Poder y Destructividad en Psicoterapia - Craig

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COLECCION LETRA VIVA

BIBLlOTECA PARTI 'ULAR


CARLOS M. AGUI.LAR S.
ADOLF GUGGENBUHL - CRAIG

PODER
Y DESTRUCTIVIDAD
EN PSICOTERAPIA

,
.8.IBUOTEC .. RTICOrA"R
CARLOS M. AGUl - . . s: ' f'~
A .MONTE AVliA EDITORES C. A.
PREFACIO

LA de las projesiones con t ribuye a la salud


"-l A YOR iA
y al bien estar de la bumanidad sen tido u otro .
ell UII
Pero las actiuidades del m edico, del sacerd ote, del maes -
tro, del psico terapeuta y del trabajador social suponcn
esjuerzos m uy especializados y deliberados para ayudar
al que su jre , al en lerm o, a aquellas persona s qu e de
algu na manera -s- segun la ex presion corriente- han
perdid o su camino . En est e lib ro me gustarla describir
como y por que los mieiubros de estas ((projesion es
asist enciales" pueden tam bien hacer el mayor dana,
daiio originado, sin em bargo, en el d eseo gen uine de
ayudar.
Y o trabajo como m edico psicot erapeut a. Preparando
injormes psiquiatri cos entro regular m ent e en conta cto
can t rabatad ores sociales y a m cnud o me sien to uno de
ellos. Muchos de ntis analizados son maest ros y sacer-
TIt ulo original
dot es. Al escribir estas paginas me empeii e resue lta-
POWER IN THE HELPI NG PROFESSIONS mente ell tier la viga en m i propio ojo y no solo la paja
en el ojo ajeno, es pO I' est o qu e m e he concentrado
Traducci6 n de
JA IME LOPEZ·SANZ
nrayorrnentc en los problemas de poder del m edic o y
del psicoterapeuta. Sin em bargo, para int rod ucir el tema
© SPR ING PUBLICATIONS, Zuri ch de fa destructivid ad en las pro jesion es asistenciales, he
© MONTE AVilA EDITORES, C. A., 1974 explorado tam bien alga del [ondo psicolo gico en el tra-
Caracas / Venezuela bajo social y race las actividades de sacerdotes y
maest ros.
Portada / Victor Viano
Irnpreso en Venezuela por L1tografl a Melvin Em perc , solo al escrib ir sobre medicos y psicot era-

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peutas he tratado de examinar en detalle la posibilidad rapia . Los problemas de poder que conjrontan el ana-
de superar los problemas [undamentales de esas pro- lista y el psieoterapeuta general son basicamente los
'[esiones. Es mi pro pia casa la qu e qu erria pon er en mismos. Care ee d e importancia para el lector que en
orden , dej ando a mis uecino s atender las suyas. A un- algan pasaje particular nos refiramos a psieoterapia 0
que los problem as relatiuos al ejereieio de un pode~ y a andlisis .
su conduccion son sim ilares en todas las projesiones Un ultimo pensamiento introduetorio: nosotros, los
asist enciales, cada una los cont empla d e acuerdo con projesionales de la asistencia, no nos oeremos lib res del
caracteristicas espe cilicas . Este pequeho libro este di ri- mal . Pero podem os aprender a arregldrnosla con el.
gido, por 10 tanto, no solo a medicos y psicot erapeuta s,
sino tambien a tr abajadores sociales, ma estros y clero .
Por est a razon he querido em plear un minim o d e t er-
minos psieol6 gieos no gene ralme nte familiares. Alli do n-
de tuve q ue desuiarme de esta prdctica , he aiiadido una
brev e explicacion de los terminos especializ ados .
Espero que los miembros de profesiones asiste ncia-
les no medicos t raten de m ane jarse mas projundam ente,
a su manera, con los problemas basicos y personales de
los cam pos prol esionales correspond ientes, e indiquen
posibles soluciones.
No se ballaran rejercncias bibli ogralicas en est e libro.
Mi proposito fundam ental es inci tar al lect or no a leer
mas, sino a uoluer sobre si m ismo y ex ami narse , ram-
bien me he abst enid 0 de probar m is aseueraci ones ci-
tando ex perim ent os, est adistieas y acotacion es de ot ros
autores. Esp ero estimular mediante la presen tacion de
mis ex periencias conm igo mism 0 , y con mis colegas y
colaborad ores. N o esto y pues necesariam ente interesado
en probar que t engo razon .
En las paginas siguientes se haee [recu ente uso de
las palabras analis ts, psicot erapia, analista y psicot e-
rapeut a. D eseribo rdpidam ente con cl ob jeto de preu e-
nir equi uocos: psieo te rapia signijica, muy am pliam ente,
un tipo de tratam iento que se desenu uelu e por cont acto
con la psique y quiere atene rse al ambito de esta . Abar-
ca desde consultas psicolog icas qu e duran unas po eas
boras , hasta un analisis extenso de quiza cientos d e
ellas, durante las cuales se ex ploran las m as bo ndas pro-
fundidades del incon sciente y se discuten en de talle
[enomenos tales como transjerencia, contratransj erencia
y relacion entre analista y analizado . El analista, por 10
. tanto, se ocupa de una for ma especializada d e psicote-

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I. TRABAJO SOCIAL E INQUISICION

ENmenudo
EL ejercicio de la labor social, la acci6n debe a
desenvolverse a pesar de los deseas del
cliente, puesto que este no es siempre capaz de reconocer
10 que le conviene. El trabajador social tiene en ciertas
circunstancias medios legales para tomar medidas sobre
la base de su libre juicio, pero se encuentra en situaci6n
lamentable cuando faltan tales medios. Por ejemplo, el
trabajador social puede rescatar de las manos de sus
padres a los nifios severamente maltratados y descuida-
dos. Con mucha frecuencia, sin embargo, aunque este
perfectamente claro para las autoridades que el nino
crece en condiciones desfavorables, no hay terreno legal
para intervenir. La oportunidad quiza aparezca mas
tarde, si el nifi entra en conflicto con la ley como de-
lincuente juvenil; pero entonces el trabajador social se
vera obligado a actuar contra la voluntad tanto del mu-
chacho como de los padres. Los trabajadores sociales
lamentan el hecho de que la acci6n muchas veces s6lo
pueda aplicarse tardiamente; se quejan con amargura
de que, aun estando de por medio la conveniencia de
todos , sea tan dificil separar a los nifios de sus padres.
Es todavia mas dificil tomar medidas forzosas contra
los adultos . En Suiza, sin embargo, puede ponerse bajo
custodia legal a una persona que se haya colocado 0
que haya colocado a su familia en peligro de zozobra 0
desamparo, sea por despilfarro, alcoholismo, deprava-

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CIOn 0 mal a conduccion de fondos financieros. Por su- ~En qu e se fundaba esta seguridad ? No debe olvidarse
puesto qu e, de acuerdo con las ley~s de S~iza y. de que las medidas se habian tornado contra la volun tad
muchos otros pais es , el trabajador SOCIal no nene stern- de las person as implicad as.
pr e el respaldo que de seari a pa ra in tervenir don~e y Las activid ades del trab ajad or social estan b asadas
cuando 10 juzgue necesa rio; pero se preven muchas situa- en un a filosofia originada en la I lus tracion, la cual su-
ciones en las que es posible adop tar med idas en bene- pon e que la gen te pu ede y debe ser razonable y social-
ficio de los h ijos, prescindiendo del sentir de los padres . mente ad aptada , que la plenitud de la vida con sist e en
P or ejemplo, un adulto que ha sido pues to bajo . custo- desarr ollar algo "normal' ? y felizmente, dent~o de los
dia no tie ne libertad para actuar contra los dictados limites de nuestras posibilida des , Un bebe bajo el CUl-
del trab ajad or social encargado. Y los joven es menores dad o de una madre amorosa deberia con ver tirse en un
de 18 afios, que cometan incluso la mas deb il infraccion nino satis fecho , y un padre responsab le deberia po sibi -
de la ley, pueden verse sometido s a una forrnacion y litar al nino el disfru te de una juventud vivaz y salu da-
educacion superv isad a ha sta la ed ad de 22 afios, ble en un ma rco material mas 0 me nos segur o . D espues
Ac tuar con tra la volun tad de un cliente requ ier e con - de un feli z periodo en la escuela, el jo;'en se des ap~¥a­
viccio n , Uno debe esta r seguro de que sus idea s son ria gradualmente de su s padres, to m~ ~la u na pr~fes lo n,
just as. E l caso sigui en te pued e ilu strar este .asunto : Ana, y, como in dividuo no neurotico, equilib rado y ajus tado
una muchacha de 17 afios, vivia con su madre, dos socia lmente, encontraria una parej a con la que, a su
veces divorciad a. Despues del segundo divorcio la mu - tie mpo , tendria hijos; este s serian guiado~. a la ~adu­
ch acha fue colocada bajo custodia a raiz de ciertas que- rez por el satisfecho padre . Cua ndo sus .ht]OS h~~Jlera?
jas formuladas por personas cercana s a la fa milia. P~­ cre cido y comenzado a forma r sus pro pias familias , el
rece que entre madre e hija existia un a dependencia disfrutaria las alegrias del abu elo .
insana ; todo capricho de la mu chacha er a . satisfecho. La met a de todos nu estros esfuerzos, de acuerdo con
Despues de terminar la secundaria, An a rea lize una se- est a filosofia basica, es crear per son as saludables, ajus-
rie de trabajos casua les, y finalme nte deja de trabajar. tad as y sociables, felices en sus rela ciones in ter perso-
La madre, aunque se quej aba de la conducta de su nales. D esarrollo neu rot ico, in ad aptacion social, exce n-
hija, parecia alimentar su inactividad, obviamente con tricid ad y rela cion es famili ares pecu liares , todo eso ~ebe
el deseo de qu e su hija no crecier a ni se indepe ndiz ara . evi tarse y combatirse. Si una persona no res ulta feliz y
El traba jad or social, que investi go meticulosa men te el norm al en aqu ellos terrninos , se presume que algo ha
caso , llego con el psiquiatra a la conclusion de q ue madre ido mal en su tempran a infancia, en su crianza. Si se
e hij a debian ser separadas. La salud mental de la mu- los cuida " debidarn ente" - se piensa- los nifios llega-
chacha estab a en riesgo . ra n a ser ad ult os dichosos y bie n equ ilibrados . P or
El hecho de que madre e hij a res isti er an apa sionada- tanto , habra qu e at ender en 10 posi ble ~ que el des-
ment e a la sep aracion no podia tomarse en cuenta. arrollo proceda segun tales conceptos, ampliarnente acep -
Ahora b ien, aun de spues de la separacion res ulto impo- tados , con 0 sin el asentimiento del individuo .
sible de spertar en la muchacha in teres por el trabajo. A primera vis ta parece incuestiona ble que un~ fil~­
T odo pareda indicar que ella p referia que sus amigos sofia como la que he presentado en forma algo sirnpli-
ocasionales la mantuviesen. A fin de prevenir su caida ficada , deberia ser la piedra angular de nuestras accio-
en la p rostitucion, se prolongo la custodia ha st a despues nes. Pero la filosofia de " no rrnalida d " y "ajus te social "
de cumplidos los 20 afios de ed ad . Las autoridades liga- no gozo siem pre del ascendiente que hoy conoce. Por
das al caso estaban de acue rdo en que el mismo se ejernplo , el Cris tianismo inicial y el medieval sos tuvie-
ha bi a manejado correctamente en tod os los aspectos. ron puntos de vista muy di fer entes. Su meta primordial
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no era formar personas sana s, no neuro ticas, socialmente m ismo s y ante Ia sociedad, bien intencionado s. Los di ri-
ad aptadas; sino salvar las alma s y ayudar a alcanz ar el gente s cristianos est aban absolutamente seguros de que
Re ino de los Cielos. Concep tos tales com o equilibra do sus pu ntos de vista sobre la salvacion del alma eran los
o desequilibrado ernocional, ajust ado 0 desajustado so- unicos correctos . En este sentido los inquisidores tenian
cial, relaciones in ter personales , independenci a res peeto un a doble tar ea: por un a parte, debian proteger a la
a los pad res, etc ., jugab an un papel muy subsidiario 0 colectividad de peli grosas herejias que re presentaban er
ninguno en abs olute . La manera como el cristiano bus- mas gr ave dafio inferible a las almas; y por otra, tenian
c6, hast a la Edad Media, la salvacion de su alma seria que p roteger a los he re jes de su pr opia in minen te con-
considerada ho y por nosotros neurotics y socialmente denacion . A estes debia con du drseles a la vision de ·
desajustada, al menos en parte . Los modelos di rigentes sus aImas necesitadas de salvacion, y para ello se creyo
eran entonces los sant os, personas qu e no temieron nada procede n te el shock de la prisi6n y la tortura . En cuanto
en s!!s esf uerzos po r ap ro ximarse a D ios segun modos
a~ peligro social, se 10 eliminaba mediante la hog uera .
propios . .H.ubo por ejernplo los llam ados estilitas, pia-
Si, ya enfren tado a las llamas, un her eje rei nciden te
dosos cnsuanos del Cercano Orien te que trataba n de
admitia sus errores, era de tcdas maneras quemado para
servir aDios permaneciendo la mayor parte de sus
que no rec ayese, au nque se le con cedia la gracia de ser
vidas sob re una colu mna. E11os, 10 mismo que los hom-
estrangulado antes. De esre modo, la tarea principal de
bres de Dios que vivian como errnitafios en el desierto
no estaban por cierto muy bien ajus tados 0 integrado s a la I nquisici6n no era per seguir, torturar y matar; su
la sociedad . Esos san tos, que distribuian tod os sus bie- sublime pr oposiro era proteger y ayudar a la hu mani-
nes mund anos en tre los pob res y pasaban sus vid as como dad en general y al individuo en particular . Y los inqui-
mendigos , de acuerdo con el par agr afo 370 del Codigo sidor es crei an que tod os los medi os posibl es para divul-
Civil Suizo, deberi an ser puestos bajo custod ia por ha- gar la doc trina oficial, la iini ca correcta, estaban justi-
berse colocado en peligro de un estado de afliccion 0 ficados.
aband ono. En terrn inos de nuestra filosofia de norrnali- Po r sup uesto, es irnposible sostener que los actuales
dad y ajuste, los ascetas que ayu naban y se rnortifica- esf uerzo s en favo r de l bien estar social descienden dire c-
ban serfan cuando mucho desafor tunados excentricos tamente de la Inquisicion; no hay to rt ur a ni quema en
y, en el peor de los casos, enfermos men ta les necesita- el tr abajo socia l. Pero hay algunos paralelos obvios.
dos de tr atamiento. Se intenta combatir sit uacion es familiares no saludables
Cuan do el Cr istianismo se es tablecio, ya en su form a corregir est ructuras sociales no satisfactorias, ajustar ~
medieval, ocur rio que muchas per son as no compartie- los inadaptados; en fin, trat amos de hacer cumplir 10
ron los puntos de vista predominantes. Para esos dis- que consid eram os " correcto" para la gen te. Y a menudo
conformes te nian pleno signi ficado valores disti nt os a 10 hacemo s aun cuando aquellos a qu ienes concierne
los de la salvacion del alma en cl sentido cris tiano of i- nuestra ayuda la rechacen . Frecuentemente imponemos
cial; 10 que vino a ser , con no poca frecuencia una a otros u na vision de Ia vida, esten 0 no de acuerdo.
act it ud fatal. En algunos momentos y baj o cierta~ cir - No tenemos la alternativa de reconocer un derecho a Ia
cunst ancias, aque llos qu e asi se desviaban 0 defendian enfermedad , a la neurosis, a rel aciones familia res ano-
u?~ jera rquia de valor diferente, er an pers eguidos, mar- malas, a Ia degene racion social y a Ia excen tricidad.
tirizados y mue r tos por la I glesia of icial. No sugiero tomar Iite ralmente los paralelos ent re Ia
La palabra inquisicion tiene hoy una omi nosa resonan- Inquisici6n y el modern o trabajo social. Lo que qu iero
cia. Pero los inquisidores cristianos pu dier on justificar sefialar es que el he cho de disponer de nuestros serne-
sus hechos con absoluta conv iccion, y fu eron, ante sl jantes contra su vol untad, au n cuando ello se nos apa -

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rezca como el iinico camino apropiado, puede ser alta- fiere ignarar. Un trabajador social , por ejemplo, sono
mente problematico. Nunca podremos saber donde reside haber arrollado con su automovil a una persona a quien
el significado verdadero de una vida humana. La meta en su vida activa habia impuesto algunas cosas; en sus
de los esfuerzos colectivos e individuales ha sido siem - sueiios ternia que se descubriera que habia hecho eso
pre materia de variada consideracion, segun las epocas intencionalmente. E inc!uso las emociones abiertamente
y los grupos humanos. Nuestros valores actuales no son expresadas durante la psicoterapia no siempre indican
los iinicos ni los ultimos. Dentro de doscientos afios un limpio deseo de ayudar . "Mientras pe rmaneda sen-
tal vez se los estime primitivos y rid icules . tado frente a ella , y ella me contradeda con stantemente,
Existen hoy en la sociedad occidental .movimientos senti deseos de mostrarle por fin quien era el jefe . Tuve ,
que desdefian y combaten los valores de normalidad y una triunfan te sensacion de qu e ella no se daba cuenta
ajuste social. Los hippies, y todas sus variaciones y de 10 poco que pod ia hacer con tr a mi" , Dec!araciones
subgrupos, son un ejemplo. Los vagabundos de pelo similares, procedentes de tr abajadores sociales, suelen
largo que hacen peregrinajes de Europa a la India, que describ ir con acierto la situacion emocional. Con much a
se mantienen con trabajos ocasionales, que mendigan y fre cuenc ia 10 que esta en juego no es el bienestar del
hallan su felicidad fumando hashish , no yen en la nor- pr ote gido sino el poder del pr ote ctor . La imp osicion
malidad social la meta de la vida. de una medida, cuidadosamente justificada , da curso
Ser conscientes del caracter discutible de nuestros va- a una honda sen sacion de satisfaccion en el traba jador
lares deberia hacernos cautos sobre el obligar a los de- del caso.
mas a adoptarlos. Los inquisidores tenian muy pocos O tro fenomeno psicologico me ha impresionado.
escnipulos en este sentido. Pensamos ahora, retrospec- Mientra s mayor es la contarninacion de motivos oscu-
tivamente, que si los inquisidores hubiesen penetrado ros, mas parece aferrarse el trabajador a su alegad a "ob-
mas profundamente en los motivos de sus acciones, jetividad " . Entonces la discusion de las accione s a tomar
todo habria sido mejor. Al estudiar la Inquisicion difi - se hace ostensiblemente dogrnatica , como si no hubiera
cilmente podemos evitar la sospecha de que los irn- mas que una solucion correcta al problem a. Un tra baja-
pulsos psicologicos de aquellos santos cruzados no eran dor social mu y inteligente que se anali zaba conmi go me
tan limpios como 10 pretendieron ante si mismos y ante dijo una vez: "Cada vez que logro probar a mis colegas
el mundo; me parece que una crueldad inconsciente y que una forzosa medida particular es tan absolutamente
una avidez de poder estaban involucrados. correcta como que dos-v-dos-son -cuatro, tengo en la
Para muchos de nosotros , la Inquisicion medieval re- noche sueiios desagradables, y opiniones diferentes a las
presenta el epitome de 10 oficialmente sancionado, una mias comienzan a parecerme ataques personales".
sadica codicia de poder. Cuando en el trabajo social Todos los que culti van alguna profesion social , tod os
actual obligamos a un individuo a aceptar cosas que los que trabajan " para ayudar a la humanidad" , tienen
rechaza , nuestros motivos son seguramente mejores. mot ivos psicologicos altarnent e ambiguos. Para bien de
~O tal vez no siempre? En mis afios de practica anali- su propia conciencia y de sus relaciones con el mundo ,
tica con trabajadores sociales he notado una y otra vez el trabajador social se siente obligado a considerar el
gue cuando algo debe ser impuesto por la fuerza, los deseo de avuda como su motivacion primaria . Pero en
motivos conscientes e inconscientes de las personas im- las profundidades de su alma 10 opuesto se halla simul-
plicadas ofrecen muchos rostros. Una extraiia codicia tane amente constelizado, no el deseo de ayudar sino el
de poder se mueve furtivamente en el fondo; los suefios an sia de poder y el placer de reb ajar al " cliente" .
y las fantasias muestran motivos que la conciencia pre- Siempre que el trabajador de un caso se ve obligado

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a pr oceder contra la voluntad de la persona afectada, un esta, como otras opiruones similares, no es una expre-
cuidado so analisis de las profundidades de su incons- sian de la sombra de podel' del trabajador social, que
ciente revela qu e esta en juego , como un factor impor- se encuentra tarnbien en profesione s afine s como la del
tante, el imp ulso de poder . POl' 10 general este impulso Fiscal Publico, la del Apoderado para Delincuentes Ju-
se mueve con mayo r liber tad bajo el manto de una rec- veniles, etc. El Codigo Penal Juvenil protege al joven
titud ob jetiva y moral. Se es mas cruel cuando se uti- infractor de una pen a puramente formal , y hace posible.
liza la crueldad para hacer cumplir " el bien ". En la reeducarlo 0 rehabilitarlo. Pero, y esto es inevitable, al
vida diaria sufri mos frecuentes remordimientos de con- mismo tiempo 10 sujeta a la voluntad mas 0 menos arbi-
ciencia al recon ocernos excesivamente motivados por el traria de las autoridades. De modo que si, por ejemplo,
impulso de poder. Pero tales sentimientos de culpabili- el C6digo sufri ese reforma en el sentido de ser aplicable -
dad desaparecen pOl' completo cuando podemos justifi- a personas hasta de 25 afios , est o significaria en reali -
car nue stras acciones apelando al alegato de 10 justa y dad que un joven de 22 afios que comet e un a infrac-
10 bueno. cion menor no simplemente tend rla que pagar su deli to ,
H ay pues la posibilidad de que un anhel o de pod er sino que seria forzado a acep tar un progr ama de reh a-
alimente , sin que nos percatem os , nues tra s acciones mas bilitacion tal vez mas largo y duro que el castigo pre-
desinteresada s. EI problema que plantea esta posibilidad, visto por el Codigo Pen al para ad ultos . En lugar de
el problema de la sombra de poder, es por 10 tanto de estar obligado a una penalidad especificada porIa ley,
maxima importancia para el trabajador social, quien a se encontraria bajo las mercedes pedag6gicas de las au-
veces esta obli gado a tom ar decisione s vitales sin el toridades, las que presumiblemente trataran de obligarlo
asentimiento de las personas interesadas . Antes de pro- a cambial' mediante reeducaci6n .
seguir q uisiera adelantarme a algunos posibles malenten- Aqui podriamos dar rienda suelta a nuestra imagina-
didos: es evidente que nadie puede actual' por motivos cion. Muchos tr abajadores sociales y algunos juristas
exclusivamente puros. Aun los hechos mas nobles estan han propuesto qu e el C6di go Penal general se reforme,
basados en mot ivaciones puras e impuras, luminosas y eliminando de el las pen as espedficas y dejando tan
oscuras. Portal razon a veces se compromete y ridicu- solo med idas educativas. Un infra ctor de la ley no seria
liza injus tamente la figur a y conducta de much a gente. ya castigado; se Ie ayudaria, a tra ves de una reeduca-
Un generoso filantropo est a casi siempre motivado , en- cion , a convertirse en un ind ividuo socialmente apto .
tre otras cosas, pOl' el deseo de ser respet ado y honrado Esto significaria que cualquier ciud adano culpable de
en su generos idad; su filantropi a no es por ello menos violar la ley pod ria ser examin ado sobre su caracter y
valiosa. Asimismo, un tr abajador social fuer temente actitudes sociales; si se descubriese que no concuerda
iricitado por mot ivos de pode r puede sin emb argo tomar con los modeJos y valores de sus examinadores, podria
decisiones provechosas para su cliente. Pero hay un ser forzosamente educado para que cambiase interior-
grave peligro : mientras mas pret enda estar obrando solo mente. Dicho mas claramente: en ciertas circunstancias,
por motivos desinteresados , mas influyente se hara en violar una regulacion sobre aparcamiento podria condu-
el trabajador su sombra de poder , la que finalmente 10 cir a varios afios de rehabilitaci6n . EI trabajador social
tr aicionar a deterrninandolo a to mar decisiones mu y cues- responsabilizado de la recomendaci6n y ejecucion de
tionables. tales medidas , se encontraria disp oni endo de un poder
Hay en Suiza personas que abogan por ext end er la sin precedentes. Es por esto que forrnule arri ba la pre-
aplicacion del Ca digo Penal J uvenil a enca usados mayo - gunta sobre si tale s proposiciones de reforma no sedan
res de 20 afios de edad. Po d riamos pr eguntarnos si en part e la expresi6n , con visos .grotescos, de una ex-
tensa sombra de poder.
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Me imp resiona siempre la dificultad que tienen los victimas de nue stros incon scientes deseos de poder? (Por
trabajadores sociales esfarzados para aceptar que los qu e estabamos tan seguros de que para salvarla de la
derechos de los padres se protejan fuertemente. Como prostitucion 10 verdaderamente apropiado era prolongar
ya expuse, en Suiza las autoridades carecen de instru- la custodia de la muchacha? (Por qu e creiamos saber con
mento alguno pa ra intervenir, ni siquiera en los casos certeza que colocarla en esa situacion no seri a todavia
en que se cree evidente que los nifios estan siendo per- mas perjudicial? De hecho, prolongar la custodia no cam-
judicialment e criados y que con toda probabilidad esos bi6 la conducta de la muchacha, como tampoco 10 hizo
ni fios se veran mas tarde en serias dificul tades; solo un afio de reformatorio. Precisemos los terrninos del pro-
pueden int ervenir cuando se tr ata de situaciones de blema . Uno escucha a menudo las queja s de los trabaja- '
crasa negligenci a 0 maltrato . " i Absoluta tonteria!", ex- dor es sociales relativas a que la gente solo acude a las
clarnan mucho s tr abajadares sociales . " Deberia ser po- autoridades cuand o es ya muy poco 10 que se puede
sible detener a los padres ant es de que arruinen la vida hacer . Si en tales casos se aconseja a la gente, esta escu-
de sus hijo s" . cha con atenci6n y enseguid a hace 10 contrario de lo qu e
Estamos de nuevo ante el problema. Tras esta apre- les ha sido sugerido, regresando apenas cuando de sus
miante peticion de una opor tunidad para intervenir , acciones ha result ado una calamidad. Esa conducta dis-
puede det ectarse la presencia de una sombra de poder. gusta enormemente a los tr abajadore s sociales, qu ienes
La trabajadora de un caso intento con mucha obstina- lamentan no disponer de mayores medios para hacer cum -
cion separa r a un nino de los que en su opinion eran plir sus recom end aciones . Este disgusto , este pesar , ( ex-
padr es compl et amente incapaces; fracaso por falta de pres an realment e un eros social, 0 son simples expresio-
recursos legales. Con tandome esto , dijo con admirable nes de una perdida apuesta por el poder? El au tentico
candor: " Lo que siento ahora es furia y odio por esos eros no implica desear imponer a los dernas nue stros pla-
padre s. i Me gustarfa realmente ensefiarle s una 0 dos nes 0 ideas.
cosas! " . Su fru str acion por no haber podido probarse La presencia de un problema de poder en el campo
que ella era mas fuerte que los padres, excedia larga- del trabajo social se ve confirmada tambien por 10 si-
ment e a su pena par no haber conseguido ayudar al guiente : la estructura basics de la mayoria de las prole-
nino. siones esta reflejada en la opini6n publica. H ay puntos
Para ilustrar mejor aiin el asunto , quie ro regresar al de vista colect ivos bastante definidos sobre el caracter
caso de Ana, citado ant es. Visto el fracaso de la interven- profesional de los trabajadores sociales, medicos, sacer-
cion, un examen a fondo de nuest ros mo tivos era ent on- dotes, abogados, politicos, etc . La imagen colectiva es
ces urgentemente necesario. Tal vez no era cierto que se usual mente doble , can una faz luminosa y otra somb rfa.
pudiera alcanzar algiin beneficio separando la hija de la La imagen colectiva negativa de una profesi6n particular
madre. Amba s ten ian una relacion , sin dud a, insana; pero es por 10 general mas unitaria y hornogenea que la imagen
result o dudos o que nuestra obligada interferencia hiciera positiva . Los curas son representados como hipocritas,
mas bien que dafio. Como dije ante s, puede ser que los maestros son personas infantiles y anacr6nicas, los
nuestras ideas sobre salud y normalidad no representen medicos charlatanean,' y asi los demas , Por supuesto,
la sabiduria ult ima. (No hubi era sido capaz la hija de tales imagenes negativas (y positivas) deben considerarse,
llevar una vida significativa tambien apegada a su madre? en parte, prejuicios; pero si se las examina con cuidado,
(Eramos nosotros mas comp etentes qu e madre e hija pa- resultaran ser validas reflexiones sobre las profesiones
ra ver que constitu ye un a maner a de vivir " significati- aludidas, si bien reflexiones dis to rsionadas.
va" ?(Queriamos realmente ayudarlos? ( 0 tal vez eram os El problema de la sombra de poder juega un papel
20 21
prominente en la imagen colectiva negativa del trabajador manipulables para el trabajador. Y cuando al equipo de
social. Segiin la opinion colectiva, este personaje es al- herramientas del trabajador social se afiaden los tests
guien que, cada vez que puede, interfiere para imponer psicologicos, el infortunado cIiente esta del todo in?e-
su voluntad sin comprender en realidad 10 que ocurre; fenso ; apenas percibe oscurarnente que su alma ha sido
quiere poner todo en su lugar segun patrones estreehos, penetrada con rayos X , y que sin desearlo ha descu-.
moralistas y burgueses ; es un sujeto presto a disfrutar hierto sus in timidades a quienes se supone van a ayu-
del poder que maneja, y se siente insultado y malicioso darlo. Es asf como el trabajador social puede tr anquila-
cuando su poder no es reconocido. mente decir a un a madre convencida de su amor por
Mirandola graficamenre, la " mitologla negativa" del el hijo , que ella en realidad no guarda ningu~a .relacion
trabajador social apareceria mas 0 menos asl: a las diez con el. A un joven que durante afios ha resist/do una
de la manana la trabajadora socia l toca a la puerta de rehabilitacion, podra decir sele que en el Iondo es ta. con-
un aparrarnento; entra, euriosea en torno y observa que tento de los limit es que se Ie han impuesto . EI cliente
las camas no estan hechas y los platos de anoche no han no tiene ya nada qu e decir , pue s el trabajad~ r so.c}al
sido lavados; la senora de la casa no se ha vestido aun, do mina hasta el ultimo detalle de la cornpleja srtu acion .
lleva solo una bata; esta apenas comenzando sus que- Es to toea ya los p robl emas de la sombra de otra pro-
haceres diarios. De esta visita la trabajadora socia l con - fesi6n , Ia del psicoterapeuta , profesion que constituye
cluye que la familia es inhabil para mantener al hijo
adoptive . El nino, amado apasionadamente por sus pa-
el objetivo cent ra l de este libra. La abordaremos et: el
proximo capitulo, cerrundo este con algunos pensamien-
drastros, es separado de estes y llevado a una fami lia tos de tone menos negative .
burguesa apropiada . La opinion de la trabajadora socia l Quienes escogen 1a difl cil y responsable prof~sion del
es negativa no solo debido al desorden que enco ntro, trabajador social, 10 hacen por una gran vanedad de
sino tam bien porque la senora de la casa rechazo su razones psicologicas que difieren en cad a individuo . Aun
interferencia y recelaba permitirle entrar. cuando el azar y las op ortunidades juegan su parte, hay
Se me podria objetar que 10 dicho hasta ahora quiza sin embargo ciertas motivaciones comunes .a todos lo.s
se aplique al trabajador social tradicional, de viejo es- trabajadores sociales. No habl o aqui de quienes practi-
tilo, quien pudo haber tenido una gran sombra de po - can dnicamente la profesion, de quienes s610 la yen
der; que el problema , empero, es mucho menos agudo como un medi o de ganarse la vida. Pa ra tale s personas,
en el trabajo social moderno . EI ilustrado trabajador de en todo case , el problema som bra de poder no es es~e­
ho y esta entrenado psicologicarnenre, trata de cornpren- cialmen te agud o. Son sobre tod o los tr abajadores SOCIa-
der y ayudar a las personas de acuerdo con cono cimien- les entusiastas verd adera mente dedicados , los qu e caen
tos psicologicos; sus acti tudes basicas son en general una y ot ra ve; victimas de la sombra de poder. EI in~i­
apenas diferentes de las de un psicoterapeuta. La expe- vidu o cinico e indiferente, simplemen te hace su tr abajo
riencia me ha ensefiado, sin embargo, que un conoci- de manera formal y correcta, sin que los aspectos posi-
miento de psicolo gfa puede refinar el problema de poder, tivos y negativos del mism o 10 toquen a fondo.
pero de ninguna manera eliminarlo. En realidad, la pe- ( Q ue lleva a un hombre a sentirse aludido por la. faz
netracion en materia psicologica puede destinarse al ser- oscura de la vid a social? (Que es 10 que Ie hace po sible
vieio de la sombra de poder, ya que con ella es posible enfrentarse diariamente con personas desajustadas , infe-
incluso despojar al cliente de su alma. Entonees no solo !ices, de safortunadas? (Que Ie Iascina en el aspecto sorn-
el estado social y financiero del cliente, sino tambien brio de la vida? Finalmente, debe tratarse de una clase
su psicologia personal, se han vuelto transparentes y especial de persona. El promedio de los individuos pre-
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fiere ignorar y olvidar las desgracias y los sufrimientos II. EL PSI COTERAPEUTA : CHARL ATAN Y
de sus proj imos, cuando no se ve directamente afectado, FALSO PR OFETA
o toparse con ellos una que ot ra vez a una cornoda
distancia, en 1a television 0 en los periodicos. A muy
pocas personas les provoca afro ntar a diario las pre-
ocupaciones de los dermis; 1a mayoria tiene suficiente
con las suyas. Decir simplemente que los trabaj adores
sociales son person as bendecidas con un amor al pro-
jimo mayor que el nor mal, no nos lleva a ninguna parte,
porque no es verdad . Como tam poco todos los tr abaja-
dores sociales son creyen tes cristianos, ni sostienen todos
que el amor al projimo, expresado en la ayuda a los
desg raciados, es el mandamien to de Dios por excelen -
cia. P or otra parte, debemos, al mismo tiempo, ver en
cl deseo de ayuda mucho mas que una racion alizacion
del flanco de la sombra, del impu lso de pode r. Resulta
LA en su forma actua1.es relativamente
PS ICOTERAP IA
joven . E1 modelo sobre el que el pSicot erapeu.ta fun-
por supu esto muy tent ador reducir algo admirable a da sus actividades se deriva de varias otras profesiones y
algo mucho menos admirable. H ay gra n cantidad de no puede ser comprendido sino en relacion con art es
libro s de psicologfa dedicados a demost rar como una mas antizuas. Qu ierase 0 no, 1a psicoterapia esta rela-
expresion de eros, por ejemplo, es en realidad solo la cionada ~on Ia medicin a. Los modelos' profesionales y
sublimacion de algun instin to basico . Scgun esos enfo- eti cos que gufan a1 medico son en part e, tambien, los del
ques, el pintor resul ta ser un frustrado embarrador in- psicoterapeuta, y los flancos oscuro s del analista. estan
fan til, el maestro un seductor de nifios repri mido, el hasta cierto punto vincu1ados a1 caracter medico de
psicoterapcuta un miron, etc. su trabajo .
No] nuestra indagacion no esta interesada en reduc- £ 1 medico se encarga de ayudar al enfe rmo y a1 su-
ciones afines a esas. La suscita mas bien 1a peculiari dad friente. E1 juramento de Hipocrates reza: "E1 regimen
de un tipo humano, pues debe ser un tipo de persona que adopto servi ra aI provecho de mis pacientes, de
muy especial quien escoge como ocupacion de su vida acuerdo con mi habilidad y juicio, y no a su dafio 0
Ia cotidi ana confro ntacion con algunas de las polarida- perjuicio ( . . . ) . En cua1quier casa que en tre, ire para
des fundame nta1es de 1a huma nidad : ajuste-desajuste , bene ficio del enfer mo, absten iendome de toda iniquidad
exito sociaI-fracaso social, sa1ud mental-enfermedad men- o corrupcion ( . . . ). Con siderate sagrados mi vida y mi
tal. Sin duda a1gun a, esas polaridades fascinan , mucho arte". En su forrnulacion comun, esta inefab1e concep-
mas que a otras person as, a los miemb ros de las profe- cion del medico es familiar a 1a mayoria de 1a gente en
siones asistenci ales. eI mundo occident al.
Los aspectos oscu ros de la activ idad del medico no se
hallaran en eI Juramento hipocra tico . Dichos aspectos
fueron habilmente caricaturizados en una pieza de tea-
tro de J ules Romains, El Dr. Kn ock: este personaje
no tiene deseos de ayudar a los dernas desinteresada-

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mente; utiliza para provecho perso nal sus conocirmen- cias ofr ecidas por Arquimatheus de Salerno, quien es-
to s medicos, no vacilando ni siquiera en enfermar cribio : " AI paciente prometele una cura , y a los miem-
gen tes sanas. Su filosofia es: " no hay personas sanas; bros de su familia advierteles de grave enfermedad. Si
solo hay enfermos que desconocen su enferrnedad" . El el pacient e no se recobra , se dira que ni previste su
Dr. Knock es un charlatan . Con este termino no me muert e ; si se cura, crecera tu renornbre ".
refiero a alguien que emplea metodos no ortodoxos 0 Pero el psicoterapeuta deriva sus modelos solo par- '
no aceptados oficialmen te, sino a doctores que, en el cialmente del campo de la medicina. La otra vocacion
mejor de los casos, engafian a sus pacientes y se enga- que influye en sus ideales es la de sacerdote.
fian a S1 mismos, 0 que, en el pear caso, engafian solo La imagen del hombre de Dio s ha sufrido muchos
al paciente. Se ayudan a S1 mismo s, en terrninos finan - bios en el curso de la historia, y es diversa segun
cieros 0 de prestigio, mas que a los enfermos que los religiones. Para nuestros propositos es importante
solicitan. AS1 comprendido, las actividades de un char- del lider religioso de la tradicion judeo-cristia na .
latan pueden ser , ' segiin el caso, beneficas, dafiinas 0 Se Ie cree un hombre que , al menos de vez en cuan-
completamente inocu as. , esta en contacto con Dios . No suele suponerse
El charlatanismo es una forma de la sombra que e todos los sacerdotes, como los profetas del Viejo
acompafia al medico a todas partes. El charl atan es uno T es tarnento , han recibido su vocacion directamente de
de los turbios herm anos del medico . Como tal , puede Deidad, per o S1 que tratan de actuar en nombre de
vivir en el medico 0 fuera de el, Algunos doctores yen Dios y de acuerdo can Su Voluntad.
esta sombra en la persona del charn an 0 en la del cu- La par te oscura de esta noble imagen del hombre de
randero. Pero la mayoria de los medicos son victimados Dios es el hipocrita mentiroso , el hombre qu e predica
por la sombra charlatana en el cur so de sus actividades no porque cree sino para ganar influencia y poder .
profesi onales. A fin de que traicione el modelo hipo- Como en el caso del doctor y sus pacientes, en el del
cratico y acnie como el Dr. Knock, hay sobre el medico sacerdote acontece con frecuencia que los miembros de
una consid erable presion ejercida primeramente por los su feligresia activ an involuntariamente su hermano tur-
mismos pacientes. Las incont ables quej as de origen in- bio. Ejercen notable influencia par a que adopte el papel
determinado a las que a dia rio debe enfrent arse el de hipocrita. La dud a es comp afiera de la fe, pero nadie
practicante general, y para las cuales no se ha hallado qu iere oir dudas expres adas por un cura; tenemos sufi-
aiin terapia genuina (fatig a cronica , ciertos dolores en ciente con nuestras propias dudas . AS1 , el sacerdote ca-
la espa lda y en las coyunturas, vagos desordenes del reee a menudo de otra alternativa que la de ser hipo -
corazon y del esto rnago, dolor de cabeza cronico, etc .) crit a de vez en cuando, esconder sus dudas y enrnasca-
se tra tan por 10 general por medios pseud o-cientificos. rar un mornentaneo vad o int erior con palab ras altiso-
Al dejar de apunt ar los comp onentes emocionales de nantes. Si su caracter es debil , esta puede convertirse
dolencias Hsicas cuyo origen es ampliamente psiquico, en una aetit ud hab itu al.
el medico promedio estimul a a sus pacient es a enfatizar Un homb re de Dios, en el sentido ideal, debe dar tes-
aun mas los aspectos somaticos de sus problemas emo- imonio de su fe mediante actos. No puede probar 10
cionale s. Si los sintom as mejor an , el es el gra n curador ; que predica; se espera que con su comportamien to de
si empeoran, es obvi o que el paciente no ha seguido undamento a la fe que rep resenta. Y esto abre las
correctamente sus instrucciones. Un encantador ejemplo puert as a otro de los sombrios hermanos del sacerdo te:
historico de la interv encion de esta sombra charlatana aquel que desea presentarse al mundo (y a si mismo)
data del siglo XI, y puede hallar se en las serias sugeren- como mejor de 10 que es realmen te.

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Cu alquiera puede ten er exito en el tratamiento si Ie
La sombra del falso profeta acornpafia al sacerdote
ocurre encontrarse a la mana en el momento justo, si
toda su vida. A veces aparece fuera de el en la forma
permanece con el paciente tiempo suficiente, y si tiene
del predicador de alguna dudosa secta 0 como otro sacer-
dote qu e se ha hecho popular mediante demagogia; la fortuna de dar con alguien que busca ayuda y cuya
condicion habr fa de todos modos mej orado segun uno
otras veces surge en su pr opio interior. Muchos curas
o var ios de los criterios antes mencionados. La sombra .
modern os abrigan, sin embargo, un fuerte miedo a esta
hip6crita sombr a de falso profeta . Rehusan, mediante charlatana correspondiente al aspecto medico del ana-
list a puede de ese modo opera r con rela tiva libert ad.
rasgos int eriores 0 exteriores, ser caracterizado s como
"hombres de Dios "; pronuncian sus sermones vestidos Mas aiin , exp resiones como en fermo y saludable nece-
sitado de tr at amient o 0 no , son en general rnucho mas
con rop as de tod os los dias, en actitud de casu ales pl a-
tican tes sociales. dificiles de aplicar al estado em ocional de un a persona
Los analistas nos enfrentamos muy a menudo con qu e a su es tado ffsico. El desarrollo psiqu ico de cada
disturbios de salud a los que, en terrninos tanto de tra- indi viduo es sumamente complej o, y cada un o de nos-
tan:iento como de eventual curacion, apenas podemos otros es, de algiin mod o, neuroti co. Un psicoterapeuta
aplrcar. control es de naturaleza expe rimental aceptados; qu e actii a como el D r. Knock puede pro bar facilmente
me .refl er? a las ne urosis y las psicosis. Es practic arnen - a casi todo el mundo que un analisis de afios de dura-
te im pos ible acumular estadisticas sobre tr atamientos ci6n es inevit able. T al colega puede llevar el asu nto
tan lejos, que todo el que no haya estado en analisis
exi~os?s de e~tas enfer~edades . ( Qu e con st itu ye una
mejeria? (Que es detenoro? ( Puede servir como crite- qui za se sienta enfermo, 0 al menos en estado de in-
:io el ajuste social? (La habilidad para' trabajar? (EI comp leto desarrollo psico16gico .
Incremento e intensificacion, 0 la disminuci6n y alivio La sombra del analista aumenta con creces gracias a
de los sfnt~mas neur6ticos? (Los sentimientos subj eti~ los rasgos que el psicot erapeu ta comp art e con el sacer-
vos del paciente? ( El pr ogre so en el or den psicologico dote. Los analistas, sin que imp orte para ello a que
en el proceso de individu aci6n en el contacto con el escuela psico16gica nos suscribimos, no defe ndemos nin-
inconscie nt e ? I ncluso los criterio s son inciertos en com- gu na fe esped fica 0 religion organizada, pero , al igual
paraci6n con un autentico malestar somatico en el que que el sacerdote, acostumbramos sustentar un a cierta
la re s~ au~aci?? del fun cionamiento provee una inequi- actitud basics ante la vida. No representamo s filosoffa
voca indicacion de tratamiento exitoso. En el caso de alguna, pero S1 una psico logia a la que adherimos con
proble~~s emoci onale.s con inclu sion de dol encias psi- c<;>nvicci~r: ,. ya que en nu~stras vidas y en nue stros pro-
cosomatic as, cualesquiera sean los criterios utilizados pros . anali sis hemos sufndo experiencias que no s per-
los resultado s son por 10 general insatis factorios. Au~ sua~lero~ y f~rmaron en. terrninos de esa psicologi a. El
con gra ndes mues tr as est adfsticas, es muy dificil elabo- analista .JungUlano, por ejemplo, ha sido pro funda mente
r~r juicios cualit ativos sob re el curso de las perturba- conm<;>Vldo por el encuentro con 10 irr acional y el in-
crone s, sea que uno las tr ate con psicoterapia intensiva c~msclen te. H ay pocas visiones psico16gicas que puedan,
Sin embargo, probarse estadisticarnente en el sentido
con tranquilizadores, 0 con absolutamente nada . '
~a pr ? ximidad 0 ~ej ~~fa resp ecto al si-misrno, respecto empirico; solo pueden encontrar confirrnacion en el tes-
al . sen t1d~ de la vida , un contacto mejor 0 peor con timonio honesto y sincero de otros inve stigadores. Nues-
el mconsciente, podrian ser criterios mas indic at ivos tra ' unica prueba es nu estra pr opia expe riencia y la de
del exito 0 fracas o de la psicoterapia . ( Pero como medir otros , ya que la realid ad psiquica no puede ser asida
e inve stigar estadisticamente tales hechos? est adistica 0 causali sticame nte, como en las cienci as na-

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tu rales. Es asi como nos encontramos en una posicion dicina y el sacerdocio las que convergen en el analista,
mu y similar a la del sacerdote . sino tambien sus aspectos oscuros: el charlatan y el
Pero semejante confianza total en nuestra experien- falso profeta. Empero, como si no bastara, al problema
cia 0 en la de otras personas promueve, inevitablemente, de la som bra del an alist a concurre otro factor de com-
graves dudas. iY si nosotros, y otros como nosotros, plica ci6n , algo que es es peci fico a es ta profesi6n , algo
nos hemos engafiado? Despues de todo hay hombres, que no es ta n ecesariamen te vinc u la do a los modelos ba-
psicot erapeu tas que def ienden ~s,cu~las de pensan;iento sicos de otras profesiones . Es el hecho de qu e una de
comp letamente difer ent es, tarnbien m tegros. ( Estan to- la s tareas del psicoter apeuta consiste en ayu dar a sus
dos ellos engafiandose? (Estan tod os ciegos? 0 qui za a naliza dos a ha cer se mas conscien tes.
el pl an teamiento correcto corresponda al que en la Asi como el conocimiento de Dios juega un papel cen-
novela Th e Gro up, de Mary McCarthy, formula un ral en el modelo ide al del sacerdote , y el curador des-
psiqu iatra que ha decidido abandonar la profesi6n para im eresado 10 juega en la imagen del medico , una figura
continuar investigando en bioquirnica del cerebro : <CEs a la qu e po dria mos denominar el hacedor de conciencia,
por eso que me retiro de ella (de la ps!quiatria) : si, u.no o el da dor de luz, tom a en el modele del psicoterapeuta
se queda, puede escoger entre convertirse en un Clll~~O a po sicion crucial. Pero las im ageries profesionales
a en un farsante ingenuo" . (S omas capaces de admitir •ie nen siempre un aspecto oscuro que representa el
est as dudas ant e nosotros mismos y ante el mundo que opu esto del ideal luminoso. La sombra profesional del
nos rodea? (0 hacemo s con nu est ras dudas y temor es, analista contiene no s6lo al charla ta n y al falso profeta ,
nosotros los psicoterapeutas, como hace a menudo el sino tambien el polo contrario al dador de luz, una
sacerdot e: suprimirlas y cerrar bien los ojos? figura que vive complet am ent e en el inconsciente y se
Volvamos a los hechos: como el sacerd ote , nosotros esfu erza en 10 contrario de las metas consci ent es del
tra baja mos con nu estras almas, can nosotros mismos; analista. tenemos una situaci6n parad6jica en la que el
metodos , tecnic as y aparatos son secundarios . Nosotros incos ciente am enaza mas al an alista que al lego. El
mismos, nuestra honestidad y aut enticid ad , nuestro con- psicoterap euta honesto se ve golpea do de tiempo en tiempo
tacto pers onal con el inconsciente y 10 irra cion al, tales por la noci6n de que h a estado operando desde
son nuestras her ramientas. Un a enorme pr esi6n nos pre- el incon sciente. Mas si se descuida, la sombra destruc-
senta mejor adas esas herramientas, y asf no s pr ecipita tiva su bvierte su trabajo, situaci6n en la que por 10
en nu estra sombra psicoterapeutica. general el analista no recibe del analizado ninguna ad-
Hay todavia ot ro paralelo con el sacer dote. A los vert encia. P orque el paciente mismo se orienta hacia el
analistas se nos obliga muchas veces a asumir un a acti- charlat an y falso profeta en el analista, y fomenta esos
tud omni sciente. Traba jamos can el inconsciente, can aspectos . Mientras mas profundamente cae en su som-
los suefios y la psique, rein os en qu e 10 tra scendental bra , mas se contia el terapeuta a la impresion de que
se manif iest a, al men os segun la opini6n de muchos su trabajo marcha a las mil maravillas. Lo mismo que
legos e inclu so de muchos terap eutas. De manera que el medico par sus pacientes y el sacerdote por su con-
can no poca frecuencia se espera que sobre las iiltimas gregacion , el anali sta se ve continuament~ presi?nado
cosas sepamos mas qu e los comunes mortales. Si rene- par los analizados a adoptar los papeles mconscientes
mos ciertas debilidades , creeremos est ar mas honda- de charlat an y falso pr ofeta .
mente iniciados en la vida y la muerte que nu estros Habria aqui oportunidad para una objecion pertinen-
semejantes. teo Si es profesionalmente sincero , un analist a pe rm a-
No son pues solo las mas nobles imageries de la me- nece en trato con stante con su inconsciente, estu dia
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cuida dosa mente sus suefios y cualesquiera ot ras propo- dicar, las figuras sornbrias del charla tan y el falso
siciones que el inconsciente le hace . Se podria pensar pr ofe ta, absolutamente incon scientes, constituyen parte
que tal actitud 10 pr eviene con segurida d de ceder al fu ndamental del tr abajo analitico y por 10 ta nt o de
triple rol de charlat an, falso pr ofeta y analista incons- nues tras relacion es con los analizados . Si un ana lizado
cientemente destruc tivo . Pero las cosas no ocurr en de descubre en nosotros est a sombr a, el posterior pr ogreso
ese mod o. Como todo el mundo, 10 normal es que los de la ter api a exige que seamos capaces de admitir ant e
analist as tengamos tambien algo asf como un punto el nuestra reincidencia en el inconsciente, en la sombra
ciego respecto a nu estr a propi a sombra; no 10 vemos ni profesion al, a pes ar de que tal adrnision resulte dolo-
en los suefios ni en nu estras acciones. Frecuent emen te, rosa . Despu es de todo , tambi en el analizado de be aco-
ni siquiera nuestros amigos pu eden vel' nues tra sombra, gel' pen osa s pe rcepciones interior es. Procu rando cons-
llegand o a ser tan ciegos como nosotros , de 10 cual re- tantemente locali zar las obras de 1a sombra psicotera-
a a
sulta una especie de folie deux ou trois, sin campo peut ica, tratando de sorp renderl a in [raganti, auxiliamo s
para la reflexion , En tales casos los ene migos pu eden a nuestros pacientes en sus en£rentamientos con el her-
ser mu y iitiles; deberfamos estudiar con cuid ado sus mano sombrfo. POl' el contrario , si otorgamos a nues -
observaciones . tra lealtad , todo 10 que el analizado aprende de nos-
H ay un as pocas reglas para interpret ar las pr oposicio- otros es como engafiarse a sf mismo y al mundo, y el
nes del inconscien te . Pero , en definitiva, tal interpreta- valor del ana lisis queda en tela de juicio .
cion, la in ter pretacion de tan ricas proposiciones, es E l problema de la sombra profesional se extiende a
mas bien un ar te que un oficio de destreza, y nuestra otros fun damentos de la activi dad psicoterapeutica,
ecuacio n person al puede desorientarn os repetida mente, Como ana listas nos haHamos siempre £rente a duros
hasta el punto de hacernos pasar algo crucial po r alto. su£rimientos, ant e destine s tragicos y peculiares . Lo que
Ex iste adem as la dificultad de que las sugestiones del se nos pide es que ayudernos a una persona pr oblemati-
incon sciente, como las del oracul o de Delfos, son por zada a comprenderse tan to como sea posible, no sola-
norma ambivalentes. Y es el ego qui en escoge entre mente para que pueda ent rar en contacto con el incons-
una u otra manera de enten derlas . Lo qu e ocurrio a ciente , sino tambien - dicho con sencillez- para que
Creso con el oraculo puede ocurrirnos asimi smo a nos- sobr elleve los aspectos tragi cos de la vid a con toda su
otros; es decir, podemos interpr etar el inconscien te de incomprensibilidad . A fin de ayudar a una persona do-
conformidad con nuestros deseos egoticos, podemo s mal- liente, atrapada en una tragica situacion de su vida,
entender el inconsciente . atrapada en un a situacion que sigue siendo tragica, aun
Anticipand o algunas otras observaciones , me gus ta- cuan do el contacto con el inconsciente progrese, tam-
ria referirm e ahora, siquiera de modo sucinto, a la cues- bien no sotro s est amos obli gados a admiti r nu estra situa-
tion so bre las consecuenci as del hecho de que a veces cion tragica: la tra gedi a de que mient ras mas inten ta-
seamos pres a de nuestra sombra pr ofesio nal. mos ser buenos psicoterap eutas y socorrer a los analiza-
Pedimos veracidad a nuestros ana lizados, los ayuda- dos a amp liar su conciencia, mas nos deslizamos en 10
mos a mirar con sincerid ad al inconsciente , med iante contrario . EI destino de todo el que se esfuerza en algo
nu estras exp licaciones , nuestras interpretaciones de sue- - y nuestros pacientes son por regla general este tip o
fios, pero sobre todo mediante nu estr a pr op ia actitud y de pe rso nas- tiene un a region distintivament e tragica.
mod o de ser. Encarando nu estra sombra profesiona1, Lo que reniega de nuestros fines mas acariciados es
incitamos a los pacientes a que afronten tambien los cons telizado un a y otra vez, nftidamente. Esto es cier to
aspectos desagradable s de la vida. Como he querido in- ta nto en el plano colectivo como en el individua l, en la

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his toria general y en la pequefia, La Re volu cion France- hecho uso del noble ar te de la medicina com o un char-
sa qu eria liberar a los hombres y condujo a la tirania na- latan, para su propio interes". En ese entonces no pen-
po leonica . E n el siglo XI X muchos suizos amantes de la se que el suefio estuviese realmente referido ami; 10
rmisica vocal trataron de promover la actividad del can- interprete como expresion de una resistencia basada en
to mediante la crea cion de coros masculinos ; perc de prejuicios colectivos contra la psicologia, la psicotera-
hecho la exis tencia de estos coros aniquilo completa- pia y el incon scien te. En rea lidad estaba yo rechazando
mente el canto como pa satiem po pop ular, con virtien- la critica que se me diri gfa, el retrat o de mi sombra
dolo en algo que solo se practicaba en la estructura or- profesional en una caricatura a la Daumier, y ia tome
ganizada de un coro bajo el comando de un director. El como un problema subjetivo del paciente. En el curso
Cristianismo , predicando paz y amor, prohijo cru zadas del anal isis volvimos subsiguientemente a este suefio , y
sangrientas; inflamados en el dese o de conquistar la vimos con claridad que se re feria al p roblema de mi
Tierra San ta , los cruzados in ten taron primero ex termina r sombra profesional. Pero mi analizado dij o tamb ien
a los judios europe os. Jung sefialo repetidame nte que sentirse con ten to de que h ubiesernos errado en la com-
siempre que un luminoso contenido psiquico se aloja prension inicial del suefio ; la seguridad con la que yo
en la concien cia, su op ues to es cons telizado en el in- habia interpret ado el suefio, aunque incon sciente en mi,
con sciente, posicion ven tajosa desde la que procura ha- tuvo en el un efecto calmante. E n aquel tiempo , dijo ,
cer dafio . EI medico se con vierte en charlatan p recisa- no habria podido soportar el esfue rzo de tener qu e
mente porqu e qu iere curar a tantas personas como sea haberselas con los problema s de mi sombra y con los
posible; el sacerdote se con vierte en falso e hipocrita de la suy a.
profeta precisamen te po rque quiere traer a to do el mun- Podria im aginar sin dificultad una reaccion muy cri -
do a la fe verdadera . Y el psicoterapeuta se convierte tica a los comentarios qu e he hecho en este cap itulo .
en ch arla tan incons cien te y en falso pro feta aunque tra- ( No son tal vez en exceso destructivos ? (Por qu e tr a-
baje noche y dia por ser mas conscient e. taremos de ser mas cons cientes si estamos condenados
Mis ob ser vaciones pueden has ta aqui parecer mas a recaer una y otra vez en las mas desagradables for-
bien tenebrosas, como las de un pre dicador calvinista mas de inconsciencia ? ( Por que no "vivir y de jar vivir",
o las de un hipotetico teo logo de la antigua Is landia. alegre ment e incon scientes , y pr ocu rar simplemente ayu-
P ero la sombra de los psicoterapeutas tien e tambien dar a nuestros analizado s con medicamentos? Para aque-
aspectos me nos tragicos . La s acciones de un terapeuta lIos a quienes concierne profesionalmente , to do esfuerzo
que obra de sde la sombra no son siempre negat ivas. por ser mas cons cientes parece condenado a un tragico
Los charlatanes fre cue ntemente hacen mas por aminorar frac aso. Tal vez con much a razon, ciertas re ligione s asia-
el sufrimiento que algunos medicos formales y respeta- ticas plantean de shacers e por com plet o de las demand as
bles; y un analista que cae te mporalmente en el incons- y esfuerzos del ego , liberar al individuo de sus pre -
cien te pued e, gra cias a su segur idad y determi nacion, ocupaciones terrenas a fin de qu e pueda acer carse al
ayudar a mu chos analizados a disolv er el borde visible, Nirvana. A la larga, todos los esfuerzos del ego, no im-
el aspecto agudo del sufrimiento, temporalmen te al porta cuan gravemente formulados , solo pueden hacer
menos . da fio.
Un o de mis analizados tuvo el siguien te suefio : en Pero los eu ropeos no desean renunciar ni renu ncia-
un periodi co habia una caricat ura sobre mi, del estilo ran al ego. Se sient en en la obligacion de tomar sus
de las de Daumier, bajo la cual estaban las pal abras: esfuerzos y sus rnet as mu y seriamente. De tal modo
" Des afort unadamen te, nuestro colega el Dr. A . G. c. ha qu e el si-mismo , segiin Jung cen tro de la psique que

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prov ee sentido y proposuo, no puede aparecer si echa- III. EL CONTACTO INICIAL ENTRE ANALISTA
ro.o", 'a. \:l'U. hdo ~1 '10, "-l ,,-uptlmlmos a este como argo Y ANALIZADO
insignificante, sino mas bien si vivenciamos al yo en
continuo sentido tragico.
El rey Edipo trat6 desesperadamente de vivir y ac-
tuar conforme a la voluntad de los dioses, es decir del
inconsciente. Apolo le revel6 mediante el oraculo su
destino: verteria la sangre de su padre y se casarfa con
su madre . Para evitar tan cruento sino , el joven Edipo
dej6 a Polibo y a Me rop e, ignorante de que estos eran
sus padres adoptivos y no los verdaderos . Sin embargo,
ese intento deliberado de sustraerse a los hechos exe-
crables y horribles que le habi an sido predichos, tan
s610 conduce a Edipo a precipitarse en ellos . Al final
de la tragedia, condenado por el mismo, se describe
como " el mas abominable de los hombres , odiado por Es UNA regia elemental que la inconsciencia de un ana-
todos los dio ses"; se ciega con sus propias manos y lista no se refiera a sus propios rasgos neuroticos ,
exclama: "Nada queda por ver , nada por amar, ni el En el curso de su entrenamiento, y luego en el de su
sonido de los saludos sera ya agradable en mis oidos. trabajo analitico, los psicoterapeutas han aprendido a
jFue ra, fuer a del pais! [Lejos! [Destierro, destierro!" . no introducir al analizado en sus propios mecanismos
Pero es justamente a partir de esta quiebra . del ego neuroticos, Han aprendido asimismo a reconocer clara -
de Edipo que el si-mismo, la chisp a divina en el hombre, mente sus neurosis, cuando no a superarlas. Los cien-
empieza a destellar. Como en toda tragedia, uno per- tos de horas de entrenamiento han debido servir al me-
cibe en la peripecia edipica un sentido que ya no nos para conseguir esto , con largueza.
pertenece a la orientacion del ego. Algo similar expe- Sin embargo, del deseo de ayudar se desprenden para
rimenta el analista cuando procura no perder su rela- el analista grandes dificultades. Quiere servir a los ana-
ci6n con el inconsciente, cuando se propone vivir tan lizados, quiere auxiliarlos en sus padecimientos neuro-
conscientemente como sea posible, cuando practica su ticos, quiere estimular en ellos una mayor conciencia.
prof esi6n en concordancia con esos prop6sitos . Y proce- De acuerdo con su leal saber y habilidad, desea ayudar
diendo asi, gana terreno en ella sombra, ineluctable, a sus analizados desinteresadamente. Pero semejante
progresivamente; ella 10 impele a actuar como charla- deseo consciente, indispensable al escoger esta profe-
tan y falso profeta ante sus analizados . sion , consteliza el polo opuesto en el inconsciente, con-
H asta ahora mis observaciones sobre la sombra her- jurando al charlatan, al analista que trabaja no para sus
manada al psicoterapeuta han sido tal vez demasiado analizados sino en beneficio de sf mismo . Esta es una
generales. En el pr6 ximo capitulo abordare mas de parte del fen6meno psicol6gico que J ung designo fre-
cerca al charlatan, al falso profeta y a otras figuras tur- cuentemente como sombra. Dicho termino no puede
bias , y trataremos de ver en terrninos practices 10 que confundirse can el inconsciente per se. Con la palab@
ocurre cuando el psicoterapeuta es objeto de su in- sombra , Jung se refirio al reverse de los ide~les perso~
consciente . nales 0 colectlvos. En este sentido la sombra es siempre,
( de alguna manera, destructiva; obra negativamente so-
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'--) ~ ~
br e los ideales positivos soste nidos por una colectividad caz, que adem as de su severa neurosis sufria catarros
o un individuo . frecuentes, me confeso a los pocos meses de analisis que
La existencia de la sombra es harto desagradable y habia alentado la esper anza de hacerse inmune a toda s
dolorosa para el ego, cuyas met as son precisamente las enfermedades fisicas mediante la psicot erapia . Sus
cont raria s a ella. La conciencia, 0 el super-ego, esta constantes moqueos eran para ella un Indice ; al co- ,
for mada por el ambiente inmedi ato y medi ato en ter- mienzo de la terapia acariciaba la fantasia de que, si
minos de los ideales existentes . El ego trata const ante- sus catarros desapareci an, ganaria gradualmente la capa-
men te de satisfacer las demandas del super-ego, 0 al cidad de ut ilizar sus facultades psiquicas para evit ar
menos de cumplir con sus compromisos. El hecho de redo malestar fisico. Asi, el analizado bu sca con fre-
que hay una pe rpetu a escision entre los valores cons- cuencia al psicoterape uta no solo para ob tener apoyo
cientes y el poder de la sombra, a la que compla ceria efectivo en su lucha con tra la neurosis, sino tambien
destruir aquellos valores, crea una tensi6n din arnica para lograr acceso a un conocimiento secreta que Ie
pero tarnbien un a dolorosa inseguridad . Cada analizado permita resolver todo s los problemas de la vida.
debe period icamente haberselas con su propia sombra, Los esposos 0 las esposas, al comienzo de la ter apia,
con todos los demonios ob rando en su interior quiza esperan a veces que se les den ins tr umentos para some-
sin su conocimient o consciente. ter completa mente a sus parejas. Recuerdo a una senora
Volvamos ahora especificamente a la sombra del psi- que vino a tr ararse debido a rep etidas crisis neuroticas
coterapeut a y describamos alguno s de sus atributos. Nos v dolores de cabeza cronicos; du ran te la segunda hora
referi remos ligerament e en este capitulo a los fenornenos de sesion declare sentirse muy contenta por la leve
de somb ra que usualmente aparecen en los intercambios vislumbre sobre las razones de su sufrimiento, ya que
iniciales entre analista y analizado . Las actitudes mas pronto pod ria mostrar a su marido 10 inj usto que el
corr ien tes de est e ult imo son de imprescindible consi- era y de qu e manera la maltrataba.
deracion . Es un hecho que ciertos rasgos de sombra En el inicio de la terapia, la realci6n entre terapeuta
pueden consteli zarse desde el pr imer encuentro en tre y analizado sue le ser, pues, como la del bruj o y su apre n-
terapeuta y analizado . Cuando se entre vistan por vez diz. Y las fantasias del analizado sobre el brujo y el
primera, ambos tienen algunas in tencion es conscientes: aprendiz tienen un poderoso efecto en el terapeuta, en
el analizado desea ser liberado de su sufrimiento, de cuyo incosciente la figura del mago 0 sa lvador em-
sin tornas neuroticos como: compulsiones, fobias , im po- pieza a constelizarse. El terapeuta comienza a pensar
tencia, frigidez, animo depresivo , dolencias psicosorna- que cl es en verdad una persona con pod eres sobrena-
ticas. Los analizados suelen buscar ayud a cuando yen tu rales, capaz de realizar autenti cas maravill as.
su vida ent orpec ida por dificult ades genera les (proble- La expecraci6n del analizado, su esperanza de encon-
mas mat rimoniales 0 con los hijos, etc .). Como el pa- trar un br ujo poderoso, inrerviene tarnbien en la elec-
ciente organicarnente enfermo, el paciente psicotera- cion del analista.
peut ico quiere aliviarse de su sufrim iento y enfermedad ; EI analista, por sup ues to, encuent ra extremadam ent e
eso es al menos 10 aparente en la superficie psiquica . dificil no ser afectado por estas proyecciones. De hech o
Pero las expectativas mas profundas son a menudo muy incluso las estimula en el analizado, intent ando poner
diferentes . Inconscientemente , por 10 menos en parte, el de relieve su poder y pr estigio . Cuando el analizado Ie
analizado espera encont rar un red entor que 10 libere habla de sus prob lemas, el analista deja ver que ya ha
de tod os sus probl emas y que incluso despiert e en el comprendido todo. Apelando a ciert os gestos , tales como
capacidades sobrehumanas. Una analizada muy perspi- calculados asenti mientos can la cabeza, e interpolando
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ricas observaciones a las afir maciones del paciente, el que surgen en tre el candida to a analista y sus entre na-
analista erea la impresio n de que , si bien no esta aiin do res profesionalmen te maduros.
preparado para comu nica r todo su sabe r y sus densos Para pro seguir con los fenomenos de sombra en psi-
pensamientos, ya ha sondeado las iilt imas profundidades coterapia conviene introducir una observ acion lateral.
del alma del ana lizado . Esta pretension al magiste rio Como hemos visto, las sombras del terapeuta y del ana -,
absoluto es tarnbien una parte de la imagen del bru jo; lizado afectan al uno y al otro, y a menu do se encuen-
los bru jos son por regIa omnipot ent es y no tol eran co- tran estrechamente enlazadas. No podremos, por 10 tan to,
legas ni competidores; la relacion entre bru jos es gene- asir la sombra del terapeuta sin considerar tambien la
ralmente un a lucha en torno al poder, consistente en del analizado . La sombra profesiona l del terapeuta de- '
magia y contra-magia . Fascinado por la figura interior seoso de ayudar a sus pacientes es el charlatan, el cu-
del mago , el ana lista corriente qu isiera que todos los randero Iraudulen to que persigue solo intereses propios.
necesi tado s de ayuda se dirigieran exclusivamente a el. Paralelamente, en un ana lizado que acud e a tratamiento
Solo por falta de tiempo rernitira un caso a algun co- para curarse, 0 para promover su desarrollo psfquico,
lega principia nte , pero aun as! tratara de controlar los hallamos una fuerza im periosa que lucha con tra el pro-
hilos del mismo. Muchos ana listas trabajan agota dora- ceso de curacion 0 desarrollo, una fuerza anti -terapeu-
mente y hablan con orgu llo de su larga !ista de pacien- tica. Esto suele de scribirse como resistencia. T al resis-
tes en espera. Un de recho interior al poder absoluto , tencia in terior es muy agresiva. No solo rechaza el
la fantasia de que el es el mejor y mas poderoso de los progreso de la terapia; tarnbien trata activamente de
brujos, Ie impide envia r casos a colegas de su mismo destru irl a. Al final de este libro in te ntaremos aho ndar
nivel, ya no ape nas estudia nt es 0 prin cipiant es. De este en la cornprension de la llamada resis tencia. Por ahora
mod o, si el analista , al con tr ario de la madrastra de ano taremos simplemente que la resistencia del analizado
Blancanieves , no se cree "el mas per fecto en el pais" , hace alianza fre cuente con la sombra charlatan a del
10 cier to es qu e en su int eri or un brujito diabolico 10 te rape uta ; 0 sea, resistencia y charlatan se constelizan
incit a a considerarse la un ica persona en el pais que mu tuament e, y a veces, aunque no siempre, es impo-
verdaderamen te entiende todo sobre el analisis, sible compr ende r el fenome no de resistenci a sin tomar
E I juego del bruj o y el aprendiz de bru jo se plantea en cuenta esta reciprocidad .
no solo al comienzo de un analisis; pue de rea parecer La situacion inicial en la terapia es ento nces, en mu-
y perdurar hasta el final, y aun mas alia de este. La chos sentidos, muy proclive a constelizar la sombra
fase de entrenamiento ana litico es particularmente sen- charlatana . En un grado muy burdo pero no infrecuente,
sible a este peligro, tanto que puede desenvolverse en- ella puede, por ejemplo, insinuar al ana lista que solo
teramente en su ambito. EI entrenado puede perma- acepte casos de personas prosperas y prominentes, clien -
necer toda su vida un " aprendiz", es decir, admirador tes que pue dan pagar altos honorarios y cuyos nombres
e imitador de su entrenador. 0 bien puede aspirar a aporten prestigio. Tendencia estimulada, a su vez, por
ser el mismo un mago maestro , 10 que conducira a el hecho de que los anali zados gus tan de alardear haber
amargas recriminaciones entre el viejo maestro y el qu e trabaj ado con un analista de nombradia,
fue aprendiz; el aspirante abrigara entonces profundos EI charlatan en el analista emplea tarnbien el truco
resentimientos con tra su colega mayor , y este por su de dramatizar innecesariamente una situacion . En un
parte se sentira tra icionado. Ya no podran tr abajar jun- paciente neu rotico se ve un "psicotico peli groso en po-
tos . Traer una proyeccion paterna sin develar a guisa tencia" . La expresion " psicosis laterite" , empleada por
de exp licacion, no aclara sufi cientemente las fr icciones j ung, es pasible de faciles distor siones. No cuesta mu-

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cho inflar el peligro de una quiebra psic6tica para hacer IV. LA RELACION ES FANTASI A
aparecer al analista como a un salvador. Esto satisf ace
al mismo tiempo una necesidad de cierto tipo de anali-
zados a quienes gustaria mucho sentir que se los res-
cat a, por supues to que de un modo interesante , de
un cuadro aparentement e sin esperanzas . Tal situaci6n
es analoga a la de pacientes con malestares Hsicos que
repit en con placer : "Todos los medicos me habian de-
sahuciado, pero ento nces consulte al Dr. Healem y hoy
soy un hombre saludable".
Al comienzo del tr atamiento la oportunidad de esta-
blecet los honorarios no es en absolu to desdefiable.
Tambien aqui un ciert o charlatanismo puede aparecer
en la actitud del analista. Es notable cuan a menudo
el psicoterapeuta cree necesario enfat izar que los hono-
rarios son un factor indispensable para promover la
curaci6n. ~ No sera esta un a opinion dete rminada entre
U vez qu e que
NA VEZ el analisis ha comenzado a march ar, una
las psiqu es del terapeuta del analizado han
y
ot ras cosas por la sombra? El cobro, despues de todo , comen zado a impregnarse mut uarnent e, un campo de
no es terapia; esta allf par a permitir al terapeuta vivir operaciones bastante propic io se abre a la somb ra char-
en consonancia con su nivel de educaci6n y entrena- latana. Pero para verla desplegar sus trucos debemos
miento . Y un a vez mas encontra mos una contraparte describir con mas precisi6n el caracter y los modos de
en el analizado : quiere a menud o pagar honorarios al- mutua influencia psiquica entre analizado y analista . Los
tos, pues eso fortalece la impres i6n de est ar comprando terminos tran sferencia y contra-trans ferencia , que em-
al analista, quien, como empleado suyo, 10 dispensara plearemos ahora , se aplican muy a menudo con signifi-
de la molesti a de examinarse honestamente . El anali- cados bastante variables.
zado redondea esta fant asia diciendose al mismo tiempo Exami naremos primero Ia transferencia y la contra-
que con toda seguridad recibira ayuda, pues ha esco- tran sferencia en comparaci6n con el encuentro 0 re-
gido al analista mas caro. laci6n.
En Ia transferencia, una persona ve en otra algo que
sin embargo no esta alli, 0 tal vez 10 esta apenas de un
modo latente 0 naciente. Como es del saber comun , el
analizado puede ver en el analista un padre 0 hermano,
un amante, un hijo c hija y todo 10 dernas; es decir,
puede transferir al analista los rasgos de aquellas figuras
que han desempefiad o algun papel impo rta nte en su vida.
Fuera del ambito analitico, podemos tr ansferir las estruc-
turas psiquicas propias a nuestra pareja; vemos en el
otro las cualidades problern aticas de nosotros mismos.
Se utili za corminrnente el terrnino tran sferencia par a des-
cribir estos fen6me nos.
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Por via de contraste: en una relaci6n genuin a, en un y esta perpetuamente siendo recread a. P or sup uesto
aut en tico encuentro, el compaiiero, la pareja, es vista tal que el potencial psiquico de un individuo es limi tado ,
cual es. Se siente, se ama, se odia al otro en correspon- pero es tarnbien alt amente variado y multifacetico. Cuan-
de ncia con el modo de ser real de este otro. EI encuentro do conocemos a alguien, verlo como a un a in stan tanea
se produce con otra persona real. Naturalmente, la trans- o imagen fija result a aislan te e in fecundo. Un encue n-.
ferencia y la relaci6n ocurren usualmente al mismo tiem- tro es crea tivo cua ndo impele a tejer fantasias sabre
po ; en ningiin caso dado pueden diferenciarse ambos la person a que se acab a de conocer , cu ando nos hace
fenomenos com o fen6menos. En el mejor, la transferen- movernos en torno a sus po sibilidades . E n el encue n-
cia se convierte en relacion. Muchas amistades comienzan tro germina n variadas imagenes sabre la otra persona
como transferencias y solo mas tarde se convierten en y sobre la potencial relacion con ella. Esas fantasias
genuinas relaciones. Pienso que resulta muy destructivo creativas es tan por 10 genera l mu y lejos de la llamad a
tratar de explicar toda relac ion en terrninos de proyec- re alidad ; son tan ir reales y tan verda deras como los
cion y tran sferencia, 10 que hacen a menudo los psicolo- cuent os de had as y los mi tos . Se valen de la imagina-
gos . La virtud prominente de tal procedimiento consiste ci~n p ara ap rehe nder la naturaleza de la otra pe rso na,
tal vez en que con el se lisonj ea al ego del psicolo go, mas 0 menos como la leyenda de Guillermo Tell puede
que cree haber agarr ado u no de los fenornenos psiquicos apre~ender y describir la na turaleza de la antigua Suiza
mas misteriosos : el de Ia relacion entre dos seres huma- 10 mrsrno que 10 ha ra una minuciosa investigaci6n his-
nos , aplicando simplernente los conc eptos de tr ansferen- torica . Aun no sie ndo expresadas, las fantasias influyen
cia y proyeccion, tambien en la otra persona, despertando en ella nuevas
E I mist erio de la relacion solo puede, por 10 mismo, potencias vitales .
describirse vagamente ; no puede asirse con claridad des- Tales fa ntasias creati vas tienen muy poco qu e ver
de el in tele cto. Significa, com o ya he indicado , ver al con las proyecciones : las proyeccion es son siempre au-
otro como el otro es, 0 al menos reconocer parcialmen- tisticas. E n la transfcrenci a pr oyect amos sobre el otro
te la persona que el otro es. Tarnbien significa experi- im agenes, pro blemas a posi bilidades relacionados ca n
men tar pl acer 0 desagrado ante la persona a la que se nosotros mismos a con nuestro historial de vida . Las
ve realmente, disputar estando con ella 0 haci endo algo imageries transferencia les tienen muy poco que ver con
con ella, volverse a ella con interes, intercambiar erno- la otra persona . P ero las Iantasfas creativas que he
ciones, sentimien tos y pen samientos. En otras palabras , descrito estan relacionadas can la naturaleza del otro:
en una relacion el otro es solo minimame nte violado representan la vida potencial de la otra persona en una
por proyecciones 0 tr ansferencias. forma simb olico-mit ologi ca ,
En este con texto, sin embargo , el dinamismo de la Algunas fantasias de los padres pueden serv irnos de
psique y el de 10 individual suele n ser pa sado s por alto . ilustracion . Los pad res, con scien te 0 serniconsciente-
~Que es el otro, el compaiiero, la pareja? Nunca algo men te , acostumbran en tregarse a fan ta slas sobre el fu -
est atico : es vida , desarrollo , pasado, presenre y futuro. tu ro de sus hij os. E stos suefio s diu rn os son frecue n te-
Comprender a otra persona signifies entrar en relaci6n mente dcseos de los padres traducidos en fan tasias re s-
no solo con su prese nte , sino con su pasado y su futuro. pecto a los hijos; pued en tener mucho qu e ver con los
La relacion env uelv e siempre algo creativo. Al va- padres mismos, y muy poco con las potencialidades
lerrne de la palabra " creative" quiero deci r esto : la presentes de los nifios, Bastante a menudo, sin embar-
psique human a esta siempre Ilen a de nuevas pos ibili- go, esas fantasias emanan de una vision b asicarnen te
dades. Est a con st ant ernente recreandose, por decirlo aSI, correcta del nino y representan una pe rcepcion areativa

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de las potenc ialidades latentes en el hijo. Un nrno tal E l efe cto negativo de fan tasias que, si bi en se re ie-
vez no crezca para llegar a Jefe de E stado, como im a- re n a las o tras pe rson as, est an en rea lidad cent radas e
gina ba su madr e, pero pu ede en efect o pos eer grandes nu estro ego , es bien con ocido en el campo de la ed uca-
ha bilidades poli ticas ; qu iza no se con vierta en un P i- cio n . M uchos nifios son practicarnen te destru idos al
casso, pe ro escogera en ef ec to una profesi6n que re- imponerseles fantasias de los pa dr es que en re alidad no
quiera cap acid ad cs estetic as. se adec ua n a ellos. Pe ro pocas veces se ce ment a el
Otro ejemplo: un a joven no via ve el futu ro de su efect o po sitivo de las fan tasias realrnen te relacionadas
marido de un modo altamente imagina tivo . Aunque el con la o tra persona. H ast a hace pocas de cad as los cuen-
es un trabajador social, ell a fantasea qu e es un profesor tos de had as 0 los mito s era n vistos como tonterias v
o el rector de una universidad. E n estas fan tasias ell a aun como distracciones perniciosas; hubo asim ismo una
ta l vez es te recon ociendo cierto ocult o potencial acade- gene rali zad a ceguera sob rc la importancia del fa ntasear
mico en su esposo, quien q uiza se convier ta algiin dia en la ed ucacion y en las relaci ones interpersonales.
en un catedr atico de un a escuela de trab ajo socia l. Las A fin de apr ehender la significacion de ta les fant asias
fantasias de la esposa, en es te caso , estan muy rel acio- mutuas, en p ar ticul ar en el analisis, y en gen eral en las
nad as con su esposo y con la rea lizacion de las poten- relaciones humanas, vea mos bre vemente com o conside ra
cialidad es de es te; sus esperanzas pueden no ser rea- la psicolo gia junguian a la accio n y la reaccion en tr e dos
listas, pe ro su punto de vis ta se adap ta esen cialmente personas. Es evid ente de in media to que las fan tasias de
a la nat uraleza de su compafiero . Es tas fantasias crea- una pe rso na sob re si mism a ejer cen influencia en ella .
tivas, es te rodeo im agin at ivo sob re el o tr o, son de P ero es algo ma s dificil ver como las fantasias sobre
la ma yor impor tancia en toda relacion humana. ,Incluso o tra persona pueden influir a esta aun sin llegar a
cuando estan fuertemente me zclad as con componentes verbalizacion, La psicolo gia junguiana compren de q ue
ego ticos , sirven al menos p ar a es tim ular la ima ginacion la relacion entre dos personas es algo mas q ue el con-
de la otra persona. Todo el mundo necesita fantasear tacto de dos con ciencias. Cu ando dos personas se en -
sobre sf mismo , gira r en torno al po te ncial propio, y cuentran, en tran en contacto con sus p siques la te ntes; 10
de spertarlo, a la manera mitolo gica 0 del cuen to de ha- con scient e y 10 inconsciente, 10 dicho y 10 no d icho ,
das . Un a de las traged ias en las vidas de los nifios huer- tod o tiene efecto sobre el ot ro . No sabemos con preci-
fano s estriba en qu e nadie te je ta les fantasias sob re sion co mo acontece este flujo de efec tos . P er o puede
ellos, de modo que en ellos no despi erta ninguna po ten- observa rse un a y otra vez que la psiq ue de una persona
cialida d ; esos nifios quiza lleguen a convertirse en adul- ejerce efe cto sobre la otra, q ue todos nu estro s de seos,
tos obedientes, pero psi qui camen te estara n vivo s a fantasias, sentimier itos y emo ciones, nuestra conc iencia
med ias. y nuestr o incon scien te. , m ue ven al ot ro aunq ue no de-
Subrayo una vez mas que las fantasias de est e tipo claremos directa mente m uch o de 10 que sucede en la
no son nunca "verd ad " en un sentido realista, sino de- psique.
finida men te en el sentido simbolico . Pued en estar rela - Este mo do de concebi r la relacion es, naturalrnente,
cionadas con tod a la o tra persona 0 solo con ciertas dificil de pr obar . P ero la mayoria de los ob servado res
caracteris ticas de ella ; pueden referirse a posibilidades int eresados en relaciones in re rp ersonales, psico terape -
pasadas 0 futuras . En la con versacion cotidia na afloran tas 0 no , son cont inua mente sorprendidos por la dife-
en comentarios de este tenor : " Me 10 imagino como un rencia en tr e el cauda l de cosas qu e se comunican e in -
pirata an tiguo"; " me parece del tipo artistico"; " puedo ter cambian dos personas, y 10 poco qu e cornpar ativa-
verlo co mo un lord Ing les" . men te se expresa en pa lab ras y accione s.

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De un analizado se espera que trate de con tar a su tr ansferencias, 0 para disolverlas tan rapidarnente como
an alist a, de la manera mas honesta posible, todo 10 que se pueda.
siente, suefia y fantasea. Eso da al analista un acceso Pero las fantasias antes descritas son mas dificiles,
considerable a los problemas de sombra del analizado. y muy importantes en relacion con los Ienomenos de
Y re d procamente, aunque el analista no acostumbra sombra. Aqui los analistas , como los avestruces, en tie-,
con ta r sus propios suefios y fant asias, estos influyen rran muchas veees la cabe za en la arena . Poco se ha
tambien en el analizado y en el curso del analisis. Si el dicho acerca de las fantasias nuestras sobre los analiza-
an alista est a realmente interesado en mantenerse en dos; casi siempre se las entiende enseguida como ex-
conexion con su sombra, debe confrontar activamente pre siones de una contra-transferencia, con 10 cual per-
sus fanta sias sobre sus analizados y avenirse con elIas . manecen enteramente ineomorendidas.
Es en ab soluto imitil hacer el papel de terapeuta com- Si un analista ha desarrollado una cierta rel acion
pletamente "objetivo". Esto seria un au toengafio . Vien- con el an alizado (sin la cual -ningiin analisis culrn inara
d.o el pro?lema desde otro angulo ; podriamos decir que bien ), tendra repetidas fantasias con ten tivas de su vi-
SI el analista tuncionara con la objetividad de una com- sion del analizado y que se mueven en torno a las po-
putadora , su efeeto terapeutico seri a, seguramente, casi teneialidades de este. Estas fantasias ejereen influencia,
nulo, pues la posibilidad terapeutica bas ica reside en el del mismo modo que la de los padres influyen en el
ser ~u:nano. M uchos terapeutas tratan de suprimir 0 nino y las de la esposa afectan al .esposo . Entonces
reprumr las fantasias sobre sus an alizados, como si estas ap arece en el anilista un rasgo destructivo . Suelen sur-
no fueran licitas. Pues el contenido de esas fantasias gir extrafias, negativas y persistentes fantasias, que
fuese el que fue se , continu a ejerciendo un efecto. E i pueden inclusive proporeionar cierto gcncro de sat is-
asunto consiste en no eludir nuestras fantasias. Una de faccion . Tal vez giren en torno a un po sibl e suicidio
l ~s primer~s tarea s del terapeuta es examinar sus pro- del analizado 0 en torno al brote de un a psicosis. Quiza
pias fantasias y tratar de comprenderlas. Analista y ana- se trate de imagenes destructivas sobre la familia del
lizado tienen eada uno fanta sias sobre el otro envuel- analizado , 0 su vida profesional , 0 su salud. Semej antes
ven al otro en sus imaginerias. ' im ageries ejercen una extrafia fascinacion en el analista.
Lo que no s interesa aqui es de scribir la sombra del E n lugar de una aproximacion positiva, muestran al
ana lista. Mucho se ha escrito sobre lo s peligros de la analista seducido nor las po sibilidades negativas del
contra-transfereneia . Normalmente , en el paciente debe analizado. En eonversaciones entre analistas esto se ex-
tener lug ar un a transferencia haci a el analista. Entonees presa frecuentcmente en el obvio agrado con que se
es . tarea del analista disolver esta transferencia y se- habla del grave peli gro que enfrenta un analizado deter-
guirla has ta sus fuentes. Es asi como se llega a los com- minado . Estas fantasia s negativas del analista no son
plejo s neuroticos . P ero si el analista experimenta una proyecciones; se refieren a Iineas efectivas de posible
contra-t:a~sferencia, si proyecta en el analizado figuras, desarrollo. La energia psiquica del analista se concentra
caractert sti cas, etc. , que realmente tienen poeo que ver en el lado de struetivo del analizado, estirnulandolo. E s
con este, 0 que son meras respuest as a la transferencia un tipo de " imaginacion aetiva", en el. sentido que esta
inicial, en tone es el desarrollo posterior se vera natural- expresion tirn e en psicologia junguiana , pero que gira
~ente bloqueado . Todo esto es bien sabido, y todo ana- en torno al potencial destructivo del anali zad o, y obra
lista escrupuloso ha sido entrenado para reconocer trans- sobre el eomo una maldicion .
ferenci as y para prevenir el surgimiento de contra- Una forma algo mas magica de este fen orneno se
enc uen tra en la psicologia popular . Se sostiene cormin-
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men te que euando un padre 0 un maestro creen que tasear sobre las posibilidades fu turas de est e. Le cs casi
un nino determinado " no servira para nada .. ., segu- imposible el solo estar alli con el analizado, verlo como
rame nte acabara en la carcel" , ese padre 0 maestro es en el momento , aprehender qui za la psicodinamica
pr actican un influjo devastador en el nino . Esa "fe de su historia personal sin extender al futuro su vision.
negati va" es una analogia cercana a las destructivas Fantasias semiconscientes e ilu siones deben de vez en.
fantasia s que est amos discut iend o. eua ndo lanzar al analizado en el futuro, como " curado "
Los origenes psicologicos de este casi compulsivo mo- o al menos cambiado. Si esto no sucede, el analizado
vimien to en torno al potencial negati vo de un analizado, no recibe estimulo y se encuentra entonces, apr oxima-
son multiples. Entre ellos esta la sombra destructiva da mente, en I'a misma situacion del nino huerfano del .
del analista: el charlatan, que no esta por principio que hablamos al principio, en torno al cual no se hila
interesado en el bienest ar del analizado , sino en el po- fantasia esperanzadora alguna y quien , por tanto , sufre
de r . Pero semej antes fan tasias son con frecuencia tan un desarrollo estancado nor ausencia de estimulos .
destructivas que de hecho dafian al anali sta mi srno, pu es La situacion se torna- grave euando las irnaginerias
un fracaso en la terapia 10 afect ara a el tarnbien. La del analista persisten en moverse alrededor de las po-
concentracion casi compulsiva en las posibilidades ne- sibilidades del analizado cuyo desarrollo beneficiari a
gativas del anali zado, esta unida a un flanco destructivo menos a este que al analis ta mismo. Es posible invocar
en el analista, que mas adelante tendremos que estudiar un ejemplo : un analista "ve" en su oaciente un futuro
en detalle. E I terapeuta no esta solo con sus fantasias Ge rente General; en este caso espedfico la fantasia est a
negativas, ya que estas se ven robustecidas e influidas realmen te de acuerdo con una de las posibles lineas de
por sus anali zado s. Una vision del anali zado sobre su des arrollo del analizado, pero es una posibilidad que
analista suele ser correcta en un cicrto sentido, pero solo podria realizarse si su desenvolvimiento psiquico
unil ateral. Ve en el analista posibilid ades qu e estan ver - avanza unilateralmente. Por tanto, no sera del to do bene-
dad er amente presentes, pero que no constitu yen el cua- fico para el analizado concentrarse en alcanzar aquella
dr o completo. Sus fantasias giran normalmente en torno posici6n de poder. Ello en cambio beneficiaria de un
a la somb ra del analista. EI analizado pu ede ver al modo oscuro al anali sta , pues este obtendria una influ-
terapcuta como a un cinico avido de dinero que ridicu- yente conexi6n, extraeria del casu una sensaci6n de su
liza a sus pob res c1ientes euando habl a con sus colegas; propio poder al ver en una posici6n "irnportante" a un
o como a un cientifico calculador a quien solo in tere sa ex-analizado.
la gent e como " cases", 0 como un mal marido y padre
deplorable . Y con esta s fantasia s negativas , el anali zado
disminuye hasta cierto punta la habilidad que el ana-
lista debe desplegar para ayudarlo. Quiero enfatizar nue -
vamente que no estamos hablando ahora de transferencia
o pro yecciones, sino del recon ocimiento , por parte del
anali zado , de un potencial real en el analista, de un a vi-
sualizacion de la sombra zlel analist a.
Las fantasias positivas del analista pueden tarnbien
ser de caracter destructivo, pero su peligros idad es difi-
cil de reconocer. Tan pronto como entra en relacion
con el anali zado , el anali sta debera de algiin modo fan -
51
'50
V. EL ANALISTA Y LA VIDA NO ANALITICA
DEL ANALIZADO

A del analista por


LIMENTADO muchas fuentes, ellado destructivo
aparece muy claro y delineado cuando
se atiende a las relaciones extra-analiticas del analizado.
En un cierto sentido, toda relaci6n es parcialmente ene-
miga de las otras. Hay una petici6n de exc1usividad en
la mayoria de las relaciones humanas. Esto se aplica
tambien a la relaci6n entre terapeuta y analizado. La
exigencia de exc1usividad, presente en la base de todas
las relaciones es intensificada por la sombra charlatana
del analista, que querria tener bajo su completo control
al analizado. En este sentido, la visi6n del analista sobre
las relaciones del analizado con su esposo 0 esposa, con
sus amigos y conocidos, resulta a veces exageradamente
negativa. S6lo se ven los aspectos destructivos de las
relaciones del analizado, s6lo estes se recogen y se ela-
boran en la fantasia. Tampoco aqui se trata de contra-
transferencia. El analista, en una situaci6n como esta,
no esta proyectando nada en el analizado; esta s6lo
dirigiendo el foco de su mente a los aspectos infelices
de las variadas relaciones interpersonales del analizado;
esta divagando sobre ellos con la imaginaci6n. Las per-
sonas pr6ximas al analizado perciben el fen6meno, se
quejan de que la psicoterapia tan s6lo ha aislado al
amigo, dicen que la persona de marras descuida ahora
sus relaciones personales, que no las toma ya seriamente.

53
E sta s quejas no estan siempre cornpletament e justifica- pios ; las suyas son las arnistades y enemistades de sus
das, pero contienen a veces u n ge rme n de verdad . Un ana lizados . La vid a sex ua l del anal ist a puede ser int er-
analista debe tr abajar much o p ara evitar que la rela- ferida ; los problemas sex uales de los analizados acnian
ci6 n anali tica se conv ierta en una relac i6n continua- sustitutivamen te. Hay un plano en el qu e esta susti-
mente hostil a las otra s. Ma s de un a firme amistad ha rucion toma rasgos dr arnaticos : el de la vida politica .:
sid o qu eb rantad a pOI el analisis; muchas relaciones entre Ha biendo escogido una pr ofesi6n tan exigente , el ana-
esposo y esposa, padres e hijos, e tc ., han sido alteradas list a se impide alcanzar una po sici6n politica promi-
negat ivament e en detrimento del analizado . E n algun a nente; tanto ma yor sera en to nces su inversion de ener -
part e del alma del an alista hay un fa ntasm a que qu iere gias en las luch as po r el poder de un an alizado pollt ica- ~
absoluto dominio del paciente. me n te activo . De este modo el an alista, gr adual mente ,
D e modo similar , algunos ana listas in ten ran por todos cesa de realizar una vida propia, con ten tan do se con las
los med ios aleja r a sus anali zados de la terapia de grupo. vidas de sus an alizado s.
Suele ocurrir qu e los an alist as or denan a sus analizado s, Es ta situaci6n es, en p rimer lugar , de con siderable
ya sea n pacien tes 0 estudiantes, aba ndonar cuanto antes peligro para el anali sra mismo . Su prop io desarroll o
los gru pos de terapi a, ba jo el argum en to de que tales psiquico se ve atascado . Aun en su vida no pr ofesion al ,
gru pos distraen al ana lizado de su analisis personal. no puede habl ar mas qu e de sus analizados y de los
P ar a ser enteramente consecuentes , deberian tarnbien problemas de este s. No esta ya en capacidad de arnar
orde narles de jar a sus esposas e hij os, pues tarnbien y odiar, de entregarsc a la vida, de luchar , gana r y
estes son agentes de considerable distracci6n. perder. Su vivir afectivo es sustiruido. Actuand o asf
Otro tip o de manifestaci6n de la sombra charlatana como charlatan qu e dcriva su sus tento de las vida s de
con siste en 10 que podriarnos lIamar un " vivir vica - sus analizados , pu ed e por momentos parecer que el
rian te" . Bajo el pretexto de cur aci6n se drena, se seca analista florece psiqu icamente . Pero en realidad pierde
al analizado . Los anali zados dicen al analista bastantes su vitalidad y ori ginalidad crea dora. La ven taja de tal
cosas, perrnitiendole asf participar en el drama , las tra- vida vicaria reside , po r supues to , en que el ter apeuta
ged ias y alegr ias de sus vid as. Y mu cho de 10 que el se ve igualmente dispen sad o de tod o suf rirni ento ge-
analizado experi menta no puede ser directamente viven- nuino. En un sen tido , incluso esta funci6n la ejercen
ciado por el an alista. Un joven habla de sus amores , por el o tros . E n segu ndo lugar , es te analista hara much o
una rnujer de ed ad med ian a se refiere a las dificultades da fio a su s anali zado s. T arnbi en ellos dej an de lIevar
y placeres provocados por sus nifios. T om ada s en con- sus propias vidas , tr ocandola s por la rel aci6 n con el
junto, las ex periencias de tod os los an alizados de un analista ; tienen experi en cias . . . primordial men te para
ana lista confo rma n un espectro rico y fascinan te de la contarselas a el, E I arnor, por ejernplo, de ja de ser un a
vida humana. E I anali sta pued e ser abso rbido enter a- experiencia p ur a, y se convierte en algo' cuyos " como
me nte por el tr abaj o con sus an alizados, 10 que a pri - y por que" pueden contarse al analist a. La belle za del
me ra vista parece algo bueno ; su vida privad a queda vivir es remi tida al o tro, enriquece no al analizad o sino
relegad a por los problemas y dificultades de los anali- al analista. Si tod a vida pued e ve rse como un a obra de
zados . Pero puede lIegar un moment o en el que los arre, en este caso el anal izado no crea su vida par a
pacientes vivan en lu gar del an alista, un mo men to en disfrutarla, sino para que el ana list a no nece site crea r
el que se espera que ellos llenen la brecha ab ierta por la obra de arte que Ie corresponde ; el anali zado vive
la perdid a de contacto del mismo analis ta con la vid a para ahorr ar al analis ta todo arr iesgarse , para qu e en
calida y dinamica . EI analista no tiene ya amigos pro- lugar de ello el terapeuta encu entre sus placeres en las
o bras del analizado.
54 55
Es ex tremadamen te diffeil segu ir este feno meno del VI. SEXUA LI DA D Y AN ALISIS
"vi vir vicariante" . En muchos caso s el an alista qu e tod a-
via goza y sufre su propia vida tiene un a conciencia
cu lpab le, sien te qu e deberia po ner mas in teres en los
analizados . Empero, a la larga , solo un ana lista apasio-
nadamente compromet ido con su propia vida podra ayu -
dar a los analizados a encontrar las suvas. En este sen -
tido, es cierto, como dice Jung , qu e ' un analista solo
pued e dar 10 que tien e y nad a mas.

EL MODO como la somb ra de l ana lis ta apa rece en el


dom inio de 10 sex ual es ha sta cierto pun ta bien co-
nocido . No ob stante, valdria la pena revisar aqui algunos
aspec tos . No tengo intencion algu na de embarca rme en
un a lar ga d isertacion sobre la naturaleza de la sexu ali-
dad , pero hare un as pocas observa ciones pertinentes
an tes de vo lve r a la relacion en tre sombra v sexu alida d .
Biologicarn ente la sexualidad esta ligad a a la repro-
duccion . Rep rodu ccion y sexualidad deben sin embargo
comprenderse como dos feno menos d isti n tos. La sepa-
racion entre ambos puede observarse en los seres vivien -
tes mas primi tivos, en los qu e la re produccion consiste
en u na division , mient ras lao sexualidad se rep resenta
como el fluir conjuntamente dos organismos. Sin em-
ba rgo , es tarnos interesados aqui no en [a biologia sino
e n la psico logia. E I hecho es que la mayor parte de la
acrivida d sex ual h urnana tiene lugar sin la mas lejana
intencion de propiciar repr oduccion . No podem os acu-
Jir al aserto de que una mujer -si no el hombre-
desea inconsciente mente concebir un nino cada vez que
realiza una relaci6n sexual. Esta es una afirmaci6n dog-
matica que virt ualmente no podra jarnas verificar el
materia l psicologico dispo nible . Du rante mucho tiempo
el Cr istianismo, y particu larrn en te la I glesia Catolica,
hizo de ella una lev mor al: la sex ualidad deb ra uni rse

56 57
a la reprod uccio n . Pero la teologia moderna ha comen- y od io . Es toy hablando de relaciones sex ua les " no rma -
zado a considerar la sex ualidad com o algo mu y dife- ks" no de de svi aciones como e] sado-masoq ui srno, en
rente . Y psicol ogicarnen te no podemos entenderla sol a- que la situacion pa rece mas 0 menos clar a. Lo ?or-
mente en terminos de reproduccion. Es, mas bien , u na I parece ma s oscur o que 10 ano rmal. Una sex ua hda d
ex presion de la relacion ent re do s personas. " oo rmal " alimentad a po r el odio , au nque en tendido •
Tomemos la re lacio n hornbre-rnu jer. Aqui la sex uali- co mo amor, ha destruido a incontabl es per so nas. Y en
d ad no es la base de la re lacio n sino so lo la ex presio n psi co ter apia puede hacer el dafio mas grande.
fisica de un a rel acion fundamental entre 10 masculino EI deseo sexual surge a menudo entre analist as y an a-
y 10 fe me nino qu e es ta profundam ente enraizada en 10 hzad os (en beneficio de la simplicidad , en lo s pr oximos '
hi-mano. La sexualidad seria asl el aspecto Hsico del parratos supondre una paciente y un analist a, aunq ue ,
myster ium conj uctionis. Un hombre y una mujer no por sup uesto , 10 mi smo podria apl icar se a la si tuacion
se at rae n para cre ar un nino ; el nino es, por decirlo . versa ). La observacion de q ue lo s ana lizados tienen
asi, un d eriv ado de est a atraccion , a la q ue la natura- recuent es deseos v fantasias sexuales en to rn o al ana-
leza utiliza ent re otras cosas par a pro posi tos re pro duc- ista , viene a resultar un lugar corn un par a quienes dedi -
tivos. Sin embargo , basicarnente , la relacion corpor al n atencion a los Ienomenos de la psi co te rapia . Pero
entre hombre y mu jer , .el laze sexual, no es otra cosa hav menor disposicion a d iscu tir el hech o de que , cas i
q ue uno de los lazes mas intensos en tr e 10 ma sculino y co n la mis m a fre cu en cia , tarnb ien los analis tas hil an fan -
10 fe me nino per se . asias sex uales sobre sus analizados . Por desdi ch a, siem-
H e di cho ya va rias veces qu e en la situacion eI psico- pre se ve este Ienomeno a la lu z de la transferencia y
terapeuta debe de spertar un a relacion , Sin es ta nad a e la co n tra-transfer encia. Me par ece mucho mas justo
suce de. Si ning una ernocion, si ningun afe cto flu ye entre co mprender los de seos y fantas ias sexuales de analizados
analizado y terapeuta, el proceso psiquico no puede . ana listas como expresiones Iisicas de la relacion . AI
com en zar a mover se . T oda psicot er ap ia se ba sa en una ver asi eI asunto , d ebemos sin embargo mantenernos
rela cion , aunq ue sea minima. Si ella esta presente , no co nscien tes de que la relacion tiene siem pre un doble
sera solo de orden psiquico sino qu e ten dra tambien . speet o . Relacion significa amo r y od io, con d om ini o de
un com ponen te d e orden corpo ra l 0 [isico. La relacion u no u o tro signific ado segu n las circunstancias .
fisica entre analista y paciente es de la mayor impor- En 10 que a fantasias sex uales se refi ere , los ana listas
ta ncia . Pero to da rela cio n hu rna na puede ser negativa ju nguianos tal vez pu edan ser un poco ma s atrevid os
o positiva , hech o que cas i nunca rec onocen quien es que los terapeutas de o tras escuel as . No ataca n inrnedia-
desean hacer de las relacio nes interper son ales una rel i- ra rne n te tal es fant asias como fenornenos de tran sferen-
gio n . Hay am or y odi o en cad a relacion , el deseo de cia 0 co n tra-tr ansferen cia, y estan bastante capacitados
asis tir al o tro y, al mismo tiernpo , de d est ruirlo. U no u no solo para tranquilizar a lo s analizados, sino tarnbien
o tro factor puede pr ed ominar , arnor u odio , eros 0 para retarlos a que continuen con esas fantasias y a
de structividad . Desafortunadamente, en el lenguaje co- q ue yea n como se de sarrollan . Pero hacer est o re quiere
rrien te la sex ua lida d - es deci r la relacion fisic a entre de terminar antes si la activacion d e la sexualidad en la
hombre y mujer- es refer ida corrientemente como siruacion terapeutica es ex presion de una rel acion posi-
"arnor" . Ell o es tan abs urdo como 10 seria em plear la riva 0 negativa. Por ejemplo, mu y a menudo el an helo
palabra am or par a d escribir todas y cad a un a de las sexual de un paciente no es mas qu e el de seo de destruir
rela ciones entre las personas. La sex ualida d, el asp ecto orofesio nalment e al analis ta, d eseo que a su vez pro-
corporal de las relaciones hu ma nas, p uede exp resar amo r viene de su pa rticular est ado psiqu ico. No podemos

58 59
exponer aqu i las much as razones por las cuales una - se la realiza sexualmente. Me parece que esta opinion
paciente desea destruir a su analista. En todo caso, tal se funda en un malentendido. El objeto de la terapia
activ acion destructiva de la sexualidad suele constelizar es la relacion entre el analist a y el analizado, sino
un a equivalen te sexualidad destructiva en el analista. curacion, el establecimiento de una nueva orientacion
Uno de los mas viejos trucos del charlatan consiste en iquica. Si la relacion es concre tizada sexualmente,
tratar de atar a las analizadas despertando en ellas el 'a de ser el recipiente en el que tiene lugar el pro- '
deseo sexual. Es muy facil par a un psicoterapeu ta caer de curacion: se convierte en un fin en si misma y
en este par ticular aspecto de su sombra . Y ello es fre- truve la terapia. Consciente 0 semi-conscientemente,
cuentemente reforzado por algo toda via mas extrafio: o esta perfectamente claro para el analista, y por 10
una cierta auto-destructividad ; la tendencia auto-des truc- neral tarnbien 10 esta para el analizado. Puede por
tiva ha sido ya mcncionada ant es en este libro , y a ella to tomarse como regla que mientras mas presione
volveremos luego. Lo importante en este contexto es 10 eI analizado , 0 alga en el analista , par a que el lado
siguiente: si la sexualid ad constelizada es una expre sion sexual de la relacion sea vivido, mas pro babilidades
de fuer zas destructivas, es vital para el analista seguir bra de que esta sexualidad sea destructiva. sera des-
su pista en el y en el analizado, con el mayor celo psico- ructiva para la terapia, y muy a menudo expresara
logico . Ha y analistas que se han aniqu ilado y han des- ambien una relacion destructiva en general. Se trata
truido a sus pacien tes al identificarse con esta sexuali- e un inten to para destruir al ter apeuta como terapeuta .
dad ; pues se trata de un tipo de sexualidad que exige Y sin embargo el terapeuta es una parte importante del
casi compulsivamente concretizarla, precisamente par a ho mbre a quien el analizado pretende amar . Por ello ,
alcanzar su proposito destructivo . ba jo ninguna circunstancia armonizan la situacion tera-
La situacion es muy diferente cuando el despertar del peutica y la concretizacion de la sexuali dad.
deseo sexual ent re analizado y analist a expresa el as- Aho ra bien , aunque debe haber un irrevocable no
pect o corporal de un a relacion basicarnen te positiva. a la concretizacion de la sexualidad en el analisis, la
Esto es mucho menos peligroso, ya que ningu na de las actitud ant e la aparicion de una mutua at raccion sexual
partes esta esencialmente interesada en dest ruir a la debe ser objeto de diferenciacion. La cuestion sobre
otra, y las fan tasias sexuales no son mas que signos de que representa en verd ad esta sexualidad ha de investi-
una relacion fruct ifera , limitada a tener un efecto posi- garse sin cesar . EI analista debe examinar con cons-
tivo sobre la terapia . Entonces puede permitirse abierta- tancia y soportar penosamente tanto las suyas como las
mente la continuacion y el desarrollo de tales fantasias, fantasias sexuales del analizado; comprender las de su
pues la urgenci a de concretizarlas no es tan fuerte . paciente y eludir las propias seria de un valor cuestio-
Sobre la concretizacion de fantasia s sexuales: es una nable. Pues el caract er real de la situacion psiquica se
regia fer rea del analisis que la sexualidad entre ana- refleja parc ialmente en las fanta sias del analista. Por
lista y analizado no debe llevarse a efecto bajo ninguna ejernplo, un psicoterapeuta qu e controlaba un caso con
circunstancia, sea cual fuer e el esta do civil de las per- un colega , reporto esta recurrente fant asia: tiene rela-
sonas implic adas. Pero, por supuesto , 10 correcto de la cion sexual con una analizada , al dia siguiente ella es
rigide z de tales reglas debe discutirse y examinarse con- IIevada a una clinica psiquiatrica a consecuencia de una
tinuam ente. Ha y analizados , e incluso analistas , que severa cond icion (histerica ); en la clinica , la pacien te
arguyen qu e, puesto qu e la relacion juega un papel cuenta a gritos 10 que sucedio entre ella y su analista ...
decisivo en la terapia, podria teo ricarnente ocurrir que Esta fantasia deja al menos entrever que ciertos facto-
una relacion solo alcanzara su valor terapeutico pleno res sexuales destructivos se est aban moviendo tras los

60 61
ctivas en el mismo y en el pacie nte. A pesar de
sennrmentos tanto del analista como de la analizada. bu enas intenciones, devahia adernas la experiencia
Los psicoterapeutas junguianos, particularmente, ex- analizado y, de hec he, la suya.
hiben una original forma de la sombra charlatana, ori- Aun que la sexual idad sea finalment e un simbolo , solo
ginada en la dis torsion de uno de los muchos logros e ser un simbolo vivo si es realmente expenmen-
de lung. lung, lejos de disminuir 0 desaprobar los a. Las formulaciones psicologicas y filosoficas surgen
de scubrimientos de Freud , dio sentido mas profundo al pu es, se producen entre el sujet o ~ la experie~cia.
plano de la sexualidad. Un psicologo junguiano com - as aun, el enfasis prematuro en el simbolo desple~ta
prende la sexualidad, fundamentalmente, como un sim - el ana lizado la sen sacion de no ser tornado seria-
bolo de algo no-sexual, un simbolo de la uni ficacion de nte en cuenta; porque 10 cierto es que, en tales mo-
los opuestos, de la conjunctio opposit orum . Las cartas me ntos el analizado se sabe import unado y tentado
de amor de una monja a ]esucristo no son necesaria- por fantasias y deseo s sexua les ; el analista deb e ser
mente la sublimacion de un impulso sexual incontro- paz de comprender esta s fan tasias y deseos, de?e s.er
lado , sino pr ecisamente 10 contrario. Auri la mas primi- capaz de compar tir -en cie rto modo- Ja expenenCla,
tiva forma de sexualidad tiene hasta cierto punto carac- ames de tr atar de enr iq uecerla con el simbolismo que
ter de simbolo vivo de la unifi cacion de esos opuestos se aviene.
que son la fuente eterna del dolor y la alegria de la
humanidad . Asi, en definitiva, el fenomeno de in tensa
atraccion erotica y sexual en la psicoterapia deberia
'entenderse tambien como un simbolo de la unificacion
de los opuest os, como un vivido m ysterium conj uc-
tionis. Este aspecto trascendental de la fuer te atraccion
entre analista y anali zada debe de algiin modo ser
aprehendido y experimentado por ambos durante el
analisis.
Y he aqui qu e precisamente ese aspecto tras cenden-
tal del fenorneno puede presentarse a la sombra charl a-
tan a como un recurs o elusivo . Todo analista esta mas
o menos consciente de que la constelizacion de la sexua-
lidad abriga muchos peli gro s. La sexualidad destructiva
trabaja COIT10 una enfermedad infecciosa . Un an alista
junguiano ansioso, preocupado tan solo por su bienestar,
pasa de lado los peli gros de la sexualidad, apunta ndo
hacia un aspecto trascendental tan pronto como aflora
un sentimiento sexual. No presta cuidadosa atencion ni
a sus fant asias ni a las del analizado , y en vez de ello
se refugia al instante en el simbolismo profundo del
fenorn eno sexual. Esto le da alguna inmunidad contra
los peligros erigidos por una sexualida d naciente . Pero
tambien destruye ciertas posibilidades de relacion y mal-
barata una oportunidad de enfrentar posibles tendencias
63
62
VII. EL DESTRUCTIVO MlEDO A LA
HOMOSEXUALI DAD

LA homo sexu al present a en el anali sis pro-


ATRA C CI O N
blemas re lacion ules mu ch o mas co mp licado s que lo s
o t recidos pori a at r.iccion het erosexual. Para entrar en
ellos ofrecere alguna s no tas so b re ho rnosexu alidad en
gen eral.
~. M uchos psico logos sostienen q ue el nino es un " per-
verso polimor fo " , 10 q ue inc luyc, entre otra s " desvia-
cio nes sexua les", tan to la here ro sexu alidad como la ho-
mosex ualid ad . I I juego sexu al en tre los ni fios ob via-
men te tiene lugar en ambos ni vele s. En el curso del
des arr oll o el componente heterosexual gana progresiva
irn po rt ancia , mientra s que el factor homosex ua l retro-
ced e, tiende a ser su prim ido y es reprirnido. En rnuchas
pe rso nas el sec to r homosexual esta rnu y ceres d e la su-
per ficie y pu ede activarsele bajo circuns tancias deter-
minad as. No pocos p sicologos creen qu e la horn o sexu a-
lid ad esta por 10 gen er al tan cerca de la su perficie qu e
de be ser su blimad a en algu na forma ; piens an que gen-
tes co mo lo s lider es d e la juventud , los maestros, lo s
o ficiales m ilita res, ejern pli fican homo sexu ali d ad su bli-
mada en u n intere s por lo s j6venes, lo s es tud ian tes , etc.
E n los d ialogos pl ato nicos, Socra tes toma una po sic ion
u n tant o d iferente. So stiene q ue la homose xu alida J es
en reali dad una form a ma s rica de am or , no ligada al
impu lso reproductive y par 10 tanto m as pura y digna
del hombre.
65
Antes apunte que toda relacion tiene un aspecto fisi- no permite delinear, este aspecto corp oral de las rela-
co 0 cor pora l. Dos personas relacionad as, sean del mis- ciones entre personas del mismo sexo es tabu estricto
mo sexo 0 de sexos diferentes, deben sen tir algo fisico en casi tod as las culturas actuales; se 10 suprime en la
el uno po r el otro . E n la mayor ia de las relaciones el infancia y se 10 considera completamente rep rensible.
cuer po esta de algiin modo implicado. Esta sensacion Los pueblos nordicos, en particular, son extremados en
corp oral entre dos pe rsonas del mismo sexo se carac- su recha zo al aspecto corporal de la relacion . Entre los
teri za con frecu encia como homo sexualidad latente, y pueblos del sur es todavia cormin y perfectarncnte acep-
se " diagnostics" como algo qu e no deberia ser. table que los hombres se abracen y tengan con tacto
Pero qui za deberia defini rse la hom osexualidad de fisico. Durante la epoca del Romanticismo era posible
modo un poco diferente. Un homosexual es una pers ona ver pasear a los amigos, tornado s de la mano. H oy en
que rechaza el anhelo y necesidad de union con la pola- dia, entre nosotros los suizos, por ejemplo, el contacto
ridad humana (femenin o-masculino), alguien que no es corporal entre los llam ado s hombres nor males solo es
capaz de esta union porque el otro, el op uesto sexual, posible bajo influencia del alcoh ol.
10 intimida, y se siente inadecuado por alguna razon El analisis utiliza la relacion con fine s terapeuticos .
psicodinamica, En consecuencia, canaliza hacia las per- Pero si una intensa relacion consteliza tarnbien sensa-
sonas de su mismo sexo todo 10 que en las sensaciones ciones fisicas entre dos hombres 0 dos mujeres, el ana-
corporales -norm ales basicamente-s- debe ria dirigirse lista y el analizado deben de alguna mane ra estar fisi-
al sexo opuesto . Asl, en la mayoria de los casos, el camente "j unt os" , deben experimentar las mismas vi-
homosexual es alguien qu e ha repri mido su heterosexua- braciones.
lidad . Pa rt e de su energia psiquic a het erosexual flu ye Pocos analist as pueden hacerIe frente a esta sit uacion .
ahora hacia una homosexualid ad que, en esencia, siern- Tan pronto como aparecen vibraciones corporales, en
pre ha estado pr esente. Muchas veces, cuand o habl arnos fantasias 0 en suefio s, se habl a de homosexualidad la-
de homosexu alidad sublimada 0 latente, malentendemos tente, y el asunto se torna doloroso para el analista.
la situacion. Puede ocurrir qu e nos estemos refiriendo m. aspecto cor poral de eros es echado a un lado y
destn udo . "
no a un caso de homosexualidad en el sent ido antes
de scrit o, sino simp leme nte a un fuert e eros no propi a- Los psicologos junguianos pueden sin embargo eva-
ment e condicion ado . dir la cornpl icacion ero tica, eludi end o las fant asias sexua -
P ara ser mas claro: dos hombres que se azradan 0 les 0 los pla nt eamien tos mas directos , int erpretand olos,
do s mujeres amigas, no pueden encont rarse fi~icame~te simbolizandolos, en un " nivel superior" . Pueden aludir
repul sivos. Nadie puede tener por amigo a alguien cuya a la relacion del analizado con 10 espiritual-masculino, a
pre sencia fisica le disgu sta. Debe experimentar placer su creatividad masculina, etc. Un suefio homosexual
al come r con el, al camin ar con el, al oirlo respirar. No puede interpret arse facilment e como " una busqueda de
solo ':0 debe sent ir repulsion por el cuerpo del otro; la propia masculinidad y un in tento por comprenderIa".
debe incluso experimentar una sensacion de bienestar Como en el caso del erotismo het erose xual, tarnb ien
fisico ante la presencia corpora l del ot ro. Un amigo ahora el analista tr ara de evadir los fenome nos eroticos,
encu en tr a agradable el aspect o corporal del otro. Qui za Los siente peligrosos, se reviste de una interminable
esta resulta ser la sensacion ero tica de qu e hablaba So- variedad de teorias y se apresura a refugiarse en estas.
crates, qui en da a en tender repetidamente que proba- Un ejemplo: un analizado suefia que acaricia y abraza
blemente nun ca se vio compro rnetido en actos hom ose- al analista. El analista probablemente encuentra penoso
xuales sino qu e solo experirn ento sentimientos eroticos, y repugnante este suefio, y 10 interpreta en el nivel
Por razones histori cas qu e el alcance de este ensayo
67
66
VIII. EL ANALISTA COMO ADULANTE
objetivo como una expresion de homosexualidad latente.
En el nivel subjetivo 10 toma como que el paciente esta
conectandose con su factor terapeutico interior (ana-
lista = factor terapeutico} . Puede que el suefio exprese
sencillamente, sin embargo, el des eo del analizado de
un acercamiento mas estrecho a su analista, psiquica y
fisicamente. Se esta quiz a reclamando ternura al ana-
lista; el usa que este hace de la interpretacion como
una pantalla para rechazar tal reclamo resulta, para el
analizado, imitil.
El rechazo del aspecto corporal de la relacion tiene
serias consecuencias, ya ocurra en el analizado, ya en el
analista, pero mas particularmente en este. Parte del
sentimiento erotico esta, por decirlo asi, dando tumbos
en la oscuridad. La relacion entre analista y analizado
puede convertirse en una relacion de odio y rechazo.
LAlas demandas
charlatana, que inclina a1 analista a evitar
SOMBRA
interp.ersonales, puede todavia expre-
Habra quiza que disolver el analisis, 0 tal vez este deba sarse de otra manera, por cierto inesperada. Muy a me-
llegar a una conclusion diffcil ; para ambas partes la nudo un analista debe decir cosas duras a su paciente.
relacion se caracteriza entonces por sospechas paranoi- Esta obligado a sefia1ar ocultos mecanismos psieologicos
des. En sentido freudiano , las dos partes han reprimido y trampas que, si son dolorosas para el analista, 10 son
su llamada homosexualidad, estan de tal modo arnena- mucho mas para el analizado. Ambos, sin embargo, sobre-
zados por ella, que cada uno de ellos se siente perse- llevaran esta carga si los p1anteamientos se hacen con un
guido por el otro. espiritu de verdad y franqueza. A este respecto, se a1~an
Cuando tales sentimientos corporales estrin consteli- dos peligros. El primero consiste en que el analista
zados , el analista serio, deseoso de exponerse, no tiene puede utilizar 1a necesidad de hacer observaciones peno-
alternativa; lejos de rechazar sus sentimientos, debe se- sas para torturar al analizado y afirmar su poder. Si asi
guirlos y permitir al analizado fantasear en torno a procede, el analista no esta sin embargo incapacitado
ellos. Debera aceptar siempre las fantasias del analizado, para darse cuenta; sufre un sentimiento de culpa, y
en lugar de calificarlas como patologicas 0 de eludirlas luego de una honesta auto-evaluaci6n, se percata de 10
ateniendose a su significado simb6lico ultimo. que ha sucedido. La segunda posibilidad es mas peli-
La psicoterapia es, finalmente, una actividad er6tica. grosa . El analista comienza a convertir sus desagrada-
Pero la sombra charlatana del analista procura evitar bles observaciones en adulacion. Esto semeja un genuine
las exigencias eroticas; cuando mas , se relaciona erotica- acercamiento al analizado, y puede rnornentaneamente
mente consigo misma, nunca con el analizado. satisfacer a este; en efecto, el analizado puede incluso
verse ayudado, en cierto momento de su desarrollo psi-
co16gico, por un incremento de auto-estima. Pero en el
transcurso del proceso, el analista ata de modo mas fir-
me al analizado, ya que este se ha convertido en alguien
que ve algo muy valioso en 10 que podria no serlo. He

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68
aqui algunos ejemplos: a unarnujer decididamente avida Cuando un analista comienza a adular, raramente en-
de poder se Ie explica el "arquetipo de la reina"· el contrara ayuda correctiva en su paciente. Por el contra-
aspecto ultra-dorninante de 10 femenino se interprets rio, en tal situacion el anali zado por 10 general tambien
como expresion de una "naturaleza regia". La falta de adula al analista, de un modo directo 0 indirecto. Esta
coraje en las relaciones interpersonales, el miedo al mutua adulacion no es asunto de transferencia 0 contra-
amor y aun la incapacidad de amar pueden tomarse transferencia, sino llanamente de que el analista y el
como "introversion interesante"· se califica a la pa- analizado se aletargan el uno al otro, simulan ser capa -
c~ente no como una cruel egoista; 10 que es en realidad, ces de trabajar mu y bien juntos, abonan entre ambos
srno como una noble introvertida. Asimismo una falta sus auto-estirnas , y en realidad permiten asi que el
e~otica de re~peto por una madre que enve]ece se en- asunto analitico degenere en un juego de chariatanes .
tiende como hber~Clon del animus de la madre. En lugar El valor profundo del desarrollo psiquico resulta trai-
d~. prQcu:ar suavizar la tensa relacion entre padre e cionado. Y 10 que aparece es una foli e a deux.
hijo, se dice que "el rey debe morir" , se habla de rnatar
al padre primordial. No se hace mencion alguna del
hecho de que un analisis meticuloso puede transformar
padres amenazadores en amigables viejos, cuyasamena-
zas desaparecen a medida que el analiza do desarrolla
su propia valoracion. Un afeminado de 19 afios que ha
logrado obtener. de su rico padre un auto deportivo, es
alabado por su fI~meza ant e el viejo, y en el auto depot-
tivo se ve un simbolo de la masculinidad recien al-
canzada.
No ~,s facil para un analista dejar de expresar alguna
ad~I~Clon de vez en cuando . Despues de todo, tiene el
leglt.lmo derecho de hacer ver al analizado que el, el
an~hzado, es en verdad ~n ser humano valioso, y de
senalar los aspectos fascinantes de la psique que se
mueven tras la~ dificultades neuroticas , Debe desper-
t~rse en el analizado la sensacion justificada de que su
vida y su alma son tan importames e interesantes como
las de 10.5 dernas. En el nivel puramente verbal hay, con
Irecuencia, apenas una pequefia diferencia entre desta-
car con veraci~ad la riqueza psiquica del analiza do y
a?ular~o . Los s~mples matices son de capital importan-
cia. 51 predornina la adulacion, el analizado vendra a
ser un neurotico glorificador de su lado distorsionado
lado perturbador y .destructivo para su ambiente y ~
Ia l.arga para el mismo . Su desarrollo psico logico, solo
posible sobre la base de la veracidad, se vera trastor-
nado seriamente.

70 71
IX. ABUSO DE LA BUSQUEDA DEL SENTIDO
DE LA VIDA

E N EL ANALISIS junguiano el concepto si-mismo des-


empefia un papel central. De cierta manera el si-rnis-
mo representa un contra-polo del ego. E1 ego esta rela-
cionado con el hombre mundano, con la posicion social
y fumiliar, con la sa1ud ffsica y la estabilidad emocional.
Por otra parte, el si-mismo es descrito a menudo como
el " destello divino" en el hombre. En terminos algo
solemnes se pod ria decir que esta relacionado con los
valores eternos de la psique humana. No tiene nada
que ver con la posicion social, el exito en los negocios,
las relacion es personales, una gran longevidad, etc. , sino
mas bien con 10 que el Cristianismo ha denominado
" Cristo en nosotros" . En terrninos cristianos, por cierto,
el ego suele ser caracterizado como " el mundo", mien-
tras que al si-mismo se 10 indica con el concepto de
"alma".
La diferencia entre el si-rnismo y el ego es de impor-
tancia extraordinaria, y ningun analisis puede conduir
exitosamente sin que esta diferencia haya sido experi-
mentada. Algunas de esas diferencias pueden detectarse
en el plano de la moral: la moral corriente, a1imentada
por conceptos como el honor, la lealtad, la respetabili-
dad, la fidelidad marital, es en muchos sentidos pro-
ducto del ego del hombre occidental, no del si-mismo.
Desde un punto de vista superior, hay oportunidades

73
en que 10 no-moral es 10 que debe hacerse. T ales inf rac- 10 previo caracterice como el falso profeta, pueden
ciones de la moral generalmente aceptada varian de sde coaligarse. El analista atra pa do porIa sombra falso pro-
la inofensiva mentira oficiosa hasta el asesinato de u n feta-rnas-b ru jo , empieza a mitigar las nece sidades re li-
projimo. El individuo se ve continuamente enfren tado giosas del paci ente con la pretension de conocimie ntos
a decisiones qu e no p ueden to marse en el marco de las trascenden tales. Ve significados demostrables en todo 10
reg las morales gene ra les sino que requ ieren una pos- que ocurre. Un analista junguiano pod ria asi des cub rir
t ura pe rson al, un quebrantamiento de ta les re glas. Ello y proba r en todo la obra del in conscient e : todo suefio,
puede con ducir a conflictos bastante serios. todo acon tecimien to 0 suce so, toda dolencia 0 sufri-
Todo analista sabe esto. E l si-rnismo puede hacer sus mien to, toda alegria, todo acciden te y todo golpe de
propias exigencias al ego. He aq ui, curiosamen te, u na suert e seran en ton ces entendidos significativamente en
nueva posi bilidad para la som bra charlatana: mu y a rerrninos del inconscien te . Como un pequefio dios , el
menudo la tension ego-si-mismo sirve para justificar analista ve claramente todo , y puede ref erir cad a suceso
con la ayuda del ana lista, una conducta simplemente a algo, a otro an terior 0 proximo . La mana oscura de
inmoral, aspera 0 agres iva . El adulterio , pOl' ejemplo, la s Moiras, los Had os , a los qu e incluso los dio ses (es
puede primariamente interpretarse, no como un serio decir , el inc on scien te) es tan suje tos, ya no es recon oci-
insulto y u n ataque al con yuge , sino como una libera- da ; ya no hay tragedia, no hay ya dolor inc ompre nsible
cion de las normas colec tivas en nombre del si-rnismo, ni ho rror. Los hombres caen en la desgracia solo porque
bajo la con signa de la auto-realizacion. Un a conducta han perdido con tacto con el in consciente 0 porque no
desleal e injusta hacia los am igos, conocidos, ernpleados se conocen plen amente. Y al final , es te analista presu-
o superiores; el recha.zo de la moralid ad y la virtud , mira vel' tras los ac on tecimientos mundial es,
pu eden verse com o osadas redenciones ante 10 colec- No impo rta en 10 mas rnin imo a que escu ela teo rica
tivo, como rescates emocionales: D e esta maner a el ana- pertenezca el ana lista. Cua lquier anal ista, sobre la base
lis til-ayud a al analizado a alcanzar morn entaneos alivios de su teorfa particular, puede presumir, ante si mismo
a conflictos morales. E l adultero 0 el amigo desleal o ant e el analizado, que es capa z de penetrar cad a aeon -
siente protegida su culpa; el analizado esta contento de recimiento . De una man era magics , artistica 0 profetica ,
haberse librado de su conflicto mo ral por esta pre caria puede tratar de ligar cad a una y todas las cosas con
via . Pero a la larga tal solucion resultara ineficaz, pues aq uellas fuerzas basicas que se cree gobiernan la vida
el alivio se obtuvo a costa de la verdadera personalidad. psiquica. Tal procedim iento da al paciente una momen-
POl' su parte, el analista esta satisfecho de tan simp le tanea sensacion de seguridad, y el analista se siente
y ra pida " cura cion" . El cha rlatan en el 10 imp ele a un mago om niscie n te .
evadir el largo y dificil cam ino de un a curacion genuina . La sombra cha rlatana del ana lista gusta revestir mu-
E n. tal caso su interes no mi ra a la ve rda dera salud del chos otros disfr aces. Po drian Ilen ar se vohi menes para
analizado, sino a su propia imagen de gr an curandero . describirlos. He tratado de sefialar apenas unos cuantos
En un capitulo an ter ior de scribi como analista y ana - ejemplos tipicos , Pero es tarnbien importante ver como
lizado caen a veces en ' el patron del brujo y el aprendiz esta som bra "Charlatana surge y crece sirnultanea 0 con-
de brujo. Esta constelizacion puede al principio ser junt ament e con ciertas tendencias destructivas del ana -
hast a cier to punto necesaria, y en algunos casos se la lizado hacia la terapia . Ambos fenomenos se estimulan
po dra disolver sin gran dif icultad. Empero, en el curso v ref uerzan mutuamente . POl' esa razon , el analista no
del analisis, el brujo aparece de un modo algo dif erente descubrira nunca el origen de la resistente sombra del
y mucho mas peligroso. E l b rujo, y 10 que en un capi- analizado y de su des tru ctividad hacia la terapia, si no

74 75
esta constantemente conscient e de su propia sombra.
Esto nos lleva a la referencia hecha en el capitulo nos. Mien tras se atenga a los limites de un menesteroso
" Psicoterapeuta: charlatan y falso profeta", sobre la dispensador de servicios, el tra bajador social tiene poco
imprescindible honestidad del anali sta para con el ana- que ver con la imagen medica basica; pero el trabajo
lizado. En principio, debemos abstenernos de represen- social se orienta hoy en una direccion medica . Un tra-
tar el papel del que jamas incid e en la sombra; debe- bajador social no es ya un agente caritativo, sino alguien
mos estar preparados para admitir nuestros errores en que quiere colaborar en la corr eccion de una situacio n •
este sent ido , no necesari amente en todos los casos, pero social. Alguien que trata , a veces con demasiado fervor,
si como principio. Las resistencias destructivas del ana- de extraer del conocimiento psicologico 10 que podria
lizado esta n ligadas a los problemas de nuest ra sombra servirle para ayudar al marginado social. Lo que se co-
y si no apre hendemos estos, aque llos tampoco sera~ noce en trabajo social como "historia del caso" pod ria
aprehendidos. Por ejemplo, debemos estar en capacidad compararse a una psicoterapia simplificada.
de decir: "Aqui ambos caimos en nuestras tendencias
dest ructivas. Yo trate de adularlo a Usted y Usted trato
de agrandar sus comp lejos para aparecer como un neuro -
tico interesante" .
La sombra en el analista con steliza la sombra en el
analizado. Nuestr a honestidad ayu da al paciente a con-
fron tar los fen6menos de su sombra . Nuestro trab ajo
tendra qu e des empeiiarse en ambos terrenos.
He tratado ya con cierta extension los pro blemas del
psicoterapeuta . En el primer capitulo , " T rabajo Social
e Inquisicion " , describi algunas dificultades enfrentadas
por el trabajador social. Para aumentar nuestra com-
prension de los lados oscuros de estas dos profesiones,
qui za sea necesario ir mas a fondo en los moti vos que
las orientan . Hagamos otra vez la pregunta inicial. (Que
impulsa al psicoterapeuta a ayuda r a personas que tienen
dificul tades emocionales? (Que incita al psiquiatra a
tr atar con enfe rmos mentales? ( Por que se interesa el
trabajador social en los desajuste s sociales? (Que es 10
que compele a ciertas personas a auxiliar al enfermo,
al sufriente, al infeli z, al marginado?
A fin de comprender estas cuestiones debemos pri-
mero examinar la situacion del medico , imagen primor-
dia l del que asiste y cura . Tal vez una vision del aspecto
sombrio del medico y de su modelo basico: el qu e LUra
y asiste, pueda extraerse de la medicina clasica, no im-
porta SI se la aduce a proposito del psiquiatra, del psi-
coterapeuta, del analista 0 del trabajador social moder-

76
77
X. EL MEDICO PODEROSO Y EL PACIENTE
INFANTIL

A L COMIENZO de este libro nos referimos al problema


de poder en el ambito del trabajo social. El oscuro
Ienomeno del impulso de poder es, para todo activista
de esta especialidad, notablemente obvio. Pero tanto
como al trabajo social, el problema de poder es con-
comitante a la profesi6n medica.
La medicina ha hecho grandes progresos en los ulti-
mos siglos. Se ha logrado mucho en 10 que respecta a
aminorar el sufrimiento y prevenir la enfermedad. Mu-
chas enfermedades infecciosas, como las pestes, han sido
practicamente liquidadas. El uso de la vacuna elimin6
virtualmente la viruela epidemica 0 endemica; la tuber-
culosis esta parcialmente controlada. El progreso tecnico
en cirugia ha hecho posibles las operaciones mas extraor-
dinarias, para salvar y prolongar la vida: se transplantan
partes del cuerpo u 6rganos vitales. El viejo flagelo de
la fiebre puerperal, que victim6 a tantas mujeres j6ve-
nes, hoy es una rareza. En la imaginaci6n, al menos,
los limites de la medicina nos parecen remotos. Sus
instrumentos y facilidades son de tal magnitud que
puede facilmente colegirse una proporcional cantidad de
poder en manos del medico, tanto en sentido positivo
como en sentido negativo.
Can el medico arcaico a chaman estamos familiariza-
dos gracias a las descripciones de los etn6logos; segtin

79
elIos, el chaman fue siempre visto como una figura pode- muerte. Tiene lugar una ext rafia forma de regresi6n . El
rosa que no vacilab a en apel ar a cualquier recurso para ciente ya' no es dueno desu'~~ueipo"sroosu vfctima.
mantener ese relie ve. El poder del chaman y la codi- am lenlapslque par ece transformarse bajo la In fluen-
cia de poder esta ban ligados al hecho de que no solo cia de la enfermedad Iisica . Muchas esposas que han
era medico sino adem as sacerdote en contacto con fuer- teni do que asistir tem poralmente a sus maridos enter,
zas superiores. Todo intere sado en la historia sabe que mos, podrian rela tar incontables ejem plo s de este cam-
entre quienes se sup one que esta ban en contacto directo bio . E l hombre fuerte , prote ctor de su hogar y seno r
con los dioses hubo siempre algunos qu e hicieron mal de su casa, se ha convertido en un nino que pide lIori -
uso de su poder. queando su juga de naran ja. Los medicos y las enferme-'
Tarnbien los medicos de la anti gua Grecia era n sacer- ras observ an la misma regresion en pacien tes ho spita-
do tes, pero sacerdo tes de E sculapio, dios de la curacion lizados. Ven como los adultos se convierten en nifios,
q.uien con el cur so del tiempo vino a ser solo una espe- como oscilan entre una ciega fe en sus especialistas y
ere de santo patrono. Los medicos ara bes y judios de una equ ivalente recalcit rancia pueril.
la Edad Media desarrollaron un a vfa ampliamente diver- En esa situaci6n el medico es el gran auxilio. Es la
gente de la del sacerdocio, mas bien cercana a la acep- fuente de toda esperanza. Temido , repetado, odiado y
cion moderna. P or su parte, los medicos europeos me- admirado, parece a veces casi un redentor divino. Puede
~ales ~stuyie""ro_n_)lluy in£1ui,dos. P<2L~ alqiii~Ig,-S!.e curar , aliviar el dol or y hacer soportable la experie ncia
mo 0 que con ellos la medicin a estuvo nuevamente de la muerte. Sin el, el paciente esta perdido. En termi-
en con tacto ceil'l lo-sObtenafur ar- Mas· -i:ifde-'los-medic os nos in telectuales, el medico sabe que sus pacientes son
del~enaclmiento-volvieron al..tipo de medico "pure " , personas como el. -Pero el doctor honesto debe reco-
cientifico antes que religiose. nocer su imposibilidad de evitar una actitud sube stima-
A tr aves de esos periodos de la historia, y a pesar de tiva hacia los pacientes . Para un medico de ho spital,
las alternancias medicina - ciencia y medicina - religio n, especialmente, los pacientes se vuelven pobres e in feli-
y aun cuando los recursos tecnicos fue sen mu y limi- ces cria tur as, entes sin dignidad, en fin una c1ase dife-
tados, los medicos fueron siempre tan respetados y temi- rente de ser humano: lion tan irr azonables, no toma n
dos como 10 son hoy. En realidad da la impresi6n de su medicina, hacen cosas qu e es reportan dano, un as
que los medicos gozaron muchas veces de tanto poder veces-ol5edeceh y ' otra s no, siernpfe ·como'l os nifiOS
"como los sacerdotes. Nues tra pr egun ta es entonces: .Es- pequenos7-E fl- el paciente regresivo , infantil y teme roso,
ta el poder del meclico,.o de la med icina , basado mas se da el extrema de una pola ridad cuyo ot ro c abo, el
oien en "un hecho psicologico que en el conocllnie nto superior , es rel?!esen tado por e1 orgUlloso medico, dis-
cientffico ? - tante aunqu-etodavIal Jiip oco"frfamenteeorte:::- s.- -"-- -
V eamo s el asunto desde un angu lo psicol6gico. La - - - ---
-~ ~ ...-- --- ----- -
gente sana pu ede hacer una vida ind ependiente, digna
y respetable ; un cuerpo sana posibilita una conduccion
de asuntos libre e independiente, siempre qu e las cir-
cunstancias ex teriores sean favorables. Pero todo cam-
bia cuando interv iene la enfermedad. Entonces el hom-
bre sana se convierte en paciente, el adulto en nino ' el
individuo an tes digno y sano esta de pronto dominado
por el miedo, torturado por el dolor, retado por la

80 81
XI. EL ARQUETIPO CURADOR-PACIENTE Y EL
PODER

L A RELACION entre curador y paciente es tan fund a-


mental como la de hombre y mujer, padre e hijo,
madre e hija. Es arquetipal, en el sentido expuesto por
lu ng; es decir, expresa una forma innata y potencial de
Ia conducta humana. En situaciones arquetipales el indi-
viduo percibe y acnia de acuerdo a un esquema basico
qu e Ie es inherente, pero que es tarnbien, en principio,
el mismo para todos los hombres.
( Ofrece el arquetipo "c urado r-paciente" algun escon-
drijo al poder? Antes de contestar esta pregunta, esbo-
cemos los muchos significados que encierra la palab ra
" poder" .
En una relacion humana un sujeto confronta a otro.
Cada uno es sujeto, cada uno se relaciona como suje to
con el otro. En una relacion en la que el poder es el
factor domin ante , un sujeto trata de convertir al otro
en 'objeto, y este se ha sometido al primero. 0 sea, el
objeto puede ser manipulado por el sujeto segiin los
intereses del ultimo . Tal situacion acrecienta en el su-
jew el sentido de su propia importancia, y releva de
responsabilidad al objeto . Esto es una forma de poder.
O tra forma es constituida par 1a "auto-deificacion" . Solo
Dios 0 los dioses tienen el derecho de dom inar a los
hombres. Un humano poseido por un complejo " divino"
rata, como un dios , de dominar a otros seres humanos.

83
Este tipo de poder tiene una cualidad numinosa, y es mente deplorable . Hace esperar a sus pacientes durante
ex tremadamen te peligroso tanto para quien rige como horas mientras conversa despreocupadamente con las
para el gobernado . Los Cesares, Napoleon e Hitler enfermeras: da a los pacientes una minima informacion,
son ejemplos historico s de esta au to-deificacion; Jacobo a vece s ni siquiera los mira, y extiende instrucciones
Burckhardt describio tal tipo de poder como la maldad sin explicar nada. Pasa ante los cuadros medicos como
per se . un potentado oriental desdefioso de sus esclavos . Todo
El moderno culto al medico es, al menos parcialmente, ello se ve mas bien miserable, no hay esplendor alguno
un a expr esion de ese ult imo tipo de poder. Al usar el en esas actitudes.
terrnino culto me refiero a la ven eracion publica y al Y enfrentamos asi la cuestion sobre la naturaleza del
pre stigio social que acornpafian a la figura del medico , poder del medico . Salud y enfermedad, cur~dor y en -
quien " tiene en sus manos la vida y la muerte, la enfer- fermo , doctor y paciente, todas estas parej as for~an
medad y la salud ". Puede hallarse expresion de este motivos arquetipales. (Pertenece el poder al arquet~po
culto en mediocres y abundantes novelas con heroes curador-paciente, tal como es irregateable al arquetipo
medicos, en lib ros bio graficos como el Saint Mi chele re y-vasallo? Si asi fuera realmente, no habria nada de
de Axel Munthe, en ser ies de tele vision 0 de cine . mezquino 0 cruel en el ejercicio d.e p~der por el .me-
Este cul to y el po del' que los medicos pueden ejer- dico. Un arquetipo es un factor pnmano, una realidad
citar en los hospitales, estan unidos y se alimentan el fundamental , y no puede segun ello ~er despreciable pc:r
uno al otro. El med ico-jete dictatorial , cuyos humores na turaleza. El tipo de poder de scnto arriba a propo-
aterrorizan a los pacientes, y ante quien tiemblan los sito de la relac ion paciente-rnedico, (sera entonces ex-
internos y hasta las enfermeras rezongonas, es una figu- cIusivamente negativo y destructivo , sera solo un intento
ra corriente. Los pacientes no se atreven a formular de convertir en objeto a un sujeto y de degradar 1a
pre guntas por tem or a verse bruscamente tratados . Sin humanidad del otro? Al parecer, no se puede sostener
embargo, muchas enfermeras, estudiantes y pacientes esta tesis: los medicos escogimos nuestra profesion para
admiran tal mue stra de poder y respetan al grande y curar ; arduamente se podra suponer que nos ?r.i~nten
poderoso curador cuan do este avan za como un semidios semejantes motivos destructivos. Tercera posibilidad:
a traves de los corredores del hospital, seguido por un (es que estamos trata!?do ~~n una form~ ?e autodei.~i­
cortejo de asistentes. cacion , con un complejo divino en el medico? y~ _d11e
Pero algo ha y aqui demasiado irrisorio . Una nota que , dada la historiaconocida de nuestra profesion y
risible trata de in tervenir en mi descripcion , Porque teniendo a la vista el modelo affn de la carrera sacer-
las novelas y biograffas medicas, asi como las series de dotal esta deforrnacion hacia 10 divino tiene visos per-
television sobre la vida de hospital, nos resultan gene - tinentes a nuestro problema; pero se diluyen e?segu~da
ralrnen re sentimentales, de gusto mu y pobre y despro- cuando se mira la pequefiez, la pobreza, la cast cursile-
vistas de todo valor artfstico. Hay algo impresionante ria del fenomeno medico-poderoso tal como este aeon-
en un politico que ejercita su poder, en un lider laboral tece en la practica . Tratar de ser como Dios qui za sea
que paraliza con una palabra toda una industria, en un una gran transgresion, pero no tiene nada de po?re.
ger ente industrial cuya s decisiones afectan las vidas de Y sin embargo, 1a mezquindad naturalmente asocla.da
centenares de personas, en un general que puede llevar al pod er del medico no puede ser asunto de me:a cOl~­
incontables soldado s a la muerte . Pero un medico que cidencia. Los diversos tipos de poder hast a aqui consi-
abu sa de su po sicion desplegando poder, parece un tira- derados parecen, pues, inadecuados.
nuelo ridicule, un personaje desproporcionado, moral-

84 85
XII. LA ESCISION DEL ARQUETIPO

M UCHAS Y variadas caracteristicas del arquetipo han


sido tratadas en la literatura psicologica. Pero un
aspecto pa rece haber sido relativamente ignorado. Para
evitar malentendidos volvere a la naturaleza del arq ue-
tipo con palabr as algo diferentes a las anteriores.
Un arq uet ipo puede definirse como una innata poten-
cialidad de conducta. Los seres humanos reaccionan ar-
quetipalmente ant e algo 0 alguien cuando se hall an en
una situaci on tipica y de constante recurrencia. Una
madre 0 un padre reaccionan arqu etipalmente ante sus
hijos, un hombre reacciona arquetipalmente ante una
mujer, etc . En este sentido, ciertos arquetipos tienen ,
por decirlo asi, dos polos; la trama basica del arquetipo
contiene una polaridad.
Claro que no sabemos con preci sion como se ori gino
la conducta arquetipal. Quiza un polo del arquetipo es-
taba inicialmente en un indi viduo, y el otro polo estab a
fuera de el, en su projimo. Pero en la psicologia humana,
como la conocemos, ambos polos estan contenidos en
el mismo individuo (cada uno de nosotros tr ae al nacer
ambos polos del arquetipo en su interioridad ). Si un
polo de un arquetipo es constelizado en el mundo exte-
rior, el polo in terior y opuesto tambien se consteli za.
Un nifio despierta en su madre una conducta mater-
nal. En la psique de toda mujer hay la innata potencia-

87
Iidad de una conducta maternal ante la situacion madre- extendida . P sicologicarnen te ella significa no solo que en
hijo , 10 q ue de alguna misteriosa manera debe significar el int erior del paciente res ide un me dico, sino ta mbien
q ue el hijo esta ya contenido en la madre, mas 0 menos que to do medic o es un paciente.
segun 10 expresad o pOI' Goethe : " Si nuestro ojo no con - Di scutiamos en el capi tulo anteri or el problema de Ia
tu viera el sol , c: como podria percibir al sol?" . Tal vez naturaleza del poder eje rcido par el medico; ninguna de
no deberfamos hablar de un arquetipo de madre, de un las usuales fo rmas de pod er no s sat isfizo , ninguna pa re-
arque tipo de hijo 0 de un arquetipo de padre; ser ia cia ser la qu e pr esta apo yo a la figur a del med ico pod e-
me jor hablar del arquetipo madre-hija 0 del arquetipo roso . Veamos q ue pu ed e ofrecernos el concepto del ar-
pad re-hijo. q uet ipo escindido. No es facil para la psique hum ana
Lle vando mas lejos esta linea de pensamiento, dirla sop o rt ar la te nsio n de las polarid ade s. E I ego gu sta de
que no ex iste un arquetipo de curador 0 un arquetipo Ia clarida d, tie nde a erradicar tod a am bivalencia inte-
de pa ciente especial. E I curador y el paciente son do s ri or. E sta necesidad de 10 inequivoco pu ed e contraer
aspectos de 10 mismo . Cuando una persona se enferma, una cier ta division de los arquetipos pol are s. Un polo
el arquetipo curador-paciente esta constelizad o; el en- su fre represio n y continua ob rando en el incon scien te,
fermo busca un cu rador externo, pero al mismo tie mpo quiza co mo age nt e de pertur bacione s psiquicas. La parte
el curador intra-psiquicoes act ivado . Nos refe rimos ge- reprim ida del arq uetipo puede ser proyectada en el
neralm en te a este ultimo llamandolo "el facto r cura- m u ndo ex terior. E I paci ent e, pOI' ejemplo , puede pro-
tivo". Es el medico dentro del paci ente , y su accion yec tar el cur ador inter ior en el doctor que 10 trata, y
curativa es tan gr ande como la del doctor que aparece el medico pro yecta sus heridas en el pacient e . De la
en la escena exterior . Ni heridas ni enferm ed ades pue- pr oyecci6n de un pol o del arquetipo , tanto medico co-
de n curarse prescindiendo del curador interior. A veces mo enfermo deri van sa tisfaccio nes morn en taneas. P ero
se dice de un paciente : "no quiere mejorarse" ; este un a sostenida pr oyeccion significara que el proce so psi-
no-qu erer-rnej orarse no se ref ier e a la volun tad del ego, q uico es ta b loqu eado ; el pacicnte no esta ya interes ado
naturalmente . No deberfamos decir: " el no quiere me- en sanar. EI doctor, las enfermeras, el hospital, 10 cura-
jo rar " : una descripcion mas justa del feno rneno serfa : ran. En 10 qu e a el concierne, no tiene aho ra ningu na
" su curador in terior aparece debilmente ". Incontabl es respon sabilidad en la cu rac ion; con sciente a inconscienre-
dolencias requier en los ser vicios de un medic o externo . mente, dej a en manes del medico tcdo posib le progreso;
Pero ningiin medico sera efectivo sin Ia colaboracion del entrega al medi co su pr opi o fact or cu ra tive y, pOI' decir-
medico interior. Un medico puede tomar puntos a un a 10 asi, se sicnta y no hace nada. Es te paciente puede ob-
herida , pero algo en el cuerpo y en la p sique del pa- ser var a no las indicacio nes del medico , pu ede ta ma r
ciente debe colabo rar para qu e la dolencia de saparezca. la med icina 0 arroja rla po r el desagiie . Los insti tu tes
No es m uy dific il ima gin al' el fact or curativo en el hospit alarios est rin llenos de enfermos como este ; su-
paciente . Pero c:en el medico? E ncontramos aqui el fr en siem pre de algo , y no hay en ellos signo alguno
arquet ipo del medico herido (ioounded-pbisician). Qui- de un deseo de salud 0 de 10 q ue pod ria mos lla mar un
ron, el centauro qu e en sefio a E sculapio el arte de la intento de con cienci alizar la salud . Siguen las sugeren-
medicina, sufria de heridas incurables . En Babilonia hu- cias del medico 0 se reb elan contra elIas , y hacen am-
bo una diosa-perra con dos nombres : como Gula era bas cosas com o escolares q ue creye ra n qu e s610 el mae s-
muerte , y como Labartu, curacion, En Ia India , Kali es Ia tro necesita ser activo en el proceso de apr endiza je .
diosa de la en fer medad y al mismo tiem po su curadora. E n el med ico la represio n de un polo del arquetipo
L a imagen rni tologica del medico herido esta, pues, mu y conduce a la situa ci6n inver sa . Comienza par tener la

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impresion de que la debilidad , la enfermedad y las he- XIII . EL PODER REUNIFICA LO DIVIDIDO
ridas no tienen nada que ver con el. Se siente el cura-
dor que se ha curado; las unicas heridas son las de sus
pacientes, pues el esta bien preca vido; esas pobres
criaturas llamadas pacientes viven en un mundo com-
pletament e diferente del suyo. Se desarrolla como me-
dico sin heridas, y no pued e entonces constelizar el
factor curativo en sus pacientes. Se ha transformado
en nada mas que un doctor, y sus pacientes son sola-
mente pacientes; ha desaparecido el medico herido. La
situacion esta as! clara como el cristal : aqui esta el
doctor, saludable y fuerte , y alla el paciente, debil, en-
fermo, extrafio.

M UCHOSmedicos escogen su profesion por una pro-


funda y autentica necesidad interior. Aun cuando
un medico trate de reprimir un polo del arquetipo a fin
de proyectar la enfermedad exclusivamente en el pa-
ciente, y para de ese modo identificarse con el polo del
curador, no Ie sed muy facil conseguirlo. Los pacien-
tes, la enfermedad y ·las heridas no 10 dejan en paz;
gustele 0 no, todo ello le pertenece, forma parte de el,
pues un arquetipo escindido tiende constantemente a
recuperar su original polaridad.
La reunificacion con el aspecto de la polaridad " que
falta " puede alcanzarse mediante poder. El medico pue-
de convertir a su paciente en objeto de un impulso de
poder. Se nos aclara ahora por que el poder ejercido
por el medico produce una impresion tan mezquin a y
ruin: es el resultado de un parcial fracaso psicologico y
moral tanto en el medico como en el paciente. Verse en
sus propias heridas es ya algo fuera del alcance de este
medico, su enfermedad potencial 10 rebasa. Solo ve en-
fermedad en el otro. Objetiviza la enfermedad, se dis-
tancia de su pro pia debilidad, se eleva a S1 mismo y de-
grada al paciente. Se hace poderoso gracias al frac aso
psicologico mas que mediante la fuerz a. Un polo del
arquetipo ha sido reprimido, luego pr oyectado, final-
mente recuperado con ayuda de poder. Y el pacie e

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p uede hacer exact amente 10 mi smo, en el sentido rn- A pe sar de ese aspecto po sitivo , las con secuencias de
ver so. 1a escision del arquetipo del medico herido son mu y
Conviene pregun tarse si h ay otras coyun tur as en las da iiin as par a el paciente y para el medico. EI enfermo
que la po lar ida d escin dida del arquet ipo sea reunificada se convierte en un paciente perenne ; su factor cura-
med iant e po der. I gnaro si esto ocur re can todos los tivo interior ya no es acti vado . EI medico se transforma
arq ue ripos, pero pa rece tratarse de un fenorneno fre - en un ho mb re autosuficiente , de mira s estrechas, ciego
cuente. P a r ejemp lo , cu ando se escinde al arquetipo para su propio desarrollo psicologico . Cree que es el
madre-hija, el problema del poder comienza a des em- quien cura, se identifica con el factor curativo, olvi -
p efiar un papel dom inante en la re!aci6 n entre una ma- dando as! que su Iuncion con siste en posibilitar 1a apa-
dre y su hija . E n terrninos practices ella sign ifica que ric ion de aqu el factor. En cier to modo se asemej a al
la madre viene a ser solo un a madre , olvidand o que sacerdote a quien Di os ha poseido . Es ta mu y lejo s del
tiene una hija arque tip al en su interior, olvidando su medico griego , cuya actitud se basaba en la certeza de
propia naturaleza de hij a. En cambia , trata de ser la que solo el dio s de la curacion puede ayudar, consis-
madre perfecta , sin debilidades. E n ta l caso la hij a vien e tie ndo 1a tarea del med ico terrestre en preparar el am-
a ser una hi ja absoluta, desasistid a, comp let amente con- bi ente para que el dio s ap arezca .
fiada a la fuerte madre. La madre diri ge a la hij a can Debo aclarar que cu ando hablo del cu rador herido
poder ; ninguna " mate rnidad" se con steli za par tanto en no me refi ero al medico que se identifica con cada pa-
la hija ; nada mate rna l cuida de la hij a en el interior de ciente indivi dual. T al cosa seria p uro sen ti men talism o ,
esta . Y no hay hi ja que se constelice en Ia madre. La y s610 con stituiria un intento externo de remiendo de
relacion es en tonces la de una madre fuerte y dominante los palos arqueti p ales. T al identificacion es adernas un
can una hija dependiente y debil, E I anhelo de poder signo de debilidad del ego, un metoda hi st erico 'de uni -
y la situacion de vasall aje son alli expresion de un ficacion de opuestos.
intent o p ara reu nificar el arquetipo escindido . La ima gen del cu rador herido simbo liza una agud a y
De modo similar , el medico trata de remendar el ar- dolar osa con ciencia de 1a enf ermed ad, del con trapolo
quetipo rota valiendose del po der , y el p aciente, a su de la salud del medico ; una empecinada y penosa cer-
vez, busca hacerlo reconocien do, admiti en do ese poder , tidumbre sabre 1a degeneracion del pr op io cuerpo y de
aceptando se su jerado a pueri lmen te depcndiente . Seme- la propia mente. E sta expe rien cia hace al medico mas
jante rnanifestacion de poder tiene tarnbien un ingre- bien el hermano del paciente que su amo . Todas las
diente positi ve , pues el doc tor al men os esta ernp efiado per sonas llevan en S1 mismas el arquetipo salud-enfer-
en reconc iliar los dos palos del arque tipo . Au n el me- medad, pe ro este envuelve para el medi co de ve rdadera
d ico tir an ico v censur able esta a su manera luchando vocaci6n un encanto mu y acentuado. Es par eso que
can el problema med ico fundamental; en es te sen tido escogio la carrera medic a . E1 medico promedio no ingre-
es preferible dicho medico al curador alegre que ya ni sa a esta carrera buscando un medio facil para acumu-
siquie ra encara el asunto p ara pa r 10 menos tratar de lar poder y p ara, al mi smo tiempo, ayud ar (quiza) a 1a
dominar a sus pacientes. Este colega jovial y solazado, humanidad . Se Ie acusa a menudo de estar mas intere-
a bien ha reprimido un po lo del arquetipo tan con tun- sado en la enfermeda d que en la curacion, 10 que cons-
dentemente qu e ya no puede pr oyectarl o ; a bi en nunca ti fuye una verd ad a medias. En realidad, los medicos
ha sida tocado por el p roblema b asico del med ico , y estan interesados en el arquetipo salud-enfermedad y
entonces su elecci6n profesion al fue superficial en ex- quieren su frirlo, qu ieren experimentarlo . Par una gran
tremo . variedad de razones psico logicas , los hombres y muje-

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res q ue escogen la carr era medica son atraidos por el llegaba , los nifios febriles mejoraban . Tal vez vestia ropa
arquetipo cura dor-pacien te. Por desgr acia, no todos son de saseada y ajada ; quiza su apariencia era modesta;
10 suficientemente solidos como para vivenciar pertinaz- tenia probablemente una tendencia alcoh olics , pues de-
mente ambo s ex tr emos de la polarida d . bia alivia r la tr emenda e inev ita ble tension de un hom-
P untualizando 10 qu e hemos dicho hast a el presen te, bre que constantemente sufria la experiencia de ambos .
echemos una ojeada a los estu dia ntes de medicina . En polos arquetipa les. Pero no tenia intenciones de gra n-
el cur so de sus estudios, ellos pasan por un a fase en deza . Ese medico es para nosotros un a image n del bu en
la que creen sufrir tod as las enfer medades sobre las qu e cura do r herido.
de ben aprender. Oy en hablar de la tuberculo sis y de s- Las perso nas de tem peramento conservador qu iza se -
cubren en ellos todos los sin tomas. Al encont rarse con inclinen a pensar que el medico moderno es menos
pacientes cancerosos comienzan a temer que tarnbien capaz de acoger el arquetip o completo . A pr imera vista
ellos sufren de cancer . Se llama ne uros is a este Ieno- este nu evo medi co parece un tecnico especializado rea-
me no psico logico, Los medicos viejos sonden ant e sus lizando un trabajo ser ial en un hospital. Tal vez el
asustados disd pulos; recuerdan haber pasado por una viejo medico era el curador herido por excelencia,
etapa simil ar y no Ie da n mayor importancia al asunto . mientras que el moderno, especia lista orientado ha-
Pero la asi llamad a fase neu rot ics pued e ser decisiva cia la tecn ica, prope nda a apartar un polo del arquetipo .
para el estudiante de medicina; es el mom ento en qu e Em pero, el arq uetipo acnia de muchas for mas . E s rea-
comienza a comprender que todos esos padecimientos lidad interior tanto como exterior. El cha man en el
es trin en el mismo. E s entonces cuando empieza a viven- monte ten ia sus propios met odos , incomparables con
ciarse a si mismo como medico herido. Mu y frecuente- los met odos del educado doctor de la ant igua G recia;
mente la carga resulta en exceso pesada, y se reprime el medico med ieval, prescribiendo pociones arabes , tra-
en consecuencia el polo de la enfermeda d. Pero si el bajaba a su vez de un a manera completament e diferente
estudiante es capaz de experimentar la enfermedad en el a la del med ico familiar del siglo XIX que had a sus
mismo como un a posibilidad exis tencial, y si es capaz visitas a caballo 0 en calesa . E l medico militar de las
de integrarla, entonces se convierte en un verdadero guerr as Primera y Segun da conocio su ma nera de vivir
curador herido. el arqu etip o, e igual mente el especialista altament e en -
Una vez mas deseo precaverme contra la con clusion trenado de la Clin ica Mayo (EE. UU .) . Pero todos elIos,
de que el poder ejercido en la profesion medica es com- no imp orta cuan diferen tes haya n sido sus tecnicas y
pletamente negativo. Es ciert o que mien tras mayor es meto dos, estaban en las mismas con diciones respecto
el poder que se ejerce, menor es la po sibilidad de que a vivi r la totalidad del arq uetipo 0 bien reprimir uno
el gen uino curador aparezca. P ero nunca enfatizare su- de los pol os. To do s han tenido la posibilidad de ser
ficientemente que es mejor para el medi co tratar. de cura dores heridos 0 tir anuelos. Que un a u otr a alte rn a-
reunificar el arquetipo escindido haciendo uso de poder tiva aparezca no depende de que se tra te del medico
qu e ignorar simp le y en ter amente dicha escision. ' familiar del siglo X IX 0 de un miembro del equ ipo
Interesernonos ahor a, por un momento, en el medico sumamente especializado de un hosp ital moderno . La
act~al: La medicina modern a es alta men te tecnica y es- division del arquetipo es un hecho interior , menos de-
pecializad a. Nuestra fantasia sobre el viejo medico rural, pendiente de la situacion exterior que de la capacidad
rela cionado Inti mamente con toda la familia del pa- y el de sarrollo psicologico del medico en cuestion ,
ciente, puede servirn os de proto tipo del arque tipo cura- Para aclarar mas aiin 10 que quiero decir , me gustaria
dor-paciente, no escindido. No tenia poder, pero cuando referi rme a una ultima imagen , 10 q ue hare sin embargo

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con plena conciencia de que se me pod ria con siderar XIV. MEDICO , PSI COTERAPEUTA ,
im pertine nte. Se tr ata de la imagen de Cristo. jesu- TRABAJADOR SOC IAL Y MAESTRO
cristo es una realidad hi stori ca y religiosa, y por 10 tanto
solo con las mayores reservas podra versele como un
simbolo psicologico . Pero ( qui en mejor que el re pre-
sent aria al cur ador herid o ? Fue no solo un cura dor de
la en fermedad en el plano fisico, sino un curador de la
enfermedad existen cial del hombre en el pecado y la
mue rte.
J csucri sto fue herido y padecio los pecado s del hom-
br e. Vino a curar al mundo del pecado y la muerte, y
debio morir cargando con todos los pecados . Se nego
siempre a hacer uso del poder , reconociendo como po-
deroso s610 aDios, su padre. Es por 10 tanto el curador
herido en el sentido mas elev ado. Comparativamente el
medico es apenas un pobre serarrojado a la lucha entre
muerte y vida , enfermedad y salud. Pero este pobre ser
EN EL capitulo an terior qui se abordar los problemas
arquetip ales de la profesion medica. EI modelo basi-
puede trabajar creadoramente si no pierde de vista que , co c1e esta es impor tant e tambi en para otras cuantas pro-
mas alla de todo su conocimiento y tecnica, debe esfor- fesiones asistenciales. Algunas de elIas, derivadas de la
zarse en constelizar el factor curativo en el paciente. medicina, no han perdido completamente esa semej anza,
De otro modo no alcanzara nada. Y solo puede acti var mientras que otras han ido acercandose gradualment e
el factor curativo si soporta en su propio interior la al mode lo medico sin que tuvieran en el pasado mas
posibilidad existencial de la enfermedad. Perdera efica- que' un minirno con tacto con el. El fundamental caract er
cia si intenta unificar los pol os arquetipales valiendose curativo de la psicoterapia y del trabajo analitico ha
del irr isorio poder. P ero aun entonces ser a mas efectivo conducido en tiempos recientes a ciertos malentendidos.
que cuando ignore por com pleto la escision del arque- Algunos conocedores han sostenido que solo deb ia per-
ti po 0 no sea capa z de cap tar la significacion de este mitirse a medicos entrenad os el trabajar como psicote -
Ienomeno. rapeutas. Segun este punto de vista, solo deberian ser
psicoterapeutas aquellos que tienen un " agarre" con
el arquetipo del curador herido. Cuando los medi cos
cons ide raron diffcil aceptar que sus actitudes basicas
podrian encontrarse tarnbi en en personas qu e no hu -
bie ran hecho el entrenamiento correspondiente, los psi-
co terape utas y los analistas no medicos come nzaron a
defenderse. Un a opinion consideraba que los psicote-
rapeutas no medic os debfan suscribir un modelo basico
diferente al del medico ; 10 que les concierne - se de -
da- no es la enfermedad y la salud, sino " el alma" .
El psicoterapeu ta y el analista no medicos no tendrian
como proposito primario la curacion del paciente, se
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resp onsabilizarian ma s bi en por la "salvaci6n del alm a", do, pueden rep rimir un polo del ar q uetipo , proyectarl o
Asi como el ego y el si-misrno se oponen a veces y no y caer asl bajo cier ta s for mas de poder .
siempre persiguen los mismos objetivos --continuan El pr oblema del arquetipo escindido se encuentra
diciendo los par tidarios de esta tesis- , la salud general tam bien en otro sector de actividade s qu e debemos
y la " salvacion del alma" no son siempre id enticas, E l contar entre las profesiones asistenciales. Me refiero •
terapeu ta o rientado po r la medicina tr ataria tan s610 de al maestro . El encuentro de mae st ro y es tudiante corre
ayuda r al pacien te a alca nzar un est ado saludab le, mien- pa ralelo a un a ten si6n inte rior en tre dos estado s: el del
tras que el terapeuta orientado por la p sico logia se pro- ad ulto conocedor y el del nino igno rante . En to do
pon dr ia en definitiva auxiliar a la psique en el movi- ad ult o hay un nino que constantemente 10 llev a a nue-
mien to de esta haci a el si-rnismo , hacia el sen tido de vas cos as . Y al reves, el conocimi en to hace al ad ulto
la vida. rigido, inaccesible a la in novaci6n. Todo adu lto debe
Esa vision me parece cu estionable. Toda persona debe retener el infantil impetu de la experimentacion irra-
in ves tigar el llamado sentido de la vida, su plan vit al, cional, la ingenu a apertur a del nino , como un potencial
y puede para ello rec ibir ayuda de cu alquiera otra. E se vit al, si es que desea permanecer em ocionalmen te vivo .
no ' es un terreno cerr ado , lim itado a espe cialistas par ti- De mo do que el ad ul to nu nca ha cr ecido comple ta-
culares. EI he rid o , el enfermo q ue su fr e dificultades mente ; si es psi qu icamente sana rna nte ndra siempre
emocionales, pide ayuda; re q uiere curaci6n hasta el pun- una aleg re ign orancia in fa ntil.
to a p artir del cual pueda asu mi r su desarroll o median te E n tre el publico general se acusa a veces a los maes-
sus p ropias fuerzas . Hay personas tan interesadas en la tros de escuel a de ser infan tiles e irr ealis ta s. Esto no
et erna ba talla ent re salud y enfermedad qu e se sienten es del todo fal so . Cuando uno tien e mucho contact o
llamadas a tomar parte acti va en esa batalla ; no desean con maestros , se ve pronto obligad o a admitir que ha y
evita rl a ni sufr irla pa sivamente. algun infa n tilismo en la con d ucta de ellos. D espues de
Co mo el medico , el psicoter ape uta y el ana lista, el t ra- tod o , algo en el estad o pu er il de be atraer al maestro ,
bajador social modern o abriga ta mbien p rop6sit os cura- p ues de no ser asi c:: como pod ri a sopor ta r in ve rtir to do
ti vos. Se siente ob ligado a mejor ar y sanar condicione s su tiempo laboral en nifios ? El maest ro dinarnico tiene
sociales " enfer rn as" . Asi, aunque no posea diplom a me- una cierta puerilidad dinamica en el mismo , asi com o
dico y su ent re na mien to no tenga nada qu e ver con el medico debe soste ner un a rel acion vital con el polo
la med icina, la pr ofesi6n del trabajador social comp ar te de la enfermedad .
hasta cierto pun to el destino de la del medico . F recuen tem ente encontramo s maestros que pa recen
E n todas estas pro fesiones ap arece el problema del haber perdido tod a traza de puerilidad , q ue tienen in-
arquetipo escindido , tratese de la polarid ad salud-enfe r- cluso menos rasgos in fantiles que el adulto sano p ro -
me dad, de la pol ari dad conciencia-inconsciente , 0 de la medio . E sos maestros se han conver tido en nada mas
polaridad socialmen te enfermo-socia lmente sano. E I me - que maestros y se enfrenta n a los ignorant es ni fios casi
d ico po mposo, ridiculo y ansioso de pode r; el psicote- como a enemigos. Se qu ejan de qu e los nifios no saben
rapeut a q ue actua como fa lso profeta y curandero ; el nada y de que no desean aprender; sus nervios son
trabajador socia l que hace de inquisid or, todos estan un i- destrozados por la infantilidad y la falta de autoco ntrol
dos en 10 fund amental po r los probl emas del comple jo de los estudiantes . Para esta clase de mae stros los n ifios
arque tipal " sano-enferrno " . Es tan fascinado s po r el ar- son el O tro , ese que ellos nunca querran ser . M aest ro s
quetipo curado r-paciente, sufr en tod os los do s polos de asf der ivan un cierto placer de exh ibir su poder a los
este arquetipo. P ueden funcio nar como el curador he ri- nifios , arorrnent andolos y manteniendolos a raya con

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" p rom edios ma tern aticos" cuidadosa men te calculados. mas espedficos del psico terapeu ta, debemos exam in ar
E l arquetipo que atrae al buen mae stro es el del ahora nu evas interrogantes psicologicas. Como hicimos
" adulto conocedor-nifio ignorante" . Un buen maestro respecto al tem a de la escision del arquetipo, nos apro-
es timulara en cada nino al adulto conocedo r , tal como ximaremos esta vez a n uestra me ta dando u n rodeo;
el bu en medico desp ier ta el factor cur ativo interno en para situar 10 que me importa mas, me intro duc ire pre-
el paciente. Pero esto solo pu ede ocurrir si el mae stro viamente en algo po r completo di fer ente.
no pie rde contacto con su pu erilidad . En terrninos prac-
ticos ello significara que no ha de perder espon ta nei-
da d en la ensefianza, sino que mas bie n se de jara guiar
un tant o por sus propios intereses mornentaneos. No
solo transmit ira cono cimientos ; suscita ra en los nifios
un ansi a de conocimient o, 10 que viene a ser ma s im-
portant e. Eso ocurrira, rep ito , si atin vive en el maestro
el nino espo ntaneo y de seoso de conocer. D esafortuna-
damente, los regimene s y pla nes de en sefianza de las
escuelas modern as u tilizan tod os los medic s imaginables
pa ra destru ir esas cua1idade s infanti1es, pu es el arq ue-
tipo de la ensefianza est a escindi do . La puerilidad del
maestro es reprimida y entonces proyectada en los alum-
nos. El p rogr eso de la ensefianza qu eda asi bloq ueado.
Los nifios permanecen nifios; el adulto con oced or no se
const eliza en ellos. El maestro es cada vez mas in teli-
gente y los alumnos cada vez mas est upidos , E se maes-
tro, en quien el pol o pueril del arq uetipo ha sido re-
pr imido, se queja de qu e sus alumnos no estan tan inte-
resados como ant es en aprender. Su contacto con .los
nifios se realiza en tonces solo a traves del poder y 1a
disciplin a ; y en e1 proceso, se amarga y ensombrece. El
entusiasmo , la fresc ura , 10 n uevo, 10 pueril en el, ha
muerto . Los nifios son sus enem igos, representan en el
mism o el polo separado del arq uetipo, a cuya reunif i-
cacion se im ent a llegar emp leando poder .
P ero mucho mas que el maestro , nos in teresa en este
libro el psicoterapeu ta. H emos tr at ado de i1umina r e1
modelo en el qu e se bas a toda su conducta, 10 que nos
ha Ilevado a plantear unos cuan tos problem as que estan
en la raiz de su vocacion y que en cierto modo com-
parte con todas las profesiones asistenciales . Hay sin
embar go otro s que 10 afectan solamente a el. Para com-
prender entonces caba1mente sus problemas, los proble-

100 101
XV . SOMBRA, DESTRUCTIVIDAD Y MALDAD

Ho mo homini lupu s

EL I M P ULSO destructivo aparece con not able claridad


en la juven tud . Esa fase de la vida nos 10 muestra
en la forma mas directa y desembozada . Los jovenes tien-
den a erupciones de destructividad y vand alismo; des-
truir propiedades y arriesgar la vida constituye en ellos
una fuente de placer . Desde Capetown a Estocolmo,
desde Moscii a Edimburgo, las quejas sobr e este tipo
de conducta juvenil son abundant es. En cada estadio
de su desarr ollo historico y cultural, las naciones sufren
la cond ucta destructiva de la juventud, much as veces
racionalizada por moti vaciones politicas 0 sociales . La
juventud viene a ser por 10 tanto un campo apropiado
para examinar el trasfondo psicologico del impulso des,
tructivo en general.
EI primer hecho eviden te en tome a la conducta des-
tructiva de los jovenes es que no solo atacan con vehe-
mencia las vidas y propiedades de los dernas, sino tam-
bien las suyas. La mane ra como un muchac ho conduce
un au tomovil, por ejemplo, es mucha s veces tan sui-
cida como asesina . De muchas otras for mas rcalizan
bravatas y se colocan en situaciones que de hecho solo
son peligrosas para ellos mismos: el peligro atrae a los
j6venes. No tiene caso entrar aqui en detalles ; basta
leer la prensa diaria.
Los aet a s destructivos de la juventud son en ea s illa-

103
dos can frecuencia bajo la etiqueta "signo de nuestra educaci6n antiautoritaria como via de salvaci6n .
epoca" . El problema se desplaza entonces hacia asuntos Tale s explicaciones podrian denominarse " futuris-
como la qu iebra de valores, la reestructuraci6n 0 el des- mos" , segun el uso que hace de este termino el histo -
arrollo socio16gico, la inseguridad del moderno hombre riad or ingles Arn old Toynbee . Los fu turistas suponen
masa, et c. Pero, incuestionablemente, no nos hallamos qu e cier tos cambios de la sociedad , siempre posibles :
ante un " signo de la epoca". La destructividad contra en el futuro, acabaran con el hecho perturbador de la
si misma y contra los dernas ha sido siempre carac te- destructividad; yen asi una edad de oro de la humani-
ristica de la juventud. Para decirlo de un modo mas dad llamando desde el futuro . Se reconocen los arduos
bien extremado: a 10 largo de la histori a hum ana los hechos de la realidad hum ana de hoy solo para consi-
j6ven es han estado siempre dispuest os a rnatar y a hacer- derarlos como errores que podran evit arse en tiempos
se rnatar, por muy poco 0 por nada en absoluto. La venid eros. El pres en te existe por comparaci6n con un
histori a de las guerras nos mues tra que son los j6venes fu turo pleno.
los qu e participan activamente en ellas. Tarnbien Herbert Marcuse trata la destructividad so-
~ Q ue hay tras est a destructividad? ~ C6mo se la pue- bre una base socio16gico-futurista. En su interpretaci6n ,
de explicar psico16gicamente ? el hombre moderno es reprimido , explotado, manipu-
Es asunto muy desagradable haber selas con la urg en- lado por fuerzas oscuras. El occidental actual cree ser
cia destructiva del hombre . Dific ilmente se hallara quien libre , perc segiin Marcuse es en realidad un esdavo
niegu e que la gente es destructiva , consigo misma y con impotente cuyo confort material le hace tener la ilusion
los dernas. Perc las explicacio nes son muy variadas . de que a su vez interviene en los acontecimientos . H a
Los marxistas, por ejemplo, yen en la conducta des- sido basicamen te alienado de si mismo por la manipu-
tructiva del hombre (y de la juventud ) un result ado lacion social, y vive en una constante fru straci6n , 10
de la lucha de dases, de la rep resi6n y de la explota- que explica su dest ructividad . La via para salir de tal
ci6n. La lucha de dases erea una atm6sfera de odio que situaci6n consiste en la destruccion de las estructur as
inevitablernente conduce a comportamientos destructi- sociales existentes. Cuando estas hayan sido aniquiladas,
vos. Pero los marxistas creen que cuando desapare zca un nuevo hombre, no destructivo, no frustrado, feliz,
la lucha de dases y nos encontremos en una socied ad sera posible .
sin dases, la gente ya no se cornportara destructiva- Marcu se basa algunos de sus criterios en Freud, y
men te . Por supuesto que mucho s actos destructivos se- acepta la opini6n de este en el scntido de que mientras
ran necesarios para llegar a ese estado ; pero una vez mas civilizados somos , menor gratificacion damos a
alcanzado, no se req ueriran mas estudios sobre la des- nuestros instintos . El desarrollo social y cultural del
tructividad, pues el fen6meno mismo habra desaparecido . hombre demanda un sacrificio del instinto; el resultado
La visi6n mar xista se expresa, moderada y en una es fru strac i6n .
gama de variaciones, en innumerables discusiones sob re En su libro On A gression, Konrad Loren z, emplean-
este tem a. Un a y otra vez se sostiene que el fen6meno do concep tos zool6gicos, abord6 tambien este problema.
es simpleme nte una consecuencia de la organizaci6n Segun el, la agresi6n es uno de los instintos fundamen-
social equivoca; que resu lta de estructuras socio16gicas, tales necesarios para la sobrevivencia del individuo y
politicas y econ6m icas distorsionadas; y que puede erra- las especies . Entre los animales predatorios, la agresi6n
dicarse mediante la eliminaci6n de tales cond iciones. contra miembros de la misma especie esta secundada
La llamada formaci6n autoritaria es tambien responsa- por una inhibicion. Cuando un lobo es derrotado en la
bilizad a por la destructividad humana , y se abba la batalla, expone la garganta al lobo victorioso, de modo

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que no es propiamente muerto por su conquistador. cribio de modo sistematico sus percepciones de la natu-
La criatura humana fue un animal inofensivo mien- rale za interior del hombre , pues no estaba interesado en
tras no tenia instrumentos. No era tampoco necesaria construir un sistema psicologico dogmatico, cuidadosa-
tal inhibicion . Empero, con el desarrollo de medios ins- mente elaborado. Puesto que en los capitulos prece-
trumentales el hombre gano habilidad para matar al dentes hemos estados vivenciandolo, tratare de presen-.
semejante. Su inofensividad desaparecio; la agresion que tar el concepto de sombra en los parrafos que siguen,
estaba ya alli se puso de manifiesto, pero no la inhibi- de manera que su relie ve cobre la mayor nitidez posible.
cion. Entonces, de acuerdo con Lorenz, la agresividad es La llamada sombra consiste en tres estructuras psico-
un instinto basico que se hizo peligroso para la especie logicas diversas, estrechament e relacionadas. La primera -
humana debido a alteraciones en el curso del desarrollo es la sombra personal. H asta cierto punto ella es con-
de esta. gruente con el concep to de inconsciente en Freud . En -
Los ingleses C. y W. M . S. Russel dan otra explica- vuelve imageries, fantasias, impulsos y experiencias que
cion zoologica al aspecto destructivo de la conducta han tenido que ser reprimidos por razones personales
humana. Estos autores sostienen que la destructividad en el curso de una historia individu al. Por ejemplo, los
es siempre resultado de la superpoblacion. Ciertos si- tabues impuestos par los padres obligan a los nifios a
mios , apacibles en su habitat natural , se hacen agresivos reprimir ciertas cosas. Lo s contenidos de la sombra pe r-
y destructivos euando se ven apretadamente enjaulados sonal son con frecuencia inofensivos en si mismos ; sue-
en un zoologico, al punto de atacar incluso a sus pro- len consistir en algunos aspectos de la sexualidad que
pias crfas, Un territorio excesivamente restringido con- los padres 0 el ambiente consideran negativos y prohi-
funde los instintos, de 10 cual resulta un constante bidos . La sombra personal contiene adernas muchas ex-
estimulo agresivo. periencias desagradables que el ego 0 el superego pre-
Hay Iirnites a la validez de los intentos de explica- fieren olvidar. La sombra personal del occidental eu-
cion de la conducta humana segun patrones zoologicos. ropeo moderno incluye normalmente ciertas perversiones
Solo desde fuera podemos comprender a los animales , sexuales y una gran proporcion de agresion reprimida .
mientras que a los humanos se los puede captar, hasta La sombra personal esta mu y unida a la Hamada
cierto punto, desde su interioridad. Nuestra cornpren- sombra colect iva. A una colectividad dada corresponde
sion del comportamiento animal tiene limitaciones ob- una sombra colectiva . E s decir, para cada individuo de
vias, y resulta por 10 mismo discutible extraer de allf esa colectividad, ella contiene 10 que no es aceptable en
conclusiones sobre la condicion humana. Mas aiin, todas el medio cultural a l que dicho- indiviouo pertenece. La-
las explicaciones zoologicas ignoran el hecho de que la s'Ombracolectiva e s -et lado oscuro ciel ideal -cole diva:'
agresion humana va generalmente acompafiada de actos '£1 ldeal eu-ropeo generalenel sig 0 XI X, par ejernplo; "
autodestructivos, como en el clasico ejemplo de la con- fue una me zcla de cristi anismo y liberalismo; amor,
ducta juvenil. Este hecho tarnbien ha sido ignorado por progreso, pureza, amistad , sobriedad , castidad, etc. , eran
la rnayorla de los psicologos, aunque , como veremos los valores colectivos. La sombra colectiva de esa epoca
luego, no por todos . contenia, por 10 tanto , odio, ext asis dioni siaco , tende ncias
~Que puede ofrecer la psicologia junguiana para ex- orgiasticas , sexualidad como fin en si misma , codicia,
plicar la conducta destructiva del hombre ? et c. Durante la era ant isexual de la Rein a Victori a, la
lung introdujo un interesante intento de explicacion sombra colectiva se volco en el amplio florecimiento de
con el concepto sombra, al que no s hemos estado refi- la literatura pornografica.
riendo a 10 largo de este libro. lung no siempre des- Una buena manera de familiarizarse con la sombra

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cipio de placer, Freud describe algo muy ~imi lar . Sobre
colectiva de la iglesia cristiana, desde la Edad Media la base de sus experiencias durante la Pnmera G uerra
bas ta la Moderna, consiste en estudiar la histo ria de lo.s Mundia l, Freud llego a la conclusion de qu.e e.l hom-
'udfos 0 eI fenome no dela caza deEruJas. I nos inte- bre esta guiado fundamental men te por dos ms t.lnt~s 0
resa a somEra colec iva mglesa en eI slglo XIX , resulta impulsos : T hanatos, instint o de muerte , y Eros, mst1?to
valioso conocer la historia del hamb re en Irlanda 0 la de vida. Freud reconocio la conexion entre la agresion
expulsion de los highlanders de Escocia. De este modo dirig ida a los dernas y la agresion diri gida contra uno
aprendemos sobre el lado oscuro de los ideales oficiales mismo . El ins tinto de muer te es el " anhelo" e im ulso
de las clases dominantes inglesas: bru talidad , poder y hacia la muerte hacia mi destrucclOn 0 a e os emas,
voracidad. Freud no fue c~paz de reduc lr est e impu so estructivo
La sombra per sonal actua destruyendo los ideales del primari o a ninguna otra cosa. EI y Jung reconoci eron
~la sombra colectlva qUlere demo er las metas co- este " homicida y suicida en no sot ros" como algo que
[ecti 'Las. Esta funcion podna al rmsmo tiempo consi- esta alli, simp lemente, y que no pode mos conjur ar me-
derarse como muy positiva: los ideale s del ego y de la diante ningun tipo de teonzaClon. . .
colecti vidad han de ser somet idos a con tinuos ata ques , Como acabo de mencionar, la igura del diablo es
puesto que son falsos y unilaterale s. Si no fueran una en parte un simbolo de la sombra arquetipal. Asi, con-
y otra vez destruidos por las profun didades del alma viene echar una mirada a los cuentos de hadas 0 a los
hum ana , no habrfa desarrollo indivi dual ni colectivo . mitos en los que tanto el diablo como un joven .upa-
Ligada a estos dos tipos de sombra y confiriendoles recen. Un caso semejante 10 ofrece el cuento de Gnmm
energia, aunque su natur aleza es fundamentalmente di- El diablo de pelo dorado; para casarse con la princesa,
fer ente, est a la llamada sombra arqueti pal. Aqu f la pa- el heroe de este cuento debe arr ancar tres pelos color
lab ra somb ra esta realmen te fuera de lugar ; hablando de oro de la cabeza del diablo y traerselos a ella. .
grafica mente, sombra es algo secundari o, pues es la luz El matr imonio con la pri ncesa simboliza el desarr ollo
10 que crea la sombra . La conciencia perso nal y los idea- del joven hacia la totalidad, hacia una unif icacion in te-
les colectivos crean sus sombras , sus lados oscuros . En rior y exterior con 10 femenino . P;r~ alcanzar este . esta-
este sen tido las sombras individ ual y colectiva no son dio requiere entrar en contacto innrno con el diablo .
realment e independientes. Pero el caso de la sombra El diablo tiene el pelo dorado, y como el oro es el
arquetipal es distin to. Una mejor denomi nacion para simbolo de la luz, de la conciencia, el diablo de pelo
ella seria simp lemente " rnaldad " , a pesar de las muchas dorado tien e una afinidad con el dios sol ; 0 puede ser
asociaciones morales colectivas que esta palabra conjura . caracterizado tam bien como Lucifer , "portador de luz" .
jung concibio la "rna ldad" como algo independient e, An tes de su caida, Lucifer fue el angel mas luminoso
y no, por ejemplo, como una privatio boni, 0 sea, una de las hue stes celestiales. Nuest ro Cilento arece s ~g~:­
mera ausencia de bien . En sus termi nos, puede verse rirn os gu e el desarr ollo psico16gICo haCla a total~?ac!..
la mald ad como " el homicida y suicida en nosotros". solo es posi@e a tr avesde un Incremen to e _3-5:.0!1~..!~-=-­
Est a sombr a arq ue tiRal es un a modalidacLinherent e-.a cia por contacto dlrecto con el rna. n otras pala5ras:
la conducta hum ana , un arguetipo. En el curso de la un joven no pue e continuar esarro landose si no logra
h1ston a se 10 ha representado mediante simbolos tales entrar en contacto con la sombra arguetipal.
como el Demonio 0 el sol niger de los alquimistas. Vale la pena hacer notar que el di ablo, aunq ue sim-
Muchos de los mas temibles dioses y diosas de la his to- boliza el mal, frecuentemente es tarnbien comprendido
ria religiosa son simbolos de est a sombra arquetipica : como un servidor de Dios. E n el libr o de Job , Satan
Shiva, Loki, Belcebu , etc. En su libro Mas alta del prin- es aun un hijo de Dio s, y en I saias (45: 7) Ieemos:

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"Formo la luz y creo la oscuridad ; hago la paz y cre o de un nino esta muy determinada po r sus padres; para
el mal; Yo, el Seno r , hago todas estas cosas". luch ar con sus pro blemas el nino utiliza instrurnentos,
Los mitologemas tratan de dar respuesta a las cues- imagenes y actitudes que le han sido dado s por los
tio nes psicologicas, filos6ficas y rel igiosas para las cua- padres. P or 10 tanto , en mu chos aspectos el nin o no es
les no encontramos soluci one s raciona les . Lo inexplica - libre . Un adulto ha sido tambien formado por sus pa-
ble, 10 misterioso, se exp resa en simbolos mitol6gicos. dres; la mayor pa rte de sus act itudes son simplemente
Es rea lmente muy difici l, si no imposible, explicar por to madas de los pad res. Pero, a fin de prosegu ir su des-
qu e un joven debe entrar en relaci6n con la sombra ar- arrollo psiquico, el adulto deb e pasa r por una Iase de
quetipal para llevar a cabo su desarrollo . Al enfrentar- negaci6n y des tr uccion, de modo qu e pueda mas tarde
nos con esta pregu nta , debernos permanecer conscientes - por decirlo de algun modo : volu ntariamente- culti -
de nue st ras limitacio nes. var 0 profundizar los valores de sus padres 0 encontrar
N uestra act itud hacia nosotros mismos, hacia n ues- valores nu evos. Un joven en tr ansici6n en tre la infan-
tro mun do , hacia todo 10 crcado y hacia D ios, tiene un cia y la eda d adulta de be por 10 tan to entrar en con-
aspecto mas bien extrafio : queremos disfrutar de cierto tac to con el diablo , con la destruc tividad ; ~ra enCQIl-
grado de libcrtad, deseamos juzgar, evaluar, adoptar tr ar su camino hacia la libertad ha de ex erimentar 1
una posici6n, mirar todas las cosas desde todos los posibili3ad e estruir.
angulos y tornar libremente nucs tras deci sione s. No s610 En cierto sentido, estoy tratando de hacer comprensi-
deseamos saber 10 que esta bien y 10 que esta mal, como ble la existencia de la somb ra arquetipal, y en el pro-
Ada n y Eva, quie nes comieron por ello el fru to del ceso la estoy enrareciendo un poco . Mi conceptua lizacion,
arbol del conocimiento; qu eremos tarnb ien decidir libre - mis explicacio nes, son de un valor solarnen te limitado .
men te 10 que de seamos ha cer . Nos esfo rzamos por en- Hasta alguna extensi6 n pod emos comp render el sen-
contrar nuest ro p un to de apo yo para juzgar al mundo, a tido de es te homicida y suicida dentro de no so tros , y es
Dios y al pr6jimo . Si echa mos a la suerte nuestra vida , 10 que he inten tado; pero, al mismo tiernpo, no tenernos:
qu eremos concebir que 10 hacemos mas 0 menos vol un- mas alternativa que ver este oscuro territorio de nos-
tar iamente. o rros mismos como algo fuera del amb ito de la explica-
Pero s610 el que es capa z de decir 11 0 al mundo , es cion, reconocerlo asi y pr eservarnos de el, No podemos
capa z tambien de afirmarlo . S610 quien tiene la libertad en ver dad decir si el prop6sito de es te 11 0 a la Creaci6n
de de str uir . . puede volverse lib reme n te al mu ndo con consiste solamente en darnos lib ertad .
amor. Sin la posibilidad del peca mino so y aniqui lador Ta l vez no sea 5610 accidente que en muc hos ritos de
110 , seri arnos como ima ginamos a los ani males: simp le- iniciaci6n primitivos se requiera de un jove n compro-
mente cxisti riarnos, or ientados por nuestro instin to de meterse en algo destructive, ya sea que se exponga a
sob revi vcncia, sin nin guna posibilid ad de deci sion , sin rremendos peligros 0 que Ie cor te la cabeza a un
ningun sen tido de libertad . No tendriamos oportunidad enemigo.
alguna de evaluar, de hacernos con scientes y de escoger. Los j6venes ha n de tener contacto con el diablo, pero
La existencia de la somb ra arquetipal po dria ser en ton- no deben bajo nin gtin respecto ident ificarse con el. Un
ces un atribu to espedficamente hum ano. ego joven debe pe rm anecer un tanto alejado y cons-
Una persona joven esta en una fase transicional entre ciente de 10 que est a haciendo . La mayoria de los casos
la infancia y la edad ad ults . Por supuesto qu e el nino en que j6venes sanos dest ruyen p ropied ades, roban 0
tiene en sf un a amp lia dest ructividad ; muchos nifios se de jan llevar por otras ten dencias negativas, permiten
acnian como diablos encarnados . Pero la situacion total deter minar que esos jovene s tienen por 10 general la

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nocion de hallarse involuc rados en un a experiencia pa- perrnanecer extrafios, remotos, alejados del nino ; vinien-
sajera . Estan conscientes de que sus acciones, aunque do de un ambiente tan desventajoso, el nino tal vez ten-
intere san tes , son verdaderamente " rnalas" . dra dificultades en 1a escuela, sera recha zado por maes-
En este punto se requiere un a cualificacion. No tod os tros y compafieros, Pero sean cuales fueren los motivos
los jovenes se embarcan en una conduct a abiertamente especificos, hay casos en los que un joven ha experi-
destructi va; no todo s manejan aut omoviles de maner a mentado de hecho una gran dosis de destructividad
suicida 0 se yen envuelt os en tumultos. V1Vlr Qir eaa:- ambiental, Al hacerse adolescente, al entrar en 1a etapa
inente el mal es s610 urm-de- l s poslbles modo s de en que debe relacionarse con el mal, Ie es naturalmente
vincularse con el, Otro modo de hacerl o se vale de la facil simplificar el conflicto proyectando destructividad ~
fant asia 0 de la idenu hc aC16n con las fanta sias de ot ra en el ambiente 0 en una parte de el. Para un joven as!
1ersona. Schiller era un joven cuan do escril::iio-I:os la:- el mal es aho ra no un sector de la psicologfa humana
rone s. Goethe dio salida a sus impulsos suicidas escri- sino una carac ter istica del ambiente, de ciertas perso-
biendo Las cuitas del joven W erther. La lit eratur a esta nas 0 estructuras socia1es. Estas proyeccione s obstaculi-
Ilena de figuras oscuras con las que un lector pue de zan todo posible des arrollo psi quico personal y hacen
identificarse, y que pueden ayuda rlo a toma r contacto excesivame nt e dificil la integracion social. Todo 10 nega-
con el secto r oscuro pro pio. Las elfculas .sIe accion , la t~ tivo en el acontecer, se comprende como causado por el
levision )' el tea tro proporcion an incont ables oQortu niJ a- perverso mundo exte rior, a1 que se carga con la culpa
aes par a rob aral-dial:iloalgun os elO"Sdm:ados med i a n t~_ de la conducta destructiva y autodestructiva del joven
la Idei1tificacion con manifesraciones de destructividad . mismo. Este racionaliza su destructividad mas 0 menos
as antasfa5'destructivas son muy im portantes en -los asi : "esto es 10 que el mundo quiere, y esto es 10 que
jovenes, cuyos ensuefios estan llenos de ideas suicidas, obtendra de rni: j venganza!"
impulsos homici das y de los actos mas sombri os y ani- ,T ales actitudes son especialmente familia res al tra-
quiladores. Alguno s jovene s tienen capacidad para rela- bajador social. Enfren tado a un joven que se conduce
ciona rse con 10 dest ruc tivo filosofand o, 0 para ver al en esos terminos, el trabajador social no podra hacer
diablo en el ar te religioso. Pe ro muchos, demasiados tal nada, y to do 10 que intente sera interpretado como
vez, caen trrigicamente en su audaz proposito de arr an- malevolencia; si con sigue algiin trabajo para e1 mucha-
car al demonio unos cuan tos pelos dorados . Lo dest ruc- cho , este 10 acusara de querer maliciosamente rob arle
tivo -mal per se- es excesivamente pavo roso e inso- su libertad y de que rer controlar su vida ; si el trabaja-
po rtab le; 10 normal es tratar de alejarlo 0 de shacerse dar social se abstiene de procurarle algiin oficio u ocu-
de eI de algiin modo. Por est a razon muchos jovenes, pacion, e insiste en que el muchacho se ayude a sf
que se encuentran en el estadio de su A useinanderset- mismo , esto se entendera, por supuesto, como una irr es-
zung con el mal , exhiben un a tendencia a proyectar la ponsabilidad y un secre ta deseo de que el joven no con-
sombra arquetipica . Cuando esto sucede , experimentan siga trabajo.
a los adultos, a los padr es, a la vieja generacion , como Si este joven muestra tendencias introvertida s y esta
encarnaci ones del mal y la dest ructividad . De spues de capacitado para experimentar algunos de sus conflictos
un tiempo, el joven sana disuelve esta s proyeccione s. en un nivel int eri or 0 en la fant asia, tendr a qui zas 1a
Pero hay algunos que crecen en un amb iente altamente oportunidad de superar dicho s confl ictos , socialmente
destructivo y Ileno de odio . Q uiza la madr e haya recha- habland o, aunque pr obablemente con grandes dificulta-
zado al nino 0 aun 10 haya abandon ado ; quiza haya des y amargur as. En 1a mayorfa de los casos, estos jove-
falt ado un a vida familiar apropiada; los padres pueden nes no tienen sin embargo 1a fortuna de crecer en un

112 113
ambiente que estimule en ellos la vida interior y que XVI. ~ E STA EL ANALISIS CONDENAD O A
los provea de los instrumentos necesarios para confron- FRACAS AR ?
tar sus pr oblemas en el nivel de la ~a?tasla ~ el sim-
bolo. Seran por 10 tanto propensos a VIVlt extenormente
10 que podrian vivir interiormente. Y e?tonces ~os ~n"
con tra mos con el clasico joven despreciado, antisocial,
tal vez incluso deIincuente . En la superficie sus acciones
destructivas son similares a las del joven qu e solo mo-
rnentaneamente experimenta contacto con la destru~ti.
vidad · pero en el nivel interior la situacion es muy di fe-
rente.' Para esta persona el contacto con el demonio, con
10 destructivo, se convierte en una tragedia, en una ba-
talla quijotesca contra un ambiente externo en el que
se ve la personificacion del mal. Estos !!POS ?ntisociales,
tanto en la juventud com o en fases mas tarchas,. ~o_n -.£0!1
fre cuencia clasificad os erronearnente como psicopatas,
COIiiClii1clividUOS con de fect os decaracter innatOS:-Si,
EN E L capitulo anterior, trate de ilustrar el fenomeno
de sombra, part icularmente el de la sombra arque-
ya ad;]Itos , logran-fundarun.afaffiilia, a menudo..instiga~ tip al, valie ndo rne del desarr ollo juv enil. Esta som b ra ar-
en sus hijos actitudes antisociales, pues los hlJOS esn- quetipica continua siendo un factor considerable en tod a
mulan los mecanismos proyectivos, y hacen asf mas difi- pers ona, aun cuando se haya alcanzado una sana edad
cil la consideracion detenida de los problemas propios . adult a. El individu o normal promedio es con tinuamente
La sit uacion puede tornarse particularmente seria cuan- victims de autodestruccion y tendencias agresivas, des-
do estos individuo s pertenecen a impopulares minorias haciendo 10 con stru ido , sabo tea nd o las rel aciones que
raciales 0 et nicas . Ie son importante s, ato rmen tando a fam iliares y ami-
Sem ejante cron ico declinar es extremad amente gra ve , gos , 0 tr aslad ando al medio am bien te su destructividad.
porque solo las personas que tienen un cierto grado de Pe ro el psicoterapeuta esta en una situacion p ar ticular-
diferenciacion psicolo gica son propensas a el. Las per - mente de safortunad a ante la sombra arquetipal. Antes
sona indiferentes y lerdas no reaccionan de ese modo , mencione la " ley" psicologica de acue rdo con la cual
incluso ante ambientes de rechazo y destructividad. El mien tras mas no s esforzam os por alcan zar la claridad,
fenorneno del mal y de 10 destructivo no presenta para mas se cons teliza la contraparte oscura . Indique que
elIas graves probl ema s; ape nas est ablecen un contacto cuando un psico terapeuta trata de h acerse ma s con s-
superficial con este fenorneno durante la juventud ~ y cien te y de ayu dar a su ana lizado a qu e 10 sea , su re gion
luego prosiguen vidas mas 0 menos opacas. Precisa- inco nsciente se consteliza mas densamente que en las
mente aquellos qu e ya desde nifios fue ron hondamente dernas per sonas. Podriamos expresarlo en los siguientes
impresionados por la maldad, caen , al crecer, en esta terrninos paradojicos : mientras mas consciente se torna
trampa mortal. Nunca cesaran de ba tallar contra el mal , un psicoterapeuta, mas inc on sciente viene a ser ; mien-
pero su lucha sera siernpre absurda si no asumen que rras mas cantidad de luz se concentra en una esquina
10 de structivo es un problema interior, y qu e la proyec- de la h abi tacion, la esquina op uesta se sumerge en la
cion de este fenorneno en el mundo exterior crea siern- mas cerrada oscurid ad .
pre nuevas miserias y suf rimientos. La cosa menos facil para todos los seres humanos
114 115
viene a ser el tomar conciencia de las obras de la som- escuelas de psicoterapia estan rigurosamente inclinadas
bra arquetipal, de nuestras hondas tendencias destruc- a evitar la confrontacion con la destructividad arqueti-
tivas y autodestructivas, y el experimentarlas en uno pal. Tratan de hacer de la psicologia un a " ciencia natu-
mismo mas que en pro yecciones. Asi, el psicoterapeuta, ral", creyendo que el pro ceso psicoterapeutico pu ede
quien es ya un individuo particularmente inconsciente, mecanizarse y que los procesos psico16gicos nuestros-
se encuentra sujeto en un grado mas elevado . que el y ajenos pueden ser estudiados por observadores obje-
normal a la sombra arquetfpica. Los esfuerzos conscien- tivos, tal como un quimico estudia reacciones quirnicas.
tes del terapeuta se dirigen a ayudar a las personas a Aun los freudianos, por ejemplo , tienen gran dificultad
liberarse de su destructividad . Durante ocho horas de para localizar en ellos mismos 10 que Freud describi 6
cada dia , recibe seres hum anos a quienes debe alejar como instin to de muerte, pues este es un temible feno-
de la destructividad y devolver a la salud y el goce de la meno que pu ede echar por tierr a la actitud obje tiva.
vida. Pero este esfuerzo exige mucho de el, Tanta buena En psicoterapia junguiana se hace gran enfasis en el
voluntad consciente consteliza una equivalente cantidad problema de la sombra . Pero por sombra se entiende
de intenci6n inconscient e maligna y destructiva. solamente la personal y la colectiva, los aspect os oscu-
Los peligros de la profesion psicoterapeutica fueron ros de los ideales del ego y de la colectividad , mientras
reconocid os por sus fund adores. Es por ello que todo que la sombra arquetipal es muchas veces igno rada .
aspirante requiere un cuidadoso analisis de entrena- Como ya he dicho , el psicoterapeuta se halla en un a
miento antes de comenzar su trabajo analitico y tera- situaci6 n psicologiea en exceso diffcil y peligrosa , desde
peutico. Un conocimiento extenso de la psicologia y la cualquier angulo que la examinemos. Hasta donde su
psicopatologfa resulta tambien indispensable para que el modelo basico es el del medico, se encuentra sujeto a
terapeuta pueda desarrollar una intuicion delicada y la tentacion de reprimir un polo del arquetipo curador-
diferenci ada de 10 que hay de neurotico y de "enfermo" paciente y de proyectarlo en sus analizados. Como suele
en sus analizados , y de como desenmascararlo. Pero pre- ocurrir con los medicos, el ejercicio de poder represen-
cisamente este conocimiento traiciona al analista, 10 in- tara allf un intento par a sanar tal escisi6n. La polaridad
duce a frias y objetivas localizaciones de la destructivi- curador -paciente es avivada en nuestro caso por la de
dad en los analizados , y con esa misma objetividad se conciencia e incon sciente. Se proyecta 10 inconsciente
corta todo acceso a sus propios aspectos oscuros , los en el analizado, y el analis ta, que tiene por tar ea llevar
que solo son vistos en los dernas. a sus analizados a una conciencia mayor , aparece injus-
El psicote rapeuta se encuentra enfrentado a diario a tificadamen te ante sf mismo como un individuo peculiar-
conductas humanas no comunes , a crisis y expresiones mente consciente . Y en este oscurecimiento de toda la
de la sombra personal, colectiva y arquetipal. Los ana- situacion, entran en actividad los hermanos sombrios del
lizados que acuden a el, traen consigo especificos com- sacerdo te y del medico, con quienes el terap euta esta
portamientos dest ruct ivos. Esas manifestaciones confor- en cercana relaci6n ; es decir, aparecen el falso profeta y
man con largueza el ambiente de trabajo diario del psi- el charlatan .
coterapeuta. Puede asi ocurri r que el psicoterapeuta yea Esta situaci6n psicologica consti tuye un excelente cam-
moverse la sombra arqueti pal solo en ese, su ambiente, po de operaciones para la sombra arq uetipica . La des-
como sucedia con el joven desdefiado . Ve tantos de tructi vidad fund amental hace uso de la escision del
estos fenomenos que no tiene ya la energia para reco- arque tipo y de las oscuras figur as del charlatan y del
nocerlos y cont inuar estudiandolo s en el mismo . falso profeta . Entonces el analista se encuent ra amen a-
Otro factor de complicacion consiste en que much as zado por todas partes.

116 117
A estas alt uras e1 lector se estara preguntando si la XVII. EL ANA LI SI S NO AYUDA
empresa completa de la psicoterapia no estara desde e1
principio condenada al fracaso , 0 si, en el rnejor caso,
no sera realizable solo para genios psicologicos , Muchos
terapeutas conscientes de este complicado problema ex-
traen alivio de la creencia ingenua de que pueden do-
min ar la situ acion con un met iculoso analisis de entre-
nami ento, y subsiguientemente gracias a un examen con-
cienzudo del propio inconsciente. No creo que tal solu-
cion del asunto sea sostenible . A veces escucho a cole-
gas expr esar la opinion de que los peligros pueden evi-
tarse si el psicote rapeuta registra y estudia sus suefios ,
La dificult ad en este caso reside en que los suefios
seran int erpre tados por el sofiador mismo. Ademds, no
hay ningun sistema , no hay tecnica objetiva alguna para
comp rend er el men saje de los suefios. La interpretacion E STElib ro es una reflexion sob re los aspectos difici-
de suefios es una actividad creadora, casi artistica ; de- les y prob lernaticos de la pro tesion psicoter apeutica.
pende en definit iva del int erprete. Con el paso del tiem- De resul tas de ello he estado ignorando mas 0 menos sus
po, el terapeuta experimentado desarrolla una ·~ran ha- muy especiales y positivas pot encialidad es.
bilid ad para interpret ar sus suefios de acuerdo con sus Apen as si debo decit que, a pesar de los peli gros dis-
propios deseos. Reconoce feno menos de sornbra solo cutidos, muchos psicoterapeutas realizan un trabajo ex-
cuando ello conviene a su ego, y puede ser que inclu so celente y ayudan a un sinnumero de personas a encon-
los malin terprete como aspectos Iumino sos. tr ar alivio a sufrimientos muy intensos. Hay ciertamente
Mis observaciones parecen acumularse de modo ere- alguno s ot ros que no estan a la altura de los peligros
cientemente pesimista. Por otra parte, podri a hallar- de su profesion y que por tanto causan realmente dafio .
seles confirrn acion en las incon tables y amargas dispu- Pero ello no compromete seriamente el valor de la
tas internas entre los mismos psicote rapeutas. En pocos prote sion como tal.
dominios profesionales los conflictos internos se discu- No deseo limitarm e a poner de relieve los peligros;
ten mas innoble, inconsciente y destructivamente que me gustaria tam bien ind icar posib les vias para enfren -
entre los psicoterapeutas oficialmente analizados y ale- tarIos. Ant es describi como se constel izan en el ana-
gadamen te " conscientes" . lizado y el analista fuerzas hostiles al pr ogreso y al
(Es la psicoterap ia, y en particular el analisis de los exito del ana lisis, Tarnbien estableci que para el ana-
estratos mas pro fundos del alma humana, una empresa lista es por 10 tan to de suma importancia ser abierto
imposible? ( Debe considerarse un fracaso este esplen- y honesto consigo mismo, y, en ciert o modo, con el ana-
dido experimento? (Es tan los analistas condenados a lizado , a fin de qu e los fenomenos negativos puedan
encontrars e tarde 0 temprano en un callejon sin salida? afront arse conjuntamente . Solo esa actitud nos dara el
punto de part ida requerido para comb atir la destr ucti-
vidad. Pero esa posibilidad tiene un limite .
La gran calamidad del psicot erapeuta es su aisla-
miento . La mayor parte de las escuelas psicoterapeuticas

118 119
son sumamente estrictas en la exigencia de un analisis y que caiga por 10 mismo en el de falso profeta y
de entrenamiento ; tambien requieren que el aspirante charlatan.
sea con trolado po r un colega expe rimentado. Pero, en A proposito de este problema, se podria solicitar que
definit iv a, el trabajo del analista depende exclusi vamente los analistas fuesen controlados a 10 largo de su carrera
de el. Solo el y su analizado saben 10 que ocurre en por otros colegas . Pero la palabra "control" no es la
cada sesion . El analista vive cada vez mas solo en una apropiada. Los Ilamados analisis de control que forman
especie de torre. Muchos terap eutas est rin solos aun parte del entrenamiento de un aspir ante a analista, estan
cuando tengan ante elios a sus analizados; todo in ten to llenos de elementos discutibles. Ni el candidato mas ho-
de estes par a penet rar tras la mascara en la personalidad ne sto puede reportar durante una " sesion de control"
del analista, quiza para atacarla, es rechazado por el cada palabra, cada gesto y humor que aparecieron du-
e inter pr et ado com o pr oblema del analizado. El est ilo rante su trabajo con un paciente dado . Selecciona, y su
person al y el pun to de vista teorico de muchos an alis- seleccion esta determinada por la impresion que desea
tas les impiden sentirse rad icalmente cuesti on ado s, ni causar en el anal ista que 10 con tr ola . Mas aiin, hay
siquiera por sus pacientes. En relacion con este pr oble- sueiios que no pueden ser aprehendidos por el analista
ma del aislamiento, jung expuso siempre con toda cla- controlador, ya que quizas contienen mensaj es no diri-
ridad que el proceso an alitic o habra de ser mutuo, y qu e gidos a el sino al analizado y al terapeuta. £1 analisis
analista y analizado se influyen el uno al otro. Pero es un asun to tan in tensamen te personal que es mu y
10 mismo qu e sus colegas de otras escuelas, el analista facil para qui en esta fuera malinterpretar 10 que sucede
junguiano no puede escapar al hecho de que el analisis mediante su punto de vista. Las sugerencias de los ana-
es una relacion asimetrica, y de qu e se to rn a mas asime- listas que controlan son a menudo visiblements erro-
trica a me dida que el an alista gana en ed ad y experien- ne as. Todos los peligros que he descrito antes se rela-
cia; asi, el ret o del analizado a los procesos psiquicos del cion an con la terapia y pu eden hacer mucho dafio;
analista se va red ucien do proporci onalmente. La esci- pe ro siempre estan ligados al desarrollo personal com-
sion del arquetipo: de un lado el med ico sana y mas ple to del analista mismo. Debe por tanto concederse
experi rnen rado , y de l otro el paciente enfer mo, hace un interes primordial a la btisqueda de vias y medios
cada vez mas dificil el dialogo . Lo qu e el ana lizado da para provocar y penetr ar continuamente al an alista.
de si mismo se qu eda en el Orro, algo que ya no toea Se ha sugerid o a veces qu e el an alista haga " analisis
I ana lista. de entrenamiento" durante su carrera profesiona1. Mu-
Ha y no obstante autenticos curadores heridos entre chas objeciones pueden op onerse tambien a esta idea.
los analisras, terapeu tas en quienes el arquetipo no esta Solo en una ciudad grande es posible que un analista
escindido. Son cons tan temen te anali zados e iluminados encuentre a otro de su misma escuela con quien no este
po r sus pacien tes. Tal es analista s perciben un a y otra relacionado, ni politicarnente, ni en una organizacion pro-
vez como las dificultades de sus analizados constelizan fesional , ni en el dominio academico. Y un hombre con
su~ prop ios problemas y viceversa, y de ese modo tra- una po sicion publica dificilmente puede hablar libre y
bajan SID embarazo no solo en sus anali zados sino en abiertamente con un colega de simil ar 0 igual posicion;
ellos .mismos . Son siempre pacientes y curadores al mis- hay en potencia demasiada riv alidad obstaculizando el
mo nernpo. camino hacia un contacto genuino. Por otra parte, un
Hay que repetirlo: desafortunadamente no ocurre esto hombre mayor encontrara dificil acudir, para tal analisis
en t?dos los casos; por el con trario, 10 usual es que el de entrenamiento, a un colega mucho mas joven que
analista se limite mas y mas al solo papel de curador, apenas comienza su carrera. Y viceversa: seria desacon-
120 121
sejable que el joven cuya pra cnca terapeutica apenas parncipantes es generalmente tan grue sa que no puede
ernpieza. con tinue siendo ana lizado pa r un pr ofesional ser perforada.
de mas edad y experiencia, pues se expon dria a perma- Parece que estamos ot ra vez ante una valla. Quiero
necer reducido al papel de estudi an te 0 disdpulo. subrayar una vez mas que una gran cantid ad de psico-
Todos este s intentos por cont rarres tar los peli gros de terapeutas estan bien capacitados para evadir, en su
la pro fesion anal itica mediant e la extension 0 prolonga- confro ntaci 6n con los analizados, y por ende consigo
cion del analisis de entrenamiento, se me oeurren suma- mismos, las trampas profesionales . Pero hay mucho s que
mente dudo sos. Se me parecen mu cho a los esfue rzos simplement e no tienen capacidad par a hacer tal cosa.
del Baron Munchhau sen: este quer ia salir con su caballo Estos ultimos no podran encontrar ayuda en ninguna
del pantano halandose la coleta . To dos los fenomenos de las posibles (e impos ible s) variedades de reanalisis
sombrios de los que he hablado se constelizarian igual- y discusion es de casos.
mente en esos nue vos analisis, atrayendo mayores com- El paciente acude al anali sta como un ser humano
plicaciones. Muchos analistas tienen capacidad suficiente sufriente; con much a frecu encia recibe ayuda, y una vez
par a avanzar continuamente a traves de los problemas que la ter apia ha concluido, puede continuar un desarro -
relat ives a la sombra . Todos son victimas de esto s pro - llo saludable e independiente. De vez en euando hay
blemas de vez en euando . Pero un buen mimero de casos que requieren un tratamiento especialmente pro -
analista s quedan enredados en sus sornbras con el curso longado . Entonces el 'asun to no es ya eondueir progre-
de los afio s, Mient ras mas se analizan v reanalizan tale s sivament e al paciente hacia su desarrollo psiquico, sino
problemas, mas solidez ganan las fuer zas que obran en mas bien salvarlo una y otra vez de las crisis. Tambien
la sombra. aqui el terapeut a puede ser uti!' Pero parece que no
Las discusiones conjuntas de casos entre un grupo hubiera ayuda para el analista mismo, para los proble-
de colegas son tarnbien de valor muy limitado . Quien mas de su sombra profesional.
haya participado en tales grupos de discusion , sabe cuan Tal vez ha llegado el momento en que el analista deb a
poco se toea 10 esencial del trabajo analit ico. Cada par- mirar con hu mildad mas alla de su profesi6n, en bu sca
ticipante del coloquio trat a de algun modo de qued ar de la posible ayuda que le per mita evitar este tragico
bien ante sus colegas, pues la situacion colectiva cons- enredo . Una cierta inflaci6n psicoterapeutica podria
teliza siempre rivalidades intragrupales. Es tas pueden muy bien estar tr as el esfuerzo de ayud ar al analista con
man itestarse de form as muy extrafia s. Un terapeuta medios analitico s, como si el anali sis fuera el non plus
puede querer presenrars e como analista pa rt icularmente ultra de los incentivos y estimulos del desarrollo psico-
diestro y. conscienre 0 inconsciente mente , escoge con 16gico. N6tese : estamos hablando aqu i de desarrollo psi-
este proposiro el mater ial que tr ae a discusi6n . Otro cologico, no de curaci6n de neurosis. La complicacion del
quiza trate de apare cer no rablemente honesto , de modo ter apeuta con su sombra no es una enfermedad , y el
que, al presentar sus casos, se describe a sf mismo peor , terapeuta puede no sufrirla dire ctamente . No hay duda
mas inconscienre y subyugadc por su sombra de 10 que de que el es ento nces meno s habil para ayudar a sus
realmente es. Los coloquios profesionale s de este genero pacientes, ni de que como persona se hace menos inte-
son utiles solo para discuti r cuestiones que surgen del resante. Pero, usando los terrninos psicoanaliticos acufia-
material pr esenta do. dos por Freud , podriamos decir que este ren dirse a la
Los gru pos de terapia constituidos por analistas pro - sombr a representa una excelente defe nsa del ego y evita
fesional es tampoco tienen gran valor. La coraza de los muchos sufrimientos y problemas. Debido a la escisi6n
del arquetipo, la destructividad, en el sentido de la sorn-

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bra arquetipal, el inconsciente, etc., no es ya el proble- XVIII. EROS
ma primario del terapeuta; se 10 ha quitado de encima,
10 experimenta solo mediante proyecciones, y de manera
vaga disfruta de algo que semeja paz interior. Que algo
no anda del todo bien en sus psiques solo puede reco-
nocerse por el hecho de que la familia y los amigos pro-
ximos a tan "iluminado" terapeuta se encuentran rnu-
chas veces en un raro estado de confusion y caos.
La solucion de semejantes dificultades no puede pro-
venir de dentro, es decir, del interior de nuestro campo
profesional. Mientras mas el analista analiza, examina y
sigue los dictados de su inconsciente, mas ciego deviene.
Apenas encuentra confirrnacion en 10 que ya sabe. Su
punto ciego Ie impide ver las areas oscuras decisivas
de su propio ser ; y si las aprehende por via intelectual,
no habra conocido todavia la sacudida emocional del PARA librarse de este drculo vicioso, el terapeuta de-
verdadero autoconocimiento. bera exponerse a algo que 10 toque profundamente,
a algo no analitico (el es ya en demasi a el que dirige la
tecnica analltica) ; a algo que rompa continuamente su
equilibrio, que 10 estimule, que Ie muestre una y otra
vez quien es, cuan debil y presuntuoso, cuan vano y
mezquino. No fue seguramente por azar que Socrate s
alabo la amistad. En mi opinion, y sobre la base de mi
experiencia, hay algo que puede disminuir y aun disol-
ver el enredo del analista con su sombra : la amistad.
A primera vista , esto puede parecer banal. Pero es
extrafio que muchos analistas pasen por alto esta bana-
lidad . La amistad, los encuentros afectuosos pero fuertes
con nuestros iguales , el atacar y el ser atacados, el in-
sultar y el ser insultados, todo esto golpea una y otra
vez el centro psiquico de las personas implicadas. Lo
que el analista necesita son relaciones simetricas, relacio-
nes con compafieros que esten a su nivel, amigos que
se atrevan a atacarlo , a sefialar no solo sus virtudes sino
tarnbien sus flancos ridiculos. Este genero de estimulos
puede encontrarse en amigos del mismo sexo; puede
tener asimismo lugar en el matrimonio: las profundida-
des de la sombra deb en sondearse en el amor . Gente
no versada en el analisis se desarrolla ampliamente me-
diante relaciones interpersonales intensas. El analista no

124 125
tiene ot ra alternativa qu e hacer 10 mismo. Sorp rende ver XIX. INDIVIDUACION
10 dificil que esto resulta, sin embargo, a muchos psico-
terapeu tas; puede n tra tar de hacer amigos entre sus
ex pacien tes, pero la relaci6n con el analizado sigue
siendo asimet rica y unilateral, incluso una vez concluido
el analisis. Los ex analizados , aho ra " amigos" , no pue-
den verdaderamen te ir mas alla del sistema defensivo
del analista.
Muehos analistas sostienen que cultivan intensas amis-
tad es, cuando 10 que en realidad hacen es reunir a su al-
rededor un gru po de discipulos y pavonearse en la admi -
raei6n . H ay muchos que incluso se cierran a los retos
psicol6gicos que les pr esentan sus familia s; empiezan a
mirar a la esposa e hijos como a anali zados , y se com-
por tan de aeuer do con esa visi6n. H ay todavia otros
que destruyen autenticas amistades transformandolas en DE ACU ERDO a los escritos de lung, el trabajo psicote -.
relacione s analiticas; evitan los problema s reale s de la rapeutico tiene dos intereses prin cipales : primero,
amist ad apela ndo a form ulacione s analiticas y psieodi- eur ar los suf rirnien tos neur6ticos 0 psic6ticos del analiza-.
namicas. La amistad intensamente vivida - y suf rida- do , y segundo, guiar el proceso qu e el mismo lung llama
salva a much os terapeutas de enr edarse inext ricable- indio iduacion. En su opinion, la mayoria ,de las veces
mente en sus regiones sombrias y destructivas. Odio y la tera pia eoncluye, en el mejor de los casos, con la cu-
amo r flu yen entre amigos; el amo r circu la en tome a raci6n, mien tras que la indivi duaci6n es asunto separado
las potencias positi vas, y el odio en tome a las nega- y no sigue al primero au tornaticament e. Es mu y diffcil
tivas. definir 0 describir en breves palabras la individuaci6n .
Los nifios, en su abierto y libre desarrollo, pueden Se necesitan imagen es para hacerla comprensible. Tiene
tarnbien penetrar en la sombra del analist a y traerla a que ver con la plenitud de la vida humana , con el flo-
la luz. La tragedia de los terapeutas sin hijos no con- recimiento del disefio basico de una exist encia humana
siste en que la necesidad de descendencia permanezea indi vidual , con la expe riencia del sentido total del indi-
in sat isfecha , sino en que pierden la op ortunidad del reto vidu o. La indi vidu aci6n no es algo que pu eda adquirirse
que les formulan los hijos. y luego con servarse con seguridad . Con prop6si tos de
Un analista sin amista des genuinas debe tener un representaci6n se la describe simb6lieamente en image-
talento excepcionalmente poderoso para no enrigidecer nes como "el viaje a la ciud ad de oro ". Los esfuerzos
y alienarse en su tr abajo . Pero tal vez la palabra amis- de los alqu imistas para transmu tar sustancias comunes
tad es demasiado limi tada; seria mejor decir: el psicote- en oro, la biisqued a de la piedra filosofal, son sfmbolos
rapeuta necesi ta confrontaci6n erotica fuera del marco de la individuaci6n pro yectado s en la materia. Pe ro la
analitico. piedra de los filosofos jamas puede ser hallada, como
Con la diffeil tarea de ermanecer to nuestra vida tam poco la f6rm ula par a ob tene r oro a partir de materia
abiertos vitales, a or amos a ora el roblema funda- basics . Lo que se quiere signifi car es la eonstante bus-
menta e esarro 0 umana per se. ste es e tema queda de algo, la intuicion de una meta nunea alcan-
elaborado inslstentemente por )ung: in iVl uacion . zada . lung no se contento con generalizaciones sobre

126 12T
este proceso , sino que trato de apr ehenderlo mas con-
cretamente. En fati zo, por ejemplo, que es de importan-
cia suprema experimentar la ambiv alencia hu mana; no
elim inarla, sino "unir los opuestos" en un nivel mas
alt o. Es en este senti do que comprendi6 los simbolos
alq uimicos del matrimonio del Rey y la Reina. Vio en
los mand alas - imagenes de meditaci6n empleadas por
los monj es tibetanos que agru pan los opu est os mas va-
riados en torn o a un cent ro nuclear-, simbolizaciones
de la meta de la indivi duaci6n . E n ter rninos religiosos,
el proceso de individuaci6n suele ser re presentado con 'S"lf"m ent e , 1a Idea de que solo las personas
ima genes qu e tratan de la "salvacion del alma" . La fin a- edad pueden penetrar en el cora; on de
lid ad consis te en tener la experiencia de nue stra--mma hu mana, es mas bien dudosa. :\ 10 1
en s totahdaet tan a roxlmadamente como odamos; parte de la historia humana. los hom -
en alcanzar a mas rofunda vivencia e la existe ncia siendo aiin re la tivamen re jovenes : [ via hoy
e ser como ta , aceptar 0 y a irm ar o . Los actores os- ses en los que la mavor ia de la genre no vive mas de
tIles a la IndlVIduaci6n son la rigidez , la estrechez men - cuarenta arie s. ( Como podria explicarse qu e s610 aque-
t~ ! la {alta de apertJJra bacia uno mismo y hacia el llos qu e, por buena suerte, han logrado vivir mas de
mundo . Los caminos de Ia ind ividu aci6n son ex trafio;Y treinta 0 cuarenta afios, tengan oportunidad de satisfa-
un icos : pu eden abrirse paso a trav es de la enfermedad cer su destino hu mano ? Tarnbi en deb e hacerse not ar
y la salud, de la alegria 0 la de sgracia. La individuaci6n qu e una muy grande pro porci6n de la obra creativa de
es el esfuerzo por entrar en contacto con el destello la humanidad ha sido realizada por hombres y mujeres
divin o en el hombre, por subordinar el ego al si-rnismo. menores de cuarenta afios.
Puesto que la individ uaci6n no es reconciliabl e con EI pr oceso de individuaci6n esta en ciert o modo rela-
la estrechez psiquica, incluso los hechos ba sicos mas ci,onado con el desa rr ollo reli gioso. Pe ro sostener qu e
des agradables de la existencia humana deben tomarse solo las personas mayores de cuarenta afios estan abier-
en cuema . La somb ra, destructivida d fu nd amental, deb e tas a las exploracio nes y exp eriencias religiosas es obvia-
encararse de alguna manera. Ha de tener lugar un a mente ~also . A pr imera vista pu ede haber algo atractivo
confromaci6n con la mu er te. Los escritos de Jung indi- en la Idea de qu e la tare a de l jove n es dominar el
can a veces que la individuaci6n acontece en la segunda mu ndo ext erior , establecerse profesiona lmente, fund ar
mit ad de la vida; jung no sostuvo esta op ini6n dogma- un a familia, et c., mientras qu e la del adulto es volver
ticamente, pero alguno s de sus seguido res Ia elevaron la at encion hacia el problema del sentido de la vida.
a dogma. Este pun to de vista impo ne una cier ta secuencia orde-
En el analisis pro fundo, los suefios y otras exp resio- nada y programatica en la vida, mas 0 menos seme-
nes del inconsci ente apu ntan a veces a un pr oceso de jante al model o de un plan de estu d ios. Pero qui zas
indivi duaci6 n; pueden mostrar si la persona est a 0 no nu estro pen samient o este en este caso demasiado in-
en la biisqueda de Ia piedra filosofal , si esta 0 no en fluido po r la imagen de los afios escolares y de la
viaje hacia la ciudad dor ada. En mi experi encia anali- vid a estudiantil. Una a roximaci on al si-mismo puede
tica he observado ue el roceso de IndlVIduaC16n uede ual uier e a : un muc ac e leClseis
aparecer en cua quier etapa e a vi a. L2... he obser- puede estar mu y a e anta 0 en e camInO e a

128
-
129
individua cion , mientras que un hombre de sesenta puede consciente dentro del marco de una relacion Intima, el
l1abe r aban donado com letamente la bus ueda. A 10 esforzarse por una actit ud posi tiva hacia est as expresio-
largo e nuestra vi a nos acercamos a centro e nu es- nes del inconsciente, 1a comprension de nuestra vida
tro ser solo para alejarnos nuevamente de el; este es psiquica en terrninos de psicologia analitica, todo esto
un proceso constante, un ciclico apr oximarse y alejarse. es de imp ortancia decisiva . Resulta por 10 tanto com-
Ninguna persona, y por tanto ningiin analista, pu ede prensible que un analista de edad , un a persona en hi
[amas decir que ha alcanzado la individuacion y que en segunda mitad de su vida, a quien concierne constante-
I consecuencia -por asi decirlo- se ha " salvado" . mente el anali sis, y qui en trata tambien de entenderse
r Para evitar incomprens iones, debo nue vamente sub- a sf mismo con las categor ias de 1a psicologia analitica.
comience a pen sar que el es un es pecialista en la indivi-
I rayar que el pr oceso de individua cion no es un feno-
rr meno paralelo a la salud mental y espiritual. Salud dua ci6n, y que es ta con certeza bien encaminado a a l-
ment al e indi viduacion no constit uyen necesariamente ·canza rla . Se ve resp ald ado en es ta inflada ac titu d po r
un tom a y d aca, aunque pu eden serlo . Un a persona ad- ,su s pa cientes, pues este s , por va rias razones , desean
mirablem ente libre de sintomas neuroticos y psicoticos verlo no s6lo psiquicamente san o, sin tambien muy
qui zas apenas este tocada por el proceso de indi vidua - a de la n tado en el camino de la individua ci6n. En otras
cion . Un ego pu ede se.E.J..o_ suficiente_mente fuerte p_ara palabra s , ellos desean que su terapeuta sea un ma go
construi rse e ectiVOSii:Iecanismos de defensa con tr a las omnisciente.
mas grana esihterrogan tes y los masprofu nao s te rnores Podria parecer, segun eso, qu e os ana isras junguianos
de ilhu ma nidaa.. Se puede alejar la muerte como algo estrin especialmen e inc inado s a una especie de hibri-
que ocurre a losdemas, pero que por los momentos no dacion griega. Despues de todo , es primordia lmem e en
ticne por que int eresarle a uno mismo . Un ego mu y la psicologia junguiana don de las expres ione s " indivi-
fuer te sabe como escon derse tras un punt o de vista duacion" y " segunda mitad de la vida " tienen tanta
practico sob re la vida, en el que no haya lugar para importancia; y es en ella que pueden convertirse en
cosas ominos as qu e no pu eden cambiarse, como la muer- asuntos peligrosos, segiin 10 he descrit o. P ero tamb ien
te o Los pro blemas de la somb ra pueden simp lemen te los anali sta s de otras escuelas, para quienes el conce pt o
rep rimirse, 0 pro yectarse en o tras personas. Todos nue s- de indi vidu acion no signif ica nada, para qui enes el ana-
tros temores mas hondos pueden echars e a un lado me- lisis es solo un a via de la salud mental, y que rechazan
di ante un a laboriosidad aparentemente lIena de sentido . tod o 10 dernas como especul acion rnetatisica, inclus o
Uno puede propo nerse metas parciales, y en obsequio a estos anali~!_l!LQQ..eden ver en el analisis, a su trlanera,
ellas orillar el problema del sentido de la vida; hay su- er tinico camino d~_~iQn. am ien enos creen - que
ficientes me tas qu e perseguir : ganar din ero, satisfacer su p Slcolcigl a ysus metodos terapeuticos rep resen tan
obligaciones fam iliares, alcanzar un cierto status social , los medi os para la redenci6n de la humanidad. Un pro -
ajustars e limp iamen te al sistema social, practicar dili- minent e psicoanalist a fr eudi ano me dijo un a vez, mu y
genteme nte una profesion, mantenerse en buen estado seriamente, que la Segunda Guerra Mundia1 no hubiera
fisico, etc . ocurrido si hubiese habido mas psicoanalist as en la Ale-
H ay por supuesto muchas y variadas maneras de esti- mania de pre-guerra, y si las ensefianzas de Freud se
mular el proceso de individuacion en no sotros y en los hubiesen alojado mas profundamente en 1a conciencia
dernas. E n los escritos de lung, y aiin mas en los de de la gente. Los analistas de todas las escuelas viven
sus seguid or es, ap rend emos qu e el analisis es la man_era_ tentados por la creencia de que han encontrado la clave
moderna po r exce1enciapara promover Iilindividu acion . de los probl emas mas hondos de la humanid ad . Esta
El tr atar en clet-alle con "las expresiones" de -mlest ro in- inflaci6n afecta incluso a los psiquiatras que no emplean

130 131
los metodos de la psicologia profunda. Muy a menudo
se intenta reducir los mayores fenomenos de la historia XX. EL PSICOTERAPEUTA DESASISTIDO
del hombre a las categorfas de la psicopatologia. Cristo
era un masoquista paranoico, los santos vienen a ser
neuroticos sexuales . . .
El hecho de que muchas escuelas analfticas no reco-
nOlcan la dl±erencla entre salud mental e mdlvlduaclOn, ---
P

puede acrecentar todavia mas el pebgro de caer en -Ia -

mflaci6n profetica. El analista que cuen ta en su habet --


algun as exitosas curaciones, cree haber ayudado a unas
cuantas personas a conseguir la salvacion, 0 por 10 me-
nos piensa que sabe como hacerlo. Al no reconocer la
diferencia entre los conceptos de salud mental e indivi-
duacion, carece de los medios para prevenir una conta-
minaci6n interior, psicologica, de tales conceptos, y de
ese modo es arrastrado a la inflacion profetica.
H EMOS hecho acopio de elementos suficientes al me-
nos para delinear la figura del psicoterapeuta expe-
rimenrado : se halla en la segunda mitad de la vida , ha
realizado un tr abajo excelente y posee el dominio teore-
tico y pr actice de su profesion. El analisis y el conoci-
miento y las tecnicas que en el se invierten y perfec -
-cionan, adquieren a sus ojos una significacion mas am-
plia, y por 10 mismo exclusiva. Para el terapeuta jun-
guiano, el analisis es el gran camino, no solo hacia la
salud mental sino tarnbien hacia la "salvacion del alma" .
Para los analistas de otras escuelas, todos los proble-
mas, si pueden resolverse, se resuelven sobre la base
del conocimiento analitico. Relaciones, amistades, lazos
familiares, arte, vida social, todo es limitado a 10 ana-
litico y psicologico. El analista no esta ya abierto al Ser
en el sentido existencialista ; se ha confinado a una
torre de marfil y su experiencia del mundo se realiza
en esa posicion de avanzada . Es entonces cuando co-
mienza el tragico desarrollo que he tratado de descri-
bir en estas paginas; la serpiente comienza a devorarse,
tragandose su propia cola. El terapeuta deviene progre-
sivamente victima del Ienomeno sombra . Pierde eficien-
cia como analista, pero cree que su eficacia esta aumen-
tando. Se engafia mas y mas. Empero, continua siendo
un especialista respetado ; no se torna infeliz, ni neuro-
132
133
tico, ni psic6tico. Y finalmen te muere; es un ind ividuo ciertamente desempefiar bien su trabajo. Pero en toda s
de exito, socialm ente ad apt ado y de s6lida mente . aquellas ocupaciones que tienen alguna influencia en
An tes he sefialado que la amistad, el encuentro ero- otras personas, en las que nuestra psique es el principal
tico, ofre ce al analista una via para ro mper este circulo instrumento de trabajo , la actitud psiquica es natural-
vicioso. Cua ndo 10 mencione por primera vez, in troduje mente de importancia capital. La profesion del psicotera-
tan solo una premisa no bien apo yada . An tes de volver peuta es una de elIas. El terapeuta no solo utiliza ciertos .
a ella ha re una pequefia digresion . metodos tecnicos, sino que tooa supersonalidad ejerce '
La individ uacion es posible a cualq uier persona en tilliilmente efecta en elanalizaoo.- E l- analista- que-repre~­
cualquier ed ad . Es una tarea de cada uno. Existe una serite antes, guiado' ·constantemente -sin dar se cuen ra,
imagen indo-tibetana , pa ra rneditacion, que muestra a sin sufrirlo- por su sombra, no esta en absoluto neu-
T song-K apa , el fundador de la Igl esia A marilla del T i- rotico ni psicotico, Con recursos mu v per sonales ha en-
bet , rodeado par 84 santones (mahasidd has) que han contrado un m odus vivenai"con lasiuerzas demoniacas.
alcanzado la perfeccion religiosa. Los mahasiddhas, cu- g.ue·-J~~lte lleva~ un a vilfil s"atisrecha , libre de te n:
yas vida s son ya legendarias, alcanzaron su me ta me- ~ Hasta un grado lim itado, mcIuso puede con
diante todas las vias posibles: uno s como mon jes y otros exito ayud ar a un analizado ocasional a alcanzar una
como ton tos, unos como bailarines y ot ro s como glot o- similar estabilidad. M uchos de sus analizados , al comple-
nes, unos como pr incipes coronados y o tros como hol - tar su analisis, estaran men os asediados por sintomas
gazane s. Lo que se expresa en esta imagen para medita- neur6ticos , pero tarnbien tenderan a ser personas algo
cion es tam bien aplicable a la individu acion en sentido menos inreresantes, tal vez egoistas y maliciosas. Algo
junguia~o . Resultaria grot esca una image n analoga con ha sido paralizado : el proceso de individuaci6n. El.ana-
84 anahs ~a s 0 anali zado s. Algunos discipulos de lung usta que no esta ya ablerto, que por asi declrIo ha inte-
han ido ciertamen te muy lejos al afir mar que " el verda - grado su sombra, en parte viviendola inconscientemente
dero camino" hacia la indi viduacion es el analisis , Han y en parte prcyectandola , no tiene ya capacidad para
ido todavia mas lejos al creer que, aunq ue un analisis estimular en los analizados el desarrollo y el entendi-
r~al pueda n~ ser necesario, los ins trumentos y princi- miento de la individuaci6n. un sefiala una y otra vez
pios de la psicologia analities son esenciales para una que un analista no puede levar a sus ana Iza os mas
consumada aprehension de noso tr os mismos. La ind ivi- aUa del punto ~e el ha aTc!!!2f:adQ.:. . Esto, naturalmente~
duacion pued e realizarse en el analisis en la familia en no es apHcabTe a sintomas neur6ticos espe cificos ; un
nues tro tra~Iano , en es uerzos ar tfsticos y ttiCi1i- terapeuta puede sufrir de ciertas compulsiones neur6ti-
cos, en cuaJquie r lug ar y meai~m te- cualquier media . cas y, pese a ello , lograr liberar a sus anali zados de aflic-
Po emo s valern os Cle rriit r ecursospa ri enhen-tatlos ciones similares . Pero raramente podra estimular un pro-
problemas fu ndamentales de la existencia humana. 0 en ceso de individuacion si el mismo permanece cerrado
terminos religiosos, se puede servir a Dios de muchos a dicho proceso. Y como hemos vis~te del proceso
modos. El juglar de la leyenda medi eval que reali zaba de individuaci6n de todo analista es el enfrentamiento
su art e en la Iglesia ante la Madona servi a a Dios a su con Ia sombra al}J~litica. /" - - - -- .- .." --.--
modo, tambien el , ---soiilmente algo de naturaleza no analitica puede que-
Par supuesto, la ma yoria de las actividades profesio- brantar esta resistencia. El psicoterapeuta de be ser em-
nales p u e?e~ ~er ejercidas con eficien cia sin que el pro- plazado par alga que no pueda manejar ni recbazar con
ceso de indivi dua cion sea activa do. Un vendedor de sus armas y tecnicas analiticas. Las obras de arte pue-
seguros men talme nte sano, aun que rigido en sus actitu- den estremecernos, el estudio de la historia puede esti-
des, ya cerra do al mundo, vitalmente conforme, puede mularnos, un interes en las ciencias naturales puede
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conducirnos a torturantes problemas. Pero el analista XXI. EROS DE NUEVO
inteligente encuentra con facilid ad la manera de intro-
ducir tales cosas en el marco analitico. Conozco un
analista bastante inteligente y diferenciado que, despues
de ver un film muy conmo vedor, en lugar de consentir
la experiencia emocion al, se enfrasco en un analisis psi-
cologico largo e ingenioso sobre la pelfcula. No es ex-
trafio encontrarse terapeutas que, cuando debieran ser
profundamente movidos por una obra de arte , utilizan
la in terpreta cion psicologica par a rechazar la experien-
cia de verse sacudidos. La M ona Lisa se convierte en una
"representacion del anima " , las obras modernas rebo-
san de simbol os sexuales masculinos y femeninos . . .

VOLVEMOS asi a las relaciones eroticas con nuestros


sernejantes como el ul timo recurso para salir del
ato lladero. Al decir erotico no nos referimos en part icu-
lar a la sexuali dad, sino al amor en su mas amplio sen-
tido . Amigos masculinos 0 femeninos, csposas 0 maridos,
herm anas y hermanos, hijos, par ien tes, todos ellos tienen
el poder de emplazar al analista y la habilidad para no
dejarse atr apar por los inteligentes in tentos disuasivos
de este. Y en estas relacio nes los contenidos de la sorn-
bra se constelizan , puest o qu e esas pers on as abordan
al analista a traves de flancos y angu los completamente
diferentes a los que atacan los analizados . El terapeuta,
sin embargo, s6lo puede aceptar fructiferamente el reto
amoroso. S610 en tonces es vulnerable. Los colegas pro-
fesionales pueden tam bien , por sup uesto, ejercer efecto
en el si se pr esentan no como analistas sino como ami-
gos. Pero en tales casos debe existir concienci a del pe-
ligro de que los amigos terapeutas a menudo se con-
vierten en complices, transform an la amista d en ami-
guis mo, viene n a ser ayudantes in telige ntes en la batalla
contra la individuaci6n ; se cuidan de prov ocar al otro
para evitar ser provocados, y apor tar asi armas adicio-
nales con que impedir el desarr ollo psicologico.
Algunos ejemplos parece n necesarios para ilus trar me-
jor 10 qu e quiero decir. La esposa de un analista se
qu eja a este una noche: " ultima rnente no me prestas

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ninguna atencion cuando hablo. Pareces saberlo ya t~do. nuevo a una psique rigidizada. El alma se abre de nue-
Y cuando tenemos invitados re comportas como si Io vo, Lo cual por si solo no impulsa necesariamente el
supieras todo. No puedo decir nunca una pa,labra. ~i proceso de individuacion, perc al menos 10 hace una
comienzo a con tar algo, ni 10 conduyes por mi 0 corn- vez mas posible. . .
ges 10 que he dicho. Y adernas interrumpes siempre. a Es cierto que nuevas posibilidades de ;novlmlen~o en '
las otras mujeres..." Claro que esas no son acusacio- la psique del analista no se crean tan solo a partir de
nes muy graves , pero apuntan a ciertos rasgos desagra- la mas 0 menos inocua critica de las personas que 10
dables del marido ; este puede defenderse, negar 1.0 que rodean. Lo importante es la intrincacicn, la alegria y la
ella dice e insistir en que son simples proyecciones: pena, el desacuerdo y la sorpresa 9ue . flu yen en tr e las
pero la esposa no es despues de tod? su pacient~; .00 personas que se quieren. La experiencra ~el ero s ent re
puede devolverle simplemente todo. Finalmente 10 UOlCO dos personas, su fructifero efew? en la P Sl qU~. no p~e­
que tiene enfrente es su propia dominante conducta y de describirse con secos terrninos psicologicos: solo
la reaccion ante el dolor que esta causando. Enfren- puede representarse artistica~ e m e . l" n ~ vez que ha
tar ambas cosas puede resultarle muy complicado y difi- tenido lugar, una vez acon tecida , podra r<:r sup ues to
cil pero a medida que comience a pensar mas en el vertirse en terrninos analiti cos y ser , asi , aprehen-
misrno, una muy pequefia parte de su sombra habra dida . Pero esos concep ros psicologicos de beran ser re-
sido acercada al hogar. legados a su vez, perrnanenr ernente, por 1a inmediatez
Otro ejemplo . El amigo de un analista dice a este: de la experiencia erotica. Y esto solo puede efectuarse
"No me gusto mucho la manera como te comportaste -efectuarse p rofunda y completamente- e~tre perso-
anoche . Actuaste ante la sefiorita X como un pavorrea!. nas que se aman, mas que entre ?O~tor y paciente, ana-
Ni siquiera te diste cuenta que ella no tenia e~ m~s lista y analizado, 0 maestro y dISCII:ulo.
minimo interes en tus ideas sobre la Reforma Universi- E1 psic oterapeuta se encuentra siernpre, rea1mente ,
taria. Te estuvo tomando el pelo to do el rato". Quiza en una muy dificil posicion. Apenas en un grado muy
trate de defenderse de las palabras de su amigo, pero precario el estudio de los ultimo.s desarroll~s d~ 1a psi-
el analista sabe que el otro no Ie es hostil y que algo coterapia le servira para perfecclOna~ su ef1ca~l~ lrofe-
de cierto debe haber en 10 que dice. siona!. No puede prevernr 0 remediar la escision ?~l
Estos son pequefios y muy inofensivos conflictos, arquetipo leyendo publicaciones medi~as. Su efectivi-
pero pueden bas tar para mostrar la direccion en que las dad, su solvencia profesional, dependen lOeluctablemen.te
cosas tal vez marchen. Un analista puede tener los mas del desarrollo de su propia psique. Aparte de la arms-
serios enfrentamientos con sus allegados; y en la me- tad puede que existan otros recursos que 10 salven de
dida en que permanezca abierto a la relacion amorosa, la ;ombra, pero por 10 que a mf respecta todavia n.o los
tornara seriamente estas relaciones . Esto reporta un con- he encontrado . Y en el caso de que realmente existan,
tacto constantemente renovado con'Su sombra. £1 con- no forma ran parte del trabajo analitico. Algunas formas
;cto con 1a sombra en Ia VIda pnvada abre 13 posI!~i­ de rneditacion podrian considerarse. Desafortunadament~
hd ad de contactar tamblen la som5ra profeslOnat Y la mayo ria de los analistas, aun si tratan de respons~bl­
natura1mente, dichas controntaclOncs pueden a'ctemas Iizarse de sus vidas interiores de manera conternplativa,
pOner de relieve aspectos POSItlVOS, se encuentran tan atrapados por su sombra analitica que
- l odo esto es d muy bIen , pero (como es que la acti- en el mejor de los casos se veran en un gran embrollo.
vacion y el contacto con la sombra estimulan el proceso Tal vez haya una forma de meditacion religiosa q,ue
de individuacion? Simplemente, inyectando movimiento permita a1 analista librarse de la trampa, pero por prin-
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yo" . Debe ria informarse detalladamen te a los estudian-
cipio, como regla , todo analista inte~i~ente y concien- tes de las profesiones asistenciales sabre las muchas
zudo ha incluido tarnbien la esfera religiosa en la estruc- maneras en qu e los aspectos sornbrios de la ~rofesi6n
tura 'de su mundo analitico; 0 bien, si encuentra algo qu e escogieron pueden expresarlos a ell,?s. Sen.a desea -
perturbadora la esfera reli giosa, posee el instrumental ble que no hubiese ya trabajadores sociales bIe.n edu-
analitico con que rechazarla. cados que con toda seriedad crean poder pracncar su
Al arriesgarse a sostener relaciones eroticas con el
profesion como ingenieros, tecnica y objetivar;nente nada
mu ndo en torno, el analista no entender a solamente mas . No deberia haber ya maestros que piensen que
que su vida ernocio nal ha de ser estimulada. . ~o . nos solo sus alumnos son pueriles y que ellos deja ron eso
estarnos refiriendo al contraste entre comprension rnte-
arras. Respecto a los medicos, se ha bra dado un gran
lect ual y experiencia emocional; ni .aludi mos ~eramente
paso cuando no se conozcan tan tos que v~n la enfe~me­
a la estimulacion de algunas vivencias con el fin de qu~
dad tan solo en los pacientes. Es tos carnbios de actitud
el desa rrollo psiquico del analista recupere el mOVI-
fundamentales plantean retos tremendos a los educado-
miento perdido. Lo que nos interesa por encima de todo
res de cada una de esas carreras . Pero en el caso de los
es superar la escision en la que vivimos . El asu nto con-
psicot erapeutas otro factor particularmente dif icil com -
siste en que el ana listadebe entrar, activa , dolo~osa y
plica el cuadro. La psicologia profunda representa una
alegremente, en contacto directo con sus semejantes.
de las modernas vias hacia la refle xion y la autopercep-
D ebe encontrar a cualquier precio la via que 10 exponga
cion . Mediante el conoc imiento que ella ofrece, y en
otra vez a los emplazamientos mas dificiles . Debe ser
particular a traves del analisis, los miembros de otras
estremecido. E l senil "yo se, yo se" debe convertirse en
carreras asiste nciales pue den recibir ayuda en la lucha
el socratico "yo no se" .
contra los pr oblem as profesionales especificos , Un t ra-
La protes ion del psicot er apeuta tie ne muchos ra?gos
bajador social no neces ita recibir asistencia de ot ro tra-
en comun con otras ocupaciones. Las que en este libro
bajador para no verse sustituido por su sombra; pu ede
hemos denominado "profesiones asistenciales" estan to-
en cambio dirigirse a un analista. Un maestro no nece-
d as sujetas a una gran amenaza proveniente de la som-
sita acudir a otro maestro de su escuela para ayudarse
bra. To das las personas que creen abrigar el deseo de
en su desarr ollo psiquico . Un medico no debe necesaria-
ayudar a la humanidad tienen. que to~ ar con~iencia de mente convertirse en paciente de un colega.
que las pr eocup aciones relativas al infortunio, a los
Sin embargo, aquello con que el ana1ista podri~ ser-
desajustes sociales , a la ignorancia, a la en~ern;e?ad , etc.,
vir a los dernas, el analisis y el conocimiento psicolo-
constelizan en ellos mismos problemas psicologicos muy
gico, va rigidizand o a1 ana lista mismo, .hasta dejarlo sin
graves. En los entrenamientos preparatorios.?e estas
rernision en poder de 1a sombra . Los instrumentos que
profesiones se habla mucho acerca de las dificultades
ayudari an a los otros, pueden re pr esentar para ella
ofrecida s p~r "casas" y pacientes, pero. dific ilme? te se
ruina psi quica . Tiene com o apartar de si todos los retos;
me ncio nan las zonas oscur as de los aspiran tes mism os.
los ana lizados no son estirnulos eficaces, e incluso la
Una parte de la preparacion de trab ajadores sociales,
tension religiosa puede ami norarse recurriendo a los
en fermeras mae stros, medicos y profesionales afines,
con ceptos analiticos. Ha aprendido a carearse con su
tendria que enfatizar que los problemas del " caso" 0
inconsciente, y 10 hace muy agil y prudentemente. Solo
del paciente son tambien los de ellos mismos. Como
mediante el intercambio emociona1 con aquellos con
en la noble frase del juez ingles, pronunciada cuando
veia di rigirse al patibulo a un asesino al que habia con- quienes mantiene una relacion amorosa.' pue?~ el ana -
lista traer a su embotado mundo una dimension nueva.
denado : " Si no fuera por la gracia de D ios, ese seria

140 141
......

Si fracas a en alcanza rla, si drena y vada sus relacio nes INDICE


ut ilizando exitosamente la psico logia, se convierte en
un caso tragico,
Pag.
Pero si logra abrirse a esta dimension de la existen-
cia, entonces su desarrollo proseguira y tendra mayor Prejacio . . . .. . . .. .. ... . . .. . . . .. ..... . .. . 7
capacidad para ayudar a sus semejantes a libr arse del 11
enredo neurotico y avanzar en el camino de la indivi- I. T rabajo social e inquisicion .
duacion . Es entonces cuando viene a ser un verdadero II. E1 psicoterapeuta: charlatan y falso pro-
seguidor de los grandes fundadores de la psicologfa pro- feta . 25
funda. Esta en capacidad de continuar 1a confrontacion I II. El contacto inicia1 entre analista y ana-
con las capa s mas profundas del alma en la via iniciada lizado . 37
de manera tan heroica por Freud y Jung. Puede vivir
ahora su destino real. IV . La relacion es fantasia . 43
Ser un psicoterapeuta es ejercer una profesion espe - V. El analista y la vida no analitica del
dficamente rnoderna . Esta es un inten to de circunna- analizado . 53
vegar el mundo, de explorar la psique en su totalidad. 57
VI. Sexualidad y analisis .
La gran aventura del hombre moderno no consi ste solo
en la exploracion del mundo exterior. Consiste tarnbien, VII. El destructivo miedo a la homosexua-
en medida no despreciable, en el sondeo de las profun- lidad . 65
didades del alma humana. El psicoterapeuta que con- El analista como adulante . 69
VIII.
sigue eludir la trampa de una escision rigidizante , puede
pres tar un servicio incalculable a la humanidad y a sf IX . Abuso de la btisqueda del sentido de
mismo. La psicologla analitica Ie proporciona conoci- la vida . 73
mientos con los cuales, si sabe emplearlos, abrira dimen- X. El medico poderoso y el paciente ill-
siones originales al hombre actu al. Pe ro debe ba tirse fan til . 79
con extrafias fuerzas oscuras que estan en el y en los 83
XI. El arquetipo curador-paciente y el poder
demas, pero ante to do en el. Solo a traves de repetidas
confrontaciones con su sombra, cumplira su tarea. No XII . La escision del arquetipo . 87
puede hacer 10 que el biblico Jacob: luchar con el angel XIII . El po der reunifica 10 dividido . 91
solamente durante una noche; su batalla por la bendi-
cion durara toda la vida . XIV . Medico, psicoterapeuta, trabajador social
y maestro . 97
XV. Sombra, destructividad y maldad . 103
XVI. <: Esta el analisis condenado a fracasa r? 115
XVII. El analisis no ayuda . 119
XVIII. Eros ·· · · · · . 125
XIX. Individuacion . 127
XX. El psicoterapeuta desasistido . 133
142 XXI. Eros de nuevo . 137
ESTE L1BRO SE TERM INO DE
' IM PRIM IR EL 29 DE NOVIEMBRE
DE 1 974 , EN L1TOGRAFIA
MELVIN - CARACAS

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