Gabriela Malpartida Herrera
Gabriela Malpartida Herrera
Gabriela Malpartida Herrera
ASIGNATURA:
DOCENTE:
ALUMNA:
CUSCO – PERÚ
2022
CONCEPTO DE FUENTES DEL DERECHO
La palabra fuente, en sentido amplio, significa el lugar de donde mana una cosa, esto es, la
razón primitiva de cualquier idea, por lo que aplicada tal expresión al derecho implica tanto como
averiguar el origen de este. Por consiguiente, fuentes del derecho, sea público o privado, son todas
las causas capaces de originarlo.
Fuente como origen del “derecho” (acepción clásica con la escuela histórica del derecho
con los trabajos de Savigny; de donde procede el derecho: ley, costumbre, y principios generales
del derecho.
La clasificación más extendida de las fuentes del derecho, distingue entre fuentes directas
e indirectas:
La ley, la costumbre y los principios generales del derecho han venido considerándose
tradicionalmente como las fuentes directas del derecho, a las que hoy tendremos que añadir,
incluso por encima de ellas, las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales.
Por principios generales del derecho se entienden las ideas fundamentales e informadoras
de la organización jurídica de la nación (De Castro), es decir, los que dan sentido a las normas
jurídicas legales o consuetudinarias existentes en la comunidad, los enunciados generales a los que
se subordina un conjunto de soluciones particulares. Pueden referirse simplemente al sistema
jurídico de cada estado (teoría del derecho positivo) o conectarse con el derecho natural (teoría de
derecho natural) en cuyo caso trascenderían del derecho positivo. Hoy en día una parte importante
de los principios generales del derecho en nuestro ordenamiento jurídico la constituyen los
principios constitucionales, aunque existen muchos otros al margen de la Constitución. No
obstante, se ha afirmado por un sector de la doctrina que los principios constitucionales no pueden
ser encuadrados en el artículo 1.4 del Código Civil junto con los que solo pueden aplicarse en
defecto de ley o costumbre, ya que ellos mismos son superiores a la ley y a la costumbre.
Se puede enumerar como las principales características de los PGD a las siguientes:
e) Fundamentalidad.- Son el nexo integrador del derecho. Así, ningún ordenamiento legal
sería posible sin un conjunto de principios generales capaces de armonizar e integrar el conjunto
de normas permanentes y caóticas que coexisten en la legislación, hasta convertirla en un sistema
operante y fluido.
LA LEY
En sentido estricto, por ley se entiende una disposición escrita, general y abstracta,
aprobada solemnemente por los órganos que tienen potestad para ello -conforme al diseño político
del Estado-, y que ocupa un lugar primordial en el orden jerárquico en que se ordenan las normas
que conforman el ordenamiento jurídico. La competencia para emanar normas jurídicas con rango
legal diferencia las dos manifestaciones más relevantes del Derecho escrito: las leyes y los
reglamentos, los cuales se subordinan y acomodan al contenido de aquéllas.
Para que la ley pueda ser considerada una auténtica norma jurídica, debe responder a una
legitimidad interna y debe ser emitida con unos requisitos formales de solemnidad. La
legitimidad interna se obtiene cuando la ley es dictada por un órgano que tiene competencia para
ello -el poder legislativo- y en su contenido, respeta los principios de las normas de rango superior
-Constitución y tratados internacionales ratificados por España-. Por su parte, la solemnidad formal
exige que las leyes sean sancionadas, promulgadas y publicadas. La “sanción” es una fórmula que
históricamente otorgaba el visto bueno del Rey a la norma emitida por las Cortes, por cuanto ambos
órganos –Corona y Parlamento- ostentaban la potestad legislativa. En la actualidad, la “sanción”
ha pasado a convertirse en un acto debido del monarca, por cuanto carece de potestad legislativa
conforme al ordenamiento constitucional español.
LA JURISPRUDENCIA
Por ello, para considerar la jurisprudencia como fuente del Derecho, debe tratarse de
sentencias emitidas por el Tribunal Supremo, debe manifestarse a través de dos o más sentencias
que tengan una sustancial identidad, debe hacer referencia al orden jurisdiccional correspondiente
(civil, penal, contencioso, social o militar) y debe contener un criterio decisorio de la sentencia
(ratio decidendi). Tradicionalmente ha venido considerándose que la jurisprudencia no es
formalmente una fuente del Derecho, por cuanto no lo crea, sino que se ciñe a aplicarlo e
interpretarlo en cada conflicto jurídico particular. No obstante, cuando un tribunal interpreta la
norma, está estableciendo e implantando criterios de desarrollo de la misma, por lo que llega a
reformular la regla jurídica, y de facto, termina creando Derecho. De todos modos, esta vis creativa
no es indefinida, por cuanto los propios órganos jurisdiccionales quedan vinculados en el tiempo
por los criterios que han determinado con anterioridad. Asimismo, la jurisprudencia se ordena
jerárquicamente, de modo que los tribunales y juzgados de rango inferior, deben resolver las
cuestiones que se les planteen conforme a los criterios delimitados por los órganos superiores.