Guia para El Diagnostico en Ciudades

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La calidad del aire en las ciudades

Chapter · July 2018

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Valentina Davydova Belitskaya


University of Guadalajara, Guadalajara, Mexico
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Diagnóstico Ambiental en Ciudades

Autores
Martha Georgina Orozco M. (Coordinación y Edición), Javier García Velasco, Arturo Figueroa Montaño,
Valentina Davydova Belitskaya, Faustino Moreno Ceja, Gabriela Hernández Pérez, Aurora Rosas Ramírez,
Josefina Casas Solís, María Marcela Güitrón López, Raúl Rangel Ascencio, Cecilia Garibay López, María
Azucena Arellano Avelar, Perla Sánchez Torres.

D.R.© 2018 Universidad de Guadalajara D.R.© 2018 Edición. Guadalajara, Jalisco, México. ISBN. 978-607-
547-065-8 Número de ejemplares: 1000 ejemplares Edición: Prometeo Editores S.A. de C.V. C. Libertad
1457 Col. Americana C.P. 44160 Guadalajara, Jalisco, México Tels: 3826 2726, 3826 2782 Todos los dere-
chos reservados. A parte de los usos legales relacionados con la investigación, el estudio privado, la crítica o
la reseña, esta publicación no puede ser reproducida ni en su totalidad o parcialidad, en español o cualquier
otro idioma, ni registrada en, transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna for-
ma ni por ningún medio, sea mecánico fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia,
o cualquier otro, inventado o por inventar, sin permiso expreso, precio y por escrito del autor. Impreso y
hecho en México / Printed in Mexico.

D.R. Universidad de Guadalajara


Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias. Departamento de Ciencias Ambientales, Ins-
tituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas. Camino Ramón Padilla Sánchez, No. 2100, Nextipac,
Zapopan, Jalisco, México. CP. 45136.
Martha Georgina Orozco M. Coordinación y Edición
Javier García Velasco, Arturo Figueroa Montaño, Valentina Davydova Belitskaya,
Faustino Moreno Ceja, Gabriela Hernández Pérez, Aurora Rosas Ramírez,
Josefina Casas Solís, María Marcela Güitrón López, Raúl Rangel Ascencio,
Cecilia Garibay López, María Azucena Arellano Avelar,
Perla Sánchez Torres.
Directorio

Universidad De Guadalajara

Mtro. Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla


Rector General de la Universidad de Guadalajara
Dr. Miguel Ángel Navarro Navarro
Vicerrector
Mtro. José Alfredo Peña Ramos
Secretario General

Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias


CUCBA

Dr. Carlos Beas Zárate


Rector del Cucba
Dr. Ramón Rodríguez González
Secretario Académico
Mtro. Adrián Gómez Medrano
Secretario Administrativo
Dra. Graciela Gudiño Cabrera
Directora de la División de Ciencias Biológicas y Ambientales
Mtro. Miguel E. Magaña Virgen
Jefe del Departamento de Ciencias Ambientales
Edición:
Dra. Martha Georgina Orozco Medina
Directora del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas Dra. Martha Georgina Orozco
Medina

Comité Editorial Externo


Fotografías de portada:
Dra. Celia de la Mora Orozco Dr. Javier García Velasco
Investigadora del INIFAP Dra. Martha Georgina Orozco
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Medina
Agrícolas y Pecuarias
C. Exp. Centro-Altos de Jalisco
Auxiliares:
Dr. Eduardo Padilla Camberos
Investigador de Biotecnología Miriam Sarahí Noriega Moreira,
CIATEJ Centro de Investigación y Asistencia Javier Omar Martínez Abarca,
en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CONACYT) Alma Hernández Candia,
Jocelyn Ortíz García,
Comité Editorial Universidad de Guadalajara Kenia Marcela González Pedraza,
César Jahir Flores Iñiguez,
MC. César Eleazar Muñoz Aceves Julieta Delgadillo Orozco,
Profesor del Centro Universitario Miriam Evelia Pérez Vázquez
de Ciencias Exactas e Ingenierías U de G.

Dra. Guadalupe Garibay Chávez


Responsable del Cuerpo Académico Financiamiento a partir
Consolidado Salud Ambiental y Desarrollo Sustentable de proyecto aprobado
Dra. Blanca Catalina Ramírez Hernández
5757 con fondos de
Coordinadora de Investigación del CUCBA U de G COECYTJAL, DyD
2017 y la Universidad
Dra. Silvia Lizette Ramos de Robles
Coordinadora de la Maestría en Cs. de la Salud Ambiental por el CUCBA Guadalajara.
Índice

1. Introducción .................................................................................................7

2. Calidad de agua en espacios urbanos..........................................................11


Javier García Velasco

3. Macroinvertebrados como una nueva


herramienta de diagnóstico de calidad del agua…...........................................41
María Marcela Guitrón López
Javier García Velasco

4. La calidad del aire en las ciudades...............................................................75


Arturo Figueroa Montaño
Cecilia Garibay López
Valentina Davydova Belitskaya

5. Calidad microbiológica del aire................................................................. 105


Aurora Rosas Ramírez
Josefina Casas Solis

6. Confort térmico, bases y técnica ............................................................. 129


Valentina Davydova Belitskaya
7. Ruido Ambiental, caracterización y análisis............................................149
Martha Georgina Orozco Medina

8. Determinación de partículas en espacios de interior.............................. 179


Perla Sánchez Torres
María Azucena Arellano Avelar
Arturo Figueroa Montaño

9. La percepción social del riesgo y la inseguridad:


guía para la aplicación de instrumentos de obtención
de datos en el ámbito municipal................................................................... 199
Raúl Rangel Ascencio
Gabriela Hernández Pérez

10. Habilidades informativas útiles para


la elaboración de estudios y proyectos ........................................................ 243
Faustino Moreno Ceja

11. Bases para la integración de informes .................................................. 259


Martha Georgina Orozco Medina

12. Conclusiones y perspectivas................................................................... 261

13. Perfil profesional abreviado de autores y revisores.............................. 263


Introducción

1. Introducción

A lo largo del tiempo se ha identificado la necesidad de contar con elementos


que fortalezcan el quehacer disciplinar de profesionales, técnicos y científi-
cos, para un actividad más eficiente y pertinente.
Es frecuente que en muchas localidades, se presenten problemáticas en
las que se desconoce la forma de atender la situación ambiental y es fácil
darse cuenta que se tienen pocas herramientas prácticas y accesibles para
un abordaje adecuado. En diversos países del mundo y de Latinoamérica se
cuenta con lineamientos que optimizan la labor técnica y profesional en ma-
teria ambiental, tanto de los consultores como de profesionistas y técnicos
del gobierno. De tal manera que se cuenta con la posibilidad de consultar la
opinión de expertos para hacer más eficiente su actividad. Adicionalmente
estos documentos de apoyo, le permiten a las autoridades ambientales y de
salud, y a los profesionistas afines, atender quejas y abordar éstas situacio-
nes que requieren de intervenciones precisas innovadoras y con potencial de
resolver los problemas de forma pertinente y oportuna, si se aplican con las
debidas consideraciones.
La urbanización es un proceso a escala mundial que se desarrolla a expen-
sas del paisaje social y ambiental. Según la Organización Mundial de la Salud,
ésta, es el resultado de la migración desde las zonas rurales y el crecimiento
de la población propiamente urbana. A nivel global en el 2007 la población
que vivía en localidades rurales descendió y en las ciudades aumentó casi has-
ta el 50 %, pero en condiciones de urbanización acelerada, carente de plani-
ficación y en escenarios crecientes de peligros ambientales y sanitarios. Bajo
esta perspectiva, la calidad de los ecosistemas locales y mundiales empieza
a cobrar un nuevo significado, debido a las presiones por demanda energéti-
ca y de recursos. Esto produce relaciones frágiles en los puntos de contacto
entre desarrollo, pobreza y conservación, que en los ambientes urbanos se
expresan en una limitada calidad del aire, en la contaminación e insuficiente
agua y alimentos de calidad, en la deficiencia de los servicios de saneamiento

7
y manejo de residuos y en la desatención a las condiciones de vulnerabilidad
frente a riesgos, la violencia social y ambiental.
En la zona metropolitana de Guadalajara, la manifestación de éstos proble-
mas ha intensificado las demandas comunitarias y existe una progresiva aspi-
ración social hacia mejores condiciones ambientales, así como una expecta-
tiva creciente de una mejor atención por parte de los tomadores de decisión,
con actuaciones acertadas en el diseño, en la planeación, implementación,
inspección y monitoreo de programas y proyectos destinados a su solución.
En respuesta a lo anterior es que se propone la elaboración de una publicación
de Diagnóstico ambiental en ciudades, que sugiere tópicos importantes para
su atención.
La necesidad de contar con más saberes, conocimientos y habilidades en-
tre estudiantes universitarios, de licenciatura y posgrado, así como en pres-
tadores de servicios y personal especializado de gobiernos estatales y mu-
nicipales, motiva la necesidad de innovar en propuestas especializadas que
posibiliten la adquisición de éstas herramientas.
Es así que la publicación de Diagnóstico ambiental en ciudades, se consi-
dera un documento clave y estratégico para abordar el tema en las urbes; en
éste, se presentan nociones, métodos y técnicas, para la atención a problemas
ambientales en la ciudad y además se sugiere que sean continuamente revisa-
dos y actualizados, con base a modificaciones y cambios en aspectos legales,
normativos y técnicos. La publicación comprende distintos capítulos que de
la mano de los autores va guiando al lector en cada uno de los temas y le per-
miten conocer nociones generales, conceptos y contextualización del tema,
el objetivo particular que aborda, los lineamientos prácticos para su estudio y
su análisis, así como también los elementos de interpretación y discusión, las
consideraciones finales y la referencias bibliográficas en las que se sustenta.
La publicación integra información muy valiosa de cada uno de los especia-
listas participantes, después de la introducción, se expone la calidad del agua
en espacios urbanos y los macroinvertebrados como una nueva herramienta
de diagnóstico de calidad del agua, en el bloque de aire, se incluyen 5 tópicos,

8
Introducción

calidad de aire, calidad microbiológica del aire, confort térmico, ruido y par-
tículas, el último bloque presenta aspectos de percepción, herramientas de
búsqueda documental especializada y bases para la integración de informes,
finalmente la obra expone las conclusiones y perspectivas .
Cada uno de los capítulos comprende tanto aspectos teóricos, como me-
todológicos, así como también elementos clave en la interpretación de resul-
tados, de ésta forma se busca contribuir a la formación profesional de espe-
cialistas en la elaboración de diagnósticos ambientales, influir de alguna forma
en mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas que habitamos en
las ciudades.
Dejamos en el especialista y lector interesado, la perspectiva de aplicar
aspectos que aquí se proponen y sobre todo se abre la posibilidad de entrar
en diálogo con ellos a partir de consultas, exposiciones, asesorías y debates, la
Universidad de Guadalajara, con ésta publicación del Instituto de Medio Am-
biente, cumple su misión de poner al servicio de la sociedad sus conocimien-
tos para formar profesionistas críticos y comprometidos con la problemática
del entorno, así mismo al recibir apoyo de fondo COECYTJAL, de difusión y di-
vulgación de la ciencia se cubre un propósito de compromiso social en el que
el gobierno apoya a las universidades y fomenta el conocimiento científico a
favor de la sociedad.

9
Calidad del agua en espacios urbanos

2. Calidad del agua en espacios urbanos

Javier García Velasco

Introducción

En la actualidad no se puede concebir cualquier actividad social, productiva,


de esparcimiento, inclusive de índole sanitaria o fisiológica en la que el agua
no sea un determinante, tanto por su calidad como en su calidad. Este vital
liquido desempeña múltiples funciones que lo vuelven indispensable en cual-
quier ámbito, y su disposición actualmente está generando situaciones que,
ocasionadas por actividades antropogénicas, cambio climático, demanda y o
usos inadecuados, genera una problemática de gran impacto para la huma-
nidad, que se manifiesta como aumento en la prevalencia de enfermedades
de transmisión hídrica, problemas de contaminación del agua, guerras por el
uso de la misma, inclusive grandes desequilibrios ecológicos y sociales a nivel
mundial.
Los usos del agua tan diversos hacen que este líquido requiera estándares
de calidad cada vez más altos, así como una cantidad suficiente que asegure
el correcto desarrollo de las funciones sustantivas del agua. A nivel mundial,
el agua se utiliza principalmente en actividades agrícolas, siguiendo los usos
industriales, urbanos, y de esparcimiento, entre otros y se presentan diferen-
cias de uso en función del desarrollo económico del país, el transporte de
mercancías se realiza principalmente por vía marítima a nivel mundial, y las
principales economías dependen del agua para su funcionamiento integral.
La tendencia a nivel mundial de crecimiento de los espacios urbanos, auna-
do a los modelos de ciudades difusas (en las cuales un gran número de habi-
tantes conviven en espacios amplios), hace que la demanda del agua aumente
de manera significativa, lo que requiere de disponer grandes volúmenes de
agua, y se generan así problemáticas importantes para los gobiernos tanto en

11
la manera de acceder a las fuentes de abastecimiento, en su potabilización,
distribución y disposición de las aguas residuales (depuración), con implica-
ciones ecológicas que son cada vez más evidentes tanto a nivel local como
regional, inclusive mundial.
Se estima que el total global de agua dulce que se consume al año es de
4,000 km3, incluye a los sectores, agropecuario, doméstico e industrial.  6,400
km3 de agua pluvial se usa para la agricultura y se estima que alrededor de
70,000 km3 de agua se evaporan de la vegetación. Los 10 países con mayor
consumo de agua son India, China, Estados Unidos, Pakistán, Japón, Tailandia,
Indonesia, Bangladesh, México y Rusia. El sector agropecuario tiene el mayor
consumo de agua, alrededor del 70% pero puede aumentar hasta un 80%. El
uso industrial (incluye generación de energía el cual regresa aproximadamen-
te el 95% del agua que utiliza) es de alrededor de 20% aproximadamente y un
10% para uso doméstico. (FAO, 2006).
La existencia del recurso agua en una localidad otorga ventajas a aquellos
que viven o usan esas tierras; por lo que el agua ha facilitado la expansión
mundial de la población y del comercio, y se observa como históricamente la
mayoría de los centros urbanos en las regiones áridas se han concentrado a
los largo de los valles de los ríos. A lo largo de los años, la población y las acti-
vidades económicas se han desarrollado inversamente a la distribución de los
recursos hídricos en la mayoría de los países.

¿Qué es calidad del agua?

Se debe entender la calidad del agua que no es una característica absoluta,


sino que es más un atributo que se define socialmente en función del uso
que se le piense dar al líquido; cada uso requiere un determinado estándar de
calidad. Por esta razón, al hablar de calidad del agua es necesario considerar
el uso probable que tendrá. Se define a la calidad del agua como aquella “ade-
cuada para consumo humano y para todo uso doméstico habitual, incluida la
higiene personal”. En esta definición está implícito que el agua debe estar libre

12
Calidad del agua en espacios urbanos

de organismos patógenos, sustancias químicas, impurezas y cualquier tipo de


contaminación que cause problemas a la salud humana. OMS (2006).
La calidad del agua está afectada por diversos factores como los usos del
suelo, la producción industrial y agrícola, el tratamiento que se le da antes de
ser vertida nuevamente a los cuerpos de agua, y la cantidad misma en ríos y
lagos, ya que de ésta depende su capacidad de purificación.
El agua es necesaria para la vida, ya que fisiológicamente dependemos de
ella, y se debe disponer de un suministro satisfactorio, tanto en cantidad, que
sea inocuo y accesible. El agua potable no debe ocasionar ningún riesgo para
la salud cuando se consuma durante toda la vida, teniendo en cuenta también
sus usos domésticos habituales, incluida la higiene personal.
De manera tradicional, el agua no debe presentar sabores u olores desa-
gradables para los consumidores, los cuales evalúan esta por los sentidos. Ac-
tualmente bacterias, compuestos químicos y físicos pueden afectar su aspec-
to, olor y sabor, pudiendo el consumidor rechazarla en base a estos criterios.
Aunque es posible que estas sustancias no produzcan ningún efecto directo
sobre la salud, los consumidores pueden considerar que el agua muy turbia,
con mucho color, o que tiene un sabor u olor desagradable es insalubre y re-
chazarla. En casos extremos, los consumidores pueden evitar consumir agua
que es inocua pero inaceptable desde el punto de vista estético, y consumir
en cambio agua de otras fuentes cuyo aspecto sea más agradable pero que
puede ser insalubre.
En México se define la calidad del agua en los Criterios Ecológicos de Cali-
dad del Agua CE-CCA-001/89, que enumera las siguientes definiciones:
Calidad para la protección de la vida de agua dulce: Grado de calidad del
agua, requerido para mantener las interacciones e interrelaciones de los or-
ganismos vivos, de acuerdo al equilibrio natural de los ecosistemas de agua
dulce continental.
Calidad para la protección de la vida de agua marina: Grado de calidad del
agua, requerido para mantener las interacciones e interrelaciones de los orga-
nismos vivos, de acuerdo al equilibrio natural de los ecosistemas de agua marina.

13
· Calidad para uso en la acuacultura: Grado de calidad del agua, requerido
para las prácticas acuaculturales, que garantiza el óptimo crecimiento y
desarrollo de las especies cultivadas, así como para proteger su calidad
para el consumo humano.
· Calidad para riego agrícola: Grado de calidad del agua, requerido para
llevar a cabo prácticas de riego sin restricción de tipos de cultivo, tipos
de suelo y métodos de riego.
· Calidad para uso como fuente de abastecimiento de agua potable:
Grado de calidad del agua, requerido para ser utilizada como abasteci-
miento de agua para consumo humano, debiendo ser sometido a tra-
tamiento, cuando no se ajuste a las disposiciones sanitarias sobre agua
potable.
· Calidad para uso pecuario: Grado de calidad del agua, requerido para
ser utilizada como abastecimiento de agua para consumo por los ani-
males domésticos, que garantiza la protección de su salud y la calidad
de los productos para consumo humano.
· Calidad para uso recreativo con contacto primario: Grado de calidad del
agua, requerido para ser utilizada en actividades de esparcimiento, que
garantiza la protección de la salud humana por contacto directo.

Si bien las definiciones de calidad del agua están ligadas al uso, estas deben
adaptarse a las condiciones de las fuentes disponibles, o bien a las necesidades
de protección a la salud de manera específica.

Principales usos del agua en espacios urbanos

El agua disponible en una ciudad está sujeta al ciclo hidrológico. Es de este


ciclo de donde se obtiene para llevarla a las ciudades o centros de consumo,
fundamentalmente de los ríos, los lagos o los pozos que la atrapan en el sub-
suelo, agua a la que se llama dulce porque tiene un contenido tolerable de
sales disueltas.

14
Calidad del agua en espacios urbanos

Cuando el agua se toma de un río, el ingeniero debe decidir si éste en su


mínimo caudal puede satisfacer los requerimientos de la comunidad. El calor
del verano reducirá la corriente por evaporación y al mismo tiempo incremen-
tará la demanda. Así, un cálculo cuidadoso indicará la necesidad de presas o
vasos reguladores. El agua fluye al sistema de suministro a través de tomas
en las que se coloca filtros gruesos (o rejillas) para impedir la entrada de ob-
jetos flotantes y que, en su interior, tienen filtros más finos que detienen las
hojas, vegetación acuática y peces. Los filtros requieren de mantenimiento
frecuente que en los grandes sistemas lo proporciona un artefacto mecánico.
Parte considerable del agua para suministro proviene de fuentes subterráneas
cuya extracción requiere la perforación de pozos. El agua disponible de fuen-
tes superficiales y subterráneas debe transportarse a la ciudad, para su pota-
bilización, y para ello se construyen acueductos, los cuales continúan cons-
truyéndose aprovechando las pendientes, que deben ser lo suficientemente
marcadas de modo que el agua fluya, mas no demasiado para evitar presión
excesiva. Para salvar montañas se incluyen sifones y, si esto no es suficiente,
el agua se bombea.
Los acueductos terminan en los sistemas de purificación y tratamiento de
aguas (llamadas comúnmente plantas potabilizadoras). El proceso requiere
que el agua cumpla con los criterios de calidad que marcan las normativas
especificas (hacerla agradable, de buen sabor y dejarla libre de sustancias
peligrosas para la salud o inadecuadas para su uso industrial o doméstico).
Existe una variedad de procesos para darle este tratamiento. Los más impor-
tantes son el almacenamiento, la aereación, la coagulación, la sedimentación,
el ablandamiento, la filtración y la desinfección.
En México, los lineamientos de la calidad del agua para su uso como fuente
de abastecimiento para potabilización están descrito en los Criterios Ecológi-
cos de Calidad del Agua CE-CCA-001/89, con base en los cuales la autoridad
competente podrá calificar a los cuerpos de agua como aptos para ser utiliza-
dos como fuente de abastecimiento de agua potable, en actividades recreati-
vas con contacto primario, para riego agrícola, para uso pecuario, en la acua-

15
cultura, o para la protección de la vida acuática. Las características del agua
potable se establecen en la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994,
“Salud ambiental, agua para uso y consumo humano-límites permisibles de
calidad y tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”.

Los principales usos que se le da al agua en la actualidad son:

Consumo doméstico. Comprende el consumo de agua en la alimentación, en


la limpieza de viviendas, en el lavado de ropa, la higiene y el aseo personal.
Consumo público. En la limpieza de las calles de ciudades y pueblos, en las
fuentes públicas, ornamentación, riego de parques y jardines, otros usos de
interés comunitario, etc.
Uso en agricultura y ganadería. En agricultura, para el riego de los campos.
En ganadería, como parte de la alimentación de los animales y en la limpieza
de los establos y otras instalaciones dedicadas a la cría de ganado.
El agua en la industria. En las fábricas, en el proceso de fabricación de pro-
ductos, en los talleres, en la construcción.
El agua, fuente de energía. Se aprovechamos el agua para producir energía
eléctrica (en centrales hidroeléctricas situadas en los embalses de agua). En
algunos lugares se aprovecha la fuerza de la corriente de agua de los ríos para
mover máquinas (molinos de agua, aserraderos).
El agua, vía de comunicación. Desde muy antiguo, el hombre aprendió a
construir embarcaciones que le permitieron navegar por las aguas de mares,
ríos y lagos. En nuestro tiempo, se utilizan enormes barcos para transportar
las cargas más pesadas que no pueden ser transportadas por otros medios.
Deporte, ocio y agua. En los ríos, en el mar, en las piscinas y lagos, en la
montaña, se practica un gran número de deportes: vela, submarinismo, wind-
surf, natación, esquí acuático, waterpolo, piragüismo, rafting, esquí, patinaje
sobre hielo, jockey. Además parte del tiempo libre se pasa disfrutando del
agua en las piscinas, en la playa, en los parques acuáticos o, simplemente, con-

16
Calidad del agua en espacios urbanos

templando y sintiendo la belleza del agua en los ríos, las cascadas, los arroyos,
las olas del mar, las montañas nevadas.
Por lo anterior, la utilización del agua en la ciudad no se limita al uso do-
méstico como normalmente se asume, y según el grado de desarrollo tecno-
lógico que presenten los espacios urbanos, el medio urbano necesita disponer
de suficiente cantidad de agua para su funcionamiento: limpieza de calles,
riego de jardines, ornamentación, ocio, etc. Hay que tener en cuenta que el
mantenimiento de estos espacios conlleva un consumo importante de agua.
Dicho consumo se puede reducir, por un lado, repoblando con vegetación
adaptada a la climatología de la ciudad y, por otro, utilizando sistemas de rie-
go de bajo consumo. Además, es una incongruencia utilizar agua potable para
estas funciones urbanas. Es necesario estudiar la posibilidad de utilizar aguas
de menos calidad pero igualmente útiles.

Contaminantes más frecuentes en el agua

Hay un gran número de contaminantes del agua que se pueden clasificar de


muy diferentes maneras. Una posibilidad bastante usada es agruparlos en los
siguientes ocho grupos:

1. Microorganismos patógenos. Son los diferentes tipos de bacterias, vi-


rus, protozoos y otros organismos que transmiten enfermedades como
el cólera, tifus, gastroenteritis diversas, hepatitis, etc. En los países en
vías de desarrollo las enfermedades producidas por estos patógenos
son uno de los motivos más importantes de muerte prematura, sobre
todo de niños.
Normalmente estos microbios llegan al agua en las heces y otros restos
orgánicos que producen las personas infectadas. Por esto, un buen ín-
dice para medir la salubridad de las aguas, en lo que se refiere a estos
microorganismos, es el número de bacterias coliformes presentes en el

17
agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que en
el agua para beber haya 0 colonias de coliformes por 100 ml de agua. 
2. Desechos orgánicos. Son el conjunto de residuos orgánicos producidos
por los seres humanos, ganado, etc. Incluyen heces y otros materia-
les que pueden ser descompuestos por bacterias aeróbicas, es decir en
procesos con consumo de oxígeno. Cuando este tipo de desechos se
encuentran en exceso, la proliferación de bacterias agota el oxígeno, y
ya no pueden vivir en estas aguas peces y otros seres vivos que necesi-
tan oxígeno. Buenos índices para medir la contaminación por desechos
orgánicos son la cantidad de oxígeno disuelto, OD, en agua, o la DBO
(Demanda Biológica de Oxígeno).
3. Sustancias químicas inorgánicas. En este grupo están incluidos ácidos,
sales y metales tóxicos como el mercurio y el plomo. Si están en canti-
dades altas pueden causar graves daños a los seres vivos, disminuir los
rendimientos agrícolas y corroer los equipos que se usan para trabajar
con el agua.
4. Nutrientes vegetales inorgánicos. Nitratos y fosfatos son sustancias so-
lubles en agua que las plantas necesitan para su desarrollo, pero si se
encuentran en cantidad excesiva inducen el crecimiento desmesurado
de algas y otros organismos provocando la eutrofización de las aguas.
Cuando estas algas y otros vegetales mueren, al ser descompuestos por
los microorganismos, se agota el oxígeno y se hace imposible la vida de
otros seres vivos. El resultado es un agua maloliente e inutilizable.
5. Compuestos orgánicos. Muchas moléculas orgánicas como petróleo,
gasolina, plásticos, plaguicidas, disolventes, detergentes, etc. acaban
en el agua y permanecen, en algunos casos, largos períodos de tiempo,
porque, al ser productos fabricados por el hombre, tienen estructuras
moleculares complejas difíciles de degradar por los microorganismos.
6. Sedimentos y materiales suspendidos. Muchas partículas arrancadas
del suelo y arrastradas a las aguas, junto con otros materiales que hay
en suspensión en las aguas, son, en términos de masa total, la mayor

18
Calidad del agua en espacios urbanos

fuente de contaminación del agua. La turbidez que provocan en el agua


dificulta la vida de algunos organismos, y los sedimentos que se van
acumulando destruyen sitios de alimentación o desove de los peces,
rellenan lagos o pantanos y obstruyen canales, rías y puertos.
7. Sustancias radiactivas. Isótopos radiactivos solubles pueden estar pre-
sentes en el agua y, a veces, se pueden ir acumulando a los largo de las
cadenas tróficas, alcanzando concentraciones considerablemente más
altas en algunos tejidos vivos que las que tenían en el agua.
8. Contaminación térmica. El agua caliente liberada por centrales de ener-
gía o procesos industriales eleva, en ocasiones, la temperatura de ríos
o embalses con lo que disminuye su capacidad de contener oxígeno y
afecta a la vida de los organismos.

Protocolo de muestreo de agua

Hay que recordar que realizar un análisis correcto de la calidad del agua de-
pende en primer instancia de un muestreo que cumpla con los requerimien-
tos técnicos específicos para cada contaminante a evaluar, en México los
lineamientos técnicos para realizar un correcto procedimiento de muestreo
de agua se especifican en la Norma Oficial Mexicana NOM-014-SSA1-1993
“Procedimientos sanitarios para el muestreo de agua para uso y consumo hu-
mano en sistemas de abastecimiento de agua públicos y privados”. Esta Nor-
ma establece los procedimientos sanitarios para el muestreo de agua para uso
y consumo humano en los sistemas de abastecimiento públicos y privados,
incluyendo aspectos bacteriológicos y físico-químicos, así como criterios para
manejo, preservación y transporte de muestras.
El procedimiento más común para el proceso de muestreo se especifica en
el diagrama de la figura 1.

19
Figura 1. Procedimiento para el proceso de muestras.

Fuente: Elaboración propia.

Hay que recordar que el objetivo principal de la toma de muestras es pre-


servar las características fisicoquímicas y bacteriológicas que presenta el
cuerpo de agua, la instalación hidráulica o el aprovechamiento del agua, a fin
de que los resultados obtenidos sean representativos del mismo.
Es muy importante considerar que cada uno de los parámetros a eva-
luar presenta características de preservación, tipo de envase y tiempo de
análisis máximo, y en la tabla 1 se detallan, como lo menciona la NOM-014-
SSA1-1993. Los lineamientos específicos se presentan en la tabla 2.

20
Calidad del agua en espacios urbanos

Tabla 1. Lineamientos técnicos para el muestreo de agua por parámetros.

Tiempo
Volumen
Material de Máximo
Determinación Mínimo Preservación
Envase Almacena-
(Ml)
miento
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Alcalinidad total p,v 200 14 d
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Arsénico p,v 200 14 d
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Bario p,v 100 28 d
la oscuridad
Boro p 100 No requiere 180 d
Adicionar NaOH a pH>12;
Cianuros p,v 1000 refrigerar de 4 a 10° C en la 14 d
oscuridad.
Cloro residual p,v --- Analizar inmediatamente ---
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Cloruros p,v 200 48 h
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Color p,v 100 48 h
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Conductividad p,v 200 28 d
la oscuridad
Dióxido de carbono p,v 100 Analizar inmediatamente ---
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Dureza total p,v 100 14 d
la oscuridad
Adicionar H2SO4 a pH<2 y
Fenoles p,v 300 28 d
refrigerar de 4 a 10° C
Fluoruros p,v 300 Refrigerar de 4 a 10° C 28 d
Enjuagar el envase con ácido
Fosfatos v 100 nítrico 1:1. 48 h
Refrigerar de 4 a 10° C
Magnesio p,v 100 Refrigerar de 4 a 10° C 28 d
Enjuagar el envase con
HNO3 1 + 1; adicionar HNO3
Metales en general p,v 1000 a pH<2; para metales disuel- 180 d
tos, filtrar inmediatamente
y adicionar HNO3 a pH<2

21
Tiempo
Volumen
Material De Máximo
Determinación Mínimo Preservación
Envase Almacena-
(Ml)
miento
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Nitratos p,v 100 48 h
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Nitritos p,v 100 48 h
la oscuridad
Adicionar H2SO4 a pH<2 y
Nitrógeno amoniacal p,v 500 refrigerar de 4 a 10° C y en 28 d
la oscuridad
Adicionar H2SO4 a pH<2
Nitrógeno orgánico p,v 500 refrigerar de 4 a 10° C y en 28 d
la oscuridad
Olor --- --- Detectar inmediatamente ---
Oxígeno consumido Refrigerar de 4 a 10° C y en
p,v 300 48 h
en medio ácido la oscuridad
pH p,v --- Analizar inmediatamente ---
Refrigerar de 4 a 10° C; adi-
cionar 1000 mg/L; de ácido
ascórbico, si se detecta
cloro residual.
Plaguicidas s 1000 7d
Extraídos los plaguicidas
con solventes el tiempo de
almacenamiento máximo
será 40 días.
Sabor --- --- Detectar inmediatamente  
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Sodio p,v 100 28 d
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Sólidos p,v 1000 7d
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Sulfatos p,v 100 28 d
la oscuridad
Sustancias activas al Refrigerar de 4 a 10° C y en
p,v 200 48 h
azul metileno la oscuridad
Temperatura p,v --- Determinar inmediatamente ---
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Trihalometanos s 25  
la oscuridad
Refrigerar de 4 a 10° C y en
Turbiedad p,v 100 48 h
la oscuridad
Fuente: NOM-014-SSA1-1993.

22
Calidad del agua en espacios urbanos

Los instrumentos para la toma de muestras pueden ser por sujeción a un


cabo o cuerda, o bien por sujeción a una pértiga, como se observa en la figura
1. Hay que resaltar que depende mucho la calidad del agua a muestrear para
elegir el método de muestreo, ya que la presencia de aerosoles, gases, ani-
males y/o plantas pueden resultar en riesgos a la salud de gran importancia.

Figura 1. Procedimientos a considerar en el muestreo del agua por métodos manuales en las ciudades y
tanques reguladores y o potabilizadoras.

Fuente: Elaboración propia.

En resumen, el principal marco legal para los procedimientos de muestreo


son los siguientes:
NOM-014-SSA1-1993; Procedimientos sanitarios para el muestreo de
agua para uso y consumo humano en sistemas de abastecimiento.
NOM-230-SSA1-2002, Salud ambiental. Agua para uso y consumo huma-
no, requisitos sanitarios que se deben cumplir en los sistemas de abasteci-
miento públicos y privados durante el manejo del agua. Procedimientos sani-
tarios para el muestreo.

23
NMX-AA-115-SCFI-2001; Análisis de agua. Criterios generales para el con-
trol de la calidad de resultados analíticos. Apartado 8.2 análisis directos.
NMX-AA-003-1980; Aguas Residuales – Muestreo.

El análisis de la calidad del agua

Una vez que se tiene identificado que parámetros de contaminación son ne-
cesarios de realizar para conocer la calidad del agua, estos deben de solici-
tarse al laboratorio en tiempo y forma, a fin de cumplir con los objetivos del
estudio de calidad del agua.
Las muestras de agua colectadas y que llegan al laboratorio, se deben de
analizar conforme a los procedimientos establecidos para cada parámetro en
la Normativa Oficial Mexicana, así como a los métodos establecidos por la
APHA-AWWA-WDCF (1992). Los principales parámetros evaluados y la me-
todología aplicada para agua potable se presentan en la tabla 3.

Tabla 2. Principales parámetros evaluados y metodología para agua potable.

TIPO DE MUESTRA CARACTERÍSTICAS DEL ENVASE DE MUESTREO


Sustancias fotosensibles Materiales opacos o de vidrio foto absorbente

Sustancias orgánicas Frascos de vidrio con tapón del mismo material o teflón
Elementos radioactivos Material plástico

Fuente: Elaboración propia.

En cada uno de los parámetros a analizar se determina previamente el lími-


te mínimo de detección, así como las pruebas correspondientes a la precisión
y exactitud, procediendo a su aplicación de acuerdo a los lineamientos que
para cada caso en particular existen en la literatura. La descripción de los mé-
todos analíticos para agua más comunes se presenta en la tabla 4.

24
Calidad del agua en espacios urbanos

Tabla 3. Principales parámetros evaluados en agua.

Parámetro Unidad Método Analítico


Alcalinidad a Fenolftaleína. mg/L CaCO3 2320-B*
Alcalinidad Total mg/L CaCO3 2320-B*
Aluminio mg/L NOM-117-SSA1-1994
Arsénico mg/L NOM-117-SSA1-1994
Cadmio mg/L NOM-117-SSA1-1994
Cloruros mg/L NOM-AA-73-1981
Color Esc. Pt.-Co. NOM-AA-45-1981
Conductividad µmhos/cm 2
2510-B*
Cromo total mg/L NOM-117-SSA1-1994
Cromo +6 mg/L NOM-AA-44-1984
D.Q.O. mg/L 5220-B*
Dureza Cálcica mg/L CaCO3 NOM-AA-72-1981
Dureza Magnésica mg/L CaCO3 NOM-AA-72-1981
Dureza Total mg/L CaCO3 NOM-AA-72-1981
Fósforo (Orto fosfatos) mg/L P-PO4 4500-P-E*
Fósforo Total mg/L P-PO4 4500-P-C*
Hierro mg/L NOM-117-SSA1-1994
Manganeso mg/L NOM-117-SSA1-1994
Mercurio mg/L NOM-117-SSA1-1994
Nitratos mg/L N-NO3 NOM-AA-82-1986
Nitritos mg/L N-NO2 NOM-AA-99-1987
Oxígeno Disuelto mg/L 4500-O-C*
pH pH NOM-AA-08-1980
Plomo mg/L NOM-117-SSA1-1994
S.A.A.M. mg/L NOM-AA-39-1980
Sólidos Disueltos Totales. mg/L NOM-AA-20-1980
Sólidos Suspendidos Totales. mg/L NOM-AA-20-1980
Sólidos Sedimentables ml/L NOM-AA-20-1980
Sólidos Totales mg/L NOM-AA-20-1980

25
Parámetro Unidad Método Analítico
Sulfatos mg/L SO4 NOM-AA-74-1981
Temperatura °C 2550-B*
Turbiedad UTN NOM-AA-38-1981
Turbiedad Secchi cm
(*) APHA, AWWA-WDCF, 1992,

Tabla 4. Descripción de métodos analíticos en agua.

Parámetro Método Analítico


Alcalinidad Fenolf- Método Volumétrico, la alcalinidad presente en el agua se mide por
taleína titulación con una solución valorada de un ácido mineral diluido en
presencia de un indicador de color (Fenolftaleína)
Alcalinidad Total Método Volumétrico, la alcalinidad presente en el agua se mide por
titulación con una solución valorada de un ácido mineral diluido en
presencia de un indicador de color (Anaranjado de Metilo)
Cloruros Método Argentó métrico de Morh, también llamado de nitrato de pla-
ta, la determinación se basa en la formación de cromato de plata de
color rojizo insoluble, esto ocurre cuando se adicionan al agua iones
cromato como indicador e iones de plata como reactivo precipitante.
Color Comparación espectrofotométrica de la muestra con soluciones colo-
ridas de Platino-Cobalto de concentraciones conocidas.
Conductividad Método Electrométrico, se trata de una expresión numérica de la
capacidad de una solución para transportar una corriente eléctrica,
capacidad que dependerá del tipo de iones presentes en la disolución
de una concentración y naturaleza, así como de la temperatura a la
que se efectúe la medida.
Cromo +6 Método Espectrofotométrico de la difenilcarbazida.
Demanda Química Método de la oxidación ácida, se basa en la oxidación enérgica de la
De Oxigeno materia orgánica y de la inorgánica oxidable que se encuentra en el
agua, en un medio fuertemente ácido, con una solución valorada de
dicromato de potasio. El exceso del agente oxidante se titula con una
solución valorada de sulfato ferroso amoniacal en presencia de un
complejo ferroso de ortofenantrolina como indicador interno.

26
Calidad del agua en espacios urbanos

Parámetro Método Analítico


Dureza Total Método del EDTA, en este método los alcalinotérreos presentes en el
Dureza Calcica agua forman un complejo con la sal disódica del ácido etilen-diamino-
Dureza Magnesica tetracético EDTA, se emplea como indicador el negro de eriocromo
T, el cual al ser agregado a una solución que contenga iones calcio
y magnesio, reacciona formando complejos de un color rojo vino.
Después se adiciona la sal disódica del ácido etilen-diaminotetracéti-
co EDTA, que remueve los iones calcio y magnesio de los complejos
coloridos formando complejos solubles. Cuando ha sido agregada
suficiente solución de EDTA, para liberar todos los iones calcio y
magnesio, el indicador regresa a su color azul original. En un medio
adecuadamente tamponado para evitar la precipitación del magnesio,
el método permite determinar la suma de los iones calcio y magnesio.
Fósforo (Ortofos- Método del Ácido Ascórbico, en el cual el ortofosfato reacciona con
fatos) molibdato en solución ácida para formar un complejo amarillo de
fosfomolibdato. Este complejo es reducido por el ácido ascórbico para
formar una especie de molibdeno de color azul, cuya intensidad es
medida espectrofotométricamente.
Fósforo Total Método de digestión ácida y valoración por el método del ácido
ascórbico
Metales Método de digestión ácida. El método de absorción atómica se basa
en hacer pasar un haz de luz monocromática de una frecuencia tal
que puede ser absorbido por el analito que se encuentra presente
en forma de vapor atómico. La medida de la intensidad luminosa
antes y después de su paso por el vapor atómico permite determinar
el porciento de absorción. La cantidad de absorción aumenta con
la concentración de los átomos en el medio absorbente, es decir, la
medida de la absorción aumenta con la concentración del elemento
en la muestra, ya sea que esté en su condición original o sujeta a
pretratamiento. La determinación se realiza en un espectrómetro de
absorción atómica adaptado con horno de grafito para Cd, Cr, Pb y
Ni, con flama para Al, Cu, Fe, Mn y Zn, y con generador de hidruros en
frío para As y Hg.
Nitrógeno De Método colorimétrico de la reducción con cadmio, reduciendo los
Nitratos nitratos a nitritos.
Nitrógeno De Método Espectrofotométrico de la Diazotización. El principio del mé-
Nitritos todo consiste en que los nitritos presentes reaccionan en medio ácido
(pH = 1.9 a 2.5), por diazotación con la sulfanilamida para formar
una sal de diazonio, la cual por copulación con el dihidrocloruro de
N-(l-Naftil) etilendiamina forma un colorante azoico de color púrpura
rojizo que se mide espectrofotométricamente a 543 nm.

27
Parámetro Método Analítico
Oxígeno Disuelto Método electrométrico, utilizando un electrodo de membrana unible
al oxígeno, en determinaciones de campo. En laboratorio se aplica el
método iodométrico de Winkler.
pH Método Electrométrico, se basa en la determinación de la actividad de
los iones hidrógeno medidos en un potenciómetro usando un electro-
do de vidrio y otro de referencia. La fuerza electromotriz producida
por el sistema de electrodos es proporcional al pH de la solución
problema.
S.A.A.M. (Deter- Método espectrofotométrico del Azul de Metileno, se basa en la
gentes) reacción de las sustancias surfactantes con el azul de Metileno, que
da lugar a la formación de una sal azul, soluble en cloroformo, cuya
intensidad de color es directamente proporcional a su concentración,
se mide a 650 nm.
Sólidos Disueltos Método Gravimétrico, se basa en la evaporación y calcinación de la
Totales. muestra, en donde los residuos de una y otra operación sirven de base
para el cálculo del contenido de sólidos.
Sólidos Suspendi- Método Gravimétrico, son aquellos retenidos en filtros de fibra de
dos Totales. vidrio, se secan en estufa a 103-105 °C y se pesan.
Sólidos Sedimen- Método Volumétrico, se llena un cono imhoff con 1 L de muestra y se
tables observa el material sedimentado a las 2 horas.
Sólidos Totales Método Gravimétrico. se realiza tras evaporar en placa de porcelana
Totales la muestra y secarla a 103-105 °C.
Sulfatos Método turbidimetrico, los sulfatos son precipitados con cloruro de
bario, formando un precipitado de sulfato de bario que se determina
turbidimetricamente.
Temperatura Método Visual, mediante termómetro de mercurio.
Turbiedad Método Nefelométrico, el procedimiento se basa en la comparación
de la intensidad de la luz dispersada por la muestra bajo condiciones
definidas, con la intensidad de la luz dispersada por una suspensión
de referencia estándar (Polímero de formazina), en condiciones
semejantes.
Transparecia Método Visual, mediante el uso del disco metálico de Secchi, determi-
Secchi nando la distancia mínima observable en agua . (profundidad)
Fuente: Elaboración propia.

28
Calidad del agua en espacios urbanos

Interpretación de resultados de calidad del agua

Tras el trabajo analítico, se obtienen un conjunto de resultados que requieren


ser “interpretados” (generalmente en el sentido de determinar si los valores
encontrados son elevados, normales o reducidos). A tal fin, es evidente que se
necesita establecer a partir de qué valores se considerará que las aguas están
contaminadas. Es de destacar la dificultad que presenta fijar estos valores,
ya que la composición de las aguas están muy influenciadas por las carac-
terísticas del medio geológico en el que se encuentran, o por el que puede
ocurrir que la composición “natural” de un agua presente concentraciones
notablemente elevadas de metales o de sales (sulfatos, cloruros, carbonatos,
etc.) cuya “procedencia natural” conviene conocer para diferenciarla de una
posible contaminación posterior.
También se debe tener en cuenta que, al hablar de contaminación (o de
nivel de calidad) se debe hacer referencia a un uso determinado, así por ejem-
plo, un agua de buena calidad para riego, puede ser inaceptable para el con-
sumo humano.
En este punto se describen diversos procedimientos que se emplean para
estudiar la calidad de las aguas.
En primera instancia, siempre se debe recurrir a la legislación vigente, que
según el uso que se le dé a la misma, es la normativa a considerar. La “Ley ge-
neral del equilibrio ecológico y la protección al ambiente publicada en el diario
oficial de la federación el 28 de enero de 1988, actualizada con las modifica-
ciones publicadas el 13 de diciembre de 1996. Posteriormente se emitieron
los “Criterios Ecológicos de Calidad del Agua CE-CCA-001/89”, con base en
los cuales la autoridad competente podrá calificar a los cuerpos de agua como
aptos para ser utilizados como fuente de abastecimiento de agua potable, en
actividades recreativas con contacto primario, para riego agrícola, para uso
pecuario, en la acuacultura, o para la protección de la vida acuática. Se definen
los diversos tipos de agua como sigue:

29
CALIDAD PARA LA PROTECCION DE LA VIDA DE AGUA DULCE: Grado de
calidad del agua, requerido para mantener las interacciones e interrelaciones
de los organismos vivos, de acuerdo al equilibrio natural de los ecosistemas de
agua dulce continental.
CALIDAD PARA LA PROTECCION DE LA VIDA DE AGUA MARINA: Grado
de calidad del agua, requerido para mantener las interacciones e interrelacio-
nes de los organismos vivos, de acuerdo al equilibrio natural de los ecosiste-
mas de agua marina.
CALIDAD PARA USO EN LA ACUACULTURA: Grado de calidad del agua, re-
querido para las prácticas acuaculturales, que garantiza el óptimo crecimien-
to y desarrollo de las especies cultivadas, así como para proteger su calidad
para el consumo humano.
CALIDAD PARA RIEGO AGRICOLA: Grado de calidad del agua, requerido
para llevar a cabo prácticas de riego sin restricción de tipos de cultivo, tipos
de suelo y métodos de riego.
CALIDAD PARA USO COMO FUENTE DE ABASTECIMIENTO DE AGUA
POTABLE: Grado de calidad del agua, requerido para ser utilizada como abas-
tecimiento de agua para consumo humano, debiendo ser sometido a trata-
miento, cuando no se ajuste a las disposiciones sanitarias sobre agua potable.
CALIDAD PARA USO PECUARIO: Grado de calidad del agua, requerido
para ser utilizada como abastecimiento de agua para consumo por los ani-
males domésticos, que garantiza la protección de su salud y la calidad de los
productos para consumo humano.
CALIDAD PARA USO RECREATIVO CON CONTACTO PRIMARIO: Grado de
calidad del agua, requerido para ser utilizada en actividades de esparcimiento,
que garantiza la protección de la salud humana por contacto directo.
CUERPO DE AGUA: Los lagos; lagunas; acuíferos; ríos y sus afluentes di-
rectos o indirectos, permanentes o intermitentes; presas; embalses; cenotes;
manantiales; litorales; estuarios; esteros; marismas y en general las zonas ma-
rinas mexicanas.

30
Calidad del agua en espacios urbanos

FUENTE DE ABASTECIMIENTO DE AGUA POTABLE: Todo cuerpo de agua


que es o puede ser utilizado para proveer agua para consumo humano.
En cada una de estas tipologías se establecen los límites máximos de con-
taminantes que pueden estar presentes en el agua según el uso específico de
la misma. La normativa más utilizada a nivel nacional, por sus implicaciones
a la salud pública es la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994, “Salud
ambiental, agua para uso y consumo humano-límites permisibles de calidad y
tratamientos a que debe someterse el agua para su potabilización”. En la Figu-
ra 2 se muestran las diversas normativas aplicables según el agua a estudiar.

Figura 2 Marco legal en materia de Calidad del agua en México.

Fuente: Elaboración propia.

31
Índices de calidad del Agua, ICA.

Existen numerosas metodologías que permiten elaborar ICAs, cada país adop-
ta la que más se adecua a sus necesidades, pero aquí se expone la más utilizada.
El Índice de Calidad del Agua, ICA Propuesto por Martínez de Bascaran
(1979) es ampliamente utilizado debido a su diseño sencillo y a que permi-
te incluir n número de variables en la integración, previa ponderación de su
magnitud, siendo entonces aplicable a series de datos tanto numerosas como
pequeñas.
Los parámetros del índice más comunes son los siguientes: pH, Conducti-
vidad, alcalinidad, Contaminación aparente, Conductividad, Coliformes, Tem-
peratura, Oxígeno disuelto, Nitritos, Detergentes, Arsénico, mercurio, Plomo,
etc. Sin embargo, el listado final se adapta a las condiciones del agua a estu-
diar y las facilidades técnicas presentes en el lugar de estudio.

Figura 3. Procedimientos a considerar en el cálculo del Índice de Calidad del agua.

Fuente: Elaboración propia.

32
Calidad del agua en espacios urbanos

El término contaminación aparente se refiere a condiciones que son ofen-


sivas a la vista o al olfato y que afectan al aspecto del río o del agua a estudiar.
- Valor asignado a los parámetros. Se establecen escalas variables de 0 a
100 que permiten obtener valores a partir de los resultados de los análisis.
- Peso de los parámetros. Del 1 al 4, en función de la importancia de cada
parámetro.
Obtenidos estos valores se aplica la fórmula:

S CiPi
ICA = ---------------- k
dónde: S Pi

Ci= Valor obtenido del Análisis.


Pi= Peso del parámetro
K = Constante que varía de 1 a 0.25, según la contaminación aparente del
agua.
Dicha fórmula permite obtener un valor de 0 a 100, como I.C.A. y define
la situación de forma que si el agua tiene una buena calidad su valor estará
próximo a 100 y cuanto peor sea su calidad más bajo será dicho número.
Un ejemplo de la graficación de estos resultados se presenta en las figuras
4,5 y 6, donde se presentan la interpretación según su uso y datos de calidad
del agua para un lago en valores de ICAS, así como la representación en un
sistema de información geográfica.

33
Figura 4. Interpretación de los valores del ICA.

Fuente: Criterios Ecológicos de Calidad del Agua (CE-CCA-001-89).

34
Calidad del agua en espacios urbanos

Figura 5. Interpretación de los valores del ICA para el Lago de Chapala, en el año 1996.

Fuente: Elaboración propia.

Figura 6. Interpretación de los valores del ICA, distribución espacial para el Lago de Chapala, en el año
1996.

Fuente: Elaboración propia.


35
Conclusiones

Las fuentes, los manantiales, las cuencas o humedales están en acelerada vía
de extinción en parte por el cambio climático, pero fundamentalmente por
la acción humana mucho más drástica y feroz. Una situación de escasez de
agua que amenaza tres aspectos fundamentales del bienestar humano: la
producción de alimentos, la salud y, la estabilidad política y social por lo que
en la agenda política internacional el tema de la escasez del agua se ha vuelto
prioritario. El conocer los limitantes a los usos del agua y las implicaciones
toxicológicas de los contaminantes permiten que el agua sea aprovechada de
manera adecuada en cualquier contexto, principalmente mejorando la salud
de las poblaciones y los ecosistemas.
Teniendo en cuenta las repercusiones del consumo urbano dentro del ciclo
del agua, se hace evidente la necesidad de abandonar el actual modelo de ges-
tión donde el único objetivo es asegurar el suministro por otro que, profun-
dizando más en la relación entre el ciclo del agua y los nuevos crecimientos,
promueva una gestión del agua más consciente de las consecuencias de la
desviación de cauces y tenga en cuenta que, a mayor suministro, mayor carga
de contaminantes residuales, es decir, un sistema que permita que el agua
desde su captación hasta su devolución al medio, en el ciclo al que llamamos
urbano, consiga que todas sus partes funcionen complementariamente y con
el único objetivo de un consumo más eficaz. Frente a esta escasez, sobreex-
plotación y contaminación del agua a nivel mundial, la única forma de abordar
la situación es remitirnos al ciclo hidrológico ó ciclo del agua para, entendien-
do su funcionamiento, tratar de evitar que la intervención del hombre en el
mismo, desde que desvía el agua de este ciclo natural hasta que la devuelve,
no lo desestabilice acabando con todos los ecosistemas que de él dependen.

36
Calidad del agua en espacios urbanos

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

3. Macroinvertebrados como una nueva herramienta de


diagnóstico de calidad del agua

María Marcela Guitrón López


Javier García Velasco

Resumen

El creciente deterioro de los ecosistemas acuáticos ha venido demandando el


desarrollo de sistemas y métodos, que permitan conocer su grado de altera-
ción debido a causas naturales y/o antropogénicas (Pineda y Medina 2007).
En los últimos años el concepto de la calidad de las aguas ha ido cambiando
de un enfoque fisicoquímico a otro que integre otros componentes del eco-
sistema. Entre los métodos más recientes se encuentra el uso de indicadores
biológicos de los cuales los macroinvertebrados acuáticos se consideran como
los mejores bioindicadores de la calidad del agua debido a su tamaño, a su
amplia distribución y a su sensibilidad ante perturbaciones. En este contexto,
el objetivo de la presente contribución es inducir a una metodología mediante
el uso de un índice biótico que permita clasificar la calidad ambiental de cuer-
pos de agua continentales con base en la identificación de las familias de ma-
croinvertebrados colectadas sobre la base de su tolerancia a la contaminación
orgánica, lo cual representa un considerable ahorro de trabajo taxonómico
y la posibilidad de ser utilizado por personal sin gran experiencia en dicho
aspecto.

Introducción

Los sistemas de aguas dulces (lénticos y lóticos) más que ningún otro ecosis-
tema son sensibles a modificaciones antrópicas. A través de los años, estos
sistemas han sido usados como depósitos de desechos cuya consecuencia
principal ha causado la desaparición o reducción de manera sustancial de al-

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gunas especies que conforman las comunidades bióticas (Lozano 2007). La
evaluación de la calidad del agua se ha realizado tradicionalmente con base en
los análisis fisicoquímicos y bacteriológicos los cuales son muy precisos, aun-
que también costosos. Estos parámetros entregan características inmediatas
sobre la calidad del agua, sin embargo, no permiten una visión de las variacio-
nes de las características en el tiempo (Mesa, 2010).
Una alternativa complementaria a este método tradicional, es por medio
de indicadores biológicos (también llamados bioindicadores), el cual es rela-
tivamente poco costoso. Este método biológico presenta amplias ventajas y
nos permite una visión más integral y además retrospectiva de las cualidades
del medio en el cual se desarrollan los organismos acuáticos. Muchos países
han aceptado la inclusión de las comunidades acuáticas como un hecho fun-
damental para evaluar la calidad de los ecosistemas acuáticos (Roldán-Pérez
2003), ya que juegan un papel ecológico de gran importancia al participar en
procesos que incluyen la biodisposición de la materia orgánica y reciclaje de
nutrientes, además de ser componentes vitales para las redes alimenticias,
ya que son parte de la dieta de otros organismos como son peces, anfibios y
aves (Cummins 1973). El uso de estas comunidades permite refinar la toma
de decisiones sobre el uso del agua y el impacto que genera el hombre sobre
este recurso (Montoya et al. 2011).
La contaminación de las aguas superficiales y la perdida de las zonas de
amortiguamiento de los ríos es un problema para la salud de todos los seres
vivos que habitan en las diferentes zonas geográficas. La mayoría de las activi-
dades diarias del ser humano dependen del agua, por tanto debemos conside-
rarla como un recurso estratégico cuya conservación es indispensable para el
presente y el futuro. El problema de la contaminación se está incrementando,
por ello se están haciendo esfuerzos para involucrar a las comunidades hu-
manas en los diagnósticos o clasificación de la calidad ambiental de las aguas
superficiales. El monitoreo de la calidad del agua, particularmente el biomo-
nitoreo, puede ser una herramienta de participación y ciencia ciudadana de
gran impacto en nuestros países (Mora 2014).

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

Marco teórico

La gestión y administración adecuada de los recursos hídricos obliga a cono-


cer su comportamiento y respuesta ante las diferentes intervenciones antró-
picas, siendo necesaria la implementación de métodos rápidos y económicos
para el diagnóstico de las características de las fuentes de agua (Gómez et al.
2007). Para este tipo de análisis se usan los bioindicadores, que son organis-
mos puntuales y selectos de estrés ambiental que pueden evaluar y predecir
los efectos de las modificaciones ambientales antes que el daño sea irrevers-
ible (McCarthy & Shugart 1990).

Conceptos básicos de biomonitoreo y bioindicación

Varios autores han enfatizado que el monitoreo de las comunidades bioló-


gicas, con especial énfasis en la caracterización de la riqueza taxonómica y
la composición de la fauna, es probablemente la herramienta más sensible
para la detección rápida y segura de alteraciones en los ecosistemas acuáticos
(Cairns & Pratt 1993). En referencia a esto, el concepto de “biomonitoreo”
se refiere a un programa de evaluación periódica del ambiente, utilizando va-
riables biológicas, usualmente para detectar cambios causados por acciones
de origen antropogénico (Sermeño-Chicas et. al. 2010), y por otro lado el
concepto de “bioindicación” hace referencia a la posibilidad de detectar de
manera indirecta, aquello que no es susceptible de ser percibido de forma
directa o al menos no tan fácilmente (Zonneveld 1983).
Para utilizar el concepto de especies indicadoras, hay que tomar en cuenta
que la presencia de una especie en un ambiente asegura la existencia de cier-
tas condiciones ambientales mínimas. Sin embargo, la ausencia de la especie
no lo hace, ya que esta puede derivarse de factores especiales como barre-
ras geográficas, ocupación de su nicho funcional, eventos de su ciclo bioló-
gico normal o a presiones ejercidas por intensos niveles de control biológico,
como la depredación y/o el parasitismo. Los organismos indicadores ideales

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son aquellos que tienen tolerancias ambientales específicas y estrechas. Por el
contrario, aquellos organismos que tienen tolerancias amplias para diferentes
condiciones ambientales en las cuales los patrones de distribución o abun-
dancia son afectados sólo ligeramente por variaciones ambientales sustan-
ciales, se consideran indicadores pobres. Además los organismos indicadores
“ideales” deben presentar una baja variabilidad genética y ecológica, amplia
distribución (cosmopolita), abundancia numérica, movilidad limitada y un
ciclo vital relativamente largo, además de poseer características ecológicas
bien conocidas y presentar facilidad de reconocimiento (solidez taxonómica)
(Johnson et al. 1993). Se da por entendido que los sistemas de bioindicación
deben ser desarrollados y ajustados con un enfoque local y siempre teniendo
en cuenta la estructura espacio temporal del ecosistema y las actividades ge-
neradoras de vertidos contaminantes (sean actividades agropecuarias, urba-
nas y/o industriales).
Es un hecho que la composición de las comunidades de macroinvertebra-
dos refleja la calidad de los ecosistemas acuáticos, por ello los métodos de eva-
luación basados en dichos organismos han sido ampliamente utilizados desde
hace varias décadas como una parte integral del monitoreo de la calidad del
agua (Roldán-Pérez 2016), considerando a los macroinvertebrados acuáticos
como los mejores bioindicadores de la calidad del agua (Alba-Tercedor et al. ,
2004), seguidos en su orden las algas, los protozoos, las bacterias y en menor
grado, los peces, las macrófitas, los hongos y los virus (Roldán-Pérez 2003).
Ya que numerosos estudios ponen de manifiesto la importancia de utili-
zarlos con fines de biomonitoreo, en esta contribución nos enfocaremos a
un índice biótico que se basa en este tipo de organismos indicadores, por ser
unos de los más prácticos y con resultados confiables.

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

Macroinvertebrados acuáticos indicadores de la calidad del agua

Los macroinvertebrados acuáticos son todos aquellos organismos que viven


en el fondo de ríos y lagos, adheridos a la vegetación acuática, troncos y ro-
cas sumergidas, al menos durante parte de su ciclo vital. Se les denomina
macroinvertebrados, porque su tamaño va de 0.5 mm hasta alrededor de 5.0
mm, por lo que se les puede observar a simple vista (Roldán-Pérez 2016). Es-
tos organismos incluyen grupos como platelmintos, anélidos, moluscos (ca-
racoles y bivalvos), crustáceos (camarones, cangrejos, otros) y artrópodos.
Los artrópodos constituyen el grupo más numeroso y entre estos las larvas y
ninfas de insectos son las más importantes representadas por efemerópteros,
odonatos, plecópteros, neurópteros, hemípteros, coleópteros, tricópteros, le-
pidópteros y dípteros (Roldán 1992).
Los macroinvertebrados, en particular los insectos, son un componente
importante tanto en la biodiversidad como en el funcionamiento de los eco-
sistemas dulceacuícolas, y a diferencia de los análisis fisicoquímicos, que dan
información sobre las condiciones en el momento de tomar la muestra, el
monitoreo biológico informa tanto de condiciones pasadas como de actuales
(De la Lanza-Espino et al. 2011).
Gracias a sus atributos, los macroinvertebrados acuáticos presentan diver-
sas ventajas para la evaluación de la calidad del agua, entre la cuales destacan
(Roldán-Pérez 2003, Bonada et al. 2006):

a. Su sensibilidad a los diversos contaminantes, ya que reaccionan relativa-


mente rápido a los tensores ambientales y varían poco genéticamente.
b. Su presencia en prácticamente todos los sistemas acuáticos continen-
tales, lo cual posibilita realizar estudios comparativos.
c. Son abundantes y de fácil recolección por su tamaño que los hace visi-
bles a simple vista.
d. Los muestreos y análisis de las muestras pueden ser realizados con
equipos simples y de bajo costo.

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e. El muestreo tiene poco impacto en el detrimento de la biota residente,
siempre que se mantenga al mínimo estrictamente indispensable.
f. Hay disponibilidad de métodos e índices para el análisis de datos, los
que han sido validados en diferentes regiones.
g. Son fáciles de identificar hasta el nivel de familia y pueden ser reco-
nocidas por personas no experimentadas, empleando para ello siste-
mas visuales (como registros fotográficos regionales) de identifica-
ción taxonómica.
h. Los macroinvertebrados bentónicos en su mayoría son sedentarios y
representativos de las condiciones locales.
h. Viven y se alimentan en o sobre los sedimentos donde tienden a acu-
mularse las toxinas, las cuales se incorporan a la cadena trófica a través
de ellos.
i. Algunas especies tienen ciclos de vida largos (semanas y/o meses) en
comparación con otros organismos, lo que nos permite estudiar los
cambios acontecidos durante largos periodos de tiempo.
j. Sus comunidades son heterogéneas, con una alta riqueza taxonómica y
distintos grupos funcionales, por lo que ofrecen un espectro amplio de
respuestas a diferentes afectaciones.

En suma, los macroinvertebrados acuáticos han adquirido una creciente im-


portancia en el análisis de la calidad del agua debido a que no sólo revelan las
condiciones ambientales actuales, sino que actúan como reveladores de las
condiciones en el tiempo, además de que los insectos son el grupo biológico
más conspicuo en el ambiente acuático (Giller & Malmqvist 2000).

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

Uso de macroinvertebrados en la evaluación de la calidad biológica del agua

Consideraciones generales

Los bioindicadores se utilizan para dos tipos de estudios: el diagnóstico o eva-


luación rápida, que es puntual en el tiempo (una única fecha de muestreo) y
usualmente se basa en la comparación entre sitios (p.ej. río arriba y río abajo
de un foco de contaminación). Por otro lado existe el biomonitoreo, el cual se
basa en muestreos periódicos (p.ej. semestrales), para implementar un con-
trol de calidad o un programa de vigilancia a través del tiempo (usualmente
años). En ambos casos es importante tener una muestra de referencia, la cual
puede ser en el tiempo (antes del inicio de la actividad) o espacial (sitio de re-
ferencia, sin el disturbio a evaluar). Por lo tanto, en los estudios de monitoreo
a largo plazo, como p.ej. para la construcción de una represa hidroeléctrica, es
de suma importancia contar con un estudio de “línea base”, o sea muestreos
antes del inicio de cualquier actividad relacionada con la construcción. Este
estudio de referencia facilitará la evaluación de posibles impactos durante y
después del desarrollo del proyecto y ayudará a tomar medidas correctivas,
en caso necesario (Springer 2010).
La mayoría de métodos e índices para la evaluación de la calidad biológica
del agua han sido desarrollados para ecosistemas lóticos (ríos y quebradas)
y en menor grado para ambientes lénticos, como lagos y lagunas. El biomo-
nitoreo es más complejo en humedales, debido a la gran diversidad de tipos
que existen y la consecuente variabilidad de su hidrología, por lo que la apli-
cación no está bien desarrollada para este tipo de ambientes (Rosenberg et
al., 2008).
La aplicación a nivel estructural o funcional de los bioindicadores (para
los niveles de población, comunidad y ecosistema) es ampliamente utilizada
y existen muchas maneras de utilizarla. Estas incluyen tanto el uso de mé-
tricas simples, como p.ej. la riqueza taxonómica o el porcentaje de EPT taxa
(Ephemeroptera, Plecoptera, Trichoptera, por considerárseles órdenes rela-

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tivamente sensibles), como una gran diversidad de índices, de los cuales aquí
mencionamos uno de los más populares. Una síntesis más detallada de las
posibles métricas e índices a utilizar se encuentra en Prat et al. (2009) y Ro-
senberg et al., (2008).

Índices bióticos

Los índices bióticos son ampliamente utilizados en la evaluación de la calidad


biológica de las aguas, en especial de los ríos. Estos índices asocian a los taxa
presentes (familia, género, especie) con un valor numérico según su nivel de
tolerancia. Este valor, a su vez es utilizado en conjunto con la riqueza taxo-
nómica (índices cualitativos) o en combinación con las abundancias relativas
(índices cuantitativos) para llegar a un valor final del índice. Un índice que
ha sido adaptado en los últimos años en varios países de Latinoamérica es
el “BMWP” (“Biological Monitoring Working Party”), el cual fue desarrollado
inicialmente para Inglaterra (Armitage 1983) y luego adaptado para España
por Alba-Tercedor & Sanchez-Ortega (1988). Este índice se basa únicamente
en la presencia de familias y sus valores de tolerancia asignados, totalmente
independiente de la cantidad de géneros o individuos recolectados de cada
familia, por lo que es de fácil aplicación (Naranjo et al., 2005). Otro índice
ampliamente utilizado es el “FBI” (“Family Biotic Index”), desarrollado por
Hilsenhoff (1988), el cual además toma en cuenta las abundancias de cada
familia. El FBI, a diferencia del BMWP pondera el valor de tolerancia, ya que
la cantidad de individuos recolectados se multiplica por el valor de tolerancia
del taxón y se divide entre el total de individuos recolectados. Al igual que en
los otros métodos, estos índices deben ser adaptados localmente y no se re-
comienda que sean aplicados a otra región sin previa modificación (Springer
2010).
El conocimiento de la estructura de los organismos y sus cambios en nú-
mero y abundancia de especies ha sido una pregunta que siempre ha inte-
resado a los ecólogos. Dichos cambios en los ecosistemas ya sea por estrés

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

o contaminación son aparentes, lo que ha llevado a investigar la manera de


cómo cuantificar estos cambios, y una de las aproximaciones es el uso de me-
diciones basadas en organismos indicadores (Washington 1984). En la déca-
da de los años cincuenta comenzaron a utilizarse diferentes metodologías de
evaluación de la calidad del agua mediante el uso de indicadores biológicos y
se propusieron métodos biológicos para evaluar las condiciones ecológicas de
las corrientes de agua. Al final de los años cincuenta y principio de los sesenta
comenzó a discutirse el concepto de diversidad de especies basada en índices
matemáticos derivados fundamentalmente de la teoría de la información (Ba-
dii et al., 2005).
Los índices de diversidad tienen una larga historia en estudios de conta-
minación, aunque su utilidad ha sido con frecuencia cuestionada. Una conta-
minación intermedia puede estar asociada con el incremento de la diversidad
antes de que las características del agua declinen hasta llegar a una contami-
nación severa.
La confección de los índices bióticos conlleva a la realización de un inventa-
rio de las especies presentes en un determinado lugar, de la manera más espe-
cífica posible, esto actualiza los conocimientos taxonómicos y de composición
sobre la fauna acuática, que en algunos grupos no se conocía (Burillo 1997).
Para los ecosistemas acuáticos, los Índices de Diversidad son básicamente una
aproximación a la calidad biológica a través de la estructura de la comunidad,
en cambio los Índices Bióticos son una aproximación a la contaminación del
agua haciendo uso del concepto organismo indicador, aunque estos no repre-
senten la estructura de la comunidad (Vázquez et al., 2006).
Según Washington (1984) y De la Lanza et al., (2011) existen numerosos
índices que se han desarrollado para evaluar la calidad del agua con base en
la diversidad biológica que se presenta en el sitio. Algunos de ellos, como el
Índice de Shannon y Weaver (1948), Simpson (1949) y Margalef (1951) que
se utilizan normalmente para estimar la biodiversidad, se pueden utilizar en
el monitoreo de la calidad del agua con sus respectivas escalas de calificación.
Algunos otros índices que se emplean exclusivamente para la evaluación de la

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calidad del agua son: Sapróbico (1901), Índice Biótico de Beck (1954), Índice
Secuencial de Comparación (1971), Índice Estadístico de Pielou (1975), Índi-
ce de Hilsenhoff (1977), Índice Biological Monitoring Working Party (BMWP)
(1978), Índice de Macroinvertebrados Bénticos (1988).
Sin embargo, para el uso de índices es necesario que se tome en cuenta
su estandarización y certificación en varios países donde se apliquen común-
mente en programas de monitoreo. Es importante que su manejo sea fácil aun
para personas no especializadas en la identificación taxonómica, además de
que permitan realizar diagnósticos rápidos y económicos de calidad de agua
(Vázquez et al., 2006).
De manera general, los índices bióticos son el reflejo de la tolerancia a la
contaminación orgánica de la comunidad acuática, bajo la presunción de que
los sitios o sistemas contaminados, contendrán menos especies que los sitios
o sistemas no impactados y, de que las especies que están presentes refleja-
rán su sensibilidad particular al contaminante (Bonada et al. 2007, De la Lan-
za et al. 2011). La presencia o ausencia de una especie o familia, así como su
densidad o abundancia es lo que se va a usar como indicador de la calidad. Así
pues, un índice biótico será una combinación de la diversidad de ciertos gru-
pos taxonómicos y la tolerancia a la contaminación en un solo índice o valor.
La mayor diferencia con los índices fisicoquímicos es que permiten indicar
el estado del agua en un periodo prolongado de tiempo definido por la dura-
ción del ciclo vital de cada individuo, magnitud de colonias, etc., pero, por el
contrario, es imposible identificar los agentes contaminantes existentes, por
lo que su utilización es complementaria y no sustitutiva a los índices fisico-
químicos. Desde su introducción han mostrado ser buenos instrumentos de
control de los ecosistemas acuáticos y han complementado la información
dada por los parámetros fisicoquímicos clásicos. Es importante hacer énfasis
que estos métodos consisten en una evaluación rápida del ecosistema y que
en ningún momento pretende definir los requerimientos ambientales a nivel
de especie (Roldán-Pérez 2016).

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

El método BMWP

Diversos autores sustentan entre los índices bióticos más utilizados por
su facilidad y eficiencia al sistema Biological Monitoring Working Party
(BMWP). El método BMWP sólo requiere llegar hasta nivel taxonómico de
familia y los datos son cualitativos (presencia o ausencia). El puntaje va de
1 a 10 de acuerdo con la tolerancia de los diferentes grupos a la contamina-
ción orgánica (Cuadro 1).
Las familias más sensibles como Perlidae y Oligoneuriidae reciben un pun-
taje de 10 (organismos intolerantes a la contaminación, prefieren aguas con
buena oxigenación e indican buena calidad del agua), en cambio, las más to-
lerantes a la contaminación como Tubificidae reciben una puntuación de 1
(organismos indicadores de mala calidad del agua). Las familias que toleran la
contaminación moderada, llamados organismos facultativos, reciben punta-
jes medios. La suma de los puntajes de todas las familias proporciona el pun-
taje total BMWP (Armitage et al. 1983). El valor obtenido se hace correspon-
der con una determinada clase de calidad (Alba-Tercedor & Sánchez-Ortega
1988, basadas en las descritas por Gheti et al. 1982). Así, un valor del BMWP
de 50 correspondería a un agua contaminada de clase III, con una calidad “du-
dosa”, y ese punto se representaría en color amarillo (Cuadro 2).
El problema de establecer límites estrictos de calidad de aguas implica la
necesidad de reconocer situaciones intermedias entre unos y otros. Es por
ello que aquellos valores que queden cinco unidades por exceso o por defecto
de los límites establecidos en el Cuadro 2, se deben considerar intermedios
entre dos clases de calidad. Por tanto a la hora de realizar mapas de calidad de
aguas, estos casos han de presentarse en trazos discontinuos, alternando los
colores representativos de las clases correspondientes de calidad (Alba-Ter-
cedor & Sánchez-Ortega 1988). Por ejemplo un valor de 103, quedaría in-
termedio entre las clases I y II (al sumarle o restarle 5 unidades), y por tanto
correspondería a un agua de clase I-II, y a la estación de muestreo se la repre-
sentaría en el mapa de colores azul y verde.

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El índice BMWP es muy popular y ha sido ampliamente utilizado en diver-
sos países, sin embargo para la validez de su aplicación es importante tener en
cuenta la clase de los cuerpos de agua donde se aplica. Algunos países de La-
tinoamérica han hecho sus propias valoraciones de puntajes de acuerdo a sus
experiencias (Zamora & Sarria 2001, Sánchez-Herrera 2005, Zúñiga 2009,
Springer et al. 2010, Rosas et al. 2015). Se recomienda que cada región haga
su propia valoración de las familias de acuerdo a su grado de adaptación a las
diferentes calidades de agua, ya que estos ecosistemas tienen características
hidrológicas y ecológicas diferentes y una biota adaptada a las condiciones
particulares de cada uno de estos ambientes, tanto en ecosistemas de aguas
lóticas como lénticas (Roldán-Pérez 2016).

Cuadro 1. Puntajes de las familias de macroinvertebrados acuáticos para el índice BMWP (Basado en
Roldán, 2003 con adaptaciones basadas en De la Lanza et al. 2011).

Familias Puntajes
Anomalopsychidae, Atriplectididae, Blepharoceridae, Calamoceratidae, Ptilo- 10
dactylidae, Chordodidae, Hidridae, Lampyridae, Lymnessiidae, Odontoceridae,
Oligoneuriidae, Perlidae, Polythoridae, Psephenidae
Ampullariidae, Ephemeridae, Euthyplociidae, Philopotamidae,. Athericidae, 9
Heptageniidae, Calamoceratidae , Gomphidae
Gerridae, Hebridae, Helicopsychidae5, Hydrobiidae, Lestidae, Palaemonidae, 8
Pleidae, Pseudothelpusidae, Saldidae, Simuliidae, Veliidae. Odontoceridae,
Lepidostomatidae, Ecnomidae, Hydrobiosidae, Leptophlebiidae, Cordulegas-
tridae, Corduliidae, Perilestidae, Glossosomatidae, Gammaridae, Polycentro-
podidae, Xiphocentronidae
Baetidae, Caenidae, Calopterygidae, Coenagrionidae, Corixidae, Dryopidae5, 7
Glossossomatidae, Hyalellidae, Hydroptilidae, Hydropsychidae, Leptohyphi-
dae5, Naucoridae, Notonectidae, Planariidae, Psychodidae, Scirtidae
Aeshnidae, Ancylidae, Corydalidae, Elmidae5, Libellulidae, Limnichidae5, Lu- 6
trochidae, Megapodagrionidae, Sialidae, Staphylinidae. Isonychidae
Belostomatidae, Gelastocoridae, Hydropsychidae, Mesoveliidae, Nepidae, 5
, Pyralidae, Tabanidae, Thiaridae , Polymitarcyidae Crustacea, Turbellaria,
Dytiscidae, , Gyrinidae, Dixidae, Coenargrionidae, Planorbiidae

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

Familias Puntajes
Chrysomelidae, Stratiomyidae, Haliplidae, Empididae, Dolicopodidae, Sphae- 4
ridae, Lymnaeidae, Hydraenidae5, Hydrometridae, Noteridae. Curculionidae,
Decapoda, Simulidae, Tipulidae., Dolichopodidae, Hydrophilidae
Ceratopogonidae, Glossiphoniidae, Cyclobdellidae, , Physidae, Erpobdellidae, 3
Asellidae
Culicidae, Chironomidae, Muscidae, Sciomyzidae, Ephydridae, thaumaleidae 2
Tubificidae, Naididae (Oligochaeta), Aelosomatidae, Syrphidae 1

Cuadro 2. Clases de calidad, significación de los valores del BMWP y colores a utilizar en representaciones
cartográficas.

Clase Calidad BMWP Significado Color


I Buena >150 Aguas muy limpias
101-120 Aguas de buena calidad no alteradas de Azul
modo sensible
II Aceptable 61-100 Aguas ligeramente contaminadas Verde
III Dudosa 36-60 Aguas moderadamente contaminadas Amarillo
IV Crítica 16-35 Aguas muy contaminadas Naranja
V Muy Crítica < 15 Aguas fuertemente contaminadas Rojo

Estudios taxonómicos

El conocimiento de la taxonomía de los macroinvertebrados en los ecosiste-


mas acuáticos es todavía incompleto. Los grupos más utilizados en evaluacio-
nes de la calidad del agua corresponden a taxones de la entomofauna como
efemerópteros, tricópteros, plecópteros y coleópteros (Roldán-Pérez 2016).
Alonso-EguíaLis et al. (2014) llevan a cabo un extenso análisis del estado de
conocimiento de los macroinvertebrdos acuáticos dulceacuícolas de México,
Centroamérica, Colombia, Cuba y Puerto Rico. Roldán et al. (2014) describen
un capítulo para Colombia, cuyo contenido es hasta el presente el documen-
tado más completo y del cual se hace de su uso como auxiliar en la adaptación

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a otras regiones de Latinoamérica (Roldán-Pérez 2016). Para una revisión del
estado actual del conocimiento de los macroinvertebrados dulceacuícolas en
México, se recomienda también la obra de Alonso-EguíaLis et al. (2014).
Para América del Norte, hay varias obras importantes, tales como las de
Merritt et al. (1996) y Thorp & Covich (2010), las cuales son fundamentales
en los estudios de insectos acuáticos y macroinvertebrados dulceacuícolas.
Sin embargo, para los países neotropicales, el desarrollo de claves taxonómi-
cas para los distintos grupos aún se encuentra en sus inicios, aunque reciente-
mente se han realizado esfuerzos importantes para diferentes grupos
(p.ej.  Manzo 2005, Domínguez et al., 2006, Borkant & Spinelli 2007, Stark et
al. 2009) y países o regiones (p.ej. Fernández & Domínguez 2001, Springer
et al., 2010).

Los insectos y otros macroinvertebrados indicadores

Los insectos ocupan todos los hábitats de agua dulce y todo tipo de nichos
y están presentes en enormes densidades y diversidades. La mayoría de las
especies pasan la mayor parte de su vida como larvas y sólo abandonan breve-
mente el medio acuático para aparearse. Los diez órdenes de insectos que con-
tienen especies acuáticas constituyen el grupo de invertebrados más diverso
y mejor estudiado (Throp & Covich 2010). Cinco de ellos (Ephemeroptera,
Plecoptera, Odonata, Trichoptera y Megaloptera) son órdenes acuáticos, en
los cuales casi todas las especies tienen larvas acuáticas. El resto (Heteropte-
ra, Coleoptera, Diptera, Lepidoptera y Neuroptera) son parcialmente acuáti-
cos, en los cuales muchas especies son terrestres, pero hay especies o familias
enteras que tienen uno o más estadios de su vida adaptados para vivir en el
medio acuático (Hilsenhoff 1991).
La presencia de Ephemeroptera, Plecoptera y Trichoptera (en combina-
ción llamados EPT) indica un nivel aceptable en la calidad del agua. El incre-
mento de la riqueza de estos grupos reflejará un aumento en la salud del cuer-
po de agua (Resh & Jackson 1993).

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

En el Cuadro 3 se presentan ejemplos de familias de macroinvertebrados


indicadores de la calidad del agua, con géneros representativos a diferentes
niveles de tolerancia a la contaminación, presentes en algunas lagunas de Ja-
lisco. A continuación se presenta un resumen de las características de algunos
órdenes de insectos con alguna fase de su vida acuática que destacan por su
abundancia y distribución: efemerópteros, plecópteros, odonatos, hemípte-
ros, coleópteros, tricópteros y dípteros (tomado de Ladrera 2012).
Efemerópteros. Las larvas de este orden son exclusivamente acuáticas y
pueden vivir hasta 2 años, mientras que la vida del adulto es muy efímera, de
donde se deriva su nombre, llegando a vivir pocas horas o incluso minutos. Su
respiración se realiza por branquias abdominales relativamente bien desarro-
lladas y en su mayor parte son detritívoros (se alimentan de materia orgánica
muerta) y herbívoros. A pesar de que presentan diferencias en cuanto a su
tolerancia a bajas concentraciones de oxígeno, un gran número de familias
de este orden son buenos indicadores de la calidad del ecosistema y poseen
generalmente gran sensibilidad a condiciones ácidas.
Plecópteros. Constituyen un orden con larvas exclusivamente acuáticas. El
adulto presenta un vuelo torpe y suele pasar gran parte del tiempo entre las
rocas, por lo que a los adultos de este grupo se les conoce con el nombre
de “moscas de las piedras”. Se trata de especies que viven en el fondo de
cauces de aguas frías, bien oxigenadas y libres de contaminación, por lo que
son ampliamente utilizados como bioindicadores de la calidad del ecosistema
acuático. Esta sensibilidad a las bajas concentraciones de oxígeno parece deri-
varse de la ausencia de grandes branquias, de manera que éstas pueden estar
constituidas por finos filamentos en la base de las patas o incluso en el cuello.
De acuerdo a su régimen alimenticio pueden ser fragmentadores de materia
orgánica gruesa o depredadores.
Odonatos. Los odonatos engloban a los conocidos como libélulas y caba-
llitos del diablo. Los adultos no se ven obligados a vivir en las inmediaciones
del agua, pero las larvas son acuáticas sin excepción. Las larvas de todas las
especies de odonatos son zoófagas, atacan a diferentes animales con los que

55
comparten territorio, como oligoquetos, efemerópteros o dípteros e incluso
pueden llegar a atacar a renacuajos y alevines de peces. Con este fin depreda-
dor, el labro está transformado en un órgano prensil o máscara dentada que
es desplegado bruscamente y lanzado hacia adelante para capturar las presas,
que quedan atrapadas en los ganchos móviles de las piezas bucales. Pueden
vivir en una amplia variedad de hábitats, pero son más frecuentes en las zonas
con poca velocidad de corriente de los cursos fluviales, como remansos o en
pequeñas lagunas.
Hemípteros. Son un grupo de insectos caracterizados por poseer un apa-
rato bucal chupador, dentro del cual alrededor del 10% de las especies son
acuáticas. Una gran parte de familias viven sobre la superficie del agua, como
los conocidos zapateros, y la mayoría son depredadores, que a menudo inocu-
lan compuestos tóxicos en sus presas a través de sus estiletes maxilares. Pre-
sentan numerosas adaptaciones frente a la depredación, fundamentalmente
de peces, como el hecho de vivir en la superficie del agua, el comportamiento
gregario o la capacidad de saltar varios centímetros de algunas especies.
Coleópteros. Constituyen el mayor grupo de insectos y, quizá, el más evolu-
cionado. Únicamente el 15% de las especies aproximadamente son acuáticas.
Esta adaptación al medio acuático puede tener lugar en diferentes etapas del
ciclo vital, de manera que en algunos grupos las larvas y adultos son acuáticos,
mientras que en otros sólo una de las dos fases. Presentan un régimen alimen-
ticio muy variado y la calidad de las aguas no suele ser un factor determinante
en la distribución de muchas familias de este grupo.
Dípteros. Este orden, también conocido como moscas verdaderas, es uno
de los más ampliamente distribuidos y con mayor diversidad, en el que mu-
chas especies presentan larvas acuáticas como los mosquitos y tábanos, entre
otros. Algunas especies están adaptadas a vivir en zonas con elevadas co-
rrientes y concentraciones de oxígeno, mientras que otras son especies opor-
tunistas, adaptadas a vivir en ecosistemas con ciertas perturbaciones e inclu-
so en condiciones extremas, por lo que hay especies con requerimientos muy

56
Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

diferentes en cuanto a la calidad del agua, lo cual es usado frecuentemente


como indicador de la misma.
Tricópteros. Constituyen uno de los grupos de insectos más importantes
de los ecosistemas acuáticos, con larvas exclusivamente acuáticas. Algunas
especies fabrican estuches con materiales tan diversos como arena, grava o
restos vegetales y en el interior del mismo desarrollan su ciclo larvario. Su
modo de alimentación es muy variado, con especies herbívoras, detritívoras y
depredadoras, y presentan en general cierta exigencia en cuanto a la calidad
del agua.

57
Cuadro 3. Algunos macroinvertebrados indicadores de la calidad del agua.

58
Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

Metodología para el muestreo

Existe una diversidad de formas para recolectar macroinvertebrados acuáti-


cos. La selección de los métodos varía según el tipo de estudio, el cuerpo de
agua, hábitat de interés e incluso el presupuesto disponible. Unas de las mejo-
res referencias para el estudio de los macroinvertebrados son los trabajos de
Merritt et al., (2008) y Ramírez (2010). En este trabajo tomamos como base
la metodología descrita por este último autor y se incluyen algunas recomen-
daciones de otros autores. Para métodos más específicos para ríos se puede
consultar Hauer & Resh (2006) y Mafla-Herrera (2006), para humedales Ra-
der et al., (2001) y para lagos a Prat & Rieradevall (1998), Wetzel & Likens
(2000) y Rossaro et al. (2006). Además, para estudios de biomonitoreo se
puede consultar el manual de la Agencia de Protección Ambiental de Estados
Unidos (Barbour et al., 1999).
El tipo de metodología y el diseño experimental a utilizar en cualquier es-
tudio con macroinvertebrados acuáticos debe corresponder claramente con
los objetivos del mismo. Por ello, un primer paso debe siempre ser el definir
claramente el motivo del trabajo y luego proceder a la selección de méto-
dos. En términos generales podemos diferenciar entre estudios cualitativos y
cuantitativos. Los estudios cualitativos son generalmente preferidos cuando
el objetivo es caracterizar la biodiversidad de un lugar en particular. Por ejem-
plo, generar un listado taxonómico para una localidad determinada podría
solamente requerir recolectar la mayor cantidad de taxa para el lugar. Las ca-
racterizaciones cualitativas generalmente no son apropiadas para hacer com-
paraciones entre localidades o entre fechas de muestreo. Si parte de la idea
es explorar cambios, necesitamos metodologías cuantitativas o semi-cuanti-
tativas. Los estudios cuantitativos asocian una unidad de esfuerzo de mues-
treo a la muestra de macroinvertebrados. Por ejemplo, se pueden recolectar
muestras por área o por tiempo de muestreo. El objetivo de hacer un trabajo
cuantitativo es minimizar variaciones debido al método y enfatizar cambios
que resulten de variaciones en el ambiente. Existen diversos niveles de rigu-

59
rosidad. Podemos hacer muestreos cuantitativos por área, con repeticiones
suficientes para describir la variabilidad del sistema. O bien, hacer muestreos
semi-cuantitativos manteniendo constante el tiempo de muestreo (p.ej. 15
minutos por hábitat) y no el área (Ramírez 2010).
El diseño experimental también debe tomar en consideración la diversidad
de hábitats presentes en los cuerpos de agua. Los distintos hábitats no solo
contienen grupos variados de organismos, sino que también requieren téc-
nicas de muestreo diferentes. Algunos estudios prefieren recolectar un solo
hábitat y facilitar comparaciones en tiempo y espacio. Sin embargo, algunas
veces es importante asegurarse de muestrear por lo menos los hábitats domi-
nantes en cada cuerpo de agua (Ramírez 2010).

Métodos para ambientes de aguas poco profundas

Ambientes de aguas poco profundas incluyen ríos, lagos y otros cuerpos de


agua donde podemos alcanzar el fondo con nuestras manos y por ende con
redes relativamente pequeñas. Para este tipo de cuerpo de agua, tenemos
una diversidad de redes manuales, las cuales se pueden comprar o bien cons-
truir con malla fina y resistente. Es importante usar malla fina, ya que muchos
macroinvertebrados acuáticos son bastante pequeños. La mayor parte de los
estudios usa un tamaño de malla de 500μm o menos. Muchos estudios eco-
lógicos prefieren mallas de 250μm. Estudios cualitativos utilizarían equipo de
muestreo como redes tipo D (Fig. 1), redes manuales diversas e incluso cola-
dores de cocina. Como el objetivo es registrar la mayor cantidad de taxa, es
posible usar varios tipos de redes o recolectar los organismos directamente
del sustrato mediante el uso de pinzas entomológicas. Recolectas directas
son importantes para poder obtener aquellos organismos que se encuentran
fuertemente adheridos al sustrato, como las larvas de Petrophila (Lepidop-
tera) y varios tricópteros, como Hydroptilidae y Xiphocentronidae. En áreas
con flujo de agua, los muestreos se pueden hacer colocando la red corriente
abajo y moviendo el sustrato con las manos o con los pies para dislocar los

60
Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

macroinvertebrados y atraparlos en la red. En áreas sin flujo, la red se empuja


dentro del sustrato y se recolecta material del fondo. En ambos muestreos se
realizan arrastres, golpeo y remoción del sustrato donde los insectos suelen
refugiarse, en todos los microhábitats existentes en la zona (orillas con y sin
vegetación, vegetación sumergida, hojarasca, sedimento, rocas, en corrien-
te y sin ella, etc. (se sugieren las recomendaciones de Springer 2010). Los
macroinvertebrados se pueden buscar entre el material acumulado en la red.
Alternativamente, se pueden colocar en una bandeja de color claro, blanco
preferiblemente, con agua. Los macroinvertebrados tienden a moverse en la
bandeja y son más fáciles de observar y recolectar. Se sacará el material bio-
lógico más frágil como los efemerópteros, sanguijuelas, planarias y se guarda-
rán en frascos de plástico con alcohol al 70%.
El muestreo se dará por terminado cuando nuevas redadas no aporten
capturas de representantes de nuevas familias de macroinvertebrados. Se re-
comienda que en sistemas lóticos el muestreo se haga en la época de sequía,
cuando las condiciones hidrológicas permiten encontrar las comunidades
acuáticas más estables que reflejen mejor las variaciones de origen antropo-
génico (Alba-Tercedor 1996).

Métodos para ambientes de aguas profundas

Ambientes de aguas profundas incluyen algunos segmentos de ríos, lagos y


embalses, entre otros. Logísticamente, estos sitios nos presentan la limitante
de no poder alcanzar el fondo de forma fácil por su profundidad y la textura
suave y fangosa del fondo. Los métodos descritos arriba solo se podrían utili-
zar en las orillas de estos cuerpos de agua. Para muestreos bénticos en sitios
profundos podemos utilizar dragas desde un bote, o bien sustratos artificia-
les. Hay diferentes tipos, pero todas estas están diseñadas para utilizarse en
sustratos suaves de sedimentos finos. Generalmente, se bajan desde botes o
muelles utilizando una soga o cable. Las muestras son cuantitativas, ya que
recolectan un área determinada del fondo y una cantidad de sustrato. No des-

61
cribiremos los estudios cuantitativos, ya que el índice que proponemos en
este manual solo requiere datos de presencia ausencia, sin embargo se puede
consultar la metodología recomendada para este tipo de estudios y otros.

Preservación de las muestras

Las muestras de macroinvertebrados acuáticos generalmente se preservan


en alcohol al 70%. Las muestras de campo generalmente son una mezcla de
material béntico y macroinvertebrados y es más fácil colocarlas en bolsas
plásticas gruesas, que se puedan amarrar fuertemente para evitar derrames
durante el transporte. Idealmente, bolsas largas a las que se les pueda hacer
un nudo fuerte con la misma bolsa y usando doble bolsa para evitar derrames.
También se pueden usar frascos de plástico con tapa de rosca. En el campo, se
debe agregar alcohol en alta concentración (al 95%) y tratar de que la mues-
tra tenga la menor cantidad de agua posible para evitar diluir el alcohol. Es
importante reemplazarlo una vez que se llega al laboratorio, en especial si la
muestra se recolectó con mucha agua, así como etiquetar apropiadamente las
muestras; en el campo deben preparar etiquetas en papel escritas con lápiz o
con tinta indeleble en alcohol. Se recomienda no rotular las bolsas por fuera,
es muy fácil perder la información ya que el alcohol borra los datos fácilmente.
Una vez que se separan los macroinvertebrados del resto del material, se
colocan en frascos que sellen herméticamente. La mejor forma de mantener
el material preservado a largo plazo es utilizando viales de vidrio, las cuales
se llenan completamente con alcohol y se cierran con una pequeña bola de
algodón. Estos viales, debidamente rotulados, se colocan dentro de frascos
grandes, con alcohol, los cuales pueden reunir los viales con los organismos
recolectados e identificados de un mismo sitio o cuerpo de agua y fecha, o
bien podemos colocar todos de un mismo taxón juntos en un frasco grande.
Cada frasco debe llevar su respectiva etiqueta, escrita en papel con lápiz o
con tinta indeleble. Las etiquetas y la información que estas llevan son su-
mamente importantes. Una etiqueta completa debe llevar información sobre

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Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

la localidad de recolecta, fecha de recolecta, recolector, detalles o título del


proyecto, entre otros. Es importante enfatizar que una muestra sin datos de
recolecta es una muestra perdida.
En el laboratorio se pasará el material en una columna de tamiz de 2 mm
a 0.5 mm para separarlo (Fig. 2). Si hay mucho material en el tamiz de 0.5
mm se sub‐muestreará. El material biológico se identificará con un esteromi-
croscopio (X 40) a nivel mínimo de familia con la ayuda de claves especializa-
das (Novelo‐Gutiérrez 1997a, 1997b, para Odonatos de México; Bueno‐Soria
1996, para Trichoptera de México; Needham & Needham 1978; Merritt &
Cummins 1996, Merritt et al. 2008 y Thorp & Covich 2010, que corresponden
a la fauna de Norteamérica; Posada-García & Roldán 2003 para Trichoptera
de Colombia; Domínguez et al. 2006 para Ephemeroptera de Suramérica).
Estandarización de protocolos de trabajo.

Figura 1. Red tipo “D”. Figura 2. Tamizado de la muestra.

63
En México aún no existen protocolos normalizados para trabajos de bioin-
dicación de la calidad del agua, aplicados a nivel regional o nacional, que faci-
liten las comparaciones entre los estudios realizados en las diferentes zonas
del país. Cabe mencionar los trabajos que la autoridad del agua está llevando
a cabo en México. En la década de los años 1970, se implementó el uso de un
índice de calidad del agua (ICA) basado en 18 parámetros fisicoquímicos. A
partir del 2005, se dio inició a la implementación de monitoreos biológicos de
la calidad del agua en algunas regiones del país. Por otro lado y de conjunta el
Organismo de Cuenca Balsas y la Gerencia de Calidad del Agua, de la Comi-
sión Nacional del Agua, el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA)
y la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hi-
dalgo, están colaborando en la creación de un centro de referencia especiali-
zado en bioindicadores, donde se trabaja en la propuesta de un protocolo de
biomonitoreo e integridad biótica, que podrá ser utilizado en las cuencas del
país. Por su parte el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) desde
2008, cuenta con el procedimiento denominado “Evaluación de la calidad del
agua a través de macroinvertebrados (índices de diversidad e índice biótico)”
acreditado ante la EMA (Entidad Mexicana de Acreditación) y brinda con ello
un servicio apegado a normas de calidad (Pineda et al. 2014).
Sin embargo es necesario trabajar en la estandarización de estos protoco-
los de muestreo, con énfasis en los grandes ríos y los cuerpos de agua lénticos,
como los humedales o los grandes lagos. Esta homogeneización de protoco-
los de trabajo de campo, el recuento de los organismos, el análisis de labora-
torio y el uso de los índices, son imprescindibles para conseguir los resultados
y bases de datos consistentes y comparables (Roldán et al. 2014). Rueda-Del-
gado (2002) publicó el Manual de Métodos en Limnología, en donde compiló
la información general sobre los diferentes métodos de estudio para la biota
de mayor importancia en los ambientes acuáticos. Actualmente el Instituto
de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia-IDEAM
está desarrollando una metodología de evaluación de la calidad del agua para
Colombia mediante la utilización de los macroinvertebrados acuáticos como

64
Macroinvertebrados como una nueva herramienta de diagnóstico de calidad del agua

bioindicadores (en Roldán-Pérez 2016), la cual podría servir de base para


adaptaciones en diferentes regiones.
Para ello se debe trabajar con metodologías probadas como es el caso de
los análisis establecidos en el laboratorio de indicadores bióticos del Instituto
Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), la cual también ha sido propuesta
para ser utilizada dentro de la red mesoamericana de macroinvertebrados.
También en varios otros países de Centroamérica (p.ej. Panamá y Guatema-
la) se están utilizando macroinvertebrados como bioindicadores y se realizan
esfuerzos para la adaptación de índices y establecer el biomonitoreo acuático
como una herramienta exigida por ley. Con el fin de unir esfuerzos en este
sentido a nivel regional, en el 2010 se formó una red a nivel Mesoamericano
(“MADMESO”: Macroinvertebrados Dulceacuícolas de Mesoamérica), la cual
une investigadores desde México hasta Colombia (Springer 2010).

Consideraciones finales

El uso de los bioindicadores es un tema aún pendiente en México a pesar de


que su avance ha sido muy significativo en algunos países de Centroamérica,
como es el caso de Costa Rica y El Salvador. En México los estudios sobre la
fauna macroinvertebrada dulceacuícola aún son escasos y falta mucho por ha-
cer, sin embargo, hay algunos grupos con avances importantes en el conoci-
miento de su taxonomía y diversidad como en el caso de Odonata, Crustacea,
Trichoptera y Megaloptera.
A pesar de que aún y cuando el agua es un recurso de gran impor-
tancia, para consolidar el modelo económico de desarrollo actual, el ritmo
acelerado de desaparición de hábitats y los altos valores de contaminación,
obligan a hacer un cambio en la forma de ver y estudiar nuestros sistemas
dulceacuícolas. Los sistemas acuáticos de México, al igual que la mayoría del
resto del mundo se encuentran bajo serias amenazas de degradación debi-
do a la falta de comprensión de la importancia ecológica que estos sistemas
tienen, además de los importantes servicios ambientales que prestan. Urge

65
contar con una gestión integral de sistemas acuáticos que incluya y consi-
dere información precisa de la biota que le da salud e integridad al sistema
general (Alonso-EguíaLis 2007). A la fecha no contamos con instrumentos
legales que regulen el uso de los bioindicadores y mucho menos el uso de los
macroinvertebrados para este fin. En el futuro próximo y ante la urgente ne-
cesidad de monitorear nuestros ecosistemas, se hace imperante el desarrollo
de modelos científicamente válidos, pero de fácil acceso a la sociedad, que
permitan intensificar el monitoreo para la toma de decisiones dirigidas hacia
la rehabilitación de los ecosistemas y la mitigación de los impactos. Al mismo
tiempo, resultará muy importante la participación y compromiso de los legis-
ladores y las autoridades de los tres niveles de gobierno, para crear las condi-
ciones que permitan elevar al nivel de normas oficiales estos procedimientos,
para atender desde una línea de base científica y con principios de integridad
biótica, el manejo y la conservación del patrimonio de los ecosistemas de agua
dulce de México (Alonso-EguíaLis et al., 2014).
La fiabilidad de los resultados obtenidos con el BMWP, la rapidez de su
obtención y la facilidad de su utilización, convierten a éste índice en una mag-
nífica herramienta para el seguimiento y gestión de cuencas por personal téc-
nico, con un importante ahorro, tanto económico como de tiempo, al permitir
evaluar la situación de las aguas (Alba-Tercedor & Sánchez-Ortega 1988).
Esta metodología de trabajo constituye una referencia importante para las
instituciones públicas y privadas, en el marco de un manejo integral de cuen-
cas y la protección del medioambiente, siendo el índice biótico una herra-
mienta de diagnóstico medioambiental bastante práctica.

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74
La calidad de aire en ciudades

4. La calidad de aire en ciudades

Arturo Figueroa Montaño


Cecilia Garibay López
Valentina Davydova Belitskaya

Introducción

La contaminación del aire y sus efectos adversos sobre la salud humana atra-
jeron la atención a escala global a partir de la ocurrencia de los dos grandes
eventos de smog, el de Donora, Pensilvania en 1948 y el de Londres, Inglate-
rra en 1952. De estos, el evento de Londres destaca como el mayor desastre
de muertes en la población civil, pues en tan solo una semana se llegaron a
registrar hasta 4,073 muertes en comparación con 1,852 que se habían re-
gistrado para la misma semana del año anterior. De igual forma durante el
periodo de diciembre 1952 a marzo 1953, la literatura refiere hasta 12,000
muertes cuya causa principal fueron la acumulación de emisiones de carbón
provenientes de miles de hogares para hacer frente al crudo invierno, esto
aunado a las condiciones de estabilidad de la atmósfera que limitó los meca-
nismos de difusión y transporte de los contaminantes (Davis, 2002).
Durante la conferencia mundial del medio ambiente organizada en Esto-
colmo por las Naciones Unidas en 1972, Suecia afirmó que la acidificación
de lagos y ríos podría ser debida a los efectos de los contaminantes atmos-
féricos originados en otros países. La protesta fue recibida con escepticismo,
aunque algunos años más tarde, los hechos confirmaron la teoría, y en 1979
después de varios años de negociaciones dentro del marco de las Naciones
Unidas, treinta países firmaron el acuerdo sobre contaminación atmosférica
transfronteriza.

75
El acuerdo multilateral sólo exigió de los países un compromiso para li-
mitar los contaminantes transfronterizos usando la mejor tecnología econó-
micamente a su alcance, quedando de esta manera oficialmente reconocida
la existencia del problema. Es entonces que a partir de este reconocimiento
que se empiezan a generar una serie de investigaciones cuyo objetivo general
era, el conocimiento integral de uno de los problemas más complejos de la
sociedad moderna; esto es, la emisión de contaminantes en la atmósfera. A
partir de estas investigaciones existe el consenso general de que el problema
de la contaminación del aire en las ciudades es producto de la interacción de
un buen número de factores; entre los que se incluye la concentración pobla-
cional, la topografía, meteorología y el grado y las tazas de industrialización y
de desarrollo socioeconómico. Así en las ciudades el grado de desarrollo está
generalmente relacionado con niveles crecientes de contaminación del aire
que a menudo exceden los estándares de salud; y esto ocurre frecuentemente
en un factor de 2 a 3 para el ozono (O3) y material particulado (PM10 y PM2.5).
La contaminación del aire en las ciudades ha sufrido cambios drásticos en
los últimos 50 años. Hasta después de la Segunda Guerra Mundial, el conta-
minante más importante era el dióxido de azufre combinado con hollín proce-
dente del uso de combustibles fósiles en la producción de calor y electricidad.
Cuando ese problema se resolvió en parte con combustibles más limpios, chi-
meneas más altas y limpieza de gases de combustión; el creciente tráfico en
las zonas urbanas dio lugar a PM10 y PM2.5, monóxido de carbono (CO), óxidos
de nitrógeno (NOX) y compuestos orgánicos volátiles (COVs) que ahora son
la fuente principal de la contaminación fotoquímica para la producción del O3
troposférico. Además de los contaminantes comunes, también se han detec-
tado en el aire urbano un gran número de químicos tóxicos y carcinogénicos a
bajas concentraciones, pero cuyos niveles parecen ir en aumento.
Algunos ejemplos de estos son el benceno, que se encuentra en la gaso-
lina; percloroetileno, que se emite desde algunas instalaciones de limpieza
en seco; y cloruro de metileno, que se usa como disolvente y removedor de

76
La calidad de aire en ciudades

pintura por varias industrias. Otros ejemplos de tóxicos en el aire incluyen


dioxinas, asbestos y metales como cadmio, mercurio, cromo y compuestos de
plomo. Esta gran variedad de químicos se emiten por un rango muy amplio de
fuentes, como lo son incineradores, plantas de tratamiento de aguas residua-
les, procesos industriales y de manufactura, establecimientos de tintorerías,
gasolineras, materiales de construcción y los vehículos de motor. Aunque las
emisiones de estos compuestos son generalmente más bajas en comparación
con los contaminantes que de manera estándar se utilizan para evaluar la ca-
lidad del aire; su riesgo es igualmente significativo para la salud, debido a su
extremada toxicidad o carcinogenicidad, o en algunos casos ambos efectos
(Gonzales N.E., 2013).
La calidad del aire, o mejor dicho su degradación o contaminación, es el
resultado de fenómenos complejos derivados de una pluralidad de causas y
efectos asociados, en general, a la actividad humana y a la emisión de conta-
minantes a la atmósfera. La mala calidad del aire urbano es un problema con
una importante vertiente local, pero también de magnitud transfronteriza y
planetaria, algunos contaminantes pueden viajar largas distancias con efectos
como lluvia ácida y eutrofización, mientras que otros afectan directamente al
clima y a su vez sus impactos se agravan por el resultante cambio climático
(Maynard R.L., 2015).
Uno de los grandes desafíos al que se enfrenta la sostenibilidad urbana es
el de los cambios e impactos cuantitativos y cualitativos no deseados que sur-
gen dentro de las ciudades derivados o asociados a los modos de vida urbano.
Así la sostenibilidad en las ciudades o sistemas urbanos, será el resultado de
la interacción de un conjunto de servicios ambientales, sociales y económicos
básicos a todos los miembros de una comunidad; sin poner en peligro la viabi-
lidad de los entornos naturales, construidos y sociales de los que depende el
ofrecimiento de estos servicios (ICLEI, 2018).
Esto exige la puesta en práctica de políticas integradas innovadoras que
incidan no sólo en los elementos estructurales de la ciudad, sino en la forma
de vivirla de los ciudadanos, comenzando por transformar los procesos urba-

77
nos insostenibles, incidiendo especialmente en los patrones de planificación
urbanística y de movilidad, a fin de que no sigan aumentando los parámetros
actuales de motorización, uso de los vehículos y la consiguiente contamina-
ción atmosférica, con impactos que afectan a la calidad de la vida urbana en
las tres dimensiones básicas de la sostenibilidad:

a) Impactos ambientales: por deterioro de la calidad del aire urbano, por


aumento de las emisiones contaminantes y contribución de algunos de
éstos y del CO2 al cambio climático.
b) Impactos sociales: asociados al riesgo de padecer enfermedades, au-
mento de la morbilidad y mortalidad por contaminación del aire, y a las
pérdidas o degradación de los ecosistemas.
c) Impactos económicos: asociados tanto a los impactos sociales mencio-
nados, y los costos directamente resultantes de pérdidas de producti-
vidad y degradación de espacios, materiales y del patrimonio cultural.
(Bell y Samet, 2010).

Durante los últimos cien años, las poblaciones humanas se han venido
aglomerando en grandes centros urbanos donde alguno de ellos supera ya
los 10 millones de personas cuya demanda de productos y servicios ha re-
sultado en una sobre explotación de recursos naturales y consecuentemente
problemas de degradación ambiental. A este tipo de ciudades se les ha defi-
nido como Megaciudades y están mayormente situadas en países pobres con
economías emergentes y se caracterizan por presentar elevados niveles de
contaminación, entre los que sobresale la contaminación del aire (Molina y
Molina, 2004).
En el 2011, las Naciones Unidas publicó un reporte prospectivo sobre la ur-
banización mundial, donde la Ciudad de México con 20.4 millones ocupaba el
tercer lugar de 23 ciudades identificadas; esto es, después de las ciudades de
Tokio en Japón con 37.2 millones, y Deli en la India 22.7 millones (UN, 2012).
Aunque las Megaciudades cubren menos del 0.2 de la superficie terrestre, su

78
La calidad de aire en ciudades

número de habitantes concentra aproximadamente el 10% de la población


mundial lo que resulta significativo respecto al consumo de materiales y ener-
géticos, además de algunos otros aspectos de las aglomeraciones urbanas.
Uno de estos aspectos importantes lo refiere Kolb, 2006 como “Metabolismo
Urbano” refiriéndose a que las ciudades exportan y excretan materiales (pro-
ductos industriales, efluentes contaminantes, basura, contaminantes gaseo-
sos, partículas y aerosoles); y por otro lado la respiración urbana echa mano
del oxígeno disponible en el aire además de los contaminantes gaseosos, par-
tículas y aerosoles primarios y secundarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), al igual que el Programa de
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha comunicado cifras que
resaltan el efecto negativo que la mala calidad del aire tiene sobre la salud.
Este valor es de 1.34 millones de muertes prematuras atribuibles a la con-
taminación del aire en ciudades (OMS, 2016). Además de lo anterior, en el
2012, un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco-
nómicos (OCDE), pronosticó que para el año 2050 “La contaminación del aire
se convertirá en la causa ambiental principal de mortalidad prematura, por
encima de aguas insalubres y falta de saneamiento, con un valor proyectado
de 3.6 millones de muertes prematuras al año” (OCDE, 2012). Por su parte
el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) de la OMS,
determinó que la contaminación del aire exterior es carcinógena para el ser
humano, y que las partículas del aire contaminado están estrechamente rela-
cionadas con la creciente incidencia de cáncer de pulmón además del cáncer
de vías urinarias y vejiga (IARC, 2013).
Los residuos de las diferentes actividades humanas se han descargado al
ambiente con la idea de que los ecosistemas tendrían la capacidad de absor-
berlos o “limpiarlos” sin que se generaran problemas posteriores. La contami-
nación existe porque ningún proceso es 100% eficiente. Nuestro organismo
no utiliza el 100% de los alimentos que ingerimos. Por ejemplo la fibra no se
digiere en el tracto gastrointestinal por lo que es excretada como residuos en
las heces. Las enzimas en el intestino desdoblan otros alimentos a moléculas

79
que pueden cruzar la pared del tracto gastrointestinal hacia el torrente san-
guíneo, para llevar los nutrientes a los diferentes órganos. De igual forma los
órganos no utilizan el 100% del valor nutricional y una porción se excreta por
las orina como desecho químico. De la misma manera nuestro organismo no
puede convertir toda la energía potencial de los alimentos en energía útil, y
parte de ella se convierte en energía de desperdicio la cual liberamos en for-
ma de calor. Por lo anterior podemos concluir que no existe proceso natural,
humano, de manufactura ó combustión 100% eficiente.
En este trabajo se discuten específicamente la contaminación por partí-
culas PM10 y el O3 (ozono) al ser los dos principales contaminantes que con
mayor frecuencia rebasan los valores especificados en la normatividad mexi-
cana de calidad del aire, además de dar una panorámica general de las herra-
mientas y técnicas para la evaluación de la calidad dela aire; así como algunas
tecnologías de control.

Concepto de contaminación del aire

La contaminación supone el aumento o a veces la disminución de ciertos com-


ponentes de la atmósfera, que no se habría producido sin la actividad humana.
Dado que la atmósfera de nuestro planeta ha sufrido profundos cambios en su
constitución a lo largo de su existencia y que las erupciones volcánicas, incen-
dios forestales y tormentas de arena provocan alteraciones locales y nacionales
evidentes en los valores de los componentes atmosféricos, una definición de
esta índole es de utilidad limitada. Hay otras definiciones de contaminación at-
mosférica más útiles, tales como la presencia de sustancias en la atmósfera que
resultan de la actividad del ser humano o de procesos naturales y que producen
efectos negativos en el ser humano en el medio ambiente. También puede de-
finirse como “la presencia en la atmósfera de sustancias o energía en tales can-
tidades y de tal duración que son capaces de causar daños a los seres humanos,
a las plantas o a la vida animal, o de dañar los objetos y estructuras fabricadas

80
La calidad de aire en ciudades

por el ser humano o de provocar cambios de temperatura y clima, o dificultades


para el cómodo disfrute de la vida, de los bienes o de otras actividades huma-
nas”.(Jain et al, 2014).
Aunque la contaminación del aire proviene también de fuentes naturales,
tales como cuando un rayo causa un incendio forestal, o un volcán erupciona,
o de fuentes biogénicas como ocurre en algunas especies de plantas que al-
macenan en órganos especializados de las hojas y tallos hidrocarburos como
el isopreno y algunos otros miembros del grupo de los COVs. Parte del carbo-
no producido en los tejidos vegetales mediante diversos procesos fisilógicos,
retorna a la atmósfera donde reaccionan con otros compuestos y forman par-
te activa en la química atmosférica, contribuyendo así hasta en dos terceras
partes a las emisiones globales o incluso en algunos casos particulares pueden
exceder a las emisiones antropogénicas (BolañoT.R., et al., 2015).

Tipos y fuentes de contaminación del aire

Una de las mayores causas de los crecientes niveles de contaminación del aire
y el resultante daño a la salud y bienestar de la población y el medio ambien-
te, es el uso exponencial de vehículos de motor estimulada por la expansión
económica en las áreas urbanas, lo que contribuye típicamente entre un 60%
a 70% en la emisión de contaminantes (Figueroa et al., 2016).
Aunque existen muchos diferentes contaminantes del aire, seis son los
más importantes desde una perspectiva regulatoria por los efectos que en la
salud humana y el ambiente tienen (Tabla 1).

81
Tabla 1. Contaminantes criterio. Elaboración propia.

Formación Contaminante Estado Fuentes


físico
Vehículos (sobre todo diésel), tanto
PM10, PM2.5 y Sólido y de motor como de abrasión, de-
carbono negro aerosoles molición y construcción, erosión
PRIMARIA: Como de suelo. Procesos industriales y de
fuente inicial combustión. Incendios forestales,
las sustancias prácticas y costumbres quema de
contaminantes basura y preparación de suelos agrí-
son vertidas colas, humo del tabaco.
directamente a la
SOx Gas Centrales térmicas, procesos de
atmósfera.
combustión, procesos industriales,
vehículos.
NOx Gas Centrales térmicas, procesos de
combustión, procesos industriales,
vehículos, estufas y cocinas de gas.
CO Gas Centrales térmicas procesos de com-
bustión incompleta, vehículos, procesos
industriales
humo de tabaco
COVs Gas Almacenamiento de combustibles y sol-
ventes. Vehículos, industria de lavado en
seco, laboratorios industriales y centros
de investigación, industria de la construc-
ción.
SECUNDARIA: Industria de los combustibles y fabri-
Son producto de cación de pinturas lacas y solventes.
la fotooxidación O3 Gas Vehículos (secundario por foto-oxidación
de SOx, NOx y de NOx y COVs)
COVs.

A estos se les da el nombre de Contaminantes Criterio, y se refiere a aquellos


que se han identificado como comunes y perjudiciales para la salud y el bien-
estar de los seres humanos y los ecosistemas; en base a una serie de estudios
de evaluación publicados en documentos científicos de calidad del aire. Por lo
que a nivel internacional los contaminantes criterio para el monitoreo de la
calidad del aire son: PM10, PM2.5, O3, CO, NOx, y óxidos de azufre SOx. Además

82
La calidad de aire en ciudades

de estas sustancias, en la atmósfera se encuentran una serie de contaminan-


tes que se presentan más raramente, pero que muchas de las veces son más
tóxicas, tal es el caso del plomo, benceno y las dioxinas como carcinogénicos
potenciales. (Liu X., et al; 2016).

Figura 1. Ligera bruma de contaminación al Oriente de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Material particualdo (menores a 10 μm y 2.5 μm)

Las partículas en suspensión comprenden un amplio espectro de sustancias


sólidas o líquidas, orgánicas o inorgánicas, dispersas en el aire, procedentes de
fuentes naturales y antropogénicas. Los elementos presentes en las partículas
varían según las fuentes locales pero, en general, los principales componen-
tes son carbono, hidrocarburos, material soluble en agua (como el sulfato de
amonio), material insoluble que contiene pequeñas cantidades de hierro, plo-
mo, manganeso y otros elementos, así como material biológico (polen, espo-
ras vegetales, virus y bacterias). Según su tamaño las partículas se dividen en
gruesas, que incluyen a partículas con diámetro entre 2.5 y 10 micrómetros;
y finas que tienen tamaños menores a 2.5 micrómetros.
Las partículas gruesas, como las que generalmente se levantan del suelo,
difícilmente penetran hasta los alveolos pulmonares pues, en su mayoría, son
retenidas por las mucosas y cilios de la parte superior del aparato respiratorio.
En contraste, partículas provenientes de las quemas agrícolas forestales, así
como las generadas por la combustión de vehículos a gasolina y diésel son en

83
su mayoría partículas finas que sí penetran hasta los alveolos pulmonares.
Las partículas pueden tener efectos tóxicos debido a sus características fí-
sicas o químicas inherentes, o bien pueden afectar de manera indirecta al
humano tanto por la interferencia de mecanismos del aparato respiratorio
como por actuar como vehículo de una sustancia tóxica absorbida o adhe-
rida a su superficie.
MONÓXIDO DE CARBONO (CO): Es un gas incoloro, inodoro e insípido,
ligeramente menos denso que el aire. En la naturaleza se genera CO en la pro-
ducción y degradación de la clorofila, mientras que su origen antropogénico
se sitúa en las combustiones incompletas, por lo que es emitido casi en su
totalidad (98%) por fuentes móviles (principalmente vehículos particulares).
Dado que la afinidad de la hemoglobina por el CO es unas 250 veces mayor
que por el oxígeno, el monóxido de carbono se combina con la hemoglobi-
na en los glóbulos rojos de la sangre y forma carboxihemoglobina (COHb)
que disminuye la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, además de
interferir en su liberación en los tejidos, por lo que produce hipoxia y altera-
ciones del funcionamiento celular en las neuronas, en las células del corazón
y en las de otros músculos. La exposición crónica a CO induce la aparición de
fenómenos de aclimatación como el aumento del número de glóbulos rojos,
del volumen sanguíneo y el tamaño del corazón.
BIÓXIDO DE AZUFRE (SO2): Es un gas incoloro que en altas concentra-
ciones puede ser detectado por su sabor y por su olor cáustico e irritante. Se
disuelve con facilidad en el agua para formar ácido sulfuroso (H2SO3), el cual
se oxida lentamente y forma ácido sulfúrico (H2SO4) con el oxígeno del aire.
El SO2 también puede formar trióxido de azufre (SO3), vapor muy reactivo
que se combina rápidamente con vapor de agua para formar un aerosol ultra
fino de ácido sulfúrico, de gran importancia desde el punto de vista de efectos
en la salud. En altas concentraciones en individuos normales y más bajas en
individuos asmáticos, puede producir broncoconstricción.
BIÓXIDO DE NITRÓGENO (NO2): Se deriva de los procesos de combus-
tión, siendo ésta la fuente principal de su vertimiento a la atmósfera. Es un

84
La calidad de aire en ciudades

contaminante primario y juega un doble papel en materia ambiental, ya que


se le reconoce el efecto potencialmente dañino de manera directa, pero tam-
bién es uno de los precursores del ozono.
OZONO (O3): Es un contaminante secundario formado por una compleja
serie de reacciones químicas de los contaminantes primarios o precursores en
presencia de oxígeno atmosférico y luz solar.
En la tropósfera, el ozono se produce a través de los procesos fotoquímicos
de los NOx y COVs. Los principales efectos a la salud están asociados con el
daño que ocasiona a las células en las vías respiratorias, causando entre otros
problemas; inflamación y reducción de la capacidad del aparato respiratorio
tanto para combatir infecciones como para remover las partículas externas,
por lo que se incrementa la incidencia de infecciones respiratorias, tos, fle-
mas, atrofia de la mucosa nasal, irritación de ojos, disminución de la función
respiratoria y visitas de emergencia por ataques de asma.
TÓXICOS: Estos compuestos son motivo de preocupación tanto por su pa-
pel como precursores de ozono y otros oxidantes, como por la alta toxicidad
de algunos de ellos. Debido a su gran variedad, no se conocen completamente
sus efectos, sin embargo, para algunos de ellos, como el benceno, se ha reco-
nocido su papel cancerígeno. Cuando las personas se exponen por periodos
largos a concentraciones altas de benceno pueden sufrir edemas y hemorra-
gias bronquioalveolares. También puede llegar a producir importantes efec-
tos cardiovasculares como extrasístoles o taquicardia ventricular. Los efectos
gastrointestinales dependen de la dosis ingerida, pero pueden producir desde
gastritis tóxica hasta estenosis pilórica.
EFECTOS DE LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE: La contaminación del aire
daña a los organismos, reduce la visibilidad, y ataca y corroe a los materiales
tales como metales, plásticos, hule y textiles. Los contaminantes del aire irri-
tan el tracto respiratorio de los animales, incluyendo al humano, y pueden
empeorar algunas condiciones médicas, tales como enfermedades crónicas
de los pulmones, neumonía y problemas cardiovasculares. La exposición a
contaminantes del aire durante enfermedades respiratorias puede resultar

85
más tarde en el desarrollo de enfermedades respiratorias crónicas, tales como
enfisema y bronquitis crónica.

Tabla 2. Daños y costos asociados causados por la contaminación atmosférica. Elaboración propia.

SALUD DE LA ECOSISTEMAS AGRICULTURA MATERIALES


POBLACIÓN

Afecciones Afecciones a masas Daños visibles en las Corrosión ácida de


respiratorias y forestales, ríos, lagos cosechas. piedras como la
cardiacas. y suelos. cantera, metales y
Reducción en el pinturas en edificios
Ingresos hospitalarios Pérdida de rendimiento de las e infraestructuras.
biodiversidad por cosechas.
Consultas médicas degradación de Ataque del ozono
hábitats y reducción Disminución de a revestimientos
Medicación del número de las producciones plásticos y
especies. ganaderas. polímeros
Bajas laborales
Cambios en los
Número de días de ecosistemas.
vida perdidos

Además de los efectos de las emisiones de contaminantes a la atmósfera


a nivel local, en la salud de las personas o en el estado de sus pertenencias
(como el deterioro de los monumentos arquitectónicos), también se encuen-
tran los efectos a nivel regional, como la afectación de los bosques y ecosiste-
mas acuáticos debido a las lluvias ácidas (como ocurrió en el norte de Europa
y está sucediendo actualmente en China) o, incluso, a nivel mundial, como el
cambio climático y la reducción del espesor de la capa de ozono estratosféri-
co, cuyos efectos más evidentes se manifiestan en Antártica y otras regiones
del planeta. La figura 3 muestra un resumen de los contaminantes criterio y
sus efectos a la salud.

86
La calidad de aire en ciudades

Figura 2. Efectos de los contaminantes criterio en la salud (SMADF, 2010).

Normas mexicanas de calidad del aire

Las normas de calidad del aire en materia de protección a la salud establecen


los límites máximos permisibles de contaminantes en el aire que no deben
ser excedidos para un determinado tiempo y frecuencia, a fin de garantizar la
protección de la salud de la población en general, y de los grupos más vulne-
rables como son los niños, adultos mayores y de aquellas personas con pade-
cimientos crónicos cuya salud es mayormente afectada.
En México se norman los siguientes contaminantes atmosféricos: bióxido
de azufre (SO2), monóxido de carbono (CO), bióxido de nitrógeno (NO2),

87
ozono (O3), partículas suspendidas totales (PST), partículas (PM10, PM2.5) y
plomo (Pb). Aunque este último solo se ha venido monitoreando para la Zona
Metropolitana de la ciudad de México.

Tabla 3. Normatividad Mexicana en materia de calidad del aire. Adaptado de SEMARNAT, 2011.

VALORES DE CONCENTRACIÓN MÁXIMA


Exposición aguda Exposición
CONTAMINANTE NORMA crónica
Concentración y Frecuencia Concentración
tiempo promedio máxima y tiempo
aceptable promedio
0.095 ppm No se permite
O3 NOM-020- (Máximo diario)
SSA1-2014 NA
0.070 ppm 4 veces al año
(8 horas)
NOM-021- 11.0 ppm 1 veces al año
CO SSA1-1993 (móvil 8 horas) NA
0.110 ppm 1 vez al año 0.025 ppm
(24 hora) (media
SO2 NOM-022- aritmética
SSA1-2010 anual)
0.200 ppm 2 veces al año
(1 hora) NA
NOM-023- 0.21 ppm 1 vez al año NA
NO2 SSA1-1993 (1 hora)
2% de las
PST 210 µg/m3 mediciones de NA
(24 horas) 24 horas al año

2% de las 40 µg/
PM10 NOM-025- 75 µg/m3 mediciones de m3 (Media
SSA1-2014 (24 horas) 24 horas al año aritmética
anual)
2% de las 15 µg/
PM2.5 65 µg/m3 mediciones de m3 (Media
(24 horas) 24 horas al año aritmética
anual)

88
La calidad de aire en ciudades

Métodos de medición de la calidad del aire

Existen muchas formas de medir la contaminación del aire los cuales abarcan
métodos químicos simples ó métodos de algunas técnicas electrónicas más
sofisticadas. De manera general podemos distinguir cuatro métodos princi-
pales para medir la contaminación del aire.

1. MUESTREO PASIVO: Son métodos de calidad aire confiables y costo


efectivos. Son buenos indicadores de la concentración promedio de
contaminación en periodos de semanas a meses. Se denomina muestro
pasivo porque los equipos de muestreo no tienen sistema de bombeo
alguno. En lugar de ello el flujo de aire se controla por un proceso físi-
co, tal como la difusión. El mejor ejemplo de esta técnica son los tubos
de difusión que con un diseño simple emplean varias formulaciones de
absorbentes apropiadas para un amplio rango de aplicaciones de conta-
minantes orgánicos e inorgánicos. Sin embargo los más confiables y por
ende más comúnmente usados son para óxidos de nitrógeno y benzeno.

Figura 3. Tubos de difusión. Imágenes Google. https://www.google.com.mx/imghp?hl=es-419.

89
Los tubos tienen una longitud de 71 mm con un diámetro interno de
11 mm y en uno de sus extremos contienen una fina malla de acero
recubierta con trietanolamida, la cual convierte el dióxido de nitrógeno
a nitrito, quedando atrapado para su posterior análisis en el laboratorio.
El otro extremo del tubo se encuentra abierto y colocado hacia abajo
para prevenir la entrada del agua de lluvia o polvo de manera directa.
Para asegurarse que todo el nitrito atrapado en la malla es representa-
tivo del sitio de muestreo los tubos son sellados antes y después de la
exposición. Los tubos se distribuyen y colectan de manera manual.
2. MUESTREO ACTIVO: A diferencia de muestro pasivo, en estos métodos
se bombea un volumen conocido de aire a través de un colector (un
filtro a una solución química) por un periodo de tiempo conocido. El co-
lector se remueve del sistema de bombeo y es mas tarde analizado en
el laboratorio. De manera general, el muestreo activo utiliza métodos
físicos o químicos para colectar el aire contaminado.

Figura 4. Equipo básico para el muestreo de partículas: 1.- Sostenedor del filtro, 2. Medidor del flujo, 3.
Bomba, 4.- Batería. Imágenes Google. https://www.google.com.mx/imghp?hl=es-419. Enero, 2018.

8. MÉTODOS AUTOMÁTICOS : Estos métodos son los mejores en térmi-


nos de la alta resolución de sus mediciones, permitiéndonos la reali-
zación de un monitoreo continuo para concentraciones horarias hasta

90
La calidad de aire en ciudades

menores. El espectro de contaminantes que se pueden determinar van


desde los contaminantes criterio (PM10-PM2.5, CO, SO2, NO2, O3) hasta
tóxicos en el aire como el plomo y los compuestos orgánico volátiles.
Las muestras colectadas se analizan utilizando una variedad de mé-
todos los cuales incluyen la espectroscopia y cromatografía de gases.
Además estos métodos tienen la ventaja de que una vez que se carga la
muestra al sistema nos da las lecturas de las concentraciones de mane-
ra automática y en tiempo real.

Figura 5. Estación automática para monitoreo de contaminantes criterio (PM10, CO, SO2, NO2, O3).
SEMADET(2015).

9. MÉTODOS ÓPTICOS DE PERCEPCIÓN REMOTA: Estos métodos se ba-


san en técnicas espectroscópicas. Con ellos es posible hacer mediciones
en tiempo real de la concentración de un buen número de contaminan-
tes entre los que se incluyen NO2 y SO2.

91
Figura 6. Monitoreo de la calidad del aire desde el especio por medio de sensores remotos. Disponible en:
http://www.publico.es/ciencias/contaminacion-del-aire-medida-spacio.html.

92
La calidad de aire en ciudades

Tabla 4. Algunas aplicaciones clave y ventajas de los métodos de percepción remota. Elaboración propia.

APLICACIONES VENTAJAS
· Análisis de la tendencia de la calidad del aire · Sin contacto directo
ambiente.
· Validación de modelos de dispersión. · Sin contaminación
· Evaluación de las acciones implementadas para
reducir las emisiones.
· Evaluación de los riesgos a la salud. · Alto nivel de seguridad
· Evaluaciones de impacto ambiental.
· Identificación de fuentes de contaminación del · Tiempo Real
aire y suelo.
· Impacto de las emisiones provenientes de proce-
sos y zonas industriales. · Cuantificación (relativa/absoluta)
· Mantenimiento de los objetivos de calidad del
aire.
· Estudios de higiene ocupacional.

Métodos y equipos para el control de la contaminación del aire

La forma más efectiva de atacar el problema de la contaminación del aire,


es prevenir la formación de los contaminantes mediante el uso de materias
primas limpias o combustibles de bajas emisiones, y el uso de tecnología al-
ternas que utilicen la energía de las fuerzas naturales como la solar, eólica,
geotérmica e hídrica; y/o minimizar emisión contaminantes en las fuentes si
los anteriores procesos no son viables.
Recientemente, la Universidad Politécnica de Cataluña ha creado un hor-
migón biológico donde pueden crecer microorganismos pigmentados a una
tasa de crecimiento rápida, donde las colonias de microorganismos adsorben
el CO2 de la atmósfera para su crecimiento y decoración de los muros con sus
diversos colores. (Zocalo, 2018). El control de contaminantes en la fuente se
puede lograr por medio de: cambios en las materias primas, cambios opera-
cionales, modificación o reemplazamiento de equipos de producción, y/o por
medio de una operación más efectiva de los equipos existentes.
Cuando los métodos de corrección en la fuente no pueden ser aplicados,
entonces el control de los contaminantes se hace en los gases efluentes uti-

93
lizando técnicas de limpieza de gases. Estas incluyen muchas de las técnicas
ingenieriles que el presente forman la parte principal de la tecnología del con-
trol de la contaminación del aire y entre las cuales destacan:
ABSORCIÓN: Se basan en el principio de la absorción, en este se transfiere
el contaminante de la fase gaseosa a líquida. Esto es un proceso de transferen-
cia de masa en el cual el gas se disuelve en el líquido. El contaminante gaseoso
se mueve de puntos de alta concentración a puntos de baja, y la remoción del
gas contaminante se lleva a cabo en tres fases: Difusión del gas hacia la su-
perficie del líquido, disolución o esto es la transferencia de la interfase gas-lí-
quido, y la difusión del gas disuelto en la interfase hacia el líquido. Los equipos
utilizados en este proceso son cámaras y torres, ó columnas de rocio.

Figura 7. Absorción de gases contaminantes mediante interfase gas-líquido. (Cordonchem, 2018).

ADSORCIÓN: Es también un proceso de transferencia de masa, en el cual


el gas se pega a un sólido por medio de fuerzas electrostáticas. Los adsor-
bentes más comúnmente usados son: sílica gel, alúmina activada, carbono
activada y cedazos moleculares.

94
La calidad de aire en ciudades

Figura 8. Sistema simple de adsorción con alúmina activada. (Renteria C.H., 2018).

COMBUSTIÓN: Es un método de control cuando el contaminante es oxida-


ble a un gas inerte. De manera general el CO y los hidrocarburos caen en esta
categoría. Las aplicaciones más accesibles son combustión directa y combus-
tión catalítica.

Figura 9. Equipo para la combustión directa de gases contaminantes. (Wark K. et al., 2013).

CONTROL FUENTES MÓVILES: La modificación de las máquinas por si so-


las, no es suficiente para el control de contaminantes. Para alcanzar los es-

95
tándares de emisión, se coloca un reactor catalítico externos a los vehículos.
La función de este es promover reacciones que conviertan NOX a NO2, CO a
CO2, hidrocarburos a CO2 y H2O. Otra de las medidas en que debe enfocarse
la disminución de emisiones de fuentes móviles comprende la modificación
de combustible, y la reducción de la presión del vapor de la gasolina a fin
de reducir la emisión de hidrocarburos. La bondad de estos implementos es
significactiva, sin embargo, al igual que otros aspectos de la de la conducción
de un automóvil, estos equipos se desgastan y fallan. Debido a que la falla no
limita la operación del automóvil. No son reparados por los propietarios, por
lo que los programas de control de la calidad del aire deben de contemplar
programas de inspección para asegurar que estos dispositivos funcionen.

Figura 10. Cómo funciona el convertidor catalítico. Disponible en http://lidesca.com.mx/como-funcio-


na-el-convertidor-catalitico.

96
La calidad de aire en ciudades

Conclusiones y recomendaciones

En la actualidad determinadas enfermedades y alergias son cada vez más fre-


cuentes, además se puede reducir la esperanza de vida de una manera sig-
nificativa en los entornos más contaminados. Para estimar los efectos de la
calidad del aire urbano sobre la salud humana es necesario un enfoque nuevo
que considere no sólo las inmisiones o concentraciones que respiramos me-
didas como valores límite, sino, en general, los tiempos de exposición reales
de una persona que se mueve por diferentes zonas de una ciudad a lo largo
de un día; además de estar expuesta a los ambientes laborales y el propio del
interior de las viviendas.
Algunas medidas que pueden paliar la actual insostenibilidad de las ciuda-
des en materia de calidad del aire deben sobre todo enfocarse en la planea-
ción urbana, el urbanismo y la ordenación del territorio de forma que se pueda
favorecer la implantación de formas más sostenibles de transporte, consumo
de energía y ocupación innecesaria de suelo, que redunden en una mejora di-
recta de calidad del aire y por lo tanto de la calidad de vida de los ciudadanos.
Esta planificación ha de realizarse en función de otras estrategias como la
lucha frente al cambio climático dado que en coordinación con los planes de
transporte urbano sostenible, supondrá el uso de vehículos de bajo índice de
emisiones de CO2 y de bajo consumo energético, para contribuir en la reduc-
ción de las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes
que les acompañan a nivel local y los efectos negativos que para la salud estos
conllevan. Así estas políticas deberían ser sinérgicas con métodos sostenibles
de planificación urbanística y de construcción limitando las repercusiones ne-
gativas no solo de cara al interior de los edificios (eficiencia energética de
los edificios), sino de cara al exterior dado que la limitación de la movilidad
horizontal, reduciría las repercusiones negativas de la contaminación interior
y exterior en la salud.
Los principios de sostenibilidad asumen que la gestión urbana sostenible
exigen una estrategia integrada de cierre de los ciclos de recursos naturales,

97
energía y residuos además de la gestión urbana tradicional, basada en políti-
cas de zonificación y de usos mixtos en las ciudades y planificación integra-
da de los transportes y usos del suelo. Lo deseable sería que ante variables
relacionadas con el crecimiento de la población y de la actividad económica
disminuyeran las emisiones de contaminantes atmosféricos de forma no sólo
relativa, sino absoluta, para favorecer la dinámica socioeconómica de sistema
urbano con una menor degradación del ambiente, especialmente el atmos-
férico, logrando una verdadera disociación entre las mejoras de la calidad de
vida y la contaminación.
De manera general las recomendaciones para la mejora de la calidad del
aire en las ciudades involucran soluciones tecnológicas y no tecnológicas en-
focadas en el diseño y la planificación del territorio como elementos clave
para controlar la contaminación atmosférica y para favorecer un desarrollo
sostenible. La tabla 5 propone una serie de medidas tanto tecnológicas como
no tecnológicas para la mejora de la calidad del aire en las ciudades.

98
La calidad de aire en ciudades

Tabla 5. Algunas propuestas para la mejora de la calidad del aire. Elaboración propia.

SOLUCIONES TECNOLOGICAS SOLUCIONES NO TECNOLOGICAS


· Modificación de procesos de producción · Reubicación de industrias y servicios
y fomento de la aplicación de las mejores potencialmente contaminantes.
tecnologías disponibles para la preven- · Incentivar la accesibilidad y movilidad
ción de la contaminación. sostenible de la población, en base a dis-
· Potenciar la aplicación de tecnologías tribución y localización de los servicios,
específicas para vehículos como recircu- con métodos de transporte más eficien-
lación de gases de emisión, catalizadores tes y saludables: andar e ir en bicicleta.
oxidantes, catalizadores de reducción · Promover estilos de vida más saludables
selectiva y filtros trampa para las partí- (potenciando trayectos a pie o en bici-
culas. cleta) en combinación con la utilización
· Potenciar el uso de bio-combustibles del transporte público y de espacios
para reducir niveles de emisiones. abiertos.
· Potenciar el cambio en los sistemas de · Desarrollar estrategias de movilidad sos-
aclimatación de edificios utilizando ener- tenible (calidad, frecuencia, precios com-
gías renovables y en general tecnologías petitivos, usos de tecnologías limpias).
y combustibles limpios. · Restringir el uso del coche en el centro
· Promover tecnologías con menores emi- de la Ciudad
siones de NOx y SOx en los complejos · Potenciar el uso de las energías renova-
industriales próximos a las ciudades. bles e incrementar zonas verdes en las
ciudades·
· Penalizar con mayor dureza las fuentes
contaminantes e incentivar las que ge-
neran una mejora en la calidad del aire.
· Generar políticas transversales, intra-in-
tersectoriales y sobre todo coherentes
capaces de fomentar la cooperación y
la participación de los distintos agentes
implicados.

99
Consideraciones finales

Por último, un aspecto fundamental del desarrollo urbano sobre la calidad del
aire es el ritmo de crecimiento acelerado de las ciudades y las áreas urbanas,
esto incentivado por el modelo de desarrollo de concentración de servicios y
empleo. Esto conlleva importantes impactos y riesgos para la sostenibilidad
urbana, ya que requiere más infraestructuras de transporte, un mayor con-
sumo de energía y una incesante ocupación de suelo. Estos factores van en
detrimento del medio ambiente urbano y aumentan las emisiones de gases
contaminantes y de efecto invernadero, con las sabidas consecuencias nega-
tivas sobre la calidad del aire, el cambio climático y la contaminación acústica,
entre otras. Así, la expansión urbana descontrolada afecta directamente a la
calidad de vida de la población que vive en las ciudades y a otros sistemas so-
ciales y naturales circundantes. Si finalmente, el objetivo global es mantener
o reparar la esencia de la ciudad como sistema complejo, hay que plantear
estrategias centradas en las interacciones de los subsistemas urbanos y otros
sistemas circundantes y orientados a la mejora progresiva de la calidad de
vida, pero sobretodo estructurados alrededor del eje central de la sostenibi-
lidad. En este sentido, lo más importante no es solo mejorar los patrones de
tráfico y minimizar las emisiones contaminantes, sino abordar de forma inte-
gral planes de movilidad urbana sostenibles. En definitiva, implantar procesos
más racionales y saludables a fin de disminuir la contaminación y mejorar per-
durablemente la calidad de vida ciudadana.

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103
Calidad microbiológica del aire

5. Calidad microbiológica del aire

Aurora Rosas Ramírez


Josefina Casas-Solís

Introducción

La atmosfera es uno de los cinco componentes del sistema climático del pla-
neta tierra. Una de las capas que la forman es la tropósfera que es la zona en la
que habitamos los seres humanos, plantas y los animales, a esta capa la sigue
la estratósfera que contiene el 19% por ciento de los gases.
En la estratósfera se encuentra la capa natural de ozono que es de vital
importancia en el tema de la contaminación del aire, ya que desempeña la im-
portante función de absorber parte de la radiación solar ultravioleta, funda-
mental para evitar daños severos a los seres vivos. Los gases que contiene la
atmósfera pueden tener su origen en fuentes naturales o antropogénicas y el
comportamiento de estos puede ser causado por actividades humanas o por
cambios naturales del propio clima (Manahan, 2007). La concentración de
estos gases varía de acuerdo a la altitud, posición geográfica, clima, radiación
solar, época del año y otros factores. Sin embargo se considera que un rango
de altitudes que oscila entre el nivel del mar hasta los 100 km aproximada-
mente, su composición es bastante homogénea.
El cambio climático es un fenómeno multifactorial que incluye todas las
relaciones que de forma natural se dan en el sistema climático y todo lo que
emiten a la atmósfera las actividades humanas, afectando la vida en nuestro
planeta. Como consecuencia de este cambio los organismos también modifi-
can su comportamiento. El efecto del clima sobre los organismos es aún más
notable en los microbios, a los que pequeñas variaciones en la temperatura,
humedad, radiación solar, etc., alteran ya sea a favor o en contra su desarrollo
y por ende aumenta o disminuye la amenaza que estos pudieran tener para
otras especies, incluyendo por supuesto al ser humano. (Zuta, 2001).

105
Los contaminantes pueden ser incorporados en el ambiente en forma de
gases, sustancias disueltas, partículas o en forma sólida; estos se incorporan
al medio acuoso a través de rutas como la atmósfera y el suelo (fenómenos de
escurrimiento y lixiviación). Esta contaminación se genera a través de fuentes
puntuales o difusas, la diferencia entre ambas es que un contaminante origi-
nado en una fuente puntual puede ser recolectado, medido y tratado; además
que puede ser identificado o georeferenciado. Una fuente difusa consiste en
diversas fuentes puntuales que pudieran ser controladas. (POFA, 2012).
Es común que se usen distintas fracciones de material particulado (PM10,
PM2.5), como indicadores de contaminación del aire, muchos de los cuales
son responsables de enfermedades (Toro-Gómez y Marín-Calderón, 2007).
Actualmente es de gran importancia identificar a los organismos presen-
tes en el aire y el riesgo potencial para la salud como indicadores en los estu-
dios de salud pública y calidad de vida.

Objetivo

Informar algunos de los criterios metodológicos para estudiar la calidad mi-


crobiológica del aire.

Marco teórico

El aire es un medio para la dispersión de muchos tipos de microorganismos y


virus, procedentes de otros ambientes, que viven, se alimentan y se reprodu-
cen en él.
Los bioaerosoles o partículas aerotransportadas de origen biológico, son
aquellas que se encuentran en suspensión en el aire constituidas por virus,
bacterias, esporas de hongos, algas, protozoos, polen, ácaros del polvo con
un diámetro comprendido entre 0.5 y 100 micras (Caballero-Segura et al. ,
2006).

106
Calidad microbiológica del aire

Los microorganismos suspendidos en el aire pueden estar en tres fases


de aerosol bacteriano en: gotas, en el núcleo de las gotas y el polvo. Las go-
tas pequeñas de aerosol bacteriano (1-10 micras) y su densidad, determinan
su capacidad aerodinámica que a su vez dicta el tiempo que los microbios
permanecen suspendidos en el aire antes de la sedimentación (Ghosh et al. ,
2015) y su concentración dependerá de factores climáticos, tipo de microor-
ganismo, etc. (Rosas, 2003).
La presencia de uno u otro tipo de microbio depende del origen, de la direc-
ción e intensidad de las corrientes de aire y de la supervivencia del microorga-
nismo. En el aire son muy frecuentes bacterias como los bacilos pleomórficos
Gram positivos (Corynebacterium) y los cocos Gram positivos (Micrococcus y
Staphylococcus). Los bacilos Gram negativos se encuentran en menor propor-
ción y disminuyen con la altura (De la Rosa, et al. , 2002).
El principal impacto de la contaminación del aire es el que tiene sobre la
salud humana. La velocidad y dirección del viento, y otros factores como la es-
tabilidad atmosférica determinan la forma de dispersión de los contaminantes
(Alley, 2001). La presencia de bioaerosoles patógenos no sólo afectan direc-
tamente a la salud de la comunidad expuesta a estos en el punto de origen,
sino que pueden influir en otros sectores de la población más alejados a través
del transporte aéreo, lo que la convierte en un problema de salud pública po-
tencialmente grave (Hurtado et al. 2014).
Las principales vías de exposición son por inhalación, ingestión y contacto
con la piel, la primera de estas es causa de la mayoría de las enfermedades,
los bioaerosoles considerados como más importantes desde el punto de vista
sanitario, son lo que tienen un diámetro menor a 5 µm debido a que por su
tamaño alcanzan los alveolos pulmonares y al depositarse causa infecciones
agresivas para el ser humano (Sánchez-Monedero et al. , 2006, Camargo-Cai-
cedo y Vélez-Pereira, 2008, INSHT, 2015). Estos microorganismos tienen la
capacidad de replicarse durante su transporte pudiendo ser la causa de aler-
gias (Krempff and Guiraud, 1996).

107
Los síntomas que se asocian con la exposición a contaminantes atmosfé-
ricos ya reportados en habitantes de las grandes zonas metropolitanas son:
el incremento en la frecuencia de enfermedades respiratorias crónicas y agu-
das, el aumento en la frecuencia de muertes asociadas a la contaminación
atmosférica, la disminución de la capacidad respiratoria, la intensificación de
enfermedades cardiacas y ataques de asma, y el crecimiento en la frecuencia
de cánceres pulmonares. (Catalán-Vázquez, 2006, Garibay et al. , 2007). Un
individuo inspira diariamente de 12,000 a 14,000 litros de aire y el 99.8% de
los microorganismos en el aire quedan retenidos en las vías respiratorias (Ro-
sas, 2003).
En general, las partículas predominan en las partes bajas de la atmósfera
cerca de las fuentes locales de generación. Las aeropartículas varían en forma,
tamaño, composición química y origen natural, biológico o antropogénico que
determinan su presencia en la atmósfera y efectos sobre la calidad del aire y
la salud (Baláshazy et al., 2009). Las bacterias constituyen uno de los grupos
más abundantes en el ambiente. En condiciones naturales se les encuentra en
el suelo, el agua, y las plantas, principalmente como organismos saprobios.
El número de microorganismos de la atmósfera cambia según la altura
(10-104 por m3), obteniéndose el más alto junto al suelo sobre todo en los
dos metros inferiores, que constituyen el microclima del hombre, disminuyen
hasta los 200 metros y luego se hacen más escasos hasta los 5,000 metros,
es mayor en las zonas pobladas y después en el mar cerca de las costas. En
las zonas desérticas no hay más que lo que aportan los vientos de las zonas
habitables próximas y en los casquetes polares no se encuentran microorga-
nismos, ver Tabla 1 (De la Rosa, et al., 2002, Filipkowska, et al., 2000).
La concentración de microorganismos en el aire de las zonas pobladas de-
pende de la actividad en esa zona, tanto industrial o agrícola, como de los
seres vivos y la cantidad de polvo. Las actividades antropogénicas, como el
tráfico vehicular, las plantas de tratamiento de aguas residuales, los centros
de manejo de residuos sólidos, el movimiento de los animales en suelos ex-
puestos, las prácticas agrícolas y la manipulación de la composta entre otros,

108
Calidad microbiológica del aire

liberan una gran cantidad de bacterias a la atmósfera, produciendo la conta-


minación de las áreas circundantes (Sánchez-Monedero, et al. , 2006 ). En las
zonas urbanas existe un incremento de la presencia de partículas biológicas
(PB).
En particular las aguas residuales por su contenido de materia orgánica,
son un excelente medio de cultivo para numerosos agentes microbianos, prin-
cipalmente las que provienen de excretas humanas y de animales. Los estu-
dios realizados sobre el impacto ambiental de las plantas de tratamiento que
utilizan lodos activados demuestran que los tanques de aireación constituyen
una fuente importante de emisiones de aerosoles que contienen microorga-
nismos (Li et al., 2011).

109
Tabla 1. Fuentes Naturales y Antropogénicas que contribuyen a incrementar la concentración de
bacterias a la atmósfera (Filipkowska et al., 2000).

FUENTE LUGAR CONCENTRACIÓN


(UFC/ m3)
Unidades formadoras de
colonias
Costa ND – 560
Bosques 385 – 1.2 x 103
NATURAL Pastizales 127 – 587
Matorral desértico 2 – 283
Zona urbana 539 – 7.2 x103

Calles transitadas 100 - 13 x 103


Parques 100 – 2.5 x 103
Estación de transferencia de 350 - 14 x 103
basura
Planta recicladora de basura 1.1 x 103 – 2.8 x 107
ANTROPOGÉNICA
Planta de composteo 1 x 103 - 11 x 106
Planta de tratamiento de aguas 1 x 102 - 2 x 105
residuales
Zona rural 202 – 3.4 x 103
Campo agrícola 46 - 6.5 x 103
Empacadora de algodón 3.3 x 106 - 19 x 106

Las emisiones de plantas de tratamiento de aguas residuales las con-


centraciones de bacterias están en rangos de 1x104 - 1 x 105 UFC/ m3
de aire. Estas concentraciones están determinadas por factores como
velocidad del viento, altura de la fuente emisora y distancia de la fuente
al punto de muestreo. Se han encontrado microorganismos provenien-
tes de aerosoles generados en plantas de tratamiento con lodos activa-
dos hasta a 600 metros de distancia de éstas. Se han determinado altas
concentraciones de bacterias y hongos en todos los sitios alrededor de
los aireadores en las plantas de tratamiento de aguas residuales prin-
cipalmente coliformes, Escherichia coli , Estafilococos y Salmonella spp.
(Figura 1).

110
Calidad microbiológica del aire

Figura 1. Porcentaje total de bacterias aisladas provenientes de aerosoles generados en plantas de trata-
miento con lodos activados (Rosas, 2003).

Los animales y el hombre también constituyen una fuente importante de


bacterias patógenas y oportunistas del tipo Staphylococcus aureus y Strep-
tococcus pyogenes, comunes en la nasofaringe humana que se expulsan por
gotas de saliva, mucus, al toser, estornudar, hablar, escupir o reír, la descama-
ción de la piel y el cabello son una fuente constante de generación de virus,
bacterias y hongos; las heces de animales y humanos pueden contaminar el
suelo con microorganismos potencialmente patógenos y son responsables de
la transmisión de enfermedades comunes del aparato respiratorio así como
infecciones en los ojos, piel y vías urinarias (Rey y Fula, 2005), y existe la po-
sibilidad de que sean suspendidos posteriormente en la atmósfera.
En otras investigaciones se demostró que a través de la inhalación los mi-
croorganismos que se depositan en la garganta y las vías respiratorias supe-
riores a través del moco, causando enfermedades en el humano. El riesgo de
desarrollar un padecimiento dependerá entre otros factores de las condicio-
nes generales de salud de la persona que ingiere el patógeno (Karra and Kat-
sivela, 2007).
Los ataques bioterroristas en 2001, así como la pandemia debido a la in-
fluenza A H1N1 virus en 2009 han alertado sobre la importancia de la inves-
tigación de los bioaerosoles, la identificación y cuantificación de diferentes
microorganismos aerotransportados tanto en ambientes interiores como ex-

111
teriores. Para identificar los riesgos asociados y para establecer el umbral de
exposición (Ghosh et al., 2015).
Se reconoce que las bacterias están presentes en la atmósfera de ambien-
tes extramuros, y que su inhalación representa un riesgo para la salud, ya sea
en su forma vegetativa o parte de sus compuestos estructurales denominados
compuestos biogénicos, como los lipopolisacáridos de la membrana externa
de las bacterias Gram negativas y los ácidos teicoicos de las Gram positivas
(Rosas et al., 2004).
Los géneros bacterianos más frecuentes detectados en espacios cerrados
son Micrococcus y Staphylococcus, específicamente Staphylococcus sapro-
phyticus (Piel) y Staphylococcus capitis (cuero cabelludo). Estudios sobre ca-
racterización de bioaerosoles han identificado tanto en aire de espacios abier-
tos como cerrados a Cladosporium, Rhizopus, Fusarium y C. sphaerospermum,
Penicillium sp. y Aspergillus sp. como los géneros fúngicos más comunes. Pe-
nicillium, Aspergillus y Cladosporium se han identificado como posibles causas
de alergias respiratorias. (Mortazavi y Ariya, 2015).
En diversas muestras de polvo urbano y casero de la ciudad de México se
aisló E. coli, indicadora de contaminación fecal, y que constituye el 40% del
total de bacterias coliformes aisladas en el polvo, lo que indica un riesgo po-
tencial de contaminación por ésta y otras bacterias patógenas, así como por
virus o parásitos. Aunque los patógenos oportunistas aéreos pueden ser rela-
tivamente inofensivos para personas sanas, pueden causar efectos adversos
en personas inmunocomprometidas (Maldonado-Vega, 2014).
Los mecanismos por los cuales la salud de los organismos puede verse afec-
tada dependen de las interacciones entre el huésped, los microorganismos y
la calidad del aire. Las variables que intervienen en estos mecanismos son:
la concentración de contaminantes aéreos, la presencia de microorganismos
patógenos respiratorios específicos y el huésped (Adell, 2014, Catalán-Váz-
quez, 2006). Todo esto ha generado el aumento en la frecuencia de muertes
asociadas a la contaminación atmosférica (Ki et al 2017, Byung et al., 2016).

112
Calidad microbiológica del aire

La mortalidad por infecciones respiratorias agudas (IRAS) se refiere a las


muertes a causa de infecciones respiratorias agudas como son el resfriado
común, faringitis aguda bacteriana, otitis media y laringitis obstructiva aguda,
bronquitis aguda obstructiva, neumonía e influenza. Los contaminantes am-
bientales se han asociado con IRAS, principalmente en niños y adultos mayo-
res. Entre la población menor a cinco años, de tres a cinco millones de defun-
ciones anuales a nivel mundial se han atribuido a las IRAS, de las cuales el 75%
son debido a neumonía, todo ello se relaciona directamente con las emisiones
a la atmósfera de los vehículos automotores (García et al., 2009).
La concentración de microorganismos presentes en el aire se expresa
como unidades formadoras de colonia por metro cúbico de aire succionado.
(UFC/m3) (Filipkowska, et al. , 2000, Yassi et al., 2002, Li et al., 2011). La
gran mayoría de los estudios de control y prevención se enfocan solo en gases
y partículas inertes, sin embargo, las PB (las bacterias, hongos y virus) son
principalmente causantes de enfermedades e infecciones (Camargo-Caicedo
y Vélez-Pereira, 2008).
Aunque en México no existen normas que determinen las concentraciones
permisibles de patógenos en el aire de espacios abiertos, la normativa en el
tema de aire se reduce a hospitales y laboratorios algunos estudios conside-
ran que el límite permisible para bacterias Gram negativas en ambientes ocu-
pacionales interiores debería estar dentro del rango de 300 a 1000 UFC/m3
(Rosas, 2003, en Moreno y Zumaya, 2003).
La viabilidad de los bioaerosoles es la capacidad que tienen estas PB de
bajar su tasa metabólica e inactivarse mientras son transportadas o se en-
cuentran suspendidas en las corrientes de aire, y después de impactar sobre
una superficie y encontrar las condiciones óptimas, para reactivar su meta-
bolismo y reproducirse o infectar, logrando sobrevivir al estrés ambiental y
cumplir así con sus funciones vitales. El ambiente determina de cierta manera
la viabilidad de las PB pues estás dependen de ciertos factores como son la
humedad relativa, la temperatura, falta de sustancias nutritivas, desecación y

113
la radiación UV (Toro-Gómez y Marín-Calderón, 2007). Si las condiciones son
inapropiadas para la supervivencia de los microorganismos, se altera la tasa
de mortalidad bacteriana y como consecuencia el riesgo a la salud que estas
bacterias representan.
Se ha identificado una gran diversidad de microorganismos aerotranspor-
tados relacionados con las tormentas de polvo del desierto o con las que ocu-
rren a grandes alturas (Kaushik et al., 2012). Estudios sobre la relación de la
concentración de bioaerosoles en el aire y la presencia de lluvia mencionan
que se genera un aumento en la humedad del ambiente lo que favorece el
desarrollo de los microorganismos, por otra parte que estos pueden ser cap-
turados y removidos del aire por la lluvia, disminuyendo de forma conside-
rable su concentración en la atmósfera, teniendo un efecto favorable en la
incidencia de enfermedades respiratorias y en general en la salud pública. (Ki
et al., 2014).
Las bacterias que ingresan al cuerpo por vía aérea son atacadas por diver-
sos mecanismos de defensa, entre ellas la fagocitosis. Una vez fagocitadas, al-
gunas logran sobrevivir en el citoplasma del macrófago y reproducirse dentro
de él. Cuando las bacterias no son destruidas en el pulmón pueden ser trans-
portadas por los vasos linfáticos hacia los ganglios regionales. Si sobreviven a
los mecanismos de defensa de esos ganglios pueden pasar al conducto torá-
cico y de ahí al torrente sanguíneo a través del cual el patógeno se disemina y
puede producir bacteriemia (Nathen, et al., 1980).
Dado que muchas enfermedades asociadas a los aerosoles biológicos no
dependen de la infección para inducir efectos adversos sobre la salud, es im-
portante cuantificar todas las células microbianas que están suspendidas en
el aire, así como diferenciar entre aquellas que son metabólicamente activas,
las que son cultivables y las que no son viables. No obstante organizaciones
como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organiza-
ción Mundial de la Salud (OMS) han coincidido en que existe una necesidad
de desarrollar métodos más precisos para la caracterización de bioaerosoles
(Vélez-Pereira y Camargo, 2014). Para lo cual un estudio de calidad bacte-

114
Calidad microbiológica del aire

riológica del aire permitirá valorar los riesgos a la salud a los que la población
expuesta y considerar todos los parámetros meteorológicos y condiciones
generales de salud de la población de una zona en particular Arbeláez et al.,
2010).
Diversos investigaciones coinciden en la necesidad de realizar monitoreos
y estudios continuos de la concentración de bioaerosoles en el aire con el fin
de valorar las amenazas potenciales a la salud a los que está expuesta la po-
blación debido a la presencia de los patógenos presentes en estos, y estable-
cer medidas de mitigación a dicho riesgo, mejorando así su calidad de vida,
además de generar datos para el establecimiento de indicadores de calidad
ambiental que proporcione las bases para formular una propuesta de norma
ambiental que considere la calidad bacteriológica del aire en espacios abiertos
y laborales (Ki et al., 2014).

Definiciones

Bioaerosol: Es un aerosol que contiene partículas de origen biológico las cua-


les pueden afectar la vida de los organismos a través de su infectividad, alergi-
cidad, toxicidad u otras propiedades o características. El tamaño de estas par-
tículas tiene rangos entre 0.5 y 100 micras (Stark, 1999, Olaya, et al., 2005).
Aerosoles infectantes: Son un subgrupo de los bioaerosoles. Estos llevan
microorganismos patógenos por lo que tienen la capacidad de transmitir en-
fermedades hacia las personas (Rosas, 2003, Stark, 1999).

115
Metodología

Para la selección de los puntos de muestreo se tomarán en cuenta aquellos


lugares o fuentes de emisión de contaminantes en los cuales exista una ma-
yor concentración de personas, como lo son escuelas, hospitales, mercados,
parques, colonias densamente pobladas, cruces con mayor congestión vial,
estaciones del transporte colectivo, así como en la cercanía de cauces a cielo
abierto y caídas de aguas negras.
Los muestreos deberán realizarse al menos cubriendo las 4 estaciones del
año considerando que los factores climáticos son fundamentales en el desa-
rrollo de los microorganismos, así como la preservación de sus muestras y los
factores al realizar el muestreo (Tabla 2).

Tabla 2 Factores a considerar al realizar el muestreo.

Factores a tener en cuenta al momento del muestreo


· Confirmar que el equipo funcione correctamente.
· Un día antes del muestreo confirmar que la batería del equipo tenga suficiente carga.
· Contar con un cargador de automóvil y extensión para poder realizar el muestreo en caso
que la batería del equipo se agote.
· La toma de muestra deberá realizarse siempre a la misma altura, se sugiere adoptar una
altura de 1.5 metros.
· Ninguna persona deberá acercarse al equipo en el momento de la toma de muestra para
evitar error en los resultados.
· Es necesario utilizar guantes y cubrebocas.
· El equipo debe sanitizarse utilizando alcohol y algodón antes y después de cada toma.
· Contar con marcador indeleble y bolsas de plástico para la identificación de las muestras.
· Llevar algunas cajas de petri extras por si alguna se daña o es necesario repetir la toma.
· Contar con hielera para el transporte de las muestras.
· Rotular cada uno de sus muestras con fecha, hora y sitio de muestreo.

116
Calidad microbiológica del aire

Es conveniente elegir un sitio de muestreo donde la percepción nos indi-


que que existe una buena calidad de aire, para tener una referencia de compa-
ración con sitios altamente contaminados. Durante el muestreo es necesario
contar con formatos para el registro de datos de campo, como se muestra en
la Tabla 3.
El muestreo se realiza utilizando el método mecánico con un analizador de
aire sistema M Air T Millipore (Figura 2).

Figura 2. Analizador de aire (Millipore M Air T®)

Tabla 3 Formato para el registro de muestreo de campo.

REGISTRO DE MUESTREO DE CAMPO


Nombre del proyecto
Sitio de Muestreo
Coordenadas
Fecha
Hora
Datos Meteorológicos
Temperatura ambiente (ºC)
Viento (m/s)
Nubosidad (%)
Altitud (m)
Presión atmosférica (hpa)
Punto de evaporación (WB) %
Punto de rocío (DP)ºC
Humedad relativa (%)
MUESTRAS TOMADAS
Microbiología de aire

117
La elección de los medios a utilizar dependerá del tipo de bacteria o de
hongos que sea de interés su aislamiento, considerando la fuente de contami-
nación y la incidencia de enfermedades en la zona de estudio.
Por lo general se eligen aquellos medios que nos permitan identificar bac-
terias mesófilas aerobias, específicamente las relacionadas con contamina-
ción fecal que son causantes de enfermedades gastrointestinales y aquellas
que afectan el tracto respiratorio, que son los padecimientos más comunes
en la población.
Se utilizan medios de cultivo de acuerdo a los requerimientos de la investi-
gación, se sugieren cajas de petri con agar soya tripticaseina para determina-
ción de mesófilos aerobios, para bacterias Gram negativas se sugiere utilizar
medios de cultivo selectivos como agar Mac Conkey (AMac) para aislamiento
de coliformes (bacterias fermentadoras de lactosa), agar salmonella- shigella
(ASS) para Salmonella, agar rojo bilis violeta con MUG (ABVM) para evaluar
Escherichia coli, entre otros; agar salado manitol (MAS) para aislamiento de
microorganismos Gram positivos (Staphylococcus aureus).
Cada uno de los medios de manera independiente se colocan en el cabezal
del analizador de aire (previamente se programa de acuerdo al manual de
procedimiento del equipo la cantidad de aire que debe succionar, se destapa
la caja y asegura la rejilla microperforada; se presiona START para que la bom-
ba absorba la cantidad de aire (se recomienda 100 litros que es la cantidad
más reportada y esto permita contabilizar y aislar de manera adecuada las
colonias bacterianas o fúngicas). Este proceso de succiones se realiza en un
lapso de tiempo aproximado de 3 minutos y debe repetirse en cada uno de los
diferentes puntos seleccionados de las áreas de estudio.
Posteriormente se colectan las muestras en hieleras y se trasladan al la-
boratorio para su análisis. Se incuban a una temperatura de 37º C durante
48 horas. Al término de la incubación se cuantifican el número de unidades
formadoras de colonias (UFC) en un contador de colonias de Quebec, para
determinar las UFC por placa de cada uno de los medios expuestos y se reser-

118
Calidad microbiológica del aire

van para el posterior aislamiento e identificación de las bacterias presentes


(Rosas, 2003).
Se analizan las muestras y se realiza la identificación de bacterias, de acuer-
do con el método de preparación de muestra, descrito en la Norma Oficial
Mexicana NOM-114-SSA1-1994. Bienes y servicios. Método para la determi-
nación de Salmonella en alimentos y en la Norma Oficial Mexicana NOM-113-
SSA-1994. Bienes y servicios. Método para la cuenta de microorganismos co-
liformes totales en placa.
Es posible hacer una identificación preliminar de muchas bacterias basán-
dose en características macroscópicas de la morfología celular sobre los me-
dios de cultivos en que crecen y se aíslan. Para su identificación se seleccionan
por morfología colonial de cada uno de los medios selectivos y se transfieren a
tubos de enriquecimiento, se incuban de 24 a 48 horas a 35 +/- 2º C.
Se realiza tinción diferencial de Gram de cada una de las colonias bacteria-
nas y se agrupan de acuerdo a sus características tintoriales en: Gram posi-
tivas, Gram negativas. Es fundamental contar con cultivos axénicos, de igual
manera para la identificación de morfología fúngica.
Siempre se parte de una identificación presuntiva de ciertos grupos de mi-
croorganismos (basada en la tinción de Gram, morfología colonial, etc.), que
se utiliza para simplificar la batería a un mínimo de pruebas necesarias y apro-
piadas o con métodos semi o totalmente automatizados.. Existen métodos
rápidos aplicables a la microscopía, técnicas de identificación bioquímicas,
pruebas de detección de antígenos y de anticuerpos. Los equipos comercia-
lizados son habitualmente sistemas de pruebas miniaturizadas que utilizan
sustratos cromogénicos o fluorogénicos. Para la identificación de especie de-
berán realizarse una gran cantidad de pruebas convencionales o ir a un siste-
ma de identificación con más pruebas como el API rapid ID 32 STREP, o un
sistema automático como el Vitek2 (bioMérieux Vitek), MicroScan WalkAway
(Dade), BD Phoenix (Becton-Dickinson) o Wider (Soria Melguizo)entre otros
(Gobernado y López-Hontangas, 2003, Fernández et al., 2010).

119
Entre algunas pruebas de diagnóstico, se emplean para el grupo de cocos
Gram positivos pruebas de manitol, hemólisis, oxidasa, coagulasa, catalasa,
resistencia al cloruro de sodio (NaCl), determinación de DNAasas, esculina
etc., y se seleccionan algunas bacterias para confirmar con el método de API
20Sthap® para identificar S. aureus (NOM-115-SSA1-1994).
Para el grupo de bacilos Gram negativos se realizan las pruebas convencio-
nales, entre ellas TSI, LIA, MIO, FAD, citrato, malonato, urea, RM-VP y se se-
leccionan algunas bacterias para confirmar por kit API 20E® (para identificar
el grupo de enterobacterias E. coli y Salmonella).
En el mercado existen varios métodos de identificación semiautomáticos
y automáticos que superan a los métodos convencionales por su fácil realiza-
ción y el menor tiempo que requieren para alcanzar una identificación defini-
tiva de géneros y especies mediante la aplicación de diversos criterios o inclu-
so técnicas de diagnóstico molecular existe una gradación de celeridad (PCR
en tiempo real). Las herramientas más utilizadas son la reacción en cadena
de la polimerasa (PCR), usando primero para la diana 16S ARNr de la bacte-
ria, o la ARNtm para las que tengan el ARNr muy conservado, que permite la
amplificación génica, estos métodos optimizan el tiempo pero son costosos
(Gobernado y López-Hontangas, 2003, Fernández et al., 2010).

Informe final

Los resultados se reportan elaborando una tabla que incluya la información


siguiente:
Sitio de muestreo, Coordenadas, Unidades formadoras de colonia por me-
tro cúbico de aire (UFC/ m3), Bacterias Gram positivo y Gram negativo, diver-
sidad bacteriológica, como se muestra en la tabla 4.

120
Calidad microbiológica del aire

Tabla 4 Formato de reporte de resultados.

Sitio de Coordenadas UFC/ m3 Gram Gram Diversidad


muestreo positivas negativas bacteriológica

Interpretación y análisis de los resultados

Las concentraciones reportadas en cada réplica se promediaron arit-


méticamente por muestreo, y el resultado de la suma del promedio que
arroje la concentración por muestreo de monitoreo. El dato de Unida-
des formadoras de colonia por metro cúbico de aire (UFC/ m3), dará
información sobre la concentración de bacterias en un sitio específi-
co y es importante relacionarlo con la presencia de alguna fuente de
emisión de microorganismos en el lugar del muestreo, así como con la
presencia de barreras físicas (edificios, arbolado) que faciliten la acu-
mulación de estos organismos. La dirección y velocidad del viento son
factores determinantes para los estudios de calidad microbiológica
del aire, es decir, el hecho de no registrar valores altos de UFC/m3 de
aire, no necesariamente indica la ausencia de un foco de emisión de
microorganismos, sino que la dirección del viento en el momento del
muestreo no favoreció que las bacterias fueran captadas por el equipo.
Los resultados se analizan en función de la concentración, empleando
como variables de posible incidencia en la respuesta y estación; por
tanto, el análisis estadístico realizado se ajusta a un análisis de varianza
jerarquizado.
La presencia de algunas cepas bacterianas como Escherichia coli, Staphylo-
coccus aureus y Salmonella, en los sitios estudiados representa un riesgo para
la salud de la población, cuya magnitud dependerá del estado de salud del
huésped, de las condiciones ambientales predominantes y del tiempo de ex-
posición, entre otros factores. Es importante correlacionar la incidencia de
enfermedades gastrointestinales y respiratorias que presenta la población

121
ubicada en el área de estudio con las bacterias encontradas, así como los fac-
tores meteorológicos al momento del muestreo.

Consideraciones finales

En México la mayoría de los estudios de la calidad microbiológica del aire son


escasos y no existen Normas Oficiales que se refieran a la calidad en espacios
laborales y espacios abiertos. Este tipo de trabajo tiene como uno de sus fi-
nes aportar información relevante que permita a los tomadores de decisiones
darle la importancia que tiene el conocer qué tipo de microorganismos se
encuentran en el aire que respiramos y cuál es el riesgo para la salud que re-
presentan estos organismos, además de establecer estrategias para reducir
este riesgo.
Es necesario que en México que establezcan Normas Oficiales que permi-
tan identificar zonas de riesgo microbiológico, con lo cual se logre planear el
desarrollo de nuevos núcleos de población, así como mejorar la calidad am-
biental de los espacios ya existentes reubicando focos de emisión de este tipo
de contaminantes (tiraderos a cielo abierto, depósitos de basura en hospita-
les, mercados, salidas de aguas negras, etc.).

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127
Confort Térmico, Bases Y Técnica

6. Confort Térmico, Bases y Técnica

Valentina Davydova Belitskaya

INTRODUCCIÓN

La norma ISO 7730 de la American Society of Heating Refrigeration and Air-


conditioning Engineers (ASHRAE por sus letras en inglés), define el confort
como “aquella condición mental que expresa satisfacción con el ambiente tér-
mico” (International Standard, 2005). En ella se contemplan los dos mecanis-
mos que contribuyen al confort:

- fisiológico, representado por el equilibrio térmico que debe existir entre


el hombre y su ambiente exterior,
- psicológico, que hace referencia al nivel de percepción del ambiente ex-
terior que le conduce a la sensación de bienestar.

Esta sensación, por tanto, depende de un gran número de variables, algu-


nas de ellas no necesariamente relacionadas con el clima, pero es éste el que
influye de manera más directa y el que admite una cuantificación más objetiva
y ello por dos razones: la primera por el carácter homotérmico del organismo,
la segunda por la gran variabilidad del clima, que obligan a un continuo pro-
ceso de adaptación del ser humano al medio cambiante (Fernández García &
Moreno Jiménez, 2004).
El bienestar físico humano o su bioconfort depende de la capacidad del
cuerpo de perder calor vía enfriamiento evaporativo. Esta capacidad depen-
de, a su vez, del gradiente de presión del vapor entre la piel siendo la superfi-
cie que evapora y el aire circundante. Entre mayor es la presión del vapor del
aire, es decir mayor humedad, más pequeño es el gradiente de presión del va-

129
por y es menor el agua que se evapora de la piel. Por lo tanto el enfriamiento
evaporativo disminuye a medida que el aire se hace más húmedo.
Tomando en cuenta estas consideraciones, se puede comprender el origen
de la incomodidad de un clima caliente y húmedo. Normalmente, a tempe-
raturas superiores a 25°C la piel suda y consecuentemente el enfriamiento
evaporativo promueve la pérdida de calor del cuerpo. Sin embargo si el aire es
demasiado húmedo, la tasa de evaporación disminuye, lo que limita la capaci-
dad natural del cuerpo de mantener su temperatura interna constante. Está
comprobado que a medida que el clima se hace más incómodo la gente se tor-
na más irritable y disminuye drásticamente su capacidad de efectuar eficiente-
mente las tareas físicas y mentales (Peraza, 2002; Fernández García & Moreno
Jiménez, 2004; Epstein & Moran, 2006; Mohan, Gupta, & Bhati, 2014).
El índice de calor es uno de los índices que intentan medir la incomodidad
humana ante los efectos del clima, particularmente ante el efecto de tempe-
ratura y humedad relativa en conjunto. También se define como un paráme-
tro que permite describir o representar la temperatura que percibe el cuerpo
humano bajo una determinada combinación de temperatura y humedad.
El estrés térmico se produce cuando el ambiente de una persona, es decir
temperatura del aire, la temperatura radiante o la que  tiene en cuenta el calor
emitido por radiación de los elementos del entorno, humedad y velocidad del
aire más ropa y actividad interactúan para producir una tendencia de aumento
de la temperatura corporal. El sistema termorregulador del cuerpo responde
entonces con el fin de aumentar la pérdida de calor. Esta respuesta puede ser
poderosa y eficaz, pero también puede producir una tensión en el cuerpo que
produce malestar al calor y eventualmente, enfermedades e incluso la muer-
te. Por consiguiente, es importante evaluar los ambientes muy calurosos para
garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores o personas en general
que radican en ambientes cálidos, típicos en climas tropicales y subtropicales.
Los índices de estrés de calor proporcionan herramientas para la evaluación
de ambientes calurosos y predecir la probable carga térmica en el cuerpo. Los

130
Confort Térmico, Bases Y Técnica

valores límite en base a índices de estrés térmico indicarán cuando la tensión


resulta inaceptable.
En éste capítulo, se describen conceptos teóricos relacionados con el tema
y elementos metodológicos para el cálculo e interpretación de información
relacionada con el estrés térmico, que le permiten al profesionista tener una
aproximación a ésta temática y es susceptible de aplicarla a sus estudios de
caso.

Antecedentes

El interés por la valoración del nivel de confort térmico nació como una con-
secuencia de la aparición de las técnicas de acondicionamiento de aire, cuyo
fin era justamente lograr que las personas se sintieran confortables y pre-
cisaban por tanto de métodos que permitieran evaluar en qué medida se
alcanzaban sus objetivos; el más conocido de los índices de evaluación del
confort fue la “temperatura efectiva”, desarrollado por Yaglou y colabora-
dores en 1923. Desde entonces han aparecido muchos otros índices tanto
pata evaluar las relaciones de hombre-clima como en un ambiente industrial
en donde son de gran importancia las variables como el calor radiante, la
intensidad de trabajo, etc.
La temperatura es la variable que mejor define las relaciones hombre-cli-
ma, pero la temperatura del aire no necesariamente es representativa de la
sensación térmica que el organismo experimenta. En efecto, esta sensación
depende, además, de la humedad y de la velocidad del viento; la acción com-
binada de estas variables condiciona el intercambio de calor entre el cuerpo
y el ambiente que le rodea. Existen unos umbrales dentro de los cuales se
produce un equilibrio, pero fuera de ellos aparecen diferentes sensaciones de
calor o frío y el organismo necesita realizar un esfuerzo de adaptación. La
intensidad del esfuerzo requerido en este proceso es, en realidad, el mejor
indicativo del grado de bienestar térmico.

131
Históricamente se conocen múltiples métodos que fueron desarrollados
para determinar los índices de confort humano (IC) y de estrés térmico (ET)
(Mondelo at al., 1999). Analizaremos algunos de los métodos más conocidos
que se muestran en la tabla a continuación, así como sus autores y los años
de publicación (Epstein & Moran, 2006). También revisaremos los cálculos
para estimar la sensación térmica de personas ante efectos de temperatura,
humedad y velocidad del viento.

Tabla 1. Los métodos propuestos para calificar la tensión y estrés a causa del calor o índices de estrés
térmico.

Año Índice Autor(es)


1905 Temperatura de bulbo húmedo (Tbh) Haldane
1916 Katathermometer Hill et al.
1923 Temperatura efectiva, TE Houghton & Yaglou
1929 Temperatura equivalente, TEq Dufton
1932 Temperatura efectiva corregida, TEC Vernon & Warner
1937 Temperatura operativa, (TOp) Winslow et al.
1945 Índice de aceptación térmica, (IAT) Ionides et al.
1945 Índice de efectos fisiológicos, (IEF) Robinson et al.
1946 Temperatura efectiva corregida, TEC Bedford
Tasa de sudoración prevista durante 4 horas,
1947 (P4SR) McArdel et al.
1948 Temperatura resultante, (TR) Missenard et al.
1950 Índice de Craig, (I) Craig
1955 Índice de sobrecarga calórica, (ISC) Belding & Hatch
Índice de temperatura de globo y de bulbo húmedo,
1957 (WBGT) Yaglou & Minard
1957 Índice de Oxford, (WD) Lind & Hellon
1957 Índice de disconfort, (ID) Thom
1958 Índice de tensión térmica, (ITT) Lee & Henschel
1959 Índice de disconfort, (ID) Tennenbaum et al.
1960 Índice de disconfort acumulado, (IDA) Tennenbaum et al.

132
Confort Térmico, Bases Y Técnica

Año Índice Autor(es)


1960 Índice de estrés fisiológico, (IEF) Hall & Polte
1962 Índice de estrés térmico, (IET) Givoni
1966 Índice corregido de tensión térmica, (IcTT) McKarns & Brief
1966 Predicción de la frecuencia cardíaca, (PFC) Fuller & Brouha
1967 Campo radiante efectivo (CREf) Gagge et al.
1970 Voto medio estimado (PMV) Fanger
Valor umbral límite (TLV)
1970 Zona prescriptiva Lind
1971 Temperatura efectiva nueva (ET* ) Gagge et al.
1971 Temperatura de globo húmedo (WGT) Botsford
1971 Temperatura operativa de bulbo húmedo Nishi & Gagge
1972 Temperatura básica proyectada de cuerpo Givoni & Goldman
1972 Humedad de la piel Kerslake
1973 Temperatura efectiva estándar, (TEEs) Gagge et al.
1973 Frecuencia cardíaca proyectada Givoni & Pandolf
1978 Humedad de la piel Gonzales et al.
1979 Índice de estrés térmico de Fighter, (FITS) Nunneley & Stribley
1981 Índice de estrés de calor efectivo, (EHSI) Kamon & Ryan
1982 Pérdida proyectada de sudor, (msw) Shapiro et al.
1985 Sudoración requerida (SWreq) ISO 7933
1986 Voto medio estimado modificado (PMV* ) Gagge et al.
1996 Índice de tensión térmica acumulado, (CHSI) Frank et al.
1998 Índice de estrés fisiológico, (IEF) Moran et al.
1999 Índice de disconfort modificado, (IDM) Moran et al.
2001 Índice de estrés ambiental, (ESI) Moran et al.
2005 Temperatura de bulbo seco y húmedo (WBDT) Wallace et al.
2005 Humedad relativa y temperatura, (RHDT) Wallace et al.

Métodos para evaluar el confort térmico y relación hombre clima

El índice de temperatura efectiva (Houghton & Yaglou, 1923) se creó inicial-


mente para proporcionar un método de determinación de los efectos relati-

133
vos de la temperatura del aire y la humedad en la sensación de bienestar. A
partir de un experimento, tres personas juzgaron cuál de dos cámaras clima-
tizadas era más cálida caminando por ellas. Utilizando diferentes combina-
ciones de temperatura y humedad del aire y después otros parámetros, se
determinaron las líneas de bienestar equivalente. Las tres personas describie-
ron sus impresiones inmediatas y se registraron sus respuestas transitorias.
El resultado fue que se sobrestimó el efecto de la humedad a temperaturas
bajas y se subestimó a temperaturas altas en comparación con sus respuestas
en estado estable.
Aunque en un principio el índice de temperatura efectiva (TE) era un ín-
dice de bienestar, la sustitución de la temperatura de bulbo seco por la tem-
peratura del globo negro en los nomogramas de la TE proporcionó el índice
de la Temperatura Efectiva Corregida (TEC) (Bedford, 1940). Los estudios
publicados por McPherson (1960) sugirieron que la TEC predecía los efectos
fisiológicos de un aumento de la temperatura media. En la actualidad, la TE y
la TEC se utilizan rara vez como índices del bienestar, aunque se han utilizado
como índices del estrés por calor. Bedford (1940) propuso la TEC como un ín-
dice de calor, con límites superiores de 34ºC para una “eficiencia razonable” y
de 38,6ºC para la tolerancia. Ahora bien, otras investigaciones han demostra-
do que la TE presenta importantes desventajas cuando se utiliza como índice
del estrés por calor, razón por la cual se empezó a utilizar el índice de la tasa
de sudoración prevista durante cuatro horas (McArdel et al., 1947).
El índice de Sobrecarga Calórica (HSI por sus siglas en inglés) sirve para
determinar el grado de tensión calórica al que está expuesta una persona
(Belding & Hatch, 1955; Mondelo et al. , 1999). El método consiste en calcu-
lar la magnitud de los intercambios térmicos entre la persona y el ambiente
por medio de los mecanismos básicos de intercambio térmico: convección,
radiación y evaporación, además de la producción de calor generada por el
metabolismo. Este índice expresa la relación existente entre la evaporación
requerida (Ereq) para lograr el equilibrio térmico, y la evaporación máxima po-
sible (Emax) en ese ambiente.

134
Confort Térmico, Bases Y Técnica

HSI= (𝐸𝑟𝑒𝑞/𝐸𝑚𝑎𝑥) ∗100%

El índice Temperatura de Globo y Bulbo Húmedo (WBGT por sus siglas


en inglés) establecido Yaglou & Minard (1957) como un método para de-
terminar de una forma clara y rápida la influencia del calor sobre el hombre,
para la determinación del valor del índice TGBH se requiere del empleo de
un termómetro de globo negro, termómetro de bulbo húmedo natural, y un
termómetro de bulbo seco.
En tiempos actuales se ha simplificado el uso de todos estos instrumentos
de medición a un solo dispositivo llamado medidor de estrés térmico, el cual
cuenta con sensores electrónicos digitales que cumplen las veces de los ter-
mómetros analógicos y nos facilitan la obtención y tabulación de datos del
índice WBGT. Este índice es aplicable para la evaluación del estrés térmico en
exposiciones continuas también en períodos de tiempos de exposición cortos.
La falta de confort térmico es uno de los principales factores de riesgo
ergonómico y está profundamente relacionado con la aparición de trastornos
músculo-esqueléticos. Para que una determinada situación pueda considerar-
se térmicamente confortable debe cumplirse, como condición básica, que el
cuerpo sea capaz de equilibrar el calor ganado y el calor eliminado mediante
diferentes procedimientos.
Sin embargo, alcanzar el equilibrio térmico no garantiza el confort. El cuer-
po humano es capaz de nivelar el balance térmico en condiciones en las que
no existe confort, por lo que para valorar si existe dicha sensación deben con-
siderarse otros factores ambientales; por ejemplo, para que exista el confort
es necesario que la cantidad de sudor excretado o la temperatura de la piel
estén situados dentro de ciertos límites. Además, las situaciones de confort
dependen de la actividad que se esté realizando. Por ejemplo, al aumentar el
nivel de actividad la cantidad de sudor evaporado debe crecer para mante-
ner el confort, mientras que la temperatura de la piel debe decrecer (Fanger,
1970; Fanger, 1972; Diego-Mas, 2015).

135
En sumo, para realizar una estimación de bioconfort humano o para de-
sarrollar un estudio de los índices de confort (IC) y de estrés térmico (ET) en
una localidad o región determinada deben ser revisadas técnicas enlistadas
en la tabla 1 con el fin de seleccionar el método de mejor respuesta para las
necesidades de la región y objeto de estudio, además se deben considerar seis
variables de importancia:

- la temperatura del aire, en donde la temperatura seca del aire (TA) es


la temperatura del aire medida, por ejemplo, con un termómetro con-
vencional de mercurio u otro método adecuado y fiable,
- la temperatura radiante, en donde la temperatura radiante media es la
temperatura media de los objetos que rodean a una persona (techos,
paredes, suelos, equipos de trabajo, etc.) y que influye en la pérdida o
ganancia de calor de dicha persona debido al intercambio de radiacio-
nes térmicas. la humedad del aire,
- la velocidad del aire,
- la actividad desarrollada por el humano,
- la vestimenta.

Aquí, las cuatro primeras las aporta el entorno o el ambiente, y las dos
segundas la persona. La medición directa de la temperatura radiante media
puede conseguirse por medio de radiómetros (Fig. 1).

136
Confort Térmico, Bases Y Técnica

Figura 1. Radiómetro de radiación solar neta.

Sin embargo, estos equipos son sofisticados y muy costosos, por lo que nor-
malmente suelen utilizarse termómetros de globo y aplicarse un método em-
pírico utilizando la fórmula:

Esta técnica es conocida como el método de Fanger (1973). Aquí, se de-


nomina temperatura de globo a la temperatura indicada por un sensor o ter-
mómetro de globo tradicional (Fig. 2) colocado en el centro de una esfera de
las siguientes características:

137
- 150 mm de diámetro.
- Coeficiente de emisión medio: 90 (negro y mate).
- Grosor: tan delgado como sea posible.
- Escala de medición: 20 ºC-120 ºC.
- Precisión: ±0,5ºC en temperaturas entre 20 ºC y 50 ºC, y ±1 ºC en tem-
peraturas entre 50 ºC y 120 ºC.

Además va es la velocidad del aire y Ts es la temperatura ambiente.

Figura 1. Ejemplo de equipos de termómetro del globo negro.

Es importante que el termómetro de globo debe ser colocado lo más cerca


posible del lugar en que el trabajador desarrolla su actividad, y a la altura de su
abdomen. En el caso de variaciones importantes con la altura, deberían hacer-
se dos mediciones más (a las alturas de la cabeza y de los tobillos) y hacer una
media ponderada entre estos valores, teniendo en cuenta que el valor medido

138
Confort Térmico, Bases Y Técnica

junto al abdomen tendría el doble de importancia (suma de los tres valores, el


del abdomen multiplicado por dos, y el resultado dividido entre cuatro).
El método de Fanger, en la actualidad uno de los más desarrollados para la
estimación del confort térmico, calcula dos índices denominados Voto Medio
Estimado (PMV - Predicted Mean Vote) y Porcentaje de Personas Insatisfe-
chas (PPD - Predicted Percentage Dissatisfied), que indican la sensación tér-
mica media de un entorno y el porcentaje de personas que se sentirán incon-
fortables en un ambiente determinado. Esto resulta de gran interés no sólo
cuando se trata de evaluar una situación sino cuando se pretende proyectar
o modificar un ambiente térmico. La importancia y aplicación generalizada
del método queda patente en su inclusión como parte de la norma ISO 7730
relativa a la evaluación del ambiente térmico (Mondelo et al, 1999; Fernández
García & Moreno Jiménez, 2004; Diego-Mas, 2015).
El PMV es un índice que refleja el valor medio de los votos emitidos por
un grupo numeroso de personas respecto a una situación dada en una escala
de sensación térmica de 7 niveles, basado en el equilibrio térmico del cuerpo
humano por percepción de las personas participantes:

Nivel 1: frío (-3),


Nivel 2: fresco (-2),
Nivel 3: ligeramente fresco (-1),
Nivel 4: neutro, confort (0),
Nivel 5: ligeramente caluroso (1),
Nivel 6: caluroso (2),
Nivel 7: muy caluroso (3)

El Voto Medio Estimado predice el valor medio de la sensación térmica, no


obstante, los votos individuales se distribuirán alrededor de dicho valor me-
dio, por lo que resulta útil estimar el Porcentaje de Personas Insatisfechas por
notar demasiado frío o calor, es decir aquellas personas que considerarían
la sensación térmica provocada por el entorno como desagradable (Fanger,

139
1972; Fanger, 1973; Diego-Mas, 2015). Para calcular el valor del porcentaje
de personas insatisfechas se aplica la siguiente ecuación:

Si el valor del Voto Medio Estimado (PMV) está en el rango de valores com-


prendidos entre -0,5 y 0,5 la situación térmica es satisfactoria y confortable
para la mayoría de las personas. En otro caso la situación se considerará in-
adecuada y por tanto deberían implantarse medidas correctoras para mejora
la sensación térmica.
Valores del Porcentaje de Personas Insatisfechas (PDV) de hasta 10% re-
flejarán una situación satisfactoria para la mayoría de las personas (90% satis-
fechos), mientras que valores superiores indicarán una situación de inconfort
térmico. Dicho valor del PDV (10%) se corresponde con los límites -0,5 y 0,5
indicados para el PMV.
El mejor valor del porcentaje de personas insatisfechas (PDV) que se puede
obtener es de un 5%, correspondiente a una situación de neutralidad térmica,
o lo que es lo mismo, con un valor cero del voto medio estimado. La ecuación
no contempla por tanto la situación ideal de que no exista ningún trabajador
insatisfecho con las condiciones térmicas, estimando que en las mejores con-
diciones de confort térmico al menos un 5% puede no estar conforme.
En cualquier caso es necesario considerar ciertas limitaciones en la aplica-
bilidad del método de Fanger. Según las recomendaciones de la norma ISO
7730, el índice del Voto Medio Estimado (PMV) sólo debería utilizarse para
evaluar ambientes térmicos en los que las variables implicadas en el cálculo
permanecieran comprendidas dentro de los siguientes intervalos (que equi-
valen a ambientes térmicos entre frescos y calurosos o en un rango de -2 a 2):

- Tasa metabólica comprendida entre 46 y 232 W/m²


- Aislamiento de la ropa entre 0 y 0,31 m² K/W
- Temperatura del aire entre 10 Cº y 30 Cº

140
Confort Térmico, Bases Y Técnica

- Temperatura radiante media entre 10 Cº y 40 Cº


- Velocidad del aire entre 0 m/s y 1 m/s.
- Presión del vapor de agua entre 0 y 2700 Pa.

De acuerdo a Diego-Mas (2015), éste método está especialmente diseñado


para el estudio de condiciones ambientales estacionarias (Diego-Mas, 2015).
Sin embargo, en muchos casos se requiere investigar el índice de confort
humano para las personas expuestas a las condiciones ambientales fuera de
recintos cerrados, es decir fuera de edificios, plantas industriales o espacios
de trabajo no ventilados naturalmente. Por lo tanto, y a efectos prácticos, se
estableció que el ambiente térmico puede ser de cuatro tipos considerando la
temperatura y humedad relativa del ambiente (Mondelo et al., 1999):

- de bienestar o confort,
- permisible,
- crítico por calor,
- crítico por frío.

Con tales fines, el Servicio Nacional del Tiempo de los EUA ha desarrollado
un sistema de categorías de los índices de calor, basado en la severidad de
su impacto a la salud humana en presencia de ciertos niveles o categorías de
temperatura del ambiente y la humedad relativa. Estas categorías se mues-
tran en la Tabla 2.

141
Tabla 2. Riesgos para la salud debido a los efectos combinados del calor y la humedad por rangos de
índice de calor (Morán y Morgan, 1991).

Categoría Índice de calor Síntoma


I 54°C o más Hipertermia o insolación inminente.
II 41 a 54°C Insolación, calambres o contracciones musculares, o ago-
tamiento. Con exposición prolongada y actividad física, la
insolación es posible.
III 32 a 41°C Insolación, calambres, y posible agotamiento con exposición
prolongada y actividad física.
IV 27 a 32°C Fatiga posible con exposición prolongada y actividad física.

Para utilizar estas categorías de los índices se recomienda aplicar el método


desarrollado por Steadman (1979a; 1979b). En la tabla 3 se muestran los
índices de sensación térmica calculados por Steadman en relación a la tempe-
ratura media del aire (T, °C) y humedad relativa (HR, %).

Tabla 3. Índices de calor (Steadman, 1979b).

Hum_Rel Temperatura del aire, °C


% 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32
0 19 20 21 22 24 25 26 26 27 28 29
10 19 20 22 23 24 25 26 27 28 29 29
20 20 21 22 24 25 26 27 27 28 29 30
30 20 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31
40 21 22 23 24 26 27 28 29 30 31 33
50 21 23 24 25 26 27 29 30 31 33 35
60 22 23 24 25 27 28 29 31 33 35 37
70 22 24 25 26 27 29 31 33 35 37 40
80 23 24 25 27 28 30 32 35 37 40 44
90 23 24 26 27 29 31 34 37 40 45 51
100 24 25 26 28 30 33 36 40 45

Cabe mencionar que estos índices fueron calculados basándose en los es-
tudios de la fisiología humana y vestimenta (Steadman, 1979a) y corregidos
con los factores del efecto de viento, presión atmosférica, radiación solar y

142
Confort Térmico, Bases Y Técnica

temperatura aparente (Steadman, 1979b; Fanger, 1970) para el territorio de


Estados Unidos de América, que se extiende en latitudes extratropicales.
Para obtener los índices de calor con precisión de estimación por tempe-
ratura igual a 0.1°C y humedad relativa igual a 1% se recomienda aplicar el
análisis de regresión lineal múltiple. El modelo que se obtuvo para un estudio
en México (Davydova Belitskaya, 2003) mostró un buen ajuste explicando 87
% de variación de datos originales:

IC = −17 .161 + 1.502T + 0.098 H


R

Sin embargo, el análisis de los residuales mostró el error máximo de esti-


mación para la temperatura mayor a 30 °C y humedad relativa mayor a 95 %,
temperaturas y humedad bastante comunes en latitudes ecuatoriales y tropi-
cales, es decir se requiere continuar en búsqueda de técnicas que estimaran
niveles de confort térmico o estrés térmico con mayor precisión.

CONCLUSIONES

Durante el siglo pasado, agrónomos, fisiólogos y los biometeorólogos han in-


tentado proponer un índice que definirá con precisión el estrés por calor y
las zonas de incomodidad. Estos esfuerzos no fueron puramente académicos
sino más bien para establecer criterios de seguridad para los trabajadores que
están expuestos al estrés por calor (metabólico o ambiental). Los muchos
índices que fueron propuestos podrían agruparse en índices racionales, empí-
ricos y directos (Epstein & Moran, 2006).
Mientras que los primeros dos grupos son índices sofisticados, que requie-
ren para su cálculo el uso de muchos fisiológicos y ambientales factores, el
tercer grupo se basa en la medición de variables ambientales (temperatura
y humedad). Es evidente que el los índices empíricos son más completos que
los índices directos, pero su practicidad en el uso diario es cuestionable. Por
lo tanto, quizás es más simple y fácil de usar los índices directos, que aunque

143
carecen la integración de muchas de las variables fisiológicas, junto con re-
gulaciones apropiadas que consideran los efectos del trabajo, la intensidad, la
aclimatación y la vestimenta son ventajosas que los otros índices, además los
métodos de investigación son mucho más económicos.
Sin embargo, es recomendable la revisión de todos los métodos para selec-
cionar el más adecuado de acuerdo al objetivo de estudio, disponibilidad de
variables y financiamiento disponible.

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147
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

7. Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Martha G. Orozco Medina

Introducción

El ruido influye de forma determinante en el bienestar, salud y calidad de vida


de personas y animales, también se le ha reconocido como indicador de con-
diciones críticas de tráfico, concentración de actividades y saturación vial, así
como se relaciona con la ausencia de áreas verdes y espacios abiertos, su po-
tencial como elemento clave en los estudios de calidad ambiental es evidente,
en este apartado, se discuten conceptos clave relacionados con el ruido, así
mismo se generan herramientas y metodologías para su atención, diagnósti-
co, caracterización e interpretación.
Como información valiosa de referencia, cabe hacer mención que en el
año de 1969, la Organización mundial de la Salud, reconoce la importancia
del ruido como contaminante, y es cuando se empiezan a impulsar con mayor
interés los esfuerzos para la atención de denuncias por ruido y los fenómenos
asociados en la ciudad. La contaminación sonora es un asunto olvidado a dife-
rencia del monitoreo atmosférico, que caracteriza los contaminantes criterio
en el aire, los agentes físico químicos y biológicos en el agua, y algunos es-
quemas y lineamientos legales de análisis, control y monitoreo (SEMARNAT
2008).
La contaminación por ruido, incide en la calidad de vida; La fuente princi-
pal es resultado de actividades humanas; como el transporte, la construcción
de edificios y obras públicas, la industria, sirenas y alarmas, así como las activi-
dades recreativas, que en su conjunto llegan a originar lo que se conoce como
contaminación acústica urbana y que representa una de las principales causas
de denuncia popular a las autoridades ambientales y de seguridad pública.
(Orozco, 2008a).

149
Las normas jurídicas que regulan la contaminación acústica, y las instan-
cias internacionales que emiten las recomendaciones para proteger la salud
de las personas expuestas, reconocen que el exceso de ruido produce efectos
nocivos sobre la salud, así, a los ya conocidos efectos psicológicos como son el
nerviosismo, irritabilidad, ansiedad, estrés falta de concentración, cansancio,
etc.; se unen los efectos fisiológicos, que consisten en alteraciones del sueño,
metabolismo, sistema nervioso central, sistema neurovegetativo, circulatorio,
etc. Todos estos efectos se ven reflejados en la vida diaria influyendo en las
actividades de las personas incluso en los espacios de descanso y recreo. De
acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, a partir de los 70 decibeles de
presión sonora, puede presentarse daño auditivo y a su vez el nivel recomen-
dado por este organismo se fija en 65 decibeles A (dBA). (OMS, 1999)
La tecnología para el monitoreo del ruido, su intensidad, frecuencia y va-
riabilidad, han avanzado notablemente. Sin embargo, falta mucho para que el
compromiso de las autoridades trascienda en medidas efectivas, para que, de
manera coordinada con los distintos sectores como el académico, industrial,
de la construcción, y con la sociedad en general, se atienda más acertadamen-
te la contaminación por ruido.
El ruido tiene diferentes efectos, tanto fisiológicos, y como no fisiológicos,
también auditivos y no auditivos, a lo largo del tiempo se le ha considerado
como un factor ambiental que puede causar molestia a las personas, pero
recientemente en el año 2011 la Organización Mundial de la Salud, refiere a
las molestias causadas por el ruido como un notable efecto adverso sobre la
salud humana (WHO, 2011).
De los diferentes métodos para el estudio de las condiciones ambienta-
les en la ciudad, tal vez uno de los que más dificultades representa, son los
estudios de ruido, puesto que sus efectos tienen un marcado componente
subjetivo aunado a que la legislación ofrece aspectos un tanto limitados para
su caracterización y análisis. Los objetivos de éste capítulo son contribuir a la
atención del problema de la contaminación por ruido en las ciudades. Analizar

150
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

los principales aspectos relacionados con la contaminación por ruido y propo-


ner lineamientos metodológicos para el estudio, interpretación y análisis del
ruido urbano.

Marco teórico

Es importante que para comprender las distintas acepciones en torno al ruido


se definan algunos conceptos y definiciones, las cuales son elementales para
el abordaje de éste campo de estudio.
Con relación a la problemática que existe en ciudades como la ciudad de
México, Ruiz (2017), refiere al respecto del ruido en la ciudad, el primer paso
a la solución de problemas debe ser dado por la administración de las ciuda-
des, buscando un ambiente más sano y refiere también lo importante que es
la creación de una normatividad y metodología que incluyan la regulación de
ruido en viviendas.
En una ciudad colombiana Cajamarca, existe un estudio de los componen-
tes del crecimiento demográfico y vehicular, así como actividades comercia-
les, perifoneo, música, campañas politicas y construcciones, que tienen una
fuerte influencia en la contaminación sonora, y que afectan la población, el
patrón de comportamiento de animales, en su alimentación conducta y re-
producción, lo que a su vez influye en la actividad polinizadora y propagación
de plantas, (Leiva y Del Solar, 2017.)
Las continuas exposiciones a ruido pueden ser irreversibles, y afectan ám-
bitos familiares, laborales, la condición de estabilidad personal, influyen en el
comportamiento, estrés, en las enfermedades cardíacas y en la capacidad de
resolver problemas y realizar actividades, unas de las actividades más sensi-
bles al ruido es la práctica escolar. (Arroba y González, 2017).
La pérdida de la audición conocida como la hipoacusia neurosensorial a
causa del ruido es un grave problema para los especialistas en la rama de la
audición, lo que pone en peligro la expectativa del paciente, en relación a lo

151
cual se estima que cerca de una tercera parte de la población padece sordera
por exposición a ruidos de alta intensidad y variaciones en las frecuencias.
(Ugalde, 2000).

Ruido y sonido

Para algunos teóricos el concepto de ruido se refiere a un agente físico con-


taminante, o bien se conoce como un sonido indeseable, también consiste en
un sonido o grupo de sonidos de gran amplitud que interfiere en la comunica-
ción (Párraga, 2005)
Otros autores como Cyril, (1995), han definido al ruido como el sonido
generalmente de naturaleza aleatoria, cuyo espectro no exhibe componentes
de frecuencias diferenciables y por ruido ambiental aluden al ruido asociado a
un ambiente con un ambiente determinado, que está compuesto de sonidos
de muchas fuentes, próximas y lejanas.
Desde el punto de vista físico, el sonido es una alteración mecánica que se
propaga en forma de movimiento ondulatorio a través del aire y otros medios
elásticos; en otras palabras, el sonido se origina en las vibraciones mecánicas
de la materia en estado sólido, líquido o gaseoso, las que se propagan en to-
das direcciones en forma de ondas longitudinales de presión sonora (Behar,
1994).
Cuando el sonido se traduce como ruido, se pueden considerar a las vibra-
ciones en el aire que estimulan terminaciones nerviosas del oído interno, lo
cual genera una reacción impredecible, de acuerdo con la aceptación o recha-
zo de cada persona hacia el sonido en particular. Es decir, cuando una vibra-
ción sonora de frecuencia audible es captada por el oído humano, se transfor-
ma en un estímulo nervioso que será o no considerado como ruido, en función
de la idiosincrasia del individuo receptor y sus reacciones de aceptación o re-
chazo, (López, M. 2002).
Etimológicamente, la palabra ruido del latín rugitus, se define como rugi-
do, mientras que la Organización Mundial de la Salud y la Oficina Internacio-

152
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

nal del Trabajo coinciden en definir al ruido como “todo sonido indeseable”,
(Parra, 2007).
En Física se define al ruido como una señal acústica, eléctrica o electrónica,
formada por una mezcla aleatoria de longitudes de onda. En la terminología
acústica existe el concepto de ruido blanco, el cual está conformado por todas
las frecuencias audibles, del mismo modo que la luz blanca está integrada por
las frecuencias visibles. El ruido es una noción subjetiva aplicada a cualquier
sonido indeseable, considerando que esta puede diferir notoriamente de un
sujeto a otro, por lo que no existe una definición precisa del ruido que integre
coherentemente el concepto del fenómeno físico y la percepción subjetiva del
mismo, (Cyril, 1997).
La percepción subjetiva del ruido depende de las características geográ-
ficas, climáticas, etnográficas, ecológicas, de la educación, estructura social,
hábitos, ideología religiosa y de la sensibilidad física y psicológica de cada in-
dividuo. Esta serie de factores constituidos a lo largo de la vida de una per-
sona, establecen la deseabilidad de un sonido de acuerdo con las molestias o
sensaciones que provoca, convirtiéndolo o no finalmente en ruido (Brüel &
Kjaer, 1984).

Propiedades del Sonido y las ondas sonoras

Se considera importante mencionar de manera general algunas de las propie-


dades del sonido y las ondas sonoras como referencia en el abordaje de los
estudios de ruido.

153
Tabla No.1 Magnitudes del sonido.

MAGNITUDES DESCRIPCIÓN SÍMBOLO

VELOCIDAD DEL Es la velocidad a la que se desplazan las ondas (C)


SONIDO sonoras a una temperatura de 20°C (68°F). La
velocidad del sonido en el aire es de aproximada-
mente 344m/seg.
FRECUENCIA Es el inverso del periodo, es decir el número de (f)
ciclos completos de oscilación que ocurren en
una unidad de tiempo. Se mide en hertz (Hz) que
corresponden a un ciclo por segundo.
LONGITUD DE ONDA Se define como la distancia que recorre un frente de (l)
onda en un periodo completo de oscilación. La longi-
tud de onda se relaciona con la frecuencia, el periodo
y la velocidad del sonido, según las expresiones.

PRESIÓN SONORA La presión sonora se define como la variación en la (P)


presión atmosférica en un punto, a consecuencia
de la propagación de una onda sonora a través del
aire.
POTENCIA SONORA Es la energía sonora que atraviesa una superficie en (W)
forma perpendicular a la dirección de propagación,
en cierta unidad de tiempo. La potencia acústica
también se define como la energía acústica total
emitida por una fuente sonora en una unidad de
tiempo. Se mide en watts y se relaciona con la
intensidad sonora a través de la expresión.
INTENSIDAD SO- Se define como la energía sonora que atraviesa una ( I )
NORA unidad de superficie perpendicular a la dirección de
propagación en determinado tiempo. En el caso de
una onda sonora que se propaga por el aire en una
dirección, su intensidad sonora en un punto, viene
dada por la expresión.
Elaboración propia a partir de datos de Sanz, 1987.

Exposición a ruido en las ciudades

La contaminación acústica es un factor ambiental determinante de la calidad


de vida de los habitantes. Genera conflictos efectos en la salud y consecuen-

154
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

cias económicas de importancia. Se relaciona con actividades humanas y se


genera a partir de fuentes tan diversas como el transporte, la construcción, la
actividad industrial, comercial y de servicios, las sirenas y alarmas o las activi-
dades recreativas; también se emite por la propia concentración de las perso-
nas en sus actividades comunitarias, escolares, laborales y festivas, las cuales
derivan en lo que se designa como “contaminación acústica urbana” (Orozco,
2008a).
Las formas de exposición a ruido suelen clasificarse según la ocasión en
que ocurre y la intencionalidad del sujeto de exponerse o no:

▪ Ocupacional; ocurre en ocasión y ambiente de trabajo


▪ Social, voluntaria cuando se asiste a lugares ruidosos o por el uso de
aparatos de música, televisión, video o videojuegos a alto volumen.
▪ Ambiental, aquella que es involuntaria pero está presente en el entorno
en el que se mueve el individuo, ruido de calle, de tráfico, de electrodo-
mésticos, de industria, comercio, escuelas, publicidad, mascotas, etc.
(González 2012).

Instancias internacionales reconocen, que el exceso de ruido produce


efectos nocivos sobre la salud, además de efectos psicológicos como son ner-
viosismo, irritabilidad, ansiedad, estrés, falta de concentración, cansancio, a
éstos, se suman los efectos fisiológicos, como alteraciones del sueño, meta-
bolismo, sistema nervioso central, sistema neurovegetativo, circulatorio, in-
munológico entre otros. Todos estos efectos se ven reflejados en la vida diaria
de las personas, interviniendo en la eficiencia del desarrollo de las tareas y
actividades, así como influyendo en el deterioro de la calidad en el descanso y
recreo (García 1995, González 2012).
A nivel laboral se puede decir que al poner mayor interés por las autori-
dades de todo el mundo, se han impuesto restricciones con respecto a los
niveles de ruido en diferentes puestos de trabajo, por lo que los empresa-
rios deben tomar medidas para reducir el ruido al nivel más bajo posible, en

155
ocasiones se consigue con éxito y en otras sigue siendo un asunto pendiente
(Dianicio y Rincón, 2010).
Los efectos por exposición a ruido se ven reflejados en la vida diaria de las
personas, dando lugar a alteraciones en el cumplimiento de sus tareas y lo que
es peor, en el deterioro en los espacios de descanso y recreo. De acuerdo a la
Organización Mundial de la Salud, es posible que se puedan presentar efectos
no auditivos a exposiciones alrededor de los 75 dBA (Berglund, et.al., 1999).

Ruido, salud y molestia

La situación general de degradación ambiental acústica puede incidir sobre la


salud y el bienestar de los individuos, y es ésta posibilidad el motivo principal
que ha impulsado diversas investigaciones, que han permitido conocer con
bastante exactitud los efectos de la exposición a niveles sonoros elevados so-
bre la capacidad auditiva de los individuos, pero hasta el momento es mucho
más incierta la relación entre el ruido ambiental y sus repercusiones no audi-
tivas en la población (García y Garrido 2003).
Se estima que cerca de un tercio de la población mundial padece de algún
grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de ele-
vada intensidad (López, et. al. 2000).
El estrés o estado de tensión, que se produce por exposición prolongada a
ruidos superiores a los 85 dBA, por cierto muy comunes en las ciudades hoy
día, puede generar hasta un 12 % más de problemas cardiovasculares, 37 %
más de problemas neurológicos y 10 % más de problemas digestivos (García
y Garrido 2003).
Los problemas a la salud relacionados con ruido de acuerdo con la Organi-
zación Mundial de la Salud (Berglund et. al. 1999) incluyen, entre otros:

▪ Interferencias con el comportamiento social (agresividad, protesta e


impotencia)

156
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

▪ Interferencia con la comunicación oral


▪ Disminución en el rendimiento laboral y escolar
▪ Dolor y fatiga de la audición
▪ Posibles trastornos de la audición, disminución o pérdida
▪ Molestia
▪ Alteración del sueño y con ello dificultades en el rendimiento diurno y
alteración a la respuesta inmune
▪ Efectos cardiovasculares.
▪ Respuestas hormonales y consecuencias al metabolismo
▪ Alteración a la tensión arterial.
▪ Cambios de conducta en los niños o personas sensibles.

Las personas se pueden exponer voluntariamente al ruido y no por ello estar


conscientes de los riesgos asociados a esta exposición. Así mismo, otro aspec-
to importante en este sentido, es el relativo a la molestia que generalmente se
agudiza cuando la exposición no es voluntaria.
Aunque la diferencia puede ser sutil, no es lo mismo sentir desagrado que
estar molesto; hay muchos estudios que ponen de manifiesto que la percep-
ción del sonido y la molestia que origina no tienen una relación tan fuerte
como podría esperarse. La molestia está en función no únicamente de pará-
metros físicos como el nivel de presión sonora, el espectro de frecuencias y
la evolución temporal, sino que esta sensación depende en gran medida de
otros parámetros subjetivos inherentes a la persona y a su estado de ánimo.
Por todo ello, el tratar de estimar la relación dosis – efecto es un camino ade-
cuado para valorar la molestia del ruido (Bravo et. al. 2003).
La evaluación de la molestia producida por el ruido ambiental se inicia
como parte de las propuestas que se generaron en una reunión de la “Inter-
national Commision on the Biological Effects of Noise” (ICBEN) en 1993, se
propuso promover el uso de preguntas tipo, que pudieran ser compartidas
internacionalmente, para evaluar los niveles de molestia que las fuentes de
ruido producen sobre las personas y que el cuestionario reuniera diversas ca-

157
racterísticas que le permitieran interpretación y análisis conveniente (Bravo
et. al., 2003).
Estos instrumentos tiene la ventaja de avanzar en la estructuración de pro-
puestas de atención, en la generación de estadísticas que apoyen la organiza-
ción de la información y en su caso el planteamiento de herramientas para la
atención del problema.
En diversas encuestas y estudios realizados en grandes ciudades del mun-
do se ha llegado a la conclusión de que el ruido producido por la circulación,
molesta al 36 % de la población, seguido por el ruido de aviones que alcanza el
9 % de la población y el de ferrocarriles, que sólo molesta al 5 % (de Esteban
2003).
A su vez, la directiva de la Unión Europea indica que los mapas estratégicos
de ruido que se realicen han de aportar datos sobre las relaciones dosis-efecto
y coste-beneficio, por lo que parece necesario incrementar los estudios que
tengan como objetivo analizar los efectos por exposición al ruido ambiental
(Comisión Europea 2011).
Buena parte de las investigaciones sobre los efectos del ruido se han cen-
trado en una de las respuestas más extendida y compleja, conocida bajo el
término general de “molestia”. El concepto de molestia hace referencia tanto
a factores físicos relacionados con las características del ruido, como a los
factores psicosociales en los que el individuo y la comunidad se ven insertos.
Entre estos últimos cabe resaltar:

▪ La actitud hacia la fuente sonora


▪ La edad y el género de los afectados.
▪ La sensibilidad individual al ruido
▪ La personalidad, el temperamento.
▪ El estado de ánimo.
▪ El tipo de asentamiento o comunidad.

158
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Las curvas de porcentaje de personas altamente molestas por ruido se re-


lacionan sin dudas con aspectos socioculturales. Lam et al., (2012) comparan
sus resultados en la ciudad de Hong Kong con otros estudios de países de
occidente y observan que la tolerancia al ruido de tránsito por parte de la
población es mucho mayor que la de poblaciones occidentales. Aunque los
autores no descartan la posibilidad de que la mayor tolerancia esté asociada
a que en los ambientes interiores normalmente están las ventanas cerradas
y hay aire acondicionado, lo que puede en principio magnificar la diferencia
de niveles de presión sonora entre el exterior y el interior, también señalan
que investigaciones sociológicas anteriores dieron como resultado una mayor
tolerancia de la población de Hong Kong hacia la alta densidad de población
en la ciudad, lo que podría orientar hacia una explicación más a través de las
características de los lugareños que de las de sus viviendas.
La molestia y los efectos a la salud por exposición a ruido son aspectos que
van de la mano y se han de considerar de forma complementaria para una
adecuada gestión y para iniciar esfuerzos dirigidos a su control.

Consideraciones para el monitoreo, diagnóstico y denuncia

A nivel internacional existen diferentes esfuerzos que se han diseñado para


atender el problema de ruido en la ciudad, se han relacionado con el diagnósti-
co, monitoreo, cartografía, cuestiones regulatorias y normativas, se tienen di-
ferentes esquemas de reglamentación y esquemas de apoyo para su atención
y control. Significativo número de tales esfuerzos han surgido desde centros
de investigación, universidades y también por autoridades y ayuntamientos,
de manera que se está atendiendo a uno de los problemas que más demanda
la población, ¿qué es el “ruido”? y ¿cuáles son las molestias que de éste se
derivan?.
El monitoreo, debería ser una responsabilidad concedida a las autoridades
federales, estatales y municipales, al igual que el esquema normativo y de su-
pervisión, sin embargo en ciudades mexicanas, la parte de ruido ha quedado

159
desplazada y únicamente se trabaja en atención a denuncias, sin un monito-
reo permanente enmarcado en un proyecto integral, que permita contar con
un esquema confiable de diagnóstico.
El diagnóstico implica también responder con una serie de aspectos opera-
tivos, administrativos, financieros y de organización inter e interinstitucional,
es decir se requieren diferentes elementos que formen parte de una planea-
ción, un objetivo y un resultado concreto con el que se genere posteriormen-
te una actuación específica.
A continuación se presenta una guía en la que se puede identificar la se-
cuencia para la caracterización de ruido, dentro de un esquema general:

160
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Figura No. 1. Secuencia metodológica para la realización de diagnósticos


de ruido urbano (Elaboración propia, 2014).

161
Para el adecuado esquema de monitoreo se deben tener en cuenta factores
esenciales:

· Esquema normativo
· Competencias legales
· Figura administrativa
· Capacitación de técnicos y especialistas (debidamente cualificados)
· Selección de equipo con criterios de factibilidad y viabilidad (costos de
adquisición, mantenimiento, reparación y calibración)
· Esquema de capacitación
· Elaboración o validación de informes por expertos

El esquema normativo es indispensable para el control de un problema como


el ruido ambiental, pero siempre acompañado de un adecuado esquema de
supervisión, control y sanción efectivo, congruente, pertinente y oportuno.
Las técnicas para la medición de ruido y las diferentes características que la de-
finen están normalizadas y reguladas a nivel nacional e internacional. Las com-
petencias de las mismas se definen por las autoridades nacionales o locales.
En Estados Unidos el ANSI (American National Standard Institute) es el
organismo nacional formativo que ha mantenido una intensa producción de
normas que incluyen las mediciones acústicas, en Canadá la CSA (Canadian
Standard Association) tiene la función combinada de impulsar normas para la
medición y características de los materiales, en Europa, la Comunidad Euro-
pea, define algunas directrices normativas y cada país adopta y ajusta sus cri-
terios y regulaciones específicos. En el Marco Internacional ISO (International
Standard Organization) se producen normas resultantes de las experiencias
comunes y conocimientos de los organismos nacionales asociados. Y la IEC
(International Electrical Comision) prepara especificaciones de tolerancias,
funcionamiento y calibración de equipos.
En México, el Instituto Nacional de Metrología y Normalización, a través de
la correspondiente Ley Federal, promueve la elaboración de normas oficiales

162
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

mexicanas, que a su vez son autorizadas para su publicación y cumplimien-


to por el Presidente del Comité Consultivo Nacional de Normalización para
la Protección Ambiental, previa revisión por el comité respectivo. (CENAM,
2014).
A nivel nacional, para efectos del control de ruido en las ciudades se debe
tener en cuenta lo siguiente:

El emplazamiento a supervisar
El origen y tipo de denuncia

Los recursos humanos, se requiere de una formación profesional o técnica


acorde a las necesidades de operación del equipo de monitoreo. El personal
que se involucre en la medición y diagnóstico, deberá haber cubierto cursos
de capacitación de manejo del equipo, registro e interpretación de los datos,
las instancias que suelen proporcionar los cursos de capacitación en este nivel
generalmente lo hacen con base a lineamientos normativos, y legales, a su
vez, las empresas en donde se adquieren los equipos, brindan asesoría profe-
sional para el manejo de los mismos, el apoyo de organismos acreditadores y
de capacitación, también es necesario para que expidan constancias oficiales
a los técnicos e inspectores y de ésta manera dar un respaldo a la calificación
del personal y se les extienda una certificación de los cursos con los que se
capacitaron. Tales elementos permiten contar con las bases para interpretar
los resultados y generar opiniones con autoridad y dominio del tema.
La denuncia puede ser individual o colectiva (Herranz y López, 2002).
Uno de los fenómenos más frecuentes de queja a las autoridades municipales
es sin duda es el proveniente del ruido. En ocasiones, las ausencias normativas
pueden desencadenar en limitantes para la atención a la denuncia; por ejem-
plo, cuando se activa el silbato del ferrocarril para salvaguardar la integridad
de las personas y con ello continuamente se invade el sueño y la tranquilidad
de los vecinos que viven en las colindancias, situación derivada de la falta de
respeto a los planes parciales de urbanización.

163
Es importante sistematizar el sistema de denuncia, para validar su origen,
recurrencia y ubicación y en su caso que sea atendida por personal cualificado
para darle el seguimiento y atención adecuada.
El seguimiento a la denuncia debe ser un asunto muy profesional y cui-
dadoso por parte de la autoridad. El tener protocolos de respuesta suele re-
sultar para agilizar los procedimientos, lo que es sumamente importante es
recuperar estadísticas y zonificar los motivos de queja. De esta manera se va
avanzando en la determinación de las causas más frecuentes de molestia por
ruido y se puede progresar en las medidas de control.
Otra situación muy frecuente, es la relacionada con la presencia de festejos
tradicionales y fiestas patronales de barrio que suelen emplear cohetes, tam-
bores, música estridente que frecuentemente fastidia a los que no participan
de la fiesta y las implicaciones culturales trascienden los esfuerzos normativos
o legales. Para ello se pueden hacer ajustes de horarios y días, con la participa-
ción de vecinos, párrocos, autoridades y comerciantes.

Equipos de Medición

El equipo de medición a emplear deberá estar calibrado y certificado por una


instancia acreditada, ya sea un laboratorio primario como el Centro Nacional
de Metrología o Normalización CENAM, o bien un laboratorio secundario que
emita el Certificado de Calibración que realice adecuadamente las pruebas
de calibración y que año con año requieren de validarse y renovarse para dar
confiabilidad a los resultados y validez normativa.
Para el diagnóstico de los niveles de ruido en la ciudad, la posibilidad de
utilizar equipos es muy amplia, porque las casas comerciales han incorporado
una variedad extensa de diferentes marcas y modelos, adquirirlos en la actua-
lidad es relativamente sencillo y hay representantes de ventas y distribución
de marcas españolas, alemanas, danesas, inglesas, americanas, en los distin-
tos países, la mayor demanda de estos equipos suele ser más que por las ins-

164
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

tancias de gobierno, por los consultores de higiene industrial y por las propias
empresas e industrias con problemas de ruido.
Los aspectos más esenciales a tener en cuenta para la puesta en marcha
de un esquema de medición de ruido son diversos, entre los más importantes
está como ya se indicó al inicio de este apartado es contar con los recursos
económicos suficientes o bien con un esquema programado para garantizar
un buen sistema de mantenimiento y renovar año con año la calibración, para
dar certeza de la fidelidad de las mediciones , aunado a contar con un certifi-
cado que en caso de procedimiento legal, respalde la calidad con la que fun-
ciona el equipo para emitir el dictamen de registro de las mediciones.
Se debe disponer de un lugar adecuado para ubicar la estación, y en caso
de que se opte por un equipo fijo, que garantice la seguridad del mismo y que
no existan obstáculos que interfieran con las mediciones.
Para el equipo portátil, sólo son admisibles equipos tipo I ó tipo II, que son
los que se calibran y la confiabilidad de las mediciones está garantizada por
los fabricantes. Un error muy frecuente que se presenta en la atención a de-
nuncias, es que se acude con equipos que no son profesionales y se quiere dar
trámite de sanción o infracción, a partir de los resultados de esos equipos que
más bien son de uso recreativo o didáctico.
En ruido urbano la posibilidad de utilizar equipos es muy amplia, porque las
casas comerciales han incorporado una variedad extensa de diferentes mar-
cas y modelos, que al adquirirlos en nuestro país en concreto superan incluso
las recomendaciones normativas mínimas que se sugieren (por ejemplo para
los estudios de ruido en la industria), las cuales exigen aún el realizar cálcu-
los matemáticos a partir de los datos que son tomados de manera analógica,
cuando en la actualidad los equipos por sus características de ser integrado-
res, registran los datos y calculan los índices requeridos, con la precisión ade-
cuada y con la posibilidad de programarlos en tiempo, recuperando los datos
a través de la memoria, directo a la computadora, incluso con la posibilidad de
activar con el mismo equipo, mediciones de dos a cuatro eventos diferentes,
con equipos portátiles de fácil manejo.

165
Los sonómetros deben ser preferentemente del tipo I, o al menos del tipo
II (NCh 2500). Y los promediadores integradores deben ser de la categoría P
(IEC 60804). La instrumentación puede comprender, sonómetro promedia-
dor-integrador colocado en ponderación “A, dosímetros para mediciones de
nivel de exposición sonora de eventos discretos. sonómetros en ponderación
“A” y ponderación temporal “S”. Data logger para muestrear valor en curso de
nivel sonoro usando ponderación temporal “F. Analizador de distribución es-
tadístico, para muestrear valor en curso de nivel sonoro. (ISO 1996-1:1982),
(Bañuelos, 2005). Existen muchos tipos de aparatos para medir los niveles
sonoros. De entre ellos, el más utilizado es el sonómetro, un aparato para la
medida del nivel de presión sonora ponderado en frecuencia y en tiempo.
(Cyril, 1995).
Los equipos que se decidan utilizar deberán acompañarse de la capacita-
ción adecuada por parte de la empresa que lo distribuye, además de que el
responsable del proyecto deberá contar con los conocimientos mínimos ne-
cesarios de participación en el diseño de proyectos ambientales, para tener las
bases y la experiencia en el análisis e interpretación de los resultados. Para ele-
gir el equipo ideal a adquirir, se sugiere tener en cuenta el recurso económico
que será destinado, equipos de fácil manejo, garantía, capacitación incluida,
calibración y respaldo técnico, así como en caso de requerirlo asistencia para
resolver problemas operativos con el equipo y el software que le acompaña, la
representación local de la marca o al menos la posibilidad de que los técnicos
de la casa comercial acudan (sin costo extra) a impartir la capacitación sobre
el equipo y le manejo del software.

166
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Figura No. 2 Equipos sonómetros Integradores de precisión.

Requerimientos previos a la ejecución de la medición

Previo al inicio de cada una de las mediciones, es necesario calibrar el equi-


po; tanto el sonómetro como calibrador. Existen diferentes demandas para
esta condición, la primera de las cuales está relacionada con la calibración
del equipo con el Centro Nacional de Metrología y Normalización (CENAM),
es el laboratorio primario en nuestro país, que tiene la posibilidad técnica y
certificada de realizar las pruebas necesarias para ejecutar dicha calibración a
través de sus profesionales, equipos y técnicas validadas internacionalmente,
las características de emisión del certificado van a depender de que el equipo
cuente con las especificaciones técnicas, la precisión en las mediciones, y que
responda a pruebas de repetición y trazabilidad con precisión y eficiencia.
Existe la posibilidad de acudir con laboratorios secundarios que te propor-

167
cionan también el servicio y que la calidad de pruebas está a su vez validada
con el CENAM, la única recomendación específica en este caso es constatar la
vigencia de sus certificados.
El costo de calibración de los equipos está regulado y existen diversas va-
riaciones en función de los equipos y de los ajustes realizados en el proceso
de calibración, cuando el equipo por su deterioro, presenta fallas en funciona-
miento o bien desajustes técnicos por mal manejo, errores de programación o
incluso defectos de fabricación, puede no ser calibrado y se regresa al usuario
con la recomendación precisa sugerida. En caso de que cumpla los estándares
marcados, se emite el Certificado que tiene validez de un año y tal garantía
se corresponde a un buen manejo del equipo y a que los usuarios del mismo
reciban la capacitación adecuada, y atiendan los pasos que les requiere el res-
pectivo instructivo, para no ejecutar comandos que interfieran con el registro
de las mediciones.

Figura No. 3 Modelo de un Certificado de Calibración por un laboratorio secundario acreditado ante el
CENAM.

168
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Calibración del equipo

Todos los equipos de calidad tipo I y tipo II requieren de la utilización de un ca-


librador portátil, (independiente al certificado de calibración que lo hace una
instancia acreditada), que garantiza la precisión en las mediciones, dicho cali-
brador se activa en atención a los requerimientos que marca cada instructivo
según la marca elegida, y en su caso se hacen los ajustes pertinentes, con los
aditamentos para ello requeridos, los calibradores también se calibran ante el
CENAM, o el laboratorio acreditado, con la norma que le corresponde.

Sonómetro.

Figura No. 4 Calibrador.

Trabajo en campo

Con base a la selección de los puntos de muestreo que serán seleccionados en


función de los alcances y objetivos previamente definidos, los cuales pueden
estar en atención a parámetros de referencia como flujo vehicular, zonas críti-
cas como espacios escolares, hospitales o centros de recreo, etc. En cualquie-
ra de los casos deberán ser representativos de la zona a estudiar y considerar
elementos representativos para el muestreo, como cruces, entrada y salida de
vehículos, áreas verdes, etc.

169
Se realiza un recorrido visual para la ubicación de los puntos y para carac-
terizar cada uno de los sitios y tener un panorama exacto del punto a estudiar
y así establecer los horarios y se diseñan los formatos para la recopilación de
los datos.
Se realiza un segundo recorrido por los puntos a muestrear, y se realiza
un primer muestreo piloto, para validar la representatividad de los puntos a
estudiar, se hace un reporte fotográfico de apoyo para. En dicho recorrido se
establece la ubicación geográfica por medio de un geoposicionador satelital
(GPS) satelital.

Fig. No. 4 Geoposicionador satelital.

Se realizan en cada uno de los puntos 4 mediciones de 5 minutos cada uno,


tomadas a 1.20 a 1.30 m. sobre el nivel del piso y al menos 3.5 m. de cualquier
superficie como muros, puentes, postes, etc. (Orozco, M., et.al., 2003)

170
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

El sonómetro integrador de precisión se coloca durante todas las medicio-


nes sobre un tripie especial para ese tipo de equipos, eso con el fin de darle
mayor precisión a las lecturas tomadas, darle mayor seguridad al equipo ade-
más de tener mayores posibilidades de realizar simultáneamente la caracte-
rización del punto de medida y en su caso la confirmación de la georeferen-
ciación del punto de muestreo. El sonómetro se coloca en ponderación A,
respuesta Lento, modo Tiempo y en un rango de 60 – 120 dB(A).
El sonómetro se coloca en espacios que ofrecen el mayor grado de seguri-
dad tanto para el equipo como para el muestreador, así también se cuida de
colocar el equipo a 3.5 metros de distancia de cualquier estructura reflectan-
te tal como lo marca la ISO 1996-1:1982. Y cuando se trataba de mediciones
en esquinas se procura colocar el equipo a una distancia de 2 metros de los
muros. (ISO1996-1:1982, en Bañuelos, M., 2005), en la mayoría de los casos
el equipo se coloca en algún vértice de las esquinas, en algunos casos se reali-
zaron las tomas en el centro de los camellones.
El sonómetro se coloca para el caso de las esquinas en forma cruzada con
relación a los cuatro vértices y para el caso del centro de los camellones el
equipo se coloca de manera longitudinal sobre el camellón y para ambos ca-
sos al micrófono se le da una inclinación tal que incida aproximadamente al
sistema de escape de los vehículos que circulan para el caso de las posiciones
esquinadas, hasta el otro extremo o esquina opuesta al punto de muestreo.
Se pueden establecer códigos para representar los puntos de medición, los
cuales pueden incluir las iniciales de los puntos y la numeración se organiza
a partir de criterios específicos que deberán ser referidos. Posteriormente se
integra la base de datos que se deberá haber diseñado previamente con toda
la información mínima requerida.
Paralelamente con las mediciones se trabaja en la caracterización de cada uno
de los puntos de medición, se considera la observación de parámetros que se em-
plean para hacer una relación y análisis entre el ruido y las condiciones presentes
en el sitio de estudio, como la presencia de arbolado, fuentes fijas generadoras
de ruido, número de carriles, amplitud de la calle, presencia de baches, topes o

171
semáforos, condición de la vialidad, etc. Todo esto con el fin de poder tener un
criterio más amplio para la discusión y análisis de los resultados obtenidos y po-
der emitir un diagnóstico más certero en la discusión de los mismos.

Integración de los resultados

Con la información generada, se integrará la base de datos, ya sea en forma


manual o bien con ayuda del software del equipo utilizado, en caso de integrar
la base de datos de forma manual incluir la información relativa, fecha, hora,
duración. En cualquiera de los dos casos también incluir información relativa
a algún evento extraordinario que permita tener elementos para la interpre-
tación de los resultados.
Los datos generados se pueden utilizar para elaborar un mapa de ruido.
Para ello se puede utilizar el software de Arc View, en el que se ingresan los
datos en una página de Excel conteniendo para ello como requisito la geo - re-
ferenciación de cada uno de los puntos pero en UTM “lenguaje que identifica
el programa”.
El mapa de ruido presenta datos sobre la situación acústica, la superación
de un valor límite de un indicador de ruido que afecta a una zona determinada
por los valores que se manifiestan. La exposición de los niveles acústicos en
un mapa puede dar la pauta tanto a estudiosos en la materia como a las auto-
ridades, y poder reconocer con facilidad las diferentes exposiciones a las que
está siendo expuesta la población en determinado momento, en determinada
zona y en qué grado de afectación, también para dar información a la comuni-
dad sobre los rangos de exposición y los posibles efectos nocivos que podrán
desarrollar con determinadas dosis acústicas recibidas.
Los datos generados se analizan en función de parámetros de referencia
que pueden ser otros estudios similares, en diferentes localidades, o en los
mismos puntos años atrás, o con valores guía normativos de otros países o los
que proporcionan instancias internacionales como la OMS, 2005 por ejemplo,
ver tabla No. 1.

172
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

Cuando se caracteriza la zona se deberá reportar la presencia de algún


suceso que puede estar interfiriendo con las mediciones, o bien intensificán-
dolas y de ser el caso se hará la discusión correspondiente, al momento de ca-
racterizar la principal fuente emisora que regularmente para ruido urbano es
el tráfico, pero también se presenta el ruido de la construcción, el recreativo,
el relacionado con prácticas comerciales, entre otros.
Así también se pueden organizar los datos de nivel sonoro continuo equi-
valente, los niveles máximos y mínimos, y agruparlos con categorías y nomi-
narlos como Altos, Medios y Bajos e incluso asignarles colores, para la mejor
representación cartográfica, la discusión se hace también con relación a crite-
rios normativos para fuentes fijas, o para espacios industriales, y la riqueza de
los comentarios que se vierten permiten generar escenarios que hablan de la
condición de riesgo a la población expuesta.

Las mediciones de ruido con criterios de calidad, deben considerar aspectos


como:

· El equipo de medición debe estar correctamente calibrado y de preferencia con el certifi-


cado de calibración oficial vigente.
· Comprobar la calibración, el funcionamiento del equipo, pilas, carga, etc.
· El sonómetro deberá disponer de filtro de ponderación frecuencia “A” y respuesta lenta y
rápida.
· Si la medición se realiza al aire libre e incluso en algunos recintos cerrados, se
deberá utilizar siempre un guardavientos.
· El ritmo de trabajo deberá ser el habitual, pero también registrar condiciones críticas.
· Seguir las instrucciones del fabricante del equipo para evitar la influencia de factores tales
como el viento, la humedad, el polvo y los campos eléctricos y magnéticos que pueden
afectar a las mediciones.
· Si el trabajador realiza, tareas en distintos puestos de trabajo, se deberá realizar la medi-
ción mediante un dosímetro.
· Que el tiempo de muestreo, sea representativo (típico) de la jornada o por ciclos representativos.
· La medición se deberá realizar por puesto de trabajo. En el caso de existir varios puestos
de trabajo iguales, se debe realizar la medición tomando un puesto tipo o representativo
Tabla No. 1 Factores a tener en cuenta al momento de la medición.

173
Elaboración del informe final

Si el reporte forma parte del seguimiento a un requerimiento de la autori-


dad, seguir las indicaciones de la norma o reglamento de que se trate incluir
información de contexto para su análisis e interpretación, así como una base
teórica que oriente al receptor del proyecto la información de referencia del
estudio o diagnóstico, se firma por el técnico o profesional responsable y se le
anexan los materiales, tablas, bases de datos, croquis, hojas de campo y foto-
grafías que permitan hacer una interpretación completa del proyecto y en su
caso el seguimiento respectivo. Adjuntar el certificado oficial de calibración.
Apoyar la interpretación de los resultados y la información que le permita dar
seguimiento al caso.

Consideraciones finales

El control de ruido en la ciudad representa es una tarea de diferentes niveles,


grupos institucionales y gubernamentales, académicos, individuales y de las
organizaciones de la sociedad civil. Conocer el potencial de los instrumentos,
el esquema normativo, las figuras administrativas, las limitantes y que los be-
neficios finales, permite orientar acciones para aspirar a condiciones acústicas
más saludables para el bienestar en las comunidades humanas.
Este documento integra datos de la contaminación por ruido en las ciuda-
des y apoyos para su atención, normalmente la información que se presen-
ta se limita a aspectos técnicos, por lo que la presente, ofrece un esquema
paralelo que se acerca a las limitantes cotidianas y a las acciones prácticas
que pueden permitir al interesado en materia del estudio de ruido incorpo-
rar elementos prácticos que lo lleven a tomar decisiones asertivas que gene-
ralmente no son únicamente oficiales, técnicas o normativas. Es importante
para atender adecuadamente una medición el conocer con detalle el objetivo,
propósito y alcance del estudio para incluir los debidos elementos que le den
un significado congruente al estudio.

174
Ruido Ambiental, caracterización y análisis

En resumen las bondades de ésta propuesta se pueden incrementar con


la discusión y la retroalimentación que hagan los usuarios y de ésta forma
el beneficio se hace efectivo tanto en la práctica académica como técnica y
profesional.

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178
Determinación de partículas en espacios de interior

8. Determinación de partículas en espacios de interior

Perla Sánchez Torres, María Azucena Arellano Avelar


y Arturo Figueroa Montaño

Introducción

La contaminación del aire es una problemática de las zonas urbanas, el origen


puede deberse a diversas fuentes siendo estas naturales o antropogénicas. La
polución resulta preocupante debido a los efectos adversos que tiene sobre la
salud de la población expuesta (Chan et al. 2002, Vallero 2008). Puesto que
la calidad del aire es un problema de salud pública, las investigaciones dentro
del campo de la salud ambiental resultan relevantes para la comprensión y
resolución de esta problemática.
Estudios realizados en Estados Unidos, han evidenciado que los habitantes
pueden experimentar exposiciones a contaminantes por arriba de los valo-
res recomendados, aun cuando las estaciones de monitoreo atmosférico in-
diquen que se cumple con la normativa. Por este motivo, resulta necesario
complementar las mediciones rutinarias ambientales con registros registros
localizados pudiendo ser microambientes intra y extramuros. (Adams et al.
2001, Knibbs et al., 2011).
En este contexto el estudio de la calidad del aire exterior es importante,
pero también lo referente a los espacios de interior, pues actualmente los ha-
bitantes de las grandes ciudades pasan entre 60-80 % en espacios cerrados,
por ejemplo, el hogar, oficinas, escuelas, hospitales, guarderías, bibliotecas,
restaurantes, bares, teatros y vehículos. Por lo que una mala calidad del aire
puede afectar la salud y bienestar de las personas que ocupan estos espacios
(Geiss et al., 2010). Así lo reflejan estudios que han demostrado que la cali-
dad del aire interior tiene un impacto considerable en la salud pública, puesto

179
que la exposición a contaminantes por repetidas ocasiones y por tiempos pro-
longados ocasiona daños, como patologías respiratorias, cardiopulmonares e
incrementa los casos de asma, especialmente para niños y adultos mayores.
Es además uno de los factores de salud ambiental que tiene una mayor con-
tribución a la carga de enfermedad de acuerdo al informe “Medio ambiente y
salud” de la Agencia Europea de Medio ambiente, las infecciones agudas del
tracto respiratorio inferior atribuibles a la contaminación del aire interior ex-
plican el 4.6% de todas las muertes y el 3.1% de AVAD (años de vida ajustados
por discapacidad) (de Gennaro et al., 2014)
Asimismo la contaminación del aire interior se caracteriza por una gran
variabilidad en la concentración de contaminantes, esto depende del tipo
de espacio interior, la construcción y antigüedad del mismo, la ubicación, las
funciones que se realizan en ese recinto, las características de las fuentes de
emisión pudiendo ser internas como externas, el comportamiento de los ocu-
pantes, ventilación y condiciones microclimaticas (INSHT, 1999).
Resulta de interés estudiar la calidad del aire en los diferentes tipos de es-
pacios de interior, donde se concentran las personas por periodos de tiempo
prolongados, las cuales por exposición pueden verse afectadas directamen-
te en su salud y bienestar (Orozco et al. 2015). Además, efectuar este tipo
de estudios puede llegar a generar datos importantes en cuanto a calidad
ambiental en interiores. Por lo que esta guía pretende ser una herramienta
de apoyo para la implementación de metodologías para la caracterización de
espacios de interior.

Objetivo

Proporcionar una herramienta metodológica para la caracterización de la ca-


lidad del aire en espacios de interior.

180
Determinación de partículas en espacios de interior

Marco teórico

Calidad del aire interior

La calidad ambiental interior se define como la armonía de factores térmicos,


acústicos, luminosos y condiciones del aire. Asimismo las concentraciones de
los contaminantes no deben ser superiores a aquellas que puedan perjudicar
la salud o causar malestar a sus ocupantes (Carazo et al., 2013).
La calidad del aire de un microambiente o espacio de interior puede verse
afectada por la presencia de contaminantes químicos como: material parti-
culado, monóxido de carbono, hidrocarburos, óxidos de nitrógeno y óxidos
de azufre, procedentes fundamentalmente de la combustión en vehículos de
gasolina y diésel; biológicos como: bacterias, virus, hongos y protozoarios.
De igual forma, existen otros factores que intervienen en la calidad del aire
interior éstos son: la ventilación, temperatura y humedad relativa, así mismo
un factor importante es el número de individuos que se encuentren en ese
espacio. (Ormuz y Muftic 2004, Asmi et al. 2009, Portela y Zannin 2010, Pa-
tania et al., 2012).

Contaminación del aire en microambientes

El concepto de microambiente se refiere a un espacio tridimensional donde


la concentración de un contaminante, en un momento dado, es uniforme o
tiene propiedades estadísticas constantes. Ejemplos de microambientes son
la oficina donde el individuo trabaja, la recamara durante el sueño, la cocina
mientras se preparan alimentos y el vehículo durante el transporte. En la tabla
1 se muestran algunos microambientes que son relevantes para la evaluación
de riesgo en la contaminación del aire (PAHO 1996).

181
Tabla 1. Microambientes potencialmente importantes para la evaluación de la contaminación del aire.

Microambientes Descripción
En exteriores
Urbanos Áreas metropolitanas donde los niveles de contaminación de aire
son altos como resultado de una alta densidad de fuentes móviles
y fijas.
Suburbanos Ciudades pequeñas a medianas donde los niveles de contamina-
ción del aire tienden a estar por debajo de las áreas metropolita-
nas, aunque bajo ciertas condiciones, la contaminación urbana
por el transporte puede afectar la calidad del aire local.
Rurales Las comunidades agrarias y los pequeños poblados con pocas
fuentes antropogénicas de contaminación del aire. Los niveles
de contaminación del aire tienden a ser bajos, aunque, en ciertas
condiciones, el transporte de la contaminación urbana y subur-
bana y los patrones de contaminación regional pueden afectar la
calidad del aire local.
En interiores Ocupacional
Industrial Los procesos de manufactura y producción, tales como los de las
plantas petroquímicas procesadoras de pulpa y fundidoras.
No industrial Industrias de servicios primarios donde los trabajadores no están
involucrados en los procesos de manufactura y producción, tales
como compañías de seguros, oficinas y áreas de venta al menu-
deo.
En interiores no ocupacionales
Residenciales Casas unifamiliares, departamentos, casas móviles, condominios.
Comercial Restaurantes, tiendas al menudeo, bancos, supermercados.
Públicos Oficinas postales, Juzgados, zonas deportivas, centros de conven-
ciones.
Institucionales Escuelas, hospitales, casas de convalecencia.
En interiores de Transportes
Privados Automóviles, aviones privados.
Públicos Autobuses, metros, trenes, aviones comerciales.
Fuente: PAHO 1996.

182
Determinación de partículas en espacios de interior

Material particulado

Uno de los contaminantes más estudiados en espacios de interior, es el ma-


terial particulado (PM por sus siglas en inglés) y se define como una mezcla
compleja de material sólido y líquido suspendido en el aire, compuesto por
partículas de carbono, hidrocarburos y compuestos inorgánicos. La composi-
ción química del PM es muy compleja y varía con los tipos de fuentes locales,
intensidad de la emisión, y los procesos atmosféricos como de transporte re-
gional y la partición de gas a partícula.
El material particulado se clasifica generalmente en cuatro categorías ba-
sadas en el diámetro aerodinámico, las partículas PM10 (partículas gruesas),
PM2.5 (partículas finas), para éstas; las determinaciones de las concentracio-
nes suelen ser en masa ordenándose de la siguiente manera (mg/m3 o μg/
m3), en cuanto a las partículas menores a PM1.0 (partículas muy finas) y PM0.1,
usualmente conocidas como partículas ultrafinas (UFP por sus siglas en in-
glés), en comparación a los tamaños anteriores, constituyen un porcentaje
muy pequeño de partículas totales en relación a la masa, por lo que suelen
determinarse en microgramos o más comúnmente en número de partículas
ya sea por m3, cm3 o ft3. Cabe aclarar que los tipos de determinaciones serán
en base a los equipos utilizados para el monitoreo (Moore 2012).
Con respecto a los daños a la salud, que puede ocasionar la exposición de
partículas, diversos estudios advierten que, existe una asociación significativa
entre partículas finas (PM2.5) y el aumento de enfermedades respiratorias
y cardiovasculares (Gee and Raper 1999). La exposición de un individuo a
números de partículas ultrafinas y PM2.5 puede variar considerablemente du-
rante 24 h, dependiendo del microambiente del individuo y las fuentes de las
partículas que estén presentes (Dennekamp et al., 2002).

183
Dióxido de carbono (CO2)

En la caracterización de un ambiente de interior, también, se recomienda ha-


cer valoraciones de dióxido de carbono (CO2), ya que se considera un indica-
dor de la calidad de aire interior (INSHT 2000). Este gas puede originarse a
través del metabolismo natural de los organismos y o por procesos de com-
bustión. En ambientes de interior los niveles de varían entre 400 y 2000 par-
tes por millón (ppm), mientras que los niveles de CO2 al aire libre son de 350
a 450 ppm (Halgamuge et al. 2009).
El Instituto Nacional para la Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT)
y la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire
Acondicionado (ASHRAE por sus siglas en inglés), consideran que las concen-
traciones de CO2 en interiores que exceden las 1000 ppm sugieren una venti-
lación inadecuada (Firdaus y Juliana 2014). Así mismo el INSHT, determina un
valor límite de exposición laboral diaria de 8 horas siendo este de 5,000 ppm
con un valor límite para exposiciones cortas de 15 minutos de 15,000 ppm
(INSHT 2000).
En un ambiente de interior las concentraciones del CO2 se deben princi-
palmente a la respiración de los ocupantes y el tiempo en que permanezcan
al interior del mismo, también se observa que cuando no hay una ventilación
suficiente las concentraciones de CO2 se incrementan, así como, cuando las
ventanas y puertas permanecen cerradas por periodos prolongados, esto se
observa especialmente bajo condiciones de saturación de personas en espa-
cios confinados (Ormuz y Muftic 2004, Halgamuge et al. 2009, Chiu et al.
2015).
Las concentraciones que habitualmente se encuentran en el ambiente ex-
terior (300 a 400 ppm) como en el ambiente interior (de 600 ppm y > 2000
ppm) no resultan tóxicas, por lo que suelen más bien resultar un indicador
para la atención de este contaminante (INSTH 2000, ProPECC 2003).
No obstante, y aunque no resulte tóxico, los niveles de CO2 están rela-
cionados a la percepción de calidad del aire y se asocian más comúnmente a

184
Determinación de partículas en espacios de interior

síntomas y molestias. Cuando los valores exceden los 800 a 1200 ppm las per-
sonas comienzan a experimentar incomodidad, dolores de cabeza, cansancio,
problemas respiratorios, somnolencia, dificultad para concentrarse, mareos
e irritación ocular, de ello dependerá la concentración y la duración de la ex-
posición, estos síntomas se agravan en el caso de los niños y personas de la
tercera edad (ProPECC 2003, Firdaus y Juliana 2014). Se mantengan entre
600 a 800 ppm para eliminar posibles molestias (INSTH 2000).

Campo de aplicación y alcance

Valoraciones para el cumplimiento de la calidad del aire interior

Cuando se realizan evaluaciones de calidad de ambientes de interior, se tiene


que realizar una revisión acerca de valores límite o valores de referencia de los
parámetros analizados, los cuales servirán para constatar si existe una bue-
na calidad ambiental o debe ser mejorada. Para ello se recomienda consultar
valores de referencia dados por normas y notas técnicas de prevención que
sirven de guía para el cumplimiento de dicha calidad (Digesa 2005).
Las normas y notas técnicas son establecidas por organismos de Estados
Unidos como; la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en in-
glés), el Instituto Nacional para la Salud Ocupacional (NIOSH por sus siglas en
inglés) así como las normas publicadas por la Sociedad Americana de Ingenie-
ros de Calefacción, Refrigeración y Acondicionamiento del Aire (ASHRAE).
Por otra parte España, cuenta con el Instituto Nacional de Seguridad e Higie-
ne en el Trabajo (INSHT) que a su vez publica notas técnicas de prevención
(NTP). Así mismo la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido
normas con el fin de proporcionar una base para proteger la salud pública
(OMS 1998, INSHT 2001). Por consiguiente, estos valores de referencia son
útiles como guía general para crear normas nacionales en el caso de México
y de esa manera establecer un patrón aceptable de calidad del aire para un
espacio de interior.

185
Valores de referencia para material particulado

El material particulado es uno de los seis contaminantes del aire, regulado


por las Normas Nacionales de Calidad del Aire Ambiente de Estados Unidos
(NAAQS por sus siglas en inglés), la EPA, y en México existe la norma oficial
NOM-025-SSA1-2014, en la tabla 2 se muestran los valores promedio.
Tabla 2. Valores de referencia para material particulado.

Sistema regulatorio PM2.5 en 24 horas* PM10 de 24 horas*


Normas de exposición NAAQS 35 µg/m3 150 µg/m3
EPA 15 µg/m3 50 µg/m3
México NOM-025-SSA1-2014 45 y 12 µg/m3 75 y 40 µg/m3
Fuente: (EPA 1998, Gulliver y Briggs 2004, Moore 2012).
(*) Promedios anuales.

Sin embargo, actualmente se carece de normatividad para partículas menores


a 1.0 micras y para el número de partículas. Cuando no se cuenta con valores
de referencia, se puede hacer uso de estudios previos, y realizar las adapta-
ciones necesarias para el estudio en cuestión, también se puede realizar una
serie de mediciones, donde se identifique un sitio problema, y otro que no
tiene problemas de contaminación, con el fin de determinar las concentra-
ciones que indiquen la calidad de los sitios, mismas que se tomarán como
referencia para la valoración del sitio de interés. Así mismo algunos equipos
cuentan con recomendaciones para el uso de los mismos, así como los valo-
res de concentración que pueden emplearse como referencia (INSHT, 2001,
EXTECH 2016).
A continuación se muestra un ejemplo de un contador de partículas, que
indica diferentes rangos de concentración en numero de partículas, las cuales
se muestran en formato de semáforo de riesgo, con categorías de bueno, pre-
caución y peligro (Tabla 3) (EXTECH 2016).

186
Determinación de partículas en espacios de interior

Tabla 3. Valores de referencia para tamaño de partícula.

Tamaño Bueno Precaución Peligro


0.3μm 0 a 100,000 100,001 a 250,000 250,001 a 500,000
0.5μm 0 a 35,200 35,201 a 87,500 87,501 a 175,000
1.0μm 0 a 8,320 8,321 a 20,800 20,801 a 41,600
2.5μm 0 a 545 546 a 1,362 1,363 a 2,724
5.0μm 0 a 193 194 a 483 484 a 966
10.0μm 0 a 68 69 a 170 171 a 340
Nota: El conteo de partículas están dadas en; número de partículas/ft3 (pie cúbico).

Valores de referencia para Dióxido de carbono

Para determinar si las concentraciones de CO2 cumplen con los criterios de


calidad del aire interior, se emplean valores de referencia determinados por
instituciones de salud ocupacional y ambiental, en la tabla 4 se pueden apre-
ciar los valores de referencia respecto a las concentraciones permisibles, que
estima cada una de ellas.
Tabla 4. Valores de referencia para el CO2

Organización o institución Concentraciones máximas de CO2


NIOSH y el INSHT 1000 ppm
ASHRAE 700 ppm
Agencia de Protección Ambiental de Taiwán 1000 ppm
Departamento de protección ambiental de Hong Kong 2500 ppm
Fuentes: Halgamuge et al. 2009, Firdaus y Juliana 2014, Aziz et al. 2015 y ProPECC 2003, Chiu et al.
2015. (ppm)= partes por millón.

Lineamientos Metodológicos

Procedimientos y técnicas de monitoreo del aire en microambientes

En la determinación de contaminantes del aire interior se utilizan diferentes


procedimientos: monitores continuos e instrumentos de muestreo (activos
de tiempo completo, pasivos de tiempo completo, directos y personales).

187
Para los compuestos con efectos agudos, pero no acumulativos, bastará
realizar determinaciones durante períodos cortos de tiempo. Si se sospechan
emisiones intensas de corta duración, se requerirán tomas de muestras más
frecuentes durante períodos cortos para detectar el tiempo de emisión, para
su análisis pueden agruparse en dos tipos: métodos basados en una lectura di-
recta y métodos en los que se toman muestras de los contaminantes (Digesa
2005).
Los métodos basados en una lectura directa son aquellos en los que la me-
dición y la determinación de la concentración de contaminantes se realizan
de forma simultánea y rápida. A la par proporcionan datos precisos a un cos-
to relativamente bajo, en el caso de los monitores específicos, la detección
de contaminantes se basa en principios físicos, eléctricos, térmicos, y elec-
tromagnéticos. La mayoría de los monitores de este tipo pueden utilizarse
para realizar determinaciones de corta o larga duración y obtener un perfil
de contaminación en un lugar concreto. Muchos de ellos poseen memoria
interna para almacenar las lecturas, que posteriormente pueden transferirse
a ordenadores para la creación de bases de datos y para una organización y
recuperación sencilla de los resultados. (Digesa 2005). No obstante, el pri-
mero de los métodos, solo se utiliza para realizar una caracterización o perfil
de contaminación especifico, por lo que si se requiere un conocimiento de
la composición de los contaminantes presentes se tendrá que hacer uso de
equipos especializados donde se tome la muestra para su posterior análisis fi-
sicoquímico. El uso de cada uno de ellos dependerá de los objetivos y alcances
de cada investigación (Digesa 2005).
De manera general el siguiente diagrama presenta los procedimientos
para realizar una evaluación de la calidad de un espacio de interior.

188
Determinación de partículas en espacios de interior

Figura 1. Procedimiento para una evaluación de un espacio de interior.

Antes de diseñar la toma de mediciones de los parámetros, se debe de ase-


gurar que efectivamente existe un problema de contaminación de calidad del

189
aire interior. Para tener mayor certidumbre de esta situación se recomienda
hacer una inspección del sitio problema y revisar todos aquellos factores que
pudieran ser el causante. También se sugiere aplicar cuestionarios de quejas
y síntomas a las personas que residen, trabajan o visitan esos sitios. A fin de
tener una representación de los aspectos físicos del sitio a evaluar así como la
sintomatología que los ocupantes refieren.
Una vez de haberse cerciorado de este punto, se procede a establecer los
objetivos y alcances de la investigación, así como identificar aquellos pará-
metros que sean representativos de la problemática, y que su medición no
resulte difícil ni costosa.
Los parámetros de dióxido de carbono y partículas son buenos indicadores
de la calidad del aire interior de un sitio, por lo que esta guía propone, estos
dos contaminantes. Pero esto queda al criterio de cada técnico e investigador
y de los alcances del estudio.
Posteriormente se identifican los equipos con los cuales se harán las me-
diciones, se recomienda que sean equipos manuales de medición directa, de
fácil manejo y con una gran confiabilidad de datos. A continuación, se descri-
ben algunos tipos de equipos recomendados.

Medición de partículas

Para la medición de partículas se utiliza un video contador de partículas marca


contador de partícula (figura 2), el cual realiza conteo de partículas a través
de un sonda isocinética y diferencia seis tamaños de partícula siendo éstos de
0.3, 0.5, 1.0, 2.5, 5.0 y 10 µm. Tiene una velocidad de flujo de 2.83 L/min, y
cuenta con una eficacia de conteo del 50 % para 0.3 µm y 100 % para partícu-
las > 0.45 µm. Los modos de conteo de partículas son acumulativo, diferencial
y de concentración.
En las mediciones el equipo se configura para que realicen registros en
cinco ciclos, en donde cada ciclo consta de 1 minuto. De esta manera se ob-
tienen 5 minutos de medición, además de que el modo de muestreo queda

190
Determinación de partículas en espacios de interior

acumulativo para todos los tamaños de partículas. Es importante recalcar que


el equipo se coloca a la altura respiratoria de las personas entre 1.25 a 1.50
mts. Previó a la toma de mediciones, así como después de haberse realizado,
el equipo debe de purgarse empleando el filtro de contador cero, el cual sirve
para eliminar cualquier rastro de partículas que pudieran sesgar mediciones
nuevas (Onat y Stakeeva 2013).

Figura 2. Equipo empleado para las mediciones de partículas (Video contador de partículas).

Medición de CO2

Para el registro de las concentraciones de CO2 se utiliza un medidor (figura


3), el cual cuenta con detector de longitud de doble onda con sensor infra-
rrojo. Tiene una escala de detección de 0 a 6000 ppm, con una resolución de

191
1 ppm, su precisión o error instrumental máximo es de ±3% de la lectura o
de ±50 ppm. Se realizan mediciones de cinco minutos colocando el equipo a
la altura de 1.25 a 1.50 mts, en relación a la zona respiratoria de las personas
Con el fin de asegurar una confiabilidad de los datos, antes de registrar los va-
lores se debe llevar a cabo la estabilización del equipo durante los primeros 10
minutos. Además, de cerciorarse que el equipo no sea colocado directamente
de la zona respiratoria de las personas, esto con la finalidad de evitar una mala
estimación de la concentración real del CO2 (Halgamuge et al. 2009, Huang
y Hsu 2009.)

Figura 3. Equipo empleado para las mediciones de dióxido de carbono, medidor CO2 Extech modelo
EA80.

Cabe aclarar que los equipos mencionados son empleados solamente para
caracterización de los sitios, y son solo sugerencia, por lo que la elección de
los equipos queda a criterio de los técnicos e investigadores.

192
Determinación de partículas en espacios de interior

A continuación, se presentar algunas recomendaciones a la hora de efec-


tuar las mediciones o muestreos (Tabla 5).
Tabla 5. Recomendaciones para la realización de mediciones.

Contar con los equipos listos y con carga suficiente para su funcionamiento, así como el
vaciado de las memorias internas para el registro de las mediciones.
Registro fotográfico de cada punto de medición
Contar con hojas de registro, en donde se anotarán las mediciones de cada parámetro, las
características de los puntos de medición, caracterización física del espacio, registro de si
hay ventanas abiertas, así como el número de personas expuestas durante las mediciones.
Se recomienda que las mediciones se realicen en la parte central del espacio interior ya que
se considera que existe una distribución más representativa de los contaminantes presentes
en su interior. No obstante esto no limita la posibilidad de que se realicen mediciones en
otras partes del lugar con fines de comparación.
Fuente: INSHT 1999.

Interpretación y Análisis

Para el análisis de los resultados obtenidos de los parámetros de calidad de


aire interior es recomendable emplear la estadística descriptiva, y aplicar un
análisis de varianza con el fin de determinar la influencia de las variables en la
concentración de estos parámetros al interior de estos espacios.

Consideraciones finales

Se debe mencionar que para hacer la interpretación y discusión de los re-


sultados, se debe hacer uso de los valores de referencia que los organismos
como la EPA, OMS, INSHT entre otros, han propuesto y adaptado para las
valoraciones de calidad del aire interior. Del mismo modo se tiene que hacer
una revisión de diversos estudios que se han hecho anteriormente con el fin
de lograr comparaciones.
A continuación, se menciona el caso particular de la evaluación de la cali-
dad del aire interior, que se realizo en algunas rutas de transporte público de

193
la zona metropolitana de Guadalajara, así como otros estudios en diferentes
países, realizados en estos espacios, que pueden aportar información intere-
sante acerca del comportamiento de estos contaminantes en un espacio de
interior.
Uno de los factores a tomar en cuenta es el horario, ya que durante la
mañana puede haber mayor presencia de partículas en comparación con la
tarde, esto puede deberse probablemente a los patrones de movilización en
las ciudades, pues en ese horario, un porcentaje alto de la población hace uso
de los vehículos ya sea privados o colectivos, para trasladarse a los lugares
de trabajo, escuela o recreación y esto podría incrementar los niveles de par-
tículas en esos horarios sobre todo en las horas pico. Otras investigaciones
han reportado un planteamiento similar por ejemplo Zhao y colaboradores
(2014) indican un incremento en el tamaño de partículas de 0.3 a 0.5 µm
en los horarios de 7 a 11 de la mañana en una ciudad China, igualmente Mo-
rawska y colaboradores (2008) determinaron mayor presencia de material
particulado durante la mañana.
El factor ventilación resulta significativo, ya que las concentraciones de PM
se pueden incrementar cuando las ventanas permanecen cerradas, y dismi-
nuían cuando las ventanas permanecen abiertas. De esta manera la ventila-
ción por parte de las ventanas abiertas puede favorecer la dispersión de las
partículas.
En otros trabajos han identificado que las concentraciones de partículas se
incrementan cuando puertas y ventanas se abren, además de factores como
el número de personas pueden contribuir a la presencia de partículas por los
desplazamientos o movimientos que realizan y por lo tanto favorecen la dis-
persión de las partículas (Song y Ashmore 2007, Vijayan et al. 2007 y Huang
y Hsu 2009).
Una de las principales razones que se presenten concentraciones eleva-
das en los espacios de interior está directamente relacionado con el número
de personas presentes (Huang y Hsu 2009, Zhu et al., 2010, Firdaus et al.

194
Determinación de partículas en espacios de interior

2014, Aziz et al., 2015). Un ejemplo de ello lo reporta Vijayan y colaboradores


(2007) ellos obtuvieron promedios de CO2 de 1500 a 2500 ppm al interior
de autobuses públicos e identificaron que las concentraciones aumentaban
conforme el número de pasajeros crecía.
El factor temporada también es significativo para los valores de CO2 ya
que durante los meses fríos (enero y febrero) los niveles se incrementaron,
ya que en esos periodos la temperatura es más fría y por lo regular no todas
las ventanas se abren e incluso pueden permanecer cerradas durante las me-
diciones, esta situación aunado al número de pasajeros puede incrementar las
concentraciones (Sánchez 2017).

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Raúl Rangel Ascencio


Gabriela Hernández Pérez

Introducción

Desde siempre el hombre ha convivido con las fuerzas de la naturaleza. Los


fenómenos meteorológicos y geológicos como tormentas, huracanes, torna-
dos, sismos y erupciones volcánicas, y sus procesos de interacción, son ma-
nifestaciones de un planeta vivo. Estas interacciones han generado peligros
familiares para el hombre, aunque percibidos e interpretados como incontro-
lables y mágicos, especialmente cuando sus cambios ocurren en largos perio-
dos, como los cambios climáticos. A pesar de ello, las culturas aprendieron a
adaptarse y a hacer frente a estos peligros, modificando o adoptando nuevas
estrategias frente a las fuerzas fuera de su control.
Con el desarrollo hacia sociedades más complejas, los peligros también
evolucionaron: a las amenazas naturales se sumaron las sanitarias en las ciu-
dades medievales, y a ambas, las amenazas químico-tecnológicas de nuestras
sociedades industriales. Este proceso histórico es resultado de cambios en las
visiones ideológicas de la humanidad, fundamento sobre el que además, con-
curren los respectivos cambios en la forma de percibir el mundo que la rodea.
Con una cierta ideología como fondo, juzgamos la realidad y actuamos en
consecuencia; pasamos de una visión todavía oscurantista en la Edad Media,
hasta una más compleja en la Era Industrial.
A esta aparente progresión global del riesgo, en los años recientes en Mé-
xico se ha agregado una nueva preocupación ubicada dentro de las llamadas
amenazas socio-organizativas: la violencia social. Teniendo como origen pri-

199
mordial una crisis en el modelo de desarrollo y flotando en la pobreza, igno-
rancia, incultura, desempleo e ineficiencia oficial, surgen amenazas como el
narcotráfico, la violencia, la inseguridad, el secuestro, la extorsión y finalmen-
te la ingobernabilidad. En este punto, ni los individuos ni la sociedad hemos
encontrado el mecanismo a seguir para hacerles frente.
Cómo percibimos esta situación en México y nuestra región parti-
cular; cuáles son nuestras prioridades individuales y colectivas; qué acciones
estamos dispuestos a emprender para garantizar la continuidad de la vida,
mejorar nuestra salud, conservar nuestro patrimonio y proteger la calidad de
nuestro entorno, son algunos de los aspectos a considerar en cualquier pro-
yecto sobre percepción social del riesgo y la inseguridad.
El presente trabajo procura servir de guía sobre los asuntos relacionados
con la obtención de información de buena calidad, obtenida mediante mé-
todos estadísticos sencillos pero adecuados al ámbito municipal de estudio y
mediante el uso de instrumentos adecuadamente diseñados y aplicados, que
nos ayuden a cumplir los objetivos del estudio.
En la primera versión de este documento se puso atención en los marcos
teóricos y conceptuales que existen al respecto de la percepción del riesgo y
la inseguridad. Esto con el propósito de tener un panorama general sobre las
diversas variables a considerar en un estudio de esta naturaleza. Así, se ana-
lizaron las dimensiones implicadas en los estudios de riesgo, en la percepción
social del mismo y las variables relacionadas con la inseguridad en el ámbito
nacional. Esto permitirá estructurar mejor los instrumentos para la obtención
de la información, incluyendo en lo posible, todas aquéllas variables que posi-
biliten el logro de los objetivos.
A partir de esto, se dieron algunas recomendaciones relacionadas con el di-
seño de los instrumentos, en este caso cuestionarios, su aplicación, así como
unas sugerencias prácticas al momento de la entrevista, derivadas de algunas
experiencias de los autores.
En esta versión preparada para la segunda edición de la Guía, hemos con-
siderado pertinente sugerir algunos aspectos metodológicos formales para

200
La percepción social del riesgo

complementar una mejor aplicación de los instrumentos y dar más formalidad


metodológica a los estudios de este tipo.
Se puso especial atención en los métodos de muestreo y la determinación
del tamaño de la muestra, ya que de estos aspectos depende la mayor o me-
nor validez de una investigación. Dado que con frecuencia estos proyectos al
nivel municipal se ocupan de ámbitos locales en que la información es escasa
o inexistente, se propone el cálculo del tamaño de la muestra utilizando fór-
mulas recomendadas para estudios generales en los que no existe ninguna
información como punto de partida.
Se propone también un análisis más cuidadoso de las variables que inter-
vienen es un estudio de este tipo, así como su definición operativa.
Así mismo, se incluyen algunos temas relacionados con la planeación es-
tratégica del proyecto, con miras a llevar a mejor término una tarea de este
tipo y a hacer más eficiente el uso de los recursos económicos, humanos, ma-
teriales y de tiempo asignados al proyecto.

Objetivos

General.
Presentar una guía para la elaboración de estudios de percepción social del
riesgo y la inseguridad en el ámbito municipal, que permita identificar las
principales preocupaciones de la sociedad y que facilite la toma de decisiones
para su efectiva gestión.

Específicos.
1. Conocer algunos enfoques teóricos de la percepción social del riesgo y
la inseguridad.
2. Proponer instrumentos metodológicos sencillos pero adecuados para
la ejecución de un estudio de este tipo en los ámbitos municipales pro-
puestos.

201
3. Plantear consejos prácticos que faciliten la aplicación de instrumentos
para la obtención de información.

Antecedentes

El movimiento ambientalista de la década que inició en 1970 dio origen a los


estudios de riesgo. Estos surgen de la necesidad de regular a las industrias,
proteger a la sociedad de los riesgos naturales, de los daños causados por las
actividades industriales y la entrada al ambiente de sustancias extrañas.
Pero al querer proteger a la sociedad de estas amenazas, se observó que
las actitudes y la comprensión de la sociedad diferían de las predicciones y
explicaciones de los expertos. Esto los llevó a preguntarse ¿por qué las per-
sonas deciden tomar unos riesgos pero otros no? ¿Por qué las personas no
siguen las advertencias de los científicos sobre los riesgos de la vida moderna?
¿Cómo explicar la selección de riesgos prioritarios en una cultura en particu-
lar? (Krimsky, 1992.). Esta aparente irracionalidad dio origen a diversos en-
foques desde las ciencias sociales que han tomado como objeto de estudio la
llamada percepción social del riesgo.
En la actualidad el estudio del riesgo muestra que, además de la diversifica-
ción de las amenazas, los desastres naturales cada vez son más imprevisibles,
los accidentes químico-tecnológicos son más frecuentes y los desajustes so-
ciales representan una mayor preocupación para las sociedades.
En cuanto a la magnitud de las consecuencias, desde hace dos décadas se
observó que existen diferencias evidentes entre países desarrollados y subde-
sarrollados: “…las tasas de mortalidad por desastre en los países pobres han
rebasado diez veces la tasa de mortalidad por desastre de los países ricos…”
(Oliver-Smith, 1986, citado por Manuel, 1992.).
Este aumento en las frecuencias de los desastres y sus consecuencias des-
iguales según el nivel de desarrollo de los países, también muestran niveles di-
ferenciales de la vulnerabilidad social en las diversas regiones del mundo. Esta
tendencia también se ha podido observar para el caso de México y de Jalisco

202
La percepción social del riesgo

en particular (Curiel, et al. , 1994). lo que lleva a preguntarnos ¿cómo perci-


bimos en esta región la realidad que nos rodea? ¿Qué factores socio culturales
operan para convertirnos en una sociedad vulnerable? ¿Desde qué actitudes,
principios y creencias hacemos nuestros juicios de valor sobre los peligros que
nos rodean? ¿Cómo hemos actuado para crearnos un entorno más seguro?
A la vista de nuestra situación actual, resulta pues un asunto importante
conocer, evaluar e intervenir sobre todos aquéllos aspectos que puedan ame-
nazar el desarrollo sustentable de nuestra región.

Marco teórico

Definiciones y conceptos.
En el campo del estudio del riesgo, los conceptos técnicos no son los términos
de la “percepción” popular: las palabras riesgo, peligro, amenaza, contingen-
cia, incidente, accidente, desastre, catástrofe, etc., pueden confundirse.
En la literatura especializada, predominantemente en inglés, el concepto
risk se refiere a la probabilidad de ocurrencia de un desastre, y hazard a la
fuente que origina el riesgo. Aunque en español, es común que utilicemos
riesgo o peligro para definir ambas condiciones, tanto la causa como la con-
secuencia.
La Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones
Unidas, UNISDR (2009) establece el término riesgo como equivalente de risk
y lo define como “…la combinación de la probabilidad de que se produzca un
evento y sus consecuencias negativas”. También ha establecido que amenaza
es el equivalente para hazard y la define como “…un fenómeno, sustancia,
actividad humana o condición peligrosa que pueden ocasionar la muerte, le-
siones u otros impactos a la salud, al igual que daños a la propiedad, la pérdida
de medios de sustento y de servicios, trastornos sociales y económicos, o
daños ambientales”.
En las investigaciones realizadas por el Instituto de Medio Ambiente y Co-
munidades Humanas IMACH de la Universidad de Guadalajara, también se ha

203
optado por el término amenaza para hacer referencia al hazard inglés, defi-
niéndolo como “la fuente de peligro asociada a un fenómeno que puede mani-
festarse, produciendo efectos adversos sobre la salud humana, sus bienes y al
medio ambiente” (Curiel, et al., 1994.). Las amenazas suelen dividirse en dos
grandes grupos: las naturales, relacionadas con las fuerzas de la naturaleza, y
las antrópicas originadas por las actividades humanas. Las amenazas también
pueden ser agudas o crónicas, según el horizonte temporal en el cual ocurren
sus efectos: las agudas presentan efectos inmediatos y pueden tener conse-
cuencias catastróficas en un tiempo corto, mientras que las crónicas causan
daños a largo plazo, debido a una exposición lenta y prolongada.
Ahora bien, los daños ocurren sólo si existen elementos (sujetos u obje-
tos) situados en la proximidad o al alcance de cierta amenaza, que puedan
resultar afectados durante una contingencia, por lo que la exposición es otro
concepto importante en el análisis de riesgo y se define como “La población,
las propiedades, los sistemas u otros elementos presentes en las zonas donde
existen amenazas y, por consiguiente, están expuestos a experimentar pérdi-
das potenciales” (UNISDR, 2009). Cuando la amenaza es una sustancia peli-
grosa, la exposición es definida como el contacto entre el sujeto u objeto y el
agente químico o físico (Sutter, 1993).
Por otro lado, la gravedad de los daños y las consecuencias que pueden
resultar de un incidente, también dependerán de la condición de vulnerabi-
lidad del sujeto u objeto expuesto. La vulnerabilidad depende de “Las carac-
terísticas y las circunstancias de una comunidad, sistema o un bien, que los
hacen susceptibles a los efectos dañinos de una amenaza” (UNISDR, 2009).
También ha sido definida como “la incapacidad de una comunidad para ab-
sorber, mediante el autoajuste, los efectos de un determinado cambio en su
medio ambiente, o sea su inflexibilidad o incapacidad para adaptarse a ese
cambio” (Wilches-Chaux, 1993). Se distinguen entonces dos condiciones que
determinan la vulnerabilidad: las características propias del sujeto u objeto,
y su capacidad de recuperación, independientemente de su exposición. Las
características y circunstancias son determinadas por el desarrollo histórico

204
La percepción social del riesgo

de las sociedades, que se conjugan para definir condiciones particulares y dan


origen a una multi dimensionalidad, por lo que también se habla de diversas
“vulnerabilidades” interconectadas: natural, física, económica, social, política,
técnica, ideológica, cultural, educativa, ecológica, e institucional.
Respecto a la percepción social del riesgo, el Diccionario de la Lengua Es-
pañola (2001) define percepción como la “sensación interior que resulta de
una impresión material hecha en nuestros sentidos” y como “conocimiento,
idea”; es decir, un conocimiento o idea que resulta de la experiencia obtenida
a través de los sentidos.
Desde el punto de vista técnico, la percepción del riesgo es materia de de-
bates cuyos énfasis dependen de la perspectiva desde la que se aborda el ries-
go. De aquí que, después de una amplia revisión de enfoques, Puy (1994)
señala que “…el estudio de la percepción del riesgo desde la perspectiva de las
ciencias sociales supone el estudio de las creencias, actitudes, juicios y senti-
mientos, así como el de los valores y disposiciones sociales y culturales más
amplios que las personas adoptan frente a las fuentes de peligro (tecnologías,
actividades, sustancias, etc.) y los beneficios que éstas conllevan”.
Así mismo, establece el carácter social de la percepción del riesgo dado
que su objeto de estudio, el riesgo, es “…un constructo social, inherentemen-
te subjetivo y multidimensional” y que en el proceso de la percepción son
importantes “…las actitudes, valores, creencias, sentimientos, normas, etc. de
las personas (y de los grupos, instituciones o culturas a las que pertenecen)
respecto a su influencia en la forma de entender el riesgo o la fuente de riesgo
a juzgar”.
Ahora bien, este proceso de juicio y valoración tiene como fin determi-
nar el grado de “aceptabilidad” por parte de la sociedad sobre las fuentes de
riesgo, es decir, la determinación del riesgo aceptable, el cual se define como
“Riesgo tan pequeño, cuyas consecuencias son tan ligeras, o cuyos beneficios
asociados (percibidos o reales) son tan grandes, que las personas o los grupos
en la sociedad están dispuestos a tomarlo o a estar sometidos a dicho riesgo”
(Centro Panamericano de Ecología Humana y Salud ECO, 1990).

205
Enfoques en el estudio de la percepción.

De manera general, los enfoques de la percepción del riesgo, tienen su origen


en el planteamiento teórico desde el que se estudia el riesgo. Desde las cien-
cias naturales, la discusión de los especialistas se centra en el llamado riesgo
objetivo considerado como real y racional. El riesgo es calculado con métodos
de carácter cuantitativo (estadístico, tasas, incidencias…) que lo reducen a
una dimensión numérica mediante el producto de la probabilidad de ocurren-
cia de un evento peligroso por la gravedad o magnitud de sus consecuencias.
Este enfoque fue llamado “objetivista”.
En contraparte, se tiene el riesgo subjetivo, considerado como irracional, y
que es el percibido por el público. Este es abordado desde las ciencias sociales
mediante técnicas cualitativas. A este enfoque se le llamó “constructivista”.
Este debate dio origen a partir de 1970 a los estudios de percepción pues
“…se veía la oposición del público a las nuevas tecnologías como algo irra-
cional, determinado por percepciones erróneas y sesgadas, que deberían ser
investigadas y corregidas…” más tarde se reconocería que esas percepciones
“…no se podían calificar como irracionales, sino que respondían a racionalida-
des diferentes a las de los expertos, señalando además que los juicios de los
expertos tampoco estaban completamente libres de valores y de cierta dosis
de subjetividad” (Puy, 1994).
Renn (1992) lo resume diciendo que “Si el riesgo es visto como una carac-
terística objetiva de un evento o actividad y se mide como la probabilidad de
efectos adversos bien definidos, las implicaciones políticas son obvias. Orde-
nar los riesgos de acuerdo a medidas ‘objetivas’ de probabilidad y magnitud
del daño, y asignar recursos para reducir el riesgo más grande primero. Si,
por el otro lado, el riesgo es visto como una construcción cultural o social, las
actividades de manejo del riesgo se establecerían de acuerdo con diferentes
criterios y las prioridades deben reflejar los valores sociales y las preferencias
en los estilos de vida. Estas dos posiciones representan los extremos en el
espectro de las perspectivas del riesgo.”

206
La percepción social del riesgo

Por otro lado, Shrader-Frechette (1991) propone una evaluación del ries-
go más democrática en la que se llegue a una postura intermedia dado que
“…a pesar de que la evaluación de riesgos no es del todo objetiva, tampoco es
meramente evaluativa ni solamente un constructo. Los constructos no matan
gente; los reactores fallidos, las sustancias tóxicas mal almacenadas, y las eva-
luaciones de riesgo deficientes sí lo hacen. Al menos algunas amenazas son
reales, y muchas de ellas son medibles.”
En la perspectiva de las ciencias sociales, el enfoque más difundido en los
estudios de percepción es el llamado análisis psicométrico. Slovic (1992) lo
describe así: “El paradigma psicométrico comprende un marco teórico que
supone que el riesgo es definido subjetivamente por individuos que pueden
ser influenciados por una amplia variedad de factores psicológicos, sociales,
institucionales y culturales. El paradigma asume que, con un diseño adecuado
de instrumentos de encuesta, muchos de estos factores y sus interrelaciones
se pueden cuantificar y modelar con el fin de esclarecer las respuestas de los
individuos y sus sociedades a los peligros a que se enfrentan”.
De igual manera, Slovic (1992) explica que este modelo se apoya en la
aplicación de cuestionarios para preguntar directamente a la gente sobre sus
percepciones, aclarando en una nota, que son consideradas éstas para hacer
referencia a los varios tipos de actitudes y juicios sobre los riesgos y sus prefe-
rencias expresas por diversos tipos de compensaciones benéficas del riesgo.
Es decir, este proceso lleva a determinar cierta “aceptabilidad” del riesgo, que
a final de cuentas fue el origen de los estudios de percepción.
Ahora bien, considerando la anterior aclaración del autor del paradigma
psicométrico, se plantea el análisis de las actitudes desde la Teoría de la acción
razonada que concibe al hombre “…como ser racional que usa la información
para hacer juicios, evaluaciones y tomar decisiones. Tiene la capacidad para
explicar la interrelación entre los factores sociales, cognitivos, afectivos y
conductuales que intervienen en la formación y el cambio de actitudes”
(Hirsh, 2005).

207
Por actitud se entiende “una predisposición aprendida para responder
consistentemente de un modo favorable o desfavorable con respecto a un
objeto social dado”. “Tiene tres componentes: cognoscitivo, afectivo y com-
portamental. El primero denota conocimiento, opinión, idea, creencias o
pensamiento en torno al objeto, la persona, resultado o el suceso. El afectivo
se refiere a los sentimientos o evaluación de la persona sobre algún objeto,
persona, resultado o suceso, y el comportamental se refiere a la conducta en
presencia del objeto, persona, resultado o suceso” (Hirsh, 2005) (Calixto y
Herrera, 2010).

Figura 1. Componentes del análisis actitudinal y el proceso de la percepción social del riesgo y sus
factores.

208
La percepción social del riesgo

Componente cognoscitivo. El conocimiento que las personas o los grupos


sociales tienen sobre el entorno en que se desarrollan cotidianamente, produ-
ce la percepción de la realidad que los rodea. Este conocimiento depende de
la información que obtienen desde múltiples fuentes: académicas a través de
la educación formal, vivenciales por experiencia personal y, por observación
directa del entorno. El componente cognoscitivo en el proceso de percepción
está determinado por el buen funcionamiento de los sistemas de información
y comunicación.
En el sistema de comunicación, las particularidades del emisor, el mensaje
y el receptor influirán en el resultado final que es el conocimiento adquirido
después del proceso. La calidad es un atributo deseable en los emisores de
información, pues de ésta depende la positiva o negativa actitud y confian-
za del receptor que luego, mediante un proceso sociocultural, interpretará
para formar sus juicios de valor. Asimismo es importante el contenido de los
mensajes, así como la cantidad, la calidad y la oportunidad con que se emiten.
No toda la información recibida es fijada y asimilada por el receptor, ni por
supuesto integrada a su conocimiento.

209
Figura 2. El proceso de la información y comunicación.

Componente afectivo. En el componente afectivo se llevan a cabo los jui-


cios y evaluaciones acerca de los riesgos, una vez que se ha percibido o reci-
bido la información. En este proceso sociocultural intervienen las variables
del componente cognoscitivo, además de otras que tienen que ver con los
valores individuales y sociales, la personalidad, el nivel social, económico y
cultural. Mediante estos juicios cognitivos y morales el sujeto o grupo social
definirá sus actitudes, creencias y opiniones para aceptar o rechazar el riesgo,
para aceptar o no su condición de vulnerabilidad, o bien para actuar en conse-
cuencia modificando sus hábitos y adoptando medidas precautorias.
Componente comportamental. Este componente se refiere a la conducta
en presencia de la amenaza, sea esta un objeto o suceso. El conocimiento
basado en la experiencia, individual o grupal, es uno de los principales modi-
ficadores del comportamiento frente a las actividades amenazantes. A partir
de la experiencia, los individuos y la sociedad pueden eliminar, modificar o

210
La percepción social del riesgo

adoptar nuevos comportamientos para prevenir futuros eventos o incidentes.


La formación de grupos sociales solidarios, la participación activa en procesos
sociales, la denuncia social, la búsqueda de información, entre otros, son indi-
cios de cambios en las conductas y la toma de conciencia.
Desde la perspectiva del análisis de riesgos sobre desastres se distinguen
tres periodos de intervención: el periodo de prevención técnica y preparación
de la población para las emergencias; el periodo de respuesta a la emergencia,
durante el cual se observa el comportamiento de los individuos y organismos;
y, el periodo posterior a la emergencia, en el cual se evalúan daños y se imple-
mentan las medidas de recuperación y restauración de daños.
Hasta aquí, con base en el panorama presentado como marco teórico y
conceptual de la percepción social del riesgo, podemos observar que en los
conceptos implicados existe la participación de múltiples dimensiones de
evaluación: desde el riesgo, considerado como una construcción social; las
amenazas, cuya clasificación en los grandes grupos, naturales, químico-tec-
nológicas o socio-organizativas, se ha reconsiderado por su carácter sinérgico
con las condiciones complejas, por un lado de la exposición y por el otro de la
vulnerabilidad de los elementos expuestos. De ambos factores, exposición y
vulnerabilidad, dependen la magnitud de las consecuencias a la vida y la salud
de las poblaciones, su patrimonio y el medio ambiente que las rodea.

Variables en el proceso de percepción social del riesgo.

Ciertas características específicas de la amenaza, de la población en riesgo y


de los procesos sociales y culturales que median entre ellos, son consideradas
como factores que intervienen y modifican el proceso de percepción social
del riesgo. En la tabla 1 se muestran algunas asociaciones positivas y negati-
vas observadas entre estos factores y la percepción y que han sido considera-
dos en muchos de los estudios de percepción (Canter, 1989), (Slovic, 1992).

211
Tabla 1. Asociaciones observadas en estudios de percepción social del riesgo.

Factor que tienden a Factor que tienden a Ejemplos


incrementar la percepción reducir la percepción del
del riesgo riesgo
Efectos inmediatos Efectos latentes o Tornados-Sequía
retardados Fuego-Asbestos
Daños directos Daños indirectos Inundación-Sequía
Falla en puentes-Contaminación
por Hg
Amenazas temidas Amenazas no temidas Cáncer-Influenza
Gran número de muertes Pocas muertes por evento Caída de avión-Accidentes de
por evento auto
Avalancha-Nevada
Muertes agrupadas en Muertes dispersas o Amenazas agudas-Amenazas
espacio y tiempo aleatorias en espacio y crónicas
tiempo Grandes desastres-Eventos globa-
les de retornos largos
Ignorancia de los mecanis- Conocimiento de los meca- Calentamiento global-Inunda-
mos o procesos nismos y procesos ciones
Sismicidad y tectónica de
placas-Movimientos de masas,
hundimientos.
Incontrolable Controlable Amenazas naturales-Amenazas
antrópicas
Involuntario Voluntario Aditivos de alimentos-Fumar
Falla radioactiva-Escalada
Niños en riesgo Ningún niño en riesgo DDT en leche materna
Víctimas identificables Víctimas estadísticas Trabajadores en planta-Cáncer
por radiación
Desconocimiento Conocimiento Sin participación en algún evento
desastroso – Participación en
algún desastre
Nula credibilidad en la Credibilidad en la Industria privada-Científicos
autoridad de las fuentes de autoridad de las fuentes de universitarios
información información
Mucha atención mediática Poca atención mediática Bifenilos policlorados-Ductos de
gas natural
Amenazas poco familiares Amenazas muy familiares Accidentes nucleares-Incendios
domésticos
Accidentes mayores Accidentes pequeños Reactores nucleares-Pica
Fuente: Canter, L. W. 1989.

212
La percepción social del riesgo

· Efectos inmediatos-Efectos latentes o retardados. Los riesgos son perci-


bidos como más graves si tienen efectos inmediatos. Los riesgos am-
bientales a futuro por décadas o a plazos mayores son percibidos como
menos graves.
· Daños directos-Daños indirectos. Los riesgos son percibidos como
más graves si su impacto es directo sobre las personas afectadas que
si son alcanzadas indirectamente a través de una compleja cadena
de eventos.
· Temor. Amenazas temidas-Amenazas no temidas. Algunas amenazas al
parecer tienen la propiedad de causar temor o ansiedad en las personas
en riesgo. Estos temores difieren según diversas sociedades y culturas,
y cambian en el tiempo.
· Muchas o pocas muertes por evento. La percepción aumenta según la
severidad de las consecuencias respecto al número de muertes ocurri-
das o con posibilidad de ocurrir. A mayor número de muertes posibles,
menor la aceptabilidad del riesgo, independientemente de las probabi-
lidades de ocurrencia. Se refiere a la magnitud de los accidentes máxi-
mos creíbles.
· Muertes agrupadas o dispersas en el espacio y tiempo. Hay una mayor
percepción de riesgo según el potencial catastrófico, donde las muertes
se concentran en el espacio y el tiempo respecto a las que ocurren de
manera dispersa y al azar. Este factor se refiere a la distribución de las
muertes.
· Ignorancia o conocimiento de los mecanismos o procesos. Cuando los
procesos de la amenaza son comprendidos son más aceptados que
cuando resultan incomprensibles para la gente: la caída de una escalera
o un atropellamiento son más aceptables que los daños por radiación o
la exposición a contaminantes tóxicos.
· Incontrolables o controlables. El poder individual o social en relación con
la amenaza es importante: los terremotos son percibidos como grandes

213
riesgos porque no hay control posible, a diferencia de las inundaciones
donde se puede ejercer algún control.
· Involuntario o voluntario. Este factor es el más popular en la percepción
del riesgo: hay evidencia que indica que la gente acepta riesgos mayo-
res de manera voluntaria (ej. deportes extremos), que aquellos riesgos
menores pero de exposición involuntaria (ej. aditivos en alimentos).
Cox (1989) dice que “Una actividad riesgosa verdaderamente volunta-
ria es aquella que el individuo es libre y capaz de rechazar sin sanciones,
que el individuo puede controlar cuando la asume, y cuyos riesgos son
completamente conocidos, o fácilmente reconocibles y que se tiene
total acceso a la información sobre lo que se está aceptando.” Si cual-
quiera de estas condiciones se modifica, entonces tal actividad ya no se
puede considerar totalmente voluntaria. Por ejemplo:

a) Un trabajador puede decidir no participar en una actividad riesgosa,


pero si esto afecta su trabajo, entonces aceptar la actividad no será
una decisión totalmente voluntaria.
b) Las personas pueden decidir fumar, beber, drogarse o someterse a
una cirugía estética, pero si una vez que comienzan la actividad pier-
den el control sobre ella, entonces ya no son actividades puramente
voluntarias, especialmente si se han hecho esfuerzos por dejarlas.
c) Otras actividades que inevitablemente tenemos que asumir, como
conducir automóvil, cuyos riesgos podemos controlar mediante pe-
ricia y precaución, aunque esta percepción de control sea ilusorio,
puede influir en la aceptabilidad de la actividad.
d) Los riesgos que están fuera de nuestro control pueden ser relativa-
mente toleradas si son de origen natural (rayos, sismos, erupciones
volcánicas), pero no si son impuestas por las actividades humanas
(explosiones industriales, fugas de tóxicos, radiación nuclear, etc.).

214
La percepción social del riesgo

· Impacto en la niñez. Niños en riesgo o no en riesgo. La preocupación por


la seguridad de la familia se acentúa en el caso de los niños: este factor
propició la preocupación social por los plaguicidas debido al DDT en-
contrado en leche materna, o los daños al feto por el alcohol y el tabaco.
· Identidad de las víctimas. Víctimas identificables o estadísticas. La per-
sonalización de las víctimas aumenta la percepción sobre el riesgo, y
se reduce cuando las víctimas son identificadas solo estadísticamente:
trabajadores en planta o los pasajeros de un avión son víctimas identifi-
cables, a diferencia de las posibles víctimas del aumento en la incidencia
de leucemia.
· Conocimiento del riesgo y grado de información. Determinar qué tanto
conocimiento tiene el individuo sobre las amenazas, fuentes de peligro,
o cualquier otra variable de estudio, así como cuál es el nivel de infor-
mación que poseen como grupo social, es generalmente el punto de
partida de cualquier estudio de percepción. Es importante considerar
la fuente de este conocimiento o información, pues no todo el cono-
cimiento es técnicamente correcto: el individuo o grupo social puede
haber integrado información equivocada desde diversas fuentes no
confiables o sesgadas, como personas cercanas, rumores o incluso le-
yendas urbanas. En un estudio sobre el uso de plaguicidas se encontró
que los agricultores manejaban información vaga o equivocada, tanto
sobre los riesgos a la salud que implica el manejo de estas sustancias,
como acerca de los primeros auxilios en caso de una intoxicación (Ran-
gel, 2005).
· Credibilidad en las fuentes de información. Dada la complejidad técnica
de algunas nuevas amenazas, la gente tiene que confiar en los expertos
y especialistas para obtener información e interpretarla, de aquí que
resulte importante la credibilidad en las fuentes para determinar el nivel
de percepción del riesgo.
· Atención mediática. Este factor puede aumentar o reducir la percep-
ción, dependiendo en gran parte del tipo y contenido de la cobertura.

215
Algunos riesgos pueden pasar desapercibidos para la gente si los me-
dios no los consideran, mientras que otros, no necesariamente priorita-
rios, pueden alcanzar un gran nivel de interés y preocupación.
En caso de eventos desastrosos, hay un mayor impacto y permanencia
como tema de interés en los medios de comunicación, se genera una
mayor cantidad de información acerca de los desastres más graves, y
también producen gran atención en el público, aunque no hayan suce-
dido en el ámbito más cercano.
· Familiaridad de la amenaza. El miedo a lo desconocido parece ser una
característica humana, por lo que algunas amenazas poco familiares,
como la energía nuclear, son percibidas con más seriedad que las ame-
nazas más comunes como los incendios domésticos, aunque éstos pue-
dan causar mayores daños a la propiedad y a la vida.
· Accidentes mayores. La ocurrencia de desastres mayores y la magnitud de
sus daños acrecientan la percepción del riesgo y la creencia de que puede
repetirse. La gran magnitud de consecuencias generada por los desas-
tres históricamente más perjudiciales, genera una mayor percepción de
peligro. Esto se debe a que los desastres más importantes permanecen
mayor tiempo en la memoria colectiva y personal, al grado de que recor-
damos claramente qué hacíamos cuando sucedió tal o cual evento.

Merkhofer (1987) citado por Canter (1989), amplía el listado de factores


y presenta algunas otras asociaciones positivas o negativas entre los factores
y la percepción.

· Probabilidad de ocurrencia: alta probabilidad de consecuencias adversas


/ Baja probabilidad de consecuencias adversas.
· Reversibilidad: consecuencias irreversibles / consecuencias reversibles al
parecer.

216
La percepción social del riesgo

· Impacto en futuras generaciones: Riesgo que tiene hacia las genera-


ciones futuras / Todos los riesgos soportados por las generaciones
presentes.
· Incertidumbre científica: Los riesgos aparecen confusos o inciertos para
los científicos (ej. cuando hay desacuerdo entre científicos) / Riesgos
relativamente conocidos por la ciencia (p.ej. evaluaciones sobre acci-
dentes automovilísticos).
· Claridad en los beneficios: Los beneficios y/o la necesidad de la activi-
dad riesgosa es controvertida (ej. energía nuclear) / Beneficios claros
· Equidad. Una actividad puede juzgarse “injusta” si los que reciben los
riesgos, individuos o grupos sociales, no reciben también los benefi-
cios. Para asegurar la equidad en la distribución de los beneficios se han
considerado mecanismos de compensación. Puede suceder que una
comunidad acepte una actividad riesgosa si se le ofrecen compensacio-
nes como la dotación de servicios, escuelas, parques o seguros contra
daños a la salud. (Cox, 1989)
· Confianza en las instituciones: Desconfianza en las instituciones res-
ponsables del manejo de riesgo / Confianza en las instituciones.
· Imputabilidad: Riesgos causados por fallas humanas / Riesgos causados
por la naturaleza.

Hasta aquí los factores generalmente evaluados en los estudios de percepción


social del riesgo desde el paradigma psicométrico. Estos factores son analiza-
dos con diversos propósitos: los que tienen que ver con las características de
la amenaza en sí misma, determinan una cierta “personalidad de la amenaza”,
algunas otras son evaluadas según escalas para producir mediciones cuanti-
tativas, por ejemplo del riesgo/beneficio, y otras mediante evaluaciones cua-
litativas que generan estimaciones sobre las actitudes (Slovic, 1992).
Por otro lado, en la valoración de las amenazas dentro del esquema afecti-
vo del proceso, intervienen otras variables como señala Chardon (1997) “Las
informaciones son recibidas desde el mundo real y son percibidas en función

217
de un proceso sociocultural en el que intervienen tanto los valores del indivi-
duo, su personalidad, sus experiencias pasadas, su grado de exposición al ries-
go; como su nivel social, económico y cultural.” Las variables demográficas y
socioeconómicas también influyen positiva o negativamente en el proceso
de percepción. Estas variables median su percepción de la realidad y forman
parte de su sistema de valores, actitudes y creencias con las que valora las
amenazas para formar juicios y tomar decisiones.

· Edad. Al parecer, la influencia de este factor sobre el proceso de per-


cepción puede variar según se relacione con otras variables del proceso.
Por ejemplo, de manera simplista a mayor edad, mayor nivel educativo,
aunque habría que matizar esta relación con algunas otras variables; en
relación con el tiempo de exposición, a mayor edad mayor posibilidad
de haber sido partícipe de un evento peligroso, etc. También puede su-
ceder que los jóvenes tengan una mejor percepción debido a una mejor
sensibilización por procesos educativos, aunque también puede suceder
que a mayor edad, se tenga un interés selectivo en algunas amenazas.
· Sexo. En general, se considera que las mujeres se sienten más inseguras
ante ciertos acontecimientos, sobre todo en aquellas amenazas de tipo
industrial. Las causas pueden ser: menor conocimiento en la organiza-
ción laboral, menor información de los peligros y su origen, mayor pre-
disposición a la ansiedad, valoración más alta a valores como la salud,
bienestar, cuidado de la familia (Krewski, 2006).
· Nivel educativo. Uno de los supuestos más comunes en un estudio de
percepción es considerar que: cuanto mayor es el nivel educativo de las
personas, mayor es su conocimiento e información sobre la naturaleza
de las amenazas. Se esperaría que a mayor nivel educativo, más acti-
tudes positivas frente a los riesgos. Sin embargo, se deberá realizar un
análisis más fino de tal supuesto haciendo algunas consideraciones:
a) Tomar en cuenta la naturaleza más o menos “académica” de la ame-
naza, cuya explicación se basa en información teórica y abstracta,

218
La percepción social del riesgo

cuyo conocimiento solamente se puede obtener por procesos edu-


cativos más o menos formales (p. ej., los sismos y su explicación ba-
sada en la teoría de placas tectónicas).
b) Algunas amenazas pueden basarse en elementos más conocidos y
fáciles de relacionar mediante la observación y no necesariamente
por procesos educativos formales (p. ej., los deslizamientos y sus
factores de riesgo como terrenos muy inclinados, alta pluviosidad,
humedad e inestabilidad de los suelos, etc.).
c) El conocimiento sobre algunas amenazas debe ser adquirido me-
diante procesos de instrucción extrínsecos a la experiencia.

· Nivel socioeconómico. Es el factor que mayormente influye sobre la


apreciación que tiene la gente de su medio de vida. Su influencia en la
percepción al parecer varía directamente en condiciones favorables o
desfavorables modificando otros factores de la percepción:

a) Puede relegar los factores ambientales a un segundo plano y has-


ta ocultarlos, pues se priorizan las necesidades básicas sobre las
ambientales.
b) Puede influir en la negación o aceptación de la condición de vulnerabilidad.
c) Puede dificultar algunos mecanismos de mitigación o manejo del
riesgo como el desalojo de la vivienda, la reubicación o la compra de
otra en una zona más segura.
d) Puede desviar las preocupaciones solamente a la satisfacción de las
necesidades básicas como sustento, trabajo, vivienda, etc.
e) Puede subestimar los riesgos si su situación anterior fuera peor (re-
zago social en zonas rurales, pobreza extrema en áreas urbanas, fal-
ta de trabajo, etc.).
f) Puede ocasionar una adaptación por resignación, volviendo banal
convivir con una situación socioeconómica lamentable y a veces
peligrosa.

219
· Bienestar y calidad de vida. La priorización de las amenazas y la per-
cepción sobre un espacio de vida seguro y satisfactorio varía según los
niveles de bienestar de las personas en su ambiente. “Las principales
características requeridas para el bienestar en el barrio son básicamen-
te un ambiente sano y seguro (sin violencia, inseguridad, delincuencia),
una buena dotación de servicios, comercios e iglesia y la presencia de
miembros de su familia o de amigos”…“la calidad de un barrio se mide
sobre todo en términos sociales y económicos y muy poco según cri-
terios ambientales” (Chardon, 1997). Es decir, que las necesidades bá-
sicas de servicios, los indicadores de seguridad y los aspectos afectivos
pueden enmascarar la peligrosidad de las amenazas y minimizar su per-
cepción de vulnerabilidad. Esto implica, por ejemplo que las amenazas
socio organizativas, están en un nivel de preocupación mayor que las
amenazas antrópicas y naturales.
· Seguridad. Una mala situación de seguridad en el ámbito donde se vive
modifica nuestras prioridades ante los peligros. En las recientes dé-
cadas en México, la situación de inseguridad y violencia social no han
dado tregua a la población. Bastaría con ver las cifras, según las dos
principales encuestas sobre el tema a nivel nacional en 2017, el 75% de
la población nacional se percibe insegura (INEGI, 2017a; INEGI, 2017b).
Sin embargo, aún con la gravedad de la situación, dentro de la misma
inseguridad hay factores que modifican la percepción de la sociedad,
haciéndonos perder la capacidad de asombro y creer que “a nosotros
no nos puede ocurrir”. Algunos de estos factores son el temor, la ex-
periencia como víctima, la cercanía a la violencia, el acceso a armas y
drogas, la desconfianza en las autoridades y su desempeño, la confianza
en el sistema de justicia y acciones de protección y prevención, entre
otros (INEGI, 2013).
· Experiencia en incidentes peligrosos. La percepción mejora con la ex-
periencia. La participación como víctima en eventos que generaron al-
gún impacto en su localidad o en su persona, aumenta la percepción.

220
La percepción social del riesgo

Por ejemplo, en el estudio citado sobre intoxicaciones por plaguicidas,


los agricultores que dijeron haberse intoxicado alguna vez, menciona-
ron síntomas que sí corresponden con algún síndrome de intoxicación,
mientras que las respuestas de quienes no habían tenido esta experien-
cia fueron más generales (Rangel, 2005).
· Exposición a escala espacial. Una amenaza lejana o difusa en el espacio
modificará la condición de percepción de las personas; así que proble-
mas globales o en un nivel internacional, estarán menos representados
entre las prioridades de las personas, que si están en un ámbito local, en
el barrio, la casa o a nivel personal. La percepción mejora cuando el pe-
ligro se acerca, por lo menos en el espacio para que la gente lo perciba
y lo considere con seriedad.
· Exposición a escala temporal. La percepción y las actitudes se verán mo-
dificadas, positiva o negativamente, debido a desastres ocurridos con
mayor frecuencia por la experiencia que generan, y también ante de-
sastres potenciales, que solamente generan expectativas en las perso-
nas. La frecuencia o periodo de retorno con que ocurran los desastres,
afectará la percepción sobre los mismos: amenazas más frecuentes ten-
drán una mejor apreciación, mayor conocimiento, mayor nivel de im-
portancia, relevancia, impacto, etc., por la sociedad y más actitudes po-
sitivas. Amenazas con una baja frecuencia se convierten en fenómenos
aleatorios, dando pie para que actúe la memoria selectiva y el olvido.
El tiempo de residencia en el barrio y el haber sufrido por lo menos al-
gún siniestro, genera experiencia y mejora la toma de conciencia sobre
el peligro. Las mayoría de los habitantes de una colonia refieren haber
tenido “experiencias desagradables” debido a las persistentes contin-
gencias ambientales por contaminación del aire (Hernández, 2009).

En el componente comportamental, los individuos o la colectividad actúan


en consecuencia con los juicios de valor emitidos respecto a una situación
peligrosa después de los procesos cognitivo y afectivo. Las decisiones toma-

221
das llevan a actuar para modificar la condición de peligro inicial, dando como
resultado un cambio social y cultural, tanto si se trata de un individuo como
de una comunidad. Algunas conductas pueden evidenciar este cambio: mo-
dificación de hábitos personales para reducir la vulnerabilidad, mayor interés
en la información, participación en la denuncia pública, participación en acti-
vidades de protesta, etc.
En el caso de la colectividad Clarke (1992) dice que las comunidades uti-
lizan mecanismos y estrategias para convivir con las amenazas recurrentes,
que les dan mayor seguridad en ambientes vulnerables. “El tipo de desastre y
su frecuencia, la predictibilidad y severidad de su impacto, así como la expe-
riencia y percepción de estos eventos por la población, condicionan el desa-
rrollo de mecanismos de ajuste por la comunidad.” El autor menciona cuatro
categorías de mecanismos de ajuste: organización social, relaciones económi-
cas, uso de tecnología y reordenamientos culturales, los cuales pueden actuar
de manera diferente según la fase del desastre que se trate: prevención, res-
puesta a la emergencia, y recuperación.
En el componente comportamental del proceso de percepción, hay dos
participantes principales: los individuos y las autoridades. Algunas variables a
considerar son:

· Organización del barrio. La formación de grupos autogestivos en las co-


munidades, la participación en grupos sociales, la presencia de ONG’s y
grupos ambientales, etc., evidencian una mayor conciencia y prepara-
ción para hacer frente a situaciones peligrosas.
· Confianza en las instituciones responsables del manejo de riesgos. La con-
fianza e información sobre los organismos de gestión del riesgo denota
una actitud positiva frente a los riesgos. Si las personas no saben qué
organizaciones existen en su localidad, ni cuáles son las actividades que
realizan, o si intervienen y cómo intervienen, etc., se debe a la ausencia
o ineficacia de estas organizaciones. Por otro lado, si las personas no

222
La percepción social del riesgo

confían en las soluciones propuestas por las instituciones, entonces ha-


brá una reacción contraria de participación y la actuación.
· Preparación en medidas de prevención y respuesta. La conciencia sobre
la vulnerabilidad del hogar o el barrio tomando en cuenta las posibles
consecuencias de un desastre, conocer la distancia hasta los servicios
médicos o de socorro, las vías de acceso y/o evacuación al barrio, así
como la identificación de instalaciones de riesgo, indican un cierto nivel
de preparación y una cierta percepción sobre su condición de riesgo.

Metodología

Diseño de la investigación y tipo de estudio

Para los estudios de percepción, en los que se describen individuos y comu-


nidades, fenómenos y/o situaciones generalmente se aplican estudios de ob-
servación, sean exploratorios o descriptivos. Estos estudios se enfocan en la
descripción de un problema, la determinación de su frecuencia en diversos
grupos, en las categorías de interés y en la formulación de hipótesis y pruebas
necesarias para inferir causalidad.
Mediante estos estudios se pueden observar conocimientos, actitudes,
creencias, opiniones y conductas individuales o comunitarias, además de las
respectivas variables sociales y demográficas, que juntas pueden explicar
ciertos comportamientos. Pueden ser transversales o longitudinales, es decir
que pueden aportar datos de un momento determinado en el tiempo o bien
hacer un análisis evolutivo del mismo grupo de estudio. (Woodward, 2014),
(Villa, et. al., 2012).
También permiten encontrar diferencias entre grupos dentro de la pobla-
ción de estudio, y permiten compararlos a partir de las variables que intervie-
nen en la percepción del riesgo y las variables relacionadas con las personas,
los lugares y los tiempos.

223
Plan de trabajo

Es un esquema, generalmente un gráfico de Gantt, que resume gráficamente


las fases de un proyecto de investigación y sus interdependencias. Debe con-
tener un listado de las fases del proyecto, las tareas a realizar en cada fase, las
fechas y tiempos de realización, el orden de realización y/o priorización, así
como los responsables de cada tarea. Existe en el mercado software especia-
lizado para la programación de tareas en un plan de trabajo.
Antes de la elaboración del gráfico, las tareas deben estar identificadas en
orden de realización y numeradas, asimismo se deben identificar todas las ac-
tividades previas y subsecuentes a cada actividad. Esto facilita la elaboración
del gráfico.
En la fase de planeación y diseño del proyecto es importante involucrar
en lo posible aquéllas instancias externas que puedan garantizar el éxito del
proyecto. Tales pueden ser las autoridades locales, los líderes de opinión, los
líderes comunitarios y los personajes clave de la comunidad. Esto evitará la
posible resistencia a la implementación del proyecto.

Estudio preliminar

El estudio preliminar es una prueba piloto que incluye todas las fases de la
investigación en una muestra pequeña. La duración del estudio preliminar,
depende del tiempo asignado al proyecto general; esta prueba se debe aplicar
una vez diseñados los instrumentos de recolección de la información y antes
de la implementación del proyecto real.
Los resultados esperados son un plan de trabajo más detallado y ajustado
según lo observado en el estudio preliminar, la identificación de problemas
potenciales de tiempo, logística y recursos, la revisión de los métodos e ins-
trumentos de acopio de la información y la evaluación de disponibilidad de los
sujetos a participar en el estudio.

224
La percepción social del riesgo

Figura 3. Fases y actividades de un proyecto de investigación.

Método de muestreo y tamaño de la muestra

En general, existen dos situaciones que determinan el método de muestreo


y el tamaño de la muestra. Una es cuando se tiene un marco muestral de la
población de estudio es decir, un listado de todas las unidades de muestreo; la
otra situación ocurre cuando no se tiene este marco muestral.
En el primer caso se pueden seleccionar probabilísticamente las unidades
de muestreo de manera que cada unidad tenga la misma probabilidad de ser
seleccionada. La selección puede ser aleatoria simple, usando tablas de núme-
ros aleatorios; sistemática, eligiendo los individuos a intervalos regulares del
marco muestral y estratificada si se identifican categorías dentro del marco
muestral y se toma un cierto número de unidades de cada grupo.

225
Una fórmula para calcular el tamaño de muestra, cuando se tiene un marco
muestral, es decir que se conoce el tamaño de la población, es la siguiente:
(Londoño, 2014)

Donde:
n: tamaño de la muestra, número de encuestas a aplicar.
N: tamaño de la población.
Zα: el nivel de confianza, indica la probabilidad (1-α) de que los resultados
de nuestra investigación sean ciertos; es la probabilidad de que la unidad se-
leccionada tenga la característica buscada y, es una medición de la seguridad
que tenemos de que la muestra que seleccionamos refleja con precisión a la
población, dentro de un cierto margen de error. Su valor es un número cons-
tante, los estándares comunes usados por los investigadores son 90%, 95% y
99%. (Triola, 2013).

Tabla 2. Niveles de confianza y valor de la constante Zα.

Nivel de Α Valor de la
confianza constante Zα
90 % 0.10 1.65
95 % 0.05 1.96
99 % 0.01 2.58

226
La percepción social del riesgo

p: probabilidad de éxito o proporción esperada. Este dato es generalmente


desconocido, es la proporción de individuos en la población que poseen la
característica de estudio, pero si se desconoce esta proporción, la opción más
prudente es usar el peor caso: a partes iguales entre los que poseen la ca-
racterística que se busca y los que no la poseen, por lo que p=50% (0.5).
Como regla general, usaremos p=50% si no tengo ninguna información sobre
el valor que espero encontrar. Si se tiene alguna información, se usará el valor
aproximado que se espera (ajustando hacia el 50% ante la duda). (Galindo,
1998), (Zorrilla, 1998), (Maldonado, 2015), (Londoño, 2014).
q: probabilidad de fracaso; proporción de individuos que no poseen la carac-
terística que se busca, es decir, es 1-p.
d: margen de error o precisión en términos de porcentaje; representa el límite
aceptable de error muestral; es la diferencia que puede haber entre el resul-
tado que obtenemos de una muestra y el que obtendríamos del total de la
población. Generalmente va del 1% (0.01) al 9% (0.09), nunca >10%, siendo
5% (0.05) el valor estándar usado en las investigaciones. (Triola, 2013).
En caso de no tener un marco muestral, se puede proceder a seleccionar
las unidades de muestreo por cuotas, seleccionando cierto número de indi-
viduos por cada estrato de la población de manera que todas las categorías
queden representadas en la muestra; o por conveniencia, es decir seleccio-
nando los individuos por su disponibilidad. La fórmula para calcular el tamaño
de muestra cuando se desconoce el tamaño de la población es la siguiente:
(Celis y Labrada, 2014)

227
Tasa de respuesta

Llamadas también índices de respuesta o de rechazo. Las tasas de respuesta


varían ampliamente según una serie de factores como el tipo de público, la
longitud de la encuesta, la complejidad del estudio, los posibles beneficios que
perciba la población de estudio y el tema de la encuesta, entre otros aspectos
posibles.
En regiones muy estudiadas, con ciertos temas de estudio o en ciertas
temporadas de levantamiento de datos, las tasas de rechazo se incremen-
tan. Por ejemplo, en la localidad de Nextipac, Jal., muy cercana al CUCBA de
la Universidad de Guadalajara, los sujetos de un estudio sobre plaguicidas se
mostraron reacios a participar argumentando la constante aplicación de en-
cuestas sin que se les diera ninguna información posterior sobre los resulta-
dos de los estudios (Rangel, 2005). Las temporadas electorales son difíciles
debido a la animadversión de la población a cualquier persona que les pida in-
formación personal; así mismo, algunos temas relacionados con información
confidencial o que involucran aspectos éticos delicados resultan difíciles de
abordar. Por otro lado, se sabe que en entrevistas directas, las tasas de recha-
zo se incrementan sustancialmente, pudiendo afectar la representatividad del
estudio, por lo que es importante conocer el perfil de los sujetos que se niegan
a responder y porque lo hacen.
Por todo lo anterior, es necesario considerar anticipadamente el mecanis-
mo de sustitución para los posibles rechazos, con el fin de mantener el tama-
ño de muestra calculado. Si se estima una determinada tasa de rechazo, en-
tonces se deberán adicionar al tamaño de la muestra calculado un excedente
equivalente a la tasa de rechazo.

Instrumentos para el levantamiento de datos

Para conocer la percepción del riesgo que tienen los individuos o grupos so-
ciales es necesario aplicar técnicas e instrumentos que permitan obtener in-

228
La percepción social del riesgo

formación sistemática acerca de los objetos de estudio y de su entorno, ya


sean personas, objetos o fenómenos. La información sobre las técnicas y el
diseño de cuestionarios se tomó principalmente de Varkevisser, C.M., Path-
manathan, I, y Brownlee, A., 1991., dado que se utiliza como guía para inves-
tigación en el sector salud en México.
Tabla 3. Técnicas e instrumentos de recolección de información.

Técnicas: Instrumentos:
Utilización de información disponible Listas de cotejo, cédulas de recolección de datos

Observación Los 5 sentidos, pluma, papel, reloj, microscopio,


grabadora, etc.
Entrevista Cédulas de entrevista, listas de cotejo, cuestiona-
rios, grabadora.
Cuestionarios autoadministrados Cuestionarios
Fuente: Varkevisser, 1991.

La tabla 3 muestra varias técnicas e instrumentos para obtener informa-


ción sobre el tema de estudio. Sin embargo, el instrumento principal en los
estudios de percepción es la aplicación de cuestionarios, obtenidos por medio
de entrevistas o auto administrados vía correo electrónico, plataformas vir-
tuales, redes sociales, etc.
La entrevista es una técnica de recolección de datos basada en el cuestio-
namiento oral de los entrevistados individualmente o en grupo, personalmen-
te o vía telefónica y pueden ser grabadas o escritas. Hay dos modalidades:

a) Flexible: elaborar una guía asegura que se discutan todos los puntos, sin
restringir el tiempo y sin orden estricto. Las preguntas son abiertas. No
hay restricciones a las respuestas. Se pueden incluir preguntas o temas
adicionales para obtener el máximo de información si se cree necesario.
Se aplica en estudios exploratorios y en estudios de caso. Es útil cuando
se sabe poco del problema o de la situación que se está investigando.

229
b) Poco flexible: se utiliza un cuestionario con una lista fija de preguntas,
en secuencia estandarizada y respuestas cerradas y categorizadas. Es
útil cuando el investigador conoce de antemano las respuestas espera-
das y cuando el grupo a muestrear es relativamente grande.

Otras técnicas son utilizadas después del levantamiento de los datos, du-
rante el proceso de integración de la información, donde es recomendable
trabajar con grupos. Algunas de estas son las historias de la vida cotidiana o
microhistoria, discusión con grupos focales, informantes clave, grupo nomi-
nal, Delphi o consulta de expertos, estudio de caso, e investigación participa-
tiva. Estas técnicas requieren la intervención de facilitadores bien entrenados.

Construcción de un cuestionario para entrevistas

Los cuestionarios son los instrumentos más utilizados en la recolección de


información. Para su diseño debemos preguntarnos: qué queremos saber
de acuerdo a los objetivos y las variables de estudio, a quién se le harán las
preguntas, qué técnica se usará, si se conoce suficientemente el tema o hay
que hacer un sondeo abierto previo, y qué tan grande es la muestra, pues de
esto depende el número de preguntas y la estructuración de las mismas. Estas
pueden ser abiertas para que el entrevistado responda libremente, o cerradas
con una sola opción de respuesta o múltiples opciones. La pregunta debe ser
la traducción de la variable en forma de pregunta, cuya respuesta debe con-
tener la información que queremos medir.

Tipos de variables

Las variables de estudio son cualquier característica del objeto de estudio,


sea este personas, cosas o fenómenos, y que puede tomar diferentes valo-
res. Según su influencia en el fenómeno estudiado, las variables pueden ser

230
La percepción social del riesgo

dependientes, las que describen o miden el problema; o independientes, las


que describen o miden los factores considerados como causa o influyen en el
problema. La modificación en estas deberá producir un efecto en la variable
dependiente.
Según los valores con que se pueden medir pueden ser: categóricas, ya
que sus valores pueden expresarse en categorías, como el sexo (masculino–
femenino), nivel de conocimiento (bajo, medio, alto), escolaridad (primaria,
secundaria, bachillerato). Pueden ser numéricas discretas, si sus valores son
números enteros positivos pero no permiten fracciones, como el número de
hijos o las personas por hogar; o, numéricas continuas, cuando pueden adop-
tar cualquier valor en una escala numérica, por ejemplo el peso de una perso-
na, el ingreso familiar, o la edad.
Se debe tomar en cuenta que algunas de las “variables” no pueden medir-
se directamente, sino que son el resultado de la combinación de otras para
formar un índice o indicador. En los estudios de percepción, el nivel de cono-
cimiento, el nivel socioeconómico, la calidad de vida o la preparación ante las
emergencias, pueden estar en este caso.

Escalas de medición

Este aspecto resulta importante de considerar, ya que en un estudio de per-


cepción generalmente incluye variables de todos los tipos, que a su vez, pue-
den incluir todas las escalas de medición.
Se considera que existen cuatro niveles de medición a los que se refieren
como escala nominal, ordinal, de intervalo y de razón (o proporción). (Infan-
te y Zárate, 2012), (Blair y Taylor, 2008).
Nominal.- Es la más básica, permite clasificar personas o cosas basadas en
una evaluación cualititatva de sus características, Sólo pueden establecerse
relaciones de igualdad/desigualdad; la única estadística válida es la frecuencia
de cada clase, la asignación de valores numéricos a categorías nominales suele

231
conducir a errores pues se olvida que éstos son arbitrarios y no existe ninguna
relación de orden entre ellos.
Ordinal.- Los valores en esta escala pueden ordenarse de menor a mayor
por lo que además de la relación de igualdad, también permiten >que y <que.
En esta escala se pueden analizar las frecuencias de la escala nominal y ade-
más se puede calcular la mediana de una muestra.
De intervalo.- En esta escala los datos pueden ordenarse asignándoles una
unidad de distancia, aunque arbitraria entre ellas, ya que el valor 0 no es una
característica de las variables de estudio. Se pueden realizar los análisis de las
escalas previas, además de la media y la varianza.
De razón o proporción.- En esta escala las observaciones, además de poder
ordenarse, existe un valor cero y una unidad de distancia real entre los valo-
res. Aquí se permiten el cálculo de medias, varianzas, y cualquier otra de las
anteriores escalas.

Construcción de escalas de medición

Algunos de los asuntos de la percepción del riesgo, como la medición de ac-


titudes o la aceptabilidad del riesgo, requieren la construcción de escalas. Las
escalas son instrumentos de medición que deben ser diseñados para asegu-
rar su eficacia operacional, su fiabilidad y validez. Permiten medir niveles de
un atributo o concepto no directamente observable en un objeto. Se debe
seleccionar la técnica de escalamiento más adecuada al estudio o al tipo de
variable o pregunta, entre las más utilizadas están: la de formato Stapel, de
diferencial semántico y la técnica aditiva de Likert.

Operacionalización de las variables

La “operacionalización” consiste en la disgregación en sus componentes di-


mensionales para hacerlas aplicables, por ejemplo el peso, longitud, volumen,

232
La percepción social del riesgo

etc., las cuales son medibles o categorizables. Se recomienda operacionalizar


todas las variables relacionadas con los factores de riesgo del evento a es-
tudiar, tanto las variables relacionadas con el fenómeno, como las variables
socio-demográficas, relacionadas con las personas, los tiempos y lugares. Las
categorías, rangos y dimensiones con que se van a medir las variables deben
definirse previamente al estudio. (Villa et al., 2012)
En un estudio de percepción participan variables relacionadas con los com-
ponentes de información y conocimientos, de actitudes y valores, así como
de comportamiento de las personas. Otra categoría de variables describe las
fuentes del riesgo y la inseguridad responsables de generar las condiciones de
percepción en la comunidad de estudio.
Otras variables describen a las personas en sus rasgos, cualidades y pro-
piedades que pueden resultar de interés por su relación de causalidad con el
fenómeno que se estudia. Estas características pueden ser permanentes pues
son atributos inherentes a la persona, como la edad, sexo, raza, grupo étnico,
grupo sanguíneo u orden de nacimiento; otras pueden ser temporales, como
la religión, educación, clase social, estatus socioeconómico, ocupación, cultu-
ra, costumbres, estado civil o historia familiar.

Análisis de la información

Los métodos para el análisis de los datos dependerán principalmente de los


objetivos de la investigación y las hipótesis a probar. En la percepción social
del riesgo, intervienen un gran número de factores, que le dan el carácter
multidimensional al que se refieren los científicos. Esta variedad de factores a
evaluar, también requiere una definición acertada del tipo de método estadís-
tico a utilizar en cada una de las fases de la investigación.
El uso de estadísticos descriptivos permite analizar frecuencias y la forma
en que se agrupan o dispersan los datos. Los resultados son útiles en fases
posteriores del proyecto para generalizar conclusiones a la población desde

233
una muestra. El análisis multivariado permite analizar la contribución de varios
factores en un solo resultado. También permite obtener tipologías y clasifica-
ciones que reagrupan un número elevado de datos de conjuntos complejos.
Para la obtención de los mejores resultados es importante tomar en cuenta el
tamaño de la muestra, el tipo de variable y los valores que ésta puede adoptar
en las escalas de medición.

Recomendaciones

Relacionadas con las variables:


· Como hemos visto según los marcos teóricos, existen varias dimen-
siones a considerar en un estudio de percepción, las cuales contienen
variables que las describen. Tales dimensiones, cognoscitiva, afectiva
o comportamental pueden ser descritas planteando las preguntas per-
tinentes para el proyecto, dependiendo del enfoque: si se trata de cono-
cer en nivel de información y conocimientos sobre riesgos e inseguridad
de la población de estudio; sea que se quiera indagar acerca de sus acti-
tudes, creencias y valores; o se trate de averiguar cómo ha modificado
sus hábitos con miras a la autoprotección. Cualquiera que sea el caso,
se recomienda incluir solamente aquéllas variables que contribuyan al
logro de los objetivos, que describan mejor la dimensión estudiada y
que “midan” de la forma más precisa el fenómeno.

Relacionadas con el muestreo:


· Se recomienda el uso de una fórmula general para el cálculo del tamaño
de la muestra, la cual proponemos para el caso de un fenómeno sobre
el que se tiene escasa información o para la exploración de localidades
y poblaciones de estudio poco atendidas. Sin embargo, para estudios
más profundos o que requieran mayor formalidad y rigor científico, se

234
La percepción social del riesgo

recomienda aplicar los modelos estadísticos recomendados para cada


caso en la literatura especializada.

Para la elaboración del cuestionario:

Número de preguntas

· El número de preguntas debe ser suficiente para cumplir con los objeti-
vos, pero tan reducido como sea posible.
· Una entrevista que dure más de media hora, provocará cansancio al
entrevistado, pérdida del interés y la obtención de información falsa
o sesgada. Conforme el entrevistador avanza en el muestreo obtiene
mayor pericia.
· La cantidad de preguntas también depende de la profundidad desea-
da en el detalle y el presupuesto. A mayor cantidad de preguntas, más
tiempo necesario para la entrevista.
· Si se va a apoyar en otros entrevistadores, se deberán informar y capa-
citar en el levantamiento de la entrevista.

Redacción de las preguntas

· Las preguntas deben ser claras y redactadas en leguaje claro y sencillo.


Reducir totalmente o al mínimo los tecnicismos incomprensibles para el
entrevistado.
· Deben redactarse de forma precisa y específica para que no haya posi-
bilidad de interpretaciones ambiguas. Deben ser lo más cortas posible.
· Si una pregunta resulta muy compleja, puede fraccionarse en partes
para que resulte más específica. Cada pregunta debe medir un solo as-
pecto y tener una secuencia lógica.
· En la redacción, debe cuidarse de no sugerir la respuesta.

235
Contenido de las preguntas

· Plantear la pregunta de manera que se obtenga información correcta


según los objetivos del proyecto.
· Formular las preguntas necesarias para cada variable, en función de la
información suficiente para medirlas.
· En la encuesta de percepción de riesgos es importante incluir preguntas
en todas las dimensiones señaladas. Las variables de estudio se derivan
de estos componentes.

Secuencia de las preguntas

· Una presentación personal del entrevistador e informar sobre la en-


cuesta, puede romper el hielo.
· Iniciar con una pregunta interesante relacionada con el tema, que mo-
tive al entrevistado a continuar.
· Presentar las preguntas en forma secuencial según los temas, hacerlo
en forma desordenada puede resultar confuso y exigir mayor esfuerzo
al entrevistado.
· La secuencia lógica de las preguntas puede resultar en una entrevista
agradable y natural.
· Dejar para el final las preguntas de las variables sociodemográficas, es-
pecialmente si involucran datos personales como edad, nivel educativo,
religión, estado civil, ocupación, ingreso económico, etc. Algunas varia-
bles como la edad o ingreso es mejor referirlas en rangos.
· Las preguntas delicadas sobre temas sexuales, políticos, adicciones o
algunas enfermedades, dieta, deben dejarse al final.
· La información personal como nombre, domicilio o estado civil, se reco-
mienda preguntarla al entrevistado solamente si es muy necesaria para
el estudio.

236
La percepción social del riesgo

Finalmente, se debe aplicar el cuestionario a una muestra piloto parecida


a la muestra definitiva. Durante la prueba observar, la duración de la entre-
vista, la secuencia lógica de las preguntas, si las preguntas son claras, directas
y adecuadamente cortas, si el espacio para las respuestas es suficiente, si las
opciones de respuesta son las correctas, etc. Una vez hechas las correcciones
necesarias, redactar el cuestionario definitivo.

Para la aplicación del instrumento:

Códigos de ética. Para abordar su campo de estudio, la investigación del ries-


go requiere el consentimiento informado de las personas que colaboran en
los proyectos. Considerando los derechos de las personas a la privacidad y la
protección de datos personales, la investigación en salud ambiental realizada
en el IMACH se ha alineado a los protocolos éticos convenidos a nivel mundial
como el Código Nuremberg (1947), la Declaración de Helsinki (1964) y la
Declaración de Tokio (1975).
El Código Nuremberg señala que “El consentimiento voluntario del sujeto
humano es absolutamente esencial, lo que especifica que la persona implica-
da deberá tener capacidad legal para consentir. O sea que deberá están en
situación tal que puede ejercer plena libertad de elección, sin impedimento al-
guno de fuerza, fraude, engaño, intimidación, promesa o cualquier otra forma
de coacción o amenaza y deberá tener información y conocimiento suficiente
de todos los elementos del correspondiente experimento, de modo que pue-
da entender lo que decide con total libertad” (OPS, 1990).
Confidencialidad. Antes de comenzar la entrevista se recomienda obtener
el consentimiento informado del entrevistado, informar sobre el propósito de
la investigación y asegurar la confidencialidad de los datos.
Toma de decisiones. Para mejorar la toma de decisiones en el manejo de
los riesgos, amenazas, condiciones de exposición o vulnerabilidad de la socie-
dad, será conveniente complementar los resultados de evaluaciones del ries-
go real, con los resultados de los estudios de percepción social del riesgo, o

237
viceversa. Entender los factores que afectan la percepción social, puede hacer
más efectivo el proceso de comunicación, su comprensión y la racionalidad de
sus decisiones.

Conclusiones

Los estudios de percepción del riesgo juegan un papel importante para la


toma de decisiones, ya que aportan información de gran relevancia para la
gestión del riesgo, brindan gran diversidad de posibles respuestas ante dis-
tintas situaciones permitiendo así poder generar determinadas estrategias
preventivas que puedan ser asumidas por los distintos grupos sociales; los
expertos técnicos y los miembros del público en general.
Como se mencionó al principio, este trabajo procura servir de guía sobre
los asuntos relacionados con la obtención de información de buena calidad,
mediante la aplicación y uso de herramientas básicas y métodos estadísticos
sencillos diseñados adecuadamente según sea su objeto de estudio, así como
algunas recomendaciones y sugerencias prácticas derivadas de algunas expe-
riencias de los autores.

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241
10. Habilidades informativas útiles para la elaboración de
estudios y proyectos

Faustino Moreno-Ceja

Introducción

Se tienen diferentes definiciones sobre habilidades informativas, sin embargo


la Association of College & Research Libraries (ACRL), miembro de la Ame-
rican Library Association (ALA) (1989) Asociación Bibliotecaria Americana
por sus siglas en ingles señala: “para ser un individuo con habilidades informa-
tivas, una persona debe ser capaz de reconocer cuando se necesita la infor-
mación y tener la habilidad para localizar, evaluar y utilizar efectivamente la
información necesaria. Los individuos con habilidades informativas son aque-
llos que han aprendido a aprender”.
Lau, (2005) describe que el desarrollo de habilidades informativas, se asu-
me que es “el conocimiento y las habilidades necesarias para identificar co-
rrectamente la información pertinente para realizar una tarea específica o re-
solver un problema, realizar una búsqueda de información eficiente en cuanto
a costo, organizar o reorganizar la información, interpretarla y analizarla una
vez que se encontró y recuperó”.
También destaca que en educación básica y educación superior debe ha-
ber directrices que apoyen esfuerzos para cubrir requerimientos de habilida-
des informativas actuales, en donde el bibliotecario este atento a esta índole
de objetivos institucionales, así mismo señala que las habilidades informativas
son un factor clave en el aprendizaje para toda la vida de los usuarios, es decir
de los estudiantes formados.
Hoy en día, estamos inmersos en la llamada “era de la información”, si bien
para acceder a ésta, la sociedad ha tenido que enfrentarse previamente a la

243
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

explosión de la información generada en las últimas décadas, pues se trata de


un fenómeno que se inició al finalizar la Segunda Guerra Mundial, originando
que la información científica y tecnológica se tornará extremadamente im-
portante a causa de su valor para el desarrollo económico y militar, por ende,
no se escatimaron recursos que garantizasen su mejor aprovechamiento (Pe-
droso, 2004).
Castell (2005) menciona que la primera y segunda revolución industrial,
tuvieron como sustento la máquina de vapor y la electricidad respectivamen-
te y que la tercera tiene su base en la información y la capacidad para gestio-
narla; entendiendo que éstas son transformaciones y cambios considerados
revolucionarios en la manera de organizar y producir de las sociedades mo-
dernas, y, en este sentido cómo producen y procesan la materia prima y en
especial la información (Castro, 2005).
Así pues la comunidad de hoy, denominada por algunos la sociedad de la
información, en donde hay un reconocimiento de la importancia general del
estar suficiente y correctamente informado para toda actividad, no solamente
para las productivas sino también para lo social y particular, por ello, la com-
putadora que es un invento de la vida moderna y nos resulta tan útil porque
permite tareas fundamentales para el hombre en sus procesos de comunica-
ción, como son el almacenamiento y procesos sistematizados y automatiza-
dos en el tratamiento de la información, esto sin contar con las posibilidades
del entretenimiento y de obtener casi infinitos volúmenes de información con
el uso en crecimiento de la Internet.
En sentido general, la información es un conjunto organizado de datos pro-
cesados que constituyen un mensaje sobre un determinado ente o fenómeno,
que cambia el estado de conocimiento del sujeto o sistema que recibe dicho
mensaje. Cuando tenemos que resolver un determinado problema o tenemos
que tomar una decisión, empleamos diversas fuentes de información (como
podría ser el capítulo de un libro imaginario, tesis, artículo de revista etc.)
y construimos lo que en general se denomina “conocimiento”, información
organizada que permite la resolución de problemas o la toma de decisiones.

244
En éste capítulo se proporcionan elementos que permiten identificar aspec-
tos clave para la recuperación de información, a fin de que los usuarios pue-
dan constituirse como individuos responsables y autónomos en la búsqueda,
recuperación, identificación, valoración y uso apropiados de la información,
capaces de mantenerse informados a lo largo de la vida.

Antecedentes

Lau y Cortes, (2009) mencionan que el concepto Desarrollo de Habilidades


Informativas (DHI), es el más arraigado, al menos para los países de América
Latina, en este sentido es que la comunidad bibliotecaria intenta y diseña su
alfabetización de usuarios.
Sin duda, en la mayoría de las épocas de la humanidad la información ha
ocupado un lugar importante. Es en el siglo XX comienza a ser considerada
como un fenómeno de gradual importancia, hasta llegar a ser fundamental en
nuestros días para la actividad del hombre.
La palabra información viene del latín informatĭo,-ōnis (“noción”), misma
que ha adquirido diferentes connotaciones a lo largo y ancho de la historia por
las que el hombre ha transitado.
Para Escamilla (1996) “la información es básica para alcanzar y mantener un
nivel óptimo de desarrollo de los pueblos, a través del apoyo que da a la toma de
decisiones de los individuos y como sustento de nuevos conocimientos”.
Algunas de las acepciones de la Real Academia de la Lengua Española
(2001):

· “Comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o


precisar los que se poseen sobre una materia determinada”
· “Conocimientos así comunicados o adquiridos”
En este mismo tenor Ayala y Carrillo (2007), mencionan que es:
· “La materia prima del conocimiento”
· “La información son datos con pertinencia y propósito”

245
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

Autores como Alfonso (2001), señala que la generación de información y el


uso ha crecido a gran ritmo, debido al aumento significativo de las institucio-
nes dedicadas a la investigación, al desarrollo de nuevos horizontes tecnológi-
cos, que no sólo abarcan la tierra sino también otros espacios.
Asimismo, clasifica la información como estratégica, científica y técnica:
la primera es necesaria para dirigir asuntos militares, para garantizar la se-
guridad y el bienestar de los estados. En la obtención de esta información se
invierten inimaginables sumas de dinero en renglones como defensa, educa-
ción, salud y otros. Su recuperación requiere de personas y organizaciones de
la más variada índole, desde las simples hasta las más sofisticadas inteligen-
cias; incluye a los investigadores, científicos y técnicos los cuales conscientes
o no, son un factor decisivo en la búsqueda de información estratégica.
El hallazgo de esta variedad de información ha conducido a programas de
investigación en casi todas las áreas del conocimiento, la sociología y psicolo-
gía; así como a la creación de equipos que permitan recabarla y organizarla,
por ejemplo los satélites artificiales, que posibilitan la obtención de un cúmulo
inmenso de información de forma rápida. De circulación restringida, casi toda
se considera confidencial y en una gran parte secreta.
Con respecto a la información científica menciona que ésta, se relaciona
con el conocimiento exacto y razonado de las cosas, los fenómenos y leyes de
la naturaleza, la sociedad y el pensamiento es la que se maneja con mayor fre-
cuencia. Puede tener carácter formativo, manifiesto, por ejemplo, en los pro-
cesos educativos e informativos para la actualización. Por supuesto, que para
mantenerla al día es decisiva una correcta difusión selectiva de la información
masiva. Se dirige u orienta a un tema o áreas específicas del conocimiento. La
difusión selectiva es la clave para la satisfacción de las necesidades relaciona-
das con este tipo de información.
Además de la anterior, se encuentra la técnica que está dirigida hacia la
actividad industrial, que se relaciona con la selección de una tecnología, la
operación de un equipo o la elaboración de un producto. Se encuentra en
patentes, informes, manuales, etc. Respecto a su valor se considera directo,

246
nunca es gratis, el usuario o cliente acepta como normal esta situación de
mercadeo en este tipo de información.
Para Alonso (2001), tanto la información científica como la técnica se
consideran las más urgentes para los países subdesarrollados, en los cuales la
preocupación es alcanzar un desarrollo adecuado que proporcione a la socie-
dad un cierto nivel de disfrute de progreso con justicia social. A estás se suma
la información lógica, obtenida en el proceso del conocimiento que refleja las
leyes del mundo objetivo, se emplea en la práctica histórica social.
Por su parte Barrón y Esparza, (2005) hacen referencia a “Deutsch K, cuan-
do expresa que: “la posesión y aplicación oportuna de información es un factor
esencial en el progreso; es prerrequisito indispensable para el desarrollo econó-
mico y social, así como un factor indispensable para el uso racional de recursos,
de los avances científicos, tecnológicos, sociales y culturales. Es pues, un recurso
vital para el avance del conocimiento” (Almada de Ascencio M. Las políticas de
información en un mundo globalizado. Observaciones no publicadas).
Sin duda la recuperación de información, pero sobre todo el uso y manejo
oportuno y adecuado, generará usuarios competentes en la obtención de re-
sultados que a su vez generen las habilidades y competencias necesarias para
el uso y aplicación de los recursos que ofrecen las bibliotecas como medios
para ser ciudadanos mejor informados, autodidactas y/o para la elaboración
de un proyecto de investigación.

Atributos de la información

Es evidente la necesidad de filtros que permitan una recuperación de informa-


ción con calidad y alta relevancia. Existe la necesidad de crear criterios y pro-
cedimientos que ayuden a los estudiantes, profesores, investigadores y otros
usuarios a evaluar la calidad de la información disponible, para que el análisis
y las medidas que se tomen correspondan efectivamente a una situación real
previamente identificada (Figueroa, 2007).

247
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

Aja, (2002) señala que “la era de la información, de la explosión de sus tec-
nologías, se vive la etapa en la que la humanidad ha alcanzado un desarrollo
imprevisible”… En la era de la información, uno de los principales problemas
es su exceso, es necesario invertir mucho tiempo en ella debido, entre otras
causas, a la liberación de los mecanismos regulatorios existentes en materia
de publicaciones, sobre todo como resultado del surgimiento y desarrollo de
Internet; por esta razón, es frecuente encontrar un número significativo de
publicaciones redundantes y de baja calidad mezcladas con otras importantes
y sólidas, difíciles de hallar entre la información ruidosa”.
En base a lo antes expuesto es interesante hacer notar que el usuario debes
estar atento con el tipo de fuente de información, cuando utilice la biblioteca
o las bases de datos de su biblioteca, de cierta manera tiene un plus, debido
a que la información es de paga y esta ya fue evaluada y revisada por otros
pares, lo que de alguna manera garantiza un control de calidad.
Sin embargo cuando utiliza fuentes de libre acceso, deberá estar atento a
la objetividad de la información, a su validez, a la credibilidad del autor o sitio
de donde la tomo, a la claridad, a la exactitud, la actualidad, lo completo, si
se puede comparar, la seriedad y calidad, así como la confianza que la fuente
brinda. Por lo tanto es mejor utilizar los recursos que tiene disponible en su
biblioteca.

Estrategia de búsqueda

Se define como el conjunto de pasos procesos y estrategias que el usuario


tiene que seguir a fin de obtener información y resolver, el problema, tarea,
investigación metodología etc., entre otras. Para obtener la información pre-
cisa se sugiere:

248
Tabla 1. Estrategia de búsqueda.

Identificar o conocer los términos específicos del tema, es decir saber o tener
el vocabulario especializado, en donde se incluyen: palabras clave, tesauros,
keywords, encabezamientos de materia o descriptores, e índices ya que estos
corresponden al lenguaje controlado que se usa en la estructura de las bases
de datos en donde deberá considerar los sinónimos y variantes gramaticales,
así como los términos relacionados de significado parecido, tener en cuenta la
traducción adecuada de los términos a otro idioma.

Operadores booleanos

Primeramente señalaremos que los operadores booleanos, son palabras


o símbolos que permiten conectar de forma lógica conceptos o grupos de
términos para así ampliar, limitar o definir tus búsquedas rápidamente. Los
encuentras conocidos como puramente booleanos y también los hay de po-
sición o relacionales.

249
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

Es importante tener en cuenta en la estrategia de búsqueda la utilización


de los operadores lógicos o “booleanos” que sirven para combinar los térmi-
nos, palabras claves, temas y demás puntos de acceso para ampliar o reducir
una búsqueda de información en un campo conocido que puede ser sencilla,
avanzada o bien utilizar las ventanas que ofrecen los proveedores.
Cabe señalar que cada base de datos o catálogo cuenta con diferentes ven-
tanas de apoyo y formatos de presentación y salida de la información, en don-
de el usuario tiene la responsabilidad de leer cómo es que opera cada base, ya
que algunas permiten limitar la búsqueda por materias, casas editoriales, au-
tores, grupos de investigación, años e idiomas entre otros. El buen uso y la lec-
tura de las indicaciones, sin duda dará como resultado una búsqueda exitosa.
Un buscador es un conjunto de programas instalados predeterminadamen-
te en un servidor conectado a Internet. Nacieron de la necesidad de organizar
la información anárquica contenida en la Internet. Las claves del arte de bus-
car no consisten en conectarse al buscador ni en recorrer miles de documen-
tos sino en aprender a detallar los pedidos con la precisión necesaria para que
el mecanismo de búsqueda brinde pocas opciones: formular la pregunta ade-
cuada es el requisito fundamental para obtener la respuesta que se necesita.
Dentro de los operadores booleanos, tenemos entre ellos al AND, OR, NOT
y XOR como los más conocidos, sin embrago también se cuenta con los de
proximidad SAME, WITH, NEAR, FAR, ADJ, “”, En los relacionales, tenemos los
símbolos < Menor que, > Mayor que, = Igual a, <> Distinto de, <= Menor que
o igual a. >= Mayor que o igual a. Los hay de truncamiento como: (*), ($) y
(?), entre otros.

Cómo evaluar la información digital

La facilidad y libertad con que pueden publicarse contenidos en la red hacen


necesaria la adopción de algunas consideraciones que el usuario de informa-
ción digital, debe considerar con la finalidad de que le ayuden a filtrar los con-
tenidos electrónicos y a discernir sobre la veracidad, la oportunidad, la confia-

250
bilidad, la credibilidad, la fiabilidad y en definitiva, la calidad de la información
que este medio proporciona a toda la comunidad internauta.
La calidad de la información electrónica puede ser evaluada desde dife-
rentes perspectivas: cuantitativa, cualitativa o bibliométricos, aunque la más
generalizada es aquella que se centra en la satisfacción del usuario. Sin embar-
go la valoración de criterios que debería contener la página Web, en muchos
documentos digitales no están presentes.
Por lo anterior se sugiere analizar cualquier recurso electrónico, comen-
zando con la tipología del mismo, ya que en la Web hay una variada gama de
tipos de recursos, como: libros, artículos, congresos, conferencias, ponencias,
leyes reglamentos, mapas, tesis, etc., entre otros. Además de los directorios,
motores de búsqueda, de primera y segunda generación, sedes Web de em-
presas, organismos públicos y privados, universidades.
Por lo tanto, en función de las características de cada uno de ellos y dada la
inconsistencia, en relación con la autoría, la calidad, no todos los documentos
gozan de un prestigio y calidad para el desarrollo de trabajos académicos, de
ahí que se sugiera utilizar de preferencia las herramientas disponibles en las
bibliotecas y sitios de la Red de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara.
Sin embargo si persiste la necesidad de consultar documentos de la Web
libre tome en cuenta: la autoría, valora la adscripción del autor y los datos
relacionados de la institución que lo acredita. La actualización, donde podrá
verificar las fechas de creación y actualización y la existencia del enlace. El
contenido, en este punto puede remitirse a los atributos de la información
ya descritos con anterioridad; se deberá considerar también: la accesibilidad,
funcionalidad, navegabilidad y diseño del sitio.

Ética o plagio

El plagio es la acción y efecto de copiar el trabajo, las ideas, usar lo sustancial


de obras ajenas o las palabras de otra persona como si fueran propias, sin
acreditar de manera explícita de dónde proviene la información.

251
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

La información ajena es propiedad de otra persona, por lo tanto no se debe


acreditar palabras o conceptos de otra persona. Independientemente de que
sea gratis o no, o de la forma en que haya accedido a ésta: libro, artículo, po-
nencia, tesis, ley, norma o vía Internet, etc. Las palabras escritas pertenecen
al autor(es) y no pueden utilizarse sin permiso del autor, o bien sin citar la
fuente.
Por tal motivo, el plagio es una infracción del derecho de autor sobre una
obra de cualquier tipo, que se produce mediante la copia de la misma, sin au-
torización de la persona que la creó o que es dueña o que posee los derechos
de dicha obra, y su presentación como obra original.
Es importante mencionar, que toda cita textual que se haga en el texto irá
seguida entre paréntesis del apellido del autor, año de la publicación y número
de páginas. Debe ir entrecomillada si ocupa tres o menos líneas y si ocupa más
de tres líneas no irá entrecomillada pero sí irá sangrada en el margen izquierdo
y con un menor tamaño de letra.

Tipología de recursos

Los recursos descritos en la tabla 2 dan cuenta de los elementos esenciales


para realizar una búsqueda, se resaltan dentro de la tabla datos que debes
tener en cuenta al momento de realizar una búsqueda, como la tipología el
componente para la búsqueda y el tipo de fuente de información.

252
Tabla 2. Tipología de recursos.

Tipología Componentes para la búsqueda Algunas fuentes de información

Monografía (libro) Autor, título o tema. Catálogos de bibliotecas, editoria-


les, catálogos de libros. Biblioteca
del CUCBA, Red de Bibliotecas U
de G. Chapingo, Colegio de post-
graduados, UNAM, etc.
Artículo Autor, título del artículo o de la Bases de datos hemerográficas
revista y editor referenciales o de texto completo,
como: BioOne, Springer, Elsevier,
Wiley, Nature, Thomson-Reuters,
entre otras.
Tesis Autor, título, Carrera, Grado, Catálogos de bibliotecas, Reposi-
Universidad torios de tesis, Internet, Disserta-
tions Abstracts, Biblioteca Digital,
BIDAM.
Capítulo de libro Autor, título del artículo, editor, Catálogos de bibliotecas, Bases de
compilador, título del libro datos de libros. Ebrary, maylibrary,
e-libro, librisite, e-books collection,
OCDE.
Leyes, normas y Autor, título, Institución que Catálogos de bibliotecas, Internet,
decretos edita: (Secretaría, Congreso, páginas de entidades gubernamen-
Institución) Entidad federativa tales. Diario Oficial de la Federa-
(País, Estado Municipio) y fechas ción, Emerging Makerts Informa-
tion Service, V/lex.
Mapas País, estado, municipio o región Catálogos de bibliotecas, Internet,
que cubre, escala, autor, editor sistemas de información geográfi-
ca. INEGI, The Weather Channel.
Estadísticas País, estado, municipio o región Catálogos de bibliotecas, Internet,
o tema(s) nombre de la insti- Organismos Oficiales, Institucio-
tución que lo edita o que funge nes. FAO, SAGARPA, INEGI, OMS,
como autor. OPS, OCDE, PNUMA, ONU, etc.
Noticias Título de la noticia, autor, nom- Nombre del periódico, agencias de
bre del diario, columna, sección. noticias, Internet. Diario Oficial de
la Federación, Emerging Makerts
Information Service, V/lex.
Ponencia Autor, título de la ponencia, Internet, catálogos de bibliotecas
nombre del congreso, fecha y o bases de datos hemerográficas
lugar, asociaciones e institucio- (páginas de las asociaciones o de
nes que organizan y promueven las instituciones que auspician el
el evento. evento, índices y resúmenes de
congresos). Thomson-Reuters.

253
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

Normas de cómo citar algunas tipologías

Hay que considerar que existen diferentes normas y estilos para la elaboración
de referencias bibliográficas; las cuales pautan la ubicación de cada dato y los
signos de puntuación que los separan (Cañete y Aldana, s.a.). En este punto
se sugiere verificar en las Normas establecidas por la Asociación Psicológica
Americana (APA) por sus siglas en inglés, las cuales se encuentran en su 6 ed.
Disponibles a texto completo (Zabala, 2009) en la Web de la biblioteca del
CUCBA, como en otros sitios de Internet: http://biblioteca.cucba.udg.mx/.
Al Igual se cuenta con la normas del Instituto Interamericano de Cooperación
para la Agricultura (IICA) con el nombre de: Redacción de normas bibliográfi-
cas: normas técnicas para ciencias agroalimentarias 2016.

Abreviaturas más utilizadas

La tabla 3 presenta algunas de las abreviaturas más utilizadas al momento de


citar o para elaborar la bibliografía de un documento.
Tabla 3. Abreviaturas más utilizadas.

Abreviatura Descripción
2ª. ed. Segunda edición
Comp. (Comps.) Compilador (s)
Coord. (Coords.) Coordinador (es)
Ed. Editor
ed. Edición
Ed. Rev. Edición revisada
et al Significa y otros. Úselo cuando los autores de un documento sean
mayor al estipulado por la norma que está utilizando para hacer las
referencias bibliográficas.  Con esta indicación se omite al resto de los
autores.
Ibid. Abreviatura del término latino “ibidem”. Se utiliza cuando una obra se
cita dos o más veces. No debe haber otra cita intermedia.

254
Abreviatura Descripción
loc. cit. Abreviatura del término latino locus citatum, que significa lugar citado.
Se utiliza para evitar la repetición de la cita de un trabajo ya mencio-
nado, con referencias intermedias y cuando corresponde a las mismas
páginas.
n° Indica el número de ejemplar de una revista (publicación seriada).
op. Cit Abreviatura del término latino “opus citatum”, que significa obra
citada. Se utiliza cuando se desea volver citar una obra ya mencionada,
pero no consecutiva y cuando corresponda a diferentes páginas del
trabajo.
p. pp. Página (páginas).Indica entre qué páginas de un documento se en-
cuentra la información citada.

s. a. Sin año
s. l. Abreviatura del término latino sine locus. Significa que se desconoce la
ciudad o el lugar de la edición, ya que no se consignó dentro de la obra.

s.n Abreviatura del término latino sine nomine. Quiere decir que se des-
conoce el nombre de la editorial, editor o distribuidor de la obra no
conocido
s.p.i. Sin pie de imprenta
Supl. Suplemento
Trad. Traducción de
Vol. Se utiliza antes del número para indicar el volumen específico
Y Cols. Y colaboradores

Conclusiones y recomendaciones

Utilizar los recursos de las bibliotecas, ya que cuentan con una autoría y pie
de imprenta si estamos haciendo la consulta en libros. Sí se trata de las bases
de datos ya que todas ellas son de pago y en este sentido, toda la información
contenida ha sido evaluada y revisada por pares o conocidos como “peer re-
view”, por lo que se considera que la información goza de calidad, además de
que toda tiene una autoría y es aceptada por toda la comunidad científica y
técnica.

255
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

Cuando se haga uso de fuentes de información que no tengan un pie de


imprenta, autoría o copyright, verificar que los contenidos estén enfocados a
lo que requiere o bien considera los puntos señalados tanto en los atributos
de la información o en los descritos en el apartado de cómo evaluar fuentes
de Internet.
Es importante considerar a las fuentes primarias, (revistas, tesis, confe-
rencias, charlas, congresos, literatura gris entre otras), como las principales
proveedoras de conocimientos de calidad, para la elaboración de planes, pro-
gramas, tesis y proyectos.
Otro aspecto a tomar en cuenta es que siempre que se utilicen bases de
datos se atiendan las indicaciones de cómo buscar, por lo que se ha de consi-
derar la estrategia de búsqueda avanzada con el uso de los operadores boo-
leanos permitidos o sugeridos por éstas. Además de las sugerencias propias
de cada base para restringir la cantidad de resultados y llegar a obtener y
recuperar sólo el tema de interés.
La realidad que los individuos viven actualmente los obliga a mantenerse
informados de por vida, es decir a ser responsables de su futuro aprendizaje,
de lo contrario tendrán que asumir el costo de no estar bien informados y
sobre todo actualizados, para este mundo global y competitivo.

En memoria de María del Rocío Zumaya-Leal (+)

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257
Habilidades informativas útiles para la elaboración de estudios y proyectos

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SOBRE_DESARROLLO_DE_HABILIDADES_INFORMATIVAS_PARA_EL_
APRENDIZAJE_PERMANENTE/links/544fc1e70cf24e8f7374a604.pdf
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Zavala, T. S. (2009). Guía a la redacción en el estilo APA, 6ta edición Bibliote-
ca de la Universidad Metropolitana.

258
11. Bases para la integración de informes

Martha Georgina Orozco Medina

En la integración de informes de diagnósticos ambientales, se tienen que tener


en cuenta distintos aspectos, que están relacionados con varias consideracio-
nes importantes orientadas al origen, propósito y beneficiario del proyecto:

- El usuario y el alcance de la información: con la consideración de la es-


cala relativa al espacio, dimensiones y alcances del proyecto, gobierno,
sociedad civil, comunidad afectada, empresa, institución educativa o
universitaria, municipio, región, estado, intermunicipal, regional, nacio-
nal, incluso si traspasa fronteras internacionales.
- El objetivo general que se persigue: si es diagnóstico preliminar, si cubre
algún requerimiento normativo, si es de tipo voluntario, si tiene una
fase previa y si tiene una secuencia en tiempo.
- Los recursos con los que se cuenta: técnicos, humanos, económicos, in-
fraestructura, instalaciones, equipos de laboratorio, reactivos, consumi-
bles, las necesidades de capacitación, los especialistas, los responsables
de fase de diagnóstico en campo, de laboratorio, análisis estadístico,
sistemas de información geográfica, integración de informes parciales
y de análisis integral de cada una de las fases del proyecto.
- Acuerdos y compromisos con los participantes: si se requieren auxilia-
res, especialistas de alguna área en concreto, consultores externos o
guías locales, será importante tenerlo visualizado desde el principio y
tenerlo considerado en los costos.
- Gastos operativos: el flujo de los recursos para operar el proyecto es
una fase fundamental, que puede incluso definir el éxito o el fracaso de
un proyecto, por lo que se tiene que tener en cuenta el vínculo que se
tendrá entre las partes, la persona que se estará responsabilizando del

259
Bases para la integración de informes

ejercicio del gasto, de las comprobaciones, de las peticiones de recursos


y también identificar con la debida antelación si se requiere auditoría
para considerar las tasas y pagos.
- Compromisos de entrega y alcance de presentación de resultados: se
tiene que planear y programar en costos y plasmar en el contrato, con-
venio o acuerdo, los distintos compromisos de cada una de las partes,
definir las responsabilidades y puntualizar aspectos como imprevistos,
prórrogas o necesidades específicas para atender cada uno de los com-
promisos pactados.

Es difícil predecir todas las variables que pueden tener los proyectos, pero
si se pactan de forma concertada entre las partes los resultados del proyecto
pueden ser muy satisfactorios. Las propuestas de atención deben ser viables y
factibles, esto unido a las habilidades de gestión para resolver la problemática
podrá ser la solución, aunque siempre habrá intereses políticos, económicos y
personales que limiten su ejecución.

260
12. Conclusiones y perspectivas

En las ciudades del mundo en general y de Latinoamérica en particular se ex-


presan distintas limitaciones a nivel de planeación, de uso y manejo de los re-
cursos, de atención a problemas como los riesgos, los desastres, la presencia
de enfermedades, la ineficiencia en el uso de la energía, el agua, la gestión de
residuos. Se visualiza la necesidad de un acompañamiento más sólido entre la
empresa, el gobierno, la sociedad civil, las instituciones educativas y de inves-
tigación para avanzar en criterios de sustentaiblidad, cambio climático, ahorro
de energía, atención a desastres y prevención de enfermedades.
Cuando la Universidad y los centros de investigación se comprometen con
la sociedad civil y las instituciones públicas en avanzar en éste ámbito y sur-
gen propuestas para elaborar diagnósticos ambientales, y así empiezan a de-
sarrollarse métodos, y propuestas de atención a los problemas ambientales
en la ciudad. La revisión, actualización y validación en atención a la vigencia
y pertinencia legal, normativa y técnica, deberá ser un aspecto fundamental.
Las metdologías que se presentan en ésta publicación surgen de un com-
promiso social, de la experiencia profesional de los autores, y del apoyo de la
Universidad de Guadalajara que con el financiamiento del gobierno del estado
através de COECYTJAL, publican esta obra.
Con ésta publicación se fomentan métodos para caracterizar la proble-
mática ambiental en las ciudades y cobrará un significado en la medida que
estudiantes, profesionistas, técnicos y consultores, la utilicen y la pongan al
servicio de la sociedad con la realización de diagnósticos ambientales que
contribuyan a un mejor ambiente para la salud y bienestar de las personas.

261
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

13. Perfil profesional abreviado de autores y revisores

En esta experiencia editorial “Diagnóstico de Ambiental en ciudades”, se in-


vitó a formar parte del comité revisor a profesionales en áreas afines que han
tenido experiencia en el análisis ambiental, están adscritos a Instituciones de
Investigación o educación superior tanto de la Universidad de Guadalajara,
como de instancias externas de reconocido prestigio nacional e internacio-
nal, miembros del Sistema Nacional de Investigadores, quienes gracias a su
cuidadosa revisión y a sus atinados consejos técnicos, profesionales y científi-
cos que permitieron enriquecer esta publicación, por lo que hacemos paten-
te nuestro reconocimiento y sentido agradecimiento, a continuación se hace
una breve alusión a su actividad profesional, así como a la de los autores, para
que el lector conozca un poco más acerca de la trayectoria de los mismos.

Revisores:

Dra. Celia de la Mora Orozco

La Dra. Celia de la Mora Orozco, es bióloga, Maestra en Ciencias de la Salud


Ambiental, por la Universidad de Guadalajara y PhD. Por la Universidad Texas
A&M University-Kingsville. Es investigador titular C. del Instituto Nacional
de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Es miembro de
la International Medical Geology Association y socio Fundador del Capítulo
Mexicano. Participó en el laboratorio de análisis especiales en el Sistema de
Agua Potable y Alcantarillado. Sus líneas de investigación son; Mitigación del
impacto ambiental de la producción agropecuaria y Manejo Integral de Cuen-
cas, con énfasis en calidad del agua. Ha publicado en revistas con arbitraje y
ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales.

263
Dr. Eduardo Padilla Camberos

Licenciado en Biología, tiene Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental y


Doctorado en Ciencias Biomédicas, por la Universidad de Guadalajara. Tiene
nombramiento como Investigador de la Unidad de Biotecnología Médica y
Farmacéutica del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño
del Estado de Jalisco (CONACYT). Ha tenido una destacada participación en
proyectos de investigación financiados con recursos gubernamentales y por
la iniciativa privada.
Ha publicado diversos artículos de Investigación Científica en revistas con
arbitraje internacional, 4 capítulos en libros y numerosas ponencias en con-
gresos nacionales e internacionales. Coinventor de tres patentes. Ha dirigido
tesis a nivel licenciatura, Maestría y Doctorado. Es miembro vigente del Siste-
ma Nacional de Investigadores Nivel I.

M.C. César Eleazar Muñoz Aceves

Químico Fármaco biólogo y Maestro en Ciencias en control de la contamina-


ción. por el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías. Es profesor
titular del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Univer-
sidad de Guadalajara, y ha participado en diversos cargos gubernamentales
en áreas ambientales, a nivel subdirección en verificación normativa, y como
Director de Protección Ambiental en el municipio de Zapopan y Coordinador
General Ambiental en SEDEUR, y sus líneas de especialidad en acústica en
residuos y en atmósfera. Ha participado dirigiendo tesis, y en publicaciones y
congresos a nivel nacional e internacional.

Dra. Guadalupe Garibay Chávez

Licenciatura en Psicología, Maestría en Ciencias de la Salud Pública, Docto-


rado en Psicología de la Salud (Universidad de Guadalajara). Profesor inves-

264
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

tigador titular “C”. Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas.


Departamento de Ciencias Ambientales. CUCBA-Universidad de Guadalajara
Áreas de especialidad Evaluación y Gestión de Riesgos y Vulnerabilidad de
Comunidades, Salud Ambiental, Género y Medio ambiente. Línea de inves-
tigación Evaluación, gestión de riesgos y vulnerabilidad de comunidades.
Coordinadora y Miembro del Cuerpo Académico: Salud Ambiental y Desarro-
llo Sustentable. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel
I. Representante del Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas
ante la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN. Pre-
mio nacional al mérito ecológico: sector educativo 2008. Por la formación
de recursos humanos en educación y salud ambiental. Secretario del Comité
Mexicano de Miembros de la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN) 2013-2014. o Socio de Número de la Benemérita Socie-
dad de Geografía del estado de Jalisco. o Miembro de la International Society
for Environmental Epidemiology (ISEE) 2008 a la fecha. Fue coordinadora y
fundadora de Maestría en Ciencias de la Salud Ambiental por más de 20 años
y ha publicado en revistas internacionales con arbitraje y ha dirigido diversas
tesis de licenciatura y posgrado.

Dra. Silvia Lizette Ramos de Robles

Licenciatura en Ciencias Naturales en Educación Media y Superior (Escuela


Normal Superior de Jalisco), Maestría en Ciencias de la Educación (Institu-
to Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio-ISIDM); Maestría
en Didáctica de la Matemática y las Ciencias Experimentales (Universitat
Autónoma de Barcelona), Doctorado en Didáctica de las Matemáticas y las
Ciencias Experimentales (Universitat Autónoma de Barcelona, España). Pro-
fesor investigador titular “B”. Instituto de Medio Ambiente y Comunidades
Humanas. Departamento de Ciencias Ambientales. CUCBA-Universidad de
Guadalajara Áreas de especialidad Enseñanza de las ciencias ambientales; al-
fabetización sobre cambio climático y desarrollo sustentable. Línea de inves-

265
tigación Comunicación para la adaptación al cambio climático. Miembro del
Cuerpo Académico Salud Ambiental y Desarrollo Sustentable (UDG-CA-43,
Consolidado). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I.
Ha dirigido diversas tesis de maestría y publicado libros y artículos en revistas
indizadas y arbitradas a nivel nacional e internacional.

Dra. Blanca Catalina Ramírez Hernández

Bióloga especialista en ecología vegetal y etnoantropología.


Egresada de la Lic. En Biología de la Universidad de Guadalajara, Maestría en
el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guada-
lajara obteniendo, el grado de Maestro en Ciencias de la Salud Pública en el
año 2007. Sus estudios de doctorado los realizó en la Universidad Nacional
Autónoma de México, obteniendo el grado de Doctor en Ciencias en el año
de 2005. Desde enero de 1993 trabaja como Profesor Investigador de tiempo
completo en el Departamento de Ecología del CUCBA de la Universidad de
Guadalajara. Tiene la distinción de Investigador Nivel 1 en el Sistema Nacional
de Investigadores desde 2006. Su mayor interés en investigación incluye de-
terminar la capacidad de diferentes especies vegetales para fijar contaminan-
tes en ambientes urbanos, y el aprovechamiento de recursos fitogenéticos
nativos de importancia ecológica, económica, medicinal y cultural. Ha publi-
cado 12 artículos en revistas indizadas ISI. Asimismo, cuenta con experiencia
docente y ha participado en la formación de recursos humanos en la Licencia-
tura de Biología. Ha graduado dos doctores en ciencias y cuatro maestros en
ciencias. Actualmente dirige dos tesis de doctorado. 

266
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

Autores:

Dra. Valentina Davydova Belitskaya

Profesora investigadora de tiempo completo titular C, adscrita al Departa-


mento de Ciencias Ambientales. Centro Universitario de Ciencias Biológicas y
Agropecuarias. Universidad de Guadalajara. Licenciada en Meteorología en el
Instituto Hidrometeorológico de Leningrado, Rusia, entre 1979 y 1984. Ob-
tuvo el grado de Maestría en Ciencias de Ingeniería en el mismo Instituto.
Además, realizó los estudios y obtuvo el grado de Maestra en Matemáticas
Aplicadas en la Universidad de Guadalajara, en 1997. Entre 1998 y 2001 rea-
lizó sus estudios de Doctor en Ciencias (Física Atmosférica) en la Universidad
Nacional Autónoma de México, obteniendo el grado en 2002.
Ha impartido múltiples cursos en el área de meteorología aplicada, cli-
matología, matemáticas y físicas aplicadas, estadísticas en la Universidad de
Guadalajara, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto Politécnico
Nacional a nivel de Licenciatura, Maestría y Doctorado.
Ha sido directora del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Univer-
sidad de Guadalajara. Ha sido profesora e instructora de múltiples cursos de
licenciatura, posgrado y especialización en la Universidad de Guadalajara y en
la Universidad Nacional Autónoma de México, en las áreas de Ecología, Física
y Meteorología aplicada a contaminación atmosférica.
Las áreas de su especialidad son meteorología aplicada, contaminación at-
mosférica y transporte de contaminantes. Se desempeño como Gerente de
Meteorología así como Gerente de Redes de Observación y Telemática de
la Coordinación General del Servicio Meteorológico Nacional, CONAGUA de
2003 al 2010. Profesor PRODEP por la SEP. Ha sido miembro del Sistema Na-
cional de Investigadores Nivel I en tres periodos. La Dra. Davydova cuenta con
más de 25 publicaciones en revistas de alto arbitraje e indizadas, así como múl-
tiples presentaciones en los congresos y eventos nacionales e internacionales.

267
Dr. Faustino Moreno Ceja

Doctor en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).


Cuenta con dos Maestrías una en Bibliotecología y Ciencias de la Información
por la Universidad de Guanajuato, otra en Documentación por UC3M y es Ing.
Agrónomo por la Universidad de Guadalajara (UdeG). Jefe de la Biblioteca
Central del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, de
la misma universidad. Ha publicado catálogos, capítulos de libros y artículos
en revistas indizadas, además de participar como ponente en congresos na-
cionales e internacionales. Ha impartido cursos en Las Universidades de Chi-
huahua, Autónoma de Juárez, Guanajuato, Salamanca, España y es profesor
investigador titular en la Universidad de Guadalajara, donde imparte las ma-
terias de Metodología de la Investigación y Seminarios de Investigación. Ha
participado en proyectos de investigación en colaboración con Universidades
Mexicanas y Españolas.

Dr. Javier García Velasco

Licenciado en Biología por la Universidad de Guadalajara, Maestro en Salud


Ambiental por el Instituto de Salud Pública de Navarra y Doctor en Ciencias
por la Universidad de Valencia, es profesor Investigador Titular del Institu-
to de Medio Ambiente y Comunidades Humanas, del Centro Universitario
de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, es
responsable del laboratorio de Salud Ambiental, sus líneas de investigación
son en Salud Ambiental, Contaminación Ambiental y Calidad de Aguas. Ha
dirigido diferentes tesis a nivel licenciatura, maestría y doctorado, ha parti-
cipado en numerosos congresos internacionales nacionales, ha publicado li-
bros y artículos de investigación y ha realizado estancias de investigación en
Universidades de España. Ha participado en la realización de proyectos de
investigación y asesorías especializadas para instancias del sector privado y
para la Comisión Federal de Electricidad.

268
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

Dr. Arturo Figueroa Montaño

Licenciado en Biología por la Facultad de Ciencias de la Universidad de Guada-


lajara, Maestro en Biología Ambiental por el Colegio Universitario de Swansea
de la Universidad de Gales, Reino Unido, Doctor en Ciencias de la Tierra, por
la Universidad de Guadalajara, es Profesor Investigador Titular del Departa-
mento de Física, del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías,
sus líneas de investigación son en Contaminación Ambiental, calidad del aire
y contaminación acústica. Se ha presentado congresos nacionales e Interna-
cionales, y ha dirigido y asesorado tesis a nivel licenciatura y posgrado. Se des-
empeñó por 3 años como Director del Departamento de Estudios y proyectos
ambientales en la Dirección General de Medio Ambiente y Ecología del H.
Ayuntamiento de Guadalajara, ha participado en proyectos con financiamien-
to federal y en asesorías profesionales a instancias del gobierno estatal y de la
iniciativa privada. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Investigadores, y
es perfil PRODEP por la SEP. Ha participado en diversas publicaciones indiza-
das y arbitradas a nivel nacional e internacional.

M.C. Cecilia Garibay López

Licenciada en Matemáticas por el Departamento de Matemáticas del Centro


Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadala-
jara; y Maestra en Ciencias en Dirección Estratégica de la Calidad por el Cen-
tro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de
Guadalajara. Ha sido Jefa de la Unidad de Desarrollo Bibliotecario, así como
Coordinadora de Servicios Académicos del CUCEI. Actualmente es profesor
docente de tiempo completo en el Departamento de Matemáticas del mismo
centro universitario, y ha participado en congresos nacionales e internaciona-
les, así como en proyectos de investigación. Ha participado en diversas publi-
caciones indizadas y arbitradas a nivel nacional e internacional.

269
M.C. Aurora Rosas Ramírez

Licenciada en Biología, Maestra en Ciencias de la Salud Ambiental por la Uni-


versidad de Guadalajara, Profesor Docente Titular “B” del Instituto de Medio
Ambiente y Comunidades Humanas, del Centro Universitario de Ciencias Bio-
lógicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, líneas de investiga-
ción Salud Ambiental, Calidad Microbiológica del Aire y Calidad de Aguas. Ha
participado en la publicación de libros y en ponencias en Congresos Naciona-
les e Internacionales.

Dra. Josefina Casas Solís

Cursó la licenciatura de Químico Farmacobiólogo y obtuvo los grados Maes-


tría y Doctor en Inmunología en la Universidad de Guadalajara. Actualmen-
te se desempeña como profesora e investigadora en el Departamento de
Biología Celular y Molecular del Centro Universitario de Ciencias Biológicas
y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara, desarrolla investigación
sobre microbiología ambiental, uso de productos naturales con actividad
antimicrobiana y acerca del uso de probióticos con efecto antitumoral. Ha
formado recursos humanos a nivel licenciatura y posgrado en el área de la
Microbiología General. Ha publicado varios artículos científicos en revistas in-
dizadas, capítulos de libros y ha participado con trabajos de investigación en
foros científicos estatales, nacionales e Internacionales

M.C. Raúl Rangel Ascencio

Ingeniero Agrónomo y Maestro en Ciencias de la Salud Ambiental por la Uni-


versidad de Guadalajara. Participante en proyectos estratégicos de impor-
tancia regional en asuntos de gestión ambiental y agricultura sustentable
como los ordenamientos ecológicos del municipio de Zapopan, la Cuenca de
Zapotlán y del Estado de Jalisco; participante en la elaboración del Atlas de

270
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

Riesgos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, y el diseño de indicadores


de vulnerabilidad social y de estrategias de manejo de riesgos por el uso de
plaguicidas agrícolas, tiene varias publicaciones resultado de estos trabajos.
Participó como Director de Desarrollo Agropecuario del H. Ayuntamiento de
Zapopan. Así mismo ha dictado y coordinado diferentes cursos y eventos de
actualización profesional.

M.C. Gabriela Hernández Pérez

Licenciada en Administración de Empresas y obtuvo el grado de Maestra en


Ciencias de la Salud Ambiental por la Universidad de Guadalajara, tiene nom-
bramiento de Técnico Académico Asociado “B” del Instituto de Medio Am-
biente y Comunidades Humanas de la Universidad de Guadalajara, las líneas
de investigación en las que participa son en salud ambiental, percepción del
riesgo por contaminación del aire, ha participado en la publicación de libros
y en ponencias en congresos nacionales e internacionales sobre estos temas.

M.C. Perla Sánchez Torres

Licenciada en Biología y Maestra en Ciencias de la Salud Ambiental por la Uni-


versidad de Guadalajara. Ha participado en proyectos de investigación dentro
de la Universidad de Guadalajara, así, como en el Centro de Investigación y
Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ), dentro de las
líneas de, salud ambiental, contaminación del aire y contaminantes emergen-
tes en matrices acuosas y biológicas, ha participado en congresos nacionales e
internacionales y publicado en revistas con arbitraje. Su línea de Investigación
está relacionada con calidad del aire de interior, confort térmico, y partículas
suspendidas.

271
Biol. María Marcela Güitrón López

Bióloga egresada de la Universidad de Guadalajara y Candidata a Doctora en


Ciencias por el programa de Doctorado en Biosistemática, Ecología y Manejo
de Recursos Naturales y Agrícolas de la Universidad de Guadalajara. Miem-
bro del Laboratorio Laguna de Sayula desde 1995 desempeñando actividades
académicas, de investigación y administrativas. Participación en diplomados
en Conservación de Humedales y Restauración Ecológica, en proyectos de
restauración y conservación de humedales, monitoreo de aves acuáticas en
humedales de Jalisco, monitoreo de aves terrestres en la cuenca Zacoalco-Sa-
yula y otras áreas, así como inventarios faunísticos en UMA´s. He participado
en la gestión de las propuestas de los sitios Ramsar Laguna de Sayula, Laguna
de Atotonilco, Lago de Chapala y Lago de Zapotlán, en Jalisco.

M.C. María Azucena Arellano Avelar

Licenciada en Biología por la Universidad de Guadalajara, Maestra en Ciencias


de la Salud Ambiental por la Universidad de Guadalajara. Técnico Académico
del laboratorio de estudios ambientales del Centro Universitario de Tonalá, de
la Universidad de Guadalajara, Consultora ambiental. Experta en manejo de
residuos, calidad microbiológica del aire y ruido ambiental. Cuenta con varias
publicaciones sobre educación ambiental para la sustentabilidad. Es parte del
Cuerpo Académico de Salud Ambiental de CU Tonalá, y es miembro de la
Academia Jalisciense de Ciencias, A. C.

272
Perfil profesional abreviado de autores y revisores

Dra. Martha Georgina Orozco Medina

Licenciada en Biología por la Universidad de Guadalajara, Maestra en Sa-


neamiento Medio Ambiental por la Univ. Internacional Menéndez Pelayo y
Doctora en Ciencias Biológicas en el área de Contaminación Ambiental por la
Universidad de Valencia en Valencia España. Es Directora del Instituto de Me-
dio Ambiente y Comunidades Humanas. Profesora Investigadora Titular en
el Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Cien-
cias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), de la Universidad de Guadalajara.
Docente y Directora de tesis de Licenciatura y posgrado. Tiene distintos re-
conocimientos y distinciones como premio al Mérito profesional, premio a la
mujer destacada y premio al Mérito Ecológico. Ha publicado libros, capítulos
y artículos en revistas con arbitraje e indexadas, ha presentado ponencias en
congresos nacionales e internacionales en contaminación, salud ambiental y
ruido urbano. Dirige la revista de divulgación del CUCBA denominada “Sem-
brando Conciencia”. Tiene perfil PRODEP, por la SEP desde 1997 a la fecha.
Ha sido miembro del Sistema Nacional de Investigadores en 3 periodos. Ha
participado en proyectos de investigación para la iniciativa privada y financia-
dos por fondos federales y estatales.

273
Se terminó de imprimir en el mes
de mayo 2018 en los talleres
de Prometeo Editores S. A. de C. V.
Libertad 1457, Col. Americana C.P. 44160
Guadalajara, Jalisco.

El tiraje consta de 1000 ejemplares.

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