Imputación Necesaria - AVALOS
Imputación Necesaria - AVALOS
Imputación Necesaria - AVALOS
1. Introducción
El 26 de julio de 2012 fueron publicados en el Diario Oficial “El Peruano” los acuerdos
correspondientes al I Pleno Jurisdiccional Extraordinario de las Salas Penales de la
Corte Suprema.
Entre ellos, el Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116, que aborda por segunda vez -
sin que hayan pasado siquiera dos años- una de las instituciones más novedosas e
importantes de las introducidas en nuestro ordenamiento jurídico por el CPP 2004, la
tutela judicial de derechos, para cambiar parcialmente la posición que se había
asumido en el Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116 -correspondiente al VI Pleno
Jurisdiccional de las Salas Penales de la Corte Suprema- respecto de la posibilidad de
su empleo para cuestionar las disposiciones fiscales de formalización y continuación de
investigación preparatoria1.
El nuevo acuerdo señala como entendible que el parágrafo 18° del acuerdo anterior
haya fijado como criterio base la irrecurribilidad de dichas disposiciones; sin embargo
establece:
*
Coordinador de la Fiscalía Provincial Penal Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción
de Funcionarios de La Libertad – sede Trujillo. Miembro del Instituto de Ciencia Procesal Penal
(INCIPP).
1
Lo que no tiene que contemplarse necesariamente de un modo negativo, sino como una muestra de la
capacidad de autocrítica y apertura democrática de la máxima instancia de nuestro sistema de justicia penal
hacia los cuestionamientos -originados tanto en el foro como en la academia- formulados a la corrección de
las posiciones tomadas en sus precedentes anteriores.
El propio Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Dr. César SAN MARTÍN CASTRO, ha señalado al
inaugurar la sesión de participación ciudadana -12 de marzo de 2012- del I Pleno Jurisdiccional
Extraordinario Penal (v. http://www.youtube.com/watch?v=_ucA5dFdANo&list=UUVcy1Qngc-
8cyVMW_gvQGGA&index=10 &feature=plcp) que a través de los acuerdos plenarios no se pretende generar
un marco cerrado; sino más bien una lógica de estabilización no pétrea de las interpretaciones de las
normas que busca siempre ir avanzando y modulando sus propias perspectivas a partir de la infinidad de
circunstancias nuevas que pueden producirse en el futuro.
Habiendo señalado, por su parte, el Juez Supremo Coordinador del Pleno, Dr. Víctor PRADO SALDARRIAGA
(v. http://www.youtube.com/watch?v=YdbopYfIzKw&list=UUVcy1Qngc-8cyVMW_gvQGGA&index=9), que
precisamente los plenos extraordinarios tienen por finalidad reexaminar lo tratado en anteriores plenos
ordinarios, poder detectar y discutir problemas hermenéuticos que hayan surgido justamente de la
aplicación práctica de esos plenos ordinarios y abordar temas de urgencia que demandan una decisión de la
categoría de un acuerdo plenario.
Tal dato es indispensable para que pueda ejercer una defensa efectiva,
la cual no puede quedar rezagada a la etapa intermedia o a la etapa
principal de enjuiciamiento: la defensa se ejerce desde el primer
momento de la imputación (vid: artículo 139°.14 de la Constitución),
que es un hecho procesal que debe participarse a quien resulte
implicado desde que, de uno u otro modo, la investigación se dirija
contra él, sin que haga falta un acto procesal formal para que le
reconozca viabilidad.
Es evidente, a partir del modelo procesal asumido por el NCPP, que el
imputado, en un primer momento, deberá acudir al propio Fiscal para
solicitar las subsanaciones correspondientes en orden a la precisión de
los hechos atribuidos –este derecho de modo amplio lo reconoce el
artículo 71°.1 NCPP–.
11°. Muy excepcionalmente, ante la desestimación del Fiscal o ante la
reiterada falta de respuesta por aquél –que se erige en requisito de
admisibilidad–, y siempre frente a una omisión fáctica patente o ante
un detalle de hechos con entidad para ser calificados, de modo
palmario, de inaceptables por genéricos, vagos o gaseosos, o porque
no se precisó el aporte presuntamente delictivo del imputado, cabría
acudir a la acción jurisdiccional de tutela penal”.
2. Imputación necesaria
2
Nos habíamos pronunciado ampliamente en contra de la postura anterior en: AVALOS RODRÍGUEZ, C.
“Tutela judicial de derechos”, pp. 307 a 313.
3
MAIER, J. Derecho procesal penal, p. 553.
cargo del imputado, y mucho menos en una abstracción (cometió
homicidio o usurpación), acudiendo al nombre de la infracción, sino que,
por el contrario, debe tener como presupuesto la afirmación clara,
precisa y circunstanciada de un hecho concreto, singular, de la vida de
una persona. Ello significa describir un acontecimiento -que se supone
real- con todas las circunstancias de modo, tiempo y lugar que lo
ubiquen en el mundo de los hechos (temporal y espacialmente) y le
proporcionen su materialidad concreta; el lenguaje se debe utilizar
como descriptivo de un acontecimiento concreto ya ocurrido, ubicable
en el tiempo y en el espacio, y no para mentar categorías conceptuales.
De otro modo, quien es oído no podrá ensayar una defensa eficiente,
pues no podrá negar ni afirmar elementos concretos, sino, a lo sumo, le
será posible afirmar o negar calidades o calificativos (no soy homicida,
no soy malo, soy bueno, etc.)”.
A. Internacional
4
Un sector de la doctrina europea -sin desconocer su sustantividad para el derecho de defensa- vincula los
lits. a y b del num. 3 del art. 6° de la Convención Europea de Derechos Humanos, de sentido idéntico a las
prescripciones que acabamos de glosar, al principio de igualdad de armas (por todos AMBOS K. Principios
del proceso penal europeo, pp. 72 a 82).
5
“El derecho a ser informado de la acusación tiene como presupuesto normativo el que haya una acusación
y/o imputación. Sin la existencia de una acusación y/o una imputación previa no puede cumplirse con el
mandato de notificar o poner en conocimiento” CASTILLO ALVA, J. “El derecho a ser informado de la
imputación”, p. 191.
No obstante, el que exista una imputación previa no implica necesariamente que ésta sea puesta en
conocimiento del investigado -lo que ocurriría, por ejemplo, si para garantizar el éxito de las diligencias
BARRETO LEIVA VS. VENEZUELA7 (27 de noviembre de 2009) y FERMÍN
RAMÍREZ VS. GUATEMALA8 (20 de junio de 2005)9, de cuyo contenido nos
ocupamos con amplitud infra.
B. Nacional
La Constitución Política de 1993 no posee una norma que consagre de modo expreso
el derecho a la imputación necesaria, ni tampoco tiene alguna norma de contenido
similar a los literales a) y b) del num. 3 del art. 14° del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos o a los literales b) y c) del num. 2 del art. 8° de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.
acusatorio y derecho de defensa en el proceso penal, p. 139; BURGOS MARIÑOS, V. Derecho procesal
penal, pp. 95 - 96; NEYRA FLORES, J. Manual del nuevo proceso penal, p. 196; RAMÍREZ BASTIDAS, Y.
Sistema acusatorio colombiano, p. 266; CERDA SAN MARTÍN R. / FELICES MENDOZA M. El nuevo proceso
penal, p. 203; REÁTEGUI SÁNCHEZ J. El control constitucional en la etapa de calificación, p. 17; TABOADA
PILCO, G. “Tutela de derechos para controlar la imputación en la disposición de formalización de
investigación preparatoria”, p. 2.
11
No parece correcto el planteamiento de quienes como REÁTEGUI SÁNCHEZ J. El control constitucional en
la etapa de calificación, p. 17 sostienen que la imputación necesaria es una manifestación del principio de
legalidad consagrado en el lit. d) del num. 24 del art. 2° de la Constitución Política de 1993 en los términos
de “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente
calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no
prevista en la ley”.
No sólo porque la imputación necesaria no forma parte de las exigencias que de modo tradicional y
absolutamente mayoritario deriva la doctrina de este principio (por todos: GARCÍA CAVERO, P. Derecho
penal, p. 142: “La doctrina penal acepta de forma prácticamente unánime que el principio de legalidad tiene
cuatro formas de manifestación: La reserva de ley, el mandato de certeza o determinación, la ley previa y la
prohibición de analogía”), sino porque, además, no se puede advertir de la lectura del lit. d) del num. 24 del
art. 2° de la Constitución ni de los desarrollos que a partir de él hace la doctrina como es que dicha
prescripción haría jurídicamente exigible la descripción detallada y circunstanciada de los hechos materia de
persecución del mismo modo que la indicación de los elementos de acreditación que lo sustentan -que como
veremos más adelante, según ha indicado la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos, son
exigencias de la imputación necesaria-.
12
Partiendo del cual la jurisprudencia ha reconocido la existencia de “derechos fundamentales no expresos”;
como lo hace, por ejemplo, en la Sentencia del EXP. N.° 2488-2002-HC/TC. PIURA. GENARO
VILLEGAS NAMUCHE: “11. Tanto la legislación supranacional como la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos o la Convención Americana, definen los
derechos que las personas humanas deben gozar; asimismo, algunos textos constitucionales se han
impuesto el reconocimiento de nuevos derechos, en particular los vinculados directamente con el principio
de dignidad, y con el propósito de entronizarlos en su condición de auténticos derechos fundamentales. Es
evidente que ellos son consecuencia de la existencia de nuevas necesidades y de avances científicos,
tecnológicos, culturales o sociales; por ello, de cara a este nuevo y diverso contexto las Constituciones
suelen habilitar una cláusula de “desarrollo de los derechos fundamentales”, cuyo propósito no sólo es
prestarle el reconocimiento como derechos de la más alta consideración, sino, incluso, el de dotarlos con las
mismas garantías de aquellos que sí las tienen expresamente. / 12. Nuestra Constitución Política reconoce,
en su artículo 3º, una “enumeración abierta” de derechos fundamentales que, sin estar en el texto de la
Constitución, surgen de la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado
democrático de derecho o de la forma republicana de gobierno”.
13
Ha señalado la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Sentencia del CASO CHOCRÓN
CHOCRÓN VS. VENEZUELA (1 de julio de 2011): “Las decisiones que adopten los órganos internos que
sus exigencias la necesidad de una exposición detallada de los hechos, calificación
jurídica y elementos de acreditación que sustentan -entre otros pronunciamientos
judiciales y fiscales- las decisiones estatales de iniciar formalmente la persecución
penal y de hacerla avanzar hacia la sentencia14.
Las principales sentencias que fijan criterios aplicables a la imputación necesaria serán
abordadas en párrafos posteriores; sin embargo, es conveniente glosar algunos
párrafos de la que ha sido durante mucho tiempo la más emblemática y
recurrentemente citada, la que recayera en el EXP. N°3390-2005-PHC/TC. LIMA.
JACINTA MARGARITA TOLEDO MANRIQUE:
puedan afectar derechos humanos deben estar debidamente fundamentadas, pues de lo contrario serían
decisiones arbitrarias. En este sentido, la argumentación de un fallo y de ciertos actos administrativos deben
permitir conocer cuáles fueron los hechos, motivos y normas en que se basó la autoridad para tomar su
decisión, a fin de descartar cualquier indicio de arbitrariedad. Asimismo, la motivación demuestra a las
partes que éstas han sido oídas y, en aquellos casos en que las decisiones son recurribles, les proporciona la
posibilidad de criticar la resolución y lograr un nuevo examen de la cuestión ante las instancias superiores.
Por todo ello, el deber de motivación es una de las “debidas garantías” incluidas en el artículo 8.1 para
salvaguardar el derecho a un debido proceso” (puede consultarse en:
www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_227_esp.pdf). Habiendo señalado nuestro Tribunal
Constitucional en la Sentencia del EXP. N.° 01321-2010-PA/TC. ANCASH. FLORENCIO JESÚS
NAVARRO SÁNCHEZ: “Uno de los derechos que conforman el derecho al debido proceso es el derecho a la
debida motivación de las resoluciones fiscales”.
14
Parafraseando a CASTILLO ALVA, J. “El derecho a ser informado de la imputación”, p. 196, debemos
señalar que: La imputación necesaria permite evitar una actividad inquisitiva general e indiscriminada sobre
la vida de una persona, o destinada a investigar de manera genérica los comportamientos de miembros de
un grupo social. Asimismo, se opone a la intervención policial, fiscal o judicial como pretexto para conocer
las faceta íntimas o privadas de una persona, más allá de si se trata de alguien que ha cometido o no un
delito. Debemos advertir, sin embargo, que esta virtud es sólo una de sus consecuencias y no su
fundamento básico, que es el derecho de defensa.
Un breve análisis de estos párrafos permite percatarnos que, más allá de la
importancia del reconocimiento de la imputación necesaria, el Tribunal no siempre ha
tenido claras las cosas.
Del mismo modo que con el num. 1 del art. 87°, que prescribe: “1. Antes de comenzar
la declaración del imputado, se le comunicará detalladamente el hecho objeto de
imputación, los elementos de convicción y de pruebas existentes, y las disposiciones
penales que se consideren aplicables. De igual modo se procederá cuando se trata de
cargos ampliatorios o de la presencia de nuevos elementos de convicción o de
prueba”.
No sólo ello, sino que el CPP 2004 requiere para el inicio de las indagaciones de la
necesaria descripción de un hecho relacionado en correspondencia con una norma
penal, cuando en el num. 1 de su art. 329° establece: “1. El Fiscal inicia los actos de
investigación cuando tenga conocimiento de la sospecha de la comisión de un hecho
que reviste los caracteres de delito”15.
15
Según el art. 64°: “1. El Ministerio Público formulará sus Disposiciones, Requerimientos y Conclusiones en
forma motivada y específica, de manera que se basten a sí mismos, sin remitirse a las decisiones del Juez,
ni a Disposiciones o Requerimientos anteriores. / 2. Procederá oralmente en la audiencia y en los debates, y
por escrito en los demás casos”.
debidamente motivada, y contendrá:… b) La relación clara y precisa del hecho que se
atribuye al imputado, con sus circunstancias precedentes, concomitantes y
posteriores. En caso de contener varios hechos independientes, la separación y el
detalle de cada uno de ellos;… f) El artículo de la Ley penal que tipifique el hecho”; y
su num. 2: “La acusación sólo puede referirse a hechos y personas incluidos en la
Disposición de formalización de la Investigación Preparatoria, aunque se efectuare una
distinta calificación jurídica”).
16
Reconociendo el poco tradicional componente de los elementos de acreditación que sustentan la
imputación penal: REYNA ALFARO L. “Derecho de defensa”, p. 82; VANEGAS VILLA P. “La imputación”, p.
242.
“28. Para satisfacer el artículo 8.2.b convencional el Estado debe
informar al interesado no solamente de la causa de la acusación, esto
es, las acciones u omisiones que se le imputan, sino también las
razones que llevan al Estado a formular la imputación, los
fundamentos probatorios de ésta y la caracterización legal que se da
a esos hechos. Toda esta información debe ser expresa, clara,
integral y suficientemente detallada para permitir al acusado que
ejerza plenamente su derecho a la defensa y muestre al juez su
versión de los hechos. La Corte ha considerado que la puntual
observancia del artículo 8.2.b es esencial para el ejercicio efectivo del
derecho a la defensa.
Posición que ha sido acogida por nuestro Tribunal Constitucional, por ejemplo, en la
Sentencia del EXP. N.° 00801-2010-PHC/TC. AREQUIPA. TEÓFILO MARIO
OCHOA VARGAS:
17
Puede consultarse en: www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_129_esp1.pdf
Pudiéndose encontrar en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre el mismo
punto, entre otras, la Sentencia del EXP. N.º 9811-2006-HC/TC. CUSCO. ZULMA
VIRGINIA HORQQUE FERRO:
18
Buena cuenta de que se trata de la posición dominante en el ámbito internacional -perteneciente a los
países que de algún modo comparten a nuestra cultura jurídica- lo da la Directiva 2012/13/UE del
Parlamento Europeo y del Consejo de 22 de mayo de 2012 relativa al derecho a la información en los
procesos penales, que señala en su considerando (28): “Debe facilitarse con prontitud a la persona
sospechosa o acusada la información acerca de la infracción penal que se sospecha ha cometido o de cuya
comisión se le acusa, a más tardar antes de su primer interrogatorio oficial por parte de la policía o de otra
autoridad competente, y sin perjuicio del desarrollo de las investigaciones en curso” y en el num. 1 de su
art. 2° “La presente Directiva se aplica desde el momento en que las autoridades competentes de un Estado
miembro ponen en conocimiento de una persona que es sospechosa o que se le acusa de haber cometido
Criterio asumido por nuestro Tribunal Constitucional, por ejemplo, en la Sentencia del
EXP. N.° 03987-2010-PHC/TC. LIMA. ALFREDO ALEXANDER SÁNCHEZ
MIRANDA Y OTROS:
Del mismo modo que ocurre con la doctrina19. De ahí que, por ejemplo, el nacional
NEYRA FLORES20 haya señalado: “Es preciso que desde el más prematuro inicio del
proceso se le comunique de inmediato y detalladamente la imputación formulada en
su contra para que pueda dirigir su defensa en ese sentido” y, por su parte, la
española ARMENTA DEU21 que dicho derecho alcanza “situaciones anteriores a la
propia formulación de la acusación, lo que permite hablar con más propiedad de un…
concepto más amplio llamado imputación”.
Nuestro CPP 2004 ha seguido este criterio en tanto el num. 1 de su art. 329° obliga a
la autoridad responsable de la persecución penal a contar con un hecho que se adecua
a una norma penal desde el momento en que se decide iniciar diligencias preliminares
de investigación y el art. IX de su T.P. le impone comunicarlo apenas se establezca un
imputado22.
Está claro que no siempre que se inicien las diligencias preliminares de investigación
vamos a tener un imputado; podría suceder, por ejemplo, que el Ministerio Público
reciba la noticia de un robo en el cual todas las personas que participaron se
encontraban con pasamontañas o reciba la noticia de que se ha encontrado a una
una infracción penal, hasta la conclusión del proceso, es decir, hasta la decisión definitiva que determina si
la persona sospechosa o acusada ha cometido o no la infracción penal, incluidas, cuando proceda, la
imposición de la condena y la resolución de cualquier recurso”; estableciendo en el num. 1 de su art. 6°
“Los Estados miembros garantizarán que toda persona sospechosa o acusada reciba información sobre la
infracción penal que se sospecha ha cometido o está acusada de haber cometido. Esta información se
facilitará con prontitud y con el grado de detalle necesario para salvaguardar la equidad del proceso y
permitir el ejercicio efectivo de los derechos de defensa”.
19
Cfr. CASTILLO ALVA, J. “El derecho a ser informado de la imputación”, p. 205; JAUCHEN, E. Derechos del
imputado, p. 360; SERRANO HOYOS, G. La prohibición de indefensión, p. 131; CORDÓN MORENO, F. Las
garantías constitucionales del proceso penal, p. 145; FERNÁNDEZ LEÓN, W. Procedimiento penal acusatorio
y oral, p. 46; GUERRERO PERALTA, O. Fundamentos teórico constitucionales del nuevo proceso penal, p.
266.
20
NEYRA FLORES, J. Manual del nuevo proceso penal, p. 200.
21
ARMENTA DEU, T. “¿Hacia una reforma del proceso penal?”, pp. 89 - 90.
22
No es de recibo, entonces, el planteamiento de BONIFACIO MERCADO, C. “La necesidad de una
imputación concreta”, p. 182, cuando sostiene que es a partir de la disposición de formalización de
investigación que empieza a custodiarse el principio de imputación necesaria.
persona tendida en la calle muerta por atropellamiento habiendo huido el conductor
del vehículo que la impactó; pero, a partir que se logre identificar al autor o a alguno
de los intervinientes en el delito y, consiguientemente, atribuirle el mismo, surge la
necesidad de comunicarle su calidad de imputado23.
Este secreto sólo tendrá justificación jurídica válida en los supuestos en que el
conocimiento de la imputación penal pueda poner en peligro la eficacia de las
indagaciones y no se podrá prolongar durante todas las diligencias preliminares, pues
es necesario reconocer -una vez asegurados los elementos de convicción cuya
recolección se buscaba garantizar- un espacio para que el investigado pueda ejercer
su derecho a la defensa24.
Que quede claro que lo que se justifica es sólo la falta de información al investigado de
la imputación en su contra y de que su persona está siendo objeto de las diligencias
preliminares; pero de ningún modo el que se pueda iniciar dichas diligencias sin tener
una imputación -aunque sea genérica-.
Para finalizar es de precisar que en tanto las diligencias preliminares tienen por
finalidad inmediata buscar los elementos de convicción que puedan corroborar en
grado de probabilidad inicial los hechos objeto de notitia criminis a efectos de
determinar si corresponde o no formalizar cargos contra las personas a las que se le
atribuye su realización, no resulta exigible que para ordenar el inicio de las mismas el
Fiscal tenga que analizar y sustentar la existencia de algún específico caudal de
elementos de convicción más allá de aquel sustento fáctico que constituye una notitia
criminis mínimamente razonable25.
23
Por eso dice CASTILLO ALVA, J. “El derecho a ser informado de la imputación”, p. 191: “La imputación se
entiende en sentido material o amplio como la atribución, más o menos fundada, a una persona de un acto
presuntamente punible”.
24
Es en este sentido que el num. 3 del art. 68° del CPP 2004 ha señalado: “El Fiscal decretará, de ser el
caso, el secreto de las investigaciones por un plazo prudencial que necesariamente cesará antes de la
culminación de las mismas”; para que, una vez que cese el secreto, en el periodo que queda hasta la
culminación el investigado pueda tomar conocimiento de la imputación y realizar lo que considere más
adecuado para su defensa.
25
Esta mínima razonabilidad viene impuesta tanto por criterios funcionalidad del sistema como de no
arbitrariedad. En el primer caso, porque el Ministerio Público no debe malgastar sus recursos investigando
notitias criminis carentes de sentido. En el segundo, porque no se puede someter, sin que exista
arbitrariedad, abuso o injusticia, a una persona -con las molestias que usualmente estas conllevan- a
investigaciones también sin sentido.
El razonamiento contrario implica exigir que para que Fiscal pueda empezar a
investigar preliminarmente tenga antes que investigar preliminarmente, con la
contradicción que en ello existe.
El CPP 2004 muestra compatibilidad con lo que acabamos de afirmar en tanto señala
en el num.1 de su art. 329° que el Fiscal inicia diligencias preliminares de
investigación “cuando tenga conocimiento de la sospecha de la comisión de un hecho
que reviste los caracteres de delito” sin establecer ningún tipo de requisito de
acreditación para proceder en ese sentido.
Pero, debe precisarse de inicio que si bien -como se ha señalado supra- la imputación
necesaria desempeña un importante rol ya desde que el momento en que el
representante del Ministerio Público decide el comienzo de las diligencias preliminares,
las exigencias que formula este derecho no son las mismas a lo largo de todas las
etapas del proceso.
26
Art. 328°:
“1. Toda denuncia debe contener la identidad del denunciante, una narración detallada y veraz de los
hechos, y -de ser posible- la individualización del presunto responsable.
2. La denuncia podrá formularse por cualquier medio. Si es escrita, el denunciante firmará y colocará su
impresión digital. Si es verbal se sentará el acta respectiva.
3. En ambos casos, si el denunciante no puede firmar se limitará a colocar su impresión digital, dejándose
constancia en el acta del impedimento”.
27
Dice además: “De la lectura del cuestionado auto de apertura de instrucción ampliatorio, obrante de fojas
177 a 257, se desprende que se imputa al beneficiado la presunta comisión del delito de lavado de activos
provenientes del delito de tráfico ilícito de drogas (forma agravada), bajo la modalidad de conversión y
transferencia, así como ocultamiento y tenencia, delito tipificado en los artículos 1º y 2º de la Ley N.º
27765, por el hecho de ser titular, en su calidad de socio de la persona jurídica Freeman, Butterman &
Haber – Trust Account, de la cuenta bancaria N.º 0115134578 en el Espirito Santo Bank, ubicado en la
ciudad de Miami, en Estados Unidos, ya que en dicha cuenta bancaria se habrían concentrado los pagos a
las empresas off-shore constituidas por disposición de Fernando Melcíades Zevallos González, sentenciado
como autor del delito de tráfico ilícito de drogas en virtud de la sentencia del 19 de noviembre de 2005
expedida por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, con la finalidad de
ocultar los recursos ilícitos provenientes de dicha actividad. Asimismo, se le imputa al favorecido el hecho
de haber participado, en su calidad de socio del estudio de abogados Freeman, Butterman, Haber, Rojas &
Stanham LLP, en la constitución de dichas empresas off-shore”.
La Corte Suprema, por su parte, ha dicho en el Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-
116 que:
Exigir en este momento un hecho descrito con detalle en relación con todas y cada
una de las circunstancias de su perpetración como condición para el inicio
jurídicamente válido de las diligencias preliminares de investigación -que,
precisamente, por recién estar por comenzar no pueden mostrar resultado alguno- es
28
En sentido similar, REÁTEGUI SÁNCHEZ, J. El control constitucional en la etapa de calificación, p. 17: “En
las instancias iniciales del procesamiento penal todavía no hay verdaderas pruebas incriminatorias, sino sólo
meros indicios de la comisión de un hecho delictivo; entonces, no puede realizarse -o mejor dicho exigirse-
una imputación concreta, sino más bien de tipo genérica”.
una exigencia excesiva y claramente irracional que de ningún modo puede pretender
justificarse en la filosofía garantista29.
29
Es por ello que la referida Directiva 2012/13/UE del Parlamento Europeo y del Consejo señala en su
considerando (28): “Debe facilitarse una descripción de los hechos constitutivos de infracción penal
incluyendo, si se conocen, el lugar y la hora así como la posible tipificación jurídica, de forma
suficientemente detallada, teniendo en cuenta la fase del proceso penal en la que se facilite esa descripción,
a fin de salvaguardar la equidad del procedimiento y permitir el ejercicio efectivo de los derechos de la
defensa” (subrayado nuestro).
Las indagaciones iniciales en este caso -y en los que son similares- no se podrían
realizar en el marco del sistema procesal del CPP 2004 30 si fuera requisito
indispensable para el inicio jurídicamente válido de las diligencias preliminares de
investigación un hecho descrito con detalle y conteniendo la descripción de todas las
circunstancias de su perpetración.
30
En el diseño del CPP 2004, la Policía debe dar cuenta inmediata al Fiscal de las noticias de comisión de
delito (art. 67°); quien debe iniciar los actos de investigación -mediante una disposición de diligencias
preliminares- cuando tenga conocimiento de la sospecha de la comisión de un hecho que reviste los
caracteres de delito (art. 329°); siendo que la Fiscalía debe asumir la conducción de la investigación desde
su inicio, conduciendo y controlando jurídicamente los actos de investigación que realiza la Policía (art. IV
del T.P.).
estos medios para blanquear el dinero obtenido en ilícitas
actividades”.
19. Como es de verse, el acto concreto señalado en la disposición que
abre investigación preliminar es la creación de diversas personas
jurídicas que habrían sido utilizadas para dar apariencia de legalidad
al dinero obtenido con el tráfico ilícito de drogas. En este sentido,
este extremo de la demanda debe ser desestimado”.
31
Dice la Sentencia: “70. En el presente caso, la imposición de la pena de muerte… se basó en la aplicación
del artículo 132 del Código Penal de Guatemala, que tipifica y sanciona el asesinato. La sentencia fue
dictada luego de un debate oral y público, posterior a la acusación formulada contra el señor Fermín
Ramírez por el delito de violación calificada, previsto en el artículo 175 del Código Penal y sancionado con
pena privativa de libertad de hasta 50 años de prisión. Esta imputación sirvió de base para el inicio del juicio
oral y público ante el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente. Durante el
primer día de debate, el Tribunal advirtió a las partes sobre la posibilidad de cambiar la calificación jurídica
del delito, pero no especificó a qué delito pudiera dirigirse el cambio, lo cual no es irrelevante, en modo
alguno, para el ejercicio de la defensa y la decisión judicial sobre la sanción aplicable. En sentencia de 6 de
marzo de 1998, el Tribunal de Sentencia Penal resolvió, invocando el artículo 388 del Código Procesal Penal,
que “del análisis de la prueba producida en el debate […] el Tribunal estima que el hecho delictivo imputado
al procesado encuadra en la figura contemplada en el artículo 132 del Código Penal, [… ] por lo que, por
imperativo legal debe cambiarse la tipificación jurídica formulada en la acusación y en el auto de la apertura
de juicio, de violación calificada al delito de asesinato”. En consecuencia, condenó al señor Fermín Ramírez a
la pena de muerte (supra párrs. 54.5 a 54.18). (…) 73. El Tribunal de Sentencia fundó su actuación en el
artículo 374 del Código Procesal Penal, que prevé la ‘advertencia de oficio’ sobre una ‘modificación posible
de la calificación jurídica’. Ahora bien, el presidente del Tribunal se limitó a advertir a las partes que ‘en el
momento oportuno’ podía darse una calificación jurídica distinta de la contemplada en la acusación y en el
auto de apertura a juicio, pero no especificó cuál sería esa nueva calificación legal, y mucho menos se refirió
a la posibilidad de que el cambio de calificación proviniera, en realidad, de una modificación en la base
fáctica del proceso y, en su hora, de la sentencia. El presidente del Tribunal de Sentencia no ofreció al
inculpado la oportunidad de rendir una nueva declaración en relación con los últimos hechos que se le
atribuyeron. Estas omisiones privaron a la defensa de certeza acerca de los hechos imputados (artículo
8.2.b) de la Convención) y, en consecuencia, representaron un obstáculo para preparar adecuadamente la
defensa, en los términos del artículo 8.2.c) de la Convención”. (…) / 75. Al respecto, la Corte observa que,
en la sentencia de 6 de marzo de 1998, el Tribunal de Sentencia no se limitó a cambiar la calificación
jurídica de los hechos imputados previamente, sino modificó la base fáctica de la imputación, inobservando
el principio de congruencia. / 76. Se pasó de la calificación de Violación Agravada a la calificación de
Asesinato. No coincide la dirección del dolo en ambos supuestos: en el primero, el animus es de mantener
acceso carnal, del que resulta la muerte del sujeto pasivo; en el segundo, es de matar, en alguna de las
formas o a través de alguno de los medios que la ley prevé a título de agravantes. El Tribunal de Sentencia
dio por demostrados hechos no contenidos en la acusación: la muerte dolosa producida por “asfixia
mediante estrangulamiento” y la posibilidad del acceso carnal posterior a la muerte. No podría entenderse
que esto significa un simple cambio en la calificación jurídica del delito, sino implica hechos diferentes de los
que constituyen Violación Agravada (artículo 175 del Código Penal). Así, se modificó la base fáctica
establecida en la acusación, sin que el señor Fermín Ramírez pudiera ejercer defensa alguna al respecto.
Esta modificación sustancial trajo consigo la posibilidad de imponer, como efectivamente se hizo, la pena
capital”.
bajo ciertas condiciones- en el juicio de los hechos y de la calificación jurídica
originalmente contempladas en aquella 32.
“30. Por todo ello, el artículo 8.2.b convencional rige incluso antes de
que se formule una ‘acusación’ en sentido estricto. Para que el
mencionado artículo satisfaga los fines que le son inherentes, es
necesario que la notificación ocurra previamente a que el inculpado
rinda su primera declaración ante cualquier autoridad pública.
31. Evidentemente, el contenido de la notificación variará de acuerdo
al avance de las investigaciones, llegando a su punto máximo,
expuesto en el párrafo ¡Error! No se encuentra el origen de la
referencia. supra, cuando se produce la presentación formal y
definitiva de cargos. Antes de ello y como mínimo el investigado
deberá conocer con el mayor detalle posible los hechos que se le
atribuyen”.
32
Dice la Sentencia: “67. Al determinar el alcance de las garantías contenidas en el artículo 8.2 de la
Convención, la Corte debe considerar el papel de la ‘acusación’ en el debido proceso penal vis-à-vis el
derecho de defensa. La descripción material de la conducta imputada contiene los datos fácticos recogidos
en la acusación, que constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del imputado y la
consecuente consideración del juzgador en la sentencia. De ahí que el imputado tenga derecho a conocer, a
través de una descripción clara, detallada y precisa, los hechos que se le imputan. La calificación jurídica de
éstos puede ser modificada durante el proceso por el órgano acusador o por el juzgador, sin que ello atente
contra el derecho de defensa, cuando se mantengan sin variación los hechos mismos y se observen las
garantías procesales previstas en la ley para llevar a cabo la nueva calificación. El llamado ‘principio de
coherencia o de correlación entre acusación y sentencia’ implica que la sentencia puede versar únicamente
sobre hechos o circunstancias contemplados en la acusación. (…) / 71. Al evacuar pruebas durante el juicio
oral es posible que se acredite la existencia de nuevos hechos o circunstancias no previstos en la acusación.
En tal hipótesis, el Ministerio Público puede formular la ‘Acusación alternativa’ o la ‘Ampliación de la
acusación’, mencionadas anteriormente (supra párr. 54.10 y 54.11), a fin de promover la modificación del
objeto del proceso”.
33
Puede consultarse en: www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_114_esp.pdf
34
La Sentencia señala como hecho probado: “90.18. El 4 de octubre de 1995 el Juez Primero Penal del
Guayas, señor Ángel Rubio Game, emitió orden de prisión preventiva contra el señor Daniel Tibi y el resto
de los imputados en el Operativo “Camarón”, e inició el proceso penal con el auto cabeza de proceso, el cual
no le fue notificado. El señor Tibi se enteró del contenido del auto cabeza del proceso algunas semanas
después, por medio del abogado de otro detenido. El señor Daniel Tibi no fue llevado de manera inmediata
ante el Juez de la causa, ni interrogado por éste”.
35
En la Sentencia de FERMÍN RAMÍREZ VS GUATEMALA se consigna: “69. En el caso Pélissier y Sassi vs.
Francia, la Corte Europea de Derechos Humanos determinó que los peticionarios no tuvieron oportunidad
para preparar su defensa respecto del nuevo cargo que se les imputaba, ya que sólo a través de la
sentencia del tribunal de apelaciones se enteraron de la recalificación de los hechos. En particular, estimó
que el cambio acogido en la sentencia alteraba los términos de la acusación inicial. Al respecto, hizo las
siguientes consideraciones: […] La Corte observa que los preceptos del tercer párrafo, inciso a), del artículo
6 [de la Convención Europea de Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales]
apuntan a la necesidad de brindar especial atención a la debida notificación de la acusación al imputado. Las
clase de descripción del hecho imputado que se requiere para dar inicio legítimo a las
diligencias preliminares de investigación.
Para finalizar, hay que advertir que el que sea suficiente para el inicio de diligencias
preliminares de investigación un hecho que analizado jurídicamente presente por lo
menos los componentes básicos de una prohibición penal importa el límite mínimo de
lo permisible para proceder a iniciar las indagaciones cuando no es posible contar con
mayores detalles, de modo que si desde un principio se puede formular una
descripción circunstanciada del hecho materia de atribución el Fiscal deberá plasmarla
así en la disposición cabeza de indagaciones.
particularidades del delito juegan un rol crucial en el proceso penal, desde que el momento de la
comunicación de aquéllas es cuando el sospechoso es formalmente puesto en conocimiento de la base
fáctica y legal de los cargos formulados en su contra (ver Kamasinki vs Austria, sentencia de 19 de
diciembre de 1989, Serie A, No. 168, pp. 36-37, párr. 79). El artículo 6.3.a) de la Convención [Europea]
reconoce al imputado el derecho a ser informado no sólo de la causa de la acusación, es decir, de los actos
que supuestamente ha cometido y sobre los que se basa la acusación, sino también de la calificación legal
dada a esos actos. Dicha información debe ser detallada, tal como correctamente sostuvo la Comisión. /
[…] El alcance del precepto anterior debe ser determinado, en particular, a la luz del derecho más general
referente a un juicio justo, garantizado por el artículo 6.1 de la Convención (ver, mutatis mutandis, las
siguientes sentencias: Deweer vs Bélgica, Sentencia de 27 de febrero de 1980, Serie A, No. 35, pp. 30-31,
párr. 56; Artico vs Italia, Sentencia de 13 de Mayo de 1980, Serie A, No. 37, p. 15, párr. 32; Goddi vs
Italia, Sentencia de 9 de abril de 1984, Serie A, No. 76, p. 11, párr. 28; y Colozza vs. Italia, Sentencia de
12 de febrero de 1985, Serie A, No. 89, p. 14, párr. 26). La Corte considera que, en cuestiones penales, el
precepto concerniente a una información completa y detallada de los cargos formulados contra el imputado
y, consecuentemente, a la calificación legal que el tribunal pueda adoptar al respecto, constituye un
prerrequisito esencial para asegurar que los procedimientos sean justos. / […] Finalmente, respecto de la
queja formulada bajo el artículo 6.3.b) de la Convención, la Corte considera que los sub-párrafos a) y b) del
artículo 6.3 están conectados y que el derecho a ser informado sobre la naturaleza y la causa de la
acusación debe ser considerada a la luz del derecho del imputado de preparar su defensa. (…) 77. En el
citado caso Pélissier y Sassi, la Corte Europea de Derechos Humanos declaró que el Estado era responsable
por violación del derecho de los peticionarios a ser informados de manera detallada sobre la acusación, así
como del derecho de aquéllos a disponer del tiempo y las facilidades necesarios para la preparación de su
defensa (artículos 6.1 y 6.3 incisos a) y b) de la Convención Europea de Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales), considerando que: […] al hacer uso del derecho que
incuestionablemente tenía para recalificar hechos sobre los cuales tenía jurisdicción propiamente, la Corte
de Apelaciones de Aix-en-Provence debió haber provisto a los peticionarios de la posibilidad de ejercer sus
derechos de defensa respecto de dicha cuestión de manera práctica y efectiva y, en particular, de manera
oportuna. En el presente caso, la Corte no encuentra algún elemento capaz de explicar los motivos por los
cuales, por ejemplo, la audiencia no fue aplazada para recibir ulterior argumentación o, alternativamente,
los peticionarios no fueron requeridos para presentar observaciones escritas mientras la Corte de
Apelaciones deliberaba. Por el contrario, del expediente del caso ante la Corte surge que los peticionarios
no tuvieron oportunidad para preparar su defensa respecto de la nueva calificación, ya que fue sólo a través
de la sentencia de la Corte de Apelaciones que conocieron del cambio de calificación de los hechos.
Ciertamente, para ese momento fue demasiado tarde”.
36
Principalmente en lo que corresponde a la cláusula de congruencia de la imputación fáctica del num. 2 del
art. 349° del CPP 2004: “La acusación sólo puede referirse a hechos y personas incluidos en la Disposición
de formalización de la Investigación Preparatoria, aunque se efectuare una distinta calificación jurídica”, en
tanto presupuesto de la cláusula de congruencia del art. 397°: “1. La sentencia no podrá tener por
acreditados hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación y, en su caso, en la acusación
ampliatoria, salvo cuando favorezcan al imputado. 2. En la condena, no se podrá modificar la calificación
Sin embargo, el CPP 2004 no requiere todavía una “relación clara y precisa del hecho
que se atribuye al imputado, con sus circunstancias precedentes, concomitantes y
posteriores”, como lo hace en el lit. b del num. 1 de su art. 349° para la formulación
de la acusación, sino que sólo se limita a señalar en el num. 2 de su art. 336° que la
disposición en mención debe contener: “b) Los hechos y la tipificación específica
correspondiente”.
La literalidad del num. 1 del art. 336° del CPP 2004 podría llevar a pensar que en la
disposición de formalización de investigación preparatoria no es necesaria una
exposición detallada de los hechos.
Es de advertir que si bien lo óptimo sería que desde los primeros momentos del
proceso penal exista un hecho materia de atribución descrito con absolutamente todos
sus detalles y circunstancias, lo incipiente de las indagaciones -que recién se inician
formalmente- hace que no resulte razonable establecer ello como criterio general de
validez en este estadio.
jurídica del hecho objeto de la acusación o su ampliatoria, salvo que el Juez Penal haya dado cumplimiento
al numeral 1) del artículo 374°”.
37
Por ejemplo, el CPP chileno requiere en el lit. b de su art. 259° de “La relación circunstanciada de el o los
hechos atribuidos y de su calificación jurídica” en el momento de la formulación de la acusación; sin
embargo, establece en su art. 232° para la formalización de investigación que: “En la audiencia (en el
ordenamiento procesal penal chileno la comunicación de la decisión fiscal de formalizar investigación
preparatoria se hace en una audiencia), el juez ofrecerá la palabra al fiscal para que exponga verbalmente
los cargos que presentare en contra del imputado” y -de modo complementario- en su art. 231° que en la
solicitud de realización de dicha audiencia el Fiscal tiene la obligación de consignar “la individualización del
imputado, la indicación del delito que se le atribuyere, la fecha y lugar de su comisión y el grado de
participación del imputado en el mismo”. Precisando el “Instructivo General Nº 27: sobre la audiencia de
formalización de la investigación y el juicio inmediato” (1º diciembre de 2000) de la Fiscalía Nacional que en
ella el Fiscal procederá “describiendo sucintamente los hechos que constituyan las infracciones penales
imputadas”; siendo que de acuerdo a la REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española, p.
1428, “sucinto” significa “breve, compendioso”.
Cosa similar ocurre en el CPP colombiano, que el num. 2 de su art. 288° requiere para la formulación de la
imputación sólo la “Relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevantes, en lenguaje
comprensible”.
“El nivel de precisión de los hechos -que no de su justificación
indiciaria procedimental–, atento a la propia naturaleza jurídica de la
DFCIP y del momento procesal de ejercicio o promoción de la acción
penal por el Fiscal, debe ser compatible -cumplidos todos los
presupuestos procesales- con el grado de sospecha inicial simple,
propia de la necesidad de abrir una instancia de persecución penal -
es decir, que impulse el procedimiento de investigación-… el nivel de
precisión del mismo -relato del hecho histórico y del aporte
presuntamente delictivo de los implicados por la Fiscalía- tiene un
carácter más o menos amplio o relativamente difuso. No es lo mismo
un delito flagrante, que uno referido a sucesos complejos y de
determinación inicial algo incierta y, por tanto, de concreción
necesariamente tardía”.
Esta posición enlaza perfectamente con el criterio fijado por la Corte Interamericana
en BARRETO LEIVA VS VENEZUELA:
38
“La acción penal se ejercita con la Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación
Preparatoria (artículos 3° y 336° del NCPP) -que puede ser ampliada cuantas veces corresponda en esta
fase procesal si los actos de averiguación revelan la comisión de otros hechos o la intervención de otras
personas-, pero la pretensión sigue un proceso escalonado, que empieza con la aludida Disposición -que da
inicio a la investigación preparatoria formalizada-, pasa por la acusación escrita (artículo 349° inciso 1 del
NCPP) y culmina con la acusación oral (artículo 387° inciso 1 del NCPP)” SAN MARTÍN CASTRO, C.
“Constitución, Código Procesal Penal y correlación”, p.12.
39
Cfr. DEL RÍO LABARTHE, G. La etapa intermedia, p. 140; SAN MARTÍN CASTRO, C. “Constitución, Código
Procesal Penal y correlación”, p. 14; YAIPÉN ZAPATA, V. “El iura novit curia en el proceso penal peruano”, p.
31.
40
CERDA SAN MARTÍN, R. / HERMOSILLA IRIARTE, F. El Código Procesal Penal, p.255.
41
YAIPÉN ZAPATA, V. “El iura novit curia en el proceso penal peruano”, p. 31. En el mismo sentido: SAN
MARTÍN CASTRO, C. “Constitución, Código Procesal Penal y correlación”, p. 13; DEL RÍO LABARTHE, G. La
etapa intermedia, p. 140.
42
En relación con estas posibilidades de variación del hecho materia de imputación, ha señalado con razón
ASENCIO MELLADO J. Sistema acusatorio y derecho de defensa en el proceso penal, p. 141: “El derecho a la
información de la acusación no se agota en el solo y único acto de la primera comunicación, sino que debido
a que el proceso es algo vivo y cambiante y que su objeto es perfectamente variable siempre dentro de sus
estrictos límites, el acusado deberá ser informado a lo largo de todo el proceso, y en cualquier fase del
mismo, de aquellas mutaciones sufridas por el objeto en tanto que éstas puedan afectar a su derecho de
defensa”.
Corresponde, entonces, precisar cuál es el nivel de detalle del hecho en la disposición
de formalización de investigación que resulta jurídicamente aceptable desde las
exigencias de la imputación necesaria.
Estos elementos de la fórmula básica de la tipicidad del delito son los que deben
encontrarse expresados con detalle para satisfacer los requerimientos mínimos que el
derecho a la imputación necesaria en conjunción con el principio de legalidad formulan
en este momento del proceso.
Existen otras circunstancias que si bien resulta importante incorporarlas -en tanto
contemos con su conocimiento- de modo expreso en la descripción del hecho materia
de imputación ya desde los momentos iniciales del proceso, para alcanzar niveles de
óptimo rendimiento de la garantía de la imputación necesaria, su no consignación en
caso de desconocimiento -y solo en caso de desconocimiento- por parte de la
autoridad encargada de la persecución penal no condiciona la validez de la disposición
de formalización44.
Ello ocurre, por ejemplo, con el lugar de comisión del delito. En tanto el CPP 2004
señala en su art. 21°: “La competencia por razón del territorio se establece en el
siguiente orden: 1. Por el lugar donde se cometió el hecho delictuoso o se realizó el
último acto en caso de tentativa, o cesó la continuidad o la permanencia del delito. 2.
Por el lugar donde se produjeron los efectos del delito. 3. Por el lugar donde se
descubrieron las pruebas materiales del delito. 4. Por el lugar donde fue detenido el
imputado. 5. Por el lugar donde domicilia el imputado” y en su art. 22°: “1. Si el delito
es cometido en un medio de transporte sin que sea posible determinar con precisión la
competencia territorial, corresponde conocer al Juez del lugar de llegada más
próximo” acepta tácitamente la posibilidad de llevar adelante procesamientos sin
conocimiento exacto del lugar en que fue perpetrado el delito.
La descripción del hecho debe ser clara y comprensible -tanto cuando se trata de
personas que usan la lengua española, como cuando se trata de nacionales o
extranjeros que usan una lengua distinta, en cuyo caso será necesario el auxilio de un
intérprete45-, empleando para ello palabras sencillas y, en lo posible, unívocas46; de tal
43
¿Cómo en el ejercicio del derecho de defensa, se podrían plantear y discutir racionalmente una excepción
de improcedencia de acción si el Fiscal no ha expresado como mínimo cuál es el hecho que a su entender
cumple con las exigencias de la tipicidad penal?
44
En este sentido, por ejemplo, la Directiva 2012/13/UE del Parlamento Europeo y del Consejo señala en su
considerando (28): “Debe facilitarse una descripción de los hechos constitutivos de infracción penal
incluyendo, si se conocen, el lugar y la hora así como la posible tipificación jurídica, de forma
suficientemente detallada” (subrayado nuestro).
45
Ha señalado de modo correcto el Tribunal Constitucional en la sentencia del EXP. N.° 00099-2010-
PHC/TC. JUNIN. HENRY VILLAR HERRERA A FAVOR DE MEHMET YILDIZ: “Este Colegiado en la
sentencia recaída en el Exp. N.° 03875-2008-PHC/TC señaló que: ‘El requisito de un juicio con las debidas
garantías tampoco obliga a los Estados Partes a proporcionar servicios de interpretación a una persona cuya
lengua materna no sea el idioma oficial del Tribunal si esa persona puede expresarse adecuadamente en el
idioma oficial y comprender ese idioma. Sólo es obligatorio proporcionar servicios de interpretación si al
acusado o a los testigos de descargo les resulta difícil comprender el idioma del Tribunal o expresarse en
ese idioma’ (Comité de Derechos Humanos, caso Cadoret y otros c. Francia, párr. 5.6 -1991). / 5. La Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha establecido: ‘(…). El derecho a conocer los motivos del
modo que, cuando sea notificada la disposición de formalización, permita el
entendimiento de los cargos y el pleno -respecto de cada uno de los componentes del
hecho- y eficaz ejercicio del derecho de defensa.
Esta necesidad de claridad hace cuestionable la práctica de algunos Fiscales -no todos
desde luego- de entremezclar la descripción del hecho atribuido con la narración de las
diligencias de investigación47.
No es que la narración de estas diligencias no sea importante, sino que tiene un lugar
propio en la estructura de la disposición de formalización de investigación, el que
corresponde a la exposición de los elementos de convicción que sustentan la
promoción de la acción penal.
De otro modo podría suceder que el hecho atribuido no sea plenamente inteligible o
resulte equívoco para el imputado -poco entrenado además en dichos quehaceres-, al
aparecer formulado de manera confusa e inconexa.
48
Ha señalado para el Derecho colombiano VANEGAS VILLA, P. “La imputación”, p. 242, en una
construcción que resulta mutatis mutandi aplicable al nuestro: “Es preciso aclarar que también para los
primeros peldaños del proceso, como cuando se decide formular imputación, se requiere cierto sustento
probatorio. Lo mínimo para poder convocar a una persona con el propósito de comunicarle su calidad de
imputado, es que existan motivos suficientes que indiquen su posible participación en el hecho y que tal
inferencia esté originada y sustentada en elementos serios y objetivos que en realidad existen en
investigación y que ellos hayan sido incorporados en debida forma con anterioridad a la decisión de formular
un cargo. De no contarse con este fundamento, es improcedente el llamamiento a una audiencia de
formulación de imputación”.
49
No es cierto, entonces, que como señala BONIFACIO MERCADO, C. “La necesidad de una imputación
concreta”, p. 184: “Solo es legítimo imputar, cuando se cuente con suficiente información de la que se
infiera razonablemente que aquel es el posible autor o partícipe de la conducta”.
50
En sentido similar: VANEGAS VILLA, P. “La imputación”, p. 240: “(respecto a la inferencia razonable de la
imputación), esta no es arbitraria, ni discrecional del fiscal. Ella solo habrá de ser admisible cuando exista
un mínimo probatorio debidamente obtenido y allegado a la indagación. Para formular imputación, el fiscal
debe estimar cumplida la misión de la fase de indagación”.
objeto de una valoración palmariamente caprichosa o irrazonable para tenerlos como
de cargo51.
Y si bien en este aspecto, del mismo modo que en el de los elementos de convicción,
se debe reconocer un importante ámbito de discrecionalidad al representante del
Ministerio Público -en la interpretación de los elementos de la específica prohibición
normativa y en la adecuación del hecho al tipo penal- tampoco se pueden aceptar
decisiones arbitrarias -en el sentido de jurídicamente insostenibles de cara a la
aplicación mínimamente razonable de los criterios de interpretación o de adecuación
típica que ofrece la ciencia jurídico-penal-.
51
Con cargo a discriminar los casos en que, excepcionalmente, resulta utilizable la prueba ilícita, debe
reconocérsele razón a VANEGAS VILLA, P. “La imputación”, p. 243, cuando señala que “La inferencia
razonable, que exige el nuevo sistema procesal penal, como grado de conocimiento para imputar, no puede
estar basada en información ilegalmente obtenida”.
En nuestro país, en sentido similar, BONIFACIO MERCADO, C. “La necesidad de una imputación concreta”,
p. 185.
52
Podría pasar que el Fiscal no se haya dado cuenta de su error o que, incluso, tenga claro el mismo, pero
esté manipulando la calificación jurídica para tener mayores posibilidades de injerencia en los derechos de
los ciudadanos en tanto en algunos casos la restricción de derechos para la búsqueda de pruebas requiere
que se trate de un delito sancionado con pena superior a los cuatro años de privación de libertad -por
ejemplo, para la intervención, grabación o registro de comunicaciones telefónicas o de otras formas de
comunicación.
se pudo realizar el reconocimiento médico legal dentro de las 24 horas de plazo de
detención en flagrancia por la fuerte inflamación micótica que presentaba su vagina, la
cual hacía que la exploración para el reconocimiento sea muy dolorosa; quedando por
determinar, entonces, si nos encontramos ante actos contrarios al pudor o una
tentativa de violación sexual.
C. En el requerimiento acusatorio
Debemos anotar, sin embargo, que si bien la “individualización” del hecho a que se
refiere el maestro argentino es esencial para la validez de la acusación fiscal, en
nuestro derecho positivo ello no basta, sino que -como señala expresamente el CPP
2004- la descripción debe contener, además, las circunstancias precedentes,
concomitantes y posteriores; no limitándose únicamente al supuesto fáctico que
satisface las exigencias de la específica tipicidad penal materia de la acusación, sino
también describiendo otros datos o circunstancias que siendo precedentes,
concomitantes o posteriores sean relevantes.
Eso sí, el empleo de “con sus circunstancias” que hace el CPP 2004 indica que sólo
resulta necesaria e importante la descripción de aquellas que aparezcan conectadas al
hecho como suyas, no de cualquier tipo de circunstancia por más que haya coincidido
temporalmente con aquél.
Si bien el lit. b del num. 1 del art. 349° no lo señala expresamente, tampoco se trata
de consignar circunstancias carentes de trascendencia jurídica. De esta manera, las
circunstancias precedentes, concomitantes o posteriores que deben expresarse en la
acusación son aquellas que conforman el hecho penal, civil y/o administrativo que en
53
SANCINETTI, M. La nulidad de la acusación por indeterminación del hecho, p. 76.
54
SANCINETTI, M. La nulidad de la acusación por indeterminación del hecho, pp. 76 - 77.
cada caso concreto es objeto -principal en el caso del primero y accesorio en el caso
de los dos últimos- del proceso; las que dicen de su gravedad, según las reglas que le
son propias a cada una de dichas formas de responsabilidad; o que dicen de la
específica medida de la consecuencia jurídica -pena o medida de seguridad en la
infracción penal; consecuencias accesorias en la infracción administrativa o reparación
en la infracción civil- que se debe aplicar.
En este sentido, resultan cuestionables las prácticas de algunos fiscales -no todos
desde luego- que tratándose de coimputados omiten indagar durante la investigación
preparatoria e individualizar, a consecuencia de ello, en la descripción del hecho
materia de acusación cuál ha sido el aporte a la perpetración del ilícito penal que ha
tenido cada uno de los procesados; así como precisar cuál es el específico título de
imputación -inductor, cómplice primario, cómplice secundario, autor directo, coautor o
autor mediato- que corresponde a su aporte.
55
DEL RÍO LABARTHE, G. La etapa intermedia en el nuevo proceso penal, p. 143.
56
CASTILLO ALVA, J. “El derecho a ser informado de la imputación”, p. 210; añadiendo luego que más bien:
“El derecho a ser informado de la imputación y el derecho de acceso al expediente son derechos que se
complementan y armonizan entre sí, en la medida en que su reconocimiento afianza la preparación y
organización de la defensa como mecanismo instrumental de la eficacia de la misma. Su distinción teórica
no merma el hecho de que, desde el punto de vista funcional y operativo, coincidan, permitiendo una mejor
optimización en la protección de los derechos fundamentales” (p. 211).
Afirmar que el acceso al expediente equivale al derecho a ser
informado de la imputación supone una flagrante violación del
mandato constitucional. En efecto, constituye una interpretación y
práctica constitucional arbitraria sostener que si la persona tiene
acceso a los actuados no es necesario informarle formalmente de la
imputación. La Constitución y los tratados internacionales no
establecen que la persona se informe de la imputación mediante la
revisión del expediente. Por el contrario, prescriben que el modo por
el cual se debe llegar a conocer la imputación debe ser por iniciativa y
por la propia actuación de los órganos estatales”.
La redacción del num. 3) del art. 14° del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (que se refiere expresamente al derecho de la persona “A ser informada, sin
demora, en un idioma que comprenda y, en forma detallada, de la naturaleza y causas
de la acusación formulada contra ella”) y del num. 2) del art. 8° (que se refiere a la
garantía mínima de la “Comunicación previa y detallada de la acusación formulada”)
deja suficientemente claro el tema.
El tratamiento que le ha dado al tema el CPP 2004 es similar, pues en el num. 1 del
art. IX de su T.P. se refiere al derecho de la persona a que se le “comunique de
inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra”; en el num. 2 de
su art. 71° a que se debe hacer saber al imputado que tiene derecho a “Conocer los
cargos formulados en su contra”; y en el num. 1 de su art. 87° a que “antes de
comenzar la declaración del imputado, se le comunicará detalladamente el hecho
objeto de imputación, los elementos de convicción y de pruebas existentes, y las
disposiciones penales que se consideren aplicables”.
La exigencia del num. 1 del art. 349° de que en la acusación se consigne la “relación
clara y precisa del hecho que se atribuye al imputado, con sus circunstancias
precedentes, concomitantes y posteriores”, que no se hace cuando se trata de la
disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria,
conjuntamente con la posibilidad de que los hechos objeto de la acusación escrita sean
modificados por el Fiscal con posterioridad a la etapa intermedia -en la etapa final y
más importante del proceso, la del juzgamiento- dicen que la pretensión del num. 2
del art. 349° CPP 2004 no es que el hecho materia de acusación sea en todas y cada
una de sus componentes y circunstancias exactamente el mismo consignado en la
disposición de formalización de investigación, sino que lo que se busca es que el hecho
no sea uno distinto en su sustancia, en su aspecto básico58.
57
El art. 374° deja en claro que no obstante la importancia de la adecuada fijación del hecho en la
acusación escrita de la etapa intermedia, como presupuesto para la orientación de la actividad probatoria en
el juzgamiento y para el ejercicio del derecho de defensa del procesado, no es en dicho requerimiento -
aunque generalmente así ocurra en la práctica- en el que necesariamente se fija de manera definitiva y sin
posibilidad de mutaciones el objeto de proceso, aquel sobre el que habrá de recaer la sentencia, pues dicho
objeto siempre puede ser materia de modificaciones no sustanciales durante el juzgamiento -con la
presentación de una acusación complementaria-.
“La acusación oral es la que fija definitivamente la pretensión punitiva (artículo 387° inciso 1 del NCPP) -así
lo ha establecido la Corte Suprema de Justicia en la Ejecutoria Suprema RN° 1882-2006/Lima, del 6.8.2007,
FJ 15°.11-, pues como consecuencia de la actuación probatoria, y en virtud de una previa acusación
complementaria, puede incluir un hecho nuevo o una nueva circunstancia, con entidad para modificar la
calificación legal o integrar un delito continuado (artículo 374° inciso 2 del NCPP), a la vez que puede variar
la pena solicitada e instar una medida de segundad, así como incluir alguna circunstancia que no modifique
esencialmente la imputación sin la entidad necesaria para una acusación complementaria -respeto al
principio de singularidad del objeto procesal- (artículo 387° incisos 2 y 3 del NCPP)” SAN MARTÍN CASTRO,
C. “Constitución, Código Procesal Penal y correlación”, p.13.
Incluso, el art. 387° del CPP 2004 establece que en los alegatos finales: “2. Si el Fiscal considera que del
juicio han surgido nuevas razones para pedir aumento o disminución de la pena o la reparación civil
solicitadas en la acusación escrita, destacará dichas razones y pedirá la adecuación de la pena o reparación
civil. De igual manera, en mérito a la prueba actuada en el juicio, puede solicitar la imposición de una
medida de seguridad, siempre que sobre ese extremo se hubiera producido el debate contradictorio
correspondiente” y que “3. El Fiscal, en ese acto, podrá efectuar la corrección de simples errores materiales
o incluir alguna circunstancia, siempre que no modifique esencialmente la imputación ni provoque
indefensión y, sin que sea considerada una acusación complementaria”; siendo claro que la introducción de
dichas “nuevas razones” o “alguna circunstancia” importa la modificación de la acusación -no sustancial está
claro, pero modificación al fin y al cabo-.
58
SAN MARTÍN CASTRO, C. “Constitución, Código Procesal Penal y correlación”, pp. 9 - 10: “Para
determinar si se está ante un elemento esencial o uno accidental, es de establecer si el elemento en
cuestión tiene entidad para conformar un proceso independiente, es decir, si está o no dotado de
autonomía… El elemento accidental, que muy bien puede variar sin merma de la identidad del hecho punible
al no poder conformar el objeto de un proceso autónomo, está referido a las circunstancias eximentes y a
las modificativas de la responsabilidad penal, a la variación de las formas de intervención en el hecho, a los
grados de desarrollo del delito y a la tipicidad subjetiva (dolosa o culposa) del hecho punible… La Sala
Nacional de Casación Penal de Argentina en la Sentencia N° 419, Asunto Funes, del 4.11.1996, incorporó un
método para verificar la existencia o no de un hecho diverso, al que siempre debe apreciarse según la regla
de esencialidad o accidentalidad del elemento diferencial. Señaló que el procedimiento consiste en suprimir
mentalmente el hecho acreditado en el debate, el núcleo esencial del contenido en la acusación. Si a pesar
de ello aquél comportamiento subsiste, se estará realmente frente a un hecho diverso. La diversidad del
hecho acreditado en el debate debe necesariamente derivar de su independencia del descrito en la
acusación”.
En lo que corresponde a la calificación jurídica, la imputación necesaria no sufre gran
variación con respecto a las exigencias que se ha hecho para la disposición de
formalización de investigación preparatoria; debiendo precisarse si que -en contra de
lo que ocurre con relación al hecho materia de acusación- el num. 2 del art. 349° CPP
2004 establece que no existe mayor impedimento para consignar en el requerimiento
acusatorio una calificación jurídica distinta a la que ha sido materia de la disposición
de inicio formal del proceso penal.
Esto es tan así que -como se precisó supra- la calificación jurídica incluso puede ser
materia de mutación en sede de juzgamiento y de oficio por el órgano jurisdiccional
competente para el conocimiento de la causa; como lo deja en evidencia el num. 1 del
art. 374° CPP 2004.
Debe precisar sí que esta inocuidad de las calificaciones jurídicas erradas, corregibles
en sede de la acusación, no es tal cuando durante la investigación preparatoria se han
dictado medidas judiciales que importan injerencias en los derechos de los justiciables
que se explican principalmente en la gravedad de la calificación jurídica asignada
inicialmente por el Fiscal.
D. Casos problemáticos
No obstante existir una posición sólida en la doctrina respecto de las exigencias que el
derecho a la imputación necesaria dirige a la descripción de los hechos en la
formulación de la acusación escrita, la realidad ha puesto a la judicatura frente a casos
en que resulta ya no muy difícil -pues la simple dificultad no puede ser óbice para no
cumplir con las exigencias propias de los derechos fundamentales59- sino más bien
imposible alcanzar precisión respecto de las completas circunstancias de perpetración
del delito materia de persecución.
Uno de los ejemplos más comunes de este tipo de casos es el de agresiones sexuales
a menores de temprana edad o a personas sin capacidad de discernimiento que son
descubiertos tiempo después de su perpetración, en los que la víctima no sabe dar
idea cierta respecto de la fecha en que se realizó el ataque, pero sí atribuye con
firmeza el hecho a una persona.
59
En este sentido, nos manifestamos también en contra de las prácticas de algunos operadores del sistema
criticada por RUBIO AZABACHE, C. “Principio de imputación mínima y control de la formalización de la
investigación preparatoria”, p. 2 (nota de pie 3): “Existe la creencia que la protección de la víctima de
violencia sexual mayor de edad, exonera al Fiscal de recabar mayores elementos en el interrogatorio
practicado a la víctima durante la investigación. Así llegan a juicio acusaciones tan genéricas que omiten
circunstancias, fechas, modo de la comisión del delito, en pro de evitar una segunda victimización. Esta
práctica conlleva un grave peligro pues termina por afectar el derecho a conocer los cargos concretos que se
imputan y en esas condiciones difícilmente el imputado podrá defenderse eficientemente, como es lógico,
cuando no sabe exactamente de qué”; siendo que para estos casos es necesario un trabajo muy cuidadoso
y detallista por parte del personal del Ministerio Público a efectos de que las declaraciones de los agraviados
no tengan que repetirse.
siendo que en la generalidad de casos sucede que se pueden reunir elementos de
acreditación que indiciariamente nos llevan a la plena certeza respecto a que entre el
funcionario y el particular efectivamente se ha producido una concertación, pero sin
que -debido a la clandestinidad con que se produce - se esté en condiciones de indicar
en qué lugar, en qué fecha ni, mucho menos, en qué hora es que ha tenido lugar la
susodicha concertación.
Del mismo modo que los delitos de peculado, en los que no siempre se tiene certeza
sobre la fecha en que el funcionario o servidor público se ha apropiado de los caudales
o efectos cuya percepción, administración o custodia le estaban confiados por razón de
su cargo. En estas ocasiones ocurre que sólo se tiene noticia de la apropiación, sin
poder precisar el momento en qué se ha producido, cuando tiempo después -por una
acción de control, por una denuncia o simplemente porque alguien echa de menos el
bien- se descubre el faltante.
60
Fundamentando su decisión en que: “El fiscal al no haber precisado correctamente los hechos fácticos y al
no haber señalado la participación que se le atribuye a cada uno de los acusados como lo exige el numeral 1
acápite b) del artículo acotado, ha continuado manteniendo en error la acusación; más aún, que en el marco
de la responsabilidad penal se distingue la persona del autor de los partícipes, esto quiere decir que el autor
solo será aquel que tenía el dominio del hecho y partícipe aquel que, sin tener dicho dominio fáctico,
contribuye de manera decidida en la realización típica, para ser coautores varios deben ostentar el dominio
del hecho, haber efectuado una contribución esencial para la perpetuación delictiva, materializada en la
etapa de la ejecución, pues si fue realizada en la etapa preparatoria solo podrá responder a título de
complicidad, pero como el fiscal ha manifestado que los acusados responden como coautores sin precisar en
qué consiste el dominio del hecho de cada uno de los acusados y siendo en la fase intermedia donde se
determina que los juicios deben ser preparados convenientemente y se debe llegar a ello luego de una
actividad responsable, es por ello que se debe realizar un doble control, por una parte un control formal y
de otra un control sustancial de los requerimientos fiscales o de los actos judiciales conclusivos; por lo que
el juez tendrá interés en que la decisión judicial no contenga errores o en que estos no se trasladen a la
etapa del juicio donde pueden generar mayores perjuicios o invalidar la totalidad del propio juicio, es así
que la fase intermedia no agota su función en el control formal, sirve también y principalmente para realizar
un control sustancial sobre esos actos conclusivos y si no se admite la acusación se dicta el sobreseimiento
porque el fiscal durante la investigación preliminar y preparatoria no ha podido recopilar los medios de
prueba de cargo para sostener válidamente la imputación delictiva que recae sobre cada uno de los
acusados, determinando la forma de comisión del delito, los medios utilizados para su perpetración, los
móviles, el grado de perfección delictiva y la individualización de los involucrados de conformidad con la
relevancia de su participación en el evento criminoso tal como lo señala el artículo 321 del Código Procesal
Penal y al no haberse cumplido con los fines de la investigación preparatoria se debe proceder a sobreseer;
la Sala Superior Penal de Apelaciones y el nuevo Juez a cargo del control de la
acusación concedió su pase a juzgamiento.
El que en este último caso corran entre los elementos de acreditación: el acta de
intervención policial donde firman los acusados señalando que acaban de dar muerte a
los agraviados en un enfrentamiento; innumerables versiones de testigos que niegan
la tesis del enfrentamiento, señalando que más bien tres de los occisos fueron sacados
vivos de sus casas por el personal policial y el cuarto fue intervenido en la calle para
luego ser llevados con rumbo desconocido; una pericia de espectrofotometría de
absorción atómica que indica que en algunos de los agujeros causados en la ropa de
los occisos por proyectiles de armas de fuego, con trayectoria de atrás hacia adelante,
se encontró la presencia de restos de plomo, bario y antimonio compatibles con
disparos a corta distancia (menos de cincuenta centímetros); una pericia de
antropología forense que indica que uno de los occisos presenta un orificio de entrada
de proyectil de arma de fuego en la base del cráneo con trayectoria de atrás hacia
adelante y de abajo hacia arriba con patrón de fractura que indica de un disparo a
corta distancia; una pericia de patología forense que teniendo el mismo objeto de
estudio que la pericia anterior llega a idéntica conclusión; una pericia de balística
forense que dice que la gran mayoría de disparos que recibieron los occisos tienen una
trayectoria de atrás hacia adelante (esto es, ingresaron por la espalda); dice de la
injusticia material de la pretensión de sobreseer el proceso además de la
desprotección a los derechos fundamentales e impunidad que con ello se generaría.
En sentido similar nos tenemos que pronunciar en los casos de agresiones sexuales a
menores de temprana edad o a personas sin capacidad de discernimiento en que la
víctima no sabe dar razón cierta respecto de la fecha exacta en que se realizó el
ataque, pero existen elementos de acreditación que dan seguridad respecto a que el
ataque se ha producido y por parte de la persona a la que se le imputa; por ejemplo,
cuando se cuenta con un examen de ADN que concluye en que el acusado en efecto es
el padre del menor fruto de la concepción.
Lo mismo debe decirse en los supuestos en que es claro que ha existido una colusión
o un peculado, por más que no se pueda identificar la fecha en que ha tenido lugar la
concertación o la apropiación.
como se tiene indicado, el fiscal hizo apreciaciones genéricas cuando, ha señalado que todos los acusados
son coautores y no ha indicado cuál ha sido el dominio del hecho de cada uno de ellos”.
61
Está claro que en algunas ocasiones no se podrá llegar a certezas, precisamente porque no se podrá
establecer las concretas circunstancias de perpetración del hecho; por ejemplo, cuando en la agresión
sexual no exista fruto de la concepción y el procesado acredita que en varios de los días del mes en que
aproximativamente se ubica la comisión del delito no se encontraba en la ciudad o era imposible que haya
visto o estado a solas con la víctima; o en el caso de un delito de peculado doloso cuando no se hizo acta de
transferencia de bienes y el faltante es descubierto por una auditoria que se hace meses después al nuevo
funcionario. En estos y otros casos similares, continuar con la persecución efectivamente carece del menor
sentido.
62
Ha señalado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en la Sentencia de MATTOCCIA VS ITALIA: “71.
En conclusión, la Corte es consciente del hecho de que los juicios por violación plantean cuestiones muy
sensibles, importantes y de gran preocupación para la sociedad y que los casos relativos a los muy jóvenes
o los discapacitados mentales a menudo se presentan a las autoridades y a los tribunales con serias
dificultades probatorias en el curso de las actuaciones. Se considera, sin embargo, que en el presente caso
En estos casos de conflicto no es que las exigencias de la imputación necesaria
desaparezcan sino que se reducen a su mínima expresión 63 en tanto únicamente se
exige la atribución de un hecho individualizado que se adecua a la descripción de una
conducta penalmente prohibida por la norma penal (que, por ejemplo, en un delito de
homicidio importa que una persona mata a otra); sin la consignación de sus
particulares circunstancias.
El art. 150° del CPP 2004 establece como causal de nulidad absoluta -que puede ser
declarada incluso de oficio- al defecto concerniente: “d) A la inobservancia del
contenido esencial de los derechos y garantías previstos por la Constitución”; lo que,
sin lugar a dudas, tiene lugar cuando existe inobservancia del contenido esencial del
derecho a la imputación necesaria.
No sólo eso, con buen criterio, el Tribunal Constitucional, partiendo del carácter
instrumental de la imputación necesaria -en favor del derecho de defensa-, ha
precisado que la invalidez jurídica del proceso requiere que además de los defectos en
la formulación de la imputación se verifique una efectiva indefensión por parte del
procesado.
En este sentido, deben criticarse procederes como los de la Tercera Sala Superior
Penal de Apelaciones de La Libertad en el EXP. N° 06151-2010; en cuya Sentencia
de vista, frente a los cuestionamientos de la defensa del condenado respecto de la
infracción del derecho a la imputación necesaria por falta de precisión del hecho
materia de atribución66, se señala:
66
La acusación y la sentencia condenatoria de primera instancia versaban sobre dos delitos; el uno,
antecedente, de defraudación tributaria y, el otro, de lavado de activos de las ganancias indebidas obtenidas
con la defraudación. La acusación escrita describía los hechos que constituiría lavado de activos señalando:
“La suma de dinero ascendente a S/. 1,668.857.00 Nuevos Soles y que el Estado ha dejado de percibir, es
considerada como un ingreso ilegal, que no ha ingresado a las arcas al Estado, dinero que ha sido insertado
en el circuito económico nacional, siendo reinvertido en las diversas actividades comerciales del acusado,
compra y mejoras de propiedades, todo ello para ocultar o disfrazar su origen ilícito confundiendo el origen
de dichos recursos mezclándolo con actividades aparentemente lícitas para evitar ser vinculados con el
delito de donde se obtuvo tales ganancias ilegales”; siendo en estos términos que se plantearon los cargos
en los alegatos de apertura y en los alegatos finales del Ministerio Público así como en la sentencia;
debiéndose señalar que al momento pronunciarse oralmente el fiscal hizo referencia a que los cargos los
acreditaba con los medios probatorios ofrecidos por su parte como los informes de los analistas financieros,
la pericia contable y el informe motivado de SUNAT.
escuchados los audios y revisado el requerimiento acusatorio escrito
apreciamos que la Fiscalía se ha remitido oralmente a cuadros, fechas
y datos67 que se consignan en su acusación escrita y a su vez en los
Informes Financiero No. 71 de fecha 22 de mayo de 2007, emitido
por los analistas financieros de la Fiscalía de la Nación CPC Carlos
Quiroz Ríos y CPC Herminio Fernández Montenegro, el Informe
Motivado No. 002-2009-K-2K0200 sobre indicios de Defraudación
Tributaria por parte del acusado Ney Helí Gámez Espinoza emitido por
la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria – SUNAT
que consta de 3,989 folios en 16 tomos, a partir de los cuales no sólo
aparece la referencia general, única tomada en cuenta por la defensa
y el A-quo como si no existieran tales actividades detalladas
específicamente. [Como además lo hemos resaltado en el
fundamento sexagésimo tercero]. Desde luego, que en un estado de
cosas perfecto, la Fiscalía no hubiera actuado remitiéndose a su
escrito ni a los informes fiscales, sino que tendría que haber
sustanciado incluso con detalle lo que la defensa ahora denuncia, en
su alocución oral, y el A-quo no debería hacer sólo una cita general
sabiendo que existe un detalle escrito y expreso, sin embargo para
este Tribunal no es suficiente que no se haya expresado en la
Sentencia para que se viole el principio de determinación acusatoria,
sino que tales referencias a ‘…dejar de pagar el tributo usando
artificios…’ (en el caso de la defraudación tributaria) o ‘…transferir
dinero o efectos cuyo origen ilícito conoce, con la finalidad de evitar la
identificación de su origen…’ (en el caso de lavado de activos) no
deben ser conocidas de ningún modo por el acusado o peor no existir,
para que además se configure la violación al derecho a defenderse”.
Se debe advertir para finalizar que -como se verá con mayor detalle infra- en tanto el
CPP 2004 ha previsto para la investigación preparatoria y la etapa intermedia
mecanismos específicos dirigidos a asegurar el respeto del derecho a la imputación
necesaria y la validez de la persecución penal -la tutela de derechos y el control de la
acusación-, la declaratoria de nulidad -por su falta de necesidad general y la gravedad
67
Estos cuadros, fechas y datos se encuentran en la acusación escrita describiendo los cargos por el delito
de defraudación tributaria.
de sus efectos- se constituye en última ratio; siendo más bien en momentos
posteriores del proceso donde cobra particular importancia.
Entre los aspectos que son abordados por vez primera vía acuerdo plenario pueden
advertirse:
Del mismo modo, es un acierto que la Corte Suprema se haya pronunciado -en contra
también del pensamiento de un importante número de operadores de justicia de
68
Nos hemos pronunciado críticamente respecto de ambos en AVALOS RODRÍGUEZ, C. “Tutela judicial de
derechos”, pp. 303 a 307 y 313 - 314, respectivamente.
nuestros distritos judiciales- en el sentido de que en la disposición de formalización de
investigación preparatoria no se exige necesariamente un hecho minuciosamente
detallado.
De tal modo, el órgano jurisdiccional debe tener mucho cuidado al analizar y resolver
las tutelas judiciales de derechos por infracción del derecho a la imputación necesaria,
a efectos de no dar paso a solicitudes que contengan cuestionamientos a la
descripción del hecho materia de imputación que no corresponden al grado de
descripción que resulta exigible en el dictado de la disposición de formalización y
continuación de investigación preparatoria.
69
Dice su art. 77° (modificado por la Ley N° 28117 del 10/12/2003): “Recibida la denuncia y sus recaudos,
el Juez Especializado en lo Penal sólo abrirá instrucción si considera que de tales instrumentos aparecen
indicios suficientes o elementos de juicio reveladores de la existencia de un delito, que se ha individualizado
a su presunto autor o partícipe, que la acción penal no ha prescrito o no concurra otra causa de extinción de
la acción penal. El auto será motivado y contendrá en forma precisa los hechos denunciados, los elementos
de prueba en que se funda la imputación, la calificación de modo específico del delito o los delitos que se
atribuyen al denunciado… / Si el Juez considera que no procede el inicio del proceso expedirá un auto de No
Ha lugar. Asimismo, devolverá la denuncia si estima que le falta algún elemento de procedibilidad
expresamente señalado por la ley”.
De esta manera, si el Juez consideraba que el caso concreto respecto del cual el Fiscal
había presentado una formalización de denuncia no satisfacía los requisitos necesarios
para la emisión de un auto de apertura de instrucción -y, con ello, para dar inicio a la
persecución formal- habría de emitir un auto de no ha lugar; lo que era así a pesar del
absoluto convencimiento que pudiera tener el Fiscal de que sí correspondía dicha
apertura; quedándole a este último sólo la posibilidad de impugnar la resolución
judicial denegatoria.
Lo único que debe hacer el Fiscal según el CPP 2004 es comunicar al Juez su decisión
de formalizar y continuar con las investigaciones preparatorias, adjuntando copia de la
correspondiente disposición.
Debe discreparse, sin embargo, de los argumentos en que la Corte Suprema basa su
posición.
El análisis que hace el Fiscal sobre la fuerza indiciaria de los elementos de convicción
que fundan la decisión de formalizar la persecución no puede ser controlado por el
órgano jurisdiccional no porque se trate de un presupuesto procesal que está bajo
cargo exclusivo de la jurisdicción ordinaria -pues, la competencia que tiene el Juez de
Investigación Preparatoria para pronunciarse sobre la tutela de derechos es,
precisamente, una de naturaleza ordinaria70-, sino simplemente porque el CPP 2004
ha construido un proceso en el que la decisión de formalizar o no investigación
preparatoria es una decisión autónoma del Fiscal sin necesidad o posibilidad de
intervención del órgano jurisdiccional.
70
En contra de la pretensión de otorgar a la tutela un fundamento constitucional o convencional -como lo
hacen: BENAVENTE CHORRES, H. “El conocimiento de los cargos formulados en contra del imputado” p. 58;
SOMOCURCIO QUIÑONES, V. “Tutela de derechos en el Código Procesal Penal 2004”, pp. 280 y 281;
SÁNCHEZ CÓRDOVA, J. “La tutela de derechos en la investigación preparatoria”, p. 73; ALVA FLORIÁN, C.
“Cuestiones referidas a la tutela de derechos”, p. 15- nos hemos pronunciado en: AVALOS RODRÍGUEZ, C.
“Tutela judicial de derechos”, pp. 289 a 291.
71
DUCE, M. / RIEGO, C. Introducción al nuevo sistema procesal penal, pp. 224 - 225.
“En tanto la formalización de la investigación es un acto unilateral del
Ministerio Público, no les cabría a los jueces ninguna facultad de
calificar su conveniencia. Compartimos la idea de que al juez no le
corresponde calificar o evaluar la corrección de la información de la
formalización entregada por el Ministerio Público, ya que son los
fiscales los encargados de la persecución penal y ellos responderán
de los errores y de los aciertos que tengan la formalización de la
investigación y las persecuciones criminales que lleven adelante. En
este sentido, entonces, el juez no podría decir algo así como ‘muy
bien, me parece que usted ha formalizado correctamente, pero yo
creo que usted no tiene antecedentes en este caso y, por tanto, no
vamos a tener por formalizada la investigación’. Evidentemente esto
es algo que escapa a las facultades que se han contemplado para los
tribunales. Sin perjuicio de lo anterior, a los jueces de garantía se les
ha asignado una función de garantía central en la formalización de la
investigación”.
Habíamos señalado en la parte inicial de este trabajo que la principal virtud del
Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116 es cambiar la posición inicialmente fijada
por la Corte Suprema -en el Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116- respecto de la
procedencia de la tutela judicial de derechos contra las disposiciones fiscales de
formalización y continuación de investigación preparatoria fundada en la infracción
de la garantía de imputación necesaria; en dicha parte inicial se puede apreciar
también la glosa que hemos hecho de los fundamentos 10° y 11°, en que el Acuerdo
Plenario apoya esta nueva posición 72.
72
Había señalado antes de la realización del I Pleno Jurisdiccional Extraordinario de las Salas Penales de la
Corte Suprema ESPINOZA GOYENA, J. “¿Es posible y conveniente una audiencia de tutela para controlar la
observancia del principio de imputación necesaria en la Disposición de Formalización de la Investigación
Preparatoria?”, pp. 2 – 3: “No puede descartarse que puedan existir casos en los que el Ministerio Público
emita una DFCIP sin cumplir con las exigencias mínimas de motivación requeridas por el artículo 336° del
CPP. Por ejemplo, cuando no describa o individualice mínimamente los hechos imputados, sobre todo
cuando hay pluralidad de investigados; en aquellos casos parece razonable que el imputado pueda reclamar
la vulneración de su derecho de defensa que, según el artículo 71°.2 a) conlleva, entre otros aspectos, el
derecho a conocer los cargos imputados en su contra”.
Remitimos al desarrollo que hemos realizado de la imputación necesaria y sus
fundamentos, contenido y función en cada uno de los estadios del proceso para tener
en claro la importancia de este derecho para un debido proceso penal y la corrección
del Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116 en aceptar la posibilidad de la tutela
judicial de derechos cuando el Fiscal ha incurrido en una inadecuada descripción de
los hechos materia de imputación.
73
Cfr. http://www.youtube.com/watch?v=u2EIqnOyxUM
74
No resulta tampoco satisfactoria su argumentación respecto a “¿Qué tiene que hacer un defensor cuando
ve que el señor Fiscal hace una imputación a su patrocinado de manera absurda, de manera caprichosa, sin
ningún fundamento, al bulto? Para eso pues tiene todos los recursos que le permite las diligencias
preliminares respecto a cuáles son los cargos y eso evitará que mañana más tarde cuando el fiscal formalice
llegue a cometer el mismo error”. No sólo porque no señala cuáles son dichos recursos de las diligencias
preliminares, sino porque no da solución a los casos en que a pesar del uso de “dichos recursos” igual el
Fiscal emite una disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria con infracción de
la imputación necesaria.
E. La procedencia de la tutela no implica ni el sobreseimiento del caso ni la
nulidad de la disposición
Es que el num. 4 del art. 71° ha prescrito, para los casos de las infracciones a los
derechos de los justiciables que tienen lugar durante la primera etapa del proceso,
que el investigado:
El que esta sea una opción válida para nuestro CPP 2004 lo confirma el num. 2 del art.
352°, que señala:
Del mismo modo que no resulta satisfactorio su planteamiento de que bastarían los cuestionamientos que
se pudieran hacer a la formulación de la imputación en otras audiencias como de medidas cautelares o de
restricción de derechos para la obtención de pruebas; pues no da respuesta a los procesos en que no se
solicita ninguna de esas injerencias en los derechos de la persona; pero, sobre todo, porque la protección de
los derechos del imputado no puede depender de -o al menos esperar a- que el Fiscal solicite una medida
restrictivas de derechos.
75
Por ejemplo, en el caso del derecho a: “Ser examinado por un médico legista o en su defecto por otro
profesional de la salud, cuando su estado de salud así lo requiera” lo que, obviamente, corresponde al
amparar la tutela es ordenar la revisión médica del imputado. En cambio, cuando lo que se ha infringido es
el derecho al ne bis in idem, reabriendo un caso -disponiendo la formalización de una investigación
preparatoria- que había sido archivado por la atipicidad de los hechos, no existe otra alternativa que
declarar la nulidad de la indicada disposición de formalización.
suspenderá la audiencia por cinco días para que corrija el defecto,
luego de lo cual se reanudará. En los demás casos, el Fiscal, en la
misma audiencia, podrá hacer las modificaciones, aclaraciones o
subsanaciones que corresponda, con intervención de los
concurrentes. Si no hay observaciones, se tendrá por modificado,
aclarado o saneado el dictamen acusatorio en los términos precisados
por el Fiscal, en caso contrario resolverá el Juez mediante resolución
inapelable”.
Entendemos que frente a la renuencia del Fiscal para cumplir con lo ordenado o,
incluso, cuando exista una absoluta imposibilidad de describir mínimamente el hecho
con los actos de investigación con que en ese momento se cuentan y con los que se
puedan realizar de modo inmediato, la única forma de corrección y protección del
derecho a la imputación necesaria es declarar la nulidad de la disposición de
formalización de investigación.
76
Por ejemplo, VANEGAS VILLA P. “La Imputación”, p. 239, dice: “Tanta es su importancia, que la omisión
en el ordenamiento jurídico colombiano de la imputación, como acto previo a la acusación, genera nulidad
de lo actuado por violación al debido proceso”.
77
RUBIO AZABACHE, C. “Principio de imputación mínima y control de la formalización de la investigación
preparatoria”, p. 9.
Precisa el Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116:
De esta manera, para la Corte Suprema, el procesado que considere que una
disposición fiscal de formalización y continuación de investigación preparatoria infringe
su derecho a la imputación necesaria no puede recurrir directamente a la autoridad
judicial en búsqueda de la tutela del mismo; y en caso que lo hiciera deberá
declararse la inadmisibilidad de su solicitud.
Debemos señalar en contra que el num. 3 del art. VII del T.P. del CPP 2004 prescribe
con claridad que “La interpretación extensiva y la analogía quedan prohibidas mientras
no favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de sus derechos” por lo que la
propuesta que hace -de recurrir previamente al Fiscal- en aplicación por analogía de la
78
Esta construcción es clara en el acuerdo plenario, no habiendo lugar para dudas como la que formula
BENAVENTE CHORRES, H. “El conocimiento de los cargos formulados en contra del imputado” p. 61, cuando
dice: “Desconocemos si recurrir al fiscal es un requisito de procedencia de la acción de tutela o bien es solo
la mención de un hecho psicológico que no constituye condición previa para recurrir a la acción de tutela”.
79
Se pronuncia también respecto de la necesidad de precisar cuando la falta de respuesta es reiterada
BENAVENTE CHORRES, H. “El conocimiento de los cargos formulados en contra del imputado” p. 61.
80
En tanto el significado de “reiterada” es “que se hace o sucede repetidamente” (REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA. Diccionario de la Lengua Española, p. 1313) y el de “repetidamente” es “con repetición, varias
veces (p. 1322), la opción de menor lesividad para los derechos del investigado sería tener por cumplida
dicha reiteración a partir de dos pedidos no contestados.
81
Llama la atención que en otros acuerdos plenarios la Corte Suprema se haya mostrado muy crítica
respecto de las prácticas carentes de sustento normativo (por ejemplo, en cuanto a la extendida práctica de
incoar la terminación anticipada en la etapa intermedia que critica el Acuerdo Plenario N° 5-2008/CJ-116).
82
También en contra de la posición asumida por el acuerdo RUBIO AZABACHE, C. “Principio de imputación
mínima y control de la formalización de la investigación preparatoria”, pp. 7 - 8.
83
TABOADA PILCO, G. “Tutela de derechos para controlar la imputación”, p. 3.
regla del control de plazo del art. 334.2 -en tanto no favorece el ejercicio de los
derechos del imputado- resulta inadmisible84.
No sólo ello, sino que el principio de economía procesal de ningún modo puede estar
por sobre la debida tutela de los derechos. Más aún, TABOADA PILCO y la Corte
Suprema sólo proponen dicho requisito de procedibilidad para los casos de la tutela
por infracción a la imputación necesaria sin embargo -en lo que, por lo menos, habrían
sido coherentes- no lo generalizan para todos los derechos; sin que se brinde una sola
razón que pueda justificar dicho trato discriminatorio.
En todo caso, es más razonable -aunque sin dejar de ser cuestionable- la explicación
de ESPINOZA GOYENA85, quien dice:
84
No se debe olvidar que el art. X del T.P. del CPP 2004 prescribe: “Las normas que integran el presente
Título prevalecen sobre cualquier otra disposición de este Código. Serán utilizadas como fundamento de
interpretación”.
85
ESPINOZA GOYENA, J. “¿Es posible y conveniente una audiencia de tutela para controlar la observancia
del principio de imputación necesaria en la Disposición de Formalización de la Investigación Preparatoria?”,
p. 3.
86
El mismo ESPINOZA GOYENA, Julio refiere en su intervención en la sesión de participación ciudadana -12
de marzo de 2012- del I Pleno Jurisdiccional Extraordinario Penal que en el primer año de aplicación del CPP
2004 de 514 casos ingresados en el sistema sólo en 42 casos se han presentado tutelas de derechos (en
general), esto es, en no más del 8% (cfr. http://www.youtube.com/watch?v=yilFVHjqlsA&list=UUVcy1Qngc-
8cyVMW_gvQGGA&index=8).
87
Cfr. AVALOS RODRÍGUEZ, C. “Tutela judicial de derechos”, pp. 301 a 303.
88
También BENAVENTE CHORRES, H. “El conocimiento de los cargos formulados en contra del imputado
como materia de la acción de tutela” p. 61 y RUBIO AZABACHE, C. “Principio de imputación mínima y
control de la formalización de la investigación preparatoria”, p. 8.
Plenario N° 4-2010/CJ-116 respecto de la improcedencia de la tutela de derechos
contra la disposición de formalización de investigación preparatoria en los casos en
que se ha infringido la imputación necesaria.
Por nuestra parte, debemos dejar sentado que -como hemos desarrollado con más
detalle supra- la imputación necesaria -con las particularidades que también hemos
señalado para cada estadio del proceso- no sólo surte efectos desde la disposición de
formalización de investigación, sino desde los momentos iniciales de la persecución -
como lo ha puntualizado la Corte Interamericana de Derechos Humanos en BARRETO
LEIVA VS VENEZUELA y se entiende de que el art. IX del T.P. y el num. 2 del art.
71°, ambos del CPP 2004, señalen que la comunicación de la imputación debe hacerse
de modo inmediato-.
Debe advertirse si que, en tanto basta para decidir el inicio de las diligencias
preliminares de investigación un hecho que analizado jurídicamente presente por lo
menos los componentes esenciales de una prohibición penal, sin necesidad de precisar
circunstancias o detalles -p. ej. cuando se inician indagaciones contra la persona que
un día antes había amenazado de muerte a quien ha sido encontrado muerto en la
calle, tendido y con un puñal en el pecho, sin que tengamos otros elementos de
convicción sobre quien asestó el puñal, a qué hora fue ello ni sobre las concretas
circunstancias en que se produjo el apuñalamiento-, en la práctica no serán muchos
los casos en que se pueda constatar efectivamente la infracción del derecho a la
imputación necesaria en este estadio del proceso; pero ello no puede servir para
negar esta posibilidad y, peor aún, para dejar inerme al ciudadano frente a los
posibles abusos de las autoridades encargadas de la persecución penal.
89
CASTILLO ALVA, J “El derecho a ser informado de la imputación”, p. 196. En el mismo sentido,
BONIFACIO MERCADO, C. “La necesidad de una imputación concreta en la construcción de un proceso penal
acusatorio”, p. 188.
grupo de hechos que analizados jurídicamente presenten por lo menos los
componentes esenciales de una prohibición penal.
Ha sostenido ESPINOZA GOYENA91 que esto es así en razón a que “la calificación
jurídica puede ser modificada en la acusación -inclusive durante el juicio oral- o
cuestionada a través de un medio de defensa”.
Si bien este autor tiene plena razón respecto de la posibilidad de corregir a lo largo del
proceso los errores de calificación jurídica en que hubiera podido incurrir la disposición
de formalización ello no quiere decir que no nos encontremos ante una infracción a la
imputación necesaria en los casos en que dicha disposición no indica cuál es el tipo
legal que hace jurídico-penalmente relevante un hecho atribuido al investigado o
cuando, conteniendo el tipo legal varias modalidades -como, por ejemplo, ocurre en el
caso de los artículos 427° o 438° del CP-, no se indica cuál es la específica modalidad
de comportamiento delictivo en que se ha incurrido92.
90
RUBIO AZABACHE, C. “Principio de imputación mínima y control de la formalización de la investigación
preparatoria”, p. 8.
91
ESPINOZA GOYENA, J. “¿Es posible y conveniente una audiencia de tutela para controlar la observancia
del principio de imputación necesaria en la Disposición de Formalización de la Investigación Preparatoria?”,
p. 3.
92
“El deber de información no se entiende cumplido por la inicial comunicación de los hechos, sino que
habrá de comprender todo aquello que pueda afectar al derecho de defensa. / Resulta unánime la inclusión
en la información de la calificación jurídica de los hechos imputados… La jurisprudencia del TEDH ha
declarado con rotundidad que la calificación jurídica del hecho punible forma parte imprescindible de la
información” PERELLÓ DOMÉNECH, I. “El derecho a ser informado (a) de la acusación”, p. 432.
Más aún, en tanto los hechos también puede ser objeto de modificación durante el
curso del proceso93 -siendo una oportunidad para corregir los errores de adecuada
descripción en que se hubiera podido incurrir-, quien quiera utilizar el argumento de la
improcedencia de la tutela por la posibilidad de modificar la calificación jurídica, para
ser coherente, tendrá que negar también su procedencia en el caso de la deficiente
descripción del aspecto fáctico.
Más bien, el pleno ejercicio del derecho de defensa, mediante la deducción de una
excepción de improcedencia de acción, requiere que se encuentre expresamente
consignada en la disposición de formalización de investigación la específica tipicidad
que el Fiscal asigna al hecho; pues la tipificación que esta autoridad haya realizado
delimita el objeto de análisis y crítica -para demostrar la falta de correspondencia
entre el hecho y el tipo penal al que supuestamente se adecua- de la defensa en el
momento de interponer dicho medio técnico de defensa; mal se haría en exigir que la
defensa del investigado tenga que argumentar su excepción respecto de todos los
tipos penales posiblemente aplicables al hecho y no especificados por el Ministerio
Público en la disposición cabeza de la persecución penal formal.
4. A modo de conclusión
93
El propio Acuerdo Plenario N° 2-2012/CJ-116 deja sentado expresamente que “una de las
características del hecho investigado es su variabilidad durante el curso de la etapa de investigación
preparatoria -o, mejor dicho, ‘delimitación progresiva del posible objeto procesal’-, y que el nivel de
precisión del mismo -relato del hecho histórico y del aporte presuntamente delictivo de los implicados por la
Fiscalía- tiene (en la disposición de formalización y continuación de investigación preparatoria) un carácter
más o menos amplio o relativamente difuso”.
94
Ni siquiera se encuentra dirigida este medio técnico de defensa a solucionar los casos en que el error en
la calificación jurídica en que ha incurrido el Fiscal ha llevado a que se califique un hecho como típico de un
específico delito cuando en realidad el hecho sí es penalmente relevante, pero le corresponde la tipicidad de
otro.
imputación necesaria así como a las demás infracciones de derechos que puede
contener la mencionada disposición.
Parece que la posición restrictiva fijada por la Corte Suprema en la tutela de derechos
se explica en una saludable preocupación por evitar el uso abusivo de dicho
mecanismo por parte de los defensores; con la consiguiente sobrecarga del sistema
judicial y la pérdida de tiempo de jueces y fiscales, asistiendo a audiencias originadas
en solicitudes de tutela carentes del menor fundamento. Sin embargo, como lo hemos
señalado supra, estas razones administrativas no pueden estar por encima de la
efectiva protección de los derechos de los justiciables, más aún cuando el Juez de
Investigación Preparatoria puede rechazar sin audiencia las tutelas que carecen
manifiestamente de sustento además de sancionar disciplinariamente a los abogados
las usen en forma abusiva y temeraria.
De lo que se entiende que sobre los temas tratados en los acuerdos plenarios N° 4-
2010/CJ-116 y N° 2-2012/CJ-116 la Corte Suprema no ha dicho su última palabra;
cabiéndole a la doctrina y a los operadores del sistema procesal una importante labor
de análisis crítico, defensa de los aciertos y denuncia de los errores en que dichos
acuerdos pudieran haber incurrido así como la indicación de otros aspectos
importantes y problemáticos aún no abordados; este trabajo pretende ser una
pequeña contribución a ello.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
DEL OLMO DEL OLMO, José Antonio. Garantías y tratamiento del imputado en el
proceso penal. Madrid, Trivium, 1999, pp.
390.
NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del nuevo proceso penal & de
litigación oral. Lima, IDEMSA, 2010, pp. 988.
PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso. Exégesis del nuevo Código Procesal Penal.
Lima, Editorial RODHAS, 2006, pp. 945.