Niños Adoradores (4) (1) - 1
Niños Adoradores (4) (1) - 1
Niños Adoradores (4) (1) - 1
¿Por qué esta propuesta de niños adoradores? ¿Por qué la necesidad de poner
a los niños tan pequeños frente a Jesús expuesto?
Una vez encontré una joven por la vida, que la misma vida había llevado a
una profunda crisis, psicológica y emocional, que la había llevado a vivir
experiencias muy denigrantes y humillantes para su dignidad. En esos
momentos, ella se acordaba de Jesús en la custodia, y decidió volver a una
iglesia y ponerse a mirar a Jesús expuesto. Y fue recordando una experiencia
que había vivido cuando era muy pequeña, cuando yo la llevaba a adorar a
Jesús expuesto. Este recuerdo emergió de lo profundo de su corazón y fue lo
que la llevó en su camino de sanación. No se acordaba de lo que había
aprendido de Jesús, ni de sus muchos años en la catequesis, ni de las
palabras de nadie… solo recordaba a Jesús expuesto en su más tierna
infancia. Esto que estaba en algún lugar de su memoria fue lo que la rescató.
Es por eso que se los presento y les digo: ANIMENSE. Es sencillo: juegos, música,
juguetes, globos… ¡y el Señor expuesto en mitad de la ronda! Jesús está aquí y
nos ama.
Inés
http://www.comunidadsea.org/adoradores
Objetivos de los encuentros
Ayudar a los niños, sus padres y abuelos, a descubrir a Jesús presente en lo sencillo y
cotidiano de sus vidas.
Tener un espacio de juego, actividades plásticas y canciones que nos ayuden a alabar a
Jesús.
Hacer espacio en nuestras comunidades para los más pequeños del Reino, y descubrir en
ellos a los verdaderos adoradores.
Hacer una experiencia de fiesta con Jesús que nos ama y nos invita a amarnos.
Estos encuentros tienen una metodología especial, que a veces parece complicada de
implementar por lo sencillo de la propuesta. Es la metodología del Camino al Corazón para los
más pequeños: pocas palabras, pocos contenidos conceptuales, muchos gestos y signos,
mucha alegría, juego, canciones y fiesta. Es una metodología que busca una “experiencia
directa”: poner a los niños en contacto directo con el contenido de cada encuentro y con la
presencia de Jesús, expuesto en el Santísimo Sacramento.
Es una metodología abierta, pensada para que puedan participar niños de distintas edades, con
distintas capacidades de integración grupal y comprensión de contenidos y consignas. Cada
cual participará del encuentro de la manera natural a su edad y capacidades evolutivas.
Es una metodología que cuenta con la presencia de un adulto junto al niño, que podrá ayudarlo
a realizar las actividades sugeridas que adaptará las consignas a la madurez evolutiva del niño.
Ese adulto no sólo “acompaña” al niño, sino que está invitado a involucrarse personalmente en
las actividades y juegos propuestos, y a adorar en espíritu y en verdad a Jesús en la eucaristía.
Preparación de los materiales y el salón
Antes de que lleguen los niños preparamos todos los materiales necesarios para el desarrollo del
encuentro. Como son varios materiales para cada encuentro, es importante que los tengamos listos
con anticipación y separados para los distintos momentos del encuentro: los materiales para la
acogida, los materiales para el juego inicial en el salón en el que vamos a jugar, los materiales de
la iluminación y todo lo necesario para la adoración.
La capilla tiene que estar dispuesta de una forma especial, acomodada para la adoración de niños:
el espacio organizado en forma circular, de manera que todos los niños puedan sentarse en una
ronda. Un almohadón para cada niño, que le marque su lugar en la ronda (podemos hacer que
cada niño traiga su propio almohadón); asientos o bancos para que los padres o abuelos se sienten
atrás de los niños; una pequeña mesita en el medio de la ronda recubierta con un mantel blanco;
una caja con todos los materiales que utilizaremos para la iluminación; otra caja con los materiales
para que los niños realicen la actividad (crayones, lápices, marcadores, hojas de dibujo, tijeritas,
etc).
La pequeña mesa del centro tiene que tener una altura apropiada para que los niños puedan ver lo
que acontece sobre esa mesita estando sentados en la ronda. No es bueno que se tengan que
parar para mirar lo que pasa sobre la mesa. Allí pondremos siempre la Biblia para el momento de la
iluminación. En el momento de la adoración, ubicaremos la Biblia en un lugar diferente (siempre a
la altura de la mirada de los niños), y disponemos sobre la mesa un cirio encendido y un corporal
para apoyar el santísimo.
Con respecto al cirio, es importante que sea un candelabro seguro, que no haga caer la vela, que
no se chorree la cera, que tenga un pié estable de manera que pueda quedar firme sobre la mesita.
Con respecto a la manera de realizar la exposición del Santísimo, lo ideal es tener una custodia
apropiada para esta instancia: simple, majestuosa, que pueda exponer a una forma grande.
Pasos del encuentro
Acogida: 10 minutos
Es el momento en que recibimos a los niños con alegría, esperándolos con “algo especial” (una
golosina, globos, etc.) que los invite a participar del encuentro. Es un momento muy importante,
ya que el niño es muy sensible a los lugares en los que es bien recibido, acogido con amor,
esperado. El coordinador tendrá que usar toda su creatividad para hacer de este momento un
momento especial.
Juego: 10 minutos
Es bueno proponer juegos que ya conocen los niños, que ellos disfrutan en otros espacios. Por
ejemplo: el ascensor descompuesto, el semáforo, las estatuas, alguna mancha, juegos de
quietud y movimiento, juegos con instrumentos musicales, pelotas, títeres, rayuelas, juegos con
tableros dibujados en grandes cartulinas, etc. Para este momento es bueno pedirle
asesoramiento y sugerencias a alguna maestra jardinera o consultar bibliografía de juegos para
niños.
En todos los encuentros se realizará de la misma manera: estando la capilla dispuesta según el
gráfico que adjuntamos, invitamos a cada niño a descalzarse y a entrar, llamándolo por su
nombre. Los niños, al será llamados entrarán en puntitas de pie, y en un profundo silencio.
Pueden hacerlo de la mano de sus padres o abuelos. Una vez en la capilla, hacen una
genuflexión frente al sagrario, “haciéndose pequeñitos” para saludar al Señor, al dueño de casa.
Este gesto debe estar en relación con el saludo de bienvenida que realizamos todos en el
momento de la acogida, a medida que cada uno va llegando. Después de saludar a Jesús, cada
uno ocupa su lugar, en la ronda de almohadones dispuestos para ellos. Atrás de cada niño,
pueden sentarse los adultos que lo acompañan en otros almohadones, banquitos o sillas. En el
medio de la ronda, hay una pequeña mesa para presentar los materiales de la iluminación y
después colocar la custodia con el Santísimo.
Iluminación: 10 minutos
En cada encuentro se presenta un tema diferente que ayude a los niños a celebrar a Jesús en
sus vidas. Son temas sencillos, presentados con muy pocas palabras, y con el apoyo de
materiales didácticos especialmente preparados para el encuentro. Es importante que los niños
puedan interactuar con estos materiales: tocarlos, jugar con ellos, llevarlos a su lugar de la
ronda para volver a contar la historia con su mamá, etc.
Los contenidos presentados durante este momento de iluminación no son contenidos conceptuales
que necesiten ser entendidos ni asimilados. Son simplemente contenidos de fe para ser celebrados
y aprehendidos con el corazón, aunque la mente no pueda aún comprenderlos. No nos
inquietemos porque los niños conozcan más o aprendan algo del tema propuesto. Simplemente,
los presentamos y los ponemos frente a ellos, para que cada uno se aproxime de la forma que
pueda, según el desarrollo de sus capacidades evolutivas.
Adoración: 10 minutos
Estos encuentro de Niños Adoradores se desarrollan de una manera especial, distinta a lo que para
los adultos “debiera ser” un momento de adoración, ya que se trata de niños adoradores, que
adoran a Jesús como niños, en un formato diferente al de los adultos, pero que es una verdadera
adoración. Todo lo que los niños hagan durante el momento de la adoración es una alabanza al
Señor, ya sea que estén en silencio, canten, pinten un dibujo o jueguen. Los adultos deben evitar
toda actitud que les haga estar “atrás de los niños”, poniendo orden o haciendo que los niños
adoren de la forma en que ellos piensan que deben hacerlo. Es una actitud orante distinta, la
actitud de quienes se aproximan a Jesús con un corazón de niño. Y en esto reside la enseñanza
más importante para los adultos: abrirse a la experiencia de mirar a Jesús con ojos de niño y
descubrir que podemos estar con Jesús, adorándolo con toda nuestra vida, mientras se suceden
las cosas cotidianas y sencillas de cada día.
A lo largo de los 10 minutos que dura la adoración, los niños harán diferentes cosas, de acuerdo a
la edad evolutiva de cada uno. Pero siempre deberá haber algún momento especial, en el que cada
niño sea invitado por el coordinador o los padres y abuelos, a realizar un gesto frente a Jesús
expuesto: acercarse y saludarlo con la mano, o tirarle un besito, inclinarse, bailar, decir algo, etc.
Estos son momentos muy especiales en el desarrollo de la espiritualidad del niño, que atesorará
para siempre en su interior y que irán forjando su experiencia de Dios y su relación con Jesús.
Es necesario contar con un ministro ordinario o extraordinario de la eucaristía que pueda exponer
el santísimo y permanecer durante toda la adoración hasta el final. El ministro deberá estar
revestido con alba, y realizar todos los gestos propios de la exposición del santísimo con mucho
respeto y cuidado, de manera que los niños puedan ir aprendiendo estos gestos para realizarlos
durante los encuentros. El ministro debe ocupar un lugar en la ronda y permanecer en actitud de
verdadera adoración. No es un espectador o alguien ajeno al encuentro, sino que participa junto a
los niños de la adoración. A su vez, estará atento a la custodia, ya que al estar en el medio de la
ronda y al alcance de niños pequeños, necesita una atención especial. Esta es una forma de
adoración que tiene características especiales ya que los adoradores también tienen maneras
especiales de desplazarse y moverse por el lugar.
NOTA MUY IMPORTANTE: cuando el Santísimo está expuesto, nuestra oración
y nuestras palabras se dirigen siempre a Jesús. No hablamos “de” Jesús, sino
hablamos “con” Jesús. No decimos: “Jesús está aquí entre nosotros”, sino
decimos: “Jesús, estás aquí con nosotros…”. Es un detalle, pero es MUY
importante. Ayuda a los niños a descubrir la presencia real de Jesús en ese
momento, en ese lugar, presente en la Eucaristía… para después poder
descubrirlo siempre presente en su vida cotidiana.
Enseñamos a los niños a hablar con Jesús en primera persona y de forma
directa. Los ayudamos una y otra vez a hablar “con” Jesús. A decir: “hola,
Jesús, yo te quiero mucho, yo estoy contento… Tu eres mi amigo, yo soy tu
amigo…”. Con paciencia y cuidado le ayudamos a repetir las frases que
pueda decir en forma indirecta: “Jesús es mi amigo… Jesús me quiere”, le
ayudamos a repetir: Jesús seres mi amigo… Jesús me quieres mucho”.
Despedida: 5 minutos
Al terminar la adoración nos despedimos con alegría, invitando a cada niño a realizar el gesto que
elija para despedirse del coordinador y de los otros niños: un abrazo, un beso o un saludo. No se
va cada uno por su lado. La despedida tiene un orden y es importante darle a cada niño un
momento especial y personalizado de despedida, como queriendo decirle con este gesto. ¡Qué
bueno que viniste! Tu presencia fue importante para mí y para todos… y especialmente para Jesús.
ENCUENTRO 1. EL NOMBRE DE JESÚS
Acogida
Preparamos un encuentro de introducción y presentación, teniendo cartelitos de bienvenida para
cada niño, diferentes juguetes y juegos, y alguna merienda o golosinas para compartir entre todos.
Juego
Realizamos actividades y juegos que ayuden a los niños a presentarse diciendo sus nombres y a
recordar los nombres de los compañeros. Se pueden realizar algunos de los ejercicios de iniciación
al silencio (ver de la pag. 24 a 29 de la guía del Jardín), y otros juegos que ayuden a los niños a
adaptarse a este nuevo grupo y lugar. Podrán jugar con globos, papeles para pintar y pegar etc.
Después de un tiempo de adaptación, nos sentamos en ronda. Entregamos a cada niño un cartel
en donde está escrito su nombre. Recordamos y repetimos los nombres de cada uno. Yo me
llamo.... Las madres y abuelos dicen el nombre de los niños. Los niños el nombre de las madres o
abuelos.
Entrada a la capilla
Nos colgamos los carteles grandes con los nombres, nos sacamos los zapatos y entramos en
silencio a la capilla.
Iluminación
Ahora que están aquí, me llena de alegría saber que tú eres Juan, tu eres Clarita, tu eres Manuel...
Todos tenemos un nombre y es muy lindo poder llamarnos por nuestros nombres.
Puedo decir con alegría: “Yo soy”... (Cada uno repite su nombre).
Aquí en nuestra ronda, entre nosotros también está un gran amigo que quiere decirnos su nombre.
Mostramos una imagen de Jesús y decimos: Su nombre es Jesús. Es conveniente que sea una
estampa o un icono, no un dibujito. Repetimos el nombre y pedimos a los niños que lo saluden
diciendo: ¡Hola, Jesús! ¡Qué suerte que estés con nosotros!
Adoración
Todos sentados en la ronda nos miramos a los ojos. A Jesús no lo podemos ver. Pero él está con
nosotros. Mostramos una imagen de Jesús. Colocamos la imagen en la cartelera o sobre el altar
recubierto con el mantel blanco. Luego decimos: Su nombre es Jesús. Y él es nuestro amigo. Él
está entre nosotros, en el corazón de cada uno; y también, de una manera especial está presente
en el sagrario.
Llevar a los niños hasta el sagrario, para que lo miren. Explicarles con palabras simples que es el
lugar en donde se guarda la Eucaristía, la presencia real de Jesús, Pan de Vida. Pedimos al
ministro que abra el sagrario y nos quedamos un ratito mirando qué hay adentro. El ministro retira
el sagrario y lo pone en la mitad de la ronda.
Aprendemos a cantar: Yo tengo un amigo que me ama del CD YO SOY.
Dejamos que los niños de manera espontánea miren a Jesús, lo saluden, le hablen. Les
enseñamos a hacer un gesto de adoración, poniendo las rodillas en el piso, e inclinando la cabeza
para saludar a Jesús. Jesús, ¡qué bueno que estás aquí con nosotros! Nos gusta decir tu Nombre:
Jesús. Invitamos a los niños a decir el Nombre de Jesús, cada vez con más fuerza…y después
cada vez más bajito… hasta que se convierta en un susurro: Jesús, Jesús, Jesús… hasta que sólo
lo repita el corazón en silencio.
Jesús, estás aquí con nosotros… Qué lindo es estar contigo… Tú nos llamas por nuestros nombres
y quieres ser amigo de todos; de María, de Nico, de Clarita... (Nombrarlos a todos).
Preguntamos a cada chico:
Nicolás, ¿quieres ser amigo de Jesús?
Nicolás: ¡Sí, quiero!
Cada niño, poniéndose de pie frente al Santísimo dice: ¡Hola, Jesús! Yo soy... (Dice su nombre).
Nos ponemos en ronda, cada madre/abuela abrazando a su hijo. Cada madre/abuela, después que
haya pasado su hijo, pide en voz alta a Jesús algo especial para ese hijo, o da gracias por algo especial.
Cantamos: Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es: ¡Jesús!
Después acompañamos al ministro a llevar al Santísimo al sagrario, mientras cantamos una
canción y despedimos a Jesús haciendo gestos con las manos.
Despedida
Nos despedimos repartiendo alguna golosina y entregando a cada niño una hoja para pintar en la
que está escrito con letras muy grandes el Nombre de Jesús.
ENCUENTRO 2: JESÚS NOS HABLA EN EL LIBRO DE SU PALABRA
Acogida
Recibimos a los niños con alegría y les entregamos los carteles con sus nombres.
Juego
Comenzamos el encuentro jugando, cantado o bailando. Le entregamos a cada niño un librito de
cuentos (cualquiera) para que lea junto a sus mama/abuela. Al terminar, cada uno cuenta lo que
más le gustó de su librito.
Entrada en la capilla
Hacemos algún ejercicio que nos ayude a disponernos en silencio. Nos descalzamos y entramos
en la capilla en silencio. En el medio de la ronda, estará el libro de la Palabra de Dios, puesto en
forma solemne sobre una mesita con mantel blanco (recordamos que es importante que la altura
de la mesa quede al alcance de la mirada de los niños).
Al entrar, cada niño deja a los pies de la Palabra el libro que leyeron en el momento del juego.
Iluminación
Presentamos la Biblia en nuestra ronda.
Este es el libro de Jesús. Aquí están escritas todas las cosas que Jesús nos dice. Es un libro muy
importante, el más importante del mundo. Por eso lo ponemos en una mesa especial que se llama
altar, cubierta por un lindo mantel blanco. Lo tomamos con respeto y lo leemos muy
pausadamente. Al terminar de leerlo lo besamos... Es el Libro de Jesús.
Dejamos que los niños miren y toquen el libro, que palpen el grosor del papel, que vean la cantidad
de páginas, si tiene dibujos o gráficos, la tipografía grande o pequeña… Mientras tanto, les
explicamos:
Todo lo que está escrito aquí es palabra de Dios. Es Buena Noticia para nosotros.
Por eso los amigos de Jesús amamos y cuidamos mucho este Libro. Lo tratamos con mucho
respeto y lo leemos con amor.
Abrimos con mucho respeto el Libro de la Palabra y leemos la adaptación del relato de Jesús y los
niños que figura en Marcos 10, 13-16:
“Jesús estaba con muchas personas. Y unos niños que corrían por allí querían acercarse a él.
Como había mucha gente, no podían hacerlo porque no podían pasar. Tenían que empujar y gritar
diciendo: „¡Hola, Jesús! Queremos estar con vos... ¡Hola, Jesús!‟.
Las personas mayores les decía: „¡No molesten! ¡No hagan tanto ruido! Jesús está hablando de
cosas muy importantes...‟. Pero los niños decían: „¡No importa! Nosotros también queremos estar
con Jesús, queremos decirle: ¡Hola! y darle un beso. Y Jesús, que los vio y los escuchó les dijo a
todos: „Dejen que los niños vengan a mí. Déjenlos pasar. Ellos son mis amigos‟. Y los llamó. Les
dijo: „¡Vengan!‟. Los niños fueron corriendo, corriendo, hasta donde estaba Jesús y lo abrazaron.
„¡Jesús estaba feliz!‟. Y les dijo a todos: „Los niños son mis amigos. Los niños son mis preferidos.
Yo quiero mucho a los niños‟. Y los abrazó, los besó y los bendijo”.
Adoración
Acompañamos al ministro hacia el Sagrario repitiendo alguna estrofa de la canción que
aprendimos. Antes de abrir el sagrario, nos hacemos muy chiquitos frente a él, arrodillándonos e
inclinando la cabeza. Llevamos el Santísimo al medio de la ronda, en un lugar más alto que en
donde pusimos la Biblia.
¡Hola Jesús! ¡Qué lindo que estás entre nosotros! (Señalamos al Santísimo)
Te alabamos!!! (Abrimos grandes las manos)
Te adoramos!!!! (Nos inclinamos haciéndonos pequeños)
Te damos gracias porque estás aquí (Señalamos al Santísimo); y porque estás en cada uno de
nosotros (Ponemos las dos manos sobre el corazón)
Vamos a responder a Jesús: ¡Hola, Jesús!
Jesús estás siempre con nosotros, en nuestros corazones, en el Libro de la Biblia, presente en el
Sagrario…
¡Te alabamos! Abrimos bien grandes las manos
¡Te queremos mucho! Apoyamos las manos en el corazón
¡Te adoramos! Aplaudimos con fuerzas a Jesús.
Gracias, Jesús por todas las cosas lindas que nos contás en el Libro de tu Palabra… ¡Muchas
gracias!
Nosotros también queremos contarte algo… lo que leímos en los cuentos, lo que más nos gusta, lo
que aprendemos en el jardín…
Cada uno, al ser nombrado, se adelanta y frente al sagrario le dice a Jesús lo que quiere contarle.
Después con mucho respeto se inclina a besar el Libro de la Palabra de Jesús.
Despedida
Expresamos nuestra alegría bailando y aplaudiendo. Cantamos:
¡Hola Jesús!
Tu eres mi amigo.
Me quieres mucho, también te quiero yo.
Acogida
Recibimos a los niños con alegría repartiéndoles un gran corazón de cartulina, atado con un piolín,
de manera que se lo puedan colgar como un collar. De un lado del corazón está pegado el cartel
con el nombre de cada niño.
Juego
Podemos preparar para este encuentro juegos que tengan que ver con el contraste de
luz/oscuridad: abrir y cerrar los ojos, con adivinar qué son las cosas tocándolas sin ver… dejarse
guiar por sus madres y abuelas mientras tiene los ojos cerrados, etc.
Entrada a la capilla
Preparamos en el medio de la ronda el lugar para el Santísimo acompañado de una vela grande a
su lado. Nos descalzamos y disponemos para entrar, haciéndolo en un profundo silencio. Podemos
jugar a caminar sin hacer ningún ruido, pisando sobre una línea marcada con tiza en el piso, hasta
llegar al lugar indicado para cada uno en la ronda.
Iluminación
Todos somos amigos de Jesús. El conoce nuestros nombres y nos llama a cada uno por nuestro
nombre. Hacemos referencia a los nombres escritos en los corazones. Volvemos a hacer el gesto
de llamar a cada niño por su nombre y preguntarle si quiere ser amigo de Jesús. El niño responde
con alegría y todos aplaudimos.
Yo me pregunto, ¿cómo está Jesús con nosotros? ¿Dónde está Jesús, si no lo podemos ver?
Jesús está siempre con nosotros aunque no lo podamos ver. Jesús está aquí, en la ronda entre
nosotros; en el libro de su Palabra, y también en el corazón de cada uno. Ponemos las dos manos
sobre los corazones mientras abrimos con respeto el Libro de la Palabra y leemos.
Jesús nos dice: “Yo estoy siempre con ustedes”.
Adoración
Vamos despacito caminando con el ministro a buscarlo. Señalamos la luz encendida del Sagrario.
Nos inclinamos para saludar a Jesús cuando se abre el Sagrario y caminamos juntos cantando
alguna canción hasta que sea puesto en el medio de la ronda para su exposición.
Decimos: Hola Jesús, estás aquí con nosotros…
Estás aquí en mi corazón…
Nos quedamos contemplando a Jesús y también a su luz. Cada madre/abuela repite en voz muy
baja para su hijo estas palabras de Jesús: Yo estoy siempre con ustedes
Juntamos las manos. Cerramos los ojos. La luz de Jesús brilla en nuestra ronda. Respiramos muy
profundo. Respiramos muchas veces diciendo: “Jesús, estás acá”. Tu luz, Jesús brilla en mi
corazón... Ponemos nuestras dos manos juntas sobre el corazón. Cerramos los ojos. Jesús estás
en mi corazón... Jesús estás en mi corazón... Lo repetimos muchas veces, en un tono cada vez
más bajo. Volvemos a decirlo fuerte.
Todos juntos podemos decir: Gracias, Jesús, porque eres nuestro amigo. Gracias, porque estás
siempre con nosotros.
Extendiendo nuestras manos en alto volvemos a decir:
Pasamos el cirio por la ronda. Cada madre ayuda a su hijo a sostenerlo diciendo: La luz de Jesús
brilla en mi corazón. Dejamos el cirio cerca de la Biblia. Nos miramos a los ojos. Descubrimos la luz
de Jesús que brilla en cada uno.
Despedida
Acompañamos al ministro a llevar el Santísimo al Sagrario.
Al terminar el encuentro, cada niño con su madre pega en el corazón de cartulina el signo de una
vela encendida. Podemos decorar con brillantina los rayos de la luz.
ENCUENTRO 4: DIOS ES MI PADRE
Acogida
Recibimos a los niños con un gran abrazo, y les preguntamos al saludarlos: ¿Dónde está Jesús?
Dejamos que respondan libremente. Podrán decir lo que quieran, lo que se acuerden. Algunos
harán referencia al Sagrario, otros a la gran vela o al libro de la Palabra. En todos los casos,
contestamos afirmativamente, recordándoles que Jesús está en el corazón de cada uno. Tocamos
sus corazones diciendo: aquí… aquí estás Jesús.
Juego
Comenzamos el encuentro conversando sobre la experiencia central de los niños de esta edad: su
papá, su mamá. Es un tema que toca muy hondo el corazón de los niños y despierta en ellos
sentimientos intensos. Todos tenemos un papá /mamá. Pedimos a los chicos que cuenten lo que
les gusta hacer con sus padres. También les pedimos que cuenten qué es lo que más les gusta de
cada uno y que digan sus nombres.
Ayudamos a los niños a hablar de sí mismos y de sus sentimientos presentándoles frases breves
que ellos deberán completar. Por ejemplo: “Lo que más me gusta de mi mamá es...”; “Lo que más
me gusta que haga mi papá es...”; “A lo que más me gusta jugar con papá /mamá es...”; “A donde
más me gusta ir con papá /mamá es...”, etc.
Les repartimos dos corazones pequeños de cartulina y les ayudamos a escribir en ellos el nombre
de papá y mamá.
Niños Adoradores de San Isidro
Entrada a la capilla
En la capilla está la mesita dispuesta para la adoración, con el Libro de la Palabra y el cirio grande
para encender y acercar en el momento de la exposición. Entramos en silencio e invitamos a los
niños a dejar el corazón con el nombre de papá/mamá sobre la mesa de Jesús.
Iluminación
Nuestros papás nos dieron la vida y nosotros nacimos. O nos recibieron en sus hogares como a
verdaderos hijos. Ellos nos aman mucho, mucho. ¡El amor de papá / mamá llega hasta el cielo!
Hoy, Jesús quiere contarnos una Buena Noticia: Quiere decirnos quién es su Papá.
Encendemos el cirio y pedimos a los niños que se sienten en silencio para escuchar a Jesús
mostramos la Biblia a los niños y decimos: ¡Este es el Libro de la Palabra de Dios!
Los niños responden: ¡Te alabamos, Señor!
Los niños también pueden expresar su amor por el Libro besándolo, haciendo un saludo
(inclinación) o bailando en una ronda a su alrededor.
¡Qué buena noticia! Dios es el Padre de Jesús y el Padre de todos nosotros. Todos somos hijos de
Dios. Y Jesús nos quiere contar muchas cosas lindas de su Padre Dios: Dios Padre es muy bueno
y muy grande, hace todas las cosas para nosotros, nos ama y está siempre con nosotros. Dios
Padre nos abraza cuando estamos contentos y cuando estamos tristes. ¡Su amor es muy grande!
Su nombre es Dios Padre… y nos ama con todo el amor de papá y mamá!!!!
¡Hola Jesús! Estás con nosotros, estas aquí en el medio de nuestra ronda, en el Santísimo Pan de
Vida, en tu Palabra, en tu luz… y en nuestros corazones. Te queremos mucho… Te damos muchas
gracias porque nos invitas a tu encuentro.
Aprendemos a hablar con Dios, llamándolo como Jesús nos enseñó: ¡Somos hijos de Dios y lo
podemos llamar Padre nuestro! Y esta buena noticia es tan buena que vamos a recordarla para
siempre: Vamos a hacer que se quede guardada en lo más secreto de nuestros corazones. “Padre
nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que estás en mi corazón”.
Todos los días vamos a recordar la buena noticia que tenemos guardada en el corazón; apoyando
las manos sobre nuestro corazón vamos a decir a Dios: “Padre nuestro, que estás en el cielo...
Padre nuestro, que estás en mi corazón”.
Cuando estamos jugando repetimos: Padre nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que
estás en mi corazón.
Cuando estamos pintando repetimos: Padre nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que
estás en mi corazón.
Cuando estamos contentos repetimos: Padre nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que
estás en mi corazón.
Cuando nos sentimos solos repetimos: Padre nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que
estás en mi corazón.
Y especialmente todas las noches, al acostarnos a dormir, juntamos nuestras manos, cerramos
nuestros ojos y decimos: “Padre nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que estás en mi
corazón”.
Despedida
Acompañamos al ministro a llevar al Santísimo al Sagrario repitiendo una y otra vez: “Padre
nuestro, que estás en el cielo... Padre nuestro, que estás en mi corazón”.
Terminamos nuestra oración dándonos un abrazo muy grande que nos recuerda el abrazo de amor
de nuestro Padre / Madre del cielo.
Acogida
Recibimos a los niños con un gran abrazo. Podemos compartir alguna golosina. Les entregamos
carteles muy lindos en los que están escritos sus nombres.
Juego
Podemos comenzar jugando a mirar nuestra imagen en un espejo. Destacamos lo lindos que son
nuestros cuerpos, identificamos distintas partes del cuerpo. Cantamos canciones que hablen de las
manos, los pies, los ojos, etc. Hacemos muecas, gestos, dramatizaciones.
Entramos en la capilla
Nos dirigimos en silencio a la ronda de Jesús. Al llegar cada uno dice en voz alta su nombre y se
sienta en su lugar de la ronda. Hacemos la señal de la cruz cantando: levanto mi mano muy alto.
En el medio de la ronda, preparamos un signo de un corazón MUY grande. Puede estar recortado
en cartulina, goma eva, o confeccionado en paño grueso. Lo ideal es que sea tan grande y de un
material que pueda “abrazar” al niño, que pueda rodearlo como en un gran abrazo.
Iluminación
Hacemos una ronda muy cerquita del gran corazón y decimos: Jesús nos ama a todos, Dios nos
hizo a todos con amor, Dios nos regala a cada uno un corazón para amar.
Adoración
Invitamos a los niños a caminar hacia el Sagrario cantando con mucha alegría:
Podemos cantar dos canciones
Precioso para mi.
El amor de Dios es maravilloso.
Maika, tu eres preciosa para mí.
Y te amo, y te amo.
Y vos me amas a mí.
Jesús, estás aquí con nosotros y nos amas con un amor muy grande, MUY GRANDE a cada uno.
¡Gracias, Jesús, por tu amor!
Llamamos a cada niño por su nombre para que se adelanten hacia el Santísimo.
Marina, Jesús te quiere mucho, mucho, con un amor muy grande… Mientras decimos esto a cada
niño, lo “abrazamos” con el signo del corazón.
Invitamos a cada niño a decirle a Jesús:
Jesús… ¡yo también te quiero mucho!
Ponemos las manos en el corazón. Allí está Jesús. En nuestro corazón. Este es su cielo. Jesús
ama estar en nuestro corazón. Jesús dice palabras de amor a nuestro corazón y nosotros las
podemos escuchar en silencio.
Dios nos dice a cada uno: “Te amo... ¡eres tan lindo / linda para mí! Mi amor está en tu corazón. Te
quiero mucho, mucho, te quiero siempre, siempre”. Amén.
Despedida
Acompañamos en procesión al Santísimo hasta que se guarde en el sagrario. Al cerrar las puertas
del Sagrario, volvemos a insistir recordando que el amor de Jesús no queda “encerrado“en las
puertas del Sagrario, sino que está vivo en el corazón de cada uno. ¡SIEMPRE!
ENCUENTRO 6: ¡EL ESPÍRITU SANTO!
Acogida
Recibimos a los niños con alegría. Les damos un fuerte abrazo como signo del amor que les
tenemos y de la alegría que nos da volver a vernos.
Juego
Comenzamos este encuentro pidiendo a los niños que nombren a las personas que más aman, a
aquellas que aman “hasta el cielo”. Nos gusta estar con las personas que amamos. Nos gusta que
nos abracen, que nos digan palabras de amor. Organizamos algún juego con el nombre de las
personas que amamos. Podemos correr carreras, saltar en un pie o hacer cosas que nos resulten
difíciles…
Entrada a la capilla
Ya somos grandes, y sabemos hacer muchas cosas nuevas que antes no sabíamos, como saltar,
pintar, escribir letras… También ya sabemos caminar hacia la casa de Jesús sin hacer ruido, muy
despacito y en silencio… y lo vamos a hacer juntos.
Iluminación
Encendemos un cirio en mitad de la ronda, e invitamos a las madres a sentarse junto a sus hijos.
Pueden hacerlo en almohadones o banquitos especialmente dispuestos para la oración.
Hacemos muy despacito la señal de la cruz.
Decimos en el Nombre del PADRE… y tocamos nuestra frente llamando a Dios PADRE, como nos
enseñó Jesús.
Decimos el nombre del HIJO JESÚS y tocamos nuestro corazón… porque éste es el lugar en el
que Jesús vive para siempre…
Tocamos nuestros hombros diciendo el Nombre del ESPÍRITU SANTO que es el nombre de
tooooodo el amor de Dios… ¡en nosotros!
Así se llama el amor de Dios Padre y de Jesús: ¡ESPÍRITU SANTO! Y vamos a dar gracias a
Jesús porque nos regala al Espíritu Santo para que podamos amar.
Adoración
Vamos juntos acompañando al ministro a buscar al Santísimo en el Sagrario. Saludamos a Jesús
haciendo muy despacito la señal de la cruz.
Ponemos el Santísimo en medio de la ronda. Y alrededor del mismo, encendemos pequeñas
velitas en el piso, formando una ronda en torno a Jesús. Cerramos los ojos. Juntamos las manos.
Respiramos lentamente. Una vez... muchas veces. Le decimos a Jesús: “Hola, Jesús. Soy yo. Aquí
estoy yo aquí y ésta mi mamá... vamos a rezar. Invitamos a los niños y a las madres a contemplar
el cirio con mucha atención, a mirar las pequeñas luces que brillan en el piso en torno a Jesús.
Jesús estás aquí, con nosotros. Tu una luz, que está encendida, que es muy linda, que nos da
alegría. Y nos regalas a cada uno esta luz del ESPÍRITU SANTO.
Cada niño con su madre se adelanta a retirar una pequeña vela encendida y vuelve con ella a su
lugar.
Miramos juntos la luz del Espíritu Santo que cada uno tiene entre sus manos (o en las manos de la
mamá, o en el piso cerca del lugar) y decimos todos juntos muy suavemente: Gracias, Jesús,
porque nos regalas la luz y el amor del Espíritu Santo.
Miramos la luz de la vela con mucha atención y muy lentamente comenzamos a cerrar nuestros
ojos. Espíritu Santo… Espíritu Santo… tu luz es muy linda, es luminosa, es muy clara. ¡Qué linda
es tu luz!
Espíritu Santo, tu luz está en nosotros... resplandece en todo nuestro cuerpo: en nuestros
pensamientos, en nuestras manos cerradas... en nuestros cuerpos quietitos... en nuestro corazón...
en nuestro corazón. Allí brilla para siempre. Es muy luminosa y brillante, es resplandeciente, llena
todo de alegría. Nos quedamos así, en silencio, mirando esta luz tan linda que brilla en el
Despedida
Acompañamos al santísimo hasta el Sagrario.
Compartimos entre todos la experiencia, dejando que cada uno diga algo acerca de la luz del
Espíritu Santo.
Terminamos nuestro encuentro cantando una canción al Espíritu Santo.
ENCUENTRO 7: MARÍA ES MI MAMÁ
Acogida
Recibimos a los niños con alegría. Comenzamos nuestro encuentro conversando sobre las mamás
¿Qué es lo más lindo de mi mamá? ¿Qué es lo que más me gusta de ella? ¿Qué es lo que me
gusta hacer con mi mamá?
Todas las mamás son muy lindas. Son la obra de arte de Dios Padre Creador. Llenan nuestras
vidas de alegría. Nos dan el cariño que necesitamos para crecer. A su lado nos sentimos seguros.
Juego
Hacemos algún juego divertido entre las mamás y sus hijos.
Le pedimos a cada niño que se saque una foto con su mamá con el celular, y que después se la
muestren a los demás.
Entrada a la capilla
De la mano, madre e hijo, entran en silencio a la capilla.
Allí al lado de la mesa para el Santísimo, ponemos una imagen (si es posible, de bulto, para que
los niños la puedan abrazar) de la Virgen María.
Iluminación
Jesús también tiene una mamá linda como nosotros. Se llama María y es muy muy linda!!!!
Invitamos a los niños a que se acerquen a la virgen, la abracen, la besen. Podemos también
pedirles a las madres que saquen una foto del niño abrazando a la virgen. Miramos las fotos, las
comparamos con las fotos anteriores… ¡Qué lindo que es tener una mamá! ¡Qué lindas son las
mamás y que linda es la mamá de Jesús!
Con la Biblia en la mano leemos la adaptación del relato de la anunciación en Lucas 1, 26-38:
Un día, Dios Padre envió a un ángel del cielo a preguntar a María si quería ser la madre de Jesús.
El nombre del ángel era Gabriel. El ángel Gabriel entró en la casa de María y la saludó diciendo:
“¡Dios te salve, María! Llena eres de gracia. El Señor está con vos. Dios me manda a preguntarte si
quieres ser la mamá de Jesús”.
María se alegró y dijo: “¡Sí! Yo soy la servidora del Señor. ¡Yo quiero ser la mamá de Jesús!”. Y el
Espíritu Santo puso en María las semillas del Hijo de Dios.
Desde ese momento, Jesús empezó a vivir en el vientre de María. A crecer y crecer. María lo
cuidaba con amor. Acariciaba su panza y le cantaba canciones. María estaba casada con un
hombre muy bueno llamado José. Él sería el encargado de cuidar de Jesús como un papá.
Adoración
Vamos en procesión a buscar el Santísimo. Lo saludamos como siempre, inclinándonos y haciendo
la señal de la cruz. Ponemos el Santísimo en medio de la ronda, y a sus pies, la imagen de María.
Estás aquí con nosotros, Jesús… ¡te damos tantas gracias porque eres nuestro amigo! Te damos
muchas gracias por María, que es tu mamá, y también la mamá de todos tus amigos.
Hoy queremos mostrarte a nuestras mamás/abuelas. Y pedirte que las abraces muy fuerte y las
bendigas.
Cada niño se adelanta llevando a su mamá de la mano hacia el Santísimo diciendo:
Hola Jesús, esta es mi mamá y se llama….
Después de la presentación de cada mamá todos aplaudimos bendiciéndola.
Al terminar la presentación, cada niño se abraza muy fuerte a su mamá. Y después entre todos
hacemos un abrazo muy grande entre todos, formando una ronda en torno a Jesús y a María.
Despedida
Aprendemos a cantar una canción para María: tengo en casa una mamá.
Acompañamos al Santísimo al Sagrario llevando también la imagen de María, para dejarla a los
pies del Sagrario.
María acompaña y cuida a Jesús, y también nos acompaña y cuida a todos nosotros que somos
sus hijos. Por eso, todos los días, al despertarnos y al acostarnos podemos decirle: ¡Buenos días,
María! ¡Buenas noches, María!
Les repartimos una estampa de maría para que pongan cerca de sus camas.
ENCUENTRO 9: LA CREACIÓN
Acogida
Recibimos a los niños con un gran abrazo. Podemos compartir alguna golosina. Les entregamos
corazones a modo de carteles en donde están escritos sus nombres.
Juego
Podemos comenzar haciendo alguna actividad plástica, entregando a cada niño y sus madres
/abuelas una hoja de dibujo y materiales (marcadores, temperas, revistas para recortar, etc).
Les damos una consigna para trabajar: cada uno deberá dibujar y pintar algo distinto de la
creación: el sol, la luna y las estrellas, las plantas, los árboles, el mar, los peces, animales, flores y
frutos, etc.
Cada uno presenta a los demás su trabajo y todos aplaudimos.
Entramos en la capilla
Nos dirigimos en silencio a la ronda de Jesús.
Hacemos la señal de la cruz cantando: levanto mi mano muy alto.
En el medio de la ronda, preparamos todo para la adoración. Con el libro de la Palabra en el medio.
Iluminación
Mostramos la Biblia y la abrimos en las primeras páginas. Y brevemente, comenzamos a hacer una
lectura adaptada del relato de la creación:
En el principio no existía nada… y nuestro Buen Dios hizo todas las cosas para nosotros:
Hizo el sol para alumbrar nuestro día… (se para el niño que dibujo el sol levantando en alto su
dibujo)
Hizo la luna y las estrellas para decorar nuestras noches… (se para el niño que dibujo la luna y las
estrellas levantando en alto su dibujo)
Hizo la tierra y el agua… (ponemos a los pies del altarcito recipientes con agua y tierra)
Hizo las plantas y las flores….
Los árboles y los frutos…
Los animales grandes y pequeños…
Los peces del mar…
Las aves del cielo…
Etc.
Adoración
Dios nos regala todas las cosas creadas para que podamos disfrutarlas, cuidarlas y estar muy
contentos.
Pero el regalo más grande que nos hace nuestro Buen Dios… ¡es a su Hijo Jesús! Que es nuestro
amigo y nos ama!!! (Ponemos el santísimo en la mitad de la ronda).
Todos hacemos una profunda reverencia inclinando nuestras cabezas hasta el suelo.
¡Gracias Jesús porque estás aquí con nosotros! ¡Gracias por toda la creación… que es muy linda!
Invitamos a los niños a que se ´pongan de pie y frente al santísimo digan su oración de acción de
gracias a Jesús, y vayan dejando sus dibujos a los pies del Santísimo.
¡Gracias Jesús por el sol!
¡Gracias Jesús por los pajaritos!
Etc.
Cuando todos los dibujos están en el piso, podemos cantar alguna canción de acción de gracias y
de la creación; podemos hacer aplausos, ponerle música a lagún salmo de acción de gracias,
bailar, tocar instrumentos, etc.
Nos quedamos en silencio, dando gracias a Jesús. Hacemos una ronda más chiquita en torno a los
dibujos y al santísimo.
Pero lo más, más lindo que Dios hizo… ¡SOMOS NOSOTROS! Nombrar a cada niño y a sus
madres/ abuelas. Nos hizo parecidos a Él, nos regaló todas las cosas creadas… y nos dio un
CORAZÖN PARA AMAR con el mismo amor que Él nos ama. Invitamos a los niños a poner
adelante los corazones que les repartimos al comenzar, como formando una ronda que cierra
todos los dibujos de la creación. Les pedimos que apoyen sus manitos abiertas sobre los
corazones, y así nos quedamos en un silencio de adoración.
Despedida
Acompañamos en procesión al Santísimo hasta que se guarde en el sagrario. Al cerrar las puertas
del Sagrario, cantamos y bailamos dando gracias a Dios por la belleza de la creación.
Nos despedimos con alegría, conversando acerca del modo en que tenemos que cuidar la creación
que Dios nos regala, y enseñándoles a dar gracias de manera espontánea a lo largo del día por la
creación.
ENCUENTRO 10: EL ÁNGEL DE LA GUARDA
Acogida
Recibimos a los niños con un gran abrazo. Podemos compartir alguna golosina y cantar alguna
canción de bienvenida.
Juego
Organizamos algún juego de ronda, o alguna actividad en la que tengan que taparse los ojos y
“ver” lo que no se ve con los ojos: descubrir dónde están las cosas, saborear, oler, tocar, etc.
Entramos en la capilla
Nos dirigimos en silencio a la ronda de Jesús. Sobre el pequeño altar, tenemos preparados unos
angelitos para entregarle a cada uno.
Al llegar cada uno se sienta en su lugar de la ronda.
Hacemos la señal de la cruz cantando: levanto mi mano muy alto.
Iluminación
Dios Nuestro Padre, Jesús y el Espíritu Santo, nos llenan de regalos, porque nos quieren mucho, Y
hay un regalo muy especial, que nos regala a cada uno desde el día que empezamos a exisitir: Un
ángel de la guarda, que nos cuida y nos protege… y nos ayuda a crecer.
Podemos enseñarles alguna canción u oración sobre el Ángel de la guarda.
Adoración
Invitamos a los niños a caminar hacia al Sagrario cantando con mucha alegría:
Ponemos al Santísimo sobre la mesa de la adoración y encendemos la vela.
Nos sentamos en torno al Santísimo y hacemos una profunda inclinación.
Jesús, estás aquí con nosotros y nos amas con un amor muy grande, MUY GRANDE a cada uno.
¡Gracias, Jesús, por tu amor!
Llamamos a cada niño por su nombre para que se adelanten hacia el Santísimo.
Marina, Jesús te quiere mucho, mucho, con un amor muy grande… y tiene un regalo para ti: te
regala un Ángel de la Guarda para que cuide tu camino y guie tus pasos. Para que te proteja
cuando estás despierto y cuando duermes, para que esté contigo en tu casa, en el camino en el
jardín…
Cada niño recibe su angelito, lo besa y vuelve a su lugar.
Los invitamos a que juntos con sus madres/ abuelas le pongan un nombre al Ángel de la guarda.
Cada niño se adelanta para contarle a Jesús cómo se llama su angelito.
Despedida
Acompañamos en procesión al Santísimo hasta que se guarde en el sagrario.
Nos despedimos muy contentos llevando nuestros angelitos. Si se puede al terminar la adoración
les damos algún dibujo para que pinten y lleven a sus casas.