Universidad Mariano Gálvez
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Campus El Naranjo
CRONOLOGIA ROMANA
Este tema es muy amplio, tratare de sintetizarlo. Debido a su amplitud podría tornarse un poco
confuso, para su estudio. Por lo mismo trate de exponerlo de la manera más fácil y adecuada para
no perder su correlacione dad.
Como nos daremos cuenta tocaremos puntos de la historia marcada antes de Cristo y después de
Cristo, solo con esto podemos decir que es algo que marco la historia en todos sus ángulos hasta
nuestros días, también podemos decir que nuestra legislación se ve plasmada algunas de sus obras
científicas como en el Derecho Civil.
753 a. C. Fundación de Roma.
754-509 a.C. Periodo de la monarquía, con legendarios reyes latinos y sabinos (Rómulo, Numa Pompilio,
Tulio Hostilio, Anco Marcio), y etruscos (Tarquino Prisco, Servio Tulio y Tarquino el
Soberbio).
494 a. C. Rebelión de los plebeyos que se retiran al monte Aventino para exigir la igualdad de
derechos con los patricios.
c. 450 a. C. Reconocimiento de la igualdad civil con la elaboración de un código de leyes escrito, la Ley
de las XII Tablas.
300 a.C. Reconocimiento de la igualdad de derechos políticos y religiosos entre patricios y plebeyos.
(libre acceso al Senado, las magistraturas y colegios sacerdotales).
Siglos V-III a.C. Roma se apodera de toda la península italiana tras vencer a volscos, samnitas, etruscos,
galos y griegos.
264-146 a.C. Guerras púnicas entre Roma y Cartago. Tras éstas Roma domina todo el Mediterráneo
central y occidental (Hispania).
133-121 a.C. Movimiento reformador de los hermanos Gracos que fracasa por la oposición de la
aristocracia.
82-71 a. C. Rebelión de los pueblos Itálicos que reivindican la ciudadanía romana. Dictadura de Sila tras
vencer a Mario en una guerra civil.
Levantamiento de los esclavos dirigido por Espartaco.
49-44 a. C. Primer Triunvirato: Pompeyo, Craso, César. Cesar conquista las Galias.
Guerra civil entre Pompeyo y César. César se convierte en dictador. Asesinato de César el
año 44 a. C.
42-30 a. C. Segundo triunvirato: Lépido, Antonio y Octavio. Victoria de Octavio sobre Antonio
en Actium. Octavio Conquista Egipto.
27a.C.-14 d.C. Comienzo del Imperio. Establecimiento del Principado. Octavio gobierna con el título de
Augusto. Fin de las guerras civiles.
14-193 d.C. Gobierno de las dinastías Julio Claudia, de los Flavios y de los Antoninos. Periodo de casi dos
siglos de paz la Pax Romana sólo alterada por algunas campañas exteriores. Con Trajano
(98-117) el Imperio alcanza su máxima extensión tras la conquista de la Dacia (Rumanía).
193-284 d.C. Periodo de la anarquía militar: se sucede un gran número de emperadores elegidos por el
ejército. Presión de los pueblos fronterizos (germanos, partos...) y crisis económica.
Migraciones desde las ciudades al campo.
306-337 d.C. Reinado de Constantino. Apogeo del absolutismo monárquico. Concesión de libertad de
culto a los cristianos (Edicto de Milán, 313).
379-395 d.C. Reinado de Teodosio. En el 391 convierte al cristianismo en la religión oficial del Imperio.
División del Imperio entre sus hijos (395 d. C.): Occidente para Honorio y Oriente para
Arcadio
476 d.C. Caída del Imperio Romano de Occidente en el 476. El Imperio de Oriente se mantuvo hasta
1453.
FUNDACION DE ROMA
(27a.C.-14 d.C.)
Los gemelos Rómulo y Remo era hijos de Rea Silvia, virgen vestal, descendiente de Enas y de
Marte (Ares), dios de la guerra. En el momento de su nacimiento, el malvado tío de su madre,
Amulio (que había depuesto a su padre) la mata y arroja a los pequeños al río Tiber.
Afortunadamente, al ser arrastrados hasta la orilla, una loba los protege, hasta que Fástulo, un
pastor del viejo rey los encuentra. Al crecer los niños, Fástulo les cuenta la historia, entonces,
matan a Amulio y restauran a su abuelo en el trono. Luego deciden construir una ciudad junto al
Tiber. Ambos suben por una colina y busca auguros de los dioses para decidir quién los habrá de
gobernar. Rómulo vence ya que ha visto doce buitres y Remo solo seis, entonces comienza a trazar
un surco para delimitar la ciudad. Entonces Remo comienza a burlarse y salta sobre el surco, por lo
cual, Rómulo lo mata.
Para conseguir poblar la ciudad, Romulo la convierte en una ciudad inviolabre que pronto se llena
de forajidos que raptan a sus esposas en la cercana tribu de los sabinos. Ya establecida Roma,
Marte se lleva a Rómulo en su carro y lo hace dios.
PERIODO DE LA MONARQUIA
(754-509 a.C.)
La fecha de la fundación de Roma en el año 753 a.C. es la más aceptada, cualquiera que fuese en
esa época su denominación y estuviera organizada en forma de ciudad o fuese un conjunto de
aldeas.
Que la primera forma de organización política fue de tipo monárquico nos lo confirman los restos
arqueológicos y la tradición. En las excavaciones llevadas a cabo en la Regia (casa donde vivía el
rey) del Foro Romano, apareció un vaso de bucchero fechado a mediados del siglo VII a.C., con la
inscripción Rex. Asimismo, se encuentra la palabra regei inscrita en el Lapis Niger, cipo del Foro,
que contiene una ley sagrada.
También puede deducirse la antigüedad de la monarquía de otras instituciones del Lacio, como la
del rex nemorensis (rey del bosque), sacerdote que se encargaba de los bosques consagrados a
Diana desde el siglo VI a.C. hasta la época del imperio.
La tradición señala que el primer rey fue Rómulo, hijo de Marte y rey en cierto modo mítico, el
cual configuró el primer ordenamiento político de la ciudad.
COMIENZO DE LA REPUBLICA
(509a.C.)
La palabra República viene de las voces latina Res : Cosa ; Pública : Pueblo. corresponde así, del
año 509 al 29 a.c., periodo en el cual Roma alcanza su mayor esplendor y poderío con el
afianzamiento de sus instituciones de gobierno y de justicia, así como de la administración del bien
público y del anhelo de superación de las cuestiones sociales. En esta Época el ejército romano
impone su autoridad y dominio en una extensa zona del mundo conocido, que incluye tierras de
Europa meridional, Asia Menor y África septentrional. En este proceso de expansión impone el
sello de su cultura, pero al mismo tiempo asimila el complejo cultural de los pueblos conquistados
y Roma se convierte, de este modo, en la heredera y depositaría de la cultura de la Antigüedad. Sin
embargo, si estos son los signos distintivos de este gran momento de su historia, también
debemos anotar que la ambición por el poder y la riqueza se hizo presente en numerosos
caudillos, que solo habrían de culminar ya con el establecimiento de un régimen imperial.
REBELION DE LOS PLEBEYOS
(494 a. C.)
Tras expulsar a los reyes etruscos, Roma se convirtió en una República regida por la nobleza
patricia. Pero los plebeyos, que constituían el grueso del ejército romano, no gozaban de derechos
políticos. Hartos de esta injusta situación acabaron por rebelarse contra los patricios.
El conflicto patricio-plebeyo o conflicto de las órdenes fue una lucha política librada entre los
patricios (patricii) y los plebeyos (plebs) de la antigua República Romana. El conflicto surgió del
deseo de los plebeyos de lograr la igualdad política. Se llegó al objetivo en el 287 a. C. con la lex
Hortensia, después de dos siglos de conflictos.
Este período se corresponde también con una serie de conflictos contra los sabinos, los galos y los
samnitas que exponen a los pequeños propietarios de tierras, sufrir ataques y participar
militarmente en las guerras sin recibir ningún beneficio a cambio (como la redistribución de las
tierras tomadas ager publicus u otros botines de guerra, que eran confiscados por los patricios).
RECONOCIMIENTO DE LA IGUALDAD CIVIL
La Ley de las Doce tablas, fue el hecho de plasmar, por escrito en plena República Romana, de una
forma legal y jurídica un antiguo derecho consuetudinario, ya existente en tiempos pasados para
la convivencia entre patricios y plebeyos, igualando sus derechos, a propuesta de Terentilo
Arsa sobre el año 462 a.C, siendo la primera ley de derecho público y privado del que se tenga
noticia.
Para esta Ley de las Doce tablas, creó el Senado una comisión entre sus magistrados patricios
llamada “decenvirato” por estar compuesta por diez miembros, aprobándose por el Senado las
asambleas populares llamadas, “Comicios centuriados”.
Ley I, II y III, dedicadas al “Derecho procesal privado”, por el cual el magistrado presidía el proceso,
y el juez era el encargado de dictar sentencia, elegido este por ambas partes, dando a la República
Romana, nuevas fuerzas legales con que afianzarse ante sus súbditos.
Ley VI y VII, estableciendo en la República Romana, “Derecho penal público y privado”, atendiendo
con ello leyes hacia los crímenes, parricidios, delitos de lesiones, daños a terceros, hurtos, como la
prohibición de privilegios al declarar la República Romana, con estas “Doce Tablas” la igualdad que
debía existir entre patricios y plebeyos, que en la práctica no siempre era cumplida.
Ley X, a instancias de “Derecho Sacro”, esto es, regular jurídicamente la vida interna de la ciudad,
donde se debían cumplir por ley las disposiciones, prohibitivas sobre la inhumación o incineración
en el interior de la ciudad, por motivos de salud pública, y en la evitación de incendios, como así
mismo vetar el excesivo de lujo en los funerales.
Ley XI y XII, reforzando por medio de estas dos últimas leyes, lo que ya promulgó en las leyes I y II,
castigando el concubinaje o matrimonios entre patricios y plebeyos, llamadas, por este motivo
“Tabulae inicua” (Tablas de las injusticias). Quedando por tal motivo derogada la prohibición con la
“Ley Canuleya”, una de las disposiciones más conocidas de la República Romana.
Reconocimiento de la igualdad de derechos políticos y religiosos entre patricios y plebeyos.
(300 a.C.)
La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres
libres (ciudadanos, libertos y clientes) y esclavos. Patricios y plebeyos formaban el grupo de
ciudadanos, aunque con diferentes derechos.
Los patricios eran los descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gens, familias
con un antepasado común. Formaban una clase privilegiada, gracias a la posesión de grandes
latifundios, y política, ya que eran los únicos ciudadanos con derechos políticos.
Los plebeyos eran ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación y únicamente
poseían derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales
Había también un pequeño número de clientes, libertos y esclavos que realizaban todo tipo de
trabajos. Los clientes eran libres, pero mantenían alguna relación de dependencia jurídica con el
patrono del que recibían protección. Los esclavos pertenecían a un señor o al Estado y carecían de
derechos. Habían llegado a esta situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra.
Los libertos eran antiguos esclavos que habían conseguido la libertad por compra o por los méritos
realizados.
Forma de gobierno
El rey poseía amplios poderes (militar, legislativo, religioso...). Era electivo y con carácter vitalicio.
El Senado, formado por los pater familias de las principales gentes, asesoraba al rey en los
principales asuntos.
Los comicios eran las asambleas en las que participaban los patricios. Tenían ciertas competencias
legislativas y judiciales, y elegían también al rey a propuesta del Senado.
ROMA SE APODERA DE TODA LA PENINSULA ITALIANA
Terminadas las luchas de Roma por la hegemonía de la zona más próxima a ella, y tras la
desaparición de Porsena, se vio aún más reforzada tras la victoria romana junto al lago Regillus,
donde fue a refugiarse el último rey etrusco Tarquino el Soberbio.
Posteriormente se formó la Liga Faedas Cassianum, por tal motivo la República Romana tomó el
liderazgo al lado de los latinos, coaligándose contra los pueblos montañeses amenazantes
del Lacio, siendo las poderosas ciudades enemigas tan importantes, como Tusculum, Praeneste y
Tibur, derrotándolas, proyectándose así una República Romana mucho más reforzada.
Aunque el afianzamiento progresivo de Roma era un hecho, sus fronteras no estaban del todo
seguras, con los pueblos ecuos, volscos y hérnicos presionando el Lacio en sus continuas
incursiones, cuyo dominio se fue alternando con Roma, hasta que esta se fue imponiendo.
Existiendo destacadas guerras sostenidas contra las ciudades etruscas de Veyes y Fidenae, que
intentaban dominar el Tíber, la Campania, y el fértil Valle del Po especialmente, hasta que las
legiones romanas pudieron aniquilar a todas ellas.
Uno de estos pueblos peligrosos para la República Romana, eran los galos, al frente de su
jefe Brenno, intentando en un primer momento ocupar el Capitolio, fracasando en su ataque, al
ser delatados en plena noche, por el conocido episodio del cacareo de las ocas, poniendo en alerta
a toda la guarnición, aunque en un segundo ataque pudo apoderarse de Roma, la cual incendio
dándose al pillaje de la ciudad, los senadores se fueron a refugiar al Capitolio, y ante
ellos Brenno iba llenando de oro el platillo de una gran balanza hasta equilibrarla con el
contrapeso del otro platillo, a lo que los senadores se quejaron por la gran cantidad del metal
precioso, a Brenno se le atribuye la famosa frase “vae victis” (¡ay de los vencidos!), y
desenvainando su pesada espada la fue a colocar sobre el platillo de los contrapesos, añadiendo
aún más oro y perdonando la vida de los senadores.
La República Romana, aun no estaba consolidada del todo, existiendo el peligro de las rebeliones
de los latinos por dominar a la naciente República, a la que consideraban cada vez más fuerte
política y militarmente, por lo que Roma disolvió La Liga Latina, evitando de esta manera, el poder
aunar fuerzas de sus ciudades en contra de la República Romana.
Roma, se apresuró en crear nuevas alianzas con los cartagineses y samnitas, pueblos estos que en
un futuro serian acérrimos enemigos de Roma. Y con la excusa de una hipotética invasión por
parte de los galos, Roma también propició el acercamiento hacia la contigua ciudad de Caere, que
había sufrido el ataque naval de Siracusa, con lo que Roma y Caere firmaron un acuerdo.
Siendo este acto diplomático de Roma, el broche de oro para la consolidación definitiva de
toda Italia.
GUERRAS PUNICAS ENTRE ROMA Y CARTAGO
(264-146 a.C.)
El término “púnico” proviene del latín Punicus o Poenicus que era el nombre que daban los
romanos a los cartagineses.
Las Guerras Púnicas fueron los enfrentamientos bélicos más grandes de la historia del mundo
clásico. La primera se desarrolló entre el 264 a.C. y 241 a.C. La segunda se produjo entre los años
218 a.C. y 201 a.C. y la tercera se dio entre los años 149 a.C. y 146 a.C.
La causa que originó esta guerra fue principalmente el interés de la República de Roma en
expandirse hacia el sur conquistando Sicilia, territorio que estaba dominado por el Imperio
Cartaginense. Cartago, situado al norte de África, en las costas de lo que hoy se conoce como
Túnez, era un imperio comercial que contaba con una fuerza armada marítima sin igual para ese
momento, la cual tenía bajo su control todo el Mediterráneo occidental. Sin embargo, a pesar de
tener una fuerza marítima muy fuerte, su armada terrestre no era tan poderosa y muchos
miembros de su ejército eran mercenarios que luchaban por dinero mas no por sentirse parte de
este imperio.
Roma para ese momento era un imperio que expandía sus territorios por toda Italia con un
ejército identificado con su república y contaba con mucha experiencia en las estrategias de
combate terrestre. A pesar de esto, los romanos carecían de una armada naval tan fuerte como la
cartaginense.
CONQUISTA DE GRECIA
(147a. C.)
A mediados del siglo II a. C., el mapa político de Grecia cambia por completo. Roma, señora
indiscutible del Mediterráneo occidental, ha llegado también desde hace tiempo a los Balcanes. En
el año 196 a. C., tras derrotar a Filipo V de Macedonia, Flaminino proclama retóricamente la
libertad de los helenos.
Es una libertad condicionada, desde luego, al predominio romano, pero que proporciona, por lo
menos, un respiro a la agotada Grecia continental: por fin una cierta pacificación permite, tras
muchos años de crisis, reorganizar la economía y, con ella, los talleres artísticos. Unas décadas
después, en Pidna (168 a. C.), cae vencido el rey Perseo de Macedonia, y las legiones romanas
entran definitivamente en toda Grecia: halagan a Atenas entregándole el puerto de Delos para
ayudarla en su reconstrucción económica, pero, en cambio, dejan claro que no aceptan
sublevaciones y, para que sirva de escarmiento, destruyen por completo Corinto (146 a. C.).
En cuanto a Pérgamo, su rey Atalo III, demente en ciertos asuntos, pero muy lúcido en política,
acaba cediendo sus estados por testamento al senado y al pueblo romanos (133 a. C.). Con este
gesto, todo el Egeo, verdadero núcleo rector del arte helenístico, está en manos de Roma, y sin
haber sufrido guerras destructoras ni cambios profundos en su vida o su economía. Difícil es
valorar el papel que Roma, la nueva señora política, pudo ejercer en el arte griego desde esta
época hasta el final teórico del periodo helenístico, el año 30 a. C.
Por una parte, cuenta, desde luego, el bajo nivel cultural del que partían los romanos, que les
llevaba a dar por bueno y admirable todo poema u objeto artístico griego; por otra parte, en
cambio, el control económico daba a los vencedores unas bazas, como clientes, mecenas o
coleccionistas, que sin duda intentarían explotar de algún modo.
MOVIMIENTO REFORMADOR DE LOS HERMANOS GRACOS
(133-121 a.C.)
Los hermanos Graco son un ejemplo de dos verdades. La primera es que desde el poder se pueden
tomar decisiones justas. La segunda es que, si el mundo funciona tan mal, es porque cada vez que
alguien toma decisiones justas, otro más poderoso lo destruye con fines personales o de clase.
Los patricios (clase dominante y opresora) consiguieron frenar así los justos reclamos plebeyos,
hasta que en 123 a.C. Cayo Graco, hermano de Tiberio, fue electo tribuno. Esta vez, los plebeyos
fueron más cuidadosos para protegerlo de posibles atentados, y Cayo continuó y profundizó las
reformas de su hermano. Propuso la concesión de la ciudadanía romana a los latinos e instauró un
nuevo principio político: el de la soberanía popular. Pero el Imperio Romano tenía mucho poder y
mucha crueldad: Cayo fue asesinado en 121 a.C.
Aunque la lucha de los plebeyos continuó (y continúa hasta nuestros días, pero entre trabajadores
y patrones/empresarios), el Imperio Romano marcó el nefasto mensaje de que luchar contra el
poder es peligroso y puede tener consecuencias. Pero, ¿saben qué? No luchar contra el poder es
mucho, muchísimo peor.
(82-71 a. C.)
El pueblo de los itálicos fue uno de los que entro a la península italiana. Los llamaron itálicos
porque su jefe se llamaba Ítalo. Ítalo viene de Vítulo y esto quiere decir ternero. Itálico quiere
decir el pueblo que trae ganado. Ellos vinieron del norte de Europa. Se dice q eran de Troya. En
Anatolio la tierra que esta al este de Europa hay esta Troya.
Hubo un tiempo en que el Mediterráneo estaba cerrado. Es por esto que no podían comerciar con
otros pueblos. Luego cuando se abrió pudieron entrar los itálicos. El grupo de los Itálicos fue
entrando entre el 2,000 a. C. y 1,000 a. C. a Italia. De ellos viene el pueblo de los romanos. Su
idioma era el latín. Los itálicos construyeron una escalera para capturar los barcos.
Tenían grupos diferentes, unos enterraban sus muertos en urnas, otros los quemaban y otros los
enterraban. Existían tres grupos: los Umbríos que se situaban en el Norte de Italia, los Latinos en el
centro, y los Samnitas en las montañas del sur. Estos tomaron sus nombres por los lugares donde
se establecían.
En el año 1,000 ya estaban establecidos los itálicos. Los tres grupos itálicos se establecieron en la
mitad de Italia. Antes de los Itálicos estaban los Ligures, Tartesios y Sículos. Los romanos fueron
una tribu o pueblo. Al principio estos eran bandidos hasta que se fijaron cerca de la boca del Tíber.
Hay una serie de leyendas sobre el origen de los romanos.
Estas son tantas o más importantes que el origen romano. Esas leyendas dicen que los romanos
son descendientes que salieron de Troya. Son un pueblo que vino de Troya con su jefe Eneas y
fundaron una ciudad en los bordes de la llanura y se llamaba Alba Longa y allí fundaron un reino
que llevaba 300 años. Cuando aparecieron los hijos de una princesa que quisieron ahogar en el rio
llamados Rómulo y Remos y flotaron a la orilla.
PRIMER TRIUNBIRATO
(49-44 a. C.)
En el año 59 a.C, Roma fue gobernada por Cayo Julio a través de César, Pompeyo y Craso Lucinio
Marco, que se unieron para formar una alianza fuerte. Julio César fue un cónsul que fue elegido en
torno al 50 a.C, Pompeyo fue un gran general, aclamado por sus logros y Craso fue reconocido
como el hombre más rico de Roma.
Las razones de esta unión era puro interés propio, cuando Pompeyo necesitaba de tierras para
distribuir a sus guerreros de combate, Craso quería apoyar una guerra contra los persas y el apoyo
de Julio César para combatir a los galos en el norte. Pompeyo instó a la batalla contra los galos de
César y Craso resultó el máximo benefactor. En el 53 a.C, murió la esposa de Pompeyo lo que
condujo al debilitamiento de la alianza entre los dos.
En este momento, Craso es asesinado en una batalla contra los persas en la batalla Carrae en Siria,
un total desastre militar de Roma, lo que debilita aún más la relación entre los líderes del
triunvirato. En la Galia, César derrotó a los galos y combatió en los oscuros bosques oscuros de la
región germánica facilitando la expansión de las fronteras de la gloriosa Roma.
Pompeyo, en ese momento, se alió a los conservadores que temían la ambición de César y, a pesar
de que tenía una propuesta de matrimonio con una sobrina de César, Pompeyo se negó y se casó
con Cornelia Metela (hija de Metelo Pio Escipión, el enemigo de César), que preparó un escenario
favorable para una futura guerra civil.
Y de hecho así fue. Cesar derrotó a Pompeyo en la batalla de Dirraquio y la posterior batalla de
Farsalia. El primer triunvirato, que ya había sido disuelto por la muerte de Craso, ahora se convirtió
en una dictadura (en contraposición con las ideas actuales), encabezada por Cayo Julio César y
Marco Antonio que jugaría un papel importante después del Segundo Triunvirato.
SEGUNDO TRIUNVIRATO
(42-30 a. C.)
El segundo triunvirato es el nombre que los historiadores dan a la oficial alianza política de Cayo
Julio César Octavio (más tarde conocido como Augusto), Marco Emilio Lépido y Marco Antonio,
que formaron el 26 de noviembre de 43 a. C., con la promulgación de la Lex Titia, texto legal que
formalizó el Estado de Octavio, Marco Antonio, Y Marco Emilio Lépido. Esta comisión de tres
hombres para restaurar la Constitución de la República (triumviri rei publicae constituendae), De
hecho, se les dio el poder para hacer o anular la ley sin la aprobación de cualquiera de los
Senadores, Y sus decisiones judiciales no fueran susceptibles de apelación, y pudieran nombrar a
los magistrados a voluntad. Aunque el mecanismo constitucional de la República no fue
irrevocablemente desmantelado por la Lex Titia, En el caso nunca se recuperó. En el transcurso del
Triunvirato Lépido fue marginado, y Marco Antonio eliminado en la guerra civil, dejando a Octavio
en el único líder de Roma.
A diferencia del anterior Triunvirato ( Primer Triunvirato), el segundo triunvirato fue una
institución oficial, legalmente establecida, cuyo poder abrumador y jurídico se impuso en el estado
romano y cuyo poder imperaba más que todos los otros magistrados, incluyendo a los cónsules.
Durante un tiempo, Roma vivió en paz. Octavio acallo las revueltas en el oeste, mientras que
Marco Antonio reorganizó el este, sin embargo, la paz duró poco. Marco Antonio tenía un
romance con la reina de Egipto, Cleopatra VII. De Roma, Octavio, tomó nota de las acciones de
Marco Antonio. En el año 40 aC, Marco Antonio se había casado con Octavia la Menor, La hermana
de Octavio. Octavio aprovechó la oportunidad e hizo que su ministro de Cayo Mecenas produzca
una campaña de propaganda contra Marco Antonio (de traición a Roma).
COMIENZO DEL IMPERIO
(27a.C.-14 d.C.)
Entre los años 14 y 68 los herederos de Augusto, se van sucediendo en el poder: Tiberio, Calígula,
Claudio y Nerón. Esta sucesión dinástica se vio interrumpida por la guerra civil que, en el año 68,
se libró entre los tres emperadores que gobernaban en ese año. Este primer período de crisis que
vive el Imperio será superado por los Flavios.
A los Flavios les sucedieron los Antoninos (96-193), nombre genérico que se da a los
emperadores Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio y Cómodo, con una política
similar a la de los Flavios.
Con Septimio Severo se inauguró la dinastía de los Severos (197-235), en la que se encontraba él
mismo, Caracalla, Macrino, Heliogábalo y Alejandro Severo.
El poder absoluto de Roma, capital del Imperio, se fue debilitando con el tiempo. Entre los años
235 y 300 la única prioridad de Roma fue la defensa de las fronteras del Imperio de los continuos
ataques de los pueblos bárbaros y de los que provenían del imperio sasánida de Persia. La presión
de estos pueblos motivó que el ejército asumiese el poder a partir del 235, momento que se
conoce como Anarquía militar y que duró unos cincuenta años. Estos emperadores soldados
tenían como única finalidad la lucha contra los enemigos del Imperio.
La consecuencia de estas guerras fue el encarecimiento del mantenimiento del ejército y el alto
grado de endeudamiento para mantenerlo, lo que llevó al empobrecimiento de la población y a la
pérdida de su identidad y sus valores. Un aspecto de su pérdida de identidad fue la crisis religiosa,
por la invasión de nuevas religiones orientales.
La persecución de los cristianos por Diocleciano, también llamada Gran Persecución, no fue más
que un intento de eliminar los peligros a los que se enfrentaba el imperio.
En el año 284 una revuelta militar salvó al Imperio, proclamándose Diocleciano emperador.
Durante su gobierno se instauró la Tetrarquía, sistema por el cual el imperio se repartía entre dos
augustos y dos césares.
Diocleciano abdicó en el año 305 demostrando la ineficacia del sistema jerárquico sin alguien de
peso que lo dirija.
GOBIERNO DE LAS DINASTIAS DE JULIO CLAUDIA, DE LOS FLAVIOS Y DE LOS ANTONINOS
(14-193 d.C.)
En esta dinastía, que gobernó desde el 27 a.C al 68 d.C, aparte de Augusto, encontramos a Tiberio,
Calígula, Claudio y Nerón, quienes gobernaron el Imperio Romano, hasta que Nerón se suicidó,
llegando a su fin en el poder la dinastía Julio-Claudia.
LOS JULIO-CLAUDIOS
Tiberio (año 14 a 37)
Antes de fallecer Augusto designó como sucesor a su hijastro Tiberio, aunque no tenía ningún
derecho para hacerlo. El Senado respetó su voluntad y así el Imperio se convirtió en hereditario.
Tiberio fue un príncipe honesto y laborioso, pero de carácter sombrío y desconfiado. Fue un
correcto administrador, siguiendo el ejemplo de Augusto, pero en sus últimos años, amargado por
la desconfianza, se volvió cruel y tiránico: se retiró a Capri, frente a Nápoles, y desde su encierro
gobernó con excesiva dureza. Por ello alrededor de su memoria se ha tejido una exagerada
leyenda de crueldad y de sadismo. Durante su reinado tuvo lugar en Jerusalén la muerte y
resurrección de Jesucristo.
Con todo, más que Claudio gobernaban el Imperio las personas que lo rodeaban y sobre todo sus
sucesivas esposas. La cuarta de ellas, Agripina, lo envenenó para asegurar el trono a su hijo Nerón.
Nerón (año 54 a 68)
Al morir Claudio el trono pertenecía a su hijo Británico, pero la Guardia Pretoriana, pagada por
Agripina, proclamó a Nerón, joven de 17 años y adornado de bellas cualidades.
Durante los primeros años, y mientras tuvo a su lado a su maestro, el filósofo español Séneca, fue
un discreto gobernante.
Luego, mal aconsejado, dio rienda suelta a sus perversos instintos y Roma presenció las escenas
más crueles de su historia: hizo asesinar a su propia madre, a su esposa, a su maestro y a cuantos
sospechaba que no le eran adictos, sobrepasando en mucho los crímenes del loco Calígula.
Como creía tener muy buena voz y era muy aficionado al teatro, abandonó el gobierno a sus
amigos y durante dos años recorrió Grecia comprando aplausos y derrochando los tesoros del
imperio en locuras y extravagancias. Vuelto a Roma, al poco tiempo un terrible incendio destruyó
gran parte de la ciudad. El pueblo intuyó que Nerón había provocado el desastre para reedificar la
capital y considerarse luego como su fundador: ¡entonces e! emperador echó la culpa a los
cristianos y comenzó – contra ellos una terrible persecución.
Tantos escándalos provocaron el levantamiento de todas las legiones en las fronteras del ejército
de España comenzó proclamando emperador al general Galba. El Senado aprobó la rebelión y
destituyó al tirano, condenándolo a muerte. Nerón abandonado de todos sus antiguos amigos, se
hizo matar por un esclavo. Con su desaparición concluyó el reinado de los parientes de Augusto:
de inmediato comenzó un breve período de anarquía que hizo que Roma conociera cinco
emperadores en un año.
PERIODO DE LA ANARQUIA MILITAR
(193-284 d.C.)
Los emperadores, elevados al trono por las milicias, van a ser también derrotados por las mismas.
El reinado de estos va a ser efímero, y su sucesión, violenta. A esta cuestión hay que sumarle las
continuas incursiones bárbaras, el empuje del Imperio Persa, el enorme agujero en las finanzas, o
la cada vez mayor autonomía de los distintos territorios del imperio. Una serie de circunstancias
que alejaron a Roma de su antigua estabilidad política, económica y social.
REINADO DE DIOCLECIANO
(284-305 d.C.)
Nació en el año 245, en Dalmacia, siendo su nombre completo (trianomina) Aurelio Valerio
Diocleciano. Se inició tempranamente en la vida militar participando en numerosas campañas, en
la frontera danubiana, en la Galia y combatiendo a los persas.
Con el término de la dinastía de los Severos, luego de la muerte de Alejandro, en el año 235,
comienza para Roma, un período anárquico. En los cincuenta años subsiguientes se sucedieron
muchísimos emperadores, que asumían aclamados por sus tropas, pero que en numerosas
ocasiones eran pronto derrocados por otros personajes que les disputaban el poder. En ocasiones,
algunas regiones debieron soportar gobernantes usurpadores que se arrogaban el mando por su
propia determinación, coexistiendo varios gobiernos.
El remedio de esta crisis de gobierno apareció cuando Diocleciano fue aclamado emperador en
Nicomedia, por sus tropas, el día 20 de noviembre el año 284, extendiendo su mandato hasta el
año 305. Durante su gobierno, la figura del emperador adquirirá carácter divino, como en las
monarquías de oriente, conociéndose esta etapa, y la de sus sucesores, como Bajo Imperio o
Dominado, que se extendería hasta el año 475.
(379-395 d.C.)
Emperador romano entre los años 379-395. Nació en Hispania, en el seno de una familia
acaudalada. En el año 376, cuando su padre fue ejecutado tras caer en desgracia, Teodosio
abandonó de manera momentánea su carrera militar; sin embargo, en el 378, a la muerte de
Valente, Graciano lo nombró magister militumpara dirigir la lucha contra los godos y poco
después, en el 379, lo nombró Augusto para gobernar la parte oriental del imperio.
Durante los años siguientes, Teodosio tuvo que combatir contra los visigodos y en el 382 se vio
obligado a firmar un tratado con ellos, por el que les asignaba unas tierras en Tracia libres de
tributación; de esta manera, los godos, un pueblo y una nación independientes, quedaban aliados
a Roma como un estado federado. Cuando el usurpador Magno Máximo asesinó mediante un
complot a Graciano y ocupó las Galias en el 383, Teodosio lo reconoció en un primer momento
como emperador; no obstante, cuando Máximo expulsó a Valentiniano II de Italia, Teodosio luchó
contra él y lo venció en Siscia y Petovio (tras esta derrota, Magno Máximo fue asesinado por sus
propias tropas en Aquileya).
Valentiniano II obtuvo así el dominio sobre todo occidente, pero la situación era tan inestable que
Teodosio prefirió permanecer en Milán entre los años 388-391, momento en que se desarrolló su
difícil relación con San Ambrosio, obispo de la ciudad. Pronto surgieron los problemas:
Valentiniano apareció ahorcado y su tutor, que estaba detrás de esta muerte, nombró emperador
a un maestro de retórica, Eugenio, un hombre culto y que veía con buenos ojos el paganismo. De
esta manera se produjo un choque importante entre las dos partes del imperio: mientras que con
el apoyo de Eugenio el paganismo ganaba adeptos en occidente, Teodosio ponía todas las armas a
su alcance para combatirlo desde el oriente. Esta tensión desembocó en una lucha, en la que las
tropas de Eugenio fueron derrotadas en el río Frígido el 6 de septiembre del 394. El usurpador
murió y, de este modo, Teodosio quedó como emperador único de la totalidad del territorio,
aunque sólo por unos meses: Teodosio murió el 17 de enero del 395 en Milán. Antes de esa fecha,
Teodosio había nombrado Augusto a su hijo mayor Arcadio, que obtenía el dominio de oriente; su
otro hijo, Honorio, que le había acompañado en su lucha contra el usurpador Eugenio, quedaría a
su muerte como señor de occidente, con lo que se consumó el Cisma entre las partes oriental y
occidental del imperio.
Teodosio fue un cristiano ferviente y afecto a la ortodoxia de Nicea. En su deseo de unificar las
distintas corrientes cristianas del imperio, Teodosio promulgó un edicto el 27 de febrero de 380
por el que se confirmaba que la fe católica profesada por el papa Dámaso y por el obispo de
Alejandría, Pedro, era la verdadera. Al mismo tiempo, desautorizó al obispo de Constantinopla,
Demófilo, cercano al arrianismo, y apoyó a Gregorio Nazianceno. En este edicto Teodosio declaró
el cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano.
De igual modo, Teodosio actuó con dureza contra cualquier manifestación de herejía. En cuanto al
paganismo su postura fue cambiante: al principio de su reinado, no prohibió los sacrificios ni cerró
los templos, pero en el 381, lanzó duras amenazas contra los paganos; más tarde, en el 391 y 392,
promulgó la pena de muerte para aquellos que asistieran a los sacrificios y acudieran a los templos
paganos. Seguramente este endurecimiento se debió a la influencia de San Ambrosio, obispo de
Milán. El peso de este religioso se dejó sentir con toda su fuerza en el 390, en que Teodosio
mandó masacrar a la plebe de Tesalónica reunida en el circo y acusada de haber asesinado al
general Buterico. San Ambrosio consideró esta acción del emperador impropia de un cristiano y le
obligó a hacer penitencia si quería recibir la comunión, con lo que se puso de manifiesto el
sometimiento del emperador al criterio de un obispo.
CAIDA DEL IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE
(476 d.C.)