Generalidades Del Esqueleto Sexo y Edad

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I

DIFERENCIAS ENTRE EL HUESO HUMANO Y EL DE LOS ANIMALES.


DETERMINACION DEL SEXO, DE LA EDAD Y DE LA TALLA EN LOS
HUESOS.

Definía Don Pedro Mata y Fontanet a la Medicina Legal como un conjunto de
conocimientos, no exclusivos de las ciencias médicas, que contribuyen a dar su debido
valor y significación genuina a ciertos hechos en materia judicial y a la formación de ciertas
leyes. Ya autores como el Profesor Orfila iniciaron estudios para, a partir del análisis de
restos óseos llegar a un conocimiento del sujeto vivo. Parafraseando al Profesor Mata, así
pudiera definirse la labor que se realiza en este Laboratorio de Antropología Forense y
Paleopatología, sea en la vertiente pericial, sea en la que hoy nos ocupa, antropológica y
paleopatológica, contribuir en ciertos hechos al Saber Arqueológico.

La obtención de datos significativos para los Arqueólogos, requiere una serie de estudios
y sistemática que va a variar en función del estado de la muestra. Obviamente cuando
mejor conservados e indemnes estén los huesos más definitivas van a ser las conclusiones
que de ellos se extraigan. Conocida ya la anatomía humana, el siguiente paso será el
responder a una serie de cuestiones, ¿los huesos son de seres humanos o de animales?, si
son de los primeros ¿pertenecen a mujeres o a varones?, ¿qué edad tenía el sujeto
muerto?, ¿cuál era su talla?,¿qué enfermedades sufrió?, ¿de qué murió?, ¿cuanto tiempo
hace de ello?, etc. Parte de las anteriores cuestiones serán las estudiadas ahora.

ANALISIS DE LAS DIFERENCIAS ENTRE EL HUESO HUMANO Y EL DE ANIMAL

Teniendo conocimientos de la
osteología humana, el separar unos de
otros será sencillo cuando los huesos se
hallan completos y los individuos bien
separados, conforme la fragmentación
sea mayor más difícil la diferenciación,
debiéndose aplicar técnicas de
investigación más complejas o que
necesiten aparataje especial.

La confusión de ambos tipos de hueso


es posible y la historia ha dado buenos
ejemplos de ello. Incluso en las manos
más expertas, no siempre es fácil
identificar los huesos humanos. Así,
cuando se descubrió en Java lo que
parecía ser un nuevo cráneo de homínido primitivo el cual resultó ser la epífisis proximal
del húmero de un elefante fosilizado. Del mismo modo, en Africa Oriental, lo que se
sospechaba que podía ser el cráneo de un Homínido primitivo resultó ser la placa ósea de
una tortuga. En más de una ocasión se han confundido las falanges (huesos de los dedos)
de carnívoro, especialmente osos, con huesos de dedos humanos; también entre los
huesos de la cola de caballo (última vértebra) y huesos humanos de la mano.
II

TÉCNICAS DE ESTUDIO:

MACROSCOPICAS:

1.Peso: El hueso animal pesa proporcionalmente más que el hueso humano, si sopesamos
en cada mano un fémur animal (de un mamífero relativamente grande) y uno humano,
inmediatamente apreciamos el mayor peso del hueso animal, aunque sea de menor
tamaño.

2.Densidad: El hueso animal es más denso, más compacto. El tejido compacto del tejido
animal es más compacto si cabe, que el tejido equivalente humano, y el tejido esponjoso
animal tiene trabéculas más grandes, densas y compactas que el tejido trabecular
esponjoso humano.

3.Sonido: Si golpeamos suavemente un hueso animal con otro, se produce un sonido casi
metálico. Por el contrario, si golpeamos suavemente un hueso humano contra otro humano,
el sonido es más apagado, con un tono mate, sin brillo.

4.Morfología: Estudiada por huesos,

4.A.- Dientes.- Los cuales hasta cierto punto son bastante característicos, aunque las piezas
fracturadas o los fragmentos muy desgastados pueden presentar dificultades. En la
ilustración 2 se aprecia el tipo de especímenes problemáticos más habituales: los dientes
fosilizados de los herbívoros pueden confundirse con los dientes humanos. En la
ilustración 3, se señala la posible confusión en los molares posteriores desgastados de un
cerdo y de un humano.

4.B.- Cráneo.- Los huesos del cráneo de los mamíferos presentan variaciones de tamaño
muy acusadas y generalmente no ofrecen grandes dificultades a la hora de seleccionar los
fragmentos humanos. La boveda craneal grande y la cara pequeña características del ser
humano suelen permitir una fácil identificación. Pero, a veces, pequeños fragmentos de
otras zonas pueden inducir a equívocos. Por ejemplo, hay fragmentos de huesos nasales de
mamíferos del tamaño de un perro que pueden parecer huesos nasales humanos, y
también porciones de la zona retrooccipital o del hueso malar que pueden dar lugar a
confusión. Así mismo, pueden confundir los trozos pequeños pertenecientes a las
III

mandíbulas de los mamíferos del tamaño de un cordero o de un ciervo, en especial un


fragmento del cóndilo, una apófisis coronoides o incluso un trozo del borde inferior del
cuerpo mandibular. En el caso de ciertos mamíferos jóvenes (por ejemplo un caballo y un
cordero) hay fragmentos de la caja craneal que podrían confundirse con trozos de un
cráneo humano joven, aunque un estudio más detenido de la forma de la sutura craneal y
del aspecto de la superficie endocraneal nos ayudaría a solucionar este problema.

4.C.- Las vértebras.- Las vértebras humanas


tienden a diferenciarse bastante bien y
presentan algunas modificaciones como parte
de nuestra evolución de bípedos. En
comparación con otros mamíferos, el cuerpo
vertebral tiende a ser corto en el sentido
longitudinal (de la cabeza al sacro) y
ensanchado lateralmente. Del mismo modo, la
cara intervertebral de estos cuerpos
vertebrales tiende a ser bastante plana y sus
márgenes están muy definidos. El aspecto
redondeado del cuerpo de las vértebras en el
hombre es característico de los mamíferos
terrestres, aunque debe tenerse en cuenta que
esta redondez es todavía más perfecta en
algunos mamíferos marinos. Algunos
fragmentos de la columna vertebral de
mamíferos de tamaño mediano, como pueden
ser el oso o la cabra, podrían confundirse con especímenes humanos.

4.D.- Omóplato.- Aunque este hueso tiene una forma bastante peculiar, y presenta gran
variación de unos mamíferos a otros, los fragmentos pueden ofrecer dificultades. La forma
de la placa principal (corte triangular) está bastante diferenciada en el hombre, pero no es
fácil identificar con seguridad los fragmentos pequeños del hueso delgado. En el humano, la
zona articular da paso directamente a la placa, mientras que en la mayoría de los
mamíferos de tamaño semejante, presenta un cierto estrechamiento en forma de cuello
detrás del área articular. Cuando se trata de identificar la cavidad elíptica glenoidea en
estado fragmentario será necesario hacer un estudio detallado de la misma.

4.E.- Pelvis.- La pelvis humana tiene una forma muy especializada, adaptada a la
locomoción bípeda y, a excepción de unos trozos muy pequeños rara vez se confunde con
ninguna otra. Así, a diferencia de los mamíferos en general, la pala iliaca tiene forma de
"S", es ancha y corta (anteroposteriormente). Sin embargo, la región de la cavidad
cotiloidea puede constituir una excepción cuando únicamente disponemos de trozos
fragmentarios. De hecho, incluso en este caso, las diferencias a pequeña escala en la forma
de la región articular, la profundidad cotiloidea, y la forma general y el espesor de la
superficies óseas que la rodean, permitirán que se la identifique sin mayores problemas.

4.F.- Huesos Largos.- Los distintos huesos largos de las extremidades, principalmente
pueden distinguirse por su tamaño o forma. Sin embargo, los fragmentos de las diáfisis de
los huesos largos mayores pueden parecerse bastante a los de los humanos, aunque en el
IV

hombre las diáfisis tienden a ser más rectas y su aspecto es menos rugosos en
comparación con la mayoría de los mamíferos de tamaño similar. Del mismo modo, hay
diferencias en el espesor del tejido cortical en los diversos mamíferos (y entre los
diferentes tipos de huesos). Hay partes de algunos extremos articulares que pueden ser
engañosas. En las ilustraciones 5 y6 pueden verse ejemplos de epífisis proximal de una
serie de fémures y húmeros. La cabeza del fémur tiene un aspecto más o menos semejante,
aunque de hecho existen pequeñas diferencias de tamaño y de forma. El cuello del fémur
suele ser más corto en el animal que en el hombre y hay variaciones en el estrechamiento
de la diáfisis en sentido distal.

En el caso del húmero, las tuberosidades -a diferencia de lo que ocurre en el hombre-


tiende a sobresalir por encima de la cabeza del húmero y la diáfisis está más arqueada. En
el radio, puede ocurrir que por equivocación se atribuyan al hombre fragmentos que de
hecho pertenezcan a otras especies, sobre todo a algún carnívoro grande. Vista
superficialmente, la cabeza del radio puede parecer semejante pero de hecho tienen en el
hombre una forma muy redondeada. No es tan fácil confundir el cúbito, aunque pequeños
trozos de la diáfisis puedan inducir a confusión. El extremo articular proximal no posee en
el hombre, una apófisis olécranon alargada y las superficies articulares son algo diferentes.
Por lo que se refiere a la tibia, hay partes de la diáfisis y de los extremos articulares que
puedan dar lugar a confusión. Las diferencias son más marcadas en la epífisis distal. Es
importante ser especialmente cuidadosos al identificar especies por los fragmentos de las
caras articulares proximales. En el hombre, el borde anterior de la diáfisis está bien
definido en casi toda su longitud y el hueso es más recto (Ilustraciones 7 y 8). La forma que
presenta la diáfisis en su sección transversal puede resultar a veces de utilidad para su
identificación.
V

4.G.-La rótula.- Varía notablemente de


forma y tamaño en los mamíferos mayores
conforme se aprecia en las figuras. Sin
embargo, si el hueso está fragmentado,
también se precisará un análisis detallado
del mismo, especialmente si las caras están
erosionadas. En la ilustración 9 se muestran
desde distintos puntos una serie de rótulas.

4.H.- Huesos de la Mano y


del Pie.- Puede haber
cierta confusión para la
identificación correcta de
los huesos del tarso y de
los metatarsianos. Existen
diferencias de forma
considerables en estos
elementos, que quizá es
en los carnívoros en
donde tienen mayor
semejanza con el hombre.
Posiblemente sean las
falanges las que ofrecen
mayores dificultades,
especialmente si están
erosionadas o incompletas. La confusión se crea más probablemente a consecuencia de la
semejanza que en este caso hay entre el hombre y ciertos carnívoros. Posiblemente sean
las falanges las que ofrecen mayores dificultades, especialmente si están erosionadas o
incompletas. En la ilustración 10 se da idea de la variación que existe en relación con unas
cuantas especies. La confusión se crea más probablemente a consecuencia de la semejanza
que en este caso hay entre el hombre y ciertos carnívoros.

INSTRUMENTALES
VI

1. Osteométricas- Indice Medular: Es la relación matemática que existe entre el diámetro


mínimo del conducto o cavidad medular y la diáfisis de los huesos largos por su cara
externa. La fórmula bien expresada por:

Diámetro mínimo del conducto medular


Diámetro mínimo de la diáfisis
Indice medular :

Humano = 0,45 Animal = >0,5

2. Microscópicas- Si bien se verá más profundamente en otro día, en resumen: Los


Conductos de Havers humanos son de sección ovalada, de bordes rectilíneos,
anastomosados unos con otros y tienen diámetros de 30 a 150 micras con una densidad de
8 a 10 por mm2. En el hueso animal el diámetro del conducto de Havers es inferior a las 100
micras, y por tanto se encuentran en mayor densidad por mm2 (13 a 55 por mm2 ). Además
en el hueso humano los conductos son paralelos al eje longitudinal del hueso y en los
animales son inclinados.

3. Radiológicas- Que permite estudiar la arquitectura y la estructura del hueso. Así la


densidad de la trama ósea es distinta del hueso animal al humano, su espesor es de 13,4
micras en el hombre y 12,5 micras en los animales. En el hueso humano no suele haber una
línea de separación clara entre la corteza y el tejido esponjoso de la diáfisis. En las
radiografías del hueso animal de las trabéculas del hueso esponjoso son de aspecto más
homogéneo, muy distinto al humano. Las trabéculas óseas animales son más densas y
granulares, existe una línea divisoria clara entre la corteza y el hueso esponjoso y, a veces,
invaginaciones de forma espicular que parte de la cortical hacia el tejido esponjoso.

4. Inmunológicas- Un método muy exacto para diferenciar la especie es el estudio


inmunológico. Haciendo reaccionar muestras de hueso con anticuerpos antiproteínas
humanas. La complejidad en la extracción hace que dicha técnica sólo se pueda realizar en
unos pocos laboratorios.
VII

DETERMINACION DEL SEXO EN EL ESQUELETO

De prácticamente todos los elementos del esqueleto se han sacado, con mayor o
menor fortuna, datos para poder discriminar el sexo. Siendo el cráneo y la pelvis donde
con el solo examen externo puede indicar con una gran certeza el sexo de la pieza. La
determinación se hace más compleja en los huesos fetales e infantiles, así como
cuando sólo se cuenta con fragmentos o huesos quemados. En algunos de estos
casos los estudios del Acido desoxirribonucleico serán los únicos que darán la
respuesta.

Hooton (1946) decía que: "la determinación del sexo a partir del esqueleto post-craneal
de adultos es fácil y segura en más o menos el 80 % de los casos, difícil pero posible
en el 10 % y dudosa en el resto". Autores como Stewart, Krogman, Olivier, Hrdlicka,
recalcan con insistencia que hay un margen de un 10-15 % y hasta un 20 % de error en
la determinación del sexo, que disminuye a un 5 % cuando se dispone del esqueleto
completo y en buen estado y aumenta cuando el hueso es escaso o está en muy malas
condiciones.

Antes de pasar a tratar de las características que sirven para determinar el sexo de un
individuo hay que destacar una serie de puntos generales. Lo primero que hay que
tener en cuenta es que el valor de determinadas características varía según el grupo
humano que se esté estudiando. Así, el grado de desarrollo supraorbitario, que en
Europa sirve para identificar los huesos procedentes de varones, puede encontrarse en
un cierto número de mujeres entre los aborígenes de Australia o la robustez de los
huesos femeninos aborígenes de Australia puede ser mucho mayor de la que
generalmente se encuentra en los pigmeos masculinos. En segundo lugar hay que
recordar que, tanto por lo que respecta a las medidas como por la forma general, a
menudo hay una coincidencia considerable en el grado de variación que se encuentra
en los dos sexos. Y otro factor que viene a aumentar las complicaciones es la
frecuencia con que los restos de esqueletos son incompletos, lo cual tiene como
consecuencia que haya que determinar el sexo de modo provisional y sobre la base,
únicamente, de una o dos características.

Lo idóneo es disponer de una serie amplia de esqueletos bastante completos de un


grupo étnico determinado, pues en la mayoría de los casos, sólo anotando la
variabilidad que se da en la colección, puede alcanzarse un cierto grado de certeza en
la determinación del sexo. Con gran parte del material arqueológico existe el constante
peligro de una determinación incorrecta del sexo, y de hecho Weiss afirmaba que hay
un 12 % de apreciación subjetiva en favor de la identificación de los restos como
masculinos.

Los huesos donde más se ha estudiado y más contrastada está la determinación del
hueso son el cráneo y la pelvis.

CRANEO:

Tradicionalmente, el cráneo es el hueso más estudiado en antropología física, y


muchos de los conocimientos sobre la evolución humana están basados en restos
craneales. Igualmente, la determinación del sexo de las cráneos se ha hecho sobre
bases osteológicas. La determinación del sexo en la cráneo mediante la impresión
inicial, a menudo, es un factor decisivo, por ejemplo, un cráneo grande es,
VIII

generalmente, de varón. Uno pequeño es de hembra. Las proporciones craneofaciales


son, más o menos, las mismas, aunque el esqueleto facial de la mujer puede ser,
relativamente, más grácil. La impresión general puede verificarse por la observación de
la mandíbula, la apertura nasal, las órbitas, los huesos malares, caballetes
supraorbitarios, la glabela, el contorno de la frente, las apófisis mastoides, cresta
supramastoide, región occipital, paladar y dientes, y base de la cráneo.

En tanto que varios de estos criterios son fenómenos relacionados con la edad,
apareciendo o comenzando ha pronunciarse en la pubertad; y muchos son afectados
por los cambios de la senilidad, la descripción de las diferencias de sexo debe ser
limitada en las edades comprendidas entre los 20 y los 55 años. Siempre que se trate
de determinar el sexo en un cráneo, habrá que tener en cuenta que los rasgos pueden
estar atenuados en el varón a causa de la edad y que lo que aparentan ser rasgos
femeninos son en realidad rasgos "juveniles". Por el contrario, en los cráneos de los
viejos, los rasgos vuelven a suavizarse, lo que puede ser otro motivo de confusión. Lo
mismo que las diferencias sexuales son menos marcadas en el vivo hasta la pubertad,
vuelven a serlo después del climaterio masculino y femenino. Los varones jóvenes se
parecen en los rasgos a las hembras jóvenes y los varones viejos a las hembras viejas.
Desde la pubertad hasta la madurez, lo mismo sucede en el vivo en todo su organismo,
también en los huesos se establece un fuerte dimorfismo sexual. Además del
fenómeno de la edad, la naturaleza biológica (genética-racial) de un espécimen juega
un importante papel en la formación del dimorfismo sexual en el esqueleto.

REGION FRONTOFACIAL

1.Contorno del hueso


frontal: en las hembras
es más alto, más liso
(suave), más vertical y
puede ser redondo en el
punto de protusión
delantera.

2.Glabela: o
protuberancia frontal
media parece ir al mismo
paso que el arco
supraorbitario. Una
glabela grande se asociada, frecuentemente, con los varones. Debe ser marcada, sin
embargo, el rango de variación es más grande en la glabela que en los arcos
supraorbitarios, con una mayor convergencia hacia un tipo intermedio.

3.Arcos supraorbitarios: o superciliares son casi invariablemente mucho más


fuertes y desarrollados en el varón que en la hembra. En los varones se clasifican de
desarrollo moderado a excesivo. Las hembras como de trazo simple a moderado.

4.Orbitas: en la mujer son más altas, más redondeadas y relativamente más grandes,
comparadas con el esqueleto facial superior. Los márgenes orbitales son más
cortantes, menos redondeados, en las hembras que en el varón.
IX

5.Apertura nasal: el Orificio nasal anterior o Apertura Piriforme en el varón es más


alta y más estrecha, y sus márgenes son cortantes y bien redondeados. Los huesos
nasales del varón son más largos y tienden a encontrarse en la línea media, en el
ángulo más agudo.

6. Huesos malares: o Cigomáticos son más robustos en los varones y más ligeros en
las mujeres. En los varones, estos huesos se describen como medianos y sólidos; en
las mujeres, más finos en el medio.

7.Mandíbula: en el varón es más larga y espesa, con un cuerpo más alto,


especialmente en las sínfisis, y con unas ramas ascendentes más anchas. El ángulo
gonial, formado por el cuerpo y las ramas, es menos obtuso (por debajo de 125
grados). Los cóndilos son más largos y el mentón es "cuadrado".

8.Paladar óseo: es normalmente más largo y ancho en el varón. El arco del paladar
tiende más hacia una U cerrada; en la mujer da lugar a una figura parabólica.

9. Dientes: son ligeramente más largos en el varón, pero la mayor variabilidad en las
dimensiones del diente en la mujer impide la discriminación del sexo en base al
tamaño.

REGION LATERAL DEL CRANEO:

1.Apófisis Mastoides: son


más grandes en el varón y el
rango en el tamaño es de
mediano a grande. En la
hembra es de pequeño a
mediano.

2.Cresta Supramastoidea:
que se halla a continuación de
la apófisis cigomáticas, suele
estar bien desarrollada en el
varón; lisas y menos macizas
en las mujeres.

REGION OCCIPITAL

1. Protuberancia occipital
externa: es mucho más
larga en los varones.

2. Líneas nucales: son


mucho más evidentes y
marcadas.
X

Estas características en su totalidad deberán dar una determinación exacta del sexo en
los cráneos de adultos. Se puede observar que, con respecto a la mayoría de las
características utilizadas como base de valoración, que el cráneo femenino es pequeño
y grácil, el masculino es grande y robusto.

RASGOS HOMBRE MUJER

Tamaño General Grande Pequeño

Arquitectura Rugosa o accidentada Suave o uniforme

Arco Supraorbitario De media a grande De pequeña a Media

Apófisis Mastoides De media a grande De pequeña a Media

Región Occipital Líneas nucales y protuberancia


marcada Líneas nucales y protu-
berancia no marcada.

Eminencia Frontal Pequeña Grande

Eminencia Parietal Pequeña Grande

Órbitas Cuadradas, más bajas, Redondeadas, más


relativamente más pe- altas, relativamen-
queñas, con bordes te más grandes, con
redondeados. bordes agudos.

Frente Más abrupta, menos Redondeada, amplia


redondeada. adolescente.

Pómulos Más espesos, más Más ligeros, más


arqueados lateralmente. reducidos.

Mandíbula Más grande, más altas Pequeña, con


las sínfisis, ramas dimensiones meno-
ascendentes más anchas. res del cuerpo y
ramas.

Paladar Grande, más ancho, en Pequeño, en forma


forma de U. de parábola.

Cóndilos occipitales Grandes Pequeños


XI

Seguidamente se recoge una amplia relación de las diferencias sexuales más


significativas en el cráneo:

VARONES MUJERES
En el varón es más pesado que en la mujer. En la mujer es menos pesado que
el del varón.
Es mayor, más anguloso, de rasgos más Es más fino, más pequeño y
pronunciados. redondeado, menos anguloso.
El hueso frontal es menos ancho en el El hueso frontal es más ancho en
varón y por tanto el parietal es mayor. Por la mujer y como consecuencia el
ello se dice que el cráneo masculino es de parietal es menor. Por lo que se
tipo parietal (MANOUVRIER). MARTIN dio dice que el cráneo femenino es de
gran importancia a esta diferencia. tipo frontal (MANOUVRIER).
En el hombre la distancia NASION-BASION En la mujer, la distancia NASION-
es mayor si se la compara con la longitud BASION es menor si se la compa-
del arco entre NASION Y OPISTION a lo ra con la longitud del arco entre el
largo de la línea media sagital. NASION Y OPISTION a lo largo de
la línea media sagital.
La frente es más huidiza. La frente es más vertical, más pa-
recida a la frente infantil.
Las protuberancias supraorbitarias son más Las protuberancias supraorbitarias
pronunciadas, hacen más relieve. son planas, hacen escaso relieve.
HRDLICKA (1920) reconocía 6 grados en la En la mujer según la clasificación
prominencia de la región supraorbitaria: de HRDLICKA la prominencia de la
trazas, débil, ligera, moderada, región supraorbitaria varía de
medio, pronunciado y excesivo. En el trazas a moderada.
varón el grado suele ser de medio a
excesivo.
La GLABELA es más prominente, maciza y Es más aplanada, lisa y poco
marcada. delimitada.
El borde orbitario es romo y grueso. Es fino, agudo, casi cortante.
La fosa canina es profunda. Es poco profunda.
Las apófisis mastoides son grandes, Son pequeñas, poco salientes en el
robustas, salientes en el plano inferior. plano inferior.
Los cóndilos del occipital no hacen más re- Son más salientes que las apófisis
lieve que las apófisis mastoides. Al apoyar mastoides. Al apoyar el cráneo so-
el cráneo sobre una superficie plana, res- bre una superficie plana, éste ca-
ba la por apoyarse sobre las apófisis mas- becea por apoyarse en los cóndilos
toides. y quedar las mastoides en el aire.
XII

VARONES MUJERES
La base forma un triángulo equilátero de 3 También forma un triángulo pero
vértices: dientes medios incisivos superio- isósceles con 3 vértices: los dos
res y dos puntos mastoideos. dientes incisivos superiores medios
y los dos puntos de apoyo de los
cóndilos del occipital.
El surco digástrico es profundo y ancho Es poco profundo y estrecho para
para la inserción del músculo digástrico. la inserción de un músculo
digástrico poco robusto.
Las protuberancias frontales y las parie- Son más salientes y acentuadas.
tales están poco marcadas.
Los pómulos o malares son más robustos y Son más pequeños y gráciles.
macizos.
El arco cigomático es más robusto, ancho y Es más fino, grácil, débil, delgado y
alto. bajo.
La apófisis nasal del frontal es más grande. Es más pequeña.
Los huesos propios nasales son más Son más pequeños. Forman un
grandes. Forman un ángulo agudo. ángulo obtuso.
La espina nasal anterior es más grande y Es menor y menos prominente.
prominente.
La abertura nasal es más alta y alargada, Es menos alta, más baja, más
sus bordes son agudos, no redondeados. ancha y delicada. Bordes más
redondeados.
El espesor de la bóveda craneana tiende a Tiende a ser menor (4-6 mm) lo
ser mayor (8-10 mm) lo que no quiere decir que no quiere decir que no haya
que no haya varones con menor espesor. mujeres con mayor espesor y
también menor.

La fisonomía facial suele indicar si se trata La fisonomía facial suele indicar si


de un varón. se trata de una hembra.
Las órbitas son más bajas y más Son más altas, redondeadas y
angulosas. anchas.
El volumen craneal es mayor. Más de 1.300 Es menor. 1.300 cc es más fácil
cc es un varón 120-200 cc más que en la que se trate de una mujer. Tienen
mujer. 120-200 cc menos que el varón.
Las crestas temporales están muy No están tan marcadas. El músculo
marcadas, haciendo buen relieve para la temporal no es muy potente.
inserción del músculo temporal.
Las líneas nucales supremas están muy Están poco marcadas.
marcadas.
El relieve del plano nucal muy marcado con Es poco marcado, liso.
XIII

VARONES MUJERES
superficie rugosa. Cresta occipital hace
fuerte relieve.
En las marcas musculares de la escama En la mujer oscilan entre ninguna
occipital se pueden señalar 4 categorías en a medias, rara vez pronunciadas.
la prominencia de las crestas: ninguna o
trazas, media, pronunciada y excesiva
(KEEN, 1950). En el varón oscilan entre
medias y excesivas.
El bloque facial, la cara, es mayor en el Es más pequeño en la mujer.
varón.
La protuberancia occipital externa (POE) Hace poco o ningún relieve. a
hace fuerte relieve, incluso a veces es una veces ni se puede distinguir.
auténtica exóstosis y hasta un verdadero
gancho.
El desarrollo del inion está unido al del Apenas son perceptibles en la
ligamento cervical posterior. Su ausencia o mujer.
su disminución indica una menor actividad
muscular por lo que suele estar más
desarrollado en el varón. En ocasiones la
osificación del ligamento da un aspecto
bizarro al inion (BONCOUR, 1912).
Las crestas y rugosidades supramastoideas Son más pequeños.
están muy marcadas.
Apófisis pterigoides, estiloides y espinosa Son más finas y menos
son más fuertes y desarrolladas. desarrolladas.
La cavidad glenoidea del temporal es de Es de menor tamaño y menos
mayores dimensiones y más profunda. profunda.
La apófisis basilar del occipital es más larga Es más corta en la hembra.
en el varón.

De un modo general y ya como resumen puede distinguirse el cráneo masculino del femenino atendiendo a los siguientes detalles:

1.- Por lo general es mayor y más pesado.


2.- Los rebordes para las inserciones musculares, tales como las líneas temporales y las crestas occipitales son
mayores.
3.- Los rebordes superciliares son más prominentes y los senos frontales más grandes.
4.- La protuberancia occipital externa y la apófisis mastoides están más desarrolladas.
5.- El margen superior de la órbita es más redondeado.
6.- El palatino es mayor.
7.- Los dientes son a menudo más grandes (diámetros coronarios mesiodistal y bucolingual).
8.- La raíz posterior de la apófisis piramidal se extiende algo más allá del conducto auditivo externo formando un
reborde bien definido.
9.- El maxilar inferior es más robusto, con unas regiones goniales más desarrolladas y destacadas.
10.- La rama del maxilar inferior es más ancha y prolongada en los hombres, con una apófisis coronoides mejor
desarrollada.
11.- Por último, el cráneo masculino es más redondeado, mientras que el femenino tiende a conservar la forma
adolescente.
PELVIS:
XIV

No cabe duda de que la pelvis proporciona la información más fiable de cara a la


determinación del sexo, y es probable que pueda alcanzarse un 90 a un 95 % de
exactitud en la identificación diferencial.

Al conjunto óseo formado compuesto por el hueso sacro, los dos huesos coxales o
iliacos o innominados y el hueso cóccix también se le denomina cintura pelviana. El
hueso iliaco se compone de tres huesos: el ilion, el isquión y el pubis. VERNEAU
observó que las dimensiones verticales de la pelvis son mayores en el varón y que las
horizontales son mayores en las mujeres.

ESCOTADURA CIATICA

La escotadura ciática es una de las características más importantes para la


determinación del sexo en la pelvis. Ya VERNEAU (1875) observó sus variaciones
sexuales señalando que es más estrecha en el varón que en la mujer y que en ésta no

es tan profunda.
XV

HUESO SACRO

Por lo que se refiere al hueso sacro, el masculino, generalmente, es más estrecho que
el femenino y más alargado En los varones suele tener 5 segmentos, debido a la
sacralización de la 5ª lumbar. Mientras que el femenino es más corto, más arqueado en
sentido ántero-posterior y más ancho (PLATIHIERICO). En las mujeres, aunque
también puede aparecer una sacralización del cóccix, es un hecho menos frecuente.
La curva del sacro es menos pronunciada en la mujer que en el hombre, siendo mayor
en el varón y más regularmente distribuida; mientras que en la mujer la curvatura está
muy marcada entre S-1 y S-2 y entre S-3 y S-5. El ángulo sacro-vertebral es marcado
en la mujer. La superficie articular superior del sacro es más grande en el varón y
relativamente más pequeña en la mujer.

ESQUEMAS

Así los elementos utilizados pueden dividirse en 2 grupos:

I) los que dependen del examen visual;


II) las dimensiones mensurables.

I) Las características que con mucho tienen mayor valor diagnóstico para el
excavador son las que permiten establecer la clasificación sexual mediante la
inspección del hueso. Las diferencias a observar aquí se relacionan con el
hecho de que la pelvis femenina está especialmente adaptada para el
alumbramiento, por lo que hay una acomodación mayor en su interior que en la
del hombre, al tiempo que su profundidad relativa es menor. Los puntos
morfológicos son los siguientes:
XVI

a)-d) de menor valor

a) En su conjunto, la pelvis masculina es más robusta, con


impresiones musculares bien marcadas.

b) La profundidad de la sínfisis del pubis es por lo general mayor en


el hombre.

c) La cavidad cotiloidea es mayor en el hombre.

d) El agujero obturador tiene mayor tamaño en el hombre y presenta


un contorno más bien oval, mientras que en la mujer es más
pequeño y de una forma más triangular.

e)-f) de gran valor

e) La escotadura ciática es más estrecha y profunda en el hombre.


Aún cuando ésta sea una excelente característica diagnóstica en
todos los grupos humanos, se producen variaciones en la forma
general de la escotadura.

f) El surco preauricular se halla presente de una manera más


constante en el ilion femenino, aun cuando a veces esté poco
desarrollado o sólo exista en uno de los lados. A este surco se le
ha llamado diferencia "innata" (Imrie y Wyburn, 1958). Por otra
parte, Houghton (1947) considera que hay dos formas de "surso",
una de las cuales señala la inserción de la parte ventral del
ligamento sacroiliaco, mientras que la otra es puramente femenina
y se produce como consecuencia de los cambios que pueden
ocurrir en el asiento de la inserción de los ligamentos articulares
pelvianos durante el embarazo y el alumbramiento.

II) También se han expresado las diferencias existentes entre algunas porciones
de la pelvis masculina y femenina en términos métricos. Las principales entre
estas diferencias son las siguientes:

a) Un ángulo subpubiano de 90 o más suele ser indicativo del sexo


femenino.

b) El índice isquiopúbico es inferior en el hombre. Este índice se


estableció para sustituir al ángulo subpubiano.

c) El ángulo de la escotadura ciática (estimado sobre la base del


trazado del perfil) es mucho menor en el hombre. Este método de
discriminación sustituye al examen visual de la zona.
XVII

En esquema resulta:
_______________________________________________________________

RASGOS HOMBRE MUJER


________________________________________________________________

En conjunto, Pelvis Macizo, rugoso, Menos macizo,


zonas musculares grácil, más
marcadas. liso.

Sínfisis Más altas Más bajas

Ángulo Subpúbico En forma de V En forma de U,


redondeado, más
ancho el ángulo
obtuso divergente.

Agujero Obturador Grande, a menudo Pequeño, triangular


ovoide.

Acetábulo Grande, tiende a Pequeño, tiende a


dirigirse lateral- dirigirse anterolateralmente.

Unión sacroiliaca Grande Pequeña, oblicua.

Surco Preauricular No frecuente Más frecuente,


mejor desarrollado

Iliaco Alto, tiende a Más bajo, lateral-


ser vertical. mente divergente.

Sacro Más largo, más Más corto, más


angosto, con una ancho, con tenden-
curvatura más uni- cia a una curvatu-
formemente distri- ra marcada en el
buida. S1-2 y S2-5; pre-
dominan 5 segmentos.

Estrecho superior Acorazonado Circular, elíptico

_________________________________________________________________

Finalmente se recogen de un modo mas exhaustivo las diferencias sexuales más


significativas entre varón y mujer:

VARONES MUJERES
El coxal en el varón es mayor y más En la mujer es más pequeño y menos
pesado para una misma edad (una pesado, más grácil.
excepción puede ser un coxal grande de
XVIII

VARONES MUJERES
viejo que pesa menos debido a la
osteoporosis).

El diámetro mayor del ilion es mayor. Es menor que en el varón.

El diámetro menor del ilion es mayor en el Es menor en la mujer.


varón.

El ángulo de la escotadura ciática tiene a Tiende a los 90, es un ángulo recto o


ser agudo, cerrado (tiene forma de V). mayor, tiende a abrirse. Tiene forma de L.

Pubis de forma triangular. Tiene forma trapezoidal.

Rama isquiopúbica ancha, fuerte, de más Es estrecha, grácil, francamente evertida,


de 20 mm de anchura, algo evertida. de menos de 20 mm de anchura.

La rama isquiopúbica se continúa en forma Traza un arco subpúbico bien marcado en


rectilínea oblicua con el borde del cuerpo la mujer a partir del borde o polo inferior de
del pubis (sínfisis). la sínfisis.

El ángulo subpúbico es agudo (65 70). Es abierto, recto (90) o mayor de 90.

La sección de la rama horizontal del pubis La rama horizontal del pubis tiene forma de
es prismática. techo a dos aguas.

El agujero obturador es más ancho y Es más estrecho y triangular en la mujer.


ovalado en el varón.

La sínfisis pubiana es más alta en el varón Más corta, más baja en la mujer (45 mm).
(50 mm).

La carita auricular es más larga en el varón Es más corta en la mujer (50-55 mm).
(60 mm).

La superficie de la carita auricular es Es convexa, abombada, en la mujer.


cóncava en el varón.

El surco preauricular es raro en el varón o Es muy frecuente y profundo (5-10 mm).


poco marcado.

Fosas iliacas internas menos anchas, más Más anchas, más extensas e inclinadas
excavadas y más verticales. hacia afuera.

Ángulo sacro vertical menos pronunciado y Más pronunciado y más saliente hacia
menos saliente. adelante.

Curva del sacro más pronunciada. Menos pronunciada.

La pared anterior de la pelvis menor, más Más extensa transversalmente.


extensa verticalmente.

La cavidad cotiloidea es ancha (50 mm, 45 Es menos ancha (menos de 45 mm).Se ve


mm y más). Se ve lateralmente. inclinada más ánterolateralmente.

Las cavidades cotiloideas están más Están más separadas una de la otra, de
próximas una de la otra de donde la donde la oblicuidad de los fémures es más
oblicuidad menos pronunciada de los acusada.
fémures.
XIX

VARONES MUJERES
La articulación sacro-iliaca es grande. Es pequeña y oblicua.

Ilio alto, tiende a la verticalidad. Bajo, diverge lateralmente.

La pelvis del varón tiende a ser alargada Tiende a ser más corta (MESATIPELICA o
(DOLICOPELICA). BRAQUIPELICA)

La pelvis mayor es muy estrecha. Es muy ancha.

La pelvis menor es muy estrecha, en forma Es muy ancha, oval, más espaciosa,
de corazón, menos espaciosa. principalmente en el sentido de su anchura.

En el estrecho inferior, traspasa por Estrecho superior: la punta del coccix queda
delante el plano frontal biciático. por detrás del plano frontal biciático.

En el estrecho superior de la pelvis, el El diámetro transverso máximo pasa por


diámetro transverso pasa por detrás del delante del punto donde se cruzan los
punto donde se cruzan los diámetros diámetros oblicuos.
oblicuos.

El espesor de la parte media del ilion es Es menor (2-3 mm).


mayor (4-5 mm).

La cresta iliaca es muy rugosa en el varón Es muy fina y poco rugosa en la mujer por
debido a las fuertes inserciones su musculatura de menor fortaleza.
musculares.

La tuberosidad isquiática es más fuerte, Es menos gruesa y rugosa.


gruesa y rugosa.

La cresta iliaca es más contorneada en Es más aplanada y no tan contorneada en


forma de S. forma de S.

El promontorio está menos abultado. La Es más abultado. Hay por ello una mayor
lordosis lumbo-sacra es escasa o nula. acentuación de la lordosis lumbo sacra.

El aspecto masculino de la pelvis se llama El aspecto femenino de la pelvis se llama


ANDROPIGIA. GINOPIGIA.

CICATRICES DE PARTO

Que se estudian en la cara interna del hueso pubis y en el surco preauricular del hueso
ilion.

1. Cara interna del hueso pubis: Son aquellas que frecuentemente aparecen en la
cara interna o ventral del pubis. A pesar de la elasticidad de los tejidos femeninos,
después de cada gestación con parto vaginal, son frecuentes las lesiones en los
ligamentos que unen los bordes de la sínfisis del pubis, de tal forma que se producen
hemorragias y magulladuras seguidas de necrosis óseas asépticas y, a veces, de
quistes mucosos. Resultando una cicatrización posterior en las zonas óseas de
inserción de los ligamentos, lo cual deja uno o varios hoyos o depresiones, surcos
XX

irregulares a unos 10 mm. del borde de la sínfisis en la cara posterior del pubis. No
obstante, hay mujeres que a pesar de haber tenido repetidos partos, no han sufrido
este tipo de lesiones. Pero cuando ocurre suele ser signo indicativo de sexo femenino y
paridad o multiparidad. El tamaño de estas cicatrices es variable, desde pequeñas
irregularidades en la superficie interna del pubis, hoyuelos de 1 mm. de diámetro y 0.5
mm de profundidad, con perímetros circulares u ovales, hasta depresiones de más de
2 mm de profundidad. También se han observado que como consecuencia de
embarazos y partos, la aparición de exóstosis en la superficie interna del pubis y en la
espina del pubis.

Hay que tener en cuenta que, aunque raras veces, este tipo de lesiones pueden
aparecer en varones. Por ejemplo en varones obesos, atletas, bailarines, corredores de
motocicleta, en los que el brusco estiramiento de los músculos rectos del abdomen
puede producir desgarros de este tipo con necrosis aséptica, resultando una cicatriz
similar.

2. Surco preauricular del hueso ilion: el surco preauricular se hunde más, se hace
más profundo y amplio surgiendo crestas en sus bordes como consecuencia de los
partos múltiples y laboriosos.

CINTURA ESCAPULAR Y PARRILLA COSTAL:

CLAVÍCULA

Aún cuando este hueso no proporciona ningún dato que permita establecer un criterio
absoluto para la diferenciasen sexual, podemos anotar que la clavícula masculina es
por lo general más robusta y 10 mm más larga que la femenina por término medio. En
el varón suele ser más robusta y larga que en la hembra. Cuando la longitud es
superior a 150 mm, puede decirse que es un varón. Pero si está por debajo de 138 mm
o menos de 150 mm suele tratarse de una hembra. En el varón el peso es superior.
Cuando el peso es mayor de 20 gr. es indicativo de varón. Existen variaciones en las
dimensiones de las clavículas. Variaciones relacionadas con el tipo de trabajo realizado
desde jóvenes. Por ejemplo, hay clavículas de hembra cortas y muy recias.

ESTERNÓN

En el hombre, el cuerpo o mesoesternón es por lo menos dos veces más largo que el
manubrio, mientras que su longitud es relativamente menor en la mujer.
Probablemente este hecho tiene una exactitud superior al 50 %. En los esternones
europeos, la longitud combinada de la línea media del manubrio y el mesoesternón
suele ser de 149 mm o algo más en los hombres, pero suele ser algo menos en las
mujeres. Longitud del cuerpo para varones de 106-110 mm, y de 52-54 mm la longitud
del manubrio. Mientras que para las mujeres son de 47-50 mm para el manubrio y de
89-92 mm para el cuerpo.

COSTILLAS

En el varón el tórax está más desarrollado. En la hembra son más gráciles, siendo la
altura media de la costilla femenina menor que la de el varón. El espesor es menor que
el del varón. En los cartílagos costales se puede determinar también el sexo, cuando el
sujeto pasa de los 40 años. La calcificación de estos cartílagos aparece a esa edad
para progresar con los años, adoptando una disposición central en las mujeres y una
XXI

disposición periférica en los varones.

OMÓPLATO

El omóplato o escápula del hombre difiere por término medio del de la mujer en cuanto
al tamaño, las proporciones entre sus distintas dimensiones y la forma. El de la hembra
es más grácil, más pequeño y menos robusto. La cavidad glenoidea es más ancha en
el varón (30 mm o más). La altura, cuando mide menos de 144 mm es de hembra; y de
varón cuando pasa de 157 mm. La espina escapular es más débil en la hembra
mientras que el acromion es más robusto en el varón.

VERTEBRAS:

ATLAS

Determinación del sexo según el Indice de BAUDOIN, el cual demuestra que en los
varones la anchura del atlas es mayor que en las mujeres, lo que no se debe a un
mayor diámetro del canal medular sino al mayor espesor de las apófisis transversa. Por
ello se dice que es la vértebra sexual por excelencia. La anchura total del atlas varía de
74-90 mm en los varones, con una media de 83 mm. Mientras que en las mujeres es
de 72-65 mm. El diámetro antero-posterior varia en el varón entre 43-58.8 mm, y en la
mujer de 43-45.3 mm. El tubérculo del arco anterior así como el del posterior están
más desarrollados y son más prominentes en el atlas masculino. La rama anterior de
las apófisis se aplana de arriba abajo en el varón, mientras que en la mujer continúa en
dirección al arco anterior y se aplana de atrás adelante. Las cavidades glenoideas en el
varón tienen forma de zapatilla.

HUESOS LARGOS:

Se resume el valor de los huesos largos para la determinación sexual diciendo que en
el hombre son más largos, más pesados y que poseen mayores zonas de inserción
muscular (tales como la línea áspera, las crestas, las tuberosidades y las impresiones)
. Considerándose además que la diferencia sexual más constante e importante se
encuentra en las regiones articulares. Estos comentarios tienen validez cuando se trata
de determinar el sexo en una serie. Pero si solamente disponemos de uno o dos
huesos largos (o fragmentos) puede resultar difícil sacar ninguna conclusión a menos
que el hueso muestre indicaciones muy claras de masculinidad o de femineidad.

MIEMBRO SUPERIOR

1. Húmero: una diferencia sexual muy importante es el diámetro de la cabeza del


húmero.

Cuando mide menos de 35 mm es de hembra.


Cuando mide 40 mm o más es de varón.
Zona intermedia o dudosa de 35-40 mm puede ser tanto de varón como de
hembra.

El diámetro bicondíleo (de la extremidad distal del húmero) es mayor en el varón. Suele
ser 20 para varones y 19 para mujeres.
XXII

Suele ser frecuente en la hembra que aparezca una variación anatómica como es el
agujero o perforación olecraneana, el cual puede oscilar desde 1 mm de diámetro
hasta 10 mm o más. Este agujero pone en comunicación las fosas olecraneanas y
coronoides. Tiende a aparecer en el 10 a 11 % de los casos en mujeres (uni o bilateral)
y en el 3 a 5 % en varones (uni o bilateral).

2. Cúbito: en las mujeres es el 85 % de la longitud del cúbito del varón. La


longitud máxima en la mujeres es inferior a 230 mm y en el varón es superior a
265 mm. existiendo entre ambas una zona de solapamiento que puede ser tanto
de varón como de hembra.

3. Radio: en las longitudes del radio se señala como límites para la mujer de 215
mm o menos, y para el varón 250 mm o más. El radio femenino es el 87 % del
radio masculino, siendo la mayor diferencia sexual la que se encuentra en el
diámetro de la cabeza del radio, tanto en esqueletos medievales o prehistóricos
como en recientes. Cuando mide 20 mm o menos es de hembra. Cuando mide
más de 20 mm es de varón. La cresta interósea es más fuerte en el varón y la
robustez es también mayor. La tuberosidad del radio está más desarrollada en
el varón que en la hembra.

MIEMBRO INFERIOR

1. Fémur: como en el caso de la pelvis, los juicios diferenciales se han


establecido tanto en el terreno morfológico como en el métrico. En las series de
fémures pequeñas, las observaciones son suficientes como prueba de apoyo
para determinar el sexo. En los hombres, el hueso en su conjunto es por lo
general mayor, siendo más marcada la diferencia en la cabeza y en los cóndilos
distales. El cuerpo o diáfisis es más ancho (en sección) y más grueso,
mostrando una línea áspera más prominente. Desde el punto de vista métrico
se ha estimado de valor un cierto número de características: el diámetro vertical
de la cabeza del fémur y la anchura bicondilar del extremo distal constituyen las
dimensiones de determinación sexual más fiables.

2. Tibia: la diferencia suele variar de 5-30 mm siendo el 92 % la longitud femenina


de la masculina. El grado de PLATICNEMIA es mayor en el varón. El diámetro
transverso de la epífisis superior también presenta diferencias sexuales. Así, las
tibias de menos de 320 mm de longitud son femeninas y las mayores de 380
mm masculinas. Entre 320 y 380 mm es zona de solapamiento.

3. Peroné: su longitud, robustez y diámetros anteroposteriores y transversos


suelen ser mayor en el varón. El diámetro transverso de la diáfisis para mujeres
tiene un promedio de 8.8 mm y para varones de 12 mm. Entre 318 y 413 para
varones y entre 283 y 376 mm para mujeres.

PIE:

ASTRÁGALO Y CALCÁNEO
XXIII

El astrágalo y el calcáneo masculino presentan todos sus diámetros mayores que los
femeninos, siendo éstos más gráciles y de menor peso.

DETERMINACION DE LA EDAD EN LOS RESTOS OSEOS

La determinación de la edad en los huesos tienen características especiales según del


grupo de edad que se trate, así podemos clasificarlos en los siguientes períodos
cronológicos:

Fetal (prenatal)
Post-natal (nacimiento)
Infantil
Adolescente
Adulto joven
Madurez
Vejez (senil)

El hueso es un elemento vivo del organismo que no cesa de sufrir cambios,


deteniéndose la longitud del crecimiento óseo a los 23 ó 25 años. En la madurez o
edad adulta el hueso crece en anchura y robustez, para comenzar a sufrir alteraciones
regresivas a partir, normalmente, de los 40 años.

Para su determinación se estudia el cierre de las suturas del cráneo, el grado de


erupción y desgaste dentario, el cierre de las distintas epífisis de los huesos y los
cambios degenerativos que ocasiona la edad.

DETERMINACION DE LA EDAD POR LOS CENTROS DE OSIFICACION

A través de estudios radiográficos diferentes autores han podido determinar el


momento de la edad de aparición de los diversos centros de osificación que
escalonadamente van surgiendo en el esqueleto desde el nacimiento hasta la pubertad
y el edad adulta.

Esta aparición de los centros de osificación es un punto de referencia que nos informa
sobre el momento del desarrollo, es decir sobre la edad del sujeto en el momento de su
muerte. Depende tanto del sexo como de factores endocrinos, alimentarios, sociales y
genéticos.

Son 3 los tipos de centros de osificación:

Primarios.- cuando aparecen en las diáfisis.

Secundarios.- cuando dan lugar a las epífisis y superficies


articulares.

Gérmenes Dentarios.- cuando aparecen en los alvéolos maxilares y


formarán los dientes de leche y permanentes.
XXIV

La fusión de diáfisis con epífisis (cierre de las epífisis) se ha estudiado desde el punto
de vista radiológico y osteológico, comprobándose que se van escalonando estas
fusiones con bastante constancia según la edad. Así pues, para determinar la edad de
un esqueleto infantil o juvenil, existen varios puntos de referencia ya mencionados y
además, el momento de fusión epífiso-diafisaria.

DETERMINACION DE LA EDAD EN EL ADULTO

Es, a partir de los 20 años, cuando ya se han fundido casi por completo todas las
epífisis y los dientes definitivos están ya fuera de las encías, cuando debemos recurrir
a otros criterios para la determinación de la edad, tales como los cambios que van
teniendo lugar en la sínfisis pubiana, las lesiones degenerativas (poco perceptibles
algunas veces: osteofitos, calcificaciones fuera de las líneas normales, la sinóstosis de
las suturas craneales, la abrasión dentaria, la pérdida de dientes, las alteraciones del
interior del hueso, sobre todo la esponjosa de la epífisis y el estudio microscópico del
hueso).

En el proceso de envejecimiento del hueso, intervienen múltiples factores, además de


la edad como son:
Caracteres hereditarios.
Tipo de alimentación.
Diferencias sociales.
Enfermedades.
Tipo de trabajo realizado y,
Factores ambientales.

SUTURAS DEL CRANEO

Las suturas son el punto de unión de los bordes en crecimiento de dos huesos del
cráneo, entre los cuales hay una fina membrana que puede o no llegar a osificarse. Las
suturas suelen comenzar a cerrarse (sinostosarse) hacia los 20 años, pudiendo llegar a
borrarse pasados los años. Las caras internas y externas no se cierran a la par,
debiéndose anotar el grado de cierre endo
y exocraneal. Así:
- la zona endocraneal se sinostosa antes
que la exocraneal.
- el orden general de cierre en la cara
exocraneal se inicia en la sutura sagital, la
cual se divide para su estudio en cuatro
partes (S1, S2, S3 Y S4), iniciándose el
cierre de atrás a adelante, exactamente en
S3 a los 20-30 años, continuando en
dirección a la sutura coronal donde llega
hacia los 40 años, siendo S1 la última
porción en cerrarse a los 50 años.
- las suturas coronales se dividen en tres partes (C1, C2 y C3) en el sentido de medial
a lateral. El cierre suele comenzar en C3 a los 30-40 años, continúa en C1 hacia los 40
-50 años y termina en C2 más tarde.
- las suturas lamboideas también se dividen en tres partes (L1, L2 y L3) en el sentido
de medial a lateral. Suele iniciarse el cierre en L2 a los 50 años, continuando en L1 y
ya tardíamente en L3.
- el cierre de la sutura temporal se culmina a los 70 años.
XXV

Por otro lado, si las suturas están abiertas no tiene que ser necesariamente indicativo
de que el sujeto tenga menos de 20 años, siendo, en este caso la sincondrosis
esfenobasilar un indicador muy importante de la edad (sincondrosis es la articulación
que se forma cuando una placa cartilaginosa residual grande permanece sin osificar
entre los huesos, y en el hombre la sincondrosis esfenobasilar suele cerrarse hacia los
20 años).

CIERRE DE LAS EPIFISIS DE LOS HUESOS

Las observaciones se hacen directamente sobre el hueso y cada área de cierre se


marca como disminución dentro de cada una de las tres fases de cierre.

FASES DEL CIERRE DE LAS EPIFISIS

1.- NO UNION.- (Con o sin las epífisis separadas).- La superficie de la metáfisis


está sumamente vascularizada con las estrías, crestas y nódulos, teniendo una
apariencia granular.

2.- UNION PARCIAL.- Comienzo de la osificación de las epífisis y de la metáfisis


del hueso. Incluye individuos en los que parte de las epífisis están unidas y
parte separadas.

3.- UNION COMPLETA.- Hinchamiento completo o casi completo y uniformidad


sobre el hueso, con apariencia sutilmente granular.
XXVI
XXVII

En el anterior esquema se recogen las edades de cierre de las distintas epífisis de los
huesos, los años se señalan en intervalos.

COSTILLAS (4ª COSTILLA)


XXVIII

La extremidad proximal o esternal de la costilla es un punto valorable para determinar


la edad. Se analiza la superficie articular en su unión con el esternón existiendo varias
fases, distintas para varones y mujeres.

FASES TECNICAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL O ESTERNAL

VARONES MUJERES

FASE 0 La superficie articular es plana FASE 0 La superficie articular es plana


e hinchada, con un borde con crestas u ondulaciones.
regular y filos redondeados. El La superficie externa de la
hueso es liso, firme y muy extremidad proximal está
sólido. bordeada por lo que parece
ser una placa de hueso. El
borde es regular y
redondeado. El hueso es
firme, liso y muy sólido.
FASE 1 Comienza a formarse una FASE 1 En un principio pueden verse
mella amorfa en la superficie una especie de muescas
articular, pudiendo estar amorfas en la superficie
presente el hinchamiento. A articular. Todavía presenta
veces, puede comenzar a crestas u ondulaciones.
aparecer una especie de Bordes redondeados e
festones en los bordes. El irregulares con ondas
hueso es todavía firme, liso y diminutas en algunos casos.
sólido. El hueso sigue siendo sólido y
liso.
FASE 2 El hueso es más profundo y FASE 2 El hueso es
tiene apariencia de V, considerablemente profundo
formada por las paredes con forma de V por el espesor
anterior y posterior. Dichas y la uniformidad de las
paredes son espesas con filos paredes anterior y posterior.
redondeados. El hueso es En el interior del hueso aún
firme y sólido. aparecen algunas crestas u
ondulaciones. El borde es
ondulado con un poco de
festón. Comienzan a formarse
bordes redondeados. El hueso
es firme y sólido.

FASE 3 El hueso es más profundo, FASE 3 El hueso presenta un poco de


tomando forma de U angosta delgadez cuando hay un
y moderada. Las paredes aumento de profundidad,
todavía son espesas con aumentando también la forma
bordes redondeados. Puede en V, algunas veces aparece
haber cierto festoneado, una U angosta en las paredes
aunque el borde ya se va llegando a ser un poco
haciendo más irregular. El delgadas. Los bordes tienen
hueso es firme y sólido aún. una mayor profundidad
XXIX

FASES TECNICAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL O ESTERNAL

VARONES MUJERES
dibujándose un festonado
regular. Aquí las paredes
posterior y anterior, o ambas,
pueden presentar un arco
semicircular o central en el
hueso. La costilla es firme y
sólida.

FASE 4 La profundidad del hueso va FASE 4 Aumento notable de la


aumentando y tomando forma profundidad del hueso, con
de U moderada pero una gran forma en " V " o " U
considerable. Las paredes se ", de bordes acampanados.
van disolviendo aunque los Paredes delgadas de filos
filos permanecen redondeados. No obstante, los
redondeados. El borde es más festones no están bien
irregular con un festonado definidos con filos algo
irregular, manteniendo un gastados. La calidad del
dibujo. Hay disminución del hueso es bueno pero hay un
peso y menos firmeza en el aumento en la densidad y
hueso, pero la calidad de éste menor firmeza.
todavía es buena.

FASE 5 Pocos cambios en la FASE 5 Permanece la profundidad del


profundidad. La forma en " U " hueso cuyas paredes
es moderada. Las paredes delgadas son acampanadas
están diluidas y sus bordes en forma de una gran " V " o
son más cortantes e "U". Una placa suave y sólida
irregulares. El trazado se deposita, normalmente, en
festonado es sustituido por líneas en la parte última del
proyecciones irregulares del hueso. Continua el festonado
hueso. Este, aunque de regular, comenzando a ser de
aspecto todavía bueno, ya borde cortante, y más
presenta signos de deterioro, irregular. En el arco central es
porosidad y pérdida de más prominente la proyección.
densidad. El hueso es notablemente más
ligero, denso y menos firme.
La textura es algo quebradiza.

FASE 6 Notable profundidad y forma FASE 6 Hay otro aumento de la


en " U ". Las paredes son profundidad y por tanto
delgadas y sus bordes aumentando la forma en " V "
cortantes e irregulares, o "U", debido a un
presentando proyecciones acampanamiento más
bastante largas, más profundo en el extremo. La
pronunciadas en los bordes placa puede estar presente
superiores e inferiores. El todavía, aunque es más
hueso es bastante ligero, áspera y más porosa. Las
delgado y poroso, sobre todo, paredes delgadas con bordes
XXX

FASES TECNICAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL O ESTERNAL

VARONES MUJERES
en su interior. cortantes y regulares. El arco
central es menos obvio y, en
muchos casos, los puntos
cortantes proyectados desde
el borde de la extremidad
proximal. El hueso es delgado
y quebradizo con signos de
deterioro.

FASE 7 Hueso profundo en forma de FASE 7 La profundidad de la


una V de grande a muy prominencia acampanada
grande. Paredes delgadas y forma en U no sólo aumenta
frágiles, de bordes cortantes, sino que decrece un poco. Los
irregulares y proyecciones crecimientos óseos irregulares
óseas. El hueso es ligero, son visibles, a veces,
quebradizo, con un deterioro estirando desde el interior del
importante y con signos hueso. El arco central está
evidentes de porosidad. aún presente aunque ahora
acompañado de proyecciones
marcadas, muchas veces en
los bordes superiores dejando
evidencias alrededor del
mismo. Las paredes muy
delgadas tienen bordes
regulares con filos cortantes.
El hueso es muy ligero,
delgado, quebradizo y frágil,
con un deterioro muy notable
en su interior.

FASE 8 El hueso es muy profundo, en FASE 8 El fondo del hueso en forma


forma de una gran U. A de U es poco profundo,
veces, el suelo del hueso no deteriorado o completamente
aparece o es sustituido por erosionado. Algunas veces
proyecciones óseas. Las está relleno con crecimientos
paredes son extremadamente óseos. El arco central apenas
delgadas, frágiles y es reconocible. Las paredes
quebradizas con cortes, con extremadamente delgadas y
bordes muy irregulares y frágiles con bordes altamente
proyecciones óseas. Hueso irregulares y filos muy
excesivamente ligero, cortantes. Y a menudo, con
delgado, quebradizo, frágil y las proyecciones largas del
poroso. A veces se observa la hueso en los bordes inferior y
formación de "Ventana" en las superior. La formación
paredes. "Ventana" aparece algunas
veces en las paredes. El
hueso es un poro
XXXI

FASES TECNICAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL O ESTERNAL

VARONES MUJERES
extremadamente delgado,
ligero, quebradizo y frágil.

Tras la definición de la fase correspondiente se localizan los límites de edad


consultando distintas tablas "ad hoc".

SINFISIS DEL PUBIS Y SUS TRANSFORMACIONES

HENLE observó que la cara sinfisaria del PUBIS sufría variaciones en las dimensiones
y textura dependiendo de la edad. MARTIN no relacionó el valor de la sínfisis pubiana
con la determinación de la edad, sino que describió los rasgos de la cara sinfisaria
considerados hoy en día como momentos evolutivos de ésta. CLELAND (1889) señaló
las diferencias entre los bordes ventral y dorsal de la sínfisis y sus variaciones según el
sexo. Posteriormente, TOOD (1920, 1921) estableció una metodología en el estudio de
la cara sinfisaria del pubis cuyo valor es indudable en la determinación de la edad.
Actualmente, tras los trabajos de McKERN y STEWART (1957) se han considerado 3
estadios diferentes en la evolución de la sínfisis púbica en cada uno de los 3
componentes de la misma con actividad independiente:

COMPONENTE I = Parte dorsal o posterior


COMPONENTE II = Parte anterior o ventral
COMPONENTE III = El hueso o parte central (plataforma)

Hay que comprender que la superficie de la sínfisis se divide por el eje vertical en dos
partes iguales o hemifacetas, una dorsal o posterior (COMPONENTE I), otra ventral o
anterior (COMPONENTE II). Se toman en cuenta el borde externo o ventral y el borde
interno o dorsal, la extremidad superior y la extremidad inferior. Luego se observa la
sínfisis en su conjunto considerando toda la cara sinfisaria (COMPONENTE III o
plataforma).

VARONES
COMPONENTE I 0.- El margen dorsal está ausente.
(Hemifaceta dorsal) 1.- Hay una ligera formación marginal en el tercio medio del
borde dorsal.
2.- Toda la parte dorsal tiene margen.
3.- Las crestas comienzan a reabsorberse y los surcos a
rellenarse apareciendo un comienzo de plataforma en el
tercio medio de la hemifaceta dorsal.
4.- La plataforma, que aún conserva vestigios de los surcos y
crestas, se extiende a casi toda la hemifaceta dorsal.
5.- Las crestas y surcos desaparecen completamente y toda la
superficie de la hemifaceta posterior es plana, sólo
ligeramente granulosa.
XXXII

COMPONENTE II 0.- El biselado de la hemifaceta ventral está ausente.


(Hemifaceta ventral o 1.- El biselado ventral se aprecia sólo en la extremidad superior
anterior) del borde ventral.
2.- El biselado se extiende hacia abajo a lo largo del borde
ventral.
3.- El aplanamiento ventral comienza por medio de
prolongaciones óseas en una o en ambas extremidades.
4.- El aplanamiento se extiende pero a lo largo del borde
ventral todavía son evidentes algunos surcos.
5.- El aplanamiento es completo.

COMPONENTE III 0.- El borde o margen sinfisario está ausente.


1.- Hay un borde dorsal parcial, sobre todo en la extremidad
superior del margen dorsal; es redondo y de aspecto liso y
elevado sobre la superficie sinfisaria.
2.- El borde dorsal está completo y el borde ventral está
empezando a formarse.
3.- El borde sinfisario está completo. La superficie sinfisaria
central limitada por ese borde tiene una textura granulosa
con aspecto ondulado o irregular.
4.- El borde comienza a romperse. La superficie se hace lisa y
plana y el borde ya no es redondeado sino que aparece
bien definido. Hay ya signos de labio (lipping) en el borde
ventral.
5.- La posterior desaparición del borde, sobre todo en la
extremidad superior ventral y rarefacción de la superficie
sinfisaria. Hay también desintegración y osificación errática
del borde ventral.

En cuanto a la sínfisis de las mujeres la evolución es diferente. La hemifaceta dorsal se


aplana mucho antes que en los varones y la hemifaceta ventral no se desarrolla tanto
como en los varones. GILBERT y McKERN (1971) hacen las siguientes definiciones
para los componentes femeninos:

MUJERES

COMPONENTE I 0.- Los surcos y crestas son muy claros. El margen dorsal es
indefinido.
1.- Los surcos comienzan a llenarse, las crestas a aplanarse y un
margen dorsal plano comienza en el tercio medio de la cara.
2.- La cara dorsal se extiende ventralmente, se hace más ancha
mientas continúa el aplanamiento. El margen dorsal se
extiende hacia arriba y hacia abajo.
3.- La cara dorsal es completamente lisa. El margen puede ser
estrecho.
4.- La cara aparece completa y no rota, es ancha y muy finamente
XXXIII

granulosa. Puede mostrar vestigios de la estriación juvenil.


5.- La cara se presenta llena de orificios o agujeritos e irregular a
causa de la rarefacción

COMPONENTE II 0.- Los surcos y estrías son muy claros. La cara ventral está
biselada hacia arriba y hacia la dorsal.
1.- Los surcos de la parte inferior comienzan a rellenarse
formándose una plataforma o cara biselada que se va
extendiendo y cuyo borde lateral es una línea curva, clara, que
se extiende a toda la longitud de la sínfisis.
2.- Continúa el relleno de los surcos y el aplanamiento de las
crestas desde las extremidades superior e inferior. La cara se
extiende lateralmente a lo largo de su borde ventral.
3.- Toda la superficie de este componente excepto un 1/3 de la
cara ventral está rellena de material óseo finamente granuloso.
4.- La cara ventral presenta una superficie ancha, completa,
finamente granulosa desde la cresta púbica hasta la rama
inferior.
5.- La cara ventral puede comenzar a desintegrarse, tomando un
aspecto muy agujereado y quizá esponjoso hasta llegar a la
rarefacción total.

COMPONENTE III 0.- El borde o cerco está ausente.


1.- El cerco comienza a aparecer en el tercio medio de la cara
dorsal.
2.- La parte dorsal del cerco sinfisario está completa.
3.- El cerco se extiende desde los extremos superior e inferior de
la sínfisis a toda ella excepto un tercio de la parte ventral.
4.- El cerco de la sínfisis está completo.
5.- El margen ventral de la cara dorsal puede desintegrarse de
manera que pueden aparecer interrupciones en el cerco y no
hay una línea clara divisoria entre la cara dorsal y la ventral.
XXXIV

SUCHEY-BROOKS elaboraron una técnica para la determinación de la edad a través


de la sínfisis del pubis. Estableciendo seis fases de evolución:

VARONES
FASE I La faz de la sínfisis tiene una superficie ondulada (crestas y surcos)
que se extiende hasta incluir el tubérculo púbico. Las crestas
horizontales pueden estar bien marcadas o en proceso de
obliteración. El plateau dorsal puede estar en una fase de incipiente
formación. El borde ventral no se ha formado todavía. Una clave para
el reconocimiento de esta fase es la ausencia de delimitación en los
extremos (superior e inferior). Pueden aparecer nódulos osificados.
FASE II La faz de la sínfisis muestra una delimitación incipiente en los
extremos inferior y/o superior. Algunos huesos presentan, todavía,
una cresta desarrollada. El margen dorsal se ha completado. El borde
ventral de los extremos superior e inferior pueden estar en proceso
de delimitación hasta la presencia de nódulos osificados
desarrollados.
FASE III La faz de la sínfisis muestra el extremo inferior y la defensa ventral en
proceso de finalización. Hay una continuación en la fusión de los
nódulos osificados formando el extremo superior y el borde ventral.
La faz de la sínfisis es delgada o puede continuar mostrando crestas
diferentes. Ausencia de bordeado en el margen de la sínfisis; no hay
crecimiento en los ligamentos del hueso.
FASE IV La faz de la sínfisis está en general, suavemente granulada; si bien,
los restos de viejas crestas y sistemas de pliegues pueden continuar
apareciendo. Normalmente, el contorno oval se completa en esta
fase, pero ocasionalmente puede ocurrir una interrupción en el borde
ventral. El tubérculo púbico está completamente separado de la faz
de la sínfisis por la terminación por la terminación del extremo
superior. La faz de la sínfisis puede tener un borde visible. Comienza
el crecimiento del hueso en la mitad inferior de la sínfisis púbica. No
obstante, no hay un bordeado marcado del margen de la sínfisis.
FASE V La faz de la sínfisis está completamente bordeada por una fina
depresión de la misma faz, relativa al borde. El bordeamiento más
pronunciado aparece en el margen doral, con un borde moderado en
el margen ventral.
FASE VI La faz de la sínfisis muestra que continúa la depresión como un borde
erosionado. Se señalan las uniones ligamentosas ventrales. En
algunos individuos, el tubérculo púbico aparece como una
protuberancia ósea separada. La faz puede estar deshuesada o ser
porosa, dando una apariencia de desfiguración con el que continúa el
proceso de osificación irregular.
XXXV

EL TEJIDO OSEO ESPONJOSO DE LA CABEZA DEL HUMERO Y DEL FEMUR


Se han definido, en la esponjosa de la cabeza y del cuello del fémur, hasta 6 fases
evolutivas de acuerdo con la edad, que mantienen la suficiente constancia como para
ser considerados como indicadores de la edad. Siendo más conocido el estudio que
sobre la cabeza del húmero se ha realizado.

La cavidad de la diáfisis o cavidad medular, tanto en el fémur como en húmero, se


extiende, se amplía con la edad alargándose a través del hueso esponjoso de las
epífisis, sobre todo en el extremo proximal.

DIENTES

El estudio visual y radiológico del maxilar superior ayuda a conocer la edad del sujeto,
desde los 6 meses hasta los 21 años, aproximadamente

CAMBIOS DEGENERATIVOS EN LOS HUESOS

Las zonas cercanas a las articulaciones y sus alteraciones progresivas son un claro
indicador de la edad que hay que saber interpretar. Como norma general, a partir de
los 40 años de edad sobrevienen alteraciones del metabolismo del calcio, que se
deposita en determinados puntos del esqueleto. Teniendo preferencia por las
inserciones tendinosas en los huesos, bordes articulares, en donde se producen
neoformaciones extemporáneas al hueso (osteofitos), lo que al parecer tiene relación
con los lugares sometidos a mayor actividad. La formación de un labio óseo o eversión
ósea en los bordes articulares es signo indudable de edad avanzada. Puede ocurrir
que se alteren los cartílagos articulares en cuyo caso se produce un proceso que se
conoce con el nombre de eburneación.
XXXVI

La aparición de osteofitos en los cuerpos vertebrales son indicadores de edad


avanzada, y según el grado e intensidad que presenten, que pueden ir desde el simple
aumento del borde óseo del cuerpo vertebral (lipping) o formación de un labio, hasta la
formación de un pico de loro, que intenta unir dos cuerpos vertebrales superpuestos.
Este proceso puede avanzar hasta la formación de sindesmofitos por osificación parcial
del ligamento anterior de la columna vertebral y si el proceso es tan intenso todo el
ligamento se osifica como una estalagtita, produciéndose esas columnas
características de la espondiloartrosis anquilopoyética o enfermedad de Strümpell-
Marie-Betcherew.

Cuando más osteoporosos se ven los cuerpos vertebrales, más calcificado u osificado
está el ligamento anterior.

SEGUN LAS ARTICULACIONES ESQUELETICAS

1. Articulación Escápulo-Humeral: cuando el sujeto tiene más de 45 años se


observa en el borde de la cavidad glenoidea como un labio (lipping) en todo su
contorno. Generalmente puede ser bilateral, aunque puede ser unilateral. Un grado
más avanzado es la formación franca de osteofitos en dichos bordes, haciendo más
cóncava la cavidad glenoidea. El hueso neoformado trata de recubrir la cabeza del
húmero.

2. Articulación Occipito-Atloidea: es frecuente apreciar alteraciones degenerativas


en esta articulación en personas de más de 60 años. En primer lugar aparecen
osteofitos en la apófisis odontoides del axis sobre la que gira el cráneo. Aparecen
deformaciones en el agujero occipital, con eburneación en los bordes del atlas y los
cóndilos del occipital.

3. Articulación Temporo-Maxilar: a veces, en personas de 40 a 50 años se


presenta un proceso degenerativo de uno o de los dos cóndilos del maxilar inferior, con
alteración del cartílago articular, desgaste y abrasión, deformación del cóndilo y
neoformación ósea en los bordes de la cavidad glenoidea del temporal.

4. Articulación del Codo: entre los 40 y 50 años surge una neoformación de tejido
óseo en los bordes de la extremidad distal del húmero (tróclea). Según ORTNER
(1965) debido a un fuerte estres local. Hay 3 sitios básicos en la articulación distal del
húmero en los que tienen lugar cambios degenerativos:

1) La superficie articular,
2) Las áreas contiguas periféricas de la articulación, y
3) Las fosas coronoideas, radial y olecraneana.

El hecho de encontrar mayores lesiones en un codo que en otro puede indicar que el
sujeto sea diestro o zurdo, según la parte que esté afectada. En la cabeza del radio y el
cúbito es muy frecuente observar alteraciones degenerativas de tipo lipping,
eburneación, etc., al igual que la extremidad distal (articulación carpo-cúbito-radial).

5. Articulación Coxo-Femoral: son muy frecuentes desde los 50 años en adelante.


La formación de labio en los bordes de la cavidad cotiloidea es indicio de edad de más
de 60 años. La variablidad de lesiones es muy grande llegando incluso al colapso
articular.
6.Articulación de la Rodilla: en la rotula es frecuente encontrar una osificación de
las fibras paralelas del músculo cuadriceps crural y la bolsa pre-rotulina profunda, que
se ha denominado peine artrósico. En esta articulación suele aparecer un simple borde
labial en el perímetro de los cóndilos del fémur. En fases más avanzadas pueden
presentar alteración del cartílago, destrucción de éste, eburneación, osteofitos,
deformación articular y ósea. En los bordes de la meseta tibial es muy frecuente la
aparición de labio óseo, normalmente en edades por encima de los 50 años.

7.Articulación Tibio-Astragalina: no es infrecuente encontrar en la tibia y


astrágalo, en individuos que en vida han sufrido algún tipo de traumatismo en las
extremidades, alteraciones del cartílago articular y con ellas de un reborde anómalo de
tejido óseo y de osteofitos. A partir de los 55 a los 60 años puede presentarse lo que se
ha llamado peine artrósico apareciendo en el calcáneo en la parte posterior, a nivel de
la inserción del tendón de Aquiles y la bolsa sinovial de éste y la subcutánea del
calcáneo, una osificación de las fibras paralelas.

No solamente las sistemáticas señaladas se utilizan para determinar la edad de los


restos óseos. También diversas técnicas de microscopía. El examen osteológico va
ayudar a conocer sólo de un modo aproximado la edad del sujeto, siguen siendo
necesarios estudios más amplios, haciendo referencia con ello a que las series de
esqueletos sobre las que se enuncian las edades están sesgadas y no son lo
suficientemente amplias.

DETERMINACION DE LA TALLA EN LOS RESTOS OSEOS

El estudio de los huesos con el fin de conocer la talla del sujeto se inició por el Profesor
de Anatomía Dr Sue de París en el pasado siglo. La sistemática seguida desde
entonces ha consistido en poner en relación la longitud de esqueletos completos con
la de los huesos largos y así crear tablas y formulaciones matemáticas con las que
poder averiguar la talla cuando sólo se conoce la longitud de un hueso aislado o
incluso cuando sólo hay fragmentos.

El problema que se plantea con las tablas es el sesgo de las mismas, lo cual limita
enormemente su aplicación y extrapolación, ya que se debiera disponer de tablas para
las distintas poblaciones.

En nuestro entorno las tablas más usadas son las francesas ideadas por Manouvrier,
las finlandesas de Telkkä y las americanas de Trotter y Gleser.

Entre las fórmulas para conocer la estatura a partir de la longitud de distintos huesos
largos están las de Dupertuis y Hadden, las fórmulas regresivas de Pearson, las
ecuaciones de Trotter y Gleser y las ecuaciones de Telkkä.

Habiéndose ideado también distintos procedimientos matemáticos para conocer la


estatura partiendo de fragmentos de huesos largos.

Orfila a finales del siglo pasado ya señaló las limitaciones de los estudios de la época
ya que la poner en relación la longitud de huesos con la del esqueleto halló diferencias
significativas para una misma longitud ósea. Recientes estudios próximos a publicarse
señalan la gran disparidad existente dentro de una misma población.

Ejemplo: partimos de un húmero de 303 mm.

- tabla de Orfila: sujeto de 1,64 cm.

- tabla de Rollet:
varón de 1,52-1,54 cm mujer de 1,56-1,58 cm

- tabla de Manouvrier:
varón de 1,55-1,57 cm mujer de 1,55-1,56 cm

- tabla de Trotter y Gleser:


(blancos) varón de 1,62-1,63 cm mujer de 1,58-1,59 cm
(negros) varón de 1,60 cm mujer de 1,57 cm

- tabla de Telkä:
varón de 1,61-1,62 cm mujer de 1,55 cm

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