Boletin 090
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BOLETÍN DEL INSTITUTO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS, UNAM. enero-abril 2011. ISSN 0187-182X
CONTENIDO
Ensayos
El mundo mediterráneo en la Edad Media y su proyección
en la conquista de América: cuatro propuestas
para la discusión
Martín F. Ríos Saloma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
¿Por qué es necesaria la investigación en teoría de la historia?
Fernando Betancourt Martínez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Las identidades
José Rubén Romero Galván . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22
Vida académica
Puntualizaciones sobre la nobleza de una profesión. Carta abierta
a un joven aspirante a historiador
Ignacio del Río. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Publicaciones
Novedades editoriales del iih . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
Históricas 90
Introducción
Edmundo O’Gorman decía en uno de sus libros más importantes que América
no fue “descubierta”, sino que fue “inventada”. Este proceso de invención con-
sistió, según el historiador mexicano, en dar un sentido ontológico a las tierras
avistadas por Cristóbal Colón en octubre de 1492 en función de los marcos his-
tóricos y culturales propios del siglo xv.
Los sentidos, sin embargo, han sido distintos y los historiadores de uno y otro
lado del Atlántico han debatido a lo largo de muchos años acerca de la naturaleza
de los procesos desencadenados a partir de 1492: descubrimiento, conquista,
encuentro, colonización. El Quinto Centenario fue el marco propicio para im-
pulsar nuevas reflexiones sobre este tema, algunas de naturaleza científica y aca-
démica; otras reivindicativas y populares.
Esta polémica, sin embargo, se ha caracterizado por ser un debate entre ame-
ricanistas –españoles y latinoamericanos fundamentalmente— y en muy pocas
ocasiones especialistas de otras áreas históricas se han acercado al tema.
Representativo por su excepcionalidad fue el historiador mexicano Luis Weckmann,
quien bajo la dirección de Ernest Kantorowick elaboró una tesis doctoral intitulada
Las bulas alejandrinas de 1493 y la teoría política medieval. Estudio de la supremacía
papal sobre las islas, 1091-1493, la cual fue editada en el lejano año de 1949.
Es en este marco, que apenas he esbozado, en el que una reflexión como la
que propongo en estas línea acerca del mundo mediterráneo y su proyección en
El presente trabajo fue elaborado a partir de la ponencia intitulada “El Mediterráneo y su proyección en
la conquista de América”, impartida en la Facultad de Bienes Culturales de la Universidad de Bolonia en abril
de 2009.
Edmundo O’Gorman, La invención de América. Investigación acerca de la estructura histórica del Nuevo
Mundo y del sentido de su devenir, México, Fondo de Cultura Económica, 1984, 193 p. (Tierra Firme).
Enrique Plasencia (comp.), La invención del quinto centenario. Antología, México, Instituto Nacional de
Antropología e Historia, 1996, 263 p.
Luis Weckmann, Las bulas alejandrinas de 1493 y la teoría política medieval. Estudio de la supremacía papal
sobre las islas 1091-1493, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones
Históricas, 1949, 311 p.
HISTÓRICAS 90
Luis Weckmann, La herencia medieval en México, 2a. edición, México, Fondo de Cultura Económica,
1994, 680 p.
Jérôme Baschet, Encuentros de almas y cuerpos: entre mundo medieval y mesoamericano, San Cristóbal
de las Casas, Universidad Autónoma de Chiapas, 1999, y La civilisation féodale. De l’an mil à la colonisation de
l’Amérique, París, Flammarion, 2004, 565 p. Recientemente ha aparecido la versión castellana: la civilización
feudal. Europa del año mil a la colonización de América, traducción de Arturo Vázquez y Mariano Sánchez, prólogo
de Jacques Le Goff, México, Fondo de Cultura Económica, 2009, 637 p. (Sección de Obras de Historia). Véase
particularmente el capítulo iv.
Alessandro Vanoli, La Spagna delle tre culture. Ebrei, cristiani e musulmani tra storia e mito, Roma, Viella,
2006, 320 p.
Francesca Cantú (coord.), Scoperta e conquista di un Nuovo Mondo, Roma, Viella, 2007, 299 p. (Frontiere
della Modernità. Amerigo Vespucci, l’America, l’Europa).
Históricas 90
HISTÓRICAS 90
El segundo elemento que deseo tratar es de naturaleza teórica y tiene que ver con
la forma en la que la historiografía mexicana de los años setenta y ochenta definió
las estructuras económicas y sociales propias de la Nueva España. Haciéndose
eco de las interpretaciones marxistas de aquellos años, algunos estudiosos defi-
nieron a la Nueva España como un régimen de producción feudal por el simple
hecho de que encontraban campesinos que eran explotados por los propietarios
Esta óptica global ha sido presentada, entre otros, por Fernand Braudel, El Mediterráneo y el mundo
mediterráneo en la época de Felipe II, 2a. edición, 2 v., traducción de Mario Monteforte, Wenceslao Roces y
Vicente Simón, México, Fondo de Cultura Económica, 1992; John Lynch, Los Austrias. i. 1516-1598, traducción
de Juan Faci, Barcelona, Crítica, 1993, 445 p. (Historia de España, x) y el propio Immanuel Wallerstein, El
moderno sistema mundial, 3 v., traducción de Pilar López, México, Siglo XXI, 1984. Véase particularmente el
volumen i, La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo xvi. La propuesta de
análisis, por lo tanto, no tiene nada de original, pero sorprende el hecho de que esta visión aún esté poco di-
fundida entre el público no especializado, lo cual nos debe hacer reflexionar sobre la forma en la que se han
transmitido los saberes generados en la academia al resto de la sociedad.
10
Sobre la caballería: Jean Flori, Caballeros y caballería en la Edad Media, traducción de Godofredo
González, Barcelona, Paidós, 2001, 267 p.
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11
Por ejemplo: Ismael Colmenares et al., De Cuauhtémoc a Juárez y de Cortés a Maximiliano, México,
Quinto Sol, 1986, 584 p.
12
Una buena introducción a los actuales debates sobre lo que es y lo que no es el feudalismo puede encon-
trarse en Antonio Malpica y Tomás Quesada (eds.), Los orígenes del feudalismo en el mundo Mediterráneo, Granada,
Universidad de Granada, 1998, 167 p., y en Joseph Pérez y Santiago Aguadé (eds.), Les origines de la féodalité.
Hommage à Claudio Sánchez-Albornoz, Madrid, Casa de Velázquez/Universidad de Alcalá, 2000, 253 p. Para el
ámbito peninsular, consúltense un clásico: Salvador de Moxo, Feudalismo, señorío y nobleza en la Castilla medieval,
Madrid, Real Academia de la Historia, 2000, 370 p., y un estudio actual, Flocel Sabaté, La feudalización de la so-
ciedad catalana, Granada, 2007, 254 p. Tras un pormenorizado análisis del debate historiográfico sobre la implan-
tación o no del feudalismo en América, Jérôme Baschet ha propuesto denominar a las estructuras implantadas
en América como “feudalismo tardío e independiente”. J. Baschet, La civilización feudal…, op. cit., p. 303-320.
13
Hernán Cortés, Segunda carta de Hernán Cortés al emperador Carlos V. Segura de la Frontera. 30 de octubre
de 1520, en Hernán Cortés, Cartas de relación, México, Editores Mexicanos Unidos, 1985, p. 47-127.
HISTÓRICAS 90
El tercer punto de reflexión son los debates acerca de la naturaleza del hombre
americano. En diciembre de 1511 el dominico fray Antonio de Montesinos pre-
dicó un sermón, que a la postre se volvería célebre, en el que amonestó a los en-
comenderos por el maltrato, la servidumbre y los estragos que infligían a los indios
14
Raúl Glaber, Les cinq livres de ses histoires (990-1044), París, Maurice Prou, 1897. Reproducido por
George Duby, El año mil. Una nueva y diferente visión de un momento crucial de la historia, Barcelona, Gedisa,
1992, p. 135.
15
Véanse particularmente las conclusiones: “Édification de lieux de culte protegés, sacralisation des zones
funéraires qui les jouxtaient, attraction et fixation des populations autour de ces pôles sacrés: devantage que
le brusque incastellamento naguère décrit par les médiévistes –réaménagement de l’espace et des liens sociaux
autour du château– c’est un lent et progressif inneclesiamento qui semble avoir caracterisé l’occupation du sol et
l’organisation sociale au cours du Moyen Âge”. Michel Lauwers, Naissance du cimetière. Lieux sacrés en terre es morts
dans l’Occident médiéval, París, Aubier, 2005, 393 p., p. 273.
16
Dominique Iogna-Prat, La Maison Dieu. Une histoire monumentale de l’Église au Moyen Âge, París, Seuil,
2006, 683 p., ils. (Colección L’Univers Historique).
17
La aplicación de las disposiciones tridentinas en la Nueva España y su efecto sobre las parroquias ha sido
recientemente estudiado por Benedetta Albani en su tesis de doctorado Sposarsi nel Nuovo Mondo. Politica, dottrina
e pratica della concessione di dispense matrimoniali tra la Nuova Spagna e la Santa Sede (1585-1670), tutores: Marina
Formica y Jorge Traslosheros, Roma, Università degli Studi di Roma “Tor Vergata”, 2009, 335 p., inédita.
18
Jorge Trasloheros, Iglesia, justicia y sociedad en la Nueva España. La Audiencia del Arzobispado de México,
1528-1688, México, Porrúa/Universidad Iberoamericana, 2004, y “Orden judicial y herencia medieval en la
Nueva España”, Historia Mexicana, México, El Colegio de México, v. 55, n. 4, 2006, p. 1105-1138.
Históricas 90
19
Ordonner et exclure. Cluny et la société chrétienne face à l’hérésie, au judaïsme et à l’islam (1000-1150),
París, Aubier, 1998, 508 p., ils. (Colección Historique). Sobre la reforma gregoriana, véase Glauco María
Cantarella, Il sole e la luna. La rivoluzione di Gregorio VII papa 1073-1085, Roma, Laterza, 2005, 354 p.; XXXII
Semana de Estudios Medievales de Estella. La reforma gregoriana y su proyección en la cristiandad occidental. Siglos
xi-xii, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2006, 519 p.
20
La idea, retomada por Iogna-Prat en “La formación de un paradigma eclesial de la violencia intelectual
en el occidente latino en los siglos xi y xii”, en Iogna-Prat, La Iglesia en la Edad Media, traducción de Martín
Ríos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas, 2010,
73 p., p. 67-68, fue propuesta por Roger Moore, The formation of a persecuting society. Poer and deviance in Western
Europe 950-1250, Oxford, Blackwell, 1987.
HISTÓRICAS 90
Tampoco es cierto que todos hayan hecho la guerra de ese modo [...]; ni nosotros
disputamos aquí de la moderación ni de la crueldad de los soldados y de los capi-
tanes, sino de la naturaleza de esta guerra referida al justo príncipe de las Españas
y a sus justos ministros; y de tal guerra digo que puede hacerse recta, justa y pia-
dosamente y con alguna utilidad de la gente vencedora y mucho mayor todavía de
los bárbaros vencidos.22
Por lo general, los estudiosos de este lado del mar ignoran la posición de
Sepúlveda, centrando su atención en la defensa de los indios hecha por Las Casas
y los que se acercan al trabajo del jurista, en muchos casos, lo descontextualizan y
lo miran con los ojos de hoy, tiempos en los que ninguna guerra puede justifi-
carse ni ser calificada de justa o piadosa. Pero el texto refleja no sólo la posición
de la Corona, sino también los debates y polémicas que en torno a la naturaleza de
la guerra se desarrollaron en el Occidente medieval.
Paul Alphandery y Alphonse Du Pront,23 Carl Erdmand,24 Jean Flori,25
Francisco García Fitz,26 Dominique Iogna-Prat27 y el propio Franco Cardini,28
entre otros, han analizado con profundidad el proceso de sacralización de la
guerra en la sociedad medieval, proceso que, como señalaba hace no mucho el
célebre profesor italiano, era a la vez un problema histórico-religioso y
antropológico-religioso.29
21
Juan Ginés de Sepúlveda, Tratado sobre las justas causas de la guerra contra los indios, advertencia de
Marcelino Menéndez y Pelayo, estudio de Manuel García Pelayo, México, Fondo de Cultura Económica, 1996,
179 p. (Sección Obras de Historia).
22
Ibidem, p. 98-99.
23
Paul Alphandery y Alphonse Dupront, La chrétienté et l’idée de croisade, 2 v., París, Albin Michel, 1954-
1959 (L’Évolution de l’Humanité).
24
Carl Erdamand, The origin of idea of crusade, Princeton, Princeton University Press, 1977.
25
Jean Flori, Guerre sainte, jihad, croisade. Violence et religion dans le christianisme et l’islam, París, Éditions
du Seuil, 2002, 335 p., y La guerra santa. La formación de la idea de cruzada en el Occidente cristiano, traducción
de Rafael Peinado, Granada, Universidad de Granada/Trotta, 2003, 402 p.
26
Francisco García Fitz, La Edad Media. Guerra e ideología. Justificaciones religiosas y jurídicas, Marid, Sílex,
2003, 225 p.
27
Iogna-Prat, Ordonner et exclure…, op. cit., passim.
28
Franco Cardini, “Militia Christi e crociate nei secoli xi-xiii”, en Kaspar Elm y Cosimo Damiano Fonseca (eds.),
Militia Sancti Sepulcri. Idea e istituzioni. Atti del colloquio internazionale, Città del Vaticano, 1998, 521 p., p. 25-58.
29
Ibidem, p. 26-28.
Históricas 90
Ítem, por cuanto al tiempo nos fueron concedidas por la Santa Sede Apostólica
las Islas y Tierra Firme del Mar Océano, descubiertas y por descubrir, nuestra
principal intención fue [...], de procurar de inducir y traer los pueblos de ellas, e
les convertir a nuestra santa fe católica, y enviar a las dichas Islas y Tierra Firme
prelados y religiosos y clérigos y otras personas doctas y temerosas de Dios, para
instruir los vecinos y moradores de ellas en la fe católica, y les enseñar y doctrinar
buenas costumbres, y poner en ello la diligencia debida [...].33
30
Franco Cardini, “I cristiani, la guerra e la santità”, en Simonetta Cerrini (coord.), I Templari, la guerra
e la santità, Roma, Il Cerchio, 2000, 167 p., p. 9-17.
31
Cardini, “Militia Christi...”, p. 47.
32
Sobre la guerra justa y la guerra santa en la Edad Media, véase García Fitz, op. cit., passim.
33
Luis Suárez Fernández (ed.), Testamento de Isabel la Católica y acta matrimonial, Madrid, Testimonio
Compañía Editorial, 1992, 89 p. (Tabula Americana). El mismo historiador señalaba a propósito de esta cláusula
que “al referirse a los indios con las mismas palabras que se dirigían a los habitantes de Castilla ‘vecinos y mo-
radores’ se estaba reconociendo la legitimidad de las comunidades locales que ya tenían establecidas. La garantía
10 HISTÓRICAS 90
en personas y bienes apuntaba a los dos derechos naturales básicos de libertad y propiedad según el sentir de los
teólogos de la época”, Luis Suárez Fernández, “Análisis del testamento de Isabel la Católica”, Cuadernos de
Historia Moderna, Madrid, Editorial Complutense, n. 13, 1992, p. 81-89, p. 88. Miguel Ángel Ladero, por su
parte, señalaba y escribía a propósito de esta cláusula que “al considerarlos como tales vecinos y moradores, la
reina los igualaba a la condición de sus otros súbditos y ‘naturales’ de sus reinos y afirmaba que compartían el
mismo mundo jurídico-político, rechazando cualquier consideración inferior y, por supuesto, la esclavitud”.
Miguel Ángel Ladero Quesada, “Isabel la Católica vista por sus contemporáneos”, En la España Medieval,
Madrid, Universidad Complutense, n. 29, 2006, p. 225-286, p. 257.
34
Hechos referidos en diversas ocasiones tanto por Hernán Cortés como por el propio Bernal Díaz.
35
“Alrededor de la media noche del día siguiente estalló el grito de júbilo y de la confesión en las tiendas
cristianas y la voz del pregonero ordenó que todos se aprestaran para el combate del Señor. Y así, celebrados
los misterios de la Pasión del Señor y hecha confesión, recibidos los sacramentos, tomadas las armas, salieron
a la batalla campal […] Desplegadas así las líneas, alzadas las manos al cielo, puesta la mirada en Dios, dispues-
tos los corazones al martirio, desplegados los estandartes de la fe e invocado el nombre del Señor, llegaron todos
como un solo hombre al punto decisivo del combate”. Rodrigo Jiménez de Rada, Historia de los hechos de España,
introducción, traducción y notas de Juan Fernández Valverde, Madrid, Alianza Universidad, 1989, 396 p.,
p. 319-320.
36
El Requerimiento de Palacios Rubios debe situarse también dentro de esta línea de pensamiento. En las
líneas finales queda implícito el concepto de guerra justa […] os haremos todos los males y daños que pudiéra-
mos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen”. Es decir, los in-
dios, al no reconocer la soberanía de los monarcas castellanos sobre las tierras americanas cedida por el papa,
estarían cayendo en felonía y, por lo tanto, los monarcas castellanos —o sus representantes, en tanto la máxima
autoridad pública, podrían hacer la guerra de manera justa, pues tendría como objetivo restablecer el orden y
castigar a un vasallo felón.
Históricas 90 11
E porque de los hechos grandes e señalados por el Rey, mi señor, ha hecho desde
el comienzo de nuestro reinado, la Corona real de Castilla es tanto aumentada que
debemos dar a Nuestro Señor muchas gracias e llores; especialmente, según es
notorio, habernos su señoría ayudado, con muchos trabajos e peligros de su real
persona, a cobrar estos mis reinos, que tan enajenados estaban al tiempo que yo
en ellos sucedí, y el dicho reino de Granada, según dicho es, demás del gran cui-
dado y vigilancia que su señoría siempre ha tenido e tiene en la administración de
ellos. E porque el dicho reino de Granada e Islas de Canarias e Islas e Tierra firme
del mar Océano, descubiertas e por descubrir, ganadas e por ganar, han de quedar
incorporadas en estos mis reinos de Castilla y León, según que en la Bula Apostólica
a Nos sobre ello concedida se contiene.37
Definida pues, la guerra contra los indígenas de América, como una guerra
justa y santa, queda por determinar, efectivamente, qué elementos pertenecen a
la tradición gregoriana y se relacionaban directamente con la idea medieval de la
guerra santa y cuáles obedecen a los nuevos marcos jurídicos, institucionales e
históricos, propios de la Europa moderna.
La dinámica del sitio de la ciudad de México-Tenochtitlan a lo largo del ve-
rano de 1521 por parte de las huestes de Cortés y sus miles de aliados indígenas
puede ser en este sentido muy reveladora. El sitio, llevado a cabo según la expe-
riencia de la guerra contra los musulmanes en la península ibérica, recuerda par-
ticularmente tanto el cerco de Sevilla en 1248, encabezado por Fernando III, en
el que fue necesario la utilización de la armada para romper las cadenas que pro-
tegían el Guadalquivir, como al cerco de Málaga (1487) en el que la ciudad fue
rendida por hambre.38 De esta manera, el sitio de iniciado por Cortés pretendía
rendir a la capital mexica por hambre, evitando su destrucción. Ello explica que,
tras cortar las fuentes de abastecimiento de agua, Cortés impidiera el paso de ví-
veres desde tierra, destruyera las calzadas y los puentes que comunicaban la ciu-
dad con tierra firme y atacara la ciudad desde los bergantines. Sin embargo, los
37
Suárez Fernández (ed.), Testamento de Isabel la Católica…, op. cit. Sobre el proceso de fortalecimiento
de la monarquía castellana en el siglo xv, véase: Luis Suárez Fernández, Nobleza y monarquía: entendimiento y
rivalidad. El proceso de construcción de la Corona española, Madrid, La Esfera de los Libros, 2003, 407 p.; Joseph
Pérez, Isabelle et Ferdinand: Rois Catholiques d’Espagne, París, Fayard, 1988, 486 p; José Manuel Nieto Soria,
Fundamentos ideológicos del poder real en Castilla (siglos xiii-xvi), Madrid, Eudema, 1988, 269 p., y José Manuel
Nieto Soria (dir.), La monarquía como conflicto en la Corona castellano-leonesa (c. 1230-1504), Madrid, Sílex,
2006, 679 p.
38
Miguel Ángel Ladero Quesada, Castilla y la conquista del reino de Granada, 2a. edición, Granada,
Diputación Provincial, 1993, 456 p., p. 80-90.
12 HISTÓRICAS 90
Vinieron los pueblos que estaban poblados en la laguna [...] que cada día teníamos
victoria, así por el agua como por tierra, y vieron venir a nuestra amistad muchos
amigos, así los de Chalco como los de Texcoco y Tlaxcala y otras poblaciones, y
con todos les hacían mucho mal y daño en sus pueblos, y les cautivaban muchos
indios e indias; parece ser se juntaron todos, y acordaron de venir en paz ante
Cortés, y con mucha humildad le demandaron perdón si en algo nos habían eno-
jado, y dijeron que eran mandados, que no podían hacer otra cosa; y Cortés holgó
mucho de los ver venir de paz de aquella manera [...] Cortés con buen semblante
39
Para un estudio sobre las formas de la guerra en la Europa medieval: Philippe Contamine, La guerre au
Moyen Âge, París, Presses Universitaires de France, 1980; Aldo Settia, Rapine, assedi, battaglie. La guerra nel
medioevo, 3a. edición, Roma, Laterza, 2006, 358 p.; Jean Flori, Caballeros y caballería en la Edad Media, traduc-
ción Godofredo González, Barcelona, Paidós, 2001, 270 p. Para el ámbito hispano, véase el texto ya clásico de
Francisco García Fitz, Castilla y León frente al islam. Estrategias de expansión y tácticas militares (siglos xi-xiii),
Sevilla, Universidad de Sevilla, 2001, 480 p., y el capítulo “El ejército” dentro del texto de Ladero Quesada,
op. cit., p. 163-248. Asimismo, Miguel Ángel Ladero Quesada, “La organización militar de la Corona de Castilla
durante los siglos xiv y xv”, en Miguel Ángel Ladero Quesada (ed.), La incorporación de Granada a la Corona
de Castilla. Actas del Symposium Conmemorativo del Quinto Centenario (Granada, 2 al 5 de diciembre de 1991),
Granada, Diputación Provincial, 1993, 777 p., p. 195-228. Habría que considerar, además, los cambios gene-
rados en las tácticas militares mediterráneas como consecuencia del desarrollo de las “guerras de Italia” y las
reformas introducidas por el Gran Capitán en la armada castellana a partir de 1495.
Históricas 90 13
Lo que se estableció entre unos y otros no fue sino un vínculo vasallático que
sería la base del reconocimiento de los indios por parte de la Corona como “va-
sallos de su majestad”.
Conclusiones
Es momento de concluir estas reflexiones. Tres son los puntos principales que me
gustaría destacar:
En primer lugar, la necesidad de estudiar el proceso de conquista y coloniza-
ción de América desde una óptica mucho más amplia que la que se ha utilizado
para su estudio hasta ahora, al menos por parte de los estudiosos americanos. Esta
óptica debe tomar en consideración el contexto histórico general marcado por la
simultaneidad de cuatro procesos diversos pero interrelacionados:
14 HISTÓRICAS 90
Históricas 90 15
Para intentar contestar a esta pregunta es necesario hacer una precisión previa.
La noción teoría de la historia es sin duda producto del siglo xix y de un hori-
zonte particular: la epistemología o filosofía de la ciencia. Esta forma reflexiva
se interesaba por aclarar los procesos cognitivos que tenían lugar en las formas
de saber científicas, de ahí que reclamara un lugar privilegiado en el contexto
filosófico moderno. Su objetivo consistía en asegurar el estatus científico por
medio de una fundamentación que mostrara como indubitables los principios
generales que gobernaban toda producción cognitiva, independientemente de
la disciplina en cuestión. Al acceder al núcleo constitutivo común de las cien-
cias se capacitaba con ello para dar cuenta de las condiciones necesarias que
permiten producir representaciones científicas, donde núcleo constitutivo co-
mún significaba la adopción del modelo aportado por las ciencias naturales o
empíricas.
Los principios cognitivos que debían ser materia de clarificación filosófica
eran, por tanto, a priori, universales y necesarios. La cuestión central que buscó
resolver esta forma de pensamiento fue la siguiente: ¿cómo y a partir de qué ba-
ses son posibles los conocimientos científicos en tanto conocimientos verdade-
ros? La teoría de la historia buscó fundamentar el conocimiento histórico a
partir de dos grandes tipos de problemas que guardaban conexión íntima con la
epistemología en tanto pensamiento filosófico: la justificación del estatus del
sujeto historiador frente a su campo empírico (objetual), por un lado, y la vali-
dación formal de los juicios historiográficos emitidos, por otro. Es decir, debía
mostrar las condicionantes que gobernaban las relaciones sujeto-objeto, al tiem-
po que acreditará de manera formal la naturaleza objetiva de las representacio-
nes historiadoras. Los diferentes intentos por resolver ambas cuestiones, y a
pesar de las disputas que se presentaron entre perspectivas por momentos irre-
conciliables, no pudieron salir del marco general epistemológico.
Así, ni el positivismo decimonónico ni su proyección hacia el siglo xx como
neopositivismo lógico al estilo del Círculo de Viena, pero tampoco la tradición
algo más añeja de hermenéutica romántica que impulsara las vertientes idealistas
al estilo de Dilthey o Collingwood, rompieron con la forma de reflexión cognitiva
Richard Rorty, La filosofía y el espejo de la naturaleza, traducción de Jesús Fernández Zulaica, Madrid,
Cátedra, 1983, p. 127 y s.
Fernando Betancourt Martínez, El retorno de la metáfora en la ciencia histórica contemporánea. Interacción,
discurso historiográfico y matriz disciplinaria, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de
Investigaciones Históricas, 2007, p. 89.
16 HISTÓRICAS 90
F. R. Ankersmit, Historia y tropología. Ascenso y caída de la metáfora, traducción de Ricardo Martín Rubio
Ruiz, México, Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 115.
Cfr. Jörn Rüsen, “Origen y tarea de la teoría de la historia”, Debates recientes en la teoría de la historiografía
alemana, coordinación de Silvia Pappe, traducción de Kermit McPherson, México, Universidad Autónoma
Metropolitana-Azcapotzalco/Universidad Iberoamericana, 2000, p. 37-81.
Para una discusión sobre la oposición explicar/comprender, base de la disparidad metódica entre ciencias
nomológicas y ciencias del espíritu, véase Karl Otto Apel, La controverse expliquer-comprendre, traducción de
Sylvie Mesure, París, Cerf, 2000, y de Jürgen Habermas con su ya famoso trabajo, La lógica de las ciencias sociales,
2a. edición, traducción de Manuel Jiménez Redondo, Madrid, Tecnos, 1990, p. 80 y s.
Cfr. Paul Ricoeur, La memoria, la historia, el olvido, traducción de Agustín Neira, Madrid, Trotta, 2003,
y Michel de Certeau, La escritura de la historia, 2a. edición revisada, traducción de Jorge López Moctezuma,
México, Universidad Iberoamericana, 1993.
Históricas 90 17
Faustino Oncina Coves, Historia conceptual, Ilustración y modernidad, Barcelona, México, Anthropos/
Universidad Autónoma Metropolitana-Cuajimalpa, 2009, p. 66.
18 HISTÓRICAS 90
Jörn Rüsen, “Origen y tarea de la teoría de la historia”, op. cit., p. 38.
Históricas 90 19
Anthony Giddens, New rules of sociological method. A positive critique of interpretative sociologies, Nueva
York, Basic Books, 1976, p. 158.
10
François Hartog, Regímenes de historicidad, traducción de Norma Durán y Pablo Avilés, México,
Universidad Iberoamericana, 2007, p. 134 y s.
11
Cfr. Jürgen Habermas, Teoría de la acción comunicativa, i. Racionalidad de la acción y racionalización social,
versión castellana de Manuel Jiménez Redondo, México, Taurus, 2002. Véase en particular su “Excurso sobre
teoría de la argumentación”, p. 43-69.
20 HISTÓRICAS 90
12
Ibidem, p. 143.
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24 HISTÓRICAS 90
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26 HISTÓRICAS 90
Octubre de 2010
Muy estimado amigo y casi colega:
Quiero compartir con usted estas reflexiones que estoy seguro que serán de su
interés, como lo han sido del mío desde hace ya largo tiempo. Tocan cuestiones
que resultan de capital importancia para todo historiador, pero que no son en
modo alguno de su exclusiva incumbencia. Al contrario: interesan al historiador
como profesional precisamente porque atañen a los hombres todos, porque apun-
tan al problema de la singularidad de la naturaleza humana, porque, por ser
cuestiones vitales, mucho pierden las sociedades o los individuos que las ignoran
o se desentienden de ellas. Veamos:
Históricas 90 27
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Verá en suma, amigo mío, que nuestra profesión nos atrae a los historiadores
una gran responsabilidad. Prepárese usted lo mejor que pueda para que, en su
momento, llegue a hacerse cargo de esa responsabilidad de la manera más com-
petente y digna. q
Cordialmente,
Ignacio del Río
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Eventos Académicos
El 2 de septiembre de 2010, en la Casa por Jonathan Ablard; mesas: “Instituciones
de las Humanidades, se presentó el li- anteriores al manicomio”, “Hospitales y
bro Puente de Calderón. Las versiones de manicomios en Iberoamérica”, “Reflexión
un célebre combate de María del Carmen clínica y terapéutica”, “Tratamientos en el
Vázquez Mantecón, con la participación siglo xx”, “Psicopatía y cultura”, “Paciente,
de Virginia Guedea, Andrés Lira, Felipe familia y sociedad”, “Pluralismo terapéutico”
Castro, Vicente Quirarte y la autora. y “Bases epistémicas de la psiquiatría”.
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libros
Contenido
Introducción
Primera parte. Pensar el continente
El lado oscuro de la Generación del 900 en América Latina: darwinismo social, psicología
colectiva y la metáfora médica, Carlos Marichal
El indigenismo como concepto de la revolución indoamericana, 1926-1930,
Luis A. Torres Rojo
Algunas consideraciones para una historia de las elites intelectuales en América Latina,
Juan Camilo Escobar Villegas
La revolución cubana y la mitificación del compromiso político de los intelectuales lati-
noamericanos, Miguel Ángel Urrego
Segunda parte. Intelectuales
José Gaos: académico e intelectual, Álvaro Matute
León de Greiff: cultura y política en Colombia (1895-1976), Alexander Montoya Prada
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Contenido
Introducción, Ana Carolina Ibarra
Primera parte. Tras las huellas de la insurgencia
La lucha por la supervivencia: el impacto de la insurgencia en el Nuevo Santander, 1810-
1821, Catherine Andrews y Jesús Hernández J.
La lucha por la independencia mexicana en Texas, Martín González de la Vara
Independencia y autonomía en la intendencia de Durango, 1808-1824, José de la Cruz
Pacheco Rojas
La insurgencia en las Provincias Internas de Occidente, Jaime Olveda
Insurgencia y marginalidad en la intendencia de Zacatecas, 1808-1821, Rosalina Ríos
Zúñiga
Segunda parte. En las fronteras extremas
La crisis de la monarquía hispánica en una zona de frontera: la intendencia de Arizpe,
1808-1821, José Marcos Medina Bustos
La fractura del imperio español: el caso de Las Floridas, María Cristina González Ortiz
Tercera parte. Líderes, fuerzas militares y elites locales
Las tareas y tribulaciones de Joaquín de Arredondo en las Provincias Internas de Oriente,
1811-1815, Luis Jáuregui
Líderes, milicias y política en el oriente de San Luis Potosí, 1794-1820, José Alfredo Rangel
Silva
Monterrey: actores políticos y fuerzas militares en torno al proceso de independencia,
César Morado Macías
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Reimpresiones
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