El documento discute la importancia creciente de la calidad del servicio en la economía de los Estados Unidos, que ahora se basa principalmente en los servicios. La calidad deficiente del servicio es un problema generalizado, pero las empresas líderes en servicio han demostrado que un enfoque en la calidad puede conducir al éxito competitivo. El verdadero liderazgo en el servicio es fundamental para lograr la excelencia en el servicio a través de una visión clara y altos estándares.
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El documento discute la importancia creciente de la calidad del servicio en la economía de los Estados Unidos, que ahora se basa principalmente en los servicios. La calidad deficiente del servicio es un problema generalizado, pero las empresas líderes en servicio han demostrado que un enfoque en la calidad puede conducir al éxito competitivo. El verdadero liderazgo en el servicio es fundamental para lograr la excelencia en el servicio a través de una visión clara y altos estándares.
El documento discute la importancia creciente de la calidad del servicio en la economía de los Estados Unidos, que ahora se basa principalmente en los servicios. La calidad deficiente del servicio es un problema generalizado, pero las empresas líderes en servicio han demostrado que un enfoque en la calidad puede conducir al éxito competitivo. El verdadero liderazgo en el servicio es fundamental para lograr la excelencia en el servicio a través de una visión clara y altos estándares.
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El documento discute la importancia creciente de la calidad del servicio en la economía de los Estados Unidos, que ahora se basa principalmente en los servicios. La calidad deficiente del servicio es un problema generalizado, pero las empresas líderes en servicio han demostrado que un enfoque en la calidad puede conducir al éxito competitivo. El verdadero liderazgo en el servicio es fundamental para lograr la excelencia en el servicio a través de una visión clara y altos estándares.
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1.
EL LIDERAZGO EN EL SERVICIO
Hoy día en EEUU la calidad del servicio constituye un tópico
fundamental. En una reciente encuesta de Gallup, los ejecutivos colocaron el perfeccionamiento de la calidad de los servicios y de los productos tangibles como el reto individual más importante en los EEUU.
Una de las razones para que la calidad de los servicios se haya
convertido en un problema tan importante es que la economía norteamericana se ha convertido en una economía de servicios. La participación del sector servicios es de aproximadamente un 75 por 100 del producto nacional bruto y genera nueve de cada diez nuevos empleos que crea la economía. Como David Birch escribe:
Solíamos ser buenos para desarrollar cosas. Todavía la somos,
pero virtualmente ya no hay personas implicadas en ese proceso. Los empleos agrícolas han pasado de ser algo más de la mitad de todos los empleos a apenas un dos por ciento del total. Solíamos ser buenos haciendo cosas. Todavía la somos, pero con muy poca gente implicada... Hoy, sólo el nueve por ciento de los obreros norteamericanos trabajan en el sector industrial. Sin embargo, hemos creado millones de puestos de trabajo... No es una sorpresa que la que hace toda esta gente, en vez de construir cosas, es prestar servicios.
Prácticamente todas las organizaciones compiten, de una forma u
otra, en el área del servicio. Es difícil mencionar un sector en el que el servicio no sea importante. Si se investigan las estrategias de empresas industriales, como Ford Motor Company y Corning Glass Works, se encontrará que el servicio juega un papel crucial en las mismas. Y como las organizaciones compiten cada vez más en el área del servicio, existirá cada vez menos diferencia entre el sector industrial y el de servicios.
El servicio es también crucial en el futuro de los EEUU como
competidor mundial. El gobierno de los EEUU siempre espera un crecimiento significativo en las exportaciones netas de servicios, un papel clave en la solución del problema que representa la balanza comercial del país. Aun más, la balanza comercial neta positiva del sector de servicios que ha venido decreciendo a lo largo de los años 80.
Esta situación requerirá un trabajo duro y de mucha dedicación
para no perder a nivel internacional nuestro liderazgo en servicios, tal como nos sucedió en el sector industrial. Muchas de las mismas que provocaron la pérdida de esa posición de liderazgo industrial comenzando a aparecer. A diario vemos los mismos factores que afectaron severamente el liderazgo industrial: falta de atención a la calidad, un énfasis excesivo en las economías de escala (en vez de orientar la operación hacia el consumidor) y una orientación financiera demasiado centrada en objetivos acorto plazo.
El papel central que han asumido los servicios en la economía
americana constituye el factor clave que subyace detrás de la creciente importancia de la calidad del servicio como tópico institucional y social: servicio constituye una parte importante de todo lo que, como conducimos, consumimos y exportamos y lo sorprendente sería que no nos viésemos preocupados por su calidad.
El segundo factor clave detrás del interés por la calidad del
servicio que ha demostrado ser una estrategia competitiva ganadora. McDonald`s, Federal Express, Nordstrom, American Airlines, American Express, Bean, Domino's Pizza, Disney World, Club Med, Deluxe Corpor, etc., Hasta en el último rincón de la economía de servicios, las empresas líderes del mercado se ven obsesionadas con la calidad en el servicio.
La necesidad urgente de alcanzar el liderazgo en el servicio.
¿Cómo explicar la incongruencia de que la calidad del servicio
produzca beneficios y todavía existan tan pocos proveedores que se preocupen por ella? Los signos de indiferencia, descuido y servicio incompetente los podemos encontrar en todas partes en EEUU.
En un estudio realizado por la banca nacional se encontró que tres
de cada diez usuarios recordaban haber tenido algún tipo de problema con la institución financiera que utilizaban o que habían utilizado; típicamente, la razón principal de disgusto era que había sucedido algún error de una u otra clase. Más de la mitad de los entrevistados recordaban problemas que les habían afectado tan seriamente que habían decidido cambiar de institución financiera o cerrar sus cuentas.
Atlanta Journal y Atlanta Constitution realizaron un sondeo entre
sus lectores y el 91 por 100 de los encuestados respondió que la calidad del servicio había disminuido a lo largo de los últimos 20 años. Un lector escribió: «Los animales están dirigiendo el zoológico».
Recientemente, la revista Time dedicó el tema de su portada al
problema del servicio, afirmando que «Los servicios personales se han convertido en el mercado norteamericano en una mercancía enloquecedoramente escasa». El periódico Wall Street Journal, en un artículo sobre los servicios en el área de la salud, declaró que: «Los problemas son variados: Diagnósticos equivocados, cirugías innecesarias, alto índice de infección en los hospitales, errores en los análisis de laboratorio, aparatos médicos defectuosos, doctores alcoholizados o adictos a las drogas». Lowell Levin, de la escuela de medicina de la Universidad de Vale, recomienda a los pacientes de cirugía utilizar el rotulador “mágico” para señalar el lugar exacto de sus cuerpos donde se les ha de intervenir. Su consejo no debería parecer ridículo si la mayoría de la gente supiera la gran cantidad de errores que se cometen.
La dirección no es suficiente
La investigación que presentamos en este libro documenta el
papel central que desempeña el liderazgo en la prestación de un excelente servicio.
Hemos visto de forma directa que un fuerte compromiso de los
directivos con la calidad en el servicio vigoriza y estimula a la organización a perfeccionar su nivel de servicio. También hemos comprobado que un papel ambiguo en los niveles directivos, un escaso trabajo en equipo y los elementos irritantes que surgen en un entorno sin directrices claras y sin un liderazgo definido que afectan negativamente al nivel de calidad del sector de una organización.
El verdadero liderazgo en el servicio crea una tónica de excelencia
que prevalece sobre las complejidades operativas, sobre las presiones externas que genera el mercado o sobre cualquier otra barrera que exista y que pudiese afectar a la calidad del servicio.
“El servicio mediocre es normal, pero no es inevitable “
En todos los sectores tenemos ejemplos de empresas que ofrecen
un servicio excelente. Un servicio excelente no es ilusión; es posible sobreponerse a las condiciones que provocan la mediocridad en el servicio.
Calidad total en la gestión de servicios
El origen de la mala calidad del servicio en los EEUU de hoy (la
razón de que el servicio no sea mejor de lo que es a pesar de los obvios frutos que ofrece la calidad del servicio) radica en la ausencia en la mayoría de las empresas de un fuerte liderazgo de servicio. Muchas de las personas que trabajan en el área del servicio están siendo dirigidas en exceso, pero sin liderazgo. Las rígidas normas y políticas que se establecen, confían en el buen juicio de los empleados de primera línea. Las directrices que emanan desde los niveles superiores sustituyen a la relación "cara-a-cara" con el personal y disminuyen, más que fomentan, el diálogo con los empleados. La meta de obtener beneficios tiene prioridad sobre la meta de proveer un servicio que sea tan bueno que la gente esté dispuesta a pagar cierta diferencia para obtenerlo.
Para perfeccionar el servicio de forma tangible, deberemos dedicar
más energía y atención en nuestras empresas y escuelas de negocios a desarrollar los valores y capacidades del liderazgo. De otra forma, la tentación de ofrecer un servicio mediocre seguirá imponiéndose sobre la promesa de un ser- vicio de calidad.
Características de los líderes del servicio
Los líderes del servicio existen en todas las formas y tamaños. No
surgen de una especie de cortador mágico de galletas. Dicho esto, debemos señalar que existen algunas características del liderazgo del servicio de las que resulta útil hablar en general. He aquí algunas de las características más importantes:
I. Visión del servicio: los líderes conciben la calidad del servicio
como la clave del éxito. Ven el servicio como parte integral del futuro de la organización, no como algo periférico. Creen fundamentalmente que un servicio mejor es la estrategia del éxito, la mejor estrategia para generar beneficios. Al margen de los objetivos de mercado, del portafolio de servicios o de las políticas de precios seguidas, los líderes del servicio conciben la calidad del servicio como la base de la competencia. Desde cualquier ángulo que se mire, la idea del servicio de calidad constituye la idea fundamental.
Los líderes del servicio nunca ceden en su compromiso de ofrecer
calidad. Ven el servicio de calidad como una tarea que nunca acaba, en la que la opción efectiva es insistir en la búsqueda de una mejor calidad cada día de cada semana de cada mes de cada año. Entienden que la calidad del servicio no es un programa; no hay soluciones rápidas, ni fórmulas mágicas, ni "píldoras de calidad" que se puedan tomar.
2. Altos estándares de calidad: los verdaderos líderes de servicio
aspiran a un servicio que se convierta en algo legendario.
Los líderes del servicio están interesados en los detalles y matices
del servicio, ven oportunidades en pequeñas acciones que los competidores podrían considerar triviales. Creen que la forma en que una empresa sepa llevar los pequeños detalles define el estilo con el que se llevarán los grandes. También creen que las pequeñas cosas añadidas en beneficio del usuario marcan una diferencia. Por esto Jim Daniel, Director Ejecutivo del Friendly Bank de la ciudad de Oklahoma, hace que se pula a diario el piso del vestíbulo del banco. y por esto, Robert Onstead, Director Ejecutivo de las tiendas Randall Foods and Drugs de Houston, insiste en iluminar el aparcamiento tan intensamente «que los clientes podrían leer el periódico a media noche, si así lo desearan»13.
Los líderes del servicio se muestran celosos en dar el servicio
adecuado desde la primera vez. Valoran el objetivo de «cero defectos» y se esfuerzan continuamente para potenciar la fiabilidad del servicio. Saben que un 98 por ciento de los usuarios valora la fiabilidad del servicio y que sólo un dos por ciento no lo hace. Por ello Will Potter, Director Ejecutivo de la empresa de transporte de Maryland Preston Truck Company, insiste en que cada empleado establezca por escrito su compromiso personal de cumplir la filosofía de servicio de la empresa que, en una de sus partes, dice:
Siempre que llegue a un compromiso con un usuario o un
compañero, prometo cumplirlo a tiempo. Cumpliré mis compromisos cuando diga que lo haré. Entiendo que una queja o una equivocación es cometer errores en exceso. Prometo hacer bien mi trabajo desde el principio y buscar continuamente nuevas formas para mejorarlo.
3. Liderazgo sobre el terreno: los líderes de servicio dirigen las
operaciones a donde está la acción, en vez de dar órdenes desde un escritorio. Están siempre visibles para los empleados; siempre entrenando, corrigiendo, persuadiendo, alabando, sermoneando, observando, preguntando y escuchando. Ponen el énfasis en mantener una comunicación de dos vías con su personal porque saben que es la mejor manera de darle forma, substancia y credibilidad a la visión del servicio y porque, al mismo tiempo, es la mejor manera de aprender qué es la que realmente está pasando en el "terreno de juego”.
Los líderes en el servicio también utilizan un enfoque de
permanente motivación para conseguir un clima de trabajo en equipo en la organización. Incitan a las unidades operativas con el fin de alcanzar la perfección en el servicio (y no sólo al empleado como individuo) y utilizan la influencia de sus ejecutivos para lograr que el equipo se congregue con frecuencia en reuniones, juntas y celebraciones. Sam Walton, presidente y fundador de la gigantesca cadena de tiendas minoristas Wal-Mart, Inc., practica el liderazgo sobre el terreno tanto como cualquier otro ejecutivo de los EEUU de hoy. Walton y otro alto ejecutivo de su empresa invierten la mayor parte de su tiempo en visitar cada semana las tiendas, "predicar el evangelio" y escuchar el sonido del mercado y de la empresa. Cada viernes, el equipo de dirección de Wal-Mart se reúne en Betonville, Arkansas, sede de esas reuniones obligatorias, en las que comparten informaciones respecto a su visión sobre cuál es la situación en el "terreno de juego". Al día siguiente, varios cientos de miembros del personal de la sede central y directores que provienen del "terreno", se reúnen en la famosa reunión del sábado por la mañana de Wal-Mart, en la que se presentan una serie de informes sobre los resultados logrados o sobre nuevos planes, se comparten saludos y felicitaciones, se tratan temas sobre la filosofía de la empresa y se hacen reconocimientos a las personas destacadas, además de exhortaciones para el desarrollo personal hechas por el mismo Sam Walton.
Con su propia red de comunicación vía satélite, Wal-Mart
transmite en directo las incidencias de sus reuniones sabatinas a todas las sucursales. El analista de seguros Joseph Ellis señaló en un discurso que: «Wal-Mart opera como una pequeña empresa en la que respecta a la forma en que se comunica con su gente».
4. Integridad: una de las características esenciales del liderazgo del
servicio es la integridad personal. La más importante cualidad del liderazgo es el valor que se asigna a hacer la correcto, aun cuando no sea conveniente o sea muy costoso. Los líderes asignan un valor extra, premium, al hecho de ser justos, consistentes y fiables y, como resultado, ganan la confianza plena de sus colaboradores. Como señala Peter Drucker: «El más alto requisito de un liderazgo efectivo es la posibilidad de generar a su alrededor un halo de confianza. De otra manera, no tendrían seguidores-y la única definición de un líder es aquel que crea seguidores»
Los líderes en el servicio reconocen la imposibilidad de establecer
una actitud orientada al servicio en una empresa cuya dirección carece de integridad. Reconocen la estrecha relación que existe entre la calidad de servicio y el orgullo que sienten los empleados y entienden que esa actitud de orgullo, se debe en parte a la idea que tienen los empleados de una dirección justa.
Cuando los ejecutivos compran y venden empresas como si fueran
ranchos, demuestran muy poco interés en lo que les sucede a sus empleados y clientes; cuando inflan los precios o marcan rápidamente precios más bajos sólo para utilizar la palabra “rebajas”, cuando capacitan y mantienen al personal de ventas para utilizarlo como cebo y recurren a otras prácticas poco éticas para presionar al usuario a que compre lo que no necesita, esos ejecutivos minan completamente su propia credibilidad en lo que respecta a la calidad del servicio. Los empleados ven por sí mismos que la dirección no está totalmente preocupada por el servicio y la satisfacción de los consumidores. Y eventualmente la mayoría de los empleados se cuestionan a sí mismos: «¿Por qué darme por entero a una empresa que carece de integridad? ¿Por qué destrozarme por una empresa en la que no creo?»
La calidad y la integridad son inseparables. Este es el enfoque
central de un ensayo titulado «The Quest for Quality»: Como sugiere la frase «el honesto trabajador», la esencia del trabajo está fundamentada en la integridad personal. Los que están imbuidos de este concepto no sienten más que desprecio por la suciedad, la mezquindad, la mala calidad, por el liderazgo demasiado astuto y por los falsos límites. En consecuencia, si la esencia del trabajo pudiese ser transmitida a toda la población, sus resultados podrían ir más allá de los simplemente económicos. En una «sociedad de calidad», la honestidad, la categoría y el principio de dar un valor total por lo que recibimos pueden convertirse en una regla de conducta tanto para las relaciones comerciales como para las relaciones personales. Lo que se inició como un esfuerzo para mejorar la calidad puede terminar en un desarrollo de la calidad total de vida.
La rentabilidad de la calidad.
Los líderes del servicio, como hemos señalado, creen
fundamentalmente que la alta calidad produce resultados positivos en la línea final de sus estados financieros. Sin embargo, muchos ejecutivos no están tan seguros de ello. Muchos no están convencidos todavía de que las inversiones que realicen para mejorar el servicio se transformarán en beneficios.
Y estos ejecutivos pueden estar en lo cierto. Las inversiones que
se realizan para mejorar el servicio pueden no llegar a convertirse en beneficios.
Efectivamente, muchas empresas pierden cada año una gran
cantidad de dinero en nombre del perfeccionamiento de la calidad. Es común ver cómo en muchas organizaciones, en la búsqueda de un más alto nivel de calidad en el servicio, se tira el dinero con decisiones que van desde añadir al servicio costosas características que son poco importantes para el usuario hasta invertir torpemente en programas de formación. T al y como confiesa un agente de alquiler de automóviles: «La formación sobre el manejo de ordenadores fue realmente buena. Yo sé cómo manejar todos los aspectos técnicos, pero nadie me preparó para tratar con tantos tipos de personas diferentes». En la actualidad, mejorar el servicio desde la óptica del cliente es la que produce beneficios. Cuando las inversiones que se realizan para mejorar el servicio conducen a una mejora en el servicio percibido, entonces la calidad se convierte en una estrategia de beneficios. La relación positiva que existe entre la calidad percibida y la rentabilidad está documentada empíricamente. La masiva base de datos que aporta el estudio sobre el «Impacto en los beneficios de las estrategias de marketing» (mejor conocido por las siglas P/MS, que provienen del nombre formal en inglés: Profit Impact of Market Strategy) demuestra esa inequívoca relación. En el libro “P/MS Principle” , Buzzel y Gale la señalan con la mayor claridad con que pueden hacerlo.
A largo plazo, el factor individual más importante entre los que
afectan al comportamiento positivo o negativo de un negocio es la calidad de sus productos y servicios en relación a los de sus competidores. La calidad ofrece ventajas competitivas de dos formas:
• A corto plazo, la calidad superior permite incrementar los
beneficios por la vía del aumento de los precios. Como señaló Frank Perdue, un conocido avicultor: «Generalmente, los consumidores se desvían del camino para comprar un producto superior y usted puede cargarles el peaje por el viaje». De acuerdo con la teoría de Perdue, las empresas estudiadas en el programa PIMS cuyo nivel de calidad las sitúa en la tercera parte superior de la escala de evaluación venden sus productos y servicios, por término medio, de un cinco aun seis por ciento por encima (en relación a la competencia) de las que se sitúan en la tercera parte inferior de la escala. • A largo plazo, la calidad superior y/o mejorada en términos relativos constituye el camino más efectivo para que una empresa crezca. La calidad produce tanto una expansión de los mercados como una mayor participación de mercado. Figura .1-1 Relación entre calidad y rentabilidad. FUENTE: Robert o. Buzzell y Bradley I. Gale, 7be PIMS Principies (New York: Free Press. 1987). n. 107
El crecimiento que se produce en los volúmenes de operaciones se
traduce en que las empresas que compiten centrándose en la calidad alcanzan ventajas de costes sobre sus rivales debido a las economías de escala. Como resultado, aun cuando existan costes a corto plazo relacionados con el perfeccionamiento de la calidad, a largo plazo estos costes se ven ampliamente compensados por las economías de escala. Una evidencia de esto es el hecho de que, por término medio, las empresas que ofrecen una calidad superior tienen costes prácticamente iguales a los de sus principales competidores. En tanto que sus precios se mantengan dentro de ciertos límites tolerables, esas empresas continuarán creciendo mientras, al mismo tiempo, obtienen márgenes de beneficio muy superiores a los de sus competidores.
La figura 1-1, que fue tomada de la base de datos PIMS, muestra
gráficamente la relación positiva que existe entre la calidad relativa percibida y los beneficios sobre las ventas y la inversión.
La calidad crea verdaderos clientes
La calidad del servicio produce beneficios porque crea verdaderos
clientes: clientes que se sienten contentos al seleccionar una empresa después de experimentar sus servicios, clientes que utilizarán la empresa de nuevo y luego hablarán de la empresa en términos positivos con otras personas. Los verdaderos clientes son como los alquileres: se mantienen y generan ingresos a los fondos de la empresa. Stew Leonard, de la empresa Norwalk de Connecticut, una de las tiendas de comestibles que más se anuncia y que produce anualmente unos 3.000 dólares por pie cuadrado, entiende mejor que nadie la analogía con el alquiler: Nunca debemos permitir que un cliente abandone la tienda descontento, porque vemos a cada cliente como un activo con un valor de 50.000 dólares. Por término medio, un cliente gasta 100 dólares por semana en alimentación. Esto representa más de 5.000 dólares al año y más de 50.000 dólares en diez años. El servicio al cliente es un gran negocio cuando se tiene una visión a largo plazo. La esencia del marketing de los servicios es el servicio. Mientras que los libros de texto de marketing ponen el énfasis en las cuatro P del marketing (producto, plaza, promoción y precio), en el sector servicios el arma competitiva más importante es la quinta P (de performance, en inglés, o sea: actuación, funcionalidad, cumplimiento, prestación). Es el nivel de prestación del servicio lo que distingue a una empresa de servicios de las otras; es el desempeño, el nivel de prestación del servicio, la que crea verdaderos usuarios que compren más y que sean más leales (que paguen el peaje que exige Frank Perdue por el viaje) y que difundan verbalmente publicidad positiva.
El servicio de categoría diferencia a una empresa de sus
competidores de una forma que es importante para los clientes. Mientras las empresas que compiten en el sector servicios frecuentemente tienen instalaciones, equipos y portafolios de servicios similares, las empresas que ofrecen un servicio de calidad no son percibidas como similares por los clientes. Una calurosa y genuina felicitación recibida de un proveedor de servicios o la eficacia en responder a una solicitud muy especial, pueden ayudar a que, para sus clientes, una empresa parezca muy diferente a los proveedores de servicios similares.
En consecuencia, resulta decisivo establecer la diferencia entre
servicios y servicio. En términos generales, los competidores ofrecen los mismos servicios y un diferente servicio. Por eso James Robinson, Director Ejecutivo de Ameri- can Express Company dice que: -La calidad es la única forma de lograr una patente que nos proteja-
De hecho, las empresas de servicio excelentes muestran un mejor
desempeño financiero porque actúan mejor ante sus clientes. Los clientes responden mejor a esas empresas porque perciben más valor en sus ofertas que en las ofertas de la competencia. El valor está representado por la evaluación global que hacen los consumidores respecto a la utilidad de un producto, según su percepción de la que reciben y de la que les es dado. El concepto del valor permite explicar el hecho de que con mucha frecuencia las empresas con una fuerte reputación de servicios puedan fijar precios más altos que sus competidores. Los consumidores tienen que gastar algo más que dinero para utilizar un servicio; tienen que afrontar ciertos precios no monetarios, como son, por ejemplo, el tiempo y el coste físico implícitos en la acción de compra. Esos clientes podrían estar dispuestos a asumir más costes monetarios con el fin de reducir los costes no monetarios y/o obtener un mejor servicio.
La calidad produce eficacia
La base de datos aportada por el estudio PIMS demuestra que las
empresas en las que se percibe una alta calidad tienen costes de operación similares a sus principales competidores. y esto es así a pesar de que los programas para perfeccionar la calidad implican mayores inversiones en tecnología, investigaciones de marketing, formación del personal, sistemas para la medición de la actuación de los empleados, sistemas para el reconocimiento y compensación del personal, etcétera, etcétera.
Lo que produce una significativa reducción en los costes es el
crecimiento de la participación de mercado. Las empresas que logran una alta participación de mercado obtienen beneficios por la vía de las economías de es- cala. Las empresas que ostentan una alta participación de mercado lograda por la vía de la alta calidad se benefician de las economías de escala y de los más altos ingresos generados por los altos volúmenes de ventas y por los niveles más altos de precios que fijan.
La mejora de la calidad conduce a una subida de la eficacia
operacional que produce resultados que van más allá de los que usualmente se relacionan con las economías de escala. La realidad es que los errores en el servicio y la necesaria labor de seguimiento de los mismos añaden costes al sistema de "entrega" del servicio. Desde el mayor uso de tiempo de los ordenadores hasta más líneas telefónicas para atender los problemas de los clientes, los descuidos en el servicio afectan directamente el saldo final de beneficios de las empresas.
A principios de la década de los 80, un estudio realizado por Merrill
Lynch & Company, Inc., concluyó que los costes de la organización directamente relacionados con la prestación de sus servicios eran de unos 210 millones de dólares al año. Estos incluían los costes del personal de los departamentos dedicados a la corrección de errores ya la solución de problemas. Una auditoría realizada por Technical Assistance Research Programs, Inc. (TARP) a más de una docena de organizaciones de servicios financieros concluyó que las deficiencias en el servicio y la ineficacia de la comunicación con los clientes ocasionan más de una tercera parte de la carga del trabajo total.
Raymond Larking, vicepresidente ejecutivo de operaciones de la
empresa American Express, puntualiza: Nunca insistiré la suficiente en que la calidad es la que indica la que una organización podrá alcanzar en su nivel de rentabilidad. Eso es verdad tanto en el sector servicios como en el industrial. Por ejemplo, en nuestro negocio de tarjetas de crédito, el trabajo es doble si los errores se cometen en un principio, si las remesas no se procesan correctamente, si las facturas contienen errores, si no se les paga a tiempo a los establecimientos afiliados, si no se comunican apropiadamente los beneficios de los usuarios de nuestra tarjeta. Todo esto genera preguntas y trabajo de procesos adicionales (que es la que llamamos «inputs evitables»). Reducir los inputs evitables en el sector servicios equivale a la reducción de las piezas defectuosas en el sector industria. Los beneficios potenciales de la calidad del servicio son considerables. La calidad es rentable. Sabemos esto gracias a las investigaciones del PIMS. También gracias a las investigaciones del TARP. Lo sabemos, además, gracias a muchas compañías en las que hemos trabajado ya las que hemos observa- do de cerca a la largo de los años. y también por nuestra propia investigación empírica sobre la calidad del servicio.