PP XXV Los Gnósticos

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LOS PROPÓSITOS PSICOLÓGICOS XXV

LOS GNÓSTICOS

Dr. Serge Raynaud de la Ferrière

INTRODUCCIÓN
Después de veinticuatro folletos, continuamos en esta misma serie de
“Propósitos” con una nueva docena de capítulos, tratando cada uno de una
materia diferente que continúan sin embargo una misma idea: la Búsqueda de la
Verdad.

Se habrá comprendido que no se trata de una doctrina, sino más bien de


diversas concepciones que han, y que interesan aún a la Humanidad.

No se trata pues de un método, sino más bien de un estudio de las ciencias,


las artes y las religiones comparadas.

El autor no intenta en ningún modo de canalizar los espíritus sino más bien
de ofrecer una vista de síntesis; así, sus escritos son como una gavilla de
sistemas y esto no puede ser tomado pues como una enseñanza personal.

No hemos querido jamás formar un grupo particular con ideas fijas y una
estricta consideración de un dogma estrecho. La fundación del Dr. S. R. de La
Ferrière se llama la “Gran Fraternidad Universal” y el hecho, mismo de ese
titulo da a comprender la meta de un Movimiento semejante.

La G.F.U. ha establecido Colegios de Iniciación, Santuarios, Colonias


para Idealistas (sobre las bases de los Ashrams en Las Indias); pero,
comprendámonos bien, no se trata de una organización a los principios de
orientalismo, como tampoco de una secta cristiana o anti-cristiana... Es una
Obra de reeducación de La Humanidad, ante todo.

Como Institución Cultural de tipo Universal, la G.F.U. no establece


barreras religiosas y lejos de ser “anti” alguna cosa, ella es al contrario POR
todas las modalidades filosóficas, enseñando ante todo La TOLERANCIA.
Partiendo de ese Principio, no puede haber una doctrina propia y el “Mensaje”
permanece en el orden de las Grandes Lecciones Tradicionales. Las diversas
enseñanzas que han apasionado a todos los Pensadores en el curso de la
Historia, son pues ofrecidas con el fin primordial de permitir la búsqueda de una
misma base que queda en todos lados y siempre idéntica en el seno de los mitos
más variados.

Es a ese trabajo de epuración que nos hemos consagrado teniendo como


meta la “limpieza” de toda la polvareda fanática para encontrar al fin las
mismas líneas de creencia y remontar así hasta el Origen.

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Nosotros no tenemos etiqueta... y nos guardamos bien de inclinar hacia tal


o tal forma religiosa, así, aquellos que quisieran catalogarnos caerían desde
ahora en error.

Nosotros no pertenecemos a nada en particular, sino a todo en general.

Nuestra Tarea es de dar una documentación tan larga coma fuese posible y
principalmente de ayudar el mundo a profundizar los misterios que los dogmas
han cuidadosamente querido conservar. Es preciso que todo sea extendido en
pleno día y nosotros nos esforzaremos precisamente de hacer la luz sobre todo
aquello que fue puesto bajo un velo hasta el presente.

El Hombre debe conocer su verdadera Misión y para ello tiene derecho a


La Verdad.

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LOS GNOSTICOS

Más de una vez, durante el curso de nuestros escritos, hemos hecho alusión
al Gnosticismo y es tiempo, quizás, de dar algunas explicaciones suplementarias.

La palabra “Gnosis” que significa conocimiento, proviene del griego, pero


no debería creerse por ello que el movimiento gnóstico tomó su origen entre los
Helenos. Una vez más, la Fuente original es difícil de establecer pero los
primeros elementos conocidos son aquellos en los cuales el Gnosticismo se liga a
sectas que durante los primeros siglos donde se desarrolló el Cristianismo, estuvo
en competición con él.
Pero varios movimientos místicos y filosóficos sin relación con aquellos
que concurrían al cristianismo en sus inicios han pretendido, ellos también, a un
Conocimiento salvador: a una Gnosis.

L. Cerfaux, habla de una gnosis pre-cristiana y bíblica en su “Diccionario


de la Biblia” y es sobre esas bases parece ser que los místicos, ocultistas y
hermetistas del siglo XVIII buscaron la Luz.

Según Mosheim (1739) la doctrina designada antiguamente bajo el nombre


de Gnosis habría sido una filosofía oriental expandida de Persia en Egipto. Según
las obras de J. Horn (en 1805: “Ueber die biblische Gnosis”) y de Lewald (en
1818: “Commentatio ad historiam religionum veterum illustrandam pertinens de
doctrina gnostica”) son los trabajos de Matter (en 1828: “Historia crítica del
Gnosticismo”) que repone la Gnosis al orden del día.

Matter definía la Gnosis como “la introducción en el seno del cristianismo


de todas las especulaciones cosmológicas y teosóficas que habían formado la
parte más considerable de las antiguas religiones del Oriente y que los nuevos
platónicos habían adoptado igualmente en el Occidente”. Esa doctrina reunía las
filosofías de Platón y de Filón, la “Avesta” y la “Cabbala”, los Misterios de
Samotracia, de Eleusis y del Orfismo.

W. Bousset en 1907 (en “Problemas capitales de la Gnosis”) señalaba


otros orígenes que las sectas gnósticas podían haber tenido, del lado de las
doctrinas iranianas y babilónicas, doctrinas cuyas huellas se encuentran
igualmente en el Mandeismo y en el Maniqueísmo.

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En fin, M. H. C. Puech (en “Donde está el problema del Gnosticismo”) en


1935 hacía un hermoso balance de la cuestión, así como Hans Jonas (en “La
Gnosis y el espíritu bajo-antiguo”).

Es gracias al Hermetismo y a la literatura astrológica y mágica que las


investigaciones se precisan y también que el aporte enorme de los escritores
maniqueanos que se encontraban desparramados del Africa al Asia Central: esos
escritos dejan ya adivinar a qué punto la religión de Mani había sido la
sistematización de mitos gnósticos de los más típicos. Para finalizar, los libros
sagrados de los Mandeanos a pesar de que no libraban aun los secretos de la
historia de esa secta bautista - viviendo aun hoy día en Mesopotamia - daban una
imagen precisa de una religión en buena parte gnóstica.

Una obra particularmente instructiva es la “Elenchos”, encontrada hace una


centena de años y designada de ordinario bajo el título inexacto de
“Philosophoumena” (1) ; se atribuye inexactamente ese tratado a Hipólito: él
estuvo en realidad compuesto por otro personaje hacia el 230. Es una verdadera
enciclopedia de la historia de las religiones que parte de las filosofías clásicas,
expuestos sobre las creencias de los Brahamanes y de los Druidas, de los
Astrólogos y de los Magos y que consagra en fin toda su segunda mitad a un
análisis de las doctrinas gnósticas que pretende apoyarse sobre las obras
fundamentales de diversos sectarios.

La obra fue discutida entre otros por el R.P. Festugière (autor de “La
Revelación de Hermes Trismegista”, “La Astrología y las ciencias ocultas”,
1944).

Pero, Fr. Filliozat (“La Doctrina de los Brahamanes según San Hipólito en
“Revista de la Historia de las Religiones”, T. CXXX, 1945) ha demostrado
cuanto eran exactos los detalles dados por el pseudo-Hipólito y que si el autor de
el “Elenchos” estaba tan bien informado sobre un sujeto tan lejano como las
doctrinas de la India, es posible que él satisficiera mejor y más fácilmente aun su
curiosidad cuando él se informó de las creencias gnósticas, vivientes alrededor
suyo.

En todo caso, un movimiento gnóstico era ya poderoso al advenimiento del


cristianismo; Gerónimo en su “Liber

(1) “Hippolytus Werke” III Band. Refutatio omnium Haeresium (Edición


Wendland 1916); traducción de los capítulos esenciales: Hipólito de Roma:
Philosophoumena, trad. y anotados por A. Siounville, 2 vol., 1928.

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contra Vigilatium” hace mención de ello; Justino escribe su “Sintagma”


hacia el año 140, Irenea de Lyon entre 180 y 185 habla largamente, Tertuliano,
Clemente de Alejandría (muerto hacia el 215) y en fin Eusebio, muerto en el
339. Pero, es en el segundo y tercer siglo que se encuentra la Gnosis en plena
floración.

Varios la hacían remontar a algunas sectas ancianas y otros a


organizaciones más recientes. El historiador Eusebio ha conservado en su
“Historia Eclesiástica” pasajes particularmente instructivos. Hay extractos de la
obra de Hegesippe que hacen descender el gnosticismo de varios movimientos
como los Essenianos, los Nazarenos, los Ebionitas, los Samaritanos, los
Galileanos, los Elkesaitas, etc.

Es un hecho cierto que si sectas gnósticas no existían en un movimiento


organizado, mucho más allá del primer siglo antes de la Era Cristiana, las ideas
gnósticas estaban ya aceptadas por un gran número de Pensadores Griegos.
Había en esa época una impulsión muy neta de místicos orientales propia a hacer
acoger una “Gnosis” que podía provenir de diversas sectas judías o bautistas, si
de todas maneras el Gnosticismo no estuviese ya implantado desde antes.

Filón, que nació 20 años antes de Jesucristo jalona señalablemente esa


evolución y plantea ya virtualmente algunos de los temas que serán desarrolldos
más tarde después de él (muerto en el año 40).

Viene la época en la cual los cultos orientales penetran en multitud en el


mundo latino. El caso de Alejandro Severo es particularmente elocuente: él
expone lado a lado en su larario una efigie de Jesús con aquella de los otros
Maestros Espirituales: Alejandro el Grande, Abraham, Orfeo, Apolonio de
Tiana.

M. H. C. Puech en su estudio (“Dónde está el problema del Gnosticismo?”)


estima que la Gnosis tuvo sus orígenes en Siria y que es en Samaria y en el Valle
del Lycos donde ella fue señalada por la primera vez. Simón es de Gitta (en
Samaria); Menandro es originario de Capparetea (en Samaria), Satornil es de
Antioquia, Cerdón (1) es Sirio,

(1) Marción, que estaba en Roma en 140 fue sin duda un discípulo de
Cerdón. Cuanto a Valentino, él se distinguió en la Ciudad, pero rompió con la
Iglesia y se retiró a Chipre. Marcus y sus adeptos predicaron en Asia menor y
aun hasta en la Galia: un “Valentinismo” impregnado de magismo.

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Cerinto pertenece al Asia Menor. “A esas Gnosis siriaca” - escribe M.


Puech - “se enlazan probablemente una multitud de sistemas anónimos y de
conducta primitiva, notablemente los Orfitas y todos aquellos que uno agrupa
bajo el nombre de adeptos de La Madre a causa del papel jugado en sus teorías
por esa entidad femenina... ”.

En los tiempos de Hadriano (110-138) la Gnosis pasa de Siria en Egipto; es


en Alejandría que se manifiestan los más grandes doctores: Basilide, Carpocrate,
Valentino. Más tarde Roma es alcanzada y es en ese momento que los doctores
cristianos descubren súbitamente la importancia de aquello que ellos llaman esas
herejías que en Oriente incubaban sin embargo desde hacía mucho tiempo.

Al final del segundo siglo las huellas del verdadero Gnosticismo se pierden
y sólo los Maniqueanos (que parecen ser de una línea directa) van a manifestarse
públicamente y es por otra parte contra ellos que las autoridades van a tratar con
rigor.
Esa “entidad femenina” de la cual acabamos de mencionar es la Gran
Madre. Es la Naturaleza, pero en la religión de los Arianos de la India, la idea es
mucho más compleja. El gran Maestro de los dioses es Indra, Dyaus y Prithivi
son los esposos: el Cielo y la Tierra; asimismo del Adi-Shakti emanan Purusha y
Prakriti el Espíritu y la Materia, en realidad es sobre todo el Principio Espiritual y
positivo y el Principio material y negativo del Universo.

Aquello que importa saber es sobre todo que la Trimourti: Brahma-


Vishnu-Shiva es la base de la enseñanza del hinduismo. Brahma es la VIDA,
Vishnu es la FORMA y Shiva es el PENSAMIENTO. Brahma es lo Creativo (el
Padre), Vishnu es lo Protectivo (el Hijo) y Shiva es lo destructivo (el Santo
Espíritu). Esta trilogía es ya la manifestación de Dios, es el Creador en su
primera persona, el sustentador, el evolucionador en su segunda persona, es de
Vishnu que emanan los Avatares (Los Mesías) es Dios que se hace hombre y, en
fin, la tercera persona el destructor de las pasiones.

Se les puede considerar como “masculino”, “femenino”, “neutro”, pero es


preciso saber que cada aspecto de la divinidad tiene su lado Femenino, cuyas
principales fuentes son: Lakshmi (la suerte, la plenitud, la prosperidad), Sarasvati
(el estudio, el arte), y Kali (La enfermedad, la destrucción, la muerte).

Es esa Kali-Durga que oran los adeptos de la Gran Madre que rige sobre la
Magia y da “poderes”.

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He ahí la razón de esa “Shiva Danzante” (Nataraja) de la cual se encontrará


las estatuas un poco por todas partes. El dios a los cuatro brazos simbolizando
los 4 elementos (Tierra-Aire-Fuego-Agua) reinando en la Naturaleza como en el
Hombre que debe identificarse justamente al Cosmos a fin de vibrar en la
Conciencla Universal (Santo Espíritu). Se ve la Divinidad danzar sobre un ser
que representa la Humanidad que, durante todo el tiempo que ella no escape a la
rueda del Destino (simbolizado por el círculo en llama) será absorbida por el
Monstruo-Dios (ver Fig. II).

Esos cuatro brazos de la Diosa Kali (principio femenino de Shiva) no son


solamente las 4 direcciones (izquierda-derecha-alto-bajo) en la idea de los puntos
cardinales (Este-Oeste-Norte-Sur) sino que resume sobre todo los 4 elementos
fundamentales del Universo (ígneo-líquido-gaseoso-só1ido) y que están repetidos
en el reino animal (temperatura del cuerpo-sangre-oxígeno-osatura).

El ser humano que debe pues identificarse (yoga) con el Universo, tiene
entonces la posibilidad de “transmutar” las partes bajas y viles en principios
superiores. Es la Gran Alquimia espiritual simbolizada por la 4 letras: I.N.R.I.

Igne Natura Renovatur Integra.


Es por el Fuego que la Naturaleza se renueva, es por la Fe que el Ser puede
transformarse, es por “Agni” por “Kundalini” por la energía vital que se puede
transmutar esas fuerzas materiales en espirituales y seguir así esa bella Lección:
“Es preciso que nazcáis de nuevo...”

- Morir al mundo de las pasiones y renacer en Un nuevo Universo de Ideal.

Se sabe que esas 4 letras emblemáticas son también las iniciales de los 4
elementos de la física en hebreo: Iamin (agua), Nour (fuego), Rouah (aire),
Isbeshek (tierra), pero esotéricamente puede asimilársele aun a la “Jerusalem
Celeste” que se escribe hebraicamente por 4 letras Shin-Lameth-Mem-Hé y del
cual se puede hacer el equivalente con “Azot”, “Tora”, “Ator” o aun “Adan” o
inclusive DEUS.

Cabalísticamente no son más las letras en ellas mismas que tienen el valor
sino el espíritu de esas letras cuando ellas forman el Tetragrama Divino: I.E.V.E.

Y se comprenderá una vez más por qué el Nombre de Dios no era


pronunciado por Hebreos mientras que la decadencia judía había hecho “Jehová”.
En efecto, el Nombre Divino era sobre todo deletreado y así en una evocación

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Fig. I Lakshmi
(Bronce) FIG. II. Shiva Danzando. Estilo Dravidiano de la India.
XI siglo.

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especial (como los Yoghis pronunciando los Mantras) dirigidos en las


4 direcciones cardinales.

Ese Yod-Hé-Vaw-Hé (Iévé), toma entonces toda su significación y


uno concibe que los gnósticos se hayan inclinado igualmente sobre las
profundas razones de ese problema.

Eusebio en su « Historia eclesiástica » (III, 29), relata que Nicolás


tenía una mujer muy bella y que él habría dado a ciertos preceptos sobre
el desprecio de la carne, una interpretación muy licenciosa. Epifanio
agrega que de los sectarios de Nicolás derivaron los grupos de los Grandes
« Gnósticos », de los Fibionitas, Stratióticos, Levíticos y otros es decir:
las principales sectas orientales. Los Nicolaitas habrían enseñado que
existía un comienzo, frente al Espíritu inengendrado y primordial,
Tinieblas, un abismo y aguas y que el Espíritu habría echado lejos de él.
Ante lo cual, las tinieblas, en furor contra el Espíritu, habrían subido para
atacarlo. Es entonces que se habría producido una especie de matriz que,
del Espíritu, engendró cuatro « éones » (1), los cuales engendraron
catorce otros; después de lo cual se formaron la a derecha » y la
«izquierda »: la Luz y las Tinieblas...

Según Sagnard (la «Gnosis Valentiniana», pág. 544): A la derecha y a


la izquierda, los sistemas gnósticos reportan, respectivamente, los
elementos superiores e inferiores, psíquicos y materiales.

Por nuestra parte, hemos analizado ya esa cuestión desde el No. 2 de


esta serie de « Propósitos » (los dos lados del Árbol Cabalístico, la «
Clemencia » y el « Rigor ») y en el folleto VI dábamos el mecanismo de
las dos columnas de Luz y de Calor: Es también: el Jehovah de la derecha
y el

(1) El término « eon » o « siglo» designa para los gnósticos las entidades
jerarquizadas del Universo. Para M. H. C. Puech: «La Gnosis es incapaz de
pensar racionalmente por concepto o concretamente, por aprensión, en su
singularidad, de las personas o de los acontecimientos de la historia: los
conceptos se convierten para ella en esquemas con contornos mal definidos,
Entidades semi-abstractas, semi-concretas, semi-personales, semi-impersonales,
de los “eones”... de los fragmentos de duración o de los periodos de los tiempos
espacializados e hipostasias, los elementos o los personajes de un drama
histórico-mitológico; y por su lado, individuos o hechos históricos están
sublimados a medio camino entre lo real y lo simbólico. (En la Gnosis y el
Tiempo. Eranos. — Jahrbuch XX, pag. 110, Ed. 1952.)

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Jehovah de la izquierda (ver. folleto XI, es, en fin, las dos columnas
del Templo B: y J: (ver folleto, XXIV).

Es eso lo que los Budistas clasifican como « Preceptos Positivos » y «


Preceptos Negativos » como lo hemos explicado ya (ver también nuestro
punto de vista en el Libro V de la serie « Los Grandes Mensajes ».

Nicolás había sido uno de los primeros diáconos instituidos por los
Apóstoles, él era originario de Antioquía, pero mucho mas que él, Simón
el Samaritano pasa por ser el fundador de la Gnosis según una teoría muy
desarrollada en las « Homelias clementinas ». Simón-el-Mago como se le
llamaba (y es así que se le menciona en la Biblia en el capítulo VIII de las
« Actas de los Apóstoles ») tuvo por Maestro un cierto Desithea
presentado a veces como el fundador de la secta de los Saduceanos.
Eusebio (en su « Historia » IV) lo menciona entre aquellos que se
habrían separado de la primera comunidad cristiana después de la muerte
de Santiago.

Para Mc L. Wilson (en « Simón, Dositheus and the Dead Sea scrolls »)
mucho antes de: Simón habría habido aun otros Doctores entre los
Samaritanos, entre otros un cierto Dustan que remonta a una una época
muy antigua.

Satornil predicaba en Antioquia (según H. C. Puech, él sería el


primero de los gnósticos en la época de Trajano a mencionar Jesús). El
pretendía que un Padre Supremo, desconocido, habría creado los Ángeles,
Poderes y Eones del Mundo Supremo. La idea de moldear al hombre
habría venido a continuación de una revelación: una imagen resplan-
deciente venida del Poder Supremo, imagen que esos ángeles percibieron
pero que fueron incapaces de retener. Es entonces que ellos se habrían
exhortado mutualmente en esos términos « Hagamos al hombre según esta
imagen y semejanza... »; son esas las palabras que el Génesis (I-26) habría
conservado pero bajo una forma inexacta. Esa primera creación no era
más que un hombre que se arrastraba y es entonces que la Virtud de
Arriba tuvo piedad de él y le envío una chispa de Vida que lo enderezó y
lo hizo vivir. Esa chispa remonta después de la muerte física del hombre
terrestre hacia los seres superiores a los cuales ella está emparentada. Los
discípulos de Satornil se abstenían escrupulosamente de todo alimento
teniendo vida.

Basilide había sido discípulo de Menandro y hereda de las teorías de


Simón. El había instituido su escuela en Egipto, había redactado 24 libros
de “Comentarios” sobre el Evangelio . El pretendía haber recibido,
viniendo de Mateo,

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doctrinas que el Cristo había hecho conocer a ese Apóstol en sus


conversaciones particulares.

Irenea habla de los cielos superiores donde de emanación en emanación


son creados hasta un cuarto cielo que es ese último que nosotros vemos y que
está lleno de ángeles que han creado todo aquello que está en el mundo de aquí
abajo (Esos cinco Eones que gobernarían así las Esferas serían un poco como
los « Dyans-Budas » de los Tibetanos). Ellos tienen por Maestro el Dios que
los judíos han reconocido como el Creador del Universo y de la Ley. Pero esos
poderes inferiores están corrompidos al punto que el Padre inengendrado ha
enviado su “Hijo” único — el «Noûs» igualmente llamado «Cristo» — para
liberar de la dominación de esos poderes, aquellos que creían en El. Es gracias
(siempre según Irenea) a nombres secretos, palabras de pase, etc... que los
elegidos podrán remontar a través de los cielos inferiores escapando a sus
Arcontes. Sobre la tierra el Cristo se ha manifestado no teniendo más que del
hombre la apariencia y, aun, no es él quien ha sufrido la Pasión: es Simón de
Cirena quien le ha sido substituido y quien ha muerto en su lugar sobre la Cruz.

Es Carpocrate (un contemporáneo de Basilio) quien habría dado


nacimiento a una secta que por la primera vez llevaba el nombre de « Gnóstica
» (el hecho es relatado por Irenea I, XXV). Según Epifanio, los discípulos
tenían pinturas en colores realzadas de oro y de plata, representando: Jesús,
Pitágoras, Platón, Aristóteles.

En fin, los fundadores verdaderos de la Gnosis permanecían inciertos,


Simón de Samaria dicen los unos, Nicolás pretenden los otros. De estos, pueden
ser tiradas enseñanzas por Basilide, Valentín, Carpocrate, que quisieron
volverlas más sutiles. Sea como sea, según Irenea, la más grande secta, aquella
que se califica expresamente de “Gnóstica” habría aparecido en Roma
solamente en los tiempos del Papa Aniceto (155-166) y habría tirado sus
orígenes de los sectarios de Carpocrate.

Se encuentran numerosas sectas gnósticas profesando teorías diversas, pero


establecidas sobre una base idéntica.

San Irenea ha conocido sobre todo tres de esas sectas: las Sainitas, un
grupo identificado a los Orfitas (o de los Sétianos) y, en fin, los gnósticos
calificados de Barbele-gnóstico. Hay también sin embargo los Naassenes, cuya
« Philosophoumena » (V, 6-11) dice esto por ejemplo: « Los sacerdotes y jefes
de esta doctrina fueron que se llamaron primeramente los Naassenes, de la
palabra hebrea « naas » que significa « serpiente ». Más tarde ellos mismos
se intitu-

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laron Gnósticos, pretendiendo ser los únicos en conocer las profundidades.


Ellos se dividieron en múltiples sectas que en el fondo no constituían más que
una sola herejía, ya que bajo fórmulas diversas, es siempre la misma doctrina
que ellos exprimen. Sus enseñanzas habrían sido transmitidas primeramente por
Santiago, hermano del Señor, a Mariammé. Ellos conocían un Evangelio según
los Egipcios y utilizaban igualmente un Evangelio según Tomas en el cual se
encontrarían entre otras esta palabra atribuida a Cristo: aquel que me busca, me
encontrará entre lo niños a partir de siete años, ya que es ahí que en el décimo
catorce éon después de haber permanecido escondido, yo me manifiesto. »

A pesar de que ese texto, como la mayoría de los otros que se relacionan a
la historia de los Gnósticos, sea escrito por un adversario de la Gnosis, él da
informaciones preciosas y aun ricas de una lección esotérica.
«Naas» equivaliendo a «serpiente» estaría a la base del nombre de los
Naassenos que nos hacen pensar etimológicamente también al nombre de
«Nazarith» de la más pura esencia crística. El Nazarith, lo hemos ya dicho, está
“dedicado a Dios” en el sentido del «Yoghi». La serpiente (en hebreo «naas» o
mejor aun «nahash» puesto que las letras que la componen son: Nun-Hé-Shin)
es el emblema tanto de los Naassenos como de los Yoghis. Para los Gnósticos
es el animal sagrado tanto como en varias religiones orientales.

Epifanio que escribe sobre los Ofites (su nombre proviene igualmente de
serpiente en griego «epheos», los ofidianos son los verdaderos reptiles no
teniendo más que sus costillas como medio de locomoción) se explica así:
Nosotros veneramos la Serpiente - dicen ellos - porque Dios la ha hecho causa
de la Gnosis para la Humanidad. Ialdaboâth (Sabaoth) no quería que los
hombres tuvieran un recuerdo de la Madre ni del Padre de Arriba. Es la
Serpiente quien los persuadió y quien trajo la Gnosis: ella enseñó al hombre y a
la mujer el conocimiento completo de los misterios de arriba. Es por ello que
(su) Padre Ialdahaóth loco de ira... lo echó fuera de los cielos. Esa imagen de la
serpiente se encuentra desde entonces en la naturaleza humana: Nuestros
intestinos, gracias a los cuales nos alimentamos y vivimos reproducen la figura
de la serpiente.”

Para los Yoghis de la India, la fuerza vital (kundalini) está simbolizada


también por una serpiente que se habría enrollado en los bajos de la columna
vertebral (muladhara) y quien por ejercicios especiales de las posturas (asanas)
y de las respiraciones (pranayama) se metería en movimiento y pasaría por los
diferentes centros nervo-fluídicos (chakras) viniendo a la cima de la cabeza
para, en su emanación

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Estatua de Krishna

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simbólica, reunir lo humano a lo divino. Como se ve es el restablecimiento


de equilibrio del gran simpático y el auto-masaje interno de las glándulas
endocrinas lo que hace posible el desarrollo de las facultades.

Animal sagrado, la serpiente está representada enrollada sobre la cabeza de


Sri Krishna, el Avatar de Vishnu (Dios hecho hombre) (1). Esta segunda persona
Divina (Vishnu), que es la Forma (como Brahma es la Vida y Shiva el Pensa-
miento), es el sustentador o aun el evolucionador, es él quien emana los
“Avatares” (las extracciones de Dios), esos Mesías, esos Cristos, esos Enviados,
que son Dios hecho hombre, que vienen para enseñar a la humanidad. Se
representa a veces a ese Hombre-Divino con una serpiente a tres cabezas.

Esos gnósticos, “ofitas” y “naassenos”, parecen haber recibido sus primeras


bases de conocimiento entre los Yoghis.

Los “Nazariths” no son ni más ni menos que los “Sannyasines” de la India.


En el capítulo VI de los Números (vers. 1 a 9), se puede leer: “El Eterno habló
así a Moisés y dijo: Habla a los hijos de Israel y les dirás: Cuando un hombre o
una mujer se separará de los otros haciendo voto de nazarith, para consagrarse al
Eterno, se abstendrá de vino y de bebidas enivrantes...” – “Durante todo el
tiempo de su Nazareato la navaja no pasará sobre su cabeza, hasta la realización
de los días por los cuales él ha sido consagrado al Eterno, será santo y dejará
crecer libremente sus cabellos...” etc... (En los Jueces se habla igualmente). En el
capítulo II de Amós, versículo once, se dice aun: “Yo he suscitado entre vosotros
hijos, profetas, y entre vuestros jóvenes, nazarenos ».

Es bien esa entre los hebreos una costumbre ancestral en Oriente: el


“Sannyasa” (abnegación) es el acto de rehusar los bienes de este mundo, el no-
ligamiento a los frutos de los actos, es sobre todo un estado mental, pero el
“Sannyasin” se distingue también por un vestido especial (la santa

(1) El Señor Krishna fue el 8º Avatar de Vishnu; Gautama, llamado “Buda”


fue considerado como el 9º; en cuanto al Décimo Avatar, sería el Instructor
Mundial de nuestra época y considerado igualmente como el Cristo-Rey (el Hijo
del Hombre) que marca esta Nueza Era (Edad Aquarius, simbolizada por el
Signo del Aguador o llamado también “Signo del Hijo del Hombre”).
Toda la filosofía de Sri Krishna está detallada en la “Baghavad-Gita”, que
es un poco como la Biblia de los Hindúes.

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guerrua) tanto como la túnica blanca del « Nazarith », no se afeita la


barba, deja crecer sus cabellos y naturalmente se abstiene de la carne
animal, de las bebidas enivrantes...

En las Indias, el ejemplo de los Sannyasis ha dado lugar a la


formación en la comunidad de Saddhus a diversas reglas secundarias, así
como el ejemplo de los Nazariths entre los Judeos-cristianos ha dado
nacimiento a colectividades de Nazarenos de los cuales fueron tiradas las
concepciones de los Naassenos, de los Ofitas y a continuación quizás de
los otros Gnósticos de más en más alejados del Ideal originario de los
primeros Iniciados.

Al principio del Universo, los Naassenos imaginan un Hombre y un


Hijo del Hombre Andróginos. En honor de ese Adamas primordial, ellos
han compuesto por otra parte numerosos himnos. Ellos son igualmente hostiles
al comercio carnal que ellos consideran como una mancha para la raza de
los elegidos, igualmente llamados “la Raza misteriosa de los hombres
perfectos”. Ellos conocen un bautizo que tiene por meta introducir en la
voluptuosidad imperecedera del hombre que ha sido lavado en un agua viva
y untado de una unción inefable.
Ese género de «bautizo» es evidentemente una INICIACIÓN (hemos visto
ya esta cuestión de diferentes bautizos en nuestros folletos No. X y No. XI:
«Educación cristiana» e «Iniciación crística»).

Notemos al pasar que la palabra «Cristo» significa «estar ungido»,


el hecho de estar impregnado enteramente del Principio de un Alto.
CRIST-alizado en cierta manera, es el estado de Cristo-en-nosotros, que
hemos definido ya varias veces. Es inútil de insistir sobre el hecho de
«cristalizar» alguna cosa para dar la pureza del Cristal que simboliza tan bien
la VERDAD, tanto como el hecho de emplear ese neologismo de una
CRIST-alización (la realización crística).

La secta de los Pêrates no difiera talmente de los Naassenos. Según Jonas


(en su « Die mythologische Gnosis ») Carvste, la patria de Celbés, estaba
en la isla de Eubea que se llamaba igualmente Peran el país « más allá » del
mar, quizás es de ese nombre que la secta tomaba su apelación de Perate.
Pero Bunsen (en “Hippolyt and his age”) dicen que los mismos sectarios
pretendían deber su nombre a aquellos que eran sólo capaces por sus
doctrinas de «atravesar» (en griego “perâ”) más allá de la corrupción.

Esa secta habría sido fundada por Eufrates el Peratico, del cual
Origene dice que sería también el fundador de la

PP XXV – 20 –

secta Ofita. Ellos practicaron la astrología sobre la cual su sistema de


enseñanza está basado casi enteramente.

Según los Perates «el universo se compone del Padre, del Hijo y de la
Materia. Cada uno de esos tres principios posee en sí mismo poderes infinitos.
Entre la Materia y el Padre se sienta el Hijo-Verbo y la Serpiente-principio
mediando siempre en movimiento hacia el Padre inmóvil o hacia la Materia que
es muda. Ora él se gira hacia el Padre y toma en su propia persona los poderes;
ora, habiendo tomado esos poderes, él se vuelve hacia la materia: ésta, siendo sin
forma y sin cualidad recibe del Hijo los moldes de las formas de las cuales el
mismo Hijo ha recibido del Padre los moldes ».

Por el resumen que ha hecho el Philosophoumena, uno se da cuenta que


ellos habían establecido todo un juego de asimilación entre los diversos poderes
de los cielos inferiores tales como los otros sistemas gnósticos los conocían y a la
vez aquellos de la mitología clásica y los poderes celestes de los cuales la
astrología ptoloménica había multiplicado los nombres. La obra de los Perates
enumera: « Ariel que es el jefe de los vientos: a su imagen han sido Eole y
Briaree. El jefe de las doce horas de la noche es Sacla llamado Osiris para los
ignorantes: a su imagen han sido Admete, Medea, Hellen. El jefe de las doce
horas del día es Euno: es él quien es propuesto a la salida de la primera bóveda
celeste, los ignorantes lo han llamado Isis, su signo es la constelación del perro,
según sus modelos hayan sido Ptolomeo, hijo de Arsinoe, Didima, Cleopatra,
Olimpias...».

— Según Jean Doresse (en sus notas sobre «El Libro secreto de los
gnósticos de Egipto») el nombre de Sacla representa quizás una deformación de
aquel de Sokar igualmente llamado Sokaris, dios de la necrópolis de Menfis que
las creencias egipcias asimilan ora a Ptah y ora, efectivamente, a Osiris. Los
sonidos l y r se confunde en egipcio. Osiris estaba identificado por su parte a la
constelación de Orión. Sobre los diversos nombres de Sacla que se convierte en
una de las figuras del demiurgo malo, Ialdabaôth, encontramos importantes
explicaciones en diversos autores. Así Puech (en « La Gnosis y el Tiempo »)
escribe: « Ese ser es Ialdabaôth que los mitos gnósticos identifican al dios del
Génesis, al Creador malo. El está dotado a veces aun de un rostro de asno o de
cochino. El es además, designado por algunos otros nombres: a veces se le llama
Samael, lo cual lo asimila al ángel caído — Satán — cuya Ascensión de Isaie,
por ejemplo, evoca los combates contra las armadas de los cielos superiores. El
es también Ariael, el « león de Dios ».

PP XXV – 21 –

C. Bonner, insiste sobre el hecho de que es sobre todo Sacla que uno
identifica a veces a Osiris. Los Maniqueanos lo conocían bajo ese nombre:
uno de los Kephalaia encontrados en copto (el capítulo LVI) le está
enteramente consagrado. Sacla se encuentra igualmente bajo la forma de
Eschakleo en los mitos del Hermetismo vulgar. Su nacimiento está descrito de
otra manera que entre los Gnósticos, en las Kosmopoiia, extraña cosmogonía
conservada en un papiro griego de la biblioteca de Leyde y en la cual se
mezclan los elementos judíos y egipcios: después de la aparición de los
angeles, de los dioses y de la luz, la tierra se levanta en masa redonda,
las aguas se dividen en tres partes y es entonces que aparece Eschakleo
quien recibe el mandato del abismo.

En fin, los Perates parecen haber sido una simple rama de los Ofitas y
varios textos vienen al apoyo, como por ejemplo ese pasaje: « Si alguien
dice el Perate tiene sus ojos favorizados, él verá, levantando la mirada hacia
el cielo, la bella imagen de la Serpiente enrollada al gran comienzo del
cielo y convirtiéndose para todos los seres que nacen, en el principio de
todo movimiento. Entonces el comprenderá que ningún ser, ni en el cielo,
ni sobre la tierra, ni en los infiernos, no se ha formado sin la Serpiente... ».

Se trata también de la Constelación del Dragón que, vecina de la Gran


Osa, esta más o menos identificada al Eje del mundo. Y una vez mas la
Serpiente viene como símbolo inicial.

Lo que es una lástima es que la historia presente la Gnosis por medio


de textos casi siempre escritos por adversarios de los Gnósticos. Así, en la
mayoría, los hechos llamados históricos son inciertos. Es natural que las
sectas gnósticas hayan sabido esconder a sus adversarios una gran parte de
sus misterios, pero las ideas y los mitos se presentan aquí y allí,
desgraciadamente uno está en el derecho de preguntarse si los escritos
llamados «secretos» han existido verdaderamente o si fueron imaginados por
ciertos enemigos de los gnósticos.

El autor de las Philosophoumena es anónimo, cuanto a Irenea, Epifanía,


etc.. no podemos juzgar en cual porción han exagerado o deformado los
relatos.

Para Jean Doresse, se trata a menudo de interpretaciones rápidas


construidas por comentadores que conocieron demasiado incompletamente
esa religión y que tomaron por el fondo mismo de esas creencias aquello que
no era en realidad más que glosas, comentarios de sectarios demasiado
letrados.

Algunos críticos han refutado todo a los Gnósticos, pero

PP XXV – 22 –

así sucedió también con puntos de vista que no apuntan hacia la


Gnosis. Por ejemplo, la refutación que Celso ha trazado del cristianismo
mismo; él pretende que la doctrina del Evangelio viene por una parte de
Platón, de Heráclito, de los Estoicos, de los Judíos, de los mitos egipcios y
persas.

P. de Labriolle (en « La Reacción pagana ») concluye: “El tono de


ataque semejante recuerda, hasta en su estilo, las críticas análogas que los
herejiólogos cristianos lanzan contra los Gnósticos.”

Por ricas que sean pues las informaciones que los adversarios de los
Gnósticos han coleccionado a su sujeto, no pueden ser tomadas en
consideración.

Habían sin embargo documentos originales que fueron descubiertos, pero


parece ser que esos sean los textos más complicados que la Gnosis haya jamás
producido. Esos despojos de la literatura gnóstica, están esencialmente
resumidos en tres manuscritos provenientes de Egipto y redactados los
tres en lengua copta (1).

El más conocido de esos manuscritos es designado bajo el nombre de


Pistis Sophia (adquirido por el British Museum en 1785).

El nombre que quedó largo tiempo misterioso, fue traducido en 1847


por Dulaurier quien concluyó que «Pistis Sophia» equivalía a «Fiel
Sabiduría». Una primera traducción en latín fue emprendida en 1851,
notemos la edición de M. G. Schwartze, después la traducción inglesa de G.
Horner (en 1924) y la alemana por C. Schmidt (en 1925).

En los dos primeros Libros de Pistis-Sophia, se cuenta como durante


los once primeros años que siguieron a la Resurrección, Jesús regresado
sobre la tierra no habría enseñado aún a los discípulos que una parte de los
Misterios.

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(1) El copto es una forma popular de la lengua egipcia, no escrita más
en jeroglifos sino por medio del alfabeto griego completado por algunos signos
destinados a transcribir sonidos particulares. Después de algunos
tanteamientos preliminares, los más antiguos textos coptas aparecieron en
los primeros siglos de nuestra era. Usando de esa escritura de la cual algunos
dialectos egipcios van a acomodarse, el cristianismo del Valle del Nilo
producirá una abundante literatura. Es solamente en el siglo X que la
lengua copta empezará a borrarse delante del árabe en el uso corriente.
Ella es siempre empleada sin embargo en la liturgia de la iglesia de
Egipto.

PP XXV – 23 –

Después los dos Libros de Pistis Sophia, el mismo manuscrito contiene dos
textos calificados cada uno, bien que ellos -sean bastante diferentes uno del otro,
por la misma apelación:

Una parte de los Libros del Salvador.

En el primero, los discípulos interrogan el Salvador sobre todo a propósito


de los problemas que tocan a la salvación de las almas. Se ve también como está
constituida el alma humana. Parece ser por otro lado que se trate no solamente
del alma tal como se concibe generalmente sino de la constitución del ser en
tanto que entidad total. Por otra parte ese texto expone que el alma humana está
hecha de tres partes: de espíritu de materia y también de un espíritu «
contrafactor », lo cual vendría a una base común de todas las grandes
concepciones tradicionales que el Ser está hecho de un cuerpo material, de un
Espíritu y de una materia plástica intermediaria llamada Alma.

El segundo libro, comienza por una escena que se sitúa de inmediato


después de la Resurrección. Jesús está cerca de las aguas del Océano, de pie
sobre un altar alrededor del cual están colocados los discípulos. El pronuncia una
plegaria misteriosa en la cual se mezclan ciertos nombres cabalísticos que uno
encuentra tanto sobre esas fantásticas gemas grabadas que uno tiene costumbre
de calificar de « gnós-ticas », que en las fórmulas de los papiros mágicos, griegos
y coptos.

Bajo el efecto de esas palabras, los cielos se abren súbitamente, Jesús y los
suyos son transportados en los espacios intermediarios y ven delante de ellos,
bogar entre los aires las barcas del sol y de la luna en las cuales se encuentran los
genios fantásticos. En una de esas barcas se distinguen entre los dragones cuyo
papel es de raptar los Arcontes, la luz que ellos guardan. Jesús relata entonces
como los poderes de las Adamas que habían persistido sobre todo en procrear
ángeles, decanos y otros poderes, han sido ligados por Jeou «Padre de mi Padre»,
a la Esfera celeste del Destino, es decir durante el curso del tiempo.

El rito de apertura del cielo por el cual Jesús transporta sus discípulos en los
espacios superiores y hace aparecer las barcas divinas parece venir del Egipto
faraónico: los dioses en sus barcas celestes aparecerían así en sus santuarios. Se
encuentra también esas barcas en los mitos de los Mandeanos.

En lo que concierne los dragones y la luz detenida, ya San Agustín habla


en su resumen sobre el mito maniqueano, igualmente Evode (De Fide 17)
quien cita: « esos poderes quitaban las naves del Sol y de la Luna para ir a

PPXXV-24-

seducir los Arcontes tomando formas de jóvenes o de muchachas,


despojados de todo vestido... Como esa concepción metía el sol y la luna en el
rango de poderes benéficos se le substituía en la lista de los siete planetas las
estrellas de la cabeza y de la cola del Dragón (constelación vecina del Polo).

Charlotte Baynes (« A coptic gnostic treatise ») ha intentado últimamente


meter en su lugar el manuscrito gnóstico traído de Tebas en 1769 por el viajero
escocés Bruce que hacía ruta hacia el Sudán y la Etiopía. Escrito sobre papiro, él
comporta dos partes, la primera comprende dos libros de un Gran Tratado según
los Misterios, pero el título del segundo se ha perdido. De esa obra resalta una
descripción de Dios Supremo, Padre del Universo, inefable e invisible. Por su
primer Pensamiento sale de él un Hijo, Antropos fantástico en el cual — se ha
dicho — él pinta todos los universos. Ese hombre primordial está descrito detalle
sobre detalle, cada parte de su cuerpo reproduciendo a una escala diferente las
entidades que componen el universo superior. El es perfecto y completo,
andrógino pues. Una ventaja de la larga descripción hecha así es que puede
deducir de esa imagen la disposición mística del mundo superior que ella refleja:
en la cima de ese universo se encuentra Setheus, otro aspecto del Dios primordial
pero esta vez en tanto que Creador y en ese Setheus estaban contenidos la
Mónada y el Monógeno.

Se ha supuesto que el Setheus, el «conmovedor», puede ser considerado


probablemente aun como una figura del gran Seth, preexistiendo a su reflejo
terrestre: Seth, hijo de Adán.

La Mónada sería quizás asimilable a Barbeló, una como la otra estando en


los mitos en los cuales ellos intervienen, primera imagen del Padre y simiente
del Cosmos lo que se acordaría con la dudosa interpretación del nombre de
Barbelá por el egipcio Blbile = «simiente» (semilla).

Cuanto al Monógeno, él está identificado al Verbo; su papel puede ser mejor


comprendido si uno se reporta a Irenea, Adversus haereses, I, XXIX, y a su
pararelo copto revelado por C. Schmidt en 1907 en Philotesia. « Barbeló
mirando profundamente en la pura luz provoca la producción del Monógeno: el
primer y el único engendrado, mientras que el Padre es inengendrado. »

Hay aun un tercer manuscrito de contenido gnóstico, es una colección copta


escrita sobre papiro que fue adquirida al Cairo por el Dr. Rheinhardt en 1896.
Ese manuscrito contenía un Evangelio de María, un Libro secreto de Juan,

PP XXV – 25 –

una Sophia de Jesucristo, en fin, las Actas de Pedro que no eran gnósticas.

Esos textos han sido muy bien estudiados por el sabio Carl Schmidt y el
trabajo fue terminado aun después de la muerte de éste, por el profesor Walter
Till que lo ha hecho aparecer en 1956 bajo el título de « Die gnostischen
Schriften des Papyrus Berolinensis ».

Existen también pinturas y monumentos gnósticos de los cuales se debe


hacer mención y en primer lugar la Roma subterránea en sus innumerables
hipogeos que han guardado huellas de cultos extraños, olvidados por la historia.
En efecto, hasta en las necrópolis vaticanas se encuentran sepulturas de iniciados
que fueron a la vez devotos de Isis y de Baco (citado por Jer. Carcopino, en
“Estudios de historia cristiana...”, pág. 164).

En las Catacumbas de Pretextat se ha descubierto la tumba de Vibia, adepto


del Dionisio Frigiano, Sabazius, que fue identificado al Señor Sabaóth (según lo
citado por Cumont, en «Las religiones orientales en el paganismo romano», pág.
228).
Los parajes de la iglesia San Sebastián fueron en la antigua Roma, el primer
lugar que llevó el nombre de « catacumbas »: Catacumbas, era el nombre que
designaba originalmente una depresión de terreno. (Carcopino lo define así en «
De Pitágoras a los Apóstoles », páginas 227 y 339). Esto servía de cementerio y
de ahí esa apelación de « Catacumbas » que se generalizó a las otras necrópolis.
(Hemos visto ya esta cuestión en nuestro folleto No. XXIII.)

Las catacumbas eran primeramente sepulturas judías o judaizantes que se


habían abierto en ese lugar; más tarde los cuerpos de los apostóles Pedro y Pablo
fueron conservados durante un tiempo; es ahí igualmente que el Santo mártir
Sebastián fue más tarde enterrado. Una basílica de los Apóstoles fue construida y
a partir de 258, para esta construcción, los Cristianos condenaron ciertas capillas
funerarias de los ocupantes más antiguos. Ahora bien, las excavaciones recientes
han puesto al día algunas de esas sepulturas primitivas. Una de ellas pertenecía a
personajes que con cierta predilección se denominaban Inocentii: los Inocentes.
La tumba estaba ornada de pinturas de un género bastante inhabitual — escenas
de iniciación, de funerales — que atraían la atención de los arqueólogos. (De esas
informaciones han sido reproducidas inclusive en la gran prensa en 1955.)
En «El Misterio de un símbolo cristiano», J. Carcopino, relata que un
símbolo particular estaba representado, se

PP XXV - 26 –

trataba de la ascia, la azuela que fue el emblema de los Essenianos y


de los Pitagóricos; ese investigador concluyó que los propietarios de esa
tumba debían ser Nazarenos. Estos, según Epifano profesaban un
respeto particular por el Apóstol Santiago que beneficiaba igualmente
del favor de las tradiciones gnósticas. — Por nuestra parte hemos visto
(nuestro folleto No. XXIV) que Santiago, hermano de Jesús se
encontraría sin duda en el origen de la Francmasonería en Francia.

Otra tumba que pertenece a auténticos Gnósticos es la sepultura de


los Aurelii en el Viale Manzoni y que fue descubierta hace una treintena
de años (ver “Il monumento sepolcrale degli Aureli” de G. Bendinelli).
Según Jerome Carcopino, el monumento dataría a lo más temprano de
Caracalla (211-217) y, a lo más tarde, a Alejandro Severo (222-235);
ese investigador ha hecho una substancial puesta en claro (bajo el título
«El Pitagorismo de los Gnósticos»). En las figuras que ornan esos
subterráneos parecen reconocerse la triada del Pleróme y el Buen Pastor
encuadrado de un decorado de almendras (almendras a las cuales los
Naassenos comparan el Padre del Universo). Se ve igualmente una
escena muy sobria que podría ser la creación del hombre sobre la cual
vela un personaje con rostro melancólico (quizás Ialdabaóth). Por otro
lado Adán y Eva reciben de la Serpiente la revelación de la Gnosis.
Aquí, figura la Cruz. Allí se levantan las figuras de Mariamne, de Sofía,
de los apóstoles Juan y Santiago, de Mateo. Igualmente la Cena, la
Jerusalem celeste...

C. Bonner (en « Studies in magical amulets chiefly Greco-Egyptian


») hace un excelente inventario de las figuras grabadas, pero Jean
Doresse (en su capítulo «Textos y monumentos originales», pág. 100),
pretende que sería el momento de revisar en función de la mitología
gnóstica. Por otro lado, él explica aun que hay sin duda en las figuras
bizarras y los signos cabalísticos de esas gemas grabadas, personajes
demoníacos a cabeza de gallo y piernas remplazadas por serpientes,
cerca de ellos se leen los nombres de Iaó, de Abraxas, pero se quisieran
encontrar muchas más de esas reliquias concretas de las creencias
gnosticas.

Precedentemente (en esta misma serie de « Propósitos ») hemos


hecho mención ya de ese nombre de Abraxas, del cual se ha tirado el
filactero abracadabra (1). Podría tratarse.

(1) Las siete letras formando el nombre de Abracáx, hacían en


griego el número 365 que era aquel del año y los demonógrafos
colocaban bajo esas órdenes varios genios que presidían a los 365
dioses, a los cuales ellos atribuían 365 virtudes (una para cada día). Los
Basilidianos aseguraban aun que Jesucristo no era más que un fantasma
bienhechor enviado sobre tierra por Abracax (ver nuestra explicación
detallada al inicio del folleto No. XX « Ocultismo »).
Con la palabra ABRACADABRA se hacía sobre todo en Persia y en
Siria, una figura mágica a la cual se atribuía el don de encantar ciertas
enfermedades y sobre todo de echar los malos espíritus. El talismán
llevado alrededor del cuello, estaba compuesto con las letras escritas en
forma triangular, partiendo del término en entero para terminarse por la
última letra «A» que era la punta inferior del triángulo.

PP XXV – 27 –

bien de uno de los dioses de algunas teogonías asiáticas; él esta


representado a menudo sobre amuletos con una cabeza de gallo y pies
de dragón.

En su comunicación al Instituto de Egipto (en diciembre 1951)


Jean Doresse, da los resultados de sus investigaciones sobre
«Chnoubis, figura de un dios gnóstico». Ese dios que lleva una figura
gnóstica, sería heredado de una divinidad egipcia (el Dios Khnoum;
posiblemente más bien el Kém-âter tebano). La apariencia que se le
presta es aquella de una serpiente cuya cabeza (aquella de un león) se
envuelve de rayos, esto haría pensar, si se cree los tratados de
astrología a un signo celeste, pero también a Ialdabaóth, el poder
malvado a cabeza de león.

Reproducimos aquí ese emblema con los caracteres de los genios.


Aquí adjunto igualmente la lista de las equivalencias por signos
zodiacales.

CARNERO : Sataaron - Sahariel


TORO : Pagdal - Azariel
MELLIZOS : Sagras - Saraiel
CANCER : Rahdar - Prakiel
LEON : Sagham - Seratiel
VIRGEN : Iadara - Schaltiel
BALANZA : Grasgarben - Hadakiel
ESCORPIÓN : Riehol - Saissaiel
SAGITARIO : Vhnori - Saritaiel
CAPRICORNIO : Sagdaton - Semakiel
ACUARIO : Archer - Ssakmakiel
PECES : Rasamasa - Vacabiel

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Recordemos aquí que el « Némesis » equivale al « Karma » de los


Hindúes, esa Ley de Causa a efecto, fue ya suficientemente explicado, es
el Destino (el “Fatum” de los Latinos), la Regla que hace de una
encarnación, el producto del comportamiento pasado, es el Presente que
es el resultado de los actos que según que ellos son buenos o malos hará
el Futuro con frutos beneficiables o pruebas penosas.

Numerosos son los emblemas que han simbolizado ese Destino. Es el


Ouroboros egipcio, esa serpiente que se muerde la cola y caracteriza la
Unidad de la Materia pero simboliza también que no hay de comienzo ni
de fin, es el ciclo perpetuo, el eterno regreso... Es aun el « Bhava-Cha-kra
» esa Rueda de la Transmigración de las existencias que simboliza el
monstruo Dag-Zin tibetano (ver la ilustración de la página 393 en “Los
Grandes Mensajes”). Es también esa Rueda de fuego en la cual baila
Shiva (nuestra segunda figura en este folleto). Se comprende de
inmediato que es la Rueda Zodiacal, la Rueda influencial, el círculo de
los acontecimientos exteriores, el atavismo, el medio ambiente, etc., tanto
como la ronda interior del razonamiento consciente, las ideas
preconcebidas, los hábitos, los vicios, las ataduras de los sentidos, etc,..
Es preciso desatarse ante todo en cierto modo de ese «zodiaco interno»
para enseguida, más libremente poder elevarse más allá de los influjos
planetarios proveniente del Zodiaco astronómico. Puede haber también
por otra parte una sucesión de “Zodiacos” a diferentes grados: un zodiaco
mental, un zodiaco astral, un zodiaco celeste y, después, super-zodiacos...
Tanto como hay mundos, sistemas planetarios, Universos, Galaxias,
Super-Galaxias, etc.

Los prototipos de esas Ruedas están descritas imperfectamente en la


visión de Ezekiel (aquí en la Fg. VI — demostramos el “Shéma”
geométrico). Las Strophali o Spherulae de Hecate, empleadas en las
prácticas mágicas son los descendientes degenerados de esas “ruedas”
vivientes o esferas de los elementos vitales.

Para regresar a esa imagen religiosa (la serpiente a cara de león) que
los Gnósticos asignaron a Ialdabaóth, sucede así también con numerosas
estatuas descubiertas en los restos de diversos santuarios de Mithra. R.
Pettazzoni (en “Quaderno 15” — dell'Accademia Naz. dei. Lincei. Anno
CCCXLVI) concluyendo que se trata de Cronos, maestro del tiempo
infinito.

Cumont (en «Religiones Orientales...») relata detalles curiosos sobre


la reliquia extraña que fue descubierta en Roma, al Janicula, en las ruinas
de un templo consagrado a los dioses sirios. Esa figurilla representa
un personaje
— 30 —

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masculino, los brazos estrechamente pegados contra su cuerpo tieso,


envuelto en un lienzo que no dejaba ver más que el rostro; de sus
pliegues una serpiente hacía siete veces el giro de sus piernas y del
torso de esa pseudo-momia y viene a mostrar su cabeza justo arriba del
cráneo del personaje. Siete huevos fueron encontrados en el lugar, tales
como habían sido colocados sobre esa estatuilla, exactamente entre los
repliegues del reptil. Franz Cumont hace señalar que los siete repliegues
de esa serpiente sugieren las siete barrieras de las esferas de los planetas
que el alma debería victoriosamente atravesar para alcanzar la
inmortalidad.

Sería difícil mencionar todos los textos gnósticos auténticos o aun


aquellos que han podido contribuir a la formación de la Gnosis como
pueden ser los apócrifos del Antiguo Testamento o la literatura a
tendencia maniqueana como los Actos de Tomás. M. R. James cita (en «
The Apocryphal New Testament ») un curioso himno sobre las palabras
con el cual el Salvador y sus discípulos bailan una ronda (relatada en los
«Actos de Juan»). Hay aun el Evangelio de Nicodeme, el Libro de la
Resurrección del Cristo atribuido al apóstol Bartolomeo. Las muy
interesantes visiones celestes del Apocalipsis de Pablo.

Sería preciso estudiar también una homelia copta: el Discurso sobre


el Abbatón atribuido al Patriarca de Alejandria Timoteo; igualmente un
escrito etíope medieval: los Mandamientos del Sabbath (el “Te'ézaza
Sanbât”). La Etiopía puede dar aun buen número de textos así sobre la
sobrevivencia de los mitos gnósticos, por ejemplo, los Falachas (judíos
autóctonos de ese país) colocan aun una curiosa apocalipsis que ellos
conservan bajo el nombre de « Gorgorios » que ha visto las cosas
escondidas.

Se puede analizar aun el Maniqueismo y el Mandeismo (rever


nuestros folletos No. X y No. XI) y sobre todo referirse a la gran
doctrina mística de los tratados hermetistas. El Conocimiento supremo
se define como un medio de elevación espiritual, como una Gnosis. Es
así que lo define Cerfaux («Diccionario de la Biblia», T. III, col. 676).
«El Hermetismo se define a sí mismo como una Gnosis. »

A propósito del primer hombre, Zosime (autor de textos alquímicos


griegos, del opúsculo « Sobre la letra Omega ») escribe: « Los
Caldeanos, los Partas, los Medas y los Hebreos lo llaman Adán, lo cual
se interpreta: tierra virgen, tierra color de sangre, tierra rojo-fuego,
tierra de carne; se encuentra todo eso en las bibliotecas de los
Ptolomeos y se han hecho depósitos de esos libros en cada templo,
particularmente en el Serapieion, cuando se invitó a Anesas, el gran

PP XXV – 32 –

sacerdote de Jerusalem a enviar un intérprete; el cual tradujo todo el


texto hebreo en griego y en egipcio... » (1).
« Es pues así que el primer hombre que entre nosotros fue llamado
Thoyth ha sido llamado Adán por esas gentes, de un nombre tomado a la
lengua de los ángeles. Además, esas gentes lo han apodado
simbólicamente designándolo por cuatro letras (los 4 elementos) tirados
del conjunto de la esfera. » Y Zosime explica que las letras ADÁN
corresponden a los cuatro puntos cardinales y a los cuatro elementos.

“Es así que el Adán carnal es nombrado Thoyth según el modelaje


exterior, cuanto el Hombre que está al interior de Adan (el hombre
espiritual) él tiene a la vez un nombre propio yo lo ignoro aun hoy día:
sólo en efecto Nicotea « el imposible de encontrar » lo ha conocido. Su
nombre común se dice Phós (la palabra griega « phós » siguiendo su
acentuación significa « luz » o bien « hombre »).

En la « Biblioteca de los Filósofos químicos » (t. IV, 1754) se


encuentran las indicaciones, de: Adán, tierra roja, mercurio de los sabios,
azufre, alma, fuego de naturaleza. Eva: tierra blanca, tierra de vida,
mercurio, filosófico, húmedo radical; espíritu. »

Por nuestra parte hemos hecho alusión también a esos acercamientos


esotéricos de Adán = Azot = Inri, etc. Con relaciones simbólicas por un
mecanismo cabalístico tal como para la palabra TORA (Taro. Ator. Rota,
etc.).

Recordemos al pasar que el nombre de Adán ligado así a los cuatro


elementos es rico de enseñanzas. Es un hecho que según numerosos
mitos, el primer hombre fue realizado por una concentración de fuerzas
elementales ligándolo así al mundo físico, el Espíritu se convierte de ese
modo en prisionero de la materia. Es entonces que si él puede realisarse,
deberá rehacer la operación contraria (la Gran Obra de Alquimia
espiritual). A saber que su constitución está basada sobre los mismos
elementos (sólido, acuoso, gaseoso e ígneo) que la Naturaleza y por una
transmutación, encontrar la misma vibración cósmica de nuevo con el fin
de liberarse y regresar a la Conciencia Universal. Esa es la

--------------
(1) Jean Doresse, señala que esa leyenda contradice la tradición
bien conocida, según la cual el gran sacerdote Eleazar (y no Anesas)
habría enviado setenta intérpretes para traducir el Antiguo Testamento
en griego. De todos modos es cierto que el Antiguo Testamento fue
conocido en Egipto también desde la época de los Ptolomeos.

PP XXV – 33 –
YUG (identificación) por la cual el ser humano, retoma una pulsación
original y vuelve de nuevo al Adan Primitivo compuesto por los 4
elementos de la física antigua: Tierra-Agua-Aire y Fuego. Le queda
entonces la recuperación en los elementarios por un trabajo al cual se dan
particularmente aquellos que practican el Laya-Yoga (vía de la desinte-
gración total) para unirse (yoghi) de nuevo en el Gran-Todo Espiritual.

Es en ese « Fuego » primordial que ascenciona Zoroastre, por


ejemplo.

Jean Doresse tiene la opinión de que no se debe subestimar el valor


de las referencias de los escritos de Zoroastre tan nítidamente encerrados
en los opúsculos de Zosima, que constituyen en sí mismo una admirable
pequeña antología de una literatura gnóstica. Plotino y sus discípulos
encontraron ellos también unidos a los escritos Allogenos entre los
Gnósticos (que ellos combatieron), Apocalipsis puestos, uno bajo el
nombre de Zoroastre, otro bajo el nombre de Zostrian, otro mago iraniano
del cual, según ciertas tradiciones, Zoroastro habría sido descendiente;
Porfirio y Amelius habrían probado inclusive que sus adversarios venían,
sea de componer, sea más bien de compilar esas pretendidas revelaciones
a una época que podía ser aún reciente. La literatura maniqueana metía
ella también Zoroastro en el número de sus profetas al mismo título que
Jesús.

De esos mitos iranianos, algunos tocaban a la formación del universo


a partir de los dos principios adversos (Luz-Tinieblas). Otros evocaban el
envío a este bajo mundo de un .Salvador salido de la simiente de
Zoroastro. más aún, de esa literatura habían salido cantidad de
tradiciones de más en más confusas en las cuales Zoroastro, en la
ocasión, cambiaba de rostro para identificarse al profeta Seth, hijo de
Adán, mientras que su descendiente Saosphyant, se convertía en una
figura de Jesús.

Así se encontraba justificado ampliamente el viaje que habían


emprendido los Magos guiados por la estrella hasta el pesebre de Belén.
Asi se explicaría también que los Gnós-

PP XXV – 34 –

ticos hayan puesto algunos de sus escritos, hoy perdidos, bajo los
nombres de Zoroastro y de Zostieno tanto como el de Seth y Adán.

De esos mismos siglos nos han llegado cantidad de textos mágicos,


alquímicos, astrológicos, cuyos orígenes e historia nos escapan casi
absolutamente. Ellos han sobrevivido en griego, en copto y en traducciones
árabes o aun latinas. La mayoría de esos escritos místicos se han prestado
mutualmente: mitos, figuras de divinidades, rituales, sin ninguna
preocupación de fronteras religiosas.

En efecto, aun para aquellos que poseen una ancha documentación sobre
la doctrina de los Gnósticos, el origen de la Gnosis hace el objeto de dos
hipótesis. Numerosos historiadores han considerado esa doctrina como una
simple herejía que nació y se desarrolló en el interior del Cristianismo. Pero
según M. H. C. Puech, semejante teoría tiene el defecto de acordarse mal con
ciertos hechos tales como por ejemplo, la existencia de una secta gnóstica
como aquella de los Mandeanos que considera Jesús como un profeta de
mentira, del cual Anôsh-Outhra ha denunciado la impostura. Es por ello que
otros historiadores, consideran que mitos cuya estructura es auténticamente
gnóstica se han desarrollado tanto en el judaismo o en el Islam; se supone que
esas doctrinas diversas han tenido por fuente un mismo fondo de mitos y de
imágenes remontando a algunas fuentes comunes anteriores al inicio de
nuestra era; esa fuente, ellos la han buscado hacia el Egipto, hacia la
Babilonia, a veces aun hacia la India.

Por nuestra parte, nosotros nos inclinaríamos más bien hacia esta última
teoría e inclusive si el Gnosticismo hubiese tomado nacimiento verdaderamente
en su gran manifestación, sea en Egipto, por ejemplo, es muy plausible que él
existiera ya en el Próximo Oriente proveniente por otro lado de la India y
quizás aun de las regiones himalayanas.

Como para todas las enseñanzas puede tratarse siempre en primer lugar
de una Lección oral transmitida de boca a orejas, de maestros a
discípulos, después la concepción se extiende a diversos lugares para
tomar « nacimiento » como organización y en realidad se pierde la
verdadera huella o al menos el origen real.

Es preciso colocar aqui a presente aquello que Jean Doresse llama «


Historia de un descubrimiento ».

Es hacia 1945 que campesinos de una aldea del Alto Egipto


desenterraron por un puro azar, una jarra llena del más hermoso de los
manuscritos con sujetos religiosos que el suelo de Egipto, por tanto tan
rico, haya restituido hasta el presente.

PP XXV – 35 –

En 1946, el sentido Togo Mina que dirigía entonces el Museo Copto


del Cairo, tuvo la suerte de ver circular uno de esas manuscritos en las
manos de un traficante y lo compró. Fueron dos años más tarde que Togo
Mina y J. Doresse uniendo sus esfuerzos y poderosamente ayudados por el
Señor Canónigo Drioton (entonces Director del Servicio de Antigüedades)
lograron rencontrar la huella de aquello que había llenado la jarra, hacer
salir esos manuscritos de su obscuridad y hacerlos retener por compra
por el Consejo del Museo Copta del Cairo. El diario «Le Monde» (de Paris)
publicó el 23 de febrero 1948, un pequeño comunicado: «Descubrimiento
de un papiro del siglo IV. — La Academia ha sido informada del
descubrimiento hecho recientemente en Egipto de una colección sobre papiro
de 152 páginas datando del siglo IV de nuestra Era. Ella contiene en
traducción copta 5 libros gnósticos inéditos. Ellos dan interesantes
informaciones sobre ciertas creencias de esos tiempos.»

La Comunicación hecha a la Academia de las Inscripciones y Bellas


Letras de Paris, era naturalmente infinitamente más precisa que ese resumen
no lo dejaba ver. La prensa mundial se amparó igualmente del asunto y los
periódicos de casi todo el mundo publicaron artículos, comprendidas las
revistas americanas (como «Newsweek» y «Archaeology»).

Después de esos primeros descubrimientos, Jean Doresse vino a hacer


comunicaciones en Europa y regresó a Egipto habiendo sabido que otros
manuscritos estaban en circulación. Habían una docena, casi todos enteros en
sus encuadernaciones de cuero flexible. Entonces de sorpresa en sorpresa, él
enumeró una cuarentena de nuevos escritos, algunos de los cuales se
ornaban de títulos prodigiosamente atrayentes: «Revelación de Adán a su hijo
Set», «El .Evangelio de Tomás», «La Paráfrasis de Sem», « Interpretación
de la Gnosis », etc. Esa era la biblioteca sagrada de una secta antigua, muy
verosímilmente completa que reaparecía por la primera vez. (Citado en
«Los Libros Sagrados de los Gnósticos de Egipto», pág. 138.)

Jamás la literatura faraónica no había revelado conjunto tan rico y


homogéneo. Los Maniqueanos del Fayoum no habían transmitido más que
algunos de sus escritos. Sólo las ricas bibliotecas de Touen-Houang en Asia
Central habían aportado conjuntos más vastos.

Hemos tenido ya la ocasión de citar en estos folletos los vestigios de


la antiguas civilizaciones que han sido preservadas en las arenas del
Turquestán chino que son las únicas tan perfectamente conservadas como
aquellas de

PP XXV – 36 –

Egipto. A Touen-Houang, unas grutas, muradas hacia el 1030


revelaron a P. Pelhot de una parte y a Aurel Stein de otra, más de 15.000
manuscritos remontando hasta el siglo VI. En Gilgit, una torre búdica
arruinada contenía aún numerosos manuscritos datando algunos del siglo
IV.

En fin, en aquello que concierne los preciosos documentos gnósticos que


fueron estudiados por Jean Doresse, parece ser que han sido tirados del
suelo cerca de Hamra-Doum, en los parajes de Naga-Hamadi a unos cien
kilómetros hacia abajo de Luxor. Habrían sido encontrados enterrados en
una jarra, cerca del sitio del antiguo pueblo de Khenoboskion al pie de la
montaña llamada Gebel et-Tarif.

Esa región es bastante mal conocida por los arqueólogos, la capital de


Naga Hamadi es Hou que se encuentra sobreG la riviera occidental del río,
pero fue sobre las rivieras Este del Nilo, los alrededores inmediatos de
Khenoboskion que, hacia la época a la cual se remontan los papiros en
cuestión, se rindieron más particularmente célebres. Ese prestigio está,
ligado a los más antiguos recuerdos del monaquisino cristiano...

El nombre del pueblo. era en copto, Shénésit, ultima forma de un


nombre egipcio que significaría « Las acacias del (dios) Seth ».

Los comentadores gustan de reconocer que el país, pues, habría sido


consagrado a la divinidad que la mitología faraónica opondría a Horus.

Por nuestra parte no analizaremos esas dos grandes polaridades bien


conocidas en astrología (Polo de Horus a 120 grados sobre la eclíptica y Polo
de Seth a 300 grados); es en el Zodiaco la Puerta de la Luz (a la intersección
entre el domicilio de la Luna y del Sol) y la Puerta de las Tinieblas (en la cúspide
entre el Capricornio y el Acuario, doble residencia de Saturno). Aquello que es
mucho más marcante es la mención de la acacia, planta sagrada cuyo símbolo
es muy importante en Francmasonería y que los Maestros tienen a responder
“que les es conocido”...

El conjunto de los manuscritos provenientes de Khenoboskion representado


por trece manuscritos debe ser considerado como un todo. Esos textos están
escritos en el dialecto copto del Alto-Egipto: el sa'idico (que los gramáticos
califican a veces de “tebano”) que es el más importante para la historia
literaria de los Coptas y en el cual están igualmente redactados los otros
escritos gnósticos precedentes. En los manuscritos de Khenoboskion, ese
dialecto está sin embargo lleno de arcaísmos que muestran que él esta ahí
en sus orígenes; se discierne también una fuerte

PP XXV ⎯ 37 ⎯

influencia de los dialectos del Medio-Egipto: el akhimico y el


subakhimico.
Para encontrar el modelo del sistema de los Gnósticos, es preciso
reportarse a ciertos mitos iranianos. Leamos los primeros párrafos de uno de los
más importantes tratados religiosos: el “Boundahishn” (1). “Así es revelado
en la Buena Religión. Ohrmazd estaba criado en ciencia y bondad. Para la
eternidad, él estaba perpetuamente en la Luz. Esa Luz es el espacio en el
lugar de Ohrmazd: algunos la llaman la Luz Infinita. La omnisciencia y la
bondad son la totalidad de Ohrmazd... Pero, Ahriman, lento en comprender,
cuya voluntad es de destruir, estaba abajo, profundamente en las Tinieblas (él
estaba) y él está, pero él no estará más. La voluntad de destruir es su
totalidad; las tinieblas son su sitio, algunos lo llaman: las tinieblas Infinitas.
Entre ellos estaba el Vacío; algunos lo llaman Vây, en el cual se mezclan
los dos Espíritus. Concerniente el Finito y el Infinito, las alturas que son
llamadas: Luz Infinita — ya que no tiene fin — y las profundidades que son las
Tinieblas Infinitas: éstas son infinitas. Sobre el Límite, ambas están limitadas ya
que, entre ellas, esta el Vacío y no hay contacto entre ellas dos. Además, los
dos espíritus, en sí mismos, son infinitos...

Ohrmazd, en su omnisciencia sabía que el Espíritu destructor existía, que


él atacaría y que, como su voluntad es la envidia, se mezclaría a él... El
Espíritu destructor, siempre lento a comprender, no tenía conciencia de la exis-
tencia de Ohrmazd. Entonces, él se levantó de las profundidades y vino a la luz
después de la cual las Luces son visibles. Cuando él vio la Luz de Ohrmazd
intangible, se

------------------
(1) Citado según la traducción de R. C. Zaehner, Zurvan, a Zoroastrian
dilemma (Oxford, 1955). Ya W. Bousset en sus Hauptprobleme... había
señalado el parentesco de ese mito del Boundahishn con el resumen dado por
los Philosophoumena de la Paráfrasis de Set; Bousset acercaba igualmente
el texto del Boundahishn del pasaje de Plutarco (De Iside... 46) raportando la
creencia persa a los dos principios opuestos: Ohrmazd y Ahriman entre los cuales
interviene como tercer elemento: Mithra, igualmente llamado Mesites =
«Mediano». Es notable que Bousset haya podido señalar ya relaciones entre
el expuesto de la Pistis-Sofia y el Boun-dahish (Hauptprobleme. d. Gnosis,
cap. V). Cuanto a los discusiones a las cuales puede dar lugar esa
noción de “vacío”, cf. por ejemplo el tratado II B. del Corpus hermético y los
§§ 33-34 del Asclepius.

PP XXV ⎯ 38 ⎯

precipitó hacia delante. Porque su voluntad es la de destruir y que su


substancia es la envidia, él se apresuró para destruir ésta. Después, viendo un
coraje y una supremacía superiores a la suya, se refugió en las Tinieblas y
construyó numerosos demonios, coalición destructora y propia al combate.
Cuando Ohrmazd vio la creación del Espíritu destructor, esto no le pareció
bueno: una creación espantosa, pútrida, viciosa y perversa y él no la
respetó. Y el Espíritu destructor consideró la creación de Ohrmazd y ésta le
pareció buena: una creación profunda, victoriosa, informada de todo y él
respetó la creación de Ohrmazd... ».

— Es en los antiguos mitos del cual el Boundahishn da esta versión, que


será preciso buscar aquello que sobrevive de modelo al sistema de nuestros
gnósticos.

Jean Doresse, señala por otra parte que: la concepción que da su


originalidad, la existencia de un tercer principio establecido entre la Luz y las
Tinieblas, había sido ya conocida antes del desarrollo de la Gnosis, por
escritos griegos de edad helenística en los cuales por el hecho de esta noción, el
Vacío se encuentra identificado al Aire y a la Fatalidad. Tal es el caso en
ciertos textos colocados pretendidamente bajo la autoridad de Zoroastre
(por ejemplo en el tratado Sobre la Naturaleza, atribuido a un Zoroastro que
se identificaba a Er, hijo de Armenios ilustrado por Platón).

J. Bidez y Franz Cumont habían señalado ya que ese singular principio


que reviste también los trazos de Mithra, derivado ahí de una concepción
iraniana: aquella relativa justamente a Vây, es decir a ese Espíritu
establecido entre la Luz de Ohrmazd y las Tinieblas de Ahriman.

De la traducción del « Zend-Avesta », Darmesteter había notado también


aquello que era de principio intermediario: « Todos los movimientos
cósmicos se producen en ese Vacío, de ahí la identificación o al menos la
relación muy estrecha de Vây con el Tiempo y con el Destino.

E. Peterson (en « La Liberación de Adán » ) , ha reconocido por su parte la


existencia de ese mismo principio intermediario identificado a la Fatalidad en
las dos oraciones mágicas de las cuales él ha descubierto el substrato gnóstico;
él ha señalado igualmente su presencia en el mito de la famosa Liturgia
mitríaca en el cual ese principio se identifica a Helios, al Dios Mithra.

Después de una lista completa de los textos contenidos en los


manuscritos (1) Jean Doresse (siempre en su intere-

(1) El número total de los escritos de esa biblioteca es de 49, pero


defalcando un cierto número de repeticiones de las mismas obras, esa cifra se
reduce a 44 cuyos títulos son muy interesantes: Libro Secreto de Juan,
Evangelio de los Egipcios, La Sofia de Jesús, El Diálogo del Salvador,
Apocalipsis de Pablo, Apocalipsis de Santiago, Apocalipsis de Adán a su hijo
Set, Discursos de Verdad de Zoroastro, Dios de Verdad, Epístola de Pedro a
Felipe, Tratado contra los Escribas y Jos Fariseos, Sobre el bautismo de
Juan-Bautista, el agua del Jordán y Jesús. Actas de Pedro. Discursos
“auténticos” de Hermes a Tat. Apocalipsis de Pedro. Las enseñanzas de
Silvanos. Interpretación de la Gnosis. El Allogeno Supremo, Evangelio de
Felipe, La Hipóstasis de los Arcontes. El Libro de Tomás: palabras secretas
dichas por el Salvador a Judas Tomás y consignadas por Matías. Plegaria del
Apóstol Pedro. (Para no mencionar más que algunos).

PP XXV ⎯ 39 ⎯

sante obra “Los Libros Secretos de los Gnósticos de Egipto”, edición


Plon, 1958) explica aun el resultado de sus importantes trabajos: « Otro problema
levantado por nuestro escrito: el profeta al cual su revelación es atribuida es
indiferentemente denominado Séem — es decir Sem — o Seth. El hecho que los
Philosophoumena designan ese escrito como la Paráfrasis de Seth, el hecho
de que en nuestro mismo texto el profeta sea calificado: “el primero que ha
existido sobre tierra”, esos detalles sugerirían que el nombre de Sem o de
Séem no aparece aquí que como una confusión debida a algún transcriptor.
Por tanto, puede ser que ese escrito haya sido al origen, atribuido a Sem. El
apócrifo bíblico lo llama ya Libro de los Jubilados, X, 10, 15, decía que Noé
habría recibido de los ángeles secretos que él habría escrito y después
transmitido a Sem. Ciertos Samaritanos y — desde el comienzo de nuestra
Era — la Haggada judía asignaron a Sem en sus especulaciones, un papel
bastante importante, haciendo inclusive de él una figura de Melchisédech. De
los Gnósticos — los Melquisedecianos, a los cuales Epifano consacra la
noticia LV de su tratado contra las herejías — conservaron esa
identificación.

Alfarico (en «Las escrituras maniqueanas») pretende que los


Maniqueanos cuentan a Sem entre los antiguos « Justos » a quienes los
ángeles han revelado la Sabiduría Divina, es decir entre los grandes enviados
celestes que se sucedieron durante el curso de la historia desde Adán hasta
Mani.

G. Vajda (en el «Diario Asiático», CCXXXIV, 1943) hace resaltar que


es notable que la confusión voluntaria entre Seth, Melquisedech y Sem,
así atestiguada a diversos

PP XXV ⎯ 40 ⎯

grados, se haya rencontrado en plena edad media musulmana entre la secta


de los Ismaelianos que profesan una doctrina gnóstica.

Por otra parte se lee en Tabarí que los Israelitas habrían tenido un profeta
llamado Simí (Sem) que fue llamado por el Iraniano Bishtâsp (Hystaspe)
con quien él entró en la capital de Balkh. Entonces se juntaron a él
Zaradousht (Zoroastro) y el Sabio Jâmâsp, hijo de Fachd. Simí hablaba en
hebreo: Zoroastro comprendía esa lengua y escribía en persa bajo su
dictado.

Algunos escritos de la biblioteca de Khenosboskion eran ya conocidos


entre otros por la noticia de Porfirio consagrada a la vida de su Maestro
Plotino, el cual había combatido personalmente (en su “Enneade”, II, 9) los
sectarios recurriendo a esos “apócrifos”. Esos «iluminados», Porfirio los
designa como siendo Cristianos, en el número de los cuales él denuncia más
particularmente un Adelphius y un Aquilinius. Estos — dice él — “habían
partido de la filosofía antigua y poseían un gran número de obras de
Alejandro de Libia, de Philocóme, de Demostrate de Lidia... Ellos
mostraban también las Revelaciones de Zoroastro, de Zostriano, de Nocothea,
de Allogena, de Mesos y otras semejantes. Ellos engañaban muchas
gentes... Plotino los refuta a menudo... pero él nos deja restos a
examinar... ».

Zostriano es mencionado por el polemista Arnobe (Adversus Gentes, I,


52) como habiendo sido el gran padre de “Zoroastro el Armeniano” es decir
del Zoroastro al cual ha sido atribuido la narración apocalíptica de Er,
relatada por Platón en su República.

En el Allogeno Supremo se descubre una gran visión de la creación


del mundo superior, exaltando entre otras entidades Barbelô.

¿ Qué representa esa figura de Allogeno ? Tomaremos la definición


de H. C. Puech (los « Nuevos escritos», pág. 132). Los diversos
heresiólogos que combatieron los
Gnósticos mencionan en efecto, tanto a propósito de los Grandes Gnósticos
como de los Sethianos, de los Arcónticos o de los Audianos, ora una
Apocalipsis de Allogeno —
aquella pues que cita Porfirio; ora siete Libros Allogenos (se llama así en
esos escritos siriacos, un Libro de Los Extranjeros, simple traducción literal
del griego allogeno).
En realidad, se trata de revelaciones atribuidas al gran Seth y a sus
sucesores.

Esa calificación de allogenos o de extranjeros dada al profeta y salvador


de la generación de los Gnósticos y a su descendencia, significa que Seth y
los suyos son de una

PP XXV ⎯ 41 ⎯
raza particular separada del resto de la humanidad y participando al
mundo de los poderes supremos. Que se recuerde el «Dios Extranjero» de
Marcion ! (así lo recuerda Jean Doresse).

G. Widengren (en «Muhammad the Apostle of God and his Ascension»)


confirma que esa denominación “de extranjero” se extenderá inclusive más
tarde al Apóstol Tomás predicando el nuevo dios.

Ed. Chavannes y P. Pelliot («Un tratado maniqueano encontrado en


China», pag. 50) testimonia que de manera análoga, el calificativo de
«extranjero» es aplicado por el Maniqueismo a la naturaleza luminosa que
habita en el hombre.

Cuanto a Seth, esa apelación (de extranjero) le conviene tanto más ya que
Georges Le Syncelle (en «Cronografía») pretende que nuestras cosmogonías
lo presentaron como nacido de Eva y Adán, pero no del mismo nacimiento
carnal e inferior a Abel y Caín. Ademas, ciertas tradiciones dicen
efectivamente que Seth habría sido raptado al cielo por la Madre Suprema,
la cual le reveló los secretos de arriba. En fin, él fue identificado con el
Cristo y ese hecho es constatado igualmente por los escritos de
Khenoboskion.

Reenviamos el lector a nuestros primeros folletos de esa serie (inicio del


P. P. No. III por ejemplo) para comprender igualmente la similitud entre
los 3 hijos de Adán y los 2 hijos de Noé; así como a los otros números de
esta Serie para aquello que concierne los “extranjeros” en la Raza Elegida
(en particular al No. X y XI, ver también el No. XIV).

La Hipóstasis de los Arcontes, relata que no es contra la carne ni la sangre


que el ser humano debe luchar; sino contra los poderes del cosmos...
(Citaciones hechas también en la Biblia en el capítulo VI, versículo 12 de
las Epístolas a los Efesianos).

En fin, ese texto comenta también la formación del primer hombre,


cuando Adán ha sido animado, los poderes (los Arcontes) reúnen bestias y
pájaros para que Adán les dé nombres (la Biblia igualmente relata eso en su
capítulo segundo, versículo 19 del Génesis). Después, ellos lo metieron en
el Paraíso prescribiéndole de no comer del Arbol de la vida (1).

----------
(1) Todos los textos cosmogónicos hacen siempre amplia mención a los
árboles. Recordemos que la palabra griego “hule” tiene en su primer
sentido la significación de « madera » que tiene como derivado directo « el
árbol » y, por expansión: la « materia ».
Digamos aun que los chinos consideran además de los 4 elementos de la
física tradicional (tierra-agua-fuego-aire.), un quinto que es precisamente la
Madera. (Ya explicado en nuestra obra “Yoghismo”).

PP XXV ⎯ 42 ⎯

Entonces, el primer hombre, de material (hilico) que él era, se convirtió


en animado (psíquico); Eva, por su parte, es espíritu (pneumático) y es ella
quien, por ese hecho, le da vida: es por eso que, cuando el hombre ve a
Eva cerca de él, él la nombra “Madre de los Vivientes”. Pero, los mismos
Arcontes, viendo a Eva, son deslumbrados, enamorándose de ella. «Venid y
echemos en ella nuestra simiente.» Ellos la persiguen, pero ella se burla
de su estupidez. Entonces viene la hija del Demiurgo, la Serpiente, que
sugiere a la mujer de probar el Árbol de la vida.

Después del nacimiento de Caín y de Abel, engendrados normalmente por


Adán y Eva y después del asesinato de Abel por su hermano Caín, el
nacimiento de Seth es pasado casi en silencio en los textos gnósticos, tanto
como en los escritos bíblicos.

Y muy naturalmente viene la cuestión planteada tan a menudo por todos


los investigadores sin dogmas particulares: ¿ de dónde viene entonces la
humanidad ?

¿ Caín ha fecundado su madre Eva ? ¿ Sería más bien Seth quien habría
conocido sexualmente Eva ? ¿ No podría tratarse de Adán teniendo relaciones
sexuales con otra mujer que con Eva ? — ¿ Quién es exactamente la
«hombresa» (Lilitli ?), una criatura pre-existente a la primera mujer
perfeccionada (Eva) una hembra de animal superior o bien nos encontramos
en presencia del primer acto de succubat bien materializado ?

I.os textos gnósticos mencionan solamente que el Creador de este bajo


mundo, descontento de los hombres que se han multiplicado (1) ordenó a
Noé la construcción del Arca y se dispuso a verter el Diluvio. Ese episodio se
pasa sobre

----------
(1) Uno se pregunta cómo habría podido ser de otra manera !...
Evidentemente que la «multiplicación» de los humanos no podía hacerse que
por actos incestuosos. Por lo menos los primeros niños (ya que varones) han
debido tener contactos carnales con su madre o admitir que Caín tuviese
relaciones sexuales con su hermana. Existe en efecto una teoría que la
primera pareja humana (Adán y Eva] no tuvieron solamente hijos sino
también hijas; asi Nórea fue engendrada por Adán de inmediato después de
Seth, pero ellos (Adán y Eva) tuvieron aun varias hijas, que fatalmente
debieron practicar el coito con su hermano o con su Padre, para perpetuar
la raza.

PP XXV ⎯ 43 ⎯

la mística montaña de Seir. — La identificación de ésta es propuesta por


Herzfeld (en «Archeological history of Iran»): las múltiples tradiciones relativas
tanto a la caverna de Adán cuanto a los Magos dicen que la tierra de Shyr o
Seir está más allá del mundo habitado, hacia el Oriente, cerca del gran
Océano. Es ahí que se encuentra la Montaña de las Victorias o Monte del
Señor (ya el Avesta conoce esa tradición), es ella pues y no el Seir del país de
Edom (Génesis, XXXVI) que designa aquí el término de «Montaña de
Seir ». Ahí se encontraría la caverna donde Adán colocó los tesoros que los
Magos más tarde debían llevar a Belén. El y sus sucesores fueron
enterrados. Diversas identificaciones de ese lugar sagrado han sido
propuestas: quizás se trata del Kouh-i-Khwâga, que se levantó en los bordes
del lago Hammoun, al Este de Irán. Se ve aun las ruinas de un palacio
remontando a la época del Rey Goundophar del cual las tradiciones han hecho
el Mago Gaspar. Un peregrinaje marca aun el carácter sagrado de ese lugar.
Monneret de Villard critica esa teoría (en sus «Leggende orientali sui Magi
evangelici») él propone de reconocer la montaña santa en el Monte Sabalân, la
más alta cima del Azerbaijan (lo cual haría del mar Caspiano: el Océano
«oriental»).

Numerosas otras obras deberían ser consultadas con más detalles,


como por ejemplo algunos de los apócrifos no gnósticos que nos conserva en
griego la literatura mágica y astrológica, que podría identificarse entonces
con textos coptos anónimos. El Libro de Salomón es sin duda la Epístola de
Salomón a su hijo Roboam que, señalada primeramente en su Poimandres
por Reitzenstein, ha sido editada por Heeg en el Catálogo de los
Manuscritos astrológicos griegos. (Según su autor, ese texto habría sido
compuesto en Egipto hacia el I siglo antes de Jesucristo.)

Ese texto que se presenta como la «Llave de la hidromancia», menciona


las influencias de los planetas, de los ángeles y de los demonios a cada hora
precisa de cada día de la semana. El agrega a esa lista, plegarias a los
planetas y a los ángeles, y da en fin la indicación de los «caracteres» a grabar
sobre las piedras simbólicas y las plantas que conviene asociar. Existe un
opúsculo (citado por Festugière) sobre el origen de la astrología según la cual
Set, después

PP XXV ⎯ 44 ⎯

Henoch habrían grabado sus revelaciones en hebreo sobre tablas de


piedra.
El Arkhangeliké (o Libro de los Arcángeles de Moisés el Profeta) es aun
más célebre en esa literatura astrológica. Lo encontraremos bien editado, en el
Poimandres de Reintzenstein.

Epifano (libro XXVI) atribuía a los Grandes Gnósticos el uso de un


Apocalipsis de Adán con la cual, sin duda, el libro copto de Khenoboskion,
puede ser identificado.

Ibn An-Nadim en Fihrist (traducción Flugel, pág. 102) relata que entre los
Maniqueanos, el décimo capítulo del Libro de los Misterios estaba consagrado
al testimonio de Adán concerniente a la futura llegada de Cristo.

Los Mandeanos creían también que es a Adán que fueron revelados los primeros
libros secretos y meten su gran libro sagrado del Tesoro — el Ginza Rba — entre
el número de esos Libros de Adán.

La grandes profesías que la obra de Jean Doresse mete en la boca de Adán,


padre de Set, han nacido antes de la Gnosis. Su substancia primitiva ha aparecido
en primer lugar en los escritos atribuidos a Zoroastro y remonta sin duda a la
Avesta.

Los Gnósticos y los Maniqueanos quisieron contar a Zoroastro entre el


número de sus profetas. Bajo sus primeras formas, esas revelaciones evocaban la
llegada de salvadores el más grande de los cuales debía ser Saoshyant, de la
línea del mismo Zoroastro. Ese mito fue vulgarizado por múltiples apócrifos en
los cuales el gran salvador tomaba los rasgos de Cristo, mientras que Sem,
Melquisedech y Nemrod intervenían en esa historia y que Zoroastro pasaba por
haber sido idéntico a los profetas Baruch y Balaam. Al mismo tiempo,
mezclando esta vez el Cristianismo naciente a esos mitos iranianos y judíos, se
dibujaba y se amplificaba el episodio capital de la espera por los Magos,
herederos de Zoroastro del levantar de la Estrella que lo guiaría hacia Belén
para adorar el Mesías !

La principal obra en la cual después de una larga y oscura evolución esas


tradiciones se condensaron fue el Libro de la Caverna de los Tesoros que conoció
una prodigiosa difusión. El mete esas revelaciones en la boca de Adán primero
de una larga serie de Profetas, el cual predijo como los Magos esperaron el
anuncio del Salvador junto a esa caverna en la cual el mismo Salvador habría
sido enterrado por Seth y en la cual se encontrarían escondidos los Tesoros que
los tres Sabios (Prudentes) llevaron a Belén.

PP XXV ⎯ 45 ⎯

Hemos visto ya todo el símbolo que representa esos tres Magos así
como sus atributos. Ellos son sin duda el Triple-Magisterio (las Tres Grandes
Escuelas Esotéricas) y aquello que es casi cierto es que sus ofrendas (el oro
el incienso y la mirra): es el emblema de la Tradición Iniciática
caracterizada por la Alquimia (el oro), la Astrología (el incienso) y la Magia
(la mirra). (Rever nuestro folleto XXII.)

Esos « Tesoros » es pues la Enseñanza y la « Caverna » es bien el lugar


donde la Tradición fue preservada, es decir el Colegio Iniciático al mismo título
que en los mitos diversos se encuentra el Arca, la Cueva, el Pesebre, etc... para
simbolizar la matriz de reserva: el Santuario.

Con ese Libro de la Caverna, se debería enumerar cantidad de otros


Testamentos o Libros de Adán conservados en siriaco, en etiope, en armenio,
en árabe.

En los titulados de esos escritos, el nombre de Set, constituido


depositario de los más grandes secretos, iría a borrar por otra parte
rápidamente en prestigio aquel de su Padre terrestre. Así el pseudo-Crisóstomo,
en el Comentario inacabado sobre San Mateo, se refiere expresamente a un
Escrito colocado bajo el nombre de Set. En la Crónica siriaca del convento de
Zouqnîn cerca de Amida (acabado hacia el año 774) las tradiciones sobre los
Magos y sobre la venida del Salvador están resumidas en términos que se
reportan ante todo al recito del Libro de la Caverna de los Tesoros.

Teodoro Bar-Konai en el VIII siglo, Salomón de Barra al inicio del siglo


XIII conocieron aun, tales profesías colocadas en la boca, no de Adán, sino de
Zoroastro; bien que el Salvador haya predicho y haya sido revestido de rasgos
de Cristo.

En un pasaje de esos textos, las palabras de Zoroastro: « Yo, es El y El es


Yo. Yo estoy en El y El esta en Mí... » evocan un pasaje de la noticia consagrada
por Epifano a los Setianos (XXXIX, 3) en el cual estaádicho que de Set, el
Cristo Jesús ha salido según la simiente y según la continuación de las
generaciones, pero ello de manera milagrosa y sin haber sido engendrado.
Idéntico a Set, bien que convertido en el Cristo, él ha sido enviado por la
Madre celeste para permanecer entre los humanos. Así se afirma aun la
identificación de algunos de nuestros mitos colocados bajo el nombre de Set
con algunos de aquellos que fueron atribuidos a Zoroastro, identificación que
los escritos antiguos han desarrollado a veces complacientemente. (Citado por
Hidtz-Cumont.)

« Yo soy idéntico a ti y tú eres idéntico a mi; dondequiera

PP XXV ⎯46 ⎯
que tu estés, yo estoy y yo estoy sembrado en todas las cosas... », dice
el Evangelio de Eva de los Cainites, citado por Epifano.

En la noticia de los Philosophoumena sobre los Naassenos, constatamos


que los sectarios recurrían a la Odisea, tomando como tema de comentario
místico el episodio del Hermes de Cilena evocando las Almas de los
Pretendientes (Odisea, XXIV, 1-4).

Jer. Carcopino hace notar que Simón el Mago habría recurrido ya al mito
de Circe (en el Misterio de un símbolo cristiano).

En el comentario de Eustate sobre ese misma Odisea (1, 51)


encontramos compilada según fuentes clásicas, una exégesis del episodio de
Ulises y de Calipso que explica por cuales razones ese relato puede atraer el
interés de los Gnósticos.

F. Buffiere (en “Los Mitos de Homero y el pensamiento griego”, 1956, pág.


460) hace así la traducción: “La alegoría hace de Calipso nuestro cuerpo que
esconde y encierra como una concha la perla del alma: esa ninfa retenía en
efecto, el sabio Ulises; de la misma manera como el hombre es prisionero
en la carne... Asi Ulises tuvo pena de quitar Calipso, tanto él estaba
naturalmente atado a la vida. Pero, por el intermedio de Hermes... es decir de
la Razón, Ulises regreso a su patria filosífica tan deseada, es decir, el mundo
inteligible (verdadera patria del alma a los ojos de los Platónicos).
Asimismo, él ha encontrado de nuevo Penélope — la Filosofía — después de
haber sido desligado y desembarazado de esa Calipso. »

Sabemos hoy, por las pinturas del hipogeo gnóstico del Viale Manzoni
en Roma, luminosamente analizado por Jerome Carcopino, a qué punto esos
mitos de la Odisea, interpretada como una pintura de las navigaciones del alma
errante en el mundo de aquí abajo, habían sido complacientemente admitidas
en la Gnosis.

Ch. Picard (en “La gran pintura del hipogeo funerario del Viale Manzoni”)
ha subrayado como esas alegorías se prolongan por el intermedio de Filón,
Origene, Augustín, quienes los legan en seguida al cristianismo medieval
y como el episodio de Circe llega así hasta el tímpano del Narthex de la iglesia
de Vezelay (en Francia), escena que fue tomada hasta el presente para
representar la evangelización de los Cinocéfalos por el Apóstol Tomás.

A las revelaciones de los tratados típicamente gnósticos, vienen a unirse


escritos cristianos en apariencia pero donde los mitos gnósticos están por
tanto expuestos. El más carac-

PP XXV ⎯ 47 ⎯
teríticos de los ejemplos es sin duda la Sophia de Jesús, de la cual una
segunda redacción se encuentra en el codex de Berlín mientras que un
fragmento griego del mismo tratado ha sido reconocido por M. H. C. Puech
en un papiro de Oxirhincos, remontando al siglo III. Esa Sofia o Sabiduría
de Jesús encierra esencialmente el contenido de la Epístola de Eugnoste
cortado de manera a figurar en el marco de un diálogo facticio, las
respuestas hechas por Jesús a cuestiones puestas por sus discípulos.

El libro se abre por un prólogo que recuerda aquellos de libros de Pistis-


Sofía. Después la Resurrección, los discípulos están en Galilea sobre la
montaña (1).

Ellos interrogan vanamente sobre la substancia del universo, de la


economía divina, la providencia. Entonces, súbitamente, Jesús se les aparece
bajo el aspecto de un gran ángel de luz y responde a sus cuestiones.

Felipe lo interroga el primero respecto a la hipostasa del universo y de la


economía y el Salvador le responde: « Yo quiero que vosotros sepáis que todos
los hombres que han sido paridos después de la creación del mundo hasta el
presente son polvareda... ». Desde entonces el texto de Eugnoste se
desarrolla en su boca, cortado por las pseudos preguntas de los apóstoles. Dos
pasajes conocen por tanto algunas variantes. El Adán-Luz recibe los nombres
suplementarios de Cristo y de Hijo de Dios. Por otra parte, en lugar de dar
la enumeración de seis parejas de espirituales andróginos que el Salvador y
Pistis-Sofia han engendrado, la Sabiduría de Jesús interpola un expuesto
diferente para responder a la cuestión de un discípulo que quiere saber
cómo esas entidades superiores han podido descender hacia el cosmos. « El
Hijo del Hombre — responde el Cristo — se acordó con la Sofia, su compañera
y produjo una gran luz andrógina; el nombre varón de esta es: Salvador
generador de todas las cosas; su nombre femenino es: Sofía, generadora
universal, la cual es llamada « Pistis » por algunos. Todos

( 1 ) Entre ellos figura la misteriosa « Mariamné » a quien Santiago,


hermano de Jesús, habría transmitido la doctrina que el Señor le había
revelado y que los Naassenos se gloriaban de poseer. Los escritos
Maniqueanos hallados en copto la conocen también; algunos Gnósticos
mencionados Por Celse (Orígenes Contra Celse, V, 62) se reclamaban de
ella. El primero de los tratados priscilanistas la mencionan en un contexto
donde se encuentran nombre de entidades gnósticos: Armaziel, Ioel,
Barbillon. Uno se ha preguntado si se trataba de María, Madre de Jesús,
o más bien de María Magdalena.

PP XXV ⎯ 48 ⎯
aquellos que vienen al mundo son enviados por ésta a la manera de
una gota del reino de la Luz del Todo-Poderoso... ».

A la misma categoría de obras, que, en primer lugar de forma puramente


gnóstica se disfrazaron un día en libros cristianos, pertenece uno de los
escritos más importantes de la colección: el Apokryphon de Juan (es decir el
Libro secreto).

El preámbulo nos muestra de inmediato después de la Crucificación, el


Apóstol Juan, hermano de Santiago, afligido por la brutal e irónica
pregunta que, en el templo, un fariseo llamado Arimanios acaba de
lanzarle al rostro: “ A dónde se ha ido tu Maestro ?”. Juan se retira a la
montaña. Su espíritu está hostigado por diversos problemas: ¿Por qué el
Cristo ha sido enviado a este mundo ? Quién es su Padre ? ¿ Cómo está
hecho el eon al cual iremos ? Pero, el cielo se abre entonces, una visión surge,
es una entidad trascendente que aparece, parece ser, bajo la triple forma de
un joven, de un viejo y de una mujer y que declara al Apóstol que él es a la
vez el Padre, la Madre y el Hijo. Ella revela a Juan los secretos del
universo invisible y visible, pasado y porvenir, para que él los transmita en
seguida a la generación de los elegidos.

Otra categoría de escritos es aquella en la cual los textos revelan una


doctrina intermediaria entre la Gnosis y el Hermetismo. El más auténtico
eslabón que reúne esos dos sistemas es el Apocalipsis de Dositea. En
cuanto a los escritos propiamente hermetistas de esa categoría, están
reunidos en número de cinco en el codex VI que fue uno de los más
empleados como lo prueban aun fragmentos de plumas de pájaros
deslizadas entre sus hojas para marcar ciertos lugares del libro.

El texto No. 21, esta intitulado «Discurso auténtico» es decir « dotado


de autoridad » — de Hermes a Tat, título que es necesario comparar a los
escritos del Corpus Hermético griego: Logos Katholicos, Hieros Logos, Logos
Apokryphos. (Discurso Universal, Discurso Sagrado, Discurso Velado.)

El texto No. 22 está intitulado: “El Sentido de la Comprensión, el


Pensamiento del Gran Poder. Ese título recuerda las primeras líneas del
extracto de un libro hermetista conservado por el florilegio de Estobea,
actualmente designado con el No. XVIII, donde se confrontan las mismas
palabras: noema, pronoia, aistesis.

El tratado siguiente, texto No. 23 no tiene título. A su vez, él parece ser


una continuación de una enseñanza anterior. Hermes Trismegista — el Noûs
— expone a su « hijo » los misterios de la Hebdómada, de la Ogdoada y de
la Enneada.
PP XXV ⎯ 49 ⎯

La Hebdómada corresponde a los cielos inferiores, al mundo material; la


Ogdoada es el mundo superior: esa es la divinidad, el reino celeste entre los
gnósticos igualmente llamada la Jerusalem celeste (según el ejemplo citado
por Sagnard en su « Gnosis Valentiena », pag. 509). Cuanto al término de
Enneada, él no se encuentra en los tratados herméticos que se poseen hasta
el presente: esa sería la imagen de la entidad suprema que preside a la
Ogdoada. En “Poimandres”, Reitzenstein acerca esa noción de algunas de las
cosmogonías egipcias que describen nueve divinidades primordiales en el
número de las cuales figura el creador inicial que ha engendrado las otras
ocho.

El texto No. 25 no tiene tampoco ningún título preciso. Sería mas bien una
continuación del tratado 23. El se termina por un texto que, mucho ante de
los descubrimientos de los escritos coptos se conocía ya: la plegaria que se
encuentra al final del Asclepius latino y que figura también en un documento
mágico griego: el papiro Mimaut.

Esas son exhortaciones de Hermes a sus discípulos. El Trismegista


prescribe en fin de escribir sobre el texto una conjuración por miedo que
ciertos lectores impíos no divulguen esa revelación, no la empleen para obras
malhechoras, no intenten de servirse para oponerse al curso de la
Fatalidad.

Aquellos que harán uso — dice el texto — deberán marchar según la ley de
Dios y no transgredirlas en nada, pero pedir piadosamente a Dios la
Sabiduría y la Gnosis. Es así que por grados, los adeptos penetraron en la vía
de la inmortalidad, llegando a una concepción de la Ogdoada, la cual revela
a su vez la Enneada. El discípulo repite la conjuración « por el cielo, por la
tierra, por el fuego y el agua, los siete usiarques, el espíritu creador, el dios
generador y aquel que ha nacido de sí mismo y aquellos que los han
engendrado porque ellos guarden las cosas que Hermes ha dicho.

— Los « usiarques » por los cuales se inicia esa enumeración de todos los
poderes hasta los más elevados, son los jefes de la « esencia » o de la
materia — los amos de los planetas — ese término no se encontraba jamás
hasta el presente que en el Asclepius iraniano. El Asclepius precisa que las
siete esferas tienen por usiarques « aquello que se llama la fortuna y el
Heimarmene ».

Antes de terminar tomemos aun un pasaje del libro de Jean Doresse


(pag. 324, seq. “Los Libros Secretos de los Gnósticos de Egipto”).
PP XXV ⎯ 50 ⎯

«El problema de las relaciones de nuestros Gnósticos con el Judaísmo y


esta vez, también con el Cristianismo, está en función de un punto más
particular: aquello que pudo ser las relaciones de las sectas de las cuales
nuestros escritos han nacido originalmente con sectas judías pre-cristianas o
con sectas judeo-cristianas. Los heresiólogos inseran con insistencia los
diversos grupos de nuestros Gnósticos a la cima de un árbol genealógico
cuyo tronco estaría formado por varios grupos de judíos, baptistas,
samaritanos, judeo-cristianos... Sobre ese sujeto, nuestros escritos
permanecen aún mudos. Un Dositea se manifiesta como el transcriptor de
oraciones que le habrían sido reveladas por el Gran Set, pero en condiciones
tales que nada aclara su identidad. Encontramos así textos bajo el nombre
del apóstol Santiago al cual, según Hegesippa, el Salvador habría revelado
los secretos de la Gnosis; otras revelaciones desarrollan consideraciones sobre
el Jordán y los bautismos: pero eso constituye manifiestamente una categoría
de escritos distintos de aquellos que revelan lo más explícitamente eso que
puede considerarse como la mitología gnóstica.

Por testimonios absolutamente directos, no se conoce bien que una sola


secta pre-cristiana: aquella cuyos manuscritos han sido exhumados cerca del
Mar Muerto. Se trata — es una suerte — de un grupo particularmente
representativo y cuyo papel histórico ha sido muy importante. Diversos
autores se han planteado ya la pregunta de las relaciones que pudo haber
entre esos “Essenianos” y los Gnósticos: ellos estaban mal preparados para
responder puesto que no poseían sobre la Gnosis que la documentación
incierta que había antes de nuestra descubierta.»

En efecto, los trabajos de Jean Doresse traen grandes luces sobre estas
cuestiones y permanece ciertamente por el instante al menos, como el autor
más interesante a consultar. Así como él mismo lo escribe (pág. 263 en el
capítulo “Cuarenta y cuatro Libros secretos e inéditos”): “Lo que es notable,
es la presencia de esos escritos hermetístas en una biblioteca que, por el
resto, es esencialmente gnóstica. Y, después, la glosa del compilador
copto: Este es el primer discurso que os he copiado pero hay muchos otros que
han llegado entre mis manos: no los he transcrito pensando que han
llegado ya hasta vosotros... — Lo que ella atesta es que circulaba en
Alto-Egipto, en la segunda mitad del siglo IV, una colección mucho más
importante de tratados hermetistas traducidos ya del griego en copto sa'idico
y destinados sin duda al uso de sectarios más o menos parientes de aquellos de
Khenoboskion.”

¿Existe históricamente relaciones entre la secta que vivía


PP XXV ⎯ 51 ⎯

en los bordes del Mar Muerto y los misteriosos fundadores de la Gnosis?

La influencia de los Essenianos sobre los Sampseanos es atestiguada


por Epifano (en Panarion, XIX, 2) Elchsai habría heredado igualmente sus
doctrinas: los elementos essenianos aparecían en su obras.

La extinción del grupo de Qoumrân después del año 70 es un hecho


reconocido. Uno se pregunta en qué se convirtieron los sectarios después de
eso: los autores competentes han sugerido que aquellos que no regresaron al
Judaísmo ortodoxo pudieron engordar las filas de los primeros Cristianos o
aquellos de los Gnósticos.

Hay sin embargo escritos (versión copta) algunos detalles sugiriendo que
los Iniciados que fueron al origen los autores, pudieron tener algunas relaciones
con el grupo de Qoumrân. Principalmente un texto interesante: el Libro
sagrado del Gran Espíritu invisible o Evangelio de los Egipcios.

En ese texto se puede leer: «El gran Set vino y trajo su simiente y la
sembró en los eones que han sido engendrados y cuyo número es la cifra de
Sodoma. Algunos dicen: Sodoma es el lugar de permanencia del Gran Set,
que es Gomorra. Y otros dicen: El Gran Set ha tomado simiente de Gomorra y
la ha transplatado en el segundo lugar que ha sido llamado Sodoma...».

La expresión la « cifra » de Sodoma sugiere que las primeras líneas de


ese pasaje contienen una especulación sobre el valor numérico de las letras
formando el nombre de Sodoma, valor cuyo total correspondería al número
de los eones «que han sido engendrados» y es sin duda de la misma manera que
se explicaría la alusión a Gomorra en la expresión «Sodoma es el lugar de
estancia del Gran Set que es Gomorra». Y Jean Doresse plantea la cuestión:
«Pero, ¿es preciso buscar la solución según las formas griegas o bien
arameanas de esos nombres?» Por nuestra parte no insistiremos, habiendo más
de una vez durante el curso de nuestros escritos (en particular en el inicio de la
serie de estos «Propósitos») hecho mención del mecanismo guamétrico, de los
ejercicios de la themoura y del esoterismo en las funciones de la notárica.

Para dar una idea completa de la amplitud del movimiento gnóstico de


esas olas que llevan de un lado al otro del Mediterráneo escritos y mitos
análogos más o menos a aquellos de los sectarios del Alto Egipto, sería
preciso estudiar aun muchos otros grupos. Por ejemplo, resumir la Gnosis
de Bardesane («Bardesane el Astrólogo» de Nau) ; analizar las obras de los
Priscilianos que se extendieron de
PP XXV ⎯ 52 ⎯

España hasta el sur de la Galia en la segunda mitad del siglo IV, rever la
enseñanza de los Messalianos, menos gnósticos y más cristianos, con su
doctrina que ellos legaron en seguida a los Bogomiles.

La Gnosis se perpetúa mucho más aun, ella está ilustrada sobre todo por
los grandes movimientos de los Paulicianos, de los Catares y por ejemplo de
grupos de menor importancia, citemos aquel que se constituyo cerca de
Soissons (Francia) hacia 1125 alrededor de Clemente de Bucy y aquel que
formó en la región de San Malo hacia 1140, ese Eudes de l'Etoile que se
presentaba como un eon enviado de Arriba. Ellos fueron clasificados a
menudo como Maniqueanos por sus contemporáneos, pero la confrontación de
su doctrina con los textos coptos nuevamente revelados (por Jean Doresse) hará
reconocer en ellos los auténticos herederos de nuestros antiguos Gnósticos.

Organizado en iglesia, con una jerarquía estricta, el Maniqueismo iba a


difundir creencias más o menos semejantes hasta las extremidades orientales
del Asia como hasta el Oeste de la Europa donde los Albigenses fueron sus
más tardíos herederos. Ese Maniqueísmo muchos de los escritos del cual han
sido encontrados, metía como la Gnosis esas revelaciones bajo los nombres de
Zoroastro, de Set, de Jesús a los cuales él juntaba como profeta, Gautama
el Buda y sobre todo, bien entendido, Mani, su fundador.

En el Shâpourakân (traducido por Cumont) he aquí como la doctrina que


Mani enseñaba, le había sido revelada: «La Sabiduría y las obras han sido
reveladas siempre al mundo por los Enviados de Dios. Así, a una cierta
época, ellas fueron llevadas a la India por el enviado Buda; a una otra, por
Zoroastro a la Persia; a una otra, aun por Jesús al Occidente. En fin, esa
revelación presente ha descendido, esa profesía se ha manifestado en esa
edad suprema, por mí, Mani, el Mensajero de Dios de verdad en el país de
Babilonia...».

Uno se dará cuenta por ese pequeño expuesto sobre los Gnósticos, que la
Obra misma es aún difícil de establecer en su totalidad y, sin embargo, gracias
a los recientes descubrimientos, se tienen ya clarificaciones muy interesantes.
En efecto con los manuscritos descubiertos cerca del Mar Muerto (que
analizaremos en nuestro próximo folleto) los textos de la biblioteca de
Khenoboskion vienen a dar una luz sobre ese gran movimiento del cual
teníamos una débil hojeada y que se revela súbitamente con una riqueza de
detalles que podrá satisfacer los investigadores más ambiciosos.

(seguir en la próxima publicación). Marzo 1958.

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