AR 2022 Sábado PM - Busquen La Paz (TRANSCRIPCIÓN)

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Apuntes

Asamblea Regional del 2022 de los Testigos de Jehová

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2 PEDRO 3:14

Sábado Mantengámonos
“sin mancha, sin defectos
y en paz”

Tarde
1:35 Video musical

1:45 Canción 29

1:50 SERIE DE DISCURSOS: Evitemos las cosas que destruyen la paz


๏ Presumir de lo que no debemos (Efesios 4:22; 1 Corintios 4:7)
๏ La envidia (Filipenses 2:3, 4)
๏ La falta de honradez (Efesios 4:25)
๏ El chisme (Proverbios 15:28)
๏ La ira descontrolada (Santiago 1:19)

2:45 PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL:


Jehová nos guía por el camino de la paz (parte 1) (Isaías 48:17, 18)

3:15 Canción 130 y anuncios

3:25 SERIE DE DISCURSOS: “Busque la paz y vaya tras ella”


๏ No se ofenda fácilmente
(Proverbios 19:11; Eclesiastés 7:9; 1 Pedro 3:11)
๏ Pida disculpas (Mateo 5:23, 24; Hechos 23:3-5)
๏ Esté dispuesto a perdonar (Colosenses 3:13)
๏ Sea prudente al hablar (Proverbios 12:18; 18:21)

4:15 Protejamos nuestro “vínculo de la paz” (Efesios 4:1-6)

4:50 Canción 113 y oración de conclusión

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Tarde
1:35 Video musical

1:45 Canción 29: Hagamos honor a nuestro nombre

1:50 pm
SERIE DE DISCURSOS:

Evitemos las cosas que destruyen la paz

๏ Presumir de lo que no debemos


(Efesios 4:22; 1 Corintios 4:7)

Harold Corkern
Ayudante del Comité de Publicación

¿Qué nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra evitar?


Quizá pensemos en cosas con las que tenemos que tener cuidado:
algo malo, un peligro, una trampa… ¿Y qué tuvimos que evitar para ser cristianos?
En Efesios 4:22 vemos algo que tuvimos que evitar, algo que tuvimos que quitar de
nuestra vida. Leamos Efesios 4:22.

Efesios 4:22 — Ustedes aprendieron que deben quitarse la vieja personalidad,


que se corresponde con su comportamiento anterior y que se va corrompiendo
debido a los deseos engañosos de ella.

Así que tuvimos que quitarnos la vieja personalidad. Pero, una vez que nos la
quitamos, hay que evitar ponérsela otra vez. Por eso, en el versículo siguiente, en
el versículo 23, Pablo nos dice algo que debemos hacer:

Efesios 4:23 — Deben seguir renovando su forma de pensar.

Como la vieja personalidad tiene características que pueden destruir la paz, es muy
importante que no  volvamos a ponérnosla. En  esta serie de discursos veremos

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cinco cosas que pueden destruir la paz y que debemos evitar. En cada discurso se
explicarán tres puntos:

1. Definiremos un elemento que puede acabar con la paz.


2. Explicaremos por qué ese elemento puede destruir la paz.
3. Analizaremos cómo podemos evitarlo.

¿Cuál es el primer elemento del que vamos a hablar? Es este:

1. PRESUMIR DE LO QUE NO  DEBEMOS. ¿Y QUÉ SIGNIFICA ESTO? Es alabarnos


a nosotros mismos. Y  la Biblia condena que hagamos eso. En  Proverbios 27:2
dice algo muy interesante:

Proverbios 27:2 — “Que te alabe otro, no tu propia boca; que lo haga otro,
no tus propios labios”.

Cuando nos alabamos, estamos siendo orgullosos y damos a entender que estamos
por encima de los demás. Puede que algunos presuman de sus logros, incluso del
éxito que tienen en el ministerio. Esto pasó en el siglo primero. Pablo le escribió a
la congregación de Corinto porque los hermanos estaban teniendo desacuerdos y
estaban perdiendo la paz. ¿Y por qué? Bueno, algunos se habían llenado de orgullo
o mostraban favoritismo a algunos hermanos, como a Pablo, a Apolos o a Cefas.
Estaban demasiado pendientes de sí mismos y de otros hombres. ¿Podría pasarnos
algo así? Imaginemos a unos hermanos que están hablando, y uno de ellos dice:
“Después de intentarlo mucho y de orarle mucho a Jehová, por fin comencé un
curso de la Biblia”. Pero, justo después, otro hermano del grupo dice todo
orgulloso: “Pues yo dirijo cuatro cursos. Dos están yendo a las reuniones y uno se
va a bautizar muy pronto”. ¿Verdad que decir eso podría destruir la paz?

2. ¿POR QUÉ PRESUMIR DE LO QUE NO  DEBEMOS DESTRUYE LA PAZ? Bueno,


no  está mal que nos alegremos y que le demos gracias a Jehová por lo que
conseguimos en su servicio, pero cuando presumimos de lo que hemos logrado
podemos generar competiciones, envidias y rivalidades. 

Recordemos: cuando presumimos no  estamos imitando a nuestro padre, “el Dios
de la paz”. ¿A quién imitamos? 1  Juan 2:16 dice que la ostentación de las cosas
que uno tiene no proviene del Padre, sino que proviene del mundo. ¿Y verdad que
el mundo está lleno de personas que siempre están presumiendo? Esto lo vemos

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mucho en las redes sociales. Algunas personas publican en sus redes sociales fotos
y videos con el objetivo de impresionar a los demás. Ostentan o presumen de sus
logros en la vida, de las cosas que tienen o de las vacaciones de lujo que han
disfrutado. En  realidad, es como si dijeran: “Mírenme”. Queremos hacer todo lo
posible por evitar esa actitud presumida que tiene el mundo porque destruye la
paz.

Para que podamos entender mejor lo destructivo que es presumir de lo que


no debemos, hablemos brevemente de un personaje de la Biblia llamado Hamán.
Era un hombre orgulloso y arrogante, y siempre estaba presumiendo. El capítulo 5
del libro de Ester nos cuenta que Hamán presumía de sus riquezas, de todos sus
hijos, de que el rey le había dado un puesto importante, de que estaba por encima
de todos los demás siervos y de que lo habían invitado a una comida especial con
el rey y la reina. Hamán era detestable y arrogante, y estaba planeando matar a
Mardoqueo, un siervo fiel de Jehová. Pero el rey se enteró de sus planes y de sus
verdaderos motivos. ¿Y  qué pasó? Que en el mismo madero que Hamán mandó
hacer para colgar a Mardoqueo lo colgaron a él. Esto nos recuerda lo que dice
Isaías 29:20 — “Los fanfarrones llegarán a su fin”. Presumir de lo que no debemos
puede traer consecuencias terribles para nosotros y los demás, así que ni siquiera
queremos dar la impresión de que presumimos.

En la siguiente ESCENIFICACIÓN, fijémonos en cómo se malinterpreta la manera


de actuar de una hermana.

[En el Salón del Reino durante la reunión. Orador…]


“Líbrense de todo amargo rencor, furia, ira, gritería y palabras
hirientes, y también de toda maldad”. ¿Alguno se levantó esta
mañana pensando “hoy voy a ser rencoroso con algún
hermano”? Claro que no, aunque podría suceder, ¿verdad? Pero el cariño sincero
evita que perdamos la paz. Y, cuanto más conocemos a nuestros hermanos, más
cariño les tenemos, porque nos acordamos de sus alegrías y sus penas, de los
sacrificios que han hecho, de lo mucho que aman a Jehová y de las cosas por las
que están pasando.

[Después de la reunión, Clara habla por teléfono dentro del


Salón del Reino. Luego hace tenida mientras se dirige a salir.]

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Clara: Vuelvo enseguida. Te quiero. Adiós. ¡Oh, no!
Celia: Clara, un momento.
Clara: Lo siento, tengo prisa.
Emily: Okey, te llamo después. | Clara: Gracias, adiós.
Celia: Adiós | Chao.

[Clara llegue a casa de su abuela]

Clara: ¡Abuelita!
Abuelita: Hola, Clara, cariño. Lo siento muchísimo.
Clara: No pasa nada. Yo te ayudo. ¡Ay! ¿Cómo estás?
Abuelita: Bien, pero lo siento tanto… [Se le cayó el
plato de comida a la abuela]
Clara: Pobrecita, voy a recoger esto.
Abuelita: Gracias.

[Clara hace joyería, hace los quehaceres de la casa, le da de comer a abuela, la


ayuda con los medicamentos, y la prepara para que duerma]

Clara: Abuelita, hoy es domingo, ¿no? Mira, es esta…


Fue un día largo hoy, ¿verdad?
Abuelita: Sí, fue un día largo, sí.
Clara: Gracias [besos de buenas noches], que duermas
bien.

[Clara hace un video]

Hola a todos, soy Clara, de Happy Jewels, con más ideas para
tu look natural y elegante. A  mis nuevos seguidores,
bienvenidos. Y gracias a todos por suscribirse a mi canal. Hoy
les quiero mostrar este juego de accesorios superlindo. Como ven, para estos elegí
un tono pastel que combina muy bien con todo.

Emily: ¿Lo puedes creer?

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Jake: ¿Te refieres a lo que vende Clara? [Se muestra indiferente y prende la tele]

[Sigue el video de Clara]

¿Y qué tienen de especial estos accesorios? Pues, que son un


conjunto elegante pero discreto a la vez. Si todavía no lo has
hecho, dale al botón y suscríbete, porque, ya lo sabes: si te
ves así de bien, te sentirás genial.

¿Estaba la hermana del video presumiendo de lo que no  debía? No. En  realidad,
Clara era una hermana humilde que cuidaba de su abuela con mucho cariño y
paciencia. Pero ¿se fijaron? ¿Oyeron la manera en la que anunciaba sus productos
de joyería en las redes sociales? Clara dijo: “Si te ves así de bien, te sentirás genial”.
Pero a la otra hermana no  le gustó nada. Sintió que Clara estaba presumiendo.
La  malinterpretó. Este video nos recuerda que debemos pensar en lo que
podríamos dar a entender con nuestras palabras y acciones.

Ahora vamos a analizar el tercer punto:

3. ¿CÓMO PODEMOS EVITAR PRESUMIR DE LO QUE NO  DEBEMOS? Algo muy


importante que debemos recordar es lo que Pablo escribió en 1 Corintios 4:7.

1 Corintios 4:7 — Pues ¿quién hace que tú seas diferente a los demás? En
realidad, ¿qué tienes tú que no hayas recibido? Entonces, si lo recibiste, ¿por
qué vas presumiendo como si no lo hubieras recibido?

¿Qué nos enseñan estas palabras? En  vez de presumir de nuestros logros,
queremos darle a Jehová todo el mérito por las cosas que hacemos. Algunas
personas se sienten orgullosas de su aspecto físico, su popularidad, su dinero, su
posición social, su fuerza física, su talento musical… Pero pensemos en David. Él
era rey de Israel y tenía todas estas cosas. Aun así, nunca presumió, nunca se
volvió una persona orgullosa. Siempre fue humilde. ¿Por qué? En  Salmo 113:5-8,
David le da todo el mérito a Jehová. Dijo, hablando de sí mismo, que Jehová se
había agachado para levantar “al humilde”, para alzarlo y “sentarlo con nobles”. Y,
siempre que tenía la oportunidad, David les decía a los demás: “Alaben a Jehová,

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hablen con orgullo de su nombre”. Como el rey David, hablemos con orgullo de
Jehová. Pablo nos animó a hacer esto en 1 Corintios 1:31.

1 Corintios 1:31 — […]“El que presume, que presuma de Jehová”.

¿Qué quiere decir eso? Que nos llena de orgullo tener el privilegio de conocer al
Dios verdadero y tener la oportunidad de que él nos use para cumplir su propósito.

Algo que también nos ayudará a evitar presumir de lo que no  debemos es
no  hablar tanto de nosotros mismos, sino hablar de las bonitas y excelentes
cualidades que tienen nuestros hermanos. Las personas humildes no presumen de
lo que ellas hacen. Más bien, dirigen la atención hacia los demás y se fijan en
cómo Jehová bendice y usa a otros en su servicio. Si  hacemos eso, habrá paz y
felicidad en la congregación. Por eso, hermanos, sigamos esforzándonos al
máximo y evitemos presumir de lo que no debemos. ¿Cómo? Dándole a Jehová las
gracias, la honra y la alabanza por nuestros logros y elogiando a nuestros hermanos
y hermanas por sus bonitas cualidades y por todo lo que están haciendo en el
servicio a Jehová. Si lo hacemos, seguiremos disfrutando de esa paz tan valiosa que
tenemos con Jehová y con nuestros hermanos.

El  hermano Seth Hyatt, ayudante del Comité de Servicio, presentará el siguiente
discurso de esta serie, “Evitemos las cosas que destruyen la paz: La envidia”.

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๏ Evitemos: La envidia
(Filipenses 2:3, 4)

Seth Hyat t
Ayudante del Comité de Servicio

1. ¿QUÉ ES LA ENVIDIA? ¿Lo sabe? Es muy importante que sepamos identificar los
síntomas de la envidia. ¿Por qué? Porque la envidia es una forma de odio y es
enemiga de la paz. Si  no  luchamos contra ella, podríamos llegar a morir en
sentido espiritual.  

La Biblia nos enseña que la envidia tiene dos síntomas. El primero quizás es el más
conocido. Una persona envidiosa quiere lo que otra persona tiene. El  segundo
síntoma hace que la envidia sea especialmente peligrosa. La  persona envidiosa
no solo quiere lo que otro tiene; también quiere que la otra persona lo pierda.

Veamos un ejemplo. En el siglo primero los líderes religiosos judíos envidiaban a
Jesús porque a la gente le encantaba pasar tiempo con él. Jesús trataba a las
personas, incluso a las más pobres, de una manera muy respetuosa. Y  por eso la
gente lo quería. Los líderes religiosos lo envidiaban. Pero, en vez de esforzarse por
cambiar y tratar mejor a la gente, atacaron verbalmente a Jesús haciendo lo posible
por acabar con su buena reputación. Difundieron calumnias sobre él. No  solo
querían lo que Jesús tenía; tampoco querían que Jesús lo tuviera. Con razón la
envidia está en la lista de las obras de la carne que aparece en Gálatas 5:21. Es un
sentimiento muy peligroso que tenemos que evitar.

2. ¿POR QUÉ PUEDE LA ENVIDIA DESTRUIR LA PAZ? La envidia debilita, daña o


incluso puede destruir las relaciones, tanto en la familia como en la
congregación.

Pensemos en el relato bíblico de Jacob y sus 12 hijos. Jacob le tenía un cariño


especial a uno de sus hijos, a José. Por eso sus hermanos empezaron a tenerle
envidia. ¿Y qué hicieron por culpa de ese sentimiento? ¿Hasta dónde llegaron?
Llegaron al punto de traicionar a José y venderlo como esclavo. Y, por si eso
no fuera suficiente, agravaron su pecado al mentirle a su padre, Jacob, diciéndole
que José había muerto. Según el relato bíblico, Jacob no  quería que nadie lo

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consolara. Estuvo de duelo por José durante años. La  envidia tuvo consecuencias
horribles. Está claro: la persona que es envidiosa no muestra ni amor ni compasión
ni bondad. Esas cualidades desaparecen, y son reemplazadas por cosas malas,
como por ejemplo el odio, las peleas, los arrebatos de ira…

¿Podría la envidia acabar con la paz de la congregación? Pensemos en los


ejemplos de Coré, Datán y Abiram. Ellos envidiaban a Moisés y a Aarón por las
responsabilidades que tenían. ¿Qué cosas hicieron debido a esa envidia?
Empezaron a criticarlos, a hablar mal de los representantes de Jehová en Israel.
Incluso acusaron a Moisés de querer gobernarlos y de creerse superior a los demás.
Se  habían olvidado de que era Jehová el que había dado a Moisés y Aarón esos
puestos de responsabilidad. ¿Y cómo reaccionó Jehová? ¿Qué hizo con estos
envidiosos? Acabó con ellos y con todas las personas que los apoyaban. Por culpa
de ellos, la nación perdió la paz por un tiempo. Cuando leemos este relato,
entendemos muy bien lo que piensa Jehová de la envidia.

Pero seguramente usted piense: “Yo nunca desearía algo con tantas ganas como
para hacerle daño a alguien con tal de conseguirlo”. Pero, como somos
imperfectos y el corazón es traicionero, sin darnos cuenta, podríamos hacernos
envidiosos.

En la siguiente ESCENIFICACIÓN, fíjese en cómo la envidia podría acabar con


la paz.

[En una cafetería]

Emily: ¿En serio?


Celia: ¿Pasa algo? Es un amor. Por cierto, tengo
que hablar con ella de un collar.
Emily: ¿Tú también? ¿No crees que está
presumiendo?
Celia: No. Yo…
Emily: Todo el mundo piensa que es “Miss  Universo”, y ella se lo está
creyendo.
Celia: Mmm… ¿Seguro que el problema es Clara?
Emily: Por supuesto que es Clara.

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Celia: Mmmm… Se te está enfriando.
Emily: Y tú me estás cambiando de tema.
Celia: No, pero es que no  es la primera vez que dices esto. ¿Qué pasa? Son
amigas, precursoras, predican juntas.
Emily: Sí, y por eso me preocupa.
Celia: Está bien, pero ¿no  será que sientes un poquito
de envidia?

¿Vieron lo que pasó? Bueno, Emily estaba empezando a sentir envidia. ¿Se fijaron
en que estaba cuestionando los motivos de Clara? Es  más, estaba diciendo cosas
que podrían manchar su reputación. Esto podría pasarnos a nosotros. Por eso,
hermanos, ¿qué podemos hacer para luchar contra la envidia? Hay dos cosas que
son muy importantes: ser humildes y estar contentos con lo que tenemos. Veamos
lo que la Biblia dice sobre la humildad. Leamos, por favor, Filipenses, capítulo 2, y
empezaremos leyendo el versículo 3.

Filipenses 2:3 — No hagan nada motivados por un espíritu conflictivo o


egocéntrico […].

¿Qué es ser egocéntrico? Es  pensar que uno es más importante de lo que en
realidad es. ¿Creen que los líderes religiosos del tiempo de Jesús, los hermanos de
José, Coré, Datán y Abiram eran egocéntricos? ¿Se creían más importantes de lo
que eran? Sin ninguna duda. Bueno, no  olvidemos que esto también podría
pasarnos a nosotros.

3. ¿CÓMO LO EVITAMOS? Pablo sigue diciendo: 

Filipenses 2:3 — […] “Humildemente piensen que los demás son superiores a
ustedes” [o piensen que los demás son más importantes que ustedes].

Si tenemos esa actitud, será más fácil que hagamos lo que dice el versículo 4:

Filipenses 2:4 — Mientras buscan no solo sus propios intereses, sino también
los de los demás.

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La persona que es humilde trata de ayudar a los demás. No piensa que merece más
que otras personas. Claro que no. Por otro lado, el que está contento con lo que
tiene se siente satisfecho. No  anda comparando sus privilegios o sus posesiones
con los privilegios y las posesiones de otra persona. Está satisfecho. Ser humildes y
estar satisfechos. Con la ayuda de Jehová, podemos cultivar estas valiosas
cualidades. Si  las tenemos, nunca sentiremos envidia. De  esta manera,
conseguiremos paz: paz interior, paz en nuestra familia y paz en la congregación.
Y estamos seguros de que esto hará muy feliz a Jehová.

El  hermano Gajus Glockentin, ayudante del Comité de Publicación, presentará el


siguiente discurso de esta serie, titulado “Evitemos las cosas que destruyen la paz:
La falta de honradez”.

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๏ Evitemos: La falta de honradez
(Efesios 4:25)

Gajus Glo ckentin


Ayudante del Comité de Publicación

¿En quién piensan cuando escuchan hablar de la falta de


honradez? Quizás en Satanás, “el padre de la mentira”. O  tal vez piensen en
Ananías y su esposa. ¿Recuerdan? Ellos perdieron la vida por mentirosos. Nosotros
no  queremos parecernos a ellos, no  queremos mentir. ¿Qué significa esto?, ¿que
para ser honrado basta con no  mentir? Como nuestro Dios, Jehová, es santo, él
quiere que también seamos santos. Por eso, Dios les mandó a los israelitas que
no engañaran a otros, tal como menciona Levítico 19:11.

1. ¿Notaron LO QUE IMPLICA LA FALTA DE HONRADEZ? Una persona no  es


honrada, si —y, por favor, presten atención a esto—, a propósito hace que
alguien llegue a una conclusión equivocada. Por ejemplo, al manipular los
hechos o también al omitir ciertos detalles, pudiéramos poner en peligro la paz.
¿Por qué lo decimos?

2. ¿POR QUÉ LA FALTA DE HONRADEZ DESTRUYE LA PAZ? Pensemos en esto: una


relación pacífica se basa en la confianza. Cuando sabemos que podemos
confiar en alguien, nos sentimos tranquilos y seguros, estamos a gusto con él.
Donde no hay confianza, no puede haber paz.

¿Y cómo llegamos a confiar en los demás? La  confianza va creciendo cuando


pasamos tiempo juntos y cuando nos decimos siempre la verdad. Confiamos en las
personas que no  son egoístas y que no  usan “palabras tramposas”, como dice la
Biblia. Si  alguien nos engaña una sola vez o no  es honesto con nosotros,
pudiéramos empezar a dudar de todo lo que diga. Una persona puede arruinar su
reputación con un solo acto deshonesto. Y, por si esto fuera poco, la falta de
honradez puede hacer aún más daño. La falta de honradez es como un virus que
se contagia fácilmente. Un  acto deshonesto provoca más actos deshonestos.
Si alguien está en contacto con personas que no son honradas, puede contagiarse y
actuar como ellas. La falta de honradez no solo puede destruir una relación, puede
destruir muchas, y puede acabar con la paz y la armonía de todo un grupo.

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Esto nos recuerda el relato bíblico de Labán y Jacob, que, como sabemos,
encontramos en el libro de Génesis. Tal y como había acordado con Labán, Jacob
trabajó muy duro por siete años para poder casarse con Raquel. Es cierto que tuvo
que trabajar mucho, ¡nada menos que siete años! Pero como la quería tanto, esos
años pasaron volando. Tristemente, en vez de a Raquel, Labán le dio como esposa
a su hija mayor, Lea. Lo engañó, y Lea también participó en el engaño. ¿Y qué pasó
cuando Jacob se dio cuenta de que Labán lo había engañado? Perdió la confianza
en él y su relación nunca volvió a ser la misma. La  falta de honradez de Labán
destruyó la paz de su familia y le hizo sufrir a Jacob los siguientes siete años. ¡Qué
triste! De  hecho, su falta de honradez llegó a convertirse en una costumbre. ¡Se
atrevió a cambiarle el salario a Jacob 10 veces! Fue injusto con Jacob. La falta de
honradez de Labán destruyó la paz de toda su familia.

ESCENIFICACIÓN: A  continuación, sigamos viendo lo que pasa con Emily y


Celia. Recordarán que estaban en una cafetería conversando. Presten mucha
atención y fíjense en cómo Emily se ve tentada a manipular la verdad.

Celia: Predican juntas.


Emily: Sí, y por eso me preocupa.
Celia: Está bien, pero ¿no será que sientes un poquito
de envidia?
Emily: Creí que me entenderías.
Celia: Creo que entiendo lo que sientes.
Emily: No con lo de Clara.
Celia: La verdad, no he visto todo lo que puso. ¿Hay algo inmoral?
Emily: No.
Celia: Claro, ella no haría eso. Pero, si tú crees que debería tener más cuidado
para que no la malinterpreten, ¿por qué no hablas con ella?
Emily: Tal vez.
Celia: Emily, tú eres una mujer bella y espiritual. ¿Sabes? Durante años tuve la
mala costumbre de compararme con otros. La inseguridad que yo tenía
me hizo daño, a mí y a mis mejores amigos.

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[Emily en casa con su esposo Jake]

Emily: ¿Crees que estuvo mal que hablara con Celia?


Jake: No, me alegro de que hayas hablado con ella, es tu
amiga. ¿Qué te dijo?
Emily: Ella dice que me entiende perfectamente.
Jake: Okey. Y, de Clara, ¿qué piensa?
Emily: Celia no ha visto todo lo que ha publicado. Mmm… Aunque sí dijo que
Clara debería tener más cuidado, para que no la malinterpreten.
Jake: ¿Y qué sugiere?
Emily: Que le diga que tiene que dejar esto, pero estoy muy molesta con ella.
Jake: Mira, si las dos están de acuerdo en que Clara está haciendo algo que
no debe, habla con ella. Encontrarás el momento.
Emily: Gracias por entenderme. Tengo hambre. ¿Harías la oración?
Jake: Claro.
Jehová, queremos darte las gracias por ser tan generoso con nosotros.

¿Se dieron cuenta de que Emily solo escuchó lo que le convenía? Y, cuando habló
con Jake, su esposo, solo le contó parte de la conversación. No le dijo que Celia
no  le había dado su opinión sobre lo que Clara había publicado en las redes.
Además, Celia no la animó a decirle a Clara que dejara de publicar cosas, como le
dijo a su esposo. Nuestros hermanos merecen que les digamos la verdad, pero
Emily no hizo eso, ¿no es cierto? No fue honesta, y eso es algo que puede hacer
mucho daño, como veremos más tarde. Por eso, Jehová quiere que evitemos la
falta de honradez, porque destruye la paz. Jehová quiere que siempre digamos la
verdad, incluso en cosas pequeñas.

3. Entonces, ¿CÓMO PODEMOS EVITAR LA FALTA DE HONRADEZ? Veamos lo que


dice Efesios 4. Aquí, el apóstol Pablo nos recuerda una de las razones para ser
honrados. Así que leamos juntos Efesios 4:25.

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Efesios 4:25 — Por tanto, ahora que han abandonado todo tipo de engaño, que
cada uno de ustedes le diga la verdad a su prójimo, porque todos somos
miembros que nos pertenecemos unos a otros.

¿Notaron por qué no debemos engañar a nuestros hermanos y decirles siempre la


verdad? Porque, como Pablo dijo, “todos somos miembros que nos pertenecemos
unos a otros”. Es  decir, Pablo nos recuerda que nuestra falta de honradez puede
perjudicar a otras personas, a nuestros hermanos y a nuestra amistad con ellos. Así
que, teniendo esto en cuenta, ¿qué nos puede ayudar a evitar la falta de
honradez? Pensar en lo siguiente: en los beneficios de ser honestos y en las
consecuencias de no serlo. Esto nos ayudará a hacer siempre lo correcto.

Ahora, ¿cuáles son las consecuencias de la falta de honradez? Como vimos antes
en el relato de Labán y Jacob, podríamos romper nuestra paz con los demás. Y,
como Jehová odia la falta de honradez, podríamos romper nuestra paz con él, con
Jehová. Por otro lado, ¿cuáles son algunos beneficios de ser honestos? Aunque en
el momento pudiera parecernos que lo más fácil es no ser honestos, a la larga, ser
honrados nos ayudará a tener buenos amigos. Nuestros hermanos también aman la
paz y por eso desean tener amigos en los que puedan confiar. Y  de esta manera
seremos como miembros de un cuerpo que nos pertenecemos unos a otros. Y, lo
que es más importante, tendremos la conciencia tranquila y estaremos en paz con
Dios. Por lo tanto, evitemos la falta de honradez, pues destruye la paz, y digamos
la verdad, incluso en cosas pequeñas. Queridos hermanos, Jehová sabe que somos
imperfectos y que hacer esto no siempre es fácil. Pero Jehová promete ayudarnos y
bendecir nuestros esfuerzos por ganarnos la confianza de nuestros hermanos y
mantener la paz.

Ahora, el hermano Patrick LaFranca, ayudante del Comité de Personal, presentará


el siguiente discurso de la serie: “Evitemos las cosas que destruyen la paz:
El chisme”.

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๏ Evitemos: El chisme
(Proverbios 15:28)

Patrick LaFranca
Ayudante del Comité de Personal

1. ¿Habla usted de los demás? ¿No? Bueno, CADA VEZ QUE CONTAMOS ALGO
SOBRE ALGUIEN estamos hablando de los demás.

Como nos interesamos por otros, tal vez digamos: “Me tiene muy preocupado la
salud del hermano Luis” o “¿Escuchaste la experiencia que tuvo la hermana María
en la predicación?”. ¿Está mal que hablemos así de otros? No necesariamente. Aun
así, debemos tener cuidado. En 1 Timoteo 5:13 Pablo habló de la mala conducta
de algunas hermanas que eran chismosas y que se metían en los asuntos de otras
personas. No  es necesario que sepamos todos los detalles sobre la vida de los
demás ni que se los andemos contando a otros. Por ejemplo, ¿qué pasaría si el
hermano Luis no quisiera que se supieran detalles sobre su problema de salud? Hay
que respetar la privacidad de los demás. O  imagínense que, al contar la
experiencia de la hermana María, acabáramos diciendo: “Ya sabes cómo es ella,
siempre presumiendo de lo bien que le va en la predicación”. Hablar de forma
negativa de los demás podría transformarse en calumnia. Y calumniar es decir algo
falso sobre una persona con la intención de dañar su reputación.

2. Ahora vamos a analizar POR QUÉ LOS CHISMES PUEDEN ACABAR CON LA PAZ.
Imagine que usted contó un chisme sobre alguien y esa persona se enteró. ¿Qué
cara cree que tendrá cuando se la encuentre la próxima vez? Leamos juntos
Proverbios 25:23.

Proverbios 25:23 — El viento del norte trae un aguacero, y la lengua chismosa,


malas caras

Igual que en Palestina el viento del norte traía nubes negras y lluvia, el chisme trae
malas caras. Porque si la persona se entera de que usted contó un chisme de ella,
cuando se la encuentre, verá que está triste o enojada. Habrá una tormenta y la
relación se enfriará. Claro, si eso ocurre, seguramente usted se sienta mal y pida

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perdón. Pero quizás ya dañó la reputación de esa persona, y ese daño tal vez sea
muy difícil de reparar. Quizás haya escuchado este cuento judío…

“Había una vez un hombre que estuvo diciendo mentiras del sabio del
pueblo. Con el tiempo, aquel hombre chismoso se dio cuenta de que había
actuado mal y fue a pedirle perdón al sabio. Le  dijo que haría lo que fuera
necesario para corregir su error. El  sabio le pidió solo una cosa. Le  dijo al
hombre chismoso que tenía que tomar una almohada, romperla y esparcir
todas las plumas al viento. El chismoso se quedó extrañado por lo que el sabio
le pidió, pero decidió hacerlo. Luego volvió a ver al sabio. “¿Ya estoy
perdonado?”, le preguntó. “Primero tienes que ir a recoger todas las plumas”,
le respondió el sabio. “¡Eso es imposible! El viento ya las esparció por todos
lados”. Entonces el sabio dijo: “Recuperar todas esas plumas que esparciste es
igual de imposible que reparar el daño que causaste con tus palabras””.

Así es, cuando hablamos mal de alguien, ya no  hay vuelta atrás. El  daño ya está
hecho. Por eso nunca esparzamos plumas en el viento. Si  esparcimos rumores,
podríamos llegar a dañar gravemente la paz de nuestra congregación. Encontramos
un ejemplo de esto en Hechos 21:20,  21. Los ancianos de la congregación de
Jerusalén le dijeron al apóstol Pablo que algunos judíos habían esparcido el rumor
entre los cristianos de origen judío de que las enseñanzas de Pablo eran apóstatas y
de que hablaba en contra de la Ley de Moisés. Obviamente, estaban tergiversando
los hechos. Pablo nunca habló de la Ley con falta de respeto; incluso iba a las
sinagogas y usaba las Escrituras Hebreas para razonar con la gente. Esos rumores
podían hacer que algunos cristianos judíos recién convertidos pensaran que Pablo
no respetaba la manera de Jehová de hacer las cosas, y esto podría haber acabado
con la paz de la congregación.

En la siguiente ESCENIFICACIÓN, fíjese en el efecto que los chismes pueden


tener en la paz de la congregación.

[En el Salón del Reino. Jake, el esposo de Emily, propaga el chisme


sobre Clara.]

Jake: ¿Lo pueden creer? ¡Y  es una precursora! ¿Qué clase de ejemplo está
poniendo?
Mary: ¿Y Emily ha dejado de seguirla?

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Jake: Todavía no, pero yo creo que lo hará. Alan, ¿tú qué piensas?
Alan: ¿Sobre qué?
Jake: Sobre el canal de Clara en QuicPost.
Alan: ¿Hay algún problema?
Jake: Emily me dice que siempre está “Mírenme, miren mi
ropa, mi pelo, mi maquillaje”. Y hasta Celia piensa lo mismo.
Alan: Bueno, es fácil hacerse una imagen equivocada de alguien en las redes
sociales. Yo lo hice, pero luego me di cuenta de que estaba equivocado.
Harry: Sí, es cierto eso que dices.
Alan: Miren, sé que estaban hablando, pero, si tienes un minuto, ¿me podrías
ayudar con estas cajas?
Jake: Claro.

[Jake pone las cajas en el auto de Alan.]

Alan: Gracias por la ayuda.


Jake: Con gusto.
Alan: Jake, sé que lo de antes no lo estabas diciendo con mala intención, pero
me gustaría que pensaras en esto. Este texto es uno de mis favoritos.
Es  el de Proverbios 18:17 — “El primero en presentar su caso parece
tener la razón, hasta que viene la otra parte y lo interroga”.
Jake: No sé lo que quieres decir.
Alan: Aquí da la idea de que a veces solo sabemos un lado de la historia.
Y  no  deberíamos sacar ninguna conclusión hasta que hayamos
escuchado a las dos partes. Incluso después de eso, no  haríamos
comentarios negativos de los demás, porque a nosotros no nos gustaría
que nos hicieran lo mismo.
Jake: No  lo había pensado. Gracias. Voy a disculparme con Harry y Mary.
Y le diré a Emily que hable con Clara.
Alan: Buena idea.

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¿Se fijaron en lo que dijo Jake cuando el anciano, con mucho cariño, lo ayudó a
razonar en lo que dice Proverbios 18:17? Dijo: “No lo había pensado”. Así es, el
problema es que Jake no se detuvo a pensar antes de decir esas cosas feas sobre
Clara.

3. Por eso, ¿CÓMO EVITAMOS LOS CHISMES, TANTO CONTARLOS COMO


REPETIRLOS? Leamos Proverbios 15:28.

Proverbios 15:28 — El corazón del justo medita antes de responder, pero la


boca de los malvados suelta cosas malas.

Así que, antes de decir algo malo sobre alguien, tenemos que meditar. Eso
no significa que tengamos que estar mucho rato meditando, solo que pensemos un
poquito. ¿En qué podría haber pensado Jake para evitar repetir lo que su esposa
dijo sobre el video de Clara? Pudo haberse preguntado: “¿Es verdad lo que estoy a
punto de decir? ¿Es amoroso? ¿Es bueno? ¿Qué van a pensar Harry y Mary sobre
Clara si digo estas cosas negativas sobre ella?”. Otro principio que nos ayudará a
evitar el chisme es el que se conoce como la Regla de Oro, que encontramos en
Lucas 6:31. Jesús dijo:

Lucas 6:31 — También traten a los demás como les gustaría que los trataran a
ustedes.

Así que hay que mostrar empatía, hay que ponerse en el lugar de la otra persona y
preguntarse: “¿Cómo me sentiría yo si alguien dijera estas cosas sobre mí?”.

Hay una situación en la que podríamos sentirnos tentados a decir un chisme de


alguien: cuando creemos que esa persona nos trató mal. En  vez de poner en
práctica el consejo de Mateo 5:23, 24 y el del capítulo 18, versículo 15, de hablar
con la persona en privado, quizás empecemos a comentarlo con personas que
no  tienen nada que ver en el asunto. ¿Qué pasaría si hiciéramos eso y después
cuando hablamos con la persona nos damos cuenta de que todo era un
malentendido? Habríamos complicado mucho más las cosas. Pero, incluso si
tenemos la razón, hablar mal de la otra persona nunca va a mejorar la situación.

Para que se cuente un chisme, hace falta alguien que hable y alguien que escuche.
¿Está mal simplemente escuchar un chisme? Sí. Mire lo que dice Proverbios 17:4.

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Proverbios 17:4 — El malvado presta atención a las palabras hirientes y el
hombre que engaña escucha a la lengua maliciosa.

Piense en eso. Si  prestamos atención a palabras hirientes o palabras maliciosas


sobre alguien, Jehová también nos considera culpables. Si  estamos dispuestos a
escuchar, animamos al chismoso a seguir hablando. Entonces, ¿qué podemos
hacer? Sin dar a entender que nos creemos superiores, podríamos decir: “¿Por qué
no  hablamos de otra cosa?” o  “La verdad es que no  me siento muy cómodo
hablando de esto. Además, la persona no  está aquí para defenderse”. Y, si nos
damos cuenta de que un hermano o hermana siempre está contando chismes,
quizás lo que tengamos que hacer en esta situación sea limitar la cantidad de
tiempo que pasamos con esa persona. Proverbios 20:19 lo dice muy claro:

Proverbios 20:19 — […] No te juntes con los que disfrutan del chismorreo.

Así que, hermanos, hagamos todo lo posible por evitar el chisme. Si hacemos eso,
conservaremos la paz y la unidad en la congregación.

El hermano Kenneth Cook, miembro del Cuerpo Gobernante, presentará el último


discurso de esta serie, “Evitemos las cosas que destruyen la paz: La ira
descontrolada”.

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๏ Evitemos: La ira descontrolada
(Santiago 1:19)

Kenneth Cook
Miembro del Cuerpo Gobernante

Satanás es el principal destructor de la paz. La Biblia nos explica


que él está “lleno de furia”. Su ira es descontrolada y también es perversa. ¿Querría
algún siervo de Dios en su sano juicio reflejar la despiadada ira de Satanás? Por
supuesto que no. Por eso, todos los siervos de Jehová estamos decididos a evitar la
ira descontrolada. Pero ¿y si no  es descontrolada? ¿Está siempre mal sentir ira?
La Biblia no dice que siempre esté mal sentir ira; lo que dice que está mal es que la
ira sea descontrolada o injustificada. En Efesios 4:26, la Biblia nos dice:

Efesios 4:26 — Cuando se enojen, no pequen […].

1. En ocasiones, LA IRA es un sentimiento muy fuerte de enojo o indignación que


tenemos cuando sentimos que algo es injusto o algo es incorrecto. Esto en sí
mismo no es malo. Lo que está mal es que sintamos tanta ira que no podamos
controlarla y demos rienda suelta a nuestras emociones. Si  eso ocurre, puede
que terminemos haciendo o diciendo algo sin pensar.

Las personas que tienen arrebatos de ira con frecuencia no obtendrán la salvación.
En Gálatas 5:20 se incluyen los “arrebatos de ira” entre “las obras de la carne” que
impedirían a una persona heredar el Reino de Dios. En el nuevo mundo no habrá
lugar para personas así.

2. Para entender por qué la ira descontrolada es tan grave, veamos CÓMO esta
PUEDE ACABAR CON NUESTRA PAZ Y LA DE LOS DEMÁS. Si  no  controlamos
nuestra ira, nos hacemos daño a nosotros mismos y también a los que nos
rodean.

En Proverbios 29:22 leemos que la persona propensa a la ira “provoca conflictos”


y “comete muchas ofensas”. Una de estas ofensas es hacer comentarios hirientes.
Debemos controlarnos cuando hablamos con compañeros de trabajo, con las
personas a las que predicamos, con los hermanos y hermanas de nuestra
congregación y con los miembros de nuestra familia. Debemos controlar las

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emociones negativas. Los insultos, las burlas, las faltas de respeto y los arrebatos de
ira están mal. Dar rienda suelta a las emociones negativas puede destruir la amistad
que tenemos con otras personas y nuestra amistad con Jehová. No  seamos como
un volcán que no deja de echar lava. Igual que un volcán en erupción hace mucho
daño a quienes viven a su alrededor, una persona que no es capaz de controlar su
ira hace mucho daño a quienes la rodean. Pero también se hace daño a sí misma.
¿De qué manera? Al  expresar nuestra ira, lo más probable es que nos
enfurezcamos aún más. Así que la ira descontrolada también afecta nuestra propia
paz. Puede llevarnos a hacer algo de lo que después nos arrepintamos. Incluso
puede ser mala para nuestra salud. Estudios médicos muestran que no controlar la
ira puede subir la presión arterial y causar problemas respiratorios. Puede dañar el
hígado y el páncreas, y también puede hacer que tengamos problemas digestivos.
Cuando una persona se enoja, no  siempre piensa con claridad. Y  después de un
arranque de ira puede pasar por periodos depresivos. Con razón en Proverbios
14:30 leemos que “un corazón calmado es vida para el cuerpo”.

Las desastrosas consecuencias de la ira descontrolada se ven claramente en el


relato bíblico sobre lo que les pasó a Simeón y a Leví, dos de los hijos del patriarca
Jacob. Fíjense en cómo reaccionaron cuando un hombre llamado Siquem violó a
su hermana Dina. En Génesis 34:7 dice que “estaban ofendidos y muy enojados”.
Tenían buenas razones para enojarse, pero dieron rienda suelta a su ira.
No supieron controlarla. Simeón y Leví se vengaron de Siquem. Le tendieron una
trampa y terminaron matando a todos los hombres de su ciudad. Después, junto
con el resto de sus hermanos, saquearon la ciudad y se llevaron cautivos a los
niños y a las mujeres. Aunque lo que sufrió Dina seguro que entristeció mucho a
Jacob, él condenó enérgicamente la ira descontrolada de sus hijos. A pesar de que
Simeón y Leví intentaron justificarse, sufrieron las consecuencias. A  Jehová
también le desagradó mucho lo que hicieron, y por eso, más tarde, Jacob predijo
que los descendientes de Simeón y Leví serían esparcidos entre las tribus de Israel.
Por no  controlar su ira, perdieron el favor de Jehová y también el de su padre,
Jacob. Sigamos prestando atención a relatos de la Biblia como este y esforcémonos
por evitar la ira descontrolada y todo el daño que esta produce.

En la siguiente ESCENIFICACIÓN, fíjese en lo que podría hacer que una persona
se dejara llevar por la ira.

[Clara maquillándose en el carro. Recibe una llamada de la abuela…]

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Clara: ¿Abuela? | Abuela: Cariño, no olvides los huevos.
Clara: No, no te preocupes. | Abuela: ¿Seguro, cielo?
Clara: No, no se me olvida. | Abuela: Muchísimas gracias.
Clara: Okey. Te quiero, chao.

[A Clara se le cae el teléfono al salir del carro y se le rompe la pantalla. Mientras lo


recoge en la cerca Emily…]

Clara: ¡Oh, no!


Emily: ¡Hey, Clara, al fin te veo! ¿Tienes un
minuto?
Clara: Hola, Emily. ¿Podemos hablar más tarde?
He tenido una mañana horrible.
Emily: Mira, hace días que quiero hablar contigo,
pero estás tan ocupada… Es que tengo que decirte algo.
Clara: Okey, ¿qué pasa?
Emily: Es que me preocupa lo que has estado poniendo en QuicPost.
Clara: Y… ¿por qué?
Emily: ¿Tú crees que algo así es propio de una precursora?
Clara: ¿Qué? ¿De qué estás hablando?
Emily: Los hermanos podrían pensar que presumes.
Clara: ¿Los hermanos? ¿Quiénes? ¡Es mi negocio!, ¡tengo que mostrar lo que
vendo!
Emily: Lo  sé, lo entiendo. Es  que podrían pensar que estás llamando
demasiado la atención.
Clara: Pero ¿quién pensaría eso? ¿Tú?
Emily: No, no soy solo yo. Celia dice lo mismo.
Clara: ¡¿Hablaste con Celia de esto?!
Emily: Mira, no quería molestarte. Jake me dijo que hablara contigo de esto.
Clara: ¡Jake! Así que todo el mundo piensa que lo que hago no es apropiado.
Emily: Todo el mundo no, Clara. No es eso lo que estoy diciendo.

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Clara: ¡Tú eres una…! [Se desata la ira descontrolada] ¡No puedo creerlo!
¿Con quién más hablaste? ¡¡Es que eres una chismosa!!
Emily: No estoy chismeando…
Clara: ¿Cómo que no?
Emily: Yo solo intentaba ayudarte. Y deberías escucharme, Clara.
Clara: ¡Me tienes envidia!
Emily: Pero ¿quieres escucharme?
Clara: Ah, sí, escuchar esto. [Clara se marcha del estacionamiento.]
Emily: Pero espera.
Clara: [Al pasar ve a Celia…] No me lo esperaba de ti.
Celia: Clara, ¿por qué me dices eso?
Clara: [Super enojada…] Por lo que dijiste de
mi canal. ¿Estás tan sola que no  tienes
nada mejor que hacer?
Emily: Clara, ¡espera, por favor!

[Celia queda desconcertada. Emily mira sorprendida en como acabo la situación]

¿Los dejó tensos este video? Si  es así ya saben lo que puede pasar cuando no  se
controla la ira. Ya hemos explicado lo que es la ira descontrolada y también hemos
visto sus consecuencias. La siguiente pregunta es:

3. ¿CÓMO PODEMOS EVITAR LA IRA DESCONTROLADA? Primero tenemos que


ser conscientes de lo peligroso que es no controlar la ira. Proverbios 25:28
dice:

Proverbios 25:28 — Como una ciudad invadida que no tiene muralla, así es el
hombre que no controla su genio.

En la antigüedad, las ciudades necesitaban murallas fuertes porque sin ellas podían
ser invadidas muy fácilmente. Eso mismo les pasa a los que no controlan su genio.
Cuando alguien pierde el control se vuelve vulnerable, y es más fácil que lo

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invadan los malos pensamientos. Esos pensamientos le pueden hacer daño a él y a
los demás. Como vemos, no  controlar la ira causa muchos problemas. Pero,
además de reconocer los peligros, cuando nos enojemos, debemos detenernos y
controlar la ira antes de hacer algo de lo que luego nos arrepintamos. Lo  que
podemos hacer en esos momentos es recordar lo que les pasó a Simeón y a Leví.
También podemos recordar lo que les pasó a las hermanas de la escenificación que
acabamos de ver. Si lo piensan, en cada caso, detenerse antes de dejarse llevar por
la ira les habría ahorrado mucho dolor, ¿verdad? Por eso encontramos este consejo
en Proverbios 17:14.

Proverbios 17:14 — […] Antes de que estalle la discusión, vete de allí.

Con estas palabras en mente, preguntémonos: “¿Suelo sacar conclusiones


rápidamente sin tener toda la información? Si hago eso, ¿seré capaz de irme si en
cierta situación veo que voy a perder el control?”. El consejo que nos da Jehová en
Santiago 1:19 nos ayudará mucho. Pero, claro, esto solo funcionará si nos
esforzamos de verdad por ponerlo en práctica. Leámoslo, entonces. Este texto nos
dice algunas cosas que podemos hacer para evitar la ira descontrolada. Dice:

Santiago 1:19 — Quiero que sepan, mis queridos hermanos, que todos deben
ser rápidos para escuchar, pero lentos para hablar y lentos para la ira.

Si  le pedimos a Jehová que nos ayude a hacer estas cosas, a ser rápidos para
escuchar, lentos para hablar y lentos para la ira, él seguro que nos responderá.
Nos ayudará a ver el cuadro completo del asunto y a ser comprensivos. Así
podremos evitar la ira descontrolada. Pero una advertencia: para que logremos
evitar la ira, debemos elegir muy bien a nuestros amigos. Toda la ayuda que nos da
Jehová y todos los esfuerzos que hacemos no  servirán de nada si los amigos que
tenemos son arrogantes, testarudos o se enojan con mucha facilidad. Por eso,
Proverbios 22:25 dice que no aprendamos a andar por los caminos de las personas
que tienen tendencia a la furia.

Bueno, hemos disfrutado de otra serie de discursos que nos ayudará a mantenernos
despiertos, a tener una buena conducta y a librarnos del castigo que muy pronto
recibirá este mundo malvado. Como hemos visto en estos discursos, debemos
esforzarnos mucho por evitar las cosas que destruyen la paz, como presumir de lo
que no  debemos, la envidia, la falta de honradez, el chisme y, por último, la ira
descontrolada. Si  nos cuesta poner en práctica alguna de las sugerencias para
fomentar la paz que hemos visto hoy, pidámosle a Jehová que nos ayude a cambiar

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y esforcémonos por hacerlo. Si nos esforzamos de corazón por buscar la paz con
nuestros hermanos, demostraremos que estamos esperando con muchas ganas que
llegue “el día de Jehová” y el nuevo mundo que él ha prometido. Los esfuerzos que
hagamos tendrán un efecto positivo en nosotros y harán que Jehová se sienta muy
feliz. Entonces, nuestro misericordioso Dios nos considerará, como dice en su
Palabra, la Biblia, “sin mancha, sin defectos y en paz”, en paz con él y con todos
nuestros hermanos.

Gracias, hermanos, por ayudarnos a fortalecer nuestra unidad.

Desde la rebelión en Edén, la mayoría de los seres humanos no han


tenido paz. Aun así, Jehová les concede su paz a quienes confían
en él. ¿Cómo lo hizo en el pasado y por qué fortalece esto nuestra
fe? Los invitamos a ver la parte 1 del documental Jehová nos guía por el camino de
la paz.

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PRODUCCIÓN AUDIOVISUAL:

Jehová nos guía por el camino de la paz


— Parte I —
(Isaías 48:17, 18)

Kofi Annan (Exsecretario general de las Naciones Unidas): Debemos


buscar la paz, por encima de todo.
John F. Kennedy (Expresidente de Estados Unidos): Nuestro ejército
está comprometido con la paz.
Indira Gandhi (Ex primera ministra de la India): Queremos la paz.
Richard Nixon (Expresidente de Estados Unidos): Deseamos la paz
y oramos por ella.
Menachem Begin (Ex primer ministro de Israel): Anhelamos la paz,
oramos por la paz.

Durante miles de años, los humanos han


tratado de lograr la paz: la
CLIVE MARTIN paz interior, la paz en la
Ayudante del Comité familia y la paz para toda
de Redacción
la humanidad.

George W. Bush (Expresidente de Estados Unidos): Tenemos que sentar las bases
para la paz ahora. Queremos que nuestros hijos y nuestros nietos vivan en un
mundo pacífico.

Barack Obama (Expresidente de Estados Unidos): Este es el futuro que queremos:


oportunidades y seguridad para nuestras familias, mejores condiciones de vida y un
planeta para nuestros hijos que sea sostenible y pacífico. Todo eso está a nuestro
alcance.

Pero, por más que lo han intentado, los humanos


CLIVE MARTIN no han conseguido la paz. Durante miles de años, los
Ayudante del Comité
de Redacción gobernantes se han esforzado por conseguir la paz
mediante tratados, resoluciones, acuerdos y, aunque

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parezca contradictorio, guerras. La paz ahora es más frágil que nunca. Los intentos
por conseguir la paz han fracasado, una y otra vez.

Y  esto no  nos extraña en absoluto. Jeremías


10:23 nos dice que al hombre no  le WILLIAM MALENFANT
Ayudante del
corresponde “dirigir sus pasos”. Los humanos Comité de Enseñanzas
no fueron creados para gobernarse a sí mismos.

La  buena salud, la seguridad, el bienestar en


LEONARD MYERS
Ayudante del Comité
general, es cada vez más difícil de conseguir a
de Redacción medida que nos adentramos en lo que la Biblia
llama “los últimos días”.

Mientras gobiernen los seres humanos, siempre habrá DAVID SCHAFER


Ayudante del Comité
conflictos. de Enseñanza

Es cierto que los humanos no pueden lograr por sí


KENNETH FODIN
Ayudante del Comité
mismos la paz mundial. Pero quienes están cerca
de Enseñanza de Dios pueden tener paz mental ahora mismo.
Isaías 48:17, 18 dice:

Isaías 48:17, 18 — […] “Yo, Jehová, soy tu Dios, el que te enseña por tu propio
bien, el que te guía por el camino en que debes andar. 18 ¡Si tan solo prestaras
atención a mis mandamientos! Entonces, tu paz llegaría a ser igual que un río.

Solo Jehová tiene la capacidad de hacer que los


humanos tengan una paz real, duradera. Él ha MARK NOUMAIR
Ayudante del Comité
prometido que esto se cumplirá, y mientras tanto de Enseñanza
nos proporciona lo necesario para que podamos
disfrutar de paz ahora. ¿Cómo lo hace? Dándonos
la paz de Dios, que está más allá de lo que podemos entender.

Esta no  es la primera vez que nuestra paz se ve


amenazada. La  Palabra de Dios está llena de relatos en
JEHOVÁ los que los gobernantes amenazaron la paz de siervos
NOS GUÍA POR EL CAMINO
fieles. Al  estudiar esas historias y meditar en ellas,
DE LA PAZ podemos extraer lecciones que nos ayudan a confiar en
Jehová mientras él nos guía por el camino de la paz.

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Estos relatos bíblicos nos ayudan a entender que
KENNETH FODIN Jehová traerá la paz por medio de su Reino, y eso
Ayudante del Comité nos da confianza. Sabemos que su propósito se
de Enseñanza
cumplirá, y que él siempre nos apoyará y nos
guiará.

Uno de los profetas de Jehová que experimentó esto en carne


propia fue JONÁS. Jonás vivió en el siglo noveno antes de
nuestra era. Jehová le pidió a este profeta que fuera a Nínive,
una ciudad del Imperio asirio. Jonás sabía cómo era Nínive, por
eso se sintió muy asustado, atemorizado. Los guerreros asirios eran muy violentos.
Y a Nínive se la conocía como la ciudad que derrama sangre.

Así que podemos entender que a Jonás le diera miedo


CLIVE MARTIN
Ayudante del Comité
cuando Jehová le ordenó que le llevara un mensaje
de Redacción de condena a esta
imponente ciudad y
sus habitantes paganos. Jonás lo que
quería era paz. Así que decidió irse lejos de Nínive y
se subió a un barco que se dirigía a Tarsis. Tarsis suele asociarse con lo que hoy día
conocemos como España. Así que Jonás se fue en dirección contraria a Nínive.
Pero lo que menos encontró fue paz.

Marineros: ¡Miren! Por los dioses. ¡Alcen la vela!

ROBERT LUCCIONI Desde luego, esta tormenta no era


Ayudante del Comité normal. Era tan fuerte que el barco
de Publicación
estaba a punto de partirse en dos.

Marineros: Capitán, ¡está entrando mucha agua! ¡Viene de los


dioses! ¡Baal! ¡Esmun!

Los marineros llamaban a sus dioses. Pero Jonás sabía de dónde venía la tormenta.
Así que reconoció que lo que pasaba era culpa suya.

Jonas: Láncenme, láncenme por la borda, así el mar


se irá calmando, porque sé que es por mi culpa que
ha comenzado esta tormenta.

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Jonás tuvo que tener mucho valor para pedir que lo tiraran del barco. Él no sabía si
Jehová lo iba a salvar o no. Pero no quería que otros murieran por su culpa. Jehová
fue compasivo con él, y le salvó la vida.

Jonas: ¡Estoy vivo! ¿Qué me va a pasar ahora?

MARK NOUMAIR Cuando se le encargó algo que era difícil, Jonás


Ayudante del Comité decidió huir de Jehová e irse a Tarsis. Seguro que la
de Enseñanza
conciencia le molestaba y se arrepentía de su
decisión. Había intentado hacer las cosas a su
manera, encontrar su propia paz. ¿Adónde lo llevó eso? Al vientre de un pez. Y allí,
desesperado, le pidió ayuda a Jehová.

Jonas: Oh, Jehová, desde el vientre de la Tumba, te


suplico que me ayudes. Por favor, oye mi voz. Los
votos que te hecho, te los pagaré.

Jonás pudo haber pensado que aquí acababa su labor como


profeta. Después de todo, había desobedecido a Jehová. Así
que seguro que se sorprendió cuando escuchó la voz de
Dios por segunda vez.

Jehová: ¡Jonás! Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y


proclama contra ella lo que yo te diga.
Jonas: Sí. Sí. Gracias.

Al principio, Jonás confió en sí mismo y no tuvo en


ROBERT LUCCIONI
Ayudante del Comité cuenta que Jehová lo iba a proteger de los
de Publicación violentos asirios. Pero, cuando se le dio una
segunda oportunidad, ¿qué hizo? Dejó de lado
todos sus miedos y buscó la protección de Jehová.

Jonas: ¡En cuarenta días más, Nínive va a ser derribada! Jehová,


el Dios vivo, lo ha dicho. La  ciudad será destruida.
Nínive va a ser derribada. ¡Dios va a derribar
Nínive! Jehová lo ha dicho.

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Finalmente, hasta el rey se arrepintió y ordenó que todos los
ninivitas hicieran lo mismo. Jonás aprendió una lección muy
valiosa de todo esto. Cuando él decidió irse lejos de Nínive,
estaba confiando en sí mismo en vez de confiar en Jehová.

Niño: ¿Eres Jonás? | Jonas: Ajá.


Niño: Mami dice que nos salvaste.
Jonas: No, Jehová los salvó. Yo solo… solo era el mensajero.

Jonás aprendió que Jehová siempre protege a los que confían en él y lo obedecen.
Si  Jehová nos pide que hagamos algo, si él me pide que haga algo yo, si nos da
instrucciones, podemos estar seguros de que nos va a ayudar. La historia de Jonás
nos lo garantiza.

Aunque los ninivitas se


MARK NOUMAIR
Ayudante del Comité
arrepintieron, y Jehová
de Enseñanza los perdonó, más tarde
los habitantes de Asiria
volvieron a actuar con maldad. Unos 100  años después del mensaje
de Jonás, el rey Senaquerib de Asiria atacó con su ejército las ciudades de Judá.
Y sitió Jerusalén, la ciudad que más le interesaba.

LEONARD MYERS El rey EZEQUÍAS de Judá fue


Ayudante del Comité muy buen rey. “Él se aferró a
de Redacción
Jehová”. Desde el principio
de su reinado, defendió la
adoración verdadera no  solo en Judá, sino en todo Israel. Ezequías había hecho
mucho a favor de la adoración pura. Pero ahora se enfrentaba a otro problema:
Senaquerib y su ejército venían contra Jerusalén. Ezequías aceptó pagarle un
tributo a Senaquerib para conseguir la paz. Pero el ejército
de Senaquerib siguió adelante con sus conquistas, y sitiaron
la ciudad amurallada de Lakís. Desde allí, Senaquerib envió
a parte de su ejército y a algunos jefes militares a Jerusalén
para convencer a Ezequías de que se rindiera. El  portavoz
del grupo fue el rabsaqué, que hablaba bien hebreo. Este hombre se puso a gritar
burlándose de Ezequías y desafiando a Jehová. Decía que Jehová no  era nadie al
lado de Senaquerib.

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¿Cómo se sentirían los soldados de Ezequías
RONALD CURZAN
Ayudante del Comité
El ejército de Senaquerib estaba en pie de guerra,
de Enseñanzas conquistando una ciudad tras otra. Para Ezequías,
este era un momento crítico. Tenía que decidir si
confiaría en él mismo o si confiaría en Jehová.

Ezequías: Hermanos, debemos recordar que Jehová es capaz de salvarnos como


lo hizo en el pasado.—La Palabra de Dios…
Sebná: ¡Rey Ezequías!… ¿aún no  ves la realidad?… ¡No hay escape!… Los
asirios están a las puertas, ¿y sigues creyendo que no va a pasar nada? Vas a
destruir lo que tanto quieres proteger: el templo,
Jerusalén, nuestras vidas.
Ezequías: Sebná, no niego que estamos en peligro.
También me aterra. Si  Jehová deja que Jerusalén
caiga, que así sea. Pero ¿por qué entregar lo que es de Jehová?

Como Ezequías era un hombre de fe, confió en la capacidad de Jehová de salvar a


su pueblo, a pesar de que Senaquerib seguía acercándose a Jerusalén.

Senaquerib: Me  da curiosidad ese “rey” tuyo. ¿Quién cree él que


vendrá a protegerlo de mí? Jehová, tu Dios... ¡es débil! Se arrastrará
ante mi dios Asur.

WILLIAM MALENFANT Ezequías estaba decidido a confiar en Jehová.


Ayudante del Esta decisión requería muchísima fe de su parte,
Comité de Enseñanzas
porque nada menos que
185.000 soldados asirios se
estaban acercando a Jerusalén. Aunque el ataque parecía
inminente, Ezequías no  confió en sí mismo. Más bien, siguió
acudiendo a Jehová como la fuente de verdadera paz. Y, una
vez más, Jehová demostró lo insignificantes que son los
gobernantes humanos en comparación con él.

Ezequías aprendió que, hasta cuando parece que


RONALD CURZAN
Ayudante del Comité
no hay salida, para Jehová todo es posible. Este rey
de Enseñanzas confió en Jehová, y él le dio la victoria. Esta es una
buena lección para nosotros, ahora y en el futuro.

Página 191 de 245


Puede haber situaciones en las que parece que
LEONARD MYERS
Ayudante del Comité no  hay salida. Pero no  lo olvidemos: Jehová es
de Redacción todopoderoso. Él está guiando a su pueblo, y
podemos seguir su guía con total confianza. En  el
Armagedón, Jehová protegerá a los que confían en él.

WILLIAM MALENFANT La  ciudad de Jerusalén se libró de este ataque.


Ayudante del
Comité de Enseñanzas Pero la paz no duró mucho.

MANASÉS, el hijo de Ezequías, hizo


DAVID SCHAFER
Ayudante del Comité
lo que estaba mal a los ojos de
de Enseñanza Jehová. Promovió la adoración a Baal
y él mismo hizo cosas horribles.
Hasta metió la imagen tallada de un dios falso dentro
del templo de Jehová. Estamos hablando de un rey que tenía la obligación de
proteger al pueblo de la idolatría pero que estaba haciendo justo lo contrario.
Construyó altares a dioses falsos, y llegó hasta el punto de sacrificar a sus propios
hijos a esos dioses quemándolos en el fuego. Ezequías se había esforzado mucho
para que la nación estuviera en paz con Dios. Y  ahora los actos de su hijo la
echaron a perder. Jehová castigó a Manasés severamente. Permitió que el rey de
Asiria se lo llevara como prisionero a Babilonia. Mientras
estaba allí, Manasés terminó arrepintiéndose. Se  humilló y se
mantuvo fiel hasta el final de su vida.

Josías este niño: ¡Abuelo!

Podemos imaginárnoslo enseñándole a su nieto Josías la importancia de ser fiel a


Jehová.
Manasés: Escúchame. Jehová es santo, y debes servirle
como a él le gusta. Los otros dioses no tienen poder.

A pesar de todo esto, la gente seguía pensando que podía adorar a Jehová y a Baal
al mismo tiempo. Así que, cuando Josías ya era rey, comenzó una campaña contra
la idolatría.

Israelita tratando de comprar un ídolo: Están muy caras.

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Vendedora: Ese es su precio.
Rey Josías: ¡Empiecen aquí!
Vendedora: ¡No!
Rey Josías: Esto es lo que haremos con todos los dioses
falsos.

Josías destruyó los altares para


KENNETH FODIN la adoración falsa, los postes
Ayudante del Comité
de Enseñanza
sagrados y las imágenes. Estaba
resuelto a acabar con la idolatría. Pero tuvo que ser
muy valiente para defender la adoración pura,
porque en aquel tiempo muy pocos lo hacían. Sin duda fue una tarea difícil, y
puede que a veces incluso dudara de estar haciendo lo correcto. Es  posible que
Jehová lo animara mediante el profeta Jeremías.

Jeremías: Esto es lo que Jehová dice: “¡Mira! ¡Le nacerá un


hijo llamado Josías a la casa de David! Él sacrificará sobre ti
a los sacerdotes de los lugares altos que hacen humo de
sacrificio sobre ti, y quemará huesos humanos sobre ti”.

Aquella profecía, que se hizo unos 300 años antes,


MARK NOUMAIR
Ayudante del Comité
confirmaba que Josías era aquel que eliminaría la
de Enseñanza religión falsa. Puede que
aquello motivara a Josías y le
diera aún más valor para seguir con su campaña,
que ahora incluía también la reparación del templo. Lo  que
hizo Josías ayudó al pueblo a adorar de nuevo a Jehová y a vivir
en condiciones pacíficas. Josías se esforzó mucho por restaurar la adoración pura y
por eso lo queremos. Pero el pueblo seguía adorando a dioses falsos, así que
Jehová tuvo que castigarlos. Jeremías profetizó que los babilonios conquistarían
Judá.

Jeremías: Toda esta tierra se convertirá en ruinas. Y  sus


habitantes tendrán que servir al rey de Babilonia por
70 años.

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Puede que el propio DANIEL escuchara a Jeremías
ROBERT LUCCIONI
Ayudante del Comité decir estas palabras, y vio cómo se cumplieron
de Publicación cuando su familia y él fueron
desterrados a Babilonia. Tuvo
que haber sido muy duro para él. Daniel era un
joven príncipe judío que había sido arrancado de su país y
separado de su familia. Se  le eligió para recibir una
educación especial en la corte del rey Nabucodonosor, y eso fue otro desafío para
él. La cultura de los babilonios era muy diferente, y sus costumbres iban en contra
de la ley de Jehová. Daniel estaba decidido a no contaminarse con los alimentos
que Jehová no aprobaba. Jehová bendijo la lealtad inquebrantable de Daniel, y él
llegó a ser uno de los sabios del rey Nabucodonosor.

Nabucodonosor era un rey guerrero que quería


CLIVE MARTIN
Ayudante del Comité
formar un gran imperio. Después de llegar al trono,
de Redacción en el 624 antes de nuestra era, Nabucodonosor
conquistó muchos territorios.
Babilonia se convirtió en un importante centro de
comercio. Nabucodonosor llevó a cabo grandes proyectos
de construcción que hicieron que la ciudad pareciera
impenetrable. Imagine la seguridad que sentían los
habitantes de Babilonia protegidos por las murallas de
aquella ciudad. Nabucodonosor les atribuía a sus dioses
falsos toda aquella prosperidad y seguridad. El  más
importante de aquellos dioses era Marduk, el dios de la guerra. Pero aquellos
dioses falsos y sus sacerdotes no  servirían para nada. Una noche, el rey
Nabucodonosor tuvo un sueño muy extraño.

Nabucodonosor: ¡Llamen a los sabios!


Sabios: ¡Oh, rey, vive eternamente! Cuéntales el sueño a tus siervos. Y  te
diremos su interpretación.
Nabucodonosor: ¡No! Si  no  me revelan el sueño y su interpretación, serán
desmembrados y sus casas se convertirán en letrinas públicas.
Sabios: No  hay ningún hombre en la Tierra capaz de hacer lo que pide el rey.
Lo  que el rey pide es difícil. Y  no  hay nadie que pueda revelarle eso al rey
salvo… salvo los dioses.
Nabucodonosor: ¡Detenlos ¡Mátenlos!

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Daniel: Jérah | Jérah: ¡Estás en peligro!
Daniel: ¿Qué? ¿Qué pasó?
Jérah: No  lo escuché todo. Pero los sabios enfurecieron al rey, y ordenó
ejecutarlos a todos.
Daniel: Busca a Ananías, a Misael y a Azarías. Tráelos. Veré qué averiguo.

Esta orden de ejecutar a todos los sabios incluía a


DAVID SCHAFER
Ayudante del Comité Daniel y sus compañeros. Pongámonos en el lugar de
de Enseñanza Daniel por un momento: un joven, en un país
extranjero, sirviendo en la corte de uno de los
hombres más poderosos y violentos del planeta. Y  este hombre está
pidiendo nada más y nada menos que alguien le lea la mente: “Díganme el sueño
y su interpretación”.

Daniel: Oh, rey. Las interpretaciones vienen de mi Dios, Jehová. Él sabe qué
soñaste y lo que significa.
Nabucodonosor: ¿Y dónde está tu Dios? ¿Dónde?
Daniel: Yo creo que él… Yo sé que él me revelará tu
sueño. Por favor, dame tiempo.

Hasta ahora, Daniel no ha hecho nada así. Jehová


MARK NOUMAIR
Ayudante del Comité
no  le ha revelado la interpretación de ningún
de Enseñanza sueño todavía. Está actuando por fe, una fe que ha
desarrollado estudiando los libros sagrados de su
tiempo. Estos libros probablemente incluían los escritos inspirados de
Moisés, David, Salomón, Isaías, Jeremías y otros profetas. Podemos imaginarnos a
Daniel estudiando con cuidado aquellos rollos, abriéndole su corazón a Jehová,
suplicándole que le diera sabiduría y entendimiento. Le encantaba hacer eso. Está
claro que, a medida que iba estudiando estos relatos, su fe se
fortalecía y se sentía cada vez más unido a Jehová. Aunque
Daniel no tenía ni idea de lo que había soñado el rey, estaba
convencido de que Jehová le revelaría el sueño y su
interpretación, y le salvaría la vida.

LEONARD MYERS ¿Sabemos exactamente qué relatos tenía Daniel


Ayudante del Comité disponibles en su tiempo? No podemos saberlo con
de Redacción seguridad. Pero sí sabemos que tenía acceso a “los

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libros”. Él cita de las profecías de Jeremías. Daniel pudo ver que Jehová había
bendecido a hombres fieles en el pasado. Cuando le pidió a Nabucodonosor que
le diera tiempo, no fue porque tuviera miedo a morir, así le daba la oportunidad a
Jehová de recompensar su fe revelándole el sueño.

WILLIAM MALENFANT Daniel muestra mucho equilibrio aquí. Aunque


Ayudante del él confía en que Jehová le va a revelar el sueño,
Comité de Enseñanzas no  se queda de brazos cruzados esperando a
que Jehová actúe. Hizo lo que cualquier siervo
fiel de Dios hubiera hecho: rogarle a Jehová que lo ayudara.

Daniel: Jehová, sé que no nos trajiste aquí para morir. ¿Qué


diría la gente? Les dijimos que tú eres el Dios de los cielos,
el único que puede revelar secretos. Por favor, defiende tu
nombre. — [La visión le es revelada Daniel].
[En la corte del rey] — Encontré a un hombre entre los desterrados de Judá que
puede revelarle la interpretación al rey.
Nabucodonosor: Ya  sé quién es. ¿De veras puedes
revelarme el sueño que vi y su interpretación?
Daniel: Hay un Dios en los cielos que revela los secretos.
Y  él le ha anunciado al rey Nabucodonosor lo que va a
suceder en la parte final de los días. Este es tu sueño: Viste una estatua enorme.
Esa estatua estaba de pie enfrente de ti. Tú mismo eres la cabeza de oro. Pero
después de ti surgirá otro reino inferior a ti. Luego surgirá un tercer reino, uno de
cobre, que gobernará toda la Tierra. El cuarto reino será fuerte como el hierro.
El reino estará dividido. Y, como los dedos de los pies eran en parte de hierro y
en parte de barro, del mismo modo el reino será en parte fuerte y en parte frágil.

Daniel necesitó muchísima fe y valor para hacer


MARK NOUMAIR aquello. Puede que también amenacen nuestra
Ayudante del Comité
de Enseñanza paz, y que incluso nuestra vida esté en peligro.
En  esos momentos, podemos abrirle nuestro
corazón a Jehová, rogarle que nos ayude, y confiar
en que él nos apoyará.

ROBERT LUCCIONI
Como en el caso de Daniel y de Jonás, a nosotros
Ayudante del Comité también se nos ha dado la tarea de proclamar un
de Publicación mensaje. Y  tenemos que ser valientes para hablar

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de lo que Jehová les hará a aquellos que no  reconocen su derecho a gobernar.
Estos dos profetas son claros ejemplos de que Jehová apoya a los que confían en él.

DAVID SCHAFER Jehová estará con nosotros siempre que confiemos en


Ayudante del Comité él. Cuando nos enfrentemos a problemas que
de Enseñanza
parezcan imposibles de superar, como le pasó a
Ezequías, tenemos la posibilidad de acceder a la
fuerza más poderosa que existe.

A medida que el fin se acerque, nos enfrentaremos


RONALD CURZAN
Ayudante del Comité
a situaciones en las que habrá que ser valientes y
de Enseñanzas que amenazarán nuestra paz. Tendremos que
defender la adoración pura, como Josías, y eso
no les gustará a muchos. Pero, con Jehová de nuestro lado, podremos
afrontar esos momentos con confianza. Él es todopoderoso, y contamos con su
ayuda.

WILLIAM MALENFANT Y  aquí viene lo más interesante: algunas de las


Ayudante del profecías que Daniel escribió no solo tenían que
Comité de Enseñanzas ver con el futuro del Imperio babilónico, sino
que también se relacionan con sucesos
mundiales de nuestros días y del futuro. Y estas profecías se están cumpliendo justo
delante de nuestros ojos.

¡Qué video tan impresionante! Hasta cuando amenazan nuestra paz


debemos recordar cómo se relaciona nuestra lealtad con el
propósito de Jehová. Así podremos aguantar con alegría. Ya estamos
deseando ver la parte 2 de este interesante video. Será en la última
sesión de la asamblea. Ahora cantemos la canción 130, titulada
Aprendamos a perdonar.

3:15 Canción 130: Aprendamos a perdonar y anuncios

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Después de ver la asamblea regional del 2020 en su idioma, el


chichewa, Lisa, una hermana de Malaui de 16 años, dijo: “Con esta
asamblea vi que Jehová está cumpliendo su promesa de Hebreos
13:5: “Nunca te dejaré y jamás te abandonaré”. Otros también
han expresado su agradecimiento después de ver la asamblea en
su propio idioma. Muchos han enviado sus donativos a través de donate.jw.org y
de otros medios. ¡Gracias! Su generosidad permite que se traduzca este programa a
tantos idiomas.

Hace un rato vimos cinco cosas que destruyen la paz y que debemos evitar. Pero
¿qué podemos hacer si ya perdimos la paz? ¿Podemos recuperarla? Y, si es así,
¿cómo? Los invitamos a escuchar con mucha atención la siguiente serie de cuatro
discursos. El  hermano John Ekrann, ayudante del Comité de Coordinadores,
comenzará con el discurso “ ‘Busque la paz y vaya tras ella’:
No se ofenda fácilmente”.

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SERIE DE DISCURSOS:

“Busque la paz y vaya tras ella”

๏ No se ofenda fácilmente


(Proverbios 19:11; Eclesiastés 7:9; 1 Pedro 3:11)

John Ekrann
Ayudante del Comité de Coordinadores

El título de esta serie de cuatro discursos es “Busque la paz y vaya


tras ella”. Está basado en 1 Pedro 3:11. Leámoslo juntos.

1 Pedro 3:11 — “Que se aparte de lo que está mal y que haga lo que está bien;
que busque la paz y vaya tras ella”.

Así que tenemos que ir tras la paz, y hacer eso requiere esfuerzo. ¿Les ha pasado
alguna vez que tenían un trozo de papel en la mano y se lo llevó el viento? Y,
cuando ya casi lo alcanzaban, se volaba de nuevo una y otra vez. Puede que
tengamos que esforzarnos mucho para recuperar el papel. Solo por quedarnos ahí
parados mirando cómo se va volando el papel no vamos a hacer que vuelva. Pues
la paz puede ser como ese papel. De  repente, puede salir volando, y entonces
tenemos que ir tras ella o perseguirla para recuperarla. En esta serie de discursos,
veremos cuatro maneras de buscar la paz: no ofendiéndonos fácilmente, pidiendo
disculpas, estando dispuestos a perdonar y, por último, siendo prudentes al hablar.

Veamos la primera forma de ir tras la paz: no ofendiéndonos fácilmente.

Como somos imperfectos, es fácil juzgar mal a otros y ofendernos con facilidad.
Fíjense que dijimos “con facilidad”. Esto es importante. Tenemos que evitar sacar
conclusiones precipitadas sin tener todos los hechos. Incluso siervos fieles del
pasado se ofendieron con facilidad. ¿Recuerdan cuando Jesús y sus apóstoles
buscaron alojamiento en una aldea samaritana? Los samaritanos no quisieron que
se quedaran allí. Como vemos en Lucas 9:54-56, Santiago y Juan le dijeron a Jesús:
“Señor, ¿quieres que mandemos que baje fuego del cielo y acabe con ellos?”. Pero

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Jesús los reprendió por su reacción precipitada y violenta. Pensemos en lo que
hubiera pasado si Jesús hubiera hecho caso de lo que Santiago y Juan le pedían.
Los samaritanos no habrían querido escuchar el mensaje del Reino. Así que Jesús
optó por buscar una solución pacífica. El relato dice que sencillamente “se fueron
a otra aldea”. Entonces, ¿significa eso que no  podemos ofendernos nunca? No.
Puede que tengamos una razón válida para quejarnos. La  clave está en
no  ofendernos fácilmente sacando conclusiones antes de conocer todos los
hechos.
Proverbios 18:13 dice:

Proverbios 18:13 — “Responder a un asunto antes de oír los hechos es tonto y


humillante”.

En el siguiente VIDEO, fíjense en lo que ayuda a una hermana a pasar por alto
una ofensa.

Clara: No me lo esperaba de ti.


Celia: Clara, ¿por qué me dices eso?
Clara: Por lo que dijiste de mi canal. ¿Estás tan
sola que no tienes nada mejor que hacer.
Celia: Clara, ¡espera, por favor! No sé de qué estás hablando.
Clara: ¿Hablaste con Emily de mi canal?
Celia: Sí, pero yo…
Clara: Así que me criticaste.
Celia: No, yo nunca…
Clara: Creí que eras mi amiga.
Celia: ¡Yo jamás haría eso!
Clara: Se suponía que eras la madura, y eres como Emily, hablando mal de los
demás.
Celia: ¡Clara! Mira, sé que estás molesta, pero créeme, todo esto es un
malentendido. Yo te quiero. Clara, yo nunca, jamás, hablaría de ti a tus
espaldas. Así que, por favor, cálmate.

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Clara: A  veces me siento tan sola. Y  mi abuela, el
trabajo… y ahora resulta que todos hablan de
mí.
Celia: Te  lo prometo, eso no  es lo que está pasando.
Estás cansada y llevas demasiada carga. ¿Por
qué no  intentamos calmarnos un poco? Mira, las reuniones a mí
siempre me ayudan, hasta cuando tengo un mal día. ¿Por qué
no  entramos, nos sentamos juntas y disfrutamos de la reunión? Y,
cuando termine, hablamos las tres. Ya verás. Todo saldrá bien.

Clara estaba muy enojada. Dio por hecho que estaba hablando mal de ella todo el
mundo.

Si  nos pasa como a Clara y alguien nos hiere, ¿CÓMO PODEMOS EVITAR
OFENDERNOS FÁCILMENTE? Debemos detenernos y pensar. En  Eclesiastés 7:9
encontramos un consejo muy bueno para situaciones como esta. Eclesiastés 7:9
dice:

Eclesiastés 7:9 — No te enojes fácilmente, porque enojarse está en el corazón


de los tontos.

Deberíamos seguir el consejo que le dio Celia a Clara: “Por favor, cálmate”.
En  estos casos es importante pensar en lo que sabemos, pero también en lo que
no  sabemos. Quizás solo sabemos lo que nos han contado, pero ¿sabemos todos
los detalles? Clara enseguida creyó lo que le habían contado. ¡Ni siquiera le
preguntó a Celia qué es lo que había dicho! O puede que sepamos lo que se dijo,
pero no  con qué intención se dijo. Clara le preguntó: “¿Hablaste […] de mi
canal?”. Y, cuando Celia dijo que sí, Clara automáticamente pensó lo peor.
O  quizás juzgamos mal a la persona que nos hirió. Eso fue lo que hizo Clara
cuando le dijo a Celia: “Eres tan mala como Emily”. ¡Y aún no había escuchado la
versión de Celia! Clara le dijo a Celia que ella era la madura, alguien a quien
admiraba. Aun así, enseguida la juzgó mal. Clara no se detuvo a pensar. No pensó
en lo que estaba diciendo. Quizás tenía un mal día. Sin embargo, Celia lo hizo
muy bien. Aunque Clara le habló mal, ella mantuvo la calma y la escuchó.
Mientras Clara le contaba que se sentía sola y que estaba cuidando de su abuelita,

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Celia la escuchaba con mucho cariño e interés. ¡Y eso que hacía un momento le
había hablado realmente mal!

Además de detenernos a pensar antes de actuar, debemos recordar que lo que de


verdad cuenta es lo que Jehová opina de nosotros. Esto es especialmente
importante cuando surgen malentendidos o nos acusan falsamente. ¿Saben? Jehová
ve todo lo que ocurre. Imagínense la siguiente situación: Acaban de tener un
accidente. Estaban detenidos con su vehículo y, de repente, llegó otro auto y los
golpeó. Así que viene la policía, y la persona que golpeó su auto dice que ha sido
usted quien lo ha golpeado a él. ¡Y la policía le cree a él! Así que decide ir a juicio.
En el juicio, la otra persona le cuenta al juez que fue usted quien lo golpeó. Pero,
antes de que usted pueda decir una palabra, el juez dice: “No. Eso no fue lo que
pasó. Yo  iba caminando por esa calle ese día y vi todo lo que ocurrió”. Claro, es
muy poco probable que uno vaya a un juicio y el propio juez sea testigo ocular de
los hechos. Pero este ejemplo nos enseña que podemos estar muy tranquilos de
saber que Jehová ve absolutamente todo. Así que, hermanos, si se nos acusa de
algo o hay un malentendido que no  podemos aclarar, podemos tener la
tranquilidad de saber que Jehová estuvo ahí ese día y vio todo lo que ocurrió.

Además, no tenemos por qué ofendernos por todo lo que los demás dicen o hacen;
ni pensar que tenemos que defendernos siempre de todo lo que digan de nosotros.
Si no, acabaríamos agotados. Y probablemente tendríamos muy pocos amigos. Así
que pasemos por alto las pequeñas ofensas. Ahora vayamos a Proverbios 19:11.
¿Qué puede ayudarnos? Ahí, dice:

Proverbios 19:11 — La perspicacia del hombre frena su furia, y es un gesto


hermoso que él pase por alto una ofensa.

¿Estamos dispuestos a pasar por alto las ofensas? Como leímos, hacerlo “es un
gesto hermoso”. Pero si no  es posible y se trata de un asunto serio, tratemos de
solucionarlo a la manera de Jehová. Mostremos perspicacia, frenemos o
controlemos nuestra furia, detengámonos a pensar, escuchemos con paciencia y,
antes de ofendernos o tomar cualquier acción, asegurémonos de que sabemos los
detalles.

¿Recuerdan el papel que teníamos en las manos y que se llevaba el viento vez tras
vez? ¿Y  si fuera un billete de 100  dólares? Seguro que haríamos todo lo posible
para ir tras él y recuperarlo, porque tiene mucho valor. Pues la paz con nuestros
hermanos es mucho más valiosa que cualquier billete. Cuando la paz con nuestros

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hermanos y hermanas sale volando por culpa de los malentendidos y la
imperfección, debemos ir tras ella y esforzarnos por recuperarla.

En conclusión, si evitamos ofendernos fácilmente, estaremos honrando a Jehová y


promoveremos la paz.

El hermano Ralph Walls, ayudante del Comité de Personal, presentará el siguiente


discurso de esta serie, “ ‘Busque la paz y vaya tras ella’: Pida disculpas”.

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“Busque la paz y vaya tras ella”
๏ Pida disculpas
(Mateo 5:23, 24; Hechos 23:3-5)

Ralph Walls
Ayudante del Comité de Personal

“Lo siento muchísimo”. “Fue culpa mía. Por favor, perdóname”.


No  importa qué palabras usemos, disculparse puede ser muy
difícil. ¿Por qué puede ser tan difícil? Por muchas razones: por miedo a la
confrontación, al rechazo o a que nos echen la culpa. O quizás nos dé vergüenza y
el orgullo nos lo impida. Podríamos pensar: “Disculpándome no voy a arreglar mi
metedura de pata”. O puede que estemos muy molestos. Este tema preocupa tanto
a muchos que, en julio del 2000, en Estados Unidos, el estado de California
aprobó una ley que decía que, en el caso de que hubiera un accidente, el que
alguien pida perdón a los que han resultado heridos no  significa que esté
admitiendo su culpa. Se hizo porque muchas personas no querían disculparse por
miedo a que se interpretara como un reconocimiento de culpa en caso de ir a
juicio.

En  la Biblia, encontramos el relato de un hombre fiel, el apóstol Pablo, que nos
puso un buen ejemplo sobre pedir disculpas. El relato se encuentra en Hechos 23.
¿El contexto? Un  comandante militar romano quería saber por qué los judíos
estaban acusando a Pablo. Así que llevó a Pablo ante los sacerdotes principales y
ordenó al Sanedrín, que era el tribunal supremo judío, que se reuniera. Cuando
leemos el relato de Hechos 23:1-5, nos impresiona ver el valor que mostró Pablo
para defender lo correcto. Pero fíjense también, mientras leemos el relato, en la
humildad que demostró. Hechos 23:1.

Hechos 23:1-5 — Mirando fijamente al Sanedrín, Pablo dijo: “Hermanos,


hasta este día he actuado con una conciencia completamente limpia ante Dios”.
2 Al oír esto, el sumo sacerdote Ananías les ordenó a los que estaban junto a él
que lo golpearan en la boca. 3 Entonces Pablo le dijo: “Dios te va a golpear a
ti, pared blanqueada. ¿Tú te sientas a juzgarme según la Ley y al mismo tiempo
violas la Ley mandando que me golpeen?”. 4 Los que estaban junto a él le
dijeron: “¿Estás insultando al sumo sacerdote de Dios?”. 5 Pablo les respondió:
“Hermanos, no sabía que era el sumo sacerdote. Porque está escrito:
‘No insultes a ninguno de los jefes de tu pueblo’”.

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Pablo admitió inmediatamente su error. Lo  que dijo, que un juez no  debería
recurrir a la violencia, era cierto. Aun así, Pablo se disculpó.

En el siguiente VIDEO, veremos cómo una hermana pone en práctica lo que dice
Tito 2:3-5 y aconseja a unas hermanas más jóvenes para que tengan buen juicio.
También veremos cómo una de las hermanas jóvenes evita más problemas y
fomenta la paz al ser humilde y disculparse.

Celia: No sé lo que pasó. Pero, Clara, ¡lo siento!


Me duele mucho verte así de mal.
Clara: No puedo creer lo que hicieron.
Celia: Para empezar, lo que tú oíste no es lo que yo dije.
Emily: Pues eso es lo que yo entendí. Y, aunque yo estuviera
equivocada, ¿todo este drama era necesario?
Celia: Emily, ¡no! Vamos, chicas. Clara, acércate un poquito.
“El amor es paciente y bondadoso”. “No es celoso”. “No se irrita con
facilidad” aunque las cosas se pongan difíciles. ¿Qué creen que
debemos hacer?
Emily: Yo creía que… Yo… Lo siento, Clara. De verdad, no debí pensar mal de
ti, no debí juzgarte.
[Dirigiendose a Celia:] Y  perdóname por meterte en esto. No  dije la
verdad.
Celia: Está bien, no pasa nada. Todos cometemos errores.
Clara: No debí hablarte de esa manera, Celia. Bueno, a ninguna de las dos.
Me voy, que mi abuela está sola.
Celia: Te llamo mañana.
Emily: Adiós.

La hermana más mayor pidió perdón, aunque no tenía culpa de nada. Y, además,
animó a las jóvenes a hacer las paces. Se necesita valor, humildad y determinación
para disculparse. Es interesante lo que dice aquí, en Filipenses 2:3.

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Filipenses 2:3 — No hagan nada motivados por un espíritu conflictivo o
egocéntrico, sino que humildemente piensen que los demás son superiores a
ustedes

Así que nuestro objetivo no  es ganar una discusión, eso podría ser conflictivo. Y,
cuando hablamos con nuestros hermanos, no  buscamos que nos digan que
nosotros tenemos la razón. Eso indicaría que somos egocéntricos o egoístas. Más
bien, como acabamos de leer en Filipenses, queremos ser humildes. Nuestra meta
es ir tras la paz. Aunque pensemos que la otra persona está siendo poco
razonable, debemos disculparnos. ¿Por qué es tan importante que lo hagamos?
Porque de esta forma Jehová aceptará nuestra adoración. Jesús dejó este punto muy
claro en Mateo 5:23, 24.

Mateo 5:23, 24 — Por eso, si estás llevando tu ofrenda al altar y allí te


acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja tu ofrenda allí, delante
del altar, y vete. Primero haz las paces con tu hermano, y luego vuelve y
presenta tu ofrenda.

Un experto en temas bíblicos describió así la escena: “El ofrendante ha entrado al


templo, ha atravesado los patios que rodean el lugar santo, el Patio de los Gentiles,
el Patio de las Mujeres, el Patio de los Hombres. Más allá estaba el Patio de los
Sacerdotes, en el cual ningún laico podía entrar. De pie junto a la baranda, espera
que le toque el turno de entregar su ofrenda al sacerdote”. Y, justo en ese
momento, el hombre recuerda que su hermano tiene algo contra él. ¿Y qué tenía
que hacer? “Deja tu ofrenda allí, delante del altar [dijo Jesús], y vete”.

¿Qué mencionó él que era más importante que hacer un sacrificio? “Primero haz
las paces con tu hermano” y luego, cuando vuelvas, “presenta tu ofrenda”.
La  expresión traducida aquí “hacer las paces” significa “reconciliarse”. De  esto
aprendemos una valiosa lección: reconciliarse o hacer las paces va antes que los
sacrificios. Y es que la forma de tratar a nuestros hermanos influye directamente en
nuestra amistad con Jehová. Como muy bien dice 1 Juan 4:20…

1 Juan 4:20 — […] El que no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a
Dios, a quien no ve.

Por lo tanto, si nos damos cuenta de que hemos ofendido a un hermano, debemos
poner en práctica el consejo de Jesús. Debemos tomar la iniciativa e ir a hablar con
él. Quizás debamos reconocer que lo hemos herido. Quizás tengamos que

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preguntar: “¿Qué puedo hacer para arreglarlo?”. Muchas veces, solo se necesita
una disculpa sincera. Claro, hoy día no  ofrecemos sacrificios de animales para
adorar a Dios. Pero lo que Jesús enseñó nos muestra claramente que hay una
estrecha relación entre estar en paz con los hermanos y que Jehová acepte nuestra
adoración. Cuando hay un problema entre dos hermanos, es posible que los dos
tengan algo de culpa, pues todos somos imperfectos y cometemos errores. Así que
muchas veces ambos tienen que ceder. Aunque el que pida perdón no  tenga la
culpa, no es tan importante quién tiene la razón y quién no, sino quién tomará la
iniciativa en hacer las paces. Cuando el apóstol Pablo se enteró de que algunos
cristianos de Corinto estaban llevando a otros ante los tribunales por desacuerdos
personales, les dijo: “¿No es mejor dejar que cometan injusticias contra ustedes?
¿No es mejor dejar que los estafen?”. El principio está claro. La paz con nuestros
hermanos es más importante que probar quién tiene la razón y quién no.
Si tenemos esto presente, nos será más fácil pedir perdón a alguien que cree que lo
hemos ofendido. Y una disculpa sincera puede abrir la puerta a una conversación
positiva. Disculparse minimiza los problemas y restaura la paz.

Ahora, el hermano Leonard Myers, ayudante del Comité de Redacción, presentará


el siguiente discurso de esta serie, “‘Busque la paz y vaya tras ella’: Esté dispuesto a
perdonar”.

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“Busque la paz y vaya tras ella”
๏ Esté dispuesto a perdonar
(Colosenses 3:13)

Leonard Myers
Ayudante del Comité de Redacción

Está claro que para estar en paz con los demás tenemos que estar
dispuestos a perdonar. Veamos dos ejemplos.

Ejemplo 1: Un  padre y su hija adolescente no  se llevan bien. Sus pequeñas
discusiones muchas veces terminan en gritos. La  situación se pone tan difícil
que el padre la echa de la casa. Con el tiempo, ella se da cuenta de que tiene
la culpa y le pide perdón a su padre. Pero, en vez de dejar pasar sus errores, el
padre no quiere perdonarla. No está dispuesto a perdonar a su propia hija.

Ejemplo 2: El  segundo ejemplo es muy diferente. Un  hombre inocente es


condenado a muerte por un delito que no ha cometido. Poco antes de morir,
dice estas palabras: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Estas palabras de Jesús se encuentran en Lucas 23:34. Tal vez se refería a los
soldados romanos que lo clavaron al madero y que no sabían realmente quién era.
O tal vez estuviera pensando en algunos de los que pidieron su ejecución pero más
tarde pusieron fe en él. ¿El punto? Jesús estuvo dispuesto a perdonar. ¿Con cuál de
estos ejemplos nos identificamos más? ¿Somos como Jesús, dispuestos a perdonar?
¿O  a veces tendemos a ser como el hombre que no  perdonó a su hija? Perdonar
no  siempre es fácil. La  imperfección ejerce mucha influencia en nosotros y, a
veces, nos impide ser compasivos. Cuando alguien nos hace daño, tal vez
tendamos a guardar resentimiento o rencor. Y  puede que a algunos nos hayan
enseñado a no  perdonar. No  es de extrañar que estar dispuestos a perdonar y
buscar la paz sea tan difícil. Aun así, la Biblia nos anima a perdonar con
generosidad.

Analicemos ahora el ejemplo que nos dio Job sobre perdonar. Todos sabemos lo
que le pasó: perdió sus bienes y a sus 10 hijos, tuvo una enfermedad repugnante y
su mujer le dijo: “¡Maldice a Dios y muérete!”. Tres amigos suyos se enteraron de
lo sucedido y decidieron ir a consolarlo. Job 2:13 dice que, cuando llegaron, se

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sentaron con él en el suelo “durante siete días y siete noches” y no  le dijeron ni
una palabra. ¡Y  ojalá hubieran seguido así!, porque, cuando abrieron la boca,
hicieron muchísimo daño a Job con sus acusaciones falsas. Pero fijémonos en un
detalle muy interesante de este relato. Job 42. Cuando por fin pasó todo, Jehová le
pidió a Job que hiciera algo por sus falsos amigos. Noten lo que dijo Jehová en Job
42, en la parte b del versículo 8:

Job 42:8b — […] Mi siervo Job orará por ustedes. Les aseguro que aceptaré la
petición de él y no los trataré de acuerdo con lo tontos que han sido […].

¿Notaron? A  pesar de todo lo que habían dicho de él, Jehová le pidió a Job que
orara por ellos. ¿Le dijo Job a Jehová: “Jehová, después de lo que me han hecho,
no pienso perdonarlos”? ¿Les guardaría rencor Job? Veámoslo. Versículo 9, parte b:

Job 42:9b — […] Y Jehová aceptó la oración de Job.

Job hizo lo que Jehová le dijo. ¿Qué pasó gracias a que Job fue leal y estuvo
dispuesto a perdonar? Versículo 10:

Job 42:10 — Después de que Job oró por sus amigos, Jehová acabó con el
sufrimiento de Job y le devolvió la prosperidad que había perdido. Jehová le dio
el doble de lo que tenía antes.

El relato sigue diciendo que Job tuvo otros 10 hijos, que vivió 140 años más, y el
versículo 17 dice:

Job 42:17 — Finalmente, Job murió satisfecho tras una larga vida”.

Al  estar dispuesto a perdonar, Job recibió la bendición de Jehová y nos dejó un
buen ejemplo.

En el siguiente VIDEO de Celia y Clara, veamos por qué Clara finalmente decide
perdonar.

[Emely le manda un mensaje de texto a Clara. Luego la llama por teléfono y le deja
un mensaje de voz]

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Emily: Hola, soy yo.Estaba pensando en ti. Me  encantó el broadcasting. ¿Te
gustó la canción? Llámame, por favor.
Clara: [Clara la ignora los mensajes de Emely. No llega a la cena en casa de
Emely]. Ojalá me dejara tranquila.
Celia: ¿Qué decías?
Clara: No, nada. Bueno, es Emily, que no para de escribirme.
Celia: ¿Cuál es el problema, cariño?
Clara: No es un problema, es que…
Celia: Te cuesta perdonarla…

[Celia y Clara entra en el carro.]

Celia: No es tan fácil.


Clara: No, no lo es.
Celia: Tú quieres hacerlo…
Clara: Pero ¿y si me hace daño otra vez?
Celia: No  lo olvides, perdonar a alguien te da la oportunidad de imitar a
Jehová. No dejes pasar esa oportunidad.
Clara: Nunca lo había visto así.
Celia: Seguro que alguna vez tú quisiste que te perdonaran más que nada en
la vida. ¿Cómo te sentiste?
[Recuerdos…] Y tu abuela también, ella se preocupa mucho por ti.
Clara: Te sientes fatal cuando decepcionas a los que te quieren.
Abuela: Tú vales mucho.
Clara: Gracias. Y, cuando te perdonan, enseguida te sientes bien.
[Clara llama a Emily por teléfono…] Emily, siento no  haberte
respondido. ¿Tienes planes para mañana?

¡Qué bien razonó Celia con ella! ¿Recuerdan lo que le dijo a Clara para llegarle al
corazón? “Perdonar a alguien te da la oportunidad de imitar a Jehová. No  dejes

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pasar esa oportunidad”. Así que, si alguien nos trata mal, no  perdamos la
oportunidad de imitar a Jehová perdonando con generosidad. Esta es la idea que se
destaca en Colosenses 3:13. Cuando analizamos el ejemplo de Job, vimos que
Jehová le pidió que orara por sus compañeros. Eso lo ayudó a estar dispuesto a
perdonar. Veamos ahora lo que Jehová nos pide.

Colosenses 3:13 — Sigan soportándose unos a otros y perdonándose con


generosidad incluso si alguno tiene una razón para quejarse de otro. Jehová los
perdonó con generosidad a ustedes, así que hagan ustedes igual.

El verbo griego para “perdonar con generosidad” se relaciona con una palabra que
se traduce como “bondad inmerecida” o “favor”. Cuando este verbo significa
“perdonar”, transmite la idea de hacerlo de forma altruista, generosa. Igual que
cuando le hacemos un regalo a alguien sin esperar nada a cambio. Jehová quiere
que perdonemos con generosidad, tal como él hace. ¿Recuerdan el final del
versículo? “Así que hagan ustedes igual”. Y  si lo que nos hicieron no  es grave,
pasémoslo por alto. 1 Corintios 13:5 dice que el amor “no lleva cuenta del daño”.
Y Proverbios 19:11 dice que “es un gesto hermoso” pasar “por alto una ofensa”.

Sin embargo, si pensamos que debemos hablar del tema con el hermano o la
hermana que nos ofendió, ¿cuál sería el mejor modo de hacerlo?

(1) Primero, debemos pedirle a Jehová que nos ayude.


(2) Después, pensando en las buenas cualidades del hermano, digámosle con
bondad que queremos hacer las paces.
(3) Escuchémoslo con atención y empatía. No  lo interrumpamos, aunque
no  estemos de acuerdo con todo lo que diga. Puede que su punto de vista
esté equivocado, pero es su punto de vista.
(4) Luego, cuando nos toque hablar, seamos amables. Digámosle al hermano
que lo apreciamos mucho y pidámosle perdón por cualquier parte de culpa
que tengamos.

Si  logramos arreglar las cosas, demos gracias a Jehová. Pero si no, sigamos
pidiendo a Jehová que nos dirija y buscando oportunidades para hacer las paces.
Cuando perdonamos de verdad, tomamos la firme decisión de no guardar rencor.
¡Y  qué paz sentimos al hacerlo! Perdonar no  significa aprobar una mala acción,
quitarle importancia o fingir que no pasó nada. Si se nos ha tratado injustamente y

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tenemos razón para quejarnos, esforcémonos por buscar la paz y solucionar el
asunto. Después, dejémoslo todo en manos de Jehová.

Así que, hermanos, ¿qué queremos llevarnos de este discurso? Estarán de acuerdo
en que a veces es muy difícil perdonar. Pero no seamos como el hombre del que
hablamos al principio, que no perdonó ni a su propia hija. Sigamos el ejemplo de
Jehová, Jesús, Job y Clara, y estemos dispuestos a perdonar. Recuerden, perdonar a
alguien nos da la oportunidad de imitar a Jehová. No  dejemos pasar esa
oportunidad. Así que vayamos tras la paz estando dispuestos a perdonar.

El hermano Gerrit Lösch, del Cuerpo Gobernante, presentará el último discurso de


esta serie, “‘Busque la paz y vaya tras ella’: Sea prudente al hablar”.

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“Busque la paz y vaya tras ella”
๏ Sea prudente al hablar
(Proverbios 12:18; 18:21)

Gerrit Lö sch
Miembro del Cuerpo Gobernante

¿Por qué resulta tan difícil ser prudentes al hablar? Porque tenemos
que luchar con una fuerza muy poderosa. ¿Qué fuerza? La imperfección. La lengua
tiene mucho poder. Puede hacer mucho bien, pero, por culpa de la imperfección,
también puede causar mucho dolor. Esta idea se expresa muy bien en el libro de
Proverbios. Por ejemplo, Proverbios 12:18 dice lo siguiente:

Proverbios 12:18 — Las palabras dichas sin pensar son como los golpes
de una espada, pero la lengua de los sabios cura las heridas.

Y en Proverbios 18:21 leemos:

Proverbios 18:21 — Muerte y vida están en el poder de la lengua; los que


disfrutan usándola comerán de su fruto.

Las palabras tienen poder, así que debemos tener cuidado con lo que decimos y
cómo lo decimos. Es  posible que todos recordemos alguna ocasión en la que
alguien nos habló mal y nos hizo mucho daño. Pero unas palabras bien pensadas
pueden curar un corazón herido y recuperar una amistad. Como somos
imperfectos, a todos nos resulta difícil controlar lo que decimos. Esto también le
pasaba a Santiago, un discípulo del siglo primero. En el tercer capítulo de la carta
que escribió, él reconoció humildemente que esto es un desafío para todas las
personas. Veamos lo que él escribió en Santiago 3:3-6,  8. Y  ahora el versículo 8
dice:

Santiago 3:3-6, 8 — Cuando a los caballos les ponemos frenos en la boca para
que nos obedezcan, también dirigimos todo su cuerpo. 4 Fíjense también en los
barcos: aunque sean muy grandes y los impulsen vientos fuertes, son dirigidos
con un pequeño timón y van adonde quiera ir el que está al timón. 5 Lo mismo
pasa con la lengua: aunque es una pequeña parte del cuerpo, hace grandes

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alardes. ¡Y fíjense con qué pequeño fuego se incendia un enorme bosque! 6 La
lengua también es un fuego. La lengua representa un mundo de injusticia entre
los miembros de nuestro cuerpo, porque contamina todo el cuerpo y, encendida
por la Gehena, le prende fuego a todo el curso de una vida. 8 Pero ningún ser
humano puede domar la lengua. Es incontrolable y hace daño; está llena de
veneno mortal.

No solo la imperfección influye en cómo hablamos, también puede influir nuestra


crianza. La Atalaya del 15 de septiembre de 2006, en la página 21, párrafo 6, dice:
“Además de la imperfección humana, el ambiente familiar es otro factor implicado
en el mal uso de la lengua. Algunas personas se han criado en hogares con padres
‘no dispuestos a ningún acuerdo, [...] sin autodominio, feroces’ ”. Pero, a pesar de
estos desafíos, todos podemos buscar la paz e ir tras ella. Jesús nos puso un buen
ejemplo de cómo usar bien nuestra capacidad de hablar. Con sus palabras, él
animaba y consolaba a los demás. Cuando estuvo en la Tierra, dijo que las palabras
de Isaías 61:1 se cumplían en él. Ahí dice lo siguiente:

Isaías 61:1 — El espíritu del Señor Soberano Jehová está sobre mí, porque
Jehová me ungió para anunciarles buenas noticias a los mansos. Me envió para
vendar a los que tienen el corazón destrozado, para proclamar libertad a los
cautivos y anunciar que los ojos de los prisioneros serán abiertos por completo.

Mateo, en su Evangelio, aplicó las palabras de Isaías 42:1-3 a Jesús. En  Mateo
12:20 dijo:

Mateo 12:20 — No romperá la caña que está quebrada ni apagará la mecha


que apenas arde, hasta que haga triunfar la justicia.

De  estos versículos aprendemos una lección importante. Jesús reconoció que la
lengua tiene mucho poder: poder para herir y poder para sanar. La Atalaya del 15
de febrero de 2015, página 13, párrafo 11, dijo lo siguiente —cito textualmente—:
“Las palabras y acciones de Jesús dieron testimonio de su buen juicio”. ¿Podemos
esforzarnos por imitar mejor a Jesús? Entonces, ¿qué haremos la próxima vez que
nos surja la oportunidad de hablar con prudencia, y así usar bien nuestra
capacidad de hablar?

En  el siguiente VIDEO, fíjense en lo beneficioso que puede ser hablar con
prudencia.

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[Dos meses después. Almorzando juntas]

Clara: Amigas, necesito ayuda. ¿Qué puedo incluir en


mi colección de invierno?
Emily: No sé, pero me encantó lo último que hiciste, en
especial… este de aquí.
Clara: Ah, gracias. Todas me dieron buenísimas ideas.
Emily: Pero tú eres la artista.
Celia: Chicas, ¿nos vamos?

[En el automobil. Todas se ríen en unísono]

Emily: ¡Te encanta!


Clara: ¡Aaah, mi canción favorita!
Emily: ¡Y la mía!

[Todas cantan a la vez] — “Tú vales un montón, eres


especial, no dudes más [más]…”.

Celia: Es que canto fatal.


Emily: ¡Que no! Vamos…
Cuarta chica: Sé de alguien que cuando la canta hay que taparse los oídos
¡Verónica! ¡Ay, por favor! Está enamorada de su voz.
[Clara la mira con desaprobación] ¿Se han sentado alguna vez cerca de
ella en el Salón? Canta superalto. Se cree que es una diva.
Celia: [Pensando…] Lo  primero que pensé fue: “¡Oh, no! ¡Otra vez no! Esta
historia ya me la sé”. [Recuerda la trayectoria del problema entre Clara y
Emily].
[Emily también recuerda lo que pasó anteriormente] — Esto ya lo viví.
[Clara también recuerda lo que pasó anteriormente] — ¡Qué rápido se extiende un
fuego! Y qué difícil puede ser apagarlo.
Cuarta chica: ¿Será que nadie le ha dicho nunca nada de esto?

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Emily: [Cambia el tema] ¿Saben lo que me encanta de Verónica? Creo que es la
persona más hospitalaria que conozco. Siempre tiene gente en su casa.
Y cocina de lujo. —¿Han probado sus arepas?
Clara: Ay, sí, sí, es que están deliciosas.
Conversan entre ellas… —Sííí, están buenísimas.
—Yo no las he probado todavía.
—Están para chuparse los dedos.
—Estoy deseando probarlas.
—Y cuando hace la noche de arepas…

Nuestras palabras deberían honrar a Dios y ayudar a los demás. Y  si alguien se


enoja con nosotros y respondemos amablemente, podemos contribuir a que la
situación se calme. Eso es lo que dice Proverbios 15:1.

Proverbios 15:1 — Una respuesta amable aparta la furia, pero una palabra
hiriente provoca la ira.

Además, nuestras palabras también pueden consolar y animar a otros.


En 1 Tesalonicenses 5:11 leemos:

1 Tesalonicenses 5:11 — Así que sigan animándose unos a otros y edificándose


unos a otros, como ya lo están haciendo.

Y el 14 dice:

1 Tesalonicenses 5:14— Por otra parte, hermanos, les rogamos que adviertan a
los indisciplinados, consuelen a los deprimidos, apoyen a los débiles y sean
pacientes con todos.

La  verdad es que incluso los siervos fieles de Jehová a veces sufren depresión.
¿Cómo los podemos ayudar? Podemos elogiar con sinceridad alguna de sus
cualidades para que vean lo valiosos que son para Jehová. Mostrémosles textos
bíblicos animadores que demuestren claramente que Jehová se preocupa
muchísimo por “los que tienen el corazón destrozado” y “están hundidos en el

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desánimo”. También podemos usar el poder de la lengua para darles a otros el
ánimo que tanto necesitan. ¿Ha perdido algún hermano que usted conozca a un
ser querido? Si  le habla con cariño y se preocupa por él, lo consolará en esos
momentos difíciles. ¿Siente un hermano de edad avanzada que nadie lo necesita?
Tranquilicémoslo con palabras bien pensadas para que se sienta valorado y
querido. ¿Conoce a alguien que tenga una enfermedad crónica? Hablarle de forma
amable, ya sea por teléfono o en persona, puede consolarlo mucho y levantarle el
ánimo. Seguro que a nuestro Creador le alegra muchísimo que utilicemos la
facultad del habla para animar a otros y edificarlos. Es verdad que probablemente
no podamos solucionar sus problemas, pero podemos decirles que los queremos y
que nos preocupamos por ellos. Por ejemplo, ¿por qué no  hacemos planes para
pasar un ratito juntos? Y recuerde utilizar la Palabra de Dios para animarlos. Si se
da cuenta de que alguien de su congregación está desanimado o muy triste, podría
leerle un texto animador de la Biblia e incluso orar con él. Confírmeles a estos
hermanos que todos en la congregación de verdad los quieren. Y  hable de forma
que se note que usted realmente siente y cree lo que dice. Esta serie de discursos
nos ha dado a todos mucho en qué pensar, ¿verdad? Por ejemplo, nos ha recordado
que buscar la paz no siempre es fácil. También hemos aprendido que ir tras la paz
requiere mucho esfuerzo. ¿De qué maneras específicas nos hemos propuesto
buscar la paz e ir tras ella de ahora en adelante? Podemos hacerlo de las formas
que hemos analizado:
(1)No ofendiéndonos fácilmente
(2)Pidiendo disculpas
(3)Estando dispuestos a perdonar
(4)Hablando con prudencia para animar y consolar a los demás.

Si lo hacemos, Jehová, “el Dios de la paz”, nos bendecirá muchísimo.

Gracias, hermanos, por recordarnos que, si nosotros disfrutamos de


paz, no es por casualidad. Necesitamos esforzarnos constantemente,
pero podemos lograrlo con la ayuda de Jehová. Ya hemos llegado al
último discurso de esta sesión. Los verdaderos cristianos tenemos
antecedentes y culturas muy diferentes. Cada uno tiene su propia
conciencia. ¿Cómo podemos mantenernos unidos a pesar de las diferencias? Por
favor, presten atención al hermano David Splane, miembro del Cuerpo
Gobernante, que presentará el discurso titulado “Protejamos nuestro ‘vínculo de la
paz’ ”.

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“Protejamos nuestro “vínculo de la paz”
(Efesios 4:1-6)

David Splane
Miembro del Cuerpo Gobernante

Cuando pensamos en la unidad, puede que recordemos las


palabras de Salmo 133:1, vamos a leerlas. El  texto no  va a
aparecer en la pantalla, así que hay que buscarlo en la Biblia. Les doy un
momento. Es Salmo 133:1. Dice:

Salmo 133:1— ¡Miren qué bueno es y qué gusto da que los hermanos vivan
juntos en unidad!

¿Verdad que estamos de acuerdo con estas palabras de David? Hablando de David,
él sabía lo valiosa que es la unidad. Recordemos que, a lo largo de su vida, hubo
muchas ocasiones en las que él no vio unidad. Tanto al principio como al final de
su reinado vivió guerras civiles, justo lo opuesto a la unidad. Alguien podría pensar
que debió haber sido fácil para los israelitas estar unidos. Después de todo, tenían
las mismas raíces, todos eran descendientes de Abrahán, hablaban el mismo
idioma, el hebreo. Además, tenían antecedentes sociales parecidos. Sus
antepasados fueron esclavos en Egipto, así que ninguno de ellos tenía razones para
presumir de su origen. Aun así, los israelitas buscaron razones para odiarse unos a
otros. El primer rey de Israel era benjaminita. El segundo rey era de Judá. Y eso fue
razón suficiente para empezar una guerra en Israel.

Saltemos ahora al siglo primero. La  unidad es tan importante que Jesús pensó en
ella la noche antes de morir. ¿Lo recuerdan? Le pidió a su Padre que sus discípulos
fueran uno, así como él y su Padre son uno. Pero eso no iba a ser sencillo, ¿por qué
lo decimos? Desde un punto de vista humano, no  había razones para que los
cristianos estuvieran unidos. A  diferencia de los israelitas, ellos no  tenían un
antepasado común, no  hablaban todos el mismo idioma y sus antecedentes
sociales eran muy diferentes. Piénsenlo: los primeros cristianos eran judíos o judíos
prosélitos. A  ellos les habían enseñado que los gentiles eran impuros, no  debían
entrar en la casa de un gentil, y mucho menos predicarle. Pero los cristianos
gentiles venían “de todas las naciones que hay bajo el cielo”. La  mayoría
no  conocía el idioma hebreo ni las Escrituras Hebreas. Habían adorado a dioses
falsos. Algunos habían estudiado en lugares como Atenas, Alejandría y otras

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ciudades importantes. Otros apenas habían recibido educación. Pero, cuando
aprendieron la verdad, los cristianos se unieron y estaban en paz unos con otros.
El  apóstol Pablo quería ayudarlos a proteger ese vínculo de la paz. Y  ese es
precisamente el título de este discurso. Vamos a leer lo que Pablo escribió en
Efesios 4:3-6 y vamos a fijarnos en una expresión en particular que encontramos en
estos versículos. Efesios 4, les doy un momento. Aquí Pablo habla de lo importante
que es la unidad. Veamos cómo explica esta idea. Dice:

Efesios 4:3-6 — Hagan todo lo posible por mantener la unidad del espíritu
mediante el vínculo de la paz. 4 Hay un solo cuerpo y un solo espíritu, así como
hay una sola esperanza a la que han sido llamados. 5 Hay un solo Señor, una
sola fe y un solo bautismo. 6 Hay un solo Dios y Padre de todos […]

Volvamos al versículo 3 y fijémonos en la expresión “vínculo de la paz”. El título


de este discurso es “Protejamos nuestro ‘vínculo de la paz’”. La  Biblia de estudio
en inglés tiene aquí una nota que dice algo muy interesante. Dice que la palabra
que se traduce como “vínculo” también se puede traducir como “ligamento”.
De  hecho, así es como se traduce en otros versículos. Ya  sabemos lo que es un
ligamento, es un tejido muy fuerte que mantiene unidos los huesos. Así que, en
esta expresión que usa Pablo —“el vínculo de la paz”— la paz es como un
ligamento. Es el tejido que mantiene unido al pueblo de Dios. Eso era cierto en el
siglo primero y también lo es ahora. Igual que los primeros cristianos, nosotros
tenemos distintos antecedentes, hablamos idiomas diferentes… Pero Jehová nos ha
enseñado a estar unidos y en paz.

Ahora bien, ¿a qué nos referimos con estar unidos? Estar unidos no significa que a
todos tengan que gustarnos las mismas cosas o que debamos pensar igual. Hay
margen para una variedad de gustos y opiniones. Podemos ver esa variedad en este
programa. No  todos llevamos el mismo tipo de traje o las corbatas del mismo
color. ¿Y qué hay de usted? ¿Cuál es su color favorito?, ¿su comida favorita? y ¿su
mascota favorita? En  la organización de Jehová hay amantes de los perros y
amantes de los gatos. Y  no  a todos nos gusta la misma raza de perro o de gato.
¿Alguna vez ha visitado a alguien que tiene una mascota que para él es lo más
bonito del mundo? Y usted, al verle la cara, se preguntó “¿Cómo a alguien le puede
gustar algo tan feo?”. ¡Pues al dueño sí! Somos diferentes, y las mascotas agradecen
mucho eso. La variedad que vemos hoy en el pueblo de Dios seguirá existiendo en
el nuevo mundo. A Jehová le encanta la variedad. ¿Cuántos colores hay? ¿Cuántas
especies de plantas, aves y animales hay? En  la creación encontramos cosas
sencillas y complejas, simples y sofisticadas, dulces y amargas, ásperas y suaves.

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Las personas también son diferentes. Incluso en el nuevo mundo, los humanos
perfectos tendrán diferentes personalidades, talentos y habilidades. ¿Siempre ha
querido tocar el violín? Pues no  piense que cuando sea perfecto simplemente
podrá agarrar uno y tocarlo. Y no hay ninguna garantía de que pueda llegar a tocar
en nuestra orquesta.

Una manera de mantener la unidad es RESPETANDO LA CONCIENCIA DE LOS


DEMÁS. Esto es muy importante, porque a menudo cuando no  hay unidad es
porque no  respetamos el derecho de otros hermanos a tomar sus propias
decisiones. Pero ¿a qué nos referimos con la conciencia? Muy sencillo. Es  la
capacidad que nos permite diferenciar lo correcto de lo incorrecto. Voy a repetirlo.
La conciencia es la capacidad de diferenciar lo correcto de lo incorrecto.

Hablemos de cómo NUESTRA CRIANZA Y NUESTRA CULTURA pueden determinar


nuestro criterio sobre lo que está bien y lo que está mal.

✴ En  algunas culturas, hay familias muy grandes, y todos hablan muy alto
cuando se juntan a comer. Aquello parece un gallinero. Los niños se
molestan unos a otros y no  les da vergüenza hablar de cualquier tema. Las
niñas usan la ropa de sus hermanas, a veces sin pedir permiso. Hay quienes
creen que eso está mal, pero para ellas es algo normal, y a sus padres no les
importa.

✴ En otras culturas, todos en la familia son educados y corteses. Pero no hablan


mucho de sus planes ni de sus sentimientos. Los padres no suelen hablar de
su pasado, porque valoran su privacidad. Los que se han criado en ese
ambiente puede que tiendan a ser estrictos consigo mismos y con los demás.
Para ellos todo es o blanco o negro. Si tomas su ropa sin permiso, te dirán:
“Eso es robar. Voy a llamar a los ancianos”. Para ellos no  hay zonas grises.
Por supuesto, hay excepciones, y no  estamos diciendo que todos los de la
misma cultura sean iguales. Pero ustedes me entienden.

‣ Bien, ¿qué sucede cuando un hermano se muda a otra congregación en la que


la mayoría son de una cultura diferente a la suya? Si no cambia su manera de
ver a los demás, va a sufrir mucho. ¿Hay solo una forma de hacer las cosas bien?
No. Las dos culturas tienen cosas de las que se puede aprender. Hablando de la
cultura, podríamos preguntarnos: “¿Qué pienso de los hermanos que vienen e
culturas muy diferentes a la mía?”. A lo mejor tienen otro acento, su manera de
vestir es diferente… Puede que tengan otros modales o que su comida sea

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distinta. Supongamos que hay un anciano más joven que nosotros o de otra
raza. ¿Aceptaremos su consejo? ¿Iríamos a pedirle consejo? ¿O  preferiríamos
hablar con un anciano mayor y de nuestra misma cultura? ¿Nos alegra ser
diferentes, o permitimos que eso acabe con la unidad? Pensemos en ello.

‣ Hablemos ahora de nuestras experiencias en la vida. Lo  que hemos vivido


también influye en lo que consideramos que está bien o que está mal.

Algunos crecieron en un hogar en el que el alcohol era un problema. Su niñez


no fue feliz. Y, ahora, de adultos, evitan el alcohol a toda costa. Y piensan mal
de quienes sí lo beben, aunque sea con moderación. Para ellos beber alcohol
está mal. Otros solo tienen buenos recuerdos de su niñez, y en su casa siempre
había vino en la mesa, pero nadie bebía demasiado. Alguien que haya llevado
una vida inmoral en el pasado puede que sea muy sensible con el tema de la
ropa. Puede que para él sean inapropiadas algunas formas de vestir que para
otros son aceptables. Si  no  tienen cuidado, quienes tienden a ser estrictos
consigo mismos podrían tratar de imponer su opinión a otros.

Pongamos por ejemplo una situación muy común. Cuatro hermanas están
predicando juntas en un territorio rural. Van en auto, y hay muchos kilómetros o
millas entre cada casa. En la primera casa, la que conduce y su compañera se
bajan del auto, y las otras dos se quedan. No  tienen otra opción, aquello está
desierto. La señora de la casa hace muchas preguntas. Comienzan un curso de
la Biblia. Ya es mediodía cuando las hermanas vuelven al auto, muy contentas.
Y saben lo que pasa ahora, ¿verdad? Una de las hermanas que se quedó en el
auto dice: “Genial. Nosotras no  podremos informar ni un minuto de
predicación”. ¿Qué acaba de hacer? Pues, hablar por ella y por su compañera.
Y, sin darse cuenta, le estaba imponiendo su opinión a su amiga. Si  ella
no  quiere informar ese tiempo es asunto suyo. Pero habría sido mejor que se
hubiera reservado su opinión.

Cuando vas de visita a algunos países y haces un tour con guía, es muy
probable que uno de los monumentos que quiera mostrarte sea una iglesia, para
ver su arquitectura. Algunos hermanos no tienen ningún problema en entrar en
una iglesia si forma parte de un tour, para ellos es como visitar un museo. Pero
otros, que antes eran miembros de una religión falsa, no entrarían en una iglesia
por nada del mundo, ni siquiera para una boda o un funeral. Para ellos ir a una
iglesia está mal. Los hermanos pueden tomar decisiones diferentes de acuerdo

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con su conciencia, y eso hay que respetarlo. En un momento, hablaremos más
de este tema.

Bueno, solo hemos visto algunos ejemplos que muestran la gran variedad de
personalidades y de opiniones que hay en el pueblo de Dios.

La pregunta es: ¿CÓMO PODEMOS LOGRAR MANTENER LA UNIDAD? ¿Qué fue


lo que dijo Pablo? “Hagan todo lo posible por mantener” —mantener— este
vínculo de la paz. Eso quiere decir que tenemos que esforzarnos para mantener la
unidad.

En  primer lugar, nos puede ayudar conocer bien a los hermanos que tienen otra
manera de pensar. Conocer su historia. Eso nos ayudará a no  reaccionar mal
cuando tengan una opinión con la que no  estamos de acuerdo. Nos ayudará a
no  juzgarlos. Pablo fue muy claro al hablar de este tema en Romanos 14:4, una
frase sencilla pero impactante. Vamos a leerla juntos en Romanos 14, les doy un
momento, versículo 4. Pablo dice:

Romanos 14:4 — ¿Quién eres tú para juzgar al sirviente de otro? Es asunto de


su amo que él se mantenga en pie o que caiga. De hecho, él se mantendrá en pie
porque Jehová puede mantenerlo en pie.

Volvamos a leer la primera frase del versículo: “¿Quién eres tú para juzgar al
sirviente de otro?”. Sabemos lo que hace un juez: declarar a la gente culpable o
inocente. Ese no es nuestro trabajo, el Juez es Jehová. Si cada uno se centra en su
interior, en entrenar su conciencia, mantendremos la paz y la unidad de la
congregación.

Todos queremos ser razonables a la hora de decidir si algo está bien o está mal.
Queremos tener un punto de vista equilibrado de las cosas. ¿Cómo podemos ser
equilibrados a la hora de determinar si algo está bien o está mal? En algunos casos,
la Biblia nos da la respuesta. Pero en otros hay que tomar una decisión. Por
ejemplo, pensemos en la situación de la que hablamos antes, la de entrar en una
iglesia. Puede que donde usted viva esto no  sea un problema, pero en algunos
lugares sí lo es. Recuerden que estos discursos son para toda la hermandad
mundial. Así que el tema del que vamos a hablar es un problema para muchos
hermanos, y esperamos que esto les ayude. Esta es la situación:

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Dos hermanas están casadas con hombres que no son Testigos. En los dos casos, la
madre del esposo acaba de morir. El funeral será en una iglesia.
Una de las hermanas decide ir, la otra decide no ir. La hermana que decide ir al
funeral tiene en cuenta que en esa iglesia el pastor solo dará un discurso. No se
cantarán canciones ni se harán oraciones ni habrá ritos religiosos. Aunque esas
cosas no  le afectarían porque ella nunca fue muy religiosa. Su  esposo y su
familia estarán contentos con que ella simplemente esté allí sentada.
Las circunstancias de la segunda hermana son muy diferentes. Ella antes iba a
esa iglesia, y allí la gente participa en las ceremonias. Ella también participaba
activamente. Así que tiene miedo de hacer algo indebido. La familia del esposo
es muy expresiva en los funerales. Y seguramente se enojarán si ella no participa.
Al  final, le dice con respeto a su esposo que si va podría hacerle pasar
vergüenza y que prefiere no asistir.

Como ven, las dos situaciones son diferentes.

Ahora vamos a analizar CUATRO(4) PREGUNTAS que podemos hacernos siempre


que tengamos que tomar una decisión difícil. Y  voy a repetir cada pregunta para
que los que estén tomando notas tengan tiempo de apuntarlas. Estas preguntas son
muy muy buenas. Por eso deberíamos hacérnoslas antes de tomar decisiones
difíciles. ¿Están listos?

(1) “¿QUÉ HARÁ FELIZ A JEHOVÁ?”. Eso debería ser lo más importante,
complacer a Jehová. ¿Cómo sabemos qué hará feliz a Jehová? Pues, tenemos
que saber cuáles son los principios bíblicos implicados. Una manera de
averiguarlo es buscando en el Índice o en la Guía de estudio. ¿Qué principios
bíblicos podría tener en cuenta una hermana con un esposo que no es Testigo al
decidir si va a ir a un funeral en una iglesia? ¿Se le ocurre alguno? ¿Qué tal
1 Pedro 3:1? “Esposas, estén en sujeción a sus esposos”. A Jehová le gusta que
una mujer cristiana respete a su esposo, sea Testigo o no. Pero la sujeción que le
debe es relativa. Ella está dedicada a Jehová, no a su esposo. Ella está dedicada
a Jehová, no  a su esposo. 1  Pedro 3:1. ¿Qué hay de Isaías 52:11?
“¡No toquen nada impuro!”. “Manténganse limpios”. Bajo la Ley de Moisés, si
una persona tocaba algo impuro, se hacía impura. A  muchos hermanos les
resultaría muy difícil escuchar a un pastor decir mentiras sobre la condición de
los muertos. Para ellos sería como tocar algo impuro. Sin embargo, para otros es
como cuando un joven está escuchando en silencio a su profesor decir mentiras

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sobre el origen de la vida. Si alguien toma la decisión de ir a un funeral en una
iglesia, debe estar totalmente decidido a no participar en ningún ritual religioso,
ya sea cantar canciones o incluso decir “amén” después de que se haga una
oración. Recordemos la meta: agradar a Jehová. Esa fue la primera pregunta:
¿qué hará feliz a Jehová?

(2) “¿CÓMO PUEDE AFECTAR A OTROS MI DECISIÓN?”. ¿La tienen? “¿Cómo


puede afectar a otros mi decisión?”. No  queremos hacer tropezar a nadie.
Incluso si es un asunto familiar, como asistir a una boda o a un funeral en una
iglesia. Es  una decisión personal, pero debemos tener en cuenta el efecto que
pueda tener en otros. Puede afectarles de dos maneras.

✴ La primera es fácil de imaginar. En algunos lugares, si un Testigo entra en una


iglesia, los hermanos podrían dejar de respetarlo.

✴ ¿De qué otra manera puede afectar a otros su decisión? Quizás él asista al
funeral y no haga nada incorrecto. Pero supongamos que un hermano nuevo
decide seguir su ejemplo cuando muere un familiar. Podría ceder a la presión
de su familia y participar en actos de idolatría. ¡Qué triste sería eso!

El apóstol Pablo nunca adoró ídolos. Así que a él no le molestaba la conciencia
cuando compraba carne en el mercado que había sido sacrificada a ídolos. Él
sabía que un ídolo no era nada. Pero algunos de sus hermanos habían adorado
esos mismos ídolos antes de hacerse cristianos. Ellos se habrían sentido
culpables comiendo esa carne. Para ellos habría sido como compartir mesa con
los ídolos. La  opinión de los hermanos era importante para Pablo. Él estaba
dispuesto a sacrificar sus derechos por el bien de los demás. No queremos ser
desconsiderados y pensar: “Si ese hermano se ofende con lo que yo hago, el
problema es suyo”. Por otro lado, si somos nosotros los que nos ofendemos
fácilmente por lo que hacen los demás, debemos pedirle a Jehová que nos
ayude a ser más razonables.

Hasta ahora, hemos visto que tenemos que hacer feliz a Jehová y tener en
cuenta la opinión de los hermanos.

(3) “¿HE PEDIDO CONSEJO?”. Puede que los ancianos no  hayan pasado por la
misma situación que nosotros, pero ellos conocen a mucha gente. Puede que
conozcan a alguien que sí haya pasado por esa situación y sepan cómo la
manejó. O  puede que sepan el efecto que tuvo en otros esa decisión. Por

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ejemplo, quizá recuerden cómo reaccionó la congregación la última vez que
alguien fue a una boda o a un funeral en una iglesia.

Otra situación en la que los hermanos a menudo les piden consejo a los
ancianos tiene que ver con el uso de las fracciones sanguíneas. “¿Deberíamos
aceptarlas o no?”. El Cuerpo Gobernante no quiere imponerles su conciencia a
los hermanos. ¿Qué dice la Biblia? Bueno, sabemos que dice que nos
abstengamos de la sangre. Pero, cuando se divide en fracciones y estas se
dividen en fracciones cada vez más pequeñas, ¿en qué momento la sangre deja
de ser sangre? Cada uno tiene que decidir por sí mismo. Puede que algunos
piensen: “Bueno, si es una fracción tan tan pequeñita, yo no tengo problema en
aceptarla”. Pero otros dirán: “A mí me da igual. Viene de la sangre. No  la
quiero”. Y también se debe respetar ese punto de vista. Pongamos un ejemplo: el
aire está compuesto de nitrógeno y oxígeno. Esos dos gases componen el 99 %
del aire. Así que queda un 1%. El 1% está compuesto de una variedad de gases:
dióxido de carbono, hidrógeno, neón… fracciones pequeñas. Cuando hablen
sobre este tema, los ancianos deben tener cuidado. No  deben influir en los
hermanos dando su opinión personal. Por ejemplo, diciendo: “Yo no aceptaría
ninguna”. Deberían limitarse a ayudar a los hermanos a entender los principios
bíblicos, para que ellos tomen su decisión.

Bueno, ¿por dónde vamos? Queremos hacer feliz a Jehová, tener en cuenta la
opinión de nuestros hermanos y pedir consejo.

(4) “¿SAQUÉ TIEMPO PARA ORAR Y MEDITAR ANTES DE TOMAR LA


DECISIÓN?”. La meta es hacer feliz a Jehová. No queremos tomar una decisión
precipitada y luego pedirle que la bendiga. Es  mejor pedirle guía a Jehová
primero que pedirle que bendiga una decisión que ya hemos tomado. ¿Alguna
vez ha escuchado esto?: “A mí mi conciencia me lo permite”. Pero pensemos:
¿cómo llegó a esa conclusión? ¿Siguió los cuatro pasos que ya mencionamos?
¿Buscó información para saber qué haría feliz a Jehová? ¿Pensó en el efecto que
tendría en otros? ¿Pidió consejo? ¿Oró y meditó antes de tomar su decisión, o
solo está haciendo lo que a él le parece bien? No se trata de hacer lo que nos
parezca bien, sino de tener una conciencia entrenada por la Biblia. Voy a
repetirlo: no  se trata de hacer lo que nos parezca bien, sino de tener una
conciencia entrenada por la Biblia. Tenemos que entrenar nuestra conciencia de
acuerdo con los principios bíblicos. A  Pablo no  le molestaba la conciencia
mientras perseguía a los cristianos. Él pensaba que le estaba haciendo un favor a
Dios. Pero, cuando se dio cuenta de cómo veía Jehová las cosas, supo que tenía

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que cambiar. Debemos asegurarnos de saber lo que Jehová piensa sobre los
asuntos. Recuerden lo que dice Jeremías 17:9. Es muy sencillo pero muy cierto.
Jeremías 17:9. Dice:

Jeremías 17:9 — El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa y es


desesperado. ¿Quién puede conocerlo?

El  corazón es traicionero. Las emociones podrían traicionarnos sin darnos


cuenta. Por ejemplo, cuando expulsan a alguien de nuestra familia. Si el familiar
no  vive en nuestra casa, sabemos que tenemos que limitar el trato con él a lo
estrictamente necesario. Si  no  estábamos muy unidos, tal vez eso no  sea un
problema. Pero supongamos que la familia estaba muy unida, entonces no  es
tan sencillo. Si  nos dejamos llevar por las emociones en vez de seguir los
principios bíblicos, podríamos estirar el significado de “lo estrictamente
necesario” para que incluya casi cualquier cosa. El corazón es traicionero.

Hacernos las cuatro preguntas que ya analizamos nos ayudará a tomar decisiones
basadas en los principios de la Biblia en vez de simplemente dejarnos llevar por los
sentimientos.

Veamos ahora cómo unos cristianos maduros siguen estos principios y cómo los
ayudan los ancianos. Las ENTREVISTAS que vamos a escuchar tratan sobre bodas
y funerales, un tema delicado en muchas culturas, como podrán ver.

En Japón, hay rituales religiosos relacionados con


cada etapa de la vida y con cada estación del
año. Los testigos de Jehová queremos que la
congregación esté siempre unida y limpia.
Hay un asunto relacionado con esto que
Shiro Hayasaki
JAPÓN suele ser muy delicado: CUANDO HAY QUE DECIDIR
SI ASISTIR O NO AL FUNERAL DE ALGUIEN QUE NO ES TESTIGO.

(1) Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de decidir si ir


a un funeral es si va a haber ritos religiosos o actos de
adoración que la Biblia condena. De  acuerdo con lo que dice
2 Corintios 6:14, no queremos participar en formas de adoración
pagana.

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(2) Además, aunque no  participemos en ningún acto o ritual
religioso, tenemos que tener en cuenta si nuestra decisión de
asistir al funeral hará tropezar a otros en la congregación.
Queremos seguir el principio bíblico de Lucas 17:2, y así evitar
que otros en la congregación se sientan mal por culpa de nuestras
decisiones.
(3) Lo  tercero en lo que hay que pensar es en nuestra propia
conciencia. Tenemos que pensar seriamente en el principio
bíblico de Gálatas 6:5, que dice que cada uno debe llevar su
propia carga de responsabilidad. Los ancianos también deben
recordar este principio cuando aconsejan a otros. Claro está, los hermanos
pueden preguntarles cuando tengan alguna duda sobre los funerales. Pero
los ancianos deben recordar que en asuntos de conciencia no pueden tomar
decisiones por los demás. Así que no sería correcto establecer normas sobre
asistir a funerales de personas que no son Testigos.

Cuando cada hermano toma sus decisiones basándose en los principios de la


Biblia, en la congregación se respira un ambiente de paz y tranquilidad, y se
respetan las circunstancias de cada uno. Esto es algo que une mucho a los
hermanos. Así todos pueden tener la conciencia tranquila y seguir sirviendo a
Jehová con alegría.

“No se pongan bajo un yugo desigual con los no creyentes”.


2 Corintios 6:14

“Sería preferible para él que le colgaran al cuello una piedra de


molino y lo lanzaran al mar a que él hiciera tropezar a uno de
estos pequeños.”
Lucas 17:2

“Porque cada uno llevará su propia carga de responsabilidad.”


Gálatas 6:5

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En mi cultura, la oshiwambo, de Namibia, como en muchas otras
culturas africanas, hay muchas costumbres espiritistas relacionadas
con las bodas, que se practican el día de la celebración. En  mi
familia, soy la única testigo de Jehová. Así que Ben y yo estábamos
muy preocupados, porque ellos no entienden nuestra adoración a
Monica Hogel
Dios ni que sigamos lo que dice la Biblia en vez de sus NAMIBIA
tradiciones. Después de comprometernos, empezó la
pandemia. Como nuestra boda sería por videoconferencia,
no podríamos tener el control sobre todo lo que pudiera pasar.
Así que…

✴ Pensamos en posibles situaciones que pudieran hacer tropezar a los hermanos


y afectar a la congregación.
✴ Repasamos algunos principios bíblicos que pudieran ayudarnos en nuestro caso.
También nos resultó muy útil hablar con un anciano de experiencia. Él nos
mencionó un consejo que está en Proverbios 14:15. Nos dijo que no  nos
confiáramos cuando alguien dijera “Voy a hacer esto o no voy a hacer lo otro en
la boda”.
La  verdad es que era nuestra responsabilidad asegurarnos
de que todo lo que se hiciera en nuestra boda estuviera de
acuerdo con los principios bíblicos. Otro principio que
tuvimos en cuenta fue el de 1  Corintios 10:23. Nosotros
sabíamos que teníamos derecho a hacer muchas cosas,
pero también debíamos tener presente lo que pensarían los hermanos sobre
nuestra boda. No  queríamos que ningún invitado a nuestra boda se sintiera
incómodo o incluso que tropezara.

Tenemos muy buenos recuerdos de aquel día. Todo salió muy


bien. Obedecer los consejos de la Biblia no  significa que
no  podamos divertirnos. Seguir los principios de la Biblia une
mucho a los hermanos. Todos los que asistieron a nuestra boda
disfrutaron mucho del día. No tienes que preocuparte pensando
“¿Pasará algo que ofenda a los demás?”. Disfrutas del día y solo
te quedan buenos recuerdos.

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Como vieron, los hermanos de muchos países tienen que tomar decisiones difíciles
sobre el tema de las bodas y los funerales. La  ayuda de los ancianos es muy
valiosa. Algunos médicos se quejan de que sus pacientes Testigos se contradicen
entre ellos, porque no todos opinan lo mismo sobre ciertos tratamientos médicos.
Tal vez un Testigo dice que acepta algunas fracciones o tratamientos, y su doctor
piensa que ya sabe lo que creen todos los Testigos. Pero entonces llega otro Testigo
que los rechaza todos. Y  el médico se confunde. Esos médicos no  entienden el
papel de la conciencia. Y no debería preocuparnos que ellos no entiendan por qué
tenemos distintos puntos de vista. A nosotros nos alegra mucho tener un Dios que
nos da la libertad de tomar nuestras propias decisiones.

El  apóstol Pablo mencionó CUATRO(4) CUALIDADES QUE NOS AYUDARÁN A


MANTENER EL VÍNCULO DE LA PAZ. Vamos a ver cuáles son en Efesios, capítulo
4. Y nos centraremos en el versículo 2. Vamos a buscar Efesios 4:2. Cuando leímos
los versículos 3 a 6 antes, vimos que a Pablo le importaba mucho la unidad.
Pensaba mucho en ello. Y  ahora nos dice que estas cuatro cualidades nos van a
ayudar a mantener la unidad. El 3 decía: “Hagan todo lo posible por mantener la
unidad del espíritu”. Tenemos que esforzarnos mucho por promover la unidad.
Versículo 2: “Sean […] humildes, apacibles y pacientes; sopórtense unos a otros
con amor”. ¡Qué bonito! ¿Cuáles son las cualidades? Humildad, apacibilidad,
paciencia y amor.

Cuando somos humildes, reconocemos que no  siempre tenemos la razón.


La humildad también evitará que les impongamos nuestra conciencia a los demás
como si Jehová nos hubiera nombrado jueces sobre ellos. ¿Y  qué hay de la
apacibilidad? Nos ayudará a pensar en el efecto que puedan tener nuestras
palabras en los demás. No queremos hacerles daño, ni siquiera cuando no estamos
de acuerdo con ellos. También queremos darles el beneficio de la duda. Si alguien
le dice algo que le molesta mucho, ore antes de hablar. Ore antes de hablar. “El
amor cubre una multitud de pecados” y fomenta la paz en la congregación.
¿Verdad que agradecemos que los demás sean pacientes con nosotros? Pues
nosotros debemos ser pacientes con ellos, porque cada uno progresa a un ritmo
diferente en sentido espiritual. Tenemos que recordarlo.

Bueno, ya hemos hablado de tomar decisiones que hagan feliz a Jehová. Pero
también podemos hacer feliz a Jehová fomentando la paz en la congregación. Y, a
veces, para conseguirlo hay que esforzarse mucho. A  veces hay que trabajar y
poner de nuestra parte para que haya paz en la congregación.

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¿Qué hay de los ancianos? Ellos son un ejemplo de lo que es trabajar unidos.
Cuando se expresen, siempre deben reflejar esa unidad. Si  no  lo hacen, la
congregación verá que están divididos, y eso hará que los hermanos se sientan
incómodos. Cuando no  estén de acuerdo, deben solucionarlo en privado,
tratándose siempre con mucho respeto. Que alguien no  esté de acuerdo con
nosotros no lo convierte en una mala persona. Nunca olvidemos eso. Y, si alguien
tiene una opinión diferente a la nuestra, eso puede enseñarnos algo. Puede ser que
nosotros tengamos que darle una vuelta más al asunto. Siempre hay que pensar
que la otra persona puede tener razón.

¿Y nosotros, los publicadores? Si nos está costando llevarnos bien con alguien, en
vez de pedirle a Jehová que esa persona cambie, deberíamos pedirle que nos
moldee a nosotros, como el Gran Alfarero que es. Pidámosle que nos muestre por
qué trajo a esa persona a la congregación. Recordemos lo que dijo Jesús: “Nadie
puede venir a mí a menos que el Padre […] lo traiga”. ¿Qué ve Jehová en esa
persona que yo no estoy viendo? Todos tenemos la responsabilidad de contribuir a
que haya paz y unidad en la congregación. Que Jehová bendiga nuestro esfuerzo
por lograrlo.

Gracias, hermano Splane, por ese alentador discurso. Estamos


decididos a hacer nuestra parte para proteger nuestro “vínculo de la
paz”. En esta sesión aprendimos lecciones muy valiosas. ¿Y qué nos
esperará en la siguiente? El  tema del día se basa en Romanos
15:13, que dice en parte: “Que el Dios que da esperanza los llene
de felicidad y paz”. Veremos una serie de siete discursos que trata sobre siervos de
Dios que sembraron y cosecharon paz. Y  deseamos invitar a todos los que
podamos a escuchar el discurso público, titulado “¿Cómo puede hacerse amigo de
Dios?”.

Y ahora cantemos juntos la canción número 113, que nos ayuda a entender lo que
significa tener la paz de Dios.

4:50 Canción 113: La paz del pueblo de Dios y oración de conclusión

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