El Administrador
El Administrador
El Administrador
De acuerdo con la teoría académica establecida, la labor del administrador se podría sintetizar
en las funciones que componen el proceso administrativo: planeación, organización,
dirección y control.
Mintzberg (1975, pp. 4-8) identificó 10 roles a través de los cuales describe el trabajo del
administrador, la actividad del administrador mientras ejecuta estos roles se encuentra entre
la reflexión (piensa, evalúa, analiza) y la acción (participa, asigna, decide), relacionándose con
los demás, al interior y hacia afuera de la organización, la unidad de negocio, el área o el
departamento, según su nivel. Dichos roles se integran en 3 categorías: interpersonales,
informativos y decisorios.
a. Roles interpersonales. Son tres los roles del administrador que surgen directamente
de la autoridad formal e involucran relaciones interpersonales básicas:
1. El administrador como cabeza visible de la organización. Como cabeza de una
unidad organizativa, todo administrador debe realizar algunas funciones
ceremoniales. El presidente da la bienvenida a los dignatarios de turismo. El capataz
asiste a la boda de un operario. El gerente de ventas almuerza con un cliente
importante. Estos deberes pueden ser a veces rutinarios, no implican toma de
decisiones importantes ni una comunicación demasiado formal. Sin embargo, son
importantes para el buen funcionamiento de una organización y no pueden ser
ignorados.
2. El administrador como líder. Los administradores son responsables del trabajo de
la gente de su unidad. Sus acciones en este sentido constituyen el papel de líder.
Algunas de estas medidas implican liderazgo directo, por ejemplo, en la mayoría de
las organizaciones los gerentes son normalmente responsables de la contratación
y la formación de su propio personal. Además, está el ejercicio indirecto de la función
de líder. Por ejemplo, cada gerente debe motivar y alentar a los empleados, la
conciliación de alguna manera sus necesidades individuales con las metas de la
organización.
3. El administrador como enlace. En este rol el administrador hace contactos fuera
de la cadena vertical de mando. Los directivos pasan tanto tiempo con sus
compañeros y otras personas fuera de sus unidades como lo hacen con sus propios
subordinados y muy poco tiempo con sus propios superiores.
b. Roles informativos. Procesar información es una parte clave del trabajo del
administrador, actuando como receptor, aglutinador y/o transmisor.
Drucker (p.275), por su parte, estableció que son cinco las tareas que componen la labor de
un administrador: establece objetivos, organiza, motiva y comunica, mide y por último,
desarrolla a su gente.
1. Establecer objetivos. El administrador fija metas para cada área, las comunica a
aquellas personas cuya participación es requerida para lograrlas y decide qué hay que
hacer para cumplirlas.
2. Organizar. El administrador analiza las actividades, decisiones y relaciones
necesarias. Clasifica el trabajo, lo divide en actividades manejables y las clasifica en
puestos de trabajo manejables. Agrupa estas unidades y puestos de trabajo en una
estructura organizacional. Además selecciona personas para la gestión de estas
unidades y para los puestos de trabajo claves.
3. Motivar y comunicar. El administrador hace de su gente un equipo. Lo hace a través
de la práctica y en sus relaciones con las personas con quienes trabaja; lo hace
mediante sus «decisiones sobre personas», decisiones sobre remuneración, ubicación
y ascensos; lo hace a través de una comunicación constante, desde y hacia sus
3
subordinados, desde y hacia sus superiores, y desde y hacia sus colegas.
4. Medir. El administrador establece criterios e índices, pocos factores son tan
importantes para el desempeño de la organización y de quienes la conforman. Se
encarga de que cada persona conozca las medidas de desempeño de toda la
organización y, al mismo tiempo, las de su función y así le ayuda a cumplirlas. Analiza,
evalúa e interpreta el rendimiento y como en todas las otras áreas de su trabajo,
comunica el significado de las medidas y sus resultados a sus subordinados, a sus
superiores, y a sus colegas.
5. Desarrollar a su gente y a él mismo. Con el ascenso del trabajador del conocimiento,
esta tarea ha adquirido una mayor importancia. En una economía del conocimiento, las
personas son el activo más importante de la organización y le corresponde al
administrador desarrollarlas.
Katz (pp. 6-18) planteó la existencia de tres tipos de habilidades esenciales para que el
administrador pueda ejecutar eficazmente el proceso administrativo:
Robbins y De Cenzo (p.13) agregan a las tres habilidades esenciales, propuestas por Katz,
una cuarta:
4. Habilidad política. Capacidad para mejorar la posición personal, sentar una base de
poder y establecer los contactos correctos. Los gerentes que tienen buenas habilidades
políticas suelen ser mejores para conseguir recursos que aquellos que no las poseen.
También obtienen evaluaciones más altas y logran más ascensos.
Además, estos mismos autores, plantean seis conjuntos de conductas que explican poco más
del 50% de la eficacia de un gerente, las denominan habilidades específicas y son:
Drucker (2004, p.3), en otro de sus magistrales escritos, indicó que los gerentes eficaces
siguen ocho reglas sencillas: