Entrenar A Un Cachorro

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Adiestrar un cachorro: establecer los límites desde el principio

Tu nuevo compañero de piso, con esa mirada confiada y esas patitas torpes, hará que te
resulte muy complicado mantenerte siempre firme. ¿Quién es capaz de negarle a un
cachorrito un trozo de comida de la mesa o de impedirle que se acurruque en nuestra cama?
Pero ¿cómo va a entender que cuando se convierta en adulto todos esos privilegios se
esfumarán de la noche a la mañana? Por eso, lo primero es aclarar cómo queremos que sea
la vida con nuestro perro, qué comportamientos deseamos y cuáles no toleraremos. Si se
marcan estos límites desde el inicio y se mantienen consecuentemente, enseguida aprenderá
cuál es su «papel» y no habrá de qué preocuparse cuando el cachorro alcance la edad adulta.

¿Quién es el líder?
Los perros que han aprendido desde pequeños a aceptar la autoridad, suelen respetarla de
por vida, siempre y cuando el dueño mantenga su rol de «líder de la manada». Aunque el trato
autoritario ya no es la única vía posible en el ámbito empresarial o en el de la crianza de los
niños, en lo que respecta a la educación canina, no hay otra alternativa. Los perros quieren
ser independientes de sus dueños; para que puedan respetar sus decisiones y órdenes,
necesitan poder confiar en su criterio. Las instrucciones claras, el tono de voz tranquilo y
decisivo y un lenguaje corporal claro les dan seguridad.

Instrucciones claras y señales inequívocas


Los perros son expertos en gestos y reaccionan antes a un movimiento manual simple que a
una frase compleja cuyo significado solo consiguen percibir a través del tono de voz. Piensa
en palabras como «sit», «ven» o «plas» para dar órdenes y escoge los gestos con los que las
acompañarás. Mantén siempre estas órdenes estructuradas y utiliza la misma palabra y el
mismo gesto para cada una. Para evitar malentendidos, olvídate de oraciones largas del tipo
«Ahora tienes que ser bueno y esperarme aquí frente al supermercado porque yo tengo que
comprar un par de cosas». Si quieres que aprenda a obedecer, es imprescindible que las
indicaciones sean concisas y significativas, y siempre se empleen con el mismo propósito.

¿Halagos y golosinas? Aprendizaje motivador mediante refuerzos positivos


La fiabilidad y las instrucciones claras ayudan a identificar al líder de la manada. No hace falta
ni severidad extrema ni mano dura ―sino lo contrario―, lo que conseguirás así es asustarle.
El objetivo no es que el perro obedezca por miedo, sino que comprenda las reglas del juego y
quiera participar. ¿Cómo lograr que el cachorro disfrute aprendiendo? Las alabanzas y los
premios desempeñan un papel fundamental en la motivación del perro joven. En este sentido,
no son tan distintos de los seres humanos: eligen el camino que les reporta mayor
satisfacción, y las críticas y los castigos les desmotivan y les desvían del camino deseado.

Para que un perro interiorice cuáles son los comportamientos adecuados y cuáles reciben los
preciados halagos del dueño, la recompensa debe producirse inmediatamente después del
comportamiento. Los perros viven en el presente y consideran que las reacciones de los
humanos son siempre consecuencia de la situación que tiene lugar en ese preciso instante.
Del mismo modo, solo son capaces de entender una crítica si sigue al comportamiento. Si tu
todavía-no-muy-pudoroso amigo te deja un «regalito» en medio del salón y solo te das cuenta
un buen rato después, no sirve de nada regañarle. En lugar de eso, es mejor que le premies
las veces que consiga aguantar hasta salir a la calle. Puedes recompensar a tu cachorro con
chuches ―¡pero no demasiadas!―, palabras de afecto, caricias suaves, gestos cariñosos o
algún juguete que le guste. También sirven los pequeños momentos de libertad como, por
ejemplo, soltarle la correa, llevarle a jugar con otros perros o jugar a la pelota con él; para
ellos el esfuerzo por alcanzar estas gratificaciones vale la pena.

¿Cuándo es hora de comenzar con el adiestramiento?


Como norma general, empezar el adiestramiento en el momento oportuno es decisivo. El
cachorro tiene que estar listo para los ejercicios si se pretende que una medida o un pequeño
paso en el entrenamiento de la obediencia tenga éxito. Si está jugando activamente con algún
juguete o sencillamente se encuentra cansado o hambriento, está claro que ese no es el mejor
momento para iniciar el adiestramiento. Los perros disfrutan aprendiendo, pero a la mayoría
de ellos no les gusta dedicar demasiado tiempo a la misma actividad. Los ejercicios que
exigen una gran concentración no son una buena opción para el principio. Es más
recomendable integrar el entrenamiento del cachorro en sus rutinas diarias y acostumbrarle
tan pronto como sea posible a determinadas reglas y hábitos. Trata de educarle de forma
«colateral», por ejemplo, presta atención a si espera pacientemente a que le prepares su
comida, no cedas nunca ante sus exigencias, alábale si se queda tranquilo frente a la puerta
de entrada cuando llaman y prémiale si logra esperarte al otro lado de la puerta del baño sin
gemir.

¿Qué se debe entrenar con un cachorro?


No siempre resulta sencillo saber qué es lo que debería aprender un perro en cada momento
ni tampoco qué comportamientos del día a día se deben premiar y cuáles es mejor ignorar.
Los consejos sobre adiestramiento que dan los amigos o que se encuentran en internet son
muy numerosos y pueden desbordar rápidamente a un dueño primerizo. Por eso es
importante que interiorices las reglas principales que quieres enseñarle a tu amigo de cuatro
patas y las integres en las rutinas diarias. Al principio supondrá un reto, sin duda, pero en el
futuro hará que vuestra vida sea mucho más fácil en gran cantidad de aspectos. Quizá puede
servirte de ayuda el anotar cuáles son las bases que deseas establecer para el adiestramiento
de tu perro. Posteriormente, puedes llevar un diario de entrenamiento y apuntar los métodos
más efectivos y los que tienen menos éxito.

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