El Realismo
El Realismo
El Realismo
El realismo es la forma de presentar o considerar las cosas tal como son. Una postura realista
no exagera ni suaviza los acontecimientos. Por ejemplo: “Miremos la situación con realismo: el
paciente está grave, pero estamos trabajando para salvarlo” es una frase que hace referencia al
estado de salud de una persona. Si consideramos que dicha gravedad es comprobable, expresiones
como “No tiene nada, en unos días vuelve a casa” (minimiza la gravedad) o “Ya está perdido, no se
puede hacer nada” (exagera la realidad) no son realistas.
El realismo también es una doctrina filosófica que afirma la existencia objetiva de los
conceptos universales. Para la filosofía moderna, el realismo es una doctrina que sostiene que los
objetos percibidos por los sentidos tienen una existencia independiente del propio ser percibido.
En el campo del arte, el realismo es el sistema estético que intenta constituirse como una
imitación fiel de la naturaleza. Puede hablarse de realismo pictórico (que intenta plasmar la realidad
en los cuadros) o realismo literario (cuyos textos pretenden aportar un testimonio sobre la época).
El realismo triunfa en toda Europa durante el siglo XIX. Adquiere especial importancia en Francia,
Inglaterra y Rusia.
*Realismo en Francia
Flaubert debe su fama a su obra Madame Bovary. En ella se alega contra la hipocresía y contra la
moral burguesa.
*Realismo en Inglaterra
Charles Dickens es el máximo representante del Realismo inglés. Sus obras alcanzaron enorme
popularidad. Benito Pérez Galdós tradujo su obra Los papeles póstumos del club Pickwick, una
parodia de la novela itinerante del siglo XVIII, en la que confluyen multitud de estilos (lo sentimental,
lo melodramático, lo realista, lo paródico) y numerosos cuentos intercalados, que recuerdan la
estructura del Quijote. En algunas de sus obras, Dickens nos ofrece numeroso datos autobiográficos.
*Realismo en Rusia
Destaca el novelista León Tolstoi, de origen noble e ideas próximas al anarquismo, lo que le llevó a
predicar el reparto de riquezas a los pobres. Fue precursor de la revolución bolchevique. Tolstoi
construye sus novelas como un cuadro de absoluta normalidad, con una perfección matemática,
estilo claro y jugoso y llanas de multicolores descripciones. Los grandes títulos de este autor son
Guerra y Paz y Ana Karenina.
*Realismo en Inglaterra
El término "realista" se empleó por primera vez en 1850, referido a la pintura, pero se amplió
con posterioridad al resto de las artes. En literatura se plasmó mayormente la novela. Quizá uno de
los motivos del éxito popular de las novelas se encuentra en su publicación en los periódicos de la
época. Los editores utilizaban la novela por entregas para conseguir que el público se viera obligado
a comprar diariamente el periódico. La actitud del escritor realista es analítica y crítica, y se suele
mantener al margen de lo que relata. Las principales novelas del siglo XIX eran de carácter social, y
a los escritores se les consideraba como "historiadores del presente".
La Novela Realista
El siglo XIX en España es el siglo de la narrativa. En las primeras décadas del siglo hubo
cultivadores de novela histórica, de escasa, si no nula, repercusión. Más tarde se adoptará el folletín.
Y a partir de mediados de siglo (más exactamente de 1868) mostraron carta de naturaleza el
realismo y su máxima expresión, el naturalismo. Muchos escritores, al mismo tiempo, se dedicaron al
periodismo escrito, bien para alcanzar la gloria literaria o para defender posturas políticas o
ideológicas. Los máximos exponentes del realismo español serán Benito Pérez Galdós y Leopoldo
Alas «Clarín».
Emilia Pardo Bazán se añadirá pronto al Naturalismo (para sorpresa de Zola) con su
controvertido texto La cuestión palpitante (1882), y con La tribuna, primera novela española que
cuenta con un protagonista de clase trabajadora. Se trata de la llamada Generación del 68, realistas
y naturalistas a la española, con una literatura hasta cierto punto comprometida y progresista que no
se conocía anteriormente.
• entran en la novela sectores sociales a los que la novela tradicional había concedido escaso
interés
• En lo ideológico, suele darse una intención social: la crítica de la sociedad burguesa, bajo una
perspectiva tradicionalista, hasta la crítica de inspiración avanzada. Se piensa que la novela debe
contribuir al cambio social
• En cuanto al estilo, no cabe hablar del estilo realista, sino más bien de método realista: que
permite la creación de diversos estilos, según las necesidades de la novela:
• Se tiende a sustituir la prosa grandilocuente y efectista del romanticismo por una prosa sobria
El Cuento Realista
El cuento realista es, una presentación seria y a veces trágica de la realidad. Generalmente el
autor parte de la observación directa de su entorno y lo refleja en sus obras con verosimilitud.
El hombre siempre testimonió y reflejó en sus expresiones de arte la realidad que lo circunda.
El realismo como posición estética recién se configura a fines del siglo XIX. Se origina en la
observación de las tradiciones y costumbres de los pueblos y, por ser una manifestación objetiva de
la realidad, se expresa preferentemente en las formas de la narrativa, como la novela y el cuento.
Para el arte contemporáneo, la única realidad que el artista llega a conocer con cierta
profundidad es su propio yo. De este modo el mundo visto a través de la subjetividad del escritor se
transforma aun en las cosas más convencionales. El artista no falsifica la realidad pero la proyecta
en su obra como un juego de espejos el resultado es una visión prismática y deformante de la
misma. Es por ello que el arte actual aparece como irreal, cuando en verdad no sólo pretende
describir la realidad con mayor exactitud, sino también iluminarla y revelar sus estratos más
profundos.
Características Del Cuento Realista
*Temática: En el cuento realista el autor se propone dar una idea cabal y verdadera del mundo que
lo rodea en todos sus aspectos: material, moral, económico, político y religioso. Por ello, la realidad
hombre en su esencia y existencia, y la descripción del medio en el que éste se desarrolla como
individuo o como ser social, es la materia literaria de este tipo de relato.
En el afán de testimoniar la realidad inmediata, las obras resultan a menudo vastos cuadros sobre la
vida, las creencias, el lenguaje y las tradiciones del hombre contemporáneo. En estos casos, la
anécdota se diluye o es solamente un pretexto para la descripción de caracteres y de costumbres.
*Narrador: el escritor realista trata de narrar los hechos con objetividad y para lograrlo se vale de la
observación directa. Por lo general utiliza la tercera persona gramatical y adopta la posición de
narrador testigo u omnisciente.
El desarrollo del tiempo de la acción es lineal y cronológico. Con el fin de precisar los hechos
narrados y dotarlos de realismo, las fechas son indicadas con exactitud (meses, años, días horas o
minutos). Incluso algunos relatos aparecen desarrollados en un momento histórico determinado. La
historia presentada es preferentemente la inmediata o contemporánea del escritor. En estos casos el
plano histórico se conjuga e integra con el plano de la invención. El ofrecer hitos temporales precisos
permite al autor exponer los hechos en orden lógico y sucesivo y, de este modo, acentuar la
verosimilitud de la ficción.
*Personajes: Los personajes aparecen caracterizados con una técnica tipificadora o genérica.
El tipo, síntesis de virtudes y defectos fácilmente reconocibles, facilita al escritor explicitar una
doctrina moral o social a través de su conducta.
Características Generales
Durante la segunda mitad del XIX asistimos a cambios importantes en el mundo del arte. El
Romanticismo había abierto las puertas hacia una pintura más libre y abierta a nuevos temas. Los
cambios sociales derivados de la Revolución Industrial, así como las revoluciones políticas que
jalonan gran parte del siglo, influyen poderosamente en los artistas, que se cuestionan su papel
dentro de este proceso de transformaciones. La pugna entre academicismo y ruptura marca todo el
siglo, en especial el uso que los pintores (verdaderos paradigmas del nuevo "artista") harán del color,
la textura y la luz. Ya sabemos que Goya explora nuevos territorios, y que de sus obras derivan
muchos de los caminos que encierra el siglo XIX para el arte. La pintura realista, como veremos, no
aporta nada sustancial en los aspectos formales; su significado reside, sobre todo, en los temas
elegidos y en la manera en que éstos son tratados. El siglo concluye con la pintura impresionista que
abrirá las puertas de todos los cambios posteriores, aunque esto ya será objeto de estudio en el arte
del s. XX.
A nivel político es el siglo de las revoluciones burguesas. Durante todos estos años una rica
burguesía controla la política y también el gusto artístico a través de los Salones (exposiciones que,
con carácter anual, se celebran bajo el control de las instituciones que regulan el mundo de las bellas
artes), medio por el que los artistas exponen su obra y se dan a conocer; frente a esta burguesía
estarán el socialismo y buena parte de la intelectualidad y de los artistas, que claman por una mayor
libertad, tanto política como artística.
Temas sacados de la vida real, sobre todo de la vida humilde y trabajadora, expuestos con
sentido de crítica social. Presentación de lo bello y lo feo como son, sin idealizarlos. Dibujo vigoroso,
aunque no sea correcto; colorido sobrio e interés por los contrastes del claroscuro. Técnica: la que
proporciona la más completa identificación entre lo pintado y la naturaleza. Representantes: Courbet,
Daumier y Rousseau
Gustave Courbet
Courbet (1819-1877). Considera función de la pintura reproducir la realidad tal como es, libre de todo
prejuicio filosófico, moral, político o religioso. Obras importantes son El estudio del pintor y Un
entierro en Ornans.
Courbet detalló las características del cuadro en carta fechada en diciembre de 1854 y dirigida
a su conocido Bruyas: "Tiene treinta figuras de tamaño natural. Es la historia moral y física de un
taller. Están todas las personas que me sirven y que participan en mi trabajo. La titularé primera
serie, porque espero hacer pasar por mi estudio a toda la sociedad y expresar mis inclinaciones y
mis repulsas. Tengo dos meses y medio para terminarlo y, por tanto, será preciso que vaya a París
para hacer desnudos, de modo que en total me quedan dos días para cada figura. Usted se da
cuenta de que no voy a divertirme... Ahora debería enviarme mi retrato de perfil y su retrato, los dos
que he hecho en Montpellier, y la fotografía de la mujer desnuda de la que le he hablado. La pintaré
detrás de mi silla y en el centro del cuadro. Después viene el retrato de usted y los retratos de los
artistas que tienten ideas realistas". En otra misiva escrita a su amigo Champfleury cuenta todo el
proceso de ejecución de la obra y cuáles eran sus intenciones. Cuando Courbet presentó esta obra a
la organización de la Exposición Universal de París del año 1855 fue rotundamente rechazada,
organizando una exhibición paralela en un barracón frente a los recintos de la muestra oficial, que
tuvo un considerable éxito de público y crítica.
Daumier (1808-1879)
Millet (1814-1875).
Es el primer pintor que nos presenta como exclusivo protagonista de un cuadro al trabajador,
pero siempre en actitud resignada y paciente como en el Angelus o El sembrador.
El Paisaje realista
El principal artífice del cambio fue Corot y tras él la escuela de Barbizon, cuyos pintores
intentan plasmar en la tela la realidad del paisaje francés. Corot no se deja llevar por la interpretación
de la naturaleza propia de los románticos, sino que ve la naturaleza tal como es, no tal como se la
imagina. Los paisajes de Corot captan el instante, la luz huidiza, la atmósfera que sabemos que
cambia según las horas. Obras importantes son La catedral de Chartre y El puente de Mantes.
Jean-Baptiste Camille Corot (París, 16 de julio de 1796 – ibídem, 22 de febrero de 1875) fue
un pintor francés de paisajes, uno de los más ilustres de dicho género y cuya influencia llegó al
impresionismo.
La escuela de barbizon
Formaron parte de ella importantes figuras de la pintura, que pese a no ser muy reconocidos,
contribuyeron de forma notable a cambiar las directrices, los gustos y la tendencia de la pintura en el
siglo XIX.
Destacan sobre todo por la pintura del paisaje, compartiendo con Camille Corot el gusto y la
observación de la naturaleza, reconociendo la importancia de la luz y los cambios que desarrolla en
nuestro entorno.
Así pues, comienza a desarrollarse la pintura “au plein air”, que tomará su impulso decisivo
un poco más tarde y de la mano de los principales artistas del impresionismo.
Podemos destacar en primer lugar a Theodore Rousseau, que tras los rechazos de sus
obras en los principales salones de París, se marchó a Barbizon en 1836 dando comienzo a un
período de trabajo junto a Narcisse Díaz de la Peña, Jules Dupré y Jean François Millet. A partir
de 1848 y con el cambio artístico introducido tras las revoluciones burguesas, Rousseau tuvo mayor
éxito, recibiendo en 1849 su cuadro “Avenida de árboles” una medalla de primera clase.
Theodore Rousseau "Avenida de
árboles"
Charles-François Daubigny fue animado por Corot, con quién le unía una amistad,
incitándole a que pintara al aire libre, trabajando en Barbizon en la década de los 40. Muy interesado
en el estudio del paisaje y la naturaleza, trabajó fundamentalmente en el estudio del agua y el cielo.
Jean François Millet, gran pintor realista, destaca inevitablemente por sus escenas de
campesinos. No pertenece exclusivamente a este grupo, pero sí que se mostraba afín a sus
objetivos, permaneciendo en Barbizon hasta la fecha de su muerte, teniendo sobre todo, un gran
deseo de huir de la vida urbana, por ello muestra en su obra escenas rurales como contraposición de
las escenas urbanas y la contrariedad a la industrialización de la sociedad. A partir de la década de
los 60 y bajo la influencia de su gran amigo Rousseau, se dedicó con mayor intensidad al paisaje.
Formaron parte de ella importantes figuras de la pintura, que pese a no ser muy reconocidos,
contribuyeron de forma notable a cambiar las directrices, los gustos y la tendencia de la pintura en el
siglo XIX.
El hecho de que los pintores de Barbizon dejaran París para refugiarse en un pequeño pueblo
ya es una actitud de abierta oposición al sistema vigente, no sólo en el ámbito plástico, sino también
en el orden social.
Los pintores de Barbizon fueron parte del Realismo pictórico francés, que surgió en reacción al más
formalista Romanticismo de Gericault o Delacroix.
En la filosofía moderna el término realismo se aplica a la doctrina que manifiesta que los
objetos comunes percibidos por los sentidos, como mesas y sillas, tienen una existencia
independiente del propio ser percibido. En este sentido, es contrario al idealismo de filósofos como
George Berkeley o Immanuel Kant. En su forma extrema, llamado a veces realismo ingenuo, se
piensa que las cosas percibidas por los sentidos son en rigor lo que parecen ser. En versiones más
complejas, a veces denominadas como realismo crítico, se da alguna explicación de la relación entre
el objeto y el observador que tiene en cuenta la posibilidad de que tengan lugar ilusiones,
alucinaciones y otros errores de la percepción.
Para el realismo el espíritu humano puede conocer al ser “en sí”, y la verdad no es otra cosa,
que la conformidad del juicio con la realidad.
El realismo es una de las disciplinas filosóficas que más conservan su esencia en cuanto al
planteamiento del conocimiento, es una de las que menos se ha vulgarizado y continúa
perteneciendo al plano intelectual. Para saberse realista hay la necesidad de indagar, cuestionar e
investigar el sistema filosófico como tal, difícilmente se llega a ser realista por accidente.
Sabiendo que el realismo despoja de toda interpretación u opinión, podría afirmarse que el
hombre de hoy está lejos de serlo, porque especula más que nunca, se apersona de planteamientos
y da con carácter de mucha certeza visiones que pueden responder solamente a impresiones.
La pérdida del realismo ha hecho que el conocimiento sea condicionado por la cultura y el
folklore y se pase al relativismo. Filosóficamente el realismo también fundamentado hipotéticamente
convence mucho a la actualidad, pero en el sentido práctico ha perdido fuerza y ha pasado a ser un
ideal de conocimiento.
Hoy el hombre se inclina más por visiones que le permitan mayor apertura, menos
academicismo y más pragmatismo.
El realismo surge como la primera postura filosófica de la humanidad. En sus inicios buscaba
explicar el principio de todas las cosas, denominado como arjé. A lo largo de la historia, surgieron un
gran número de simpatizantes de esta corriente filosófica, con su iniciador Tales de Mileto hasta
llegar a Aristóteles. El realismo filosófico es de gran importancia en la ciencia moderna, debido a que
sobre él recaen los preceptos básicos, es decir todo el conocimiento humano actual encuentra sus
bases en esta corriente. Durante este período se inauguran tanto el pensamiento abstracto como el
pensamiento formal de la filosofía, así como importantes conceptos tales como el Principio Lógico de
Identidad. Durante este lapso convergen los más grandes filósofos de la historia antigua, tales como
Pitágoras, Sócrates, Platón, Aristóteles y Parménides. El Realismo da paso a una de las más
brillantes épocas de la humanidad, y su fin se ve marcado por acontecimientos de gran relevancia en
la historia universal.
Históricamente, el realismo es una de las soluciones que en la Edad Media se dio a la llamada
cuestión de los universales, centrada en decidir qué grado de realidad hay que atribuir a los
universales, o ideas abstractas. La primera de las tres soluciones dadas al problema, el llamado
realismo exagerado, -mantenido, entre otros, por Agustín de Hipona y la escuela de Chartres- debe
su origen a la consideración, por parte de Platón, de las ideas o formas como entidades subsistentes
y separadas de los individuos particulares.
Hablando en términos generales se puede decir que “universal” se opone a “particular” como
lo abstracto a lo concreto. Por eso los universales se conciben como entidades abstractas, en
oposición a los particulares, entidades concretas y singulares. Así, si digo, “Antonio es hombre”,
Antonio sería el particular, concreto, individuo, y “hombre” el universal, abstracto.
En esta misma línea, captar el concepto, captar la idea, la esencia de una cosa, sería captar el
universal de la realidad concreta.
A diferencia de lo general, lo universal se refiere a una cosa muy definida y precisa que no
puede faltar de ninguna manera en todos y cada uno de los individuos en la totalidad expresada por
el concepto.
Los orígenes de este problema hay que buscarlos ya en Platón, en su teoría de las ideas,
aunque es en la Edad Media donde tuvo una mayor fuerza y vigencia, hasta tal punto que se puede
afirmar que toda la metafísica de esta época tiene su raíz en la solución dad a este problema y que
la crítica y el desmonte que Ockam hace de la Metafísica anterior arranca de la innovadora dirección
que este filósofo da a la cuestión de los universales.
Platón habla de dos mundos: el mundo de las cosas y el mundo de las ideas. La existencia de
éste es previa y anterior, de tal manera que aquel existe gracias a éste; las cosas (lo particular), es
reflejo de las ideas (lo universal). La idea de belleza, de bien, de justicia, de hombre, de animal,
existe como tal en ese mundo de ideas; los individuos, los seres particulares realizan estas ideas,
son copias imperfectas de ellas. La existencia de aquellas es condición metafísica para que estas
puedan existir. Esta forma de concebir la realidad es la base y el origen del llamado realismo
exagerado, una de las soluciones adoptadas para el problema de los universales. La razón de
llamarlo así es clara: se debe a que según esta posición los universales existen realmente incluso
con una realidad mayor que las entidades concretas, puesto que éstas son copias imperfectas de
aquéllas (de hecho Platón afirmaba que el mundo de las cosas era falso, mientras que el mundo
ideal es verdadero).
Aristóteles introduce un nuevo concepto de realidad. Critica la concepción platónica de las
ideas afirmando que el verdadero ser, la auténtica existencia, se encuentra no en lo universal, sino
en lo individual. El ser concreto, las cosas, son los auténticos seres reales. ¿Qué ha pasado con el
universal? Pues que según él, forma parte inmanente de los seres, constituye la esencia (aquello
que hace que la cosa concreta sea lo que es) y es captable por el entendimiento. En el ejemplo
anterior, lo que existe realmente es Antonio; pero cuando pregunto por Antonio digo que Antonio es
hombre. Es decir, recurro a lo general para entender lo particular; esto lo captan los sentidos,
aquello, a parir de los datos de los sentidos, lo capta el entendimiento: captar el universal es la
posibilidad y tarea propia del entendimiento como resultado de un proceso cognoscitivo, la
abstracción. Este es el origen y la base de otra corriente de solución: realismo moderado: los
universales existen, pero no separados de los individuos, sino en cuanto formas configuradoras del
ser de las cosas (formas substanciales); tienen pues su fundamento en las cosas, existen en las
cosas como inmanentes a ellas aunque no identificados con cada una, sino con la esencia común a
todos los seres de la misma especie.
La cuestión de los universales preocupó especialmente en la Edad Media, y por eso se suele
afirmar que como problema explícito nace en esa época. Parece que el problema arrancó de la
formalicen que hace Bocio (480-525, filósofo latino nacido en Roma a través de quién comenzó a
introducirse el pensamiento de Aristóteles en Occidente) al traducir la “Isagogé” de Porfirio (filósofo
de origen sirio, discípulo del neoplatónico Plotino). En esta obra es en la que por primera vez se
alude explícitamente a este problema:
Muchos autores medievales abordaron este problema tal como aquí lo plantea Porfirio en la
traducción de Boecio y generalmente dieron soluciones en línea con las posiciones platónicas o
aristotélica respecto de las ideas.
Como elemento importante añadido al interés en el tratamiento medieval del tema, hay que
mencionar la conocida distinción entre esencia y existencia, desconocida en el mundo griego,
consecuencia de la doctrina cristiana de la creación, como ya sabemos. Esta distinción ayudaba a
poner el acento en las esencias, en lo universal como diferente de la existencia, de lo individual
concreto.
Por otra parte, esta misma doctrina de la creación da origen a una nueva suerte de realismo
realismo agustiniano que situaba las ideas platónicas en Dios, identificadas con El, y que cumplían la
función de servirle como modelo al crear las cosas; de ahí el nombre de ideas ejemplares. Estas
ideas eran los arquetipos en la mente de Dios.
Este realismo agustiniano no es incompatible con el realismo moderado, sino que
perfectamente conciliable. Existen las ideas de Dios como ideas ejemplares o arquetipos de las
cosas, y estas mismas ideas existen en las cosas como forma substancial de las mismas, como el
principio meta empírico configurante de la esencia. De hecho lo más frecuente es encontrar en
autores medievales ambas posiciones (tal es el caso de Sto. Tomás).
El Realismo Platónico
El primer autor que adoptó una teoría realista de los universales fue Platón; el realismo ha
sido por ello llamado a veces “realismo platónico” o “platonismo”. Sin embargo, la doctrina platónica
es compleja y no puede simplemente identificarse con una posición realista y menos todavía con el
realismo absoluto o exagerado. Se atribuye a Aristóteles una posición realista moderada que
coincide en gran parte con el conceptualismo, pero aquí también debe tenerse en cuenta que se
trata de una simplificación y en buena medida de una cierta interpretación de la posición aristotélica.
El Realismo Agustiniano
El realismo agustiniano tiene mucho de platónico, hasta el punto de que ha calificado con
frecuencia de “realismo platónico-agustiniano”; su característica principal consiste en que “sitúa”, por
así decirlo, los universales (o ideas) en la mente divina en vez de considerarlos como existiendo en
un mundo supraceleste o inteligible. Realista en sentido muy próximo al agustiniano fue en la Edad
Media San Anselmo y realista extremo suele considerarse a Guillermo de Champeaux. Sin embargo,
este último mantuvo una teoría que puede calificarse asimismo de “realismo empírico”. Según el
mismo, los universales no existen por sí fuera de los individuos ni fuera de la mente divina, sino que
existen en los mismos individuos fuera de toda consideración mental de ellos.
Boecio
Ahora bien, los géneros y las especies son ideas del segundo tipo, formadas mediante la
abstracción. La semejanza de humanidad se abstrae de los hombres individuales, y esa semejanza,
considerada por la mente, es la idea de la especie, mientras que la idea del género se forma
mediante la consideración de la semejanza entre diversas especies. En consecuencia, “los géneros y
las especies están en los individuos, pero, en tanto que pensados, son universales”. “Subsisten en
las cosas sensibles, pero son entendidos sin los cuerpos”. Extramentalmente no hay sino un sujeto
para los géneros y las especies, a saber, el individuo, pero eso no impide el que sean considerados
por separado más de lo que el hecho de que una misma línea sea a la vez convexa y cóncava
impide que tengamos ideas diversas de la concavidad y la convexidad y las definamos
diferentemente.
Filosofía contemporánea
El realismo crítico afirma que existe la cosa en sí, pero que el objeto inmediato de
conocimiento no es necesariamente ésta, sino un conjunto de cualidades pertenecientes a la cosa.
Para el realismo absoluto no hay diferencia, ni puede haber, entre el objeto de conocimiento y
la cosa en sí. El realismo materialista del materialismo dialéctico es un tipo de realismo absoluto que
ha sido desarrollado por los seguidores de Karl Marx, fundamentalmente Lenin. Añade la tesis de
que nuestro conocimiento no es invariable, y siempre hay que razonar dialécticamente.
El realismo liberal (Antonio Muñoz Ballesta) analiza las sociedades del siglo XXI basadas en
los principios realistas de lo político y en la ciencia social y económica de la Escuela Austriaca de
Economía.
Filosofía de la ciencia
Así, el realismo epistemológico defiende que las teorías científicas proporcionan conocimiento
o que describen la estructura de la realidad.
Karl Popper y Mario Bunge son defensores estrictos del realismo de la ciencia. Los realistas
en sentido fuerte defienden que las teorías y conceptos científicos nos proporcionan conocimiento
sobre la realidad porque hay algún tipo de relación de correspondencia entre las teorías científicas y
la naturaleza. Mario Bunge analiza los problemas de diversas epistemologías, desde el racionalismo
crítico popperiano hasta el empirismo, el neopositivismo, el subjetivismo o el relativismo. Se
considera un realista crítico que ve la ciencia como falible (el conocimiento del mundo es provisional
e incierto), pero aún así afirma que la realidad existe y es objetiva.
Larry Laudan y Ronald N. Giere presentan una postura intermedia entre el realismo y el
subjetivismo estrictos. Giere afirma que referencia a la realidad debe valorarse caso por caso porque
el grado de realismo varía entre las ciencias o, al menos, en algunas de ellas resulta más sencillo
encontrar su correspondencia con la realidad. Así, la astronomía y la biología poseen un grado de
realidad muy elevado, mientras que la mecánica cuántica utiliza construcciones teóricas muy
abstractas.
El realismo crítico de Rom Harré y Roy Bhaskar destaca que el empirismo y el realismo
conducen a dos tipos diferentes de investigación científica. La línea empirista busca nuevas
concordancias con la teoría, mientras que la línea realista intenta conocer mejor las causas y los
efectos. Esto implica que el realismo es más coherente con los conocimientos científicos actuales.
Arthur Fine promueve la actitud ontológica natural como postura entre el realismo científico y
los antirrealismos. A diferencia del realismo y del antirrealismo, la actitud ontológica natural no
interpreta la verdad. Considera a ésta un concepto básico y como tal su uso y su lógica están ya
categorizados, al menos parcialmente. No es necesario dar cuenta de él, ni tampoco sería posible.
CLASES DE REALISMO
• REALISMO CRÍTICO
Esta corriente filosófica se definió entre 1920 y 1940 en algunos países capitalistas y también
ha sido llamado realismo científico o empírico; conforma una de las dos formas del idealismo
gnoseológico. Aduce que no se puede equiparar lo percibido como lo verdaderamente conocido, ya
que es imprescindible someterlo a estudio e indagación.
• REALISMO INGENUO
El realismo ingenuo afirma simplemente que las cosas existen independientemente de la
conciencia, son exactamente tal como nosotros las pensamos. Tiende a la afirmación de esta
realidad y no se plantea siquiera el problema. En este realismo ingenuo se admiten como objetivos
muchos datos o elementos que en realidad proceden del sujeto, y a éste se lo considera como
meramente pasivo y fiel reflejo del mundo exterior. Este realismo es propio del niño, del hombre
primitivo no civilizado, y también del hombre común que ni siquiera se plantea el problema de la
posibilidad del error en sus conocimientos. Pero este realismo ingenuo es fácilmente superado ante
una primera reflexión crítica, como ya lo reconocieron los filósofos griegos y los primeros filósofos
escolásticos..
El realista ingenuo sostiene que cuando vemos un objeto y sus propiedades, en condiciones
normales, es precisamente eso lo que vemos.
Respecto al realismo ingenuo, se puede mencionar la posición de John R. Searle que tiene
dos componentes. El primero es el denominado realismo metafísico (1991) y que últimamente lo ha
calificado de realismo externo.
• REALISMO MEDIEVAL
En la filosofía medieval, el término realismo hacía referencia a una posición que consideraba
las formas platónicas, o conceptos universales, como reales. Esta posición se llama ahora realismo
aristotélico. En la filosofía de Platón, un nombre común, como cama, se refiere a la naturaleza ideal
del objeto, sugerida por su definición, y esta naturaleza ideal tiene una existencia metafísica
independiente de los objetos particulares de esta clase. Así, la circularidad existe aparte de los
círculos particulares, la justicia, independientemente de los individuos o Estados justos particulares, y
la idea de cama, independientemente de las camas particulares. En la Edad Media, esta posición fue
defendida frente el nominalismo, que negaba la existencia de tales universales. Los nominalistas
afirmaban que los muchos objetos llamados por un único nombre no comparten nada sino sólo dicho
nombre. El término medio entre estas dos posiciones incluía el realismo moderado, que afirmaba que
los universales existen en los objetos del mismo tipo pero no independientes de ellos, y el
conceptualismo, que mantenía que los universales podrían existir con independencia de los objetos
de un tipo particular, pero sólo como una idea de la mente, no como una entidad metafísica que
existe en sí misma.
Con arreglo a estas categorías, la teoría de las Ideas de Platón se denominó realismo platónico
ya que asumía la existencia de universales. Pero no hay que perder de vista que se trata de una
denominación aplicada en siglos posteriores a Platón y que se trata de una simplificación de sus
ideas. Algo similar se puede decir de Aristóteles, al que se denominó realista moderado, aunque esto
en realidad es más adecuado para el aristotelismo tomista medieval.
EL REALISMO ABSOLUTO
Para el realismo absoluto no hay diferencia, ni puede haber, entre el objeto de conocimiento y la
cosa en sí. El realismo materialista del materialismo dialéctico es un tipo de realismo absoluto que ha
sido desarrollado por los seguidores de Karl Marx, fundamentalmente Lenin. Añade la tesis de que
nuestro conocimiento no es invariable, y siempre hay que razonar dialécticamente.
Aristóteles
Vida. Nació en el 384 a.C. en Estagira (hoy Stauros), fue hijo de Nicómaco, médico de
Amintas III, rey de Macedonia. Siendo Aristóteles muy niño murieron sus padres, estudió en la
academia de Platón durante veinte años, más tarde contrajo matrimonio Pythias con la cual tuvo una
hija, la cual recibió el mismo nombre de su madre.
Al parecer Aristóteles escribió dos tipos de libros: los llamados Esotérico, de gran valor
literario y otros Filosóficos o Acrománticos dirigidos sólo a los núcleos del Liceo. Los diálogos se han
perdido todos. El Organón de Aristóteles es un compendio de varios tratados. Sus obras principales
son:
Pensamiento de Aristoteles
Según Aristóteles existen dos rasgos que caracterizan la ciencia: "es ella un conocimiento
fundado, puesto que aquello de lo que se tiene, ciencia estricta, no puede ser de otra manera de
cómo se conoce".
"Aristóteles explica la percepción mediante que del objeto percibido y a través de un ‘médium’,
llega al órgano, y en la que se recibe la ‘forma sensible del objeto sin materia’. Por eso es necesario
que lo percibido exista realmente".
Aristóteles plantea la cuestión del saber que es precisamente lo que él llamó Filosofía
Primera, y dice que todos tienden por naturaleza a saber. También para Aristóteles todo
conocimiento arranca de una percepción sensible. El alma no puede pensar sin representaciones
sensibles, y según él, si falta un sentido, también faltan los correspondientes conocimientos. Por
ejemplo, un ciego de nacimiento no tiene conocimiento de los colores. Es así como Aristóteles
demuestra que todo conocimiento tiene su origen en lo sentidos.
Pero a su vez establece una estrecha relación entre el conocimiento sensible y el intelectivo.
En el conocimiento las facultades tienen sus límites, porque mientras las facultades sensibles están
sometidas a lo singular, la facultad intelectiva puede llegar hasta la naturaleza de las cosas.
"El Monologium", "Meditaciones sobre fe y razón", "Praslogium", que lleva como primer título
la frase que resume el sentido de su filosofía entera.
Para San Anselmo "el conocimiento que adquirimos de las cosas supone la cooperación de
los sentidos y de la inteligencia, pero San Anselmo no precisa el modo de esta cooperación y se
contenta con tomar sin profundizar en ellas, algunas expresiones agustinianas sobre la iluminación
del alma por Dios".
San Anselmo hace del realismo una condición necesaria para la sana doctrina teológica, pues
si no se comprende el hecho de que varios hombres reunidos pueden formar un solo hombre, menos
se comprenderá cómo un solo Dios puede consistir en tres personas distintas. No dice también, que
"si las ideas son cosas, cada grado de perfección es un grado de realidad, y la idea del ser más
perfecto que se puede concebir nos introduce sin tropiezo en un determinado orden de realidad. El
paso de la idea al ser tenía que tentar al pensamiento de San Anselmo, porque para él las ideas son
ya seres". Él incurre en un realismo exagerado, atribuyendo a los universales un cierto modo de
realidad extra mental. La verdad de un conocimiento consiste en su "rectitud", es decir, en que es
como debe ser la captación correcta de su objeto. Al igual que el conocimiento aprehende el objeto,
este objeto conocido tiene su verdad.
Pedro Abelardo
Nació en Pallet, cerca de Nantes en Bretaña en el 1079. Estudió dialéctica en Santa María de
Lonches y más tarde en París con Guillermo de Champeaux, por ser demasiado altanero se enfrentó
con su maestro. Ingresó a la escuela de Anselmo para estudiar allí teología. Contrajo matrimonio en
secreto con Eloísa. Murió en 1142 a los 63 años. Las obras de Pedro Abelardo se dividen en
filosóficas y teológicas. Entre las filosóficas tenemos: "Lógica", "Ingredientibus", "Glosas a Porfirio".
Las teológicas son: "Theología Summi Boni", "De Unitate et Trinitate Divina", "Theologia Christiana".
Al igual que Descartes, Pedro Abelardo, proclama la necesidad de una crítica previa de
nuestros conocimientos, aplicando la duda para llegar más seguramente a la verdad. Contra el
realista exagerado, niega que los universales sean cosas ni que existan fuera de las cosas
individuales, sólo existen los individuos. El entendimiento no se engaña cuando se piensa
separadamente la forma o la materia, pero sí se engaña si se pensara que tanto la materia como la
forma existen por separado. Finalmente nos dice Pedro Abelardo que "el verdadero conocimiento de
las cosas es el que nos proporcionan los sentidos y la imaginación, mientras que la inteligencia
solamente nos llevaría a la opinión".
Nació a fines de 1224 en Roccasecca, de noble familia napolitana. A los cinco años es llevado
al monasterio de Monte Cassino. Es iniciado en la filosofía griega por su maestro Pedro de Hibernia.
Desde 1239 a 1243 estudia en la Universidad de Nápoles. En 1244 toma el hábito de Santo
Domingo. Al año siguiente va a París, donde conoce a Alberto Magno, y estudia con él en esa ciudad
y después en Colonia. Es convocado por Gregorio X para asistir al Segundo Concilio de Lyon, pero
su salud no pudo soportar la abrumadora labor intelectual a que se sometía: cayó enfermo en el
camino y murió en Fossanova el 7 de marzo de 1274. Su obra más importante es la "Summa
Teologica". También se destacan dentro de sus obras "Comentarios a Aristóteles", "A la metafísica",
"A la física", "A la ética", "A Nicómaco", "A la política". Además hace parte de sus obras, los
opúsculos, tratados breves de filosofía y teología como son: "De Veritate", "De Potentia", "De anima",
y por último tratados teológicos: "Summa Contra Gentiles".
Lo mismo que una persona simple no entendería los razonamientos complejos de la ciencia y
no por ello la ciencia sería falsa, ya que lo que fallaría sería la capacidad del entendimiento del
hombre simple, igualmente no podemos decir que la palabra revelada sobre la esencia de Dios sea
falsa porque la capacidad del entendimiento humano no llega a descubrirla.
Sin duda alguna "el influjo de Aristóteles en Santo Tomás lo apreciamos al punto de una
nueva valoración del saber natural frente al conocimiento de la fe". Santo Tomás sigue a Aristóteles
en la cuestión del origen de nuestro conocimiento y apoyado en él dice que es natural al hombre
llegar a lo suprasensible a través de lo sensible. "Se rechaza expresamente la idea de que Dios es lo
primero conocido, tal como supone la teoría del conocimiento en las razones eternas". Pues lo
primero que en la vida conocemos es la esencia de las cosas materiales que conforman el objeto
propio de nuestro entendimiento.
También nos dice que "el alma humana está situado en el último grado de los seres
inteligentes; es la más alejada de todas las perfecciones del entendimiento divino". A cada forma de
ser corresponde una manera propia de conocer. El entendimiento que poseemos todos, es aquel por
el cual más nos aproximamos a los ángeles.
Santo Tomás ha tomado en consideración el hecho de que el conocer humano sólo es posible
mediante un volverse del entendimiento hacia los datos de la fantasía emanados del conocimiento
sensible.
Así pues, afirma Santo Tomas: "El Origen de nuestro conocimiento se halla en los sentidos;
explicar el conocimiento humano es definir la colaboración que se establece entre las cosas
materiales, los sentidos, y el entendimiento".
Las sustancias y las relaciones que son parte de este mundo con una existencia real pueden
ser conocidas por la mente humana, tal y como son en sí mismas. La verdad es la
correspondencia entre la mente y la cosa, y la certidumbre es posible; el criterio de veracidad
lo es la evidencia objetiva, en cualquier forma que se presente ante la mente conocedora
Tal conocimiento puede constituir una guía fuerte e inmutable para la acción individual y social
y resulta, de hecho, la única guía confiable para el comportamiento humano, individual y
social.
El realismo es una de las disciplinas filosóficas que más conservan su esencia en cuanto al
planteamiento del conocimiento, es una de las que menos se ha vulgarizado y continúa
perteneciendo al plano intelectual. Para saberse realista hay la necesidad de indagar, cuestionar e
investigar el sistema filosófico como tal, difícilmente se llega a ser realista por accidente.Sabiendo
que el realismo despoja de toda interpretación u opinión, podría afirmarse que el hombre de hoy está
lejos de serlo, porque especula más que nunca, se apersona de planteamientos y da con carácter de
mucha certeza visiones que pueden responder solamente a impresiones.
El realismo ha podido ser columna del conocimiento en tanto que sin permitir la interpretación
sostiene principios y postulados que habiendo sido suficientemente argumentados sostienen. La
ventaja está en que el conocimiento no depende del ir y venir del tiempo y de la psicología humana,
sino que se ancla en verdades universales, la desventaja se encuentra en que al parecer ortodoxa
no permite un proceso ágil de conocimiento.
La pérdida del realismo ha hecho que el conocimiento sea condicionado por la cultura y el
folklore y se pase al relativismo. Filosóficamente el realismo también fundamentado hipotéticamente
convence mucho a la actualidad, pero en el sentido práctico ha perdido fuerza y ha pasado a ser un
ideal de conocimiento.
Hoy el hombre se inclina más por visiones que le permitan mayor apertura, menos
academicismo y más pragmatismo.
EL REALISMO FENOMENOLOGICO
Por su parte, Sein und Wesen ofrece un análisis extraordinariamente iluminador de los
diversos sentidos de esencia y existencia, así como de las distintas relaciones que cabe concebir
entre estos dos principios constitutivos del ente. Este esclarecimiento tiene como finalidad llevar a
una síntesis orgánica las adquisiciones filosóficas básicas del aristotelismo y las del platonismo.
A su vez, Gott als Gottesbeweis, que en cierto sentido representa una continuación del
anterior, es una defensa de la prueba ontológica de la existencia de Dios, defensa cuyo sentido y
alcance se constata claramente en el siguiente texto de la obra:
«La existencia real no se funda objetivamente en ninguna otra esencia: en ninguna isla
perfecta, en ningún cuerpo perfecto, en ningún espíritu finito sumamente perfecto, sino
exclusivamente en Dios. Así, en la medida en que captamos, aun cuando sólo sea en una
comprensión imperfecta (en una apprehensio), lo que Dios es, conocemos que Dios es: “Si Dios es
Dios”, según lo expresa Buenaventura, entonces “Dios existe” (Si Deus Deus est, Deus est). Esta
frase podemos traducirla ahora, al término de nuestra investigación, de este modo: “Puesto que Dios
es Dios, Dios existe”. Y precisamente esto es así única y exclusivamente en el caso de Dios, y por
ello sólo en este único caso es posible conocer la existencia real mediante una intuición de la
esencia: no mediante un truco de prestidigitación lógicamente insostenible que hiciera nacer como
por ensalmo la existencia real de Dios a partir de la creación de un concepto o de una idea subjetiva,
sino mediante una necesidad esencial objetiva y que sólo se halla presente en la única esencia
divina, que se presenta con evidencia a nuestro espíritu en su verdad no inventable, suprema y
fundada en las cosas mismas. De esta manera, el argumento ontológico puede reducirse a su
fórmula más breve, empleada también en el título de este libro: Gott als Gottesbeweis! (Dios como
prueba de Dios)
Realismo volitivo