Los Orígenes Del Banco de México

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Los orígenes del Banco de México antes de la Revolución Mexicana

Miguel Angel Izquierdo López

Introducción
El Banco de México es una institución de suma importancia en el país. No solo es
emisor de la moneda que circula sino que además la regula y cuida del tipo de
cambio que está tiene. Actúa como banco del gobierno y su importancia en este
ámbito reside en que es el financiador del gobierno, por lo tanto mucha de la labor
del gobierno federal no sería posible sin esta institución.

En esta pequeña investigación me dedicó a revisar los antecedentes del Banco de


México antes de la Revolución. Aunque la narrativa es un poco confusa debido a
la diversidad de acontecimientos traté de narrar los hechos de la manera más
clara posible.

Desarrollo
Para comenzar con el estudio de la Historia del Banco de México primero nos
debemos remitir a la periodización de esta institución. Aunque es preciso el año de
la fundación de este, tampoco podemos dejar atrás a sus antecedentes y a los
demás bancos a los que después sustituyó.

Es por eso que en este trabajo se retomara al autor Antonio Manero, quien en su
obra El Banco de México, sus orígenes y fundación (1926), establece tres etapas
para entender de la mejor manera el principio del Banco central mexicano. La
primera de ellas abarca los años anteriores a 1897, esta primera etapa se encarga
de los primeros bancos emisores, aquellos que se regían a sí mismos y sus
términos y contratos eran diferentes a las demás instituciones bancarias. La
segunda etapa va de 1897 a 1915, este periodo representa una uniformidad en la
que todos los bancos se regulan por una misma legislación. La última de estas
etapas se concentra del año 1915 a 1925. En estos años se establecieron
reformas que ayudaron al establecimiento del Banco de México. Para efectos de
este trabajo se dará prioridad a las primeras dos etapas.

Si comenzamos nuestra búsqueda por los orígenes del Banco de México tenemos
que referirnos obligatoriamente a tres ejes centrales que determinaran el estudio.
La primera de ellas son las instituciones, en segundo lugar se encuentra la
emisión de moneda y, en último término, situamos al aspecto político, el cual es
fundamental de entender si se quiere tener una visión más amplia.

Por lo tanto, se puede hallar un antecedente directo del Banco de México en el


Banco Central Mexicano, fue fundado en 1899 por bancos emisores de provincia a
los que estaba asociado y tenía funciones de “banco central” de estos bancos de
provincia.

En el ámbito de la emisión de moneda el ancestro directo es el Banco de Londres


y México, fundado en 1864. Este solo sería el primero de los bancos emisores.
Durante mucho tiempo en la segunda mitad del siglo XIX se debatió sobre la
posibilidad de tener pluralidad o establecer la centralización de la emisión. En
1885 se consolidaría en el país la pluralidad de emisores y seria hasta el año 1897
que se establecería una ley bancaria que implantaría un sistema de pluralidad
regulada por Ives Limantour.

Es preciso señalar la importancia del tercer eje de este estudio: el ámbito político.
No es coincidencia que el primer banco emisor se haya fundado en 1864, antes de
esta fecha el país vivía un momento de tensión perpetuo. El Banco de Londres y
México fue fundado por un grupo de banqueros europeos que obtuvieron una
concesión para establecer un banco emisor de billetes. Lo interesante de este
hecho son los privilegios que le otorgaron a dicho banco: sería el único emisor de
moneda, tendría la función de ser banco único del gobierno sería administrador
único de la casa de moneda y estaría exento de pagar cualquier impuesto. Este
pudo haber sido el primer banco central, pero al presentarle la propuesta a
Maximiliano de Habsburgo este se negó a ratificar el decreto que lo haría posible.
Entre las posibles explicaciones del porque tomo esa decisión se puede casi
afirmar que su liberalismo le prohibió otorgarle el poder a una institución que
prácticamente tendría un monopolio.

Durante los primeros 50 años de independencia México no había podido


consolidar un proyecto de gobierno. Desfilaron al menos 60 gobiernos, la mayoría
de estos fueron iniciados por el camino de la violencia o por el “cuartelazo”.

A manera de recuento se puede mencionar que después de la monarquía de


Maximiliano, que terminaría en 1867, iniciaría el periodo conocido como la
República Restaurada. Este periodo contempla dos gobiernos, en primer lugar
está el de Benito Juárez (1867-1872) y después el de Sebastián Lerdo de Tejada
(1872-1876) que termina con el golpe de estado encabezado por Porfirio Díaz
quien un año después tomaría el poder del gobierno. Fue durante este primer
periodo gubernamental que el desarrollo bancario tendría su auge.

Los bancos de emisión privados fueron aumentando. Pero al término del primer
periodo presidencial de Díaz en 1880 apareció el banco que es el antecesor
directo del banco central actual. En 1881 los inversionistas del Banco Franco-
egipcio deciden emprender un banco en México y lo lograron, así surgió el Banco
Nacional de México.

En un principio el Banco Nacional Mexicano fue generoso, podía emitir moneda


por hasta tres veces sus reservas metálicas y podía fungir como agente y
banquero del gobierno. Operaba como institución de depósito y descuento y
además estaba exento casi total del pago de impuestos.

Algunos años después, en 1884 el país sufre una crisis que genera una recesión
comercial. A esto se le agrega la anarquía por la que pasaba el ámbito bancario y
el déficit presupuestal del erario. Esto último representaba un mayor problema
pues al no tener el suficiente dinero el gobierno no podría funcionar.

Una solución inmediata para resolver el problema del erario del gobierno federal
fue crear un nuevo banco. Este banco sería una fusión entre el Banco Mercantil y
el Banco Nacional Mexicano, dando pie al nuevo Banco Nacional de México.
Dicho banco dio el crédito necesario al gobierno y fue la institución encargada de
financiar al fisco, acción que le traería grandes privilegios.

Uno de los privilegios inmediatos que se pueden identificar fue el contrato ley que
se celebra entre el gobierno federal y este banco, posteriormente se sabría cuáles
fueron las prerrogativas que se ampararon y las ventajas que le dieron sobre otros
bancos.

En abril de 1884 se incorporó un nuevo código de comercio en el cual se intentaba


regular a los bancos emisores. Este intento de encuadre jurídico exigía que
hubiera un interventor estatal y que sus balances fueran publicados en el Diario
Oficial. Además agregaban que ningún banco podía operar sin una concesión que
fuera aprobada por el Congreso de la Unión. Estos lineamientos ya eran atendidos
por el Banco Nacional de México en el contrato que se firmó con el gobierno
federal.

El Banco Nacional de México tenía la capacidad de fundar sucursales en toda la


república, podía conservar en metálico un tercio de sus billetes en circulación,
además de ser el banco del gobierno, aseguraba el manejo de la deuda pública y
la guarda de todos los bienes y títulos pertenecientes al estado. Por este servicio
el gobierno de la república se comprometía con el banco a no permitir la fundación
de otro banco emisor durante el periodo de 50 años.

Dicho código causo polémica a otros bancos ya que el tiempo para ponerse en
forma a lo establecido era poco y las exigencias eran muchas. Algunos bancos
vieron cercano su fin, solo uno decidió defenderse a capa y espada: el Banco de
Londres y México. Este banco inicio una contienda legal que escaló hasta la
esfera pública y terminó con una transacción conciliadora de los intereses en
pugna. Pero dicho acuerdo significaría la derrota del Código Comercial y, por lo
tanto, del intento de unificar y centralizar la banca nacional.

Tiempo después, en 1887, en el segundo periodo de gobierno de Porfirio Díaz los


bancos en México se diversificaron debido a que el presidente abrió concesiones
para muchísimos bancos. Esto dio fin a todo intento del Código de Comercio por
unificar la banca en el país y rompió el trato que tenía el gobierno federal con el
Banco Nacional de México. La fundación de más bancos inició en provincia, en
San Luis Potosí, Sonora y Yucatán. Inmediatamente después este movimiento
llegaría a la capital del país.

En 1892 llegaría a la secretaria de Hacienda José Ives Limantour, personaje


representativo del porfiriato y gran conocedor de las finanzas del país en su
tiempo. Desde su llegada a la secretaria fue cuidadoso y suspendió poco a poco
las concesiones de los bancos. Su plan era reorganizar el sistema financiero y
después establecer una ley bancaria con la que los banqueros se sintieran
conformes para que ayudaran en el proceso.

Para 1886, el resultado de todo este plan seria la organización para la emisión de
billetes. Por un lado, Limantour sabía que establecer un banco único era
contraproducente e incluso podía llegar a pensarse como anticonstitucional,
además que la opinión publica estaría en contra de ello. Así mismo, tenía el
pensamiento de poder limitar los bancos emisores y que solo los dos más grandes
del país pudieran emitir billetes que pudieran circular en toda la república. Los
bancos que tenía en mente eran el Banco de Londres y el Banco Nacional de
México. Los bancos estatales podían seguir funcionando pero solo en su región.
Este era el punto medio entre la libertad y el monopolio.

El problema del cambio surgió cuando las personas de provincia llegaban a la


capital del país y los billetes que portaban perdían al menos el 2% de su valor
original. Para que esto no escalara a un problema más grave se decidió fundar el
Banco Central Mexicano. Fue creado propiamente por los bancos estatales
afectados. Actuaba como cámara de compensaciones y casa de canje. Más tarde
se le asignarían más funciones. Entre ellas el poder de otorgar créditos a sus
bancos suscriptores, fungía como institución de sostén que podía acudir al auxilio
de los bancos que atendía en caso de que tuvieran alguna emergencia.

Según el autor Eduardo Turrent, este Banco Central Mexicano tiene aspectos de
un órgano central, por lo que lo considera como el antecedente histórico del actual
Banco de México. Aunque los problemas financieros hicieron daño a esta
institución y sus cimientos eran débiles, fue el intento más sobresaliente y
relevante de tener una banca central que operara en el país.

Transcurrieron los años y, justo antes de la Revolución Mexicana, en 1907 se vivió


una gran crisis que llevo a Limantour a pensar que la centralización de la emisión
de los billetes era un paso hacia la solución. El Banco Nacional de México era el
que tenía la mayor solides frente a sus semejantes, para esta institución sería el
gran privilegio de ser la banca central. Se preparó fundando sucursales en
provincia, acaparando más clientes y circulando más sus billetes, pero el estallido
de la Revolución echaría abajo todos esos planes y nunca se pudieron retomar.

La Revolución Mexicana significó un gran retroceso para la banca mexicana que


sufrió desde la clara inestabilidad en el gobierno, la crisis económica que el
conflicto armado generó y además la emisión de moneda por parte de los bandos
que participaron en dicho conflicto. Tiempo después, Carranza comienza con la
cristalización de un proyecto de centralización que se establece en la constitución
de 1917 y aunque los aspectos legales iban por buen camino, en el aspecto
financiero no se logró recolectar los fondos con los que se integraría el banco.

Los mandatarios que tomaron el poder después de Carranza tenían la tarea de


crear una banca central verdadera, sin embargo la inestabilidad política y el
despilfarro de bienes no lo hizo posible hasta el 1 de septiembre del año 1925 con
Plutarco Elías Calles junto a su secretario de Hacienda, el señor Alberto J Pani. Al
naciente Banco de México se le otorgó la facultad de crear moneda, encargarse
de su regulación, regular las tasas de interés y mediar el tipo de cambio. De igual
manera se convierte en agente, asesor financiero y banquero del gobierno federal.

Conclusiones
Con este tema queda aún más clara la importancia de las instituciones, son estas
las que hacen posible el Estado. La edificación de una institución como esta
representó un gran reto para el gobierno de su época e incluso fue difícil la
centralización de la banca por la extensión territorial del país.
La Historia del Banco de México es muy extensa. Aunque en algunos momentos
parece tomar un camino recto, al momento se desploma. Esto es algo muy
característico de la historia mexicana del siglo XIX, los cambios son muchos y
repentinos por lo inestable del entorno tanto político como social.

Fuentes
E. Turrent, (2005). Las tres etapas de la autonomía del banco central en México.
Análisis económico, vol. XX, núm. 43. Pp. 47-80. Universidad Autónoma
Metropolitana.

E. Turrent, (2015). Historia del Banco de México. Banco de México, México.

A. Manero, (1926). El Banco de México: Sus orígenes y fundación, Nueva York.

C. Marichal, (2007). Debates sobre algunos antecedentes de la banca central en


México. 1884-1914, El Colegio de México, México.

J. Bátiz, (1986). Trayectoria de la banca de México hasta 1910. Editorial Grijalbo,


México.

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