Bosquejo Prédica 22 de Noviembre

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BOSQUEJO PRÉDICA 22 DE NOVIEMBRE

PASTOR JOSÉ ORDOÑEZ

Presentado a: Prof. Gloria Cruz de Ewert

Presentado por: Carolina Rincón Jurado

Bucaramanga, 22 de noviembre de 2020


Título del Mensaje:

EL MAL ABOGADO

Texto Base:

1 de Juan 2: 2-6

2 Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero, si alguno
peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. 2 Él es el sacrificio
por el perdón de  nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de
[a]

todo el mundo.


¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus
mandamientos. 4 El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos,
es un mentiroso y no tiene la verdad. 5 En cambio, el amor de Dios se manifiesta
plenamente  en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que
[b]

estamos unidos a él: 6 el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.

Introducción:

Esta epístola la escribe Pablo desde la isla de Patmos y en ella hace que
consideremos el por qué existen los pastores: porque vivimos en un mundo
corrupto, diseñado para pecar. Ellos nos predican la Palabra de Dios, que nos
confronta con el pecado, para pedir perdón al señor Jesucristo, nuestro intercesor
ante el Padre y nuestro abogado.

Si salimos a la calle nos damos cuenta de cuánto pecado hay por todas partes y
aún en la casa o en cualquier lugar, porque el corazón humano está cargado de
carnalidad.

Dios libra al pecador del pecado por medio de la obra de la cruz “les escribo esto
para que no pequen”
A la iglesia vamos a ser confrontados por el pecado. Por eso cuando el pastor
predica la Palabra de Dios sentimos como una espada de doble filo que traspasa
nuestro corazón.

El apóstol Pedro dice en Hebreos 10:25 “No dejemos de congregarnos, como


acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón
ahora que vemos que aquel día se acerca”. El congregarnos es una práctica
espiritual que nos ayuda a estar cerca de Dios. Igualmente, la oración. Si lo
dejamos de hacer, hay un enfriamiento espiritual que los demás notarán.

I. Pecados involuntarios.

Pecamos sin querer y corresponde a nuestro ADN de pecador. “En pecado me


concibió mi madre” Salmo 51:5

Salmo 19: 12-13 ¿Quién está consciente de sus propios errores? Perdóname por
aquellos de los que no soy consciente. Libra a tu siervo de pecar a sabiendas. No
permitas que tales pecados me dominen.

Un ejemplo de pecado involuntario: los sueños eróticos. El enemigo tiene


injerencia en nuestra mente y pone sueños que, aunque no nacen de nuestra
voluntad, son malos o torcidos. El Espíritu Santo nos confronta.

II. Pecar a sabiendas o pecados voluntariamente cometidos.

Hay unos pecados que cometemos porque “nos gustan”

Le debemos pedir al Señor que nos libre de los pecados que yo quiero cometer. El
consejo es “orar para no caer en tentación” Mateo 26:41. Ejemplo: el chismecito, la
burla.

Ejemplo: la ofensa (en algunas ocasiones cuando no nos proponemos a ofender):


ofendemos con lo que hablamos, herimos a las personas. Debemos aprender a
quedarnos callados, ser más analítico y cauto.

Pecados no premeditados: son pecados que no se pensaron y que lo que


demuestran es falta de dominio propio. Ejemplo: decir groserías cuando nos
disgustamos.

III. Abogado tenemos a Jesucristo el justo


El Señor es un abogado que intercede y que va constantemente ante el Padre a
pedir por nosotros. Por su intercesión somos perdonados.

Anclarnos a la cruz: esto lo permite solamente estar en constante comunicación


con Dios. Cuando nos alejamos de los principios cristianos al oír el mensaje de la
Palabra, empezamos a cambiar para mal, es decir a pecar.

Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor: a Jesucristo el justo.


(Versículo 2)

IV. Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios: Obedecemos sus


mandamientos. (Versículo 3)

- Venir a la iglesia, no te hace cristiano


- Que recitemos los versículos como lora, no nos hace cristiano
- Que seamos hijos de cristianos no nos hace cristianos
- Que escuchemos las prédicas no nos hace cristianos

Esas cosas son prácticas. La evidencia de Cristo en la vida de una persona es


hacer lo que Dios me pide. Los frutos sí dan cuenta. Cuando hago real en mi vida
la Palabra de Dios, guardo sus mandamientos, eso si da cuenta de que hemos
llegado a conocer a Dios.

Evidenciamos a Cristo en nuestra vida es cuando vivimos de acuerdo a lo que


Dios ha establecido para nosotros. Ejemplo: mi familia dice de mí que he
cambiado, que ya no grito, no peleo.

El que dice que conoce a Dios, pero no obedece sus mandamientos, es un


mentiroso, y no tiene la verdad (Versículo 4). Nuestra vida debe ir en consonancia
con lo que pregonamos: que somos cristianos.

Las emociones no son suficientes para decir que conocemos a Dios. Por eso es
que la predicación de su Palabra, no nos debe hacer sentir solamente bien, sino
que nos debe incluso inquietar, o hacernos sentir mal, porque el Espíritu da
convencimiento de pecado.

Evangelio light es aquel no predica santidad, que no lleva al arrepentimiento de las


malas acciones, sino, por ejemplo: la prosperidad. Los pastores deben predicar la
cruz de Cristo y la confrontación con el pecado. Que el cristiano se sienta mal por
pecar y que busque el perdón de los pecados a través de Cristo.

V. El amor de Dios se manifiesta el amor plenamente en sus vidas.


Viven una vida para reflejar el amor y brindarlo a todos cuantos le rodean. La cruz
de Cristo sana y dejamos las prácticas pecaminosas.

Nadie tiene más amor de éste que da su vida por los demás (Juan 15:13). Son
personas para las que toda obra para bien. “Todo lo que pase en mi vida, obra
para bien”

Cuando practicamos paciencia con quienes son difíciles, es porque Dios nos
permite que con nuestro comportamiento y amor les ganemos para Cristo. Por
esto no debemos devolver mal por mal.

Salmo 23: 6: Ciertamente la bondad y el amor me seguirán todos los días de mi


vida y en la casa del Señor habitaré por siempre

De este modo sabemos que estamos unidos a él. El que afirma que permanece en
él debe vivir cómo él vivió (Versículos 5 y 6). Este es el abogado que Dios dispuso
para nosotros.

VI. El mal abogado

Ilustración: El hombre que pasó 5 meses en la cárcel por no saber que su fianza
era solo de dos dólares. El abogado no le informó que solo debía pagar tan solo
dos dólares.

Así hay gente en la vida: no saben que tienen un mal abogado y que su enorme
deuda alguien la pagó. Su libertad es gratis. Como el tipo de la ilustración que no
sabía que con tan poco podía ser libre, así algunas personas que son prisioneros
con vida miserable, no han hablado con el abogado, con el buen abogado que nos
habla el apóstol Juan, que nos pide nada más sino nuestro arrepentimiento. Ese
abogado le dijo al Padre, que pagaría con su sacrificio, el altísimo precio de los
pecados de la humanidad.

Aplicación: 

Cada vez que pequemos voluntariamente, involuntariamente, cualquier clase de


pecado, él va constantemente ante Dios. Solo tenemos que hablar con ese
amoroso abogado, acudir a la cruz con genuino arrepentimiento y no volverlo a
hacer más.
Conclusión: 

Todo está pago y podemos disfrutar del regalo de la gracia. Podemos empezar
una nueva vida en Cristo. No debemos desaprovechar el regalo que nos da el
Señor

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