Sentencia T-227/03 SENTENCIA DE TUTELA-Objeto de La Revisión

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Sentencia T-227/03

SENTENCIA DE TUTELA-Objeto de la revisión

La Corte Constitucional ha fijado reglas claras relativas a su función


dentro del sistema de protección de los derechos fundamentales por vía
de tutela. En sentencia SU-1219 de 2001, señaló que la selección de las
sentencias de tutela para su revisión tenía por objeto (i) analizar la
interpretación de los derechos fundamentales que realizaron las
autoridades judiciales en la o las instancias dentro del proceso. Se trata
de la selección de casos “que plantean un problema valioso para el
desarrollo jurisprudencial de la Constitución”. (ii) controlar los casos
en los cuales los jueces adopten decisiones que desconocen los derechos
fundamentales de los asociados. Con posterioridad, la Sala Plena en
Auto 031A de 2002, recogiendo la línea jurisprudencial de la Corte en la
materia, indicó que de la Constitución se desprende que existe una
prioridad en la función sistémica de unificación de jurisprudencia y el
desarrollo jurisprudencial de la Constitución. En este orden de ideas,
estableció como regla para la Corte que “(i) no puede dejar de lado los
asuntos con relevancia constitucional y, ligado a lo anterior, (ii)
tampoco puede dejar de analizar puntos que claramente llevarían a una
decisión distinta”. Con ello, salvo que resultara absolutamente
necesario, por tener absoluta relevancia constitucional o por cuanto la
decisión sería distinta, no ha de considerarse la justicia material del
caso en concreto.

DERECHOS FUNDAMENTALES-Concepto/DERECHOS
FUNDAMENTALES-Posturas teóricas que se han presentado en
Corte Constitucional

La Corte Constitucional no ha dado una respuesta inequívoca sobre el


concepto de derechos fundamentales. Su postura ha oscilado entre la
idea de que se trata de derechos subjetivos de aplicación inmediata y la
esencialidad e inalienalibilidad del derecho para la persona. Entre estos
dos extremos se han presentado varias posturas teóricas. De la línea
dogmática de la Corte Constitucional no es posible establecer un
concepto claro y preciso de derecho fundamental. Ello no quiere decir
que esta línea deba ser abandonada, sino que exige su sistematización,
pues la Constitución no define qué se entiende como derechos
fundamentales y, por otro lado, autoriza reconocer como tales, derechos
no positivizados. A partir de dicho análisis es posible recoger la
jurisprudencia de la Corte Constitucional sobre el concepto de derechos
fundamentales, teniendo como eje central la dignidad humana, en tanto
que valor central del sistema y principio de principios. Será fundamental
todo derecho constitucional que funcionalmente esté dirigido a lograr la
dignidad humana y sea traducible en un derecho subjetivo. Es decir, en
la medida en que resulte necesario para lograr la libertad de elección de
un plan de vida concreto y la posibilidad de funcionar en sociedad y
desarrollar un papel activo en ella. Tal necesidad no está determinada
de manera apriorística, sino que se define a partir de los consensos
(dogmática del derecho constitucional) existentes sobre la naturaleza
funcionalmente necesaria de cierta prestación o abstención
(traducibilidad en derecho subjetivo), así como de las circunstancias
particulares de cada caso (tópica).

DIGNIDAD HUMANA-Concepto que ha recogido la Corte


Constitucional

El concepto de dignidad humana que ha recogido la Corte


Constitucional únicamente se explica dentro del sistema axiológico de la
Constitución y en función del mismo sistema. Así las cosas, la elevación
a rango constitucional de la “libertad de elección de un plan de vida
concreto en el marco de las condiciones sociales en las que el individuo
se desarrolle” y de “la posibilidad real y efectiva de gozar de ciertos
bienes y de ciertos servicios que le permiten a todo ser humano
funcionar en la sociedad según sus especiales condiciones y calidades,
bajo la lógica de la inclusión y de la posibilidad de desarrollar un papel
activo en la sociedad”, definen los contornos de lo que se considera
esencial, inherente y, por lo mismo inalienable para la persona, razón
por la cual se traduce en derechos subjetivos (entendidos como
expectativas positivas (prestaciones) o negativas) cuyos contenidos
esenciales están sustraídos de las mayorías transitorias.

DERECHOS FUNDAMENTALES-Existencia de consensos en


torno a la naturaleza de fundamental

La existencia de consensos (en principio dogmática constitucional) en


torno a la naturaleza fundamental de un derecho constitucional implica
que prima facie dicho derecho se estima fundamental en sí mismo. Ello
se explica por cuanto los consensos se apoyan en una concepción común
de los valores fundantes de la sociedad y el sistema jurídico. Así, existe
un consenso sobre el carácter fundamental del derecho a la vida, a la
libertad y a la igualdad. Los consensos sobre la naturaleza fundamental
de estos derechos claramente se explica por la imperiosa necesidad de
proteger tales derechos a fin de que se pueda calificar de democracia
constitucional y de Estado social de derecho el modelo colombiano. No
sobra indicar que, en la actual concepción de dignidad humana, estos
derechos son requisitos sine qua non para predicar el respeto por dicho
valor.

DERECHO A LA INFORMACION-Contenido/DEBER
CONSTITUCIONAL DE LA DEBIDA GESTION Y
ADMINISTRACION DE ARCHIVOS

En concepto de esta Corporación existe un deber constitucional de


administrar correctamente y de proteger los archivos y bases de datos

2
que contengan información personal o socialmente relevante. Este deber
se deriva de la prohibición genérica, dirigida a toda persona, sea
natural o jurídica, de impedir sin justa causa el goce efectivo de los
derechos fundamentales o de tornar imposible dicho goce. Así, si
determinada información resulta decisiva para una persona, quien
administra o custodia un archivo o una base de datos, adquiere la
calidad de garante de dicha información. Cosa distinta es que el sistema
jurídico únicamente empiece a considerar y a fijar los contornos de las
cargas derivadas de la calidad de garante. Ello en nada desdibuja el
carácter de deber, ni impide que de él se deriven consecuencias en caso
de desaparecimiento total o parcial del archivo o la base de datos.

CERTIFICACION DE TIEMPO DE SERVICIO Y SUELDO


DEVENGADO-Existencia de procedimiento en norma del CST

La información sobre el tiempo de servicio y el sueldo devengado


adquiere carácter fundamental en la medida en que resulta necesaria
para diversos propósitos en la vida de la persona. Su carácter
fundamental no se limita al hecho de que permite gozar de otros
derechos –como la pensión- o proteger el patrimonio, sino que puede
resultar vital para la persona. En el fundamento 12 de esta decisión, se
llegó a la conclusión de que el artículo 264 del Código Sustantivo del
Trabajo protege dos datos: el tiempo de servicio y el salario devengado.
La obligación de los empleadores de preservar los archivos únicamente
es un desarrollo del deber constitucional de custodiar y administrar
debidamente los archivos y bases de datos que contenga información
social y personalmente relevante. De acuerdo con lo expuesto, el juez de
instancia tenía razón en señalar que existía otro medio de defensa
judicial que prima facie se debe estimar idóneo para proteger el derecho
fundamental violado. Tal derecho violado era el derecho al acceso a
información que tenía naturaleza fundamental para el demandante. A
través del procedimiento establecido en el numeral 2 del artículo 264 del
Código Sustantivo del Trabajo, es posible, en principio, recuperar dicha
información.

Referencia: expediente T-669050

Acción de tutela Luis Armando Neira


en contra del Municipio de Florencia-
Coordinador del Area de Bienestar
Social y Talento Humano.

Magistrado Ponente:
Dr. EDUARDO MONTEALEGRE
LYNETT

Bogotá D.C., diesiete (17) de marzo de dos mil tres (2003).

3
La Sala Séptima de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por
los Magistrados Eduardo Montealegre Lynett, Alvaro Tafur Galvis y
Clara Inés Vargas Hernández, en uso de sus facultades constitucionales y
legales ha proferido la siguiente

SENTENCIA

dentro del proceso de revisión del fallo dictado por el Juzgado Tercero
Municipal de Florencia, en el trámite de la Acción de tutela instaurada
por Luis Armando Neira en contra del Municipio de Florencia-
Coordinador del Area de Bienestar Social y Talento Humano.

I. ANTECEDENTES.

Hechos

1. El ciudadano Luis Armando Neira afirma que trabajó para el Instituto


Nacional de Fomento Municipal –INSFOPAL- y las empresas sanitarias
del Caquetá –EMPOCAQUETA-, adscritas al municipio de Florencia,
durante el período comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el
mes de septiembre de 1985.

El señor Neira sostiene que ha solicitado al coordinador del área de


bienestar social y talento humano del municipio de Florencia que le
expidan una certificación sobre el tiempo laborado, lo que no ha ocurrido.
Asegura que únicamente le han informado que no es posible.

Explica que algunos funcionarios de dicha dependencia encontraron


archivos de nómina de los años 1975 y 1985 en que consta su vinculación
con las empresas mencionadas. De ello concluye que no se ha hecho una
revisión exhaustiva del archivo institucional.

2. El demandante interpuso acción de tutela en contra del Municipio de


Florencia - Coordinador del Area de Bienestar Social y Talento Humano,
debido a que, en su opinión, no se habían contestado debidamente sus
peticiones. Formuló las siguientes pretensiones: (i) ordenar que le sea
certificado el tiempo de servicio, lo cual requiere para poder tramitar su
pensión de jubilación y (ii) que le sean explicadas debidamente las
razones por las cuales “no aparecen los archivos para efectos de certificar
el tiempo y salarios”.

Considera violados sus derechos de petición y a la seguridad social. En


cuanto al último, sostiene que se presenta un perjuicio irremediable,
debido a que sin la certificación le resulta imposible iniciar los trámites
para la pensión.

4
Información del demandado

3. Mediante comunicación dirigida al juez de instancia, la demandada


remitió copia de las respuestas enviadas al demandante, en las cuales se
explica que la razón de la imposibilidad de certificar el tiempo laborado
estriba en que las empresas para las cuales trabajó el demandante, no
entregaron en debida forma los archivos al Municipio, de manera que
muchos datos, entre ellos los contenidos en la hoja de vida del
demandante, desaparecieron.

Respetuosamente sugieren al juez que ordene dar aplicación al numeral 2


del artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo.

Además, aportan copias de documentos en los cuales consta que el


demandante sí laboró para las entidades antes indicadas, pero de ellas no
es posible inferir el período durante el cual laboró el demandante.

Sentencia de única instancia.

4. Mediante sentencia del 30 de septiembre de 2002, el Juzgado Tercero


Civil Municipal de Florencia negó las pretensiones de la demanda de
tutela. En concepto de la juez, no existe violación del derecho de
petición, en la medida en que frente a las peticiones cuya existencia se
probó, existe copia de las respuestas de la administración, las cuales
fueron realizadas oportunamente y atendiendo de manera clara y precisa
los cuestionamientos del demandante.

Por otra parte, y en relación con el derecho de petición, la juez considera


que “además existe un procedimiento que el interesado no ha agotado y
es el señalado en el art. 264 del Código Sustantivo del Trabajo, por
medio del cual se prevé la forma de remediar las deficiencias
administrativas como la que aparece claramente en el expediente, que por
la desorganización de los archivos históricos municipales atribuidos a
administraciones anteriores, no se encuentran los soportes necesarios
para expedir la certificación que reclama el demandante”.

II. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

Competencia

5. De conformidad con lo dispuesto en los artículos 86 y 241-9 de la


Constitución Política, en armonía con los artículos 33, 34 y 35 del
Decreto Ley 2591 de 1991, la Sala es competente para revisar las
sentencias de la referencia.

Problema jurídico

5
6. El demandante aduce que la entidad demandada ha violado sus
derechos fundamentales de petición y a la seguridad social, por cuanto (i)
no ha dado respuesta a sus peticiones relativas a la expedición de la
certificación que requiere y (ii) no ha suministrado la información que
requiere para tramitar su pensión.

La demandada y el juez de instancia, consideran que ha respondido a las


peticiones, indicando que no puede suministrar la información que posee,
por cuanto sus archivos fueron entregados de manera incompleta. En su
opinión el demandante debe acudir al trámite previsto en el segundo
inciso del artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo y lo que ha
ocurrido es que éste no ha recibido indicaciones correctas relativas al
trámite o mecanismo al cual debe acudir para obtener la certificación
requerida.

De los argumentos expuestos por las partes en conflicto se desprende que


la entidad demandada y el juez de instancia consideran que en el presente
caso únicamente está involucrado el derecho fundamental de petición –
que no ha sido objeto de violación -, mientras que el problema de
archivos es un mero incumplimiento de un deber legal, cuya solución está
prevista en la legislación. De ser ello cierto, el juez no debió aplicar la
norma del artículo 86 de la Constitución, según la cual la tutela no
procede ante la existencia de otro medio de defensa judicial de los
derechos fundamentales, pues tal norma tiene como supuesto la amenaza
o violación de un derecho fundamental. En virtud de lo anterior, la Corte
deberá establecer, en primer lugar, si la mala gestión de archivos, que
conducen a su desaparición total o parcial, constituye una violación o
amenaza de derechos fundamental y, luego, de ser afirmativa la respuesta
a la anterior cuestión, indagar si el trámite previsto en el inciso segundo
del artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo, constituye medio de
defensa judicial que obligue a desechar el camino de la tutela.

Función de la Corte en ejercicio de su competencia de revisión de


sentencias de tutela.

7. En el presente caso el demandante, en últimas, considera que al no


expedirse el certificado se amenaza su derecho constitucional al acceso a
la pensión. Lo anterior podría llevar a pensar que a la Corte le compete
entrar a analizar este supuesto, junto con los alegatos del demandante de
violación del derecho fundamental de petición.

La Corte Constitucional ha fijado reglas claras relativas a su función


dentro del sistema de protección de los derechos fundamentales por vía
de tutela. En sentencia SU-1219 de 2001, señaló que la selección de las
sentencias de tutela para su revisión tenía por objeto (i) analizar la
interpretación de los derechos fundamentales que realizaron las
autoridades judiciales en la o las instancias dentro del proceso. Se trata de

6
la selección de casos “que plantean un problema valioso para el
desarrollo jurisprudencial de la Constitución”. (ii) controlar los casos en
los cuales los jueces adopten decisiones que desconocen los derechos
fundamentales de los asociados.

Con posterioridad, la Sala Plena en Auto 031A de 2002, recogiendo la


línea jurisprudencial de la Corte en la materia, indicó que de la
Constitución se desprende que existe una prioridad en la función
sistémica de unificación de jurisprudencia y el desarrollo jurisprudencial
de la Constitución. En este orden de ideas, estableció como regla para la
Corte que “(i) no puede dejar de lado los asuntos con relevancia
constitucional y, ligado a lo anterior, (ii) tampoco puede dejar de analizar
puntos que claramente llevarían a una decisión distinta”.

Con ello, salvo que resultara absolutamente necesario, por tener absoluta
relevancia constitucional o por cuanto la decisión sería distinta, no ha de
considerarse la justicia material del caso en concreto.

Como quiera que en el expediente aparece probado que se respondieron


oportunamente las peticiones del demandante, no se analizará este punto.
Lo relativo a la pensión tampoco se estudiará pues no existe elemento de
juicio alguno que permita inferir que el demandante efectivamente tiene
derecho a la pensión. Antes bien, la información que existía en el archivo
constituye un elemento de juicio para arribar a la conclusión de que tenía
el derecho, pero no el único medio de prueba.

Sobre el concepto de derecho fundamental.

8. Como se ha indicado, el juez de instancia consideró que existía otro


medio de defensa judicial para la protección de los derechos
fundamentales del demandante, el cual no se había agotado. Tal
procedimiento, está directamente vinculado a la solución de problemas
derivados de la mala gestión de archivos. Para establecer si la mala
gestión de archivos, que conducen a su desaparición total o parcial,
constituye una violación o amenaza de derechos fundamental, es
necesario entrar a analizar el concepto de derecho fundamental.

La Corte Constitucional no ha dado una respuesta inequívoca sobre el


concepto de derechos fundamentales. Su postura ha oscilado entre la idea
de que se trata de derechos subjetivos de aplicación inmediata1 y la
esencialidad e inalienalibilidad del derecho para la persona2. Entre estos
dos extremos se han presentado varias posturas teóricas3:
1
Sentencia SU-225 de 1998. En otras oportunidades, la Corte ha señalado que ciertos derechos se
trasmutan en subjetivos y, por lo mismo, en fundamentales. Ver, por ejemplo, sentencia SU-819 de
1999.
2
Sentencias T-01 de 1992, T-462 de 1992, T-1306 de 2000.
3
Debe advertirse que estas posturas no corresponden, necesariamente, a las ratione decidendii de las
sentencias. Su valor deriva del hecho de que definen, en términos teóricos, cómo comprende la Corte
un concepto que le es esencial para el ejercicio de sus funciones. De las ratione decidendii se puede
establecer cuales derechos se entienden fundamentales, pero no los elementos que permiten

7
En sentencia T-418 de 1992 señaló que “los derechos obtienen el
calificativo de fundamentales en razón de su naturaleza, esto es, por su
inherencia con respecto al núcleo jurídico, político, social, económico y
cultural del hombre. Un derecho es fundamental por reunir estas
características y no por aparecer reconocido en la Constitución Nacional
como tal. Estos derechos fundamentales constituyen las garantías
ciudadanas básicas sin las cuales la supervivencia del ser humano no
sería posible”.

Por su parte, en sentencia T-419 de 1992 señaló que “los derechos


fundamentales son los que corresponden al ser humano en cuanto tal, es
decir, como poseedor de una identidad inimitable caracterizada por su
racionalidad que le permite ejercer sus deseos y apetencias libremente.
De ahí que se le reconozca una dignidad -la dignidad humana- que lo
colocan en situación de superior en el universo social en que se
desenvuelve, y por ello, es acreedor de derechos que le permiten
desarrollar su personalidad humana y sin los cuales ésta se vería
discriminada, enervada y aún suprimida. Son los derechos fundamentales
que le protegen la vida, proscriben la tortura, aseguran su igualdad frente
a sus congéneres, amparan su derecho a la intimidad, garantizan su
libertad de conciencia, de cultos, de expresión y pensamiento;
salvaguardan su honra, le permiten circular libremente, le preservan el
derecho al trabajo, a la educación y la libertad de escogencia de una
profesión u oficio, las libertades de enseñanza, aprendizaje, investigación
y cátedra; su juzgamiento debe respetar el debido proceso, se le
garantiza el derecho a la libre asociación y a formar sindicatos, etc.”

En el mismo año 1992, en sentencia T-420 esta Corporación indicó que


los derechos fundamentales se caracterizan “porque pertenecen al ser
humano en atención a su calidad intrínseca de tal, por ser él criatura
única pensante dotada de razonamiento; lo que le permite manifestar su
voluntad y apetencias libremente y poseer por ello ese don exclusivo e
inimitable en el universo social que se denomina dignidad humana”4.

Junto a la idea de que existen elementos materiales, propios o derivados


del mismo derecho, que definen el carácter fundamental de un derecho
constitucional, la Corte ha señalado que también deben considerarse las
circunstancias materiales y reales del caso concreto5, así como el
referente en el derecho positivo. En sentencia T-240 de 1993, la Corte
señaló que

establecer qué es un derecho fundamental. Sobre el valor de las obiter dicta ver sentencia C-836 de
2001.
4
En similar sentido T-571 de 1992: “el carácter fundamental de un derecho no depende de su
ubicación dentro de un texto constitucional sino que son fundamentales aquellos derechos inherentes
a la persona humana”.
5
Ver sentencias T-491 de 1992, T-532 de 1992, T-571 de 1992, T-135 de 1994, T-703 de 1996, T-
801 de 1998, entre otras.

8
“8. La Constitución como norma básica de la convivencia
social y de estructura abierta y dinámica tiene en la comunidad
su correlato necesario. Los bienes que la Carta protege y
valores que prohíja tienen igualmente relevancia social y su
existencia o defecto no son ajenos a su realidad
fenomenológica. Sin embargo, el concepto de derecho
fundamental, pese a inspirarse en la realidad y buscar en cierto
modo moldearla, es fruto de la consagración o del
reconocimiento del derecho positivo, de suerte que se impone
encontrarse en un supuesto comprendido dentro de su ámbito
material delimitado o supuesto por el Constituyente para poder
gozar de él.”

Por otra parte, el artículo 94 de la Constitución indica que no todos los


derechos tienen consagración positiva, pues no pueden negarse como
derechos aquellos que “siendo inherentes a la persona humana”, no estén
enunciados.

9. De la línea dogmática de la Corte Constitucional no es posible


establecer un concepto claro y preciso de derecho fundamental. Ello no
quiere decir que esta línea deba ser abandonada, sino que exige su
sistematización, pues la Constitución no define qué se entiende como
derechos fundamentales y, por otro lado, autoriza reconocer como tales,
derechos no positivizados.

En sentencia T-801 de 1998, la Corte indicó que “es la realidad de cada


caso concreto, las circunstancias únicas y particulares que lo caracterizan,
las que permiten definir si se encuentra verdaderamente vulnerado un
derecho fundamental, si ello afecta la dignidad de la parte actora y si esta
última está en situación de indefensión frente al presunto agresor”. De
esta sentencia surge un elemento que resulta decisivo para sistematizar el
concepto de derecho fundamental: dignidad humana.

El artículo 1 de la Constitución dispone que el Estado colombiano se


funda en el “respeto por la dignidad humana”. En sentencia T-881 de
2002, la Corte analizó in extenso la jurisprudencia de esta Corporación
sobre el concepto de dignidad humana. En dicha oportunidad, identificó
tres líneas jurisprudenciales básicas. Para efectos de esta sentencia
interesa destacar que la Corte concluyó en su síntesis que la comprensión
de la dignidad humana ha partido de tesis naturalistas o esencialistas
(dignidad humana hace referencia a condiciones intrínsecas de la persona
humana) y se ha movido hacia posturas normativas y funcionales
(dignidad humana guarda relación con la “libertad de elección de un plan
de vida concreto en el marco de las condiciones sociales en las que el
individuo se desarrolle” y con “la posibilidad real y efectiva de gozar de
ciertos bienes y de ciertos servicios que le permiten a todo ser humano
funcionar en la sociedad según sus especiales condiciones y calidades,

9
bajo la lógica de la inclusión y de la posibilidad de desarrollar un papel
activo en la sociedad”6).

A partir de dicho análisis es posible recoger la jurisprudencia de la Corte


Constitucional sobre el concepto de derechos fundamentales, teniendo
como eje central la dignidad humana, en tanto que valor central del
sistema y principio de principios7.

Derechos fundamentales: derechos subjetivos inherentes a la


persona. Criterios funcionales.

10. La Constitución encarna un sistema axiológico que corresponde al


sistema de valores imperante en el momento constituyente. Tal sistema
axiológico está definido por aquellos intereses y valores que definen, en
su momento histórico, las características propias de un grupo social. Así
mismo, comprende la posibilidad de desarrollo de tales valores en una
perspectiva histórica. Con todo, ciertos valores y elementos del sistema
axiológico tienen una calidad definitoria del tipo de sociedad al cual se
dirige el sistema jurídico. En otras palabras, el sistema jurídico y la
sociedad no tendrían sentido sin tales valores. Podrían ser otros valores o
los mismos comprendidos de manera totalmente distinta, pero se trataría
de una sociedad distinta y, por lo mismo, de un sistema jurídico distinto.

Así, por ejemplo, la igualdad entre todos los seres humanos (C.P. arts.
13, 42, 43, 44) es un presupuesto determinante para la sociedad
colombiana de finales del siglo XX e incomprensible para la sociedad
colonial de la Nueva Granada durante el siglo XVIII. De igual manera, el
constitucionalismo –separación de poderes, control racional del poder,
sistema de derechos, etc.- sólo tiene sentido en la sociedad
contemporánea democrática y resulta un exabrupto frente a la sociedad
colonial bajo la regencia española. Lo mismo podría predicarse de la
libertad de empresa y el libre mercado.

11. Teniendo lo anterior presente, el concepto de dignidad humana que


ha recogido la Corte Constitucional únicamente se explica dentro del
sistema axiológico de la Constitución y en función del mismo sistema.
Así las cosas, la elevación a rango constitucional de la “libertad de
elección de un plan de vida concreto en el marco de las condiciones
sociales en las que el individuo se desarrolle” y de “la posibilidad real y
efectiva de gozar de ciertos bienes y de ciertos servicios que le permiten
a todo ser humano funcionar en la sociedad según sus especiales
condiciones y calidades, bajo la lógica de la inclusión y de la posibilidad
de desarrollar un papel activo en la sociedad”, definen los contornos de lo
que se considera esencial, inherente y, por lo mismo inalienable para la
persona, razón por la cual se traduce en derechos subjetivos (entendidos

6
Sentencia T-881 de 2002.
7
Ibid.

10
como expectativas positivas (prestaciones) o negativas) cuyos contenidos
esenciales están sustraídos de las mayorías transitorias.

En este orden de ideas, será fundamental todo derecho constitucional que


funcionalmente esté dirigido a lograr la dignidad humana y sea traducible
en un derecho subjetivo. Es decir, en la medida en que resulte necesario
para lograr la libertad de elección de un plan de vida concreto y la
posibilidad de funcionar en sociedad y desarrollar un papel activo en ella.
Tal necesidad no está determinada de manera apriorística, sino que se
define a partir de los consensos (dogmática del derecho constitucional)
existentes sobre la naturaleza funcionalmente necesaria de cierta
prestación o abstención (traducibilidad en derecho subjetivo), así como
de las circunstancias particulares de cada caso (tópica). Así, por ejemplo,
en la actualidad existe consenso en torno a la absoluta necesidad de que
los procedimientos judiciales y administrativos estén fijados
normativamente (principio de legalidad) y que prevean la posibilidad de
controvertir pruebas, presentar las propias y de rebatir argumentos y
ofrecer los propios (derecho de defensa), para que la persona pueda ser
libre y activa en sociedad; mientras que serán las circunstancias concretas
las que definan si una cirugía estética únicamente persigue intereses
narcisistas o responden a una necesidad funcional, para que la persona
pueda ser activa en sociedad (v. gr. alteraciones funcionales y dolor que
exigen una reducción de senos8). Resulta ejemplarizante la discusión en
torno el reconocimiento de derechos fundamentales a personas jurídicas9,
en la cual el consenso logrado únicamente se explica por la necesidad de
proteger elementos funcionalmente indispensables para la correcta
operación jurídica de estas instituciones.

Lo anterior, debe precisarse, no implica que en sí mismo derechos


constitucionales no tengan carácter fundamental. La existencia de
consensos (en principio dogmática constitucional) en torno a la
naturaleza fundamental de un derecho constitucional implica que prima
facie dicho derecho se estima fundamental en sí mismo. Ello se explica
por cuanto los consensos se apoyan en una concepción común de los
valores fundantes de la sociedad y el sistema jurídico. Así, existe un
consenso sobre el carácter fundamental del derecho a la vida, a la libertad
y a la igualdad. Los consensos sobre la naturaleza fundamental de estos
derechos claramente se explica por la imperiosa necesidad de proteger
tales derechos a fin de que se pueda calificar de democracia
constitucional y de Estado social de derecho el modelo colombiano. No
sobra indicar que, en la actual concepción de dignidad humana, estos
derechos son requisitos sine qua non para predicar el respeto por dicho
valor.

El artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo

8
Sentencia T-572 de 1999.
9
Ver, entre otras, sentencias SU-182 de 1998, SU-1193 de 2000 y T-079 de 2001.

11
12. Como se indicó antes, el juez de instancia consideró que el
demandante no había agotado el medio de defensa judicial que le
permitía proteger sus derechos fundamentales. Se pregunta la Corte ¿cuál
derecho fundamental se protege mediante este procedimiento? De
acuerdo con lo expuesto por el juez en su decisión, estaría ligado a la
correcta gestión y administración de archivos. Ello se desprende de que el
juez sostiene que el procedimiento previsto en el numeral 2 del artículo
264 del Código Sustantivo del Trabajo, permite “remediar las
deficiencias administrativas como la que aparece claramente en el
expediente, que por la desorganización de los archivos históricos
municipales atribuidos a administraciones anteriores, no se encuentran
los soportes necesarios para expedir la certificación que reclama el
demandante”.

El punto de partida para resolver el interrogante de la Corte es establecer


el alcance del mandato del artículo 264 del Código Sustantivo del
Trabajo. En el primer numeral se ordena a todas las empresas conservar
los archivos de manera que “permitan establecer de manera precisa el
tiempo de servicio de sus trabajadores y los salarios devengados”. El
numeral 2 dispone lo siguiente:

“cuando los archivos hayan desaparecido o cuando no sea posible probar


con ellos el tiempo de servicio o el salario, es admisible para probarlos
cualquiera otra prueba reconocida por la ley, la que debe producirse ante
el juez del trabajo competente, a solicitud escrita del interesado y con
intervención de la empresa respectiva”.

Una primera lectura permitiría concluir que el objeto de la norma es la


protección de los archivos de las empresas. Empero, una atenta revisión
de la disposición obliga a concluir que el objeto de protección de la
norma es cierta información: el tiempo de servicio y los salarios
devengados.

Carácter fundamental del derecho a la información y el deber


constitucional de debida gestión y administración de archivos.

13. La información es un objeto constitucionalmente protegido. Diversas


normas constitucionales están dirigidas a definir un complejo marco de
protección de datos o información. De manera genérica, la Constitución
garantiza el derecho al acceso y a la difusión de la información. El
artículo 20 de la Carta establece la garantía a toda persona para “informar
y recibir información veraz e imparcial”.

Se podría considerar que esta garantía está dirigida exclusivamente hacia


los medios de comunicación. Empero, de la norma constitucional no se
desprende restricción alguna en este sentido. Tampoco resultaría
concordante con la función de la información la sociedad. Esto último
resulta decisivo para la comprensión del sistema de protección de la

12
información dispuesto en la Carta. La sociedad se construye a partir de
información que se transmite. Conceptos como poder y vida están
estrechamente ligados a la información. En el primer caso, en tanto que
control sobre la información y la vida, en la medida en que el código
genético no es más que información contenida en un soporte químico.

En este orden de ideas, puede afirmarse que la existencia misma de la


sociedad y fenómenos sociales –constitucionalmente relevantes- como la
familia y la personalidad, dependen de la información. El derecho
fundamental a conocer al padre o las responsabilidades derivadas de la
paternidad, tienen como supuesto que existe determinada información
que debe circular. Lo mismo puede predicarse de la nacionalidad: el
hecho de nacer en Colombia o de padres colombianos, es un dato que
debe o puede verificarse. Es información.

La Constitución también ha establecido extremos en cuanto al acceso y a


la circulación de la información. Así, el derecho a la intimidad (art. 15)
protege a las personas, a las familias y a las empresas del acceso a
determinada información. Por su parte, el derecho a acceder a
documentos públicos (art. 74) supone la posibilidad de conocer sin
restricciones, salvo aquellos fijados en la ley y que resulten compatibles
con la Constitución, documentos públicos. En esta misma línea, se
encuentra la protección y el deber de promoción del acceso a la cultura y
la ciencia. Esto, en últimas, implica un derecho a acceso a determinada
información.

La posibilidad de definir un proyecto de vida y ser una persona activa en


la sociedad depende, en un cien por ciento del acceso a información,
personal y socialmente relevante, para estas actividades. Un ser humano
que es aislado, en términos de información, de la sociedad no puede
desarrollarse en ella y ser partícipe de sus destinos. No es más que un ser
vivo sin autonomía ni capacidad de proyección en la vida societal. En
estas condiciones, resulta innegable que la protección a la circulación y el
acceso a al información reúne las condiciones para que sea considerado
un derecho fundamental.

14. La información personal y socialmente relevante no perdura por su


propia naturaleza, sino que es necesario almacenarla. Así, conceptos
básicos para la sociedad, como el nombre, los límites geográficos del
país, el conocimiento científico y otros datos, no sobreviven al hecho
lingüístico de su expresión. Es necesario fijarla –por así decirlo- en algún
soporte físico, lógico o de otra naturaleza.

De esta necesidad se deriva también la necesidad de preservar los


soportes en los cuales estén contenidos los datos. De hecho, el pleno
ejercicio de derechos, tanto constitucionales como legales, dependen, en
no pocas ocasiones, de la existencia de estos soportes. Así, el derecho al
voto, aunque consagrado a todos los ciudadanos, supone la existencia de

13
una base de datos en la cual conste que una persona determinada es
ciudadana y, por lo mismo, con posibilidad de votar. Lo propio puede
decirse del derecho a conducir o a ejercer una profesión que exija la
prueba de títulos de idoneidad. De manera similar, el patrimonio de una
persona depende, en buena medida, de la existencia de tales bases de
datos y archivos. Sobresale el sistema de registro de instrumentos
públicos o las bases de datos informáticas donde consta las cantidades
monetarias depositadas en cuentas de ahorro o corrientes. Finalmente, no
sobra mencionar la importancia que tienen los archivos para efectos de
acceder y conocer la cultura e historia de un país. En suma, no puede
negarse que en la protección de los archivos y las bases de datos existe
un real interés social. ¿Implica ello que se está frente a un derecho
fundamental? O, en otras palabras, ¿existe un derecho fundamental al
correcto manejo y gestión de archivos y bases de datos?

La Corte estima que no, pues si bien, como se indicó, existe un interés
social en la correcta gestión y administración de archivos (con
información socialmente relevante, claro está) y bases de datos, tal
gestión no está, prima facie, dirigida a salvaguardar las posibilidades –de
definir un proyecto de vida y participar activamente en la sociedad- que
determinan, por su relación con la dignidad humana, el carácter
fundamental de un derecho. El hecho de que la protección del dato o la
información –que, como se vio, es fundamental- no implica que la
protección de los soportes lo sea. Lo anterior, por cuanto existe la
posibilidad de reconstruir el dato si su soporte desaparece. No en vano, el
sistema procesal colombiano ha previsto la existencia de mecanismos
para la reconstrucción de expedientes, por ejemplo.

Sin embargo, el que no revista carácter fundamental no implica que no


tenga relevancia jurídica. En concepto de esta Corporación existe un
deber constitucional de administrar correctamente y de proteger los
archivos y bases de datos que contengan información personal o
socialmente relevante. Este deber se deriva de la prohibición genérica,
dirigida a toda persona, sea natural o jurídica, de impedir sin justa causa
el goce efectivo de los derechos fundamentales o de tornar imposible
dicho goce. Así, si determinada información resulta decisiva para una
persona, quien administra o custodia un archivo o una base de datos,
adquiere la calidad de garante de dicha información. Cosa distinta es que
el sistema jurídico únicamente empiece a considerar y a fijar los
contornos de las cargas derivadas de la calidad de garante. Ello en nada
desdibuja el carácter de deber, ni impide que de él se deriven
consecuencias en caso de desaparecimiento total o parcial del archivo o
la base de datos.

La efectiva existencia de otro medio de defensa judicial en el caso


concreto y revocación de la sentencia de primera instancia.

14
15. Se ha establecido el carácter fundamental del derecho a la
información. En abstracto ello conduciría a pensar que toda información
resulta fundamental. Esta afirmación resulta insostenible por cuanto
únicamente se puede predicar como protegida la información relevante
para lograr el ejercicio de otros derechos constitucionales o legales y
aquella que guarde relación directa con el objeto protegido con la
dignidad humana. De allí que, información abiertamente superflua, no se
encuentra protegida, así como información reservada, sea por tratarse de
información secreta del Estado o privada en términos absolutos.

La información sobre el tiempo de servicio y el sueldo devengado


adquiere carácter fundamental en la medida en que resulta necesaria para
diversos propósitos en la vida de la persona. Su carácter fundamental no
se limita al hecho de que permite gozar de otros derechos –como la
pensión- o proteger el patrimonio, sino que puede resultar vital para la
persona10.

16. En el fundamento 12 de esta decisión, se llegó a la conclusión de que


el artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo protege dos datos: el
tiempo de servicio y el salario devengado. La obligación de los
empleadores de preservar los archivos únicamente es un desarrollo del
deber constitucional de custodiar y administrar debidamente los archivos
y bases de datos que contenga información social y personalmente
relevante.

De acuerdo con lo expuesto, el juez de instancia tenía razón en señalar


que existía otro medio de defensa judicial que prima facie se debe
estimar idóneo para proteger el derecho fundamental violado. Tal derecho
violado era el derecho al acceso a información que tenía naturaleza
fundamental para el demandante. A través del procedimiento establecido
en el numeral 2 del artículo 264 del Código Sustantivo del Trabajo, es
posible, en principio, recuperar dicha información.

En este orden de ideas, la tutela resultaba improcedente, pues no se


cumplían los presupuestos establecidos en el artículo 86 de la
Constitución y desarrollados por esta Corporación: aunque existía un
derecho fundamental violado, no se estaba frente a la inexistencia de otro
medio de defensa judicial. Por lo anterior, deberá revocarse la decisión de
única instancia, pues ha debido declarar improcedente la tutela, en lo que
a este punto respecta.

III. DECISION

10
Sobre el derecho a la información vital, ver sentencia T-443 de 1994, T-960 de 2001, SU-014 de
2001.

15
En mérito de lo expuesto la Sala Séptima de Revisión de la Corte
Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE

Primero.- Confirmar sentencia del 30 de septiembre de 2002, del


Juzgado Tercero Municipal de Florencia, mediante la cual se negó la
tutela instaurada por Luis Armando Neira, en lo que al derecho de
petición respecta; y revocar la sentencia en cuestión en punto al derecho
a la información, aspecto por el cual se declara improcedente la acción, al
existir otro medio de defensa judicial.

Segundo. Por Secretaría, líbrese la comunicación prevista en el artículo


36 del Decreto 2591 de 1991.

Cópiese, notifíquese, comuníquese, publíquese en la Gaceta de la Corte


Constitucional y cúmplase.

EDUARDO MONTEALEGRE LYNETT


Magistrado

ALVARO TAFUR GALVIS


Magistrado

CLARA INÉS VARGAS HERNANDEZ


Magistrado

MARTHA VICTORIA SACHICA MENDEZ


Secretaria General

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