Cruzando La Línea de Creyente A Discípulo
Cruzando La Línea de Creyente A Discípulo
Cruzando La Línea de Creyente A Discípulo
DISCÍPULO
Para cumplir nuestro propósito de avanzar en el reino de Dios, tenemos que
estar fundamentados en cristo. Los discípulos de Jesús estaban siempre con
él, aprendían de él y le obedecían. Ser un discípulo implica comprometerse a
recibir instrucciones y disciplina de nuestro mentor o maestro para
ayudarnos a cambiar, y a equiparnos para así caminar como hombres y
mujeres de propósito que avanzan el reino de Dios. Estudiemos ahora la
diferencia entre solo ser un creyente y ser, además, sus verdaderos
discípulos.
¿Quién es creyente?
“Que, si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.”
(Romanos 10:9)
Convertirnos en creyentes, es decir, recibir a Jesus en nuestro corazón y
confesarlo como nuestro señor y salvador es la decisión más importante de
nuestra vida. El nuevo creyente es como un bebe recién nacido en varios
aspectos. Los primeros meses de son días críticos para su formación. Durante
ese tiempo se le observa y cuida con amor, se le da de comer, se le da leche,
se vacuna, etc. Se le suple todo lo necesario para que pueda crecer sano y
bien nutrido, pero después de un tiempo ese nuevo bebe ya no está
satisfecho con leche solamente, sino que demanda más. Su cuerpo empieza
necesitar mas cantidad y variedad de alimento para poder crecer y
desarrollarse adecuada mente.
Lo mismo aplica al nuevo creyente. Todos comenzamos necesitando mucha
ayuda y solo nos enfocamos en nuestra necesidad inmediata, mayormente
anhelamos el alimento básico que, en nuestro caso es, la leche de la palabra
de Dios (Hebreos 5:12). Luego llegamos a un punto en nuestro caminar
cristiano, donde lo básico de la palabra ya no nos satisface. Entonces
cruzamos la línea y pasamos de ser simples creyentes a convertirnos en
disípalos de cristo. Aquí nos levantamos para poner en práctica lo que hemos
recibido, a fin de dárselo a otros. Entonces tomamos la decisión de
convertirnos en discípulos.
¿Quién es un disípalo?
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os
he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19-20)
La diferencia entre un creyente y un disípalo es que, el creyente tiene la
mentalidad que la iglesia debe suplir para sus necesidades. El creyente se
enfoca solamente en recibir, porque se mente aún no ha sido renovada para
empezar a dar. En cambio, el disípalo, una vez liberado, empieza a liberar a
otros; al ser sanado, ora por otros para que residan sanidad; al ser
restaurado, ayuda a levantar y restaurar a otros.
Los disípalos de Jesús en la biblia decidieron ser usados por Dios para
bendecir a otros y se comprometieron a obedecer, Totalmente, el señorío de
Jesús esto fue lo que los califico para ser enviados por Jesús. No todo aquel
que dice ser discípulo lo es realmente. Un discípulo es aquel cuyo señor
Jesús, y que ha cruzado la línea de formar parte de la multitud para ser
discípulo comprometido. El discípulo ya no viene solo a buscar que se le supla
o se le dé algo, sino que viene a recibir para luego dar, y a ser instruido para
hacerlo cada vez mejor.
“
Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus
amigos”. (Juan 15:13)
1. LA LÍNEA DE LA RAZÓN.
2. LA LÍNEA DE LA GANANCIA
El evangelio es anuncia para todo ser humano. Dios nos salva por
gracia, por medio de la fe en Jesús. (vea Efesios 2:8). El arregla nuestro
matrimonio, nos libera de la depresión, sana nuestro cuerpo, nos
bendice financieramente, nos da gozo, paz, libertad, y mucho más.
Aunque todo eso es ganancia, hay gente que, si no ve el dinero o el
dividendo material, no cruza la línea. Así, por ejemplo, muchos líderes
deberían estar sirviendo a Dios en el ministerio a tiempo completo,
pero no lo han echo solo porque en su trabajo secular ganan más
dinero.
3. LA LÍNEA DE LA COMODIDAD.
La comodidad nos puede convertir en egoísta. Debemos ser sensible a
la necesidad de la gente con el fin de ayudarla. Hay un momento en
que debemos dejar la comodidad para salir a bendecir a otros. Dios
quiere que disfrutemos todo lo que nos ha dado, pero si tenemos que
incomodarnos para suplir la necesidad de otros, entonces hagámoslo
por Dios y por el reino.
4. LA LÍNEA DE LA CONVENIENCIA
El que va a una iglesia por los beneficios lo hace personales que esto le puede
traer y no por buscar a Dios. Por ejemplo, existen personas que ven la iglesia
como un lugar para vender sus productos o servicio, hacer y promover su
negocio entre los hermanos. Otros buscan posición, reconocimiento y títulos.
Algunos ven la iglesia como un club social o un lugar donde pueden alimentar
su ego tocando un instrumento o cantando en el altar. Otros asisten a
cualquier iglesia que le quede cerca a su casa, sin importar si allí se predica
sana doctrina o si Dios manifiesta su presencia. Nuca hagamos las cosas por
conveniencia. Hagámosla porque es la voluntad de Dios.
ACTIVACION.
1.El maestro guiara a los estudiantes a tomar la decisión de cruzar la línea de
creyente a discípulo.
2.A quienes ya son discípulos, guiara en oración para que vayan al siguiente
nivel de compromiso como disípalos de cristo.