Historias Del Hechos de Los Apóstoles para Niños
Historias Del Hechos de Los Apóstoles para Niños
Historias Del Hechos de Los Apóstoles para Niños
Los líderes
religiosos
arrestaron a
Esteban y le
mandaron
ante el sumo
sacerdote y
otros líderes
de los judíos,
donde más
falsos
testigos
mintieron
sobre
Esteban.
Cuando los líderes religiosos oyeron esto, se enfadaron tanto que arrastraron
a Esteban a las afueras de la ciudad y le arrojaron piedras para matarle.
Mientras Esteban moría gritó: “Jesús, recibe mi espíritu.” Cayendo sobre sus
rodillas, volvió a gritar: “Maestro, no tengas en cuenta este pecado contra
ellos.” Entonces murió.
Felipe, el evangelista
Felipe fue uno de los siete diáconos elegidos por los apóstoles para
atender a los cristianos de la iglesia primitiva. En una ocasión, mientras
Felipe estaba en Samaria hablando a las personas acerca de Jesús, lo visitó
un ángel que le dijo que tomara el camino que iba de Jerusalén a Gaza.
En el camino, Felipe vio a un hombre sentado en su carruaje leyendo. El
hombre era el tesorero de Candace, reina de Etiopía, y regresaba a casa
después de haber ido a Jerusalén a adorar a Dios. Al acercarse Felipe al
carro, se dio cuenta que el hombre estaba leyendo el capítulo 53 de Isaías,
donde hay una profecía sobre Jesús. Felipe le preguntó al hombre:
—¿Entiendes lo que estás leyendo?
—No, no lo entiendo —respondió el hombre—. ¿Me lo podrías explicar?
Felipe se sentó a su lado y le contó sobre Jesús y el gran regalo que Dios
había dado al mundo entero. Luego, el etíope pidió que lo bautizara. Tras
ser bautizado, el Espíritu del Señor se llevó a Felipe de repente, y el etíope
«siguió muy feliz su camino».
Pablo se hace cristiano
Hasta cierto
punto, los
discípulos se
habían dirigido
solamente a
los judíos, pero
ahora irían a
cualquiera que
quisiera saber
sobre Jesús,
incluyendo a un
centurión
romano.
Un ángel libra de la cárcel a Pedro
—¡Pedro está a la
puerta!
—¡Estás loca!—le
dijeron.
Mientras tanto,
Pedro seguía tocando. Cuando por fin abrieron la puerta y lo vieron,
quedaron asombrados. Él les hizo señas para que se callaran y les contó
cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. «Díganles a Santiago y a los
demás hermanos lo que pasó», dijo. Y después se fue a otro lugar.
Pablo y Bernabé en Chipre
Pablo y Silas
viajaron por
la región de
Frigia y
Galacia.
Luego,
siguieron su
viaje por
Misia hasta
el puerto de
Troas.
Esa noche
Pablo tuvo
una visión.
Puesto de
pie, un
hombre de
Macedonia—
al norte de
Grecia—le
rogaba:
«¡Ven aquí a
Macedonia y
ayúdanos!».
Entonces
decidieron salir de inmediato hacia Macedonia, después de haber llegado a
la conclusión de que Dios los llamaban a predicar la Buena Noticia allí.
Pablo y Silas en Filipo
Al liberar Pablo a una adivina del demonio que la poseía, los iracundos amos
de la mujer azuzaron a una turba en contra de los maestros cristianos, los
llevaron ante las autoridades de la ciudad y presentaron falsos cargos contra
ellos. Los funcionarios mandaron que los despojaran de sus ropas, los
golpearan y luego los encadenaran y echaran en la cárcel, desestimando sus
derechos como ciudadanos romanos. Esa noche hubo un gran terremoto. La
cárcel se sacudió con tal violencia que las paredes se derrumbaron y las
puertas se abrieron.
Pablo estuvo hablando a los creyentes y como tenía que salir al día
siguiente, prolongó su discurso hasta la medianoche. Un joven que se
llamaba Eutico estaba sentado en la ventana. Como Pablo habló por
largo tiempo, le entró sueño al muchacho, que al fin, profundamente
dormido, cayó desde el tercer piso; y lo levantaron muerto. Entonces
Pablo bajó, se tendió sobre el muchacho y lo abrazó. Y dijo a los
hermanos: —No se asusten; está vivo. Entonces los miembros de la
iglesia llevaron a Eutico sano y salvo a su casa, y eso los animó mucho.
El sobrino de Pablo
El barco estaba tan azotado por una tempestad que el capitán ordenó a
todos a aliviar la carga. Ataron al barco con sogas con la esperanza de que
impediría que se rompiese. Algunos días después, el barco fue llevado cerca
de la isla de Malta. Se estrelló contra las piedras y se rompió, pero todos
llegaron a la playa sanos y salvos.
Pablo en la isla de Malta
Pablo se quedó a vivir dos años en la casa que había alquilado, y allí recibía
a todas las personas que querían visitarlo. Nunca tuvo miedo de hablar del
reino de Dios, ni de enseñar acerca de Jesús, ni nadie se atrevió a
impedírselo.
Pablo también escribió muchas cartas para animar y enseñar a los creyentes.
Algunas de esas cartas llegaron a ser libros de Biblia.
Timoteo
www.freekidstories.org
Art by Didier Martin. Adapted and used by permission. Text from the Bible and Bible-based sources.
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