Análisis Formal de El Desencanto de Jacinta Escudos

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Universidad de El Salvador

Facultad de Ciencias y Humanidades


Departamento de Letras
Licenciatura en Letras
Ciclo II-2019

ANÁLISIS DE LA OBRA LITERARIA:


“EL DESENCANTO” DE JACINTA ESCUDOS

Estudiantes:
Bach. Torres Ayala, Yanira Marisol TA15003
Bach. Zavala Meléndez, Katherine Esmeralda ZM15004

Asignatura:
Literatura Salvadoreña

Docente:
Dr. José Luis Escamilla Rivera
El desencanto | ii

Ciudad Universitaria “Dr. Fabio Castillo Figueroa”, 25 de noviembre de 2019


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.......................................................................................................................iii

ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA LITERARIA.............................................................................4

Descripción del artefacto cultural.......................................................................................4

Del género literario: Novela de posguerra..........................................................................4

Del movimiento literario: Estética del cinismo...................................................................6

Historias..............................................................................................................................7

Tiempo................................................................................................................................7

Espacio................................................................................................................................7

Análisis narratológico.........................................................................................................8

Temas..................................................................................................................................9

Discursos y focalizaciones................................................................................................10

SIGNOS CULTURALES.............................................................................................................11

Transgresión femenina......................................................................................................11

Liberación sexual..............................................................................................................12

Ruptura con la sociedad tradicional patriarcal..................................................................12

RESEMANTIZACIÓN................................................................................................................13

CONCLUSIÓN........................................................................................................................xiv

BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................xiv

ANEXOS.................................................................................................................................xv
El desencanto | iii

INTRODUCCIÓN

El estudio sistemático de la literatura en la cátedra de Literatura Salvadoreña se ha realizado a


partir de la metodología propuesta, con la finalidad de comprender el pensamiento de una
época posterior a los procesos revolucionarios ocurridos en Centroamérica; asimismo, de
conocer las formas de expresión estético-literarias que dieron como resultado de la influencia
de factores extraliterarios a partir de la segunda mitad del siglo XX; y la de aplicar la teoría
aprendida desde los inicios de la carrera hasta el ciclo final.

Las condiciones de producción del artefacto cultural en El Salvador son complejas cuando se
trata de relacionar las características de forma y contenido de la obra, pues
La novela urbana producida en Centroamérica al iniciar el siglo XXI no acaba aún de
explorar las dimensiones del desequilibrio psicológico y el desencanto existencial que
generó la caída de la esperanza a partir de los años ochenta del siglo anterior. Algunos
de los estudiosos de la literatura centroamericana simplemente llaman a este
fenómeno: “estética del cinismo” y otros lo denominan como “literatura de
posguerra”. (Villalobos, 2003:28) en (Méndez, 2005: 144)

Una vez finalizado el período de conflicto, se reconfigura la subjetividad de los individuos, se


abandona la causa política, el interés por los problemas sociales; es decir, un desencanto por la
vida, no hay razón para vivirla; por la lucha, debido a que se ha perdido la guerra. Con ello se
da un retorno hacia la subjetividad del individuo, explorando los problemas que habitan en el
interior de sí y no en los que presenta la realidad nacional, el exterior.

En el plano de la forma, la obra es un ejemplar de la NOVELA DE POSGUERRA civil


salvadoreña, mientras que en el plano del contenido, se suscribe al movimiento conocido
como ESTÉTICA DEL CINISMO, el cual surge al finalizar el período de guerra en la década de los
noventa. A continuación se presenta el resultado de una lectura profunda de EL DESENCANTO,
de la autora salvadoreña Catherine Ingrid Cárter, conocida por JACINTA ESCUDOS.

La metodología que se utilizó fue a partir de la deconstrucción; iniciando con la descripción de


la obra como producto cultural, la descripción del artefacto utilizado para este estudio; más
adelante se presentan las condiciones de producción del género, sus características y el
movimiento literario al que pertenece, junto con otros aspectos que corresponden al análisis
narratológico; todo esto, para poder transitar hacia la interpretación de sentidos y significados.
El desencanto | 4

ANÁLISIS FORMAL DE LA OBRA LITERARIA

La literatura salvadoreña, a partir de los acontecimientos sociales ocurridos a finales del siglo
XX, explora nuevas formas y temáticas que se alejan—por mucho—de aquellas
predominantes en las narrativas de procesos revolucionarios centroamericanos. En este
análisis literario se utilizará una de las obras emblemáticas de la literatura salvadoreña, no solo
de posguerra, sino también, femenina.

Descripción del artefacto cultural


El desencanto es una obra publicada por la Dirección de Publicaciones e Impresos de la
Secretaría de Cultura en el año 2001. Se publicó a media carta, con pasta sencilla y consta de
203 páginas; pertenece a la Colección Ficciones, junto con Cuentos sucios (1997), obra que le
adjudicó a la autora, Jacinta Escudos 1, el reconocimiento internacional. Para el presente
análisis se utilizó la primera edición publicada por la institución mencionada.

La obra El desencanto está estructurada por cuatro partes: la primera, un poema de siete
versos como epígrafe; la segunda, una prólogo dividido en dos partes, una en letras cursivas y
otra en redondas; la tercera, veintinueve capítulos casi autónomos; cuarta, el epílogo (capítulo
32) donde vuelven a encontrarse las dos voces del prólogo, en las mismas tipografías (véase
anexo 1).

Del género literario: Novela de posguerra


En Centroamérica, las formas narrativas están determinadas por aspectos extraliterarios
influenciados por los sucesos ocurridos—en su mayoría—durante la segunda mitad del siglo
XX. A partir de 1954 se sienta un precedente de la tendencia testimonial 2 que perduraría—
aproximadamente—las próximas cuatro décadas; la cual confluyó junto con los
acontecimientos ocurridos antes y durante los procesos revolucionarios, teñidos de socialismo,
crítica y compromiso social.

Luego de una definida tendencia hacia la literatura testimonial que buscaba expresar las
experiencias vividas durante la época de conflicto en los países centroamericanos, inicia un
nuevo período histórico conocido como Posguerra y con ello una pluralidad de narrativa
ficcional alejada de los problemas de la realidad nacional.

Algunos de los sucesos que marcaron el inicio de dicho período son los que menciona
(Escamilla, 2011: 25): a nivel internacional, la caída del muro de Berlín a finales de 1989, la
desintegración de la Unión Soviética dos años después; la derrota electoral de los sandinistas
en 1990; y la firma de los acuerdos de paz en El Salvador en 1992, a nivel nacional, seguidos
de los de Guatemala en 1996.

Género, movimiento literario y condiciones de producción guardan una estrecha relación en la


obra de Jacinta Escudos, que por sus características ha sido suscrita al género de la novela de
posguerra. Primero se abordarán las características generales y más adelante las que
corresponden a su clasificación.

1
Pseudónimo de Catherine Ingrid Cárter (1961), destacada poetisa, narradora y traductora.
2
La publicación y circulación clandestina del libro Secuestro y capucha de Salvador Cayetano Carpio en
1954.
El desencanto | 5

La novela como tal, según (Estébanez, 2008: 747) “es el relato de una historia de ficción, en el
que se cuentan hechos supuestamente ocurridos en un mundo imaginario”. Este rasgo
particular la diferencia de aquellos tipos de relato donde se narran acontecimientos realmente
sucedidos y cuyo valor testimonial reside precisamente en su objetividad histórica.

En primer lugar, la novela es un relato escrito en prosa que puede contener más de una intriga,
mediada por la intervención de un narrador, generalmente, omnisciente. Ella sospecha que él
tiene algún tipo de intenciones románticas, pero no le interesa. A su desinterés se suma su
inexperiencia. Arcadia aún es virgen. Tiene 19 años y jamás ha tenido novio (Escudos,
2001:13). Esta cita ejemplifica cómo se combinan narración y descripción en presencia de la
voz heterodiegética.

En segundo lugar, la novela se presenta como un relato multiforme y abarcador, en cual


invade otros géneros literarios y absorbe diversos materiales. La obra en cuestión, en su
estructura, está configurada por 32 capítulos que presentan características particulares; en ella
se mezclan epígrafes, poemas, anotaciones en el diario y un cuento, así como otros niveles de
diégesis (véase anexo 2).

En la novela, el autor goza de un espacio más amplio para dar forma artística a todo un
universo de ficción. Por lo que, en tercer lugar, presenta un diseño complejo en cuanto a la
intriga y el desarrollo de los personajes. Intervienen técnicas narrativas que permiten acceder
al estado de la conciencia y del inconsciente de los personajes, en este caso, mediante el
recurso onírico. Por ejemplo:
Arcadia se da la vuelta sobre la cama. Está desconcertada. Es tan real el tacto de
aquel hombre, y sin embargo sabe que duerme, que sueña, que aquello no ocurre. Y
mientras trata de dilucidar algo en su torpe razón, mientras cambia del posición
sobre la cama, siente de nuevo el cuerpo del hombre, revuelto entre las sábanas,
quien ahora no la toca (Escudos, 2001: 162).

Ahora bien, para la aplicación de las característica de la novela de posguerra, se ha tomado la


teoría de (Escamilla, 2011), quien la define como «aquella producción novelesca que surgió
después de finalizados los conflictos armados (1990) en la región», la cual significó una
ruptura con la tradición literaria anterior, siendo sus características las siguientes.

Primero que nada, a grandes rasgos, la literatura de este período fue visiblemente afectada por
la globalización, lo cual generó una literatura light que evitaría los contenidos y percepciones
políticas del mundo. Es interesante cómo después de una época de procesos revolucionarios,
los escritores optan por abandonar los temas relacionados con esa época, aunque nunca
prescindan del tema de la violencia en cualquiera de sus formas.

La novelista Jacinta Escudos extrae tan solo un acontecimiento de la realidad y, aun con ello,
la protagonista Arcadia no le asigna importancia. Así, por ejemplo: Afuera llueve, continúa
lloviendo, llueve la semana entera. La gente muere, los sembradillos se ahogan, las casas se
desmoronan, las calles se inundan. “Tragedia Nacional” anuncian los titulares de los diarios.
Ella no llora, no se entera de nada. Solo duerme. (Escudos, 2001: 69).3

3
De acuerdo con el año de publicación (2001) y según el registro de acontecimientos catastróficos a nivel
nacional, el hecho al que alude es el Huracán Mitch, ocurrido del 22 de octubre al 5 de noviembre de
1998. Este evento de la realidad es el único al que la novelista hace mención en toda la obra.
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Segundo, se emplea un lenguaje estandarizado que elimina las marcas de la cultura originaria
con el propósito de lograr un mayor y más fácil mercadeo. En el siguiente ejemplo, las
posibilidades que existen para sustituir los calificativos con términos propios del argot
salvadoreño son múltiples; sin embargo, el discurso directo no muestra marcas de pertenecer a
un colectivo o comunidad lingüística específicos.
— ¿Por qué crees que una hace eso?
— ¿Hacer qué?
— ¿Acostarse con tantos hombres? O sea, yo no me considero prostituta ni frívola ni
ninfomaníaca y sin embargo, son muchos hombres tomando en cuenta que apenas
tenemos 25 años. (Escudos, 2001: 144)

Tercero, la novela de posguerra expresa mayor—y, a veces, exclusivo—interés por los temas
de la intimidad erótica. Esta es, quizá, la característica preponderante en el caso de El
desencanto, pues hay 29 capítulos en los que los temas relacionados con la sexualidad
femenina son recurrentes, presentando sucesos que van desde lo erótico hasta lo grotesco,
acompañado de una riqueza simbólica introducida a través del recurso onírico. Por ejemplo:
El caballo le susurra algo en el oído, palabras de humano, que ella no comprende.
Pero sabe que son palabras de pasión, palabras soeces que para ella son tan
excitantes como el grueso falo del animal que la penetra con fuerza. […] Arcadia
despierta en medio de un orgasmo (Escudos, 2001: 37).

Otra característica de la novela de posguerra es la democratización del discurso, las voces de


las mujeres se posicionan de un sitio discursivo y dejan de ser marginadas o mediadas por el
discurso patriarcal masculino. En la novela de Jacinta, tanto el autor real como el protagonista
se corresponden con la voz femenina, a excepción de la voz del narrador, pues no hay marcas
que permitan identificarlo, salvo en los casos donde es narrador protagonista. Al respecto,
Jacinta menciona en una entrevista que “me he visto tentada a publicar con un pseudónimo
masculino, para que el acceso a la lectura de mi trabajo sea más objetivo y neutral”. (Palma,
2010: 301) explica que su argumento principal es que ella no escribe porque es mujer, sino
porque es una persona que crea. Para ella el género, que es una categorización de los
individuos sexuados en vista de la jerarquía social, no tiene nada que ver con la escritura.

Así, en la novela de posguerra civil centroamericana, los que fueron escenarios de guerra,
colectivos y públicos, han sido sustituidos por conflictos individuales y privados (Escamilla,
2011: 143) Es por ello que en El desencanto la historia ronda entre la interiorización de los
asuntos femeninos y el tratamiento de temas inherentes a ellos, como la menstruación, la
realización de una citología, la virginidad, el embarazo, el aborto y la maternidad. De esta
manera se representa el triunfo del discurso individual/femenino contra el colectivo/patriarcal
masculino.

Del movimiento literario: Estética del cinismo


Beatriz Cortez, especialista en la literatura centroamericana contemporánea, introduce la
Estética del Cinismo, categoría literaria denominada como un proyecto estético que está
presente en las narrativas de ficción de posguerra y que se define de la siguiente manera:
En la ficción contemporánea, es la pasión la que mueve al sujeto, más allá de la razón
o el respeto por los valores morales de cualquier tipo. La expresión de esta pasión nos
permite formular un proyecto estético para la Centroamérica de Posguerra, una
El desencanto | 7

estética marcada por la pérdida de la fe en los valores morales y en los proyectos


sociales utópicos. (Cortez, 2010: 102)

Posterior a los procesos revolucionarios, Centroamérica pasa a ser escenario de una sociedad
desencantada ante la cual se desatan las pasiones y los deseos más profundos de los sujetos.
Los proyectos colectivos de la revolución forzaron a los sujetos a encajar en un modelo social
basado en sus proyectos sociales utópicos pero, después de la guerra, estos mismos sujetos
tienen la capacidad de tomar decisiones ya no con una razón impuesta, sino por los deseos y
pasiones alojadas en su inconsciente, lo que sucede con Arcadia en El Desencanto.

Entre las características de la teoría planteada por Beatriz Cortez se encuentra la pasión que
mueve al sujeto, más allá de la razón o el respeto por los valores morales. Esto se puede
observar en el relato El sueño del hombre que lleva camisa de gitano:
Arcadia soñó con una amiga que le preguntaba si era cierto que ella había hecho el
amor con el demonio, y Arcadia le contestó:
—He hecho el amor con el demonio, con Dios y con muchos espíritus. (Escudos,
2001: 161)

Además de la pasión, los textos de ficción exploran los deseos más oscuros del ser humano.
Sin embargo, estos deseos están constantemente insatisfechos, tornando a una visión
pesimista, desencantada y crítica de la vida. Uno de estos deseos es la búsqueda del otro que
experimenta Arcadia y que se expresa en uno de los relatos titulado Blá blá blá:
Lo que se llama “El Amor”, pienso que solo ocurre una vez en la vida […].
Buscamos algo que nos hace muchísima falta […]. Buscamos lo que complemente
todas nuestras necesidades afectivas, las que cargamos desde que somos niños. Todo
lo que nos negaron desde nuestra infancia, todo lo que nos torcieron los adultos y la
zoociedad en el camino del crecimiento. (Escudos, 2010:142-143)

Los sujetos son forzados a interactuar con el espacio público y adherirse a ciertos principios
(morales, éticos, religiosos, etc.), con el propósito de ser socialmente aceptados; principios que
se rompen en el espacio privado y en el anonimato. En otro de los relatos titulados Blá blá blá
se expone de la siguiente manera:
Ella escucha la conversación ajena. Teme que le pregunten, teme tener que contestar
que no, que ella no tiene hijos, que no quiere tenerlos. Para ellas no es correcto tener
hombre y no tener hijos. Peor aún, no querer, no tener el deseo de tener hijos.
(Escudos, 2001: 91)
Historias
Las historias de El desencanto se han agrupado de acuerdo a criterios relacionados—
principalmente—con el título (véase anexo 1). La agrupación establece cuatro tipos de
historias: las primeras se titulan EL HOMBRE QUE, las cuales narran sucesos acontecidos en la
realidad de la protagonista; las segundas, tituladas EL SUEÑO DEL, que a partir del recurso
surrealista de lo onírico se inmiscuyen en el inconsciente de la protagonista; las terceras, que
llevan por título BLÁ BLÁ BLÁ; y las últimas, que presentan diversidad temática y sus títulos
no tienen similitud alguna.
Tiempo
El tiempo en la novela se divide en dos instancias: la primera, establecida al inicio por el
narrador omnisciente; y la segunda, el tiempo interno del relato. En el primer caso, es tan solo
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un instante (3-4 minutos aproximadamente), lo que dura un cigarrillo. En el segundo, se trata


de la vida de Arcadia, cuyo relato inicia a los 19 años y finaliza a los 35 (Véase esquema en
anexo 4).

Arcadia aún es virgen. Tiene 19 años y Ahora tiene 35 años y está sola. Después de
jamás ha tenido novio. (Escudos, 2001: 13) tantos hombres, después de tanto tiempo.
(Escudos, 2001: 199)
Espacio
El espacio en la novela no varía por mucho, los lugares con ubicación precisa son: Berlín,
Alemania. El territorio de los sueños y todos aquellos lugares donde se desarrolla la acción: un
apartamento, la oficina, la casa de campo, la estación del metro, la sala de espera del
consultorio, el hospital, y a simples rasgos, la habitación.
Es en ese estado de ánimo que encontramos a nuestra querida protagonista, en el
asiento de un vagón del metro de Berlín, pensando en lo que le espera unas 7
paradas más adelante. (Escudos, 2001: 22)

El espacio poco preciso juega un papel importante en la novela. No ancla los hechos a un
territorio determinado; esto se relaciona con el género, porque la literatura de posguerra está
cargada de narrativas desterritorializadas. Es necesario entender que toda desterritorializacion
es acompañada de por una reterritorialización, afirma (Escamilla, 2011: 177). Este segundo
proceso se da a partir del establecimiento del personaje en un espacio ajeno al de origen.
Ambos procesos presentes en El desencanto se deben a que hay presencia de elementos
autobiográficos: la autora Catherine Ingrid Cárter nace en El Salvador y vive temporalmente
en Alemania, de igual forma lo hace Arcadia, aunque el lugar de origen de ella nunca es
revelado.

—Allá en el trópico-húmedo, de donde yo vengo, las personas usan el carbón para


asar carne durante las barbacoas dominicales—le explica ella. —Pues aquí, en la
tundra europea, las personas usamos carbón para calentarnos del frío—le contesta
Lobo (Escudos, 2001: 25).

Análisis narratológico
Para este apartado se han seleccionado relatos (o capítulos) específicos que representan la
estructura narratológica predominante en la novela; para más detalle, se ha elaborado un
cuadro que contiene las categorías narratológicas de cada relato (véase anexo 3). Se optó por
esta metodología únicamente para ilustrar cómo varían los tipos de narrador, voces,
focalizaciones, etc., a partir de la teoría de (Pozuelo, 1988).

La novela inicia con elementos paratextuales. Según María Amoretti en (Méndez, 2005: 143)
el paratexto constituye uno de esos lugares en donde irrumpe con mayor fuerza la dimensión
pragmática, pues su función es la de dirigir la comprensión hermenéutica del texto. Así, El
desencanto presenta un epígrafe seguido de un prólogo dividido en dos partes, asimismo, el
final de la novela presenta, a manera de epílogo, el encuentro de las mismas voces iniciales: en
cursivas, es la voz del narrador protagonista, autodiegético de focalización interna fija; en
redondas, es la voz del narrador omnisciente, heterodiegético de focalización externa.
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Hay gente que tiene miedo de hablar sobre A veces me siento como un demonio. Y otras
sus cosas. Espero que yo no tenga miedo me siento tan limpia como la Virgen María.
para decir las mías.
Es la última frase que escribe la mujer en su
Así escribe la mujer en su cuaderno. Y luego cuaderno. Termina el cigarrillo. Se levanta.
no escribe más. Deja las dos frases ahí, Apaga la luz. (Escudos, 2001: 203)
mientras se reclina en la silla. Enciende un
cigarrillo. Piensa. (Escudos, 2001: 8)
Es a partir de lo anterior que Jacinta Escudos establece el pacto narrativo. Entrar en el pacto
narrativo—dice (Pozuelo, 1988: 234)—es aceptar una retórica por la que la situación que se
ofrece dentro de la novela es distinguible de la situación fuera de la novela, así como las voces
en cuestión, que se encuentran fuera de la historia. En este pacto se expresa el tiempo del
relato: lo que dura un cigarrillo.

El narrador predominante en El desencanto es omnisciente, puesto que se encuentra fuera de


la historia y se corresponde con la voz heterodiegética y la tercera persona gramatical; se
identifica a través de los pronombres, la conjugación de los verbos que emplea para narrar y el
alcance de visión que tiene acerca de los acontecimientos y los personajes, pues conoce lo que
hacen, piensan, cuándo y dónde sin límite alguno. Así, en el ejemplo siguiente se han resaltado
aquellos elementos que permiten corroborar lo anterior:
Está en una ciudad europea, no sabe cuál. Arcadia es una prostituta, de las que
cobran un alto precio por sus servicios. Camina por las calles con una blusa de tela
blanca, muy trasparente y sin sostén. El sueño en el cual ella es prostituta, (Escudos,
2001:83)

Ocurre lo mismo con uno de los capítulos titulado Blá blá blá, se repite el esquema anterior.
Sin embargo, en este sí se presenta la voz de los personajes a través del discurso directo, con
focalización externa por parte del narrador omnisciente.
Al fin, ella dice: —Es la primera vez que me lo dicen. —¿Qué? —Que se han
masturbado por mí. (Escudos, 2001: 157)

Por otro lado, también hay presencia del narrador protagonista, que se corresponde con la voz
autodiegética y la primera persona gramatical. Tal es el caso del relato El hombre que se
equivocó, pues se encuentra la voz directa de Arcadia, que media la de su interlocutor a través
del discurso directo. Cabe destacar que el tipo de narración de ese relato es simultánea —
mientras que en los otros es ulterior— ya que los verbos están en presente del indicativo y las
acciones se desarrollan en tanto se enuncian.
—Huele a tierra mojada tu pelo—me dice. Mi pelo. Sonrío, pero él no lo sabe. No me
mira porque aloja su rostro en mi cuello. Entre mis piernas, su miembro me busca.
Me penetra. Conoce su camino. Así, somos el hermafrodita. (Escudos, 2001: 88)

Temas
Se ha realizado una agrupación de los relatos que se encuentran en la obra en cuatro grandes
bloques de los cuales se derivan los temas principales del texto. La producción literaria de
Jacinta Escudos está impregnada de diversos temas, en especial temas relacionados a la
concepción del placer, la sexualidad, la búsqueda del amor, la maternidad, etc. Debido a fines
didácticos se consideró pertinente elaborar una tabla para poder agrupar las citas textuales de
El desencanto | 10

cada tema seleccionado por los bloques de relatos y así sintetizar de manera más clara la
información recogida.

BLOQUE DE TÍTULO DEL


TEMAS EJEMPLOS
RELATOS RELATO
“Sí, Arcadia quiso siempre acostarse con él,
pero no por los motivos que él piensa. A fin de
El hombre cuentas ella reconoce absurdamente llena de
El placer y
que bebía romanticismos, que son confrontados,
sexualidad
ginebra por inclementes con una realidad de la vida: existe
femenina
las mañanas. eso que llaman “el sexo”, una función básica
que tiene apenas, las formalidades de la
animalidad”. (p. 107)
EL HOMBRE “Entre mis piernas, su miembro me busca. Me
El hombre
QUE… penetra. Conoce su camino […] Así, los
Erotismo que se
cuerpos abandonan su soledad por un instante.
equivocó.
Breve. Mínimo” (p. 88)
“El que penetra domina, tiene fuerza,
El hombre conquista, impone, obliga, manda. […] Quien
Machismo
que besaba recibe no puede hacer nada más que recibir, es
(sumisión-
con los ojos el débil, el conquistado, el dominado. Es por
dominancia)
abiertos. eso que los hombres dominan a las mujeres”.
(p. 127)
Deseos más “Arcadia es una prostituta, de las que cobran
profundos del El sueño en el un alto precio por sus servicios. […] No
inconsciente que es una encuentra ‘clientes’, pero la gente la mira
tipificados prostituta porque les gusta ver su blusa y sus senos. […]
EL SUEÑO como tabú Ella se siente inmensa, poderosa”.
DEL… “[…] Palabras soeces que para ella son tan
El sueño del
excitantes como el grueso falo del animal que
Satisfacción caballo negro
la penetra con fuerzas. Jamás, con ningún
sexual que le hacía el
hombre, ha sentido tanta sensualidad como la
amor.
que siente con el caballo”. (p. 17)
“Que el amor cuesta, que el amor es algo
excitante y vibrante. Y que es para toda la
Concepción vida. Yo creo que el amor es una situación que
Blá Blá Blá
BLÁ BLÁ BLÁ del amor ocurre en escasísimas ocasiones y que no
somos todos los humanos los privilegiados a
RELATOS los que nos ocurre”. (p. 142)
DIVERSOS Las ratas “Desde niña lo sabe, que no tendrá hijos. Que
serán buenas no los tendrá porque no lo desea. Piensa que la
Maternidad
madres para infancia es el estado más miserable del ser
ti, hijo mío humano”. (pp. 62-61)

Discursos y focalizaciones
La focalización de los discursos se ha planteado desde la perspectiva de Arcadia y a su vez
desde la perspectiva masculina de los hombres con los que se encuentra Arcadia. La
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focalización se ha determinado al tema preponderante de cada bloque de relatos.

Primeramente se encuentra el discurso sobre LA MUJER. Vista desde la perspectiva de Arcadia,


las mujeres “Buscamos a alguien que nunca encontramos. Buscamos algo que necesitamos
con mucha urgencia. Buscamos el amor. Y nunca perdemos la confianza en que vamos a
encontrarlo” (Escudos. 2001:114).

Ahora bien, vista desde la perspectiva masculina “Los hombres dominan a las mujeres, porque
los hombres pueden penetrarlas por cualquiera de sus orificios y las mujeres siempre estarán
en desventaja” (Escudos. 2001:127). En El Desencanto la mujer está adherida a su
subjetividad, a su feminidad que guía su pensamiento, sus pasiones, su búsqueda. El hombre
por su parte ve a la mujer como un objeto de placer, de deseo, casi al punto de volverla un
objeto sexual.

En segundo lugar está el discurso sobre EL PLACER Y LA SEXUALIDAD. Arcadia concibe el


placer y la sexualidad como algo desagradable, en donde la mujer está sometida al hombre y
está obligada a tener relaciones sexuales con él, adhiriéndose a sus necesidades del hombre y
no a las suyas propias:“Es desagradable. Sobre todo porque debes dejarte tocar y tú no
sientes ningún deseo de ser tocada y el hombre se enoja y te exige que sientas placer”
(Escudos. 2001:45).

Por su parte, el hombre se expresa hacia la sexualidad como algo que solamente ellos pueden
disfrutar, la sexualidad se basa en el acto de penetración y está hecho para que ellos sientan el
placer y la mujer pasa a un segundo plano:“Pobrecitas ustedes las mujeres […] porque nunca
podrán saber lo que se siente penetrar a alguien. Es la más espléndida de las sensaciones”
(Escudos. 2001:127).

Tercero, el discurso que denota EL MACHISMO, LA SUMISIÓN Y LA DOMINANCIA. Además de la


voz de Arcadia, también está presente la voz de otras mujeres, tal es el caso de la esposa de
uno de los compañeros sexuales de Arcadia, así, desde su punto de vista: “¿Usted mantiene
vida sexual con él a pesar de todo eso? —No tengo alternativa. Él me obliga a tener
relaciones con él. Además, es el padre de mis hijos, es mi esposo” (Escudos, 2001: 128).

El hombre, por su lado, expresa su desprecio por las mujeres y lo fácil que le es seducirlas:
“Ah…las mujeres. Son todas unas zorras, de eso está convencido. Y tan convencido está de
ello que no puede tratar bien a ninguna” (Escudos, 2001: 121).

Por último, la voz del narrador. Esta se limita a describir cómo ocurren las acciones, sin dejar
de lado la adjetivación que revela su postura: “[Ella] Quiere subir la cabeza, pero él ya no lo
permite. Él no le permite apartar su boca del miembro, moverse, hablar. Nada. Debe besar,
succionar, morder, según él le indica (Escudos, 2001: 16).

Finalmente, el discurso sobre LA MATERNIDAD focalizado desde Arcadia es sumamente claro,


ella no desea quedar embarazada, le repugna la idea de tener hijos: “Si estuve tomando
anticonceptivos es porque no quiero tener hijos. No quiero hijos contigo, no quiero hijos con
nadie” (Escudos. 2001:61). Arcadia, posiblemente infundada por las experiencias de su niñez
con su propia madre (experiencias que no se desarrollan en el relato) no concibe la idea de ser
madre, llegando incluso a realizarse un aborto, aun si significa ganarse un “castigo divino”.
El desencanto | 12

Por su parte, el hombre simplemente intenta convencerla de tener al hijo, viendo la maternidad
como algo normal, biológico, sin importarle las razones por las cuales Arcadia se rehúsa a
tenerlo: “Todavía tienes unos días para pensarlo, para cambiar de opinión” (Escudos.
2001:62).

SIGNOS CULTURALES

Transgresión femenina
El signo cultural más relevante dentro del libro es la transgresión, pero añadiéndole el apellido
correspondiente: femenina. A la fecha de publicación del libro, habían pasado casi 10 años de
la firma de los Acuerdos de Paz en Chapultepec, por ende, El Salvador había dado por
finalizado el conflicto armado y con ello la participación de los ciudadanos en el frente de
combate. Las mujeres se vieron obligadas a participar en el conflicto armado y habiendo
finalizado, como expresa Beatriz Cortez en la Estética del Cinismo, se esperaba que volviesen
a la posición que les había sido asignada por la sociedad: quedarse en casa y servir a su
marido, ser una buena mujer y decir sí a todo.

Arcadia no es una excombatiente, pero ha sido criada bajo tutela religiosa en su colegio y ante
una rigidez familiar que expone un pensamiento tradicional al que ella debió someterse. Sin
embargo, tras su primera experiencia sexual, ella comienza a desarrollar un sentido de
autonomía en sus decisiones. Dentro de ella aún está impregnado un pensamiento de la moral
tradicional, que varias veces la detiene al momento de encontrarse con un hombre o de tomar
decisiones, pero también se da cuenta del poder que ella tiene para decidir. Escamilla (2011)
lo expone de la siguiente manera:
Arcadia por su parte representa el paradigma de transgresión sexual psicológicamente
más complejo, quien desde su “capacidad de optar” ocupa un proceso de liberación
ideológica femenina. (2011:148)

Si bien Arcadia no demuestra una completa alienación a la moral tradicional, sí hay una clara
intención de su parte al tratar de romper con los estereotipos que le han sido impuestos, como
el de la virginidad, la maternidad, el matrimonio, etc. y también de decidir sobre sus
encuentros, aunque estos resulten en una frustración sexual que la lleva al desencanto.

Y le causa repulsión, una repulsión indecible, pensar que ella se convertirá en algo
tan asqueroso como una mamá. No quiere ser la mamá de nadie. No quiere parecerse
a su propia madre, jamás. Todo lo que pueda apartarla de ella, todo lo que pueda
alejarla del rol de la maternidad, será bienvenido y ejecutado, cueste lo que cueste
(Escudos, 2001: 61).

Liberación sexual
Los encuentros de Arcadia con los hombres son todos de carácter sexual. Al inicio se presenta
una Arcadia virgen, ingenua, que jamás ha estado con otro hombre. Arcadia desde el primer
relato muestra cómo su virginidad parece algo sin importancia para ella. A pesar de haber sido
educada en un colegio de monjas en donde se le enseñó que la virginidad se preserva hasta el
matrimonio y que es un pecado tener relaciones sexuales fuera de este, Arcadia no muestra
remordimiento ni culpa después de su primer encuentro sexual. Además de ello, realiza una
exploración de su sexualidad, en donde da paso a sus pasiones y deseos más profundos gracias
El desencanto | 13

al recurso onírico, siendo en sueños donde explota al máximo sus anhelos sexuales y
personales.

Arcadia está convencida de que lo importante es el interior de las personas, la


limpieza y honestidad del corazón, y no una membrana subterránea que, de todos
modos, ya pudo habérsele despenicado (Escudos, 2001: 23).

Entre 1960 y 1990 se desarrolla la segunda ola feminista en donde las mujeres abogaban por
sus derechos y en donde cobra mayor fuerza la voz femenina en el espacio público. La
publicación del libro La mística de la feminidad de Betty Friedan abre paso a la opinión
colectiva de las mujeres en donde se busca normalizar la realización de las mujeres, no a
través del matrimonio o la maternidad, sino de su participación activa en la sociedad
(Branciforte & Orsi, 2007). Se crean marchas en busca de legalizar el aborto, y además de ello
hay un mayor acceso a productos anticonceptivos, dándoles la oportunidad a las mujeres de
decidir sobre la reproducción.

A partir de 1990 y gracias a la globalización hay un aumento en el mercado de entretenimiento


de masas en donde se vende pornografía de manera legal en un intento por normalizar la
sexualidad.

Ruptura con la sociedad tradicional patriarcal


La ruptura con la sociedad tradicional patriarcal se desarrolla a lo largo de todo el texto. Como
explica Beatriz Cortez, la mujer no ha sido parte significativa de la historia oficial ya que
siempre ha sido expresada a través de la voz masculina. Los conflictos bélicos ayudaron a que
la mujer se constituyese como sujeto en el espacio público y de esta forma hacer valer su voz
ante la sociedad tradicional, cuyos valores estaban ligados al ejercicio de la religiosidad.

El matrimonio y la maternidad vistos desde la perspectiva tradicional llevaban a la mujer a


casarse y a tener hijos para lograr su total realización como mujer. Sin embargo Arcadia, a
pesar de encontrarse en una constante búsqueda por el otro, su contraparte masculina, el
epítome del amor que le ha sido inculcado a través de los cuentos de hadas no tiene ningún
deseo de casarse, ni de tener hijos.

El aborto es un tema polémico incluso hasta nuestros días y los argumentos giran en torno al
castigo divino que conlleva la interrupción de la vida otorgada por Dios, y aunque Arcadia
teme la ira de Dios, está decidida a deshacerse de su hijo no nacido. Ese empoderamiento de
decidir sobre su propia vida a pesar de lo que diga la gente crea una ruptura con el
pensamiento tradicional.

Y Arcadia reza, le pide a Dios alguna señal, un sueño, algo que le haga saber que Él
la absuelve y la comprende. Que abortar en una situación como la suya no está mal.
Que si no se quiere un hijo, si no se puede mantenerlo, si no se ama al hombre que lo
engendró, es mejor no tenerlo (Escudos, 2001: 62).

RESEMANTIZACIÓN
El desencanto | 14

En septiembre de 2000, 147 jefes de Estado y de gobierno y 191 naciones aprobaron la


Declaración del Milenio, que expresa un conjunto de preocupaciones relacionadas con la paz,
la seguridad y el desarrollo, e incluye áreas como el medio ambiente, los derechos humanos y
el buen gobierno (MINED. 2009:254). Uno de los Objetivos del Milenio incluía promover la
igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, por lo cual se pretendía darle un papel
significativo a la mujer dentro de la sociedad salvadoreña.

El Movimiento de Mujeres y Feministas en El Salvador (MMyF) tuvo una participación activa


en la lucha por los derechos de las mujeres, visibilizando la desigualdad de género y la
discriminación que sufrían las mujeres durante segunda mitad del Siglo XX. Se buscaba
reivindicar el papel de la mujer en la sociedad salvadoreña y en la actualidad, los movimientos
feministas y movimientos de mujeres se ven impulsados por el auge de la cultura de masas y
los medios de comunicación que permiten expandir la voz de las mujeres en lucha por sus
derechos: sobre sus decisiones, sobre su cuerpo, etc., además de velar por la igualdad en el
área laboral, educativa, social, entre otros.

En el área de la literatura, son pocas las mujeres que lograron integrarse y sobresalir en un
territorio que pertenecía principalmente a los hombres y en donde expresaron finalmente una
visión del mundo desde la subjetividad femenina y ya no desde la perspectiva patriarcal. El
aporte de la crítica feminista de Elaine (Showalter, 1979) posee dos vertientes, la crítica
feminista que colocaba a la mujer como lectora y la ginocrítica que coloca a la mujer como
escritora, es decir, productora de sentido, que a su vez proporciona temas, historia, géneros y
estructura de la literatura escrita por mujeres. La mujer es, en el siglo XXI, una voz importante
dentro de la literatura, los movimientos de mujeres toman mayor fuerza y las temáticas son
expresadas desde la subjetividad femenina, buscando deshacerse de los prejuicios y
estereotipos que son impuestos desde la sociedad tradicional.
El desencanto | xv

CONCLUSIÓN

El ejercicio de un análisis literario interpretativo como actividad culmen de la cátedra de


Literatura Salvadoreña, aplicado a una de las obras publicadas a inicios del XXI, se convierte
en una tarea que permite comprobar los aprendizajes adquiridos durante el curso de la
Licenciatura en Letras. En este análisis se aplica y perfecciona la competencia de integrar
dos de las áreas de conocimiento de la carrera: los Estudios Literarios y los Estudios
Culturales. Por tanto, finalizado este trabajo de análisis y aplicación, y cumplidos los
objetivos de la cátedra, se ha concluido lo siguiente:

Las narrativas posteriores a los procesos revolucionarios en Centroamérica se configuran


dentro de un nuevo período con una heterogeneidad característica. En la literatura
salvadoreña se hallan voces todavía atadas a un pasado conflictivo, pero que ventilan los
problemas del individuo y no los del colectivo, como solía ser. Es a partir de este período que
surgen las voces femeninas y se posicionan en la sociedad.

El desencanto de Jacinta Escudos es una obra que se hizo lugar en la sociedad salvadoreña.
El desencanto es tan solo uno de sus escritos que rompen con los preceptos de la tradición
patriarcal; la autora se ha dedicado a tratar los temas que antes se eligió callar.

Hay gente que tiene miedo de hablar sobre sus cosas.


Espero que yo no tenga miedo para decir las mías.

El miedo de hablar de lo privado al público es, quizá, el motivo que le valió el


reconocimiento tanto nacional como internacional. El personaje que Jacinta dibuja en El
desencanto actúa sin tapujos, no se priva de hacer las cosas que quiere solo por el qué dirán,
conserva la esperanza en todo momento de que encontrará el sentido del amor y el verdadero
placer.

Nuestra heroína pasa por una travesía sexual que dura dieciséis años, en el fin del relato se la
halla derrotada ante la búsqueda del placer. Ya no le interesa relacionarse con los hombres,
sabe cómo funciona todo; se siente cansada, vieja, con el corazón marchito, desencantada.

El cinismo como resultado de la guerra se valora como un retorno a la subjetividad. Es


gracias a esto que se visibilizan otros colectivos, adquieren fuerza y se hacen escuchar. En
El desencanto | xvi

ansia de liberación de la actualidad, por ejemplo, mueve a las multitudes a unirse por una
causa: libertad, igualdad y justicia.

BIBLIOGRAFÍA

 Branciforte, L Orsi, R. (2007). De la mística de la feminidad al mito de la belleza.


Madrid: Universidad Carlos III.
 Cortéz, B. (2010). Estética del Cinismo. Guatemala: F&G Editores.
 Escamilla, J. (2011). El protagonista en la novela de Posguerra Centroamericana.
Desterritorializado, Híbrido y Fragmentado. San Salvador: Editorial Universidad Don
Bosco.
 Escudos, J. (2001). El desencanto. San Salvador: Dirección de Publicaciones e Impresos.
 Méndez, F. (2005). El encanto de Jacinta Escudos. América Central en el ojo de sus
propios críticos: una revisión desde adentro hacia una literatura hacia afuera.
Guatemala: Universidad Rafael Landivar.
 MINED. (2009). Historia 2. El Salvador. San Salvador: Ministerio de Educación.
 Palma, M. (2010). Escenarios del deseo femenino en la colección El Desencanto (2001)
de la escritora Jacinta Escudos. El camino de Santiago: Encrucijada de lenguas y
culturas. Salamanca: Actas del XLV Congreso Internacional de la AEPE.
 Pozuelo, J. (1988). Teoría del lenguaje literario. Madrid: Cátedra.
 Navas, M. C. (2018). Los movimientos de mujeres y feministas en la transición de
posguerra y su aporte a los cambios socioculturales en El Salvador. Revista Realidades,
151, 63-87.
 Showalter, E. (1979). Toward a Feminist Poetics. noviembre 23, 2019, de Historia
Cultural Sitio web:
https://historiacultural.mpbnet.com.br/feminismo/Toward_a_Feminist_Poetics.htm
El desencanto | xvii

ANEXOS
ANEXO 1
AGRUPACIÓN POR TÍTULOS
N° TÍTULO DEL CAPÍTULO AGRUPACIÓN
1 Epígrafe
PARATEXTOS
2 Introducción y pacto narrativo
3 El hombre que tiene manos de mujer
4 El hombre de la primera vez
6 El hombre con cara de perro
11 El hombre de las bofetadas
13 El hombre que se equivocó
15 El hombre al que tiene mucho tiempo de no ver
16 El hombre que bebía ginebra por las mañanas EL HOMBRE QUE
19 El hombre que besaba con los ojos abiertos […]
20 El hombre que le escribió un cuento
22 El hombre con los ojos azules que giran como torbellino
23 El hombre del que no debe enamorarse
26 El hombre que quería dormir
28 El hombre que la olfatea
30 El hombre gacela negra
5 El sueño del caballo negro que le hace el amor
9 El sueño de lo que lee en la última página de su pasaporte
12 El sueño en el cual ella es prostituta
18 El sueño en el que está vendada en una habitación EL SUEÑO DEL
25 El sueño del hombre que lleva camisa de gitano, pero que es demasiado real […]
para ser solamente un sueño y que la deja perturbada durante largo rato
27 El sueño del pato que le hace el amor
29 El sueño del veneno
7 Blá blá blá
14 Blá blá blá
BLÁ BLÁ BLÁ
21 Blá blá blá
24 Blá blá blá
8 Ruidos RELATOS DE
10 Las ratas serán buenas madres para ti, hijo mío TEMÁTICA
17 Las listas
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31 Despojos
DIVERSA
32 Epílogo PARATEXTO

ANEXO 2
LA NOVELA COMO RELATO MULTIFORME Y ABARCADOR

EPÍGRAFES
Fuiste un gusano Te añoro, como alguien
devorando cuya barca en los vientos veraniegos
las entrañas es arrastrada a la deriva, y encuentra
de mi corazón. —de nuevo la brújula lo dice—
Mientras un mar gris y vacío.
yo
fingía placer. Poema anónimo de Somalia

(Escudos, 2001: 7) (Escudos, 2001: 181)

POEMA

LOS ARCOS del cuerpo.


Olores.
Un ojo cerrado.
Una fila de pestañas delgados soldaditos de pelo,
empuñando su fusil, listos para cazarte).
El arco de la mirada que desciende para ver el cuer-
po del otro, desnudo.
Gotas de sudor.
Lengua de serpiente toca tu piel.
Y la unta con veneno.
Y te mueres.

(Escudos, 2001: 179)

ANOTACIONES EN EL DIARIO

1. Apuntes del diario


Escucho sus voces. Escucho las voces de los vecinos, la pareja que vive en la casa de junto.
Todas las noches los escucho, sin proponérmelo, sin concentrar mi atención en ello […].
(Escudos, 2001: 147)
El desencanto | xix

No sabes lo que me cuesta escribir esto. No sabes lo que me cuesta recordarse, recordar tu
cuerpo desnudo, tu color, tu tacto, tus besos […]. (Escudos, 2001: 186)

CUENTO

Algún día le enseñará este cuento: “Llegas a la oficina pero no hay nadie porque ya todos
han salido. Son casi las 6 de la tarde. Solo estamos el viejo Laurence y yo. Te refugias en la
oficina de Laurence y hablan sobre cualquier tontería […] (Escudos, 2001: 133).
El desencanto | xx

ANEXO 3
CUADRO DE ANÁLISIS NARRATOLÓGICO (NARRADOR-VOZ-FOCALIZACIÓN-DISCURSO)
‘PERSONA
N° TÍTULO DEL CAPÍTULO NARRADOR VOZ FOCALIZACIÓN DISCURSO
GRAMATICAL
1 Epígrafe Yo lírico
En cursivas:
Autodiegética 1° Interna fija Directo
Protagonista
2 Introducción y pacto narrativo
En redondas:
Heterodiegética 3° Externa -
Omnisciente
3 El hombre que tiene manos de mujer Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
4 El hombre de la primera vez Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
5 El sueño del caballo negro que le hace el amor Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
6 El hombre con cara de perro Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
7 Blá blá blá - - - - Directo
8 Ruidos Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
El sueño de lo que lee en la última página de su
9 Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
pasaporte
10 Las ratas serán buenas madres para ti, hijo mío Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
11 El hombre de las bofetadas Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
12 El sueño en el cual ella es prostituta Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
13 El hombre que se equivocó Protagonista Autodiegética 1° Interna fija Directo
14 Blá blá blá Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
15 El hombre al que tiene mucho tiempo de no ver Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
16 El hombre que bebía ginebra por las mañanas Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
17 Las listas Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
El sueño en el que está vendada en una
18 Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
habitación
19 El hombre que besaba con los ojos abiertos Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
El hombre que le escribió un cuento Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
20
(el cuento) Personaje Homodiegética 2° Interna fija Directo
El desencanto | xxi

21 Blá blá blá - - - - Directo


El hombre con los ojos azules que giran como
torbellino
22
1. Apuntes del diario Protagonista Autodiegética 1° Interna fija Directo
2. Los sueños Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
23 El hombre del que no debe enamorarse4 Protagonista Autodiegética 1° Interna fija Directo
24 Blá blá blá Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
El sueño del hombre que lleva camisa de gitano,
25 pero que es demasiado real para ser solamente un Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
sueño y que la deja perturbada durante largo rato
26 El hombre que quería dormir Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
27 El sueño del pato que le hace el amor Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
28 El hombre que la olfatea Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Indirecto
29 El sueño del veneno (poema) - - - - Indirecto
30 El hombre gacela negra Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
31 Despojos Omnisciente Heterodiegética 3° Externa Directo
En cursivas:
Autodiegética 1° Interna fija Directo
Protagonista
32 Epílogo
En redondas:
Heterodiegética 3° Externa -
Omnisciente

4
Las categorías narratológicas aplicadas en este relato se han determinado a partir de la teoría de la enunciación. Cada oración en el relato tiene un sentido
imperativo, por lo que no constituyen una narración por sí mismas; sin embargo, al agregar un «“Yo digo que” No dejes que tu piel lo necesite.» se ha
considerado como un discurso directo del narrador/protagonista determinado a partir de la primera persona gramatical (yo).
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ANEXO 4
ESQUEMA DEL TIEMPO

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