El Campo Científico de La Pedagogía
El Campo Científico de La Pedagogía
El Campo Científico de La Pedagogía
La Pedagogía en sus metas considera al hombre como principio director y unificador. En este
contexto, formar a un individuo en su estructura más general es facilitarle que asuma en su
vida su propia dirección racional, reconociendo fraternalmente a sus semejantes el mismo
derecho y la misma dignidad.
El papel epistemológico del concepto de Formación es que actúa como un principio clave y
unificador de la Pedagogía, porque satisface al menos tres condiciones:
2.- La condición teleológica, que confiere sentido a toda acción, a toda reflexión sobre el
hombre, esencial para la pedagogía puesto que su misión, su razón de ser es precisamente
la formación como finalidad, como proyecto siempre presente y tensión esencial de cada
acción educativa. La pedagogía no se propone sólo entender un grupo particular de
fenómenos, como cualquier otra ciencia, sino que su propósito es más totalizante, es el
despliegue general de la razón misma de cada persona en todas sus posibilidades. En esto
consiste la esencia de la existencia humana, en el despliegue del comprender, como diría
Heidegger. Esta es la tarea y la meta de la Pedagogía: facilitar que los jóvenes accedan a
niveles superiores de si mismos.
“sentidos”. Veamos pues, esos sentidos pedagógicos clásicos que se han sedimentado como
principios imprescindibles en la moderna pedagogía:
g) Lo que los antropólogos han descubierto recientemente, que “en el juego se conoce
al caballero”, lo sabían los pedagogos desde Froebel en el siglo XIX, que reconocía
en el juego la máxima experiencia que forma al hombre en relación con los demás,
con la naturaleza y consigo mismo, en la medida en que le permiten la conversión
armónica entre el interior y el exterior y el equilibrio estético.
h) El principio de la individualización reconoce las diferencias no solo orgánicas sino
también de desarrollo mental, de estilo para pensar, afrontar y resolver los
problemas, diferencias motivacionales y experienciales, variedad en los proyectos y
metas personales, oportunidades socioculturales diversas, relaciones e
interacciones con el medio natural y social, que van estructurando las diferencias
individuales que el maestro necesita atender para lograr una enseñanza
individualizada como lo postula la pedagogía.
Hasta ahora, los conocimientos y principios pedagógicos han sido probados en su validez
pragmática y en su flexibilidad y riqueza conceptual, en medio de la diversidad teórica e
histórico-cultural que les ha permitido sobrevivir, hasta el punto de que aun los más
novedosos y promocionados modelos pedagógicos contemporáneos son derivaciones,
desarrollos o aplicaciones conceptuales del núcleo teórico pedagógico sistematizado de los
conocimientos y principios pedagógicos.
c) En tercer lugar, habrá que evaluar como está determinada teoría pedagógica
pretende modelar e intervenir en la acción pedagógica concreta. ¿Qué diseños de
acción propone y como los sustenta conceptual y empíricamente? El método de
sustentación empírica no tiene por qué alejarse de los estándares técnico-
metodológicos que se aceptan normalmente en las ciencias sociales y humanas, de
corte empírico y analítico, ya se usen métodos cuantitativos o cualitativos, según la
opción del investigador.
La sustentación conceptual y metodológica podría ser preferiblemente hermenéutica y ello
significa recomendar no una técnica especial de análisis sino un enfoque metodológico
general que le conviene a las ciencias humanas y en particular a la pedagogía por tres
razones de rigor esenciales para la teoría pedagógica en la construcción permanente de su
validez. Estas son:
a) El primer nivel se centra alrededor del eje de la formación humana como misión y
principio unificador y sistematizador, criterio principal de la validación del saber pedagógico.
De él se derivan unas cuantas categorías o principios generales identificados globalmente
por el método histórico-hermenéutico que predomina en este nivel I, teorías pedagógicas,
más generales, como corrientes, escuelas o grandes vertientes conceptuales que pueden
enfatizar uno o varios de los principios derivados, allí identificados, y que giran alrededor de
la meta de la formación, la pedagogía constructivista o la romántica.
La conclusión más general de este mapa conceptual del campo de la pedagogía como
disciplina es precisamente que para hablar de calidad de educación se necesita al menos
una doble condición: que la actividad educativa este informada por la teoría pedagógica y
que los educadores estén formados verdaderamente en Pedagogía. Y la otra conclusión es
que ahora sí, desde nuestro horizonte pedagógico propio, es posible hablar de
interdisciplinariedad.