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y de
5
índice:
Introducción
David R. Maciel y Gustavo García 1 1
El cinematógrafo Lumiére 17
Hacia un cine mexicano
Aurelio de los Reyes 11
Los precursores del cine en México
Carlos Noriega Hope 31
El cine mudo en México, Adriana
Campos, Federico Dávalos, Esperanza
V ázquez y María Antonieta de la Vega 3Q
Doce películas cómicas del cine mudo
Miguel Angel Morales 55
ós
Cómo se hace una película vitafónica en
México, Carlos Noriega Hope
�--
�·
La cinematografía nacional
Gabriel Soria ÓQ
México en el cine: La obra de Eisenstein,
perdida, Alfonso Reyes 75
La trilogía revolucionaria de Fernando
de Fuentes, J ohn Mraz 7Q
Cantinflas al set, Salvador Novo QQ
La invención de México: el estilo estético
de Emilio Fernández y Gabriel Figueroa,
Charles Ramírez Berg 107
La mitad de la pantalla: La mujer en el
cine mexicano en los años cuarenta
Joanne Herschfield. 1'27
,,
Del Peñón de las Animas al Jagüey de
las Ruinas, Carlos Monsiváis. 153
Buñuel ante el cine mexicano,
Tomás Pérez Turrent. 177
La década perdida, el cine mexicano de
los cincuentas, Gustavo García
El sindicalismo en el cine
Catherine Macotela '235
1968 el movimiento estudiantil y el cine
Arturo Garmendia 2Ó5
El cine mexicano en la encrucijada
Jorge Ayala Blanco
A su ve1 el cine mexicano ha tenido una relación muy estrecha con otras manifesta
ciones culturales, la literatura, el teatro, la danza, las artes plásticas, el folklore, y la
música. Todas las artes mexicanas forman parte íntegra y se reflejan íntimamente en
la cinematografía mexicana.
En las primeras décadas del cine mexicano, la crítica se caracterizó por ser notas
informativas y de estilo descriptivo Dichos comentarios y noticias sobre aspectos
del cine mexicano son la memoria y fuente más importante sobre los inicios y la
etapa de desarrollo del cine mexicano ya que lamentablemente se han perdido un
gran número de películas de este período
1
! dad cinematográfica, sino ofreciera un análisis de autor. En esos años se reúne un
notable grupo de intelectuales y funda una Otro hecho que ayudó a fomentar la crí
revista titulada Nuevo Cine Mexicano, tica fue el desarrollo del Centro Univer
Carlos Monsiváis contribuye con ensa sitario de Estudios Cinematográficos
yos que ubican al cine mexicano en su (CUEC) de la UNAM, en el cual se em
contexto social, cultural y político. Emi pezaron a dictar cursos y conferencias
lio García Riera empieza sistemáti sobre la crítica cinematográfica.
camente a documentar el desarrollo del
cine nacional. Su esfuerzo daría fruto a En diversas carreras en la UNAM y la
la obra pionera de varios tomos: Histo Universidad Iberoamericana se empiezan
ria Documental del Cine Mexicano. Jor a ofrecer cursos sobre cine en disciplinas
ge Ayala Blanco publica un estudio d á como sociología, ciencias políticas, pe
sico La Aventura del Cine Mexicano, riodismo y comunicación; incluso varios
subsecuentemente en diversos trabajos críticos en la actualidad son de estas pri
enfoca e] tema de la ideología, las ten meras generaciones de alumnos univer
dencias y las características del cine sitarios.
mexicano �n toda su historia.
En la década de 1980 hay mucha activi
Al distanciarse estos críticos forman las dad y desarrollo de la crítica ante todo
primeras dos escuelas de crítica de cine por miembros de los dos grupos de Emi
mexicano. Desde sus inicios hasta la fe lio García Riera y Jorge Ayala Blanco.
cha sus diferencias son agudas tanto en Del primero fundan la revista Dicine que
3
estudio como contenido de sus críticas. tendrá una larga trayectoria de artículos
Es mas, con el tiempo se engendró una de fondo, reseñas de estrenos, entrevis
fuerte rivalidad y hasta una relación an tas y crónicas de festivales y eventos que
tagónica entre los dos grupos. se leen en sus casi cien números. Dicine
apoya y se mantiene cerca del cine esta
En la década de 1970 aparecen otras re tal, sus artículos son mas breves, incluye
vistas de crítica del cine mexicano como entrevistas con realizadores mexicanos y
Primer Plano. La de más trascendencia extranjeros y logra sobrevivir por varios
fue la publicada por el Fondo de Cultura años.
Económica, con el nombre de Otro Cine.
Los suplementos culturales de varios pe Con diferente propuesta surge a la luz la
riódicos y revistas aportan crítica y notas revista especializada Intolerancia, que se
importantes. El más influyente fue sin caracterizó por números temáticos, artí
duda el suplemento de la revista Siem culos mas extensos de método e interpre
pre!, "México en la Cultura", coordina tación independiente y generalmente de
do por Carlos Monsiváis. tono iconoclástico y agresivo.
Otro acontecimiento de trascendencia es la fundación del Centro de Estudios Cine
matográficos en la Universidad de Guadalajara por Emilio García Riera, Eduardo de
la Vega, y otros investigadores. Se establece un ambicioso programa de investiga
ción y publicaciones sobre diversos aspectos del cine mexicano. En términos del
número de publicaciones, sin duda es el proyecto editorial que más ha publicado,
ante todo en formato de libros de historia, biografías y entrevistas con realizadores.
Durante la década de 1990 aparece otra revista especializada de crítica de cine mexi
cano y universal: Nitrato de Plata fundada por José María Espinaza. Paralelamente
se observa un notable "boom" de estudio y crítica de cine mexicano en libros, revis-
. tas, notas, reseñas y entrevistas con miembros del mundo del cine mexicano. Y no
sólo se palpa este proceso en la capital sino también en la provincia. Ya existe un
buen número de investigadores que en la actualidad están estudiando el cine mexica
no en la provincia.
Los compiladores de esta antología reconocen que de ninguna manera esta obra com
prende todos los temas, géneros y períodos históricos del cine mexicano. Esta tarea
sería más que difícil para un libro de un solo volumen. Aun así, nos parece que por la
.calidad de los ensayos y la autorizada opinión de los autores, este libro podrá propor
cionar tanto al público en general como a los especialistas una mirada novedosa
hacia el mundo mágico del cine mexicano.
Gustavo García
David R. Maciel
El Monitor Republicano
Correspondió a ese periódico, fundado en 1844, dar la primera
noticia sobre la llegada del Cinematógrafo Lumiére a México, en
la página 3 de la edición del 16 de agosto de 1896, cuando ya los
agentes de los hermanos Lumiére habían ofrecido una función a
Porfirio Díaz y su gabinete una semana antes. Como era costum
bre entonces, la nota aparece sin firma y así se ha perdido la autoría
de la que podría considerarse la primera reseña cinematográfica.
La atención a los detalles de cada vista es un modelo de la función
didáctica que sería el reseñismo posterior como formador de un
público. El Monitor Republicano, reliquia del México de la Refor
ma, dejó de editarse unos meses después, en diciembre, avasalla
do por el periodismo moderno encarnado por El Imparcial.
El cinematógrafo Lutniére*
Antes de anoche se efectuó en los altos de la Droguería de Plateros (2a. Calle de
Plateros, número 9) una exhibición del aparato llamado "Cinematógrafo Lumiére",
exhibición dedicada a la prensa de esta capital.
7
Todas estas escenas son a cual más maravillosas.
8
En La. carga de coraceros se ve palpablemente la inmensa polvareda que levantan
los cascos de los caballos y que envuelve en densa nube el campo de operaciones.
La comida del niño es una escena del hogar de M. Auguste Lumiére, el inventor del
aparato. Se ven sentados a la mesa a M. Lumiére de una lado, su hijo, un niño de
corta edad, en medio y del otro a la señora de Lumiére. M. Lumiére da de comer
postres al niño, mientras su señora sirve el café.
La. salida de los talleres Lumiére representa el momento en que un número crecido
de obreros abandonan los talleres.
El regador y el muchacho es una escena chusca. El regador con una culebra de cau
cho irriga un jardín; el muchacho pisa la culebra para que no salga el agua y al
observar la boca del tubo el regador, el muchacho levante el pie y sale el agua con
fuerza bañando la cara del regador.
En todas estas escenas están perfectamente fotografiados los movimientos: hay vida
n atural y animación en ellos y todo produce un efecto por demás maravilloso.
Q
Aurelio de los Reyes (1945-), investigador universita
rio. La aparición de su libro Los orígenes del cine en México (1986-
1910), a principios de los setenta, renovó el interés por la zona
más nebulosa de la historia del cine mexicano, el periodo silente,
prácticamente intocado desde los registros que elaborara en los
cuarenta el periodista José María Sánchez García. Sus investiga
ciones han continuado hasta documentar con inmensa minucia desde
visiones panorámicas del periodo (los dos volúmenes de Cine y
sociedad en México 1896-1930, abarcan ahora hasta 1924) hasta
puntos específicos (Manuel Gamio y el cine, Con Villa en México).
El cine llegó a México ocho meses después de efectuada la primera exhibición públi
ca en París; fue el cinco de agosto de 1896, y la sesión estuvo dedicada al general
Porfirio Díaz y a su familia en el Castillo de Chapultepec. Hasta el 21 se dio una al
público, en la que se cobró un peso. Por �so seguramente asistió "lo mejor de la
sociedad", aunque muy pronto se popularizó.
Durante los años que van de 1896 a 1910, se volvió espectáculo cotidiano y uno de
los preferidos del público. En corto tiempo se difundió por ]as principales ciudades
del país, y para 1900 ya penetraba en los rincones más insospechados. En la capital,
un salón exhibidor se multiplicó por diez y nueve en el transcurso de cuatro años, los
que se distribuyeron estratégicamente por diversos rumbos de la ciudad. De un peso,
la admisión bajó a dos y tres centavos. Desde luego que contó con la simpatía de casi
todos los estratos sociales, exceptuando a los "intelectuales".
L
* Tomado de la Revista de Universidad de México Vol. XXVIII, Número 3, Noviembre de 1973, �
pp. 25-28.
Diversas crónicas nos describían cómo
se divertían las personas con el cine: La intención del cinematógrafo era cap
tar la realidad tal y como la veía el ojo
"... ahora hay otro momento muy curio humano. EJ nuevo espectáculo fue el pro
so por cierto, y más interesante... que e] ducto de experimentos científicos enca
desfile de carruajes, monótona procesión minados a registrar con mayor precisión
de ostentosa e insípida vanidad. Las ca el movimiento. Los camarógrafos nacio
lles de San Francisco y Plateros se llenan nales se propusieron captar la verdad,
de gentío pobre, popular, de los 'bajos conforme a la filosofía positivista de en
fondos' y en que van confundidos ele tonces, y la mayoría de las veces se dedi
mentos de la burguesía humilde. ¿No han caron a retratar e] mundo exterior.
visto nunca ustedes, poco después de Jas
nueve, la 'vuelta de] cinematógrafo'? Es Los enviados de los Lumiére que vinie
un regreso apacible y tranquilo, de la ron a México, marcaron el camino pues
multitud que se divirtió... 1 y los únicos to que, salvo Duelo a pistola las demás
[teatros que siempre atraen gente] ... son películas que filmaron mostraban diver
los cinematógrafos... Dios sabe cuándo sos aspectos de la vida cotidiana: El ge
pasará la boga del prodigioso aparato, ner al Porfirio Díaz a cab allo por
pero mientras pasa buen quehacer van a Chapultepec, Paseo por el canal de la
tener los señores de cualquier espectácu Viga, Traslado de la campana de la In
lo que sea, para derrotar a ese rey de to dependencia, Baño de caballos, Yunta de
dos. En fin, ya no debemos quejamos, ya bueyes, etcétera. Duelo a pistola, por el
tenemos diversiones a granel, muchos hecho de ser una reconstrucción, produ
teatros en competencia que nos permiten jo el enojo de El Popular, quien protestó
lucir toi1ettes elegantes; hemos llegado a porque a las personas se les iba "enga
lo que en París se Uama 'l' e111barras du ñar", puesto que no se les mostraba la
choix'. ¿Qué más queremos?" verdad; se quejaban que fueran personas
disfrazadas las que intervinieron en la fil
De 1896 a 1900 surgen tímidamente las mación.
características de lo que hemos dado en
llamar cine mexicano, diez años después De los títulos que sobresalen en esa épo
estas particularidades se desarro11an y de ca algunos se ocupan de los hechos sig
191 0 a 1913 se consolidan. Luego cam nificativos de la vida nacional, que cali
bia el gusto del público y la actitud de ]as ficaremos como películas "realistas":
autoridades frente al cine, y se adopta el Norte en Veracruz, Viaje del general Dfaz
melodrama (1917), y el primer cine mexi a Puebla, Simulacro de guerra, El Zóca
cano cae en el olvido. lo, etcétera. Un segundo lugar (lo) ocu-
pan las que mostraban los espectáculos de género chico: Don Juan Teno
rio, Bailes de Rosario Soler, La bailarina Rosita Tejada, y otras.
De los años 1896 a 1900, se apunta una tendencia dentro de (la) produc
ción nacional: captar la realidad exterior. Creemos que aparte de la in
fluencia del positivismo sobre los autores, hubo otro factor determinante:
lo artesanal de la producción y trashumancia de los autores-fotógrafos
exhibidores, que fueron los primeros empresarios cinematográficos.
b. la producción ordinaria
]3
al alimón, Enrique Rosas y los hermanos Alva; Desfile histórico del Centenario ( 191O);
Llegada del marqués de Polavieja a Veracruz (1910) y Entrega del uniforme de
Morelos (1910), todas de los hermanos Alva. - - �-- ---·
Respecto al grupo de las películas "realistas" de producción ordinaria, los temas son
diversos y en ellas se encuentran algunas con títulos en donde se incluye casi invaria
blemente el nombre del general Díaz. Creemos que los camarógrafos las tomaban
porque el General siempre fue una noticia y (una) curiosidad.
Respecto a las películas de "ficción", no creemos que se hayan dejado de "impresio
nar vistas" de los espectáculos del género chico, puesto que eran muy gustadas. De
bemos agregar las que produjo Enrique Rosas con argumentos en 1905, las de los
Moulinié, que irritaban las películas "mágicas" de los Meliés, y las de tema históri
co, que aparecen debido a la atmósfera conmemorativa de las fiestas del centenario
de la independencia.
Los "cuadros" de las fiestas del centenario mostraban el orden seguido por el desfile
durante su recorrido por la ciudad.
14
mes de octubre, cuando Madero asume la responsabilidad.
Hacia un cine mexicano
El cine pronto entra en escena. Por lo pronto, los enviados de Madero repartieron
boletos al "pueblo" para que asistiera gratis a cinematógrafo, y de ese modo festejara
la llegada del caudillo Jo primeros días de junio de 1911.
Para darnos una idea del auge del espectáculo durante el maderismo, baste decir que
en abril de 1911 se anunciaban quince salas, y para 1912 aumentaron a 22, sin contar
las carpas distribuidas por diversos rumbos de la ciudad.
Durante el porfirismo las autoridades nada hicieron por implantar una censura a los
espectáculos: zarzuela, sesiones de música, de magia y de prestidigitación. Al decir
de la prensa, los espectáculos no eran precisamente edificantes, y para 1908 los em
presarios, sin duda empujados por la competencia, introdujeron otro tipo de varieda
des, el "Music Hall" y los bailes "sicalípticos" que dieron mucho de que hablar: "en
]a Academia Metropolitana debutó una bailarina llamada Sapho, que 'se la ganó' y
con creces la noche de su debut; la anunciaron sicalíptica, y los sicalípticos se tiraron
su plancha, puesto que Sapho es una bailarina como para que la vean personas de-
centes... " 3
Las autoridades porfirianas nada hicieron por la "moralización" del cine,
se limitaron a velar por la "higiene y seguridad" de los espectadores. No así
durante el maderismo. Ahora se iba desempeñar un papel activo en cuanto
a la "higiene del espíritu" del "bajo pueblo", y tratarían de alejarlo de los
4
vicios y de las "bajas pasiones". Para esto se nombraron inspectores, em
pezaron a usarse las películas "morales" como medio educativo.
1)5
En junio de 1912 se inició una inspección de los espectáculos, y "el gobier-
no del Distrito, en atención a la inmoralidad que existía en las variedades...
acordó clausurar dicho centro (Cine Pathé) imponiendo una multa... al pro- L
3. "Palos de tcgo". EL Disloque, martes 17-Xl-1908, p. 2.
4. "México se quedará sin cinematógrafos". Nueva Era, jueves 5 de octubre de 1911, p. 2.
pietario y... a la coupletista que con sus bailes y palabras de doble sentido divertía
5
hasta rabiar a los tandófilos del rumbo". Hubo más clausuras, multas y encarcela
mientos. Los cines moderaron el tono de sus espectáculos. No se registraron nuevos
incidentes hasta febrero de 1913, cuando tuvo lugar la famosa "decena trágica".
Después se relajó la autoridad, aumentó su corrupción y venalidad, y los cines se
convirtieron en campo de acción para muchas cosas.
7
de Belén con el o�jeto de distraer y ense-
las que se encuentran varias pertenecien ñar a los presos."
tes a conocidas familias de la clase me
dia, habían formado una agrupación con
el nombre de la heroína francesa "Juana
í2
de Arco", y que habían recorrido las ca
lles de la metrópoli durante las últimas Otro aspecto interesante del maderismo
manifestaciones con toda corrección y es el movimiento obrero. Las mujeres y
buen juicio .... Se nos dice que... se pro los hombres de la clase media se organi-
ponen lanzar su candidato a la presiden zaron. Ellas hasta insinuaron que pedi-
11
cia de la República" rían el voto, lo que hizo pensar seriamente
a la antigua generación. Los obreros se
El editorialista de El mundo ilustrado se reunían y creaban mutualidades varias.
quejó del olvido en que caía el lema Hubo agrupaciones muy importantes,
porfiriano de "poca política y más admi como el llamado "Club Cuitláhuac", que
nistración", y que la preocupación por el llegó a adquirir toda una mansión para
"asunto público" abarcaba a todos los hacerla centro de reunión de sus
estratos sociales incluyendo a su sirvienta agremiados y, por supuesto, "cuenta con
11. "El club liberal Juana de Arco". Gil Blas, martes 6-VI-191 1, p. 3.
12. Carlos González Peña. "Politiquerías". El Mundo Ilustrado, 2 4 -VI- 1911, contraportada.
13. "Centros y reuniones", El Intransigente, sábado 20-VI-1912.
14. "Cinematógrafo en Belén". Nueva Era, viernes 2-VIII-1912, p. 6.
dos grandes salones, uno de los cuales se destinará a exhibiciones de
cinematógrafo,
15
representaciones teatrales, etcétera ... y el otro a bajJes
populares". Otros obreros se declararon en huelga u organizaron sesio
nes de filmes en algún local de la fabrica para arbitrarse fondos. Invitaron
a "los chicos de la prensa" que quedaron complacidos y los elogiaron por
16
su espíritu altruista. Unos más invitaron a Madero para que asistiera a
exhibiciones destinadas
17
al beneficio del personal que laboraba en un sa
lón de espectáculos.
...... ...........
,
....... .......
', .
'
hol,
t,,;¡ ¡
a) las de Revolución.
15. "El club poHtico recreativo de los obreros populares". Gil Bias, viernes 21-VU-1911, p. 2.
16. "Espectáculos". El Diario, domingo 26-11-1911, p. 4.
17. ''Teatrales", El siglo, jueves 23-XJ- 1911, p. 6.
18. "Espectáculos", El Diario, jueves 25-V-1911, p. 6.
Hacia un cine mexicano
diario decía que" ... en la cinta [figuran] los preliminares de las negocia-
ciones de paz. Se tomó también el grupo que formaban los cabecillas y
representantes del Gobierno... puede verse perfectamente a Madero,
Vázquez G6mez, Orozco Villa y a varios periodistas, así como al repre-
19
sentante del Gobierno... " El primero de junio, el periódico agrega que
había llenos y que el público se entusiasmaba mucho y aplaudía a rabiar.
)°>ara el 14 de junio se anunciaba que se exhibiría el viaje de Madero de
Ciudad Juárez hasta la capital, y el que hizo de la Ciudad de México a
20
Cuernavaca. En julio se propamaba la película de la campaña electoral
2 22
de Madero por el sur del país , la de Los sucesos sangrientos de Puebla
enfrentamiento entre maderistas y federales, que dejó un saldo de l 70
µiuertos. En agosto de l 912 se exhibió La Revolución Orozquista, de 1,500
ptetros de largo; en noviembre la que se tomó del alzamiento de Félix
píaz en Veracruz y en 1913, el 2 de marzo, la Semana trágica en México,
que mostraba a los capitalinos los efectos del golpe huertista.
Por muchos motivos, la época del maderismo fue la "edad dorada del cine mudo
mexicano".
Creemos que las características que hemos señalado no se encuentran en las pelícu
las de otros países, lo que las hace típicamente mexicanas, a más de ser impresionan
tes documentos históricos que muestran un acontecimiento singular: la Revolución
Mexicana.
30
Carlos Noriega Hope (1836-1935)
La relación de Carlos Noriega Hope con el cine parece estar mar
cada desde sus fechas de nacimiento y muerte, que coinciden con
la llegada del Cinematógrafo Lumiére a México y con el primer
año auspicioso de la inminente industria cinematográfica (1935 es
el año de ¡Vámonos con Pancho Villa!, Lafamilia Dressel, Martín
Garatuza y Celos). En el lapso se desarrolla una vida fascinada por
el cine: participa con el arqueólogo Manuel Gamio en el registro
cinematográfico de las excavaciones en Teotihuacán, viaja a
Hollywood en 1920 y de esa visita y su contacto con el naciente
cine mudo mexicano surge el primer libro de cine en México, el
mundo de las sombras, de donde se tomó el texto que aquí se pre
senta. Director de El Universal Ilustrado en los veinte, abre sus
páginas a la primera y más constante crítica de cine, Luz Alba
(pseudónimo de Cube Bonifant) y a varios futuros cineastas por
medio de la sección "La Novela Semanal". Dirige la película Los
chicos de la prensa (1921), donde desahoga su gusto por el perio
dismo, por el cine y por la comedia al estilo norteamericano, y
promueve la filmación de la primera versión sonora de Santa (1931)
de la que es el guionista.
A veces he pensado emprender una encuesta entre los escasos productores de pelícu
las nacionales porque sería realmente curioso pesar todas las contestaciones. Alguno
diría, atuzándose el mostacho, sedoso y perfumado:
31
- Nosotros las hacemos por negocio y por afición.
¡,
cenas como se grababan hace diez años en los viejos talleres de
1, Gaumont y de Pathé. Por el contrario suele admirar la técnica
americana y va frecuentemente al cine para recibir la muda ins
trucción de los cine-fotográfos extranjeros, a quienes (¡rara vez!)
considera infinitamente superiores. Quizás por todo esto don Ju
lio Lamadrid derrote, dentro de poco a tpucho tiempo, a los de
más eficientes y respetables cine-fotógrafos de México.
33
senderos del arte, fueron materializadas en varias líneas, escritas
unas debajo de las otras, de las que llamamos versos a la edad de
los quince, de la primera novia y de las páginas cortas y
desgarbadas de algún periódico de prov�ncia que se encuentra a
nuestra disposición.
Don José Manuel Ramos optó después por otros senderos artísti
cos o pseudoartísticos un poco más humildes, pero también mu
cho más solitarios, y se lanzó con todo el fardo de su optimismo,
su melena y su temperamento, a las cuestiones cinematográficas.
Por ahora tiene en su haber tres películas nacionales, más o me
nos buenas, ciertos conocimientos respecto a la dirección cine
matográfica. Porque debemos deplorar hondamente la poca intui
ción de don José Manuel Ramos, que no posee por desgracia la
ciencia infusa de la cinematografía, el talento intuitivo y sobrena
tural de muchos otros cinematófilos de México, que conocen al
detalle todos los secretos del lente sin que sus claros cerebros,
perfumados por la brisa salobre de la inteligencia, hayan menes
ter de libros, consejos y enseñanzas.
l.___�·----�-�----'
-
principalmente por su indumentaria y secundariamente por sus obras. Don
Carlos González es artista pintor, y sus obras son mejores que su indumen
taria, generalmente. Comenzó ilustrando prosas volcánicas y versos cojos
en aquellos lejanos periódicos que muchos jóvenes hacíamos en la Prepa
ratoria, con grave detrimento de la física y el inglés. Sus dibujos se halla
ban a la misma altura de nuestras prosas, y no obstante Carlos González
creía ser un Aubrey Beardsley autóctono. Allí, en "Bohemia", Carlos
González principió el ascenso de la montaña del arte, y hasta hace poco, de
la misma manera que Ramos, se internó por los abandonados senderos del
cine. Hizo también varias películas con un eclecticismo cinematográfico
encomiable, puesto que tan pronto "dirigía" una escena, como "actuaba"
frente al lente o bien "manipuleaba" sustituyendo al rollizo Lamadrid que,
frecuentemente, hacía gesticulaciones a un metro del objetivo.
Este trío de bohemios que he descrito incoloramente, son, para mí, los ver
daderos precursores de la cinematografía nacional. Ignoro si la vida los
arroje para siempre, como ahora sucede con dos de ellos, al tranquilo
remanso de la burocracia y del anonimismo, pero de cualquier manera que
34
sea, por el simple hecho de haber logrado Tepeyac, merecen mis más entu
siastas parabienes.
Por estas consideraciones mis amigos Lamadrid, González y Ramos tienen para mí
una importancia de precursores en la cinematografía mexicana. Quizás dentro de
cincuenta años, cuando el cine se haya desarrollado con una fuerza incontrastable,
sus nombres sean casi tan respetables como los de Ambrosio en Italia. Pathé en
Francia y Thomas H. Jnce en Norteamérica, aún cuando ellos, como buenos mexica
nos, no sean magnates ni cosas parecidas, sino pobres diablos que exprimieron sus
ideas en la juventud y que no tienen ni una idea ni un peso que exprimir en la vejez.
Pero hoy es ya tiempo de hablar más concretamente. Lamadrid ha hecho una nueva
película y ha solicitado de mí "una poca de publicidad". Esta es la historia de siem
pre: en la cinematografía todo es publicidad y muchas gentes encubren el deseo de
ver su nombre en linotipo bajo ciertos disfraces sociales que me guardo en describir.
No obstante en esta ocasión, mi amigo Lamadrid quiere que (yo) hable de su última
película, y no tengo empacho en ello, porque Lamadrid merece, de todos nosotros
35
que somos entusiastas por el cine, mucha publicidad, demasiada publicidad, siquiera
porque es entusiasta, es pobre, es artista y tiene muy mal genio.
- Señor Lamadrid -le dije- nosotros debemos ser, ante todo, verídicos. Su película es
un trozo de la vida nacional y debe ser cruel para ser exacta. No tema usted a la
verdad porque sólo la verdad puede salvar su película y darle dinero.
-Aquí -exclama- murieron dos caballos y dos toros. Los primeros por las cornadas y
los segundos por los golpes.
Los precursores del cine en México
- Señor: los mejores actores dramáticos son aquellos que saben morir
horriblemente, amar espontáneamente y matar sangrientamente. Las
mejores películas son aquellas donde a fuerza de mistificaciones, se
logra dar la mayor impresión de realidad. En Corawnes del mundo
hay soldados sin cabeza y amontonamiento informe de cadáveres,
porque la guerra se hace con sangre. Usted debería haber mostrado
ese jaripeo con todas sus bellezas y todas sus fealdades, porque el
arte no sólo es lo bello sino también lo deforme. Esto no se lo perdo
no...
3/
Adriana Campos, Federico Dávalos, Es
peranza Vázquez y María Antonieta de la
Vega, estudiaban la carrera de Periodismo y Ciencias de la Co
municación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la
UNAM a mediados de los setenta. Agrupados primero en el semi
nario de tesis de Cine Mexicano impartido por Emilio García Rie
ra, y luego en el área de investigación de la Filmoteca de la UNAM,
escribieron la siguiente historia del cine mudo para canalizar los
hallazgos que habían hecho en sus investigaciones. Como tal se
publicó en la revista Cine, de la Cineteca Nacional, en los números
14 y 15 (marzo y abril de 1979).
Para Aurelio de los Reyes, puede dividirse la producción muda en dos etapas: la
primera, de 1896 a 1916 en la que predomina el documental; la segunda, de 1917 a
1930, en la que se filman de preferencia argumentos.
La novedad fue traída al país por C.J. Von Bemard y Gabriel Veyre, empleados de los
Lumiére. La primera exhibición se llevó a cabo en el entresuelo de la droguería
Plateros, situada en la calle del mismo nombre (ahora avenida Madero) que era la
más elegante del centro de la capital. En esa función se proyectaron vistas como
Llegada de un tren, La comida del niño, Salida de los talleres Lumiére, etcétera.
Al partir los franceses que trajeron el cine dejan el proyector y las películas
ya conocidas; se llevan, en cambio, alrededor de veinte vistas tornadas al
general Díaz en diferentes aspectos de su vida pública y privada. Inmediata
mente surgen entusiastas empresarios que multiplican los lugares de exhibi
ción cinematográfica. Muchos locales sólo eran carpas que se improvisaban
en cualquier plaza.
El cine mudo en México
4
Otra película ambiciosa es Entrevista Díaz-Taft (l º de octubre de 1909, El Paso,
Texas, EUA), que reseña las pláticas de los mandatarios mexicano y norteamericano
en la frontera de ambos países. El documental fue filmado por los hermanos Alva
(Salvador, Guillermo y Eduardo, con quienes solía colaborar su tío Ramón), consta
de tres rollos (3,200 metros) y está dividido en 37 partes o secuencias.
ambiciosas a la manera de Rosas, como Viaje de Madero al sur del país, Los
sucesos sangrientos de Puebla y Revolución orozquista. Jesús H. Abitia si
guió toda la trayectoria del general Alvaro Obregón. Algunas de las vistas
tomadas por él están contenidas en Epopeyas de la Revolución Mexicana,
largometraje editado en 1963. Por su parte, Salvador Toscano recopiló un
importante material, parte del cual su hija Carmen Toscano de Moreno Sánchez
incluiría en Memorias de un mexicano, editada en 1950.
43
políticos que aparecían en las pantallas eran aplaudidos o abucheados según
la opinión de los asistentes y las alternativas del momento político. Así, por
"alterar el orden público", empezaron las trabas a la exhibición de esa clase
de material que, en consecuencia, fue dejando paulatinamente de producirse.
Si bien en este agitado período el público mexicano mostraba profundo inte
rés en las "vistas" documentales de la contienda, también era un entusiasta
de las películas francesas e italianas. El Gran Salón Mexicano, la Academia
•
Metropolitana, la Sala Pathé y el Salón Rojo son algunas de las salas más
importantes de ese entonces.
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Entre 1917 y 1930 se logran producir, de manera bastante irregular, más de cien
largometrajes. Un somero repaso de la producción revela, sobre todo, el entusiasmo
de numerosos aficionados que no hicieron más de una o dos películas. Hubo intentos
que tuvieron mayor formalidad y compañías que inc1uso llegaron a contar con sus
propios laboratorios y estudios de filmación (aunque pocas veces produjeron más de
cinco películas). Se pretendía crear un floreciente negocio a la manera de Hollywood
o de la industria italiana. Si no se pudo establecer tal industria se debió a la fuerte
competencia del cine extranjero y a los precarios recursos económicos disponibles.
44
las veladas referencias a las núlicias zapatistas como ''fracciones sediciosas"
o bien como "los elementos que asolaron al país y durante varios años
cometieron toda clase de atropellos" en algunas películas: Alas abiertas
(Luis Lezama, 1990) y El caporal (Miguel Contreras Torres, Juan Canals
de Homes, Rafael Bermúdez Z., 1921).
Son muy escasos los ejemplos de cine de argumento filmados antes de 1917. Don
Salvador Toscano afirma haber hecho, en el año de 1898, un brevísimo Don Juan
Tenorio que contenía las escenas más sobresalientes tomadas directamente de una
representación teatral. José María Sánchez García menciona El San Lunes del Vale
dor, comedia producida en los primeros años de nuestro siglo sobre un borrachín que
con el enorme disgusto de una verdulera, pretende enamorar a su bella hija. También
conocemos un corto histórico-patriótico realizado en 1908 por Felipe de Jesús Haro
con fotografías de los hermanos Alva titulado El grito de Dolores (en Memorias de
un mexicano aparece un fragmento de esta cinta).
Otro plagio flagrante del cine italiano fue Maciste turista (Santiago J. Sie
rra, 1917) inspirado en el personaje homónimo que popularizó la película
Cabiria (Piero Fosco, 1914).
El primer esfuerzo con claro sentido industrial fue realizado en 1917 por la
Azteca Film, compañía organizada por la cantante de zarzuela y escritora
Mimí Derba, asociada con el fotógrafo Enrique Rosas. La empresa, que
tenía sus propios estudios, produjo en ese año cinco melodramas (En de
fensa propia, La tigresa, Alma de sacrificio, La soñadora y En la sombra)
cuyas constantes temáticas fueron los tormentosos triángulos amorosos y
las pasiones que llegaron a la locura. La empresa no resultó del todo pro
ductiva y fue disuelta. Se dice que el general constitucionalista Pablo
González dio a la Azteca Film un respaldo decisivo.
47
La demasiada poderosa competencia de los monopolios de Hollywood acabó for
zando el retiro de Camus de la producción en 1921.
El automóvil gris (1919), la película más ambiciosa y tal vez la más importante del
cine mudo mexicano, era una serie de quince episodios con pretensiones documenta
les. Narraba los atracos cometidos desde 1916 en residencias de familias adineradas
por unos asaltantes con uniforme carrancista que tripulaban un automóvil gris. La
impunidad inicial de la banda se debía a los nexos que guardaba con representantes
de altas esferas gubernamentales. Para calmar a la opinión pública, se detuvo y se
fusiló a algunos de los asaltantes. Las escenas documentales del ajusticiamiento,
incluidas al final de la cinta, fueron filmadas por Enrique Rosas y funcionaron como
punto de partida del proyecto.
El prurito realista y documental de Rosas se explicaba por la necesi
dad de armonizar las partes filmadas basadas en el guión con el
material documental del fusilamiento. Esto lo llevó a filmar la cinta
por largos meses en los lugares reales de los acontecimientos, ofre
ciendo de paso una interesante visión de la ciudad de México de
fines de la segunda década de nuestro siglo. El señor Juan Manuel
Cabrera, jefe policíaco responsable de la aprehensión de los crimi
nales, proporcionó documentación y participó también en la pelícu
la representándose a sí mismo. Tal parece que algunos episodios de
la serie no llegaron a exhibirse en su momento por sus implicaciones
políticas.
El éxito del Automóvil gris, dirigida por Enrique Rosas, Joaquín Coss
y Juan Canals de Homs, se debió no sólo a la resonancia de los acon
tecimientos referidos (lo que también aseguró cierto éxito a La ban
da del automóvil, dirigido en 1919 por Ernesto Vollrath e inspirada
por el mismo suceso policíaco), sino también a sus notables virtudes
cinematográficas. En los años treinta se le incorporó una banda so
nora no muy afortunada y se redujo su duración a la del largometraje
convencional. Esta última es la versión que se conserva en la actua
lidad.
Si en los primeros tiempos del cine mexicano solía resumirse en una sola
persona el trinomio exhibidor-distribuidor-productor, en los veintes es cada
vez más claro el divorcio entre esas funciones, especialmente el de los pro
ductores que enfrentan los intereses conjugados de exhibidores y distribuido
res. Hollywood había desatado una agresiva política de expansión cinemato
gráfica, que implicaba el establecimiento de sucursales de sus casas
distribuidoras en el mundo entero a cargo de gerentes estadounidenses, el apoyo
a exhibidores nacionales para que promovieran las cintas norteamericanas y
la fundación de órganos de prensa que exaltaran las virtudes de Ja cinemato
grafía hollywoodense.
Al cerrarse los estudios Camus, otros intentos de mantener una producción sistemá
tica y continua de cintas estuvieron a cargo de los hermanos Carlos y Jorge Stahl,
Manuel R. Ojeda, Eduardo Urriola y Miguel Contreras Torres. El camarógrafo Jesús
Abitia construyó los estudios donde posteriormente, al dárseles el nombre de Méxi
co Films, se rodarían algunas de las primeras cintas sonoras. Ojeda y Urriola, asocia-
dos con el actor Manuel Arvide, fundaron a mediados de
los años veintes una cadena cinematográfica (Artistas Uni
dos de México) de la que surgirían algunos artistas para sus
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producciones.
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50
jamás elaboró en la época una política específicamente ci
nematográfica.
5
nora en 1926) y Raza de bronce (realizada en Mexicali en 1927) resalta el aliento
indigenista. Pionero del cine sonoro (Dios y ley, 1929), Calles tendría en él una esca-
sa ejecutoria.
Ernesto Vollrath, cineasta de origen alemán, ligó su carrera al destino de los estudios
Camus. Alternaba melodramas burgueses (Amnesia y Carmen, de 1921) con cintas
costumbristas de tema rural: La parcela (1921), basada en una novela de José López
Portillo y Rojas, sobre un conflicto de tierras entre dos hacendados, y En la hacienda
(1921), sobre la explotación campesina.
Manuel R. Ojeda dirigió El Cristo de oro (1926) y Conspiración (1927), dos cintas
de ambiente colonial y El coloso de mármol (1928), en la que se ponderaban los
logros de los gobiernos surgidos de la Revolución.
Contrasta con las vehemencias revolucionarias de los años veinte la obra del inge
niero Gustavo Sáenz de Sici]ia, personaje aristocratizante de tendencias conservado-
ras y fascistas que se reflejaron en sus cintas Atavismo ( 1923), Un drama
en la aristocracia (1925), La boda de Rosario (1929). En la última, de
ambiente campirano, actúa don Carlos Rincón Gallardo, Marqués de
Guadalupe; su historia exalta las jerarquías y las tradiciones que priva
ban en la vida de las haciendas.
Distribución y exhibid
La distribución cinematográfica corría a cargo de las casas alquiladoras y distribuidoras
de películas que tenían contratos con empresas extranjeras y con productores mexi
canos; algunas de ellas, además poseían cadenas de exhibición. Alvarez Arrondo y
Cía., Germán Camus y la Compañía Manufacturera de Películas son algunas de las
empresas distribuidoras más conocidas.
En aquella época, el Circuito Granat, de los hermanos Jacobo y Bernardo Granat, era
la más poderosa casa exhibidora. Su cadena constaba de ocho salones, entre ellos el
Salón Rojo y el Olimpia, considerados los más lujosos de la capital.
Miguel Angel Morales (1953-)
Periodista e investigador de la cultura popular mexicana del siglo
XX, ha publicado sus rescates, semblanzas de artistas olvidados
e historias secretas del mundo del espectáculo de los veinte a los
sesenta en los periódicos El Nacional, Unomásuno y Reforma.
Es el autor de los libros Cómicos de México (1987) y Cantinflas,
amo de las carpas (1996) y de un Diccionario artístico de Méxi
co, Siglo XX, inédito.
l . Manuel Mañón. Historia del Teatro Principal. Editorial Cultura. 1993, p. 301.
2. Citado por Ángel Miguel en "Tablada en el cinematógrafo". Revista Biblioteca
de México, número 17, sep-octub. de 1993.
Un impuesto al diez por ciento a los teatros y el voraz monopolio del empresario
cinematográfico Jacobo Granat fueron criticados por Manuel Mañón, magno histo
riador del Teatro Principal. Con la colaboración de su compañero de periódico An
tonio Gu1mánAguilera, futuro Guz Águila, llevó a escena El diez por ciento ( 1917),
en el cual ataca a Granat, sobre todo por su devastadora manía de derribar foros para
instalar pantallas. El cómico Manuel Tamés (padre del actor del mismo nombre que
despuntó como El indio Régulo), lanzaba en plena escena del Principal:
¿No sabes que en la pantalla sólo sus delicias halla(n) nuestra hez?
José Vigi] y Robles, quien después descollaría como compositor. Ninguno de los
quince barítonos y de los diecinueve bajos fueron famosos, solamente Eduardo
Arozamena (después director de cine mudo y actor incidental en numerosas cintas
dentro del cine sonoro) y Francisco Gavilanes (toda una leyenda en el teatro ligero,
pero con mínima intervención cinematográfica). En cuanto a los tenores cómicos,
Eduardo Bachiller, Carlos Obregón, Anastasio Otero y Ricardo Pardavé, ninguno
tuvo presencia en el celuloide. Ninguna actriz y un sólo actor: Miguel Inclán (posi
ble padre del actor que caracterizó villanos) se destacó en el cine.
Los más representativos y afamados cómicos de los últimos años del siglo
XIX y los primeros del presente fueron los hispanos Francisco Gavilanes y
Etelvina Rodríguez. Junto a ellos, otros dos artistas extranjeros pero cuya
estirpe está en el arte circense: Ricardo Bell y Vicente Enhart. La figura
tutelar de finales de Jos diez y de toda la década de los veinte en los cines
mexicanos fue, sin duda, Charles Chaplin, cuyos cortos y largometrajes
eran seguidos con especial atención por toda la sociedad. No era extrafio,
pues, que se organizaron concursos entre los pequeñines para ver quien se
le parecía y que en el teatro subiera a escena Chaplin político o que Eduar
do "El Chato" Rugama interpretara un Chaplin candidato (1920). Con tan
ta idolatría, era de esperarse el surgimiento de los actores plagiarios que se
creían ]a encarnación de la estrella cinematográfica: Fernando Navarro
"Timoteo" y Charles Amador (en la época sonora salió otro "Chaplin mexi
cano": Raúl Guerrero). Para contrarrestar la arrasadora chaplinomanía, en
el terreno cinematográfico, se Je opuso nacionalistamente Leopoldo
Beristáin, un prófugo de la compafiía de Virginia Fábregas quien encontró
fama, dinero y desprestigio en los populares teatros de la ciudad de Méxi
co, donde proliferaría la revista mexicana que ganaría terreno a la presti
giada zarzuela española. Salvo el caso del mítico Leopoldo Beristáin, los
productores desaprovecharon las figuras de los otros grandes cómicos tea
trales (algunos aceptaron papeles secundarísimos), sobre todo aquellos que,
como Roberto "El Panzón" Soto, practicaron un corrosivo teatro político
que, obviamente, el cine mudo no registró.
La ficha de las siguientes doce películas mudas está elaborada a partir de las conside
radas cómicas aunque -como se verá en una de éstas- intervino gente ajena a la
farándula. El mencionar a los cómicos teatrales que intervinieron en el cine mudo
hubiera alargado la presente lista. El año inmediatamente después del título, se
refiere a la fecha de exhibición, y cuando existe el asterisco es que se trata del año de
su producción.
5
Su a1Tollador éxito en el Principal y otros teatros explica el aparecer en Ga
vilanes aplastado por una aplanadora, en la cual era inopinadamente aplas
tado en una calle céntrica por una aplanadora. "Se empleaba para tal efecto,
8
el recurso de suspender la toma mientras se colocaba, en lugar del actor, un
muñeco recortado, dando la impresión de un cuerpo reducido a un plano.
Luego un transeúnte caritativo daba a Paco un cigarrillo de "El Buen Tono",
marca en boga, y después de arrojar el humo, que aspiraba alguien detrás del
muñeco, veíamos surgir a Gavilanes, vivo y 6bailando alegremente, en medio
de las estruendosas carcajadas del público."
Cinta producida por The American Amusement Co. En el diario El Popular, del 26
de julio de 1907, apareció la siguiente inserción del Salón Montecarlo: "Para la no
che de hoy anuncia la empresa de este Salón, el estreno de la primera vista cómica
hecha en México por The American Amusement Co., y representada por los conoci
dos artistas Tip Top, F. Haro y Pedro Vera... está tomada en los principales parajes de
7
nuestro hermoso Bosque."
Existe nula información del cómico Tip Top, por lo que supongo que es un actor
extranjero. De Pedro Vera escasos rastros pero no de Jesús Felipe Haro, quien ese
año además de interpretar al padre Miguel Hidalgo y Costilla en El grito de la Inde
pendencia, dirigió esta cinta muda estrenada en septiembre de 1907. Posteriormente
también dirigió y escribió el argumento de la cinta muda Fatal orgullo (1916).
7. Idem.
El acto cómico por Bel! y Martineti (1908).
El historiador Manuel Mañón señala que a finales del siglo pasado además de los
hispanos Francisco Gavilanes y Etelvina Rodríguez, fue "el genial clown Ricardo
8
Bell quien sobrepasara en comicidad a los dos grandes artistas citados."
Nacido en 1858 en Inglaten-a, Ricardo Bell llegó por primera vez a México al lado de
su padre en 1867. En nuestro país trabajó a partir de 1880 en el Circo Teatro Orrin,
de los hermanos Jorge y Eduardo Orrin, quienes alternaron la actuación con la espe
culación de terrenos urbanos. El primero de septiembre de 1906 inauguró el Gran
Circo Ricardo Bell. AJ estallar la revolución, se expatrió en Nueva York, donde
murió en 191 l.
El acto cómico por Bell y Martineti pudo haber sido filmado durante o después de la
inauguración en el Gran Circo Ricardo Be11. De Martineti no tengo la menor refe
rencia.
Los cómicos Maximiliano Rosales y Rafael Herrera Robinson fueron muy populares
durante la década de los diez, por lo que es 9explicable que hayan grabado varias
canciones, sketches y el famoso "San Lunes".
En 1911 intervendrían, uno como catrín y el otro como payo en esta cinta
de la que no existe registro hemerográfico, pero que fue producida y dirigi
o
da por Indalecio Noriega, súbdito español dedicado al comercio en el esta
do de Guanajuato. Noriega patentó el 10 de octubre de 1911 un invento
similar al cinematógrafo inglés Jolly (el cual sincronizaba imagen y soni
do) al cual denominó El cine-sono sin-crono, "útil aparato del cinemató
grafo y el fonógrafo" que incluía "esencialmente dos agujas que se mueven
sobre un cuadrante: una de acuerdo con el fonógrafo y la otra de acuerdo al
. , f 10
cmematogra o."
11. Aurelio de los Reyes. Cine y sociedad. Tomo I (l 896-1920). UNAM. 1983.
Viaje redondo (1920)
Dirigida por José Manuel Ramos con argumento basado en una obra de Car
los Noriega Hope; producida en J 919 por Agustín Martínez. Fotografía Julio
Lamadrid; intépretes Leopoldo Beristáin, Lucinda Joya, los cómicos Manuel
y Alfonso "Pompín" Iglesias, la tiple Alicia Pérez, Armando Pérez y Joaquín
Pardavé, quien aún no despuntaba como actor cómico.
61_
Los descendientes del payaso inglés-mexicano Ricardo Bell (1858-1911) se
asociaron con Jesús H. Abitia, en la Bell-Abitia Cinemas, para producir esta
cinta, filmada en Guadalajara, Jalisco, a finales de J 922; dirección y fotogra
fía: Jesús H. Abitia. Argumento Alberto o Celia Bel1; intérpretes: Jorge, Óscar.
Ricardo, Eduardo, Estela, Nelly, Celia, el niño Eduardo Bell y Amalia F. de
Bell, entre otros. Una gacetilla informaba que el asunto "...es por demás inte-
3
de los veinte y treinta. Su trayectoria en el cine es deprimente: fue el detective
Maclavo en la cinta muda La banda del automóvil gris (1919) e intervino en
papeles secundarios en películas del cine sonoro.
14. Federico Dávalos Orozco y Esperanza Vázquez Bernal. Filmografía general del
cine mexicano (1906-193 I). Universidad Autónoma de Puebla. 1985.
15. Jdem.
Charles Amador (quien interpretó a Pill Otto Malo), intervinieron Carmen Ortiz,
16
Elías D. Hanan, Roberto Guevara y la tiple Carmen Desfassiaux.
Terrible pesadilla describe, al igual que años después, la cantinflesca cinta Un día
con el diablo, los sueños de un indigente, en este caso Charles Amador. Amador
nació en Guadalajara, Jalisco, en 1898. Fue hijo del ilustre tapatío José María Ama
dor, funcionario del ayuntamiento local. En 1901 la familia se trasladó a Los Ánge
les, donde a los veinte años decide imitar a Charles Chaplin, quien lo acusó11
legal-
mente. En 1925 actuó en un corto de dos rollos, titulado A day in Tijuana.
16. ldem.
17. Guillermo Vaidovits. El cine mudo en Guadalajara. Universidad de Guadalajara.
1989.
Cómo se hace una película
VitafólliCa en México*
Carlos Noriega Hope
Un patio colonial y en él una docena de jóvenes be11as y alegres porque se han lanza
do a la vida aventurera, a la aventura erótica por el destino que les ha correspondido
interpretar. Se está filmando Santa, la novela de don Federico Gamboa y la escena
representa la casa de doña Elvira, refugio del amor nocturno donde Santa ha caído
después de su revés de amor con su novio Marcelino.
Lupita Tovar ensaya una escena con Carlos Orellana. Éste, que hace el papel de
Hipólito, está ciego por arte y gracia de Antonio Moreno. Miramos y miramos sus
ojos: ¿Cuál es el truco de esta caracterización? No lo sabemos, pero Orellana por
unas horas está completamente ciego; no solamente no ve, sino que sus ademanes,
sus gestos, sus expresiones, denuncian en él al hombre que no ha visto la luz del sol.
Sabíamos que era simpático y que entre las mujeres tenía fama de hombre
guapo, pero ahora sabemos más: que Antonio Moreno, como cualquier otro
mortal, tiene sus arranques de mal humor y cuando se molesta hay que oír
lo que dice en español, en inglés y lo que se calla, pero todo hay que discul-
Cómo se hace una película vitafónica en México
Para nosotros ha sido una novedad acudir a la filmación de Santa. Novedad por
muchos conceptos: primero, poder apreciar con nuestros propios ojos el complicado
mecanismo del cine vitafónico; segundo, ver iluminado por los reflectores cinemato
gráficos rostros conocidos, oyendo a la vez el rumor de la cámara y las voces españo
las; tercero, contemplar cómo se desarrolla la trama, la acción de una de las novelas
leídas con más gusto y que más sinceramente nos ha emocionado, y por último saber
que toda esta labor, que todo este esfuerzo está encaminado a fomentar la industria
cinematográfica en México. Y esta iniciación tan modestamente hecha, pero que
responde a las mayores exigencias del público y del mercado, constituirá una buena
réplica al Hollywood que fracasó en el cine hispanoparlante.
8
Gabriel Soria (1908-1971)
Se inició en el periodismo en los años veinte, como reportero de
Excélsior, empresa que lo becó en Estados Unidos, donde trabajó
para el Los Ángeles Examiner e ingresó al mundo del cine. Regre
só a México e introdujo la técnica del noticiario cinematográfico
sonorizado con el Noticiero Excélsior. También hizo documenta
les, ahora perdidos, sobre los avances agrícolas en el Tabasco do
minado por Tomás Garrido Canabal. Ganó notoriedad con los óp
timos resultados de su primer largometraje, Chucho el Roto (1934),
dirigiendo a Fernando Soler. Su carrera continuó exitosamente con
títulos como Martín Garatuza, Mater Nostra, ¡Ora, Ponciano!,
Mala yerba y La dama de las camelias. En pleno apogeo, en 1944,
decidió retirarse de la dirección y emigró a España, donde se dedi
có a la distribución de películas.
La Cinematografía nacional*
Por Gabriel Soria
70
dríamos el apogeo celuloidico de los pre películas: sentido común.
sentes días. Fue necesario el nacimiento
del cine sonoro en los Estados Unidos,
para que un grupo de valientes hombres
La cinematografía nacional
Viendo otro aspecto de la industria nacional -el cine de aquí de todas partes es
poliédrico y por lo tanto difícil de analizar todas sus facetas en un artículo de orien
tación como me propongo -ojalá lo consiga-. Viendo otro aspecto, repito, haremos
unos cuantos números para demostrar que las películas nacionales cuando son bue
nas, y en consecuencia, imanes de taquilla, rinden al productor ganancias, si no fabu
losas, si acariciantes.
Las películas que se hacen en México cuestan alrededor de cuarenta a cincuenta mil
pesos. Se han hecho muchas a un precio mucho mas bajo; pero el promedio no ha
excedido de las cantidades anotadas. Pues bien. Si una película que cuesta $40,000.00
es distribuida debidamente, solamente su exhibición en los cines de la capital y el
Distrito Federal, según estadísticas que no mienten, resarcen la cantidad invertida en
su manufactura, lo que significa que queden el resto de la República y el extranjero
para que la inversión se duplique, se triplique o se cuadruplique, según la calidad de
la banda.
La parte técnica
Hemos visto, someramente, nuestro cine como industria y como nego
7
cio; y ahora pasemos a la parte técnica para hablar, aunque sea a la
ligera, de quienes se esfuerzan por su florecimiento y su desarrollo.
Por lo que se refiere al segundo factor, los artistas, estamos en las mismas
condiciones que en cuanto a los directores, es decir, unos ya se han perfila
do como positivas posibilidades y otros se debaten en el proceloso mar de
las oportunidades para sobresalir del montón anónimo. No recuerdo los
nombres de todos los que ya se han impuesto por su trabajo, inteligencia y
percepción artística; pero al correr de la máquina y sin parar mientes en
categorías, mencionaré, como luminarias de nuestro cine, a Ramón Pereda,
Julio Villarreal, Alfredo del Diestro, Fernando y Domingo Soler, José Bohr,
Joaquín Busquets, Pepe Ortiz, Antonio Frausto, Carlos Orellana, Luis G.
Barreiro, Leopoldo Ortín, Joaquín Coss, Manuel Tamés, Pepito Martínez,
Enrique Herrera, Alfonso Ortiz Tirado, Miguel M. Delgado, Adriana Lamar,
Andrea Palma, Medea de Novara, María Luisa Zea, Lupita Gallardo, Auro
ra Cortés, Elisa Aspero, Virginia Fábregas, Elisa Robles, Beatriz Ramos,
Delia Magaña, Adela Jaloma, Adela Sequeyro, Margot Erbeya, Lucha Díaz,
Graciela Muñoz Peza, Lupita Tovar, Hilda Moreno, Conchita Ballesteros,
Rosa Arriaga, Consuelo Segarra, Luisa Obregón, Amparito Arozamena y
cincuenta mas que sería prolijo enumerar.
Para terminar con los responsables de la parte técnica, diré que contamos con tres
estudios: México Films, en Tacubaya, Nacional Productora de Películas, en el Paseo
de la Reforma, e Industrial Cinematográfica, en las Lomas de Chapultepec. Con tres
laboratorios: los de Jorge Stahl, los de la Nacional y los de Julio Lamadrid. Seis
técnicos de laboratorio: Jorge Stahl, Aniceto Ortega, Mark Kosnelikoff, Raúl S.
Argumendo, Amalia de Ortega y Julio Lamadrid. Dos cortadores y sincronizadores:
José Marino y Amalia de Ortega. Seis tomadores de fotofijas: Gabriel Figueroa,
Agustín Jiménez, Ezequiel Carrasco, Gabriel D. Rosas, Raúl S. Argumendo y Raúl
Martínez Solares, )' los siguientes argumentistas y adaptadores: Guz Águila, Rafael
Bermúdez, Rafael Portas, Miguel Ruiz, Fernando de Fuentes, Jorge Pezet, Pepe Ortiz,
Pablo Prida, Benito Riano, Chano Urueta, Arcady Boytler, José Bohr, Carlos Noriega
Hope, Eva Liminana, Mauricio Magdaleno, Juan Bustillo Oro, Miguel Zacarías,
Miguel Contreras Torres, Carlos de Nájera, e Isidro D. Olace.
73
nuestra industria en todas partes, y es mas increíble que
celuloides con el selJo mexicano atraigan mayor cantidad
de público a los salones del mundo que piensa y habla a
Dios en español, que los que salen de Hollywood a todo
vuelo y a todo costo.
En el término de dos años y medio escasos, la industria cinematográfica en México
ha progresado en forma casi fabulosa. Digo fabulosa, porque se ha ido cimentado
bajo bases tan firmes y recias, que en la actualidad está convertida en un negocio que
asciende a muchos miles de pesos. Hay quien se haya echado a cuestas la tarea de
hacer una revisión minuciosa y llegar a la conclusión, en números, de que las inver
siones que se han hecho desde Santa hasta nuestros días, ascienden a mas de cuatro
millones de pesos. 1933, puede decirse, fue el año que en México tomó verdadero
arraigo la cinematografía. Nuestros estudios produjeron películas malas y buenas,
pr�dominando, por desgracia, las primeras; pero, no obstante que al principio las
bandas cinefónicas denotaban los titubeos de directores, artistas y demás elementos,
en las postrimerías del año se exhibieron aciertos halagadores y encomiásticos.
74
Alfonso Reyes (1886-1959)El más destacado polígrafo de
México, incursionó en la poesía y el teatro, pero sobre todo en el
ensayo de diversa extensión y temática. Su interés por el cine se
manifestó desde los comentarios que escribiera en su exilio espa
ñol para EL Sol de Madrid en 1914, pero se extendieron a toda su
vida, de manera intermitente, en distintas formas. El ensayo de
Héctor Perea La caricia de Las formas/ Alfonso Reyes y el cine
(1988, Universidad Autónoma Metropolitana) analiza las maneras
en que Reyes estudió el hecho cinematográfico. La película de
Marisa Sistach, Anoche soñé contigo (1991), acredita su argumen
to como inspirado en el cuento de Reyes, La venganza creadora.
Reyes escribió el ensayo aquí presentado en 1932, precisamente
cuando Serguei Eisenstein había perdido ya el control sobre el
material filmado en México para ¡Que viva México!, estaba por
volver a la Unión Soviética y el productor Upton Sinclair converti
ría lo filmado en cortos turísticos. El ensayo, en apariencia, nunca
se publicó de otra manera que no fuera, en la recopilación de artí
culos A Lápiz (1923-1946), de editorial Stylo.
México en el Cine:
La obra de Eisenstein, perdida
Alfonso Reyes
76
con el conocido periodista Upton Sinclair el que hace años denunció los
escándalos del chorizo en Chicago, autor de Petróleo y otras obras de ata
que al capitalismore y con el pintor mexicano Diego Rivera, que dio de
México las descripciones más sugestivas y tentadoras, con la característica
magia de su charla.
7
Prólogo: Evocación del pasado y su supervivencia en el presente.
7
se extrae el "pulque", bebida nacional, sagrada entre los antiguos). La
vida en una hacienda pulguera ele los llanos de Apan. Al fondo, los
volcanes nevados. La existencia del peñón, sus luchas y sus fatigas. La
honda tristeza del campo. Los alardes del caballo. Las guitarras.
1932.
John MraZ.(1941- ) Investigador de la Universidad de
Puebla. Ha sido profesor visitante en diversas universidades de
Estados Unidos y Europa. Su obra se destaca por estudios de la
cinematografía latinoamericana. así como aspectos de la fotogra
fía en México. Es autor de los libros: Uprooted: Braceros in the
Hermanos Mayo Lens y La mirada inquieta. El nuevo
fotoperiodismo mexicano. Ha publicado también importantes e
imaginativos artículos sobre cine y fotografía en revistas de Méxi
co, Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
La trilogía revolucionaria de
Fernando de Fuentes*
••
John Mraz
¿Qué podemos aprender de historia a partir de las películas que Fernando de Fuentes
hizo sobre la Revolución Mexicana? Tradicionalmente los historiadores han consi
derado con mucho escepticismo las películas acerca del pasado. Tal vez una de las
instancias más extrañas es la premisa adoptada por el editor de un libro dedicado al
cine y la historia, quien afirmaba que "Toda película inspirada por la historia propor
1
ciona un escape al pasado... " No obstante la hipérbole, la afirmación refleja un
desdén típico por la historia en la pantalla. En la gran mayoría de las películas
históricas, este desdén está tan bien ganado como el desprecio expresado ante las
"sublimes anécdotas ejemplares" que componen la mayor parte de las películas acerca
2
de la Revolución Mexicana.
* Tomado de Nitrato de Plata: Revista de Cine, No. 18, pp. 12-29.
**Agradezco a Eli Bartra y David La France sus comentarios y críticas; también agradezco a la
Filmoteca de la UNAM por facilitarme copias de las películas y por hacerme los fotogramas. Como
nota metodológica, quizá valdría la pena señalar que las imágenes utilizadas en este artículo son
fotogramas que permiten la reproducción de encuadres y no fotofijas (production still) tomadas
para fines publicitarios. Aunque la publicación de fotofijas es la manera dominante de emplear
material gráfico en los estudios de cine, es puramente ilustrativa. Un riguroso uso de imágenes para
analizar películas requiere de la rel'roducción de fotogramas. (Nota de los Editores: dichos
fotogramas no aparecen en esta edición)
l. G.S. Metraux, "Editorial: When the Camera Took up History...", "Flashback: Films and History",
en Cultures, II, 1 (1974), p.9.
2. JorgeAyala Blanco, La aventura del cine mexicano, ERA, México, 1979, p. 26.
B1Bl10TECA
;J.u.:dino '3 F.iná.nd�z.
Sin embargo, por más históricamente falaces que sean muchas de estas pelí
culas, aun ellas pueden servir como objetos de un análisis de la época en que
fueron hechas. Ésta es la postura característica entre los historiadores que han
intentado "rescatar" el cine para su disciplina, ya que consideran que estas
películas dicen mucho más sobre el contexto en que fueron producidas que
3
sobre el pasado que pretenden representar. Este es un camino ya bastante
bien marcado en el estudio de la literatura, y es evidente que las películas de
De Fuentes reflejan el contexto ideológico en que fueron realizadas; en ese
sentido son mitos fílmico-históricos acerca de la Revolución.
3. Entre otros, véase "The Fiction Film and Historica1 Analysis" por Marc Ferro, y "Film in the
Classroom" por Bryan Haworth, en The Historian and the film, ed. por Paul Smith, Cambridge
University Press, Cambridge, 1976; Pierre Sorlin, The Film in History: Restaging the Past,
Totowa, Barnes & Noble, 1980; Marc Ferro, Cinema and History, tr. Naomi Greene, Wayne
University Press, Detroit, 1988. Para un ejemplo de esta metodología aplicada a películas históricas
sobre México, véase Paul Vanderwood, "The Image of Mexican Heroes in American Films", en
Film-Historia, ll, 3, 1992.
4. Véase, por ejemplo, el AHR Forum de Robert Resenstone, "History in Images/History in Words:
Reflections on the Possibility of Really Putting History onto Film", en American Historical
Review, 93, 5, diciembre de 1988, pp. 1 173-1227, y la sección de reseñas de películas "Film
Reviews" que ha publicado en el número de octubre del AHR Forum desde J 989, donde se centra
constantemente en el cine como discurso histórico. Véase también el artículo de Rosenstone,
"Walker. The Dramatic Film as Historical Truth", en Film-historia, 11, 1 , 1992, como un ejemplo de
esta perspectiva en relación con una película sobre América Latina.
La trilogía revolucionaria de Femando de Fuentes
5. Enrique Florescano, "La revolución mexicana bajo la mirada del revisionismo histórico", en El
nuevo pasado mexicano, Cal y arena, México, 1991, p. 71.
6. Véase Adolfo Gilly, "Memoria y olvido, razón y esperanza: sugerencias para el estudio de la
historia de las revoluciones", en Brecha, Núm. l , otoño de 1986.
7. Véase el primer número de Filmoteca, publicación de la filmoteca de la UNAM, que se dedicó
al tema de "El cine y la Revolución mexicana". Publicado en 1979, enumera sesenta películas en
"La Revolución mexicana: filmografía básica".
8. No quedo claro en qué medida De Fuentes concibió estas tres películas como una trilogía. Dado
que trata el mismo tema y fueron realizadas en épocas muy cercanas - y dado que De Fuentes no
volvió después al tema de la Revolución-, me he tomado la libertad de llamarlas una "trilogía". De
todas maneras son más una trilogía que las tres películas que Carl Mora intenta considerar: EL
compadre Mendoza, !Vámonos con Pancho Villa! y Allá en el rancho grande (1936). Véase Carl
Mora, Mexican Cinema: Reflections of a Society, 1896-1980, University of California, Berkeley,
1982, p. 43. Con Rancho Grande, De Fuentes abandonó definitivamente los intentos por hacer
cine serio; después de ésa, se dedicó a películas de género como Rancho (el charro cantante) y La
gallina clueca (la madre sacrificada). Véase mi ensayo sobre él en International Dictionary of
Films and Filmmakers-2: Directors, St. James Press, Chicago, 1991, pp. 199-200.
la guerra civil como, por ejemplo, lo había hecho Miguel Contreras Torres con la
primera película sonora sobre el tema, Revolución (La sombra de Pancho Villa),
cuyas "pretensiones patrióticas;J exaltadas" serían típicas de las películas sobre este
acontecimiento (y sobre Villa). Más bien, si se considera la trilogía en términos de
los muralistas, creo que las películas están más en el tono de Orozco que en el de
Rivera o Siqueiros: destacan el dolor y el tormento más que las transformaciones.
Exudan un desencanto por las fallas de la Revolución en lugar de celebrar sus logros.
Dos de las obras, El compadre Mendoza y ¡Vámonos con Pancho Villa! tratan el
asu:o.to de los ideales sociales a través de sus protagonistas, aunque la cuestión nunca
se desarrolló realmente.
9. Emilio García Riera, Historia documental del cine mexicano, tomo I, Era, México, 1969, p. 32.
La trilogía revolucionaria de Fernando de Fuentes
83
l O. Parece que Lázaro Cárdenas, ministro de guerra durante el régimen de Abelardo L. Rodríguez
(1932-34), ordenó que se retirara la película de la circulación porque la consideraba denigrante para
el ejército; véase Aurelio de los Reyes, Medio siglo de cine mexicano (1896-1947), Trillas, México,
1987, p. J 58. Emma Roldán, que en la película aparece como la madre del hijo liberado ·Y en la
vida real era esposa de Alfredo del Diestro, que actuó el papel de Carrasco- dijo: "Esta película se
la pasaron a Cárdenas y dijo que tenía que cambiar ese final." Eugenia Meyer, coord., Cuadernos
de la Cineteca Nacional: Testimonios para fa historia del cine mexicano, núm. 6, México,
Dirección de Cinematografía de la Secretaría de Gobernación, 1976, pp. 18-19; citado en Emilio
García Riera, Fernando de Fuemes (1894-1958), México, Cineteca Nacional, 1984, p. 20.
A pesar del retorno artificial al porfiriato en el final, el contexto representado
de El prisionero 13 es la época del gobierno de Huerta durante 1913 y 1914;
reseñistas contemporáneas como Luz Alba11y Denegri claramente identifica
ron la película como ubicada en esa época. Esto se representa directamente 12
por la fotografía de Huerta sobre la pared en el despacho de Carrasco. La
película ocurre en gran parte dentro de un escenario militar de campamentos,
despachos y cuarteles, lo cual refleja la militarización de la sociedad bajo
13
Huerta. El referente histórico en Elprisionero 13 desde luego es Huerta, ya
que el alcoholismo de Carrasco es una alusión clara al de Huerta; esto último
fue tan comentado que la esposa de un diplomático dijo en alguna ocasión 14
que los únicos extranjeros que Huerta conocía bien eran Hennessy y Martell.
En la narrativa visual, la presencia ubicua de la botella y la bala de cañón
sobre el escritorio de Carrasco es una alusión constante al alcohol y el mili
tarismo como las estructuras definitorias de su existencia.
Hay una falta notoria de detalles históricos en El prisionero 13. El vestuario tanto
civil como militar obviamente es de los años veinte y treinta de este siglo, lo cual tal
vez fue una de las razones por las que el ejército objetó a la imagen "denigrante" y
mandó retirar la película. Sin embargo, la carencia mayor en una película sobre la
Revolución es la falta de desarrollo de ideologías, intereses y clases en pugna. Las
metas políticas de los"conspiradores" que ejecuta Carrasco nunca se definen. Casi
todos están vestidos con ropa de clase media, salvo un padre y su hijo que parecen
ser del proletariado urbano. Además, la única declaración"política" en la película es
cuando el prisionero que parece ser el dirigente, Enrique Madariaga, grita"¡ Viva la
Revolución!" justo antes de ser fusilado.
Aparentemente, Prisionero 13 es la primera película que trata seriamente
la cuestión de la identidad mexicana. Esta era una cuestión fundamental
en la época, como se puede ver en la exploración de la mexicanidad por
los muralistas, así como en la publicación de Samuel Ramos de El perfil
del hombre y la cultura en México en 1934, primera indagación filosófica
de lo que sería una larga investigación acerca de "México y lo mexicano".
En su reseña de El prisionero 13, Juan Bustillo Oro (que después se con
virtió en un conocido director), decía que el cine mexicano había sido una
"imitación servil" del cine extranjero, porque había ignorado "temas que
son carne de nuestra carne y aliento de nuestra tierra dulce y al par terrible
tierra." Califica a El prisionero 13, como "la primera película mexicana"
porque sentía que era el primer paso hacia la creación de una identidad
nacional: "La primera tarea que está ante los mexicanos es la descubrirse
a sí mismos, con todas las consecuencias del descubrimiento y sin disi
mular nada de lo que él nos ilumine. Sólo descubriéndonos haremos nues
tra patria... El día que contemos con un teatro y un cine al parejo en valor
moral al descubierto con El Prisionero 13 podremos decir que empieza a
17
86
cuajar nuestra nacionalidad, que nos hemos salvado."
17. Juan Bustillo Oro, Ilustrado, 22 de junio de 1933; citado en García Riera, Fernando de
Fuentes, p. 95.
18. A.F.B., Filmográfico, marzo de 1934; citado en García Riera, Fernando de Fuentes, p. 103.
19. El Redondel, 8 de abril de 1934; citado en García Riera, Femando de Fuentes, p. 104.
La trilogía revolucionaria de Femando de Fuentes
8
foto de Carranza... cuando los carrancistas están presentes. Mendoza se casa con
Dolores, joven hija de un terrateniente arruinado. La noche de la boda son sorprendi
dos por los zapatistas. Está presente un oficial huertista, y Mendoza está a punto de
ser ejecutado junto a él. Lo salva un general zapatista que lo había conocido antes,
Felipe Nieto, de quien Rosalío y Dolores se hacen muy amigos durante sus frecuen
7
tes visitas a la hacienda. Con el tiempo, Rosalío invita a Felipe a ser el padrino de su
futuro hijo y él acepta. Felipe desarrolla un gran afecto por Dolores y por el niño que
lleva su nombre. Es evidente que a Dolores le atrae Felipe tanto como ella a él, pero
niegan su amor debido a sus relaciones con Rosalío. Los tiempos se ponen cada vez
más difíciles para los zapatistas y para Mendoza. El hacendado quiere irse a la ciu
dad de México, pero esto resulta imposible cuando se quema el tren que lleva toda su
cosecha. Temeroso por la seguridad de su familia, Mendoza acepta traicionar a Feli
pe, quien es muerto por los carrancistas cuando el hacendado huye con Dolores y su
hijo.
El final "cruel y macabro" de la película recibió muchos comentarios;
un entrevistador le preguntó a De Fuentes sobre ello a] día siguiente del
estreno en abril de 1934. Este le respondió que estaba buscando una
estética mexicana, no una copia de los "finales felices" de Hollywood.
"Creemos al público latino suficientemente culto y preparado para so
portar toda la crueldad y dureza de la realidad. Nada nos hubiera costa
do el desenredar la trama en forma tal que el desenlace fuera feliz como
estamos acostumbrados a verlo en las películas americanas [sic]; pero
es nuestra opinión que el cine mexicano debe ser fiel reflejo de nuestro
modo de ser adusto y trágico, si es que pretendemos darle perfiles ver
daderamente propios, i); no hacerlo una pobre imitación de Jo que nos
viene de Ho1lywood."
20. Entrevista anónima, "Lo que piensa Fernando de Fuentes de su película El compadre
Mendoza", en El Universal, 6 de abril de 1934; citado en García Riera, Fernando de Fuentes, p. 28.
21. Reseñas anónimas en El Cine Gráfico, l de abril de 1934, y en la sección "Cinefonías", en
Ilustrado, abril de 1934, donde se decía que era "indudablemente la mejor película mexicana que se
ha hecho hasta ahora". Citado en García Riera, Fernando de Fuentes, p. 104.
La trilogía revolucionaria de Fernando de Fuentes
tierra -aunque reconoce que hay algunos zapatistas, por ejemplo "El Gordo", que
tienen sed de sangre- con la falta de programas sociales por parte de los otros grupos,
cuya única preocupación parece ser conseguir el poder. En algún momento, el coro
nel Bernáldez utiliza el argumento del nacionalismo para convencer a Mendoza de
que traicione a Felipe, diciendo que "al fin de cuentas, lo único que queremos es el
8Q
bien del país." Al poner estas palabras en la boca de un representante del Nuevo
Orden (el carrancismo), De Fuentes agudamente presagia la política de "unidad na-
cional" que reinaría a partir de la década de 1940 -de una u otra forma- como un
componente indispensable de la ideología del PRI.
Sin embargo, tal vez la diferencia más aguda respecto de la historia oficial
en la película es e] hecho de que los carrancistas asumen el papel de enemi
go que antes habían ocupado los hue1tistas. Al encamar el punto de vista
zapatista, la herejía de la película consiste en igualar ambas facciones; ubi
car el carrancismo y al huertismo en el mismo campo sería un anatema en
casi cualquier forma de historia mexicana, fílmica o escrita, al menos hasta
épocas muy recientes. En este sentido, El compadre Mendoza es aún más
crítica que¡ Vámonos con Pancho Villa! porque, en ésta, al principio apare
ce un subtítulo -"Año de 1914"-, para indicar que la lucha descrita se da
entre los vilJistas y ]os huertistas. Así, ¡Vámonos implícitamente suscribe
una historia oficial que empezaba a concebirse en la época de su produc
ción, mientras que Mendoza era un desafío explícito al compuesto ideoló
gico que pronto dominaría la cultura mexicana.
QO
por la Revolución obligará a Mendoza a definirse; se identifica en tér
minos de sus intereses de clase.
22.Véase George Lukacs, The Historical Novel, tr. Hannah y Stanley Mitchell, Penguin Books,
Harmondsworth, 1969, p. 37.
La trilogía revolucionaria de Fernando de Fuentes
aclara poco después, cuando ella observa a Mendoza caminar inquieto mientras es
pera la muerte de Felipe. Cuando la película filma escenas entre Mendoza y María,
la cámara se acerca cada vez más a los ojos de ella. Obviamente, su mutismo tam
bién podría servir como un símbolo de la acusación silenciosa de todos los que su
fren por la traición de los ideales de la Revolución por parte del oportunismo de la
burguesía nacional.
El aval financiero que recibió De Fuentes deja claro que disfrutaba del apoyo
oficial para su trabajo a un grado hasta entonces desconocido en el cine mexi
cano. Esto parece haber sido resultado de una decisión en el régimen de Cár-
denas, impulsada por varios intelectuales, de promover un cine nacional a
través de subsidios gubernamentales. Se había sentado un antecedente el año
anterior cuando la SEP bajo Narciso Bassols 26
había producido Redes, película
"mexicanista" de crítica social penetrante. Es evidente que el gobierno de
Cárdenas fue importante para el financiamiento de la construcción de los nue-
vos estudios CLASA (Cinematográfica Latino Americana, S.A.), equipados
23. Sobre el final filmado distinto, que ahora ya se ha visto varias veces en la televisión mexicana,
y el guión original, véase García Riera, Fernando de Fuentes, pp. 38-40. El final alternativo del
guión puede encontrarse íntegro en Francisco Serrano, ¡Vámonos con Pancho Villa!, en Cine, núm.
8, septiembre de 1978, pp. 60-64.
24.Sobre los costos de producción y el equipo utilizado, véase García Riera, Fernando de Fuentes,
pp. 33-34, 120-121. El productor Salvador Elizondo dice que la película fue un fracaso comercial,
ibid., p.34.
25. El hecho de que haya elegido vestir a sus "federales" con uniformes de los años treinta a pesar
de los fondos disponibles, indica que o bien aún sufría una escasez de fondos o no le importaba
esos detalles; también podría significar que la crítica por el "denigramiento" del ejército en
Prisionero 13 no estaba tan infundada.
26. Dada la influencia de Eisenstein y la participación de extranjeros como Fred Zinneman y Paul
Strand, la "mexicanidad" de Redes es algo problemática. Véase mi ensayo sobre esta película en el
International Dictionary ofFilms and Filmmakers-1: Films, St. James Press, Chicago, 1990. pp.
747-748.
La trilogía revolucionaria de Fernando de Fuentes
Q3
27
con la más avanzada tecnología. ¡Vámonos... fue la primera pelí
cula producida por CLASA, y queda c]aro que, por lo menos, e)
gobierno subsidió indirectamente esta obra, ya que CLASA se de
claró en bancarrota inmediatamente después de estrenar la película
y recibió una subvención del gobierno de Cárdenas por la cantidad
28
del costo de Ja película.
27. Digo que es "evidente" porque suelen estar de acuerdo quienes escriben sobre cine mexicano en que
Cárdenas fue responsable de la creación de CLASA, Salvador Elizondo, uno de los fundadores de CLASA,
dijo que "operaba íntegramente con capital privado", Meyer, op. cit., l , pp. 81-82; citado en García Riera,
Fernando de Fuentes, pp. 33-34. García Riera opina que el gobierno de Cárdenas estaba profundamente
involucrado en CLASA; véase García Riera, Historia documental, op. cit., p. 43; y Francisco Sánchez,
Crónica antisolemne del cine mexicano, Universidad Veracruzana, Veracruz, 1989, p. 35.
28.Salvador Elizondo, "Fernando de Fuentes", en Nuevo cine, 1, 2, junio de 1961, p. 10; también citado en
García Riera, Femando de Fuentes, p. 121.
29. El director José Bohr afirmó que "el gobierno de Cárdenas nunca influyó sobre las tendencias de las
producciones; nunca utilizó la censura ni la contracensura", Meyer, Op. Cit.; citado en Mora, op. cit., p. 246.
José de la Colina se refiere a la "amplia libertad" de la época cardenista, Política, 15 de marzo de 1961; citado
en García Riera, Fernando de Fuentes, p. 119.
30. Véase Andrés de Luna, La batalla y su sombra (La revolución en el cine mexicano), UAM-Xochirnilco,
México, 1984, p. 228. Serrano, op. cit., p. 59; y Jorge Ayala Blanco, "La cultura en México", en Siempre, 22
de septiembre de 1982, también se lo atribuyen a la "censura oficial"; citado en García Riera, Fernando de
Fuentes, pp. 3 8 3- 9.
31. Gilly, op. cit., p. 10. Agradezco a Eli Bartra por indicarme esto y por nuestra larga conversación al
respecto.
32. Esta bien puede ser la explicación más convincente, ya que uno siente excesiva la crueldad de la escena
eliminada.
La lealtad de los "Leones" es para Pancho Villa, no para la Revolución: se refiere
una y otra vez en la película a la necesidad que sienten de demostrar su hombría al
jefe, y sus acciones están motivadas por ese objetivo, más que ninguna otra conside
ración, ni siquiera sus propios intereses.A l retratar el personalismo del villismo -y su
falta de ideología-, la cinta es una representación precisa de la manera en que funcio
33
naban las lealtades individuales como cemento de ese movimiento. Fundamental
34
para conseguir tal entrega era el carisma ya bien documentado de Villa. Esta puede
ser una de las áreas en que el cine puede contribuir a la historia, ya que una película
puede trasmitir el carisma mejor que la palabra escrita. El medio fílmico permitió a
De Fuentes comunicar la sensación de carisma a través del actor Domingo Soler.
Desde luego, Soler no es Villa y el carisma que emite como actor puede no tener
nada que ver con el del Centauro de] Norte, aunque él dijo que se había dedicado a
35
"absorber a Villa". Independientemente de que uno crea que Soler lo logra o no -y
muchos coincidirían con JorgeAyala Blanco que la personificación de Soler es "ejem
plar"-, la película por lo menos da una "sensación" de la complejidad de alianzas
36
personales que pueden dificultarse más en la escritura.
No obstante, lo que De Fuentes logra con el personaje de Pancho Villa va más aJlá
Q
del realismo histórico inmediato, ya que desmitifica a Villa mediante un complejo
proceso de identificación y enajenación. Lo hace ante todo en el título: aunque Villa
es el personaje que aparece para definir la obra, no es la figura central. Uno de los
4
primeros reseñistas se quejó de que Villa fuese un personaje periférico, pero esto
37
forma parte de la brillantez de la película. E] título crea la expectativa de que Villa
será el protagonista principal, pero son los seis "Leones" quienes están en el centro
de la obra; Villa sólo aparece cuando es históricamente importante: cuando realiza
actos públicos como distribuir maíz, impulsar a sus hombres en una batalla y tomar
decisiones, por ejemplo cuando manda a Tiburcio a matar a Miguel Ángel.
33. Véase Knight, op. cit., p. 35; y Ramón Eduardo Ruiz, The Great Rebellion: Mexico 1905-1924,
Norton, Nueva York, 1980, p. 193.
34. Muchos estudiosos han comentado el carisma de Villa, entre ellos, Knight, op. cit., p. 34; Katz,
op. cit.,p. 145; Rutherford, op. cit., p. 155.
35. Soler dijo: "El Pancho Villa es, sin duda, el rol más difícil que se haya dado a interpretar a
nadie en el cine nacional... [Por ello] me he dedicado a estudiar con gran celo, no sólo la parte que
se me ha encomendado en la película, no apenas al Villa de la novela de Muñoz [fuente del guión
de la película], sino el guerrillero evocado en novelas de otras firmas, en historias biográficas y
anecdotarios, en artículos de prensa, en fantasías y aun en corridos". Entrevista de Mario Galán con
Soler, en Ilustrado, 21 de noviembre de 1935; citado en García Riera, Femando de Fuentes, p. 35.
36. Aya!a Blanco, op. cit., p. 27.
37. En 1937 Alfonso de !caza describía su desilusión al descubrir el "defecto" de que Villa era un
personaje secundario; citado en García Riera, Femando de Fuentes, p. 119.
La trilogía revolucionaria de Fernando de Fuentes
Q
"Leones", convencidos
/
de que sólo él
podrá resolver la situación se le unen. con él.
Cuando lo vemos por primera vez está
ocupado en una actividad socialmente be Sin embargo, a medida que continúa la
5
néfica, distribuyendo maíz a los pobres y película, continuamente se reduce esa
prometiendo tierras -de modo que nadie identificación. En contraste con la gran
tenga que ser peón- cuando gane la Re mayoría de películas sobre Villa, ¡Vámo
volución. El agradecimiento de la gente nos es anti-épica: contiene todos los ele
se registra mediante manos extendidas y mentos de una épica sobre la Revolución,
caras sonrientes. La entrevista áspera pero pero mantiene al margen al Villa legen
alegre con los "Leones" les asegura que dario mediante un distanciamiento cons-
40
unirse con él ha sido una decisión correc tante. Nos enfrentamos a la crueldad
ta. Después de la primera batalla, la ad- legendaria de Villa, como en la ejecución
es víctima del "fuego amigo"; Melitón participa en un juego suicida -donde el hecho
de que sea Tiburcio quien tira la pistola al aire sólo subraya el aspecto fratricida- y
luego se mata para comprobar su valentía; Miguel Ángel es fusilado por Tiburcio; y
en el final alternativo de la película, Tiburcio es acribillado por Fierro, teniente de
Villa. A través de esta estructura, De Fuentes no se refiere tanto a la manera en que la
guerra civil fue "un baño de sangre entre hermanos", sino que crea una metáfora del
asesinato de la Revolución por los revolucionarios.
En comparación con las otras dos películas de esta trilogía, y con casi cualquier otra
película sobre esta guerra-, ¡Vámonos es rica en detalles históricos. La forma utiliza
da por De Fuentes es fundamental, ya que en gran parte de la película se ha filmado
en lo que José de la Colina llama "el famoso 'plano americano' que permite mostrar
41
al personaje en relación con su medio ambiente y con los otros personajes". Ade
más del uso de un estilo visual que facilitara la incorporación de mucha información
contextual, De Fuentes también utilizó montajes de imágenes para captar activida
des cotidianas del ejército.
97
la cámara se mueve a través de imágenes que recuerdan las fotografías del
archivo Casasola o Brehme: escenas de gente conversando sentada en las
puertas abiertas de vagones de tren -con cubetas de flores y jaulas de pája
ros clavadas a los lados- intercaladas con escenas de escribanos que escri
ben cartas y con actividades recreativas, como suertes de reata frente a un
grupo de espectadores. También se incluyen las actividades de las muje
res: en ¡Vámonos las vemos vendiendo comida preparada a los soldados,
moliendo maíz, cosiendo ropa y esquivando los avances de pretendientes
indeseables. Cuando los trenes salen de la estación, los soldados amonto
nados arriba de los vagones y detenidos del frente de la locomotora son
una evocación poderosa de imágenes revolucionarias bien conocidas. En
su empleo del tren, De Fuentes nos ofrece uno de los mejores ejemplos de
41. José de la Colina, "Diorama de la Cultura", en Excélsior, 28 de octubre de 1973; citado en García
Riera, Fernando de Fuentes, p. 126. Aunque en mi opinión las tomas más amplias con mayor
profundidad de campo en general son preferibles en el cine histórico, debido a la mayor cantidad de
detalles que pueden incluir, también estoy de acuerdo con Natalie Zemon Davis, quien ha dicho que
"no hay un privilegio automático del cine 'realista' o naturalista como el modo para representar el
pasado", en "Any Resemblance to Persons Living or Dead; Films and the Challenge of Authenticity",
en Historical Journal ofFilm, Radio, and Television 8: 3, 1988, p. 273.
lo que el cine puede dar a la historia: la capacidad de reproducir facetas vitales de la
realidad que están constantemente presentes (por ejemplo, escenas geográficas, cli
ma, actividades cotidianas, tecnología, etc.) sin caer en un simbolismo agresivo o en
un texto demasiado recargado y confuso, como ocurriría si se les mencionara insis
tentemente por escrito.
42. Así dice el viejo ferrocarrilero, Guillermo Treviño, en la entrevista inicial de la cinta de video
intitulada, "Hechos sobre los rieles: una historia de los ferrocarrileros mexicanos", c o -realizada en
1987 por John Mraz y Gloria Tirado, distribuida por el CIDGAV de la Universidad Autónoma de
Puebla.
Salvador Novo (1904-1974).
Uno de los intelectuales de mayor popularidad en el siglo XX mexi
cano. El interés de Novo por el cine fue tan temprano y comprensi
ble como en la mayor parte de los miembros de su generación,
muchos de los cuales cultivaron la reseña cinematográfica (Jaime
Torres Bodet, Xavier Villaurrutia) y el guionismo (Celestino
Gorostiza, Xavier Villaurrutia). Ya en los veinte, escribía su poe
ma "Cine"; en los treinta, combina su trabajo de comentarista ci
nematográfico en las revistas Hoy, de donde se tomó el texto que
aquí se presenta, y Cine con los de guionista y dialoguista de pelí
culas (La, Zandunga, Perjura, Capitán aventurero y El signo de la
muerte). Este oficio lo desarrollará de nuevo en los cuarenta para
las versiones en español de cintas de la RKO: Los que volvieron,
Todo un caballero, A la sombra del puente. Amigo inseparable de
Dolores del Río, sus apuntes periodísticos mantenidos durante más
de cuarenta años son un testimonio invaluable de los entretelones
de la industria cinematográfica en su época de oro. Aún en sus
últimos años, apareció en televisión (canal 13) para presentar la
película El Cid.
¡Cantinflas, al set!*
Por Salvador Novo
Quien haya leído, por ejemplo, We el título. Me parecía que mantener uni
make movies, o quien sin este requisi dos a Cantinflas y Mede1 como lo estu
to, posea alguna experiencia en el vieron en Águila o sol no se lograría
sanctum del cine, sabe que el fuego otra cosa que perpetuar en la pantalla
inicial de este arte industrioso se origi una pareja que no viene a ser, en resu
) midas cuentas, más que una sola enti
na en el cerebro del productor. Es él
quien llama a su productor asociado, si dad verdadera -compuesta por una es
lo tiene, y le dice, verbigratia: "Tene pecie de "clown" y el director del circo
mos contratados a Cantinflas y Medel, que Je saca los chistes-. Pensé pues en
y el término de su contrato ya está una historia en la que los halláramos
próximo. 'Los dos Mosqueteros' es un desvinculados, opuestos, bien
buen titulo de película. Pero por otra diversificados, y a prueba sus respecti
parte, el género de misterio (el produc vos talentos al engarzarlos con varios
tor dice 'spooky', para mayor claridad) otros personajes de fuerza igual o se
es un género taquillero. Necesitamos, mejante a la suya; una historia en la que
pues, pensar una película en que apa el viejo "estrellato" quedara subordina
rezcan Cantinflas y Medel, que se 1Ja do al interés episódico que todos los
me 'Los Dos Mosqueteros' y que sea personajes contribuyeran por igual a
'spooky'. Creo que mañana me podrá crear y mantener. Una vez lista la si
presentar una sinopsis." nopsis, el Productor Je entregó a un
o
Director, que diariamente lo transfor
El productor, sin embargo, "has a heart" mó en un "shooting script" del que nun
o
y el "mañana" se pospone hasta el día ca me perdonará Joe Benavides, mi efi
en que humanamente es posible presen caz maestro en achaques de tratamien
tar a discusión la sinopsis. En el caso tos cinematográficos, que lo haya pues
específico de "Los Dos Mosqueteros", to a extraer de nuevo una sinopsis -que
a mi natural recelo con respecto a la finalmente desechamos para volver a la
capacidad de disciplina de las estre1las originalmente aprobada por don Felipe
se unía una repugnancia invencible por Mier, con una serie copiosa de
enriquecimientos de deta11e-.
¡Cantinflas, al set!
Chano Urueta aguardaba impaciente las alrededor de diez hojas diarias de diálogo
que salían de mi portafolio y que a la mañana siguiente nos traía diluidas en empl a
zamientos. Sets y trajes se hallaban ya en confección, y don Luis Castillo Ledón me
había concedido ya permiso para filmar en el Museo Nacional Orellana nuestro triunfal
"Carrasquilla" de El capitán aventurero, quien aplicaría esta vez su versátil talento
al encarnar a un arqueólogo misterioso, padre de una bonita chica -papel en que Elia
D'Erzell, hija de la urgente Catalina, se probaría-. Necesitábamos también a un indí
gena lúgubre y espantable, que hallamos en Max Langle. La muchacha del caso sería
Elenita D'Orgaz, nuestra Carmen de Perjura. Pero no le hallábamos novio. Ya en la
vida real ella lo tenía y días después del "wrap it up" final de la película, se casaría
con él. Pero necesitábamos un galán inédito para ella. Un chico que encarnara con
naturalidad y simpatía a un periodista. Revisé retratos, conversé con aspirantes y
llegué, sin gran convicción a contratar a uno. Pero mientras llegaba el día de los
ensayos, y el joven contratado para el papel "daba sus vueltas", verifiqué con horror
que sufría caspa y que este padecimiento le confería un aire de gran tristeza. Lo
indemnizarnos y prescindimos de los servicios que aún no nos prestaba.
o
Me habían hablado del hijo del doctor Perrín, de su afección con la
crítica y por el arte, y de que acababa de filmar una película. Y segu
ro que su cuna y su cultura garantizaba gran parte de su aptitud, ro
gué al doctor Perrín que me pusiera en contacto con su hijo. Al doc
tor no le gusta que Tomás trabaje en el cine. A punto de recibirse de
abogado, corno se recibió ya para estas fechas, le había dicho que
prefería que ganara doscientos pesos mensuales en su bufete que dos
mil en el cine. "Sí, papá- le replicó Tomás- pero qué tal si son veinte
mil?"
Alguien les había dicho que sus papeles en la película no eran pro�
píamente estelares, y me abordaron con recelo. Yo les hice ver como
mejor pude la inconveniencia de hacerlos cargar con el "romance", y
las ventajas para ellos y para la película de conferirles en cambio el
"comedy relief'" de una historia fundamentalmente 'spooky'. Me
empeñé en demostrarles lo bueno que sería para su carrera respecti-
va romper con las monotonía de su pareja y enlazarlos durante el film con todos los
demás personajes. Todavía no muy convencidos, llegó el primer día del rodaje con
llamada para las ocho a.m. Nadie creía que se presentarían puntualmente; el Follies
los desvelaba hasta las dos de la mañana. Sin embargo, a las ocho en punto estaban
ya en el estudio, caracterizados y listos para el primer disparo de la cámara.
Durante las cuatro semanas con horas extras que duró la filmación,
ninguna vez tuvimos que esperar a causa de ellos. Aunque nuestra do
lorosa obligación era dejarlos marcharse a la siete de la noche al Follies,
muchas veces fue el público de ese teatro el que los aguardó. A medida
que progresaba el film y que veíamos "rushes", Cantinflas y Medel se
encariñaban con la película y se superaban en sus escenas. Y entre una
y otra, conversaba yo con Cantinflas -a quien llamaba siempre Mario
y procuraba profundizar en su interesante psicología.
OL
Cantinflas es un niño grande y afortunado. Difícilmente se encontraba una
persona más buena que él, de mejor "corazón". Un buen día se encontró que
su dislogia hacía gracia y se hizo pagar caro por hablar confusamente. A partir
de ese día, tuvo cuanto hubiera soñado, pero la realidad de sus sueños no
demuestra sino su condición de niño grande y bueno. Su psicólogo diría que
¡Cantinflas, al set!
03
ponen en contacto y se comprenden. Y el subconsciente personal de
Mario Moreno se expresa en las satisfacciones que el triunfador y
bien pagado ídolo del público le procura al niño obligado y pobre,
triste y escéptico, que sobrevive y triunfa en Cantinflas. Me llevó a
su casa, furiosamente nueva, con muebles rabiosamente caros y ra
dios en todas las habitaciones, en su gran automóvil que llevaba el
radio encendido. Pero no había en ello ninguna pedante ostentación.
Era el niño feliz de enseñar sus juguetes, que vive en el hombre
contento de poder ofrecer a su familia comodidades que él no ha
disfrutado. A su mamá le ha hecho otra casa en donde nada le falta.
En la que yo visité, Cantinflas vive con su esposa y con su esposa
viven su madre, su hermana, su padre, sus sobrinos - una colección
de muchachitos rubios que adelantan sus cabezas a la caricia de su
"Tío Mario"- y un chico recogido de la calle por Mario, y que le
llama papá. Adora a su guapa esposa, y en aquél comedor en donde
llegaron a sentarse hasta nueve personas inesperadas y heterogéneas,
sentí que por primera vez me encontraba frente al ambiente cautiva
dor, irreal, humano, generoso, de "Vive como Quieras".
8
Cantinflas decir todo lo que se le ocu charro en El signo de la muerte se trata
rría. Entonces Chano, sin decírselo a na sin embargo de una película mexicana por
die, lo obligó a pronunciar en cada toma todos lados. Pero presenta un
una frase inicial fija, después de dicha la mexicanismo inédito en el cine nacional:
cual le dejaba en libertad de improvisar e l fundamental, precortesiano
cuanto quisiera, a condición de que al ter mexicanismo de las leyendas contenidas
minar dijera, otra vez, una pequeña frase en los códices y en los monumentos ar
invariable. Nadie lo sabía, pero de esta queológicos. Vemos en ella, por primera
manera, el diálogo de Cantinflas, con esas vez, ídolos, pirámides -todo el rico salón
dos frases fijas - la inicial y la final- daba de monolitos del Museo Nacional y nos
todo lo que la película necesitaba; si la asomamos después a los ritos aztecas que
improvisación de en medio no era exce un arqueólogo raro quiere resucitar en
siva y resultaba brillante, se dejaba. Si pleno 1939-. Llena de viva acción, la pe
manifestadamente sobraba, las afiladas lícula necesitaba sin embargo una músi
tijeras del señor Noriega la expulsarían ca descriptiva que no cualquiera podría
de la secuencia sin dañar en lo mínimo, escribir -con teponaxtles, huehuetls, ca
ni la actuación de Cantinflas, ni la pelí racoles-. Entonces pensamos en Silves
cula. tre Revueltas. Por muchos modos, Silves
tre Revueltas es a Carlos Chávez corno
Creo sinceramente, que en El signo de la José Clemente Orozco es a Diego Rive
muerte -como al fin vino a llamarse una ra. Revueltas había escrito música para
historia congruente con su título- nos ha algunas películas como ¡Vámonos con
quedado una película muy redonda. Pancho Villa!, la cual me decía el señor
Nuestro estricto editor, José Noriega, Noriega que era Ja música descriptiva más
opina que nunca antes de ahora había lu perfecta que él había escuchado grabada
cid o como en el1a la actuación de en película alguna. Yo recordaba que
Cantinflas y de Medel, que de una pareja Redes se exhibía en París más por la
¡Cantinflas, al set!
música de Revueltas que por el film mismo. Lo busqué, le enseñé la película, aceptó
escribir su música -y estoy seguro de que con este último y fundamental enriqueci
miento- la CISA -esta Metro Goldwyn Mayer de México- ha redondeado un triunfo
más de su producción 1938-39, que empezó tan halagadoramente con Perjura, si
guió con El capitán aventurero y ahora ofrece en El signo de la muerte un nuevo
ángulo de auténtico mexicanismo cinematográfico, una película de "gusto" univer
sal, y una obra realizada con ganas, aptitud y con la contribución cuidadosa de lo
mejor que pudimos hallar para hacerla.
05
Charles Ramírez Berg. Crítico de cine y profesor de
estudios cinematográficos en la Universidad de Texas en Austin.
Uno de los pocos estudiosos de Estados Unidos que se ha especia
lizado en la estética y el contenido del cine mexicano contemporá
neo. Autor de Cinema of Solitude. A Critica[ Study of Mexican
Films, 1967 - 1983. Así como otros artículos sobre el tema en re
vistas especializadas en Estados Unidos y México.
El ensayo sobre la estética del cine del Indio Fernández apareció
originalmente en la revista Spectator y es uno de los escasos estu
dios que con rigor e imaginación analiza la estética de la mancuer
na entre Emilio El Indio Fernández y Gabriel Figueroa.
La invención de México:
el estilo estético Emilio Fernández y
Gabriel FiguerOa*
La Época de Oro del Cine Mexicano, fue una etapa de producción sin precedente,
durante la cual la industria cinematográfica mexicana se volvió la principal produc
tora de películas en español en todo el mundo. Se le han señalado varias fechas de
. inicio y de fin, pero se puede decir que la época de oro empezó en 1936, el año en que
el director Fernando de Fuentes consolidó su estilo e inició la comedia ranchera, un
género específicamente mexicano con Allá en el Rancho Grande. Se puede situar su
fin en 1956, el año de estreno de Tizac, dirigida por Ismael Rodríguez y penúltima
película del ídolo de la pantalla, Pedro Infante. En esos veinte años, el cine nacional
se desarro11ó para convertirse en una diversión inmensamente popular, en la tercera
* Tomado de Chon A. Noriega y Steven Ricci, editores. The Mexican Cineman Proyect. Los
Ángeles, UCLA Film and Television Archive, pp. 13-24.
industria más grande de México y en un medio reconocido de expresión
nacional. Como parte de un movimiento cultural nacionalista, las peJículas
de la época de oro consiguieron crear un México idealizado, romántico, ima
1
ginario, que iluminó las pantallas en México y en toda América Latina.
o
al final de esa década, el público mexicano ya se había acostumbrado a la
narrativa hollywoodense. Siguiendo la corriente, las películas mexicanas e()
adoptaron ese paradigma.
4
Como lo describe David Bordewel1 , ese paradigma es un conjunto de nor
mas cinematográficas para el cine de ficción que incluye elementos abarcados
en tres sistemas. Primero, un sistema de lógica narrativa centrado en relacio-
l . Véase, Aurelio de los Reyes, Medio siglo de cine mexicano (1896-1947). México, Editorial
Trillas, 1987, p. 182.
2. Carl J. Mora, Mexican Cinema Reflections of a Society1896-1980. Berkeley, University of
California Press, pp. 7 -27.
3. Maria Luisa Amador y Jorge Ayala Blanco, Cartelera Cinematográfica, 1930-1939. México,
Filmoteca de la UNAM, 1982, pp. 272-276.
4.Véase el artículo de Bordwcll, "Part One: The Classical Hollywood Stylc, 1917-1960" en
BordweJJ, Janet and Kristin Thompson, The Classical Hollywood Cinema: Film Style & Mode of
Production to 1960. Nueva York, Columbia University Press, 1985, pp. 1-84.
La invención de México
OQ
nificativa y modo de producción indus
trial (incluidos sistemas de estudios y de
estrellas, productores poderosos y cade
nas de distribución y exhibición bien de
sarrolladas), fue imitado en México du
rante Ja época de oro de su cine. Pero de
hecho, e] cine mexicano adaptó tanto
como adoptó el modelo de Hollywood,
dando al paradigma una inflexión deci
5
didamente rnexicana. En consecuencia,
1
la historia del cine mexicano es la histo
ria de la tensión entre la afiliación al pa 1
radigma de Hollywood y su rechazo, y
entre la imilación de los valores nor-
5. Para un análisis más detallado de la forma como e l cine mexicano combina técnicas de Hoillywood
con "lo mexicano", véase el capítulo 2 de mi libro, Cinema ofSolitude: A Crilical Study ofMexican
Film, 1967-7983. Austin: The University ofTexas Press, 1992.
o
teamericanos trasmitidos y la insistencia en los mexicanos. Durante la
época de oro, el rechazo de las influencias hollywoodenses y la búsqueda
de las raíces mexicanas llegó a su apoteosis en las películas de Emilio El
Indio Femández (1904-1986) y el camarógrafo Gabriel Figueroa (n. 1907).
Al desarroJlar su estilo propio, sin embargo, Fernández-Figueroa acudie
ron a fuentes mexicanas, hollywoodenses e internacionales; así, su poéti
ca cinematográfica evolucionó de una manera única y compleja.
Tanto en México como en el extranjero, esas son algunas de las películas mexicanas
más laureadas. Por ejemplo, Río Escondido, quizá la quintaesencia del estilo
Fernández-Figueroa, ganó ocho Arieles, entregados por la Academia de Ciencias y
Artes Cinematográficas de México, incluyendo los de la mejor película, la mejor6
dirección, y un premio especial por ser una película de "interés nacional especial".
Por su fotografía, Figueroa ganó Arieles por la perla, Enamorada, Río Escondido y
Pueblerina y recibió numerosos premios internacionales por estas y muchas otras
películas a lo largo de su carrera. Para la crítica y el público extranjeros, las películas
de Fernández-Fi�ueroa de esa época "no sólo representaba al cine mexicano, eran el
cine mexicano". En alguna ocasión, Emilio Fernández se jactó: "Sólo existe un
8
México: el que yo inventé".
6. Emilio García Riera y Fernando Macotela, La guía del cine mexicano: de la pantalla grande a la
televisión. México, Editorial Patria, J 984, p. 265.
7. Emilio García Riera, Historia del Cine Mexicano. México, Secretaría de Educación Pública,
1985,p.177.
8. Citado en Paco Ignacio Taibo I, El Indio Fernández: el cine por mis pistolas. México, Editorial
Joaquín Mortiz, 1986, p. 51.
La invención de México
Influencias artísticas
Fernández y Figueroa crearon su singular estilo cinematográfico al asimilar y sinte
tizar a varios precursores artísticos y fílmicos. Una influencia artística destacada fue
la del padre del arte moderno mexicano, José Guadalupe Posada (1852-1913), quien
por más de cuarenta años produjo varios de los grabados más conocidos de la histo
ria de México. Su arte gráfico popular ilustraba libros de cocina, corridos, coleccio
nes de adivinanzas, libros infantiles y novelas, así como notas periodísticas e
inserciones ilustradas para conmemorar todo tipo de eventos: hechos heroicos, fe
chas nacionales, asesinatos y desastres naturales. Hoy quizá es más conocido como
el creador de las calaveras que usó como forma de crítica social, frecuentemente para
14. Véase por ejemplo, Aurelio de los Reyes, Medio siglo de cine mexicano (1896-1947), pp. 96-
113, 184-189; Emilio García Riera, Historia Documental del Cine Mexicano en nueve volúmenes,
especialmente su discusión de ¡Que viva Mexico! (Vol.1), pp. 18-19, Redes (Vol)), pp. 69-72, y de
cada una de las películas de Fernández-Figueroa; Emilio García Riera, Emilio Fernández 1904:
1986. GuadaJajara, Universidad de Guadalajara, 1987; JorgeAyala Blanco, La aventura del cine
mexicano, México, Editorial Diana, 1975, pp. 31-39 y 84-97; Paco Ignacio Taibo l, El Indio
Fernáruiez_sobre la colaboración entre Fcmández y Figueroa, pp. 77-80, sobre películas específicas
pueden consultarse los comentarios a lo largo del libro, también véanse ocho fotografías de varias
películas de Femández-Figueroa que Taibo usa para ilustrar su estilo visual reunidas al final del
libro bajo el título "La Estética de Femánde¿-Figueroa."
En inglés, véase, Artes de México, Nueva Época, no. 2. (Invierno 1988) una edición bilingüe
dedicada enteramente a Figueroa con ensayos de, entre otros, Carlos Monsiváis y Carlos Fuentes;
Kirk Ellis, "Stranger than Fiction: Emilio Femández's México," Journal of Popular Film and
Video, vol 10, no. l (Spring 1982), pp. 27-36; John King, Magical Reels: A History of Cinema in
Latín America [Nueva York, Verso, 1990); Carl Mora, Mexican Cinema: Reflections o.fa Society
1896-1980;Annond White, "Figueroa in a Landscape", Film Comment (Enero-Febrero 1992), pp.
60-63; y finalmente, Tom Dey, "Gabriel Figueroa: Mexíco's Master Cinematographer", American
Cinematographer (March 1992) pp. 34-40, un breve pero sobresaliente relato de la carrera de
Figueroa que presenta una adecuada discusión técnica acerca de su estilo.
-
La invención de México
En la historia del arte mexicano, los gra Silvestre, la cual Figueroa admite que fue
bados de Posada fueron los pioneros en diseñada a partir de Posada, cuyas obras
demostrar cómo la experiencia mexica incluyen varias ilustraciones por fusila
na y los temas nativos podían incorpo miento. Más que nada, sin embargo, Po
rarse a una forma artística accesible a las sada aportó a ambos con un modelo plás
masas. Un ejemplo es la calavera, que se tico que promoviera lo nativo por enci
remonta al arte indígena prehistórico y ma de lo europeo, tanto en estilo como
es una imagen recurrente del Día de los en contenido, lo folclórico sobre lo cos
Muertos; otro es el maguey, del que se mopolita, y lo popular sobre lo elitista.
dice que es símbolo del pueblo mexica-
1s
no. Otra influencia artística clave fue la de
Gerardo Murillo, mejor conocido por su
La obra de Posada influyó fuertemente a pseudónimo de Doctor Atl (1875-1964).
las siguientes generaciones de artistas Reconocido como el fundador del movi
mexicanos. Diego Rivera, José Clemen miento artístico nacionalista en México
te Orozco y David Alfaro Siqueiros con y como "el primer paisajista contempo
1
tinuarían la promoción de su estética ráneo" 6 de la nación, creó, en las pala
vernácula en sus murales, mientras artis bras de un crítico de arte mexicano, "una
tas como Leopoldo Méndez mantuvieron geografía estética de las montañas y los
17
viva la tradición del grabado mexicano valles de México."
al fundar el Taller de la Gráfica Popular
en los treinta. En el cine, Posada influyó Nacido en Xochimilco, el Dr. Atl viajó y
a Eisenstein quien haría un uso asombro estudió pintura en Europa, y a su regreso
so tanto de las calaveras como de los a México se volvió figura central en el
magueyes en su película inconclusa, ¡Que renacimiento artístico mexicano que re
viva México! accionaba contra el dominio del arte y la
estética europea en América. Su rechazo
lnspirándose en esas fuentes, Fernández de las tradiciones artísticas eurocentristas
y Figueroa hicieron del maguey uno de condujo a la exploración de los temas
sus temas visuales centrales y ocasional mexicanos, y al desarrollo de una nueva
mente rendirían homenaje directo a Po y audaz estética mexicana para
sada con algunas referencias a sus gra trasmitirlos. En el fondo, estaba su deci
bados. Un ejemplo memorable es la es sión de capturar Jo que llamó lo mexica
cena del pelotón de fusilamiento de Flor no de un modo tosco y sin adornos.
15. Ron Tyler, ed., Posadas'!,· Mexico. Washington, D.C., Biblioteca del Congreso, 1979, p. 275.
16. Agustín Velá1,quez Chávez, Contemporary Mexican Artists. Nueva York, The Golden Eagle
Press, 1937, p. 45.
17. Antonio Luna Arroyo, El Dr. Atl: sinopsis de su vida y su pintura. México, Editorial Cultura
T.G. S.A., 1952, p. 145.
Al "inventar" la pintura mexicana, estaba deconstruyendo las técni
cas estéticas occidentales ya establecidas, luego las recombinaba para
adecuarlas a la experiencia mexicana. Esto afectó todos los aspec
tos de su obra -los temas que pintó, los materiales que usó, los colo
res que eligió- e incluso la formulación de una "nueva perspectiva".
4
el Doctor Atl, la perspectiva curvilínea era más compleja y, en
consecuencia, más completa, dedicada como estaba a cubrir todos
los planos de la pintura -el frente, el campo medio, y el fondo-. Esto
fue algo que, en la consideración del Doctor Atl, ignoraron los pin
tores occidentales, tan preocupados con las figuras de frente. "Siem
pre me pareció -dijo el Doctor Atl- que la representación de vastos
espacios estaba incompleta, aún en las obras de los paisajistas más
18
destacados, antiguos o modernos.
Lo consiguió usando lentes con gran angular de 25 mm para dar a las líneas horizon
21
tales una ligera curvatura. La explicación de Figueroa sobre su aplicación de la
perspectiva curvilínea, sin embargo, minimiza el hecho de que la logró de una mane
ra más significativa. Al combinar lo anterior con ángulos bajos de la cámara, profun
didad de campo y una perspectiva oblicua -en vez de la lineal-, la mirada del espec
tador recorría una línea curva similar a la encontrada en los paisajes del Doctor Atl.
Discutiré esto después, cuando resuma los componentes formales del estilo Femández
Figueroa.
El Doctor Atl inspiró profundamente a los muralistas y ellos así lo reconocieron. Por
ejemplo, Siqueiros elogiaba su entusiasmo, su compromiso político, su aporte al arte
moderno mexicano, su "recreación" del paisaje mexicano, y su audacia al desafiar la
moda artística eurocéntrica al sustituir la perspectiva lineal dominante por la curvilínea.
Rivera lo elogió por iniciar y apoyar al arte moderno mexicano al reunir en 22
torno
suyo a un grupo de jóvenes artistas (dos de ellos fueron Siqueiros y Orozco). En su
momento, los muralistas influirían también en Fernández y en Figueroa.
5
deseo común de exaltar los temas mexicanos y centrar
la atención en las dificultades de los mexicanos oprimi
dos. En consecuencia, los protagonistas de las películas
de Fernández y Figueroa -como en los murales- eran
individuos empobrecidos, generalmente ignorados por
las películas mexicanas y marginados en la experiencia
viva: indios, campesinos, mujeres, trabajadores y los
pobres.
6
ficos de la estética de Eisenstein que se reflejan en el estilo
Fernández-Figueroa. Entre elJas están: a) las tomas en ángulo bajo
y con profundidad de foco combinadas con la colocación de figu
ras llamativas en un absoluto primer plano al estilo del fotógrafo
Eduard Tisse (en ¡Que viva México! muy frecuentemente se en
cuentra la cabeza de un indio o un maguey); b) el uso de líneas
diagonales para producir un diseño pictórico dinámico; y c) una
estructura dialéctica a nivel de la composición (líneas y masas en
conflicto, tensión entre el primer plano y el fondo) y de la temáti
25
ca (vida y muerte, nuevo y viejo).
23. Para una historia de esta problemática producción, véase por ejemplo: Harry M. Geduld y
Ronald Gottesman, eds. Sergei Eisenstein and Upton Sinclair: The Making and Unmaking of Que
Viva México! Bloomington, Indiana University Press, 1970; Jay Leyda y Zina Voynow, Eisenstein
at Work, New York, Pantheon, J 982; S.J. Eisenstein, Que viva México. London, Visión Press Ltd..,
1972 así como la edición en español (México, Editorial Era, 1971) la cual incluye el prólogo de
José de la Colina; y Greg Mitchell, ''The Greatest Movie Ever Made", American Film (Enero
Febrero 1983), pp. 53-58.
24. Citado en Peter Wollen, Signs and Meanings in Cinema. Bloomington, Indiana University
Press, 1972, p. 62.
25. Para mayor información acerca del estilo visual de Eisenstein, véase el ensayo de Peter Wollen,
"Eisenstein Acsthetics" en Signs and Meanings in the Cinema, op. cit. pp. 19-73; también puede
consultarse Leyda y Voynow, Eisenstein ar Work, pp. 6 0 -73.
...
La invención de México
Las composiciones de Fernández y Figueroa retienen las tomas en ángulo bajos (tam
bién influenciadas por Strand y Toland-Welles), la profundidad del foco (a la que se
agregaron las avanzadas técnicas de Toland), la preferencia por las diagonales, y la
estructuración a base de figuras en primer plano. Pero le ponen un toque especial a
las técnicas de Eisenstein, especialmente a sus diagonales y a sus composiciones
dialécticas. La aportación más importante es la de cubrir las vastas extensiones de
cielo -reveladas a través de la cámara en ángulo bajo de Eisensteinffisse- con las
nubes curvadas del Dr. Atl. Estas fueron características esenciales del estilo Femández
Figueroa.
La influencia del fotógrafo Paul Strand En Redes es más difícil de dilucidar. Strand
viajó a México en 1932 para una visita prolongada. Después de su arribo, Carlos
Chávez, jefe del Departamento de Bellas Artes de la Secretaría de Educación, y él
iniciaron conjuntamente un plan de cinco años para producir películas para una na
ción de 18 millones de ''indios". La única cinta que realmente produjeron fue Re
des.26 Aunque el reto de construir (y deconstruir) ¡Que viva México! se encuentra
mejor documentado, en ciertos aspectos, Redes es la película más importante en la
historia del cine mexicano porque fue financiada y realizada (excepto por Strand y
Zinnemann) por mexicanos, por su conciencia social (trata de una huelga de pesca
dores) y porque dos de sus colaboradores: Emilio Gómez Murie1 ':f Julio Bracho
2
pronto se convertirían en importantes directores de la época de oro.
7
26. La dirección de Redes ha sido objeto de cierta disputa. Por ejemplo, Emilio García Riera y
Femando Macotela en La guía del cine mexicano le dan crédito compartido a Fred Zinnemann,
Emilio Gómez Muriel y Julio Bracho (p. 259). Paul Strand sin embargo, expresa que el realizó mas
tareas de dirección que Zinnemann.
27. Véase, Harold Clurman, Paul Strand: 60 Years ofPhotography. Nueva York, Rapoport
Publishing Corp., 1976, p. 154.
La influencia de Strand en Fernández y Figueroa fue substantiva aunque difícil de
documentar. La calidad que Strand le dio a Redes era tan sutil como la de sus fotos
fijas. La crítica sobre las fotos-fijas de Strand es más impresionista que analítica
28
y
ofrece poca profundidad en cuanto al análisis del "toque artístico de Strand". Sin
embargo, los críticos están generalmente de acuerdo en que la esencia de su estilo es
una visión generosa del mundo que coloca en igualdad a todos los elementos de la
naturaleza.
6
El humanismo de Strand agregó las figuras de los mexicanos a los paisajes
sin vida humana del Dr. Atl y los unificó en un todo cinematográfico. Mas
aún, para Strand los sujetos mexicanos eran propiamente humanos y no los
elementos pictóricos estáticos que a veces eran para Eisenstein. Strand, dice
John Berger, "en todas las fotografías de personas, nos los crresenta con una
3
evidencia visible no sólo de su presencia sino de su vida." Así, sus pesca
dores eran trabajadores mexicanos, no componentes dialécticos congelados
dentro de un esquema de composición. La cinematografía de Strand en Re
des -de acuerdo con Carlos Monsiváis- registró las "vidas de los pescadores,
las cuales estaban en armonía con la naturaleza y con la dignidad de su traba
11
jo. " En resumen, Strand capturó tanto las dimensiones espaciales como
humanas de la experiencia mexicana.
Más allá de esta historia cinematográfica que apunta hacia influencias do
mésticas, Fcrnández y Figueroa también fueron inspirados por Hollywood.
Como ya se ha señalado, Figueroa fue discípulo del gran cineasta Gregg
28. John Berger, "Paul Strand" in About Seeing. Nueva York, Pantheon, 1972, p. 44.
29. Citado en Calvin Thomkins, "Paul Strand", New Yorker, 16 de Septiembre de 1974, pp. 61-62.
30. Berger, op. cit. p. 41.
31. Carlos Monsiváis, "Discovering Images: Establishing Point of View", in Artes de México,
Nueva Época, No.2, Invierno 1988, p. 93.
La invención de México
Toland en 1935, y fue sin duda motivado por la fotografía con profundi
dad de foco de su maestro en El Ciudadano Kane (1941) de Orson Wells.
Como fotógrafo, Toland ha venido a ser sinónimo del estilo de profundi
dad, y se le ha dado crédito por haber realizado un buen número de "elec
ciones estéticas y síntesis creativas", que resultaron en la innovadora pro
32
fundidad de la fotografía del El Ciudadano Kane. Muchas de las com
posiciones de Femández-Figueroa imitan la excepcional profundidad y la
intensa iluminación de Toland -al modelar las figuras sobre fondos obscu
ros- así como algunos de los motivos visuales característicos de Welles
como tomas desde un ángulo bajo, mise-en-scene complejos y colocación
en primer plano de figuras situadas en las orillas de los marcos.
Q
32. Patrick Ogle, ''Technological and Aesthetic Influences on the Developmcnt of Deep-focus
Cinematography in the United States", in Bill Nichols, ed., Movies and Methods, vol. II. Berkeley,
University of California Press, 1985, p. 68.
ducción de Ford, El Fugitivo (1947), Fernández como productor-asistente y director
asistente (en la Historia documental de García Riera se le incluye como co-director)
y Figueroa como director de fotografía. Además de incorporar la fotografía con pro
fundidad de Ford, Fernández y Figueroa reproducen el juego visual de Ford entre luz
y oscuridad, primer plano y fondo, así como su acostumbrado uso de dinteles y ven
tanas para enmarcar la acción. No obstante, generalmente, el marco de Fernández
Figueroa era más sistemático y parecido al de Eisenstein, ya que utilizaba objetos y/
o figuras colocadas en los extremos del fondo como elementos para enmarcar -en
vez de usar los marcos ya existentes como lo hizo Ford-.
LO
ya/mar, tierra/aire, nubes/cielo, etc. Estos elementos dialécticos son
frecuentemente representaciones gráficas "de lo que necesita ser
vencido" en las películas, o sean las prácticas sociales e ideológi
cas divisorias que los protagonistas de las cintas de Fernández y
Figueroa buscaban derrotar.
La invención de México
El espacio entre estos dos puntos de fuga fue 11enado con un firmamento lleno de
nubes, el "cielo de Figueroa". La tensión del punto de fuga dual se resuelve cuando
los ojos del espectador se mueven en un arco imaginario desde uno de los puntos de
fuga, a través de la distancia del cielo y las nubes, hacia el otro punto de fuga y otra
vez de regreso. Al mover la mirada del espectador alrededor de esa línea curva,
Figueroa retoma la perspectiva curvilínea del Dr. Atl, y frecuentemente acentúa el
efecto con círculos y óvalos, usando por ejemplo Ja forma de un sombrero.
33. Stephen Heath, "Narrative Space", in Philip Rosen de., Narrative Apparatus, Ideology: A Film
Theory Reader. Nueva York, Columbia University Prcss, 1986. Véase la discusión de Heath sobre
la perspectiva en el arte y en las películas, pp. 385-390. La perspectiva lineal fue modificada para
adaptarse a las convenciones de continuidad de Hollywood (ejes dramáticos, tomas sobre los
hombros) para preservar la orientación. Por lo tanto dicha perspectiva no fue perfectamente frontal
y rectilínea como en el Quattrocento sino con una variación ligeramente desviada, que David
Bordwell llamó una perspectiva lineal limitada. No obstante, el estilo visual de Hollywood se basó
en dicha perspectiva lineal y en un solo punto de fuga. Bordwell, "Spacc in the Classical Film" in
Bordwell, Staiger and Thompson, p. 53.
La invención de México
34
La técnica y tecnología fílmicas no son ideológicamente neutras, tampoco
lo es la perspectiva lineal. Mas bien ésta es un sistema de representación que
contribuyó por siglos a dar a conocer Ja ideología capitalista en las obras de
arte. Para explicar el trabajo ideológico del arte del Renacimiento, Bill Collins
empieza por 11amar Ja atención sobre ]os ejes duales de la perspectiva lineal:
e] punto de fuga y el punto de origen. El lienzo es el punto donde se encuen
tran. "La superficie del lienzo" -escribe Nichols- es análoga a la conjunción
de dos pirámides que se encuentran unidas en sus bases. El pináculo de una
pirámide coincide con un punto de fuga imaginario y el otro con un sujeto
ficticio cuyo Jugar nos proponemos Henar, quien ocupa un sitio que estamos
invitados a tomar. En 1a pintura del Renacimiento, entonces, el observador
está "fijo" y se le considera como un sujeto individual. Como explica Nichols,
"el que 1a pintura renacentista se centrase en el individuo o ego coincide con
34. Véase, Jean-Louis Comolli, "Technique and ldeology: Camara, Perspective, Depth of Field
(Part I)" in Bill Nichols, /deology and the /mage: Social Representation in the Cinema and Other
Media. Bloomington, Indiana: Indiana University Press, 1981, pp. 40-57.
los primeros signos de un creciente énfasis en el individuo más
que en un grupo de seres, un énfasis35�ue floreció con la emer
gencia del capitalismo empresarial." Por tanto, la pintura del
Renacimiento y la perspectiva lineal dieron al naciente espec
tador burgués un nuevo modo capitalista y patriarcal de ver al
mundo.
35. Nichols, Jbid. p. 53. Véase también la discusión acerca de la perspectiva en Jacqucs Aumont,
Alain Bcrgala , Michel Marie and Marc Vernet, Aesthetics of Film. Austin: University of Texas
Press, 1992, pp. 18-21.; y en Leonard Goldstein, The Social and Cultural Roots ofLinear
Perspective. Minncapolis, MEP Publications, 1988, pp. 81-82. Christian Metz describe la posición
asignada al sujeto-espectador por la perspectiva lineal del Quattrocento como "tan poderosa ...como
otorgada por Dios mismo". Véase The Imaginary Signifier; Osychoanalysis and the Cinema,
Annwyl Williams, Ben Brewster y Alfred Guzzetti, Bloomington, Indiana University Press, 1982,
p. 49.
36. Véase Bordwell in Bordwell, Staiger and Thompson, op. cit. pp. 5 1 5 - 3; también Bordwell,
Narration in the Fiction Film. Madison, University of Wisconsin Press, 1985, pp. 106-11O.
37. Véanse Bordwell in Bordwell, Staiger and Thompson, op. cit. pp. 51-52.
La invención de México
lineal implícita con un punto de fuga que se entiende se encuentra detrás de Jos
sujetos sin tomar en consideración si realmente puede ser visto en la composición o
si está bien enfocado. Como Stephen Heath, yo creo que la perspectiva lineal está
establecida de manera tan rígida dentro el arte y el cine de Occidente que el uso de
38
cualquier perspectiva diferente es considerada como "errónea", (es interesante que
al presentar su argumento, Heath usa la perspectiva curvilínea como su ejemplo). Lo
"erróneo" de un paradigma puede sin embargo servir de base para un contra-argu
mento por parte de otros otros cineastas. El romper con la perspectiva lineal tiene el
potencial de criticar a la práctica cinematográfica dominante
39
a través de modificar o
reformular radicalmente la unidad del observador. En última instancia, abre una
fisura en la ideología dominante. El uso que Fernández y Figueroa le dieron a la
perspectiva oblicua con dos puntos de fuga en películas populares, que millones de
mexicanos vieron y disfrutaron, representó un rompimiento enorme y creó tal fisura.
Sus cintas son significativas no sólo porque tuvieron éxito en crear un espacio para la
articulación de lo mexicano, sino porque dentro de ese espacio desafiaron a las tradi
ciones artísticas de Occidente y a la ideología dominante que traían consigo. Este
disputado espacio vino a ser conocido y reconocido en las cintas de Fernández y
Figueroa como "México".
15
La mitad
•
de la pantalla:
la mujer en el cine mexicano de la
época de oro
Joanne Hershfield
La obra de la pintora mexicana Frida Kahlo -que abarca las dos décadas que van de
los años treinta a los cuarent a - ha sido definida como la representación de la natura
leza interna divina de la mujer. Por ejemplo, Sarah M. Lowe ha encontrado en los
autorretratos de Frida Kahlo como madre, virgen, india, y mestiza una "fusión de un
yo público1 con uno privado por medio de exportar su condición de mexicana, mujer
y lisiada." No obstante Jean Franco apunta que los repetidos autorretratos en que
pinta su cuerpo desnudo "penetrado por la tecnología" no son meras representacio
lº
nes del individual sino un "cuerpo socializado... controlado por la sociedad mo
derna." En "La columna rota", de 1944, Kahlo muestra su torso desnudo constreñi
do por un corset de acero mientras en su espalda partida por la mitad se alza una
columna fálica. Esta figura puede ser interpretada como símbolo del sujeto social
4. Véase Charles Ramírez Berg, "Image of Women in Recent Mexican Cinema". Journal ofLatin
American Political Culture, vol. 8, 1989.
un marco sexual contradictorio y asignándoles un cierto "valor de uso" en
términos de posibilidades (re) productivas: la Malinche funciona como madre
(del mestizo) y como la chingada, la puta; la Virgen de Guadalupe es ]a Madre
(del hijo de Dios) y virgen.
Y)
5. Sylvia Chant. Women and Survival in Mexico Cities: Perspectives on Gender, Labor Markets
and low-income Households, Manchester, Manchester University Press, 1991, p. 3.
6. James Cockcroft. Mexico: Class Formation, Capital Accumulation, and the State, Nueva York,
Monthly Review Press, 1983, p. 147.
7. María Hcrrera-Sobcck, The Mexican Corrido a Feminist Analysis, Bloornington, Indiana
University Press, 1990, XVIII.
La mitad de la pantalla
Uno de los problemas centrales para la sociedad y el cine mexicanos en los años
cuarenta fue reconocer el fracaso de la Revolución para llevar recompensas sociales
y económicas a las clases más bajas, las poblaciones indígenas y las mujeres. El reto
para el discurso social y la narrativa cinematográfica fue contener las posibilidades
de las resoluciones narrativas para aquellos que contribuyeron con un discurso cohe
rente acerca de la identidad genérica, la identidad nacional y la continuación exitosa
del proyecto revolucionario.
La definición de una identidad nacional mexicana emergió de un esfuerzo
inmediatamente concertado siguiendo el dictado de la Revolución de recha
zar los remanentes de la cultura europea y deshacerse de las "cadenas menta
8
les del colonial ismo". No obstante, esta nueva representación de la
quintaesencia mexicana todavía describe la identidad nacional mexicana como
masculina y no india, tratando de excluir de su propia fisionomía a una gran
parte de la población mexicana. Si en esta década la mayoría de las mujeres
estuvo oprimida por su género, las mujeres de clase trabajadora y las indias
sufrieron abusos adicionales por su etnia y/o su status.
8. llene O'Malley. The Myth ofthe Revolution: Hero Cults and the lnstitutionalization ofthe
Mexican State, /920-1940, Nueva York, Greenwood Press, 1986, p. 110.
9.Traducido literalmente, la madre patria significa [motherland] "madre tierra". No obstante, como
Army K. Kaminsky señala, aunque el género gramatical de la frase es designado como femenino,
"tanto el uso de madre y el femenino la patria está enraizada en la noción de padre." Traducida
literalmente patria significa "padre tierra" "fatherland". Como Kaminsky argumenta, este ejemplo
de ambigüedad gramatical epitorniza el problema del lenguaje en el análisis cultural.
El tema de lo indio como el lazo entre el pasado y e] presente fue
central tanto para el discurso histórico como para el cine mexicano.
En los años treinta, películas como Janitzio (Carlos Navarro, 1934)
y Redes (Agustín Velázquez, Paul Strand y Fred Zinemann, 1934)
iniciaron el género "indigenista". Mientras se dedicaban a glorificar
el pasado indio, estas películas ignoraron que los indios eran -y son
el grupo más explotado y perseguido por motivos de raza y de clase.
3¡_
Mientras que se apropiaba de técnicas narrativas y cinematográficas
de varias tradiciones del arte y teatro mexicanos con el propósito de
sentar las bases de lo que él esperaba que llegara a ser el auténtico
cine mexicano, el interés principal de Femández no residía en crear
nuevos tipos de estrategia cinematográfica, sino en producir un cine
10
que explorara temas culturales, históricos y sociales. No obstante,
al mismo tiempo, sus películas a menudo se niegan a discutir ]as
causas históricas que conformaron las diferencias culturales y sexua
les. Por ejemplo, mientras supuestamente trata de encontrar un lugar
para la mujer mexicana dentro del discurso de ]a identidad nacional,
películas como María Candelaria (1943) y Río Escondido (1948),
en realidad refuerzan el confinamiento de la mujer dentro de ]os
límites patriarcales sin revelar las constricciones sociales que
circunscriben esos límites.
10. El estilo distintivo de Fernández y Figueroa es descrito en detalle por Ramírez Berg en su
estudio sobre el desarrollo del estilo cinematográfico mexicano clásico, incluido en este volumen.
En suma, esos elementos incluyen composición en profundidad, una compleja puesta en escena con
múltiples planos de acción, y el uso de tomas de ángulo bajo. Ramírez Berg se refiere al uso de la
perspectiva curvilínea u oblicua como opuesta a la perspectiva lineal derivada de tradiciones en el
arte occidental. Lo que es más importante del análisis de Ramírez Bcrg es su reforzamiento de la
alineación entre ideología y práctica estética. Este autor concluye que el "estilo" de Femández y
Figueroa es importante no sólo por su contribución a crear un cine específicamente mexicano, sino
también por su desafío a las "tradiciones artísticas occidentales y la ideología dominante que
conlleva."
La mitad de la pantalla
María Félix aparece en su primera película en 1942 bajo el nombre de María de los
Ángeles Félix. Llegó a ser la máxima estrella mexicana al año siguiente por su actua
ción como la vengativa Doña Bárbara en la película del mismo nombre. En muchas
de sus siguientes peJículas como La mujer sin alma (Femando de Fuentes, 1943), La
devoradora (Fernando de Fuentes, 1946), y La mujer de todos (Bracho, 1946), Ma
ría Félix repitió el papel de la poderosa pero malvada tentadora. Su otro personaje
fue también el de la mujer humilde y femenina, como en Rosaura, la maestra de Río
Escondido, Beatriz, la joven rica en Enamorada (Fernández, 1946) que se casa con
el pobre pero valiente general revolucionario, o la bella joven india en Maclovia
(Fernández, 1948). A diferencia de María Félix, Dolores del Río comenzó su carrera
de actuación en el cine mudo de Hollywood y logró un buen lugar como actriz en la
película de Raoul Walsh What Price Glory en 1926. Después trabajó en cerca de
treinta películas en Hollywood entre las cuales se incluyen The Girl of Rio (1932),
Flying Down to Rio (1933), Journey into Fear (1943), y The Children of Sanchez
(1978).
33
Dolores del Río se rehusó a regresar a México hasta que sintió que el cine
mexicano había logrado un cierto nivel de respetabilidad, fue entonces que
Fernández le ofreció el papel de María Candelaria. En María Candelaria, su
primer película mexicana, Dolores del Río interpreta la trágica historia de
una joven india que es lapidada por su propia gente. Ambientada en 1909, un
año antes del estallido de la Revolución, la película ignoró las presiones po
líticas y sociales que llevaron a tan prolongado conflicto nacional. Dentro de
esta cinta, conceptos como la historia, la nación y la mujer son vinculados
por un estilo lírico y por constantes referencias míticas precolombinas.
Por medio de la representación del poder opresivo ejercido contra los indios,
María Candelaria puede verse, primeramente, como otra más en una larga
línea de narraciones acerca de los complejos procesos que destruyeron la
cultura indígena mexicana. El historiador Alan Knight ha escrito que los
discursos postrevolucionarios acerca de los indios "ejercen la imposición de
ideas, categorías y políticas externas" a las culturas indígenas. De esta forma
los indios han llegado a ser objetos del indigenismo más que productores de
11
él. Según Knight, el llamado a una identidad nacional unificada bajo la
bandera de una herencia india común fue lanzado porque quienes hacían la
política creían firmemente que los indios sólo podían beneficiarse del desa
rrollo de México si llegaban
12
a integrarse a la sociedad de la cual había sido
previamente excluidos.
11. Alan K.night. "Racism, Revolution and Indigenismo: Mexico, 1920-1940" en The Idea ofRace
in Latin America, 1870-1940, Austin, University of Texas Press, 1990, p. 77.
12. Aunque la ideología del indigenismo significó reconocer la contribución de los indios
mexicanos a la cultura mexicana, sus proponentes a menudo fallaron en reconocer las diferencias
lingüisticas, históricas y culturales, e incluso variaciones en el tronco racial entre los diversos
grupos que integran la población indígena de México. Agradezco al profesor Henry Selby por
aclararme un argumento de Knight.
La mitad de la pantalla
Una película posterior de Femández, Río Escondido, explora los mismos temas de la
identidad nacional y género, pero lo hace dentro del contexto de los años cuarenta.
Río Escondido es la historia de una joven e idealista maestra llamada Rosaura (María
Félix), que había estado estudiando medicina pero al enfermar del corazón tuvo que
abandonar esos estudios y convertirse en maestra. Al principio de la película, Rosaura
es asignada personalmente por el presidente Miguel Alemán a una remota zona del
norte de México para impartir educación y civilizar a una población india analfabeta.
Los indios de la pobre villa rural de Río Escondido viven al margen de la historia. En
esta película parece como si la Revolución no hubiera tocado su vida, excepto para
sustituir un opresor por otro. Aunque la película transcurre en 1947, el tiempo se ha
detenido en esta aislada región del norte.
Los indios que Rosaura debe rescatar de la ignorancia y recuperar para la moderni
dad viven todavía en la estructura social prerevolucionaria del caciquismo. 11 Los
"jefes" impuestos o caciques funcionan en las cooperativas agrícolas rurales como
representantes de la autoridad del estado, a la manera tradicional de los hacendados
de los siglo XVIII y XIX. Mientras que el papel de esos jefes era promover "la
participación popular en la política nacional" en el nivel rural, James Cockcroft ar
guye que el caciquismo fue en cambio la causa básica del fracaso en incorporar a las
masas rurales a la participación política efectiva. Cockcroft escribe que el caciquis
mo "ha servido para disfrazar o apartar la elevada estratificación y el conflicto en la
14
población rural que sostiene."
Las historias de María Candelaria y Río Escondido confirman la existencia
de un México rural que el historiador Howard F. Cline sitúa en "la orilla de la
economía nacional y su política y vida social." Según Cline, los marginados,
la mayor pa1te grupos indígenas que poblaron aquellas regiones, sumaban
cerca del 30% de la población total de México en 1950. No obstante, el mis
mo historiador encuentra que ese número de gente estaba en la periferia del
13. El término caciquismo se refiere a las organizaciones agrícolas de campesinos que aparecieron
durante el dominio español. Bajo este sistema, la tierra se otorgaba a los campesinos para
trabajarla, pero el cacique, una especie de padrino mexicano, es designado para vigilar la
producción agrícola. Cockcroft arguye que el sistema "hace borrosa la conciencia de clase" por
medio de una ideología de un sistema cooperativo en donde el jefe y los trabajadores son
independientes. En realidad, las "cooperativas" operan como sistemas feudales cerrados bajo el
control del cacique. Bajo el presidente Alemán, el impulso a la reforma agraria de la presidencia de
Cárdenas retrocedió, Alemán reinstaló la protección económica para los hacendados privados y
aumentó las medidas legales de las tenencias, y autorizó el fraccionamiento de la tierra común de
los campesinos de las cooperativas. Aunque aumentaron las exportaciones agrícolas, las tenencias y
los beneficios fueron concentrados en grandes haciendas a expensas, de nuevo, de los campesinos
sin tierra. Cockcroft, Mexico: Class Formation, p. 203.
14. Ibid., pp. 2 0 3204.
-
I
centro de operaciones del estado que "figuraron cuando mucho como símbo
los menores de las ecuaciones políticas." Las mujeres en esas apartadas co
munidades estaban aún más oprimidas a su género, clase y por su etnia-más si
15
en ésta el color de la piel era moreno obscuro-.
15. Ann Pescatello señala que en muchos países latinoamericanos las diferencias de clase y las
diferencias entre estructura urbanas y rurales necesitan ser tomadas en cuenta cuando se quiere
analizar la situación de la mujer. Pescatello arguye que las mujeres urbanas de la clase baja, por lo
común tienen "mucha más autonomía y prerrogativas ya que sus maridos pasan poco tiempo en el
hogar", lo que garantiza "más fluidez social". Con todo, aunque las mujeres del sector rural de la
economía pueden haber ocupado un papel más primario en el "medio económico y social", su
acceso a la movilidad social fue más limitado (algo que comparten con los hombres rurales pobres)
a causa de factores como "analfabetismo, mala salud, falta de comunicación". Pescatello, no
obstante, se equivoca al considerar el factor adicional o raza y el modo en que combina en la
opresión de las mujeres rurales de clase baja.
La mitad de la p:Lntalla
Mientras que películas como Río Escondido y María Candelaria estaban in
teresadas en el destino de los lugares rurales abandonados por la causa del
desenfreno hacia la modernidad y la expansión económica, otras películas
atendían a los efectos del crecimiento y modernización de los centros urba
nos. En los años cuarenta un nuevo género surgió en el cine nacional, se trata
del "cine de arrabal", un tipo de melodrama urbano. Esas películas transcu
rrían en los barrios pobres de la ciudad de México y combinaban los elemen
tos de la música y el melodrama de los géneros mexicanos con la influencia
estilística y temática del realismo socialista. Las historias a menudo fueron
adaptadas de artículos periodísticos y de la ficción popular, y la mayor parte
de sus personajes eran trabajadores pobres que supuestamente agrupaban en
sí mismos todos los elementos de un "auténtico" mexicano. Los héroes eran
presentados como individuos ingeniosos que de alguna forma se las arregla
ban para salir de las opresiones de la pobreza, si no económica, al menos
moralmente.
16. Marcia Landy. British Genres: Cinema and Society, 1930-1960, Princeton, Princeton University
Press, 1990, p. 459.
17. Ramírez-Berg, "The lmage of Women in Reccnt Mexican Cinema", Journal of úitin American
Popular Culture, vol. 8, 1989, p. 160.
La mitad de 1a pantaJJa
ficativas en todos los aspectos de sus vidas, mientras que por el otro, los discursos
nacionalistas remarcaban la importancia de preservar los valores femeninos tradicio
nales de maternidad, castidad y obediencia. Esas demandas conflictivas fueron difí
ciles de negociar tanto para los hombres como para las mujeres. Las películas produ
cidas durante los períodos presidenciales de Ávila Camacho y Miguel Alemán expu
sieron un mundo consumido por las ansias de la trasformación social. Carl J. Mora
escribe que "la codicia descarada que tuvo rienda suelta durante el ambicioso régi
men desarrollista creó severas tensiones que encontraron expresión" en esas pelícu
18
las acerca de prostitutas. Con todo, si las películas de cabareteras dramatizaron las
tensiones alrededor de los papeles asignados a las mujeres mexicanas en los años
cuarenta y algunas incluso ofrecieron retratos positivos de ellas, finalmente estas
cintas pasaron por un tiempo en que es difícil ofrecer las resoluciones narrativas para
esas tensiones. Aunque ya no se repita la historia de la muchacha inocente, Santa, la
figura de la fichera en los cabarets de las películas de los cuarentas es todavía descri
ta como una mujer buena forzada a llevar una mala vida por la fuerza de las circuns-
.
tanc1as que escaparon a su control 19
18. Carl Mora. "Sara García, 'The Mother of Mexico "' en Studies in Latin American Popular
Culture, 4, 1985, p. 87.
19. Por los años cincuenta la cabaretera cobró características que colocaron a las mujeres como
agresivas y autosuficientes en películas como Aventurera (Alberto Gout, 1953). Ana López escribe
que "en ninguna parte se han llevado a la pantalla mujeres que sean tan sexuales, tan premeditadas,
tan excesivas, tan hábiles para expresar su odio por su destino por medio de la venganza."
20. Frederick C. Turner. The Dynamic ofMexican Nationalism, Chapel Hill, University of Noth
Carolina Press, 1968, p. 191.
2 l . Francisco Sánchcz. Crónica antisolemne del cine mexicano, México, Universidad Veracruzana,
1989, p. 55.
Por ejemplo, Distinto amanecer de Julio Bracho dramatiza los efectos de esos con
flictos en e] contexto de los feminismos emergentes y la desintegración de la familia
mexicana. La película sigue los acontecimientos durante una reunión inesperada de
una noche entre tres intelectuales quienes muchos años antes, como estudiantes, ha
bían sido activistas políticos de la Revolución. La protagonista femenina, Julieta
(Andrea Palma), trabaja como bailarina para sostener a su hermano menor y a su
marido. La intrusión de un antiguo novio, Octavio (Pedro Armendáriz), en sus vidas,
amenaza ]a frágil estabilidad de la familia. Julieta es forzada a confrontar el dilema
entre seguir en un matrimonio sin amor con su esposo o escapar con Octavio. Su
lucha para llegar a una decisión amenaza la coherencia narrativa de la película y
lleva a cuestionar las posiciones ideológicas de las mujeres mexicanas en los cuaren
ta. La película parece ofrecer a la mujer una elección, no obstante, dentro de los
límites de la narrativa fílmica clásica mexicana y los discursos ideológicos relativos
a la posición de la mujer en el México postrevolucionario, la elección de Julieta fue
estrechamente circunscrita. En los años cuarenta las mujeres pobres, incluso aque
llas que estaban casadas, no tenían más alternativas que el hogar, el burdel, el cabaret
o el convento.
En tanto que Ramírez Berg sugiere que, en general, las Relículas de la época de oro
2
crearon un México "idealizado, romántico e imaginario" , esta película, en contras
23
te, muestra un cuadro más oscuro y desolado del México postrevolucionario. Des-
+::'
o
22. Charles Ramírez Berg. Cinema of Solitude: a Critica/ Study ofMexican film, 1967-1983,
Austin, University ofTexas Press, 1992, p. 15.
23. Del mismo modo, Ranúrez Berg al escribir sobre manifestaciones posteriores del género,
sugiere que mientras las películas de cabareteras de los sesentas objetivizan a las mujeres, "lo que
más hacen es revelar el estado de desesperación del patriarcado en crisis."
La mitad de la pantalla
Como el personaje de Julieta en Distinto amanecer, Mercedes es una mujer que debe
humillarse hasta los más bajos niveles para proveer a su familia. Ella lleva dos vidas
diferentes: una en la noche, en el ambiente del cabaret, trabajando como objeto de
los deseos y caprichos de los hombres; la otra como una buena madre que trabaja
seis días a la semana y sacrifica su propia vida por ]a de su hermana. De esta forma la
película de Femández ofrece una excusa moral, más que socioeconómica por la exis
tencia de la prostitución. No obstante, al mismo tiempo Mercedes debe ser castigada
por traspasar los límites de los que es considerado como un aceptable comporta
miento femenino, aunque su crimen es finalmente racionalizado como un sacrificio
personal por el futuro de México y las familias mexicanas.
24. Jorge Ayala Blanco._L.a aventura del cine mexicano, México, Era, 1968, p. 164.
La mitad de la pantalla
En ninguna película podemos encontrar las fuerzas sociales que llevan a la prostitu
ción. Es el papel económico de Ja mujer, ligada a una agresiva, visible y estéril sexua
lidad, lo que amenaza 1a posición del sexo masculino y la estabilidad de la familia en
la sociedad mexicana postrevo1ucionaria. Si Ja mujer y la posición de la mujer como
subordinada a los hombres son definidas en parte por su capacidad de procreación,
entonces la incapacidad para reproducirse significa (para el patriarcado) o que el
sujeto no es una mujer o que ella está violando la ley patriarcal. Según la lógica del
patriarcado, nunca puede presentarse una fal1a del poder productivo masculino, ya
sea sexual o social. Así, mientras Ju]ieta fue difamada, a causa de sus relaciones con
la producción económica, como un objeto sexual y, para la economía de la reproduc
ción, como una esposa estéril (y por lo tanto caída en desgracia), las capacidades
reproductivas de su esposo Ignacio nunca son cuestionadas abiertamente. Esto es
debido a la ideología del machismo
25
que subraya la virilidad de los hombres como la
característica que los define.
25. Aunque nunca queda explícitamente asentado que Julieta es una prostituta y se mezcla en
relaciones sexuales con hombres por dinero, su obvio disgusto por su trabajo y por los hombres a
43
los que debe dar placer indica que en la esfera de la economía, los cuerpos de las mujeres son
comprados y vendidos de otras formas que excluye específicamente la relación sexual.
26. Rarnírez-Berg, ''The Image of Women", p. 71.
cano estaba experimentando una "crisis de patriarcado", entonces esta crisis pudo
también ser leída como una crisis de masculinidad en el nivel individual o psicológi
co. Además, de la representación conflictiva de los papeles femeninos surge también
esa crisis masculina en las narraciones del género de cabareteras.
44
manes y su propensión a la violencia.
La mitad de la pantalla
j
En otras películas, como Crepúsculo (Julio Bracho, 1944), La_mujer sin alma
(Fernando de Fuentes, 1943), y La devoradora (Fernando de Fuentes, 1946),
las mujeres que se vuelve malas son presentadas como "crueles y vengativas
vampiresas, sin escrúpulos sexuales, usurpadoras de la crueldad de los hom
28
bres, escJavizadoras, hermosas y sin sentimiento, la devoradora." Esta figu
ra malvada, por su mucha visibilidad y, al mismo tiempo inescrutabilidad,
desafía la frágil coherencia de muchas clásicas películas mexicanas.
Charles Ramírez Berg arguye que el interés que estaba por encima de todo el
melodrama clásico mexicano era la familia, que todos los factores ideológicos
incluidos los "valores burgueses, patriarcado, machismo, capitalismo,
heterosexualidad y soledad" estaban centrados para apuntalar esta institución
que había sido desafiada por los cambios políticos, económicos y culturales
32
iniciados durante la Revolución mexicana. Sin negar que el tema central
haya sido ta familia en el discurso mexicano y en el cinematográfico
postrevolucionario, sugiero que el acento de la familia en las películas
mexicanas de los cuarenta fue en última instancia basado en la "cuestión de la
mujer". Para México, esta cuestión estaba envuelta en la construcción de una
posición revisada de la mujer en una nueva "familia mítica", una construcción
que probó ser problemática para una hegemonía postrevolucionaria como para
la narrativa cinematográfica. Así, si por una parte la película de Luis Buñuel
Los olvidados ( 1950), puede ser vista como una "tragedia masculina de frater
nidad y traición, lo que obviamente socava los propósitos socialistas de en
tonces del gobierno mexicano" por otra parte, Franco escribe que "es la madre
[en Los olvidados], quien se presentaba ambiguamente como objeto de deseo
33
y como la mujer castrante, la que motiva esta tragedia."
34. El estatus de María Félix como estrella de cine fue afirmado en ésta su tercera película y como
resultado, ella fue después asociada siempre con el hermoso pero malvado y agresivo personaje de
Doña Bárbara. Como muchas estrellas de Hollywood, la vida de María Félix fuera de las pantallas
fue identificada con su personaje.
La mitad de la pantalla
El final "feliz", no importa que tan arbitrario sea, es desde luego una de las conven
ciones del clásico melodrama fílmico. Sin embargo Franco sugiere que tan paradóji
cos finales, que no tienen una relación lógica con la secuencia precedente de los
eventos35
narrativos, pueden servir para "resaltar la naturaleza arbitraria de toda narra
tiva". En Susana, Buñuel nos niega el "placer" convencional del melodrama clási
co al dejar expuesto no sólo la naturaleza arbitraria de la narrativa sino también la de
las costumbres morales de la tradición y la sociedad. De esta manera la magnificación
de una extravagancia ya existente funciona en Susana como una crítica paródica de
las polaridades y convenciones melodramáticas tanto del cine clásico mexicano como
de la familia mexicana. Las polaridades quedan expuestas, las costumbres trastocadas,
el padre está deseando abandonar a su esposa por una joven desconocida e inmoral
que él ha conocido apenas unos pocos días, y la madre virtuosa y sacrificada se
Ana López arguye que mientras el cine de cabareteras puede haber sugerido la posi
bilidad de describir el deseo y la subjetividad femeninas, la narrativa melodramática
finalmente laboró para confirmar el patriarcado, a pesar de lo inestable que es esa
estructura. Pero si la representación de las mujeres en las películas de cabareteras
desafió a la represión narrativa, esas representaciones también revelaron un espacio
en el que las espectadoras pudieron cuestionar las estructuras narrativas y sociales
que situaron a las mujeres en las posiciones ambiguas de buena mujer y puta. Tam
bién he argüido que configuraciones de la mujer como "la devoradora" ofrecen desa
fíos perturbadores similares para hacer que prevalezcan nociones de feminidad, sexua
lidad femenina y maternidad e·n el cine clásico mexicano.
Si, por una parte, los personajes femeninos en las películas mexicanas de los cuaren
tas reprodujeron la dicotomía de madre/puta, al mismo tiempo, esas películas tam
bién exhiben momentos en los que esta enigmática significación se rompe. Porque la
narrativa clásica mexicana no puede representar exitosamente una figura femenina
que encarna esta dicotomía ideológica hay momentos en los que estas películas pre
sentan un personaje mexicano femenino con que las mujeres puedan identificarse en
su experiencia compartida de opresión social y económica. Como Linda Williams
sugiere "no toma un radical y consciente rompimiento feminista con la ideología
patriarcal para representar los aspectos contradictorios de la posición de la mujer
37
bajo el patriarcado."
Hice notar cómo la figura de la mujer dividida es parte de la herencia mítica y litera
ria de México que resurge en numerosos momentos históricos en México. De acuer
do con Herrera-Sobek, la incJusión de tan poderosas y amenazantes figuras en la
narrativa dominante y sistemas representacionales simboliza la "lucha de la rebelde
búsqueda individual para reestructurar el canon social y romper los códigos que
36. Marsha Kinder. "ldeological Parody in the New German Cinema: Reading the State ofThings",
Quarterly Review of Film and Video, Vol. 12, 1990, p. 74.
37. Linda Williams "Something else besides a Mother: Stela Dallas and the Maternal Melodrama"
en Cinema Journal, 24, Núm. 1, otoño de 1984, p. 21.
-r
La mitad de la pantalla
38
sofocaron su libertad." Tales representaciones finalmente amenazaron a una ideo
logía patriarcal que estaba tan conflictuada que nunca podría ser totalmente exitosa
en sus intentos de ejercer absoluto control. Espero que este ensayo haya demostrado
que el deseo de las mujeres por la libertad sexual, textual y social puede ser conteni
do pero no exterminado y que como respuesta a los intentos por controlar a las mu
jeres, las figuras divididas y conflictivas de la feminidad surgirán para cuestionar y
desafiar la inestabilidad del patriarcado cualquiera que sea su forma.
555
-caporales ennoblecidos por la obediencia
-incestos voluntarios
só
justifica la vida, así deba acompañarse del castigo.
Del peñón de las ánimas al jagüey de las ruinas
57
je prestigioso de las radionovelas de moda: . Fernando de Fuentes dirige
tres películas: El prisionero 13 (1933), El compadre Mendoza (1933) y
¡Vámonos con Pancho VU/a! (1935), que intentan un tratamiento respe
tuoso. El cornpadre Mendoza es el tema del traidor y el héroe, la tragedia
clásica que refiere una obsesión de los esc1itores de la época: los hombres
puros han sido liquidados por los caudillos y los oportunistas. El desen
canto y el escepticismo no resultan taquilleros. Las dudas de un Mariano
Azuela no son, por así decirlo, "cinematográficas".
Si El compadre Mendoza diseña al anti-héroe que se va apoderando de la
Revolución, ¡ Vámonos con Pancho Villa.' exhibe el voluntarismo capaz de
una epopeya pero nunca de un programa específico. Única muestra de un
cine épico mexicano, la obra de De Fuentes, producida por Clasa, comunica
intensamente una concepción literaria del fenómeno revolucionario y lo hace
con rigor e inteligencia. Lo épico en este caso no es la hazaña bélica sino la
disposición confusa y vigorosa de seguir al Jefe y de sacrificarse, no por los
ideales, sino por las lealtades.
o
cionante de América Latina. ¿Por qué no industrializarla? Al fin y al cabo es una
idea abstracta.
óo
6
Del pefión de las ánimas al jagüey de las ruinas
ÓL
mental, de la exaltación demagógica, del reto al mundo, del relajo
con los cuates, de la última noche que pasé contigo, del rencor apa
sionado. El cine y la radio van conformando, distribuyendo los refle
jos condicionados, la exacta y precisa salivación.
Ó3
de censura política o de antiintelectualismo, por la tesis .implícita
de realizadores y fotógrafos: Las ideas en un país nuevo no son
visuales. No es únicamente la inexperiencia técnica. En estos fal
sos años formativos la imagen es tan estática como la concepción
general del cine, no arte, sino comercio. Un cine dinámico exige
esfuerzos. Por lo tanto es una mentira. Es absoluta la sumisión del
cine a las limitaciones de México: las reafirma y las pregona. Una
hipótesis embrionaria: el subdesarrollo es educación en la inmo
vilidad cuya teoría subterránea es un apotegma: "Aquí no pasa
nada". Nos vamos acostumbrando a ver la misma política, los
mismos líderes (pueden o no cambiar de nombre), las mismas si
tuaciones, las mismas esperanzas y derrotas. ¿Por qué no perpe
tuar entonces las convenciones sentimentales, la dinamitación
lógica, el desprecio rotundo a la voluntad artística? El ámbito del
primitivismo cultural y el político engendra las correspondencias
entre cine y realidad. El cine es un monstruo de Frankenstein de la
clase en el poder. Y, además, la clase en el poder no es -de acuerdo
con el cine- sino su propio Monstruo de Frankenstein.
ós
fallas.
6
vocatoria para cómplices: "No soy muy chistoso, pero ustedes
tampoco y yo estoy aquí representándolos". La carpa es el origen
común y los cómicos, temerosos del nuevo medio, suelen
enfrentarse a la cámara con desconfianza, rigidez. En 1936, en No
6
te engañes corazón de Miguel Contreras Torres, debuta Mario
Moreno Cantinflas. En ]a carpa él ha sido un sacudimiento: ha
obtenido la combinación exacta entre el manejo del cuerpo y la
emisión armónica de frases saqueadas de cualquier significado.
La cabeza sigue un divertido trámite pendular y esquiva a un
enemigo invisible, los brazos en guardia, el rostro congelado en la
expresión sardónica, las cejas levantadas con 1a curiosidad del
reto, la burla zigzagueante, no me diga, cómo no, ay que dijo, ya
se le hizo.
Del peñón de las ánimas al jagüey de las ruinas
6
el chiste que se deja venir desde la adopción automática de una hilera de
vocablos hasta la obtención -relajienta- de una sintaxis. Algunos ensayistas
vieron en Cantinjlas la parodia consciente del líder sindical del callismo, el
Luis N. Morones, el demagogo redentor. Creo que Cantinflas-por lo menos
según la tradición oral y los momentos culminantes de sus primeras pelícu
7
las- no es el mexicano que intenta decir nada, sino el mexicano que -
celebrando de antemano su impericia- quiere decir algo. El fracaso es tan
previsible que Cantinjlas se ve obligado a unir a la dislalia jubilosa su
verdadero mensaje, el cabeceo uno-dos-tres del cuerpo; las cejas que niegan
e interrogan, la mirada que acepta el cortón o la aceptación. El desplazamiento
corporal enmienda y explica las deficiencias y caídas del habla.
Cantinjlas opaca y disminuye a los demás cómicos. Incluso a un actor tan dotado
como Germán Valdés Tin Tan, cuya carta de presentación es la obvia representación
física y lingüística del fenómeno de la transculturación. El pachuco habla hispanglish,
el pachuco usa tirantes y sombrero con pluma y masca chicle y degenera el idioma y
dice "baisa" y "carnal". La embestida purista se niega a reconocer en Tin Tan a un
presentimiento apocalíptico y a un tranquilo dato cotidiano. Pronto, Tin Tan se des
prende de su indumentaria tfrili y, casi siempre dirigido por Gilberto Martínez Sola
res, impregna de vitalidad anarquista algunas cintas rescatables (El rey del barrio,
Calabacitas tiernas) para dejarse consumir ya en los cincuentas por la prisa, el exce
so y la repetición mecánica.
\
1
''
68
Del peñ6n de las ánimas al jagüey de las ruinas
70
crucifijo. Cuenta la insinuación, el ademán de calarse la media, el
mordisqueo de una fruta.
. . . . . . . . . . . . . . . . . "... . . .
'.•¡'1 y"' .. . .
La prostituta puede traficar con su cuerpo lo que le dé la gana. El cine mexicano sólo
la mostrará pesarosa, golpeada por el cinturita, angustiada por la educación de su
hijo (esa situación del acto sexual en abstracto se prolonga especialmente hasta la
primera mitad de los sesentas). Se aprueba, en cambio, la efusión del sentimentalis
mo. Fecha histórica: 25 de marzo de 1948. Se estrena en el cine Colonial Nosotros lo
pobres. Aunque Pedro Infante ya es conocido-Jesusita en Chihuahua (1942), Mexi
canos al grito de guerra (1943), Viva mi desgracia (1943), Cuando lloran los valien
tes (1945)- será su interpretación del carpintero Pepe el Toro, la que lo sitúe y sacralice.
A Ismael Rodríguez le tocó dirigir la etapa consagratoria de Infante; a su cine enfe
brecido, de mal gusto, lacrimógeno, divertido, visceral y sangrante (el naturalismo
que se cree neorrealismo) le tocó situar y promulgar a un actor que, en el filo de la
navaja entre la cursilería y el carisma, se convirtió en una tremenda fuerza social, un
consenso de niveles y apetencias sociales.
Cosmovisión del melodrama: la anciana sobre cuya silla de ruedas se
cierne el ladrón, el joven noble acusado vilmente de asesinato, el amigo
tonto y fiel, la candorosa y tímida pareja de adolescentes, la vecindad
desbordada de furia y estrépito, el chisme y la bondad de las comadres,
las léperas que tenían el corazón de oro, la carpintería como símbolo de
pureza, el idilio cantado y silbado, la abnegada mujercita mexicana, chis
tes y dramas entremezclados. Nada faltó: ni canciones pegajosas ni em
briaguez de nota roja ni la pareja ideal, Infante y Blanca Estela Pavón.
La industria del cine mexicano ha sido una solícita servidora del orden y
de las tradiciones. Explícitamente (si se dejan a un lado las producciones
milagrosas de Semana Santa, y si se toma también en cuenta el carácter
específico del melodrama como el género donde mejor se preserva y for
talece la mentalidad conservadora) el primer intento de cine abiertamen
te de derecha es el género de la "nostalgia porfiriana" que desata Perjura
7
(1938) de Raphael J. Sevilla. La intención es doble: vulnerar la propa
ganda revolucionaria y habilitarle a la clase media un pasado decorativo.
Calumnia y ornato. El formato se repite sin modulaciones. En tiempos de
L
Don Porfirio, México de mis recuerdos, Ay, qué tiempos señor Don Simón,
Yo bailé con Don Porfirio, Las tandas del Principal, El globo de Cantolla,
El Gran Makakikus. Si el género de la Revolución se distingue por rese
ñar a un movimiento de folclore (abundante) y violencia (cada vez mas
estilizada), el filme porfirista decide ser evanescente: nunca, más, indica
ción de intereses ajenos a la zarzuela. Ni siquiera, un enaltecimiento del
porfirismo. Únicamente, los ojos húmedos ante la próxima partida del
Ipiranga.
1
Del peñón de las álúmas al jagüey de las ruinas
73
se media se habla de "vos" y se sueña castiza y Sor Juana
Inés de la Cruz desiste de la escritura harta de oír la torpe
declamación de sus poemas.
Otro género críptico de la derecha: la comedia ranchera. En 1936.
México devasta el mercado latinoamericano con Allá en el Rancho
Grande de Fernando de Fuentes. Las exigencias son mínimas: un
Edén aún sin subvertirse, la figura simpática y humana del hacen
dado, el servilismo de los peones, la alta frecuencia de canciones y
bailes, el humor de jaripeos y palenques. De entre la abrumadora
fantasfa que puebla el cine mexicano, la comedia ranchera resulta
el ámbito más onírico, más enemigo de cualquier principio de rea
lidad, siempre a contracorriente ya no digamos de movimientos
como la Reforma Agraria (concedámosle su vocación de comedia)
sino de cualquier punto mínimo de verificación.
74
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La comedia ranchera es la crónica del no man 's land. Hay una comedia urbana que
es la crónica de un Distrito Federal manejado y diseñado como rancho. El director
por antonomasia: Alejandro Galindo. Los actores imprescindibles: David Silva y
Fernando Soto Mantequilla (aunque también Ismael Rodríguez y Rogelio A González
trabajaron con Infante en ATM, ¿ Qué te ha.dado esa mujer?, El inocente, etc., come·
días filmes como rancheras ubicadas en la ciudad). En Esquina bajan, Hay lugar
para dos, Campeón sin Corona, Galindo se entrega a otra edificación ideal: el Buen
Salvaje con voz de Peladito el mito de la inocencia y la bondad en medio de los
dancing clubs y la perversidad de la gran urbe.
En 1954, 1a credibilidad interna del cine nacional se ha ido agotando. Las cabareteras
dejan de cimbrar adolescencias y sólo ocasionalmente falsas obras maestras como
Raíces de Benito Alazraki nos recuerdan la celeridad con que envejecen los intentos
filantrópicos y paternalistas. Luis Buñuel ha desmitificado a la pobreza en Los olvi·
dados y ha descrito la moralidad burguesa en Él. Se ha iniciado el western-chinampa
y René Cardona se hace responsable de El Enmascarado de Plata. En un famoso
ensayo, "Trash and the Movies", Pauline Kael describe una situación semejante que
aquí se cita en tono exculpante: "Parte de la diversión de estas películas han sido
muchas de nuestras fantasías y cuan ampliamente se han visto compartidas".
75
Tomás Pérez Turrent (1931-
Argumentista y reseñista cinematográfico. Después de trabajar un
tiempo en la Cinemateca Francesa, pasó a México como crítico de
cine. Es el autor de los argumentos de Canoa, Las Poquianchis,
Mina, viento de libertad, Benjamín Argumedo y El otro crimen,
entre otros. Con José de la Colina realizó el libro-entrevista con
Luis Buñuel, Prohibido asomarse al interior.
Para la gran mayoría de los cinéfilos, críticos y exégetas, la obra de Luis Buñuel se
divide fácilmente en dos partes: la de las grandes películas avaladas por el prestigio
y el reconocimiento de la mayoría; y la otra considerada menor, en la que se incluyen
los films cuya realización obedeció en su tiempo a una pura razón "alimenticia". En
la primera se incluyen con más o menos unanimidad: Un perro andaluz, La edad de
oro, Los olvidados, Robinson Crusoe, Él, Ensayo de un crimen, Nazarín, Viridiana,
Lajoven, El ángel exterminador, El diario de una recamarera, Simón del desierto y
las recientes Bella de día, La Vía Lá.ctea y Tristana. En la segunda, el resto de las
películas realizadas para el cine mexicano y algunas coproducciones, éstas últimas
más ambiciosas, pero frustradas, según esa mayoría, por diversas razones.
Con excepción de una buena parte de la crítica francesa, que considera la obra de
Buñuel como una totalidad, la división es aceptada aún por algunos de sus exégetas,
los cuales conceden si acaso que esos films "alimenticios" están hechos con cierta
dignidad, aún cuando en algunos casos se pueden reconocer ciertas cualidades
"buñuelianas". En definitiva estas películas son consideradas sólo como obras posi
bles no logradas, y dignas de atención sólo por el aval del autor.
* Tomado de la Revista de la Universidad de México. Vol. XXVI, Número 10,junio de 1972, pp. 5-9.
Yo prefiero considerar cada una de esas películas como partes de un todo
ejemplar, como partes integrantes de una de las obras más importantes del
cine de todos los tiempos, aun Gran casino o La hija del engaño. Todo es
cuestión de un nivel de lectura. Es ejemplar el que estas películas hayan sido
realizadas a partir de las limitaciones del cine industrial mexicano de los años
cincuenta, sobre todo porque Buñuel sabía plegarse a un modo de producción
específico, a unos sentidos, unos significados, un lenguaje, reconocibles y
comunicables, dando como resultado obras legibles e intercambiables, de
acuerdo con el código de la producción; un cine aparentemente ligado al va
lor de cambio de los signos, a su valor de uso, a su producción y a su consumo
productivo, según los modos de representación y figuración dominantes en
ese cine industrial. Partiendo de esos modos, Buñuel los trasciende por me
dio de una verdadera práctica cinematográfica, de un trabajo sobre los cuer
pos de escritura, los signos, los sentidos y no de un código preexistente y
establecido de una vez por todas.
Buñuel ante el cine mexicano
7Q
Ya desde aquella época, el trabajo operado por Buñuel sobre componen
tes originales de su narración -es decir, su práctica cinematográfica- es
completo desde el punto de vista social, psicológico, sexual, ideológico.
Una vez establecida la serie de base ()a serie de componentes originales),
es gracias a su desarrollo dialéctico, a sus contradicciones, interacciones
y transferencias que se va modificando, que puede leerse el trabajo sobre
el film como lugar de una transformación radical: el cine y su efecto ya
no actúan corno vehículo de reconocimiento de identificación, sino como
medio de conocimiento, de análisis de la ficción misma y del referente de
esta ficción que, cristalizada, es la que llega a nosotros. Se trata de una ficción desdo
blada, dinámica que no se conforma con arrastrar al espectador en el curso de su
proceso, sino que lo lleva al conocimiento. Este mecanismo se presenta con una
perfección admirable en obras como La, vía láctea y Tristana, pero no hubiera sido
posible sin la experiencia de Él, Susana, carne y demonio, Subida al cielo, Ensayo de
un crimen, que por sus limitaciones obligaban a agudizar los métodos de ese trabajo
en la producción de sentidos.
Quiere decir que por más convencionales o tontos que parezcan los films de Buñuel
a nivel de la anécdota, basta tratar de leer con atención, rascar un poco en la superfi
cie para que de inmediato surja lo insólito y una serie de significaciones imposibles
de aprehender en la pura superficie. Esto corre parejo con la actitud vital del autor,
su odio sano a todo tipo de mentiras, su afán de destrucción del confort moral e
intelectual. Algo parecido sucede con la forma cinematográfica aparentemente banal
y plana que ha hecho nacer el mito de Buñuel (mito aumentado por el autor mismo).
Vista con atención y de acuerdo, con una visión global, esa forma se revela como de
una gran be11eza, por su economía y la estricta necesidad de todos sus elementos.
Entre las películas que la mayoría ha estado de acuerdo en califi
car como menores hay dos que son para mí las más ilustrativas,
las más significativas, quizá ]as más ejemplares, como partes de
esa totalidad modelo que constituye la obra de Buñuel, y que si
tuadas históricamente adquieren una especial importancia: Susa
na, carne y demonio (1950) y !.A muerte en este jardín (1956),
realizada en coproducción con Francia. Se trata además de dos de
los films menos conocidos de Buñuel.
El guión se debe a Jaime Salvador (que es también autor del guión de Una mujer sin
amor, adaptación de Maupassant, quizá la única película no salvable de Buñel). Creo
que con un gu�ón imposible, Buñuel pudo por primera vez efectuar un verdadero
trabajo sobre los componentes originales del film y subvertirlo totalmente. Además
se ofrecen en filigrana la mayoría de los temas más importantes (su "moral", su
humor) y toda una serie de imágenes -temas recurrentes: el bestiario (murciélago,
pavos, araña, gallo, insectos), el lodo, el fetichismo, la flagelación.
Las líneas anecdóticas no son en nada diferentes a las del cine mexicano de
esos y todos los tiempos, con todas las convenciones del melodrama tradi
cional. La delincuente Susana, gracias al "milagro", va a parar a una ha
cienda, donde con las armas de su perversidad y la mentira es acogida por
una familia ejemplar, unida y dedicada a la práctica desinteresada de la
caridad cristiana. Ya instalada, Susana, el mal absoluto, la encarnación del
demonio, va a sembrar la discordia, excitando a todos los hombres del lu
gar viejos y jóvenes, patrones y sirvientes. Primero es el mayoral, hombre
de confianza, al que termina despreciando en cuanto ve la oportunidad de
escalar peldaños en la pirámide social. Esta oportunidad llega primero con
el hijo virginal y después con el cumplido padre: la discordia rompe la
armonía familiar, el padre se pone contra el hijo; se abofetean. Obnubilado
por el demonio (la carne), el hombre, hasta entonces modelo, golpea a su
hijo, a su fiel servidor y a su santa y ejemplar mujer, a la cual repudia para
poder irse a vivir la plenitud con Susana, la que con dos armas terribles "la
carne y el demonio" (en realidad una sola), ha conseguido romper la armonía
de clases, el orden entre patrones y trabajadores, y la unidad de la familiar.
De nada valen las lágrimas y los continuados "Dios mio" de la santa esposa
y madre, encarnación de todas las virtudes, de la madreidad misma.
Como se ve, en el nivel anecdótico no hay nada que pueda realmente inquietar, todo
es "profundamente moral". Se condena implícitamente el libertinaje, se fustiga a los
débiles que caen en él, se exalta la reJigión, al trabajo dentro de la armonía de clases,
y a la familia como célula espiritual base de la sociedad.
Susana, carne y 'demonio es un'buen ejemplo de cómo, llevando una s1tuaci6n con
vencional y melodramática hasta sus últimas consecuencias, se llega al absurdo de
cómo, aceptando los modos dominantes del cine se les puede invertir. La muerte en
este jard(n toca un registro diferente, no parte del melodrama sino de la aventura. El
resultado es el mismo.
8
La acción se 11eva a cabo en un país no identificado de América Latina, en ella toman
parte aventureros, buscadores d� diamantes, trabajadores oprimidos, militares al ser
vicio de la dictadura y de las compañías extranjeras. El medio en que estos hombres
4
se mueven es el común a cualquier lugar donde está el hombre civilizado en el que se
desencadenan las pasiones en cuanto las condiciones son propicias: se mata, se hu
milla, se fusila a quien pretende rebelarse, y todo se mueve alrededor de un valor
absoluto: el dinero.
En ese momento todo ha sido ya planteado, las premisas están dadas. Algo parecido
a un prólogo ha terminado, para que se pueda entrar en materia. De ahí en adelante el
tono del film cambia radicalmente. Con la partida del sexto personaje, accidental y
que sólo funciona con fines anecdóticos, todos los elementos superfluos han desapa
recido, lo que queda son dos o tres líneas temáticas perfectamente concentradas y
listas para su desarrollo. Cinco personalidades diferentes se van a enfrentar en una
situación límite, en circunstancias excepcionales y en un medio hostil.
Estos personajes ya no van a vivir de acuerdo con las reglas o los cánones de
un género cinematográfico preciso. Tampoco están ahí por azar. Buñuel los ha
elegido de acuerdo con unas características que le interesan, los ha colocado
en una situación que le pemitirá ir a su terreno.
8
sombra de Rousseau, porque no se trata de la sociedad en absoluto, sino de
una concreta e histórica, con relaciones sociales determinadas.
Como Robinson en su isla, los cinco personajes van a vivir una "existencia al mar-
gen de todo", a reconstruir el mundo a su manera, a interrogarse sobre los problemas
de la auténtica existencia humana. La selva, lejos de la civilización, será paradójica-
mente el fin de una existencia primitiva. Liberados de todas las presiones de civili-
zación y acicateados por un tipo de presiones vitales van a poder buscar su propia
5
libertad. Sólo quienes lleguen al final, a las últimas consecuencias de esa búsqueda,
podrán salvarse.
El primer contacto consigo mismos, lejos de las presiones de la sociedad, les será
benéfico. No sólo Chark que es el más vital, el único que confía sólo en el hombre, y
María, que es la que está mas cerca de esa identidad consigo misma, la menos conta
minada por ese tipo de sociedad de la que todos son tributarios, sino también los
otros: Castin lucha contra su debilidad, Gin trata de salvarse en el amor, Lizardi se
"humaniza", el hambre, la fatiga, el miedo, las necesidades cotidianas lo han hecho
bajar al nivel del hombre. Empapado y delirante por la fiebre, sueña no con Dios
sino con los huevos tibios que comía en el convento, en un lejano y confortable
pasado. En un momento dado ofrece un cáliz para que los otros puedan beber agua;
en otro las páginas de su misal sirven para algo útil, una necesaria hoguera. El en
cuentro consigo mismos lleva a los miembros del grupo, y en especial a Lizardi, a la
verdadera fraternidad.
-O
reintegrarán a la civilización (la vieja tarjeta postal con una vista noc•
co
turna de la ciudad encontrada entre los restos del accidente, es el mejor
signo). Gin olvida sus intenciones de purificarse en el amor total y no
piensa más que en las joyas de las víctimas del accidente, deseo mez
clado con el temor al castigo divino. Castin vuelve a ser juguete de la
debilidad, de su idea de pecado original, de una locura mística que lo
lleva a tomarse por un justiciero. Lizardi vuelve a ser el funcionario
eclesiástico, que pontifica sobre el bien y el mal, el pecado y el castigo.
88
Gustavo García (1954- )Crítico e historiador cinemato
gráfico. Profesor de cine mexicano en el Centro Universitario de
Estudios Cinematográficos (1980-1990), de técnicas de cine, so
ciología del cine y literatura y sociedad en la carrera de Ciencias
de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM ( 1979-1993), crítico cinematográfico en varias revis
tas y periódicos desde 1974, es autor de los libros El cine mudo
mexicano, La Década perdida/el cine mexicano de los cincuenta,
No me parezco a nadie/La vida de Pedro Infante, La época de oro
del cine mexicano (con Rafael Aviña), Pedro Armendáriz y El nue
vo cine mexicano (con José Felipe Coria).
México recibe a 1950 con 25,792,771 habitantes (mexicanos más, mexicanos me
nos), de los cuales trabajan, en la Ciudad de México, 980,000. Son los últimos años
del alemanismo, de los políticos como estrellas de la vida social (y las actrices de
cine como figuras políticas), de los secretarios sin cartera como Jorge Pasquel y sus
faraónicos viajes a Europa. Vicente Lombardo Toledano había roto en 1948 con la
Confederación de Trabajadores de México y había formado el Partido Popular. La
década heredará del régimen un neólogo, charrismo, derivado de la imposición Jesús
Díaz de León, El Charro, como secretario general del sindicato ferrocarrilero en
octubre 1948 (combinado con la persecución y encarcelamiento de trabajadores de-
El amparo agrario promovido por el gobierno de Migue] Alemán para proteger a los
latifundistas y la imposición del modelo de industrialización forzado, aunados al
descenso de las exportaciones de materias primas al fin de la Segunda Guerra Mun
dial y la guerra de Corea, habían modificado sustancialmente el equilibrio económi
co del campo; la ciudad de México es la meta de todo provinciano; pocas ciudades
con mejor sistema de transporte colectivo: por 20 centavos se podía viajar, en un
camión azul de Mixcoac a Venustiano Carranza, o en un pesero, de la Larín de Uru
guay y 20 de Noviembre hasta el río de Mixcoac, que todavía era eso, un río que
entroncaba con el de Churubusco; aunque no eran navegables, servían como rutas
(cuando no amenazaban desbordarse) para tranvías y camiones que salían de la ave
nida Revolución a la calzada Ermita-lztapalapa. A la altura de calzada de Tlalpan, se
cruzaba con el tranvía que hacía la ruta Pino Suárez-Tasqueña. El tranvía Palmas
recorría el jeroglífico de avenida Revolución (desde San Ángel), Benjamín Franklin
(donde entroncaba con la ruta Primavera), Baja California, Insurgentes hasta Refor
ma y de ahí al centro. Todo por 15 centavos. Y estaban rutas como la Obregón
Insurgentes, los camiones San Ángel-Mesones, la ruta de camiones café oscuro
Guadalupe Inn, los Circuito Hospitales. La ciudad estaba a punto de volverse inhabi
table, pero aún se contenía en límites bien precisos: los universitarios estaban rega
dos por todo el centro: los futuros médicos padecían humillantes perradas (baños en
fuentes públicas, marchas por las banquetas en fachas y obligación a saludar a todo
peatón) antes de ingresar al viejo edificio de la Inquisición; Ciencias Físicas y Mate-
La década perdida
Q
amarillo con tiras azules en una manga, identificarse por la regla T asomando
entre los cuadernos. En el cruce de Copilco e Insurgentes, un anuncio enorme
del Banco de Comercio instaba al ahorro a un universitario modelo que arrin
conaba suave y hábilmente a una muchacha pese a la defensa de sus libretas
de apuntes sobre anticipando en la mirada su hogareño futuro.
Como para marcar el fin de una época, en 1950 mueren Xavier Villaurrutia y Virgi
nia Fábregas, en 1951, Francisco Rojas González y don Balbino Dávalos, y en 1952,
Enrique González Martínez, �ariano Azuela, Félix F. Palavicini, Alfonso Toro, José
Rubén Romero y Octavio Medellin Ostos, es decir figuras claves del periodismo, la
literatura, la investigación histórica y la mitología popular de la revolución y su
asentamiento institucional.
Q3
con un saldo indeterminado de muertos, heridos y detenidos. Los
henriquistas serían identificados como elementos antisociales y
subversivos: un extraño levantamiento ocurrido en Ciudad Deli
cias en enero de 1954 se atribuye aún al grupo, que para entonces
estaba en pleno desmoronamiento, asimilándose varios de sus
miembros al nuevo gobierno.
Q
Sobreviven, entonces, algunas peñas, como la de León Felipe en el Sorrento;
en el Kiko's Bucareli y Juárez se reúnen a veces Fernando Benítez y los cola
boradores de México en la cultura. Miguel N. Lira estrena La escondida (1956),
obra teatral sobre el zapatismo, y Salvador Novo, A ocho columnas (1956), en
4
cuya denuncia de la corrupción periodística es fácil identificar las prácticas de
Carlos Denegrí. En abril de 1953 se inaugura el Teatro de los Insurgentes, tras
un leve escándalo por una virgen de Guadalupe que aparecía en la figura en
mosaico con Cantinflas en el mural diseñado por Diego Rivera; la primera
obra, Yo, Colón, es un fracaso tan sonado que termina con las presentaciones
en público del actor principal, justamente Mario Moreno.
La década perdida
En esa década se desarrollan las carreras Elegía de la policía montada (1959), re
litera1ias de Ramón Rubín (La canoa per flejos literarios inmediatos de Ja descom
dida, El canto de la grilla, La bruma lo posición del régimen.
vuelve azul), Luis Spota (La estrella va
cía, Más cornadas da el hambre, Casi el En julio de 1954 muere Frida Kahlo; al
paraíso), Carlos Fuentes (Los días en sepelio acude una izquierda emblemática,
mascarados), Juan José Arreola encabezada por Diego Rivera, Lázaro
(Confabulario), Juan Rulfo (El llano en Cárdenas, Andrés lduarte, Andrés
llamas, Pedro Páramo), Emilio Henestrosa y David Alfaro Siqueiros; el
Carballido (La veleta oxidada), Rosario féretro se cubrió con la bandera de la
Castellanos (Balún Canan). En el suple Unión Soviética y se cantó el corrido de
mento México en la cultura y luego en la Cananea; mientras tanto, en 1955 nos vi
Revista de la Universidad, dirigida por sita, como emisario de buena voluntad,
Jaime García Terrés, prueba sus prime Richard Nixon, que recorre las instala
ras armas una nueva generación literaria: ciones de Ciudad Universitaria. La pér
Elena Poniatowska, Carlos Monsiváis, dida de mercados extranjeros y la deva
. Jorge lbargüengoitia, José Emilio luación del peso habían creado proble
Pacheco, José de la Colina, Juan Vicente mas en el campo que se combinaban con
Melo, Juan García Ponce, Elena Garro; viejas cuentas pendientes, con latifundios
el periodismo mantiene su dignidad como ocultos o descarados pero inafectables y
voz de los despojados por el sistema en dotaciones de tierras no cumplidas; en
los reportajes de Mario Gil (La huelga 1958 se desata una ola de invasiones (ha
de Nueva Rosita, 1952) y Fernando ciendas y latifundios) en Sonora, Sinaloa,
Benítez (Ki, el drama de una planta y de Nayarit y Baja California Norte, promo
un pueblo, 1956). Ya en 1950 son claros vidas por la Unión General de Obreros y
los cambios en la actitud de la cultura Campesinos de México, encabezada por
mexicana, la reflexión crítica sobre un Jacinto López. Los efectos inmediatos
país que de la rebelión pasó a la fueron la persecución del líder y la ex
reorientación y luego a la traición: en ese propiación del latifundio de Cananea, con
Q
año, Octavio Paz publica El laberinto de lo que el gobierno arrebata de nuevo a la
la soledad, mientras el chiapaneco Jai disidencia una de sus banderas. En el
me Sabines se da a conocer con Horal, estado de Morelos, la relativa afinidad de
estableciendo un tono seco, intimista y los henriquistas con los campesinos mo
5
agresivo que continuará en La señal vilizados por el líder agrario Rubén
(1951) y Tarumba (1956); en 1957, Paz Jaramillo desata, durante el sexenio de
dará a conocer el poema infinito Piedra 1952-1958, una persecución sistemática
de sol, mientras Efraín Huerta pasa de la de éstos en la zona cañera y arrocera; se
beligerancia poética a instaurar el humor sucedieron los atentados, los carreterazos
irónico con Mi país oh, mi país (1958) y (cadáveres de labriegos mutilados tirados
a orillas de la carretera), las detenciones arbitrarias. El cambio de sexenio quiso
buscar la conciliación y deriva en el asesinato de Jaramillo y su familia. Al mismo
tiempo, la miseria endémica del profesorado nacional iba gestando un descontento
dentro de las filas del coptado Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación;
del malestar se pasó a la creación de una directiva independiente, elegida democráti
camente, con el profesor Othón Salazar Ramírez como nuevo encargado de la sec
ción IX del sindicato. La razón del movimiento, las elementales demandas de mejo
ramiento salarial y prestaciones a los maestros provoca el apoyo masivo, el enfrenta
miento directo con el gobierno y la directiva oficial del SNTE, condujo a la huelga
de maestros de primaria, el plantón en los patios de la Secretaría de Educación. La
solución al conflicto tuvo las características típicas del régimen: tras un período de
tolerancia, se reprimió policíacamente una manifestación de maestros el 8 de sep
tiembre de 1958, cuando el movimiento había cobrado fuerza, pero estaba en un
punto neutro en sus pláticas con el gobierno, y se acercaba el cambio de régimen; se
encarceló a Othón Salazar, pero se permitieron elecciones democráticas en el sindi
cato. El movimiento magisterial coincidió con movimientos que tuvieron menos
fortuna y fueron reprimidos desde su origen, como el intento democratizador en el
sindicato petrolero, el proyecto de Alianza de Telegrafistas, la persecución de miem
bros del Partido Comunista. Al mismo tiempo, se desarrolló y permitió un flujo
mutuo de apoyo con la lucha magisterial, el movimiento sindical ferrocarrilero, que
aunque tuvo como cabeza más visible a Demetrio Vallejo, originalmente represen
tante de la sección 13 de Matías Romero, Oaxaca, en realidad se había gestado a lo
largo de todo una década de inconformidad con una administración amañada entre
líderes herederos de Jesús Díaz de León, abatida por los ínfimos niveles de retribu
ción y seguridad en el trabajo y una ejemplar unidad entre los ferrocarrileros del
país. Se sucedieron huelgas, revisiones de contratos colectivos, fortalecimiento de
las filas del sindicalismo democrático, hasta que el problema se transfirió al gobier
no de Adolfo López Mateos. El artífice de la política de conciliación desde la Secre
taría del Trabajo, se comenzó desplegando dispositivos policíacos en todo el país
que condujo a la detención de miles de trabajadores y los líderes; los soldados vigi
laban los viajes desde las locomotoras. Se preparaba el camino al milagro económi
Q
co mexicano, desde la oficina del nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público,
Antonio Ortiz Mena (después presidente del Banco Interamericano de Desarrollo).
6
Serían los últimos años del charrito como mascota de PEMEX, de los taxis cotorras
y cocodrilos, de los tamarindos dirigiendo el tráfico desde sus casetas de lámina. Se
gestaba la primera generación de televisión: los padres no se perdían los hipnotizantes
monólogos de Humberto G. Tamayo en El programa de un solo hombre, al Panzón
Panseco en el Yate del Prado, a Pedro Vargas y el Chino Herrera en el Estudio Raleigh
La década perdida
o MaxFactor, Las Estrellas y usted, La hora Haste y Teatro Yardley; todos comenta
ban el parecido del nuevo presidente con el locutor Martínez Carpinteiro; los niños
se embelesaban con La Pandilla, el Club Quintito, Broderick Crawford en Patrulla
de caminos, Richard Boone en Revólver a la orden y Roger Moore en lvanhoe; e]
oeste imponía su mitología con Cisco Kid ("Oh, Pancho. -Oh, Cisco"), El llanero
solitario, Hoppalong Cassidy, Rin Tin Tin (con la inexplicable presencia en la caba
llería del cabo Rusty) y Fuerte Apache; entre esos padres y esos hijos, poco tenía que
hacer ese ¿balbuceo? ¿estertor? que fue el movimiento estudiantil del Politécnico,
protestando en 1958 por el aumento en el precio de los pasajes de camiones, y la
inauguración, el 31 de marzo de 1959, del canal 11 de televisión.
97
bases de una cineteca que durante las siguientes décadas fue un
sueño. La Ley no soluciona nada pero dio coherencia a varias
actitudes políticas y económicas que afectaban incontrolada o ac
cidentalmente al cine, que así se volvió un problema de Estado.
Quedaban atrás los decretos de última hora que cada presidente,
desde Yenustiano Carranza, expedía para rellenar tardíamente las
fisuras de] desarrollo cinematográfico, y pasaron también a la his
toria las relaciones del mercado libre de producción y explotación
de los primeros años.
98
ción, 1958, Galindo). El cine de jóvenes descarriados nació de una actitud ambivalente
de terror al cambio y cálculo mercantil; el posible impacto que podían tener en el
público películas como El salvaje (1953, Benedeck) y Al este del paraíso (1954,
Q
Kazan) propiciaron la prohibición de Rebelde sin causa (1955, Ray) y la prolifera
ción de discursos fílmicos en contra del rock'n roll (elemento inequívoco de la
desnacionalización) y la independencia de los hijos. Al mismo tiempo, era un cine
dedicado a exponer las manifestaciones eróticas de esos jóvenes -concretamente las
muchachas, que eran desnudadas a la menor provocación- para atraer un público que
Q
debía escandalizarse mientras se fascinaba.
La televisión había dado una rara popularidad a la lucha libre: el cine tuvo que
acudir a los nuevos ídolos y, desde La bestia magnifica (1952, Urueta) estable
ció uno de los géneros típicos de la crisis, el cine de luchadores, que significa
ría un extraño espacio para la aventura; en el cine de luchadores se refugiaron
modas como el cine de espías, el de terror, el policiaco y el fantástico, a veces
mezclándose en aboliciones bizarras de fronteras; su pésima factura permitía el
desborde de todo código. Un género tan secundario, que nació humilde y aún
así tuvo un visible abatimiento, engendró, sin embargo, al único ídolo fílmico
masivo capaz de competir con Pedro Infante en el arraigo del público, el lucha
dor El Santo.
No es casual que en esa década prolifere el cine de terror, del cual se obtendrán
ejemplos muy dignos y casos de hibridismo mal resuelto como la serie de la
Momia Azteca (1957, Rafael Portillo). Pero lo que dio a los 50's ese tono gris,
sin repuntes, fue la frecuencia con que los talentos de la década anterior deja
ron de manifestarse. La explicación extrema es la muerte de muchas de sus
estrellas: Jorge Negrete en 1953, Joaquín Pardavé en 1955, Pedro Infante en
1957, y su imposible sustitución. El problema real fue el de un cine deteriorado
por la falta de capital, el reparto inequitativo del peso en taquilla, el temor de
los inversionistas, todo girando en torno a una edad de oro irrecuperable, cuya
imagen dominaba la realidad. Los directores más ambiciosos de aquella época
mítica habían cambiado diametralmente sus int�nciones: el liberal Alejandro
Galindo enarboló las causas más retrógradas del patriarcalismo admonitorio, como
en Tu hijo debe nacer, 1955, y La edad de La tentación, 1958; o se aferraron a sus
viejas fórmulas, dejando que el tiempo los rebasara, convirtiéndose en extravagantes
ejemplos de arcaísmo, como el Ismael Rodríguez de Tizoc (1957), el Indio Fernández
de La red (1955) y el Bustillo Oro de Los hijos de Rancho Grande (1956).
Pero también es la década de los cantos del cisne, de los últimos brillos de la deca
dencia: Tin Tan, ya sin el apoyo del director Gilberto Martínez Solares y el
argumentista Juan García, se perdió en la sobreexplotación, filmando hasta 8 pelícu
las por año ( en 1956, por ejemplo); sólo al hacer pareja con Salvador Flores en Re
beldes sin casa (1957, Alazraki), recuperó la ligereza, la ironía y el cinismo de antes.
Emilio Femández no pudo filmar su biografía de Emiliano Zapata y se tuvo que
conformar con Un día de vida ( 1951), sobre un zapatista sentenciado a muerte; hizo
un experimento de narración casi totalmente visual, La red, de marcadas connotacio
nes eróticas, y volvió por última vez a la reciedumbre de su mejor cine campirano
con Una cita de amor (1956). Femando de Fuentes cerró su carrera con un vigoroso
melodrama Por la puertafalsa (1950), una sorprendente adaptación de Dostoievski,
r
La década perdida
L
o
Crimen y castigo ( 1950) y una irónica comedia ranchera, Los hijos de María
Morales (1952). A Ismael Rodríguez le tocó constatar la necesidad de re
novar al melodrama provinciano, cuya contaminación urbana era una exi
gencia de verosimilitud.
103
Luis Procuna como una reflexión sobre el valor a partir de la crisis del
torero, el miedo a] toro y el necesario enfrentamiento. De Barbachano fue
la producción de Nazarín y en 1959, de la coproducción con España, Sona
tas, de José Antonio Bardem.
¡_
o
4
En 1960 ocurrió una maniobra legalmente comprensible y necesaria pero económi
camente misteriosa: el gobierno compró Ja Compañía Operadora de Teatros y el
Circuito Oro, con lo que el monopolio de exhibición de Jenkins desaparece de un día
para otro; eso no modificó el inequitativo reparto del peso en taquilla y sí dio lugar a
prácticas laberínticas de salas concesionadas a COTSA, rentas poco claras y tráfico
de concesiones para publicidad en los cortos, en las salas, y de golosinas en las
dulcerías.
El cine mexicano salió de los cincuenta con cara de derrota: las clases me
dia nacionales y latinoamericanas estaban perdidas como público; la apre
surada y poca exigente producción estaba destinada a un espectador
¡_
semianalfabeta y de bajos ingresos; la batalla contra la televisión estaba
o
perdida y, de hecho, el cine empezaba a depender de aquélla para nutrirse;
la censura y la apatía y el cálculo mercantil cancelaban la posibilidad de un
cine dignificante y se giraba en torno al mito de la edad de oro, un mito que
ya no daba para más, que al morir había dejado en el desamparo a sus
herederos.
5
El cine es como un país o como un reino: tiene a sus artistas, a sus comercian
tes, gremios, mafias, a sus criminales y a sus mártires, sus leyendas, sus épo
cas de oro. El cine tiene una aristocracia visual, a sus diosas tutelares que
demandan y justifican la adoración de los cinéfilos durante décadas. Entre las
tradiciones definitorias del cine mexicano, entre las formas dominantes de su
imaginario, de sus sistemas de representación, está la del rostro femenino y
sus artífices: directores, camarógrafos, argumentistas y decoradores forman
el ejército que está detrás de la perfección del gesto y su textura; es impensa
ble el impacto y la verosimilitud del México ideal inventado por el cine sin la
contundencia litúrgica de esos rostros cuyas raíces se afincaban tanto en el
desplante de la diva romántica como en la pasividad serena de 1a imagen
religiosa. La veneración se propiciaba por partida doble e infalible; la pan
talla sólo operaba como nicho y blanco diván de tul.
¡_
nen una sensualidad más terrena, menos elaborada y artificiosa: sus oríge
nes están en Joan Page, Ninón Sevilla o en Marga López, en quienes se
pueden integrar a un cine que por necesidades de presupuesto debe filmar
se en locaciones, instalar a sus heroínas en cuartos de servicio, oficinas de
o
gobierno, centros nocturnos y departamentos. Son más jóvenes al debutar
que la Félix, Del Río e Isabela Corona; deben soportar durante más tiempo
roles de hijas, pero al mismo tiempo, deben tener una contundencia física
que desmienta o exacerbe la inevitable ingenuidad de sus personajes. Cada
década tiene su modelo de belleza, y ahora es el turno de la cadera amplísi
6
ma, el pecho desbordado, la cintura (de ser posible) pronunciadísima, los
hombros anchos y sobre ellos los camarógrafo se encargarían de propiciar
milagros con los rostros, de sonrisa franca, ojo grande, mejillas llenas: es
casi impensable en los 50s otra estructura ósea dominante (pómulos y fren
te prominentes) como la de Dolores del Río, que sólo continuó su estirpe
en Stella Inda (otra sobreviviente de la anterior década) yAlicia del Lago.
Aunque las matriarcas son Sofía Álvarez, Esther Fernández y María Félix, quienes
abren la brecha son Blanca Estela Pavón, Emilia Guiú, Marga López, Ninón Sevilla
y Charito Granados; son actrices incorporadas al cine en la segunda mitad de los 40,
en pleno optimismo alemanista, con la producción fílmica en incremento y los géne
ros y formas de representación en su punto más sólido y convincente; con la misma
naturalidad interpretan a damas caídas (Marga López en Salón México, Ninón Sevi
lla, siempre) que a virginales campesinas (de nuevo la cubanísima Ninón en Perdida
de Femando A. Rivero), hijas de familia, novias arrabaleras o esposas burguesas
La década perdida
¿Quiénes dominan la escena? Abran paso a Lilia Prado, Irasema Dilián, Miroslava,
Anabelle Gutiérrez, Silvia Pinal, Mary Esquive}, Ariadna Welter, Sonia Furió, Elsa
Aguirre, Rosita Arenas, Rebeca Iturbide, Leticia Palma, Elvira Quintana, Yolanda
Varela, Martha Mijares, Irma Dorantes, Ana Luisa Peluffo; de los estertores del
teatro de revista aparece María Victoria, quien debuta en el Margo en 1950 y ya ese
año filma Serenata en Acapulco, Puerto de tentación y Amor perdido; desde ese
momento y hasta 1960, acumulará 15 títulos incluyendo estelares consagratorios en
Los paquetes de Paquita y Cupido pierde a Paquita. De la lista anterior, tajante
mente incompleta, se derivan los dos polos de la belleza de la década: los restos del
cosmopolitismo alemanista se quieren confundir con la nueva decencia ruizcortinista,
de todos modos uno de los rostros de la moralidad de nuevo rico (y más nuevo
arruinado) de la "Familia revolucionaria": para concretar ambas aspiraciones está
la elegancia distante, las buenas maneras a punto de congelar la figura, la belleza
tan perfecta y asexuada que casi no es de este mundo de Rebeca Iturbide,
Irasema Dilián, Miroslava y Elsa Aguirre (ésta quizá demasiado atenta a
los desplantes de la Félix); en el otro extremo están los imanes de taquilla,
"the real thing", lo que alebrestó a la fanaticada, a los de gayola/¡ay, mamita!/
los de la ilusión de casa chica o de la puerta de al lado; los nuevos univer
sitarios creen posible tener una novia como Sonia Furió, Ariadna Welter,
Rosita Arenas o Martha Mijares, aunque los clandestinos y tímidos reven
tones del uruchurtismo se animan con la esperanza de encontrar la cumbre
del saber erático con una igualita a Lilia Prado, Elvira Quintana, Leticia
Palma o Ana Luisa Peluffo.
108
peón; es una imagen adjetivada, artificiosa, irreal, que debe ampa
rar a las mujeres reales y a las ideales de toda la época y todo el
país, debe sobrevivir al tiempo de su propia fuerza. Los beneficios
de la foto están en el aislamiento; tal vez las películas sean absur
das, insoportables, triviales y torpes, quizá otros stills más repre
sentativos del argumento evidencien sus fisuras, pero los rostros y
los cuerpos de los 50s permanecen por encima de sus soportes dra
máticos, integran una iconoteca entrañable inscrita en el incons
ciente colectivo, donde ganan en veneración lo que perdieron en el
error histórico de ya no pertenecer a los años de la mitificación
instantánea, la de sus antecesores.
La década perdida
Para 1950, ya se pueden detectar ausencias penosas (la más lamentable, Arturo
Manrique, el Panzón Panseco, uno de los mayores talentos cómicos, a quien el cine
confinó a papeles secundarios y esporádicos, alcanzando su última gloria en la tele
visión y en la radio a finales de la década) y a lo largo de los 50s se redefinirá, en
términos negativos, el campo de acción del comediante: en rigor, al citar a Pardavé y
los Soler, se estaba haciendo un préstamo a otros géneros y ambientes, sus carreras
se afiliaban más bien al melodrama y, en el caso de Pardavé, a la íntima nostalgia
reaccionaria del patriarca desbordado por los tiempos (La familia Pérez, El gendar
me de la esquina, Los viejos somos as(), aunque su origen fuera el de la sátira política
del teatro de revista.
'20Q
La transformación más acentuada es la de Mario Moreno, convertido ya en
figura clave del sindicalismo de los actores, interlocutor directo con el poder
político, el caso ejemplar de "self-made man" que legitima las bondades del
esfuerzo personal en el país del primer obrero de la nación (Miguel Alemán)
y el trabajo fecundo y creador. Si desde 1940 (Ahí está el detalle de Bustillo
Oro) dejó de encarnar al paria invasor y precarista, para 1950, era el espejo
sermonero de los pobres porque quieren; su figura cada vez se adecua más a
oficios de la clase media, canaliza el discurso oficial y se preocupa por neu
tralizar todos los contenidos políticos: será el peluquero de Si yo fuera dipu
tado, 'sastre de Caballero a la medida, elevadorista del club de banqueros en
Sube y baja, además de El bombero atómico, El bolero de Raquel y El señor
fotógrafo. Conforme pasaban los años, era más claro que Mario Moreno es
taba vendiendo su pasado, que buscaba la cada vez más escasa risa del es
pectador apelando al recuerdo que éste debía cobijar de sus cintas con Boytler
y la de Bustillo Oro. Era ya un símbolo institucional, un axioma, un valor
inmovilizado: Diego Rivera lo usa como signo de unificación nacional (aun
que Je debe quitar una virgen de Guadalupe que agregó junto al harapo de
gabardina en el mural del Teatro de los Insurgentes, inaugurado en 1952; un
Yo, Colón interpretado por el propio actor que fracasó estrepitosamente al
querer retroceder, volver a ser carne y hueso.
Una vida ejemplar (para bien o para mal): Germán Valdés, Tin Tan. Su im
o
pulso original, sin embargo, dura hasta El ceniciento y Chucho el remendado
(1951), pero ya es inminente la caída: Tin Tan cambia de director, se le escri
� ben argumentos inadecuados, que quitan impacto y funcionalidad a sus
desplantes y lo reducen a la payasada sin sentido, que no se refiere a ninguna
situación concreta (así, es imposible la parodia, la intención, la carga cultural
del chiste). Tin Tan es víctima del mal de la década, la sobreexplotación: en
1954 estelariza 4 películas, 2 años después hace 8, dosis que repite en 1957 y
en 1958, es decir, filma una película cada mes y medio durante 3 años segui
dos. En todas ellas está un actor empeñado en hacer una película totalmente
distinta (y mejor) a la que el director tiene en mente; gracias a él, tiene efica
cia la imagen del mandril en que se ha convertido, cantando La cama de
piedra ante la corte del sultán en El sultán descalzo (1954), y la extraña
fluidez y melancolía de una comedia que termina aspirando a la poesía de los
románticos, Dos fantasmas y una muchacha (1958, Rogelio A. González).
En medio del descenso, cada síntoma de recuperación tiende a llevar a Tin
Tan por caminos inesperados, como el de ser el Pito Pérez más sereno y
adecuado, de los tres que han existido en el cine mexicano (otros, Manuel
La década perdida
cuela de música), aún está lejos de intentar ser autor completo de sus películas, y el
nivel medio de hasta dónde podía caer la comedia lo da el ascenso repentino de
Marco Antonio Campos, "Viruta", y Gaspar Henaine, "Capulina", cuyo humor, ba
sado en la incapacidad de acción, la torpeza de movimientos y la autoagresión, más
que aludir a Laurel y Hardy o a Abbot y Costello, remite a los Tres Chiflados, aunque
sin siquiera los grados de violencia irracional de éstos; sin embargo, la década termi
na con Viruta y Capulina reinando en la comedia cinematográfica: en 1958 filman
Los tigres del desierto, A sablazo limpio y Angelitos del trapecio y el año siguiente
Dos criados malcriados, Dos locos en escena, El dolor de pagar la renta y Los
desenfrenados: no tardarán en tener su programa de televisión.
Quienes mantienen la dignidad del género, ante la decadencia de los viejos maestros
y la ineficacia de los herederos, son los patiños y comparsas: los veteranos aún des
pliegan su sabiduría escénica (Armando Soto La Marina, El Chicote; Agustín Isunza,
Roberto Soto Mantequilla) y el relevo es entusiasrnante, corno lo demuestra un sim
ple enlistado. En los 50s le hicieron el favor al cine de salvarle sus caídas Osear
Pulido, EduardoArcaraz, Eulalio González "Piporro", Carlota Solares, Manuel Valdés
"El Loco", Osear Ortiz de Pinedo, Daniel Herrera "El Chino", José Jasso, Alfonso
Iglesias Pornpín, Nacho Contla, Pedro de Aguillón, Ornar Jasso, el Mocosón, Joa
quín García "Borolas", Vitola, Susana Cabrera, Mario García "Harapos", Polo Ortín,
Arturo Castro "El Bigotón", Luis Manuel Pelayo, Pancho Córdoba, Hurnberto
Cahuich, Sergio Corona y AlfonsoArau, Salvador Górnez Tilín, Chava Flores, José
Luis Aguirre Trotski, Las Kúkaras. Oro puro convertido en carne de cañón para que
ganara las batallas que la falsa aristocracia de la comedia sabía perdida de antemano.
¡_ 3
foro un arte mayor, sea la casa de Unafamilia de tantas (1948,
Galindo) o el barrio con calles, tiendas y camiones de Noso
tros los pobres (1948, Rodríguez); en el foro caben la selva y
la llanura venezolana de Canaima (1946, Bustillo Oro) o los desiertos sonorenses de
Lola Casanova (1947, Landeta). Los guiones fluyen por el peso natural de la intriga,
planteada y resuelta en diálogos (el modelo perfecto es el cine de Juan Bustillo Oro
donde actores como Arturo de Córdova exigen a los guionistas que eliminen todo lo
posible la acción y extiendan sus parlamentos).
¡_ 4
(Adolfo Fernández Bustamante), demuestran que en el cine negro
importa tanto la violencia del relato como la prepotencia de la acti
tud del matón (como diría El suavecito, "¿Qué culpa tiene uno de
saber lucir el plumaje?"). El héroe deja de ser ejemplar: para serlo,
·1
La década perdida
/_ 5
6
En lo temático, e] cine de luchadores oscilará entre e] "thriller" y lo fantástico;
lo mismo lucha contra una desconcertante momia azteca (La momia, La mal
dición de la momia azteca, El robot humano, 1957, Rafael Portillo) que contra
los misteriosos intereses de una organización que hace fechoría y media para
poseer la fórmula de un nuevo estupefaciente (La sombra vengadora, 1954,
Rafael Baledón) o de plano saca a los jóvenes del ocio de jugar billar (La
sombra en defensa de lajuventud, 1959, Jaime Salvador). En su hibridismo
tendrá el cine de luchadores el mejor camino para sobrevivir: cierto, hay en el
simple hecho de suponer a un luchador como personaje, 1a aceptación de una
puesta en escena moral, la incorporación de los códigos de 1a lucha libre como
deporte-espectáculo, el predominio del luchador limpio sobre el sucio, la di
visión maniqueista por los roles dramáticos. Pero también hay una mezcla de
signos: por lo general, habrá la duda de si ese luchador que es puro esfuerzo
físico no es en realidad el dedicado científico que aparentemente nunca aban
dona sus investigaciones; hay una combinación de razón cartesiana y violen
cia física en la configuración de los personajes, que desborda la lectura prima
ria que supone en el luchador al último guerrero protegido por un tótem del
que toma su nombre (Lobo Negro, Tigre): El Santo está reorientando la mito
logía del luchador (Crox Alvarado, en la serie de La momia azteca interpreta a
un luchador enmascarado llamado Ángel); en El enmascarado de plata que
daba claro que el luchador no era una persona sino un cargo hereditario de
padre a hijo; El Santo confirma la absoluta bondad de sus actos, envueltos en
el manto místico del apodo.
7
mexicana o la ciudad con los elementos del relato de terror clásico europeo
a hollywoodense.
Los directores del cine de aventuras procuraron crear sus propios héroes que habita
ron ese Olimpo de segunda, despreciado, el del churro: Rafael Baledón inventó a
"La sombra vengadora", quien luchaba contra los mafiosos de la Mano Negra y
dirimía rencillas de villistas (El secreto de Pancho Villa y El tesoro de Pancho Villa,
1953) y en 1958 lanzó El jinete solitario; Jaime Salvador contó las hazañas de El
Rayo (Antonio Aguilar) en El rayo justiciero, La barranca de la muerte y El gavilán
vengador (1954) La sierra del terror, Las huellas del chacal, La pantera negra, La
guarida del buitre, La justicia del Gavilán vengador y Los muertos no hablan ( ¡ to
dos de 1955!) en 1957, Vicente Oroná engendra a "El Látigo Negro" (El látigo ne
gro, El misterio del látigo negro, El látigo negro contra el ánima del ahorcado que
fue retomado como serie de Federico Curiel de 1959, con Julio Alemán; si de la
televisión pasaron al cine los luchadores, del radio pasó Carlos Lacroix (" ¡ Dispara,
Margot, dispara!") en Las aventuras de Carlos Lacroix y El misterio de la cobra
(1958, Zacarías Gómez Urquiza), con Ramón Gay. Se intentó acudir a las fuentes:
Bustillo Oro adoptó con propiedad a Cornell Whoolrich en La huella de unos labios
(I951) y Alfredo B. Crevenna hizo cuando menos muy divertida su aproximación a
H.G. Wells en El hombre que logró ser invisible (1957); Emilio Gómez Muriel se
animó con Veme para Ochocientas leguas por el Amazonas, eso en cuanto a los
clásicos extranjeros. El material !lacional se puede dividir en literario y legendario;
por lo general el primero no funciona en cine, la adaptación empobrece el material
original sin disponer de recursos para que el cine domine (Los bandidos de Río Frío
y Pies de gato, 1954, Rogelio A. González; El Zarco, 1957, Miguel M. Delgado; El
fistol del diablo, 1958, Fernando Fernández); el legendario permite todos los exce
sos, cualquier inexactitud, si están al servicio del efecto alucinante: René Cardona
rescata a La llorona (1959), que no significó nada ante el arraigo de Chucho el roto
(Chucho el roto, 1953, Delgado; El tesoro de Chucho el roto, 1959, Gilberto Martínez
Solares y la serie de 4 películas dirigidas por Manuel Muñoz, también en J 959). Las
razones de ese sistema de rechazos y arraigos son complejas e imprecisas: las adap
taciones literarias resultan demasiado rígidas, aspiran a la fidelidad con el texto ori-
ginal y pierden terreno ante las películas más modestas pero más libres y entregadas
al juego arbitrario de impactos dramáticos, sin contar con la incapacidad intrínseca
de los directores para abordar las novelas y para pensarlas en términos de lenguaje
fílmico. Chucho el roto era el personaje obligado para un público popular que había
sobrevivido al alemanismo y padecía las medidas de austeridad del ruizcortinismo
viendo a los causantes del desplome económico nacional gozar de sus privilegios
vitalicios. De hecho, la proliferación de vengadores enmascarados, egresados del
ring o de la hacienda saqueada (o de ambos, como en Bala de plata, 1959, Delgado)
tendía a cumplir con una elemental demanda del inconsciente colectivo, ver en fun
cionamiento a una justicia expedita, mágica, por encima de la Constitución, aunque
se impartiera en un México irreal.
David Silva debió despertar, verse aJ espejo, suspirar y reconocer que era inútil y
muy cansado ocultar la barriga y creciente calvicie; y lo mismo habrá pasado con
Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, Emilio Tuero, Tito Junco, René Cardona,
Rafael Baledón y Ernesto Alonso. Con algo de melancolía habrán pensado en la
suerte de Jorge Negrete, que había surcado todos los 40 y entraba a los 50 enterito,
apenas un poquito más gordo. Ya no podían dar la alternativa a actricitas debutantes
a menos que interpretaran a sus hijas o sus hermanitas; sus amantes debían ser damas
un poco más creciditas, sus terrenos serían los del melodrama o la tragedia y los
argumentos les debían inventar un pasado lo suficientemente retorcido como para
justificar las bolsas bajo los ojos.
LQ
'2'20
Salvador Elizondo (1932-)
Escritor, hijo del productor cinematográfico del mismo nombre,
fue miembro fundador de la revista Nuevo Cine (1961) en cuyo
primer numero apareció el siguiente ensayo. En 1963, continuan
do y al rajsmo tiempo clausurando sus inquietudes cinematográfi
cas, publicó la monografía Luchino Visconti, para orientarse ala
creación literaria. Su novela Narda o el verano fue pobremente
adaptada al cine por Juan Guerrero en 1968.
Salvador Elizondo
El cine mexicano, salvo algunas bellas excepciones, ha sido desde sus orígenes, y
con un irritante recrudecimiento en los últimos años, un cine de moraleja, y lo que es
peor, un cine de moraleja condenatoria, es decir un cine que desconoce, cuando mo-
1
Cuando justifica se aúna a la creación, aumenta el universo. Sólo que las
justificaciones, y no olvidemos el sentido reivindicativo de este vocablo,
son generalmente subversivas. La justificación es el principio activo de
esa antítesis condena-justificación. Hasta ahora nuestro cine, tal vez por
1
experiencia, pero tal vez también por cobardía, no se ha planteado ningún
problema inherente a la solidaridad. Ese aspecto de la vida humana, con
excepción de Redes película realizada en México por el director norte
americano Fred Zinnernan y el camarógrafo Paul Strand, y de Los Olvida
dos de Buñuel, ha permanecido, digámoslo, inmaculado. No así con el
problema de las relaciones amorosas. Se puede decir inclusive, que desde
su más tierna infancia nuestra cinematografía demostró una desmedida y
precoz inquietud erótica que, como quiera que sea, revelaba una concien
cia, vaga y equivocada quizá, de esta urgencia fundamental. Han pasado
cerca de treinta años desde que el cine mexicano se convütió en un modo
de expresión institucional y seguramente no serán más de diez las pelícu
las en que este aspecto haya sido concretado con un mínimo de valentía.
mismo asunto el que sirve para iniciar la era del sonoro en México. La moraleja de
Santa trasciende hasta los primeros años de la década del 40, en que una nueva
versión -esta vez debida al director norteamericano Norman Foster- aparece en las
panta11as. La actitud no había variado un ápice desde 1918 hasta 1940, si bien es
cierto que en el intervalo entre esas dos fechas, y hasta nuestros propios días, Santa
nunca dejó de ser una obra deplorable por todos conceptos.
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3
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- .. �
• 1
En los primeros cinco años de la década de los treinta apareció una película de Best
Maugard que presentaba un interés particular dentro del tema que nos ocupa: La
mancha de sangre. Este film, ahora casi olvidado, se convirtió a lo largo de los años
en una leyenda, una leyenda secreta que los escolapios del Colegio de México evo
cábamos con terror fascinante: ¡La mancha de sangre!, la mera enunciación de este
título evocaba en nuestras mentes, todavía adormiladas por la "houkah" de la prime
ra comunión, imágenes de cabaret donde hombres y mujeres bailaban desnudos "cheek
to cheek", donde hombres con mujeres esbozaban en la penumbra, sobre bruñidas
camas de latón, tenaces y provocativas calistenias. ¿Idealización del recuerdo? ¿Es
pectro borroso de nuestro despertar a la vida? ¿Ilusión óptica de la memoria? ¿Quién
lo sabrá? Lo cierto es que desde entonces, escrutamos afanosamente los primeros
inciertos de las carteleras del "circuito" y en los desgarrados tapiales de Guerrero y
Santa María la Redonda buscamos el indicio de esa presencia, ese "bizcocho mojado
en té", inútilmente. La mancha de sangre se ha borrado por completo. Estamos en la
era de Viruta y Capulina, de Pulgarcito y Caperucita Roja. Lamentable regresión de
un país revolucionario.
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¡_
4
Moral sexual y moraleja en el cine mexicano
Otro filón de esta veta que analiza los altibajos familiares ha sido el
que, bien protegido por el star-system y por las "cartas-anuncio" del
Arzobispado, pretenden hacer pasar ciertos melodramas cursis por pe
¡_
lículas "de tesis", es decir películas que pretenden plantear, analizar o
resolver algún problema específico conectado con la vida conyugal o
familiar. Así, recientemente han aparecido varias de estas películas, en
las que parece haberse especializado el ex-actor y ahora director Julián
6
Soler -un Cayatte criollo-, y que utiliza preferentemente a la actriz ar
gentina Marga López como arquetipo de madre atribulada y esposa
engañada. Una de ellas, Tu hijo debe nacer, planteaba el problema del
aborto provocado, lo analizaba con poca inteligencia a la luz de las
exigencias del melodrama y finalmente lo resolvía, católicamente, en
forma de una inventiva velada, pero furiosa, contra Mary Stoppes y
Moral sexual y moraleja en el cine mexicano
demás "espanta-cigüeñas". Fue tal el éxito de esta película que su colorido fílmico
no se hizo esperar. Atacando esta vez un problema de mucha mayor envergadura: la
eutanasia, apareció Mi madre es culpable, película en la que el director Soler recu
rrió inclusive al viejo y gastado procedimiento de los films of inquiry americanos o
'2
ingleses, de situar la acción dentro de un ámbito de un proceso judicial para facilitar
el curso del blablabla en detrimento de la acción cinematográfica.
7
se enfoca en torno a personajes adolescentes. Ello ha permitido que surja a la
fama un nuevo tipo de "estrellitas" que constituyen en su mayoría una repre
sentación falaz y tergiversada de nuestro mundo de los "multifamiliares" -
clase media: oficinistas, estudiantes, hijas de familia- que se debate constan
te y furiosamente contra el fantasma de la deshonra. La mentalidad deficien
te de los argumentistas que han creado este involuntario género bufo, no ha
sabido deducir de la verdad y de la belleza del acto fundamental de los hom
bres, sino el horror y el asco con que su propia hipocresía lo ha enturbiado.
Estas películas, las más nefandas y las más obscenas que se producen en
todo el mundo, han encontrado no obstante, una magnífica acogida entre el
público pequeño burgués que se solaza en la contemplación de su propia
rectitud moral. Buenos ejemplos de este tipo de perversión han sido pelícu
las corno Con quién andan nuestras hijas, El caso de una adolescente, y la
inefable Quinceañera, ese museo de los horrores, en que la acción, dividida
entre "sketches" que correspondía a otras tantas capas sociales, giraba en
tomo a la celebración de uno de los momentos más abominables en la vida
de las mujeres mexicanas: el baile de quince años.
Nada más lejano y más ajeno a las formulaciones del maestro Ado Kyrou que las
palabras que encabeza este párrafo. No nos engañemos, por lo tanto. El cine erótico
es el que describe la pasión amorosa. Desde luego que esta descripción, por su belle
za, promueve o incita a la pasión amorosa. Si clasificar no fuera una tarea carente de
significación, cuando menos cuanto respecta al erotismo, nosotros podríamos poner
Brief encounter en el mismo casillero que The outcast of the lsland, Les amants, y
que Hiroshima, mon amour o las películas de Cyd Charisse. Al cine mexicano le
cabe la deshonra de no haber, hasta la fecha, producido jamás una película, digamos,
100 por ciento erótica. Cuando ha estado a punto de lograrlo, cuando ya había toma
do la resolución de hacerlo como lo demostraban las películas "de desnudo" de Ana
Luisa Peluffo, se ha detenido en el umbral de ese mundo maravillo
so, asustado por el coco de su propio atrevimiento. Uno de los gran
¡_
des pecados de nuestro cine ha sido el de "moralizar" a la Peluffo, el
de desnudarla primero para luego sermonearla. Cuando ya había dado
un paso adelante la ataxia locomotriz de un puritanismo "a la Hayes"
hizo que diera dos pasos hacia atrás. La primera vez que el cine mexi
8
cano plantea un hecho derivado de la sensualidad fuera del ámbito
del burdel, el buen sentido, las costumbres y la gazmoñería dieron al
traste con todo. No se puede por tanto hablar de erotismo en el cine
mexicano. Se puede hablar, sin embargo, de algunos de sus conatos,
siempre fallidos, de incorporar a las fórmulas tradicionales de sus
asuntos instancias aisladas que propendrían a dejar ver una imagen
fugaz de este mundo erótico al que nadie es ajeno. Estas instancias
polarizadas presentan dos aspectos: aquel en la que constituye una
escapatoria, una katharsis a la represión atávica y aquel en el que,
por el contrario, constituye una represión en sí o la promueven o son
sintomáticas de ella.
Entre las películas catárticas la primera que cabe mencionar es La mujer del puerto,
film de Arcady Boytler basado en una novela de Maupassant. Filmada en 1933, ya
aportaba a la cinematografía mexicana una actitud de la cual no hubiera sido vano
esperar realizaciones más importantes. Esta película sobrecargada de elementos poé
ticos no logró constituirse y concretarse en una unidad autosuficiente. Temas que
más tarde se habrían de convertir en característicos, no sólo del cine, sino de la vida
intelectual mexicana, se encontraban ya conjugados aquí aunque precariamente: la
muerte, la prostitución triste y desprovista de "glamour" y finalmente la subversión
moral estropeada por desgracia por una moraleja del tipo "el que la hace la paga" y
que en el film tomaba la forma de un incesto fatídico no sin reminiscencias del dra
ma clásico. Dentro de la ingenuidad de su trama su intransigencia era notoria. De
haberse llevado este tipo de obras a sus conclusiones extremas, un cine mexicano
totalmente diferente al de hoy hubiera dado los primeros pasos.
Moral sexual y moraleja en el cine mexicano
¡_
Un año después de La mujer del puerto, en 1934, apareció Los dos monjes, film
dirigido por Juan Bustillo Oro. Esta película que bien puede considerarse, aun dentro
de la ingenuidad de su trama y teniendo en cuenta la pobreza de medios con que fue
realizada, como la película que más lejos ha ido en el campo de la forma cinemato-
¡_
gráfica de todas las que se han hecho en este país, tiene un interés muy especial ya
que por medio de procedimientos estrictamente cinematográficos y de acuerdo a una
concepción nutrida en las fuentes románticas que dieron origen al expresionismo
alemán, así como en las de la avant-garde francesa (esta película recuerda particular-
Q
mente a la famosa Schatten), planteaba el problema del relativismo de la crisis de
conciencia. Desgraciadamente, como en tantos otros casos de menor significación,
recurría en su desenlace a Dios y a la Muerte para salvar y sintetizar este conflicto,
conflicto que para ser válido como expresión artística -recordemos Los hermanos
Karamazov- no tiene sino planteamiento, nunca solución o síntesis.
130
resueltos con franqueza los interesantísimos problemas ahí planteados.
A Distinto amanecer cabe el gran honor de ser una de las poquísimas
películas mexicanas sin moraleja. Hubiera bastado con que los perso
najes sucumbieran a la pasión amorosa tramada desde el principio, para
Moral sexual y moraleja en el cine mexicano
que esta hubiera sido, sin duda una de las más formidables películas que jamás se
hayan filmado en este país. El caso de Adan y Eva, por el contrario, presenta todos
los defectos y todas las vilezas de una mentalidad ajena a la cinematografía y co ¡_
3
rrompida por el puritanismo gazmoño y pedestre. Transcripción de imágenes narra-
tivas, de dudoso gusto, del inicial pasaje bíblico, producidas con las pretensiones de
un avanzadísimo atrevimiento, no produjo esta película sino el desencanto más flácido.
Los personajes centrales, engañosamente desnudos y enfundados en horribles ma-
llas, pretendían por encima de la solemnidad naive del texto, crear una sensación
"provocante", caso que no alcanzaron en ningún momento. Quiso el realizador de
esta cinta mezclar un esteticismo rudimentario con una moraleja prefabricada. Fra-
casó.
---
.
Moral sexual y moraleja en el cine mexicano
¡_33
Conclusiones
La temática del cine mexicano oscila entre dos polos: la prostituta y la madre. Entre
ellos media un conglomerado de paralelos y meridianos constantemente referidos a
los polos. La moraleja ha irrumpido con éxito y ha terminado por absorber todo el
aspecto crítico. En tomo a esta esfera se ha creado un mundo de fórmulas comercia
les que lejos de inhibirlo han permitido que éste se desarrolle cada vez con mayor
fuerza. El público, desgraciadamente, ha respondido entusiastamente y los mitos
creados en torno a la capacidad moralizante del cine, coadyuvados por la iglesia, la
Liga de la Decencia, los Boys Scouts, etc., han permitido que la visión cinematográ
fica se vuelva hacia las dudosas costumbres de la clase media hipócrita para solazar
se con los buenos sentimientos de una sociedad para el que todos los días del año son
10 de mayo y todas las noches Noche de Walpurgis.
134
Catherine Bloch Macotela (1944-). Estudió Rela
ciones Internacionales en la Universidad de las Américas. Fue ca
tedrática en esa misma universidad. Posteriormente orientó su ac
tividad a la investigación histórica y trabajó en El Colegio de Méxi
co. Su larga relación con Fernando Macotela la acerca al medio
cinematográfico del que analizó el sindicalismo a través de una
serie de artículos. El artículo que ha continuación se reproduce es
prácticamente el único estudio sobre este tema
El sindicalismo en el Cine*
Catherine Macotela
....
¡_
El Sindicato de Trabajadores de la Indus pretexto para aumentar los impuestos a
tria Cinematográfica (STIC) fue funda las casas alquiladoras, las que se queja
do en 1919 por Juan Anderson bajo el ron amargamente. El Reglamento de
3
nombre de Unión de Empleados Confe 1919 levantó aún mayores quejas, y al
derados del Cinematógrafo, en un perío año siguiente se creó la Unión de
do de auge anarco-sindicalista en Méxi Alquiladores Mexicanos. Mientras tanto,
6
co en el que, además, el gobierno de los trabajadores de la producción cine
Carranza estaba deseoso de reglamentar matográfica sólo contaban con la protec
la estructura de la naciente industria ci ción del Artículo 123 de la Constitución
nematográfica. Los primeros intentos de que les garantizaba entre otras cosas el
legislar en esa área habían sido hechos derecho de huelga. Una de las primeras
en 1913 con el Reglamento de Cinema huelgas declaradas por la Unión de Em
tografía, pero éste, escencialmente, sólo pleados Confederados del Cinematógra
planteaba la censura de "vistas de esce fo tuvo lugar durante el gobierno de Ca
na". No fue sino hasta 1919 cuando se lles en 1925, contra los empresarios de
publicó el Reglamento de la Censura Ci cine de Tampico, que fueron obligados a
nematográfica. Este reglamento era más firmar contratos colectivos. Otra huelga
amplio, ya que a partir de entonces se importante tuvo lugar en 1927, año
controlaría la importación y exportación preelectoral, con motivo del despido de
de películas nacionales y extranjeras. los músicos de las salas de cine. En 1931
fue expedida la Ley Federal del Trabajo,
En junio de 1919 se estrenó en el Salón que reglamentaba detalladamente las re
Rojo la primera película fiJmada en estu laciones obrero-patronales, y con ella
dios del Distrito Federal y que se 11amó vemos el inicio de una época de mayor
LA luz; en julio se estrenó la segunda pe fricción entre ambos factores de la indus
lícula nacional intitulada En defensa pro tria. El primer año del gobierno de Cár
pia, producida por la compañía Azteca denas fue marcado por un increíble au
films. Esta compañía compró un terreno mento en el número de huelgas en todo
y construyó las instalaciones necesarias el país, los trabajadores comenzaban a
para la producción cinematográfica. A tratar de ser justamente oídos. Ese año se
rafa del desarrollo de la producción de fundó la Unión de Trabajadores de Estu
películas nacionales, el Presidente dios Cinematográficos de México
Carranza ordenó la creación en la Escue (UTECM), con Enrique Solís como se
la Nacional de Música y Arte Teatral, de cretario general. Solís fue expulsado del
un Curso de Preparación y Práctica Ci sindicato cuatro años después debido a
nematográfica. El auge del cinematógra la fricción causada por él al dedicarse si
fo 11evó al Ayuntamiento de la capital a multáneamente a la producción cinema
implantar, de nuevo en marzo de 1919,. tográfica y a encabezar las reivindicacio
la censura cinematográfica, y sirvió como nes de los trabajadores. En 1938, el sin-
El sindicalismo en el cine
13 7
la Sección 2 (Técnicos y Manuales).
J
falta de conciencia de clase de los traba alquiladoras se habían negado a tal revi
jadores. La CTM, creada en 1936 bajo la sión. Las casas alquiladoras, en su m a
dirección de Vicente Lombardo Toleda yoría norteamericanas, favorecieron el
no, se encontraba tres años después for rumor de que los trabajadores no busca
talecida gracias al apoyo de Cárdenas. ban en realidad una mejoría económica
Dentro de la CTM, el Sindicato Cinema sino más bien fortalecer cintas nazis en
tográfico fue uno de los más fuertes y el mercado local. La sección I del STIC
escuchados. La CTM apoyó la candida emplazó a huelga a las empresas
tura de Manuel Ávila Ca.macho contra alquiladoras de películas norteamerica
Almazán, lo que le valió serios nas. Varios sindicatos y federaciones de
enfrentamientos con los almazanistas y la CTM ofrecieron inmediatamente su
los sinarquistas. Lombardo Toledano ce apoyo. El conflicto se aplazó durante un
dió su papel titular a Fidel Velázquez en mes, al cabo del cual las casas
194 l . La Segunda Guerra Mundial se alquiladoras propagaron el rumor de que
extendía velozmente y los Estados Uni los trabajadores eran pro-fascistas. El 30
dos de Norteamérica se preparaban eco de agosto, el STIC declaró que las com
nómicamente acumulando materias pri- pañías norteamericanas habían aumenta-
do el alquiler de las películas desde un 30% de la entrada bruta hasta el 70% en
ciertos casos, y que de los ingresos brutos se enviaban a los Estados Unidos más de
las dos terceras partes. Las empresas alquiladoras no pertenecientes al trust norte
americano y las de los cines aceptaron los aumentos de salarios. El trust norteameri
cano pedía que se declarasen como empleados de confianza a más de 100 de los 300
trabajadores miembros del sindicato y que no se modificara en lo más mínimo el
contrato. El gerente para el extranjero de la Motion Pictures Producers and Distributors
of America, Inc. informó el 3 de septiembre al Departamento de Estado que la huelga
en la subsidiaria de México se debía a la presencia de agentes nazis. Para decir eso se
basó en artículos publicados en el periódico Novedades que decían que las deman
das de los trabajadores eran desproporcionadas, que el sindicato quería censurar las
películas, que éste boicoteaba ciertas películas anti-comunistas, y que se encontra
ban en México películas de propaganda nazi. El Departamento de Estado intervino
en el asunto hasta que fue informado por el Secretario de Gobernación, Miguel Ale
mán, de que se había llevado a cabo una investigación que demostraba que no había
actividades nazis o extranjeras en la huelga.
Otro aspecto importante de este conflicto fue el que se discutiera la débil situación
del cine nacional. Salvador Carrillo informó a los trabajadores que los contratos
unilaterales, anuales, obligaban a los distribuidores a aceptar los programas que las
alquiladoras querían dar, causando esto que las entradas disminuyeran considerable
mente y además provocando la bancarrota del cine nacional, que no podía pasar sus
películas en ninguna sala de proyección sin el permiso necesario de las alquiladoras
norteamericanas.
El STIC contaba en 1943 con cuarenta y siete secciones, incluyendo la 45, reciente
mente creada para agrupar a los adaptadores y argumentistas. Reunía, el STIC, a
siete mil miembros de planta, de los cuales tres mil trabajaban en el D.F. El año de
1943 fue muy duro para todos los trabajadores de México a raíz del alza inmoderada
del costo de la vida y de la incapacidad del gobierno para controlarla. A pesar del
estado de guerra y del pacto obrero de no ir a la huelga, los trabajadores tuvieron que
hacer demandas de revisión de contratos para obtener un aumento de sueldo. En
septiembre se decretó un aumento de salario de emergencia del 10%.
El 24 de julio de 1944, los líderes del STIC visitaron al Presidente y Jorge Negrete
informó que en los tres meses que llevaba la Sección 7 de estar separada de Solís
había logrado reunir un fondo de más de $50,000.00. Varios productores de las sec
ciones 45 y 47 dijeron que ellos no habían firmado el desplegado de las casas pro
,.
ductoras. Entre ellos Femando de Fuentes, Arcady Boytler y Juan Orol. La pugna
'I entre Solís y el STIC fue turnada a la Secretaría del Trabajo, que reconoció al STIC
como titular de los contratos colectivos de trabajo. Se nombró un Comité Ejecutivo
de emergencia en la sección 2 y se dijo que la Unión de Trabajadores de Estudios
Cinematográficos había perdido su personalidad jurídica el 3 de marzo al convertirse
en Sección 2 del STIC, habiendo dado su firma Solís. El Comité de Emergencia
estuvo encabezado por Emilio Gómez Muriel. Las discusiones entre el sindicato y la
unión de Solís continuaron. Solís ofreció vender sus propiedades y destinar el dinero
a la producción de películas, y acusó al sindicato de no estar limpio de culpa, pues
aceptó que varios líderes no soltaban sus puestos, como Pedro Téllez Vargas, que
llevaba once años al frente de la Sección 1 , después de haberla heredado de su her
mano Juan. Solís, por su parte, era propietario de los Estudios Azteca y co-propieta
rio de los estudios Clasa y Stahl, así como de todo el equipo necesario para las
filmaciones.
El sindicalismo en el cine
¡_
no, el Lic. Felipe Gregorio Castillo. Este último declaró, dos días después, que la
Comisión procuraría que el cine adquiriera sentido de responsabilidad, así como
también trataría de evitar que los costos de producción se elevaran por defectos de
producción. Atacó a los monopolios y dijo que como no había mercado libre de
4
película virgen y existía una cuota fija, se daría preferencia a películas de calidad.
En enero de 1945 se supo que México sólo podría disponer de 11 millones de pies
de película virgen por trimestre y la industria necesitaba el doble o el triple. El
Sindicato elaboró un proyecto (Excélsior, 5/1/45) en el que proponía se filmaran
5
solamente diez películas al mes, dotando a cada productor con un máximo de 185
000 pies para filmación y una cantidad extra para copias que no deberían de ser más
de 20 por película. En aquella época se hacían 25 copias de cada película mexicana,
más 3 copias para España. Se aprobó no proporcionar material para los doblajes de
películas al español.
¡_
acalorada discusión. Carrillo le dio una fuerte bofetada a Figueroa en presencia
de Fidel Velázquez y otros miembros del Comité Ejecutivo de la CTM. Gabriel
Figueroa tuvo que ser encamado y se dijo que corría el riesgo de perder la
vista en un ojo. Este incidente fue el que hizo estallar la bomba en el Sindicato.
Los técnicos, actores y directores (secciones 2, 7 y 47) pidieron se depusiera a
Carrillo de su cargo y se le acusó de solapar a Solís. Los músicos y los
argumentistas (secciones 8 y 45) también hablaron de separarse (Excélsior, 17
y 18/11/45). Tres días después fue publicado un desplegado firmado por las 38
secciones del STIC (8 del D.F.), apoyando al Comité Nacional y condenando
la campaña de calumnias organizada por la sección 2 y las otras tres secciones
que se solidarizaron con ella (El Redondel, 18/11/45). Al día siguiente, el líder
cetemista Francisco Macín renunció al Comité Nacional. En el J 3o. Juzgado
se presentó una acusación contra Carrillo "por actuar como cómplice de Solís"
(Excélsior, 20/II/45).
Mientras tanto, el Lic. Mario Pavón Flores, representante legal de los actores,
estudiaba con las secciones disidentes los estatutos del nuevo Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (Excélsior,
28/ll/45).
El sindicalismo en el cine
¡_
enormes esfuerzos para solucionar en términos de justicia el conflicto sindical y para
que a la mayor brevedad se reanude la producción cinematográfica."
4
Efectivamente, en un principio, la Sección número 2 sólo tuvo el propósito de perse
guir con toda energía a Enrique Solís, sin crear ningún problema sindical, aún cuan
do Salvador CarrilJo y compañía violaron el laudo arbitral de la CTM y pasaron
sobre su propia firma al fomentar la creación de la sección número 50, con elemen
7
tos de la Sección número 2; pero tan luego como se descubrió la complicidad de
Salvador Carrillo y socios con Enrique Solís, el conflicto adquirió un marcado as
pecto sindical pues hubiera sido incongruente que la sección 2 siguiera reconociendo
como Secretario General y no exigiera una reorganización completa del STIC.
4
cuando el laudo dictado por la CTM fuera respetado por el STIC. "El
grupo cinematográfico de distribución y exhibición, en el que están
agrupados los dulceros, fijadores de carteles, taquilleras, mozos,
8
guardacasas, empleados de distribución, manipuladores, etc., etc.; la
actitud del sólido bloque que forman las Secciones 2 técnicos manuales
(sic); la 7, artistas; la 45, argumentistas y adaptadores, y la 47, de
directores, que piden Ja formación de un Sindicato de Producción. Es
tan sólo a la Sección 2 a la que se quiere conceder su autonomía, rete-
El sindicalismo en el cine
La CTM declaró no haber aprobado ni apoyado la formación del STPC y sugitió que
dentro del STIC se constituyera una rama de la producción con gran autonomía
(Excélsior, 7/IIl/45). Fidel Velázquez imputó a la reacción el cisma del STIC y
Cantinflas fue acusado en varios desplegados de nazifascista.
El grupo del STPC, a su vez, publicó un desplegado en el cual se le hacían las siguien
tes preguntas a Fidel Velázquez y a la CTM: ¿Por qué si repudiaron el gangsterismo
sindical no repudiaron la conducta de Carrillo y socios? ¿Por qué si propusieron que
se constituyera un sindicato autónomo de la producción con miembros de la ex-Sec
ción 2, ahora decían que se trataba de una actitud divisoria? Y además, si era cierto
que los del STIC manifestaron que de registrarse el STPC no se pasaría ninguna pelí
cula mexicana en los cines, especialmente aquellas en que aparecieran Cantinflas y
Jorge Negrete, ¿por qué permitía que Carrillo y socios hicieran "amenazas de tipo
gangsteril"? (El Redondel, l l /U/45). Otro desplegado publicado el mismo día por el
STPC decía que el problema no era divisionismo sino el "vicio de origen": agrupar en
un sólo organismo a trabajadores de la producción y a trabajadores no ocupados en la
producción. Y lo consideraban "un problema de regeneración y saneamiento". El STPC
y Cantinflas mantuvieron su deseo de permanecer dentro de la CTM.
Mientras tanto, la suspensión de labores en los estudios llevaba ya
más de un mes. El 14 de marzo fue reconocido el Sindicato de Traba
jadores de la Producción Cinematográfica con 2,192 miembros. Los
del STIC protestaron y amenazaron continuar su paro de protesta.
(Excélsior l 8/IIl/45). El 15 de marzo, finalmente (después de 31 días
de suspensión de actividades), se firmó un acuerdo entre el STPC y la
Asociación Nacional de Productores Cinematográficos en el que se
les concedió la titularidad del contrato colectivo de trabajo. (El Popu
lar, 24/Ill/45).
15
50 del STIC y los estudios.
Pero no se había llegado todavía a una
solución entre los dos sindicatos. Los
músicos (STIC) comenzaron a impedir
la actuación de artistas (STPC) en
cabarets y estaciones de radio. (Excélsior cinematográficos y exteriores. Además,
21NIII/45). Inmediatamente, Cantinjlas, el STIC tendría que cancelar los registros
Figueroa y Negrete publicaron un de las secciones que en ese momento
desplegado en contra del boicot y correspondían al STPC. Ningún grupo
pidieron la intervención del Presidente de debería de impedir que trabajasen
la República. Los productores, temerosos agremiados de otro grupo. De no llegar a
de la paralización de la industria un acuerdo el problema tendría que ser
publicaron a su vez un desplegado en el sometido a arbitraje. (Excélsior, 4/IX/45).
cual decían que había llegado el fin del El STPC acató el fallo sin discusión pero
cine nacional (Excélsior, 29/Vlll/45). el STIC dijo que el fallo presidencial
Además, el STIC pidió un aumento del afectaba la estructura del sindicato. (El
50% de los salarios en el nuevo contrato Popular, 5/IX/45). Dos días después el
colectivo con las casas alquiladoras n a STIC aceptó el fallo presidencial con la
cionales y estalló una huelga en contra condición de que se pusiera a salvo el
de las casas distribuidoras extranjeras. . derecho de mantener intacta la estructura
de sindicato industrial y no se obligara al
Excélsior (l/IX/45) publicó, en un STIC a convertirse en Sindicato gremial
artículo sobre la crisis del cine, que se (Excélsior, 7/IX/45). Además, el STIC
calculaba la pérdida de la industria levantó la huelga en contra de las
cinematográfica en unos 200 millones de alquiladoras de películas.
pesos. Dos días después intervino el
Presidente Manuel Ávila Camacho en el El 13 de septiembre fue publicada en los
conflicto. En una carta dirigida a Fidel periódicos una carta enviada a Fidel
Velázquez sugirió que se delimitaran las Velázquez por el Presidente Ávila
jurisdicciones de los dos sindicatos Camacho y firmada por J.J. González
quedando el STIC con la distribución y Gallo, en la que decía se consideraban
elaboración de noticiarios y el STPC con improcedentes las observaciones, hechas
la producción de películas en los estudios por Salvador Carrillo al fallo presidencial.
El 25 de septiembre la CTM acordó
aceptar el laudo presidencial y lo mismo
tuvo que hacer el STIC. De esta manera
LSL
quedaban finalmente delimitadas las
actividades de los dos sindicatos y el
conflicto se dio por terminado: el STIC
reconocía la existencia legal del STPC.
El sindicalismo en el cine
El Presidente Manuel Ávila Camacho delimitó las funciones del STIC y del STPC el
3 de septiembre de 1945 mediante una carta dirigida a Fidel Velázquez. A raíz de esto
se reunió la CTM para discutir la resolución del conflicto y Fidel Velázquez pidió
una promesa de no agresión por parte de ambos grupos. En un escrito firmado por
Salvador Carrillo y Jorge Baeza, entre otros, se dijo que la resolución presidencial
podría ser aceptada siempre y cuando se mantuviera intacta la estructura del sindica
to industrial.
5
contrato colectivo contenía 30 artículos que la distribuidoras habían objetado.
Las tres objeciones más importantes eran: 1) El Artículo 15 otorgaba sólo 3
puestos de confianza mientras que en el contrato vigente se establecía que la
compañía podía designar todos los puestos de confianza que necesitara. 2) El
Artículo 22 establecía el reconocimiento del STIC como el único sindicato
3
que podía representar a los trabajadores de la industria cinematográfica. 3)
Otros artículos del proyecto tendían a dar mayor autoridad al sindicato sobre
los trabajadores que a la gerencia misma (NAW 812 504/10-1045. Despacho
confidencial de W. K. Ailshie, Segundo Secretario, al Secretario de Estado,
del 1 O/X/45).
El afio 1945 terminó sin mayores líos para el gremio cinematográfico, pero a fines de
enero de 1946, el STIC volvió a boicotear a Jorge Negrete y a Cantinflas. Los pro
ductores y distribuidores de películas mexicanas se dirigieron al Presidente para que
jarse del perjuicio causado por ese boicot. Mencionaron el caso del Salón Chino en
el que no se permitió la exhibición de la película de Jorge Negrete, No basta ser
charro. (E. Correa. El balance ... el Avilacamachismo, p. 452).
A fines de febrero se dieron por concluidas las pláticas entre el STPC y la Sección 1
del STIC. Los del STPC habían ofrecido a Téllez Vargas de Ja Sección 1 del STIC,
ceder las plazas de "proyeccionistas" que prestaban sus servicios en los estudios
cinematográficos, a cambio de que se permitiera a sus miembros trabajar en los tea
tros y en los cines. Ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, el STPC pidió
la "pronta cancelación" de la Sección 1 del STIC que representaba el Diputado Téllez
Vargas, alegando que "está probado que ha dejado de ser un organismo de trabajado
res para transformarse en un grupo de delincuentes, que está atacando las garantías
individuales, por medio del boicot a ciertas películas..." (El Nacional, 1/111/46).
5
en virtud de las circunstancias anormales habían acordado suspender por el momen
to la producción de películas en los diversos estudios del Distrito Federal. Explica
ron que debido al boicot en contra de las películas mexicanas se estaba dando lugar
4
a la exhibición de películas extranjeras, "y los distribuidores de las cintas extranjeras
firman contratos no por una sola [película] sino por diez, según la costumbre, enton
ces las cintas mexicanas son desplazadas durante un período determinado, y puede
darse el caso de que un salón, que venía exhibiendo a su público películas mexicanas,
El sindicalismo en el cine
155
de dicha naturaleza sancionados por el Código Penal y no por la
Secretaría del Trabajo; 6) era deber de los representantes de la
industria cinematográfica nacional afectada, denunciar ante las
autoridades competentes los actos que infringían los reglamentos
de policía y buen gobierno, por lo que la intervención de la
administración del Distrito Federa] se estimaba necesaria. El Lic.
J. Rojo Gómez dijo a los que le pedían interviniera en el asunto
que eso no se encontraba dentro de sus facultades y que sólo se
concretaría a mantener el orden y evitar se violaran las
disposiciones en vigor sobre la tranquilidad pública.
5
trabajar en México, y que una vez que logró este apoyo traicionó a la agrupación.
Jorge Negrete dijo que ya que los productores habían anunciado su paro, ellos deci
6
dían adelantarse a los productores y paralizar la industria. La asamblea celebrada en
el Frontón México votó a favor de la paralización del trabajo en todos los estudios, a
partir de ese mismo momento. Con gran aplauso se recibió el anuncio hecho por Los
KJkaros de que habían decidido no seguir actuando en "El Patio",después de que el
empresario había contratado a Miguel de Molina. (El Popular, 12/1IU46). Jorge
El sindicalismo en el cine
'257
la suspensión de la producción hasta que se resolviera el conflicto entre
los dos sindicatos.
A raíz de las pláticas en la Secretaría del Trabajo entre STIC, STPC y Productores, se
resolvió el conflicto intergremial el 21 de marzo de 1946. La Junta Federal de Con
ciliación y Arbitraje acordó ese día lo siguiente: "PRIMERO.- El Sindicato de traba
jadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexas de la República Mexi
cana, no probó su acción. SEGUNDO.� El Sindicato de trabajadores de la Produc
ción Cinematográfica de la República Mexicana, probó sus excepciones. TERCE
RO.- En consecuencia, se absuelve el Sindicato de Trabajadores de la Producción
Cinematográfica de la República Mexicana de la demanda formulada en su contra
por el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexas
de la República Mexicana, por cancelación del registro que le otorgó el Departamen
to de Registro de Asociación de ]a Secretaría del Trabajo y Previsión Social. CU AR
TO.- El Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica de la Repúbli
ca Mexicana probó en parte su acción ejercitada en la contrademanda. QUINTO.- El
Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexos de
la República Mexicana, probó en parte sus defensas en la contrademanda. SEXTO.
En consecuencia, es de cancelarse y se cancelan las anotaciones de las secciones 2,
7, 8, 9, 45 y 47 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica Simi
lares de la República Mexicana. SÉPTIMO.- No es de cancelarse ni se cancela la
anotación de la sección 6 del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográ
fica, Similares y Conexos de la República Mexicana." (El Popular, 22/III/46).
El STIC quedó inconforme con el laudo pero no hizo ninguna declaración. Por su
parte la CTM dijo que la Secretaría del Trabajo estaba persiguiendo a los miembros
del STIC, y que la decisión de la Junta no había sido legal al no apegarse a la ley y
sólo haber escuchado los argumentos de una de las partes en conflicto. El 25 de
marzo, Fidel Velázquez declaró que la CTM se opondría a la aplicación del laudo
El sindicalismo en el cine
La Sección 1 de] STIC encabezada por Pedro Tel1ez Vargas presentó ante la
Junta de Conciliación y Arbitraje ]os pliegos de peticiones en contra de todas
las empresas alquiladoras de películas extranjeras y nacionales requiriendo
la revisión del contrato colectivo de trabajo, que se vencía el día 6 de
septiembre. Entre otras cosas pedían la nivelación de salarios en las diversas
empresas (El Nacional, 27 NIII/47).Al día siguiente las ocho casas extranjeras
alquiladoras firmaron un convenio que incluía un 20% de aumento; unas
semanas más tarde, el 8 de octubre, se anunció que la Sección 1 había obtenido
la firma de 180 contratos colectivos de trabajo.
Efraín Huerta describió muy bien dicha organización y definió parte de los propósi
tos de Películas Nacionales en el Suplemento Dominical de El Nacional del 4 de
abril de 1948:
"A mediados del año pasado se habló de la constitución de una fuerte empresa
distribuidora de films de 16 mm. Pero por lo visto, no se llego a más. Poco tiempo
después, "Películas Nacionales" nacían legalmente, y Brooks manifestaba que uno
de sus planes daba preferencia a la distribución de films de 35 mm., disminuidos a
16. Recuérdese que la firma citada tiene la exclusiva de las películas de "Clasa
Films Mundiales", "Producciones México", "Producciones Raúl de Anda" y "Filmex".
Casi al mismo tiempo, los más importantes empresarios de cine del país hacían la
declaración de que "el enemigo era el cine de 16mm." Sin embargo, a nadie debe
pasar inadvertido Jo enorme del futuro mercado nacional -y latinoamericano- del
cine de 16mm. "Películas Nacionales" abrirá el fuego con 104 cintas "grandes" debi
damente disminuidas en nuestros propios laboratorios. Quedarán garantizados dos
estrenos por semana en cada pueblo donde existe un pequeño cine de la red de 16
mm. Varios vehículos saldrán de tiempo en tiempo, a hacer demostraciones a los
empresarios que todavía tengan sus dudas acerca de las ventajas de los equipos,
pantallas o calidad de cintas enanas. Las camionetas podrán llegar a los más remotos
sitios, aún a aquellos donde no se tiene idea de lo que es un teléfono, un telegrama,
un cine, un radio...
He aquí parte del plan y fragmentos de las declaraciones del señor GuiJlermo Haza:
"Las estadísticas de población que obran en poder de la División de 16 mm., aclaran
que poblaciones de 1 ,000 a 3,000 habitantes no tienen cines de 35 mm. Partiendo de
esa base se han trazado rutas para que cada noche se haga una demostración diferen
te en esos pueblos. A los nuevo exhibidores se les brindará toda clase de facilidades,
dándoles equipo en condiciones magníficas con el fin de impulsarlos, garantizándo
les a la vez material de exhibición. Además se les entregará para que rápidamente
conozcan el negocio.
El alquiler de las películas será de lo más bajo posible, para animarlos con cariño en
el negocio. . . "Películas Nacionales" espera contar con 700 u 800 cines de 16 mm.,
a Jo largo y ancho de la República Mexicana, dentro de un año...
Más ambicioso y más concreto no puede ser el plan. La idea de ofrecer ciento y pico
de películas nacionales en un año, puede y debe ser sostenida, apoyada y reforzada
con un excelente "stock" de cortos documentales, muñequitos, etc. Así debe estarse
haciendo. Osear Brooks y Gui11ermo Haza son viejos cinematografistas, y por otra
L
parte, ellos no son culpables de que esas l04 películas disminuidas a 16 mm., la gran
mayoría sean material execrable..."
6
Mientras tanto en la asamblea de la Sección 1 del STIC se acordó ampliar por cinco
aflos más el mandato del comité ejecutivo encabezado por Pedro Tellez Vargas.Este
a su vez anunció que no cedería ninguna plaza de las que Película Nacionales pedían,
o
y atacó a Osear Brooks diciendo que buscaba la forma de crear un monopolio en la
distribución de cintas nacionales (E. Huerta. El Nacional, 16/X/47). Después de
muchas semanas de discusiones, la Sección 1 del STIC aceptó solamente que 8 y no
25 de sus miembros fueran reajustados e indemnizados (E. Huerta. El Nacional, 21/
X/47).
El sindicalismo en el cine
Si bien el pleito entre los dos sindicatos del cine aparentemente no se había recrude
cido, es de hacerse notar que las batallas ganadas por la Sección 1 del STIC fortale
cían a dicho sindicato y Je permitía enfrentarse no solamente el STIC sino también al
laudo presidencial (como veremos más tarde).
Otro problema de) cine nacional era el de Ja falta de salas para la exhibición de sus
películas. De enero a septiembre de 1947 se estrenaron en México 276 peJículas de
las cuales sólo 49 eran mexicanas. Y se llegó a decir que a partir de 1948 los exhibidores
tendrían la obligación de dar un 50% de sus fechas a las producciones mexicanas.
Pero en agosto de 1948 Efraín Huerta escribió sobre una plática que había tenido con
LÓ
Antonio Escandón, miembro de la Comisión Nacional Cinematográfica, quien le
dijo que había cines como el "Alarcón", el "Estrella", el "Roxy" y el "Regis", que no
exhibían películas mexicanas desde hacía tres años. El "Magerit" y el "Lido" se
dedicaban en exclusividad a las películas de la MGM.El Sr. Escandón citó un decre
to firmado por Lázaro Cárdenas y publicado en el Diario Oficial del 16 de octubre de
1939, en el que se establecía: "Articulo 91. Todas las empresas tendrán la OBLIGA
CIÓN de proteger y estimular el arte nacional, representando producciones cinema
tográficas cuando menos una vez al mes.
3o. La Comisión tendrá los siguientes recursos: La asignación por el Gobierno Fede
3
ral de una suma igual al importe de los derechos de censura y de exportación de
películas; las aportaciones que otorguen las entidades, asociaciones, instituciones y
empresas, facultadas para nombrar representantes de la Comisión Nacional. Dicha
Comisión estaría formada por doce miembros propietarios para cada una de las si
guientes entidades y agrupaciones: Banco Nacional Cinematográfico, las empresas
propietarias de los estudios y laboratorios, la Asociación de Productores de Películas
Nacionales, las empresas distribuidoras de películas nacionales en las que el Banco
Cinematográfico tenga participación, los exhibidores del Distrito Federal, los
exhibidores del resto del país, el STPC y el STIC. (El Popular, 24/XIl/47).
Efrafn Huerta resumió muy bien la situación del cine mexicano a fines de 1947:
"Posiblemente nuestro cine no llegó a ver ningún año peor que este 47 que ya termi
na. Desaliento, desánimo, cierre de créditos, formación de agrupaciones débiles y
desaparición de otras. Películas nada honorables hechas en serie para satisfacción de
un público que nadie ha querido educar. Prolongación del nefasto charrismo, aún
cuando, en este charrismo de calendario se hayan hecho amables comedias medio
satíricas, debidas al ágil talento de Ismael Rodríguez." (El Nacional, 28/XII/47).
1968. El lloVimientO
estudiantil y e1 cine*
Arturo Garmendia
* Tomado de la Revista de la Universidad de México, Vol. XXVI, número 10, junio de 1972, pp.
25-32.
"Hago Ja Revolución, por lo tanto existo". A partir de aquí, fantasía y fantasmas se
diluyen para dar paso al hombre viviente. El cine de la revolución es simultáneamente
un cine de destrucción y de construcción: Destrucción de la imagen que el
neocolonialismo ha hecho de sí mismo y de nosotros. Construcción de una 1
realidad
palpitante y viva, rescate de la verdad en cualquiera de sus expresiones."
11. A partir del triunfo de la revolución de 191 O, tanto los gobiernos militares surgidos
de ella como sus herederos, los gobiernos civilistas, de golpe en golpe y de sexenio
en sexenio construyeron la imagen del "milagro mexicano": una eterna marcha hacia
el desarrollo en la que los únicos que avanzan son el capital extranjero invertido en el
país y su cómplice, la burguesía criolla. Una marcha que, para acallar las protestas de
aquellos que no progresan -obreros y fundamentalmente campesinos- ha inventado
el espejismo de la clase media.
1. Fernando E. Solanas y Octavio Getino: "Hacia un Tercer Cine" Revista Cine Club, núm. 1,
México.
1968. El movimiento estudiantil y el cine
Por ejemplo, hay una cinta que ilustra los inicios del movimiento estudiantil. Ardien
do en el sueño de Paco Ignacio Taibo 11, podrá resultar pedante, pretensiosa, pero aun
su tono autosuficiente, aun Ja estrechez de sus planteamientos corresponden al clima
romántico, absurdamente idealista que caracterizó a la mayor parte de la izquierda
universitaria en la ciudad de México antes del '68.
El filme toma su título y un epígrafe de Conversación en la Catedral la novela
de Mario Vargas Llosa. Como ella (toda proporción guardada) tiene por
protagonista a un inconforme social obsedido por la idea del fracaso. Una
tarde, éste reúne a un grupo de camaradas, con los que integra una organización
política preparatoriana, para intentar recordar en común su primera acción y
su primer contratiempo, ocurridos en 1967.
estudiantes, el pueblo, los explotados) y quiénes eran los malos (los "porros",
tal vez algunas autoridades escolares y... ¿el gobierno?). En cambio hoy..."
Y, con sonrisas nostálgicas que quisieran resultar autocríticas, cada uno de
los integrantes del "Frente" explica a la cámara: "Éramos jóvenes." "Éramos
inmaduros." "Éramos inocentes"...
Pero también era la época en que el ejército, la "ola verde", ocupaba las Uni
versidades de Morelia, de Sonora, de Sinaloa que, unidas al pueblo, asumían
en ese momento actitudes más radicales y apoyaban demandas más importantes.
Este es otro de los cabos que la cinta de Taibo deja suelto. Desde el punto de
vista de las minúsculas asociaciones políticas estudiantiles de ese tiempo, existía
un lazo evidente entre las porras y ciertas autoridades venales, pero los motivos
de esta unión se les escapaban y por lo tanto la manera de combatirlos no era
efectiva. De ahí lo limitado de sus acciones, de ahí la imposición de la fuerza
bruta, manipulada desde lo alto, en el seno de la Universidad.
3. lng. Javier Barros Sierra: Renuncia presentada a la Junta de Gobierno de la UNAM. Citado por
Ramón Ramírez en El movimiento estudiantil en México, México, Era, 1971.
IV."El 22 de julio de 1968, según explicaron los directores de
las Vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional, y el
de la Preparatoria, "Isaac Ochoterena", incorporada a la
Universidad Nacional Autónoma de México, culminaron una
serie de actos violentos entre los estudiantes de dichos planteles,
que fue capitalizados por dos pandillas, 'las Arañas' y 'Los
Ciudadelos'. Antes de retirarse los pandilleros amenazaron con
volver al día siguiente, por lo que se pidió la intervención de la
4
policía a fin de prevenir nuevos actos vandálicos."
"30 de julio. En las primeras horas de hoy, soldados de línea y un convoy integrado
por tanques ligeros y jeeps equipados con bazookas y cañones de 101 mm., salieron
del Campo Militar Número. Uno. La tropa inició su marcha hacia el barrio
universitario, enfrentó a los preparatorianos a bayoneta calada y encontró una leve
oposición. Los estudiantes se vieron obligados a parapetarse en los planteles, y la
5
puerta de las escuelas preparatorias 1 y 3 fue desbaratada de un tiro de bazooka. .."
El primero de agosto el rector de la Universidad, ingeniero Barros Sierra, encabeza
una manifestación de duelo por los estudiantes caídos y la violación de la autonomía
universitaria. Su acción mostró la táctica adecuada al movimiento estudiantil: había
que romper el cerco de la represión, de la calumnia; había que salir al encuentro del
pueblo: había que ganar la calle.
6. David Ramón: "El Grito". Diorama de la Cultura, suplemento de Excélsior, 2 de abril de 1972.
El grito tiene como estructura la cronología de los hechos, dividiéndose
en cuatro partes correspondientes a los meses en que tuvo lugar el
movimiento estudiantil en 1968:
7. Luis Echeverría: Declaraciones a El Día. Citado por Ramón Ramírcz: Op. cit.
8. Javier Barros Sierra. Citado por Ramón Ramírez: Op. cit.
1968. El movimiento estudiantil y el cine
6 puntos (libertad a los presos políticos; destitución de los militares Cueto, Mendiolea
y Frías; extinción del cuerpo de granaderos, derogación de los artículos 145 y 145
bis del Código Penal, indemnización a los caídos, y deslindamiento de
responsabilidades) comenzó a atraer a otros sectores populares que los hicieron suyos
y agregaron nuevas demandas, hasta que todas las peticiones se hicieron una:
"Democracia. Respeto a la Constitución."
Octubre: "Llegué a las 4.45 y la plaza estaba casi llena. Subí a la terraza del tercer
piso en que se hallaban los líderes. Uno de ellos, que se notaba muy nervioso, dijo
que se había demorado porque carros blindados y camiones llenos de soldados estaban
desalojando a la gente de la plaza. En ese momento un helicóptero apareció sobre la
plaza, bajando, bajando. Unos segundos después lanzó dos luces verdes en medio de
la multitud. No más de tres segundos después escuchamos el fuerte ruido de carros
militares acercándose y estacionándose alrededor de los lados de la plaza.
10
Los soldados
saltaron con sus ametralladoras y abrieron fuego inmediatamente."
Y la película enloquece. El horror, los disparos, la gente que corre, la gente que cae;
en la enorme plaza la multitud que grita y las tropas que continúan vaciando sus
armas impunemente ...
9.Gustavo Díaz Ordaz: "IV Informe de Gobierno, rendido ante la Cámara de Diputados el lo. de
septiembre de 1968."
1 O. Oriana Fallaci: Crónica publicada en la revista Look, 12 de nov. de 1968, reproducida en
México por La Voz de México, lo. de diciembre de 1968.
1968. El movimiento estudiantil y el cine
L
enajenación, muerte, mientras los comentarios en offvan de Ja
situación política en el extranjero -Biafra, Vietnam, el Sur
Americano, Primavera de Praga, el mayo parisino-o nacional
7
-del infortunio de los pequeños voceadores al mitin reprimido
en Tlatelolco-. ¿Cómo explicarles tantas cosas a los pequeños?
¿Cómo comprenderlas uno mismo?
7
La marginación de la historia propia de la clase media,
naturalmente, no encuentra respuesta. Inerme ante una
información que no sabe cómo interpretar, y enajenada por una
mediatización que a partir de 68 se intensifica, la perplejidad
es su única actitud posible. Y de ahí al escepticismo sólo hay
un paso.
El fin de Sergio García refiere (de una manera muy cursi, es cierto) esta
involución: una pareja de enamorados, en la que la chica pinta paisajes al
óleo y el joven entona pacíficamente canciones de protesta, disfruta
bucólicamente de su mutua compañía cuando, a los acordes de "El Bueno, el
Malo y el Feo", aparecen un cura, un funcionario, un granadero y una madre
posesiva que se dedica a acosarlos. Capturado el joven, pronto se verá
catequizado, golpeado, empadronado y amamantado ritualmente, para luego
ser lanzado a una nueva vida: sustituye la mota por una coca-cola, la mezclilla
por el casimir y la guitarra por un coche en cuyo radio se escuchan los
monótonos compases de "Adoro" del maestro Manzanero, ignoramos si ante
la complacencia o la indignación del director. Poco importa, lo grave es que,
caricaturas aparte, un gran sector de los participantes en el movimiento
estudiantil, sin salida, se vio en la necesidad de volver a sus actitudes
habituales, a asumir un destino que previamente había repudiado.
VII. A partir de cero, mediometraje en Super 8 mm. de Carlos Belaunzarán expo
ne con mayor claridad este problema, y como lo que nos interesa es rastrear esta
desilusión generacional dejaremos de lado tanto los tics estilísticos tomados de
Cocteau (el encuentro de los amantes) como la simbología naif (los hombrecillos de
la televisión), que en la cinta se dan para conducirla al ridículo, para enfrentar exclu
sivamente los argumentos y el análisis que propone.
En este resumen es.posible distinguir tres ideas dominantes, que por otra
parte se encuentran bastante difundidas, aun en sectores que
tradicionalmente se habían considerado de izquierda: la violencia existe
pero es incomprensible; el intelectual (el-que-piensa, en términos de la
película) vive al margen de la sociedad y está imposibilitado para influir
en ella, y la multitudinaria clase media vive de espaldas a la realidad
porque disfruta de un bienestar económico, ya que en ella "se basa el
progreso del país", como se dice en la cinta.
1968. El movimiento estudiantil y el cine
E1 cine mexicano en la
encrucijada
Jorge Ayala Blanco
-
exhibidoras, del centro de capacitación cinematográfica y de Procinemex publicistas;
él tiene la libertad de dictar quién será el actor más querido por el público del cine
Variedades y del Dorado 70, él ha adquirido sagazmente los derechos de veinte novelas
latinoamericanas y veinte biografías de próceres y veinte temas populistas para
incluirlos comoplay-backs en la película en que lanzará como realizador a un protegido
inútil; él verá con buenos ojos que se añadan con el cocimiento a tres ridiculizables
viejos actores en decadencia, más un santón tepitense metido a redentor proletario,
más una trama bailarina de novela rosa, más un narrador sabihondo, más el pavor
que siente la clase media urbana por las hordas provincianas en actuación especial,
más una pandilla de jóvenes con problemas de definición sexual, más dos docenas
de desnudos degradantemente sexistas (una vez exorcizadas las campañas
antipornográficas), más una invicta represión salvaje, más un milagro de San Sexenio
del Bozal, más un final con acción de gracias.
Luego, el director del Banco recibe a un actor realizador que en medio de años de
desveladas incorruptibles ha armonizado adivinatoriamente el conjunto y ha redactado
un guión sobre medida, llenando hollywoodescamente los huecos entre ocultación y
ocultación. Envía para su elaboración un presupuesto desbordable de su proyecto a
las empresas filiales y para que, dentro de los primeros siete días hábiles de cada
mes, lo presenten al Departamento de Crédito del Banco Nacional Cinematográfico.
Espera confiado a que el banco califique ]os atractivos de su proyecto basándose en
los gastos de remozamiento de las salas y de acuerdo con los vaivenes ideológicos
del partido en el poder ("El Borreguismo Campesino cotiza tanto, el Problema Chicano
tanto"). Entrega a sus corporaciones el importe desbordable de su película
pentamillonaria, dentro del que 25 ejecutivos se han asignado un sueldo mínimo de
varias decenas de miles de pesos por asesorar la operación. Telefonea para sufragar a
control remoto las torpezas técnicas en que incurre el improvisado director durante
el rodaje: diez semanas de absurdo creador, ordenando master shots y protecciones,
o gratuitos planos-secuencia con grúa.
Finalmente, el director del Banco obtiene, gracias a sus contactos, un trato preferencial
para su película en los mercados naturales del hipotético prestigio mundial, aunque
se encogerá de hombros cuando sus empleados del Banco le presenten balances
anuales con números rojos. Ni siquiera tiene que dejar de pagar regularmente la renta
de sus oficinas en el Condominio o en los Estudios (que regentea), con tal de que
siga haciendo funcionar al sistema. Y en compensación por tantos sacrificios, tiene
sus viajes a festivales foráneos (con financiamiento federal) para codearse tantas
veces al año como desee, antes de la Navidad con sus colegas extranjeros y tratar de
El cine mexicano en la encrucijada
LBs
Usted recuerda que el Artículo Cuarto constitucional lo autoriza a
ª
dedicarse la actividad lícita que le venga en gana.
Usted ha decidido invertir sus ahorros en el amor al cine,
exprimiendo su cuenta personal en el Banco de Comercio,
aprovechando el legado de su tío tatarabuelo, hipotecando la casa de
sus ancianos padres y, de ser posible, transando a dos que tres amigos
millonetas.
Usted se ha convertido en un flamante Productor Independiente.
Usted se amarra una tripa y financia su película estirando al máximo
el último centavo de su exiguo capital.
Usted ha acordado diferirles sus sueldos al camarógrafo, al editor,
al argumentista-director, a los actores noveles o quemados que
aceptaron participar, y usted no se ha asignado a usted mismo ningún
salario.
Usted se muere de ansias por arrullar cuanto antes a su sietemecino
fílmico.
Usted ve al fin de su película y, en un alarde de objetividad y de
modestia, juzga que no le salió tan peor.
Usted tan sólo ha gastado $150,000.00 por concepto de materiales
y equipo técnico, aunque debe todavía $80,000.00, por concepto de
laboratorio, sonorización y efectos ópticos.
Usted considera que todos sus compatriotas deberían tener la
oportunidad de apreciar su película.
Usted no es superochero ni se conformaría con los premiecitos de
consolación en concursos amañados.
Usted tampoco posee una cadena de salas de arte como Gustavo
Alatriste, quien acaso le pagaría dos mil pesos semestrales por el
alquiler de su película y trato hecho jamás desecho.
Usted ha resuelto introducir su peliculita en el sistema de exhibición
normal para que se pueda presentar en el cine de su colonia.
Usted viene a descubrir hasta ahora que en México existe un
monopolio parcialmente estatal que controla las salas cinematográficas
y todos los aspectos de la industria fílmica.
Usted será tratado públicamente de pirata y de enemigo del
movimiento obrero por no haber empleado al personal del Sindicato
de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC) o del
El cine mexicano en la encrucijada
Nada es tan diabólicamente perverso como para decir con alevosía, premeditación y
ventaja "Ahora vamos a hacer una película que imprima a perpetuidad una idea
reductoramente sentimentalista de la lucha de clases en el inconsciente colectivo de
los mexicanos, una mediatizadora película bicéfala en donde quede irrebatiblemente
asentada la idea de que los pobres son muy pintorescos, alegres, afectuosos,
aguantadores y unidos contra la adversidad social, gracias a las virtudes innatas de la
pobreza (Nosotros los pobres, Ismael Rodríguez, 1947), y que los ricos sufren mucho
de tristeza, soledad y egoísmo a causa de los vicios innatos de la riqueza, pero que
siempre contarán con la posibilidad de renunciar a sus millones para recibir el calor
humano de los pobres el día del cumpleaños de Chachita (Ustedes los ricos, l.
Rodríguez, 1948)". Nadie es tan maquinadoramente cerebral como para decir: "Ahora
vamos a resucitar a la novela naturalista para demostrar que, haga lo que haga, el
mexicano siempre estará lastrado, corrompido y envilecido por la tara de su condición
racial (de Mecánica nacional de Luis Alcoriza, 1971, a México, México
ra-ra-ra de Gustavo Alatriste, 1975)". Nadie es tan abyectamente
oportunista como para decir: "Ahora vamos a hacer una película sobre
1968 donde se demuestre que la fuerza pública en ese entonces lo único
que hizo fue defender a los jóvenes en contra del pueblo indignado que
quería acabar con ellos (Canoa, Felipe Cazals, 1975)". Nadie es tan
ambiguamente canallesco como para decir: "Ahora vamos a lanzar un
nuevo género de películas sobre movilizaciones sociales en las que el
torrente de Sangre derramada (Rafael Portillo, 1973) aterrorice, ahogue
y traumatice de tal manera a los espectadores que éstos salgan del cine
con ganas de no volver a alzar la mano de su vida, ni para indicarle a un
autobús que se detenga (de El Principio de Gonzalo Martínez, 1972, a
Actas de Marusia de Miguel Littín, 1975)".
No es por azar que el Calzanzin inspector de Alfonso Arau, Los que viven donde
sopla el viento suave de Cazals y Canoa, las primeras películas industriales que
hicieron eco a la Apertura Democrática de principios del echeverrismo (197 J) daten
de J974 y 1975; que sean, pues, tardías. El margen de libertad y los medios cuantiosos
El cine mexicano en la encrucijada
que cayeron del cielo, tomaron de sorpresa. Había en nuestro cine un rezago tremendo,
de varias décadas, consustancial, incluso con respecto al ritmo evolutivo de la política
oficial.
La ortodoxia retrógrada había ordenado, hasta entonces, que toda mención al Partido
Revolucionario Institucional (PRl) debería quedar excluida de cualquier filme insulso,
como si se tratara de una mala palabra, y hasta la efigie conmemorativa de un líder
agrario en confusa versión acartonada, como el Zapata de Cazals (1970) a la altura
del régimen diazordacista, podría parecer una encomiable hazaña del populismo
revolucionario.
Tal vez la clave de esta cuestión pueda proporcionárnosla el manejo dialéctico de una
interrogante que hacía en cierta ocasión Serge Daney: ¿En nombre de qué se critica?
Un qué siempre impersonal, necesariamente, pero que nunca es una entidad
indeterminada.
Evocar desde esta perspectiva el caso de Canoa puede resultar ilustrativo. Tanto la
incongruencia crítica establecida como los todólogos de las secciones editoriales de
los diarios de todo el país se volcaron en denuestos y elogios; ninguna película de
nuestro tiempo mexicano había hecho verter tal cantidad de tinta.
con algunas excepciones, la "vieja nueva critica" la ensalzó con vaguedades líricas
(la "noche de las antorchas" de la "multitud encrespada"), vaguedades genéricas (he
aquí una "pesadilla que supera al cine de horror", paralelismo entre ¡ Canoa y La
noche de Jos muertos vivientes de George A. Romero!), vaguedades sociologizantes
("las temibles iras de unos campesinos fanatizados") y vaguedades pararreligiosas
("más allá del limbo del cine mexicano"), tendiendo incluso a neutralizar la acción
inmediata de la denuncia del filme ("no se puede cargar a un cura/pueblerino con la
representatividad de las fuerzas de la represión").
Por otra parte, basándose en la época en que ocurren los sucesos "trágicos"
de Canoa, un agitado 1968 hasta entonces tabú para el cine industrial (aunque
ya fuera un lugar común del cine marginal), y apoyándose en el parecido
físico que habían subrayado los maquillistas entre el consagrado linchador
anticomunista Don Enrique Meza Pérez (encargado por Enrique Lucero) y el
ex-presidente represor Gustavo Díaz Ordaz, la agencia de publicidad del
sistema fílmico (Promiscuisex) se las ingenió para inducir masivamente una
falsa pista del sentido del filme, anunciándolo corno la "Memoria de un hecho
vergonzoso" y una especie de alegoría del Movimiento Estudiantil-popular
de 1968 que el relato estaba muy lejos de querer ser ("Ser o parecer estudiante
en 1968 era más peligroso que ser asesino o ladrón").
Dentro de este caos de opresión informativa, la pauta de una crítica válida la dieron
gentes como Carlos Monsiváis al puntualizar que: "Si algo se analiza sin piedad en
Canoa es el acercamiento reverencial al pueblo"; las masas "poseen como uno de
sus comportamientos recurrentes, el de linchamiento"; el linchamiento en México
"ha sido práctica de multitudes acosadas en su hambre, en su miseria, en su ignorancia,
en su alcoholismo, que aterradas ante lo que no entienden optan por destruirlo
físicamente"; esos explotados "vieron con ira y temor a quienes les hablaban de
democracia"; y "en cierta forma, lo ocurrido en la "Plaza de las Tres Culturas el 2 de
octubre fue también un linchamiento colectivo, rito de expiación no del espíritu atávico
de la nación, sino del quebrantado Respeto a la Autoridad".
Qué arte ni qué nada. Salta a Ja vista que, en el momento actual de la lucha de clases
en México, ningún líder de opinión cinematográfica está sacando a relucir ni valores
estéticos, ni valores específicamente cinematográficos, ni los valores de la objetividad
burguesa, ni los valores universales del espíritu humano, ni los valores de la
inmaculada percepción científica, ni los valores "que dan fe de las excelencias de un
estilo", a no ser que esos valores se invoquen como una coartada para legitimar
posiciones dentro de la lucha ideológica.
Todos los discursos críticos que hemos tipificado a propósito de Canoa, hablaban en
nombre de algo, abierta o veladamente en nombre de los intereses del clero, en nombre
de los intereses del Estado priísta, en nombre del placer domesticado, en nombre de
las aprensiones de la clase media, por un lado, o en nombre de la desmistificación de
una idea estática y manipuladora del pueblo explotado. Imposible ocultarlo: no hay
crítica neutral. Siempre se sirve a una fuerza de la sociedad dividida en clases. Sólo
hay puntos de vista de clase.
Así pues, las preguntas primordiales que debe formularse a cada instante una crítica
responsable en México son:
¿En nombre del cuál clase social han sido resueltas las
contradicciones internas de este relato y de su discurso ideológico?
¿ En nombre de qué clase antagónica estoy criticando yo?
LQÓ
El cine mexicano en la encrucijada
'2Q7
el puesto de mando el para qué, el para quién y el cómo, dentro de un
mismo plano. Plantearse antes que nada problemas de finalidad, sin
miedo al vértigo del pesimismo que produce todo contacto con lo real.
O sea, la alternativa cultural del cine mexicano no puede hallarse en mensajes secretos
y de espaldas al público. No bastan, pues, las irreflexivas intenciones de los nuevos
cineastas por repertoriar todas las denuncias vagas de la injusticia social, así como
no basta la actividad que desarrollan las unidades de cine móvil de la Dirección
Nacional de Cinematografía, que esparcen por barriadas y rancherías los "clásicos
del cine mexicano".
Q
(que descifra y goza) con los códigos sociales de su vida inmediata. Ni imposición,
ni convencimiento por decreto, ni paternalismo, ni otra manipulación que la que se
consiente en el juego concertante.
8
Por una vez el público habrá sido tratado como una masa compuesta de seres humanos.
Acaso ese público no tarde ya demasiado en exigir ese tratamiento, pero para el1o
habrá tenido que inventar formas de participación política que el sistema priísta no le
permite.
David R. Maciel (1943-). Historiador de profesión. Des
de la perspectiva de la historia cultural se ha dedicado al estudio
del cine mexicano, a la representación del chicano en el cine mexi
cano y al cine chicano. Actualmente es profesor de historia y cine
y director de la Facultad de Estudios Chicanos de la Universidad
Estatal de California, Dominguez Hills e investigador del Colegio
de la Frontera Norte. Autor de los libros El bandolero, el pocho y
la raza. Imágenes cinematográficas del chicano. Mexico 's Cinema.
A Century of Films and Filmakes. El Norte. The US_Mexican
Borders in the Contemporary Cinema y Culture Across Borders.
El ensayo aquí publicado cubre de fines de los 1970 hasta nuestros
días y fue elaborado orginalmente para esta obra antológica.
o
Aún en medio de las múltiples crisis del México contemporáneo,
en las últimas décadas del quehacer cinematográfico han surgido
nuevas e importantes generaciones de artistas que están mostrando
su talento en todos los ámbitos de la cinematografía nacional. Estas
generaciones, a diferencia de las anteriores, han surgido
principalmente de las dos escuelas de cine en México: el Centro
de Capacitación Cinematográfica (CCC) y el Centro Universitario
de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Mas no todo es crisis. También han surgido factores positivos y alentadores para el
cine mexicano y sus realizadores. El éxito internacional tan asombroso de la cinta
Como agua para chocolate -que consiguió romper el récord como la película
extranjera de más éxito taquillero en Estados Unidos- generó un mayor interés en
Hollywood por el talento cinematográfico mexicano. Actualmente varios directores
mexicanos: Luis Mandoki, Alfonso Arau, Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón han
realizado películas con financiamiento norteamericano. Quien más ha filmado de
eJlos ha sido Mandoki con resultados decorosos pero desiguales. En tanto Alfonso
Cuarón fue unánimemente aclamado por la crítica especializada por su excelente
labor de director en la cinta, Little Princess. Guillermo del Toro también obtuvo
rotundo éxito de taquilla y de crítica con Mimic. Entre otros artistas y realizadores
mexicanos que también están buscando fama y fortuna en Hollywood se incluye a
los actores Lumi Cavazos, Alma Delfina, Gabriel Retes, Elpidia Carrillo y Salma
Hayek (sin duda esta última ha adquirido estatus de estrella); y los cineastas Gabriel
Berinstein, Emmanuel Lubezki y Carlos Marcovich.
El callejón de los milagros
Las páginas que siguen trazan el panorama de los últimos veinticinco años
del cine mexicano. La construcción y el análisis de este capítulo se basa
en fuentes primarias y secundarias, así como en entrevistas y
conversaciones con miembros de la industria mexicana del cine y de la
academia. A la documentación se añade un análisis contextual de un
sinnúmero de películas.
30
políticas fueron completamente revertidas al terminar el sexenio.
Entre los factores principales estuvieron los cambios dramáticos
que se sucedieron en el gobierno y en sus políticas; así como el
hecho de que el proceso de nacionalización de la industria
cinematográfica había sido alcanzado sólo de manera parcial.
Además, existió otro factor que limitó la continuación del proyecto cinematográfico
de los setentas. Con pocas excepciones, la generación de realizadores de 1968 no
fue capaz de alcanzar completamente su potencial. Dados los substanciales recursos
con que contó, el absoluto apoyo del Estado y un clima político favorable, esta
generación pudo haber realizado mejores películas tanto en términos artísticos como
en el desarrollo de una temática social innovadora. Sin embargo, en su período de
auge, sólo se produjeron algunas películas extraordinarias, otras que merecen cierto
reconocimiento, y una gran mayoría que no cumplieron con las expectativas e interés
del público o la crítica especializada.
b. El Cine y el Estado. Cuando José López Portillo (1976-82) sucedió a Luis Echeverría
como presidente de México, mucho se esperaba de las nuevas políticas artísticas y
2
culturales del régimen; ya que el nuevo presidente venía de una tradición académica
e intelectual. Sin embargo, en el caso de la industria cinematográfica, no sólo las
expectativas no serían alcanzadas sino que el sexenio sería uno de los más obscuros
capítulos de la historia del cine mexicano.
3
o
1. Miguel Basañez ofrece una sólida interpretación de este tema en su estudio, La Lucha por la
hegemonía en México 1968-1976 (México, 1981).
2. Entrevista con Héctor Aguilar Carnín, ciudad de México, 18 de julio de 1990.
El callejón de los milagros
Una vez que Margarita López Portillo asumió los hilos del4
poder, la poJftica cinematográfica se cambió completamente.
Se criticó acremente a las cintas producidas en la anterior
administración, especialmente aquellas sobre temas sociales y
políticos. El nuevo "proyecto" para el cine estatal mexicano
incluyó declaraciones vagas en favor de "cintas para familias"
5
y en apoyo a coproducciones con otros países. La justificación
para dichas coproducciones fue que los directores y productores
del cine mexicano no poseían el talento necesario para competir
con los extranjeros.
3. Véase los dos últimos capítulos del estudio de Emilio García Riera intitulado Historia del cine
mexicano (México, 1985).
4. Rossbach y Canel, "Política Cinematográfica", pp. 87-89.
5. Entrevista con Tomás Pérez Turrent, ciudad de México, 24 de junio de 1987.
6. Entrevista con Fernando Macotela, ciudad de México, 24 de junio de 1989.
de los personajes o de la revolución mexicana. Al contrario, la
segunda parte sobre la revolución rusa es factura muy superior,
incluso es una, si no la mejor cinta sobre el tema, doblada al español.
Es evidente el conocimiento y la sensibilidad del director sobre su
pasado histórico, y la falta de ambos en temas mexicanos. En
Antonieta (1982) Carlos Saura retoma la azarosa vida de Antonieta
Rivas Mercado con el fin de destacar a una notable figura femenina
3
en los eventos históricos y culturales del México de fines de los
años veintes y principios de los treintas. El resultado es semejante
a Campanas Rojas, excelente material pero falta la comprensión y
o
sensibilidad para su realización.
4
caso del Banco Cinematográfico, una institución cuyo fin era
financiar la producción de cine de calidad artística. Además, esta
funcionaria eliminó todo el apoyo a las compañías productoras
Conacite I y Conacite II, suprimiendo con esto casi todo el apoyo
estatal a la producción cinematográfica. Estas políticas provocaron
que aquellos cineastas mexicanos, interesados en un cine de calidad,
no tuvieran acceso a recursos gubernamentales; lo cual significó
el fin del proyecto cinematográfico en el que el Estado era en la
mayoría de los casos el único productor que se interesaba por una
7
temática social.
En este escenario, la generación de directores del 1968, la cual había sido financiada
casi en lo absoluto por los fondos estatales, tuvo que buscar otro tipo de empleos.
Muchos de estos directores han estado desde entonces en la nómina de Televisa, la
mayoría de ellos dirigiendo telenovelas. Otros simplemente abandonaron su profesión
8
y no han vuelto a dirigir ninguna cinta. En casos excepcionales, algunos como Arturo
Ripstein, Gabriel Retes y Jaime Humberto Hermosillo lograron filmar algunas cintas.
Este último, de 1977 a 1980 dirige tres de las películas más importantes de su carrera:
\
Naufragio (1977), Amor libre (1978) y María de mi corazón ( 1980). En ellas establece
su talento y creatividad para narrar diversos, complejos e interesantes temas de mujeres.
Hermosillo destaca claramente (al lado de Alberto Bojórquez) como uno de los dos
:fJS
y la exclusión de una generación entera
de directores, el sector privado regresó
una vez más a dominar tanto en la
producción como en la exhibición y la
distribución de películas. Sin la existencia
de competencia, sus cintas tuvieron como
único propósito el obtener ganancias en
la taquilla. Las características
predominantes de la mayoría de la
producción cinematográfica privada de
ese período fueron el abordar temas
carentes de sustancia, repetitivos y
degradantes. De 1978 a 1988 el sector
privado aportó alrededor del 95% del total
de las cintas producidas y exhibidas tanto
en salas cinematográficas 9
de México
como en el extranjero. Aparte de la
exhibición en la pantalla grande, los
empresarios privados inundaron el
mercado del video con sus producciones.
Poco antes del fin del sexenio de López Portil1o, la Cineteca Nacional, la principal
dependencia estatal de acervo y exhibición del cine mexicano, se incendió producto
de la neg1igencia y falta de mantenimiento por parte de la administración de Margarita
López Portillo. Más de cinco mil cintas y otros materiales fílmicos valiosos se
10
perdieron. El trágico incendio fue una metáfora del legado que el régimen de López
Portillo dejó no sólo para la industria cinematográfica sino también para México.
9. Leonardo García Tsao, "Entrevista con Nicolás Echeverrfa", Dicine 38 (Marzo de 1991), pp. 8-12.
10. Entrevista con Eduardo de la Vega, ciudad de México, 19 de noviembre de 1985.
Al término de la gestión de Margarita manera democrática tratando de evitar
López Portillo, mucho se especuló dentro el favoritismo hacia una determinada
de la comunidad cinematográfica acerca producción. Sin embargo no todas las
de que la situación mejoraría con la nueva decisiones sobre la distribución de fondos
administración de Miguel de la Madrid. públicos fueron las más correctas.
Inicialmente existió optimismo por los Producciones como Orinoco (1984),
cambios que empezaron a ocurrir. La Astucia (1985), Robachicos (1985) y
creación del Instituto Mexicano de Viaje al paraíso (1985) se encuentran
Cinematografía (IMCINE) en 1983 entre las películas mexicanas más fallidas
generó muchas expectativas, ya que tenía de los últimos treinta años. Además todas
como una de sus principales funciones la estas cintas resultaron un desastre en la
de coordinar todas las políticas taquilla y recibieron críticas muy severas.
cinematográficas, incluyendo los Estas y otras producciones muestran la
aspectos relacionados con la producción, decadencia de varios realizadores de la
11
exhibición y distribución. generación del 68.
3
cercana amistad personal con el políticas como dirigente de IMCINE se
Presidente Miguel de la Madrid pudieron caracterizaron por la corrupción, el
revertir los intereses creados y Jas autoritarismo, la falta total de dirección
6
estructuras negativas y corruptas que ya y un acendrado favoritismo -a un grado
O
se habían 12institucionalizado en el cine aún mayor que el del13 período de
.
mexicano. Margarita López Portillo. Un ejemplo
de tales acciones fue la venta sin registro
En sus funciones como director de de los negativos de un sinnúmero de
IMCINE, Alberto Isaac financió los cintas producidas por el Estado entre la
proyectos de varios directores. Asimismo, década de los setentas y ochentas a
la distribución de recursos fue hecha de compañías de videos norteamericanas
3o
para ser distribuidas y vendidas masivamente en Estados Unidos. Las
ganancias obtenidas de dicha venta fueron a parar exclusivamente a
manos de los vendedores y de las compañías de videos mientras que ni
los realizadores de las películas ni la industria fílmica en general
7
recibieron algún beneficio de esta acción. Es más, por mucho tiempo ni
siquiera se enteraron de tal negocio con sus películas.
308
El callejón de los milagros
4. Los directores de esta generación tuvieron una relación cercana y de mucho apoyo
con los de la generación previa. Muchos de ellos recibieron cursos o trabajaron como
asistentes de los directores de la generación de 1968. Lograron aprender mucho de
sus predecesores sin perder su propia independencia y discurso cinematográfico.
Las cintas más innovadoras y mejor concebidas de los nuevos directores que debutaron
en el comienzo de la década de los ochentas fueron: La víspera de Alejandro Pelayo;
Vidas errantes de Juan de la Riva; Amor a la vuelta de la esquina de Alberto Cortés;
y Nocout de José Luis García. Estas producciones reflejaron perspectivas
cinematográficas frescas, y contaron con un excelente uso del talento artístico,
imaginativos guiones y una inteligente dirección. Como obra colectiva, fueron
excepcionales operas primas y algunas de las mejores películas de ficción de las
ultimas décadas del cine mexicano.
14. Claudia y Germaine Gómez Haro, "El nuevo cine mexicano", Nitrato de Plata, no. 12, pp. 6-8.
La víspera recrea de manera maravillosa el ambiente de
tensión y las expectativas que caracterizan típicamente a
un político mexicano en espera de ser llamado a colaborar
dentro de una nueva administración. El juego político, las
brechas generacionales entre los "dinosaurios" y los
"tecnócratas", los cambios en los estilos de hacer política,
las intrigas y los acuerdos tras bambalinas son capturados
con gran sensibilidad dentro de esta producción fílmica.
La excelente actuación de Ernesto Gómez Cruz y del reparto
secundario contribuyeron también a convertir a esta cinta
en un verdadero clásico del cjne político mexicano.
Al finalizar la década de los ochentas, algunos directores logran obtener los fondos
necesarios para filmar su segunda o tercera cinta. Este fue el caso de Juan de la Riva
con Pueblo de Madera (1990); José Luis García Agraz con Noches de Califas (1985)
y Desiertos mares (1994); Alberto Cortés con Ciudad de ciegos (1990); Diego López
con Goitia (1989); José Buil con La. leyenda de la máscara (1991); Óscar Blancarte
con El Jinete de la Divina Providencia (1989); Alejandro Pelayo con Días difíciles
(1987), Morir en el Golfo (1989) y Miroslava (1993); y Nicolás Echeverría con Cabeza
de Vaca (1990). De ellos el que más ha filmado ha sido Juan de la Riva, el cual
después de Pueblo de Madera se incorporó al cine comercial realizando varias
películas para Televicine.
3
mezclaron para dar este resultado. El largo período trans
currido entre su debut y la filmación de sus siguientes pelí
culas fue un primer escollo. Para estos directores, a pesar
de los éxitos de sus primeras películas, les fue muy difícil
hacer su segunda producción. Dedicados por años a la in
grata tarea de búsqueda de los recursos necesarios para fi
nanciar una segunda cinta, ciertos directores, movidos por
la desesperación, aceptaron hacer diversas concesiones
demandadas por productores y funcionarios
gubernamentales con el fin de obtener el apoyo 15necesario
para Ja realización de sus nuevas producciones. Así fue
como perdieron la autonomía y el control artístico que
tuvieron en la realización de sus primeras producciones.
En gran parte sus nuevas películas no reflejaron la frescura
en estilo, temas e imágenes que había sido una característica
de sus operas primas.
d. Otras Producciones Fílmicas. Durante este difícil período sólo unos escasos
directores de generaciones previas pudieron realizar ciertas películas de calidad. El
imperio de la fortuna de Arturo Ripstein, retrata magistralmente la vida decadente y
la destrucción del protagonista, representado por el talentoso actor Ernesto Gómez
Cruz. La cinta también puede interpretarse como el retrato del ocaso del México
rural y tradicional. Esta cinta recibió merecidamente varios Arieles por la mejor
película de cine, el mejor director, el mejor actor y la mejor actriz de reparto.
CUADRO!
PRODUCCIONES HECHAS EN MÉXICO*
MEXICANAS
AÑO EXTRANJERAS TOTAL
ESTADO PRIVADAS
1988 10 97 18 125
1989 7 94 ---- 101
1990 9 89 6 104
1991 15 17 4 36
1992 ···
11
-
-·
34 3 .. 48
1993 11 42 5 58
1994 - -- 6
-- 40 10_.,,.._ _ 56
1995** 4 11 6 20
1996 5 11 4 20
1997 8 7 . .......
- ·-··--·· 7 22
* Las cifras se refieren a cintas producidas en territorio nacional. Por eso pueden variar en relación
con las películas producidas por el Estado a través de IMCINE, que no se filmaron en México.
**Cilantro y Perejil, coproducción IMCINE-Televicine, entra en los dos apartados de Estado y
Privadas. Por ello, el total de ese año permanece 20, y no en 21, que es el total que resultaría si se
sumaran las películas producidas ese año.
33
éxitos y a la vez su ocaso cinematográfico. Luego surge un
nuevo personaje Lota la trailera caracterizado por Rosa Gloria
Chagoyán. En gran medida lo novedoso de una mujer triunfando
contra los malhechores con las mismas hazañas que los héroes tradi
cionales, fue un acierto. Lola la trailera fue uno de los grandes éxi
tos de taquilla del cine mexicano. A Lola la siguieron dos cintas de
aventuras del célebre personaje de Lola, así como otros estelares de
Rosa Gloria Chagoyán como L<1 guerrera vengadora y Juana la
Cubana.
3
Esta década significaría el último período de auge del cine de empresa
privada por la repetitiva temática y la mala calidad de sus cintas, las
producciones de empresa privada experimentaron un fuerte declive.
Sus entradas de taquilla nacionales y del extranjero cayeron
dramáticamente, produciendo así una aguda crisis para este cine y
sus realizadores.
4
contexto económico y poi ítico del país sin duda contribuyeron a ella.
Desde la década de los ochentas, México ha estado sumergido en
16
una de sus más profundas crisis del siglo XX.. La inflación
acelerada, una deuda extema astronómica, un crecimiento negativo,
16. Pablo González Casanova y Héctor Aguilar Camín, México ante la crisis (México, 1985) discuten
en sus dos volúmenes editados los diferentes aspectos y efectos de la reciente crisis en México.
El callejón de los milagros
la fuga de capitales y una caída dramática en los niveles de vida de la clase media y
de los trabajadores, entre otros factores, pusieron al país en una muy difícil situación.
El Estado tuvo que destinar sus recursos y subsidios a gastos básicos reduciendo los
fondos dedicados a la cultura. Específicamente, los subsidios públicos y el patrocinio
17
del cine tuvo que ser relegado a un nivel bajo dentro de la agenda nacional.
Así fue como la profunda y prolongada crisis económica tuvo consecuencias directas
y adversas para el cine mexicano. Y por otro lado en toda la década de los ochentas,
los costos de la producción cinematográfica se incrementaron enormemente. Otro
factor que se fue acentuando tuvo que ver con la producción. Los empresarios y
productores de cine vieron muy riesgosa la inversión en la producción fílmica por lo
18
que decidieron invertir su capital en otras áreas. Ante la escasez de recursos, los
directores de cine tuvieron que buscar medios alternativos y creativos para asegurarse
los fondos necesarios para la producción de sus cintas. De manera colectiva, todas
estas cuestiones estimularon a los observadores, académicos y críticos de cine a
predecir la muerte o la desaparición eventual del cine mexicano. Existía una visión
pesimista para el futuro inmediato del quehacer cinematográfico por los diversos
sectores de la industria.
35
producción de un film en un cien por ciento debido a que
una gran parte de los insumos tuvieron que ser cotizados
en dólares). Esta devaluación fue usada por el Estado como
un pretexto para deshacerse de los compromisos adquiridos
en la industria cinematográfica. La producción
gubernamental, que en afios anteriores había alcanzado
19
entre el 50 y el 70 por ciento, bajó notoriamente. Si a
esto se suma el alza de precios de los boletos, cada vez
mas inaccesibles debido a la baja real de los salarios el
resultado es desalentador.
CUADR02
EL DECLIVE EN EL NUMERO DE CINES Y ESPECTADORES
6
luego el cine. En 1993, el Estado remató un paquete de medios
de comunicación cuya venta sumó 645 millones de dólares en
el que se incluía a la Compañía Operadora de Teatros (COTSA).
Al ser víctima de la obsesión de privatización y el cierre de
COTSA le hizo mas difícil a las cintas mexicanas encontrar
posibilidades de producción y de distribución. Hasta la fecha
no ha surgido ningún circuito o redes de salas que sustituya a
estos espacios para el cine mexicano.
El callejón de los milagros
3 7
Alberto Saba, socio de Ricardo Salinas Pliego e1 nuevo
comprador de los canales 7 y 13 compró COTSA. Debido
al deterioro de sus instalaciones y el atraso tecnológico,
en su primer año de operación, la nueva COTSA cerró
cien de las doscientas salas de cine de la cadena. Es más,
para incrementar sus ganancias, COTSA como
distribuidora se dedicó a distribuir cine porno en video.
Las nuevas o renovadas salas cinematográficas empezaron a atraer a las clases medias
y altas que habían dejado de ir al cine por las pésimas condiciones de las salas Sin
embargo, los cines populares empezaron a cerrarse, no sólo por políticas de la nueva
COTSA sino por el incremento en los costos del boleto. Las nuevas salas, sin embargo,
exhibieron cine de Ho11ywood y sólo ocasionalmente cine mexicano. También en
20
otros países de habla hispana empezaron a ganar terreno las películas extranjeras,
principalmente norteamericanas, las cuales empezaron a ocupar el lugar de las
21
mexicanas. En años recientes, es evidente que vastos sectores de la población
mexicana han abandonado las producciones nacionales y que el mercado exterior
para ellas es prácticamente inexistente.
20. Véase la primera parte del capítulo 2 del excelente estudio de Charles Ramfrez-Berg, Cinema of
Solicitude: A Critica! Study ofMexican Film, 1967-1983, (Austin, 1993).
21. Entrevista con Carlos Monsiváis, Ciudad de México, 20 de mayo de 1992.
22. Véanse los primeros dos capítulos del libro La apertura cinematográfica (Pueblo, 1988) escrito
e investigado de manera grandiosa por Paola Costa.
La venta de empresas estatales productoras de cine también tuvo un gran
impacto. En 1990 se liquidaron CONACINE y CONACITE I y II, así
como las empresas distribuidoras: Continental de Películas, Nueva
Distribuidora de Películas, Películas Mexicanas (encargada de distribuir
cine mexicano en el extranjero), y Azteca Films. Esta última cumplía
funciones de distribución del cine estatal y de cintas de cierta calidad
mexicanas en Estados Unidos. Aunque se decía que la empresa no era
rentable, su importancia en términos culturales y educativos era
significativo. Azteca Films surtía a Universidades, Centros Culturales y
3
Grupos Comunitarios películas mexicanas de calidad, manteniendo así la
presencia del cine mexicano en Estados Unidos. Después de su liquidación,
ninguna otra agencia estatal sustituyó a Azteca Films, en sus importantes
tareas, lo cual significó el cierre de espacios en el exterior para la
cinematografía mexicana.
8
Más allá de su influencia como productora, la cual quedó bastante mermada,
existen otras áreas del quehacer cinematográfico en donde su dominio
continúa. Se ha mantenido un riguroso sistema de "supervisión artística",
que en realidad se ha convertido en un tipo de censura del contenido de las
producciones. Esta "supervisión artística" se aplica desde las primeras
23
etapas de la realización de la cinta hasta su exhibición final. Ante todo,
los temas políticos son de mayor preocupación para el Estado.
Otra de las áreas con mayor influencia estatal en la industria del cine ha
sido a través de las agendas de trabajo de los funcionarios encargados del
cine. Sus acciones -no siempre coherentes- han tenido un impacto enorme
24
en el cine mexicano. Debido al carácter político de sus nombramientos, "
estos funcionarios no sólo están en capacidad de determinar el tono y
dirección de las políticas estatales, sino que personalmente pueden decidir
sobre las políticas de producción, distribución, publicidad y censura. Es
decir, están en una posición que les permite impulsar y promover cierto
tipo de películas y desestimular y obstaculizar otras. 25 El Cuadro 3 ofrece
una panorámica de las películas producidas por IMCINE.
CUADRO 3
PELÍCULAS PRODUCIDAS POR IMCINE DE 1988 A 1993
---------····-...-- - -
- --- - -
PELICULA DIRECTOR PELICULA DIRECTOR
-·-········- ·-·-- -- ----·- ··- - - -
- -- -
- - --- --· -····-············ · - - - -- . ---- -------·········--··
Busi Cortés
- ---- - - --·-
1988 Serpientes y escaleras
El secreto de Romelia Busi Cortés Modelo Antiguo RaúlAraiza
Esperanza Sergio Olhovich Los años de Greta Alberto Bojórquez
El verano de la señora Forbes Jaime H. Hermosillo Ángel del fuego Dana Rotberg
El jinete de la divina providencia Óscar Blancarte Kino Felipe Cazals
Mentiras piadosas Arturo Ripstein Lolo Francisco Athié
Gringo Viejo (Coproducción Luis Puenzo Miroslava Alejandro Pelayo
México-Estados Unidos) La invención de Cronos Guillermo del Toro
Sólo con tu pareja Alfonso Cuarón
1989
Lota María Novaro 1992
Goitia, un dios para sí mismo Diego López Rivera Novia que te vea Guita Schyfter
La leyenda de una máscara José Buil La vida conyugal Carlos Carrera
Maten a Chinto Alberto Isaac La [{nea Ernesto Rimoch
Morir en el golfo Alejandro Pelayo El muro del silencio Lita Stantic
Bonampak Raúl Contla (Coproducción conArgentina)
Camino largo a Tijuana Luis Estrada En medio de la nada Hugo Rodríguez
Pueblo de madera JuanA. De la Riva Dama de Noche Eva lópez
Cuatro Postes Luis A/coriza Un año perdido Gerardo Lara
Amor Vagabundo Hugo Carvana Desiertos mares José Luis GarcíaAgraz
Ámbar Luis Estrada
!-----··--····--····--- ·- - - - - · - ·-·······-··-···- . -·- Mitl Valdez
Los vuelcos del corazón
1990 Vagabunda Alfonso Rosas Priego
Cómodas mensualidades Juan Pastor Bartolomé Sergio Olhovich
Cabeza de Vaca Nicolás Echeverría
Bandidos Luis Estrada 1993
Danzón María Novaro Principio y Fin Arturo Ripstein
La mujer de Benjamín Carlos Carrera La reina de la Noche Arturo Ripstein
Mi querido Tom Mix Carlos GarcíaAgraz Fresas y Chocolate Tomás GutiérrezAlea
El viaje Fernando Solanas (Coproducción con Cuba)
(coproducción conArgentina) El Jardín del Edén María Novaro
Ciudad de Ciegos Alberto Cortés Hasta Morir En el aire Fernando Sariñana
Los pasos deAna Maryse Sistach Dos crímenes Juan Carlos de Llaca
Retorno a Aztlán Juan Mora En cualquier parte fuera del Roberto Sneider
Mundo Alicia Violante
1991 En el paraíso no existe el dolor Víctor Sacca
Como agua para chocolate Alfonso Arau
La orilla de la Tierra Ignacio Ortiz
Gertrudis Ernesto Medina
Playa azul Alfredo Joskowicz
-
'---- --·-··-···---- - ----·--···--······-···- - - -' · -----·----·········-··-·--
- �---·---······ ·-····-·- - - ·-- -
111. Serpientes y escaleras: El renaci
miento contemporáneo y las
subsecuentes crisis
En medio de los profundos cambios en el contexto que rodeaba al
cine mexicano, se vislumbraron vientos renovadores en el hori
zonte cuando un funcionario como Ignacio Durán Loera quien
combinaba sus antecedentes en la política con una cercana afilia
ción a la cultura y al cine, fue nombrado titular del IMCINE al
inicio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari. El mandato es
tablecido por el nuevo director de IMCINE fue claro: disminuir
la intervención del Estado en la producción fílmica; promover
una nueva generación de realizadores y estimular a miembros de
3'20
otras generaciones a regresar a la pantalla grande; dar nuevo ím
petu a las coproducciones; y promover de manera intensiva las
películas artísticas mexicanas en los mercados nacionales y ex
tranjeros, llenando el hueco <dejado por las empresas estatales
distribuidoras ya liquidada/ •
Otro gran acierto alcanzado por Ignacio Durán fue el cambio de IMCINE de la Se
cretaría de Gobernación al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
(CONACULTA), un organismo descentralizado de la Secretaría de Educación Pú-
blica de reciente creación. Dicho cambio fue más que simbólico, ya que significó
que el cine finalmente sería regulado por funcionarios a cargo de la cultura y la
educación y no por aquellos cuya prioridad era la preservación de la "seguridad
nacional."
La nueva administración del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León trajo cam
bios en el quehacer cinematográfico. En muchos momentos se ha carecido de un
diseño claro de política hacia el cine, sin embargo en ocasiones, el ejecutivo asignó
considerables recursos para el fomento de la producción de cine narrativo. Al iniciar
se el sexenio, el embajador Jorge Alberto Lozoya fue nombrado titular de IMCINE.
Su gestión duró tres años. La crisis económica, la falta de un proyecto claro y la
inexperiencia de su equipo le restaron méritos a su gestión. Hacia mediados del ter
cer año empezó la filmación de ciertas producciones de las cuales la más importante
sería Cilantro y Perejil originalmente bajo la dirección de Maryse Sistach aunque
finalmente el director que terminaría su rodaje sería Rafael Moreno. Poco tiempo
después, Jorge Alberto Lozoya fue sustituido como director de IMCINE por el rea
lizador Diego López Rivera.
La gestión de Diego López Rivera fue mas positiva. Se restauró un ambiente entu
siasta y propio para el quehacer cinematográfico. El director y su nuevo equipo le
dieron prioridad a la producción e intentaron mejorar la exhibición y distribución del
cine mexicano. Sin duda esta administración llevó una política correcta y logró res
taurar la confianza y el papel de IMCINE tanto en México como en el extranjero. Su
sucesor, Eduardo Amerena ha continuado por este camino.
La crisis de recursos que enfrentó IMCINE en la segunda mitad de los noventas llegó
a tal grado que ]os cineastas se organizaron para hacer un llamado directamente al
presidente Zedillo. En junio de 1997 se efectuó una comida que incluyó a 100 invitados
de la comunidad cinematográfica con el Presidente en la residencia oficial de Los
Pinos. En esa ocasión el presidente Zedi11o anotó:
Al existir una situación crítica de falta de recursos para la producción se gestionó una
comida célebre entre miembros de la industria cinematográfica y el presidente Zedi11o.
Dicha reforma asume que la industria cinematográfica mexicana, por su sentido so
cial, es un vehículo de expresión artística y educativa. Por ende, corresponde al go-
El callejón de los milagros
3
1. A diferencia de los directores de las generaciones anteriores, quienes
en gran medida estudiaron y recibieron su entrenamiento en el exterior,
todos los nuevos directores realizaron sus estudios en las dos escuelas
mexicanas de cine: el Centro de Capacitación Cinematográfica y el
Centro Universitario de Estudios Cinematográficos y, con
posterioridad, trabajaron como asistentes de los directores mexicanos
ya establecidos. Este hecho se debe principalmente a dos factores: la
expansión y el impulso académico de las escuelas de cine en México,
3
y el descenso de las becas y oportunidades para estudiar en el
extranjero.
2. La generación de los noventas desarroJJó una fructífera relación
maestro-alumno con las dos generaciones previas. Este hecho es único
e importante. Esta nueva generación de cineastas ha gozado de la
amistad, apoyo profesional y dirección tanto de la "generación de
1968" como de la "generación de la crisis". Esto, a diferencia de las
relaciones distantes y a veces conflictivas que existieron, por ejemplo,
entre los directores de la época de oro y aquellos de la "generación de
1968."28
3. Los cineastas de los noventas han establecido un mayor control
sobre muchos más aspectos de la producción fílmica, cuestión que no
lograron o intentaron las dos generaciones anteriores. Las condicio
nes económicas del país y las actuales políticas cinematográficas han
28. Susana López Aranda et. al., "Cine mexicano actual", 3 (agosto-septiembre de 1992) pp. 64-82.
forzado a 1os jóvenes directores de esta generación a ser mucho más
creativos y a envolverse en todos los aspectos de la producción fílmica
como lo son el financiamiento, la producción, la publicidad e incluso
la distribución. Estos directores son asimismo completamente cons
cientes que mucho del éxito por alcanzar depende de su esfuerzo per
sonal.29
4. Los directores de la generación de los noventas han visto la indis
pensable necesidad de buscar nuevos socios en la producción de sus
cintas incluyendo cooperativas nacionales y coproductores interna
cionales. La televisión española, por ejemplo, invirtió importantes
recursos en 1a producción de películas mexicanas. A1 comprar y pagar
por adelantado los derechos de autor para exhibir dichas películas en
la televisión de España, ambas partes se beneficiaron: los directores
mexicanos recibieron los fondos necesarios para terminar sus cintas y
1a televisión española aseguraba producciones de estreno de alta cali
dad para su audiencia.Jo
5. La influencia de los realizadores de documentales es más evidente
en las producciones de esta nueva generación. La mayoría de los di
rectores, si no todos, comenzaron su carrera como documentalistas
y algunos de ellos han logrado combinar la realización de películas de
largometraje con la de documentales.Ji
6. Se mantiene una mayor camaradería y apoyo mutuo entre los
miembros de esta generación que la existente entre anteriores
generaciones de directores. Una razón que explica este hecho es que
los directores compartieron las mismas aulas en las escuelas mexicanas
de cine lo que les permitió formarse y trabajar juntos desde sus
producciones iniciales.
7. La "generación de los noventas" incluye a directores tales como:
Francisco Athié, Óscar Blancarte, José Buil, Luis Carlos Carrera, Busi
Cortés, Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro, Eva López Sánchez,
María Novaro, Dana Rotberg, Maryse Sistach, Guita Schyfter,
Fernando Sariñana, Antonio Serrano, Edwin Neumailer, Roberto
Sneider, Carlos Marcovich, Alejandro Springall, Juan Pablo Villaseñor
y Alejandro Gamboa.
29. Véanse los artículos sobre el cinema mexicano contemporáneo en la segunda edición de Nitrato de Plata. Todos los
artículos son escritos por respetados críticos quienes comparten sus ideas sobre lemas y cuestiones de sumo interés.
30. Jorge Ayala Blanco trata este aspecto a detalle en su trabajo "La disolvencia del cine mexicano" (México, 1991).
31. Carlos Monsiváis, "El fin de la diosa arrodillada", Nexos (febrero de 1992) pp. 7 982.
-
El callejón de los milagros
3
han terminado al menos dos películas de largometraje. La creciente
participación femenina en el cine es notable, no sólo enfrente de la
cámara sino atrás de ella. Actualmente el talento de las mujeres
cineastas se manifiesta en el guión, la escenografía, el arreglo musi
cal y la producción. Las realizadoras mexicanas se han distinguido en
la dirección de largometrajes. En toda la historia del cine mexicano
nunca han debutado tantas directoras como en la actualidad. También
ha habido logros en la dirección de importantes cortos y documenta
5
les: Valentina Leduc Navarro, por ejemplo, ganó el Ariel por el mejor
cortometraje de 1994-95.
9. En términos de edades, esta generación de directores es quizá la
más joven en la historia del cine mexicano. Algunos de sus miembros
como Luis Carlos Carrera y Guillermo del Toro debutaron a la edad
de 27 años.
2. La temática cinematográfica de los noventas. El surgimiento de la nueva gene
ración de directores mexicanos trajo a la panta1la nuevos temas, un discurso narrati
vo más fresco, e innovadoras técnicas de producción. Esta generación ha creado y
cultivado una mayor variedad de géneros, entre otros, las historias de mujeres, los
temas históricos con nuevos enfoques, las comedias, la política y las cuestiones so
ciales; así como el cine de aventuras y de ciencia ficción. El Cuadro 4 muestra la
variedad de temas tratados por la cinematografía mexicana de los noventas.
1994
Jonás y la ballena rosada Juan Carlos Valdivia
Reina y Rey (Coproducción con Cuba) Julio García Espinoza
El misterio de los mayas Barrie Howells y Roberto Rochin
Bienvenido, Welcome Gabriel Retes
Sucesos Distantes Guita Schyfter
El callejón de los milagros Jorge Fons
Luces de la noche Sergio Muñoz
Un hilito de sangre Erwin Neumairer
1995
El anzuelo Ernesto Rimoch
El límite de tiempo (terminada hasta 1998) Carlos Balado
Cilantro y Perejil (Coproducción con Televicine) Rafael Montero
Edipo Alcade (Coproducción Mexico-Colombia-España) Jorge Ali Tirana
La línea paterna José Buil y Maryse Sistach
- - --·-··--
-l-- ----··- ----- ----- -
1------- - ----- ---- -- -- ----- -
1996
¿ Quién diablos es Juliette? Carlos Marcovich
El santo Luzbel Miguel Sabido
El día y la noche Bemard-Henry Levy
Por si no te vuelvo a ver Juan Pablo Villaseñor
Profundo Carmesí Arturo Ripstein
Alex de la Iglesia
-------- - - ----------
Perdita Durango (Coproducción con España)
1-- ---------------- - -----+-- -
1997
Los caminos de Rulfo Juan Carlos Rulj'o
Santitos Alejandro Springall
Un embrujo Carlos Carrera
Contra Reloj José Antonio Hernández, Javier Solar, Andrés León y
Pierre Tatarka
De noche vienes Esmeralda Jaime Humberto Hermosillo
Violeta Alberto Cortés
El evangelio de las maravillas Arturo Ripstein
El cometa Maryse Sistach
Cien años de cine en Latinoamérica Julio Garza Espinoza (Coordinador)
El rizo Julio Sosa Pietri
Danzón (1991), Lola (1989) y Los pasos de Ana (1988-89) desarrollan personajes de
madres solteras, las cuales luchan por salir adelante en la vida. Danzón, el segundo
trabajo de María Novaro, traza de manera convincente la odisea de una mujer en la
búsqueda de un sentido para su vida y de su independencia personal. En tanto que las
dos películas de María Novaro (Lola y Danzón) y la de Maryse Sistach (Los pasos de
Ana) muestran los esfuerzos de las protagonistas por combinar de manera armónica
su profesión, su papel de madres y sus relaciones personales. Tanto Lola como Los
pasos de Ana ejemplifican la dura realidad de la vida urbana de las madres solteras
en el México contemporáneo. Como Ana la protagonista, señala en la última escena:
"Cada una de nosotras se enfrenta con la necesidad de sobrevivir y cada quien tiene
sus formas de lograrlo."
34. Leonardo García Tsao. "Entrevista con Nicolás Echeverría" Dicine_38 (marzo de 1991) pp. 8-12.
Novia que te vea (1993) es la opera prima de la directora Guita Schyfter. Esta cinta
entreteje de manera efectiva varios temas. En el centro de la escena se ubica una
cercana relación de amistad entre las protagonistas, pertenecientes a dos diferentes
grupos judíos que han emigrado a México. La película da seguimiento a las diferen
tes etapas de vida de ambas mujeres desde su infancia hasta su vida adulta. Asimis
mo, la cinta retoma, a lo largo de su desarrollo, cuestiones étnicas, feministas, de
identidad y de cultura nacional. Narrada de manera eficaz, dirigida y actuada con
talento, Novia que te vea logra exitosamente unir cuestiones muy complejas, inclu
yendo ]a experiencia de los inmigrantes en México, tema que no había sido retomado
en la pantalla desde la época de oro del cine mexicano.
Las directoras del cine mexicano contemporáneo también se han enfocado en temas
que han sido tradicionalmente desarrollados por sus contrapartes masculinos. Tal es
el caso de Maryse Sistach en Anoche soñé contigo (1992), una producción que se
centra en el despertar sexual de un adolescente en la tradición de Verano del 42, pero
con sus propios matices. Diferente de otras producciones sobre temas semejantes, en
Anoche soñé contigo, los personajes femeninos no son secundarios a la historia del
joven.
3
¡_
8
El callejón de los milagros
b. La reinterpretación del pasado. Como en otros períodos del cine mexicano, los
temas históricos continúan siendo una fuente de inspiración para los cineastas. Para
las generaciones post 1968, tres aspectos del pasado mexicano han sido el centro de
atención: el período precolombino, la conquista y el legado colonial, y las décadas
de los cuarentas y cincuentas. Por primera vez la Revolución Mexicana no es tema
cinematográfico en las obras de cineastas contemporáneos.
Con motivo de la celebración de los 500 años del encuentro entre los dos mundos en
1992, los recursos económicos abundaron para la realización de producciones que
tuvieran como tema el legado europeo en Latinoamérica. Estos fondos provinieron
principalmente de España. Aprovechando esta situación, varios directores de cine en
México y de otros países presentaron varios proyectos con el fin de lograr el acceso
a esta fuente de financiamiento. Así, más por razones oportunistas que por otros
motivos, los temas históricos en los 1990s se centraron en la conquista y en la heren
cia española en América.
Retorno a Aztlán (1990), dirigida por Juan Mora Catlett, es una de las producciones
más originales sobre esta temática; en ella se recrea el mundo histórico de los aztecas.
Según el propio director "esto es un experimento, es un intento de desarrollar una
dramaturgia cinematográfica mexicana, intento, no sé si lo logré o no, a partir de lo
que son nuestras raíces más antiguas, tratar de encontrar un nexo con el arte de nuestro
siglo, y yo pienso que este nexo existe es factible; hay que purificar mucho el trabajo
35
porque es mucha labor encontrarlo.'' El argumento de esta cinta, basado fielmente
en fuentes indígenas, narra los esfuerzos del emperador Moctezuma por reencontrar
el camino hacia el mítico Aztlán y así ver realizada la esperanza de regresar al lugar
de sus orígenes, evitando así la supuesta pronosticada destrucción del imperio azte
ca. Otro aspecto único de esta singular producción es que todos los diálogos son
hablados en náhuatl para lograr mayor autenticidad. Su logro principal es su fuerza
visual y la originalidad del discurso narrativo.
3
la tesis de la película es que dichos personajes pudieran haber coexistido
de manera armónica, al final -corno sucedió en la realidad- prevalece la
dominación europea a través del uso de la violencia, el coloniaje, y de la
imposición religiosa.
3
En este período, el veterano director, Felipe Cazals, ofreció su visión de la
o
conquista. Su película es una biografía del padre Eusebio Kino quien dedi
có su vida a la conquista espiritual de los indígenas. Kino (1992) presenta
una interpretación de los inicios de la construcción del imperio español y
del choque de culturas en el norte del México. Desafortunadamente, un
guión un tanto confuso con planteamientos ambiguos y con una débil na
rrativa han hecho de esta cinta una de las producciones menos logradas de
Felipe Cazals.
35. Vcáse Entrevista con Juan Mora Catlett realizada por Patricia Torres S. en Pantalla No. 14.
Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, México, D.F. pp. 22-23. Ó Eduardo de la Vega,
"El cine como fuente de la historia" Dicine 46 (julio de 1992) pp. 18-22.
36. Paul Lcnti, "El Bulto", Revicws (abril 27 de 1992) p. 82.
El callejón de los milagros
Dentro del mismo género, Sergio Olhovich produjo una notable película
intitulada Bartolomé (1993). La cinta está basada en la vida del "Apóstol
de las Indios", Fray Bartolomé de las Casas. El punto central de la narra
ción son los esfuerzos que Las Casas realiza en España para que se impulse
3
una política más humanitaria hacia los indígenas, una causa con la que
estaría comprometido hasta su muerte. En sí esta producción fue una pro-
puesta imaginativa y de calidad.
3
Es interesante que todas estas producciones acerca del mundo precolombi-
no y de la época colonial contribuyen a una interpretación indigenista de la
historia mexicana. En todas estas cintas se glorifica la herencia indígena y
se condena el coloniaje de los españoles en el nuevo continente, y del alto
37
costo humano de un mestizaje forzado.
37. Leonardo García Tsao, "Crimen y castigo en Ncza" El Nacional (6 de mayo de 1993).
las causas que explican la autodestrucción que la llevó a
suicidarse. Los aciertos de esta cinta son, sin duda, el colo
33¡_
rido y la recreación de la época en que Miroslava vivió,
aunque otros aspectos están mucho menos desarrollados.
c. La crisis actual. La reciente crisis económica, política y social y sus efectos sobre
la población ha sido otro tema central de la actual producción cinematográfica mexi
cana. Lola, la película con la cual María Novaro debutó en la pantalla grande, retrata
la vida de una joven madre soltera de escasos recursos económicos. La monótona
realidad en la que se desarrolla este personaje y su constante lucha por Ja sobrevivencia
son el tema central del film. El costo de la vida, escrita y dirigida por Rafael Montero,
recrea los efectos adversos que la crisis económica produce sobre una joven pareja
de la clase media. La cinta reconstruye su situación, que incluye el desempleo y la
falta de oportunidades, circunstancias desesperantes que empujan a dicha pareja a
cometer varios delitos, y finalmente, a la autodestrucción del protagonista masculi
no.
Los efectos sociales de Ja crisis son también tratados acertadamente por
Marcela Femández Violante en la cinta Golpe de suerte (1992). La narra
3
tiva de esta peJícula gira en tomo a una familia de clase media con posibi
lidades de movilidad social hasta que el jefe de la familia, un burócrata, es
repentinamente despedido de su trabajo, en nombre de los planes de mo
dernización del Estado mexicano. Las deprimentes consecuencias de este
3
despido sobre los miembros de la familia son capturados con cierta sensi
bilidad en la peJícula.
3
de manera diferente, no tanto por enfocar las consecuencias económicas o
políticas sino en como la crisis afecta la posibilidad de creación artística,
así como a la dificultad creciente de las relaciones humanas. Otro aspecto
central de esta cinta experimental es su tratamiento de otra crisis actual: el
SIDA.
Otra cinta bien realizada es la opera prima Hasta Morir (1994) del realizador Fer
nando Sariñana. La trama desarrolla la amistad de dos jóvenes marginados desde
niños hasta adultos. La acción se desarrolla en la frontera (Tijuana) y en el D.F. Tiene
un guión estructurado y una notable fotografía y buen manejo de actuación.
El Callejón de los Milagros dirigida por Jorge Fons en 1994 tiene un discurso narra
tivo en cuatro capítulos. A través de ellos se entreteje la historia de varios personajes
de clase media baja de la ciudad de México, cuyas opciones de movilidad social son
cada vez mas escasas. Es particularmente dramático el relato que hace Fons del futu
ro de las nuevas generaciones de jóvenes de este sector de la población cuyas "opcio
nes" son la prostitución o la emigración a Estados Unidos. Resulta interesante que
3
3
4
esta cinta haya sido uno de los más grandes éxitos de taquilla (se mantuvo
por varios meses en cartelera, lo cual es un récord para una producción
mexicana) y en 1995 arrasó con la mayor parte de los Arieles, incluyendo
el de la mejor película, y el mejor director.
Los temas políticos son una parte esencial del cine mexicano contemporá
neo. A pesar de la censura o "supervisión artística" existente, varios direc
tores han realizado cintas sobre dicha temática. Alejandro Pelayo, el crea
dor de La víspera, ha realizado otras dos producciones que tratan sobre
cuestiones políticas. Días difíciles y Morir en el Golfo desarrollan temas
tales como las disputas existentes entre los poderes regionales y la autori
dad central, la corrupción política, los conflictos entre el sector privado y
el Estado, y la pérdida de legitimidad política del gobierno. Aunque bien
realizados técnicamente, estos dos trabajos ejemplifican ciertas limitacio-
El callejón de los milagros
'335
del ejército. El significado de la lucha estudiantil y la respuesta autoritaria
y cruel del Estado son cabalmente expuestos en Rojo amanecer.
Lolo (1992), dirigido por Francisco Athié, retoma el tema de la represión política en
México hacia aquellos individuos que se encuentran al margen de la modernidad. La
historia revela la existencia marginal y la desesperanza de grandes grupos de jóvenes
de la clase trabajadora. Esta realización, que recuerda a la producción de Luis Buñuel,
38
Los olvidados (1950), recrea a un México olvidado. Bien actuada y escrita, con
fotografía imaginativa, Lolo es uno de los films más realistas acerca de la violencia
en la vida social del México contemporáneo.
33Ó
Una segunda comedia, que ha tenido una muy buena recepción
de la crítica y el público es Sólo con tu pareja, dirigida por Alfon
so Cuarón. Esta cinta narra las aventuras de un playboy contem
poráneo en la época del SIDA y del feminismo; su trama fluye
con gracia y humor. Las excelentes actuaciones, el ágil guión y la
creativa dirección, hacen de este film uno de los más alabados en
su género en el cine mexicano contemporáneo. Además, la pro
ducción cuenta con una fotografía excepcional.
La. tarea, dirigida por Jaime Humberto HermosilJo, es una comedia erótica
igualmente galardonada. Los principales protagonistas de la cinta (María
Rojo y José Alonso) son reconocidos actores quienes realizan una esplén
dida labor. El film es en sí un ejercicio en la fotografía experimental. La
narrativa incluye los temas del autodescubrimiento femenino y la experi
mentación sexual, desarro)]ados con un gran realismo. Un final inesperado
se une a los atributos de La. tarea.
33
ca de las películas de los noventas es el énfasis en temas de provincia. Juan
de la Riva ha dirigido varias cintas en las cuales se subrayan historias y
personajes, específicamente de Durango su estado natal. De la Riva consi- 7
dera que un importante factor para que el cine mexicano logre recuperar su
audiencia es mediante la producción de películas que reflejen e incorporen
41. Conchita Perales, "Nuevos caminos para filmar: Enlrevista con María Novaro", Textual 2:11I
(julio de 1991) pp. 36-40.
�----------------
El callejón de los milagros
3
3
Q
42. Entrevista con Maryse Sistach, Tucson, Arizona, 3 de junio de J993.
este género cinematográfico. Posteriormente dirigiría una pelícu
la de horror en Hollywood Mimic que fuera un mayor éxito.
------------·-
f
El callejón de los milagros
substancialmente. Como se anota en el Cuadro 5 son pocas las películas que logran
popularidad.. Buscando nuevas propuestas, el productor-director Alfonso Rosas Priego
intenta con Vagabunda (1993) aproximarse al gusto popular combinando una buena
factura, elenco serio y una hábil fotografía con la fórmula conocida de violencia y
sexo para recuperar su público. Sin embargo, ni algunas actuaciones notables, ni la
sensualidad de su estrella Dolores Heredia, ni la buena factura de la película fueron
3
CUADROS
LAS CINTAS MÁS TAQUILLERAS EN MÉXICO DE 1989 A 1999
AÑO PELICULA
4
1989 Escápate conmigo
1990 Rojo Amanecer
1991 La risa en vacaciones 2
1992 La risa en vacaciones 3
1993 Se equivocó la cigüeña
1994 La risa en vacaciones 4
1995 -----
- ---·
El callejón de los milagros
1996 --------· Salón México
1997 Cilantro v oereiil
1998 Las Delicias del Poder
1999- Sexo, Pudor y lágrimas · ···-----
-------·······-··---· -
*Estas películas son las más taquilleras pero de la lista de estrenos de películas mexicanas. En estos
años ninguna cinta mexicana aparece entre las cinco películas más taquilleras del listado general.
La única estrella de la empresa privada que continúa en apogeo es "La India María".
Su película Se equivocó la cigüeña la cual ella dirige, produce, es guionista y actúa
tiene bastante éxito. Las delicias del Poder (1998) su mas reciente producción igual
mente fue un gran éxito de taquilla. Es evidente que su personaje a través de la sátira
social y de sus triunfos frente a los poderosos ha encontrado no sólo el agrado popu
lar sino que ha representado mucho del descontento y los anhelos de los sectores
populares.
Sin embargo, y aún sin la crisis actual, este florecimiento ha tenido sus límites. Aún
existen varios elementos en la industria del cine mexicano que hacen incierto su
futuro. La misma recuperación del público para el cine mexicano está lejos de ser
permanente. El público mexicano en su mayoría sigue prefiriendo al cine
hollywoodense.
'
!f '
El callejón de los milagros
A la vez, los directores mexicanos tendrán que explorar otras formas de pro
43
ducción para continuar filmando. Hasta la fecha, el Estado mexicano, la
televisión española, un grupo selecto de productores norteamericanos y va
rias cooperativas han financiado algunas de las más recientes producciones.
Es de esperarse que si las cintas siguen teniendo éxitos de taquilla en México
y fuera del país, el financiamiento de las producciones pudiera ser menos
difícil de lograr.
Por otro lado, existen algunos signos negativos que amenazan el futuro inme
diato del cine mexicano. La televisión comercial española, la cual ha servido
como una importante coproductora de películas mexicanas, ha sido reciente
mente transferida de manos del Estado a las del sector privado. Los nuevos
dueños no han dado a conocer ningún interés en continuar apoyando el
financiamiento de producciones mexicanas. De igual forma, el traspaso de
los bien equipados estudios Churubusco a otras instituciones estatales ha sido
dañino para el cine mexicano en la medida que se ha reducido las instalacio-
44
nes adecuadas para la realización y la postproducción de las películas. Con
esta misma tendencia se exploraron las posibilidades de privatizar institucio-
nes estatales como la Cineteca Nacional. Si estos planes se llevaran a cabo, los
espacios se volverían mas reducidos para el cine mexicano. Sin algo de protección
estatal, competir con Hollywood se hace cada vez más difícil. Afortunadamente
parece que no se gestionó esta iniciativa y la Cineteca seguirá operando como hasta
ahora.
f
más graves problemas del cine mexicano. El gobierno mexicano ha vendido la Com-
343
43. Véase el catalogo, Muestra de Cinc Mexicano en Guadalajara, 1993 (Guadal ajara, 1993).
44. Para información específica sobre los numerosos films contemporáneos en proceso de
producción o post-producción véanse los artículos informativos de José Luis Gallegos en Excélsior
(marzo, abril y junio de 1993).
pañía Operadora de Teatros al sector privado y los nuevos propietarios no han mostrado
interés en distribuir y exhibir cine mexicano. Aunque la distribuidora y propietaria
de Cadenas de Cines Ramírez recientemente ha empezado a coproducir y exhibir
películas mexicanas como El cometa, se espera que esta iniciativa tenga éxito y
continúe en beneficio de los realizadores y de sus futuras producciones.
Al mismo tiempo, los factores que condujeron al cine mexicano a una de sus más
severas crisis necesitan ser superados. La corrupción, el favoritismo, las limitaciones
para la exhibición de películas mexicanas, y el fortalecimiento de la industria cine
matográfica son cuestiones importantes que necesitan ser resueltas.
Pero hay una idea falsa , o que, cuando menos, puede conducir al equívoco de supo
ner al análisis cinematográfico mexicano como un terreno de Grandes Nombres eva
luando con herramientas exactas un terreno perfectamente marcado. Esa es sólo la
punta luminosa de un iceberg con más nombres de los incluidos en la antología y los
'.1
agregados en esta conclusión. Prestigios a un lado, la crítica y
el análisis del cine en México avanza sin un método preciso:
3
4
en sus primeros practicantes, había la necesidad de echar mano
de comparaciones con otras artes (la narrativa, el teatro) que
pusieran sitio al hecho cinematográfico que se les escapaba:
pese a traducir y publicar los ensayos de Eisenstein en la re
6
vista Contemporáneos a finales de ]os veinte, no se puede
advertir una influencia de su método de análisis, aunque sí se
advierta en la estructuración narrativa de Arcady Boytler y los
encuadres de Alex Phillips. Se debe dar un salto inmenso, de
varias décadas, para encontrar en los alumnos del crítico es
pañol Francisco Pina (los también españoles Emilio García
Riera, José de la Colina; posteriormente Jorge Ayala Blanco)
a los primeros practicantes de un tipo de método fuertemente
influido por la teoría del "cine de autor" preconizada por Andre
Bazin desde los Cahier du Cinema; más allá de la estrella que
actúa, el responsable de la película, quien impone el sello,
quien firma realmente la obra es el director. De él derivan
estilo, manías, aciertos y pifias.
La teoría del cine de autor ayudó a hacer un análisis más claro de la película, e
influyó incluso en la administración del cine en todo el mundo; potenció el peso del
director en el panorama cultural, de manera que ahora el nombre del director, aun
que aún materia de especialización en muchos casos, es una guía más segura que
mencionar al elenco. Pero la teoría dejaba fuera muchos factores del hecho cinema
tográfico; a finales de los cincuenta y durante los sesenta se desarrolló una aproxi
mación más sociológica: el cine como reflejo idealizado de una realidad social o de
un imaginario colectivo. El siguiente paso era adivinable: lo importante era la inten
ción oculta de la película, el contenido político (más allá del género y el oficio, lo
que definiría a la película sería su inserción en el juego de intereses políticos). Para
complicar más las cosas, a finales de los sesenta se difundió el análisis estructural,
que volvía a las teorías eiseinsteinianas complicadas con un desmonte de la narrati
va, del encuadre, de todos los elementos de la puesta en imagen que, pese a la abun
dante y densa bibliografía, nunca pudo derivar en un método general más allá de los
elementos básicos: por un ejemplo en donde se demostraba un sistema, aparecía
otro que lo ponía en crisis.
3
Una virtud inesperada de esa acumulación de teorías,
que en los setenta mantenían plena vigencia, fue la
reorientación de los analistas a dos territorios que se
4
habían dado por supuestos o por prescindibles: la his
toria a fondo del cine y el rescate de los múltiples
oficios que hacen al cine. Del primero, la obra pio
nera fue, dado lo inconseguible para las nuevas gene
7
raciones, de libros como la Enciclopedia del cine
mexicano de Ricardo Rangel y Rafael E. Portas, la
Historia documental del cine mexicano de Emilio
García Riera, cuyo afán de registro exhaustivo de la
producción sonora dio pie a esfuerzos complementa
rios como los varios tomos de Cartelera Cinemato
gráfica de María Luisa Amador y Jorge Ayala Blanco
y el Índice cronológico del cine mexicano/ 1896-1992
de Moisés Viñas; con todo, las historias completas aún están por
escribirse; cada semana aparece un dato nuevo, cada revisión por
cuenta de una nueva generación de analistas ofrece una lectura
diferente que reacomoda nombres, géneros, periodos. Del rescate
y comprensión de los diversos talentos que se aplican a la realiza
ción del cine, una obra central tristemente cancelada fue la colec
ción de Cuadernos de la Cineteca que a mediados de los setenta
aprovechó las entrevistas hechas por el Instituto Nacional de An
tropología e Historia a todo tipo de veteranos del cine mexicano.
No se continuó y para los historiadores nuevos, sin patrocinio de
ninguna especie, cada viejo cineasta que fallece es una fuente de
información perdida de épocas que, cada vez queda más claro, no
eran como las definieron los analistas de los sesenta. Finalmente,
eso debía llevar a lo que nunca ha conseguido el análisis mexica
no, una estética de su cine.
- - -� -
3
preferencia para dirigir, no para analizar al cine. En las escuelas de
ciencias de la comunicación, de donde idealmente surgirían los perio
distas culturales, surgió una generación a finales de los setenta (Gusta
4
vo García, Andrés de Luna, Leonardo García Tsao, Rafael Aviña), en
un momento especialmente propicio para la cinefilia. Gradualmente,
desaparecerían las salas de segunda corrida, las colecciones de libro de
8
cine, la Cineteca Nacional misma en un momento dado; las nuevas
generaciones llegan a la carrera con una desinformación inmensa sobre
las tradiciones cinematográficas, que el video no ha logrado compen
sar (no existen en video títulos tan obvios para el cinéfilo como El
automóvil gris, Santa, Allá en el rancho Grande, Raíces o Macario).
Son nuevas generaciones fuertemente influidas por Hollywood, con
un vigoroso anti intelectualismo, quizá reacción contra la acumulación
de teorías que se dio hace apenas veinte años. Como sea, es cada vez
más clara la ausencia de un método, el desinterés por la función didác
tica que puede cumplir la crítica (enseñar a leer una propuesta cultural,
replicar al creador); curioso que esto se de en el momento en que hay
una mayor cantidad de revistas de cine, todas imitando servilmente el
modelo de la norteamericana Premiere y cuando hay un repunte de la
cinefilia en todo el país. Todavía hace unos cuantos años, durante la
triste etapa del cine de ficheras, narcos y cómicos albureros, se decía
que en México había mejor crítica que cine. Confiada, no supo prepa
rarse para el nuevo púb]ico ni para el cine que, inevitablemente, ven
drá.
Si en México la crítica cinematográfica
seria ha sido escasa e improvisada en el 3
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extranjero lo es aún más. El caso más
ejemplificativo es Estados Unidos, en el
cual la crítica y el estudio académico del
cine mexicano ha sido casi nulo. Es sor
Q
prendente esta condición pues como se
dijo en la introducción durante la época
de oro existieron más de 300 salas en la
Unión Americana que exclusivamente
exhibían películas mexicanas. Sin embar
go, no es hasta los 80's cuando aparece El otro hecho importante fue el gran éxi
el primer libro publicado en inglés sobre to y el impacto que tuvo la película Como
el cine mexicano: Mexican cinema de agua para chocolate. No sólo fue la pe
Car! Mora. Aún con el boom y la popul a lícula extranjera de mayor éxito en ta
ridad del nuevo cine latinoamericano y el quilla de todos los tiempos sino que im
interés que se generó en la academia nor pulsó a la academia y a la crítica a vol
teamericana por estudiar y analizar estas tear la vista hacia el cine mexicano. Así
nuevas corrientes cinematográficas, en los últimos años han aparecido libros,
México no fue motivo de prioridad o in artículos académicos, notas periodísticas
terés especial. Mucho más se publicó por y reseñas de películas mexicanas tanto
estudios norte-americanos sobre el cine en medios de difusión académicos como
cubano o el del cono sur que sobre Méxi populares. Este impulso ha tomado más
co. Lo mismo pasó en Europa. Allá tam auge en los noventas y se espera lo mis
bién surgieron importantes estudios del mo para el nuevo milenio.
cine latinoamericano pero con la ausen
cia notable del mexicano. Lo grave es que mientras la crítica y la
academia norteamericana ha descubier
Fue el advenimiento del movimiento to al cine mexicano, esta tendencia no se
chicano y una de sus metas principales ha reflejado al nivel del público general
en la recuperación del legado mexicano norteamericano, incluyendo las poblacio
que propició a jóvenes a realizar estudios nes de descendencia latinoamericana.
de postgrado de crítica cinematográfica Existe una falta total de espacios para la
que abrieron un nuevo camino en Esta exhibición de cine mexicano así como
dos Unidos por la crítica y el estudio del algún proyecto de exhibición en la Unión
cine mexicano. Americana. Por ende es mayormente co
nocido el cine mexicano por la crítica que
por el público norteamericano. Lo mis
mo se puede decir en el caso europeo.
Es innegable que la crítica tanto mexicana como extranjera ha
hecho valiosas aportaciones para una mejor apreciación del
cine mexicano. Dicha crítica como es de esperarse ha variado
por épocas, perspectivas, método y propósito aún así es valio
sa e importante.
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aproximarse al estudio y la interpretación del mundo
mágico de la cinematografía mexicana. Y si fuera así,
no existieran décadas perdidas del cine mexicano como
los treintas o los sesentas, o realizadores olvidados
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como Juan Bustillo Oro, Gilberto Martínez Solares,
actores sin el reconocimiento merecido como Miguel
o
Inclán, Esther Fernández y muchos más. Nos gustaría
pensar que el alba del nuevo siglo, será también un
nuevo amanecer para la crítica, la investigación, el
conocimiento y en general la apreciación del cine
mexicano.
Identificación de imágenes por página
La llegada del tren 19 Río Escondido 136 Blue Demon y Santo 215
El regador regado 30 Distinto amanecer 140 Quinto patio 219
Partida ganada 35 Los olvidados 147 Santa 1918 / 223
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