Patrimonio Cultural Inmterial
Patrimonio Cultural Inmterial
Patrimonio Cultural Inmterial
cultural inmaterial
e inclusión social
Aportes para la agenda de desarrollo de la era
post-COVID en América Latina y el Caribe
Publicado en 2022 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultu-
ra (UNESCO), 7, place de Fontenoy, 75352 París 07 SP, Francia, y la Oficina de la UNESCO en Montevi-
deo, Luis Piera 1992, Edificio Mercosur, 2º piso, Montevideo 11200, Uruguay.
© UNESCO, 2022
ISBN 978-92-3-300178-7
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3.0 IGO) (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0/igo/). Al utilizar el contenido de la presen-
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res de los derechos de autor.
AGRADECIMIENTOS
La UNESCO y la ReCA PCI LAC desean expresar su más cálido agradecimiento a Mirva Aranda Escalan-
te, directora general del Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de
América Latina (CRESPIAL) y a todo el equipo del CRESPIAL, así como a Enrique Vargas, coordinador
del Espacio Cultural Iberoamericano de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) por su inestima-
ble apoyo y contribución al desarrollo y difusión de este proyecto. También agradecemos a Leandro
Peredo (UNESCO), Enrique López Hurtado (UNESCO Lima), Konstantinos Tararas (UNESCO) y Valeria
Palavecino (UNCPBA) su minuciosa revisión y valiosos comentarios al manuscrito.
R E S U M E N B R E V E
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Patrimonio
cultural inmaterial
e inclusión social
Aportes para la agenda de desarrollo de la era
post-COVID en América Latina y el Caribe
Prólogo
La pandemia de COVID-19 ha tenido repercusiones en todos los ámbitos de nuestras vidas. Ha afectado a la
forma de relacionarnos entre nosotros, ha acentuado las desigualdades y ha puesto de manifiesto nuestra
interdependencia en un mundo globalizado. La cultura ha sido una fuente esencial de resiliencia a lo largo
de esta crisis sanitaria. Nos ha proporcionado alivio, emoción y esperanza, y nos ha ayudado a permanecer
conectados los unos con los otros. El patrimonio cultural inmaterial en particular ha continuado brindán-
donos una fuente de identidad y sentido de pertenencia a nivel comunitario. La COVID-19 ha remarcado
que este patrimonio vivo es fundamental para construir sociedades inclusivas y resilientes. El patrimonio
vivo, que abarca todas las prácticas, expresiones, manifestaciones, conocimientos y saberes que se recrean
continuamente y se transmiten de generación en generación, constituye elementos clave que nos identifi-
can como comunidad, que nos relacionan con la naturaleza y con el resto de los individuos y que contribu-
yen al fortalecimiento del tejido social.
Salvaguardar el patrimonio vivo también conlleva el respeto de la diversidad cultural y la creatividad huma-
na. El proyecto de investigación aplicada “Patrimonio cultural inmaterial e inclusión social. Aportes para la
agenda de desarrollo de la era post-COVID” está destinado a diseñar lineamientos teóricos y metodológicos
que permitan el análisis multidimensional de las prácticas comunitarias y su contribución a los procesos
de inclusión social. Este trabajo ha sido desarrollado por un equipo académico de 9 países de la región de
América Latina y el Caribe, compuesto por miembros de la Red de Cooperación Académica en Patrimonio
Cultural Inmaterial de Latinoamérica y el Caribe – ReCA PCI LAC, impulsada por la Oficina de la UNESCO en
Montevideo desde 2018 con el objetivo de promover la investigación, el intercambio de conocimientos y la
colaboración académica sobre patrimonio cultural inmaterial en la región.
Los hallazgos se presentan de manera transversal para abordar las problemáticas planteadas en la Agen-
da 2030 para el Desarrollo Sostenible, visibilizando el rol y la importancia de la cultura para las políticas
de desarrollo en los países de América Latina y el Caribe.
La región enfrenta importantes desafíos como la pobreza y la desigualdad, que agravan la discriminación
social y dificultan el bienestar y el ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales.
Como vector de resiliencia y de desarrollo humano, tanto social como económico, la cultura debe integrarse
holísticamente en las políticas públicas que guíen la agenda de desarrollo y recuperación post-pandemia.
La UNESCO, a través de la Convención de 2003 para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,
vela por visibilizar la importancia de este patrimonio y sus aportes al desarrollo social inclusivo. Agrade-
cemos a la ReCA PCI LAC y a nuestros socios del CRESPIAL y la SEGIB por su apoyo a esta investigación.
Ernesto Ottone R.
Subdirector General de Cultura de la UNESCO
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Prefacio
El trabajo de investigación que se presenta analiza la vinculación entre las manifestaciones y elemen-
tos del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) y el desarrollo sostenible en la región Latinoamericana y
Caribeña, una región de creciente desigualdad, que sufre fuertemente el impacto del COVID-19, con el
consecuente perjuicio para sus expresiones culturales comunitarias.
A partir de una lectura transversal del marco teórico, el enfoque metodológico multidimensional pro-
puesto y los debates presentados, se confirma la necesidad de habilitar miradas integradas e integrales
con una perspectiva amplia, ejemplificando ese enfoque en la recopilación de experiencias PCI en siete
países de América Latina y el Caribe.
Partiendo de la polisemia del concepto de patrimonio, con profundas reflexiones sobre sus significa-
dos, las políticas hacia el sector y un debate sobre el concepto de agencia, el impacto de las prácticas
culturales en marcos de desarrollo sostenible y el pleno ejercicio de los derechos culturales, se propicia
una concepción dinámica del PCI desprovista de la lógica esencialista tan presente en muchas varian-
tes de la política pública vigentes en la región.
Desde una mirada crítica se denuncia la ausencia de protagonismo de las comunidades portadoras y
la apropiación de sus saberes tradicionales sumado a la falta de regulaciones protectoras de su propie-
dad intelectual a la vez que se asume la concepción de patrimonio cultural como construcción social,
en la que la óptica esencialista es desplazada por las reflexiones presentes que consideran a éste una
categoría de pensamiento y no un elemento del folklore local, develando las disputas entre las expre-
siones culturales y la interpretación estereotipada que suele hacerse de las mismas.
A partir de la definición del PCI como sistema complejo, de heterogeneidades en permanente interac-
ción, se propone el modelo analítico multidimensional sobre la base de los intersaberes, impulsando
una nueva metodología de abordaje y análisis en la vinculación desarrollo comunitario e inclusión
social a la vez que se formulan indicadores de sustentabilidad, aporte novedoso de esta investigación.
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Por otra parte, mediante el análisis comparativo de la normativa jurídica presente en la región, la eviden-
cia de marcos jurídicos desarticulados y la desactualización normativa que dificultan “permear el sistema
jurídico con miradas renovadas desde las ciencias sociales”, se concluye en la necesaria profundización y
elaboración de instrumentos jurídicos acordes con las prácticas del PCI y sus demandas de salvaguardia.
La reflexión crítica sobre el marco jurídico vigente abre la perspectiva de investigaciones más am-
plias y progresivas que contribuyan a la formulación de nuevos e innovadores marcos normativos
capaces de atender las especificidades y complejidad del PCI y su impacto en las comunidades.
Finalmente se destaca la inclusión del estudio de casos que permite visualizar la implementación del
modelo multidimensional desarrollado por el grupo de trabajo y las eventuales aplicaciones de una
herramienta conceptual que amplía las condiciones de abordaje del PCI como punto de partida de
futuras experiencias colaborativas.
Lucha contra la pobreza, prácticas PCI e inclusión social, tensiones PCI políticas públicas, patrimonio
inmaterial y religiosidad popular, perspectiva de género y derechos culturales, patrimonio alimentario
y desarrollo integral o la ruralidad en tanto espacio simbólico, son los ejes que se describen a través de
la lente del modelo multidimensional elaborado por las y los autores de este libro.
La ReCA PCI LAC celebra esta primera experiencia de trabajo colaborativo y valora especialmente el
acompañamiento y apoyo de la Oficina de la UNESCO/Montevideo. Asimismo, agradece al Centro Re-
gional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL) y al Es-
pacio Cultural Iberoamericano (ECI/SEGIB) para la puesta en común, a través del intercambio inter-
disciplinario, de la agenda PCI regional, una agenda que aun subvalorada en los ámbitos académicos
se abre camino en los debates sobre la cultura y la diversidad cultural, máxime en el horizonte de
post-pandemia que requerirá de nuestro mayor compromiso en la garantía de supervivencia de sabe-
res comunitarios que dan cuenta de nuestra identidad regional.
Mónica Guariglio
Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) - Argentina
Coordinación General – Consejo Plural - ReCA PCI LAC
Julio 2021
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
Índice
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
9
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
Capítulo 10:
La escuela rural: un espacio de la comunidad...... 216
1. Introducción........................................................... 217
2. Aspectos conceptuales y metodológicos....... 218
10
Los rostros del Carnaval de Barranquilla (Colombia) / © César Martínez / Archivo CRESPIAL*
Fundamentos teórico-metodológicos
PRIMERA PARTE
CAPÍTULO 1
“PCI-Inclusión Social”:
una perspectiva
multidimensional
desde Latinoamérica
y el Caribe
Autores:
Gonzalo D. Andrés / Francisca Basaure Aguayo / Giselle Chang Vargas
María Luz Endere / Hilda Jaqueline de Fraga / Bernardo Guerrero Jiménez
Gonzalo Gómez / Norma Levrand / Mercedes Mariano / Olga Picún
Patricia Silvana San Martín / José Roberto Severino / Manuel Sevilla
<< Al Índice
12
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
La pandemia de COVID-19 y sus consecuencias rea- Ante estas problemáticas, es relevante la labor rea-
firman los valores de la cultura como vector de resi- lizada por la UNESCO durante las últimas décadas,
liencia y desarrollo humano —social y económico—. como así también de sus centros y otras agencias in-
El mismo debe ser integrado de forma holística en el ternacionales que mencionaremos a continuación.
marco de las políticas nacionales adoptadas para su-
perar esta crisis sin precedentes. El continuo trabajo de la UNESCO en la región se rea-
En este sentido, es necesario reconocer y visibilizar liza a través de la Oficina Regional de Cultura para
el rol del Patrimonio Cultural InmateriaI (en ade- América Latina y el Caribe (UNESCO - La Habana), las
lante, PCI) en las agendas del desarrollo social in- oficinas clúster (Montevideo, Quito y Kingston) y las
clusivo. El PCI, que se transmite de generación en oficinas nacionales (Brasilia, Lima, México y Guate-
generación, es recreado constantemente por las co- mala). Entre sus múltiples actividades ha impulsado
munidades y grupos en función de su entorno, su tratados internacionales que establecen un sistema
interacción con la naturaleza y su historia, generan- de gobernanza cultural holístico basado en los dere-
do un sentimiento de identidad y continuidad que chos humanos y los valores compartidos, proporcio-
contribuye a promover el respeto por la diversidad nando una gama de mecanismos de cooperación y
cultural y la creatividad humana (UNESCO, 2003, financiación gubernamentales e internacionales, así
art. 2.1). En su cotidianidad, las prácticas, saberes como herramientas de seguimiento y evaluación.
y creaciones que constituyen el PCI componen la
identidad de las comunidades y de los individuos Es de destacar que en el marco de la “32º Conferencia
que las desarrollan, se han cimentado sobre valores General de la UNESCO” (octubre del 2003), se aprobó
como la solidaridad y la reciprocidad y han desem- con el auspicio de los Estados Miembros la “Conven-
peñado un papel fundamental en el fortalecimiento ción para la salvaguardia del patrimonio cultural inma-
del tejido social de manera inclusiva, especialmente terial”, documento que, a nivel internacional, se cons-
entre la población más vulnerable. tituyó en el primer instrumento sobre el tema. Si bien
el objetivo central de la Convención es la salvaguardia
Cabe señalar que estos valores resultan especialmen- del PCI, tal como se indica en su artículo primero, la
te relevantes en América Latina y el Caribe, donde Convención busca también el respeto del patrimonio
la persistencia de la pobreza estructural, la segrega- cultural inmaterial de las comunidades, grupos e indi-
ción y discriminación social constituyen un desafío viduos de que se trate; la sensibilización en lo local, na-
central. La desigualdad se convierte entonces en un cional e internacional a la importancia del patrimonio
fenómeno multidimensional, en el que a la dispari- cultural inmaterial y al reconocimiento recíproco de su
dad de ingresos (determinada por las dificultades de valor; y la cooperación y asistencia internacionales.
inserción laboral) se agregan otras relacionadas con
aspectos políticos, sociales y culturales, así como me- Para lograr estos objetivos, la Convención estableció dos
canismos de discriminación que más allá del trabajo, listas y un registro de buenas prácticas de salvaguardia:
comprenden aspectos tan amplios como la salud, la
educación, la cultura y la participación política y ciu- La Lista del PCI que requiere medidas urgentes de
dadana. Esta persistente desigualdad en el acceso al salvaguardia (artículo 17) cuyo objetivo es prote-
bienestar y el ejercicio de los derechos políticos, eco- ger los elementos del PCI cuya viabilidad esta en
nómicos, sociales y culturales genera importantes riesgo. Las inscripciones en esta Lista contribuyen
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
a movilizar la cooperación y la asistencia interna- versos programas con el fin de contribuir, a través del
cionales para que los actores interesados puedan PCI, a la promoción de la diversidad cultural, el de-
tomar medidas de salvaguardia adecuadas. sarrollo sostenible y la gobernanza cultural. Las ac-
tividades programáticas del Centro se concentran en
La Lista Representativa del PCI de la Humanidad tres programas y dos líneas programáticas:
(artículo 16) se compone de expresiones que ilus-
tran la diversidad del patrimonio inmaterial en Programa de Proyectos Multinacionales
todos sus ámbitos, así como en toda clase de co-
munidades y grupos, y contribuyen a una mayor Programa de Fortalecimiento de Capacidades
conciencia de su importancia.
Programa de Incentivos
El Registro de buenas prácticas de salvaguardia
(artículo 18) se compone de programas, proyectos Línea programática de Gestión Comunitaria
y actividades según los principios y objetivos de la
Convención. Línea programática de Gestión del Conocimiento
Como uno de los esfuerzos para implementar la Con- Estas actividades programáticas se entrelazan para
vención en Latinoamérica, se creó el Centro Regional promover el diálogo intercultural e interinstitucional,
para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmate- entre todos los actores sociales vinculados al CRES-
rial de América Latina (CRESPIAL)1, este es un centro PIAL y a la salvaguardia del PCI.
de categoría 2 auspiciado por la UNESCO, cuya sede
se encuentra en Cusco (Perú). Los centros de catego- También resulta importante nombrar la labor de la
ría 2 son creados con la finalidad de contribuir al lo- Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)2 espe-
gro de los objetivos de la organización. En el caso del cialmente lo referente a los programas de coopera-
CRESPIAL, es un Centro que busca contribuir al desa- ción denominados “Iber” que fueron algunas de las
rrollo de los objetivos de la Convención de 2003 de la primeras acciones concretas derivadas de las Cum-
UNESCO para la Salvaguardia del Patrimonio Cultu- bres de Jefes de Estado y de Gobierno apoyadas por
ral Inmaterial (PCI). El CRESPIAL existe desde el 2006, dicha Secretaría. En la 1ª Cumbre, realizada en Gua-
gracias a un acuerdo entre la UNESCO y el Gobierno dalajara (México) en julio de 1991, se esbozó la idea
Peruano con el objetivo de promover y apoyar accio- de constituir un espacio deliberativo permanente
nes de salvaguardia del PCI de los países de Améri- para la región, sustentado en un pasado y una cultu-
ca Latina. Se encuentra integrado por los siguientes ra común. En dicho evento los gobernantes acorda-
Estados miembros: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, ron “convertir el conjunto de afinidades históricas
Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Ecuador, y culturales que nos enlazan en un instrumento de
Guatemala, México, Paraguay, Perú, República Domi- unidad y desarrollo basado en el diálogo, la coope-
nicana, Uruguay y Venezuela. En el marco de la Con- ración y la solidaridad”
vención de 2003 de la UNESCO para la Salvaguardia
del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI), el CRESPIAL (Declaración de Guadalajara, 19 de julio 1991)3
fomenta la cooperación internacional a través de di-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
derechos humanos y el desarrollo inclusivo todavía nacional ese sentimiento de pertenencia. Esto propició
afecta a las sociedades contemporáneas. la creación de escuelas, universidades, teatros, archi-
vos y museos para preservar y exhibir aquello que im-
En Occidente existen hitos que marcan el interés por plícitamente se consideraba “bienes culturales”. Estos
ciertos bienes exclusivos para las élites. Con el adveni- idearios de Estado-nación fueron llevados adelante
miento del cristianismo y su consolidación en la Edad por un número creciente de países, dando lugar así al
Media, la mirada se dirigió a las obras de arte religioso cimiento de la noción de patrimonio que perdura hasta
guardadas en templos, germen de los museos rena- hoy, asentada en la herencia de valores compartidos.
centistas. Desde el siglo XVI al XVIII, el apogeo de rutas
comerciales de la seda y las especias —extendidas des- En este trayecto dinámico, el concepto tuvo progre-
de China, India, Arabia, Turquía hasta Europa— abrió sivamente una ampliación semántica: desde la pro-
el intercambio a diversidad de objetos de estéticas va- piedad sobre las personas, objetos materiales in-
riadas, que la nobleza europea guardaba en “gabine- muebles y muebles, hasta la valoración explícita de
tes de curiosidades” donde reunían “bienes exóticos”, la dimensión intangible, bajo otra terminología.
tales como plantas y animales hasta artefactos proce-
dentes de lugares extraeuropeos (Pimentel, 2003), que
los exploradores y comerciantes traían de sus viajes
para el deleite de las élites aristocráticas y eclesiásticas. 2.2 El Folklore y las Culturas
Tradicionales: antecedentes del PCI
Tras la Revolución Francesa se dio un viraje hacia la
consolidación de la noción de patrimonio. Al instau- Ahora bien, ¿qué campos semánticos se vinculan con
rarse la República, se rompió el orden monárquico y el PCI y qué conceptos se utilizaban antes de la Con-
la ciudadanía tuvo un acceso paulatino a la escolari- vención de 2003 de la UNESCO en relación a dicho
dad y a nuevas fuentes de conocimiento. El germen campo de la producción cultural en el siglo XXI?
del nuevo Estado-nación se fundamentó en la propa-
gación del origen, costumbres, lengua y territorio. El interés por el llamado “espíritu del pueblo” surgió
en los tiempos modernos, cifrado en historias orales
Como mencionan Funari y Pelegrini (2006: 17), “os no- medievales. Sin embargo, las referencias a las parti-
vos estados nacionais tiveram como tarefa primeira cularidades de pueblos y sociedades son anteriores
inventar os cidadãos.../...a importância da invenҫão de a la modernidad: “sus precursores aparecen desde
uma cultura nacional que não podía prescindir de suas tiempos antiguos, interesando a cronistas, poetas,
bases materiais, de seu patrimônio nacional”.5 En Amé- viajeros que recolectan y describen coplas, refranes
rica Latina, tras la independencia de España y Portugal, populares, costumbres y artefactos” (Chang Vargas &
un imperativo de las nuevas repúblicas fue la construc- González Vásquez, 1981: 50).
ción de la nación y la difusión de ideas de unificación
nacional. Ello demandó políticas educativas y cultura- Desde 1856, año en el que se acuñó el término folklo-
les a los fines de inculcar en la población del territorio re6 (del inglés, folk: pueblo y lore: saber, acervo), has-
5 Los nuevos estados nacionales tuvieron como primera 6 Según Corso (1966), el término lo acuñó William John
tarea inventar los ciudadanos (…) la importancia de la inven- Thoms en 1846, en una revista londinense sobre antigüedades
ción de una cultura nacional que no podría prescindir de sus ba- refiriéndose a la recopilación de gestas y cantos heroicos, que
ses materiales, de su patrimonio nacional (traducción propia). luego se amplió a diversas tradiciones populares.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
ta pasada la segunda mitad del siglo XX, la impronta les y la despatrimonialización como consecuencia de
evolucionista estuvo presente en ese vocablo, refe- la conversión del patrimonio en mercancía.
rido a usos y tradiciones populares, entendiéndose
como supervivencias de otros tiempos. En dicho contexto, frente al dominio neoliberal, el
tema de agenda de las últimas décadas fueron en ge-
En América Latina, estudiosos de antropología, edu- neral las culturas populares enfocadas en la relación
cación, música, literatura, historia y otras disciplinas, sectores urbanos y cultura de masas. Según Alabar-
contribuyeron al registro, descripción y clasificación de ces (2014: 136), lo popular se convierte entonces en
hechos folklóricos (Instituto Interamericano de Etno- “una dimensión simbólica de la cultura que designa
musicología y Folklore [INIDEF], 1975). Si bien asumi- lo dominado” cuyo estudio exige la atención de prác-
mos una postura crítica sobre las visiones idealistas y ticas heterogéneas, como el afecto por tradiciones,
estáticas de las tradiciones populares, que invisibilizan las revueltas y la representación de textos oblitera-
el proceso y el contexto de producción, reconocemos dos por quienes administran los discursos sociales.
el aporte de pioneros7 cuyas propuestas taxonómicas y
conceptuales contribuyeron en alguna medida a gene-
rar los actuales enfoques asociados con el patrimonio.8
2.3 El Patrimonio y las Políticas de la
El concepto de folklore, centrado en la orientación UNESCO: Mandatos en Latinoamérica
mistificadora de las tradiciones populares, su des- y el Caribe
contextualización y reduccionismo al objeto, cayendo
muchas veces en la fetichización y rechazo al cambio, Desde su creación, la UNESCO ha acompañado la ges-
fue demonizado por investigadores y gestores socia- tión del patrimonio con pautas que han sido la plata-
les de nuestro continente. No obstante, en el contexto forma de las políticas estatales. Otras iniciativas de la
sociopolítico de 1970 y 1980 (movimientos obreros, sociedad civil son las Cartas del International Council
campesinos, indígenas y estudiantiles), recobró vigen- on Monuments and Sites (ICOMOS), como comple-
cia el concepto gramsciano de folklore,9 que evidencia mento para la toma de decisiones. Sin embargo, has-
los antagonismos entre clases sociales y su produc- ta finales del siglo XX, la mayoría de los lineamientos
ción cultural. En esa línea, Lombardi-Satriani (1978) se enfocaban todavía en los bienes materiales, lo que
cuestionó tempranamente la función narcotizante del demandaba la necesidad de un instrumento específi-
folklore y la apropiación de la cultura tradicional por co sobre el patrimonio vivo.10 La meta por romper ese
las clases hegemónicas por medio de la “cultura de la desequilibrio fue un largo proceso de debates intelec-
ganancia”, en referencia al consumo de bienes cultura- tuales y negociaciones intergubernamentales: trata-
dos en la “Mondiacult” (1982); la Recomendación so-
bre la Salvaguarda de la Cultura Tradicional y Popular
7 Mencionamos en ese sentido a Carlos Vega, Isabel Aretz,
Ayestarán, Carvalho Neto, Fernando Ortiz, entre otros.
8 Vale mencionar por ejemplo, la distinción entre cultu- 10 Los instrumentos anteriores fueron la Convención para
ra viva y simulación, esta última provocada por la turistización; la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Ar-
también las perspectivas que contemplan el dinamismo, la re- mado (1954), Convención sobre las Medidas que Deben Adop-
semantización y adaptación a nuevos contextos. tarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la
Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales (1970),
9 Folklore “como ‘concepción del mundo y de la vida’ (…) Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultu-
en contraposición con las concepciones ‘oficiales’ del mundo” ral y Natural (1972) y, Convención sobre la Protección del Patri-
(Gramsci, 1978: 488). monio Cultural Subacuático (2001).
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
(1989); el Programa de Tesoros humanos vivos (1993 de los instrumentos o mecanismos de salvaguardia
a 2003); el Programa de Obras Maestras del Patrimo- que ésta propone. Tal es el caso de las candidaturas
nio Oral e Inmaterial de la Humanidad (1997 a 2005), para las Listas del PCI: ¿por qué los países se afanan
la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural en postular elementos representativos, mientras las
(2001), para culminar con la ya mencionada Conven- listas de salvaguardia urgente o de buenas prácticas
ción para la salvaguardia del PCI (UNESCO, 2003). Esta son ínfimas? Una explicación podría ser el interés en
Convención abrió paso a las Directrices para la crea- “promover como patrimonio aquellas prácticas que
ción de sistemas nacionales de “Tesoros Humanos tienen un potencial especial para proyectar al país al
Vivos”11 y la fundación en el año 2006 del CRESPIAL. extranjero”, como apuntan Villaseñor Alonso y Zolla
Márquez (2012: 83). Es posible afirmar que, a pesar
Entre otros aportes, Topete Lara y Amescua Chávez de la mediación política en esas postulaciones, con
(2013: 15-16) señalaron que la categoría PCI que se esta modalidad de gestión se oculta la situación de la
propone en la Convención del 2003 es relativamen- diversidad cultural de la región.
te neutra y su carácter universal permite conectar
lo global y local. Este instrumento internacional es, En este sentido, enfatizamos que el ritual de aplaudir
además, un avance en sus considerandos (Chang las adherencias a la Convención no excluye que aún
Vargas, 2004: 45-49) sobre: los riesgos de deterioro; la persisten secuelas del esencialismo y tradicionalismo
visibilización de grupos sociales y sus manifestacio- patrimonial; contradicciones al excluir organizaciones
nes; el nexo entre bienes materiales, intangibles y na- civiles; exhacerbado centralismo de la administración
turales; el respeto a la diversidad cultural y derechos pública y minimización del rol protagonista de las co-
culturales;12 el aporte de las comunidades indígenas munidades portadoras; énfasis en lo espectacular en
en la producción y transmisión cultural. detrimento de la vida cotidiana y la inevitable apropia-
ción de los saberes tradicionales, desarticulada de or-
Sin embargo, observamos ciertas ambigüedades en ganismos que deben velar por la propiedad intelectual
asuntos de la terminología usada en diversos ámbi- de los pueblos indígenas y otras minorías (afrodescen-
tos.13 También se presentan cuestionamientos res- dientes, rom, raizales, etc.).
pecto a la forma en que finalmente se utilizan algunos
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
monio, a pesar de lo que dicta el sentido común, no trínseco de los objetos, considerados bienes cultura-
está libre de problemas: es sabido que aquello que se les, deja de ser el foco de atención de los estudios. En
preserva como patrimonio cultural de un país no es los últimos años, “se hicieron evidentes las desigual-
la totalidad de la cultura, sino una pequeña muestra dades en la constitución y en la reproducción cotidia-
considerada representativa (Machuca, 1998). na del patrimonio cultural, por lo que algunos auto-
res fueron formulando la conceptualización de éste
En términos históricos, el patrimonio cultural ha como construcción social” (Rosas Mantecón, 2005:
estado atravesado por dos conceptos, que a su vez 64). De esta manera, el foco se traslada a los proce-
presentan fuertes vínculos entre sí: el de nación y el sos de producción y circulación social, así como a los
de identidad nacional. En el proceso de selección y significados atribuidos por los sujetos que utilizan,
conformación de un acervo culturalmente represen- practican o se expresan a través de un objeto patri-
tativo de la nación, el Estado y las élites intelectuales monial. Esta nueva lectura del concepto de patrimo-
y políticas, desempeñaron (y en algunos casos conti- nio implica “una operación dinámica enraizada en el
núan haciéndolo) un rol decisivo (Cannella & Picún, presente, a partir del cual se reconstruye, selecciona
2019). La construcción de una identidad nacional e interpreta el pasado” (Rosas Mantecón, 2005: 65).
a partir de la recuperación selectiva del pasado ha
buscado reflejar de manera fiel una esencia nacional Esta noción de patrimonio cultural como construc-
(García Canclini, 1990). De esta manera, el patrimonio ción social, amplía el mapa de actores o agentes in-
cultural se ha ido construyendo a partir del compo- volucrados o interesados. Por un lado, además del
nente tangible de la cultura, en especial de los bienes Estado, que proporciona un marco político e institu-
monumentales, También de aquellos objetos cuyas cional, posiciona en este campo a la sociedad civil
propiedades intrínsecas remiten a sustratos o sopor- organizada y no organizada, y en general a quienes
tes materiales (por ejemplo, la música o la literatura se identifican con alguna expresión o práctica cul-
codificadas en la escritura, que requieren de un so- tural potencialmente patrimonializable, a los que
porte como el papel), y que a partir de una valoriza- se añaden otros actores públicos y privados, nacio-
ción jerárquica y excluyente han sido reconocidos y nales e internacionales. Por otro, otorga visibilidad
conservados. Nos referimos a objetos históricamente a aquellos objetos culturales que no gozan de un
asociados a una parte de la cultura especializada, de- sustrato material, como la música no codificada en
nominada en Occidente durante siglos “alta cultura”, la escritura y la literatura oral, los saberes (técnicas,
que fue la que dio origen a la noción de acervo cultu- procesos, conocimientos) igualmente transmitidos
ral (Cannella & Picún, 2019). oralmente de generación en generación, y los espa-
cios simbólicos, que dan cuenta en su integralidad
Esta valoración diferenciada de los bienes cultura- de un modo de vida en común. En este marco se
les, que da cuenta de una estrecha relación entre los consolida la Convención para la Salvaguardia del Pa-
conceptos de identidad nacional y patrimonio, pone trimonio Cultural Inmaterial (UNESCO, 2003), donde
en evidencia el carácter dinámico de ambos (Hobs- el PCI reúne tanto objetos no palpables como técni-
bawm, 1992). Tal como planteó Florescano (1997), cas, procesos, espacios, en estrecha relación con las
los intereses del Estado inciden en los componentes comunidades, grupos o individuos que los recrean,
patrimoniales que se seleccionan como representati- desarrollan y transmiten como parte de sus identi-
vos en un momento dado. dades. El reconocimiento de estos elementos como
patrimonio inmaterial, contribuye a fortalecer la dig-
Es por ello que la noción de patrimonio como acervo nidad y capacidades de las comunidades y constitu-
cultural se vuelve inoperante cuando el sentido in- ye un factor de inclusión.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
A pesar de ello, el término patrimonio cultural se si- la supuesta subordinación. Esta lectura de los proce-
gue presentando casi como sinónimo de patrimonio sos culturales contribuyó a pensar la categoría de PCI
material: los objetos y su conservación. La hegemo- desde el punto de vista de la inclusión cultural y social.
nía de la perspectiva jerarquizante y nacionalista del
patrimonio cultural, bajo la tutela y control del Esta- Los objetos que componen este sector de la cultura,
do con sus interlocutores más legítimos se sigue re- con sustrato o soporte no material, sus conocimientos
produciendo, aunque con una variante fundamental, y saberes especializados, y sus objetos materiales aso-
puesto que recoge el concepto de patrimonio como ciados, tienen la capacidad potencial de no someterse
construcción social. Si bien los objetos continúan a la tiranía de los límites geopolíticos de una nación y
siendo el foco de atención, se trabaja sobre nuevas de las identidades nacionales; a la vez, permite bus-
construcciones de sentido dirigidas a lograr que los car alianzas globales que desafían los parámetros do-
ciudadanos se identifiquen masivamente con obje- minantes del colonialismo desde un cosmopolitismo
tos seleccionados para ser restaurados y resignifica- subalterno, como propone Boaventura de Sousa San-
dos. Pero, como observó Néstor García Canclini, esos tos (2010).15 Este sentido de pertenencia de la cultura,
bienes patrimoniales que cada sociedad ha reunido compartida regionalmente, permite trascender los na-
a lo largo de la historia, aún en este nuevo contexto, cionalismos como uno de los aspectos problemáticos
“no pertenecen realmente a todos, aunque formal- del patrimonio cultural material (PCM), al mismo tiem-
mente parezca ser de todos y estar disponibles para po da cuenta de la riqueza (no exenta de tensiones)
que todos los usen” (García Canclini, 1997: 59-60). que imprime la diversidad de lecturas y dinámicas que
adquiere una misma práctica o expresión en diferen-
Como ya se dijo, la categoría de PCI remite al mun- tes contextos socioculturales. Esto significa, además,
do de los objetos no palpables, que se guardan en la desmarcarse de cualquier postura esencialista.
memoria y están supeditados a la transmisión oral y
a la observación para trascender un momento dado. En esta misma línea se encuentra la Declaración de Ya-
Pero también alude a culturas no hegemónicas tanto mato (2004)16 que hace un llamado a la integralidad,
a nivel global como aquellas identificadas con secto- es decir cuestiona la separación entre las categorías
res, clases o grupos subalternos. En todos los casos, más que la existencia de las mismas. Entonces, se tor-
se trata de culturas muchas veces subvaloradas e in- na necesario ir más allá de una conceptualización re-
visibilizadas, aunque también apropiadas desde la duccionista, construida sólo en base a la materialidad
dominación occidental bajo categorías impuestas, de los objetos. Esto significa ampliar el horizonte con-
que dan cuenta de parámetros etnocéntricos y socio- ceptual de ambas categorías que si bien pueden estar
céntricos.14 Por su parte, los trabajos de Mijaíl Bajtin diferenciadas no implica que se presenten disociadas.
(1965/1987) y Carlo Ginzburg (1976/2016), que intro- En cuanto al PCI, es prioritario pensar la construcción
dujeron la idea de circularidad de la cultura entre las
clases o grupos dominantes y subalternos, además de
dejar atrás el difusionismo, aportaron una óptica que
cuestiona la tradicional jerarquización de la cultura y 15 De hecho, la noción ecología de saberes propuesta por
este autor cobra relevancia para pensar en los mecanismos a
través de los cuales resulta operativa la noción de PCI.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
de sentido de las expresiones, prácticas o vivencias, agentes implicados en las dinámicas de valoración,
como procesos. Al mismo tiempo, es necesario man- estén relacionadas a aspectos estructurales (trabajo,
tener el PCM como una categoría centrada en los obje- salud, educación, ambiente, etc.) y/o cuestiones cul-
tos, su conservación y resignificación. turales (étnicas, religiosas, de género, entre otros).
En este marco del PCI como proceso, uno de los de- Entonces, siguiendo a Cunha Filho (2000), enten-
safíos más importantes que tienen las comunidades o demos los derechos culturales como aquellos que
grupos, y que la academia y los Estados deben favore- igualmente se refieren a las memorias colectivas, a
cer y acompañar (no tutelar o controlar), es el fortale- la producción y a la socialización de conocimientos.
cimiento de la capacidad de agencia.17 Se trata de que Estos derechos reafirman a los detentores18 los sabe-
los espacios comunitarios que propician las expresio- res/quehaceres y el uso del pasado como elementos
nes o prácticas del PCI sean un instrumento de autoco- imprescindibles para las elecciones y las deliberacio-
nocimiento, solidaridad y cohesión social, así como de nes de los grupos y pueblos acerca del futuro de su
mejoramiento de la calidad de vida, en un contexto de repertorio cultural, y como base para el respeto a la
sostenibilidad, donde los aspectos económicos y polí- dignidad y a la creatividad humana.
ticos no constituyan un factor de riesgo.
La consolidación de estos derechos19 referidos a la
A continuación, abordaremos la perspectiva PCI-In- conservación de la riqueza y la multiplicidad de bie-
clusión Social en relación a los Derechos Humanos nes y expresiones en sus particularidades locales, se
y Culturales. encuentra intrínsecamente relacionada a la emer-
gente noción de diversidad cultural. Esta noción está
refrendada por la actuación de la UNESCO. Cabe des-
tacar en la presente temática la Declaración Universal
2.5 PCI y el ejercicio de los sobre la Diversidad Cultural (2001), dos años después,
Derechos Culturales la ya mencionada Convención para la Salvaguardia
del Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) y luego la
El alcance de la categoría PCI en el campo de los Dere- Convención sobre la Protección y la Promoción de la
chos Culturales está basado en el precepto ético-polí- Diversidad de las Expresiones Culturales (2005).
tico de implementación conjunta —entre el Estado y
la Sociedad Civil— de políticas públicas que se con-
trapongan a toda y cualquier forma discriminatoria
y excluyente que impida la participación de todos los 18 Término aquí referido con base en la definición presen-
tada en Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional
(IPHAN, 2017). Se refiere a los grupos y/o colectividades respon-
sables por la creación, producción y gestión de un determinado
bien cultural y/o de las prácticas culturales a él asociadas, y para
17 Por lo expuesto, reafirmamos la necesidad de construir los cuales, los mismos se constituyen como valor y referencia
modelos analíticos multidimensionales y participativos para cultural por interrelacionarse con las dimensiones de la his-
abordar, desde la academia, las prácticas o expresiones del PCI. toria, de la vida y de los modos de ver e interpretar el mundo.
Mientras que en el caso del Estado es imprescindible que los paí- Estos son fundamentales para la reafirmación de la memoria y
ses que suscriben la Convención de 2003 actualicen o incluso de la identidad comunitaria. Los detentores son portadores de
elaboren sus normativas, de manera de recoger sus contenidos. los conocimientos tradicionales y al mismo tiempo garantizan
Para profundizar sobre este último aspecto de la gestión del PCI la continuidad de su transmisión.
en América Latina ver: Miradas a la gestión del PCI en América La-
tina: avances y perspectivas. Estados del arte sobre las políticas 19 Los distintos colectivos demandan el aumento de re-
públicas para la salvaguardia del PCI en los países miembros del presentatividad para consolidar dichos derechos en foros loca-
Crespial, 2017. Recuperado de: Link les, regionales y nacionales.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
Vale mencionar que los señalamientos sugeridos tutos de saberes y prácticas utilizados para respaldar
por estos documentos tuvieron algunos impactos las medidas de valoración dada la emergencia de la
positivos para la preservación de los referenciales categoría PCI. Las manifestaciones de esta categoría
culturales inmateriales de los países miembros. Las habilitaron en los actuales debates sobre temáticas
nociones de diversidad cultural y de PCI refuerzan el patrimoniales, nuevos sentidos y formas de apropia-
respeto por las culturas de las sociedades en las dis- ción construidas por los detentores. En esta dirección,
tintas formas como estas se organizan y encuentran vale mencionar el significativo aporte de los Princi-
espacios de expresión, creación y difusión (UNESCO, pios Éticos para la Salvaguardia del Patrimonio Cultu-
2001: 5). Lo propuesto tiene como lema el fortaleci- ral Inmaterial (UNESCO, 2015) que han sido propues-
miento de las identidades culturales y la atención a tos como base para la elaboración de instrumentos y
las solicitudes de las poblaciones acerca de las ame- códigos éticos específicos susceptibles de adaptarse a
nazas de desaparición de determinadas expresiones diferentes situaciones locales y sectoriales.
ante los efectos de homogeneización en la esfera glo-
bal impuesta por el neoliberalismo. Esta problemáti- Es posible afirmar que tales desplazamientos han
ca comienza a ser paulatinamente considerada en el adquirido una mayor intensidad, específicamente en
ámbito de la gestión y salvaguardia patrimonial. los contextos histórico-culturales de Latinoamérica y
Caribe. Las reivindicaciones de los pueblos origina-
Con respecto a temas de movilización política y social rios y de los pueblos provenientes de la diáspora afri-
en torno al pleno derecho de producción, manteni- cana en pro de la defensa de los derechos humanos y
miento y usufructo de los bienes culturales, los docu- culturales, ocupan cada vez más la escena pública y
mentos proponen una perspectiva decolonial. A partir requieren urgentes acciones y políticas más horizon-
de la inclusión del PCI, se observa una revisión de la tales y descentralizadas. Este escenario se ha agudi-
óptica esencialista del patrimonio, actualmente cues- zado por la pandemia COVID-19, lo cual suscita que
tionada por estudios y experiencias recientes. Estas los gobiernos locales configuren políticas públicas
nuevas miradas lo perciben de una manera extendida, con un carácter más inclusivo, teniendo en cuenta la
vale decir, como una “categoría de pensamiento” y así, intensificación de las desigualdades, entre ellas las
existente en todas las sociedades y, por sobre todo, culturales, y las intolerancias de todo tipo.
fundamental para la vida colectiva (Gonçalves, 2002).
Desde finales del siglo XX, el objetivo de variadas ini-
ciativas sensibles a esta realidad, llevadas a cabo por
los países latinoamericanos con la colaboración de la
2.6 Las comunidades en las pautas de UNESCO, se centró en profundizar el diálogo entre los
las acciones patrimoniales diferentes agentes públicos y especialistas del tema y
las comunidades, a los fines de posibilitar prácticas
En efecto, la ampliación del concepto patrimonio ten- preservacionistas más plurales y democráticas.20 De
sionó la centralidad y los contornos de las instancias esta manera, se advierte el propósito de transferir la
decisorias de salvaguardia y fruición cultural, lo cual atribución de valor cultural a un conjunto mayor de
dio lugar a un nuevo significado y desplazamiento en actores sociales, o sea, la sociedad.
su vasto campo. Con la incorporación de los bienes y
valores intangibles en el rol de las acciones preserva-
cionistas, esos aspectos habilitaron cambios no sólo
20 Es importante señalar que esto sucedió en el marco de
desde el punto de vista conceptual sino también epis- una serie de reformas multiculturales en la región que llevaron
temológico, al proponer la reorientación de los esta- por ejemplo, a reformas constitucionales en varios países.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
En esta dirección, el papel relevante que adquiere antropológico de cultura apuntan cada vez más al
el protagonismo de las diversas colectividades en la ejercicio teórico-práctico del diálogo intersectorial
arena de los debates sobre los procesos de valora- que implica al poder público, las organizaciones y
ción y transmisión de PCI (reconocidos o no por las grupos y las instituciones de conocimiento (univer-
instituciones y órganos oficiales), no sólo problema- sidades, escuelas, etc.).
tiza el valor de los bienes en sí, sino que atiende a las
particularidades y demandas sociales de los grupos Asimismo, destacamos los aportes de Rita Segato
en sus propios territorios. Esto suscita iniciativas más (2018) referidos a lo que denomina como “antropo-
integradas y sistémicas en la esfera patrimonial y co- logía por demanda”. En el campo específico de las
labora en su comprensión como vector importante políticas vinculadas al PCI, esto apunta a que los
de inclusión y desarrollo social. Esta reflexividad de agentes públicos y especialistas del área consideren
la tradición (Giddens, 1995) a partir de la patrimonia- las demandas de las agendas culturales provenien-
lización de un bien cultural resuena en los medios tes de las comunidades y pueblos, y que se pongan
digitales a través de activistas culturales que confor- a disposición para afrontar la superación de las difi-
man nuevas comunidades (Kozinets, 2014). cultades. Según la autora esto resulta en reconocer
el lugar de habla y los saberes de las colectividades,
Los protagonismos y demandas convergen habili- una vez que las mismas comprendan que no necesi-
tando así una perspectiva más dinámica y procesal tan de portavoces para la defensa de sus derechos.
del patrimonio, lo que da cuenta de sus múltiples Tal postura acontece del creciente contacto y fami-
interfaces y conexiones. Las interferencias llevan a liaridad de los grupos sociales con el universo polí-
entenderlo como un campo permeado por dispu- tico patrimonial y sus prácticas.
tas históricamente imbricadas a las experiencias de
desigualdad y opresión vividas por las poblaciones De esta manera, los habituales procesos de valo-
de Latinoamérica y el Caribe. Las mismas, en el ám- ración, anteriormente reducidos a la aplicabilidad
bito de la cultura, se vinculan con los dilemas de las de estrategias de conservación y como campo de
permanencias y arbitrios de una tradición preser- predominio de los especialistas (García Canclini,
vacionista occidental moderna eurocentrada, etno- 1999), son redibujados por los anhelos de nuevos
céntrica y androcéntrica. Como ya mencionamos, agentes que ejercen su protagonismo. En este sen-
los preceptos de excepcionalidad/monumentalidad, tido, se propone un análisis más abarcador del con-
y consecuentemente, la primacía de los bienes de junto de bienes materiales y simbólicos pasibles de
“piedra y cal” accionados como discursos autoriza- ser patrimonializados. Estos bienes son concebidos
dos para refrendar la historia y la memoria oficial como un dominio importante de la existencia social
de la nación, sostuvieron lógicas productoras de la a ser validados en la gestión de proyectos alterna-
invisibilidad de historicidades y la diversidad de las tivos centrados en la preservación del PCI. De allí,
expresiones culturales. la puesta en valor de la supervivencia y el empode-
ramiento de los productores culturales vistos como
De acuerdo con Chuva (2018:07), las disputas por sujetos de derecho.
el patrimonio en la contemporaneidad se conectan
cada vez más con los deseos protagonizados por En efecto, los protagonismos por la asunción de los
actores sociales marginalizados/silenciados por los derechos culturales en el ámbito patrimonial han de-
discursos patrimoniales hegemónicos. En este con- mostrado por medio de los movimientos y organiza-
texto de luchas y contestaciones inherentes al cam- ciones sociales, la emergencia de lo que algunos estu-
po, los actuales avances mediados por el concepto diosos denominan como la patrimonialización de las
24
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
diferencias.21 Según Abreu (2015), esta situación otor- rios para la creación y la activación de valores y bie-
ga otros dinamismos a los procesos de patrimonializa- nes culturales. Advertimos, entonces, un debate cada
ción al refrendar en la contemporaneidad un número vez más presente sobre las reivindicaciones sociales
variado de nuevos sujetos de derechos colectivos. debido al alto índice de depredación ambiental ac-
tivado por la lógica del mercado y sus nocivos des-
doblamientos en la subsistencia material y simbólica
de los grupos y pueblos. A esta realidad se suma la
2.7 PCI: sustentabilidad y territorio explotación turística de los espacios y sitios donde se
funda el quehacer cotidiano, las prácticas culturales
El patrimonio, como categoría de pensamiento, da y las relaciones de pertenencia.
cuenta de otras percepciones acerca de las relaciones
y de los procesos de producción patrimonial realiza- Estas solicitudes de diversas reivindicaciones se poten-
dos por los detentores. Particularmente, cuando son cian al considerar la sustentabilidad y el territorio como
analizados en contextos culturales distintos de aque- ejes de abordajes concernientes a los derechos cultura-
llos comúnmente consagrados a su salvaguardia. En les asociados al protagonismo en la esfera patrimonial.
dichos contextos, el patrimonio es constantemente Todo lo cual demanda a las instituciones públicas de
redefinido por las comunidades en conexión con los gobernanza la instauración de dispositivos de defensa
ritmos de las dinámicas y urgencias, tanto materiales y de los valores patrimoniales, ya que son indispensa-
ambientales como simbólicas de la vida comunitaria. bles para la cohesión y supervivencia social. En efecto,
se trata de garantizar la permanencia de los vínculos de
Por lo tanto, así conceptualizado, el patrimonio ha- las comunidades con sus genealogías, saberes y luga-
bilita cuestiones que se activan en la actualidad, vin- res ancestrales. Asimismo, se pone en valor su interde-
culadas a los derechos culturales en términos de PCI. pendencia con protagonismos que posibiliten formu-
Nos referimos a la preocupación de los grupos deten- lar estrategias de generación de trabajo y renta a partir
tores por la sustentabilidad22 de los recursos necesa- de los bienes culturales.
25
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
das en una noción de sustentabilidad socioecológica poco reconocidos por las políticas oficiales.23 Una no-
configurada por el vínculo inseparable entre lo social, ción presente en las pautas del PCI, presupone la emer-
cultural y ambiental. La inclusión de esa perspectiva gencia de otras cartografías patrimoniales balizadas en
implica reconocer que la continuidad de los saberes/ el patrimonio como documento vivo, integrado como
quehaceres y valores culturales se encuentra imbri- vivencia colectiva y articulado a los hitos históricos e
cada al ambiente donde viven los grupos detentores, identitarios de las comunidades detentoras. Esto se
al uso y al mantenimiento de los recursos naturales y potencia a nivel educativo cuando las conformaciones
a la mejora de las condiciones necesarias a la organi- históricas y la movilidad de los bienes culturales indi-
zación, producción y fruición cultural. Esto siempre can un segundo avance importante en el debate patri-
direccionado al segundo concepto: el territorio. monial: los territorios son revestidos a través de redes
de aprendizajes no formales e informales de conoci-
Asumimos entonces, que el término y el sentido de te- mientos socializados a las generaciones más jóvenes.
rritorio refieren a valores y significados sobre el espa-
cio que es atribuido y también compartido, territorio Así, el territorio, en términos de configuraciones —so-
donde habita el mundo de la vida en su complejidad ciales, ambientales, culturales y educativas— trans-
y creatividad humana. Es la casa: “la residencia de los puestas a las pautas del patrimonio, refuerza la ne-
cambios materiales y espirituales, y de la vida, sobre cesaria cualificación de las relaciones e intercambios
los cuales ella influye” (Santos, 2000a: 96), que sirve de de saberes entre comunidades, instituciones educa-
base para las relaciones sociales y culturales una vez tivas e instancias gubernamentales. Todo lo cual soli-
que abarca el espacio en sus materialidades y subjeti- cita el ejercicio de prácticas dialógicas que valoren y
vidades. En la actualidad, algunas experiencias adop- promuevan formas renovadas de concebir y adminis-
tan la dimensión territorio para trazar y establecer me- trar el PCI en contextos situados.
didas de identificación y salvaguardia considerando
los flujos socioculturales comunitarios. Desde esta perspectiva teórica sostenemos la nece-
sidad de que las políticas patrimoniales y los varios
El tratamiento en profundidad de la noción de territo- agentes implicados, sean ellos las comunidades y/o
rio en la mediación entre los agentes institucionales y especialistas, se apropien y profundicen activamen-
las comunidades ha generado relevantes contribucio- te estos planteamientos. Resulta fundamental que
nes en la realización de levantamientos, inventarios y en estos procesos se promuevan lecturas espaciales,
estrategias de promoción patrimonial. La primera de simbólicas y educativas acerca de la circulación y
ellas consiste en una percepción del espacio como lu- transmisión cultural para posibilitar interpretaciones
gar dotado de experiencias histórico-culturales, pues y valores con sus diversas interfaces y polifonías.
como afirmó Martins (2015: 50) “reúne historia, cono-
cimiento y demuestra las varias posibilidades y rela- A partir de lo expuesto, la elaboración de herramien-
ciones que un grupo tiene con el lugar que es identifi- tas que contemplen las dimensiones de sostenibi-
cado como extensión de sí mismo”. lidad socioecológicas y de territorio para lograr un
acercamiento a los emergentes mapas patrimoniales
Tal perspectiva se reviste de sentido, particularmen- comunitarios, es un requerimiento ineludible. Asi-
te, en territorios donde las medidas de preservación
abarcan bienes culturales vivientes, o sea, bienes que
permanecen activados en el cotidiano de las comu-
23 Vale mencionar la brecha que existe con la valoración
nidades. A muchos de ellos, distantes y excluidos de otorgada a los bienes patrimonializados en instituciones como
los circuitos culturales usuales, se los identifica como museos y/o ubicados en los centros históricos.
26
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
mismo, se advierte la necesidad de subsidios que perimental y reflexivo de las ciencias sociales con la
posibiliten hacer efectivas las políticas y los servicios intervención sociocomunitaria en prácticas de PCI y
que promueven la participación de los segmentos de inclusión social. En un primer momento se efec-
para los cuales estas herramientas se contextuali- tuó una revisión de los antecedentes teóricos y em-
zan, de tal modo que las mismas deben permitir la píricos documentados en la literatura especializada
fiscalización social y la alineación de respuestas más y en estudios de casos y experiencias heterogéneas
adecuadas a las problemáticas, intereses y aspectos de distintos países de América Latina y el Caribe. En
creativo-culturales de los diferentes grupos. el segundo, se pusieron en escena nuestros debates y
aportes precedentes como investigadores.
Finalmente, la puesta en obra de estas dinámicas
apunta a superar posibles procesos de valoración
arbitrarios. Según Fonseca (2003: 93), las políticas
en este sector precisan acercarse a las aspiraciones 3.1 El PCI como Sistema Complejo
y puntos de vista de las comunidades, dado que son
ellas las que experimentan directamente las prácti- Llegado a este punto, es posible afirmar que la susten-
cas culturales. Así, las comunidades se constituyen tabilidad del PCI y su contribución a la inclusión social
como agentes culturales relevantes para la elabora- tienen que ser entendidos como procesos complejos
ción de saberes y propuestas de desarrollo y preser- que involucran tanto a los organismos institucionales
vación direccionados a la esfera patrimonial. como también la participación de los sujetos en su
más profunda dimensión ética e histórica. Ello implica
asumir por parte de los Estados y las comunidades un
compromiso responsable hacia la profundización del
3. Metodología para el análisis PCI y sus aportes a la inclusión y al desarrollo.24
de experiencias de PCI e
inclusión social Desde este posicionamiento, se entiende que la exclu-
sión social afecta a segmentos de la población que, por
religión, etnia, ideología, condición física, económica,
A fin de proponer una herramienta metodológica que, política, entre otras, experimentan distintos tipos de
fundamentada en las perspectivas teóricas expuestas, barreras para poder ejercer una participación plena y
pueda servir como insumo para mejorar la gestión del efectiva (García Canclini, 2004), debido a la privación
PCI, elaboramos bajo una dinámica colaborativa e in- o limitación de derechos, recursos materiales o capa-
terdisciplinar un modelo analítico multidimensional cidades. De allí que las propuestas vinculadas al PCI
que denominamos PCI-Inclusión Social.Dicho mode- exigen considerar una serie de aspectos heterogéneos
lo posibilita el análisis de prácticas comunitarias en las que involucran el desarrollo de políticas de inclusión
cuales el PCI resulta un factor clave en los procesos de social y prácticas sostenidas no excluyentes.
inclusión social. El objetivo de esta herramienta es co-
laborar en el análisis de las condiciones de sustentabili- En este sentido, resulta ineludible que para evaluar las
dad, participación y no-exclusión en diversos contextos
patrimoniales situados, atendiendo especialmente a
los desafíos de la post-pandemia de COVID-19.
24 La perspectiva de los sistemas complejos fue introdu-
cida por Rolando García (2007) cuando dirigió investigaciones
La estrategia metodológica que ponemos en obra interdisciplinarias en la Federación Internacional de Institutos
para el desarrollo del modelo vincula el enfoque ex- de Estudios Avanzados y la Organización de Naciones Unidas.
27
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
Los rostros del Carnaval de Barranquilla (Colombia)/ © César Martínez / Archivo CRESPIAL*
prácticas y los procesos de inclusión social en torno al senso en torno a mínimos normativos y mínimos so-
PCI se vinculen sistemáticamente las condiciones con- ciales, la solidaridad como valor ético y valor práctico,
textuales que configuran los aspectos ambientales, y un principio asumido de reciprocidad en el trato. En
culturales, institucionales, económicos, educativos este sentido, existe una relación dialéctica entre meca-
y tecnológicos. Por eso, insistimos en la importancia nismos instituidos de inclusión-exclusión sociales y las
de adoptar una mirada compleja, sistémica y multidi- respuestas, percepciones y disposiciones de la ciuda-
mensional del PCI, que involucre la mayor diversidad danía frente al modo en que estos operan. En este mar-
de factores condicionantes. De tal modo que, el PCI co, el sentido de pertenencia a la sociedad constituye
como sistema complejo está compuesto por elemen- un eje central, debido a que, en última instancia, es un
tos heterogéneos en constante interacción y cambio. componente subjetivo cuyo estudio permite compren-
der las significaciones comunitarias. Sin embargo, pue-
Cabe destacar que la noción de inclusión social es de coexistir un arraigado sentido de pertenencia a es-
transversal a las diferentes dimensiones del modelo cala micro con una situación macro crítica en materia
propuesto. Así, supone mejorar las condiciones de ac- de menor integración social. En otras palabras, puede
ceso a los mecanismos de integración, como también darse integración a nivel comunitario y al mismo tiem-
promover mayores posibilidades de autodetermina- po desestructuración a nivel de la sociedad. Esto suele
ción de los actores. Por su parte, desde la noción de observarse, por ejemplo, en la población indígena o en
ética social se destaca la comunidad de valores, el con- otras minorías en Latinoamérica. Así, al interior de estas
28
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
Dimensión Territorial y/o Socioambiental relaciona con las particularidades institucionales, histó-
ricas, culturales y socioeconómicas (Santos, 2000b).
Toda comunidad produce su propio espacio, en re-
lación y tensión con los vínculos sociales que allí se De modo que esta dimensión se vincula con la defi-
suceden. De modo que no es inerte, neutral y preexis- nición, acceso, uso y conservación del territorio en el
tente, ni está determinado sólo por factores geográ- que habitan las distintas comunidades y la preserva-
ficos, climáticos o antropológicos (Santos, 2000a). ción de la biodiversidad. La conservación de la diver-
Desde esta concepción, las expresiones inmateriales sidad biológica implica la utilización sostenible de sus
no podrían considerarse sin el territorio donde se de- componentes y la participación justa y equitativa en
sarrollan. Retomando lo ya expuesto en el apartado los beneficios que se deriven de la utilización de los
2.4 de este capítulo, ampliar el horizonte conceptual recursos genéticos (ONU, 1992). Vale recordar además
de las categorías Patrimonio Cultural Material y PCI es que la sustentabilidad ha sido definida como la capa-
comprender que las mismas, si bien pueden estar di- cidad de satisfacer las necesidades de las generacio-
ferenciadas, no implica que se presenten disociadas. nes presentes sin comprometer las necesidades de las
generaciones futuras (World Commission on Environ-
El territorio como ya expusimos en la perspectiva teó-
ment and Development [WCED], 1987).
rica, lo conceptualizamos siguiendo a Porto Gonçal-
ves (2009) como:
En ese marco, es ineludible considerar el respeto por
Categoría espesa que presupone un espacio geográfico la biodiversidad y la sustentabilidad ambiental en
que es apropiado y este proceso de apropiación —te-
vinculación a las prácticas de PCI, así como la terri-
rritorialización— enseña identidades —territorialida-
torialidad que está implícita en dichas expresiones.
des— que están inscritas en los procesos siendo, por
tanto, dinámicas y mutables, materializando en cada
momento un determinado orden, una determinada
En consecuencia, los indicadores posibles que iden-
configuración territorial. (44) tificamos en la dimensión Socioambiental y que pue-
den ser evaluados utilizando una gran variedad de
Por tanto, todo territorio está en constante disputa por dispositivos y/o modalidades, incluyendo los forma-
su definición, acceso, control, gestión y apropiación. En les, los informales y ad hoc, son los siguientes:
este sentido, lo ambiental atañe precisamente a la rela-
ción entre la sociedad y la naturaleza, y no únicamente Conservación de la biodiversidad
a lo natural (Merlinsky, 2013). De manera que las proble-
máticas socioambientales de cada comunidad se cons- Sustentabilidad ambiental
tituyen a partir de los modos en que las comunidades se
vinculan con su entorno para construir su hábitat, con- Acceso, conservación y uso del territorio
formar su territorialidad y generar las condiciones para
su producción y reproducción biológica, cultural y eco- Integración de la práctica de PCI con el territorio
nómica.28 Por lo tanto, la construcción del territorio se
Mecanismos de evaluación de impacto de la mani-
festación del PCI en el ambiente
30
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
personas de satisfacer más adecuadamente sus nece- de la educación, la formación y la creación de opor-
sidades (Max Neef, 1994). Comprende, en primer tér- tunidades de empleo y también como evitar que los
mino, la base material en la cual se desarrolla la vida; cambios que genere el crecimiento turístico afecten el
en segundo lugar, el ambiente natural y construido bienestar de la comunidad anfitriona (ICOMOS, 1999).
en el cual se desenvuelve el ser humano; y en última
instancia, a todas las relaciones que devienen de las Por todo ello, sería posible considerar principalmen-
actividades laborales y de otro tipo de relaciones so- te los siguientes indicadores:
ciopolíticas y culturales. Así, hay un conjunto de ne-
cesidades que surgen con el proceso de desarrollo y Capacidad de resiliencia de las comunidades
que se convierten en indispensables para funcionar
socialmente. Por ello la calidad de vida tiene un ca- Sustentabilidad económica de las manifestaciones
rácter multidimensional y ha sido definido como “el del PCI para las comunidades
conjunto de posibilidades de ser y hacer que tiene
cada persona” (Lucero et al., 2008: 6). Percepciones sobre la propia calidad de vida
de la comunidad
Por tanto, en esta dimensión se evalúan el grado de
consecución de los objetivos económicos y su vincu-
lación con la capacidad de resiliencia de las comuni- Dimensión Político-Institucional
dades; la sustentabilidad económica de las manifes-
taciones del PCI en relación con los beneficios que Las políticas públicas que inciden sobre el PCI in-
reciben las comunidades y la mejora de la calidad de cluyen tanto a aquellas vinculadas directamente al
vida de las personas. ámbito cultural como también a las que tienen por
finalidad garantizar otros derechos. Tal es el caso de
La capacidad de resiliencia de las comunidades refie- las políticas públicas vinculadas a las comunidades
re tanto a la aptitud que posee como colectivo para indígenas (incluidas las de reconocimiento de dere-
adaptarse a las circunstancias propias de la dinámica chos referidos a su patrimonio cultural y su propie-
social como a la idoneidad para responder ante con- dad intelectual); la igualdad de género; los derechos
tingencias no previstas. Además, a la flexibilidad de culturales; el derecho a la no discriminación; el dere-
sus estrategias ante este tipo de situaciones y a la po- cho al trabajo digno en oficios artesanales y tradicio-
sibilidad de capitalizar la experiencia. Al respecto es nales; la protección del interés superior de los niños,
importante poder diferenciar entre la calidad de vida y niñas y adolescentes; los derechos a la alimentación,
la calidad de vida percibida por la propia comunidad. a la salud o a la educación, entre los más relevantes.
La mejora de las condiciones de calidad de vida en re- Esta dimensión se vincula con las políticas públicas29 y
lación al PCI implica no solo un reparto equitativo de los mecanismos de participación democrática, el respe-
los beneficios de las actividades económicas efectua- to de los derechos de la ciudadanía y el acceso de los
das en vinculación con dicho patrimonio en todos los sectores sociales involucrados en la toma de decisio-
sectores de la comunidad, sino también, cómo prote-
ger la salud de las personas involucradas y aliviar la
pobreza. Así, se ha afirmado la necesidad de una co-
rrecta distribución de los beneficios generados por el 29 Se entiende por políticas públicas al diseño de acciones co-
lectivas e intencionadas que un gobierno, un grupo o colectividad de-
turismo en la comunidad anfitriona; un reparto equi- fine para alcanzar determinados objetivos; en un sentido amplio pue-
tativo de beneficios entre hombres y mujeres a través de incluir planes, programas y proyectos (Martínez Nogueira, 2010).
31
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
nes. Incluye el marco normativo del patrimonio cultu- Efectividad en la implementación de las normas y
ral en general en los diferentes niveles de gobierno de políticas de salvaguardia del PCI
cada país. Además, se relaciona con el respeto de los
Derechos Humanos, ya que, por una parte, estos fungen Cabe acotar en referencia al último indicador pro-
como parámetro de legitimidad de los elementos que puesto, que la medición de efectividad de las nor-
merecen ser salvaguardados y, por otra parte, el PCI es mas permite identificar las inconsistencias o brechas
una herramienta para garantizarlos (Lenzerini, 2011). tanto entre la legislación de derechos y la sectorial,
como en las políticas institucionales de ejecución y
Resulta clave considerar la participación de la comu- las prácticas concretas.
nidad en la gestión. Es interesante distinguir esta (for-
malizada a través de mecanismos institucionales, de-
terminando si es vinculante o no, etc.) de otro tipo de Dimensión Cultural
participación que se da en instancias comunitarias,
sin mayor formalización, pero con permanencia en el Esta dimensión se vincula con la esfera simbólica de
tiempo a través de la práctica o la memoria. Además, las prácticas culturales, que forman parte de las identi-
se puede medir la efectividad en la aplicación de las dades de las comunidades, en constante actualización.
normas y políticas.
La adscripción identitaria, lejos de ser inmutable, es
La participación considera la incorporación de distin- transformada de manera continua por las relaciones
tos actores en diversos momentos de la manifesta- sociales (Barth, 1969). Así, la manera en que las co-
ción cultural, incluyendo la formulación, la gestión, munidades, grupos e individuos se autodefinen y di-
el manejo y el control de las actividades realizadas. ferencian de los demás es el resultado de un proceso
También incluye procesos de patrimonialización, y la dinámico en el que el contexto social y político no es
construcción de agendas comunitarias. neutral, y a partir del cual se deben construir marcos
de respeto por los valores y prácticas simbólicas. En
A partir de lo expuesto, proponemos los siguientes este sentido, la idea de autoadscripción étnica y/o
indicadores: identitaria, religiosa, etc., es el criterio actualmente
aceptado en la normativa internacional.31
Políticas públicas situadas
32
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
nes es indisociable de los conocimientos de las entre distintos grupos o comunidades. Las acciones
personas y de las relaciones sociales que permi- de comunicación y las prácticas culturales se en-
ten su creación, manifestación y reproducción. Por cuentran estrechamente vinculadas y son depen-
ello el PCI como expresión y manifestación de las dientes entre sí.
identidades fortalece y vehiculiza la reproducción
y cohesión del tejido social, habilitándose así pro- La tecnología de comunicación es entendida como
cesos de inclusión social. todo soporte técnico material en el que circula el sen-
tido socialmente construido. Constituye una materia-
En esta dimensión, además, se incluyen las percep- lización del pensamiento y habilita procesos de expre-
ciones comunitarias sobre el PCI y su gestión, es decir sión, información y socialización. Cabe destacar que la
que la manera de recibir, interpretar y comprender tecnología no es neutral, sino que forma parte de las
las manifestaciones del PCI por parte de las comuni- tramas culturales, socioeconómicas y políticas.
dades o grupos remite a la relación sensible de ellos
con dicho patrimonio. Por ello, interesa indagar acer- No se puede entender a las sociedades contemporá-
ca de su visión respecto del sentido de pertenencia neas sin contemplar el acceso, utilización y funcio-
e identidad, su valoración del PCI y si existen meca- namiento de las tecnologías de la información y la
nismos de apropiación y autovaloración. También, se comunicación. El siglo XX ha consolidado un proceso
alude a la participación social en la gestión del PCI, creciente de mediatización que atraviesa todas las
como vía para dar a conocer sus visiones y aspiracio- instituciones y prácticas sociales. En la actualidad,
nes. En relación a ello, estas percepciones dan cuen- los medios masivos han adquirido relevancia en la
ta de la confianza en las instituciones, la construcción producción y circulación del PCI. Además, la expan-
de normas colectivas, la disposición para trabajar sión de internet, la World Wide Web y las redes socia-
tanto en espacios de deliberación como para partici- les han contribuido a la circulación de información,
par en proyectos colectivos, entre otros. contenidos y saberes en general, así también de las
expresiones culturales de las comunidades en par-
Por tanto, indicadores posibles relacionados con esta ticular. Hoy, las tecnologías informáticas y digitales
dimensión son: influyen en la promoción de ideas y derechos cultu-
rales cobrando un protagonismo indiscutido en la es-
Autoadscripción identitaria tructuración del sector cultural.
33
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
mente si está asociada a formas de uso establecidas ción como en la formación posterior, constituye uno
socialmente. Un artefacto, sistema o técnica no es de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En esta
un elemento dado, sino que es un constructo social dirección, cobra relevancia el desarrollo de procesos
configurado a partir de prácticas instauradas sobre la educativos que reconozcan en los diversos contextos
base de decisiones, relaciones y tensiones entre los situados (formales y no formales) el potencial de las
grupos sociales. En este sentido, la producción y cir- técnicas y saberes del propio PCI (UNESCO, 2019). En
culación de contenido en lenguas vernáculas es un vistas a lo planteado en el ODS 4.4 de la Agenda 2030
aspecto a evaluar desde una perspectiva comunica- (ONU, 2015) estos aprendizajes podrían propiciar que
cional plurilingüe no excluyente. De modo que para cada vez más jóvenes y adultos de comunidades o
que una tecnología sea sostenible no alcanza solo grupos sociales sean partícipes de distintos ámbitos
con las disposiciones técnicas sino también con las laborales con condiciones dignas y efectivas para su
capacidades, destrezas, aptitudes de los sujetos y las calidad de vida. Este horizonte, a su vez, se vincula
funcionalidades que los grupos sociales le otorgan con el Objetivo 4.7 de la mencionada agenda, que re-
(San Martín, Andrés y Rodríguez, 2014). fiere a los conocimientos teóricos y prácticos necesa-
rios para promover el desarrollo sostenible.
En síntesis, esta dimensión contempla la infraestruc-
tura técnica, acceso y conocimientos que disponen Las instituciones de educación formal y/o no-formal
los grupos sociales y comunidades, considerando la son ámbitos para la transmisión de saberes, prácticas
creciente mediatización digital de la vida social. Sus y creencias de las distintas comunidades y grupos so-
indicadores podrían ser: ciales. En esta dirección, es preciso que los Estados
promuevan una valorización de la diversidad socio-
Plurilingüismo cultural, la creatividad individual y colectiva. Tam-
bién es necesaria la apreciación de la producción cul-
Ciberinfraestructura tural y patrimonial, especialmente en lo referente al
PCI, temática por lo general ausente en los planes de
Servicios de apoyo técnico estudio de cualquiera de los niveles educativos. Por
ejemplo, a partir de lo mencionado en la dimensión
Accesibilidad territorial/socioambiental sobre los aspectos que
configuran al hábitat comunitario, es sumamente
Disponibilidad de artefactos y sistemas para la co- necesario que para su cuidado se desarrollen proce-
municación sos educativos donde se conozcan y activen saberes
del PCI respetando su diversidad, relacionándolos
Habilidades y frecuencia de uso de artefactos y sis- además con los conocimientos específicos de las
temas de comunicación diferentes asignaturas curriculares. Esto no sólo es
beneficioso para las comunidades, grupos o indivi-
duos portadores, sino que a nivel de ciudanía global
Dimensión Educativa resulta muy significativo para el tratamiento de pro-
blemáticas ambientales, ya que posibilitaría abordar
La educación habilita un horizonte de pensamiento de manera co-responsable las tensiones manifiestas
y acción en aspectos trascendentales vinculados a la entre lo global-local.
cultura y la sociedad. Por eso, el postulado de garan-
tizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad Garantizar la educación de todas las personas cons-
a todas las personas, tanto en la etapa de escolariza- tituyó un desafío para las escuelas y las autoridades
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
la promulgación de sus 17 objetivos, ha ido ganando mados a condiciones de pobreza y desventaja, redu-
visibilidad un mensaje contundente que sintetiza sus cen de forma drástica las opciones y oportunidades
propósitos en una frase corta e inspiradora: “Que na- de algunos sectores de la sociedad, que son los que
die se quede atrás”. En varios países de América Lati- terminan (o se mantienen) rezagados. Esos factores
na la frase se ha utilizado como una suerte de mantra son la discriminación, la geografía, los niveles de go-
en foros y documentos dedicados al diseño de accio- bernanza, el estatus socioeconómico y la fragilidad
nes para poder implementar la Agenda, que supone ante contingencias de alto impacto (PNUD, 2018: 4).
adaptaciones a las particularidades locales.
La figura del rezago para abordar las desigualdades
En 2018, el Programa de las Naciones Unidas para el dentro de las sociedades contemporáneas equivale,
Desarrollo (PNUD) publicó un documento corto don- mutatis mutandis, a la noción de exclusión social: en
de el mantra se convierte en una pregunta orientado- la primera hay personas y grupos que se van quedan-
ra: “¿Quiénes se están quedando atrás y por qué?”. A do a la vera del camino y en la segunda son los mis-
partir de allí se esbozan cinco factores clave que, su- mos que no pueden entrar. Esta noción es recurrente
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
en diversos análisis que, a lo largo de las últimas dos pública, desplazamientos, etc.) (Buvinic, 2004: 12-15).
décadas, han tratado de explicar los diferenciales en A su vez, aparecen como alternativas de solución una
el desarrollo integral de distintos sectores de una so- combinación entre el incremento de la visibilidad so-
ciedad, y en particular en las de América Latina. La cial a través de cambios estructurales que fortalezcan
exclusión social tiene muchas definiciones, pero en la diversidad cultural, la implementación de currícu-
términos generales hay coincidencia en que va más los multilingües y culturalmente diversos, la atención
allá de la pobreza absoluta, tal como lo señala Mayra conjunta de problemáticas del entorno, el fomento de
Buvinic (2004): espacios y oportunidades para la interlocución inte-
rinstitucional, y los programas de fortalecimiento eco-
La exclusión social está [indisolublemente] vinculada nómico focalizado, entre otros.
con la desigualdad. Se refiere no solo a la distribución
del ingreso y los activos (como lo hace el análisis de Como anticipamos en la introducción, nuestro pro-
pobreza), sino también a las privaciones sociales y a la pósito es fortalecer la gestión del PCI y, específica-
falta de voz y poder en la sociedad. (5) mente, hacer evidente su rol en los procesos de in-
clusión social que necesariamente deberán darse
Otros autores, como Behrman, Gaviria y Székely especialmente en Latinoamérica y el Caribe en un
(2003: 11), hablan de la exclusión social como “la escenario post COVID-19. En este sentido, conside-
negación del acceso igualitario a las oportunidades ramos relevante que se comprenda el PCI a partir de
que determinados grupos de la sociedad imponen a tres nociones clave:
otros”. La tendencia entre la mayoría de los análisis
sobre el fenómeno es asumir enfoques multidimen- El PCI como “Conjunto de formas culturales”: invo-
sionales y enfatizar la condición relacional de los lucra los elementos que se exaltan como primor-
procesos de exclusión. Este acento obliga a pensar en diales en una dinámica de valoración de la diver-
acciones colectivas que permitan la transformación sidad cultural y la visibilidad de sectores excluidos
de los contextos actuales en otros donde sea posible (lenguas, saberes sobre la naturaleza, formas pro-
avanzar hacia una mayor inclusión social (Muñoz-Po- pias de organización social y de producción, etc.).
gossian & Barrantes, 2016: 13).
El PCI como “Sistema de relaciones sociales”: da
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarro- cuenta de la experiencia en la vida cotidiana (e.g.
llo (PNUD), la Organización de Estados Americanos las cocinas tradicionales) y en los momentos ex-
(OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), traordinarios (e.g. los rituales y expresiones artísti-
por mencionar algunos actores del debate, identifican cas). Está ligada a la dinámica de organización so-
dentro de los factores de exclusión al sesgo o maltra- cial que se encuentra en la base de la gobernanza
to sistemático (por género, etnicidad, estatus migra- y la interlocución interinstitucional que se reclama
torio, etc.), la afectación y deterioro de los entornos como eje de inclusión social.
de habitación y subsistencia, la baja representación
y las limitadas posibilidades de agencia política, la El PCI en su noción de “Campo social”: se concibe
debilidad de instituciones propias y de trabajo inter- y experimenta de forma integral y allí confluyen di-
sectorial, los diferenciales en ingresos y en condicio- ferentes aspectos de la vida social (sin disociar el
nes para transformar esos diferenciales (incluyendo ambiente natural); esto coincide con las miradas
el acceso a la educación), y la mayor exposición y vul- multidimensionales que priman en los procesos de
nerabilidad ante eventualidades de tipo natural o so- promoción de la inclusión social impulsados en la
cial (cambios climáticos, riesgos naturales y de salud actualidad desde diferentes instancias.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
los portadores.35 Esta postura integral e integradora rales, paisajes construidos y saberes sobre la natura-
aparece también en los otros debates, y por ello la leza (Gómez Alzate, 2010; Grasser, Schunko, & Vogl,
abordamos al final de esta sección. 2012). De tal modo, estas posturas plantean la nece-
sidad de trabajar en conjunto, de forma que la salva-
guardia contribuya a la protección de los entornos y
PCI y Ambiente viceversa. Las mismas argumentan como idea central
que diversidad cultural y diversidad biológica están
Otro debate muy dinámico se da en torno a la relación al mismo nivel de importancia, algo que sintetiza la
entre PCI y el Ambiente, y la constitución de territorios etnobióloga italiana Luisa Maffi (2007):
a través de estos procesos. Hay tres líneas de discusión
que sobresalen, y que guardan varios vínculos entre sí. Desde la perspectiva de la diversidad biocultural, un
mundo sostenible es uno donde no solo se da la diver-
Una de ellas aborda la relación intrínseca entre prác- sidad biológica sino también la diversidad cultural y
ticas culturales y entorno, y resalta la importancia de lingüística, como componentes cruciales del tejido de
mantener esfuerzos para garantizar la salvaguardia la vida y como factores que contribuyen a la vitalidad,
de la diversidad cultural y la protección de la biodi- organización y resiliencia de los ecosistemas que dan
versidad como un todo. Por supuesto, el asunto de soporte a la vida. (275)
la interdependencia entre cultura y ambiente (con
todo el espectro de los llamados “actantes biológicos Otra línea de discusión explora las posibilidades
y no biológicos”) está presente en muchos otros ám- que ofrece el PCI como puerta de entrada —inclu-
bitos como los estudios sobre hábitat y arquitectura so, como vehículo— para el desarrollo de estrate-
sostenible (Delfín Alfonso, Gallina Tessaro, & López gias orientadas al aprovechamiento de los recur-
González, 2011), la erosión costera y su impacto en sos naturales, a su recuperación o a la prevención
las comunidades locales (Galindo Orrego, 2019), y el de su explotación desmedida. La diferencia con la
manejo de enfermedades en contextos sociales de anterior línea es que aquí se habla ya de acciones
alta variabilidad, muy mencionado en el marco de la concretas donde las comunidades locales y sus sa-
pandemia del COVID-1936 (Horton, 2020; Singer, Bu- beres sobre la naturaleza y el entorno juegan un pa-
lled, Ostrach, & Mendenhall, 2017). En el caso especí- pel fundamental dentro de ámbitos institucionales
fico del PCI, este enfoque ha llevado a posturas que oficiales de la cultura, el ambiente y la infraestruc-
cuestionan la división drástica entre entornos natu- tura (Condesso, 2011; Duque Quintero, Quintero
Quintero, & Duque Quintero, 2013; Martín Dabezies,
2012; Rosas-Baños, 2013). Un caso paradigmático
lo encontramos en Colombia, donde el Consejo Na-
35 Una demanda que surge hacia las instituciones es la cional de Patrimonio Cultural aprobó entre 2019 y
necesidad de ampliar al concepto de Economías Creativas y 2020 dos solicitudes para inscribir en la Lista Repre-
formular indicadores que superen modelos actuales de cuenta
satélite que reproducen sistemas de clasificación industrial. sentativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la
Nación a dos manifestaciones que combinan el PCI
36 Una demanda evidente en el mencionado contexto de y los recursos naturales: los saberes de los pesca-
pandemia refiere a la urgente necesidad de revalorizar el patri-
dores artesanales del río Magdalena y la cerámica
monio cultural alimentario impactado por modelos industriali-
zados de alimentación poco saludables para la problación en decorada a mano del Carmen de Viboral. La prime-
su conjunto. Por otra parte se pusieron en discusión ciertas tra- ra plantea el debate sobre la necesaria protección
diciones de los mercados asiáticos y se alude en el marco del
desarrollo sostenible el concepto One health (una sola salud) del principal afluente del país (incluyendo la mirada
planteado por la OIE en el 2000. Ver: Link crítica a proyectos de infraestructura vial y energéti-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
ca que pueden comprometerlo), y la segunda pone les (Castro Calviño & López Facal, 2019; San Martín,
sobre la mesa el balance entre la salvaguardia de 2018; Sevilla, 2017), hasta la documentación de ex-
una tradición artesanal centenaria y la explotación periencias y documentos integrados a estrategias di-
de recursos mineros que hoy están controlados por versas. Estos dos últimos entran en lo que se define
las autoridades ambientales. Sin dudas, esta con- técnicamente como acciones de salvaguardia y cons-
junción entre prácticas propias, recursos naturales tituyen un importante paso en la dirección que el
y sustento económico está presente en todos los de- CRESPIAL señala como prioritaria. A saber, iniciativas
más países del hemisferio y amerita una revisión en de participación comunitaria donde se conjuguen
cuanto a la oportunidad que presenta para un esce- proyectos colaborativos entre portadores e institu-
nario post-pandemia. ciones estatales, y proyectos con liderazgo comuni-
tario autónomo.
La tercera línea de discusión tiene que ver con los
usos potenciales de los saberes y concepciones tra- La otra línea va más allá y conecta las iniciativas de
dicionales sobre el entorno y los recursos naturales, educación patrimonial (de por sí, relevantes) con pro-
como punto de partida para la formación de nuevas cesos de más largo aliento para el fortalecimiento insti-
generaciones con mayor sensibilidad hacia la fragi- tucional comunitario y la gobernanza (Martín Dabezies,
lidad del ambiente (Martos Núñez & Martos García, 2012; Peña Rincón, 2014). El término gobernanza tiene
2013). Aquí hay una articulación clara con el llamado en la literatura internacional dos interpretaciones: (a)
desde el PNUD respecto a la urgencia de hacer visi- gobernanza propiamente dicha que es la regulación de
bles las formas de ver el mundo de grupos que son los varios niveles en que actúan las esferas social, polí-
invisibilizados y discriminados de forma sistemática, tica y económica en los estados-nación, y (b) goberna-
con la expectativa de que a través de estos procesos bilidad, que hace énfasis en la gestión técnica de los re-
se contribuya a “construir confianza, legitimidad cursos disponibles (frecuentemente llamados “activos
y entendimiento mutuos, que son las bases de una sociales”) para propósitos de desarrollo económico y
gobernanza efectiva, equitativa e inclusiva” (PNUD, político, no necesariamente de desarrollo humano con
2018: 14). Esta conexión entre PCI, educación y for- equidad social. Nos referimos aquí al primer sentido
talecimiento de institucionalidad comunitaria se ex- del término, y resaltamos que hay una tendencia siste-
tiende más allá del Ambiente, hacia otros ámbitos mática hacia la exploración de diversas estrategias que
que trataremos en el siguiente apartado. permitan fortalecer la institucionalidad comunitaria (y,
a través suyo, el ejercicio cabal de los derechos cultu-
rales, en términos de Logan, 2012), y la coordinación
PCI, Educación e Institucionalidad intersectorial e interinstitucional. Esto último también
es señalado por el CRESPIAL como un desafío común
Un tercer debate es el que combina PCI, educación para los países de América Latina y el Caribe.
y el fortalecimiento de la institucionalidad asociada.
Aquí resaltamos dos líneas de discusión con alta den- Por último, cabe recordar una discusión que perma-
sidad, sin desmedro de otras de posible interés. nece abierta y que atraviesa las tres dimensiones que
hemos abordado: los derechos de propiedad intelec-
Una de estas líneas aborda las necesidades en cuan- tual y las distintas expresiones culturales de las comu-
to a la transmisión del PCI y sus posibles alternativas nidades. Sin lugar a dudas, el contexto post COVID-19
de solución. Aquí aparece un número significativo de habilita múltiples posibilidades para el aprovecha-
trabajos que van desde los análisis académicos sobre miento de los saberes y las prácticas tradicionales en
las dinámicas educativas de los saberes patrimonia- distintos ámbitos: recursos naturales y desarrollo de
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
tratamientos de salud, recursos naturales y desarrollo sociedad desde el PCI (Antoniadou, 2018; Cerisola,
de productos alimenticios (Filoche & Pinton, 2014), 2019); y la importancia de fortalecer el trabajo inter-
diseños propios para la producción textil (Robertson, sectorial e interinstitucional (CRESPIAL, 2019; Yúdice,
2010), músicas y el ámbito del entretenimiento y la 2018). En términos generales, esta ha sido la postura
educación intercultural (Hunt, 2018; Landau, 2012), de la Red de Cooperación Académica en PCI de Lati-
entre otros. Estos ámbitos del PCI dan cuenta de un noamérica y el Caribe —ReCA PCI LAC— desde su for-
potencial real de posibilidades donde se pueden con- mación en 2017. Nuestro propósito ha sido generar
cretar procesos de desarrollo sustentable inclusivos aportes en términos de perspectivas teóricas e ins-
tal como lo hemos referido. Sin embargo, la literatura trumentos metodológicos que posibiliten habilitar
pone en evidencia que aún persisten múltiples pro- estas miradas integradas e integrales, con una pers-
blemas por resolver en términos de legislación para pectiva amplia que se deriva del análisis de experien-
la protección de los derechos de las comunidades cias en torno al PCI en siete países de América Latina.
(Fuente, 2015) y las garantías para ampliar su control En el marco de la coyuntura actual y de un próximo
sobre los productos derivados y los réditos asociados escenario post COVID-19, consideramos que esta
(Endere & Mariano, 2013; Pérez Peña, 2018). Una de mirada, con soporte empírico y con lectura crítica y
las principales barreras que predomina en el entor- propositiva, puede contribuir de forma significativa a
no de las llamadas industrias creativas es una con- comprender en profundidad la potencialidad del PCI
cepción sobre los procesos de creación y creatividad como un dinamizador de inclusión social para el de-
que no contempla las complejidades de la cultura y sarrollo sustentable en nuestro continente.
el patrimonio cultural como una fuente colectiva de
innovación (Hartley, Wen, & Li, 2015). Si bien el esce-
nario general no es halagüeño hoy, también existe la
posibilidad de avanzar en una dirección distinta, una 6. Referencias
donde se exploren posibilidades para generar nuevas
asociaciones y se resignifiquen los aprendizajes de ex-
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Finalmente, si efectuamos una lectura transversal nal-popular. Oficios Terrestres, 1(30), 131-150. Recu-
de la perspectiva teórica desarrollada, el enfoque perado de : Link
metodológico multidimensional propuesto y los de-
bates presentados, es posible observar que aparece Amunátegui Perelló, C. (2006). El origen de los pode-
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CAPÍTULO 2
Hacia un marco
conceptual y
metodológico para la
construcción del
Modelo de evaluación
de la sustentabilidad
“PCI-Inclusión Social”
Autores:
Patricia Silvana San Martín / María Luz Endere
Norma Levrand / Gonzalo D. Andrés / Mercedes Mariano
<< Al Índice
49
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
50
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
Si el trabajo interdisciplinar ya era reconocido en su que se plantean desde el campo de las ciencias socia-
práctica como un proceso no exento de tensiones, lo les sobre cómo medir lo intangible.
aquí propuesto advierte que la disponibilidad hacia
la escucha y la horizontalidad de las voces —necesa-
rias para esta nueva forma de generar conocimiento y
soluciones no excluyentes—, es un proceso que no se 2. Un enfoque
sustenta con intenciones voluntaristas. Una metodo- sistémico-complejo
logía de trabajo adecuada a la problemática que aquí
se trata, requiere de un posicionamiento ético y epis-
temológico comprometido con la salvaguarda del PCI, El vocablo complejo proviene etimológicamente del
además de la configuración de instrumentos y técni- latín complexus, que refiere a algo cuya estructura está
cas adecuadas a la trama compleja que esto represen- trenzada, plegada o enredada. A partir de lo expues-
ta. Todo ello da cuenta de un largo proceso educativo to, es claro que toda acción de desarrollo sostenible
que sería deseable desarrollar desde el inicio escolar. que involucre al PCI, solicita que tanto las organiza-
ciones e instituciones como los sujetos intervinientes
Distintos sondeos realizados por la Red de Coopera- participen asumiendo un profundo compromiso éti-
ción Académica en Patrimonio Cultural Inmaterial de co, sin desconocer los procesos del devenir histórico
Latinoamérica y el Caribe (ReCA PCI LAC) dan cuenta que contextualizan la situación problemática a la que
que la conceptualización sobre qué es el PCI y la im- se enfrentan. De hecho, un enfoque no excluyente en
portancia que reviste a nivel comunitario está prácti- el tratamiento de problemas centrales como la lucha
camente ausente en los desarrollos curriculares de la contra el hambre, el acceso al agua potable, la salud
mayoría de las carreras en la Educación Superior de en contextos comunitarios poco favorecidos cuenta
América Latina y el Caribe, excepto (con bajo porcen- en la región de Latinoamérica y el Caribe con antece-
taje) en algunas asignaturas específicas relacionadas a dentes académicos reconocidos.
la Antropología, la Gestión Cultural, Arte y/o Etnomu-
sicología. No obstante, los enfoques más críticos de la Vale mencionar que, la perspectiva de los sistemas com-
Sociología de la Ciencia y la Tecnología, por ejemplo, plejos fue introducida por Rolando García (2007) cuando
reconocen los saberes culturales de las comunidades dirigió investigaciones interdisciplinarias en la Federa-
en sus contextos como una forma de apropiación acti- ción Internacional de Institutos de Estudios Avanzados y
va de conocimientos y artefactos para el desarrollo sos- la ONU. Dichas experiencias dan cuenta de la necesidad
tenible (e.g. Broncano, 2006; Funtowicz & Ravetz, 1993; de tratar las problemáticas sociales y ambientales de la
Shrader-Frechette, 1995). Sin embargo, por lo general, actualidad mediante la adopción de un abordaje sisté-
no se menciona que la mayoría de estos saberes son mico-complejo. En este sentido, se define que:
constitutivos del PCI de las comunidades de referencia.
Un sistema complejo es una representación de un recor-
Entonces, dar comienzo a la construcción de la dis- te de esa realidad, conceptualizado como una totalidad
ponibilidad hacia los intersaberes que solicita la im- organizada (de ahí la denominación de sistema), en la
plementación del modelo analítico multidimensio- cual los elementos no son “separables” y, por lo tanto, no
nal propuesto, amerita en principio revisitar algunos pueden ser estudiados aisladamente. (García, 2007: 21)
conceptos que lo fundamentan y profundizar en los
criterios seleccionados de cada dimensión, incluyen- Este tipo de sistemas está compuesto por elementos he-
do el desglose de los gradientes de medición. Todo terogéneos en constante interacción y cambio. Para su
lo cual implica un desafío en el marco de los debates estudio se requiere de la articulación de análisis sincró-
51
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
nicos y diacrónicos, con el propósito de conocer, por un la acción de ciertas políticas (García, 2007). En conse-
lado, sus propiedades estructurales en un determinado cuencia, estos sistemas tienen el carácter de comple-
dado y, por otro lado, identificar los procesos de cambio jos debido a la heterogeneidad de las partes constitu-
que conducen a determinadas formas de organización. yentes, y a la mutua dependencia de las funciones que
desempeñan dentro de una totalidad.
Una nueva tendencia, con una mirada holística de la
naturaleza, comenzó a imponerse a partir del siglo Entonces, se podría formular una definición integral
XX. García recuperó la definición de sistemas abiertos del enfoque sistémico-complejo como aquel que
que introdujo Bertalanffy (1976), y sostuvo que cada evalúa una totalidad organizada conformada por
sistema se encuentra en un constante desequilibrio múltiples elementos que están en constante inte-
aparente debido a la interrelación con su entorno. rrelación dialéctica entre el todo y las partes, y que
Es decir, que un organismo tiende a la organización genera desestructuraciones permanentes. A su vez,
en medio del desorden: “es un sistema abierto en un esta estructura es abierta, ya que está condicionada
estado (cuasi) uniforme, mantenido constante en sus por el entorno en el que se inserta, lo que significa
relaciones de masas en un intercambio continuo de que los flujos de intercambio con el exterior mantie-
material componente y energías: entra continuamen- nen al sistema lejos de un estado estacionario.
te material del medio circulante, sale hacia él” (Berta-
lanffy, 1976: 125).37 Desde este posicionamiento, se entiende que la ex-
clusión social afecta a segmentos de la población en
Esta definición de sistemas abiertos tiene dos impli- situación de vulnerabilidad, que padece privación o
cancias teóricas: (a) el cambio permanente es su rasgo limitación de sus derechos, recursos materiales o ca-
constitutivo y (b) para comprender sus características pacidades. De allí que las propuestas vinculadas al PCI
hay que tener en cuenta los elementos de su entorno. exigen considerar una serie de aspectos heterogéneos
Es decir, los sistemas están integrados por elemen- que involucran el desarrollo de políticas de inclusión
tos heterogéneos en permanente interacción y son social y prácticas sostenidas no excluyentes.
abiertos. Ello significa que están sometidos a diversas
interacciones con el medio circundante, como inter- En este sentido, resulta ineludible que para evaluar
cambios de materia y energía, flujos de información o las prácticas y los procesos de inclusión social en
torno al PCI se vinculen sistemáticamente las condi-
ciones contextuales que configuran los aspectos am-
bientales, culturales, institucionales, económicos,
37 Ludwig von Bertalanffy (1976) presentó su teoría general
de sistemas, producto de la sistematización de investigaciones educativos y tecnológicos.
sobre los organismos biológicos y su relación e intercambio con
el medio circundante. Su tesis principal consiste en que cada or-
ganismo es un sistema abierto que se relaciona con los demás por
medio de complejas interacciones. El autor se opuso a la concep-
ción mecanicista, tradicionalmente hegemónica en su disciplina. 3. El paisaje cultural como
Esta concepción concebía la naturaleza a partir de la fragmenta-
ción de fenómenos en entidades atómicas y procesos parciales. “esfera de significación”
De esta forma, cada organismo vivo era descompuesto en múlti-
ples fracciones: sus células, sus procesos fisiológicos, su compor-
tamiento, el sustrato de la herencia en sus genes, etc. El propósito
principal de Bertalanffy se puede resumir de la siguiente manera: Cuando analizamos desde un enfoque sistémi-
poner en el centro de la teoría a la noción de sistema como cate- co-complejo la problemática PCI-Inclusión Social,
goría explicativa de fenómenos y/o procesos. De esa manera, sería
posible construir una teoría que explique fenómenos de diverso la misma se inscribe en un contexto situado. Enton-
tipo y que pueda ser utilizada por diferentes ciencias. ces, podríamos decir que nos encontramos ante un
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
escenario de “paisaje cultural”38 que se reconoce una expresión de las creencias y prácticas existentes,
desde un enfoque semio-antropológico como: en los cuales podrían también coexistir diferencias
marcadas entre los distintos grupos sociales que lo
…una «esfera de significación» ligada a modos de exis- componen, situación evidente en la mayoría de los
tencia y de conocimiento que implican realidades de actuales conglomerados urbanos.
la mente, significantes, como planos de la materia y
que en su articulación humana generan experiencias Esta noción, que integra lo natural con lo cultural,
de orden (plano político) marcadas por la fuerza de la convoca a reflexionar acerca de algunas caracte-
historia, las dinámicas de las configuraciones sociocul- rísticas de los paisajes culturales contemporáneos
turales y sus obras políticas, en su articulación con el co-construidos en interacción con los actuales fenó-
territorio; así como las propias lógicas insertas en el or- menos mediáticos. Estos territorios materializados
ganismo humano y los flujos de vida que acontecen en con una multiplicidad de componentes conforman
los procesos ecosistémicos, de los cuales el ser humano ambientes de interacción socio-técnico-culturales
hace parte. En ese sentido, la noción de paisaje implica donde, por lo general, pareciera tener gran impacto
objetos físico-ecosistémicos, prácticas sociales y esque- visibilizar el devenir permanente de lo cotidiano vin-
mas mentales de orden discursivo y metadiscursivo (…) culado a un sinnúmero de prácticas de consumo. De
que tienen que ser considerados como elementos del esta manera, la dinámica de lo efímero se interpone
modelo interpretativo. (Cárdenas Tamara, 2016: 116) al esfuerzo que solicita abordar problemáticas com-
plejas relacionadas a la pobreza extrema, la exclu-
En el sentido de lo expuesto y siguiendo la tríada peir- sión social, el cambio climático, la degradación del
ciana,39 el paisaje cultural se puede entender como hábitat, entre otras (ONU, 2015). La inmediatez con-
tinua tampoco favorece la co-construcción de una
memoria activa en la comunidad de referencia, me-
moria que otorga sentido al trayecto del habitar (San
38 Si bien se tiene presente lo enunciado por la Conven- Martín, Andrés, & Rodríguez, 2014; San Martín, 2018).
ción sobre la protección del patrimonio mundial cultural y na-
tural (UNESCO, 1972) que pone en relieve la importancia que
reviste para los pueblos del mundo la preservación los bienes Desde un posicionamiento crítico, Silva Pérez y Fer-
definidos en sus artículos primero y segundo al tiempo que aler-
ta sobre los fenómenos de alteración o destrucción a los que es-
nández Salinas (2015) plantearon que la concepción
tán expuestos, pretendemos introducir una mirada semioantro- tradicional del paisaje cultural comporta una simpli-
pológica más integrada a la noción de hábitat. ficación y está direccionada a una política de conser-
vación y resguardo, lo cual abre ciertos interrogantes
39 Charles S. Peirce (1839-1914) fue el primero en postular
una ciencia semiótica dedicada al estudio de los signos. Propuso acerca de dicha noción de paisaje: cuáles paisajes po-
una teoría general de la cognición humana basada en una tría- drían estar sujetos a un proceso de patrimonialización
da conceptual y metodológica: la primeridad, la secundidad y la
terceridad. Estas categorías funcionarían, según el autor, para el
y bajo qué condiciones se instituyen. También desde
análisis de diferentes aspectos del mundo natural, social y sim- esa perspectiva, Smith (2006) presentó una mirada
bólico (Peirce, 2012). La capacidad cognitiva e interpretativa de sistémica y compleja basada en una nutrida cantidad
los humanos habilita una multiplicidad de recorridos sígnicos.
No obstante, la producción de sentidos es compartida mediante de estudios en distintos paisajes culturales. Demostró
los sistemas simbólicos socialmente construidos, los cuales es- cómo la noción de patrimonio se inscribe como un
tán condicionados por los parámetros culturales y las utilizacio-
proceso de comunicación cultural. Este proceso otor-
nes viables de cada sujeto y en cada momento histórico. Asimis-
mo, esta capacidad de semiosis no implica sólo una capacidad ga sentido a la experiencia presente involucrando la
de mencionar y describir las diferentes clases de objetos. Tam- negociación de la memoria, la identidad y el sentido
bién habilita la descripción, interpretación e intervención del
mundo. Todos los procesos mentales son semióticos, los cuales de lugar. De este modo, y más allá del canon de pa-
se materializan en signos mediante procedimientos técnicos. trimonialización, “la información y el conocimiento
53
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
que denotan y connotan los paisajes culturales se ba- cir, si bien la potencia de la semiosis es infinita, los
san en significados y síntomas-signos noticiosos que sistemas simbólicos socialmente construidos están
desvelan valiosos contenidos y formas de expresión” condicionados por los parámetros culturales y las
(Cárdenas Tamara, 2016: 125). Los mismos, nos hablan utilizaciones viables de cada sujeto en un momen-
directamente del PCI, por lo cual la perspectiva diacró- to histórico dado. Así entendida, la semiosis sería el
nica contextualizada de las dinámicas del habitar y las proceso de producción de signos que circulan social-
transformaciones sucesivas de dicho paisaje cultural mente y, por tanto, la historia de la mediatización se-
son componentes clave a considerar en el núcleo del ría la secuencia de signos o técnicas que resultaron
modelo PCI-Inclusión Social. justamente de dichas materializaciones (Verón, 2013,
2015). Es decir, toda práctica comunicativa está ma-
terializada de alguna forma: no hay mediatización
sin materialidad del sentido. Esta noción resulta cla-
4. Acerca de la Mediatización ve para entender al PCI como un proceso dinámico,
pero también comprender su fragilidad ante deter-
minadas situaciones de vulnerabilidad social.
Siendo el paisaje cultural una “esfera de significa-
ción” y poniendo en foco la problemática de salva- En efecto, la salvaguarda del PCI solicita, en términos
guarda del PCI, resulta relevante la noción de me- de Peirce, que la utilización de una técnica o artefacto
diatización planteada por Verón (2013, 2015), que (primeridad) tenga permanencia en el tiempo (secun-
también parte del marco teórico peirceano. En esta didad) y conforme hábitos de uso aceptados y nego-
dirección, el mencionado autor postuló a la media- ciados socialmente (terceridad). En definitiva, si la me-
tización como un fenómeno semiótico que acompa- diatización es el resultado operacional de la capacidad
ñó al proceso del ser humano. Es decir, los procesos de semiosis, el proceso simbólico de creación de mate-
semióticos y las materializaciones del sentido se- rialidades constituye una exteriorización de procesos
rían un elemento constitutivo de la especie huma- mentales que permanecen en el tiempo (San Martín &
na, elemento que se puede rastrear desde hace por Andrés, 2021). Por ejemplo, Merge Rosso (2017), en sus
lo menos unos seis milenios.40 trabajos sobre la “Cofradía de las arañas”, describió
estos procesos propios del PCI desde una perspectiva
Tal como propuso Peirce (2012), la interpretación —el semiótica dando relevancia a los sentidos que confi-
interpretante— es un componente de la significación guran la producción de objetos materiales.
y la producción de sentidos socialmente comparti-
dos establece límites socioculturales a los objetos El enfoque analítico, que entiende a los factores psí-
apropiados y a la creación de nuevos objetos. Es de- quicos, semióticos y culturales como dinamizadores
de los sistemas sociotecnológicos, integra de forma in-
disoluble los aspectos biológicos y sociales como con-
dición de lo humano, sin que uno se imponga sobre
40 Asimismo, la perspectiva cognitiva de Vygotsky (1934/2016)
se fundamentó en que la vida material del hombre se encuentra el otro (Lewontin, Rose, & Kamin, 2009). Este modo de
mediatizada por instrumentos y herramientas creadas socialmente, entender el funcionamiento de un sistema socio-tec-
entre las cuales la más importante es el lenguaje. Es decir, la con-
nológico-cultural se complementa con las caracte-
figuración de la conciencia humana es el resultado evolutivo de la
incorporación de instrumentos mediatizadores entre el sujeto y el rísticas de los sistemas biológicos y físicos. Siendo la
mundo que lo rodea. Para el autor, entonces, esta capacidad permi- mediatización sociotécnica un aspecto definitorio de
tió el desarrollo de la actividad psicológica de los seres humanos,
que lo diferencia del resto de los animales, dando lugar a su evolu- la conformación comunitaria en general, el devenir
ción biológica y su consecuente desarrollo socio-histórico. histórico da cuenta de una multiplicidad de sistemas,
54
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
técnicas y artefactos que fueron co-construyendo di- ca de acceso al conocimiento sustentada en la cons-
versos marcos sociotécnicos en las distintas culturas trucción de intersaberes.
(Bijker, 1995).41 Por lo que la historia de la mediatiza-
ción da cuenta de una significativa multiplicidad de
paisajes culturales, adecuados a las tecnologías in-
focomunicacionales disponibles y la singularidad de 5. “Intersaberes” y apropiación
cada ambiente identificado en su valor patrimonial creativa de tecnologías
(Cid Jurado, 2018).
Los paisajes culturales son un componente de este com- El proceso de apropiación activa de cualquier so-
plejo sistema, pero, a su vez, están transversalizados por porte o conocimiento técnico requiere que sea
la totalidad de los ámbitos mencionados y se entraman compatible con ciertos hábitos y necesidades de las
con otros elementos del sistema. Por caso, están atra- personas, resuelva ciertos problemas sociales y se
vesados por una significativa diversidad de tecnologías institucionalice como práctica socialmente extendi-
infocomunicacionales. Lo cual comporta un factor clave da. En el recorrido efectuado se hacen evidentes los
en el actual momento histórico, donde la circulación y aportes de la teoría de la mediatización y el enfoque
el acceso de la información se estructuran en torno a la sistémico al análisis de los componentes culturales
expansión de la digitalización, tras el distanciamiento y los procesos sociotécnicos. En este sentido, es cla-
físico que impuso la pandemia de COVID-19. ve destacar que existe consenso a nivel internacio-
nal que la cultura (desde una visión integral) debe-
Durante el 2021 fue posible observar nuevas formas ría ser el cuarto pilar del desarrollo sostenible. En
de representación del conocimiento y de socializa- esa dirección, Martinell Sempere (2020) argumentó
ción del PCI, además de fortalecer el registro para su que si la Agenda 2030 apunta a “transformar nues-
salvaguarda. A su vez, se han fortalecido iniciativas tro mundo” debería haber otorgado a la cultura un
novedosas con diferentes requerimientos de habili- mayor protagonismo.
dades específicas en torno a la multiplicidad de posi-
bilidades de composición de objetos digitales y/o con El estudio sobre la apropiación de tecnologías es un
soportes mixtos que conforman paquetes textuales, tipo de análisis que privilegia la perspectiva subjetiva
sonoros, audiovisuales y/o interactivos (Kenderdi- de la acción, ya que tiene en cuenta las prácticas de
ne, 2018). En estas prácticas, la interactividad entre uso de los artefactos y sistemas técnicos, así como las
participantes, utilizando y produciendo con herra- posibilidades de su resignificación por parte de deter-
mientas digitales, configura un complejo dispositivo minados grupos sociales. Desde un enfoque socio-téc-
experiencial de alto dinamismo, que habilita una di- nico-cultural, no sólo interesa qué hace la tecnología
versidad de co-construcciones que potencian la cir- en las personas y qué hacen éstas últimas con las tec-
culación del PCI. Esto se constituye en un material nologías, sino también qué se produce cuando un con-
de alto valor para la Educación en todos sus niveles y junto de factores humanos y no humanos se pone en
modalidades: un horizonte para activar una dinámi- relación. Por eso, para estudiar las prácticas de uso de
tecnologías que realizan distintas instituciones, comu-
nidades o tribus urbanas en un ámbito sociohistórico
específico, se recurre a técnicas cualitativas que inda-
41 En este paradigma Thomas, Becerra y Bidinost (2019) guen sobre las prácticas cotidianas, hábitos culturales
plantean que las tecnologías son soportes, artefactos y formas de
organización (cognitivas, materiales y prácticas) que producen las y representaciones simbólicas de los sujetos. Es decir,
personas para prolongar o modificar un estado de cosas particular. los procesos de apropiación tecnológica se concretan
55
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
en contextos situados, en función de las particulari- analítico multidimensional PCI-Inclusión Social pre-
dades socioeconómicas, culturales y políticas de un tende deconstruir algunas visiones tecnocráticas que
grupo social o una comunidad específica. Entonces, es prevalecen en la formación superior y en ámbitos
importante tener en cuenta que la praxis individual o académicos, que obturan otras formas de tratamien-
colectiva en relación con los sistemas técnicos no po- to sociocultural de la problemática de la apropiación
see una lógica única, ya que remite también a prácti- de tecnologías y conocimientos.
cas, representaciones y concepciones compartidas de
los diferentes grupos que la utilizan, o sea que nueva-
mente aquí el PCI está presente.
6. Marco conceptual para
Llegado a este punto retomamos dos nociones la construcción del modelo
transversales a la cuestión intersaberes-apropia-
ción creativa de tecnología: práctica y agencia. Si-
guiendo a de Certeau (1996), consideramos que la En el primer capítulo se desarrolló la perspectiva
práctica remite a un hacer, a una praxis de apropia- teórica que permite comprender de manera re-
ción que los sujetos realizan y experimentan en su lacionada las diferentes dimensiones que entran
vida cotidiana. No obstante, esta práctica se iden- en juego en la gestión sustentable del PCI. En este
tifica con aquellas acciones que tienen un carácter sentido, se explicitaron los conceptos y nociones
inventivo, a los modos de marcar socialmente los fundamentales que fueron configurando la trama
objetos técnicos o culturales disponibles. Esto im- en la que se inserta el modelo metodológico que
plica tomar lo dado y modificarlo, resignificar. Esta aquí se va a desarrollar. Por ello, en este apartado
“acción creadora”, tiene carácter performativo y da proponemos explicar el proceso de construcción
cuenta también de: (a) los fenómenos de transcul- de los indicadores que permiten medir la susten-
turación que se han dado en el trayecto histórico tabilidad de determinadas prácticas y manifesta-
de las diversas culturas a nivel global y (b) de la ri- ciones del PCI.
queza del PCI como memoria activa. Por su parte,
Giddens (2015) planteó la noción de agencia como En primer lugar, resulta necesario comprender que un
una “conciencia práctica” que se comprende por su indicador compuesto (Schuschny & Soto, 2009) es una
propio hacer. En la misma acontece la motivación a representación simplificada que busca resumir en un
la acción, su registro reflexivo, el saber de la cotidia- índice un concepto que es multidimensional. En este
neidad. Entonces, hablar de práctica y agencia, en sentido, los mismos pueden ser de carácter cuantitati-
el marco de lo expuesto, es asumir su recursividad. vo o cualitativo según los intereses y objetivos de quien
los utiliza. En términos técnicos, un indicador se define
De modo que el desarrollo de un artefacto o sistema como una función de una o más variables que de mane-
tecnológico es el resultado de un proceso socio-téc- ra conjunta “miden” una característica o atributo.
nico-cultural donde intervienen factores heterogé-
neos: disposiciones técnicas, prácticas individuales Para la elaboración de los indicadores en el marco de
y grupales, conocimientos, saberes, regulaciones, este proyecto, resultó fundamental la noción de susten-
financiamientos, proyectos u objetivos colectivos. tabilidad. Como es ampliamente conocido, los debates
Esta conjunción de factores, desde un enfoque meto- contemporáneos sobre el desarrollo sustentable surgie-
dológico “intersaberes” habilitaría la posibilidad real ron en las Conferencias de Naciones Unidas sobre Medio
de procesos de desarrollo sostenible a partir de prác- Ambiente Humano (en particular Estocolmo, 1972 y Río
ticas no excluyentes. Por estas razones, el modelo de Janeiro 1992). Sin embargo, el concepto de desarrollo
56
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
sustentable42 enunciado por la Comisión Mundial sobre có el papel de las políticas de preservación del patri-
Medio Ambiente y Desarrollo —habitualmente conoci- monio cultural como parte del desarrollo económico
da a partir de su Informe final, que lleva el nombre de (Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, 1996).
su presidenta Go Brundtland— ha sido el que ha teni-
do amplia aceptación y ha permeado tanto los debates Sin embargo, desde las últimas décadas del siglo XX
científicos como políticos, fundamentando decisiones se ha producido un acercamiento entre el enfoque
en ámbitos nacionales e internacionales. de derechos y desarrollo, procurando su integración
en el ámbito internacional. No es objeto de este tra-
El concepto de desarrollo sustentable del Informe bajo describir estos movimientos, que culminaron
Brundtland procura establecer un equilibrio entre las en la adopción de una estrategia que vincula tanto
necesidades de las generaciones actuales y futuras la eficiencia económica y la protección de los re-
(World Commission on Environment and Develop- cursos naturales como cuestiones sociales y éticas
ment [WCED], 1987). No obstante, desde su publica- más amplias. En el ámbito internacional, la misma
ción, diversas voces han cuestionado y debatido este se enunció en la adopción de los Objetivos de De-
concepto, postulando, en todos los casos, enfoques sarrollo Sostenible (ODS) por parte de la Asamblea
normativos (Alkire & Deneulin, 2018). Este proyec- General de Naciones Unidas en 2015 (ONU, 2015). El
to —cuyos resultados son plasmados en la presente foco orientador de estos objetivos, actualmente se
publicación— posee también un enfoque normativo, centra en el bienestar de las personas, posibilitando
tendiente a posibilitar políticas que atiendan, eva- una ampliación de las libertades y capacidades hu-
lúen y propongan medidas para lograr la sustentabi- manas entre las cuales las manifestaciones cultura-
lidad de las manifestaciones inmateriales en el con- les juegan un rol central.
texto de post-pandemia.
Se han identificado diferentes dimensiones de la sus-
La preocupación por la relación entre el patrimonio tentabilidad, en especial la política, ambiental, eco-
cultural y el desarrollo no es nueva. La misma puede nómica y sociocultural. García y Priotto (2008), indi-
rastrearse hasta las campañas internacionales de sal- can que la esfera sociocultural de la sustentabilidad,
vaguarda de monumentos, tanto en el contexto de la en todas sus dimensiones, implica la preservación
descolonización como de la guerra fría, y se tradujo de la diversidad en su sentido más amplio, mante-
en un debate para integrar las políticas culturales en niendo el sistema de valores, prácticas y símbolos de
las estrategias de desarrollo. En ese marco, la “Confe- identidad, que permiten la reproducción del tejido
rencia Intergubernamental sobre los Aspectos Insti- social y garantizan la integración nacional a través de
tucionales, Administrativos y Financieros de la Cultu- los tiempos.
ra” (Venecia, 1970) hace referencia a las nociones de
desarrollo cultural, así como a su dimensión financie- La articulación entre los conceptos de sustentabili-
ra. Este posicionamiento, que vincula la cultura al de- dad y patrimonio cultural se ha intensificado en las
sarrollo económico ha sido sustentado también por últimas décadas. Así, un conjunto de documentos in-
el informe “Nuestra Diversidad Creativa”, que desta- ternacionales relativos al patrimonio cultural, ema-
nados de la UNESCO y del ICOMOS, han incorporado
la dimensión de la sustentabilidad, aunque con di-
versos grados de intensidad y ejes de debate (Cantar,
42 En el Informe Brundtland, se definió al desarrollo soste- Endere, & Zulaica, 2021).
nible como aquel que satisface las necesidades de la generación
presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones fu-
turas para satisfacer sus propias necesidades (WCED, 1987). Como indica Nocca (2017: 25), resulta necesario elabo-
57
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
rar herramientas que permitan evaluar “la contribución múltiples configuraciones de lo social, que conside-
del patrimonio cultural al logro del desarrollo sosteni- ran a la sociedad civil como un conjunto heterogéneo
ble (considerando los beneficios multidimensionales con contradicciones internas, diversas estructuras de
que puede producir) y la identificación de un nuevo poder y múltiples intereses divergentes. La ciudada-
modelo eficaz para la gestión sostenible del patrimo- nía se considera, entonces, como sujeto de derechos
nio cultural”. El modelo que se desarrolla aquí procura individuales y colectivos, aquellos sujetos que reivin-
avanzar en esta dirección ofreciendo herramientas me- dican nuevos derechos y también a aquellos sujetos
todológicas para su adaptación en casos concretos. excluidos que se movilizan por la inclusión. Así, la
sociedad civil y la ciudadanía son conceptos conver-
En este marco, el concepto de inclusión social resulta gentes. La primera puede entenderse “como aquel
entonces, un insumo relevante al momento de ela- conjunto de actores que contribuye específicamente
borar indicadores de sustentabilidad del PCI. Si bien a la reconstrucción de la polis, y la ciudadanía como
los desarrollos teóricos de este concepto son vastos, aquel sujeto de demandas y proyectos que reconsti-
y resulta particularmente relevante la elaboración tuyen efectivamente el espacio donde la sociedad y
de la sociología norteamericana, se ha optado por el país se producen como tales” (Garretón, 2006: 157).
una noción más amplia, que permita evidenciar los
aportes del modelo multidimensional a este aspecto. La noción de comunidad ha sido ampliamente dis-
Como se indicó en el primer capítulo, el concepto de cutida en el ámbito del PCI, a partir de que la Con-
inclusión hace foco en las capacidades individuales y vención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural
colectivas para lograr la realización personal. Ello im- Inmaterial establece a la comunidad como un actor
plica no sólo las posibilidades individuales de lograr relevante en la producción, salvaguarda, manteni-
los intereses manifiestos, sino también de formar miento y recreación de estas manifestaciones (Bor-
parte de una comunidad de valores, con lo cual el tolotto, 2014). En el Glosario del patrimonio cultural
sentido de pertenencia social resulta un componente inmaterial, preparado por una reunión de expertos
destacado en este modelo. convocada en 2002, se define la comunidad como las
personas que comparten un sentido de pertenencia a
A partir de estos fundamentos, se propone una me- un grupo. Esto puede manifestarse, por ejemplo, en
todología capaz de traducir las perspectivas teóricas un sentimiento de identidad o en un comportamiento
planteadas en indicadores cualitativos, susceptibles común, así como en las actividades y el territorio com-
de servir como insumo para evaluar la complejidad partido. Asimismo, las personas pueden pertenecer a
de los procesos vinculados al PCI. Así, desde el aná- más de una comunidad (Zanten, 2002). En este glosa-
lisis de estudios de caso en los que trabajan los y las rio, la acepción de comunidad cultural es una especie
autoras de este libro, en primer lugar se identificó la dentro del género cultural, identificada a partir de la
red de actores, agentes e instituciones vinculadas con distinción con otras comunidades tanto por su propia
los procesos de patrimonialización y gestión del PCI: cultura, o cercanía cultural como por una variante de
sociedad civil; comunidades, grupos e individuos; co- la cultura de referencia (Zanten, 2002).
munidades indígenas; instituciones; además del pro-
pio Estado en sus distintos niveles de gobierno. La Convención de 2003 refiere a las comunidades,
grupos e individuos. En la reunión de Tokio de 2006
Al considerar a la sociedad civil, no encuadramos para la puesta en marcha de la Convención de la
este término exclusivamente en los debates filosófi- UNESCO, se definieron los términos de comunida-
cos y de teoría política que oponen una unidad social des, grupos e individuos señalando que las comuni-
al Estado. Además de estas teorizaciones, referimos a dades son:
58
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
Las redes de personas cuya percepción de identidad o racional basado en valores materiales y espirituales
conexión común surge de una relación histórica com- comunes. Comprende manifestaciones tangibles
partida que está enraizada en la práctica y transmisión e intangibles de sus modos de vida, realizaciones y
de su PCI, o en su compromiso con este patrimonio. creatividad, y debería considerarse una expresión de
Los grupos están formados por personas, dentro de su libre determinación y de sus relaciones espiritua-
una misma comunidad o de distintas comunidades, les y físicas con sus tierras, territorios y recursos. Se
que comparten algunas características como habili- compone de todos los objetos, sitios, plantas y espe-
dades, experiencia y conocimientos especiales, y por cies animales, costumbres y prácticas, expresiones,
tanto llevan a cabo ciertos roles concretos en la prác- creencias y conocimientos, cuya naturaleza o uso se
tica presente y futura y en la recreación o transmisión ha transmitido de generación en generación y que se
de su PCI. Los individuos, por su parte, son aquellas consideran que son propios de un pueblo particular
personas que, dentro de una misma comunidad, o de o de su territorio43 (Endere, 2019).
diferentes comunidades tienen habilidades, conoci-
mientos, experiencias concretas u otras caracterís- En los debates sobre desarrollo, los términos insti-
ticas, y por tanto realizan ciertos papeles concretos tuciones y organizaciones son utilizados habitual-
en la práctica presente y futura y en la recreación y/o mente como sinónimos. Por otra parte, existe un im-
transmisión de su PCI. (Querol, 2020: 273) portante acervo epistemológico en disciplinas de la
sociología, la economía, la antropología, el derecho,
En ese marco, las comunidades indígenas revisten ca- entre otras. El concepto que utilizamos incorpora
racterísticas particulares no sólo por su identificación los aspectos normativos de las instituciones (creen-
y reconocimiento étnico e identitario sino por ser, ade- cias, normas y reglas que permiten el desarrollo de
más, sujetos de derechos y garantías otorgadas por las funciones) y la estructura de funciones reconocida y
normas de mayor jerarquía a nivel nacional, regional e aceptada de las organizaciones. Así, las instituciones
internacional (e.g. constituciones nacionales, Conve- configuran “órdenes negociados que son construi-
nio 169 de la OIT, leyes indígenas). Cabe señalar que dos, mantenidos y transformados por la interacción
los “Pueblos indígenas” han sido definidos como: social” (Appendini & Nuijten, 2002: 75).
[Las] comunidades, pueblos y naciones indígenas los En el ámbito del PCI las instituciones involucradas
que, teniendo una continuidad histórica con las socie- en el modelo pueden clasificarse en: instituciones
dades preinvasoras y precoloniales que se desarrolla- educativas (de diversos niveles); instituciones vin-
ron en sus territorios, se consideran distintos de otros culadas con la producción (cooperativas, asociacio-
sectores de las sociedades que ahora prevalecen en nes o grupos de interés que realizan su producción
esos territorios o en partes de ellos. Ellos constituyen basados en técnicas artesanales ancestrales); insti-
actualmente sectores no dominantes de la sociedad tuciones de gobierno local (barrios con comités de
y tienen la determinación de preservar, desarrollar y ancianos, comités gubernamentales locales, jefes/
transmitir a futuras generaciones sus territorios an- autoridades tradicionales); instituciones culturales
cestrales y su identidad étnica como base de su con- (comités de gestión de festivales tradicionales, or-
tinuidad como pueblo, de acuerdo con sus propios ganizaciones de promoción de manifestaciones in-
patrones culturales, sus instituciones sociales y sus materiales) entre otras.
sistemas legales. (Martínez Cobo, 1986:30)
Se ha afirmado que el patrimonio cultural de los pue- 43 Opinión N°8 (2015) del Mecanismo de Expertos -A/
blos indígenas es un concepto holístico e intergene- HRC/30/53).
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
La noción de Estado, finalmente, posee una trayecto- luación de sustentabilidad, pueden considerarse al
ria importante en los debates jurídicos, filosóficos y menos dos maneras de desarrollarlas: por una parte,
políticos. El concepto utilizado en este proyecto remi- se propone una elaboración por expertos (top-down);
te estrictamente a la organización de la comunidad por otra, se procura un enfoque participativo comu-
política, que posee soberanía y es fuente de derecho nitario (bottom-up) (Reed, 2000). Si bien esta última
para las personas que habitan el territorio al cual se resulta la más eficiente y es la propugnada a partir de
circunscribe. Sin desconocer que se trata de una fic- la co-construcción de intersaberes, para elaborar el
ción jurídica, que debe ser estudiada en la configura- modelo en la escala abstracta que aquí presentamos,
ción espacio-temporal específica, consideramos que hemos trabajado con la primera modalidad. A partir
el Estado es un agente interventor de la vida social, del aporte que realizó cada integrante del proyecto, y
que produce discursos autolegitimantes y que lo ins- de la revisión de bibliografía, se consideraron las seis
criben en el mundo social (Bourdieu, 2014). dimensiones analíticas que han sido presentadas en
el capítulo 1. A modo de orientar el hacer metodoló-
gico, cada una de estas dimensiones fue desagregada
en lo consensuado como posibles indicadores para el
7. Marco metodológico del modelo abordaje de la problemática PCI-Inclusión Social.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
sobre la organización y presentación de los datos no dores permite construir índices de sustentabilidad.
ahondaremos en este trabajo, aunque estos aspectos
resultan relevantes para evidenciar la contundencia Cabe destacar, además, que la posibilidad de realizar
de los resultados obtenidos por esta evaluación y faci- evaluaciones comparativas resulta limitada a menos
litar la toma de decisiones en relación al PCI. que se consideren casos similares, o que provengan
de la misma región, cuyos parámetros no sean disí-
Nos interesa, en este punto, considerar de qué mane- miles. Si este es el objetivo inicial del estudio, es ne-
ra pueden elaborarse los indicadores a partir de las cesario construir indicadores que puedan replicarse
dimensiones mencionadas. Para ello, debe tenerse en cada uno de los casos a comparar.
en cuenta que existen cientos de sistemas de indi-
cadores definidos, tanto a nivel global, como nacio- En el modelo presentado en el primer capítulo hemos
nales e incluso locales.44En el ámbito del patrimonio definido seis dimensiones y propuesto una serie de
cultural, existen algunos antecedentes de construc- indicadores generales por dimensión, los que deben
ción de indicadores para la evaluación de la susten- desagregarse para el caso concreto. Con la finalidad
tabilidad en el aspecto sociocultural (Álvarez & Zulai- de ejemplificar la modalidad de funcionamiento del
ca, 2015; Endere & Zulaica, 2015; Levrand & Zulaica, modelo, presentamos a continuación el desarrollo
2021; Nocca, 2017; Sánchez & Zulaica, 2018). Sin em- de un sector de la dimensión político-institucional.
bargo, la propuesta de indicadores para la evaluación A los fines de determinar una hipotética unidad de
de sustentabilidad del PCI resulta novedosa. análisis, consideraremos que la evaluación se reali-
za para conocer la sustentabilidad de las normas de
La comprensión de la complejidad y multidimensio- salvaguarda del PCI en un país organizado con una
nalidad del modelo explica que la definición de cada forma de gobierno unitaria, sin determinarlo para
indicador como asimismo sus gradientes se deban los fines de este ejemplo. Para desarrollar el ejemplo
realizar en cada caso concreto, incorporando, cuando se escogió el indicador “Efectividad en la implemen-
sea necesario, sub-indicadores. Estos representan el tación de las normas y políticas de salvaguarda del
comportamiento de ciertos aspectos o subsistemas PCI”. Dado que es un indicador complejo, que involu-
que componen la manifestación o práctica que se de- cra tanto lo normativo como lo político, para facilitar
sea estudiar. La elaboración de gradientes de los indi- el análisis se desarrollará sólo lo relativo a la imple-
cadores debe considerar que lo óptimo es aquello que mentación de las normas, como se podrá observar en
resulta posible alcanzar en determinadas situaciones el cuadro de la página siguiente.
(la unidad de análisis). A modo de ejemplo, algunas
manifestaciones inmateriales permiten ser incorpo- En el ejemplo presentado debe considerarse que el
radas al mercado con beneficio para sus productores, marco jurídico al que hacemos referencia incluye no
tales como las artesanías, siendo en estos casos la eva- sólo aquel en el que se inscribe la manifestación del PCI
luación de la sustentabilidad económica relevante; no sino también el marco normativo del patrimonio cultu-
obstante, en el caso de rituales religiosos, la posibili- ral en general (ratificación de convenciones, leyes ge-
dad de incorporación al mercado debe ser evaluada nerales, leyes particulares, etc.). Por ello, el conjunto de
de otra manera. La suma de los gradientes de indica- sub-indicadores relativos a la existencia de normas pre-
vén evaluar un aspecto estático de la regulación, aun-
que con una perspectiva amplia acerca de su impacto.
61
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
DIMENSIÓN POLÍTICO-INSTITUCIONAL
Indicador Efectividad en la implementación de las normas y políticas de salvaguarda del PCI
Relativos a la existencia de normas:
• Ratificación de la Convención para la Salvaguarda del PCI (2003).
• Existencia de una norma nacional de PCI.
• Grado de operatividad de la norma nacional (necesidad o no de reglamentación).
• Grado de correlación entre la norma de PCI nacional y la Constitución Nacional.
• Grado de correlación entre la norma de PCI nacional y la Convención de 2003 e instrumentos de soft law derivados de la misma (i.e. Directrices
Operativas; Principios Éticos para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, etc.).
• Grado de adecuación de la norma de PCI nacional a los instrumentos internacionales de derechos humanos.
• Grado de correlación entre la norma de PCI nacional y las normas sobre comunidades indígenas.
• Grado de correlación entre la norma de PCI nacional y la/las normas sobre derechos de propiedad intelectual.
• Reconocimiento de los derechos de las comunidades, grupos e individuos a seguir ejerciendo sus prácticas, representaciones, expresiones y
conocimientos para garantizar la viabilidad del PCI.
• Respeto de los usos consuetudinarios.
• Grado de participación de las comunidades, grupos e individuos en la realización y actualización del inventario.
• Grado de actualización del inventario.
• Grado de accesibilidad a la información del inventario.
• Grado de diversidad de los elementos y manifestaciones previstos en la norma que han sido inventariados.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
dicional de la calidad de las normas (Marcos, 2009). (art. 12, UNESCO, 2003). Esto fundamenta la incor-
Conforme la misma, se pondera la calidad técnica en poración de indicadores específicos para evaluar la
términos formales (adecuación de los procedimien- efectividad de esta norma internacional en el ámbi-
tos y competencia para dictar la norma) y materiales to nacional. En la lógica de la Convención, la imple-
o de fondo (compatibilidad con los derechos y garan- mentación del inventario exige no sólo la voluntad
tías establecidos por normas de mayor jerarquía). política del Estado de llevar adelante los mismos,
sino también la participación de las comunidades,
En el ámbito del PCI resultan de particular interés las grupos e individuos en su confección y su consen-
normas relativas a la protección de las tradiciones y timiento libre, previo e informado para la inclusión
cultura de los pueblos indígenas, por cuanto estas de un elemento en el inventario.
comunidades han sido forzadas a una asimilación
cultural y la comunidad internacional ha reconoci- El inventario debería ser una figura jurídica creada a
do su vulnerabilidad frente a procesos de homoge- través de una norma específica a tal fin45, que conten-
neización cultural. Asimismo, teniendo presente el ga las definiciones y el procedimiento para incluir un
objetivo de mantener la diversidad de las expresio- elemento en el mismo. Asimismo, se deben indicar
nes culturales, al analizar la sustentabilidad de estas las consecuencias de tal inclusión. Al momento de
manifestaciones debe considerarse si la regulación construir indicadores de efectividad en la implemen-
internacional y nacional sobre propiedad intelectual tación de normas de estas características, es decir,
establece una protección preventiva y una protección que prevén un procedimiento, es un requisito funda-
positiva. La primera procura evitar que se reconozcan mental considerar las capacidades de los organismos
derechos de propiedad intelectual a personas que no de aplicación de las mismas. De otra manera, la con-
pertenecen a la comunidad portadora, en tanto que creción será utópica.
la segunda otorga derechos a las comunidades, gru-
pos e individuos para el uso, disfrute y disposición La Convención establece, a su vez, que los inven-
sobre estos conocimientos. tarios deben realizarse “con participación de las
comunidades, los grupos y las organizaciones no
El segundo grupo de indicadores se refiere a la defini- gubernamentales pertinentes” (art. 11, inc. b, UNES-
ción de PCI, procurando ponderar la extensión y ma- CO, 2003). El involucramiento de diversos agentes
nifestaciones incluidas en la regulación. Al momento complejiza el proceso de inventario, sin embargo,
de considerar la efectividad en la implementación por su propia naturaleza jurídica, la Convención
de las normas, es necesario indicar qué elementos no establece cuáles deben ser las modalidades, los
se comprenden en las mismas y resultan, por ende, tiempos y el grado de participación. Filomena Sou-
protegidos. En este sentido, la definición de PCI que za (2018: 13) se pregunta, al analizar los textos rela-
las normas traducen reviste importancia al momento tivos a la participación de las comunidades, los gru-
de distinguir entre la posibilidad de implementar pla- pos e individuos, cuál es el verdadero alcance de la
nes y programas de gobierno para salvaguardar estas
prácticas y de garantizar el ejercicio de los derechos
establecidos sobre las mismas.
45 La Convención y las Directrices Operativas de la Conven-
ción son amplias en el tema de inventarios. Permiten a los Estados
Una de las obligaciones internacionales del Estado Partes confeccionarlos del modo más adecuado a su situación, con-
al ratificar la Convención para la Salvaguarda del diciones y problemáticas. No se señala explícitamente la necesidad
de crear figuras jurídicas específicas, pero se les pide a los Estados
Patrimonio Cultural Inmaterial, es la confección de Parte informar sobre las disposiciones legislativas, reglamentarias y
uno o más inventarios del PCI y su actualización de otra índole que haya adoptado para aplicar la Convención.
63
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
participación, considerando que del “espíritu de la institucionalidad, lo que permitió identificar y cons-
convención” surgiría un involucramiento total, por truir otro tipo de indicadores. Entendemos que en
el cual las comunidades son las autoras de las agen- este caso se podría incorporar la dimensión política y
das y los lineamientos de salvaguarda. ética que surgió en el debate teórico. En ese sentido,
deberíamos incluir también el respeto de los dere-
Si bien el inventario resulta la obligación más rele- chos humanos y de la diversidad cultural.
vante establecida por la Convención, en el artículo 13
(UNESCO, 2003) se establecen otras medidas de salva- Si bien la regulación sobre PCI de los Estados Parte
guarda, que implican obligaciones positivas para los sólo excepcionalmente incorpora sanciones adminis-
Estados. Estas obligaciones no sólo refieren a la dispo- trativas o penales, consideramos que las mismas son
sición presupuestaria, sino que involucran un abanico el resultado lógico de la acción punitiva del Estado
de acciones posibles. Al adoptar la Convención, los contra aquellos individuos que infringen las normas
Estados limitan su discrecionalidad en materia presu- jurídicas. Por ende, si se establecen obligaciones po-
puestaria, pues resulta necesario implementar de for- sitivas a cargo de uno o más organismos de aplica-
ma concreta la garantía a estos derechos (Abramovich ción, el incumplimiento de las mismas sin justificación
& Courtis, 2004). No obstante, conservan la soberanía adecuada puede configurar un ilícito. En este punto,
para lograr la plena efectividad de estos derechos, de el principio de tipicidad de las normas sancionatorias
forma paulatina en un plazo razonable. exige que las conductas tipificadas como ilícitas se en-
cuentren descriptas de manera específica y precisa y
Las medidas de salvaguarda son cuantiosas y hete- se explicite la sanción a las mismas.
rogéneas, aunque pueden agruparse en las siguien-
tes categorías: (a) salvaguarda a través del conoci- Finalmente, se establecen un conjunto de sub-in-
miento de las manifestaciones del PCI, que incluye dicadores relativos a la vinculación de la norma de
medidas de identificación, documentación, inves- PCI con otras regulaciones e, incluso, con políticas
tigación, entre otras; (b) salvaguarda a través de la públicas dirigidas a otros ámbitos. Ello resulta del
valorización de las manifestaciones, la cual puede enfoque complejo y multidimensional del modelo,
realizarse a través de planes y programas guberna- que propone las dimensiones entrelazadas a partir
mentales dirigidos a los portadores, la educación de diversos puntos de unión. En esta dirección, si la
formal, no-formal e informal, u otras; (c) acceso al norma nacional de PCI establece que la educación
PCI, lo que implica una especificación del derecho a será uno de los ejes sobre los cuales se fomentará la
la cultura garantizado por otros instrumentos inter- salvaguarda de las manifestaciones inmateriales, es
nacionales (Colombato, 2017); (d) creación o desig- necesario evaluar este aspecto en el ámbito educa-
nación de organismos de aplicación, lo cual requie- tivo, es decir si se han introducido estos contenidos
re modificar la estructura institucional del Estado y en la educación formal, o si la educación no-formal o
evaluar la sustentabilidad político-jurídica de estos informal dan cuenta de los mismos.
organismos, cuyo fundamento “se encuentra estre-
chamente vinculado al proceso de profundización Por otra parte, si bien hay consenso en que las mani-
de la democracia y de construcción de la ciudada- festaciones inmateriales poseen un vínculo relevan-
nía” (Levrand & Zulaica, 2021:196). te con los espacios físicos en los cuales se recrean,
la salvaguarda de las primeras no siempre resulta en
Otro elemento presente en los análisis realizados por una protección de estos territorios. En este sentido,
el grupo de investigadores del proyecto que dio por las regulaciones relativas a los bienes culturales y
resultado este libro fue la gobernanza, en sentido de aquellas cuyo objetivo es la protección de la natura-
64
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 2
leza, se han producido de manera aisladas unas de titudinales como materiales, que limiten a cualquier
otras hasta principios del siglo XXI (Levrand, 2016). persona, comunidad o grupo el ejercicio pleno de los
Derechos Humanos.
Los indicadores desarrollados no pretenden consti-
tuir una enunciación taxativa. Además, en el ejemplo En este capítulo procuramos desarrollar los funda-
analizado, no se consideran los gradientes que per- mentos teóricos y metodológicos del modelo multi-
miten cuantificar una situación determinada, ya que dimensional propuesto para la evaluación de la sus-
como se indicó, los mismos deben ser elaborados para tentabilidad del PCI. El mismo se fundamenta en la
cada caso concreto. La valoración de cada indicador comprensión de que el PCI forma parte de una trama
puede realizarse de manera cuantitativa o cualitativa, cultural que contribuye al desarrollo de las personas,
de acuerdo a las fuentes de información que la funda- pero también de las comunidades y grupos. Por ello,
menten. Si bien habitualmente se utilizan jerarquiza- su salvaguarda resulta fundamental para la inclusión
ciones numéricas, lo relevante es que en un extremo social, y la misma debe abarcar una multiplicidad de
se evalúe la condición óptima para una unidad de acciones de diversos agentes.
análisis determinada teniendo en cuenta su particular
contexto, en tanto que en el otro extremo se conside- Según lo expuesto, resulta ineludible que para evaluar
ra la peor situación posible (Endere & Zulaica, 2015; las prácticas y los procesos de inclusión social en torno
UNESCO, 2014). En general se asignan números a cada al PCI se vinculen sistemáticamente, a lo largo de toda
gradiente, a fin de ponderar la sustentabilidad de la instancia analítica, con las condiciones contextuales
unidad de análisis al final de la evaluación. que configuran los aspectos ambientales, culturales,
institucionales, económicos, educativos y tecnológi-
cos. La aplicación de la metodología de construcción
de indicadores de sustentabilidad del PCI para el estu-
8. Un enfoque complejo dio de casos concretos constituye una herramienta útil
y multidimensional para poner claramente en evidencia aquellos aspectos
en los que se observan debilidades y, por ende, de-
mandan especial atención de las autoridades y de los
En el trayecto de este texto, reafirmamos lo expues- diferentes agentes de la sociedad civil involucrados o
to en el capítulo primero de este libro en cuanto a interesados en la salvaguarda de este patrimonio.
que la sustentabilidad del PCI y su contribución con
la inclusión social tienen que ser entendidos como
procesos complejos que involucran no solamente a
los organismos institucionales que implementan su 9. Referencias
patrimonialización, sino fundamentalmente a la par-
ticipación de los sujetos en su más profunda dimen-
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68
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SEGUNDA PARTE
69
CAPÍTULO 3
Hacia un análisis
comparado de los
dispositivos jurídicos
para la salvaguarda
del PCI
Autores:
María Luz Endere / Norma Levrand / Mercedes Mariano
<< Al Índice
70
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
71
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
En virtud del alcance propuesto para este capítulo, en la administración pública como en la regulación,
es imposible realizar un examen exhaustivo de cada la cuestión del ordenamiento territorial se organiza
uno de los países, por lo cual se destacarán aquellas de manera independiente, atendiendo en algunos
regulaciones que son significativas en cada una de casos a los reclamos de las comunidades indígenas
las dimensiones para evidenciar los ámbitos norma- por medio de disposiciones específicas y organis-
tivos en los cuales se manifiestan los componentes mos administrativos especiales. Si bien muchos de
del modelo. A partir de este análisis se desarrollará los países analizados han suscripto el Convenio de
con mayor énfasis la dimensión político-institucio- Biodiversidad de la Organización de las Naciones
nal, y haremos referencia a las otras dimensiones, en Unidas (ONU), la existencia de una regulación na-
la medida en que las normas se refieran a ellas. cional en este aspecto no siempre se verifica. En to-
dos los casos, la direccionalidad normativa refiere
Para abordar la dimensión político-institucional de- al impacto de la pérdida de la biodiversidad para
ben distinguirse aquellos países constituidos como las manifestaciones culturales, sin prever mecanis-
estados federales de los que poseen una organiza- mos de evaluación del impacto de estas prácticas
ción unitaria o centralizada. Habitualmente la re- en el ambiente.
gulación cultural se distribuye entre la nación y los
componentes subnacionales (provincias, estados), Respecto de la dimensión educativa, cabe aclarar
complejizando un análisis multidimensional como que un análisis pormenorizado de ella requeriría
el propuesto. Por ello, en estos casos, a los fines una revisión de los instrumentos de políticas que
de presentar lineamientos que puedan ser luego rigen en la materia, lo cual excede ampliamente el
utilizados en un análisis más profundo, se toman alcance de este trabajo, ya que esa información no
solamente en consideración las regulaciones prove- surge de la normativa analizada, salvo en algunas
nientes de la nación. En los países unitarios, sin em- excepciones, y en general se trata de disposicio-
bargo, el reconocimiento o la ejecución de políticas nes aisladas.
culturales suele ser descentralizada en los ámbitos
locales, por ser más cercanos a las comunidades. Es La dimensión socioeconómica se plantea en el mo-
decir que, en estos casos, si bien las unidades subna- delo a partir del análisis de la sustentabilidad para las
cionales no poseen en general competencias legis- comunidades portadoras. Los parámetros que pue-
lativas sobre el patrimonio inmaterial, el funciona- den encontrarse en las normas jurídicas analizadas
miento del sistema compromete a diversos niveles se refieren al presupuesto estatal dedicado a políti-
administrativos. En virtud de ello, la evaluación de cas culturales y de patrimonio y, en casos aislados, a
la variable “políticas públicas situadas” requiere medidas de fomento de prácticas económicamente
ampliar el análisis de los instrumentos normativos, sustentables para las comunidades.
considerando también el contexto en el cual las ma-
nifestaciones inmateriales se desarrollan. Por sus propias características, las posibilidades de
realizar una evaluación de la dimensión cultural a
Los aspectos relacionados a la dimensión socioam- partir de la legislación son también limitadas. Como
biental se encuentran habitualmente dispersos en se indicó en el primer capítulo, esta dimensión se
regulaciones pertenecientes a diversas sub-discipli- vincula con los valores, prácticas y símbolos de la co-
nas jurídicas. Así, en muchas normas ambientales munidad. Sin embargo, si consideramos al derecho
se hallan referencias tangenciales o incidentales a como una práctica social específica, una práctica dis-
los valores culturales relacionados con la conserva- cursiva que “expresa y condensa los niveles de con-
ción de los espacios naturales. Por otra parte, tanto flicto social en una formulación histórica determi-
72
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
73
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
afectar directamente a ellos o a su entorno. En este De lo anterior se deduce que el bloque de dere-
sentido, se torna relevante indicar que este Convenio chos humanos garantizados por instrumentos
fue ratificado por todos los países analizados, excep- internacionales y cuyo seguimiento se realiza a
to Uruguay y El Salvador. través de organismos específicos, se encuentra
ampliamente respaldado en la legislación de los
En relación a la protección de los derechos humanos, países estudiados.
además de la adhesión a la creación del sistema uni-
versal en el ámbito de la ONU, los países analizados En 2005, y como parte del acuerdo alcanzado en el
conformaron, bajo el paraguas de la Organización de marco de la Reunión Subregional para la Creación
los Estados Americanos (OEA), el sistema interameri- del CRESPIAL, se llevaron a cabo un conjunto de in-
cano de derechos humanos. vestigaciones en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,
Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Todos los países que se analizan en este capítulo han Los resultados de estos estudios señalaron que exis-
ratificado la mayoría de los diez principales Tratados tía en ese momento “insuficiente sistematización de
de Derechos Humanos del sistema universal, ellos experiencias, poca institucionalización de la salva-
son: la Declaración Universal de Derechos Humanos guardia del patrimonio inmaterial y una débil articu-
(1948); la Convención Internacional sobre la Elimi- lación entre el Estado y la sociedad civil respecto al
nación de todas las Formas de Discriminación Racial tema” (CRESPIAL, 2008: 5).
(1965); el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (1966); el Pacto Internacional de Derechos Durante el 2007, desde el CRESPIAL se realizó un nue-
Económicos, Sociales y Culturales (1966); la Con- vo balance de situación y se identificaron algunos
vención sobre la Eliminación de todas las formas de aspectos comunes. El término PCI se presentó como:
discriminación contra la mujer (1979); la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, In- Un asunto novedoso, que muestra avances en lo con-
humanos o Degradantes (1984); la Convención sobre ceptual y también algunas críticas por parte de quienes
los Derechos del Niño (1989); la Convención inter- sostienen otras categorías como cultura viva o cultura
nacional sobre la protección de los derechos de to- intangible. (...) Los avances sobre salvaguardia del PCI
dos los trabajadores migratorios y de sus familiares son mayores allí donde existe voluntad política que
(1990);50 la Convención Internacional para la protec- los sostenga y financie, aunque en términos generales
ción de todas las personas contra las desapariciones los presupuestos destinados a la salvaguardia del PCI
forzadas (2006); y la Convención sobre los derechos siguen siendo sumamente reducidos en comparación
de las personas con discapacidad (2006). con el financiamiento destinado a la reconstrucción o
“puesta en valor” de monumentos. (CRESPIAL, 2008: 6)
A su vez, todos los Estados han ratificado la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos (Pacto San A su vez, en dicho balance se afirma que, en la mayo-
José de Costa Rica, 1969), que es el pilar del sistema ría de los países,
regional de derechos humanos. no se cuenta con políticas culturales plenamente de-
finidas que ordenen coherentemente el aparato bu-
rocrático, que muchas veces superpone, en depen-
dencias diversas, objetivos y actividades similares o
disemina los recursos en instancias ministeriales que
50 Este es el único tratado que no han firmado Brasil ni compiten entre sí, sin construir sinergias para benefi-
Costa Rica. cio del PCI. (CRESPIAL, 2008: 6)
74
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
En 2010 y 2019 el CRESPIAL publicó sendos esta- ción se analizarán las normas jurídicas de los países
dos del arte. A diferencia de los precedentes, en anteriormente mencionados a fin de evaluar su sus-
el último se enfatiza en el concepto de gestión del tentabilidad en la gestión del PCI.
PCI. El mismo aborda de manera integral tanto su
salvaguarda como las posibilidades de ampliar su
campo de acción (CRESPIAL, 2019: 5-6). El análisis
sobre la dimensión participativa aparece de forma 3. La sustentabilidad del PCI
transversal a todos los documentos y se lo conside- en la normativa jurídica
ra como uno de los principales desafíos de la ges-
tión y la salvaguarda.
3.1 Argentina
En términos generales los estados del arte reflejan
las repercusiones directas que tuvieron las trans- Argentina es un país federal, compuesto por 23 pro-
formaciones políticas sobre la gestión del PCI. En vincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Cada
algunos países se tradujo en “la democratización una de las provincias ha dictado una Constitución
de las políticas culturales con miras al fortaleci- Provincial. La distribución de competencias mate-
miento (...) de la gobernanza cultural y la participa- riales y funcionales se realiza en la Constitución Na-
ción. En estas aperturas, el campo del PCI encontró cional, que fue reformada en 1994. En dicha fecha
posibilidades inéditas y se posicionó como un me- se incorporó el derecho fundamental al patrimonio
canismo estratégico de reivindicación social” (Sán- cultural. El mismo se configura como un derecho y
chez Silva, 2019: 24). deber de todos los habitantes, garantizado por todos
los niveles estatales (Levrand, 2013).
A efectos de realizar el análisis propuesto y respon-
der al objetivo planteado, es necesario señalar ade- En el texto constitucional no existe una cláusula que
más cómo todos estos avances en materia del PCI en otorgue la competencia exclusiva sobre el patrimo-
Latinoamérica pueden ser pensados desde la pers- nio cultural al Estado nacional o a las provincias, de
pectiva de la sustentabilidad. Para ello cabe aclarar lo cual se deduce que cada jurisdicción regula sobre
que en los últimos tiempos la vinculación entre de- los bienes y manifestaciones culturales que se en-
sarrollo sustentable y patrimonio cultural ha sido un cuentran en su territorio. Sin embargo, la arquitectura
tema de interés creciente que comenzó a manifes- normativa del patrimonio cultural se configura a partir
tarse en documentos que destacan el importante rol de múltiples normas provenientes tanto de la nación
del patrimonio en los procesos de desarrollo susten- como de las provincias e incluso de los municipios. No
table (Cantar, Endere, & Zulaica, 2020). Sin embargo, existe una norma general sobre patrimonio inmaterial.
“la articulación entre sustentabilidad y patrimonio Si bien algunas manifestaciones culturales han sido
es relativamente incipiente y esta noción del desa- protegidas mediante leyes específicas, las mismas se
rrollo en la agenda patrimonial es bastante reciente” encuentran dispersas y su sistematización es compleja
(Levrand & Zulaica, 2021). Estas autoras afirman que, dada la diversidad de jurisdicciones implicadas en su
en este contexto, “la sustentabilidad jurídico-políti- dictado y control (Molina, 2019).
ca enfatiza en las libertades de los actores, en la in-
corporación de miradas diversas, en la capacidad En este sentido la dimensión territorial o socioambien-
para expresarse y tomar decisiones en un contexto tal resulta una de las más complejas de caracterizar. Si
de fortalecimiento de los procesos democráticos” bien la reforma constitucional incluyó el derecho a un
(Levrand & Zulaica, 2021). Por todo ello, a continua- ambiente sano junto al derecho al patrimonio cultural,
75
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
el primero de los mencionados ha recibido mayor aten- de la Agricultura Familiar para la Construcción de una
ción legislativa. Así, en 2002, se sancionó la Ley General Nueva Ruralidad que otorga relevancia a la agricultura
del Ambiente (Ley 25.675) que establece como uno de familiar, campesina e indígena y sus saberes asociados.
los objetivos de la política ambiental nacional la preser-
vación, conservación, recuperación y mejoramiento de El acceso de las comunidades indígenas a los terri-
los recursos ambientales, tanto naturales como cultura- torios ancestrales y/o sagrados resulta un elemento
les. La doctrina jurídica nacional considera que el am- fundamental para salvaguardar las manifestaciones
biente es un macro-bien, un sistema que excede la suma culturales inmateriales. En este sentido, más allá del
de sus elementos y que implica la interrelación de los reconocimiento constitucional de la preexistencia
mismos (Lorenzetti, 2008: 15). A fin de lograr el objetivo étnica y cultural de los pueblos indígenas (art. 75
establecido en la ley, no sólo se prevén acciones que de- inc. 17) y la ratificación del Convenio 169 de la OIT,
ben implementarse desde el Estado, tales como el orde- se reconoce en la legislación nacional el derecho a la
namiento territorial atendiendo, entre otros aspectos, posesión y propiedad comunitaria de las tierras que
a la cultura (Ley 25.675, art. 10), sino que se establecen tradicionalmente ocupan las comunidades (art. 18,
dispositivos de participación ciudadana y de acceso a la Código Civil y Comercial). Sin embargo, desde 2006
información pública (art. 2, 19 y ccd.). En este sentido, se ha declarado la emergencia en materia de pose-
la participación ciudadana en la evaluación de impacto sión y propiedad de las tierras de estas comunidades,
ambiental es una garantía establecida en la ley (art. 10) y y al momento de escribir estas líneas los esfuerzos de
reconocida por múltiples normas provinciales. las provincias y la nación para garantizar el acceso a
la propiedad comunitaria han sido insuficientes.51
Una de las características de la legislación ambiental
argentina es la facultad de la nación de dictar normas A pesar de las normas reseñadas, otras manifestaciones
de presupuestos mínimos de protección ambiental, inmateriales que se relacionan con espacios territoria-
que son obligatorias en todo el territorio y establecen les del dominio privado (tales como los desplazamien-
un piso regulatorio en múltiples actividades que pue- tos estacionales de veranada e invernada de rebaños)
den afectar el ambiente. Del conjunto de estas nor- no se encuentran previstas legalmente. Como indica
mas, la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Colombres (2010, citado por Pensa & Dupey, 2019: 62),
Ambiental de Bosques Nativos considera, entre los la especulación inmobiliaria, los mega emprendimien-
servicios ambientales de los mismos, la defensa de tos turísticos y la minería extractiva a cielo abierto con-
la identidad cultural. En consecuencia, establece que tinúan siendo algunos de los principales obstáculos al
uno de los aspectos a considerar en la evaluación de que se enfrentan los portadores en la actualidad.
impacto ambiental del desmonte de estos ecosiste-
mas, es la incidencia en el patrimonio cultural de las En la dimensión socioeconómica el análisis jurídico
poblaciones (Ley 26.331, art. 22, inc. e). sólo puede aportar la consideración del presupuesto
que se estipula para las políticas relacionadas al PCI.
La diversidad biológica se encuentra amparada por la
ratificación del Convenio sobre la Diversidad Biológica
(Ley 24.375) y por la Estrategia Nacional de Biodiversi-
51 La Ley 26.160 sancionada en noviembre de 2006 esta-
dad, que considera que la misma tiene dos dimensio-
blecía un plazo de 4 años para realizar un relevamiento de la
nes, una biológica y una cultural. Esta última incluye situación dominial de las tierras ocupadas por las comunidades
estilos de producción basados en recursos nativos como indígenas, suspendiendo los desalojos y procesos de desocupa-
ción iniciados contra las mismas. El plazo establecido en esta
la consolidación de culturas. Como resultado de esta Es- ley ha sido prorrogado sucesivamente, y por Ley 27.400 el mis-
trategia se aprobó la Ley 27.118 de Reparación Histórica mo fenece en noviembre de 2021.
76
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
En este sentido, en Argentina, la mitad de las provincias ganismos encargados de estos relevamientos, más de
destinan presupuesto propio a actividades de capaci- la mitad de los encuestados aplican mecanismos de
tación y formación (Pensa & Dupey, 2019: 28). Otro tipo consulta o consentimiento informado de los portado-
de acciones, como la activación y el sostenimiento de res. Algunos elementos han sido objeto de “declarato-
las postulaciones internacionales a la Lista Represen- rias” o “fechas conmemorativas”, utilizando estos dis-
tativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la humani- positivos para visibilizar las expresiones inmateriales.
dad u otros proyectos de salvaguarda, se realizan con
asistencia de equipos técnicos locales “que reflejan Más allá de las políticas de difusión y capacitación so-
altos niveles de involucramiento y compromiso que no bre PCI que se realizan, tanto en el ámbito provincial
siempre van de la mano con la sostenibilidad financie- como nacional, otro tipo de metodologías de trabajo
ra” (Pensa & Dupey, 2019: 59). Las autoras menciona- interdisciplinar-intersaberes aún deben reforzarse
das indican, a su vez, que las asignaciones presupues- en los ámbitos gubernamentales. Por el contrario, las
tarias provinciales y municipales resultan exiguas para actividades de investigación y extensión realizadas
sostener acciones en el ámbito del PCI. Sin perjuicio de desde las universidades y centros de investigación
ello, las comunidades y grupos portadores pueden ac- han avanzado en estos aspectos.
ceder a diversas líneas de financiamiento y/o subsidios
implementados desde el ámbito nacional.52 Argentina posee tres elementos inscritos en la Lista
Representativa del PCI de la Humanidad que consa-
El análisis de la dimensión político-institucional en gró la Convención: “el tango” (postulación conjunta
Argentina requiere dar cuenta de una estructura ad- con Uruguay) en 2009; el “filete porteño de Buenos
ministrativa descentralizada, en la cual existe un orga- Aires, una técnica pictórica tradicional” en 2013 y “el
nismo nacional que ha procurado coordinar diversas chamamé” en 2020. A pesar de que estos elementos
acciones promovidas desde los ámbitos provincia- poseen un reconocimiento también a nivel nacional,
les.53 En general, en los organigramas provinciales no e incluso provincial, las dificultades en la transmisión
existen ámbitos dedicados exclusivamente al PCI, por de saberes y la recreación constante de estas prácticas
lo cual los planes y programas de gobierno se imple- han sido advertidas por sus portadores (Pensa & Du-
mentan desde las carteras de cultura. Desde el ámbi- pey, 2019: 32). Diversas incongruencias regulatorias
to nacional se ha implementado un relevamiento de del uso de espacios públicos para la manifestación del
elementos del PCI, el cual también se inició en algu- fileteado, o las exigencias de las licencias para locales
nas provincias que poseen una regulación específi- donde se practica el tango (milongas), son considera-
ca del mismo. Conforme lo expresan Pensa y Dupey das aspectos adversos para la salvaguarda.54
(2019: 36), a partir de una encuesta realizada a los or-
52 En este sentido, el Programa Puntos de Cultura brinda 54 Por ejemplo, la actividad de un “organillero” (persona que
subsidios a organizaciones y colectivos culturales que desarro- ejecuta en la vía pública el organillo, instrumento autómata portátil)
llen iniciativas culturales que promuevan la inclusión social, que ejecutaba piezas de tango fue obstaculizada alegando la prohi-
la identidad local y la participación ciudadana. Un análisis del bición legal del desarrollo de actividades culturales en la vía pública
mismo puede consultarse en Wortman (2017). en un sector de la ciudad de Buenos Aires significativo para la cultura
del tango. Esto motivó un proceso judicial que se resolvió de manera
53 La Coordinación de Patrimonio Cultural Inmaterial favorable al organillero, fundamentándose en las disposiciones de
(aprobada por Resolución 1172-E/2016) funciona en el ámbito la Convención y el reconocimiento del tango como un elemento del
de la Dirección Nacional de Bienes y Sitios Culturales, organismo PCI de Argentina (Pender, Manuel Adolfo c. GCBA s/amparo (art. 14
que posee la facultad de proponer políticas y planes de salva- CCABA), Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nro.
guarda, gestión y promoción del patrimonio cultural inmaterial. 13 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 29/06/2011).
77
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
Otras cuestiones son relevantes en relación a la ads- 84%, teniendo similar porcentaje de uso. Sin embar-
cripción identitaria. Como se indicó, a pesar de que go, estos datos se obtienen sobre encuestas a gran-
existen normas que reconocen la identidad históri- des aglomerados urbanos, siendo la disponibilidad,
co-cultural de las comunidades indígenas desde me- la accesibilidad y las habilidades, diferentes en pe-
diados de la década de los 80,55 sólo en el censo nacio- queñas ciudades o en el ámbito rural (INDEC, 2021).
nal de 2010 se incluyó información sobre identidad
étnica.56 Varias provincias han incluido las manifesta- Para analizar la dimensión educativa es necesario
ciones culturales relativas a la identidad indígena en atender a la multiplicidad de jurisdicciones que po-
sus regulaciones, en particular referidas a las toponi- seen competencia sobre este aspecto, ya que tanto
mias, la educación bilingüe o más ampliamente bajo las provincias como la nación tienen competencias
de denominación de “tradiciones” (Pensa & Dupey, y facultades concurrentes (Candia, 2004). El orde-
2019: 25). Respecto del consentimiento previo, libre e namiento jurídico argentino garantiza la educación
informado, cabe destacar que la Ley 25.517 establece intercultural bilingüe (Ley 26.206), tanto en el nivel
que “para realizarse todo emprendimiento científico inicial como primario y medio, a través de una ley fe-
que tenga por objeto a las comunidades aborígenes, deral que se aplica en el territorio de las provincias.
incluyendo su patrimonio histórico y cultural, deberá Se reconoce que esta educación contribuye a forta-
contar con el expreso consentimiento de las comuni- lecer la identidad étnica de los pueblos indígenas y
dades interesadas” (art. 3). favorece el diálogo de conocimientos y valores entre
los pueblos indígenas y otras comunidades. Para ello,
En relación a la dimensión técnico-comunicacional la ley no sólo prevé la capacitación docente y la for-
debe señalarse que en Argentina se aprobó en 2009 mulación de modelos y prácticas educativas especí-
la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (Ley ficas, sino que además contempla la participación de
26.522) que regula estos servicios fomentando la de- las comunidades indígenas en estas formulaciones.
mocratización de los mismos. Entre sus principales Cabe destacar, además, que la política educativa na-
objetivos pueden mencionarse la promoción del de- cional prevé también como un objetivo la valoración
sarrollo cultural, la difusión del patrimonio cultural, y y preservación del patrimonio cultural como el respe-
la preservación y promoción de la identidad y valores to a la diversidad cultural (Ley 26.206, art. 11).
culturales de los pueblos indígenas.
En suma, si bien el análisis multidimensional pro-
La disponibilidad de artefactos TIC y las habilidades puesto resulta un ejercicio complejo en el cual la
y frecuencia de uso aún son espacialmente heterogé- fuente jurídica debe ser complementada por otras, el
neas en Argentina. La población con acceso a compu- panorama del derecho positivo ofrece herramientas
tadora es mayor al 60%, a pesar de que su uso apenas para la comprensión del alcance de la garantía consti-
supera el 40% y con acceso a celulares es superior al tucional del derecho al patrimonio cultural. En Argen-
tina, algunos aspectos como el derecho al ambiente
sano, el acceso a los territorios ancestrales y sagrados
o la adscripción identitaria, se encuentran debida-
55 La Ley sobre Política Indígena y apoyo a las Comunida-
mente garantizadas por el ordenamiento jurídico (lo
des Aborígenes, Nº 23.302, fue sancionada en 1985.
que no implica que estas garantías sean efectivas).
56 En 2004 se había realizado la Encuesta Complementaria En otros aspectos, como la dimensión educativa o la
para Pueblos Indígenas en la cual se consultaba sobre la presen- político-institucional, son objeto de articulaciones e
cia de personas indígenas en el hogar. Acerca de la inclusión de
este aspecto en los censos de la región puede consultarse: Comi- impulsos que tienen en mira algunas manifestaciones
sión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2009). del patrimonio inmaterial. Finalmente, en relación a
78
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
la dimensión técnico-comunicacional aún no es posi- Brasil posee seis elementos inscriptos en la Lista
ble identificar dispositivos de salvaguarda del PCI en Representativa del PCI de la Humanidad: “las ex-
la regulación, planteando un desafío a la imaginación presiones orales y gráficas de los wajapi” (2008); “la
jurídica para potenciar estos aspectos en la salvaguar- Samba de Roda de Recôncavo de Bahía” (2008); “el
da del PCI en contexto de post-pandemia. Frevo: arte del espectáculo del carnaval de Recife”
(2012); “el ‘Círio de Nazaré’: procesión de la imagen
de Nuestra Señora de Nazaret en la ciudad de Be-
lem (Estado de Pará) (2013); “el círculo de capoeira”
3.2 Brasil (2014); y “el ‘bumba-meu-boi’, práctica cultural com-
pleja de Maranhão” (2019). A su vez, en la Lista del
La República Federativa de Brasil se conforma a par- PCI que requiere medidas urgentes de salvaguarda
tir de la unión de estados, municipios y el Distrito Fe- se inscribió “el Yaokwa, ritual del pueblo enawene
deral. En el art. 216 de su Constitución (1988), se re- nawe para el mantenimiento del orden social y cós-
conoce como parte del patrimonio cultural los bienes mico” (2011) y en el Registro de buenas prácticas el
materiales e inmateriales “portadores de referencia a “concurso de proyectos del Programa Nacional de
la identidad, a la acción, a la memoria de los diferen- Patrimonio Inmaterial” (2011) y el “Museo Vivo del
tes grupos formadores de la sociedad brasileña”. Asi- Fandango” (2011).
mismo, se establece el deber del Estado de proteger
el patrimonio a través de registros e inventarios con En la dimensión político-institucional, la participa-
colaboración de la comunidad. ción de las comunidades es una política pública im-
plementada desde el IPHAN, a través del PNPI, tanto
En este contexto, en el año 2000, se dictó el Decreto para la identificación y registro de elementos inmate-
3551 que creó el Programa Nacional de Patrimonio riales como para garantizar su sostenibilidad. En este
Inmaterial (PNPI) e instituyó el registro de las mani- sentido, entre los principios del PNPI se encuentran
festaciones, denominado Inventario Nacional de Re- la participación de las comunidades en la imple-
ferencias Culturales. Este programa es implementa- mentación de medidas de salvaguarda, así como la
do por el Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico descentralización y socialización de los instrumentos
Nacional (IPHAN), que depende del Ministerio de Tu- de salvaguarda. Es interesante destacar este último
rismo. El mismo no es un único proceso de inventa- punto, puesto que procura que las iniciativas pro-
rio, sino que agrupa diversos proyectos individuales mocionadas por el Estado reconozcan la autonomía
de distinta duración, escala y alcance (Salama, 2019: en la producción y reproducción cultural de las co-
21). Estos se agrupan en “Libros de Registro” iden- munidades, grupos e individuos (Vianna, Salama, &
tificados por áreas temáticas: Libro de Registro de Paiva-Chaves, 2014, citado en Salama, 2019: 15). Para
Saberes, de Celebraciones, de Formas de Expresión ello, se fueron adaptando los mecanismos legales
y de Lugares. En 2010 se implementó una base de da- que posibilitaron tal participación. Así, desde la crea-
tos pública y accesible de los elementos registrados, ción de sujetos jurídicos conformados por las comu-
denominada Banco de Datos del Patrimonio Cultural nidades, pero también por representantes estatales y
Inmaterial Brasileño. Es notoria la diferencia entre de otros ámbitos privados (i.e. comités de gestores o
las manifestaciones inscriptas en cada uno de los consejos consultivos), se respaldaron con el tiempo
libros; por ejemplo, los lugares asociados a las ma- las formas de organización ya existentes en las co-
nifestaciones inmateriales representan sólo el 8% de munidades portadoras (colectivos deliberativos). La
los elementos registrados. Ello pone en evidencia la adecuación de las formas jurídicas no varió las fun-
invisibilidad de la relación entre el PCI y el territorio. ciones de estos organismos (Salama, 2019: 35).
79
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
La aprobación del PNPI posibilitó que la salvaguar- La conservación de la biodiversidad y de los conoci-
da del PCI fuese incluida en los Planes Plurianua- mientos tradicionales asociados a ella se encuentra
les de gobierno desde 2004 (Salama, 2019: 13). Si garantizada en diversos instrumentos normativos,
bien en un trabajo de estas características no pue- entre los cuales se encuentran los planes y estrate-
de evaluarse la efectividad en la implementación gias de acción nacionales para la biodiversidad (Sala-
de las normas y políticas del PCI, la articulación ma, 2019: 47). En 2016 se dictó el Decreto 8772 sobre
institucional e intersectorial ha sido uno de los pi- patrimonio genético, dentro del cual se consideran a
lares de la política del PCI que permitió ampliar las especies “con diversidad genética desarrollada o
su alcance y asegurar su continuidad temporal en adaptada por poblaciones indígenas, comunidades
Brasil. A modo de ejemplo, el “Balaio do Patrimo- tradicionales o agricultores tradicionales, incluida
nio” se instauró como una capacitación dictada a la selección natural combinada con la selección hu-
agentes locales, que resultó en la sanción de leyes mana en el medio local, que no sea sustancialmente
estaduales de reconocimiento y declaración de similar a los cultivos comerciales” (art. 1, inc. 4). De
elementos inmateriales. esta manera, reglamenta el acceso no sólo al patri-
monio genético sino también a los conocimientos
La regulación ambiental de Brasil es amplia y diversa. tradicionales asociados. Como un corolario de esta
El IPHAN ha procurado integrar las políticas de salva- norma, se creó la Cámara Sectorial de Pueblos y Co-
guarda del PCI a las ambientales, consolidando, de munidades Tradicionales en el ámbito del Comité de
esta manera, una dimensión socioambiental diná- Consejo de Patrimonio Genético.
mica. En este ámbito, teniendo presente la integra-
ción de la práctica con el territorio, se creó el Grupo En el ámbito de la dimensión cultural, las lenguas,
de Trabajo Interdepartamental para la Preservación como elemento de transmisión de la cultura, han
del Patrimonio Cultural de los Terreiros (sitio donde sido objeto de programas y políticas especiales a fin
se practica el candomblé). El mismo tiene como fi- de identificarlas, reconocerlas y valorarlas. Actual-
nalidad elaborar instrucciones para la identificación, mente, se estima que existen más de 300 lenguas
reconocimiento y preservación de bienes culturales en el país incluyendo las indígenas, de inmigración
asociados a los pueblos de matriz africana. europea, de comunidades afrodescendientes y de
señas (Salama, 2019: 25). A través del Decreto 7387
En Brasil las actividades o emprendimientos que se instituyó un Inventario Nacional de la Diversidad
utilizan recursos naturales o que puedan causar al- Lingüística cuya finalidad es la identificación y docu-
teraciones al ambiente deben solicitar una autoriza- mentación de lenguas portadoras de identidad.
ción administrativa que se tramita ante los órganos
ambientales estaduales y, excepcionalmente, ante La población indígena de Brasil era cercana a las
el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos 900.000 personas en 2010,57 de las cuales más del 60%
Naturales. Si la actividad o emprendimiento pudiese habita en el medio rural. El acceso a las tierras an-
alterar manifestaciones culturales reconocidas a ni- cestrales a través de los procesos de demarcación ha
vel federal, en el proceso de autorización administra- ido decayendo en las últimas décadas,58 afectando la
tiva, debe intervenir el IPHAN evaluando las posibles transmisión de sus manifestaciones culturales. Si bien
afectaciones a los elementos culturales registrados,
de modo de garantizar la sustentabilidad ambiental
de estos proyectos. En este sentido, también se ha 57 Fuente: Link
incluido la salvaguarda del PCI en el Programa Nacio-
nal de Gestión Ambiental de Tierras Indígenas. 58 Fuente: Link
80
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
se prevé la consulta obligatoria en las concesiones de las finalidades de este servicio ofrecer un espacio
para investigación arqueológica (Endere, Cali, & Funa- de difusión de elementos de la cultura, tradiciones y
ri, 2010), y múltiples instrumentos habilitan la partici- hábitos sociales de la comunidad. La implementa-
pación de las comunidades en la gestión de elementos ción se realiza a través de la concesión de un único
inmateriales, algunas condiciones estructurales como canal de baja frecuencia a las asociaciones sin fines
la alfabetización o las condiciones económicas dificul- de lucro en un territorio determinado, cuyo alcance
tan la efectividad de estas participaciones. habitualmente es de un kilómetro.59
Respecto de la dimensión técnico-comunicacional, 59 Ello ha generado críticas relativas a las restricciones que
acarrea y a la criminalización de aquellas radios comunitarias
puede mencionarse la regulación de la radiodifusión que no cumplen estas disposiciones. Al respecto, puede
comunitaria (Ley 9612/1998) que establece como una consultarse: Link
81
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
con valor antropológico, arqueológico, histórico y, en yan al desarrollo cultural y patrimonial de manera
general, los pertenecientes al patrimonio cultural” armónica y equitativa en todo el territorio nacional.
(art. 11, inc. F; art. 76, Decreto Supremo 95/01). Dentro de dicho organismo existen varios consejos
asesores de integración plural como el Consejo
Si bien no se ha incorporado aún el reconocimiento Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio
de los pueblos indígenas en el texto constitucional (cuya función es proponer las políticas culturales y
(Endere, 2020), Chile sancionó en 1993 la Ley Indígena patrimoniales); el Consejo Asesor de Pueblos Origi-
19.253 que protege el patrimonio de las estas cultu- narios (que asesora en la formulación de políticas,
ras. En ella se reconoce a ocho pueblos originarios en planes y programas referidos a las culturas, las ar-
el territorio chileno, otorgando protecciones y normas tes y el Patrimonio Indígena) y un Consejo Regio-
especiales, sobre todo en relación al territorio ances- nal de las Culturas, las Artes y el Patrimonio para
tral. En su art. 28 señala “el reconocimiento, respeto y cada región. Estos últimos están conformados por
protección de las culturas indígenas”, por consiguien- diferentes actores culturales, representantes de
te, esto debería traducirse en acciones que reconoz- pueblos originarios, organizaciones ciudadanas,
can y protejan sus manifestaciones y patrimonio. municipios, Gobierno Regional e instituciones de
educación superior.
En la dimensión socioeconómica, además de la
consideración del presupuesto que se destina a las En relación a la participación ciudadana, Chile cuen-
políticas relacionadas al PCI, merecen mencionarse ta con la Ley 20.500 sobre Asociaciones y Participa-
algunos mecanismos de financiamiento a partir de ción Ciudadana en la Gestión Pública. A su vez, la Ley
aportes privados que están previstos en las normas, 19.891 (modificada por la Ley 21.045) exige la convo-
como la Ley de Donaciones con Fines Culturales, la catoria anual a una Convención Nacional de las Cul-
exención del impuesto territorial para Monumentos turas, las Artes y el Patrimonio con el fin de generar
Históricos sin fines comerciales, entre otras. Asimis- instancias de reflexión crítica sobre las necesidades
mo, en la Ley Indígena 19.253 y sus modificatorias, culturales y su correlato en las políticas públicas.
se creó un Fondo de Desarrollo Indígena a través del
cual se otorgan subsidios en beneficio de las Comu- Este país posee un Sistema de información para
nidades Indígenas e indígenas individuales, los que la gestión del PCI que incluye un inventario de ele-
eventualmente podrían ser usados para estos fines. mentos representativos y/o en riesgo del patrimonio
cultural inmaterial de las comunidades. El pedido de
Respecto de la dimensión político-institucional, inclusión en el inventario puede realizarse mediante
cabe destacar que la implementación de la Conven- solicitud ciudadana; el procedimiento para llevarlo
ción de 2003 de la UNESCO corresponde al Ministe- a cabo es mediante una investigación participativa
rio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, el cual que es realizada por la autoridad de aplicación o por
posee un Departamento de Patrimonio Cultural In- las comunidades portadoras u otros organismos que
material. A su vez, el Servicio Nacional del Patrimo- tengan interés en relevar la expresión.
nio Cultural, que es el Núcleo Focal ante la UNES-
CO, se desconcentra territorialmente a través de las Chile inscribió en la Lista Representativa del Patri-
Direcciones Regionales del Patrimonio (Ministerio monio Cultural Inmaterial de la Humanidad del 2014
de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, 2019). Este al “Baile Chino” (bailes tradicionales, dedicados a
Ministerio tiene como objetivo colaborar con el Jefe la Virgen se remontan a la época de la colonia y te-
de Estado en el diseño, formulación e implementa- nían lugar desde el Norte Chico hasta el valle cen-
ción de políticas, planes y programas que contribu- tral de Chile). A su vez, en 2009, en una postulación
82
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
conjunta con Bolivia y Perú, se inscribió al proyecto lengua, cosmovisión e historia (ver art. 3). Cabe destacar
“Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de que la educación intercultural bilingüe fue implementa-
las Comunidades Aymara” en el Registro de Buenas da mediante la incorporación en el currículum de la asig-
Prácticas de Salvaguardia de la UNESCO. natura de Lengua Indígena para la educación básica, la
cual es obligatoria en los establecimientos que posean
Ante la falta de una ley de PCI, se ha trabajado a tra- una matrícula de, al menos, un 20% de estudiantes in-
vés de la Convención para el desarrollo de políticas dígenas y es desarrollada por un educador tradicional.60
de salvaguarda. Al respecto se ha señalado que:
Respecto de la dimensión técnico-comunicacional,
En la práctica, esta ausencia legislativa denota una la Ley General de Telecomunicaciones 18.168 y mo-
ausencia real de un cuerpo legal que permita comple- dificaciones establece que todos los habitantes de la
mentar la ratificación de la Convención con acciones República tendrán libre e igualitario acceso a las tele-
efectivas a nivel legislativo. Con ello, la salvaguardia comunicaciones y cualquier persona podrá optar a las
no logra traducirse a un sistema legal y, por ende, los concesiones y permisos en la forma y condiciones que
esfuerzos quedan truncados respecto a su completo establece la ley. En 2010 se sancionó la Ley de Servicios
desarrollo. (Marsal, 2019: 30) de Radiodifusión Comunitaria 20.433 que permite otor-
gar concesiones con fines informativos, comunitarios,
Con respecto a la dimensión cultural, cabe destacar sociales o culturales. Entre otras instituciones o per-
que, en el Censo 2017, se indagó sobre la autoads- sonas jurídicas, se reconoce el derecho a ser titulares
cripción étnica. Al respecto, el 12,8% de la población de una concesión a las comunidades y asociaciones
se consideró perteneciente a algún pueblo indígena, indígenas reconocidas, comunidades agrícolas, etc.
siendo los pueblos Mapuche, Aymara y Diaguita los Finalmente debe mencionarse que no se ha podido re-
que registran mayores porcentajes (Instituto Nacio- cuperar información sobre el acceso y tenencia de tec-
nal de Estadísticas [INE], 2018). En consideración a nologías de la información y comunicaciones en la po-
las percepciones en relación al PCI y a las modalida- blación de este país porque no se incluyeron preguntas
des de su gestión, se ha afirmado que: relativas a las TIC en el censo de 2017 (Silva, 2018).
83
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
La Carta Magna reconoce los derechos culturales, ta- la imposibilidad de arrogarse la titularidad del pa-
les como el acceso a la cultura, la educación en ám- trimonio inmaterial a través, por ejemplo, de instru-
bitos culturales y la consideración de la igualdad y mentos de derechos de propiedad intelectual (art. 5,
dignidad de todas las culturas presentes en el territo- Decreto 2941).
rio. En particular, el derecho al patrimonio cultural se
configura como un derecho-deber de los habitantes y Si bien las políticas implementadas desde el ámbito
las autoridades (conforme art. 8, 72 y 95, inc. 8). cultural han sido extensivas, se advierte “la necesidad
de fortalecer los procesos de articulación interinsti-
La Ley 397 de 1997, establece el régimen del patrimo- tucional e intersectorial para el fortalecimiento de la
nio cultural de Colombia, considerando en el concepto Política más allá del sector cultural” (CRESPIAL, 2021:
a los “bienes y valores culturales que son expresión de 9). Un aspecto interesante en relación a las políticas
la nacionalidad colombiana, tales como la tradición, públicas situadas se relaciona con las líneas políticas
las costumbres y los hábitos, así como el conjunto de que el Grupo de Patrimonio Cultural, creado en 2005
bienes inmateriales y materiales” (art. 4). ha llevado adelante en relación a manifestaciones
concretas incluidas en la Lista Representativa vincula-
Por su parte, la Ley 1185 instituye la Lista Represen- das a los Planes Especiales de Salvaguarda. Vale men-
tativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito cionar de estas manifestaciones inscritas, las políticas
nacional y establece un régimen especial de salva- relativas a las cocinas tradicionales; a la diáspora afri-
guarda para aquellas manifestaciones culturales cana; al PCI en contextos urbanos; a los sitios de me-
incluidas en la misma. La incorporación se realiza a morias; a grupos étnicos y poblacionales particulares
través de un procedimiento administrativo a cargo de como las poblaciones campesinas y el pueblo Rrom.
la autoridad nacional, en el cual se prevé la participa-
ción de las comunidades para la identificación de la Entre los indicadores de efectividad en la implemen-
manifestación. Conforme al Decreto 2941, los depar- tación de normas de salvaguarda resulta relevante la
tamentos, municipios, las comunidades indígenas o formulación de indicadores de gestión de los Planes
afrodescendientes podrán crear Listas Representati- de Salvaguarda de las manifestaciones inscritas en las
vas en los ámbitos de su actuación. Listas Representativas. Fruto de un informe del Minis-
terio de Cultura de 2015, estos indicadores dan cuenta
Además, la Dirección de Patrimonio ha fomentado de cuatro ejes: capital patrimonial, capital social y eco-
la realización de inventarios locales y regionales a nómico, apropiación e institucionalidad. A partir de la
partir del desarrollo de procedimientos técnicos que construcción de estos indicadores, se han realizado
promueven la participación de las comunidades en evaluaciones periódicas de los Planes de Salvaguarda.
su implementación. En este punto, a partir de los li-
neamientos de 2015, se concibe a la participación en Colombia posee ocho elementos inscriptos en la Lista
un doble sentido: como “un componente formal de Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de
registro y otro de reflexión colectiva y formulación de la Humanidad: “el espacio cultural de Palenque de San
alternativas y recomendaciones para la salvaguardia Basilio” (2008); “el carnaval de Barranquilla” (2008);
de las manifestaciones” (CRESPIAL, 2021: 26). “las procesiones de Semana Santa de Popayán” (2009);
“el Carnaval de Negros y Blancos” (2009); “el sistema
La dimensión político-institucional está atravesada normativo de los wayuus, aplicado por el pütchipü’üi
por una institucionalidad múltiple, en la cual conver- (‘palabrero’)(2010); “los conocimientos tradiciona-
gen los Consejos de Cultura y de Patrimonio Cultural. les de los chamanes jaguares de Yuruparí” (2011); la
Un aspecto a resaltar de la normativa colombiana es “Fiesta de San Francisco de Asís en Quibdó” (2012); y
84
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
85
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
al hábitat; cultura culinaria; y el PCI asociado a los es- pública y de la sociedad, para contribuir al desarrollo
pacios culturales que ya fue mencionado. educativo, cultural, económico, social y político e in-
crementar la productividad, la competitividad, el res-
Colombia reconoce 84 etnias indígenas, que repre- peto a los derechos humanos inherentes y la inclusión
sentan el 4,4% de la población del país. Además, tres social. (art.2)
grupos diferenciados de población afrocolombiana
—a los cuales se adscriben el 10,4% de la población— A su vez, el Derecho a la comunicación, la informa-
y el pueblo gitano —al cual se adscribe el 0,006% de ción y la educación, y los servicios básicos de las TIC
la población—. Estos datos, provenientes del Censo está garantizado por los artículos 20 y 67 de la Cons-
de Población y Vivienda de 2018, fueron habilitados titución Nacional. Adicionalmente el Estado estable-
ya en censos anteriores a partir de preguntas sobre el cerá programas para que la población vulnerable y la
autorreconocimiento étnico. población rural tengan acceso y uso a las plataformas
de comunicación, en especial de Internet y conteni-
Dentro de los aspectos involucrados en la dimensión dos digitales, y de educación integral (art. 2, inc. 7).
educativa puede destacarse el Programa Nacional
Vigías de Patrimonio Cultural, que constituye una
iniciativa de trabajo voluntario mediante la cual se
activan diversas líneas, entre las cuales pueden men- 3.5 Costa Rica
cionarse la formación en patrimonio cultural y su di-
vulgación (CRESPIAL, 2021: 32). Por otra parte, desde Costa Rica es una república democrática, libre, inde-
2014 se realizaron capacitaciones a actores locales pendiente, multiétnica y pluricultural (art. 1 de la CN
(funcionarios, vigías del patrimonio, representantes reformada en 2015). Se organiza territorialmente en 7
de minorías étnicas y campesinos). Sin embargo, provincias, 82 cantones y 488 distritos.
desde 2015 el proceso mutó a un diplomado virtual,
que se dicta periódicamente. Finalmente cabe desta- Respecto de la dimensión socioambiental, se recono-
car que la Ley nacional de educación 115/94 estable- ce el derecho de los habitantes a un ambiente sano y
ce como uno de los fines de la misma “la adquisición ecológicamente equilibrado. Este país ratificó el Con-
de una conciencia para (...) la defensa del patrimonio venio sobre la Diversidad Biológica en 1994 y sancionó
cultural de la Nación” (art. 5, inc. 10). la Ley Orgánica del Ambiente 7554/95 y la Ley de Biodi-
versidad 7788/98. En esta última se establece que:
En relación a la dimensión técnico-comunicacional,
se ha enfatizado el fomento para “la creación de en- Se entenderán como comprendidos en el término
tornos de comunicación favorables a su salvaguar- biodiversidad, los elementos intangibles, como
dia, y la sensibilización a través de medios masivos, son: el conocimiento, la innovación y la práctica
capacitación de vigías del patrimonio y actores cultu- tradicional, individual o colectiva, con valor real o
rales” (CRESPIAL, 2021: 9). potencial asociado a recursos bioquímicos y gené-
ticos, protegidos o no por los sistemas de propie-
La Ley de TIC 1341/09 establece que: dad intelectual o sistemas sui generis de registro.
(art. 7, inc. 2 in fine)
La investigación, el fomento, la promoción y el desa-
rrollo de las Tecnologías de la Información y las Co- Esta norma creó la Comisión Nacional para la Ges-
municaciones son una política de Estado que involu- tión de la Biodiversidad como un órgano descon-
cra a todos los sectores y niveles de la administración centrado del Ministerio de Ambiente y Energía,
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
encargado de ponerla en práctica. En ella se exige La dimensión político institucional tiene su corre-
el consentimiento previamente informado de las lato en la normativa y políticas de patrimonio cos-
comunidades para el acceso a sus recursos bioló- tarricense, cuya Constitución Nacional establece la
gicos o al elemento intangible asociado a ellos. De protección de las bellezas naturales y del patrimonio
este modo, ofrece herramientas de gestión del PCI histórico y artístico (art. 89). En consonancia, la nor-
como son la protección de los derechos intelectua- mativa patrimonial está orientada principalmente a
les (art. 82, 84 y 85), las formas de participación de la protección del patrimonio material, especialmente
las comunidades y sus alcances (art. 83) y el dere- el arquitectónico, arqueológico y documental.
cho a la objeción cultural (art. 66) (Barrantes Jimé-
nez, 2019). No obstante, el enfoque conservacionis- En 2016 se creó la Comisión Nacional de Patrimonio
ta de la legislación ambiental limita el acceso de las Cultural Inmaterial (CONAPI), adscrita al Ministerio
comunidades al PCI cuando el mismo se vincula a de Cultura y Juventud, como un órgano de carácter
territorios declarados áreas naturales protegidas técnico, encargado de coordinar y asesorar en la sal-
(Barrantes Jiménez, 2019). vaguarda, protección y revitalización del patrimonio
cultural inmaterial costarricense. Esta comisión tiene
A su vez, la Política Nacional de la Biodiversidad funciones de asesoramiento, promoción y propuesta
2015-2030 establece, en el Eje de Política 3, la nece- de declaratoria.
sidad de fortalecer la participación social en la ges-
tión de la biodiversidad, la distribución justa y equi- Costa Rica no cuenta con una ley especialmente de-
tativa de sus beneficios; reducir la vulnerabilidad de dicada al PCI y esta cuestión fue identificada como
poblaciones menos favorecidas; la educación y sen- una debilidad a subsanar (Oviedo, Romero, & Solano,
sibilización, y el reconocimiento de los aportes a la 2017). Se ha afirmado que:
conservación por parte de las comunidades locales
e indígenas, aceptando diversas formas de gober- Es pertinente que el Estado costarricense haga opera-
nanza del territorio. tiva dicha convención y establezca mecanismos con-
cretos para regular u organizar competencias sobre
En esta política es posible identificar también un as- aquella, que más allá de garantizar el debido cumpli-
pecto vinculado con la dimensión socioeconómica miento, permitan al país crecer y desarrollarse en esta
cuando menciona la posibilidad de potenciar la ge- línea de manera equitativa al de otros patrimonios.
neración de fuentes de empleo digno y emprendi- (Barrantes Jiménez, 2019)
mientos productivos afines a la conservación y uso
sostenible de la biodiversidad. A su vez, se establece En este sentido, uno de los objetivos de la Política Na-
como un objetivo la distribución justa y equitativa cional de Derechos Culturales 2014-2023 (PNDC) es
de los beneficios derivados del uso de recursos ge- normalizar los criterios y la conceptualización de los
néticos y bioquímicos de los elementos de la biodi- componentes del PCI, definir lineamientos y estánda-
versidad a fin de garantizar los Derechos Intelectua- res que faciliten su gestión y fortalecer la coordina-
les Comunitarios Sui Géneris y sus beneficios. ción interinstitucional entre el Ministerio de Cultura
y Juventud —como instancia rectora del Sector
Cabe destacar que en Costa Rica los derechos al te- Cultura— con otros actores y partes interesadas
rritorio y a la autodeterminación de los pueblos in- (Ministerio de Cultura y Juventud, 2013).
dígenas no son reconocidos, pese a que en el Censo
Nacional 2010, el 2.4 % de la población se reconoce Costa Rica no ha desarrollado aún un inventario ofi-
como indígenas. cial del PCI, aunque ello fue incluido como una ne-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
el debate público la necesidad de una nueva Ley de 1) La lengua nahuat y las demás autóctonas, así como
Medios de Comunicación en Costa Rica a fin de de- las tradiciones y costumbres; 2) Las técnicas y el pro-
mocratizar el sector. ducto artesanal tradicional; y, 3) Las manifestaciones
plásticas, musicales, de danza, teatrales y literarias
Respecto del acceso a las TIC, la comparación de los contemporáneas y cualquier otro Bien Cultural que a
datos censales permite observar una tendencia a la criterio del Ministerio puedan formar parte del Tesoro
suba en la tenencia de televisión, teléfono fijo y móvil Cultural Salvadoreño. (art. 3)
en los hogares y, en menor medida, de acceso a inter-
net y de computador, mostrando la radio una tenden- A pesar de incluir las manifestaciones inmateriales
cia a la baja. Se evidencia una brecha urbano-rural entre los bienes culturales, no se prevén otras dispo-
respecto del acceso al computador y a la conexión de siciones que tengan como finalidad la salvaguarda
internet, los cuales prevalecen en los hogares urba- de estos bienes.
nos (Silva, 2018).
Por su parte, la Ley de Cultura 442, aprobada en 2016,
establece el derecho a la práctica de tradiciones de
las minorías étnicas, protegiendo sus expresiones
3.6 El Salvador tangibles e intangibles (art. 29).
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
ría, tradición ecuestre en México” (2016); “la romería de tulación o declaratoria y la sustitución de las fórmulas
Zapopan: ciclo ritual de La Llevada de la Virgen” (2018); tradicionales de transmisión por modelos pedagógicos
y en una postulación conjunta con España los “proce- institucionalizados. De este modo, este primer aspecto
sos artesanales para la elaboración de la Talavera de de la dimensión cultural evidencia los déficit presenta-
Puebla y Tlaxcala (México) y de la cerámica de Talavera dos en torno a la participación de las comunidades en
de la Reina y El Puente del Arzobispo (España)” (2019). la gestión y salvaguarda del PCI, indicados en la dimen-
A su vez, en el Registro de buenas prácticas se inscribió sión político-institucional.
en 2012 “Xtaxkgakget Makgkaxtlawana: el Centro de las
Artes Indígenas y su contribución a la salvaguardia del En relación a la adscripción identitaria, es relevante
patrimonio cultural inmaterial del pueblo totonaca de indicar que en México habitan 68 pueblos indígenas,
Veracruz, México” (2012). Sin embargo, existen reservas y conforme al Instituto Nacional de Estadística y Geo-
de las comunidades, grupos e individuos en relación grafía (INEGI), el 21.5% de la población se autoads-
a la transmisión de las manifestaciones inscritas en la cribe como indígena.63 Casi el 70% de esta población
Lista internacional o declaradas a nivel nacional. Así, Vi- se encuentra en situación de pobreza y el 27,9% en
llaseñor Anaya (2019: 24) enumera la percepción de los
portadores o practicantes de la omisión de su consenti-
miento sobre la postulación de la práctica, de la centra-
63 Fuente: “Numeralia indígena 2015”, en Indicadores
lización de recursos para la salvaguarda de las prácticas Socioeconómicos de los Pueblos Indígenas de México, 2015, CDI,
en los grupos o comunidades que han avalado la pos- México, 2015. Recuperado de: Link
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
situación de pobreza extrema.64 En este contexto, las Las radiodifusoras son reguladas por la Ley Federal
transferencias monetarias del Estado se realizan de de Telecomunicaciones y Radiodifusión (2014) que
manera indiscriminada, sin considerar “la perspecti- establece, entre las categorías de concesiones de te-
va cultural ni la cosmovisión de los pueblos indíge- lecomunicaciones y radiodifusión, aquellas de “uso
nas, ignoran su organización y sus prácticas solida- social”. La finalidad de estos servicios es “la promo-
rias derivadas de sus sistemas normativos internos, ción, desarrollo y preservación de sus lenguas, su
por lo que minan su estructura comunitaria y debili- cultura, sus conocimientos promoviendo sus tradi-
tan su tejido social” según lo expresa la ONG interna- ciones, normas internas” (art. 67, inc. IV).
cional IWGIA.65 En el ámbito del gobierno federal, la
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos En cuanto a la disponibilidad de artefactos TIC y
Indígenas es un organismo creado con la finalidad accesibilidad, se ha informado que el 44,3% de los
de favorecer la preservación y fortalecimiento de su hogares tienen computador, en tanto que el 56,4%
cultura, sin embargo las aportaciones que pudieron posee acceso a internet.66 Zamora Sáenz (2020: 22)
ser relevadas para este trabajo se relacionan con el da cuenta de que “la brecha digital en términos de
fomento de la alfabetización en estos grupos. accesibilidad y habilidades es tan marcada, que las
personas que se encuentran en un estrato socioeco-
Otros grupos étnicos, como los afrodescendientes, son nómico bajo y viven en asentamientos rurales, se es-
objeto de esfuerzos para su visibilización desde las ins- tán quedando rezagadas”.
tituciones de gobierno junto a organizaciones sociales
y académicas, como indica Quecha Reyna (2015). Los aspectos que pueden destacarse en la dimensión
educativa son limitados en sus huellas legislativas. Así,
En cuanto a la dimensión socioeconómica, se ha des- la Ley General de Educación (publicada en 1993 y re-
tacado el papel del Programa de Apoyo a las Culturas formada en varias oportunidades) establece que uno
Municipales y Comunitarias, sostenido por recursos de los fines de la educación es la difusión de los bienes
federales y estatales, y dirigido a desarrollar proyec- y valores que constituyen el patrimonio cultural de la
tos culturales comunitarios (Villaseñor Anaya, 2019: nación (art. 7, inc. VIII) y promover el conocimiento de
35). Sin embargo, otras manifestaciones del PCI sólo la pluralidad lingüística (art. 7, inc. IV). La garantía de la
encuentran recursos económicos en tanto posean educación bilingüe se manifiesta a través de diversas
productos o representaciones que puedan relacio- condiciones, como el desarrollo de materiales educati-
narse con la actividad turística, lo cual obra en detri- vos en lengua indígena (art. 33, inc. XIII) o la formación
mento de la sostenibilidad de prácticas ajenas a ella. en grado de licenciatura para la docencia indígena.
Un aspecto interesante en la dimensión técnico co- A partir del desarrollo de las diversas dimensiones
municacional refiere al Sistema de Radiodifusoras del modelo, puede observarse que la legislación
Culturales Indígenas, dependiente del Instituto Na- mexicana reconoce sólo liminarmente las potenciali-
cional Indigenista, que nuclea a 25 estaciones que dades del PCI para la inclusión social. En este sentido,
transmiten programación en 36 lenguas indígenas. aquellos aspectos relacionados a las manifestaciones
culturales indígenas se encuentran resguardados a
través de normas federales y de la Constitución que
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
priorizan la salvaguarda lingüística. Sin embargo, a reconoce los efectos directos e indirectos que los de-
partir de las fuentes relevadas se advierten lagunas ju- rechos culturales pueden tener sobre las esferas del
rídicas que limitan las posibilidades de participación desarrollo sostenible y analiza variables en conse-
ciudadana (de los grupos, comunidades e individuos) cuencia (Ministerio de Cultura de Perú, 2020b).
en la postulación y gestión de elementos del PCI.
La norma que estructura la salvaguarda del PCI en
este país es la Ley General del Patrimonio Cultural
de la Nación 28.296. En ella se entiende por bien in-
3.8 Perú tegrante del Patrimonio Cultural de la nación toda
manifestación del quehacer humano —material o
La república del Perú tiene un gobierno unitario, repre- inmaterial— que, por su importancia, valor y signifi-
sentativo y descentralizado. La Constitución Política del cado paleontológico, arqueológico, arquitectónico,
Perú de 1993, no hace mención al PCI aunque declara histórico, artístico, militar, social, antropológico, tra-
como patrimonio cultural de la nación a “los yacimien- dicional, religioso, etnológico, científico, tecnológico
tos y restos arqueológicos, construcciones, monumen- o intelectual, sea expresamente declarado como tal o
tos, lugares, documentos bibliográficos y de archivo, sobre el que exista la presunción legal de serlo (art.
objetos artísticos y testimonios de valor histórico, ex- II). Respecto del patrimonio inmaterial, establece que:
presamente declarados bienes culturales, y provisio-
nalmente los que se presumen como tales” (art. 21). Integran el Patrimonio Inmaterial de la Nación las
creaciones de una comunidad cultural fundadas en
Respecto de la dimensión político-institucional, cabe las tradiciones, expresadas por individuos de manera
destacar que la consolidación del PCI en la institu- unitaria o grupal, y que reconocidamente responden a
cionalidad cultural nacional responde a dos fenó- las expectativas de la comunidad, como expresión de
menos de gran escala: el proyecto Qhapaq Ñan y la la identidad cultural y social, además de los valores
ratificación de la Convención de la UNESCO (Choca- transmitidos oralmente, tales como los idiomas, len-
no Paredes, 2019: 10). En efecto, el proyecto Qhapaq guas y dialectos autóctonos, el saber y conocimiento
Ñan impulsó la creación de la Dirección de Registro tradicional, ya sean artísticos, gastronómicos, medici-
y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo nales, tecnológicos, folclóricos o religiosos, los conoci-
(DRECPC) en 2003 y este organismo fue el encargado mientos colectivos de los pueblos y otras expresiones o
de la implementación de la convención desde su rati- manifestaciones culturales que en conjunto conforman
ficación en 2005 hasta 2011 (Chocano Paredes, 2019). nuestra diversidad cultural. (Capítulo I, art. 1, ap. 2)
Otro hito, en relación a esta dimensión, es la desta-
cada participación de Perú en la creación del Centro Esta ley establece como autoridad de aplicación al Ins-
Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultu- tituto Nacional de Cultura (INC), cuyas funciones fueron
ral Inmaterial de América Latina (CRESPIAL) en 2006. absorbidas por el Ministerio de Cultura en 2010. En efec-
Por último, en 2020 se presentó la Política Nacional to, la Ley de Creación de dicho Ministerio 29.565 le otorga
de Cultura. Este instrumento fue elaborado partici- competencia exclusiva en la formulación, seguimiento y
pativamente con diversos organismos y agentes cul- evaluación de políticas culturales; en la gestión de los
turales a partir del diagnóstico de la dificultad de los registros nacionales de bienes y expresiones culturales;
ciudadanos y ciudadanas para ejercer sus derechos en la promoción de la creación cultural y la participación
culturales. A partir de este diagnóstico se presentan de la sociedad civil en programas de alcance nacional,
objetivos, lineamientos e intervenciones programa- etc. Asimismo, tiene funciones compartidas en la imple-
das temporalmente hasta 2030. Este instrumento mentación de las acciones del sector a nivel regional y
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
local. En el ámbito nacional, la salvaguarda del PCI se danza ritual de Mito” (2010); “El arte textil de Taqui-
realiza a través de la Dirección de Patrimonio Inmaterial le” (2008); y “el patrimonio oral y las manifestaciones
(DPI) del Ministerio de Cultura y de las Direcciones Des- culturales del pueblo zápara” (2008). Asimismo, como
concentradas de Cultura (DDC) adscritas al ministerio. se mencionó anteriormente, ha inscripto el proyecto
de “Salvaguardia del PCI de las Comunidades Ayma-
En relación con el inventario, la Ley General del Patri- ra”, junto con Chile y Bolivia, en el Registro de Buenas
monio Cultural de la Nación dispuso la generación de Prácticas de Salvaguardia y la manifestación “Eshuva,
un sistema de inventarios del patrimonio cultural que Harákmbut oraciones cantadas de personas Huachi-
está integrado por diferentes registros para bienes ma- paire” (2011) en la Lista del Patrimonio Cultural Inma-
teriales e inmateriales. Actualmente el Ministerio de terial que requiere medidas urgentes de salvaguardia.
Cultura ha desarrollado un sistema participativo para
la implementación de un inventario de estas expresio- En el informe cuatrienal sobre la convención del 2005
nes, denominado Declaratorias del Patrimonio Cultu- —Perú 2016-2019—, titulado “Políticas para la diver-
ral de la Nación. El sistema recepciona las propuestas sidad de las expresiones culturales” elaborado por
de las comunidades y les otorga reconocimiento ofi- el Ministerio de Cultura de Perú, pueden encontrar-
cial a sus prácticas culturales. En la actualidad, este in- se elementos vinculados con la dimensión cultural y
ventario se rige por la Resolución Ministerial 338-2015- también con la técnico- comunicacional. De hecho,
MC y cuenta con 323 expresiones declaradas como como se indicó antes, Perú suscribió la Convención
PCI. Esta es la “actividad de la DPI que más demanda de la UNESCO sobre la Protección y la Promoción de
tiene por parte de las comunidades y a la que mayores la Diversidad de las Expresiones Culturales de 2005.
recursos financieros y humanos se asigna dentro de Dentro de este informe y en relación a los objetivos
esta dependencia” (Chocano Paredes, 2019). Así, 121 de la Convención mencionada, se plantean cuatro
de las declaratorias de PCI surgieron de las comunida- ámbitos de seguimiento: Sectores culturales crea-
des (Ministerio de Cultura de Perú, 2020b). tivos, Diversidad de los medios de comunicación,
Entorno digital, y Alianza con sociedad civil. Si bien
Perú promovió la declaratoria del “Arte Textil de Ta- este informe recupera las políticas culturales de los
quile” como Obra Maestra del Patrimonio Oral e In- últimos cuatro años, es interesante señalar el lugar
material de la Humanidad de la UNESCO (2005)67. Po- que se le da a las políticas y medidas que favorecen la
see, además, diez expresiones registradas en la Lista diversidad de los medios de comunicación, así como
Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de también aquellas medidas que facilitan el acceso a
la Humanidad: “El ‘Hatajo de Negritos’ y ‘Las Pallitas’, expresiones socioculturales diversas en el entorno
danzas del sur de la costa central del Perú” (2019); el digital (Ministerio de Cultura de Perú, 2020a).
“Sistema Tradicional de Jueces de Agua de Corongo”
(2017); “La danza del wititi del valle del Colca” (2015); En referencia a la identidad étnica, la información del
“La fiesta de la Virgen de la Candelaria en Puno” (2014); censo realizado por el Instituto Nacional de Estadísti-
los “Conocimientos, técnicas y rituales vinculados a la cas e Informática en el 2014, indica que el 47% de la
renovación anual del puente Q’eswachaka” (2013); “la población se autodefine como mestiza, en tanto que
peregrinación al santuario del Señor de Qoyllurit’i” el 30% como indígena, el 18.5% como blancos, el 2%
(2011); “La danza de las tijeras” (2010); “la huaconada, como afroperuanos y el 0.5% como asiáticos. La Po-
lítica Nacional de Cultura reconoce que existe poco
conocimiento de la población respecto de los distin-
67 En 2008 la manifestación pasó a formar parte de la Lista Re- tos pueblos, lenguas y prácticas culturales, lo que su-
presentativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. mado a un débil reconocimiento de las identidades
95
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
culturales y la falta de identificación cultural indica a los recursos de libre acceso y, de manera preferen-
un limitado reconocimiento de la diversidad cultural te, a aquellos ubicados en los territorios de su titula-
(Ministerio de Cultura de Perú, 2020b). ridad. Ante la reserva del Estado o de terceros sobre
esos recursos, las comunidades tienen derecho a una
Dentro de la dimensión socioambiental puede participación justa y equitativa de los beneficios eco-
mencionarse la Ley General de Ambiente 28.611, nómicos que pudieran derivarse de su aprovecha-
en la cual se establecen los principios para ase- miento. Estos últimos aspectos se vinculan además
gurar el ejercicio del derecho a un ambiente salu- con la dimensión socioeconómica.
dable, equilibrado y adecuado para el pleno de-
sarrollo de la vida. En los artículos III, 46 y 47, se Las fuentes consultadas68 que ofrecen información
indica que toda persona tiene derecho a participar sobre esta última dimensión ponen en evidencia la
responsablemente en los procesos de toma de de- existencia de políticas públicas financiadas vincula-
cisiones, así como en la definición y aplicación de das con manifestaciones del PCI, como por ejemplo:
las políticas y medidas relativas al ambiente y sus la Política Nacional de Pueblos Indígenas y la Políti-
componentes. En este sentido, el Estado concerta ca Nacional de Lenguas Originarias y Tradición oral e
con la sociedad civil las decisiones y acciones de interculturalidad. El fortalecimiento de la protección
la gestión ambiental. y salvaguarda del PCI, la valoración de la diversidad
cultural y el incremento de la participación de las co-
En relación con el diseño y aplicación de la política munidades en las expresiones culturales son algunos
ambiental y, en particular, en el proceso de orde- de los objetivos de estas políticas. Debe resaltarse
namiento territorial ambiental, se establece que el programa “Ruraq Maki, hecho a mano” impulsa-
se deben salvaguardar los derechos de los pueblos do desde el Ministerio de Cultura a fin de poner en
indígenas, comunidades campesinas y nativas re- valor y difundir el arte popular artesanal. Desde su
conocidos en la Constitución Política y en los tra- implementación, han participado de la iniciativa en
tados internacionales ratificados por el Estado. Al promedio 300 colectivos y la feria organizada anual-
respecto se contempla que las autoridades públi- mente promedia los 70.000 visitantes (Ministerio de
cas promuevan su participación e integración en Cultura de Perú, 2020b).
la gestión del ambiente y reconozcan los conoci-
mientos colectivos y prácticas que constituyen una En relación a la dimensión educativa la Ley General
manifestación de sus estilos de vida tradicionales de Educación 28.044 establece entre sus principios la
y sean consistentes con la conservación de la di- interculturalidad, comprendida como la diversidad
versidad biológica y la utilización sostenible de los cultural, étnica y lingüística del país que debe ser re-
recursos naturales. conocida y respetada. Cabe recordar que son idiomas
oficiales de este país el castellano, y en las zonas donde
Los conocimientos, innovaciones y prácticas que se predominen también lo son el quechua, el aimara y las
relacionan a elementos de la diversidad biológica se demás lenguas aborígenes (art. 48 de la Constitución).
encuentran reconocidos y protegidos por el Estado,
quien establece los mecanismos de consentimiento Para la consideración de la dimensión técnico-comu-
informado para su utilización por parte de terceros nicacional, se analizó el uso de bienes TIC en los ho-
(Artículos 70, 71, 72.3 y 104, Ley 28.611).
La regulación ambiental prevé además el acceso de 68 Información extraída del proyecto de Presupuesto para
los pueblos indígenas y las comunidades campesinas el año Fiscal 2021 Sector cultura (Neyra, 2020). Link
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
gares conforme a datos censales. Se observó que la Respecto de la dimensión político institucional, cabe
introducción más significativa se da en relación a la destacar que la Constitución Nacional de Uruguay es-
televisión y a la telefonía móvil (con fuerte tendencia tablece que: “Toda la riqueza artística o histórica del
al aumento), seguida por la radio (que tiende a dis- país, sea quien fuere su dueño, constituye el tesoro
minuir), y en mucha menor medida el teléfono fijo. cultural de la Nación; estará bajo la salvaguardia del
Se destaca, además, que la brecha entre la población Estado y la ley establecerá lo que estime oportuno
urbana y la rural es notable, aún para la tenencia de para su defensa” (art. 34).
radio y TV (Silva, 2018).
El sistema de protección legal del patrimonio de Uru-
guay se estructura en base a la Ley 14.040 de 1971 que
creó la Comisión de Patrimonio Histórico, Artístico y
3.9 Uruguay Cultural de la Nación. Esta Comisión es actualmente
una Unidad Ejecutora del Ministerio de Educación y
Uruguay es una república unitaria dividida en 19 de- Cultura cuyas funciones son las de asesorar al Poder
partamentos y estos, a su vez, en municipios. Ejecutivo en el señalamiento de los bienes a declarar-
se monumentos históricos, velar por su conservación
En relación a la dimensión socioambiental, cabe y promoción, inventario, etc. La norma está diseñada
destacar que la Ley de Ordenamiento Territorial y para proteger el patrimonio cultural material.
Desarrollo Sostenible 18.308 establece que el orde-
namiento territorial comprende “la identificación y Uruguay no cuenta con una norma específica que
definición de áreas bajo régimen de administración regule el PCI. En 2017, a iniciativa de la Comisión de
especial de protección, por su interés ecológico, pa- Patrimonio Cultural de la Nación, se creó una “comi-
trimonial, paisajístico, cultural y de conservación del sión de notables” para elaborar un anteproyecto de
medio ambiente y los recursos naturales” (art. 4 c). Ley de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de
Entre los principios rectores de esta norma se inclu- la Nación que incluyera el PCI. Además, se convocó
yen: la adopción y ejecución de planificaciones coor- a participar, a través de un formulario electrónico, a
dinadas y en concertación con los distintos sectores; direcciones de cultura departamentales, institucio-
la promoción de la participación ciudadana y la con- nes educativas y asociaciones civiles vinculadas con
ciliación del desarrollo económico; la sustentabili- el patrimonio, entre ellas, las de afrodescendientes,
dad ambiental; la equidad social y la protección del amerindios y tradiciones rurales. La Subsecretaria de
patrimonio cultural y natural. Cultura, E. Moraes, indicó que la respuesta a esta con-
vocatoria fue muy escasa (Picún, 2019: 14). En 2017,
Cabe destacar que Uruguay ratificó el Convenio sobre el proyecto fue presentado a la Asamblea General
Diversidad Biológica en 1993 y posee una Ley de Eva- pero no fue sancionado por el Parlamento.
luación de Impacto Ambiental 16.466/94 que conside-
ra a este último como aquellas actividades humanas Los marcos regulatorios del patrimonio a nivel de-
que afecten las condiciones estéticas y culturales del partamental se basan en la Ley 14.040, por lo que no
medio (art. 3, punto II). Asimismo, prevé la realización suele hacerse mención al PCI. Una excepción lo cons-
de audiencias públicas cuando el proyecto a realizarse tituye el Departamento de Artigas, que ha dictado la
implique repercusiones graves de orden cultural, so- Resolución 6.281/014 que establece que los bienes
cial o ambiental (art. 14). Su decreto reglamentario es- de interés cultural comprenden “todas aquellas ex-
tablece que dicho estudio debe considerar el impacto presiones que hayan sido perpetuadas por la escri-
en sitios de interés histórico y cultural (art.12). tura y la tradición oral en fiestas, conmemoraciones y
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
celebraciones, conformando así ámbitos de la cultu- así como la pluralidad de expresiones culturales que
ra inmaterial local y regional” (Picún, 2019). enriquecen su permanente evolución. (art. 13 D)
En 2017, Uruguay inició el inventario nacional de No existe un programa de educación intercultural bi-
PCI para lo cual se definió un marco conceptual y lingüe en Uruguay como consecuencia de la ausencia
metodológico a partir de una metodología partici- de reconocimiento de las comunidades indígenas u
pativa (Cannella, & Picún, 2019). Este país, además, otras minorías en ese país.
ha inscrito dos expresiones en la Lista Representa-
tiva del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Huma- En cuanto a la dimensión técnico-comunicacio-
nidad. En efecto, en 2009, inscribió “el Tango”, de nal, el Censo 2010 incluyó la tenencia de TIC, re-
manera conjunta con Argentina y, de manera indivi- velando un alto porcentaje de tenencia de TV en
dual, “el Candombe y su espacio sociocultural: una los hogares (mayor al 90%), seguido de radio y te-
práctica comunitaria”. léfono móvil, y en menor medida de teléfono fijo,
internet y computador (siendo mayor la carencia
Para completar esta dimensión es necesario señalar de estos últimos en áreas rurales). Cabe destacar
que los pueblos indígenas no son mencionados en la que el 42% de los hogares de ese país tiene acceso
Constitución Nacional de Uruguay y que el país no ha a internet, constituyendo un porcentaje alto para
ratificado el Convenio 169 de la OIT ni posee una nor- la región (Silva, 2018).
mativa especial sobre el tema.
Vinculada con la dimensión cultural, en especial con
Respecto de la dimensión socioeconómica, estos el indicador de adscripción étnica, cabe destacar que
aspectos se detallan en la Ley Presupuestaria que un 5% de la población uruguaya se autoidentificó
afecta partidas al sector de Cultura. La última ley como indígena en el Censo 2011. Existen movimien-
publicada al respecto es la 19.355 que establece el tos de reivindicación étnica por parte de comunida-
Presupuesto Nacional de Sueldos Gastos e Inversio- des indígenas (e.g. Consejo de la Nación Charrúa) y
nes, Ejercicio 2015-2019. En el ámbito cultural existe afrodescendientes. En este sentido, un logro de estos
además una Ley de exoneración de tributos a monu- actores fue la sanción de la Ley 18.589 que declara
mentos históricos. al 11 de abril como “Día de la Nación Charrúa y de la
Identidad Indígena” (Endere, 2020).
En referencia a la dimensión educativa, la Ley General
de Educación 18.437 declara como un derecho hu-
mano fundamental el derecho a la educación. Si bien
esta norma establece mecanismos para la inclusión 4. Discusión y Conclusiones
social y educativa, los mismos tienen como sujetos
beneficiarios a las personas con capacidades diferen-
tes y/o con características individuales particulares. El análisis realizado se basó fundamentalmente en la
Entre los fines de la política educativa, incluye: legislación de los países seleccionados, por lo cual,
como se anticipó, el alcance del mismo no permite
Propender al desarrollo de la identidad nacional desde evaluar cómo se implementan. En este sentido, un es-
una perspectiva democrática, sobre la base del reco- tudio de las brechas de implementación de estas nor-
nocimiento de la diversidad de aportes que han contri- mas y políticas hace necesario ampliar la búsqueda
buido a su desarrollo, a partir de la presencia indígena de fuentes de información y profundizar su estudio.
y criolla, la inmigración europea y afrodescendiente, No obstante, abordarlas desde una mirada integral a
98
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
través de las diferentes dimensiones propuestas en bre los cuales se desarrollan manifestaciones cultu-
el capítulo 1 del presente libro, posibilita realizar una rales de pueblos indígenas o comunidades locales,
lectura general en torno a la gestión sustentable de quienes a su vez están participando en procesos
las manifestaciones culturales inmateriales en la re- de inventarios del PCI). A ello se suma que algunas
gulación jurídica. cuestiones no están aún resueltas en el ámbito ju-
rídico, como, por ejemplo, el derecho de propiedad
Al respecto se detectó una diversidad de sistemas intelectual colectivo (Endere, & Mariano, 2013). Por
regulatorios en los países analizados, siendo aún ex- ello, el análisis de la sustentabilidad de la regulación
cepcional la existencia de una norma general de PCI. del PCI debe atender a estas otras normativas que
En efecto, los únicos países que cuentan con una nor- lo complejizan y perfeccionan, de modo de adoptar
mativa específica para este tipo de patrimonio a nivel una mirada holística o integral de la sustentabilidad
nacional o federal son Brasil y Colombia. México men- que permita poner el foco en aspectos que inciden
ciona al PCI en su Ley General de Patrimonio. Costa en la salvaguarda del PCI.
Rica incluye algunos aspectos del PCI en la Ley de Bio-
diversidad. Argentina solo cuenta con normas locales De la misma manera que las manifestaciones cultura-
(i.e. algunas provincias tienen una ley específica) y en les son atravesadas por diversas regulaciones, las polí-
Uruguay sólo un departamento incluyó al PCI en su ticas generadas en torno a las mismas también deben
normativa de patrimonio cultural. Chile ha desarrolla- ser transversales. En este sentido, la potencia del mo-
do políticas específicas para la implementación de la delo multidimensional presentado radica en poder evi-
Convención de la UNESCO sin modificar su normativa. denciar el alcance de dicha transversalidad. En algunos
de los países analizados, se constató la existencia de
Tanto la ausencia de regulación jurídica como la in- políticas culturales del PCI explicitadas en documentos
eficacia de las normas vigentes han sido factores oficiales (e.g. Costa Rica, Chile) pero las mismas están
identificados como debilidades en múltiples inves- circunscritas a las cuestiones patrimoniales.
tigaciones acerca de la protección y salvaguarda del
patrimonio cultural, en particular del PCI (Sánchez Por otra parte, las discusiones teóricas referidas a
Silva, 2019). la sustentabilidad, a la gestión del PCI, al reconoci-
miento de intersaberes o a lecturas integrales rara
Por otra parte, la organización de esta arquitectura vez poseen un correlato en las regulaciones. En este
normativa patrimonial se complementa con regula- sentido, se observa la dificultad de permear el siste-
ciones de derecho ambiental, indígena, de educa- ma jurídico con miradas renovadas desde las cien-
ción, de propiedad intelectual y de ordenamiento te- cias sociales. La ardua tarea de reformar las normas
rritorial. Al respecto se observa que esta arquitectura existentes hace que, muchas veces, se desarrollen
jurídica está generalmente desarticulada por falta nuevas políticas sin su correlato en la legislación vi-
de actualización de algunas normas en relación con gente. Así, las políticas de patrimonio inmaterial de
la salvaguarda del PCI (e.g. leyes de educación que Brasil fueron mutando hasta reconocer el rol de la
omiten la educación plurilingüe pese a que es reco- institucionalidad propia de las comunidades para la
nocido como derecho en la Constitución Nacional o salvaguarda de sus manifestaciones, sin que ello sur-
en las leyes de PCI). Además, se suelen contemplar ja de la normativa aplicable.
mecanismos de participación en distintas normas
con diversos fines pese a que se trata de temas que De este modo, las instituciones encargadas de definir e
son comunes (e.g. audiencias públicas ambientales implementar las políticas del PCI resultan actores rele-
para la toma de decisiones relativas a territorios so- vantes al momento de generar propuestas integrales y
99
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
renovadas. Para ello, es necesario que estas institucio- nidades en la gestión. Así, por ejemplo, Chile posee
nes actúen de manera coordinada con otros sectores consejos asesores de integración plural como el Con-
del gobierno (como las áreas de gestión ambiental, de sejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimo-
gestión del territorio, entre otras) y con otros niveles nio, otros de carácter regional para cada una de esas
político-administrativos, lo cual es importante no sólo unidades territoriales y un Consejo Asesor de Pue-
en Estados federales sino también en los unitarios. blos Originarios. En Colombia existen los Consejos
de Cultura que son espacios de concertación en dis-
El análisis de Sánchez Silva (2019: 30) referido a los tintos niveles subnacionales en los cuales participan
modelos institucionales nos aporta algunas pautas representantes del gobierno y de las comunidades a
para evaluar el grado de integración y coordinación de fin de formular y ejecutar las políticas del sector.
los organismos encargados de la gestión del PCI. En los
casos analizados en este capítulo resultan referentes: Además, es posible distinguir a algunos países por el
desarrollo que han alcanzado sus políticas en relación
1. Un modelo en el cual la institución central (Mi- al PCI, destacándose Brasil y Colombia por contar con
nisterio o Secretaría), que se encuentra en el ámbito un corpus normativo consolidado. Otros países han
del Estado nacional, asume la responsabilidad de ge- diseñado políticas de salvaguarda del PCI, pero su
nerar políticas de salvaguarda del PCI (como el caso ejecución aún es incipiente porque son relativamente
de la Secretaría de Cultura [CONACULTA] de México), recientes (Costa Rica). En otros casos, si bien se han
creando en algunos casos dependencias con funcio- creado instituciones de gestión del PCI y se ejecutan
nes específicas en la materia. En esta última situación, algunos programas, carecen de una política específica
pueden mencionarse como ejemplos la Comisión Na- para el sector (Argentina, Perú, Chile, Uruguay). En ese
cional de Patrimonio Cultural Inmaterial (CONAPI), marco, algunas experiencias relevantes de implemen-
adscrita al Ministerio de Cultura y Juventud de Costa tación de mecanismos participativos en la gestión del
Rica, el Departamento de Patrimonio Cultural Inmate- PCI en la región merecen destacarse. Ellos refieren a los
rial dependiente del Ministerio de las Culturas, las Ar- sistemas de declaratorias e inventarios que incorporan
tes y el Patrimonio, en Chile, el Programa Nacional de a las comunidades en la identificación y gestión, desta-
Patrimonio Inmaterial (PNPI) dependiente del IPHAN cándose aquellos que las involucran en la formulación
en Brasil, y la Dirección de Patrimonio Inmaterial (DPI) de planes de salvaguarda (e.g. Colombia, Costa Rica).
de Perú del Ministerio de Cultura.
En suma, si bien la adopción de la Convención de
2. Un modelo, en general perteneciente a países fe- 2003 por parte de los países analizados permitió la
derales, en el cual la gestión del PCI, pese a tener un actualización de la legislación nacional y la crea-
organismo nacional a cargo, se encuentra descentra- ción de organismos y políticas públicas de PCI,
lizada en diferentes órganos de gobierno de diversos aún hay múltiples desafíos que deben resolverse
niveles subnacionales. Esto ocurre en Argentina, en en la región. En este sentido, el trabajo presentado
donde las provincias poseen sus propios organismos resulta un análisis preliminar que debería ser pro-
de patrimonio cultural y, en algunos casos, han crea- fundizado y ampliado a otros países de la región
do dependencias específicas para el PCI. para generar un corpus de conocimiento jurídico
en relación a la regulación y las políticas públicas
3. Un modelo en el cual prima la existencia de es- del PCI que sirva de insumo para construir indica-
pacios intersectoriales que coordinan las acciones dores, en particular de la dimensión político-insti-
vinculadas con el PCI (Mesa, Comisión o Consejo) y tucional, a fin de comparar la sustentabilidad del
que, en algunos casos, incorpora a las propias comu- PCI en los países latinoamericanos.
100
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
103
La Samba de Roda de Recôncavo de Bahía / © Luiz Santoz / UNESCO*
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 3
CAPÍTULO 4
El protagonismo
de las mujeres en
los circuitos del
patrimonio cultural
inmaterial: una
mirada sobre
Bahía, Brasil
Autores:
Hilda Jaqueline de Fraga / José Roberto Severino
<< Al Índice
105
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
sociales, examinando los impactos, avances y necesi- políticos atribuidos a los bienes culturales, dando lu-
dades, con el objetivo de contribuir a la elaboración gar a procedimientos y estrategias de identificación,
de recomendaciones basadas en este enfoque. protección y difusión de valores y signos patrimonia-
les (Abreu, 2015: 69) en el ámbito global, provocó, por
otro lado, el acercamiento de profesionales y grupos
con un abanico de demandas y desafíos en curso que
2. Las mujeres en las agendas exigieron redefinir el rumbo del patrimonio de carác-
patrimoniales ter interdisciplinario, como resultado de los dinamis-
mos colectivos que apuntan a una comprensión más
integral e inclusiva, así como a una transversalidad
La llegada del siglo XXI estuvo caracterizada por el de temas en lo que respecta al proyecto de una socie-
fortalecimiento de la diversidad cultural en las agen- dad más justa e igualitaria.
das internacionales y por la ampliación del concepto
de cultura, lo que derivó en una ebullición de pro- En este sentido, el usufructo de los derechos cultu-
cesos de valoración de prácticas culturales forjadas rales está relacionado, entre otros aspectos, con la
por protagonismos que, hasta entonces, habían sido igualdad en las condiciones de vida y participación
rechazados por los discursos patrimoniales hegemó- de todos los sujetos responsables de la transmisión,
nicos. En su mayoría, estos procesos se ubican en tanto material como simbólica, de las gestiones cul-
América Latina, una región signada por experiencias turales. De esta manera, cabe aclarar que la garantía
históricas de opresión colonial y escenario de diver- del pleno ejercicio de las capacidades productivas y
sas problemáticas sociales. Ambas nociones han creativas de las sociedades exige políticas basadas
contribuido a generar una visión más amplia de patri- en los principios de democracia cultural y democra-
monio como elemento fundamental de las agendas cia participativa72 (García Canclini, 1987: 51), con-
de Derechos Humanos y Culturales al destacar el rol siderando el estímulo y la provisión de los medios
preponderante de las culturas de diferentes grupos necesarios para atender los intereses de los distintos
y sociedades, y de las múltiples maneras en que sus segmentos sociales.
agentes se organizan y encuentran espacios de ex-
presión y creación (UNESCO, 2001: 5), en los que los En este contexto, la cuestión de la igualdad está ad-
registros inmateriales se integran. quiriendo cada vez mayor relevancia en las agendas
reales de los colectivos de mujeres —cuyas trayecto-
Tales marcos fundamentales dieron lugar a una patri- rias personales y territoriales se entrelazan con una
monialización71 de las diferencias en respuesta a los historia y una memoria eurocéntricas y androcéntri-
deseos de los distintos movimientos sociales cons- cas— como estrategia para enfrentar y luchar contra la
tituidos en las últimas décadas del siglo pasado y, a discriminación de género y racial en todas las esferas
partir de ella, el patrimonio cultural adquirió una di- públicas, incluida la cultural. La expresividad de los
mensión y un carácter más pluralistas, lo que impulsó
políticas de protección democráticas no menos desa-
fiantes. Si, por un lado, este fenómeno posibilitó la
72 La primera corresponde a la responsabilidad de promo-
ampliación de las relaciones y los sentidos sociales y
ver las oportunidades necesarias de accesibilidad a los bienes
culturales. La segunda es considerada un aspecto importante
para la construcción de estrategias que estimulen la participa-
ción social en la toma de decisiones relativas a la conservación
71 Según la definición de la antropóloga e investigadora cultural, garantizando un desarrollo autónomo y una igualdad
brasileña Regina Abreu. de participación por parte de cada agente social.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
grupos de mujeres campesinas, quilombolas73 y de los mino hacia el debate de género, entre otros temas,
pueblos originarios en la organización de foros y mani- y dio origen, en diversos países latinoamericanos, a
festaciones públicas74 sobre igualdad de género, en los una serie de dispositivos y formas de registro a través
diferentes ámbitos de la vida pública, delimita áreas de inventarios, como por ejemplo en Brasil, donde se
de derecho y, al mismo tiempo, paulatinamente, logra creó el Programa Nacional de Patrimonio Inmaterial
el reconocimiento de organismos internacionales e en el año 2000. Sin embargo, a pesar de que la adop-
instituciones de evaluación y financiamiento de pro- ción de innumerables medidas por parte de las na-
yectos basados en un enfoque de género.75 ciones ha tenido un impacto positivo para reflexionar
sobre los saberes y quehaceres tradicionales de los
La repercusión en cuanto a la introducción de un lu- grupos de mujeres en las listas de patrimonios con-
gar de interacción denota la urgencia de la agenda, siderados de la humanidad, es importante resaltar
específicamente cuando se trata de manifestaciones que el reconocimiento o estatus alcanzado se corres-
y expresiones de PCI, teniendo en cuenta su mayor ponde solo con las primeras etapas y desafíos de este
vulnerabilidad en relación con otros bienes tangibles proceso. Algunos casos de bienes legitimados por las
y el hecho de que es una dimensión en la que se cons- políticas de Estado y organismos internacionales de-
tata una fuerte actuación de grupos de detentoras en mostraron, con el paso del tiempo, que, a pesar de los
la construcción de la diversidad cultural. Del mismo reconocidos esfuerzos en este sentido, tales medidas
modo, tales manifestaciones son responsables de la aún son insuficientes para modificar las relaciones de
gestión de proyectos alternativos en los que el PCI, desigualdad, entre ellas, aquellas relacionadas con el
además de la noción de herencia, puede convertirse género en el campo del patrimonio.
en una herramienta crítico-reflexiva para la acción y
la transformación de lógicas de exclusión a las que Las evaluaciones preliminares demuestran que
están sometidas en sus contextos situados. dichas medidas deben estar acompañadas de
una desnaturalización de factores discriminato-
La valoración del PCI abrió, indudablemente, el ca- rios que aún inciden en las asimetrías de género,
como los bajos índices de desarrollo económico y
humano y la violencia estructural, dentro de las
realidades de estos colectivos, que no dejan de
73 Habitantes de quilombos, quilombolas o restos de qui- enfrentar dificultades para continuar con los em-
lombos constituyen comunidades presentes en casi todo el te-
rritorio brasileño (Almeida, 2011). prendimientos culturales, muchos de ellos moti-
vados por la adquisición de su PCI. A esta situa-
74 En Brasil, en particular, se destacan eventos como el Se- ción contribuyen los cambios de partido político
minario de Género y Patrimonio Cultural promovido por la Se-
y la falta de acompañamiento y evaluación sobre
cretaría de la Mujer del Estado de Pernambuco con el apoyo del
Instituto de Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (IPHAN), los impactos y las necesidades a mediano y largo
entre otras instituciones asociadas, y manifestaciones como el plazo derivados de las dinámicas de patrimoniali-
Día Internacional de la mujer negra, latinoamericana y caribeña
y la Marcha de mujeres latinoamericanas y caribeñas. zación. Las consecuencias nocivas del modelo de
desarrollo económico neoliberal y los efectos de
75 En el ámbito de los estudios y relevamientos, cabe des- la transnacionalización de la cultura también son
tacar las publicaciones producidas por la UNESCO con la par-
factores relevantes en el presente análisis.
ticipación de investigadores: Repensar las políticas culturales
(2015); Igualdad de género, patrimonio y creatividad (2015) y
los Fondos concursables de proyectos para la salvaguardia del Según Rostagnol (2015: 304), otro aspecto importante
Patrimonio Cultural inmaterial (2019-2020) del Centro Regional
para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de Amé- introducido por el enfoque de género en las cuestio-
rica Latina (CRESPIAL). nes patrimoniales es el hecho de que los esfuerzos en
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
este sentido muchas veces circunscriben los activis- nio oficiales, como son los terreiros de candomblé. Más
mos femeninos a una posición de meras detentoras que lugares religiosos de matriz africana, son espacios
de tradiciones. La autora menciona que, desde esta de sociabilidad y protagonismos de gran resonancia
perspectiva, el esfuerzo de las políticas podría, por sociocultural comunitaria, forjados secularmente por
el contrario, reforzar las relaciones de desigualdad al liderazgos de mujeres, madres de santo, ialorixás.
congelar su importancia en el pasado, lo que haría que
las mujeres y sus quehaceres culturales sigan sin tener
un lugar en el presente. Introducir el género como una
categoría pertinente al campo del patrimonio implica 3. Instituto Oyá: prácticas
ir más allá; es decir, significa elaborar instrumentos en PCI para la igualdad y
que permitan evaluar e identificar las estructuras des- la inclusión social
iguales de género en sus múltiples desdoblamientos
políticos, económicos, sociales y culturales.
En el territorio que se analiza,76 las mujeres, en tanto
Asimismo, tal como sostiene Blake (2015: 48), el deba- sujetos activos, ponen en práctica tácticas de acceso a
te por la igualdad de género puede ser decisivo para los derechos. Son madres de otras madres, una fami-
dar lugar a los diferentes desafíos y matices del hacer lia no consanguínea que se extiende y brinda conten-
social y cultural, mediante ejemplos de circuitos de ción haciendo de sus saberes y prácticas culturales un
patrimonio cultural inmaterial y activismos, gestados vector de resistencia, inclusión y desarrollo social, por
más allá de las políticas oficiales y que tienen mucho ejemplo, Samba de Roda, las baianas de Acarajé y los
para enseñar. Además, contribuyen a la ampliación de proyectos socio-comunitarios del Instituto Oyá.
los posibles alcances y significados de esas experien-
cias y de los resultados positivos que aportan a una so-
ciedad democrática mediante la integración de otros
aspectos del PCI que, de algún modo, reflejen el alto 3.1 Contexto histórico
grado de autogestión y resiliencia femenina.
El Barrio Pirajá, donde está ubicada la entidad, ha
Particularmente, las pedagogías ancestrales del sido el primer camino por tierra para salir de Salva-
buen vivir, practicadas como un eslabón del mante- dor desde la época colonial. Territorio de quilombos
nimiento de la singularidad, la pertenencia comuni- (Quilombo do Urubu), de resistencia y de concen-
taria y la resistencia por medio de emprendimientos tración de ingenios, registros de presencia afrobra-
culturales, buscan, en cierta medida, alterar los roles sileña en la historia de Salvador desde la colonia.
hegemónicos de género y sus efectos perjudiciales Tavares (2008) describe su posición estratégica, que
sobre la adquisición de derechos por parte de las une a la ciudad con el interior y que fue escenario
mujeres afrodescendientes. de conflictos en la guerra de la independencia, prin-
cipalmente en la ex Estrada das Boiadas —actual
Con base en lo anterior, los marcos teóricos presentados Avenida Lima e Silva— y de Lapinha. La memoria de
pasan a articularse con los circuitos de PCI implemen- tiempos remotos se hace constantemente presente
tados por los protagonismos femeninos en la Región y compone el repertorio del activismo negro, de las
Nordeste de Brasil, Estado de Bahía, en la zona perifé-
rica de la ciudad metropolitana de Salvador, gestados a
partir de marcadores de memoria que durante mucho
tiempo fueron disputados por la memoria y el patrimo- 76 Salvador y Recôncavo bahiano, Bahía, Brasil.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
La preservación el patrimonio inmaterial pasa por la El lugar fue utilizado por los jesuitas en la época de la
conservación de los parques y las aguas. El texto de colonización, en el área alta, entre la Península de Ita-
presentación del área protegida explica en su sitio pajipe y la Ensenada del Cabrito. El terreiro linda con
lo siguiente: APA Bacia do Cobre/São Bartolomeu, que “comprende
una extensión territorial de aproximadamente 1.134
El área alberga uno de los últimos bastiones de mata hectáreas” (INEMA, 2001, s/p). Un área verde y rica en
atlántica del municipio de Salvador, además de una recursos hídricos en torno de una metrópolis densa-
importante reserva de agua potable, parte integral del mente poblada hace que Ilê Axé Oyá78 sea un lugar
sistema de abastecimiento local. El área denominada agradable y lleno de vida. Sin embargo, esta situación
“Parque São Bartolomeu” representa la mayor referen- se ve amenazada por la especulación inmobiliaria,
cia de los cultos afrobrasileños y sus atributos naturales construcciones sin ninguna organización e intereses
forman un santuario, objeto de culto y peregrinación locales sobre el uso del suelo que tensan las relacio-
desde mediados del siglo XIX. En el siglo XVII, fue esce- nes locales. En este sentido, el trabajo del terreiro de
nario de luchas de resistencia a la invasión holandesa. Ilê es fundamental para las acciones de conservación
En el siglo XIX, sitio de quilombos, donde se destaca el del buen vivir en la comunidad, ya que exige acciones
Quilombo dos Urubu, además de luchas que contribu- permanentes de vigilancia y cuidado de la mata y las
yeron a la consolidación de la independencia política aguas que delimitan el barrio.
nacional, como la Batalla de Pirajá. (Instituto de Medio
Ambiente y Recursos Hídricos [INEMA], 2001, s/p)
110
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
y suspensión de actividades.80 Oyá Criativa, por su cidimos con la potencia utópica y de cambio de
parte, se encargó de formar profesionales usando ese imperativo conceptual para comprender sus
las tecnologías de enseñanza a distancia, moda- aspectos políticos y transformadores más inme-
lidad recogida de la experiencia con el proyecto diatos, como así también los que vendrán en las
Oyá Educa. Actualmente, están preparando una agendas del futuro (Santos, 2000).
edición con clases que serán impartidas en la sede
del instituto y en línea, tomando las medidas de
protección establecidas por las autoridades sani- 4. Reflexiones desde una
tarias. Cabe destacar que la formación de mujeres perspectiva integral y
adultas y adolescentes refuerza las acciones de sistémica de pci
empoderamiento femenino desarrolladas en el
hogar con base en la ancestralidad y el buen vivir.
Estamos aprendiendo, a partir de las lecciones de Los circuitos de pedagogía sostenida y actualizada de
Sodré (2017), sobre el papel constitutivo de la an- forma intergeneracional por las fundadoras del Ins-
cestralidad en nuestras identidades, aquí enten- tituto Oyá y las conversaciones del equipo de profe-
didas como fenómeno cultural y social distintivo sionales con las aspiraciones de los y las habitantes y
de las sociedades formadas por flujos diaspóricos, los demás espacios de producción de conocimiento,
como es el caso de la sociedad brasileña. La idea como la universidad, demuestran el potencial trans-
de vincular la ancestralidad y el buen vivir tiene formador que las instituciones del tercer sector des-
un largo camino analítico por delante, pero coin- encadenan en los territorios con gran vulnerabilidad
social, tanto durante como después de la pandemia
de COVID-19. El compromiso visibiliza la perspectiva
holística derivada de la pedagogía ancestral concebi-
80 Cabe destacar las acciones sociales del Instituto, como
la distribución de canastas básicas y actividades asistenciales, da en tanto eje que dinamiza las iniciativas de PCI,
principalmente en la situación de emergencia provocada por la tratado como un bien y valor cultural de sustentabi-
pandemia. Una de las acciones fue la confección de mascarillas
con retazos de tela que fueron distribuidos a cambio de dona- lidad comunitaria en medio de los conflictos y las lu-
ciones al Instituto. chas por la dignidad.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
De manera integradora esta perspectiva, permite vi- mentarias producidas por el Instituto, se visitó el si-
sualizar los avances en relación con las agendas de tio web de la institución y se relevaron los trabajos
igualdad de género e inclusión social de los grupos académicos. En paralelo, se realizaron entrevistas
afrodescendientes, que tratan las problemáticas semiestructuradas con la coordinadora general del
puestas en relieve por los movimientos sociales in- Instituto, Yalorijá Nívia Luz, para complementar a tra-
tensificados como consecuencia del COVID-19. Por lo vés de un caso en particular, la generación de apor-
tanto, son fundamentales para la continuidad de los tes teórico-prácticos que podrían integrarse con las
patrimonios inmateriales de matriz africana y para políticas y los sectores de desarrollo estratégicos de
introducir las reorientaciones necesarias a las polí- sustentabilidad sociocultural, desde la perspectiva
ticas públicas, tanto en este como en otros ámbitos. de la inclusión y el género en el campo de la gestión
De esta forma, proponemos un abordaje sistémico de del PCI.
la pedagogía del buen vivir aplicada por el Instituto
Oyá, basada en una noción de PCI atravesada por
una mirada transversal y multidimensional, dada la
complejidad de los factores involucrados en constan- 4.1 Dimensión territorial
te cambio y las interacciones. o socioambiental
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
Identidad Comprende los procesos identitarios, valores y producción de sentidos activados por la comunidad.
Territorial o Contexto histórico Se refiere a las conformaciones histórico-culturales del territorio, sus avances y enfrentamientos.
Integración con el Incluye el desarrollo de acciones de integración de las prácticas con la activación de valores, como
territorio así también de sus repercusiones en la apreciación humana y estructural del territorio.
Se refiere a los mecanismos de resiliencia y resistencia formulados por la comunidad y a las pro-
Resiliencia
puestas del Instituto para enfrentar situaciones discriminatorias y excluyentes.
Apunta al bienestar de las formaciones sociales en su ambiente y condiciones de existencia así
Sustentabilidad
como a la representación política de las agendas producidas a partir de la experiencia ancestral y
Socioeconómica económica
reflexividad cultural vinculada con la diversidad.
Calidad de vida Entendida aquí como las formas acordadas de vivir la diversidad en el territorio.
Dinámicas productoras de pactos a partir del territorio que protegen las utopías y sentidos para la
Formas de gestión
acción.
Relación con el La presencia de instituciones promotoras de ciudadanía, convivencias y ausencias en sus diferen-
Estado tes grados.
Derivadas de la vida civil, pueden ser laicas o religiosas, son instituciones claves en la construcción
Político-institucional Instituciones civiles
de nuevos pactos de convivencia en el territorio.
Conjuntos fundamentales de actividades a partir de la acción civil, la educación y la cultura para
Agenda
proyectar el futuro.
Reflejan el nivel de conocimiento o resignificación de los valores y bienes culturales comunitarios
Percepciones del PCI a partir de las actividades, sus relaciones con eventos culturales, la percepción de la tradición oral
y de la historia local.
Incluye las formas de transmisión de saberes, valores estéticos, simbólicos, tradicionales que son
Transmisión
movilizados por los proyectos, programas y acciones socioculturales y relaciones intergeneracionales.
Cultural Se refiere a las estrategias creadas por el Instituto y la comunidad para mitigar los efectos de la
Impactos de la
pandemia, incluidas nuevas percepciones, resignificaciones y usos del patrimonio, y formas de
pandemia
interacción social.
Incluye el grado de vínculos establecidos por el Instituto con organizaciones estatales, redes de
Inclusión social cooperación con instituciones culturales, asociaciones y demás agencias de fomento y promo-
ción cultural.
Esta dimensión se caracteriza por la mediación en un ambiente de intercambio de saberes y
Mediación desarrollo de competencias en situaciones que se presentan como definitorias de nuevas for-
mas del hacer.
Estructuras de personas que interactúan socialmente. Podemos apuntar a las redes solidarias
Redes
Técnico-comunicacional de apoyo.
Comprende los marcos de sentido que moldean las interpretaciones y acciones de los actores
de esa interacción comunicacional.
Marco
El Instituto comprende el papel de la comunicación en la construcción de nuevos marcos de
cultura, en particular de la noción de PCI.
Refleja las formas de aprendizajes y metodologías de educación para el patrimonio, tanto formales
Pedagogías
como no formales, desarrolladas por la propuesta pedagógica del Instituto y sus principios rectores.
Se refiere a la materialización de proyectos y acciones colaborativas con instituciones educa-
Acciones y proyectos
tivas formales (escuelas, universidades, museos) orientados hacia una educación inclusiva y
colaborativos
plural a partir de los bienes y valores culturales de la comunidad.
Educativa Espacios educativos Se refiere a los espacios formativos ofrecidos por el Instituto a los diferentes sectores de desa-
inclusivos rrollo comunitario y a los grupos asistidos por los proyectos.
Incluye las iniciativas socio-educativas implementadas para garantizar el acceso y permanencia
Acceso y permanencia
de niños y jóvenes en el sistema de educación formal.
Redes socio-técnicas Comprende el uso de dispositivos móviles y otros recursos, así como la creación de redes cola-
colaborativas borativas de aprendizaje y circulación para intercambiar conocimiento.
Cuadro. Dimensiones, indicadores y definiciones analizadas - Fuente: elaboración propia a partir de Endere & Prado (2009)
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
rrio, entre ellos, el de la violencia.82 A pesar de las integrándose, de esta forma, al territorio y a sus de-
problemáticas enfrentadas, los esfuerzos del equipo mandas. También incluyen espacios de intercambio
de profesionales del Instituto y de los habitantes visi- y sociabilidad con la participación de la comunidad,
bilizan que los colectivos femeninos en el ámbito de por ejemplo, la rehabilitación de plazas y huertas de
la cultura y del patrimonio son fundamentales para la hierbas medicinales. El alcance territorial y socioam-
promoción ambiental del territorio. biental de la pedagogía del Instituto dentro de las co-
munidades y barrios circundantes es otro punto signi-
En este sentido en particular, el PCI trasciende la no- ficativo que crea asociaciones y lazos de solidaridad.
ción de herencia en la medida en que se manifiesta al
mismo tiempo como un hacer social que se encuadra Sin embargo, no podemos ignorar aspectos concre-
en una concepción territorial sociológica, es decir, tos y limitadores que la comunidad ha enfrentado
asociada a una valorización de los recursos humanos al marcar su posición y sus reivindicaciones en algu-
y ambientales, y también a gestiones holísticas ali- nos foros políticos oficiales a través de la represen-
neadas al buen vivir, consciente de la biodiversidad, tación femenina de Ialorixá Nívia en las instancias
la subsistencia material y de los saberes producidos públicas, como en el Consejo de Medio Ambiente,85
en los territorios donde las expresiones y prácticas que, en gran medida, derivan del avance de la espe-
patrimoniales se realizan. Esta visión ecosistémica in- culación inmobiliaria en la región y ponen en riesgo
cluye la defensa del Parque Natural São Bartolomeu83 el ambiente del parque como marcador de memoria
que, además de reunir una gran variedad de especies y territorio patrimonial de matriz africana. Según la
y recursos hídricos fundamentales para la sustenta- coordinación, la falta de mayor transparencia por
bilidad de la región, es también considerado como parte de los órganos competentes del Consejo y la
un santuario de religiosidad, un lugar de sanación y estructura operativa y burocrática institucional difi-
manifestación del culto del pueblo que habita el te- cultan la ejecución conjunta de medidas a partir de la
rreiro para los orixás84 y los descendientes de colonos escucha de la población, además del mal uso de las
y mestizos. inversiones públicas en el Parque y sus inmediacio-
nes, cuestiones que aún existen.
Las temáticas socioambientales dentro de la misión
del Instituto hacen hincapié en la Educación Am-
biental y la organización de caminatas por el parque,
4.2 Dimensión socioeconómica
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
tencia en un territorio que se entiende como ese lugar. la integración ciudadana en la mayoría de la po-
Con la comunidad como protagonista, también pueden blación. El barrio posee varios órganos de Policía
observarse dentro de las propuestas del Instituto la lu- (Octava Comisaría de Policía, 9.ª CIPM-Unidad de
cha contra situaciones discriminatorias y excluyentes. Policía de Pirajá, Policía Comunitaria, entre otras).
En este sentido, el accionar de la identidad afro-brasi- Sin embargo, la seguridad es una de las principales
leña es el telón de fondo de todas las prácticas: el te- quejas de los habitantes.
rritorio negro. Partiendo de esta premisa, emerge una
situación de garantía de las formas de vida locales ba- En cuanto a la presencia del Municipio, existe una
sadas en las nociones de sustentabilidad económica y Alcaldía del Subúrbio/Ilhas, que lleva adelante accio-
valorización del territorio y los haceres locales. nes de Salud vinculadas con el Centro de Control de
Zoonosis (CCZ), dependiente de la Secretaría Munici-
Ialorixá Nivia tiene formación en Turismo y siempre pal de Salud (SMS), y brinda atención al público, pero
pensó en las dinámicas que podrían transformar una sus servicios son bastante precarios. La cuestión
ciudad dividida. ¿Cómo crear situaciones que pro- ambiental es un problema en la medida en que gran
muevan el bienestar de las formaciones sociales en parte del barrio está expuesta a delitos de ese orden,
su entorno y con sus condiciones de existencia? ¿Qué pero con poca fiscalización.
representaciones políticas de agendas producidas a
partir de la experiencia ancestral pueden garantizar Instituciones civiles
esas transformaciones? En este sentido, es posible
pensar en la potencia de la reflexividad cultural basa- El trabajo de proximidad de otras instituciones
da en la diversidad (Giddens, 1995). barriales no es tarea fácil. En el barrio, concurren
diversas dinámicas de participación. Una de ellas
En suma, es posible inferir que los esfuerzos del Ins- es la Asociación de los Habitantes de Campinas do
tituto por considerar los saberes locales, traccionar Pirajá, que tiene página en Facebook con publica-
nuevos saberes transmitidos a través de capacitacio- ciones hasta el año 2019, donde se observan ofer-
nes y producir el efecto creativo e integrador de la tas de empleo, cursos de capacitación profesional
vida social reintroducen la convivencia con dignidad promovidos por el Servicio de Intermediación de
en lugares de extrema pobreza y desesperanza. Mano de Obra (SIMM), clases de capoeira, entre
otras actividades. La pandemia parece haber sus-
pendido su accionar.
115
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
La amplitud de las propuestas del Instituto demues- Esta dimensión se caracteriza por la mediación en un
tra la necesidad de interpelar la definición de PCI en ambiente de intercambio de saberes y desarrollo de
su sesgo antropológico, dado que está relacionada competencias en situaciones que se presentan como
con demandas articuladas a arbitrios que involucran definitorias de nuevas formas del hacer. La pandemia
racismo y desigualdad de género de herencia patriar- profundizó las desigualdades y el terreiro atravesó la
cal colonial. Interpelar el patrimonio con ese objeti- situación con creatividad. Mientras el hambre volvió a
vo implica una descolonización de los derechos. Lo asolar a la comunidad, el distanciamiento social exigió
anterior deriva en una ética del otro y, de ese modo, que se pensara sobre el uso de otras tecnologías de in-
una consciencia de los requerimientos que solicitan teracción. Unos pocos celulares garantizan el acceso a
los diferentes colectivos como conocimiento y hori- algunos de los alumnos de Oyá Educa y a las actividades
zontes históricos válidos (Segato, 2018: 13), algo que que forman parte de Oyá Criativa. La red de apoyo donó
el Instituto viene proponiendo, a pesar de las dificul- algunas tabletas, pero eso no resuelve la situación.
tades y los desafíos planteados por tales iniciativas.
Otro problema es el acceso a Internet, limitada por
Al no tener fines lucrativos, la institución depende del las formas de conexión ofrecidas en paquetes de da-
acceso a recursos logísticos, inversiones en infraestruc- tos, lo que restringe el uso y la capacidad de comunicar-
tura y herramientas tecnológicas, entre otros. Cuenta se. Se pensó entonces en crear una radio comunitaria
con la colaboración de artistas de renombre, pero no a partir del Instituto, que brindaría una posibilidad de
recibe ningún apoyo por parte del poder público, que comunicación más directa. Esta actividad de planifica-
intenta reproducir lógicas clientelares rechazadas por ción, implementación y mantenimiento de una radio fue
la comunidad y la coordinación en pro de intereses in- incluida en la agenda de actividades integradoras para
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
el año. De todos modos, la importante dimensión de la ciones educativas y culturales (escuelas, museos,
comunicación tropieza con un soporte técnico precario. universidades y fundaciones) con el objetivo de
El Instituto comprende el papel de la comunicación en la acercar saberes, sobre la premisa de que las dife-
construcción de nuevos marcos para la cultura, en parti- rentes comunidades educativas son capaces de
cular, el de la noción de PCI. entrelazar proyectos de inclusión social.89 Con la
pandemia, es destacable la adopción de la ense-
ñanza remota, a causa del distanciamiento social,
como ejemplo de readaptación de la metodología
4.6 Dimensión educativa presencial, y la planificación de medidas para en-
frentar las limitaciones estructurales y económicas
La dimensión educativa comprende una amplia gama de la realidad del lugar.
de relaciones caracterizadas por la circularidad del
intercambio de saberes de la pedagogía afrodescen- En cuanto a la accesibilidad a medios y recursos di-
diente establecidas por el proyecto Oyá Educa, cuyo gitales, aún es insuficiente. Existe un trabajo colabo-
objetivo es el trabajo conjunto entre espacios educati- rativo de la comunidad respecto del uso de teléfonos
vos formales y no formales. Dirigido a niños y jóvenes celulares, materiales de soporte y conversaciones
en edad escolar, el proyecto se basa en un hacer so- con las familias de los estudiantes. Podemos cons-
cioeducativo orientado hacia una formación integral tatar que el Instituto tiene pensado generar salidas
que une el arte, la cultura, la educación y el liderazgo. para enfrentar las adversidades impuestas por la
Es definido por las creadoras y por el equipo como el pandemia de COVID-19. La asociación con organis-
disparador de una pedagogía del afecto, de las relacio- mos públicos de gestión educativa es algo que aún
nes comunitarias y de la autonomía. Reconocido por debe fortalecerse frente al imaginario que recae so-
el lugar, el proyecto aboga por la ética del cuidado y bre la localidad y la región debido al prejuicio que
el fortalecimiento de vínculos sociales, espacios y for- sufren las madres de santo y la pedagogía adoptada
mas de convivencia, y funciona con clases de refuerzo por el Instituto. Lograr un avance en esa dirección
escolar contraturno utilizando las metodologías gene- redundaría en una comunicación más horizontal,
radas por mujeres, madres de santo, como alternati- teniendo en cuenta las tensiones que enfrenta el
va para el acceso y la permanencia en la escuela, así Instituto en el trato con los espacios de enseñanza
como para propuestas curriculares de diversidad cul- formales, y en experiencias pedagógicas abiertas a
tural.88 Incluye, además, el acompañamiento de los otras estructuras de pensamiento y concepciones de
profesores, profesoras y asistentes sociales como me- educación, dada la intolerancia religiosa con relación
diadores entre la familia y la escuela en la resolución a los terreiros, sumada a las discontinuidades en las
de problemas de aprendizaje y prejuicios. políticas educativas anteriores, en medio de la reali-
dad brasileña actual.
Otros mecanismos comprenden intercambios y
asociaciones, siempre que sea posible, con institu-
118
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 4
92 Un agradecimiento especial a Ialorixá Nívia, coordina- Giddens, A. (1995). A vida em uma sociedade pós-tra-
dora del Instituto Oyá, y a la comunidad del Barrio Pirajá por
su generosidad al compartir sus experiencias, conquistas y resi- dicional. En A. Giddens (Org.), Modernização reflexiva
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121
En la cocina / © Carlos Miguel Varona
CAPÍTULO 5
Patrimonio cultural
y desarrollo
integral: Cocina
tradicional entre
mujeres migrantes
afropacíficas en Cali,
Colombia
Autores:
Manuel Sevilla / Yurany Guevara Sotelo
<< Al Índice
123
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
124
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
El libro del que forma parte el presente capítulo plan- oportunidades y sus desafíos. En términos más am-
tea una pregunta central acerca de la relación entre plios, buscamos contribuir a la discusión acerca del
patrimonio cultural inmaterial (PCI) e inclusión social PCI como una instancia de agencia para actores so-
en América Latina y el Caribe. Por lo cual, amerita ex- ciales en un escenario culturalmente diverso, y de su
plorar algunos aspectos del papel que las prácticas potencial como campo de estudio para comprender
culinarias han jugado como alternativa para el desa- otras dinámicas de la vida política, cultural y econó-
rrollo integral de mujeres migrantes de la costa Pacífi- mica de cada país. Esto se vincula con lo propuesto
ca a la ciudad de Cali, en el suroccidente de Colombia. en el capítulo inicial del volumen, en términos de su-
marnos al análisis de las condiciones de sustentabili-
A partir de un concepto de agencia que integra los dad, participación e inclusión en contextos patrimo-
postulados de Anthony Giddens, Marilyn Strathern y niales situados, con especial atención a los desafíos
Norman Long, en este capítulo analizamos la expe- de la post-pandemia de COVID-19.
riencia de algunas mujeres que se han dedicado a la
venta de comida tradicional en la ciudad, de forma La primera sección del capítulo presenta algunos
independiente y también en el marco del Festival de aspectos conceptuales de referencia, la segunda
Música del Pacífico Petronio Álvarez. En concreto, se describe elementos del contexto para acercarse a la
presentan los logros que ellas han obtenido en tér- dinámica migratoria desde el Pacífico hacia Cali, las
minos de reconocimiento simbólico y —en menor siguientes tres secciones abordan casos de estudio y
medida— de réditos económicos, a la vez que se ha- los procesos de reconocimiento simbólico y réditos
cen evidentes los vacíos en cuanto a participación y económicos (analizados desde las dimensiones so-
algunas tensiones que se dan entre diversos actores cioeconómica y cultural que se presentaron en el mo-
del campo. El texto se deriva del trabajo colaborativo delo analítico del presente libro), junto con algunas
entre los autores y varias mujeres de la comunidad tensiones asociadas (donde pueden verse elementos
de migrantes, así como de una mirada amplia a las de las dimensiones territorial y socioambiental, po-
dinámicas del PCI en contextos urbanos en varios lítico-institucional, técnico-comunicacional y educa-
puntos de Colombia.94 tiva). Por último concluimos con algunas reflexiones
referidas a la pregunta central PCI-Inclusión Social.
El objetivo de este texto es posibilitar a los lectores
el acercamiento a un caso concreto (el sistema patri-
monial de las prácticas culinarias del Pacífico colom-
biano), en el cual el PCI aparece como una alternativa 2. Desarrollo integral,
para el desarrollo de un sector en particular, con sus agencia y patrimonio cultural
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
través de dos vías: una orientada a alcanzar el reco- social de intervenir en el mundo en el que vive y
nocimiento para todos los miembros (cada persona modificar el estado y las condiciones de vida.
o comunidad tiene derecho a ser reconocida como
un par dentro de la sociedad) y otra orientada a la La antropóloga Marilyn Strathern (1985), cuyo en-
redistribución del bien social que genera la sociedad foque hace énfasis en la necesidad de cualificar
(bienes, servicios, atención, seguridad, etc.). Un lus- esas capacidades desde sus particularidades cul-
tro después, Fraser (2001) dio continuidad a ese plan- turales, pues no son las mismas en todos los con-
teamiento poniendo de relieve lo que se había con- textos ni hay una sola noción de agencia.
figurado como una aparente incompatibilidad entre
ambas pretensiones: o se busca el reconocimiento o El sociólogo Norman Long (2001: 17) que plantea
se busca la redistribución, pero no las dos al mismo que la agencia precisa de instancias donde concre-
tiempo. En este sentido, la mencionada autora plan- tarse, específicamente redes sociales con “puntos
teó un modelo tripartito, donde el reconocimiento y nodales de interpretación e interacción”, en los
la redistribución van de la mano de la participación cuales se negocian los distintos significados de
de todos los sectores, en igualdad de condiciones, al eventos, acciones e ideas.
momento de tomar decisiones que inciden sobre la
vida de la sociedad. Cabe señalar que si bien esta perspectiva se centra en
la acción de actores sociales específicos (individuales o
En consideración de estos postulados, proponemos grupales), no desconoce los condicionantes estructura-
que el nivel de desarrollo integral de una sociedad se les presentes en cualquier escenario. De hecho, el inter-
puede determinar a partir del cumplimiento de esas cambio simbólico es un elemento central para todo el
aspiraciones. Un aspecto destacable de este enfo- análisis, y eso solo se puede dar a través de relaciones
que es que no establece dicotomías (desarrollado o sociales entre individuos, colectivos e instituciones.
no desarrollado) sino que permite pensar en grados
de desarrollo donde los distintos componentes su- Como enfatizan varios autores (Long, 2001; Zbikows-
man y donde no necesariamente las sociedades más ki, 2018), la construcción colectiva de sentidos se da a
afluentes están en el tope de la lista del desarrollo. través de tensiones entre estos actores y allí hay des-
Asimismo, también otorga un mayor protagonismo balances de poder que van cambiando con el tiempo
a la acción de los actores participantes, en especial debido, entre otras cuestiones, a la mayor agencia de
a aquellos en condición de subordinación; cuestión los miembros de la sociedad. En esta dirección, intere-
ponderada en los varios capítulos del presente libro. sa indagar hasta qué punto las prácticas de cocina tra-
Además, cabe destacar las múltiples experiencias en dicional del Pacífico en Cali (consideradas patrimonio
varias partes del mundo donde el patrimonio cultural cultural por sus comunidades portadoras y por otras
está en el corazón de reivindicaciones políticas (van en contacto con ellas) se constituyen en una instancia
Geert, Roigé, & Conget, 2016). Todo lo cual permite donde algunos actores sociales (en este caso, mujeres
introducir el siguiente concepto aplicado al caso de negras migrantes a la ciudad) han podido ejercer su
las cocinas tradicionales del Pacífico en Cali. agencia para transformar en mayor o menor grado el
entramado dentro del cual se desenvuelven.
El concepto de agencia al cual adscribimos se funda-
menta en lo desarrollado por tres referentes: En acuerdo Cano y Sevilla (en prensa), entendemos el
patrimonio cultural como un conjunto de formas cul-
El sociólogo Anthony Giddens (1984: 14), para turales de distinto orden (objetos, espacios naturales
quien la agencia es la capacidad que tiene un actor y construidos, prácticas y sistemas de ideas) y de re-
126
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
laciones sociales que las contienen, que son recono- 3. La migración del Pacífico a Cali
cidas por un sector de la sociedad como elementos
centrales para su historia y su identidad colectiva. La
escala del sector social que hace esa valoración pue- El Pacífico colombiano es un extenso territorio al oc-
de partir desde un pequeño grupo localizado (los ha- cidente del país, que se extiende de la frontera con
bitantes de un barrio) hasta una nación o, siguiendo Panamá (conocida como la subregión del Pacífico
las declaratorias de la UNESCO, la humanidad en su norte), hasta los límites con Ecuador (Pacífico sur).
conjunto. Por lo tanto, esta concepción se basa en la Una sección, la más presente en el imaginario de mu-
idea de que la condición de “patrimonio” se deriva chos colombianos, es la franja comprendida entre el
de un proceso de reconocimiento, de orden dinámi- ramal occidental de los Andes (conocida como Cor-
co y posible de generarse en el seno de diferentes dillera Occidental) y el océano. Otra, menos conoci-
instancias. Esta perspectiva se distancia con certeza da, está compuesta por una sección del valle del río
de la idea cuestionable (y desafortunadamente muy Cauca al sur de la ciudad de Cali y por el valle del río
extendida) que identifica sólo al patrimonio cultural Patía al sur de la ciudad de Popayán, en ruta hacia
que está consignado en listas oficiales o que goza del la frontera ecuatoriana (Pacífico interandino). Esta
reconocimiento de cuerpos legislativos nacionales y vasta región es el hogar de numerosas comunidades
entes administrativos regionales. En este sentido re- campesinas negras que en su mayoría trabajan como
ferimos a lo indicado en el inicio del presente libro, agricultores y pescadores de los ríos vecinos y del
donde enfatizamos en la necesidad de leer el PCI mar, también como asalariados y pequeños comer-
desde la perspectiva de grupos subalternos. Lo aquí ciantes en los puntos semirurales.
planteado es importante para el presente análisis
porque, si bien las cocinas tradicionales del Pacífico En un texto ya clásico, Arboleda (1998) describe a la
colombiano no están inscritas en la Lista Represen- franja costera como un territorio diverso y rico en re-
tativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Na- cursos ambientales, con un gran potencial de desa-
ción, sí gozan del reconocimiento de distintos grupos rrollo de líneas productivas. Sin embargo, en la región
como su patrimonio cultural. De hecho, el papel de han primado el abandono estatal en cuanto a la in-
las cocineras migrantes a ciudades como Cali ha sido fraestructura básica de conectividad y servicios públi-
fundamental para la creciente valoración de este sis- cos, y una lógica de explotación de recursos naturales
tema cultural.95 por parte de empresas nacionales y extranjeras que no
siempre ha beneficiado a los lugareños. El resultado
es un largo historial de altos índices de marginalidad
(salud, educación, empleabilidad), problemáticas
95 Además del sistema de reconocimiento desde el Ejecu- ambientales y distintas formas de violencia armada
tivo (Ministerio de Cultura y sus equivalentes locales), existe en
Colombia el reconocimiento de patrimonio cultural a través de
que a la fecha siguen diezmando a la población local.
leyes de la República (emitidas por el Congreso) y de actos ad- Estas dificultades provocaron que muchas personas
ministrativos regionales (emitidos por asambleas departamen- decidieran migrar en busca de mejores oportunidades
tales y concejos municipales). En este último, hay profusión de
declaratorias de prácticas y saberes culinarios, como las almo- hacia las zonas de Bogotá, Medellín y Cali (Meertens,
jábanas y garullas del municipio de Soacha (Cundinamarca) y el Viveros, & Arango, 2008). Esta última, lindante al sur de
pan de arroz del departamento del Meta. El impacto alcanzado
un valle fértil y con una expansión agroindustrial des-
por estas declaratorias para el desarrollo integral de sus comu-
nidades portadoras es un tema de estudio pendiente por desa- de mediados del siglo XX, se constituyó en el epicentro
rrollar en profundidad y tiene el potencial de ampliar la discu- receptor de flujos migratorios de toda Colombia, entre
sión acerca del uso que hacen distintos sectores de las mismas
herramientas de parametrización de la cultura, tan criticadas en los cuales se encontraron en mayor medida la pobla-
los estudios sobre patrimonio cultural. ción negra procedente de distintos puntos del Pacífico.
127
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
La dinámica migratoria incidió de manera drástica en Posso (2008) menciona —para migrantes del Pacífico
la composición étnica de la ciudad, a juzgar por los en Cali que se insertan en el servicio doméstico— que
datos del Censo del 2005 que muestran que la cuarta las mujeres enfrentan situaciones en las que están en
parte de los migrantes a Cali son afrodescendientes desventaja por la invalidación que sus empleadores
(25,4% en los migrantes recientes y 26,1% en los de hacen de sus costumbres y por las relaciones de po-
toda la vida). Estudios más actuales, como el de Urrea, der en las que están inmersas, merced a lo cual termi-
Botero y Hernández (2018), confirman que Cali sigue nan por aceptar situaciones de desigualdad y discri-
siendo el epicentro urbano más importante de afroco- minación. A estas presiones se suman las tensiones
lombianos en el país (al menos en términos demográ- familiares que se derivan de la opción de migrar y las
ficos) y que a la presencia de población con orígenes dificultades propias del proceso de asentamiento en
y ascendencia en todos los municipios del Pacífico un escenario que suele ser hostil. Al respecto, algu-
(incluyendo la zona interandina), se suma la de otros nos testimonios recopilados en nuestra indagación:
grupos provenientes del Urabá antioqueño (frontera
con Panamá, sobre el Caribe), distintos puntos de la Mi mamá me dice que soy una boba por haberme
región Caribe y al archipiélago colombiano de San An- venido (…) a pasar necesidad (…), acá estoy donde
drés y Providencia (en frontera con Jamaica). unos familiares, pero acá me enflaqué y si mi familia
en Chocó me ve así, se enojan (…) yo en realidad vine
Es importante precisar que los proyectos migratorios persiguiendo a un hombre, pero ya no es nada mío (…)
desde el Pacífico hacia distintos puntos del interior en diciembre me pienso devolver. (CM, comunicación
del país han sido diversos en cuanto a su grado de personal, 1 de septiembre de 2018)
estructuración, sus motivaciones y los recursos invo-
lucrados dentro de las comunidades de llegada (de Yo llegué de Buenaventura y vine buscando mejores
hecho, uno de los casos que referenciaremos más oportunidades y una mejor vida desde lo económico. Pri-
adelante es el de una maestra que logró establecerse mero llegó mi esposo acá. (…) Yo creo que en Cali todo es
en Cali en condiciones superiores a las del promedio, más caro, es que usted allá no se tiene que preocupar por
a partir de las cuales pudo consolidar una iniciativa el arriendo, allá usted consigue lugares muy baratos, e2n
como empresaria de la cocina del Pacífico). cambio el arriendo acá es muy caro (…) yo no he podido
cumplir lo de tener mi casa propia. (MV, comunicación
Llegado a este punto y a los fines de evitar ciertas personal, 16 de febrero de 2019)
generalizaciones sin fundamentos, cabe realizar un
comentario sobre las mujeres migrantes que encon- Yo no soy del Pacífico, pero mis papás si son de allá, los
traron en el servicio doméstico, y eventualmente la dos son del Chocó, y yo nací en Pereira. Mis papás mi-
cocina, una de las pocas opciones para garantizar su graron del Chocó por la guerra porque había llegado
sostenimiento económico en los nuevos destinos. la guerrilla allá. Pero yo estuve viviendo en un tiempo
Como lo fuera planteado por algunos autores, exis- en Chocó y si vi mucha pobreza, y luego si llegué acá
ten tendencias observables respecto a la relación (…) aunque aquí por el barrio también hay mucha vio-
entre el género, la raza-etnia y este tipo de trabajos. lencia, usted no puede salir a la calle porque lo roban
Bonilla y Rodríguez (2013) encontraron que los em- hasta en la propia casa lo roban. (YC, comunicación
pleos predominantes para las mujeres negras —asen- personal, 23 de febrero de 2019)
tadas en Barranquilla y Cartagena— eran el servicio
doméstico, el cuidado de niños y adultos mayores, Si bien algunas mujeres que migraron del Pacífico
mientras que los hombres ocuparon cargos relacio- a Cali manifiestan que en la ciudad hay situaciones
nados con la vigilancia y la albañilería. Por otro lado, que no las hacen sentir conformes (incluyendo altos
128
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
niveles de inseguridad), es claro que para una signi- del departamento del Cauca) para asentarse en Cali
ficativa cantidad de ellas la vida en el nuevo espacio en el año 1995. Después de trabajar durante dieciséis
es mucho más segura que en el Pacífico y el retorno años como asalariada en posiciones como empleada
a sus localidades de nacimiento y origen no es una doméstica, ayudante de cocina y operaria, se estable-
opción que consideren. Desde el punto de vista de ce como cocinera independiente (y, eventualmente,
lo denominado en el modelo analítico como dimen- como pequeña empresaria) a partir de la sugerencia
sión territorial y/o socioambiental, vemos entonces de varios conocidos de su red de apoyo en Cali.
la construcción de un territorio propio para las mu-
jeres migrantes, donde el PCI en sus distintas formas En la actualidad, es la dueña de un restaurante en
ha jugado un papel muy importante para su consoli- Cali —“Delicias Timbiquereñas”— donde asume el rol
dación. Sistemas de ideas y prácticas como los ritua- de cocinera principal y emplea a tres mujeres migran-
les funerarios adaptados al contexto urbano (Cano, tes del Pacífico (varía el número en positivo, según la
2018), las músicas tradicionales (Sevilla & Cano, temporada), que la ayudan en distintas labores. El
2020) y las prácticas culinarias que aquí abordamos restaurante está ubicado en el barrio los Naranjos II,
han sido instancias a través de las cuales muchos dentro del Distrito de Aguablanca, un populoso sec-
migrantes (y las mujeres, en particular) han logrado tor al oriente de la ciudad que se estableció en buena
constituir ese nuevo territorio. Veremos a continua- medida gracias a la llegada de migrantes del Pacífico.
ción algunas de las dinámicas en torno a la cocina Delicias Timbiquereñas funciona de lunes a viernes
del Pacífico como una de las opciones (con múltiples desde las 19:00 horas hasta la media noche, y los fi-
aristas) para ocupar y dar forma este nuevo territorio. nes de semana extiende su horario y abre en horario
matutino a las 11:00 horas.
129
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
atiende pedidos a domicilio y vende bebidas tradi- mujeres, es un riesgo (…). Pero en este negocio hay
cionales del Pacífico que ella también elabora y que gente que le ha ido muy bien, como Raquel Riascos o
en general son preparaciones a partir del viche (un William Usuriaga, son personas que migraron del Pa-
destilado de caña tradicional de la región). cífico a Cali (…). Ellos no sabían cocinar tanto, alguien
les enseñó, pero les ha ido muy bien y a ellos si los co-
Lida y su familia (cuatro personas) viven en una casa nocen mucho en Cali. (HV, comunicación personal, 13
de alquiler que tiene dos niveles. Durante varios años de marzo de 2017).
le dieron al primer nivel el uso combinado de espacio
de residencia y restaurante, y aprovechaban el espa- Además de rasgos de su personalidad, un poco más
cio del patio, la sala y el estacionamiento para servir introvertida que Lida y Maura, el desinterés de Hanna
a los comensales. En la actualidad, la familia se aloja respecto a participar en eventos y festivales gastro-
en el segundo nivel, destinando el primero exclusiva- nómicos también puede evidenciar su percepción
mente al negocio. Hay tres salones con mesas y sillas, sobre la culinaria del Pacífico como un ámbito com-
y una cocina con dos estufas, una freidora industrial a petitivo en el que hay obstáculos a nivel económico
gas, dos mesones de acero inoxidable, un mesón de y a nivel social para lograr constituirse como una co-
cerámica, un lavaplatos, una nevera y un congelador cinera reconocida, con un negocio exitoso y visibili-
horizontal industrial. Los clientes son personas que dad en la ciudad. En el ámbito público de la cocina
viven en el barrio los Naranjos II y en barrios aleda- del Pacífico —sobre todo en eventos culturales— hay
ños, y gracias a los pedidos a domicilio, Lida cuenta una serie de reglamentos y restricciones para poder
hoy con una clientela extendida por distintos puntos participar y, en la perspectiva de Hanna, no todas las
de la ciudad. cocineras que son asalariadas, cuenta propia, peque-
ñas empresarias o empresarias en Cali tienen las mis-
El segundo caso es el de Hanna, una cocinera empí- mas posibilidades para hacerlo.
rica de 50 años que llegó a Cali hace 23 años, prove-
niente de Buenaventura (el más importante puerto Sin embargo, esta postura contrasta con la del tercer
de Colombia sobre el Pacífico y puerta de entrada a la caso, Maura Orejuela de Caldas, una cocinera recono-
región para muchos migrantes que vienen del litoral cida, con antigüedad y autoridad en el oficio de la co-
por vía marítima). Al igual que Lida, trabaja como pe- cina del Pacífico. La maestra Maura, como es llamada
queña empresaria y se dedica exclusivamente a ha- por muchas personas, nació en 1938 en el municipio
cer preparaciones en su restaurante “Hanna del Mar”, de Guapi (una población ribereña del departamento
con una oferta similar y con un amplio reconocimien- del Cauca, cercana a Timbiquí, de donde es oriun-
to por parte de sus clientes. Sin embargo, a diferencia da Lida) y se estableció en Cali a finales de los años
del caso anterior, Hanna no participa en festivales ni sesenta. A diferencia de Lida y Hanna, al llegar a la
hace comidas para eventos. Al respecto, expresó: ciudad Maura contaba con un título como maestra
graduada en metodología y pedagogía en educación,
Al llegar a Cali trabajé manejando maquinaria de con- lo cual conjuntamente con su personalidad extrover-
fección, luego me aburrí y una amiga me consiguió un tida fue clave para su desempeño en el nuevo con-
trabajo en la cevichera Guapi que la dueña es Raquel texto. Así narró hace ya varios años su gestión para
Riascos porque yo sabía alguito de cocina. Ya después conseguir un nombramiento como maestra:
quise poner mi propio restaurante. Hay unos días que
me va muy bien y otros días que no (…). Yo no tengo el Alguna vez, estando en la gobernación, yo quise en-
dinero como para darme a conocer en otros lugares y a trar a hablar con el gobernador y la secretaria me dijo
mí me da miedo que no me vaya tan bien como a otras “usted no puede entrar sin pedir audiencia”, y yo le
130
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
respondí “¿qué audiencia?” así, con mi voz fuerte. El nozco, pero lo que sí le digo es que usted tiene que ali-
gobernador se asomó y preguntó “¿qué le pasa a la mentar mejor a su marido (risas). (Orejuela, 2013)
señora y yo le dije’” y yo le respondí “señora no, se-
ñorita así se demore un rato”. Entonces me hizo entrar Luego de tres décadas de funcionamiento, el restau-
y me preguntó que quién me recomendaba, y le dije rante cerró sus puertas en 2001, pero su dueña dio el
“me recomiendo yo, nadie me conoce, pero tengo este paso a una nueva etapa como figura de referencia en
diploma y este libro que me califican como la mejor el campo. Hoy en día goza de una amplia presencia en
voz del Pacífico” (…). Y él se rió y dijo: “bueno, usted medios de comunicación, y es contratada para partici-
se me canta dos canciones y si me gustan la nombro”. par y enseñar en eventos y conversatorios nacionales
Y yo le dije “¡Ay! para lo que no hay pereza” y le canté e internacionales sobre la cocina del Pacífico.
una juga y después un bolero, y luego hablamos con la
alcaldía para arreglar lo de mi nombramiento y listo, En síntesis, si bien estos tres perfiles de mujeres son
me nombraron profesora. (Orejuela, 2013)99 distintos, tienen en común haber podido concretar
sus iniciativas de hacer empresa en torno a la cocina
En 1968 Maura inició su propio restaurante, “Secre- de su región. Así narradas, y desde el punto de vista
tos del Mar”, en un momento en el que la cocina del de lo que llamamos la dimensión socioeconómica,
Pacífico en Cali era aún vista con cierta distancia. La sus historias parecen confirmar una primera hipóte-
maestra contaba ya con trayectoria entre sus coterrá- sis referida al PCI (en este caso, el sistema de sabe-
neos de la colonia de migrantes de Guapi, y esa ex- res culinarios del Pacífico sur y todo el entramado de
periencia fue crucial para la exploración de nuevos valores que va asociado) como una instancia donde
nichos de clientes. un sector de la sociedad (mujeres migrantes del Pací-
fico) ejercen su agencia para incidir sobre el mejora-
El día que hice la inauguración me hice una ollada de miento de sus condiciones de vida desde el punto de
ceviche de Guapi con camarón. ¡Y vendí todo el cevi- vista económico (que, en términos de Fraser (2001),
che a mil pesos! Entonces amanecí con plata y con eso sería un paso en la dirección de la redistribución).
di la cuota inicial de un congelador. El segundo día o el Seguidamente analizaremos qué sucede con el reco-
tercero hice sancocho de pescado, pero la gente que- nocimiento y cualificaremos esta lectura inicial para
daba aterrada “¡Ayy pero no se me vaya a meter una comprender algunas variantes que pueden darse
espina, ayy que no me vaya a intoxicar” y todo eso. Me e, igual de importante, comprender la relación con
acuerdo [de] que entre los buenos clientes había un otros actores que entran en juego.
señor que iba siempre a comer con una amiga, y un día
fue pero con la esposa que estaba pipona (en embara-
zo) y el señor le dice a la esposa “coma sancocho que
me han dicho que el sancocho de aquí es muy bueno”. 4.2 El secreto del reconocimiento
La esposa se quedó mirándolo y le dijo con sospecha
“pero usted habla con mucha seguridad” y me miró.
Yo de una le dije “vea señora, yo a este señor no lo co- Lida reconoce que la actividad de generación de in-
gresos que realiza como pequeña empresaria tam-
bién le ha permitido adquirir mayor reconocimiento
social, algo que se da por diversos factores, entre los
99 Entrevista realizada por Manuel Sevilla, 20 de septiem- cuales se encuentra la construcción de un imaginario
bre de 2013. Encuentro de Investigación sobre Músicas Tradicio-
nales del Pacífico Sur, Festival de Música del Pacífico Petronio hacia las cocineras como “sabedoras y portadoras de
Álvarez, Cali. un saber ancestral secreto” y el paulatino surgimien-
131
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
to de una plataforma institucional desde la cual se tas personas sabedoras los conocimientos empíricos
exalta esa figura y los distintos elementos del siste- se enseñan en el hacer. Esta forma de enseñanza que
ma patrimonial asociado (los saberes culinarios, las no se basa en el lenguaje verbal sino en procesos de
prácticas de preparación y cierta mística que lo vin- tiempo, paciencia y práctica es lo que los otros le lla-
culan a otras formas culturales del Pacífico como las man su secreto, y es justo lo que da autoridad y en
músicas tradicionales y la tradición oral). lo que reposa la condición de expertos o sabedores.
Cabe señalar que, este último término es de uso fre-
En cuanto a lo primero, evocamos a Sennett (2009) cuente en Colombia para referirse a los portadores
respecto a su concepto del secreto del artesano, con de tradiciones patrimoniales.
el cual explica cómo algunos conocimientos no pue-
den ser aprendidos por medio de un manual. En el En el caso de las cocineras del Pacífico en Cali, ve-
caso de algunos oficios, serán las personas expertas y mos que su reconocimiento como sabedoras radi-
con conocimientos específicos quienes podrán trans- ca, entre otras, en el reforzamiento de esa dinámica
mitir una habilidad no por medio de instrucciones donde se hace evidente la experticia a través de los
verbales sino permitiéndoles observar y practicar a platos, pero no se puede conocer el secreto, al me-
sus aprendices. Sin embargo, el secreto del artesano nos no por parte de las personas ajenas a su círculo
se basa en que no les explicará a sus aprendices un más íntimo. Esta dinámica se observa de forma cla-
paso a paso de cómo realizar su oficio, pues para es- ra y constante en espacios de alta visibilidad como
132
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
el Festival Petronio Álvarez (del cual hablaremos dad, y el principal es el Festival de Música del Pacífico
más adelante), donde la no verbalización de sus co- Petronio Álvarez. Este es un evento que se realiza en
nocimientos ha permitido que su oficio y sus nom- el mes de agosto en Cali desde 1997, y que surgió en
bres como cocineras sean más llamativos y generen torno a la interpretación de músicas tradicionales de
curiosidad entre los asistentes. Una pregunta infal- comunidades afrodescendientes asentadas en dis-
table por parte de los periodistas y los comensales tintos puntos del Pacífico colombiano y ecuatoriano.
en el Festival es “¿Cuál es su secreto en las prepara- Además del concurso musical (el eje del evento), la
ciones?”, ante lo cual la mayoría de cocineras res- programación incluye la exhibición de comidas y be-
ponden con una sonrisa y con una frase recurrente bidas tradicionales, artesanías, vestuario y produc-
“No se puede revelar”.100 tos de belleza, semilleros musicales de niños, y una
agenda académica donde se discuten aspectos cul-
En este sentido, mostrar la cocina del Pacífico como turales de la región. Los costos de producción se fi-
un secreto de las mujeres que solo ellas conocen y nancian en buena medida a través de fondos del mu-
no revelan, se ha convertido en parte de un discur- nicipio, con una fracción a cargo de patrocinadores
so que utilizan algunas cocineras, sumado a la per- privados, el Ministerio de Cultura, organismos como
formance que realizan respecto al uso del vestuario, la Organización Internacional para las Migraciones
los nombres sexualizados que les ponen a algunas (OIM), y una cuota de inscripción que pagan los expo-
de las preparaciones y el cocinar acompañado de un sitores de cocinas, bebidas y artesanías.101
canto. Ahora bien, estos son recursos que solo uti-
lizan las cocineras más reconocidas, con mayor an- En el ámbito público, identificamos que la experti-
tigüedad en el medio y con presencia constante en cia en la cocina no trae consigo el establecimiento
eventos y conversatorios sobre la cocina. Las demás de su autoridad y el reconocimiento como sabedora
cocineras, aquellas que están fuera de las cámaras, o experta de forma automática. Un factor adicional
las que no son entrevistadas y que aún no gozan del de peso es la trayectoria de la participación de la sa-
mismo estatus (así conozcan el secreto), no hacen bedora en espacios de visibilidad como la muestra
uso de estos recursos, como ocurre con las ayudan- gastronómica del Petronio (establecida en 2008), y
tes de cocina de Lida. Desde la dimensión analítica allí se identifican otros elementos que se ponen en
cultural puede reconocerse aquí un constructo sim- juego. De forma muy resumida, el proceso de ins-
bólico al cual adscriben muchas mujeres (a pesar del cripción y participación se rige por el Reglamento
mencionado diferencial) y del cual participan otros para la inscripción a la muestra de industria cultural
actores, fundamentales para el reconocimiento des- en el marco del Festival de Música del Pacífico Pe-
de una nueva perspectiva (son ahora las sabedoras, tronio Álvarez, y se divide en seis etapas: (a) Convo-
las maestras tradicionales). catoria, (b) Inscripciones, (c) Selección de jurados,
(d) Selección de aspirantes para la muestra de la in-
Un segundo factor para el creciente reconocimiento
está asociado a la aparición y posicionamiento de
espacios donde la cocina del Pacífico goza de visibili- 101 Algunos apartes de esta descripción del festival y de la
sección conceptual aparecen en Sevilla y Cano (2020). Los lec-
tores interesados podrán encontrar allí un análisis acerca del
papel del Petronio como una instancia de agencia para los mú-
sicos del Pacífico colombiano. El caso es interesante porque, a
100 Esto contrasta con el hecho comprobable de que la cu- diferencia de las cocinas de la región, algunas de las músicas
linaria es una práctica cotidiana que está directamente relacio- tradicionales que allí se interpretan sí cuentan con reconoci-
nada con el ámbito doméstico y, como tal, tiene un aprendizaje miento oficial como patrimonio cultural por parte del Ministerio
de libre acceso, sobre todo para las mujeres. de Cultura, del Congreso de la República y de la UNESCO.
133
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
dustria cultural, (e) Publicación de resultados y (f) 600.000 pesos (USD 170) por el derecho al puesto.103
Socialización del reglamento interno de la muestra
de industria cultural.102 La complejidad del proceso de selección y partici-
pación tiene varias lecturas. Por una parte, es una
Las personas interesadas en la muestra de cocinas tie- restricción para cocineras del Pacífico que no cuen-
nen dos días específicos para llevar la documentación ten con los recursos económicos necesarios y ciertos
a la Secretaría de Cultura, y de allí se escogen las pri- conocimientos sobre normas de manufactura, salu-
meras ciento veinte inscripciones que reúnan los re- bridad y emplatado propios de la industria gastronó-
quisitos. Viene luego una nueva selección de sesenta mica. Estos conocimientos son ajenos a lo que se en-
participantes por la ciudad de Cali y quince participan- tiende por saberes tradicionales y quizás explique la
tes que residan en las distintas subregiones del Pacífi- reticencia de personas como Hanna a participar del
co (estos últimos son seleccionados por la Federación proceso. Por otro lado, es la fórmula más refinada a
de Colonias del Pacífico Colombiano, con sede en Cali). la que se ha llegado para administrar un espacio pú-
blico que es privilegiado pero limitado para acoger a
La evaluación para escoger a los participantes defi- todos los aspirantes. Finalmente, y en especial en lo
nitivos de la modalidad de cocina se realiza durante relacionado con la salubridad, es una ruta obligada
tres días en las instalaciones de una escuela gastro- para garantizar la salud de los comensales, cuestión
nómica de la ciudad y se evalúan 40 expositores por que establece la normativa nacional del ramo. Con
día. Los participantes deben de llevar como máximo todo, el efecto final es la interpretación generaliza-
cinco platos y los criterios de selección que utilizan da de que quienes acceden al Petronio son un grupo
los evaluadores son: selecto de mujeres que son reconocidas como coci-
neras tradicionales con autoridad, y como sabedoras
Tradición oral e identificación de los productos del que guardan el secreto del patrimonio culinario del
Pacífico Pacífico colombiano.
Creatividad e innovación
102 En este reglamento se le denomina Muestra de Industria 103 Los datos que aquí damos, incluyendo la del costo de
Cultural a las exposiciones de productos materiales que se elabo- la cuota, corresponden al reglamento de la edición del 2019. En
ran y venden por parte de personas que son seleccionadas en las 2020 el Petronio se realizó de forma virtual debido a la pandemia
muestras de cocina, bebidas autóctonas, artesanías y estética. de COVID-19.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
ternacional y se realizaron 19 publicaciones. Gracias a tronómicos, los comensales y los turistas interesados
esta Política, que contó con una inversión superior a en el mercado étnico-gastronómico. Desde la pers-
$7.000 millones ($7.017.473.365), se rescataron y pro- pectiva técnico-comunicacional, resaltamos que hay
movieron los diversos saberes y sabores de la cocina un creciente uso de redes sociales por parte de las
tradicional a lo largo y ancho del territorio colombia- cocineras (o, más exactamente, de miembros de su
no. (Ministerio de Cultura de Colombia, 2018) familia o colectivos estudiantiles de apoyo) para visi-
bilizar su oferta. En tiempos del Petronio esto ya co-
A nivel estatal, el oficio de la cocina ha sido proyectado bra mucha relevancia y se espera que en un contexto
como un ámbito de alcance que está incluido en la Po- post-pandemia sea una de las nuevas alternativas de
lítica de Turismo Cultural (cuyo subtítulo es “Identidad comercialización de los productos y servicios.104 Pero
y desarrollo competitivo del patrimonio”), la Política cabe la pregunta respecto al nivel de interlocución
para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Material que efectivamente tienen las portadoras de tradición
e Inmaterial, la recientemente promulgada Política en estas instancias, más allá de ser el foco de aten-
Integral de la Economía Naranja, y la Política para el ción y frecuente exaltación (o, incluso, exotización).
Conocimiento, la Salvaguardia y el Fomento de la Ali-
mentación y las Cocinas Tradicionales en Colombia, Para el caso del Festival Petronio Álvarez, los expo-
promulgada en 2012. Esta última combina en su mi- sitores de comidas y bebidas tradicionales cuentan
sión el reconocimiento de las tradiciones culinarias y el con representantes en el comité conceptual del even-
interés de generar emprendimientos para las comuni- to, y allí ejercen de forma muy activa su derecho a voz
dades y atraer a turistas. A continuación, un apartado: y voto. En cuanto a otros espacios como el Congreso,
los ministerios al frente de los asuntos relacionados
Los emprendimientos productivos comunitarios y fami- con turismo e industria cultural, las secretarías loca-
liares de producción y venta de comidas tradicionales, les de cultura y demás entes donde se toman decisio-
en el marco del turismo comunitario y culturalmente nes que inciden sobre estas dinámicas, es algo que
responsable, pueden ser una alternativa complementa- aún está por verse en unas dimensiones acordes con
ria a la generación de ingresos y al bienestar de las co- el potencial de este sistema patrimonial. En clave de
munidades. En este sentido, la Política debe favorecer nuestro modelo analítico, desde la dimensión políti-
las empresas familiares y comunitarias de comidas en co-institucional observamos el surgimiento de políti-
el marco de iniciativas de turismo, favorecer el mercado cas públicas situadas para el contexto y el desarrollo
justo de productos alimenticios tradicionales y llamar inicial de una plataforma de intercambio de saberes.
la atención sobre la eliminación de barreras cultural o Sin embargo, es claro que rige todavía una lógica
socialmente inconvenientes para la producción y venta donde las cocineras deben ajustarse a normativas
popular de alimentos tradicionales. (Ministerio de Cul- que no son las tradicionales sino las impuestas por
tura de Colombia, 2012) el evento, y allí surgen tensiones que están en mora
136
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
de ser resueltas. Al respecto, hay indicios que permi- último es literal, porque algunos hemos sido comen-
ten ser optimistas, como la creciente participación en sales y otros ayudantes en varios momentos). Lo que
la agenda pública de cultura regional y nacional de allí aprendimos y en parte presentamos en nuestro
mujeres jóvenes con vocación de liderazgo, conoci- escrito, permite afirmar que, en efecto, el patrimonio
miento de las tradiciones y formación académica su- cultural culinario de las comunidades del Pacífico co-
ficiente para mantener una interlocución horizontal lombiano —en su enorme complejidad y riqueza— se
con diversas instituciones públicas y privadas de ad- constituye en una instancia donde muchas de estas
ministración de la cultura, el turismo y otros ámbitos mujeres pueden ejercer agencia e incidir de forma
afines. Asimismo, encontramos la paulatina apertura positiva en sus condiciones de vida.
de espacios de educación formal que incluyen dentro
de sus currículos las formas propias de la cocina del La cocina tradicional ha posibilitado a un buen nú-
Pacífico, pero que respetan muchos de sus elemen- mero de mujeres lograr un ritmo de generación de
tos centrales (incluyendo sus dinámicas de transmi- ingresos derivados, que son su principal medio de
sión de conocimiento) y son plataforma para la pro- sustento (como ocurre con Lida y Hanna) o un com-
yección de las portadoras de saberes tradicionales plemento significativo (como ocurre con las ayudan-
hacia nuevas audiencias y espacios.105 tes de temporada y con decenas de expositoras que
participan en espacios de comercialización de comi-
da como la muestra gastronómica del Festival Petro-
5. Reflexiones finales nio Álvarez). Igualmente, han logrado posicionarse
como portadoras de saberes tradicionales y como
depositarias/guardianas de secretos ancestrales, lo
Durante los últimos cinco años, quienes escribimos que les ha merecido el reconocimiento por parte de
este capítulo seguimos los trayectos de varias muje- distintos sectores de la sociedad local y nacional (es
res migrantes del Pacífico a la ciudad de Cali (Colom- el caso de Maura de Caldas). Los avances en ambas
bia), dedicadas a la práctica de la cocina tradicional dimensiones, identificados por Nancy Fraser (1995,
de su región. Esta actividad se plasmó a través de 2001) como fundamentales en un tránsito hacia la
conversaciones espontáneas, entrevistas formales, y atención de las injusticias que aquejan las socieda-
la observación respetuosa de sus dinámicas de tra- des contemporáneas, no han sido otorgados por
bajo desde ambos lados del mesón de la cocina (esto orden de terceros. Los mismos son resultado de de-
cisiones y procesos personales y de grupo, que in-
cluyen la construcción de un imaginario en torno a
la figura de la sabedora del Pacífico, y la exploración
105 Entre las líderes jóvenes están Milady Garcés, Nidia y adaptación de formas de hacer empresa, donde se
Góngora (proceso de salvaguardia de los saberes de las bebi-
das tradicionales del Pacífico), y Liceth Quiñones (proceso de
incorporan recursos propios y se negocia con otros
salvaguardia de los saberes de la partería tradicional afro). Si actores del campo, en una dinámica de tensiones
bien no están conectadas de forma directa con la práctica de permanente. Esto, en clave de los postulados de Nor-
cocinas, sí integran redes afines y mantienen una mirada amplia
hacia el patrimonio cultural y su potencial como instancia para man Long (2001), demuestra cómo muchas cocineras
el desarrollo integral. En cuanto a las instituciones de educa- tradicionales del Pacífico en Cali ejercen su agencia a
ción formal, resaltamos la Escuela de la Cultura Gastronómica
través de la hábil apropiación de las lógicas de atri-
del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), y el recientemente
creado Programa de Pregrado en Gastronomía y Artes Culina- bución de sentido a formas culturales que, al estar
rias de la Pontificia Universidad Javeriana, ambos en la ciudad expuestas en el contexto urbano, pueden tomar muy
de Cali. Desde la dimensión educativa, esto último puede leerse
como un paso hacia la construcción de plataformas de encuen- diversos rumbos. No obstante, las cocineras han lo-
tro y transmisión de saberes más equitativos. grado una dirección que las fortalece.
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139
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 5
Van Geert, F., Roigé, X., & Conget, L., (Eds). (2016).
Usos políticos del patrimonio cultural. Barcelona: Pu-
blicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
140
Yunta “los dálmata” jala productos agrícolas / © Giselle Chang Vargas
141
CAPÍTULO 6
Agencia para
la inclusión del
PCI: análisis
multidimensional
de la tradición del
boyeo en Costa Rica
Autores:
Giselle Chang Vargas / Celia Barrantes Jiménez
<< Al Índice
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
mientras en el segundo, el proceso de patrimoniali- El diálogo entre saberes de distintos ámbitos —llá-
zación —en que el protagonismo se centra en el gru- mense lenguaje, artes, rituales, conocimientos rela-
po de portadores—, la vitalidad y la transmisión entre cionados con la naturaleza y el universo— requiere
generaciones de la comunidad. destrezas diferentes, que se han logrado en la con-
vivencia en que se construye el valor de los conoci-
Para operativizar la noción de PCI es relevante el con- mientos tradicionales y se reconoce el aporte del tra-
cepto de ecología de saberes, cuya premisa parte de bajo de la otredad.
la “idea de una diversidad epistemológica del mun-
do, el reconocimiento de la existencia de una plura- No es extraño que, en esta confluencia de diversos
lidad de conocimientos, más allá del conocimiento saberes, el PCI sea un espacio social atractivo, una
científico” (Santos, 2010: 50). Desde esta perspecti- suerte de arena donde emergen necesidades y se so-
va, los conocimientos y las ignorancias interactúan mete a prueba al poder agencial. En este escenario,
y se entrecruzan. Los conocimientos se conciben distintos actores muestran su habilidad para la ac-
como prácticas de saberes, entonces para recuperar ción. Sin embargo, para que la intervención sobre un
las experiencias cognitivas, es necesario hacer una bien del PCI sea sostenible no debe centrarse en las
traducción intercultural. En este sentido, del PCI de mediaciones externas, desde la perspectiva del técni-
las diversas comunidades podemos aprehender las co o el político. Vale tomar la idea de Ventosa (2011)
prácticas culinarias, medicinales, apreciar la cosmo- de distinguir intervencionismo de una intervención
visión de aquellas que han sido excluidas por una su- sociocultural; ésta última propicia la animación del
puesta carencia de conocimiento. Este tema ha sido PCI basada en una gestión desarrollada a través de
desarrollado por otros investigadores, como Arturo un proceso que incluye la organización, reflexión,
Escobar (2009), quien apela por descolonizar el pen- toma de decisiones consensuadas y la implicación
samiento para seguir otras rutas de reflexión y prác- de la comunidad portadora.
tica que conduzcan a colocar la mirada en las comu-
nidades locales. Esta forma de actuación es, por tanto, inclusiva y
respetuosa de la diversidad cultural, procura que la
Desde esta perspectiva, el conocimiento se cons- salvaguarda busque espacios de concertación que
truye desde ópticas diversas basadas en la com- estructuren una gobernabilidad sobre el territorio
prensión del contexto, donde la historia constituye asociada a la búsqueda del bienestar individual y
el presente. En esta dirección, el reto se centra en colectivo, con formas propias de hacer y vivir (Yory,
construir desde la academia una etnografía con los 2016), que se ponen en común a través del diálogo
sectores subalternos de la sociedad, cuyo patrimo- intercultural, redes de colaboración y optimización
nio biocultural ha sido ignorado o apropiado, que de los recursos disponibles de las comunidades, sean
en sociedades multiculturales se cifra en los pue- estos materiales o no, pero especialmente que ofre-
blos indígenas, las comunidades afrodescendien- cen espacios para la ejecución de planes y proyectos
tes y el campesinado mestizo, entre otros mundos en co-responsabilidad.
diferentes, con la exclusión de su patrimonio como
patrón común. Al asumir esta tarea, pendiente en En el caso costarricense, hoy sólo se cuenta con una
muchas regiones, con base en el diálogo de sabe- expresión en la Lista Representativa del Patrimonio
res, incluyen “narrativas sobre el propio devenir y Cultural Inmaterial de la Humanidad, por lo que es
porvenir de estos grupos sociales que se construyen posible tomar esta única experiencia para reflexio-
desde la memoria biocultural, en su habitar actual” nar, a la luz de lo expuesto, la agencia de los acto-
(Boege, 2019: 37). res. En este sentido, presentaremos una aproxima-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
aperos110 y carretas, que obedece a un proceso de po, estas se hicieron más complejas y la diversidad
concepción congruente con aspectos funcionales, de la paleta cromática que ofrecen hoy los produc-
formales, productivos, comerciales y estéticos de tos industriales, permite alcanzar nuevos matices
los carreteros o boyeros, donde las modificaciones en la pintura.
realizadas para adaptarse al contexto han preser-
vado conocimientos sobre las materias primas y El conjunto de saberes, prácticas, valores y creencias
las técnicas, permitiendo adaptar los objetos a las desarrolladas por el boyero o la boyera, un proceso
necesidades laborales de boyeros y boyeras (según de actividades que van desde seleccionar la madera
la tarea a desempeñar) pero, sobre todo, procuran- para la carreta y cortarla en la fase lunar adecuada,
do la comodidad y atención de los animales. Con el hasta entrenar a la yunta para cumplir tareas espe-
tiempo algunos de estos objetos, como los aperos cíficas.111 Este universo simbólico y de conocimien-
(el chuzo, el barzón, las frenteras), fueron perfec- tos se construye principalmente por la observación
cionando su funcionalidad y estilo hasta incluso y la transmisión oral entre las generaciones en el
convertirse en artefactos suntuosos utilizados sólo marco del espacio cotidiano de trabajo.
para ocasiones especiales como fiestas patronales
y desfiles. La diversidad lingüística propia de la vida y profu-
sión de experiencias de boyeros, fabricantes de
El canto de la carreta, que se produce del golpeteo carretas, ruedas, yugos y aperos, pintores y demás
de las ruedas de cuñas contra el eje de hierro du- personas vinculadas a la actividad. Esta diversidad
rante el movimiento, es un arte que requiere de la lingüística experiencial fue adoptada por la pobla-
destreza particular del artesano constructor. Ade- ción y plasmada en múltiples formas de comuni-
más de las cualidades de la madera, este canto de cación verbal y no verbal, cifradas en dialectos por
la carreta produce una sonoridad que ofrece iden- zonas geográficas, jergas propias de los diferen-
tidad no solo al objeto sino al arriero mismo, ya tes oficios de las personas protagonistas de esta
que puede ser reconocido a la distancia mientras tradición, topónimos, relatos, refranes y otras ex-
jala su carreta. presiones de la oralidad (éstas constituyen un rico
legado de costarriqueñismos, que por la dinámica
El dibujo multicolor de la carreta y el yugo decora- socio-cultural, se suman a las voces en desuso,
dos, “adornados” también por los diseños que de- desplazados por otros términos adecuados a nue-
muestran una estética particular característica de vos artefactos y sentidos).
cada artista, pues ninguna carreta es igual a otra, lo
que también demuestra el gusto singular de quien Estos rasgos son parte de la vida cotidiana de las
la encarga. Inicialmente, existieron diversas moda- comunidades boyeras y no han sido percibidos ni
lidades y figuras con motivos geométricos y flora- apreciados o conocidos en su complejidad por la so-
les para ornamentar, con variedad en el manejo del ciedad costarricense. Sin embargo, con el paso del
estilo y la combinación de los colores. Con el tiem- tiempo, observamos que el dicho popular “no hay
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
mal que dure 100 años” se aplicaba en Costa Rica salvaguarda respetuosa de la expresión. Una de las
hasta a un “bien” patrimonial que, al cabo de una quejas recurrentes, por ejemplo, refiere a la falta de
década, perdía o depreciaba su valor simbólico (y en empatía y flexibilidad para gestionar la realización
algunos casos hasta se despreciaba). Es lugar común de los desfiles de boyeros, muy vinculados con las
señalar que la cultura es sígnica, por lo que a partir fiestas patronales de los pueblos y las temporadas
del estudio de las pautas de comportamiento pode- de cosechas, en donde se imponen costos, permisos,
mos hacer una lectura denotativa y también conno- trabas o documentaciones ajenas a la realidad de los
tativa de la conducta, reflejada en algunas acciones, asistentes, desmotivando a los organizadores para su
políticas públicas o situaciones particulares que re- continuidad. Estas variables podrían, entre muchas
fuerzan esta afirmación. otras, provocar la pérdida de elementos esenciales
de la expresión, poner en riesgo su continuidad o
Desde 2004, cuando se presentó el expediente de can- bien generar transformaciones a determinados as-
didatura, se visibilizaron ciertos signos externos que pectos de la tradición.
hacen referencia a lo mencionado: algunas autorida-
des de gobierno que no habían promovido la candi- Si bien vale considerar que el cambio es un atribu-
datura ante la UNESCO expresaron desconocimiento to de la cultura en general y del patrimonio cultural
ante la declaratoria en actos públicos; o estudiantes en particular, existen tipos y elementos de valor pa-
universitarios de zonas rurales que participaron en trimonial que son más o menos afectados ante el di-
seminarios o cursos, se quejaban de ejemplos del namismo sociocultural, sus gestores y propósitos. La
boyeo ofrecidos en los contenidos, alegando que esa modalidad vertical-impuesta u horizontal-participa-
tradición es ajena a la juventud actual. En el mismo tiva en la que se propicia alguna modificación sobre
sentido, en el desfile anual que desde el año 1997112 el patrimonio, representa al cambio como un atribu-
se realiza en la ciudad capital de San José, con parti- to de una doble valencia. Entre los considerandos de
cipación de boyeros, yuntas y carretas provenientes la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio
de distintas regiones del país, hay personas que pre- Cultural Inmaterial, se reconoce que:
guntan ¿qué hacen “esas vacas” en media avenida?,
ignorando que son bueyes. Esos ejemplos ilustran Los procesos de mundialización y de transformación
cómo personas de distintos sectores desconocen la social por un lado crean las condiciones propicias para
tradición del boyeo y su declaratoria. un diálogo renovado entre las comunidades, pero por
el otro también traen consigo, al igual que los fenóme-
Por otra parte, aún resulta complejo que las diferen- nos de intolerancia, graves riesgos de deterioro, desa-
tes instituciones sectoriales (cultura, educación, sa- parición y destrucción del patrimonio cultural inmate-
lud, ambiente, bienestar animal, municipalidades, rial. (UNESCO, 2003, párr. 5)
tránsito) coordinen la atención de las necesidades
de la comunidad boyera y artesana para cumplir con No podemos atribuir el cambio sociocultural a un
el amplio espectro de acciones que permitan una solo sector de la sociedad, excepto en casos extre-
mos de situaciones catastróficas como ataques ma-
sivos en contextos de guerra, genocidios, fenómenos
ambientales que provoquen la desaparición de una
112 La gestión de este desfile se debe a la periodista Ángela
Ulibarri y el respaldo de un grupo de asociaciones boyeras que, población o similar. Por lo tanto, la capacidad de to-
a pesar de la falta de apoyo de los municipios del lugar de origen mar decisiones y el ejercicio del control cultural que
y de destino, han logrado más de veinte ediciones de sesteos
en el Parque Metropolitano La Sabana y el desfile del oeste al finalmente ejercerán alguna modificación en la cul-
centro de la ciudad capital. tura, “no se toman en el vacío, sin contexto, ni en un
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
contexto neutro, sino en el seno de un sistema cultu- rial de la humanidad. Sin embargo, se requiere una
ral que incluye valores, conocimientos, experiencias, acción más fuerte y coordinada entre las entidades
habilidades y capacidades preexistentes” (Bonfil Ba- que agencian estos reconocimientos, pues denota
talla, 1981: 183). Este control, como agrega el citado la ausencia de difusión a escala local. Con base en
autor, no se limita a la capacidad de usar un deter- observaciones y reuniones con organizaciones cul-
minado elemento o recurso cultural que puede tener turales en distintas regiones del país, tanto en el
una procedencia propia o ajena a una comunidad, 2005 como en el 2017, las personas desconocían las
sino que también comprende la apropiación de este declaratorias de la UNESCO y una minoría informa-
elemento mediante la producción y reproducción. da acerca del boyeo lo hizo por medio de la radio, la
televisión o por contacto directo con familias boye-
Las raíces de la tradición del boyeo se hallan en el pe- ras. Al respecto, de acuerdo con resultados de una
ríodo colonial; en paisajes montañosos y quebrados, investigación realizada entre 2017 y 2018 (Chang
las carretas jaladas por una yunta de bueyes uncidas Vargas, 2020),113 un 63% de la población encuesta-
por el yugo fueron el soporte de la vida rural. Su auge da (en zonas rurales y periurbanas, principalmente)
fue en el siglo XIX, con trabajos en otros terrenos y no se había enterado aún de que Costa Rica estaba
para otras tareas (exportación del café, sacar arena incluida en la Lista Representativa del Patrimonio
de ríos, jalar troncos de árboles, entre otros). Con Cultural Inmaterial de la Humanidad por cuenta de
aportes y mediaciones de distintos pueblos, la tradi- la tradición.
ción del boyeo se considera un producto del mestiza-
je cultural (Dobles, Murillo, & Chang, 2008). Ahora bien, el reconocimiento de la declaratoria por
parte de terceros se torna relevante en tanto permi-
ta o facilite a las comunidades portadoras agenciar,
en sus términos, las acciones que contribuyan a re-
2.1 La proclama como patrimonio inmate- producir la expresión patrimonial. Mientras tanto, en
rial de la humanidad otros sentidos, la inclusión en la lista se convierte tan
sólo en una bandera, en este caso, de la imagen del
La lectura de los reconocimientos amerita al me- país hacia el exterior, que poco se traduce en iniciati-
nos una doble interpretación: la que se observa en vas que puedan favorecer la salvaguarda o el alcance
la superficie, con luminosidad, que merece llamar a de mejores niveles de bienestar para las familias que
los medios y mediadores de la gestión (políticos, in- hacen parte de la tradición. En el mencionado pro-
vestigadores) en lugar de los protagonistas; por otra yecto de investigación (Chang Vargas, 2020) se apli-
parte, una estructura profunda donde se esconden caron encuestas y entrevistas cualitativas a gobier-
prácticas de poder que, como lo han expresado otras nos locales, observando una desvinculación de estas
colegas en relación con distintos bienes del PCI (Ma- entidades con la promoción, atención o articulación
riano & Endere, 2017; Morel, 2011; Rotman, 2001), con las comunidades boyeras, así como una ausencia
configuran los nexos entre las declaratorias, los usos de planes o acciones relacionadas con la expresión,
de bienes de valor patrimonial y la legitimación de e incluso un desconocimiento de la tradición misma.
una determinada expresión cultural.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
De las 82 municipalidades consultadas, solamente 19 donde sea posible) entre aquella colectividad que la
de ellas contestaron el cuestionario.114 practica, disfruta, transmite y comparte.
Este resultado puede analizarse en varios niveles, des- Por ello, se considera que la salvaguarda pasa tam-
de la dificultad de descentralizar las políticas cultura- bién por el reconocimiento y valoración de la comuni-
les para fortalecer la gestión local hasta la problemáti- dad “extensa” (portadores, portadores-transmisores,
ca de las entidades que, pese a contar con oficina de espectadores, aprendices, custodios, entre otros),
cultura, no se sienten capaces de brindar apoyo a los aquella que comprende el origen de la tradición, lo
procesos o trasladan nuevamente la responsabilidad que implica darle continuidad, los vínculos emocio-
al ente central. Podemos partir de estos antecedentes nales y productivos que se tienen (o tenían) con ele-
para preguntarnos ¿cuál ha sido el rol de las comuni- mentos asociados a la expresión o lo que aporta en el
dades portadoras en la salvaguarda, a la luz de este entendimiento de la historia común.
reconocimiento mundial? ¿qué representa esta tradi-
ción, quince años después de la proclama? y ¿en qué Lo complejo en este punto es que un individuo o
favoreció la misma a la salvaguarda de la expresión? grupo puede formar parte de diversas comunidades
Más adelante, en el análisis de las dimensiones, en- (aunque no todas impliquen contar con un PCI de re-
contramos respuestas a estas inquietudes. ferencia común) y son tan dinámicas como la cultu-
ra misma. Las personas pueden unirse o abandonar
La Convención parte del principio de que las comuni- una comunidad, tener puntos de vista diferentes en
dades portadoras son quienes determinan qué se ca- lo que refiere a la identificación, expresión o salva-
lifica como patrimonio, razón por la cual son el pun- guarda de un PCI.
to de partida ante cualquier consideración asociada
con las expresiones. Pero la definición de comunidad Al repasar lo sucedido después de la declaratoria
es compleja en sí misma, ya que puede existir asocia- en 2005, según los datos del estudio de actualiza-
da a objetivos afines y no sólo a una territorialidad, ción sobre el sentido de la tradición del boyeo para
lengua o grupo étnico que confluye en dinámica o in- la población costarricense, fue posible observar las
tereses comunes (Pérez López, 2015). zonas de mayor vigencia de la expresión, prácticas
en desuso y hasta la pérdida de técnicas de hechura
Frente a este interés —mediado también por afectos, de un artefacto ligado a la tradición. La encuesta en-
historias, apegos o bienestar—, se encuentran vías viada a las municipalidades pretendía obtener da-
desde el seno del grupo para dar continuidad a la ex- tos sobre familias boyeras, personas artesanas que
presión, animando relaciones de identidad y desarro- construyeran, repararan y decoraran carretas, rue-
llo grupal e individual. Así, aunque existan situaciones das y yugos, amansadores de bueyes, inventarios de
de riesgo de desaparición, el PCI puede pervivir (hasta bienes materiales como trapiches y carretas, y otros
inmateriales como los desfiles y las tradiciones ora-
les y alimentarias en los convites. Aunque las no
respuestas encabezaron la tabla de registro (Chang
114 Resulta oportuno mencionar que, en el año 2017, de Vargas, 2020: 135), sí hubo otras de valor cualitativo
acuerdo con la información suministrada por la plataforma de
de 19 municipios que cuentan con gestores cultura-
SICULTURA, 27 gobiernos locales (33%) contaban con una es-
tructura administrativa responsable del área cultural asociada a les. También el estudio permitió conocer la percep-
la Red de Cultura Intermunicipal (RECIM). Sin embargo, también ción de diferentes sectores de la población sobre el
es posible que algunos gobiernos locales cuenten con respon-
sable de cultura designado, pero sin vinculación con la RECIM boyeo, para lo que se aplicó una encuesta aleatoria
(Barrantes, 2019). en las seis regiones del país.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
Con el estudio se identificó que varias de las proble- sobre todo, manteniendo firme desde su autogestión
máticas expuestas en el expediente de candidatura la continuidad de los desfiles, como aquella palestra
aún se mantienen en cierto modo, como son: au- que visibiliza su quehacer y conecta a la comunidad
sencia de registros de boyeras y boyeros activos, ar- boyera del país.
tesanas y artesanos, y constructores (censo porme-
norizado por edades, actividad económica y estado
de la actividad); falta de apoyo de instituciones para
realizar desfiles de boyeros; y sustitución de activi- 2.2 Patrimonializar o despatrimonializar
dades productivas agrícolas que ya no requieren de
los bueyes. Esto último, en consecuencia, representa Se considera que la patrimonialización sin interme-
que quienes elaboran y pintan carretas y yugos perci- diarios es un proceso diferente a las declaratorias
ban menos ingresos por disminución de la demanda, desde la oficialidad. Es decir, un bien cultural puede
o bien se trasladen hacia la producción de souvenirs tener valor de PCI para una comunidad aunque no
para el turismo. haya sido declarado como tal desde un organismo
nacional o internacional. En Costa Rica las decla-
Las paradojas de esta dinámica revisten en que mien- ratorias puede obtenerse por un decreto ejecutivo,
tras algunos espacios de acción tienden a cerrarse, según una resolución de la Comisión Nacional de Pa-
otros pueden convertirse en oportunidad —desde trimonio Cultural Inmaterial (CONAPACI)115 con base
el tema que nos atañe— para la inclusión social de en un estudio técnico y compromiso del grupo por
otros actores sociales. Un caso ha sido el de las muje- salvaguardar ese bien; por decreto legislativo de la
res en la actividad boyera que, con mayor evidencia, Asamblea Legislativa o por decreto de la Presidencia
muestran su rol en el amansamiento y conducción de de la República. En el primer caso, un determinado
los animales, tarea tradicionalmente concerniente bien cultural es PCI si una comunidad portadora lo
a los hombres (registrado en documentales, repor- reconoce como tal, pero es la participación comuni-
tajes y muestras en los desfiles). Mientras tanto, la taria que a través del tiempo y del espacio constru-
población joven vive la encrucijada de mantener la ye, crea y recrea, resemantiza y se apropia de uno o
tradición en un contexto de limitaciones que no le varios elementos culturales que son seleccionados
permiten movilizarse socialmente y procurar un ma- como parte de una herencia compartida en la vida
yor bienestar personal y familiar. De manera que, si cotidiana de un grupo que los considera como refe-
bien muchos aprenden el oficio, no lo practican coti- rentes identitarios. Este proceso es independiente de
dianamente pues se dedican a otras actividades eco- los lentos trámites administrativos de reconocimien-
nómicas, dejando el boyeo para momentos como el to desde la oficialidad. Sin embargo, como construc-
desfile (Chang Vargas, 2020). ción histórica está condicionada por el paso de una
generación a otra que asegure su transmisión.
Así que pasado este periodo posterior a la declarato-
ria como PCI de la humanidad, el boyeo y la carreta
continúan debatiéndose en las disyuntivas que le
permitan perpetuarse como tradición, derribando
115 Creada por Decreto Ejecutivo N° 33093 del 20 de marzo
los estigmas que le descalifican frente a un sector
de 2006, ha sufrido modificaciones en el año 2014 a través del
de la sociedad que no aprecia su origen campesino Decreto Ejecutivo N° 38325-C para integrar nuevas instituciones
y rural; y por otro lado, utilizando ingeniosamente el como miembros y recientemente, en 2018, por Decreto Ejecu-
tivo N° 41090-C que reforma el funcionamiento de la comisión
discurso bucólico y sensible que le ceda paso en el y formaliza procesos como, por ejemplo, la elaboración de las
sector turístico para aportar al ingreso familiar pero, listas de declaratorias nacionales.
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Carreta para turismo, motivos ecológicos / © Giselle Chang Vargas Detalle de rueda para turismo / © Giselle Chang Vargas
cotidianamente, en los últimos años se redujeron los También se construyen carretas con maderas121 de
espacios para que éste sea rentable, razón por la cual diferentes tamaños para usos diversos (desde el sou-
el mantenimiento de los bueyes es parte del anhelo venir miniatura con granos de café hasta la carreta
por mantener vigente la expresión. Sin embargo, es de dos metros). La mayor demanda se registra en la
posible observar que otros portadores han decidido carreta-bar, que se utiliza para guardar licores, incor-
diversificar su uso en función de la actividad turísti- porando en la estética motivos que no se utilizaron
ca, el sector que generaba mayores ingresos al país en las carretas tradicionales, como flora y fauna de
previo a la pandemia, pues las agencias operadoras los bosques tropicales, de modo que puedan tener
de turismo ofrecen sus servicios de intermediarios mayor salida en el mercado extranjero que visita.
para un nuevo atractivo: los viajes en carreta o visitas
a trapiches artesanales donde la yunta es la fuerza En contraposición, el éxito de este sello artesanal ha
motriz, a la vez que jala la caña de azúcar y luego las representado una explotación por parte de terceros
tapas con dulce de panela. sin el debido reconocimiento a las comunidades por-
tadoras, inclusive con la reproducción en masa de los
Otro caso ha sido la transición del dibujante de las ca- productos artesanales en China para surtir a determi-
rretas, en su mayoría hombres, a las nuevas tenden- nadas tiendas, o bien con el uso de la estética en dis-
cias de diseño gráfico/industrial/moda inspiradas en tintos productos de moda de alta costura, entre otros.
las pinturas de carretas, hoy liderada por mujeres.
Por otra parte, los artesanos, frente a la crisis, adap-
taron productos asociados al boyeo, especialmente
el motivo de la pintura conocida como estilo “Sarchí”,
por ser el mayor centro turístico de venta de carretas 121 Ante el agotamiento de bosques primarios, la oferta
para el turismo es de maderas recicladas o de plantaciones de
decoradas con la modalidad local, elaborando toda crecimiento rápido, como la melina y otras maderas, pero que
clase de productos souvenir que se pintan y decoran. no son aptas para el trabajo de boyeros.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
A partir de estas dos situaciones, podemos mencio- local que, además de bendecir con ramas de ciprés
nar dos indicadores: (a) la capacidad de generar bie- a los boyeros y sus yuntas, comunicaba información
nes y servicios perdurables y (b) el impacto del turis- sobre el nombre, lugar de procedencia de la perso-
mo cultural. na boyera, raza, color y tipo de cuernos de la yunta,
además del tipo de decoración y lugar de origen de
Percepciones sobre la propia calidad de vida la carreta. Esta información, de sentido valor para las
de la comunidad personas portadoras de PCI, lamentablemente no se
podría escuchar por los múltiples amplificadores a
El ser boyero, como se enfatizó en la candidatura, es altos decibeles, el fuerte bullicio de la “tumbacocos”
un ser “enamorado de su trabajo y de lo que este con- y el llamado de dos jóvenes que voluptuosamente in-
lleva (...) es el que participa desde el inicio hasta el fin vitaban al baile de la tarde.
de una labor, es una forma de mantener una relación
con las generaciones pasadas” (Dobles, Murillo, & Ante esa situación, dos boyeros locales fueron incapa-
Chang, 2008: 329-330). De esta manera, era un moti- ces de protestar por ese atropello al derecho de vivir
vo de orgullo de la persona en sí y del bagaje o heren- sus tradiciones culturales, sin interferencias irrespe-
cia cultural acumulada, tanto en familias boyeras del tuosas, lo cual es de lamentar. Se trata pues de con-
campesinado pequeño dedicado al trabajo agrícola, trastes entre los modos de concebir el bienestar desde
como las familias hacendadas, de grandes empre- lo interno de la comunidad, con acciones colectivas e
sarios con actividades polifuncionales, entre ellas el individuales, como de su comunidad extendida.
boyeo. Sin embargo, no puede considerarse algo mo-
nolítico, ya que existen pautas particulares entre regio-
nes, tipos de trabajo y condición socioeconómica que
marcan diferencias significativas. Por un lado, encon- 4.3 Dimensión político-institucional
tramos un boyero cuyas yuntas trabajaban de sol a sol,
sin llevarlas a bañar en varios días a ríos o quebradas Políticas públicas situadas
y con boñiga pegada en la piel, que traían a desfiles
en las ciudades con carretas y yugos despintados por Al inicio el panorama era halagüeño, ya que con la
los golpes del trabajo. En contraste, otros boyeros se ratificación de la Convención en 2003 se creó la CO-
montaban literalmente en la carreta122 que no tenía un NAPACI.123 La misma recibe una ficha técnica y estu-
rasguño en su pintura, con una yunta de bueyes que dia las solicitudes de declaratoria a escala nacional,
denotaba el esmero para lucir todo en el desfile. Entre regional o distrital. Entre sus funciones está el segui-
otros cuidados, se apreciaban también los adornados miento a la tradición del boyeo, con base en acciones
de cintas de colores y los cachos embetunados. de las instituciones vinculadas con este PCI.
Cabe mencionar que en 2017, en un desfile de boye- La gestión administrativa estatal no es suficiente,
ros con motivo del día de San Isidro, Patrón de los Bo- pues hasta 2017 no se creó la unidad de PCI en el
yeros, se situó un camión con un estruendoso equipo
de sonido (conocido como “tumbacocos”). Junto al
camión que servía de tarima, se ubicó el cura párroco
123 Presidida por la jerarca del Ministerio de Cultura, con re-
presentantes de la Dirección de Cultura, el Centro de Patrimonio
Cultural de ese Ministerio, el Ministerio de Educación Pública, el
122 Cabe aclarar que no se refiere al dicho que alude a en- Consejo de Universidades Públicas (CONARE) y dos asociacio-
fiestarse o pasarse de copas de licor. nes de la sociedad civil.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
Centro de Patrimonio Cultural. A esa fecha, se conta- boyeros y boyeras de todo el país, aunque con mayor
ba con una jefatura y dos funcionarios de apoyo para presencia de representantes del Valle Central. A nivel
adelantar tareas de inventarios locales, asesorías a local existen asociaciones cantonales como la Oro-
entidades nacionales y municipales, atendiendo a montana, Cañas, Aserrí, El Guarco de Cartago, Here-
todo el país (ya que, desde lo local, las pocas unida- dia, San Carlos, entre otras. Al cotejar las amenazas
des de cultura existentes no cuentan con atención fo- de la tradición en el 2005 y en el 2021, la situación
calizada en PCI). Sin embargo, aunque no exista una aún no ha mejorado en la medida de lo esperado,
entidad particular que atienda la tradición del boyeo, pues todavía ronda el fantasma del paternalismo, del
se han propiciado espacios de concertación intra e clientelismo partidista y los celos entre líderes.
interinstitucional a nivel regional.
No obstante, sobre la gestión se ha continuado la lu-
No hay inventarios actualizados a escala regional,
124
cha por culminar tres grandes proyectos planteados
pero se cuenta con un grupo de personas capacitadas en el plan de acción del 2005: el museo de la Carreta
para la gestión del PCI, producto de dos talleres que en Desamparados, que cuenta con un gestor cultural
impartió la Oficina Multipaís de la UNESCO,125 en el local del municipio; el taller-galería de arte en Sarchí,
que participaron agentes y actores ligados a los bienes que ha sido gestionado por varios grupos locales; y el
declarados PCI. Aunque no se pudo dar seguimiento, entonces proyecto Escuela del Boyeo, que ejecuta la
hay certeza de diversas gestiones dispersas. Podemos Asociación Pro Museo Casa del Boyero en la localidad
precisar aquí los siguientes indicadores analíticos: de Venecia de San Carlos.126
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sentir se encuentra estrechamente ligado a los con una cobertura óptima que democratice el acceso
procesos de transmisión. de todos los habitantes a las TIC, ha sido posible que
algunas comunidades boyeras, quizás las más cerca-
nas a las áreas urbanas, utilicen redes sociales para
Transmisión de las manifestaciones del PCI transmitir parte de sus actividades.
128 El señor Wilfrido Rodríguez (qDg), boyero de Venecia y 129 Ver Link
gestor del proyecto, dejó parte de su finca como herencia para
realizar esa Escuela del Boyeo. 130 Ver Link
159
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
Cultura han adelantado, para conmemorar el 15° desde hace unos pocos años, se encargan de la ima-
aniversario de la declaratoria, una colección web gen corporativa de proyectos en múltiples objetos
con 31 videos llamada ¿Sabías que…? sobre la tradi- alusivos al boyeo. Estos productos, aunque tengan
ción del boyeo y la carreta costarricense,131 animada calidad y se basen en los motivos tradicionales, no
por niñas y niños quienes desde sus hogares comen- son los portadores de la tradición y tienen otro pú-
tan brevemente algunos elementos sobre la tradi- blico objetivo.
ción. A esto se sumará más adelante un videojuego.
Se trata de acciones recientes que se vinculan con Las mayores tensiones en esta agencia se evidencian
cierto retraso al plan de acción propuesto en 2005. en la relación entre PCI reconocida como patrimo-
No obstante, las actuales posibilidades interactivas nio mundial y la aplicación de políticas públicas que
de las TIC y su uso más extendido en el campo edu- apoyen a su mantenimiento. Si bien la tradición del
cativo, sumado a una cantidad más variada de ca- boyeo se visibiliza como estandarte de la cultura na-
nales, podría favorecer la circulación de los mencio- cional, no se implementan desde los diferentes sec-
nados materiales y los procesos de sensibilización tores o entidades los programas o planes de desarro-
en relación a este patrimonio. En este sentido, es llo necesarios. El sector cultural, y en consecuencia
posible aplicar el indicador sobre el grado en que la el de PCI, sigue subvaluado en el plan de desarrollo.
educación formal fortalece la transmisión del PCI y Es posible advertir que, en décadas anteriores a la
promueve el respeto por el mismo. ratificación de la Convención, los apoyos fueron más
consistentes que en la actualidad.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 6
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161
Textil de seda en telar de cintura / © Ignacio Moreno Nava
CAPÍTULO 7
Potencialidades de
la sericicultura para
la inclusión social
y desarrollo post
COVID-19 en la
región Ciénega del
Estado de Michoacán
de Ocampo, México
Autores:
Ignacio Moreno Nava / Carlos Víctor Muñóz Ruíz
<< Al Índice
163
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
164
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
en 2015, constituyéndose como el programa emble- be a través de la Sericultura con Enfoque Sustentable
mático de la Unión Europea en materia de Coope- y Agregado de Valor Local, también conocido como
ración Triangular134. ADELANTE busca fomentar las Proyecto SEDA Latinoamérica y el Caribe. En el mar-
relaciones horizontales entre los países de América co de este proyecto, La Casita de Piedra - Centro Tu-
Latina y el Caribe, y de éstos con Europa, con el fin rístico de Capacitación Sericícola y Rebocería, en el
de potenciar el intercambio de conocimiento y apro- municipio de Jiquilpan de Juárez, en el estado de Mi-
vechar la capacidad de todos sus socios para aportar choacán de Ocampo en México, por medio del Patro-
soluciones orientadas al desarrollo sostenible de la nato del Centro Turístico de Capacitación Sericícola y
región (ADELANTE, 2017a). Rebocería A.C. (CETCASER), ha sido respaldada con la
intención de que sirva de modelo para establecer las
ADELANTE, por medio del Instituto Nacional de Tec- labores sericícolas, añadiendo el valor agregado de
nología Industrial (INTI) de Argentina, coordina el la rebocería en comunidades en donde el ecosistema
proyecto internacional Contribución a la Reducción lo permita y en las poblaciones próximas a su área de
de la Pobreza en la Región de América Latina y el Cari- influencia, así como en otros estados de México como
Oaxaca, San Luis Potosí e Hidalgo. De igual modo ha
operado en otros países.
134 Se entiende por cooperación triangular a la colabora- Además del caso mexicano, ADELANTE - Proyecto
ción que los países donantes tradicionales y las organizacio- SEDA Latinoamérica y el Caribe, realiza un despliegue
nes multilaterales facilitan las iniciativas Sur-Sur por medio de
fondos, formación, gestión y sistemas tecnológicos, además de de acciones en varios países con múltiples entidades
otras formas de apoyo. asociadas entre las que figuran la Estación experimen-
165
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
tal “Indio Hatuey” de Cuba, el INTA de Argentina, la So- procedentes de diversas fuentes. Indicador 1.A.2:
cietà Cooperativa Sociale SOCIOLARIO Onlus de Italia, Proporción del gasto público total en servicios
la Universidad de Buenos Aires (Facultad de Agrono- esenciales (educación, salud y protección social).
mía) de Argentina, la Universidad Estadual de Maringá
(Laboratorio de Biotecnología) de Brasil, la Universi- Objetivo 5. Igualdad de género. Meta 5.5: Asegu-
dad Estatal Amazónica (Departamento de Ciencias de rar la participación plena y efectiva de las mujeres
la Tierra) de Ecuador y la Universidad Pontificia Boliva- y la igualdad de oportunidades de liderazgo a to-
riana (Facultad de Ingeniería Textil) de Colombia. Otra dos los niveles decisorios en la vida política, eco-
entidad implicada es la Universidade do Minho de nómica y pública. Indicador 5.5.2: Proporción de
Portugal. Aprender de las experiencias de cooperación mujeres en cargos directivos. Meta 5.B: Mejorar el
triangular en otros países y obtener retroalimentación uso de la tecnología instrumental, en particular la
del avance presentado, resulta vital para lograr el éxito tecnología de la información y las comunicaciones,
del Proyecto SEDA México. para promover el empoderamiento de las mujeres.
El proyecto contribuye con la Agenda 2030 para el Objetivo 8. Trabajo decente y crecimiento eco-
Desarrollo Sostenible (Organización de las Naciones nómico. Meta 8.2: Lograr niveles más elevados de
Unidas [ONU], 2015) incidiendo en los siguientes ob- productividad económica mediante la diversifica-
jetivos y metas: ción, la modernización tecnológica y la innovación,
entre otras, cosas centrándose en los sectores con
Objetivo 1. Fin de la pobreza. Meta 1.A: Garan- gran valor añadido y un uso intensivo de la mano
tizar una movilización significativa de recursos de obra. Meta 8.4: Mejorar progresivamente, de
166
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
aquí a 2030, la producción y el consumo eficientes valor agregado, en este sentido la sericicultura tie-
de los recursos mundiales y procurar desvincular ne la potencialidad para contribuir a solventar esta
el crecimiento económico de la degradación del necesidad (ADELANTE, 2017b).
medio ambiente.
Objetivo 13. Acción por el clima. Meta 13.B: Pro- En este capítulo brindaremos un panorama de ac-
mover mecanismos para aumentar la capacidad ción del Proyecto SEDA Latinoamérica y el Caribe en
para la planificación y gestión eficaces en relación el caso particular de México, identificando capacida-
con el cambio climático en los países menos ade- des, herramientas y tecnología apropiada para la se-
lantados y los pequeños Estados insulares en desa- ricultura, con el fin de favorecer el desarrollo de una
rrollo, haciendo particular hincapié en las mujeres, actividad económica sostenible valorada como PCI y
los jóvenes y las comunidades locales y marginadas. adaptada para las poblaciones más vulnerables a par-
tir de su revitalización y potencialidad para impulsar la
inclusión social y el ejercicio de los derechos sociales
y culturales en la agenda de desarrollo post COVID-19.
1.1 Una problemática extendida
Uno de los objetivos particulares de la presente in-
En diversas partes de América Latina y el Caribe pre- vestigación fue la realización de un diagnóstico basa-
valece una situación de pobreza y falta de trabajo. do en un análisis multidimensional —desde la teoría
Además, impera la necesidad de generar condiciones de los sistemas complejos— para identificar las con-
de producción-consumo responsable y sostenible diciones existentes para que la sericicultura sea una
que no incluya la utilización de agrotóxicos. En áreas actividad que contribuya a la inclusión social y desa-
rurales se han detectado deficientes capacidades rrollo post COVID-19 en la región Ciénega del Estado
técnicas y organizativas de productores y emprende- de Michoacán de Ocampo, México.
dores, entre los que se encuentran aquellos dedica-
dos a las actividades sericícolas. En segundo término, se analizaron los resultados del
diagnóstico para identificar factores y estrategias que
En relación con estas problemáticas, se identifica la contribuyan a activar procesos sostenibles de inclu-
necesidad de apoyar a las mujeres campesinas que sión social y desarrollo en ámbitos gubernamenta-
desempeñan también roles como emprendedo- les, académicos y de extensión a la comunidad de la
ras y artesanas. Se reconoce al enfoque de género mencionada región.
como un eje para el desarrollo y la prosperidad de
los territorios, para lo cual se promueve el empren- En vista a lo planteado, se sostiene que la actividad
dimiento de las mujeres para generar condiciones de la sericicultura, promovida por Proyecto SEDA
que propicien su liderazgo y participación en las América Latina y el Caribe, posibilita aportar elemen-
economías locales. En el caso de México, destaca en tos para la mejora de la calidad de vida de produc-
su Examen Nacional Voluntario (ENV) que uno de los tores familiares, campesinos, artesanos, organizacio-
retos principales para el país es garantizar el acceso nes sociales, emprendimientos sociales protegidos,
de los productores locales a los mercados de alto instituciones educativas de zonas marginales y em-
167
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
prendedores de sectores populares y marginales en pergaminos con los que se elaboraban códices. El
zonas agrarias y periurbanas de América Latina. mencionado autor refiere que Núñez Ortega en sus
apuntes de 1885-1886, anota que Fray Alonso de Mo-
Asimismo, contempla una estrategia regional de re- lina traduce la palabra Ocuilicpatl como seda, com-
ducción de la pobreza, con un enfoque integral que puesta de voces Ocuilin (gusano) e Icpatetl (hilo), es
va desde el apoyo a productores particulares e insti- decir gusano hilador de seda.
tuciones locales hasta el fortalecimiento de la coope-
ración en la región estimulando el tejido asociativo y Motolinía (1973) narra que en esta tierra, antes que
la cadena de valor (ADELANTE, 2017b). la simiente viniese de España, había visto gusanos
de seda nativos que se criaban en los árboles y con
En el caso mexicano, específicamente en el estado de un capullo más pequeño que el de los asiáticos. Asi-
Michoacán de Ocampo y la población de Jiquilpan mismo, Beutelspacher (1999) también menciona que
de Juárez, se integra el aspecto textil mediante la Alejandro de Humboldt señala en 1887 en las notas
elaboración de rebozos artesanales y otras prendas de su periplo, que en esta región hay varias especies
que cumplen con la función de dar valor agregado a de orugas indígenas que hilan seda semejante a la de
la actividad sericícola. Se impulsa la producción de Bombyxmori de la China, y que en Mixteca se centra
seda a través de un fortalecimiento del proceso con la crianza de los insectos. El mismo Humboldt adqui-
capacitaciones y tecnologías más avanzadas. En esta rió algunos pañuelos y expresó que ya eran objeto de
dirección, se busca la interacción de los entes guber- comercio en tiempos de Moctezuma.
namentales o bien actores locales a la par que se de-
sarrollan lineamientos para el análisis multidimen- Campos y Castelló (1990) y Beutelspacher (1999),
sional de estas prácticas patrimoniales. aseveran que fue Hernán Cortez quien propagó la se-
ricicultura en la Nueva España mediante la introduc-
ción de moreras, simiente de la especie Bombyxmori
(tecnología europea), poco después de la caída de la
3. Un breve recorrido por Gran Tenochtitlan, empero según Gonzalo de las Ca-
la historia de la seda en México sas sin mucho entusiasmo, quien remarca que:
168
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
dad de luz, humedad y aireación. Debido a esto, en la del suelo, la benignidad del clima y el carácter de los
Nueva España, la sericicultura siempre se desarrolló michoacanos—, remarcó ante posibles financiadores
bajo dos modalidades: (a) la dirigida por los españoles en Morelia las ventajas que tendría la implantación
o sus descendientes disponiendo de salas de crianza de la industria de la seda en la entidad. Ello dio como
adecuadas para la producción sericícola, y (b) la que los resultado el establecimiento de la Dirección de la So-
indígenas desarrollaban dentro de sus habitaciones. ciedad Civil Industrial (Uribe-Salas, 1999). Sin embar-
go, la falta de planeación y de mano de obra califica-
Aún bajo estas circunstancias, el cultivo del gusano da para desarrollar la industria textil, aunados a un
de seda logró mucho éxito en la Nueva España gra- mercado interior débil e inconexo, la falta de trans-
cias a las ventajas del clima, la fertilidad del suelo, porte que ligara eficazmente las diferentes áreas pro-
la existencia de moras silvestres y la mano de obra ductivas y acercaran a los mercados dispersos, y el
indígena diestra, abundante y barata. Sin embargo, clima de inestabilidad política crónica, provocaron la
ya para 1576, la industria estaba en plena decaden- decadencia paulatina de la industria sericícola.
cia (García-Corzo, 2016), entre otras causas, porque
la mano de obra comenzó a escasear debido a que Hacia finales de la primera mitad del siglo XX, la se-
en esa época las reformas de Habsburgo abolieron ricicultura toma un nuevo relieve cuando el general
definitivamente la esclavitud indígena y los nativos Lázaro Cárdenas del Río la impulsa a nivel nacional.
libres decidieron abandonar a esta industria. Ade- En 1929 un inmigrante griego, Theodoro Papatheodo-
más, emergieron brotes epidémicos que diezmaron rou, promovió actividades sericícolas en Jiquilpan y
en especial a los pueblos originarios durante los pe- otras partes del estado de Michoacán. De este modo se
ríodos 1575-1577 y 1581-1592, reduciendo al 50% la instaló en Jiquilpan una industria sericícola que esta-
población activa. Esta situación sumada a decisiones bleció viveros y plantaciones de moreras. También se
políticas y económicas dictadas por la Corona espa- distribuyeron gusanos de seda y se creó un centro de
ñola, operaron como factores de inestabilidad para la acopio para la compra y beneficio de los capullos pro-
sericicultura (Campos & Castelló, 1990). ducidos. Además, se dotó de maquinaria a los produc-
tores para el devanado de los capullos y la obtención
A finales del siglo XVIII, Miguel Hidalgo y Costilla, inicia- de hilo de seda. La industria prosperó mientras hubo
dor de la independencia de México y el obispo Manuel coordinación gubernamental (García-Torres, 1987).
Abad y Queipo, entre otros, se aplicaron a la sericicul-
tura porque representaba un futuro promisorio para A mediados de la década de 1980 se origina el Centro
los habitantes de esta tierra. Este último, afirmaba que Nacional de Sericicultura, en el estado de San Luis
la industria sericícola era capaz por sí sola de dar a la Potosí, con el propósito de dotar del material a los
Nueva España más empleo y más riqueza que todo lo artesanos productores de rebozos de Santa María del
que producen sus inagotables minas. A principios del Rio. Este centro, para cumplir sus objetivos, ha con-
siglo XIX, el beneficio de la seda, cómo entonces se le tado con asesoría técnica y equipo, tanto de China
llamaba en México, fue considerado como una impor- como de Japón. Sin embargo, los artesanos siguen
tante actividad productiva comparada solo con el be- elaborando sus productos con seda importada. A
neficio que se obtenía de los metales preciosos. partir de 1989 se inicia el rescate de la actividad seri-
cícola en Jiquilpan, Michoacán, teniendo actualmen-
En la década de 1840 el industrial francés Estevan te como sede de capacitación la Casita de Piedra, una
Guénot, en búsqueda de lugares propicios para de- construcción histórica realizada por el General Láza-
sarrollar la sericicultura y después de recorrer gran ro Cárdenas del Río, donde se promueve la actividad
parte de Michoacán —entusiasmado por la feracidad atendiendo también al turismo.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
Casita de Piedra
© Ignacio Moreno Nava
En el caso de Jiquilpan, el Centro Interdisciplinario Ciencia y Tecnología de Hidalgo, a través del Fomix y el
de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Centro de Sericicultura de San Luis Potosí han impulsa-
del Instituto Politécnico Nacional (CIIDIR IPN), Uni- do la sericicultura en México, dadas las ventajas climá-
dad Michacán da inicio, en el año 1989, al proyecto ticas, edáficas y comparativas del país y la posibilidad
Impulso a la Sericicultura Doméstica del Estado de concreta de crear condiciones competitivas a través de
Michoacán con la asesoría de Theodoro Papatheo- la construcción social. (Rodríguez-Ortega et al., 2012: 5)
dorou, principiando con crianzas de B. mori, cuya
simiente se adquirió a través de la Agencia de Coope- En el otoño del 2020, en la comunidad de San Pedro
ración Internacional Japonesa (JICA), y propagando Cajonos, en la sierra norte oaxaqueña, zona en donde
las moreras regionales. la crianza del gusano de seda se ha mantenido desde
la época colonial, ha entrado en labores “El Santuario
Del 2003 al 2010, el mismo centro llevó a cabo “una del Gusano de Seda”, cuyo fin es lograr la autosuficien-
iniciativa por instaurar procesos productivos con cia en la dotación de germoplasma del lepidóptero B.
base en talleres familiares de sericicultura integran- mori y del árbol Morus spp., su alimento. Así mismo,
do plantaciones de árbol de morera, procesamiento en Michoacán, dio inicio el proyecto vinculado entre
de capullos y obtención de hilo de seda, comercia- el municipio de Jiquilpan y la Comunidad Económica
lización y transformación del hilo en productos ar- Europea, a través del Proyecto SEDA México.
tesanales comercializables” (Ávila-Meléndez & Ca-
rrión-Gutiérrez, 2011: 111).
Cabe destacar que una acción que reforzó la importan- 4. El análisis multidimensional
cia de rescatar la actividad sericícola fue la constitu-
ción de la Asociación Civil “Patronato del Centro Turís-
tico y de Capacitación Sericícola y Rebocería” en 2008.
4.1 Dimensión territorial y socioambiental
Diversas instituciones como la Universidad Politécnica
de Francisco I. Madero, ubicada en Tepatepec, el Ins- La actividad sericícola no pone en riesgo la conser-
tituto Tecnológico de Huejutla, el Consejo Estatal de vación de la biodiversidad y contribuye a la susten-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
mediante una oferta formativa permanente. Para su Aunado a ello existe un antecedente de la actividad
mejor implementación, las normas y políticas de sal- sericícola en el siglo XIX.
vaguarda del PCI requieren de un fortalecimiento en
su difusión que contribuya a su conocimiento por par- Un vínculo de arraigo cultural entre la actividad seri-
te de las autoridades e incremente su aplicación. cícola y la figura del general Cárdenas se encuentra
presente en la memoria, como lo demuestran los
En la Región Ciénega de Chapala, donde se encuentra contenidos del Archivo de Historia Oral de la Unidad
localizado Jiquilpan, “prepondera un panorama eco- Académica de Estudios Regionales de la Universidad
nómico-político de proletarización y preponderancia Nacional Autónoma de México, donde en varios de
de grandes productores ligados a transnacionales los registros de entrevistas se menciona el tema de la
o cadenas nacionales de supermercados (Centrales sericicultura. “Históricamente fue una actividad do-
de Abastos de CDMX, Comercial Mexicana, Wall Mart) méstica y complementaria de la cría de aves de corral
avance de productores capitalizados y uso de tecno- y de la apicultura” (Pescio et al., 2008: 27) y su trans-
logías más costosas” (Ávila-Meléndez & Carrión-Gu- misión y aprendizaje ocurrían generalmente median-
tiérrez, 2011: 183). Para la década de los noventa una te la práctica, los nexos familiares y la cercanía con
visión relacionada con el aspecto político refería lo base en las actividades domésticas. La transmisión
siguiente: “Hoy en día imperan las relaciones ver- del saber de la sericicultura se encuentra en la actua-
ticales que desde el interior de la familia y el grupo lidad promovida por procesos de revitalización a es-
doméstico se continúan en el intermediarismo con cala local impulsados por iniciativas internacionales.
el Estado, el mercado y el capital” (Boehm, 1991: 96).
En términos de la indumentaria y relacionado con la
rebocería, cabe acotar que, a la llegada de los españo-
les, “las mujeres adoptaron la enagua o falda con pre-
4.4 Dimensión cultural tina, la blusa, el rebozo y los huaraches. De la moder-
nidad han tomado los vestidos, el suéter, el calzado y
De manera general, el aspecto de adscripción iden- la ropa interior, adoptando el uso de distintos colores
titaria presenta características transculturales, resul- en su vestimenta tradicional” (Hernández, 2012: 160).
tado de los procesos globalizatorios que se caracte-
rizan por la confluencia e intersección de elementos
culturales. El sentido de pertenencia vinculado a la
actividad de la sericicultura emerge de manera gene- 4.5 Dimensión técnico-comunicacional
ral entre las personas de mayor edad.
El aspecto relacionado con la ciberinfraestructura
En el caso de los más jóvenes, el conocimiento y la de comunicación y visibilización del Proyecto SEDA
sensibilidad son componentes importantes para su México es sumamente relevante para llegar a una
valoración. En el estado de Michoacán, los antece- mayor cantidad de públicos potenciales interesa-
dentes en las últimas décadas de la actividad sericí- dos en la actividad sericícola. Esto implica una mi-
cola se encuentran vinculados con un aspecto impor- rada tanto desde las comunidades como desde la
tante de la identidad local y regional por medio del perspectiva de los actores. En términos de la dis-
recuerdo y obra del general Lázaro Cárdenas del Río. ponibilidad de artefactos y sistemas para la comu-
Su legado fue trascendente para México, no olvidan- nicación, la última encuesta intercensal realizada
do parte de la visión de sus políticas que quedaron (INEGI, 2016) arroja en relación a la accesibilidad
plasmadas en la ciudad de Jiquilpan, Michoacán. tecnológica una marcada tendencia de aumento en
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
2015 con respecto a los datos del 2010. En este sen- Grabación, edición y producción de materiales au-
tido cabe destacar que, en 2015, el 31.9% del total diovisuales por parte del Laboratorio de Gestión
de viviendas de Jiquilpan, Michoacán ya tenía acce- Cultural y Humanidades Digitales, disponibles vía
so a internet (2,938 viviendas), 97.7% poseía al me- YouTube en: http://bit.ly/proyectosedamexico
nos un televisor (8,993 viviendas), 27.9% aseguraba
tener una computadora (2,564 viviendas) y 69% ad- Proyecto web multimedia para recabar comen-
quirió al menos un teléfono móvil (6,348 viviendas). tarios sobre el Proyecto SEDA y el CETCASER, uti-
A nivel estatal, en 95 de cada 100 viviendas de Mi- lizando una herramienta en línea que permite la
choacán se cuenta con televisor; el 78.8% dispone carga de información en formato texto, video, foto-
de teléfono celular, el 69.5% tiene radio, en 29.8% grafía, hipervínculos y audio.
viviendas existe línea telefónica fija y el 44.8% acce-
de al servicio de televisión de paga.
174
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
En el ámbito socioeconómico, ligado directamente cales de influencia de los partidos políticos, encon-
al aspecto político e institucional, para el año 2005 traron desde 2002 evidencias de permisividad en fal-
y con información de INEGI, Ávila-Meléndez y Ca- ta de seguimiento a normas y formas de verticalidad
rrión-Gutiérrez (2011) encontraron que en el munici- en las interacciones entre productores, funcionarios
pio de Jiquilpan: públicos y miembros de los partidos, asociada a un
corporativismo partidario (Rangel, 2005).
[El] 28.4% de los hogares tienen a una mujer como jefa
de hogar, casi 10% arriba de la media nacional, lo cual Las comunidades de la zona presentan un alto gra-
podría inferirse que se debe a la migración de los varo- do de desarticulación para emprender acciones.
nes, ya que Jiquilpan es un nicho de expulsión migra- Adolecen de la construcción de gobernanza, en-
toria importante. (149) tendida como la disponibilidad de los sectores que
interactúan en el área para integrar un conjunto de
En 2015 y con base en los datos de la Encuesta Inter- iniciativas de forma coordinada (Rivera-Chávez,
censal de INEGI (2016), ese porcentaje se incrementó 2013). La población de Jiquilpan de Juárez presen-
al 34.8%. Aunque aún no se conocen los resultados ta una notoria herencia de paternalismo y depen-
del censo de 2020, la tendencia apunta a que ese in- dencia política ligada a la figura del general Lázaro
dicador siga elevándose. Cárdenas del Río. Esto ha repercutido en las con-
diciones del desarrollo socioeconómico a nivel lo-
El dato de INEGI (216:92) del periodo 2010 y 2015 cal y a su vez es parte importante de la dimensión
coloca a Jiquilpan en el segundo puesto de munici- cultural, incidiendo también en aspectos educati-
pios michoacanos con mayor porcentaje de hogares vos. La región presenta un proceso de desarrollo
con jefatura femenina, lo cual respalda la inferencia polarizado concentrado en la ciudad de Sahuayo,
de que Jiquilpan es un municipio con una alta tasa esta dinámica puede resultar benéfica a las demás
de migración masculina. Este factor resulta relevan- poblaciones de la región en la medida que puedan
te para fomentar la actividad sericícola por parte de sumarse a sinergias e iniciativas que aprovechen
las mujeres, generadora de beneficio económico me- sus potencialidades.
diante su práctica.
Para lograr adecuadamente sus objetivos y transfor-
En cuanto a la dimensión político-institucional (que mar la realidad, normas tales como la Constitución
incide sobre varias de las demás dimensiones a con- Política, los Planes Nacionales de Desarrollo (PND) y
siderar): la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS) deben
primero sobreponerse a la desarticulación de polí-
En México, el modelo neoliberal implementado a par- ticas y programas y el uso clientelar de los recursos
tir de 1982 ha fortalecido la migración internacional (Gómez-Oliver & Tacuba-Santos, 2017). En cuanto a
al provocar el desmantelamiento de las cadenas pro- los derechos humanos, en muchos casos las reco-
ductivas internas, lo cual ha contribuido al estrecha- mendaciones emitidas por la Comisión Nacional de
miento del mercado laboral y a un incremento en el Derechos Humanos (CNDH) son aceptadas, pero en
desempleo. (Aguilar-Ortega, 2011: 138) general no se cumplen. El tercer sector se ha visto
afectado también por políticas federales de obstacu-
Las políticas impuestas por dicho modelo impiden lización para la gestión y manejo de recursos, siendo
un desarrollo humano desde los propios intereses y en muchas ocasiones las iniciativas ciudadanas las
necesidades de todas las sociedades (Bassegio, 2008: que logran tener mayor impacto en los entornos lo-
435). Investigaciones relacionadas con las formas lo- cales y regionales.
176
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
Se ha mencionado que el aspecto político ha sido vestidos para bebés, elegantes mantas” (Rodríguez-Or-
un factor que obstaculiza el avance de diversas in- tega et al., 2015: 475). La posibilidad de una vinculación
tervenciones. Sin embargo, otra dificultad reside en entre la moda y la revaloración de la seda, alientan un
las interrelaciones humanas. Es necesario superar panorama con posibilidades de uso extendido.
actitudes de protagonismo egocéntrico compartien-
do el conocimiento y respetando el interés genuino En referencia al caso de las construcciones identi-
del Otro. Impulsar de manera auténtica el desarrollo tarias juveniles, de acuerdo con Zebadúa-Carbonell
de habilidades por parte de las personas interesadas (2011), estas no representan una pertenencia grupal
en la producción sericícola es un desafío ético que di- única, sino que son “flexibles”. Los límites acotados
suelve las barreras de los individualismos. en espacios únicos se abren para dar pie a diversas
adscripciones, se conforman influidas por los medios
La dimensión cultural, inherente también al aspecto de comunicación, las industrias culturales y el con-
territorial y socioambiental, se ha destacado en la úl- sumo cultural, tienen un intenso intercambio entre
tima década con una tendencia enfocada en el PCI y la cultura tradicional, los lenguajes globales de los
las posibilidades de su gestión. La cultura es un sec- medios de comunicación y el consumo cultural, por
tor que todas las instituciones han reconocido como ende son siempre retroalimentadas. En el caso mi-
un motor del desarrollo, las ciudades han incorpora- choacano, el elevado índice de migración y su com-
do el sector cultural a su horizonte de crecimiento y posición multicultural dan lugar a procesos intercul-
los ayuntamientos promueven políticas creativas di- turales que fluctúan en la pertenencia y el rechazo de
rigidas a favorecer las industrias culturales y la com- formas ligadas a lo tradicional según las tendencias
petitividad como elemento básico para la solidez y mediáticas y de inercia social.
desarrollo (UNESCO, 2010). En el caso del PCI, y des-
de una visión más general, es indispensable evitar La dimensión técnico-comunicacional se encuentra
que las manifestaciones caigan en la banalidad o el íntimamente ligada al aspecto educativo y también
mero mercantilismo en función de las demandas del cultural: “Para la actividad sericícola no es indispen-
mercado, especialmente el del ámbito turístico. Para sable la mano de obra especializada; pero requiere
ello es necesario vigilar un equilibrio de significan- dedicación y cuidados de las condiciones ambienta-
cia-aprovechamiento. les y sanitarias como temperatura, humedad e higie-
ne” (Rodríguez-Ortega et al., 2015: 474), sin embargo
Acorde con la visión plasmada en el texto Políticas es necesario realizar adecuaciones e innovaciones
para la creatividad. Guía para el desarrollo de las in- que aporten valor agregado, como la combinación
dustrias culturales y creativas, sería pertinente poner con una actividad tradicional como es la rebocería y
en obra la creación y diversificación de públicos y las técnicas implicadas en este proceso.135 Con el te-
mercados con aprecio por la producción propia de lar de cintura se pueden tejer distintos objetos de uso
los territorios, así como generar condiciones que fa-
ciliten relaciones sinérgicas retroalimentadas entre
la dimensión social identitaria y la dimensión econó-
mica (UNESCO, 2010). 135 La técnica básica de tejido consiste en introducir una
trama o hilo en una dirección para que pase alternadamente so-
bre los hilos pares de la urdimbre y de regreso pase sobre los im-
Con relación al ámbito de las empresas creativas, en el pares. Una vara de lizo levanta todos los hilos pares para crear la
rubro de la moda y la vestimenta: “La propiedad tér- calada o espacio entre ambos juegos de hilos en la que se inser-
ta la trama; y de regreso la vara de paso sube a los nones. Así, se
mica de la seda hace que sea un tejido adecuado para van turnando los hilos de la trama y forman la tela con el auxilio
chales, chalecos, mantas, colchas, materiales de vestir y del machete (Turok-Wallace, 1988: 91).
177
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
178
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
sión de generación en generación, la cual combina- Un primer informe de actividades del Proyecto SEDA
da con la rebocería y elaboración de textiles la perfila México durante el año 2020, reporta que a la fecha se
como una actividad económica sostenible valorada ha preparado una exposición sobre el micromundo
como PCI. Asimismo, se presenta sumamente pro- de la sericicultura en coordinación con la Universi-
misoria para las poblaciones más vulnerables, si se dad de las Américas de la ciudad de Puebla, Puebla.
tiene en cuenta su revitalización y potencialidad También, ha sido programado un Tercer encuentro
para impulsar la inclusión social y el ejercicio de los de los Referentes del Proyecto SEDA Unión Europea
derechos sociales y culturales en la agenda de desa- en la Universidad Estadual de Maringá, Brasil y se ha
rrollo post COVID-19. brindado apoyo a los proyectos sericícolas de la zona
huasteca del Estado de San Luis Potosí, de la Univer-
Para la elaboración del presente capítulo, en conside- sidad Politécnica de Francisco I.
ración a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
de la Agenda 2030, se efectuó el análisis multidimen- Madero en Hidalgo y las comunidades ancestralmente
sional ya mencionado, buscando proporcionar infor- sericícolas del Estado de Oaxaca, San Miguel Cajonos
mación que respalde y estimule la implementación y Teotitlán del Valle, transitan procesos de formula-
de políticas culturales y de desarrollo susceptibles ción y presentación de sus proyectos, han obtenido
de integrarse a las estrategias para superar la crisis dos apoyos internacionales y avanzan en la gestión de
generada por la pandemia COVID-19, pero también huevecillos de gusanos de seda italianos. En octubre
por otros factores devenidos de la globalización en lo del 2020, en San Pedro Cajonos, en la Sierra Norte del
político y económico como los descriptos. Estado de Oaxaca, fue inaugurado el Santuario del Gu-
sano de Seda. Se ha colaborado con el Instituto Tec-
La crianza del gusano de seda requiere una mínima nológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO)
disposición de terreno, el trabajo diario no demanda de Guadalajara, Jalisco, emprendiendo acciones de
tiempo completo y es amigable con el ecosistema. transformación de los espacios interiores.
Además, al darle valor agregado a la materia produ-
cida convirtiéndola en artesanía, ofrece ocupación La UCEMICH se ha sumado de manera formal a las ac-
para todo el año brindando dividendos convenien- ciones de colaboración con La Casita de Piedra - Cen-
tes. De esta manera se puede afirmar que, dentro del tro Turístico de Capacitación Sericícola y Rebocería y
sector agropecuario, la industria doméstica de la cría el Proyecto SEDA México, accionando por medio del
del gusano de seda puede ser de las más rentables Laboratorio de Gestión Cultural y Humanidades Digita-
en aquellas zonas donde prevalezcan las condicio- les de la Licenciatura en Estudios Multiculturales, en el
nes climáticas adecuadas, por lo que es una opción marco del convenio de colaboración en materia de in-
para las familias que habitan en entornos rurales, en vestigación, gestión cultural, turística y social celebra-
especial en las condiciones actuales y una fuente de do entre la UCEMICH y el Patronato del Centro Turístico
empoderamiento para las mujeres. y de Capacitación Sericícola y Rebocería de Jiquilpan,
Michoacán A.C.. Todo esto como resultado del proyec-
El panorama a futuro resulta prometedor en términos to PADES: Interpretación y Socialización Permanente
del avance del proyecto. Se continúa la elaboración de los Patrimonios Culturales y Naturales de la Región
de prendas textiles por parte de la comunidad que día Ciénega de Chapala del Estado de Michoacán para su
a día revitalizan la sericicultura y la rebocería. Rebo- Puesta en Valor Mediante Productos Turísticos (2019).
zos, chalinas, capas, bufandas, gargantillas tejidas,
artesanías y bisuterías diversas a base de capullos e Finalmente, la prospectiva del convenio es conjuntar
hilos de seda son tejidos en los telares de cintura. acciones de colaboración en el diseño, desarrollo, se-
179
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 7
guimiento de acciones y procesos de generación y pro- Beutelspacher, C. R. (1999). Las mariposas entre los
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El Diablo Cojuelo, expresión de creencias y de visiones de la vida/ © Virginia Flores Sasso
183
CAPÍTULO 8
Principales
tensiones
“PCI-Turismo”
en el carnaval
dominicano
Autores:
Virginia Flores-Sasso / Patricia Silvana San Martín
<< Al Índice
184
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
En el marco del presente volumen se ha puesto en rele- El turismo ofrece una oportunidad tremenda para apo-
vancia el valor del PCI y su potencialidad como agente yar el desarrollo económico local, a la vez que rompe
socializador y dinamizador de inclusión social para el barreras entre las personas. El aprovechamiento de la
desarrollo sostenible tan necesario en la región del Cari- creatividad y la innovación tecnológica, así como la pro-
be. En esta dirección, diversas formas y expresiones cul- tección del patrimonio es esencial para promover un tu-
turales se revelan como un atractivo turístico, son por- rismo responsable y sostenible para apoyar y unificar a
tadoras de identidad y tienen un alto valor educativo. las comunidades en los próximos años. (Organización
Mundial del Turismo [OMT], 2018)
Es importante señalar que en la región caribeña la
principal actividad económica es el turismo, lo cual En el 2018, durante la tercera conferencia mundial
impacta en casi todas las actividades que realiza la sobre turismo y cultura realizada en Estambul (Tur-
población. En lo general sería posible decir que tu- quía), el periodista Rajan Data de la BBC realizó un
rismo puede agregar valor a las expresiones cultu- debate con varios ministros de turismo y cultura. La
rales, fortaleciendo la identidad de los pueblos al principal conclusión del evento refiere a que el turis-
mismo tiempo que contribuye al desarrollo social y mo y la cultura son indivisibles, y que es necesario
económico. Sin embargo, no siempre el sector del aunar esfuerzos para que el turismo no sofoque el
turismo reconoce el valor que tiene el PCI y lamen- patrimonio cultural. Asimismo, se enfatizó que tan-
tablemente, en una significativa cantidad de casos, to los visitantes como la población local deben tener
lo entiende sólo como un recurso pasible de ser ma- beneficios. Además, se advirtió que el principal desa-
nipulado. Ante esta problemática se deberían tener fío es extender el atractivo del turismo cultural más
presente las Directrices Operativas para la aplicación allá de los sitios establecidos, manteniendo al mismo
de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio tiempo un gran número de visitantes (OMT, 2018).
Cultural Inmaterial (UNESCO, 2018) en lo referente al
“Impacto del turismo en la salvaguardia del patrimo- En Kutchan, Hokkaido, Japón, en el marco de la
nio cultural inmaterial y viceversa”136 Cuarta Conferencia Mundial sobre la Cultura y el Tu-
rismo de la Organización Mundial del Turismo (OMT/
A raíz de la importancia que tiene la cultura para el UNESCO), se firmó en diciembre de 2019 la Declara-
ción de los ministros de Turismo del G20, en la cual
185
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
reafirmaron aplicar los modelos innovadores de po- Dean MacCannell (2003), estudioso de la sociología
lítica y gobernanza reflejados en proyectos punteros del turismo, cuestiona el valor de las mercancías, su-
de turismo cultural, enriquecer el turismo a través de puestamente dependiente de los costes del proceso
la transmisión de las culturas y el entendimiento mu- de producción. También plantea que, en estos tiem-
tuo, redefinir la gestión del turismo para avanzar en pos, la mercancía sólo tiene valor en base a la “ex-
el empoderamiento de las comunidades locales y el periencia” que produce y afirma que las experiencias
turismo responsable, fortalecer capacidades orien- turísticas son culturales y que el ocio se construye a
tadas al desarrollo del turismo cultural y una mayor partir de ellas. Además, señala que el turista busca
comprensión de los valores compartidos. una vivencia auténtica y desea entrar en contacto
con cosas que aún no ha experimentado.
Sin duda alguna, dado el crecimiento constante del
sector turístico,137 se están abriendo nuevas oportu- La búsqueda de lo auténtico en entornos extraños al
nidades a localidades que hasta hace poco tiempo no cotidiano es una motivación de larga data en la mo-
eran prioritarias como destino turístico (Jiménez de dernidad occidental. En este sentido, las actuales po-
Madariaga & Seño Ascencio, 2018). líticas de mercado vinculadas al turismo promueven
el ocio como la búsqueda de experiencias “exóticas”.
A raíz de la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2 Se trata entonces de escapar de lo “mundano” (ligado
(COVID-19), en febrero 2021, la OMT señaló que la a las grandes urbes), romper con todo lo que implica
pérdida de ingresos está afectando gravemente a las responsabilidades y tareas cotidianas del hogar y del
comunidades, al patrimonio protegido y a los even- trabajo (Barretto, 2007). Desde estas búsquedas, el
tos, a los espacios e instituciones culturales, a la vez PCI en el Caribe se ha vuelto un recurso atractivo para
que debilita la competitividad de los destinos y la di- ser utilizado y explotado por los gestores turísticos.
ferenciación de los mercados. Las directrices sobre
turismo cultural subrayan también la necesidad del Cabe advertir que la comercialización del PCI conlle-
apoyo de los responsables públicos para que la cul- va riesgos tales como la “turistificación”138 al generar
tura tenga una presencia relevante en los planes de acciones inadecuadas de difusión y promoción (Ji-
emergencia y contingencia de los destinos turísticos. ménez de Madariaga & Seño Ascencio, 2018). Entre
Cabe mencionar principalmente en impacto en las los atractivos turísticos, el carnaval ha sido foco de
comunidades indígenas (OMT, 2021). atención de los gestores turísticos regionales para su
comercialización. Este evento, si bien es compartido
En las últimas décadas han surgido nuevas formas de por todas las islas y territorios continentales que limi-
turismos en torno al PCI, además del tradicional tu- tan con el Mar Caribe, es a la vez diferenciador, ya que
rismo étnico (Olivera, 2011), pero se advierte que no cada territorio presenta su singularidad.
deben entenderse sólo como un recurso económico.
En el Caribe encontramos que, en la actualidad, el
carnaval se promueve de dos maneras: (a) como re-
curso, ya que es un incentivo al desarrollo económico
137 El turismo es la tercera actividad de mayor categoría
de exportaciones del mundo, después de los productos quími-
cos y los combustibles, y por delante de la automoción y de los
productos agroalimentarios (Echavarría, 2020). Además, es una
fuente básica de empleo y se ha convertido en una de las indus- 138 Dando cuenta además del impacto que sobre el PCI y
trias globales de mayor crecimiento, con expansión constante a la vida comunitaria tiene el hecho de que los servicios, instala-
lo largo del tiempo más allá de situaciones críticas mundiales, ciones y comercios se orienten y conciban en relación al turista
lo que demuestra su fortaleza y resiliencia. más que a los genuinos residentes.
186
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
local de una manera sostenible; (b) como producto, ciedades podría respaldar la teoría de que el mismo
convirtiéndolo en una simple mercancía carente de es una válvula de escape a condiciones sociales di-
identidad, sin valor patrimonial y con fines puramen- fíciles, y que la festividad se manipula como un me-
te económicos. Este impacto que tiene la masificación canismo de control social autorizado por las élites.
turística puede poner en peligro tanto el PCI como al También podría argumentarse que su existencia y su
patrimonio natural. Por tal razón uno de los retos que evolución popular en algunos lugares son el resulta-
se presenta en este binomio turismo-cultura para el do del conflicto sociopolítico y expresión de victoria
desarrollo sustentable, es lograr un equilibrio ade- de los grupos dominados. Lo que de ningún modo se
cuado que no vulnere la riqueza y el vínculo inextri- puede ignorar es la historia social del carnaval para
cable que existe entre el PCI y el patrimonio natural. favorecer una visión netamente funcionalista o para
invisibilizar la contribución cultural de uno o varios
grupos humanos (de Friedemannt, 1998).
2. Breve introducción sobre
el carnaval en el Caribe El carnaval es un objeto de estudio multiforme de
gran complejidad que resulta estratégico en la in-
dagación del fenómeno de las identidades y la teo-
En el Gran Caribe el carnaval, aunque tenga nombres ría social, y para explicar los procesos de creación y
diferentes y se celebre de diversas formas, es un ele- composición estética y cultural desde lo local (un car-
mento unificador que tiene un interés en común: la naval de una localidad) de un afuera distante, pero
manifestación de un pluralismo cultural entre sus globalizado (Flores Martos, 2001).
participantes.
Desde hace varias décadas, los estudios de afroame-
El carnaval es una fiesta pluriétnica y multicultural, ricanística examinan con interés los procesos de
un espacio en el que la libertad surge como el valor construcción de la diversidad cultural. En el marco de
fundamental de la fiesta. Tradiciones precristianas una reintegración étnica, observan al carnaval como
europeas, como las saturnales y las dionisíacas, in- escenario testimonial de presencia y de resistencia
corporaron en América características de algunas cultural, cuyos perfiles y atributos tienen que ver con
fiestas andinas prehispánicas y otras de origen afri- la asimilación de la violencia sufrida por los esclavos
cano (Gasca Lagarda, 2017). (de Friedemannt, 1998). Desde dicha complejidad, el
carnaval del Caribe representa una fusión de etnias y
Pero el Carnaval no es un simple rito sino la cristali- culturas que se conjugaron en la región.
zación de una esencia, de lo profundo de la colecti-
vidad de donde emana (Lladó i Vilaseca, 2010). Para El investigador cubano Antonio Benítez Rojo (1998:
Peter Burke, el carnaval en el Nuevo Mundo es mucho 45-46) considera que el carnaval es “la gran fiesta
más que una importación europea, pues como tantos del Caribe, que se dispersa a través de los más va-
otros elementos de dicha cultura se ha transformado riados sistemas de signos como la música, canto,
durante su estancia en América, se ha traspuesto o baile, mito, lenguaje, comida, vestimenta, expresión
traducido en el sentido de adaptarse a las condicio- corporal, anclándose especialmente en el ritmo”. El
nes locales. Estas transformaciones son más percep- mencionado autor señala que el carnaval es la ma-
tibles en tres aspectos: el rol de las mujeres, la danza yor estrategia de los pueblos del Caribe para hablar
y la cultura africana (Burke, 2000: 195). simultáneamente de sí mismos y de sus relaciones
con el mundo, con la historia, con la tradición, con
La institucionalización del carnaval en algunas so- la naturaleza, con Dios. Según Flores Martos (2001),
187
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
el carnaval es un complejo instrumento de memoria ca y ecológica (Orgaz Agüera & Ortega Fraile, 2014).
cultural mediante el cual las sociedades caribeñas En este sentido, el carnaval ha tomado protagonismo
exorcizarán cíclicamente la violencia de la Historia de como recurso turístico para atraer diversos públicos
la plantación y la esclavitud. en fechas fuera de temporada alta: sin embargo, po-
dría decirse que la turistificación está perjudicando
Esta festividad es un espectáculo gratuito, sin res- de alguna manera a la diversidad de expresiones
tricciones, donde toda la población puede participar carnavalescas. A continuación, de modo general,
espontáneamente sin importar género, condición mencionaremos algunos de los carnavales que han
social o económica, prejuicios y protocolos preesta- cobrado importante visibilización en el sector turís-
blecidos. En este mundo de los símbolos, de las esen- tico y las principales problemáticas que enfrentan en
cias y de los contenidos, todo tiene una razón de ser relación al PCI:
y un papel que cumplir. En el carnaval convergen ele-
mentos artísticos, culturales, sociales, ideológicos, Carnaval de Trinidad (Trinidad y Tobago): se ha
clasistas y espirituales, donde se gesta el reencuen- convertido en el carnaval más grande y de mayor
tro (Hernández & Tejeda Ortiz, 2007). Es un espacio importancia a nivel internacional del Caribe insu-
de diálogo sobre identidad donde todos participan, lar. La promoción que se le ha dado anualmente a
tanto locales como visitantes o turistas. Estas siner- este evento ha provocado el incremento de turis-
gias, en el sentido de lo expuesto en la introducción tas en un 60% desde finales de la década de los 90
de este capítulo, colaborarían en fortalecer vínculos del siglo XX al 2004, registrándose más de 40.000
intersectoriales entre el turismo y la cultura. visitantes con un consumo aproximado equivalen-
te a los 28 millones de dólares, lo cual representó
Como ya adelantamos, en el Caribe cada pueblo tie- algo más del 10% del consumo total anual por vi-
ne su propio carnaval con características propias y sitante (Ashley, Goodwin, McNab, Scott, & Chaves,
personajes particulares que le otorgan identidad y 2006). Esto dinamizó la industria local vinculada
definen cada región. a la fabricación de los disfraces y accesorios que
acompañan al evento, así como una serie de sec-
tores dentro de la economía local, como el entre-
3. El carnaval como tenimiento, los medios de divulgación, hostelería
recurso turístico y venta minorista, todo lo cual ha generado signifi-
cativos ingresos a la nación. No obstante, no todo
ha sido positivo, pues la actual fama que ha toma-
Resulta importante señalar que, en la región del Ca- do el carnaval, que conlleva una gran asistencia
ribe, el atractivo de sus playas, el clima cálido tropi- de visitantes, ha provocado diferentes altercados
cal y la amplia biodiversidad opacaron la riqueza de violentos. Estos hechos se produjeron entre visi-
otras expresiones, lo cual dio por resultado una baja tantes, locales y el personal de seguridad que se ha
diversificación de la oferta turística. No obstante, tenido que contratar para proteger el desfile. Tam-
en los últimos años muchas de las islas y territorios bién ha habido otros incidentes fatales y se señala
del Caribe han desarrollado, de forma paulatina, un un significativo descontrol en lo relativo al número
cambio significativo en su modelo económico, lo cual de personas y la capacidad efectiva de los luga-
ha dado por resultado una mejora cualitativa y ma- res de esparcimiento. Ante esta situación circulan
yor segmentación de su oferta turística. Así, más allá también discursos reaccionarios, por ejemplo el de
del clásico turismo centrado en “sol y playa”, se está la periodista Janine Mendes-Franco (2015), la cual
tratando de incentivar la oferta cultural, gastronómi- menciona que algunas personas sostienen que la
188
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
pasión de los trinitenses por su festividad nacional estas fiestas han sufrido a lo largo de los años (Var-
es exactamente lo que contribuye a agudizar las gas Medina, 1996). Según cifras del comité organi-
lacras de la sociedad a través de una enfermedad zador, en 2018 asistieron cerca de un millón de visi-
a la que llaman “mentalidad de carnaval”. Otro as- tantes durante los ochos días que dura el carnaval,
pecto que se señala con preocupación en los últi- con casi un 100% de ocupación hotelera. Para lograr
mos años es que buena parte de la producción de mayor impacto a nivel internacional el estado de
los trajes del carnaval se ha deslocalizado a países Veracruz decidió financiar el evento, lo cual provocó
como China, dejando a un lado la confección local. una transformación de las fiestas pues comenzaron
Esto impacta directamente en la sostenibilidad de a depender del apoyo gubernamental. En 2019, las
la pequeña industria manufacturera regional. disputas políticas entre partidos sobre el presupues-
to del carnaval pusieron en riesgo su realización.
Carnaval de Barranquilla (Colombia): es una fiesta
que conserva centenarias y fuertes tradiciones po- Cabe mencionar otros carnavales que también revis-
pulares, ya que fueron las organizaciones de los dis- ten interés, pero no acreditan un impacto interna-
tintos barrios y los grupos folklóricos quienes han cional como los ya mencionados. Estas festividades
mantenido vivo ese patrimonio cultural (Lizcano afrontan otras problemáticas como por ejemplo la
Angarita & González Cueto, 2010). En este carnaval falta de apoyo gubernamental que puede suscitarse
se observa la convivencia de diversas expresiones por diversos motivos, a saber:
tradicionales con manifestaciones contemporá-
neas de arte popular: reúne en un mismo espa- Carnaval de Limón (litoral caribeño de Costa Rica):
cio expresiones folklóricas de más de un siglo de su origen se debe a Mr. Alfred King, quien trabajó
existencia con otras recién creadas, influenciadas en el Canal de Panamá y tuvo la iniciativa de orga-
muchas veces por la cultura popular, el cine y la te- nizar el primer carnaval en 1949. La fecha escogida
levisión (Mariano & Endere, 2016). El Espacio Antro- fue el 12 de octubre por ser feriado, lo que atrae-
pológico del Carnaval de Barranquilla logró en 2003 ría la atención hacia una región olvidada según el
ser reconocido por la UNESCO como Obra Maestra testimonio de King (Chang & González, 1999:192).
del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. El Carnaval creció en comparsas, carrozas, desfiles
En 2008, la manifestación fue incluida en la Lista Re- de bandas y otras actividades como venta de comi-
presentativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de das, con una tendencia tanto a la comercialización
la Humanidad. Sin embargo, el éxito y popularidad como a la diversificación cultural, pues al inicio el
del Carnaval de Barranquilla lo transformó en una foco eran las tradiciones afrocaribeñas. Luego se
manifestación profesional. A pesar del desarrollo abrieron otros espacios: el desfile del dragón de
económico que generó en muchas personas de ba- la colonia china, las artesanías indígenas y, en el
jos ingresos, su fama se convirtió en una amenaza 2018, las danzas árabes. En la actualidad predo-
potencial para la salvaguarda de las expresiones mina la presencia de la población local, que alza
tradicionales asociadas al carnaval (de Oro, 2010). su voz sobre la reducción del turismo por la falta
de apoyo del gobierno local. En el 2020 y 2021 este
Carnaval del puerto de Veracruz (México): a pesar carnaval, como otras actividades culturales de la
de que trascendió por su alegría y reconocimiento región, fue suspendido por la pandemia.
en el ámbito nacional e internacional, e incluso ha
sido denominado como “el más alegre del mundo”, Carnaval de Jacmel (Haití): aunque el carnaval
ha perdido mucho de su original autenticidad como más importante del país se celebra en Puerto Prín-
valor cultural por efectos de la comercialización que cipe, este es considerado por su población como
189
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
el más colorido y el mejor de esa nación. Es impor- En la segunda mitad del siglo XX, bajo un gobierno
tante destacar que el mismo mantiene gran canti- democrático, las instituciones comienzaron a apo-
dad de sus tradiciones y se caracteriza por sus sin- yar al carnaval otorgando sumas de dinero y otras
gulares máscaras de papel maché de fabricación facilidades para su realización. Con el auge del turis-
artesanal, así como por el apoyo y la colaboración mo se redefinió el carnaval dominicano y a partir de
de toda la comunidad. El ambiente musical está 1983 se institucionalizó el Desfile Nacional de Car-
asegurado por dos grupos rivales. Si bien el flujo naval como refuerzo a la identidad nacional. Junto
del turismo internacional es muy bajo no se consti- al desfile se instauró anualmente una reina y un rey
tuye como un problema. El carnaval es financiado del carnaval y comenzaron a popularizarse las com-
principalmente por el gobierno y familias haitianas parsas barriales.
adineradas, pero los problemas políticos y econó-
micos del país han generado serios inconvenientes En el carnaval dominicano se puede apreciar una crio-
al carnaval, principalmente agravados por los de- llización, diversidad e identidad en cada uno de los
sastres naturales que han sufrido reiteradamente. personajes que se presentan. Los mismos son la he-
rencia del mestizaje y toda la historia que ha vivido el
pueblo dominicano. Las máscaras, los trajes y acceso-
rios, son elementos esenciales en el carnaval. La for-
3.1 El carnaval en la República Dominicana ma, el tamaño y el contenido de ellos han sido tradicio-
nalmente expresiones de la creatividad de los artistas
Según Hernández y Tejeda Ortiz (2007), la primera y artesanos calificados que representan de forma sin-
manifestación de carnaval en América surgió en la gular a los personajes tradicionales. Estos creadores
ciudad de Santo Domingo, aproximadamente ha- conocen y mantienen vivas las técnicas tradicionales
cia 1520. Este se celebraba durante las carnes to- que utilizan como es el caso del “papel mache”, que
lendas, que es el período que comprende los tres no es más que tiras de papel unidas con pegamento. El
días anteriores al miércoles de ceniza, día en que diseño y confección del traje y los accesorios como la
empieza la cuaresma. vejiga, demanda un significativo trabajo profesional y
colectivo (Hernández & Tejeda Ortiz, 2007).
Desde su inicio el carnaval era un espacio participativo
de libertad, de empoderamiento contestatario y sub- Todos los elementos son muy personales y responden
versivo, y tenía como escenarios los espacios públicos a las intimidades y convicciones de los protagonistas
de la ciudad. En un principio se organizaba un calen- porque son una prolongación del sí mismo, de sus
dario de festejos carnavalesco que estuvo relaciona- creencias y de sus visiones de la vida. Así surgen per-
do a eventos religiosos ligados a los santos patrones o sonajes icónicos y únicos con características muy parti-
a la virgen, también se lo vinculó a eventos históricos culares. En la República Dominicana el personaje más
y políticos, así como a celebraciones sociales. popular es el “diablo cojuelo”, el cual se representa de
manera distinta en varias regiones del país.
El carnaval en su devenir histórico tuvo cada vez más
arraigo en el pueblo dominicano. El crecimiento de la Sin embargo, en las últimas décadas a raíz de la me-
ciudad y el surgimiento de barrios populares hicieron diatización turística y económica del carnaval, las tra-
posible que esta fiesta tomara un significado identi- dicionales máscaras se comenzaron a transformar a
tario relevante para la población, fortaleciendo el partir de la incorporación de elementos importados.
sentido de pertenencia, llegando incluso a formarse Asimismo, en los rituales que acompañan al carnaval
comparsas por barrios. y en los espacios de socialización, se fue integrando
190
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
música no tradicional. En estos espacios, tradicional- miento del devenir socio-histórico-cultural de esta fes-
mente punto de encuentro de la comparsa, se hacían tividad y dejan al descubierto su instrumentalización
rituales invocando la protección de las deidades an- a partir de la búsqueda de altos réditos comerciales a
tes de la marcha callejera. En la actualidad, si bien expensas de tergiversar y manipular el valor del PCI.
siguen siendo un punto de encuentro, se han trans-
formado en discotecas donde las grandes empresas
comerciales promocionan sus productos.
4. Análisis multidimensional
Otra amenaza que ha sufrido el carnaval dominicano del rol del turismo en el
provino de proyectos implementados por algunos sec- carnaval dominicano.
tores económicos y sociales elitistas que han promo-
vido el “encierro” del carnaval en salones a los fines
de “occidentalizarlo”, argumentando el cumplimiento A continuación, desde las dimensiones del modelo
de ciertos estándares internacionales de calidad de “PCI-Inclusión Social” abordaremos algunos aspec-
servicio. Estas iniciativas significan un profundo borra- tos de los carnavales de la República Dominicana.
191
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
En la República Dominicana hay regiones donde coe- A nivel socioeconómico el Carnaval tiene un peso
xisten varios carnavales. Sin embargo, todos ellos es- y un potencial importante en el desarrollo local,
tán arraigados en sus respectivas áreas y se agrupan ya que genera oportunidades de empleo, ingre-
en la ciudad de Santo Domingo donde convergen en sos, dinamiza los territorios, entre otros. Asimis-
un día determinado, que además se inscribe como mo, beneficia tanto a emprendedores como em-
el cierre del carnaval. Como ya fuera dicho, en la isla presarios, cocineros, artesanos, artistas, músicos,
de Santo Domingo se celebró la primera manifesta- cantantes, compositores, coreógrafos, bailarines,
ción carnavalesca de América, y para los dominica- maquillistas, diseñadores de disfraces, costure-
nos esto es un orgullo que se celebra y se recuerda en ros, etcétera. Todo ello abona al crecimiento de
cada carnaval. las pequeñas y medianas empresas (PYMES).
Este carnaval atrae a un gran número de turistas También promueve la autogestión, logrando que
tanto nacionales como extranjeros. Para algunos cada vez sean más organizaciones, instituciones e
esas fechas son casi sagradas, incluso parte de la individuos los que aportan con fondos o especies
diáspora dominicana toma sus vacaciones en ese al carnaval (disfraces, bandas de músicas, promo-
período para poder participar de diversas formas. ción en los medios de comunicación, auspicio de
Asimismo, gran parte de la población aprovecha los viajes, etc).
fines de semana para visitar y disfrutar de todos los
carnavales, culminando con el de la ciudad de San- Por otro lado, cabe destacar que los grupos que parti-
to Domingo. cipan en el carnaval, desde su inicio, funcionan como
una especie de cofradía con un nombre y estructura
El turismo se vuelve un impulso para el desarrollo jerárquica. Estos grupos incluso prestan a sus inte-
rural, pero a la vez es un problema ya que no se han grantes ayudas sociales o económicas ante la enfer-
realizado estudios sobre la capacidad de carga del medad o necesidad y también a la comunidad que
territorio, y en muchas ciudades donde ya son po- representan. La solidaridad es un factor clave en este
pulares sus carnavales, se están produciendo daños tipo de relaciones.
en el mismo: aumento de basura, insuficientes esta-
cionamientos y una contaminación sonora produc-
to del alto volumen de la música que se instala en
los diversos puestos ambulantes, colmados, restau- 4.3 Dimensión político-institucional
rantes y terrazas. Se echa en falta una planificación
sustentable del uso de los espacios públicos duran- Desde principios del siglo XXI se puede observar el
te el evento. apoyo que han dado las instituciones públicas y pri-
vadas al desarrollo del carnaval. Los ministerios de
En definitiva, es esencial que de forma intersec- cultura y el de Turismo, así como las municipalida-
torial se replantee el turismo de forma sustenta- des, apoyan económicamente a los organizadores
ble, tomando en cuenta integralmente el impacto del carnaval de todas las regiones del país. Además,
de esta actividad en la presente dimensión so- ambos ministerios ofrecen cursos con diversos te-
cioambiental. mas, todos relacionados al carnaval, a los fines de
que la población pueda mejorar la gestión del evento
192
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
El carnaval dominicano sigue siendo la vía de expresión Sin embargo, los procesos de turistificación que ac-
del pueblo frente a los procesos de globalización que tualmente observamos ponen en debate aspectos de
se están imponiendo, dando cuenta de su resiliencia. lo identitario y también lo inherente al valor de cam-
Lo entendemos como una reinterpretación y resignifi- bio, es decir, los intereses que devienen de la activi-
cación de los rituales al objeto de preservar/continuar dad turística global.
la tradición, ya que vincula el pasado, presente y futuro
comunitario. Entonces, esta manifestación dinámica
en sus cambios mantiene a su vez las tradiciones y teje
lazos de continuidad entre generaciones. 4.5 Dimensión técnico-comunicacional
De modo general, todas las expresiones carnavales- Los procesos de mediatización actuales, y específi-
cas otorgan sentido de pertenencia a sus integrantes. camente la industria del entretenimiento, han favo-
Es una práctica transgeneracional que estructura el recido la difusión y promoción del carnaval lo cual
calendario, genera un antes y un después en la vida les ha redituado importantes ganancias comerciales.
cotidiana de gran parte de la población que se prepa- Podría decirse que el consumo masivo del evento lo
ra todo el año para esta fiesta. ha transformado en un carnaval mediático.
193
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
194
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
En este capítulo hemos puntualizado algunos bene- Proyectos comerciales destinados a un público
ficios y varios problemas que se presentan cuando objetivo que, centrados en eventos o actividades,
la actividad turística en torno al carnaval carece de restringen el libre acceso de todas las personas al
un plan que considere la salvaguarda de este en su conocimiento, el uso y el disfrute del carnaval.
calidad del PCI.
Por estas razones, es insoslayable co-construir e im-
En acuerdo con Mariano y Endere (2016) en su aná- plementar modelos de gestión, planes de salvaguar-
lisis sobre el carnaval de Barranquilla, encontramos da del PCI donde se defina intersectorialmente una
algunas problemáticas similares en los carnavales metodología de actuación contextualizada.
dominicanos que se pueden mencionar como facto-
res de riesgo: En relación a los visitantes, un aspecto a considerar
es la mejora de la información que se le proporciona
Los costos de producción, participación y organi- al turista, poniendo en valor los aspectos que singu-
zación resultan excesivos para las comunidades, lo larizan y contextualizan a cada carnaval de la región
cual impacta en la autonomía y despliegue de crea- y al PCI. Esto implica profundizar los estudios al res-
tividad. La viabilidad y sustentabilidad de los pro- pecto y respetar los legados comunitarios. Sería reco-
cesos previos y los propios del momento festivo mendable que la información turística esté presente
comienzan a depender de modelos de comerciali- en distintos soportes mediáticos y sea consensuada
zación o de políticas partidistas que desconocen el por los grupos intervinientes.
valor del PCI. Esto reafirma la necesidad de pensar
en profundidad indicadores socioeconómicos y Asimismo, es clave brindar a los visitantes un adecua-
político-institucionales relativos a la problemática do bienestar en cuanto a su estadía que no impacte
PCI-Inclusión social. en la calidad del ecosistema y que a su vez brinde las
condiciones sanitarias adecuadas. Asumir este reto
Falta de protagonismo en relación al PCI y la también es pensar en la mejora de la calidad de vida
práctica de estas manifestaciones del carnaval de las comunidades locales y brindar líneas crediti-
de forma articulada y activa, tanto en los espa- cias al pequeño y mediano emprendedor.
cios educativos formales como no formales e
informales, desde el nivel inicial al superior y en En síntesis, y en un plano cultural más amplio que el
rangos etarios heterogéneos (intergeneracional). caso del carnaval que tratamos, reiteramos la impe-
Resulta insoslayable concebir la apropiación va- riosa necesidad de activar procesos de agencia inter-
lorativa de esta manifestación por parte de las sectoriales. Los mismos tienen que tener un claro ho-
nuevas generaciones como un hecho experien- rizonte de equilibro en relación al beneficio de todas
cial de transmisión y co-construcción socioedu- las partes, considerando la actual situación donde
cativa por parte de la comunidad en su conjunto. las comunidades portadoras quedan particularmen-
Esta co-construcción, por un lado, podría fortale- te excluidas de los réditos económicos y desdibuja-
cer los procesos de agencia integrando lo inter- das por los procesos de turistificación.
sectorial y por otro, puede contrarrestar en los
jóvenes los efectos negativos sobre la valoración
del PCI que trae aparejada la espectacularización
195
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
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196
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 8
197
Baile Gitano en la Fiesta de La Tirana 2017 / © Francisca Basaure Aguayo
198
CAPÍTULO 9
Tarapacá en el
Mundo: experiencia
de puesta en valor
de la religiosidad
popular mariana en
el Norte Grande
Autores:
Bernardo Guerrero Jiménez / Francisca Basaure Aguayo
<< Al Índice
199
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
1. La región de Tarapacá sos (Pimentel & Barros, 2020) y que hoy buscan ser
declarados como patrimonio de la humanidad.
La región de Tarapacá, ubicada en el desierto de Ata- En el oasis de Pica y Matilla, iglesias coloniales (Advis,
cama, comparte fronteras con Perú y Bolivia. Fue 1995) evidencian la temprana presencia de españo-
anexada a la soberanía chilena producto de la guerra les en esta zona. Además, como producto de la explo-
del Pacífico (1879-1884). Desde la primera mitad del tación del salitre, se encuentran, por lo menos, 150
siglo XIX hasta los primeros 50 años del siglo pasado, oficinas salitreras, de las cuales dos, Humberstone y
exportó salitre a todas partes del mundo. Santa Laura, fueron nombradas patrimonio de la Hu-
manidad en 2005. En La Tirana, un pequeño pueblo
En la geografía del Norte Grande se pueden observar en medio del desierto, se realiza cada año una masiva
cuatro pisos ecológicos: la costa, la pampa o desier- peregrinación. Personas de Arica, Iquique, Tocopilla,
to, las quebradas y el altiplano. Desde la costa al alti- Antofagasta e incluso de Copiapó y de Santiago, or-
plano, las diferentes altitudes son escenario de diver- ganizadas en cofradías religiosas, se desplazan a la
sas ocupaciones —en el mar la pesca, en el desierto fiesta que se realiza cada 16 de julio, fiesta que se vio
la minería, en las quebradas la agricultura y en las interrumpida, en el año 2020, debido a la crisis sani-
tierras altas la ganadería, agricultura y artesanía—. taria originada por la pandemia de COVID-19.
Etnias como la aymara, la quechua y los changos —en
la costa—, dan cuenta de la diversidad étnica de la re- Esta breve caracterización de la región sirve como
gión. Tarapacá, en base a lo dicho, posee variopintas marco general para comprender que, en cada uno de
identidades. Cada grupo produce la suya, no exenta los territorios que la componen, existe un variado pa-
de influencias y de resignificaciones (Guerrero, 2009). trimonio cultural inmaterial.
200
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Saludo de caporales de la Asociación de Bailes Religiosos Victoria Alianza, Fiesta de La Tirana, 2018. / © Francisca Basaure Aguayo
pobres del tercer mundo, muchas poblaciones sin implícita la marca del progreso:
agua, luz ni alcantarillados se llaman “Progreso”.
Ya que la revolución tecnológica es irresistible por sí
La Unión Soviética trabajó casi en forma mesiánica el misma, la autoridad arbitraria y los valores irraciona-
concepto y los Estados Unidos al concluir la segunda les de las culturas pre-científicas y preindustriales es-
Guerra Mundial, se convirtieron en los paladines de la tán condenadas (...). La resistencia (...) no puede salvar
civilización occidental, defensores y exportadores de a los valores tribales (...). No les queda más alternati-
su estilo de vida. La Alianza para el Progreso fue un va que aceptar inteligentemente y voluntariamente
signo emblemático de esa tradición. el modo de vida industrial y todos los valores que le
acompañan.
El mundo dividido en dos bloques ofrecía al resto de No necesitamos disculparnos por recomendar ese ca-
la humanidad, bajo diferentes estéticas, lo mismo: mino. La sociedad industrial es el modo de vida más
progreso. En ambos casos el enemigo era uno solo: la exitoso que la humanidad ha conocido. Nuestra gente
ignorancia y la superstición. El progreso se nos pre- no sólo come mejor, duerme mejor, tiene alojamientos
sentaba en forma de electrodomésticos, conquistas más confortables, se traslada mejor y más cómoda-
espaciales, automóviles, etc. mente y vive más tiempo de lo que los hombres jamás
lo han hecho. Además de oír la radio y mirar la tele-
En los años 50, el presidente Truman lanza la era del visión, lee más libros, escucha más música y ve más
desarrollo. Las regiones que antes eran conocidas películas que ninguna otra generación previa o ningún
como incivilizadas o atrasadas empezaron a llamarse otro pueblo lo ha hecho. En el clímax de la revolución
subdesarrolladas. Detrás del nuevo concepto quedó tecnológica vivimos en una época de oro de la lucidez
201
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
científica y los logros artísticos. Para todos aquellos se percibirá en lo sucesivo como el motor psicológico
que logran el desarrollo económico el cambio cultural del progreso. (Sbert, 1996: 305)
profundo es inevitable. Pero las recompensas son con-
siderables. (Sbert, 1996: 303) Las ideas sobre el desarrollo habrían de propagarse
rápidamente en este sector del mundo. Como ya no
Los supuestos de esta concepción de desarrollo des- somos atrasados o incivilizados, sino subdesarrolla-
cansan a su vez en una nueva forma de mirar al tiem- dos, la tarea es ofrecer el desarrollo como una meta a
po, a la historia y a la humanidad. El tiempo ya no es alcanzar, meta que cada vez que nos parece cercana,
cíclico, no retorna eternamente sobre sus ejes funda- se nos aleja más.
cionales en el que encuentra su razón de ser, no es
el tiempo primordial del que habla Eliade (1968) en El desarrollo como tema ha sido planteado por una
el que los hombres participan solidariamente en la significativa cantidad de cientistas sociales, ya sea
renovación del Cosmos junto a los dioses. El tiempo enfatizando algunos aspectos como negando otros;
es ahora lineal. No hay espacio para el destino y tam- tanto las perspectivas de izquierdas como de dere-
poco cabe la Divina Providencia. Lo humano se define chas coinciden con ese ideario.
desde una ontología signada por lo racional y autó-
nomo (Bauman, 1997). Racional por la capacidad de En nuestro continente, la revolución cubana se alza
controlar su subjetividad y actuar de acuerdo a las dis- como respuesta al subdesarrollo y a la explotación.
posiciones entre medio y fines. Así, la racionalización, La Alianza para el Progreso reacciona a la amenaza
deviene en la modernidad, como guía y motor de la castrista. Bajo el rótulo de “ayuda para el desarrollo”
puesta en acto. El ser, en su autonomía, se erige en el se legitiman invasiones, se destruyen los recursos
centro del universo por lo cual ya no depende de los naturales, se sacrifica la democracia, se violan los de-
dioses y, el tema de la fe y de la salvación son aspectos rechos humanos. Las últimas dictaduras conjugaron
que sólo se reflexionan en el ambiente de lo íntimo, en la Doctrina de la Seguridad Nacional con el neolibe-
la esfera de lo privado. En este sentido, la modernidad ralismo, acaso la faceta más nueva del desarrollo. El
se define como un movimiento histórico de la racio- neo-populismo que aparece en América Latina ofrece
nalización de la experiencia social, de dominio sobre la democratización en el consumo. El neoliberalismo,
la naturaleza, como un triunfo progresivo y total de la en el resto del continente, trata de ecualizar lo impo-
epistemología racional-cristiana (Dussel, 1994). sible: el modelo con la igualdad de oportunidades.
202
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
El “desarrollismo” como tendencia, como bien seña- en su libro Política y Sociedad en una Época de Transi-
lan Morandé (1987) y van Kessel y Droogers (1988), ción plantea los caminos que ha de recorrer América
está presente en todas las escuelas: desde la Comi- Latina para convertirse en una sociedad moderna.
sión Económica para América Latina y el Caribe (CE-
PAL) hasta la Escuela de Chicago, pasando por la Teo- La segunda etapa se caracteriza por la llamada so-
ría de la Dependencia. ciología comprometida, una respuesta a la crisis del
desarrollismo made in U.S.A. Esta pretende combi-
El desarrollismo ha tenido como motivo el soslayar nar los principios científicos del marxismo científico,
aspectos importantes de la configuración de América entre otros, con una propuesta política e ideológica
Latina, por lo que asuntos como la identidad cultural de desarrollo. Pero esta sociología, autodenominada
y la religión son ignorados. Para estas tres escuelas, crítica al decir de Morandé (1987), se vuelve más acrí-
uno de los objetivos principales debía ser el provocar tica reificando sus argumentos en el discurso ideoló-
la pérdida de significación pública de la religión. Esta gico-político.
era vista como “un obstáculo al desarrollo” o, como
Carlos Marx, en su tiempo y contexto, lo metaforizó Al igual que sus colegas estadounidenses “los depen-
como un “opio del pueblo”. dentistas” cometieron el error de concebir la religión
como un tema que tendría que desaparecer de escena.
Lo anterior tiene dos raíces que es necesario discutir. La construcción del socialismo puede perfectamente
Una de ella se relaciona con el origen europeo de los soslayar el tema de Dios. Así, las tesis weberianas o
modelos aplicados en América Latina y la otra, parte neoweberianas según Parker (1992: 19), fueron des-
de una imagen-meta trazada en Europa donde la reli- echadas por su condición idealista o por ser simples
gión y la cultura, por obra del proceso de seculariza- consecuencias de la base económica de la sociedad.
ción, se ha convertido en un asunto privado.
A la crítica de la excesiva ideologización de la socio-
Siguiendo a Morandé (1987), se pueden usar como si- logía comprometida, le corresponde el surgimiento
nónimos conceptos tales como modernización, desa- de una tecnocracia aplicada a las ciencias sociales
rrollismo y secularismo; en el sentido de que estos tres devenida del neoliberalismo puesto en boga por Mil-
términos parten del supuesto que el desarrollo en Amé- ton Friedmann. El desarrollo es ahora visto como un
rica Latina sólo se logra en la medida en que los valores problema técnico. El mercado se convierte en el me-
culturales, tales como la religión popular, desaparezcan jor asignador de recursos. El tecnicismo reemplaza
o bien pierdan importancia como fenómenos de masas. a la política. Los “Chicago Boys”, apodo con que se
conoce a los economistas que estudiaron en la Uni-
El desarrollismo en nuestro continente, según Mo- versidad de esa ciudad, irrumpen en el escenario de
randé (1987), ha recorrido tres etapas. Una de ellas, la región avalados además por la fuerza militar.
la primera, es la aplicada por mediación de la socio-
logía de Parsons. La idea es transformar a América Hay una curiosa coincidencia entre los desarrollistas
Latina en una sociedad moderna. En este marco pa- y los dependentistas en términos de que ambos, tan-
radigmático el modelo es Europa o Estados Unidos. to desde el desarrollo estilo estadounidense como
Siguiendo al mencionado autor, esta tendencia sólo del desarrollo estilo soviético, con algunas variantes
pretendía aplicar, cual si fuese una mágica receta, el locales como Cuba o Corea, evitan involucrarse en los
método científico y de este modo cosechar los frutos temas culturares. Para estas perspectivas, la religión,
de una calidad de vida mejor. Su más lúcido repre- al igual que la tradición, son un resabio irracional que
sentante fue el argentino Gino Germani (1973), quien obturan todo tipo de progreso.
203
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
En la literatura revisada sobre el Norte Grande de Las fiestas religiosas, el complejo gastronómico y
Chile, los temas del desarrollo son vistos, en su gran sonoro, los saberes transmitidos por tradición oral,
mayoría, con arreglo al crecimiento económico. La entre otros, encuentran un lugar en un proyecto re-
cultura en su más amplia expresión no ocupa ningún gional del cual son protagonistas los actores sociales
lugar. Recién en los años 80 del siglo pasado, con la en su territorio. El PCI colabora centralmente en la
publicación de la obra Holocausto al Progreso: Los ay- valoración del territorio, lo cual fortalece en las co-
maras de Tarapacá, van Kessel esboza la idea de un munidades el arraigo y lo identirario.
desarrollo con identidad o etno-desarrollo. Este au-
tor define el concepto de desarrollo endógeno como:
204
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Baile Moreno Oficina Salitrera Victoria en la Fiesta de La Tirana, 2018. / © Francisca Basaure Aguayo
gistros fotográficos de matracas de bailes morenos e Lo anterior rompe además con la visión binaria del
imágenes de la virgen del Carmen, así como también patrimonio, en tanto distinción entre lo material e
cinco documentales entre el año 2016 y 2020. inmaterial. Este es un desafío para quienes estudia-
mos esta fiesta, ya que se puede abordar desde el
estudio de los trajes, las mudanzas, los instrumen-
tos como matracas, chontas y panderetas, hasta la
3.1 Aproximaciones teóricas conformación de bandas de músicos de percusión,
de cañas (quenas y zampoñas) así como de instru-
La fiesta de La Tirana, parafraseando a Marcel Mauss mentos de bronce. A ello hay que agregar el estudio
(2006), es una fiesta social total, donde quien par- de los estandartes (Guerrero, 2011) y de los cantos
ticipa activamente se involucran en sus dimensio- religiosos (van Kessel, 1972) que poseen un origen
nes físicas (danza), fisiológicas (se cansa), psíquicas indeterminado, aunque algunos autores los ubican
(tiene un compromiso con la virgen) y sociológicas en el siglo XVIII (Núñez, 2004).
(se involucra en un todo). Hay canto, drama y ac-
ción. La Tirana es un sistema en el que la diversidad Cuando la fiesta de La Tirana se observa de manera
de actores se conectan entre sí. Cabe señalar que se histórica y sistemática, se advierte su complejidad
dan cita en un mismo espacio, pero en forma deli- y dinamicidad en tanto fenómeno cultural y religio-
mitada, aspectos económicos, políticos (no siem- so. Lo anterior se puede observar en el paso de una
pre manifiestos) y religiosos, tanto en la expresión fiesta eminentemente local a una con características
de la liturgia oficial del catolicismo como de la po- globales, pero que dialoga entre ellas. La expresión
pular, expresada en cantos, danzas y peregrinajes. “glocal” tal vez sintetice de mejor modo lo anterior.
205
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Desde fines del siglo XIX hasta los años 30 del siglo lugar, también entra en tensión con la Iglesia católi-
pasado, esta festividad representaba, a través de las ca que ve a estas fiestas como expresión de paganis-
cofradías religiosas, a los grupos étnicos que habita- mo. De allí sus campañas de evangelización y sobre
ban lo que hoy es el Norte Grande de Chile, una región todo su intención, lograda hoy en día por cierto, de
pan-andina —chunchos (indios selváticos), cuyacas controlarla. En tercer lugar, genera otra tensión con
(pastoras aymaras), morenos (afrodescendientes), los sectores ilustrados de la izquierda chilena que
entre otros—. Posteriormente, por influencia del có- la califican de “opio del pueblo”. Esta opinión sería
mic y del cine, hacen su entrada bailes pieles rojas y de carácter relativo cuando en una encuesta, en los
gitanos. En los 50, por influjo del Carnaval de Oruro, años 70, cerca del 70% de los peregrinos votaron
en Bolivia, aparecen por primera vez las diabladas. En por el candidato socialista y futuro presidente de la
los años 80, producto de la migración boliviana a la República Salvador Allende.
ciudad de Iquique, asistimos a la presencia de bailes
sambos caporales, morenadas, tinkus, entre otros. Pese a estas tres tensiones, La Tirana, en tanto patri-
monio dinámico y gestionado parcialmente por las y
Con lo anterior señalamos la apertura que tiene esta los peregrinos agrupados en asociaciones y federa-
fiesta hacia las influencias del medio y cómo, a su ciones, ha logrado desarrollarse y crecer más allá de
vez, estas son adaptadas. Se trata de un patrimonio todos los designios que bajo el concepto de seculari-
que incorpora la innovación a sus prácticas religio- zación, en la década de los sesenta, anunciaban el fin
sas. La fundación de un nuevo baile religioso, desde de la religión.
la elección del nombre hasta el tipo de mudanzas,
pasando por el tipo de trajes, es un acto creativo en el La fiesta de La Tirana en el siglo XXI expresa la diversi-
que participa la comunidad barrial en el lugar donde dad cultural de un país como Chile, tan largo geográfi-
se emplaza y que le servirá como identificación terri- camente como diverso culturalmente. La así llamada
torial; por ejemplo, Morenos de Cavancha, Osos de El identidad nacional, encuentra en esta manifestación
Colorado, etc. una expresión territorial rica y variada.
La Tirana es también una festividad que pone en Esta manifestación religiosa, en tanto expresión sim-
tensión, en primer lugar, el carácter hegemónico bólica de la cultura popular, tiene componentes de
de la nación, definido desde Santiago. Una comu- resiliencia y resistencia además de producir solida-
nidad imaginada, al decir de Anderson (1993), que ridad entre sus miembros. Los ataques que expe-
se articula en torno a una elite blanca, patriarcal y rimentaron en buena parte del siglo XX ayudaron a
monolingüe, que va a transmitir la idea de un Chile crear ese espíritu. Agrupados en torno a la figura de
Central al resto del país, en la que el huaso142 es su la virgen del Carmen, conceptualizada como Madre y
figura emblemática. En este sentido, La Tirana fue en términos más coloquiales como china, diseñaron
vista como fiesta de indios y como tal, su existen- estrategias en pos de la defensa de su peregrinación.
cia y desarrollo cuestionaba la idea dominante de Estos grupos con la Iglesia católica mantienen rela-
lo que es ser chilenos. Los ataques desde la prensa ciones de cercanía y de distancia, son celosos de su
has sido evidentes (van Kessel, 1992). En segundo autonomía en tanto peregrinos. Acuden a la iglesia
para que le presten servicios religiosos, asesorías,
etc. Son críticos en cuanto protestan por la inmensa
cantidad de misas que se hacen en ella, ya que en al
142 Figura que representa al latifudista. Se viste con poncho
y espuelas, practica el rodeo, baila la cueca, declarada baile na- decir de la mayoría le vienen a bailar y a cantar a la
cional en la dictadura de Pinochet, entre otras actividades. virgen, no a escuchar misa.
206
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Recién desde el siglo XXI, el Estado de Chile ha co- La fiesta de La Tirana, en estos últimos treinta años, ha
menzado a trabajar el concepto de PCI. En 2009 sus- sido objeto de decenas de registros audiovisuales,143
cribió la Convención para la Salvaguardia de Patri- especialmente por parte del periodismo. La oferta que
monio Cultural Inmaterial y desde ahí ha impulsado puso la Zona Franca de esta tecnología hizo que un sig-
una serie de iniciativas desde el Concejo de la Cultura nificativo número de realizadores se dedicaran a docu-
y las Artes, actual Ministerio de las Culturas, las Artes mentar la fiesta. En este trabajo sólo nos ocuparemos
y el Patrimonio. Por ejemplo, creó el reconocimiento de reseñar algunos de estos registros.
de Tesoro Humano Vivo para las comunidades, gru-
pos y personas que son distinguidos y destacados El primer registro del que tenemos conocimiento fue
por sus pares por los significativos aportes que han realizado en el año 1944 por un grupo de profesio-
realizado a la salvaguarda y al cultivo de elementos nales venidos desde Santiago144. Es un documental
que forman parte del Inventario de Patrimonio Cul- en blanco y negro en 35mm, con una voz en off. Sus
tural Inmaterial en Chile. De esta manera, en el año directores son Pablo Garrido y Armando Rojas y tie-
2013, fue distinguido el caporal del baile piel roja Ar- ne una duración de 16 minutos. Hace unos años esta
turo Barahona González (1929-2019). cinta fue restaurada por la Cineteca de la Universidad
de Chile145.
En el año 2014, los bailes chinos de Chile fueron in-
cluidos en la Lista Representativa del Patrimonio Cul- Este registro, visto en su contexto, es un intento por
tural Inmaterial de la Humanidad. Siendo parte la So- representar en imágenes La Tirana. Recoge todos
ciedad Religiosa Baile Chino del Carmen de Iquique los lugares comunes de ese entonces respecto a esta
quienes participan de la Fiesta de La Tirana. Cabe fiesta: paganismo, idolatría, superstición. Dice el na-
destacar también que, en 2013, la cámara de Diputa- rrador Peter Mario:
dos aprobó declarar la fiesta de la Tirana como patri-
monio cultural inmaterial de la nación, con el objeti-
vo de reconocer la importancia religiosa, folklórica,
artística y popular de esta celebración del norte gran- 143 Se puede encontrar un listado de registros asociados a
de de Chile, así como también promover y difundir la la fiesta en: Link
fiesta a nivel nacional e internacional. Ahora bien, la
144 Pertenecientes al Servicio Cinematográfico de la Direc-
propuesta fue enviada al Senado para cumplir su se- ción General de Informaciones y Cultura (DIC).
gundo trámite constitucional. De esta forma, la fiesta
de La Tirana alcanza por parte del Estado una visibili- 145 Se puede visualizar en el repositorio de la Cineteca de la
zación que por mucho tiempo se le negó. Universidad de Chile: Link
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Pues bien, el 16 de Julio de todos los años, ante la ma conjunta entre la Universidad de California y la
Virgen y el recuerdo de la bella Tirana, millares de Universidad de Chile. Es un registro de cerca de una
personas, en su mayoría trabajadores del salitre, acu- hora que sigue la lógica de las más clásicas de las
den a celebrar extrañas fiestas, cuyo ritual sobrepasa etnografías. Como tal, es un documental que narra
los límites de la imaginación. Y entonces los obreros como quien escribe un libro. Posee imágenes que
abandonan sus faenas para acudir a los bailes, trans- aún en la actualidad son de un valor extraordinario. A
formados en Chunchos, Morenos, Pieles Rojas, Cuya- menudo parte la pantalla en cuatro planos para mos-
cas, Llameros o Chinos. Es la gran reserva espiritual de trar diversos aspectos de la fiesta. Podríamos decir
estos obreros del norte. Van camino a la iglesia al com- que este material se mueve bajo el canon de la an-
pás de música y de sus extrañas danzas. El paganismo tropología de la época: la búsqueda y representación
de la fiesta se funde en lo cristiano de los cánticos y del “Otro Exótico”.
el aire vibra estremecido de ritmo en la silenciosa so-
ledad de la pampa. Los promeseros marchan atrás de En el año 1991, el programa Al sur del mundo del ca-
las andas engalanadas de la Virgen del Carmen. Cada nal 13 de la Universidad Católica, en el marco de la
grupo lleva su propia imagen de la Virgen, y en pos de conmemoración de los 500 años del “contacto” entre
ella van los bailes, compuestos por millares de perso- españoles y nativos, realiza el documental La Tirana:
nas con los más extraños atavíos. dolor y esperanza. El guión y la dirección estuvieron a
La atmósfera exaltada y ferviente de la multitud inun- cargo de Oscar Garaycochea. El audiovisual intercala
da el templo de La Tirana, y en su interior las oracio- entrevistas a peregrinos quienes cuentan la leyenda
nes, los cantos, y hasta la voz del sacerdote, tienen una de La Tirana; para darle un fundamento más históri-
extraordinaria mezcla de lamento y de fe. Afuera, en la co y antropológico inserta las opiniones de Lautaro
plaza de La Tirana, el baile Cuyaca continúa su ritmo Núñez y Javier García. De igual modo, los peregrinos
que tiene ancestros de siglos. La música y la fe sacu- Omar Barreda y Sergio Sangines —de la Diablada—
den hasta la última fibra de los cuerpos y los espíritus. e Iván Pastenic —cacique del baile Chino— expresan
(La Tirana, documental, 1944) sus opiniones. La realización tiene una duración de
51:15 minutos.
Este relato, como ya hemos dicho, recoge y sintetiza
lo que la atmósfera intelectual de la época dictaba. El documentalista antofagastino Omar Villegas tiene
Posee una mirada eurocéntrica e ilustrada, tributaria también una larga nómina de realizaciones alusivas a
del desconocimiento que se tenía y aún se tiene del la fiesta de La Tirana. Su producción se ha caracterizado
Norte Grande sobre esta festividad, que es presenta- por narrar historias de bailes religiosos como los Pieles
da actualmente en la televisión como un “carnaval”. Roja de Antofagasta y los Diablos Rojos de Iquique.
La cámara enfoca a los bailes, rostros y vestimentas, También el equipo de Televisión de la Universidad Ar-
pero no les da la palabra a los protagonistas. Es la turo Prat realizó un documental de 25 minutos sobre
voz en off la que monopoliza la narración y orienta una de las ceremonias menos conocidas de la fiesta. Se
al espectador: “Terminada la misa, la plaza de La Ti- trata de la romería que los músicos realizan la mañana
rana vuelve a convertirse en el más extraño de los es- del 16 de julio al cementerio, una costumbre inaugu-
cenarios, donde una coreografía primitiva y pura da rada por el músico de la banda Los Wiracochas, donde
un nuevo impulso pagano a la ceremonia” (La Tirana, se juntan cientos de músicos que saludan a los que ya
documental, 1944). no están. Es una actividad en la que los propios músi-
cos realizan el ritual recordatorio. Al final de la misma
Otro audiovisual, del año 1968, fue realizado en for- se elige al encargado de organizar la próxima romería.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Aníbal López, Bailarín de la Sociedad Religiosa Pieles Rojas Cruzados en La Tirana Chica en el barrio Plaza Arica, Iquique, 2018 / © Francisca Basaure Aguayo
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
Wiracocha (2020) es la historia de la banda de músi- En el año 1971, el Estado chileno declaró al pueblo
cos de bronces más antigua de la región que participa como “zona típica”, por decreto supremo No 1.752
en la fiesta de La Tirana. Fue formada en el año 1982. del 26 de Julio del año 1971 del Ministerio de Educa-
En el documental se entrevista a su fundador Guiller- ción Pública. Esto puede ser visto como un intento
mo Contreras, hijo y nieto. Se filmó en la fiesta de La por evidenciar la importancia de la fiesta como una
Tirana, en la fiesta de San Lorenzo y en Iquique. Dura práctica arraigada al territorio, que se define como
35 minutos. Al igual que el anterior documental, fue lugar de peregrinación.
presentado el 16 de julio del año 2020, en tiempo de
pandemia, y fue visto por más de 5.000 personas. En cuanto a la administración, La Tirana se encuen-
210
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
También vemos cómo de forma autónoma cada baile Los bailes religiosos usan y se han apropiado de las re-
religioso se vincula con la academia para co-crear re- des sociales como Facebook y WhatsApp. La primera red
gistros que busquen salvaguardar sus memorias. es utilizada como un archivo virtual donde se compar-
ten registros fotográficos y audiovisuales, y como forma
de promocionar actividades. Esta herramienta tiene un
mayor uso en los meses previos y posteriores a la fiesta,
4.3 Dimensión cultural mientras que WhatsApp se usa como medio de coordi-
nación entre los integrantes durante todo el año. En la
Observamos a través de la continuidad y crecimiento actualidad, en el contexto de la pandemia de COVID-19,
de la fiesta cómo las diversas expresiones, saberes y la comunidad rápidamente adquirió habilidades en el
sentires colectivos se han ido adaptando a las trans- uso de la plataforma Zoom como un sistema de comu-
formaciones del mundo moderno e incorporando nicación idóneo para poder vivenciar la fiesta de forma
elementos de la globalización para fortalecer lo local. virtual, lo cual se presenta como un ejemplo de su alta
Los bailes religiosos son conformados por comuni- capacidad de adaptación a nuevos escenarios.
dades de una o más familias y otorgan un sentido de
pertenencia a sus integrantes. Es una práctica trans-
generacional que estructura el calendario, genera un
antes y un después en la vida cotidiana de los pere- 4.6 Dimensión educativa
grinos y peregrinas, quienes se preparan todo el año
para esta fiesta. Si bien la fiesta de La Tirana existe como contenido
211
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
transversal a nivel curricular, este no está enfocado a a personas que cuentan su historia basada en la me-
comprenderla como parte del PCI de la nación, me- moria y una intensa recolección de materiales en for-
nos aún se deja de manifiesto la relevancia de los bai- mato audiovisual y fotográfico. El resultado de esta
les religiosos en las comunidades portadoras de esta recolección fue el montaje de una exposición con
tradición. Por otro lado, en la región de Tarapacá, exis- fotos de matracas de los bailes morenos a los fines
ten iniciativas educativas patrimoniales que generan de mostrar la diversidad de matracas y sus formas
contenidos locales, como Tarapacá en el Mundo y el de hacerlas sonar mientras se baila. Este instrumen-
Museo de la Vivencia Religiosa del Norte Grande, los to llega a nuestro territorio desde los países árabes
cuales podrían ser considerados como recursos peda- y durante el baile, el modo de acción imita el sonido
gógicos y formar parte de un Plan de PCI en el currícu- de las cadenas con la que eran amarrados los escla-
lum nacional del Ministerio de Educación. vos afrodescendientes para ser trasladados hacia sus
lugares de trabajo, ya sean en las minas como en las
plantaciones. Así, observamos como cada baile le
5. Obstáculos y facilitadores otorga a ese instrumento una identidad especial.
Sin embargo, hay que crear una relación de confianza, Sin embargo, más allá de estos obstáculos, ponemos en
ya que el ofrecimiento de realizar un documental sobre valor los resultados significativos obtenidos en el proyec-
los bailes puede ser algo que llama la atención. A partir to, dado que los grupos portadores de los patrimonios
de allí, comienza un proceso de conocimiento mutuo sienten la necesidad de darle visibilidad a sus saberes.
dado, entre otras cosas, por el pasar juntos una sema-
na en la fiesta, salir con el baile a saludar a la virgen,
tomar té o una bebida en la sede social, lo cual genera 6. Conclusiones
una relativa integración. Los bailes te ponen a prueba:
valoran cómo con cámara en mano, se está presente
tanto en el saludo del alba a las tres de la mañana o al La fiesta de La Tirana tiene una vitalidad y dinamis-
mediodía cuando el sol del desierto no da tregua. mo que no se puede explicar sin poner en el centro la
capacidad de sus actores, en este caso de los bailes
El trabajo de investigación requirió largas entrevistas religiosos, por renovar, en base a la danza y a los can-
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
tos, sus tradiciones marianas. Es por cierto una fiesta Advis, P. (2002). Un puerto de madera. En C. Gar-
abierta a las influencias del medio, que es resignifi- cía-Huidobro & P. Núñez (Eds.), Patrimonio Cultural
cada por los actores sociales. Los bailes de morenos, de la Provincia de Iquique. Región de Tarapacá (pp.
pieles rojas, gitanos, entre otros, así lo demuestran. 125-162). Santiago de Chile: Corporación Patrimonio
De igual forma su música, con las bandas de bronce Cultural de Chile.
que adaptan sus ritmos y las canciones populares
que son integradas a su repertorio. Anderson, B. (1993). Comunidades imaginadas. Re-
flexiones sobre el origen y la difusión del nacionalis-
Esta fiesta es un gran espacio de negociación no exento mo. México, DF: Fondo de Cultura Económica.
de tensiones entre la Federación de Bailes Religiosos y
la Iglesia católica. Estas tensiones se relacionan con la Andrade, X., & Zamorano, G. (2012). Antropología
pregunta acerca de quien maneja esta actividad, pe- visual en Latinoamérica. Presentación del dossier.
gunta cuya respuesta es sin duda alguna la Iglesia. Sin Iconos, Revista de Ciencias Sociales, 42, 11-16. Link
embargo, los bailes religiosos juegan un rol activo tan-
to en la preparación como en el desarrollo de la fiesta. Arriaza, B. (2015). Cultura Chinchorro. Las momias ar-
Estos bailes tienen cierta autonomía. Prueba de ello es tificiales más antiguas del mundo. Santiago de Chile:
que, para la filmación de los documentales, no pidie- Editorial Universitaria.
ron autorización ni la Iglesia ni a la federación.
Bauman, Z. (1997). Legisladores e intérpretes. Sobre
Más allá de lo anterior, este inmenso patrimonio que la modernidad, la posmodernidad y los intelectuales.
se expresa a través de una fiesta como La Tirana exhi- Bernal: Universidad Nacional de Quilmes.
be una tremenda vitalidad que, pese a la suspensión
del año 2020 por la pandemia de COVID-19, continuó Bury, J. (1971). La idea del progreso. Madrid: Alianza.
celebrando el aniversario de los bailes, reproducien-
do sus prácticas religiosas, sociales y comunitarias, Dussel, E. (1994). 1492. El encubrimiento del Otro. Ha-
esta vez bajo la modalidad virtual. cia el origen del “mito de la modernidad”. La Paz: Plu-
ral Editores.
Que el Estado haya declarado feriado nacional el día
16 de julio, en el año 2007, es una señal indicadora Dussel, E. (2011). Filosofía de la Liberación. México,
de que en parte se está reconociendo la importancia DF: Fondo de Cultura Económica.
que esta fiesta posee. Sin embargo, para el Chile cen-
tral y el sur de este largo país, sigue siendo un hecho Eliade, M. (1968). El Mito del Eterno Retorno. Buenos
exótico, confundido muchas veces con un carnaval, Aires: Emecé.
por lo que es importante visibilizar este patrimonio
religioso para que el turismo nacional e internacional Germani, G. (1973). Política y Sociedad en una época de
no se vuelva una amenaza. transición. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
213
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 9
to de la identidad regional de Tarapacá. Iquique: Univer- UNESCO (2020). Directrices Operativas para la
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214
Visita a la Escuela número 44. Sierra del Yerbal, octubre de 2018 / © Olga Picún
215
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
CAPÍTULO 10
La escuela rural:
un espacio de la
comunidad
Autores:
Olga Picún / Gonzalo Gómez
<< Al Índice
216
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
217
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
de vista de su conformación, considerando los com- Williams va a seguir desarrollando este vínculo a par-
ponentes dinámicos que se introducen a partir de las tir de la profundización de la noción de hegemonía
transformaciones que experimenta el medio rural. (Williams, 1977/2009: 143). La noción de hegemonía
viene a introducir una clave para entender que la
Dado que la problemática que aquí se plantea no es cultura es un espacio simbólico donde se juegan las
exclusiva de Uruguay, sino que se generaliza en fun- representaciones y simbolizaciones de una sociedad,
ción de las particularidades de cada país, esperamos que no está exenta de las relaciones desiguales. Si-
contribuir a una reflexión y búsqueda de soluciones guiendo esta idea, el patrimonio cultural puede ser
en forma colectiva. un lugar donde se afirma la identidad de un pueblo,
pero esto no quiere decir que esa identidad respon-
da a una unidad abstracta, sino todo lo contrario, se
produce —como proceso cultural— en el seno de una
2. Aspectos conceptuales sociedad dividida en clases, etnias y grupos, división
y metodológicos que es además, y por lo general, desigual.
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
lugar de las clases populares se explica únicamente estatales, pero también cómo a través de la escuela
por su posición subordinada” (García Canclini, 1999: se sitúan en clave local otras políticas públicas. A su
19). Es hacia los sectores subalternos, alejados de los vez, en esta dimensión no podemos obviar las formas
instrumentos centrados en los bienes (museos, edi- de organización civil local que se cristalizan en la es-
toriales, archivos), a donde apunta el PCI, introdu- cuela, no ya como entidad institucional del Estado,
ciendo la idea de un patrimonio vivo. sino como espacio simbólico de referencia para las
comunidades, lugar donde se expresa la dimensión
Al estar el PCI en una dinámica permanente de pro- cultural. Lo educativo también emerge como dimen-
ducciones y resignificaciones es necesario que los sión a partir de esta realidad, observando los diálo-
modelos para nombrar y abordar sus manifesta- gos entre las diversas connotaciones y funciones que
ciones se ajusten a esta dinámica. Para el caso que se aúnan en la escuela rural. Los aspectos técnico-co-
presentamos, el de la escuela rural en Uruguay, municacionales —especialmente en el acceso a la
proponemos dar continuidad a la idea ya trabajada infraestructura y las tecnologías de la información—
con anterioridad de espacio simbólico comunitario componen una dimensión atravesada por el sentido
(Cannella & Picún, 2019: 18). Esta noción es una al- comunitario que opera en las prácticas educativas.
ternativa no prevista en las categorías definidas por Estas dimensiones son trabajadas de manera integral
la UNESCO, en las que pareciera no haber lugar para en el contexto de la escuela rural.
una manifestación que encuentra en la noción de PCI
un trayecto a seguir para la salvaguardia de una ex- Entender la escuela rural como espacio simbólico
presión clave para las comunidades rurales. Como comunitario es tener presente en todas sus dimen-
veremos con las dimensiones definidas por el mode- siones la autopercepción de las comunidades en la
lo a utilizar en este análisis, la escuela rural cristaliza definición de qué es considerado patrimonio cultural
un complejo entramado de instituciones, prácticas y, por lo tanto, cuáles son los alcances y posibilidades
tradicionales y representaciones. de incorporar una práctica específica, en este caso un
espacio de referencia simbólica, al campo del PCI.
En este sentido, la categoría de espacio simbólico
comunitario constituye un aporte fundamental, en
cuanto el foco se encuentra en una entidad social re-
presentativa, de gran significación comunitaria, que 3. Educación primaria y
promueve y fortalece los vínculos cotidianos al inte- población rural en Uruguay
rior de la comunidad que la sustenta. (Cannella & Pi-
cún, 2019: 18)
Entender la escuela rural como espacio simbólico 3.1 Consolidación del sistema educativo
comunitario, y no solo en su aspecto institucional a nivel primario
como parte del sistema de Educación Pública, im-
plica abordar varias dimensiones. Por un lado, el La creación en Uruguay de un sistema educativo na-
entorno de las escuelas rurales como su contexto cional dirigido a todas las clases sociales fue parte
socioambiental, donde tiene especial relevancia ob- del proceso de modernización del país que comien-
servar cómo desde el PCI la escuela cobra valor en za en las últimas tres décadas del siglo XIX. La idea
tanto integradora de las prácticas locales. Por otro, de la educación en tanto factor del cambio social,
la dimensión político-institucional que obliga a pen- que promovió uno de los principales impulsores de
sar en la inserción de la escuela en los organigramas la reforma escolar, José Pedro Varela (Montevideo,
219
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
1845-1879), así como los principios de gratuidad y 2014: 252). La matrícula escolar pública es de 157.374,
obligatoriedad, están en la base de la ley de enseñan- con una proporción del 52,14% de niños y del 47,86%
za común aprobada el 24 de agosto de 1877 (Méndez de niñas (MEC, 2014: 236). De un total de 4.800 maes-
Vives, 1975: 42). El principio de laicidad, por su parte, tros, 4.032 pertenecen a la enseñanza pública, sien-
que también estaba presente en la concepción vare- do mujeres el 90,8% (Nahum, 2007). Por su parte, la
liana de la educación, debió esperar algunos años: se relación entre la matrícula escolar, establecimientos
concreta con la separación del Estado de la Iglesia en y maestras/os en Montevideo y en el resto del país
la Constitución de 1918. como muestra el Cuadro 1 en la siguiente página.
Aunque este sistema aporta importantes cambios a Si bien es difícil ubicar fuentes que informen sobre
la enseñanza, las dificultades económicas que transi- la matrícula escolar común pública discriminada en
ta el país en el último tramo del siglo XIX y las conse- áreas urbanas y rurales, Julio Castro (1944) nos ofrece
cuentes restricciones presupuestales obstaculizan su algunos datos significativos para los años 1910, 1930
consolidación (Méndez Vives, 1975: 83). Se produce y 1940, década referida como de consolidación de la
un estancamiento que, fundamentalmente en el in- escuela rural (MEC, 2014: 39). Estos datos aportan a
terior del país, agudiza la desproporción entre el au- la comprensión del alcance de la reforma educativa
mento de la población —influida por un crecimiento a nivel de la escuela pública y de una tendencia al
sustancial de la migración transnacional— y la matrí- aumento sustancialmente mayor de la matrícula es-
cula escolar (Méndez Vives, 1975: 117). Mientras que la colar urbana en detrimento de la matrícula rural, que
población en el país aumenta de 560.000 habitantes será tendencia hasta el día de hoy (Cuadro 2).
en 1884 a 936.000 en 1900 (Méndez Vives, 1975: 110),
lo que representa un 67,14%, la matrícula escolar lo
hace un 14,19%. El alumnado en 1892 es de 45.953 y
pasa a 52.474 en 1900 (Méndez Vives, 1975: 116). Aun 3.2 Escuela rural y migración
así, en este período hubo un fortalecimiento del com-
ponente institucional ya que se fundan importantes El desarrollo de la escuela rural pública ha sido un
centros, como el Instituto Normal de Varones (1891), proceso conflictivo con avances y retrocesos a nivel
el Museo y Biblioteca Pedagógicos (1889) y el primer institucional, pero siempre atravesado por un espíri-
jardín de infantes público del país y de América Lati- tu comprometido y progresista por parte del magis-
na (1892), bajo la dirección de la maestra Enriqueta terio. En los años treinta, son las maestras y maestros
Compte y Riqué (Méndez Vives, 1975: 83). Además, rurales organizados quienes dan cuenta de la difícil
la propia ley de enseñanza de 1877 crea la Dirección situación socioeconómica de los pobladores de las
General de Instrucción Pública, con amplias compe- zonas rurales, así como del apremio en la búsqueda
tencias respecto de la educación a nivel nacional (Mi- de soluciones (MEC, 2014: 38). En el trabajo ya referi-
nisterio de Educación y Cultura [MEC], 2014: 30). do sobre la escuela rural, Julio Castro sintetiza de la
siguiente manera esta situación, que es la base de la
Luego de la etapa fundacional, en las tres primeras expulsión de los pobladores del medio rural:
décadas del siglo XX se consolida el proyecto educa-
tivo a nivel nacional, atravesado desde su gestación Hay así en el país, una población de más de cien mil
por los ideales del movimiento de la “escuela nueva”. personas que viven por debajo de lo que podrían con-
En 1930 la escuela pública común cuenta con 1.382 siderarse nivel de vida humano. Y hay en el país, lo
establecimientos en todo el país, de los cuales 553 que es más irritante, veinte o veinticinco mil niños que
están en zonas urbanas y 988 en zonas rurales (MEC, crecen y se forman con todas las taras de un medio
220
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
Cuadro 1. Relación Escuelas, Matrícula escolar y Maestros / Fuente: MEC (2014: 106)
ambiente mísero y corrompido. (…) Seres olvidados, La creación de las escuelas granja a mediados de
abandonados a una vida que no es vida, cuyo número la década de 1940, con una visión integral del in-
aumenta constantemente, cuyo nivel desciende y por dividuo, la comunidad y el medio, significa un par-
los cuales nadie hace nada.147(Castro, 1944: 33) teaguas hacia la consolidación de la escuela rural
(MEC, 2014: 38). En 1949, el Consejo Nacional de
Asimismo, cuestiona la centralización de la enseñan- Educación Primaria crea la Sección de Educación
za y cómo la escuela rural se fue convirtiendo en una Rural y aprueba un nuevo programa para las es-
instancia desanalfabetizadora, descontextualizada cuelas rurales, elaborado por los maestros, entre
de la sociedad y de su propio entorno (Castro, 1944: ellos Julio Castro y Miguel Soler (Barcelona, 1922
54). Enfocado a definir nuevas bases programáticas - Montevideo, 2021), responsable este último del
para la escuela rural, plantea: diseño de un proyecto social y productivo denomi-
nado Primer Núcleo Escolar Experimental (1954-
El programa deberá orientarse hacia la conquista, por ca. 1962). Dicho programa educativo, considerado
el escolar, del mundo que lo rodea; mundo proble- de avanzada en América Latina, no se lleva a la
mático que debe conocer e interpretar íntimamente. práctica plenamente por falta de recursos econó-
Mundo también donde el hombre tiene que desenvol- micos (MEC, 2014: 36).
verse y actuar en medio de un cambiante flujo y reflu-
jo de fuerzas que constantemente están actuando y La experiencia piloto del Primer Núcleo Escolar Expe-
creando situaciones nuevas. (Castro, 1944: 50) rimental —conocido como Núcleo de La Mina— cons-
tituye otro hito importante en el desarrollo de la es-
cuela rural, como también un antecedente en lo que
respecta a ciertos principios y conceptos. Este proyec-
to tuvo un área de influencia de unos 250 km² al sur
147 El resaltado aparece en el original. del arroyo La Mina, en el departamento de Cerro Lar-
221
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
go, cerca de la frontera con Brasil. Miguel Soler Roca más adelante, y un primer acercamiento a la noción
(1987) señalaba lo siguiente, respecto de los funda- de “escuela abierta” (Espino Gutiérrez, 2015) o co-
mentos del Núcleo de La Mina: munidad educativa extendida, que aparece en forma
explícita o implícita en las propuestas de defensa y
La organización nuclear aspiraba a superar uno de fortalecimiento de la escuela rural.
los problemas fundamentales de la escuela rural: su
aislamiento. Se esperaba que las relaciones entre las La construcción institucional de la escuela públi-
escuelas, su personal y los vecindarios establecieran ca, con idas y venidas, culmina a mediados de los
una red que produjera en el área una dinámica inte- años sesenta, cuando la educación rural se estabili-
gradora con efectos cívicos y culturales significativos. za en una estructura que, en términos generales, se
(Soler Roca, 1987) mantendrá hasta el siglo XXI (MEC, 2014: 41). En la
actualidad, los órganos competentes del sector del
En sus primeros años de puesta en práctica (1954- sistema educativo en el que está comprendida la en-
1960) se produjo en la zona un aumento del 25,1% señanza pública a nivel de la infancia, lo conforman
de la matrícula escolar, mientras que el crecimiento la Dirección General de Educación Inicial y Prima-
en el resto de las escuelas rurales de Cerro Largo fue ria,148 dependiente de la Administración Nacional de
del 1,2% en el mismo período. Asimismo, se consi- Educación Pública (ANEP), que a su vez depende del
deró que el programa de 1949 para las escuelas rura- Consejo Directivo Central (CODICEN). El Departamen-
les había sido aplicado plenamente en este contexto, to de Educación para el Medio Rural149 adscrito a la
alcanzando sus objetivos de integración social. En el Dirección General de Educación Inicial y Primaria, lo
marco de la presidencia del Consejo Nacional de Go- conforman:
bierno (1961-1962), a cargo de Eduardo Víctor Haedo
del Partido Nacional, se efectuó una reestructuración El Centro Agustín Ferreiro (CAF) de formación de
administrativa que tuvo como consecuencia la crisis maestros rurales.
de este proyecto piloto, al igual que de la educación
rural en su conjunto, crisis que lo encaminó hacia su Los centros de pasantía para escolares: Centro Edu-
desaparición (Soler Roca, 1987). cativo Rural (CER), ubicado en el departamento de
Canelones; Centro de Capacitación Rural (CECRU),
En un artículo sobre esta experiencia social y produc- ubicado en el departamento de Maldonado; Cen-
tiva del Núcleo de La Mina, Julio Castro afirmaba: “La tro Ecológico Integrado al Medio Rural (CEIMER),
escuela no tiene puerta, ni tiene horario: es la casa ubicado en el departamento de Rocha.
de todos y está abierta para todos” (Castro, 1956: 24).
En efecto, podríamos decir que en su concepción e Los Centros de Apoyo Pedagógico Didáctico para
implementación aparecen varios elementos que hoy Escuelas Rurales (CAPDER): Son diecinueve cen-
son parte de la acumulación de ideas, conocimientos tros, uno por departamento (excluyendo a Monte-
y experiencias que persisten y constituyen el princi- video) y dos en Canelones.
pal fundamento para la defensa de la escuela rural.
El Núcleo de La Mina es un antecedente importan-
te de los proyectos productivos y sociales que bus-
can enfrentar el despoblamiento de la campaña y 148 Antes de la aplicación de la Ley de Urgente Considera-
ción (2020), el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP)
la concentración en la tenencia de la tierra (Souza, contaba con representantes elegidos por el cuerpo docente.
2021: 123). Es también un antecedente de los agru-
pamientos escolares en el medio rural, como se verá 149 Ver: Link
222
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
223
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
Tasa bruta de
34,07 ‰ 21,69 ‰ 17,87 ‰ 18,16 ‰ 15,20 ‰ 12,90 ‰
natalidad
Población estimada y
3.518.552 3.543.026
proyectada
Cuadro 3. Evolución de la población de país. / Fuentes: Instituto Nacional de Estadística (INE, 2020)* ; Nahum (2007).
*Estimaciones y proyecciones: Link
Año 1908 1910 1920 1940 1973 1990 2000 2004 2011 2019
Escuelas totales 780 793 1005 1579 2328 2155 2100 2073 2060 2328
Escuelas
223 229 253 481 931 1052 1311 1305 1281 1278
Urbanas
Escuelas rurales 557 564 752 1098 1397 1345 1098 1093 1131 1050
Matrícula
69.134 74.717 102.889 191.002 279.094 290.343 301.182 311.350 273.440 292.651
escolar
Resto del país 45.024 69.782 130.554 191.680 193.150 205.944 215.402
Cuadro 4. Variación del número de escuelas y matrícula escolar / Fuentes: Castro (1944), INE*, MEC (2012, 2014)
*Educación Link
ra, y a veces única, educación formal. De manera que local, su condición de lugar de referencia comunita-
el cierre de una escuela rural no contempla los signi- rio y todo lo que implica una contribución a la cohe-
ficados que la comunidad le atribuye en la construc- sión social y a la autoestima de la comunidad, que se
ción de la memoria rural, las redes solidarias que se traduce en relaciones de reciprocidad entre la escue-
entretejen, su aporte al fortalecimiento de la cultura la y su comunidad.
224
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
225
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
nuada e integradora, es fundamental para pensar el Piñeiro y Cardeillac (2014) sostienen que esta imagen
medio rural como un espacio colectivo. El cierre de asociada a la ganadería y a la producción extensiva
escuelas por la ausencia de matrícula escolar mues- inhabilita a detectar la heterogeneidad de realidades
tra un problema mayor, que es el de la desarticula- a las que apela la nueva ruralidad. También imposi-
ción de espacios de socialización en un medio rural bilita la problematización de los efectos que tienen
que queda cada vez más cedido (también en términos sobre esa heterogeneidad los procesos de concentra-
simbólicos) a una dinámica específica de producción ción de la tierra y el desarrollo de los agronegocios
económica con una matriz de concentración de la tie- a manos de grandes empresas. Dichas dimensiones
rra y disminución de formas de producción familiares. vienen a sumar a las críticas realizadas por Pellegri-
no y González Cravino (1995) al límite radical urba-
no/rural, que se desdibuja frente al acceso masivo
a medios de transporte y al tipo de producción que
3.4 Nuevas ruralidades introduce una dinámica de movilidad cotidiana entre
residencia, centros urbanos y lugares de trabajo.
La crítica a las nociones más clásicas de lo rural, de-
finido por su oposición a lo urbano, acompaña des- A partir de estas revisiones parece oportuno el plan-
plazamientos conceptuales que trascienden la reali- teamiento frecuente de nuevas concepciones sobre
dad uruguaya. Desde antes de la década de 1990 se qué es y a qué debe apuntar la escuela rural. Es cierto
han conformado grupos para estudiar unas nuevas que se han producido desplazamientos de muchas
ruralidades en el contexto latinoamericano. Esta familias que ya no residen en el campo y que las es-
idea propone contextualizar lo rural en una realidad cuelas se ven enfrentadas a la situación de no sumar
atravesada por la coexistencia de grupos económicos un alumnado nuevo. No obstante, puede resultar per-
transnacionalizados y vinculaciones con el turismo, tinente plantearse interrogantes en función de cómo
así como una diversidad de tecnologías que se articu- se compone hoy la sociedad rural, aun cuando buena
lan de manera heterogénea con realidades sociales parte de sus integrantes resida en centros urbanos o
complejas en términos de propiedad de la tierra, gru- se vea vinculada a trabajos que no se reducen al agro.
pos étnicos, pequeños productores y nuevos desocu-
pados. Alejada de una ruptura radical con lo urbano,
esta noción de nuevas ruralidades permite visualizar 4. La escuela rural: patrimonio
configuraciones territoriales para pensar dinámicas cultural inmaterial
de participación, articulación con el Estado, migra-
ciones y resistencias. Además, “en esta nueva ru-
ralidad la producción agraria se descentró para dar La preocupación por el cierre de las escuelas rurales
lugar a territorios donde ella es sólo un elemento de se extiende y profundiza cada vez más y estimula el
un amplio abanico de aspectos a considerar (bienes desarrollo de estrategias por parte de las comunida-
simbólicos como lenguas, arte, comidas, produccio- des para mantenerlas vivas. En el año 2018, un sig-
nes no-agrarias, servicios, etc.)” (Giarraca, 2001: 12). nificativo número de personas allegadas a la Escue-
la número 81 del paraje El Águila, departamento de
En Uruguay, esta idea se impone para problemati- Soriano, impidieron su cierre provisorio por falta de
zar algunas imágenes construidas en torno a lo rural matrícula escolar. En este marco conformaron una
como paisajes de ganadería extensiva, poco pobla- Comisión de apoyo y mantenimiento del edificio y
dos, y nociones que naturalizan a las poblaciones ru- posteriormente crearon el Centro de Capacitación
rales como aquellas que viven y trabajan en el agro. Rural El Águila, con el fin de realizar cursos en sus
226
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
instalaciones de acuerdo a las necesidades de los setiembre de 2020 se disuelve la comisión local de
productores de la zona (Sánchez Rodríguez, Nuez seguimiento y la gestión del proyecto se centraliza
Valarez, Rodríguez Trambauer, & Areosa Aldama, en Montevideo. Por otro, la Ley de Presupuesto 2020-
2018) y en 2021 fundan la Asociación Civil Centro de 2024 contempla la enajenación y venta de inmuebles
Capacitación Rural (CCR) 81 El Águila,152 que permite declarados prescindibles a través de la creación del
contar con un marco jurídico para dar continuidad al Programa de Racionalización de Uso de Bienes In-
proyecto inicial. muebles del Estado (art. 64).
Desde hace varios años se desarrollan proyectos Esto nos lleva a reflexionar sobre el potencial del
productivos en Cerro Largo y Tacuarembó dentro concepto de PCI y su apropiación por parte de las
del Plan piloto de adjudicación de predios escolares, comunidades educativas que reivindican la función
cuyo objetivo es la recuperación de escuelas rurales social y cultural de la escuela rural, y que asumen la
que cerraron por falta de alumnado. A partir de un responsabilidad de preservar este espacio. El con-
llamado público a proyectos agrícolas o ganaderos cepto de PCI ofrece un marco político, institucional
dirigido a familias de la zona, se busca mantener es- y académico, a nivel nacional e internacional, que
tas escuelas abiertas a la comunidad y conservar el puede favorecer el surgimiento de nuevos marcos
edificio en buenas condiciones, esperando la llegada de negociación a nivel departamental y local, incluso
de nuevos estudiantes. Este es un proyecto institu- con incidencia en políticas centrales. En este sentido,
cional impulsado por el antiguo CEIP (hoy Dirección los CAPDER, que constituyen una forma de descen-
General de Educación Inicial y Primaria), con el apo- tralización de la educación rural, han contribuido al
yo de la Dirección General de Desarrollo Rural del desarrollo de proyectos que vinculan lo social con
Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) lo cultural, lo educativo o lo productivo, como ins-
y una comisión de seguimiento de los proyectos inte- trumento para mantener en funcionamiento las es-
grada por representantes de Educación Primaria, la cuelas rurales que quedan sin alumnado. Aunque el
Asociación Magisterial, la Facultad de Agronomía de cierre de una escuela es una decisión que trasciende
la Universidad de la República y el MGAP. lo local, la iniciativa de los actores locales juega un
papel fundamental.
La puesta en práctica de proyectos piloto, del tipo de
escuelas productivas, al estar insertos en un marco Antes de presentar el caso de la comunidad educati-
institucional de alcance nacional, sin contar con un va del agrupamiento escolar De las Sierras, departa-
marco regulatorio específico que les otorgue estabi- mento de Treinta y Tres, y el proyecto Todo por mi es-
lidad, dependen de las políticas y la sensibilidad de cuela, como experiencia comunitaria en el marco del
los gobiernos. En el caso concreto de las escuelas PCI, veamos algunos datos sobre este departamento
productivas, algunos medios locales han informado y su educación pública.
acerca del surgimiento de nuevas preocupaciones
por parte de las comunidades educativas vinculadas
a estos proyectos. Consideran que, a partir de deci-
siones a nivel del gobierno central, la continuidad 4.1 El departamento de Treinta y Tres
de estos proyectos está en riesgo. Por un lado, en Información territorial, demográfica
y socioeconómica
227
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
del país153. Según datos proporcionados por la Oficina (Encuesta continua de hogares, 2020)156 y es uno de
de Planeamiento y Presupuesto, el 99,58% de la super- los departamentos con mayor precariedad en el tra-
ficie del departamento corresponde al área rural154. Se bajo. Asimismo, pasó de ser uno de los tres departa-
sitúa al sureste, con costas en la Laguna Merín, en la mentos con mayor nivel de desigualdad en términos
frontera con Brasil; de manera que se trata de un de- de ingreso a ocupar una posición intermedia en este
partamento periférico en relación a la capital del país. sentido, debido al incremento de la desigualdad en
La población estimada para 2021 es de 50.476 habi- otros contextos a partir de la pandemia.
tantes, según la siguiente distribución (Cuadro 5).
228
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
y humano en el que están inmersos los docentes y sus las estrategias que desarrollan las comunidades para
comunidades, utilizando solidariamente para benefi- mantener viva la escuela rural.
cio del Agrupamiento, los recursos humanos, materia-
les, económicos, tecnológicos y de infraestructura que En 2017 se registran en el departamento de Trein-
cada escuela posee. Se trata de poner todas las po- ta y Tres nueve agrupamientos de entre tres y siete
tencialidades que aporten a las respuestas educativas escuelas rurales o de pequeños poblados,157 con los
contextualizadas, a la inclusión, equidad y calidad de la siguientes nombres: Cercanías, El cencerro, De las
educación. Esta estrategia se fundamenta en la partici- Sierras, Reencuentros, Gurí, Lejos pero cerca, Entre
pación comunitaria y la conformación de comunidades molles y corrales, Olimar oeste y Tacuarí-Merín. El
de aprendizaje como forma de potenciarla, enriquecer- agrupamiento escolar De las Sierras, que es nuestro
la y hacerla sustentable. (Fernández, 2012: 41) foco de atención, está conformado por cinco escuelas
229
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
comunes, que también reciben niños y niñas de edu- habitantes y considera como usuarios a un público de
cación inicial, a saber: número 3 Maestro Rubén Lena 14 o más años de edad. La brecha digital entre Mon-
en Villa María Isabel, Isla Patrulla; número 10 en Yerbal tevideo y dichas localidades urbanas —con 5.000 o
Chico; número 23 en Yerbalito del Convoy; número 59 más habitantes— es en 2019 del 11% (INE, 2019: 15),
en Rincón de Quintana, y número 44 en Sierras del Yer- lo que hace suponer que en el caso de las localidades
bal —escuela sin alumnado, que actualmente no inte- más pequeñas y del medio rural, sea aún mayor. La
gra la nómina oficial de escuelas del país—.158 encuesta continua de hogares 2019, nos ofrece datos
generales sobre la brecha digital del departamento
En el agrupamiento De las Sierras tuvo gran repercu- (Cuadro 7).
sión el cierre de la Escuela número 44, una de las es-
cuelas donde ejerció el maestro Rubén Lena (Treinta Por su parte, el Plan de Conectividad Educativa de In-
y Tres, 1925-1995), quien tiene una especial significa- formática Básica para el Aprendizaje en Línea (Plan
ción tanto para el agrupamiento escolar —según se Ceibal, 2007), que apunta a la “inclusión e igualdad
verá más adelante— como para el departamento de de oportunidades”, ha hecho un aporte sustancial e
Treinta y Tres, y también a nivel nacional. En noviem- innovador a la enseñanza primaria y media a través
bre de 2018, a pocos días del cierre provisorio, perso- de su plataforma y del acceso a dispositivos y a inter-
nas del vecindario reunidas en la Mesa de Desarrollo net para la comunidad educativa a escala nacional.
Rural de Treinta y Tres, realizada en la Escuela núme- Lamentablemente no contamos con datos numé-
ro 10 de Yerbalito, plantearon la inquietud de mante- ricos sobre el alcance que el Plan Ceibal tiene en el
ner el edificio en condiciones para actividades socia- medio rural. En este aspecto la información propor-
les, capacitaciones y cursos, mediante la entrega en cionada por la comunidad educativa de la región,
comodato a una ONG (MGAP, 2018). Esta propuesta como también nuestra propia experiencia, resulta
contó con el apoyo de las instancias institucionales fundamental en tanto da cuenta de las dificultades
y en 2019 se realizaron las primeras actividades en la de conectividad y de acceso a la plataforma del Plan
Escuela número 44, junto con las demás escuelas del Ceibal que existe en el área de nuestro estudio. Estas
agrupamiento, vecinas y vecinos, trabajadores de la dificultades representan un factor de exclusión que
zona y autoridades del CEIP, entre otros. se agrava en el contexto de la pandemia cuando se
restringe la presencialidad en las escuelas.
Tecnologías de la información y la comunicación No obstante, una vez más, si trascendemos los núme-
ros y nos enfocamos en la experiencia de la comuni-
Respecto del acceso a las tecnologías de la informa- dad educativa rural, vemos que la brecha digital exis-
ción y la comunicación (TICs), el muestreo de la En- tente no necesariamente significa una brecha en lo
cuesta de Usos de las Tecnologías de la Información y educativo. El histórico compromiso de las maestras
las Comunicaciones (EUTIC) del INE no llega al medio y maestros rurales con su comunidad ha dado como
rural, sino hasta localidades urbanas de 5.000 o más resultado que el total del alumnado esté involucra-
do y atendido, aun en las condiciones que impone
la emergencia sanitaria. La maestra Fany García (co-
municación personal, abril de 2021), Directora de la
158 Hay otras escuelas que tampoco integran la nómina Escuela N° 3 “Maestro Rubén Lena” de la localidad
actual: número 18 del agrupamiento El cencerro; 11 y 42 de Re- Isla Patrulla, explica que la inclusión educativa, en
encuentros y 40 de Entre molles y corrales. Fuente: Inspección
Departamental de Educación Inicial y Primaria Treinta y Tres. términos de cantidad y calidad en el contexto de la
Link (Última consulta: 21 deabril de 2021) pandemia, ocurre a partir del trabajo realizado por el
230
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
Cuadro 7. Brecha digital / Fuente: Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Observatorio territorio Uruguay*.
*Oficina de Planeamiento y Presupuesto Link
conjunto de la comunidad educativa. La motivación Durante la pandemia, el alumnado del medio rural
de las familias ha sido una tarea muy importante, se ha ido familiarizando más con las herramientas
especialmente en el caso de quienes asisten al ni- educativas del Plan Ceibal, en particular con la pla-
vel inicial o primer año de escuela. En este sentido, taforma CREA destinada a Primaria, que incluye pro-
una estrategia útil de motivación de las familias para gramas con descarga sin conexión y también con las
que adquieran un mayor compromiso con el proceso clases por herramientas sincrónicas. Quienes cuen-
educativo en tiempos de pandemia, fuera de la nor- tan con computadoras o tablets del Plan Ceibal, pero
malidad a la que estaban acostumbrados, han sido tienen dificultades en el acceso a conectividad, tam-
los grupos de Whatsapp por grado, donde la maestra bién buscan alternativas: “Y los niños que viven cerca
o maestro a cargo comparte los trabajos realizados de la escuela se conectan de la escuela. Algunos yo
por el alumnado. Además del estímulo, el objetivo de he ido, por ejemplo, y veo que hay niños paraditos
no generar una brecha educativa ha implicado para el al lado del alambrado, tratando de tener conexión”
cuerpo docente adaptarse a las dinámicas de los ho- (Fany García, comunicación personal, abril de 2021).
gares de sus estudiantes según horarios de trabajo,
conectividad y disponibilidad de teléfonos celulares
con la aplicación Whatsapp. Asimismo, ha significado
trabajar individualmente con cada estudiante y estar 4.2 La escuela rural y el concepto de PCI:
disponible cada día el tiempo necesario, sin conside- una experiencia de salvaguardia
rar los horarios de trabajo habituales. En los casos de
quienes no disponen de conectividad, las maestras y La experiencia que aquí se presenta sucintamente es
maestros desarrollaron otras estrategias para lograr un ejemplo del trabajo comunitario dirigido a la sal-
la inclusión educativa, como llevar casa por casa los vaguardia de la escuela rural como espacio simbóli-
materiales que necesitan. co comunitario. El proyecto Todo por mi escuela159
propone acciones considerando especialmente las
Nosotros fuimos muy flexibles con el horario, trabajá- escuelas que tienen escasa matrícula, las reciente-
bamos igual sábado y domingo. En algunos hogares mente cerradas o las que se encuentran en la etapa
pasó que había que esperar que llegara el papá de tra- de cierre provisorio. También busca concientizar a
bajar a la tarde. Entonces generalmente los trabajos la opinión pública, compartiendo su preocupación
te los pasaban de noche o de mañana muy temprano. en los medios de comunicación y en otras instancias
Ese fue el manejo el año pasado, pero siempre estu- pertinentes, a nivel local, regional o nacional. De
vieron vinculados a la escuela. (…) A mí me pasa que esta manera la iniciativa se fortalece a través del in-
hay niños que me mandan las tareas sábado y domin- tercambio con otras comunidades que enfrentan la
go y todas amontonadas de toda la semana. Y bueno,
no puedo decirles nada. Lo importante es que reciba,
¿verdad? Que ellos estén involucrados. (Fany García, 159 Este proyecto fue creado por el Ing. Agr. Eduardo Lena, hijo
comunicación personal, abril de 2021) de maestros rurales, quien ha sido su principal impulsor y difusor.
231
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
misma problemática. Esto le da la posibilidad de con- En el sustento conceptual de la iniciativa de Todo por
vertirse en un referente en los aspectos conceptuales mi escuela dialogan las nociones de comunidad edu-
y en el tipo de acciones emprendidas. cativa extendida y de nueva ruralidad, atendiendo a
una reconfiguración del espacio rural. Asimismo, re-
El proyecto cuenta con una base institucional, puesto sulta fundamental la centralidad compartida de las di-
que reconoce y trabaja desde el organigrama, las nor- mensiones sociocomunitaria y educativa en el trabajo
mativas y los antecedentes de la educación inicial y de las escuelas rurales. La escuela es considerada no
primaria en Uruguay, con especificidad en la escuela solo un lugar de formación inicial y primaria de niños,
rural y sus representaciones para la comunidad. Así, sino de promoción del patrimonio natural y de recupe-
toma en cuenta la óptica institucional de construc- ración y difusión del patrimonio cultural de la región
ción de la escuela rural, en tanto “educación para el en sus distintas manifestaciones. Participan en ello
medio rural”, que concibe las labores didácticas con el conjunto de actores del entorno escolar y quienes
el mismo nivel de relevancia que la confluencia de la asumen el compromiso y la responsabilidad social de
comunidad en sus centros (Santos, 2019). El plan de contribuir a mantener viva la escuela rural. La iniciati-
actividades inicia formalmente en octubre de 2018 va considera que existe una diferencia entre la escuela
a través de una presentación ante el plenario de los del pasado y la nueva escuela. En la primera, el énfa-
maestros rurales de Treinta y Tres, coordinado por el sis estaba en el alumnado de la comunidad educativa,
CAPDER del departamento. Este encuentro, del que mientras que en la nueva escuela el énfasis estaría en
surgieron opiniones diversas sobre el proyecto, así toda la comunidad como portadora de ese espacio
como adhesiones, deja en claro el lugar que se otorga representativo que es la escuela rural. La comunidad
a la institucionalidad de la enseñanza pública. portadora así entendida se replica en cada escuela o
agrupamiento escolar, constituyendo una gran red in-
El concepto de PCI, como ya se dijo, ofrece un marco clusiva de la campaña a nivel nacional.
que permite acompañar las iniciativas de Todo por mi
escuela y de aquellos proyectos que compartan el mis- La nueva ruralidad implica, en este contexto, por un
mo objetivo, en el que dialogan lo político, lo institu- lado, que el campo no ha dejado de ser el principal
cional y lo académico. La aprobación por ley de la Con- productor de alimentos derivados de la ganadería
vención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural y la agricultura. Por otro, que los recursos naturales
Inmaterial que Uruguay realiza en 2006 (Ley Nº 18.035, (biodiversidad, macro y micro clima, ecosistemas,
art. 1), significa para el Estado asumir compromisos in- etc.) son de interés para las instituciones educativas
ternacionales, de cuyo cumplimiento debe dar cuenta y científicas. A la vez, permite revalorizar el paisaje
a través de informes periódicos a la UNESCO. Una par- y la naturaleza, los saberes populares, los oficios y,
te de esos compromisos está en garantizar la partici- en general, la cultura rural, por parte de la pobla-
pación de las comunidades y de los distintos actores ción urbana. Esto significa que aun en el marco de
sociales en el abordaje del PCI a nivel nacional, lo que una migración hacia los centros poblados, existe un
implica contar con personal técnico capacitado en el movimiento hacia el espacio rural, sea como lugar de
desarrollo de metodologías participativas de investi- trabajo, educativo (enseñanza y aprendizaje), interés
gación en ciencias sociales. En 2018, los impulsores del científico o de interés natural o cultural (Lena, citado
proyecto solicitaron el asesoramiento y apoyo del De- en Cannella & Picún, 2019).
partamento de Inmaterial de la CPCN. De esta forma,
la escuela rural se integró al primer inventario nacional De acuerdo a esta nueva ruralidad y a los principios
de PCI en la categoría de espacio simbólico comunita- institucionales de la escuela rural, las acciones po-
rio, definida especialmente para este proceso. nen énfasis en el fortalecimiento de la comunidad
232
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
educativa, donde los vínculos solidarios y el com- El componente pedagógico se enfoca en el conoci-
promiso con la causa de la escuela rural y su entor- miento de la región en sus diferentes aspectos cultu-
no social juegan un papel fundamental. Además, rales, naturales y productivos, e incluye actividades
buscan promover la responsabilidad en el cuidado escénicas. En la parte sociocomunitaria, que en estas
del ambiente y la producción sustentable; como instancias ha estado a cargo de Todo por mi escuela,
también el reconocimiento e identificación con los se comparten nuevos proyectos —o avances— diri-
saberes del medio rural y demás componentes de gidos a la gestión para el desarrollo sustentable de
la cultura local (música, canciones, literatura oral), las riquezas naturales y culturales de la región y se
y crear conciencia sobre la situación de la escuela presenta música en vivo de autores locales. En las ac-
rural, más allá del contexto específico en que se de- tividades organizadas se hizo evidente la importan-
sarrolla el proyecto. cia del acompañamiento que hace la comunidad en
el proceso de aprendizaje de los niños a través de su
Sus principales actividades se han centrado en or- participación en las dramatizaciones, bailes, coros o
ganizar espacios de interacción con y entre la co- en la base instrumental de canciones, lo que es posi-
munidad en sus diferentes dimensiones: vecindario, ble gracias al vínculo de reciprocidad entre la escuela
organizaciones civiles con proyectos productivos, rural y su entorno social.
ambientales, ecoturísticos, culturales, etc., autorida-
des de la educación pública rural, autoridades de go- El trabajo desde el PCI en este ámbito busca estimu-
bierno, otras instancias educativas, diferentes orga- lar y colaborar en el desarrollo de las capacidades
nizaciones civiles, artistas y periodistas, entre otros. dirigidas a la construcción de hitos de su memoria
Se realizaron en 2018 y a lo largo de 2019 varias jor- cultural o en la apropiación de figuras de la cultura o
nadas en un formato que es habitual en las escuelas el arte. En este último sentido se destaca que, en las
rurales y que consta de un componente pedagógico actividades educativas y culturales de fortalecimien-
a cargo de cuerpo docente y alumnado, y de un com- to de la escuela rural como espacio comunitario, la
ponente sociocomunitario. figura de Rubén Lena emerge como un referente de
233
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
234
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
para hacer frente a la situación de la población en con- cionales que desarrolla la escuela como institución
diciones de desigualdad social. Asimismo, se pensó la del Estado. Por el contrario, atiende a contextos es-
escuela en el centro de un trabajo comunitario en el pecíficos que viven las comunidades que encuentran
espacio social donde se inserta. Un claro ejemplo de en la escuela rural su centro social de referencia en
estas inquietudes, y sus iniciativas asociadas a generar sentido amplio, ocupando lugares de relevancia
centros de referencia cultural y social, son los aportes simbólica y material para la reproducción de la vida
del maestro Julio Castro (1944). social. De manera que el cierre de las escuelas anula
la posibilidad de que futuras familias se mantengan
Ante la revisión crítica de las estadísticas sobre la en el campo, con las repercusiones que esto conlleva
población rural y de las nociones de ruralidad, que- para la vida social de sus comunidades.
da de manifiesto que lo rural como espacio social no
ha desaparecido, sino que se ha visto reconfigurado. A veces de forma implícita y a veces explícita, la no-
El descenso sostenido de la población rural en edad ción de comunidad extendida aparece para pensar la
escolar que vive en Uruguay no necesariamente quie- escuela rural y situar sus prácticas. La idea de comuni-
re decir que las familias y la población estén desvin- dad educativa no es exclusiva del medio rural, pero la
culadas de la vida social en el medio rural. En este idea de comunidad extendida en este contexto apela
sentido, la preocupación por el cierre sistemático de a una visión mucho más amplia que la de las tareas
las escuelas ha generado propuestas que incorporan oficialmente asociadas al trabajo con la infancia y sus
dinámicas, recursos y actores del medio. Algunas de familias. Por su parte, la nueva ruralidad se vincula con
estas propuestas se plantean en términos de escuela la valorización de la naturaleza, al tiempo que inter-
abierta o dando continuidad a la idea de comunidad preta el lugar que se le da a la producción agropecua-
extendida o ampliada y apuntan a la dimensión so- ria. También se asocia a la circulación de saberes tradi-
cial y comunitaria de la escuela rural. cionales, especializados y de otra índole que se ponen
en juego junto al desarrollo de las nuevas tecnologías.
Las escuelas rurales son muchas veces el único cen-
tro de referencia para las comunidades. Cristalizan En el contexto de la pandemia provocada por el CO-
relaciones productivas, servicios y políticas públicas, VID-19, las instituciones educativas han ocupado un
articulan con centros de investigación, emprendi- lugar primordial en el mantenimiento de las trayecto-
mientos de desarrollo y cumplen tareas culturales y rias educativas y en la atención a las demandas sociales
educativas con familias, productores y otros actores de diferentes comunidades. En el caso de las escuelas
sociales, aun cuando no residan de forma permanen- rurales, hemos observado cómo el despliegue de las
te en el lugar. Este hecho se da incluso ante la dismi- redes comunitarias ha servido para proteger a los más
nución o ausencia de matrícula escolar. De manera jóvenes de padecer una brecha educativa; algo que las
que el cierre de los centros educativos deja vacíos nuevas tecnologías no han logrado por sí solas, aun
en relación a la dimensión sociocomunitaria que los cuando se suele apostar a ellas. Así, se refuerza la idea
propios actores involucrados destacan como central del valor superlativo de concebirse y ser comunidad.
en la vida de estos espacios.
El PCI es, por un lado, un instrumento de reconoci-
Entendemos que, ante estos nuevos escenarios, es miento de expresiones y prácticas culturales desa-
posible pensar una reconfiguración de la escuela ru- rrolladas por comunidades, grupos, colectivos o indi-
ral bajo la idea de que las manifestaciones culturales viduos, que se transmiten oralmente de generación
de una comunidad están en permanente reelabora- en generación, según plantea la Convención para
ción. Esta reconfiguración no limita las tareas tradi- la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial
235
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
(UNESCO, 2003). Por otro, es un espacio político de rial del Uruguay. Montevideo: Comisión del Patrimo-
toma de decisiones, de negociación y de acuerdos nio Cultural de la Nación.
multipartitos, en el que intervienen diversos actores:
el Estado, las comunidades, grupos, colectivos o in- Cardeillac, J., Mascheroni, P., & Vitelli, R. (2016).
dividuos y el conjunto de la sociedad civil, así como Investigación sobre definición operativa de la
los organismos internacionales a los que el Estado se población “rural” con fines estadísticos en Uruguay.
comprometió a rendir cuentas. Recuperado de: Link
La apropiación del concepto de PCI por parte de las Castro, J. (1944). La escuela rural en el Uruguay. Mon-
comunidades educativas extendidas significa trabajar tevideo: Talleres Gráficos 33.
desde sus dos componentes con la misma prioridad.
En este sentido, se han emprendido acciones comuni- Castro, J. (1956). En la carretera Melo-Aceguá. En
tarias locales de fortalecimiento de la escuela rural y Ministerio de Educación y Cultura, Palabras de Ju-
acciones de orden político, sobre todo a nivel institu- lio: Selección de textos (pp. 139-144). Recuperado
cional. Si bien la participación de la escuela rural en de: Link
el inventario nacional de PCI (2017-2019) es tanto una
acción política como comunitaria, se torna necesario Consejo de Educación Inicial y Primaria (2019). Boletín
que el Estado genere un mayor compromiso con su datos estadísticos, diciembre 2019. Recuperado de: Link
salvaguardia que se traduzca en políticas públicas in-
tegrales. La UNESCO ofrece mecanismos para trabajar Espino Gutiérrez, M. (2015). Solo no se puede. Es-
en estos compromisos que se podrán explorar conjun- cuela y comunidad rural, una relación de ida y vuel-
tamente entre las comunidades educativas rurales y la ta. Quehacer Educativo, 25(134), 38-46. Recuperado
academia como parte de ese marco que ofrece el PCI. de: Link
Finalmente, consideramos importante expresar que Fernández, A. (2012). Los agrupamientos escolares. En S.
una agenda de desarrollo post COVID-19 debería con- Carro & A. Fernández (Coords.), Tejiendo redes. La rela-
siderar el debilitamiento de los espacios comunita- ción escuela, familia y comunidad en el medio rural (pp.
rios en general, consecuencia del aislamiento social, 41-50). Montevideo: Editorial Psicolibros Universitario.
como una preocupación central.
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nio cultural. En E. Aguilar Criado (Coord.), Patrimonio
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Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 10
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237
Festejos de Jemanjá (Uruguay) / © Andrés Ponce -Archivo CRESPIAL*
238
REFLEXIONES
FINALES
<< Al Índice
239
Reflexiones Finales
“¿Pa’ que le sirve a usted la dignidad?”161 todos. Estos miles de ciudadanos cuestionan los mo-
delos de desarrollo y se suman a la pregunta recogida
en el epígrafe “¿pa’que le sirve a usted la dignidad?”.
Al cierre del proceso colectivo de escritura del pre-
sente libro, Colombia lleva casi dos meses de fuertes El conjunto de textos presentados en este libro se ha
protestas sociales que han cobrado la vida de dece- articulado desde un marco teórico y metodológico
nas de personas. Si bien los motivos de la protesta común, que da cuenta cómo el patrimonio cultural
son diversos y las manifestaciones han involucrado inmaterial (PCI), en tanto acervo insoslayable, posi-
diferentes regiones y sectores sociales, hay un ele- bilitaría entender desde los Estados e instituciones
mento generalizado en los reclamos vinculado al las respuestas a esa pregunta que resuena con insis-
profundo descontento de la sociedad frente a los tencia en las voces de toda la región.
alarmantes niveles de exclusión y desigualdad. Se-
gún las cifras reportadas por el Departamento Nacio- Las posibilidades de aplicación del modelo pro-
nal de Estadística de Colombia (DANE), en el año 2020 puesto son múltiples y variadas dada su apertura
el coeficiente de Gini para el total nacional fue 0,544, a la adecuación contextual. En la articulación pa-
la pobreza monetaria 42,5% y la pobreza monetaria trimonio-mercado, por ejemplo, ya sea a través de
extrema 15,1% en el total nacional (DANE, 2021), es emprendimientos económicos basados en prác-
decir, cerca de 21 millones de personas tienen ingre- ticas culturales, como la sericicultura o el turismo
sos por debajo del mínimo mensual necesario para de carnaval, un análisis multidimensional permite
cubrir sus necesidades básicas. dar cuenta de los diferentes actores y abordar de
manera más clara las conexiones intersectoriales.
Aún con lo alarmantes que resultan estas cifras, im- En el acceso a los derechos culturales por parte de
presiona aún más constatar que ni la situación ni el poblaciones rurales o mujeres afrodescendientes,
descontento en Colombia son casos aislados en la el modelo analítico puede poner en evidencia tan-
región latinoamericana y caribeña. Entre los años to las fortalezas como las debilidades del accionar
2014 y 2019, el coeficiente de Gini no se ha reducido y estatal; en cuanto a las posibilidades se podrían
tanto la pobreza, como la pobreza extrema crecieron mencionar la conexión con políticas ambientales y
hasta llegar, en 2019, a cifras del 30.5% para la prime- de salud pública, nuevos modelos de negocio y uso/
ra y del 11.3% para la segunda (Comisión Económica adecuación de tecnologías digitales, sus efectos
para América Latina y el Caribe [CEPAL], 2020). Así, sobre las comunidades y la agencia de estas como
no sorprende que a finales del mencionado año los fuerza transformadora y resignificadora, entre otras.
llamados “estallidos sociales” en Chile, Ecuador y Bo- En la aproximación analítica a procesos y proyectos
livia pusieran en evidencia la inconformidad de miles de salvaguardia, se abren posibilidades hacia la
de ciudadanos frente a condiciones sociales, eco- complejización de los análisis y es posible articu-
nómicas y políticas injustas. Los testimonios de los lar nuevas categorías como la recogida en el último
manifestantes (en su mayoría jóvenes) coinciden en capítulo sobre la escuela rural, escrito por Picún y
señalar que protestan por mejorar el acceso a la edu- Gómez. También en un enfoque de género, donde
cación, a la salud y a futuros más dignos para todas y esta categoría puede explorarse “en sus múltiples
consecuencias políticas, económicas, sociales y cul-
turales”, como lo afirman de Fraga y Severino en su
capítulo sobre el protagonismo de las mujeres en el
161 Frase de la película colombiana La estrategia del cara-
col (1993) del director Sergio Cabrera, retomada como slogan en PCI, invitándonos a pensar desde y no únicamente
medio de las protestas en Colombia. sobre el PCI.
240
Reflexiones Finales
En consideración de lo ya expuesto, los retos a con- manda redoblar esfuerzos para concretar, en el corto
siderar son también múltiples, entre ellos motivar y mediano plazo, esta articulación.
a poner en obra una herramienta analítica que en
profundidad colabore a comprender lo que implica Cabe tener presente en estas reflexiones finales, que
la relación compleja PCI-Inclusión social. En esta di- la mencionada Convención para la Salvaguardia del
rección, el aporte del modelo presentado caracteri- Patrimonio Cultural Inmaterial (2003) plantea en su
zado por su apertura, multidimensionalidad, lo no preámbulo que el PCI es considerado “crisol de la di-
jerárquico de sus dimensiones y la transversalización versidad cultural y garante del desarrollo sostenible”
relacional de las mismas, puede arrojar luz sobre la (UNESCO, 2018: 3) y posteriormente específica que,
sustentabilidad de los procesos del PCI, lo cual es para ser reconocido bajo esta Convención, el PCI
indisociable de su salvaguardia y de los procesos de debe ser compatible con los imperativos de desarro-
inclusión social. Esta propuesta solicita en primer lu- llo sostenible. Aunque la Convención no ahonda en
gar, tal como se ejemplificó en el capítulo segundo, esta compatibilidad, las directrices operativas para su
ahondar en el análisis a partir de los indicadores pro- aplicación van un poco más allá y señalan que el PCI
puestos, de su adecuación o de nuevos indicadores “debe reconocerse como un recurso estratégico para
emergentes. También es fundamental la construcción facilitar el desarrollo sostenible” (UNESCO, 2018: 77)
minuciosa de los mismos, ya que permitirán dar cuen- y que para una eficaz aplicación de la Convención,
ta adecuadamente de la complejidad de los elemen- “los Estados Partes intentarán por todos los medios
tos a analizar. Tal como lo solicita el enfoque sistémico apropiados reconocer la importancia del patrimonio
de la complejidad, estos procesos metodológicos son cultural inmaterial y valorizar su función de impulsor
factibles sólo a partir de un trabajo inter y transdis- y garante del desarrollo sostenible, así como integrar
ciplinar, que ponga en juego los “intersaberes” para plenamente su salvaguardia en los planes, políticas
integrar la salvaguardia del PCI en los planes, políticas y programas de desarrollo que adopten en todos los
y programas estatales, articulando el aporte de la sal- planos” (UNESCO, 2018: 76).
vaguardia en las diferentes dimensiones del desarro-
llo, tal como es el llamado de la Convención de 2003. No obstante, las dificultades que se presentan para
hacer efectiva la necesaria articulación intersectorial,
Esta intención no es un tema nuevo en la órbita de la aún se constituyen como uno de los principales obs-
UNESCO. En definitiva, se trata de profundizar en las táculos para la salvaguardia efectiva del PCI.163 Esta
articulaciones entre cultura y desarrollo, un tema de
discusión recurrente en los pronunciamientos y acti-
vidades de esta organización desde hace más de 30
años.162 Más allá de los avances logrados, la coyuntu- 163 El reto existe aún al interior del sector cultural. Cabe se-
ñalar que uno de los grandes desafíos en la implementación de la
ra actual impuesta por la pandemia de COVID-19 de- mencionada Convención ha sido siempre la búsqueda de un en-
foque integral que permita abordar las dimensiones materiales
e inmateriales del patrimonio, respetando tanto sus interrelacio-
nes como sus diferencias. De hecho, desde el 2004 el tema fue ex-
plícitamente abordado por la UNESCO en la declaración de Yama-
162 En la declaración final de la Conferencia Interguber- to (2004) ya mencionada en el capítulo primero de este libro, en
namental sobre Políticas Culturales en África (AFRICA CULT), la cual se reconoce la interdependencia de ambas dimensiones
los Estados Africanos participantes declararon: “la autentici- y se hace un llamado a la salvaguardia integral del patrimonio,
dad cultural y el progreso técnico son, en la reciprocidad y la con la participación de las comunidades y grupos involucrados.
complementariedad de sus efectos, la prenda más segura del Desde ese momento los intentos de articulación de las diferentes
desarrollo cultural y del advenimiento de nuevas sociedades Convenciones han sido un esfuerzo continuo (incluyendo, desde
que enlacen con la alta tradición del humanismo africano” 2005, la Convención sobre la protección y la promoción de la di-
(UNESCO, 1975). versidad de las expresiones culturales), pero aún no concretado.
241
Reflexiones Finales
La relevancia de este reto es tal que en 2018 la Sép- A los fines que el modelo planteado permita lograr
tima reunión de la Asamblea General de los Estados esa resonancia, no solo las dimensiones, variables
Parte de la Convención de 2003 aprobó la implemen- e indicadores deben formularse desde y para la in-
tación de un nuevo sistema de presentación de infor- tersectorialidad (esto es, teniendo en cuenta los
mes periódicos de avance en la implementación de contextos, actores y lenguajes específicos de cada
la Convención. El nuevo sistema busca, entre otras sector particular bajo metodologías de trabajo co-
cosas, abordar la salvaguardia de manera más inte- laborativo no excluyentes), sino que deberían prio-
gral y brindar herramientas a los Estados para medir rizarse algunos sectores particulares como inter-
los impactos y efectos de ella, haciendo explícitos locutores principales. A la luz de las dimensiones
los avances en términos de género, inclusión social del modelo y los casos presentados en la segunda
y participación comunitaria. En paralelo a este cam- parte, es evidente el rol protagónico de aquellos
bio global, desde la UNESCO, tuvo lugar en la región sectores tales como educación, turismo, salud, se-
el desarrollo del modelo analítico multidimensional guridad social, participación política, conservación
presentado en este volumen, liderado por la ReCA ambiental y ordenamiento territorial, entre otros.
PCI LAC. La singularidad del modelo aquí presenta- Sin embargo, estos espacios altamente especializa-
do, tal como lo ejemplifican los casos recopilados, es dos, con instrumentos específicos de planificación
que esta propuesta de la mencionada Red está cons- y tradiciones epistemológicas fuertes, suelen ser
truida desde y para la realidad latinoamericana, y en poco permeables a dialogar con otros campos de
esa medida permite centrar las lecturas en las posi- conocimiento.
bilidades y retos de la salvaguardia para la inclusión
social en el continente. No obstante, el esfuerzo por disolver estas fragmen-
taciones es muy valioso ya que en dichos sectores
hay temáticas específicas sobre las cuales el PCI y
su salvaguardia tienen mucho que aportar, tanto
sobre como desde el PCI. Por ejemplo, la seguridad
164 Para un análisis del trabajo de la UNESCO sobre cultura
y desarrollo sostenible ver: Torggler, Murphy, France y Balta Por- alimentaria, las prácticas médicas y sanitarias, las
toles (2015). formas propias de enseñar y aprender (así como los
242
Reflexiones Finales
243
Acerca de los autores miembros Costa Rica (UCR).
de la ReCA PCI LAC e-mail: [email protected]
244
Pampa (UNIPAMPA, RS/Brasil) en temas de patrimo- gadora y profesora independiente (Pontificia Univer-
nio y género, educación patrimonial y gestión del sidad Javeriana Cali y Universidad del Valle).
patrimônio. Profesora Asociada del Curso “Bachare- e-mail: [email protected]
lado em Produção e Política Cultural” (UNIPAMPA).
e-mail: [email protected]
Levrand, Norma
Mariano, Mercedes
Gómez Manrique, David
Doctora de la Universidad de Buenos Aires, área An-
Doctor en Ciencias Humanas y Sociales (Universidad tropología. Licenciada en Antropología Social (FAC-
Nacional de Colombia). Antropólogo social (Universi- SO-UNICEN). Investigadora asistente del CONICET
dad Nacional de Colombia). Asesor, Consultor y Aca- - Instituto INCUAPA (CONICET- UNICEN). Jefa de Traba-
démico especializado en el análisis e implementación jos Prácticos ordinaria en las cátedras de Fundamen-
de las políticas públicas en el marco del multicultura- tos de Antropología y Antropología Sociocultural II.
lismo estatal y al campo del patrimonio cultural inma- Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional
terial (PCI). Coordinador Técnico del Centro regional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UNICEN).
para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial e-mail: [email protected]
de América latina y el Caribe (CRESPIAL, 2019-2020).
e-mail: [email protected]
Moreno Nava, Ignacio
Magister en Sociología (Universidad del Valle). Psicó- Doctor en Microbiología. Profesor investigador del
loga (Pontificia Universidad Javeriana Cali). Investi- Centro Interdisciplinario de Investigación para el
245
Desarrollo Integral Regional, Unidad Michoacán (CI- Sevilla, Manuel
IDIR) del Instituto Politécnico Nacional (IPN, México).
e-mail: [email protected] PhD en Antropología (University of Toronto). Investi-
gador en el grupo de investigación “Poiesis” y Profe-
sor Titular de la Facultad de Creación y Hábitat (Pon-
Picún, Olga tificia Universidad Javeriana Cali, Colombia).
e-mail: [email protected]
Doctora en Ciencias Antropológicas (Universidad Au-
tónoma Metropolitana de México, UAM). Licenciada
en Musicología (Universidad de la República, Udelar,
Uruguay). Profesora Adjunta de la Facultad de Infor-
mación y Comunicación - FIC (Udelar), en régimen de
dedicación total. Sistema Nacional de Investigadores
de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación
– ANII, nivel I Humanidades / Arte.
e-mail: [email protected]
246
Patrimonio Cultural Inmaterial e Inclusión Social | Capítulo 1
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