Mis Vacaciones Biblioteca 2008
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Mis Vacaciones Biblioteca 2008
D.R. ©2014
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
Dirección General de Bibliotecas
Tolsá núm. 6, Centro, C.P. 06040, México, D.F.
Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por
cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o
la grabación, sin la previa autorización por escrito del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/
Dirección General de Bibliotecas.
Contenido
Presentación 4
Postre de cuentos 6
Sesión 1: Manitas que hablan 7
Sesión 2: Mural móvil 11
Sesión 3: Te acuerdas de… 12
Sesión 4: Buscando formas 13
Sesión 5: Ahora tú pa’ 13
Anexos 14
Bibliografía 15
Se vale leer 46
Sesión 1: La imagen-mundo 47
Sesión 2: De lectura…me como un plato 47
Sesión 3: Lenguajes persuasivos 49
Sesión 4: Abanico de lecturas 50
Sesión 5: Había una vez… 51
Anexos 52
Bibliografía 55
Brota palabrota 57
Sesión 1: Cuentos con luz 58
Sesión 2: Poemínimos 60
Sesión 3: Fuera de serie 63
Sesión 4: Palabrerintos 65
Sesión 5: Ensalada de palabras 67
Anexos 68
Bibliografía 75
La propuesta de este año está conformada por cinco talleres de temáticas variadas,
mismas que están enfocadas a preescolares y niños de seis a doce años, sin olvidar a
nuestros jóvenes y adultos que sin duda, se involucrarán en actividades de lectura en la
biblioteca.
Los valores humanos siempre están reflejados en los cuentos e historias y pueden
servirnos para reflexionar acerca de hacia dónde vamos como individuos, sociedad y
cultura. El taller Todos somos valiosos pretende enseñar, difundir y enaltecer mediante
la lectura algunos de los principales valores humanos a través de la representación de
cuentos y actividades de escritura induciendo a los participantes a la reflexión general.
En su libro de ensayos Los demasiados libros, el poeta y crítico Gabriel Zaid afirma que
“si los niños fueran a la escuela desde que nacen para que les enseñen a hablar, una
buena parte de la población sería muda o tartamuda”. El taller Se vale leer tiene la
intención de hacer ver a la población la importancia de hablar con nuestros bebés y más
aún, enseñarlos a hablar en un viaje mágico a través de la lectura de imágenes.
También para mayor facilidad en la preparación de tus actividades, en esta ocasión las
sesiones de los talleres están divididas en tres partes: Para iniciar la sesión, Durante la
actividad de lectura y Para concluir la sesión, secciones que te permitirán visualizar más
ampliamente el tiempo de trabajo con los niños. Todo aunado a los requerimientos para
cada sesión (al inicio de las mismas) y los materiales Anexos entre los que encontrarás
4
textos e imágenes que podrán serte útiles en el desarrollo de tus talleres; así como las
ya conocidas Bibliografía recomendada (de utilidad básica) o Bibliografía sugerida,
además de Páginas web sugeridas, para consultar y complementar tus temas, mismas
que se encuentran al final de cada taller.
5
Postre de cuentos
INTRODUCCIÓN
El acercamiento a los libros a temprana edad es muy importante, pues el niño descubre
sin querer el mundo maravilloso de la lectura a través del tacto, de la vista y del gusto
en primera instancia; por lo que el placer y el goce que los adultos transmitan al menor
en esta etapa, resulta trascendental.
No está de más hacer hincapié en que las actividades para niños de cuatro a seis años
de edad se deben preparar con anticipación y prever el material adecuado con el fin de
no improvisar, pues si el niño no se mantiene ocupado y emocionado, se sentirá
incómodo y la situación puede salirse de control.
OBJETIVO
6
SESIÓN 1
Manitas que hablan
Requerimientos
Hojas de rotafolio, pintura acrílica, crayones, colores de madera, marcadores o gises de
colores.
Las palabras que a continuación se presentan con señas de manos, son parte de la
Lengua de Señas Mexicana: LSM, que utilizan los sordos en México. Mira las
fotografías y ayúdalos a imitar las posturas:
|
Gemelo Gracias
(tallando medios, anulares y meñiques)
7
Juego
(movimiento circular para afuera)
Niño De nada
(índice y gordo pegando (movimiento con el dedo gordo rascando
en la barbilla dos veces) la barbilla de adentro hacia fuera, una vez)
Rápido Agachar
(el movimiento se hace una vez, como rascando
la barbilla de lado)
Realiza las señas frente al grupo, los niños tendrán que realizar lo que les indicas. Entre
más rápido hagas las señales, tendrán que acelerar los movimientos y algunos
empezarán a confundirse, por lo que al cometer errores, deberán abandonar el juego.
Recuerda ir cambiando las señas constantemente.
Si Yo Hablo
Tu Lengua
(girar dedo gordo e índice en círculos
en frente de la boca)
9
Tú Habla
(son movimientos giratorios de las
dos manos hacia adentro)
La mía
(esta seña va dirigida hacia ti)
Tú y yo estaremos Igual
(índice y anular moviéndose de atrás a adelante)
Deja que sequen las huellas en lo que los pequeños participantes se lavan las manos y
posteriormente reparte lápices de colores o crayones para que dibujen ojos, cuerpos,
brazos, etc.
Coloca el mural en una pared y pregunta uno a uno, si pueden identificar su creación.
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SESIÓN 2
Mural móvil
Requerimientos
Cuatro murales en papel kraft de 2 x 2 m, aproximadamente. Cada uno tendrá un título
distinto: Casa / Escuela / Calle / Parque. Dibuja en cada uno respectivamente, el interior
de: una casa, puedes escoger un espacio como la habitación, la sala o la cocina; un
salón de clases, con butacas, pizarrón, escritorio; una calle, con banquetas y árboles tal
vez; y un parque, con árboles y una fuente, por ejemplo (ver anexo 2).
Imágenes de objetos que puedan insertarse en estos murales, recortadas de revistas o
periódicos que vayan acordes con los 4 temas principales (Casa, Escuela, Calle,
Parque), Tijeras, masking-tape, revistas y periódicos, pegamento líquido, marcadores y
papel kraft.
Coloca en un lugar céntrico las imágenes de objetos que recortaste previamente. Los
cuatro murales deberán estar extendidos sobre mesas o en el piso para que los niños
dominen el espacio. Las imágenes deberán tener masking-tape en el reverso para que
puedan insertarse en los murales.
Indica a los asistentes que jugaremos a identificar los escenarios que caracterizan
nuestro entorno. A tu señal, el primer equipo se pondrá en acción, mientras el otro
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equipo o equipos observan.
El equipo que esté activo, tomará las imágenes de los objetos y las colocará en el mural
que corresponda. Por ejemplo, el lugar de una cafetera está en la cocina (mural de
casa), un auto se insertaría en la calle (mural de calle), el lugar de un lápiz es el lugar
donde estudiamos (mural de escuela). Mientras ellos insertan los objetos, tú vas
contando el tiempo que hagan hasta pegar la última imagen. Y antes de indicar la señal
al siguiente equipo, cuenta las imágenes que estén correctamente colocadas en su
mural y despega las que erróneamente hayan sido pegadas en otro mural. Anota en un
pizarrón el número de aciertos y el tiempo récord.
SESIÓN 3
Te acuerdas de...
Requerimientos
Fotocopias de 10 portadas de libros para niños que no saben leer, mismas que deberán
pegarse sobre papel ilustración (Tarjetones). Una fotocopia por cada participante de
esas diez portadas. Lápices de colores o crayones.
Muestra la portada original de cada libro mientras les comentas de qué trata cada uno
de ellos a fin de que se familiaricen con el material.
Cuenta los aciertos de cada equipo y anota el resultado en un pizarrón, antes de indicar
al siguiente equipo su turno de jugar. El ejercicio que se realiza en esta sesión, tiene la
finalidad de que los participantes conozcan el acervo de una forma lúdica. Después de
haber participado todos, organízalos para que escojan un libro y lo leas en voz alta para
ellos.
SESIÓN 4
Buscando formas
Requerimientos
Un cuento (ver bibliografía). Pegamento liquido, botellas de plástico, corcho (tapas de
botellas), palitos abatelenguas, cajas de cartón (cerillos, leche, etc.), ramas de árbol,
cartulinas, tijeras, pinceles, pintura no tóxica de varios colores y silicón en frío.
Coloca en una mesa todos los materiales y pide a los participantes que escojan un
objeto y que le busquen forma de los personajes que han imitado. Ayúdalos a convertir
sus objetos en los personajes y enséñalos a decorarlos agregando piezas según el
animal o personaje del que se trate.
SESIÓN 5
Ahora tú pa’
Requerimientos
Todo lo utilizado a lo largo de la semana.
Después realiza la dinámica “A moverse con señas”, pero recuerda que ahora se trata
de que sean los pequeños quienes enseñen a sus padres a comunicarse mediante el
LSM.
Coloca las imágenes de objetos en una mesa. Y los padres, a la señal de sus hijos,
realizarán la asociación de objetos en los murales.
El cuarto juego y último, consiste en que los papás destapen las portadas de los libros
tratando de adivinar de cuál se trata. El equipo que así lo desee, leerá uno de los
cuentos seleccionados.
ANEXOS
Anexo 1
Helen Keller
Nació en Estados Unidos, en 1880, hace dos siglos. Ella era una bebé muy feliz hasta
que se enfermó quedándose sorda y ciega. Sus padres la llevaron con muchos médicos
pero no la pudieron curar.
Helen no hablaba, hacía sólo señas y gestos para comunicarse, pero nadie la entendía
y eso la molestaba. Muchos pensaban que por sus enojos, ella era retrasada mental o
loca; pero había una escuela en su país donde podían ayudarla y precisamente de allí,
le enviaron a la maestra Ann Sullivan, quien comenzó a trabajar con Helen cuando ésta
tenía seis años.
Por medio del tacto y deletreando palabras en la palma de su mano, Ann empezó a
comunicarse con Helen. Fue muy difícil y el trabajo implicó mucha paciencia; pero
Helen poco a poco y con interés, comenzó a aprender cómo se llamaban las cosas que
estaban a su alrededor, y como tenía buena memoria, aprendía más cada vez; ya no
sólo Ann le deletreaba en la mano, ahora Helen lo hacía con su maestra para
comunicarse. La niña también aprendió Braille que es la escritura y lectura de los
14
ciegos, por medio de puntos sobresalientes en una hoja.
A los nueve años intentó articular palabras y lo logró al tocar con una mano la cara de la
persona y con la otra, sentía los labios; así, por el movimiento y vibraciones, ella los
leía. El empeño de Helen la llevó a la fama, misma que usó para ayudar a otros sordos
y ciegos. Comenzó así a escribir para revistas y decidió convertirse en una escritora.
Helen fue a la Universidad en donde obtuvo excelentes calificaciones, pero su maestra
fue con ella para ayudarla y apoyarla con sus estudios, ya que le leía los libros
deletreándolos en la palma de su mano. Un nuevo reto para ambas, pero Helen logró
titularse.
Entre sus obras, podemos destacar: La historia de mi vida, su primer libro; además de Y
por qué las mujeres debemos votar, artículo con el que fue atacada, ya que se pensaba
que una discapacitada no tenía derecho a opinar sobre los problemas de la comunidad.
Acerca de la vida de Helen Keller se han hecho películas y libros. Ella murió en 1968 a la edad de 87
años. Hellen es un ejemplo a seguir, pues ante la adversidad, nunca se permitió un “no puedo”.
Anexo 2
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía sugerida
419/D5
Diccionario español- Lengua de señas mexicana. Dielseme. México: SEP, 2004. CD
Room. Versión windows 2000.
15
419/S4
Serafín de Fleichmannn, María Esther. Lenguaje manual. México: Trillas, 2002. 142 p.
I/808.81/J34
Jáuregui, A. L .Gallito de plata. México: Avante, 1983.
I/808.068/V37
Mckee, David. Otra broma de Élmer. México: Fondo de Cultura Económica, 1994.
I/808.3/F521/F63
El flautista de Hamelín. Barcelona: Molino, 1990.
863/P34/M37
Palomo, José. Matías y el pastel de fresas. México: Secretaría de Educación Pública,
Edilin, 1984. 24 p.
I/808.063/V37/C62
Vara, Armida de la. El coco cocotero. México: Secretaría de Educación Pública, 1986.
23 p.
Bibliografía complementaria
16
¡Todos somos valiosos!
INTRODUCCIÓN
Actualmente se ha dicho que los valores se han perdido… pero en realidad lo que
sucede es que vivimos tiempos más acelerados, y el ser humano ha centrado su
atención más en su entorno material, descuidando su mundo interior. Vivimos con más
prisa que en épocas anteriores, y estamos sometidos al estrés; tenemos tecnología que
nos facilita las cosas, pero en otros aspectos nos vuelve impacientes; los niños tienen
muchos juegos diversos, y distractores en televisión y en Internet, pero también hay una
gran cantidad de niños aburridos, porque no practican ni ejercen su creatividad… y hay
más televidentes pasivos que lectores imaginativos, creativos y participativos.
Los valores humanos siempre están reflejados en los cuentos y en las historias, y
pueden servirnos para propiciar la reflexión acerca de hacia dónde vamos como
individuos, como sociedades, como cultura. La gratitud, la paciencia, el perdón, la
humildad, la sabiduría, todos son valores y actitudes que se relacionan entre sí, y es
necesario conocerlos y practicarlos desde que somos niños. Esa es la intención
fundamental del presente taller: difundir los valores que hay en los cuentos. Debemos
reconocer que los valores son un eje fundamental para vivir una existencia armoniosa y
hacer un esfuerzo más consciente respecto a su enseñanza. Recuerda que ésta es una
propuesta, tú puedes encontrar otros cuentos en el acervo de la biblioteca o en Internet
y utilizarlos para que los niños conozcan otros valores. Es tarea de todos reconocer,
inculcar y difundir los valores humanos para vivir mejor en sociedad.
OBJETIVO
Despertar en los niños el interés por conocer más acerca de los principales valores
humanos, por medio de lecturas y representaciones de cuentos, actividades de
escritura, dinámicas y reflexiones. Adicionalmente, propiciar la convivencia entre los
niños y sus familiares, al disfrutar de los cuentos escenificados en la última sesión.
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SESIÓN 1
¿Qué son los valores?
Requerimientos
Muestra bibliográfica con los libros de los valores (ver bibliografía). Información en el
periódico mural acerca de los valores (ver anexo 1). Tarjetas para los gafetes,
plumones; sopas de letras de los valores (ver anexo 2), hojas blancas, nueve anillos de
plástico, popotes para cada participante.
Cuando terminen de presentarse, repárteles tarjetas y plumones para que hagan sus
gafetes y se los coloquen. Pide que recorten los gafetes con los bordes como si fueran
representando animales, para que no queden rectangulares.
Forma tres equipos y repárteles las sopas de letras de los valores (ver anexo 2). Dales
unos minutos para que los resuelvan y pídeles que lean en voz alta los nombres de los
valores que encontraron.
Explica a los niños que, así como encontraron palabras ocultas en las sopas de letras,
hay actitudes y principios que existen en nosotros, aparentemente ocultos, y que
debemos desarrollar, vivir y compartir. Esos principios son los valores, y podemos
desarrollarlos comprendiendo cuáles son y reflexionando acerca de nuestras actitudes y
comportamientos por medio de los cuentos, y también, poniéndolos en práctica.
Lee en voz alta el siguiente texto, mismo que puedes escribir en una hoja de rotafolio:
Uno de los retos que los niños tienen que afrontar hoy en día es cómo dar
sentido a los mensajes que reciben a través de los medios de comunicación,
de la escuela y del hogar, y a través del contacto con los demás, sobre lo que
deben pensar de sí mismos y de los demás, sobre cómo comportarse y sobre
los problemas de la sociedad. Los niños se enfrentan a un desconcertante
abanico de las opciones que pueden tomar, y no es de extrañar que en
tantas ocasiones se sientan tan confundidos acerca de qué pensar o qué
hacer.”
Pregunta a los niños: ¿Ustedes creen que los valores son necesarios? ¿Por qué?
Escucha las respuestas de algunos voluntarios, permite que se expresen libremente.
Diles que los tiempos que vivimos actualmente son complicados porque en todo el
mundo vivimos una crisis de valores debido a muchos problemas sociales: la carencia
en la educación, el exceso de información al que estamos expuestos, la falta de
trabajos, la prisa de las sociedades de consumo modernas, entre otros muchos
problemas… pero no todo está perdido: los niños y los jóvenes siempre representan
nuevas esperanzas.
La lectura puede acercarnos a comprender los valores y a entender que todos están
relacionados entre sí; y muchas fábulas, novelas y cuentos nos hablan de los valores
humanos, pero para poder comprenderlos, no hay nada como la práctica cotidiana,
además de la toma de conciencia de cuáles son nuestros valores más importantes.
Con los tres equipos que formaste anteriormente, pide que investiguen en los libros del
acervo o en Internet los significados de los siguientes valores:
Cuando hayan encontrado las definiciones de los valores las escribirán en hojas
blancas y las leerán ante el grupo. Motívalos a que te expresen con ejemplos en quién o
cuándo observan esos valores en acción. Ejemplo: “Mi tía es muy paciente, mi hermano
es bien chistoso, el profesor resalta siempre el respeto, mi amigo es muy cooperativo...”
Lleva a cabo la dinámica Cooperemos todos: Forma tres equipos con el mismo número
de participantes; haz filas y pide que extiendan los brazos para que no estén muy
juntos. Cada niño tomará un popote y a una orden tuya, los niños de los extremos
recogerán un anillo de plástico y lo pasarán a sus compañeros extendiendo los brazos y
sólo utilizando el popote. Gana el equipo que logre pasar primero 3 anillos al otro
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extremo de la fila.
Como otra variante, pueden hacer lo mismo, pero ahora tomando el popote entre los
labios y pasando los anillos de plástico sin meter las manos; procura motivarlos para
que tengan paciencia y no se desesperen al hacerlo.
Al concluir, pide a los niños que te comenten qué fue lo que más les gustó, qué valores
están representados en el cuento y anímalos para escenificarlo ante sus padres de
familia en la sesión 5.
Un viejo cacique de una tribu estaba charlando con sus nietos, acerca de la
vida. Él les dijo:
—Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí... es entre dos lobos.
Esta misma pelea entre los dos lobos está ocurriendo dentro de ustedes y
dentro de todos los seres de la Tierra.
Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo:
SESIÓN 2
Ayudemos a los demás
Requerimientos
Cartulinas, revistas de reúso, tijeras, resistol, estambre y plumones. Frases de valores
(ver anexo 5).
“Los valores morales tratan de nuestras relaciones con los demás, que es
algo fundamental para una vida totalmente plena y feliz. Entre los valores que
tienen que ver con los demás y con las relaciones que mantenemos con ellos
se encuentran los siguientes:
El respeto a los demás, sea cual sea su raza, género, grupo social o
capacidad.
Los niños necesitan aprender a valorar a los demás por ellos mismos, no
sólo por lo que tienen o pueden hacer por nosotros, y ver que las relaciones
basadas en la justicia y la atención son fundamentales para nosotros y para
el resto de la sociedad.”
Lleva a cabo la actividad de escritura Yo ayudo y me ayudan: Forma tres equipos, dales
hojas de rotafolio y plumones; pide a los niños que charlen y escriban en qué momento
21
del día necesitan ayuda, y a quiénes ayudan ellos; que lo escriban primero, y luego lo
lean ante el grupo.
Cuando terminen de leer, explica que todos necesitamos la ayuda de todos, y que
podemos salir beneficiados en muchos aspectos si cooperamos con los demás.
Comenta también que el exceso de orgullo, es vanidad, y es algo negativo si queremos
sentirnos superiores a los demás.
Recuerda a los niños que por favor dejen limpio y en orden el espacio utilizado durante
la sesión y que acomoden los libros en el carrito de servicio.
SESIÓN 3
Encuentra los valores
Requerimientos:
Un pozo, lo puedes elaborar con un vaso de unicel, o con cartulina, o papel kraft.
Lleva a cabo la dinámica El pozo mágico: Pide a los niños que se pongan de pie y
formen un círculo. Imaginen que tienen en el centro un pozo. El pozo es mágico y tienen
que aprovecharlo todos. Cada niño tirará en él todo lo que ya no le sirve y no le gusta
de sí mismo. Al hacerlo, simula tirar algo dentro del pozo con sus manos. Ejemplo: “Yo
Rubén tiro en el pozo mágico mi tristeza, mi apatía, mi desesperanza, mi orgullo, mi
pereza…”
Luego girará tres vueltas alrededor del pozo y saca de éste los valores que necesite.
“Ahora recojo y me llevo del pozo mágico alegría, fuerzas, serenidad, paciencia,
libertad, esperanza, imaginación, sabiduría…” (Simula sacar del pozo todos esos
valores). Todo el grupo repetirá como un eco las palabras que diga el niño al centro, y
moverá los brazos como él.
La dinámica termina hasta que todos los niños hayan pasado al centro, al pozo mágico.
Lleva a cabo una actividad de escritura ¿Qué valores tenemos, y cuáles valores no
encontramos?: Forma tres equipos. Pide a los niños que escriban el valor que
consideren es el más fácil de encontrar en nuestra sociedad, y cuál es el que menos
aplicamos. Ejemplo: “El valor que más fácilmente encontramos es la cooperación, y el
que menos se aplica, la paciencia”. (Pueden recordar algunos valores, retomándolos de
las sopas de letras). Pide que charlen y reflexionen, y luego escriban. Al terminar,
leerán en voz alta y ante el grupo sus escritos. Pon atención, pues pueden surgir ideas
muy interesantes.
23
SESIÓN 4
Atrapa tu estrella
Requerimientos
Estrella de cartón, hilo, estambre, papel kraft, cinta adhesiva (para preparar los
disfraces del cuento a escenificar), el juego de los valores (ver anexo 7), un dado.
“También hay valores sociales, que tienen que ver con las personas en lo
relativo a su vida en comunidad y en sociedad. Tenemos que llevar a los
niños a que piensen en los valores que tienen que ver con la vida en común
de la sociedad. Los valores no son sólo preferencias o juicios morales, tratan
de una forma de vida que se vive internamente, aunque se constituye
socialmente. Todos los que viven en una comunidad o en una sociedad
tienen derechos y deberes. En una democracia, todos tienen que contribuir
en la discusión de los derechos y los deberes, y en el modo en que debe
funcionar la sociedad. Los valores sociales reflejan nuestro entendimiento
como ciudadanos, y permiten encontrar respuestas a preguntas tales como:
¿Qué significa esto para la comunidad?
Recordemos que:
1. Los valores personales: Son los valores relacionados con uno mismo.
2. Los valores morales: Son los valores relacionados con los demás.
3. Los valores sociales: Son los valores relacionados con una comunidad o
sociedad.”
Lleva a cabo la dinámica de animación Atrapa tu estrella del valor: Necesitas una
estrella de cartón, amarrada en un extremo con estambre; y una bola de estambre. Pide
a los niños que se pongan de pie y formen un círculo. Coloca la estrella con el hilo al
centro del círculo; toma la bola de estambre y arrójala al otro extremo de donde estás
tú, diciendo un valor; el niño que atrape la bola dirá otro valor y arrojará a su vez la bola
de estambre para que la atrape otro niño, y así seguirán hasta formar una telaraña.
Cuando todos los niños tengan ya hecha la telaraña, tú saldrás del círculo y pedirás a
algún niño que haga lo mismo. Los niños de los extremos sostendrán el estambre que
forma la telaraña.
El niño tratará de alcanzar la estrella del valor, pasando entre los espacios formados por
la telaraña. Tú moverás la estrella con el hilo, para complicarle la acción. Además, los
niños pueden ponerse en cuclillas o levantarse a una orden tuya, para que la telaraña
suba o baje y resulte más entretenido.
Los niños pasarán por turnos y tratarán de alcanzar la estrella con distintos valores:
alegría, paciencia, esfuerzo, buen humor, etcétera.
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Al concluir la dinámica, pide que te cuenten sus impresiones de la misma y que noten
que no es igual alcanzar nuestras metas si estamos motivados, que si no lo estamos.
Todo tiene distintas perspectivas, ese es el objetivo de esta dinámica: notar que no
todos tenemos las mismas habilidades, y si somos pacientes, podemos lograr nuestro
objetivo.
Pregunta a los niños: ¿Cuál valor consideran que hace falta desarrollar más? ¿Cuáles
valores consideran que son indispensables para vivir en armonía con nuestra
comunidad?
Divide al grupo de participantes en dos equipos para realizar El juego de los valores
(ver anexo 7). Las instrucciones son sencillas: cada carta está numerada, son 25.
Puedes disponerlas en una mesa o en el piso, a manera de tablero de 5 por 5 cartas,
con las ilustraciones hacia arriba. Forma dos equipos, tirarán los dados por turnos.
Avanzarán a la carta según el número que caiga con los dados; y leerán lo que está
escrito al reverso de las cartas, algunas tienen la instrucción para avanzar y otras de
retroceder. Gana el equipo que llega primero a la carta 25.
SESIÓN 5
¡Todos somos valiosos!
Requerimientos
Hojas blancas, plumones, cuento Capulín mío (ver anexo 8). Disfraces, o elementos
para la representación de los cuentos leídos durante el taller.
A continuación, lee en voz alta el cuento Capulín mío (ver anexo 8).
25
Durante la actividad de lectura
Por equipos, pide a los niños que representen ante los padres de familia los cuentos
seleccionados. Anímalos para evitar que se pongan nerviosos, procura evitar las prisas
y tener todo preparado. Es importante crear un ambiente festivo y armonioso. Anima a
los niños en caso de que se equivoquen, procura leer en voz alta y en forma pausada,
para que se puedan apreciar bien los cuentos.
Al concluir las representaciones, recuerda a los padres de familia que los valores se
aprenden mejor practicándolos, que con rígidas disciplinas, o por la fuerza. Y que en los
libros de las bibliotecas pueden encontrar muchas historias que resaltan los valores del
ser humano.
La disciplina
—Pero, ¿no crees que después de tanto tiempo, mi amigo ya debería ser
como quiere su padre?
Hijo mío —dijo el progenitor—, si un árbol crece torcido y alguien, con amor,
lo endereza y cuida, es porque en iguales circunstancias están sus raíces.
El padre explicó:
Pide a los niños que les den a sus papás los separadores para libros que elaboraron y
que algunos voluntarios lean en voz alta lo que dicen. Agradece a los niños y a los
padres de familia su asistencia al taller e invítalos a conocer más acerca de los valores
en los cuentos y libros de la biblioteca pública.
26
ANEXOS
Anexo 1
Anexo 2
F L K N R X D M O X H P S
A G B S K I U L M F U M A
G R E R W D B S P W M N B
P A C I E N C I A S O Y I
T T L O A S O C Z D R U D
L I F S P Ñ P U R D X E U
L T A I H L S E B E P P R
X U Y E X F P U T W A H I
M D A D N O B X Z O C L A
N G I O Z C M G E S T U X
A J X K U L E N W F A N R
R B D Ñ O R R O H A H D A
A C O O P E R A C I O N A
E I O X W L M H T L E A R
27
Valores ocultos:
Gratitud, paciencia, respeto, perdón, humor, ahorro, bondad, cooperación, sabiduría,
paz.
R A A M O S O X L N T F I
X A L O Z C I M E O X L N
N M M E W A X O A I Ñ U D
W O F I D E A L E S H J E
L R A P S H O F U A X O P
E V E N W T Y L P P A S E
A L A O A D A S F M U R N
L O V L Y L C D O O A M D
T D A W O M A U F C S N E
A V S H G R W O X Ñ A D N
D G E N E R O S I D A D C
A I C N E I C N O C T Ñ I
F C U R I O S I D A D L A
A E M N G S N Ñ X D A E D
Valores ocultos:
Amistad, generosidad, ideales, compasión, amor, valor, independencia, curiosidad,
lealtad, conciencia.
P S E N S I B I L I D A D
E U H C X M F O I L D A I
R X Z O A A S E R E T R G
S T Ñ M B G H M S R U H E
E G Z P S I F H E O U X N
V O L R A N Z B O L I N E
E A U O B A I L O W M Z R
R H U M I L D A D A O X O
A R F I M A G I N A I L S
N X L S O L L U G R O G I
C A A O I M A G I N A B D
I P E R S E V E R A N C A
A S I N C E R I D A D L D
U C R E A T I V I D A D R
Valores ocultos:
Compromiso, libertad, sensibilidad, humildad, perseverancia, orgullo, generosidad,
sinceridad, creatividad, imagina.
28
Anexo 3
Hace muchísimos años, vivió en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en
un cofre encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos
de su vida y que, por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.
Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para
obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaban, más infelices eran,
pues la envidia no los dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le
dijo: “Señor, al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz. ¿Por qué no me
enseñas qué debo hacer para conseguirlo?”
El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: “A ti te enseñaré el secreto para
ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad son dos cofres en donde
guardo el secreto para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no
es otro que una serie de pasos que debes seguir a lo largo de tu vida.”
“El primero, saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo
tanto debes amarlo y darle las gracias por todas las cosas que tienes.
El tercer paso es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si
piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo
que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay
obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas
hasta lograrlas. Este paso se llama motivación.
El cuarto paso es que no debes envidiar a nadie por lo que tienen o por lo que son.
Ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
El quinto paso es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie, ese
sentimiento no te dejará ser feliz; deja que las leyes de Dios hagan su justicia, y tú
perdona y olvida.
El sexto paso es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de
acuerdo con las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.
El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos
derecho a que se nos respete y se nos quiera.
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Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y
descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa lo afortunado que eres al
tener todo lo que tienes; ayuda a los demás sin pensar que vas a recibir nada a cambio;
mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales a ellos el secreto para
ser un triunfador y que de esta manera, puedan ser felices…”
Citado en:
http://foros.marianistas.org/archive/index.php/t-2279.html
Anexo 4
En Rusia, hubo una vez una niña que siempre estaba ganando premios en la escuela.
Los premios que ganaba consistían en pequeñas medallas plateadas, que ella prendía
en el pecho de su vestido. Unos premios eran por buena conducta, otros por esforzarse
en los estudios… Ella estaba muy orgullosa de las medallas que había ganado, y nunca
dejaba de hablar de lo lista que era.
—Mirad mis medallas —decía—. Nadie ha ganado tantas medallas como yo.
Eso era cierto pero, por alardear tanto de ello, no caía bien a nadie. Cuando otros niños
ganaban medallas, se las llevaban a casa; pero ésta niña siempre se ponía las suyas,
para que todos pudieran ver lo lista que era.
Un día, el director del colegio dijo que se había visto a un lobo merodeando por el
bosque cercano a la escuela. Era invierno y, probablemente, el lobo tendría hambre.
—Ha venido al pueblo en busca de comida —dijo el director—. Tened mucho cuidado
cuando volváis a casa. No vayáis solos. Acompañaos unos a otros.
Cuando terminaron las clases, todos se fueron a casa con sus amigos. Todos, menos la
niña de las medallas. Era tan arrogante que no tenía amigos, y no tenía la intención de
pedirle a nadie que la acompañara. Podrían haberlo hecho si hubieran querido, pero
nadie quería hacerlo. De modo que se introdujo sola por el sendero del bosque que
conducía a su casa.
Mientras iba por el camino, se sintió un poco sola. Estaba empezando a oscurecer, y el
viento silbaba entre los árboles. Pero ella podía escuchar las medallas que tintineaban
en su pecho, y sabía que nadie era tan listo como ella.
De repente, vio una sombra gris entre los árboles. Desapareció y, luego, volvió a
aparecer. ¡Era el lobo! La niña se detuvo y miró a su alrededor. No había nadie a la
vista. Entonces, comenzó a caminar más rápido. Miró hacia atrás, y vio que la sombra
le seguía.
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“Será mejor que me esconda”, pensó, y echó a correr por entre los árboles tanto como
le permitieron las piernas. El corazón le latía con fuerza. Entonces, vio un gran arbusto,
y se agazapó rápidamente tras él. Las hojas la cubrieron por completo. Allí estaría a
salvo.
La sombra del lobo pasó de largo por el lugar donde estaba y, luego, se detuvo. El
animal plantó las orejas, escuchando. La niña estaba echada entre los arbustos, muy
quieta. No se movía, ni hacía ruido alguno; pero, con la respiración, las medallas en su
pecho se pusieron a tintinear. Y el lobo oyó el tenue sonido de las medallas.
Aunque buscaron por todo el bosque, nunca volvieron a ver a la niña. Lo único que
encontraron, entre unos arbustos, fue un montoncito de brillantes medallas.
Anexo 5
Anexo 6
En cierta ocasión, una joven llamada Yun Ok tuvo un problema, por lo que fue a ver al
ermitaño de una montaña cercana en busca de ayuda. El ermitaño era un sabio famoso
que hacía amuletos de la suerte y pociones mágicas.
—¡Oh, renombrado sabio! —dijo Yun Ok— Soy muy desdichada y estoy muy
preocupada. Hacedme una poción para resolver mi problema.
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—Todo el mundo quiere pociones. Todos pensamos que podemos resolver nuestros
problemas con una poción. Bueno, ¿cuál es tu problema?
—Es mi marido —dijo Yun Ok—.Lo amo mucho. Ha estado lejos de mí durante los
últimos años, luchando en las guerras. Y, ahora que ha vuelto, casi no me habla.
Cuando yo hablo, él parece no escuchar. Cuándo habla él, me habla con dureza. No le
gusta la comida que le sirvo. La aparta de él y se va a la sala. Y cuando debería estar
trabajando en el campo de arroz, le encuentro en la colina sentado, mirando fijamente al
mar.
—Eso ocurre a veces, cuando vuelven los jóvenes de las guerras —dijo el ermitaño.
—Quiero una poción, oh Sabio, que haga a mi marido amoroso y gentil, como solía ser
antes —rogó Yun Ok.
—Vuelve dentro de tres días —dijo el ermitaño— y te diré lo que necesitas para la
poción.
Tres días después, Yun Ok volvió a la casa del ermitaño. El sabio le dijo que el
ingrediente más importante que necesitaba para la poción era un bigote de un tigre
vivo.
Yun Ok volvió a casa y se puso a pensar cómo conseguir un bigote de tigre. Entonces,
una noche, mientras su marido dormía, salió a hurtadillas de casa y fue a la montaña
donde vivía el tigre. Llevaba consigo un cuenco de arroz con carne, y lo sostenía entre
sus manos mientras llamaba al tigre para que fuera a comer. Pero el tigre no apareció.
A la noche siguiente, Yun Ok volvió de nuevo, esta vez un poco más cerca de la guarida
del animal. Nuevamente, le ofreció el cuenco de comida, pero el tigre no apareció. Cada
noche volvía, y en cada ocasión se acercaba más y más a la cueva del tigre. El tigre la
veía, pero no se movía.
Una noche, Yun Ok se acercó mucho a la cueva del tigre y, esta vez, el animal se le
acercó unos pasos y se detuvo. Estuvieron allí los dos, mirándose uno a otro a la luz de
la luna. A la noche siguiente, volvió a suceder lo mismo. El tigre se le acercó más, Y
Yun Ok le habló con una voz suave y dulce. A la noche siguiente, el tigre comió del
cuenco que Yun Ok había llevado. Y así, durante varias noches más, el tigre comió,
mientras Yun Ok le acariciaba la cabeza.
Casi seis meses después de su primera visita, Yun Ok le dio unas palmaditas al animal
y dijo:
El ermitaño estudió el bigote y, una vez convencido de que pertenecía al tigre, lo arrojó
al fuego.
La mujer le contó que había ido a la montaña con un cuenco de comida, que le había
hablado al tigre amablemente hasta ganarse su confianza, que había sido muy paciente
volviendo cada noche, que le había acariciado la cabeza, y que, sólo después de que
oyera su ronroneo de satisfacción, le había pedido el bigote.
—¡Pero no me ha servido para nada! —dijo Yun Ok— ¡Usted ha arrojado el bigote al
fuego!
Yun Ok se quedó durante unos instantes sin articular palabra, y después volvió a casa,
pensando en lo que había aprendido del hombre sabio y del tigre.
Anexo 7
Te sugiero que prepares las cartas de éste juego en 25 hojas tamaño carta. Por un lado
elabora una ilustración relacionada al valor de la carta y escribe el número de la misma.
Y por el reverso, copia la información que corresponde a la carta.
Esmérate al prepararlo, recuerda que puedes enmicarlo para que dure más y puedas
utilizarlo también en otras actividades de lectura diferentes al taller, como una visita
guiada.
1.- Gratitud.
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La gratitud es el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha
hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera. Ser agradecido es
apreciar a cada momento lo que los demás hacen por nosotros y generar con ellos un
compromiso de confianza. La gratitud no es sólo decir “gracias”, es sentir
verdaderamente, con el alma y el corazón. Siembra gratitud y cosecharás buenas
amistades.
Practica la gratitud:
Agradece el amor que alguien te demuestra, el sacrificio que alguien hizo alguna vez
por ti. Dales las gracias a tus padres por todo lo que han hecho por ti. Recibe lo que te
dan, por pequeño que sea, con alegría y agradecimiento. Da las gracias de corazón.
Aprecia todo lo que tienes, en lugar de quejarte por lo que no tienes. Expresa tu
agradecimiento con palabras, o un abrazo.
2.- Bondad.
Bondad es la natural inclinación a hacer el bien. Es una actitud tolerante para entender
a los demás. Sensibilidad con respecto al prójimo, disposición para ayudar a recuperar
el bienestar. Es una disposición de la inteligencia y los afectos para buscar el bien y el
desarrollo de los demás.
Practica la bondad:
Si estás en condiciones de hacerlo, comparte tus cosas con quienes carezcan de ellas.
En caso de desastres naturales, aconseja a las autoridades de tu escuela a realizar un
plan de apoyo, como acopio de agua, medicinas o alimentos.
3.- Creatividad.
Creatividad es la capacidad de creación. Facilidad para formar nuevas ideas, nuevos
proyectos. Imaginación, ingenio, intuición. Facultades creadoras. Capacidad de alguien
para conseguir lo que desea. Ser creativo consiste en combinar de una forma original
elementos que ya existen (sean ideas, colores, sonidos, imágenes) impulsados por la
inteligencia. Esa nueva combinación existe primero en la imaginación que la visualiza y
luego requiere ingenio para llevarla a cabo y obtener resultados concretos.
Practica la creatividad:
Desarrolla tu capacidad de escuchar a los demás.
Lee con atención, así desarrollas tu imaginación.
Enfoca tus problemas desde diversos puntos de vista.
Escribe.
Dibuja.
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4.- Constancia.
La constancia es el alimento del esfuerzo. Es la firmeza, la perseverancia de ánimo en
nuestros propósitos. No basta con soñar; hay que realizar. No basta con decir “voy a
hacer…”; hay que hacerlo. Tú puedes tener una gran idea, un plan grandioso, una
meta. Puedes incluso trazar tu camino para conseguir lo que te propones. Pero si no
aplicas constancia en lo que haces, si dejas pasar el tiempo antes de decidirte a dar el
primer paso hacia tu meta, si interrumpes el camino y comienzas a dejar todo para
después, todos esos sueños se convertirán en nada, y cuando te des cuenta, podrías
descubrir que es demasiado tarde para realizar alguno de ellos o todos.
Practica tu constancia:
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Cada día haz algo, aunque sea pequeño, que te acerque a tu meta.
Piensa que si lo puedes imaginar, entonces es muy posible que puedas también
convertirlo en realidad.
6.- Humildad.
Humildad es estar consciente de nuestras virtudes y nuestros defectos, y contemplarlos
en su justa dimensión. Es estar contentos con quiénes y cómo somos, y en paz con el
resto del mundo. La persona que posee y ejerce el auténtico valor de la humildad sabe
muy bien quién es. No necesita gritar para imponerse ni presumir para destacar. No
tiene que ocultarse tras un muro de soberbia para hacerse respetar, o para sentirse
superior a los demás. Sabe ocupar su lugar, no se siente por arriba o por debajo de
nadie. La humildad sabe oponerse, y protestar, y dejar huella, y cambiar las cosas.
Porque la humildad es sabiduría y fuerza.
Practica la humildad:
Reconoce cuando te has equivocado. Nadie es perfecto.
Reconoce tus errores y aprende a pedir perdón.
Demuestra tus capacidades con hechos y no con palabras.
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Avanza a la casilla 12.
7.- Sinceridad.
Sinceridad es la sencillez, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.
Autenticidad. Honradez, fidelidad a los orígenes y convicciones. Honestidad.
Practica tu sinceridad:
Es común que la gente diga mentiras pequeñas y grandes. No mientas. Habla a todos
con la verdad y también reconoce tus verdades.
Nunca niegues tus orígenes. Descubre toda la riqueza que guarda tu cultura, tus
creencias, tu familia, y tu historia.
Abre tu mundo a los demás: escribe un diario y compártelo con tus amigos. Abre las
puertas de tu casa y deja que tus amigos la conozcan.
8.- Cooperación.
La cooperación es combinar nuestras energías para trabajar con otros y lograr una
meta en común. Gracias a la cooperación podemos lograr tareas más rápidamente y
con mayor facilidad que si lo hiciéramos solos, además de que podemos disfrutar de la
compañía de otros mientras compartimos el trabajo.
Reflexiona:
¿Qué cosas hacen tus amigos y tú juntos?
¿Qué juegos son más divertidos cuando los juegas con amigos?
¿Podría una persona hacer todo sólo?
9.- Generosidad.
La generosidad tiene que ver con compartir lo que uno tiene con los demás, por propia
voluntad y con la alegría de dar. No se refiere solamente a los bienes materiales o al
dinero, sino a nuestros conocimientos, nuestros pensamientos, y a todo aquello que
pueda traer un beneficio a quien lo necesite.
El don de la generosidad es raro hoy en día, cuando toda la gente parece querer algo a
cambio de lo que da. Porque quien es generoso es también desprendido y
desinteresado. Encuentra placer en repartir con sus semejantes lo que le ha sido dado.
La generosidad es un valor que, al aplicarse, hace que la gente brille y las relaciones se
fortalezcan. Más generosidad y menos egoísmo asegurarían, para el mundo, un futuro
mejor. Comparte tus cosas, tus conocimientos, tus dones.
10.- Paciencia.
La paciencia es el valor que nos impulsa a guardar la calma. Puede parecer algo simple
de hacer, pero no siempre lo es. En estos días de avances tecnológicos, es uno de los
valores que menos se aplica. Cultivar la paciencia fomenta un clima de paz y facilita el
entendimiento entre los seres humanos.
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Practica tu paciencia:
Sé paciente ante los débiles, los que son más lentos que tú, los que no tienen los
conocimientos que tú posees. Ayúdales a aprender, a superarse. Guíalos con paciencia
y obtendrás así, los mejores frutos.
El tiempo no pasará más rápido porque te desesperes. Mejor aguarda con calma, que lo
que tenga que ser, será.
No cedas a tus impulsos: piensa primero, y actúa o habla después.
11.- Orgullo.
El orgullo es la sensación que tenemos de nuestro genuino mérito personal. El orgullo
también es un placer especial que sentimos cuando logramos terminar una tarea
desafiante, una meta difícil o incluso cuando adquirimos una posesión particular.
El orgullo tiene distintos aspectos. Cuando está equilibrado con templanza nos sentimos
felices, gratificados y contentos. Cuando tenemos un exceso de orgullo, podemos ser
arrogantes o vanidosos.
Reflexiona:
¿Has hecho algo de lo que te sientas orgulloso?
¿Tuviste qué practicar, luchar, trabajar duro para lograrlo? ¿De qué otra cosa estás
orgulloso de ti mismo?
12.- Compasión.
La compasión es un valor que nos provoca un sentimiento de ternura y deseo de aliviar
los males de otros. Es un sentimiento de hermandad con nuestros semejantes,
consideración por el resto de los seres vivos.
Sentir compasión es identificarse con el sufrimiento de otros. Cuando compadeces a
alguien, le reconoces su calidad de ser humano y lo abrazas como lo que es: un
hermano en desgracia, digno de respeto y ayuda.
Practica la compasión:
No seas indiferente a los problemas ajenos.
Expande y comparte tu alegría con tus semejantes.
Las sonrisas, abrazos y palabras amables pueden llevar alivio a quien sufre.
13.- Coherencia.
La coherencia es que tus pensamientos estén de acuerdo con tus palabras, y tus
palabras de acuerdo con tus acciones.
La coherencia es el valor que nos permite sentirnos bien con nosotros mismos y nos
acerca a la realización de nuestras metas. Porque si la perdemos, si en un momento
dado nuestros actos van en contra de nuestros principios o de lo que pensamos,
entonces estamos cometiendo una especie de traición contra nosotros mismos.
Practica la coherencia:
Cumple tus promesas.
No digas una cosa para luego hacer otra diferente. Piensa lo que dices.
Actuar con tus ideales, jamás traicionar tus valores, ser como eres sin dobles caretas es
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una forma grandiosa de autoestima y de respeto a ti mismo.
14.- Tolerancia.
Practicamos la tolerancia cuando mantenemos una actitud justa y objetiva hacia otros.
A menudo la gente difiere de nuestras opiniones, prácticas, creencias y costumbres; la
tolerancia nos permite aceptar y apreciar nuestras diferencias.
Practica la tolerancia:
Cuando tengas algún desacuerdo, trata de identificar tus sentimientos; intenta imaginar
los sentimientos de otros niños. La tolerancia empieza al ponernos en el lugar de los
otros.
Identifica semejanzas y diferencias con otros seres humanos.
15.- Valor.
El valor nos permite enfrentar las dificultades, el peligro o el dolor de tal forma, que
podemos mantener control sobre la situación. Una manera de crear valor es identificar
las cosas que nos asustan o nos provocan, y pensar en estrategias para lidiar con ellas.
Piensa en estrategias para enfrentar el miedo, como silbar o dibujar lo que te asusta.
¿En cuántas estrategias puedes pensar?
Practica el valor:
Destaca los actos de valentía, esos que ocurren en tu familia y en la colonia.
Resalta los actos de valor que ocurren en el salón de clases, en los cuentos, y en las
noticias de televisión.
El conocimiento ayuda a reducir la intensidad del miedo, ya que aumenta el
entendimiento. Si temes a las sombras, acostúmbrate poco a poco a la oscuridad; si
temes a los insectos, aprende sobre ellos en los libros o Internet.
17.- Respeto.
Respetamos a la gente cuando la apreciamos, admiramos y las tenemos
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particularmente en alta estima. Cuando somos condescendientes con otros y los
tratamos con cortesía, les mostramos respeto.
¿Tienen algo en común tú y la gente a la que respetas?
Qué y a quién respetamos juega un rol significativo en lo que somos. Las personas que
admiramos sirven para moldear nuestras propias vidas.
Porque sé que todos alguna vez hemos sido irrespetuosos, regresa a la casilla 8.
18.- Pulcritud.
La pulcritud se refiere a la limpieza, a la belleza, a la armonía, al cuidado personal. Pero
también a la autoestima, al profesionalismo, a la conciencia limpia y la paz interior.
El desorden, el descuido y la falta de limpieza en lo que hacemos difícilmente nos
llevarán a lograr nuestras metas. Un comportamiento dudoso, una actitud negativa,
unas palabras ofensivas, la incapacidad para relacionarse con los demás son todos
signos de que no existe la pulcritud en nuestra vida.
La pulcritud es un valor fundamental, que se relaciona con otros valores, como la
coherencia, el respeto, la honestidad. Aplícalo.
Practica la pulcritud:
Cuida tu salud.
Haz del aseo personal un hábito agradable.
Ordena ya todo lo que esté en desorden, sobre todo en tu mochila, y en tu cuarto. Un
lugar para cada cosa, y cada cosa en su lugar.
19.- Responsabilidad.
La responsabilidad involucra el ser digno de confianza y seguro, ser alguien en quien
los otros pueden confiar. Tener la responsabilidad de algo o alguien significa que nos
pueden preguntar sobre nuestras acciones al respecto.
Reflexiona:
¿Qué significa para ti la responsabilidad?
Piensa en situaciones donde has observado que se reúnen una o más personas
irresponsables con una o más personas responsables. ¿La cantidad de trabajo fue
justa? ¿Fue justa la relación?
¿De qué cosas eres responsable?
¿Las personas tienen responsabilidades conforme crecen?
21.- Sabiduría.
La sabiduría es el conocimiento de nosotros mismos. Puede producir transformaciones
en nuestros actos, guiándonos por el camino de la armonía y la paz. El camino hacia la
sabiduría consiste en tratar de extraer de cada experiencia una enseñanza.
La sabiduría popular se expresa mediante refranes y cuentos. ¿Te sabes algún refrán
que tenga que ver con la sabiduría?
Practica la sabiduría:
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Es sabio el que acepta sus errores y trata de superarlos.
Es sabio aceptar y comprender los errores ajenos con naturalidad y sin sentirse
superior.
Los niños tienen inclinación a la verdad y a aprender; y donde hay verdad y deseo de
conocer se está cerca de la sabiduría.
Recuerda que hay una enseñanza en todo lo que nos sucede, y depende de nosotros
aprovecharla.
22.- Disposición.
Todos tenemos algo para enseñar y también para aprender; para ello, siempre tenemos
que estar dispuestos.
Retrocede a la casilla 5.
23.- Empatía.
Tratar de comprender a nuestros semejantes nos ayuda en la búsqueda de la sabiduría.
Practica tu sentido del humor, cuenta un chiste o haz algo gracioso y regresa a la casilla
5.
24.- Paz.
Para lograr la paz con nuestros semejantes debemos comenzar por estar en paz con
nosotros mismos; para ello es necesario conocernos.
Anexo 8
Capulín mío
Tiempo atrás había un hermoso cuervo de plumas muy brillantes y ojos inteligentes.
Vivía entre las ramas de un árbol de capulines y amaba su casa: el tupido follaje le daba
sombra y lo protegía de la lluvia, las ramas lo mecían suavemente, le fascinaba
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contemplar sus cientos de flores en primavera y los jugosos capulines eran su dulce
alimento, al grado que su plumaje tenía matices de rojo oscuro.
Sin embargo, la naturaleza que sigue su curso, puso una dura prueba al habitante del
árbol. Una mañana, las hojas del capulín amanecieron amarillentas y marchitas. Al día
siguiente se habían vuelto negras y comenzaron a caerse. Las ramas perdieron sus
frutos hasta quedar tiesas y llenas de polvo.
Lo más normal era que el cuervo volara en busca de una nueva casa. Pero se resistía a
hacerlo. Por las mañanas, cuando un fuerte rayo de sol recorría diversas partes del
árbol desnudo, él extendía sus alas e iba caminando paso a paso por el tronco, para
impedir que se quemara. Con su voz aguda le graznaba al árbol:
—¿Crees que voy a olvidarme de ser tu amigo porque te ha llegado la mala fortuna?
Mis palabras son sinceras: “capulín mío, nunca te dejaré”.
Los días pasaban y el ave se mantenía fiel a su promesa. En una ocasión un grupo de
leñadores se acercó para derribar el árbol a golpes de hacha, pero el cuervo voló
encima de ellos, les soltó varios picotazos y logró que se alejaran.
Cuando el capulín estaba aún más seco, las demás aves aseguraban que el cuervo lo
abandonaría, pues ya no le ofrecía alimento ni protección alguna. Pero el cuervo se
acercaba a la parte gruesa del tronco (dicen que allí está el alma de los árboles) y le
repetía: “capulín mío, nunca te dejaré”.
Entonces hizo un plan: con el pico empezó a cortar las ramas más finas. Pasó varios
días en el suelo aflojando la tierra con sus patas y abrió un pequeño surco para que
llegara una delgada corriente de agua desde un río cercano. Incluso recogió varios
frutos podridos que había en la zona y abonó la tierra.
Trabajó varias semanas sin descanso. Una mañana despertó y descubrió que las secas
ramas tenían pequeños puntos verdes acá y allá. Los miró con atención y se dio cuenta
de que el capulín estaba retoñando. En unos cuantos días se cubrió de hojas; tiempo
después floreció y pronto estuvo cargado de frutos más dulces y carnosos que nunca.
Un misterioso caminante que solía andar por allí se acercó sorprendido a ver cómo
había renacido el árbol.
—¿Verdad que soy un gran jardinero? —preguntó el cuervo con expresión de orgullo.
—No fue tu talento lo que salvó a este árbol, sino tu gratitud. Tu pequeño y brillante
pecho guarda el don de la vida y hasta la naturaleza se doblega ante los corazones
fieles. ¿Puedo probar algunos capulines?
Leyenda budista.
Citado en: http://www.esmas.com/fundaciontelevisa/valores/pages/gratitud-capulin.html
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Anexo especial
La siguiente información puede serte muy útil para reflexionar acerca de la inteligencia
emocional, y para compartir con los padres de familia que asistan a las
representaciones de los cuentos de los niños en la última sesión.
2.- Toma de decisiones personales: Examinar tus actos y observar tus consecuencias;
ser consciente de los pensamientos o de los sentimientos que se implican en las
decisiones personales; aplicar estos atisbos a temas y problemas.
4.- Manejo del estrés: Aprender el valor del ejercicio, la imaginación dirigida, los
métodos de relajación.
5.- Empatía: Comprender los sentimientos de los demás y ser capaz de observar las
cosas desde su perspectiva; darse cuenta de que las personas sienten las mismas
cosas de manera diferente.
6.- Comunicación: Hablar de los sentimientos de una forma efectiva; escuchar bien y
hacer buenas preguntas; ser capaz de comunicar a los demás tus pensamientos y tus
sentimientos.
9.- Aceptación de uno mismo: Verte bajo una luz positiva, reconocer tus virtudes y tus
defectos, y ser capaz de reírte de ti mismo.
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11.- Seguridad en uno mismo: Exponer tus preocupaciones y tus sentimientos sin ira o
pasividad indebidas.
12.- Cooperación: Ser capaz de cooperar con los demás; saber cuándo liderar y cuándo
dejarse llevar.
13.- Resolución de conflictos: Saber cómo resolver conflictos con otros niños, con los
padres y con otros adultos; utilizando el modelo de “todos ganan” para negociar un
compromiso.
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía sugerida
I/170/H57/V.1
Historias y valores. México: Euroméxico, 2003. 112 p.
I/170/H57/V.2
Historias y valores. México: Euroméxico, 2003. 104 p.
I/170/H57/V.3
Historias y valores. México: Euroméxico, 2003.105 p.
I/170/H57/V.4
Historias y valores. México: Euroméxico, 2003. 110 p.
I/170/V58
Vivir los valores. ¿Tienes el valor o te vale? Editorial Televisa. 2006.
Bibliografía complementaria
Fisher, Robert. Valores para pensar. Barcelona: Ediciones Obelisco, 2007. 238 páginas
León, María. El gran libro de los valores. México: Época, 2007. 94 páginas.
44
Schiller, Pam. Cómo enseñar valores a los niños. México: Editorial Pax, 2001. 182
páginas.
Páginas web
45
Se vale leer
AUTORES: Asesores de la Subdirección de Fomento a la Lectura
DIRIGIDO A: Niños de 7 a 9 años
DURACIÓN: 5 sesiones de 60 minutos
INTRODUCCIÓN
En su libro de ensayos Los demasiados libros, el poeta y crítico Gabriel Zaid afirma,
parafraseando al incisivo escritor norteamericano Paul Goodman, que “si los niños
fueran a la escuela desde que nacen para que les enseñen a hablar, una buena parte
de la población sería muda o tartamuda”. Esta aguda y corrosiva afirmación nos
mantiene atentos al hecho innegable de que los niños siempre tienen apetito de
conversación, precisamente, porque aprender a hablar está en nuestra naturaleza. No
nos empeñemos en “enseñar” a hablar a nuestros bebés, sino en hablar con ellos; a
diferencia del empeño con que nos dedicamos, conjuntamente con la escuela, a
enseñarlos a leer y escribir.
OBJETIVO
Despertar en los niños el interés por la lectura que encierra un valor cultural en la vida
cotidiana y que posibilita actuar de manera sensible, consciente y atenta en la vida
social del mundo moderno, predominantemente visual y consumista.
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SESIÓN 1
La imagen-mundo
Requerimientos
Libros ilustrados (ver bibliografía). Lectura previa del artículo “El libro de imágenes en la
actualidad” (ver anexo 1).
Elige del acervo bibliográfico libros ilustrados (ver bibliografía) que sean adaptables
para desarrollar algunas de estas técnicas con tus participantes.
Inicia dando la bienvenida a los participantes, puedes llevar a cabo una dinámica de
presentación.
Es importante que reserves un tiempo para leer en voz alta el texto íntegro de alguno de
los libros que elegiste.
SESIÓN 2
De lectura… me como un plato
Requerimientos
Recetarios e instructivos. Materiales reciclables o de reúso (cajas de cartón, envases,
palitos de madera, etc.) crayones, papel kraft, masking-tape. Tarjetas con ilustraciones
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de los ingredientes para preparar las recetas (recortadas y enmicadas como para armar
una baraja).
Lee el procedimiento de preparación, mientras los niños con sus tarjetas en las manos,
harán los sonidos y los movimientos que se imaginen y que derivarán de las acciones
que tú señalas: mezclar, batir, licuar, cocer, hervir.
Con los sonidos que a los niños les parezcan más simpáticos o chistosos, puedes
armar una sola receta nueva, en la que participe todo el grupo y que resulte como una
partitura para que ellos se muevan, actúen y sonoricen al unísono.
La representación teatral se presentará por turnos para que el resto del grupo sea
espectador y aprecie su trabajo. No olvides destacar el ingenio y el trabajo en equipo,
así como estimularlos con aplausos y porras grupales.
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SESIÓN 3
Lenguajes persuasivos
Requerimientos
Etiquetas de productos diversos como leche, mermeladas, chocolates, juguetes, ropa,
etcétera. Mientras más descriptivas, mejor. Papel kraft, gises, acuarelas o lápices de
colores.
Los lectores de imágenes reconocen con gran facilidad los logos y rótulos de sus
productos favoritos, así que puedes reunir una colección pequeña de etiquetas y
envases de galletas, chocolates, gelatinas, lácteos, panecillos, mermeladas y bebidas
para niños, que puedes entregarles como su materia prima para trabajar esta sesión.
Entrega un paquete de tarjetas para que ellos inventen sus propios productos (uno por
equipo), y luego te los presenten mostrando la etiqueta y hablando de sus bondades,
cualidades y características como para convencer a la gente de consumirlos.
Otra opción de esta sesión la puedes desarrollar con las etiquetas de los DVD y CD de
películas o de música infantil. Tú leerás los contenidos y sinopsis de las obras, de
manera que se les antoje conocer algunas. Puedes darles algunos ejemplos para que
ellos, luego de que les leas en voz alta la reseña, se dispongan a dibujar lo que
imaginen.
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SESIÓN 4
Abanico de lecturas
Requerimientos
Libros de historietas, novelas gráficas, cancioneros, textos seleccionados de periódicos
o revistas.
Considera los diferentes gustos e intereses lectores de los más pequeños. Habla de las
lecturas que tú como adulto eliges y sobre los momentos en que te gusta disfrutar de
éstas. Reflexionen acerca del tema para que en la medida en que frecuenten con gusto
sus lecturas favoritas y puedan compartirlas, se sientan bien recibidos en un primer
horizonte lector. Gradualmente, de acuerdo con lo que el niño y luego el adolescente
necesite, ese horizonte va a ampliarse, pero es importante la labor del mediador
(padres de familia, maestros, bibliotecarios).
Luego de introducir a los niños en este tema, motiva la conversación, la lluvia de ideas,
y cuando percibas que se interesan, entonces diles que has traído unos textos al
respecto.
Cuando se trate de alguna sección favorita del periódico, luego de platicar o leer,
comentando con el grupo lo que dicen una o varias notas, pídeles que se transformen
en reporteros y que inventen un acontecimiento que haya ocurrido en el pasado o que
esté por ocurrir para convertirla en “la nota del diario”.
Cuando se trate de canciones, léelas en voz alta primero y posteriormente junto con los
niños, línea por línea, jugando a ser los compositores en colectivo. Una tercera lectura
se hará cantando todos al unísono para que el grupo sopese a través del goce mismo
de la voz, cómo la palabra germina para conformar frases y éstas a su vez, ideas que
dan como resultado un texto con musicalidad interna, un texto cantable, desde la
palabra hacia la música y viceversa.
Cuando se trate de revistas, sácale provecho al peso de las imágenes, juega con los
niños y oriéntalos a apreciar cómo se integran texto e imagen en una buena revista, así
como en una buena página web infantil.
50
Para concluir la sesión
Pide a los niños que recorten imágenes en revistas ilustradas (de re-uso que tú les
proporciones), y que escriban los pies de foto o bien, alguna nota breve humorística. Al
final deja en sus mentes la inquietud por buscar otras lecturas, en función de la buena
calidad de sus contenidos y sus formatos.
SESIÓN 5
Había una vez…
Requerimientos
Libros clásicos infantiles (ver bibliografía).
Puedes empezar la sesión de este día preguntándoles cuáles son sus lecturas favoritas,
quiénes escribieron lo que les gusta; ese cuento, esa novela de la que surgió una
película, incluso.
Obras como Cuentos de los hermanos Grimm, El libro de la selva de Rudyard Kipling;
La isla del tesoro de R. L. Stevenson, El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien, Peter
Pan de J. M. Barrie, o bien con los relatos de nuevos clásicos como Roal Dahl o Philip
Pullman, pueden serte de gran utilidad.
51
ANEXOS
Anexo 1
“El amor entra por los ojos”, “los ojos son las ventanas del alma” y “una imagen vale mil
palabras”, son frases hechas que reflejan no sólo el valor que le damos a la vista sino la
forma en que lo visual penetra en nuestra intimidad, afecta nuestros sentimientos y
modifica nuestras ideas. Esto es algo sabido por los artistas plásticos desde tiempos
antiguos. Por eso usaban imágenes, contrastes y colores para plasmar ideas y
transmitir información antes de poder hacerlo a través de la escritura. Lo saben también
los decoradores y arquitectos cuando para tranquilizar a los pacientes, pintan un
hospital de verde o un restaurante de colores cálidos para despertar nuestro apetito.
De hecho, una de las paradojas de nuestro tiempo es que vivimos en un mundo donde
cada día se utiliza más lo visual para determinar aspectos esenciales de nuestra vida y
sin embargo nuestra educación visual es magra o inexistente.
Esta paradoja se hace muy clara en el cine, el gran arte visual de la modernidad. En sus
conversaciones con Janouch, Kafka se refería a éste de la siguiente manera: “El cine
perturba el mirar. La celeridad de los movimientos y el rápido cambio de imágenes
fuerzan al hombre, a pasar muchas cosas. No es la mirada la que toma posesión de las
imágenes, sino éstas las que se apropian de la mirada. Inundan la conciencia.
El cine significa una uní formación de la vista que hasta ahora ha estado desnuda”. En
ese entonces el cine estaba en pañales, la televisión no había nacido y el videoclip era
inconcebible. ¿Qué diría Kafka ahora?
Por el poder movilizador de emociones y afectos que tienen las imágenes, compartir la
lectura de un álbum posibilita espacios de comunicación de gran riqueza. Pero también
la lectura solitaria de un álbum puede ser muy estimulante.
Los libros de imágenes suelen ser objetos hermosos que muchas personas –lectores o
no– gustan tener. Además del amor a la lectura, despiertan el amor al libro.
Hay álbumes para bebés de meses, para niños pequeños, para niños lectores y
también para adultos. Los mejores son los que pueden ser gozados por todos. Hay
álbumes sin palabras, también los hay con unas cuantas o que tienen mucho texto.
Habitualmente se piensa que la cantidad de palabras va en relación con la edad. No es
exacto. Hay álbumes sin texto que pueden ser leídos por adultos. Recordemos algunos
libros del gran ilustrador japonés Mitsumaso Anno. Claro que uno debe saber leerlos y
no pasar apresuradamente las páginas. Hay que tener calma, pero también los álbumes
nos la dan. Por eso y por muchas razones, acercarse a un álbum es facilitar una
reeducación de la vista, para muchos, el más importante de los sentidos.
Lo que sigue son diez propuestas para acercarse a los libros de imágenes o álbumes.
Fueron discutidas por los miembros del taller de animación a la lectura del FCE. Son
propuestas de un taller a otro taller, el de su casa o de su aula. Nuestro deseo es
sugerir caminos; no dictar instrucciones. Ojalá que en cada taller nuestras sugerencias
se transformen y enriquezcan con variantes nuevas:
1. El narrador mudo
Hay que cubrir el texto del libro antes de que sea leído, y ver o hacer ver con
detenimiento las ilustraciones. Se trata de narrar el cuento únicamente a partir de lo que
dicen las ilustraciones. Es importante hacer este ejercicio entre varios. Si la edad lo
permite, cada participante puede escribir el texto. Después se comparan; o simplemente
se cuentan. Aconsejamos no descartar ningún relato. Lo importante es ver cómo se
sustenta cada uno.
2. El narrador ciego
Un ejercicio paralelo al anterior es narrar el texto sin dejar ver las ilustraciones y permitir
que el niño imagine sus propias ilustraciones y después compararlas. El objetivo es
dejar por una parte, que los niños desarrollen sus propias imágenes y, por la otra,
comprendan que la visualización del ilustrador no es la única. Que es una lectura.
3. El relato cortado
Una ilustración tiene un sinnúmero de elementos narrativos “congelados”. El ejercicio
consiste en tomar una ilustración y ver en ella qué elementos hay (la relación entre los
personajes, la hora del día, el entorno, la época, etc.) y descongelarlos, es decir,
imaginar o relatar lo que sucedía antes o después.
53
4. El ilustrador travieso
Muchas veces el ilustrador aporta al libro elementos narrativos o simbólicos que no
están en el texto y que pueden modificar, incluso, su sentido. Hay otros casos en los
que la clave de la narración relatada en el texto se encuentra en elementos de la
ilustración (por ejemplo, En el desván de Oram y Kitamura, o Buenas noches Lola de
Martha Alexander). A través de esta actividad se propone encontrar qué elementos se
encuentran en las imágenes que no están en el texto.
6. Separar fracciones
Una estrategia interesante y divertida es mostrar sólo fragmentos de las ilustraciones y
preguntar qué es, o cuál es su lugar. Con esto se desarrolla la percepción por el detalle
y se ejercita la comprensión de la lógica perceptiva de la imagen. Se pueden hacer
variantes graciosas de esta estrategia (como poner de cabeza el fragmento) o
tendientes a que se perciba la importancia de la composición colocando en espacios
distintos un elemento de una ilustración.
7. Comparar versiones
Un ejercicio que puede ser muy revelador es comparar las versiones de diferentes
ilustradores sobre un mismo cuento. Es difícil realizar esto con textos modernos, pero
relativamente fácil con clásicos; de Alicia en el país de las maravillas hay más de 250
versiones de ilustración; de Pinocho otras tantas. Es un ejercicio que se puede hacer
con niños pequeños y también con grades lectores.
8. El detective
Uno de los trabajos más complicados del ilustrador es caracterizar a los personajes.
Esta estrategia sugiere extraer sus imágenes antes de la lectura, imaginar sus rasgos
biográficos, quién es, cómo es su carácter, cuál es su extracción social y su oficio, de
qué época y cultura proviene. Después comparar los resultados con las descripciones
del texto. Se puede hacer a la inversa: escoger algunas frases que describan al
personaje e imaginarlo o dibujarlo.
54
10. Y la historia continúa
Se propone a los lectores que la historia no termine donde acaba el libro y que ellos
deben proponer el verdadero final con otra ilustración.
Espacios de Lectura. Órgano de la red de Animación a la Lectura del FCE,
Año I, núm.1, invierno de 1995, p.12.
BIBLIOGRAFÍA
I/833/F75/K37
Kasparavicius: Fröhlich, Roswitha. El país de Jauja. México: Fondo de Cultura
Económica, 1994. 24 p.
I/839.313/V35/E73
Van Allsburg, Chris. La escoba de la viuda. México: Fondo de Cultura Económica,
1993. 32 p.
I/741/B36
Banyai, Istvan. Zoom. México: Fondo de Cultura Económica, 1995. 32 p.
I/823/B78/C35
Browne, Anthony. Cambios. México: Fondo de Cultura Económica, 1993. 32 p.
I/750.18/O77
Ottenheimer, Laurence. ¿Qué ven los pintores?. España: SM, 1995. 46 p.
I/758.4/B38
Baumbusch, Brigitte. Comida. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes:
Dirección General de Publicaciones, 2000. 29 p.
I/758/B38
Baumbusch, Brigitte. Flores. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes:
Dirección General de Publicaciones, 2000. 29 p.
I/843/G84/S57
Guillot, René. Sirga. México: CONACULTA: Dirección General de Publicaciones,
1993. 31 p.
I/843/G67/E72
Goscinny, René. El escudo Arverno. España: Grigalbo: Dargaud, 1994. 48 p.
I/745.54/C68
Cómo hacer mejor: Aprenda, diviértase, ahorre. México: SEP, 1987. 128 p.
I/784.624/L55
55
Lírica infantil de México. México: Fondo de Cultura Económica, 1995. 214 p.
I/833/G74/G834
Grimm, Jacobo y Guillermo. Cuentos de Grimm vol. 2. . España: Everest, 1998. 102 p.
I/833/G74/C84/2000
Grimm, Jacobo y Guillermo. Cuentos de Grimm. España: Juventud, 2000. 152 p.
I/843V47/H63/2004R1
Julio Verne. Historias y aventuras extraordinarias: Julio Verne para niños. México:
CONACULTA: Dirección General de Bibliotecas: Dirección General de Vinculación
Cultural y Ciudadanización: Embajada de Francia, 2000. 111 p.
I/843/V47/V95
Verne, Julio. La vuelta al mundo en ochenta días. Argentina: Sigmar, 1981. 59 p.
I/823/V47/V55
Verne, Julio, Veinte mil leguas de viaje submarino. México: SEP: NUTESA, 1981. 131 p.
I/843/V47/D67
Verne, Julio. Dos años de vacaciones. España: Doncel, 1973. 351 p.
I/823/S73/E87
Stevenson, Robert Louis. El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde. España: Altaya,
1993. 191 p.
I/823S73/I57
Stevenson, Robert Louis. La isla del tesoro. España: Altaya, 1993. 237 p.
I/823/S73/I78/
Stevenson, Robert Louis. La isla del tesoro. México: Trillas, 1989. 96 p.
56
Brota palabrota
INTRODUCCIÓN
En este taller, los participantes se recrearán con diferentes textos para explorar
emociones y sensaciones que, aunados a determinados juegos, los llevarán a plasmar
creativamente sus impresiones a través de la palabra escrita.
OBJETIVO
Motivar en los niños prácticas de lectura y escritura creativa a través de diversas actividades
que permitan un acercamiento imaginativo y lúdico con la palabra, para que con sensibilidad
y creatividad propias, expresen una emoción, un pensamiento y nuevas ideas.
57
SESIÓN 1
Cuentos con luz
Requerimientos
Cuentos breves (ver bibliografía), fichas de identificación con dibujo (ver anexo 1. Se
necesitará una copia para cada participante), hojas tamaño carta, lápices y lápices de
colores.
Conforma al grupo en cuatro equipos, a cada uno reparte uno de estos cuentos y
pídeles que lo lean y lo comenten al interior del equipo. Después, en plenaria, comparte
los relatos y los razonamientos que los participantes hagan de los mismos.
La rana y el escorpión
58
Cierta vez, un escorpión le pidió a una rana que lo llevara sobre su lomo
hasta el otro lado de un arroyo.
—Si lo hago, me clavarás tu aguijón —dijo la rana atemorizada.
—Te aseguro que no —repuso el escorpión—. Si me cruzas al otro lado, te
daré lo que más desees.
No del todo convencida, la rana aceptó el trato y comenzaron la travesía.
Pero en el medio del arroyo, el escorpión clavó su aguijón en el lomo de la
rana. Mientras ambos se hundían, la rana alcanzó a exclamar:
—¡Ahora, los dos moriremos! ¿Por qué has hecho esto?
Y el escorpión contestó:
—Está en mi naturaleza.
Nasrudín y el anillo
Un vecino encontró a Nasrudín en la plaza del pueblo buscando algo de
rodillas.
—¿Qué andas buscando —le preguntó.
—Mi anillo. Se me ha perdido.
—Te ayudaré a encontrarlo —dijo el vecino. Y arrodillados los dos,
escarbaron entre el pasto. Al cabo de un rato, el vecino preguntó:
—¿Dónde perdiste tu anillo?
—En mi casa— contestó Nasrudín.
—¡Santo cielo! ¿Y por qué lo buscas aquí en la plaza?
—Porque aquí hay más luz.
“Cuentos con luz propia”, artículo de Graciela Pérez Aguilar, publicado en:
Imaginaria. Revista quincenal sobre literatura infantil y juvenil, núm.198, Buenos Aires, 17 de enero de 2007.
http://www.imaginaria.com.ar/19/8/cuentos-con-luz-propia.htm
SESIÓN 2
Poemínimos
Requerimientos
Poemínimos (ver bibliografía) y el poema Pasado en claro de Octavio Paz (ver
bibliografía). Este último ha sido seleccionado por ser un poema de tratamiento
novedoso, de fácil comprensión y muy rico en imágenes. Es un poema que habla del
tiempo, de lo visible y lo invisible que envuelve la vida. El bibliotecario seleccionará doce
versos de este poema y los escribirá en una hoja tamaño carta sin seguir un orden y en
dos columnas; en cada columna irán seis versos. Se necesitará una hoja para cada
equipo.
Después, cada equipo leerá en voz alta la secuencia que ha formado y, como todos lo
harán de manera diferente, será importante que enfatices las nuevas imágenes que cada
equipo ha hecho en su composición. De acuerdo al ejemplo anterior, la composición
quedaría así:
60
Desde lo alto del minuto
entre los labios de las grietas
giran los años por la plaza.
La hora es bola de cristal
colgada de los hilos de la luna,
la flor es otro sol:
amarillos montones de dulzura.
Oigo las voces que yo pienso
oídos con el alma,
somos enredaderas de aire
tarde lavada por la lluvia
del mismo patio de palabras.
Por último, lee un fragmento de la versión original del poema y comenta la actividad con
el grupo.
ASÍ ES
Todas
Las
Cosas
Se parecen
A su
Sueño
PUES SÍ
Hablando
61
Se
Enciende
La
Gente
LECCIÓN
El que escribe al último
Escribe mejor
Yo apenas empiezo
PASEO
Ahorita
Vengo
Voy a dar
Un paseo
Alrededor
De
Mi
Vida
Ya vine
Cambiando una letra por otra. Ejemplo: fuego/ juego, dos/ tos.
Añadiendo una letra o sílaba al principio, en medio o al final de la palabra.
Ejemplo: alma/ calma, ser/ saber, amor/ amorfo.
Suprimiendo una sílaba del principio de la palabra. Ejemplo: fundió/ dio, corazón/
razón, desangra/ sangra.
Cambiando una sílaba por otra al principio de la palabra. Ejemplo: candorosa/
pudorosa, mirada/ tirada, herida/ querida.
Pide a los equipos que lean en voz alta sus composiciones. Se felicitará a los equipos
por el esfuerzo creativo que han hecho.
SESIÓN 3
Fuera de serie
Requerimientos
Manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges (ver bibliografía), La reinvención de
la fauna de Mauricio Molina (ver anexo 3), imágenes de animales fantásticos (ver anexo
4), recortes de encabezados de periódicos y revistas, revistas preferidas de los
participantes (solicitarlas previamente), hojas, lápiz adhesivo, tarjetas, marcadores y
lápices.
Posteriormente revuelve las tarjetas de cada grupo. Pide a cada uno de los
participantes que tome una tarjeta de cada grupo para formar una nueva palabra que
hará surgir profesiones y oficios desconocidos hasta ahora. En este caso, los nuevas
palabras-oficios serían: Cosmonista, Arquitauta y Dentecto. El participante escribirá en
una tarjeta la respuesta de las siguientes preguntas:
63
- ¿Qué hace?
- ¿Dónde trabaja?
- ¿Cuánto gana?
- ¿Qué herramientas utiliza?
- ¿Qué virtudes y defectos tiene?
Después, lee en voz alta La reinvención de la fauna de Mauricio Molina (ver anexo 3); o
bien un relato del Manual de zoología fantástica de Borges. Al terminar, comenta con el
grupo lo sorprendente que resulta imaginar nuevas palabras, historias y animales que
nos enfrentan a otra lógica de las cosas. Es recomendable que utilices imágenes de
seres extraordinarios que han quedado plasmados en la pintura como la del Bosco y en
algunas obras ilustradas de la literatura; como Alicia en el País de las Maravillas y La
Metamorfosis de Kafka.
64
Para concluir la sesión
Reparte a cada equipo un animal fantástico (ver anexo 4). También sugiéreles que
pueden retomar algún animal imaginario de los mencionados en La reinvención de la
fauna de Mauricio Molina. Indícales que éste será incluido en la historia de los
encabezados. Ahora sí deberán escribir un relato breve que no exceda de una cuartilla.
Y para los más audaces, las cosas pueden complicarse y deberán incluir también al
personaje que tiene un oficio extravagante. Anímalos a realizar este ejercicio con
creatividad. Si el tiempo se los permite pueden adaptar sus relatos a una historieta.
SESIÓN 4
Palabrerintos
Requerimientos
Tarjetas suficientes para el grupo, cada una tendrá escrita una palabra de difícil
pronunciación, masking-tape, poemas o cuentos breves y de enredo, copias del doble
laberinto (ver anexo 5), lápices.
CACARAJÍCARA PICARAMÁSCARA
JICARACÁSCARA MASCARAPÍCARA
CÁSCARAPÍCARA PICARACÁSCARA
Cada participante tomará una tarjeta y se la pegará a modo de gafete con masking-
tape. Después, formarán dos filas del mismo número de participantes. Cada fila será un
equipo y, a la señal que des, los participantes de cada equipo dirán en voz alta la
palabra que tienen de manera secuenciada. Ganará el equipo que diga todas sus
palabras de manera continua y sin equivocarse. Se pueden ensayar diferentes lecturas:
cambiando el orden de las filas, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda,
65
saltándose una palabra, repitiendo dos veces la misma palabra, etcétera.
Cuando vio que Silvestre, el gato, iba a pasar junto a él, Pinto, el
perro, se hizo el dormido. Al descubrir el engaño, Silvestre fingió
soñar, y en sueños se volvió perro. Pinto, sin darse cuenta, se
quedó dormido y despertó vuelto gato en el sueño de Silvestre, de
tal suerte que, cuando Pinto, el gato, iba a pasar junto a él,
Silvestre, el perro, se hizo el dormido. Al descubrir el engaño, Pinto
fingió soñar, y en sueños se volvió hombre. Silvestre, sin darse
cuenta, se quedó dormido y despertó vuelto mujer en el sueño de
Pinto, de tal suerte que ahora ambos viven el sueño idílico del amor
en espera de que despierten del engaño y se destrocen como
perros y gatos.
Comenta con el grupo el estilo “laberíntico” de este tipo de textos. Después, motiva a
los participantes para que platiquen situaciones o anécdotas de enredos que conozcan
o que hayan vivido en la escuela, con sus amigos o con su familia. Invítalos a que
escriban las mejores anécdotas para que las compartan con otras personas.
66
SESIÓN 5
Ensalada de palabras
Requerimientos
Varios libros de cuentos que tengan párrafos breves y la letra mediana, hojas tamaño
carta de colores para hacer una ensaladera, tiras de papel de diferentes colores y
tamaños donde quepan palabras o frases cortas, música ambiental que sea del
agrado de los participantes, grabadora y lápices. Sugiere a los participantes que
traigan a la sesión sus cuentos o poemas preferidos, así como los textos que ellos
mismos hayan creado.
1. Todo el aire posible. Los competidores toman todo el aire que les quepa
en los pulmones y leen en voz alta todo lo que aguanten, sin volver a
tomar aire.
2. Flamencos lectores. Los flamencos son unas aves grandes que se paran
en un solo pie. Anima a los competidores a leer en voz alta parados sobre
un solo pie.
Invita a los participantes para que lean sus poemas o cuentos preferidos; ya sea de
algún autor o los de su propia creación.
Posteriormente, comenta con el grupo la importancia que tiene la palabra no sólo para
crear historias, personajes o situaciones fantásticas; sino también para la vida diaria.
Motívalos a reflexionar sobre el uso que le dan a sus palabras de manera cotidiana; por
ejemplo, cómo se dirigen a los otros, qué palabras o expresiones utilizan repetidamente
o como muletilla, que palabras o frases no les gusta oír o decir. Después, indícales que
harán una Ensalada de palabras; para ello, primero dales las instrucciones para hacer
su propia ensaladera con papiroflexia (ver anexo 6). Cuando esté terminada su
ensaladera, reparte a cada participante las tiras de papel e invítalos a escribir las frases
y palabras que a cada uno le gusta oír, decir y compartir.
Por último, reúne a los participantes y comenten qué les pareció la actividad.
ANEXOS
Anexo 1
Fichas de identificación
68
69
Anexo 2
Poesía:
1. Expresión artística de la belleza por medio de la palabra sujeta a medida y cadencia,
de donde resulta el verso.
2. Arte de componer obras poéticas.
3. Arte de componer versos y obras en verso.
4. Género de producciones del entendimiento humano cuyo fin inmediato es expresar lo
bello por medio del lenguaje.
5. Cierto indefinible encanto en personas, obras de arte, y aun en cosas de la
naturaleza física que halaga y suspende el ánimo, infundiéndole suave y puro deleite.
Poeta: La persona que compone obras poéticas y está dotado de las facultades
necesarias para componerlas. La persona que hace versos.
Metáfora: Tropo que consiste en trasladar el sentido recto de las voces en otro figurado
en virtud de una comparación tácita.
Anexo 3
La reinvención de la fauna
Mauricio Molina
Serpientes con pelo, felinos volantes, ostras con brazos, pájaros tortugas o monos
unicornios alados son algunos de los hallazgos más afortunados y sorprendentes de
Ameisenhaufen y von Kubert.
[…] La creación de seres imaginarios es un arte tan antiguo como el ser humano.
Innumerables pintores, poetas y novelistas han frecuentado este género de la invención
fantástica, basta con recordar las extrañas criaturas del Bosco, las pesadillas de Goya,
70
los insectos del País de las Maravillas de Lewis Carroll, la pelusa viviente de Franz
Kafka o los insuperables Alebrijes de Linares.
[…] Fontcuberta y Hormiguera conocen el poder germinal del Mito y saben que basta
con imaginar un ser extraño o increíble, habitante de una remota selva o playa, para
que su sombra comience a manchar las piedras, sus huellas se impriman en el lodo y
sus fósiles queden grabados en el polvo, dentro de la roca.
Alguna vez el ser humano soñó con estudiar la realidad; ha llegado la hora de
inventarla.
71
Anexo 4
72
73
Anexo 5
Doble laberinto
Dos laberintos se sobreponen en esta figura. Para resolver el primero, ingresa por la
flecha superior derecha y encuentra el camino que te permita salir por abajo SIN
ATRAVESAR PARED ALGUNA. No prestes atención a los círculos; aquí sólo juegan el papel
de estorbos visuales para complicar un poco más este juego tan sencillo.
En cambio, para resolver el segundo laberinto, deberás entrar por la flecha
superior izquierda y recorrerlo pasando únicamente sobre los círculos
(SIEMPRE EN HORIZONTAL Y VERTICAL) hasta salir por abajo. Ahora son las paredes lo que
no debes tomar en cuenta.
74
Anexo 6
Ensaladera
Tomado de Un, Dos, Tres por Mi/ La Jornada Ediciones, año III, número 68.
BIBLIOGRAFÍA
Bibliografía sugerida
863/H55/C37
Carrito de paletas. México: Libros del rincón, 1994. 127 p.
75
I/861.08M/L82/L82
La Luciérnaga. Antología para niños de la poesía mexicana contemporánea. México:
CIDCLI, 1983. 136 p.
861.08M/046/1979
Ómnibus de poesía mexicana. México: Siglo XXI, 1979. 693 p.
I/784.6/U56
Un navío, vío cargado de... México: Secretaría de Educación Pública, 1987.170 p.
I/784.6/V6
Volvamos a la palabra. México: Secretaría de Educación Pública/Consejo Nacional de
Fomento Educativo, 1989. 109 p. (Colección Libros del Rincón.)
I/790.13/A773
Así cuentan y juegan en los altos de Jalisco. México: Secretaría de Educación
Pública/Consejo Nacional de Fomento Educativo, 1990. 112 p. (Colección Libros del
Rincón.)
I/853/M34/P77
Malerba, Luigi. Pinocho con botas. México: Fondo de Cultura Económica, 1992. 63 p.
861M/H83/P63
Huerta, Efraín. Poesía: 1935-1968. México: Joaquín Mortiz/Secretaría de Educación
Pública, 1986. 225 p. (Lecturas Mexicanas; 54.)
861M/P37/P37
Paz, Octavio. Pasado en claro. México: Fondo de Cultura Económica, 1978. 44 p.
861M/P4/A52
Pellicer, Carlos. Antología breve. México: Fondo de Cultura Económica, 1994. 172 p.
861M/S13/N83
Sabines, Jaime. Nuevo recuento de poemas. México: Joaquín Mortiz, 1992. 305 p.
I/808.068/L368/M56
Lara, Magali. Mi nombre. México: Secretaría de Educación Pública/ Dirección General
de Publicaciones y Medios, 1986. 54 p.
I/853/R62
Rodari, Gianni. Cuentos para jugar. Barcelona: Salvat, 1987. 163 p.
I/861M/B37/M56
Bartolomé Hernán, Efraín. Mínima animalia. México: Centro de Información y Desarrollo
y la Literatura Infantiles/ Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1991. 20 p.
(Colección de versos.)
76
I/863M/B52/D37
Blanco, Alberto. También los insectos son perfectos. México: Dirección General de
Publicaciones, 1993. 20 p. (Colección Reloj de Versos.)
I/861/L28
Cajón de coplas. México: Secretaría de Educación Pública/ Consejo Nacional de
Fomento Educativo, 1993. 48 p. (Colección Libros del Rincón.)
Bibliografía complementaria
Peláez Goycochea, Ricardo. Breve catálogo de monstruos para colorear. México: 2007.
(Edición del Autor.)
77
El poeta de Piedra de Sol
AUTORES: Rocío del Pilar Correa Aguilar, Javier Ortiz Flores, Eduardo Ruiz
Javier, Noé Sandoval Porras y Rocío Villegas Albarrán
DIRIGIDO A: Jóvenes y adultos
DURACIÓN: 5 sesiones de 60 minutos
INTRODUCCIÓN
Hablar de Octavio Paz, es motivo de festejo, dada la importancia que este prolífico autor
tiene en el universo de la palabra escrita a nivel mundial, por ser mexicano y Premio
Nóbel de Literatura 1990.
Leer a Octavio Paz, es disfrutar de la palabra, enterarse del vasto conocimiento del
mundo, un ejemplo es su poema: Piedra de Sol compuesto por 584 endecasílabos.
Este número de versos es igual al de la revolución sinódica del planeta Venus, que es
de 584 días, tiempo que señalaba a los antiguos mexicanos la conjunción de Venus y el
Sol.
En virtud de que el 20 de abril de 2008 se cumplen 10 años de su fallecimiento, no
pedimos un minuto de silencio, sino muchos minutos de lectura, en recuerdo de Octavio
Paz.
OBJETIVO
78
SESIÓN 1
Los contemporáneos
Requerimientos
Elaboración de cinco preguntas del capítulo “Xavier se escribe con equis” del libro
Xavier Villaurrutia en persona y en obra (ver anexo 1), y un espacio amplio, hojas de
rotafolio y portarotafolio, cinta masking-tape, marcadores, tarjetas para gafetes, tira de
papel de 20 cm., de ancho por un metro de largo.
A modo de despedida, ofrece la lectura gratuita (lectura que se realiza sólo para
disfrutarla, a cambio de nada) de un fragmento de: Piedra de Sol de Octavio Paz (ver
bibliografía).
SESIÓN 2
Paz para los pintores
Requerimientos
Dos imágenes de obras de arte (pinturas, esculturas o fotografías), del volumen 6 de
Obras completas de Octavio Paz Los privilegios de la vista I Arte Moderno Universal, las
páginas, 271-272 “Apariciones y desapariciones de Remedios Varo”; páginas 323-325
“Cuatro Chopos”, página 326 “La Dulcinea de Marcel Duchamp”; página 327 “Mar Celo”;
páginas 328-330 “Fábula de Joan Miró” (ver bibliografía), hojas de rotafolio y
marcadores.
Después, forma dos equipos y proporciónales la imagen de una obra de arte (sin que el
otro equipo la vea), una hoja de rotafolio y marcadores. Cada equipo observará con
detenimiento la imagen que le tocó y anotará en una hoja carta los detalles que observe
de ésta, la cantidad de detalles deberá coincidir con el número de participantes que hay
en el equipo contrario, por ejemplo: si una de las imágenes es la Monalisa de Leonardo
Da Vinci, anotará: “su sonrisa es enigmática, las manos descansan a la altura del
vientre, las montañas se ven desde arriba, tiene el pelo largo y viste de negro” (cinco
detalles, cinco participantes). Posteriormente, cada equipo guardará su imagen, leerá
todo su listado de detalles y, uno a uno, los participantes del equipo contrario los
representarán a través de un dibujo colectivo. Sugiere a los equipos que pongan un
título a su creación. Al final, los equipos mostrarán su dibujo y lo compararán con la
imagen correspondiente.
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SESIÓN 3
Si me he de morir mañana, que me maten de una vez
Requerimientos
Hojas, lápices, pliegos de papel china de varios colores (uno por participante), hilo de
coser, pegamento, tres hojas de rotafolio o carteles de re-uso, tarjetas con frases del
capítulo “Todos santos, día de muertos” del libro El Laberinto de la Soledad de Octavio
Paz (ver anexo 3). En las tarjetas anota frases seleccionadas de este texto de tal
manera que, de un lado estén las frases y por el reverso estén ilustradas con las
imágenes de la lotería tradicional, del juego de mesa “UNO”o como fichas de dominó.
Posteriormente, entrega a cada participante una hoja y un lápiz. Pide a uno de ellos que
de lectura a la primera de las tarjetas del tema La celebración de los muertos (ver
anexo 3). Durante la lectura los participantes escribirán o dibujarán lo primero que les
sugiera el texto; de este modo, se procederá con las otras tarjetas. Por último, los
participantes compartirán sus escritos o dibujos, y harán comentarios.
81
Para concluir la sesión
Subraya los temas tratados en este capítulo: las circunstancias que están detrás de la
necesidad festiva en el mexicano y el trato íntimo pero sin sustancia con la muerte; en
ambas situaciones la soledad puede ser la misma, de ahí la invitación a conocer de
forma más cercana El Laberinto de la Soledad de Octavio Paz.
SESIÓN 4
Voy por tu cuerpo como por el mundo
Requerimientos
El libro Piedra de Sol de Octavio Paz y otros libros de la obra poética del autor (ver
bibliografía), hojas blancas de cartulina tamaño carta, una lista de verbos anotados en
una hoja de color rosa, otra de adjetivos en una hoja amarilla y otra de sustantivos en
una hoja verde. Recórtalos y júntalos por color.
A continuación, lleva a cabo un círculo de lectura para concluir con el poema Piedra de
Sol. Realiza con el grupo comentarios finales para resaltar las imágenes poéticas que
gustaron más.
SESIÓN 5
Las trampas de la fe
Requerimientos
El libro Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe de Octavio Paz, cuatro tramos
de papel kraft de 1.5 x 2 m, 10 frases relacionadas con la lectura, gises de colores y 40
alfabetos; cada uno en una cartulina tamaño carta. Recorta las letras y forma con ellas
grupos de 10 alfabetos, y guárdalos en una bolsa de plástico.
83
Para concluir la sesión
Organiza al grupo para hacer un graffiti. Para ello, pide a los equipos que escriban con
gis en el papel Kraft frases y dibujos que aludan al tema de la lectura. Dales un tiempo
considerable para que realicen esta actividad con entusiasmo y creatividad.
ANEXOS
Anexo 1
En los primeros días de enero de 1937 apareció un pequeño libro mío (Raíz del
hombre). Jorge Cuesta escribió un artículo y lo publicó en el número inicial de
Letras de México, la revista de Barreda. La nota de Cuesta no fue del agrado de
algunos de sus amigos, que veían de reojo mis poemas y mis opiniones políticas.
En ese mismo número de Letras de México, y en la misma página, apareció una
nota sin firma en la que se juzgaba severamente un poema mío. Supe más tarde
que había sido escrita por Bernardo Ortiz de Montellano. Un poco después Jorge me
invitó a una comida y mencionó, sin explicaciones, que asistirían otros amigos
suyos. Acepté y quedamos en que pasaría a recogerlo en su oficina. Era químico
de una compañía azucarera que estaba, si no recuerdo mal, entre Gante y 16 de
Septiembre. Cuando llegué, me encontré en la antesala con Xavier Villaurrutia. Me
dijo que él y Cuesta me llevarían a la comida y me dio los nombres de los otros
asistentes: el grupo de Contemporáneos en pleno. De pronto me di cuenta de que
se me había invitado a una suerte de ceremonia de iniciación. Mejor dicho, a un
examen: yo iba a ser el examinado y Xavier y Jorge mis padrinos.
Un taxi nos llevó a un restaurante que estaba frente a una de las entradas del
Bosque de Chapultepec, cerca del mercado de flores: El Cisne. Recuerdo muy
bien a los asistentes: Ortiz de Montellano, José y Celestino Gorostiza, Samuel
Ramos, Octavio G. Barreda, Jaime Torres Bodet, Enrique González Rojo, Elias
Nandino y el Abate Mendoza. Tres ausentes: Pellicer, Novo y Owen. (Este último
vivía en Colombia.) Se habló de las opuestas ideas de Goethe y Valéry acerca de la
traducción poética, pero, sobre todo, se habló de Gide, el comunismo y los
escritores. Eran los días de la guerra civil en España. Todos ellos eran
partidarios de la República; todos, también, estaban en contra del engagement de
los escritores y aborrecían el "realismo socialista", proclamado en esos años como
doctrina estética de los comunistas. Me interrogaron largamente sobre la
contradicción que les parecía advenir entre mis opiniones políticas y mis gustos
poéticos. Les respondí como pude. Si mi dialéctica no los convenció, debe haberlos
impresionado mi sinceridad pues me invitaron a sus comidas mensuales. No pude
84
volver a esas reuniones: al poco tiempo dejé México por una larga temporada —
primero estuve en Yucatán y más tarde en España. Mi trato con Villaurrutia volvió a
interrumpirse.
Salíamos del Café París a la ya desde entonces inhospitalaria ciudad de México con
una suerte de taquicardia, no sé si por el exceso de cafeína o por la angustia que
todos, en mayor o menor grado, padecíamos. A veces, con Moreno Villa y León Felipe o
con Barreda, Xavier y José Luis Martínez —recién llegado de Guadalajara—
paseábamos por la ciudad. Mientras Barreda anunciaba la muerte inminente de la
literatura, Xavier imperturbable continuaba hablando de los poemas franceses de
Rilke o, ante la cólera de León Felipe, de Whitman como poeta para boy scouts.
Anochecía, los amigos se dispersaban y todas aquellas palabras inteligentes,
apasionadas o irónicas se volvían un poco de aire disipado al doblar una esquina. Yo
sentía que caminaba entre ruinas y que los transeúntes eran fantasmas. De esos años
son los sonetos que llamé Crepúsculos de la ciudad en homenaje y réplica a Lugones
pero, asimismo, a Xavier Villaurrutia:
85
Yazgo a mis pies, me miro en el acero
de la piedra gastada y del asfalto:
pisan opacos muertos maquinales
no mi sombra, mi cuerpo verdadero.
Laurel provocó reacciones aún más violentas que El Hijo Pródigo pero no es ésta la
ocasión para contar la historia de ese escándalo. A mí se me ocurrió la idea de
hacer la antología. Con ella quería mostrar la continuidad y la unidad de la poesía de
nuestra lengua. Era un acto de fe. Creía (y creo) que una tradición poética no se
define por el concepto político de nacionalidad sino por la lengua y por las relaciones
que se tejen entre los estilos y los creadores. Es curioso, tanto a la generación de
Xavier como a la mía, a pesar de haber profesado la doctrina del cambio y la
ruptura —¿o por eso mismo?— nos preocupó siempre la idea de continuidad. Hablé
con Bergamín, que era el director de la editorial Séneca, le propuse el libro y le dije que
yo no podría hacerlo solo. Aceptó inmediatamente mi idea y me preguntó si había
pensado en algún colaborador. No, no había pensado pero allí mismo se me ocurrió el
nombre de Villaurrutia. También lo aceptó y enseguida sugirió los nombres de dos
poetas españoles: Emilio Prados y Juan Gil Albert. Dos generaciones de españoles
y mexicanos: Villaurrutia/Prados y Gil Albert/Paz.
Desde el principio Xavier dirigió nuestros trabajos. Todas las tardes Xavier y yo
nos veíamos, a veces en la Biblioteca Iberoamericana que estaba en la calle de
Luis González Obregón y otras en la Editorial Séneca. El trabajo consistió, primero,
en escoger a los poetas que deberían figurar en la antología y, después, en elegir
los poemas y escribir las notas biográficas y bibliográficas, Emilio Prados no
asistía a las reuniones. Su colaboración se limitó a la selección de sus propios
poemas. Gil Albert estaba lleno de buena voluntad pero conocía apenas la poesía
hispanoamericana, de modo que no pudo ayudarnos mucho en la selección de los
86
poetas nacidos en América. En cambio, sí participó en la selección de los poetas
españoles y en la de los poemas.
A fines de 1943 dejé, por muchos años, México. Al principio Barreda y algunos
otros amigos me escribieron. Después, nada. El gran silencio mexicano. De vez en
cuando tenía noticias de Xavier, nunca directamente. Pero en 1949 publiqué
Libertad bajo palabra y le envié un ejemplar. A los pocos meses recibí Canto a la
primavera y otros poemas con una dedicatoria tan efusiva y generosa que todavía
me conmueve. Entre las cosas buenas que me han ocurrido se encuentran esas
líneas de Xavier. Pero a lo bueno siempre sucede lo malo. Una mañana de
1950 me encontré, en la Embajada de México en París, a Rufino Tamayo. Me
saludó serio y me dijo: "¿Sabes la noticia? Murió Xavier Villaurrutia". Como
ocurre con frecuencia en esos casos, oí las palabras de Rufino sin oírlas. No
sentí nada. Unas horas después, ya a solas, me di cuenta de lo que significaban
realmente. Pero hago mal en hablar de significación: la muerte no la tiene y esto
es lo que nos deja indefensos ante ella. No podemos decir nada frente a la que
dice nada. La muerte es la in-significación universal, la gran refutación de
nuestros lenguajes y nuestras razones.
Durante algunos años vi a Xavier dos o tres veces por semana. ¿Fui su amigo?
Jamás nos tuteamos, nunca me invitó a su casa y él estuvo en la mía apenas
dos o tres veces. Hablamos mucho y nada supe de su vida íntima ni él de la
mía. Aunque era afrancesado, su reserva era española o, más exactamente,
hispanoárabe. Es difícil que un musulmán nos invite a su casa. Lo mismo
sucede (o sucedía) en España: los amigos se ven en el café. Guillermo de Torre
cuenta su asombro y el de los jóvenes poetas españoles de entonces cuando
Vicente Huidobro, durante su estancia en Madrid, en 1918, los invitó a su casa y
los presentó con su mujer. La reserva de Xavier contrastaba con la jactancia de
Novo. Mientras Novo liaría una suerte de ostentación de sus inclinaciones sexuales,
Xavier defendía su vida privada. No creo que fuese hipocresía. No se ocultaba y
era capaz de hacer frente a la condenación pública. Era discreto lo mismo en la
vida real que en la literatura; su amor por las formas se reflejaba tanto en su
manera de vestir como en sus endecasílabos. Pecado mortal: el brillo excesivo.
Mi relación con Xavier fue, como la que mantuve con Cuesta, de índole intelectual.
Mejor dicho: literaria. A Xavier no le interesaban tanto las ideas como a Cuesta y
a mí. Sentía una invencible desconfianza ante todas las teorías, los sistemas y las
escuelas. El horror que experimentaba ante el marxismo, el tomismo y otros
sistemas se mitigaba y volvía impaciencia e ironía frente a escuelas y movimientos
poéticos como el surrealismo. No era un hombre de ideas: era un hombre
extraordinariamente inteligente que, por escepticismo, había decidido poner su
inteligencia al servicio de su sensibilidad. No quiso pensar ni juzgar sino ahondar con
lucidez en sus sensaciones y sentimientos. Voluntaria limitación que le dio, ya que
no la verdadera riqueza espiritual, sí algo esencial y que no es fácil condensar en
una frase. Al inclinarse sobre la complejidad de las sensaciones y las pasiones,
descubrió que hay corredores secretos entre el sueño y la vigilia, el amor y el odio,
la ausencia y la presencia. Lo mejor de su obra es una exploración de esos
corredores.
88
Su escepticismo no sólo era hijo de la reflexión sino de su temperamento. Huía de los
extremos y estaba fascinado por ellos. Continua oscilación entre estados de ánimo
intensos y eléctricos, rozando con la exasperación, y otros de postración, inercia o
indiferencia. Irritabilidad y melancolía, breves estallidos y letargos prolongados.
Desasosiego, no sentirse firme en ninguna parte, pegar un salto e instalarse en una
paradoja, habitar una afirmación suspendida sobre el vacío: no la duda intelectual sino
la zozobra vital. Su descripción de la poesía de López Velarde le conviene
admirablemente. No a su obra: a su temperamento.
La actitud de Xavier y sus amigos no era sino lo que hoy llamamos exilio interior. ¿A
cuántos escritores no ha condenado México a ese destierro en su propia tierra?
Alfonso Reyes, después de muchos años de ausencia, vuelve a su colegio de San
Ildefonso —que fue también el de Xavier y el mío— y dice al recordarse:
La visión que tenía Eliot de la ciudad no sólo era distinta sino opuesta a la de
Apollinaire pero en ella también aparece la gente y, de nuevo, lo real es irreal,
real lo irreal:
Unreal City
Under the brown fog of a winter noon
Mr. Eugenides, the Smyrna merchant.
90
trabajaban no en Educación Pública sino en Relaciones Exteriores y en otros
ministerios. Cuesta comenzó a colaborar en El Universal y los otros en distintas
revistas. Pero Examen fue su última empresa común. Asimismo, fue la más lúcida
y rigurosa. Las revistas que sucedieron a Examen fueron órganos de grupos más
jóvenes (Taller, Tierra Nueva) o publicaciones eclécticas (Letras de México).
Jorge Cuesta señaló que la crítica era el rasgo distintivo de su grupo: "casi todos, si
no puede decirse que son críticos, han adoptado una actitud crítica". Sin embargo, con
las excepciones ya mencionadas —la de Cuesta y, a medias, la de Ramos— fue
una generación que no practicó la crítica en los dos campos en donde más la
necesitamos: el de la moral y el de la política. Novo fue un satírico brillante y
venal; los otros prefirieron, en silencio, la acción y la burocracia. Pero hay un
aspecto positivo en su actitud. El Estado mexicano no sólo representa a la nación más
acentuadamente que en otros países sino que no es exagerado afirmar que el México
moderno, en gran escala, ha sido una creación suya. El agente de la evolución
histórica y social de México no ha sido, hasta fechas recientes, la burguesía sino el
Estado. En una sociedad como la nuestra es natural que los mejores aspiren a ser
servidores públicos. Torres Bodet y José Gorostiza ocuparon altos puestos y los dos
contribuyeron a la edificación del moderno Estado mexicano. La vocación de Torres
Bodet fue siempre la de un gran commis de l'Etat, una suerte de Colbert sin Luis XIV,
91
o más bien con ese Luis XIV sintético que es el Señor Presidente en turno. El día en
que se escriba la historia de la política internacional de México en el período
contemporáneo se descubrirá la enorme influencia que ejerció José Gorostiza. Una
influencia que no se tradujo en poder político pues se limitó a las ideas y a la
estrategia. Fue un verdadero consejero de príncipes, más en la tradición de Confucio
que en la de Maquiavelo.
Como todos los artistas y escritores —es decir: como todos los hombres dotados de
sensibilidad, inteligencia, fantasía— los Contemporáneos se ajustaban difícilmente a
las convenciones y exigencias sociales, especialmente a las que impone la
sociedad burguesa, más rígida e hipócrita que las antiguas sociedades aristocráticas.
Pero una cosa es la originalidad y aun la excentricidad en la conducta o en las
opiniones y otra la crítica de una sociedad. Singularmente tímidos en materia de
filosofía y de política, no se les puede llamar ni revolucionarios ni conservadores.
Sería inútil buscar en su obra o en su vida declaraciones, ideas o actitudes como las
de los surrealistas franceses o como las de Pound y Eliot. Las excepciones fueron
Cuesta y Pellicer. Aunque Cuesta fue un agudo polemista político, no tuvo tiempo de
integrar y articular sus ideas: dejó un puñado de afirmaciones y negaciones originales
pero dispersas. Pellicer fue un poeta extraordinario; en cuanto a sus convicciones
antimperialistas y antifascistas: nos impresionan, como sus creencias religiosas, por
su sinceridad, no por su rigor intelectual. Fue un hombre de fe, no un crítico. No
es un misterio la homosexualidad de algunos de los Contemporáneos (Novo, Pellicer,
Villaurrutia). Fueron honrados consigo mismos y se enfrentaron con entereza y aun con
humor a la intolerancia. Sin embargo, no se encuentra en sus escritos la
independencia moral y la coherencia intelectual de un Gide o la rebeldía de un
Cernuda.
Anexo 2
96
Apariciones y desapariciones de Remedios Varo
Con la misma violencia invisible del viento al dispersar las nubes pero con mayor
delicadeza, como si pintase con la mirada y no con las manos, Remedios despeja la tela
y sobre su superficie transparente acumula claridades.
Las apariencias son las sombras de los arquetipos: Remedios no inventa, recuerda.
Sólo que esas apariencias no se parecen a nada ni a nadie.
Cabellos de la mujer -cuerdas del arpa- cabellos del sol -cuerdas de la guitarra. El
mundo visto como música: oíd las líneas de Remedios.
Raíces, follajes, rayos astrales, cabellos, pelos de la barba, espirales del sonido: hilos
de muerte, hilos de vida, hilos de tiempo. La trama se teje y desteje: irreal lo que
llamamos vida, irreal lo que llamamos muerte -sólo es real la tela. Remedios antiparca.
Delhi, 1965
Publicado en Corriente alterna, México, Siglo XXI, 1967.
97
Fábula de Joan Miró
El rojo abrió los ojos, el negro dijo algo incomprensible y el azul se levantó.
El viento dio vuelta a la página del llano, alzó la cara y dijo, ¿pero dónde anda Joan
Miró?
Estaba ahí desde el principio y el viento no lo veía:
Miró era una mirada transparente por donde entraban y salían atareados
abecedarios.
No eran letras las que entraban y salían por los túneles del ojo:
eran cosas vivas que se juntaban y se dividían, se abrazaban y se mordían
y se dispersaban,
corrían por toda la página en hileras animadas y multicolores, tenían cuernos y
rabos,
unas estaban cubiertas de escamas, otras de plumas, otras andaban en cueros,
y las palabras que formaban eran palpables, audibles y comestibles pero
impronunciables:
no eran letras sino sensaciones, no eran sensaciones sino transfiguraciones.
¿Y todo esto para qué? Para trazar una línea en la celda de un solitario,
para iluminar con un girasol la cabeza de luna del campesino,
para recibir a la noche que viene con personajes acules y pájaros de fiesta,
para saludar a la muerte con una salva de geranios,
para decirle buenos días al día que llega sin jamás preguntarle de dónde viene y
adonde va,
para recordar que la cascada es una muchacha que baja las escaleras muerta de risa,
para ver al sol y a sus planetas meciéndose en el trapecio del horizonte,
para aprender a mirar y para que las cosas nos miren y entren y salgan por nuestras
miradas,
abecedarios vivientes que echan raíces, suben, florecen, estallan, vuelan, se disipan,
caen.
Las miradas son semillas, mirar es sembrar, Miró trabaja como un jardinero
y con sus siete manos traza incansable -círculo y rabo, ¡oh! y ¡ahí la gran
exclamación con que todos los días comienza el mundo.
Publicado en Corriente alterna, México, Siglo XXI, 1967.
99
Marcel Duchamp, Retrato o Dulcinea, 1911
A Eulalia Ferré
-Metafísica estáis.
-Hago strip-tease.
Mar Celo
A Marcel Duchamp
Marcelo
mar de cielo
cielo del campo
maricel y campocel
invisible
mente de vidrio
vidrio demente
Aparece desaparece
tejida de miradas
destejida en deseos
desvestida desvanecida
La Novia
Dulcinea inoxidable
Cascada polifásica
Molino de refranes
Aspa de reflejos
La Novia
tu creatura y tu creadora
tú la miras del otro lado del vidrio
del otro lado del tiempo
Marcelo
eras la mirada
eros tu mirada
lámpara encendida en pleno día
101
Claude Monet, Los chopos, 1891
Cuatro chopos
A Claude Monet
Aspirados
102
por la altura vacía y allá abajo,
en un charco hecho cielo, duplicados,
los cuatro son un solo chopo
y son ninguno.
Nota: Las imágenes de este anexo se pueden ver en las siguientes páginas: 272,273 y
Anexo 3
104
Todo se conjugaba para determinar, desde el nacimiento, la vida y la muerte de
cada hombre: la clase social, el año, el lugar, el día, la hora...
Nacer un día cualquiera era pertenecer a un espacio, a un tiempo, a un color y a un
destino.
Religión y destino regían su vida, como moral y libertad presiden la nuestra.
Para los antiguos aztecas lo esencial era asegurar la continuidad de la creación, el
sacrificio entrañaba la salud cósmica.
Cada uno de nosotros es el hombre, y en cada uno están depositadas las
esperanzas y posibilidades de la especie. La redención es personal.
Nadie cuenta con ella, todo lo suprime: los discursos políticos, los anuncios de los
comerciantes, la moral pública...
El mexicano la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja, es uno de
sus juguetes favoritos y su amor permanente.
Vida y muerte son inseparables y cada vez que la primera pierde significado, la
segunda se vuelve intrascendente.
Así pues nuestras relaciones con la muerte son íntimas pero desprovistas de
erotismo.
La muerte mexicana es estéril, no engendra como la de los aztecas y cristianos.
Anexo 4
Niña solitaria, niña que juega sola, niña que se pierde en sí misma. Sobre todo: niña
curiosa. Ése fue su signo y su sino: la curiosidad. Curiosa del mundo y curiosa de sí
misma, de lo que pasa en el mundo y de lo que pasa dentro de ella. La curiosidad
pronto se transformó en pasión intelectual: el ¿qué es? y el ¿cómo es? fueron preguntas
que se repitió durante toda su vida. En la Respuesta a sor Filotea de la Cruz refiere:
Desde el principio la curiosidad intelectual fue su gran pasión. Mejor dicho: desde el
principio la curiosidad intelectual fue la sublimación de la gran pasión. En la misma
Respuesta refiere que a los tres años obtuvo, no sin engaños y ruegos, que la maestra
de una de sus hermanas mayores le diese lecciones. Allí también nos cuenta que no
comía queso porque le habían dicho que entontecía; podía más en ella «el deseo de
saber que el de comer». A los seis o siete años ya sabía leer y escribir. Entonces se le
ocurrió pedir a su madre que la enviase a la Universidad vestida de hombre. Ante la
previsible negativa, se consoló estudiando y leyendo en la biblioteca de su abuelo. Para
aprender gramática, se cortaba cinco o seis dedos de pelo y se los volvía a cortar si, en
un plazo que ella misma se fijaba, no había aprendido la lección: no le parecía que
«estuviese vestida de cabellos cabeza que estaba tan desnuda de noticias».
La separación entre sus padres y la aparición de un nuevo amante, Diego Ruiz Lozano,
debe haberla afectado profundamente. Así, la primera pregunta que debemos hacernos
es la siguiente: ¿cuál fue la índole de su relación con Pedro Manuel de Asbaje? Si es
imposible contestar enteramente a esta pregunta, no lo es darle una respuesta que tenga
ciertos visos de verosimilitud. ¿Conoció a su padre? Ya dije que la duda es lícita. No
parece verosímil que Asbaje haya vivido maritalmente, en la misma casa de los padres
de Isabel, con ella y sus hijas. En todo caso, Juana Inés dejó de verlo, si es que llegó a
conocerlo, cuando sobrevino la separación entre Pedro Manuel de Asbaje e Isabel
Ramírez.
Todas estas circunstancias me inclinan a creer que el vínculo entre Juana Inés y su
padre fue inexistente. Mejor dicho, esa relación fue análoga a la que nos une con los
ausentes: fue una relación imaginaria. Las relaciones con los ausentes están a la
merced de nuestra subjetividad: el ausente es una proyección de nuestros deseos,
odios y temores. Experimentamos la ausencia como vacío pero es un vacío que
llenamos con nuestras imaginaciones. ¿Cuál era la imagen que se hacía Juana Inés
de su padre? La proyección infantil de la imagen paternal, en sí misma compleja, debe
haber sido en ella singularmente complicada y contradictoria. Tres figuras se
mezclaban, sin duda, en su imagen de la paternidad: la del padre biológico Pedro
Manuel de Asbaje; la de su substituto y rival, Diego Ruiz Lozano; y la del abuelo, con
el que vivió y al que, casi seguramente, consideraba como su verdadero padre. Pero
el abuelo murió en 1656, cuando ella tenía ocho años. Por otra parte, justamente
porque en su casa debe haberse hablado poco de Asbaje, ella y sus hermanas sin
duda tenían una idea más bien fantástica de su figura. Ya mujer, Juana Inés no habló
nunca de él salvo de manera indirecta y para referirse a su estirpe vascongada. De
todos modos, es imposible que la imagen legendaria del padre no haya estado teñida
de rencor por su abandono. Rencor y, probablemente, secreta y despechada
admiración.
Es difícil que Juana Inés no supiese que Pedro Manuel de Asbaje era un ausente que
nunca regresaría. Ahora bien, la ausencia definitiva, irrevocable, es la de los muertos.
Tal vez, antes de la muerte física de Asbaje -ocurrida antes de 1669, o sea con
anterioridad a la toma de velo2- ella lo mató y enterró simbólicamente. Matar en
sueños al que queremos y que nos ha dejado es una compensación frecuente entre
los niños y los enamorados. Con esto quiero decir que el padre no sólo fue un
ausente sino un fantasma para Juana Inés. Sus poemas amorosos no giran nunca en
torno a la presencia del amado sino de una imagen, forma fantástica ceñida por la
memoria o el deseo. La persona querida aparece como un ser de humo, una sombra
esculpida por la mente. A veces, esa sombra es la de un muerto. Un ejemplo notable
de esta última situación son las liras (213), justamente famosas, en las que una mujer
llora la ausencia de su marido difunto. En ese poema sor Juana representa el papel
de viuda con una convicción que va más allá de la retórica barroca. El tema la
fascinaba: hay otro poema, unas endechas (78) no menos apasionadas que las liras,
en que «expresa con expresiones aún más vivas el sentimiento que padece una mujer
amante de su marido muerto».
No es fácil conocer los sentimientos que le inspiraba Diego Ruiz Lozano. No eran,
seguramente, menos complejos que los que sentía ante el fantasmal Asbaje. Sólo
que si la nota distintiva de su relación con este último fue la ausencia, la que le unía a
Ruiz Lozano fue más bien la contraria: Asbaje era un espectro, Ruiz Lozano un ser de
carne y hueso. El nuevo amante debe haber sido visto por Juana Inés como un
entrometido y un usurpador. En su mitología infantil las dos figuras antagónicas, pero
complementarias, en que cristalizó la virilidad fueron el padre y el padrastro, el
fantasma y el intruso. La primera fue realidad sin cuerpo: humo que se deshace
entre los dedos. El fantasma es intocable: la indiferencia del padre ausente culmina
en la inaccesibilidad del espectro. La segunda fue, sobre todo, una presencia física,
un cuerpo extraño que ocupa y profana los espacios reservados al jefe de la casa.
Esos espacios son, simultáneamente, sagrados e íntimos: el sillón de la sala, la
cabecera de la mesa, el lecho conyugal. La presencia extraña es la expresión palpable
del poder en su forma más desnuda e ilegítima: la usurpación.
Aquí debo arriesgar una hipótesis que, aunque inverificable, me parece que posee
una fuerte dosis de realidad: Ruiz Lozano desempeñó una función compensatoria en
la dialéctica de la culpa y el castigo. La tiranía del padrastro fue la punición por la
108
muerte simbólica del padre. La virilidad fantasmal encarna en Ruiz Lozano pero la
forma corporal que asume es la de la agresión. Se trata, de nuevo, de una imagen; el
agresor no es el individuo real que fue Diego Ruiz Lozano sino una figura creada
por el sentimiento de culpa de Juana Inés.
Las relaciones reales existentes entre ella y su padrastro, por lo demás, no deben
haber sido tan malas. Ya señalé que en 1672 Diego Ruiz Lozano depositó a sus dos
hijas -Antonia, de catorce años, e Inés, de trece- en el convento de San Jerónimo,
para «quitarlas de los riesgos del siglo» y para que «estén en compañía de la madre
Juana Inés de la Cruz, prima [sic] de las susodichas». En su declaración Diego Ruiz
Lozano se comprometía a pagar su alimentación, «el pisaje» y, «llegado el caso», los
tres mil pesos de la dote de cada una. Ninguna de las dos profesó. Pero una cosa son
las relaciones reales de Juana Inés con Diego Ruiz Lozano, sobre todo en la edad
madura, y otra los ambiguos sentimientos e imágenes que la misma persona debe
haberle inspirado durante su infancia.
El fantasma que ronda entre sus pensamientos y el intruso que domina la casa son
figuras estrechamente ligadas a la madre y, por lo tanto, a ella misma. La relación con
su madre -la más compleja y la más difícil de penetrar- debe haber estado
determinada por la oposición entre las dos imágenes masculinas, la del fantasma y la
del intruso. La madre compensa la ausencia no con la imaginación sino con otra
presencia. Esa presencia no es la de la usurpación ni la inestabilidad: es la
permanencia y la fijeza. La madre encarna una suerte de legitimidad, no jurídica sino
terrestre, carnal. Es la casa, la tierra. Sus poderes se ejercen en un reino opuesto a
aquel en que Juana Inés despliega los suyos: no el mundo del sueño y sus espectros
sino el de la realidad real. La madre es la señora de la realidad. Quizá Juana Inés
sintió por ella una suerte de repulsión amorosa, esa fascinación que sienten a veces
los temperamentos intelectuales e introvertidos por las naturalezas poderosamente
animales. Una fascinación que no excluye el horror. Aunque su vida fue la negación de
la vida de su madre, ¿cómo no ver que se trata de un homenaje oblicuo? Para
comprender la contradictoria relación que casi seguramente unió a Juana Inés con
su madre -admiración, celos, piedad, despecho- hay que verla como ella la vio de
niña: en el centro de la casa, a un tiempo reina y escándalo de su familia. Mundo de
pasiones fuertes y de individuos débiles. En esa constelación afectiva, regida por
vientos contrarios, la madre es el imán que atrae todas las voluntades y que las
109
neutraliza o las desencadena: la señora del rayo y de la calma.
Juana Inés está entre el fantasma del padre, la presencia del padrastro y la realidad
enorme, terrestre, de la madre. Es una realidad que funde los opuestos. No los funde
espiritualmente sino física, carnalmente. La vida y la obra de Juana Inés será una
tentativa por transponer esta fusión carnal a la esfera del espíritu y transmutarla.
Alquimia en la que el arte será el fuego de la tradición. En sus poemas, al referirse a
sus obras literarias, habla con frecuencia de sus partos y abortos; en el Epinicio al
conde de Galve alude a la pitonisa de Delfos en términos realmente extraordinarios:
«aunque virgen, preñada de conceptos divinos». La imagen es un retrato de la misma
sor Juana que, a su vez, se presenta como una sublimación de la figura maternal.
El conceptismo le sirve admirablemente para este género de paradojas; por ellas se
logra el prodigio de que «frenética sea la cordura». La trasgresión del orden lógico
produce una nueva realidad espiritual, el concepto. Trasgresión intelectual no menos
portentosa que la trasgresión carnal de su madre. Sor Juana es soltera y fecunda
como su madre: una engendra criaturas mortales y las otras criaturas mentales.
El otro vínculo con los poderes masculinos está representado por el abuelo. Es el
substituto del padre. Sor Juana cuenta en la Respuesta a sor Pilotea de la Cruz que
vivió de niña con su madre y su abuelo. Pedro Ramírez pasó los últimos años de su
vida en la hacienda de Panoayán; a su muerte, en 1656, cuando Juana Inés tenía
ocho años, Isabel Ramírez heredó la propiedad. La escuela en que Juana Inés
aprendió a leer y escribir -«una de las que llaman Amigas»- estaba en Amecameca,
a unos dos o tres kilómetros de Panoayán. El abuelo era persona amante de los libros
y de cultura. El erudito librero Demetrio García descubrió un ejemplar de una
antología de poetas latinos de Octaviano de la Mirándola, editada en Lyon, en 1590
(Illustrium Poetarum Flores). El ejemplar había pertenecido primero a Pedro Ramírez
y después a Juana Inés. Ermilo Abreu Gómez examinó el volumen y dice que en la
primera página aparece la firma de la poetisa: «JHS de Juana Inés de la Cruz, la
peor», fórmula de autohumillación que figura también en una página del Libro de
profesiones del convento de San Jerónimo: «Yo, la peor del mundo, Juana Inés de la
Cruz». En la portada aparece el nombre de Ramírez. Abundan las apostillas, que no
son de la misma mano:
cuando menos dos personas las han escrito... Las inscripciones principales
denuncian curiosísimas noticias, unas eruditas y otras personales; puede
concluirse que su autor era diestro en las literaturas clásicas... Por algunas
anotaciones se conoce que el tal Ramírez era casado y de calidad social...
Otras inscripciones denuncian los años en que el volumen fue manejado
(1646-1652), lo cual ayuda a pensar que efectivamente pudo pertenecer al
abuelo de la monja... I.
I Ermilo Abreu Gómez, Sor Juana Inés de la Cruz. Bibliografía y biblioteca, México, 1934-
Los libros del abuelo le abrieron las puertas de un mundo distinto al de su casa. Un
mundo al que no podían entrar ni su madre ni sus otras hermanas: un mundo
masculino. Recinto cerrado a la mayoría de los hombres y al que ni Diego Ruiz
Lozano ni su padre podían penetrar. Mundo de clérigos, letrados y ancianos donde
desaparecía o se transformaba la agresividad de la sexualidad masculina. La función
de los libros era triple: compensación por la doble falta original, la del nacimiento
ilegítimo y la ausencia de padre; substitución de la presencia dominante del intruso
Diego Ruiz, sexualidad agresiva que engendra criaturas mortales, por los libros que
son sexualidad pacificada y depurada, tiempo que ya no transcurre ni envejece,
tiempo que no muere; sublimación de la sexualidad viril por una virilidad asexuada,
desencarnada e ideal. La sublimación por la cultura resolvió transitoriamente su
conflicto. El costo fue grande: las letras -los signos de las cosas- substituyeron a las
cosas. Desde entonces Juana Inés vivió en un mundo de signos y ella misma, según
se ve en sus retratos, se convierte más y más en un signo. ¿Qué dice ese signo? Ésta
es la pregunta que ella no cesó de hacerse hasta su muerte y a la que este libro
pretende dar una respuesta.
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padre. Por último, en sus significados afectivos son homólogos porque celda y
biblioteca hunden sus raíces en la misma tierra del deseo infantil.
Las metáforas populares son de una exactitud infalible: si deseamos a una persona
decimos que «nos la bebemos con los ojos». El desplazamiento de la boca a los ojos
como órganos del deseo es una de las manifestaciones del proceso vital; la expresión
«beber con los ojos» por su plasticidad y energía es una metáfora que no sólo evoca
sino que convoca la situación original. A su vez, la lectura es una metáfora de esa
metáfora: el lector bebe con los ojos la leche de la sabiduría y restablece,
precariamente, en la esfera de la imaginación y el pensamiento, la rota unidad entre
el sujeto y el objeto. El lector pone entre paréntesis su conciencia y se interna en un
mundo desconocido. ¿Va en busca de sí mismo? Más bien va en busca del lugar del
que fue arrancado. Toda lectura, incluso la que termina en desacuerdo o en bostezo,
comienza como una tentativa de reconciliación. Por más ávido de novedades que sea
el lector, lo que busca obscuramente es el reconocimiento, el lugar de origen.
112
hace del cosmos un inmenso cuerpo femenino, se alía estrechamente otra: las
estrellas y las constelaciones se asocian y combinan en el espacio celeste y así trazan
figuras, signos y formas. La leche primordial se transforma en un vocabulario, el cielo
estrellado en un lenguaje. La leche estelar es destino y las figuras que dibujan los
astros son las de nuestra historia. La leche es vida y es conocimiento. Vieja como la
astrología, esta metáfora ha marcado a nuestra civilización: signum, es señal celeste,
constelación; también es sino: destino. Los signos son sinos y las frases que escriben
las estrellas son la historia de los hombres: los signos estelares son la leche que
mamamos de niños y esa leche contiene todo lo que somos y seremos.
como Hércules era ilegítimo, y bastardo, por ser hijo del dios Júpiter y de
Alcmena, mujer de Anfitrión, y por el consiguiente menguada y a medias
la divinidad, y donde algo falta, se dice no estar todo cumplido, sino
defectuoso... pues quiso su padre hacerle legítimo y dios entero,
añadiéndole la divinidad que le faltaba... y para contarle Júpiter en el
número de los dioses, sin que para ello le faltase cosa alguna, aguardó que
un día estuviese dormida su mujer Juno y encomendó a la diosa Palas
trajese al niño dormido a que mamara de la dormida diosa y tomándola el
pecho no tan sosegadamente como era menester, despertó la diosa y
como viese el hurto que se hacía de su leche, apartóse muy enojada y
ofendida, y como sacase el pecho de la boca del niño, derramóse la leche
por el cielo y cuajándose y congelándose se hizo aquella Vía Láctea1.
Las gotas de la leche estelar son sílabas que escriben nuestro destino. En las sílabas
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de esas constelaciones San Agustín y Freud han leído los signos del deseo y la
aniquilación: endiosamiento del yo y fascinación por la nada, perdición y muerte.
Pero la lectura de esos signos nos da, ya que no la dicha -no podemos regresar al
estado paradisíaco prenatal ni ascender, como Hércules, a la inmortalidad- sí la única
libertad a nuestro alcance: la del autoconocimiento. Sor Juana lee en su celda-matriz-
biblioteca y esa lectura es una liberación de su sino. La clausura se transforma en un
universo de signos y el claustro se abre hacia un espacio sin fronteras: el cielo.
Espacio palpitante y poblado de signos: las constelaciones son letras y las letras
forman una intrincada red de caminos y senderos, dédalos y espirales. La lectura
es peregrinación, un «ir hacia...». El lector no sólo descifra las letras sino que camina
por los senderos que traza la escritura. Al caminarlos, sale del claustro que lo
encierra y vaga por los espacios libres. La lectura es libertad y el lector, al leer,
reinventa aquello mismo que lee; participa así en la creación universal. O como dice
sor Juana en una línea resplandeciente: Sílabas las estrellas compongan. Las estrellas
componen frases pero es ella la que las escribe. El regreso a la infancia se resuelve
en trascendencia de la situación infantil y el narcisismo se disuelve en la autocrítica
por el conocimiento. La celda-biblioteca consuma la infancia y, al mismo tiempo, la
exorciza.
La elección de Faetón como modelo está hecha del mismo tejido en el que es imposible
distinguir entre lo personal y lo social, la libertad y la fatalidad. Faetón es, como ella,
un bastardo, hijo de Apolo y de la ninfa Climene. Pero el tema de la honra y de la
tentativa de Faetón por repararla con su acto temerario, que impresionó a
Villamediana, no es el de sor Juana, aunque esta circunstancia no pudo ser ajena a su
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elección del joven héroe como arquetipo. A ella le apasiona la figura por ser una
transposición, en el mundo mítico, de su situación infantil y aun de su vida entera. El
saber es osadía, violencia: la biblioteca se transforma en un espacio abierto, como ese
cielo mental de su gran poema, desde cuyas alturas se desploma el joven sacrílego
fulminado por Zeus. El cielo y su homólogo: la página donde las letras del poema son
constelaciones, se convierten en campos de batalla. La figura de Faetón cayendo
desde la altura, imagen de uno de los momentos más intensos y menos abstractos de
Primero sueño, es una metáfora de la situación original: la osadía que atrae las
amonestaciones de los mayores. La situación se repite al final de su vida: esa misma
osadía es la causa del castigo de los superiores. El fantasma del abuelo reaparece en
Apolo, Zeus y su rayo en los rigores de Núñez de Miranda y de Aguiar y Seijas. El
saber como trasgresión implica el castigo del saber. Para la mayoría de los poetas
españoles de su época, Faetón es un ejemplo de la imprudencia y su castigo. Para
sor Juana ese castigo es una consagración.
El cielo desde el que se despeña Faetón es un cielo verbal: las estrofas de Primero
sueño. Espacio poblado de verbos, nombres y adjetivos, recorrido por el movimiento
circular de los tropos y las metáforas, espacio imaginario de la soledad. Doble
soledad: la del lector y la de la mujer autodidacta. En la Respuesta se queja una y otra
vez: estudió sola, no tuvo maestros, sus únicos y mudos confidentes fueron los libros.
Podría agregarse: y los espejos. Su poesía está llena de espejos y de los hermanos
de los espejos, los retratos. Cierto, espejos y retratos son tópicos barrocos y
aparecen en todos los poetas de la época; hasta el descomunal Polifemo gongorino
se mira retratado en las «neutralidades» del espejo marino y se asombra: ese ojo
único en su frente anubarrada es el sol mismo en el centro del cielo. En Juana Inés la
función de los espejos y los retratos es, a un tiempo, retórica y simbólica. La estética
de los espejos es para ella también una filosofía y una moral. El espejo es el agente
de transmutación del narcisismo infantil. Tránsito del autoerotismo a la contemplación
de sí misma: por un proceso análogo al de la lectura, que convierte a la realidad en
signos, el espejo hace del cuerpo un simulacro de reflejos. Por obra del espejo, el
cuerpo se vuelve, simultáneamente, visible e intocable. Triunfo de los ojos sobre el
tacto. En un segundo momento, la imagen del espejo se transforma en objeto de
conocimiento. Del erotismo a la contemplación y de ésta a la crítica: el espejo y su
doble, el retrato, son un teatro donde se opera la metamorfosis del mirar en saber.
Un saber que es, para la sensibilidad barroca, un saber desengañado.
En la situación infantil ya estaban inscritos todos los pasos del destino de Juana Inés:
la renuncia al matrimonio; la celda-biblioteca de la edad madura; la rebelión contra la
autoridad y hasta el argumento de Primero sueño. No propugno un rígido
determinismo psicológico: muestro la conjunción entre el carácter y las circunstancias
sociales. Esta conjunción no excluye a la libertad, aunque dentro de límites más bien
estrechos: somos los cómplices pero también los críticos de nuestra fatalidad. La
vida y la obra de Juana Inés pueden condensarse en esta frase: el conocimiento es
una trasgresión cometida por un héroe solitario que luego será castigado. Este castigo
es, paradójicamente, según se verá, su gloria. No la gloria del conocimiento -negado a
los mortales- sino la del acto de conocer. La trasgresión exige la masculinización; a su
vez, la masculinización se resuelve en la neutralización y ésta, según se ha visto, en
regreso a la feminidad. Última victoria: sor Juana adopta la máxima neoplatónica: las
almas no tienen sexo. En realidad se trata del mismo proceso en el que Juana Inés
pasa de la autocontemplación al autoconocimiento, del espejo al libro y del libro a la
escritura. Vueltas y revueltas del destino: la dialéctica del deseo infantil, en sus
cristalizaciones, represiones y sublimaciones se despliega en la imagen de la biblioteca
y la celda. Se despliega y, como en la figura del caracol, se repliega: Juana Inés
construye su casa espiral -su obra- con la sustancia misma de su vida. Cada vuelta es
un ascenso hacia el conocimiento y cada vuelta la encierra más en ella misma. La
imagen del caracol termina por desvanecerse: sor Juana está sola en la inmensa
explanada de su sueño lúcido. La biblioteca se desvanece como los obeliscos y las
pirámides del quimérico paisaje egipcio que evoca Primero sueño.
Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. (Ver Bibliografía sugerida)
BIBLIOGRAFÍA
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Paz, Octavio. Xavier Villaurrutia en persona y en obra. México: Fondo de Cultura
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Paz, Octavio. Corriente alterna. México: Siglo Veintiuno Editores. 1967. 223 p.
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868.44/P37/O27/V.6
Paz, Octavio. Los privilegios de la vista I. Arte Moderno Universal. Obras Completas.
México: Fondo de Cultura Económica. 1994. 389 p.
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