Tesis de Analisis de Fallas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA TIERRA

TESIS

“ANÁLISIS GEOMÉTRICO Y CINEMÁTICO DE PLIEGUES


RELACIONADOS A FALLAS QUE REPRESENTAN ANÁLOGOS DE
TRAMPAS DE HIDROCARBUROS EN EL GOLFO DE MÉXICO”

PRESENTA

SAHID ABDEL RUIZ CANTU

COMO REQUISITO PARCIAL PARA OBTENER EL GRADO DE

MAESTRÍA EN CIENCIAS GEOLÓGICAS

DICIEMBRE, 2017
LA TESIS

ANÁLISIS GEOMÉTRICO Y CINEMÁTICO DE PLIEGUES


RELACIONADOS A FALLAS QUE REPRESENTAN ANÁLOGOS DE
TRAMPAS DE HIDROCARBUROS EN EL GOLFO DE MÉXICO

ELABORADA POR

SAHID ABDEL RUIZ CANTÚ

HA SIDO ACEPTADA COMO REQUISITO PARCIAL PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE

MAESTRO EN CIENCIAS GEOLÓGICAS

Vo. Bo.
DIRECTOR DE TITULACIÓN

____________________________________________________________
DR. GABRIEL CHÁVEZ CABELLO

LINARES, NUEVO LEÓN DICIEMBRE DE 2017


LA TESIS

ANÁLISIS GEOMÉTRICOS Y CINEMÁTICO DE PLIEGUES


RELACIONADOS A FALLAS QUE REPRESENTAN ANÁLOGOS DE
TRAMPAS DE HIDROCARBUROS EN EL GOLFO DE MÉXICO

ELABORADA POR

SAHID ABDEL RUIZ CANTÚ

HA SIDO ACEPTADA COMO REQUISITO PARCIAL PARA OPTAR AL GRADO ACADÉMICO DE

MAESTRO EN CIENCIAS GEOLÓGICAS

Vo. Bo.
ASESOR

_________________________________________________________________________
Dr. Franciso Medina Barrera Dr. Gabriel Chávez Cabello M.C Efraín Alva Niño

LINARES, NUEVO LEÓN DICIEMBRE DE 2017


Por este medio declaro bajo protesta, haber realizado esta tesis de manera
personal y haber utilizado únicamente los medios, procedimientos y asesorías
descritas en la misma.

Sahid Abdel Ruiz Cantú


Diciembre de 2017
DEDICATORIA

A Dios, por ser mi fortaleza en los momentos más difíciles, y siempre llenarme de tantas
bendiciones.

A mi papá Abraham Carmelo Ruiz Cifuentes y mi mamá Sonia Edith Cantú Garza, por
siempre estar ahí para mí y motivarme a dar lo mejor de mí.

A mi hermano Abraham Alejandro Ruiz Cantú, porque siempre he podido contar contigo
pase lo que pase, y sé que siempre podré.

A mi abuelito Braulio Cantú Garza y mi abuelita Juliana Garza Rodríguez, por ser un claro
ejemplo de que el trabajo duro y la humildad son fundamentales para lograr cosas grandes en la vida.
AGRADECIMIENTOS
Hay tantas personas a quienes agradecer por el apoyo que directa e indirectamente
me han brindado a lo largo de este tiempo que he estado dentro del Posgrado de esta gran
institución, que sería imposible mencionarlos a todos, sin embargo, es importante hacer
algunas menciones distintivas.

A mi director de tesis, el Dr. Gabriel Chávez Cabello, por su valiosa ayuda durante el
desarrollo de este trabajo. Su apoyo y conocimientos tanto en campo como en el aula de
clases fueron valiosas herramientas que sin duda facilitaron el camino a la meta.

Al Dr. Fernando Velasco Tapia y al Dr. Carlos Aguilar Madera quienes fueran Sub-
directores de posgrado durante mis primeros y últimos semestres de la maestría
respectivamente, y ayudaran en todos mis trámites. A mi comité de revisión, el Dr. Francisco
Medina Barrera y el MC. Efraín Alva Niño, por sus importantes aportes para mejorar los
resultados finales de mi proyecto.

A mis amigos y compañeros de posgrado, quienes han hecho de estos dos años una
gran experiencia: Jorge Merlo, Myriam, Julia, Xavi, Salvador, Simón (Coach), Jesús Salazar
(Chucho), Meme, Daniel (Panny), Dessire, Lenny, Sergio (Máquina), Adrián Salinas, Jorge
Salinas, César Ramírez, Carlos Castillejo Jovany, y Manuel Ligonio. De manera especial,
gracias a Roberto Pedraza y Luis Esteban Martínez, quienes fueran mi brigada de trabajo de
campo durante mis dos años de maestría.

Al Conacyt, por el apoyo brindado mediante la beca de Posgrado; a la Facultad de


Ciencias de la Tierra incluyendo a todo su personal docente y administrativo, principalmente
a la secretaria Karla Casas de posgrado, quien me ayudara en mis tramites del título. Al Dr.
Javier Aguilar y la Dra. Yolanda Pichardo, quienes me han brindado su amistad a lo largo de
todos mis años en esta institución académica. Sé que siempre podré contar con su amistad.

A mi novia Norely Vázquez, gracias por tu apoyo y tu paciencia.


CONTENIDO

LISTA DE FIGURAS ............................................................................................................. i


RESUMEN ............................................................................................................................ vi
ABSTRACT ......................................................................................................................... vii
CAPITULO 1 ......................................................................................................................... 1
GENERALIDADES......................................................................................................... 1
1.1 DEFINICIÓN DE ESTILOS ESTRUCTURALES ................................................. 1
1.2 TIPOS DE CINTURONES PLEGADOS Y CABALGADOS ................................ 1
1.2.1 Cinturones plegados y cabalgados de antepaís .................................................. 2
1.2.2 Prismas de acreción ........................................................................................... 3
1.2.3 Cabalgaduras de frente de deslizamientos por gravedad (Toe thrust belts) ...... 4
1.3 ESTILOS ESTRUCTURALES Y EVOLUCIÓN DE LOS CINTURONES
PLEGADOS Y CABALGADOS ....................................................................................... 5
1.3.1 Deformación de cobertura ................................................................................. 5
1.3.1.1 Estilos estructurales relacionados a deformaciones de cobertura ............. 6
1.3.2 Deformación de basamento ............................................................................. 13
1.3.2.1 Estilos estructurales relacionados a deformaciones de basamento ......... 14
1.4 TÉCNICAS DE ANÁLISIS ESTRUCTURAL ..................................................... 17
1.4.1 Fracturas ............................................................................................................ 17
1.4.1.2 Clasificación geológica de las fracturas ................................................. 19
1.4.1.3 Sistemas de fracturas asociados a plegamiento ...................................... 20
1.4.2 Fallamiento ...................................................................................................... 22
1.4.3 Plegamiento ..................................................................................................... 24
1.5 LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO ..................................................... 26
1.6 TRABAJOS PREVIOS.......................................................................................... 27
1.7 HIPÓTESIS ........................................................................................................... 28
1.8 OBJETIVOS .......................................................................................................... 29
1.9 METODOLOGÍA .................................................................................................. 29
CAPITULO 2 ....................................................................................................................... 31
2 MARCO TECTÓNICO REGIONAL ...................................................................... 31
2.1 INTRODUCCIÓN .................................................................................................. 31
2.2 NORESTE DE MÉXICO ....................................................................................... 34
2.2.1 Cinturón plegado y cabalgado de la Sierra Madre Oriental ............................. 35
2.2.2 Bloque de Coahuila .......................................................................................... 36
2.2.3 Arco de Tamaulipas .......................................................................................... 37
2.2.4 Cinturón plegado de Coahuila .......................................................................... 38
2.2.5 Arco Burro Salado ............................................................................................ 38
2.2.6 Cuencas de antepaís .......................................................................................... 39
2.3 RECONSTRUCCIÓN DE MÉXICO .................................................................... 39
2.3.1 Orogenia Ouachita-Marathon ........................................................................... 41
2.3.2 Rifting y formación del Golfo de México ........................................................ 41
2.3.2.1 Formación de la columna estratigráfica del NE de México ...................... 45
2.3.3 Orogenia Larámide ........................................................................................... 48
2.3.3.1 Etapas de deformación regional ................................................................ 51
CAPITULO 3 ....................................................................................................................... 55
3 ESTILOS DE DEFORMACIÓN EN EL ÁREA DE ESTUDIO ........................... 55
3.1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 55
3.2 SECTOR SALIENTE DE MONTERREY ............................................................ 56
3.3 ÁREA SUR ............................................................................................................ 57
CAPITULO 4 ....................................................................................................................... 60
4 TRAMPAS DE PETRÓLEO .................................................................................... 60
4.1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 60
4.2 TRAMPAS ESTRUCTURALES .......................................................................... 60
4.2.1 Trampas relacionadas a plegamiento………………………………..………………..…….61
4.2.2 Trampas relacionadas a fallamiento ................................................................ 63
4.3 TRAMPAS ESTRATIGRÁFICAS ....................................................................... 65
4.4 TRAMPAS COMBINADAS ................................................................................ 68
4.5 TRAMPAS HIDRODINÁMICAS .......................................................................... 69
CAPITULO 5 ....................................................................................................................... 70
5 ANÁLISIS ESTRUCTURAL ................................................................................... 70
5.1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 70
5.2 UNIDADES LITOLÓGICAS Y FRACTURAMIENTO ...................................... 70
5.2.1 Formación Taraises ............................................................................................ 72
5.2.2 Formación Cupido ............................................................................................. 73
5.2.3 Formación La Peña ............................................................................................ 74
5.2.4 Formación Tamaulipas Superior ........................................................................ 75
5.2.5 Formación Cuesta del Cura................................................................................ 77
5.2.6 Formación Agua Nueva ..................................................................................... 78
5.2.7 Formación San Felipe ........................................................................................ 81
5.2.8 Formación Méndez ............................................................................................ 82
5.3 ANÁLISIS DE DATOS ........................................................................................... 86
5.3.1 Paleo-esfuerzos a partir de poblaciones de fracturas ......................................... 88
5.4 ESTRUCTURAS GEOLÓGICAS PRINCIPALES .............................................. 90
5.4.1 Sierra La Ventana (Anticlinal) ........................................................................... 90
5.4.2 Sierra La Cebolla (Anticlinal) ............................................................................ 91
5.4.3 Sinclinal La Ventana .......................................................................................... 91
5.4.4 Sinclinal Emiliano Carranza .............................................................................. 92
5.4.5 Cabalgadura La Ventana – El Mediodía ............................................................ 92
5.4.6 Zona de Transferencia Casillas y Zona de Transferencia Rayones ................... 93
5.4.7 Cabalgadura fuera de secuencia ......................................................................... 94
5.4.8 Sierra La Veleta ................................................................................................. 94
5.4.9 Klippe San Isidro ............................................................................................... 94
CAPITULO 6 ....................................................................................................................... 96
6 ANÁLOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS: KU-MALOOB-ZAAP 96
6.1 INTRODUCCIÓN ................................................................................................. 96
CAPITULO 7 …………………………………………………………………………….100
7 DISCUSIÓN………………………………………………………...………………..100
7.1 INTRODUCCIÓN ............................................................................................... 100
7.2 LOCALIZACIÓN ................................................................................................ 102
7.3 PRODUCCIÓN HISTÓRICA ............................................................................. 102
7.4 ESTRATIGRAFÍA .............................................................................................. 104
7.5 PALEOGEOGRAFÍA ......................................................................................... 105
7.6 EVOLUCIÓN ESTRUCTURAL (EVENTOS DE DEFORMACIÓN) .............. 121
7.7 CASILLAS, NUEVO LEÓN Y SU ANALOGíA CON KU-MALOOB-ZAAP 123
CAPITULO 8 ..................................................................................................................... 127
8 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES..................................................... 127
REFERENCIAS ................................................................................................................. 129
LISTA DE FIGURAS
Figura 1.1 Sección geológica balanceada a través de un CPC de las Montañas Rocallosas (modificado
de Prince, 1981 en Poblet & Lisle, 2011)…………………………………...……………..…Página 2
Figura 1. 2 Litologías involucradas en la generación de un prisma de acreción con base en el nivel
de despegue (Thorburg & Kulm, 1987 en García, 2013). .......................................................Página 4
Figura 1. 3 Perfil sísmico del basamento a las afueras de la costa de Venezuela, deformado durante
el Neógeno por colapso gravitacional en un margen pasivo del Mesozoico (modificado de Di Croce,
1995) (en Poblet & Lisle, 2011). .............................................................................................Página 5
Figura 1. 4 Sección de un segmento del cinturón Foothills de las montañas Rocallosas en Canadá
que enfatiza el concepto de tectónica de piel delgada. Las líneas gruesas indican fallas (las flechas
indican el movimiento relativo, el transporte es hacia el antepaís). Las fallas no penetran bajo una
falla de despegue que se ubica en el plan de estratificación cerca de la base de la secuencia
sedimentaria. (Modificado de Price, 1981; en Marshak & Woodward, 1988) (en Jesus-Torres, 2011).
.................................................................................................................................................Página 6
Figura 1. 5 Pliegue de propagación de falla (Jamison, 1987). γ es el ángulo que forman los flancos
internos del pliegue, α es el ángulo de la rampa, t es el grosor del estrato, y tf es el grosor del estrato
al frente del flanco del pliegue. ...............................................................................................Página 7
Figura 1. 6 Translación de pliegues por propagación de falla: (a) la sección no deformada; (b) plano
axial del sinclinal; (c) flanco frontal del anticlinal (Mitra, 1990). Los modelos están construidos con
iguales líneas de longitud en estado deformado. Los perfiles de acortamiento muestran el
desplazamiento relativo entre las unidades, el cual debe ser transmitido a través de la estructura o
consumido por cambios relativos de espesor (Suppe, 1985; Mitra, 1990). .............................Página 8
Figura 1. 7 Pliegue despegado teórico y pliegue despegado obtenido a partir de datos de campo
(anticlinal de Mediano, Pirineos). Las capas de Luteciense-Bartoniense corresponden a sedimentos
sintectónicos depositados durante el crecimiento del pliegue. El flanco frontal es cortado por una falla
inversa (Poblet, 2004). ............................................................................................................Página 9
Figura 1. 8 Pliegue de despegue en el cinturón plegado de abanico Mississipi, en el Golfo de México
(Rowan et al, 2004). El horizonte de despegue está formado por el Triásico Superior – Jurásico
Inferior de la formación salina Louann, la cual llena el pliegue del núcleo.. ........................Página 10
Figura 1. 9 Pliegue de flexión de falla teórico y pliegue de flexión de falla obtenido a partir de un
perfil sísmico (anticlinal de Lost Hill, Estados Unidos, modificado de Medwedeff, 1989). Página 11
Figura 1.10 Estructura dúplex (Mountain city window), en los Apalaches (Mitra & Boyer,
1986)………………………………………………………………………………………..Página 11
Figura 1.11 Sección cruzada de un abanico imbricado a dos niveles diferentes de erosión. Cada plano
de falla tiene una forma de media luna ascendente, y todas las curvas son asíntotas en un sentido
descendente hacia una falla basal en común……………………………………………...…Página 12
Figura 1.12 Sección de un segmento del cinturón Laramide de las Montañas Rocallosas en USA, que
enfatiza el concepto de tectónica de piel gruesa. Las líneas gruesas indican fallas (las flechas indican
el movimiento relativo, el transporte es indistinto). Las fallas penetran desde el basamento y cortan
la cobertura superficial con alto ángulo (modificado de Brown, 1988 en Nemcok et al., 2005) (en
Jesús-Torres, 2011)……………………………………………………..……………….…. Página 13
Figura 1.13 Imagen que muestra el comportamiento de una estructura invertida de Graben (McClay,
1995)………………………………………………………………………………………..Página 16
Figura 1. 14 Planos potenciales de fracturamiento desarrollados en pruebas de compresión en
laboratorio. (A) Fracturas de extensió, (B y C) Fracturas de cizalla (Nelson, 2011). ...........Página 20
Figura 1. 15 Esquema que muestra una generalización de los principales tipos de fracturas
relacionadas con el plegamiento (tomado de Stearms, 1968). ..............................................Página 21
Figura 1. 16 Clasificación de fracturas en pliegues (Stearms, 1968). ..................................Página 23
Figura 1. 17 Clasificación de los pliegues de Ramsey, 1967. ..............................................Página 26

i
Figura 1. 18 Plano que muestra las vías de acceso al área de estudio (SCT, 2006). La zona de estudio
se encuentra dentro del rectángulo color rojo. ......................................................................Página 27
Figura 2. 1 Modelo de evolución tectónica para el NE de México. Al oeste existe una mayor
influencia tectónica en la estratigrafía, mientras que al este la influencia es mayoritariamente eustática
(Goldhammer & Johnson, 2001 en Torres, 2011). ................................................................ Página 33
Figura 2. 2 Distribución de sectores del frente tectónico de la Sierra Madre Oriental: (1) San Pedro
del Gallo, (2) Huayacocotla, (3) Transversal de Parras, (4) Saliente de Monterrey, (5) Valles, (6)
Cuenca de Sabinas, (7) Región Zongolica, (8) Bloque de Coahuila. La nomenclatura para las ciudades
queda como sigue: (T) Tampico, (M) Monterrey, (To) Torreón, (V) Veracruz, (SLP) San Luis Potosí
(Eguiluz et al., 2000). ............................................................................................................ Página 36
Figura 2. 3 Imagen Landast tomada de Goldhamme & Johnson, 2001 que ilustra los principales
elementos tectónicos del Noreste de México. La nomenclatura de la imagen queda como sige: (M)
Ciudad de Monterrey, (S) Saltillo, (CB) Bloque de Coahuila, (SMO) cinturón plegado de la Sierra
Madre Oriental, (CFB) Cinturon plegado de Coahuila, (Pa) Cuenca de Parras, (Lp) Cuenca de la Popa,
(MV) Potrero Minas Viejas, (PG) Potrero García, (H) Cañón de la Huasteca, (SMF) Falla San
Marcos.. ................................................................................................................................ Página 37
Figura 2. 4 Mapa de terrenos tectónicos de México y el norte de Centro América. Abreviaciones:
(CUI)Cuicateco, (M)Mixteco, (T)Tarahumara, (Z)Zapoteco, (AB)Falla Agua Blanca, (SM)Falla San
Marcos, (TMVB) Cinturón Volcánico Trans-Mexicano (Sedlock, 1993). ........................... Página 40
Figura 2. 5 Mapa paleotectónico del Noreste de México. Las abreviaciones para las ciudades son:
(NL) Nuevo Laredo, (M) Monterrey, (S) Saltillo, (CV) Ciudad Victoria, y (TA) Tampico. Modificado
de Goldhammer et al. (1991). ............................................................................................... Página 42
Figura 2. 6 Configuración tectónica de México para el Triásico Tardío - Jurásico Temprano (Coney,
1983). .................................................................................................................................... Página 43
Figura 2. 7 Configuración tectónica de México para finales del Jurásico Medio y principios del
Jurásico Tardío. Durante este periodo de tiempo, un brazo del rift se separó durante el proceso
distensivo y ocurrió migración de un bloque hacia el oeste, separando África y Sudamérica de
Norteamérica, propiciando a su vez la apertura del Golfo de México (Modificado de Coney, 1983)..
............................................................................................................................................... Página 44
Figura 2. 8 Columna Cronoestratigráfica del NE de México. (Tomado de Jesús-Torres, 2011).
............................................................................................................................................... Página 46
Figura 2. 9 Mapa de la distribución de las masas continentales al inicio de la ruptura de Pangea. La
separación y deriva progresiva de América del Norte del resto de Laurasia dio como resultado la
subducción del piso oceánico bajo la margen occidental de América del norte, con consecuente
aparición de los primeros rasgos orogénicos a lo largo de la cordillera (modificado de Kious & Tilling,
1996) (en Valencia-Moreno & Ortega-Rivera, 2011). .......................................................... Página 49
Figura 2. 10 Mapas tectónicos simplificados del noreste del Pacífico entre 74 y 64 Ma. Las flechas
indican el movimiento relativo de las placas (modificado de Bunge & Grand, 2000) (en Valencia-
Moreno & Ortega-Rivera, 2011). .......................................................................................... Página 50
Figura 2. 11 Mapa de los principales rasgos orogénicos asociados al evento orogénico Laramide en
el suroeste de América del Norte y Norte y Sur de México. En color rojo se muestra la Sierra Madre
Oriental (English et al., 2003; modificado de Valencia-Moreno & Ortega-Rivera, 2011). .. Página 52
Figura 2. 12 Reconstrucción de los arcos magmáticos en México entre el Triasico Tardío y el
Mioceno Temprano: (a) arco triásico-jurasico; (b) arco cretácico; (c) arco Laramide; (d) arco
miocénico. MSM: Megacizalla Mojave-Sonora. Modificada de Valencia-Moreno, 1998 (en Valencia-
Moreno & Ortega-Rivera, 2011). .......................................................................................... Página 53
Figura 3. 1 Mapa de los principales anticlinales, cabalgaduras, y fallas de transcurrencia de la
Curvatura de Monterrey. El área se encuentra dividida en cinco grandes regiones de diferentes estilos
de plegamiento. MY-Monterrey; A-Allende; MS-Montemorelos y L-Linares (Modificado de Padilla
y Sánchez, 1985). .................................................................................................................. Página 59

ii
Figura 4. 1 Tipos de trampas en las cuales los mecanismos de plegamiento son dominantes. Las
trampas relacionadas a fallamiento son (A) Fault bend fold, (B) Fault propagation fold, (C) Fault drag
fold, (D) Fault drape fold (Biddle & Wielchowsky, 1994). .................................................. Página 62
Figura 4. 2 Tipos de trampas en las cuales los mecanismos de plegamiento son dominantes. Las
trampas no relacionadas a fallamiento son (A) Lit off, (B) Pliegues tipo Chevron/Kink, (C) Diapiro,
(D) Compactación diferencial (Biddle & Wielchowsky, 1994). ........................................... Página 62
Figura 4. 3 Tipos de trampas de hidrocarburos en los cuales el mecanismo de fallamiento normal es
dominante. (A) Falla normal tipo “Cierre de puerta” con participación del basamento, (B) Falla lístrica
sintética normal de despegue (Biddle & Wielchowsky, 1994). ............................................ Página 64
Figura 4. 4 Tipos de trampas de hidrocarburos en los cuales el mecanismo de fallamiento inverso es
dominante. (A) Trampas de tipo Fault-bend fold (izquierda), y trampa asociada a deformación dúctil
(derecha), (B) Falla de tipo “Strike slip” (Biddle & Wielchowsky, 1994). .......................... Página 65
Figura 4. 5 Sección sísmica interpretada de la cuenca petrolífera Ghadames, ubicada al Norte de
África. La sección muestra claramente la presencia de dos discordancias estratigráficas importantes:
Discordancia Alpina y la Discordancia Hercynian (Underdown y Redfern,
2008……………………………………………………………………….………….…….Página 66
Figura 4. 6 Trampas estratigráficas asociadas con discordancias. (A)Trampas que ocurren por debajo
de una discordancia, (B)Trampas que ocurren por encima de una discordancia (Biddle &
Wielchowsky, 1994). ............................................................................................................ Página 66
Figura 4. 7 Trampas estratigráficas secundarias. (A) Trampas creadas por una pérdida gradual de
porosidad/permeabilidad hacia el tope superior de la estructura por procesos de cementación, (B)
Trampas creadas por el aumento de la porosidad posterior a los procesos de la depositación (Biddle
& Wielchowsky, 1994). ........................................................................................................ Página 67
Figura 4. 8 Trampas combinadas. (A) Intersección de una falla con un margen de depositación de la
sección porosa y permeable, (B) Plegamiento de una depositación tipo pinchout (Biddle &
Wielchowsky, 1994). ............................................................................................................ Página 69
Figura 5. 1 Localización de las distintas estaciones (puntos rojos numerados) donde se realizaron los
levantamientos de datos estructurales (fracturas). En la esquina inferior derecha se muestra la
localización del municipio de Rayones, Nuevo León (Punto blanco/morado) (Imagen tomada de Bing
Maps.com) ............................................................................................................................ Página 71
Figura 5. 2 Red estereográfica de fracturas de la Formación Taraises para la estación 2 .... Página 71
Figura 5. 3 Fragmento de roca de la Formación Cupido con un alto contenido de material fósil,
principalmente rudistas. ........................................................................................................ Página 74
Figura 5. 4 Formación Tamaulipas Superior con presencia de estilolitas. ........................... Página 76
Figura 5. 5 Red estereográfica de fracturas de la Formación Tamaulipas Superior para la estación 1..
............................................................................................................................................... Página 76
Figura 5. 6 Formación Cuesta del Cura con una clara presencia de bandas de pedernal, así como la
clásica estratificación ondulante, de caliza estratificada con lutitas delgadas.. ..................... Página 77
Figura 5. 7 Red estereográfica de fracturas de la Formación Cuesta del Cura para la estación 3..
............................................................................................................................................... Página 78
Figura 5. 8 A) Manchones de óxido de hierro, B) Horizontes de lutita bituminosa.. ........... Página
79
Figura 5. 9 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para la estación Página 79
Figura 5. 10 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para la estación 6..
............................................................................................................................................... Página 80
Figura 5. 11 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para la estación 7.
............................................................................................................................................... Página 80
Figura 5. 12 Horizonte bentonítico de la Formación San Felipe, mostrando su clásica coloración
verdosa .................................................................................................................................. Página 81
Figura 5. 13 Afloramiento de la Formación Méndez con una presencia muy marcada de fracturas de
cizalla (líneas punteadas rojas) y extensión (líneas punteadas verdes) ................................. Página 82

iii
Figura 5. 14 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 4. . Página 83
Figura 5. 15 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 8. . Página 83
Figura 5. 16 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 9. . Página 84
Figura 5. 17 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 10.Página 84
Figura 5. 18 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 11.Página 85
Figura 5. 19 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la estación 12.Página 85
Figura 5. 20 Fracturas asociadas con pliegues. La proyección estereográfica muestra las
orientaciones del sistema de coordenadas, las líneas punteadas representan el rumbo y buzamiento de
la estructura en las zonas donde no hay horizontalización, y las fracturas se representan por las líneas
sólidas; A: ac y 0kl>a, B: bc y 0kl>b, C: hk0>a, D: bc y 0kl>a, E: h0l>c (Twiss & Moores, 1992)..
............................................................................................................................................... Página 86
Figura 5. 21 Mapa estructural de la Curvatura de Monterrey mostrando direcciones locales (flechas
negras) y regionales de esfuerzos (flechas en blanco) de deslizamiento por décollement (Modificado
de Padilla y Sánchez, 1985) .................................................................................................. Página 87
Figura 5. 22 Relación de esfuerzos principales en planos de falla y redes de Schmidt para Fallas
Normales, Fallas Laterales, y Fallas Inversas (Anderson, 1951) .......................................... Página 88
Figura 5. 23 Mapa general de las estructuras principales del área de estudio ...................... Página 90
Figura 5. 24 Secciones del área de estudio y sus abreviaturas: Ks-M: Formación Méndez, Ks-Sf:
Formación San Felipe, Ks – An: Formación Agua Nueva, Ks – Cc: Formación Cuesta del Cura, Ki
– Ts: Formación Tamaulipas Superior, Ki – Lp: Formación La Peña, Ki – Cu: Formación Cupido,
RE: Rocas Evaporíticas. ...................................................................................................... Página 95
Figura 6. 1 Mapa del área de estudio que muestra, con flechas en color rojo, la dirección principal de
la zona. La dirección de los esfuerzos coincide con la disposición geométrica de las estructuras en el
área. ....................................................................................................................................... Página 98
Figura 6. 2 Mapa regional de la Saliente de Monterrey; modificado de Padilla y Sánchez, 1985. Las
flechas en color rojo indican el comportamiento cinemático de las zonas de transferencia a un nivel
más regional. ......................................................................................................................... Página 99
Figura 7. 1 En el presente sexenio la producción ha caído alrededor de medio millón de barriles, la
sobreoferta mundial ha afectado notoriamente la producción en México ........................... Página 100
Figura 7. 2 Mapa que muestra la localización del área de KUMAZA en la provincia de la bahía de
Campeche (Mitra et al., 2006). ............................................................................................ Página 102
Figura 7. 3 Columna estratigráfica simplificada para el área de Ku-Maloob-Zaap, mostrando los
periodos de tiempo de los eventos tectónicos principales (Mitra et al., 2006) .................... Página 104
Figura 7. 4 Paleogeografía del Triásico Superior en el área del Golfo de México. La ubicación de los
horsts fué esquematizada por Salvador (1991c) con datos superfi ciales y de subsuelo. Las costas y
las fronterasdel país se muestran como referencia .............................................................. Página 106
Figura 7. 5 Paleogeografía del Jurásico Medio en el área del Golfo de México. En negro se muestra
la distribución actual de la sal depositada durante el Calloviano. La sal afl ora en el fondo marino en
dos masas, una septentrional y otra meridional, separadas por una franja sin sal. Las costas y las
fronteras del país se muestran como referencia ................................................................... Página 107
Figura 7. 6 Paleogeografía del Kimmeridgiano temprano. Para este tiempo la actividad de la Falla
Transformante Tamaulipas-Oaxaca ya había cesado su movimiento lateral y tanto el Macizo de
Chiapas como el Bloque Yucatán ocuparon desde entonces la posición que tienen hoy. Las costas y
las fronteras del país se muestran como referencia. ............................................................ Página 108
Figura 7. 7 Paleogeografía del Tithoniano superior. Nótese la gran extensión de las áreas de
plataformas someras, en donde ocurrió el depósito de rocas ricas en materia orgánica que constituyen
la principal roca generadora de hidrocarburos en el Golfo de México. Las costas y las fronteras del
país se muestran como referencia. ....................................................................................... Página 111

iv
Figura 7. 8 Paleogeografía del Barremiano. Note la longitud de las barreras de arrecifes que bordean
a las plataformas, así como la gran extensión de áreas con carbonatos de aguas someras. Las costas y
las fronteras del país se muestran como referencia ............................................................. Página 112
Figura 7. 9 Paleogeografía del Albiano-Cenomaniano. La sedimentación de clásticos prevaleció
sobre los carbonatos hasta el Aptiano tardío, tiempo en el que los altos de basamento que estuvieron
emergidos desde el Jurásico tardío fueron sumergidos bajo las aguas del mar. A partir de entonces la
sedimentación de carbonatos dominó nuevamente en toda la cuenca del Golfo de México. Las costas
y las fronteras del país se muestran como referencia .......................................................... Página 114
Figura 7. 10 Paleogeografía del Turoniano-Maestrichtiano. El aporte de sedimentos provenientes del
occidente y del sur se incrementó y cambió definitivamente el patrón de depósito de carbonatos a
clásticos. Esta condición se mantuvo hasta el Cenozoico. Las costas y las fronteras del país se
muestran como referencia ................................................................................................... Página 115
Figura 7. 11 Paleogeografía de inicios del Paleoceno, cuando se ha propuesto el impacto de un
meteorito en el área de Chicxulub. En este tiempo se depositó una brecha de carbonatos con una gran
extensión y espesores que alcanzan los 700 m. Las costas y las fronteras del país se muestran como
referencia ............................................................................................................................ Página 116
Figura 7. 12 Paleogeografía del Eoceno tardío cuando se inició el relleno de las cuencas de antepaís
de las sierras plegadas y cabalgadas del occidente del Golfo de México por sedimentos. Cuenca de
Parras-San Carlos (CPSC), Cuenca de Tampico-Misantla (CTM) y Cuenca de Veracruz (CV). Las
costas y las fronteras del país se muestran como referencia ............................................... Página 118
Figura 7. 13 Paleogeografía del Mioceno tardío, cuando ya se habían formado las Crestas Mexicanas
y los pliegues y fallas de la Cuenca de Veracruz, y de la Sierra de Chiapas-Reforma-Akal. De éstas
últimas estructuras, el tramo Reforma-Akal se conoce solamente en el subsuelo .............. Página 119
Figura 7.14 Paleogeografía del Pleistoceno Tardío. En este tiempo ya había ocurrido el
basculamiento hacia el norte de la cadena Sierra de Chiapas- Reforma-Akal por el desalojo de sal
calloviana y se habían formado las cuencas de (1) Comalcalco-Salina del istmo y (2) Macuspana. La
orientación de las estructuras extensionales, casi perpendicular a las compresionales. ...... Página 120
Figura 7. 15 Disposición estructural actual del campo Ku-Maloob-Zaap (PEMEX, 2010)
……………………………………………………………………………………………..Página 121
Figura 7. 16 Comparación de la evolución estructural entre Ku-Maloob-Zaap y Casillas, Nuevo León
............................................................................................................................................. Página 124
Figura 7.17 Secciones geológicaas de las estructuras de Ku, Maloob y Zaap. El tipo de pliegue que
puede apreciarse es el pliegue de despegue fallada. El inciso A) muestra un tren de pliegues de
despegue relacionados a falla clásico. ................................................................................. Página 125
Figura 7.18 Sección del área de estudio y sus abreviatras: Ks -M: Formación Méndez, Ks – Sf:
Formación San Felipe, Ks – An: Formación Agua Nueva, Ks – Cc: Formación Cuesta del Cura, Ki
– Ts: Formación Tamaulipas Superior, Ki – Lp: Formación La Peña, Ki – Cu: Formación Cupido,
RE: Rocas Evaporíticas.. .................................................................................................... Página 126
Tabla 5.1 Sistema de fracturas correspondiente a las diferentes unidades litológicas en el área de
estudio.. ................................................................................................................................. Página 73
Tabla 5.2 Dirección e inmersión de los esfuerzos principales de las familias de fracturas 1 y 2, así
como la unidad litológica a la cual corresponden ................................................................. Página 89
Tabla 7.1 Datos de producción del campo Ku-Maloob-Zaap en Miles de Barriles por Día (Mbd).
Tomado de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH, 2017) ..................................... Página 103

v
RESUMEN
En el presente trabajo se caracterización una cadena de pliegues análogos a trampas
de hidrocarburos del Golfo de México, cerca de la localidad de Rayones, Nuevo León, dentro
del cinturón de pliegues y cabalgaduras de la Sierra Madre Oriental. El estudio de esta cadena
de pliegues es llevado a cabo mediante la generación e interpretación de un mapa geológico,
desarrollado a partir de diferentes campañas de exploración, así como un estudio preliminar
de los mapas ya existentes de la zona. El área presenta rocas sedimentarias con edades que
van desde el Oxfordiano hasta el Maastrichtiano, las cuales se vieron afectadas por el evento
orogénico Sevier-Laramide (80 Ma); esto generó un tren de sinclinales y anticlinales en el
área, los cuales, según las direcciones de paleoesfuerzos determinadas, predomina una
dirección NE del esfuerzo principal (σ1). Es posible encontrar en el área estructuras de tipo
sinclinal y anticlinal, las cuales se ven afectadas por la presencia de diferentes sistemas de
fallas laterales dextrales; se reconoce también la presencia de una cabalgadura principal que
recorre la zona con una orientación NW – SE. Se han cartografiado cuerpos de yesos, los
cuales sobreyacen a paquetes sedimentarios con edades Cretácico Superior, lo cual podría
sugerir un evento relacionado al ascenso de yesos en la zona. Mediante el desarrollo de
diferentes secciones geológicas, es posible visualizar el comportamiento de los cuerpos de
yesos y corroborar, de manera preliminar, que la estructura principal en la zona puede tratarse
de un pliegue nucleado por rocas evaporíticas, teniéndose entonces un sistema de
acortamiento sin estructuras preexistentes pero con la presencia de grandes paquetes de rocas
evaporíticas en profundidad. El comportamiento de los esfuerzos principales en la zona jugó
un papel importante, pues condicionó el comportamiento de los cuerpos evaporíticos, por lo
que se analizó un número importante de sistemas de fracturas empleando el programa
Stereonet, con el objetivo de determinar la dirección de paleoesfuerzos, y proponer un
modelo geológico que explique la evolución estructural de las estructuras geológicas
principales del área de estudio y su relación con los cuerpos evaporíticos que las cortan.

vi
ABSTRACT
In the present work, a chain of folds analogous to hydrocarbon traps in the Gulf of
Mexico was characterized near the town of Rayones, Nuevo Leon, within the Sierra Madre
Oriental fold and thrusts belt. The study of this structure was carried out through the
generation and interpretation of a geological map, developed from different exploration
campaigns, as well as a preliminary study of existing maps of the area. The area presents
sedimentary rocks with ages ranging from the Oxfordian to the Maastrichtian, which were
affected by the Sevier-Laramide orogenic event (80 My); this generated a train of synclines
and anticlines in the area, which, according to the determined paleo-stress directions,
predominates an NE direction of the main deformational stress (σ1). The area has synclinal
and anticlinal structures, which are affected by the presence of different lateral dextral fault
systems; the presence of a main reverse fault that crosses the area with a NW – SE orientation
it’s also been recognized. Gypsum bodies have been mapped, which overlay sedimentary
units with Upper Cretaceous ages, which could suggest an event related to the rise of gypsum
bodies in the area. By developing and analyzing different geological sections, it is possible
to visualize the behavior of the gypsum bodies and corroborate, in a preliminary way, that
the main structure in the area can be a fold nucleated by evaporite rocks, having then a system
of shortening without pre-existing structures but with the presence of large packages of
evaporitic rocks in depth. The behavior of the main deformational stresses in the area played
an important role since it conditioned the behavior of the evaporitic bodies, for which an
important number of fracture systems were analyzed using th Stereonet program, in order to
determine the direction of paleo-stress, and propose a geological model that explains the
structural evolution of the main geological structures of the study area and its relationship
with the evaporitic bodies that cut them.

vii
GENERALIDADES CAPÍTULO I

CAPITULO 1

1 GENERALIDADES

1.1 DEFINICIÓN DE ESTILOS ESTRUCTURALES

Un Cinturón Plegado y Cabalgado (CPC) es aquel ubicado en la zona externa de un


orógeno, se caracteriza por carecer de metamorfismo o haberlo experimentado en grado muy bajo,
y por no presentar rocas graníticas durante y al final de la orogenia. Cuando están bien
desarrolladas, estas zonas consisten en un abanico imbricado de cabalgamientos y estructuras
asociadas (Marshak & Woodward, 1998; Wilkerson & Marshak, 1997).

Los CPC se han formado en muchas áreas a través del tiempo geológico, y son reconocidos
como el modo más común en el cual se acomoda el acortamiento de la corteza. La comprensión
geométrica y cinemática de esta clase de estructuras dentro de los CPC es de gran importancia por
su impacto en la exploración y explotación de hidrocarburos en el mundo (Picha, 1996: Meneses-
Rocha y Yurewiks, 1999; Jia et al. 2006; Cooper, 2007), dado que el 14% de las reservas mundiales
están en este tipo de estructuras geológicas (Cooper, 2007 en Poblet & Lisle, 2011).

1.2 TIPOS DE CINTURONES PLEGADOS Y CABALGADOS (CPC)

Los CPC son regiones clásicas de la mayoría de los cinturones orogénicos, los cuales están
controlados por una tectónica compresiva. Existen registros de la presencia de estas estructuras en
ambientes que son el resultado de la convergencia entre placas, zonas de subducción y de intraplaca
influenciadas por la convergencia de placas vecinas donde pueden llegar a actuar los
desplazamientos gravitacionales.

Realizar una síntesis de las principales características de un CPC es complejo, ya que las
condiciones bajo las cuales se generan varían de manera radical de una región a otra; sin embargo,
algunas características incluyen: los parámetros de la tectónica de placas bajo la cual se
desarrollaron; es decir, si el basamento está relacionado a la deformación o no, la estratigrafía,

1
GENERALIDADES CAPÍTULO I

procesos de erosión y depositación sin-orogénicos, la presencia de estructuras de basamento pre-


existentes, etc. (Royden, 1993).

Existen CPC cuya génesis se encuentra ligada a límites de placa oblicuos sujetos a
transpresión, donde todo el proceso de convergencia de la placa incluye componentes de
movimiento propios de una falla transformante (Poblet & Lisle, 2011).

Dentro de la terminología de un CPC existen tres términos relacionados con el estilo de


deformación resultante;
• Cinturones plegados y cabalgados de antepaís
• Prismas de acreción
• Cabalgaduras de frente de deslizamientos por gravedad “Toe thrust belts”.

1.2.1 Cinturones plegados y cabalgados de antepaís

Estos son uno de los tipos más conocidos de Cinturones Plegados y Cabalgados. Estos
cinturones poseen entre 10 y 1000 kilómetros de ancho (Figura 1.1), constituyendo la zona más
externa de los orógenos. Un buen ejemplo de CPC de antepaís son las Montañas Rocallosas en
Estados Unidos. Típicamente esta clase de CPC implican una cubierta sedimentaria no
metamorfizada, o bien, con bajo grado de metamorfismo, cuyo espesor disminuye hacía el
antepaís, depositado sobre un basamento metamórfico/ígneo que se inclina hacía el transpaís, que
constituye el margen pasivo continental.

Figura 1. 1 Sección geológica a través de un CPC de las Montañas Rocallosas (modificado de Price, 1981 en Poblet
& Lisle, 2011).

La deformación es confinada a la parte superior de la corteza por una zona de pliegues y


cabalgaduras que se despegan de una superficie que buza hacia el área del transpaís, pero que
estratigráficamente se eleva en dirección al sector del antepaís.

2
GENERALIDADES CAPÍTULO I

El efecto de carga en un CPC de antepaís crea espacios para el acomodo de material en el


basamento del antepaís desarrollado frente al cinturón plegado, el cual es rellenado con restos
erosionados de la cadena montañosa, y en algunos casos es afectado por un sistema de pliegues
que mueve hacia adelante el basamento más viejo del antepaís. A este levantamiento,
acortamiento, y transporte del basamento, se le conoce como tipo Piggy-back.

Algunos CPC pueden presentar cinturones de pizarras (Hobbs et al., 1976; Twiss &
Moores, 1992), que principalmente se componen de una serie monótona de sedimentos de aguas
profundas sin contenido fósil. La estructura de estos cinturones se caracteriza por ser angosta y
alargada, siguiendo un paralelismo conforme al cinturón orogénico. La estructura y estratigrafía
de un cinturón de pizarra son difíciles de reconstruir debido a la falta de fósiles e indicadores
estratigráficos, así como a la presencia de condiciones metamórficas de bajo grado (en Poblet &
Lisle, 2011).

1.2.2 Prismas de acreción

Los prismas de acreción son el principal foco de deformación en las zonas de subducción;
aquí los paquetes de rocas son removidos mecánicamente de la placa oceánica en subducción y
acrecionados a la placa superior (Moore & Silver, 1987; von Huene & Scholl, 1991) (en Poblet &
Lisle,2011).

Estructuras como los prismas de acreción poseen una composición heterogénea en los
materiales que los conforman, por lo que la estructura resultante siempre será muy variable (Figura
1.2). La estructura del prisma, así como su geometría, están fuertemente controladas por el espesor
de la pila de sedimentos en subducción.

Un prisma de acreción puede llegar a mostrar abundantes pliegues a pequeña escala,


clivaje, boudinage, y venas (vetilleo). Una de las principales diferencias entre un CPC
convencional y aquellos desarrollados en prismas de acreción radica en que en este último
podemos encontrar depósitos de tipo Melange.

3
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Figura 1. 2 Litologías involucradas en la generación de un


prisma de acreción con base en el nivel de despegue (Thorburg
& Kulm, 1987 en García, 2013).

1.2.3 Cabalgaduras de frente de deslizamientos por gravedad (Toe thrust belts)


Este tipo de Cinturones Plegados y Cabalgados posee características distintivas (Worrall
& Snelson, 1989; Cobbold et al, 1995), pues a diferencia de otros CPC, estos no requieren de
acortamiento litosférico, pues su deformación y transporte es logrado enteramente por gravedad
(Figura 1.3). Las cabalgaduras de frente de deslizamientos por gravedad, generalmente, no están
relacionadas con la deformación del basamento (en Poblet & Lisle, 2011), en su lugar inician en
un borde donde ocurre un sistema de fallas normales que acomodan una extensión amplia (Figura
1.3).

Las estructuras contraccionales de esta clase de CPC incluyen pliegues y cabalgamientos,


así como estructuras que incluyen sal o arcillas en su formación, y en las cuales se puede acomodar
gran cantidad de acortamiento, pudiendo también desplazarse distancias considerables.

4
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Estos CPC están controlados por la interacción de una gran cantidad de parámetros tales
como la anchura e inmersión del borde de la cuenca, la distribución, el grosor y la reología del
horizonte de despegue, la variación espacio/temporal de la carga de sedimentos, y la existencia de
barreras para el movimiento de deslizamiento.

Figura 1.3 Perfil sísmico del basamento a las afueras de la costa de Venezuela, deformado durante el Neógeno
por colapso gravitacional en un margen pasivo del Mesozoico (modificado de Di Croce, 1995) (en Poblet &
Lisle, 2011).

1.3 ESTILOS ESTRUCTURALES Y EVOLUCIÓN DE LOS


CINTURONES PLEGADOS Y CABALGADOS

El estilo de deformación de los CPC puede clasificarse dentro de dos términos principales;
deformación de cobertura (thin skin), y la deformación del basamento (thick skin).

Cuando se habla de una deformación de cobertura (thin skin), nos referimos a aquella en la
cual solo la cubierta sedimentaria ubicada sobre un despegue basal se ve afectada, mientras que
para el caso de una deformación de basamento (thick skin), la deformación afecta primero al
basamento y después se propaga a la cubierta.

1.3.1 Deformación de cobertura (thin skin)

Este tipo de deformación resulta si la deformación afecta solo a la cubierta sedimentaria


ubicada sobre un despegue basal localizado en una capa mecánicamente débil en o cerca del
contacto basamento-cobertura; esto es, deformación que no involucra al basamento como el caso
de las montañas Rocallosas en Canadá (Figura 1.4).

Se ha observado que en la mayoría de los casos existe una relación en el desarrollo de


pliegues y fallas en cinturones cabalgados de cobertura, por lo que se han creado modelos

5
GENERALIDADES CAPÍTULO I

geométricos cuantitativos de pliegues relacionados con fallas para explicar esta relación; tal como
pliegues por doblez de falla, por propagación de falla y por despegue (Suppe, 1983; Suppe &
Medwedeff, 1984; Jamison, 1987; Chester & Chester, 1990; Erslev, 1991; Epard & Groshong,
1995; Torres-Ramos, 2011). Previo al desarrollo de hojas cabalgantes en deformación de
cobertura, estas deben experimentar una deformación inicial y posteriormente un despegue, el cual
puede lograrse únicamente a lo largo de un despegue basal en una capa de roca de baja resistencia
a la cizalla, que en el caso de pliegues de despegue puede ser móvil. La energía acumulada durante
la aplicación de esfuerzos orogénicos controla la deformación y el cambio de esfuerzos dentro de
la hoja de cabalgadura en movimiento y su antepaís (Yielding et al., 1981; Rockwell et al., 1988;
Phillip et al., 1992; Treiman, 1995); esta energía puede ser consumida ya sea: (1) con la
propagación de nuevas fallas; (2) la reactivación de fallas preexistentes; (3) gravedad opuesta; ó
(4) por deformación interna de la hoja de cabalgadura (Mitra & Boyer, 1986). Estos estilos
estructurales se desarrollan cuando arcos de islas son acrecionados a bordes continentales con
cuencas marinas marginales (Figura 1.3) y en cuencas foreland asociadas a arcos continentales
acortados

1.3.1.1 Estilos estructurales relacionados a deformaciones de cobertura (thin


skin)

Existen varios tipos de estructuras clásicas relacionadas a los Cinturones Plegados y


Cabalgados con deformación de cobertura. El desarrollo de estas estructuras, el mecanismo de
formación y su deformación interna difieren una con respecto de la otra; sin embargo, existen
varias transiciones cinemáticas, controladas por acortamiento continuo, cambios en la reología,
entre otros factores locales, que condicionan cada una de las estructuras que se desarrollan.

Figura 1. 4 Sección de un segmento del cinturón Foothills de las montañas Rocallosas en Canadá que enfatiza el
concepto de tectónica de piel delgada. Las líneas gruesas indican fallas (las flechas indican el movimiento relativo,
el transporte es hacia el antepaís). Las fallas no penetran bajo una falla de despegue que se ubica en el plan de
estratificación cerca de la base de la secuencia sedimentaria. (Modificado de Price, 1981; en Marshak & Woodward,
1988) (en Jesús-Torres, 2011).

6
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Pliegues por propagación de falla (Fault-propagation fold)

Cuando la dirección del esfuerzo de la sección de roca sometida a esfuerzos tectónicos y


enterramiento, intersecta la inestabilidad del fallamiento, incluyendo al mismo tiempo la
inestabilidad de plegamiento, las estructuras resultantes serán pliegues por propagación de falla.

Los pliegues por propagación de falla deberían de ser bastante raros, considerando la
probabilidad estadística de que la dirección del esfuerzo intersecte tanto a la inestabilidad de la
falla como a la del pliegue; sin embargo, existe el registro de varias de estas estructuras alrededor
del mundo. Los pliegues por propagación de falla se desarrollan por un mecanismo descrito por el
modelo de flexión-deslizante (Figura 1.5).

Figura 1. 5 Pliegue de propagación de falla


(Jamison, 1987). γ es el ángulo que forman los
flancos internos del pliegue, α es el ángulo de la
rampa, t es el grosor del estrato, y tf es el grosor del
estrato al frente del flanco del pliegue.

7
GENERALIDADES CAPÍTULO I

El mecanismo de propagación de falla requiere un plegamiento continuo de los estratos en


el tope de la falla. Debido a la variación de las propiedades mecánicas de las unidades
sedimentarias, el mecanismo puede operar solamente en algunas unidades de una secuencia de
capas múltiple. Una falla puede iniciar dentro de un pliegue por propagación de falla y
subsecuentemente propagarse a través de unidades adicionales, ramificarse en una serie de splays
imbricados, o aplanarse en el desprendimiento dentro de una unidad incompetente. En cualquiera
de todos estos casos, la geometría previa de los pliegues por propagación de falla puede ser
modificada durante subsecuente traslación (Figura 1.6) a través de dobleces de falla.

a) Propagación a través de una sección no deformada

b) Propagación a través del plano axial de un sinclinal

c) Propagación a través del flanco frontal de un anticlinal

Figura 1. 6 Translación de pliegues por propagación de falla: (a) la sección no


deformada; (b) plano axial del sinclinal; (c) flanco frontal del anticlinal (Mitra,
1990). Los modelos están construidos con iguales líneas de longitud en estado
deformado. Los perfiles de acortamiento muestran el desplazamiento relativo entre
las unidades, el cual debe ser transmitido a través de la estructura o consumido por
cambios relativos de espesor (Suppe, 1985; Mitra, 1990).

8
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Las estructuras simples de pliegues por propagación de falla forman importantes trampas
estructurales (Mitra, 1990). Las trampas más importantes para esta clase de estructuras se localizan
en la cresta de los anticlinales mayores. Como un ejemplo de esto, se tiene al anticlinal del Valle
de Turner en Canadá, un importante productor de gas y aceite, el anticlinal Jaipur, otro productor
importante de hidrocarburos en la India.

Se pueden llegar a formar trampas secundarias dentro de las capas deslizadas de una falla
principal, y debajo de las rampas del bloque de piso de la falla. Este estilo de trampas se sabe que
coexisten en el cinturón plegado y fallado en Wyoming (Mitra, 1990).

Pliegues de despegue (Detachment fold)

A diferencia de los pliegues de propagación de falla, estos pliegues no están asociados con
una rampa en la falla, sino que se forman en relación con una falla paralela a las capas (Figura
1.7). Pueden generarse en la zona próxima a la terminación de un cabalgamiento, o bien en
cualquier otra zona a lo largo del cabalgamiento si se produce una disminución brusca en la
cantidad de desplazamiento a lo largo de este. Los pliegues despegados pueden estar limitados por
un despegue inferior, por uno superior o por ambos.

Figura 1. 7 Pliegue despegado teórico y pliegue despegado obtenido a partir de datos de campo (anticlinal de Mediano,
Pirineos). Las capas de Luteciense-Bartoniense corresponden a sedimentos sintectónicos depositados durante el
crecimiento del pliegue. El flanco frontal es cortado por una falla inversa (Poblet, 2004).

Los pliegues de despegue son comunes en paquetes de rocas caracterizados por variaciones
significantes en su competencia, así como el espesor de cada uno de los horizontes. El horizonte
de despegue es comúnmente una capa incompetente, que puede ser más o menos móvil. Ejemplos
9
GENERALIDADES CAPÍTULO I

de horizontes de despegues con poca movilidad son aquellos compuestos por carbonatos, mientras
que los que poseen gran movilidad tienen una composición mayoritariamente de rocas evaporíticas
o arcillosas.

El horizonte de despegue se encuentra normalmente cubierto por una capa gruesa


competente, compuesta típicamente por carbonatos o siliciclastos competentes. Los mejores
ejemplos de pliegues de despegue se pueden encontrar en las Montañas Jura (Buxfort, 1916), el
cinturón plegado de Zagros (Stocklin, 1968), las Montañas Rocallosas en Canadá (Jamison, 1997),
el cinturón plegado del abanico del Mississipi, el anticlinal de Lost Hill, Estado Unidos (Figura
1.8), en la curvatura de Monterrey (Padilla y Sánchez, 1982), entre otros.

Figura 1. 8 Pliegue de despegue en el cinturón plegado de abanico Mississipi, en el Golfo


de México (Rowan et al., 2004). El horizonte de despegue está formado por el Triasico
Superior – Jurasico Inferior de la formación salina Louann, la cual llena el pliegue del
núcleo.

Pliegues de flexión de falla (Fault-bend fold)

También llamados pliegues de rampa-rellano (ramp-flat folds) (Rich, 1934) son aquellos
que se forman como resultado del movimiento de un bloque de falla a lo largo de una superficie
de falla no planar, lo cual causa la flexión del bloque de falla y por lo tanto la formación del pliegue
(Figura 1.9). Aunque por lo general se forman en el bloque superior de la falla, pueden
desarrollarse también en el bloque inferior o en ambos.

10
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Figura 1. 9 Pliegue de flexión de falla teórico y pliegue de flexión de falla obtenido a partir de un perfil sísmico
(anticlinal de Lost Hill, Estados Unidos, modificado de Medwedeff, 1989).

Existen algunos ejemplos en el mundo que muestran claramente esta clase de estructuras,
proviniendo algunos de los Apalaches, el sur de los Alpes en Europa, la cordillera de Kirthar y
Sulaiman en Pakistán, los Pirineos, etc.

Dúplex

Cuando la fuerza de la sección de roca sometida a sepultamiento y esfuerzo tectónico


intersecta la inestabilidad del fallamiento. Antes que a la inestabilidad del plegamiento, la
deformación puede resultar en el desarrollo de una estructura dúplex (Figura 1.10).

Figura 1. 10 Estructura dúplex (Mountain city window), en los Apalaches (Mitra & Boyer, 1986).

Las estructuras Dúplex pueden generarse tanto en el techo como en la base de una falla de
despegue dominante, la parte frontal de una rampa anticlinal, o en el núcleo de un anticlinal (Mitra,
1986). En cada uno de estos casos, la explicación para el desarrollo del Dúplex es diferente.

11
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Los Dúplex poseen una geometría que varía considerablemente, esta se ve controlada por
la interacción de la capa inferior de despegue, la estructura dúplex y el techo de la falla.

Abanicos imbricados (Imbricated fans)

Cuando varias fallas vecinas se unen en ramificaciones estrechamente relacionadas, se dice


que se tiene un sistema o una familia de fallas.

Si cada falla en un sistema repite el tamaño y forma de la falla vecina, de manera que estas
se sobrepongan como tejas de un techo, y se encuentren buzando en una misma dirección,
tendremos un sistema de abanico imbricado. Este importante tipo especial de sistema de fallas fue
reconocido en 1883, cuando se definieron las estructuras schuppen como la repetición de los
estratos por una serie de fallas paralelas, equidistantes y superpuestas (Suess, 1904, p. 112).

La estructura imbricada es una manera eficiente de acortar y aumentar el grosor de una


secuencia (Bailey, 1983, p. 607). En un abanico imbricado, un enjambre de fallas con geometrías
triangulares, un tanto curvas, son conformados asintóticamente hacia abajo por una única falla,
mientras que hacia arriba se extienden como un abanico abierto (Figura 1.11).

Figura 1. 11 Sección cruzada de un abanico imbricado a dos niveles diferentes de erosión. Cada plano de falla
tiene una forma de media luna ascendente, y todas las curvas son asíntotas en un sentido descendente hacia una
falla basal en común.

12
GENERALIDADES CAPÍTULO I

1.3.2 Deformación de basamento (thick skin)

Este tipo de deformación ocurre también en zonas externas pero en las que no se han
desarrollado cinturones de cabalgamiento o éstos no son de cobertura, sino que en estas zonas
externas la deformación involucra a toda la corteza, es decir incluyendo al basamento, en estos
casos las fallas atraviesan la corteza continental completa, a este estilo de deformación se le conoce
como deformación de piel gruesa o que involucra al basamento (thick skin); se genera por
acortamiento horizontal y crecimiento vertical debido a fallamiento de rocas de basamento. La
provincia Laramide en el oeste de EE.UU es uno de los ejemplos clásicos del mundo (Figura 1.12)
(Dan, 1986; Brown, 1988; Dickinson et al., 1988; Kulik & Schmidt, 1988), Los Alpes (Debelmas,
1989; Butler, 1992; Laubscher, 1992; Froitzheim et al., 1996; Kley & Eisbacher, 1999), Atlas
(Beauchamp et al., 1996; Ricou, 1996; Frizon De Lamonte et al., 1998).

Figura 1. 12 Sección de un segmento del cinturón Laramide de las Montañas Rocallosas en USA, que enfatiza el
concepto de tectónica de piel gruesa. Las líneas gruesas indican fallas (las flechas indican el movimiento relativo,
el transporte es indistinto). Las fallas penetran desde el basamento y cortan la cobertura superficial con alto ángulo
(modificado de Brown, 1988 en Nemcok et al., 2005) (en Jesus-Torres, 2011).

Una de las estructuras clásicas que se involucran en la deformación del basamento son los Graben
Invertidos, estos se originan por la transferencia de esfuerzos a través de fallas normales
preexistentes en el bloque de piso. Pueden generarse por inversión de fallas normales en
combinación con fallas de acomodo asociadas que experimentan reactivación y propagación, o por
inversión de fallas normales sin fallas asociadas (Nemcok et al., 2005).

Las estructuras invertidas están definidas por el desarrollo de secciones sedimentarias sin-
rift, post-rift y sin-inversión, siendo frecuente en la reactivación de fallas normales la propagación
de la falla principal dentro de sedimentos post-extensión y sin-inversión. La inversión es

13
GENERALIDADES CAPÍTULO I

controlada por la geometría de las fallas normales pre-existentes, ya que estas pueden ser lístricas,
planares o presentarse en arreglos de rampa/despegue o en dominó (Mcclay, 1995); por otro lado,
la inversión de la falla puede estar afectada por la dirección de acortamiento en relación a la
geometría del graben. Además, es importante señalar que no todas las fallas normales pre-
existentes son necesariamente invertidas al mismo tiempo, tampoco todas tienen que experimentar
inversión, ya que esto depende del tipo de esfuerzos que afecta a la litósfera (Gibbs, 1987).

Otras estructuras que involucran deformación de basamento se deben a la pérdida de


cohesión y fricción a lo largo de fallas pre-existentes en el basamento, resultando en plegamiento
forzado de la secuencia estratificada sobre bloques rotados y levantados de basamento (Reches &
Johnson, 1987; Searns, 1987), generando los clásicos pliegues tipo drape (de sábana; Prucha et
al., 1965) o en algunos casos, bloques de basamento pueden estar plegados (i. e. Berg, 1962;
Blackstone, 1983; Brown, 1984ª, b; Narr, 1993; Narr & Suppe, 1994). Los factores que controlan
la respuesta cinemática de la cubierta sedimentaria durante levantamiento del basamento son: el
grado de anisotropía de la secuencia sedimentaria y la fricción entre la cubierta sedimentaria y el
basamento (Johnson & Johnson, 2002a).

Cuando existe una cubierta isotrópica, el plegamiento se genera por la ampliación del
flanco frontal hacia arriba desde la punta de la falla, y la inclinación de las capas hacia arriba es
progresivamente más suave (Withjack et al., 1990), mientras que una cubierta anisotrópica
mantiene constante tanto la amplitud como la inclinación del flanco frontal (Friedman et al., 1980).
El grado de acople entre el basamento y la cubierta controla la dirección de desplazamiento en la
cubierta sobre el bloque de techo del basamento.

1.3.2.1 Estilos estructurales relacionados a deformaciones de basamento


(thick skin)

Para los Cinturones Plegados y Cabalgados sujetos a deformación de basamento existen


algunas estructuras características, para las cuales su desarrollo, mecanismo de deformación, así
como su deformación interna, difieren una con respecto de la otra; sin embargo, existen varias
transiciones cinemáticas entre cada una de las estructuras a continuación mencionadas.

14
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Graben invertidos (Inverted Graben)

Cuando el esfuerzo de una sección rocosa, sometida a enterramiento y esfuerzos tectónicos,


intersecta la inestabilidad del fallamiento antes que a la inestabilidad del plegamiento, debido al
decremento en la cohesión y la fricción a lo largo de fallas normales preexistentes relacionadas a
rifting, la deformación resultará en una inversión (Figura 1.13). De acuerdo a la cantidad de
esfuerzo transferido a través de la falla normal preexistente al bloque de piso, los grabens
invertidos pueden formarse por la inversión de fallas normales combinadas con falla secndaria o
antitética al borde del bloque de piso de falla, en casos de transferencia de esfuerzos eficiente, o
bien, por la inversión de fallas normales de manera individual, para situaciones de transferencia
de esfuerzos menos efectiva. Una transferencia eficiente ocurre cuando la fricción a lo largo de
una falla normal preexistente es alta. Transferencias menos eficientes ocurren cuando esta fricción
es menor.

Figura 1. 13 Imagen que muestra el comportamiento de una


estructura invertida de Graben (McClay, 1995)

15
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Se pueden encontrar ejemplos de grabens en el Mar del Norte (e.g. Badley et al., 1989), el
norte de los Pirineos (Hayward & Graham, 1989), la provincia de Salta en el norte de Argentina
(Lowell, 1995), Australia (Davis, 1983), y Bolivia (Lowell, 1995).

Las estructuras invertidas se caracterizan por varios rasgos estructurales registrados


durante procesos de rifting, posteriores y durante la inversión de secciones sedimentarias. La
secuencia sedimentaria que ocurre durante estos procesos se vuelve más gruesa hacia la falla
normal maestra. La porción superior de la sección que ocurre durante los eventos antes descritos
a lo largo de la falla normal invertida documenta una reactivación de la falla. La porción inferior
preserva las características iniciales de la falla. El límite entre estas porciones es relativamente
agudo.

Las localizaciones típicas de los grabens invertidos son en las zonas de antepaís orogénico
(e.g., Badley et al., 1989; Nalpas et al., 1995) o dentro del mismo evento orogénico (Hayward &
Graham, 1989; Roure et al., 1993; Nemcok et al., 2001). Las estructuras invertidas en el antepaís
orogénico pueden localizarse muy lejos del límite entre placas continentales, lo que genera un
control en el esfuerzo compresional.

Levantamiento del basamento (Basement uplift)

Cuando la trayectoria del esfuerzo de una sección rocosa está sujeta a enterramiento, y los
esfuerzos tectónicos intersectan la inestabilidad de la falla antes que a la inestabilidad del
plegamiento, debido al decremento de la cohesión y a la fricción a lo largo de fallas preexistentes
en el basamento por debajo de la cobertura sedimentaria, la deformación resulta en un
levantamiento del basamento. Básicamente el control de esta estructura recae en el papel de los
desplazamientos impuestos a ángulos altos con respecto a la estratificación. Los patrones de
elongación y acortamiento de las capas asociadas con estas flexuras mayores, implican que los
levantamientos del basamento crean momentos de flexión importantes.

Ejemplos de esta clase de estructuras pueden encontrarse en el antepaís de las Montañas


Rocallosas en Utah, Colorado, Wyoming, y Montana (e.g., Stearns 1971, 1978; Rodgers, 1978;
Narr & Suppe, 1994; Stone, 2002), la provincia argentina de Salta frente a los Andes

16
GENERALIDADES CAPÍTULO I

(Allmendinger et al., 1997), el basamento Ghadames en el norte de Argeliaia (Mitra & Leslie,
2003), y muchas más regiones en el mundo.

1.4 TÉCNICAS DE ANÁLISIS ESTRUCTURAL

1.4.1 Fracturas

Para poder realizar una interpretación del origen de los sistemas de fracturas en las rocas,
es necesaria la aplicación conjunta de los conocimientos geológicos y los principios de mecánica
de rocas. Para adentrarse en el problema es conveniente asumir que las formas o patrones de
fracturamiento natural representan un estado local de esfuerzo, durante el tiempo en el que las
rocas fueron fracturadas.

El fracturamiento natural de manera cualitativa, puede ser similar al de la roca equivalente


bajo pruebas de laboratorio controladas, desarrollando condiciones ambientales análogas.

En general, cualquier modelo físico o matemático que represente los campos del esfuerzo
y la deformación natural, pueden tener varios niveles de extrapolación que pueden ser usados como
modelo de distribución de fracturas (Handin & Hager, 1957; Hafner, 1951; Nelson, 2001).

Tres tipos de fracturas han sido reproducidas en laboratorio en forma consistente y en


ángulos predictibles con referencia a las tres principales direcciones de esfuerzo durante pruebas
de compresión, extensión y tensión, en laboratorio. Todas las fracturas naturales en rocas caen
dentro de estos tipos básicos de fracturas: cizalla, extensión y tensión.

Fracturas de cizalla

Poseen un sentido de desplazamiento paralelo al plano de fractura, estas forman algún


ángulo agudo con respecto a la máxima dirección del esfuerzo compresivo principal (σ1), y un
ángulo obtuso con respecto a la dirección mínima de esfuerzo compresivo (σ3) dentro de la
muestra de roca.

Las orientaciones potenciales de cizalla se pueden desarrollar en cualquier experimento de


fracturamiento en laboratorio, con uno u otro lado fuera y orientado al mismo ángulo (σ1). El

17
GENERALIDADES CAPÍTULO I

ángulo agudo entre las fracturas de cizalla conjugadas y este depende principalmente de (Figura
1.14):

1. Propiedades mecánicas del material


2. La magnitud absoluta del esfuerzo principal mínimo (σ3)
3. La magnitud del esfuerzo principal intermedio (σ2) relativo a los esfuerzos máximo y
mínimo (cuando σ2 se acerca a σ1, el ángulo entre σ1 y el plano de la fractura decrece).

Figura 1. 14 Planos potenciales de fracturamiento desarrollados en


pruebas de compresión en laboratorio. (A) Fracturas de extensión,
(B y C) Fracturas de cizalla (Nelson, 2011).

Fracturas de extensión

Este tipo de fracturas son aquellas en las cuales las dos paredes de la roca agrietada se
mueven a cierta distancia una de la otra perpendicularmente a la superficie, en sentidos opuestos,
alejándose del plano de fractura, tal y como se representa en la Figura 1.14, donde el plano A
ejemplifica precisamente este tipo de fracturas. Este plano contiene a dos ejes principales de
esfuerzo σ1 y σ2; mientras que σ3 es perpendicular a la superficie de fractura.

18
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Fracturas de tensión

Son similares a las fracturas de extensión porque en ambos casos las paredes se separan
perpendicularmente a una cierta distancia perpendicularmente al plano de fracturamiento.

Se debe tomar en cuenta que las fracturas de extensión se forman debido a una componente
mínima de esfuerzo principal, que es opuesto a la generación de las fracturas de tensión que se
forman por una componente mínima de esfuerzo tensional negativo.

Para cualquier estado de esfuerzo triaxial, pueden haber dos orientaciones de fractura de
cizalla y una orientación de fractura de extensión. El ángulo del esfuerzo principal mayor (σ1)
bisecta el ángulo agudo entre la fractura de cizalla. La fractura de extensión es normal ó
perpendicular a σ3, y la línea de intersección que definen las fracturas de cizalla es paralela a σ2
(Figura 1.14).

1.4.1.2 Clasificación geológica de las fracturas

Desde el punto de vista geológico, la clasificación genética de las fracturas ha sido


claramente definida por Stearns (1972) y Nelson (2001), quienes han elaborado esta clasificación
tomado en cuenta las siguientes suposiciones:

1. Los patrones de fracturamiento natural (cizalla conjugada y fracturas de extensión o


tensión) describen fielmente los estados locales de esfuerzo en el tiempo del
fracturamiento.
2. El fracturamiento en rocas del subsuelo, desde un punto de vista cualitativo, es similar al
de la roca equivalente bajo pruebas de laboratorio desarrolladas bajo condiciones
ambientales similares.

Así, se asume que los patrones de fracturamiento natural, reflejan la misma geometría con
respecto a las fracturas generadas al aplicar cargas sobre la misma litología en pruebas controladas
en laboratorio. Asumiendo que esto es correcto, la clasificación de las fracturas naturales puede
fundamentarse en el origen de las fuerzas que lo causan, basándose en los datos de laboratorio y

19
GENERALIDADES CAPÍTULO I

en la geometría de los sistemas observados, la clasificación resulta en fracturas tectónicas,


regionales, contraccionales y las relacionadas en superficie.

1.4.1.3 Sistemas de fracturas asociados a plegamiento

La historia del esfuerzo y deformación se refleja en los diversos patrones de fracturamiento


durante el inició y crecimiento del plegamiento en la roca, siendo frecuentemente muy complejo.
La descripción de su geometría dentro de los pliegues ha sido abordada por diversos autores pero
la más comúnmente usada es la creada por Stearns (1968; Figura 1.15).

Figura 1. 15 Esquema que muestra una generalización de los principales tipos de fracturas relacionadas con el
plegamiento. En cada uno de los diferentes incisos se presenta una línea color rojo que muestra donde se
encuentra el esfuerzo principal σ1 (tomado de Stearms, 1968).

20
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Cuando se analizan fracturas involucradas en plegamientos, es conveniente la referencia


con orientación dentro de un sistema de coordenadas ortogonal (a, b, c) relacionada a la geometría
del pliegue y la estratificación (Figura 1.16). El eje (a) será paralelo al echado de la estratificación,
el eje (b) es paralelo al rumbo de la capa y al eje del pliegue, el eje (c) será perpendicular en todas
las partes del estrato. El plano de fractura de extensión que contiene a los ejes a y c es llamado
plano de fractura ac; la fractura con un plano paralelo al eje b y c es llamada fractura bc, y la
fractura que contiene al eje a y b es llamada ab. Estos tipos de fracturas son catalogadas como
fracturas de tensión (Figura 1.16).

Por otro lado, las fracturas de cizalla se forman siempre en planos conjugados con ángulo
de 60˚ entre sí. Estas se representan mediante una nomenclatura utilizando las consonantes h, k, l,
que en un sistema de coordenadas ortogonal serían a,b y c, respectivamente. Se asigna un 0 al eje
paralelo a la línea definida por la intersección de los planos de fractura de cizalla y posteriormente,
se indica el eje contenido en el ángulo agudo (zona de máximo esfuerzo de compresión σ1) que
define el par conjugado de fracturas (Figura 1.16).

En las fracturas de cizalla se generan seis diferentes tipos de fracturas:


1. hk0 con ángulo agudo al eje a
2. hk0 con ángulo agudo al eje b
3. h0l con ángulo agudo al eje a
4. h0l con ángulo agudo al eje c
5. 0kl con ángulo agudo al eje b
6. 0kl con ángulo agudo al eje c

21
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Figura 1. 16 Clasificación de fracturas en pliegues (Stearms, 1968).

1.4.2 Fallamiento

Los diversos métodos de análisis de fallas se basan en diferentes modelos que tratan de
explicar las relaciones entre éstas y los esfuerzos. Tales modelos determinan las condiciones de
aplicabilidad y el tipo de resultados que ofrece cada método. Se pueden establecer cuatro
categorías que se presentan y definen a continuación.

Modelo de fallas conjugadas de Anderson

Basándose en el criterio de fracturación de Mohr-Coulomb, Anderson (1951) establece


que, como norma general, las fallas aparecen según dos familias conjugadas que se cortan
formando un diedro agudo y otro obtuso. Las estrías situadas sobre ellas son perpendiculares a la
línea de intersección de los planos. En la bisectriz de los diedros agudo y obtuso se sitúan los ejes
de compresión máxima (σ1) y mínima (σ3), respectivamente; en la línea de intersección de las dos
familias de planos se ubica el eje intermedio (σ2) (Figura 1.16).

22
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Métodos geométricos-cinemáticos

El método de Arthaud (1969) parte de la base de que, eligiendo una escala adecuada, la
fracturación puede ser considerada como un elemento penetrativo y globalmente homogéneo. La
integración de desplazamientos a lo largo de discontinuidades muy numerosas permite definir un
modelo de deformación global discontinua, referido a tres ejes principales: X (máximo
alargamiento), Y (eje intermedio) y Z (máximo acortamiento). De acuerdo a este método, la estría
de cada falla es la proyección sobre su plano de uno de los ejes de la deformación global
discontinua, por lo cual el plano de movimiento M (plano perpendicular al plano de falla que
contiene la estría y el polo de la falla) contendrá al menos uno de los tres ejes X, Y o Z. De esta
forma, las intersecciones de los planos M de todas las fallas deben definir uno o dos de estos ejes.

El método de los Diedros Rectos (Pegoraro, 1972; Angelier & Mecheler, 1977) guarda
una cierta similitud con el procedimiento de cálculo de los mecanismos focales de terremotos.
Trazando un plano auxiliar perpendicular a la estría de deslizamiento, la región en torno a una falla
queda dividida en cuatro diedros rectos. El esfuerzo principal mayor σ1 queda contenido en los
diedros de compresión, y el menor σ3 en los de extensión. La superposición de los diedros de
extensión y de compresión de todas las fallas de una población definirá la orientación más probable
de σ3 y σ1, respectivamente.

Métodos dinámicos basados en la ecuación de Bott

La ecuación de Bott (1959) determina la orientación de la componente de cizalla sobre un


plano en función de dos parámetros, la orientación de éste respecto a los ejes de esfuerzos y la
relación entre los valores de los esfuerzos principales:

tan Ө = (n/lm) (m2 - ( 1 – n2 ) R )

donde R = (σz – σx) / (σy – σx)


l y m = cosenos directores del plano de falla
Ө = cabeceo de la componente de cizalla sobre el mismo
σ2 = esfuerzo principal vertical
σy>σx = esfuerzos horizontales.

23
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Suponiendo que la estría de falla refleja la dirección de esa componente de cizalla, la


ecuación de Bott proporciona una base sencilla y sólida para explicar en términos dinámicos los
movimientos de plano de falla, y sirve de fundamento teórico a la mayor parte de los métodos
analíticos y gráficos de análisis de paleoesfuerzos.

Métodos basados en el modelo de Reches

El modelo de Reches (1978, 1983) considera que el proceso de fracturación se produce


bajo unas condiciones límite determinadas por los ejes de deformación y no por los ejes de
esfuerzos. En este modelo se prescinde del significado que puedan tener las estrías de
deslizamiento, centrando toda la atención en la distribución geométrica de los planos de
fracturación.

Partiendo del concepto cristalográfico de sistema de deslizamiento, y suponiendo que en


la roca existe un número infinito (o muy elevado) de discontinuidades previas con orientaciones
distintas, Reches formula el principio de que un cuerpo rocoso adopta una deformación
tridimensional mediante el movimiento de las fracturas que requieren menor energía. Para
acomodar una deformación tridimensional basta con que actúe un sistema formado por cuatro
familias de fallas con simetría ortorrómbica; la disposición de estos planos puede ser predicha
considerando que las fallas deben vencer, para moverse, las fuerzas cohesivas y las fuerzas
friccionales.

1.4.3 Plegamiento

Los pliegues son manifestaciones de la deformación dúctil en la superficie de la tierra, y se


forman en rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas como respuesta a los esfuerzos aplicados
asociados con movimientos de placas y formación de cinturones montañosos en un tiempo
determinado. Su geometría es variable y refleja la reología de la roca, las condiciones de
deformación y el radio de la deformación.

Aparecen en todas las escalas como estructuras aisladas o formando parte de un sistema de
plegamiento, y son el resultado de una deformación continua.

24
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Dado que existen variaciones de curvatura según la orientación del corte efectuado, la
dificultad para el análisis de pliegues en tres dimensiones puede ser importante. La proyección
estereográfica ayuda a este análisis mediante el estudio de las orientaciones de los distintos
elementos determinantes en la descripción de los pliegues que, junto con su forma, van a definir
completamente el pliegue. Estos elementos son los siguientes:

1. Flancos: Partes de la superficie plegada comprendidas entre dos zonas de charnelas


sucesivas.
2. Línea de charnela: Línea de máxima curvatura de la superficie plegada.
3. Eje de pliegue. Línea imaginaria, que moviéndose paralelamente a sí misma en el espacio,
genera la superficie plegada. Tiene orientación, pero no localización. En pliegues
cilíndricos coincide con la línea de charnela.
4. Superficie axial o Plano axial: Superficie que contiene a las sucesivas líneas de charnela
de todos los estratos plegados. Para su estudio, se refiere a un plano.
5. Ángulo interflanco: Ángulo que forman entre sí los dos flancos del pliegue, medido en un
plano perpendicular a ellos. De los dos ángulos posibles, agudo y obtuso, el ángulo
interflancos es el que contiene al plano axial del pliegue. Si no se conoce la orientación del
plano axial, se asimila al plano bisector de este ángulo en una de sus dos posibilidades:
mayor o menor de 90˚. Se elegirá el que proceda en función de las características del
pliegue.

La clasificación más usada en CPC es la de Ramsay (1967), en pliegues 1A, 1B, 1C, clase 2 y 3.

Figura 1. 17 Clasificación de los pliegues de Ramsey, 1967.

25
GENERALIDADES CAPÍTULO I

1.5 LOCALIZACIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

El área de estudio se localiza a 37 km al NW de Rayones, N.L., en el poblado de Casillas,


en Nuevo León. Esta zona pertenece a la provincia morfotectónica de la Sierra Madre Oriental
(SMO), encontrándose en la subprovincia Curvatura de Monterrey, en una zona que Padilla y
Sánchez (1985) define como Área Sur, y a la cual se encuentran relacionadas estructuras de tipo
anticlinal y sinclinal apretados, recostados, asimétricos en su mayoría, con una vergencia general
hacia el noreste.

Existen dos accesos para llegar al área de estudio, el primero de ellos se encuentra al Norte
de la ciudad de Linares, N.L., tomando la Carretera Federal # 85 hasta el entronque con la carretera
Montemorelos – Rayones que conduce al municipio de Rayones, y una vez aquí, tomar el camino
a Casillas desde la cabecera municipal (Figura 1.18). El segundo acceso se encuentra tomando la
Carretera Federal 57D hacia el Sur, desde el municipio de Arteaga, Coahuila, hasta el entronque
con la Carretera a Los Lirios, donde se tomará esta ruta hasta topar con la intersección con la
carretera estatal 20, para posteriormente continuar sobre este camino hasta encontrar la desviación
hacia la Ruta Los Lirios, continuando derecho por esta ruta durante aproximadamente 50 km hasta
el poblado de Casillas.

Figura 1.18 Plano que muestra las vías de acceso al área de estudio (SCT, 2006). La zona de
estudio se encuentra dentro del rectángulo color rojo, y el negro muestra una ampliación.

26
GENERALIDADES CAPÍTULO I

Geográficamente la zona se encuentra limitando al Norte con la Sierra La Cebolla, y una


porción de la Sierra California, al Sur y Sureste con la Sierra La Ventana, y Sierra El Mediodía,
mientras que de Este a Oeste se encuentra limitando con la Sierra La Veleta, Sierra La Cuesta, y
Sierra California.

Dentro del área correspondiente al poblado de Casillas, las estructuras con las que se
trabajó corresponden a la Sierra La Ventana, La Cebolla, y la Sierra El Mediodía.

1.6 TRABAJOS PREVIOS

La Sierra Madre Oriental (SMO), representa una de las provincias morfotectónicas más
importantes del país; su estudio es relevante para poder generar información en diferentes aspectos
de las ramas de las geociencias, pues aquí se han realizado estudios tanto geoquímicos (Alvarado-
Molina, 2004), como paleontológicos, isotópicos, estructurales, sedimentarios, petroleros,
geofísicos (Prado-Gómez, 1997), etc.

Petróleos Mexicanos (PEMEX), realizó una gran cantidad de estudios a lo largo y ancho
de la SMO, ya que mediante estos se pueden generar resultados que permitan comprender el
comportamiento de los yacimientos petroleros del Golfo de México. PEMEX realizó varias
cartografías geológicas, secciones geológicas estructurales, así como una diversidad de estudios
geofísicos y paleontológicos.

En la SMO se han llevado a cabo estudios con enfoques isotópicos/estructurales, donde la


creación de modelos de propagación de la deformación son el objetivo principal. Esta clase de
modelos permiten al geocientífico comprender mejor el comportamiento de una estructura a través
de tiempo. Fítz-Díaz et al. (2014) generarón esta clase de modelos mediante dataciones
radiométricas, empleando el método isotópico Ar/Ar.

Varias tesis de maestría y doctorado han sido desarrolladas en la SMO, por parte de
instituciones educativas de alto prestigio a nivel nacional, como por ejemplo la Facultad de
Ciencias de la Tierra en Linares, Nuevo León, siendo tal el caso de Chávez-Cabello (1996),
Medina-Alemán (2001), Torres-Ramos (2004), Delgado-García (2005), Treviño-Hernández

27
GENERALIDADES CAPÍTULO I

(2007), Michalzik (1987), Götte (1990), Chapa-Guerrero (1993), Medina-Barrera (1996), Jasso-
Saldaña (2008) y Porras-Vázquez (2009), entre otros.

Algunos trabajos incluyen el análisis de los estilos estructurales de la SMO; dentro de este
rubro es posible encontrar publicaciones de Padilla y Sánchez (1985), Marrett & Aranda-García
(1999), Eguiluz et al. (2000). Estos trabajos permiten conocer con un mayor detalle la evolución
de la SMO.

La presente investigación pretende contribuir en la solución de los problemas, que la


industria del petróleo atraviesa, los cuales poseen una dificultad cada vez mayor. En México la
industria petrolera debe enfrentarse en mayor parte a retos impuestos por yacimientos
carbonatados naturalmente fracturados. En estos sistemas, los cambios en la porosidad debido a
procesos de disolución y diagenéticos, la existencia de complejos e intrincados sistemas de
fracturas asociados a fallamiento y/o plegamiento, crean desde micro-fracturas hasta canales de
alta conductividad que originan cambios en las propiedades petrofísicas que afectan el fenómeno
del flujo (Padilla-Toledo, 2013).

La problemática de los yacimientos asociados a estructuras plegadas y falladas hace


necesario llevar a cabo análisis de modelos estáticos y dinámicos para determinar condiciones
favorables de producción en pozos cercanos a zonas de falla (Padilla-Toledo, 2013).

Debido al marco de estos retos y cuestiones relacionadas a los yacimientos naturalmente


fracturados asociados a fallas y/o pliegues, se decidió realizar una investigación en este tema, a
razón de poder contribuir en la solución de esta clase de problemática en la industria.

1.7 HIPÓTESIS

Los modelos finales de pliegues relacionados con fallas en Cinturones Plegados y


Cabalgados (CPC), presentan características geométricas típicas entre sus flancos (longitud y
buzamiento), y mesoestructuras asociadas a su evolución cinemática.

28
GENERALIDADES CAPÍTULO I

La Sierra de La Ventana es un clásico pliegue complejo relacionado con fallamiento,


expone elementos estructurales suficientes para su análisis, clasificación y comparación con
trampas de hidrocarburos análogas actualmente activas en el mundo.

1.8 OBJETIVOS

Entender los diversos factores que controlan el desarrollo de importantes trampas de


hidrocarburos en sistemas petroleros activos en el mundo, y que representan análogos de
estructuras expuestas en la SMO. Se analizan las variaciones geométricas y cinemáticas de las
estructuras en la localidad de Casilla, N.L. Para poder cumplir con este objetivo, se requiere
alcanzar los siguientes objetivos particulares:

I. Documentar información estructural con fallas, planos de estratificación, foliación,


estilolitas, ejes de pliegues, espesores de flancos, entre otros, en las estructuras geológicas
presentes en el área de estudio.
II. Obtener columnas estratigráficas de la zona.
III. Determinar los tipos de trampas presentes en la zona
IV. Establecer la distribución espacial de las trampas dentro de la zona de estudio
V. Generar un modelo de evolución estructural de las trampas de hidrocarburos.

1.9 METODOLOGÍA

La presente tesis se llevó a cabo en tres etapas:

I. Gabinete: Revisión bibliográfica e integración de mapas preliminares:


Se llevó a cabo una revisión amplia acerca de los principales modelos tectónicos
relacionados con estilos de deformación en cinturones plegados y cabalgados (deformación
de cobertura y de basamento), frentes de montaña y sus estructuras más comunes, así como
de los factores que controlan el desarrollo de las estructuras presentes en estos. En esta
etapa del estudio, se digitalizaron secciones y mapas geológicos sobre los cuales se
definieron las estructuras principales, esto con el fin de tener una base para el trabajo de
campo.

29
GENERALIDADES CAPÍTULO I

II. Etapa de Campo:


El presente estudio se fundamentó en trabajo de campo, el cual consistió en la realización
de secciones geológico - estructurales.
Adicionalmente, se colectaron datos estructurales como: fallas, fracturas, ejes de pliegues,
planos de estratificación, entre otros. Estos datos se documentaron en zonas específicas de
las estructuras para ser empleadas en la clasificación de las mismas.

III. Gabinete: Análisis de datos:


Se llevó a cabo una correlación espacial de las estructuras para determinar su extensión y
variación geométrica lateral y vertical. Finalmente, el análisis estructural de las secciones
regionales fue complementado con el balanceo de las secciones estructurales (2D-move)
para establecer el modelo geométrico y cinemático del área de estudio.

30
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

CAPITULO 2
2 MARCO TECTÓNICO REGIONAL

2.1 INTRODUCCIÓN

La mayor parte de México es una amalgama de terrenos adheridos al Sur de los Estados
Unidos. Según lo anterior, la evolución del país, hablando geológicamente, ha estado controlada
por la acreción de terrenos tectonoestratigráficos a través de límites transformantes o convergentes
en diferentes tiempos geológicos, siendo los terrenos consolidados al núcleo de México
principalmente por emplazamiento de magmas (Campa & Coney, 1983; Sedlock et al., 1993;
Ortega-Gutiérrez et al., 1994; Keppie, 2004).

La región Noreste de México reúne al este la provincia del Golfo de México y al oeste la
provincia del Pacífico. Estas provincias tectonoestratigráficas son subregiones de grandes
dimensiones que poseen, cada una de ellas, una evolución tectónica distintiva y diferentes entre sí,
dando como resultado que cada uno de estos tenga diferentes paquetes estratigráficos. Estas
provincias están caracterizadas por estilos estructurales únicos, así como diferentes basamentos
(de Cserna, 1989; Sedlock et al., 1993; Moran-Zenteno, 1994). Las diferencias en la estratigrafía
son muestra clara de la respuesta subregional a la interacción de las provincias tectónicas, los
cambios eustáticos en el nivel del mar, y los tipos y fuentes de sedimentos.

La provincia del Golfo de México y su evolución tectónica durante el Mesozoico es


dominada por el desarrollo de un margen pasivo asociado con la apertura del Golfo de México,
encontrándose este evento sobreimpreso por los efectos no ígneos de la orogenia Larámide
(Salvador, 1987, 1991a, b, c; Pindell, 1985, 1993; Ross and Scotese, 1988; Pindell et al., 1988;
Pindell & Barret, 1990; Bartok, 1993; Marton & Buffler, 1993). La evolución estratigráfica está
dominada principalmente por eustatismo (Todd & Mitchum, 1977; Vail et al., 1984; Haq et al.,
1987; Scott et al., 1988; Goldhammer et al., 1991; 1998a, b; Scott, 1993; Yurewicz et al., 1993;
Lehmann et al., 1998).

31
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Una clara distinción se presenta para la provincia del Pacífico en comparación con la del
Golfo de México, en el hecho de que su estilo de evolución de basamento tuvo poco que ver con
la evolución tectónica del Golfo de México, siendo así que los patrones de relleno estratigráfico
son principalmente una función directa de tectonismo relacionado a la tectónica mesozoica del
Pacifico y el aporte de sedimentos. Durante el Mesozoico, en el margen del Pacífico de México
existió un complejo de arcos volcánicos-plutónicos (Tardy, 1977; Sarváis et al., 1982, 1986;
Araujo-Mendieta & Arenas-Partida, 1986; Sedlock et al., 1993).

La configuración estructural y estratigráfica reconocible de la región Noreste de México


inicia con el evento orogénico Ouachita-Marathon durante el Permo-Triásico (Goldhammer,
1999). A partir del mismo, la evolución paleogeográfica desde el Mesozoico hasta el Cenozoico
del noreste de México se relaciona estrechamente con la apertura y evolución del Golfo de México
(Salvador & Green, 1980; Anderson & Schmidt, 1983; Winker & Buffler, 1988; Wilson, 1990).

Basados en ideas de Tardy (1977), de Cserna (1979, 1989), Limón (1989), Córdoba et al.
(1980), Dickinson (1981), Serváis et al. (1982, 1986), y Araujo-Mendieta & Arenas-Partida
(1986), Goldhammer & Johnson (2011) sintetizan el desarrollo tectónico de la provincia del
Pacífico y su relación con la provincia del Golfo de México (Figura 2.1).

Tras la creación de Pangea en el Paleozoico tardío, la provincia del Pacífico sufrió dos
ciclos tectónicos de apertura y cierre de tras-arco producidos por la subducción relacionada al
Pacífico. De acuerdo con este modelo, la primera fase de extensión tras-arco ocurrió en el Triásico
Tardío hasta el Jurásico Medio, formando así el surco de Chihuahua y el geosinclinal mexicano
del norte, al oeste del bloque de Coahuila. Al este del bloque de Coahuila la rotación en un sentido
anti-horario de Yucatán fuera del Golfo de México, resultó en una fase de rift de la provincia del
Golfo de México. En el Jurásico Tardío, ocurrió el cierre parcial e inversión de la preexistente
cuenca tras-arco. Se especula que este evento propicio el levantamiento del bloque de Coahuila.

32
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 1 Modelo de evolución tectónica para el NE de México. Al


oeste existe una mayor influencia tectónica en la estratigrafía, mientras
que al este la influencia es mayoritariamente eustática (Goldhammer &
Johnson, 2001 en Torres, 2011).

33
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

En el Cretácico Temprano ocurrió la segunda fase de extensión tras-arco al oeste del bloque
de Coahuila. Al este del bloque de Coahuila, la provincia del Golfo de México se encontraba en
una transición a un margen pasivo por la desaceleración de la subsidencia. En el Cretácico Tardío,
la provincia del Pacífico se sometió a la fase Laramídica de cierre e inversión del Geosinclinal
Mexicano del Norte, y surco de Chihuahua, los cuales han sido sitios, desde Cretácico Temprano
al Cretácico Medio, donde ocurría depósitos de flysch. En el Cretácico Tardío, el levantamiento
del arco Alisitos coincidió con el levantamiento regional hacia el este y la deformación
contraccional que dio origen a la formación del Cinturón Plegado de la Sierra Madre Oriental (de
Cserna, 1989; Sedlock et al., 1993; Morán-Zenteno, 1994).

2.2 NORESTE DE MÉXICO

La estratigrafía y configuración estructural de noreste de México es un ejemplo


representativo de una evolución tectónica compleja (Dickinson and Coney, 1980; López-Ramos,
1981; Padilla Sánchez, 1986; Salvador, 1987, 1991a, b, c; Pindell, 1985, 1993; Ross and Scotese,
1988; Pindell et al., 1988; Winker and Buffler, 1988; Wilson, 1990; Pindell and Barrett, 1990;
Johnson et al., 1991; Bartok, 1993; Marton and Buffler, 1993; Moran-Zenteno, 1994; Gray and
Johnson, 1995; Ye, 1997). Su evolución comenzó en el Permo-Triásico, después del evento
orogénico Ouachita-Marathon, el cual precedió al rifting que experimentó la Pangea durante el
Triásico Tardío hasta el Jurásico Medio, la subsecuente apertura del Golfo de México, ocurriendo
posteriormente el desarrollo de un margen pasivo durante el Cretácico Temprano (Goldhammer,
1999). La evolución de estos procesos culminó con la deformación del foreland durante el
Cenozoico Temprano, ocurriendo un tectonismo local asociado a evaporitas. La complejidad que
rige al Noreste de México se ve reflejada en cada uno de los elementos estructurales que componen
esta región del país, los cuales pueden observarse en la Figura 2.2. A continuación, se describen
algunos elementos estructurales y sub-provincias geológicas del NE de México, esto con el
objetivo de entender mejor el grado de complejidad prevaleciente.

34
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

2.2.1 Cinturón plegado y cabalgado de la Sierra Madre Oriental

La Sierra Madre Oriental (SMO) corresponde a un rasgo orográfico formado por un macizo
montañoso situado al Noreste de la República Mexicana. Limitado hacia el Este por la Planicie
Costera del Golfo, hacia el Sur por la Faja Volcánica Transmexicana, al Oeste por el Altiplano
Mexicano y se extiende hacia el Norte hasta la frontera norte de México. La SMO es una unidad
fisiográfica con más de 800 Km de longitud y de 80 a 100 Km de amplitud, siendo el rasgo
tectónico más sobresaliente del NE de México.

Esta estructura es el resultado del levantamiento y deformación de rocas principalmente


Mesozoicas, así como también de su basamento cristalino. Corresponde así a una franja de frente
plegado y cabalgado durante la Orogenia Larámide durante el Paleoceno Tardío al Eoceno
Temprano (Eguiluz et al., 2000).

Desde el punto de vista estructural la SMO consiste en una cadena de pliegues elongados,
con flancos de verticales a subverticales, con fallas y cabalgaduras en su mayoría con transporte
tectónico hacía el antepaís, aunque en ocasiones se presentan vergencias opuestas (Padilla &
Sánches, 1985). El rumbo de las estructuras a nivel regional presenta cambios en su dirección;
entre Parral, Chihuahua y Torreón, Coahuila, la orientación es NW-SE y cambia a WNW-ESE
entre Torreón y Saltillo Coahuila, NE-SW entre Saltillo y Monterrey, Nuevo León, y NNW-SSE
entre Monterrey y la región de Zongolica, Veracruz; así mismo, se distinguen variaciones en la
longitud de onda de sus pliegues y cambios en la amplitud de la cadena deformada.

De acuerdo con los análisis estratigráficos, paleogeográficos y morfoestructurales


realizados por Eguiluz et al. (2000), la SMO posee 6 sectores con estilos estructurales distintivos
(Figura 2.2), los cuales son: San Pedro del Gallo, que corresponde al extremo noroeste de la cadena
plegada; Sector Transversal de Parras, situado entre Jimulco y Saltillo, Coahuila; Sector Saliente
de Monterrey, se ubica desde el poniente de Monterrey hasta Aramberri, Nuevo León; el Sector
Valles localizado entre Cd. Victoria, Tamaulipas y Valles, San Luis Potosí, y el Sector
Huayacocotla, entre Tamazunchale y Tezuitlán, Puebla.

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 2 Distribución de sectores del frente tectónico de la


Sierra Madre Oriental: (1) San Pedro del Gallo, (2)
Huayacocotla, (3) Transversal de Parras, (4) Saliente de
Monterrey, (5) Valles, (6) Cuenca de Sabinas, (7) Región
Zongolica, (8) Bloque de Coahuila. La nomenclatura para las
ciudades queda como sigue: (T) Tampico, (M) Monterrey, (To)
Torreón, (V) Veracruz, (SLP) San Luis Potosí (Eguiluz et al.,
2000).

2.2.2 Bloque de Coahuila

El bloque de Coahuila está limitado al norte por la Falla de San Marcos de carácter inferido
lateral izquierdo (McKee et al., 1984, 1990), y al sur por el lineamiento Torreón-Monterrey
paralelo a una falla de corrimiento lateral a la Megacizalla Mojave-Sonora de Anderson y Schmidt
(1983). El bloque de Coahuila se caracteriza por poseer pliegues Laramídicos dómicos amplios
(anticlinales con doble inmersión). En los pliegues, los ejes muestran una orientación NW-SE
debido a que el bloque funciona como un indentor rígido para gran parte de la deformación
Laramide sobre los carbonatos Cretácicos (Figura 2.3; Imlay, 1936; Charleston, 1981;
Goldhammer, 1999). Cabe señalar que de acuerdo a Lehmann et al. (1999) el bloque de Coahuila
jugó un papel importante en la evolución estratigráfica y tectónica del NE de México. El bloque

36
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

permaneció emergido desde el Jurásico Tardío hasta, posiblemente, el Aptiano Tardío (Padilla &
Sánchez, 1986) cuando fue cubierto completamente por la transgresión marina del Mesozoico
Tardío.

Figura 2. 3 Imagen Landsat tomada de Goldhamme & Johnson, 2001 que


ilustra los principales elementos tectónicos del Noreste de México. La
nomenclatura de la imagen queda como sige: (M) Ciudad de Monterrey,
(S) Saltillo, (CB) Bloque de Coahuila, (SMO) cinturón plegado de la
Sierra Madre Oriental, (CFB) Cinturon plegado de Coahuila, (Pa)
Cuenca de Parras, (Lp) Cuenca de la Popa, (MV) Potrero Minas Viejas,
(PG) Potrero García, (H) Cañón de la Huasteca, (SMF) Falla San Marcos.

2.2.3 Arco de Tamaulipas

Para esta estructura corresponde una zona de basamento somero con una orientación NNW
que se ubica en los estados de Nuevo León y Tamaulipas. Al este se encuentra limitado por la falla
lateral Tamaulipas-Chiapas, la cual permitió la migración hacia el Sur del Bloque de Yucatán en
el Jurásico Medio (Pindell & Dewey, 1982; Pindell, 1985; Wilson, 1990).

A este alto le corresponde un basamento compuesto de rocas intrusivas granodioríticas de


edad Permo-Triásico, correspondiente al arco magmático continental desarrollado en el margen
Oeste de la parte central de Pangea, cerca de lo que hoy es el Este de México (Torres et al., 1999;

37
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Sedlock, 1993; Dickinson & Lawton, 2001). Varios autores estiman el hecho de que este
basamento estuvo expuesto desde el Triásico Tardío al Tithoniano, tiempo en el que fue
transgredido por el mar (Padilla & Sánchez, 1986; Goldhammer, 1999).

La principal característica de este arco es la de tener anticlinales amplios, que en superficie


forman montañas elongadas de bajo relieve (Padilla & Sánchez, 1986), que posteriormente fueron
intrusionadas por cuerpos graníticos durante el Oligoceno y Mioceno (López-Ramos, 1981)

2.2.4 Cinturón plegado de Coahuila

Consiste en numerosos anticlinales aislados, orientados NW-SE, alargados y apretados,


con doble buzamiento. Los anticlinales son separados por valles sinclinales amplios. Algunos de
los anticlinales están erosionados en su núcleo formando potreros. Esta morfología se debe a la
intrusión y erosión subsecuente de rocas evaporíticas del Jurásico Superior de la Formación Olvido
(Murray, 1959; Wall et al., 1961; Charleston, 1981; Padilla y Sánchez, 1982,1986).

El Cinturón Plegado de Coahuila (CPC) se encuentra delimitado por dos elementos de


basamento, el Arco Burro Salado al norte, y el bloque de Coahuila en el sur, separados por dos
fallas regionales. La falla norte es La Babia (Charleston, 1974, 1981), y la falla sur es la Falla San
Marcos (McKee & Jones, 1979; Charlestone, 1981; Mckee et al., 1984, 1990) que separa al
Cinturón Plegado de Coahuila del Bloque de Coahuila (Figura 2.2)

2.2.5 Arco Burro Salado

El Arco Burro Salado, también conocido como Cratón de Coahuila-Texas, se encuentra


limitado al suroeste por la Falla La Babia (Charlestone, 1981), que lo separa del Cinturón Plegado
de Coahuila. Posee una composición litológica de rocas metasedimentarias sujetas a deformación
en el Paleozoico Tardío, que después fueron depositadas en el margen sureste de Laurasia, previo
al cierre del Cinturón Orogénico Ouachita Marathon (Wilson et al., 1984; Pindell, 1985; Carpenter,
1997).

38
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

El Arco Burro Salado fue progresivamente trasngredido por los mares del Cretácico y
totalmente cubierto antes del Maastrichtiano. Las estructuras presentes son anticlinales amplios y
suaves orientados NW-SE similares a los del Bloque de Coahuila. Los anticlinales más importantes
son el Burro, Peyotes y el Carmen (Murray, 1959).

El Arco Burro Salado es considerado, de acuerdo con Wilson (1990), la continuación hacia
el noroeste del Arco de Tamaulipas, localizado al sureste, con un ligero grado de desplazamiento
hacia la izquierda.

2.2.6 Cuencas de antepaís

De acuerdo a Ye (1997), el cual es uno de los primeros que integró la información de las
cuencas de antepaís de la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre Oriental cuenta con tres diferentes
cuencas, que son: (1) Parras y La Popa, (2) Tampico-Mizantla, (3) Veracruz.

Las cuencas de antepaís, como la Cuenca de Parras y la Popa, presentan depósitos deltáicos
y de aguas someras del Cretácico Superior-Cenozoico (Grupo Difunta), los cuales fueron
deformados durante la Orogenia Larámide. En la Cuenca de Parras, la deformación es intensa
presentando pliegues apretados y alargados. La cuenca La Popa se caracteriza por la presencia de
domos y diapiros salinos que fueron producto tanto de deformación contraccional como por
procesos halocinéticos. Las Cuencas Tampico-Mizantla y Veracruz presenta depósitos de aguas
profundas y turbiditas del Cretácico Superior y Cenozoico. El desarrollo de estas cuatro cuencas
tiene relación directa con el origen de la Sierra Madre Oriental (Ye, 1997).

2.3 RECONSTRUCCIÓN DE MÉXICO

Existen varios modelos tectónicos que explican la creación de México; cada uno de estos
modelos, dependiendo del autor, dividen al país en una serie de terrenos tectonoestratigráficos
basándose en características tales como la composición litológica, eventos de deformación y
metamorfismo presente para asignarle a cada uno de ellos un origen tectónico diferente. Para
Sedlock et al. (1993), México se divide en 17 terrenos (Figura 2.4).

39
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 4 Mapa de terrenos tectónicos de México y el norte de Centro América. Abreviaciones: (CUI)
Cuicateco, (M) Mixteco, (T) Tarahumara, (Z) Zapoteco, (AB) Falla Agua Blanca, (SM) Falla San Marcos,
(TMVB) Cinturón Volcánico Trans-Mexicano (Sedlock et al., 1993).

De acuerdo al modelo de Sedlock et al. (1993), el terreno que comprende al noreste del
país es el Coahuiltecano, el cual contiene rocas Paleozoicas con metamorfismo de bajo grado, así
como rocas de origen volcánico y sedimentos tipo flysch. Estas unidades podrían corresponder al
forearc y al arco respectivamente, que son originados por la colisión del supercontinente
Gondwana con Norte América en el Paleozoico tardío durante la orogenia Ouachita. Las rocas
Paleozoicas fueron cortadas por plutones Triásicos de composición Calcico-alcalinos y
superpuestos por rocas de plataforma con edades Cretácicas y Triásico Tardías. El terreno
Coahuiltecano es equivalente al terreno Coahuila propuesto por Coney & Campa (1987).

La evolución del Noreste de México se encuentra regida por varios eventos tectónicos
principales que corresponden a la Orogenia Ouachita-Marathon, el rifting y formación del Golfo
de México, así como la Orogenia Laramide.

40
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

2.3.1 Orogenia Ouachita-Marathon

El patrón estructural de los bloques de basamento que influenciaron en la estratigrafía del


Mesozoico Tardío en el Noreste de México, reflejan los efectos de la Orogenia Ouachita-Marathon
desde el Misisípico Tardío al Pérmico Temprano, la cual unió América del Norte, África, América
del Sur, y Yucatán (Salvador & Green, 1980; Pindell & Dewey, 1982; Wilson, 1990). Esta
orogenia se logró con el cierre del océano durante un proceso de colisión continente-continente,
por lo cual Yucatán llenó el vacío entre América del Norte y América del Sur (Pindell, 1985;
Pindell & Barrett, 1990).

Las estructuras acrecionadas están marcadas por la presencia de sedimentos continentales


Pérmico-Carboniferos originados por procesos de levantamiento y plegamiento, así como también
por secuencias orogénicas de tipo flysch que se encuentran sobre el paquete sedimentario de
plataforma en América del Norte (Pindell & Dewey, 1982). Otras estructuras incluyen el
desplazamiento de relictos localizados en el Noreste de México (i.e. Las Delicias, y Ciudad
Victoria).

La localización de la zona de sutura en el noreste de México, se localiza entre el cinturón


Marathon y la zona de rocas intrusivas Pérmico-Triásicas que están por debajo del bloque de
Coahuila y el sur de la cuenca de Sabinas. En la Figura 2.5 se muestra un mapa paleotectónico del
Noreste de México, ilustrando las principales características tectónicas.

2.3.2 Rifting y formación del Golfo de México

Debido a la falta de información geológica directa del Golfo de México, muchos de los
diferentes autores que han estudiado el área coinciden, mediante interpretaciones con métodos
indirectos, que el origen del Golfo de México y el Atlántico ocurrió en las diferentes fases
relacionadas a la apertura del mar de Tethys durante el Triásico y Jurásico (Figura 2.6) (Van der
Voo et al., 1976). Durante esta época (hace 227 Ma) se interpreta que la placa Norteaméricana
comenzó a separarse de las placas de África y Sudamérica por un proceso de rifting durante la
disgregación de Pangea. La disgregación causó la apertura del mar de Tethys y dio origen a un
proto-óceano Atlántico y Golfo de México a partir del Jurásico (Van der Voo et al., 1976). Se

41
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

crearon grabens y medios grabens con un desarrollo extensional y transtensional a lo largo del
frente de los cinturones orógenicos Apalachianos y Aleganianos, alrededor de la periferia del
Golfo de México (Pindell y Dewey, 1982). Los grabens fueron colmatados con secuencias
terrígenas (Lecho rojos) continentales y material volcánico desde el Triásico Superior hasta el
Jurásico Inferior.

Figura 2. 5 Mapa paleotectónico del Noreste de México. Las abreviaciones para las
ciudades son: (NL) Nuevo Laredo, (M) Monterrey, (S) Saltillo, (CV) Ciudad Victoria, y
(TA) Tampico. El punto rojo muestra el área de estudio. Modificado de Goldhammer et al.
(1991).

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 6 Configuración tectónica de México para el Triásico Tardío - Jurásico


Temprano (Coney, 1983).

Fue hasta el Jurásico Medio cuando un brazo del rift se separó durante el proceso distensivo
y ocurrió migración de un bloque hacia el oeste, separando África y Sudamérica de Norteamérica
(Figura 2.7). Durante esta separación el mecanismo que dio origen a la apertura del Golfo de
México fue el desprendimiento del bloque de Yucatán (Pindell, 2001a). Algunos autores coinciden
en explicar que se desprendió desde la margen noroccidental de la costa del Golfo de México en
los Estados Unidos y se trasladó con una tendencia hacia el sureste a su posición actual. Una de
las hipótesis indica que el movimiento del bloque de Yucatán tuvo en sus márgenes nororientales
y suroccidentales, movimientos de fallas transcurrentes, dando una curvatura con movimiento

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

contrario al de las manecillas del reloj con una rotación de 42.5° (Pilger, 1981; Meneses, 1990;
Salvador, 1991c).

Figur 2. 7 Configuración tectónica de México para finales del Jurásico Medio y


principios del Jurásico Tardío. Durante este periodo de tiempo, un brazo del rift
se separó durante el proceso distensivo y ocurrió migración de un bloque hacia el
oeste, separando África y Sudamérica de Norteamérica, propiciando a su vez la
apertura del Golfo de México (Modificado de Coney, 1983).

44
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

A finales del Jurásico Medio, ocurrió una significante atenuación de la corteza continental,
produciendo levantamientos en el basamento, formando rifts en el norte del Golfo de México, con
dirección de la extensión orientada hacia el noroeste-sureste. Se interpreta que, hasta principios
del Jurásico Superior, hace 160 Ma, en el Oxfordiano Inferior, fue cuando la expansión cesó,
formándose márgenes pasivos y subsidencia en la parte central del Golfo de México (Salvador,
1991c).

La subsidencia relacionada con el enfriamiento de la corteza dio origen a un rápido


desarrollo de condiciones marinas, formando una plataforma somera o rampa en el límite de la
corteza oceánica y la corteza transicional. Prevalecieron depósitos de sedimentos clásticos en
aguas someras, convirtiéndose lateralmente a carbonatos de aguas profundas. Al mismo tiempo
ocurrió el desarrollo de barras oolíticas en los bordes de la plataforma (Salvador, 1991b; Winker
& Buffler, 1988; Williams-Rojas & Hurley, 2001), que en conjunto formaron asociaciones
litológicas de bandas concéntricas muy bien definidas en los bordes del Golfo de México
(Salvador, 1991b), condiciones que prevalecieron hasta finales del Kimmeridgiano.

El Golfo de México experimentó, entre otros eventos, una serie de transgresiones y


regresiones, que generaron las condiciones propicias para configurar la columna estratigráfica del
NE de México (Figura 2.8).

2.3.2.1 Formación de la columna estratigráfica del NE de México

Para la secuencia continental del Grupo Huizachal, compuesta por las Formaciones La
Boca y La Joya, sus zonas de aporte provienen de los sistemas de horst y las zonas de graben,
actuando como zonas de depósito de sedimentos. Esta secuencia se depositó en un ambiente
continental, controlado por movimientos verticales ejercidos a través del fallamiento normal entre
bloques, siendo distribuida de manera no uniforme y discordante sobre el basamento Paleozoico.

Posteriormente, las áreas continentales de bajo relieve, debido al rifting, experimentaron


una transgresión marina proveniente del Este (Mar de Tethys) en el Jurásico Medio, depositándose
secuencias evaporíticas de la Formación Minas Viejas bajo condiciones restringidas de cuenca

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

somera, alcanzando hasta 1000 m de espesor en el área de Monterrey-Saltillo (Goldhammer,


1999).

MAAS

Figura 2. 8 Columna Cronoestratigráfica del NE de México. (Tomado de


Torres-Ramos, 2011).

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

La “etapa de deriva”, inició a partir de que la corteza continental alcanzó un


adelgazamiento crítico para permitir la instauración de la dorsal oceánica en la parte central del
Golfo de México. El tiempo en el que ocurrió la instauración de la dorsal oceánica, fue definido a
partir de que las secuencias evaporíticas del Calloviano, depositadas sobre la corteza continental
adelgazada, fueron cortadas y separadas (Salvador, 1991b). Se estima que la dorsal operó entre el
Jurásico Medio-Tardío o Jurásico Temprano-Tardío.

Al comienzo del Jurásico Tardío la deposición estuvo controlada por los altos estructurales
y afectada por la subsidencia diferencial en conjunto con subsidencia tectónica. La depositación
se llevó a cabo mediante rampas que bordearon las masas expuestas, depositándose sedimentos
terrígenos en las áreas marginales (Formación La Gloria), cambiando lateralmente a caliza de
aguas someras (Formación Zuloaga y Novillo; Goldhammer, 1999), y evaporitas con carbonatos
de la Formación Olvido. Estas rampas o plataformas se ubicaron hacia el Sur de la Isla de Coahuila,
y hacia el Sur y Este del Arco Burro Salado (Padilla & Sánchez, 1986).

Posteriormente, para el Kimmeridgiano Tardío-Tithoniano, se depositó la Formación La


Casita en un ambiente deltáico, en las áreas distales se acumulaban arcillas y carbonatos de aguas
profundas de la Formación la Caja, al sur del Bloque de Coahuila, y caliza y lutita de agua somera
de la Formación Pimienta en la parte este del Golfo de Sabinas y este del Arco de Tamaulipas.
Para el Tithoniano, el Arco de Tamaulipas estaba cubierto por el mar (Padilla & Sánchez, 1986;
Goldhammer, 1999).

En el período Berriasiano-Valanginiano ocurrió la deposición de la Formación Taraises en


un ambiente de plataforma marina abierta; por otro lado, también se depositó la Formación
Carbonera en la parte Sur de la Isla de Coahuila en un ambiente deltáico (Eguiluz, 1991), mientras
que en la parte Norte de la Isla de Coahuila se depositaron las Formaciones San Marcos (McKee
et al., 1990) y Hosston en un ambiente continental con sus variaciones de facies distales como las
Formaciones Barril Viejo y Menchaca en la Cuenca de Sabinas.

Para el Barremiano-Aptiano Temprano, inició la acumulación de gruesas secuencias de


carbonatos, limolitas y evaporitas bordeadas por un cinturón de arrecifes pertenecientes a la

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MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Formación Cupido. Hacia la parte exterior de este borde se acumularon carbonatos de aguas
profundas de la Formación Tamaulipas Inferior. Para el Norte, Noreste y Este de la Isla de Coahuila
se depositaron rocas clásticas de las Formaciones Pátula y La Mula. Estas rocas que bordearon la
Isla de Coahuila, cambian de facies a evaporitas marinas restringidas y carbonatos de la Formación
La Virgen (Goldhammer, 1999).

La deposición de carbonatos fue interrumpida por pulsos menores de sedimentación


clástica de la Formación La Peña en el Aptiano Tardío, relacionado quizá a efectos tectónicos que
indujeron a un aumento en el nivel del mar, que condujo a que ocurriera la transgresión total de la
Isla de Coahuila.

Para el Albiano- Cenomaniano, nuevamente se desarrolló una plataforma tipo rampa; ésta
controló el depósito de la Formación Aurora bordeando al parcialmente sumergido Bloque de
Coahuila, y el depósito de su equivalente de cuenca la Formación Tamaulipas Superior. Detrás de
la barrera arrecifal de la Formación Aurora que bordeaba el área de la Isla de Coahuila y el Arco
Burro Salado, la circulación restringida de agua permitió el depósito de sedimentos calcáreos,
evaporitas, y limos de las Formaciones Acatita y McKnight. Por otro lado, en el Golfo de Sabinas,
las Formaciones Tamaulipas Superior y Grupo Washita, se depositaron en un ambiente de aguas
profundas, mientras que para el Sur de la Isla de Coahuila se depositó la Formación Cuesta del
Cura, sobreyaciendo a la Formación Tamaulipas Superior (Padilla & Sánchez, 1986).

2.3.3 Orogenia Larámide

La orogenia Larámide fue propuesta por Dana (1896), quien identificó un evento de
formación de montañas contemporáneo a la acumulación de sedimentos de la Formación
Laramide, en la localidad del mismo nombre en Wyoming, Estados Unidos de América.

De acuerdo con las ideas más aceptadas, la subducción del piso oceánico debajo del margen
occidental de América del Norte empezó en el Triásico Medio-Tardío, como consecuencia de la
extensión intercontinental asociada al rompimiento de Pangea (Figura 2.9). Este escenario estaba
representado por la subducción de las grandes placas oceánicas Farallón y Kula por debajo de la
Placa Norteamericana. Este régimen tectónico perduró durante todo el Mesozoico y gran parte del

48
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Cenozoico, a medida que el piso oceánico era consumido. Ambas placas, Kula y Farallón,
formaban un punto triple con la Placa Pacífico (Figura 2.10). La Placa Kula se encontraba al norte
de Farallón y tenía un movimiento relativo hacia el norte-noreste, con respecto a América del
Norte. Este proceso de subducción se extinguió aproximadamente a los 40 Ma debajo de Alaska,
el Oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos (Valencia-Moreno & Ortega-Rivera, 2011).

Figura 2. 9 Mapa de la distribución de las masas continentales al inicio de la


ruptura de Pangea. La separación y deriva progresiva de América del Norte
dio como resultado la subducción del piso oceánico bajo la margen
occidental, con consecuente aparición de los primeros rasgos orogénicos a lo
largo de la cordillera (modificado de Kious & Tilling, 1996) (en Valencia-
Moreno & Ortega-Rivera, 2011).

49
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 10 Mapas tectónicos simplificados del noreste del Pacífico


entre 74 y 64 Ma. Las flechas indican el movimiento relativo de las
placas (modificado de Bunge & Grand, 2000) (en Valencia-Moreno &
Ortega-Rivera, 2011).

La Placa Farallón se deslizaba debajo del oeste de los Estados Unidos y el oeste de México,
fragmentándose y reduciéndose progresivamente en las placas menores de Juan de Fuca, Rivera y
Cocos, a medida que la dorsal Pacífico-Farallón se aproximaba de manera oblicua a la trinchera.
Debido a esto, el régimen tectónico en el noreste de México y el suroeste de los Estados Unidos
cambio de un tipo Andino, relacionado a la convergencia de placas, a uno de tipo extensional-
transcurrente a lo largo del sistema de falla San Andrés y Golfo de California (Valencia-Moreno
& Ortega-Rivera, 2011).

Durante la mayor parte del Mesozoico y el Cenozoico, el magmatismo asociado a la


subducción fue relativamente móvil, particularmente debido a cambios en la geometría y las
condiciones de convergencia de las placas (e.g., Coney & Reynolds, 1977). Nueva corteza
continental fue progresivamente añadida a la margen occidental de América del Norte en forma
de numerosos plutones, que fueron emplazados de manera individual o como grandes complejos
volcánico-plutónicos.

50
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

De acuerdo con Coney & Reynolds (1977), la migración hacia el oriente del foco de la
actividad ígnea, y su tasa de migración relativa en el suroeste de América del Norte, está
evidenciada por datos geocronológicos que sugieren que entre el Cretácico Temprano y el
Cretácico Tardío (~140-80 Ma), la actividad magmática fue relativamente estática y cercana a la
paleotrinchera. Posteriormente, el magmatismo migró de forma más acelerada entre los ~80 y los
40 Ma, penetrando por más de 1000 km hacia el interior del continente, para después regresar más
rápidamente hacia la paleotrinchera en el Mioceno Temprano y Medio (Coney & Reynolds, 1977;
Damon et al., 1983a, b).

Apare del profuso emplazamiento de rocas plutónicas y volcánicas, el evento orogénico


Larámide dejó otras marcas evidenciadas de su paso por el occidente de América del Norte,
incluyendo el cinturón de pliegues y cabalgaduras (foreland fold and thrust belt), que se extiende
a lo largo de gran parte del oeste de América del Norte, y el levantamiento tectónico de grandes
bloques corticales en la región suroeste-central de los Estados Unidos (Valencia-Moreno &
Ortega-Rivera, 2011); para México, la evidencia más clara de las orogenias Sevier y Larámide, es
la Sierra Madre Oriental, una cordillera cuyo relieve se debe a la deformación de rocas mesozoicas
y de su complejo basal, que fueron levantadas, comprimidas, y transportadas hacia el noreste,
formando pliegues y cabalgaduras durante estos eventos orogénicos (Figura 2.11) (Eguiluz et al.,
2000; Ramirez-Peña y Chávez-Cabello, 2017).

2.3.3.1 Etapas de deformación regional

Primera fase de deformación: Desde finales del Cenomaniano hasta el Turoniano, Eguiluz
& Campa (1982) reconocieron cambios en las facies sedimentarias en el NE de México, al parecer
relacionadas con un levantamiento regional. El levantamiento en el Oeste disparó el inicio de un
décollement regional y despegue de la secuencia marina del Mesozoico Tardío, que aceleró la
regresión marinal regional en el NE de México. Esta primera fase de deformación representada
por el décollement, culminó con el cabalgamiento de la secuencia sedimentaria sobre altos de
basamento y generó transporte tectónico hacia el NE en Chihuahua, Norte en el sur de Coahuila,
hacia el Este -NE entre Monterrey y Teziutlán, Puebla, entre el Cretácico y Eoceno (Ye, 1997;
Ramirez-Peña y Chávez-Cabello, 2017).

51
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Figura 2. 11 Mapa de los principales rasgos orogénicos


asociados al evento orogénico Laramide en el suroeste de
América del Norte y Norte y Sur de México. En color rojo
se muestra la Sierra Madre Oriental (English et al., 2003;
modificado de Valencia-Moreno & Ortega-Rivera, 2011).

Segunda fase de deformación: El intervalo de tiempo entre 46 a 32 Ma, en el NE de México


corresponde a la segunda fase de deformación. Durante esta fase las fallas de basamento antiguas
como la falla San Marcos y fallas secundarias asociadas a esta, así como bloques de basamento
como en Ciudad Victoria y San Julián fueron exhumados con componentes inversas y representa
la última manifestación de acortamiento en la corteza continental producto de la orogenia
Larámide. Chávez-Cabello (2005) propone que la reactivación inversa de las fallas de basamento
debió terminar aproximadamente a los 41 Ma, con base en que esta edad corresponde a la edad
que separa intrusivos sintectónicos antiguos de intrusivos post-tectónicos más jóvenes del

52
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

Cinturón de Intrusivos Candela-Monclova en Coahuila; además propone que la reactivación de las


fallas de basamento facilitó el ascenso y canalización de magmas de arco en la región a niveles
altos de la corteza. Interpreta también que este magmatismo es sin-tectónico y post-tectónico a la
reactivación de las fallas de basamento, estableciendo que la deformación Larámide en la parte
central de Coahuila terminó a los 41 Ma.

Figura 2. 12 Reconstrucción de los arcos magmáticos en México entre el Triasico Tardío y el Mioceno
Temprano: (a) arco triásico-jurasico; (b) arco cretácico; (c) arco Laramide; (d) arco miocénico. MSM:
Megacizalla Mojave-Sonora. Modificada de Valencia-Moreno, 1998 (en Valencia-Moreno & Ortega-Rivera,
2011).

Tercera fase de deformación: El rango de tiempo comprendido entre los 32 Ma a la


actualidad, dio inicio con la colisión de la dorsal océanica Pacifico-Farallón con el borde
continental del SW de Estados Unidos de América a la altura de San Franciso hace 30 Ma,
propiciando un cambio drástico en el estado de esfuerzos de la corteza, cambiando de un estado
de esfuerzos compresivos a un estado con componentes distensivos. Lo anterior, permitió que el

53
MARCO TECTÓNICO REGIONAL CAPÍTULO II

arco magmático relacionado con la subducción de la placa Farallón en el Norte de México, situado
en Coahuila en el Eoceno-Oligoceno, migrara hasta Baja California en el Mioceno (Clark et al.,
1982; Sawla y Smith, 1984), y dentro del mismo Mioceno (~12 Ma), comienza el evento
extensional en el Golfo de California para dar lugar a la fase de proto-Golfo (12-6 Ma; Lonsdale,
1991) con extensión ENE y por último la transferencia de Baja California a la placa del Pacífico a
partir de 6.5 Ma, con lo cual inció la fase transtensiva que actualmente continua con el movimiento
de la península de Baja California hacia el NNW junto con la placa del Pacífico, acompañado de
la instauración de pequeñas dorsales oceánicas dentro del Golfo de California a partir de 3.5 Ma
(Figura 2.12) (Lonsdale, 1991; Severinghaus & Atwater, 1990; Atwater & Stock, 1998).

Por otro lado, Zohu et al. (2006) propusieron que el anticlinorio Huizachal-Peregrina es
generado por inversión de fallas de basamento. Finalmente Ramirez-Peña y Chávez-Cabello
(2017) proponen que el bloque San Julián al NW de Zacatecas, experimentó exhumación durante
el Eoceno tardío - Oligoceno temprano.

54
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO III

CAPITULO 3
3 ESTILOS DE DEFORMACIÓN

3.1 INTRODUCCIÓN

La Sierra Madre Oriental (SMO) está compuesta principalmente por una gruesa secuencia
de rocas carbonatadas y terrígenas del Mesozoico, que fueron plegadas y cabalgadas por los
esfuerzos máximos de las Orogenias Sevier y Larámide entre el Cretácico superior y el Eoceno
tardío (Eguiluz de Antuñano et al., 2000; Padilla y Sánchez, 1985; Ramírez-Peña y Chávez-
Cabello, 2017). Tal y como se comentó en el capítulo II de este trabajo, la SMO posee 6 sectores
con estilos estructurales distintivos, los cuales son: San Pedro del Gallo, que corresponde al
extremo noreste de la cadena plegada; Sector Transversal de Parras, situado entre Jimulco y
Saltillo, Coahuila; Sector Saliente de Monterrey, se ubica desde el poniente de Monterrey hasta
Aramberri, Nuevo León; el Sector Valles localizado entre Cd. Victoria, Tamaulipas y Valles, San
Luis Potosi, y el Sector Huayacocotla, entre Tamazunchale y Tezuitlán, Puebla (Eguiluz de
Antuñano et al., 2000).

Los estudios del presente trabajo fueron realizados en el área concerniente al Sector de la
Saliente de Monterrey, por lo que el resto de los sectores estructurales de la SMO no serán
discutidos. Es importante mencionar que, dentro de la Saliente de Monterrey, existe una
subdivisión de estilos estructurales identificadas por Padilla y Sánchez en su trabajo de análisis
estructural de 1985.

Padilla y Sánchez, en su trabajo de 1985, definió cinco grandes áreas de diferentes estilos
de plegamiento en la Saliente de Monterrey: Área Norte, de pliegues simétricos, apretados, casi
siempre arqueados, cuyos planos axiales son casi verticales; Área Sur, de pliegues arqueados y
elongados, simétricos y asimétricos, la mayoría de ellos recostada, con planos axiales que buzan
de 85° a 60° hacia el sur y suroeste; Área de Basamento Somero, de largos pliegues casi
simétricos y de gran amplitud, que contienen numerosos pliegues secundarios, apretados,
simétricos y asimétricos; Área de Vergencia Opuesta, de pliegues apretados, elongados,
asimétricos, recostados y cuyos planos axiales buzan aproximadamente 50° al noreste; Área del

55
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO III

Anticlinal de La Silla, estructura completamente diferente de las ya descritas, ya que es simétrica


en sus extremos y asimétrica, fallada, y recostada en su parte central.

3.2 SECTOR SALIENTE DE MONTERREY

Este sector posee capas de yeso y anhidrita, las cuales son visibles en el área de Galeana,
Nuevo León; sin embargo, más hacia el NE, existe la presencia de capas de sal de más de 1000 m
de espesor (Humprey y Díaz, 1954). En ésta en particular, el estilo estructural es diferente,
caracterizándose por anticlinales bifurcados, disarmónicos, angostos y alargados, conteniendo en
su núcleo evaporitas (Humprey y Díaz, 1954) o domos salinos (Wall et al, 1961; Lawton y Giles,
1997).

El sector Saliente de Monterrey emerge del antepaís situado en la planicie del Golfo de
México, y rápidamente alcanza más de 2000 m de altura sobre el nivel del mar, es uno de los
sectores con mayor rugosidad; los pliegues forman un arco convexo al noreste, que va desde
Saltillo, Coahuila, hasta el sur de Aramberri, Nuevo León. Estructuralmente las rocas presentan
cizalla, posiblemente provocada por sepultamiento litostático, siendo también común la
estilolitización tectónica (Eguiluz de Antuñano et al., 2000).

Los pliegues de la Saliente de Monterrey son principalmente alargados con longitudes de


hasta 65 km, frecuentemente isoclinales, doblemente buzantes en sus extremos, con planos axiales
verticales o con vergencia ligera hacia el NNE y NE. Se ha interpretado que en la parte occidental
de la Saliente los pliegues se escalonan y pueden estar controlados por fallas no emergentes que
se propagan o cortan los flancos frontales de los pliegues (Melnyk, 1997; Marrett y Bentham,
1997; Camerlo, 1998; Fischer y Jackson, 1999; Marrett y Aranda-García, 1999), aunque éstas
pueden ser visibles entre Monterrey y Aramberri (Díaz et al., 1959; Padilla y Sánchez, 1985;
Eguiluz de Antuñano et al., 2000). En general, dentro de la saliente de Monterrey predominan los
pliegues de despegue nucleados en el paquete de evaporita del Calloviano-Oxfordiano.

Por otro lado, existen dos cabalgaduras bien definidas dentro de la Saliente entre Monterrey
y Aramberri, las cuales fueron definidas por Padilla y Sánchez (1985) como la Cabalgadura
Frontal, la cual se encuentra discontinuamente expuesta en el frente de la SMO, y la Cabalgadura

56
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO III

Secundaria, localizada generalmente en el flanco frontal del penúltimo pliegue regional localizado
hacia el frente tectónico entre estas mismas localidades (Chávez-Cabello et al., 2011).

La cabalgadura secundaria está bien expuesta en los cañones de Santa Rosa, Hualahuises,
Potosí y La Boca, entre Rayones y Linares, Nuevo León (Torres Ramos, 2011), mientras que la
cabalgadura frontal es emergente en el camino a Rayones, en el Cañón Santa Rosa y entre
Aramberri y Villa Hidalgo, Tamaulipas (Eguiluz de Antuñano et al., 2000), donde rocas del
Jurásico Superior y Cretácico Inferior se sobreponen a rocas del Cretácico Superior. De acuerdo a
Marrett y Aranda-García (1999), la cabalgadura frontal pudiera ser un pliegue de despegue roto
(break thrust fold), debido a que las geometrías observadas en el frente de la sierra no son
congruentes con los pliegues por doblez o por propagación de falla (en Chávez Cabello et al.,
2011).

Otra característica importante en este sector es el comportamiento del complejo basal, ya


que su relación con el antepaís denota aloctonía. Su constitución corresponde a lechos rojos y
esquistos, los primeros posiblemente se depositaron en fosas tectónicas, relacionadas a la apertura
del Golfo de México, pero actualmente están estructuralmente levantados y aparecen en el núcleo
de la cadena plegada de este macizo montañoso (área de basamento somero, de Padilla y Sánchez,
1985). La elevación de este complejo basal puede deberse a la reactivación de fallas y
transformación del sentido de movimiento normal inicial, a movimiento inverso final (fallas de
retrodeformación), lo cual pudo ocurrir, como expulsión ascendente de bloques levantados a través
de zonas de debilidad preexistentes (Eguiluz de Antuñano et al., 2000).

3.3 ÁREA SUR

De los estilos de deformación ya mencionados, y que podemos encontrar dentro de la


Saliente de Monterrey, el de mayor relevancia para el presente trabajo es el área sur, puesto que
aquí se localiza la zona de estudio (Figura 3.1).

De acuerdo con Padilla y Sánchez (1978b), el área sur de la curvatura de Monterrey


consiste principalmente de anticlinales y sinclinales apretados, recostados, la mayoría asimétricos,

57
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO III

con una vergencia general hacia el noreste. También se caracteriza esta área por la presencia de
numerosas fallas inversas y de transcurrencia, las cuales son más comunes en la parte oriental.
Comprende 32 antliclinaes mayores y varias cabalgaduras.

En esta área, las variaciones litológicas en las formaciones mesozoicas controlaron los
cambios de forma, longitud de onda y amplitud de los pliegues; sin embargo, no sólo las
variaciones litológicas influenciaron el sistema de pliegues, sino también los cambios de espesor
de las formaciones mesozoicas en distancias cortas. En la zona existe la presencia de una gruesa
secuencia de yesos, terrígenos y clásticos del Jurásico Superior, los cuales influyeron en las
variaciones de forma de los pliegues (Padilla y Sánchez, 1982).

Las extensas fallas de cabalgadura de la parte oriental del área sur no están íntimamente
relacionadas a variaciones estratigráficas, como en la parte noreste de la misma. Las fallas de
transcurrencia en el área sur están comúnmente asociadas con cabalgaduras. Al oeste de la parte
noroeste de la Cabalgadura Secundaria existen varias cabalgaduras de menor extensión que
parecen estar relacionadas entre sí. Por ejemplo, las cabalgaduras del extremo sureste del
Anticlinal de El Coahuilón, aquellas de los flancos noreste de los anticlinales de La Ventana y El
Mediodía y los dos Klippes situadas al oeste de estas fallas, probablemente sean parte de una sola
cabalgadura (Padilla y Sánchez, 1985).

Las extensas fallas de cabalgadura de la parte oriental del área sur no están tan íntimamente
relacionadas a variaciones estratigráficas, como en la parte noreste de la misma. La mayor de este
tipo de cabalgaduras es la Cabalgadura Frontal, la cual se extiende en la Sierra Madre Oriental
desde Monterrey, Nuevo León, hasta la vecindad con Ciudad Victoria, Tamaulipas, con una
extensión de más de 200 km (Padilla y Sánchez, 1985).

Otra falla inversa importante en el área sur es la Cabalgadura Secundaria, localizada


inmediatamente al oeste de la Cabalgadura Frontal. La traza de la Cabalgadura Secundaria tiene
un rumbo casi paralelo a la Frontal; la longitud de esta falla es cercana a los 94 km y su
desplazamiento se estima en más de 4km.

58
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO III

Las fallas de transcurrencia en el área sur están comúnmente asociadas con cabalgaduras.
Una de las mayores está localizada en el extremo sureste del Anticlinal de la Sierra Borrada. Otras
fallas de transcurrencia de menor magnitud se encuentran esparcidas a través del área sur, con
desplazamientos que varían de 200 m a aproximadamente 4 km, comúnmente se encuentran
desplazando tanto a pliegues como a fallas inversas y cabalgaduras. Las estructuras menores como
fallas normales, juntas y fracturas se encuentran diseminadas a través del área sur.

Figura 3. 1 Mapa de los principales anticlinales, cabalgaduras, y fallas de transcurrencia de la Curvatura de Monterrey.
El área se encuentra dividida en cinco grandes regiones de diferentes estilos de plegamiento. MY-Monterrey; A-
Allende; MS-Montemorelos y L-Linares (Modificado de Padilla y Sánchez, 1985).

59
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

CAPITULO 4
4 ESTRUCTURAS FAVORABLES A LA ACUMULACIÓN DE
PETRÓLEO

4.1 INTRODUCCIÓN

La evaluación de las trampas en las que se almacena el hidrocarburo, es fundamental para


el análisis de una zona potencialmente explotable, así como también es una parte importante de
cualquier programa de exploración. Una trampa puede definirse como cualquier arreglo
geométrico de rocas, que independientemente de su origen, permite la acumulación significativa
de petróleo y/o gas (North, 1985).

Los componentes importantes de una trampa se pueden combinar de diferentes maneras


por una serie de diferentes procesos. Estas variaciones han dado lugar a diferentes tipos de
clasificaciones de trampas de hidrocarburos (e.g., Clapp, 1929; Wilson, 1934; Heroy, 1941;
Wilhelm, 1945; Levorsen, 1967; Perrodon, 1983; North, 1985; Milton & Bertram, 1992). La
clasificación de las trampas puede darse de diferentes maneras dependiendo del autor que se
consulte, ya que algunos hacen un mayor énfasis en elementos geométricos, mientras que algunos
otros en el mecanismo de formación; sin embargo, según Levorsen (1967) se pueden definir tres
tipos: trampas estructurales, trampas estratigráficas, y trampas combinadas
(estructurales/estratigráficas); otro tipo de trampas que no se consideran dentro de esta
clasificación son las hidrodinámicas.

4.2 TRAMPAS ESTRUCTURALES

Las trampas estructurales son creadas por eventos de deformación que ocurren durante o
posterior a la deposición de los sedimentos, generando geometrías (estructuras) que permiten la
acumulación de hidrocarburos. Las estructuras resultantes pueden estar dominadas por estructuras
tales como pliegues, fallas, cuerpos salinos, una combinación de las anteriores, etc.

60
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

Existe una variedad de distintos tipos de trampas estructurales propuesta por varios autores,
cada uno basándose en características particulares para su clasificación (e.g Clapp,1929; Levorsen,
1967; North, 1985); sin embargo, las trampas estructurales más importantes son aquellas
relacionadas a plegamiento, y las asociadas a eventos de fallamiento.

4.2.1 Trampas relacionadas a plegamiento

Las trampas relacionadas a plegamiento pueden llegar a exhibir una amplia variedad de
geometrías, las cuales pueden ser modificadas por un número significante de eventos de
deformación posteriores a la depositación, o bien, durante la misma. Las trampas de hidrocarburos
relacionadas a plegamiento pueden dividirse en dos tipos diferentes, las que se asocian a
fallamiento, y las que se encuentran excentas de la presencia de fallas.

La mayoría de las fallas relacionadas a pliegues son el resultado de un evento de


plegamiento sobre una superficie de falla no planar. El basamento cristalino puede o no, estar
involucrado, así como también pudo haber ocurrido acortamiento ó procesos extensivos. Los
ejemplos más comunes para esta clase de trampas son los fault bend folds (Suppe, 1983) y fault
propagation folds (Suppe and Medwedeff, 1984). Otro tipo de trampas de pliegues relacionadas a
fallas incluyen los drag folds, o bien, pliegues formados por fuerzas friccionales que actúan a
través de una falla (Suppe, 1985), y también los drape folds, los cuales son formadas por el
plegamiento sobre una falla sepultada, a lo largo de la cual ha ocurrido reactivación de la misma
(Suppe, 1985) (Figura 4.1).

Las trampas de hidrocarburos plegadas que no se relacionan a fallamiento son resultado de


buckling originado por el acortamiento de los estratos por encima del décollement, usualmente
dentro de un paquete grueso de evaporitas o lutitas. Los pliegues tipo Kink y Chevron son
característicos de estructuras plegadas no relacionadas a fallas. Otro tipo de trampas son aquellas
que se forman por el plegamiento que ocurre sobre el flujo de material con un desplazamiento
horizontal o vertical, sin ningún acortamiento o extensión significativo de los estratos. Los pliegues
tipo Drape pueden originarse no solamente por el fallamiento como se mencionó anteriormente,
sino también por un diferencial de compactación que ocurre sobre topografías sepultadas,
arrecifes, etc. (Figura 4.2).

61
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

(A) Pliegue por doblez de falla (B) Pliegue por propagación de falla

(C) Pliegue por arrastre de falla (D) Pliegue de cortina de falla

Figura 4. 1 Tipos de trampas en las cuales los mecanismos de plegamiento son


dominantes. Las trampas relacionadas a fallamiento son (A) Pliegue por doblez de falla
(Fault bend fold), (B) Pliegue por propagación de falla (Fault propagation fold), (C)
Pliegue por arrastre de falla (Fault drag fold), (D) Pliege de cortina de falla (Biddle &
Wielchowsky, 1994).

(A) Pliegue por despegue (B) Pliegues tipo Chevron/Kink

(C) Diapiro (D) Compactación diferencial

Figura 4. 2 Tipos de trampas en las cuales los mecanismos de plegamiento son


dominantes. Las trampas no relacionadas a fallamiento son (A)Pliegue por despegue
(Lift off), (B) Pliegues tipo Chevron/Kink, (C) Diapiro, (D) Compactación diferencial
(Biddle & Wielchowsky, 1994).

62
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

En la exploración de hidrocarburos, es importante distinguir entre los mecanismos de


formación de los pliegues por varias razones, por ejemplo, poder predecir la geometría de una
trampa en zonas donde las imágenes sísmicas no la muestran con claridad, mapear posibles
trayectorias de flujo de hidrocarburo, y mejorar el análisis de la distribución de las fracturas;
adicionalmente, los mecanismos de generación de pliegues, pueden llegar a controlar la creación
de fallamiento secundario. Las trampas relacionadas a plegamiento, tienden a cambiar
significativamente su geometría con la profundidad.

4.2.2 Trampas relacionadas a fallamiento

Las fallas son extremadamente importantes para determinar la efectividad de una trampa,
ya que estas pueden servir como sello o puntos de fuga. Son capaces de actuar como sellos
laterales, en el techo o piso de la trampa, mediante la yuxtaposición de rocas impermeables con
rocas más permeables, pudiendo también darse el caso en el que el plano de falla funge como una
superficie sello al contener rocas impermeables. Las trampas estructurales relacionadas a
fallamiento pueden ser divididas en tres categorías según características como el tipo de separación
y el buzamiento (Dennis, 1967). Estas categorías son Fallas Normales, Fallas Inversas y Fallas
laterales.

Las trampas relacionadas a fallamiento normal son de las más comunes. Estas trampas
pueden presentarse con dos diferentes tipos de geometrías, las cuales se pueden dar dependiendo
de las configuraciones tectonoestratigráficas de la zona. Las fallas normales; por ejemplo, que
incluyen al basamento, ocurren en áreas de extensión de la corteza.

Probablemente la geometría más importante de una falla normal es la denominada “Cierre


de puerta” que ocurre en las zonas de intersección de falla. Las fallas normales que ocurren durante
la depositación de sedimentos, o bien posterior a la depositación, y que han experimentado
despegue del basamento, ocurren en áreas con rápida subsidencia y sedimentación, comúnmente
en zonas de márgenes continentales pasivos (Weber et al., 1978), presentando características de
un perfil lístrico que es generalmente cóncavo hacia la cuenca. Para el lado del bloque en
hundimiento de una falla normal, son comunes las trampas de hidrocarburos conformadas por

63
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

pequeñas fallas sintéticas y antitéticas. Las trampas de fallas normales tipo “Keystone” son
comunes en zonas donde ocurren intrusiones salinas (North, 1985) (Figura 4.3).

Figura 4. 3 Tipos de trampas de hidrocarburos en los cuales el mecanismo de


fallamiento normal es dominante. (A) Falla normal tipo “Cierre de puerta” con
participación del basamento, (B) Falla lístrica sintética normal de despegue
(Biddle & Wielchowsky, 1994).

Las fallas inversas pueden estar asociadas con eventos de despegue o bien, involucrar al
basamento en el fallamiento. Estas estructuras tienden a no producir trampas dominadas
exclusivamente por fallas, debido al plegamiento relacionado. Sin embargo, en la Figura 4.4A, se
puede apreciar como el buzamiento regional, sumado al fallamiento, puede producir una trampa
viable dominada por fallamiento inverso sin plegamiento, así como también, como un
desplazamiento menor del bloque de piso puede generar una trampa efectiva sellada por una
suprayacente falla inversa.

64
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

Figura 4. 4 Tipos de trampas de hidrocarburos en los cuales el mecanismo de


fallamiento inverso es dominante. (A) Trampas de tipo Fault-bend fold
(izquierda), y trampa asociada a deformación dúctil (derecha), (B) Falla de tipo
“Strike slip” (Biddle & Wielchowsky, 1994).

4.3 TRAMPAS ESTRATIGRÁFICAS

En 1936, Levorsen propuso el término “trampa estratigráfica” para estructuras con


características tales que, las variaciones estratigráficas conforman el elemento principal de
confinamiento del hidrocarburo. Hoy en día, la definición de trampas estratigráficas ha
evolucionado, quedando definida como aquella trampa cuya geometría y play fueron formados por
variaciones estratigráficas, las cuales son independientes de la deformación estructural
(modificado de North, 1985).

Se han hecho varios esfuerzos para poder clasificar las trampas estratigráficas (e.g.,
Wilson, 1934; Levorsen, 1967); sin embargo, según Rittenhouse (1972), se pueden clasificar las
trampas estratigráficas en tres tipos diferentes: Primarias o trampas estratigráficas de depositación,
trampas estratigráficas asociadas con discordancias, y trampas estratigráficas secundarias.

Las trampas Primarias o Trampas Estratigráficas de Depositación son creadas por cambios
contemporáneos en la depositación (MacKenzie, 1972). Este tipo de trampas no están asociadas
con discordancias significativas. Se pueden tener dos tipos distintos de trampas Primarias o de
Depositación: las que se forman por cambios laterales en la depositación (e.g. cambios de facie),
y las generadas por el sepultamiento de relieves.
65
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

Existe una relación muy importante entre las trampas estratigráficas y las discordancias (Figura
4.5), la cual ha sido reconocida desde hace ya mucho tiempo (e.g., Clapp, 1917; Levorsen, 1954;
Chenoweth, 1972; Rittenhouse, 1972). En 1972, Rittenhouse propuso que las trampas asociadas
con discordancias pueden clasificarse en dos categorías: las que se producen por debajo de una
discordancia y las situadas por encima de una discordancia (Figura 4.6).

Figura 4. 5 Sección sísmica interpretada de la cuenca petrolífera Ghadames, ubicada al Norte de África. La
sección muestra claramente la presencia de dos discordancias estratigráficas importantes: Discordancia Alpina
y la Discordancia Hercynian (Underdown y Redfern, 2008).

Figura 4. 6 Trampas estratigráficas asociadas con discordancias.


(A)Trampas que ocurren por debajo de una discordancia, (B)Trampas
que ocurren por encima de una discordancia (Biddle & Wielchowsky,
1994).

66
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

Otra categoría importante de trampas estratigráficas es aquella que resulta de la alteración


post-deposicional de los estratos. Dicha alteración puede llegar a generar rocas con cualidades
propias de un reservorio, o bien, crear sellos a partir de reservorios ya existentes. En la Figura 4.7
se pueden observar dos ejemplos de esta clase de trampas. La primera imagen (Figura 4.7A)
muestra una pérdida progresiva de porosidad hacia la parte más alta de la estructura, causada por
la cementación en rocas porosas y carbonatadas preexistentes.

El segundo tipo de trampas secundarias se encuentran asociadas con un aumento en la


porosidad de las rocas, lo que mejora considerablemente la calidad del reservorio. La
dolomitización de calizas con poca permeabilidad es un buen ejemplo de estas trampas (Figura
4.7B).

Figura 4. 7 Trampas estratigráficas secundarias. (A) Trampas creadas por una pérdida gradual de
porosidad/permeabilidad hacia el tope superior de la estructura por procesos de cementación, (B) Trampas creadas
por el aumento de la porosidad posterior a los procesos de la depositación (Biddle & Wielchowsky, 1994).

67
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

4.4 TRAMPAS COMBINADAS

Muchas de las trampas de hidrocarburos en el mundo no presentan un comportamiento


estructural simple, si no que presentan combinaciones tanto estructurales como estratigráficas.
Levorsen reconoció esta particularidad en 1967, y restringió el uso del término “trampas
combinadas” a casos en los cuales ni los mecanismos estructurales ni sedimentarios definen por sí
solos la génesis de la trampa. Dos ejemplos de trampas combinadas (estructurales-estratigráficas)
se puede ver en la Figura 4.8. En ambos casos, parte de la trampa está formada por una depositación
tipo pinchout de rocas porosas y permeables. El sello generado por el fallamiento, forma una parte
importante de la trampa en la Figura 4.7A, mientras que el plegamiento del pinchout crea el rumbo
necesario en la Figura 4.8B.

Figura 4. 8 Trampas combinadas. (A) Intersección de una falla con un


margen de depositación de la sección porosa y permeable, (B)
Plegamiento de una depositación tipo pinchout (Biddle &
Wielchowsky, 1994).

68
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO IV

4.5 TRAMPAS HIDRODINÁMICAS

Este tipo de trampas de hidrocarburos ocurren por la interacción entre el agua, y bien puede
ser aceite o gas. La dinámica para el desarrollo de estos reservorios se fundamenta principalmente
en el flujo del agua a través de la roca reservorio o roca de carga, el flujo de agua se encontrará
entonces con las partículas de agua o aceite, arrastrándolas a zonas propicias para su acumulación,
como por ejemplo las charnelas de los pliegues, y entonces, el mismo flujo del agua evitará la
movilización de las partículas de aceite o agua, generando así la trampa hidrodinámica.

Figura 4. 9 Trampa hidrodinámica de hidrocarburos. Las flechas azules indican el flujo del
agua en el reservorio (Modificado de Geologyin.com).

69
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

CAPITULO 5
5 ANÁLISIS ESTRUCTURAL

5.1 INTRODUCCIÓN
El entendimiento del complejo estructural que conforma un yacimiento de hidrocarburos
será siempre un factor de suma importancia, y esto se debe a que, gracias a esto, los geoscientíficos
pueden determinar las zonas de mayor concentración de aceite y/o gas, así como los parámetros
que rigen al fenómeno del flujo.

Los análisis estructurales comprenden dimensiones tanto macroscópicas como


microscópicas; esto es resultado de la gran complejidad que una estructura puede llegar a presentar
la mayoría de las veces, por lo que es necesario considerar los componentes deformacionales en
todas sus dimensiones.

Sin embargo, es importante no perder de vista el paquete sedimentario que conforma la


zona en la cual se esté trabajando; para el caso de la localidad de Casillas, la cartografía muestra
la presencia de la Méndez, San Felipe, Agua Nueva, Cuesta del Cura, Tamaulipas Superior, La
Peña, Cupido, y Taraises. A continuación, se presenta una descripción general de las formaciones
litológicas ya mencionadas, así como los resultados de los datos de fracturamiento recolectado
para algunas de estas formaciones.

5.2 UNIDADES LITOLÓGICAS Y FRACTURAMIENTO

Para la presente zona de estudio, la complejidad es uno de los factores que salta a la vista
de manera inmediata, y esto es debido a que aquí se hacen presentes diferentes estructuras mayores
de deformación, como pliegues, cabalgaduras y fallas laterales que modifican la disposición de
estructuras simples preexistentes.

Considerando las estructuras principales, se establecieron puntos específicos para realizar


el levantamiento de datos que sustenta el presente análisis estructural (Figura 5.1).

Se documentaron una cantidad importante de datos de fractura en cada una de las estaciones
establecidas en el área de estudio (Figura 5.1); las formaciones geológicas sobre las cuales se pudo

70
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

llevar a cabo la toma de datos son Formaciٕón Méndez, San Felipe, Agua Nueva, Cuesta del Cura,
Tamaulipas Superior, y Taraises.

Una característica particular que se destacó al momento de llevar a cabo el análisis de los
datos es la variación que se presente en los rumbos de las capas de estratificación, estando esto
íntimamente relacionado con la historia deformacional compleja de la zona.

A continuación, se muestran la clasificación de los datos recolectados de los diferentes


sistemas de fracturas para cada una de las formaciones geológicas.

Figura 5. 1 Localización de las distintas estaciones (puntos rojos


numerados) donde se realizaron los levantamientos de datos estructurales
(fracturas). En la esquina inferior derecha se muestra la localización del
municipio de Rayones, Nuevo León (Punto blanco/morado) (Imagen
tomada de Bing Maps.com)

71
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.2.1 Formación Taraises

Imlay (1936) describió, a la Formación Taraises en dos miembros; el miembro inferior


compuesto de caliza gris, resistente a la erosión; sin embargo, el miembro superior se constituye
de estratos delgados de caliza y caliza arcillosa, en superficie fresca presenta un color de gris claro
a gris oscuro, gris-amarillento o crema; muy fosilífera. De manera general, la unidad consiste en
una caliza arcillosa, con textura de mudstone a wackestone de color gris oscuro, con algunas
intercalaciones de margas y lutitas calcáreas de capas laminares, en estratos de medianos a gruesos.

Las principales familias de fracturas que se documentaron son de cizalla tipo h0l∢a, 0kl∢c (Figura
5.2). La estación correspondiente a las mediciones realizadas en esta formación es la siguiente: 2 (Ver tabla
5.1).

Figura 5. 2 Red estereográfica de fracturas de la Formación Taraises para la


estación 2.

72
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Estación hk0 < a hk0 < b h0l < a h0l < c 0kl < b 0kl < c ac bc ab
1 14 R 377703 E
2792542 N ✓ ✓
2 14 R 377394 E
2792333 N ✓ ✓
3 14 R 375865 E
2789684 N ✓
4 14 R 377731 E
2787315 N ✓ ✓
5 14 R 379630 E
2787123 N ✓
6 14 R 378772 E
2786291 N ✓
7 14 R 377987 E
2784888 N ✓
8 14 R 383791 E
2781180 N ✓
9 14 R 386947 E
2774693 N ✓ ✓
10 14 R 384871 E
2771528 N ✓ ✓
11 14 R 384942 E
2771066 N ✓
12 14 R 385329 E
2770963 N ✓ ✓
Tabla 5.1 Sistema de fracturas correspondiente a las diferentes unidades litológicas en el área de estudio.

5.2.2 Formación Cupido

En su descripción original, Imlay (1937) define la unidad como caliza de color gris oscuro,
formando capas con concreciones de pirita, y concreciones de pedernal gris claro. De manera
general, esta unidad está constituida de caliza gris (Córdoba, 1963; Enciso de la Vega, 1968;
Tristán-González y Torres-Hernández, 1994; Humphrey y Díaz, 2003), en algunas ocasiones negra
en la parte superior de la unidad (Barragán y Díaz-Otero, 2004). Dentro de la caliza se han llegado
a realizar reportes, donde se indica una presencia muy marcada de pedernal (Enciso de la Vega,
1968; Tristán-González y Torres-Hernández, 1994), así como también se han llegado a realizar
reporte de concreciones de pirita (Enciso de la Vega, 1968; Tristán-González y Torres-Hernández,
1994) y de marcasitas oxidadas (Tristán-González y Torres-Hernández, 1994). Estudios más
detallados como el realizado por Guzmán (1973), se refiere a tres tipos de facies, entre las que
están: facies de plataforma, constituida por wackestone y packstone de intraclastos, pellets y

73
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

miliólidos, dolomitizadas; facies de cuenca, representada por capas gruesas de mudstone con
estilolitos, pedernal y pirita; y facies marginal, determinado por arrecifes y bancos de rudistas y
corales. Personal de PEMEX (1988) la dividen en facies lagunar, arrecifal y de pre-arrecife.

Esta unidad es fácilmente identificable gracias a la presencia fósil del rudista


Amphitriscoelus sp. el cual es característico de esta formación (Figura 5.3).

Figura 5. 3 Fragmento de roca de la Formación Cupido con un alto contenido de


material fósil, principalmente rudistas.

5.2.3 Formación La Peña

Imlay (1936), en su descripción original, dividió esta formación en dos miembros, un


miembro inferior de 1400 pies de calizas gris oscuro a gris a claro en estratos medianos a gruesos
con algunas zonas de caliza finamente estratificada intercalada con capas de espesor variable de
lutita, las superficies intemperizadas son de color gris a gris amarillento y puede contener nódulos
de pirita. Humphrey (1949) menciona que la unidad está formada por margas de color gris que
intemperizan en colores rosa y rojo, interestratificadas con delgadas capas de calizas de color gris
claro a gris oscuro. Presenta estratos delgados de lutitas fósiles de color gris oscuro a negro y
comúnmente contiene vetillas y lentes de pedernal de 3 a 9 cm de espesor.

74
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Es posible observar en el área de estudio, que esta formación se compone de margas y


lutitas con presencia de bandas y lentes de pedernal. La presencia de amonites es escasa y muestra
un espesor que varía de 15 a 30 m.

5.2.4 Formación Tamaulipas Superior

Una de las primeras descripciones litológicas corresponde a la realizada por Belt (1925),
quien la describe como calizas compactas de grano fino, con una estratificación bien marcada. El
color predominante es gris y contiene un gran número de lentes y nódulos de pedernal de forma
irregular; mientras que el color del pedernal varía desde negro a blanco, y la diferencia con
respecto a la parte inferior lo indican en las variaciones de color de las calizas de blancas a crema,
en cuanto al pedernal está prácticamente ausente y el que se logra encontrar es de tonalidades
claras.

Las características que se pueden observar en el área de trabajo, para esta formación, es
que se compone de paquetes de calizas con espesores de medianos a gruesos, de colores grises,
con estilolitas bien definidas, y escasos nódulos de pedernal. De manera más particular, puede
diferenciarse por la presencia de foraminíferos planctónicos con globotruncanido (Figura 5.4).

Las familias de fracturas que se encontraron para esta formación son de cizalla
principalmente, y corresponden al tipo hk0∢a y h0l∢a (Figura 5.5). La estación correspondiente a
las mediciones realizadas en esta formación es: 1 (Ver tabla 5.1).

75
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 4 Formación Tamaulipas Superior con presencia de estilolitas.

Figura 5. 5 Red estereográfica de fracturas de la Formación Tamaulipas


Superior para la estación 1.

76
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.2.5 Formación Cuesta del Cura

Imlay (1936) menciona que esta unidad se compone principalmente de capas delgadas de
calizas ondulosas y compactas de color gris oscuro a negro; incluye lutita gris y numerosos lentes
de pedernal, algunas capas de caliza son finamente laminadas con bandas grises y negras
intercaladas. De manera general esta unidad está constituida por caliza negra con estratificación
que varía de delgada a mediana (Rogers et al., 1957; Clemons y McLeroy, 1962; Ledezma-
Guerrero, 1967; Echanove-Echanove, 1986; Mitre-Salazar, 1989; Aranda-Gómez et al., 1993 en
Aranda-Gómez et al.,2000; Milán et al., 1993 en Dávalos-Álvarez, 2003; Barboza-Gudiño et al.,
2004), en algunas ocasiones la caliza se observa café grisácea, laminada y ondulada (Pérez-Rul,
1967). La Formación Cuesta del Cura en el poblado de Casillas presenta calizas con estratificación
ondulante intercalado con lutita de espesores delgados; presenta bandas y lentes de pedernal negro.
Se caracteriza por plegamiento disarmonico de tipo chevrón (Figura 5.6). Las familias de fracturas
que se encontraron para esta formación son de cizalla principalmente, y corresponden al tipo
hk0∢a (Figura 5.7). La estación correspondiente a las mediciones realizadas es: 3 (Ver tabla 5.1).

Figura 5. 6 Formación Cuesta del Cura con una clara presencia de bandas de
pedernal, así como la clásica estratificación ondulante, de caliza estratificada con
lutitas delgadas.

77
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 7 Red estereográfica de fracturas de la Formación Cuesta del Cura


para la estación 3.

5.2.6 Formación Agua Nueva

Stephenson (1922) describió que la Formación Agua Nueva en su localidad tipo consiste
de caliza con delgados horizontes de pedernal, intercalados con lutita carbonosa negra que contiene
abundantes Inoceramus labiatus. Por otra parte, Carillo-Bravo (1971) la describe como caliza
arcillosa finamente bandeada, caliza de grano fino a medio de color gris a negro, en capas de
espesor delgado a medio que alternan con estratos medianos a gruesos de lutita laminar de color
gris oscuro a negro, de intemperismo amarillento, ligeramente rojizo; una de sus características
principales es la presencia de lentes o láminas de pedernal negro.

De manera general, la Formación Agua Nueva, para el área de estudio presenta lutita
bituminosa con intercalación de margas, presentando también nódulos de pirita y/o hierro oxidado
(Figura 5.8), así como una fracturamiento laminar característico.

Las familias de fracturas que se encontraron son extensionales, destacando las familias bc,
y ac (Figura 5.9 a 5.1). Las estaciones correspondientes a las mediciones realizadas en esta
formación son: 5, 6 y 7 (Ver tabla 5.1).

78
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 8. A) Manchones de óxido de hierro, B) Horizontes de lutita bituminosa.

Figura 5. 9 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para la


estación 5.

79
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 10 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para


la estación 6.

Figura 5. 11 Red estereográfica de fracturas de la Formación Agua Nueva para


la estación 7.

80
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.2.7 Formación San Felipe

Esta formación se caracteriza por poseer alternancia de caliza, lutitas grise, caliza arcillosa,
marga gris y verde (López-Ramos, 1979; Santiago-Carrasco et al., 2000), y lutitas bentónicas
(Padilla y Sánchez, 1978; PEMEX, 1988; Mendoza-Torres y García-González, 2010). De manera
particular, Muir (1936) describe que el miembro San Felipe inferior se caracteriza por estar
constituido en la base por caliza arcillosa de color gris oscuro, caliza gris verdoso y en la cima por
capas tobáceas de color lila, mientras que el miembro San Felipe superior está conformado por
una alternancia de caliza y lutita de color blanca a gris de facies calcáreas a facies arcillosas.

Para la localidad de Casillas, la Formación San Felipe se presenta como un paquete de


areniscas de grano fino, limolita, y lutita, con horizontes de bentonita (Figura 5.12) y caliza
silicificada intercalada. Todo intercalado. La caliza es color blanco y muy resistente a la erosión.

Figura 5. 12 Horizonte bentonítico de la Formación San Felipe, mostrando su


clásica coloración verdosa.

81
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.2.8 Formación Méndez

En la primera descripción hecha por Jeffreys (1910), menciona que esta unidad consiste en
un depósito uniforme de lutita gris-azul de varios metros de espesores, con borde interno arcilloso
a semi-margoso; toda la secuencia consiste de margas y algunas capas irregulares de arenisca y
caliza. Dumble (1915) describe a esta unidad como capas de lutita de color azul o negro con limo
y arcilla, su color intemperizado es café amarillo o blanco. De Golyer (1915) menciona que
consiste de capas que gradan hacia abajo a la Formación San Felipe y conforma una serie de lutita
gris a verde, marga y arcilla, escasamente contiene capas de arenisca y caliza.

En el área de estudio, esta formación está compuesta por arenisca de grano fino intercalado
con lutita calcáreas masivas; presenta coloraciones café-amarillos, y en algunos casos se aprecian
colores verdes. Posee altos niveles de fracturamiento y amplio desarrollo de foliación, exhibiendo
familias de fracturas de extensión, así como de cizallamiento (Figura 5.13).

Figura 5. 13 Afloramiento de la Formación Méndez con una presencia muy


marcada de fracturas de cizalla (líneas punteadas rojas) y extensión (líneas
punteadas verdes).

82
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Las estaciones correspondientes en las que se tomaron datos estructurales son: 4, 8, 9, 10,
11 y 12 (Ver tabla 5.1). Las principales familias de fracturas que se documentaron son de cizalla
tipo hk0∢a, h0l∢a, 0kl∢c, y de extensión bc, ac, ab (Figura 5.14 a 5.19). La presencia de estas
diferentes familias de fracturas permitió corroborar el régimen deformacional complejo de la zona.

Figura 5. 14 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 4.

Figura 5. 15 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 8.

83
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 16 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 9.

Figura 5. 17 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 10.

84
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Figura 5. 18 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 11.

Figura 5. 19 Red estereográfica de fracturas de la Formación Méndez para la


estación 12.

85
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.3 ANÁLISIS DE DATOS

Los sistemas de fracturas son un resultado claro del conjunto vectorial de esfuerzos que
participan en los eventos de deformación de un área en particular. Es posible que, dependiendo de
la magnitud de los esfuerzos, así como de la dirección en la que estos se están ejerciendo,
encontremos sistemas de fracturas con índices altos de homogeneidad, es decir, que la variación
en la presencia de las diferentes familias de fracturas (cizalla o extensión) sea mínima.

Twiss y Moores (1992), presentan un modelo general para la relación que existe entre las
estructuras plegadas y el desarrollo de las diferentes familias de fracturas (Figura 5.20); sin
embargo, cuando aunado al acortamiento tectónico que da lugar a los pliegues, sumamos diferentes
eventos de fallamiento, se tendrá como resultado sistemas intrínsecos y más complejos de
fracturamiento.

Figura 5. 20 Fracturas asociadas con pliegues. La proyección estereográfica muestra las orientaciones
del sistema de coordenadas, las líneas punteadas representan el rumbo y buzamiento de la estructura
en las zonas donde no hay horizontalización, y las fracturas se representan por las líneas sólidas; A:
ac y 0kl>a, B: bc y 0kl>b, C: hk0>a, D: bc y 0kl>a, E: h0l>c (Twiss & Moores, 1992).

86
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

En un contexto regional, Padilla y Sánchez (1985) presenta una orientación NE para el


esfuerzo principal (σ1) dentro de la Saliente de Monterrey, el cual, junto con los otros dos esfuerzos
principales (σ2 y σ3) de este mismo evento de deformación regional, son los responsables de los
rasgos estructurales de la Curvatura de Monterrey (Figura 5.21).

Figura 5. 21 Mapa estructural de la Curvatura de Monterrey mostrando direcciones locales (flechas


negras) y regionales de esfuerzos (flechas en blanco) de deslizamiento por décollement (Modificado de
Padilla y Sánchez, 1985).

Sin embargo, aunado al modelo de esfuerzos de Padilla y Sánchez (1985), se registraron


sistemas de fallas laterales, así como inversas. Esto es importante porque condiciona de manera
local, el comportamiento y desarrollo de las fracturas debido a la relación que existe entre estas y
los sistemas de fallas (Figura 5.22). Las fracturas relacionadas a fallas inversas siguen los planos
de las fallas, y σ1 es la bisectriz del ángulo agudo y σ3 es la bisectriz del ángulo obtuso; para una
falla lateral, la geometría y estilo de las estructuras asociadas a esta, dependen de varios factores,
los cuales intervienen en distintos lugares y lapsos de tiempo a lo largo y dentro de la zona principal
de desplazamiento, en lo concerniente a fenómenos de levantamiento o hundimiento a lo largo de
la zona de desplazamiento lateral, el factor más importante es la curvatura superficial que presente

87
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

la falla con respecto a su vector de desplazamiento, ya que esta geometría curveada determinará
eventos locales de convergencia o de divergencia entre los bloques.

Figura 5. 22 Relación de esfuerzos principales en planos de falla y redes de Schmidt para Fallas
Normales, Fallas Laterales, y Fallas Inversas (Anderson, 1951).

5.3.1 Paleo-esfuerzos a partir de poblaciones de fracturas

Los esfuerzos que actuaron durante un tiempo geológico determinado y que, junto otros
parámetros, condicionaron el desarrollo de ciertas estructuras, se denominan paleo-esfuerzos, y el
estudio y comprensión de estos es de suma importancia, ya que permiten tener un panorama mucho
más amplio de la evolución tectónica de una zona en particular. Poder determinar el
comportamiento de estos paleo-esfuerzos es posible gracias a la relación que existe entre estos, y
el desarrollo de los sistemas de fracturas. Existen diferentes métodos que tratan de explicar de la
mejor manera posible la relación que estos dos parámetros guardan (Ver capítulo 1); sin embargo,
el método aquí empleado, es el modelo de fallas conjugadas de Anderson (Figura 5.22), y esto es
debido a la simplicidad del método, y su precisión en la obtención de los resultados. Mediante el
análisis de los datos de fracturas tomados en las diferentes estaciones que se presentan en este
capítulo, se determinaron las siguientes direcciones de esfuerzos (Tabla 5.2).

88
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Estación Fractura 1 Fractura 2 Formación


1 h0l < a σ1: 317/77 hk0 < a σ1: 317/77 Tamaulipas Superior
σ2: 223/00 σ2: 133/13
σ3: 133/13 σ3: 223/00
2 h0l < a σ1: 42/40 0kl < c σ1: 220/50 Taraises
σ2: 311/00 σ2: 42/40
σ3: 220/50 σ3: 311/00
3 hk0 < a σ1: 231/84 ------------ Cuesta del Cura
σ2: 55/06
σ3: 325/00
4 ac σ1: 314/43 h0l < c σ1: 136/47 Méndez
σ2: 45/00 σ2: 45/00
σ3: 137/48 σ3: 315/42
5 ac σ1: 214/85 ------------ Agua Nueva
σ2: 66/06
σ3: 336/00
6 ac σ1: 55/80 ------------ Agua Nueva
σ2: 214/10
σ3: 150/00
7 bc σ1: 348/78 ------------ Agua Nueva
σ2: 80/00
σ3: 171/120
8 ac σ1: 227/80 ------------ Méndez
σ2: 51/10
σ3: 320/00
9 ab σ1: 45/00 ------------ Méndez
σ2: 313/73
σ3: 135/17
10 0kl < c σ1: 262/38 hk0 < a σ1: 262/68 Méndez
σ2: 84/52 σ2: 84/52
σ3: 353/00 σ3: 353/00
11 ac σ1: 220/25 ------------ Méndez
σ2: 40/65
σ3: 310/00
12 h0l < a σ1: 218/24 hk0 < a σ1: 218/24 Méndez
σ2: 308/00 σ2: 40/66
σ3: 40/66 σ3: 308/00
Tabla 5.2 Dirección e inmersión de los esfuerzos principales de las familias de fracturas 1 y 2, así como la unidad
litológica a la cual corresponden.

Una proyección del esfuerzo principal (σ1) sobre las diferentes estaciones de mediciones,
indica una dirección primaria NE, la cual coincide con los esfuerzos generados por el evento
orogénico Laramídico.

89
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.4 ESTRUCTURAS GEOLÓGICAS PRINCIPALES

El área de estudio presenta una estructura plegada y cabalgada compleja, la cual es afectada
no solamente por diferentes sistemas de fallamiento lateral, sino también por el ascenso de cuerpos
de rocas evaporíticas. Las estructuras principales se mencionan a continuación.

Figura 5. 23 Mapa general de las estructuras principales del área de estudio.

5.4.1 Sierra La Ventana (Anticlinal)

Una de las estructuras más relevantes en la zona es el anticlinal la Ventana. Esta estructura,
registrada en trabajos previos de cartografía del Servicio Geológico Mexicano como un anticlinal,
es en realidad el resultado de un evento de ascenso de cuerpos de rocas evaporíticas en la zona.
Esto queda evidenciado principalmente por la verticalidad de los estratos, los cuales, en
combinación con sistemas de fallamiento lateral, resultan en buzamientos que rondan valores entre
los 80 y 90 grados de inclinación, así como también cuerpos de yesos remanentes de ese flujo, los
cuales se encuentra en la parte NW y SE de esta estructura.

Esta estructura posee una amplitud aproximada de 2 km, la cual, en comparación con el
resto de las estructuras de la zona, muestra un estado de compresión mucho mayor.

90
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

Se propone que esta estructura esta nucleada por rocas evaporíticas, lo cual funciona como
una superficie de despegue, facilitando el desplazamiento y compactación del paquete
sedimentario por la Orogenia Larámide (Figura 5.24).

5.4.2 Sierra La Cebolla (Anticlinal)

Aunque esta estructura cuenta solamente con uno de sus flancos dentro del área de estudio,
su entendimiento ayuda a la comprensión de la dinámica deformacional de la zona. Su origen se
remonta a los estadíos iniciales de deformación, es decir, aquellos en los cuales se tiene el
desarrollo de los anticlinales y sinclinales en la zona.

Estratigráficamente este anticlinal cuenta con la presencia de las Formaciones Méndez, San
Felipe, Agua Nueva, Cuesta del Cura, Tamaulipas Superior, La Peña y Cupido; esta última unidad
representa el paquete sedimentario de mayor potencia, ubicándose en las zonas de mayor elevación
de la estructura. Las unidades litológicas se encuentran dispuestas en una secuencia normal, y los
buzamientos, aunque no tan pronunciados como los de la Sierra La ventana, siguen teniendo
ángulos elevados, rondando los 70° y 75° (Figura 5.24).

5.4.3 Sinclinal La Ventana

Otra estructura importante es el sinclinal llamado La Ventana; este sinclinal se compone


primordialmente por un paquete masivo de calizas de la Formación Cupido altamente deformado.
La morfología de esta estructura se ve afectada por un evento de ascenso de rocas evaporíticas en
la zona, lo cual se ve reflejado en una clara reducción de los espesores de los paquetes
sedimentarios. El desarrollo de esta estructura ocurre en los primeros eventos de deformación del
área.

La longitud para esta estructura es de 1.6 km aproximadamente. El flanco trasero posee


valores de buzamiento de 80° hacia el NE, mientras que el flanco delantero se encuentra buzante
al SW con 43°.

El paquete sedimentario de esta estructura se encuentra afectado por una zona de


fallamiento inverso denominado Falla La Ventana – El Mediodía, viéndose reflejado
principalmente en las unidades del Cretácico Superior (Figura 5.24).

91
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.4.4 Sinclinal Emiliano Carranza

En el estado deformado de la zona es posible definir una estructura plegada tipo sinclinal
denominada en este trabajo como Sinclinal Emilio Carranza. A pesar de que este sinclinal se
encuentra cubierto en su mayoría por cuerpos masivos de conglomerados, los datos estructurales
recolectados corroboran la presencia de esta estructura la cual posee en su núcleo paquetes
sedimentarios correspondientes a la Formación Méndez. El flanco SW de esta estructura; es decir,
en un corte paralelo al rumbo del pliegue, se puede observar que la secuencia sedimentaria se
encuentra invertida. Este pliegue se ve afectado por una extensa zona de fallamiento inverso
llamado Falla La Ventana – Mediodía. Esta cabalgadura pone en contacto paquetes sedimentarios
de edades correspondientes al Cretácico Superior (Formaciones Méndez, San Felipe, Agua Nueva
y Cuesta del Cura), con otros de edades del Cretácico Inferior (Formaciones Taraises y Cupido).

Este sinclinal posee una amplitud aproximada de 3.9 km. El flanco trasero de este pliegue
posee valores de buzamiento hacia el NE de 50°, mientras que a el flanco frontal le corresponden
valores de buzamiento que oscilan los 60° hacia el SW. El flanco trasero es cortado por la Falla a
Ventana – Mediodía y yuxtapone rocas de Cretácico Superior con rocas de edades
correspondientes al Cretácico Inferior (Figura 5.24).

5.4.5 Cabalgadura La Ventana – El Mediodía


Este fallamiento inverso es una de las estructuras que más resaltan dentro del área de
estudio; atraviesa casi la totalidad de la longitud de la zona, pues posee unos 16 km de largo
aproximadamente, poniendo en contacto paquetes sedimentarios de edades correspondientes al
Cretácico Superior (Formaciones Méndez, San Felipe, Agua Nueva y Cuesta del Cura), con otros
de edades del Cretácico Inferior (Formaciones Taraises y Cupido).

La Cabalgadura La Ventana – El Mediodía se desarrolla posteriormente a la creación de


los pliegues de la zona, en un segundo evento de deformación que se caracteriza también por l789\a
génesis de dos sistemas de fallamiento lateral derecho.

Esta estructura afecta dos sierras relevantes, la Sierra La Ventana y Sierra El Mediodía (Figura
5.24).

92
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

5.4.6 Zona de Transferencia Casillas y Zona de Transferencia Rayones

Se ha comentado en apartados previos, sobre la presencia de cuerpos de rocas evaporíticas


en el área de estudio; estos cuerpos se encuentran de manera particular en la parte NW y SE de la
zona como remanentes de un cuerpo principal, siendo este aquel que se encuentra nucleando a la
Sierra La Ventana; estos cuerpos de rocas evaporíticas remanentes se han documentado cerca de
las zonas donde se encuentran presentes sistemas de fallamiento tanto laterales derechos como
inversos.

Esta concentración de los cuerpos de rocas evaporíticas a lo largo de la Sierra la Ventana,


se propone como el mayor cuerpo de rocas evaporíticas del área, lo cual provee a esta zona de una
reología completamente distinta a la del resto del área, facilitando entre otras cosas el
desplazamiento de los paquetes sedimentarios, generando estructuras con estados de compactación
mayores a las del resto; en respuesta a estas diferencias en los estados de deformación se
desarrollan dos zona de transferencia delimitadas por fallamientos laterales derechos.

Estas dos zonas de transferencia son: Zona de transferencia Casillas y Zona de transferencia
Rayones; el desarrollo de estas comenzó en la segunda etapa de deformación, cuando la
cabalgadura La Ventana – El Mediodía inicio su formación (Figura 5.23).

La Zona de transferencia Casillas se encuentra en la parte NW del área, cerca del poblado
de Casillas; delimita de manera clara la zona con mayor presencia de rocas evaporíticas de aquella
con menor cantidad.

La más clara evidencia de este fallamiento se ve reflejado en la zona de valle de la zona de


estudio, cuya continuidad se ve interrumpida en su parte NW por la Sierra La Veleta, la cual se
propone fue desplazada a su posición actual por el mismo sistema de fallas laterales de la zona de
transferencia Casillas. Ha sido posible documentar un cuerpo de yeso cercano a la zona del
fallamiento, lo que podría ser un posible remanente de un flujo de rocas evaporíticas a través de
los planos de falla.

En el caso de la Zona de transferencia Rayones, esta se ubica al SE de la zona de estudio,


y asemejando el comportamiento de la Zona de transferencia Casillas, esta marca también el límite
de un área con presencia de rocas evaporíticas de aquella con la ausencia de este tipo de rocas. Es

93
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO V

posible observar cuerpos de yesos a lo largo de los planos de fallas laterales de la zona, lo que es
indicador de que estos habrían fluido a través de los planos de falla de la zona.

Una característica particular de las zonas de transferencia es que estas truncan la


continuidad de la cabalgadura principal de la zona, es decir la falla La Ventana – El Mediodía,
cortándola en su parte NW y SE; es posible además observar como estas zonas de transición llegan
a fallar estructuras importantes como la Sierra La Veleta, pudiendo inclusive apreciarse rotación
de algunos bloques.

5.4.7 Cabalgadura fuera de secuencia

Esta cabalgadura, aunque no se encuentra dentro del área de estudio, si se considera en el


marco estructural general de la zona; su desarrollo comienza en la segunda etapa de deformación,
poniendo en contacto unidades litológicas del Cretácico Superior con unidades del Cretácico
Inferior, recorriendo a la Sierra La Borrada de NW a SE (Figura 5.23).

5.4.8 Sierra La Veleta

La disposición estructural de la Sierra La Ventana corresponde a un anticlinal en el cual es


posible encontrar en su núcleo a la Formación Cupido. El anticlinal se trunca en su parte SE por
una falla lateral derecha, poniendo en contacto unidades del Cretácico Inferior con aquellas
correspondientes a edades del Cretácico Superior.

Como resultado de la interacción de esta Sierra con el sistema de fallamiento derecho es


posible apreciar un desplazamiento de este complejo hacia el NE, el cual queda evidenciado por
la interrupción que sufre la zona del valle del área de estudio en su parte NW, y que se ubica entre
la Sierra La Ventana y Sierra La Cebolla; originalmente este valle se extendería
ininterrumpidamente hacia el NW pero el fallamiento lateral derecho desplazaría a la Sierra La
Veleta generando así si truncamiento (Figura 5.23).

5.4.9 Klippe San Isidro

Esta estructura corresponde principalmente a un paquete sedimentario de la Formación


Cupido, el cual fue desplazado y rotado por los sistemas de fallamiento lateral derecho que forman
parte de la zona de transferencia Casillas. El klippe, que originalmente pertenecía a la Sierra La

94
ESTILOS DE DEFORMACIÓN

el espesor de las unidades litológicas (Figura 5.24)

Figura 5. 24 Secciones del área de estudio y sus abreviatras: Ks -M: Formación Méndez, Ks – Sf: Formación San Felipe, Ks – An: Formación
Agua Nueva, Ks – Cc: Formación Cuesta del Cura, Ki – Ts: Formación Tamaulipas Superior, Ki – Lp: Formación La Peña, Ki – Cu:
Formación Cupido, RE: Rocas Evaporíticas.
CAPÍTULO V

estructurales aledaños, exponiendo una secuencia sedimentaria invertida, y un adelgazamiento en


Veleta, presenta una clara disposición estructural que no corresponde a la de los complejos

95
ANALOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS CAPÍTULO VII

CAPITULO 6

6 ANÁLOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS: KU-MALOOB-


ZAAP

6.1 INTRODUCCIÓN
Una analogía es una representación utilizada con el objetivo de comprender información nueva, y
por lo general se constituye como una manera de establecer o hacer corresponder los elementos de una
nueva idea con los elementos de otra previamente desarrollada (Lawson, 1993). En términos generales, una
analogía puede definirse como la comparación entre dos dominios, uno más familiar y otro menos conocido,
los cuales comparten información de tipo relacional. Así Ruhl, 2003 señala que “una analogía es una
comparación de una cosa familiar con otra no familiar, con el objetivo de interpretar o aclarar una
característica compartida”. Para poder realizar una analogía geológica, más específicamente en la rama de
la geología estructural, se necesita de dos componentes primordiales que son a) una estructura previamente
conocida y bien documentada y b) una estructura no descrita previamente, cuyo comportamiento estructural
pueda ser, hasta cierto punto, equiparable con el inciso (a), y facilite así, su entendimiento.

Cuando estructuralmente se desea realizar una analogía, es necesario cuidar ciertos aspectos que
por ningún motivo deben pasar desapercibidos:
I. El Geólogo debe cuidar que tanto la estructura previamente conocida, así como aquella que
se está estudiando recientemente, se encuentren bajo un mismo régimen tectónico.
II. Aunque es algo obvio, es importante cuidar estar tratando ante el mismo tipo de estructuras,
es decir, realizar analogías de sinclinales con sinclinales, estructuras diapíricas con
estructuras diapíricas, etc.
III. Si algo se tiene entendido con certeza en las Geosciencias, es que la heterogeneidad se
encuentra presente en todos los procesos que a esta atañe, por lo que es prácticamente
imposible encontrar dos eventos completamente iguales de los cuales sea posible realizar
una comparación precisa al 100%.
IV. La escala de las estructuras es un factor también muy importante que se debe considerar,
ya que la dimensión de estas puede llegar a afectar su comportamiento, y por lo tanto el
estudio analógico.
V. Se necesita también la existencia de una analogía entre las rocas involucradas en la
deformación, así como una similitud en el porcentaje de acortamiento tectónico.

96
ANALOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS CAPÍTULO VII

En el caso de las estructuras aquí estudiadas, estas cumplen con cada uno de los factores
para considerarlas análogas, (1) partiendo primero del hecho de que se tiene una estructura
conocida que es Ku-Maloob-Zaap, y una menos conocida dentro del área de Casillas, Nuevo León;
(2) en segunda instancia, se sabe que se está lidiando con el mismo tipo de estructuras, es decir,
sistemas plegados y cabalgados, afectados por sistemas de fallamiento lateral derecho; (3) aunque
el comportamiento de los esfuerzos claramente no fue exactamente igual en ambas áreas, se sabe
que estas estuvieron sujetas a un mismo tipo de esfuerzos que son compresivos; (4) en cuanto a la
escala del estudio, en ambos casos se está tratando con una escala de tipo regional, y por último
en referencia a los dos factores adicionales aquí considerados, las rocas de ambas estructuras son
sedimentarias marinas y predominan las calcáreas para ambos casos y, finalmente, el porcentaje
de acortamiento tectónico oscila entre 30 y 40%.

La complejidad del área de estudio es evidente, y esto pudo constatarse dentro de las
primeras campañas de cartografía; esto está ligado principalmente a la presencia de los cuerpos de
rocas evaporíticas, que tal y como se ha explicado en capítulos previos, aportan un comportamiento
reológico variable a la zona, distinto al resto de las rocas en la zona que responden más de manera
frágil cuando su resistencia fue superada durante la aplicación de esfuerzos regionales; lo anterior
permitió la generación de sistemas de cabalgaduras y fallamientos laterales que fungen como
sistemas de transferencia, estos sistemas laterales de fallamiento son siempre tardíos a pliegues y
cabalgaduras, canalizan emplazamiento de evaporitas y afectan completamente a las estructuras
de la zona tanto de Casillas, así como a las de Ku-Maloob-Zaap en el Golfo de México.

Se ha mencionado en capítulos pasados, que es precisamente a través de los planos falla


verticales que los cuerpos de rocas evaporíticas fluyen hacia niveles más superficiales a través de
superficies de menor presión. Esto es muy importante porque este mecanismo de flujo permite que
se generen, dentro de las trampas petroleras, unidades sello; en este sentido, en el área de Casillas
es posible observar esta dinámica de flujo y emplazamiento de rocas evaporíticas con mayor
precisión y de manera directa, y no a través de métodos indirectos, tal y como ocurre en Ku-
Maloob-Zaap, o en algunos otros campos petroleros en el mundo. En el caso de los sistemas de
fracturas, estos fueron utilizados para analizar y determinar el comportamiento y dirección del
esfuerzo principal σ1. En la figura 6.1 se puede apreciar un mapa del área de estudio donde se
muestra, con unas flechas en color rojo, que la dirección de los esfuerzos principales es NE.
97
ANALOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS

Figura 6. 1 Mapa del área de estudio que muestra, con flechas en color rojo, la dirección principal de la zona. La dirección de los esfuerzos coincide con la
disposición geométrica de las estructuras en el área.
CAPÍTULO VII

98
ANALOGOS DE TRAMPAS DE HIDROCARBUROS CAPÍTULO VII

Si bien la mayoría de las direcciones de σ1 indicadas por las flechas rojas en la figura 6.1
tienen una dirección NE, existe una de estas que presenta un cambio muy notorio con respecto al
resto, y cuya orientación se presenta como NW; este cambio se debe a que precisamente sobre este
punto se encuentra unos de los sistemas de fallamiento lateral del área, que atiende a la zona de
transferencia Casillas.

En un marco tectónico mucho más regional, estas zonas de transferencia conformadas por
los sistemas de fallamiento lateral derecho, se proponen como el resultado de un evento de
transpresión con una zona de rampa lateral dentro de la Sierra Madre Oriental (Figura 6.2). Lo
anterior se fundamenta en cambios de facies entre las formaciones del Jurásico superior y el
Cretácico inferior.

Figura 6. 2 Mapa regional de la Saliente de Monterrey; modificado de Padilla y Sánchez, 1985. Las flechas en color
rojo indican el comportamiento cinemático de las zonas de transferencia a un nivel más regional.

99
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

CAPITULO 7

7 DISCUSIÓN

7.1 INTRODUCCIÓN

México a través del tiempo se ha llegado a consolidar como uno de los países con mayor
producción de hidrocarburos, y si bien su producción, que hoy en día ronda los 1,986,000,000
barriles por día (https://elpais.com/economia/2017/08/24/actualidad/1503530892_423947.html),
no alcanza cifras descomunales como la de los países árabes, los cuales producen alrededor de
11,730,000,000 barriles por día, esto le ha bastado para poder posicionarse dentro del grupo de los
11 principales países productores de hidrocarburos; y entonces, como todo gran país petrolero,
México enfrenta el reto constante de detener el retroceso en los niveles de producción como sea
posible; lo anterior debido a que la producción por primera vez en 40 años está por debajo de los
2MM de barriles diarios (Figura 7.1).

Figura 7. 1 En el presente sexenio la producción ha caído alrededor de medio millón de


barriles, la sobreoferta mundial ha afectado notoriamente la producción en México
(Fuente: El país sector economía: https://el
país.com/economía/2017/08/24/actualidad/1503530892_423947.html.

100
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Para poder lograr el objetivo de detener el declive en los niveles de producción y de ser
posible sostenerla en al menos 2MMbd, la industria mexicana de los hidrocarburos debe valerse
de herramientas que le permitan entender con mayor precisión el comportamiento de los
Yacimientos Naturalmente Fracturados (YNF), que es de donde se extraen los mayores volúmenes
de hidrocarburos en México (Robles, 2010), y es aquí donde los proyectos de investigación
científica juegan un papel importante.

La investigación genera una gran cantidad de información que soporta la toma de


decisiones relevantes en la industria, y aunque a través del tiempo los profesionistas mexicanos
han generado una gran cantidad de experiencia y conocimiento, es importante no perder de vista
que cada vez los yacimientos a explorar y explotar son más complejos, profundos y demandan la
generación de nuevas tecnologías para alcanzarlos y extraer los hidrocarburos como los
yacimientos en aguas profundas, los subsalinos y todos los no convencionales como: shale gas,
shale oil, tight gas y tight oil, entre otros, por lo que siempre será necesario continuar con el aporte
de nuevos datos que permitan ampliar lo más posible la visión de los yacimientos que representan
los nuevos retos en la industria y la generación de recursos humanos con el conocimiento que se
demanda para resolver los nuevos retos de la industria.

Desde este punto de vista, continuar con el estudio de análogos a las grandes trampas de
hidrocarburos en México es clave para aumentar el nivel de comprensión de estas, y poder así
ofrecer soluciones a los problemas que los yacimientos puedan presentar; uno de estos grandes
yacimientos petroleros en México es el complejo KU-MALOOB-ZAAP, el cual con una
producción diaria de 691,000 barriles representa una de las trampas más importantes del país, y
aunque existen ya diferentes estudios en diferentes ramas, como la estructural, geoquímica,
paleontológica, etc.; estos han sido en su mayoría a través de métodos indirectos debido a que es
una trampa que se encuentra en aguas profundas y es imposible hacer análisis de manera directa.
Es aquí donde el estudio de estructuras análogas en superficie cobra importancia, y se convierte
en una herramienta de gran peso para la industria de los hidrocarburos, puesto que es posible
generar nuevos datos que contribuyen a la comprensión del comportamiento de un yacimiento de
manera directa.

101
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

7.2 LOCALIZACIÓN

Las estructuras de Ku, Maloob, y Zaap se localizan a lo largo de un cinturón arqueado de


estructuras generadas por acortamiento tectónico costa afuera de la bahía de Campeche (Figura
7.2). La bahía de Campeche contiene más de 24 campos petroleros, y es la más prolífica de México
en cuanto a hidrocarburos se refiere (Acevedo, 1980; Santiago & Baro, 1992; Guzmán & Márquez-
Domiguez, 2001). Juntas, las estructuras de Ku, Maloob y Zaap forman un complejo de campos
con una importante cantidad de reservas.

Figura 7. 2 Mapa que muestra la localización del área de


KUMAZA en la provincia de la bahía de Campeche (Mitra et al.,
2006).

7.3 PRODUCCIÓN HISTÓRICA

A través del tiempo, los campos en México que han dominado la producción histórica de
hidrocarburos han sido aquellos que se encuentran principalmente en zonas costa afuera. Campos

102
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

petroleros como Cantarell y Ku-Maloob-Zaap ofrecen cerca del 50% de la producción de


hidrocarburos a nivel nacional.

En el caso del campo Ku-Maloob-Zaap, el primer campo descubierto de este activo fue
Maloob en el año 1979 con el pozo Maloob-1; en 1980 se descubrió el campo Ku con el pozo Ha-
1A, y el campo Zaap fue descubierto en 1990 con el pozo Zaap-1. Es así que, desde su
descubrimiento este campo comenzó con una producción aproximada desde 1.25 MMbd hasta los
1.5 MMbd, y se mantuvo así hasta el año 1997, donde la producción comenzó a presentar un
declive, alcanzando en el año 2003 un rango de producción diario de entre 1 MMbd hasta 1.2
MMbd. Sin embargo, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH),
para los años 2005 y 2006 se alcanzaron valores críticos de producción con un total de 319.1 Mbd
y 394.2 Mbd respectivamente (Tabla 7.1). Del año 2007 hasta el 2017, los esfuerzos por aumentar
los niveles de producción, y recuperar aquellos valores iniciales de miles de barriles por día se
intensificaron, logrando alcanzar valores que rondan los 800 Mbd.

Cuencas del Sureste


Año / Campo Ku Maloob Zaap Producción total (KUMAZA)
2005 202.9 46.9 69.3 319.1
2006 269.1 53.8 71.3 394.2
2007 327.3 73.3 112.9 513.5
2008 364 112.7 225.2 701.9
2009 353.4 170 277.3 800.7
2010 337.1 218.1 273.7 828.9
2011 310.7 243.5 279.9 834.1
2012 277.4 279.3 290.3 847
2013 257.7 298 299 854.7
2014 210 331.7 305.9 847.6
2015 175.4 370.6 293 839.0
2016 159.2 378.5 294.6 832.3
2017 112.4 391 300.8 804.2
Tabla 7. 1 Datos de producción del campo Ku-Maloob-Zaap en Miles de Barriles por Día (Mbd). Tomado de la
Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH, 2017).

103
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

7.4 ESTRATIGRAFÍA

Estratigráficamente, la zona de Ku-Maloob-Zaap se compone, de manera general, de una


intercalación de unidades lutíticas, paquetes de caliza y arenisca. Es posible encontrar en las
unidades basales de las estructuras, paquetes de sal y evaporitas con edades del Calloviano,
intercaladas con caliza, lutita y arenisca del Oxfordiano. Las unidades suprayacentes del
Kimmeridgiano pueden dividirse en dos, una unidad inferior compuesta por dolomita y caliza
esquistosa, y otra unidad superior conformada por caliza oolítica y parcialmente dolomitizadas.

El Tithoniano se compone de caliza esquistosa, que constituyen las probables rocas fuentes
para la cuenca. Las unidades del Cretácico inferior y medio contienen dolomita y caliza esquistosa.
El Cretácico superior y Paleoceno inferior consiste de brechas derivadas de calizas dolomitizadas.
Estas unidades se encuentran cubiertas por lutitas del Paleoceno, las cuales proveen el sello al
reservorio. El Eoceno se compone de lutita calcárea y algunas calcarenitas, que podrían constituir
un segundo reservorio. El Oligoceno y Mioceno inferior al medio consisten de lutitas calcáreas,

Figura 7. 3 Columna estratigráfica simplificada para el área de Ku-Maloob-Zaap, mostrando los


periodos de tiempo de los eventos tectónicos principales (Mitra et al., 2006).

104
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

mientras que el Mioceno superior y el Plioceno consisten de una intercalación de arenisca y lutita
(Mitra et al., 2006).

7.5 PALEOGEOGRAFÍA

Para poder analizar la evolución paleogeográfica de un yacimiento tan importante como lo


es Ku-Maloob-Zaap, es necesario no perder de vista que este pertenece a una provincia petrolera
mucho mayor, la Sonda de Campeche, la cual, con una dimensión de 15,500 km2 (Pemex, 2008)
contiene a varios de los yacimientos más importantes del país, por lo que estudiar la evolución de
esta provincia brindará un mejor panorama del comportamiento del área de interés, es decir, Ku-
Maloob-Zaap.

Para poder comprender el comportamiento paleogeográfico del área de interés se debe


primero partir del evento de separación y fragmentación de Pangea, el cual se encuentra
evidenciado por la presencia de lechos rojos que fueron depositados en depresiones continentales
cuya geometría estuvo controlada por grabens estrechos con direcciones aproximadamente
paralelas a la actual línea de costa en el área que hoy ocupa el Golfo de México (Salvador, 1991c).
Existen actualmente solamente algunas localidades alrededor del Golfo de México donde afloran
lechos rojos (Figura 7.4).

La posición estratigráfica de los lechos rojos en el Golfo de México meridional sugiere que
su edad de depósito varía desde el Triásico Tardío hasta después del Calloviano, porque se les ha
descrito abajo, lateralmente equivalentes y arriba de la sal calloviana. Esto probablemente se debió
a un depósito contemporáneo de la sal en la cuenca, mientras que en los bordes de la misma se
depositaban lechos rojos.

El proceso tectónico de separación de la Pangea prevaleció hasta el final del Jurásico


Medio, pero quizá alcanzó el inicio del Jurásico Superior (Oxfordiano inferior), época en la cual
la sedimentación continental estuvo totalmente controlada por procesos tectónicos distensivos.

105
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Figura 7.4 Paleogeografía del Triásico Superior en el área del Golfo de México. La
ubicación de los horsts fué esquematizada por Salvador (1991c) con datos superfi
ciales y de subsuelo. Las costas y las fronterasdel país se muestran como referencia
(Mitra et al., 2006).

Muy probablemente el mar inició su avance hacia el Proto-Golfo de México desde el


Pacífico a través de la parte central de México, en lo que hoy es la zona de frontera entre los estados
de Zacatecas y San Luis Potosí, en donde se han encontrado amonitas del Triásico Superior (Cantú-
Chapa, 1969; Salvador, 1991b).

El avance transgresivo de las aguas del Pacífico hacia el oriente fue invadiendo el área del
actual Golfo de México para formar extensos cuerpos de aguas hipersalinas, con una circulación
sumamente restringida y, quizá también un clima de tipo desértico, lo que favoreció el depósito de
grandes volúmenes de evaporitas en la parte central del Golfo de México.

106
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

La evidencia con que se cuenta en la actualidad indica que toda la sal del Golfo de México
se depositó durante el Calloviano (164-159 Ma) (Salvador, 1991b), en una gran cuenca de miles
de kilómetros cuadrados, que hoy se encuentra dividida en dos partes, una al norte y otra al sur,
por una franja en donde no hay sal, de orientación aproximada este-oeste en la porción central del
Golfo (Figura 7.5).

Figura 7.5 Paleogeografía del Jurásico Medio en el área del Golfo de México. En negro
se muestra la distribución actual de la sal depositada durante el Calloviano. La sal afl
ora en el fondo marino en dos masas, una septentrional y otra meridional, separadas
por una franja sin sal. Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia
(Mitra et al., 2006).

107
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

La masa de sal mayor se depositó primero en la parte central del Golfo de México, pero
posteriormente, a medida que la invasión por aguas marinas iba progresando, se desarrollaron en
sus bordes plataformas muy amplias en donde la circulación de las aguas era muy restringida, y
estaban limitadas hacia el mar por largas barras de oolitas, que se extendían por cientos de
kilómetros cuadrados alrededor del Golfo, condiciones que favorecieron el depósito de otras masas
de sal en las zonas lagunares que bordeaban la cuenca. En el sureste mexicano las barras de oolitas
jurásicas tienen una distribución extensa (Figura 7.6) y se han identificado claramente porque son
las rocas productoras de hidrocarburos en campos gigantes como Samaría y Sitio Grande
(Santiago-Acevedo y Mejía- Dautt, 1980).

Figura 7.6 Paleogeografía del Kimmeridgiano temprano. Para este tiempo la actividad
de la Falla Transformante Tamaulipas-Oaxaca ya había cesado su movimiento lateral
y tanto el Macizo de Chiapas como el Bloque Yucatán ocuparon desde entonces la
posición que tienen hoy. Las costas y las fronteras del país se muestran como
referencia (Mitra et al., 2006).

108
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

El movimiento del bloque de Yucatán hacia el sur se realizó a lo largo de dos sistemas de
fallas transformantes que han recibido diferentes nombres por diversos autores, quienes también
las han ubicado en sitios distintos.

Al terminar el Calloviano el Bloque Yucatán alcanzó la posición que ocupa actualmente y


desde entonces sólo estuvo sujeto a una subsidencia lenta pero continua, hasta la época del Plio-
Pleistoceno, cuando comenzó a emerger. También al término del Calloviano, la falla
Transformante Tamaulipas-Oaxaca detiene su movimiento lateral y comienza a moverse en
sentido vertical, favoreciendo la subsidencia de bloques de basamento. En el sureste mexicano es
particularmente importante esta época porque es entonces cuando el Macizo de Chiapas, junto con
el Bloque Yucatán, comienza a recibir sedimentos marinos en su porción norte. El Período Jurásico
Tardío se caracterizó por ser una época de tranquilidad tectónica en la que una subsidencia lenta,
asociada al desplazamiento divergente de las Placas de Norteamérica de las de Laurasia y
Gonwana, propició las condiciones necesarias para el depósito de carbonatos y lodos calcáreos
intercalados.

El proceso tectónico de rifting que dio paso a la apertura del Golfo de México terminó al
fin del Calloviano, después de lo cual, durante el Oxfordiano, se desarrollaron amplias plataformas
de aguas someras a todo lo largo de los bordes del protogolfo de México, en las que se depositaron
grandes volúmenes de carbonatos, con extensas barras oolíticas en los bordes de plataforma
(Salvador, 1991c; Winker y Buffl er, 1988; Williams-Rojas y Hurley, 2001).

Este período se caracteriza por el depósito de clásticos en las zonas litorales, por la
abundancia de carbonatos en las plataformas y por el depósito de menores espesores de lutitas y
carbonatos con intercalaciones delgadas de calizas argiláceas en las zonas de cuenca.

Los bloques de basamento emergidos que formaban las paleoislas en el occidente del
protogolfo de México continuaban afectando la sedimentación de la región, siendo el mayor aporte
de clásticos los provenientes del área del Bloque Yucatán y del noroeste. Estas condiciones de
subsidencia lenta y continua prevalecieron durante todo el Kimmeridgiano (Salvador, 1987,
1991b, 1991c) (Figura 7.7).

109
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Para el Tithoniano, la velocidad de subsidencia se hizo más lenta y predominó la


sedimentación de secuencias de estratificación delgada de lutitas y carbonatos, en las cuales
aumentó considerablemente la presencia de organismos, probablemente favorecido por un clima
templado. Los horsts formados en el basamento premesozoico bordeando la parte occidental del
Golfo de México permanecieron emergidos y aportando sedimentos clásticos cada vez en menores
cantidades a medida que el relieve topográfi co disminuía. En las áreas costeras de estas islas
continuó el depósito de rocas clásticas, grandes lagunas litorales y de barras oolíticas en los
extremos de las plataformas. En el suroeste del Golfo también se desarrollaron amplias plataformas
someras que se extendían hasta el Macizo de Chiapas y el occidente del Bloque Yucatán que
continuaban aportando clásticos. En ellas se depositaron también grandes volúmenes de
carbonatos y, probablemente, también algunos depósitos de sal en la parte noroccidental del
Macizo de Chiapas (Viniegra, 1971), aunque no se tiene evidencia concluyente al respecto.

En este periodo se depositaron en la cuenca lutitas muy ricas en materia orgánica, con
delgadas intercalaciones de carbonatos, que son la roca generadora de la mayoría de los inmensos
volúmenes de hidrocarburos que existen en el Golfo de México, especialmente en el sureste
mexicano (González y Holguín, 1992) (Figura 7.8).

La estabilidad tectónica fue tan grande que las rocas depositadas conservaron
características litológicas muy similares en toda la cuenca del Golfo de México; las islas que
bordeaban el occidente del Golfo todavía estaban emergidas y continuaban aportando sedimentos
clásticos a las zonas litorales, mientras que en las plataformas predominaba el depósito de calizas
arcillosas con abundantes concreciones fosforíticas ricas en fósiles, sobre todo en el noreste de
México.

Hacia fines del Tithoniano continuaba la gran invasión de los mares en el Golfo de México
y se inició la sumergencia de la porción meridional de Florida (Salvador, 1991b).

110
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Figura 7.7 Paleogeografía del Tithoniano superior. Nótese la gran extensión de las
áreas de plataformas someras, en donde ocurrió el depósito de rocas ricas en materia
orgánica que constituyen la principal roca generadora de hidrocarburos en el Golfo de
México. Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia (Mitra et al.,
2006).

Las condiciones tectónicas estables persistieron en la región durante el Cretácico


Temprano, a la vez que las islas del Archipiélago de Tamaulipas, el Macizo de Chiapas y el Bloque
Yucatán continuaban su lenta subsidencia y el mar las iba cubriendo progresivamente.

El área de las ya extensas plataformas seguía incrementándose y enormes volúmenes de


carbonatos fueron depositados sobre la mayor parte de México. De hecho, puede decirse que las
condiciones tectónicas de estabilidad del Tihoniano se extendieron hasta todo el Neocomiano, con
la diferencia de que la proporción de lutitas intercaladas en las calizas de inicios del Cretácico
fueron decreciendo hasta casi desaparecer a fines del Valanginiano.

111
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Para el Neocomiano Superior (Hauteriviano- Barremiano), 132 a 121 Ma, aumentó la


velocidad de subsidencia de las plataformas que bordeaban el Golfo de México, favoreciendo así
el depósito de gruesos paquetes de carbonatos con menores cantidades de lutitas intercaladas y con
espesores superiores a los 1,500 m en promedio.

Durante este tiempo el Archipiélago de Tamaulipas fue totalmente cubierto por los mares
y sólo quedaron emergidos los bloques altos de basamento de la Isla de Coahuila, el Macizo de
Chiapas y parte del Bloque Yucatán, en cuyos litorales continuó la sedimentación clástica. El
depósito de evaporitas continuó en extensas áreas de plataformas someras con circulación
restringida, como la Cuenca de Sabinas, la zona de postarrecife de la Plataforma de Valles-San
Luis Potosí y la parte occidental de la Plataforma de Yucatán, aunque la edad de estas evaporitas
aún está bajo discusión (Salvador, 1991b) (Figura 7.8).

Figura 7.8 Paleogeografía del Barremiano. Note la longitud de las barreras de arrecifes
que bordean a las plataformas, así como la gran extensión de áreas con carbonatos de
aguas someras. Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia (Mitra
et al., 2006).

112
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Durante el Aptiano ocurrió un cambio en la velocidad de subsidencia que favoreció el


depósito de una mayor cantidad de lutitas intercaladas con capas delgadas de carbonatos en una
sección condensada. Después de un período de 23 millones de años, de subsidencia continua y
progresiva en el que se depositaron más de 2,000 m de carbonatos casi puros, correspondientes a
las formaciones Cupido y Tamaulipas Inferior, al inicio del Aptiano se inició el depósito de lutitas
intercaladas con capas delgadas de carbonatos que según Goldhammer (1999) y Goldhammer y
Johnson (2001) fue causado por una rápida elevación del nivel del mar. Durante este período, que
duró aproximadamente cinco millones de años, el mar cubrió definitivamente los altos de
basamento que habían estado emergidos desde los inicios de la transgresión marina ligada a la
apertura del Golfo de México en el Triásico Tardío.

Por otro lado, las largas franjas de arrecifes que se habían venido desarrollando en los
bordes de los altos de basamento desde el Neocomiano, continuaron desarrollándose en el
occidente y oriente del Golfo de México, mientras que en el noreste de México se volvieron más
esporádicas a medida que los mares iban transgrediendo las paleoislas hasta cubrirlas totalmente a
fines del Aptiano. Después del Aptiano, durante el Albiano y el Cenomaniano, continuó la
subsidencia general del Golfo de México, a una velocidad aproximadamente constante en toda la
cuenca, lo que permitió que se desarrollaran otra vez, largas cadenas de arrecifes de barrera
ubicados aproximadamente arriba de las franjas arrecifales neocomianas, es decir,
aproximadamente sobre los bordes de los altos de basamento de las paleoislas de Coahuila y
Valles-San Luis Potosí y la Plataformas de Tuxpan y de Córdoba (Figura 7.9).

El Turoniano marca otro cambio importante en los patrones de sedimentación del Golfo de
México, porque termina el predominio del depósito de carbonatos. Este cambio fue más evidente
en las porciones occidental y noroccidental de la cuenca, pero no lo fue tanto en la parte meridional
de la misma, en donde la sedimentación de carbonatos continuó prácticamente invariable hasta el
término del Cretácico. Durante esta época, en las plataformas se depositaron capas delgadas de
calizas y lutitas (Formaciones Indidura y Guzmantla), mientras que en la cuenca se depositaban
calizas con abundantes nódulos y capas de pedernal (Formaciones Agua Nueva y Maltrata).

113
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Figura 7.9 Paleogeografía del Albiano-Cenomaniano. La sedimentación de clásticos


prevaleció sobre los carbonatos hasta el Aptiano tardío, tiempo en el que los altos de
basamento que estuvieron emergidos desde el Jurásico tardío fueron sumergidos bajo
las aguas del mar. A partir de entonces la sedimentación de carbonatos dominó
nuevamente en toda la cuenca del Golfo de México. Las costas y las fronteras del
país se muestran como referencia (Mitra et al., 2006).

Con base a los afloramientos abundantes a lo largo de la Sierra Madre Oriental y a los datos
del subsuelo que existen en pozos en la Planicie Costera del Golfo, se infiere que durante el
Coniaciano y el Santoniano se incrementó la actividad volcánica en el occidente de México, lo
cual se reflejó en la sedimentación marina del Golfo de México, en donde continuó el depósito de
capas delgadas de calizas y lutitas, pero con abundantes horizontes intercalados de bentonita,
abarcando todas las plataformas del borde occidental y meridional del Golfo, mientras que en la
cuenca continuaba el depósito de carbonatos con bandas y nódulos de pedernal con delgadas
intercalaciones de bentonita (Salvador 1991b).

114
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Para el fin del Período Cretácico, durante el Campaniano y el Maestritchiano, aumentó el


aporte de sedimentos clásticos provenientes del oeste de México, mientras que en el occidente del
Golfo de México la subsidencia aumentó y se depositaron gruesos espesores de margas y lutitas
de la Formación Méndez (Figura 7.10). En varias localidades a lo largo de la Sierra Madre Oriental
se han reportado horizontes delgados de bentonita (Padilla y Sánchez, 1986), que indican que la
actividad volcánica en el occidente continuó hasta casi el fi n del Cretácico.

Figura 7.10 Paleogeografía del Turoniano-Maestrichtiano. El aporte de sedimentos


provenientes del occidente y del sur se incrementó y cambió definitivamente el
patrón de depósito de carbonatos a clásticos. Esta condición se mantuvo hasta el
Cenozoico. Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia (Mitra et
al., 2006).

Más al sur, en las cercanías del Macizo de Chiapas se depositaban clásticos (Fm.
Angostura), mientras que en las zonas de la Sierra de Chiapas, la Cuenca de Veracruz y la
Plataforma de Córdoba, las lutitas y margas de la Formación Méndez cambiaban lateralmente a
facies carbonatadas de aguas someras (Prost y Aranda, 2001; Jennette et al., 2003)

115
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Coincidente en el límite entre el período Cretácico y el periodo Paleógeno, existe una


brecha en carbonatos que tiene una gran extensión en el sur del Golfo de México y tiene también
una gran importancia económica para el país, por ser la roca almacén de los grandes campos
petroleros del área marina del sureste de México (Figura 7.11). Esta brecha denominada
internamente en Pemex como “Brecha K-T” es inusual porque tiene una extensión de miles de
kilómetros cuadrados y gruesos espesores que alcanzan hasta los 700 m en algunas localidades
(Akal). Además, en gran parte de su espesor carece de matriz, por lo que su permeabilidad es
asombrosamente alta.

Figura 7.11 Paleogeografía de inicios del Paleoceno, cuando se ha propuesto el


impacto de un meteorito en el área de Chicxulub. En este tiempo se depositó una
brecha de carbonatos con una gran extensión y espesores que alcanzan los 700 m.
Las costas y las fronteras del país se muestran como referencia (Mitra et al., 2006).

116
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

A fines del Cretácico el aporte de sedimentos clásticos del noroeste y del occidente del
Golfo de México se incrementó notablemente durante las primeras pulsaciones de la Orogenia
Laramide, (de Cserna, 1989). La Era Cenozoica se inicia prácticamente con el evento tectónico
que dió origen a las cadenas plegadas y cabalgadas del occidente del Golfo de México, específi
camente las Sierras y Cuencas de Coahuila, la Sierra Madre Oriental y la Sierra de Zongolica,
desde el Paleoceno tardío hasta el Eoceno temprano (Padilla y Sánchez, 1982). La orogenia fue el
resultado de la convergencia de la Placa Farallón por debajo de la Placa Norteamericana, en la que
el fragmento de corteza oceánica que estaba en subducción tuvo un ángulo muy bajo, causando así
una deformación a mayor distancia de la zona de la trinchera y elevando una porción considerable
de la parte meridional de la Placa de Norteamérica. Esta condición tectónica favoreció el
incremento del aporte de grandes volúmenes de sedimentos clásticos después del fi n de la
orogenia, que empezaron a depositarse en las cuencas formadas en el antepaís de las cadenas
plegadas, que de norte a sur se conocen como las Cuencas de Parras-San Carlos (CPSC), de
Tampico-Misantla (CTM) y de Veracruz (CV) (de Cserna, 1989; Padilla y Sánchez, ibid) (Figura
7.12).

Así como durante el Cretácico la forma y el tamaño de la cuenca del Golfo de México
estuvieron determinados por las plataformas carbonatadas, a partir del Eoceno tardío la nueva
forma de la cuenca dependió totalmente del gran fl ujo de la sedimentación clástica. Se empezaron
a desarrollar grandes fallas lístricas normales asociadas a depocentros en las cuencas de antepaís.
Durante este tiempo se depositaron gruesos espesores de arenas fi nas en los talúdes del occidente
del Golfo de México, Planicie Costera del Golfo, al tiempo que los sedimentos más fi nos iban
rellenando las partes más profundas Goldhammer (1999).

Como consecuencia del aporte masivo de sedimentos la sal y la arcilla de la parte


meridional del Golfo de México empezaron a mobilizarse, formando “rollers”, diapiros, lenguas
y canopies, así como también contribuyendo a la sobrepresurización de las masas de arcilla.

Para el Eoceno tardío se formaron los depocentros de la Cuenca de Veracruz y se inició su


relleno con sedimentos clásticos derivados del oeste (Figura 7.12) (Jennette et al., 2003).

117
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Figura 7.12 Paleogeografía del Eoceno tardío cuando se inició el relleno de las
cuencas de antepaís de las sierras plegadas y cabalgadas del occidente del Golfo de
México por sedimentos. Cuenca de Parras-San Carlos (CPSC), Cuenca de Tampico-
Misantla (CTM) y Cuenca de Veracruz (CV). Las costas y las fronteras del país se
muestran como referencia (Mitra et al., 2006).

El origen de las Cuencas del Sureste está íntimamente ligado con la Sierra de Chiapas y
con la Cadena Plegada de Reforma-Akal. Según Santiago-Acevedo et al. (1984), a principios del
Paleógeno, el Macizo de Chiapas continuaba emergido en su parte sur , mientras que sobre las
rocas carbonatadas marinas (de plataforma en Chiapas y de cuenca en Campeche) de su parte norte,
se depositaban gruesas secuencias de clásticos con espesores que varían de 2,500 m en la zona de
Campeche, hasta cerca de 3,000 m en Chiapas.

118
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

De acuerdo con Ambrose et al. (2003), durante el Oligoceno continuó el depósito de


clásticos en todo el sureste mexicano, aunque en el área de Macuspana se empezó a desarrollar un
depocentro en donde se depositaron gruesas secuencias de arcillas. Al mismo tiempo, sobre la
Cadena Chiapas-Reforma-Akal se depositaron espesores menores de arenas y arcillas, mientras
que en el área de Comalcalco- Salina del Istmo comenzó la movilización hacia el norte, de grandes
volúmenes de sal en forma de almohadillas y “rollers” (Angeles Aquino et al., 1992).

Los mismos patrones sedimentarios continuaron hasta el Mioceno temprano, pero en el


Mioceno medio (Serravaliano, 12.0 Ma) ocurrió la máxima etapa de deformación que plegó y
cabalgó las rocas de la cadena de Chiapas-Reforma-Akal, con un nivel de décollement en la cima
de la sal calloviana y una vergencia hacia el norte. Sánchez-Montes de Oca (1980) denominó a
esta orogenia como Evento Chiapaneco (Figura 7.13).

Figura 7.13 Paleogeografía del Mioceno tardío, cuando ya se habían formado las
Crestas Mexicanas y los pliegues y fallas de la Cuenca de Veracruz, y de la Sierra de
Chiapas-Reforma-Akal. De éstas últimas estructuras, el tramo Reforma-Akal se
conoce solamente en el subsuelo (Mitra et al., 2006).

119
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

Hacia fines del Mioceno e inicios del Plioceno, después de la deformación compresiva del
Evento Chiapaneco, se inició el basculamiento hacia el norte de la Cadena de Chiapas-Reforma-
Akal, como una respuesta al desalojo de la sal calloviana en la misma dirección.

El gran aporte de clásticos provenientes del Macizo de Chiapas durante el Plioceno y el


Pleistoceno, causó el depósito de varios kilómetros de espesor de sedimentos, cuya sobrecarga
empezó a generar grandes fallas de crecimiento orientadas NE-SW, con sus bloques caídos hacia
el norte. En la Figura 7.14 se observa que la orientación de estas fallas sintéticas es casi
perpendicular a la dirección de los pliegues formados durante el Evento Chiapaneco.

Figura 7.14 Paleogeografía del Pleistoceno Tardío. En este tiempo ya había


ocurrido el basculamiento hacia el norte de la cadena Sierra de Chiapas- Reforma-
Akal por el desalojo de sal calloviana y se habían formado las cuencas de (1)
Comalcalco-Salina del istmo y (2) Macuspana. La orientación de las estructuras
extensionales, casi perpendicular a las compresionales (Mitra et al., 2006).

120
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

7.6 EVOLUCIÓN ESTRUCTURAL (EVENTOS DE DEFORMACIÓN)

Las estructuras de Ku, Maloob y Maloob se formaron dentro del marco tectónico del
cinturón Chiapas – Tabasco y la sonda de Campeche. Santiago y Baro (1992) identificaron al
menos cinco diferentes episodios tectónicos para esta área; sin embargo los eventos claves que
controlaron el desarrollo de las estructuras son 1) un periodo de extensión durante el Jurásico hasta
el Cretácico temprano, resultando en un fallamiento normal de las unidades con edades del
Kimeridgiano, Titoniano, y el Cretácico inferior; 2) acortamiento durante el Mioceno, lo que
resultó en el desarrollo de trampas estructurales a partir de pliegues relacionados a fallas; y 3)
eventos extensivos durante el Plioceno hasta el Holoceno, resultando en la generación de fallas
lístricas normales (Mitra et al., 2006).

Los estilos estructurales que se encuentran inmersos en el área de Ku-Maloob-Zaap


evolucionaron durante tres diferentes periodos de deformación; sin embargo, existen episodios
menores de deformación que, aunque se consideran secundarios, juegan un papel importante en la
evolución de las estructuras (Mitra et al., 2006).

Durante un periodo de tiempo que comprendía del Jurásico al Cretácico temprano, tuvo
lugar un evento de fallamiento normal, el cual inicio en el Kimmeridgiano – Oxfordiano y finalizó
en el Cretácico temprano, afectando el área entera. Estos sistemas de fallamiento normal
típicamente desplazan parte de las unidades del Oxfordiano, Kimmeridgiano, Tithoniano y el
Cretácico inferior. Algunas de estas fallas fueron directamente invertidas a sistemas de fallas
inversos (Mitra, 1993), y otras tantas fueron reactivadas durante la fase extensional del Terciario
tardío al Holoceno, cortando a través de las unidades terciarias (Mitra et al., 2006).

Las estructuras Ku, Maloob y Zaap, así como el resto de las estructuras contraccionales se
formaron durante un periodo de compresión regional en el Mioceno. Todas las estructuras
alóctonas se forman arriba de una superficie de despegue mayor, que se interpreta como la base de
las unidades del Oxfordiano. Las estructuras se encuentran asociadas a una falla frontal principal,
conteniendo en algunos casos fallas secundarias y/o backthrusts. Se piensa que la localización de
las estructuras mayores fue controlada por la presencia de fallas normales preexistentes. Por lo
tanto, la orientación de las estructuras se encuentra parcialmente relacionada a los patrones de
esfuerzo regional durante el Mioceno, así como también presentan una relación parcial a la

121
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

orientación de discontinuidades preexistentes. En el horizonte autóctono, las fallas normales se


encuentran invertidas como fallas inversas (Mitra et al., 2006).

La deformación compresiva fue una fase extensa que se originó en el Plioceno y continuo
hasta el Holoceno. Algunas de las fallas normales principales presentan una geometría lístrica, y
parecen aplanarse en una zona de despegue dentro de las unidades del Mioceno inferior, esto sin
desplazar a las unidades del Mesozoico y Paleógeno, esto resulta en la formación de estructuras
rol-lover con un espesor mucho mayor dentro del bloque de techo. Sin embargo, algunas de las
fallas normales preexistentes del Jurásico fueron reactivadas durante la fase extensional del
Terciario (Mitra et al., 2006).

La disposición estructural actual refleja cada uno de los eventos de deformación que la
zona ha sufrido a través del tiempo geológico. Hoy día el área de Ku-Maloob-Zaap se compone de
un sistema de fallas inversas que interactúan con una serie de fallas laterales con componente
derecha a través de las cuales existen espesores variables de sal que sellan las fallas y
compartamentalizan a las trampas y/o yacimientos petroleros en este complejo (Figura 7.15).

Figura 7.15 Disposición estructural actual del campo Ku-Maloob-Zaap (PEMEX,


2010).

122
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

7.7 CASILLAS, NUEVO LEÓN Y SU ANALOGÍA CON KU-MALOOB-


ZAAP
Para poder entender la relación que existe entre las estructuras del área de estudio y Ku-
Maloob-Zaap, es necesario que en primera instancia no se pierda de vista el hecho de que estos
dos complejos estructurales comparten una estratigrafía semejante que comprende rocas
sedimentarias marinas y, en diferentes tiempos, el mismo tipo de esfuerzos tectónicos, siendo estos
del tipo compresivo.

Los esfuerzos compresivos dieron pauta al desarrollo de estructuras sinclinales y


anticlinales, generando así cinturones plegados, los cuales en ambos casos tuvieron la participación
de horizontes de rocas evaporíticas, los cuales funcionaron como superficies de despegue que
facilitaron el desplazamiento de los paquetes sedimentarios. Con la continua aplicación de los
esfuerzos compresivos generaron sistemas de fallamiento inverso como respuesta a la necesidad
de acomodar la deformación, resultando en el desarrollo de cabalgaduras en los flancos frontales
de los pliegues.

Los sistemas de fallamiento lateral derecho comienzan su evolución en una última etapa
de deformación, plegando primero a las diferentes estructuras regionales plegadas y a los propios
sistemas de cabalgaduras y después con el progreso de la deformación su segmentación; estas
fallas laterales derechas se propone que no solamente fueron una respuesta más a la necesidad de
acomodar la deformación, sino que funcionaban también como zonas de transferencia que
separaron, dentro del cinturón plegado y cabalgado de la Sierra Madre Oriental, áreas con mayor
acortamiento y transporte tectónico que otras, canalizando a su vez en algunos casos cuerpos de
rocas evaporíticas. Algo extraordinario por lo que se propone aquí como análogos es que este tipo
de emplazamiento evaporíticos de tipo reactivos a la deformación han sido reconocidos en
diferentes concentraciones a lo largo y ancho tanto del área de estudio como de Ku-Maloob-Zaap,
en el Bloque Akal de las cuencas del Sureste mexicano, generaron un comportamiento reológico
variado, por lo que es posible identificar estas fallas como límites entre zonas con altas
concentraciones de rocas evaporíticas y zonas con concentraciones menores.

Esta característica particular que comparten ambas áreas, en referencia al comportamiento


de los cuerpos de rocas evaporíticas, se interpreta que ocurre fundamentalmente porque las
evaporitas fluyen hacia las zonas de menor presión; los planos de falla laterales precisamente

123
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

delimitan zonas verticales de liberación de esfuerzos con presiones menores, por lo que las rocas
evaporíticas tienden a aprovechar estos planos y fluir a través de ellos. Es por eso por lo que es
posible encontrar cuerpos de rocas evaporíticas a lo largo de los planos de falla lateral
preferencialmente que sobre los tipos de cabalgaduras.

En las figuras 5.23 y 7.15 se presentan los mapas de las estructuras generales de Ku-
Maloob-Zaap y Casillas, Nuevo León en ambas imágenes es posible observar que las dos áreas
comparten el mismo tipo de estructuras que se han comentado en los párrafos anteriores; es decir,
los sistemas de pliegues, las cabalgaduras, y los sistemas de fallas laterales derechas.

La figura 7.16 esquematiza la evolución estructural tanto del área de Casillas como de Ku-
Maloob-Zaap. Se aprecia que en ambos casos se parte de un modelo plegado que posteriormente
es afectado por fallas inversas que evolucionan a cabalgamientos; la disposición geométrica de los
pliegues en este punto es distinta, pero la dinámica deformacional es la misma. Por último, las
estructuras son cortadas por un sistema de fallas laterales derechas que al final funcionan como
canales verticales para el emplazamiento de diapiros y paredes de sal.

Figura 7. 16 Comparación de la evolución estructural entre Ku-Maloob-Zaap y Casillas, Nuevo León.

124
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

La geometría de la relación plegamiento-fallamiento para las estructuras de Ku-Maloob-


Zaap sugiere que estas corresponden a pliegues de despegue fallados (Figura 7.17) (Mitra, 2002),
estos se formaron por el notorio contraste existente entre el horizonte basal de rocas evaporíticas,
y las unidades sedimentarias con mayor competencia que lo sobreyacen, además de que se asocia
también al origen de estos un comportamiento deformacional que va progresivamente de un
plegamiento de despegue a una propagación de fallas.

Figure 7.17 Secciones geológicas de las estructuras de Ku, Maloob y Zaap. El tipo de pliegues que puede apreciarse
es el pliegue de despegue fallado. El inciso A) muestra un tren de pliegues de despegue relacionados a falla clásicos

Mitra et al, 2006 expone tres puntos principales por los cuales las estructuras de Ku-
Maloob-Zaap son consideradas como pliegues de despegue fallados: 1) Los pliegues se encuentran
nucleados por una unidad basal débil de sal, algo característico de los pliegues de despegue; los
pliegues de propagación de falla se desarrollan típicamente dentro de un paquete sedimentario más
homogéneo, 2) Las estructuras son relativamente redondas y no presentan una asimetría tan
marcada como lo harían los pliegues por propagación de falla, y por último 3) Las estructuras se
caracterizan por un desplazamiento del fallamiento relativamente pequeño en comparación a la
longitud de onda y amplitud de las estructuras.

Sometiendo una de las secciones del área de Casillas (Figura 7.18) al análisis que hace
Mitra et al, 2006 de los pliegues de Ku-Maloob-Zaap, es posible identificar algunas similitudes,
por ejemplo el hecho de que ambas estructuras se encuentran nucleadas por cuerpos de rocas
evaporíticas, y que en las primeras etapas de la deformación estas se comportaban como pliegues
de despegue favorecidas por el horizonte de rocas evaporíticas; sin embargo, a medida que el

125
DISCUSIÓN CAPÍTULO VII

evento compresivo continuo, la geometría de los pliegues en Casillas evoluciono de manera


distinta a las de Ku-Maloob-Zaap, notándose esto de manera particular en el anticlinal y sinclinal
la Ventana, ya que a diferencia de la disposición estructural mostrada por Ku-Maloob-Zaap donde
el fallamiento se relaciona a un solo anticlinal, en Casillas la cabalgadura afecta tanto a un
anticlinal como a un sinclinal, lo que sugiere que este tren de pliegues se generó primero para
posteriormente ser fallado. Un punto muy importante, es el hecho de que para el área de estudio el
evento compresivo es mucho más notorio que en Ku-Maloob-Zaap, apoyando esta observación
principalmente en el comportamiento del sinclinal y anticlinal La Ventana, así mismo, aunque en
ambas secciones es posible observar que el desarrollo de estructuras sinclinales en ambas secciones
es distinta, presentando en el caso del área de casillas un mayor ángulo interflanco.

Figura 7.18 Sección del área de estudio y sus abreviatras: Ks -M: Formación Méndez, Ks – Sf: Formación San Felipe,
Ks – An: Formación Agua Nueva, Ks – Cc: Formación Cuesta del Cura, Ki – Ts: Formación Tamaulipas Superior,
Ki – Lp: Formación La Peña, Ki – Cu: Formación Cupido, RE: Rocas Evaporíticas.

Entonces tomando en cuentas las diferencias y similitudes que es posible apreciar en las
dos secciones, se establece que ambas estructuras, es decir, tanto la del área de Casillas como Ku-
Maloob-Zaap, atienden a un tren de pliegues de despegue fallados, ya que ambos poseen un núcleo
de rocas evaporíticas, aunque en ambos casos el desplazamiento no es idéntico, siendo mayor en
Casillas.

126
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO VIII

CAPITULO 8

8 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La localidad de Casillas, Nuevo León en el municipio de Rayones es un área


estructuralmente compleja, que presenta una serie de estructuras plegadas y cabalgadas, las cuales
son afectadas por una serie de sistemas de fallamiento lateral derecho. La evolución de estos
sistemas de fallas laterales son la respuesta directa a la necesidad de acomodar la deformación del
área debido a un evento de transpresión tardía al acortamiento regional en la zona, desarrollado en
una zona de rampa lateral dentro de la Sierra Madre Oriental. Estas estructuras evolucionan en
interacción con una capa de rocas evaporíticas, las cuales fluyen a través de los planos de debilidad,
es decir los planos de fallas, por lo que es posible encontrar a lo largo de estos, cuerpos remanentes
de rocas evaporíticas expuestos en superficie.

La deformación, que se desarrolla de manera progresiva, se distingue por presentar tres


diferentes etapas de generación de estructuras geológicas mayores en la zona, en primera instancia
1) desarrollo de una serie de anticlinales y sinclinales que controlan el relieve topográfico mayor
en el área de investigación, 2) generación de sistemas de fallamiento inverso o cabalgamiento que
afecta a las estructuras plegadas, aquí representado por la cabalgadura de la Sierra La Ventana –
Medio Día y, en última instancia 3) el plegamiento de las estructuras previamente descritas que
culminó con el desarrollo sistemas de fallamiento lateral derecho. Las diferentes secciones
geológicas desarrolladas para el presente trabajo muestran el comportamiento de las estructuras en
el área, exponiendo además la disposición actual de los remanentes de diapiros de evaporitas y
quizás en algún momento el desarrollo de paredes de sal a través de las fallas laterales derechas
tardías.

Estructuralmente el área de Casillas comparte similitudes con el complejo de yacimientos


de hidrocarburos de mayor producción en México: Ku-Maloob-Zaap. Ambas zonas fueron
sometidas a eventos tectónicos compresivos generando un sistema plegado que, posteriormente,
experimentó cabalgamiento, para por último ser afectado por sistemas de fallamiento lateral
derecho. Tanto en el área de Casillas como en Ku-Maloob-Zaap, después del desarrollo del

127
ESTILOS DE DEFORMACIÓN CAPÍTULO VIII

fallamiento lateral ocurrió flujo o emplazamiento de rocas evaporíticas, que a su vez en campos
petroleros activos funcionan como sellos verticales en trampas de hidrocarburos, por lo que el área
de Casillas presenta una excelente oportunidad de comprender la estructura y evolución de este
tipo de trampas en los yacimientos de hidrocarburos activos en México.

Se recomienda realizar más campañas de cartografía a detalle para afinar el


comportamiento de las unidades litológicas en el área, además de aumentar el número de datos
estructurales para caracterizar mejor el control de las estructuras geológicas principales sobre
desarrollo de fracturas naturales (rumbos y buzamientos). Así mismo, llevar a cabo un
levantamiento sistemático y ordenado de un mayor número de familias de fracturas. Llevar a cabo
un mapeo más fino de la distribución de los cuerpos de rocas evaporíticas en el área de Casillas, y
finalmente, comprender como la sobreposición de las estructuras contribuyó a incrementar la
porosidad secundaria de forma localizada y el incremento de la permeabilidad.

Por último, es recomendable realizar el análisis de los espesores de las unidades litológicas,
para poder determinar de que manera afectó la movilización de las rocas evaporíticas la
estratigrafía de la zona, aún se desconoce si la zona pudo estar sujeta a ascenso de evaporitas previo
al acortamiento regional.

128
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