Europa Soberana - Globalistán II.
Europa Soberana - Globalistán II.
Europa Soberana - Globalistán II.
En la primera parte hemos empezado a ver que el mundo se está volviendo movedizo,
inestable, líquido, caprichoso y nivelado… la tierra, definitivamente, está deviniendo
mar. En esta parte vamos a ver hasta qué punto el tercermundismo, alimentado por
la usurocracia bancaria, las grandes empresas y las fundaciones privadas
transnacionales, está convirtiéndose en una metástasis que amenaza el futuro
evolutivo de la humanidad, y cómo avanza la globalización en diversas esferas
geográficas del planeta, empezando por los dos pilares tradicionales del capitalismo
internacional: Europa y Angloamérica.
Pero la forma de vida dominante del Siglo XXI no va a ser esa pobreza decente del
pasado tradicional, sino la pobreza caótica, disgenésica y tóxica de los suburbios
degradados, las shanty towns, las "villas-miseria", las squatter cities,las chabolas,
las favelas, los ranchos, las barrachas, las bindonvilles o como se las quiera llamar.
Al menos ése es el camino que llevamos de momento. Para comprender cómo hemos
llegado a este punto, tenemos que pasar revista a ciertos eventos de la segunda
mitad del Siglo XX, ya que el ascenso arrollador de las villas-miseria es
incomprensible si no entendemos antes lo que es el Tercer Mundo… y el Tercer Mundo
tampoco es comprensible si no desmenuzamos un poco dos procesos:
la descolonización y la revolución verde. Dos procesos que han forjado el Tercer
Mundo primero, y lo han convertido en una amenaza para la humanidad después.
Visto desde el Siglo XXI, el proceso descolonizador —siempre lubricado con falsos
adornos idealistas y humanitarios— resultó ser en realidad la tapadera de una lucha
sorda entre dos formas de propiedad privada:
No es necesario reseñar cuál ha ganado. Para maximizar los beneficios, había que
quitarse del medio a los intermediarios, y para convertir los antiguos imperios
coloniales en un cúmulo creciente de descerebrados tercermundistas que se mueren
de hambre, con "castas" indígenas fácilmente sobornables con paguitas, coches
oficiales y pequeñas dosis de poder, era necesario eliminar de la ecuación a los
pioneros blancos emprendedores, provocando auténticas limpiezas étnicas
antiblancas. La ONU, principal responsable, cubrió este proceso criminal con falsos
argumentos humanitarios y antirracistas. En realidad, ningún proceso descolonizador
fue el resultado del éxito militar de una insurgencia anticolonial (generalmente de
signo marxista y apoyada por la URSS o China, cuando no directamente por la ONU,
Londres, Washington o estados ya descolonizados, como Marruecos e India). Antes
bien, todas las descolonizaciones fueron el resultado de claudicaciones diplomáticas
voluntarias —y a primera vista incomprensibles— por parte de la metrópoli,
presionada por emporios empresariales, financieros, potencias extranjeras y/o
conciliábulos sectarios.
Independizarse de Reino Unido y llevar al cabo otras maniobras de utilidad dudosa (cambiar el
nombre de Bombay por Mumbai, Calcutta por Kolkata, Madras por Chennai, etc.) no ha sido
necesariamente el mejor camino que India podía haber seguido. Los problemas de
superpoblación, contaminación e higiene han llegado a tal punto en India que se ha descrito que
600 mil personas mueren cada año en el país debido a los problemas causados por la defecación
al aire libre, en el campo, en el medio de la calle o donde cuadre. Para más de 620 millones de
hindúes, el 50% del país, el acto de defecarviene a ser una reunión social y un centro de cotilleos,
incluso en el caso de gente que tiene retrete en su casa. Los intocables se dedican a limpiar esta
clase de estropicios, así como alcantarillas, pozos negros y recoger cadáveres. La cosa llegó al
punto de que UNICEF tomó cartas en el asunto y produjo un vídeo animando a la población a
usar el retrete [2].
A esto se añade que todos los líderes "nacionalistas" del emergente Tercer Mundo —
incluyendo los comunistas— tenían lazos con la metrópoli de una forma u otra. La
mayor parte de ellos había estudiado en la London School of Economics and
Political Science [3] o en la Sorbona parisiense, estaban relacionados con misiones
cristianas y/o habían combatido contra el Eje bajo bandera metropolitana en la
Segunda Guerra Mundial. Todos ellos eran, por así decirlo, mascotas bien adiestradas
por las élites de la metrópoli.
Estaba interesado en oír a alguien que no solamente elogiase las sweatshops de Nike, sino que
además proclamase que Nike es un ejemplo de negocio bueno y responsable (…) Ese alguien
resultó ser el Partido Comunista de Vietnam, que es el que gobierna ese país.
Sweatshop de la transnacional Nike en algún lugar de Estasia. Las sweatshops son los koljoses
(granjas colectivas soviéticas) y fábricas estalinistas de nuestro tiempo. Cuando los usurócratas
hipócritas hablan de "competitividad" y "abaratar costes", se refieren a una vulgarización laboral
tal, que el coste de fabricación de un producto tienda a cero. Mano de obra barata y que no
proteste ni exija condiciones dignas. El trabajador europeo, con su tradición de dignidad y
sindicalismo, no puede competir contra la mentalidad esclavista del trabajador vietnamita, motivo
por el cual las grandes empresas de Occidente, libres de todo control, deslocalizan sus fábricas
al escenario indopacífico, provocando epidemias de paro en Occidente. Epidemias que a su vez,
persuadirán al obrero indígena de que acepte salarios y condiciones que den mayores beneficios
a "los mercados".
Por tanto, parece que la OSS tenía muy claro lo que hacía cuando apoyaba al
Vietminh. Como instrumentos de las élites que eran, los directores de la OSS habían
previsto ya que Vietnam se convirtiese, a largo plazo, en una cantera de mano de
obra low-cost a raudales. Por lo demás, el cretino Norberg se halla bastante implicado
en las altas instancias de la propaganda globalista. En 2001, publicó "In defense of
global capitalism", cuyo título lo dice todo. Miembro del Cato Institute (think-tank
libertario estadounidense), Timbro (otro banco de ideas, esta vez sueco), Centre for
the New Europe (otro engendro, basado en Bruselas), medalla de oro de la Friedrich-
August-von-Hayek-Stiftung (compartida con Margaret Thatcher y Ottmar Issing [6])
y autor del documental británico Globalisation is good (2003), Norberg es un
entusiasta partidario de la inmigración tercermundista, el capitalismo y la
globalización. En cuanto a sus referentes económicos y filosóficos, resultan ser
personalidades como John Locke, Ludwig von Mises, Murray Rothbart, Friedrich
Hayek, Karl Popper, Milton Friedman y Ayn Rand. Mucha escuela de economía
"austriaca" (más judía que austriaca) de por medio, aunque muchos de estos famosos
economistas estuvieron de hecho activamente involucrados con la London School of
Economics, de corte más bien socialista-fabiano.
Camboya es un ejemplo igualmente elocuente. Entre 1969 y 1973, EEUU arrojó sobre
Camboya más explosivos que durante toda la Guerra de Corea o las operaciones en
el Teatro Pacífico durante la II Guerra Mundial. Poco después de terminar los
bombardeos, llegó al poder Pol Pot, cuyo efecto fue similar al de los bombardeos:
destrucción de las infraestructuras y, esta vez, aniquilación meticulosa de la
intelligentsia camboyana, hasta el punto de que la dictadura comunista mató a un
tercio de la población del país. Bastaba con tener gafas, con saber hablar francés,
con ser católico, con saber leer o con ser familiar o amigo de uno de estos para acabar
mal. Hoy sabemos que la dictadura de los Jemeres Rojos fue apoyada por EEUU,
Reino Unido, China, Australia, Singapur, Tailandia y otros, y que muchos de los
actuales dirigentes políticos camboyanos son ex-jemeres rojos. ¿Resultado? En 2001
se descubrió que Nike mantenía en Camboya diversas sweatshops donde trabajaban
niñas menores de edad, 7 días a la semana, 16 horas al día. Los directores de la
globalización en el escenario del Sudeste Asiático parecían saber ya en los años 70
que no era viable globalizar Camboya sin pasar por una época de destrucción que
desarraigase al pueblo camboyano, exterminase a su intelligentsia nacional, crease
una masa de futuros proletarios y neutralizase cualquier proyecto de soberanía
camboyana.
Sweatshop en Bangladesh. Los trapitos comprados por mujeres occidentales en tiendas como
Zara o Primark, proceden de talleres esclavistas como éste, donde los trabajadores cobran
alrededor de 28 euros al mes.
En cuanto a revolución verde, es un inocuo y atractivo nombre para una masiva
operación pseudo-soviética de confiscación de tierra, deforestación y control de
medios de producción y recursos de vida. Oficialmente, fue un proceso de reforma
agraria global, bajo la égida de multinacionales como Monsanto, DuPont, ABC,
Dreyfus, Bunge y Cargil, así como de las petroleras (sin petróleo no hay agricultura
moderna), de fundaciones privadas como la Rockefeller y la Ford, y de turbias
fachadas legales de la CIA como USAID (que recientemente ha sido expulsada de
Rusia y de Ecuador). Pero más allá de las nuevas y rentables variedades de arroz, de
los pesticidas, los fertilizantes, la intervención de la británica Colonial Development
Corporation y las investigaciones científicas de organismos como la International Rice
Research Institute (IRRI), la revolución verde vino a significar que la agricultura y la
ganadería —es decir, los medios de subsistencia de los pueblos— dejan de estar en
manos de los pueblos, las familias, el ámbito doméstico y hasta los Estados, y pasan
a estar administrados por multinacionales pulpoides que globalizan el sector primario,
mecanizan el campo haciendo redundante la mayor parte de la mano de obra humana
(que sólo tiene pleno sentido en el ámbito de huertas unifamiliares, pequeños
cultivos, minifundios y similares) y no dejándoles a las familias campesinas otra
alternativa que emigrar a la megaciudad de turno, generalmente en condiciones
precarias e inhumanas. Las instituciones financieras de crédito rural también
contribuyeron a endeudar al pequeño y mediano granjero, finalmente expropiándole
su tierra de facto. En India —país supuestamente soberano tras haberse
"emancipado" del Imperio Británico— la revolución verde causó una epidemia de
suicidios entre campesinos que se negaban a ser reducidos a esclavos chabolistas de
una lejana barriada degradada. Obviamente, esos suicidios tuvieron un efecto
importante de selección natural: permanecieron los más conformistas y mejor
adaptados a condiciones de degradación.
De nuevo, todo este proceso hubiese sido imposible de seguir en pie los imperios
coloniales, ya que las tierras estarían administradas por granjeros blancos mucho
más reacios a concederlas alegremente así como así ―por ejemplo, el Imperio
Británico tuvo serios problemas con los bóers sudafricanos, la URSS con los kulaks,
los granjeros ingleses de Rhodesia tuvieron que ser echados por la violencia, en
Inglaterra la UE tuvo que pagar jugosas sumas de dinero para comprar tierras a
antiguas familias terratenientes y agricultoras, etc. Este problema no existía en
lugares como Punjab, o existía en mucha menor medida.
En 1978, el periodista suizo Georg Gerster escribe, en "Flights of discovery: the Earth
from above", un alucinógeno elogio a la vida favelista:
A pesar de sus poco atractivos materiales de construcción, los asentamientos de chabolas pueden
también ser lugares de esperanza, escenarios para una contracultura, con un
alentador potencial de cambio y un fuerte ímpetu ascendente.
Georg Gerster.
Año 1985. La revolución verde ya ha tenido lugar. Sus efectos están en marcha a
toda máquina. La Unión Soviética, bloqueada en Afganistán, lastrada por la carrera
armamentística y manejada por infiltrados atlantistas, no tardará en caer. En la
revista Whole Earth Review ―publicación supuestamente contracultural del
movimiento jipi-verde-ecolojeta― aparece un artículo del influyente arquitecto
angloamericano Peter Calthorpe, titulado "Redefining cities". En él, se afirma
caraduristamente ni más ni menos que
Las ciudades tienen mucho más éxito en la promoción de nuevas formas de generación de
ingresos, y es mucho más barato proporcionar servicios en áreas urbanas, de modo que algunos
expertos han llegado a sugerir que la única estrategia realista para la reducción de la pobreza es
conseguir que emigre a las ciudades la mayor cantidad de gente posible.
Stewart Brand, ideólogo de la favelización global, representa la connivencia que hubo en los años
70 entre las grandes multinacionales, las fundaciones privadas, las ONGs y los servicios de
Inteligencia en torno al tema medioambiental. En los años 60, época de los estudios sobre
manipulación mental, programación del comportamiento y drogas, Brand participó en estudios
sobre el LSD patrocinados indirectamente por la CIA y el Departamento de Defensa.
Llegados a este punto nos damos cuenta de que el tal Brand es un auténtico alucinado
gafapasta, amén de gilipollas y mercenario de la pluma que, a pesar de que predica
sin sonrojarse las bondades de las extensiones chabolistas orgánicas,no se iría a vivir
a un barrio degradado de Dhaka ni aunque le pagasen millones de dólares bajo los
efectos de la marihuana. Un flagrante caso de "haz lo que digo, no lo que hago". Sin
mencionar que un habitante de un barrio chabolista de Mumbai no tiene la cultura
que puede tener un estadounidense blanco de un pueblo mediano. También lo más
probable es que no haya salido de Mumbai en su vida, ya no digamos de India, con
lo cual difícilmente podrá florecer el cosmopolitismo. Y por supuesto, el barrio en
cuestión tiene una homogeneidad étnica envidiable y una absoluta falta
de diversidad: no hay ni un solo blanco, todo el mundo es marrón, en una mezcla
racial que lleva siglos siendo estable, con lo cual la quimera del multiculturalismo
tampoco viene a cuento. Pero el autor continúa, predicador, en su trance, y en el
cenit de su escrito, sentencia ufano: "la vida campesina ha terminado". No cabe
duda de que la vida campesina, surgida en el Neolítico, es una degeneración con
respecto a la anterior vida cazadora-recolectora… pero lo que se presenta para
sustituir a la vida campesina pone los pelos de punta.
Muchos otros pensadores han seguido la misma línea fijada por Brand y otros. En un
artículo del progre David Owen titulado Green Manhattan, aparecido en el
semanario The New Yorker en 2004, prácticamente se hace mofa de Thomas
Jefferson ―uno de los padres fundadores de Estados Unidos― por querer constituir
"un pueblo de patriotas agrarios sostenedores de la democracia". Sin pestañear,
apunta insólitamente que
Nueva York es la comunidad más verde de Estados Unidos, y una de las ciudades más verdes del
mundo (…) La clave de la relativa benignidad ambiental de Nueva York es su compacidad
extrema. La densidad de la población de Manhattan es más de 800 veces la de la nación en su
totalidad. Colocar a un millón y medio de personas en una isla de veintitrés millas cuadradas
reduce drásticamente sus oportunidades de derrochar.
David Owen, experto en golf, considera en su libro "Green metropolis" que la "clave de la
sostenibilidad" es "vivir más pequeño, vivir más cerca y conducir menos". Detrás de sus llamadas
a reducir el consumo, lo que se esconde realmente es el deseo de las élites por recortar
drásticamente el nivel de vida de las clases medias, tercermundizándolas de hecho.
Así parece acusarlo también la prestigiosa revista The Economist (Londres), al menos
en un artículo de 2007 titulado "Atestadas, rechinantes e inmundas: ciudades
estallantes, infraestructuras estalladas". El escrito parece desaprobar las inhumanas
condiciones de higiene, contaminación y corrupción de los entornos suburbanos
degradados, mencionando que la megaciudad hindú de Delhi obtiene tres cuartas
partes de su agua potable del río Yamuna, que transporta enormes cantidades de
materia fecal no tratada y todo un cóctel de contaminantes químicos. Sin embargo,
aunque se critican estos fastidiosos detalles, es obvio que se transluce en el escrito
cierta fascinación por estudiar el fenómeno urbano tercermundista; no existe la más
mínima intención de frenarlo, sino acaso de especular sobre cómo parchearlo y
enmendarlo para mantenerlo en pie, vivo y coleando el mayor tiempo posible.
Además, se cita la pintoresca y simpática tendencia al reciclaje que tienen sus
habitantes, mencionando que existen industrias caseras enteras para reciclar trozos
de cartón en las principales ciudades iberoamericanas y asiáticas, y que los servicios
de limpieza y recogida de basuras no son necesarios porque las bandas de niños
carroñan desperdicios en las calles.
Según un informe de UN-Habitat, el 33% de la población urbana del mundo "en vías
de desarrollo" (más de 860 millones de personas) vivía en barrios precarios. En África
subsahariana, la proporción de población urbana favelizada era la más alta, con un
61,7%. La seguía el Indostán con un 35%. La República Centroafricana en particular,
tenía un 96% de su población urbana malviviendo en favelas. Se cree que un sexto
de la población mundial está actualmente favelizada, y que para 2030, la proporción
será de un cuarto. Se espera que para 2050, la población chabolista mundial sea de
3 mil millones y la población rural prácticamente anecdótica.
Barrio degradado de Lagos (Nigeria). Nigeria se independizó del Imperio Británico en 1960. Lagos
tiene, con su área urbana periférica, una población de más de 20 millones de habitantes.
Winston Churchill, uno de los vencedores del Eje en la Segunda Guerra Mundial, se
ufanaba de que "No he llegado a Primer Ministro para supervisar la liquidación del
Imperio Británico"… pero en la práctica, eso es lo que sucedió. Churchill, un político
de la vieja escuela, un anticomunista y un patriota sincero, que estaba a favor de la
eugenesia y consideraba que "Keep England White es un buen lema", nunca hubiese
aprobado el actual estatus de Reino Unido como receptáculo de millones de
inmigrantes tercermundistas, con su espíritu nacional anulado, pero eso ya no
importa: Churchill cumplió su papel de marioneta útil mientras fue necesario, y
después fue desechado por los mismos que le habían colocado al frente de Gran
Bretaña. Ni el discurso "Rivers of blood" de Powell, ni otros coletazos aislados del
alma nacional de Inglaterra, lograron enderezar el rumbo del país ni evitar su
tercermundización.
El francés De Gaulle también sufrió similar engaño cuando los mismos círculos
poderosos que durante la Segunda Guerra Mundial le habían apoyado para luchar
contra el Eje, provocaron la disolución del Imperio Francés y la insurrección marxista-
cultural del Mayo del 68. El resultado de la Segunda Guerra Mundial apabulla: que
Alemania y Japón fuesen sometidas a programas de lavado de cerebro colectivo
puede comprenderse por haber perdido la guerra, pero que naciones en
teoría vencedoras (primero las europeas, luego las soviéticas y EEUU) comenzaran
su autodestrucción imparable como si al derrotar al Eje hubiesen firmado su propia
sentencia de muerte —renunciando voluntariamente, desde el mundo de la
diplomacia, a las vastas esferas de influencia de las que gozaban en el planeta, y
facilitando así el nacimiento del tercermundismo tal y como lo conocemos hoy—, es
a primera vista inexplicable. Tal rendición de posesiones inmensas, a cambio de nada,
no tiene parangón en la Historia.
Europa posee puertos de gran entidad, como Rotterdam, Amberes y Hamburgo, así
como otros que podrían dar mucho más de sí si cambiase el clima geopolítico (como
Ferrol, Vigo, O Porto, Lisboa, Faro, Huelva, Cádiz, Algeciras, Vladivostok) o si el
derretimiento del hielo polar abriese la Ruta del Norte (Godthab, Reykjavik, Bergen,
Trondheim, Tromsø, Murmansk, Arkangel'sk, Tiksi, Petropavlovsk). Nuestro
continente posee también ciudadelas de gran influencia y poder desde hace siglos,
como el Vaticano, la City de Londres, Versalles, Ginebra, el Kremlin, Madrid, Lisboa,
Viena, Constantinopla, Amberes, Ámsterdam, Venecia e Irkutsk. Todo ello le permite
a nuestro continente proyectar su poder hacia África (época colonial, tal y como
describió el geopolitólogo alemán Haushofer cuando definió su concepto de
Euráfrica), Oriente Medio (época de los macedonios, romanos, bizantinos y
cruzados), el Heartland (época de los escitas, vikingos, venecianos y cosacos) y el
Atlántico (época de los conquistadores). Europa es también lo bastante fértil como
para ser razonablemente autárquica en materia alimenticia, pero también lo bastante
fría e inhóspita como para mantener la corrupción y la relajación a raya, lo cual
históricamente mantuvo nuestro continente a salvo de la tercermundización.
Europa posee además islas y territorios de gran valor estratégico como Ceuta, Melilla,
las Canarias, las Azores, Reunión, la Guayana Francesa, Saint Pierre y Miquelón,
Martinica, la Polinesia Francesa, Chipre, Bermuda, Diego García, Groenlandia,
Curaçao, Siberia, una buena tajada de Antártida y otros. El "Viejo Continente" ha
heredado también importantes zonas de influencia en ambas Américas, África,
Próximo Oriente, Asia Central, Asia Indopacífica y el mundo entero en general. La
ciencia y tecnología modernas son de raigambre abrumadoramente europea.
Asimismo, los idiomas europeos se hablan en todo el planeta y gozan (especialmente
el inglés, el castellano, el francés, el ruso, el portugués, el alemán, el latín y el griego
antiguo) de un enorme prestigio, pero ese prestigio no nos fue dado gratuitamente:
tuvo que ser labrado durante siglos de duras luchas y trabajos.
Países donde los idiomas europeos son oficiales o co-oficiales. En muchos otros países, los idiomas
europeos están muy implantados (por ejemplo, francés en varios países árabes).
Europa es, por tanto, el continente mejor situado para dominar el mundo, pero estos
hechos geográficos no significarían absolutamente nada si Europa estuviese habitada
por razas humanas tercermundistas e incapaces. Es el
hecho político del manpower europeo —el capital humano y el talento cultural,
creativo, técnico, artístico, atlético y guerrero de los pueblos europeos, el valor de su
código genético— lo que le dio a Europa su poder histórico. Morfológica y
taxonómicamente hablando, el tipo humano noreuropeo es el más evolucionado de
la especie humana, es decir, el más alejado del modelo simioide primitivesco. El
grueso de los europeos étnicos actuales procede de antepasados europeos y
centroasiáticos, duramente seleccionados por el frío durante la Glaciación de Würm,
con todo lo que ello implica: pensamiento planificador y estratégico, anticipación
(visualización), retraso de la recompensa, disciplina, autocontrol, voluntad,
altruismo, depredación, razonamiento lógico, analítico y lineal, etc. Debido a esto,
las dos superpotencias militares actuales (Estados Unidos y la Federación Rusa) son
esquejes del árbol europeo, que le deben al código genético europeo todo su poder.
Una mirada a un mapa de densidades de población nos revelará una cuña que parte
de Europa y se va diluyendo a lo largo de la estepa eurasiática y el ferrocarril
Transiberiano. Siberia es el destino natural de un flujo masivo europeo hacia el Este,
pero ese destino no se concretará hasta que no se forme una fuerte columna
vertebral eurasiática desde el Atlántico hasta el Mar de Japón, y huelga decir que si,
para entonces, Europa es un continente tercermundista, de poco valdrá. El polo
necesario para vigorizar este flujo es Vladivostok —que a su vez debe su importancia
a encontrarse en Estasia, a orillas del Pacífico y al lado de gigantes de la civilización
humana como China, Corea y Japón. Para vertebrar un nuevo espacio geopolítico, se
necesitaría un nuevo flujo europeo por tierra hacia China, y para esto es
imprescindible contar con Rusia. Eurosiberia tendría, incluyendo el patio trasero
ruso en Asia Central, una población de 850 millones de almas y una densidad media
de 30 habitantes por km cuadrado —densidad mucho más razonable pero, como
estamos viendo, pésimamente distribuida. Al capital globalista le conviene que
Europa siga siendo una isla abarrotada y apartada del resto de Eurasia, por ende, los
eslabones que la unen con Asia (sean cristianos asirios, caldeos, arameos, coptos o
maronitas, países de Europa del Este o de Oriente Medio bien dispuestos hacia
Europa, como Siria, etc.), son un problema para las potencias periféricas del mundo.
Densidades de población. En el mapa se aprecia bien cómo una emisión europea con forma de
punta de lanza parte de nuestro continente para adentrarse en la despoblada Siberia, con
dirección Manchuria-Japón. En Europa se ha ido acumulando una enorme densidad de población
porque, históricamente, si bien no hay barreras geográficas naturales dignas de mención entre
Centroeuropa y Siberia, sí ha habido barreras políticas artificiales como el reino jázaro, la Horda
Dorada, el khanato de Crimea o la Unión Soviética, y ni siquiera la emigración a las Américas fue
suficiente como para aliviar la insalubre congestión urbana en Europa. Los escitas, los vikingos
varegos, los cosacos, los franceses napoleónicos, los zares y los alemanes de la Primera y
Segunda guerras mundiales representaron intentos opuestos, unos fallidos y otros no, de
conquistar el Este para Europa. Lo lógico es que, para descongestionar sus sociedades,
abarrotadas y sobresocializadas muy por encima de las posibilidades del Homo europæus, Europa
se proyecte hacia el Este. Se aprecia en el mapa la banana azul, un arco superpoblado que va
desde Venecia hasta el norte de Inglaterra, interrumpido solo por los Alpes y el Canal de la
Mancha.
Hoy, los únicos países que pueden considerarse eurasiáticos —es decir, con un pie
en Europa y otro en Asia— son Rusia, Grecia, Turquía, Azerbaiyán y a lo sumo
Kazajistán. En la antigüedad, la frontera entre Europa y Asia estaba clara: el Bósforo
y los Dardanelos. Pero más al norte, donde los godos llegaban a Ucrania con la misma
facilidad con la que los hunos llegaban a Alemania, no estaba tan clara. Hoy en día,
gracias a las conquistas de los cosacos, la frontera norte entre Europa y Asia es sin
duda el río Amur, cuya importancia veremos más adelante.
A pesar de que el destino de Rusia está ligado al del resto de Europa, nuestro
continente tampoco puede convertirse en una mera provincia de un nuevo Imperio
Ruso renacido. Debido a la ingeniería social y a la inmigración tercermundista masiva,
así como a la Tercera Ley de Newton (la de acción-reacción), Europa está destinada,
tarde o temprano, a sufrir dolorosos procesos revolucionarios que la acabarán
despertando de su vergonzosa narcosis. Es Europa quien debe, como en época de los
varegos, los zares germánicos y los cosacos, ser el cerebro organizador de Rusia. Es
Europa, con sus enormes densidades de población, una generadora de esferas de
influencia, no una provincia de imperios ajenos ni un cuartel general desde el cual
una élite codiciosa se dedica a administrar, siempre de forma odiosa y especulativa,
la riqueza de los demás.
La principal transformación, el principal cambio a pie de calle, el cambio más obvio
del paisaje social, en las últimas décadas, ha sido la inmigración tercermundista
masiva y el auge de la delincuencia inmigrante y la violencia tercermundista. El
principal desafío para la supervivencia de los pueblos europeos es la inmigración
tercermundista y las élites lunáticas y codiciosas que la han provocado. El asunto es
el rey desnudo, el tabú número uno, de nuestro tiempo, la polémica que nadie osa
mencionar, especialmente en países soviético-inquisitoriales como Suecia o España.
Es necesario dejar claro que la principal riqueza de Europa son los niños europeos y
el código genético europeo, único en el mundo por su calidad, creatividad, alto grado
de evolución y rendimiento atlético y mental. La Física moderna define la energía
como "la capacidad de un cuerpo para realizar un trabajo". En ese caso, hay que
afirmar que los pueblos europeos tienen una inmensa energía y que la inmigración
tercermundista amenaza la supervivencia de esa energía. Considera Kaplan que
hay cierto malestar entre los europeos del Norte respecto a la disolución de la sociedad misma.
Las poblaciones nacionales y la mano de obra de Europa se han estancado desde el punto de
vista demográfico, hecho que ha provocado su envejecimiento. En el año 2050, Europa habrá
registrado un descenso de un 24% de su población activa, mientras que la de los habitantes
mayores de sesenta años habrá aumentado un 47% en el mismo periodo. Es probable que esta
situación provoque un incremento de la inmigración de población joven procedente del Tercer
Mundo para compensar el envejecimiento de los Estados del bienestar europeos… Mientras que
en 1913 Europa tenía más habitantes que China, en 2050, la suma de las poblaciones de Europa,
Estados Unidos y Canadá representará solo el 12% del total mundial, inferior al 33% que hubo
después de la Primera Guerra Mundial. Europa se encuentra en un evidente proceso de retroceso
demográfico frente a Asia y África, a la vez que sus mismas poblaciones van incorporando como
propios ciudadanos procedentes de África y Oriente Medio.
Mucho peor que las luchas fratricidas del pasado ha resultado ser esta falsa
unificación europea llamada Unión Europea, que en realidad no es sino una anti-
Europa organizada, que sólo tiene sentido para las élites económicas y que,
parasitando el genio y la creatividad de la raza blanca, es en realidad una entidad
ferozmente antiblanca que rezuma hostilidad hacia todo lo que representa la fuerza
y el poder de Europa, dedicándose a patrocinar organizaciones transnacionales
globalistas en todo el planeta mientras siega la hierba bajo los pies de los europeos
étnicos. Si hemos de creer lo que "nuestro" Javier Solana (entre otras cosas, ex-
secretario general de la OTAN y presidente del Center for Global Economy and
Geopolitics de la ESADE, una escuela de negocios española, es decir, una academia
—fundada y manejada por los jesuitas— para el adiestramiento de
globalistas) declaró en una ocasión, los globalistas pretenden convertir Europa en un
"laboratorio de sistema de gobierno mundial", y para ello es necesario a su vez un
proceso de homogeneización por lo bajo. Parece que Europa va a convertirse en la
tierra prometida de la Babilonia Mundial preconizada por los globalistas.
El irlandés Peter Sutherland es una buena opción para proporcionar un rostro de la globalización
al margen de los consabidos Rothschild, Rockefeller, Soros o Blankfein. Sutherland considera ni
más ni menos que la UE "debe socavar la homogeneidad nacional" de sus Estados. Currículum:
presidente del GATT (antepasado de la Organización Mundial del Comercio), de British Petroleum,
de Goldman Sachs International, director no ejecutivo del Royal Bank of Scotland Group,
presidente de la Comisión Trilateral, participante en el Grupo Bilderberg, junta directiva de ABB,
miembro del comité de honor del Instituto de Asuntos Europeos, presidente honorario del
Movimiento Europeo Irlanda, consejo de la London School of Economics, comisionado de la Unión
Europea, director general de la Organización Mundial del Comercio, jefe de "asuntos
migratorios" de la ONU, fundador del Foro Mundial de Migración y Desarrollo… Sutherland está
en lo alto de la pirámide en lo que se refiere a la promoción de la inmigración tercermundista en
Europa. Aunque trabaja activamente para minar la homogeneidad racial del mundo europeo, él
no ha minado su propia homogeneidad racial: se casó con una española blanca, con la que tuvo
tres hijos blancos. Todo esto es suficiente para afirmar que la pléyade de eurócratas que orbitan
alrededor de Sutherland ―como la comisaria de interior de la UE y agente pro-inmigración
tercermundista Cecilia Malmström [8]― está profundamente corrupta y podrida.
La propaganda (mal llamada) "europeísta" lo deja bien claro: África para los africanos, Asia para
los asiáticos… y Europa para todo el mundo. La implantación de decenas de millones de
tercermundistas en Europa obedece a poderosos y turbios intereses que examinaremos en una
entrega futura.
NORTEAMÉRICA
He comprendido que la globalización no será estadounidense. Para hacerla
avanzar es necesario abrir la puerta a otros, pero sin imponer el
pensamiento único anglosajón.
(Jim O'Neill, economista británico, jefe del banco Goldman Sachs en Londres e
inventor del término BRICS, poco después de los atentados del 11-S).
El mundo hoy está tan despierto, tan activo políticamente, que ninguna
potencia puede ser hegemónica.
(Zbigniew Brzezinski).
En 1945, Europa entera estaba arrasada, al igual que la Unión Soviética, China y
Japón. Estados Unidos, sin embargo, había escapado a las horrorosas destrucciones
de la Segunda Guerra Mundial, de modo que aun en 1950 representaba el 50% del
PIB mundial. Eso significaba que, en el arranque de la Guerra Fría, EEUU estaba en
una posición tan absolutamente hegemónica y dominante que podía organizar sin
obstáculos el despegue de todos los Estados arrasados por la guerra, y su
reconstrucción a imagen y semejanza de la nueva metrópoli americana. A pesar de
esta enorme ventaja, las élites gobernantes de EEUU hicieron numerosas concesiones
a la URSS, esperando que la existencia de dos polos mantuviese al mundo electrizado
por la estrategia de la tensión y obligase a los países a tomar partido en el concierto
bipolar: ahora ningún país podía ir por libre. EEUU tuteló el nacimiento de la ONU y
de la Unión Europea, la instauración del comunismo en China, el desmantelamiento
del Antiguo Régimen en Japón, la desnazificación y persecución del fascismo residual
en Europa y la disolución de los imperios coloniales. Sólo los países de la órbita
soviética quedaron relativamente al margen de la acción de EEUU.
Densidades de población. En Estados Unidos, las aglomeraciones se van diluyendo hacia el Oeste
cada vez más, hasta llegar a un vacío demográfico importante donde la relación entre población
y espacio es más sana y propia de un pueblo libre. Este vacío se interrumpe de nuevo al llegar a
la Costa Oeste.
Existe una inquietante y premonitoria película, "No es país para viejos" (2007),
ambientada en la frontera entre Estados Unidos y México a principios de los años 80,
justo cuando el narcotráfico estaba empezando a asomar su fea cabeza más de la
cuenta con todo un rosario de eventos violentos. Se iniciaba un choque entre dos
formas de vida: el mundo de los herbívoros y honestos trabajadores americanos
blancos ―inocentes, confiados, mansos y envejecidos― y un nuevo y vigoroso mundo
taimado, traicionero, primario, inhumano y depredador, de mafias, asesinos,
mercenarios, agentes y traficantes, todos ellos bien relacionados con poderosos
círculos de la alta sociedad de EEUU. Un veterano de Vietnam representa la reserva
de bravura residual del mundo americano blanco. Este conflicto de momento tiene
un balance claro: la forma de vida de los americanos blancos ha retrocedido y ha
cedido terreno ante estas mafias, porque el americano blanco no ha ejercido ni
brutalidad ni violencia contra el enemigo, delegando ese deber en el gobierno, que
es corrupto y tiene otros planes en mente. El blanco de clase media (cuyo estilo de
vida acaparaba riqueza y prosperidad impidiendo que fluyese hacia la cumbre de la
pirámide) quedó obsoleto ante el nuevo mundo que vino del Sur.
Todo esto ha sido posible gracias a las maquinaciones de las élites de EEUU a través
de diversas agencias, especialmente la CIA y la DEA (la agencia antidroga
estadounidense, en la práctica un enlace entre los cárteles narcos y el mundo de las
élites y las finanzas). Que la corrupta DEA es responsable del narcotráfico en toda
Iberoamérica es vox populi en muchos países como Colombia, y ha habido eventos
que le dieron a la opinión pública la oportunidad de conocer el hecho. Puede que el
más representativo fuese el del agente encubierto de la DEA Enrique Camarena
Salazar y su piloto, Alfredo Zabala Avelar, que en 1985 fueron secuestrados y
torturados hasta la muerte con implicación del agente de la CIA Félix Ismael
Rodríguez. Motivo: Camarena había descubierto los vínculos de Washington y de los
grandes bancos neoyorkinos con el narcotráfico, averiguando que usaban dichos
beneficios entre otras cosas para financiar a los "contras" de Nicaragua y al gobierno
iraní durante su guerra con Iraq ―operaciones ambas a cargo de Oliver North y su
sórdido proyecto Enterprise. El caso saldría a la luz como el escándalo Irangate. El
excomandante de la policía mexicana Guillermo González Calderoni, que había
declarado al FBI sobre la implicación de la CIA en el caso Camarena, caería de un
balazo en la cabeza en 2003. Al año siguiente, se "suicidaría" de dos disparos en la
cabeza el periodista estadounidense Gary Webb, que con su serie de escritos "Dark
alliance" había contribuido a destapar la red. Y es que, en la lucha contra el
narcotráfico, se permiten realizar redadas, quemas de cosechas, asaltos,
incautaciones de alijos… pero no está permitido seguir la pista del dinero ni tomar
medidas contra la raíz del narcotráfico, que se encuentra en los grandes bancos, la
alta sociedad y el mundo de la noche.
La frontera entre Estados Unidos y México es la más extraordinaria del mundo entero,
dado que la diferencia proporcional entre el PIB de EEUU y el de México es la mayor
existente entre dos países que compartan aduana, más incluso que la hermética línea
divisoria entre ambas Coreas o que las fronteras que mantiene España en África; en
el mundo no existe nada que se asemeje ni remotamente a la línea US-MEX. La
globalización, que pretende igualar a todo el mundo salvo a la élite plutocrática, no
puede permitir estas enormes diferencias, y por ello se encuentra en proceso de
disolver esta frontera mediante agentes globalizadores mucho más efectivos que los
Estados o los ejércitos: la inmigración tercermundista masiva, la corrupción y el
crimen organizado. Esta frontera, cada vez más disfuncional, produce una unificación
silenciosa, insidiosa, no declarada, entre el norte de México y el sudoeste de EEUU.
Ya quedan muy lejos los tiempos en los que existía otro tipo de unificación, bajo
cuyos auspicios, ora los Rangers de Texas y los "rurales" de México cabalgaban juntos
para perseguir a los comanches, ora los ejércitos de ambas naciones organizaban
campañas conjuntas contra los apaches. El panorama actual va por otros derroteros.
Ya en el año 2000, el 90% de los habitantes de seis de las doce ciudades más
importantes de la frontera estadounidense con México eran de origen
centroamericano, y sólo en dos de ellas (San Diego, California, y Yuma, Arizona) el
porcentaje era inferior al 50%. Hasta ahora, la mayor parte de asesinatos y violencia
relacionada con el narco ha ocurrido en sólo seis de los 32 estados de México, casi
todos ellos en el norte. La balcanización de las fuerzas de seguridad de México no
ayuda: dos cuerpos de policía federales, 32 estatales y 1.500 municipales, a cada
cual más corrupto e infiltrado por la DEA y los cárteles. Ciudad Juárez, en frente de
la texana El Paso, es sin duda el epicentro de toda esta actividad. Tijuana la sigue de
cerca, igual que Nuevo Laredo. Monterrey se encuentra muy relacionada con las
oligarquías banqueras, industriales y energéticas de Texas. En algunas zonas
mexicanas, se han alcanzado extremos de disfuncionalidad, violencia y caos propios
de estados fallidos en guerra civil, con cárteles armados que disponen de submarinos
y carros blindados, y que utilizan tácticas de combate plenamente militares (algunos
de sus miembros son ex-marines y/o han sido adiestrados por agentes israelíes). Es
curioso que en lugares donde la violencia ha azotado fuerte, han reaparecido los
arquetipos atávicos del código genético mesoamericano, con fenómenos como el
culto a la Virgen de la Muerte, de claro hedor azteca.
Virgen de la Santa Muerte, venerada especialmente en aquellas localidades del norte de México
donde la violencia del narco se ha cobrado más víctimas. Hasta que llegaron los españoles, las
civilizaciones mesoamericanas estaban obsesionadas con la muerte y el sacrificio humano. Ahora
que la influencia española (tanto la cultural como la genética) decrece, brotan de nuevo los
símbolos encerrados en el inconsciente colectivo local.
Cuando el geógrafo suizo Arnold H. Guyot analizó Estados Unidos en 1849, antes de
la Guerra de Secesión, la industrialización generalizada y otros hitos, concluyó que
era, junto con Europa y Asia, uno de los "corazones continentales" destinados a
gobernar el mundo. Observando la red de navegación fluvial de EEUU, se aprecia que
el Canal Intracostero Atlántico, unido al sistema del Mississippi, cuya capilaridad es
impresionante, le proporciona a Estados Unidos más kilómetros de vías fluviales
navegables ―al abrigo del alcance de las tormentas marinas o los ataques
enemigos― que los que tiene la suma del resto del mundo junto, y convierte en una
isla de facto a la principal extensión continua de tierras cultivadas del planeta.
Buena parte del anti-americanismo que hay en el mundo no es tal cosa, ya que
quienes lo profesan son adictos a los trofeos y los subproductos de la cultura yanqui.
Dicho anti-americanismo a menudo no es un rechazo a la OTAN, al comercio
internacional, al librecambismo, a la decadencia, a la disgenesia, al sionismo, al
multiculturalismo, al marxismo cultural o a la vulgarización social, sino simplemente
moral del esclavo y odio antiblanco encubierto, que ve en Estados Unidos la
expresión de cierta hegemonía residual de la raza blanca conservadora, raza a la que
el anti-americano detesta debido a un complejo de inferioridad y un complejo de
Edipo neocristiano en contra de cualquier figura de autoridad paterna, orden, fuerza,
salud y estabilidad. En suma, el progre moderno ve a EEUU como el cristiano primitivo
veía al Imperio Romano; odia de EEUU aquello que tiene de admirable, y ama de
EEUU aquello que tiene de despreciable. Rechazar la política exterior estadounidense,
la contracultura pop y la ingeniería social es una cosa, pero jalear la caída de EEUU
como nación (la nación con la mayor población blanca del mundo) es algo que no
puede hacerse tan a la ligera; habrá que preguntarse quién ocupará el lugar de EEUU
y si su caída mejorará las cosas o las empeorará. La globalización lo que enseña
precisamente es que para construir el gobierno mundial, es necesario aniquilar a las
naciones preexistentes —incluyendo a EEUU— para que sus fronteras y su
arquitectura jurídica, fiscal, social, etc., no pongan condiciones al libre flujo global.
La bandera de "no me pises" o bandera de Gadsen, data de la Revolución Americana. Viene a
significar "Yo voy a lo mío sin meterme con nadie, pero si turbas mi tranquilidad, me defenderé"
y simboliza la mejor tradición libertaria americana, mucho más cercana al sindicalismo y
anarquismo clásicos que al pensamiento capitalista o al liberalismo de raigambre francesa y
británica. Esta filosofía resulta, individuo a individuo, más peligrosa para la globalización incluso
que los fascismos.
Estados Unidos, creo, aflorará en el transcurso del Siglo XXI como una cultura multiétnica mestiza
orientada de norte a sur, de Canadá a México, en vez de identificarse con una isla de
habitantes de piel clara y situada en la zona templada que se extiende del Atlántico al Pacífico,
con orientación este-oeste. Esta confluencia multiétnica vivirá en ciudades-estado suburbanas en
constante expansión, todas ellas cada vez más similares entre sí.
Kaplan nunca llamará a África subsahariana una "isla de piel negra", ni a China una
"isla de piel amarilla", pero sí utiliza para EEUU la expresión "isla de piel blanca". Con
cierto retintín. Cierto rechazo. Maliciosamente, se podría inferir que a las élites de
EEUU, de las que Kaplan forma parte, les preocupa que exista gente con la piel más
clara que ellos, motivo por el cual promueven la ideología antiblanca todo lo que
pueden. También les preocupa que existan islas de piel clara que tengan mayor
tamaño que las urbanizaciones privadas de lujo de los entornos tercermundistas. Los
hombres como Kaplan no quieren acabar con las islas de piel clara, quieren reducir
su tamaño drásticamente. Quizás por ello los únicos países que necesitan ser
multiculturalizados por el tercermundismo son invariablemente los países blancos.
África seguirá siendo africana y Asia seguirá siendo asiática; sólo Europa,
Norteamérica y Oceanía "necesitan" ser transformadas por la inmigración
tercermundista, hasta que los únicos blancos que queden sean miembros de la élite
globalista, encerrados en complejos residenciales neofeudales de alta seguridad.
Por todo lo que acabamos de ver, se hace muy chocante oír ciertas voces, en España,
hablando de cuán beneficiosa será para nuestra Nación la "hispanización" de EEUU.
Lo primero que hay que dejar meridianamente claro es que la inyección
tercermundista que los globalistas le han administrado a Norteamérica en contra de
la voluntad del pueblo americano no es una hispanización, sino una chicanización.
El chicano es un iberoamericano con nacionalidad estadounidense (por el simple
hecho de haber nacido en suelo estadounidense: ius solis) y teóricamente integrado.
La primera lengua del chicano es el inglés, y sólo en segundo lugar habla español (un
español más Spanglish-puertorriqueño que otra cosa, desfigurado y trufado de
anglicismos y errores), generalmente con familiares de generaciones anteriores que
sí nacieron en Centroamérica. El chicano se encuentra muy a gusto en su nuevo país
de acogida, sus referentes culturales favoritos son el reggaetón, el funk y la bachata,
no siente lazo de afecto alguno con España (antes bien, siente rechazo y no es raro
el que hace suyos todos los prejuicios de la Leyenda Negra antiespañola) y sus hijos
tendrán nombres tan hispánicos como puedan serlo Wendy Concepción, Jason
Orlando, Calvin Junior, Walter Mauricio o Leidi Amparo; eso en el mejor de los casos,
en el peor sus nombres serán directamente anglosajones. Nada que no se hubiese
visto ya en 1848: cuando los anglos arrebataron a México (independizado de España
en 1821 tras una insurgencia de signo masónico-burgués) enormes territorios en lo
que es ahora el suroeste de EEUU, las poblaciones locales se incorporaron al nuevo
país. Los descendientes de dichas poblaciones, a día de hoy, no hablan español.
Para ser justos, hay que reconocer al menos que la chicanización de EEUU resulta ser
menos lesiva y tercermundizante que la negrización. Es el caso de la ciudad de
Compton, al sur de Los Ángeles (California): en los años 90, era de mayoría negra y
constituía un foco de crimen y pobreza. Más recientemente, llegaron en masa
inmigrantes mexicanos y entraron en conflicto territorial con los negros, que
acabaron marchando hasta el punto de que hoy los chicanos son mayoría y los negros
minoría. Ahora Compton es un lugar mucho más civilizado y habitable que en los 90.
Emmanuel Celler, iniciador de los esfuerzos por tercermundizar EEUU e ilegalizar la posesión de
armas de fuego. Sus rasgos faciales neandertalizados indican a las claras que no se trata
precisamente de un WASP de pura cepa.
Como hemos mencionado, hay gente en España que considera que todo esto es
positivo para la Hispanidad. Sea lo que sea la Hispanidad, no puede tratarse como
un conjunto monolítico, y la chicanización, que no hispanización, de EEUU, no nos
aportará absolutamente nada —al menos no nada bueno— a nosotros los españoles
de a pie, aunque no dudamos de que pueda beneficiar a ciertas élites españolas
traidoras: las mismas que han traído el tercermundismo a España. Los criollos de
México, así como otras poblaciones iberoamericanas, son una joya legada por los
antiguos conquistadores y un grupo a tener en cuenta, y España tiene el deber de
mantener relaciones armoniosas con Iberoamérica, pero en lo que al norte del Río
Grande se refiere, un ranchero anglogermano de Texas o Nuevo México ha heredado
mucho mejor los valores hispánicos que un chicano de un suburbio de San Diego. La
tercermundización de un país blanco no beneficiará en nada a otros países blancos.
Al contrario, contribuirá a derribar el prestigio del mundo blanco, al que nosotros
como españoles pertenecemos, nos guste o no. EEUU es un monstruo de la
geopolítica que va a irradiar influencia a través del Atlántico, independientemente de
que esto nos parezca bien o mal. Puestos a elegir, es preferible que irradie cosas
buenas y no cosas malas. Y podemos apostar nuestras posesiones más queridas a
que, si EEUU se tercermundiza definitivamente, nos transmitirá más cosas malas de
las que ya nos transmite. Si alguien cree que la situación no puede empeorar, basta
con recordar que EEUU puede convertirse en una gigantesca Colombia o Ciudad
Juárez incrustada en la posición más dominante de todo el Atlántico Norte, con más
puertos notables en las costas de dicho espacio marítimo que el resto de países del
hemisferio occidental juntos.
Ese antiamericanismo barato —que sólo busca la caída y la ruina de EEUU, en lugar
de un cambio en el seno de las clases sanas en América o en cualquier otro lugar—,
no lleva a ninguna parte. Es moral del esclavo y pensamiento progre: no quiero
esforzarme para elevarme, quiero que lo que es superior a mí sea degradado hasta
bajar a mi nivel. EEUU es un esqueje del árbol europeo, pese a quien le pese. Recoge
tanto lo mejor como lo peor de la Civilización Occidental, y, como un espejo,
maximiza tanto lo bueno como lo malo de Europa, reflejándonoslo desde el otro lado
del charco. Los marxistas culturales, políticos, "trabajadores sociales", "activistas",
"pensadores" e "intelectuales" europeos —que se encuentran entre las clases sociales
más degeneradas y enfermizas del mundo entero— odian la parte tradicional y
nacional de EEUU porque lo ven como un país blanco fuerte, y a los progres,
infectados de neojudeocristianismo cultural, les entra urticaria cuando ven que su
tribu es sana, ya que ellos quieren hacer enfermar a su tribu para arrastrarla a su
propio nivel degenerado y dejar de sentirse como escoria. Y es que, como ya hemos
dicho, el progre no quiere disciplinarse ni sacrificarse para alcanzar lo que es superior
a él, sino provocar el derrumbe de todo a su alrededor para sentirse mejor consigo
mismo y aplacar sus complejos de inferioridad y su ansia de poder.
envolver la cuenca del Caribe en una zona de libre comercio y movimientos migratorios humanos
que, por fuerza, estaría dominada por Estados Unidos, mientras las poblaciones de México y
Centroamérica, más jóvenes que la americana, proporcionan la mano de obra. Naturalmente,
esto es algo que ya ocurre, pero la intensidad del intercambio humano debería aumentar,
y lo hará.
Cuenca del Mare Nostrum americano (Golfo de México + Caribe). Región claramente dominada
por Estados Unidos. El espacio marítimo más balcanizado del mundo y más plagado de paraísos
fiscales. De no estar balcanizado, la inmensa cuenca del Mississippi vería frustrado su acceso al
Atlántico. La debilidad de la zona balcanizada y el bloqueo a Cuba [10] tienden a liberalizar el
comercio y canalizarlo invariablemente hacia los puertos estadounidenses. El único proyecto
novedoso en este espacio es el del canal bioceánico en Nicaragua, que rivalizará con el de
Panamá, entre otras cosas, por encontrarse más cerca de EEUU y ahorrar tiempo de viaje. El
nuevo canal nicaragüense se encuentra patrocinado por China, que en muchos sentidos está
haciéndole simplemente el caldo gordo a la globalización. Al sur de esta cuenca se encuentra la
Amazonia, cuyo papel de barrera natural la asemeja al Sáhara en el caso de África. Para los
geoestrategas de Washington, Sudamérica propiamente dicha es lo que hay al sur de la
Amazonia: la equivalente "subamazónica" al África subsahariana. Bajo este punto de vista, Brasil
y Argentina son las potencias dominantes de Sudamérica. Todo lo que hay al norte de la Amazonia
sería por tanto patio trasero de EEUU.
Viene a cuento decir que el "libre comercio" del que se ufanan las oligarquías
estadounidenses en el Caribe, es sólo para las multinacionales, los bancos turbios y
las mafias del crimen organizado, no para el ciudadano de a pie, al que se le ponen
todo tipo de cortapisas burocráticas y administrativas para hacer negocios o trasladar
productos a través de la frontera estadounidense. Que una transnacional deslocalice
una fábrica entera a Camboya dejando a miles de obreros estadounidenses en paro,
no es un problema. Que otra multinacional importe productos textiles ultra-baratos
fabricados por esclavos tercermundistas, sin pagar aranceles ni impuestos a las arcas
del Departamento del Tesoro y reventando el mercado laboral y las manufacturas
nacionales estadounidenses, tampoco es un problema. Que Walmart se cargue el
pequeño comercio estadounidense y cientos de miles de trabajos de tipo autónomos,
PyMEs, etc., a cambio de sustituirlos por empleos-basura con contratos temporales,
de escasa remuneración, cualificación, cobertura social y autonomía, no es un
problema. Lo que es un problema es que un estadounidense de a pie introduzca o
saque del país un producto de más de cien dólares de valor: en ese caso, es necesario
hacerle pagar una tasa o bien confiscar dicho producto. Libre comercio para las élites
plutocráticas y el Big Business; proteccionismo celoso para el ciudadano medio y sus
modestos proyectos empresariales pequeños y medianos. Lo que este extraño
proteccionismo protege, por supuesto, es la globalización, a costa de lo local.
En Marzo del 2010, apareció otro documento similar: Rage on the Right: The Year in
Hate and Extremism, esta vez editado por el Southern Poverty Law Center, una ONG
antiblanca presidida por Richard Cohen (judío asquenací), establecida en el corazón
de la población negra de EEUU y que goza de sólidos lazos con el DHS. El caradurista
y maniqueo escrito metió en el mismo saco a activistas en contra del programa
sanitario de Obama, ciudadanos anti-inmigración, neonazis y skinheads.
No es difícil ver que el verdadero objetivo del DHS y otras turbias agencias federales
y estatales no es proteger la seguridad de los estadounidenses ni defender la
soberanía nacional de EEUU, sino desactivar toda resistencia al avance de la
globalización, colocando bajo la lupa de los servicios de Inteligencia, criminalizado y
"terroristizando" a los equivalentes americanos contemporáneos de los kulaks de la
época soviética: gente testaruda que se aferra a sus ideas, tierras, patrimonio
económico y tradiciones, y que se resiste a los cambios impuestos por minorías
hostiles, codiciosas y sedientas de poder.
Molon labe es lo que, según la historiografía griega, gritó Leónidas a los persas cuando le
exhortaron a entregar las armas. Hoy la frase es usada como eslogan por grupos
constitucionalistas pro-armas de Estados Unidos.
Todos estos tipos deben ser representados como nuts (locos) y/o terroristas en
potencia, y se les debe someter a todo un programa de infiltración policial y
desprestigio mediático. La colaboración de la CIA y la alta sociedad estadounidense
con Hollywood ha sido muy estrecha durante décadas, y este cambio de rumbo en el
US DHS no ha pasado sin dejar huella en la gran pantalla. En "White House down" o
"Asalto al poder" (2013), pudimos ver cómo, por enésima vez, la Casa Blanca era
asaltada por malvados enemigos de Washington… pero esta vez no eran terroristas
islamistas, comandos norcoreanos ni naves extraterrestres, sino yanquis blancos de
pura cepa WASP (blancos, anglosajones y protestantes, por sus siglas inglesas). La
Casa Blanca, con el muy negro presidente dentro, es asaltada por todo un catálogo
de veteranos de guerra, especímenes del Profundo Sur, milicianos del Medio Oeste,
"supremacistas blancos" y hasta el mismísimo jefe del Servicio Secreto presidencial.
El mensaje es claro: la amenaza la tenemos dentro, y es doméstica y blanca. También
la pequeña pantalla ha acusado el cambio: en una serie de TV llamada,
precisamente, "Homeland", la amenaza resulta ser un héroe de guerra
estadounidense y blanco: el típico ídolo de la sociedad conservadora de EEUU.
También en películas como la saga "The Purge" se evidencia un fuerte mensaje anti-
constitucionalista, anti-armas, antiblanco, protercermundista y antiamericano. Este
cambio subrepticio en el arquetipo humano a criminalizar y desprestigiar, proporciona
sólidas pistas acerca de a quién tiene realmente miedo el Establishment Nueva York-
Washington DC.
También hay que atender a las presiones del Congreso para promulgar leyes que
permitan al gobierno de EEUU secuestrar, interrogar y asesinar ciudadanos
estadounidenses, directamente o con drones. Esto ya se ha hecho con islamistas de
nacionalidad estadounidense en Pakistán; el caso de los "yihadistas internacionales"
no deja de ser una buena excusa para englobar en la ley a todos los estadounidenses,
puesto que la verdadera preocupación de Washington y Wall Street es el
estadounidense WASP, mucho más que el fundamentalista islámico o el ciudadano
chino medios. De entre todos los pueblos sojuzgados por los oligarcas usurócratas,
el más peligroso y menos fiable es el conjunto de europeos étnicos que no se
encuentran encuadrados en la élite globalista. La globalización odia a los WASP y va
a hacer todo lo que pueda por aniquilarlos. Los estadounidenses blancos de clase
media son un problema, entre otras cosas, porque sus densidades de población son
bajas: acaparan tierra, demasiado a menudo viven en viviendas unifamiliares con
patio trasero y jardincillo, gastan más recursos que los inmigrantes, pero también se
reproducen menos, y además su umbral de tolerancia a malas condiciones de empleo,
salario y prestaciones, es muy bajo. Son también los primeros (muy por delante de
los europeos occidentales) que se organizarían y se rebelarían contra una injusticia
flagrante, un régimen tiránico, una insurrección tercermundista o un gobierno
mundial impuesto sin su consentimiento. El WASP se encuentra en pleno centro
neurálgico del Sistema, tiene en sus manos muchos resortes ejecutivos del poder de
dicho Sistema y es el candidato más razonable a derribarlo de modo que una porción
de los WASP, la de mejor calidad, suplante a la actual clase dirigente.
El Gran Juego geopolítico es un buen medio para desviar muchas mentes inquietas
hacia laberintos estériles. En EEUU y en otros lugares, la pantomima estratégica
global sirve para drenar energías y tener ocupados a muchos hombres inteligentes
que, de lo contrario, podrían dar problemas, desviando su talento, su imaginación
creativa o sus habilidades guerreras hacia pensamientos disidentes que los harían,
junto con sus conocimientos y cabezas bien amuebladas, extremadamente peligrosos
para el Régimen. Escenarios como Pakistán, Egipto, Iraq o Siria vienen bien a los
plutócratas y burócratas para quitarse del medio a estos cerebros molestos y
excesivamente activos. Mejor que un veterano de los Marines con valiosa experiencia
de combate trabaje para una compañía de seguridad privada, jugándose el pellejo
en Oriente Medio, en vez de estar en EEUU leyendo material incómodo y dando
problemas. También se promueven teorías de conspiración ridículas para tenerlos
controlados y desviar su espíritu inquisitivo hacia callejones sin salida. Algo parecido
podría decirse de las sectas, los bufetes de abogados, ejecutivos del alto mundo
financiero y empresarial, y laboratorios y universidades importantes: acaparan
talento asegurándose de que no se vuelva en contra de ellos, desvían a los individuos
brillantes de su destino natural-tribal y a la vez aprovechan parasitariamente sus
habilidades para alcanzar sus fines.
La segunda es cultural. Desde la época del jazz, el blues, el soul, etc., los grandes
consorcios mediáticos de EEUU han invertido vastas cantidades de dinero en
promocionar la música tercermundista de aroma negro, lo cual tiene el efecto de
allanarle el camino del prestigio social a la comunidad afroamericana e ignorar el
tremendo involucramiento de esta comunidad con el tercermundismo, la
delincuencia, la pobreza y la violencia antiblanca. Lenin dijo que la manera más
efectiva de subvertir una sociedad es a través de la música. Si eso es cierto, habría
que mirar con suma suspicacia el predominio tan absoluto de música "latina" y negra
en los grandes éxitos de un país predominantemente blanco y de raíces europeas
como lo es EEUU. Esto se complementa con la presencia de "negros de cuota" en las
series, programas de TV y películas de EEUU, así como con una censura de tipos
raciales blancos en los que predominen demasiado las razas nórdicas y
una villanización de los hombres blancos.
Tanto los negros como los hispanoamericanos están ligeramente infrarrepresentados en Harvard
con respecto a su proporción del total de la población estadounidense. Los judíos están
exageradamente sobrerrepresentados y el resto de blancos americanos está muy
infrarrepresentado. Curiosamente, nadie le llama a esto "discriminación racial" ni "supremacismo
judío". Una ausencia importante de este gráfico son los asiáticos, algo sobrerrepresentados. Se
puede argumentar que los judíos asquenacíes son el grupo étnico con mayor CI del planeta, pero
aun teniendo en cuenta esto, se trata de una etnia con una población de solo 11 millones en todo
el mundo. Si se tomasen a los 11 millones de europeos étnicos o asiáticos más inteligentes, no
cabe duda de que su CI medio sería mucho mayor que el asquenací. Por ende, los motivos de la
hegemonía judía (universidades, finanzas, medios de comunicación, etc.) y la
infrarrepresentación de los europeos étnicos, deben buscarse menos en su inteligencia y más en
estrategias sociales rayanas en el mafiosismo y el sectarismo.
Si a esto le añadimos que, en las universidades más importantes de EEUU, los judíos
conforman buena parte del profesorado, nos encontramos que el Establishment
educativo de Estados Unidos está limitando claramente la influencia de los
euroamericanos en la élite del país y asegurándose de que los elementos nórdicos,
territoriales y activos se queden abajo o al menos no suban demasiado, de tal modo
que no influyan a la sociedad ni mucho menos al poder. Se garantiza también que
los pocos que lleguen, estén totalmente neutralizados por la propaganda emasculante
y cosmopolita: cuanto más inteligente y peligroso es un grupo social, más
adoctrinamiento y castración se necesita para que deje de ser peligroso.
En la entrevista de Mike Davis que vimos en la primera parte, se cuentan más falacias
que ahora vienen a cuento. Por ejemplo, que las unidades militares de élite de EEUU
no son mayoritariamente blancas. O que la efectividad de las tropas del Imperio
Británico se debía a su habilidad en el cuerpo a cuerpo con bayoneta, supuestamente
debido a la violencia de la vida en los barrios obreros, cuando en realidad las mejores
unidades del entorno del Imperio Británico (por ejemplo, los Highlanders o los Selous
Scouts) solían proceder de zonas rurales, igual que las mejores tropas de élite de la
mayor parte de imperios: almogávares, guardia suiza, gurkas, chetniks, cosacos…
También las legiones romanas o los granaderos prusianos eran ejércitos de
campesinos. Tampoco Estados Unidos logró su independencia del Imperio Británico
con tropas más urbanas que las inglesas. La realidad es que hoy, la columna vertebral
de las fuerzas de élite de EEUU es el anglogermano rural del Medio Oeste, lejos de
las aglomeraciones de las grandes ciudades y del adoctrinamiento ideológico de las
universidades de la Ivy League. De ahí salen los mejores tiradores y los mejores
soldados; ésa es la sustancia vital de los Estados Unidos de América, la argamasa de
toda la Civilización Occidental, el cogollo donde se concentra la esencia de EEUU, el
principal obstáculo para el advenimiento del tercermundismo global. Y el único grupo
humano del cual puede venir un cambio serio del sistema establecido.
NOTAS
[1] Entre los niños blancos de Rhodesia (actual Zimbabwe), había un 7% con un
Cociente Intelectual mayor de 130, en comparación con 2,5% en Reino Unido y
Estados Unidos, y 3% en Nueva Zelanda. Los blancos de Rhodesia, de origen
principalmente inglés, conformaban por tanto una élite intelectual dentro de la
Anglosfera. Algo similar pasaba en las colonias británicas de Norteamérica durante el
Siglo XVIII: en las Trece Colonias, 9 de cada 10 personas contraían matrimonio,
mientras que en Gran Bretaña sólo lo hacían 3 de cada 4. Además, en América la
edad de matrimonio era mucho más temprana.
[7] Organización dedicada, entre otras cosas, a mejorar las condiciones de vida de
la gente en las ciudades tercermundistas. Traducción: lograr que su natalidad siga
siendo insosteniblemente alta de forma que dependan permanentemente de
chiringuitos extranjeros de ayuda.
[8] Celia Malström está también a la cabeza de los esfuerzos de la UE para restringir
y hasta ilegalizar las armas legales, a fin de proteger la casta dirigente de la UE de
sus propios ciudadanos. En un "libro blanco" presentado por la Comisión Europea en
Octubre de 2013 a instancia de Malström, se proponían irreales y drásticas
medidas de restricción de las armas legales en manos de ciudadanos trabajadores y
honrados. Las medidas presentadas no hacían absolutamente nada para luchar
contra el mercado negro de armas ilegales en guetos tercermundistas y mafias del
crimen organizado, y no evidenciaban una reacción contra la delincuencia (anecdótica
en el caso de armas legales), sino un miedo, por parte de la casta eurócrata, al
legítimo descontento de una población indignada con razón. Lo inquietante es
plantearse por qué piensan los eurócratas que los europeos vamos a tener motivos
para indignarnos contra ellos en lo futuro.