcocer sería uno de ellos.
2º) Pero el resto de la toponimia aragonesa que rastrea Ubieto Arteta para
es muy libre para inventar un cantar; pero, ese ya no sería el Cantar de Mío Cid, sino el
3º) Por otra parte, en un cantar aragonés, "que traduciría mal un poeta
M enéndez Pidal que colaboraron dos autores: uno, el más antiguo, de principios del
siglo XII, de San Esteban, porque conoce bien esa región y a quien hay que atribuir la
parte más historicista y verista del Cantar. Y otro posterior, de hacia 1140, de
M edinaceli, porque conoce bien esa zona y a quien hay que atribuir el elemento
Ahora bien, caso de que intervinieran dos autores en la elaboración del Cantar,
la participación de esos dos autores sería al revés de como opina M enéndez Pidal, es
decir: el primero tendría que haber sido de M edinaceli y el segundo de San Esteban. La
que sería añadido por el segundo autor, entra a formar parte de los Cantares de Gesta a
partir de la segunda mitad del siglo XII y, si ese elemento novelesco del Cantar gira en
región de San Esteban, que tan bien conoce el autor, se impone admitir que, de haber
dos autores, el segundo, que es el que aporta el elemento novelesco, sería el de San
podían estar contenidos en un primitivo canto noticiero que pudo aprovechar Pero Abat
al elaborar el Cantar de M ío Cid en 1207, conforme opinan algunos críticos, entre ellos
Richthofen.
Pero esa rima de ue, procedente de ŏ , morte, forte, post, longe, es un fenómeno
que se encuentra en otras composiciones literarias, como Razón de amor con los
denuestos del agua y del vino, Disputa del alma y del cuerpo, Elena y María, Santa
> uo, ua, ue, fue largo y, mientras duró ese período de variantes fonemáticas, las
opcionalmente como uo, como ua, como ue; y, hasta que el hablante o escritor no fuera
variantes fonemáticas de ŏ; por lo tanto, hasta que eso no sucediera, hay que considerar
período de las variantes fonemáticas de ŏ > uo, ua, ue, los poetas y, claro está, Pero
Abat, no tenía por qué encontrar inconvenientes para formar rimas entre o y las distintas
aparecen en el Cantar.
ORIENTAL CASTELLANA.
fundamental para averiguar el origen del autor, hay que admitir que el poeta del Cantar
de Mío Cid es de la Extremadura Oriental Castellana porque conoce muy bien esa
región.
Aún más, el autor del Cantar no sólo señala con minuciosa precisión la
toponimia y los lugares del escenario de la afrenta de Corpes, sino que los rodea de un
halo, de un ambiente, de una atmósfera especial que se respira cuando se recorren esos
contemplando todos esos lugares que aparecen en el Cantar, que hemos recogido en
que se derrumbó hace poco, o con algunos caminos borrados por la concentración
SE.
Cantar, Pero Abat era de por estas tierras o tuvo que vivir en ellas.
Hay quienes, con M enéndez Pidal, creen que el autor del Cantar fue laico;
Pero ese tipo de obispos y de abades era comunísimo en la época medieval y así
lo confirman las gestas tanto españolas como francesas; recuérdese el obispo Turpin de
la Chanson de Roland. Y no solamente las gestas en romance, sino también los poemas
los cantares escritos por los laicos de los escritos por los clérigos si M enéndez Pidal
defiende la tesis de que las composiciones eran anónimas? ¿Se puede descartar sin más
Cantares de Gesta se escribían con versos amétricos de asonancia monorrima, ¿por qué
no los podían usar los clérigos en sus cantares? ¿Es que los clérigos estaban obligados
Por otra parte, los tecnicismos religiosos, el mundo íntimo del clérigo, que
aflora con la suave espontaneidad del que lo vive, el halo fervoroso de muchos versos,
las exclamaciones devotas, vehementes, que salpican el texto a lo largo del Cantar,
Hay que reconocer que en el Cantar de Mío Cid aparece una madeja entretejida
constituyen mucha tela para que pueda ser zurcida con tanta destreza y sin ningún
tropiezo por un juglar laico. Ese entretejido religioso sólo se explica si el autor del
ninguna C entre la segunda C y la X. Por consiguiente, hay que admitir que Per Abbat
M uchos son los Abades que vivieron en Castilla la Vieja. Parece que el origen
arranca del muy noble y muy antiguo linaje de Vizcaya, y de la casa troncal primitiva
Entre los vascos con el apellido Abat que vinieron a Castilla hay muchos que
vivieron en las cuencas del Arlanzón y del Arlanza. Naturalmente, no todos se llamaban
Pero o Pedro. Además, el Pero Abat autor del Cantar de Mío Cid tiene que reunir todas
estas circunstancias:
1º Haber vivido al final del siglo XII y comienzos del siglo XIII, ya que el
Cantar.
Son numerosos los Per(o) Ab(b)ad que podemos encontrar en los documentos
pero, menos uno del año 1219 del que hablaremos luego, ninguno reúne las condiciones
para ser considerado como autor del Canta: unos por ser de lugares muy alejados, otros
canónigo de Osma, que aparece como testigo en un documento de 1220 del archivo de
Sin duda, este Pero Abat de Fresno de Caracena es el mismo Pero Abat que
aparece un año antes, 1219, al que antes nos referíamos, en un documento de Gumiel de
Izán, (Véase Apéndice 2, documento 2), en donde tenía una casa: "...so casa de Pero
Abat". Y por las circunstancias que concurren en el documento, parece que se trataba de
una casa heredada de sus progenitores. Luego, allí nacería Pero Abat. Así se entiende
que pudiera recibir sus primeros estudios bajo la dirección de su "docto y piadoso"
arcipreste, más o menos en el mismo tiempo que Domingo de Guzmán, que había
acudido en 1177, a los 7 años, a Gumiel de Izán, para educarse en virtud y letras al lado
de su tío, el Arcipreste. Esa era la primera preparación que recibían los aspirantes al
cursar estudios superiores exigidos para llegar a la dignidad de canónigos. Hacia 1195,
fueron ordenados sacerdotes. En 1201, figuran ya como miembros del cabildo de Osma:
Domingo de Guzmán como subprior; Pero Abat como canónigo. Tendrían unos 31
años.
1º) Siendo Pero Abat canónigo de Osma y clérigo de Fresno de Caracena, tuvo
que vivir en Osma, sede del obispado, y conocer bien esa región. Y así se desprende del
escenario novelesco del Cantar de Mío Cid, afrenta de Corpes, que coloca en torno a
Fresno de Caracena 1.
peripecia novelesca del Cantar; de tal forma, que con un radio de unos 20 km
naturaleza del autor del Cantar de Mío Cid. Así es: San Esteban se halla a unos 15 km;
Alcubilla, a unos 12; Osma, a unos 12; Navapalos, a unos 7; La Figueruela, entre 1 y 2;
Termancia, por donde vienen las hijas del Cid desde Valencia, cuando el Cantar dice
que San esteuan cae aluen, a unos 20; por el O, Corpes, a unos 30; la Torre de doña
Urraca, a unos 20; y por el E, más alejado, la conocidísima plaza de M edinaceli, a unos
70.
1
Fresno de Caracen a se encu entra a unos 12 km al sur de Osma y a unos 15 km al sureste de San
Esteban, con el que se comunicaba por una "carrera", según dice el documento. Navapalos le tenía que ser
familiar: por ahí tení a que p asar necesari amente cuando iba de Osma a Fresno. Hoy Fresno de Caracena
es un pueblo venido a menos. En aquellos tiempos, además de l a iglesia parroquial, tenía una hospedería
que atendía a los caminantes que vi ajaban desde la región de Atienza a San Esteban o a Osma. Por ello,
parece que llegó a tener alrededor de 10 presbíteros.
lo que explicaría más y mejor la animadversión recogida en el Cantar contra los Castro-
Ansúrez-Beni Gómez que tantas calamidades acarrearon al rey Alfonso VIII, a Castilla
y a la Iglesia, sobre todo a finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, en tiempos
capital del rey de Castilla, Alfonso VIII ", y el mayor obstáculo de la Iglesia, que llegó
3º) Siendo Pero Abat clérigo, se entiende la pericia jurídica tanto civil como
acendrado espíritu religioso que aparecen a lo largo del Cantar. Aún más, es tal la
pericia cultural, civil y religiosa, que se manifiesta en el Cantar, que conviene más a un
clérigo avezado que a un clérigo sin estudios superiores; más propia de uno de aquellos
cultos canónigos que había entonces en Osma, muchos de los cuales llegaban a sillas
episcopales.
5º) Por ser Pero Abat canónigo de Osma, se explica, entre otras razones, la
influencia francesa manifiesta en el Cantar; ya que dicha diócesis fue regentada por
sin duda otro francés traído por don Bernardo a la curia de Toledo; ...
6º) Si ese Pero Abat del documento de Fresno de Caracena, estampa su firma
documento de 1201, como hemos dicho, tuvo que vivir a finales del siglo XII y
sólo ese Pero Abat, oriundo de Gumiel de Izán, clérigo en Fresno de Caracena y
canónigo de Osma, que firma como testigo en nombre del cabildo por los años de 1220,
reúne todos los requisitos para ser considerado como el autor del Cantar de Mío Cid.
vencida por Alfonso VIII, se movía en el exilio. Don Pedro Fernández de Castro,
Poco importaba que los aliados fueran moros o cristianos con tal de aniquilar a
su “mortal enemigo” Alfonso VIII. Entre los enemigos de Castilla, ninguno gozaba de
mayor confianza para garantizar los pactos frente a Alfonso VIII, como en 1191, entre
León y Portugal.
Ni los tratados más solemnes, como el de Tordehumos, 1194, entre los reinos
cristianos, conseguido con tantas dificultades por el legado del Papa, eran respetados
por don Pedro si encontraba ocasión para intrigar contra el Rey castellano.
Tan grande fue la enemistad de don Pedro hacia Alfonso VIII que siempre
estuvo dispuesto a aliarse con los moros para aniquilar al Rey de Castilla. Y con el
Califa almohade participó en la batalla de Alarcos, 1196, tan desastrosa para Castilla y
para el Rey.
En unión con los musulmanes y los leoneses atacó una y otra vez al reino
castellano sin respetar monasterios ni bienes eclesiásticos. Llegó la noticia de todo ello
al Papa y Celestino III fulminó la excomunión, 1196, al Rey de León y a don Pedro
Fernández de Castro “amonestando a los cristianos a tomar las armas contra ellos como
si fueran moros”.
A comienzos del siglo XIII, vibraba Castilla con alientos de cruzada. Alfonso
VIII, dolido por la derrota de Alarcos, preparaba la revancha contra los moros. Su hijo,
cruzada alentado por la Iglesia. Por desgracia, murió el príncipe y siguieron las intrigas
de don Pedro Fernández de Castro que convenció al Rey de León para que no
participase en los planes de las Navas de Tolosa, que se llevaría a cabo sin la ayuda del
Rey de León.
En resumen, con el eclipse de la casa de Castro en Castilla, fin del siglo XII y
comienzos de siglo XIII, don Pedro Fernández de Castro (“el castellano”), arrastró en el
alianzas contra Castilla. Tan grande fue la enemistad de don Pedro hacia Alfonso VIII,
que no tuvo empacho en fraguar pactos ni siquiera con los almohades con tal de
7. 2. MOTIVACIONES RELIGIOSAS.
mejor aliado de los reinos cristianos y musulmanes contra Castilla sino en el mayor
Iglesia y el Papado. Hasta tal punto que el Papa le conminó reiteradamente con la
amenaza de las penas canónicas más graves, llegando a excomulgarle y a exhortar a los
cristianos “ a tomar las armas contra ellos (don Pedro y el rey de León) como si
fuesen moros”.
No creemos que se necesiten hacer muchos esfuerzos para admitir que los
reiterados tratos y alianzas con los musulmanes, tan nefastos para los intereses de la
hacia don Pedro a quien había que combatir como si fuera moro. Repulsa que sería
fomentada por la bula de excomunión que se tenía que exponer y predicar en las
Ante este panorama, y dadas las manifestaciones religiosas de todo tipo que
aparecen en el Cantar, tenemos que admitir que fue un clérigo y no un laico el autor del
Cantar de Mío Cid. Un clérigo acérrimo partidario del rey Alfonso VIII del finales del
siglo XII y principios del siglo XIII que, haciéndose eco de la animadversión de los
Cantar de 1207 en forma de feroz repulsa contra los Ansúrez-Beni Gómez de cuyo
Por entonces, era canónigo de Osma Pero Abat. Y, sin duda, sufría, como el
resto de los castellanos, por la actuación innoble del descendiente de los Ansúrez-Beni
Gómez que originaba tantas complicaciones para el Rey, para Castilla y para la Iglesia.
Mío Cid que sería como una arenga para exhortar a los castellanos a estar en todo
Impulsado sin duda por estos sentimientos, Pero Abat ideó un Cantar siguiendo
dos líneas o frentes: la del arquetipo de nobleza, en torno al Cid, respetuoso siempre con
el Rey, y la de los nobles castellanos faltos de toda dignidad, los Ansúrez-Beni Gómez,
idealización poética antes que con rigor historicista. El Rey no tenía que tener tacha; ha
del Cantar. Pero Abat se sirvió de Alfonso VI para elaborar artísticamente el panegírico
del Rey, que debe aplicarse a Alfonso VIII que subyace en la mente del autor como
Para desarrollar la primera línea, trató la figura del Cid con nueva visión
amoldándola a su plan poético. Es decir, no recogió la vida del Cid con fidelidad
histórica al modo de la Historia Roderici, sino que elaboró un Cid que sirviera a sus
Para elaborar la segunda línea o frente, le bastó a Pero Abat recoger la repulsa
que sentía el pueblo castellano hacia el detestado personaje, don Pedro Fernández de
Castro, y lanzarlo contra sus antepasados, los Ansúrez-Beni Gómez, siguiendo un plan
completamente novelesco.
Con estos materiales, Pero Abat escribe un drama o cantar en tres actos o
cantares:
travesía por Burgos con los bellos episodios novelescos de la niña de “nuef años”, el
cuento de las arcas y la despedida de San Pedro de Cardeña. Ya en el destierro, canta las
hazañas del Cid sin seguir precisamente la historia: elaborando la narración de este E a
del Jalón, del Jiloca, del río M artín, hasta llegar a la costa levantina.
II. En el segundo acto o cantar, versos 1085-2277, cantan las últimas gestas del
Cid con la conquista de Valencia. Aparece el Obispo don Jerónimo. La mujer y las hijas
del Cid obtienen permiso del Rey para ir a Valencia. Defensa de Valencia por el Cid. El
Cid alcanza el perdón del Rey. Aunque a regañadientes, el Cid acepta el matrimonio de
sus hijas con los Infantes de Carrión y se celebran solemnemente las bodas.
III. En el tercer acto o cantar, versos 2277-3733, se contraponen los dos frentes
o bandos: el del Cid, en la cumbre del poder y de la gloria, frente al de los Beni-Gómez.
Para ello, se narra el miedo de los Infantes de Carrión en el episodio del León y la
cobardía de los Infantes en la guerra que despierta la rechifla de los demás guerreros.
Los Infantes no aguantan las pullas y piden irse a Carrión con sus mujeres. Se sucenden
entondes el relato novelesco de la afrenta de Corpes, las Cortes de Toledo y los juicios
honra y grandeza del Cid que llega a casar a sus hijas con los infantes de Navarra y
En mayo de 1207, terminó Pero Abat de escribir el Cantar que, sin duda,
significaba una vigorosa exhortación al pueblo castellano para unirse y arropar a su rey,
Alfonso VIII, que preparaba una nueva confrontación contra los almohades, que se
parecidos fueron los supuestos que motivaron al autor del Cantar para elaborar un
Cantar que moviera a los castellanos a ponerse a disposición del Rey para ayudarle en
castellana de los Ansúrez-Beni Gómez, a cuyo linaje pertenecía don Pedro Fernández de
Castro que había despertado la aversión de los castellanos, a finales del siglo XII y
2. El tema relacionado con los infantes de Carrión (episodio del león en la corte
4. El tema cidiano tenía que ser un noble soporte y no entraba en los planes del
noticieros anteriores.
correrías por el Jalón y la toma de Alcocer, entre otros, obedecen a un canto noticiero
no por eso lo trató con fidelidad histórica. Ciertamente, los personajes y las gestas del
Cid tienen raíces históricas pero el tratamiento es poético y novelesco. Pero Abat no
trató de escribir un canto heroico relatando con estricta fidelidad histórica los
las fuentes documentales que pudo tener a mano, sino elaborar una obra de arte. Y, en
una obra de arte, hay que ordenar los elementos conforme a un plan artístico para el cual
tiempo para conseguir mayor perfección artística, al menos la perfección artística que el
poeta pretende y a la cual tiene perfecto derecho. Así ocurre con las dos derrotas
históricas del conde de Barcelona, reducidas a una; con los altibajos respecto al rey
Alfonso VI, que se transforman en una enemistad que poco a poco va deshelándose
hasta conseguir el perdón y el honor ante el rey; con los dos fracasos de ayuda al
posteriormente; con la meta de Valencia, como colofón de todo el quehacer bélico del
Cid; etc.
como los numerosos e intrincados en favor y en contra de los reinos moros y cristianos
en tierras aragonesas, que entorpecerían al plan artístico del Cantar. Todo eso explica
He aquí el escalonamiento o hilo conductor del poeta tan pronto como pisa tierras no
b) Cuenca del Jalón: incursiones por Fariza, Cetina, Alfama, la hoz del Jalón,
Bubierca, Teca, Terrer, Alcocer; y lucha contra Fáriz, Tamín y Galve, sin duda,
estar siempre con el Cid) al rey Alfonso que, poco a poco sin altibajos como en la
historia, va mirando con mejores ojos al Cid hasta concederle su amistad y su favor, que
reconocimiento pleno del Rey y tanto honor que puede entroncar a sus hijas con los
El resto del Cantar, que constituye la mayor parte, es novelesco inventado por
el autor para urdir la despiadada sátira contra los Ansúrez-Beni Gómez. Forman parte de
esta sátira el episodio del león en la corte de Valencia, el matrimonio de las hijas del Cid
con los infantes de Carrión, la afrenta de Corpes, las Cortes de Toledo, los juicios de
Carrión. Ciertamente los denostados Ansúrez-Beni Gómez tienen raíces históricas pero
Diego y don Fernando fueron hijos de don Gonzalo y sobrinos del famoso don Pedro
Ansúrez, pero, históricamente, los infantes de Carrión ni se casaron con las hijas del Cid
ni hubo “posibles esponsales” y hasta pudo suceder que don Diego y don Fernando
Y claro que existieron las hijas del Cid, doña Cristina y doña M aría; pero el
poeta las transformó en las novelescas doña Elvira y doña Sol para llevarlas sin trabas
movería mejor su inspiración con un abad no histórico llamado Sancho. M ejor así, para
relatar sin cortapisas históricas las bellas escenas en el monasterio de San Pedro de
Cardeña.
de inspiración pudo ser un cuento de la Disciplina Clericalis, de Pedro Alfonso) con las
que M artín Antolinez engaña a los próceres burgaleses Raquel y Vidas que no eran
tiempos del Cid había judíos en la villa de Burgos (inferius plebs Iudeorum incolebat,
habitaban los nobles y donde M artín Antolínez encuentra a Raquel y Vidas. El episodio
de las arcas es un cuento en el que Pero Abat se burla de los fabulosos próceres
burgaleses Raquel y Vidas con una treta semejante a las que se usarían en los tratos
codiciosos.
Y, quizá sobre una raíz histórica, las escenas novelescas de la despedida en San
Pedro de Cardeña.
asonancia monorrima, es decir, por versos que no tienen igual número de sílabas y
riman en asonante.
Además, los versos son también bimembres: están divididos por una pausa o
Según M enéndez Pidal, "de las diez clases de hemistiquios que ofrece el Cantar
de Mío Cid, sólo tres aparecen con alguna frecuencia: los de 7 sílabas (39,4%), los de 8
Estas características de los versos de los cantares de gesta españoles es una de las
notas que los diferencia de los metros de la épica francesa que poseen mayor
regularidad.
Los versos del Cantar están agrupados formando tiradas abiertas de asonancia
monorrima, llamadas series o laisses, de un número variable de versos: hay series que
Hemos observado también que, entre serie y serie, aparecen con frecuencia dos
versos con rima distinta, como los 15-16, 720-721, 820-821, 1385-1386,..., que
Hemos dicho que las series o laisses del Cantar son de asonancia monorrima, es
decir, sólo son iguales los sonidos vocálicos a partir de la última vocal acentuada del
verso.
..........
............
.........
.........
..........
......
.........
Sin duda, las normas para la rima no eran tan exigentes como lo serían más tarde;
por eso, las rimas en ó y en á que acabamos de ver podían formar asonante con ó...e y
gesta. Por esa razón, M enéndez Pidal, para regularizar las rimas en ó y en ó...e, que
aparecen en la misma serie, interpreta así los ejemplos anteriormente citados, versos 16
al 21.
En los que admite una -e paradógica en sone y una -e etimológica en los otros
versos.
Y, de la misma forma, las rimas en á con á ...e de una misma serie, versos 325-
manuscrito.
explica porque ue no era más que una realización bimatizada de la ŏ tónica latina y,
mientras los hablantes y poetas no fueran capaces de identificar cada una de esas
bimatizaciones con las vocales u y e, no eran más que eso: realización o pronunciación
tenían por qué encontrar dificultades para rimar o con ue, que era la realización o
pronunciación de la ǂ.
Por ese motivo, se encuentran rimas con versos asonantados en ó...o y en ue...o
128:
Los montes son altos, las ramas pujan con las nues,
.......
en el Cantar.
internas entre el primer hemistiquio y el segundo. Según De Chasca, de los 3730 versos
Aunque la mayor belleza del Cantar se encuentra en el vigoroso realismo con que
trata los sentimientos humanos, no por eso está desprovisto de otros recursos literarios
La barba bien poblada era uno de los ornamentos más estimados del noble
caballero. Es natural que la del héroe sea hermosa, bella, majestuosa. Algunas veces,
como en este verso citado y en el 930, funciona junto con la barba, como sinécdoque:
Esta figura literaria se usaba en la épica Francesa, uso que pudo influir en Pero
Roland.
Hay bellas sinécdoques también en los versos 16, 79, 419, 433, 489, 1612, 3328,
Y esta otra que es todo un acabado retrato del infante don Diego:
Usa también la metonimia, designar una cosa con el nombre de otra con la que
interés del público. Recuérdese el empleo de verbos como odredes, veríedes, para dar
O el uso del indefinido tanto, vv. 727, 1987, 2207, también de influencia francesa,
Son fórmulas muy usadas por el poeta los añadidos la mayor, la clara, la casa, la
grand, aplicados en las ciudades. Con esos dictados añadidos, el autor no quería
distinguirla o diferenciarla de alguna otra ciudad, sino salir airoso de las dificultades que
podía encontrar en el metro, en el ritmo y en la rima del verso. Suelen ir siempre al final
Es singular la capacidad descriptiva que tiene Pero Abat. Cada expresión es una
movimiento:
Parece que es una fórmula esteriotipada porque Pero Abat la había usado ya casi
En éste y en otros casos, usa el poeta el artículo con función deíctica. Aunque hoy
no se use, los respetamos en nuestra edición para conservar ese agradable sabor arcaico
que tiene el Cantar, como ocurre en el bellísimo primer verso del comienzo:
concepto que recoge la realidad con exactitud; el autor los usa con un sentido poético.
O el verso 1209:
Esos números no responden a una realidad histórica porque no fueron esos los
tiempos que dedicó el Cid para someterlas o cercarla. Es evidente que, sobre unas raíces
flasch-back, que usa con tanta fortuna en versos como 2741-42 y 2753.
escorzo para llegar al alma de los oyentes bien seguro de la emoción que ha de suscitar.
Del Cantar de Mío Cid y de la Chanson de Roland, puede decirse lo que F.J.W.
von Goethe decía del teatro de Calderón y del de Shakespeare: "Calderón, colocado en
humanidad. Shakespeare nos presenta el racimo maduro tal como le ofrece la cepa;
elaborarlo y saborearlo cuando esté transformado en dulce licor... Calderón no deja nada
al arbitrio y voluntad del espectador; nos da un licor refinadamente elaborado y hay que
del medievo, sus creencias, sus costumbres, sus gestas, sus prodigios, sus conocimientos
mundo idealizado que hay que aceptar si queremos saborear el licor que nos ofrece.
El Cantar de Mío Cid, en cambio, discurre por una línea más realista, más en
sentimientos que se mueven siguiendo la racional, aunque bellísima, estructura que les
El autor del Cantar de Mío Cid no sublima el quehacer heroico de los héroes hasta
ese mundo de alta esquematización de la Chanson. Incluso se nos antoja que la realidad
histórica del Cid es más grandiosamente heroica, más inalcanzable, que la realidad
poética del Cantar. Es más difícil para nosotros acercarnos a aquel "milagro de los
3
Cfr. Menéndez Pelayo, Historia de las ideas esteticas, IV, p. 103.
grandes milagros del Señor", como dice Ben Bassan, que al Cid del Cantar tan
Los personajes y los sentimientos del Cantar son el reflejo de la naturaleza humana.
Nacen de ella y se manifiestan con la sublime sencillez de esa misma naturaleza, tan
profunda, tan rica y con tantos arrestos para salir airosa de las vicisitudes sin necesidad
En el Cantar de Mío Cid vibramos con el relato. Sentimos que la peripecia de los
personajes son como un bello reflejo de nuestra peripecia humana, pero resueltos con
atenazados por la necesidad, por el ostracismo, por el desamparo de los que nos rodean!
acontecimientos, y hasta sacar fuerzas para levantar el ánimo de aquellos pocos que nos
acompañan en la des gracia: Albricias, Alvar Fáñez, que echados somos de tierra, dice
Vibramos también con los sentimientos familiares hacia su mujer y hacia sus hijas;
amor profundo y sincero como si fuera carne de su carne. Tal, al despedirse en San
Entrañable despedida, en donde se rompe el alma y la boca sólo dice lo que siente el
corazón.
Porque hay que ganar el pan, hay que vivir, hay que vencer la adversidad. Y sin
milagros, con el esfuerzo de cada día, echando un pulso y venciendo sin descanso al
mundo hostil que nos rodea, que a tal nos empuja frecuentemente la lucha por la vida: a
vencer o a perecer.
juego que vienen impuestas por la sociedad. Quien rompe las reglas del juego será... un
nobleza ante el Rey respetando la ley, aunque te sientas tan fuerte como la ley. El héroe
del Cantar necesita entrar en comunión con la sociedad mediante el respeto a la ley o al
Rey que la representa, y llegar hasta las más altas cumbres de la jerarquía social, hasta
social, y acude con energía indomable a todos los procedimiento que le ofrece la ley,
llámense cortes de Toledo o juicios de Carrión, para alcanzar justicia y lavar su honra
Cree en Dios el Cid o el autor del Cantar que para el caso es lo mismo. Cree en
Dios, en su divina providencia. Pero no se deja llevar de una quietud determinista. Dios
es la Causa Primera que crea el mundo conforme a unas leyes y lo preside respetando
esas leyes. Son los seres, según su naturaleza, las causas segundas, los que van
conformando ese mundo. Por eso el Cid, asentado el principio de Dios, actúa en el
ordenamiento social en el que le toca vivir consigue llegar hasta las más altas esferas.
dignidad, de genio militar; lleno de autoridad ante sus tropas, de prestigio ante amigos y
enemigos; generoso con todos; esforzado en las batallas y apacible con los vencidos;
El Cid es como el eje en torno al que se mueve el resto de los personajes. Aún así,
éstos aparecen tratados con rasgos suficientes y vigorosos como para definir el carácter
a la postura pusilánime de los burgaleses. Hay momentos en que hay que arriesgarse
generosamente por alguien, por algún noble principio, arrostrando el poder que pende
sobre nosotros. Y con prudencia, en el momento oportuno, que así será eficaz y se
Acabado es el retrato que hace el poeta de Pero Bermúdez, apodado Pero M udo por
su tartamudez. Con pocos versos nos le ha metido en el corazón con toda su palpitante
prudente, siempre certero y fiel intérprete del Cid tanto para planear las batallas como
una tierna doncellita. La ingenuidad de una niña movería las telas del corazón del
caballero armado. Al Cid se le partió el alma y aceptó el más bello de los vencimientos
El abad don Sancho es otro personaje sobre el que se ha volcado la simpatía del
libertad con que se mueve. Si comparamos las escenas que se desarrollan en la abadía
monacal, todo es libertad, alegría, gozo, entusiasmo, generosidad. Allí, el temor al Rey
no dejaba cabida para la expansión del amor; aquí, el amor y el entusiasmo no dejaban
Pero, en el corazón del autor del Cantar no sólo anidaban el amor y la simpatía por
el Cid y los personajes que se mueven en la línea de los héroes. De la pluma del autor
brotan también la repulsa y la animadversión hacia los personajes que soportan la línea
de los antihéroes: los Beni Gómez. Tan pronto como entran en escena, aparecen las
tintas demoledoras; según avanza la narración, se intensifican sin piedad los trazos para
ir ofreciéndonos cuadros, como un Quevedo o un Goya, en los que aparecen los odiados
personajes abrumados por la repulsa implacable del autor. Como resultado, aparece un
rivales de la más baja ralea, avaros hasta la ruinidad, inmisericordes, fatuos, glotones,
despectivos,...
El autor del Cantar va pintando la escarnecedora repulsa contra los personajes del
bando enemigo ya con relatos extensos, como la Afrenta de Corpes, ya con trazos
breves pero llenos de fuerza para plasmar la denigrante caricatura. Así, con don Asur
Son unos ejemplos nada más que muestran la vigorosa capacidad del autor para
caracterizar a los personajes del Cantar.
1. LAS ARMAS .
fresno, el asta, rematada por un "hierro tajador", terminado en punta y con bordes
afilados. A veces, a esta parte de metal, se llamaba también lanza. En la parte de unión
del asta de madera con el hierro, se colocaba una banderola llamada pendón, que
aumentaba los efectos mortíferos al penetrar junto con el hierro en los cuerpos
chorreara la sangre por el asta y el codo abajo al regresar el caballero de la guerra con la
También las espadas podían chorrear sangre después de haber sido empleadas en
La espada. La espada era una hoja ancha de acero, de unos 50 mm. a 75 mm., de
doble filo, con una canal en el medio. Esta canal aligeraba el grosor, permitía la mejor
penetración, facilitaba la entrada del aire empozoñado y por ella corría la sangre hasta el
En los siglos XI y XII, no tenían punta aguda ya que era muy difícil perforar las
mallas de la loriga; se empleaba más bien para los tajos. El vigor del brazo de los
guerreros y los filos tajadores eran capaces de cortar al enemigo en dos, hazaña que hoy
La espada, como el caballo, era una de las armas más estimadas por el caballero.
Podía llegar a ser riquísima por el valor de las joyas y reliquias que adornaban la
manzana y el arriaz. En los versos 1100 y 1426, dice el Cantar que valía 1000 marcos.
Cada caballero tenía que tener por lo menos dos espadas; al peón, le bastaba una. Una
de las espadas, larga y acanalada para los tajos, se llevaba colgada en el arzón; y otra,
Además de otras espadas, el Cid tuvo las dos famosas llamadas Colada (¿acero
colado?), ganada al conde catalán don Remón; y Tizón (¿"tizón", "ardiente espada"?)
que arrebató al moro Búcar a quien venció con la espada Colada de un tajo desde el
yelmo a la cintura:
loriga.
escamas o anillos cosidos para proteger el pecho y la espalda. Por abajo, se prolongaba
hasta la rodilla y se dividía en dos, por delante y por detrás, para poder montar a
horcajadas. En el siglo XII, se fabricaban ya con dos o tres mallas. Las llevaban sólo los
para que el tejido metálico no hiciera daño al cuerpo del guerrero. Como la loriga,
El yelmo era una especie de casco ovoide o cónico que protegía la cabeza. Solía ir
adornado con chapas de plata y guarnecido con un arco metálico prolongado hacia abajo
en su parte anterior, el nasal, para proteger la nariz. Se ataba al almófar con lazos de
Debajo del almófar, se ponía la cofia que era una especie de gorro que recogía el
pelo y protegía la cabeza del almófar y del yelmo. Como el almófar iba muy ajustado,
dejaba señales de las mallas sobre la cofia e incluso sobre la cara, visibles cuando el
El capillo era una especie de capucha que tapaba la cabeza. Parece que se
colocaba en vez del yelmo cuando no se acudía precisamente a la guerra, como lo hace
el Cid para ir a las Cortes de Toledo. M ás adelante, parece que tiene un sentido análogo
al yelmo.
Otra arma defensiva es el escudo. Era de tabla y se cubría de cuero. Tenía forma
redonda, de uso más antiguo, primera mitad del siglo XI, o alargada, de unos 1,20 m por
El escudo llevaba en el centro una guarnición de metal llamada bloca, que podía
estar adornada con materiales preciosos. El escudo solía llevar adornos en el anverso:
figuras geométricas cuyos lados partían del centro o del eje central a los bordes. El del
La bloca era la parte más saliente del escudo, con figura de cara de hombre o
animal, cuya boca ocupaba el centro y de ella salían radios de metal hacia los bordes.
Cuando no se peleaba, se llevaba el escudo colgado al cuello con unas correas que
Los árabes usaban adargas, que eran escudos más pequeños y sólo de cuero.
estar adornados con oro y pedrería, así en las solemnes Cortes de Toledo:
También se protegían las piernas con calzas y con botas. Las calzas o medias se
prolongaban hasta la cintura. Andando el tiempo, se dividieron en dos partes: las medias
propiamente dichas que llegaban hasta las rodillas y las calzas, especie de pantalones
que descendían hasta las rodillas. Para sujetar la parte superior de las medias con la
parte inferior de las calzas, se usaban unos cordones cuya adecuada compostura tanto
Las botas, llamadas vesas o huesas en el Cantar, eran altas y fuertes para proteger
las piernas, propias para campañas, viajes o caza. Se ponían encima de las calzas. A
veces, como nos indica el Cantar, v. 820, se usaban para llevar dinero o materiales
preciosos:
espolear al caballo. En el siglo XI, el acicate era puntiagudo y arrancaba de una esfera
que le unía con la espiga. En el siglo XIII, aparece de forma de rodajuela. La espuela se
El caballero tenía que disponer de un caballo fuerte y corredor para las batallas.
tenía un palafrén, caballo más ligero, que usaba en los desplazamientos, y una acémila
La sillas de montar que usaban los del Cid eran gallegas, más seguras, provistas
de dos arzones o fustes que sujetaban a los guerreros para no caer del caballo en los
En cambio los catalanes usaban sillas coceras, más inseguras, propias para
correr.
Los árabes montaban en sillas jinetas de altos borrenes, estribos más cortos y
bridas también más cortas que los bridones de los caballos de los cristianos.
2. LOS VESTIDOS.
La camisa era la primera prenda que se ponían. Sobre la camisa, se vestía el
brial, que era una especie de túnica que usaban tanto los hombres con las mujeres. Solía
ser de seda. Cuando el brial llevaba adornos entretejidos con oro, se llamaba ciclatón.
El brial llegaba hasta los pies y se hendía por delante y por detrás para poder
cabalgar.
Sobre el brial, se ponía la piel o pellizón, que era un vestido de piel de armiño o
de conejo o de cordero. Era más corto que el brial, con mangas muy anchas. Estaba
forrado por el exterior con seda, guardando el pelo por el interior. Era una prenda que
usaban también tanto los hombres como las mujeres. Según el Cantar, la piel del Cid iba
Las piernas iban cubiertas con calzas y los pies con zapatos que podían ser
texto que, respetando lo más posible el original, ofreciera una versión modernizada para
Sabemos que es ardua la empresa pero había que dar respuesta y contribuir con
Es evidente que, respecto a las grafías y sonidos del original, hemos tenido que
las grafías u y v. Este último sonido solía transcribirse hasta la tercera decena del siglo
XIII generalmente con u. El uso ya de la grafía v nos impide colocar la copia antes de la
cuarta decena del siglo XIII. En nuestra edición seguimos la grafía actual.
El sonido palatal lateral / L / podía transcribirse con una grafía l o con dos ll; en el
copia hacia 1235, la doble grafía ll barrería prácticamente a la sencilla l para representar
4
Para las grafías del original, cfr. nuestra transcripción paleográfi ca: El CANTAR DE MIO CID,
vol. I.
De manera parecida, la palatal nasal /¼ / se transcribía con una n sencilla o con dos
nn. En el manuscrito abundan más éstas que aquellas. A partir de hacia 1235, la doble
grafía nn para la palatal nasal, escrita con una n y un rasgo de abreviatura encima, tiende
a usarse prácticamente de manera general lo que nos impide colocar la fecha de la copia
más allá de hacia 1240. En nuestra edición, transcribimos ese sonido con ñ.
generalmente con i, muy pocas veces con j larga y menos con g. Con el tiempo estos
sólo después de o y no siempre cuando la vibrante era múltiple; se suele usar también R
razones que nos impiden colocar la copia del manuscrito después de hacia esa época.
aparecen en el texto, que dan al Cantar ese ritmo, ese tono arcaizante lleno de encanto y
agradable rusticidad. Por ese motivo no hemos caído en la tentación de dividir los
metro y el ritmo propios de un cantar de gesta en metro y ritmo propios de los romances
de época posterior.
Hemos conservado también la rima, incluso en aquellos casos, como ue con ó, que
obligado a echar mano de una palabra distinta para conservar la rima que, sin duda,
Siguiendo el Cantar, mantenemos las rimas de ó con ó...e y las de á con á ...e. Ya
ejemplo, v. 82.
que debíamos sustituirla por una actual, procurando que no rompiera el metro, el ritmo
todo la e.
Sin duda, el campo semántico de algunas palabras, como los verbos ser y haber,
eran más extensos que en la actualidad; hoy, parte del campo semántico que tenían esos
verbos se expresa con otros como estar, existir, nacer, tener, ... Con todo, los
conservamos generalmente en nuestra edición movidos por las siguientes razones: por ir
al final del verso y exigirlo la rima; porque no entrañan mayor dificultad para el lector
Otras palabras, como la conjunción cuando con valor final, por ejemplo, v. 3206,
condicional, por ejemplo vv. 3235, 3263, han podido modificar su función. La
De otras, por ejemplo essora, v. 3209 creemos que es justificado dar la versión de
"entonces".
Perífrasis tales como pagarle hemos las transcribimos por "le pagaremos".
Los nombres propios solían escribirse con minúscula y hasta con grafía distinta a
la actual: mio Çid, Rachel, ximena,...; evidentemente los transcribimos con mayúscula y
Las posibilidades del Cantar, incluso respecto a los géneros, son tan fecundas que
no por ello se desvirtúa el Cantar; al fin de cuentas, el juglar era una especie de actor
que, sin duda, se multiplicaba y adecuaba su voz según los personajes que representaba.
Esa razón y los ruegos de los que desearían escenificar algunos episodios nos ha
movido a añadir el nombre del narrador y el de los distintos personajes que intervienen
Ponemos entre paréntesis el texto reelaborado que pertenece a los folios que
faltan; de la misma manera, van entre paréntesis las aclaraciones que encabezan las
series.
Permítasenos terminar diciendo que hemos hecho esta versión modernizada con
13
TEXTO MODERNIZADO
(En el manuscrito, falta la primera hoja, unos 50 versos. Es posible que en ellos
se relataran las causas del destierro del Cid y los preparativos para la salida de Castilla.
Podemos rellenar esta laguna, como lo hace Menéndez Pidal, sirviéndonos de la Crónica
1
El relleno de la laguna ha de considerarse con mucha precaución porque ni responde con exactitud
a la historia del Cid ni a la línea estructural del Cantar. Basta observar que en el texto de dichas crónicas
alientan ya aspectos de leyenda de época posterior. Hay que lamentar la pérdida de este primer folio. Como
contrapartida, por suerte, son tan bellos los versos con que comienza el Cantar que es difícil imaginar otro
pórtico mejor.
1
(El Cid sale de Vivar para el destierro).
Narrador
1 De los sus ojos tan fuertemente llorando*,
Tornaba la cabeza y estábalos catando*.
Vio puertas abiertas y postigos* sin candados,
Alcándaras* vacías, sin pieles y sin mantos,
5 Y sin halcones y sin azores mudados*.
Suspiró mío Cid pues tenía muy grandes cuidados*.
Habló mío Cid, bien y tan mesurado:
Cid
-¡Gracias a ti, señor padre, que estás en alto!*
-¡Esto me han vuelto* mis enemigos malos!
2
(El Cid ve agüeros en la salida).
Narrador
10 Allí piensan aguijar, allí sueltan las riendas.
A la salida de Vivar, tuvieron la corneja diestra,*
Y, entrando en Burgos, tuviéronla siniestra.
M eció mío Cid los hombros y movió la cabeza:
Cid
Narrador
Burgaleses
(Nadie da hospedaje al Cid por temor al Rey. Sólo una niña de nueve años pide al Cid
que se vaya. El Cid acampa en la glera del río Arlanzón).
Narrador
Niña
Narrador
Pagóse mío Cid el Campeador y todos los otros que van a su servicio.
Martín Antolínez
Narrador
Cid
Narrador
(Encuentro y trato con Raquel y Vidas y conclusión del trato en la tienda del Cid).
Martín Antolínez
Narrador
Martín Antolínez
Narrador
Raquel y Vidas
130 ¿O* qué ganancia nos dará por todo este año?
Narrador
Martín Antolínez
Narrador
Raquel y Vidas
M artín Antolínez
Narrador
Raquel y Vidas
Narrador
Martín Antolínez
Yo de eso me pago*.
Narrador
Raquel y Vidas
Nos de esto nos pagamos.
Narrador
Cid
Narrador
Martín Antolinez
Narrador
10
Raquel
Cid
180 Pláceme,
Narrador
dijo el Cid,
Cid
Narrador
Martín Antolínez
11
Narrador
Raquel y Vidas
Narrador
Cid
Martín Antolínez
12
Narrador
Cid
13
Narrador
Martín Antolínez
Narrador
14
Jimena
15
Narrador
Don Sancho
Narrador
Don Sancho
Narrador
Dijo el Cid:
Cid
Narrador
Jimena
16
Narrador
Cid
282' Que aun con mis manos case estas mis hijas,
17
Narrador
18
(El Cid acoge a los nuevos caballeros y dispone la partida de San Pedro de
Cardeña).
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Jimena
Narrador
Cid
Narrador
Minaya
Cid, ¿dó son vuestros esfuerzos?* ¡En buena hora nacisteis de madre!
Narrador
Minaya
Narrador
19
Ángel
Narrador
20
21
22
(El Cid invade las tierras del rey de Toledo, tributario del rey don Alfonso).
Cid
Narrador
23
Minaya
Cid
Narrador
Cid
24
Minaya
25
(Reparto del botín y venta del quinto del Cid a los moros).
Narrador
Cid
26
(El Cid abandona a Castejón y se dirige a las tierras del valle del Jalón).
Narrador
27
28
29
(Conquista de Alcocer).
Habitantes de Alcocer
585 Antes que le prendan los de Terrer, si no, no nos darán de ello nada;
Narrador
Habitantes de Alcocer
Narrador
595 Vio que entre ellos y el castillo había una gran plaza;
Cid
Narrador
30
Cid
31
32
Narrador
Mensajero
Narrador
Tamín
Narrador
33
34
(Plan de campaña: el Cid ordena a sus caballeros; Pero Bermúdez lleva valiente
mente la enseña).
Cid
Narrador
Minaya
675 ¡En el nombre del Criador, que por nada quede ya!*
Narrador
Dijo el Campeador:
Cid
A mi guisa hablasteis;
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Bermúdez
Narrador
Dijo el Campeador:
Cid
Narrador
Pero Bermúdez
Narrador
Dijo el Campeador:
Cid
35
(Los del Cid socorren a Pero Bermúdez que lleva la enseña al grueso de los moros).
Narrador
Cid
Narrador
36
(Descripción de la batalla).
Moros
¡M ahoma!
Narrador
Y los cristianos:
Cristianos
¡Santi Yague!*
Narrador
37
38
Cid
Narrador
39
40
Dice M inaya:
Minaya
Narrador
785 Tantos moros yacen muertos que pocos vivos han dejado,
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Minaya
41
Cid
42
Narrador
43
Cid
44
(Venta de Alcocer).
Narrador
45
46
(El Cid deja el valle del Jalón y entra en las tierras del Jiloca).
Moros
Narrador
47
Rey
Minaya
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
¡M ucho es mañana*,
48
Narrador
Minaya
49
Rey
Narrador
Cid
50
Narrador
51
(Regocijo del Cid).
Cid
52
Narrador
53
54
(El Cid se asienta en el puerto de Alucat. Siguen las incursiones por Huesca y
Montalbán)
Cid
Narrador
55
(El conde de Barcelona se entera de que el Cid le corría la tierra amparada bajo
su protección).
Narrador
56
Conde
Narrador
Cid
Narrador
Repuso el conde:
Conde
Narrador
57
Cid
58
Narrador
1000 Todos están preparados, cuando mío Cid esto hubo hablado;
59
Conde
60
Narrador
Cid
61
Narrador
Conde
Narrador
62
Dijo M ío Cid:
Cid
Narrador
Conde
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Conde
Narrador
Conde
Narrador
Cid
Conde
63
Narrador
64
Narrador
65
(Toma de Murviedro).
66
(Los moros de Valencia cercan a Murviedro. El Cid pide refuerzos y arenga a sus tropas).
Cid
Narrador
Cid
67
68
Narrador
Minaya
Narrador
Cid
Narrador
69
70
71
72
73
Cid
74
Narrador
75
(El rey de Sevilla, que intenta recobrar Valencia, es derrotado por el Cid).
76
Cid
Narrador
A todos les dio en Valencia casas y heredades con que son pagados;
Advierte mío Cid que, con los haberes que habían tomado,
/ le besase la mano*,
Cid
Narrador
Minaya
Consejo es acertado.
77
(El Cid pasa lista de los suyos y envía a Minaya con presentes al rey, pidiendo
que deje salir a la mujer y a las hijas del Cid).
Narrador
Cid
1280 De tal guisa irán por ellas que con gran honra vendrán
Narrador
Minaya
De buena voluntad.
Narrador
78
Cid
79
Narrador
80
81
82
Minaya
Narrador
Rey
Narrador
García Ordóñez
Narrador
Rey
Narrador
Minaya
Narrador
Rey
Pláceme de corazón.
Narrador
Rey
Narrador
Infantes
Narrador
Rey
Narrador
83
1385 Los infantes de Carrión dando iban compaña a M inaya Álvar Fáñez:
Infantes
Narrador
Minaya
Narrador
Minaya
Narrador
Jimena
Narrador
Minaya
M ientras que fuéremos por sus tierras, conducho nos mandó dar.
Narrador
Minaya
Narrador
Raquel y Vidas
Minaya
Narrador
Raquel y Vidas
¡El Criador lo mande!
Narrador
Abad
Narrador
Repuso M inaya:
Minaya
Lo haré de voluntad.
Narrador
Cid
Narrador
Abengalbón
Narrador
Muño
Narrador
Dijo Abengalbón:
Abengalbón
Lo haré de voluntad.
Narrador
1495 Envió dos caballeros M inaya Álvar Fáñez que supiesen la verdad;
Caballero
Narrador
Minaya
Vamos a cabalgar.
Narrador
Abengalbón
84
Narrador
Minaya
Narrador
Dijo Abengalbón:
Abengalbón
Narrador
85
86
Jimena
Narrador
Cid
Narrador
87
88
Yusuf
Narrador
89
90
(Alegría del Cid y temor de doña Jimena. El Cid goza ya de la victoria que le
proporcionará rico botín que ofrecerá a su mujer).
Cid
Narrador
Jimena
Cid
Jimena
Cid
91
(El Cid tranquiliza a su mujer y a las dueñas, y hace votos por la victoria).
Narrador
Cid
Narrador
Cid
Narrador
92
(Primeros enfrentamientos).
93
Cid
1690 Los atacaremos en el nombre del Criador y del apóstol Santi Yague*;
Narrador
Caballeros
De amor y de voluntad.
Narrador
Minaya
Narrador
Cid
De buena voluntad.
94
Narrador
D. Jerónimo
Narrador
Cid
95
(Se entabla la batalla. Yusuf es derrotado. Captura de un rico botín. El Cid dota
a las dueñas y reserva la tienda de Yusuf para el rey Alfonso).
Narrador
1719-20 Álvar Álvarez y M inaya Álvar Fáñez entráronles del otro cabo*;
Cid
Narrador
Jimena
Narrador
Cid
Narrador
M andó mío Cid Ruy Díaz, que hincada estuviese la tienda en el campo*
Cid
Narrador
96
Cid
Narrador
Cid
97
Narrador
98
99
(El Rey recibe con benevolencia la embajada. García Ordóñez no puede reprimir
la envidia).
Narrador
Rey
Recíbolos de grado.
Narrador
Don García
100
Narrador
Rey
101
(Los infantes de Carrión piden las manos de las hijas del Cid).
Narrador
Infantes
Narrador
102
(Los infantes de Carrión proponen al Rey la solicitud de matrimonio con las hijas
del Cid. El Rey trata el asunto con Minaya y Pero Bermúdez, y pide vistas con el
Cid, que comunica por escrito la respuesta al Rey).
Infantes
Narrador
Rey
Narrador
Rey
Narrador
Minaya
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Dijo M inaya:
Minaya
De alma y de corazón.;
Narrador
Cid
¡Gracias al Criador!
Narrador
Cid
Minaya
Narrador
Cid
Pláceme de corazón.
Minaya
Narrador
Dijo M inaya,
Minaya
Cid
Narrador
103
(El rey fija el plazo y se hacen los preparativos para las vistas en Toledo).
Rey
Narrador
104
(Preparativos para las vistas. El Cid sale de Valencia. Encuentro con el Rey a orillas
del Tajo. El Cid alcanza el perdón del Rey. Alfonso pide al Cid que autorice los
esponsales de sus hijas con los infantes de Carrión. Regalos del Cid. El Rey le entrega
a los infantes).
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
Esto haré de alma y de corazón.
Narrador
Cid
Gracias, yo lo recibo, don Alfonso mi señor;
Narrador
Cid
Esto agradezco al Criador
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
No es aguisado hoy;
Narrador
Infantes
Narrador
Cid
¡Así lo mande el Criador!
Narrador
Rey
Cid
Narrador
repuso el Campeador,
Cid
Rey
2090 Gracias,
Narrador
dijo el Rey,
Rey
Narrador
Rey
Desde aquí las prendo por mis manos, doña Elvira y doña Sol,
Narrador
Cid
Narrador
Las palabras son dadas: que otro día de mañana, cuando saliese el sol*,
Rey
Cid
Narrador
Cid
105
(El Cid no quiere entregar personalmente a sus hijas; se nombra a Álvar Fáñez
como padrino).
Nombrad manero* a quien las dé, cuando vos las toméis allá;
Rey
Narrador
Minaya
106
Narrador
Cid
Narrador
Rey
107
(Invitación del Cid a las bodas. Los infantes son encomendados a Pero Bermúdez
y a Muño Gustioz).
Narrador
Caballeros
Narrador
Cid
108
Narrador
Jimena
Cid
109
Narrador
Jimena
Hijas
110
Cid
111
Narrador
Cid
Narrador
Minaya
Narrador
Minaya
Narrador
2275 Que se pague de ese casamiento mío Cid o el que lo hubo en algo*!
112
(Episodio del león en la corte de Valencia. Miedo de los infantes y serenidad del Cid).
Narrador
Diego
Narrador
Cid
Narrador
113
114
(Miedo de los infantes antes de la batalla. El Cid se muestra indulgente con ellos).
Infantes
Narrador
2325 Vino con estas nuevas a mío Cid Ruy Díaz el Campeador:
Muño
Narrador
Cid
(Falta una hoja en el Códice. La Crónica de Veinte Reyes alude a este episodio
que falta en el Cantar. Lo recogemos en versión modernizada).
«Mientras ellos hablaban de esto, envió el rey Búcar a decir al Cid que dejase
Valencia y se fuese en paz; si no, que le pagaría cuanto allí había hecho. El Cid dijo a aquel
que le trajera el mensaje: "Id a decir a Búcar, a aquel hijo de enemigo, que antes de tres días
le daré yo lo que él pide".
Al día siguiente, mandó el Cid armar a todos los suyos y salió contra los moros. Los
infantes de Carrión pidieron entonces la delantera; y, después que el Cid hubo ordenado las
haces, don Fernando, uno de los infantes, se adelantó para ir a luchar contra un moro que se
llamaba Aladraf. El moro, cuando lo vio, fue a su vez contra él; y el infante, por el gran miedo
que tuvo de él, volvió las riendas y huyó; que ni siquiera se atrevió a esperarle.
Pero Bermúdez, que iba cerca de él, cuando vio aquello, fue a herir al moro y luchó
contra él y lo mató. Después tomó el caballo del moro y se fue en pos del infante que iba
huyendo y le dijo: "Don Fernando, tomad este caballo y decid a todos que vos matasteis al
moro de quien era el caballo, y yo lo acreditaré con vos".
El infante le dijo: "Don Pero Bermúdez, mucho os lo agradezco lo que decís».
115
(Pero Bermúdez calla por lealtad la cobardía de don Fernando. El Cid encarga a
Fernando
Narrador
Cid
Narrador
Cid
116
(Pero Bermúdez rechaza el encargo del Cid para cuidar a los infantes. Impaciencia de Minaya
ante la batalla. El obispo don Jerónimo pide el primer ataque).
Bermúdez
Narrador
Minaya
Narrador
Cid
Narrador
Don Jerónimo
Narrador
Cid
117
(El obispo don Jerónimo lucha valientemente. El Cid entra en batalla. Derrota de
los moros).
Narrador
118
Cid
Narrador
Búcar
Narrador
Cid
Narrador
119
(Retorno de la batalla. Satisfacción del Cid y de Minaya por las proezas de los
infantes. Reparto del rico botín).
Cid
Narrador
Minaya
Narrador
Cid
Narrador
120
Cid
121
Narrador
122
Cid
Narrador
2505 Grandes son los gozos en Valencia con mío Cid el Campeador,
Minaya
Narrador
Cid
123
(Resentido sonrojo de los infantes . Burlas de los caballeros del Cid. Los infantes
traman la venganza).
Narrador
Fernando
Narrador
Infantes
124
(Los infantes de Carrión traman vengarse en las hijas del Cid que desconoce las
intenciones de los infantes. El Cid les entrega a sus hijas. Despedida de Valencia).
Infantes
Narrador
Fernando
2564-5 Las meteremos en las villas que les dimos por arras y por honores*;
Narrador
Dijo el Campeador:
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Elvira y Sol
Narrador
125
Jimena
Narrador
126
(El Cid manda a Félez Muñoz que acompañe a sus hijas. Último adiós. Los viajeros
llegan a Molina. Abengalbón los escolta hasta La Ansarera. Se descubre el plan de los
infantes de Carrión para asesinar al moro).
Cid
Narrador
Félez Muñoz
Narrador
Minaya
Cid
Narrador
Infantes
Narrador
Cid
Narrador
Todo esto les hizo el moro por amor del Cid Campeador.
Infantes
Narrador
Moro
127
Narrador
Abengalbón
128
Narrador
Infantes
Narrador
Sol
Narrador
129
130
Infantes
131
Narrador
Llamando:
Félez Muñoz
¡Primas! ¡Primas!,
Narrador
luego descabalgó.
Félez Muñoz
2780 ¡Ea, primas, las mis primas, doña Elvira y doña Sol!
¡A Dios plega y santa M aría que por ello prendan mal galardón!
Narrador
Llamando:
Félez Muñoz
Narrador
Félez Muñoz
Narrador
Sol
Narrador
Cid
Narrador
Minaya
Por esta honra que vos disteis a esto que nos aconteció.
Narrador
Elvira y Sol
132
(Los de San Esteban acompañan con amor hasta el río (el Duero) a las hijas del Cid. Álvar
Fáñez emprende el viaje para llevarlas a Valencia. El Cid sale a recibirlos).
Narrador
Pero Bermúdez
Narrador
Cid
Narrador
133
(El Cid manda a Muño Gustioz para que pida justicia al Rey.
El Rey promete reparación).
Cid
Narrador
Muño Gustioz
Narrador
Rey
134
Narrador
135
(Los infantes piden al Rey que les dispense de asistir a las cortes de Toledo.
El Rey se lo niega. Reunión de la corte. Llegada del Rey. Recibimiento al Cid).
Rey
Narrador
Rey
Cid
Amén,
Narrador
Cid
Narrador
Respondió el Rey:
Rey
Sí me pesa, ¡así me salve Dios!
136
Narrador
Cid
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
Pláceme de voluntad.
Narrador
137
(El Cid advierte a los suyos y se prepara para ir a la corte. Presentación del Cid en la
corte. Alocución del Rey. El Cid demanda reparación de los infantes y gana el pleito).
Cid
Narrador
Respondieron todos:
Vasallos
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Rey
3135 Alcaldes* sean de esto el conde don Enrique y el conde don Remón,
Narrador
Cid
3150 Pues vos las casasteis, Rey, sabréis qué hacer hoy.
Narrador
Alcaldes
Narrador
Don García
Narrador
Infantes
Narrador
Infantes
Narrador
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Cid
Narrador
Don Remón
Decid sí o no.
Narrador
Infantes
Don Remón
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Infantes
Narrador
Alcaldes
Narrador
Rey
Narrador
Fernando
Narrador
Don Remón
Narrador
138
Cid
139
140
Narrador
Don García
Narrador
Cid
141
Narrador
Fernando
142
(El Cid incita a Pero Bermúdez para que conteste y rete a don Fernando).
Narrador
Cid
143
Narrador
Pero Bermúdez
144
(Sigue don Pero Bermúdez que recuerda a don Fernando el episodio del león
y, por fin, le reta).
3345 Por las hijas del Cid, doña Elvira y doña Sol:
Narrador
145
Diego
146
Narrador
Antolínez
147
Narrador
148
Asur
149
(Muño Gustioz increpa y reta a Asur. El Rey sanciona los retos. Vienen mensajeros
de Navarra y de Aragón para pedir las manos de las hijas del Cid, que aceptan el Rey y el
Cid. Álvar Fáñez reta a los Beni Gómez. Le replica Gómez Peláez. El Rey prohíbe este duelo).
Narrador
Muño Gustioz
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Rey
Narrador
Minaya
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
Pláceme de corazón.
Minaya
Narrador
Gómez Peláez
Narrador
Dijo el Rey:
Rey
Narrador
Infantes
Narrador
Rey
Narrador
Cid
No lo haré, señor;
Narrador
Rey
Narrador
3486' Y dijo:
Cid
Pláceme, señor.
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Entonces mandó dar el Cid a los embajadores de los infantes de Navarra y de Aragón,
bestias y todo lo que necesitaran y despidiólos.
El rey Alfonso cabalgó entonces con todos los altos hombres de su corte para salir con
el Cid que se iba fuera de la villa. Y, cuando llegaron a Zocodover, yendo el Cid en su caballo,
que llaman Babieca, díjole el Rey: "Don Rodrigo, por la lealtad que me debéis, cabalgad ahora
ese caballo del que tanto bien oí decir".
El Cid se sonrió y dijo: "Señor, aquí en vuestra corte hay muchos altos hombres y
dispuestos para hacer esto; mandad a esos que se ejerciten con sus caballos". El Rey le dijo:
"Cid me satisface lo que me decís; mas, con todo eso, quiero que corráis ese caballo por mi
amor".
El Cid arremetió entonces con su caballo y tan de recio le corrió que todos se
maravillaron de la carrera que hizo).
150
(El Rey se admira del caballo Babieca. El Cid se lo ofrece, pero el Rey no lo acepta.
Alocución del Cid a sus lidiadores. Despedida del Cid y del Rey. Preparación de los
retos que se celebrará n en Carrión. Pero Bermúdez vence a don Fernando).
Narrador
Rey
Narrador
Cid
Narrador
Rey
De esto no tengo sabor.
Narrador
Cid
Narrador
Martín Antolínez
Narrador
Rey
Narrador
Narrador
Rey
De alma y de corazón.
Narrador
Rey
Narrador
Fernando
Vencido soy.
Narrador
151
Diego
Narrador
Rey
Narrador
152
(Muño Gustioz vence a Asur González. Los caballeros de Cid vuelven a Valencia.
Alegría del Cid. Segundos matrimonios de las hijas del Cid. Muerte del Cid.
Fin del Cantar).
Don Gonzalo
Narrador
Fieles
Narrador
Cid
Narrador
(El manuscrito termina con unos versos, añadidos sin duda para uso del
pedigüeño juglar, que dicen así:
El román es leído,
si no tenéis dineros,
20.- No se refiere al Rey que sería un contrasentido con el resto de la estructura del Cantar,
siempre respetuoso con el rey Alfonso VI. Los burgaleses suspiran por un señor que supiera
aprovechar las excelentes cualidades del Cid.
22.- La saña del rey, la ira regis, era un concepto legal antes que moral. Se caía en la ira del
rey al quebrantar algunas normas jurídica y podía acarrear como penas: multas, confiscación de
bienes, destierro e incluso la muerte.
25-29.- Según estos versos, la ira regis recae sobre los ciudadanos no nobles: los habitantes
de Burgos. En épocas anteriores a bien doblada la segunda mitad del siglo XII, sólo recaía sobre las
personas nobles.
31.- "se dirigió".
33.- que así lo auien parado.
34.- En el ms.: que non gela abriese nadie.
40.- Comienza la bellísima escena entre el candor de una doncellita y el arrollador poderío de
un guerrero. El candor vence a la fuerza. Es el más bello vencimiento del Cid.
41.- Fórmula o recurso juglaresco que servía para exaltar al héroe y para ayudar al recitador a
salir airoso con las exigencias del ritmo y rima del verso.
52.- La iglesia que mandó construir Alfonso VI en La Llana, junto al Arlanzón, a la que se
trasladó la diócesis de Oca, en 1075; se terminó en 1095. Fernando III el Santo la derribó y
comenzó a construir sobre ella la catedral gótica actual, ya cuando el autor del Cantar vivía su edad
madura, unos años después de haber escrito el Cantar.
56.- En la margen del río, sobre el cascajo, tierra, arena y demás materiales de aluvión que
arrastran los ríos, como este Arlanzón y su afluente el Vena, tan bravos antes en sus crecidas.
57.- M ontado en su caballo, dirigía el Cid la instalación del campamento. Cuando hincaron
las tiendas, el Cid descabalgó.
59.- Con función causal: "ya que".
61.- "Como si fuera en descampado".
62.- "En Burgos la casa, la plaza,..."; "En Valencia la mayor, la gran,..."; "En Barcelona la
mayor,..."; etc., aplicados a las ciudades, como Burgos, Valencia, Barcelona, M olina, Denia,
Terrer, Berlanga, son dictados elogiosos añadidos por el recitador para completar el verso y salir
airoso con la rima; no para distinguirlas de otras ciudades que se llamen Valencia, Barcelona,...
65.- Cfr. notas 6 y 41. M artín Antolínez es uno de los pocos personajes del que no se ha
encontrado hasta ahora documentación alguna que acredite su historicidad. Es uno de los
personajes más bellos del Cantar. ¡Qué lástima que, por ahora, pertenezca al mundo de la
imaginación!
v. 120. Tampoco sería muy sagaz comprometer a los siempre recelosos empeñeros y dejarse atrapar
antes que supieran el trato, recuérdense los vv. 139-140: No se faze asi el negocio, sino primero
prendiendo e despues dando. Primero la suavidad del saludo, así correrá mejor el engaño por los
vericuetos que quiera M artín Antolínez.
107.- "No me descubráis a nadie".
109.- Por mandato del Rey, antes del destierro, el Cid tuvo que ir a cobrar las parias al rey de
Sevilla, tributario de Alfonso VI. En esa ocasión se enfrentó al rey de Granada y a García Ordóñez
que atacaron al rey de Sevilla. Venció el Cid, tomó prisionero a García Ordóñez y le arrancó una
pulgarada de la barba, injuria que despertaría el odio incurable del conde castellano. A gradecido el
rey de Sevilla, colmó de regalos al Cid.
110.- En el ms., muy sobeianos: "muy valiosos".
111.- "algún dinero o valor,...". ¿Sería ésta una de las causas que motivaron las acusaciones de
los enemigos cortesanos del Cid para que el Rey lo desterrara?
114.- Caer en la ira del rey era caer en enemistad legal con el rey. El Cid había sido acusado de
malfetría o robo que acarreaba el destierro. El Rey como representante de la ley tenía que desterrar
al Cid. Lo que tendrá que ir demostrando el Cid a lo largo del Cantar es poner bien claro que las
acusaciones eran falsas, movidas por el odio y la envidia. Con poca riqueza debió de quedarse
cuando se encuentra en una necesidad tan grande. M ás adelante, será tanta la generosidad para con
el Rey que no cabría pensar ya en las acusaciones de sus enemigos.
116.- En el ms., ventadas, aludiendo a las arcas. M . P. ventado, aludiendo al Cid y para seguir
la rima. Véase nota 128.
121.- "miréis".
123.- huebos, en el ms.
124-125.- De nuevo los dos versos con rima distinta dentro de la serie.
126.- "Dinero en metálico, en monedas".
127-128.- Estos dos versos también tienen rima distinta de la serie.
128.- "descubiertas". En la caza, el perro descubre la pieza por el viento o rastro que deja.
129.- "satisfecho, complacido".
130.- "y", como en el v. 75.
131.- "Como hombre prudente".
132.- "justo, razonable".
134.- "Sin fortuna".
138.- huebos, en el ms.
141.- "Estoy de acuerdo, estoy satisfecho".
salpicadas de torres y atalayas, entre las que descollaba la inmensa fortaleza de castillo de Gormaz,
que cae a la izquierda. Abruma el conocimiento tan minucioso del autor, incluso para los que
hemos vivido por allí. * (Véase: Apéndice 1. Ilustración 16).
399.- "Alcubilla del M arqués", pueblecito a unos 6 kms al E de San Esteban; cerquita, al S,
corre el Duero, junto a él, hay un lugar llamado Ines ( < fin es): "de Castilla fin es ya". Desde allí
hacia el S, empezaban las tierras de los moros bajo la protección de Alfonso VI.
400.- La calzada de Quinea iba de Uxama a Termancia. Arrancaba de U xama, descendía por el
Alto de la M inas, seguía por el tramo conservado de unos 300 m, atravesaba el Camino Real y,
pasando por Ines, cruzaba el Duero para dirigirse a Termancia. Y de Alcubilla a Navapalos existía
otro camino que atravesaba la calzada por la mitad del trozo conservado. Todavía existe ese camino
hasta el cruce con la calzada. El resto hasta Navapalos ha desaparecido al transformarse el campo
en terrenos agrícolas. * (Véase: Apéndice 1. Ilustración 17).
401.- El vado de Navapalos sobre el Duero estaba entre La Rasa y Navapalos, un poco más
abajo del puente actual. Hasta hace relativamente poco había una balsa para pasar el río.
402.- La Figueruela hay que colocarla entre los términos de La Figuera y la Iruela, a unos 4
kms antes de entrar en Fresno de Caracena, en donde era clérigo Pero Abat a comienzos del siglo
XIII. Fresno de Caracena está a unos 10 kms al S de Navapalos y a unos 15 kms al SE de San
Esteban.
406.- A diferencia de la Chanson de Roland, que admite toda clase de elementos maravillosos,
éste es el único que encontramos en el Cantar, que tampoco es tanto porque en los sueños cabe
todo. Los sueños pueden tener un carácter premonitorio; en este caso, anuncia la protección divina
sobre el Cid.
409.- bien se fara lo to, en el ms.
412.- Mucho era pagado, en el ms.
415.- Sierra que se extiende por el NO hasta la aldea de M iedes. yuan posar, en el ms.
417.- "revisar".
418.- "tropas de a pie".
419.- Sinécdoque: "Contó trescientos hombres".
421.- En el ms., El qui quisiere comer, e qui no, caualge.
429.- "marchar durante la noche".
433.- "para que no lo descubriese", cfr. nota 128.
434.- "Que no descansan ni durante la noche".
435.- Con el ataque a Castejón, comienza el Cid las campañas contra los moros que narrará el
autor recogiendo el tema cidiano amoldándolo y estructurándolo conforme al siguiente esquema:
I) Cuenca del Henares. II) Cuenca del Jalón. III) Cuenca del Jiloca y río M artín. IV) Asiento de
Olocau y pinar de Tévar. V) Costa levantina. VI) Conquista de Valencia. La narración del Cantar
avanza siempre de O a E. Todo ello, constituye la primera parte del Cantar dedicada a narrar las
gestas del Cid como prototipo heroico de nobleza.
436.- "Se emboscó u ocultó del enemigo".
437.- Véase nota 202.
441.- "ganaremos por medio de emboscada". Sigue un corte brusco, pues parece que M inaya
no ha terminado de aconsejar al Cid.
443.- Álvar Álvarez era sobrino del Cid, Álvar Salvadórez uno de sus vasallos.
443'.- Sinécdoque: "un caballero aguerrido". Parece que Galín García era vasallo de Pedro I de
Aragón.
446.- Ayuso, en el ms.
446'.- Alcalá sobre la ribera N del Henares; fue el lugar más alejado hacia el SO alcanzado por
las tropas del Cid.
450.- "gran refugio, abrigo militar".
451.- Sicueta uos fuere, en el ms.
456.- De nuevo la rápida y plástica descripción del alba como un anuncio que predispone los
sentimientos para la batalla.
459.- "salían afuera".
464'.- En la copia, puesto al final del verso anterior.
467.- "se dirigía".
468.- la rebata, en el ms.
476.- Estos son los de Álvar Álvarez, Álvar Salvadórez y Galín García, señalados
anteriormente, "que atacan en algara"; la algara era una incursión de guerra generalmente con
tropas de a caballo.
483.- "atacar la retaguardia".
487.- "con sus vasallos".
489.- Sinécdoque: "un caballero valiente".
491.- "Vuestro botín con el nuestro". El segundo hemistiquio, completado por M enéndez
Pidal.
492.- La quinta era la parte del botín que correspondía al Cid como jefe de los guerreros. Entre
los musulmanes, estaba prescrita en la Sura VIII, 42, del Corán.
495.- "Se contentaría".
496.- "tenedlo como libre", es decir, podéis hacer de ello lo que quisiereis.
866.- En la orilla derecha del Jiloca, a mitad de camino entre Calatayud y El Poyo; por eso la
sometió antes a parias, al ir de Calatayud a El Poyo.
867.- A unos 50 kms al O de El Poyo y Monreal. En tiempos del Cid, parece que la gobernó
Ibn Ghalbun, el Abengalbón que sale en el Cantar.
868.-Ya sobre el Turia, a unos 65 kms al SE de El Poyo.
869.- A unos 50 kms de El Poyo, aguas arriba del Jiloca.
873.- El Rey recibe complacido a M inaya a quien concede el perdón. Al Cid, no alcanza
todavía la gracia real; pero, por algo se empieza.
877.- sobeiana: "valiosa, extremada"; y véase nota 1.
881.- "M uy pronto es eso".
883.- "Al cabo de tan poco tiempo".
888.- "tenéis libertad para moveros por mi reino".
893.- "Les doy libertad y no requisaré sus bienes".
897-898.- M enénez Pidal retoca la rima de estos versos y los adscribe a la serie 48.
902.- "por escrito".
904.- Río al NE de El Poyo que afluye al Ebro. "M eter en parias" es obligar a pagar tributo.
905.- Zaragoza era un reino taifa en tiempos del Cid. En él se refugió y prestó servicios el Cid
entre 1081-1086.
908.- "el Cid".
909.- "salida nocturna".
911.- "M ás allá de Teruel".
912.- Según M enéndez Pidal: "El pinar de Tévar estaba, al parecer, entre la confluencia de los
ríos M onroy y Tastavins y un puerto llamado Tévar,..., en la vertiente norte de la sierra de San
M arcos o en los montes de la Cogulla que separan a M onroy de M orella". Cfr. Cantar de Mío Cid.
Vocabulario: Tévar.
918.- "los hombres de a pie".
921.- Era la forma de saludarse.
926.- "todo aquel ejército".
930.- Véase nota 268.
933.- "satisfecho, contento".
935.- Véase nota 202.
936.- Las va dejando negras por la quema. Lo que no quita para que en Aragón, como dice
Ubieto Arteta, se llamen negras a las tierras arboladas que, por desgracia, también pueden quedar
negras por el fuego.
1002.- Por estar Cataluña en sus comienzos bajo el dominio de Francia, con el nombre de
M arca Hispánica.
1004.- Véase nota 202.
1008.- Véase nota 202.
1010.- Nombre de la espada que ganó el Cid.
1012.- En el ms. se puso equivocadamente tierra. La corrección por tienda está avalada por los
siguientes versos, especialmente por el 1014.
1014.- "salía".
1019.- Aducenle los comeres.
1020.- El conde catalán reacciona con una huelga de hambre que diríamos hoy.
1030.- "convencer".
1035'.- "Os daré libertad a vos y a dos hidalgos".
1043.- Así para la rima: en el ms.: non vos lo dare.
1045.- "desdichados, infortunados". Entre los vv. 1043-45, parece que hay un error del copista.
1050.- "al punto, presto"; priuado, en el ms.
1053.- Véase nota 202.
1054.- don yo sea pagado.
1059.- Pincelada con su tanto de ironía para describir el apetito con que comía el conde.
1061.- Véase nota 1050.
1064.- Eran caballos mansos para los viajes.
1068.- "a modo de muy franco"; juego de palabras con los significados de libre y generoso.
1070-73.- Versos que entrañan dificultad. Parece que el Cid contempla la revancha en la que el
conde podría perder o ganar.
1071-72.- De nuevo los dos versos con rima distinta a los de la serie.
1078.- "mirando".
1080.- "cabal, perfecto". El desconfiado conde no las tenía todas consigo y parece desconocer
el honor que tiene la palabra de un caballero como el Cid.
1083.- Seguimos a M enéndez Pidal.
1085.- "las hazañas".
1086.- "que no saben lo que tienen".
1087.- Olocau del Rey, a 15 kms al O de M orella. El Cid lo puebla y deja un destacamento de
reserva al que pedirá ayuda más adelante, v. 1108.
1090.- El Cid se dirige ahora hacia la costa, por tierras que pertenecían al emir de Lérida.
1351.- "gusto".
1356.- "comida, bastimentos".
1359.- "mirad".
1368.- "hermoso, bello, agraciado".
1372.- El autor introduce en escena a los infantes de Carrión, descendientes de los Ansúrez-
Beni Gómez y parientes de los Castro. Representan el clan castellano contra el que se irá
acentuando la severa repulsa del Cantar.
1374.- "Nos resultaría provechoso el casarnos con sus hijas". Comienza a manifestarse la
codicia y el egoísmo de los infantes; el móvil de su matrimonio con las hijas del Cid.
1375.- "No nos atreveríamos a hacer esta proposición de matrimonio".
1376.- Véase nota 1372.
1380.- "mensajero, comisario"; en este caso, del Rey.
1382.- Dato anacrónico: el Cid mandó buscar a su mujer y a sus hijas en 1094; y M edinaceli no
fue conquistada por Alfonso VI hasta 1104; luego, se volvió a perder.
1397.- El segundo hemistiquio completado por M . P.
1431.- "se arrodillan ante él".
1434.- "el interés".
1436.- Parece ocioso meterse en piruetas sobre si el Cid pagaría o no a los avaros nobles
burgaleses, conforme promete M inaya. En el v. 1530, también hay otra promesa olvidada en el
Cantar. Sin duda, no parecía preocuparle tanto al poeta cumplir esa promesa como pagar las misas a
Santa M aría o al buen abad de Cardeña. Desde luego, el sesgo despectivo con que se porta M inaya
cuadra bien a tales sanguijuelas como eran esos "empeñeros"; si es que además no esquilmaban
también con las famosas "mañerías" que cobraban tan sin piedad a los pobres arrendatarios
burgaleses que no les dejaban ni para enterrar a sus muerto. Tanta era la rapiña de esos nobles que
Burgos se despoblaba; el rey Alfonso VI tuvo que atajarlo terminantemente (27-VII-1103). ¡Qué
cómodo es pasar las cuentas a los judíos! Véase también nota 89.
1462.- Santa M aría de Albarracín; hoy Albarracín, a unos 30 kms al E de Teruel y a 60 kms al
SE de M olina. Viene de Ibn Razin, gobernador y tributario del Cid.
1464.- Véase nota 867.
1475.- M enéndez Pidal cree que Bronchales es el Frontael del original, a unos 23 kms al NO
de Albarracín.
1492.- Tierras entre Luzón y M edinaceli. "De tal forma que no tienen miedo".
1493.- El río Arbujuelo desemboca en el Jalón, a los pies de M edinaceli. En la confluencia,
había terrenos pantanosos poblados por ánsares, según un cura anciano aficionado a la caza. Es
posible que ahí tengamos que localizar La Ansarera del Cantar, vv. 2657 y 2689. Era un lugar por
donde pasaban varios caminos medievales que comunicaban Castilla con Valencia.
1501.- "clérigo", llamado así por la tonsura.
1508.- "Correas que rodean el pecho del caballo".
1509.- "Telas finas de seda o de lino". Cuando no se luchaba, se llevaban los escudos colgados
del cuello.
1517.- En el ms.: dont a ojo lo ha..
1530.- Sobre el cumplimiento de esta promesa, en la que también anda de por medio M inaya,
la crítica no ha hecho tantas piruetas como sobre la del v. 1436; véase la nota.
1535.- "de la hospitalidad que les dieron".
1548.- "caballo de armas o de guerra", conducido de la brida por la derecha por un escudero, en
los desplazamientos.
1558.- "noticias tan buenas".
1560.- Véase nota 202.
1567.- "toma todas las precauciones".
1573.- Es el nombre del caballo del Cid que bien pudo pertenecer al moro Fáriz. Dice el
Carmen Campidoctoris, estrofa 31: "monta un caballo, que trajo de allende el mar cierto bárbaro y
no lo cambiaría por mil áureos, que corría más que el viento y saltaba más que el ciervo". Y la
Historia Roderici nos narra el combate del Cid con "cierto sarraceno al que no sólo venció sino
mató". Y la Primera Crónica General y el Liber Regum nos dice que ese cierto sarraceno o bárbaro
se llamaba Fáriz o Háriz. ¿Sería, pues, Babieca el caballo de Fáriz vencido por el Cid?
1577.- "jugar armas" y "tener armas" es ejercitarse con las armas el caballero para mostrar
destreza con ellas; solía hacerse en fiestas y regocijos, y, a veces, por amenaza.
1581.- que con horas se acordaron, dice el original. Sin duda, se pusieron los clérigos (los
canónigos) de acuerdo en el rezo de las horas canónicas, haciendo un arreglo o distribución de los
rezos para que pudieran acompañar al obispo a recibir a la familia del Cid. Y es que el obispo tenía
que respetar las normas del cabildo que gozaba de cierta autonomía. Tanta enjundia eclesiástico-
litúrgica en tan poco espacio es más propia de un autor clérigo que de un laico.
1585.- "gualdrapas": adornos de seda o lana que cubren las ancas del caballo.
1586.- "lanzas de madera", usadas en los torneos.
1588.- "tan extraordinaria".
1591.- En quant grant fue Espanna, dice el original.
1592.- En cabo del cosso: "Al terminar la carrera o la corrida a la que hacen alusión los vv.
1588, 1589. Se trata de un ejercicio de destreza a caballo, como señala el v. 1577: querría
jugar las armas. En la Chanson de Roland, también se hace este alarde de equitación. Aquí, el Cid
galopa sobre Babieca para probar el caballo y con motivo de la venida de su familia; en el v. 3513,
lo hace ante el rey.
1594.- Así en el manuscrito y no a pies.
1602.- "castillejos de tablas" que se levantaban para los torneos.
1602-3.- En el original nasco que rima con el anterior, quebrantando. Véase nota 15-16 y 202.
1606.- Aquí añade a Valencia la casa, como en algunos otros vv. la mayor, y siempre al final
del verso y en consonancia con la rima. Se trata de un recurso del juglar para aureolar la ciudad y
salir airoso con el ritmo y rima del verso, y no para diferenciarla de otras ciudades.
1612.- Sinécdoque: "mujeres hermosas"; "miran".
1614.- "a la vista".
1615.- "fértil y extensa".
1621.- Yusuf ibn Tesufin, rey de M arruecos, primer califa almorávide (1059-1106).
1639-56.- Entrecruce de sentimientos humanos hacia su familia con el ardoroso entusiasmo del
guerrero ante la batalla. Dentro ya de una cultura cristiana, recuerda el aliento de los godos cuando
luchaban delante de sus mujeres, que los contemplaban desde los carros de las cercas, circunstancia
que daba al guerrero mayor valentía. Para el guerrero, la guerra es una suerte y una fuente de
riqueza, vv. 1648-1650.
1645.- Véase nota 15-16.
1650.- El ajuar no es la dote sino los regalos, generalmente de carácter doméstico, que se hacen
a la novia.
1664.- "en vuestro provecho, para vuestro bien".
1677.- "de muy vergonzosa manera".
1682.- Los vasallos y seguidores del Cid que tenían que luchar con él para ganarse el sustento
de cada día.
1683.- "Lo que el Cid vio con sus ojos ellos se lo cuentan después".
1687.- prieta, en el original, es decir, negra, casi de noche.
1690.- "Santiago", el apóstol invocado por los guerreros cristianos en la guerra; los
musulmanes invocaban a M ahoma.
1701.- Véase nota 324.
1711.- Vançia, en el manuscrito. Para la rima, invertimos los hemistiquios.
1713.- "hombres de gran prudencia".
1716.- "salieron de Valencia".
1719-20.- El manuscrito nombra también a Álvar Salvadórez; pero éste había quedado
prisionero. Unimos los vv. para la rima.
1721.- e ouieron los de arrancar.
1724.- Ver nota 501.
1730.- Invertimos el hemistiquio, véase nota 202.
1732.- "todo él, de cabo a rabo, de los pies a la cabeza".
1744.- El Cid se había desprendido de las armas y la red protectora o almófar dejó las huellas
en la cara, que parecía como fruncida o arrugada; era una señal del heroico batallar.
1755.- Es decir, gracias al esfuerzo como guerrero os conquistaré tanta honra y riqueza que
podréis tener vasallos que os besen las manos como a señoras.
1758.- "honrada, hijadalgo".
1761.- "sala del alcázar".
1768.- venir sea mas por espacio.
1775.- En el ms.: que es cosa sobeiano: "que es un botín valioso".
1779.- "Los moros labradores y hortelanos".
1786.- "la soportan".
1787.- Añadimos en el campo para conseguir la rima.
1788.- "y no la quitase nadie".
1791.- Interesaba al Cid que conociese el rey Alfonso la riqueza que iba alcanzando y nada
mejor como regalarle esa magnífica tienda. ¿Se le olvidó después?
1793.- "cabal, perfecto".
1796.- mucho era sobeiano: "era muy valioso".
1797.- ... nasco, en el ms.; véase nota 202.
1802.- Casadas, criadas, pertenecientes al grupo familiar o doméstico al servicio de la casa del
Cid, como puede apreciarse en el v. 2191; sobre el alcance de la palabra casada(s), cfr. Fernando
González Ollé, CUESTIONES CIDIANAS… 2. CASADAS, SERVIDORAS, pp. 138-150. EL CID
… ACTAS DEL CONGRESO INTERNACIONAL. BURGOS. 1999.
1807.- lo otro remanga, en el original.
1813.- pesentaia, en el original.
1816.- En el ms., priuado.
1822.- que son a aguardar.
1823.- El 2º hemistiquio, por M enéndez Pidal. En el original, v. 1823: Andan los días y las
noches, y pasado han la sierra y v. 1824: Que las otras tierras parte.
1833.- "Empezó a caminar fuera".
como se lo recordará en las cortes de Toledo, después de la afrenta de Corpes. Ver también notas
1879-1884.
2079.- "de los dos bandos".
2083.- M enéndez Pidal calcula 14 ó 15 años para M aría (doña Sol) y uno o dos años más para
Cristina (doña Elvira), hacia 1094. De todas las formas, las bodas son de carácter novelesco,
2088.- El Cid pone simbólicamente a sus hijas en manos del Rey.
2096-98.- Simbólicamente también, el Rey acepta a las hijas del Cid y las entrega a los
infantes.
2099.- "con vuestro consentimiento".
2100.- "gusto, satisfacción".
2110.- Insiste el Cid que no es él quien casa a sus hijas, sino el Rey.
2111.- El segundo hemistiquio tiene parte del v. siguiente.
2113.- "Trató de otros asuntos".
2116.- "de estimación, de precio".
2119.- "contentos, satisfechos".
2121-25.- El Rey pone las manos de los infantes en las manos del Cid, en señal de entrega
como esposos de sus hijas.
2123.- "ya que".
2131-40.- El Cid quiere mantenerse al margen del proceso matrimonial entre los infantes y sus
hijas y pide al Rey que sea otro quien las entregue. Ver notas 1879-1884 y 2075-2111.
2133.- "representante del Rey en el matrimonio".
2138.- "En la celebración de las velaciones".
2155.- Tampoco el Rey tenía muy claro el desenlace de las bodas, a juzgar por este vehemente
suspiro.
2156-7.- Véase nota 15-16.
2157.- En el ms. Non quiere quel escurra.
2167.- "Se encaminan, se dirigen".
2171.- Legítimo y prudente deseo de Cid el de ir conociendo a sus yernos. Es un verso de
doble filo en el que no hay que descartar la sospecha.
2173.- mas en lo al non es tan pro. Asur González era hermano de los infantes Diego y
Fernando. Por consiguiente, otro Ansúrez-Beni Gómez, véase la tabla genealógica de los Castro-
Beni Gómez, al que no perdona la pluma satírica del autor. Con todo, las tintas más crueles contra
este personaje, en los vv. 3372-73.
2187-2205.- El amor y deseo de felicidad para con sus seres queridos disimulan
momentáneamente los recelos del Cid. Pero no llegan a ahogar los verdaderos sentimientos de
rechazo que siente el Cid por estas bodas: que non leuante yo; y más radicalmente: que el uos casa
ca non yo. Es una de las bases sobre la que montará el autor la futura argumentación para la
anulación de los matrimonios. Ver notas 1879-1884; 2075-2111; 2131-2140.
2190.- En el ms., "…las fijas amas", rimando con la serie anterior.
2195.- "Si".
2205.- "la sala".
2207.- Ver nota 727.
2218.- "Están preocupados, mirando atentos"; y nota 202.
2220-26.- No tenía muchas ganas el Cid de celebrar esas bodas; pero, había que dar
cumplimiento a los mandatos del Rey y lo cumpliría hasta las últimas consecuencias; y terminaría
de una vez este enojoso asunto.
2228.- "y puso las manos de las hijas del Cid en las de los infantes".
2233.- "por mujeres legítimas".
2242.- Ver nota 56. "afuera se han marchado, salido".
2243.- Ver nota 1577.
2244.- Ver nota 1730.
2246.- En las fiestas se portan bien los infantes; en la guerra, ya será otro cantar.
2248.- "Espléndidas".
2253.- Véase nota 202..
2257.- "dinero acuñado".
2263.- Véase nota 202.
2268.- Ver tabla genealógica de los Castro-Beni Gómez; y nota 3354.
2272.- mucho eran sobeianos: "eran muy extremados".
2275.- "el Rey". El verso tiene un cariz de siniestro presagio.
2276-77.- Aquí termina el segundo acto del Cantar. El autor nos ha presentado ya a los
personajes que simbolizan la línea de los antihéroes: los nobles castellanos de la familia Ansúrez-
Beni Gómez. Al entremezclarlos con el Cid y los suyos, el poeta ha dejado entrever por quién se
inclina su admiración y su rechazo. En el tercer acto o cantar, aprovechará la confrontación de esas
dos líneas para exponer sin paliativos la exaltaciòn de la línea cidiana y la repulsa que sentían él y
los castellanos por el comportamiento de la linajuda familia castellana de los Ansúrez-Beni Gómez:
la afrenta de Corpes, las cortes de Toledo y los juicios de Carrión.
2278.- Este verso rima con la serie anterior.
2282.- "de la jaula". Era costumbre entre algunos grandes señores tener fieras para solaz de la
corte. Con este episodio novelesco, empieza la confrontación de las dos líneas o bandos del Cantar:
la mesura, el sosiego imponente del Cid y los suyos frente a la ridícula cobardía de los infantes que
saldrán de ésta manchados física y moralmente.
2291.- "la túnica".
2300.- El Cid cogió del cuello o de la melena al león con la mano derecha a la manera que se
lleva un caballo tirando junto a él de la brida.
2301.- "Y llévalo con la mano derecha".
2306-11.- El comportamiento de los infantes con lo del león será una fuente de burlas
mordaces que molestarán tanto a los de Carrión que no lo perdonarán; pero, como envilecidos y
miserables, se vengarán en las jóvenes hijas del Cid en la afrenta de Corpes; claro, cuando estén
solas que el valor no daba para más. Los infantes no tienen desperdicio. ¡Tanto es el rencor y el
desprecio que rezuma la narración del poeta! Es inconcebible que el Cantar se escribiera hacia
1140, cuando los Castro-Ansúrez-Beni Gómez era la familia más clara y poderosa de Castilla, en
Burgos y en Valladolid.
2309.- Muchos touieron por enbaydos.
2313.- "principales".
2318.- "No les gustaba nada".
2320-30.- Se pasaron las bodas y las tornabodas, y llegó la guerra. Y ahora los infantes no se
portan tan briosos frente a las armas enemigas. M uño Gustioz lo observa y llama la atención al
Cid con dejo de ironía: Euades que pauor han; ¡uuestros yernos tan osados son!; por no decir
vuestros yernos están llenos de miedo. Y hasta le aconseja al Cid que les deje aparte y no entren en
batalla.
2322.- "Justo, lo que faltaba para no ver más a Carrión".
2329.- "y no tomen parte en la batalla".
2333.- "Acabáis de casaros con mis hijas". Había fueros que dispensaban de la guerra durante
un año a los recién casados.
2337-38.- Entre estos dos versos falta un folio. Probablemente contenía algo a lo que hacen
alusión los vv. 3316-3325. Lo rellenamos con ayuda de la Crónica de Veinte Reyes.
2340.- El cuajo moral del infante Fernando es inefable: no tiene empacho en disimular el
miedo y la cobardía en la batalla atribuyéndose el valor y la hazaña que realizó don Pero Bermúdez.
Este calla por ahora; en las cortes de Toledo, se lo echará en cara con toda crudeza.
2350.- Véase nota 202.
2351.- -"Vamos!", "¡Animo!"; es decir, interjección que incita, más bien que "¡Hola!"; pero, ni
por esas aceptó Pero Bermúdez, vv. 2355-2361. Por otra parte, no parece que Pero Bermúdez fuera
sobrino del Cid. Aparece como potestad en un documento de 1069. En el Cantar es el abanderado
del Cid y tiene el apodo de "Pero M udo", por su balbuceo, v. 3302.
2355-61.- El Cid pide a Pero Bermúdez que cuide a sus yernos, pero se niega rotundamente al
deseo del Cid; ya no aguanta más a los cobardes e hipócritas infantes; allá se las vea el que los
quiera cuidar; a él no le importa nada.
2356.- "amo", en el ms.
2364.- Invertimos el hemistiquio para conseguir la rima.
2365.- "La obligación que tenía todo vasallo de guardar a su señor".
2367.- "Esperemos algo más".
2374.- "quiero atacar el primero".
2375.- Posiblemente el pendón llevaba dibujadas unas corzas como emblema.
2384.- "junto al campamento".
2398.- aquesta fue el arrancada.
2418.- "corre a uña de caballo, a galope tendido".
2432.- En el ms. El que en buena ora nasco, véase nota 202.
2433.- "señalado, afamado".
2435.- "presto".
2436.- La red protectora o almófar dejó sus huellas en la cara, que aparecía como fruncida o
arrugada; era una señal del heroico batallar.
2437.- La cofia o gorro de seda protegía la cabeza del almófar y del yelmo, y aparecía ahora
como arrugada o fruncida pues conservaba las huellas de aquellas armas protectoras.
2438.- "satisfecho, ufano".
2439.- "mirando".
2441.- Ver la genealogía de los Castro-Beni Gómez.
2444.- "satisfechos, ufanos".
2448.- Véase nota 2444.
2450.- En el ms., e todo espadado.
2451.- En el ms., non auie Recabdo.
2454.- En el ms., De .XX. arriba ha moros matado.
2457.- Véase nota 202.
2464.- A pesar de la protección de M inaya, no parece que se portaran tan valientemente los
infantes, pues llevaban mal la satisfacción y alabanzas que recibían del Cid.
2828.- "Un gran rato". Los héroes han de estar por encima de las circunstancias; por eso, se
muestra el Cid prudente y mesurado; luego, vendrá la reacción.
2833.- "No lograrán deshonrarme".
2843.- Se trata del castillo de Gormaz, a unos 20 kms al E de San Esteban. Se quedan en el
Castillo y mandan emisarios a la ciudad de San Esteban antes de entrar en ella. El poeta ni se
equivoca ni confunde nunca esos dos topónimos.
2847.- "como hombres prudentes".
2849.- "le dan tributo", que solía ser en especie, reconociéndole como a señor; vèase nota
2822.
2856.- "satisfechos, contentos, agradecidos".
2864.- Expresión oscura. ¨"¿Y Pero Bermúdez las trata de la misma manera que Álvar Fáñez"?
2872.- Aquí los editores y los críticos siguen viendo el "río de Amor" que vio M enéndez Pidal
en el manuscrito. Sin embargo, ni hay por qué ver eso en el códice ni por San Esteban hay río o
arroyos que se llamen "Amor". Para explicarnos el verso, basta y sobra el río Duero, que es como
el alma de San Esteban. Véase CANTAR DE MÍO CID. II. 2ª Parte. 3.3.2.3: Itinerario de la
afrenta de Corpes. * (Véase: Apéndice 1. Ilustración 19).
2873.- En el ms., pienssan se de tornar.
2875.- El barranco de Alcoceba desagua en la margen derecha del Duero, en la curva de El
Enebral, después de pasar La Olmeda y antes que el camino hacia Vadorrey deje a la derecha el
castillo de San Estaban de Gormaz. En el Cantar, al castillo se le llama siempre San Esteban de
Gormaz. * (Véase: Apéndice 1. Ilustración 20).
2876.- Paso del Duero, entre Quintanas de Gormaz y M orales. Antiguamente, tenía un castro
sobre un pequeño promontorio; hoy está totalmente derruido. En el ms., posar en vez de pasar.
2877.- "En la población de Berlanga". Siguiendo el camino, está a unos 10 kms de Vadorrey.
2879.- "M edinaceli". El autor llama M edina, a secas, como los documentos coetáneos de la
Extremadura Oriental Castellana.
2887.- "Tener o jugar las armas" es ejercitarse con ellas manifestando destreza. Se practicaba
en las fiestas, vv. 1602, 2243; en las recepciones, vv. 1577, 2887, 2896; o en las despedidas, vv.
2613, 2673, 2687.
2896.- Véase nota 2887.
2899.- "en secreto".
2902.- "En buena hora te eduqué a ti en mi casa".
2908.- Recuerda el Cid los sentimientos y recelos sobre los matrimonios, que había expresado
en los vv. 2110, 2134, 2204.
2911.- Según la ley, el agraviado tenía que iniciar el proceso. Ahora bien, si el Rey fue quien
casó a las hijas del Cid, el Rey era el más deshonrado y él tenía que proceder en justicia; el Cid se
lo recuerda.
2912.- sobeianos: "valiosos, extremados".
2914.- El autor conoce bien las prácticas jurídicas de una sociedad que ha sobrepasado la
segunda mitad del siglo XII, como lo da a entender a lo largo del Cantar. El Rey era el que
convocaba vistas, juntas o cortes. En este caso, él sabía lo que tenía que hacer. Luego veremos que
el Rey se decide por las más solemnes, las cortes.
2919.- "criados en su casa".
2922.- Ver nota 1312. Alfonso VI tenía gran devoción al monasterio de Sahagún. Allí estuvo
prisionero por su hermano Sancho II y de allí huyó. Al subir al trono de León y Castilla, por la
muerte de su hermano, Alfonso VI favoreció mucho a ese monasterio.
2924.- San Salvador de Oviedo, a quien está dedicada la catedral.
2925.- La ciudad de Santiago de Compostela, en Galicia.
2929.- "a la sala", "a la estancia".
2934.- Al copista se le fue la vista al verso siguiente y añadió: aquel munno gustioz.
2943.- "azotaron, golpearon afrentosamente".
2944.- Ver nota 2725-2754.
2950.- Ver nota 2911.
2957.- "en su provecho".
2958.- "¡Ojalá el casamiento...!".
2962.- "emisarios reales".
2962-63.- Véase nota 15-16.
2963.- Las cortes eran las más solemnes de las reuniones convocadas por el Rey y las hace en
Toledo, la antigua ciudad imperial, conquistada por Alfonso VI en 1086.
2967.- En el ms., podiendo bedallo yo.
2968.- En el ms., que en buen ora nasco. Véase nota 202.
2972.- "tiempo para la paz, la tranquilidad, el relajo".
2978.- galizianos, en el original; añadimos "van mandados" para la rima.
2982.- Los vasallos tenían la obligación de acudir a las reuniones convocadas por su señor, so
pena de perder la amistad.
2997.- "tomó parte en este asunto".
2998.- Ver nota 1345-47.
3002.- Esos condes eran yernos de Alfonso VI.
3003.- Algunos críticos han echado mano de este verso para fechar el Cantar; pero no da
seguridad porque a Alfonso VII se le llamó Emperador, buen Rey y buen Emperador, no sólo
cuando vivía sino durante mucho tiempo después de su muerte.
3004.- El primero era hijo de don Diego Rodríguez, conde de Oviedo, y hermano de doña
Jimena. Birbón o Beltrán es desconocido en tiempos del Cid; en 1117, heredó Carrión a la muerte
de Pedro Ansúrez.
3006-12.- Aparecen aquí citados los nobles castellanos que formaban el bando enemigo del
Cid. Contra ellos irá la cruel sátira del autor del Cantar.
3008-9.- Asur era hermano y Gonzalo el padre de los infantes de Carrión, don Diego y don
Fernando. Ver la tabla genealógica de los Castro-Beni Gómez.
3014.- "gozo, alegría, satisfacción".
3017.- Se besaba las manos en señal de vasallaje.
3024.- “Cuando observó el Cid que el Rey le veía”.
3028.- "no lo consentiré hoy".
3030.- Se saludaba besándose la boca.
3034.- Ver nota anterior.
3039.- Doña Jimena era sobrina del Rey e hija del conde de Oviedo, don Diego Rodríguez.
3047.- M onasterio de San Servando, en la orilla izquierda del Tajo, junto al puente, a la otra
parte de Toledo. El Cid, prudente, piadoso y precavido, quiere prepararse divina y humanamente
antes de la gran sesión de las cortes de Toledo, donde se encontraba el numeroso bando enemigo de
la nobleza castellana de la que se podía esperar cualquier atropello; ver nota 3006-12 y 3544.
3053-54.- De nuevo los dos versos con rima distinta a la de la serie; ver nota 15-16.
3057.- "en secreto, a solas".
3059-60.- Quizá el copista, o algún corrector, quiso arreglar la rima poniendo un man por
mannana, sin reparar que éste y el siguiente forman la pareja de versos con rima distinta de las
series en las que se insertan; ver nota 15-16.
3060.- Ver nota 238.
3062.- En el original, complida, es decir, generosa, perfecta, excelente.
3063-81.- Como varón precavido, el Cid toma todas las medidas ante cualquier atropello que le
pudiera sobrevenir.
3070.- sabidor, dice el original, es decir ducho en las leyes. Según M enéndez Pidal, M al Anda
debió ser personaje real; se menciona en una escritura de Villahizán de Treviño, al O de Burgos.
3073.- Túnicas que servían de colchón para que no hicieran daño las armas.
3074.- Tejido metálico para proteger el pecho y la espalda; en el siglo XII, se fabricaban ya con
dos o tres mallas; las llevaban sólo los caballeros.
3075.- Vestidos de piel que llevaban tanto los hombres como las mujeres; se ponían sobre el
brial o túnica y debajo del manto.
3076.- Especie de presillas para sujetar las pellizas.
3077.- dulçes y taiadores.
3085.- Empieza el autor a describir con moroso deleite el atuendo del Cid. Es un cuadro
precioso que nos da a conocer la indumentaria del noble caballero medieval.
3086.- "hechos con muchos adornos".
3087.- "hilo".
3088.- presas, en el manuscrito: cordones y ojales para sujetar las prendas.
3090.- briales: túnicas; ciclaton: tela fina de seda; cuando los briales o túnicas se hacían de
seda y llevaban adornos de oro, se llamaban ciclatones.
3094.- Especie de gorro de seda que protegía a la cabeza del almófar y del yelmo; iba debajo
del capillo y del almófar.
3097.- Se ata la barba el Cid para evitar el peligro de que se la mesasen o le arrancasen los
pelos, lo que sería un gran agravio. Era una postura prudente y desafiante a la vez, en estas
circunstancias.
3100.- Como dice el v. 2060: Marauillan se de myo Cid quantos que y son. De parecida
manera, el v. 3123.
3112.- Se refiere a García Ordóñez, el enemigo irreconciliable del Cid; ver notas 1345-1347.
1859-1866.
3116.- Expresión de cortesía semejante a las de los vv. 1521, 1940, 2517.
3123.- "mirando".
3124.- Ver nota 3097.
3125.- En el original: En sos aguisamientos ( < aguisar < guisar, y ésta tomada del germánico:
"modo, manera"). Aguisamiento sería la forma o manera como iba preparado o equipado el Cid.
3126.- "mirar".
3135.- "jueces". Se solía nombrar como alcaldes o jueces a los condes. “… que fuesen buenos
omnes e sabidores. Et estos alcaldes…qual avenencia o qual indicio o qual mandamiento
mandasen …”, año 1228 y 1232. DLE. Núm. 182. R. M enéndez Pidal. Aquí son jueces todos los
condes menos los castellanos del bando de Carrión: García Ordóñez y los Ansúrez-Beni Gómez
3136.- "del bando de los de Carrión".
3145.- Los litigantes debían de permanecer en pie mientras hacían las alegaciones. Comienza
la demanda del Cid. Con destreza, deja el pleito mayor, la deshonra de sus hijas, al Rey que es el
más deshonrado: pues él las casó, que pida él justicia. Luego, con astucia (algunos han visto en el
procedimiento un reflejo del carácter castellano), plantea sus quejas de menor a mayor para
recuperarlo todo, sin perdonar nada. Si hubiera planteado primero el pleito por la deshonra, tendría
luego menos fuerza para exigir las otras deudas de menor monta. De la forma que lo hace, el
proceso va creciendo en intensidad y belleza, y aparta el amago de ruindad dejando para el final las
peticiones mayores.
3147.- "por consideración a mí".
3155.- Con valor final: "Para que".
3156.- Con valor causal: "ya que".
3164-70.- Como hemos dicho en nota anterior, los infantes se engañaron con el astuto
procedimiento del Cid: creyeron que no les pediría más que las espadas, que más tarde echarán en
falta. De esa forma, la desazón de los infantes y su bando irá en aumento. Desde luego, las
alegaciones tenían que hacerse consecutiva e inmediatamente; por eso, los jueces y el Rey tienen
que autorizar al Cid las segundas demandas.
3173.- "gusto, deseo".
3178.- "Los pomos y los gavilanes de las espadas".
3182.- "miró".
3183.- Las examina bien el Cid, como si dejara caer que los infantes eran tan falsos que serían
capaces de habérselas cambiado. ¡Qué lejos ya aquella consideración que tenía el Cid con sus
yernos cuando estaban en Valencia!
3190.- Otra irónica puya contra los infantes.
3196.- Con valor final: "para que".
3210-11.- Ver nota 3164-70.
3223.- Los manirrotos infantes habían dilapidado ya las riquezas que les dio el Cid y tienen que
responder con las heredades de Carrión.
3227.- Respetando el parecer del Cid, los alcaldes o jueces se inclinan por el pago al contado.
De esa manera, se pondrá más en evidencia los apuros de los infantes.
3232.- Hinojosa opina que los infantes se los dieron al Rey en señal de gratitud por haberles
trasmitido la potestad sobre sus mujeres, las hijas del Cid.
3244.- "armadura".
3264.- ¿Para qué las sacasteis de Valencia donde tenían sus haberes?
3268.- Fórmula con la que se acusaba de infamia; la acusación debía preceder al reto o desafío,
vv. 3334, 3346.
3269.- "Si no os justificáis", "Si no dais satisfacción".
3270-80.- Salió García Ordóñez, el enemigo del Cid, y atacó por donde menos debía, por la
nobleza de sangre, por el desprecio a la nobleza inferior y ¡por la barba! El Cid recogió el guante y
le recordó lo de Cabra, ver nota 1345-47. Sobre la nobleza de sangre en la que insistirán los
infantes y otros del bando de los Ansúrez-Beni Gómez, recibirán cumplida respuesta por los del
Cid.
3276.- "concubinas".
3277.- "por mujeres legítimas"; ver nota 2756-70.
3290.- Arrancar o tirar de los pelos de la barba era ofensa infame para un caballero. El Cid
mesó o arrancó parte de la barba de García Ordóñez en Cabra, ver nota 1345-47, y todavía estaba
la barba "sin igualar", es decir, aún no se había atrevido a vengar la ofensa.
3293.- "alegación en juicio", como en los vv. 3372, 3390, 3458, 3463.
3297.- Y así ocurrió efectivamente, porque un Castro-Ansúrez-Beni Gómez, don Fernando
Rodríguez, llamado el castellano en los documentos, nieto de M aría Ansúrez y biznieto del gran
Pedro Ansúrez de Valladolid, se casó en 1162 con doña Estefanía, hija natural del Emperador
Alfonso VII. La irónica puya del autor responde, pues, a una realidad histórica.
3301.- "mira".
3302.- Ver nota 2351.
3304.- "a ti te lo echan en cara".
3305.- "no podrás tomar parte en el desafío".
3308.- “ya no se para”; en el ms., “nol da vagar”.
3327.- "pero mozo cobarde".
3328.- "Hablas mucho, pero eres un cobarde"; es un bello ejemplo de sinécdoque.
3343.- Frase consagrada a la hora de retar o desafiar.
3344.- "Esta acusación defenderé‚ por medio de una lid judicial".
3350.- "como traidor que eres".
3352.- "asunto, cuestión".
3354.- "ilustres, claros, de noble sangre". Los infantes Fernando y Diego eran hijos de Gonzalo
Ansúrez, hermano del gran Pedro Ansúrez, conde de Valladolid. La hermana de éstos, doña M aría
Ansúrez, se casó con don Fernando Ruiz de Castro. De ese matrimonio, nació don Gutierre
Fernández, conde venerable y nobilísimo que gobernó Burgos hasta 1166. Don Gutierre se casó con
doña Toda, sobrina segunda de García Ordóñez. M urieron sin descendencia, por eso la casa pasó a
don Rodrigo, hijo de M aría Ansúrez. En éste confluyeron, pues, las familias más nobles de Castilla.
El hijo de don Rodrigo se casó con doña Estefanía, 1162, hija del Emperador Alfonso VII. De ese
matrimonio nació el resentido, intrigante y aborrecido don Pedro Fernández de Castro. Véase
genealogía de los Castro-Beni Gómez. No le faltaba razón al autor al poner en boca de don Diego,
aunque con solfa, el v. 3354.
3362.- Sinécdoque: "persona mentirosa", compárese con el v. 3328.
3366.- No se pudo vestir más el manto y el brial o túnica porque se los ensució con el miedo
que pasó, v. 2292.
3373.- Era el hermano mayor de los infantes don Fernando y don Diego. Llevaba el nombre de
su abuelo, el Beni Gómez Asur Díaz. El poeta no deja títere con cabeza cuando se trata de los
miembros de la repulsiva familia; ahora le toca a Asur González. La aversión del autor por ese
linaje castellano de los Ansúrez Beni Gómez-Castro, se muestra enconada e irreconciliable a juz gar
por la pintura que hace de ellos en el Cantar: egoístas, envidiosos, avaros, intrigantes, ruines,
cobardes, criminales, miserables, mentirosos, manirrotos, soberbios, despectivos, glotones,
hediondos, sin honor,...; todo un prototipo de nobleza ejemplar de deshonra. Vuelvo a repetir, es
inconcebible que la despiadada repulsa del Cantar se escribiera hacia 1140, cuando los Castro-
Ansúrez-Beni Gómez era la familia más ilustre y poderosa en Castilla, en Burgos y en Valladolid.
3375.- Había comido tanto el muy glotón que tenía la cara colorada, como si estuviese
congestionado.
3376.- recabdo, en el original: "cordura, discreción, cautela".
3377-82.- Como si dijera: "¿Habéis visto cosa semejante, que un pobre y desconocido infanzón
de Vivar quiera legítimamente emparentar con la ilustre estirpe de los de Carrión? ¡Que se vaya a
su lugarejo de Ubierna a ocuparse de los molinos, que es lo suyo, y no se meta con lo que no puede
alcanzar!".
3379-80.- El río Ubierna pasa por Vivar del Cid. De sus aguas salían cauces que movían las
ruedas de los molinos que eran propiedad del Cid. Todavía existen aunque muy abandonados y
transformados. "Picar los molinos" quiere decir tratar las ruedas de piedra con un martillo especial
para poner a punto el relieve de la superficie de las ruedas que se gastaban al girar una sobre la otra
para moler. Las "maquilas" eran los pagos que cobraba el molinero, generalmente en especie o
parte del grano que se molía. Hasta hace poco, lo seguía haciendo un molinero de Vivar, señor
Alonso, que regentaba un molino levantado en parte en 1503, con las piedras traidas de otro molino
situado más arriba de orígenes cidianos. Hoy el molino está transformado en un mesón que
conserva restos de su antigua función.
3381.- El hecho de que el Cid regentara unos molinos, ocupación más bien de infanzones pobres
y menestrales, no quiere decir que fuera un infanzón indigno de entroncar con la alta nobleza. A
juzgar por la carta de arras, en las que los Ansúrez figuran como testigos, y otros documentos, el
Cid tenía muchísimas propiedades. Además, el Cid estaba casado con la sobrina del Rey. No era,
pues, tan bajo como decía su detractor.
3385.- Es decir, despedía tan mal olor cuando iba a saludar que daba asco hasta a los que
estaban alrededor. Además de hediondo, era alevoso, malo, traidor, mentiroso, falso y poco de fiar.
¡Todo un repugnante caballero! Grande es el rechazo del autor hacia esta familia de los Ansúrez-
Beni Gómez a juzgar por como les trata en el Cantar.
3389.- Ver notas 2173, 3373.
3393.- Affe, en el ms.
3394.- Ponemos para la rima la forma popular castellana, no la navarro-aragonesa, como
prefiere M enéndez Pidal, véase CM C, I, ps. 144-147: Ximenones.
3399.- Aunque no llegaran a serlo, piden las hijas del Cid para ser reinas, pues para eso se iban
a casar con los príncipes herederos de Navarra y Aragón: Elvira (Cristina), la mayor, se casó con
Ramiro, conde de M onzón; el hijo, García Ramírez, subió al trono de Navarra en 1134. En cuanto a
Sol (M aría), se casó primeramente con el joven y enfermizo Pedro Pérez, llamado en los
documentos don Sancho por su abuelo, según costumbre de la época; era hijo de Pedro de Aragón,
amigo del Cid. Al quedar viuda, que no consiguió alcanzar la salud el joven desposado, se casó con
Ramiro Berenguer el Grande, conde de Barcelona.
3400.- "como esposas legítimas".
3407.- Afe, en el ms.
3413.- "... honra, tierras, hacienda".
3421.- Después de los alegatos anteriores quedó clara la nulidad de los matrimonios de los
infantes con las hijas del Cid. Ahora ya puede proceder el Rey con todo derecho, y con el
consentimiento del Cid, a otorgar los segundos matrimonios con los infantes de Navarra y Aragón.
El autor no sólo conoce y tiene en cuenta las leyes civiles sino también las eclesiásticas.
3425.- Se hicieron todos los trámites para formalizar los matrimonios.
3443.- Ver la tabla genealógica de los Castro-Beni Gómez y nota 3354.
3445.- A finales del siglo XII y comienzos del XIII, don Pedro Fernández de Castro,
descendiente de los Ansúrez-Beni Gómez, ver nota 3354 y 3443, arrastró la amargura de la derrota
de su Casa en el destierro y no perdonó medios para forjar alianzas con los moros y con el rey de
León para aniquilar a Castilla y a su mortal enemigo Alfonso VIII. Estuvo con el califa almohade
en la batalla de Alarcos, 1196, tan desastrosa para el rey de Castilla. No respetaba ni a iglesias ni a
monasterios cuando atacaba con sus aliados moros y leoneses al reino castellano. Fue el mayor
obstáculo para la cruzada y atrajo sobre sí la excomunión del Papa y el "odio capital de los
castellanos", como dicen los documentos. Esas eran las "mañas", que dice el Cantar, a las que había
descendido el noble linaje de los Beni Gómez y esa la causa de la feroz repulsa contenida en el
Cantar.
3449.- "como mujeres legítimas".
3456.- "para lidiar con el mejor".
3457.- Gómez Peláez era otro Beni Gómez, nieto de Gómez Díaz. Este Gómez Díaz era tío de
Pedro Ansúrez y del padre de los infantes de Carrión, y estaba casado con una biznieta de Bermudo
II. Ciertamente, los Beni Gómez podían decir: Deuiemos casar con fijas de reyes o de enperadores,
v. 3297; ver también notas 3297 y 3354.
3459.- "En esta corte, hay muchos que se atreverían a enfrentarse contra vos".
3462.- "Después veréis si dijiste verdad o no".
3463.- "asunto, pleito".
3468-71.- Sin duda, los infantes temen los desafíos y tratan de poner estorbos, dando como
excusa que se habían quedado sin armas y sin caballos por los pagos que tuvieron que dar al Cid.
3483.- "pierda el pleito".
3492.- Especie de capucha que tapaba la cabeza.
3493.- cofia: especie de gorro que cubría la cabeza; se ponía debajo del capillo y del almófar.
rançal: "lino fino".
3494.- El Cid se siente ya seguro y se suelta la barba; ver nota 3097.
3495.- "mirarle".
3498-04.- ¿Otro reflejo del carácter castellano? Al que ha caído en enemistad no se le perdona
ni un marco. Cuando ha satisfecho sus justas reivindicaciones o lo que él cree que le pertenece,
abre de par en par su generosidad haciendo ostentación sin límites.
3500.- "según quieran".
3502.- "se los libró, se los perdonó".
3503.- "cuanto quiso".
3509.- San Isidro es san Isidoro obispo de Sevilla, 599-636. En 1063, Fernando I, Rey
castellano de origen navarro, trasladó sus restos a León y le tuvo gran devoción. "La devoción a
este santo perduró en la casa real castellana", como dice M enéndez Pidal que recoge la exclamación
de Fernando III el Santo: "¡Válame Dios y santo Isidro!"; ver nota al verso 1342, Clásicos
Castellanos. La devoción a san Isidro arranca y arraiga pues acariciada por la casa real castellana,
no por la leonesa. Por lo tanto, no se vea en estas exclamaciones del Cantar un indicio por el que el
autor considera a Alfonso VI como rey leonés y no castellano.
3513.- Ver nota 1592.
3525.- " a modo, como cumple a".
3528.- Preso auemos el debdo e a passar es por nos.
3529.- "Podríais oír que nos han matado, pero que nos han vencido no".
3542.- Planearon la muerte de los caballeros del Cid pero no se atrevieron a llevarlo a cabo por
miedo al Rey.
3544.- Se velaban las armas en momentos importantes de la vida, como al armarse caballero o,
como en el Cantar, antes de las cortes, vv. 3049-3058, o en esta ocasión antes de los juicios de
Carrión. La vela consistía en una celebración religiosa, llamada en el Cantar vigilia; se hacía en la
noche de la víspera, permaneciendo de pie o de rodillas. Terminaba al amanecer con el canto de
maitines, prima, el rezo de la misa y las ofrendas del que velaba, como dicen los vv. 3060-3062.
3546.- Hipérbaton con partitivo: "Se unieron muchos buenos nobles".
3547.- "Pues tenían gran deseo de asistir a ellas".
3559.- El verbo está cargado de ironía y de matices: ganar, sacar a relucir, defender, tener en
cuenta,...La cobardía de los infantes era demasiada para tanta hazaña.
3583.- "con presteza".
3584.- Se refiere a la bloca o guarnición de metal que llevaban los escudos en el centro.
3585.- "de hierros agudos y cortantes".
3588.- Señales para limitar el campo de la lid.
3597-03.- Como no quisisteis lidiar en Toledo, tuve que traer a los caballeros del Cid a luchar
en vuestros dominios de Carrión; pero, os advierto que luchéis conforme a derecho, sin hacer
entuerto, porque prohibiré cualquier injusticia y desterraré al culpable.
3601.- "se lo prohibiré con severidad".
3602.- "no tendrá placer, bienestar, paz".
3604.- Ver nota 3588.
3609.- "Que se apartasen del límite más de seis astas de lanza".
3610.- Dividir el campo de Oriente a Poniente en condiciones iguales respecto a las molestias
del sol que podía darles en la vista.
3615-20.- Ver nota 715-719.
3617.- Fuste o arco delantero o trasero de la silla de montar.
3620.- mientes tiene al so, en el ms.
3622.- "Los espectadores piensan que los contendientes caerían muertos al instante".
3724-25.- El Cid entró en parentesco con todos los reyes de España a partir de 1201. Ver
genealogía del Cid con los reyes de España y cuanto hemos expuesto en la introducción.
3726-27.- "El día de Pascua de Pentecostés", que ese año de 1099 cayó en el 29 de mayo.
Según la Historia Roderici, el Cid murió en el mes de julio de ese año. En 1102, los restos del Cid
fueron trasladados por doña Jimena a San Pedro de Cardeña. Hoy, gracias a esa manía de llevar
todo a Burgos, los restos del Cid y de doña Jimena se encuentran enterrados en la catedral de
Burgos, debajo del crucero, no en San Pedro de Cardeña.
3728.- "¡Así nos perdone a todos...!"
3730.- Composición literaria.
3732.- Compuso, no copió; ese es el significado de la palabra escribir en los textos
contemporáneos, literarios o no, y con ese significado se usa en el resto del Cantar. Por
consiguiente, Per Abbat es el compositor y lo escribe en 1207, como dice el texto, v. 3733. Y
ningún Per(o) Ab(b)at reúne el cúmulo de circunstancias para ser considerado el autor como Pero
Abat, canónigo de Osma y clérigo en Fresno de Caracena, junto a San Esteban, que figura en
documentos de 1196, 1202, como canónigo; en l2l9, como propietario de una casa en Gumiel de
Izán; en 1220, como clérigo testigo del cabildo, en Fresno de Caracena. Fue, pues, también, paisano
y compañero de estudios y del cabildo de Osma de santo Domingo de Guzmán. Cfr. nuestro trabajo
CANTAR DE MIO CID, vol. II: Fecha y autor del Cantar. Digamos también que el manuscrito, que
actualmente conservamos, no puede ser una copia de 1307. Dadas las características lingüísticas y
paleográficas, la copia se hizo hacia 1235 del original de 1207, como exponemos en nuestro
trabajo: CANTAR DE MIO CID. I. Parte: Fecha de la copia.
3733.- Hay que leer lo que está escrito en el manuscrito: M ill Ö CC XLV annos, que reducido
al año natural es 1207. Y no se puede admitir una tercera C para rellenar la tachadura entre la
segunda C y la X. En primer lugar, porque se trazaban las ces de tal forma que la C anterior tenía la
cabecera muy cerca de la C siguiente. Y, así, si se hubiera borrado una tercera hipotética C, la
tachadura rozaría la cabeza de la C segunda y no es así: hay demasiado espacio limpio entre la
tachadura y la cabeza de la segunda C del éxplicit del Cantar. En segundo lugar, si admitiéramos
esa tercera hipotética C borrada, se dice, no habría espacio para el rasgo tironiano Ö que se ponía
siempre entre las centenas y las decenas, obligado en este caso pues se pone también entre los
miles y las centenas, como se acostumbraba entre los escribanos, sin excepción alguna. Respetemos
pues el manuscrito.
*.- "prendas".
Sobre el frente de la tapia, hay una lápida en la que puede leerse la siguiente
inscripción de M enéndez Pidal:
vivienda.
Para la molienda, cogía las aguas del Ubierna a unos 300 m más arriba. Desagua
por el cauce que pasa por delante del castillo que se halla un poco más abajo.
De los molinos del Cid habla Asur González con desprecio en el Cantar:
CASTILLO DE SOTOPALACIOS
grande de tapias que labró Nuño Laynez,…. “Diego Laínez, padre del Cid… vivió de
ordinario en esa casa de Soto”. Ahí, pues, nacería y viviría también de ordinario el Cid.
Esa mansión patrimonial, fue, sin duda, el centro del “espacio territorial del Cid”. Y
ahí llegarían “las cartas del rey Alfonso para decir al Cid que saliera de su reino”.
Se le des garraba el alma al Cid y volvía la cabeza para echar la última mirada
“Al llegar frente a la Iglesia (no a la Iglesia actual, que se levantó en el siglo X V,
sino a otra anterior… sobre la que se levantó la actual), en la que parece que reposaban
los restos de sus padres y antepasados, se conmoverían los sentimientos del Cid en la
despedida”, vv. 6, 8, 9.
Pero, había que seguir arrastras con la pesadumbre, vv. 10, 11, 14.
guarda en Bivar”.
Así, pues, lo más razonable es que el Códice del Cantar se guardó en el Convento desde
hacia 1745 hasta 1776, en que se llevó a M adrid para ser estudiado. Hoy se conserva en
la B.N.M .
de cruzar Quintanilla Vivar, sigue el camino Carra Burgos, como le llama el notario
rruy ssanctius en 1479, que pasa por el pie de la Cuesta del Rey y continúa, dejando a la
derecha el “ferrocarril Santander-M editerráneo”, para subir por el Camino Viejo que
Cid entra en este escenario fotográfico por el centro superior derecha. Asciende al
Castillo por el Camino Viejo y entra en el Burgos antiguo que se asentaba en la ladera
SO, hoy una arboleda entre el Castillo y el Seminario nuevo. Al no recibirle los
burgaleses, el Cid deja Burgos, llega a la calle de San Esteban y continua por la Calle
siguiente esquina izquierda). En esa Calle Tenebregosa hay que colocar el bello
Andando el tiempo, los curiosos que habían oído o leído el Cantar de Mío Cid,
preguntaban y preguntaban: ¿Dónde están las arcas con las que el Cid engañó a los
judíos?
para la contemplación de los visitantes. Así, apareció el arca del cuento del Cantar.
El Cid tuvo siempre muy buenas relaciones con Santo Domingo de Silos. Y,
junto a Silos, al SO, tenía posesiones el Cid desde el tiempo del rey Sancho II. Es pues
sus propiedades remediaría la necesidad que tenía de hombres, dineros y vituallas, como
O E
ALCUBILLA D EL MARQUÉS .
Perspectiva de Alcubilla con las lomas al fondo. Desde esas lomas, a las que
llega el Cid que viene de Burgos, teniendo a San Esteban a la derecha, la cuenca del
tropas del Cid las tierras y torres que dominaban los moros. Al pie de la ladera de las
lomas, Alcubilla. M aravilla el conocimiento de la zona que describen los versos 396-
CALZADA D E QUINEA.
Aranda a Ariza, junto al poste de la luz, y el Camino Real, que pasa un poco más abajo
de donde está tomada la vista. Por la izquierda, arriba, junto al otro poste de la luz,
viene el Camino del Destierro desde Alcubilla que atraviesa la Calzada de Quinea hacia
pasa la comitiva de las hijas del Cid al venir y al regresar a Valencia. En la confluencia
del Arbujuelo con el Jalón, casi al pie del arco, había antiguamente terrenos pantanosos
poblados de ánsares. Ahí habría que colocar La Ansarera que se cita en los versos 2656-
El camino antiguo seguía después por un pequeño puerto a la derecha del arco.
CASTILLO DE DE GORMAZ
Se halla a unos 20 km, aguas arriba de San Esteban. En el Cantar, a la población
se la llama San Esteban y, al castillo, San Esteban de Gormaz. Este imponente castillo
dominaba la cuenca alta del Duero. Elegimos esta vista para admirar la inexpugnable
fortaleza: el Duero, que corre al pie; la escarpada ladera del montículo, que parece
El camino cidiano discurre más a la derecha, a unos 4 km, por el camino de San
Esteban a Quintanas de Gormaz y Vadorrey, como narran los versos 2875-2877 del
Cantar:
Apéndice 2. Documento 1
Conoſçuda coſa ſea aTodos quanTos eſta carTa vieren Como noſ Eſteuan ciT, mi
mu0ier donna marina, amos /2/ de mancomun, de una uelunTaT , de un
conſenTimienTo, por remedio de nueſtros peccados , por las almas de nueſtros padreſ
/3/ , de nueſtras madreſ, Offrecemos damos , oTor0amos adios , a SancT a maria
de Oſma eſpecial mienTre al refiTor, a la meſa /4/ d el cabillo deſſe miſmo lo0ar las
nueſtras caſas proprias que auemos en ffresno de Caracena, d elanT e la e0leſia donT
ſon aledan /5/ os dela una parTe Caſas de ffijos de Pero uidas. ET dela oTra par Te la
Carrera corienT e con enTradas , con esidas , con Todas ſus /6/ perTenencias. ET
OTroſſi, offrecemos , damos ala meſa del Cabillo ſobredicöo una Tierra que eſ en loſ
öuerTos donT ſon aledanos /7/ dela una par Te M arTín brauo (?), dela oTra parTe
don Gonzalo, dela oTra parTe Tierra de Paſcual domin0o, fide fferanT munioz ,
enffondon el Rüo (?), /8/ enſomo la Carrera d e ſanT Eſteuan. ET eſto en Tal manera
que ſean por ſiempre iamaſ libres, quiTas de propriedaT del dicöo Ca/9/billo. ET,
quando acaüeciere que finare qual quiere de noſ, que nos fa0amos leuar a nueſtra cueſta
ala e0leſia de Oſma. ET el Ca/10/billo que ſean Tenidos de noſ recebir ondrad a
mienTre con proceſſion. ET de nos dar enTerramienTo en la Caluſtra , ffazer ca/11/da
anno aniuerſario por cada un de noſ al Tienpo que finare, ſeTanario, TreüTanario al
finamienTo ſola mienTre. ET eſto por /12/ mienTre el mundo durare. ET noſ Eſtauan
ciT eT donna marina ſu mu0ier ſobredicöos amos en uno , cada uno por ſi
OTor0a/13/moſ , auemoſ firme eſta offrenda , eſta donaçion ſobredicöa. ET
promeTemos a dioſ , a ſancTa maria , auoſ el prior, el Cabil/14/lo de Oſma, que
recebideſ eſta promiſion por don Gomez uueſtro copanero , uueſtro maüordomo que
enbiaſteſ aca por uoſ, que nunqua conTra /15/ eſto non uen0amoſ. ET, ſi por auenTura
conTra eſto uinieſſemoſ, que uoſ pecöemos en pena dozienToſ marabedis dela moned a
que cori/16/ere en la Tierra, al cuenTo que el Reü mand are conTar el marabedi,,
enſomo que uala eſta ofrenda , eſte donadio. ET oTroſſi, ſi al0uno nueſtro /17/
öeredero o oTro qual quiere por qual quiere raçon lo quiſieſſe reTenTar o conTralar,
que uoſ pecöe eſſa miſma pena, enſomo que ua/18/la eſte nuestro ffecöo. ET noſ, don
Garçi ioöanes, prior, ca(?) del Cabillo dela e0leſia de Oſma, por noſ , por nueſtros
ſuceſſoreſ quanToſ ſeran /19/ faſtal dia dela fin promeTemoſ , noſ obligamoſ aconplir
eſto que eſ ſobredicöo;, por que non uen0a en dubda fiçiemoſ fazer doſ carTas, /20/
amaſ adoſ de una Tenor, afferranT rroüz eſcriuano publico del Conçeio de Oſma: que
Ten0a la una eſteuan ciT , donna marina , noſ /21/ la oTra;, en maſ fiçiemoſ poner
nueſtro ſeello. ET üo, fferranT Roüz, eſcriuano publico, por rue0o de don Garçi
ioöanes, prior,, del Cabillo ſobredicöos , /22/ de eſteuan ciT , de donna marina fiz
eſtaſ carTaſ , puſ mi ſi0no en cada una dellaſ. ffacTa carTa en ffresno. Anno domini
M º CCº /23/ ss º Terçio nonaſ januarij. Teſti0oſ Ro0adoſ de amaſ laſ parTeſ, que lo
vieron , lo oüeron, Pero AbaT, Ioannes M unioz, Paſcual AbaT, cleri0os de ffresno,
/24/, üuan Domin0uez , el alcalde, M i0uel Domin0o, el juez, don Gonzalo, M unio
Perez, Garcia Domin0o, Pascual Domin0o, el manero (?), don Die0o, yuan Perez,
üerno de donna M arina, M arTin (?) M unioz(?) /25/, ſu öermano. Si0no de fferanT
Roüz, NoTario publico del Conçeio de Oſma /26/, de ſu Termino 1.
1
En este documento, que recoge la donación, firman como testigos de parte del cabildo de Osma, Pero
Abat, Ioannes Martínez y Pascual Abat. Los dos primeros, Pero y Ioannes, figuraban ya como canónigos
Apéndice 2. Documento 2.
de Osma, siendo obispo Diego de Acebes y subprior Domingo de Guzmán, en un documento de 1201. El
tercero, Pascual Abat, no aparece en este documento de 1201. Posiblemente era más joven y no había
alcanzado todavía la dignidad del canonicato. Tampoco sabemos si le unía algún parentesco con Pero
Abat. Cfr. Loperráez Corvalán, Obispado de Osma, t. III, pp. 41-42.
domina SanTia PeTriz ele0iT sibi sepulTuram in do /7 mo sancTi PeTri cum quinTo
suo Tam mobilium quam inmobilium , iurauiT in manibus abbaTis uT in monasterio
nostro sepeliaTur ad maiorem i0iTur öuius cambij cerTiTudinem nominamus Terras /8
öerediTaTis de Caniellas, jn la Terra Tras la aluer0eria de la uilla, sulqueros : M aior
Lopez , filij de Lop ForTunez ; en la flosa, sulqueros : Gonzalo Domin0uez, Blasco
9
, CalueT; jn Terra d e pon / Te, sulqueros: los fraüres del öospiTal , la carrera;
jnTerra de la aluer0eria, sulqueros: dona M aria Armillez , el camino , la Terra de
la aluer0eria ; jn la Terra de Trasmalladones, /10 sulqueros: Dia0o Lopez, Blasco , el
camino; jn la Terra de carrera enfiesta, sulqueros: Garcia AbbaT , dona Eluira; jn
11
Terra de la ponT de QuinTaniella, sulqueros: filij de don Dia0o , / el camino; jn
Terra de fonTe don Elo, sulqueros: los de Balbuena , don Gomez; jn la defesa de
FuenTe Rodri0o, sulqueros: los de Balbuena , Gonzalo AbbaT; jn Terra sub casTello,
12
sulqueros: don Elui / ra , Romero; jn Terra del Quadron, sulqueros: filij de Pero
Düaz , la carrera; Tras CasTello .II. pedaços de uinea, , iaze en medio Joöan Perez,
13
el comde; jn uinea de Ribiella uermeüa, sulqueros: / M aüor Lopez , CalueT; la
Terra de so el molino de M alladones ua en par con la de dona Eluira , de dona
14
Fronille, , afronTa con la de los fraüres de CalaTraua; la / Terra de la uinea de
palacio, sulqueros: la uinea de palacio , la uinea de Roü Perez; jn la Terra de PeTras
fiTas, sulqueros: dona Eluira , Domin0o Haiuuez; jn la Terra de Valde xçan,
15
sulqueros: M aria Ar / millez , dona Eluira GuTerrez. En Uilla M uriel .IIII. Terras:
La serna de Ualdouas, La serna de Ualde Carros. La Terra del prado de Roü
16
Domin0uez, sulqueros: Dia0o Lopez , don Go / mez Caniellas; Tres cannamares ,
una faça enTre don Gomez y don Munio. La Terra del Riuelo. La uinea de Carrascal.
Una faça sola cozina de don Eluira, enTre /17 Dia0o Lopez , don Gomez. Una faça de
uinea alos Olmos enTre filios de don Dia0o , Domin0o M i0ael. Un pedaço so casa de
18
Pero AbaT, sulqueros: M aüor Lopez , dona Maria Armillez; / jn Terra de Ue0a
Ulaüa al molino de Gonzalo Gil, sulqueros: Fernando Düaz , la carrera. Un pedaço
Tras los palomares de filios de don Dia0o, sulqueros: los fraüres de CalaTraua ,
CalueT. /19 Dieron nos solar en barrio de QuinTaniella, , en desusan0a la era en sulco
del solar, , Tien se con la serna de don Garçia Lopez , dona Sancia Perez. Huius rei
20
sunT TesTes: De / Gomel: Pero M arTinez, fide dona M ayor Garçiez; Pero
M arTinez, fide M arTin Fernandez, caualer albo. De Enzinas: Gonzalo Gil, Fernand
Garçiez. De Canniellas: don M unio, fide Gonzalo Caniellas; Dia0 Lopez; /21 Roü
Perez de Ualdolmiellos; Gonçalbo Garçia de Arniellas; Fernando Düaz de Tri0ueros;
Roü Aluarez. De FonToria: Aluar Fernandez de Peral. Omnes isti sunT fiios dal0o.
22
De uillanos: / De Gomel: M arTin Oueco; M arTin joöanes; Domin0o Perez. De
Caniellas: Pero roüz; Pero Caro. De Ranedo: don M arTin, el cleri0o; Domin0o
joöanes; Gonzalo roüz; Gonzalo joöanes. De casTiello: çebrian M arTinez ; Domin0o
23
saluador ; Gonzalo Perez ; Domin0o moro ; P. MarTinez. Hoc auTem / facTum est
inTra Capelam sancTi Pe Tri. Deinde misT domnus S. Abbas fraTrem P. Dominici de
Soria priorem , fraTrem Nicöolaum canTorem, , misiT eos dompnus G. Lopez
24
mandaTo domine S. P. u Üoris sue in öered i / TaTem de Caniellas coram concilio de
Caniellas, qui sunT audiTores , ueedores. Deinde predicTos prioris , canTor
miserunT domnum G. Lopez in domum sancT e M arie de Ranedo coram concilio de
25
Ranedo , de / CasTriello qui sunT audiTores , ueedores. FacTa carTa Re0nanTe
re0e Fernando in ToleTo , in CasTella , in omni re0no suo. Alferiz dompnus L.
26
Düaz; M aüor domus (?) Roüz; M erinus maior / Gonzalo Perez de Arniellas. Si
quies uero öanc carTam infrin0ere uolueriT siT e ÜcomunicaTus , cum iuda prodiTore
in inferno dampnaTus. Era .M ª.CC.ªLª.VII.ª. , e0o dompnus SanTius, abbas, adpreces
domini Garcia Lopez , domine SancTia Perez car /27 Tas istas si0illo nosTro muniri
precepi.