Primero Lectura

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Español. Libro de lectura.

Primer grado
Español
Libro de lectura

Primer grado

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Español
Libro de lectura

Primer grado

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Español. Libro de lectura. Primer grado fue coordinado y editado por la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública.

Secretario de Educación Pública


Aurelio Nuño Mayer
Subsecretario de Educación Básica
Javier Treviño Cantú
Dirección General de Materiales Educativos

Comité de selección de libros de lectura Servicios editoriales


Departamento de Investigaciones Educativas (die) del Centro de Investigación y de Estudios Efrén Calleja Macedo
Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, Universidad Pedagógica Nacional
(upn), Escuela Mexicana de Escritores, Biblioteca Vasconcelos, Dirección General de Desarrollo Dirección de arte
Curricular (dgdc) y Dirección General de Materiales e Informática Educativa (dgmie). Benito López Martínez

Apoyo técnico Coordinación editorial


Elizabet Silva Castillo, Anayte Pérez Jiménez, Itzel Vargas Moreno Mary Carmen Reyes López

Dirección editorial Asistencia editorial


Patricia Gómez Rivera María Magdalena Alpizar Díaz, Rubí Fernández Nava

Coordinación editorial Coordinación de ilustración


Mario Aburto Castellanos Fabricio Vanden Broeck

Cuidado editorial Diseño gráfico


Alejandro Rodríguez Vázquez María Soledad Arellano Carrasco

Lectura ortotipográfica Captura de textos


Jessica Susana Ramírez Parra Selma Isabel Jaber de Lima, Yvonne Cartín Cid

Producción editorial Ilustración de índice


Martín Aguilar Gallegos Anabel Prado Ochoa

Formación Fotografía de ilustraciones en plastilina


Víctor Hugo Castañeda Flores Paolo Ballarini
Páginas: índice; 76-87; 102-107; 112-113; 130-135.
Iconografía
Diana Mayén Pérez, Claudia Viridiana Navarro García
Portada
Diseño: Ediciones Acapulco Español. Libro de lectura. Primer grado
Ilustración: La Patria, Jorge González Camarena, 1962, se imprimió por encargo
de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos,
óleo sobre tela, 120 x 160 cm
en los talleres de XXXXXXXX
Colección: Conaliteg
con domicilio
Fotografía: Enrique Bostelmann en el mes de xxxx de 2016.
El tiraje fue de xxxxx ejemplares.

Primera edición, 2014 En los materiales dirigidos a las educadoras, las maestras, los maestros, las madres y
Segunda reimpresión, 2016 (ciclo escolar 2016-2017) los padres de familia de educación preescolar, primaria y secundaria, la Secretaría
de Educación Pública (sep) emplea los términos: niño(s), adolescente(s), jóvenes,
D. R. © Secretaría de Educación Pública, 2014 alumno(s), educadora(s), maestro(s), docente(s) y padres de familia aludiendo a ambos
Argentina 28, Centro, géneros, con la finalidad de facilitar la lectura. Sin embargo, este criterio editorial no
06020, Ciudad de México demerita los compromisos que la sep asume en cada una de las acciones encaminadas
a consolidar la equidad de género.
ISBN: 978-607-514-801-4
Agradecimientos
Impreso en México Agradecemos al Comité del Libro que participó en la preselección de las lecturas.
Distribución gratuita-Prohibida su venta La Secretaría de Educación Pública (sep) extiende un especial agradecimiento a la Acade-
mia Mexicana de la Lengua por su participación en la revisión de la primera edición 2014.

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Dichas estrategias se concretan en acciones que, a partir del
ciclo escolar 2014-2015, se han puesto en marcha: la renovación
curricular y de materiales para aprender a leer y escribir, inician-
do con primero y segundo grados; la renovación del material de
lectura de los seis grados, el cual se ha definido a partir de una se-
lección efectuada por parte de especialistas en lectura infantil, el
análisis de las mismas por parte de un comité de expertos que va-
loraron e hicieron ajustes para que los textos fueran interesantes,
literariamente valiosos, mantuvieran un lenguaje adecuado a cada
grado, didácticamente fueran útiles para desarrollar estrategias
de lectura y constituyan un desafío para los estudiantes.
Deseamos que los libros de lectura, uno por cada grado de
Educación Primaria, sean un material que aprecien y disfruten
los estudiantes, así como un valioso recurso didáctico para los
maestros.
La Patria (1962), Jorge González Camarena. La Secretaría de Educación Pública agradece a los autores,
Esta obra ilustró la portada de los primeros libros de texto. Hoy la repro- editores y titulares de los derechos de los materiales, su apoyo
ducimos aquí para mostrarte lo que entonces era una aspiración: que los para integrar la presente selección de textos. Cabe mencionar
libros de texto estuvieran entre los legados que la Patria deja a sus hijos.
que en consideración a los lectores a los que está dirigido este
material: alumnos, maestros, padres de familia y sociedad en ge-

P
romover la formación de lectores desde los primeros años de neral, se incorporaron algunos ajustes que buscan atender as-
la Educación Básica es interés fundamental de la Secretaría pectos de uso ortográfico y gramatical, sin modificar su sentido
de Educación Pública, para ello se busca que los estudiantes original. Ejemplo de ello es la revisión de la puntuación, la co-
tengan acceso, comprendan lo que leen y se interesen por la lectu- rrección de errores, problemas de concordancia, la sustitución de
ra. Esto implica generar diversas estrategias, por ejemplo: poner localismos por términos reconocidos en México, o bien la moder-
al alcance de los estudiantes materiales que constituyan un reto nización del lenguaje en aquellos textos que así lo han requerido.
para su desarrollo lector; trabajar en las aulas para que con sus En este proceso, la Secretaría contó con el invaluable apo-
maestros apliquen estrategias de lectura y puedan comprender yo de la Academia Mexicana de la Lengua, a cuyos integrantes
los textos; finalmente, promover el uso de materiales impresos agradece profundamente su compromiso y esfuerzo.
que faciliten la integración de los estudiantes a la cultura escrita. Secretaría de Educación Pública

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Estimado maestro:

E
ste libro tiene como propósito im- diantes aprenden a leer, pedirles que todo, realicen la lectura de imágenes,
pulsar el desarrollo lector de sus ellos lo hagan. poniendo en juego diferentes habili-
estudiantes; es decir, que apren- Las lecturas pueden abordarse en dades de comprensión lectora, como
dan a leer (y escribir), así como a em- el orden que usted o su grupo lo de- la inferencia y la interpretación.
plear estrategias de lectura para com- seen, pues constituyen una selección Cabe destacar que la selección in-
prender lo que leen y a disfrutar de la diversa que busca ser significativa cluye autores mexicanos y extranjeros
lectura como actividad lúdica. para el desarrollo lector de los estu- de muy diverso género, especializa-
Una parte importante de los tex- diantes. En la selección predominan dos y no en literatura infantil, lo que
tos se encuentra relacionada con las los textos literarios: cuentos, adivi- permite que sea un material variado
actividades didácticas que se abor- nanzas, poemas, canciones y textos y atractivo.
dan en el Libro para el alumno y se rimados, entre otros. Encontrará tam- Le deseamos mucho éxito en su
explican en el Libro para el maestro. bién que en cada grado se incluyen tarea y esperamos que este libro lo
Sin embargo, usted puede retomar o historias sin palabras, con las que se apoye en su importante labor en favor
elegir un texto para iniciar el día con busca que los estudiantes puedan de- de la niñez mexicana.
su lectura, o bien, conforme sus estu- sarrollar su imaginación, pero sobre

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Estimado estudiante:
¡Bienvenido a tu Libro de lectura!

Este material es propiedad de: _______________________________________________________,


lector de primer grado.

Como lector, tienes derecho a:

• Que reconozcan que eres capaz de leer.


• Leer un texto las veces que quieras.
• Pedir que te lean y escuchar leer.
• Leer lo que te guste y en cualquier sitio.
• Compartir lo que sientes y piensas de las lecturas.

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ÍNDICE
¿Quién ha visto las tijeras? 8
Adivinanzas 18
María fue al mercado 22
En la ciudad una plaza 38
La orquesta de animales 40
El ratón Simón 44
Nubes 54 Marinero que se fue a la mar 104
Caperucita Roja y el Lobo Feroz 62 En la calle veinticuatro 106
Lobo, ¿estás ahí? 76 Yo tenía diez perritos 108
El torito 82 Compañerismo 112
¿Qué es el gato? 86 Rafa, el niño invisible 114
Había un navío vío vío... 88 Una polla pinta 122
T 102 La astucia de la Coneja 123

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Cabras héticas 130
Haikai 132
La exclamación 136
El canto del cenzontle 138
Arcoíris de animales 148
Llegaron los libros 156
Bibliografía 160

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¿Quién ha visto
las tijeras?
Fernando Krahn

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9

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15

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16

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Busca en la Biblioteca de Aula
el libro Historia del uno; si lo
encuentras, léelo para que te
enteres qué hizo el número
uno hasta encontrarse con otro
grandioso número.

17

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Adivinanzas
T: Versión popular / I: Gabriela Gómez Llorente

Adivina, adivinanza,
¿qué tiene el rey en la panza?
[El ombligo]

18

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Si me amarran, me voy;
si me sueltan, me quedo.
[El huarache]

Colorín, colorado,
chiquito, pero bravo.
[El chile]

19

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Dientes, pero no de hombre;
barbas pero no de pelo.
[El elote]

Blanca por dentro,


verde por fuera;
si quieres saber,
espera. [La pera]

20

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Tiene ojos y no ve,
tiene corona y no es rey,
tiene escamas y no es pez.
[La piña]

Busca en la Biblioteca Escolar el


libro ¡Hay naranjas y hay limones!
Pregones, refranes y adivinanzas en
verso y te llevarás grandes sorpresas.

21

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María fue
al mercado
T: Laura V. González Guerrero y Elia del Carmen Morales García
I: Gabriela Gómez Llorente

María fue al mercado,


¿y qué me compró?

22

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Una gran sandía,
que le dije yo.

23

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

24

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Una dulce pera,
que le dije yo.

25

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

26

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Un racimo de uvas,
que le dije yo.

27

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

28

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Un kilo de fresas,
que le dije yo.

29

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

30

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Naranjas jugosas,
que le dije yo.

31

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

32

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Limas y limones,
que le dije yo.

33

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

34

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Un enorme helado,
que le dije yo.

35

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María fue al mercado,
¿y qué me compró?

36

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Todas las delicias,
que le dije yo.

Sigue jugando y aprende con todo lo


que ves a tu alrededor. Lee El león de
Luis de la Biblioteca Escolar o la historia
Onga Bonga, de tu Biblioteca de Aula.

37

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En la ciudad u
T: Anónimo / I: Gabriela Gómez Llorente

En la plaza hay una esquina, en la cama hay una estera,


en la esquina hay una casa, en la estera hay una vara,
en la casa hay una pieza, en la vara hay una lora.
en la pieza hay una cama,

38

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d una plaza

La lora en la vara,
la pieza en la casa,
la vara en la estera,
la casa en la esquina,
la estera en la cama,
la esquina en la plaza.
la cama en la pieza,
Jugar con las palabras es divertido. Busca
más de este tipo de lecturas en No me
maravillaría yo, en tu Biblioteca Escolar.

39

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La orquesta
T: Francisco Gabilondo Soler / I: Alain Espinosa

La orquesta de animales
acaba de llegar,
pues una linda fiesta
aquí tendrá lugar.

Escojan su pareja
si gustan de bailar,
que ya los animales
terminan de afinar.

40

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de animales

Un gatito toca el arpa,


un macaco el organillo
y verás un zorro pillo
que ejecuta el saxofón.

El del trombón
es un fiero y terrible león,
pero hay también
un osito con violón.

41

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La ranita de los charcos
toca y toca la trompeta
y por ser tan buena orquesta
nuestra fiesta se alegró.

Con sus cuernos varias vacas


hacen ruido de maracas,
y un conejo a pie cojuelo
salta y salta en el tambor.

Bajo el calor
de una fiesta como no hay igual,
quieras que no,
entran ganas de bailar.

42

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Con la orquesta de animales
hasta un viejecito rancio
olvidando su cansancio
sólo piensa en bailar.

El autor de esta canción tiene muchas más que


seguramente te gustarán. Conócelas en Cri Crí.
Cuentos para cantar y canciones para leer o El taller
de Cri Crí, en tu Biblioteca Escolar.

43

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El ratón
Simón
T: Patricio Goldsmith
I: Alain Espinosa

—Duérmete ya, bebé ratón,


o te va a llevar el gran dragón.

44

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—Primero te quita la colita
y no te deja ni una orejita.

45

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Pero, ¿saben qué? Al ratón Simón
no le daba miedo el gran dragón.
Así que salió al rato y se encontró
con un enorme gato.

46

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—No seas gato comelón y dime
si sabes del gran dragón.

—¡El gran dragón! —maulló el gato,


y despavorido huyó de un salto.

47

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No lejos de ahí, Simón encontró
a un lobo que lo llamó bobo.

48

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—Aunque eres tan chiquitito,
te voy a comer por ser un tontito.

49

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—¡Yo no soy un tonto! —gritó el ratón—, sólo
busco al famoso dragón. Al oír ese nombre
el lobo aulló y a toda carrera desapareció.

50

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Por fin llegó Simón a la cueva del
dragón y gritó a todo pulmón:
—¿Es ésta la casa del gran dragón?

51

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Salió el dragón muy despacito,
buscando al animal chiquito.

¿Tú eres aquel que venció al gato


y también al lobo insensato?

52

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—Así es, señor dragón, —contestó
el ratón Simón—.

—Eres valiente, pequeño ratón, Cuando imaginas, todo puede


pasar. Si quieres aumentar
amigo serás del gran dragón. Y ahora, tu imaginación, lee La cama
si a casa quieres regresar, de mamá o Yo también, de tu
sobre mi cabeza te puedo llevar. Biblioteca de Aula.

53

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Nubes
T: Arnold Lobel / I: Alain Espinosa

Un ratoncito salió a pasear con su madre.


Subieron a la cima de una montaña y miraron al cielo.

54

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—¡Mira, se ven figuras en las nubes! —dijo la madre.
El ratoncito y su madre vieron muchas figuras.

55

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Vieron un castillo…
…un conejo…
…un ratón.

56

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—Voy a coger unas flores —dijo la madre.
—Yo me quedaré aquí mirando las nubes —dijo
el ratoncito.
El ratoncito vio en el cielo una gran nube, que
se hizo más y más grande.

57

ESP-1-LECT.indb 57 04/12/14 10:28


La nube se convirtió en un gato.
El gato se acercaba cada vez más
al ratoncito.

58

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—¡Socorro! —gritó el ratoncito.
Y se echó a correr hacia su madre.
—¡Hay un gato enorme en el cielo! ¡Tengo miedo! —lloriqueó el ratoncito.

59

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Su madre miró al cielo y dijo:
—No te asustes. ¿Ves? El gato se ha
convertido otra vez en nube.

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El ratoncito vio que era cierto y se quedó
más tranquilo. Ayudó a su madre a recoger
flores, pero no volvió a mirar al cielo en
toda la tarde.

Leer sobre grandes aventuras siempre es


divertido, por eso, no te pierdas las que se
encuentran en Había una vez una casa, de la
Biblioteca de Aula, o en Historia de ratones,
de tu Biblioteca Escolar.

61

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Caperucita Roja y el
T: Charles Perrault, versión de Verónica Uribe / I: Alain Espinosa

62

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Lobo Feroz
Había una vez una pequeña niña, dulce
y graciosa, la más bonita que se puedan
imaginar. Su madre estaba loca por ella
y su abuela, todavía más.
Se veía hermosa con todo lo que se
ponía y, por ello, su abuela le cosía
vestidos con encajes y le bordaba
blusas y pañuelos. En una ocasión,
le mandó a hacer una caperuza roja.
A la niña le gustaba tanto, que no se
la quitaba nunca. Y todo el mundo
comenzó a llamarle Caperucita Roja.

63

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Un día, su madre le dijo:
—La abuela está enferma. Llévale este pedazo de pastel que
he preparado y una botella de vino. Pero recuerda, no te desvíes
del sendero, no vayas brincando que se puede romper la botella,
no olvides saludar a la abuela cuando llegues y no te pongas
a curiosear por todos los rincones.
—No te preocupes, mamá; lo haré bien —dijo Caperucita
y se despidió.

La abuela vivía en medio del bosque.


A mitad de camino, Caperucita se topó
con el lobo que con una gran sonrisa,
la saludó:
—Buenos días, Caperucita.

64

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—Buenos días, lobo —contestó Caperucita
sin miedo porque no sabía lo malo que era el lobo.
—¿Adónde vas tan temprano? —preguntó el lobo.
—A ver a mi abuela.
—¿Y qué llevas en la cesta?
—Un pedazo de pastel y una botella de vino
para que la abuela se ponga bien.
—¿Y dónde vive tu abuela, Caperucita?
Volvió a preguntar el lobo.

65

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—En medio del bosque. Debajo de las tres
grandes encinas, está su casa.

El lobo siguió caminando al lado de Caperucita, pensando cómo


haría para comerse no sólo a la niña, sino también a la abuela.
Y entonces le dijo:

66

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—¿Has visto qué hermoso está el bosque? Mira cómo han
florecido las rosas silvestres y escucha cómo cantan
los pajaritos. Vas caminando de prisa, como si fueras
a la escuela y no ves ni oyes nada. Aquí en el bosque
todo es muy divertido si te detienes a contemplarlo.

Caperucita abrió los ojos y vio cómo los


rayos del sol bailaban de un lado a otro
a través de los árboles y cómo el suelo
estaba todo lleno de flores. Entonces
pensó: “Si le llevo a la abuela un ramo
de flores, se alegrará. Aún es temprano
y podré llegar a tiempo”, y se desvió del
sendero.

67

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Se adentró en el bosque eligiendo
las flores más bonitas, recogiendo
avellanas y persiguiendo mariposas.
“El bosque es, en verdad, hermoso”,
pensaba.
Mientras tanto el lobo se fue corriendo
a la casa de la abuela y llamó a la
puerta, , .

—¿Quién es? —preguntó la abuela.


—Caperucita Roja —dijo el lobo suavizando
su voz—. Te traigo pastel y vino. Ábreme.
—Estoy muy débil y no puedo levantarme.
Hala la cuerda y se soltará la aldaba.

68

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El lobo jaló la cuerda. La aldaba se soltó y se abrió la puerta.
Sin decir una palabra, el lobo se fue hasta la cama de la abuela
y, de un bocado, se la tragó.
Luego se puso su ropa de dormir y su cofia, se acostó
en la cama y cerró las cortinas.

Entre tanto, Caperucita seguía entretenida en el bosque.


Cuando ya había recogido tantas flores que casi no las
podía cargar, se acordó de la abuela y regresó al sendero
que la llevaba a su casa.

69

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Al llegar, se sorprendió de ver la puerta abierta
y cuando entró, sintió miedo, pero no sabía de
qué. Se acercó a la cama de la abuela y saludó:
—Buenos días.
Pero nadie le contestó. Descorrió entonces
las cortinas y allí vio a la abuela con la cofia.
Se veía tan extraña que no parecía la abuela.

70

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—¡Ay, abuela, qué orejas tan grandes
tienes! —dijo Caperucita extrañada.
—Para oírte mejor —respondió el lobo,
disimulando su oscura voz.
—¡Ay, abuela, qué ojos tan grandes tienes!
—Para verte mejor.
—¡Ay, abuela, qué manos tan grandes
tienes!
—Para abrazarte mejor.
—¡Ay, abuela, qué boca tan grande tienes!
—Para comerte mejor.
Y diciendo esto, el lobo saltó de la cama
y se tragó a Caperucita Roja. Tenía la
barriga tan llena que volvió a meterse
en la cama, se durmió y se puso a roncar.

71

ESP-1-LECT.indb 71 04/12/14 10:28


El cazador que pasaba por allí, sintió
los horribles ronquidos del lobo y pensó:
“Qué raro, la abuela roncando tan fuerte.
Iré a ver cómo está”.

Cuando entró, vio al lobo durmiendo


en la cama de la abuela.
“¡Lobo malvado! ¡Por fin te encuentro!”,
pensó el cazador y levantó la escopeta para
dispararle.

72

ESP-1-LECT.indb 72 04/12/14 10:28


Pero lo pensó mejor y tomó con
cuidado unas tijeras y, chas, chas,
le abrió la barriga. A los primeros
cortes, saltó fuera Caperucita.

—¡Qué oscuro estaba allí adentro! —dijo.


Y luego salió la abuela.

73

ESP-1-LECT.indb 73 04/12/14 10:28


Entre los tres buscaron unas piedras,
se las metieron al lobo en la barriga y se
la cosieron. Cuando el malvado lobo
despertó y vio al cazador, quiso irse
corriendo; pero la barriga le pesaba
tanto que tropezó, se cayó y murió.

74

ESP-1-LECT.indb 74 04/12/14 10:28


El cazador le quitó la piel al lobo
y se la llevó. La abuela se comió
el pedazo de pastel, tomó un vaso
de vino y se sintió mejor.

Y Caperucita pensó: “Si no me hubiera


desviado del sendero, no habría pasado
este susto”.

Este cuento es muy conocido y se ha escrito


de muchas maneras. Conoce algunas de ellas
leyendo Caperucita Roja, Verde, Amarilla, Azul y
Blanca, de tu Biblioteca Escolar.

75

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Lobo,
¿estás ahí?
T: Versión popular
I: Anabel Prado Ochoa

Niños: Jugaremos en el bosque


mientras el lobo no está aquí.
Porque si el lobo aparece,
a todos nos comerá.
Lobo, ¿estás ahí?

Lobo: Me estoy bañando.

76

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Niños: Jugaremos en el bosque
mientras el lobo no está aquí.
Porque si el lobo aparece,
a todos nos comerá.
Lobo, ¿estás ahí?

Lobo: Me estoy vistiendo.

77

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Niños: Jugaremos en el bosque
mientras el lobo no está aquí.
Porque si el lobo aparece,
a todos nos comerá.
Lobo, ¿estás ahí?

Lobo: Me estoy poniendo los zapatos.

78

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Niños: Jugaremos en el bosque
mientras el lobo no está aquí.
Porque si el lobo aparece,
a todos nos comerá.
Lobo, ¿estás ahí?

Lobo: Estoy abriendo la puerta.

79

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Niños: Jugaremos en el bosque
mientras el lobo no está aquí.
Porque si el lobo aparece,
a todos nos comerá.
Lobo, ¿estás ahí?

Lobo: ¡Allá voy!

80

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Si lo que te interesa
es jugar en grupo,
¡Ay amor! te puede
gustar. Búscalo en tu
Biblioteca Escolar.

81

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El torito
T: Versión popular / I: Anabel Prado Ochoa

Este torito bronco


lo traigo desde Tenango

82

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y lo vengo manteniendo
con cascarita de mango.

83

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Este torito huraño
no es pinto ni colorado,

84

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es un torito loco
con un cuerno recortado.

Canciones como ésta,


cuentan una historia.
Si quieres cantar
otras, lee Luna de
hueso, de tu Biblioteca
Escolar.

85

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¿Qué es el gato?
T: Jairo Aníbal Niño / I: Anabel Prado Ochoa

El gato
es una gota
de tigre.

86

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¿Quieres leer más poemas como éste?
Búscalos en Margarita, en tu Biblioteca Escolar.

87

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Había un navío
vío vío…
T: María Luisa Valdivia / I: Josel

Éste es un
navío vío vío
cargado de...

88

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En el

s
na

Palabra

ov
ío
vío se ha n s u
bi
do .
..

89

ESP-1-LECT.indb 89 04/12/14 10:28


gros Ogros orejones

Navega el navío vío vío cargado de...

90

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Cabezones

Cabezones con
cachuchas chicas

Cabezones
con cachuchas

91

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Ahí va el navío
vío vío repleto de...
Arañas azules

Arañas

92

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Arañas azules con alas

Arañas azules
con alas de alambre

Arañas azules
con alas de alambre
amarillo

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Mira el navío
vío vío cargado de...

Duendes Duendes y damas

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Duendes y damas
que danzan y danzan
En el navío vío
se han embarcado

Niñas
Niñas y niños

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Niñas y niños en una nube
que navega

Niñas y niños en una nube


que navega de noche,

como un navío vío cargado de...

96

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¡Ulefantes!

Viene el navío
vío vío y viene
lleno de....

Zancudos zambos

Zancudos

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Zancudos zambos zangoloteando

Ahora el navío
vío vío lleva
también...

Esqueletos

98

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Esqueletos espantados

Historias
A este navío
vío vío le caben
más...

Historias de hormigas

99

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Historias de hormigas o de
Había un navío vío
vío cargado de...

hipopótamos

100

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T O
d o
Hay lecturas como ésta que, además de divertir, te enseñan muchas
palabras. En Versos, arrullos, canciones, de tu Biblioteca de Aula, o también en
Animales entreveros, de tu Biblioteca Escolar, encontrarás varios ejemplos.

101

ESP-1-LECT.indb 101 04/12/14 10:29


T Traca traca traqueteando
tren tras tren entra al andén—
pita, pita que te pita,
T: David Chericián traca, traca, pita el tren.
I: Anabel Prado Ochoa

102

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Traca traca traqueteando Tren tras tren, traca que traca,
parte a toda prisa el tren— con estruendo entra al andén—
sin temor la ruta ataca, tambor gigante con ruedas,
trepa por el terraplén. pita que te pita el tren.

Así como jugaste con la T, puedes hacerlo


con más letras leyendo El abecedario fantástico
de Patam el elefante, de tu Biblioteca Escolar.

103

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Marinero que
se fue a la mar
T: Versión popular / I: Anabel Prado Ochoa

104

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Marinero que se fue
a la mar y mar y mar
para ver que podía
ver y ver y ver,
y lo único que pudo
ver y ver y ver
fue el fondo
de la mar y mar y mar.

105

ESP-1-LECT.indb 105 04/12/14 10:29


En la calle
veinticuatro
T: Versión popular / I: Anabel Prado Ochoa

En la calle veinticuatro
una vieja mató a un gato
con la punta del zapato;
el zapato se rompió
y la vieja se asustó.

106

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Desde que tus papás eran chicos como tú
lo eres ahora, ya jugaban con canciones
como ésta. Si quieres aprender más
y compartirlas con tus amigos, lee Versos,
arrullos y canciones, de tu Biblioteca Escolar.

107

ESP-1-LECT.indb 107 04/12/14 10:29


Yo tenía
diez perritos
T: Adaptación de Mercedes Díaz Roig y María Teresa Miaja / I: Gabriela Gómez Llorente

Yo tenía diez perritos,


yo tenía diez perritos.
Uno se perdió en la nieve;
ya nomás me quedan nueve,
nueve, nueve.

De los nueve que tenía,


de los nueve que tenía,
uno se tragó un bizcocho;
ya nomás me quedan ocho,
ocho, ocho.

108

ESP-1-LECT.indb 108 04/12/14 10:29


De los ocho que tenía,
de los ocho que tenía,
uno se marchó a un banquete;
ya nomás me quedan siete,
siete, siete.

De los siete que tenía,


de los siete que tenía,
a uno se lo comió un pez;
ya nomás me quedan seis,
seis, seis.

De los seis que yo tenía,


de los seis que yo tenía,
uno se aventó un brinco;
ya nomás me quedan cinco,
cinco, cinco.

109

ESP-1-LECT.indb 109 04/12/14 10:29


De los cinco que tenía,
de los cinco que tenía,
uno se perdió en el teatro;
ya nomás me quedan cuatro,
cuatro, cuatro.

De los cuatro que tenía,


de los cuatro que tenía,
uno se cayó al revés;
ya nomás me quedan tres, tres, tres.

De los tres que yo tenía,


de los tres que yo tenía,
uno se murió de tos;
ya nomás me quedan dos, dos, dos.

110

ESP-1-LECT.indb 110 04/12/14 10:29


De los dos que yo tenía,
de los dos que yo tenía,
uno se murió de ayuno;
ya nomás me queda uno, uno, uno.

Y el perrito que tenía,


y el perrito que quedaba
se lo robó mi cuñada;
y ahora ya no me queda nada,
nada, nada.

Contar y cantar son cosas que entretienen a


la vez que enseñan. Otra canción parecida es
Chumba la cachumba, en tu Biblioteca de Aula.

111

ESP-1-LECT.indb 111 04/12/14 10:29


Compañerismo
T: Ermilo Abreu Gómez / I: Anabel Prado Ochoa

—Nos caímos, Jacinto.


—Ya lo veo, niño Guy.
—Al perrito se le torció una
patita. Ya se la compuse.
—¿Y tú?

Los dos llegaron cojeando: Guy y el


perrito más dócil que había nacido
en el patio. Guy tenía una pierna
vendada y el perrito una de las patitas
envuelta en trapos. Los dos caminaban
a saltos. El perrito gruñía —tal vez
de dolor— y meneaba la cola
—tal vez de agradecimiento.

112

ESP-1-LECT.indb 112 04/12/14 10:29


—Acércate. No se lo digas a nadie.
Yo no tengo nada. Me vendé sólo
para consolarlo.

Cuando algo sale mal pero tienes familiares


y amigos que te apoyan de corazón, todo es
más fácil. Lo puedes comprobar si lees Ramón
preocupón, de tu Biblioteca de Aula.

113

ESP-1-LECT.indb 113 04/12/14 10:29


Rafa,
el niño
invisible
T: Nuria Gómez
I: Gloria Calderas Lim

Rafa ya era un niño grande. Podía vestirse Rafa no sabía cómo iba a
y peinarse solo. Sabía cuál zapato iba bien cambiar todo cuando la panza
en cada pie. ¡Con decirles que necesitaba de su mamá se puso grandota.
abrir toda la mano para decir sus años! Sí, Él seguía yendo a la escuela como
ya era bastante grande Rafa. siempre, con su papá.

114

ESP-1-LECT.indb 114 04/12/14 10:29


—¡Véngase mi hijo, arriba!— decía y lo cargaba
cantando por el camino.
A mediodía lo recogía su mamá. ¡Ay, le costaba
tanto trabajo caminar! Le decía —¡Rafa, espérame!
Y entonces él se paraba a ver bichitos por el camino.

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ESP-1-LECT.indb 115 04/12/14 10:29


Así se le pasaban los días. Bien abrigado se lo llevaron a casa de
sus abuelos.
De repente lo despertaron en la noche.
Ellos lo recibieron con cara de dormidos.
—Tápate bien, hijito, que hace frío —dijo
su mamá. —Ñom, ñom.

116

ESP-1-LECT.indb 116 04/12/14 10:29


La abuela se veía bien chistosa. ¡Je! ¡Tenía Al otro día Rafa no fue a la escuela.
los pelos parados! Los papás se fueron. Se quedó flojeando. En la comida hubo
sopa de letras. La abuela buscaba su
Ahí se quedó Rafa con los abuelos
nombre con la cuchara.
tibiecitos y almohadosos.

117

ESP-1-LECT.indb 117 04/12/14 10:29


En eso llegó el papá. ¡Estaba feliz!
—¡Rafa!, ¡Rafa! —le dijo— ¡Ya nació!
¡Ya tienes una hermanita!
“¿Una hermanita?”, pensó Rafa. Aaah.
No sintió nada especial, pero eso debía sólo sabía dormir, llorar, comer del pecho
ser muy bueno. de la mamá de Rafa y ensuciar montones
Todos lo abrazaban y se reían con él. de pañales.
Cuando regresó a su casa, Rafa vio a una Uno de esos días Rafa sintió que se estaba
bebita colorada que tenía unas manos volviendo invisible. Parecía que nadie lo
chiquitas, con uñas como de papel, que veía. Sintió que ya se le habían borrado

118

ESP-1-LECT.indb 118 04/12/14 10:29


los pies, las piernas, el cuerpo, los brazos, Pasaron las horas, pasaron los días. Rafa
el cuello, la cabeza y hasta el pelo. Pasaba seguía siendo invisible, pero ya no estaba
junto a su mamá sin peinarse y ella sólo le tan divertido.
decía: —¡Aaaah! ¡Qué sueño!
“Yo pensaba que ser invisible tenía más
“No me ven desde que vino la hermanita chiste, pero ya me cansé. ¡Si tan siquiera
—pensó Rafa—. De seguro que es mágica me anduvieran buscando!”.
y ella me volvió invisible. ¡Esto puede ser
—¿Cómo volverse visible otra vez...?
muy divertido!”.

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ESP-1-LECT.indb 119 04/12/14 10:29


Rafa le fue a preguntar a la bebita —Oye, papá ¿cómo puedo dejar de ser
mágica. A lo mejor ella sabía. Se trepó invisible? Hace cuatro días que nadie
a la cuna y le preguntó mil y mil veces, me ve. Ya estoy aburrido.
cuarenta y mil veces. Pero la hermanita
¡El papá sí lo oyó!
no lo veía, ni lo oía. Seguía durmiendo
con su olor a bebé. Rafa había dicho sin querer las palabras
mágicas. Su papá volteó y le dijo:
A Rafa se le ocurrió entonces ir con su
papá. Se le acercó despacito y le preguntó:

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ESP-1-LECT.indb 120 04/12/14 10:29


—¡Rafa de mi corazón! Rafa se vio enterito en los ojos de su papá.
Sus ojos se llenaron de Rafa otra vez.
Y él sintió que volvía a aparecer todo
completo. Le brillaron con unas gotas donde se veía
Rafa, Rafa y Rafa muchas veces…
El papá se acercó a él y lo abrazó bien
fuerte. Le gustaba mucho poder verlo tan
cerquita.

A lo mejor tú viviste algo similar con la llegada


de tus hermanos. El libro Julieta estate quieta te
presenta otra historia que también te podría
ocurrir. Búscalo en tu Biblioteca Escolar.

121

ESP-1-LECT.indb 121 04/12/14 10:29


Una polla pinta
T: Versión popular
I: Gabriela Gómez Llorente

Una polla pinta


y una colorada
ponen sus huevitos
en la madrugada.

Y de rama en rama Paloma blanca, piquito de oro


y de flor en flor que con tus alas volando vas,
canta un pajarito pasan los montes, pasan los ríos,
rendido de amor. pasan las olas del ancho mar.

Lee En los cabellos del árbol una recopilación de poemas


breves en extensión pero enormes en imaginación; imágenes
evocadoras y emociones genuinas. Búscalo en tu Biblioteca
Escolar.

122

ESP-1-LECT.indb 122 04/12/14 10:29


La astucia
de la Coneja
T: Felipe Garrido / I: Gabriela Gómez Llorente

Una mañanita húmeda de rocío estaba el Conejo


pensando cómo entrar a buscar zanahorias. Y estaba
tan concentrado que ni cuenta se dio de que había
llegado el Coyote y, de puntitas, se había puesto
detrás de él y le tapaba la entrada a su madriguera.
—Hoy no te me escapas, conejito —le dijo el Coyote,
muerto de hambre como siempre—. Hoy sí voy a
desayunar.
—¡Espera, coyotito, espera! —exclamó el Conejo
atragantándose de susto, y enmudeció aterrado.

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ESP-1-LECT.indb 123 04/12/14 10:29


Abrió el hocico el Coyote para zamparse —Tu cola es larga, brillante y esponjada:
al conejo, cuando a sus espaldas se corres como el rayo —le dijo la Coneja—.
escuchó una dulce vocecita: Nosotros, con nuestros pobres rabitos,
apenas si podemos ir dando saltitos.
—¡Qué milagro que se deja ver, señor
Coyote! Si usted supiera cuánto me gusta —Muy cierto —dijo el Coyote, que era
verlo correr. ¡Nadie es tan elegante ni tan el más presumido de los presumidos—,
veloz! yo corro como el relámpago y ustedes
brincotean como pájaros cojos.
—¿De veras? —se sorprendió el Coyote, que
era muy muy creído, y volteó a ver —Me encantaría verte en una carrera —dijo
quién le hablaba. En la entrada de la la Coneja, y suspiró.
madriguera estaba la Coneja, linda, dulce
—Pero, ¿quién podría competir conmigo?
y pachoncita.

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ESP-1-LECT.indb 124 04/12/14 10:30


—Nadie, nadie coyotito —dijo la Coneja—, q
pero de todos modos yo quiero verte
—¿Cómo se te ocurre que yo...? —comenzó
correr. ¿Por qué no te juegas una carrerita
el Conejo, pero la Coneja, que era linda
con el Conejo? Una gran carrera; de lado
y suave y muy lista, lo interrumpió.
a lado de la Tierra.
—Tú no te preocupes, querido. Mira,
—¡Acepto! —gritó el Coyote—, pero con
te voy a explicar... —y juntó sus orejitas
una condición: el que gane se puede
con las del Conejo, y comenzó a hablarle
comer al que pierda.
en voz baja, para que no fuera a oírlos
El Conejo se había ido poniendo más y el Coyote.
más pálido. No podía hablar. La Coneja
lo arrastró a la madriguera.

125

ESP-1-LECT.indb 125 04/12/14 10:30


q al lugar donde comienza cada uno
de los cuatro rumbos de la Tierra. Y
Al día siguiente el Coyote llegó y le dijo
luego veremos quién se come a quién.
al Conejo:
Tú vas a correr por la superficie, Coyote,
—¿Y para qué nos cansamos corriendo?
y, si no te importa, yo voy a correr por
Mejor de una vez te como, porque
debajo de la tierra, porque así es como
después de esta carrera vas a quedar
yo sé.
en los huesos.
—¡Corre por donde quieras! —dijo el
—Un pacto es un pacto —replicó el
Coyote, que ya se sentía ganador.
Conejo—. Vamos a correr hasta llegar

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ESP-1-LECT.indb 126 04/12/14 10:30


Lagartos, colibríes, víboras, correcaminos, q
zopilotes, dos tortugas de tierra y hasta
Quién sabe cuántos días corrió el Coyote
un águila y dos palomas enamoradas,
hacia el oriente, que era el primer rumbo.
entre otros animales, se acercaron para
A veces miraba hacia atrás, hacia los
ver la salida. El Coyote y el Conejo se
lados, hacia abajo y no veía ni rastro
pusieron lado a lado y les pidieron a las
del Conejo. “Seguro que yo gano”, iba
palomas que dieran la señal.
pensando. Pero al llegar al final, ¿cuál no
Apenas cantaron las torcazas, el Coyote sería su sorpresa cuando vio, allí donde
se perdió en el horizonte, seguido por la el sol nace, sentado y tranquilo, sin
polvareda que iba levantando. También resollar siquiera, al mismísimo Conejo?
desapareció el Conejo, porque se metió
—Vamos al norte, Coyote, muévete —gritó
a su madriguera.
el Conejo y saltó del túnel del que había
salido—.

127

ESP-1-LECT.indb 127 04/12/14 10:30


q Así que apenas se perdió el Coyote a
lo lejos, el Conejo del oriente hizo como
El Coyote no pudo darse cuenta, porque
el primero: se metió en la madriguera
los conejos blancos son todos casi casi
y comenzó a tamborilear con sus patas
iguales, pero ese Conejo que estaba allí
traseras para transmitir el mensaje a los
donde nace el sol no era el primero. Era
conejos del norte.
el primo segundo de una tía del hijo del
hermano de la abuela... Porque cuando el q
primer Conejo se metió a la madriguera, Por días y días corrió el Coyote hacia
hizo lo que había planeado con la Coneja el norte. Una tarde, muerto de frío, vio
y comenzó a tamborilear con sus patas brillar el Polo Norte. Cuando estaba a
traseras para pedir ayuda a sus hermanos punto de pisarlo para salir corriendo
y sus amigos, que eran todos blancos al poniente, unos metros adelante vio
como él. Y esos mensajes sí que corrieron salir de la tierra al Conejo, con su
por debajo de la tierra. abrigo blanco.
—¡Al oeste, Coyotito! —y se metió de
clavado en su túnel.

128

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El Coyote sentía que el corazón se le iba se veían uno al otro con enorme amor
a reventar: por el esfuerzo, y por el coraje y que estaban rodeados por muchos
que le daba que el Conejo le ganara otros conejos, todos casi casi idénticos.
siempre. Cuando ya se acercaba al lugar Estaban sentados a una mesa larga
donde el sol se oculta, saltó el Conejo, larga. Cada uno tenía una servilleta
como siempre. al cuello y empuñaba tenedor y cuchillo.
Veían al Coyote con ojos de hambre. Una
—¡Al sur, coyotito! ¡Allá te espero!
enorme cazuela estaba puesta al fuego.
El Coyote corrió más rápido que nunca.
—¡Bienvenido, Coyotito! —le dijo el
“Si gano este trecho, gano la carrera”,
Conejo—. ¡A la cazuela!
iba pensando, y sentía cómo su larga,
esponjada y brillante cola se agitaba Pero el Coyote salió corriendo y por
al viento. De nada sirvió. Cuando llegó, muchos días nadie supo dónde estaba.
encontró al Conejo y a la Coneja, que

Lee más cuentos del Conejo y el


Coyote en El Coyote tonto, de Felipe
Garrido, donde hay otra versión de este
cuento, y once cuentos más. Puedes
encontrarlo en tu Biblioteca de Aula o en
tu Biblioteca Escolar.

129

ESP-1-LECT.indb 129 04/12/14 10:30


Cabras héticas
T: Versión popular / I: Anabel Prado Ochoa

En el campo
hay una cabra hética,
perlética,
pelapelambrética,
pelúa
y pelapelambrúa;
que tiene hijos héticos,
perléticos,
pelapelambréticos,
pelúos
y pelapelambrúos.

130

ESP-1-LECT.indb 130 04/12/14 10:30


Si la cabra no estuviera hética,
pelapelambrética,
pelúa,
y pelapelambrúa,
no tuviera los hijitos héticos,
perléticos,
pelapelambréticos,
pelúos Sigue jugando con las palabras. Lee
Historia de un niñito que era dueño de
y pelapelambrúos. una islita que era dueña de un niñito, un
cuento-poema o un poema con historia.
Búscalo en tu Biblioteca Escolar.

131

ESP-1-LECT.indb 131 04/12/14 10:30


Haikai
T: José Juan Tablada
I: Anabel Prado Ochoa

Chapulín
Atrio en la aldea cálida,
chapulín volador
abanico y matraca.

132

ESP-1-LECT.indb 132 04/12/14 10:30


La cebra
Galeote inocente, la cebra
viste uniforme a rayas
tras las rejas.

133

ESP-1-LECT.indb 133 04/12/14 10:30


La jirafa
Apacible jirafa que descuellas,
cual si soñaras en pastar estrellas.

134

ESP-1-LECT.indb 134 04/12/14 10:30


Un mono
El pequeño mono me mira… Estos pequeños poemas hablan de los animales
de una manera distinta. Así también lo hace
¡Quisiera decirme el libro Dichos de bichos, en el que encontrarás
algo que se le olvida! maravillas del mundo de los insectos. Búscalo de
tu Biblioteca Escolar.

135

ESP-1-LECT.indb 135 04/12/14 10:30


La exclamación
T: Octavio Paz / I: Gabriela Gómez Llorente

Quieto
no en la rama
en el aire
No en el aire
en el instante
el colibrí

136

ESP-1-LECT.indb 136 04/12/14 10:30


Disfruta otra lectura en torno al
viento. Busca Doña Piñones en tu
Biblioteca de Aula y comparte la
sonoridad de las palabras.

137

ESP-1-LECT.indb 137 04/12/14 10:30


El canto
del cenzontle
T: Luis de la Peña / I: Julián Cicero

Cuando todo el mundo era nuevo,


el Gran Señor del Monte llamó a
todos los pájaros.

138

ESP-1-LECT.indb 138 04/12/14 10:30


Daba gusto ver a tanto animal bonito, con
plumas de vivos colores, volando aquí y allá.

139

ESP-1-LECT.indb 139 04/12/14 10:30


Aunque no todos los pájaros tenían muchos
colores. Por ahí andaban la urraca y el
cuervo, muy serios los dos con sus trajes
negros. También se veían la cabeza pelada
y el cuello flaco del zopilote.

140

ESP-1-LECT.indb 140 04/12/14 10:30


El Gran Señor del Monte, cuando vio tantos y tantos
pájaros, pidió que todos se formaran en una fila.
Todos los pájaros obedecieron de inmediato.

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—Los he llamado —dijo el Señor del
Monte— porque voy a decirles cómo
van a cantar.

El primero en pasar fue el canario.


—Tú vas a cantar muy entonado —le dijo
el Señor del Monte.

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De inmediato el canario empezó a
cantar y se fue muy contento. Después
pasó el gorrión. Luego la golondrina y el
jilguero. Así siguieron pasando uno por
uno. Pero resulta que el cenzontle, que
era muy distraído, se había olvidado de
que tenía que ir con el Gran Señor del
Monte. Andaba por ahí, entre los árboles,
buscando qué comer.

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Después de mucho rato, se dio cuenta
de que no había visto a ningún otro pájaro
en todo el día.
—¿Dónde estarán todos? —se preguntó.

Entonces recordó que el Gran Señor del


Monte los había llamado, y se fue a toda
prisa al lugar de la reunión.

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En el camino se cruzó con los otros pájaros
que ya venían de regreso y todos los que
encontraba ya venían presumiendo su voz.
Era muy tarde cuando llegó al lugar donde
estaba el Gran Señor del Monte. Es más, el
Señor ya se iba.
—¡Señor, Señor! ¡No te vayas! ¿Y yo cómo
voy a cantar? —gritó el cenzontle.

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El Señor del Monte volteó muy
sorprendido y, cómo no se le ocurrió
nada más, contestó:
—¿Tú? Pues tú vas a cantar como todos.

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Si te interesa saber más
de mitos y leyendas, busca
Por eso el cenzontle arremeda a los en tu Biblioteca Escolar
demás pájaros y también imita todos La lengua del chapulín.
¡Aprenderás muchísimo!
los sonidos que oye.

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Arcoíris de
Enrique Martínez

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animales

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Así como en esta historia, la sorpresa
de un elefante al verse partido a la
mitad ¡es grande! Busca Medio elefante,
de tu Biblioteca de Aula, para descubrir
qué hará en busca de su otra mitad.

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Llegaron los libros
Adaptación del texto del Programa Nacional de Lectura y Escritura
I: Maricarmen Guzmán

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Conoce el libro Galileo lee. Al pequeño de
esta historia le gusta el futbol. Sueña
con ser portero, pero su maestra sólo
quiere que lea. ¿Cómo resolverán este
dilema? ¿Leyendo de futbol? Búscalo en
tu Biblioteca Escolar.

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Bibliografía

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