Generalidades Del Esqueleto Sexo y Edad
Generalidades Del Esqueleto Sexo y Edad
Generalidades Del Esqueleto Sexo y Edad
Definía Don Pedro Mata y Fontanet a la Medicina Legal como un conjunto de
conocimientos, no exclusivos de las ciencias médicas, que contribuyen a dar su debido
valor y significación genuina a ciertos hechos en materia judicial y a la formación de ciertas
leyes. Ya autores como el Profesor Orfila iniciaron estudios para, a partir del análisis de
restos óseos llegar a un conocimiento del sujeto vivo. Parafraseando al Profesor Mata, así
pudiera definirse la labor que se realiza en este Laboratorio de Antropología Forense y
Paleopatología, sea en la vertiente pericial, sea en la que hoy nos ocupa, antropológica y
paleopatológica, contribuir en ciertos hechos al Saber Arqueológico.
La obtención de datos significativos para los Arqueólogos, requiere una serie de estudios
y sistemática que va a variar en función del estado de la muestra. Obviamente cuando
mejor conservados e indemnes estén los huesos más definitivas van a ser las conclusiones
que de ellos se extraigan. Conocida ya la anatomía humana, el siguiente paso será el
responder a una serie de cuestiones, ¿los huesos son de seres humanos o de animales?, si
son de los primeros ¿pertenecen a mujeres o a varones?, ¿qué edad tenía el sujeto
muerto?, ¿cuál era su talla?,¿qué enfermedades sufrió?, ¿de qué murió?, ¿cuanto tiempo
hace de ello?, etc. Parte de las anteriores cuestiones serán las estudiadas ahora.
Teniendo conocimientos de la
osteología humana, el separar unos de
otros será sencillo cuando los huesos se
hallan completos y los individuos bien
separados, conforme la fragmentación
sea mayor más difícil la diferenciación,
debiéndose aplicar técnicas de
investigación más complejas o que
necesiten aparataje especial.
TÉCNICAS DE ESTUDIO:
MACROSCOPICAS:
1.Peso: El hueso animal pesa proporcionalmente más que el hueso humano, si sopesamos
en cada mano un fémur animal (de un mamífero relativamente grande) y uno humano,
inmediatamente apreciamos el mayor peso del hueso animal, aunque sea de menor
tamaño.
2.Densidad: El hueso animal es más denso, más compacto. El tejido compacto del tejido
animal es más compacto si cabe, que el tejido equivalente humano, y el tejido esponjoso
animal tiene trabéculas más grandes, densas y compactas que el tejido trabecular
esponjoso humano.
3.Sonido: Si golpeamos suavemente un hueso animal con otro, se produce un sonido casi
metálico. Por el contrario, si golpeamos suavemente un hueso humano contra otro humano,
el sonido es más apagado, con un tono mate, sin brillo.
4.A.- Dientes.- Los cuales hasta cierto punto son bastante característicos, aunque las piezas
fracturadas o los fragmentos muy desgastados pueden presentar dificultades. En la
ilustración 2 se aprecia el tipo de especímenes problemáticos más habituales: los dientes
fosilizados de los herbívoros pueden confundirse con los dientes humanos. En la
ilustración 3, se señala la posible confusión en los molares posteriores desgastados de un
cerdo y de un humano.
4.B.- Cráneo.- Los huesos del cráneo de los mamíferos presentan variaciones de tamaño
muy acusadas y generalmente no ofrecen grandes dificultades a la hora de seleccionar los
fragmentos humanos. La boveda craneal grande y la cara pequeña características del ser
humano suelen permitir una fácil identificación. Pero, a veces, pequeños fragmentos de
otras zonas pueden inducir a equívocos. Por ejemplo, hay fragmentos de huesos nasales de
mamíferos del tamaño de un perro que pueden parecer huesos nasales humanos, y
también porciones de la zona retrooccipital o del hueso malar que pueden dar lugar a
confusión. Así mismo, pueden confundir los trozos pequeños pertenecientes a las
III
4.D.- Omóplato.- Aunque este hueso tiene una forma bastante peculiar, y presenta gran
variación de unos mamíferos a otros, los fragmentos pueden ofrecer dificultades. La forma
de la placa principal (corte triangular) está bastante diferenciada en el hombre, pero no es
fácil identificar con seguridad los fragmentos pequeños del hueso delgado. En el humano, la
zona articular da paso directamente a la placa, mientras que en la mayoría de los
mamíferos de tamaño semejante, presenta un cierto estrechamiento en forma de cuello
detrás del área articular. Cuando se trata de identificar la cavidad elíptica glenoidea en
estado fragmentario será necesario hacer un estudio detallado de la misma.
4.E.- Pelvis.- La pelvis humana tiene una forma muy especializada, adaptada a la
locomoción bípeda y, a excepción de unos trozos muy pequeños rara vez se confunde con
ninguna otra. Así, a diferencia de los mamíferos en general, la pala iliaca tiene forma de
"S", es ancha y corta (anteroposteriormente). Sin embargo, la región de la cavidad
cotiloidea puede constituir una excepción cuando únicamente disponemos de trozos
fragmentarios. De hecho, incluso en este caso, las diferencias a pequeña escala en la forma
de la región articular, la profundidad cotiloidea, y la forma general y el espesor de la
superficies óseas que la rodean, permitirán que se la identifique sin mayores problemas.
4.F.- Huesos Largos.- Los distintos huesos largos de las extremidades, principalmente
pueden distinguirse por su tamaño o forma. Sin embargo, los fragmentos de las diáfisis de
los huesos largos mayores pueden parecerse bastante a los de los humanos, aunque en el
IV
hombre las diáfisis tienden a ser más rectas y su aspecto es menos rugosos en
comparación con la mayoría de los mamíferos de tamaño similar. Del mismo modo, hay
diferencias en el espesor del tejido cortical en los diversos mamíferos (y entre los
diferentes tipos de huesos). Hay partes de algunos extremos articulares que pueden ser
engañosas. En las ilustraciones 5 y6 pueden verse ejemplos de epífisis proximal de una
serie de fémures y húmeros. La cabeza del fémur tiene un aspecto más o menos semejante,
aunque de hecho existen pequeñas diferencias de tamaño y de forma. El cuello del fémur
suele ser más corto en el animal que en el hombre y hay variaciones en el estrechamiento
de la diáfisis en sentido distal.
INSTRUMENTALES
VI
De prácticamente todos los elementos del esqueleto se han sacado, con mayor o
menor fortuna, datos para poder discriminar el sexo. Siendo el cráneo y la pelvis donde
con el solo examen externo puede indicar con una gran certeza el sexo de la pieza. La
determinación se hace más compleja en los huesos fetales e infantiles, así como
cuando sólo se cuenta con fragmentos o huesos quemados. En algunos de estos
casos los estudios del Acido desoxirribonucleico serán los únicos que darán la
respuesta.
Hooton (1946) decía que: "la determinación del sexo a partir del esqueleto post-craneal
de adultos es fácil y segura en más o menos el 80 % de los casos, difícil pero posible
en el 10 % y dudosa en el resto". Autores como Stewart, Krogman, Olivier, Hrdlicka,
recalcan con insistencia que hay un margen de un 10-15 % y hasta un 20 % de error en
la determinación del sexo, que disminuye a un 5 % cuando se dispone del esqueleto
completo y en buen estado y aumenta cuando el hueso es escaso o está en muy malas
condiciones.
Antes de pasar a tratar de las características que sirven para determinar el sexo de un
individuo hay que destacar una serie de puntos generales. Lo primero que hay que
tener en cuenta es que el valor de determinadas características varía según el grupo
humano que se esté estudiando. Así, el grado de desarrollo supraorbitario, que en
Europa sirve para identificar los huesos procedentes de varones, puede encontrarse en
un cierto número de mujeres entre los aborígenes de Australia o la robustez de los
huesos femeninos aborígenes de Australia puede ser mucho mayor de la que
generalmente se encuentra en los pigmeos masculinos. En segundo lugar hay que
recordar que, tanto por lo que respecta a las medidas como por la forma general, a
menudo hay una coincidencia considerable en el grado de variación que se encuentra
en los dos sexos. Y otro factor que viene a aumentar las complicaciones es la
frecuencia con que los restos de esqueletos son incompletos, lo cual tiene como
consecuencia que haya que determinar el sexo de modo provisional y sobre la base,
únicamente, de una o dos características.
Los huesos donde más se ha estudiado y más contrastada está la determinación del
hueso son el cráneo y la pelvis.
CRANEO:
En tanto que varios de estos criterios son fenómenos relacionados con la edad,
apareciendo o comenzando ha pronunciarse en la pubertad; y muchos son afectados
por los cambios de la senilidad, la descripción de las diferencias de sexo debe ser
limitada en las edades comprendidas entre los 20 y los 55 años. Siempre que se trate
de determinar el sexo en un cráneo, habrá que tener en cuenta que los rasgos pueden
estar atenuados en el varón a causa de la edad y que lo que aparentan ser rasgos
femeninos son en realidad rasgos "juveniles". Por el contrario, en los cráneos de los
viejos, los rasgos vuelven a suavizarse, lo que puede ser otro motivo de confusión. Lo
mismo que las diferencias sexuales son menos marcadas en el vivo hasta la pubertad,
vuelven a serlo después del climaterio masculino y femenino. Los varones jóvenes se
parecen en los rasgos a las hembras jóvenes y los varones viejos a las hembras viejas.
Desde la pubertad hasta la madurez, lo mismo sucede en el vivo en todo su organismo,
también en los huesos se establece un fuerte dimorfismo sexual. Además del
fenómeno de la edad, la naturaleza biológica (genética-racial) de un espécimen juega
un importante papel en la formación del dimorfismo sexual en el esqueleto.
REGION FRONTOFACIAL
2.Glabela: o
protuberancia frontal
media parece ir al mismo
paso que el arco
supraorbitario. Una
glabela grande se asociada, frecuentemente, con los varones. Debe ser marcada, sin
embargo, el rango de variación es más grande en la glabela que en los arcos
supraorbitarios, con una mayor convergencia hacia un tipo intermedio.
4.Orbitas: en la mujer son más altas, más redondeadas y relativamente más grandes,
comparadas con el esqueleto facial superior. Los márgenes orbitales son más
cortantes, menos redondeados, en las hembras que en el varón.
IX
6. Huesos malares: o Cigomáticos son más robustos en los varones y más ligeros en
las mujeres. En los varones, estos huesos se describen como medianos y sólidos; en
las mujeres, más finos en el medio.
8.Paladar óseo: es normalmente más largo y ancho en el varón. El arco del paladar
tiende más hacia una U cerrada; en la mujer da lugar a una figura parabólica.
9. Dientes: son ligeramente más largos en el varón, pero la mayor variabilidad en las
dimensiones del diente en la mujer impide la discriminación del sexo en base al
tamaño.
2.Cresta Supramastoidea:
que se halla a continuación de
la apófisis cigomáticas, suele
estar bien desarrollada en el
varón; lisas y menos macizas
en las mujeres.
REGION OCCIPITAL
1. Protuberancia occipital
externa: es mucho más
larga en los varones.
Estas características en su totalidad deberán dar una determinación exacta del sexo en
los cráneos de adultos. Se puede observar que, con respecto a la mayoría de las
características utilizadas como base de valoración, que el cráneo femenino es pequeño
y grácil, el masculino es grande y robusto.
VARONES MUJERES
En el varón es más pesado que en la mujer. En la mujer es menos pesado que
el del varón.
Es mayor, más anguloso, de rasgos más Es más fino, más pequeño y
pronunciados. redondeado, menos anguloso.
El hueso frontal es menos ancho en el El hueso frontal es más ancho en
varón y por tanto el parietal es mayor. Por la mujer y como consecuencia el
ello se dice que el cráneo masculino es de parietal es menor. Por lo que se
tipo parietal (MANOUVRIER). MARTIN dio dice que el cráneo femenino es de
gran importancia a esta diferencia. tipo frontal (MANOUVRIER).
En el hombre la distancia NASION-BASION En la mujer, la distancia NASION-
es mayor si se la compara con la longitud BASION es menor si se la compa-
del arco entre NASION Y OPISTION a lo ra con la longitud del arco entre el
largo de la línea media sagital. NASION Y OPISTION a lo largo de
la línea media sagital.
La frente es más huidiza. La frente es más vertical, más pa-
recida a la frente infantil.
Las protuberancias supraorbitarias son más Las protuberancias supraorbitarias
pronunciadas, hacen más relieve. son planas, hacen escaso relieve.
HRDLICKA (1920) reconocía 6 grados en la En la mujer según la clasificación
prominencia de la región supraorbitaria: de HRDLICKA la prominencia de la
trazas, débil, ligera, moderada, región supraorbitaria varía de
medio, pronunciado y excesivo. En el trazas a moderada.
varón el grado suele ser de medio a
excesivo.
La GLABELA es más prominente, maciza y Es más aplanada, lisa y poco
marcada. delimitada.
El borde orbitario es romo y grueso. Es fino, agudo, casi cortante.
La fosa canina es profunda. Es poco profunda.
Las apófisis mastoides son grandes, Son pequeñas, poco salientes en el
robustas, salientes en el plano inferior. plano inferior.
Los cóndilos del occipital no hacen más re- Son más salientes que las apófisis
lieve que las apófisis mastoides. Al apoyar mastoides. Al apoyar el cráneo so-
el cráneo sobre una superficie plana, res- bre una superficie plana, éste ca-
ba la por apoyarse sobre las apófisis mas- becea por apoyarse en los cóndilos
toides. y quedar las mastoides en el aire.
XII
VARONES MUJERES
La base forma un triángulo equilátero de 3 También forma un triángulo pero
vértices: dientes medios incisivos superio- isósceles con 3 vértices: los dos
res y dos puntos mastoideos. dientes incisivos superiores medios
y los dos puntos de apoyo de los
cóndilos del occipital.
El surco digástrico es profundo y ancho Es poco profundo y estrecho para
para la inserción del músculo digástrico. la inserción de un músculo
digástrico poco robusto.
Las protuberancias frontales y las parie- Son más salientes y acentuadas.
tales están poco marcadas.
Los pómulos o malares son más robustos y Son más pequeños y gráciles.
macizos.
El arco cigomático es más robusto, ancho y Es más fino, grácil, débil, delgado y
alto. bajo.
La apófisis nasal del frontal es más grande. Es más pequeña.
Los huesos propios nasales son más Son más pequeños. Forman un
grandes. Forman un ángulo agudo. ángulo obtuso.
La espina nasal anterior es más grande y Es menor y menos prominente.
prominente.
La abertura nasal es más alta y alargada, Es menos alta, más baja, más
sus bordes son agudos, no redondeados. ancha y delicada. Bordes más
redondeados.
El espesor de la bóveda craneana tiende a Tiende a ser menor (4-6 mm) lo
ser mayor (8-10 mm) lo que no quiere decir que no quiere decir que no haya
que no haya varones con menor espesor. mujeres con mayor espesor y
también menor.
VARONES MUJERES
superficie rugosa. Cresta occipital hace
fuerte relieve.
En las marcas musculares de la escama En la mujer oscilan entre ninguna
occipital se pueden señalar 4 categorías en a medias, rara vez pronunciadas.
la prominencia de las crestas: ninguna o
trazas, media, pronunciada y excesiva
(KEEN, 1950). En el varón oscilan entre
medias y excesivas.
El bloque facial, la cara, es mayor en el Es más pequeño en la mujer.
varón.
La protuberancia occipital externa (POE) Hace poco o ningún relieve. a
hace fuerte relieve, incluso a veces es una veces ni se puede distinguir.
auténtica exóstosis y hasta un verdadero
gancho.
El desarrollo del inion está unido al del Apenas son perceptibles en la
ligamento cervical posterior. Su ausencia o mujer.
su disminución indica una menor actividad
muscular por lo que suele estar más
desarrollado en el varón. En ocasiones la
osificación del ligamento da un aspecto
bizarro al inion (BONCOUR, 1912).
Las crestas y rugosidades supramastoideas Son más pequeños.
están muy marcadas.
Apófisis pterigoides, estiloides y espinosa Son más finas y menos
son más fuertes y desarrolladas. desarrolladas.
La cavidad glenoidea del temporal es de Es de menor tamaño y menos
mayores dimensiones y más profunda. profunda.
La apófisis basilar del occipital es más larga Es más corta en la hembra.
en el varón.
De un modo general y ya como resumen puede distinguirse el cráneo masculino del femenino atendiendo a los siguientes detalles:
Al conjunto óseo formado compuesto por el hueso sacro, los dos huesos coxales o
iliacos o innominados y el hueso cóccix también se le denomina cintura pelviana. El
hueso iliaco se compone de tres huesos: el ilion, el isquión y el pubis. VERNEAU
observó que las dimensiones verticales de la pelvis son mayores en el varón y que las
horizontales son mayores en las mujeres.
ESCOTADURA CIATICA
es tan profunda.
XV
HUESO SACRO
Por lo que se refiere al hueso sacro, el masculino, generalmente, es más estrecho que
el femenino y más alargado En los varones suele tener 5 segmentos, debido a la
sacralización de la 5ª lumbar. Mientras que el femenino es más corto, más arqueado en
sentido ántero-posterior y más ancho (PLATIHIERICO). En las mujeres, aunque
también puede aparecer una sacralización del cóccix, es un hecho menos frecuente.
La curva del sacro es menos pronunciada en la mujer que en el hombre, siendo mayor
en el varón y más regularmente distribuida; mientras que en la mujer la curvatura está
muy marcada entre S-1 y S-2 y entre S-3 y S-5. El ángulo sacro-vertebral es marcado
en la mujer. La superficie articular superior del sacro es más grande en el varón y
relativamente más pequeña en la mujer.
ESQUEMAS
I) Las características que con mucho tienen mayor valor diagnóstico para el
excavador son las que permiten establecer la clasificación sexual mediante la
inspección del hueso. Las diferencias a observar aquí se relacionan con el
hecho de que la pelvis femenina está especialmente adaptada para el
alumbramiento, por lo que hay una acomodación mayor en su interior que en la
del hombre, al tiempo que su profundidad relativa es menor. Los puntos
morfológicos son los siguientes:
XVI
II) También se han expresado las diferencias existentes entre algunas porciones
de la pelvis masculina y femenina en términos métricos. Las principales entre
estas diferencias son las siguientes:
En esquema resulta:
_______________________________________________________________
_________________________________________________________________
VARONES MUJERES
El coxal en el varón es mayor y más En la mujer es más pequeño y menos
pesado para una misma edad (una pesado, más grácil.
excepción puede ser un coxal grande de
XVIII
VARONES MUJERES
viejo que pesa menos debido a la
osteoporosis).
El ángulo subpúbico es agudo (65 70). Es abierto, recto (90) o mayor de 90.
La sección de la rama horizontal del pubis La rama horizontal del pubis tiene forma de
es prismática. techo a dos aguas.
La sínfisis pubiana es más alta en el varón Más corta, más baja en la mujer (45 mm).
(50 mm).
La carita auricular es más larga en el varón Es más corta en la mujer (50-55 mm).
(60 mm).
Fosas iliacas internas menos anchas, más Más anchas, más extensas e inclinadas
excavadas y más verticales. hacia afuera.
Ángulo sacro vertical menos pronunciado y Más pronunciado y más saliente hacia
menos saliente. adelante.
Las cavidades cotiloideas están más Están más separadas una de la otra, de
próximas una de la otra de donde la donde la oblicuidad de los fémures es más
oblicuidad menos pronunciada de los acusada.
fémures.
XIX
VARONES MUJERES
La articulación sacro-iliaca es grande. Es pequeña y oblicua.
La pelvis del varón tiende a ser alargada Tiende a ser más corta (MESATIPELICA o
(DOLICOPELICA). BRAQUIPELICA)
La pelvis menor es muy estrecha, en forma Es muy ancha, oval, más espaciosa,
de corazón, menos espaciosa. principalmente en el sentido de su anchura.
En el estrecho inferior, traspasa por Estrecho superior: la punta del coccix queda
delante el plano frontal biciático. por detrás del plano frontal biciático.
La cresta iliaca es muy rugosa en el varón Es muy fina y poco rugosa en la mujer por
debido a las fuertes inserciones su musculatura de menor fortaleza.
musculares.
El promontorio está menos abultado. La Es más abultado. Hay por ello una mayor
lordosis lumbo-sacra es escasa o nula. acentuación de la lordosis lumbo sacra.
CICATRICES DE PARTO
Que se estudian en la cara interna del hueso pubis y en el surco preauricular del hueso
ilion.
1. Cara interna del hueso pubis: Son aquellas que frecuentemente aparecen en la
cara interna o ventral del pubis. A pesar de la elasticidad de los tejidos femeninos,
después de cada gestación con parto vaginal, son frecuentes las lesiones en los
ligamentos que unen los bordes de la sínfisis del pubis, de tal forma que se producen
hemorragias y magulladuras seguidas de necrosis óseas asépticas y, a veces, de
quistes mucosos. Resultando una cicatrización posterior en las zonas óseas de
inserción de los ligamentos, lo cual deja uno o varios hoyos o depresiones, surcos
XX
irregulares a unos 10 mm. del borde de la sínfisis en la cara posterior del pubis. No
obstante, hay mujeres que a pesar de haber tenido repetidos partos, no han sufrido
este tipo de lesiones. Pero cuando ocurre suele ser signo indicativo de sexo femenino y
paridad o multiparidad. El tamaño de estas cicatrices es variable, desde pequeñas
irregularidades en la superficie interna del pubis, hoyuelos de 1 mm. de diámetro y 0.5
mm de profundidad, con perímetros circulares u ovales, hasta depresiones de más de
2 mm de profundidad. También se han observado que como consecuencia de
embarazos y partos, la aparición de exóstosis en la superficie interna del pubis y en la
espina del pubis.
Hay que tener en cuenta que, aunque raras veces, este tipo de lesiones pueden
aparecer en varones. Por ejemplo en varones obesos, atletas, bailarines, corredores de
motocicleta, en los que el brusco estiramiento de los músculos rectos del abdomen
puede producir desgarros de este tipo con necrosis aséptica, resultando una cicatriz
similar.
2. Surco preauricular del hueso ilion: el surco preauricular se hunde más, se hace
más profundo y amplio surgiendo crestas en sus bordes como consecuencia de los
partos múltiples y laboriosos.
CLAVÍCULA
Aún cuando este hueso no proporciona ningún dato que permita establecer un criterio
absoluto para la diferenciasen sexual, podemos anotar que la clavícula masculina es
por lo general más robusta y 10 mm más larga que la femenina por término medio. En
el varón suele ser más robusta y larga que en la hembra. Cuando la longitud es
superior a 150 mm, puede decirse que es un varón. Pero si está por debajo de 138 mm
o menos de 150 mm suele tratarse de una hembra. En el varón el peso es superior.
Cuando el peso es mayor de 20 gr. es indicativo de varón. Existen variaciones en las
dimensiones de las clavículas. Variaciones relacionadas con el tipo de trabajo realizado
desde jóvenes. Por ejemplo, hay clavículas de hembra cortas y muy recias.
ESTERNÓN
En el hombre, el cuerpo o mesoesternón es por lo menos dos veces más largo que el
manubrio, mientras que su longitud es relativamente menor en la mujer.
Probablemente este hecho tiene una exactitud superior al 50 %. En los esternones
europeos, la longitud combinada de la línea media del manubrio y el mesoesternón
suele ser de 149 mm o algo más en los hombres, pero suele ser algo menos en las
mujeres. Longitud del cuerpo para varones de 106-110 mm, y de 52-54 mm la longitud
del manubrio. Mientras que para las mujeres son de 47-50 mm para el manubrio y de
89-92 mm para el cuerpo.
COSTILLAS
En el varón el tórax está más desarrollado. En la hembra son más gráciles, siendo la
altura media de la costilla femenina menor que la de el varón. El espesor es menor que
el del varón. En los cartílagos costales se puede determinar también el sexo, cuando el
sujeto pasa de los 40 años. La calcificación de estos cartílagos aparece a esa edad
para progresar con los años, adoptando una disposición central en las mujeres y una
XXI
OMÓPLATO
El omóplato o escápula del hombre difiere por término medio del de la mujer en cuanto
al tamaño, las proporciones entre sus distintas dimensiones y la forma. El de la hembra
es más grácil, más pequeño y menos robusto. La cavidad glenoidea es más ancha en
el varón (30 mm o más). La altura, cuando mide menos de 144 mm es de hembra; y de
varón cuando pasa de 157 mm. La espina escapular es más débil en la hembra
mientras que el acromion es más robusto en el varón.
VERTEBRAS:
ATLAS
Determinación del sexo según el Indice de BAUDOIN, el cual demuestra que en los
varones la anchura del atlas es mayor que en las mujeres, lo que no se debe a un
mayor diámetro del canal medular sino al mayor espesor de las apófisis transversa. Por
ello se dice que es la vértebra sexual por excelencia. La anchura total del atlas varía de
74-90 mm en los varones, con una media de 83 mm. Mientras que en las mujeres es
de 72-65 mm. El diámetro antero-posterior varia en el varón entre 43-58.8 mm, y en la
mujer de 43-45.3 mm. El tubérculo del arco anterior así como el del posterior están
más desarrollados y son más prominentes en el atlas masculino. La rama anterior de
las apófisis se aplana de arriba abajo en el varón, mientras que en la mujer continúa en
dirección al arco anterior y se aplana de atrás adelante. Las cavidades glenoideas en el
varón tienen forma de zapatilla.
HUESOS LARGOS:
Se resume el valor de los huesos largos para la determinación sexual diciendo que en
el hombre son más largos, más pesados y que poseen mayores zonas de inserción
muscular (tales como la línea áspera, las crestas, las tuberosidades y las impresiones)
. Considerándose además que la diferencia sexual más constante e importante se
encuentra en las regiones articulares. Estos comentarios tienen validez cuando se trata
de determinar el sexo en una serie. Pero si solamente disponemos de uno o dos
huesos largos (o fragmentos) puede resultar difícil sacar ninguna conclusión a menos
que el hueso muestre indicaciones muy claras de masculinidad o de femineidad.
MIEMBRO SUPERIOR
El diámetro bicondíleo (de la extremidad distal del húmero) es mayor en el varón. Suele
ser 20 para varones y 19 para mujeres.
XXII
Suele ser frecuente en la hembra que aparezca una variación anatómica como es el
agujero o perforación olecraneana, el cual puede oscilar desde 1 mm de diámetro
hasta 10 mm o más. Este agujero pone en comunicación las fosas olecraneanas y
coronoides. Tiende a aparecer en el 10 a 11 % de los casos en mujeres (uni o bilateral)
y en el 3 a 5 % en varones (uni o bilateral).
3. Radio: en las longitudes del radio se señala como límites para la mujer de 215
mm o menos, y para el varón 250 mm o más. El radio femenino es el 87 % del
radio masculino, siendo la mayor diferencia sexual la que se encuentra en el
diámetro de la cabeza del radio, tanto en esqueletos medievales o prehistóricos
como en recientes. Cuando mide 20 mm o menos es de hembra. Cuando mide
más de 20 mm es de varón. La cresta interósea es más fuerte en el varón y la
robustez es también mayor. La tuberosidad del radio está más desarrollada en
el varón que en la hembra.
MIEMBRO INFERIOR
PIE:
ASTRÁGALO Y CALCÁNEO
XXIII
El astrágalo y el calcáneo masculino presentan todos sus diámetros mayores que los
femeninos, siendo éstos más gráciles y de menor peso.
Fetal (prenatal)
Post-natal (nacimiento)
Infantil
Adolescente
Adulto joven
Madurez
Vejez (senil)
Esta aparición de los centros de osificación es un punto de referencia que nos informa
sobre el momento del desarrollo, es decir sobre la edad del sujeto en el momento de su
muerte. Depende tanto del sexo como de factores endocrinos, alimentarios, sociales y
genéticos.
La fusión de diáfisis con epífisis (cierre de las epífisis) se ha estudiado desde el punto
de vista radiológico y osteológico, comprobándose que se van escalonando estas
fusiones con bastante constancia según la edad. Así pues, para determinar la edad de
un esqueleto infantil o juvenil, existen varios puntos de referencia ya mencionados y
además, el momento de fusión epífiso-diafisaria.
Es, a partir de los 20 años, cuando ya se han fundido casi por completo todas las
epífisis y los dientes definitivos están ya fuera de las encías, cuando debemos recurrir
a otros criterios para la determinación de la edad, tales como los cambios que van
teniendo lugar en la sínfisis pubiana, las lesiones degenerativas (poco perceptibles
algunas veces: osteofitos, calcificaciones fuera de las líneas normales, la sinóstosis de
las suturas craneales, la abrasión dentaria, la pérdida de dientes, las alteraciones del
interior del hueso, sobre todo la esponjosa de la epífisis y el estudio microscópico del
hueso).
Las suturas son el punto de unión de los bordes en crecimiento de dos huesos del
cráneo, entre los cuales hay una fina membrana que puede o no llegar a osificarse. Las
suturas suelen comenzar a cerrarse (sinostosarse) hacia los 20 años, pudiendo llegar a
borrarse pasados los años. Las caras internas y externas no se cierran a la par,
debiéndose anotar el grado de cierre endo
y exocraneal. Así:
- la zona endocraneal se sinostosa antes
que la exocraneal.
- el orden general de cierre en la cara
exocraneal se inicia en la sutura sagital, la
cual se divide para su estudio en cuatro
partes (S1, S2, S3 Y S4), iniciándose el
cierre de atrás a adelante, exactamente en
S3 a los 20-30 años, continuando en
dirección a la sutura coronal donde llega
hacia los 40 años, siendo S1 la última
porción en cerrarse a los 50 años.
- las suturas coronales se dividen en tres partes (C1, C2 y C3) en el sentido de medial
a lateral. El cierre suele comenzar en C3 a los 30-40 años, continúa en C1 hacia los 40
-50 años y termina en C2 más tarde.
- las suturas lamboideas también se dividen en tres partes (L1, L2 y L3) en el sentido
de medial a lateral. Suele iniciarse el cierre en L2 a los 50 años, continuando en L1 y
ya tardíamente en L3.
- el cierre de la sutura temporal se culmina a los 70 años.
XXV
Por otro lado, si las suturas están abiertas no tiene que ser necesariamente indicativo
de que el sujeto tenga menos de 20 años, siendo, en este caso la sincondrosis
esfenobasilar un indicador muy importante de la edad (sincondrosis es la articulación
que se forma cuando una placa cartilaginosa residual grande permanece sin osificar
entre los huesos, y en el hombre la sincondrosis esfenobasilar suele cerrarse hacia los
20 años).
En el anterior esquema se recogen las edades de cierre de las distintas epífisis de los
huesos, los años se señalan en intervalos.
VARONES MUJERES
VARONES MUJERES
dibujándose un festonado
regular. Aquí las paredes
posterior y anterior, o ambas,
pueden presentar un arco
semicircular o central en el
hueso. La costilla es firme y
sólida.
VARONES MUJERES
en su interior. cortantes y regulares. El arco
central es menos obvio y, en
muchos casos, los puntos
cortantes proyectados desde
el borde de la extremidad
proximal. El hueso es delgado
y quebradizo con signos de
deterioro.
VARONES MUJERES
extremadamente delgado,
ligero, quebradizo y frágil.
HENLE observó que la cara sinfisaria del PUBIS sufría variaciones en las dimensiones
y textura dependiendo de la edad. MARTIN no relacionó el valor de la sínfisis pubiana
con la determinación de la edad, sino que describió los rasgos de la cara sinfisaria
considerados hoy en día como momentos evolutivos de ésta. CLELAND (1889) señaló
las diferencias entre los bordes ventral y dorsal de la sínfisis y sus variaciones según el
sexo. Posteriormente, TOOD (1920, 1921) estableció una metodología en el estudio de
la cara sinfisaria del pubis cuyo valor es indudable en la determinación de la edad.
Actualmente, tras los trabajos de McKERN y STEWART (1957) se han considerado 3
estadios diferentes en la evolución de la sínfisis púbica en cada uno de los 3
componentes de la misma con actividad independiente:
Hay que comprender que la superficie de la sínfisis se divide por el eje vertical en dos
partes iguales o hemifacetas, una dorsal o posterior (COMPONENTE I), otra ventral o
anterior (COMPONENTE II). Se toman en cuenta el borde externo o ventral y el borde
interno o dorsal, la extremidad superior y la extremidad inferior. Luego se observa la
sínfisis en su conjunto considerando toda la cara sinfisaria (COMPONENTE III o
plataforma).
VARONES
COMPONENTE I 0.- El margen dorsal está ausente.
(Hemifaceta dorsal) 1.- Hay una ligera formación marginal en el tercio medio del
borde dorsal.
2.- Toda la parte dorsal tiene margen.
3.- Las crestas comienzan a reabsorberse y los surcos a
rellenarse apareciendo un comienzo de plataforma en el
tercio medio de la hemifaceta dorsal.
4.- La plataforma, que aún conserva vestigios de los surcos y
crestas, se extiende a casi toda la hemifaceta dorsal.
5.- Las crestas y surcos desaparecen completamente y toda la
superficie de la hemifaceta posterior es plana, sólo
ligeramente granulosa.
XXXII
MUJERES
COMPONENTE I 0.- Los surcos y crestas son muy claros. El margen dorsal es
indefinido.
1.- Los surcos comienzan a llenarse, las crestas a aplanarse y un
margen dorsal plano comienza en el tercio medio de la cara.
2.- La cara dorsal se extiende ventralmente, se hace más ancha
mientas continúa el aplanamiento. El margen dorsal se
extiende hacia arriba y hacia abajo.
3.- La cara dorsal es completamente lisa. El margen puede ser
estrecho.
4.- La cara aparece completa y no rota, es ancha y muy finamente
XXXIII
COMPONENTE II 0.- Los surcos y estrías son muy claros. La cara ventral está
biselada hacia arriba y hacia la dorsal.
1.- Los surcos de la parte inferior comienzan a rellenarse
formándose una plataforma o cara biselada que se va
extendiendo y cuyo borde lateral es una línea curva, clara, que
se extiende a toda la longitud de la sínfisis.
2.- Continúa el relleno de los surcos y el aplanamiento de las
crestas desde las extremidades superior e inferior. La cara se
extiende lateralmente a lo largo de su borde ventral.
3.- Toda la superficie de este componente excepto un 1/3 de la
cara ventral está rellena de material óseo finamente granuloso.
4.- La cara ventral presenta una superficie ancha, completa,
finamente granulosa desde la cresta púbica hasta la rama
inferior.
5.- La cara ventral puede comenzar a desintegrarse, tomando un
aspecto muy agujereado y quizá esponjoso hasta llegar a la
rarefacción total.
VARONES
FASE I La faz de la sínfisis tiene una superficie ondulada (crestas y surcos)
que se extiende hasta incluir el tubérculo púbico. Las crestas
horizontales pueden estar bien marcadas o en proceso de
obliteración. El plateau dorsal puede estar en una fase de incipiente
formación. El borde ventral no se ha formado todavía. Una clave para
el reconocimiento de esta fase es la ausencia de delimitación en los
extremos (superior e inferior). Pueden aparecer nódulos osificados.
FASE II La faz de la sínfisis muestra una delimitación incipiente en los
extremos inferior y/o superior. Algunos huesos presentan, todavía,
una cresta desarrollada. El margen dorsal se ha completado. El borde
ventral de los extremos superior e inferior pueden estar en proceso
de delimitación hasta la presencia de nódulos osificados
desarrollados.
FASE III La faz de la sínfisis muestra el extremo inferior y la defensa ventral en
proceso de finalización. Hay una continuación en la fusión de los
nódulos osificados formando el extremo superior y el borde ventral.
La faz de la sínfisis es delgada o puede continuar mostrando crestas
diferentes. Ausencia de bordeado en el margen de la sínfisis; no hay
crecimiento en los ligamentos del hueso.
FASE IV La faz de la sínfisis está en general, suavemente granulada; si bien,
los restos de viejas crestas y sistemas de pliegues pueden continuar
apareciendo. Normalmente, el contorno oval se completa en esta
fase, pero ocasionalmente puede ocurrir una interrupción en el borde
ventral. El tubérculo púbico está completamente separado de la faz
de la sínfisis por la terminación por la terminación del extremo
superior. La faz de la sínfisis puede tener un borde visible. Comienza
el crecimiento del hueso en la mitad inferior de la sínfisis púbica. No
obstante, no hay un bordeado marcado del margen de la sínfisis.
FASE V La faz de la sínfisis está completamente bordeada por una fina
depresión de la misma faz, relativa al borde. El bordeamiento más
pronunciado aparece en el margen doral, con un borde moderado en
el margen ventral.
FASE VI La faz de la sínfisis muestra que continúa la depresión como un borde
erosionado. Se señalan las uniones ligamentosas ventrales. En
algunos individuos, el tubérculo púbico aparece como una
protuberancia ósea separada. La faz puede estar deshuesada o ser
porosa, dando una apariencia de desfiguración con el que continúa el
proceso de osificación irregular.
XXXV
DIENTES
El estudio visual y radiológico del maxilar superior ayuda a conocer la edad del sujeto,
desde los 6 meses hasta los 21 años, aproximadamente
Las zonas cercanas a las articulaciones y sus alteraciones progresivas son un claro
indicador de la edad que hay que saber interpretar. Como norma general, a partir de
los 40 años de edad sobrevienen alteraciones del metabolismo del calcio, que se
deposita en determinados puntos del esqueleto. Teniendo preferencia por las
inserciones tendinosas en los huesos, bordes articulares, en donde se producen
neoformaciones extemporáneas al hueso (osteofitos), lo que al parecer tiene relación
con los lugares sometidos a mayor actividad. La formación de un labio óseo o eversión
ósea en los bordes articulares es signo indudable de edad avanzada. Puede ocurrir
que se alteren los cartílagos articulares en cuyo caso se produce un proceso que se
conoce con el nombre de eburneación.
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Cuando más osteoporosos se ven los cuerpos vertebrales, más calcificado u osificado
está el ligamento anterior.
4. Articulación del Codo: entre los 40 y 50 años surge una neoformación de tejido
óseo en los bordes de la extremidad distal del húmero (tróclea). Según ORTNER
(1965) debido a un fuerte estres local. Hay 3 sitios básicos en la articulación distal del
húmero en los que tienen lugar cambios degenerativos:
1) La superficie articular,
2) Las áreas contiguas periféricas de la articulación, y
3) Las fosas coronoideas, radial y olecraneana.
El hecho de encontrar mayores lesiones en un codo que en otro puede indicar que el
sujeto sea diestro o zurdo, según la parte que esté afectada. En la cabeza del radio y el
cúbito es muy frecuente observar alteraciones degenerativas de tipo lipping,
eburneación, etc., al igual que la extremidad distal (articulación carpo-cúbito-radial).
El estudio de los huesos con el fin de conocer la talla del sujeto se inició por el Profesor
de Anatomía Dr Sue de París en el pasado siglo. La sistemática seguida desde
entonces ha consistido en poner en relación la longitud de esqueletos completos con
la de los huesos largos y así crear tablas y formulaciones matemáticas con las que
poder averiguar la talla cuando sólo se conoce la longitud de un hueso aislado o
incluso cuando sólo hay fragmentos.
El problema que se plantea con las tablas es el sesgo de las mismas, lo cual limita
enormemente su aplicación y extrapolación, ya que se debiera disponer de tablas para
las distintas poblaciones.
En nuestro entorno las tablas más usadas son las francesas ideadas por Manouvrier,
las finlandesas de Telkkä y las americanas de Trotter y Gleser.
Entre las fórmulas para conocer la estatura a partir de la longitud de distintos huesos
largos están las de Dupertuis y Hadden, las fórmulas regresivas de Pearson, las
ecuaciones de Trotter y Gleser y las ecuaciones de Telkkä.
Orfila a finales del siglo pasado ya señaló las limitaciones de los estudios de la época
ya que la poner en relación la longitud de huesos con la del esqueleto halló diferencias
significativas para una misma longitud ósea. Recientes estudios próximos a publicarse
señalan la gran disparidad existente dentro de una misma población.
- tabla de Rollet:
varón de 1,52-1,54 cm mujer de 1,56-1,58 cm
- tabla de Manouvrier:
varón de 1,55-1,57 cm mujer de 1,55-1,56 cm
- tabla de Telkä:
varón de 1,61-1,62 cm mujer de 1,55 cm