Caperucita Roja

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Autor: Charles Perrault

Edades: A partir de 3 años


Valores: obediencia, prudencia

Había una vez una dulce niña que quería mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en todo lo que
podía y como era tan buena el día de su cumpleaños su abuela le regaló una caperuza roja. Como le
gustaba tanto e iba con ella a todas partes, pronto todos empezaron a llamarla Caperucita roja.

Un día la abuela de Caperucita, que vivía en el bosque, enfermó y la madre de Caperucita le pidió que
le llevara una cesta con una torta y un tarro de mantequilla. Caperucita aceptó encantada.

- Ten mucho cuidado Caperucita, y no te entretengas en el bosque.


- ¡Sí mamá!

La niña caminaba tranquilamente por el bosque cuando el lobo la vio y se acercó a ella.
- ¿Dónde vas Caperucita?

- A casa de mi abuelita a llevarle esta cesta con una torta y mantequilla.


- Yo también quería ir a verla…. así que, ¿por qué no hacemos una carrera? Tú ve por ese camino de
aquí que yo iré por este otro.
- ¡Vale!

El lobo mandó a Caperucita por el camino más largo y llegó antes que ella a casa de la abuelita. De
modo que se hizo pasar por la pequeña y llamó a la puerta. Aunque lo que no sabía es que un cazador
lo había visto llegar.

- ¿Quién es?, contestó la abuelita


- Soy yo, Caperucita - dijo el lobo
- Que bien hija mía. Pasa, pasa

El lobo entró, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado. Se puso su camisón y se metió
en la cama a esperar a que llegara Caperucita.

La pequeña se entretuvo en el bosque cogiendo avellanas y flores y por eso tardó en llegar un poco
más. Al llegar llamó a la puerta.

- ¿Quién es?, contestó el lobo tratando de afinar su voz


- Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.
- Qué bien hija mía. Pasa, pasa

Cuando Caperucita entró encontró diferente a la abuelita, aunque no supo bien porqué.
- ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!
- Sí, son para verte mejor hija mía
- ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!
- Claro, son para oírte mejor…
- Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- ¡¡Son para comerte mejor!!

En cuanto dijo esto el lobo se lanzó sobre Caperucita y se la comió también. Su estómago estaba tan
lleno que el lobo se quedó dormido.

En ese momento el cazador que lo había visto entrar en la casa de la abuelita comenzó a preocuparse.
Había pasado mucho rato y tratándose de un lobo ¡Dios sabía que podía haber pasado! De modo que
entró dentro de la casa. Cuando llegó allí y vio al lobo con la panza hinchada se imaginó lo ocurrido, así
que cogió su cuchillo y abrió la tripa del animal para sacar a Caperucita y su abuelita.

- Hay que darle un buen castigo a este lobo, pensó el cazador.

De modo que le llenó la tripa de piedras y se la volvió a coser. Cuando el lobo despertó de su siesta
tenía mucha sed y al acercarse al río, ¡zas! se cayó dentro y se ahogó.

Caperucita volvió a ver a su madre y su abuelita y desde entonces prometió hacer siempre caso a lo
que le dijera su madre.
Ideas secundarias:
- Caperucita se encuentra al lobo quién la desvía del camino, y desobedece a su
madre haciendo lo contrario que esta le había dicho.
- El lobo se come a la abuela y a Caperucita, este se duerme y al cabo de un
tiempo llega el cazador y ayuda a estas dos pobres mujeres.
Idea principal:
- Caperucita, una niña enviada por la madre a la casa de su abuela, para llevarle
unas cosas ya que se encontraba enferma (a la abuela), se tiene que enfrentar a
mentiras por parte de un extraño, "el lobo" quién busca desviarla para comérsela a
ella y a su abuela, ya que se encontraba hambriento por no haber comido lo
suficiente en bastante tiempo, todo termina bien para Caperucita y la abuela ya que
ambas terminan siendo salvadas por un cazador que había escuchado algo extraño
anteriormente.

- Las ideas principales son ideas que expresan una información básica para el desarrollo del tema
que se trata. - Las ideas secundarias expresan detalles o aspectos derivados del tema principal. A
menudo, estas ideas sirven para ampliar, demostrar o ejemplificar una idea principal.

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