Guía Psicoeducación Familias Personas Diagnosticadas Psic
Guía Psicoeducación Familias Personas Diagnosticadas Psic
Guía Psicoeducación Familias Personas Diagnosticadas Psic
Guía de Psicoeducación
para las Familias de Personas
de Psicosis
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Imprime:
Dirección General de Ordenación, Inspección y Atención Sanitaria.
Consejería de Sanidad. Gobiernode Cantabria.
Depósito legal: SA-9-2010
Agradecimientos:
Los autores queremos agradecer a todas las personas, familiares, pacientes y profesionales,
que han participado en los grupos psicoeducativos su colaboración y sus aportaciones para el
desarrollo de esta guía.
“Este proyecto ha sido financiado a cargo de los Fondos para la Cohesión Territorial 2008 del Ministerio
de Sanidad y Consumo que fueron aprobados en el CISNS de fecha 18 de Junio de 2008, como apoyo a la
implementación a la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud”
Autores:
UIPC - Unidad de Investigación en Psiquiatría de Cantabria. Centro Colaborador de la Organización Mundial de la Salud.
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de psicosis y para la atención a sus familiares. El PAFIP se ajusta a los
criterios y recomendaciones internacionales más avanzadas disponibles en
la actualidad en este campo de la Psiquiatría. El equipo de profesionales
sanitarios que llevan a cabo el PAFIP desarrolla su labor en el Servicio de
Psiquiatría del Hospital Universitario “Marqués de Valdecilla”.
En el PAFIP se presta una especial atención a proporcionar una adecuada
educación social sobre que son los trastornos psicóticos y como afectan a
la persona enferma, cuales son los tratamientos disponibles, a ayudar a los
familiares directos o a las personas cercanas a entender mejor al paciente
y a su enfermedad y, también, a aclarar cuáles son los factores claves a
tener en cuenta para asegurar un mejor pronóstico. Sabemos que la falta
de una información, divulgación y educación sobre los trastornos psicóticos
influye de manera determinante en la elaboración y consolidación de
creencias erróneas sobre la enfermedad y los enfermos.
Este manual educativo surge como fruto de nuestra experiencia en el
PAFIP y nuestro compromiso con la necesidad de mejorar la educación
familiar y social en relación a los trastornos mentales, entendiendo que
esta misión de divulgación y formación tendrá una repercusión favorable
para las personas afectadas por estos trastornos, y también para su círculo
familiar y social.
Prof. Benedicto Crespo Facorro y Grupo PAFIP
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índice
Prólogo 5
1/ ¿Qué es la PSICOSIS? 9
¿Cómo se manifiesta la psicosis? 12
¿Cómo se desarrolla un episodio psicótico? 14
¿Cuáles son las causas y los factores precipitantes de la psicosis? 15
Modelo de vulnerabilidad-estrés 15
¿En qué consiste la recuperación? 17
¿Por qué se produce la recaída? 19
Factores de riesgo 19
5/ Recomendaciones 45
¿Qué es la
PSICOSIS?
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¿Qué es la PSICOSIS?
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de una persona a otra. Puede desarrollarse de forma gradual a lo largo
del tiempo, siendo posible que los síntomas pasen inadvertidos, o aparecer
bruscamente, con síntomas obvios tanto para el paciente como para los
que le rodean.
La psicosis puede ser tratada y la mayoría de las personas que sufren un
episodio psicótico se recupera totalmente.
Haciendo un paralelismo con otro tipo de enfermedades, en la diabetes,
por ejemplo, existe un defecto en la producción de insulina por el
páncreas con lo que se ve alterado el metabolismo de la glucosa.
El tratamiento de la diabetes es la insulina, siendo muy importante
también educar al paciente y su familia para la correcta administración
de la misma y la adquisición de unos hábitos de vida saludables.
En la psicosis el órgano afectado es el cerebro, produciéndose cambios
en el pensamiento, la percepción, los sentimientos y el comportamiento,
de la persona enferma. Cuando esto ocurre por primera vez,
hablamos de primer episodio psicótico. El tratamiento de la psicosis es
farmacológico, psicológico y rehabilitador, siendo fundamental aportar
información sobre la enfermedad al paciente y a su familia. Existe un
equipo multidisciplinar, compuesto de psiquiatras, psicólogos, enfermeras
y trabajadores sociales, dedicado a planificar el tratamiento más
adecuado para que el paciente recupere su funcionamiento habitual.
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¿Cómo se manifiesta la psicosis?
La psicosis puede producir cambios en el estado de ánimo y pensamiento.
La persona puede expresar ideas que parecen extrañas, siendo difícil
entender cómo se siente y se comporta. A menudo, una persona con un
primer episodio psicótico no entiende qué le está ocurriendo.
Los síntomas varían de unas personas a otras, pueden cambiar a lo
largo del tiempo y causar malestar y preocupación a la persona que
los experimenta. A veces vienen precedidos de otros problemas, como
dificultades de concentración, falta de energía, estado de ánimo deprimido,
alteraciones del sueño, ansiedad o aislamiento.
Los síntomas más comunes, conocidos como SÍNTOMAS POSITIVOS, son:
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de persecución: se siente perseguido o espiado.
de control: siente que no controla sus propios sentimientos o
sensaciones y que alguna fuerza externa intenta dominarle.
de difusión del pensamiento: por algún mecanismo, sus
pensamientos son conocidos inmediatamente por otras personas.
de inserción o robo del pensamiento: sus pensamientos son
introducidos en su mente o sustraídos.
Alteraciones en la forma del pensamiento: pérdida de
asociación entre una idea y la siguiente, deslizamiento de un tema a
otro distinto, falta de relación entre una pregunta y la respuesta dada
o exceso de detalles en esa respuesta, o pobreza del pensamiento.
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Pobreza o bloqueo del habla, aumento del tiempo de respuesta.
Dificultades para concentrarse o prestar atención a algo, como por
ejemplo leer el periódico o recordar lo que se ha estado viendo en
la televisión. Tendencia a la distracción.
Pérdida de interés o de la capacidad de disfrutar de ciertas cosas.
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Aguda: los síntomas psicóticos (alucinaciones, delirios o
desorganización del pensamiento) son claros.
De recuperación o remisión: desaparición gradual de los
síntomas, que se puede dar en pocos días o meses, dependiendo de
muchos factores como, por ejemplo, el tiempo que lleva enferma
la persona, la aceptación de tomar medicación, el ambiente que le
rodea, etc. Muchas de estas personas no vuelven a experimentar
otro episodio psicótico a lo largo de su vida.
Modelo de vulnerabilidad-estrés
Una persona con vulnerabilidad o predisposición, es decir, con mayor
facilidad para desarrollar psicosis que el resto de la población, puede sufrir
un episodio psicótico ante ciertos desencadenantes externos o estresores.
Esto es, sucesos, situaciones, personas u objetos que provocan una respuesta
de estrés en la persona. Por ejemplo, puede tratarse de cualquier problema
personal, laboral o social o del consumo de sustancias tóxicas.
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Los factores que pueden determinar la vulnerabilidad de una persona son:
Factores genéticos
Existen más casos de enfermedad en familiares de personas con
psicosis. El riesgo de sufrir psicosis es proporcional al número de
genes compartidos, aunque los genes involucrados aún no han sido
identificados, y puede haber psicosis sin antecedentes familiares de la
enfermedad, o no darse la enfermedad aunque haya varios miembros
de la familia afectados.
Factores biológicos
Los síntomas psicóticos se deben a una hiperactividad de
la dopamina o a una mayor sensibilidad de los receptores
dopaminérgicos a nivel cerebral. Además, otros factores asociados
con la vulnerabilidad son las complicaciones durante el embarazo o
el parto, deficiencias nutricionales o traumatismos craneales durante
la niñez, que pueden afectar al neurodesarrollo.
Factores medioambientales
Experiencias o circunstancias externas que aumentan la probabilidad
de experimentar un episodio psicótico como sucesos traumáticos,
problemas familiares o socio-laborales, consumo de sustancias tóxicas.
Estrés
El estrés se define como la percepción que tiene una persona de
no tener recursos suficientes para hacer frente a las exigencias
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de una determinada situación, en un momento concreto. Puede
provocar problemas físicos y mentales: ansiedad, depresión,
alteraciones cutáneas… en otros casos puede hacerlos empeorar o
reaparecer. El estrés no causa la psicosis, pero sí puede ser un factor
desencadenante para su aparición o empeoramiento de los síntomas.
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y suelen consistir en “voces” y “delirios”. Muy a menudo, la clave para
recuperarse de un primer episodio psicótico está en aprender a ayudarse
a uno mismo. A pesar de que para prevenir posibles recaídas y superar
otros problemas como controlar síntomas psicóticos, de depresión,
ansiedad o baja autoestima, se necesita la intervención de especialistas en
salud mental, hay muchas cosas que el propio paciente puede hacer con la
ayuda de su familia, como veremos más adelante.
Factores de protección/recuperación:
Uso regular de la medicación prescrita: favorece la recuperación y
protege de recaídas.
Incorporación progresiva a alguna ocupación (estudios, trabajo,
aficiones,...), empezando por un nivel básico y aumentando las
exigencias de forma progresiva, asumiendo que puede haber altibajos.
Apoyo de la familia y amigos.
Desarrollo de habilidades personales para relacionarse con los
demás, resolver problemas, relajarse, divertirse, comunicarse,
reconocer síntomas de la enfermedad y pedir ayuda, mediante
intervenciones de tipo psicosocial, llevadas a cabo por profesionales.
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¿Por qué se produce la recaída?
Cuando los síntomas reaparecen o empeoran de forma significativa,
hablamos de recaída. Esto puede ocurrir en cualquier momento, pero lo
habitual es que lo haga en los primeros dos años tras el primer episodio
psicótico.
Factores de riesgo:
Abandono de la medicación antipsicótica: es la principal causa de
recaída, que se puede deber a la aparición de efectos secundarios,
a la larga duración del tratamiento, a pensar que se está curado
cuando han desaparecido los síntomas psicóticos, a olvidos o salidas,
a consumo de tóxicos o a la presión social.
Estresores, como las críticas o descalificaciones, cambios en factores
de su vida diaria, como el cambio de residencia, pérdidas (de algún
ser queridos, de puesto de trabajo) o cualquier situación que
suponga una exigencia mayor de la que se puede afrontar en un
momento determinado.
Consumo de tóxicos: favorecen la aparición de síntomas psicóticos, tanto
directamente como por su interacción con efectos de la medicación.
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Sobreprotección: dificulta que el paciente gane autonomía y vaya
recuperando las habilidades afectadas por la enfermedad. Esto
produce pérdida de autoestima o de motivación por salir adelante
e incluso enfrentamientos con sus cuidadores. La sobreprotección
puede presentarse de distintas formas:
Respuesta emocional exagerada: el familiar se muestra
excesivamente ansioso o preocupado por el paciente y su
bienestar, con frases como “Me preocupo por él todo el tiempo”,
“No puedo soportar que esté mal”, “No puedo quitármelo de la
cabeza”.
Conducta de abnegada y sacrificada: el familiar sacrifica sus propias
necesidades para cuidar al paciente o le permite actitudes poco
adecuadas con tal de no alterarle.
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Señales de
Alarma o
de Recaída
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Señales de alarma o de recaída
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ser constantes en cada persona, y hasta el 80% puede identificarlas entre 2
y 6 semanas antes del episodio. No siempre terminan en una recaída, bien
porque conseguimos prevenirla, o bien porque son falsas alarmas.
Pueden ser:
Dificultades de concentración/atención
Falta de motivación o energía
Ánimo depresivo
Problemas con el sueño
Ansiedad
Aislamiento social
Suspicacia
Deterioro en el desempeño de sus actividades u obligaciones
Irritabilidad
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Aprender a reducir y manejar el estrés
Buscar relaciones personales que aporten comodidad y felicidad
Evitar el consumo de tóxicos, como el cannabis o estimulantes
Mantenerse activo
Conocer las señales de recaída, reflexionar sobre ellas y buscar ayuda
profesional
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¿Cómo
se Trata
la Psicosis?
25
¿Cómo se trata la psicosis?
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A) El tratamiento psicológico
Incluye tratamientos psicológicos específicos dirigidos a la resolución
de problemas, la estimulación de capacidades cognitivas y tratamientos
psicoeducativos dirigidos a los pacientes y sus familias. Hoy sabemos que
los módulos psicoeducativos son elementos centrales del tratamiento.
Van dirigidos a hacer comprender al paciente y a las familias la naturaleza
y características de la enfermedad y su tratamiento, a enseñarles a
identificar los síntomas tempranos de recaída y a estimular modos de vida
saludables que prevengan la reaparición de la enfermedad y promuevan
la recuperación. En el fondo, el objetivo final de estos tratamientos es
conseguir que la persona enferma asuma un papel protagonista en el
tratamiento y prevención de su enfermedad.
B) El tratamiento social
Uno de los principales objetivos para conseguir la recuperación es la
integración de la persona enferma en su medio social y laboral. Para ello
se desarrollan intervenciones sociales dirigidas a promover las habilidades
sociales y laborales del paciente mediante estrategias de intervención
individual o grupal o en algunos casos mediante programas rehabilitadores.
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C) El tratamiento farmacológico
La medicación es elemento esencial en el tratamiento de la psicosis.
Los fármacos utilizados para tratar la psicosis son los conocidos como
ANTIPSICÓTICOS o NEUROLÉPTICOS. Se usan desde 1950 en todo el
mundo y desde entonces se han ido desarrollando nuevos antipsicóticos.
Los antipsicóticos pueden ser administrados de forma oral o inyectable;
en ambos casos, su función es reducir síntomas y prevenir su reaparición.
Dentro de la forma inyectable existen formulaciones de efecto prolongado, el cual
se mantiene durante varias semanas, y libera al paciente de la necesidad de la toma
diaria de medicación.
La medicación antipsicótica ayuda a controlar los síntomas positivos de la
psicosis, como las alucinaciones y los delirios, en la mayoría de las personas.
Algunos de los síntomas negativos, como el aislamiento, la dificultad de
concentración y la falta de energía, aunque responden peor que los
síntomas positivos, pueden mejorar con esta medicación, sobre todo con
los fármacos más nuevos.
Además, los antipsicóticos reducen de forma importante las posibilidades
de que exista una recaída; por esto es fundamental seguir tomando la
medicación, incluso después de que los síntomas hayan desaparecido o se
hayan reducido significativamente.
La dosis utilizada para prevenir recaídas puede ser más baja que la indicada
en la fase aguda.
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¿Cómo funciona la medicación?
Las células nerviosas que forman el cerebro se comunican unas con otras
mediante sustancias químicas llamadas neurotransmisores.
En la psicosis hay un exceso de estos neurotransmisores, concretamente
de dopamina y serotonina, en las comunicaciones intercelulares. La
medicación antipsicótica bloquea estos neurotransmisores, reduciendo así
los síntomas psicóticos.
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Aumentar el aporte de fibra en la dieta con frutas, cereales o verduras,
puede resolver el estreñimiento.
Hacer ejercicio físico de forma regular, como caminar, correr, ir al gimnasio
o jugar al fútbol, puede prevenir el aumento de peso y producir bienestar.
Si la medicación produce somnolencia durante el día, podría tomarse por la noche.
Algunas personas sufren efectos secundarios con un tipo de medicación
o con una dosis determinada, pero no con otra. Un cambio de dosis o
medicación sería suficiente para solucionar este problema. Llegar a la
medicación y dosis más adecuada es algo que debe conseguirse entre el
paciente y el médico.
Pautas de medicación
En caso de que la medicación recomendada se administre de forma oral,
debe tomarse diariamente. El número de tomas diarias va a depender del
fármaco indicado y de la dosis recomendada para el mismo, así como de
las necesidades de cada paciente, dependiendo de los síntomas que tenga
y la alteración que éstos estén produciendo en su vida. Por ejemplo, en
la fase aguda de un episodio psicótico, las dosis utilizadas son más altas
que en la fase de recuperación o remisión, en la que los síntomas son
más leves o han desaparecido. Que las dosis recomendadas para cada
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antipsicótico sean diferentes no significa que unos sean más fuertes que
otros, sino que se miden de forma distinta.
Cuando la medicación es inyectable, puede administrarse cada dos o cuatro
semanas, dependiendo también del fármaco y de las necesidades del paciente.
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Consumo de alcohol u otros tóxicos o fármacos
Consumir alcohol cuando se toma medicación antipsicótica causa un nivel
elevado de sedación o somnolencia. Lo recomendable es beber hasta un
límite saludable. No se debe beber en exceso o si se va a conducir.
El consumo de sustancias tóxicas como el cannabis, éxtasis o LSD, puede
causar la reaparición de síntomas o hacer que éstos empeoren y reducir
los beneficios de los fármacos antipsicóticos.
Se debe consultar con el médico en caso de ser necesario tomar otro tipo
de fármacos, por la posibilidad de que existan interacciones entre ellos.
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¿Cómo hacer
frente a los
síntomas
psicóticos?
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¿Cómo hacer frente a los síntomas psicóticos?
Cuando una persona sufre un episodio psicótico, tanto su familia como sus
amigos pasan por una situación nueva y confusa en la cual es importante
saber qué es lo que puede ocurrir y qué hacer cuando ocurra.
Esta enfermedad puede hacer que la persona se sienta abrumada por lo
que pasa a su alrededor. Es probable que se sienta confundida, angustiada,
temerosa, incapaz de controlar sus pensamientos, y que carezca de
autoestima al sentirse enferma, en el hospital y, muchas veces, durante
algún tiempo tras su ingreso en el hospital.
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Puede sentirse deprimida, perseguida por alguien, sentir que hablan de ella
u oír voces. La persona puede encontrarse en estado de shock y tanto su
cuerpo como su cerebro necesitan descansar para poder recuperarse.
Es común en las personas que acaban de experimentar un episodio
psicótico que:
Duerman más horas cada noche (o incluso durante el día) durante
un periodo de tiempo prolongado.
Sientan la necesidad de estar solas y tranquilas más a menudo que
otras personas.
Sean menos activas y sientan que no pueden o no quieren hacer mucho.
Estos comportamientos son medios naturales de ayudar al cuerpo y
al cerebro a que se recuperen. Es mejor esperar a que la persona se
recupere a su propio ritmo que manifestar impaciencia por que retome
su anterior funcionamiento. Para algunas personas esto puede llevar
varios meses o un año. Presionar a la persona para que se levante, salga y
haga cosas puede retrasar su recuperación. Por otro lado, esto no quiere
decir que la persona esté tumbada todo el día y que los demás se lo den
todo hecho. Es una buena idea alentar con amabilidad a la persona a que
colabore con tareas sencillas y ofrecerle ayuda si fuese necesario, que
hable con sus familiares y que participe en alguna actividad de las que solía
realizar. Si dice que no en esta etapa, no es recomendable insistir, pero
sí debe saber que cuando cambie de idea será bienvenida. Puede que sea
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necesario supervisarla mientras está tratando de hacer una comida, ya que
su memoria y habilidades de pensamiento se ralentizan. Es importante que
sepa que se va a recuperar y apoyarla en este proceso.
Puede ser muy útil que disponga de un lugar tranquilo al que ir para hacer
frente a los síntomas que está experimentando. Si se retira a su dormitorio
con frecuencia, no se trata de un rechazo personal a los demás miembros
de la familia. Sólo deberían preocuparse si pasa allí todo el tiempo, ya que
puede significar que algunos síntomas están reapareciendo.
Por la misma razón (la necesidad de calma y tranquilidad), puede
encontrar a su familiar emocionalmente distante, no muy afectuoso o
sin poder expresar sus sentimientos. Esto es parte de la enfermedad
y no es un rechazo personal a nadie sino que es una forma de reducir
todos los estímulos que pueden ser confusos. Con frecuencia, la persona
puede sentarse y observar o escuchar a los demás. Es bueno aceptar
estos comportamientos y no estar preocupados de que la persona no
diga nada cuando está en compañía de otros. El hecho de que le guste
escuchar música o jugar con vídeojuegos puede ser una forma de reducir
el estrés producido por sus “voces”o pensamientos.
A veces puede hablar de un modo que sea difícil de seguir o incoherente
dentro de una conversación. También puede hacer comentarios
inesperados o sin sentido. Esto puede suceder porque tiene dificultades
para pensar con claridad o porque está oyendo “voces” que le parecen
muy reales aunque no lo sean.
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Una persona con psicosis puede volver a hablar de forma normal. Los
síntomas pueden mejorar, desaparecer, y reaparecer sólo cuando existe
estrés o bajo tensión. La persona posee habilidades para enfrentarse a
estos síntomas pero puede ser difícil recordar estas habilidades cuando
está tratando de recuperarse.
No debemos ignorar la salud de los familiares de una persona con psicosis, que
no podrían ayudarle si cayesen enfermos. Es recomendable establecer límites y
vigilar los niveles de estrés tanto para el paciente como para sus familiares.
Es importante fomentar que la persona controle su propio comportamiento.
Antes de decidir qué es lo mejor, debemos tratar de entender lo que le
está sucediendo a su familiar enfermo. Puede no ser capaz de hacer algunas
cosas como parte de la enfermedad, sin embargo este comportamiento se
puede modificar con un buen enfoque. Con esta ayuda, la persona puede
ser capaz de mejorar su sensación de control. Pídale permiso para comentar
la situación con el personal sanitario que se encarga del caso.
Alteraciones de la conducta
Su familiar puede comportarse de manera distinta a la habitual, aislarse,
mostrarse inactivo, apático, suspicaz o agresivo.
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Medidas Útiles
Permanecer en calma.
Distraer a la persona, haciendo que participe en algo interesante o agradable.
Alentar a la persona para que esté con gente positiva y que la apoya,
que ella conozca bien.
Fomentar con amabilidad actividades que no sean demasiado exigentes
(ver la televisión, lavar los platos, cuidado de las mascotas, etc.)
Dejar que su familiar sepa que están ahí si es necesario.
Ofrecerse a ayudarle a establecer un calendario para dormir y
levantarse temprano.
Preguntarle lo que sería útil para ella.
Tener una rutina diaria para que las cosas sean predecibles.
Establecer límites de forma gradual para que adquiera responsabilidad
de forma no estresante. Ser consciente de sus necesidades pero buscar
oportunidades para animarle a que vaya asumiendo responsabilidades.
Prestar atención y elogiar las conductas adecuadas y de utilidad.
En caso de agresividad, utilizar un lenguaje firme, a veces una orden
clara hace que la persona recupere el control. Evitar la confrontación.
Dejarla sola hasta que se tranquilice. Intentar descubrir lo que
provoca su agresividad y tratar de evitarlo.
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Medidas No útiles
Culparse a uno mismo o a otro miembro de la familia, asustarse,
enfadarse, mostrarse triste o preocuparse en exceso.
Tratar de minimizar la experiencia de su familiar, evitarlo o aislarlo.
Insistir en que sea activo o se relacione con otros.
Abrumarle con demasiadas sugerencias a la vez.
Criticarlo o discutir con él.
Etiquetarlo de vago o perezoso
Tratar de hacerlo todo en su lugar.
Tolerar la agresión.
Hacer caso omiso de las advertencias o amenazas verbales de agresión.
Medidas Útiles
Si el problema es que se ha olvidado, recordárselo con amabilidad.
Guardar los medicamentos de forma ordenada.
Establecer una rutina diaria (el desayuno, el cepillarse los
dientes, etc.) para que la toma del medicamento se convierta
en un hábito.
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Recordarle amablemente que el tratamiento le ayuda a
ponerse o mantenerse bien.
Preguntarle si está teniendo efectos secundarios y comentarlos
con su médico.
Hablar con su médico si se niega a tomar la medicación.
Recordarle amablemente que la medicación puede ser crucial
para su recuperación.
Medidas No útiles
Regañarle o amenazarle. Esto provoca una pérdida de entendimiento
y de confianza en usted.
Modificar la dosis prescrita sin conocimiento de su médico.
Pensar que cualquier problema surge de no tomar la medicación.
Esconder los medicamentos en sus alimentos. Notará los efectos
de la medicación y dejará de confiar en usted. Además, esto podría
poner en peligro su salud si decide tomar la medicación o consume
sustancias tóxicas.
Complementar la medicación con hierbas, vitaminas u otros
medicamentos sin consultarlo con el equipo médico.
Evitar hablar sobre la medicación y sus efectos secundarios. Su
familiar puede tener que tomar una serie de medicamentos y
necesitar hablar de ello.
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Ideas de suicidio
Medidas Útiles
Escuchar las preocupaciones de su familiar y hacerle saber que hay
ayuda disponible y que agradece que confíe en usted para hablar de ellas.
Animar a su familiar a que participe en actividades agradables.
Ayudarle a relacionarse con otros que entiendan y se preocupen por
cómo se siente. Esto reducirá su sensación de aislamiento.
Buscar factores estresantes que se puedan eliminar, como, por
ejemplo, un exceso de presión para que vuelva al trabajo o a estudiar.
Medidas No útiles
Asustarse si su familiar habla de suicidio, pero tomarlo siempre en serio.
No comentar esto con un profesional de salud mental.
Mantenerlo en secreto.
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Consumo de tóxicos
Medidas Útiles
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Explicarle que es adecuado que sus amigos sepan que no puede
consumir tóxicos al estarse recuperando de un desequilibrio químico
a nivel cerebral.
Buscar formas alternativas de ser sociable o estar con amigos sin
usar drogas o alcohol. Aprender cosas nuevas, como un hobby o un
trabajo como voluntario, hará que tenga una sensación de éxito.
Medidas No útiles
La forma que tenemos de comunicarnos con los demás y de decir las cosas
es importante siempre y si cabe más aún con pacientes que padecen una
enfermedad psicótica.Ya hemos hablado de la importancia de los factores
de estrés en el riesgo de sufrir nuevos episodios de la enfermedad. Entre
ellos un factor de gran peso es el cómo se desarrollen las interacciones
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interpersonales. De aquí viene la importancia de la comunicación. La forma de
comunicarnos determina que las interacciones puedan ser estresantes o no
y por lo tanto puede constituir un factor de riesgo o un factor protector de
primera magnitud.
La comunicación puede ser agresiva, pasiva o asertiva. La primera genera
un gran nivel de estrés en las interacciones. Se caracteriza por aspectos
no lingüísticos como el tono de voz elevado, pero también por aspectos
lingüísticos, algunos muy evidentes, como el uso de descalificaciones o
insultos, pero otros no tanto como el uso de valoraciones personales
(referidas a la persona y no a la conducta). El estilo de comunicación pasivo
se caracteriza por que una de las partes siempre evita el conflicto y cede en
sus posturas dándose en realidad una falta de comunicación ya que solo una
de las partes sostiene su opinión. Este estilo de comunicación ocurre, por
ejemplo, cuando tememos la reacción que pueda causar en la otra persona
nuestra opinión.
El estilo de comunicación más satisfactorio suele ser el asertivo que implica la
expresión y defensa de la propia postura (no es pasivo) pero evita los aspectos
de la comunicación agresiva (tono de voz, insulto, calificaciones personales, etc.)
por eso es la forma de comunicación que más nos puede facilitar la convivencia
con nuestro familiar sin causarle niveles elevados de estrés.
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Últimas
Sugerencias
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Recomendaciones
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Ignorar lo que no se puede cambiar. Permita ciertas cosas, pero
nunca haga caso omiso de la violencia.
No se complique. Diga lo que tenga que decir claramente, con calma
y de forma positiva.
Siga los consejos del equipo que supervisa el caso. Deben tomarse
sólo los medicamentos prescritos por el médico y de la forma
indicada por él. Pregúntele cualquier duda que tenga.
Realice sus actividades como de costumbre. Restablezca las rutinas
familiares lo antes posible.
Manténgase en contacto con otros familiares y amigos.
Evite consumir drogas y alcohol: empeorarán los síntomas.
Reaccione pronto ante los primeros signos de recaída y coméntelos
con su médico.
Resuelva los problemas paso a paso. Realice cambios de forma
gradual. Dedique un tiempo para cada cosa.
No espere conseguir mucho en poco tiempo. Compare este mes
con el mes anterior en lugar de compararlo con el año pasado.
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